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CONTENIDO

PRESENTACIÓN .................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 3
CAPÍTULO III ..................................................................................................................... 21
CLASES DE CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURÍDICO ................................................. 21
CONFIRMACIÓN EXPRESA ......................................................................................... 21
CONFIRMACIÓN TÁCITA ............................................................................................ 24
CAPÍTULO V ...................................................................................................................... 32
FIGURAS AFINES A LA CONFIRMACIÓN .................................................................... 32
LA RATIFICACIÓN ........................................................................................................ 32
Características: .............................................................................................................. 33
Naturaleza jurídica de la ratificación ............................................................................ 34
EL RECONOCIMIENTO................................................................................................. 36
LA TRANSACCIÓN ........................................................................................................ 36
Naturaleza jurídica. ....................................................................................................... 37
Caracteres. ..................................................................................................................... 37
Objeto de la transacción. ............................................................................................... 38
Forma de la transacción................................................................................................. 38
La transacción como un acto complejo ......................................................................... 41
Forma de la transacción................................................................................................. 42
Maneras de ejecutar la transacción judicial y extrajudicial........................................... 42
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 43
BIBLIOGRAFÍA .................................................................. Error! Bookmark not defined.
PRESENTACIÓN

El presente trabajo está desarrollado con la finalidad de brindar al estudiante la información


más eficiente y centrada, así como la de facilitar la información adecuada para un mejor
entendimiento de un tema trascendental como es el acto jurídico.

Al término del tema desarrollado el estudiante estará en la capacidad de conocer y tener una
clara diferencia acerca de todo lo que refiere el acto jurídico y lo más primordial tener una
idea clara sobre el tema de confirmación del acto jurídico en el ámbito nacional. Las
exigencias que el mundo moderno exige al abogado son la capacidad de discernir y estar al
tanto de las nuevas incorporaciones que se hacen en el mundo jurídico sobre el tema del acto
jurídico y más aun de la confirmación del acto jurídico que ha tomado gran importancia en
la aplicación de los actos de nulidad y anulabilidad.
La confirmación del acto jurídico es la única modalidad de convalidación de los contratos
regulada en el código vigente, opera mediante una declaración de voluntad de quien podía
invocar la causa de invalidez, que son aplicables solo a los contratos anulables regulados por
nuestro ordenamiento jurídico civil. El código distingue la confirmación expresa y la tacita
que son sin duda las más frecuentes. Es un agrado para nosotros presentar y poner a
disposición suya el presente trabajo, fruto de la esmerada dedicación puesta en el curso.
Atentamente: los alumnos de la asignatura de acto jurídico
INTRODUCCIÓN

Para conocer más profundamente la confirmación del acto jurídico comenzaremos por
desarrollar el concepto de anulabilidad que se fundamenta en la protección del interés
privado1 del legitimado para accionar, de ahí que frente al acto anulable, la parte afectada
puede optar, si tiene necesidad en la protección, por demandar judicialmente para que se
declare su nulidad, o , si ya no tiene necesidad de protección, puede convalidarlo mediante
confirmación o puede dejar que transcurra el plazo de prescripción para ejercer la acción de
anulación (prescripción extintiva o liberatoria o sanatoria), o renunciar a la acción una vez
que ha cesado la causal de anulabilidad.
Una vez vislumbrado el concepto de anulabilidad podemos entender mejor que es la
confirmación. Que se define como una forma de convalidación de un acto anulable, por
medio de la cual el titular de la acción de anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente su
deseo de querer la validez y eficacia definitiva del acto anulable. La confirmación encuentra
su fundamento en el principio de conservación del acto jurídico.
La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es algo
más que una simple renuncia, es una manifestación de la voluntad expresa o tácita de que se
quiere mantener el acto libre de toda amenaza de destrucción (acto positivo).
El acto anulable es eficaz desde su celebración, produce los efectos que le son propios como
si se tratara de un acto sano sin defectos o vicios que afecte su validez, aunque está
amenazado de anulabilidad, la confirmación suprime la amenaza de anulación y asegura la
validez y eficacia definitiva del acto que ya no podrá ser impugnado de anulabilidad; la
extinción de la amenaza de destrucción del acto no significa que la confirmación tiene efectos
retroactivos, sino que simplemente el acto y sus efectos ya producidos dejan de estar
amenazados de ser destruidos mediante anulación.2
La confirmación encuentra su fundamento en el principio de conservación del acto jurídico.
La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es algo
más que una simple renuncia, es una manifestación de la voluntad expresa o tácita de que se
quiere mantener el acto libre de toda amenaza de destrucción (acto positivo). El acto anulable
es eficaz desde su celebración, produce los efectos que le son propios como si se tratara de
un acto sano sin defectos o vicios que afecte su validez, aunque está amenazado de
anulabilidad, la confirmación suprime la amenaza de anulación y asegura la validez y eficacia
definitiva del acto que ya no podrá ser impugnado de anulabilidad; la extinción de la amenaza
de destrucción del acto no significa que la confirmación tiene efectos retroactivos, sino que
simplemente el acto y sus efectos ya producidos dejan de estar amenazados de ser destruidos
mediante anulación. OSORIO Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales

1
OSORIO Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales pág. 509 (La
conveniencia individual de una persona frente a otra. El bien de los particulares contrapuesto al de
la colectividad, al social, del Estado como persona de Derecho Público.)
2
TORRES VAZQUEZ Aníbal Acto Jurídico Capitulo XV Confirmación del Acto Jurídico Págs. 815
- 816
(La conveniencia individual de una persona frente a otra. El bien de los particulares
contrapuesto al de la colectividad, al social, del Estado como persona de Derecho Público.

CAPITULO I

LA CONFIRMACION DEL ACTO JURÍDICO


CONCEPTO:
Según Llambías: “la confirmación es un acto jurídico mediante el cual se expurga a otro acto
jurídico inválido del vicio que adolecía y en razón del cual era pasible de nulidad ” también
“La confirmación es el acto jurídico por el cual una persona hace desaparecer los vicios de
otro acto que se halla sujeto a una acción de nulidad ”. “la confirmación contiene virtualmente
renuncia de la acción de nulidad; pero toda renuncia no constituye una confirmación...”
Salvat en su Tratado explica que la renuncia es el género y la confirmación una de sus
especies.

Jurisprudencia: La confirmación del acto viciado no es otra cosa que la renuncia del derecho
que la ley le otorga para hacer que se declare ineficaz el acto.
Cuando el menor alcanza la mayoridad y confirma el acto afectado de nulidad relativa, éste
queda convalidado desde su origen, no pudiendo ser ya impugnado.

En la misma nota se advierte que debe distinguirse a la confirmación de la novación, porque


la confirmación no hace nacer una obligación nueva, sino que repara los vicios de la misma;
y asimismo de la ratificación, porque la confirmación no implica asumir obligaciones
contraídas por otro sin poder suficiente, sino un acto que, como explica Borda, ha sido
realmente otorgado (por el mismo interesado o su representante) “pero que adolece un vicio
susceptible de provocar la invalidez ”.

Jurisprudencia: La confirmación se refiere a los actos jurídicos en los cuales la convalidación


emana de quien ha sido parte en él; la ratificación supone la realización de un acto a nombre
de otro, sin tener poderes o con poderes insuficientes de éste, quien mediante dicha
ratificación hace suyos los efectos del celebrado por falsus procurator.
La confirmación debe distinguirse del reconocimiento, ya que éste “no equivale siempre ni
puede confundirse con la confirmación, de modo que si el título era originariamente nulo, el
vicio subsistiría a pesar de habérselo reconocido, mientras no concurra la intención de
convalidarlo haciéndolo desaparecer” Para Salvat “en la confirmación, por el contrario (al
reconocimiento), se reconoce la validez de la obligación (en el reconocimiento puede
desconocerse, más allá de confesar que la obligación se ha formado). Puede decirse,
agregamos aún, que la confirmación implica un reconocimiento; pero el reconocimiento, por
el contrario, no implica una confirmación”).
La confirmación es un acto jurídico en virtud del cual se convalida otro acto jurídico, que por
adolecer de un vicio o causal de nulidad relativa puede ser anulado. Sólo procede en los actos
jurídicos anulables, es decir, la nulidad absoluta constituye una sanción más rigurosa al
fundamentarse en consideraciones de orden público, razón por la cual no es subsanable en la
confirmación. La nulidad relativa se fundamenta en la protección de intereses privados, por
lo que el legitimado para accionar puede no hacerlo y confirmar el acto viciado

ACTOS SUSCEPTIBLES DE CONFIRMACIÓN

Los actos susceptibles de confirmación son los que padecen una mera nulidad relativa, “La
nulidad relativa puede ser cubierta por confirmación del acto”. Porque, es una nulidad de
protección que tiene siempre un destinatario - la persona en cuyo beneficio se ha establecido
la sanción de nulidad – lógicamente el particular beneficiado puede renunciar al beneficio y
confirmar el acto. (Llambías – Conf. Salvat y Borda). La nulidad relativa lo es en sentido
estricto, porque casi siempre hay un interés público de la comunidad.
dispone “...la nulidad absoluta no es susceptible de confirmación”. Vélez Sársfield adhirió a
la idea de no confirmabilidad y de imprescriptibilidad de la nulidad absoluta (manifiesta o
no), ya que de lo contrario se hubiera habilitado la realización de actos ilícitos, contrarios al
interés general.

Jurisprudencia: El acto viciado de nulidad absoluta no puede ser confirmado. Pero necesita
ser invalidado, mientras su nulidad no sea declarada judicialmente, tiene una especie de vida
superficial. Sin embargo, aunque no puede ser confirmado puede ser reproducido,
salvándose en esta oportunidad el vicio que afectaba al anterior, si su naturaleza lo permite,
en cuyo caso la pretendida confirmación vale por si misma como un nuevo acto

Es aquella forma mediante la cual se convalida, reafirma o se solidifica los efectos de


determinado acto jurídico, que inicialmente estuvo incurso o llevaba consigo determinada
causal de anulabilidad, es decir, nulidad relativa.

Como se ha señalado, sólo es factible la confirmación de los actos anulables, mas no se puede
hacer extensiva esta figura jurídica respecto a aquellos actos que cuentan con una causal
de nulidad absoluta.

Para conocer más profundamente la confirmación del acto jurídico comenzaremos


por desarrollar el concepto de anulabilidad que se fundamenta en la protección del interés
privado

del legitimado para accionar, de ahí que, frente al acto anulable, la parte afectada puede optar,
si tiene necesidad en la protección, por demandar judicialmente para que se declare su
nulidad, o, si ya no tiene necesidad de protección, puede
convalidarlo mediante confirmación o puede dejar que transcurra el plazo de prescripción
para ejercer la acción de anulación (prescripción extintiva o liberatoria o sanatoria), o
renunciar a la acción una vez que ha cesado la causal de anulabilidad. Una vez vislumbrado
el concepto de anulabilidad podemos entender mejor que es la confirmación. Que se define
como una forma de convalidación de un acto anulable, por medio de la cual el titular de la
acción de anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente su deseo de querer la validez y
eficacia definitiva del acto anulable.

La confirmación encuentra su fundamento en el principio de conservación del acto jurídico.


La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es algo
más que una simple renuncia, es una manifestación de la voluntad expresa o tácita de que se
quiere mantener el acto libre de toda amenaza de destrucción (acto positivo).El acto anulable
es eficaz desde su celebración, produce los efectos que le son propios como si se tratara de
un acto sano sin defectos o vicios que afecte su validez, aunque está amenazado de
anulabilidad, la confirmación suprime la amenaza de anulación y asegura la validez y eficacia
definitiva del acto que ya no podrá ser impugnado de anulabilidad; la extinción de la amenaza
de destrucción del acto no significa que la confirmación tiene efectos retroactivos, sino que
simplemente el acto y sus efectos ya producidos dejan de estar amenazados de ser destruidos
mediante anulación

OSORIO Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales pág. 509 (La
conveniencia individual de una persona frente a otra. El bien de los particulares contrapuesto
al de la colectividad, al social, del Estado como persona de Derecho Público

TORRES VAZQUEZ Aníbal Acto Jurídico Capitulo XV Confirmación del Acto Jurídico
Págs. 815- 81

Para conocer más profundamente la confirmación del acto jurídico comenzaremos por
desarrollar el concepto de anulabilidad que se fundamenta en la protección del interés privado
del legitimado para accionar, de ahí que frente al acto anulable, la parte afectada puede optar,
si tiene necesidad en la protección, por demandar judicialmente para que se declare su
nulidad, o , si ya no tiene necesidad de protección, puede convalidarlo mediante confirmación
o puede dejar que transcurra el plazo de prescripción para ejercer la acción de anulación
(prescripción extintiva o liberatoria o sanatoria), o renunciar a la acción una vez que ha
cesado la causal de anulabilidad.

Una vez vislumbrado el concepto de anulabilidad podemos entender mejor que es la


confirmación. Que se define como una forma de convalidación de un acto anulable, por
medio de la cual el titular de la acción de anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente su
deseo de querer la validez y eficacia definitiva del acto anulable. La confirmación encuentra
su fundamento en el principio de conservación del acto jurídico.
La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es algo
más que una simple renuncia, es una manifestación de la voluntad expresa o tácita de que se
quiere mantener el acto libre de toda amenaza de destrucción (acto positivo).

El acto anulable es eficaz desde su celebración, produce los efectos que le son propios como
si se tratara de un acto sano sin defectos o vicios que afecte su validez, aunque está
amenazado de anulabilidad, la confirmación suprime la amenaza de anulación y asegura la
validez y eficacia definitiva del acto que ya no podrá ser impugnado de anulabilidad; la
extinción de la amenaza de destrucción del acto no significa que la confirmación tiene efectos
retroactivos, sino que simplemente el acto y sus efectos ya producidos dejan de estar
amenazados de ser destruidos mediante anulación.

DELIMITACIÓN CONCEPTUAL DE LA CONFIRMACIÓN DEL ACTO


JURÍDICO:

La confirmación es una modalidad de la convalidación, la más importante en la práctica y la


única con disciplina legal. Entendiendo por convalidación el fenómeno por el cual las partes
quedan vinculadas por un contrato originariamente inválido, en virtud de un hecho posterior,
la confirmación podría definirse como aquella convalidación operada por una posterior
declaración de voluntad de quien podía invocar la causa de invalidez.

También se llama confirmación al acto que produce el efectum iuris convalidatorio, con lo
que podría definirse (atendiendo a varios aspectos de su regulación legal) como "la
declaración de voluntad unilateral realizada por la parte legitimada para hacerlo,
concurriendo los requisitos exigidos por la ley, y en virtud de la cual un negocio afectado de
vicios que lo invalidan se convierte en válido y eficaz como si jamás hubiera estado afectado
por vicio alguno" (Serrano Alonso, E. 1976, 38).

Según Llambías: "La confirmación es un acto jurídico mediante el cual se expurga a otro acto
jurídico inválido del vicio que adolecía y en razón del cual era pasible de nulidad"; concepto
expresado en el art. 1059 del Cód. Civil: "La confirmación es el acto jurídico por el cual una
persona hace desaparecer los vicios de otro acto que se halla sujeto a una acción de nulidad".

En la nota al mismo artículo el codificador explica que "la confirmación contiene


virtualmente renuncia de la acción de nulidad; pero toda renuncia no constituye una
confirmación..."

La anulabilidad se fundamenta en la protección del interés privado del legitimado para


accionar; de ahí que frente al acto anulable, la parte afectada puede optar, si tiene necesidad
en la protección, por demandar judicialmente para que se declare su nulidad, o, si ya no tiene
necesidad de protección, puede convalidarlo mediante confirmación, o puede dejar que
transcurra el plazo de prescripción para ejercer la acción de anulación (prescripción extintiva
o liberatoria o sanatoria), o renunciar a la acción una vez que ha cesado la causal de
anulabilidad.

La confirmación es una forma de convalidación de un acto anulable, por medio de la cual el


titular de la acción de anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente su deseo de querer la
validez y eficacia definitiva del acto anulable. La confirmación, encuentra su fundamento en
el principio de conservación del acto jurídico.

La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es algo


más que una simple renuncia, es una manifestación de voluntad expresa o tácita de que se
quiere mantener el acto libre de toda amenaza de destrucción (acto positivo).

El acto anulable es eficaz desde su celebración, produce los efectos que le son propios como
si se tratara de un acto sano sin defectos o vicios que afecten su validez, aunque está
amenazado de anulabilidad. La confirmación suprime la amenaza de anulación y asegura la
validez y eficacia definitiva del acto que ya no podrá ser impugnado de anulabilidad; la
extinción de la amenaza de destrucción del acto no significa que la confirmación tiene efectos
retroactivos, sino que simplemente el acto y sus efectos ya productos dejan de estar
amenazados de ser destruidos mediante anulación.

La confirmación requiere que el confirmante tenga conocimiento:

a. Del vicio de anulabilidad de acto,

b. Del derecho a anularlo.

Para que la confirmación sea válida se deben dar dos condiciones:

a. Que haya desaparecido la causa de invalidez.

b. Que, en el acto de confirmación, no concurra ninguna causal de nulidad.

Ejemplo: Si un menor celebró un acto, "solo podrá confirmarlo cuando deje de ser menor".

La distinta conceptuación de la anulabilidad por los autores (contrato inválido, pero eficaz;
inválido e ineficaz; con validez y eficacia -o una de ellas- claudicante o precaria, etc.)
condiciona el concepto de confirmación. Remontándonos aún más, es claro que distintos
conceptos teóricos de validez, nulidad e ineficacia pueden conducir a una conceptuación
distinta

ANTECEDENTES Y EVOLUCIÓN DE LA CONFIRMACIÓN DEL ACTO


JURÍDICO

El derecho romano que no conoció el acto jurídico en una formulación sistematizada y en su


abstracción, tampoco consiguió la figura de la confirmación con un concepto general, el
pensamiento jurídico romano, lo hemos ya enfatizado, no fue dado a la abstracción y sus
formulaciones buscaban situaciones concretas. La subsanación acto viciado se producía
mediante hechos convalidatorio y mediante excepciones que el derecho pretoriano creaba y
reconocía.

Nuestro código civil de 1852, que adopto en buena medida el modelo napoleónico, legislo
también sobre la confirmación en relación a los contratos y su nulidad, pero la llamo
ratificación (art. 2283).

En el código civil de 1936 que incorporo la teoría del acto jurídico, incorporo también la
figura de la confirmación, con ese nomen iuris y tomando como fuente el artículo 148 de C.
Civil de 1916 la refirió a solo los actos anulables el código civil en vigor a recetado la figura
de la confirmación con la misma noción inomen iuris que su código antecedente.

FUNDAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

La confirmación se fundamenta en el principio de confirmación del acto jurídico ya que busca


mantener su eficacia y preservar el fin práctico perseguido por las partes.

El principio de conservación del Acto Jurídico, en el caso de la confirmación orienta su


aplicación a la estabilidad de las relaciones jurídicas por actos o negocios jurídicos que en
cuya formación se ha incurrido en vicios o causales que no lesionan al orden público, que, si
lo afectan su magnitud a ser preferible el mantenimiento del acto, precisamente, mediante el
acto confirmatorio. Se trata de un principio en favor negoti.

NATURALEZA JURÍDICA DE LA CONFIRMACIÓN

Es un acto jurídico porque su autor lo realiza con el fin inmediato de establecer una relación
jurídica válida o, mejor dicho, de liberar a la relación existente del peligro de aniquilación.
(Llambías).

Es unilateral, porque basta para crearla la voluntad de una sola persona, que para el caso es
el titular de la acción de nulidad relativa. Acerca de esto dice “La confirmación sea expresa
o tácita, no exige el concurso de la parte a cuyo favor se hace”. La razón es – dice el
codificador en su nota, tomada de Aubry y Rau, lo mismo que el texto del artículo - porque
se presume que esta parte hubiese ya dado con anticipación su adhesión a la confirmación,
en el momento en que el acto fue celebrado. De aquí estas dos consecuencias prácticas: 1° la
confirmación no puede ser revocada bajo pretexto de que la otra parte no la hubiese aceptado;
2° si se otorga por instrumento privado, no es necesario que lo sea por doble ejemplar.
(Llambías – Salvat; Conf. Borda).
ACTOS SUSCEPTIBLES DE CONFIRMAR
Anulabilidad por incapacidad relativa del agente.
De acuerdo con lo establecido por el artículo 221 (inciso 1), el acto jurídico es anulable por
incapacidad relativa del agente.
Estimamos que resultan aplicables a este punto los comentarios que efectuamos con relación
al análisis del segundo supuesto de nulidad por incapacidad absoluta del agente.

TORRES VAZQUEZ Aníbal, Sin embargo, podemos agregar que es en el caso de incapaces
relativos donde el artículo 1358 del Código Civil adquiere una relevancia de mayores
proporciones, ya que los supuestos en los que resulta aplicable son cuantitativamente más
considerables.
Para comprobarlo solo basta recordar que las personas relativamente incapaces son los
mayores de dieciséis años y menores de dieciocho años, los retardados mentales, los que
adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad, los pródigos, los que
incurren en mala gestión, los ebrios habituales, los toxicómanos y los que sufren pena que
lleva anexa la interdicción civil.
Dentro de tal orden de ideas, es más probable que contrate cualquiera de estas personas que
las mencionadas en el artículo 43 del Código Civil (norma referida a los incapaces absolutos).
Sin embargo, al contratar con cualquiera de las personas mencionadas en el artículo 44
(incapaces relativos), es más fácil que la contraparte no advierta su situación de incapacidad,
con el correlato de la posibilidad de anulación posterior del acto.
Evidentemente, a pesar de todas las dificultades contemporáneas, es mucho más fácil
identificar a un niño como menor de edad que hacerlo con relación a un adolescente.
Asimismo, es casi imposible identificar a simple vista o trato personal a un pródigo, a un mal
gestor, a un ebrio habitual (que no esté en estado de ebriedad o aun estándolo, porque esta
situación no implica que sea un ebrio habitual), a un toxicómano o a alguien que sufra pena
que lleve anexa la interdicción civil. (Acto Jurídico Acto Jurídico Págs. 815 - 816)

Anulabilidad por error


Si el error resulta ser una fuente o causa frecuente de anulación de actos jurídicos por actos
celebrados entre personas presentes (es decir, entre personas que se encuentran en un mismo
lugar al momento de la celebración del acto), será evidente que este vicio de la voluntad se
presentará con mayor asiduidad en los contratos celebrados por teléfono.
Y es que, si el agente que incurre en error ignora o hace una interpretación errónea de la
realidad, caerá mucho más fácil en una situación de esta naturaleza cuando no tenga la
posibilidad de un contacto directo con el objeto sobre el cual está contratando.
En efecto, la contratación por teléfono acentúa de por sí la posibilidad de incurrir en error,
en cualquiera de los supuestos que sobre este vicio de la voluntad contempla el Código Civil.
De este modo, haciendo un recorrido por las normas que el Código Civil contiene acerca del
error, diremos que por teléfono será más frecuente que el agente se equivoque con respecto
a la propia esencia o a una cualidad del objeto del acto que, de acuerdo con la apreciación
general o en relación con las circunstancias, deba considerarse determinante de la voluntad.
Esto, en la eventualidad de que no tenga el objeto del contrato a la vista o que el mismo se
halle en la esfera o posesión de su contraparte, en el otro extremo de la línea telefónica.

Anulabilidad por dolo


Incluso, hemos dicho que el dolo hace muchas veces que un error no esencial constituya
causa de anulabilidad de un acto jurídico. En buena cuenta, los errores, sean esenciales o no,
adquieren relevancia cuando son cometidos por dolo o engaño de la contraparte.
Para muchas personas resulta fácil engañar o inducir al engaño a otras.
Si esta situación la pensamos en función de actos o contratos celebrados entre dos personas
que se encuentran frente a frente y en un mismo lugar, imaginemos en qué medida podría
aumentar la posibilidad de engaño en los contratos celebrados por teléfono.
Pero también se podría sostener lo contrario, en la medida que quien engaña, cuando se
encuentra frente a su víctima, cuenta tal vez con mayores elementos o recursos para
sorprender o inducir a error a su contraparte. Tal es el caso de los
recursos visuales, del lugar, del ambiente y otros que en sede penal nos harían recordar a la
denominada mise en scène o puesta en escena. Sobre esta habla la doctrina francesa con
respecto al delito de estafa, en el cual el estafador arma todo un tinglado de elementos que
lleven o conduzcan a su víctima a relacionarse con él y a sufrir un detrimento patrimonial en
favor suyo o de un tercero.
Debemos señalar que a la contratación telefónica resulta plenamente aplicable lo dispuesto
por el artículo 210 del Código Civil. Dicha norma establece que el dolo es causa de anulación
del acto jurídico cuando el engaño usado por una de las partes haya sido tal que sin él la otra
parte no hubiera celebrado el acto.
Asimismo, cabe la posibilidad, aunque no parezca, que en un contrato concertado por
teléfono nos encontremos en presencia del dolo cometido por tercero. Sobre este se ocupa la
segunda parte del referido artículo 210, al señalar que cuando el engaño sea empleado por un
tercero, el acto es anulable si fue conocido por la parte que obtuvo beneficio de él.
Dicho tercero podría intervenir en la conversación telefónica entre aquellos que celebran el
contrato, ya sea en la modalidad de conferencia tripartita o en la convencional, empleando el
aparato telefónico de aquel que se verá beneficiado por el error de su contraparte.
No obstante, ello, consideramos que no se desnaturalizaría en lo más mínimo el acto, si el
tercero que actúa dolosamente (es decir, aquel que hace incurrir en error a la víctima del
engaño) influyera personalmente en el perjudicado.
Por lo demás, también creemos que resulta de aplicación al tema que nos ocupa lo relativo al
artículo 211 del Código Civil. Este precepto establece lo siguiente: “Si el engaño no es de
tal naturaleza que haya determinado la voluntad, el acto será válido, aunque sin él se hubiese
concluido en condiciones distintas; pero la parte que actuó de mala fe responderá de la
indemnización de daños y perjuicios.

Anulabilidad por intimidación


LEON BARANDIARÁN, José. La intimidación como conducta antijurídica influye sobre el
agente causándole miedo o temor, con la amenaza de un mal futuro inminente o grave,
presionando su voluntad o ánimo para declarar algo que no quiere.
En materia de contratación telefónica, puede ocurrir que la intimidación se haya producido
dentro de la misma conversación (vale decir, que ese temor respecto del mal inminente y
grave que le pueda ocurrir al agente se haya infundido en la propia conversación telefónica
que dio origen al contrato), de modo tal que todas estas situaciones se produzcan utilizando
el medio de comunicación al cual nos estamos refiriendo.
Ello resultaría plenamente factible, en la medida que para intimidar no resulta necesario que
quien intimida se encuentre frente a frente con su víctima. Bastaría, pues, utilizar la línea
telefónica para infundir el mencionado temor. Es más: nos atrevemos a decir que, cuando de
intimidación se trata, resulta más usual que dicha situación ilícita se produzca por teléfono,
debido a que permite en muchos casos reservar el anonimato de la persona que intimida.
Es necesario señalar, además que la intimidación puede también ser hecha por un tercero,
con conocimiento del eventual beneficiario del acto celebrado con este vicio (pues de lo
contrario, el acto no sería anulable).
Pensamos que la intimidación puede provenir de diversas fuentes, siempre y cuando se haga
en conexión o con el consentimiento expreso o tácito del mencionado eventual beneficiario.
Por lo demás, es necesario precisar que la intimidación puede haberse producido también
fuera de la conversación telefónica; es decir, personalmente o empleando cualquier otro
medio de comunicación. En cualquiera de estas situaciones, el acto sería anulable por
intimidación.
Anulabilidad por violencia
En la contratación por vía telefónica, resulta relevante analizar el funcionamiento de la
violencia física como vicio de la voluntad. (Acto jurídico / pág. 526)
Decimos esto, porque la violencia física implica que, al momento de celebrarse el acto, la
víctima ha sufrido o sufre violencia física, de modo que declara aquello que no quiere (hecha
la salvedad de que dicha violencia puede llegar a anular por completo la voluntad del agente,
caso en el cual el acto sería nulo, o a constituir un elemento importante en la obtención de
una voluntad viciada, supuesto en el cual permaneceríamos en presencia de un vicio de
voluntad).
Pero cualquiera sea el caso, nos lleva a señalar que la violencia tiene, necesariamente, que
implicar contacto personal entre la víctima y el agente causante de la violencia o de un tercero
que actúe en concordancia con dicho agente; caso contrario nos encontraríamos dentro del
ámbito de la intimidación y no de la violencia.
En tal sentido, podría ocurrir que, antes o coetáneamente al momento en que la víctima
declara su voluntad, esta haya sufrido actos de violencia dirigidos por su contraparte o un
tercero, pero, más allá del contacto físico que implica la realización de estos actos violentos,
la declaración que conduce a celebrar el contrato se haya producido telefónicamente.
Es obvio que en muchos casos el delincuente que emplea violencia para hacer celebrar a su
víctima un acto jurídico no será quien actúe por sí mismo, sino que en la mayoría de las veces
se valdrá de terceros para conseguir tales fines. De este modo, es probable que se obligue a
la víctima, inmediatamente después de haber sufrido daños corporales o al estar sufriéndolos,
a llamar por teléfono al autor intelectual de dichos actos para manifestar su voluntad de
contratar o celebrar aquel negocio perjudicial a sus intereses que beneficiará al mencionado
delincuente.
Vemos, pues, como la violencia física puede jugar un papel de interrelación con los contratos
celebrados por teléfono.

Anulabilidad por simulación relativa.


Como se recuerda, en virtud de lo establecido por el inciso 3 del artículo 221, el acto jurídico
es anulable por simulación cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho de tercero.
Hemos mencionado, hace un momento, que el tema de la simulación adquiere relevancia en
la medida que dicho acto conste en un documento que sirva o tenga utilidad para oponer la
simulación frente a los terceros ante quienes se quiera acreditar algo ficticio como si fuera
real.
En el caso de la simulación relativa, estamos en presencia de un acto verdadero que ha sido
ocultado o disimulado por las partes con un acto ficticio, el mismo al que desean dar la
apariencia de real.
Dentro de este orden de ideas, entendemos que efectuar una simulación a través de la línea
telefónica carecería, en la mayoría de los casos, de utilidad, dado que no constará en ningún
documento ni tampoco será conocido por persona alguna distinta de aquellas que celebran el
acto.
No obstante, ello, podemos imaginar la eventualidad de que las partes simulen un acto a
través de la línea telefónica ocultando uno verdadero; y haciendo que un tercero, frente a
quien se quiere oponer dicha simulación, tome conocimiento del acto celebrado, ya sea por
acceso directo a la conversación telefónica o por estar escuchando a alguna de las partes.
Sin embargo, más allá del plano teórico, creemos que la utilidad práctica de una situación de
estas características resulta ínfima, ya que no quedará acreditada la celebración del acto
simulado.
Anulabilidad derivada del mandato de la ley
Como se recuerda, en virtud de lo prescrito por el inciso 4 del artículo 221 del Código Civil,
el acto jurídico es anulable cuando la ley así lo declara.
Sobre este particular nos abstenemos de efectuar mayores comentarios, ya que la citada
disposición resulta aplicable a todos los actos jurídicos,

Fundamento De La Confirmación Del Acto Jurídico


La confirmación se fundamenta en el principio de confirmación del acto jurídico ya que busca
mantener su eficacia y preservar el fin práctico perseguido por las partes.
El principio de conservación del Acto Jurídico, en el caso de la confirmación orienta su
aplicación a la estabilidad de las relaciones jurídicas por actos o negocios jurídicos que en
cuya formación se ha incurrido en vicios o causales que no lesionan al orden público, que, si
lo afectan su magnitud a ser preferible el mantenimiento del acto, precisamente, mediante el
acto confirmatorio. Se trata de un principio en favor negoti.

forma de la confirmación
de acuerdo con el artículo 232 del código civil vigente la forma del instrumento de
confirmación debe tener las mismas solemnidades establecidas para la validez del acto que
confirma. Esto significa que cuando no existe forma prescrita puede ejercitarse la
confirmación en instrumento privado, con el contenido exigido por el articulo 230 si se trata
de una confirmación expresa, es decir, mencionando el acto que se desea confirmar, la causal
de anulabilidad que lo afecta y la manifestación expresa de confirmarlo. en realidad, la
exigencia legal es discutible. Si el acto de confirmación es un acto autónomo y de lo que se
trata es que conste expresamente la manifestación de voluntad, seria suficiente que el
documento confirmatorio contenga esa manifestación de voluntad, para dar validez al acto
confirmado. Consiguientemente, bajo este criterio cualquier forma y cualquier documento
seria suficiente para la confirmación. Pero la tesis de nuestro código que reproduce el código
derogado es la de mantener las solemnidades del acto originario transmitiendo también al
acto confirmatorio las mismas solemnidades de acto anulable. De tal modo que no se estima
a la confirmación como un acto independiente, sino un acto adherido o accesorio del acto
originario.
la confirmación se fundamenta en el principio de conservación del acto jurídico que, ya
hemos visto, busca mantener su eficacia y preservar el fin practico perseguido por las partes.
El principio de conservación del acto jurídico, en el caso de confirmación, orienta su
aplicación a la estabilidad de las relaciones jurídicas originadas por actos y negocios jurídicas
en cuya formación se ha incurrido en vicios o causales que no lesionan el orden público, que,
si lo afectan, su magnitud hace preferible el mantenimiento del acto confirmatorio. Se trata
pues, de un principio in favor negotti. (Fernando Vidal Ramírez / el acto jurídico pág. 582)

características de la confirmación
la confirmación tiene las siguientes características:
Villena Cuadros
1. es unilateral. La confirmación proviene únicamente de quien podría ejercitar la acción de
anulabilidad. No requiere la participación de la otra contraparte. Sin embargo, la ley
tampoco la prohíbe. Consiguientemente si el otro contratante desea, puede participar del
documento confirmatoria, sin que esta participación agregue o quite nada eficacia de la
confirmación. Se trata de una declaración unilateral de voluntad, destinada al otro
contratante; consiguientemente se trata de una declaración recepticia.
2. El acto de confirmación no es autónomo. Se trata de un acto accesorio al acto jurídico
principal, sin el cual no existiría, paro con el cual forma una unidad. El acto impugnable,
sin el acto confirmatorio, mantendría siempre su condición de acto anulable. El acto
confirmatorio independiente del acto original no tendría significación ni valor alguno.
Deben pues existir ambos actos unidos el uno al otro para recibir los beneficios de la
confirmación.
3. El acto confirmatorio es revocable. Una vez expresada la manifestación de voluntad
confirmatorio del acto jurídico, no puede ser desistida. El acto jurídico originario habrá
adquirido validez y no podrá ser susceptible de impugnación ni de anulabilidad, por la
misma razón por la que fue confirmado.
4. El acto confirmatorio se limita a la causal de anulabilidad que haya sido du objeto. De tal
modo que, si concurren varias causales, solamente se confirmaran confirmados el acto
jurídico con relación a la causal expresada en el documento. Si no todas las causales
fueron objeto de confirmación el acto jurídico podrá ser impugnable por las causales no
confirmadas. Como en el caso de un acto impugnable por las causales no confirmadas.
Como en el caso de un acto impugnado por error y dolo que quede confirmado solamente
en cuanto al error, quedando sin confirmar la causal de solo, podrá ser impugnado por
esa razón. (jurídico pág. 239)
Fernando Vidal Ramírez Características del acto confirmatorio según Vidal Ramírez de la
delimitación conceptual que hemos dejado trazada y de la noción que fluye del articulado
que la regula en el código civil, se infiere que el acto confirmatorio constituye una
convalidación ex voluntate de un acto jurídico que se encuentra en la posibilidad de ser
anulado y que tiene como características principales las siguientes:
a) Es un acto unilateral recepticio, porque solo lo puede celebrar la parte a quién dirige a
quienes tienen interés en el mantenimiento del acto anulable.
b) Es un acto abdicativo, porque implica renuncia al ejercicio de la acción anulatorio.
c) Es un acto irrevocable, porque tiene la finalidad de convalidar un acto anulable.
d) Es un acto declarativo, porque su finalidad convalidaría produce efectos ex tunc respecto
del acto confirmado al que le permite producir sus efectos de manera retroactiva,
definitiva y a plenitud. (el acto jurídico pág. 582)
La doctrina le asigna muchas otras características como, por ejemplo, la de ser un acto
integrativo o, como indica Gariboto, de segundo grado, pues requiere de un acto preexistente
afectado de nulidad relativa y al que se integra con finalidad de sanear sus vicios. Estas
características permiten distinguir la confirmación de figuras afines a las que aremos
referencia más adelante.
Características Del Acto Confirmatorio
Vidal Ramírez Fernando. El acto confirmatorio constituye una convalidación ex voluntate de
un acto jurídico que se encuentra en la posibilidad de ser anulado y que tiene como
características principales las siguientes (el acto jurídico / pág. 582)

 Es un acto unilateral recepticio, porque solo lo puede celebrar la parte a quien le


corresponde la acción anulatoria y porque su manifestación de voluntad la dirige a
quienes tienen interés en el mantenimiento del acto anulable.

 Es un acto aplicativo, porque implica renuncia al ejercicio de la acción anulatoria.

 Es un acto irrevocable por que tiene la finalidad de convalidar un acto anulable

 Es un acto declarativo porque su finalidad convalidatorio produce efectos ex tunc


respecto del acto confirmado al que le permite producir sus efectos de manera
retroactiva, definitiva y a plenitud.

La doctrina le asigna otras características como por ejemplo la de ser un acto integrativo,
como indica Gariboto de segundo grado, pues requiere de un acto preexistente afectado de
nulidad relativa ya que se integra con la finalidad de sanear sus vicios

Clases de confirmación
Por la manera de manifestarse la voluntad, la confirmación puede ser formal y no formal
pues, como veremos, en la primera debe haber necesariamente una manifestación de voluntad
expresa y revestida de formalidades mientras que la segunda, en la no formal, la confirmación
puede haberse mediante una manifestación de voluntad también expresa, pero sin excluirse
la manifestación tasita. El criterio distinción que dejamos expuesto corresponde al
tratamiento de la confirmación en el código civil, así como las maneras de manifestase la
voluntad de conformidad con el articulo 141, que ya se abordó. nuestro código civil en vigor
considera pues, tanto la confirmación formal como la confirmación no formal con un
tratamiento en esta última, que puede inducir a confusión. De ahí, que consideramos
imprescindible detenernos en el análisis de sus normas para trazar una delimitación,
basándose en la manera como se manifiesta la voluntad confirmatoria.
La confirmación formal. Como acabamos la de advertir, la confirmación es formal cuando
la manifestación de voluntad confirmatoria, además de ser expresa, está revestida de
formalidades. El código civil a previsto como acto confirmatorio formal cuando es celebrado
con las formalidades prescritas en du articulo 230 y 232, pero cuya formalidad tiene el
carácter de ad probationem de ahí que consideramos que la forma de la confirmación expresa
es voluntaria. La confirmación normal es la que se hace constar documentalmente y como ya
se a advertido, a ella se refieren los artículos 230 y 232 del código civil tradicionalmente se
ha concebido la formación revestida de formalidades para darle certeza y seguridad al acto
jurídico que se quiere confirmar pues ese fue el criterio que irradio el código napoleón la
explica orientada a dar sustento a la seguridad y que, por eso, el confirmante tiene que
declarar que confirmada con pleno conocimiento de causa y que, por la misma razón, el
código civil, en su articulo 1338, exige que el documento se acredite la conformación
contenga tres menciones la sustancia de obligación, ósea , las clausulas principales del
contrato confirmado con el motivo de acción de recisión entiéndase de anulación, ósea, la
naturaleza del vicio y, la intención de subsanar el vicio. el criterio del código francés se
irradió a la conificación civil, siendo receptado como también por el código civil de 1936
que, como hemos indicado, es el antecedente inmediato del código vigente. El articulo 230
del actual ordenamiento establece que: salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser
confirmado por la parte a quien corresponde la acción de anulación, mediante instrumento
que contenga la mención del acto que quiere confirmar, la causal se la anulabilidad y la
manifestación expresa de confirmarlo, la norma fue adoptada por la comisión revisora y,
como ya hemos indicado registra como antecedente el código civil del 1936. El artículo 230
del actual ordenamiento establece que: (salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede
ser confirmado por la parte a quien corresponda la acción de anulación, mediante el
instrumento que contenga la mención del acto que se quiere confirmar la causal de
anulabilidad y la manifestación de expresa de confírmalo). La norma fue adaptada por la
comisión revisora y, como ya hemos indicado, registra como antecedentes a los artículos
1132 y 1133 del código civil de 1936.
Adicionalmente, el artículo 236 señala otras formalidades forma de instrumento de
confirmación debe tener igual solemnidades a las establecidas para validez del acto que se
confirma. La norma fue tomada del proyecto comisión reformadora y registra como
antecedente el artículo 136 del código civil de 1936, cuyo tenor ha receptado.
Como puede apreciarse, el acotado artículo 230 precisa que la confirmación corresponde al
titular de la acción anulatoria y que debe hacer documentalmente, mencionando el acto que
quiere confirmar causal de anulabilidad que lo afecta como haciéndose constar, además
revistar la manifestación expresa de confirmarlo. Por su parte, el acotado articulo 232 precisa
las formalidades que debe revestir la confirmación formal las que deben ser las misma que
las del acto que se confirma.
Como hemos visto en el documento en el conste el acto confirmatorio debe mencionarse el
acto que se quiere confirmar, esto es, que edifique el acto viciado a fin d que desaparezca
toda posibilidad de confusión con cualquier otro. La forma documental que exige el articulo
230, que es simplemente a de ad probationem, persigue, precisamente, la prueba de la
confirmación y la de existencia del acto que se confirma así que como el confirmante tenga
conciencia de a la finalidad del acto confirmatorio que celebra y de los efectos que van a
producirse de manera definitiva en el acto confirmado.
Pero no basta la mención del acto que se quiere confirmar. El articulo 230 exige como
requisito que, demás, el documento con que se celebra el acto confirmatorio de contenido a
la indicación por el confirmante de la causal que se hace anulable el acto que se confirmando.
Como hemos visto, en el documento en el que conste el acto confirmatorio debe mencionarse
el acto que requiere confirmar, esto es, que se identifica el acto viciado a fin de que
desaparezca toda posibilidad de confusión con cualquier otra. La forma documental que exige
el articulo 230, que es simplemente ad probationem, persigue, precisamente, la prueba de la
confirmación y la de existencia del acto que se confirma, así como que el confirmante tenga
conciencia de la finalidad del acto confirmatorio que celebra y de los efectos que van a
producir la manera definitiva en el acto confirmatorio. Paro no basta la mención del acto que
requiere confirmar. El articulo 230 exige como requisito que, además, el documento con el
que se celebra el acto confirmatorio de contenido a la indicación por el confirmante de la
causal que hace anulable el acto de que está confirmatorio. Se trata, entonces, que de probado
que el titular de la acción anulatoria tiene pleno conocimiento de la causal que puede invocar.
Así, el incapaz relativo cuya incapacidad ya ha cesado, el errante la victima del dodo, de la
violencia o de la intimidación, debe explicar el conocimiento de la causal que le permite
impugnar la validez del acto que celebró y está confirmado.
Por último, el articulo 230 exige la manifestación de voluntad expresa del confirmante la
cual, obviamente, deba constar en el documento y dirigida directamente a ora parte del acto
que queda confirmado y a los que puedan tener interés en dicho acto el artículo 232 que,
como acabamos de ver señala formalidades adicionales, dispone que el documento que
contiene el acto confirmatorio debe tener las mismas formalidades a las establecidas para el
acto que confirma. Así que no se trata de una formalidad ad solemnitatem pues, de haberlas
tenido y haber sido inobservadas el acto sería nulo y, en consecuencias, no podría ser
subsanado por la confirmación.
La norma del artículo 232 tiene el carácter del imperativa, pues utiliza la expresión debe,
pero no sanciona con nulidad su inobservancia, corroborando, así, que no se trata de una
formalidad ad solemnitatem, por lo que vamos del parecer que rigor excesivo que se pudiera
considerar la nulidad del acto confirmatorio por no darse cumplimiento a los dispuesto por
el acotado numeral 232,maxime, si como veremos el mismo código civil admite la
confirmación no normal, a un que también con manifestación de voluntad expresa. Así, por
ejemplo, para la celebración de una compraventa las partes pueden adoptar la forma q estimen
conveniente, y la celebraron por escritura pública y la compra y venta debe ser confirmada,
el documento que de contiene al acto confirmatorio debe otorgado mediante escritura pública,
pero, de no cumplirse con esta formalidad, el acto confirmatorio subsiste y puede ser probado
por medios probatorios distintos. La forma de la confirmación, en conclusión, es ad
probationes causa, usa pues de otro modo no podría el código civil haber legislado sobre la
confirmación no normal, que veremos a continuación.

la confirmación no formal
La confirmación no formal es la que se realiza mediante una manifestación de voluntad que
puede ser expresa o tacita pero que no consta documentalmente pues no esta revestida de
formalidades. En ella se pues utilizar cualquier medio directo para dar a conocer la voluntad
confirmatoria, pero también puede darse a conocer mediante hechos que inequívocamente la
ponga de manifiesto. Esta manera de confirmar el acto anulable es posible por cuanto el acto
confirmatorio no tiene forma pre escrita, si no voluntariamente.
la confirmación no formal esta prescrita en el artículo 231 que pasamos a transcribir: “el acto
que también confirma si la parte a quien correspondía la acción de anulación conociendo la
causal, lo hubiese ejecutado en forma total parcial, o se existe hecho inequívocamente pongan
la manifestación la intención de renunciar a la acción de anulabilidad”. La norma fue
adoptada por la comisión revisora sobre la base del proyecto de la comisión revisora y registra
como antecedente del artículo 1135 del código civil de 1936. con forme a la norma transcrita,
la confirmación no formal puede ser expresado o tasita en aplicación de a las reglas de la
manifestación de la voluntad que establece el artículo 141. La confirmación no formal
expresa supone, pues, una manifestación de voluntad confirmatoria mediante un medio
directo consistente en la ejecución total o parcial del acto jurídico anulable por la parte a la
que corresponde el ejercicio de la acción anulatorio. El medio directo, como ya lo hemos
destacado, es el que permite conceptuar la manifestación de voluntad, expresa.
La confirmación no formal tasita supone también una manifestación de voluntad
confirmatorio mediante un medio indirecto consistente en el a existencia de hecho que
inequívocamente pongan de manifiesto de voluntad de confirmar acto contra el cual puede
hacerse valer la acción anulatoria, con los que configura la facta concludencia que hemos
utilizado para conceptuar la manifestación de voluntad tasita.
La confirmación no forma una manifestación de voluntad la confirmación no formal
mediante una manifestación de voluntad tasita está también contenida en el ya acotado
artículo 231 cuando hacen mención si existen hechos que inequívocamente pongan de
manifestación la intención de renunciar a la acción de anulabilidad. Como pueden apreciarse,
la frase trascrita guardada perfecta coincidencia con la noción de manifestación de voluntad
tasita que contiene el artículo.
La interpretación que dejamos sentada del artículo 231 y de la que inferimos la dualidad de
la manifestación de voluntad para configurar la confirmación no formal expresa y la
confirmación no formal tasita, la sustentamos en la concordancia de los artículos 231 y 141.
Sin embargo, debemos señalar que el acotado artículo 231 genera una confusión pues hace
referencia a una confirmación resultante de a la ejecución total o parcial del acto jurídico
anulable que no hemos interpretado como un modo de confirmación no formal expresa, y a
la existencia de hecho que inequívocamente ponen de manifiesto de voluntad de confirmar
el acto anulable, que lo interpretamos como modo de confirmación no formal tasita, en
aplicación del criterio que hemos dejado expuesto a diferenciar la manifestación de voluntad
expresa de la manifestación de voluntad tasita.
En conclusión, lo que se quiere para la existencia de una confirmación tasita es que de la
facta concludentia se trasunte, sin lugar a duda alguna, el conocimiento de la causal de
nulidad relativa y voluntad de confirmar, como seria el caso, por ejemplo, del arrendatario
que pudiendo impugnar la validez del contrato de arrendamiento o utiliza como título para
su subarrendar el mismo bien arrendado.
La forma del instrumento de confirmación debe tener iguales solemnidades a las establecidas
para la validez de acto del acto que se confirmó
Esta norma se conecta directamente con el artículo 230 del Código Civil relativo a la
confirmación expresa, pues la confirmación tácita, según se expresó al comentar el artículo
231, no se instrumental iza ya que se da por vía de ejecución total o parcial del acto viciado.
Esta norma se conecta directamente con el artículo 230 del Código Civil relativo a la
confirmación expresa, pues la confirmación tácita, según se expresó al comentar el artículo
231, no se instrumental iza ya que se da por vía de ejecución total o parcial del acto viciado.
En ese sentido, la norma del artículo 232 en concordancia con la del artículo 230 sugiere que
la confirmación expresa siempre ha de constar documentalmente. En efecto, el artículo 230
dispone que la confirmación se realiza "mediante instrumento que contenga, esto es, que
conste por escrito o por cualquier otro medio que patentice la declaración de voluntad
confirmatoria. Y el artículo 232 complementa esta regla señalando que la forma (formalidad)
de dicho instrumento (el de confirmación) debe tener las mismas solemnidades exigidas (por
la ley) para la validez del acto que se confirma.
Cabe precisar que la propia formalidad del acto confirmatorio que se menciona en el artículo
232 es una de carácter ad probationem, pues, en armonía con lo señalado en el artículo 230,
no se sanciona con nulidad su inobservancia, de modo que, si esto último ocurre, el acto
confirmatorio pese a todo mantiene plena validez. Como ejemplo se cita el caso de un
contrato de compraventa respecto del cual las partes pueden elegir la forma que estimen
conveniente, y si lo celebraron por escritura pública y la compraventa debe ser confirmada
porque adolece de algún vicio, entonces el acto confirmatorio debe igualmente constar en
escritura pública; de no ser así el acto confirmatorio subsiste, no es nulo, y puede ser
acreditado con los medios de prueba reconocidos por el Código Procesal Civil.
En cambio, al acto viciado puede haberle correspondido, según mandato de la ley, formalidad
ad solemnitatem o ad probationem, o puede haberse tratado de un acto con libertad de forma.
Está claro que si el vicio es por el incumplimiento de la formalidad ad solemnitatem el acto
es nulo y no puede ser confirmado; pero si se ha cumplido la formalidad ad solemnitatem y
el vicio es de otra índole, al confirmar el acto debe observarse la misma formalidad solemne
que le corresponde, pues así lo manda el artículo 232 del Código Civil.
Si, por ejemplo, se constituye una hipoteca o se efectúa una donación de bien inmueble, en
ambos casos observando la formalidad solemne de escritura pública que le corresponde por
prescripción de los artículos 1098 Y 1625 del Código Civil, respectivamente; pero esos actos
adolecen de un vicio como el error o el dolo, el acto confirmatorio debe celebrarse con la
misma solemnidad antes mencionada (escritura pública), empero, como se dijo antes, de no
hacerse así la confirmación se considera efectuada, ya que no hay sanción de nulidad.

En tema de formalidad de la confirmación mayor discusión genera el artículo 230, antes


comentado, pues en éste se expresa que la confirmación se efectúa "mediante instrumento",
lo que da lugar a que se interprete como que la confirmación siempre y necesariamente se
instrumentaliza, inclusive para el acto anulable respecto del cual la ley no ha exigido
formalidad alguna para su celebración, en cuyo caso en el acto confirmatorio se empleará
cualquier tipo de instrumento. Por ejemplo, si la ley no imponía al acto de compraventa
viciado una formalidad específica y las partes usaron la verbal, la confirmación de todos
modos debe ser documentada, por aplicación del artículo 230, pero con libertad para escoger
el tipo de instrumento. Puede pensarse que este acto no tendría por qué ser instrumental izado,
ya que el artículo 232 -que complementa al artículo 230- solo opera para actos formales, sin
embargo, parece plausible documentar la confirmación en casos como éste, puesto que no
solo supone mayor seguridad, sino que permite dejar constancia indubitable de la declaración
de voluntad confirmatoria, así como de la identificación del acto que se confirma y de la
causal de anulabilidad que lo afecta y que el declarante manifiesta conocer y convalidar,
todas estas exigencias contempladas en el artículo 230 del Código Civil.
CAPÍTULO III

CLASES DE CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURÍDICO


En la confirmación del acto jurídico, encontramos dos clases, las cuales son la confirmación
expresa y la confirmación tacita

CONFIRMACIÓN EXPRESA

Art. 230. Salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado por la
parte a quien corresponda la acción de anulación, mediante instrumento que
contenga la mención del acto que se quiere confirmar, la causal de anulabilidad y la
manifestación expresa de con firmarlo

En el caso de la confirmación expresa de que trata el artículo 230 del Código Civil, se deja
constancia de que solo al titular de la acción de anulabilidad le corresponde la facultad de
decidir u optar por la confirmación, lo cual por razones obvias es aplicable a toda clase de
confirmación, pues de ningún modo podría tener tal facultad la persona que se beneficia con
el vicio del acto.
De otro lado, se agrega que la confirmación debe constar instrumentalmente, lo cual supone
que el artículo 230 se refiere al uso de cualquiera de los medios directos a que se alude en los
artículos 141 y 141-A del Código (con excepción obviamente del medio oral), siempre que
la manifestación pueda concretarse materialmente; en tal sentido se pueden usar medios
manuales, mecánicos, electrónicos, ópticos u otros análogos, que permitan obtener versiones
impresas de la declaración confirmatoria. No obstante lo indicado, la forma del acto
confirmatorio que impone el artículo 230 se entiende como una formalidad ad probationem,
en armonía con lo establecido por el artículo 144, pues no se contempla la sanción de nulidad.
El instrumento a que se refiere el párrafo precedente debe contener esencialmente tres cosas
para que proceda la confirmación: la mención o identificación precisa del acto que se quiere
confirmar, la causal o causal es de anulabilidad que lo afectan y la manifestación expresa de
confirmarlo para cuyo efecto se declara la subsanación del vicio (artículo 230 in fine).
Se ha sostenido, por otro lado, que la confirmación expresa también puede efectuarse,
mediante manifestación de voluntad que no conste instrumentalmente, utilizándose para tal
efecto la expresión oral3 ( quien la denomina confirmación expresa no formal y afirma que
está legislada en el artículo 231 del Código); empero nos permitimos discrepar de esta
opinión, pues a nuestro entender la posibilidad de que la confirmación se produzca oralmente
no está contemplada en dicha norma, pues ésta regula la confirmación tácita (que se explica
al comentar el artículo 231), y mucho menos en el artículo 230 que exige instrumentalización
de la declaración confirmatoria.
Como último punto relacionado con el artículo 230 del Código Civil, cabe mencionar los
alcances o efectos de la confirmación con relación a terceros, toda vez que el texto de la
norma se inicia precisamente aludiéndolos. En efecto, el artículo 230 señalar que "salvo el
derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado...". En buena cuenta la norma en
cuestión prevé la oponibilidad al acto confirmatorio, esto es, la posibilidad de que un tercero
que ha adquirido algún derecho de quien confirma un acto anulable (derecho adquirido
obviamente antes de la confirmación y conectado necesariamente con el objeto del acto
viciado), puede oponerse para que no le afecten o alcancen los efectos propios del acto
confirmatorio.
El maestro TORRES VASQUEZ, Aníbal (2013), nos da un ejemplo, El art. 230 dispone que
la confirmación deja a ``salvo el derecho del tercero´´. Veamos esto con unos ejemplos: A,
incapaz relativo, vende un bien a B, capaz; a su vez, B vende el bien a C. las dos ventas son
eficaces, pero están amenazadas de destrucción, pues hay la posibilidad de que A inste la
acción de anulabilidad. Pero si A en vez de optar por la nulidad confirma al acto, a partir de
ese instante el derecho a C queda consolidado a perpetuidad, porque la confirmación produce
la imposibilidad definitiva de impugnar el acto por anulabilidad; la confirmación en este caso
beneficia al tercero adquirente C .En el caso inverso de que A sea capaz y B incapaz, la venta
hecha por B (una vez cesada su incapacidad) a C constituye una renuncia a la acción de
anulabilidad, lo que equivale a una confirmación a los terceros acreedores, estos tiene a su
favor la acción pauliana para que se declare ineficaz respecto de ellos el acto de disposición
realizado por su deudor y también la acción oblicua o subrogatoria para que se anule dicho
acto. La confirmación no beneficia ni perjudica a los terceros acreedores más de lo que les
perjudicaría o beneficia que su deudor se abstenga de impugnar el acto por anulabilidad; que
sea anulable o que este confirmado no altera en absoluto la situación del acto respecto a los
terceros acreedores, porque en uno u otro caso pueden hacer uso de la acción pauliana o de
la acción oblicua. Todo indica que la protección que dispensa al art. 230 a los terceros carece
de sentido.4
LEÓN BRANDIARAN, JOSÉ (1997) menciona, como ejemplo de confirmación que
perjudica a terceros, el siguiente caso consignado por Foignet: Un menor ha vendido un
inmueble a Primus. Llegado a su mayoría vende ese mismo inmueble a Secundus; después,
confirma la primera venta. Esta confirmación no puede perjudicar a Secundus, quien ha
adquirido un derecho irrevocable a prevalerse de la nulidad de la primera venta. Sin embargo,
en casos como este hay que tener presente, de un lado, que la segunda venta hecha a Secundus
constituye un hecho inequívoco de renuncia a la facultad de confirmar la venta hecha a
Primus, y, de otro lado, la segunda venta versa sobre un bien ajeno, puesto que el acto
anulable produce sus efectos en tanto no se haya declarado nulo, por la que el bien pertenece
3
VIDAL RAMIREZ, Fernando. El acto jurídico, Ed. Gaceta Jurídica S.A. Lima, 2013
4
TORRES VASQUEZ, ANIBAL. Acto Jurídico. Editorial Egemsa. Lima 2013.pag 896
en propiedad a Primus .Por tanto, la segunda venta es rescindible a solicitud del comprador
Secundus (art. 1539), y nula a instancia de Primus, quien no ha manifestado su voluntad de
vender (art. 219.1). Si el bien no hubiese sido entregado y lo reclamaran tanto Primus como
Secundus, será de aplicación el art. 1135.5 (pág. 415)
El art.230 del C.C ha recogido los preceptos del código de 1936 , al disponer : salvo el
derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado por la parte a quien corresponda
la acción de anulación mediante instrumento que contenga la mención del acto que se
requiere confirmar , la causal de anulabilidad y la manifestación expresa de confirmarlo.
La protección vía oponibilidad a favor de los terceros que plantea el artículo 230, al parecer
funcionaría en hipótesis verdaderamente muy remotas, pues el tercero habría de haber
adquirido el derecho en forma tan precaria y sin ningún elemento de seguridad jurídica, que
luego tenga que verse afectado por una eventual confirmación al punto que no tenga más
defensa que únicamente la oponibilidad antes referida.
Según Abelenda: señalaba que la confirmación es expresa, cuando el acto jurídico de
confirmación se refleja en un instrumento público y privado, que debe contener , bajo pena
de nulidad:
a) La sustancia del acto que se quiere confirmar
b) El vicio de que adolecía
c) La manifestación de la intención de repararlo
De acuerdo a lo normado en el art. 230 del C.C, numeral que regula la confirmación expresa
del acto jurídico, salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado ´por la
parte a quien corresponda la acción de anulación , mediante instrumento que contenga lo
siguiente:
- La mención del acto jurídico que se quiere confirmar
- La causal de anulabilidad del acto jurídico que se pretende confirmar
- La manifestación expresa de querer confirmar el acto jurídico
ABELENDA, CÉSAR AUGUSTO (1980), Puntualizamos que, conforme a lo dispuesto en
el artículo 232 del C.C, la forma del instrumento de confirmación del acto jurídico debe tener
iguales solemnidades a las establecidas para la validez del acto jurídico que se confirma.6
(Pág. 512)

Un ejemplo, Si Juan a la edad de 17 años le compra una casa a Pedro y, después de dos años
desea convalidar el acto jurídico que celebró (por cuanto era anulable al ser incapaz relativo)
y, con tal fin de manera escrita, mediante un documento exterioriza tal voluntad, en este caso
estaremos ante una confirmación expresa.

5
LEÓN BARANDIARAN, José. Acto Jurídico. Editorial universidad san marco. Lima. 1997. Pág.
415
6
ABELENDA, César Augusto, Derecho Civil, Parte General, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1980.
Pág. 512
CONFIRMACIÓN TÁCITA
Art. 231. El acto queda también confirmado si la parte a quien correspondía la acción
de anulación, conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en forma total o parcial, o
si existen hechos que inequívocamente pongan de manifiesto la intención de
renunciar a la acción de anulabilidad.
La confirmación tacita resulta de la ejecución voluntaria del acto anulable o de la existencia
de hechos que, que medios con un criterio practico, pongan inequívocamente de manifiesto
la intención de renunciar a la acción de anulabilidad y habiendo esta cesado. La ejecución
puede ser total o parcial; es suficiente el comienzo de ejecución que revele la voluntad de
confirmación. Son hechos que revelan la intención de renunciar a la acción de anulabilidad,
por ejemplo, si el titular de la acción se allana a cumplir, una vez requerido para hacerlo; o
en vez de hacer uso de la acción de anulación exige a la otra parte el cumplimiento; el
legitimado para impugnar el acto jurídico ejerce en juicio las acciones creadas a su favor en
virtud de dicho acto; el ofrecimiento de pago, la consignación, la dación de pago; la
realización de actos de disposición (venta, donación, etc.). o de administración
(arrendamiento, comodato) o la realización de mejoras en bienes recibidos en virtud de actos
anulables.
A diferencia de la confirmación expresa, en la confirmación tacita es más exigente la prueba
de la existencia del vicio y del derecho a anular el acto, por ser los elementos que van a dar
sentido confirmatorio al acto de ejecución o a los hechos que pongan de manifiesto la
intención de renunciar a la acción de anulabilidad. no se puede decir que el agente tuvo la
voluntad de confirmar si desconocía la causa de la anulación; no puede querer algo que
desconoce. si el agente desconoce que de la existencia del vicio nace para él el derecho a
instar la anulación, desconocimiento que lo lleva a realizar el acto de ejecución, su voluntad
confirmatoria esta vaciada por error de derecho
Queda establecido que el acto confirmatorio puede contener la voluntad de saneamiento
declarada en forma expresa o manifestada en forma tácita. De esta última se ocupa el presente
artículo, empero también se incluye en esta norma una mención a la "confirmación" vía
intención de renuncia (pudiendo inclusive presentarse una renuncia propiamente dicha) a la
acción de anulabilidad, lo cual es un tema aparte.
ALBADALEJO, MANUEL (1958) Que la confirmación sea tácita, o mejor dicho, que la
manifestación de voluntad en el acto confirmatorio sea tácita, supone aplicar lo que sobre el
particular establece el artículo 141 del Código Civil, según el cual la manifestación es tácita
cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o de circunstancias de
comportamiento que revelan su existencia.7(Pag.215)
Si bien la manifestación de voluntad tácita es un tema de ardua discusión por la diversidad
de sus variables y por la cercanía que tiene con la frontera de la manifestación expresa y con
el silencio en algunos supuestos específicos, por lo menos la doctrina coincide que las
actitudes o comportamientos propios de una actuación tácita son los que la doctrina denomina

7
ALBALADEJO, Manuel. El negocio jurídico. Ed. Bosch. Barcelona, 1958
facta concludentia o hechos concluyentes e inequívocos que revelan con certidumbre una
voluntad determinada. Aplicado esto al ámbito de la confirmación, puede afirmarse que en
este caso la actitud o comportamiento tácito tiene que ver con la ejecución total o parcial del
acto anulable (viciado) por parte de quien es titular de la acción de anulabilidad, en armonía
con lo que indica el artículo 231.
Por otra parte, si el acto es ejecutado, en lo que le corresponde, solo por la contraparte y no
por el titular de la acción anulatoria, no podrá desde luego hablarse de confirmación tácita,
debido a que habría sido ejecutado por quien no tiene facultad de optar por la confirmación
o por el ejercicio de la acción de anulabilidad.
Cabe señalar que la ejecución no siempre supondrá un hecho positivo y material del
confirmante, sino eventualmente y dependiendo del caso concreto, podrá significar también
una abstención. En otras palabras, el titular de la acción anulatoria puede confirmar el acto
afectado por causal de anulabilidad con un hecho positivo, es decir entregando o haciendo
algo (prestación de dar o de hacer) como no haciendo nada (prestación de no hacer); esto
último no se ha de confundir con la renuncia a la acción de anulabilidad.
Un caso particular de confirmación tácita es el contemplado en el artículo 1286, segundo
párrafo, del Código Civil, según el cual si la obligación primitiva fuera anulable, la novación
tiene validez si el deudor, conociendo el vicio, asume la nueva obligación.8 En este supuesto,
si bien el acto que generó la obligación original se extingue por efecto de la novación, dicha
extinción se produce respecto de un acto subsanado, ya que las partes no asumirían la nueva
obligación si aún existiera la posibilidad de impugnar el primer acto.
De otro lado, y en referencia a lo estipulado en el artículo 231 del Código, cabe señalar que
dicha norma exige como requisito que el confirmante (titular de la acción) conozca la causal
de anulabilidad en el momento que ejecuta las prestaciones que le corresponden y que forman
el objeto de las obligaciones a que ha dado lugar el acto jurídico viciado.
De suyo, tratándose de una confirmación tácita, aparece como altamente subjetivo el hecho
que deba conocerse la causal que vicia el acto, pero es necesario e inexorable que así sea
puesto que, en caso contrario, la sola ejecución con prescindencia del conocimiento de la
causal supondría confirmar un acto que el titular de la acción de anulabilidad no deseaba
confirmar. En otras palabras, quien celebra un acto anulable y lo ejecuta sin conocer la causal
que lo afecta no está en rigor confirmando el acto, sino solo procediendo como si el acto
fuera válido, de modo que siempre tiene expedita la acción de anulabilidad que podrá ejercer
o no, según su conveniencia, en el momento que conozca la causal de anulabilidad. En suma,
el conocimiento o no de la causal es el dato determinante que permite al interesado o afectado
por el acto viciado, optar por confirmarlo (expresamente conforme al artículo 230 o
tácitamente, vía ejecución, según el artículo 231) o, si así lo decide, solicitar la nulidad
invocando la causal de anulabilidad, en cuyo caso esta elección suprime automáticamente la
posibilidad de confirmar el acto viciado.
Asimismo, el artículo 231, como se dijo antes, hace también referencia a la confirmación por
vía de intención de renuncia (pudiéndose producir en efecto la renuncia), es decir a que el

8
Art. 1286 Código Civil
acto viciado queda también confirmado si quien tiene la posibilidad de invocar la acción de
anulabilidad (el titular de la acción) decide no hacerlo, o existen hechos que inequívocamente
ponen de manifiesto la intención de renunciar a la acción. Hay discusión en la doctrina acerca
de que esta circunstancia suponga un verdadero acto de confirmación, debido a que ésta
supone la declaración de voluntad expresa o tácita de otorgar valor jurídico, cosa que no
ocurre con la presunción de renuncia o con la renuncia propiamente dicha.
En efecto, se ha sostenido que la confirmación tiene como propósito hacer patente una
voluntad relacionada con el mantenimiento del acto anulable, lo que implica una actitud
positiva de continuar vinculado jurídicamente pese a la existencia de la causal de
anulabilidad.
LOHMANN LUCA DE TENA, JUAN GUILLERMO. (1994). La renuncia no tiene esta
connotación que solo es propia de una auténtica confirmación, pues con aquélla (con la
renuncia) no se busca convalidar el acto en el sentido de mantener vigentes y continuar con
las obligaciones asumidas o con los derechos que se adquieren, y menos de dotar al acto
viciado de un valor jurídico que no tenía o que, mejor dicho, no estaba consolidado. La
renuncia es simplemente una actitud del sujeto de no querer hacer valer el derecho de
impugnación.9 Otros autores, en contra de la posición antes referida, manifiestan que la
confirmación o es una renuncia o supone una renuncia a la acción anulatoria.10(Pág. 236)
Con mayor razón, está más lejos de la confirmación la simple presunción de renuncia, que es
a la que expresamente se refiere el artículo 231. En este caso ni siquiera hay voluntad
manifestada de renunciar a la acción de anulabilidad, sino solo se infiere ésta de una actitud
de quien podía haber accionado, y esto de ningún modo puede ser calificado como
confirmación. Merece aquí, por consiguiente, implementarse un cambio normativo para
excluir a la presunción de renuncia -y desde luego extensible a la renuncia- del ámbito de la
confirmación, pues se trata de una circunstancia ajena a este concepto, como ocurre también
con otras figuras como, por ejemplo, la prescripción de la acción de anulabilidad, que si bien
puede dar lugar a hacer firme el acto viciado, no por ello es un supuesto de confirmación.
En efecto, si quien es titular de la acción para impugnar un acto anulable deja transcurrir el
plazo de prescripción de dicha acción, no está confirmando el acto, solo ha operado un
mecanismo que por otros fundamentos consolida la validez del mismo. En resumen, la
presunción de renuncia, la renuncia y el simple transcurso del plazo prescriptorio o de
caducidad no constituyen confirmación, aun cuando no se puede negar que en cierto modo
tengan un efecto convalidante, por lo que no cabe duda de que se trata de otras modalidades
de convalidación cuyo efecto es, al igual que la confirmación, la conservación de las
relaciones jurídicas.
La confirmación tacita es inferida de actos o conductas que con arreglo a un criterio practico
demuestran con claridad la intención de confirmar. Como expresa Alarcao, nos encontramos
ante la confirmación tacita siempre que la persona a quien corresponde la facultad de
confirmar un negocio anulable, no habiendo manifestado la voluntad confirmatoria de un
modo directo inmediato, haya, sin embargo, adoptado un comportamiento del cual se infiera,

9
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. El negocio jurídico. Ed. Grijley. Lima, 1994.
10
VIDAL RAMIREZ, Fernando. El acto jurídico, Ed. Gaceta Jurídica S.A. Lima, 2002
con toda probabilidad el propósito de optar por la convalidación del negocio. La aptitud de
determinados actos para revelar la ``voluntas confirmandi´´ se debe medir no por un criterio
lógico y apriorístico, sino practico: no se trata de obtener una conclusión absolutamente
irrefutable, sino una conclusión altamente probable.
Mediante esta confirmación, la parte que podría impugnar el acto procede deliberadamente a
ejecutar total o parcialmente la obligación que ha contraído. Así por ejemplo, si A adquiere
B una casa con una apariencia de material noble cuando es de adobe ; y a pesar de conocer
el vicio que invalida el acto , antes de impugnar la compra inicia los trabajos de
reconstrucción , en este caso tácitamente está confirmado el acto anulable.
Según Valencia Zea: Anota sobre el tema que el negocio de confirmación puede ser tácito,
lo cual acaece cuando una de las partes se da cuenta del vicio que hace anulable un negocio
y, no obstante, ejecuta sus respectivas obligaciones.
La confirmación tacita del acto jurídico se encuentra contemplada en el art. 231 del C.C,
según el cual el acto queda también confirmado en los siguientes casos:
- Si la parte a quien correspondía la acción de anulación, conociendo la causal, lo
hubiese ejecutado en forma total o parcial.
- Si existen hechos que inequívocamente pongan de manifiesto la intención de
renunciar a la acción de anulabilidad11

Un ejemplo claro tenemos, si Juan teniendo 17 años adquiere una casa a Pedro, la misma que
es tomada en posesión por Juan, sin embargo transcurrido dos años de la celebración del acto
jurídico, esta persona decide tomar la posesión del inmueble, por lo que, esta situación
fáctica, estará indicando que Juan de manera tácita está confirmando el acto jurídico.

Requisitos de fondo

Zannoni, Eduardo A. (1986) “ineficacia y nulidad de los actos jurídicos” Para que la
confirmación produzca su efecto variante, no basta que ella revista las condiciones de formas
adecuadas, sino que es indispensable la concurrencia de los dos requisitos de fondo que
establece el artículo 1060 de código civil para que la confirmación sea eficaz en cuanto al
tiempo en el cual puede tener lugar, pág.345
a.- es necesario, en primer lugar que haya cesado la incapacidad o vicio que daba lugar a la
nulidad, o en otros términos, la causa que lo producía

11
VALENCIA ZEA, Arturo. Derecho Civil. Editorial Temis. Bogotá. 1979. Pág. 512
b.- Para que la confirmación pueda tener lugar es necesario, en segundo término, que no
concurra ninguna otra causa que pueda producir la nulidad del acto de confirmación, es lógico
que el mismo deba ser válido

Prueba de la confirmación
Llambias, Manuel, (1995) “derecho civil” pág. 405. Al igual que las reglas generales, quien
alega la confirmación soporta el peso de cargar con la prueba “onus probandi”, que puede
ofrecerse por cualquier medio, cumpliendo todas las condiciones que la ley exige.
Salvo el caso de confirmación expresa, donde el instrumento debe suministrar la prueba, de
acuerdo a los requisitos establecidos por el art. 1061 CC (erg las palabras bajo pana de
nulidad). A su vez, probada la existencia de la confirmación, quien invoque la carencia de
eficacia convalidatoria por falla de la forma adecuada deberá rendir la prueba de su aserción.
pág. 405.

Efectos de la confirmación entre las partes y con terceros

Llambias, manuel, (1995) “derecho civil”. La confirmación extingue la acción de nulidad del
acto jurídico afectado de los vicios señalados en el art 221 del C.C. convalida
retroactivamente el acto anulable, es decir que le da plena validez a un acto jurídico
impugnable. En este Caso, el acto jurídico anulable produce todos sus efectos desde el inicio
como si no hubiese estado afectado de nulidad relativa. No produce ningún efecto contra
terceros, tal como lo establece el art 230 del código civil vigente. pág.406.

Entre las partes


El acto invalido remonta sus efectos expurgatorios del vicio causante de nulidad a la fecha
de celebración de dicho acto
El artículo 1065 del código civil expresa la “La confirmación tiene efectos retroactivos al día
en que tuvo lugar el acto entre vivos, o al día de fallecimiento del disponente en los actos de
la última voluntad
La confirmación se identifica con el acto inválido precedente, cuyo efecto consiste,
justamente, en sacarle el vicio que lo invalida, haciendo proyectar su influencia desde que
dicho acto pudo ser eficaz.
Advierte Borda un evidente error en el supuesto de los de los actos de última voluntad en que
la confirmación, según la redacción del artículo, tiene efectos retroactivos al día del
fallecimiento del causante; donde el lejos de haber retroactividad y hay postergación de los
efectos de la confirmación hasta el momento de la muerte del causante, lo que es propio de
todos los actos de última voluntad

Con respecto a terceros.


Abelenda, Cesar Augusto, (1980) “derecho civil” pág. 537. Previene el art. 1065 CC, cláusula
final que “...este efecto retroactivo no perjudicará los derechos de terceros”. Ello significa
que si en el intervalo transcurrido entre la celebración del acto inválido y la confirmación, se
ha constituido un derecho a favor de un tercero, que es enteramente válido en vista de la
nulidad del acto primitivo, la confirmación ulterior de este primer acto, no obstante su natural
efecto retroactivo entre las partes no afecta para nada la situación del tercero.
Abelenda, Cesar Augusto, (1980) “derecho civil”. Con relación al tema, se considera que lo
esencial del mismo es la bondad abstracta con que los artículos del Código Civil le dan
tratamiento, demostrándose el beneficio de la confirmación para sanear el vicio del acto
primitivo y el modo de hacer a su vez que no se pierdan sus efectos. Y asimismo se advierte
en su análisis, un esfuerzo en la búsqueda de su utilidad práctica para intentar hacer de esta
herramienta jurídica algo comprensible y concreta, tanto desde la doctrina como desde la
jurisprudencia pág. 538.
Vidal Ramírez Fernando, (2013) “El acto jurídico” La confirmación tiene por finalidad hacer
que el acto anulable surta sus efectos ab initio, de manera plena y definitiva, y estos son, en
esencia, los efectos fundamentales interpartes. Por eso, los efectos de la confirmación deben
analizarse respecto a los terceros, pues la consideración a ello es la más importante, máxime
si los efectos interpartes se reduce a mantener los que ya venía produciendo el acto que se
conforma. pág. 587
Vidal Ramírez Fernando, (2013) “el acto jurídico” Precisamente, en atención a los terceros,
el código civil advierte, como regla general en el artículo 230: “que salvo el derecho de
terceros, el acto anulable puede ser confirmado por la parte a quien corresponda la acción de
anulación, mediante instrumento que contenga la mención del acto que se requiere confirmar,
la causal de anulabilidad y la manifestación expresa de confirmarlo”, por eso, como bien lo
conceptuó el maestro León de Barandiarán, el acto confirmado no es oponible a terceros,
pero siempre que se trate de un tercero adquiriente de un derecho a titulo singular, pues los
sucesores a titulo universal de confirmante no pueden invocar, en este caso, su calidad a
terceros. pág. 587
Vidal Ramírez Fernando, (2013) “el acto jurídico” En relación con los terceros adquirientes
a titulo singular, el Código Civil no hace distinción según hayan adquirido el derecho a título
oneroso a título gratuito, con buena o con mala fe, sino que simplemente deja a salvo su
derecho, siempre que, obviamente, se haya generado en un acto válidamente celebrado que
legitime la oponibilidad al acto confirmatorio. pág. 587
Vidal Ramírez Fernando, (2013) “el acto jurídico”, Por eso consideramos que la regla general
debe ser interpretada simplemente, en protección del legítimo derecho del tercero adquiriente
a título singular. La hipótesis la explica león de Barandiarán con el ejemplo de la venta de un
inmueble que realiza un menor a primus y luego, llegado a la mayoría de edad, ese mismo
inmueble lo vende a secundus y después confirma la primera venta. Como explica el maestro,
la confirmación de la primera venta no puede perjudicar a secundus y este puede oponerse a
la confirmación del acto practicado con primus. pág. 587
Albaladejo, Manuel, (1958), “Hecho y Acto Jurídico”. La confirmación sanea el acto, hace
desaparecer el vicio con efecto retroactivo al día de la celebración del acto (si se trata de actos
entre vivos) o al día de fallecimiento del causante (si se trata de actos de última voluntad).
Pero este efecto retroactivo no puede perjudicar los derechos de terceros Entre Las Partes: El
acto inválido remonta sus efectos expurgatorios del vicio causante de nulidad, a la fecha de
celebración de dicho acto. Retroactivamente, como si el acto no hubiera nacido con vicios.
pág. 256
"La confirmación tiene efectos retroactivos al día en que tuvo lugar el acto entre vivos, o al
día de fallecimiento del disponente en los actos de última voluntad".
La confirmación se identifica con el acto inválido precedente, cuyo efecto consiste,
justamente, en sacarle el vicio que lo invalidaba, haciendo proyectar su influencia desde que
dicho acto pudo ser eficaz.
Albaladejo, Manuel, (1958), “Hecho y Acto Jurídico”. Advierte Borda un "evidente error"
en el supuesto de los actos de última voluntad en que la confirmación, según la redacción del
artículo, tiene efectos retroactivos al día del fallecimiento del causante; donde "lejos de haber
retroactividad, hay postergación de los efectos de la confirmación hasta el momento de la
muerte del causante, lo que es propio de todos los actos de última voluntad". "...este efecto
retroactivo no perjudicará los derechos de terceros". pág. 257.
Albaladejo, Manuel, (1958), “Hecho y Acto Jurídico” Ello significa que si en el intervalo
transcurrido entre la celebración del acto inválido y la confirmación, se ha constituido un
derecho a favor de un tercero, que es enteramente válido en vista de la nulidad del acto
primitivo, la confirmación ulterior de este primer acto, no obstante su natural efecto
retroactivo entre las partes no afecta para nada la situación del tercero. pág. 257.
Albaladejo, Manuel, (1958), “Hecho y Acto Jurídico” Pone un ejemplo: Si un menor vende
a una persona mayor de edad, pero este no lo inscribe en el registro de derechos reales. Luego
el vendedor, ya en su mayoría vuelve a vender a un tercero el mismo bien, y confirma para
el primero, pero es ineficaz; el título del primero es inoponible. En la confirmación la misma
persona subsana los defectos. En la ratificación la persona da por bien hecho lo realizado por
un tercero a su nombre que no tenía poder o mandato para hacer ese acto. pág. 257.
De acuerdo al código civil, a la doctrina mexicana las consecuencias jurídicas que produce
la confirmación del acto jurídico son esencialmente las siguientes:
1.- por regla general, extingue la relativa y en determinados casos, la inexistencia originados
por la ineficacia del acto jurídico o del contrato
2.- constituye una renuncia a la acción de nulidad relativa y en determinados casos no ala
absoluta, pues atentaría contra el interés público (artículo sexto y 2226 a contrario sensu de
código civil)
3.- la confirmación presupone dos elementos, el conocimiento del vicio y la intención de
repararlo
4.- la revalidación surte efectos retroactivos, esto es a partir de la fecha de celebración del
acto jurídico
5.- no necesita de ninguna aceptación y una vez que se efectué es irrevocable
6.- presupone la cesación del vicio o motivo de nulidad (artículo 2223 del código civil)

Configuración del acto jurídico

Torres Vásquez Aníbal, (2001), “El Acto Jurídico”, www.scribd.com, pág. 254. La
configuración consiste en la confirmación de la declaración de querer la validez definitiva
del negocio impugnable. Declaración que puede revestir dos aspectos.
Uno positivo se quiere mantener el negocio (que era impugnable). Otro negativo se renuncia
al derecho a impugnarlo. Ambos son aspectos de una cosa misma; pues quien quiere la
validez definitivamente, no puede dejar de renunciar a impugnar, ni quien renuncia a
impugnar, puede querer la invalidez. pág. 254.

Por eso la confirmación puede realizarse bien declarando mantener el negocio, bien
renunciando a la acción impugnación “Albaladejo, 1993:428
La confirmación es un negocio jurídico accesorio del convalidado “albaladejo, 1993:428”

Abelenda, César Augusto , (1980), “el Acto jurídico” pág. 423 Califica a la confirmación
del acto como “… un acto voluntario licito unilateral realizado con el propósito de sanear o
limpiar los vicios que pesan sobre un acto jurídico anulable de nulidad relativa y de otorgarle
plena validez , acto jurídico este, para que produzca los efectos perseguidos por el celebrante
debe ser realizado por quien tiene la titularidad de la acción de impugnación al acto que se
quiere confirmar , y recién después del cese de la incapacidad negociar del confirmante o del
vicio determinante de la nulidad ”, dicho autor pone de manifiesto que la confirmación
procede(…) respecto de los actos anulables propiamente dicho porque estos son
,indudablemente , de nulidad relativa , ya que la ley les otorga una validez o eficacia jurídica
provisional y su persistencia depende de la voluntad de la persona titular del derecho a la
impugnación pág. 423

Lo relativo a la confirmación del acto jurídico podemos encontrarlo en el titulo X del libro II
del código civil, en los arts. 230, 231 y 232.
CAPÍTULO V

FIGURAS AFINES A LA CONFIRMACIÓN


La diferencias entre confirmación y ratificación son estas en resumen y más adelante
desarrollaremos las diferencias con otras más de las figuras que se asemejan a la
confirmación de acto jurídico
- Se confirma un acto inválido por anulable. Se ratifica un acto valido, pero ineficaz
frente al dominus, como el celebrado por el falsus procuratore.
- Se confirma un acto propio, o sea en el cual se ha sido parte. Se ratifica un acto ajeno,
en el cual no se ha participado ni por si ni mediante representante.
- La confirmación supone un acto eficaz amenazado de ineficacia y la ratificación
supone un acto ineficaz para el dominus.
- Por la confirmación se suprime la amenaza de ineficacia definitiva. Por la ratificación,
el ratificante adquiere los efectos de un acto ajeno, o sea en el cual no ha sido parte.
Al trazar la delimitación conceptual de la confirmación (supra n° 248) y luego al
detenernos en las características del acto confirmatorio (supra n° 251), reservamos la
consideración de las figuras afines. Al ocuparnos ahora de ellas hacemos la advertencia
de que solo nos detenemos en las tienen la característica de ex voluntate y excluimos
la conversión, por habernos ya ocupado de ella del acto nulo (supra n° 233).

LA RATIFICACIÓN
La ratificación es una figura, afina la confirmación. En nuestro ordenamiento civil se presenta
en los casos siguientes:
El falso representado puede ratificar unilateralmente al acto jurídico celebrado por el falso
representante, observando la forma prescrita para el acto que se ratifica (art.162)
- Cuando una persona careciendo de facultades de representación y sin estar obligado
gestiona o administra los bienes o negocios de otro que lo ignora, este puede ratificar
los actos del gestor (arts. 1950 y 1952)
Según jurista TORRES VASQUEZ, ANIBAL (2013), Tanto el acto confirmatorio como la
ratificación son actos jurídicos unilaterales recepticios. Por la ratificación son actos jurídicos
unilaterales recepticios. Por la ratificación el falso representado, en el caso de defecto de
poder, o el dueño de los bienes o negocios o administrativos por un tercero, hace propios los
efectos de los actos realizados por el falso representante o el gestor de negocios. Por la
confirmación, el titular de la acción de anulabilidad convalida el acto, librándolo de toda
amenaza de ineficacia definitiva. (pag.898) 12
Tanto con la ratificación como con la confirmación se persigue que el acto jurídico, ratificado
o confirmado, surta sus efectos de manera plena y definitiva.
El jurista VIDAL RAMIREZ, FERNANDO (2013) señala que, la ratificación, es un acto
jurídico que unilateralmente otorga el representado para aceptar o aprobar el acto
12
TORRES VASQUEZ, Aníbal. Acto jurídico, Confirmación del acto jurídico. Editorial San Marcos.
lima. 2013
celebrado por su representante en exceso o violación de las facultades de las que lo
había investido o, del acto que se celebro quien se arrogó su representación sin
tenerla. También la ratificación se presenta en la gestión de negocios, cuando quien
careciendo de facultades de representación y sin estar obligado, asume conscientemente la
gestión de los negocios o la administración de los bienes de otro, que lo ignora (artículo
1950), correspondiendo al dueño del negocio ratificar o no la gestión (artículo 1952).(pág.
588) 13
WALDO FRANCISCO NÚÑEZ MOLINA (2002) Esta figura jurídica sólo es inherente
a la representación directa sin poder, donde el representante excede los límites de la
representación , viola el contenido o se atribuye una representación que no la tiene, donde
frente a los actos jurídicos celebrados por dicho representante, que son ineficaces, el
representado tiene la facultad de ratificarlos, es decir, convalidar, reafirmar, aprobar,
revalidar en todos sus efectos. En esencia, esa es la finalidad de la ratificación. (pág. 615)14
VIDAL RAMIREZ, FERNANDO (2013) La confirmación, como venimos viendo es un
acto que se celebra con la finalidad de subsanar los vicios o defectos de un acto
anulable, mientras que la ratificación es un acto jurídico que se celebra con la finalidad
de convalidar la actuación de quien ejerció la representación excediendo las facultades
que le había conferidas o de quien se arrogo una representación que no le había sido
conferida, o de quien asumió la función de gestor sin conocimiento del dueño del
negocio. (pág. 588)15
Por el acto ratificatorio se subsana la falta del consentimiento que previamente debió
prestarse y se aceptan los efectos de los actos jurídicos celebrados de manera anómala
o irregular, liberándose de responsabilidad al representante que excedió o violo
facultades, al falso representante, o al gestor, según los casos. Como anota Cossío, en la
ratificación se trata de un acto jurídico que no pudo nacer como verdaderamente
vinculante hasta que la persona, en cuyo nombre o beneficio se celebró preste su
consentimiento, es decir, ratifique el acto.

Tanto el acto confirmatorio como el acto ratificatorio son unilaterales y recepticios,


pues en el primero la manifestación de voluntad se dirige a la otra parte del acto
anulable y, en el segundo, la manifestación de voluntad se dirige al seudorepresentante
y al tercero con el que contrato, así como al gestor y los terceros frente a los cuales
realizo la gestión . Pero ambos se diferencian en que la ratificación se trata de un
acto celebrado por una persona distinta del ratificante, que no ha sido parte y que lo
pasa a ser por efecto de la ratificación, mientras que en la confirmación se trata de
acto celebrado por quien sido parte en el acto anulable

Características:
 Retroactivo

13
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. El acto jurídico. EDITORIAL: Gaceta jurídica. Lima, 2013
14
NÚÑEZ MOLINA, Waldo Francisco. Acto jurídico. Editorial bruño. Lima, 2002
15
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. El acto jurídico. EDITORIAL: Gaceta jurídica. Lima, 2013
 No personalísima (poder / apoderado)
 Formal (adopta la forma que la ley exija)
 Unilateral
 No condicional
 Adyacente (no autónomo ni accesorio – no crea nuevas relaciones jurídicas)
No perjudica el derecho del tercero:
El tercero, quien celebro el acto anulable con el supuesto apoderado, si antes de la
ratificación celebra otro acto jurídico, sus derechos están protegidos.
El tercero de buena fe, celebra el acto con el falso representante, en caso de no
ratificación, el tercero tiene capacidad para demandar daños y perjuicios al supuesto
apoderado que debe responder por los mismos.
En el acto jurídico no ratificado por el titular, son partes el tercero y el supuesto
apoderado. E l titular no puede demandar o convenir la resolución por que no es parte
de ese negocio jurídico.16

Clases de ratificación:

1. Expresa (probatoria o solemne)


2. Tácita (actitudes o conductas que demuestran indubitablemente la decisión
ratificadora)
Procedencia de la ratificación:
 Ratificación expresa en actos de disposiciones o responsabilidad (obligaciones)
 Ratificación tácita en actos liberatorios de vínculos jurídicos (mutuos)

Validez de la ratificación:
 Ejercida por e l titular del derecho (personalmente o apoderado)
 Observando la forma prevista por la ley:
 Por escrito
 Por escritura pública
 con otra solemnidad (inscripción)
Naturaleza jurídica de la ratificación
Es un acto unilateral y accesorio. Es unilateral porque sólo compete y es atribución
única de la voluntad de representado que convalida en sus efectos el acto jurídico celebrado
por el representante sin poder y un tercero.
Es accesorio, en razón de que el acto ratificatorio se circunscribe al contexto del acto
jurídico celebrado por el representante sin poder y un tercero, que vendría a ser el
acto jurídico principal.

16
CUSI ARREDONDO, ANDRÉS. https://andrescusi.blogspot.com/2014/09/la-ratificacion-andres-cusi-
arredondo.html. 2015
Destinatarios de la ratificación
La persona que recibe la ratificación del acto jurídico celebrado por el representante
sin poder, vendrá a ser el tercero contratante, mas no el mencionado representante.
Ello tiene fundamento en que la ratificación propicia de que los efectos de aquel
acto jurídico, en forma válida ingrese al esfera jurídica de representado y, por tanto
surge una relación jurídica entre éste y el tercero contratante. Sería iluso creer que
la ratificación sea dirigida hacia el representante sin poder ya que éste solamente ha
servido como un nexo o enlace para vincular al tercero contratante como representado
, aún cuando este último inicialmente no autorizó ello. Otro sector de la doctrina señala
que los destinatarios serían ambos, pero este razonamiento (según nuestro parecer) queda
enervado por cuanto el interés legítimo y la relación jurídica que se está convalidando
es con el tercero contratante mas no como representante sin poder.17

Forma de la ratificación
La forma a seguir del acto ratificatorio es aquella que corresponde al acto jurídico
que se ratifica. Así tenemos, por ejemplo, si el acto jurídico celebrado por el representante
sin poder y un tercero se ha realizado mediante escritura pública, es correcto que la
ratificación se realice también mediante esta forma, es decir, por escritura pública.

Transmisibilidad de la ratificación
Según nuestro Código Civil se prevé que la facultad de ratificar el acto jurídico
celebrado por el representante sin poder es transmisible a los herederos del representado,
de manera, si éste fallece, es perfectamente posible que sus herederos puedan realizar
la ratificación.

Eficacia Jurídica de la ratificación


La ratificación tiene efecto retroactivo, es decir, lo que en la doctrina se llama el
efecto ex-tunc, propio de los actos declarativos . Así tenemos, que el acto jurídico
celebrado entre representante sin poder y el tercero contratante, genera sus efectos
desde el momento en que fue celebrado y, no desde el momento en que es ratificado,
quedado a salvo el derecho de tercero. Esto último significa que se existe un tercero
que pueda perjudicarse con la ratificación, esta figura ya no opera retroactivamente, por
cuanto se busca proteger los intereses de este último.18
Así por ejemplo, si Pedro vende unos caballos de carrera a Juan con fecha 10 de enero
del 2008, actuando como representante sin poder de Antonio y, luego Pedro celebra otra
transferencia (venta) de los mismos caballos con la persona de José con fecha 10 de febrero
del 2008, y posteriormente retorna del extranjero Antonio, y viendo su conveniencia ratifica
el acto jurídico celebrado entre Pedro y Juan (a pesar de que este último no estaba autorizado

17
CUSI ARREDONDO, ANDRÉS. https://andrescusi.blogspot.com/2014/09/la-ratificacion-andres-cusi-
arredondo.html. 2015
18
http://apuntessobrederecho.blogspot.com/2009/06/la-convalidacion-la-confirmacion-y-la.html
para ello) con fecha 10 de marzo del 2008. En el caso propuesto, el dueño de los caballos
será José, por cuanto si bien es cierto que la ratificación tiene efecto retroactivo y, al haberse
ratificado el acto con fecha 10 de marzo del 2008 sus efectos deberían remitirse al 10 de
enero del 2008, sin embargo al existir un tercero (José) dicha retroactividad no funciona como
tal.
La representación directa sin poder está contenida en el artículo 161º del C.C., que señala en
forma expresa lo siguiente: "El acto jurídico celebrado por el representante excediendo los
límites de las facultades que se le hubiere conferido, o violándolas, es ineficaz con relación
al representado, sin perjuicio de las responsabilidades que resulten frente a éste y a terceros.
También es ineficaz ante el supuesto representado el acto jurídico celebrado por persona que
no tiene la representación que se atribuye".

EL RECONOCIMIENTO
El reconocimiento es un acto jurídico mediante el cual se admite la existencia de una
obligación nacida de un acto válido porque si no lo fuera, por causa de nulidad
relativa, seria una confirmación. En ello radica la diferencia y, de este modo, en el
reconocimiento la obligación que se reconoce emerge de un acto válido, mientras que
en la confirmación se está frente a un acto anulable que se convalida, precisamente,
con el acto confirmatorio .
El código civil se ocupa del reconocimiento en el artículo 1205 que precisa que: “el
reconocimiento puede efectuarse por testamento o por acto entre vivos. En este último caso,
si para constituir la obligación primitiva se hubiera prescrito alguna forma determinada,
el reconocimiento deberá practicarse en la misma forma”.19

LA TRANSACCIÓN
La transacción es un acto jurídico mediante el cual, las partes, haciéndose concesiones
recíprocas, deciden sobre algún aspecto dudoso o litigioso emergido, a su vez, de un
acto jurídico que a dado lugar al entablamiento de un vínculo obligacional o contractual,
a fin de evitar un pleito que podría promoverse o ponerle fin a uno ya promovido.
Su diferencia con Con la confirmación. Ambas figuras implican un renunciamiento. Al
confirmar un acto, quien lo hace renuncia a oponer la nulidad relativa de que adolecía. Sólo
cabe confirmar actos viciados, mientras que puede transarse sobre cualquier derecho
renunciable. La confirmación es un acto unilateral en el cual tampoco se hacen concesiones
recíprocas.
La transacción viene a ser así, un acto abdicativo de derechos para las partes que lo
celebran , mientras que la confirmación es abdicativo solo para quien esta en la
posibilidad de ejercitar la acción anulatoria por causal que lo legitima y sin estipular
nada, pues su finalidad no es otro que la de permitir la eficacia ab initio y definitiva
del acto jurídico anulable anteriormente celebrado.
El código civil se ocupa de la transacción en el artículo 1302. “por la transacción las
partes, haciéndose concesiones recíprocas, que deciden sobre algún asunto dudoso o

19
VIDAL RAMIREZ, FERNANDO. El acto jurídico. Editorial Gaceta Jurídica. Lima. 2013. Pág. 589
litigioso, evitando el pleito que podría promoverse o finalizando el que está iniciado .
Con las concesiones reciprocas, también se pueden crear, regular, modificar o extinguir
relaciones diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre las
partes. La transacción tiene valor de cosa juzgada. “y, según el artículo 1303: “ la
transacción debe contener la renuncia de las partes a cualquier acción que tenga una
contra otra sobre el objeto de dicha transacción“.20
Como puede apreciarse la transacción es, pues, un acto jurídico que difiere sustancialmente
del acto confirmatorio. Al extremo que ella misma puede ser confirmable, pues según el
artículo 1308, in fine, si la obligación dudosa o litigiosa fuera anulable y las partes,
conociendo el vicio, la celebran, tiene validez la transacción. Es más, el artículo 1309 permite
también transigir: “Si la cuestión dudosa o litigiosa versara sobre la nulidad o anulabilidad
de la obligación, y las partes así lo manifestaran expresamente, la transacción será válida,
“aunque en relación con esta norma debemos precisar que si se trata de una obligación nula
lo que se configura no es una confirmación sino una conversión.
Si bien comúnmente el vocablo “transacción” alude a cualquier tipo de convención,
jurídicamente significa un “acto jurídico bilateral, por el cual las partes, haciéndose
concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas” (art.832).

Naturaleza jurídica.
En algunos códigos se considera que la transacción es un contrato, opinión seguida por
algunos autores (Colmo, Lafaille, Salvat). Nuestro código la considera un acto jurídico
bilateral extintivo de obligaciones (art.832).

De todos modos es tal la similitud con un contrato que el Código establece que a las
transacciones se le aplican las disposiciones sobre contratos (relativas a capacidad, objeto,
modo, prueba y nulidad) con las excepciones y modificaciones establecidas en los art. 832 a
861

Caracteres.
Son los siguientes:

1) Es indivisible (art.834). si es nula una de sus partes lo es toda la transacción.

2) De interpretación restringida (art.835) solo comprende las cuestiones que las partes han
querido transigir y no otras.

3) En principio tiene efecto declarativo (se reconocen) y no traslativo (se trasmiten) de


derechos (art.386 1ª parte).

4) Como contrato es bilateral (art.1138), oneroso (art.1139) y consensual (art.1140).

20
VIDAL RAMIREZ, FERNANDO. El acto jurídico. Editorial gaceta jurídica. Lima-2013. Pág. 590
La transacción, como acto jurídico que es, debe reunir condiciones legales, algunas de las
cuales son comunes a cualquier acto jurídico, pero otras como la relación jurídica y las
concesiones mutuas le son específicas.
Respecto a estas dos características particulares de la transacción, debemos destacar que
constituyen el eje sustancial (y no meramente formal) de la figura.
La esencia de la transacción reside en una relación jurídica incierta y controvertida,
susceptible de derivar en litigio o ya latente en el terreno judicial, la misma que las partes
deciden llevar a término en forma definitiva; de esta manera, encausan su voluntad a esa
finalidad a través de concesiones recíprocas. Esta última característica, a saber, la voluntad
de prevenir o terminar un litigio judicial, traducida en concesiones recíprocas, distingue a la
transacción, no solamente de los demás modos de extinción de oblotras formas de conclusión
de una controversia, como son, por ejemplo, la sentencia judicial, el allanamiento, el
desistimiento de la demanda, el reconocimiento de títulos y hasta el advenimiento o
conciliación indagaciones, sino de los otros contratos, aparte de todas las otras formas de
conclusión de una controversia, como son, por ejemplo, la sentencia judicial, el allanamiento,
el desistimiento de la demanda, el reconocimiento de títulos y hasta el advenimiento o
conciliación.21

Objeto de la transacción.
En principio es que cabe la transacción sobre cualquier derecho dudoso o litigioso, salvo las
excepciones establecidas por la ley que son las siguientes:
a) los derechos sobre cosas fuera del comercio o que no puedan ser objeto de contrato (Ej.,
herencias futuras);
b) los derechos de familia y acciones de estado;
c) el derecho a alimentos futuros;
d) las acciones por nulidad de matrimonio, salvo que la transacción decida la validez;
e) las acciones penales derivadas de delitos, pero si la acción civil por daños derivados del
delito; etc.
Forma de la transacción.
En principio, la transacción es no formal, por excepción:
-Es formal si recae sobre inmuebles (se debe hacer por escritura pública),
-Es formal solemne si se trata de derechos litigiosos (debe formularse mediante escrito ante
el juez que entiende en el respectivo juicio).

21
CHURATA CURO, ELÍAS. Derecho de Obligaciones. Docente de la Universidad Andina
En cuanto al momento de eficacia de la transacción judicial, no es la fecha de presentación
del documento donde ella consta, sino la fecha de dicho documento con respecto a las partes
y la fecha cierta que tenga ese documento con respecto a terceros.
La prueba se rige por las normas sobre prueba de los contratos (art.1190 y sgts.).
- Art.1190 “Los contratos se prueban por el modo que dispongan los códigos de
procedimientos de las Provincias
Federadas: Por instrumentos públicos; Por instrumentos particulares firmados o no firmados;
Por confesión de partes, judicial o extrajudicial; Por juramento judicial; Por presunciones
legales o judiciales; Por testigos.”
- Art.1191 “Los contratos que tengan una forma determinada por las leyes, no se juzgarán
probados, si no estuvieren en la forma prescrita, a no ser que hubiese habido imposibilidad
de obtener la prueba designada por la ley, o que hubiese habido un principio de prueba por
escrito en los contratos que pueden hacerse por instrumentos privados, o que la cuestión
versare sobre los vicios de error, dolo, violencia, fraude, simulación, o falsedad de los
instrumentos de donde constare, o cuando una de las partes hubiese recibido alguna
prestación y se negase a cumplir el contrato. En estos casos son admisibles los medios de
prueba designados.”
- Art. 1.192 “Se juzgará que hay imposibilidad de obtener o de presentar prueba escrita del
contrato, en los casos de depósito necesario o cuando la obligación hubiese sido contraída
por incidentes imprevistos en que hubiese sido imposible formarla por escrito.
Se considerará principio de prueba por escrito, cualquier documento público o privado que
emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto, o que tendría interés
si viviera y que haga verosímil el hecho litigioso”.
- Art. 1.193 “Los contratos que tengan por objeto una cantidad de más de diez mil pesos,
deben hacerse por escrito y no pueden ser probados por testigos”.
- Art. 1.194 “El instrumento privado que alterase lo que se hubiere convenido en un
instrumento público, no producirá efecto contra tercero”.

Efectos
Entre los efectos de la transacción hay 3 que son comunes a toda especie de transacción: el
vinculatorio, el extintivo y el declarativo. A su vez la transacción judicial tiene autoridad de
cosa juzgada.
- Efecto vinculatorio: por su carácter contractual la transacción crea para las partes una regla
que las obliga como a la ley misma; tiene así un efecto vinculatorio que acuerda a cada una
de las partes el derecho de exigir el cumplimiento de las obligaciones asumidas por la otra
en los términos del art.505 y sus concordantes. Ese efecto es relativo a las partes, sus
herederos y sucesores universales, siendo inoponible a terceros. En caso de incumplimiento
se aplican las reglas generales en cuanto a la mora, imputabilidad, extensión del
resarcimiento, etc.
- Efecto declarativo: la transacción no transmite derecho, sino que declara o reconoce
derechos... (art.836). Y como consecuencia de esto, el artículo lo agrega: “la declaración o
reconocimiento de esos derechos no obliga al que la hace a garantirlos, ni le impone
responsabilidad alguna en caso de evicción, ni forma un título propio en qué fundar la
prescripción”. Este principio tiene una limitación en el art.855: si una de las partes transfiere
el dominio de una cosa como suya a otra parte y luego esta es vencida en juicio, se debe la
indemnización por daños y perjuicios. O sea, hay garantía de evicción.
- Efecto extintivo: la transacción extingue los derechos y obligaciones que las partes hubiesen
renunciado. Este efecto extintivo, es relativo a las partes y tiene para ellas autoridad de cosa
juzgada (art.850); o sea: ellas no pueden volver a discutir la cuestión.
Este efecto extintivo está limitado, ya que no alcanza a las personas que no han
intervenido en el acto aunque pudieran estar interesadas en los derechos transigidos, como
ocurre con los codeudores o coacreedores (art.851).

Asunto dudoso o litigioso de transacción


En realidad, la definición de un asunto dudoso es sencilla. Un asunto resulta dudoso cuando
es susceptible de más de una interpretación que lleve a soluciones jurídicas distintas y por lo
cual podría suscitarse una controversia judicial o extrajudicial. Por tanto, el que un asunto
sea dudoso no es obstáculo para que sea litigioso, ya que puede revestir ambas características.
Basta, en consecuencia, que el asunto sea dudoso, sin que sea necesariamente litigioso. De
mantenerse la duda, no es difícil que devengue en un asunto litigioso. En efecto, puesto que
la transacción puede recaer sobre derechos y obligaciones meramente dudosos, no hace falta
que haya pleito pendiente, sino que se dé el elemento de incertidumbre en la relación jurídica
entre las partes. Entonces las partes, si así libremente lo desean, pueden prevenir el eventual
litigio por medio de la transacción.22

Concesiones Recíprocas
La segunda de las características esenciales de la transacción, la cual también se encuentra
establecida en el artículo 1302, es la presencia de concesiones recíprocas. Esta situación
significa que necesariamente las partes que la celebran deben ceder en algo respecto de sus
posiciones de origen, para finalmente llegar a un acuerdo por el que ellas, si bien no
satisficieron sus expectativas originales, sí lograron un convenio cercano a dichas posiciones.
La valoración de las concesiones es realizada por las propias partes. Por otro lado, la ley no
exige que las concesiones mutuas sean de igual valor; la exigencia en una transacción es que
haya concesiones recíprocas, no siendo relevante el que una de las partes transija (o ceda)
más o menos que la otra. Basta que cada una lo haga voluntaria y espontáneamente, con la
finalidad de dar por terminado el conflicto y evitar el litigio que podría promoverse o terminar
el ya iniciado.

22
http://www.enciclopedia-juridica.biz14.com/d/ratificaci%C3%B3n/ratificaci%C3%B3n.htm
Por ello, la transacción no implica únicamente la extinción de obligaciones; es mucho más
que eso, pues puede dar lugar al nacimiento de otras obligaciones, incluso a la celebración
de una serie de contratos, siempre y cuando, utilizándolos, se dé solución al asunto dudoso o
litigioso.

La transacción como un acto complejo


La transacción, como señalamos al iniciar este análisis, es un acto que puede ser altamente
complejo. El Código Civil establece que con las concesiones recíprocas también se pueden
crear, regular, modificar o extinguir relaciones diversas de aquellas que han constituido
objeto de controversia entre las partes.
Es evidente que, cuando se realizan negociaciones para llegar a una transacción, lo que las
partes buscan es concluir con el problema suscitado; y si desean esto de modo vehemente,
no será raro que recurran a cualquier medio alternativo o complementario para obtener tal
propósito. Entonces podría ocurrir que para llegar al acuerdo sobre el o los puntos
controvertidos, una parte ofrezca o acepte ofrecer a la otra la realización de alguna prestación
complementaria (que puede ser de dar, de hacer o de no hacer) a lo que es materia de
discusión, y de esta forma la otra parte vea satisfechas sus expectativas y a la vez esté
dispuesta a llegar a un acuerdo.
En tal virtud, la ley deja abierta esta posibilidad, pudiendo así la transacción comprender
asuntos distintos a los que constituían materia de la controversia original. Tales asuntos
distintos podrán ser creados, modificados, regulados o extinguidos, ya que las partes tendrán
la más amplia libertad de configuración interna respecto de la transacción que deseen
celebrar.
Vemos que la transacción puede constituir un acto sumamente simple, pero también uno
extremadamente complejo en el que se entremezclen diversas figuras jurídicas típicas y
atípicas.
La posibilidad de que con la transacción se creen, regulen, modifiquen o extingan relaciones
jurídicas diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre las partes,
significa que la ley les otorga la suficiente flexibilidad requerida a fin de que solucionen sus
controversias o problemas entre ellas mismas.
El Derecho es consciente de que con frecuencia las partes no van a poder llegar a solucionar
sus problemas recurriendo únicamente a aquellos elementos que constituyen el objeto de la
controversia, pues el margen de acción podría resultar reducido. Entonces, dentro de una
transacción podemos encontrar diversas figuras extintivas, como la compensación, la
novación, la condonación, todo ello, evidentemente, dentro de un marco contractual que a su
vez crea nuevas obligaciones. La transacción engloba, pues, una serie de actos, siendo ante
todo un contrato cuyo objeto es solucionar dificultades que han emergido de una relación
jurídica obligacional preexistente, es decir, extinguir (por medio de las concesiones
recíprocas) las obligaciones materia de conflicto.
Ahora bien, si a través de un acto transaccional las partes no sólo extinguieran obligaciones,
sino que crearan otras nuevas, es natural que cualquier controversia nacida con respecto a
estas obligaciones constituirá materia susceptible de reclamo o de eventual discusión en los
Tribunales de Justicia. Ciertamente podrían producirse incumplimientos de las obligaciones
que las partes hayan asumido ejecutar en el futuro como parte del acuerdo transaccional y,
por ende, podría resolverse este contrato por inejecución de obligaciones, vale decir, le serían
aplicables las normas generales de resolución por incumplimiento contenidas en el Código
Civil respecto a los contratos con prestaciones recíprocas.

Forma de la transacción
De acuerdo con su formación, los contratos pueden ser consensuales, formales o reales.
La transacción es un contrato formal, ya que la ley le impone una forma, bajo sanción de
nulidad (ad solemnitatem). De esta manera, en el artículo 1304 del Código Civil Peruano se
dispone lo siguiente:
Artículo 1304.- «La transacción debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por
petición al juez que conoce del litigio».
Es requisito indispensable para su formación o celebración el que se haga por escrito, en el
caso de transacción extrajudicial o por petición al juez (evidentemente también por escrito)
en el caso de la transacción judicial. Esto no obsta, naturalmente, para que, existiendo juicio,
las partes puedan transigir por convenio privado y cualquiera de ellas presente un ejemplar
del mismo en el litigio, con lo que concluiría el proceso.
Resulta interesante observar cómo el criterio de formalidad o solemnidad para este acto tiene
diverso tratamiento, en función al tipo de obligación que se contraiga por medio de las
concesiones recíprocas. Al examinar la solución adoptada por el Código Civil de 1984, es
claro que, habiendo considerado la existencia previa de un contrato o relación jurídica
obligacional, además de un conflicto respecto de algún punto interno de ésta, sumado a los
actos de disposición que implican las concesiones recíprocas y al carácter de cosa juzgada de
la transacción, el legislador de 1984 llegó a la conclusión de que era indispensable otorgar
seguridad plena a las partes, exigiendo una formalidad ad solemnitatem.
Conviene subrayar que esto se da tanto en la transacción judicial como en la extrajudicial.
Ello quiere decir que, en el caso de la transacción, la forma es constitutiva del acuerdo; sin
la forma no existe transacción. Es de relevante importancia que las concesiones mutuas
consten por escrito, a fin de que ambas partes tengan a su alcance un medio accesible para
probar la existencia del acuerdo transaccional.

Maneras de ejecutar la transacción judicial y extrajudicial


La última de las normas en las que se regula la transacción en el Código Civil de 1984, esto
es, la contenida en el artículo 1312, se refiere a la forma en que aquélla se ejecuta: Artículo
1312.- «La transacción judicial se ejecuta de la misma manera que la sentencia y la
extrajudicial, en la vía ejecutiva».
El artículo 1312 del Código Civil Peruano abarca también a los supuestos en que existan
derechos dudosos, pero no sometidos a debate judicial. La finalidad, al igual que en la
transacción judicial, es agilizar la ejecución de la transacción. Por ello, a fin de asegurar su
eficaz cumplimiento, el legislador le atribuyó carácter de título que apareja ejecución, además
de la fuerza obligatoria que el ordenamiento jurídico confiere a todo contrato.
Luego de entrar en vigor el Código Procesal Civil que hoy nos rige, desde el 28 de julio de
1993, el tema de la ejecución de la transacción extrajudicial, así como el de la transacción
judicial han pasado a tener regulación expresa en el referido cuerpo normativo, quedando
derogadas las normas que, al respecto, recogía el Código de Procedimientos Civiles de 1912.
Conviene señalar que los procesos de ejecución se encuentran normados en los artículos 688
y siguientes del Código Procesal Civil.

CONCLUSIONES
La confirmación del acto jurídico es la única modalidad de convalidación de los contratos
regulada en el código vigente, opera mediante una declaración de voluntad de quien podía
invocar la causa de invalidez, que son aplicables solo a los contratos anulables regulados por
nuestro ordenamiento jurídico civil. El código distingue la confirmación expresa y la tacita
que son sin duda las más frecuentes. Es un agrado para nosotros presentar y poner a
disposición suya el presente trabajo, fruto de la esmerada dedicación puesta en el curso.
La confirmación del acto jurídico o convalidación, es el acto por el cual se da validez a otro,
que el deudor puede atacar por acción de anulabilidad. Difiere de la transacción, pues ésta
supone de las partes un abandono recíproco de derechos o pretensiones, en tanto que la
confirmación emana de una sola de las partes, que renuncia a su derecho a atacar la
convención, sin estipular nada en su provecho.
La confirmación es una forma de convalidación de un acto anulable, por medio de la cual el
titular de la acción de anulabilidad manifiesta expresa o tácitamente su deseo de querer la
validez y eficacia definitiva del acto anulable. La confirmación encuentra su fundamento en
el principio de conservación del acto jurídico.
La confirmación implica la renuncia a la acción de anulabilidad (acto negativo), pero es algo
más que una simple renuncia, es una manifestación de voluntad expresa o tácitamente su
deseo de querer la validez y eficacia definitiva del acto anulable.
La confirmación del acto jurídica es muy importante ya que permite ratificar la voluntad
manifestadas ya sea de manera expresa u oral pudiendo tener las formalidades exigidas por
la ley es decir el ab probatione o sin ellas que permiten establecer el ad solenmitaten, y
también teniendo en cuenta la manera tacita de la cual se sobreentiende la ratificación de la
manifestación del acto jurídico celebrado

RECOMENDACIÓN:

Respecto a la confirmación del acto jurídico los diferentes autores que abordan este tema
son muy escaso lo que brindan, a mi sugerencia este debería ser abordado de mejor forma y
alcance para que los estudiantes pudieran conocer más del tema y también abordar mayor
jurisprudencia en el código civil del Perú.

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