Está en la página 1de 71

COLECCIÓN Fru:un oLACA!

< Gérard Pomm1er


Dirigida por Roberto Harari

LOS CUERPOS
ANGÉLICOS
DELA
POSMODERNIDAD

Ediciones Nueva Visión


B u enos .Ah·es
150.195 Pommior, Gérard
POM Los cuo1pos angélicos do la posmodernidad· 11 eá. ·
Buenos Aires: Nueva Visión, 2002
144 p.; 20xl4 an · (freud OLacan)
Traducción de Paula Mahler
ISBN 950-602·435-9
1Título • 1. PSJCOaná~ sls.
2._ Costumbres· Interpretación

Titulo del original en francés: ÁNGEL NEGRO


Les corps ange/iques di! la posl·modernité
© Calmann-Lévy, 2000

Esb obra se publica en el marco del Programa de Ayuda a la Edición


Victoria Ocampo del Ministrio de Asuntos Extranjeros de Francia
y el Servicio Cultural de la Embujnda de Francia en la Argentina.

Toda reproducción total o parcial de es ta obra


por cualquier sistema -incluyendo el fotoco·
piado-que no h aya sido expreaamento autor i·
2ad11 por el editor constituye una infracción a
los derechos del aut;ir y serA reprimida con
penas dehastn seis anos de pri sión (art. 62 de
la ley 11.723 y art. in del Código Penal).

Q 2002 por Ediciones Nueva Visión SA!C. Tucumán 3748, (1189)


Buenos Aires, República Argenlina. Queda hecho el depósito que
marca In ley ll.723. lmproso en In Argenllnn /Printod in Argontino
ÍNDICE

ÁNGEl..NBGRO

1
) Motlernidad-Posmoder nidad .............................................. 9
La encarnación de los ángeles ......................................... 17
Los ideales ......................................................................... 22
1
Cómo hablan los ángeles .................................................. 30
El mundo cambió de base ................................................. 35
La ciencia produce ideas
que difieren de la ciencia ............................................. 43
La religión oculta del posmodemismo ............................. 49
¡Dale tu cuerpo a la medicina! ......................................... 55
Pero, ¿tu cuerpo se sigue pareciendo
al que conocías? ............................................................ 64
Cómo pinl.ar un ángel ....................................................... 74

ÁNGEL )lLANCO

El patriarcado separaba el amor del deseo ..................... 91


"' Desmoronamiento del patriarcado ................................ 100
El dualismo fraterno ...................................................... 109
La comunidad de los que ya no son hermanos .............. 117
¿Cuál será mañana la fuente de la ley? ........................ 128
¿El psicoanálisis es una nueva religión? ....................... 131
'.
Vuela, ángel .................................................................... 137

143
MODERNIDAD-POSMODERNIDAD

No futurel Cuando sueño con cambiar el mundo, me quedo


sin armas. Cualquier proLcsta es vana si ignoro cuál es la
orientación de la historia y, realmente, esto se me escapa. Ya
no entiendo más lo que pasa en los cuatro puntos del planeta:
el horizonte parece una pared y el fulu ro resbala. Esla
dificultad para pensar lo que se mueve en la actualidad debe
de ser lo que Jean-Fran<;ois Lyotard llamaba "po.smodernis·
mo". No fue quien creó la palabra: la bab!an inventado unos
arquitectos unos aftos antes para hablar de la mezcla de los
estílos y de las épocas. Y, además, esta noción se aclaró
, después db los debates con Habermas y con Rorty.11'.:1 posmo-
dcrnismD es la época en la que el hombre. ya no se en tu.si asma

l por un · futuro que canta, prometido para antes o pnrn


des pués de la muerte. La esperanzn de unn realización del
ser humano se difumina. Nadie piensa más en esto,:..1
f ¡Qué diferencia con el pensamiento y la acción "moderna"!
Entre el siglo xvnr y el siglo xx, la gente se entusiasmaba con
la cercana emancipación de la bumanjdad. La idea de un
progreso continuo secularizaba el relato cristiano de la
redención del error de Adán. Ya sea gracias' a la ciencia, que
triwúaba sobre la ignorancia, que rompía las cadenas del
feudalismo, que ponla fin a la explotación capitalista o, por
el contrario, que apostaba al capitalismo para vencer la
pobreza, siempre se trataba de llevar a cabo una historia que
culminaría en la felicidad y la libertad. Incluso cuando so
oponían entre s!, estos ideales provenían del mismo terreno

9
abonad~ por el monotefsmo y sólo prometían prom-eso fi
de los tiempos. .,. Y n propulsa mientras va consumiendo su propia ~ereocia, se
,lli:l "posmodernismo" ya no muestra estas hermosas ideas. 1 deshereda cada dia. Avanza negando.lo que hizo hace un
1 ampoco las combate y las que siguen siendo actuales "ft instnnte, fiel a la ciencia que, por principio, reniega de sus
presentan en un orden tan disperso que ninguna puede certezas: deja un rastro en los idenles que In engendraron. La
pretender I~ hom_ogeneidad. La desaparición de las esperan· superficialidad suprimió a su madre y los bo~bres no
zas revo!ucion~as en los últimos años pervirtió el sentido dejaron de ser mensajeros. Cada uno de no~tros, pnva_do_dc~
d~ ~a liberación: se volvió culpable de las opresiones que se ideal transmisible, se comporta como s1 fuera el ult11no
eJerc1eron e~ su nombre y de las quo se ejercieron en su hombre. Para comprender y gozar de l_o heredn~o habríu que
contra. La tierra prometida del revolucionario se evaporó t ransmitirlo. Pero, ¿en nombre de qwén lo huna? Nosotros,
cuando fue alcanzada. Éste se abandonó a sí mismo cuando mensajeros, ignoramos nuestro mensaje, salvo que lo trans-
llegó a sus fronteras,_ s~s pies se volvieron ligeros al acercár- mitamos a nosotros mismos.
sele, una lenta elastiCJdad amorti!!Uó sus pasos hasta dete- Sin ti mi herencia sigue en afrecho. Tengo menos pensa·
nerlos y_su parafsosiguiósiendo in~iolado. No sabemos si ese mi en tos' para el futuro que para hoy: los eché, sólo me queda
{ od~n exi_ste porque nadie lo conoció, sólo que el que se acerca el vacío. Nada es más pesado que este vacío: salto para
a é se siente m~s ligero, s~ disuelve. ¡Mejor es renunciar a sacármelo de encima, arriba, abajo, hago gimnasia aeróbica,
pen_sar en el manana!'~l calificativo de "intelectual"se volvió bago fitness, ¡arriba! Habito mi cuerpo, te corro, te alcanza-
·¡ dun msul~, Y la noción de progreso engendra una incrcduli- rla, me beso, entro en ti, me autoatravieso: así, a fuerza de
ad cr~en~ ~J mundo posmoderno escapa no sólo al las alas de ángel que me crecieron.
!elato, smo también a la nostalgia del relato. . ,a auseMia de Con la llegada del posmodernismo, con g:ran ;apidez ª"
J ea! no es un nuevo id~!. Respetuosamente margina iza- ensancharon dos fracturas entre l a gente que vive en dos
os! os l. eafés de ayer se vuelven una disciplina exótica del mundos cadaVez más diferentes: los practicantes de lo
tuns~o mtelectual. Si aparece un nuevo ideal, queda des- premoderno (religioso) siguen oponiéndose ~ los ~odernos
acreditado de ~nte~o en nombre de sus hermanos del (la religión secularizada), en tanto que, al mismo tiempo, la
pas~d~, Y no tl~ne nmguoa consecuencia en su lugar de virtualidad posmoderna (sin nada más adelante) dejó de
nacimiento. Emigra: la subcu ltura de las minorías se vuelve ocuparse de sus dos hijos mayores. Algunos siguen creyendo
la_ cultura de otros grupos y paga el precio de un desplaza. conscientemente en un ideal, pero este juramento de fideli·
miento de clas.e, o de un cambio de país. El estilo rock 0 gay dad no quiere decir obligatoriamente •acto de fe" sino orga-
o punkseconv1ertendespués en la cultura de Jos suburbios ~ nización de la vida a través de las creencias involucradas.
de los golden_boys, y pierden su alma y su razón. ' Puede tratarse de un ideal "premoderno" (reHgi!>so) o de un
La ~od!?rmdad vació el cielo de los ideales para realizarlos ideal "moderno", progresista o revolucionarioH,!~fractura
en la tierra, y ahora la posmodernidad rechaza estos retoños conflictiva sigue separando a los premodernos y a los i~oder·
seculanzados. Ya no se cree en ellos. ¿Para qué? No losa- nos: en Francia, por ejemplo, aparece cada vez que se discute
~rnos. El hoy ya no ~p.rende de las lecciones de ayer para sobre la escuela laica o confesional. Y ahora se cava otro foso,
S?ftar co!l ~final eden1i:o o con un final sin fin. Ayer, la so- entre el paquete de los premoder nos y de los modernos
ciedad ViVJa _en una tensión apocalíptica que tenía a todo el (siempre divididos) y los que piensan que no tienan para
mundo en vilo, hubiera participado o no de la revolución nada un ideal (posmodernos). EsU! segi.Jrula fractura es más
hubiera esperado o no la resurrección. Ahora, el presente 5 ~ sutil, ya que los posmodernos no lu~van en un tren cuya
locomotora no tiene conductor J
10
11
La posición del cuerpo en relación con el ide¡il se modifica Jos, se activan los genes, los minerales, los ácidos, las
con el paso de.1 modernismo -que tiene un ideal declarado- encimas. Un elemento externo al cuerpo pone anzuelos Ytira
al pos~oderrusmo, que pretende no necesitarlo. ¿Cuál será para adelante la mecánica orgánica, tan bien prog;amada
~estino de un~uerpo mi.es~ al~ c~~n que podríamos decfr que no necesita .más que de alimentos
que ruegos va a .u~mola rse Sl no es en su propia llama? El para funcionar. La hermosa rn.áqwna con coinpufador~
dédalo de lM rehg¡ones y la cremallera del progreso, dando incorporada no se maneja a sí misma: no llega muy le,¡os si
vueltas uno .alrededor del otro, nos llevaron hasta esta le falta el combustible de los sueños. Podríamos ~.reer que el
especie de di:sastre actual, si podemos llamar"desastre" a Ja hombre está solo·cuando duerme_ íPero no! El teJido di'. cada
caída de los ideales q~e, como los astros, en efecto, permiten sueño retuerce su hilo sc¡br<:l la trama c9mún y se te¡e con
que los hombres se orienten en los océanos en lo alto de las símbolos compartidos. Y, hoy, la trama se ~eclaró caduca:
mon tafi.as, en el desierto de las ci udade~. ¡Si se tratara ¡no hay que soñar! Parece q.u~ las leyes lo d1c.~m.
solamente de ol)en~arse! Pues, en realidad, ¡Jos cuexpos le Sin embargo, primero vivimos en el sueno de los qu,e
dan combustible al ideal! ¿Cómo seguirán su ruta ahora? La quisieron que naciéramos. Y allí, fuera de nosotros, genm-
puesta en forma del cuerpo humano procede de un ideal que namos y, Juego, aprend!mos ~ vivir. 'l'.odavfa hoy, pa;a
se le.escapa: su verdad depende del otro. ¡Pero el otro hace nosotros nuestro cuerpo s1guesie:ndo una idea, de la que solo
lo .nusmo! Por costumb're, el otro es siempre el otro; existe somos Jos locatarios qae procedemos: hacemos trampa.todos
fue~·a de él, es su poder. Siempre en otras manos, el humano los ellas para recnpe~ar el goce de e~ta c~rne gi;~c1as ~l
reside en esta extra-territorialidad. espejo, a l amor, a Ja mirada de lo:;; otros. sólo somos por esa
Un ~ennoso ide·aJ_ se desprende del propio cuerpo y su mediación. La casa en Ja que cre~'l.mos está fuera de nosoti:~s.
ausencia p~ede. terminar con una civilización. El crecimien- Tenemos dos cuerpos, uno para el sueño y el otro, que
to de los SulCldios y el descenso de Ja natalidad sucedieron arrastramos mientras nos arrastre. fü cue!llo_con el 9~e
d~rante un lapso. importante a Ja ca(da del Imperio austro- ¡¡,oñrunos es el verdadero en el orden lrnrnJJ.!lO· El otro n.o e.s
hungaro; la dechnac1ón de los indígenas de América del más que un animal incapaz de arreglár~elas solo. El cuerpo
Norte fue el.res~Jtado tanto de su derrota en la guerra como del suei\o tiene que ponerle anzuelos y tirarlo P.ara.adelante
de su dcc~p1tac16n cultural. Etcétera.IA! dictar la ley desde hacia no sabe qué, a él, esa masa de carne obtusa Y pere:osa.
lo alto, el ideal anclaba la carne en la tierra . Y si el ancla se Lo real del cuerpo es lo vi1iual del suefio al que el orgamsmo
corta, los cuerpos, red ucidos al conjunto de sus funciones se pliega. El niño no crece si no s'Ueila_ con c:ecer:. sus cé~u!as
se desunen, ya que solamente el ideal, tan ficticio com~ é¡uizás sigan creciendo, la bolsa de piel. qwzá.s ~lga estiran-
eficaz, hacia que se mantuvieran como una totalidad: ahora, dose y extendiéndose, pero un ena:óo sigue vtviendo en él.
clesalTumados, cada vez más numerosos y transparentes El cuerpo impensable es algo mental, cosq mentnle: hace
flamean y flol;rull ' pensar. La lengua que aprendimós a hablar pnmero fue un
Sin embargo, ¿es. cierto que exi.$te una relación de este tipo dialecto extranjero: nos saca afuern como caracoles de, sus


entre el cuerpo y el ;deal? Uns:.l!(:rno es materia. No obstante
crece si nadie le habla. Aislado de su.s semeJantes, pn vad¿
~los proyectos que urde con ellos o contra ellos, muern. Su
caparazones cada vez que abrimos la boca ..Esa lengua s1gue
siendo Ja. de nuestra madre, se retuerce, hace lo que se le da
Ja gana. Pequei\os caracoles .obscenos,. nuestros cuerpos
vid~ se seca cuando se Jo desteta de sus amores y de sus fueron prim~o lo que ella g,w~o, el falo de .e~a, que no lo
su:nos: muere cuando se rompen los hilos tan finos que lo tenía. En esta extra-temtonahdad de prmc1p10, s~lo gua;-
uruan a los demás, se estructuran sus vísceras, sus múscu- damoa de nuestro cuerpo una idea, la misma cuyo removacio

12 13
Platón fue el prime.ro en reconocer. El profundo nihilismo
q.ue obsesiona al ser humano es el resultado de esta primera Si escuchá.r amos las normas de ayer, la moral en vi¡¡onclu
cita quo el ~mor le proporciona al hombre, sellando un pacto en la actualidad las órdenes del clan, de la raza, del pul~.
con la puls1ón de muerte. nos quedaríamo~ de una pieza. Más fiel que a la confornu-
dad la infidelidad hace germinar el ideal, que siompro
La muerte rondó la vida en mi primer amor y por eso
hablo: ~l ha~la sueña en voz alta medios para Meguranne será más bello. Nosotros, los traidores, ¡miren cómo sabe-
mos avanzar!
u¡°a existencia más allá de la imagen, toma garantfas sobre
~ más. allá de las aparieoci~ .• D~ esta manera vagan los La fuerza del lazo social reside en el compartir las mismas
creencias: tú que crees en los mismos sueños q.ue yo, me
ideales. respetan la_ desap_arn:ion mminento del cuerpo. Al
abres et tiempo. Si creo en lo que crees, la burbuJa ílotante
.h.!!,.blar de sus suenos mas allá del cuereQ.. los h..Qmbres
de mi cuerpo tendrá lastre: se acerca al ~uelo gracias a ~na
~ yla na~aci3ñi'!e la liistória mayúscula como la ae
las novelas fn~1mas, lo mantienen a flote. Las hjstoij¡¡s fe compartida. El ideal común es p•·oporc1onal a la r epresión:
montan6 gunrd1a como centinelas cercano$: sostienon en promete un goce recuperado para maña.na. Nuestro vacío de
ser inventa los mil,os ue arraigan el ideal de u!l Ll\ICte¡LQue
ll,°m"t lf.n'\11.la ~x:istencia de cada sujeto. No -¡ te íncons-
~1jnt~ colecti'(f¡¡ ~mo qu~,las ficciones colectllUls con ucen a · o abitamo 1cc1ona man Ee en condicional (algo que-sf
diría como os cuen os infantiles: "Habla una vez ... " ¿Y
e cac1a de ca a inconsciente. Las ficciones transfiguran el
pasado Y proponen un futuro edénico: de esta manera des pués'? ... No importa, pues cualquiera sea la continu a-
~l cu.erpo,!S lastrado ~fr;}~ id!!ll.!es, los pies to§.!e~~ ción al menos hemos ganado un cuerpo).
P~ro ahora, ya no comparto mis sueños contigo: el vinculo
gracias ~ ~us sueífos. • ncl a.gracias a las eonc ·
ones des tiem dVZ se deshizo y ílot.o. Allá arriba, el ángel s~ ir;iprime sob~e mí
Ji!l lugar de sfntoma en a s~edad(va~n función de las y me goza, sin que me dé cuenta: esto s1go11ica que deJO de
Jkciones de la época., Louise de Ñéiñ?,"por ejemplo, la distinguir lo real de lo virtual. Ya no me despierto; el sue1io
~tiCif francesa del siglo xvw, se infligía terribles sufri- está sobre mi espalda y no me abandona. Sólo puedo esca-
mie~tos: fr!o, h.ambre, humillaciones y flagelaciones. Se parme de él a fuerza de insurrecciones de insomnio, que
sacr16~aba a Dios y la prác~ica se correspondía con las me llevan a ayer. En todas partes, en todos los lugares
públicos, el sueño me televisa, me cel ulari~a, me interne·
creencias de su siglo. Esta locura se pon!a sin ningún resto
en_Ja ~uenta de la fe, ya que ~o había ningún médico. Hoy un tiza me webiza. Por otra parte, yo también voy en ese
psiqu1atr!l, al e~cucharla, proporcionaría un diagnóstic~ de sentido: saco fotos, filmo, t'rabo y lo pongo en un disqucto.
melanc~ha delirante. No :-erfa en el dolor un sacrificio Me imagino que después voy a usar todas estas imágenes
guardadas y sonidos grabados. Le voy a decir a alguien:
consentido en nombre de Dios, smo un ejercicio masoquista
"Ves, ahí estuve yo, pero no estaba ahí: no o( nada, no vi
ffecfrado en no1ubre del superyó. Serfa necesario interna r-
a, a ernando con las batas químicas de rigor en estos casos nada. Estaba demasiado ocupado en gr abar para qufl h\ lo
¿No venws asna diferencia entre una sociedad en la qu~ 1 ; vieras luego y estaba ausen te. El desplazami e nto on el
cuerpos func!onan en base "al ideal"y otra en la que los cuer- 0 tiempo me hace desaparecer del espacio actual. Me volv~
pos est~n pnvados de él? el turista de mi propia vida, recono el museo de mi
. Asi'.~subjetivid!!!l necesita lo narrativo la fidelidad a la existencia. Todo se volvió exótico: cullura, sexo, tercer
his~o~1a: P~ro es una fidelidad extraña, pues'es leal a una his- mundo, perversiones; miro el universo con una mirado quo
me excluyo de él. Le di mi cuerpo a la medicina mucho antes
_tona idealizada más que a una historia acorde con el pasado.
de mi muerte: su tristeza y su alegría están inscriptas en 61
14
15
~~:i:cc que esto no depende de ti, amigo. En cada momento
9ue.mi p~nsam1entc me es sonsacado: los medios de LA ENCARNACIÓN DE LOS ÁNGELES
~omu~1~dc1ón piensan en mi lugar sin descanso. Si me dejo
ir, mi VI a puede volverse totalmente virtual En tod
par::s me muestr~ lo que es la felicidad: le su~e ante:::;.
a o ~·_es como SI fuera yo. Es mi comunismo virtual .
e:xtenondad en el mundo, yo, el último hombre o el prim'e~o1
-ya veremos-.• •

En la triple tradición abrab(lmicu, el ángel intercede a favor


nuestro ante lo que es más grande que todo y no tiene
nombre: el absconditllm. Si Dios es el creador, nunca fue
creado y nada puede nombrarlo. Solamente podríamos decir
de él Jo que no es. Y si queremos escapar de una Leología
únicamente negativa, una teología positiva necesita la in·
tercesión de los ángeles. El absconditllm innombrable se
muestra gracias a sus mensajeros. El ángel echa luz sobre el
absoluto divino al que absuelve de su condición de oculto:
manifiesta el misterio del rostro divino en sus móltiplcs
teofanías y, en ese preciso momento, crea el foso de un
retraso de eternidad en el corazón del presente. Este retraso
precipita a l hombre en el devenir histórico y la historia se
detiene en cuanl:o el itngel se encarna. ¿Por qué continuaría
si el defecto parece haber sido abolido? De esta manera, la
filosofía profética presenta la necesidad de los l,\ngales
según la inversión a la que está acostumbr adn la religión.
Pues Jos ángeles qllc nos asisten no son los enviados clol
a.bsconditum, son otros como nosotros que nos protegen iJll
nuestro inconsciente (nombre secular del ab.~co11clit11111 ),
Sentimos, sobre todo en In infancia, cuando todovln rm tn
mos atención, que entidades parecidas a nosotros v1v1•n 1•11
el mundo. Est.án ahí, cerca nuestro, aunque l'n unn oxll 1 lo
ridad total: es el mundo sagrado del abscomli/11111, ,.¡ rírculu
exterior de lo inconsciente.
16
¡El ángel es ese otro nuestro! El mito bíblico presenta de nosotros por eso nadie puede verlo. Lo rep1:i~imos Y se
manera invertida las invariantes de JoJnconsciente: al dejar disipó er:: los azules del ideal. "Los azules" ¡Que li~da expre-
el Edén, fantaseamos con la muerte del padre y con este gesto sión, propia de un poeta! Pero el poeta es un asesl no q u~ so
nos separamos de nuestra naturaleza angélica. Al habitar el ignora: su literatura es un. rasgo de pluma que subsiste
mundus imaginalis que bordea el absconditum, el ángel es despi1és de que el ángel volo.
nuestro hermano ideal, Abel inocente que nosotros (tú y yo), Disuelto en el azul, el ángel se llevó con él. el secreto de_lo
Caín, dejamos por muerto detrás nuestro hace mucho tiem- que es uri cuerpo, y es el único que puede decir la contrnsena
po, en la infancia. Dejar nuestra naturaleza angélica nos ante tos espejos. El ángel no nos abandonó, I~ expu.lsamos
hizo entrar en el mundo del deseo: renegamos de este cuando preferimos el destello de nuestra ex1stencHl a su
angelismoque priva al cuerpo de su cuerpo. Y desde siempre eternidad. Tocamos la puerta de su Edén infernal. Asl,
matamos a los ángeles o a lo que se les parece: primero a duplicados, nadie puede ver esa parte de nosotros que es el
nuestro hermano y, luego, de semejante en semejante, a todo ángel. El ángel que fuimos sigue precediéndo~os, pero el pre-
lo que es hermoso y basta a los graciosos animales que viven cio es que nos separemos de él. Y su dedo sigue tocando lo
en cuerpos iguales a ellos mismos, como habríamos podido sensible para que él lo sen. Precede a toda matenal~dad Y por
hacerlo nosotros. La hecatombe de todo lo que evoca el eso abre Jas puertas de la aparien.cia. En ~st.e sentido, en la~
parafso se extiende. El gesto de Caín infectó el universo. Eleglas de Duino, Rniner María Rllkeescnb1~ sobre el ~n~cl.
Y nosotros, que obtusamente soñamos con la inocencia, " ... que es Ja criatura en la que la transformac;ón de lo ':'1s1ble
hablamos de ella con nuestros ángeles. Segt\ n el libro de los en invisible parec,e terminada". ¿Cói:io podr1~ ~ercib1rse lo
Jºubileos, cada uno de nosotros está protegído por su ángel invisible si su transfonnación a partir de lo visible ya se hn
guardián, que lo gufa por el camino recto, intercede a su favor realizad¿ por completo? Porque lo invi~i~le es lo que aclru·n
nnte Dios y puede revelarle los secretos divinos. 'rú también Jo visible. Un animal desconoce su propia 1~1agen P?rque eso
tienes tu ángel, aunque ignores su nombre. Cuando nos invisible no lo sepa·r a de él mismo. Al reve~ del anunal, que
hablamos, nos estamos dirigiendo a él. Alguien escucha no se reconoce en un espejo, en nuestro reflc;o conten~plam~s
nuestro pensamiento, actuamos como si esa presencia fuese nuestro propio retraso y nos reconocemos .en e~a d1~tanc1a
cierta, en tant-0 que no tiene soporte carnal. Al menos infinita. Todo lo percibido nos sitúa en la misma infü:u~ud; la
tuvimos ese ángel, y a veces muchos, cuando un mariposeo de esta ausencia que profundiza nuestra presencia en el
de personajes revolotea a nuestro alrededor. mundo.
Desde siempre, los ángeles se evaporaron en los colores ¡Pero hay más aun! Una vez se~arados del ángel, n~s
azules del ideal. Un ángel nos acompaña constantemente; volvemos invisibles para nosotros mismos y nuestra propia
ignoramos su presencia aunque esté allí, muy cerca; nos apa.riencia sigue asombrándonos . Para que se Hove a cabo la
espera en los espejos y nos dice: "Ése eres tú". Tenemos un resurrección de nuestro propio cuerpo, nuestra falta por 1

cuerpo, esto es seguro. Pero, ¿a qué se parece? Esto es lo que haberlo expulsado tendría que ser perdonada Y. éste es el
siempre nos provoca asombro. Los animales no tienen ánge- suefio que se vuelve azul en el fondo de nuestros i~eales. De 1
les y no reconocen su imagen. El mundo también es un manera que boy, en él momento en que nuestros ideales St>
1
espejo, el amor también refleja y restituye y si el ángel nos vuelven más exjguos, que se reducen .ª nada, el áng~l •.hasta
abandonara, quedaríamos privados de la belleza del mundo, ahora exiliado, reintegra el cuerpo. Los azules se disipan Y
dela hora de amar. Él, el invisible, los saca de los escondites. entonces se funde sobre nosotros, se funde con noso~ros, nos 1
N ucstro ángel es esa parte de nosotros expulsada por

l
llama de nuevo a su Edén infernal. Los cuerpos umdó.S por

18 19
,~-

sus dobles angelkales quedan precintados en su presente estaban en ellos desde hace tiempo! ¿Cuándo muriei;on
carnal. exactnmente? Y, ¿no lo hicieron hace tiempo, cuando d~1an
¿.Cuál será IA vida de estos óngeles cuyos pies siguen la vida? Mientras vivían, ya eran aéreos y, en el último
pisnndo el suelo? ¿Van a vivir sin ideal, ya que son uno, momento, la incineración hace que vuelen y que se .unan
cuerpos autoatravesados por sus propios sueños, cuerpos entre si en los cielos angélicos. Cada vez son más y se niegan
fantasmas que cruzan a lo ancho de sus propiru; vidas? a descansar bajo la tierra, que ignoraban desde hace mucho.
El ángel era nosotros antes de la vida, falos aéreos, plenos, Tierra de descanso, tierra de los muertos desmenuzables,
que gozaban sin límites con esa infinitud. Cuando nos amiga de los parásitos y de las verduras, ese cuerpo n~ se
un imos en ese fuera del tiempo, la vida vale como la muerte. convertirá en esa podredumbre que todavía puede darVJda.
Nosotros, Jos ángoles, somos inm ortales: escapamos de la Se habrá prolongado todaví~ un poc.o más: los gusanos, los
muerte. S in embargo, todos sabemos que moriremos como champignones tos huevos m1crosc6p1cos, las esporas, esto es
nnles, pues nadie escapa del final de la vida. Es verdad que él. Pero no, s~ quedará hasta el final, azul rígido en su
los cucrpo.s no escapan a su destino, pero ustedes no entien- pureui.
den: lo que paso es que la muerte perdió su sentido. Ya no
quiere decir nada, se reduce a un desgaste fisiológico. Hasta
nyer represen toba un misterio di ferente del fina l do la vida:
3 u nombr e significaba la nada que acompañaba la existencia
en cada momento. A esa nada el ideal le decía que no. Por
consiguienLe, el sentido de In muerte se desvaneció, de
manera que la propia vida se volvió absurda. Vida eterna o
muerte infinita, es exactamente lo mismo, uno a cambio del
otro; un minuto de uburriJuiento vale como la eternidad. Así,
ln vida merma y también la m\1erte se empequeñece: los
rituales de duelo se reducen y la muerte, como Ja vida, da
marcha atrás.
Y miren qué roro que es: ¡algunos científicos están tan
inmersos en este sueño despierto que piensan que descubrie-
ron el gen de In eternidad) ¿Acaso algunos gcnctistas no
anuncian que detentan los secretos de la longevidad y que
pueden hacer que Ja hora de la muerte se atrase? ¡Cómo si la
vida no se autolim ita ra! ¡Cómo si el sintoma no desgastara
al sujeto al hacer que su rueda gire sobre cada una de las
facetas del deseo, hasta ese punto en el que ese mismo sujeto
quiere morir, porque ya es suficiente, porque lodo está bien
como está y su existencia ya ha llegado a la completud.
Porq ue no habrá paz hasta el fi nal, y porque, final mente,
llegó la hora de 1a paz.
AJ morir, los ángeles apenas dejan sus cuerpos. íNo

20
dad. Por ejemplo: ¿usled cree que leyó que Adán le dio In vida
LOS IDEALES a Eva? Per? no, lea mejor: iesjustamente al 1·evés! ¿Acaso e~
su traducción exacta, "Ewa" no quiere decir "madre de todos
los seres vivos''? Por lo tanto, también es la madre de Adán
-el P?bre- ~ue nos cu~nta esta inverosímil historia en Ja que
habna pa;1doa su mujer. Y a causadeesla inversión que en-
reda e~ OVll!o como. s~Jo la. represión sabe hacerlo, se pl'oduce
una d1scus1ón de seis mil años sobre el origen del mal Ja
serpiente, el .diablo, el diluvio, la llegada de un Me;ías
sa}vador... ¿Sm embargo, no queda claro que si ponemos el
mito en su lugar, el mal os el resultado del deseo incestuoso
por Ewa, la madre~~ste es el deseo que Ja ficcilin rehgic)sa
¡cpnm..!. Fa v10l?n~111 de la fe es proporcional a Jo fuerza de
la represión. As1m1smo, lo "Naturalez • nslituye, al me-
¿Quiénes son los ideales, esos señores, esos pe·r sonajes con nos desde Jeon-Jacques Rousseau, ideal ficaz: evoca un
aires tan distinguidos qLte nos h an abandonado? 89!}._.~l cuerpo puro que no habría experimen · o a represión y
_resultado de una cocina erudita gye consiste en adaptar muchos contemporáneos le sacrifican su energía en fines de
il.T ~ áe Edipo, a pesai'.cte la imposible reiilización del semana,_ vacaciones, alimentación, ecología, etc., activida-
deseo. Acomooan los "restos". de Ja represión. El "ideal" des destmad~s a recuperar la pm·eza del yo.
presenta una inversión de la cl\racterística traumática del Cuando_ m1ramos meJOr .ª esos seiiores distinguidos, no
deseo inconsciente (es la rep~sión). Por ejemplo, una vez eslán vestidos con pcnsnnuentos elevados o sublimes sino
que el Edipo pasó por la máquina de picar carne, el padre so con representaciones instauradas sin que el sujeto sea ~ons­
metamorfosea en idealidad divina. O, también, si por casua- c1ente de ellas. Y, con frecuencia, la represión lleva un paso
lidad sucedió que en la infancia usted haya querido casarse más ad~lant.e a la idealización, al quilarle por completo
con su madre, no se preocupe: el ideal va a arreglar esto. sustancia a los personajes implicados. De esta manera se
Enseguida Je propondrá una mujer como la que usted hubie- declara ~e n? ~e puede representar al Padre eterno, o' los
se querido que fuese su madre, es decir, una virgen. No bay personaJes edJp~cos son elcv~dos a la dignidad de conceptos:
que preocuparse: usted no va a reconocerla y el voto monó- el.J!!!!.Or, la J:]:a&l.O, la fratermdad, la~d, etc., y con esto
gamo le va a parecer totalmente natural. Pero esta hermosa s: s titan s características sexuales. Aunque se con·
ficción que uno se cuenta con fines exogAmicos nunca llega- vierten en conceptos poro ra e la represión, sin emburgC> no
rla a su rendimiento pleno si no esluviese ligada a las q~~d~n al margen del cuadro de la sublimación. El hombre,
grandes ficciones comunes, qul! embellecen y forjan la histo- d_iv1d1do entre un goce que se considera perdido en los
ria. La novela familiar invertida nunca está tan bien acom· tiempos edémcos y la esperanza de una resurrección de
pañada como cuando lo está por una figura majestuosa, la de los cuerpos en un fin último, sueña con un paraíso recupern·
Ja Virgen Mnría, cuya pureza domina las ficciones amorosas do gra~ias a estos dos ideales mayúsculos, el amor y la
occidentales. ~ten11dad, que caen a plomo sobre la histoña desde las
El mito invierte Ja mano do cartas del deseo inconsciente l 1tes ~el monoteísmo, que programa un comienzo y un fin
y, entonces, no se entiende nada: hace un embrollo con Jos de los tiempos.
bilos y, mientras tanto, conserva un potente efecto de ver-

2?.
1"
.;¡..
~\: . Pero estos señores nos ocultan lo esencial:~i1~ i!!I~ª
.A!e•n pre .!!Ll9.según un lazo más o menos e as co. 8
pero la deuda materna quedará impaga para siempre (¡lla-
'- razones. P_ara vivir que el sujeto se da antes de él derivan de me por teléfono a su madre que ella se lo recordará!).
su narcisismo: por eso a veces prefiere morir a renunciar a La tensión entre el yo ideal {el goce que habría sido
el lo~. Esta egotiz11ci ón de prin_cipio desaparecería en cuanto necesario) y el ideal del yo (el goce que se espera) instaura
los ideales r ecuperarn11 su ahen to: son 1;an bellos en cuan- una tempora lidad subjetiva entre ese pasndo y ese futuro.
to están en el. aire que<O!vidamos)su estado llano yoico. Esta t.cmporalidad está rígidamente orientada y est.a disposi-
Perdemos de vista el hech~ideol, ese buen mozo en ción espacial es muy importante para comprender ciertas
el fondo un tanto grosero, pueda tomar al yo tanto por características políticas contemporáneas. El yo ideal constitu-
d.elante como por detrás: Freud siempre le agregó al término ye un punto fijo, un origen into.ngible, en tanto que e) ideal del
~id.~I' .el de" "yo" y .realizó distinc~ones. Por una parte, está yo imp,ll}.sa para adelanto, y toma envión para escapar del pri·
el yo ideal , que impulsa al SUJeto hacia adelante: es el mero/Ahora bien, en Ja posmodernidad, la ca!da de los ideales
cuerpo perfecto que habr!a tenido que sor por amor con el concierne solamente a los que se relacionan con el futuro y,
q ue el SUJeto tend:rfrt que identificarse por la de~nanda dado su papel importante, desde ahora les atribuiremos una
ma~eraa.,.Y, por otra, está uel ideal del yo" que lo impulsa mayúscula (el ideal que cae hoy, es el Ideal del yo). De manera
hacia ateas: es el ideal paterno al que busca satisfacer en el que si los ideales progresistas se derrumban, no queda nada
futuro. Se identifica con el padre para escapar de la demanda que haga de contrapeso a la regresión hacia el pasado: el yo
materna. Pero ~ta segunda i!!entificación consiste en po- Ideal triunfa y con él su sueño ~e incc3tuoso1.- -
ners~ ~ el.lug_a~_d~re y, por lo tanto, representa un Entre tierra y cielo, entre Tánatos y Ei05;1intre yo ldeal e
o mató s~mbO.hco. Des0eel fondo de la tumba, ~dre. Ideal del yo, los.cuerpos tenían los pies sobre la tierra. Pero,
sa v· e o mfin1t.o del amor materno y convierte l':)>@n ¿en qué espacio Dotan ahora? El repliegue sobre el yo ideal
muerte en asesinato del padre:.a partir de esta~el refuerza l a relación do agresión de Jo parecido con ló pareci-
sujetosuei'iacon unn~<l¡¡nción futJ.Jra de su error. Manteni- do. Por consiguiente, ex.acerba la violencia y Ja explotación
do hacia atrás por lo que hubíeseaebido ser e impulsado en el momento en que, al mismo tiempo, sacn las armas
hacia delante por sus sueños, el cuerpo humano navega como ídeales que le habrían otorgado una razón pa.i·a luchar
un barco lastrad~ por el p~omo de su roda y llevado por la vela. contra esta explotación.
VEncerrado en la mtersecc16n de estas dos elcigencias, el cuerpo La regresión sobre el yo ideal deja ílota:r un cuerpo
está ~arcado por el sínto:na, punto de anclaje entre el goce del pulsional horootético a las sensaciones: al mísmo tiempo
organismo y los imperativos de Ja vida en socieda~.;, vale como todo y como nada. E;; todo porque responde a la
. Descuartiwdo? el sujet.o se divide entre estas os instan- demando meter.na de ser su falo; e$ también nada ya que ella
cias del yo q~e lo 1mpuls.an hacia el pasado y hacia el futuro. no lo tiene. E:n esta oscilación cntreel'Sery la nada, busca s11s
Los grandes ideales de liberación pertenecen solam e a Ja lazos, incestuosamente angélico, y no los encuentra: si sigue
se~nd~ categorí~.ffil ideal del yo conlradice a ivia las siendo un ángel, la nada del falo va a tragárselo y el combntc
ext~encias del yo ideal. Pero lo contrario no es verda ero: el por la supervivencia se inicia en cada sujeto quo qui1>rr
yo ideal no contrabalancea las contradicciones del ideal perseverar en el ser. En él, so enfrentan dos fuorills contr.1
del yo, que se regulan en el lazo social a través de las rias, una de las cuales corre el riesgo de suprimir" la o~r.1 y
ficciones re)igiosas y sus prácticas el() s~cri~cio\En otras de devorarla en su victorill. ¿Quó hacer, 8 • no ni rojnr In r111rl"
1rnlnlH·ns, podomDs sntiijfacer lo~ debllrcn rospccl.o del padre, prqpia de nada sobre alguion?
Y, do esta manern, AO lr.vnnto 11 n rt 11 u1•I 11111•r1111 u 1•11 .,¡
\o '1• llH.~t

t1. ~ .......
identidad cuyas referencias son pulsionales: la división ele\
boriuinte posmodemo, un San Miguel que ~usca. desespera· mundo opera a partir de ella en función del gusto y del
damente su dragón. Ningún ángel sobrevive sin su doble disgusto, según las lineas divisorias del olor, del color, de los
satánico: cuando la nada acecha desde tu interior Yam~naia elementos de lo visible: son las del odio racial y de la
con dejarte extraño a ti mismo, acuérdate del extral\jero Y xenofobia. El color, el olor, el lugar de nacimiento son los
bendícelo, a él que puede llevar ese fa;do por ti, es~ parte de hábitats por poder de los SDF' del JdeaL De este manera, la
ti que odias. El extranjero tesa~ el fardo .de esa mitad tuya, patria, la historia, el clan, le raza, representan los recursos
esa mitad del amor llevado hacia la puls1ón de muerte, esa regresivos quo ofrecen sus encantos~· y
violencia, esa partición del cuerpo pulsional siempre amena- buscan garantizar una identidad de fortuna. Todo sena simple
zado por dientes anónimos, borract:o de o\~res, colores, si solamente se tratara de discutir ideas. Pero lo que pasa es
sonidos. En el vértigo de la regresión puls1onal, ¿cómo muy diferente cuando se trata de la existencia del cuerpo: su
perseverar en el ser, si no es arrojando la nada sobre el identidad.queda suspendida en les líneas de lo compartido
~raniero convertido de este modo en el cornbusti6le cfeía pulsional entr() lo bueno y lo malo, que no dependen ni un
ciudal s~ centro secreto? El ser ángel y extraajero sé momento de una elección entre el bien y el mal.
respaldan mutuamente. Con el precio del odio, brilla u1¡ (En el centro de la posmodernidad, este agujero nei,<ro se ·
cuerpo que nunca fue tan angélico como cuando pretcnd~ la vuelve más profundo: el vértigo del pasado a falta de futuro .
pureza (la de la raza, la de la higiene en ~l rerstro.méd1co, La xenofobia, el racismo, el nacionalismo, el regreso al clan
la de la ecología en el terreno de lo ideológ¡co). El odio ofrece o a la secta, son sus formas más patentes. Esta retracción de
el último techo: "En mí, algo me trabaja y me separa de .mí. la identidad a su muñón busca las condiciones de supervi-
Preferiría creer que es tu erTor, que tú causes esa defe~ción: vencia: un pequeño fascismo portátil permanece lorvndo,
Una nada me aspira, pero preferiría anularte e ti, m1 enroscado en un pliegue profundo. Está listo para saltar, rico
semejante que se me pare~ tanto. Entre tú y yo circula una en golpes de guerra de gángsters, mafiosos de la primera
sola nade y si te elimino, soy. De esta manera, separo las ocasión, listo para emplearse con el jefe que lo quiera. El
fuerzas en guerra en mí. La lucha del ser y de la nada f~e totalitarismo no le da miedo. 1
primero la de lo masculino y lo feI?enino. ~ero prefiero decir: Pues la caída de la regresión pulsionnl le pide auxilio al
'Es \a lucha del amo y del esclavo o, también, 'Es la lucha de padre que lo salvaría de las sirenas del yo ideal (de lo
cleses'. As! pasó". . . angustia de la castración materna). Pide la ayuda de un
Cuando el cuerpo deja de ser rmpulsado hacia adelante padre violento, violador, sodomita. El que respondió "pro·
por \os Ideales regresa al campo incestuoso de la demanda sente" en los totalitarismos del siglo paslldo. Esta presenta·
materna que l~ llama: "¡Ven, mi caracolito fálico!" ~a ción del yo ideal podría ser algo que sólo perteneciera n
re¡¡!]Sión e iráe\camino uetomóesad esdecir, suje.t-0s aislados, aunque sean muchos. Pero no: se colectiviza
erae las pulsiones parcia es~-, c~r, oler, etc. El o ~~tívo gracias a un jefe, que le da su nombre a la regresión
de las pulsiones es identificar el cuerpo con una totahdad pulsional, quo no lo tiene3. Si las religiones del padro son
autcerótica que se ex Jicaría or sí · ma se bastaría a sí
t Siglas que identifican a las persnnas que. viven lln la colle {sin
misma (el suet'lo e as neurociencias). La retrae ación sobre domicilio lijo). (N. de la TJ
·eryo ideal tiene como consecuencia una regresión de la ~ Parlldójlcamente. Freud inventó un m·ito de la horda prinlitiva que
situaba eo los comienzos de la historia. en un monlf!:nto en que en Europo.
• Lu puntualiucionea eobre la ecol?tPa implica!' una ~deolocfa de la a su alrededor, esta horda crecía.
pureio y no t.al o cual medida pare me1orar el medio ambiente.

27
26
marginales, su ausencia en los cielos hace que nazcan en la tiran a una muchedumbre" Y tú" piénsas que! eso pasa
tierra. Los "Duce», "Fllhrer• y otros "Padrecit.os de los pue- solamente en los Estados Unidos, porque te imaginas que es
blos" son bastardos de Dios, en el momento de la seculariza· un pa!s en el que los habitantes no tienen nombre y a los ~ue
ción científica. siempre les faltó el contacto con los otros. Crees que tas
La ciencia recorrió la inmensidad de los cielos: están bandas de niños asesinos sólo se encuentran en Bosnia,
vacíos. De golpe, nadie se dio cuenta del corte d a arra Sierra Leona, Argelia, Congo, Brasil.4 ¡Pero no! Cada vez hay
delldeal , porque l. erza ue la .. - a cienci onna· más y en todas partes: no hay més que escuchar lo que pasa
ba parte de los deales. El ea! era el resu ado de una en el patio del recreo. P_e¡:o tú tienes la culpa, p<>rque no~
esperan7.a de redención del padre asesinado. Pero si el Ideal contaste tus susr'\os. '-
se acaba, entonces las figuras del padre que hay que matar, V Poro, _l@que losa9,es yya gue no te nsta la SD.n.)ll'q.12ucdes

los tiranos de todo tipo, desde el jefe de la secta al héroe 'd_ncularteO-é ót1:0 iñ o. ¡Es tentadorr uedes dedicarte aiás
fascista, p1·oliferau en u.n a tierra sin ningú¡¡ dueño legítimo. tern ias ew e que te proponen ordenar ese cuerpo un
Entre las consecuencias de la ideología de la ciencia, los tanto flotante; ay que lastrarlo con el ideal de imitación, en
intentos de rehabilitáción del itadre al modo antiguo van realidad, con cualquiera. odo es bueno: safüdur(a antigua,
desde el fascismo basta el integtjsmo religioso, pasando por el Oriente, la psicología, Ja eco o a, as nuevas -religiones.
la formación de sectas. Pero, ¿es posible poner en la cuenta ¿New Age? Nadn mejor para adaptarse a laamerican way of
de la ideologfo de la ciencia lo que se produce como reacción life liberal. Como la "transformación personal'? es su motor,
a sus avances? El hombre de 11\s Luces niegn que pueda renuncia por principio a transformar este mundo, e invi~a a
atribuirse a un p1·ogrcso las consecuencias negativas que plegarse a los sufrimientos que éste engendra. ¿Esto quiere
éste engendro, per o también desconoce que no se trata de decir que la New Age fue creada por los malignos secuaces
una reacción de fuerzas del posado y que la sombra viene del liberalismo? Ni siquiera. Se genera desde el interior. es
de la luz. La monstruosidad no surge del pasado. La pare la una invención do los ángeles que profieren encerrarse en sus
pureza del fuLuro, que reclama su tributo. cuerpos: por otra parte, no tienen otra cosa y, al lanzarse
Hoy, el fnscismo no esLá a lo orden del día. Esta represen· hacia ellos mismos, caen en el vado. ¡Sea zen! Es una caída
tnción demonlaba del padre no participo más del teatro sin fondo, no se va a hacer daño. ~-
poUtico, salvo a título de fnntosma de la democracia. Sin
embargo, sigue en el escenario. 'llna rJ!presentación del
¡¡adre violento, fuera de la ley y disfrutando, fascina a la
p-osmodenudad. Los neuróticos imaginan fácilmente que el
perverso goza mud10 más que ellos: éste es el nuevo héroe de
la mayor ía do los guiones cinematográficos o de las novela!J
La violencia, el crimen, la droga, la pedofilia, ocupan las
primeras páginas de los medios de comunicación, a la medí·
da de una perversión que bnlla en el cielo de los ideales
~ \
r~I('
re~·vos, en el desmoronomiento de los Ideales progresis-
ta s niños asesinos no hocen otra cosa que estar de • Scglln una fodcroción de awcioc!oncs humanitaria 1, or dQ
a~~ · o con los espejismos de las sociedades Gn las que cien mH meno.res p~rlun ~rnH\SactuJ.llmontc en ul mundo~ 1 e: ptln ll•\
vi'\'.~ Los nii'íoa toman las armns cada vez más jóvenes y uct.Q.I de guem o p1rnlcna.

28 J \\ q1 20
CÓMO HABLAN LOS ÁNGELES nuevo se puede escribir un texto, estamparlo, procesarlo: l~s
letras se tritura,n en la computadora igual que con un bunl.
Escribir n mano la linealidad de las palabras enteras era
demasiado excitante. Hoy, se escnlpe, después se envía,
¡arriba! Se fue. Una gran red nos une. "l!1ternet" entusi~smó
y también provocó una especie de escandalo. Como s1 este
medio de comunicación significara entregarle el alma al
diablo. ¿Pero por qué esta fuente de ~formació~ práctica
tendría que provocar desconfianza, s1 lu mayor1a. ~e sus
usuarios sólo la usan de tanto en tanto con fines ulthtanos
y sin que esto h aga que en eren en un mundo virtual?
Lo que pasa es que esta red cae en la hora de los ángeles
y da cuenta de maravillas del sueño de .descmb11razarse del
En la Edad Media, la escolástica debatía largamente sobre euerpo. Ahora que nos hablamos en tiempo ;ea!, que n.os
el lenguaje de los ángeles: dado que eran puro e.spfrilu, ¿por comunicamos con claridad, que nos pegamos p1el contra piel
qué se comunicarian, si eran transparentes y claros, sin en Ja pantalla, ya está. El cuerpo demasiado pesado se fue
reservits, cautelas o reticencias entre ellos? Sus pensamien- volando. La hostia electrónica nos conecta con el todo, el todo
tos íntimos se exteriorizan enseguida: "El habla del ángel es uno, somos nosotros. Y ahora que uno está allí, );'ª no
solamente interna: por 1o tanto es idóntica a su pensamien- necesitarnos las amarras del cuerpo: se acabaron .los hbros,
to", escribía san Buenaventura. Autista, el ángel no habla, le ya no se necesita el arte, que te habla en tu ausene1~, queme
bas~ con soñar para ser comprendido. A comienzos de su babia en mi propia ausencia a mf y qua me hacía m~s c;·ande
trat.ado Sobre la elocuencia ordinaria, Dante niega la exis- que yo basta ah.ora. Los nuevos sistemas de comun1cac1ón no
tencia del lenguaje de los ángeles: "Ya que los ángeles, para tienen ideología. Sin embargo, llevan a cabo una que no hacía
manifestar su gloriosa concepción poseen una muy pronta e otra cosa que esperarlos.
inefable capacidad del intelecto, gracias a la cual un ángel se World Wide \'leb. Un cuerpo grande como el mundo, tan
hace conocer totalmente por otro, o bien por sí mismo o bien grande que tennina con el cuerpo, que se disuelve, desapa·
por ese espejo resplandeciente en el que se reflejan todos en rece en las incontables conexiones de la red, a resguardo de
todn su belleza y se cont.?mplan con todos sus deseos, parec,e cualquier espojo. ¿Es mod erno? No l·ealmente: esa virtuali-
que no necesitaran de ningún signo del lenguaje". Los dad del sueño estaba en potencia desde hace tiempo. Cuando
ángeles se comunican gracias al espejo del mismo Dios y ese nos conectamos la irreductible alteridad de la apariencia
espejo mudo es, por lo tanto, más fuerte que aquellos a los desaparece y el 'alma encarcelada en el. reflejo se .libera. El
que refleja. Asimismo, si los ángeles de la posmodernidad se cuerpo que desaparece se reúne: lo que s1emprequ1so ora ser
hablan gracias al espejo de la computadora, la máquina es puro espíritu. Los ángeles pueden palparse de ICJOS y recono-
más fuerte que cada uno de los que hace comunicarse. cerse separados del peso de las miradas. Nosotros también
La máquina es, en primer término, el procesamiento de pode1~10s hacer como ellos: el lengunje electrónico le da 11
las palabras, su trituración, su mart illeo. En otras épocas, nuestro cuerpo la misma ligere?.a. En tanto. án.!l~I, escapa
los mensajes importantes se estampaban en piedras y de esa finalmente del riesgo del habln in prnesentw: Cua11do te
manera quedaban ¡,rrabados parit In eternidad. Ahora de hablo, mi cuerpo se vacía. Cuando me caUo, crece desmesu-

30 31
1 1

radamente. Si me miras, se hincha y me molesta. ¡Si sola- nueslros actos. Esta ausencia de secretos desfavorece a los
mente pudiera hablarte sin la molestia de la mirndal ¡Te que, así, se convierten en ángeles del mal. ¿Cómo los ángeles
diría que si u todo! ¡Yo también te voy a encontrar en tu posmodernos no iban a sentirse perseguidos y violentos si se
propia ausencia!" pretende que se sabe todo sobre ellos? Según san Buenaven-
¿Qué es hablar? A pesar de uno, eso se produce en turn, el habla solamente agrega al pensamiento un acto, que
presencia de otro cuerpo, de su acontecimiento. Uno ni lo exterioriza. ¿Pero si conocemos este pensamiento, para
siquiera estaba pensando en eso, no sabíamos qué íbamos a qué comunicarlo?
decirle y entonces, los palabras empezaron a encadenarse. Para que el habla tenga sentido, es necesario que revele
La presl'.!ncia del otro al lado mío provocó una ruptura en el algo que el interlocutor todavía no con0<:e. Duns Escoto
espacio-tiempo, un aire gracias al cual me llegaron las escribía que si los ángeles intercambiaban sus pensamientos
palnbras. A los ángeles no les pasa esto. Cuando se hablan en aunque no fuese necesario, era porque "sin expresión, no
ciberlengua están tranquilos, protegidos por la distancia y el sería conocida por ese conocimiento llamado audición". Para
espesor de sus computadoras. La niáquina deja pasar las el doctor Subtil, un sujeto manifestaba de esLa manera su
palabras sin prnblemns: está hecha para eso, para acelerar· presencia a otro sujeto: era una manera de sign ificar que
lus, para hacer circular tu pensamient.o, pasando do la estaba oh!, con él, asf como podemos hablurle a Dios sin
velocidad del sonido a la de Ja luz. SI, los ángeles están revelarle nada, a él que todo lo sabe.
tranqui los: sus cuerpos descontaron el pensamiento con esa Si los ángeles se comunican, manifiestan a través de un
rapidez de la luz y hasta pierden la sombra. Pero, entonces, acto su atenta presenci a a uno de sus semejantes, que ya
¿hacia qu;én vuelan, qué roban , esas veloces palabras? conoce el contenido del mensaje, que es transparente para él.
Vt1elan hacia un cuerpo que ahora se imagina solamente, un Lo mismo sucede con nosotros cuando hablamos y no nos
cuerpo al que solamente nos contentamos con pensar, que ya decimos nada nuevo, pero eso pasa porque somos vos y yo¡ yo
no forma un hueco. Roban este cuerpo al volar hacia él. No te hablo sólo para que sepas qu~e. estoy didgiendo a ti.
hny otra cosa que diferencie ese lenguaje tras! úcido del de los ¿Pero eso sigue .pasando abora?l'Ahora la vo.cuidad de los
ángeles. mensajes tiene un sent:ido totalmente diferenLO: no es por-
Los humanos hablan, decía también Dante, porque son que, como los ángdes escolásticos, sepamos todo y tenga-
opacos, están sujet.os a la mentira y son sujetos de la mos que mostrarle a alguien el amorque sentimos por él. Es
mentira: "El hombre no puede, como el ángel, penetrar al porque nuestra babia dejó de tener consecuencias: queda
otro a través de una visión espiritual, ya que el espíritu invalidada todos los días por la maquinaria del saber virtual
humano está veh1do por el espesor y la opacidad del cuerpo que cae sobre nosotros. Aunque tenga un mensaje, el habla
mortal". El ángel tcndrfa que ser felii porque sabe todo de pierde su peso y, romo los ángeles, nuestra apariencia es como
sus hermanos, pero ¿también será feliz si sus hermanos la de los autistas. Lo qtlc decimos no cambia en nada un saber
snbe n todo de él? El saber, entonces, se vuelve perseguidor que sabe por nosotros. Cuando no éramos ángeles y hablába-
para el ángel, y, también en este caso, se nos parece. En los mos, esa mediación de palabras pnliaba la pesnclez dP nue.,~ro
libros y en las computadoras está consignado el detalle de cuerpo: el espacio, el tiempo, el signo, la discun;iviclnd clabnn
nuestras moléculas y nuestros genes liberan poco a poco las cuenta de nuestra imper fección en relación con 10& 1lnm:l1 • ¡.
potencialidades de nuestros actos que, por consiguiente, Estas sustracciones se evaporan de golpe si n11r11trn hnhl11i'WJ)
clcJRll de serlo. Lo programado escapa de la libertad. Esta· es más un neto. El actod()hnblo sc1lcsln1yl•f'n lo~ 11w•h11 1¡111
mo~ f1.1rr'n de 1Jl1,0tl'OS nn f!Sl1 ~abe r quo c•rrnrfica el nlcunco d~ lo Jlcvn11 a colJo. E$cuch(l 11 t.11nlrP!foclor. 11111•l •111l¡!11, 11111•l 11d1,
conversaciones enteras que buscan resolver problemas téc· EL MUNDO CAMBIÓ DE BASE
nicos de comurucación del mensaje y que so volvieron el
mensaje. El relato se reabsorbe en sus posibilidades de
producción. La conversación termina y no se dijo na~a.
La chispa del ciberespacio muestra cómo se angehza un
cuerpo en la práctica: lo manda derecho a la dimensión en la
que ya estaba en la práctica. El universo de los vivos está
duplicado con demonios descarnados que se hablan por
encima de nuestras cabezas, a través nuestro, sin nosotros:
somos nosotros. Los ángeles son reales; son ese cuerpo de
carne que era virtual y se esforzaba sin cesar por actualizar·
se a golpe do síntomas yde pasaje al acto. Ahora se terminó.
Que descanse en paz ante las pantallas.
Ciber nos devela un misterio sobre lo que nos une a Jos ¿Cómo füeque los i~eal~s se ec~aron tan 1:á pidam,e11.te por lo
demás. Nos muestra que esl;ábamos conectados en el saber borda? Al crear la historia, el mito monoteJ.sta p1·otet1zabu un
por un poder maquinal; que, desde siempre, estábamos encaminamiento del ~~no hacia un ~n de los tiempos
conectados a un espacio virtual cuya importancia nos mues- edénicos: la ciencia sa ~preseñt:Ocorno su h1¡a secular. Pero,
tra. Delante nuestro siempre hubo algo virtual que teníamos una vez quo vio asegurado su tri unfo, esta rngr!\Cilso olvidó
que actualizar. Lo virtual era el comb~stib~e.que nos anima· del mito que le dio luz: es más, ridiculizó su matriz, hizo que
ba. Ahora lo virtual está a nuestra dispos1CJ6n gracias a la se desmoronara. Lo que pasa es que las ficciones ideales
máquina: nos dirige como el espejo de Dios a los ángeles. desarrollan su cálculo sobre la base de una operatoria que
programa su derrota frente a su ingrat:a progenie. Los ~itos
y las religiones se desarrollan en cond1c1onal. En una h1st.o-
ria que yo invento, mo cuento primero tal como soy, es d_ec1r,
yo en mi situación actual, que me gusm.. ía que cambiara.
Luego, agrego Jo que me gustaría ser. Finalmente, hay que
insertar en el cálculo la objetividad a la que se apunta. Al
crear una historia, "yo" me desdoblo entrn la rea lidad y ol
sueño: en cuanto se imagina una ficción introducida por un
"si", aparece un tercero. El sujeto inventa de roa.nor a de
establecer las condiciones en las que podría reahzar sus
sueños: "Si hubiese pasado tal o cual cosa ... podría gozar do
lo que perecía imposible". No hay ·n ada más divertido que
esta palabrita, el ·'si". "Si fuese médico, y si vos estuvieses
.
enferma yo te verla desnuds". ... Esto - quizás. no suceda
nunca pero, mientras tanto, extsto gracias a m1 sueno, ese
...
futuro me empuja hacia adelante y, de golp~•. tengo un
presente. Gano mi existencia gracias a ese condic1onal: esto

34 35
quiere decir que no aparezco en persona en el escenario de Ja
existencia hasta que no conté hasta tres. suponen que el incesto con la madre ya°:J1ii'Sído cometido (lo
Un cá.lculo puede hacerse con todo tipo de bases. El que sin embargo es imposible) y este tratálnientb'iiutorita la
sistema decimal funcional sobre la base de diez elementos, existencia de un sujeto que goza como·sí; a pdsai'· de ~o
las computadoras tienen una base binaria, cte. Los mitos se hubiese podido hacerlo. Lo ternario de la escenografta ed!pi:
desarrollan con una base ternaria. La ciencia, por el contra- ca resuelve la contradicción gracias al condicional del fan·
rio, cxtit>nde su imperio con una base binaria y, sobre estos tasma (goce de lo prohibido). · •· ' · '
dos pies, corre muy rápido.• La base ternaria no aparece en Esta modalidad temporal historiza Ja contradicción entre
cifrns en los mitos y en las religiones, sino en su modalidad lo imposible del incesto y lo posible del goce. Naturalmente Jo
gramatical, el condicional. Los tres términos se repliegan imposible no se evapora tan fácilmente: trepa a otro nivel'en
como quien no quiere la cosa y, a fuerza de hacer "como si", los cielos de la ficción. En el mismo fantasma; el padre golpea
andan a la perfección como si fuera verdad. Consideremos, por y hace gozar: cxfatc una contradicción entre el 'amor del
ejemplo, el siguiente fantasma: "Si mi padre me hubiese padre y la promesa de suprimir a ese rival tan molesto como
pegodo, sería como si yo hubiese hecho una grnn tonterfo, por musculoso. Pero si creo la ficción de un padrénomnert.o, sino
ajemplo, si hubiese dormido en la cama de mi madre". De eterno que, mucho más tarde (o, inclusive, después de mi
manera que siento un placer secreto cada vez que me castigan. muerte, también hecha ficción en la "vida ei.irna") me
Además, busco los golpes al hacer lo que no habría que hacer. p_erdo~e, entOnces hoy puedo gozar (y hasta el último día) no
Y, asimismo, la transgresión me excita, me gustan las peleas. s~n deJar de pensar en el asesinato del padr e. Esta historiza-
Mi goce secreto me inclina a hacer la guerra, sin que considere c16n del fantasma engendra la duración. El condicional de
los riesgos o la derrota, muy por el contrario. J\'lientras tanto, las ficciones crea la historia, teje el tiempo histórico a partir
existo gracias a un condicional que se desarrolla en una base de una estructura cuya aporía resuelve. Lo contradictorio
ternaria: est.c fontasma supone imaginariamente que se dan única_mentc fue d4'.8J?l~zado temporalmente y se pospone su
ciertas condiciones, para alcanzar en el futuro un cierto solución hasta Un Juicio posterior (o final). Pero, entre tanto,
resultado, pero esto a partir de un presente en el que estas por más preocupado que esté por pensamientos sombríos
condiciones están ausentes. Ese futuro puede realiiarse en
un tiempo más o monos cercano. Por ejemplo, en el fantasma
. la. muerte y el más allá' el ser vivo disfruta. La
sobre
ex:stencia es el resultado de esta puesta en condicional del
del ni11o golpeado, cualquier castigo valdrá como si se hubie- suJeto: de esta manera se evade, ficticia (pero eficazmente)
se cometido un acto incestuoso, de manera que los golpes en de los determinismos. Me evado, sueño con algo distinto de
general ocasionarán un goce instantáneo. lo que soy. Pero, como contrapartida, contraigo una deuda
Lo ternario tcmponi l instaurado gracias a este artificio por escapar de los determinismos y existir libremente. Mi
gmmatical se co1Tesponde con lo ternario cd!pico. En efecto, libertad es propÓrcional a esa deuda, cuyas unidades de
para el ni1'o, los golpes esperados del padre (en cond icional) medida como, por ejemplo, los sacrificios, estaban estableci-
das P?r las :eligionos en el pasado. En esto so distinguen de
• LM tesis cienlíílcDS pue<ien desarrolla...., sobro la boso <lo cuatro, los nutos, simple formato de una subjetividad condicional.
einoo o inílnit.os elc.ntcnLos. Les encanta ~o. Pero, parn comunicor &Uf Desde un punto de vista lógico, los tres términos que
resutwdos Licnen que voh.•e.r a ba$es binarias. Ya sea por compn.t.¡bilid11d hac~n rodar la mecánica de la ficción no le gustarían mucho
entre lenguajes info1máticos o por los bancos de dolos cibernóticos,
cunlquit'r lengua tendrá que tener uon base binaria y las incompaUbili· a Aristóteles: la proposición condicional es contradictoria no
dados quodorán de indo. r~~exiva y no excluye al tercero. Por el contrario, las pro'po-
s1c1ones científicas de base binaria se desarrollan de acuerdo
36
con los principios aristotélicos: reflexividad, no contradic- hace, no esos objetos). Ye no se trata de un ideal que legitima
ción y tercero excluido: así no hay problemas, es perfecto. En la acción, sino de los informes de los expertos. En cuanto la
la base binaria, un sujeto se acopla armoniosamente con su política surge de una "ciencia pol!tica", los sujetos se suturan
predicado, según la aserción, el modelo formul ~: la ecua· en sus determinismos, en toda objetividad." Cuando lleva Ja
ciO n. El lenguaje de Ja máquina no habla e~ cond1c1on~l y no ficción a le nada, Ja razón hace que su propio motor haga
inventa ficciones: no tiene nada que repnnur. La máquina no implosión. Una locura suicida le anima: su éxito reduce a nada
se hace la pregunta por su existencia ni por su legitimación: su propio ideal. El rcsecamiento de los ideales descubre un
~iene un cuerpo sin ideal. sajelo tan desnudo que no importa cuál será la barbarie que
¡Podemos presentir los resultados del encuentro del cálcu· vuelva a seducirlo. El feliz avance de las Luces se enfi-enta con
lo de base binaria y de bas~ ternaria! Es la historia de la la monstruosidad cuya puerta pensaba que había cerrado.
vasija de hierro contra la vasijn de tierra: homogéneo en el !'flero esta marginalización de 111 ficción real izl.\cln por el
sueño maquinal contemporáneo, el discurso de la ciencia se discurso científico no explica todavía por qué el sujeto elige
opone al saber ficcional, cose la boca del sueilo. El cálculo de el segundo a expensas de Ja primer!¡ Despu~ de todo, ¿por
base binaria mina, por principio, el condicional de la ficción, qué no quedarse con ambos, sobre todo si pensamos que los
In base ternaria gracias a la cual el sujeto sueña en el cuentos de hadas, los mitos y las religiones son más estéticos
presente con un futuro mejor. La consecuencia es que el suje- y más ricos en efecto de verdad que la objetivación de los
~o de la ficción no tiene nada que decir~ el pobre está cá lculos psíquico-matemáticos? Lo que pasa es qua ln misma
satm·ado. Si bien sí empr e puede seguir hablando, eso care- objetivación se corresponde con un e eo rofündodel sujeto
ce de consecuencias o es meramente decorativo, como re· qu_: ~a ~hacerse objeto de un deseo mayor que , con
cuerdo de los buenos viejos tiempos. El pasaje de la base no .ser más que un pegue~o ennnnaje de 1a maquinaria
t.crnaria a la binaria va de la realidad mental a lo real, .l!_01versa1. El deseo lleva en el lo que lo anula, y como el sueño
atravesada por el fantasma en el que el sujeto tendría que cientfüco realiza Jo que se propone, se vuelve hegemónico. Su
emerger autista o, más bien, con un habla parecida a la de las aridez suicida permite que le gane la paTtida a todas las
computadoras (que, en efecto, funcionan con una base bina- ficciones pasadas, porque la objetividad de lo rOlll se traspo-
ria). El lugarrelativodelasficciones y del cuerpo se compen- ne en objetivación del sujeto. Ya que la ciencia es capaz de
sa. Sin frases inútiles, la base binaria vuelve marginales los objetivar lo real, ¿por qué no hacer lo mismo con el sujeto, que
mitos y las religiones, hasta en lo más profundo _de la ?Jás de esta manera se liberará de sus tormentos? Este juego de
lejana tribu africana: hasta con que un hermoso avión de1e su malabares consiste en hacer una inferencia entre lo que está
rastro blanco en el cielo para que enseguida las creencias se determinado (la materia) y lo que no podría serlo (el sujeto).
descentren. Y cuanto más se axtiende su hegemonía, más Sin necesidad de grandes demostraciones, ningún ser huma-
rechaw, los saberes narrativos al ocro lado del ch·culo de la no ignora que no éS una máquina , ni una computadora
eficacia simbólica. La "eficacia simbólica" define ese poder perfeccionada, y que su dignidad se basa en esta certe,2a. El
de represión, esa fuerza de olvido, esa fuente de sueño que
pone los pies en la tierra. •Son las marionet.a.a do la historia. Con&.ciente de est.o. po.rt.i~ulRridt.d.
El ideal se reabsorbe en su cientificidad y se pulveriza en AJthu_uer escribió que no hay "sujeto de hl hi$t.oña•. De eat.o ntnnera. el
cada uno de 11osotros (nosotros, es lo que hay de común marxismo-, 1nenos e1 do ~·Inrx que el de ttUS auc:esores. id vinculor· .;I ma~
teriolismo histórico con un subounjunto dol m:ttc1·ialis n\O dinlijctico.
en cuanto rompo con Ja mercancía , la que quiero, la que soy. redujo lo político a lo económico: los sujetos se tisfixiru·on o sí n1i11n\os e1l
Nosottos, es cuando me doy cuenta de que eres tú el que me eso "cienUficidad".

!18 39
ueño de la ciencia triunfa a pesar de todo, orque nada es
más e icioso nra un s e ue en arse. eseo a 1r a son los genes los que deciden. Aquí estás, sujeto de las Luces:
llevarscn ca o, y es tarea ización lo anu a como deseo: suei\a te estás quemando en tu propia operación. Querías siempre
con su propia desaparición. La base binariaemborraclia: excita un poco más de luz, mehr Licht , y te habías olvidado de que
1~ pulsión de muerte del sujeto que, tanto hoy como ayer, el cálculo perfecto elimina al que lo produce: el sujeto es el
disfruta con las sensaciones fuertes. El placer impecable de la resto su pernumerario de las ecuaciones que establece.
demostración cientffica realiza esta objetivación, que su tura el 'El proceso científico "sutura" al sujeto: en un primer
ÍlTedcntismo subjetivo. momento, los científicos hacen hipótesis y hablan en condi-
Sin.emba!go, u!).l!ombre d~iencja es, en primer término, cional, como en los mitos y en las religiones. Pero, l'n un
t~r. Para los que nuran sus resultados, la ciencia se s~gundo momento, el inventorinten ta probar su hipótesis y,
presenta como un monstruo despersonalizado. Él no es otra s1 lo logra, ésta se vuelve una tesis. El sujeto queda abolido
CO<:ia que un insomne entre otros, obsesionado por el enigma en su propia o~eración, cosa que no sucede con las religi-o-
de lo real, apurado por hacerse un nombre más conocido que nes, que mantienen constantemente el modo condicion~
el de s us pares. La escritura de una ecuación definitiva se Este sujeto suturado olvida a su madre. "No soñemos
establece después de muchos días d e debates: ningún mate- dice, él, el ni ño del sueño. No se trata sólo de que In cienci~
mático hace sus investigaciones en soledad. Y, cuando lanza sea objetjya: ella objetiva al sujeto. Reahza el goce de u n
los dados con su nombre, un inventor imagina primero suj eto cuyo d eseo n emo es hacerseob etodel deseo
hipótesis gue tie nen una modalidad condicinoal. ¡También e o as eterminaciones c1ent cas). sta es a
él pñmero funciona con una base ternaria! Sin embargo, al T<l~ologfa de la. ciencia: la de un sujeto completamente
demostrar su hipótesis, su objetivo es converli.rla en una objeto (determinado): Ecce hon10 angelicus. El homb re
tesis, en una certeza. Por lo tanto, se traga su ficción "de base a ngélico es el objeto de lo ciencia: no necesita c reer en ella
biliaria" y s u t ura con. eUu a un sujeto que sólo habrá existido ni siquiera estar nl tanto de lo que h ace. La práctica do la;
durante esa deglución. Contrariamente al condicional del técn icas en gendra su creencia. ¡Lo que le fal taba era esto:
mito, que mantiene constan temente en su relato la división todas estas máquinas! "Soy lo quo me falta y tpmo vuelo."
del sujeto,~ ciencia se anula como ficción en su propia La ideolo a de la ciencia es el hombre-máquina, o lo
realización. Su éxito suicida a su sujeto cuando pasa de la maquina- ombre (como mejor te par zca . ¡ amos, hay
"ciencia ficción" a la cie~. que terminar con la subjetividad, con el deseo con la
El siglo de las Luces había establecido su programa libertad! ¡Ya no sabemos qué hacer con todo eso! E~e sujeto
basándose en la razón. La totalidad del saber er;;i su horizon- muerto, angélico, autista, maquin al, es el q ue produce una
te y, ahora, el objetivo se re~liza: el saber se acumuló y su idea del hombre supernumerario para sus resultados. Al
sujeto se elimina en su propio cálculo. ¿Qué es un hombre? volver marginales los mitos y las religiones, "lo ciencia''. sin
¡Pero es tan simple esto! Está h echo de lo que le dicen que darse cuenta, da a luz una cierta idea del homhri' mye1s
está hecho. Es el resultado de acontecimientos independien- efectos son de~1oledores. Feliz con s us resul Laclos l 1lcnirci~ y
tes de él, que lo han moldeado: le sucedieron sin que nadie con los beneficios que produce. desconocl' el 1mo¡¡innnu •l\11'
sea responsable de ello. Está fabricado con carbono, oxígeno produce y que la sobrevuela. El hombrc·mtlq11 i1111, 111 c:11l1•111
y otros cuerpos elc me11 t11les que tiene en común con las la atormenta: sueña con un ser humnno <11 c¡u<' .. h hn
cstr~llns. Podt•mos foercn qué"ª a convcrtirsemuchomejor disecado h11s~ la iilt!mo m<>lóc11l11 y qiw t•s •11l1111w11l<• •l.lf•I
n11 au e¡ uf mica qu111"1 loH u~l.r'os. ~11 fuLuro no ltl perlci1ecc, una nrmndurn de tltomt1R. ~Rl•' •'& .~\l hijo. "1\1.114 n 1111
h11rmo.~o ~nao) c11i1.it11n con 1111 1:1111rpt_J_ dt• l(c•1ll'n" 1•:111• •1111 • 1
está entre nosotros; intentamos parecernos a él, que se ha LA CIENCIA PRODUCE TDEAS
convertido en olvido, poder de sueño y rige la vida. La vida QUE DIFlEREN DE LA ClENCIA
pasa a segundo plano detrás del sueño del angeHsmo: Ja
fábrica posmoderna la toma del cuello.
El triunfo ~e la r a26nsc estrangula en su propio progreso.
Vuelve margmales los procedimientos de simbolización an-
tíguos que ordenaban el goce humano: no sólo desaparece ese
resguardo, sino que, al mismo tiempo, la r azón engendra su
propia locura. En et mismo momento en que se vuelve
universal, deja de ser de alguien: los sujetos son supernume-
rarios, son une mancha, desorden. Los seres humanos están
de más en este mundo. Esta ideologia primero parece asom-
brosa, pero es el sueño más profundo de la humanidad: el de
no ~er más que un objeto, u~ ~gregado de moléculas y de in- La critica de las ciegas consecuencias del pr?g;reso de la
fluJOS a merced de manos d1vmas, mat.emáticas. ciencia se convi rtió en un lugar común de la rehg16n, In filo.
¿Pero puede obtener un resultado el sueno de una perfecta sofüi, la literatura e, inclusive, del psicoanáHsis. Musil, por
ob~etivación? La ciencia es hija del progreso y, por consi- ejemplo, en el capítulo 72 deElhombrc sin at~1b11tos, dice: ".1a
gwente, del monoteísmo que fue el primero en tener la idea ciencia que sonríe para sus 11dentros, o el primer encuentro
de un encaminamiento hacia el fin de los tiempos. La detallado con el mal". Una fina sonrisa ilumina la cara. del
esrieranza en la aue se apoya no le pertenece, procede de 10s verdadero cien tífico ... "en el que chilla como el fueg~ baJO ol
. re a tos que soñaron con una redención futura_ Y si su caldero una cierta tendencia al mal". ¿En qué c_ons1st.e esta
desJ!ÜO! !o v11e)ye ma · ñle.s las ficciones, agota laTúent.e de maligna sonrisa del científico que -según Mus1l- pr0le,nde
la ue sur 'ó. Termina o 1inar el metadiscurso en el conformarse con "servir a la libertad y al progreso"? ¡Esta
~ue se apoye.. e esta manera, se desarro a en a moderni- confiesa la ideolog!a do la profesión! Como todos sus sen:c·
ad , hasta el día en que el trabajo de zapa de base binaria jantes no tiene una relación obligatoria con la práctica
que implica una incredulidad cada vez mayor respecto de lo~ impHc~da en ella: "No bay que ~acerle dcmnsi~do i;aso a la
metarrelatos, haga desmoronar la ideología del progreso que forma que toma cualquier actividad e~ la con:1encia de los
sostenía a la propia ciencia. Forma parte de los grandes que la ejercen". Musil agrega q':'e esta ideologia se p~re~e a
relatos míticos y su progreso le quita legitimidad a ella la de los "comerciantes, los pillos y Jos guerreros . Este
misma. Cuanto más crecen las Luces, más se espesa la "elemento del mal original... al menos tan cLcrno como los
sombra. El río proclama la inanidad de la fuente de la que grandes ideales humanos, no es nada menos y nada más que
proviene. Si un escepticismo generalizado respecto de sus el placer de hacerle una zancadilla a los ideales para ver
dispositivos narrativos mina su propio metadiscurso los cómo se rompen Ju nariz". Pór consiguiente, la ideología de
misn¡os hombres de ciencia cuesti()nan la noción de proweso la ciencia no t.endrfa otro ambición que rebajar lo que los
y, con ellos, los psicoanalistas. La legitimidad de su acción humanos quieren más, por ejemplo... "ver én ta. bond11d
los cuestiona si ya no logran basarla en la idea de un progreso solamente una forma particular del egoísmo; reliic19nar los
de la humanidad. cambios de ánimo con secreciones internas; compro~ar que
ocho o nueve décimos del hombre son agua; elCphcar la

·l!l
1- -- -

famosa libertad moral del carácter como un apéndice auto- descubrimiento de un cil.ncer especifico del cerebro. Segura-
mático del Libre intercambio..." ment.c Jo van a encontrar. .,
Musil lo muestra bien: una comprobación científica sirve U na vez que se ha hecho esta distinción entre ciencia e
para justificar un pensamiento sin relación inmediata: la ideología de la ciencia, es claro que los científicos no son
ideología de la ciencia (el cientificismo) difie.r e de la ciencia. personalmente responsables de la primera, que concierne a
¡Inclusive es lo contrario! Un no científico exterior a su todo el mundo, inclusive a ellos. Sufren sus efectos y desco-
. no ve más que tl;'esultado: para 'él, la ciencia es
operación, nocen que son sus agentes. La mayoría no desea Ja conjun-
u_n m?nstruo objelivador.IA partir de esta objetivación, una ción de la objetivación científica y del fetichismo de la
ciencia produce su ideología, constituida por el punto que mercancía liberal y, mucho menos, el cre~imientode la segre-
corrcspond~ a l.n sutura del sujeto: por una parte, objetiva- gación, la idealización de las perversiones, la instrumenta-
c~ón, angeh~ción y, por otra, reacción contra esa objetiva- ción médica del deseo y las consecuencias pornográficas de
c~ón: integrismo, xenofobia, etc. La ideología de la ciencia la objetivac_ión de los cuerpos. Lanzados a sus cálculos,
~iene 1~1ós consecuencias para los no cientfficos que para los ¿cómo podrían prever los efectos desmesurados de sus medi-
investigadores. Para los que, desde afUera, observllfl y sobre· das, y que ni medir el cielo desalojaban el fantasma de un
llevan sus rosulludos, los determjnismos pnrecen absolutos podre, caución del teatro terrestre?
y "la ciencin" se vuelve el arma soñada par justificar cual- Es verdad que la ideología de la ciencia se volvió tan
quier hecho, yo que lo que sucede debe tener st1ro!:2!!J. Esta hegemónica porque entró en resonancia con el fetichismo de
ideología no tiene sujete. Un "se" anónimo la represen la: no la mercancía, llevado a sus últimos extremos por el ultrali-
es nadie en especial. Es el resultado de la sutura del sujeto beralismo. tichismo e la ancía" significa que el
Y vale para un conjunto de entre ellos, que de este modo esUin hombre buscas a izaciónenlasrelacionesconsusob etos
ausentes en su anorumato . en- su apropiación y consumo, si queremos ear o de es
. C'!'.11quier.ob~ervaci?n "científica• genera una contrapar- modo no en las relaciones con sus semejantes-a través de
tida ideológica . Por ejemplo: una cantidad mayor de psico- lazos sociales y po bcos, por eJempl<r. Por un ado, la ciencia
~is manínco·d?presivas en ciertas filiaciones engendra la sutura al s ·eto or otro, la fetichización lo cosihca. Sus
ideo de que exist.o un gen específico. Por otra parte, la ideo- efectos se col)Jugan. ara ser menos mgenuos: e i ralismo
logía puede preceder a la investigación y provocar inversio- tiene todQ por gnnar al desarrollar hasta la perversión lo que
nes costosas e inútiles. En el momento de las guerras de la hay de ?bjetivación en el discurso de la ciencia/La ideología
ex Yugoslavia, se volcaron sumas importantes para la inves· de la c1encin entra en resonancia con el fetichismo de la
tigación de los Tcacciones a los traumatismos en los monos mercnncla porque si la pnmera tañe el fin de las ideologías
{sin embargo, dcscle hace mucho tiempo se sobe que es lo del progreso, el segundo está interesado en promover la idea
inconsciente el que explota en el momento de los traumas de ~e q_u~ el estad? actual no va a cambiar nunca; que el
gue ~ra). O: tn'!1bi6n, mientras que nadie se queje, se i nicia- hberahsmo está instalado para siempre: ¡los negocios andan
ron investigaciones sobre los daños cerebrales que podrían mucho mejor si no se anuncia ninguna revoluciónl Mercan-
provocar los te léfonos celulares. Podríamos preguntarnos cias entre las mercancías, lo somos, mucho más cuando el
qué de especial tienen sus ondas, si se las conoce desde hace genetista nos dice que estamos programados así, y que no
mucho tiempo, pero se comprende que una segregación del tenemos otra cosa que hacer que callamos/¿Cuándo volve-
espacio entre "el que llama" y "el que no llama• (pa.r ecida a remos e hablar? ¿Será necesario esperar que se detenga este
la de los fumadores/no fumadores) preside do antemano el enorme flujo de mercancías que se parecen a nosotros y viven

45
en nueslro_lugar? Esto va a suceder. So pensará mucho en el
amor. Cas1 no se dornurá.
Pe_ro hoy, duerm~, sueño que soy un ángel, y cuando me
despierto, tengo miedo. Tengo Ja impresión de estar en
una de esas gran.des iglesi.as en las q\1e hay que hablar bajo,
l justificaciones científicas y sin motivaciones religiosas. Cien-
tíficos y médicos participaran en su ejecución en una pro por·
ción mucho mayor que el i·esto do la población. Sü1 embargo,
aunque el partido tomado por la ideología de la ciencia en
esta planificación sea innegable, podemos sostener que la
ciencia fue, de este modo, dejada fuera de sus objetivos. Es
y_en donde es me1or rto dec11' todo. A mi alrededor, quieren mi verdad que no se trata de la ciencia, sino de una perversión
bien Y el de la humanidad. Se preocupan por mi salud me engendrada por el cientificismo, si no nos cuidamos de él.
ayu_dan a seguir el camfoo rcct? de la pureza. Las canip~ñas Esta perversión es la fetichización de los cuerpos o, también,
ant1tabaco y otras del mismo tipo me asedian todos los días su angeliznción en Ja posmodernidad, y no podemos limitar·
en nombre de l~ ciencia, en tanto que la mayoría de los Ja a lo que en ciertas teorías científicas' puede servir de
f~adores no. tienen una epidemiología espec{fica y si Ja pretexto para las tesis racistas. Es mejor preocuparse por
lillSma lo_ngevtdad que los no fumadores. Es tan insistente esto, pues cuando nos levantamos en contra de la extensión
que termina por provocar presentimientos sombr!os: ¿qué es cada vez mayor de la segregación y de los integrismos, nos
esta sed de pureza hig;énica que se parece tanto a la de Ju atenemos a las consecuencias , que surgon sin fin de las
pureza :acial? El reciente libro de Robert Proctor La Guerre mismas causas, que pasan desapercibidas.
d~s naz<S contre lt cancer muestra cómo la-Alemania hitlo- Independientemente de los científicos o de sus l.esis, una
nana lanzó las primeras campañas importantes en contra segunda intención germina en cualquier cálculo. Lo psico-
del tabaco, que sesuponín provocaba el cáncer. En Ja propa- matemático no tiene lln solo argumento sobre la teorín rle las
ganda alemana, los judíos eran considerados como un cán· especies que permita legitimar la xenofobia. ¡Y sin embar·
cer, .Y una de las cualidades que se atribuía a Ja mujer go ...! La cifra programa Ja materia. Y si somos materia,
alemana era la de "no fumar•. Estas analogías se enmarca- sustancia lnt~amente cifrada, lo que nos. su~~-ha sido
ban ~muna política ~an~taria que anteponía el vigor del Volk programado~ ~os ~QL n~tras cifras: ést.as -áan
y el matcnal genético alemán, en términos muy cercanos crédito a la idea de que la historia de loSC'üerQf)s (particular
a lo que hoy se escribe sobre el genoma humano. y general) se reduce a la de su orgamc1d11d. No solamente Ja
. ¿Y ho.l'..7 _¿Acaso no es como si una nebulosa segregativa ideología de la ciencia vuelve marg;nales los ideales anterio-
todavía l~v1ana ~atara en el aire y que a partir de la pureza res y descuelga los cuerpos de los sueños uc 1 impulsaban
qu~ reqwere la_1deol.og!a de la ciencia germinaran ya estas hacia adelante, sino, además, 1 s vuelv ñocent ~
dos consecu~ncias, sm embargo tan diferentes del big;enis- de pureza. Naturalmente, estos inocen s co rpos puroS\
mo y del racismo? no se purgan tan fAcilmente del mal -empezando por el del :µ..
. ¿No bay que sacar lecciones de este distanciamfont.o deseo-y el otro, el extraño, quedará cargado con el peen do en ~
mqu1etante que eioste entre la ciencia y la ideolog!a de su lugar. Esta segregación será tanto más violenta cuanto
pureza~i:eésta engendra? y, ¿no fue en esta brecha en Ja que
se precipitó el h1tlerismo?
P?demos. abstenernos de plantearle preguntas al crimen " Esta ideología. sigue etttando ingonunmcnte octivo: algunas obrtU de
nazi Y considerarlo com? un mal abso!uto, que sólo debe ser divu1gaci6n ucicntifica"a~1·ibuyen elorigen delSlDA n los negros de ..\..r1·icn,
y, aotes de ellos, a los 1nonos verdes. c.on lo que se rernonU\, d~ esto
condenado -pero qu~, s1i;i embargo, sigue produciendo pre- m.oncra. a la re.nealogia de Derwin. Habría que preguntarse cdn\O bicie·
g~tas-: La externunación fue prograniada en uno de los ron los mono.a p.ara contagiar n los ofrícnnos. ¿Por .OOonlia?
paises científicamente más desarrollados. Fue pensada con
47
46
,- 1

que los ideales que promclfan el perdón para mañana se LA RELIGIÓN OCULTA DEL
J
volvieron obsoletos. La ideología de la ciencia golpea en estos POSMODERNISMO 1
dos cuadros: por una parte sueña con la pureza y, al mismo
tiempo, se retira cualquier posibilidad de perdón. El resul-
tado de esto es un refuerzo violenLo de la segregación: los
1·acismos y los nacionalismos nunca esLuvieron tan exacer-
bados en la hisLoria como en el siglo pasado. Si bien estos
sentimientos existían en otras épocas, nunca antes habían
servido como un argumenLo político.

Dcfinirªla ciencia" como lo re· "6 smodernidad no


e · rano s11nclu1mos la noción de Dios en e enómon1i
religioso. Sin embargo, Durkbeim mostró que la categoría de
lo sagrado es independiente de la de lo divino.• Por lo tan to,
una religión se define como istema de mitos, de dogmas,
de riLos y de opiniones bligator1 : es lo ~ue nosotros
eractkamQ.S. La ciencia pres.u emucbos ritua es que sepn-
cnn lo buena::ae lo m!!Jo. Ca higiene médica 1ntegra hoy la
limpieza, por ejemplo, queantesseinsertabaen el maroode lo
puro y de lo impuro (un objeto quo caía al suelo entraba en
contacto con la sepultura y el excremento: era dqs vecea
mancillado por el padre). Ésta dictn las reglas de la alimenta-
ción y la vida sexual. Hoy; la sexualidad está limitada a causa
de las enfermedades de transmisión sexual-que funcionan en
el lugar de las pro!Ubiciones religiosas, etcétera-.
La ciencia es.!'l objeto de una creencia que se ignora a sí
rnísma y, contrariamente a las Iglesias que la precedieron,
[ÍÍO'nide.Ún acto de fe. Est.o es una ventaja: una creencia que
6efg;;-o~a evacua la culpa consciente. Un hombre
angustiado puede, por ejemplo, beber alcohol con regulan·
dad. Pero pensará más seguido que debería abs~:enerse de
• E. Durkhcim, ·u. distinción de las cosu entre sogrudas y pruf!ln:\S
con frecuencie es independiente decualquierideade Dios•, e.n..Lesfor1nc•
t/,,ntntairt8 de ter t1ie r«ligieuse (•Religion. mofil1e, nnomic•, ~t1nuiL,
1975).

48 ·19
li111·1•1 l11 Fli d 1111111110 lmmbro ingiero r.011 In mism11 i-t•¡¡uhu·i·
tl11d 11nn1nl1Uco~ 1·1m pr~ocdpci611 médícn, ignornnt cualqufor Un ejemplo nolnble da cómo la iaeología do In cioncin so
cnlpa ri>11sci11n111111 puanr do una droga rclativnmcnie ilegal calca sobre lo religión fue el bombo mediático a propósito del
u 111111 clrog11 h•p.al. Esta culpu desaparece ya que el medica- caos informático predicho para el paso al año 2000: ¡como si
mento 11.-suhjoliviw la causa, éste significa implfcilamente las computadoras no fuesen a poder contar hasta esa cifra!
un dosor~cn "orgánico" y no "moral". La causa de la angustia, ¿Las computadoras se habrán impresionado por el aniversa-
desconocida en el alcoholismo, se considera conocida en Ja rio número dos mil del nacimiento de nuestro señor? Natu-
loma de medicamentos. El milagro experimental es el efecto ralmente, las máquinas siguieron andando y no quedó nada
tranquilizador de los ansiolfticos (aunque este efecto no es de ese terror del segundo milenio, solamente un lindo ejem·
cualitativamente di.fi del que provoca el alcohol). El plo de creencia colectiva en nombre de la ciencia.
resultado será un creencia e se trata de un disft ciona- En este caso, u:ido se presentó como si Ja ciencia integrara
miento neuro co co. El fantasma e a organici ad una creencia anterior, como s.i la glotona se hubiese tragado
funciona como 1ma religión que se ignora a sí misma. La los miUls pasados y los hubiera transpuesto a su propio
cristian~ad hizo sus primeros pasos gracias a los milagros: rnetadiscurso. Frcnto al résul tado de esta digestión subrepti-
Je~ús y sus 11p6stoles, que también eran doctores, curaron a cia que vuelve no aparente la r.eligión, el "posmodemismo", en
n:iuchos de los primeros conversos. Los milagros eran excep- lugar de hacer desaparecer los ideales, los r eprim e. El idea l
ciones, que no seguían el procedimiento de Ja experimen ta- se volvió inconscionto y funciona a espaldas de los quo Je
ción y de la prueba: pero la consecuencia era Ja fe. La ciencia rinden pleitesfa. Agazapado en Jos cálculos, se vuelve Lemi-
sigue un camino foverso. No hace milagros y sa puede ble, porque impone una creencia desprovista de neto de fe.
experimentar con ella: pero la creencia que genera permane- Pero, sin embargo, los ingredientés están allí. En unn
ce oculta. maravillosa vuelta de tuerca, el cientificismo reabsorbe el
':-8:ciencia sabe muchas cosas, pero ignora su propio papel enorme peso de Ja culpa uando la que establecía ayer Ju
religioso que da lugar a una fe. La demostración cienlífica tarifas era la religión-. ,9 simple si todo está determinado,
engendra "ideas" que no tienen nada que ver con lo que se ha si cada efecto es el resulta na causa (inohay humo sin
demostrado. Como sus resultados prueban su eficacia, "se• fuego!)elsu'eto anoes es onsa de nada. Lo absoluto de
cree que sucede lo mismo con su ideología. El ejemplo más los determinismos ova tan 1en su1et0, que corre el riesgo
asombr0$0 es el de las neurociencias, que acumularon una de disolverse en el agua de.1 baño. ¡Qué alivio con cada
cierta cantidad de resultados a partir de los cuales se puede descubrimiento de un nuevo gen del comportamiento o de la
extraer la "idea" de que los afectos y los deseos del hombre sexualidad! ¡Qué maravillosa creencia la que asegura su
están determinados por sus genes, sus hormonas, etc.: se ~fo sobre la inocencia! Si todo responde a un cálcu lo, fil
trata de una creencia, ya que los deseos y los afectos están ~ rechazan\ gue la caUSBae sus tiibulac1ones sean Ja
causados por la vida en sociedad (de la que los g~ncs, las sociedad o Ja fam1ha. La u1ocen>'i!l deshace d!Lllll d oco
hormonas, ate., no son más que el relevo). También la ~al,em za do r lafam' l rimerlu ar
evolución de las especies puede dar nacimiento a la idea l.!¡ sospecna. ¡l'am1lias, as odio"! or otra parte, me caso
recurrente de la superioridad de una raza sobre otra. De mucho monos, y tengo menos hijos. Lo hijos ya no quieren
manera que en nombre de Ja ciencia se producen fenómenos hijos. Además, matan. La inocencia mata. Ahora empieza
religiosos y pollticos que no tienen nada que ver con la misma con la infancia: el nsesino más joven tenía seis años cuando
ciencia y que desconocen la creencia en la que se apoyan. mató, en febrero de 2000, a una niñita de su edad. Los niños
asesinos ignoran por qué un día toman un arma y tiran . Pero
50
c ..... ~,... ...;"'5...., - ,..,.;,...._,.."'\ - ~
C,...:.~~CAA - ..t-A~1.Q ~OG°~fll\,Q"""""-~ <:AAf~I\..
<><vu-t. 51
pueden pensar que alguien debe saber por qué lo hacen. Los Oo maternal con lo paternal). Finalmente, estas cualidades
tiros no parten de sus armas, sino de un espacio virtual que p_aternas arreglan cuentas con el trauma sexual caracterís-
los precede y los comprende: fueron jugados antes de jugar t1c~ del papá ~dfpico ni que hay que hacerle el h-abajo para
y reduplican una escena en la que están inmersos. salir de la fam1ha. il:-O logra~! b,a ciencia se dispensa comple-
Una enorme eració e re esión de la cu! a se lleva a tamente del com 1 d1 o, aei padre violador y celoso y
cabo de esta maner a, digna e los ángeles que poco a poco de s~ per rechos ficcion es: es decididamente exogámica.
invaden la tierra. Sin embargo, el saldo es demoledor, ¿cómo El dios muerto del patriarcado, ese obsesivo sexual la baña
desaparece con tanta facilidad la culpa? De manera que el refr, si .todavía tuvi~se tiempo de preocuparse por 'él.
angelismo exige s<1 parte de sangre. La purificación lo dios matemático lanza la red de sus leyes sobre la
obsesiona, y lo~ chivos emisarios del tiempo de antes cada totahda e a natur . Es un padre natural que no hace
vez son menos capaces de calmar sus apetitos de segrega· conocer su~~~I irig sillfille se sepa de dónde viene la
ción. Lo que es mucho más inquietante aun es lo siguiente: ?rden, YI~@ ocupa: se ocupa de lo exacto o de lo
ignoramos la existencia de estos chivos emisarios: son sacri- inexacto y nunca de 1en y e mal. Ecuánimemente presen-
ficados maquinalmente sin que ñós demos cuenta, en nom- te en todas partes en donde una ley rige el universo lno
bre de leyes econ6micas o po!Cticas de las que nadie es muere nunca) Este padre natural invisible-o más bien ~iue
responsable, ni siquiera Dios. Vemos a los muertos en los ..;;~.;;_.n~t11ra.::e5rá tan bien calcado de todo lo sé~siblc qu~ sus
med ios de comunicación. Sabemos qtte son muchos. Las ""(<l.i b~QS DQ lo reconocen. Y se someten de tal manera que
cifras dicen que la población de algunos países bajó en varios e;'>..!·'""gritan "muerte al tirano". Sin embargo, ¡qué tiranía o.pi!~
cientos de millones de habitantes. No pasa nada. No llega- tante la de un saber universal, insidiosamente prescriplivo
mos a darnos cuenta. Está todo bien. No diferencio más: los en todo momento! También sucede que se calcula la caída de
crimenes reales no me locan más que los virtuales. Cuando los cuerpos, el calor del sol o el movimiento de las estrellas.
me muestran m~1crtos y más muertos, no me pasa nada ¿Pero yo soy un astro del que se puede predecir la hora en Ja
(sn lvo que eso me haga gozar y que quiera ignorarlo. Vos que aparece, el apoge~ y los eclipses? En todo caso, no lo soy
gozús como tus ricos; por eso votás por ellos). para. m! mismo; más b!ert soy un desastre. Se pueden prever
Finalment.c, en la cima de su edificio religioso, la ciencia mov1m1cntos taJ_t caprichosos como los do! viento o los de 1as
reemplaza al padre de manera muy simple: crea lo real como nubes. Pe_ro na<?eva a poderpredecirloquevoy a soñar esta
.Dios tendría que hacerlo. Pone en circulnéión todo tipo de noche. Mi _Pró~o s~eño será el primero de ese tipo desde
producto decon~!!!1JQ, anima a nuestros esclavq~bóticos y, que e~ s~eno e10~te. San embargo, puesto que mi cuerpo está
ahora, fabrL~.a.~cres vhms. ¡Y esto no es todol aro
bién da const~tu1d.o por 1toi;iios iguales a los de las estrellas, yo
r@·a~como un ver·dadero padre sabe hacerlo. l'rescriptiva también ~oy mater!a qu~ responde a leyes, aunque las
eñliiVída de todos Jos días, también lo es a nivel estatal. Hay ignore: quizás también existan leyes sobre esta ignorancia.
políticos que toman decisiones en nombre de la ciencia y de No soy otra cosa que una marioneta en manos de una fuerza
sus comités de expertos. Podría decirse que les falta la oscura, po.ra unos Dios; para otros lo inconsciente
funciónsimbólicn del nombre del padre. ¡Pero no! Un cálculo ¡Ah! ¡Si mi vida estuviese regÍada como un ballet de
mide una sensación. Y como lo propia idea de medida se estrellas! i::or favor, señor científico, encuentre las razones
refiere a la significación fálica, en tanto que toda sensación que me han a~ ?lo.neo. Soy sujeto a mi pesar y no me preocupo
esttl duplicada poL· lo pulsional, la ciencia llevan cabo una mucho porm1 hbcr.tad~ Prefiero estar enfermo que decir"yo".
operación de simbolización al medir Jo pulsional con lo fálico De mí, ustedes dman él". "Él" tiene tal enfermedad: "él" en
...,,_,eJ ~ ) ~f\X• of't>:,é"'tU>
52 ~e,,.Jº"" - (Y<. ( "Y'lf~ '-'""°)
.... """""' ... -~ o ..... .....J ..,..,.,...,_ 58
lugar de "yo'', eso es tranquilizador. Por otra parte, con ¡DALE TU CUERPO
frecuencia hablo de mí como si fuese otro, o me hablo como A LA MEDICINA!
a un ext.raño que actuó como no habría debido. En secreto,
"yo• veo el error y "yo" no confieso nunca (o para reír).

Por sus métodos de obseivación, su clas ificación do las


funciones, la investigación de las causas y de los remedios,
la medicina siempre se consideró científica. Con frcéucncin,
esta actit ud Je significó pelearse con la Iglesia para In Cj],!8 el
cuerpo es asunto divino (es decir: de lo inconsciente)/ Cien-
tifica en su espíritu más de lo que sus resultados lo prueban,
nunca le prestará un oído distraído a las elucubraciones de
los enfermos que esperaron a Freud para que su palabro
fuese tenida en cuenta. La puerta de un territorio inmenso
se abrió en ese momento: durante algunas decenas de años,
los médicos escucharon de manera diferente el sufrimiento
sintomático. Y si muchos médicos preservaron esto, el desa-
rrollo fulgurante de 111 farmacopea, de las neurociencias, de
la neurofisiologfa, desde hace poco tiempo volvió n cerr ar
esta a ertura. Los gobiernos orientaron acti'Vamen!e los
es u ios m · en este sentLdo. ¡
Hoy, el rganism li.Jl..era s us secretos y los misterios de la
naturaleza es 1ostos al se1vicio del hombre. bue1io de
éste saber, el deseo de saber procede de la represión do la
significación del cuerpo, de lo que éste puede, de cómo goza.
Por consiguiente, a través de una vuelta justa, el ñsico-
matemático regresó a su fuente orgánica y ext.endi6 su
impeQo sobre el discurso de la medicina. La "mei!icino";liii1
distinta de los mé<licos como "la cien~ de los investigado·
res, persigue el sueao de un cuerpo-máquina cuyos engrano-

54 55
sueilos vayan a realizarse hoy, sino que, sea cual fuere mi
jes habría que desmontar, cargar, volver a armar: mejorar. desgracia real, estoy invitado a vivir en Jo virtual. La
Lo ffsico-matemático es un instrumento que le vi~ne como mayoría de mis sufrimientos fisicos pueden calmarse y mi
anillo ni dedo: objetiva de manera perfecta el yo ideal, ese dolor moral puede drogarse; puedo ignorar casi por completo
cuerpo angélico con el qu~ sueria. El cirrado de Jo que su.cede el duelo, y las desgracias de los demás no se diferencian
en el organismo lo embnaga. Y graCJaS ~ este ~ecamsmo demasiado de las ficcio11es cou las que me ceban los medios
peif ecto se protege del Ideal del yo, de esa instancia paterna de comunicación. Todo ángel es terrible en esta obligación da
oscurantist.a que pretende que el cuerpo n~ s~ confund~ gozar, liberada de pasado y privada de futuro. Solamente es
consigo mismo, que es inadecuado pa~a sus linnt~~ orgám- preciso que seas tu cuerpo, aunque éste suñ;a. ¡Tu pensa-
cns, que su existencia depend_e de I~ mirada del proiimo! que mientono importa: goza! Cuando los Ideales tradicionales se
Ja d iferencia del cuerpo consigo nusmo lo hace masculino o desmoronan, el propio cuerpo se vuelve el ideal , el cuerpo
femenino, y que el niño que nace es únic? por~uc procede de mezclado con !.odas las salsas -genética, neuronal, hormo-
esta diferencia, que él reproduce enseguida. Esto es lo que lo nal-se vuelve causa de él mísmo,causasui, en nombre de la
hace gritar sin razón. . . religión neuroñsiológica.
Toda demostración cicntifica prueba, al mismo tiempo, la Y ahora, pasó sin que nos diéramos cuenta. Del mismo
materialidad del cuerpo (tan improbable comúnmente que modo que un niño crece, el cuerpo llega a toda velocidad: no
!a
hay que verificarla en los espejos, ~ada de los otro/), el se ve otra cosa que él. Antes estaba lejos, era un peso. Su
amor). El cuerpo deja de ser ese m1steno que el fantasma Y resurrección estaba prevista para después de la muerte: la
Jos mitos hadan intocable: vuelve al rango de una pura carne ;;vfasolamente en el reverso de la noche, en el doblez
materialidad, técnicamente desm?ntable. Y_, en suma, no es de la vida, pero la vida era sin él. Ahora hay que gozar sin
más que una máquina, un poco mas com~lcJa que las que ya escapatoria. Se podría gozar con esto: no tendriamos más
se sabe fobricar. Deja de ser una excepción en el orden del sueño, 111 vide estaría alií, plena. Pero quizás no podamos.
universo, su exiUo se interrumpe, no es otra cosa que un Vamos a preferir estar enfermos, porque si no sería aprove-
objeto. Como el universo, se pesa Y se mide. . char demasiado.
Lastrados por el peso de Jos cálculos: los ángel.es adquie- El cuerpo se Vllelvc una obsesión. Está en todas partes,
ren espesura, pier·den s u transparencia: a medidn que se produce inquietud y su salud no prueba nada, pues el mal
invalida el Ideal del padre muerto, se enC';lentran con el que lo co·rco111e no deja huellas. Algo Jo aboga y no logra
cuerpo del que fueron expulsados. En otros tiempos, el goce purificarse de esto, pues, ¿cómo podría purificarse de su
· no era más que un sueño imaginado para después de la pureza? Olvid6 lo"que siempre lo hizo externo a sí mismo y
muerte, en el momento ele lu resurrección de los cuerp.?5 en no quiere saber que no se pertenece. "Creo que estoy ahí, pe-
el Juicio Final. Ayer t.odavía, el goce se preveía para manana, ro no: estoy siempre en otra p11rte, fuera de mí. Estoy en
por supuesto que en la tierra , entes de la muerte, pero todos los lugares donde oigo un sollozo. ¿Quién podrá probar-
después de la larga lucha entre A~l y Caín. Ahora la me que estoy bien en mí? ¡Júrenme que todo funciona en un
engolización da lo honi del fin do los ~em~; ordena gozar circuito cerrado, que soy el autista con el que sueño serl
hoy en el olvido de la historia. Esta obhgaci.on de goz.a: en el ¿Saben que un autista no da ningún signo de sufrimiento
momento no significa vivir en la abundancia y la fehcid~d o cuando se golpea, se pincha, se quema?
que reine la paz. Para nada: hay que gozar ense¡¡u1da, Para dar explicaciones, el fisico-matemát.ico siempre ten-
incluso de la desgracie: es lo que ves .en los medios de drá ventajas sobre la investigación de h\ ca\lsalidad psíqui-
comunicación para que lo aproveches bien. No es que los
57
56
cu, puus oeult.u la culpa. En medicina, el cuerpo, por princi- neurofisiólogos y los genetistas: en el nivel corticnl, lns úreas
JlÍ<>, Offtá purificado de cualquier error, considerado fuera del del cuerpo psíquico (el de los sueños) recubren exacLatnente
campo: atravesado hasla la más pequei'la de sus moléculas, las del cuerpo fisiológico. Decir que el funcionamiento del
~I organismo no deja ni huella, ni prueba, ni experimenta- cuerpo humano es el resultado del recubrimiento en las
ción posible de la culpa. Sin embargo, Ja mayoría de las áreas cerebrales de las representaciones del organismo
1ílccras estomacales, de las crisis de asma, de los infartos, se ffsico por el cuerpo psíquico significa que un doblez pulsional
dcsoncadenan c11 circunstanci11s en Jns que esta cul pa es inconsciente anima el cuerpo en cada una de sus partes: de
evidente, pero ningún gen, ninguna hormonn, ningún neuro- manera que un sueño puede enfermar de la misma manera
transmisor lo confesará nunca. que un acontecimiento de la realidad y a la inversa. El origen
En el discurso médico, las diversas funciones químicas y psíquico del síntoma no le quita ~a~a a la realidad de. las
fisicas del organismo son calculables y unen el cuerpo a Ja enfermedades que provoca. Una cnSls de asma, una angma,
suma de determinaciones internas. Si es posible encontrar una úlcera estomacal tienen a menudo una causa psíquica,
los mediadores fisiológicos de un sufrimiento y se puede que no deja de provocar enfermedades objetivas. Ante angi-
actuar sobre estos mediadores de manara exitosa, entonces nas ql1e se repiten, por ejemplo, se puede poner en evidencia
éstos seritn considorádos como las causas del dolor. Por una enfermedad bacteriana y se habrá creído que se encon-
ejemplo, en caso de ausencia de sueño, engranaj es neurofi- tró In causa, en tanto que sólo se trata de un efecto. Estos
siológicos funcionan entre los pensamientos de la vida efectos reales necesitan un tratnmiento médico (¿por qué
cotidiana -que acosan al insomne- y los músculos que dejar que Ja infección se extienda?), pero su eficacia entra en
mantienen los párpados levantados. Siempre será posible cortocircuito con la narración del símoma, In única que
encontrar estas mediaciones y el medio de actuar sobre podría subjetivar su causa. De manera que los anginas van
ellas. Un insomnio hará efecto por intermedio de ciertas a repetirse. .
moléculas, aunque su causa sea casi siempre externa al Como la medicina es incapaz de tratar las consecuencias
cuerpo, ya que estará provocada por una p1·eocupaci6n con psicológicas del síntoma, Cltribuirá a tal o cual mediador
frecuencia evidente: amorosa, financiera, fami liar, etcétera. orgánico Jo que constituye únicamente su efecto. De manera
Vemos dónde so encuentra "el error" del neurofisiólogo y que la dimensión psíquica quednrá sin conocerse, y estará
del genetista. Toman partido cuando observan solamente la destinada a hacerse crónica. En este sentido, existe una
estructura interna del organismo: como cada uno de sus patología que es el resultado del tratamiento médico del
términos remite uno al otro, creen haber encontrado una síntoma, cuya causalidad psíquica quedará oculta de este
causa en el nivel del engranaje, que no es más que un modo. Volver crónico el mal toma una dimensión espectacu-
mediador. De manera que la causa deJ sfnt.oma se descono- lar en las depresiones que, sin embargo, son el menos
cerá dos veces. Primero, se ignorará que es el 1·esultado orgánico de los síntomas, y responden a Ja evidencia de una
cvident.e de un acontecimiento de Ja vida ordinaria, externo causalidad incon.sciente.
al cuerpo. Y, luego, se desconocerá que este acontecimiento ¿No es asombroso que investigadores con todos los títu.los
está valuado por lo inconsciente, que Jo sobredetennina y, a y subvenciones intenten resolver los problemas de la Vida
veces, hace que estalle. Por ejemplo, un accidente mínimo psíquica gracias al estudio de las neuronas en les ratas, los
despierta un trauma anterior, reprimido, y ocasiona una ratones, las ranas, cuya vida afectiva se parece tan poco a Ja
tristeza desproporcionada en relación con el acontecimiento. nuestra? ¿Cómo pueden desconocer, por ejemplo, que una
Ahí re~ide Ja mayor dificultad de comprensión para los depresión puede estar ocasioitada por el duelo por un ser

58 59
fuer::'- de la. relación con l_os demá~, imagiiÍar un cuerpo con
amado, y no por un disfuncionamiento celular? Es verdad f1;1nc1onam1ento autá.rqwco constituye una creencia. Redu-
que existen tristezas cuya causa no tiene explicación. ¿Pero cir el dolor moral. de las penas de amor, de la miseria sexual
es un esfuerzo intelectual tan importante comprender que del maleslar soc1~l a un dfafuncionamiento de las sinapsi~
uno puede es tarde duelo sin saberlo o porque se minimiui la proce<!e del rephegue posmoderno ·del yo ideal sobre el
importancia de la persona implicada? Por ejemplo, las mu- orgáruco.
jeres sienten una especie de agobio después de sus mens- La cr<:encia en lo absoluto de l~s det.crmirusmos orgánicos
truaciones y, en general, no hacen asociaciones entre este es tan Vl~lenta que hace perder todo sentido del ridlculo y
estado de tristeza y el duelo de un niño al que esperaban en to?amed1da. E!l 1996, John ~rl!-bbe, genetista del comporta-
secreto. También es común que las "depresiones" (que con miento, an~nCló el descubrumento del marcador genético
frecuencia son formas de duelo) se expliquen a través de la del alcoholismo en el ratón (¿que había encontrado en un
fisiología nerviosa o los genes. No obstante, estas trist-eias club noctur.n??). Asimismo, Dean Hamer aseguró que, con
sin explicación no piden otra cosa que hablor, aun cuando una probab1hdad del 95,15%, su equipo había descubierto el
más no sea para que el objeto del duelo, generalmente gen de la homosexualidad en uno o varios genes situados
ignorado, finalm1:111t e sea nombrado. Pero Ja neurofisiologfa cerca del brazo más largo del cr omosom a X hereda/Jo de la
reemplnza este sfntomti por el medicamento, que es doble- rna~re. En el ntlsmo s~ntido, el diario Le Monde, siempre
mente miido: 1>rimero oculta el habla que podría liberar el a.fic1onado a las n~urocien~us y a las investigaciones gené·
duelo y, luego, dis imula la culpa por esta ocultación. ticas, sobre tod~ ~1 contradicen l.a causalidad psíquica, afir-
Si miramos las cosas más de cerca, vemos cómo la ciencia ~aba en su edición del 17 de ¡ulio de 1993 que se había
se comporta como las religiones que la precedieron: su ruslado el gen de Ja homosexualidad. Sin embargo la noticia
sutura produce niños de pecho y los mima. Los ayuda a de la prensa relotoba únicamente el descubru'.niento en
soñar. Palea n sus gordos bebés con sus propias drogas que algunos homosexuales de una modificación del cromosoma
no difieren cualít.ativamente de las que el hombre siempre X. No sólo eso, el com_unicadode Jos investigadores agregaba
tomó. Cada religión ofrece drogas que permit.cn subirse a su expi:esamente que mngi1n gen había sido identificado.
sueno y el pasaje de la era moderna al posmodcmismo está Sin embargo, desde siempre, lo que hace el sujeto humano
acompañado por un cambio de drogas. Decenas de tipos de es lo que le permite escapar de lo que Jos genetistas denomi-
medicamentos no hacen otra cosa que reemplazar las drogas nan "el sello paterno". Es~e sujeto no termina de escapar de
tradicionales: "¿Lo sacaron su sentido místico a tu vino, del él, Y cada vez que los médicos se enfrentan a un sufrimiento
que cada gota era la sangre de Cristo? ¡Entonces, toma cuyo origen no ~s orgánico, sostienen l a autoridad de un
a nlideprcaivos! ¡También te quiere sacar tu opio, a ti, que saber qu? no sa a~lica 111 sufrimien to concernido (por ejem-
fuiste u buscar otro pndre a Oriente! ¡Traga l ametadonal" La plo, una 1mpoten.c1a s~xual en general no es el resultudo de
droga ilegal es Ja de la otra cultura, Ja del ot ro dios. La droga un problema. fisiológico y no se cura con medicamentos).
legal es ltt del nuevo diós, el de la ciencia. Están entromzados e~1 su autoridad en nombre de la ciencia,
De esta manera, las neurociencias se convirtieron en la en ~~ que ~sta es i~potente en determinados casos. Por
fuente de una creencia inverosímil, que demuestro. el funcio- cons1gu1ente,Juegan, sm saberlo, un papel sacerdotal: como
namiento religioso del nuevo cientificismo. En efecto, sonar nuevos curas! delimitan las prohibiciones de una sexualidad
con un cuerpo autista, independiente de los la7.0S afectivos orden~da y d1c~an las reglas del juego pulsional Oos regíme-
con los semejantes, cerco.nos o lejanos, es una pura ficción. nes ahmentanos y las normas de higiene, por ejemplo).
En tanto que los humanos no pueden crecer ni reproducirse
61
60
Ahora son las enfermedades de transmisión sexunl lus que
organizan la sexualidad, como antes lo hacia la religión. El grande nunc11 l'ue, aun1¡uu fuese (11g111.111L•nte, •11 clon'! Nutu
SIDA llegn a obsesionar la vida erótica cotidiana, incluida Ja ralmente, resta por saber si la sexuuhdad "ndultu" le gauoró
de aquellos que prácLicnmento no tienen vida s~xual. A pesar la partida 11 la sexualidad infantil. No esseguro, pero es mlis
de eso, se hacen exámenes preventivos sin que haya ninguna bien probable: las máquinas de soñar mediáticus, diarios,
necesidad. televisión, etc., hacen mucho ruido en torno de esos niños de
La ciencia diseca el sexo: naturaliza los cuerpos reducidos mañana que los laboratorios podrían fabricar. Es casi tan
a la pornografía de sus partes separadas. Se examina cómo realista como la famosa "falla" del año 2000, y este batifondo
funciona Ja excitación sexual en el circuito ·interno: por un forma parte de las fantasmagor!ns del ticn1po: de este
lado los nervios, por el otro las hormo11as y las glándulas cientificismo que fonna una nueva religión. Pues el desende
endocrinas. Se registra cómo funcionan todas sus conexiones tener un nil1o seguirá siendo el resultado del amor de una
fina~ y, cuando terminan los cálculos, se cree saber cómo mujer ¡)or un hombre y recíprocamente. La clonación es el
funciona esto que, por otra parle, es verificable a partir de la objeto de un intenso sueño colectivo del que la hipermedia·
?xperimentación. De lo que se olvidan es de que este circuito tiiación proyecta la angustia posmoderna en un posthuma-
interno depende por completo de su conexión con lo externo. nismo. Por angélicos que sean los seres humanos, siempre
Desconecten el enchufe que nada va a funcionar; la causali- serán sexuados (incluso clonados). Y como, por consiguiente,
dad no se encuentra donde se creía.• seguirán estando presos de la angustia de castración, serán
Pero, observemos un poco mejor las cosas. No es a causa siempre y en toda circunsLancia los hijos de un padre y de
de una cf!ticultad de comprensión que los neurotisiólogos y una madre, ul menos sirnbólicos. La misma angustia de cas-
los genetistas no se toman en serio la inserción del cuerpo en tración seguirá siendo la fuerza del lazo con el otro sexo: en
el lenguaje. Cuando la ciencia reduce el organismo al funcio- Ja violencia amorosa de su relación con una mujer, un
namiento mecánico de un conjunto de partes, no entra en hombre querrá tener an hijo con ella, y a la in verga. El deseo
escena como una bruja que propone diabólicamente sus de tener un hijo se ofrece como 111 sol ución práctica del
s~"'_icios contra ~n poco de felicidad: no es más que Ja tormento del otro sexo. El sueño de armonía del hijo nace de
sirvienta del sueno. Nos muestra eómo nuestros anhelos la disarmonía entre el hombre y la mujer. ¿Quién desea ver
más secretos son obscenos. Tome un ejemplo: ¿la idea de la nacer su doble?
clonación de los seres humanos le parece a usted horrible?
¡Pero.si es un modo de reproducción que se corresponde coa
exactitud con las teorías sexuales infantiles! ¡Fue su pesadi-
lla de muy pequeño, cuando usted se tragó un carozo de
cereza y temió un monstruoso embarazo! Desde ese momen-
to, usted vomita parteaogénicamente en ciertos momentos
de angustia. Y, además, trate de recordarlo, ¿su hito de niño
' Eje?'plo; ¿las bananas aumtnl4n la ferundidad de la majer? Las
estadísticas muestran un crecimiento aignifiestivo de la natalídad en el
moment;o de 1& cosecho (p~ro aJ investigador emitió on sus parámetros la
pre:;encu.1di!1o.s marinos-sin ooutur n los misiQncrua.-que llego1t en los
barcoa que transportan estos frutos).

62
68
PERO, ;,'l'U CUEJµ'O SE SIGUE PARECIENDO n In otra, y l1l <'><l•·n~i6n do· ,.. te- ···~lndn IC1111tr• imph< 1 11111J
AL QUE CONOCIAS? prolongación dl• lo adolusc1'ncin en In 1w..1n111lt·rnulml l, 1
adolsscencia so tcrmi¡111 no c1rnndo el 1.;11orriq HU odu¡¡l11 11 In
re~rod~cción sexual, si110 cuando se pr0<h1cc un hucho Jlllf•
qu1co, sin el cual el deseo de tener un hijo no llega. Succtl1• 1111~
le indeterminación de la neurosis infantil prevalece todnvín
en un hombre o en u na mujer de treinta n "ºª y más, y rBto
hasta que, en el momento de un acontecimiento que tienu un
valor iniciático(por ejemplo un duelo o una, rivalidad amoro·
sn), el paso a la neurosis "adulta• se hace de manera brusca.
En las sociedades tradicionales, este acontecimiento está
provocado._o al menos tematizada, por ritos de iniciación y de
enfr:n~am1ento con \~·n:iuerte que simbolizan este paso (en
Las enfermedades evolucionan en el tieropo según una )¡1 cns~1~nda_d_. era la pn meracomunión"y, en el orden laico,
determinada epidemiologl'a (de la que, por otra parte, eiós- e! semcio m1hl.ar). En la posmodernidad., este pasaje corre el
ten previsiones estadíst.icas), pero las causas de esta evolu- n_e$g? d~ prolo_n~a:s~ _mucho má~ tiempo, porque no hay
ción no siempre se conocen: se puede pensar que depende de ningun nto de m1ciacion que funcione legítimamente en la
la inserción del cuer po en la historia y que la carencia actual sociedad. La temporalidad del paso a la edad adulta depende
de la hisrorización del slntoma ya tiene una incidencia de los modos de simbolización de la muerte del padre y
mayor en el desarrollo de ciertas patologías. cuando estos rituales faltan, quedan al azar de Jos destinos
Entre las •nuevas patologías•, la literatura especializada individuales, de las costumbres familiares o de la formación
le otorga especial importancia a una extensión de los esta- de tribus locales. El resultado es una longevidad cada vez
dos-limite. Admitamos por un momento que no se trata de mayor de la neurosis infantil.
las capacidades limites de los clínicos, que emplean este Una. vez que se mide esta extensión del paraíso de la
término cuando ignoran con qué estructura se enfrentan. infancia, ¿qué hny de nuevo en el otro lado, el considerado
Esta noción de "estado-límite" es problemática, pues evoca "adulto"? Las estructuras psíquicas son más bien rígidas
una pertenencia a varias estructuras al mismo tiempo: pero su puesta en forma varía según el momento. En cuan~
¿cómo es posible ser al mismo tiempo psicó~co y neurótico, se habla de esta plasticidad, no constituye un gran misterio
etc.? Un "limite" evoca un traspaso, por eJemplo, de una subrayar que la"histeria se encuentra en la primera Hnea.
front era entre dos paises: cualquiera sea el trazado, un Un scoop primero: con la puJverización del patriarcado
viajero va a encontrarse obligatoriamente ~n un pafs o e.n percibimos que la histeria concierne por partes iguales a
otro. El estado-limite, por lo tanto, no tendna que concerrnr hombres y mujeres: es la normalidad de la neurosis. Hasta
a la "psicosis" o a la "neurosis", o a In "perversión"._ z:¡o es las últimas décadas, los hombres disimulaban su histeria
posible hacer ninguna división entro estas tres pos1ciones !!1"acias al patriarcado y a las actitudes viriles que éste
subjetivas. impone: el honor del nombre, el ejército y la iglesia. Los
Por el contrario, existe otro límite, temporal en este caso, señores se h abían acostumbr ado a h acer 1o necesario para
que implica el paso de la neurosis infantil a l a edad adulta. ocultar su histeria, porque eso los feminizaba. Entonces, se
Se precisa cierto tiempo para pasar de una de estas edades descubre hasta qué punto hay muchos hombres bistáricos

64 66
qua presantan t.odas las características de la histeria feme· ángel desconoce la noción de error, en tanto qi1e, sin embar-
nina pero que, además, lo disimulan portándose como hom· go, Ja culpa 1o estrangula: no se da cnenta, porque ignora sus
bres, muy viriles, muy peleadores, etc. Lo que se juega en las duelos y sus odios, al naturalizar Ja violencia del sexo. La
peleas de los hombres es muy claro: se trata de no ser inocencia cava bajo sus píes el hoyo en el que se introduce.
mujeres y, en tanto esto los obsesiona, se puede dejarlos en ¿Cómo se llamo ese agujero? Tiene un nombre de babosa, un
femenino (cuando escribamos "histérica• en las líneas si- nombre que sirve para todo: ¿qué podemos agregar cuando
guientes, este término designará una feminidad que concier- se pronuncia el nombre "depresión"?Todo está dicho c~ando
ne tanto a hombres como a mujeres}. su etiqueta se muestra y los lingeles pueden seguir siendo
Yahora que esta verdad aparece, no se considera más que ángeles, cada vez más metidos en su ngujero. lncl uso cuando
Las mujeres t.engan que hacerse las locas por dos. Ellas evidentemente una tristeza es posterior a un golpe del
funcionaban como el síntoma de los bombres, lo que, en destino, el ángel prefiere ignorarlo. Y lo único que van n
efecto, hacla que se enfermaran con frecuencia. Con la hacer los medicamentos es oculU!r y volver a armar el pozo
erosión de la férula patriarcal, la histeria alivió sus síntomas sin fondo que se ahonda. De manera que la depresión va u
del lado femenino, en tanto que se agravaron en el masculi· incrustarse: se extiende al mismo ritmo que el angelismo. En
no. Ahora, Ja sexualidad angustia más a los hombres, cuando las nosograffas norteamericanas, la "depresión" es conside·
ya no es tan natural ser el patrón. , rada uno "enfermedad" por los seguidores del medican1ento.
Esta partición más justa constituye un progreso, pero¿con Sin embargo, no es más que su consecuencia: el afecto de una
qué padre la histeria va a poder resolver hoy su diferendo culpa oculta, de una agresividad que se vuelve contra el yo,
traumát.ico? Ya no hay medios para resolver Ja querella de la de un duelo que no dice su palabra o, inclusive, el oculta-
I glesia con el padre celestial, y In crisis mística queda miento de la miseria sexual. Este hu mor de s uperficie sólo da
abroquelada en las fronteras de la adolescencia. En cambio, una indicación superficial sobre causas más pro(undas. Los
es posible sacrificarse sin problemas y cuanto queramos en psiquiatras de Ja época clásica nunca hubiesen tenido el mal
el altar del nuevo ruos de la ciencia, totalmente aureolado gusto de considerarla como una e~tid.ad nosográfica. a~arte.
con cálculos. Y de buen grado el cuerpo se sacrifica a la Por supuesto, aunque sea prov1sonamente, supnm1r un
medicina, mucho antes de Ja muerte. Del mismo modo que dolor moral representa un beneficio apreciable. Pero ese do-
Ja secularización de Ja religión lleva a construir un para!so lor depresivo es proporcional a su inconciencia y, por consi·
en la tierra antes de Ja muerte; del mismo modo que la guiente, los millones de cajas de medicame~tos vendidas
redención del error cometido respecto del padre se repara en cada día Jo vuelven pequeño y aseguran su éKJto futuro. La
la tierra frente a un padre que ya no está en los cielos, del culpa, el duelo o la agresividad que retorna nunca tcm1ina·
mismo modo, el cuerpo puede entregarse totalmente vivo a rán si su motivo no accede a In conc.iencia. La cu lpa, por
ia medicina, su digna representante. ejemplo, tiene una causa inconsciente Y.Para darse cuenta
La creencia en la medicina tiene una gran ventaja sobre de esto es necesario el babia, que los mcd.1c111nentos amorda·
sus antepasados: al jurar sólo por el organismo, afirma una zan al mismo tiempo que, provisoria mente, calman el dolor.
inocencia que parece tener Ja apariencia de nada, que hace Por lo tanto perpetúan la depresión, cuyas formas se extien-
melindres y se hace la modesta. Pero no por eso deja de den en Ja posmodernidad: agregan su gris al gris de Ja
golpear y hay que .p oner en su cuenta los resultados más ausencia de ideal y de Ja inhibición de Ja acción que procede
hermosos de las "nuevas patologías•. Ayer, la culpa mostra· de ella.
ba sus parámetros en los frontones de las iglesias. Hoy, el La "depresión" merecía ser mencionada en primer térmi·

66 67
,..
'
no, porque permite ignorar una diversidad de situaciones Y del patriarcado? La obligación de gozar es todavía un medio
de posiciones: le da su color a la ropa de mod~ q~e l~ gusta para darle un lugar al sexo independiente del amor, según
llevar a la histérica. Puede disfrazarse de bruJB, 101.ngante, recetas que cocinan sobre todo los hombres. Todo sucede
revolucionaria, aventurer a. También sabe ausentarse Y no como si se impusiera la otra cara del amor cortés, que
estar para nadie. Es lo que logró bacer en el catálogo_ de l<?S programaba el amor sin sexo. El gran ruido becho alrededor
psiquiatras norteamericanos (DSM 4): ¡arriba! La h1stena de la simplicidad del placer sexual enmascara la compleji-
se evaporó. Este escamo~ no le sirvió de much~, po_rque las dad de su cortjunción con el amor, acontecimiento tan nuevo
histerias grave$ fueron etiquetadas con las ps1~s1s y, por que genera nuevas inhibiciones. La conjunción del amor y
consiguiente, hospitalizadas y tratadas neurológ¡came~t~. del sexo impone una prueba que puede engendrar sus
¡Ay! ¡Esto mata! Comprendemos que hayan intentado d1s1· propios síntomas. Si el servicio sexual (más que el militar) se
mular, pues no es tan fácil divertirse con los ducñ~s de la vuelve obligatorio al mismo tiempo que el amor, entonces los
época. ¡Hoy no se juega mas! Cuidado con el pehgro; al hombres lo abordarán con una angustia que i gnoraban
primer problema hay quo pasar por la cirugía o los medica- cuando el padre los sostenía. Los hjjos de familia que iban a
mentos: la psiquiattia clásica fue dcsmantelndn y l\Otirofi- los burdeles (y que corrían el riesgo de encontrarse con sus
siúlogos o médicos del comportamiento ucechan por todas padres allO no conocían esta angustia y se divertían mucho.
partes. Con ellos, los programas de reb~bilitación tienen qu_e En el campo de las mujeres, esta insistencia en la sexua-
ser rápid1unente rentables. El resultado es el om~ru tec1- lidad plantea cuestiones inéditas: no son solamente las de un
miento cotidiano de millones de personas con medicamen- crecimiento, como si tuvieran que ser mayores, sino las de
tos. ¡Adelante, soldaditos! . una mutación: se vuelven otra cosa, pero ¿qué? ¿Cómo saber
La histeria cambió, sus síntomas son menos demostrati- qué es ser una mujer? ¿Consiste en "ser madre", o bien en
vos que en el tiempo de las grandes crisis con las que s_e "ser la majer de un padre" o, también, como la heroína del
deleitaba Charcot. Podríamos creer que esta calda de ré~­ Cid, en ser "la mujer del hombre que mata al padre"? Las
men es el resultado de la bata química que esta neurosis respuestas no están dadas de antemano, pues el cielo se
viste con frecuencia, pero también proc~e de una. mayor vació: ya no hay más padre eterno que tranquilice a la mujer
libei·tad sexual, gracias a la cual las regresiones puls10!1ales con su misterio o con su inexistencia. El continente femeni-
son menos violentas. En efecto, cuanto más la sociedad no, al que Freud calificaba de negro, se aclara. Si el amor no
dictamina sobre prohibicione~ se1n1ales, más el. dese~ hace eslá en la cita, ¿cómo avenirse a las normas del orgasmo
una regresión en síntomas. Sm embargo, esta hberac16n es obligatorio? Éstos son los imperativos contcmporúMos que
un armo de doble filo pues, en cuanto la sexualidad deja de pueden enferníar.
estar reprimida, hay que realizar pruebas e~ el campo del Los ángeles én frentaclos a la conjunción del amor y del
amor. La prohibición y la sup resión también ~nían su erotismo pueden preferir los limbos de lo fuera-del-sexo. "¡Es
costado tranquilizador. El sexo genera una angl~st1a nueva sencillo evadirme! JS!rvanme una hamburguesa y después
en la posmodernidad. El cuerpo V1ra al angeltsmo Y sus un helado y otra hamburguesa ... con muchas papas fritas,
funciones, incluida la sexualidad, deben ejercerse natural· por favor! No hay que preocuparse por la comida. Miren: ah!,
ment.c. El placer sexual, hasta ayer nocturno y secreto, hoy en mi plato, el erotismo y la alimentación hacen una buena
se vuelve obligatorio: los medjos de comunicación habl an de pareja. ¿No es un maravilloso refugio angélico?" Los riluoles
él todo el tiempo. El orgasmo se convirtió en un deber. a]jmentarios le quitan los frenos al deseo sexual y si bien la
Pero, ¿este imperativo no es uno delos últimos sobresaltos bulimia y la anorexia no son patologías ªnuevas", hoy hacen

66 69
explosión. Para el ángel, In vida orgánica sigue siendo voluntariamente una parte de su piel al demonio>..J.)e manera
demasiado: la carne que vive es el demonio que acampa en que él, el ángel, reina ahora en paz sobre lo.que'le. queda de.
él, y se impone la mutilación d~ la vida. Hay q.ue circ~nscri· su carne. Hasta un accidente, una cicatriz;•un1i'lierida; lo
birla vida o lo que propaga Ja vi da. De éste modo, el alimento alivian y lo introducen en él. .h' 1 •, • ,
se vuelve la oportunidad para una lucha entre lo angéhco y Para el ángel, el cuerpo es supernumerario. ¿Hay algo más
lo demoníaco: la bulimia y la anorexia ponen en escena una impuro, más sexual, más obsceno que un cuerpo? La pureza
lucha contempor ánea con el ángel. exigiría la anorexia, el silencio, lo transexual en la mudez del
Multiplicada por la ill.$istencia en ttna sexualidad r epri· deseo. Pero al menos el deseo serla callado, la carne seguiría
mida en otras épocas, la angustia descubre una patologla siendo demasiado, siempr e diabólica. Hay que darle un sello,
que no es n ueva, per o que ant.cs estaba amortiguada por los marcarla, someterla al tatuaje, al pier,cing, a los cortes de
rituales sociales. La vetustez de estas costumbres expone a pelo al ras: el cuerpo mutil ado representa un cuerpo ideal.
la luz del día su propfo patología: bulimia, anorexia, marca- Sus cicatrices delimitan el lugar de la nada y también
ción del cuerpo, droga, alcohol. La humanidad siemp.r e usó escapan de él.
diferentes recetas para cocinar Sll angustia, pero se integra· Body art, las efigies escarifican, hacen su agujero, último
ban a los ideales de la época. Por ejemplo, el vino babia lugar de resistencia a Ja cultura del museo. Body politic, el
adquirido sus ca rtas de nobleza gracias a la comun.ión de cuerpo como último Jugar de libre expresión propio que se
Cristo· también ciertas marcas en el cuerpo, los talua¡es o la vuelve el lugar de mutilaciones externas y de trani;fixiones _
circuncisión, significaban la alianza con los esp!ritus o con lo Las producciones del liueart encontraron desde hace tiempo
Muy Alto, etc. Si bien los tatuajes existían en la antigüedad, sus limites en 1oss1tu{fmouíes, películas pornográficas cuyos
desaparecieron con el nacimiento del monot.cfsmo. Dejaron protagonistas mueren por Jos malos tratos que reciben
la piel cuando losdfoses perdieron carnalidad, se evaporaron (puedes verlos morir realmente ante la cámara).
en el éter, se redl.\Íeron a lo único e irrepresentable. Las tres Carne contaminada por el acero, como en las películas de
religiones del Libro condenaron siempre las prácticas de Cronenbergy de 'Foukamoto. Pi nzas, aguj as, acero quirúrgi·
sacrificio del cuel'po. Sólo Dios tenía el derecho de mostrar s 11 co: ahora sirven para adornarse. Escari ficación, brcmding:
estima ilegible: "No harán incisión en Ja carne por un muerto marcación del cuerpo con hierro caliente. Body pi.ercing:
y no imprimirán figuras sobre ustedes".'º Y, además, antes agujeros, argollas. El acero empieza a invadir la carne. La
de que el totemismo volviese a escribirse sobre la carne, se convierte en máquina, la industrializa_ Atravesar In pfoi
dieron una vuelta por las islas en las que los dioses vivían prueba el dolor:.¿los ángeles autistas no sienten nada? ¡Esto
exiliados: ahl, en Ja Polinesia, las cosas terrestres eran os lo que vamos a ver! El c\lerpo como obra de art.e contém·
animadas por el Atua-, el espíritu. Dibujar (ta) el espíritu poráneo, sacralizado a falta de ri tuales, va a ser tortu rado,
sobre el cuerpo en un Ta atua permitía atraer sus favores o va a volverse verdadero. Esto se parece al masoquismo o al
protegerse de sus furias. sadismo, pero no lo es: se hace sólo para intentar sentir vivir
Pero de vuelta del exilio, los múltiples tatuajes no volve· un cuerpo que se ausenta. Es para int.cntar que entre en su
nin a ser como antes. Ya no representan una iniciación caja. Y para nada pnrn que sea reconocido por los otros, como
sexual o una entronización en un orden de generaciones. en los antiguos ritos de iniciación. No, es una anti·i niciación,
Significan la libertad solitaria del suj eto, qul'I abandona para que salga del lugar social y entre en sí mismo. .Los ritos
1• LeviLico, 19, 28. &ta prohibición fue Teite.rada o.n el concilio de
de integración del pasado mutaron y se convirtieron en
Cnlcut.a en 787. ritos de exclusión.

70 7l
J.u 11lu11 •" Jlll 11111• 1"11•11• pnr11t•u11 l11 11 1H t1J'1, t11n 11unvoH, y n~1·111 n !'11 ,, 1 1· ut1 • 11tirt'1i'IM • l\1tmt1'ftti ltm'tttittl~,...,,r,.
pn11i111• 1111d1l11111n ' 111 u1u11rH-J v11.il1Jc.•t u 111 1 uon1l1111 dn H 11 11 •1HH y ••11 In"'"'"' tf ll i'<)111n 1Ji•HU ,. l fu t 111 o e'u1~ 1uln U''Hll, lo
1tfi•11l1·11 1h· oll 11·1 rult urna 101ic•n l 11li·~. ofr1canaH, c•11liforn10· tln11vu11lln1111 lin anut 1m111•11. y ¡m r ili11l ¡Al1f u~lna, cn11Vl't·l 1elo
11~•. 1 le) \'11 11111• lo• tl11 In n11cgLru uu volv11•1·011 mllr¡¡inoloR o en mort11ncful
nn viaihlc•ff. Ns nu~ur l'I hnschish que el vinn; más q~c en u11 Ya no es el lazo social el que divide y se vuelve o cnco11lmr
monll!:IA'rin, c•I rotiro se hace en una secta budfala, etc. El en el cuerpo. La escisión del yo posmoderno cambió LoLul-
nombr<• d~I padre antiguo régimen emigró y sus síntomas mente de sentido, y es la nueva disposición deseubre los tipos
tnmbi~n de patologías inéditas que acabamos de nombrar. Anles, el
Estas prácticas difieren de los rituales de iniciación que, yo se escindía entre yo ideal e ideal del yo. De manera que lo
en todo momento y en toda civilización, pusieron a prueba la Spaltung del yo se desplaza ahora entre una ident.ificación
carne en el momento del paso de una edad a otra de la vida. con el yo ideal o una contra-identificación con ese mismo yo
Tambi6n se distinguen de la marca indeleble en la piel que ideal. Esta lucha del ángel y del demonio se produce en el
señ&la la pertenencia a un clan o a un sexo. Las escarifica- interior de cada "yo".
ciones, el piercing, el tatuaje y, desde un cierto punto de Los cuerpos sutiles de la posmodernidad estructuran su
vista, la cirugía estética, no son prácticas que hagan un ballet según un cuádruple movimiento. Dios desciende a la
homenaje a los t6tems o a los dioses. Al cortar su carne, el tierra en donde se reúna con Satán, q ue ya hace tiempo está
á ngel polemizo, consigo mismo, con su propia parto domonf!I· allí. Par alelamente, los ángeles a zules se encaman; pero
ca. Delimita en su epidermis lo que pertenece a Lucifer y ahora son carna les y no se oponen a las cohortes de los
corta on su carne los primeros fru tos a los que tiene derecho. demonios, también habitan Les comu nes del mundo. Án1reles
La marcación de los cuerpos, la violencia que se les inflige, y demonios se retractan con el mismo movimienLo sobre los
no se utilizan solamente un poquito, así nomás, como si fuese cuerpos, en el interior de los cuales se libra un cumboLe
una moda temporaria. No: el circuito comercial se apoya en cercano, pues el vencido de ayer enseguida se lOmB la
esta fetichización. La chispa del metal urbano (punk, SM> revancha mañana. Est.e ballet cuatripartito significa que las
hizo que surgiera a la luz del día la connivencia del fetichis- dos figuras del complejo paterno toman un servicio secular,
mo de In mercancía y de la angelización posmoderna. Podría- en tanto que los ángeles y los demonios se enfrentan en la
mos creer que son los afeites mediáticos, lo virtual prefabri· misma piel en el campo de batalla del narcisismo. Un día es
cado para ponerle un dique al sueño. ¡Pero no! Miren bien: Lucifer, hermano de los Angelos Christos, el que gana: sin
esto parte de los cuerpos sin que nadie lo haya programado, compartir, ocupa ese cuerpo que, toda\ia ayer, . Len!~ u.n
previsto. Un día aparece una tribu punk en !Gng's Road en carácter de querubín. Todo ángel se vuelve terrible ( E111
Londres World's End. Vei n te años de.s pués, sus modos toda- Jeder Engel ist schrekliclt"), terrible tranquilamente y sin
vía siguen inOuyendo en los desfiles de moda, impregnados mata n za. Satán sabo reinar en u n i nfierno alegre, ruidoso,
do un erotismo perverso q ue invoca la fusta y 111 mano con en donde es divertido hacer coner un poco de sangre (y o.
guant.es; l~ mujer fatal de Tberry Mugler, con c uero y corset, veces algo más).
ropo mtenor do metal, látex. J ean-Paul GaulLi<Jr ltigh tech,
pechos como obuses, cueros luminosos, piercing, tatuajes.
Pues después, por supuesto, Jos estrategas se apoderan de
esto, los comerciantes fabrican en oro los mismos aros que
laceran la carne de los adolescentes blancos. Los estrategas

72 73
·· -·-

¿CÓMO PJNl'AR UN ÁNGEL? La obra crea el cuerpo, el verdadero, al devolver ol afuera


la trampa de pulsiones en la que habría tenido que estran-
gularse. Su creación se impone en la urgencia, pues sin
tardanza hay que exteriorizar, enmarcar, firmar este estra-
go potencial, este sueñ.o rlel que hay que despertar n tiempo,
si no se vuelve una pesadilla. La belleza creada levanta una
barrera contra la destrucción total q ue habrla provocado la
pulsi6n, aunque hubiese sido ese límite de Ja sublimación:
crea "en el exterior" una sensación excesiva "on el interior".
Civiliza lo real y divide en dos su violencia. Estetiza esta
ferocidad. Entre en la casa de cualquier persona y lo verá:
habrá algo artístico sin el que la casa serla inhabitable.
La subHmaci6n desvía el golpe de la pulsión de muerte y,
Cuando nace, un cuerpo está tomado en lo que Jo precede, esa a pesar de su grandilocuencia, Tetendremos la comparación
humanidad mayúscula que da vuelt.a.s a su alrededor y lo de Mark Rothko entre el gesto de Abraham y el del artista:
llama desde sus círculos eKternos. ,El, con el cerebro ya "El acto de Abraham fue absolutamente único, lo que hizo
grande, quema bajo la mirada de ese Otro, se electriza<;<>n el era incomprensible. No existía ninguna ley un.iversal que
sonido de su voz. Ama tanto el fuego de lavo~ y de la nurada hubiese perdonado un acto como el que Abrabam debía
que podría reducirse a ~izas en él. Y desd_e c~e momento, ejecutar. En cuanto un acto es llevado a cabo por un ind ivi-
la vista y la voz lo obsesionan: hay quo d1bl.\)ar, hay que duo, se vuelve universal. · como el papel del artista".
cantar ¡rápido! Lo q ue se dibuja y lo que se canta es cuerpo Abraham tenía que degollar a 9 . ijo y sacrifica un cordero:
de goce que no se pertenece: primero perteneció al Otro. 1lay la obra es ese cordero. De esta m era, Rotbko proporciona
que ptesentarlo, si no podría matar. "¡~rD: qué lindo q':1e es! una definición precisa de la sublim 'ón: "Puse en prisión la
Soy yo, soy para vos. Tómame en tu dibu¡o: me escatimas, violencia más absoluta en cada centímetro cuadrado de
todo lo qua yo dibujo es yo para ti". verdaderas telas. {... ) Este tipo de violencia de asesinar se
Los primeros dibujos infantiles don cue1üa de este antr~­ puede comparar con el ritual de celebración de un Dios cuyo
pomorlismo de la representación, tallado sm ninguna conSl- poder es destructor. Hay que volverlo propicio por la imagen
dc•rnción realista por las sensaciones pulsionales. Lo dema· de su poder, sí queremos que no nos destruya"."
siotlo tlrl goce del cu erpo es sacado del afuer a y enmarcado La pulsi6n de muerte es Eros que exagera y, metamorfo-
<'11 In nhro Podrln creerse que el marco de la obra delimiLa el seatla en obra por la mirada o la voz, esaf' uerte engatusada
1tfic1•1•11 v 111 11dcmtro. Pero, sobr e todo, no niega la nada se vuelve bella. Su estética difiere de ,l as cosas o de los
11..t 111111•1 1 ]•:•ti• podrr secundario de la negación de la nada espectáculos cuya belleza nos emocion . Pues, si bien todo
11111 11111 In l111¡11'uliulilc• nxiaLcncia del mundo. Cuando miras objeto percibido bajo el día de su nada también sabe haccn;e
"" 11111111r11n1I"'l111 •11 1·nm111·r.1•do, el universo deja de hundir- el bello, no muestra la muer~e engatusada como la obrn: el
f 1• 1111 "CI 11111111 ' 111 P1111 l111rn11dil ln salta, lo vacío de ser del sujeto que posa su garra sale de la impersonalidad a~ezrina
uh¡o•to h1 "'" "' 1 ~'"", 11 I·· y llnmn1 tA. "¡Vl.'n! ¡Suicidate en a la que las pulsione& lo asignaban; "¡Ahí hay uno que por lo
mfl" l+il c1l!J1•tu "ln4 " ' 11•1:li1 , 11 n1ll11Lc1au ruuln deja da ser
nr¡¡111ln ¡wrr In nhr11, .i. ""'' '• 1 1 1hrn "' hn¡o L11s pies. 11 Confe,cllcia on ol Pro U ln•iitul.ndeBrooklyn, 27 de oc:lulm• d• 111~1\

I '
menos sobrevivió! ¡También existe para nosotros! Presenta forma, humana o animal. Sm embargo proporcionnn o•l
en su exterior un cuerpo de sueño que nunca fue el suyo: es mensaje del Profeta: "No representes nadn vivo. Esw vuelo
ól. ¡Si t.e re.conoces, cómprame! Tú también vas ll estar es el centro de tu ser".
pl'otegido. Sin esto, no vas a sobrevivir". La historia le pone anzuelos al expresionismo del Sl~~lo
Una sublimación de este tipo no tiene edad, ni época. Su del nrte en cuanto aparece. Nunca sabremos cuál hubiese
gesto es atemporal.Pero su envoltorio formal depende de los podido ser su lengua del primer día, la forma original de un
ideales en curso. De la misma manera que el niño hace sujeto sin historia. Las ideas del tiempo historizan ensegui-
mamarrachos en sus hojas con cuerpos de bolas, cuerpos da la atemporalidad de la pulsión. Las formaciones de lo
como caños lle.nos de orejas, de bocas, de dientes hasta que inconsciente de un artista, como las de cuolquiera, se cons·
la historia que se cuenta al pintarrajearlos modifica su truyen a partir de sus restos diurnos, los de su vida diaria,
rasgo, la forma actual decide la presentación de la sublima- pero también de lo que pasa a su alrededor, lo visible y lo
ción. El trabajo de la nada en el ser mino toda obra, pero la impalpable. El arte se desarrolla en una relación más o
historia la estira temporalmente en Ja sucesión de los seres. menos contraria respecto de las ideas dominantes, que son
L11 p\ll~iíu de muerte babi~a el mundo eKterno y no basta con las de losamos del momento, 1 ~y el de hoy presenta lo que hay
representar ese afue.ra para civilizarlo. Además, hay que de hegemónico en el niredel tiempo: angelización de los cuerpos
agregar a la obra una historia, que remité- la muerte a un hasta el estallido, hasta su disminución más diáfana.
momento más tardío. Al narrar, la obra inmóvil diluye la ¿Cuál va a ser para nosotros el envoltorio de la obra, cuyo
fuer:ta de destrucción de lo sensible y la remite a mañana. ideal consiste en dispensarnos de él? Los aventureros do In
Además de la pulsión que proporciona su materia prima, ciencia minaron la nnrracióll, explotaron los metadiscursos,
ndemás del marco y de 111 firma (la existencia subjetiva), la de manera que el sentido dG lo historia se distiende y deja
obra reclama la narración. que los cuerpos se desintlen como un globo. Vemos cómo se
"Yo, cuando era artista, siempre dibujé mis ideales: ¡mi- abstrae su representación artística, no solamente porque,
ren esos golpes de brujería sobre los grandes muros de las como siempre, está trabajada por la negación de la nada, que
cavernas! ¡Admiren mis cristos iluminados de las catedra- le otorga su elegancia, sino porque el futuro de Ja historia le
les! ¡Vean mis grandes batallas del tiempo de los imperios! falta. El sueño de negar lo nnda del presente, gracias a
¡"l;;s la extenuante belleza que hace trapisondas conmigo y me mni\ana, se deshilacha. El posmodernismo depura el arte de
impulsa a la obra, y todo trazo que hago en esta fUerza en sus ficciones: se deshace de los santos, de las vírgenes locas,
movimiento es gracias al Ideal: me dice que yo seré mañana de los generales y de sus hermosas guerras. Simultánea-
y al percibirme a partir de este futuro, hoy habré sido!" mente con el olvido de todo este rococó, separa lo abstracto
La más simple de las figuraciones charla, cuenta una
historia quo despliega W18 temporaHdad, menos la de los 12 Unn visión n'iopo closi[ica el urto del Indo do In libertnd de eap1'ritu
y de lo r.reacíón it>telcotual frcnle a In Lironi.a. En los Estados UnidOol, el
acontecimientos quk la de la materia sutil que los historiza. poder del ditte.ro; o.n Prancin.. el Est.ado, 1ubvcncionon llmplia1!l~ºte el Ar-
El perfil hierático de un Faraón, la sonrisa dolorosa de un te con..,mporánoo. ¡;;. vio alguna v01: que un poder paruape de la
Jesús, la mirada inflamada de un caballero antes de ir a la a"Ubversión de sus propi0$ valoret? El arte pasa por lugar de res;siencio a
carga, con el sable desenvainado sobre su caballo encabrita- Ja normallz.ación. Pero si se consideran la mayorfn du In$ crei:.cionea, es
do: es la droga sutil para los adictos al opio de las religiones más bien Jo ultrano1·1nntivo y to pel'1neobilidnd a la idoologia posn1odornu
lo que prevalece. Con frccuoncin el 011.h;tn ca1ahoro con esto, salvo en el
de época. Los arabescos de Co1·due, !ns piedras azules de caao de los que no t.lenen éxito: en los intoniticlos, ulgo bt"Ota a f><l#Or de
Isaphan, quizás parezcan no tener rostro, carecer de toda ellos. algo que no eetaba previsto, y estolla.

76 77
de lo figurativo y luego lo atraviesa hasta lo pulslonal y, !ie
somos ~osotros. Esa ~asa hie!'!R~éplr&a'ó~en~da áhf, es
finalmente hasta la nada.De manera que, porVlgorosamen- tu espeJo. Te convertiste en esof'as"í;'.s1'if"darte"cüilnta: Esa&
te que habite nuestro cuerpo, el \'aCÍO sigue acechando el líneas blancas y negras sobre esas columnitás 1&res tú y soy
gesto artlst.ico.,,. . yo, que todavía saltamos de uno·a ·fotro.<M d:ios•vemos.
Este cuerpo sin amarras es lo nuevo. Nunca se había visto Primero percibimos nuestros cánceres•del ·alfua, nuestra~
a sí mismo en este estado: ¿cómo va a représentarse ahora? caras planas y grises. Esas formas se parecen a la dispersi69
Desde siempre, el hombre se representó fuera de él mismo, de nuestros órganos: los médicos los tratan de a uno sin
porque "él mismo" no sabe quién es. Ya en las grutas, la historia, no In tienen, eso está decidido. ¡Ah! Sobre todo
magía de los di bajos estaba habitada por un más allá de las nada de hacer historia. '
apariencias: los espí1itus, los dioses, las almas guíaban el De alguna manera, el cuerpo del arte se representa como
trazado de las formas, vistiéndolas con un estilo quizás contrapartida do su presentación médica. "Tu cuerpo es más
alejado de lo sens ible, pero que mostraba, al mismo tiempo, cientffico que tú, tus células hacen miles de operaciones por
su acto de nacimiento, Y ahora, que esl;amos t.<in desnudos micro$cguodo: tus moléculas, tus genes reinan sobre lo
sin un más allá, ¿u qué nos va a hacer parecidos laobr11? ¿Qué infinitamente peque1io que te domina." Convertido en má·
tenemos sin nada por delante, sin un ideal que nos reflejo? quina por los n\\meros, un cuerpo no se parece más al sueño:
Una connivencia secreta conjuga el de.stino de los grandes no es más que una relación entre cifras. En tanto algo
ideales y del arte, que presenta nuestro verdadero cuerpo numérico, pierde su forma y se abstrae."
con más seguridad que el espejo. Si en la defección de los DRsde un determinado punto de vista, Ja evolución de las
ideales el cuerpo se deshace, la obra tendría que seguir la enfermedades se parece bizarramente a la manera en que los
misma pendiente: también se hundirá en lo abstracto, el cuerpos están representados en el arte: la obra dibuja fuera
desmembramiento, lo blanco. Lo no humano obsesiona. Lo del cuerpo lo que el síntoma graba en la carne. Imprime un
que le sucede al arte y al discurso sobre el arte sigue este cuerpo de sueño sobre el cuerpo orgánjco. El síntoma se
destino y no es casual que la palabra "posmoderno• se haya parece a una imagen del cuerpo: es un jeroglífico que se es-
inventado en arquitectura y en eJ discurso sobre el arte, cribe sobre un órgano. La representación art.Jstica de los
mucho antes de que los filósofos se apoderaran de ella. cuerpos vruía en función de los ideales, y la manera en que
El nrte modela al ángel abstracto en que nos hemos el síntoma los fija en el espacio y en el tiempo responde a las
convertido:" esas playas negras, esas estrellas desgorradas, mismos incertidumbres. La obra de arte y el síntoma, cada
uno a su modo, tratan el goce del cuerpo, en la tensión enlre
t:t t!:I Qnvoltorin rorrnnl ele la sublimación de1>endo do In idcolorfo. do la
épocn. C4'n10 la idcologí n no Hcne suj~to propio, no die podr(o deaigna.r ni
t'CS(lC)•1&nblc del pl'occso de ani;cliwción que hnc:e, estallar lns obi:t\&. N1 Jos sicinpre con 108 c~crpDS de ·1a ~poca; todos pueden hacerlo, dcedo ol
nrtifi\.lh'I ui loA crlt:.icos, ni .siquiera los traficantc.s que especulan en el mo1nenLo en que libcron al propio de su peso de muerte. Si existe un
n\orend~ clol nrt.c. 1nueven Jos bjfos de un proceso 4uc conci~,r110 o t:odn la artista, sabrá jurar eon las circunstancias y rertlizar Is obra, por más
socit't1nd En el peor de IO$ msos, colaboran con él o aacun provecho. drnmáticaa que sean Jns condjciones de.l jdeal.
u lncle¡>cnd1rntcmcnt.e de su bcllez<l y de l3s opiniones caLéUcas, las "En una enLrevista lÍLulads •Jlegr<lso al cuerpo", Jean Cloir ec~o.laba
Ohf,ill dt, 1\1 lP iluRlrO.I\ el destino ae }o$ Cuerpos t'lbMdOUBdOS po-r lot la producción e.xcepcional de autorretratos en el arte reciente.: 111Ninguna
ult•11l1 a: ~" tt•lr.1rri6n siu1r-ional comenta un pathos e4pccffico de.l 1ujcto
otra época f •.• l conoció tal abundancia de retratos. Se Lrata de lo
r1111l1·n111cu Ant'O. ,.,.~Lulo dr C..'9la m&nera en su m>ledad. Exruninor los
necesidad de afirmar por los medios del arte la unicidad del individuo
,,v111 1u"I 110S.111ocl• 1nua de\ In .,.,,,,$e.nt.nci6n artlat.ica no impliea un juicio fren~ al apodcramie.nto cada \"Ct. más imperioso de \lnO CÍ CnCIB que
rtl11lllfl ru ''' &i1u1 111 . tu lfl rircunr.l.Rnc¡n..~. un nrtista H o.rreglorá normaliia, etiquela,jcrarquiia y prevé', Connai.s•anc~ d~$ art$, ~ 618
junio de 1995. '

79
el yo ideal y el !den! del yo. Una afrenta del Ideal del yo El expresionismo del arte se reduce a \oinstamáne~ de la
implica una regrnsióo pulsional y la escritura del síntoma en pulsión, tal como se equilibra con lo fonn~, es de~n·, c:on
el cuerpo. cualquier forma. Después de todo, In puls1ón es .sol~ una
Si quisiéramos fechar el momento inicial del posmoder- herramjenta de puesta en forma de lo que ha~na sido el
nismo, habrla que fijarlo en el primor cuadro abstracto es cuerpo si se hubiese adecuado al deseo. S iempre madaptada
decir, en la primera puesta en suspenso de lo narrativ~. '" al suefto, la forma se retuerce, se distiende, explo~a: pel'O d~
Las obras de ane están trabajadas desde siempre por la alguna manera se opLimiza, ¿cómo podría constnur lo 1nfi?,1·
abstracción, .es decir, el misterio de la significación del to con Jo finito? El equilibrio entra en la. "puesta enfol'ma Y
cuerpo psiqmco, no aparente mientras la narración impulse la "pulsión" es metaestable. De esta manera, lo abstracto
hacia delante la representación y la anime. Cuanto mlls oscila ente \o "puramente pulsie>nal" (por ejemplo, un color o
imperativos sean los ideales de una época, más figurativo un sonido nada mási y la ~pura puesta en forma" (por
será el a:rte. Y hoy, as! como el desencanto deja que Jos ejemplo eÍ ma1·co y nada más). Pel'D al ángel, que muestra e1
á ngeles se desplomen sob1·e cuerpos flotantes, la obra de arte objctoaÍ pintor, al escultor, al 1~1tisico, ~c_convienesolame~te
se vuelve abstracta, porque la historia la abandonó. Del una pureza sin manchas." La mestab1hdad ent;re '.'forma Y
padre virtual a un arte virtual, el envoltoriofo1mal dela obra "pulsión" varía según las tendencias: el eiq>res1?rus'!'o .abs-
olvida su punto de referencia narrativo." tracto, pe>r ejemplo, abusa de una ~·ctórica de ln.1nter1or1dad
La narración da esperanza para el mañana y mantiene a bruta (1a pulsión). Pero en seguida fue rclcv~do. por u~a
distancia el poder destructivo de Ja pulsión. Pero, en cuanto formalización vacía que se le opuso: la exterioridad. mas
se disloca, el juego de bolos recomienza. Las invariantes do chata del pop art que calca su retina sobre la superficie del
Ja obro vuelan en pedazos y se di~persan: aquí, el marco· allí mundo. t'd
lo narrativo; en otra parte, la pulsión; y todavía más lej~, I~ Sin embargo, ¡la abstracción nunco ~ana 1a par 1 ~ por
firma, según cómo cambie la moda y el humor del ángel, mucho tiempo! Pues cómo represent.nr sm dar forma, s1n un
nunca tan angélico come> cuando la figura se anula. toque do historia que maquille, tire de la mano y, finahnonte,
1' Lo. descripción literaria dol trabo.jo de lo abstracto en lo figurativo impulse una escena. La abstracción teodrú, -~I mel\OS, el
precedió.,¡ nacimiento del a~ ab•tracto: en JA Ch•f-d°oeuurt im:onnu, de breve destino de su implosión, de su retracc~on _sobl'e ~n
Saliat.loscontomosdelaobra.seborran poco a pocoantesdaqueeJ propio expresionisme> pulsional que, privado de teri~tono propio,
autor desaparezco. lucha cruelmente antre el ma1·co y l u firma. Una vez Qll~ sus
"¿So trat.a de una revancha de los "ieonoelascas'"I El tabú del asesinato invariantes quedan desperdigadas, lo obra se autoatrav1esa:
<WJ padre impuao la prohibición de representar a Dios. PL"ro 1i ei hombre •
es la imaten de Dios, ¿tenemos el der«ho n rcprc•cnt.nrlo? El Islam ae 1• Lu ubstrucción ch~ los cuerpos. e"idcnte en In pintur.l, uu1lbién
incHnó en favor de In prohibición. Por el cont~·:irio, an t.ie1Ta clistian:i, lu troln.\j~ tJn lu obra de l po.olt1, dul <~toe ult..or, u del n1Llsil"O (1)1u:s t ·I c:U\)l'J>ü de
lucha de los ieonoelnstas y aus opositorea .se tt?ruúnó en el siglov111 a ravo1· aue.flo tnn\bién es n1uslcal). En lu n1üsicn, ol cuerpo a.e ob~Lrnc, pue! el
de la rtpresent.nclón del hombre. Todo comenzóeon una quertll•'teoló¡i· cuerpo se percibe en una frase musical. l..n:o frases ~n.oros lo refle.ian
ca:¿se puede pintar al Ang1lo1 Christo• en 1os iconos? Nicéforo mostró que nostálglcamcnte: son los equjvnlentes de lll n.a.1T11C16n que 1nud~la la
si 1n p11rtc di\'1na del ~1esíae e:s ininscribíble, su enearnación autori1a s p\llsión en pinlu 1n; y cunndo e$t.O na:recidn se di.slocli, In 11bstrucctó~ ~e
circunscribir esto ininscribfble. Sin embargo, de cnda ludo de la caro los sonidos Ahilíldos porn1nnccc. l..o. 1Tusn10 aucod() c-on ol tlos11'\il.Dtu~1"!''~R·
reprouentad-aJ el pintor debía eScriblr e l nombre dol lvlesíaa, con lo que Lo de la significación de las oroc1ones en l:l poes!o. t.-ontcn1porjnca: lu
daba cuenta de la dualidad de su noturaleUL F.I nombre autorizaba la tt.sechan~ de Jos sonidos se-polrl\ e! cuerpo de lns orocu\ncs dé su nltnnce
representación y, en esle primer movimiento, Ja obra de arte se inscribía narralivo. Sin d-udn, r>odrí301os (Hlt~n~rur oqui\fúlcnLC?S CI) la l'U)V<;)n u,
entJ'C. Kubli.mación de ta púleióo y firn1a. inclusive, on la Cllosufíu {<lEféOoat.ructtvls1no).

80 111
queda oi>sesionada por su punto de origen, que es lo real. La siguiente sobre el arte conceptual: "Este trabajo insiste en la
obra había sido llevada a escena para civilizarlo, enmarcar- particularidad de no utilizar lo material para crear las
lo, firmarlo, y apareció ese salvaje que sale de su marco y formas: es la forma misma. Ésta es la razón por la cual digo
retoma su Ubertad. con frecuencia que mis obras son autorreferenciales". Si
Las cosas de t.odos los días en muchas obras se pasean •autorreferencia" quiere decir que Ja obra se refiere a ella
ahora fuera del marco: solamente la firma las mantiene. misma, ¿dónde está el pasado del artista? ¿Lo real se lo
Todavía aon asignadas a la residencia en enclaves especia- comió./ El artista desaparece en esta inversión del objeto
lcir salas de exposición, muscos, pero, ¿esto va a durar sobre sí mismo que borra basta el estilo. Por otra parte, Jo
mucho? l\farcel Duchamp introdujo el primer objeto común confiesa con gust.o en cuanto se Je form ula la pregunt a: se
e11 el mundo del arto. ¡Pe:ro para ser común no se precisa a trata de un "arte sin artista•.•• Por otra parte, es menos por
alguien! No fue u no de esos objetos convencionales represen- simulación narcisista que a causa de la despersonalización
tados desde el comienzo de los tiempos, 1no! Con ese urinario pulsional que el expresionismo está acompailado, tan frc-
soltado de golpe, como se suelta a un dogo, la pulsión uretral cuen tcmente, por declaraciones de pintores que se recusan
-reina de la destrucción- abrió la primera jaula de lo real. a sí mismos como autores.
Desde ese momento todo sucede como en un sucilo donde Aquf tenemos, entonces, Ju obra sin clavija que explota en
corre un pequei1o chorro de or ina inocente, y sumerge poco sus diferentes invariantes, que, todavía ayer, estaban una
a poco el universo. En un sueilo, el que duerme se despierta a dentro de Ja otra. Desciende los escalones que van de lo fi-
tiempo. ¿Y nosotros? ¿Seguimos durmiendo? ¿Duermes, o lo gurativo a lo pulsional, luego de lo abstracto a lo pulsional,
que nos pasa es que en nuestro vida de ángel, al menos, lo finalmente de lo pulsional al estallido del marco aquí, de
virtual devora poco a poco lo real? Esto significa que una vez la firma, en olra parte. Pero esto no es todo, pues si la obra
que el primer objeto común entró en el mundo del arte, todo le pone anzuelos al artista al final de la línea, va a debatirse
lo reaJ tendría que volver, de a poco, a las galerías y a los con Ja legitimidad de la firma, y también puede llegar un
museos. Los ángeles adoran esta extensión progresiva: ¡cómo momento en que suelte la presa, o se suicide. Mark Rotbko
les gustarla transformar en museo el universo! ¡Esto ya bajó los escalones de este infierno, hasta llegar a esbas
empezó! A medida que Jo externo se confunde con lo interno, macabras conclusiones. Sus declaraciones de 1949dan cuen-
el mundo se convierte en un gran museo donde somos los ta del salto del primer escalón, de lo abstracto a lo pulsionnl:
turistas. Finalmente, el espacio propio del arte quedó aboli- "Adhiero a la sustancio de las cosas". En 1953, también dio
do, va a e~tar en todos lados o Gil ninguno, como quieras. Fin esta definición muy ';pulsional" de sus cuadros: •o bien su
de la exposición: el desenganche posmoderno de los metadis- superficie se dila.ta y se abre en todas las direcciones, o bien
cursos engendra la absorción del arte por lo real. Cuando se contrae y se encierra precipitadamente en todas las
esta renbson:ión sea consumida, tendría que saltar. ¡Bum! direcciones. Entre estos dos polos se encuentra todo lo que
¡Qué lindo! ¿No? ' tengo para decir". La pulsación de la pulsión no se detiene
¿Usted tiene miedo, no es así? Torne que un auto de fe nu nca y juega entre l a expansión hacia el goce y la retracción
consentido se extienda, que las obras se11n tiradas al agua cuando se vuelve excesiva. Esta declaración estaba acompa-
como piedras atadas al cuello, y que Jos cuerpos sigan. ¡Pero i'ada por el abandono de toda narración, con la invención de
tmnquilfcose! Porque no es seguro que el artista insista Ja "claridad picl;órica"... que debe ser ... "comprendida como
hasta el momento de la hermosa explosión. Mejor escuche a
"Para para.fruear el tnulodel libro deJ.-P. Oomcc:q,Arhstouo.nut r1,
Bcmard Venet que, en una entrevista reciente, declaraba lo Ed. Esprit, 1994, rcedición J>ocket, 2000.

82
la eliminación de todos los obstáculos entre el pintor y la idea La incandescencia del expresionismo pulsional quema al
y entre la idea y el espectador. Como ejemplo de estos "autor". Para que éste sobreviva, la obra debe ser comeni.ada
obstáculos, situaré, entre otros, la memoria, la his toria o la por el crítico y vista por el espectador. El artista "pulsional"
geometría, pantanos generalizadores de donde se puedén desaparece en su creación si no se le acuerdo un sobresalto
extraer parodias de ideas (que son espectros) pero nunca una durante el tiempo en el que el espectador resisto, no com·
iden verdadera. Alcanzar esta claridad es, obligatoJríamente, prende, se indigna. Sólo sobrevive de manern pro¡~o:cional al
hacerse comprender".'º escándalo que provoca y, en 1943, Rothko escnb1ó qué se
Toda narración desaparece ... pero, ¿es seguro esto? Al alegraba de que el público "hubiese reaccionado Lan violen-
contrario, ¿no está más charlatana que nunca? Lo figurativo tamente frente a Ja brutalidad primitiva de su arte( ... ) pues
entregaba un mensaje inmediatamente legible, en cambio, es comprensible que el público haya dado marcha atrás ante
en la posmodernidad la narración charla fuera del cuadro, a su propio espejo espiritual". Este "espejo espiritual" es el de
través de la voz de los críticos, de los directores de las la caída en un abismo sin la "resistencia" del público.
exposiciones y de los galeristas. Así, los textos de los catálo· Con la cajda en un abismo, la última J?elícula pulsional
gos de las exposiciones son cada vez más vol uminos<1s que las cede todo el lugar a ia pulsión de muerte. Esta lo llevo hacia
reproducciones do las obras."' La introducción de un ideal un bai le cada vez más desenfrenado. En Artistes sai1s ort?,
aparentemente ausente se realiza desde el exterior. Y hay Jean-Philippe Domecq emplea alegremente el término "de
algo más asombroso todavía: la narración, que ahora está academicismo neomanfaco" para describir la búsqneda de la
fuera de la obra, no se conforma con un comentario posmo· novedad a cualquier precio. Pero, ¿qué es eso nuevo, sino
derno como cita de los contemporáneos: abraza la inmensi· la supresión de lo antiguo, la demencia de lo pulsión de
dad de la cultura anterior, y un pintor como RoLhko, que muerte en acción? Cada uno pretende erradicar la obra
confiesa su fascinación autista por una idea depurada de anterior, a tal punto que la ruptura con las obras existentes
todo pensamiento, vo cómo sus comentadores le atribuyen Ja es, por sí sola, considerada como un gesto estético. ¡Esta sed
ascendencia de Esquilo, de Nietzsche, da Jung, que le dan de cambios acelerados se parece tanto a los modos de la
una mano a las figuras más eminentes del monoteísmo. ciencia, duer\a del siglo! ¡Ella también ronicgu consta nte·
Pero si la obra presenta solamente lo pulsional, ese aban· mente de su pasado! Olvida a aus fundadores y rechaza las
dono dcsubjetiva, y el artista pide enseguida que el que mira teoáas de ayer: se trata de una condición de existencia del
el cuadro le dé la mano: Rothkoejecuta cuadros de gran porte investigador, que vive si investiga y muere si encuentra. Un
que, según dice, obligan al observador a entrar en ellos. Por fisico puede ignorar a Galileo, a Newton y hasta a Einstein.
ejemplo, en 1954 le pidió a un crítico que present ara sus Pero un pintor, ¿puede desconocer a Goya o a Van Gogh?
formatos más grandes ... "de manera qi1e, primero, sean Pareciera que la ideología del progres() h ubiese sido aplicada
vistos de muy cerca y que Ja primera experiencia consista en al dominio atemporal del arte por los que Je 1·eservan el rol
estar dentro de la pintura"."' de narrador al estallido de la obra. El narrador: et director
del museo, el galerista, el crfüco, será primero sensible a la
,. Rothko, Srau mirnl of m1tilutt Í1I pcintinlf, octubre 49.
" Rothko, que pretendía eliminar lo pcunpceo do su pintura, fue muy
bien suvidoal respecto. Su oobriedad pidórica es i¡¡ual a la grandílocuen· Su:r.anno Pajct escribió en el prefacio del cat.aloio de Rolhko; •Mas que
da drBmática Ce tos comentarios. cualquier ou·1\ est.a n1anifestación expondrá ol visH.antu n lo prueba de lo
"Esto es lo q_ue ~1arcelin Plcynet de.nomina "ol espacio habitable" e.n pintura 1... J oblígándo}Q a pc.ncLrar ínllnH1mcnle en el cuad 1·0 y a snlirdcl
lt1. obra de Rothko. Al comentar este cambio de lu¡¡ar del sujet.o del a rto, papel de oapecLador externo".

84 ¡¡5
amante de la época y querrá que lo sirva de nuevo y otra vez suizos, con Jo que se Jos suprimiría por segunda vez, al
de nuevo. quitarles basta lo trágico de su destino? En suma, el exter·
La obra contiene Ja pulaión de mue¡·te en su espacio minio se reitera y se extiende a la humanidad por entero a
estrecho. Esta bata eslét.ica es qu¡zlls pequeña, pero cuando través de la neutralidad suiza. El exterminio le otorga el hilo
su narración promete la vida para mañana, el sujeto se de plomo a una creación, en e$1.e sentido ejemplar, no porque
embarca con ella y sonríe sin saber a qué. En ausencia de conmemore, sino porque repite y extiende. Es paradigmático
narración, la pulsión do muerte se concentra en la obra y su del posmodernismo.
expresionismo vira al negro, color final de Rothko. De la
misma manera, las rayas blanca~ y negras de las produccio·
nes de Buren hacen trabajar la pulsión de muerte no sólo
para ella misma, sino para las creaciones anteriores: a
Buren le gusta que sus participaciones de defunción se
sienten cerca de las obras maestras de los siglos pasados.
Sus bandas ulternadas comportan la sospech a de la muerte
sobre los grandes monumentos de antes, los que fueron
erigidos en nombre de grandes ideales, gracias a los cuales,
sin embargo, Eros ya babia vencido.
Christian Doltanski explicita sin vueltas el t.rabajo de la
muerte en la obra. Así, su exposición en el museo de Ham-
burgo busca "un efeclo de miedo" al mostrar docn fotos
gigantes de asesinos y de víctimas imposibles de distinguir.
Pero est.a confusión atractiva es anecdótica si se la compara
con sus declaraciones sobre los campos de exterminio nazis.
En efect,o, considera que su trabajo es un recordatorio de
Auschwitz. :Por ejemplo, en una pel!cula2~ declara: "En las
obras precedentes había utilizado imágenes que representa-
ban a colegiales jud!os, pero, para este trabajo sobre la
vanidad, necesitaba humanos perfectamente neutros (ju-
dios y muertes lamentablemente van muy bien juntos}.
Como los suizos no están especialmente asociados a un
destino trágico, su destino parece más universal y, por lo
tnnto, en cierta medida, provoca más miedo". Por supuesto
que la increíble ligereza de estas palabras plantea ensegujda
una pregunta: cuando Boltanski declara que "judíos ymuer-
los" son sinónimos, ¿quiere decir que no quedan más judíos
vivos? ¿Y sobreentiende que hay que reemplazarlos por

86
0
Difundido en In televiaión en 1992. J WI

~-----~
ÁNGEL BLANCO
ELPATRIARCADQSEPARABA
EL AMOR DEL DESEO

Cuando la cortina cae sobre la escena dos del segundo acto,


Julieta implora a su amante: "¡Oh! Romeo ... reniega de tu
padre y abandona tu nombre, o, si no quieres hacerlo,júrame
solamente que me amas y dejo de ser una Capuleto... sólo tu
nombre es mi enemigo, porque tú, tú eres tú, seas o no un
Montesco ... y a cambio de ese nombre que no forma parte de
ti, tómame .. ."
Y Romeo responde: "Llámate solamente mi amor y dejaré
de ser Romeo".
¿De dónde proviene esta oposición tan asombrosa entre el
amor y el nombre? Ese nombre pextenece al padre y la
preferencia de los hombres por el linaje es el resultado de su
amor por él, ante el que son, en principio, como mujeres. Al
mismo tiempo, este amor del hijo por el padre está contraria·
do por el deseo de su muerte, just.amente porque teme ser
fcminizado. Daj"o el golpe de esta angustia, vira hacia una
heterosexualidad paradójica, cuya puerta de entrada os un
lazo homosexual. De manera que la sociedad patliarcnl se
define como este lazo social que pone en acto el amor del hijo
por el padre: resuelve su contradio:ión en beneficio de la
filiación pattilineal y en detrimento de lo femenino. Si los
hombres aman a las mujeres en estas condicionas, lo bacen
en la medida en que ellas representan lo que casi fueron.
Ellos las maltratan como temen que los maltrate ese "pa-
dre•. Su amor por lo femenino procede del culto rendido a nso

1 111

...l
ídolo, al que le piden asistencia cuando se encuentran con según parece. Este advenimiento tardío da una indicación
una mujer. . sobre Ja violencia de esta inhibición.
Por lejos que el .amor patriarcal los haya ubicado, los Las i·azones para amarse no concuerdan con las del
hombres fueron alejados del amor sexual de las mujeres. El desearse. Si ese muro cayera, no desaparecería lo hetel'Oge·
amor y el deseo sexual quedaron escindidos. El casamiento neidad del amor y del deseo, sino que quedaría reducida a la
~ntre. un _hombre y una mujer era un arreglo familiar que no angustia de castración, igual para cada uno de los sexos.
mclma rungunacltlusula de erotismo. Y, contradictoriamen- Hasta ahora en mutuo exilio, los hombres y las mujeres sólo
te, el amor sexual sólo se desarrollaba al margen de las se encontraron esporá,dicamente, por la noche, en los sueños .
costumbres y de la ley. Las "parejas sin matrimonio" (los Construyeron familias, tuvieron hijos, u veces por razones
amantes libres)_ se oponen ~ los •matrimonios sin parejas" no ligadas al amor o, cuando fue por amor, sólo fue sexual en
(cuando las mujeres son obJetos de cambio destinados a la el revés de sí mismo. Se hicieron signos, presintieron la
r?prooucción). En este segundo caso, que fue la regla mayo- posibilidad de ese amor sexual. Se hablaron de lejos en sus
ntar1a, y aparte de a lgunos intercambios nocturnos, los cartas. Su encuentro sólo fue un hecho literario: In literatura
hor:ibres pasaba_n la mayoría del tiempo con hombres y las es esa no relación equivocuda. El amante escribe. La carta
mujeres con mu1eres. detenta la esencia de su sueño, y fue en este sentido lírico que
Reci_én ha~ unas década_s la conjunción del amor y de la el amor fue primero reconocido por los poetas de las cortes de
sexualidad deJó de ser considerada como un acontecimiento Occitania.
marginal. El amor como fundamento de la familia es un En este absoluto poético, que fue lu verdad de alguien,
he~ho e;outemporá!leo que antes estaba regulado por las siempre existieron lazos de amor erót.ico entre los hombres
extgencrns de la filiación y del reparto de bienes" (todaVfa y las mujeres. Pero en la realidad, est.o debió de haber sido
h.~Y los casa~e~tos desiguales entre clases son una e~cep­ una excepción: pues ¿cómo lot,'Tar una calidad de este tipo
c1on). La opos1c1ón entre Ja pasión erótica y el casamiento cuando las mujora~ son cazadas como presas, son eselavas
legal tiene consecuencias estadísticas: el crecimiento de la del hombre, son intercambiables como mercnnclas o mer·
cantidad de parejas no casadas significa en un sentido una ced de obligaciones que no son "simbólicas" mós que de
victoria del amor. ' ' - casualidad (aunque a Lévi-Strauss esto no le guste nada)? El
8n tanto el patriurcado escinde el amo1· del deseo los hermoso amor erótico vivió sobre todo en el fantasma y
hombres y las mujeres se buscan y se aman por razone~ que floreció ampliamente en s us retolios literarios. Y s i, cierta-
los desunen. Los hombres desean a mujeres que son la mente, reclamó lo que se le debía cada vez que un hombre y
sombra de ellos mismos y no las aman más allá de ese deseo una mujer se encontraron, la sociedad siempre Jo trató como
saivo con la bendición del padre. Por su parte, las mujere; un invitado que sobraba y que estaba fuera de la ley. Por
aman a los hombres porque las salvan de ese padre y su supuesto que existieron excepciones pero, hasta ayer, el sexo
deseo sexual debería verse inhibido por ello, como su~de en estaba separado del amor, si no proslituido.
la mayoría de los casos. La mayoría de las mujeres recién En L'Amour et l"Occicknt, Denis de Rougemont introdujo
conocen el orgasmo alrededor de los treinta y cinco años, la idea de una historicidad del amor. lo considera como una
invención occidental del siglo XI, que apareció en las cortes
t.i En \.In csLudio ~~bro lo. fil,iación en Bcnrn. Pi erro Bourdieu s~t\4\ld que
todavía hoy la fanu~a era la dueña de los ini.>rcambios matrimoniales, medievales de Occitania y del norte de Italia. Aunque, en
C?nceb1d03 en vistas a la conservaeión do.I patrimonio. -celibat et condi· principio, el cristianismo exalta al amor y a las mujeres (en
tion payaanne•, en Éwtü• roroJrg, No. 156, 1962. relación con las otras religiones), parece que !ns sociedades

92 93
cnst1nnas hubiesen seguido apoyándose en el totemismo, Por consiguiente, el deseoyelgoceseró.n reprintldosen tanto
pnrn l'l que el patriarcado constituye una regla implacable. valores secundarios. •
El nmor recién hizo valer sus derechos con la "pareja sin ¿Cómo explicar que el patriarcado haya triunfado durante
mnlrimonio" que apareció tfmidomente con el nombra da tanto tiempo? Los hombres y las mujeres se arreglan con el
amor cortés: un hombre runa a una mujer con la que la padre cada uno a su manera: basta los tiempos modernos
filiación 110 jugará ningún papel. Por otra parte, los edictos esta diferencia le dio ventajas a los hombres (en realidad, se
do muchas "cortes de amor" estatuyeron que la pasión sólo impuso en detrimento del goce de ambos sexos).
podín ex istir fuera del lecho conyugal. El amor cortés de- Para el hombre, el padre es una amenaza de feminización,
sexw1liw el amor o, al menos, lo considera aparte de las pero tambi6n permite, por rechazo, una identificación viril,
co11sideraciones familiares. Si bien en él la mujer no está fuente de amor. Para la mujer, In apuesta es diferente: la
colocada en el nivel de un a mercancía, sin embargo se la castración no la impresiona, ya que el mal ya está hecho. En
violenta al tratarla como un objeto asexuado. ¿Hasta qué cambio, la venganza está a In orden del día, junto al deseo de
punto una mujer prefiere ser cantada sin ser tocada? El recuperar el objeto del litigio, es decir, el pene. La ambiva-
amante enreda su hermosura en lo privación del cuerpo. Su lencia respecto del padre es diferente para cada sexo. El
poema la entrampa en su ideal virginal, maternal. Esta hombre quiere al padre, primero, como a una mujer,y accede
deserotiznción, diglla de la Virgen Maria, le quita carnalidad a la masculinidad al identificarse con él (al matarlo). Para la
al cuerpo femenino. Legitima el patriarcado al llevar a su mujer, la venganza o un pedido de reparación se acompaña
extremo la es~'isión entre el deseo sexual y un amor qite, no de un amor violento y directame11te sexual, ya que ella
por ser cortés, deja de ser la otra cara de la violación. quiere recuperar el pene. La diferencia de contenido de la
La tesis de Rougemont ilustra un momento importante ambivalencia explica el t riunfo milenario del patriarcado.
aunque, naturalmente, el amor no fue inventado en esa Para el hombre, la ambivalencia pide una reparación simbó-
época (nadie puede vivir sin él). Lo que sucedió es que en lica del hijo respecto del padre, que no sejuega en la pareja
eso época se cantó la pureza de un amor escindido del deseo En cambio, para la mujer, la ambivalencia arregla sus
sexual y, por lo tanto, una caracterlstica neurótica del amor cuentas en la escena matrimoníal. Le encarga al hombre que
fue considerada como el amor auténtico. Ei amor, en efecto, reemplace (mate) al padre en su lugar. La ventaja relativa
se distingue del amor neurótico, que encubre a personas del hombre se relaciona menos con una desigualdad de
presentes con las fantasías infantiles: de manera que el fuerza ffsica que con esta posición distinta cuyos beneficios
padre es amado a través de un hombre, escindiendo el im- se cambian a la cuenta de su homosexualidad respecto del
pulso amoroso de su consecuencia sexual. Esto no quiere padre. '
decir que el amor no haya existido antes del siglo x1, ni que El patriarcad"o tomó ventajas porque para el hombre la
esto sentimiento haya aparecido recién por la gracia mono- deuda se arregla entre hombres, del hijo al padre, en w1a
teísta de un padre muerto finalmente acompañado por una escena pública que organíza religiosamente la redención.
madre virgen. En efecto, el nmor siempre fue contrapunto Cada hombre se sitúa en tanto hijo, con el conjunto de los
del goce. Pero solamente tuvo un valor marginal bajo el hermanos que organizan los rituales que redimen la deuda.
reinado patriarcal que exigfa que el hijo llevara el nombre El fantasma del asesinato del padre no se reparará nunca
del padre y que, de esta manera, pagaba el error de haber tan bien como cuando cada hombre le dé o su hijo el nombre
fontnseado con su muerte. De este modo, Ja familia patriar- de su abuelo paterno. Para la mujer, el precio del goce se
col genera una separación entre el amor y el deseo sexual. regula cara a cara, privadamente. Desde el comienzo, el lazo

95
li ptlo 1•11111• 1p11r1n pl1l1l11•n llm<l11 1 v11 11l11Jlln n11l11 ,, ni n1¡¡1 d111lo 1111• n tll<'t(111>11 d1 1111 tlli<'~l tlllitt 1111il11llf'll l lt•<'1t' q11t11•I "11r;M1
1· 1111 11 <11111 J •ti n1·1111111i11tliln 1111 111 0111 rlHrl rl\1pc11dL• 1111uuL~ 1111't1 1 d11I poli1•1;" c1111clMon11 "l llºº" l(•111<'H1 1u1 "i/1nd1c111111" <'I
""c1111111 w p\lbl1c1J, cu t11nto quo t1l ltw.o privntlo $C sntftrfllCC hómlltel;lul! se ac11rcn ~ 1.1 11a niuj~r debe ¡J1·i ~1m·o urre~1ttl' sus
('011 1ti ¡¡, 111 l I it1 ~ cuentas ton el padre de. ésta. E l 111l.e1·camb10 del nombre da!
l•:J 1.rnLnmierLlQ masculino d11 la deuda organiza la Ciudad, padre j)or el del ma:rido simboliza esta condición n.xogánlicll
1\11 tnnLo qtt ~ SQ costado fem~nino pi·orroga un;i angustia en la maJoría de las civilizaciones. Independientemente de
gozosa, pero l'aprimidn. Por otra parte, la pteforencia por el esta práctica social (contingente), el orgasmo femenino·rn-
patriarcado tambíén le pert.e nece a muchas mujeres, que quiere este fantasma en las escenografías comnnes de la
también pueden esta1· angustiadas por su propio goce. En el seducción. E n la relación sexu~d, los hombres gozan con el
1na1·co patriarcal, no son solamenl:<l los hombres los que goce femenino que vale por dos, a cambio del cual el don del
rechazan la feminidad. 'l'ambién las mujeres pueden repu- nombre del hombre también vale por dos. Pero como sola-
diarla encfrcunstancíasen Jas que ellas no solamente tienen mente a parece el nombre, como el don del goce se olvida
que soportar su propia angustia de castración, sino también detrás del don del nombre, el patriarcado tomó ventajas.
la del compañero. De ma11era que sólo acceden a su p-ropio El don del hijo que lleva el nombre del nncestm muerto
goce después de un largo camino. Si la mayoría de las tiene como 'contrapartida la represión del goce femenino,
mujeres no conocen el orgasmo hasta bast ante tarde en sus cuyo fantasma incluye, justamente, esta muerte; el hijo
vjdas, es porque necesitaron tiempo parn salir de las garras asegura la pe·r petuidad del padre, en tanto que la mujer
d,el padre, que prefiere claramente a las niñitas (cuya virgi- significa su desaparición. Ella prescribe su fin, en los dos
nidad le recuerda a la madre que le hubiese gustado te.ner). sentidos de la prescripción, es decir, "lo que se ordena" y '1o
Se necesitan primero mucho.s desgarros de la vida amorosa que desaparece" en este 111ismo ordenamiento.
para que, por ejemplo en el momento de la oposición ent re un La condición del goce femenino es, por lo tanto, el don del
marido y un amante, ese padre largue la presa y abandone nombre del marido o de sus equivalentes en valor (las joyas ,
gozosa.mente e) terreno."' el dinero, los bienes, los hijos, por ejemplo). :Pet o, por suntuo-
La angustia de castración del hombre hace que éste sos que sean estos bienes , no tienen la altura del don que se
privilegie la filiación del nombre según el orden de estructura espera del lado femenino, en tanto condición previa del goce.
de pai·entesco, que consiste en darle un hijo a su propio ¿Qué se necesita para ;guaJar un don tan precioso, si no es el
padre. E n cambio, las mujeres privilegian el amor y el don_ amor total? Jfabría que estar dispuesto a morir por la
En efecto, el goce despersonaliza a la mujer, en cuanto amada, si ella lo piruera (esa "muerl:<l" rnetafó1i ca es el
abandona el nombre de su padre. 27 Este abandono tiene la equivalente de su impersonalización). Todos los o~ros dones
- las joyas, el dinero, el nombre y hasta los hijos-no son más
?,; La Ciudad no ~s un conglomerado de fa1nilias o una fa1niJia tUnpl'iada:
véanse. las prin\eras páginas de La polf.tico de Aristóteles.
que signos plausibles de un amor de este tipo. Cualquiera
211
Con su asombrosa intuición, que hasta parece rara, Freud tuvo In sea su magnificencia, siempre serán i nferim·es n esa fuente
idén de definir la sexualidad femenina con el término de '1continente primitiva del valor que es un amor que cons iente de antema-
negro". Éste es un co1or que Je sienta bion a la híja del pad1•e, cuando sa no la muerte. Cualesquiera sean los dones masculinos, su
convjert~ ~n !a mujer del guerrero: deja el blanco virginal para tomar eJ va loresinferioral del goce dado por la mujer, queú.nicamen-
negro del duelo. te un don de amor absoluto - metafóricamente, morir- po-
-,; Esta despersonalización se agrava con la pel"\·ersión ordinaria del
hombre, queethnsobre.ella su propia feminidad con todo tipo de vJoJentio. dría balancear.
para poder sentir.se él n1ismo un hombro. El amor aniquila al amante ante la amada que, por ot ra

96 97
' piu-te, puede te ner el nii~ mo sentimiento de don total. El
único don si n contrapnrtidn •1$ el del int.crcambio de nadas.
EstFtbilizada de este modo, In pulsión de.muerte se descarga
es el del intercambio cxogámico, en tanto que es el horror del
incesto el que regula el intercambio do las hijas más que de
cuando el sexo se 1,1grega !\I nmor. Al amar, el amant.e pierde las mujeres. Al rechazar lo femenino, el potriarcado despla·
su ~er fálico (su narcisismo) y lo reconquista gracias al za y ancla el trauma sexual en el centro del lazo social.
erntismo. Este consumocivilizndv de la pulsión de muerte se El goce femenino angustia al hombre: tendrfa que recono-
produce si el mnor y el deseo sexual implican a la misma cer su castración y el poder redentor del amor, que en un
persona. A diferencia del amor neurótico, que no reúne esta primer tiempo lo aniquila. ¡Mejor ser un hijo que un hombre
condici6n, el patriarcado se define como un amor de los esclavo! ¡Mejor ser un padre que solamente un hijo! Los
hombres por su podre, que paraliza est.a conjunción. hombres prefirieron jugar al padre con sus mujeres, mucho
El orgasmo femenino requiere un don tan absoluto que se más cuanto que, una vez que están en ese rol de hijas, pueden
v'.lelve horroroso. No fue solamente la falta de simetna entre seguir jugando con ellas al incesto, que tuvieron que inte·
l<t escena pública (masculina) y la escena privada (femenina) rrumpir con sus madres. A través de este rodeo imbuido de
lo que le otorgó ventajas al patriarcado: fue, sobre todo, que un deseo obstinadamente endogámico, el patriarcado sólo
una vez que se es~ableció este privilegio, se puso al servicio reconoce un estatus privilegiado en la madre, en contraclic-
de una supresión violenta. Los hombres se tornan el Lrabajo ción con In mujer, que sólo existe como hija sobre la que se
pero no tienen realmente con qué pagar. El que ofrece u~ pueden ejercer todas las seducciones. El deseo por Jo feme-
regalo espera al menos un reconocimiento. Pero el goce de nino sigue siendo, en esta medida, incestuoso y obsceno,
una muj~r nopued~ comprarse. Cuanto más se le pague, más salvo que el deseo de un hijo ofrecido al padre lo justifique.
se negara: es 1mpos1ble de colonizar. ¡Los pobres no lo logran! Hija o madre: en esta elección forzada propuesta por el
De manera que el goce femenino es para ellos una fuente de hombre, la majer no existe.
miedo, y fue suprimido por todos los medios del lazo fraterno. Del amor hermoso absoluto no queda otra cosa que Atenea
¡Acuérdate• Está escrit.o en la Biblia que no debes robar la en su virginidad, o Mariana con los senos desnudos, pero en
mujer de tu vecino, o su camello o su casa. Ápex del patriar- las barricadas. De lo más cercano - Ja fuerza de Ja res
cado, los diez mandamientos colocu11 a ln mujer en el ropero publica- a lo más lejano -la angustia engendrada por el
de las mercancías que no deben ser hurtados. l'ero detrás de orgasmo femenino-, los hermanos reprimieron el amor
las peque1iecesinterc11mbiables, el pat riarcado intenta ocul- sexual, lo femenino, el goce, en beneficio de s u amor de padre,
tar el goce de la Cosa: esa may(asculo indeterminada de lo emboscado detrás de la evidoncio de In fiUación.
femenino que domin u el mundo comercial y Je confiere su Los homl_)res de la era patriar<:al q uerfan ser padre para
valor. Don absoluto, el orgasmo funda t111 valor s iempre sus padres: .ern su deber ele hijos, animados por un deseo
m ~yor que cua lquier otro, único don 011 sentido pleno de las pasivo y hMta femenino, de manera que rivulfaaban,.en este
prímeras esclnvos que, vivas, formaron parte de Ja circula- aspecto, con sus mujeres: no se necesitó otra cosa para
ción ele !ns me.-cancíns. ' negarle a las madres toda autoridad paterna. La novedad
. En los circu!tos de intercambios dol patriarcado, las mu· comienza cuando los hombres qujeren tener hijos con la
J&res son consideradas co11 mayor facilidad mercancías en mujer que aman y ya no para su padre. Los hijos seguirán
tanto ~011 expul sadns como hijas. E11 el padre provocan un nevando el nombre del padre, pero ya no será el nombre del
deseo inces l uoso y éste las rechaza. Las hijas fueron en abuelo.
general rechazadas por esta razón. El resultado manifiesto

98
99
DESMORONAMIENTO Las enferma. Por otra parte, ustedes sienten no,;Lnlb<ia de mí
DEL PATRIARCADO imperio tanta que creen que son ángeles. ¡Angeles muy
d1·vertid'os' además. ' que arden más que , ..
Lucifer! ¡Atencíón!
¡Sin padres la SOCiedad se desmorona. ,
Pero no, miren bien: se trata solamente de un 1dolo del
1
padre que poco a poco abandona la escena. ¡Mucho me1or. Es
verdad que, con un poco de distancia>: de maner'.' abstrn~ta,
el padre patriarcal parece un personaje pn~ífico. ¡Nos.olv1~n­
mosl Pero es mejor considerarlo un personaje dudo.so. 1Acuer·
date de que Papá Noel es compañero de San i:i1colás, .<!ue
oculta a un carnicero exhibicionista y a un asesino de mnos
bajo su hopalanda! Y, además, esta pacificación cuest.a cara:
su saldo es una culpa que se hnce un banquete con la
Hasta ayer, había que darle un hijo al padre, y su persona neurosis. De manera que, tanto cuando entrn en e.scena co~o
condicionaba el amor. Su nombre de muerto estaba de cuando sale, el mantenimiento del patrinrcu no tiene pyéClO.
antemano enfilado bacia la descendencia. Una especie Uno puede arreglarse con la. culpa: es una cucstlon. de
de padre simbólico de cartón piedra obligaba I! amarse en su rituales de sacrificios, de traba¡o ... en suma, es una cuest.Jón
nombre. De manera que, desde los comienzos del patriarca· de dihe;o. Pero Jo más dificil es Ja insaciable demanda de
do, el amor y el deseo sexual siguieron cada uno su ruca y sólo amor de ese padre. No termina nu~ca de bo.mbea~ e.s e amor,
se encontraron por casualidad. Hoy, el posmodernismo -su y Je quita su mejor part.e al erotismo. P_rrce/e~s. LPor q';'~
sueño de fin del sueño (más que de fin del mundo)- volvió llenarse de ídolos que se le parecen? La s1mbóhca de carton
murginales las ficciones religiosas, y esa pérdida de autori- piedra de las religiones y del patriarcndo puede desmoronar·
dad implica un deslizamiento de terreno del complejo pater- so: los nombres del padr'' no dejarán de llevarse, sólo que se
no. Los grandes ídolos paternos se ilegitiman y el muro que dispondrán de otra manera, y esto es todo. .
separaba el amor del deseo se pulveriza. En efecto, las fünciones paternas 1~0 so dc~p.liég.an en el
¡Esto provoca mucho alboroto! Los cclotas de los ídolos de mismo espacio.u El padre de la ri':'~hdad ~ip1ca ¡u_ega su
ayer nos anuncian que el mañana es odioso y que hay que juego en un espacio privado: la fanuha reducida al hi¡o, a su
preferir el pasado. Nos horrorizan al mostrar lo que podría madre y a su padre. Por ~l contr~ri?, rendir .culto al padre
suceder: las manipulaciones genéticas, la clonación, las muerto requiere un espacio ex?gam1co. Efecl~vamente, una
parllculas elementales, el vivero humano. Oímos un inte- vez que el padre ha sido eliminado, los asesinos se ¡untr~n
grismo patriarcal que grita por todas partos: "¡Miren que fuera de la fam ilia que ha estallado en pe~aios a cansa de su
esto termina mal! ¡Miren un poco esa pornograña, esos acto. En ese espacio exterior, esa mafia te1e el lazo social,.con
cuerpos en pedazos, esa excitación infinita que los atrapa! iY el pretexto de consideraciones religiosas qu~ deploran el ac~o
además, esa sangre que está por todas partes! Conmigo, al sin el cual, sin embargo, ese lazo no existiría. 'El comple¡o
menos, las matanzas se multiplicaban por razones nobles.
• En su libro_, Les Deuz Ct:>rp1 du roi_, K:.1nt.oro\'o'lt'l R'l~tró cómo el
¿Ustedes no necesitaban un suplemento de alma que les monorce del entiguo récimcn cttabs, simulLóoe~?lentc, vivo.): 1nuert.o
viniera de afuera y que los mantuviera tranquilos? Yo las ("El rey ha muerto, ¡vivo el rey!"). Esta dupl1c1dud lo loglt1mabn Y
mistificaba, es verdad, pero sin mí, gozan demasiado, y esto sintbolízaba los dos funciol'\ct: del p~dre.

100 101
paterno implica dos figura$, la de un muerto y la de uo vivo: Por el contrario, si la sexualidad de lós padres vivos ya no
durante todo el tiempo del monoteísmo,. el padre eterno se es más simboli2ada gracias al padre eterno de las religiones,
mantuvo de pie frente a l os padres vivos. Hasta que ese entonces una sospecha contamina Ja función paterna: el
padre eterno cayó en ln tierra, en donde el complejo paterno padre será sospechoso d'e .violación y acusado en todas
estalló. partes, basta en la presidencia de los más grandes Estados
En la posmodernidad, únicamente Ja segunda de las funcio- y l.as investigaciones por incesto pululan. Hay jefes de
nes pat.ernas (religiosa) está desestabilizada y genera no una familia que son enviados a prisión por vagas sospechas
dcdinación, sino una transformación: el padre endogámico de asistentes sociales o por las denuncias de sus ex parejas.
sigue funcionando, en tanto que el padre del culto es obsoleto: Se busca por todas partes las consecuenciás de un supuesto
el que las ficciones habían enviado a los cielos a causa de un disfuncionamiento paterno: hay ni.Ilos·que son sometidos a
trauma sexua l excesivo se encuentra sin trabajo. Antes, el tests psicométricos por haber hecho dibujos con connotacio-
padre eterno (en el cielo)hncía que el padre sexual fuese poco nes sexuales en las paredes, o bien son llevados a la psicote-
11 poco freeuentnble (en la tierra). En la posición vertical de rapia por haber jugado al doctor con sus compañeras de
cedo padre vivo, su nombre ya et.emiuido lo civilizaba. Esta curso.
vertical se desplomó. Los nombres del padre ahora están ¿Y quién señala con el dedo a esos "malos padres• si no son
dispuestos en la tierra de modo horizontal. No es que su los "buenos padres", es decir, padres totalmente muertos
majestad el padre se haya acostado (el pobre). Más bien que no desde el punto de vista sexunl: jueces, educadores, los "psi"
se encuentra donde se espera que esté. Las dos funciones de todo tipo? Ellos son Jos que diagnostican una declinación de
paternas se encuentran ahora en la tierra, encarnadas ante las funciones paternas. Se quejan con tanta más violencia
nuestros ojos: no hay que cansarse más mirando el cielo. cuanto que descuentan que, de esta manera, toman la posta del
~Esta transformación profunda de las funciones paternas "buen padre", especie en vías de extinción, según ellos. La
significa una declinación? Ni más ni menos hoy que ayer: comp1·obación de la carencia paterna es proporcional al rol que
como el padre s iempre deja quo desear, las religiones inven- imparten; laruatus prodeo, el padre se porta de uno. nueva
taron un padre divino, por otra parte imperfacto, ya que el mnnera como el personaje sospechoso que siempre fue.
mal existe. En todos los tiempos el padre fue acusado de no A modo de ejemplo de esta carrera entre "buenos" y
estar a la alturn debida (Juana de Arco dio el ejemplo de "malos" padres, el crecimiento de juicios se corresponde con
esto}. Como el padre simbólico siempre está muerto, el un cambio de lugar de la legitimnción de los actos. Por otra
reproche que puede hacerse a cualquier padre es que todavía parte, lo llamativo es menos el aumento numérico de Jos
esté vivo. Y cuando el padre está realmente muerto, hecho juicios que el' de su calidad: se pide que los jueces decidan
simbólico hasta el último hueso, todavía deja que desear, ya sObl'e problemas que todavía ayer no eran de su competen·
que no puede responder más al llamado (Jesús ya se quejaba cia, o en los cua les no habrían hecho justicia. Hace unas
de esto). El defecto paterno parece no tener remMio y esta décadas, nadie se preocupaba por una mojer violada. El
constatación no caracteriza la época. Naturalmente que el algodón de papá amortiguaba todo esto: las mujeres que
complejo de Edipo no desapareció en la posmodernidad. Las provocan el deseo no pueden beneficiarse con In solicitud
familias siguen funcionando, au nque se organicen de una paterna.
111nncra cliforantc. Lo que pasa es que, unn vez que el Este reparto entre "buenos" y "malos" padres da una
lMtríarcad~ quedó e11 un lugar marginal, el hijo es más que índicación importante de la nueva dísposición horizontal del
nunca al h1Jo del deseo de un hombre y de una mujer. complejo paterno. Existen muchos otros signos: por ejemplo,

102 103
l 1 • t 11IM 1r11N JJllll' l1nn 1•1 t•n•c11 1111111 1'' 1111111<\i icn (In laH
l111111hn ' H lnK 11111• 1111 htmiln t' crfo u lnK liijM do los qua no ONLll t1¡lflriunci11 do i clonuticocíón pol'mll.p ¡¡11ltln1·u1111 1;u1m l.~1,
''" 1•l 11mh 1• lnoh\¡¡ico: t•sto 1mplic11 dos pntlrcs. J::stu realiza. la del Lrtnnnu scxunl, tal como se fi)n un sín1m:111 1 oru, .11
ru\11 .ornlar du Ju duplicoc16n pat.ernn se corresponde con un final del trayect.o, el acto analítico evapora. la s~n~bóhca di!
nut•vn 11cmnoduinaent.o dl' los nombres del padre (por otra cartón piedra que ficcionaliia la es~nogr~fin ed1p1cn buJO In
parlo til•lt•s 11 la historin de Edipo que, también, tuvo dos forma de diversas teorías sexuales rnfanules (enu·e las que
padres). se encuentran las religiones).
gn este sentido, el momento actual, que genera un relativo Hasta ayer, y todavía esta mañ~a, un hombre amaba n
pero cadu vez mayor estallido de las familias, no es el unn majcr no sólo por ella misma, sino por algo nu\s grande
resultndo de una mayor libertad. Lo que pasa es que el hom- que elln: una eÍ!gie secreta del padre, amcoa~nntc. Hoy: esn
bre no podría encarnar por sí solo las dos funciones del padre. efigie se difunrnrn y vuelve a recuperar su Justo luga1. De
El padre biológico no lograría desear si estuviese pucst.-0 en manera que los contornos de lo femenino salen da la so1:nbra,
el lugRr del padre muerto por la mujer gracias a la cua l se se hacen precisos, finalmente quedan claros. Cada mu1cr en
convierte en padre. Por lo tanto, sólo le debería su salvación especial quizás proferiría scgt~1r 1gno1:ando lo ~ue e~ y lo que
a la huida, q1.1e le salvarla la vida. Cuando el padr0 muel'to quiere. Cada hombre en espe<:1al q1.nzasextraneel tiempo en
ya no se distingue claramente del vivo (como lo pei·mítfan las el que el honor del padre dec1dla todo. Sin embargo esto ya
religiones) los padres so horrorizan por tener un rol que no depende de ()llos individualmente, smo del csl.a~o a.c tual
significa su muerte. l!:sta constituye una fuente de angustia de los ideales. Quizás hubiesen preferido seguir siendo
posmoderna nueva de los hombres: "¡Cree que soy su padre!" ángeles que so1'1oban con enconlrarse en los limbos más que
Una cosa así puede llevar a una paraHzación del deseo. enfrentar esto prueba, la chispa de su encuentro. Pero llegó
Jugar al padre violador, todavía, pero "ser el padre• pasa los la hora de snlír de In casa del padre. Hay que perder el lnzo
límiteS más allá de los cuales una pareja se instala en Ja fraterno suslraerse de la humanidad para volv()r n encon-
vigilancia mutua a veces cómoda, pero mortífera. En estas trarla. No hny padre y no hay más hermano cuando u.n
condiciones, el padre prefiere abandonarse como padre y hombre ¡;ncuentrn a una mujer. Viaje extraño: hay que ~ahr
vive su vida sexual en otra parte, en tanto que otro hombre de esa humanidad de ayer para enconb·ar unn h1~m~111dnd
tiene, en su Jugar, un rol diferente, el del padre educador. todavía ignorada, salvaje. ¿Quién dijo que no ex1st.in más
Pero para su mujer es el mismo problema: ¿cómo pod1ía tierra desconocido? .
desear ella a un hombre que fuese un padre "total", que ·El sexo es libre ahora? En todo caso, no es más mocente
encarne simultáneamente al suyo y al de su hijo? Hay ho~ que ayer, y siempre hay que bajar los oj?s. ,Quizás más,
que de.sintegrar lo más rápido posible a ese padre integral, ¡pues e1·n ta11 práctico cuando estaba prosl1tu1do! Uno.vez
dispersarlo de otro modo. que se 1.1traves11btt lu puerta, el burdel 1gnorab;¡ lu vcr¡;w.ii~·
El psicoanálisis fue inventado en el momento en que esta za. Ahora, por el contrnrio, la vergüenza ~e mucsl.ru tranqu1·
nueva disposición de los nombres del padre comenzaba a Ja en su simplicidad, vcrgüe1tza 1·ara, huerfan.a: sol11mantool
aparecer. La respuesta a la pregunta: "¿Qué es un padre?" nada ruidoso núcleo de la noche de la sexualidad guard11 en
dejó de estar dada con antelación: sigue habiendo preguntas su poder su secreta obscenidad.
en un mundo en el que los padres están en plural. El La libertad cayó sobre las espaldas de los hom br?s. y
psicoanalista no sustituye a un padre que falta. Por supuesto mujeres sin que lo hayan querido realmente. Los co~d1c1?­
que a veces sucede que el analista es tomado por el padre, y nes de su reolización estaban reunidnscuando In c1onc1a deJó
de lado sin ruido la religión y, por consiguiente, zapó ol
104
105
I
,
p11lriarcado legilimado por la Iglesia. De manera que se barella y sus comparsas legendarias viven entre nosotros,
pmdujo un dcsfosaje: los hombres y las mujeres ya no se mi- porque bajaron de los dibujos animados. Pero son los hom-
rnronde la misma manera y las consecu~ncias se produjeron bres los que las imaginan con esos rasgos bélicos, separando
sin que se hubiesen dado cuenta verdaderamente y antes de el mal del bien como debería hacerlo el padre. Si las herma-
h(lberlo deseado verdaderamente. ' nas terrestres de Wonderwoman se asombran cuando los
Fuera de la casa del padre, cada uno de los sexos se vuelve hombres se asustan de elles, es porque no ven que ahora
loco con el olro. Pu es esta Hbertad no es una amante represen~an a ese padre.
complaciente. Hace que las mujeres pierdan la seguridad de De manera que un nuevo tipo de violencia se desencadena
la infancia: podían preferir hombres a los que no horroriza- en contra de los mujeres. Antes eran 1'..ijas, esclavas más o
rnn, aunque siguieran siendo eternas menores. Y angustia a menos consentidoras del padre. Pero ahora, si el amor hace
los hombr es, enfrentados a su vlriliclad sin la ayuda del amor la ley, sufren una violencia en el 1ugar del padre: represen-
patemo. Imaginemos el pánico del hombre que, sin el apoyo tan sus exigencias. Están habitadas por el espíritu del padre
patriarcal, qufaiera seguir siendo un padre como los de que busca encarnarse.
entes: el goce femenino significaría su propia muerte. lndu- El mundo siempre estuvo lleno de los que vuelven: son los
dablemente, todavía puede encontrarse con mujeres dis- espfritus de los muertos que acechan las cosas y piden
puestas a dejar que tenga ese rol. Pero el punto de apoyo de reparación. Les almas pueden ser objelo de tra11sacciones.
esta creencia en la sociedad ohora le falta. Y corre serios E l diablo y Dios, su compadre, siempre se divirtieron mt1cho
r iesgos de tener problemas con el deseo frente acuda mujer vendiéndolas y comprándolas. Y, mientras tanto, hay almas
que no sea una hija o una madre. que deambulan por la tierra, y todo lo que transforma lo
La fenúneidad lo amenaza y este terror viene de lejos. salvaje de esta naturaleza inspecciona estas almas ham-
Desde el fondo de los tiempos se acercó tranquilamente, brientas, lima sus dientes. Las almas dan miedo, y el
)X>der devastador que bajó del panteón de las divinidades: se exorcismo del Espíritu santo las expulsa más allá de los
llamaba Cibeles - la loca adornada con espinas en Anatolia-, círculos externos.
Sekh met, cabeznde león en :filgiptQ1 Darga o Kali, sedienta de Poro las tecnociencias, la técnica, son mejores que el
sangre en la lndia. Y. además, llegó hasta nosotros lenta- Espíritu santo pare liquidar las almas. Y, además, son
menlc, cambiando de máscara y de nombre: Atenea le menos caras. Por supuesto que la estética se resiente y que
Virgen Marfo, lo bella del amor cortés, Mariana ... ¿Cóm~ se falta el escalofrío. Pero el precio hace reflexionar. A mano de
llama ahora? ¿Salió de su mito? Sigue teniendo nuevos obra, a sudor, a sangre, lo que se fabrica intenta terminar con
nombres: Barbarclla, Cruele, Vampirella, mujeres con nom- el alma, con el animismo de la naturaleza, para· domar su
bres de guerra un poco perversos habitan las fantasías ferocidad. Las heladeras, los autos, las computadoras: todo
eróticas masculinM y capitDl izan el amor del padre y su esto no tiene alma. Lo manufacturado, lo técnico, lo fabrica-
violencia. Dispensadas de autorización divina, Wonderwo- do carecen de ella, salvo accidentalmente, cuando la materia
man y La.r a Croft hacen justicia y representan la ley y, trabajada se vuelve salvaje. A veces sucede que un viejo
además, tienen permiso para matar. Cuando están en ar- gasómetro, una fábrica desarticulada, un puente oxidado,
mas, angustian tanto como excitan. El hombre que quiera recuperan su alma, pero solamente porque están abandona-
ocercárseks no tiene que vencer ni a un padre ni a un dos y porque el espíritu del padre, desheredado como ellos,
marido, pues se cuidan solos. La "mujer golpeadora" reem- se les unió. Lo posmoderno quemó el alma, la destruyó en
plnza 31"padre golpeador" en las fantasías excitantes. Bar- todos los lugares que pudo.

106

l 107
('11n111l11 111 1l11a¡111 11•l l f?li1~11 1>1 ill11 h11, 1•1 1111111!111 1•111 1111ÍP MI , 111Ji\l ,JHMll l•"HA'l 'hll
fl•' I 11 111 u J\h111 ' ' no ( 111111 uhno J•;I .l.:;J,ft1ful 1u111t·(u,., HI t't\f)i
1

1il11 dnl 1•11d 11• 1lo~I\ rl1• n 11imnrl o ,,¡ n lmo :io11 111u cosM
11111111atl»n 1i111 f'l snplo dol podre. Sin su espíritu, quod11n
1·nc1•rrnd11• 1•11 JIU sor hosLil. En nombro del P11dre y del
K~p111t11 aanl-0, el hijo tiene un alma y ve gracias a ell11 el
olmo de let cosus, lan bellas. Para la hija, no es seguro. En
tod? ~uso, los Padres d~ la Iglesia debatieron la cuestión y
dec1d1cron que las mujeres no teiúan alma. Para Dios la 1
mujer no existe, salvo que sea virgen, que esté privada del
goce. En l os brazos de hierro que opone el ser a In nada, el Ser
supremo rechaza fuera de su círculo la nada de lo femenino•
que si~ue siendo su faz oculta. La forma, la idea pura, l~
1
j
p¡;yche, o! Almn: éstas son las presentaciones de lo femeni no 1 En su libro La Cité divisée, Ni cole Loraux muestra cómo ln
asexuado, negado. l democracia ateniense se construyó sobre In base ele\ temor a
El poeta del amor co1tés cantaba el alma de la mujer \a guerra civi l, Ja st1xsis . Una ciudád digna de este nom~r.e
~ª?ª·Si bien alababa la belleza de su cuer pQ, ósta estaba creció y se cimentó con la inminencia de una guerr1\ rr11tr 1c1-
1lummada por el alma y su erotismo exacerbado encontraba da. En este sentido, Aristóteles hace que el razonable Solón
limites gracias a esa pureza m ás que por el temor del seilor diga este nforismo mnrcinl: "El que. no tome_ las a rm as por
su rival. Lo prohibido erotizamás en nombre del alma que e~ uno de los dos pnrlidos en una stasis en la ci~dnd debe sor
nombre dol marido. El amor y el alma rimaban en proporción privado de sus derechos y no d ~b~ t.;n.er mo~ d_erecho d~
con un cuerpo sin sexo, excitado por lo que había de desen· ciudadanía•. La 1tasis es un servicio cwico. El Ciudadano
camado en el cuerpo. Amor del alma por lo que el cuerpo no debe ser un sedicioso en potencia, y el tibio merece ser
es, agresión erotizada contra lo que es. De Ja mujer expulsa- considerado políticamente mue_rto. Lejos de .ser pacifica, la
da de un orden de los hombres que nunca jerarquizó tan bien "deT1U1kratia" significa la vict.o1,a de un partido sobre el del
el amor contrariado del padre como en la época feudal, sólo tirano, cuya revancha es de temer. Pero lo que divide la
queda.el am?r de su alma. Un amor de alma, inmortal y sociedad oculta otra exclusión, más profunda. Los andros
fMtenm?, remtegra su cuerpo en la posmodernidad, época son el basamento de la ciudad. Lejos de lns mujeres, los
quizás sm alma, pero en la que l as mujeres vuelven a ganar hombres se encuentran ent te s í, reunidos bajo In égida de
sus cuerpos y, d e golpe, nosotros, el nuestro. una idealidad común, la de la virgen Atenea. Des.de 11rriba
de su estatua, Zeus , padre invisible, no ln to<:?, s igue 111fe-
cunda, y los nlenienses son los hijos de estas de1~ades. Com.o
hermanos se pelean en la represión de In se~ua_hd nd fe.m~n!­
n a cuyaexclu.sión At(mea duplic?. Como 10 111d1ca su v1rgmi·
dad, el pueblo masculino no quiere sa?er noda de su g~c~.
Qui zás la democracia se base en el olvido de l a guerrn ~1V1\
inminenta-"Politillos es el nombr e del que sabe consentir el
olvido"-, pero ell11 reprime algo más fuerte que este pnc!fico

109
108

1
,,

ulVJdo: lo que representa el goce femenino. Por violentos que


sean I_os altercados, l~s hermanos siguen unidos por la inicio de la guerra civil, que se ·desél}c•ád~~at~~o~do' uno 'de
exclwaón de lo fcmenmo y reconocen <una sola entidad los dos hermanos toma el rol del padfe:Pues, 'i,cómcrse llama
virginal: ln madre que hubiesen querido tener es decir el padre que pretende encarnarse? un·tirano. En una parti-
alguien como Atenea, Maria o Mariana:" El totemism~ da entre iguales, juega la carta paterna y, así, muestra
ap~rente de I~ religión griega se detiene al pie de esta claramente que el sueño igualitario y fraterno suponía la
deidad, que deJa su lugar hueco al cristianismo. eidstencia de un padre ideal en nombre del cual el eje~icio
. ~st.n represión que los hermanos operan en común subjc- del poder quedaba legitimado. ·
tivtza la ciudnd: se vuelve una persona que habla en nombre En nucatro código civil, heredero del derecho romano, el
d_e ellos, ~n una proporción de la que no son conscientes. La crimen supremo era el parricidio. Desde hace algunos años
c1ud~d tiene un nombre propio: existe un sujeto "de lo" fue reemplazado por el "crimen contra la humanidad". En
polfttco que habla e~1 lu.gar del conjunto de los sujetos que esta sustitución se observa uno de los síntomas más nítidos
repr1men su angust1 a de castración gracias a él."" Cuando del posmodernismo-al menos en l a legislación-: el patriar-
Atenea hobla en nombre de todos mantiene .la fuerzo co ns· cado pierde su posición dominante al mismo tiempo que loa
tnnte de la 1·cpr~sión de cada ~no: ella es el "sujeto" en lugar campos de exterminio se convierten en el símbolo del fin de
de todos los SUJetos que olvidan su relación con el sexo la fraternidad. Una serie de encadenamientos pasa del
gracias 11 ella. padre al hermano, y del hermano a un nuevo sujeto de
La democracia romana no cxmoció estos subterfugios. derecho.
lli>ma va derecho a la meta: la guerra civil no es fratricida El duaHsmo de la lucha fraternal es tan constante en todas
sino parricida. El que toma las armas contra el berman~ las sociedades humanas y opera una represión de lo femeni-
golpea a través suyo un principio más alto. Por supuesto que no tan sistemática, que su lectura freudiana se impone: la
Roma se fundó a partir del asesinato de Remo por R6mulo. división del sujeto es el resultado de su primera identifica-
Pero los textos de derecho romano ree.m plazan constante- ción con el falo que la madre no tiene. Esta oposición del ser
men~.la cvoca~ión de la guer~a cj,;¡ por la del parricidio. El y de la nada en un solo término lo desgarra desde la cuna.
parric1dium d1lii:re d_el hom1~dio: alcanza n los parens Frente a esta división subjetiva interna, el hombre siempre
patrioe . Este deslizamiento lattnodeserunascara el punto de prefirió el dualismo que proyecta hacia el exterior. Lugar
común de la antropología, este dualismo fundamental divide
u ]\.fttrlaon ero ol nombre f-cmcnino má.$ popular en el sur dn FNlntin toda sociedad humana, que resuelve esta tensión gracias al
en 1792. En e l folklo1·e occitano, des.ignaba In madre descadn, pero que rechazo en el aemejante de la parte que le corresponde a la
Lodavfo no hnhrn llegado n )(l conaun1aci6n. • l\-fariuno" lo dio por prime ta
vez. ~u n9m~ro n. In Hcpúblict:t en una canción en Oc: lo lJUdr;&Ofl de
nada. La agresividad es la regla de transformación ordinaria
Marron~e. ~t.c hunnu pnLri6L"ico cant..1.ba la "snngrin del diez do ugoste>" de esta pulsión de muerte.
Y lns v1ct.onaa de KcHc.rnu'lo n, de Ansalme y de ~tontcsquiou un tas E l elegante enfrentamiento del amo y del esclavo, del que
fronLe~as ?~1 Noreste:. Muc:hes canciones y poemas siwiienLes dnn cuenta se surgen muchas luchas dunlistas, antes y después de
de Ja v1r¡nn1dnd de esta combatiente. Espartaco, oculta bajo el ruido de las armas la diferencia
• )O f..reud no dudaba en atribuirle una subjetividad a la ciudod. Por

CJOmplo, en /;;/ hombr1 Moisis, ~ibe: "El contenido do lo lneonteiMte


de l os sexos, que funcionaba mucho an tes de sor retomada
es, en ere<.to, colectivo en todos los casos., propied3d general de loa &eres por la lucha de clases.31 Entre el hombre y Ja mujer, la
humnnos•. O, en ConsrdtNJctotU!s acluaks $Obre la gutrm y la muui.·
•t.os individu.. pueblos de Europa ...•. · " En el prefacio a IA ide°"1gín akmtui4, Marx postula qua el inicio de
la lucha de clase• M produce con la oposición del hombre 1 la mlijer.

110

1 111
11111 11111 1t1 111111 1Cf' p111 1d11 , ,. nl vt~rto t.u '''"t i11 1uo, fH'l 1» ru111 1 tln~I OJl Ht'I"'' 111 purc1u1· ~-~- 1dr• uld u.•1111 t'llH l11vh.l1111J,, 011\h ll'll'
1lu Ir p1111Ju1·1t 1·ol.s1• J111r 11111ru.in, Jti l j111t11 1nntr1r 1~f(•tl.jvH o can' 111111 frnro:iun tll' 11!¡11111 p111 lid11. 1,11 ¡111hhc¡1 rllnkll 111·
111111lo11lll' 11111•1111• • 111111111>111el"11111lrn clUHv, ll1•I otro pufo, dio anl.eniuno, till tunto 1¡110 hrn r11:1.L11Wij parn ucLL111r *'. u¡.¡i 11v1111
1111111 • rnw, •'» 1 '1'11l11n<111 di•I cfrculu de In hL11111111idnd. Los ingr~dlent.cs de In luchu du clastls no c11111u1urnn Y la
Jo:l il1111hRrnn lt1 d.1 furrnn ni doble vnlo1· del Colo, en su segregtición socinl se deterioró ampHruuente. S11t embargo,
1•n111!!!pond1•11c111 cuu In d1forencia de los sexos. En In relnción la militancia demanda un esfuerzo sobrehumano, co~10 sr lo
del ho111lm1 con In muje1, el "ser" y In "nada" se repartieron humano se hubjesedesplazado hacia otro lugar. Y qunóssea
11 fovor de In Krgundn. P1·ro este rechazo de Jo femenino esto lo que baya que retener: si Jo humano era el hombre
1•nsrgu 1du fuu ix:ul lodo. En efecto, los hombres se oponen en· ligado fratricidamente al hombre por su rechazo de 1~ feme·
se¡¡uidn c•nLrc hermanos, con lo que cada uno rechaza su nino entonces, en efecto, lo humano se desplazó hacia otr_o
proprn fomineidnd en el otro. EsJ:aoposición aparece en todas luga~. Esto humano reprimía lo más íntimo de ~u humam·
lo.s sociC!dades como un antagonismo reglado entre grupos dad al delegar su voz. El sujeto "de lo" político .h oblobn
dehm1 Lados económica, geográfica, familiarmente, ole. Cuan- indirectumente del ideal, y en nombre de un con¡unto de
do los hermanos se enfrentan, mantienen una apuesta en sujetos. Esté lugar de Jo político se desplaza el día en que esta
connín, y siguen unidos por lo que los desune. Los hermanos delegación cambia do sentido. . .
luchan por el umor del padr e o, mejor di cho en nombre de los El descrédito concieme solamente al suJeto d~ lo ~ol !.t1co
ideales t¡uo descarnan este amor y, de es t~ niodo, aseguran -el que hubla en nombre de Atenas-, el que d1~e yo en
In superioridad del pal.riarcado. · nombre de unu cohorte de hermanos despersonalozudos. El
Ahora bien, al invalidar su apoyo religioso, la ciencia priva discurso político tradicional despersonalizaba: era el que
al patriarcado de su legitimidad. El amor del hijo por el mantenía Atenea cuando decía "yo• en nombre de C111dros. Su
padre se sostenía en el culto que se rendía al padre eterno virginidad Jos ordenaba pero, como contr~part1da, se encon-
(muerto según su deseo). Los padres vivos justificaban su traban castrados y sin voz. Y luego, un dia, Atenea se cansó
poder en nombre del padre muertn. El desmoronamiento se del mármol y ellos, los hombres, se dieron cuenLa de que no
produce en primer término en cuan!D a la duplicidad pater· era 11na chic:i como las demás y que, ad~más, er~ bastanle
na: sin buscarlo, la ciencia muestra que no existe padre linda. Pero este cambio de punro de vista le hizo p~rder
muerto que justifique el poder de los padres vivos. Como autoridad. Lo. fraternidad en la que se apoyaba .10 p<>l~uco se
contrapartida, el dualismo de las luchas fraternas se vacfa deshizo lentamente, y el primer reflejo fue res1shr, incluso
de sentido: si no existe más padre muerto en nombre del cual innecesariamente. . ..
valga Ja pena combatir, entonces el lazo político tradicional Podrían1os creer que eslu desafección de lo poht1co. es
pierde los estribos, cuando no se vuelve ridículo. El experto proporcio11al al triunfo de los mercaderes~ de_ la corrupc1.6n
"científico" que ahora legitima las decisiones requiere el que propagan. Dinero, medios de co1~rnmca~16n, log?~· lit·
consenso racional y no el de un partido. Solicita el acue rdo fluencias publicitarias, consumo masivo, ílu¡o de cap1tn les,
del conjunto de los hermanos, cuyo dualismo desll)orona. anonimato acelerndo de Jos Jugare~.ªº poder t:o11les, que
¿Esto significa el tin de la política tradicional? Esta siguen invalidando los espacios pohtlc~s. r educidos a ~nn
pregunta .se plantea porque cuando las realidades Jo impo· seudodemocracia. Cada vez más sonrientes, los elegidos
nen, el compromiso poütico a la antigua pide un esfuerzo. anunciun que no controlan nada, sino que están con noso:ros
Cuando hay que rebelarse en contra de un hecho ínsoporta· contra nosotros. Sin embargo, no son solamente las mentiras
ble, los que protestan son un conglomerado de sujetos aisla· repetidas, las manipulaciones med.ii\ticas, los cdmenes de

112 113
aparece en todas las paredes de la ciudad. •Vemos su presen-
guerra en nomb~d.el humnnitarismo,el ult.raliberalismoen cia masiva, exhibida en tooas partes, presentada en. el
nom~i:e del soc1Dhsmo, los que con-:ierten a la política reveno del sueño, fetichizada. La belleza mostrada a lo
trod1c1onal en ~n fardo pesado. Es que liay que resistir frente grande en las paredes, una inmensa femfoeidad mayúscula
n IJstn fratenndad fr~tricida que se roba la poca voz que en todas partes en Jos ca1·teles, que hace su carrera publici-
queda. Esta res1stonc1a no destruye la polftica, sino que, al taria con una sonrisa distante. La tortura do un placer
contrano, deJa su lu~flr ª.un "suj~to polftico". El genitivo suspendido, omnipresente, que no llega. El deseo se compro-
snlt~, basta con es~s h ·~~11as farru Ita res. La democracia que metió con la circulación de las mercanclas. En todos lados
se dice fraterna bnJo In cgi~a de Atenea o de Mariana se sigue vemos su publicidad excitante, que recha1.0 todo. En el
pensa~do como una fam1ba fuera de Ja cual existe una cartel, se entusiasma sobre la base del presupucsLO sáclico
comun.1dad de Jos que ya no son hermanos. del fetichismo de la mercancía. En las manos de Jos merca-
lnstitue:e uitam, la vida en conjunto se par(lcía a uno de deres, el sueño es devuelto, travestido -incluso lograron
eso~ dommgos por la ta rde en familin. Nuestra virgen poner a Mariana al senricio del star system- pero en la
~¡1b1tual: Atenea, María, Mariana, se aburría rn 11cho on los 'pantalla muei:e. Primero aventurera, semi mundana, prosti-
limbos del amor cortés. Nosol;ros también, íbamos a Ja tuida; ahora la mujer se abre paso a través de los fetiches, los
guen·a para gustarle. Se moría mucho. Se prefería a las roles de niñitas, las muñecas sexunles de tamaño natural;
putas; menos a las que les gusta la plata que a lasque dividen emerge del sueño perverso.
los hermanos y los vuelven mássolilarios que solidarios. Las Además de no tomar parte en la vida polCtica legal, las
qu~ se pagan no son nada al lado del verdadero vacfo, cuando mujeres que tenían un poco de libertad eran consideradas
dcJa t.o~almente seco al amante. Mientras sufre mucho aventureras, semimu.11danas, e, inclusive, prostitutas (en
apasionadamente, deja de lado las armas. ' las novelas, la libertad. y el erotismo femenino estaban con
Puta quiere deci r: la que separa al padr!l del hombro y· frecuericia vinculados con la prostitución). Para Ja burguesía
cort.a en dos sus enredos. Una vez que se arrancó la máscara del siglox1x, el placer sexual se obtenía en el burdel. En estas
del .padre apar~c? ~I hombr11 tan desnudo como ella y eso es condiciones, el amor sexual existía, sin dudn, pero como una
exc1t~nte: S1 se.d1v1orte al disfrazarse de virgen, lo hace sólo excepción: "excepción" no significaba "raro", sino más bien
para 1mcar el Juego y atrapar al hermano en el anzuelo de "marginal", "no reconocido" por la sociedad.
Al.enea. ¡Le gusl..i tanto el blanco! La encandila: piensa en su Ahora, tocias las formas de liberación sexual se suben a
madre. Los ~ermanos sueñan con el labú de la virginidad, es escena. Son las estrellas en asenso del posmodemismo. La
su ~onlrasena, pero unn vez que estt\n tomados, se dividen, primera en aparcce.r en los proyectores fue la lucha por la
se hbcran del cuerpo del padre, en el que se sentían limita- liberación de las mujeres. ¡Bravo por ellas y gracias por
dos. Ahora se los .ve ligeros: perdieron los pies de plomo. nosotros! En el fondo de la bandeja se adivinan remoli nos y
Cuando la ten~1ón entre lo~ hermanos dismin11ye, aparece algunas perturbaciones: sobresaliendo apenas de Ja salsa,
lo que ésta repn~ía, es decir, lo femenino o, más general- de la sombra emerge todo tipo de desviación sexual. Sadoma-
mente, h1 sexuahdad. El gesto político está desinvestido en soquismo, cuero, intercambios... ¡La cosa es como a usted le
be~efic10 d~l. erotismo. Hoy, la sexualidad se destiñe en el guste! Pero lo que vale la pena es ver llegar la mn.rcha de la
paisnJe cotíduino como una mancha en un secante. ¡Miren! Go.y parade. Esa opresión había durado ya bastante. El
~quf est.á la foto de una persona joven incitante que promo· oprobio que pesaba desde los comienzos del monoteísmo
c1ona un camcmberl. Hace unos años, Jo hubiese hecho un sobr o la homosexualidad Re aligeró. Los sodomitas no iban a
mo11.1e. El lagar de lo femenino cambia con mucha velocidad:
115
114
la 1111¡:11 111 iltt 11 l11ll~vnl11111í11~·,11111 ~llrt, )ll'ru til !111111 "c1<'11 1.i\ <'UM\INI 111\11
~ l!ntí" i6 ~ 111 1hh11111r h111•1• pnto Hu .. uln l•n In n•¡111••1ón d1• 01~ LOS qUI•: YA NO SON JlERMANOS
In h•imo" ~111thd111I '" JlNto d1•I pnd1 "• t<I put.n11rcnclo vo
•01110 ~·· 111• o1111Jronn ~u li~¡¡C'mon11t. Por consi¡¡11ionle, la
h111110soxunlirl11d re~o11u1 el h1ga·r que oct1paba en Jos siste-
lllll~ ¡1()iítC1íMtlls, en los ('Juc ningún asosf nato del padre exigía
una rcpn1sidn de esto tonor. Se volvió licito amar al padre o
volverse hijn para él, o hijo feminizado, como queramos.
Subrayemos el aspecto más interesante de esta relativa
liberación: la homosexualidad se convirtió en una de las
presentaciones posmodernas del nombre del padre. Pero sí,
¡acuérdense! Ti:I ~adre provoca el deseo sexual del hijo, pero
no responde a el. Por lo tanto, será sospechoso de ser
homosexual o impotente; muchos pacientes tienen ese fan- · El primer a~sinato de la humanidad fue el del hermano.
tasma a propósito del autor de sus días. No solamente el Cafn estaba resentido con Dios, que preferln a Abe!. Pero el
impotente es uno de los "buenos" padres de:Ja posmoderni- padre ya estaba muerto, et.er!1faado en los cielos de lo
dad, sino que también el homosexual rivaliza con él. Si se inconsciente, y el hermano se hizo cargo de los golpes en ~u
considera este fantasma a escala social, el homosexual lugar. Y como este quiproquo no podía c~l.lll!1r la angus~a
se beneficia con una idealización que lo pone en primera generada por el amor del padre, el. fratr1:1d1~ se extendió.
línea de las capacidades de creacjón y de goce. En los Estados ·cómo habría podido apagarse este mcend10 tirando agua al
Unidos, se presenta y es presentado como la vanguardia ~uego si es el resultado de unn inversión y de un desplaza-
revolucionaria. miento de dos tabúes fundamentales, la pi'Ohibición del
Involuntariamente, la "ciencia" desenganchó el corset de incesto y el parricidio? Y desde ese momento se repite en
la se.xualidad mantenido ajustado desde hace siglos. Pulve- vano: se globaliza. . .
rizó progresivamente el patriarcado, el dualismo de la lucha En la sucesión de las guerras y de los genoc1d1os, los
entre hermanos. De manera que el sujeto del deseo se campos de exterminio nazissec~nsideran un!\ e~cepción'. sin
encontró desnudo, sin las armas del fratricidio. Hoy, como que se comprenda demasiado bien por c¡uó. ¿Corno expltcar
una consecuencia indirecta pero poderosa de la ideología de esta particularidad? En su libro Autour d'11n effort de mé-
la ciencia, Ja sexualidad tiene derecho de ciudadanía y, por moire Dionys Mascolo interroga un pasaje de L'espece hu-
)lra parte, una consecuencia de esta consecuencia es el maine de Robert Anselme, en el que escribió que los SS son
irogreso del psicoanálisis, en nombre de lo que produce hombres como nosotros. De esta manera invertía una frnM
1roblemas entre el hombre y la mujer. Nadie se preocupaba que se podía leer algunas líneas ~nás adelante: que nos?lros
1or esto {oficialmente) antes. somos hombres como ellos. Y ns1 comentaba estas páginas:
•[...! que el atentado contra la especie es una o?ra de !ª
especie. El SS no es diferente de nosotros. La mocenc1a
personal, tan profunda que so ~a por supuesta, no cuen~a
para nnda frente a est,a solidaridad forzada con l a especie
como portadora del mJll, de la muerte, del fuego ... Nuestro

116 117
hermano el SS, podría decirse menos 1ocamente para decir convirtió en una especie de figura ejemplartN'lllii-'t rata t~ntó
la falta de ~umanidad que existe en el hombre de lo que lo de un trabajo de la memoria, de un·retorno'dé;ld reprimido
hace Francisco de Asís al nombrar a'nuestro hermano el o de filosemitismo, sino del punto de referencia ii:!entificat.0-
fuego, el fuego que toma su pierna". rio mayor de la posmodernidad. , "
Después de la l~ctura de estas líneas, el pensamiento da Ahora todo cambió, los crímenes de la Segunda Guerra
vueltas s_o bresl m1smostn encontrar una solución. En efecto, Mundial est.án presentes en las memorias, incluso si la
por hornbles que sean los crímenes, fueron cometidos por palabra que se usa con mayor frecuencia para conmemorar
hombres .. ¿Pero somos realmente hermanos de Jos SS? ¿O el acontecimiento resulte dolorosa. En efecto, ¿cómo es
sería me;or pensar que, por primer a vez, ol ángel de la posible ~a~lar.de "holocausto" cuando ~ste término designa
muerte que es el SS rompió el dualismo de Ja fraternidad un sacnfic10 ntual llevado a cabo en honor de Dios? Se ha
que s.icmpre r~conoció al otro hombre, aunque fuese eÍ vuelto tan habitual que es preciso buscar la razón y habrá
ene.nugo? Poi· violentas que hayan sido las guerras, el adver- que conceder que, efectivamente, se trata de un sacrificio que
sario. tu.voderecho n lasepultura, y con frecuencia a honores. se produjo si el holocausto fue el de Ja fraternidad.
El ci·1st1a.no de Ja Edad Media, que perseguía a JosjÚdfos, se Lo qite está dislocado es la fraternidad, si reco1·damos que
consulerabn defens<Jrdo un Israel más grande: paro 61 se tra- la religión jud!a representa un ideal fraterno único: un día
taba. de un ajuste de cuentas interno a Ja sinagoga, y un fu~wo, uno de sus miembros, el Mesías, anuncia1·á el perdón
dual ismo violento te;ía lazos de filiación.3l Por el contrario, del padre y, por consiguiente, una fraternidad universal
para el úngel de la muerte SS, la fraternidad llegó a su reinará sobre la tierra. Aunque la llegada del Meslas está
término. El ángel de la pureza que quema la casa desconoce estrechamente limitada a los hebreos, la fraternidad resul-
el dualismo, y la fraternidad se detiene ante lo que todavía tante será para toda la humanidad. El extermJ roo destruyó
es un hombre. Sl, son hombres los que actuaron de esta este sueño da fraternidad, que finalizó con el campo de
manera, pero nosolros no somos sus hermanos. exterminio: en este sentido, representa ·una ruptura de la
Primero reinó el silencio. Pasaron varias décadas antes de historia y este acontecimiento centra retrospectivamente el
que se t.o~o_ra conciencia de lo que sucedió en Jos campos "posmodernismo". No fue un efecto a destiempo lo que causó
de extermm10. ¿A qué hay que atribuir este rotl'Mo? Primero el retraso de la memoria: los campos de exterminio comen·
se pensó que todo sucedió como en la neurosis: después de un iaron a representar un grado cero de la fraternidad el día en
traum~, posa un cierto tiempo hasta que Jos hechos son que la posmodernidad se volvió hegemónica. Est.o se ampli·
1~v~sbdos por la co_nciencia a destiempo. Pero oLros aconte- ficó en la década de 1980, porque en la vida coLidiana
cmue1~tos Lrnlm~ót1cos (las guerras c<lloniales, por ejemplo) también hab!~ terminado: no sos más mi hermano. En el
no tuv1ercm ln rn.1sma.suerte. Una culpa retroactiva tampoco interior, a lgo se habla roto. Llevabas ese "holocausto" clentl'o
exphca nada: H1rosl11ma, otro cr imen contra la humanidad de ti como yo.
no tuvo el mismo destino. Recién después de 198-0, cuandos~ La realidad de los campos de concentración no llegó a la
reveló cada vez más claramente que los grandes ideales conciencia común solamen te a través de los medios de
estaban en un callejón sin sal ida, el campo de exterminio se comunicación, las películns, las canciones o un deber de me-

32
En 1150, cuando el anuncio de la s.egundn cru.z.nda provocó actos moria, sino más simplemente coro(> organizador pslquico de
v1olenW& en conlra de los judíos en Renania, San ~mardo declaró: "Bl Ja vida cotidiana: tal mujer guarda productos de belleza por
que toque tl unJudíopsTa apoderarse de su vidaesc:ul1>3b1ecomoai LOmara si la deportan mailana a los campos; tal hombre sólo soport.a
el fruto del n1i&n10 Jesü.s. pues estos judíos son sus hueaos y su carne•. su existencia actual si Ja compara con la de 110 sobreviviente.

118 119
l h·I Tlll'U11'1 11u11lo. ,,¡ fnlllfl lCIUU tlt· (1•11111 11othl'I; q11n, l!JI 1•!•1111>l11¡11tr¡,11 111•~111 Huyo, 1.11 111 "" "" l111111 li1t, 111• N11 pul 1111,
rp1if1d11d, l..i11!1•11111 1111 oni:un Judl<i t.c1111tl u1111 11111w11 <'1Cl1•n tlu Rll cl u~o. ~111h:obnr111111<-11 r<!11~11orlo dt• elloH, "xiliH1ln rm ul
N16n Mi\K """'11hro110 ludnvín: c¡¡tos modos de ponsul' so e.Jan lugar sin sohur poi· qu6 ni cómo. Es t111 hombro com1l11 ain
ron lrt>cu11nci111'11 pel'sonas que no iiencn ninguna !'elación ningún horolsmo cll especial: se réirfa con fucr2a si csc:ucha-
ni aiquicra lejunu, con estos acontecimientos, y que no s~ ra hablar de su novedad. Cree en algo, pero no lo sabe: su
ant.llrnron de ellos con demasiada precisión. Haber nucido en superstición impl!cita es que todo lo virtual es reo! (por
un campo de exwrminio constituye una de las facetas del ejemplo, que lo virtual del campo se parece a lo real del
imaginurio posmoderno. cuerpo).
En 1995, apareci6Fragments, de Benjamin Wilkomirski. Dionys Mascolo sitúa el campo de exterminio como un
Este relato describe la deportación de un niño de Maidanek tiempo cero de lo historia y el deportado anuncio esta noticia
a Auschwitz. Traducido a doce lenguas, este libro fue unáci- Mascolo encuentra el contenido de su mensaje en el artfculo
ruemente consagrado por la crítica como del nivel de los de de R. Antelmo que apareció en Jeunesse de l'églisc."' En In
Primo Levi, Algunos aüos más tarde, una investigación lucha que los opuso, el rico y el pobre estuvieron asociados en
de un periodista y luego, de wi escritor, demostraron que una verdad ~omún (según el dualismo fraterno habitual). La
Benjamin Wilkomirski se llamaba, en realidad Bruno Gros- toma de conciencia del pobroloconvirti6en un proletario. En
jeim, que no erajudfo y que sólo había estado ~n Auschwitz cambio, el deportado no forma una pareja con su verdugo, y
de paso. Pero su sombra quedó prisionera, ongunchada en los esta falta de simetría inten-umpe el dualismo frnterno. No es
alambres de pilas. ¿Sus lectores fueron, como él, visitantes'? el deportado el que pone el punto final (él no lo eligió), sino
¿Y nosolros, lo fuimos al leerlo? el verdugo. En la sociedad posmoderna, y como el deportado,
¿Cómo se instaló esla organización fantasiosa en In vida los excluidos lo son uno por uoo. Naturalmente, los que están
coiidiana? Pues no vivimos, ni siquiera metafóricamente en excluidos del derecho al trabajo, o del derecho a LCl\er
el equivalente de los campos de concentración. Lo úrtico documentos de identidad, o de derechos igunles pueden
verdadero es que al sentimiento de estar preso en una agruparse parn resistir. Pero no forman una clase.
máquina regida por una lógica tan implacable como la de la Exist.e otro ti pode exclusión: la de los que están excluidos
ciencia, que encierra cada uno de Jos alambres de pila de sus de la fraternidad porque ya no tienen un ideal futuro en
determinismos, se agregó el fin de la fraternidad. Esta común. ¿Todavía pueden luchar juntm? El primer tipo de
soledad encierra a cada uno como en un campo. exclusión se beneficia con una simpatía que se parece a la
Esle sajeto posmoderno, que se encuentra como en un fraternidad, pero se trata sobre todo de identificación con
campo, se revela cuando se deshace el nudo del ideal del yo. la víctima. En cuanto al segundo tipo de exclusióll, mina
Entonces se vuelve visible: podemos verlo luchando con el yo tanto más cualquier posibilidad de acción cunnto q11e el que
ideal cuando no tiene otra elección que luchar contra el ln sufre no In comprende. En este caso también In frntcrni-
ángel. Sujeto desnudo, sin la protección del sueño, resiste dad. se da contra la pared.
como puede a lo que lo objetiva. Lucha por no q uodar En su primer artícu lo, la Declarnción U1iive1·sal de loo
encerrado en su cuerpo: detrás de los alambres de hierro de Derechos Humanos decreta la universalidad de Ja frnterni-
sus moléculas, de sus genes, el cuerpo es como un campo. En dad. Esta idealización de la realidad no elimina nada de In
los campos, la gente quedaba reducida a sus cuerpos, que por esperanza que contiene esla palabra Tanto más cuanto que
pnmera vez se convirtieron en mercancías, en jabón, en
abono, en pantallas para lámparas. "W 9: "Pa11urr, proUtairt, diporli".

120 121

J
' se trota de uno de esos objetivos que se autoatraviesan: si
todos los hombres son hermanos, ninguno de ellos será padre
y, por lo tanto, no serán más hermanos, Es preciso que ex:ista
ni menos un padre para ser bijo y hermano. La universaliza-
ción de los hermanos anula su cualidad fraterna y los empuja
¿CUÁL SERÁ MAI'IANA
LA FUENTE DE LA LEY?

fuera de la familia. De esta manera habrá nacido, por pura


inadvertencia y sin haber prestado atención un sujeto
desnudo, exogámicoy ateo, que además seahorr~ el fin de los
~ienipos y el Juicio Final. Los que no tienen hermano no
dejan de formar una "comunidad". Esto quiere decir recono-
cimiento sin frase de un hombre por otro hoJllbre, que no
pertenece n su familia y que no se le parece. Todavía se
parecen porque no se parecen: ésta es su humanidad en
con\ún.
La sociedad no se vuelve psic&ica y nada obliga a volver n 1as
delicias del patriarcado. Pero sigue habiendo un problema:
¿cómo se pagará esta deuda, la de no ser el ángel querido por
una madre impersonal? ¿Cómo decidirse a no ser inocentes,
a abstenernos del padre que habrfa podido perdonamos?
Del mismo modo que el patriarcado reglamentó la sexua·
lidad en provecho propio, la ley parece ser el resultado de unn
coerción externa, legitimada por los jdeales. Año tras año,
esta muleta se vuelve más frágil. ¿De dónde toma su fuente
hoy la "Ley", no la ley impuesta forzadamente por la socie-
dad, sino la convicción íntima que lleva a cada sujeto a
separar el bien del mal y a actuar en consecuencia? ¿El sujeto
liberado de sus trabas del ideal sólo tendrá como ley los
preceptos naturalistas de Spin°''ª• es decir una preferencia
por lo que es "bueno" más que por lo que está "bien"? En este
caso, va a ser la policla y no la ética la que se vn a encargar
de canalizar los desbordes. (¿Y quién va a encargarse de la
policla?)
En tanto excepción on el orden del universo, el hombre se
preocupa por el bien y por el mal. Su culpa inconsciente
orienta la intimidad de su ética y su relación con el semejan·
te. Este semejante lleva su nombre, me dice qué soy, y mi
conducta en relación con él está condenada por el narcisis·
mo. Por consiguiente, y si queremos liberar el nombre del
romanticismo, el amor está en una relación de implicación

122 123
m11 ~"u c1111 lu f1•y. eJun r11lu 1• l 1tl 1•nl :111rl••1hnco,11l 111nor dohMf n ((lll' Jo 11xr.il'rt tlN 111 omrw y llllLU1H;u11 llP Jlh>JUIO\ l•ll oll'll r-a~u.
hnr(•r In loy ·" Como ln ley, el limito irnµurisLo ¡¡ur el m11~r hMo ¡;11i~r.
/.l"u1lt1111ns do~1 r sm ~011re1r 11uo ulivrn 111 am,or hnrá la ley'~ ¡'fünto mejor! Meti1n1011fosca et• un t<n·num.Lo delicioso lo
l1uro esto ya ;mccde, en lo que rcspectu u las relaciones entTe disonante del deseo sex ual y del amOJ.'., que e 1\ c.1 pasado
horrtbres y mitjeres. Todo lo relacionado con la sexualidad siem¡n·e estuvieron separados uno del otro por la deuda con
está pe~¡nlLldo hoy: cualq uieta 'Puede llevar a cabo cualquier el padre.
excentricidad y sólo se refrenará cuando ame. La mayorla de Esta disonancia no aparece nunca tan bien. como en Jo que
las prácticas sexuales están ampliamente autorizadas. "No hoy opone el erotismo y Ja pornografía. Pues, acorralado
tienes más que peclir y vas a tener lo que quieras. Conéctate contra la pared, el patriarcado no renuncia. Juega su juego
a Ja red que alguien va a hacerlo enseguida. ¿Qué quieres? dando otras cartas. Uno esperaba un comodín in t<lgristl!,
¿Una china, un agente de policía en unifo1meo a Jos dos? ¿En pero la sorpresa viene del descarrío pornográfico, que sigue
directo o en diferido? ¿Gratis o pagando?" Las perversiones rindiendo homenaje a los apetitos del padre en versión
son ilícitas cuando hacen mal a alguien, como en los críme- antigua:,. tod? tipo de juguetes sexuales para consunur
nes sexuales o en el simple crimen, y son presentadas como hasta hartarse, el goce de un cuerpo anónimo, el orgasmo
actos héroicos en las películas y libros .más vendidos. Las obligatorio y el fantasma libertino, finrilmente, ¿no están al
ficciones más mediatizadas no hablan de otra éo$a que de las set-vicio de una represión del erotismo? No.> encontramos en
diversas variedades de perversión, como si ú'nicamente el una situación muy rara: el exceso de sexo impide la llegada
perverso J9grara gozar todavía en un mundo pr.iva.do de del amor sexual a una frontera en la que la pornograffa se
prohibiciones (¡siempre tan excitantes!}. opone al erotismo. De maneJ·a que la extremada libert.ad
El amor tiene en general un rol de guardián con el que la sexual, su imperativo violento, lo paraliza. La excitación
perversión tl'Opieza: en cuanto une a dos amantes, limita empieza bien pero tll goce cae en un agujero, se encierra: em-
la inmensidad de las prácticas sexuales a las que podrían pieza donde termina.
dedicarse. Pero este punto de vista·no es muy divertido: da Sin embargo, el esplendor de un amor reconciliado con el
Ja impresión de que el amor impone una vigilancia mutua. deseo no se opone a las pe1-versiones de una sexualidad
Es más apropiado considerar que el límite que impone anónima. Pornograffa y amor sexual se disl ocan w10 de la
permite gozar deliciosamente. El goce se despliega mucho otra: Ja primera es el resultado de la objetivación, en tanto
mejor dentro de esta frontera íntima del amor que gracias a que la segunda subjetiviza este resultado de manera extre-
las prohibiciones patriarcales. El goce lleva en si mismo su ma. 1Lo que pasa es que lo ''bueno" no se separa tan simple-
propio límite, cuando el, amor sin>e de barrera para el deseo mente de lo "malo"! Crees que ves la linea de demarcación,
y lo vuelve a lanzar. Esta es la ley, nada la impone. La pero ¡no! Gracias a un cambio sutil, apenas perceptible,
pornograña, Ja a.nó1uma Internet, la Web transgénero le pasás de .uno al otro, de la pornografía al erotismo. La misma
interesan muy poco al que ama. No es que se Jo prohíba, o que
la mujer da sus sueños se lo proscriba. Lo que pasa es que lo »El emplee del Lé.rn:üno "pc.rversión" planteti e.ad ave~ n1ás problwuas.
E-n efecto, la perversión raprescnta, con la psicoi;is y la neurosis, uitn de
~1 Pera: la justificacióo de e:.-: ta hipótesis, se puedo consul tar el capítulo las tres estructuras clínicas posibles. Pero al nliSmo C.ie1npo. el térn1ino
8 de1Wclesta-re11 la culturá. Freud conside.ra que existen dos superyós, uno "perversió1\" es francen1C!Ote peyot-alivoencl lenguaje oon1ün (aunque Ja
de orit.rcn narciSi$ta {anu1rás n tu prójimo con\o a ti mismo). ol otro mayorín de ·tas -pcrvi!rsjonéS son ii1ofensivas). li.eb•·ía que usar otra
heredero dal pn.dre édfpico. Aquí SC! considero que cuand'o el podre ~e polobra o, por ejemplo, cscribir"pereversión"' pattl indicar unn pnrticuhl-
retira, el amor prev&lí!ce {el narcisisn10). ridad Unicaruente elínlc.a.

124 125
objetivación matemática de Jo humano que, al pulverizar el Lo que nos sucedo con todo este,freñesí•.dol~exo: permi te
patriarcado, engendra estos efectos contrarios. ¿Con qué comprender la oscuridad de ''la ley'I que refiere;li:Ja .diséórdia
necesidad habría que rivalizar con ese' extremo pudor inútil: del amor Yel sexo. Casi habría que escribir una s9la palabra:
las perversiones, los scx shops, el ho.rd core, etc., son excen- "amor sexual",37 por lo disociadas que han estado estas
tricidades que ya no molestan. Hasta es un poco divertido palabras. Es~ escritura hace la ley. El límite interno impli-
todo ese teatro. En el número de teléfono 3615;1ª en la web, cado es el ausmo que la ley q\le rige lo inconsciente. En
etc., podemos frecuentar todo tipo de sexo. Vado, pero efecto, ¿qué es la ley? O, mejor dicho, ¿cuál es la función del
e~t.ret.enido. Por otra parte, no se hoce gran cosa más que "nombre del padre"? Simboliza Ja significación fálica, y el
nllrar. ¿Esto es el sexo? Per<>sl, no hay nada más fácil que mi· amor sexual realiza esta simbolización tan bien como el com-
rar cómo funciona. Bosta con impersonalizarse gracias a los plejo de Edipo. Cuando el "padre" hace la ley en la infancia
adminículos o conectarse con redes: los países exóticos no cumple este ro.l con los ojos vendados, solamente porqu~
tienen el monopolio del turismo sexual. ¡Es mucho más desea.~ su. mUJer y recíprocamente. De golpe, sin prestar
cómodo visiti1r los desde adentro! atenc1on, hbera el cuerpo del hijo de su ide11 tificación con el
Estas puest.as en escena constituyen menosloquerechaza falo de la madre: la simboliza. Exogámicamente el amor
el amor que lo que le sirve de apoyo: lo extremado de la repite la misma operación de segunda mano: el hecho de
mec.inización pornográfica de antemano le quita localiza- amar libera al amante de su narcisismo: lo que se relaja és
ción a 1:1ley moral, que se habfa impuesto como si viniera del la iden tificación de su cuerpo con el falo. Y luego recupera
cielo y ei:a tan aburrida. Esa ley asfixiante se terminó y el esta pé_rdida graci~s. al eroti~mo (el pene erguido compensa
amor la reemplaza apoyándose en el fondo que ~sta tocó y la la P.érd1da del narc1s1smo fáhco). "El amor hace la 1ey" quiere
vuelve erotismo. Eros sabe arreglárselas con 'l'állatos, si n el deci r que o~ ~~Jo se sim boliza ~n el amor sexual, dispensado
cua l no seria nada. En una vuelta de tuerca, goza con esta de la bend1c10n paterna preVla. En esta simbolización, no
instrumentación del cuerpo, con su perfecta impersonali- sólo los amantes se abstienen del padre, sino que loi nventan.
dad, que no deja de ser perversa, salvo en el momento de su En rea:Jida~, el padre es una invención de los que se aman (es
suhjetivación. ''Me gustarla ser tu cosa y que tú seas la mía. una h1stor1a que se cuentan para aprovecbarla mejor: se
Nos perderíamos en un océano. Ver tu piel, tu mano, tu diría que está prohibido y que, de todas maneras, lo bnrían).
cadera, que no son más que pedazos ~uyos que me hacen Pero, ¿por qué decir que esta prohibición es "paterna"?
anónimo. Me pierdo en su inmensidad. Después do quitar la Porque el amor todavía no tiene nada de sexual. Es una
ropa habrfn que quitar otro cosa, ¿pero qué? ¿Cortar un simple aplicación del estndio del espejo: "Si me abres los
ped11zo de carne, reventar el cuerpo? Y después, bruscamen- brazos, sé que·tengo un cuerpo, ¡gracias!». Al ccmienzo es
te, veo tu ojo, oigo tu voz, y eres tú, soy yo más grande que ti;ansgénero más que transexual. Todo se complica en cua~to
nosotros, más grande que este océano. Nuestrn muerte vira a la beterosexuahdad, porque la diferencia de los sexos
habría podido resonar allí, porno y, sin cmbarg'o, no sucedió. activa la angustia de castración: despierta un fantasma del
Habríamos podido dar marcha atrás temblando en la casa padre que es su corredor de bolsa predilecto. De este modo
del padre, como se hacía antes. Pero esa pornografía que se una figura paterna mediatiza el amor sexunl. Con el amor'
despliega en todas partes lleva ese nombre porque le falta '
uno propio. Entonces, divierte." r. En eapaliol, cuando un hombre. le dice a una mujer --re amo• ron
t"Spa.ñoJ en el origioi\I), C$t.a declaración tieno un scnLido so~noJ, y nriJo 1i:1..
.. f.n l'rnncio IN. de ID 1'.J. cnlplen en este contexto.

126 111 7
1lp1lrt o rr1.. ,, • 11lo,lrl ,111111c¡1u r111nfH l'ot~•·lnn1ca1t1t •••lA 11comp111\ndo por un don, ¡)Ur 1•1 rt>gnlo qu" 111l1•n111
mn 1· I :onnnlt 1lnhc nlrnvt .ir 111111 pnn 11 pnrn unn · I! ll lu provenll' el golp1• o r~ivu1d1cnr la inocunc1a, pt1ro d1•m1.1;1udfl
nrnmla y .,,. l'l\Ct11•11lr11 con 111111 l11ncí6n ¡>nlcmrn oll W¡LO tarde. Esta c\1lpa del amor ye! pago do una dei1d11 ajusta sus
ohRlónulo. cuentas en al "nombre del padte", en el momento en el que el
l~n lo~ t1c•mpos p11L1~11rc11les (uyer), u11 p11dre de cortón goce del órgano compensa la pérdida del goce narcisista.
picdrn ¡>rohib!n el goce, y estn prescripción e.xcitabn un Cuando está lastrado simultáneamente del lado de la pérdi-
deseo, poro era impersonal, est.nba separado del amor: pa- da de la significación fálica (castración) y del lado del pago de
dre-verso.u Hoy, la situación cambia: el amor en persona Ja deuda (simbolización del asesinato) el amor hace Ja ley.
lkva on ól In prohibición que lo crotiza: ¡es grande como un ¿"El amor sexual" reemplaza el patriar cado? La función
padre! El patriarcado no representó nunca más que la forma del padre se resume en una simbolización de la significación
histórica particular de la simbolización del falo (aunque a fálica, y puede abstenerse del patriarcado y de sus avatares
Lévi-Strauss esto no le guste). Y no hay que confundirlo con religiosos. Se lleva a cabo en el momento de un hermoso
el "nombre del padre" en su función. cálcu lo científico que se ocupa de lo real del mundo o gracias
Para ent.ender Jo que la ley es, el amante abre el camino, a una obra de 'arte que fomenta su golpe cuando trabaja lo
él que primero fue un ángel en lucha consigo mismo para real del sueño. También sucede Jo mismo con el amor sexual
salir de él mismo. Pierde su cuerpo cuando. su aventura que simboliza lo real del cuerpo. Finalmente, el psicoanáli·
comienza, cuando se achica y se oscurece en los ojos de la sis, variante del laboratorio del amor, tambión tiene unn
amada. Parecido a sus hermanos azules, él también puede función simbólica. En cada uno de estos ejemplos, ni el
pt·etender ahora la inocencia: el amor lo tomó sin que lo científico, ni el artista, ni el amante, ni el psicoanalista, se
esperara. Sin duda lo buscaba, pero ignoraba que tendría disfrazan de padres para llevar a cabo sus obras, aunque sus
este destino, el de quedar sin fuerzas ante la amada: su obras hagan caer a Roma sin el menor escándalo.
presa, su sombra. Y en el fondo de esta trampa, cuando la El amor sexual no necesita al padre, aun que lo use:
toca, ticnn que tomarla, convertir a su presa en su sombrn, inventa uno a medida, que nace de la angustia generada por
si quiero existir a pesar del angelismo. Su deseo fue desen- Ja presencia del cuerpo a cuerpo. Gracias a él, Ja mujer dejó
cadenado por ese instante de negación del amor. El amor de ser Ja que no existe y pasó a serlo ese padre. Los amantes
llega más lejos que su angelismo por el que lo niega. El no decidieron este destino creacionista de su amor. Más bien
destino de Ja ley es ser transgredida por haber sido la ley. estuvieron obligados a él por el descenso del valor del
El primer día, el amor a,Jiena nl amante. Éste siente la patriarcado. Antes, se amaban si se daba el caso, por añadi-
violencia, que lo vuelve un desposeído y, a pesar suyo, lo dura, de casualidad, en el sueño y, sobre todo, en los libros.
anima: amar lleva a la violencia. Algo mayor que él proviene Sin embargo, hacen sonar su propia moneda, muy cerca de
de él y amenaza lo que ama: Ja amada, el hijo, el animal o la la bolsa de valores posmoderna.
obra de arte están en peligro de manera proporcional a La ficción religiosa prometía un perdón para maliann .
la pasión que engendran. Desde lo más profundo del amor, Ja ¿Pero por qué había que ser perdonado o considerado inocen-
destrucción los amenaza. Amar quiere decir ser culpable, y te? Si el ídolo paterno tiene solamente esta función redento-
ra, su declinación da campanadas por un mundo sin perdón.
"Juego de palabras intraducible fundado en h1 homofonía quo se do El sajeto pos moderno nace en un mundo sin piedad pero que,
en francés entre p€r1.utrt1 (padre·verso) y ~ruers. Véase, también, nota sin embargo, alivia. La fraternidad le da l ugar a una comu-
2 eo esle capitulo. fN. de la T.J nidad de sujetos a los que no se les acordará ningún perdón,

128 129
I
no porque sean inocentes, sino porque no se lo pueden pedir ¿EL PSICOANÁLISIS
n nadie. Fin de la fraternidad, prescripción del perdón. ES UNA NUEVA RELIGIÓN?

¿El psicoanálisis es moderno o "posmoderno"? Su origen


es moderno, ya que está animado por un ideal de libera-
ción. Pero la cura psicoanalítica no es "moderno.", pues no
propone una nueva "visión del mundo". Cuanto más se
prolonga la estadía en el djván, más revisan Jos pacientes
sus creencias en ideales religiosos o políticos. No es que no
les interesen o que hayan virado hacia el escepticismo o el
cirusmo. Lo que pasa es que ya no esperan que les solucio-
nen sus neurosis. Sin embargo, el psicoanálisis no está al
margen del club "posmoderno" porque la cura carbura con
el fantasma: su sujeto habla en condkional. Construye
ficciones libremente, al producir en primera persona su
novela familiar a la que se adosa su acción.
Pero entonces, si el anáHsis funciona con una base
ternaria, ¿diremos que propone una nueva religión? Más
bien constituye \lna forma específica do ateísmo, q\lc no
reniega del valor de verdad de las religiones que, hasta
Freud, presentaron de manera invertida y mistificada las
invariantes do lo inconsciente. El ateísmo freudiano no
niega el hecho religioso, sino que examina con qué se
corresponde, es decir, con esa mentira no intencional que
constituye la forma común de la represión. La operación
freudiana relaciona la ficción con los operadores ps!quj.
cos. Considera que la creencia, por mistificada que pueda
parecer, es una verdad cuyo síntoma es la traducción.

130 131
Pues la mistificación de una trascendencia divina ancla la
culpa y, ¿cómo hacer para acomodarse a ella? Quizlis sea nacer". Un sujeto que pide nacer a tal punto en que so
puramente fantasiosa, pero sus efectos asustan: enferma angeliza: cualquier sesión de análisis lo demuestra. El
da insomnio, vuelve malo o impotente, según los momen'. q~e habla no sabe qué va a decir, y menos aun de dónde
tos. vienen las cadenas de pensamientos. "Eso" habla, lo único
La operación analítica da vueltas como a un guante que hay que hacer es dejarlo ir, borrarse detrás de las
esta trascendencia divina. "Tú, por ejemplo, que adorabas as~a:iones y del fondo de esta objetivación reglada,
a M~ría y temblabas de. emoción ante su imngen, no mrnuciosa, matemálica, surge como sujeto. Habla de lo
relacionabas esta veneración y tu deseo infantil de tener que lo hace sufrir y querría atribuirle la causa a lo que lo
a tu madre sólo para ti. Y no ligabas tampoco la iden de un determina: su familia, las vicisitudes de la existencia, los
padre eterno con el destino que querías para tu padre: que que ama. Y bien, no: la inocencia encuentra su límite en
f~ese impotente y que quedara relegado en los cic los. El su propia pt'esunción. La confesi611 se enuncia al mismo
~ia _en que es.te lazo aparezca, tu fo se reducirá a lo que tiempo que su negación.
hm1taba In dimensión incestuosa del deseo." ¿C~ál es lo naturaleza del cambio de este sujeto, que no
~l _Psicoanálisis restituye al s ujeto a lo simbólico que Ja terminó de so11ar ni do fantasmatizar porque ahora es
r~hg1ón le habfa quitado desde siempre. Lo. simbólico capa2 de mensurar su mundo? Su fic:ción engendrn conti·
v~r~u~I se vuelve actu~I gracias a su invención, y sin nuamente la ciencia, y su existencia se asegura siempre
d1v1ll1dades, elobsconditum absoluto liquida sus escorias gracias al condicional. Pero el condicionul del fontasma
sintomá~icas al mismo tiempo que a sus ídolos. El sujelo inyjerte ahora la posición del sujeto. El sujeto posmoderno
n~ necesita al padre, aunque lo use. Ateo práctico exogá· se da vueltas: habla al revés, al vesre. En la época en la que
mico, no es que ya no tenga padre, sino que se lo inventa las ficciones patriarcales se le imponían, el condicional
a la medida de su acción. venía del pasado y el sujeto buscaba deducirse de él." Podía
El psicoanálisis sigue teniendo base ternaria, aunque decir: "Si esto hubiese pasado ... entonces yo podría ... etc."
reduce la creencia al suprimir Ja represión: lleva las Ahora, la hipótesis se escribe de una manera totalment.e
ficciones de la masa a las dimensiones de la novela diferente: "Si yo hiciera esto, entonces ... etc.• Notamos
familiar y de la historia individual. Como la ciencia no una inversión del lugar del sujeto (de un lugar sccundnrio
pide.creencia:(• contrariamente a la religión, no somete el a uno principal) que· no es una consecuencia sino la
destino del SUJeto a una trascendencia divina. Por el con- condición ciega de lo que va a suceder. Y también notamos
trario, al escribir una ecuación entre Dios y Jo inconscien- una inversión lemporal que pasa del pasado al futuro. El
te, libera , s in fanfarria y sin lucha, de una mistificación acto analítico pone en la cuenta del sujeto de la cieneiu lln
pesada. Con esta base ternari a , muestra un sujeto que es result11do gonornl del psicoanálisis : traspone uno forma
el mismo de la ciencia, exactamente antes de su sutura. El en pasado a una forma en futuro. La invorsión da la
resul~ado es un'!- inversión de la posición del sujeto en posición del sujeto vuel ve in terroga tivas todas las frases:
r~lac1ón con sus ideales; el concepto mismo de posmoder- si uno cambia el orden de las palabras de cualquier
nidad da cuenta de este cambio de ubicación. El psicoaná- . •Si el psicoa~Alisis retomara In antorcha del patriarcado, perdoria su
lisis descubre el sujeto posmoderno. Naturalmente no lo vi.rtud t.cra~uuca y, sobre t.cxto. ética. la de dar a tui un aujut.o 1in
fab~ca, éste existe sin él, como efecto de Ja ciencia d~I que hermano y 1in perdón. Si esto sucediera, desaparecería baat&nu. "''"da·
partió. Pero muestra en qué condiciones un sujeto "pidEo• mente. devorado como sirviente de la medicina, o de una &eelü de
J10Slálgicos d•I padre a la manera antigua.
132
133
oración, verá que en seguida toma el mismo aire suspen- Con regularidad podemos leer en Ja· prensa •el acto de
dido e incierto que el que tiene el hom_bre contemporáneo. defunción del psicoanálisis, be<:ho por los guardianes de una
La posmodernidad invierte la posición subjetiva, el resistencia que no es más que circunstancial: el amo
sujeto estaba impulsado hacia adelante por el Ideal del yo necesita el silencio para aprovecharse des u hermano, el
y ahora cae en sí mismo, en abismo. Este exilio del ideal esclavo. No soporta que se sepa que goza con sus semejan-
alimenta una forma de soledad inédita que solicita al tes por puro placer. Si se supiera, si él mismo lo supiera,
psicoanálisis. Antes de esta inversión, la libertad era gozarla mucho menos. Su goce sólo es eficaz a condición de
solnmenl.e un afecto, el de Ja inconciencia, un sentimiento la represión . La enormidad de Jos sufrimientos infligidos
que embriagabn en el momento de la acción. Pero este acto Jo es por su placer, ya que sería posible hacerlo de otro
libre ignoraba sus razones. La libertad sólo era la incon- modo. Pero no, es mejor que sus operaciones comerciales,
ciencia del ideal en nombre del que ésta actuaba. Se financieras, políticas parezcan científicas. Usa la objeti-
pilredn o una palabra vacía que excitaba, salvo en el vidad de las loy0s del mercado y del hombre eterno,
moment.o de las grandes r evoluciones, de tus grandes hechas para ocultar el goce del pr ójimo.
efervescencit1s del pensamiento o cuando caía una tira- Porque descubre este resorte oculto y, a pesar suyo,
nía. Y a hora que el ideal se evapora, la libertad toma un polltico, el discurso analítico es el reverso del discurso del
sentido angustian te, el de una libertad forzuda, paradóji- amo. Como el amo actual sigue siendo el discurso capita-
ca, la de un sujeto acorralado contra la pared que, a pesar lista, el primer movimiento del sujeto politico consiste en
suyo, se convirtió en su propio árbitro. oponerse a éste, aunque ya no suscriba a la fraternidad
Este sujeto que sigue resistiendo a Ja polftica tradicio- tradicional.
nal no es apolltico, al menos porque se opone al discurso Esta tradición no es la de la Biblia, que sólo fue solícita
del amo. Lo sepa o lo ignore, su posición le molesta al amo con la endogamia: ¿un hombre es hijo, hermano o padre y
de la ciudad. No es casual que el psicoanálisis, cuya sólo sale de la familia para formar otra? Sin embargo, todo
especificidad consiste en develar la particularidad de este sujeto es diferente de un hijo, de un hermano, do un padre,
sujeto, siempre haya tenido dificultades para ser recono- etc. Pero todavía no lo sabía. La sociedad posmoderna da
cido. Freud hizo siempre todo lo posible para que su a luz, sin haberlo premeditado, a un sujeto cxogámico
descubrimiento tuviera .el mismo reconocimiento cientffi- que, con el mismo movimiento, es un ateo práctico. No
co que otras disciplinas. Cerca de un siglo más tarde y con significa que ya no tenga familia o que no quiera fundar
la mismo oposición, :sigue siendo expulsado rogul¡¡rmente una. Más bien se trata de que la familia ya no detenta el
de Ja Universidad o q.ueda reducido al rango de sirviente de secreto de s u identidad: se le escapa, como él escapa de sf
la medicina.•• mismo.
Antes de Freud, nadie había pensado O'n un sujeto
•0 Lo invención ftaud:iana encuent{a inevitables resi1tcnciae, pero diferente de sus epítetos familiares y dividido por su
tan1bión tic.no oncn\igos, entre los cual ea se encuentra Knrl Popper, pálido deseo inconsciente. Pero si bien Freud nombró a este
figurante, que ubicó en la misma bolsa a Marx y a Frilud. Francia sujeto que estaba en Jos limbos, esto no significa que éste
fukuyomn, por ejemplo, cuyn obra maestra, El fm d< fo hiatoria, fuo
ampliamente comcntadn en los medios de comunic.ación, en uno enlrevís- sea un hijo del diván. El mismo psicoanálisis procede del
ta recien~ ubica el psicoanálisis en el mismo <?$tanta que el "a¡it-prop" y discurso de la ciencia que, a su pesar, produce esta sujeto
loo campoe de trabajo. E:..ta opinión upeditiva eslA acompallada de un irreductible al que, por otra parte, intenta ocultar. La
paneg!rico del l.nlt.aml•.nto de 1.,, pasiones con Proiac. extremada objetivación de los cálculos hace salir al sujeto

134 1 35
,1, •11 "rnn.1111> l•.tttuho 11hl, 1111<!11• 111 h11hín l'~C()lJ<lCldo;
l.'1 "lt<l 1011111111101•11111n l11l11tl11111111!0, 0011111 ci11nUfico d¡¡u VUELA, ÁNOf~L ..•
rnMo, 1)11rr.1 nu11 lnvo1L11111oion1•dHohro nJ sisl~llrn nervioso."
JJ., un cllu r>11ru <'I aLro, motió on un cajón todo~ sus escritos
d1• uuurólogo porn uscuchur h11blnr do loa sueños.


La versión griega de Septante tradujo el hebreo malakh por
angelos, el mensajero: el que ejerce la función t.cofánica de
hierofante del ser, mediador y hermeneuta de los verbos
divinos. Los tres primeros arcángeles del Antiguo Testa-
mento: Miguel, Gabriel y Rafael, precedieron la innumera-
ble cohorte de ángeles del periodo intertestamentario y de la
literatura apocalíptica. Desde lo alto de los espacios inter-
mediarios, estos ejércitos angálicos combatfan, en nombre
de Dios, a los ángeles del mal, habitantes comunes de la
tierra. Su tarea era develar el absconditum. Estos ángeles
combatientes son diferentes de nuestros ángeles, y todavía
más de los ángeles en que nos hemos convertido.
En el Mysterittm magnum, J acob Bllhme escribió que Dios
confió una niísióñ al más hermoso de los ángeles, Lucifer.
Pero éste ca:Yó y Dios se dirigió al hombre, que siguió primero
el mismo camino. Pinalmenle, Adán recibió como tarea el
renacimieríto de la imagen angélica, corrompida por las
sucesivas caídas de Lucifer y del hombre. Y para pedir en
nombre de este hombre, se esperó a l Mesfas.
Antes y después de Jesús proliferaron los falsos Mesías,
q:ue anunciaron el Juicio Pina!. Pero, inexorablemente, el
0
Quedó tan impr-esionado que no pubHcd su E11Mzo para una p1icolo· tiempo mostró su impostura con mayor seguridad que su
gia <ientífica y tiró a
Is basura veint.o aftos de tTabojoa nour<>paicológicoa expulsión de la sinagoga. El éxito dol golpe de Cristo fue que
qu& eran muy reconocido.e y que p:tra alguno• airuon teniendo vjgencin. el Redentor declaró que únicamente el comienzo del fin de los
tiempos había sido anunciado por su llegada, y que tendría
136
137
f que volver otra vez para que la redención se llevara a cabo, Iglesia de Santiago triunfo de nuevo. Este desplome del
durante esta segunda parusía. Ourant~ los primeros siglos padre restituye su verdad a la Iglesia de Santiago, pero es
judeo-<:ristinnos de Jerusalén, el Mesías uerus propheta fue una verdad l(mite, que sólo se verifica para el fin de los
primero considerado un ángel antes que el hijo de Dios. La tiempos del padre Oa modernidad). Pues una vez que el
figura dominante delChristos Angeles se modeló sobre la del padre ha sido secularizado, los hermanos se evaporan en
an:ángel Miguel, el ángel parecido a Dios: quis ut deus. Se el mismo momento en qne llega el tiempo de la encarnación
sentaba a la derecha de Dios y la cristoangelología de los tres de los ángeles. El nuestro. Trabajamos para hacer que la
primeros siglos se desarrolló dándole sus rasgos al Mesías. tierra sea un paraíso. Trabajamos en nuestra angelización
RA?cién después de esta fecha, y operando un cambio cou nuestras armas, las ciencias.
completo, otra concepción la suplantó, la de la consustancia· El sujeto de la ciencia es fuerte como un padre: una
lidad entre el padre y el hijo (homo ousios). La Iglesia de ecuación eficaz no habria podido ser m ejor escrita por Dios.
Pablo triunfó sobre la de Santiago. Los créyentcs dejaron Y cuando esta sujeto está suturado, ¡para él está bien! Paga
de esperar la segunda llegada del Christos Angeles (la par u- por esta locura demi úrgice, por h aberj ugado al padre del que
sía) y el sentido de Ja redención cambió por completo: ahora es el hijo consustancial. Malo como un pad:re divino, debe
se trataba de obrar por una redención del padre (y no gracias pagar por esta error. En esta sutura, el sujeto inventa, lleve
a un hermano angélico). La espera de esta redención de una a cabo un destino dos veces mesiánico: primero, porque obr a
nueva manera programaba, de este modo, un fin de los para el progreso (parn el fin de los tiempos) y, luego, porque,
tiempos. Creaba una direccionalidad de la historia y apaxe- de alguna manera erística, se crucifica en su propia opera·
ció la idea nueva de un progreso de Ja humanidad." El ción.
presente del ángel se evaporaba en el horizonte futuro de En la operación científica, el sujeto se su~ura, pero renace
una historia ahora más clara por la salvación que ya no se de su propio desvanecimiento, después de haber desapareci-
esperaba del hermano, sino del padre. do al demostrar su hipótesis. Renace de lo que lo hizo
Durante los siglos de la modernidad, que vieron cómo se suicidarse. ¿Esto no se parece a una ceremonia de la eucaris-
secularizaba la religión, una especie de chispa mesiánica tía? As! como la hostia identifica Ja comunión del Angelos
animaba a los inventores, los enciclopedistas, los investigado· Christes con el padre muerto, el que demuestra su hipótesis
res, los filósofos, los revolucionarios. Cada uno de ellos obraba desaparece y renace, según la direccionalidad redentora del
por la salvación del mundo a su modo. En los siglos anteriores, progreso. Este progreso confiesa, de este modo, su origen:
las inveocioncs no tenían nombre propio, y la salvación se seculariza Ja marcha hacia el fin de los tiempos, la hora del
preparaba solamente para después de la 111uerte. Juicio Final a nunciada por la segunda parusJa da Cristo.
Y, luego, llegó nuestro tiempo matemático, donde la eter- ¿Y qué le sucede a los millones que, si n saberlo, creen on
nidad del padre per·dió su sentido: ¿qué le pasó al padre? D-0jó la ciencia? Los Angelos se unen a l os cuerpos que dejaron y
de mantenerse erguido como el hombre y ahora astil. en una su parusía se ejecuta, sin que lo sepan: una mañana se
disposición horizontal, de algún modo acostado en el suelo, levantan y no tienen ningún ideal. Se miran al espejo: son
si es posible representar su secularización a través de esta ellos a pesar del vacío que los h abita. Ya no creen en nada.
especie de desplome. El padre se desplomó en el suelo y, en Nadie esperaba estos ángeles que de golpe aparecen por
el tiempo histórico en el que la fraternidad se reabsorbe, la millones. El Angeles Christos eres t6, soy yo: lo ignoramos.
Vivimos como si no hubiera más allá, como si estuviéramos
'1 La temporalidad de la AnU¡¡üedad era dclica. allí.

138 139
LosAngelos se multiplicaron por millones. Ahf están, más ¿Cómo pasó Santiago los otros? Desde siempre, desde el
inocentes que Cristo que, al menos, dudó una vez. No se borde del vado se inventó el paso siguiente, en la angustia del
quejan de la ausencia de sus padres. No se los crucifica en el paso de después, esa nada que nos ama. Ya te verás reducido
Jugar de nadie, no mueren por sus hermanos y tampoco son a la nada por toda esta maquinaria, esta inmensidad del
combatidos por ellos o, mejor dicho, no sienten los golpes. cuerpo social que te conoce sin que tú lo conozcas. Cr ees que
Ignoran si tienen un papel de chivos emisarios. Los Angews eres bueno para pagar, inmerso en esta rueda de mercancías
se olvidaron del Chrútos; no son Mesías. No transmiten que te toman de la mano porque te les pareces mucho. Pero
ningún mensaje y no piden nada en especial. Llegaron, es no, cuando te reduces a la nada, todavía estás vivo. Ya que
todo. te lo repiten, crees que eres solamente el resultado de tus
En L'Étoile de la rldemption, Franz Rosenzveig escribió genes y de ~us ~oléculas. íY sin embargo no! Tl1 diriges, sin
que, en el momento del J ufoio Final, el padre tambión tenía conocer la identidad de ese "tú" que te ordena.
que ser perdonado. Pero, ¿cuál es ese padre que pide perdón? .. Angelus Silesi us escribió en Pelerin chérubinique : "Lo que
Y, ¿a quién se dirige? ;Es un padre en vías de desaparición es la humanidad. ¿To preguntas qué es la humanidad? Digo:
que le habla a sus iguales! ¡Cómo podría ser perdonado un sobre-ange!icidad, pues esta palabra basta". Übere1tgelheit:
padre ai Jos hijos no lo imaginan culpable, justamente la "sobreangelicidad" de Angelus Silesius significaba que el
porque ellos lo son! LosA11gelos ignoran quién fue Christos, hombre es más grande que el ángel, para el que todo es paz
no conocen ni al padre ni al hijo y no tienen que hacer ningún y evidencia. Para el hombre, en cambio, la existencia recia·
esfuerzo pare no creer. ¿Por qué lo .harlan? Ahora son Ja ma la lucha y el desgarro.
encarnación del sueño. Angelos,en todo momento adecuados ¡Vuela, ángel! ¡Vuela, déjanos en nuestra oscura humani-
a sus cuerpos, incluso cuando sufre, incluso cuando es dad, más grande que tú!
martirizado, tatuado, agujereado. Sus cuerpos llevan la
lucha sin ellos: la anorexia, la bulimia, la droga no hocen más
que delimitar en la carne fo demoníaco, la frontera sutil en
la que el ángel se vuelve oscuro, se vuelve Satán.
Ahora cada sujeto en su desierto soporta las tentaciones
de los goces posmodernos., las de su propia objetivación. Ahl
el ángel lo espera sin sonreír. Ahí se enfrenta de buen o de
mal grado a la cuestión de su nacimiento. La parusfa del
Angelos no es ya usunto de unChrútos único, ni 1a de algunos
salvadores. Los ángeles se divier ten alrededor nuestro,
llenos de sus cuerpos, sin pasado y con todo el futuro en
suspenso: fin de los tiempos, efectivamente. En cada uno de
nosotros, el ángel amenaza con unirse, con llevarnos o la

! incandescencia. Parecido a los meteoros en ignición cuando
entran en Jo atmósfera, el ángel que se encarna se divide
enseguida ente Lucifer y él. Su brillo es la ·carne que se
quema cuando se une en un frotamiento de las alas.
La lucha con el ángel sigue: es solamente un nuevo vado.

140
1
·•
141

También podría gustarte