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Derechos civiles en

el nuevo paradigma
de la tecnología
La Revolución Horizontal

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2.1. Unidad 1: Del mundo real
al mundo virtual
2.1.1. Los usuarios en la red
Hablamos de dos mundos, por un lado el mundo real y por otro el mundo
virtual, a simple vista intuimos perfectamente la diferencia entre uno y otro
mundo, pero si nos piden que expliquemos las diferencias entre uno y otro,
¿lo podemos hacer con sencillez, y sin que nos surjan dudas?

Veamos, para el diccionario de la Real Academia Española1, las palabras real


y virtual, tienen el siguiente significado:

Real (Del lat., res, rei), significa: Que tiene existencia verdadera y efectiva.
Virtual (Del latín, virtus, fuerza, virtud), es aquello 1.- Que tiene virtud para
producir un efecto, aunque no lo produce de presente, frecuentemente en
oposición a efectivo o real. 2. adj. Implícito, tácito. 3. adj. Fís. Que tiene
existencia aparente y no rea.

Evidentemente con el mundo real no hay ninguna dificultad para entender


de ‘que’ estamos hablando cuando decimos que algo tiene existencia real.
En cambio cuando pensamos en el mundo virtual y comenzamos a tratar de
adecuar mentalmente la definición del diccionario, con aquello a lo que
habitualmente llamamos mundo virtual, como ser: Internet, las redes
sociales, Sonico o Youtube. En el mundo de la informática, el de la
telemática o todo aquello que involucra el uso de nuevas tecnologías, ya la
cuestión no parece tan sencilla. ¿Es o no real, un correo electrónico, un
documento digital donde se plasma un contrato, una página de internet en
donde leemos o vemos y escuchamos las noticias, el envío de un ‘sms’, el
‘chateo’ a través de nuestro teléfono celular?

¿No son acaso, todas las actividades mencionadas junto a las herramientas
digitales involucradas, y sin pretender filosofar, actividades que tienen
existencia verdadera y efectiva, es decir, existencia real?

Vemos que establecer mínimas y claras diferencias –si existen- tiene


dificultades. Este proceso en el siglo XXI se está acelerando
considerablemente porque ya estamos viviendo ‘dentro’ de un mundo

1
Recuperado de http://www.rae.es [ 30-01-2014]

2
virtual. Toda nuestra existencia no sería tal como es, de no ser justamente
por todas las nuevas tecnologías que han invadido nuestras vidas, que
vinieron para quedarse definitivamente y de las cuales hoy ya dependemos.
Estamos viviendo sin lugar a dudas una verdadera revolución socio-cultural.

“Al observar este panorama, coincidimos en que estábamos frente a un


revolución, y en que, como tal, era difícil observar su destino y sus efectos”.
(Alonso y Arévalos 2012 pág. 12)

La cuestión para el Derecho, que es lo que a nosotros nos interesa, en donde


se deben establecer normas claras, las cuales deben ser interpretadas y
aplicadas con el menor margen de duda, es aún mucho más dificultosa. Las
nuevas tecnologías le están planteando al Derecho grandes desafíos, y no
nos equivocamos al afirmar que estos desafíos son cada vez mayores y se
multiplican a medida que avanza el nuevo siglo, lo nuevo en materia
tecnológica no da respiro a la Doctrina.

Si pensamos que las computadoras más modernas están quedando


obsoletas en la misma línea de producción, ¿Qué podemos decir entonces
del Derecho, que siempre va a la zaga de la evolución de la sociedad, de sus
costumbres y por supuesto de su tecnología?

¿Cómo recepta el Derecho todos estos cambios?, ¿De qué manera los
asimila, para poder brindar respuestas adecuadas? Trataremos de dar una
visión de esta problemática en el ámbito de lo que hoy se conoce como ‘las
redes sociales’.

La Corte Suprema de de los Estados Unidos ha caracterizado a Internet como


“una red internacional de computadoras interconectadas que permite
comunicarse entre sí a decenas de millones de personas, así como acceder
a una inmensa cantidad de información de todo el mundo”. La considera
como un “único y totalmente nuevo medio de comunicación humana
mundial” (fallo “Janet Reno, Attorney General of United Stares vs. American
Civil Liberties Union”-ACLU-l 26/6/1997)2

Las redes sociales, en el ciberespacio han cambiado la forma de la


comunicación humana, su uso hoy está amplia y definitivamente instalado
entre nosotros, esto es tan es así, que los más jóvenes están dejando de
utilizar como medio de comunicación al correo electrónico, para
comunicarse a través de las llamadas ‘redes sociales’. Facebook, Twitter,

2
Vaninetti, H. (2010) Aspectos jurídicos de Internet. 1era.Edición .Librería Editora Platense SRL Pág.
19.

3
Youtube, Sonico, Flickr, Tumblr -por nombrar sólo a algunas- ya cuentan por
cientos de millones en el mundo, sus usuarios. Esto sin lugar a dudas está
provocando un profundo impacto social, y aquellos aspectos más sensibles
de las relaciones humanas como ser la intimidad, y el derecho de la propia
imagen, están siendo profundamente afectados por el uso de estas
tecnologías. Dada la enorme facilidad que ofrecen las redes sociales para
alojar textos, imágenes y videos -en sus distintos formatos- los usuarios
exponen en la red literalmente todos los aspectos de sus vidas; bajar y subir
contenidos en Facebook por ejemplo, ya no presenta dificultades para
prácticamente ningún usuario, lo que aumenta y potencia la posibilidad
cierta de su virilización.

Un usuario desprevenido, que en forma inocente sube una fotografía de él


mismo a Facebook en una situación risueña para su entorno, pensando que
solo podrá ser vista por aquellos ‘autorizados’ por él (su grupo de ‘amigos’),
y sucede lo no deseado, un individuo inescrupuloso copia esa imagen, y la
comienza a reproducir sin el permiso de su ‘dueño’ en lugares (sitios, páginas
de internet) que nunca estuvieron en la mira de este usuario ‘desprevenido’.

Aquí entonces, nos empezamos a poner serios y empezamos a ver con


claridad las consecuencias no deseadas del uso de la red social. Alguien se
introdujo en el sistema, copió la imagen -todo lo hace sin permiso ni
autorización expresa del dueño de la imagen- y la subió a sitios extraños, por
ejemplo, moralmente repudiables o que no coinciden o son opuestos con la
postura política del dueño de esa imagen.

Esta conducta repudiable por cierto, tiene la posibilidad -como veremos más
adelante- de ser sancionada legalmente.

2.1.2. La e-xperiencia
Cuando hablamos de comunicación humana, conceptualmente estamos
hablando de un sujeto, de un mensaje y un medio a través del cual el
mensaje es enviado. Pensemos por un momento que en términos cósmicos
el ser humano ha pasado de un día para el otro, de las señales de humo y el
‘tan-tan’ de los tambores a conformar una red de cientos de millones de
computadoras interconectadas entre sí, a través de las cuales se cursan
trillones de mensajes por día. El fenómeno Internet, nos hace que pensemos
el mundo como una gran aldea, más precisamente como si el mundo fuera
una ‘aldea global’, término que fue acuñado por el escritor canadiense
Marshall McLuhan en los años sesenta y describe con gran precisión en lo

4
que se ha convertido nuestro planeta gracias a Internet y las tecnologías
asociadas que cambiaron radicalmente la visión del ‘mundo’. En este nuevo
mundo, las redes sociales son más que un medio a través del cual viajan
‘nuestros’ mensajes, es decir la visión clásica, ‘mensaje-medio-receptor’, ya
no es tal.

Según el propio McLuhan:

“el ‘medio es el mensaje’, en el cual redefinió el significado de dos términos


claves en la comunicación. Su enfoque fue ampliamente difundido en el
medio académico y más tarde, en el público en general”. (García A. Arévalos
A. 2010 pág 67)3.

Este canadiense concibió los objetos con los cuales convivimos todos los días
como una extensión de nuestra propia anatomía, visto de esta manera
concebía a la ropa como la extensión de nuestra propia piel, al alfabeto como
una extensión del lenguaje humano y a la rueda como extensión, por
ejemplo, de los pies de la persona que la utilizaba.

Con esta visión entender a las redes sociales desde el punto de vista de la
comunicación como extensiones de nosotros mismos, en donde ya no son
simplemente el medio a través del cual nos comunicamos, sino que son
extensiones de nuestra propia persona, es casi inmediato.

El medio ha dejado de ser el canal a través del cual circula el mensaje que
emitimos, sino que éste representa una extensión de nosotros, somos parte
de la red y la red es una extensión de nuestra humanidad. El medio le agrega
algo al mensaje, ‘un valor agregado’ diferente según de que medio se trata.
El mismo mensaje publicitario, visto en dos medios diferentes, por ejemplo,
revista o TV, será percibido por el receptor de manera diferente.

La experiencia del ser humano dentro del paradigma que representa


internet, es una e-xperiencia, en donde los usuarios interactúan entre sí,
modificando y construyendo la realidad del medio, es decir, todo es
absolutamente dinámico, quien emite el mensaje, forma parte del mismo,
se modifica a sí mismo, al medio y a las relaciones humanas que establece
con sus pares (peers). Para Mac Luhan el mensaje comprendía todas las
modificaciones que sufrían la realidad y las relaciones humanas4.

3
García A. Arévalos A. (2010). La Revolución Horizontal Edición digital. Pág.67
4
García A. Arévalos A. (2010). La Revolución Horizontal Edición digital. Pág.78

5
2.1.3. Las redes sociales
En la red, los grupos de usuarios que comparten gustos y/o afinidades
comunes, conforman las llamadas ‘redes sociales’, las cuales, y debido a su
extraordinaria difusión y crecimiento se han transformado en unos de los
fenómenos que más han caracterizado a Internet en los últimos tiempos. El
crecimiento de las redes sociales, además, es válido aclarar, se ha visto
favorecido por plataformas tecnológicas que ponen a disposición de los
usuarios, herramientas que les permiten intercambiar prácticamente - todo
tipo de información- sin limitaciones. Este intercambio de información
muchas de las veces es de tipo personal, razón por la cual ya se han alzado
voces que empiezan a alertar sobre el impacto que este intercambio de
datos personales, tendrá en la esfera de la intimidad y privacidad de las
personas que utilizan las redes sociales. En este sentido podemos
mencionar, que en la 30º Conferencia Internacional de Autoridades de Datos
y Privacidad, que se desarrolló en Estrasburgo entre los días 17 y 18 de
Octubre de 2008, preocupadas por este fenómeno, confeccionaron una
resolución sobre la protección de la privacidad en los servicios de redes
sociales.5

El peligro que representa subir e intercambiar información de tipo personal


dentro de las redes sociales, es claro y evidente, atento a que dicha
información, puede fluir (sin los controles adecuados) fuera de esa
plataforma, quedando de esta manera fuera del control de su dueño con
todo lo que esto significa.

Hoy vemos a diario como la privacidad y la intimidad de las personas, se ve


vulnerada por el uso indebido de la información personal que circula a través
de las redes sociales. Por lo cual es recomendable que los administradores
de estas redes, proporcionen a sus usuarios, la mayor cantidad de
información posible sobre el uso que harán de los datos que los propios
usuarios les proporcionan, y también, si en el futuro -en el caso de que lo
deseen- contarán con herramientas adecuadas para eliminar todos aquellos
datos que proporcionaron y que ya no quieren que queden registrados.

5
Vaninetti Hugo Alfredo. (2010) Aspectos jurídicos de Internet. 1era.Edición Librería Editora
Platense SRL. Pág. 164.

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2.1.4. La reputación en internet
Aristóteles afirmaba que el hombre es un social, más precisamente hablaba
de que el hombre es un animal político. El término polis en griego significa
ciudad. Observaba el filósofo que el hombre naturalmente tiene la
capacidad para relacionarse y organizarse socialmente dentro de las
ciudades y aquellos individuos que no se integraban dentro de la vida de la
polis, desde su punto de vista directamente no eran considerados hombres,
y aunque esta última visión del Estagirita ha sido superada, es ampliamente
aceptado el concepto de que es dentro de la sociedad donde el ser humano
alcanza a desarrollar todas sus potencialidades como individuo, en
consecuencia, la opinión, que tienen los demás sobre nosotros, y que se
relaciona directamente con la estima y/o prestigio, que despertamos en los
otros, deviene en una medida del valor que tenemos como personas para
nosotros mismos y para el resto.

La mayoría de nosotros, desenvolvemos nuestras vidas, tomando contacto


con un grupo más o menos reducido de personas, compañeros de trabajo,
vecinos, amigos, compañeros de estudios y/o del club, la propia familia.
Dentro de este grupo de personas, poseemos un prestigio, una reputación
una valoración. Con el advenimiento de las recientes tecnologías, en donde
las redes sociales han literalmente ‘explotado’ en todo el mundo,
posibilitando que las personas se relacionen entre sí y construyan
verdaderos entramados de cientos y hasta miles de grupos sociales que
como ya dijimos comparten gustos, afinidades, e intercambian opiniones,
como consecuencia el pequeño grupo del que hablamos ha ‘crecido’
considerablemente.

Internet, posibilita que los usuarios de las redes sociales intercambien


cientos de miles de millones de datos, durante todos los días del año,
fluyendo estos datos en uno y otro sentido y realmente en todos los
sentidos. Las opiniones que vertimos en la red, nuestros gustos, posición
política, ideas religiosas, pueden ser vistas y ‘descubiertas’ por millones de
personas-usuarios a la vez, y todo eso con apenas un ‘click’ del mouse,
utilizando como herramienta a programas de internet especializados y
orientados a recolectar información ‘on demand’.

Algunos de los más populares son los proporcionados por las empresas
Google, Yahoo, o Microsoft. Como consecuencia de todo esto, nuestros
‘contactos’ dentro de la sociedad ya no se reducen al pequeño grupo de
personas con las que inter actuábamos todos los días en razón de nuestras
propias actividades.

7
Nuestra reputación como individuos puede ser afectada por la difusión de
comentarios, de fotografías, o cualquier información relacionada con
nuestra persona, esta afectación puede ser tanto positiva como negativa.
Pensemos por un momento que una opinión positiva o negativa sobre
nosotros emitida por alguien dentro de la red, se multiplicara ‘virilizándose’
y sin control. A raíz de esto, nuestra reputación puede verse seriamente
afectada, al punto tal que recomponer la situación al estadio anterior será
en la práctica sino imposible muy dificultoso.

Uno de los casos más recientes es el de Olvido Hormigos, concejal de la


municipalidad española de Los Yébenes, en la comunidad de Castilla-La
Mancha. Alguien obtuvo un video erótico privado en el que aparecía
semidesnuda y lo colgó en YouTube. El primer día hubo más de un millón de
clics al enlace. En Google su referencia aparece en 1.670.000 resultados.
Probablemente Olvido desearía que la web olvide su nombre.

El problema es que borrar de la red este tipo de información es


prácticamente imposible, según le explica a BBC Mundo Oscar del Santo,
profesor y consultor web, autor del libro “Reputación Online para Tod@s”.
“Si alguien recibe una crítica no se puede eliminar, pero sí moverla de los
primeros diez resultados de la búsqueda de Google; 93% de los cibernautas
no pasa de esa primera página”6.

6
Recuperado de: http://technolaw.com.ar/internet/como-pasarle-el-plumero-a-la-reputacion-
online/ [06-02-2014]

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2.2 Unidad 2: La búsqueda de
una nueva intimidad
2.2.1 Derecho a la intimidad y a la autodeterminación
informativa
Las actividades que desarrollamos mientras estamos ‘conectados’ a
Internet, pueden ser vistas por aquellos autorizados por nosotros.
Justamente, gran parte de nuestra actividad cuando utilizamos internet,
debe ser necesariamente vista por otro u otros a fin de que nos podamos
comunicar, quienes interactúan con nosotros tienen que ‘ver’
necesariamente cierta y parte de la actividad que desarrollamos - si así no
fuera- hoy en día la mayoría de las actividades que los usuarios (nosotros y
los otros) desarrollan en internet carecería totalmente de sentido.

Actuamos para que nos vean, es decir, cuando enviamos o recibimos correo
electrónico. Por ejemplo cuando realizamos alguna compra por internet,
existe del otro ‘lado’, alguien a quien hemos autorizado a que pueda ‘ver’
nuestra actividad, ya sea porque enviamos o recibimos información en
archivos, ya sea porque nos piden el número de nuestra tarjeta de crédito
para el caso de que estemos comprando algo on-line.
Hasta aquí está todo en orden, pero sucede que a la par que existen aquellos
autorizados también existen ‘otros’ individuos y/o empresas que se dedican
a espiar y monitorear nuestra actividad en la red sin que los hayamos
autorizado.

Esta intromisión en nuestras vidas privadas no autorizada por nosotros,


configura una invasión a la esfera de nuestra intimidad.

…a través del monitoreo de e-mail, la utilización de cookies,


del Spam, de la recolección, difusión y posterior venta de
datos personales recabados sin autorización de los usuarios
de internet, de la reproducción de información sensible, se
violan ciertos derechos personalísimos como lo son al honor,
la imagen y la intimidad, aspectos ignorados por la mayoría
de los que utilizan Internet. (Vaninetti 2010 Pág. 109)7

7
Vaninetti H. (2010). Aspectos jurídicos de Internet. 1era.Edición Librería Editora Platense SRL Pág.
109

9
Como usuarios de Internet nos hemos convertido en grandes consumidores,
hacemos uso de muchas de estas herramientas, que nos posibilitan cosas
que hasta no más de diez o veinte años eran impensadas o pertenecían más
al género de la fantasía que al de la realidad y en este camino hacemos gala
de gran habilidad en el uso de las herramientas tecnológicas, siendo como
afirma Roger Chartier: “Por un lado como grandes híper consumidores
tecnológicos pero por el otro analfabetos funcionales (de internet)”.8 (La
Nación 2001 pág. 13).

Mencionamos el derecho a la intimidad, este derecho, forma parte de los


derechos a la personalidad que posee todo ser humano. Es un derecho
esencial. Según el reconocido autor y doctrinario, Santos Cifuentes, estos
derechos personalísimos poseen los siguientes caracteres: son innatos
(surgen con la propia existencia del hombre), son vitalicios (rigen durante
toda su vida); son necesarios (no pueden faltar ni perderse en forma
definitiva durante la vida del ser humano); son esenciales; son de objeto
interior; son extra patrimoniales; absolutos (oponibles erga omnes);
privados y autónomos.

Para Cifuentes, el derecho a la intimidad, es “el derecho personalísimo que


permite sustraer a la persona de la publicidad o de otras perturbaciones a
su vida privada el cual está limitado por las necesidades sociales y los
intereses públicos” (Vaninetti 2010 Pág. 113.9 )

El derecho a la intimidad, tiene recepción en numerosa legislación


internacional: La Declaración de Derechos Humanos de la Asamblea General
de las Naciones Unidas de 1948; la Declaración Americana de Derechos
Deberes del hombre de 1948; el Pacto sobre Derechos Civiles, Políticos y
Sociales de 1966; la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La
Constitución de la Nación Argentina les ha dado a estos tratados, jerarquía
constitucional (art. 75 inc. 22), y también reconoce aspectos
importantísimos de este derecho en su art. 18 (principio de legalidad), como
ser, la inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia y de los papeles
privadas y en su art. 19 (principio de reserva), que establece que las acciones
privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral
pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas
de la autoridad de los magistrados.

8
La Nación. 6 de Mayo de 2001, Sección cultura. pág. 12. Roger Chartier. El peligro del
analfabetismo tecnológico.
9
Vaninetti, H. (2010) Aspectos jurídicos de Internet. Librería Editora Platense, La Plata. Pág. 113.

10
En la República Argentina a partir de la sanción del nuevo Código Civil y
Comercial (CCN) de la Nación (1-08-2015), el derecho a la intimidad tiene
recepción en su art. 5210:

Art. 52.- Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en


su intimidad personal o familiar, honra o reputación, imagen o
identidad, o que de cualquier modo resulte menoscabada en su
dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de los
daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V,
Capítulo 1.

Lo que hacemos en la red puede ser monitoreado, guardado y usado


posteriormente o hasta

10
Código Civil y Comercial de la Nación. Libro Primero. Parte General. Capítulo 3. Derechos y actos
personalísimos.

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