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2005
ii
Índice general
Introducción IX
I Cinemática relativista 1
1. Modelo mecánico del mundo 3
1.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2. Leyes de Newton y principio de relatividad . . . . . . . . . . . 4
1.3. Luz y éter: El retorno al espacio absoluto . . . . . . . . . . . . 9
1.3.1. Un experimento crucial . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
4. Cinemática relativista 67
4.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
4.2. Cuadri-vector velocidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
4.3. Cuadri-vector aceleración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
iii
iv ÍNDICE GENERAL
II Dinámica relativista 83
5. Dinámica relativista 85
5.1. Ecuaciones de movimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
5.2. Leyes de conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
5.3. Propiedades del c-momentun . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
5.4. Sistema centro de masa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
5.5. Energía umbral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
5.6. Fotones y partículas de masa en reposo cero . . . . . . . . . . 100
8. Electrodinámica 149
8.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
8.2. Ecuaciones de Maxwell . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
8.3. Campo magnético como un efecto relativista . . . . . . . . . . 152
8.4. Ecuaciones de Maxwell covariantes . . . . . . . . . . . . . . . 161
8.5. Transformaciones Gauge . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
vii
viii PREFACE
ix
x INTRODUCCIÓN
1
Capítulo 1
1.1. Introducción
En este capítulo presentaremos en forma resumida la situación de la física
a comienzos del siglo XX, destacando los hechos más relevantes, que nos per-
mitan motivar y entender mejor los conceptos y postulados fundamentales,
sobre los cuales está basada la teoría especial de la relatividad, formulada en
1905 por el físico alemán Albert Einstein.
En la primera sección revisaremos las leyes y conceptos fundamentales
de la mecánica Newtoniana, dedicando el resto del capítulo a presentar una
breve descripción de algunas de las teorías del éter, con el fín de entender el
problema central que se debatía en la física en la segunda mitad del sigloXIX,
en cuanto a la aparente inconsistencia entre la mecánica Newtoniana y la
recién desarrollada teoría electromagnética.
La teoría de la mecánica formulada por Newton en el siglo XVI y en-
riquecida por la contribución de muchos físicos y matemáticos a lo largo de
los dos siglos siguientes, se constituyó en la teoría fundamental que permitía
entender, explicar y predecir todos los fenómenos físicos conocidos. Fue en
la primera mitad del siglo XIX que aparecieron fenómenos relacionados con
el electromagnetismo y con la luz que comenzaron a complicar la imágen
(explicación) mecánica del mundo. Esta situación se tornó más crítica en la
segunda mitad del siglo con el desarrollo de la teoría de la electrodinámica
de Maxwell, pues su aparente incompatibilidad con la mecánica Newtonia-
na, reflejada no sólo en consideraciones teóricas sino también en resultados
experimentales, hacían pensar que alguna de las dos teorías, la mecánica o la
3
4 CAPÍTULO 1. MODELO MECÁNICO DEL MUNDO
= = (1.2)
en donde la última igualdad se deduce del hecho que la masa inercial de una
partícula puntual es constante e independiente de su estado de movimiento.
Interacción entre partículas- La fuerza que una partícula A ejerce
sobre otra partícula B es igual en magnitud y en sentido opuesto a la fuerza
que la partícula B ejerce sobre A.
Para la formulación de estas leyes hay toda una serie de supuestos básicos
necesarios, tales como la estructura geométrica del espacio, el concepto de
tiempo, observador y sistema de referencia, magnitudes físicas y el concepto
de medida. Sin embargo, no es objeto del presente libro entrar a discutir
exhaustivamente estos conceptos, sino nos centraremos únicamente en aque-
llos aspectos que son relevantes para plantear y motivar la formulación de la
teoría especial de la relatividad.
1.2. LEYES DE NEWTON Y PRINCIPIO DE RELATIVIDAD 5
= ; =0; =0 (1.3)
con
=( )=( 0 0) (1.4)
la velocidad de la partícula.
Consideremos otro sistema de referencia 0 , con respecto al cual la partícu-
la permanece en reposo en su origen de coordenadas espaciales, y elijamos
los ejes espaciales de 0 paralelos a los del sistema de referencia inercial
6 CAPÍTULO 1. MODELO MECÁNICO DEL MUNDO
y el origen del tiempo de tal manera los relojes comiencen a contar el tiem-
po, = 0 = 0, cuando los orígenes de los dos sistemas se cruzan. Entonces,
podemos determinar las coordenadas espaciales y el tiempo de cualquier even-
to físico, bien sea con respecto al sistema inercial o con respecto al sistema
de referencia 0 . Si llamamos ( ) las coordenadas de un evento físico
cualquiera, medidas respecto a y ( 0 0 0 0 ) las correspondientes coorde-
nadas, medidas respecto a 0 , podemos encontrar la relación entre las coor-
denadas del evento, medidas por los dos sistemas de referencia 0 y . Estas
relaciones son llamadas ecuaciones de transformación de Galileo.
Es fácil encontrar las ecuaciones de transformación de Galileo (Figura
1.1), pues teniendo encuenta que las ecuaciones (1.3) nos dan la posición,
respecto al sistema inercial , del origen de coordenadas del sistema 0 ,
entonces, las coordenadas ( 0 0 0 0 ) de cualquier evento medidas por 0 ,
están relacionadas con las coordenadas ( ) del mismo evento medidas
por , por las ecuaciones:
0 0 0 0
= = = = (1.5)
=( )=( ) (1.6)
los primeros en encontrar que las ondas de luz deben ser transversales, para
poder explicar el fenómeno de polarización. Este hecho exigía, entonces, un
esfuerzo teórico muy grande para comprender el mecanismo de transmisión de
ondas transversales en un medio elástico, dado que ésto requería que el medio
de transmisión, el éter, tuviera un coeficiente de rigidez muy grande, pues,
como lo demostró Poisson, ondas longitudinales y transversales se podían
propagar en un sólido, con
= ( )1 2 (1.10)
la velocidad de las ondas transversales y
k
= ([ + 4 3] )1 2
(1.11)
la velocidad de las ondas longitudinales, siendo el módulo de rigidez, el
módulo de elasticidad volumétrico y la densidad del sólido. Una dificultad,
de este modelo mecánico del éter, era la ausencia de componente longitudi-
nal de las ondas de luz, lo que llevó a Cauchy a sugerir, que el eter debía
tener una compresibilidad negativa, de tal manera que el factor + 4 3,
en la ecuación (1.11), se anulara. Estas teorías estaban basadas sobre las
propiedades conocidas de los medios elásticos, pero la combinación tan inusu-
al de las propiedades que debería tener el éter, condujeron a MacCullagh a
postular, que este medio era un nuevo tipo de sustancia elástica, diferente
a las conocidas y asociándole otras propiedades desarrolló una teoría más
sofisticada, con un sistema de ecuaciones, muy parecido a las ecuaciones de
Maxwell, que fue intensamente trabajado en la segunda mitad del siglo XIX.
A diferencia de las propiedades mecánicas del éter, anteriormente dis-
cutidas, para las cuales era difícil proponer experimentos directos que las
verificaran, el teorema de adición de velocidades de Galileo, que se cumple
también para las ondas en un medio mecánico, permitió proponer y realizar
toda una serie de experimentos para medir la velocidad de la luz, desde un
sistema de referencia móvil respecto al éter. La situación se plantea de la sigu-
iente forma: De la teoría de propagación de las ondas en un medio elástico,
sabemos que:
0
= (1.12)
en donde es la velocidad de propagación de las ondas, medida en sistema
de referencia inercial , el cual está en reposo con respecto al medio de
propagación (el éter para el caso de ondas de luz), 0 es la velocidad de las
ondas, medida por un observador en un sistema de referencia inercial 0 , que
se mueve con velocidad respecto a .
12 CAPÍTULO 1. MODELO MECÁNICO DEL MUNDO
lo tanto, un par de fuerzas que tenderá a hacer girar el sistema. Este ex-
perimento, con resultado negativo, fue llevado a cabo por Trouton y Noble,
2
esperando encontrar una fuerza magnética que dependía de la relación 2 ,
siendo la velocidad de la tierra. Es de anotar, que el diseño experimental
utilizado para realizar este experimento, permitía medir cantidades del orden
de magnitud de 2 2 10 8 .
2 2
= = 2 2 2 2
2 1 1
= ( 2 2
p ) (1.13)
1 1 2 2
1.3. LUZ Y ÉTER: EL RETORNO AL ESPACIO ABSOLUTO 17
Fundamentos de la relatividad
especial
19
20 CAPÍTULO 2. FUNDAMENTOS DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL
· = 0 (2.1)
· =0 (2.2)
× = 0 + 0 0 (2.3)
× = (2.4)
= + × (2.5)
=1 0 0 (2.15)
Por otra parte, si suponemos que la ley de Coulomb es válida en los dos
sistemas de referencia inerciales y 0 , y que la fuerza de Coulomb, entre dos
24 CAPÍTULO 2. FUNDAMENTOS DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL
define una métrica para el espacio, que cumple con las propiedades de homo-
geneidad e isotropía y que obedece la geometría euclideana.
El sistema de coordenadas cartesianas espaciales R3 con la métrica usual,
esto es la métrica euclideana
R3 | |2 = 2
1 + 2
2 + 2
3 (2.21)
2 = 1 + (2.22)
0
= 2( ) (2.24)
0
= 3( ) (2.25)
0
= 4( ) (2.26)
con la condición que las funciones séan invertibles, es decir, que se puedan
despejar las coordenadas ( ) en función de las coordenadas primadas
0 0 0 0
( ).
22 =1 (2.33)
Un argumento similar vale para la coordenada , entonces
0 0
= ; = (2.34)
Puesto que la transformación de coordenadas es lineal y las coordenadas
del origen del sistema de referencia 0 , medidas por el observador , están
dadas por = , entonces 0 debe ser de la forma
0
= ( ) (2.35)
donde es un parámetro que, en general, depende de la velocidad. Por
simetría, la transformación inversa para la coordenada tendrá la misma
forma (con cambiada por ), entonces
0 0 0
= ( + ) (2.36)
siendo 0 otra constante dependiente de . Si invertimos las direcciones de
los ejex y en y 0 , entonces las relaciones (2.35) y (2.36) se siguen
cumpliendo, es decir si cambiando y 0 0
tenemos que
0
= ( ) =
0
= ( + ) (2.37)
2.2. TRANSFORMACIONES DE LORENTZ 31
y
0 0 0
= ( + ) =
0 0 0
= ( ) (2.38)
de donde se obtiene que = 0 , pues, del principio de relatividad la física
no debe depender de la dirección elegida para los ejes espaciales. Además, el
parámetro debe ser positivo dado que para = 0, 0 0 si 0.
Para encontrar una expresión explícita para y la forma como la coor-
denada temporal se transforma, apliquemos ahora el segundo postulado de
la constancia de la velocidad de la luz en el vacío.
Supongamos que en el instante = 0 = 0 , cuando los orígenes coinciden,
se emite un pulso de luz en la dirección del eje positivo, entonces se debe
satisfacer que al cabo de un tiempo , medido en , el pulso de luz esté en
un punto del espacio cuya coordenada , medida en , cumpla la ecuación
= (2.39)
De acuerdo con el postulado de la constancia de la velocidad de la luz en
el vacío, para el observador 0 se debe cumplir que el pulso de luz llega
al punto del espacio de coordenada 0 , en un instante 0 , tal que 0 = 0 .
Substituyendo estas dos relaciones, = y 0 = 0 , en las ecuaciones (2.35)
y (2.36), multiplicando las ecuaciones resultantes y eliminando el término 0 ,
obtenemos
1
= ( )= p (2.40)
1 2 2
Así, el principio de relatividad exige que las leyes de la física deben ser
tales que ellas permanezcan invariantes bajo las tranformaciones de Lorentz
(ecuaciones (2.42)) pues, como veremos en la siguiente sección donde se dis-
cutirán algunas propiedades de las TL, éllas contienen implícitamente al pos-
tulado de la constancia de la velocidad de la luz.
Para encontrar las transfomaciones de Lorentz inversas, es decir, las trans-
formaciones de coordenadas para pasar del sistema 0 al sistema , basta
con invertir las ecuaciones (2.42), o en forma equivalente, cambiando por
en las TL (2.42) y las coordenadas primadas por las no primadas (por la
simetría entre los sistemas y 0 ):
= ( 0+ 0 2
)
= ( 0+ 0
)
(2.43)
= 0
= 0
X
3
0
= + ; =0 1 2 3 (2.44)
=0
´= + (2.46)
y translaciones temporales ( 0 )
0
´0 = 0
+ 0
(2.47)
X
3
0
= ; =0 1 2 3 (2.48)
=0
µ 2
¶³ ´
1
´ = 1+ 2
+··· 2
2
µ 2
¶
= +O 2
(2.57)
la siguiente manera:
( ) ( ) = ( ) (2.59)
+
= 2
(2.60)
1+
( ) ( )= ( ) ( )= (2.63)
1
en donde significa la transformación identidad, ( ) la transformación
inversa, y el producto ( ) ( ) representa la composición de dos transfor-
maciones sucesivas.
Un grupo matemático es un conjunto de elementos G, con una operación
interna llamada producto, es decir, el producto de dos elementos de G es de
nuevo un elemento del conjunto y esta operación debe satisfacer las siguientes
propiedades:
i.-Existe un elemento del grupo G, llamado la identidad, tal que la iden-
tidad por cualquier elemento del grupo es el mismo elemento del grupo.
ii.-Para todo elemento del grupo, existe otro elemento en el grupo, tal que
su producto es la identidad.
Un grupo se llama abeliano, si la operación producto es conmutativa. Las
relaciones simbólicas representadas en las ecuaciones (2.59), (2.61), (2.62)
y (2.63), muestran que las transformaciones de Lorentz forman un grupo
matemático, llamado el grupo de Lorentz. Para el caso particular que estamos
considerando, esto es, de transformaciones entre sistemas de referencia con
ejes paralelos y movimiento relativo a lo largo del eje , el grupo es claramente
abeliano, y cada elemento del grupo corresponde, o está caracterizado por el
valor de la velocidad. Puesto que la velocidad puede tomar cualquier valor
entre , el grupo contiene un número infinito no numerable de
elementos, y así este grupo es conocido en la literatura como un grupo de Lie
de un parámetro o grupo continuo, en contraposición con los grupos finitos
o discretos, tales como por ejemplo, los números enteros con la operación
suma. El caso de las transformaciones generales, ecuación (2.44), también
forman un grupo, llamado el grupo de Poincaré, el cual es también un grupo
de Lie pero de diez parámetros, pues como vimos, una transformación general
requiere de 10 parámetros para caracterizarla.
40 CAPÍTULO 2. FUNDAMENTOS DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL
puede ser positivo, negativo o cero, y en segundo lugar, el último caso cuan-
2
do 12 es cero, corresponde a la expresión matemática del principio de
la constancia de la velocidad de la luz, pues si desde el punto del espacio
y en el instante de tiempo donde ocurre el primer evento, por ejemplo 1 ,
se emite un rayo de luz en dirección del evento 2 , entonces este rayo de
luz alcanza el punto del espacio en el instante de tiempo, en que el segun-
do evento ocurre. Esto se ve fácilmente, pues de la definición del intervalo
espacio-tiempo, ecuación (2.64) o (2.65) y recordando que 0 = , entoces
2 02
despejando de cualquiera de estas dos ecuaciones ( 12 =0= 12 ) im-
plica que =(distancia espacial entre los eventos)/(intervalo temporal entre
los eventos) es un invariante relativista.
Es importante resaltar que el intervalo espacio-tiempo es invariante bajo
las transformaciones generales de coordenadas (ecuación (2.44)), y no sola-
mente bajo las transformaciones de Lorentz puras consideradas, pues por una
parte, el término inhomogéneo de las transformaciones se cancela al tomar
la diferencia de las coordenadas, mientras que las rotaciones de los ejes espa-
ciales dejan invariante la distancia espacial (ver sección 4.1)
1 1 2 2 2 2 3 3 2
( 2 1) +( 2 1) +( 2 1) (2.68)
las coordenadas de estos dos eventos para el observador están dadas por
( 01 11 21 31 ) y ( 02 12 22 33 ), con
0 0
2 1 = (2.69)
y
2 = 1; =1 2 3 (2.70)
Suponiendo, sin pérdida de generalidad, que el evento 2 ocurre después que el
evento 1 para el observador , i.e. 02 0
1 , y como 2 = 1 ; = 1 2 3, pues
los dos eventos por definición, tienen lugar en el mismo punto del espacio,
es claro que para cualquier otro observador inercial, por ejemplo 0 , los dos
eventos suceden en puntos diferentes del espacio y por lo tanto, dada la in-
2
varianza del intervalo espacio-tiempo 12 entre los dos eventos, el intervalo
de tiempo medido por 0 para estos dos eventos, debe ser mayor que el inter-
valo de tiempo propio. Para probar esta afirmación, sean ( 00 1
01
1
02
1
03
1) y
00 01 02 03 0
( 2 2 2 2 ) las coordenadas de estos eventos y el intervalo de tiempo
medido en 0 , con
0
= 00
2
00
1 (2.71)
Utilizando las TL para remplazar en esta expresión las coordenadas pri-
madas en términos de las no primadas y aplicando la definición de tiempo
propio, obtenemos
0 0 1 0 1
= ( 2 2) ( 1 1) (2.72)
0
= =p (2.73)
1 2 2
el evento posterior pudo ser causado por el primer evento, aún cuando no
necesariamente exista un proceso físico que los ligue.
Notemos además que el intervalo de tiempo entre dos eventos puede hac-
erse tan grande como se quiera, si tomamos velocidades suficientemente cer-
canas a la velocidad de la luz. En efecto dado que 1 para 0 ,
y dado 0, entonces 0 = puede hacerse tan grande como se quiera
haciendo que .
Calculemos, ahora el intervalo espacio-tiempo para estos dos eventos. En
el sistema obtenemos la expresión
2 0 0 2 1 1 2 2 2 2 3 3 2 2 2
12 =( 2 1) ( 2 1) ( 2 1) ( 2 1) = 0 (2.74)
el cual nos indica, que para el caso que estamos considerando, el intervalo
espacio-tiempo nos mide directamente (salvo un factor constante 2 ) el in-
tervalo de tiempo propio. Si calculamos este mismo intervalo, ahora en el
sistema de referencia 0 (ver ecuación (2.65)), por su invarianza, obviamente
obtenemos el mismo resultado. Esto nos muestra, sin ulteriores cálculos, que
el intervalo de tiempo en 0 debe ser mayor que en , pues a 2 02 le es-
tamos restando una cantidad positiva, que nos da la distancia espacial entre
los dos eventos medidos en el sistema 0 .
¿Cuando tiene sentido hablar del intervalo de tiempo propio entre dos
eventos?. Para responder a esta pregunta, consideremos dos eventos físicos
2
cualesquiera 1 y 2 y calculemos el intervalo 12 entre ellos en algún sis-
tema de referencia inercial . Sean ( 1 1 1 1 ) y ( 02 12 22 32 ) las coorde-
0 1 2 3
pues, dadas las coordenadas de los dos eventos en , basta con considerar
un sistema de referencia 0 el cual se mueva con una velocidad respecto a
dada por
1 1
2 1
= = 0 0
(2.77)
2 1
44 CAPÍTULO 2. FUNDAMENTOS DE LA RELATIVIDAD ESPECIAL
3.1. Introducción
En este capítulo definiremos la estructura causal del espacio-tiempo. En la
primera parte se hará una breve discusión sobre transformaciones lineales que
dejan invariante la distancia euclideana (rotaciones) con el fin de motivar la
estructura Minkowskiana del espacio-tiempo y el concepto de cuadri-vector.
En la parte final se deducirán las transformaciones de Lorentz a partir de
la invarianza del intervalo espacio-tiempo entre dos eventos y se discutará la
estructura causal del espacio-tiempo.
49
50 CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL ESPACIO-TIEMPO
es decir,
0 02 2
= = = (3.3)
En la ecuación (3.2) se ha definido el símbolo de Kronecker (o tensor
métrico euclideano) por:
½
0 6=
:= (3.4)
1 =
11 22 12 21 6= 0 (3.10)
=1 (3.17)
tal transformación, también se preservan los ángulos entre los vectores del
plano euclideano, pues
0 0 0 0
· =( ) = = = · (3.18)
( ) ( )= ( + ) (3.20)
1
( )= ( ) (3.21)
(0) = 1 (3.22)
Estas ecuaciones definen un grupo matemático, llamado el grupo de rota-
ciones del plano. Dado que las transformaciones están determinadas por un
único parámetro , que varía continuamente de 0 a 2 , el grupo se llama
continuo o grupo de Lie de un parámetro.
0 6=
:= 1 = =0 (3.25)
1 = =1 2 3
54 CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL ESPACIO-TIEMPO
· = · (3.28)
X
3
0 2
( ) ( )2 = 1; =1 2 3 (3.32)
=1
= 0; 6= (3.33)
Este sistema de ecuaciones es general y contiene todas las posibles trans-
formaciones entre sistemas de coordenadas que dejan invariante el producto
punto Minkowskiano. Estas transformaciones las podemos dividir en tres
categorías: La primera corresponde a las rotaciones de los ejes espaciales,
dejando la coordenada temporal inmodificada y forman el llamado grupo de
3.3. CUADRI-VECTORES Y EL GRUPO DE LORENTZ 55
= + (3.34)
3
, la matriz de transformación de Lorentz se reduce a:
0 0
0 1 0 0
1 1
0 1 0 0
= (3.35)
0 0 1 0
0 0 0 1
1 0 1 1 1 0 1 0
0= 0 + 1 = 0 + 1 =
1 1
0 = 1 (3.39)
0 0
0 0
= (3.40)
0 0 1 0
0 0 0 1
en donde
1
= ( ) := q ; (3.41)
2
1 2
= ( ) := (3.42)
3.3. CUADRI-VECTORES Y EL GRUPO DE LORENTZ 57
Con esta defición (ecuación (3.47)) y las relaciones (3.48) las ecuaciones
de transformación de Lorentz se pueden escribir en la forma:
0 0 1
= cosh sinh (3.49)
1 1 0
= cosh sinh (3.50)
2 2
= (3.51)
3 3
= (3.52)
Recordando la relación cosh = cos( ), vemos la estrecha relación entre
las rotaciones de los ejes coordenados y las transformaciones de Lorentz. Otra
ventaja que tiene expresar las transformaciones de Lorentz en términos del
parámetro , es la expresión para el teorema de adición de las velocidades,
pues dos transformaciones de Lorentz sucesivas, con parámetros tanh 1 =
1 y tanh 2 = 2 , corresponden a una transformación de Lorentz con
58 CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL ESPACIO-TIEMPO
tanh = tanh( 1 + 2 )
tanh 1 + tanh 2
=
1 + tanh 1 tanh 2
1 + 2
=
1+ 1 2 2
= (3.53)
2
1. si 0 el c-v se llama como de tiempo
2
2. si 0 el c-v se llama como de espacio
2
3. si = 0 el c-v se llama como de luz
2 2 2 2 2
= (3.54)
3.4. CONOS DE LUZ Y RELACIONES DE CAUSALIDAD 59
2
Consideremos primero el caso 0 (sin pérdida de generalidad
tomemos 0), y supongamos que en el instante = 0, en el cual ocurre el
primer evento y desde el origen de coordenadas, se envía una señal luminosa
que viaja en la dirección
p del segundo evento. Puesto que la distancia espacial
entre los eventos es 2 + 2 + 2 , el tiempo
0 , que tarda en llegar el rayo
de luz al punto del espacio donde el núcleo se fisiona es menor que , pues de
2
la relación 0 se sigue que
2 2 2
2 + + 2
2
= 0 (3.55)
Esto significa que es posible que el primer evento, la desintegración del núcleo,
pueda ser causa del segundo evento, la fisión del otro núcleo. Si hubieramos
supuesto que 0 la conclusión es la misma, solo que en este caso la fisión
del núcleo pudo ser la causa de la desintegración del otro. El resultado general
que se desprende de este análisis es que eventos, cuya separación o intervalo
espacio-temporal es mayor que cero, son eventos causalmente conectados (lo
que no significa necesariamente que uno de ellos sea causa del otro), y por lo
tanto, la sucesión temporal de eventos causalmente conectados es la misma
2
para todos los observadores. Además, puesto que 0, notemos que
0
siempre es posible encontrar un sistema de referencia para el cual los
dos eventos ocurren en el mismo punto del espacio, pues basta con elegir la
velocidad de este sistema igual a
r
2+ 2+ 2
= 2
(3.56)
dos eventos ocurren en el mismo punto del espacio. Así podemos adoptar la
siguiente definición general de tiempo propio:
2
Si 0 para dos eventos, definimos , intervalo de tiempo propio,
como: r
2
:= 2
(3.58)
2
En el segundo caso, para eventos como de luz donde = 0, obte-
nemos una conclusión similar al caso anterior, en cuanto a que los eventos
están conectados causalmente, solo que para este caso, el fotón que se envía
desde el primer evento en la dirección del segundo, llega en el mismo instante
en que ocurre el segundo evento y en este caso no tiene sentido hablar de
tiempo propio entre los eventos, pues no es posible encontrar un sistema de
referencia para el cual los dos eventos ocurran en el mismo punto del espacio
( 02 + 02
+ 02
= 0), sin que se viole la invariancia de 2
= 0, salvo
02
en el caso trivial que también fuera = 0, caso en el cual los dos eventos
ocurren en el mismo punto del espacio-tiempo para todos los observadores.
2
Para el último caso, de eventos como de espacio 0, encontramos,
realizando un análisis similar a los anteriores, que el fotón enviado desde
el primer evento hacia el segundo, siempre llega después que el evento ha
tenido lugar. Así no es posible que un evento sea causa del otro y en este caso
2
se habla de eventos causalmente desconectados. De la expresión para
se obtiene que siempre es posible encontrar un sistema de referencia para
el cual los eventos ocurren simultáneamente, pero, lógicamente, en puntos
separados del espacio. Además, la sucesión temporal de los eventos depende
del observador, es decir, si para un observador inercia dos eventos P1 y
P2 causalmente desconectados (i.e. como de espacio) son tales que 1 2,
entonces existen observadores inerciales, e.g. ´, tal que ´1 ´2 .
M R =
0 1 2 3 0 1 2 3
+ = ( )+( ) (3.62)
0 0 1
= ( + + 1 2
+ 2 3
+ 3
)
3.5. ALGEBRA DE CUADRI-VECTORES 63
0 1 2 3 0 1 2 3
= ( ) := ( ) (3.63)
o en forma equivalente, utilizando la notación con índices:
( + ) = + (3.64)
( ) = (3.65)
De la definición del producto interno invariante de Lorentz y por las
propiedades del álgebra vectorial definida, se obtienen las siguientes propiedades
del producto interno:
Proposición 4.1 El producto interno Minkowskiano satisface las sigui-
entes propiedades:
· = ·
·( + )= · + · (3.66)
·( )=( )· = ( · ) M R
Su demostración es directa a partir de la definición del producto punto
Minkowskiano (3.24) y del álgebra de vectores definida por las ecuaciones
(3.62) y (3.63). Veamos, como ejemplo del método de demostración, sola-
mente la segunda propiedad. De las definiciones de producto interno y suma
de c-v en notación de componentes, tenemos:
·( + ) = ( + )
= ( + )
= +
= · + · (3.67)
( ± )2 = 2
+ 2
±2
( + )2 + ( )2 = 2( 2
+ 2
) (3.68)
2 2
( + )·( )=
Estas identidades se deducen directamente de la Proposición 4.1 ante-
rior.
64 CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL ESPACIO-TIEMPO
lo cual significa que las componentes espaciales son paralelas y así propor-
cionales, es decir = . Ahora, de la relación = y remplazándola en
la ecuación (3.73) se obtiene:
0 0 0 0
0= = · = | |2 (3.77)
2
= = ( 0 )2 2
0 (3.83)
66 CAPÍTULO 3. LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL ESPACIO-TIEMPO
3 · 3 = ( 0 )2 ( 1 )2 = 0 (3.84)
Cinemática relativista
4.1. Introducción
En este capítulo se desarrollará la cinemática relativista como una apli-
cación de los cuadri-vectores. En las dos primeras partes definiremos los c-
vectores velocidad y aceleración y en la última parte introduciremos el c-
vector número de onda, como una consecuencia de la invarianza relativista
del producto punto y se discutirá el efecto Doppler y la aberración de la luz
como una consecuencia de las leyes de transformación de los c-vectores.
67
68 CAPÍTULO 4. CINEMÁTICA RELATIVISTA
= (4.2)
:= (4.3)
tenemos que para una partícula material el tiempo propio transcurrido entre
dos posiciones sucecivas
0 1 2 3 0
=( )=( ) (4.5)
y
0 0 1
+ = ( + + 1 2
+ 2 3
+ 3
)
0 0
= ( + + ) (4.6)
= ( ) = ( )( ) (4.10)
Entonces
0 1 2 3
= ( ) ; = ( ) ; = ( ) ; = ( ) (4.11)
= ( 0) (4.12)
70 CAPÍTULO 4. CINEMÁTICA RELATIVISTA
Esta relación indica que todo c-v velocidad es como de tiempo y geométri-
camente representa el c-v tangente a la línea de universo de una partícula
material, generalizando de esta forma los conceptos usuales de curva y su
vector tangente (velocidad).
Notemos que el valor de la norma al cuadrado del c-v velocidad se hubiera
podido obtener directamente, sin realizar ningún cálculo, pues, dado que esta
norma es un invariante, siempre podemos escoger un sistema de referencia
inercial particular, por ejemplo, aquel para el cual la partícula está momen-
táneamente en reposo, en donde = ( 0), y asi directamente se obtiene
2 2
que = . Este ejemplo ilustra uno de los hechos que hacen del cálculo
con c-vectores una herramienta muy poderosa y en general más simple.
Otra propiedad muy importante de los c-vectores es que todos se transfor-
man, por definición, de la misma forma bajo una transformación de Lorentz,
lo cual nos permite obtener de una manera más simple, pero más general, las
leyes de transformación entre sistemas de referencia inerciales de las variables
físicas. Por ejemplo, el teorema de adición de velocidades se sigue directa-
mente del hecho que siendo un c-v, entonces sus componentes medidas en
dos sistemas de referencia y 0 están relacionadas por las ecuaciones de
transformación de Lorentz (ecuaciones (3.43), (3.44), (3.45) y (3.46)):
0 0 1
= ( )( ) (4.14)
1 1 0
= ( )( ) (4.15)
2 2
= (4.16)
3 3
= (4.17)
En donde es la velocidad del sistema de referencia 0 respecto al sis-
tema y = . Hemos colocado explícitamente el argumento del factor
4.2. CUADRI-VECTOR VELOCIDAD 71
0 ( ) = ( )( ( ) ( )) (4.19)
entonces
0 = (4.20)
(1 2 )
y similarmente
p
1 2 2
0 = (4.21)
(1 2 )
p
1 2 2
0 = (4.22)
(1 2 )
Para finalizar esta sección, daremos dos resultados importantes, que serán
de utilidad en la dinámica relativista.
Proposición 5.1 Cualquier c-vector = ( 0 ) como de tiempo ( 2
0), y dirigido al futuro ( 0 0), puede ser expresado como un multiplo de
una c-velocidad .
Para esto basta tomar
2
= (4.23)
0 1 2 3
=( ) := (4.24)
= (4.25)
= = ( )( )
( ) ( )
= ( )( + ( ) ) (4.26)
= (0 ) (4.27)
4.3. CUADRI-VECTOR ACELERACIÓN 73
· = =0 (4.29)
2
0= =2 · =2 · (4.30)
Podemos proceder de manera similar como se hizo para obtener las leyes
de transformación de las componentes de la velocidad entre sistemas de ref-
erencia inerciales y calcular las ecuaciones de transformación para la acel-
eración. Sin embargo, dado que estas expresiones no son de mucha utilidad,
pospondremos la interpretación física de la aceleración para el siguiente capí-
tulo sobre dinámica relativista y nos limitaremos en este punto a dar un
ejemplo sobre la cinemática de un sistema con aceleración propia constante.
entonces
2 2
2 2
=0 (4.41)
cuya solución está dada en términos de funciones hiperbólicas, como se puede
probar por sustitución directa,
( = 0) = 0 (4.43)
| =0 = (4.44)
= = sinh( ) (4.46)
0
0
= = cosh( ) (4.47)
76 CAPÍTULO 4. CINEMÁTICA RELATIVISTA
2
1
= cosh( )+ 2
2 1
= (cosh( ) 1) (4.50)
En la Figura 4.1 se muestra un gráfico de la línea de universo de la nave,
en el sistema de referencia tierra. En este diagrama la línea de universo de
la tierra es el eje y también se ha dibujado allí, el cono futuro del evento
P, es decir, del evento: partida de la nave en la tierra. La línea de universo
del cohete siempre tiene que estar dentro del cono de luz del evento P y en
todo punto la tangente a la línea de universo es menor de 45 , con respecto
al eje , indicando que la velocidad del cohete siempre es menor que , como
lo exige la relatividad. Notemos además, que la línea de universo del cohete
intercepta a la línea de universo de la tierra en dos puntos: en el instante del
lanzamiento de cohete y luego en el instante en que éste regresa a la tierra.
= sinh 1 ( 0
) = sinh 1 (40) ' 4 38 ˜ (4.51)
4.3. CUADRI-VECTOR ACELERACIÓN 77
= ( 0 ) = ( )(1 ) (4.53)
= (cosh( ) sinh( ) 0 0) (4.54)
= · (4.61)
0
= (4.65)
De las propiedades de los c-vectores sabemos que la norma Minkowskiana
de todo c-vector es un invariante relativista y por lo tanto se espera que
ésta tenga un significado físico. Si tomamos la norma del c-vector de onda
obtenemos ¯ ¯2
2
2 ¯ ¯
= 2 ¯ ¯ =0 (4.66)
pues, si tenemos en cuenta la relación
¯ ¯ de dispersión para las ondas electro-
¯ ¯
magnéticas en el vacío, = ¯ ¯, vemos que el c-vector de onda es un
c-vector nulo o como de luz, y cuya norma nos da la relación de dispersión
para ondas electromagnéticas en el vacío.
Consideremos como ejemplo una onda electromagnética plana de fre-
cuencia , que se propaga respecto al sistema a lo largo del eje , i.e.,
0
=( 0). Entonces, para un observador que se mueve respecto a
con velocidad a lo largo de los ejes paralelos 0 , tenemos
0 0 0
= ( ) = 2
( ) = (4.67)
0
= ( )( )= ( )(1 ) (4.69)
0
Entonces para el observador se tiene que
0
= ( )( ) = ( ) (1 cos ) (4.72)
82 CAPÍTULO 4. CINEMÁTICA RELATIVISTA
83
Capítulo 5
Dinámica relativista
:= 0 = 0 (5.1)
85
86 CAPÍTULO 5. DINÁMICA RELATIVISTA
=( 0 ( ) 0 ( ) ) =: ( ) (5.4)
= (5.6)
con
0
:= 0 ( )= p (5.7)
1 2 2
= = ( )
= ( )( ) = ( )( ) (5.13)
88 CAPÍTULO 5. DINÁMICA RELATIVISTA
= (5.14)
la cual identificamos como la fuerza física que actúa sobre la partícula, pro-
duciendo, de acuerdo con la definión newtoniana de fuerza, un cambio por
unidad de tiempo en el momentum de la partícula. Para sustentar aún más
esta definición de fuerza y de paso la definición de energía total dada, con-
sideremos la relación de ortogonalidad entre la c-velocidad y la c-aceleración
(ecuación (4.29)) · = 0, entonces
· = =0 (5.15)
= · (5.16)
Esto implica que si adoptamos la definición clásica de trabajo
= · (5.17)
Esto significa que para una partícula de masa en reposo 0 , energía total
y momentun medidas en un sistema de referencia , se cumple la relación
2 2
| |2 = 2 2
0 (5.27)
o en forma equivalente
2 2
= 0+ | |2 2
(5.28)
Dos conclusiones importantes se desprenden de este análisis: La primera
tiene que ver con el hecho de que el cuadrivector-momentun de una partícula
física debe ser como de tiempo, pues 20 2 0 y la segunda conclusión es
que su norma nos caracteriza a la partícula, pues está dada por la masa
en reposo de dicha partícula, que es un invariante relativista por definición.
Más adelante cuando discutamos el concepto de fotón o partículas de masa
en reposo nula, volveremos sobre la ecuación (5.28).
Consideremos ahora dos partículas de c-momentos 1 y 2 , con masas en
reposo 01 y 02 respectivamente y sea la velocidad relativa entre ellas.
5.3. PROPIEDADES DEL C-MOMENTUN 93
( + )2 = ( 0
+ 0 2
) 2
= 2
+ 2
+2 0 0
0 (5.39)
= (5.42)
¯
96 CAPÍTULO 5. DINÁMICA RELATIVISTA
entonces
P P P
=1 + =1 =1
= = = (5.44)
¯ ¯
en donde se han utilizado las definiciones (5.42), (5.43) y (5.44), el hecho de
que ¯ es una constante
P de movimiento y además que para interacciones pun-
tuales (colisión) =1 = 0 entre colisiones. Este resultado significa
que para cualquier sistema de referencia, el centro de masa del sistema se
mueve con la velocidad del sistema centro de masa, lo que no significa que
el vector posición centro de masa sea el mismo para todos los observadores
inerciales. Por esta razón, es usual definir el centro de masa del sistema como
el vector posición medido en el sistema .
Definida la velocidad (ecuación (5.42)), la c-velocidad del centro de
masa está dada por
= ( )( ) (5.45)
entonces, de la definición de c-momentun total (ecuación (5.41)), velocidad
del centro de masa (ecuación (5.42) y la definición de c-velocidad del centro
de masa (ecuación (5.45)), tenemos que
1
¯= (¯ ) = ¯( )= ¯ ( ) (5.46)
Tomando la norma al cuadrado de esta ecuación
¯2 = ¯ 2 2
( ) 2
(5.47)
la cual debe ser un invariante relativista, nos conduce a la definición de la
masa total del sistema de partículas en el sistema de referencia centro de
masa :
¯
:= (5.48)
( )
5.5. ENERGÍA UMBRAL 97
¯= (5.49)
( + )2 = 2 2
= 2 2
(5.58)
=( ) (5.66)
definido en el capítulo anterior (sección (4.4)), que nos representa una onda
electromagnética plana de frecuencia y número de onda y postulemos,
de acuerdo a Einstein, que esta onda transporta su energía y momentun en
quantos o fotones, cuyo c-vector momentun está dado por:
:= ~ = (~ ~ ) (5.67)
energía total
=~ = (5.68)
pues = 2 , de acuerdo al postulado original de Einstein y un momentun
físico
=~ (5.69)
que de acuerdo a las propiedades del c-vector de onda (ecuación (4.66)),
la energía (ecuación (5.68)) y el momentun físico (ecuación (5.69)), deben
cumplir la relación
~2 2 = 2 2 | |2 = 0 (5.70)
la cual nos define una partícula de masa en reposo nula, teniendo en cuenta
la ecuación (5.65). Las partículas de masa en reposo cero pueden tener tam-
bién otras características que las diferencian entre si, tales como la carga,
momento magnético, etc.. A parte del fotón, en la naturaleza se encuentran
otras partículas de masa en reposo cero, como por ejemplo los neutrinos. Es
importante anotar que la física busca permanentemente nuevos experimen-
tos para determinar si estos neutrinos son realmente partículas de masa en
reposo cero, o si estos poseen una masa en reposo. Hasta el presente se ha
determinado que la masa es reposo de estos neutrinos, si la tienen, es in-
2
ferior a 17 , que al compararla con la masa del electrón (la partícula
2
estable de menor masa en reposo conocida) 0 = 0 51 , es realmente
muy pequeña. De hecho para el fotón también se han realizado experimentos
para imponerle cotas superiores a su masa en reposo. Como ya se ha dicho
en la introducción de esta sección, el caracter dual que presentan las ondas
electromagnéticas, esto es, para cierto tipo de fenómenos, como el efecto foto-
electrico o el efecto Compton (que discutiremos más adelante), para los cuales
la luz interacciona como partículas, contrasta con otros fenómenos típicos del
caracter ondulatorio de la luz, como los efectos de interferencia o difracción.
Esta dualidad es una característica general de toda la materia cuyo estu-
dio le corresponde a la mecánica cuántica. Esta dualidad es tal vez, uno de
los aspectos más interesantes que presenta la naturaleza y su interpretación
ha sido objeto de muchos trabajos. La teoría de la relatividad no pretende
conciliar estas ideas y de hecho, este comportamiento dual aparentemente
contradictorio, no se presenta como un problema en el contexto de la teoría
de la relatividad, pues tanto las ondas electromagnéticas, como las partículas
de masa en reposo cero (y en particular los fotones) son conceptos relativistas
y su relación física se establece solo a través del postulado de cuantización
104 CAPÍTULO 5. DINÁMICA RELATIVISTA
1 · 2 = 01 2 (5.71)
2 1 2
1 · 2 = 1 2 1 · 2 = 2
(1 cos ) (5.72)
Aplicaciones de la dinámica
relativista
6.1. Introducción
En este capítulo daremos algunos ejemplos de procesos dinámicos, los
cuales ilustran los fenómenos y aplicaciones más importantes de la teoría
especial de la relatividad y más específicamente, de los postulados de conser-
vación de la energía y el momentun.
Restringiremos nuestra discusión a procesos de colisión entre partículas
puntuales, i.e., consideraremos únicamente interacciones de contacto, sin en-
trar en los detalles de las interacciones (fuerzas) que rigen estos procesos.
Como se mencionó al comienzo del capítulo anterior, de las cuatro inter-
acciones fundamentales que determinan la dinámica de todos los procesos
conocidos, solamente la interacción electromagnética admite una descripción
clásica relativista. Dejaremos para el capítulo sobre electrodinámica, el pro-
blema de formular las ecuaciones de movimiento de partículas cargadas en
campos electromagnéticos.
105
106 CAPÍTULO 6. APLICACIONES DE LA DINÁMICA RELATIVISTA
ció una de las primeras pruebas directas del carácter corpuscular de la luz y
de paso también, una prueba más de la dinámica relativista. A. H. Compton
recibió el premio nobel en 1927 por el estudio de este efecto (ver, por ejemplo,
el artículo original: Compton A.H., 1923, Phys. Rev. 22,409).
=( 0 0) (6.2)
Sean
0 0 0 0 0
=( ) =( ) (6.3)
los correspondientes c-momentos del fotón y del electrón después de la col-
isión. Sin pérdida de generalidad, supongamos que el plano en el cual se
realiza la colisión es el y sea el ángulo que forma la dirección de
dispersión del fotón con respecto al eje y el ángulo de dispersión del
electrón respecto al eje . Entonces de la conservación del c-momentun total
del sistema, tenemos
+ = 0 + 0 (6.4)
En 1950 Cross y Ramsey (Cross W.G. and Ramsey N.F., 1950, Phys. Rev.
80,929) midieron por primera vez al electrón dispersado simultáneamente con
el fotón, en un experimento de coincidencia, obteniendo resultados en con-
cordancia con la teoría. Para calcular el ángulo de dispersión del electrón,
en función del ángulo de dispersión del fotón y de la energía del fotón in-
cidente, despejemos la velocidad del electrón de las componentes espaciales
de la ecuación (6.4) y eliminando 0 en esta expresión, con la ayuda de la
ecuación (6.9), obtenemos:
2
0 sin
tan = 2 )(1
(6.12)
( + 0 cos )
en donde es el ángulo de dispersión del electrón, medido con respecto a la
dirección de incidencia del fotón. En el experimento de coincidencia de Cross
y Ramsey se midió un ángulo = 31 3 , para una energía del fotón incidente
de 2 6 y un ángulo = 30 0 para el fotón dispersado.
= (6.16)
es la constante de Boltzmann.
Por otra parte, los rayos cósmicos son haces de partículas elementales
(en su mayoría electrones y protones) de alta energía 1020 , cuya
fuente, aun cuando no está completamente determinada, parece ser de origen
galáctico. Un protón típico de estos rayos cósmicos, puede entonces dispersar
elásticamente un fotón del fondo de radión cósmica y suministrarle entonces
una energía, que de acuerdo a la relación (5.39), es del orden de
0 1020
' 9 2 20 4
' 2 6 × 1018 (6.18)
1 + (0 938 × 10 ) (10 · 2 37 × 10 )
Es decir, el fotón dispersado puede adquirir energías típicas de los rayos
gama.
del c-momentun
2 0 2
0 + =
0 (6.26)
=
podemos calcular la masa relativista y la velocidad de la partícula final:
0
= 0 + (6.27)
= (6.28)
= 0
2+
Las partículas con estructura interna, como los átomos, moléculas y nú-
cleos, poseen niveles de energía internos con = 0 1 2 , (en donde el
nivel 0 se le llama estado base o fundamental del sistema) y por lo tanto el
proceso de absorción de fotones por este tipo de partículas es selectivo, esto
es, la partícula solo puede absorber fotones de ciertos valores de energía que
cumplan con la condición que ' , estrictamente , pues
parte de la energía del fotón incidente debe gastarse en la energía cinética
final del átomo (lo cual se deduce de las ecuaciones (6.27) y (6.28)).
En un átomo, por ejemplo, la diferencia típica entre niveles de energía
está en el rango de los electronvoltios. Puesto que la masa propia de los
2
átomos oscila entre 1 (para el átomo de hidrógeno) hasta los cientos de
2
gigaelectronvoltios (para átomos pesados), la fracción 0 es del orden
8
de 10 , calculada para el caso de un átomo de hidrógeno, mientras que la
diferencia entre niveles de energía es inferior a 13 6 (valor que corresponde
a la energía de ionización del átomo de hidrógeno).
De la ecuación (6.25) vemos que la masa propia del átomo exitado (que
ha absorbido el fotón) es tan solo una fracción del orden de 10 8 mayor que
la masa del átomo inicial. Por otra parte, la velocidad del átomo exitado está
dada por la ecuación (6.28)), obteniendose
8
= 10 (6.29)
Para ganar una idea de las magnitudes de las variables físicas involu-
cradas, tomemos de nuevo el caso del átomo de hidrógeno y supongamos
que 0 ' 10 y 0 2'1 , entonces la energía del fotón emitido será
12
una fracción del orden de 10 veces menor, que la frecuencia de un fotón
emitido sin retroceso.
Como se discutió anteriormente, el efecto del retroceso causa una dis-
minución en la frecuencia del fotón emitido con respecto a la frecuencia de
la transición y la fración en la cual cambia esta frecuencia, es inversamente
proporcional a la masa del átomo (ver ecuación (6.36)). Si el átomo emisor
está ligado a una estructura, por ejemplo a una red de átomos como en un
sólido, entonces la masa efectiva que absorbe el momentun de retroceso será
ahora del orden de 1023 veces la masa del átomo emisor y la energía del
fotón emitido, prácticamente coincide con la energía propia de la correspon-
diente transición entre niveles de energía del átomo. Este efecto de emisión
sin retroceso fue descubierto por Mö bauer, quien recibió el premio nobel en
1961 y este efecto es actualmente una fuente de muchas aplicaciones en física
atómica, estado sólido y física nuclear.
=( ) (6.38)
= (6.40)
= ( ) (6.41)
0 0
+ (35 8 ± 0 5) % (6.47)
0 3
+ (1 75 ± 0 15) × 10 % (6.48)
0 4
+ + (8 4 ± 1 4) × 10 % (6.49)
0 4
+ +¯ (8 32 ± 0 14) × 10 % (6.50)
0 4
+ +¯ (1 57 ± 0 35) × 10 % (6.51)
El porcentaje entre paréntesis significa que, de cada 100 eventos de de-
caimiento del barión 0 , por ejemplo, decáe en un protón y en un pión aprox-
imadamente 64 veces, el cual es el evento más probable, miéntras que el úl-
timo proceso, decaimiento en un protón, un muón y un neutrino muónico es
el menos probable, con una ocurrencia de un evento por cada 10000, aprox-
imadamente. La masa del barión 0 es de 1115 684 y su vida media,
esto es el tiempo propio que la partícula permanece desde su creación hasta
que ella decáe, es de 2 632 × 10 10 . A su vez esta partícula, el barión 0 , es
producido en otra reacción, como por ejemplo
+ + 0
+ + (6.52)
Si las masas del pión + , el neutrón y el mesón + son 140 2
,
2 2
940 y 494 respectivamente, calculemos por ejemplo la energía
cinética umbral del mesón + , para que al chocar con el neutrón en reposo,
se cree el barión 0 a un ángulo de 90 , medidos con respecto a la dirección
de incidencia del pión. De la conservación del c-momentun, tenemos
+ = + (6.53)
Puesto que no estamos interesados en la información para la partícula + ,
despejemos su c-momentun de la ecuación anterior y tomemos el cuadrado
de la expresión resultante (con la notación =( ), 0 la masa en
reposo del pión y similarmente para las otras partículas):
2 2 2 2 2 2 2 2
0 = 0 + 0 + 0 +2 · 2 · · (6.54)
Puesto que en el sistema de laboratorio =( ), = ( 0 0)
y =( ) y además · = 0 dado que el ángulo de dispersión del
0
barión es de 90 , entonces podemos despejar la energía total de esta
expresión, para obtener
2 2 2 2 2 2 2 2
0 0 0 0 +2 0
= 2)
(6.55)
2( 0
122 CAPÍTULO 6. APLICACIONES DE LA DINÁMICA RELATIVISTA
por lo tanto, para que séa mínimo se requiere que la energía del barión
0 2
sea mínima y para esto basta tomar = 0 , entonces
2 2 2 2
0 0 0 0 +2 0 0 2
( )= = 1149 (6.56)
2( 0 0)
123
Capítulo 7
Tensores
7.1. Introducción
Uno de los elementos fundamentales de toda teoría física lo constituye el
modelo matemático adecuado para describir las variables físicas y las leyes
que rigen su comportamiento. En el capítulo 3 se definieron los conceptos
de cuadri-vector y de invariante relativista, el primero como una cantidad
con cuatro componentes que bajo una transformación de Lorentz, sus com-
ponentes se transforman de acuerdo a una ley definida (ecuación (3.29)) y
el segundo como una cantidad invariante bajo una TL, es decir una canti-
dad que toma el mismo valor numérico en todos los sistemas de referencia
inerciales, el cual llamaremos en lo sucesivo escalar de Lorentz. Para muchos
de los fenómenos físicos conocidos estos objetos matemáticos, escalares y c-
vectores, son suficientes para definir las variables que permiten describir los
procesos físicos. Sin embargo, existe toda una serie de variables dinámicas,
tales como por ejemplo el momento de inercia de un sólido rígido, las cuales
requieren para su descripción otros objetos matemáticos llamados tensores.
El objetivo fundamental del presente capítulo es introducir el concepto de
tensor y dar las herramientas fundamentales del álgebra y del cálculo tenso-
rial.
Existen varios caminos posibles para definir el concepto de tensor, por
ejemplo, la aproximación algebráica, la cual es una extensión del álgebra
lineal y de los espacios vectoriales. Otro camino más cercano a sus aplica-
ciones físicas, es a través de la definición de un tensor por sus propiedades
de transformación bajo un cambio de coordenadas. Este será el camino que
125
126 CAPÍTULO 7. TENSORES
tal que el producto punto Minkowskiano queda invariante bajo esta transfor-
mación de coordenadas.
Definición8.2 Un escalar de Lorentz es una cantidad (en general una fun-
ción de las coordenadas) que es invariante bajo transformaciones de Lorentz.
Ejemplos de escalares de Lorentz son: la masa propia de una partícula, el
intervalo de tiempo propio entre dos eventos, la norma de todo cuadri-vector,
el producto interno de cuadri-vectores, etc.
7.2. DEFINICIONES FUNDAMENTALES 127
1; = =0
:= 1; = =1 2 3 (7.7)
0; 6=
= (7.9)
7.2. DEFINICIONES FUNDAMENTALES 129
= = = (7.23)
tensorial. Esto significa que por ejemplo, para las operaciones definidas en las
ecuaciones (7.26) y (7.27), para la suma y multiplicación por un escalar de
tensores de un mismo rango, las componentes resultantes 11 y 11 se
¡¢
transforman efectivamente como las componentes de un tensor del tipo ,
es decir:
T S = Q=T+S P= T (7.28)
La demostración general de este resultado es muy sencilla y por esta razón
ilustraré el método para el caso particular de un tensor mixto de segundo
1
rango. Sean T S 1 con componentes para un observador inercial dadas
por y respectivamente y sea
= + (7.29)
1
uno covariante y el otro contravariante. Sea T 0 y llamemos sus compo-
0
nentes , y 1 con componentes . Entonces, de la definición 8.8 el
producto está dado por
= (7.32)
y debemos probar que las componentes del producto se transforman
como:
0
= (7.33)
de acuerdo con la ecuación (7.25). Sean 0 y 0 las componentes de los
c-vectores y medidas en el sistema de referencia 0 , entonces en este
sistema de referencia las componentes del producto están dadas por:
0 0 0
= (7.34)
= + (7.51)
[ ] 1
:= ( ) (7.57)
2
De la misma manera se tiene que si un tensor es simétrico, entonces el
tensor antisimetrizado es cero y si es antisimétrico, entonces [ ] = .
Claramente estas operaciones son válidas también para tensores del tipo 02 .
Tanto las definiciones de simetría y antisimetría dadas (Definición 8.10),
así como las operaciones de simetrización y antisimetrización (Definición
8.11), se pueden generalizar a tensores de orden mayor. Antes de consider-
ar este problema, se introducirán algunos elementos básicos de la teoría de
permutaciones.
Consideremos el conjunto {1 2 } de los primeros números naturales
y denotemos por ( 1 2 ) un arreglo ordenado de ellos, sin que ninguno
se repita. Existen entonces ! = 1 · 2 · 3 · · formas diferentes de ordenar
en este arreglo los pimeros números naturales. Por ejemplo, si tomamos el
conjunto {1 2 3}, podemos construir 3! = 6 arreglos diferentes:
: {1 2 } {1 2 }
(7.60)
7 ( )=
+1 (7.62)
7.2. DEFINICIONES FUNDAMENTALES 139
+1 ( 1 2 +1 )=( 1 2 +1 ) (7.63)
= +1 +1
··· +1
(7.64)
3 1 2 1 2 3 1 3 1 2 (1 2 3) = 3 1 2 1 2 3 1 3 (2 1 3)
= 3 1 2 1 2 3 (2 3 1)
= 3 1 2 1 (3 2 1)
= 3 1 (3 2 1)
= (1 3 2) (7.66)
Este ejemplo muestra que no hay una única forma de obtener una per-
mutación dada por transposiciones sucesivas. Sin embargo, el número definido
por: ½
+1
( 1) = (7.67)
1
sí es independiente de las transposiciones realizadas para obtener la per-
mutación dada. Este número es llamado el signo de la permutación, siendo
igual al número de las transposiciones realizadas. Esto significa que si
una permutación dada se factoriza en un número par (impar) de transposi-
ciones, entonces, cualquier otra factorización de la misma permutación, con-
tendrá también un número par (impar) de transposiciones. Una permutación
140 CAPÍTULO 7. TENSORES
( 1 ··· ) 1X ( 1 ··· )
:= (7.68)
!
[ 1 ··· ] 1X ( 1 ··· )
:= ( 1) (7.69)
!
en donde la suma se realiza sobre todas las permutaciones de los índices
( 1 · · · ). La misma definición vale para índices covariantes.
Por ejemplo, consideremos un tensor del tipo 03 y construyamos los
tensores ( ) y [ ] por las operaciones definidas en las ecuaciones (7.64)
y (7.69):
1
( ) := ( + + + + + ) (7.70)
3!
1
[ ] := ( + + ) (7.71)
3!
Es fácil comprobar directamente que el nuevo tensor ( ) es comple-
tamente simétrico bajo cualquier permutación de sus índices; por ejemplo
(031) = (013) = , mientras que el tensor [ ] es completamente anti-
simétrico bajo permutación de sus índices, pues por ejemplo [031] = [013] ,
pero [031] = [310] dado que en el primer caso los índices [013] correspon-
den a una permutación par de los índices originales [031], mientras que en el
segundo caso el arreglo de índices [310] es una permutación par del arreglo
7.2. DEFINICIONES FUNDAMENTALES 141
original [031]. Notemos que las definiciones dadas para tensores de segundo
rango son un caso particular de la Definición 8.12. Un ejemplo de esta op-
eración de antisimetrización de tensores, lo constituye la generalización del
producto cruz usual del cálculo vectorial tridimensional.
Sean y las componentes de dos c-vectores en un sistema de referen-
cia . Definamos un nuevo vector como el producto tensorial antisimetrizado
de estos dos c-vectores:
[ ] 1
:= = { } (7.72)
2
+1 ´ 0123
:= 1 ´ 0123 (7.75)
0 ´
0
= 0
(7.83)
Estas ecuaciones definen la ley de transformación (y su inversa) para las
componentes de cualquier vector en los dos sistemas de referencia:
0
0
= (7.84)
0
= 0
(7.85)
En el caso particular de transformaciones lineales (ecuaciones (7.80) y
(7.81)), la ley de transformación para las componentes de un vector toma la
forma:
0
= (7.86)
144 CAPÍTULO 7. TENSORES
0
= (7.87)
la cual se obtiene del caso general si hacemos la siguiente identificación:
0
= (7.88)
= 0
(7.89)
Finalmente, puesto que las transformaciones de coordenadas deben ser
invertibles se debe cumplir que
0
0
= (7.90)
: R3 7 R (7.93)
=( ) (7.94)
: R3 7 R3 (7.95)
· = + + (7.96)
× =( ) (7.97)
146 CAPÍTULO 7. TENSORES
conocida como el rotacional de una función vectorial. Notemos que las tres
operaciones definidas a partir del operador , el gradiente, la divergencia y
el rotacional, se pueden considerar como una extención de las operaciones
usuales del álgebra vectorial: el producto de un vector por un escalar, el
producto interno entre vectores y el producto cruz, respectivamente. Por
esta razón es usual considerar para todos los efectos al operador como un
vector, con el cual podemos construir todo tipo de operaciones permitidas
dentro del cálculo vectorial usual, solamente teniendo presente el orden en el
cual entra en la expresiones, pues el vector actua sobre funciones. Así
por ejemplo, podemos construir expresiones tales como
2 2 2
2
= · = 2
+ 2
+ 2
(7.98)
· = (7.103)
¤ =0 (7.107)
[1 2] =
[3 1] = (7.109)
[2 3] =
Electrodinámica
8.1. Introducción
En el segundo capítulo sobre los fundamentos de la teoría especial de la
relatividad, vimos como las ecuaciones de Maxwell no permanecían invari-
antes bajo transformaciones de Galileo, indicando que si se aceptan las leyes
de la electrodinámica, entonces ellas son válidas únicamente en un sistema de
referencia privilegiado y por lo tanto, a través de experimentos electromag-
néticos se podría determinar el movimiento absoluto. Los resultados negativos
de estos experimentos planteaban una inconsistencia entre los principios de
la mecánica Newtoniana y las leyes del electromagnetismo, las cuales con-
dujeron a muchos teóricos de la época, a desarrollar elaboradas teorias que
permitieran coexistir, sin aparente contradicción, a estos dos grandes pilares
de la física del siglo XIX.
La relatividad especial, basada sobre los potulados de la constancia de la
velocidad de la luz en el vacío y el principio de relatividad, es una teoría inde-
pendiente de los fenómenos eléctricos y mecánicos y por esta razón constituye
uno de los pilares fundamentales de la física. En efecto podemos partir por
ejemplo, de la validez de la ley de Coulomb para la fuerza entre dos partículas
cargadas en reposo respecto a algún observador inercial (o equivalentemente,
del campo eléctrico producido por una carga en reposo) y del carácter invari-
ante de la carga eléctrica y encontrar, utilizando los principios de la dinámica
relativista, la necesidad de introducir un campo dependiente de la velocidad
de la partícula que lo produce, conocido como el campo magnético. Contin-
uando con este procedimiento, más algunas hipótesis de origen experimental,
149
150 CAPÍTULO 8. ELECTRODINÁMICA
· =4 (8.1)
· =0 (8.2)
1 4
× = + (8.3)
1
× = (8.4)
= + × (8.6)
en donde es la carga de la partícula y su velocidad. La primera de estas
ecuaciones, la ecuación de continuidad, establece que la carga eléctrica es
conservada en la naturaleza. Es decir, si en una región del espacio la densi-
dad de carga eléctrica varía ( 6= 0), es porque esta entrando o saliendo
carga de esa región ( · 6= 0). Es de anotar que esta ley de conservación de
la carga está contenida en las ecuaciones de Maxwell y por lo tanto no con-
stituye una ley independiente de la electrodinámica, pues basta con tomar la
divergencia de la segunda ecuación de Maxwell y teniendo en cuenta la ley de
Gauss (primera ecuación) se llega directamente a la ecuación de continuidad.
Sin embargo, es usual y útil, para claridad en la discusión, mantener ex-
plícitamente esta ecuación de continuidad. Finalmente, la ley de la fuerza de
Lorentz nos da la ecuación de movimiento para una carga puntual inmersa
en un campo electromagnético.
Las ecuaciones de Maxwell muestran como los campos eléctricos y mag-
néticos son en realidad aspectos diferentes de un solo fenómeno. Sin embargo,
hasta el siglo XVIII los fenómenos eléctricos y los magnéticos, conocidos por
la humanidad desde tiempos remotos, se consideraban como fenómenos com-
pletamente independientes entre si, situación que se puede entender ahora, si
152 CAPÍTULO 8. ELECTRODINÁMICA
· =0 (8.10)
constituido por la ley de Ampere (con densidad de corriente estacionaria ,
i.e. · = 0) y la ley de Gauss para el campo magnético, describen las leyes
de la magnetostática y muestran que la única fuente del campo magnético
también son las cargas eléctricas, pero ahora en movimiento (corrientes). Si
bien sabemos que el origen de los campos electrostáticos y magnetostáticos
son las cargas, los conjuntos de ecuaciones (8.7), (8.8) y (8.9), (8.10) para los
campos y no establecen ninguna relación entre estos campos, es decir, si
bien y tienen en últimas las mismas fuentes por origen, son conceptual
y fenomenológicamente diferentes. Veremos en la siguiente sección, como la
relatividad especial nos permite establecer una relación entre el campo mag-
nético y el eléctrico, aún en el caso particular de campos independientes del
tiempo.
mientras que la carga 1 se mueve con velocidad a lo largo del eje positivo
de las y pasa por el origen de coordenadas en el instante = 0. La segunda
situación, mostrada en la Figura 8.2, se diferencia de la anterior solamente en
que ahora la carga de prueba, que la denotaremos ahora por 3 , se situa en
reposo respecto al sistema sobre el eje de las en las coordenadas ( 0 0).
Debido a que la carga 1 se está moviendo, debemos pasarnos a un sistema
de referencia inercial 0 con respecto al cual esta carga se encuentre en reposo,
con el fin de poder aplicar la ley de Coulomb. Considerados un sistema de
referencia inercial 0 , que se mueva con velocidad a lo largo del eje positivo
, siendo la velocidad de la carga 1 respecto a . Entonces, para todo
instante 0 la carga 1 se encuentra en reposo en el origen de coordenadas
de 0 , mientras que la carga de prueba 2 pasa por el punto de coordenadas
(0 0 0) en el instante 0 = 0 y la carga 3 pasa por el punto de coordenadas
( 0 0 0) en 0 = 0. Bajo estas condiciones, las fuerzas sobre las cargas 2 y
3 están dadas por la ley de Coulomb (ecuación (8.11)). Entonces, sobre la
carga 2 la fuerza en el instante 0 = 0 solo tiene componente y está dada
por:
0 0 1 2
12 = 0; 12 = 02
; 0 12 = 0 (8.14)
0
mientras que para la carga 3 la fuerza de Coulomb, en = 0, tiene solo
156 CAPÍTULO 8. ELECTRODINÁMICA
componente :
0 1 3 0 0
13 = 02
; 13 = 0; 13 =0 (8.15)
Retornemos ahora al sistema de referencia inercial . Para este fin, recor-
demos la definición de las componentes del c-vector fuerza (ecuación (5.19))
0 1 2 3 1
=( ) = ( )( · ) (8.16)
0
= ³ 0
´ (8.22)
( ) 1+ 2
0
= ³ 0
´ (8.23)
( ) 1+ 2
0
con respecto al sistema de referencia , tenemos que las componentes de la
fuerza física respecto a son:
0
12 = 12 =0 (8.26)
0 1 2
12 = ( ) 12 = ( ) 02
(8.27)
0
12 = 12 =0 (8.28)
para la carga 2, y
0 1 3
13 = 13 = 02
(8.29)
0
13 = 13 =0 (8.30)
0
13 = 13 =0 (8.31)
para la carga 3 . Puesto que bajo la transformación de Lorentz considerada
0
= y 0 = ( ) , obtenemos que las componentes no nulas de la fuerza
en , sobre las cargas de prueba 2 y 3 , están dadas por:
1 2
12 = ( ) 2
(8.32)
1 1 3
13 = 2(
(8.33)
) 2
respectivamente. A partir de estos resultados, es fácil intuir la forma general
para la fuerza eléctrica en un instante dado sobre una partícula de prueba 2
en reposo en un punto de coordenadas ( ), debido a una carga 1 que se
desplaza a velocidad constante a los largo del eje de las y que pasa por
el origen de coordenadas en ese instante:
( )
= 1 2 2( 2
(8.34)
( ) + 2+ 2 )3 2
Notemos en primer lugar, que el campo eléctrico sigue siendo radial, aún
cuando ya no es esféricamente simétrico como en el caso del campo eléctrico
158 CAPÍTULO 8. ELECTRODINÁMICA
0
0 1 2
12 = 02 02 + 02 )3 2
(8.37)
( +
0
0 1 2
12 = 02 02 + 02 )3 2
(8.38)
( +
las cuales son independientes de la velocidad 0 de la carga de prueba. Apli-
cando las ecuaciones (8.21), (8.22) y (8.23) para la transformación de las
componentes de la fuerza y teniendo en cuenta la ley de transformación de
velocidades:
0
= (8.39)
1 2
0
= ¡ ¢ (8.40)
( ) 1 2
0
= ¡ ¢ (8.41)
( ) 1 2
( ) ³ ´
1 2
12 = 2 2 2+ 2 )3 2
+ 2
+ 2
(8.42)
( ( ) +
( ) ³ ´
1 2
12 = 2 2 2+ 2 )3 2
1 2
(8.43)
( ( ) +
( ) ³ ´
1 2
12 = 2 2 2+ 2 )3 2
1 2
(8.44)
( ( ) +
Sabemos que la fuerza de Coulomb sobre una carga de prueba es indepen-
diente del estado de movimiento de dicha carga de prueba. Sin embargo,
comparando la ecuación (8.32) con las ecuaciones (8.42), (8.43) y (8.44) para
la fuerza sobre la carga de prueba 2 , la primera cuando 2 está en reposo y la
segunda cuando está en movimiento, vemos que en el segundo caso aparecen
unos términos extras a la fuerza eléctrica (de Coulomb). Para ver esto de
una manera más directa, notemos que la fuerza sobre la carga de prueba 2
(ecuaciones (8.42), (8.43) y (8.44)) la podemos escribir en la forma:
( ) ( )
12 = 12 + 12 ;= 2 + 2 × (8.45)
160 CAPÍTULO 8. ELECTRODINÁMICA
1 ( ) 1
: = × 2( 2
( ) + 2+ 2 )3 2
1
= × (8.47)
0 = ( )( ) (8.56)
0 = (8.57)
0 = (8.58)
En las ecuaciones de Maxwell escritas en la forma tradicional (ecuaciones
(8.1) a la (8.4)) los campos eléctricos y magnéticos son vectores carte-
sianos usuales y por lo tanto no corresponden a ninguna cantidad relativista,
es decir a un escalar de Lorentz, o a un c-vector, o a un tensor. Por otra parte,
para describir los campos electromagnéticos producidos por alguna distribu-
ción de cargas y corrientes, es necesario conocer seis cantidades independi-
entes, esto es, las tres componentes del campo eléctrico y las tres del campo
magnético. Esta situación nos conduce a postular, que el objeto matemático
(relativista) adecuado para describir al campo electromagnético, es un tensor
de segundo orden antisimétrico, pues por lo discutido en el capítulo anteri-
or (sección 8.2.3), este tensor posee solo seis componentes independientes.
Estos argumentos nos motivan a definir el tensor campo electromagnético
F medido por un observador inercial , como un tensor de segundo rango
antisimétrico cuyas componente contravariantes están definidas por:
12 21 23 32 31 13
= = = = = =
01 10 02 20 03 30
= = = = = = (8.59)
=0 =0 1 2 3
0 1
0 = 1 = (8.63)
0 1
1 = 0 = (8.64)
2 3
2 = 3 =1 (8.65)
p
2
con = y = 1 y los demás elementos cero. Sean
=( ) (8.66)
=( ) (8.67)
0
=( 0 0 0 ) (8.68)
0
=( 0 0 0 ) (8.69)
Un cálculo similar se puede hacer para las demás componentes, pero por
brevedad, aquí solo presentaremos los téminos no nulos que surgen en la
transformación:
0 02 0 2 0 2 02 0 2 12
0 = = = 0 2 + 1 2
= ( ) (8.71)
0 03 0 3 0 3 03 0 3 13
0 = = = 0 3 + 1 3
= ( + ) (8.72)
0 23 2 3 2 3 23
0 = = = 2 3
= (8.73)
0 31 3 1 3 1 30 3 1 31
0 = = = 3 0 + 3 1
= ( + ) (8.74)
0 12 1 2 1 2 02 1 2 12
0 = = = 0 2 + 1 2
= ( ) (8.75)
=0 (8.76)
= (8.77)
las cuales nos representa las componentes covariantes del tensor campo elec-
tromagnético. Para recordar más fácilmente la relación entre las componentes
contravariantes del tensor F, definidas en la ecuación (8.59) y su relación con
las componentes covariantes, definidas en la ecuación (8.77), es útil escribir
estas componentes en forma matricial:
00 01 02 03
10 11 12 13
( ) = 20 21 22 23
30 31 32 33
0
0
= (8.78)
0
0
00 01 02 03
10 11 12 13
( ) =
20 21 22 23
30 31 32 33
0
0
= (8.79)
0
0
se anulan si los índices son diferentes, vemos que de los 16 sumandos que
aparecen por la doble suma en la ecuación (8.77), solo un término es no nulo:
02
02 = 0 2 = 00 22 = (8.80)
21
21 = 2 1 = 22 11 = (8.81)
Veamos ahora que efectivamente la ecuación (8.76) reproduce las ecua-
ciones de Maxwell homogeneas. Notemos en primer lugar que la ecuación
(8.76) contiene cuatro ecuaciones, una para cada = 0 1 2 3 y cada una
a su vez (debido a la triple suma sobre los índices repetidos , y ) está
conformada por 64 sumandos. Sin embargo, dado que las componentes del
tensor de Levi-Civita se anulan para cualquier par de índices repetidos, en
cada ecuación sobreviven solo cuatro sumandos. Así, para = 0 los términos
no nulos son:
0123 0132 0213
0 = 1 23 + 1 32 + 2 13 +
0231 0312 0321
2 31 + 3 12 + 3 21
= 2 +2 +2 =2 · (8.82)
= = = (8.84)
= (8.85)
0 2 3
1
= ( + ) (8.88)
0 1 3
2
= ( + ) (8.89)
0 1 2
3
= ( + ) (8.90)
Para interpretar estas ecuaciones, recordemos el significado físico de las
componentes de la cuadri-fuerza dado en el capítulo 5 (ver ecuación (5.19)).
Las componentes de la c-fuerza se pueden escribir en la forma:
1
= ( )( · ) (8.91)
168 CAPÍTULO 8. ELECTRODINÁMICA
= + × (8.94)
Notemos que el factor de Lorentz ( ) se cancela. La componente tem-
poral de la c-fuerza, corresponde al hecho de que solo el campo eléctrico
realiza trabajo sobre las partículas, una situación que está contemplada en
la expresión para la fuerza de Lorentz, puesto que la fuerza debida al campo
magnético es de la forma × y por lo tanto:
· =( + × )· = · (8.95)
= 4 (8.96)
=0 (8.97)
=0 (8.98)
= (8.99)
Veamos ahora, algunas aplicaciones sencillas de estas ecuaciones y de las
propiedades de transformación de los campos. Consideremos en primer lugar
los ejemplos tratados en la sección anterior. Supongamos que una partícula
de carga 1 se mueve con velocidad constante respecto a un sistema de
referencia inercial , a lo largo del eje positivo de las y pasa por el origen
en el intante = 0. Sea 0 otro sistema de referencia inercial, el cual se
8.4. ECUACIONES DE MAXWELL COVARIANTES 169
= ( ) 0 (8.105)
= ( ) 0 (8.106)
Notemos que en el instante = 0 medido en , la carga está en el origen
y la relación entre las coordenadas del punto donde estamos observando el
campo eléctrico es ( 0 0 0 ) = ( ( ) ) en ese instante. Entonces, si ex-
presamos el campo eléctrico medido por en términos de las coordenadas
de , obtenemos el resultado ya encontrado en la sección anterior, ecuación
(8.35). Calculemos ahora las componentes del campo magnético en el sistema
de referencia . Procediendo de forma similar, escribamos primero las compo-
nentes no nulas de la ecuación (8.102) que corresponden al campo magnético,
notando que 6= ; = 1 2 3 y no hay suma sobre tres índices repetidos:
0
=
00 00
= 0 + 0 (8.107)
1
= × (8.111)
= ( ) (8.113)
Teorema 9.2: Sea una función vectorial tal que su divergencia es cero,
i.e., · = 0 , entonces la función se puede escribir como el rotacional de
una función vectorial ( ), esto es:
= × ( ) (8.114)
Apliquemos estos dos resultados del cálculo vectorial a los campos eléctrico
y magnético. La tercera ecuación de Maxwell (8.3) establece que
· =0 (8.115)
×( + )=0 (8.117)
=0 (8.119)
= [ ] = (8.120)
:= ( ) (8.123)
= 4 (8.124)
= ( + ) ( + )
2 2
= +
= = (8.127)
=0 (8.128)
¤ = (8.129)
Revisión bibliográfica
175
176 CAPÍTULO 9. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
3. Fock V., The Theory of Space Time and Gravitation, Pergamon Press
1959