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BELLO, Andrés

Gramática de la lengua castellana

Capítulo XXI
Modos del verbo

448 (a). Sabemos ya que en las inflexiones del verbo influyen tres
causas: la persona y número del sujeto y el tiempo del atributo (§ 21);
hay otra más, que es el significado radical de la palabra o frase a que
el verbo está o puede estar subordinado; la cual es frecuentemente otro
verbo.
449 (b). Comparando estas dos oraciones: sé que tus intereses prosperan,
y dudo que tus intereses prosperen, se ve que en ellas todo es idéntico,
menos el significado radical del verbo subordinante; prosperan depende de
sé, y prosperen depende de dudo; en otros términos, sé rige prosperan y
dudo rige prosperen.
450 (213). Llámanse Modos las inflexiones del verbo en cuanto provienen
de la influencia o régimen de una palabra o frase a que esté o pueda
estar subordinado.
451 (a). Dícese a que esté o pueda estar, porque en muchos casos no
aparece la palabra o frase alguna que ejerza esta influencia sobre el
verbo; pero aun entonces hay una idea que lo domina, y que pudiera
representarse por una proposición subordinante. Así en Tus intereses
-136- prosperan se concibe, sin que sea menester expresarlo, sé, digo,
afirmo que tus intereses prosperan, y cuando enunciamos un deseo diciendo
La fortuna te sea propicia, se entiende deseo que la fortuna, etc. Sólo
parece haber una excepción, que señalaremos después.
(b). Lo dicho nos proporciona un medio seguro de distinguir y clasificar
los diferentes Modos. Por punto general.
452 (214). Las inflexiones verbales que son regidas por una palabra o
frase dada en circunstancias iguales o que sólo varían en cuanto a las
ideas de persona, número y tiempo, pertenecen a un Modo idéntico.
Por ejemplo:
Sé que tus intereses prosperan.
Sé que tus intereses prosperaron.
Sabemos que tus intereses prosperarán.
Supe que tus intereses prosperaban.
Sabíamos que tus intereses prosperarían.

Es manifiesto que las cinco formas simples prosperan, prosperaron,


prosperarán, prosperaban y prosperarían, pertenecen a un Modo mismo: este
Modo es el que los gramáticos llaman indicativo. Otro tanto, por
supuesto, debe decirse de las formas que sólo difieren de las precedentes
en persona o número, como prospero, prosperas, prosperabas, prosperarás,
etc.
De la misma manera:
Me parece que llueve.
Me parece que anoche llovió.
Me parece que mañana lloverá.
Anoche me pareció que llovía.
Ayer me pareció que hoy llovería.

Diremos, pues, que parecer rige el Modo indicativo.


Pongamos otro ejemplo en el verbo prever. Como lo que se prevé no puede
menos de ser posterior al acto de la previsión, sólo cabe decir, en un
sentido propio:
Preveo que el congreso desechará el proyecto de ley.
Preví que el congreso desecharía, etc.
Por consiguiente, desechará y desecharía son formas indicativas.
Pasemos al verbo dudar.
Dudo que continúen todavía las negociaciones.
Dudé que continuasen o continuaran todavía las negociaciones.

No cabe decir, dudo que continúan, ni dudo que continuaron, ni dudo que
continuarán, ni dudé que continuaban, ni dudé que continuarían; sino dudo
que continúen, dudo o dudé que continuasen o -137- continuaran. Por
consiguiente, las formas continúen y continuasen o continuaran no son
indicativas; ellas pertenecen a otro Modo distinto, que es el que los
gramáticos llaman subjuntivo, porque figuran a menudo en proposiciones
subjuntas, esto es, subordinadas. Nosotros le llamaremos, por la variedad
de sus aplicaciones, subjuntivo común, para distinguirle de otro
subjuntivo de carácter peculiar y de mucho más limitado uso, de que
después hablaremos.
453 (a). Sobre la forma en ría (compraría, vendería, partiría) hay
variedad de opiniones. Pero si por una parte aparece su identidad de Modo
con las formas que todos reconocen por indicativas, puesto que influyen
en ella las mismas circunstancias que en éstas, y por otra su diversidad
de Modo respecto de las formas que todos reconocen por subjuntivas,
puesto que los antecedentes que rigen a éstas no la rigen a ella, no veo
cómo pueda disputarse que al primero de estos Modos es al que
verdaderamente pertenece181.
454 (b). Siendo el régimen lo que verdaderamente distingue los Modos,
sólo por él podemos clasificarlos y definirlos.
455 (215). Formas indicativas o de modo indicativo se llaman las que son
o pueden ser regidas por los verbos saber, afirmar, no precedidos de
negación.
456 (a). Se dice no precedidos de negación, porque sucede a menudo que la
negación hace variar el régimen de la frase subordinante: «No creo que
tus intereses peligren o peligran» (subjuntivo común), o «No creí que tus
intereses peligrarían» (indicativo). Indiferencia de Modos que en vez de
desmentir, confirma el carácter indicativo de la forma en ría182.
457 (b). El subjuntivo común tiene un carácter que lo diferencia de todo
otro Modo, y es que subordinándose o pudiéndose subordinar a palabras o
frases que expresan mandato, ruego, consejo, permisión, en una palabra,
deseo (y lo mismo las ideas contrarias, como disuasión, -138-
desaprobación, prohibición), significa la cosa mandada, rogada,
aconsejada, permitida, en una palabra, deseada (y la cosa disuadida,
desaprobada, prohibida, etc.).
Quieroque estudies el derecho.
Deseo
Ruego
Te encargo
Permito
Te aconsejo
Te prohíbo
Ojalá
__________
Quiseque estudiases o estudiaras el derecho.
Deseé
Te rogué
Te encargué
Permití
Te aconsejé
Te prohibí
Ojalá
458 (c). Peligren tus intereses, pero sálvese tu vida, vale tanto como
decir Consiento que peligren tus intereses, pero deseo que se salve tu
vida.
459 (216). Llamamos subjuntivas comunes o del Modo subjuntivo común las
formas que se subordinan o pueden subordinarse a los verbos dudar,
desear.

460 (217). El Modo indicativo sirve para los juicios afirmativos o


negativos, sea de la persona que habla, sea de otra persona indicada en
la proposición de que dependa el verbo.
«Vives tranquilo en esa morada solitaria adonde no llegan las agitaciones
que amargan aquí nuestra existencia». Los indicativos vives, llegan,
amargan, expresan tres juicios de la persona que habla; el primero y
tercero afirmativos, el segundo negativo.
«Todos te reputan feliz, porque creen que tienes los medios de serlo».
Reputan y creen expresan dos juicios de la persona que habla; tienes,
expresa el juicio de los que creen.
461 (a). En estos ejemplos se ve que el indicativo se presta lo mismo a
las proposiciones independientes que a las subordinadas.
-139-
462 (218). Piden de ordinario el subjuntivo común las palabras o frases
subordinadas que denotan incertidumbre o duda, o alguna emoción del
ánimo, aun de aquellas que indirectamente afirman el objeto o causa que
la ocasiona, verbigracia:
«Dudamos que vivas contento, aunque todo contribuye a que lo estés».
Dudamos, forma indicativa que afirma la operación mental de dudar; vivas,
forma del subjuntivo común, que presenta como dudoso el vivir contento;
contribuye, forma indicativa, que afirma la contribución; y estés, forma
del subjuntivo común, que sigue presentando como dudoso el estar
contento.

«Me alegro de que goces de tan buena salud»; «Sienten mucho tus amigos
que te resuelvas a expatriarte». Es claro que se afirma indirectamente
que gozas de salud, y que te resuelves a expatriarte, porque estos hechos
son los que producen la alegría y el sentimiento; y sin embargo, no tiene
cabida el indicativo sino el subjuntivo común goces, resuelvas, porque en
estos casos y en otros análogos prevalece sobre la regla que asigna el
indicativo a los juicios la que pide el subjuntivo común para las
emociones del ánimo.
463 (a). A esta influencia de las emociones puede referirse el uso
notabilísimo que hacemos de las formas subjuntivas comunes en los
juramentos y aseveraciones enérgicas. «Por Dios, que no se lleven el
asno, si bien viniesen por él cuantos aguadores hay en el mundo»
(Cervantes).
«¿Bandoleritos a estas horas? Para mi santiguada, que ellos nos pongan
como nuevos» (Cervantes). Lleven y pongan están en lugar de los
indicativos llevarán y pondrán, que también pueden usarse.
464 (219). Una de las emociones o afectos que más a menudo ocurre
expresar, es el deseo de un hecho positivo o negativo; y cuando el que
desea es la persona que habla, se puede omitir la proposición
subordinante yo deseo que, yo desearía que, poniendo la subordinada en
alguna de las formas subjuntivas comunes, que se llaman entonces
optativas:

... Cuando oprima


Nuestro cuerpo la tierra, diga alguno,
Blanda le sea, al derramarla encima.
Diga es deseo que diga, y sea, deseo que sea.
Son formas optativas o del Modo optativo las subjuntivas comunes que se
emplean en proposiciones independientes para significar el deseo de un
hecho positivo o negativo; -140- positivo, como en el ejemplo
anterior; negativo, como en: «Nada te arredre de tu honrado propósito»,
«Pluguiese a Dios que no te hubieras dejado llevar de tan perniciosos
consejos».
465 (a). Las solas proposiciones subordinadas en que caben formas
optativas son las que dependen del verbo decir u otro verbo o frase
verbal equivalente: «La dijeron que entrase»; «Le hice señas que
viniese»; porque en estas proposiciones no es significado el deseo sino
por la inflexión del verbo en la proposición subordinada; pero en
realidad lo que hace la inflexión verbal es dar a la expresión
subordinante el significado de mandato o deseo.
466 (220). Las formas optativas reciben una inflexión especial, cuando la
persona a quien hablamos es la que debe cumplir el deseo, y lo que se
desea se supone depender de su voluntad, y se expresa por una proposición
que no contiene palabra negativa. Diga, por ejemplo, pasa entonces a dí,
y sea a sé. «Dí lo que se te pregunta», «Sé hombre de bien». Las formas
optativas se llaman entonces imperativas; y de lo que acabamos de decir
se colige: 1.º que en nuestra lengua las formas imperativas no pueden ser
sino de segunda persona, singular o plural; 2.º que las formas
imperativas no se construyen con palabras negativas, como no, nada,
tampoco, nadie, ninguno, etc.; y 3.º que cuando lo que se desea no es un
hecho que dependa de la voluntad de la segunda persona, se emplea la
forma optativa ordinaria. Decimos, pues, con la forma imperativa sé
hombre honrado, y con la optativa: «Permítalo, Dios», «No murmures»,
«Nunca faltes a la verdad», «A nadie ofendas», «Seas feliz»; bien que en
este último ejemplo se permitiría alguna vez decir sé, sobre todo en
poesía, por una especie de ficción que atribuye a la voluntad lo que
realmente no depende de ella.
467 (a). El imperativo, por tanto, es una forma particular del Modo
optativo, que jamás tiene cabida sino en proposiciones independientes. Si
lo admitimos como un Modo especial, será preciso reconocer que no cabe en
la definición de los Modos cual la hemos dado arriba (§ 213), puesto que
ni se subordina ni puede subordinarse jamás a expresión alguna; y ésta es
la excepción a que allí mismo aludimos. -141- Pero me parece
preferible considerar a dí, ven, hablad, escribid, como abreviaciones de
quiero que digas, deseo que vengas, que habléis, que escribáis; y en esto
no hago más que adoptar un concepto expresado por la Real Academia y por
varios filólogos nacionales y extranjeros. Él es, pues, como la raíz del
Modo optativo, cuyas formas toma prestadas a menudo. Así es que si
queremos reproducir en tiempo pasado esos imperativos hablad, escribid,
decimos: «Me mandó que hablase», «Nos rogó que escribiésemos», o cosa
semejante.
468 (b). Hay varias formas que los gramáticos han reducido al subjuntivo,
y aun con más fundamento que las subjuntivas comunes, si cabe, porque se
emplean, no sólo a menudo sino constantemente, en proposiciones
subordinadas. Tal es la forma en are, ere, iere, como cantare (de
cantar), trajere (de traer), partiere (de partir). Sin embargo, no puede
decirse dudo que ella cantare, sino dudo que ella cante; ni deseo que
ustedes leyeren, sino deseo que ustedes lean; ni salvárele Dios, sino
sálvele Dios. Es propio de esta forma simple (y de la compuesta que nace
de ella: hubiere cantado, hubiere traído, hubiere partido) el significar
siempre una condición o hipótesis, principalmente cuando de ésta depende
el ejecutarse un mandato, un deseo, o el declarar un juicio: Si alguno
llamare a la puerta, le abrirás; si llegaren a tiempo, hazme el favor de
recibirlos; si alguien tal pensare, se engaña, y si lo hubiere dicho, ha
mentido.
En ninguno de estos ejemplos se puede emplear forma alguna subjuntiva de
las antes enumeradas. Por tanto:
469 (221). Es preciso reconocer dos subjuntivos diversos: el que llamamos
común, porque se extiende a una gran variedad de casos, y el de que ahora
tratamos, al que por su constante significado de condición o hipótesis
damos el nombre de hipotético.
470 (a). Este Modo es peculiar de la conjugación castellana, pues no lo
hubo en latín, ni lo hay en ninguno de los otros dialectos romances73; y
sólo tiene dos formas propias suyas, la simple (cantare, trajere,
partiere), y la compuesta que nace de ella (hubiere cantado, hubiere
traído, hubiere partido)183.
-142-
471 (222). Para subvenir a la escasez de formas propias de este Modo,
apelamos a los otros dos Modos, indicativo y subjuntivo común.
472 (a). Si la proposición subordinada que expresa la hipótesis, viene
regida por el adverbio condicional si, puede sustituirse el indicativo al
hipotético, y prestarle los tiempos de que carece. Por ejemplo:
«Si alguien llamare o llama a la puerta, le abrirás». No es admisible el
subjuntivo llame.
«Se nos previno que si alguien llamaba a la puerta, le abriésemos». Es
admisible el subjuntivo llamase o llamara.
«Si alguien hubiere o ha llegado de la ciudad, le preguntarás qué hay de
nuevo». No es admisible el subjuntivo haya llegado.
«Encargome que si alguien había llegado de la ciudad, le preguntase qué
noticias corrían». Puede decirse hubiese o hubiera llegado.
473 (b). Mas cuando la condición no es regida por el si condicional, no
tiene cabida el indicativo sino el subjuntivo común.
«En caso que alguien llamare o llame...». No puede emplearse el
indicativo llama.
«Estad apercibidos para lo que sobreviniere o sobrevenga». Podría decirse
sobrevendrá, pero no en sentido hipotético, porque con esta forma
daríamos a entender que ha de sobrevenir algún hecho.
«Se nos previno que estuviésemos apercibidos para lo que sobreviniese o
sobreviniera». No puede decirse ni sobrevenía, ni sobrevendría, sino en
un sentido positivo, no condicional.
474 (c). De manera que en la condición precedida de si, el indicativo y
el subjuntivo común se confunden después de una expresión subordinante
que signifique tiempo absolutamente pasado. La frase se nos ha prevenido
no tiene este carácter, porque supone subsistente el imperio de la
prevención; y de aquí es que su régimen puede ser como el del presente o
como el del pretérito: «Se nos ha prevenido que si alguien llegare o
llega, o que si alguien llegaba, llegase o llegara184. Pero si la
condición no es precedida de si, se excluye siempre el indicativo.
-143-
475 (223). Tenemos, pues, dos modos enteramente distintos: el indicativo
y el subjuntivo; pero este último se subdivide en subjuntivo común y
subjuntivo hipotético. El subjuntivo común presta sus formas a un cuarto
Modo, el optativo, y el optativo tiene una forma particular en que se
llama imperativo.
476 (224). Podemos ahora completar la definición del verbo castellano
diciendo que es una clase de palabras que significan el atributo de la
proposición, indicando juntamente la persona y número del sujeto, el
tiempo y Modo del atributo185.

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Nota XIV
Modos del verbo

Para que la distribución de los tiempos en modos no penda del puro


capricho de los gramáticos, y preste alguna utilidad práctica, debe
atenderse principalmente al régimen, que sin duda fue la consideración
que -381- tuvieron presente los que primero clasificaron de esta manera
los tiempos. Formas verbales que sólo difieren entre sí en cuanto
significan diferentes relaciones de tiempo y que son regidas por unas
mismas palabras, pertenecen a un mismo Modo. Por ejemplo, los mismos
verbos que rigen el futuro de indicativo, rigen, variado el tiempo, la
forma en ría (amaría, leería, partiría); pues si por medio del simple
futuro decimos promete que vendrá, aseguro que iré, estamos ciertos de
que nada nos faltará, trasladando el presente al pasado es menester que
digamos: prometió que vendría, aseguré que iría, estábamos ciertos de que
nada nos faltaría. Lo propio de esta forma es afirmar una cosa como
futura respecto de una cosa pasada, como posterior a una cosa pretérita;
y esto es lo que significa la denominación que le doy de pos-pretérito,
colocándola en el indicativo porque afirma y porque es regida de los
mismos verbos que rigen el futuro de indicativo.
Hay gramáticos (y son en el día los más) que la colocan en el indicativo,
pero la llaman condicional, en lo que también se yerra, porque de suyo no
significa la consecuencia de una condición (que es lo que se quiere decir
llamándola condicional), y cuando así lo hace, es en virtud de una
metáfora. La relación de pretérito que ella naturalmente envuelve,
redunda entonces, y se hace el signo de una negación implícita, como
sucede en otras formas verbales. Véase lo que digo sobre éste y otros
usos metafóricos de los tiempos en la Gramática (número 313 y
siguientes).
Guiado por los mismos principios he introducido un nuevo Modo: el
subjuntivo Hipotético, que conviene con el subjuntivo común en adaptarse
a las proposiciones subordinadas. Y aún es más exclusivamente propio de
ellas que el subjuntivo común, pues éste en varios casos, y sobre todo
cuando toma el sentido optativo, tiene cabida en proposiciones
independientes.
Los caracteres del Modo hipotético, que no permiten confundirle con
ningún otro, y en especial con el subjuntivo común, son muy señalados.
Helos aquí:
Siempre significa condición; ningún otro modo lo hace sino
accidentalmente. Ni significa la consecuencia de la condición, como el
llamado condicional, sino la condición misma.
No viene nunca, como ya he dicho, sino en proposiciones subordinadas.
No recibe jamás, como el subjuntivo común, el sentido optativo.
No es regido de verbos que rigen necesariamente el subjuntivo común.
Así, verbos que por significar duda, temor, deseo, rigen el subjuntivo
común, no rigen las formas que son propias del subjuntivo hipotético. Se
dice dudo, temo, deseo, que venga (no viniere).
Sobre los casos en que puede o debe ser subrogado o suplido por formas
del indicativo o del subjuntivo común, no creo necesario repetir lo que
he dicho en los números 299 y siguientes, que recomiendo particularmente
a los lectores despreocupados.

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