Está en la página 1de 14

PONTIFICIA UNIVERSIDAD

CATÓLICA DE CHILE
VICERRECTORÍA DE COMUNICACIONES
Y ASUNTOS PÚBLICOS

TEMAS DE LA AGENDA PÚBLICA

Chile y el convenio 169 de la OIT:


reflexiones sobre un desencuentro
SEBASTIÁN DONOSO
Facultad de Derecho UC

Año 3 / No 16 / abril 2008


TEMAS DE LA AGENDA PÚBLICA

Chile y el convenio 169 de la OIT:


reflexiones sobre un desencuentro
SEBASTIÁN DONOSO
Facultad de Derecho UC
SEBASTIÁN DONOSO RODRÍGUEZ • CHILE Y EL CONVENIO 169 DE LA OIT: REFLEXIONES SOBRE UN DESENCUENTRO

2
DIRECCIÓN DE ASUNTOS PÚBLICOS • ABRIL 2008

Chile y el convenio 169 de la OIT:


reflexiones sobre un desencuentro1
SEBASTIÁN DONOSO
Facultad de Derecho UC

El Convenio 169 de la OIT (el ‘Convenio’) se erigió desde necesariamente asociado a la ruralidad. En lo que a cul-
1989 y hasta hace muy poco, como el único instrumento tura e identidad se refiere, diversos estudios muestran
internacional dedicado exclusivamente a los pueblos indí- un proceso de ‘pérdida cultural’ que es particularmen-
genas. Como se sabe, Chile tiene una población indígena te acentuado en las generaciones más jóvenes. Por otra
relevante y en los últimos quince años el debate sobre parte, y aunque la Encuesta Casen 2006 muestra un
las políticas públicas que deben aplicársele ha cobrado repunte en la materia, toda la serie desde 1996 en ade-
particular relieve. Sin embargo, el convenio pese a figurar lante evidencia que la población indígena tiene una tasa
con prioridad en la agenda política de los gobiernos de la de pobreza significativamente más alta que el promedio
Concertación desde 1990 en adelante, recién en marzo nacional. Otros indicadores socioeconómicos (ingreso,
de 2007 fue ratificado por el Congreso Nacional. Este desempleo, educación, cobertura de salud, etc.) están en
artículo pretende entregar una visión contextualizada del línea con lo anterior.
Convenio y su proceso de ratificación, por una parte, y
La historia nos entrega otros datos interesantes. El pa-
por otra reflexionar críticamente respecto de si existe sin-
trón de colonización de la corona española significó,
tonía entre las ideas matrices del Convenio, la realidad in-
desde la conquista hasta los inicios de la República, un
dígena en Chile, y los principales elementos que debieran
extenso periodo en que abundaron los abusos, despojos
configurar una política sectorial en nuestro país.
y derramamientos de sangre indígena, pero también un
profundo mestizaje racial, intensos intercambios comer-
La cuestión indígena ciales y, en general, una compleja red de relaciones in-
ter-étnicas. Esta herencia fue recibida y perpetuada en
Antes de entrar en la materia de este trabajo, conviene
buena medida por el Chile republicano. Lo que tenemos
situar la discusión en el contexto de la realidad indíge-
hoy, en consecuencia, es una población indígena con al-
na del país. La población indígena en Chile representa
tos niveles de integración –que algunos prefieren llamar
cerca de un 5% del total nacional de acuerdo al Censo
asimilación– con el resto de la sociedad. En este contex-
de 2002. De ella, poco menos de un 90% corresponde
to, parece equívoco enarbolar aquel lenguaje del ‘ellos’ y
a la etnia mapuche, una de las nueve reconocidas por la
‘nosotros’ que a veces utilizan ciertos dirigentes indíge-
Ley Indígena de 1993. Aproximadamente un 65% de la
nas y también algunos políticos que toman su causa.
población indígena vive en centros urbanos, dato rele-
vante porque contraría un sesgo ideológico de la actual Aunque toda generalización o simplificación de la rea-
Ley Indígena en cuanto a que ‘lo indígena’ está íntima y lidad siempre entraña riesgos, en base a esta evidencia

1 Este trabajo fue presentado en una mesa de discusión el día 7 de marzo y comentado, en dicha ocasión, por Ena Von Baer, Directora del Programa
Sociedad y Política del Instituto Libertad y Desarrollo, y Marcos Opazo, abogado y asesor legislativo del Ministerio Secretaria General de la Presidencia.
Las opiniones del presente artículo son de exclusiva responsabilidad del autor.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 3


SEBASTIÁN DONOSO RODRÍGUEZ • CHILE Y EL CONVENIO 169 DE LA OIT: REFLEXIONES SOBRE UN DESENCUENTRO

se puede afirmar que la población indígena está afecta- 1. Porque de esa forma el Convenio pasaba a formar par-
da por un avanzado proceso de pérdida cultural y una te de nuestro ordenamiento jurídico interno, lo que
grave situación de pobreza y exclusión social. Cuando se restaba importancia a un hecho que ya se anticipaba
le ha preguntado a los propios indígenas acerca de sus como obvio: que la discusión legislativa y los consen-
demandas prioritarias (diálogos comunales impulsados sos políticos del caso cercenarían varias disposiciones
por el gobierno en 1999, encuestas del Centro de Estu- del proyecto de ley indígena que sus impulsores esti-
dios Públicos de 2002 y 2006, encuesta de Libertad y maban esenciales.
Desarrollo del año 2003), los primeros lugares siempre 2. Porque introducía un nuevo lenguaje –‘pueblos indí-
los han ocupado requerimientos de tipo socioeconómico genas’, ‘territorios’, etc.– que, como veremos, sintoni-
(empleo, ayuda para comercializar sus productos, educa- zaba con el radical giro que tendría la política pública
ción, salud, etc.) y no demandas políticas (reconocimiento hacia los indígenas por parte de la Concertación.
constitucional, esquemas de autonomía, representantes
al Congreso, etc.). Los activistas y dirigentes indígenas 3. Porque daría sustento al principio de discriminación
más connotados, sin embargo, tienen un discurso princi- positiva que sería pilar fundamental de la nueva polí-
palmente centrado en cuestiones políticas, tales como el tica indígena.
reconocimiento constitucional, por lo que la conclusión En consecuencia, desde 1990 en adelante la aprobación
obvia es que hay un claro divorcio entre la opinión de la del Convenio figuró con relevancia en todos los progra-
gran mayoría de los indígenas y las demandas que esgri- mas de gobierno de la Concertación y también entre las
men sus (supuestos) representantes. Este divorcio a su medidas pendientes puestas en relieve por todas las co-
vez tiende a trasladarse al diseño de políticas públicas, misiones y grupos de trabajo que se han creado en estos
ya que el gobierno es reactivo a la agenda de dichos di- años. Desde el Pacto Por el Respeto Ciudadano suscrito
rigentes como la que genuinamente representa el sentir por el Presidente Eduardo Frei en agosto de 1999, hasta
de la mayoría. los Nuevos Ejes de la Política Indígena anunciados por la
Presidenta Michelle Bachelet en abril de 2007, pasando
Un poco de historia por la Política del Nuevo Trato comprometida por Ricar-
do Lagos en el año 2004 (resultado de las recomenda-
En marzo de 1990, cuando asumió el primer gobierno ciones hechas por la Comisión sobre Verdad Histórica y
de la Concertación, el Convenio aún no entraba en vigor Nuevo Trato cuyo trabajo él convocara), todos los docu-
(sólo lo haría en septiembre de 1991). Sin embargo, el mentos de políticas públicas incluían en forma destaca-
nuevo Presidente de la República entraba a La Moneda da la necesidad de aprobar el Convenio.
con los compromisos adquiridos durante la campaña en
el documento conocido como Acta de Nueva Imperial. En Asimismo, y tal como se dijo, junto con impulsar deci-
ésta, el entonces candidato Patricio Aylwin se compro- didamente la aprobación del Convenio, la Concertación
metía a “poner todo su esfuerzo y voluntad en impulsar dio máxima importancia al proyecto de modificación a
las iniciativas legislativas, administrativas y económicas la Constitución Política que daba reconocimiento a ese
necesarias para concretar los planes y medidas contem- nivel a los indígenas. Desde un punto de vista políti-
plados en el Programa de Gobierno de la Concertación”, co, este proyecto tendría prioridad frente al Convenio,
dentro de las cuales tendría un lugar preeminente la ra- pues buscaba dar visibilidad a la población indígena y,
tificación del Convenio. Pero más importante que lo an- después de aprobada la Ley Indígena a fines de 1993,
terior, la ratificación del Convenio –aunque no mencio- añadir al reconocimiento legal de las etnias indígenas
nada expresamente en el acuerdo–, era el complemento un reconocimiento a nivel constitucional. Es importante
indispensable con los demás compromisos asumidos por destacar que en cuanto al reconocimiento constitucional
el candidato, particularmente con los de impulsar el re- como tal –reconocer el carácter pluriétnico y multicultu-
conocimiento constitucional de los pueblos indígenas y ral de la sociedad chilena– no existía ni existe oposición.
crear una Comisión Especial para los Pueblos Indígenas El debate se ha centrado en realidad en la utilización
(conocida como CEPI) que como se sabe tendría luego del término ‘pueblos’ para denominar a los indígenas,
por misión preparar un anteproyecto de ley indígena. lenguaje que motivaba el rechazo de parlamentarios de
RN y la UDI. Como se ve, esta discusión se ha manejado
La ratificación del Convenio se veía como un comple- más bien en los códigos del derecho internacional y del
mento indispensable de los demás compromisos por va- derecho político, a diferencia del Convenio cuyo debate
rias razones:
4
DIRECCIÓN DE ASUNTOS PÚBLICOS • ABRIL 2008

cabría haber esperado que se moviera en el plano más sea su situación jurídica, conservan sus propias institucio-
sustantivo de la política indígena. nes sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de
ellas”. Agrega que “la conciencia de su identidad indígena
Si bien ambos proyectos –el reconocimiento constitucio-
o tribal deberá considerarse un criterio fundamental para
nal y la ratificación del Convenio– se movían en carriles
determinar los grupos a los que se aplican las disposicio-
diferentes, la aprobación del primero debía abonar el te-
nes del presente Convenio”. Con esta última frase el Con-
rreno para la aprobación del segundo. Paradójicamente,
venio consagra al factor de autoidentificación como un
sin embargo, la ratificación del Convenio llegó primero.
elemento fundamental a la hora de determinar quiénes
son indígenas.
El Convenio
2. Utilización del término ‘pueblos’ en vez
Con el título de “Convenio sobre pueblos indígenas y tri- de ‘poblaciones’
bales en países independientes”, fue adoptado en Ginebra
el 27 de junio de 1989 –con voto de abstención de Chi- Es interesante destacar que en su Artículo 1 N°3 el Con-
le– como una reforma de la Convención 107 de 1957, venio señala expresamente que “la utilización del térmi-
también de la OIT. Es importante tener presente desde no pueblos en este Convenio no deberá interpretarse en el
un comienzo este parentesco, porque las diferencias en- sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe
tre uno y otro reflejan un cambio profundo en la forma a los derechos que pueda conferirse a dicho término en el
de abordar la cuestión indígena por los organismos mul- derecho internacional”. Esta prevención probablemente
tilaterales. El Convenio 157 estaba impregnado del indi- fue incluida para evitar que ciertos países se escudaran
genismo reinante en los años 50, cuyos pilares para mu- en la utilización del término ‘pueblos’ para no aprobar el
chos críticos constituían una mezcla de asistencialismo Convenio o hacerlo con reservas. Sin embargo, autores
y asimilación a la sociedad mayor. En cambio, en un giro como Bengoa (2000), si bien reconocen el mérito del
radical acorde con los nuevos aires que soplaban en la Convenio al haber introducido el concepto de ‘pueblos
década de los 80, el Convenio se basa en la idea que los indígenas’ como el más adecuado para tratar el tema a
pueblos indígenas son sociedades permanentes llamadas nivel internacional, le achacan el haber incurrido en una
a conservar su identidad, formas de vida y organización. contradicción teórica y política al reconocer el carácter
Ello exigía de los estados hacer un reconocimiento de la de pueblos de los colectivos indígenas, pero cercenán-
diversidad étnica-cultural, afirmar y garantizar el res- doles su derecho a la libre determinación al incluir esta
peto a una serie de derechos políticos, sociales, econó- prevención.
micos y culturales de los indígenas, y otorgar a éstos un
3. Establecimiento de ciertos derechos de
estatuto especial de protección considerando sus graves
los pueblos indígenas
carencias socioeconómicas y la discriminación histórica
en su contra. Los principales derechos que establece el Convenio a
favor de los pueblos indígenas son los siguientes:
Hasta la fecha, cerca de una veintena de países han
ratificado el Convenio (la mayoría de ellos latinoame- a Derecho de decidir sus propias prioridades en lo que
ricanos), con la notable excepción de Estados Unidos, atañe al proceso de desarrollo (artículo 7).
Canadá, Australia y, hasta hace poco, Chile. b. Derecho de conservar sus costumbres e instituciones
Si intentamos una exposición esquemática del Convenio, propias, siempre que éstas no sean incompatibles con
sus disposiciones más relevantes son las siguientes: los derechos fundamentales definidos por el sistema
jurídico nacional ni con los derechos humanos inter-
1. Definición de pueblos indígenas para efectos nacionalmente reconocidos (artículos 8 y 9).
de su aplicación c. Derecho a los recursos naturales existentes en sus tie-
El Convenio dispone su aplicación a “los pueblos en paí- rras, los que comprenden su derecho a participar en la
ses independientes, considerados indígenas por el hecho utilización, administración y conservación de dichos
de descender de poblaciones que habitaban en el país o en recursos (artículo 15).
una región geográfica a la que pertenece el país en la épo- d. Derecho de participación en la adopción de decisiones
ca de la conquista o la colonización o del establecimiento respecto a políticas y programas que les conciernan
de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que (artículo 6).

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 5


SEBASTIÁN DONOSO RODRÍGUEZ • CHILE Y EL CONVENIO 169 DE LA OIT: REFLEXIONES SOBRE UN DESENCUENTRO

e. Derechos en materia de educación, cultura y lengua i. Los gobiernos deberán respetar la importancia es-
(artículos 26 a 31). pecial que tiene para las culturas y valores espiri-
tuales de los pueblos indígenas, su relación con las
Algunos autores sostienen que el Convenio establece,
tierras o territorios, o con ambos, según los casos,
además, la categoría conocida como ‘derechos colecti-
que ocupan o utilizan de alguna manera, y en par-
vos’, es decir, aquellos que sólo pueden ejercerse colec-
ticular los aspectos colectivos de esa relación.
tivamente, en este caso por el conjunto de los indígenas
que habitan en nuestro país. Este punto, relacionado con ii. La utilización del término tierras en los artículos
la prevención incluida en el número 3 del artículo 1° del 15 y 16 (disposiciones claves como veremos) debe-
Convenio, lamentablemente excede las posibilidades de rá incluir el concepto de territorios, lo que cubre la
este trabajo. totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos
indígenas ocupan o utilizan de alguna otra manera.
4. Establecimiento de ciertas principios
y obligaciones para los estados parte iii. Deberá reconocerse a los pueblos interesados el de-
recho de propiedad y de posesión sobre las tierras
En consonancia con los derechos antes mencionados, el que tradicionalmente ocupan, así como tomarse
Convenio impone a los estados parte una serie de princi- medidas para salvaguardar su derecho a utilizar
pios, obligaciones y condiciones básicas a respetar: tierras que no estén exclusivamente ocupadas por
a. No discriminación (negativa). Adoptar medidas que ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente
aseguren a los pueblos indígenas el goce, en pie de acceso para sus actividades tradicionales y de sub-
igualdad, de los derechos y oportunidades que la le- sistencias (artículo 14).
gislación nacional otorga a los demás miembros de la e. Relocalización involuntaria. Como norma general,
población; así como medidas que promuevan la ple- los pueblos indígenas no deberán ser trasladados de
na efectividad de sus derechos sociales, económicos las tierras que ocupan (artículo 16). Pero agrega esta
y culturales –respetando su identidad, costumbres e disposición que cuando excepcionalmente su traslado
instituciones (artículo 2). y reubicación se consideren necesarios, sólo deberán
b. Discriminación positiva. Desarrollar, con la partici- efectuarse con su consentimiento, dado libremente y
pación de los pueblos indígenas, una acción coordi- con pleno conocimiento de causa, y si dicho consenti-
nada y sistemática con miras a proteger sus derechos, miento no puede obtenerse, dichos traslados se efec-
incluyendo medidas que ayuden a sus miembros a tuarán al término de procedimientos adecuados esta-
eliminar las diferencias socioeconómicas que puedan blecidos por la legislación nacional. Esta disposición
existir con los demás miembros de la comunidad na- es un antecedente del ‘consentimiento previo, libre e
cional (artículo 2). Más adelante se señala que debe- informado’ (en inglés FPIC -Free, Prior and Informed
rán adoptarse las medidas especiales que se precisen Consent) que se incluye en el borrador de Declaración
para salvaguardar las personas, instituciones, bienes, de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU a
trabajo, culturas y medio ambiente de los pueblos in- que se refiere más adelante.
dígenas (artículo 4); así como también las medidas en-
Hecha esta descripción, es interesante revisar las cues-
caminadas a allanar las dificultades que experimen-
tiones fundamentales que se plantearon con ocasión del
ten al afrontar las nuevas condiciones de vida y de
debate parlamentario.
trabajo (artículo 5). Estas disposiciones sirven de base
para el establecimiento de políticas de discriminación La doctrina del Tribunal Constitucional y una polémi-
positiva. ca declaración interpretativa
c. Participación. Consultar a los pueblos indígenas, me- En diciembre de 1990, el ejecutivo envió al Congreso Na-
diante procedimientos apropiados y a través de sus cional el mensaje que iniciaba un proyecto de acuerdo
instituciones representativas, respecto de medidas le- destinado a aprobar el Convenio. El 11 de abril de 2000,
gislativas o administrativas susceptibles de afectarles con 72 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó
directamente (artículo 6). el Convenio luego de casi 10 años de tramitación. Sólo
d. Tierras o territorios . En esta materia, el Conve- faltaba su aprobación por el Senado para que el Convenio
nio se ancla en dos declaraciones fundamentales se transformara en ley de la República. Sin embargo, el
(artículo 13): proyecto de acuerdo respectivo pasó a la Comisión de Re-

6
DIRECCIÓN DE ASUNTOS PÚBLICOS • ABRIL 2008

laciones Exteriores del Senado y allí comenzó un letargo afirmarse que por esta razón no pueden ser incom-
que sólo se interrumpiría en el segundo semestre de 2007. patibles con la Constitución Política. Los ‘programas’
Al mismo tiempo, en julio de ese año un grupo de 31 también pueden ser inconstitucionales.
parlamentarios de la oposición presentó ante el Tribunal
En cuanto a la incompatibilidad constitucional, esta téc-
Constitucional un requerimiento solicitando se declarase
nica consiste en incluir en la disposición del tratado una
la inconstitucionalidad del Convenio. Este requerimiento
frase que la salve de conflictos con la Constitución de los
se dirigía tanto a la forma como al fondo del Convenio.
países llamados a ratificarlo: ‘...siempre que sea posible...’
Sin embargo, por sus implicancias para este artículo, sólo
o ‘...siempre que sea compatible con el sistema jurídico de
me referiré a la inconstitucionalidad de fondo.
cada estado...”. Según el tribunal, algunas normas rela-
En efecto, los requirentes sostuvieron que una lectura tivas a la solución de conflictos indígenas por órganos
simple del Convenio acusa inmediatamente una serie de distintos de los tribunales (artículo 9) se salvan por es-
inconstitucionalidades de fondo, esto es, normas incom- tar inmersos en artículos condicionados al evento de
patibles con los preceptos sustantivos de nuestra carta, compatibilidad.
señalando como ejemplo los artículos 14 y 15 del Con- Fermandois (2000), haciendo una evaluación global del
venio antes comentados. Pero el Tribunal Constitucional fallo del tribunal, estima que éste es consistente en cuanto
rechazó el requerimiento. Para que las normas cuestio- a la inconstitucionalidad de forma, pero en cambio agre-
nadas salvaran el examen de constitucionalidad, el tri- ga que no resulta fácil adherir a los fundamentos por los
bunal recurrió a dos argumentos: que se rechazó la inconstitucionalidad de fondo. En efec-
• la distinción entre disposiciones autoejecutables o self to, estima que permitir que entren en vigencia normas in-
executing y disposiciones programáticas o non self exe- compatibles con la Constitución Política sobre la base de
cuting (dando como ejemplo los artículos 14 y 15 y que sólo son programáticas o sobre la base que permiten
otros análogos); y su aplicación o ignorancia según sean o no compatibles
• la tesis de la incompatibilidad constitucional (citando con el sistema, es esperar demasiada responsabilidad de
los artículos 9; 15 Nº2; 16 Nº3). los órganos estatales que aplican diariamente la ley.

Para el tribunal, las disposiciones programáticas o non La discusión en el Senado se reactivó a fines de 2007
self executing son aquéllas que requieren para su entrada en medio de una renovada discusión pública sobre la
cuestión indígena marcada por la huelga de hambre de
en vigencia de la dictación de leyes, reglamentos o de-
la activista Patricia ‘Chepa’ Troncoso, la repetición de
cretos que las implementen, esto es, que las hagan apli-
situaciones de violencia en el sur y la designación por el
cables como fuente de derecho interno. Estas disposicio-
Gobierno de un Comisionado Especial para los Pueblos
nes se reconocerían, según el Tribunal Constitucional,
Indígenas.
por la conjugación en futuro de sus verbos rectores: ‘...
los gobiernos deberán...’ o ‘...deberán tomarse medidas...’. En este contexto, gobierno y oposición alcanzaron un
Según el tribunal, las normas programáticas no pueden acuerdo político para aprobar el Convenio en el Senado
ser inconstitucionales desde pronto, porque no son nor- sujeto a que el instrumento de ratificación incluyera una
mas vigentes ni lo serán por obra del tratado. Sólo cabría declaración interpretativa respecto al artículo 35 del
pronunciarse respecto de ellas cuando se implementen mismo. El texto de declaración aprobado por la Comisión
mediante la legislación futura. de Relaciones Exteriores del Senado señala lo siguien-
te: “El Gobierno de la República de Chile, al ratificar el
Fermandois (2000) sostiene que esta tesis no es convin-
Convenio 169 de Pueblos Indígenas y Tribales en Países
cente, considerando que:
Independientes, formula una declaración interpretativa
a) La distinción aludida no existe en nuestro ordena- al artículo 35 del referido instrumento internacional en
miento jurídico; el sentido que éste sólo es aplicable en relación a los
b) Dicha distinción no se explica por sí misma, salvo que tratados internacionales ratificados por Chile y que se
se considere al tratado internacional como un instru- encuentren vigentes.”
mento especial, cuasi-jurídico, y no como ley vigente A su vez, el artículo 35 del Convenio establece que “la
propiamente tal; y aplicación de las disposiciones del presente Convenio no
c) La legislación común contempla toda clase de fórmu- deberá menoscabar los derechos y ventajas garantizados
las verbales y mandatos futuros, pero jamás podría a los pueblos interesados en virtud de otros convenios

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 7


SEBASTIÁN DONOSO RODRÍGUEZ • CHILE Y EL CONVENIO 169 DE LA OIT: REFLEXIONES SOBRE UN DESENCUENTRO

y recomendaciones, instrumentos internacionales, trata- mitan darle aplicación. Si el gobierno no demuestra vo-
dos, o leyes, laudos, costumbres o acuerdos nacionales.” luntad real de empujar esos cambios, la buena noticia
Como queda en evidencia en las actas de la discusión le- que significó la aprobación del Convenio para algunas
gislativa, la declaración interpretativa pretendía ‘limitar’ organizaciones puede transformarse en una frustración
los efectos de este artículo del Convenio dejando en cla- tan difícil de manejar como la irritación previa frente
ro que su alcance sólo se refería a aquellos instrumentos a la falta de aprobación del mismo. Por otra parte, el
respecto de los cuales existe un claro e inequívoco con- hecho que la ratificación del Convenio vaya acompa-
sentimiento del Estado, como son los tratados ratificados ñada de una declaración interpretativa en los términos
por Chile y que se encuentren vigentes. Como es natu- ya señalados permite augurar una severa crítica de las
ral, muchas organizaciones indígenas interpretaron este organizaciones indígenas en contra de la utilización del
acuerdo como una maniobra política destinada a obs- Convenio como una fórmula para limitar la aplicabili-
truir la aplicación de la Declaración de Derechos de los dad de los derechos establecidos a favor de los indígenas
Pueblos Indígenas de Naciones Unidas que, como vere- en otros instrumentos internacionales.
mos, fue votada favorablemente por Chile (es decir tiene
En el frente externo, la falta de aprobación del Convenio
el ‘consentimiento’ del Estado) pero al no tener estatus
afectaba negativamente la imagen y prestigio del Go-
de tratado no puede ser sometido a la ratificación del
bierno de Chile en materia de resguardo de los derechos
Congreso Nacional. La polémica que se generó obligó al
indígenas –al menos en lo que a organismos como la
gobierno a realizar una consulta formal a la OIT respec-
ONU concierne– y, consecuentemente, se reflejaba en
to al alcance de la referida declaración interpretativa,
la presión ejercida por ella y otras organizaciones para
cuya respuesta favorable permitió que avanzara el pro-
que nuestro país aprobara el Convenio. Las particulares
ceso de aprobación pero no despejó las dudas respecto
condiciones en que se ratificó el Convenio –principal-
a una cierta ambigüedad de las autoridades en relación
mente el contenido de la citada declaración interpreta-
a su real voluntad de implementar las recomendaciones
tiva– hacen presagiar que la presión internacional no
de la citada declaración de la ONU.
cederá mientras Chile no avance sustantivamente en la
implementación del Convenio y promoción de los dere-
Chile con convenio: alcances y consecuencias chos indígenas.
En este punto, la pregunta que cabe hacer y contestar es b) Implicancias de políticas públicas
qué implicancias políticas, legales y de políticas públicas
tendrá la aprobación del Convenio. El primer factor a considerar es la introducción por el
Convenio de un nuevo lenguaje que favorece un clima
a) Implicancias políticas propicio a las demandas indígenas, al reconocimiento de
sus ‘derechos ancestrales’ y a la protección de sus tierras
En términos estrictamente políticos, y desde la perspec-
y recursos naturales que le están asociados. Este nuevo
tiva de la coalición gobernante, la aprobación del Con-
lenguaje va asociado al establecimiento de una serie de
venio permite cumplir una antigua promesa electoral y
derechos, complementarios y adicionales a los consagra-
apaciguar las críticas de organizaciones internacionales
dos por la Ley N°19.253, a favor de los indígenas.
a su manejo del tema, dando así una prueba de ‘correc-
ción política’. Desde este punto de vista, si bien es una discusión pen-
diente la ‘autoejecutabilidad’ o no de las disposiciones
Respecto a lo primero, sabemos que hasta hace poco
más emblemáticas del Convenio, tal vez la consecuencia
algunos dirigentes y organizaciones indígenas incluían
directa más relevante de su aprobación es lo que podría-
en su discurso una dura crítica a los actores políticos
mos llamar el ‘capital simbólico’ que le está asociado.
–al Gobierno por no asignarle suficiente prioridad, a la
Este ‘capital simbólico’ tiene que ver, por un lado, con las
oposición por restar su apoyo, o a ambos– por la demora
señales que se envían al país con la aprobación del Con-
en aprobar el Convenio. Por lo mismo, la aprobación del
venio, y por otro, con la base o sustento que otorga aquél
Convenio figuraba en forma destacada entre sus deman-
a las demandas o exigencias que los indígenas no podían
das. Dada la discusión respecto a la ‘autoejecutabilidad’
formular mientras el Convenio no estaba ratificado. Un
o no de sus normas, es esperable que la demanda por
ejemplo claro de ello es el derecho de los indígenas a
aprobación del Convenio se transforme ahora en una
los recursos naturales existentes en sus tierras, que es-
demanda para que se dicten aquellas normas que per-
tablece el artículo 15 del Convenio, el que comprende
8
DIRECCIÓN DE ASUNTOS PÚBLICOS • ABRIL 2008

su derecho a participar en la utilización, administración do por la doctrina del Tribunal Constitucional como
y conservación de dichos recursos. A falta de aproba- ‘promocionales’ o ‘programáticas’.
ción del Convenio, estos derechos no podían serles re-
conocidos de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico,
El Convenio en la agenda nacional e internacional:
cuestión que no es menor si se considera la magnitud de
ciertos proyectos de inversión que han afectado recur-
¿urgencia?
sos naturales existentes en zonas de población indígena. No obstante a la prioridad que se asignó a la aprobación
Con el Convenio aprobado, la discusión queda abierta. de este instrumento, pareciera que la agenda internacio-
nal se está alejando del Convenio y centrando su aten-
Por último, hay una cuestión de fondo que tiene que ver
ción en nuevos instrumentos. Desde mediados de los 90
con el rol que viene a ocupar el Convenio en el diseño
tanto Naciones Unidas como la OEA vienen trabajando
general de la política pública hacia los indígenas, tema al
sendas declaraciones de derechos de los pueblos indí-
que se refiere la última parte de este trabajo.
genas. De ellas, la más importante es la Declaración de
c) Implicancias legales las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, cuyo texto fue adoptado por resolución del
Las consecuencias legales deben analizarse en tres es- Consejo de Derechos Humanos con fecha 29 de junio de
cenarios distintos: 2006 y aprobado por la Asamblea General del organis-
• Si las normas del Convenio –todas o algunas de ellas– mo el 12 de septiembre de 2007, con el voto favorable
se estiman como autoejecutables, entonces la mera de Chile. Esta declaración recoge, como es natural, todo
aprobación del mismo incorpora a nuestro sistema el desarrollo posterior a 1989 en lo que a derechos de
legal una serie de derechos que pueden ser exigidos los indígenas se refiere.
por los indígenas. Es esperable que algunos de estos
No es extraño, entonces, que la prioridad efectiva asigna-
derechos, particularmente los consagrados en los artí-
da a la aprobación del Convenio haya languidecido por
culos 14 y 15, sean resistidos por la empresa privada
largos años, aunque formalmente se haya mantenido el
y, desde el otro lado, sean alegremente bienvenidos
compromiso. No son pocos los que señalan que el valor
por los indígenas, lo que podría entrañar nuevos con-
del Convenio está más bien ligado al debate de los 90
flictos sociales.
y que hoy la discusión mira más a estas declaraciones
• Si, en cambio, se adhiere a la doctrina del Tribunal de derechos de los pueblos indígenas, textos que estima
Constitucional y se estima que las normas del Con- bastante más avanzados y que reconocen, entre otros, el
venio no son autoejecutables, es posible que se reste derecho a la libre determinación de aquéllos.
dramatismo a su aprobación. No obstante ello, cabría
En efecto, el texto de la Declaración de las Naciones
esperar que a su aprobación siga una fuerte presión po-
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
lítica para dictar nuevas normas o modificar aquéllas
es elocuente respecto a los derechos que les reconoce.
que permitan dar aplicación al Convenio, por ejemplo,
Su artículo 3 dispone que “los pueblos indígenas tienen
en materia de ‘consulta’ a los indígenas o de los alcan-
derecho a la autodeterminación”, y que en virtud de tal
ces que tienen las ‘Áreas de Desarrollo Indígena’ en el
derecho “determinan libremente su estatus político y per-
contexto de procesos de evaluación ambiental.
siguen libremente su desarrollo económico, social y cultu-
• Por último, aún cuando no existieren apoyos ni con- ral”. El artículo 4 complementa el anterior prescribiendo
sensos suficientes para aprobar esos cambios en nues- que los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho de
tra legislación que permitan dar aplicación al Conve- autodeterminación, tienen derecho a autonomía o auto-
nio, su mera aprobación (y por tanto su incorporación gobierno en materias relativas a sus asuntos internos y
como norma de derecho interno) constituye suficiente locales, así como a los medios para financiar dichas fun-
argumento para que sus disposiciones sean invocadas ciones autónomas. En otra materia altamente sensible
en apoyo de demandas, movilizaciones y aún actos para los indígenas, el artículo 10 indica que no podrán
fuera de la ley, como lo ha demostrado la experiencia ser removidos a la fuerza de sus tierras o territorios,
sistemáticamente. Debe destacarse en este punto la y que ninguna relocalización podrá tener lugar sin el
posibilidad que los Tribunales de Justicia invoquen las consentimiento previo, libre e informado de los pueblos
normas del Convenio para dirimir contiendas judicia- indígenas afectados. Esta última disposición representa
les, incluso tratándose de aquéllas que se han califica- un paso decidido en esta materia, comparada con for-

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 9


SEBASTIÁN DONOSO RODRÍGUEZ • CHILE Y EL CONVENIO 169 DE LA OIT: REFLEXIONES SOBRE UN DESENCUENTRO

mulaciones previas (como la del Convenio) bastante más ‘doctrinario’, podríamos agregar políticamente correcto,
tibias. El artículo 26, por su parte, establece que los pue- entre los expertos convocados por cada organismo.
blos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y
Es tarea de cada país, por tanto, analizar cuidadosamen-
recursos que tradicionalmente han ocupado, utilizado o
te la adecuación del instrumento de que se trate a su rea-
de que han sido dueños.
lidad y por tanto las ventajas y desventajas de aprobarlo.
Desde el punto de vista de la protección de los derechos Este análisis es fundamental si se quiere avanzar una
indígenas esta declaración representa, al menos en la opinión respecto a la conveniencia o no de incorporar
óptica de sus impulsores, una salvaguardia mucho más el Convenio a nuestra legislación interna. Esta necesaria
férrea y un lenguaje claramente más garantista que lo tarea, no obstante, usualmente es postergada por consi-
que puede ofrecer el Convenio. Ello hace pensar que, bis deraciones de carácter político. La decisión de someter o
a bis con esta declaración, el Convenio refleja una etapa no un tratado internacional a la aprobación parlamenta-
superada por las nuevas directrices del ‘establishment ria usualmente está motivada por el ánimo de ‘cumplir’
internacional’ en lo que a derechos indígenas se refiere. con la comunidad internacional, por un lado, y por otro
satisfacer necesidades políticas en el plano interno.
¿Por qué razón entonces el Gobierno insistió en la apro-
bación del Convenio? La respuesta se encontraría en la Tal como se señaló al principio de este trabajo, la evi-
naturaleza jurídica de la Declaración de Derechos de dencia indica que la población indígena está afectada
los Pueblos Indígenas. Este último instrumento es con- por un avanzado proceso de pérdida cultural y una gra-
siderado una ‘recomendación’, por lo que no es jurídica- ve situación de pobreza y exclusión social. Frente a esta
mente vinculante ni puede ser ratificado por los países realidad, existe la percepción que los gobiernos de la
signatarios. Ello explicaría la insistencia en lograr la ra- Concertación han tratado de mantener un equilibrio en-
tificación del Convenio, que se erige de este modo en tre su objetivo de mejorar las condiciones socioeconómi-
el único tratado internacional que consagra derechos a cas de los indígenas y aquél de procurar su protección.
favor de los indígenas y que puede ser ratificado, aunque Pero esta dinámica se da en el marco de una institucio-
sus disposiciones no reflejen los últimos progresos en nalidad que privilegia la protección por sobre cualquier
esta materia. otro fin, lo que en la práctica se traduce en disposiciones
legales y políticas que constriñen severamente el espec-
tro de estrategias de sobrevivencia y las oportunidades
Convenio y política indígena en Chile:
de superación de los indígenas. Por otra parte, el clima
el debate pendiente de conflictividad asociado a los hechos de violencia que
La cuestión de fondo, sin embargo, es la adecuación del se viven en las regiones del Bío-Bío y de Los Lagos desde
Convenio a la realidad de nuestro país. Es la respuesta 1997 en adelante, ha alterado las prioridades en la po-
a esta cuestión la que permite explicar en última instan- lítica indígena gubernamental. De este modo, pareciera
cia la oposición parlamentaria que enfrentó la aproba- que por extensos períodos su objetivo primordial ha sido
ción del Convenio. Más importante aún, dicha respuesta contener el conflicto más que ser proactivos en la bús-
debiera iluminar una reflexión indispensable respecto queda de soluciones a los problemas más urgentes que
al lugar que ocupará el Convenio –o la Declaración de afectan a los indígenas.
Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU– en el
En la práctica, entonces, tenemos una política indígena
marco general de las políticas públicas hacia nuestros
que ha implicado discretos avances en materia de re-
compatriotas indígenas.
ducción de la pobreza indígena e igualmente discretos
Los instrumentos internacionales, como es natural, tie- resultados en materia de preservación cultural.
nen un contenido esencialmente normativo. Sus dispo-
Una pregunta surge entonces nítidamente: ¿qué lugar
siciones están pensadas desde la óptica del ‘deber ser’, y
vendrá a ocupar el Convenio en este escenario?
no de las realidades en la cuales están llamadas a apli-
carse. Este defecto, tal vez insoslayable, implica que los Si dejamos de lado las aproximaciones político-electora-
instrumentos internacionales constituyen verdaderos les a esta pregunta, y nos centramos en las consecuen-
‘blueprints’ o matrices conceptuales rígidas que, enfren- cias al nivel de políticas sectoriales, debemos considerar
tadas a la realidad de cada país, pueden ser muy va- una serie de variables a la hora de intentar una respues-
liosas, de escaso aporte, o derechamente perjudiciales. ta. Todas estas variables tienen que ver con definiciones
En la práctica, estos instrumentos recogen un consenso sustantivas sobre la política indígena que queremos:
10
DIRECCIÓN DE ASUNTOS PÚBLICOS • ABRIL 2008

1. Segregación o integración. La actual política indíge- 5. Derechos colectivos o derechos individuales. Aun-
na, si bien no promueve abiertamente la autodeter- que la Ley Indígena chilena establece derechos a fa-
minación, autonomía y segregación de los indígenas, vor de individuos y no colectivos indígenas, existe
establece un sistema de protección de sus tierras que una presión importante desde ciertos actores para
implica serias trabas a su integración a la sociedad. avanzar hacia la consagración de derechos colectivos.
Algunos ideólogos ven en la integración una amenaza Ello implica la interposición de un ente abstracto –el
a la preservación de las identidades y culturas indíge- colectivo indígena y sus discutibles representantes–
nas, y el Convenio está impregnado de esta visión. entre el indígena y el Estado, lo que nos aparta de
2. Ruralidad o realidad. La Ley Indígena promueve una una larga tradición jurídica de consagración de dere-
visión según la cual ser indígena es sinónimo de rura- chos individuales, por una parte, y por otra, entraña
lidad, por lo que se asume que las identidades indíge- el riesgo de desatender o restar énfasis a la satisfac-
nas se reproducen en ese entorno. Con ello queda en ción de los derechos individuales de los indígenas,
entredicho la identidad de esa mayoría indígena que largamente desatendidos, como hemos visto. En este
–por las razones que sean– vive en centros urbanos punto, como en los anteriores, el Convenio también
y que lucha diariamente por no perder sus raíces en se inclina hacia los derechos colectivos.
un ambiente hostil. El Convenio comparte este ‘sesgo Como puede apreciarse, una definición frente a estas
pro-rural’. variables debió haber motivado una reflexión más pru-
3. Asistencialismo o empoderamiento. Si bien se han dente respecto a la conveniencia de incorporar el Con-
hecho algunos esfuerzos en materia de capacitación y venio a nuestro sistema jurídico por la vía de su rati-
apoyo productivo, la política indígena hasta ahora ha ficación. Para quienes comparten los ejes centrales de
tenido como pilar fundamental las transferencias de la política indígena que se ha aplicado desde 1990 en
recursos públicos, evidencia de lo cual es el presupues- adelante –más allá (o, tal vez, a pesar) de las contradic-
to creciente de la CONADI, cuya mayor parte ha sido ciones vitales que han impedido mejores resultados– la
destinada al programa de entrega de tierras. Los países aprobación del Convenio implica una confirmación de
que han seguido este camino no han tenido buenos sus principales lineamientos y una vigorización de los
resultados. La alternativa obvia, por supuesto, es poner derechos indígenas por la vía de introducir nuevos de-
el énfasis en la construcción de competencias y capa- rechos asociados a un lenguaje también nuevo. Quie-
cidades para lograr una auténtica emancipación de la nes ven en la actual política indígena –y también en el
asistencia estatal. Una vez más, el espíritu del Convenio Convenio– una expresión de consensos que ya han sido
parece alinearse del lado del asistencialismo. superados por la discusión internacional, seguramente
privilegiarán la Declaración sobre los Derechos de los
4. Discriminación positiva o igualdad ante la ley. La
Pueblos Indígenas como un instrumento que protege
discriminación positiva ha sido indiscutidamente el
mejor los derechos de los indígenas. En fin, para quienes
eje central de la política indígena de los gobiernos de
como este autor estiman que la actual política indígena
la Concertación. Países como Estados Unidos, que han
está marcada por profundas contradicciones y una cla-
aplicado políticas de ‘affirmative action’ por décadas,
ra ideologización, factores ambos que han perjudicado
están empezando a dar señales en sentido opuesto,
gravemente los objetivos de superación de la pobreza
bajo el principio que las políticas públicas deben ser
indígena y preservación de sus culturas, lo que se re-
ciegas frente a diferencias de raza, aunque la discri-
quiere con urgencia es la revisión de esa política más
minación se tilde de ‘positiva’. El Convenio, sin embar-
que la adopción irracional de instrumentos que podrían
go, sintoniza con la discriminación positiva.
obstaculizar aún más dichos objetivos.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 11


SEBASTIÁN DONOSO RODRÍGUEZ • CHILE Y EL CONVENIO 169 DE LA OIT: REFLEXIONES SOBRE UN DESENCUENTRO

Bibliografía
• Arturo Fermandois (2000) Sentencia del tribunal Constitu- • José Bengoa (2000) La emergencia indígena en América
cional (I). Convenio N°169 de la O.I.T: sobre Pueblos Indíge- Latina. Santiago, Fondo de Cultura Económica: 273-274.
nas y Tribales en Países Independientes. Informe Constitu-
cional, números 2295, 2296 y 2297, Santiago.

12
VICERRECTORÍA DE COMUNICACIONES Y ASUNTOS PÚBLICOS
DIRECCIÓN DE ASUNTOS PÚBLICOS

Alameda 390, 3er piso. Teléfono: 354 6563. Email: asuntospublicos@uc.cl www.uc.cl

También podría gustarte