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Comentario Antígona Furiosa PDF
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«¿Cómo podía alcanzar más gloriosa gloria que enterrando a mi hermano? To-
dos éstos, te dirían que mi acción les agrada, si el miedo no les tuviera cerrada la
boca; pero la tiranía tiene, entre otras muchas ventajas, la de poder hacer y de-
cir lo que le venga en gana».
Antígona. Sófocles.
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EN UNA NUEVA VISIÓN DEL MITO DE ANTÍGONA
dictadura del general Jorge Rafael Videla, que 2.- MITOS: PERMANENCIA Y SUPERACIÓN
atrozmente gobernó el país entre 1976 y 1983, El pensamiento occidental está basado en
se desprenden sus ejes temáticos fundamenta- los mitos griegos: convivimos de manera per-
les, los cuales la autora encontró en el mito manente con ellos. Europa se encuentra en
clásico de Antígona: el abuso de poder, la re- contacto directo y esta influencia llega con
presión institucional, la relación entre la vícti- fuerza a Latinoamérica.
ma y el victimario, el miedo, las desapariciones, Los temas que plantearon Esquilo, Sófocles
la pobreza, la tortura, la fragilidad de la vida o o Eurípides son eternos: las sociedades avan-
la asunción de responsabilidad, todos los cua- zan en su camino, pero los sentimientos más
les tienen un referente preciso en la Argentina arraigados del ser humano de lucha, supera-
de las últimas décadas del siglo XX. ción, rabia, celos, amor, odio, tristeza, rebelión
Si temáticamente el teatro de Griselda o culpa, son imperecederos. Esto es lo que han
Gambaro encontraba en el mito clásico una sabido ver muchos escritores que se han he-
perfecta fuente de inspiración, formalmente la cho valer de estos mitos clásicos para poder
autora presenta en todos sus textos propues- adaptarlos y reinterpretarlos, corroborando la
tas estéticamente comprometidas que se acer- vigencia que siguen manteniendo.
can a propuestas neovanguardistas, como ya A esto se une el hecho de que, en ocasio-
hemos mencionado con anterioridad y, espe- nes, el mito clásico ha servido como máscara o
cialmente, al Teatro del Absurdo. Por este mo- velo que permita a los autores contemporá-
tivo, buscaremos comprender su Antígona neos ocultar su deseo de utilizar el arte como
furiosa a través de esta reformulación formal crítica a una situación social inaceptable, evi-
del mito clásico. tando la censura.
En cuanto al texto que aquí nos concierne Las tragedias sofocleas conmovían al pú-
en relación con la producción gambariana, blico de su tiempo con una fuerza idéntica a la
podremos dividirla en diferentes etapas. Una que pueden presentar actualmente. Sin em-
primera más neovanguardista (1965-1968), bargo, si el mito y los sentimientos perduran,
donde destacan textos como El desatino las sociedades y problemáticas humanas va-
(1965), Las paredes (1966) o El campo (1968), rían, por lo que los textos han necesitado de
para pasar a un periodo donde se pueden per- una revisitación continua que permita un acer-
cibir ya algunos elementos propios de la in- camiento mayor a un público ya muy distante
fluencia recibida del realismo reflexivo (1970- de la Grecia Clásica.
1076), donde sobresalen Decir sí (1974), Puesta Esto es lo que ocurre con algunos textos
en claro (1974) o Sucede lo que pasa (1975). emblemáticos como A Electra le sienta bien el
Posteriormente, la tercera etapa será la cono- luto (Mourning becomes Electra, 1931) del esta-
cida como realismo crítico (1976-1983), que dounidense Eugene O´Neill, donde el autor
supondrá la completa confluencia entre ele- reinterpreta el mito de Electra a partir de los
mentos más propios de una vanguardia que conflictos creados durante la Guerra de Sece-
Gambaro nunca abandona con otros del rea- sión estadounidense; o Las moscas (1943) de
lismo reflexivo, generando así un nuevo siste- Jean-Paul Sartre, con una clara reflexión sobre
ma creativo teatral; de este tercer grupo desta- las situaciones bélicas.
can Real envido (1980) y La malasangre (1981). En el ámbito hispanoamericano, de mayor
Por último, observaremos en la autora una interés para nosotros al presentar un contexto
etapa final, a partir de 1983, donde tiene lugar claro sobre el tratamiento contemporáneo de
un asentamiento definitivo del realismo crítico los mitos clásicos destacan textos como Electra
y una variación sobre las posibilidades que Garrigó (1959) del cubano Virgilio Piñera o El
este ofrece, con títulos como Antígona furiosa reñidero (1964) de Sergio de Cecco.
(1986) o Morgan (1989). En la obra de Cecco, compañero de gene-
ración con Gambaro, aunque de propuestas
estéticas contrapuestas, el caudillo Pancho
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cuantas veces resucitara y que la vida puede creados por William Shakespeare. De esta for-
llegar a ser, junto el amor, odio. ma, el diálogo constante de la autora con Ham-
let no sólo se percibirá en la comparación de
2.2 Unidad de acción Antígona con Ofelia o en la cancioncilla que
En cuanto a la unidad de acción, también ambos personajes cantan, sino que, además, la
encontraremos una gran ruptura en la obra de obra finalizará con el impactante cierre de
Griselda Gambaro en comparación al cumpli- Hamlet: «¡El resto es silencio!», pues, si para la
miento de las bases aristotélicas que sí obser- obra de Shakespeare esto hacía alusión al he-
vamos en la clásica de Sófocles. Si las normas cho de que la sangre se había apoderado de
pedían una división en cinco actos que presen- todos y todo, de la misma forma vaticina la
tasen al héroe, en este caso heroína, sus peri- muerte como única solución posible ante la
pecias, su cambio de rumbo y el anagnorismós lucha incondicional de Antígona.
o reconocimiento de sus actos y errores, nada Antígona defenderá durante la obra lo ra-
de ello encontraremos en la obra de Gambaro. cional de sus actos y su actuación ante la justi-
Tras el ya nombrado comienzo en el que cia, la cual sólo responderá, a través de los
Antígona se quita la soga de su cuello de ahor- otros dos personajes, a través de sus implaca-
cada hasta el final que conoce su trágico fatum bles interrogatorios que quieren mostrar la
irrevocable y la perdurabilidad de su decisión demencia y el error en el que se encuentra la
con respecto al enterramiento de Policines, no protagonista. De esta forma, Gambaro hace
encontraremos ninguna acción destacable, referencia a todos aquellos que, por miedo, se
sólo el paso del tiempo, en una espera a que se ríen del que lucha contra lo irracional o injusto.
renueven los ya sabidos hechos. Gambaro par- Está, por tanto, representando al pueblo con
te del conocimiento cultural que existe el mito: miedo, al pueblo comprado, que deja luchan-
la historia de Antígona es algo universal, por lo do solo y que recrimina la actuación de seres
que no necesita mostrar la peripecia que como Antígona.
transcurre en la historia de esta heroína, sino
acercar el personaje a la contemporaneidad 2.3 Unidad de lugar
para revivir su lucha en el tiempo actual. Antí- En cuanto al espacio, consideraba Aristóte-
gona furiosa es, por tanto, un hipertexto que les, al igual que en el aspecto relacionado con
parte el conocimiento cultural que se tiene de el tiempo, que la verosimilitud debía primar
la base mítica y se construye sobre esto. para la comprensión óptima del espectador,
No sólo no hay, por tanto, unidad de tiem- por lo que se prefería un único espacio para el
po, sino ningún tipo de acción. El texto no es desarrollo de la acción.
más que el diálogo de los tres únicos persona- En la Antígona de Sófocles observamos
jes que aparece: Corifeo, Antinoo y Antígona. cómo todo se desarrolla en el interior del pala-
Ellos dos basarán sus intervenciones en las cio, ya que no sería lógico o real, según las
burlas y recriminaciones hacia Antígona: serán normas aristotélicas, mostrar un exterior den-
como los demonios que en la muerte la ator- tro del teatro. Lo que ocurra fuera, será siem-
mentan, las voces de duda sobre su acción, la pre contando como algo que va a realizarse o
voz de un pueblo con miedo. acción consumada. Recordemos, por ejemplo,
Antígona será tratada como una demente en el texto de Sófocles cómo el enterramiento
en el texto gambariano. Nada más comenzar, de Policines o la muerte del hijo de Creonte no
observamos la clara comparación que hacen serán mostrados, sino contados con posterio-
de ella con el personaje shakespereano de ridad.
Ofelia. Es destacable el hecho de que en Antí- Por su parte, Antígona furiosa ha dejado a
gona furiosa Gambaro no sólo está dialogando un lado estas normas espaciales. Sólo obser-
con el mito de la tradición griega, sino también vamos dos acotaciones en las que muestra en
con textos emblemáticos que se han converti- escena a dos hombres tomando café (al co-
do en nuevos mitos occidentales como los mienzo del texto y que contemporanizan la
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obra) o una referencia a que Antígona mira de manera alguna. De esta forma, podemos
desde el palacio. Podemos afirmar que el espa- unirlo al interés de Gambaro no de ocultar sus
cio donde se desarrolla la acción representa la críticas, pues su literatura siempre se ha mos-
nada, esa nada en la que el tiempo no transcu- trado combatiente y agresiva contra las injusti-
rre y que del mismo modo nos remite a la raí- cias, si no de no centrarlas en un dictador o jefe
ces absurdistas y neovanguardistas de la auto- de estado determinado, sino en una generali-
ra argentina. zación hacia todos los que han ejercido dicta-
duras de terror en Latinoamérica o a nivel
2.4 Personajes mundial.
Por su parte, en cuanto al análisis de los
personajes, es interesante que trabajemos
sobre dos puntos. 3.- VOZ DEL PUEBLO Y DESDIVINACIÓN: LA
En primer lugar, el tratamiento de estos sir- DESAPARICIÓN DEL CORO Y LOS DIOSES
ve para reafirmar la tesis anteriormente ex- Es difícil comprender la tragedia griega sin
puesta sobre la necesidad de conocimiento del la figura del coro, pero también es cierto que
mito clásico para la comprensión del texto para el espectador actual (y el contemporáneo
gambariano. Los personajes no se muestran de a Gambaro) resultaría compleja la representa-
forma directa igual que Antígona Furiosa no ción del mismo, así como la presencia continua
nos cuenta ninguna historia: es un diálogo y un de los dioses, legisladores y justicieros en los
paso de un tiempo indeterminado y en ese mitos clásicos, que conforman, con el deux ex
diálogo se analiza, como en algo cercano a un machina, la resolución del conflicto sólo por
juicio final, los actos de la protagonista. De esta vía divina, no humana.
manera, se remite a los personajes como Por ello, el texto de Gambaro está desdivi-
Creonte, Ismene o Hamón, nombrándolos y nizado. La sociedad actual no puede regirse
refiriéndose a su actuación en la historia míti- por las leyes de una divinidad que funciona de
ca. manera aleatoria o movida, en ocasiones, por
Tan sólo aparecerán en la historia de Gam- intereses personales: el hombre es culpable de
baro, como ya se ha mencionado, tres persona- sus propios actos y atiende a las leyes de la
jes, Corifeo, Antinoo y Antígona. Los dos pri- razón, la ética, el respeto y la tolerancia, no por
meros, Corifeo y Antinoo, cumplirán la función las leyes que dicte un dios. Griselda Gambaro
del pueblo acusador ante la acción de Antígo- ha querido eliminar las ataduras divinas para
na y serán los representantes de la defensa del enfrentar a su personaje sólo ante la sociedad,
poder y las leyes dictaminadas que la protago- la que lo va a culpar y ajusticiar, pues no existe
nista ha infligido; en el caso de Antígona, como ningún Dios posible que la salve de su fatum.
bien conocemos, el enterramiento de su her- La voz del pueblo ha sido mantenida en el
mano. texto gambariano a partir de la figura tanto del
Vista con anterioridad la relación directa Corifeo como de Antinoo, que representan a la
que la obra de Griselda Gambaro mantiene sociedad, la misma que maltrata y culpabiliza a
también con el Hamlet shakesperiano, podría- Antígona.
mos plantearnos algunos aspectos en torno a
la concepción de los personajes en Antígona
furiosa. 4.- PARODIA Y CRUELDAD
En sus textos, William Shakespeare solía re- En cuestiones estilísticas, también se esta-
tratar a la sociedad en la que vivía, criticando blece una gran diferencia entre la Antígona
sus vicios, sus intrigas políticas e irregularida- clásica y la revisión gambariana.
des al mando de la nación, pero sin nombrar A diferencia del tono trágico que adquiere
de forma directa los gobernantes, sino a través el mito original de mano de Sófocles, Gambaro
de una recreación con los reyes pasados, de realiza una parodia del propio personaje. Anti-
manera que no pudiera verse comprometido noo y Corifeo tratarán a Antígona de loca, con
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la comparativa con Ofelia que ya hemos desta- ANTINOO: ¡Prohibido! (Sacude al Corifeo) ¿No es
cado. Las burlas de estos hacia ella serán con- verdad que está prohibido?
tinuas: su manera de desvincularla de la razón ANTÍGONA: ¿Para quién? ¡Para quienes mueven la
será mostrarla como algo incomprensible. La cola como perros! ¡No para mi! ¿Me ves, Creon-
imagen de Antígona será aquí la de la un de- te? Yo lo sepultaré, ¡con estos brazos, con estas
mente, pues sólo ellos son capaces de incum- manos! ¡Polinices! (Largo alarido silencioso al
plir las normas establecidas. descubrir el cadáver de Polinices, que es sólo un
La comicidad y burla constante está carga- sudario).
da de crueldad, algo también propio en la es-
tética neovanguardista de Gambaro que cono-
ce el Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud, Además de esta lucha sin miedo hacia el
el cual adapta en sus propuestas. El dolor se poder dominante, la figura de Antígona cobra
hace más fuerte ante la imposibilidad de la interés por ser mujer. Habitualmente, los gran-
lucha de Antígona, ante la risa atroz y la burla des héroes han sido hombres: la épica se ha
incansable de los antagonistas. nutrido de figuras masculinas y la lucha en las
Este tratamiento cruel convierte a la Antí- batallas, guerras, en los grandes conflictos
gona de Gambaro en una mujer que lucha más políticos, geográficos o sociales lo han hecho
sola, que persigue una causa aún más alejada tradicionalmente ellos.
de ser alcanzada, una utopía quimérica, que Sin embargo, Sófocles le dio voz a Antígo-
defenderá la injusticia con todas sus fuerzas, na y Griselda Gambaro la deja gritar, llorar,
pero sin que nadie la acompañe. Este hecho expresarse lo más libremente posible. Si los
nos lleva a afirmar que la parodia de Griselda otros personajes la critican, además de por sus
Gambaro es cruel y desalmada, lo cual se sus- actos, por ser mujer, ella se reivindica con más
tenta en el trágico final, para comprender así la fuerza.
furia de este discurso que desde el título se nos
Si nos remontamos a los texto clásicos co-
está vaticinando:
mo Las Troyanas de Eurípides, ya nos acercá-
ANTÍGONA.- ¿No terminará nunca la burla? Her- bamos al llanto amargo de estas mujeres que,
mano, no puedo aguantar estas paredes que no tras la guerra de Troya, se quedaron solas, la-
veo, este aire que oprime como una piedra. (…) mentando por sus maridos, padres o hijos y
Nací, para compartir el amor y no el odio. (Pau-
preparadas para afrontar la crudeza del seguir
sa larga). Pero el odio manda. (Furiosa). ¡El resto
es silencio (Se da muerte. Con furia).
adelante. También en las tragedias de Federico
García Lorca podemos observarlo, desde la
crudeza de ese último llanto amargo de Bodas
de Sangre donde La Madre, La Novia y La Mujer
de Leonardo lloran por sus muertos y su sole-
5.- INSURRECCIÓN Y LUCHA FEMENINA: EL PA-
dad.
RADIGMA DE ANTÍGONA A LO LARGO DE LA HISTO-
RIA Así, Antígona Furiosa, como desde el título
nos indica, funciona como otro grito furioso,
Para finalizar, no podemos dejar de analizar un canto lleno de dolor, pero con fuerza y se-
el texto desde su contexto histórico, acercando guridad, una mito idóneo para revisitar y una
su escritura a una época de grandes convul- forma de comprender la visión gambariana del
siones en Argentina donde las dictaduras fue- teatro, el arte y la vida.
ron una forma de gobierno más habitual que la
propia democracia. De esta forma, aunque no
le ponga nombres de forma directa, pueden
interpretarse las figuras de Corifeo y Antinoo
como los militares a la orden de un dictador.
Así, Antígona, como Griselda Gambaro, luchará
exacerbadamente contra el poder establecido:
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