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Alfonso Serrano Maíllo
PID_00183827
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 Teorías integradas contemporáneas
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CC-BY-NC-ND • PID_00183827 Teorías integradas contemporáneas
Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 6
1. Enfoques integrados.......................................................................... 7
Resumen....................................................................................................... 33
Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 35
Solucionario................................................................................................ 37
Glosario........................................................................................................ 38
Bibliografía................................................................................................. 39
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 5 Teorías integradas contemporáneas
Introducción
Este auge de las teorías integradas ha coincidido con que la teoría criminoló-
gica se ha vuelto más y más exigente. Ello exige que los teóricos contempo-
ráneos tengan que aclarar un conjunto elevado de características del delito,
incluir variables de naturaleza muy diversa, ocuparse de los cambios que pue-
den producirse a lo largo de la vida de las personas u ofrecer formas de con-
trol y prevención de delito. Ello aumenta más si cabe la complejidad de estas
propuestas.
Una de las consecuencias es que algunas de las teorías que ahora revisaremos
podrían perfectamente incluirse entre las del curso de la vida o de la crimino-
logía del desarrollo.
Objetivos
1. Comprender los distintos métodos teóricos, esto es, las estrategias para
construir teorías. En particular, comprender la metodología de la integra-
ción con sus ventajas e inconvenientes.
1. Enfoques integrados
Por eso autores como Hirschi (2002) han propuesto seguir fieles a las teorías
unitarias y potenciar la competencia entre ellas, refutando y abandonando las
que no resistan las críticas empíricas.
"no creo que mi teoría de la frustración sea una teoría completa de la delincuencia. Muy
a menudo, la delincuencia puede resultar de causas que no tienen nada que ver con la
frustración. Y cuando la frustración causa la delincuencia, puede operar en conjunción
con otras causas" (1980, pág. 27).
Asimismo, Agnew había encontrado evidencia empírica que apunta que va-
riables de teorías distintas dependen de las de otras, esto es, que existe una
interacción entre ellas. Todo lo anterior se traduce, coherentemente con la
obra de nuestro autor, en la conveniencia de construir teorías integradas.
El autor parte de la base de que las teorías hasta ahora propuestas en crimi-
nología, incluso aunque muchas de ellas han recibido un importante apoyo
empírico, son incompletas. Un problema importante que agrava este defecto
es que una teoría debería incorporar respuestas para muchas cuestiones que
hoy se sabe que son importantes. Entre las mismas se encuentran, entre otras:
4) Cuánto tardan las causas en tener un impacto sobre el delito y en qué forma.
Es decir, que Agnew parte de una concepción muy exigente de lo que debe ser
una teoría y de las cuestiones que no puede obviar en el presente momento
de desarrollo de la criminología. Para dificultar un poco más las cosas, Agnew
muestra una gran preocupación con que la teoría mantenga un grado acepta-
ble de simplicidad para que pueda ser comprendida y testada empíricamente.
Su compromiso es, pues, no sólo proponer una teoría general del delito y que
ésta sea exhaustiva en sus respuestas, sino también lograr un equilibrio entre
una teoría tan completa y un grado aceptable de simplicidad.
Puesto que las teorías tradicionales, lo mismo que las modernas, están incom-
pletas y tratar de ampliarlas, en caso de que ello fuera posible, implicaría un
grado de complejidad poco recomendable −puesto que muchas de estas teorías
son ya de por sí altamente complejas−; Agnew propone el recurso a la integra-
ción�de�teorías, es decir, de variables y mecanismos etiológicos procedentes
de distintas teorías criminológicas:
"la teoría (general integrada) se distingue sobre todo por cómo organiza teorías e inves-
tigaciones preexistentes en un todo integrado" (2005, pág. 11).
Aunque las teorías clásicas del aprendizaje, el control y la frustración −con una
cierta presencia de la teoría general de la frustración− son las que desempeñan
un papel más destacado en la teoría general integrada, Agnew recurre a un
exagerado sinfín de teorías para construir su propuesta, incluyendo muchas
de las expuestas en los presentes materiales y otras más.
Sólo por hacer una muy breve advertencia, a lo largo de su trabajo el autor destaca, como
vemos, muy diversas variables y mecanismos, pero entre ellos pocas veces olvida el efecto
que la frustración tiene en todo el proceso criminal −tanto en el delincuente como en
quienes le rodean y las áreas vitales, lo cual se puede traducir a su vez en aumentos de la
frustración en el primero, más otras complicaciones−, de modo directo e indirecto, con
lo cual se conecta con la teoría�general�de�la�frustración.
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Con ello Agnew quiere decir que es necesario atender a variables que afectan a
ambas constelaciones de impedimentos y motivaciones. La mayor parte de las
teorías, aunque puedan compartir esta visión amplia, tienden a concentrarse
en uno u otro lado de la ecuación −generalmente en el lado de las motivacio-
nes. Otras tradiciones en criminología se limitan de manera expresa a una de
las constelaciones, como es el ejemplo claro de las teorías del control social.
El propio autor propone y desarrolla una tipología de impedimentos y moti-
vaciones:
1) Agnew afirma que las limitaciones contra el delito "pueden ser vistas como
un muro ubicado entre el individuo y el delito".
Se trata en primer lugar del control externo, como el que ejercen otros, sobre
todo personas íntimas como la familia o los amigos, para detectar y sancio-
nar el comportamiento criminal. Otros individuos, en segundo lugar, gozan
de objetos, situaciones, expectativas, etc. que desean conservar y que podrían
perder en caso de incurrir en el delito. Estas personas tienen un elevado inte-
rés en la conformidad, que actúa como limitación al delito. Por último, para
ciertos sujetos, el delito es tan inmoral, que ni siquiera consideran la posibi-
lidad de incurrir en él. Esta limitación es denominada control interno en la
terminología de la teoría general integrada.
Todas las variables relevantes para la explicación del delito han de afectar bien
a las limitaciones bien a las motivaciones para el delito. Como puede obser-
varse por el lector, es fácil identificar las tres grandes tradiciones teóricas de la
criminología contemporánea (de nivel individual o micro) en los desarrollos
anteriores: las teorías del control social, del aprendizaje y de la frustración.
Con esta apreciación se puede observar cómo opera aquí la metodología teó-
rica de la integración. Excepto quizá un par de conceptos, todos los restantes
permiten remitirse a las exposiciones de la presente Introducción. El concepto
de "interés�en�la�conformidad" (stake in conformity) fue introducido origina-
riamente por Toby, en el marco de las teorías del control social. Toby se refería
a que el nivel de delincuencia varía de una comunidad o barrio a otro, pero
que dentro de cada uno de ellos existían diferencias individuales en el grado
de interés en la conformidad que explicaban cómo es que no todos los chicos
expuestos a los ambientes sociales más criminógenos delinquían.
Agnew (2005) matiza y desarrolla esta idea. El recurso a la distinción entre pulls
y pushes se inspira en el trabajo de Reckless −cuya obra se suele ubicar también
entre las del control social−; la aplicación que hace Agnew de esta distinción
es afortunada, y coincide en buena medida, aunque no completamente, con
los conceptos originales de Reckless −para quien unos eran internos y otros
externos al individuo.
1)�Bajo�autocontrol�e�irritabilidad,�también�denominados�rasgos�persona-
les. Entre estas variables se incluyen la impulsividad, altos niveles de activi-
dad, problemas de atención, bajo aprendizaje a través del castigo, gusto por la
búsqueda de sensaciones, irritabilidad, insensibilidad hacia los otros, pobres
habilidades sociales y de resolución de conflictos y creencias favorables a la
comisión de delitos.
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Tener amigos delincuentes no sólo motiva para delinquir, sino que además dificulta la
creación de controles o limitaciones eficaces.
Éste sería el caso de un bajo autocontrol: no sólo eleva por sí mismo las posibilidades de
que se delinca, sino que a su vez −ahora indirectamente− influye en un aumento de la
frustración y de la probabilidad de responder a la frustración con el delito.
Por ejemplo −para el caso del cociente intelectual− influyendo en algunas variables indi-
viduales o sociales como la impulsividad o el rendimiento escolar.
Por ejemplo, un bajo autocontrol es una influencia robusta para delinquir, mientras que
el efecto de las experiencias negativas en el colegio sería modesto o moderado para la
teoría general integrada.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 13 Teorías integradas contemporáneas
Otro punto importante es que tanto el efecto como el tamaño del mis-
mo de las distintas variables pueden depender enormemente de la etapa
vital en que se encuentre el individuo, o sea, de su edad.
Por este motivo, nos encontramos ante un enfoque que se ubica del mismo
modo en la criminología�del�curso�de�la�vida, y que tiene un carácter, en-
tonces, dinámico.
Ejemplo
La influencia del colegio o de los padres será relevante en la infancia y, con unos efectos
mucho más modestos, en la adolescencia, mientras que será inapreciable en la edad adul-
ta; el matrimonio o el trabajo desplegarán sus efectos únicamente en los años adultos;
mientras que, por último, variables como el bajo autocontrol, la irritabilidad o los pares
delincuentes afectan las probabilidades de delito a lo largo de toda la vida de las personas.
1) En la primera etapa, la infancia, las variables más decisivas son las relacio-
nadas con los padres y el autocontrol e irritabilidad.
Los efectos del paso de un período a otro son en realidad mucho más amplios;
verbigracia, dependiendo del estadio en que se encuentre el individuo, tam-
bién se verán alteradas las interrelaciones entre las distintas esferas vitales y
las variables que encierra.
Las cinco áreas vitales −alrededor de las cuales se agrupan las variables influ-
yentes en el delito− no se comportan para la teoría general integrada como
compartimentos estancos, sino que se encuentran interrelacionadas�entre�sí.
Es decir, las variables relativas a los pares se encuentran conectadas con otras
esferas:
Así queda igualmente explicado, como acabamos de señalar, que las variables
tengan un efecto directo sobre el delito, pero también indirecto cuando influ-
yen en otras áreas vitales y en las variables en ellas incluidas. También se arroja
luz sobre cómo es que algunas esferas tienen un mayor peso en la causación
del delito.
Efecto de la familia
La teoría general integrada añade que las esferas de la vida que, como hemos
visto, desempeñan un papel en la causación del delito se ven afectadas a su
vez por factores�externos�de�naturaleza�ambiental.
Estas variables ayudan a explicar en parte cómo es que una persona se ve so- Ejemplo
metida a unas ciertas condiciones en cada una de las esferas vitales. Estos fac-
Individuos que proceden de
tores son heterogéneos, pero destacan los socio-demográficos: la edad, el se- familias desaventajadas so-
xo, la raza, el estatus socioeconómico de los padres y las características de la cio-económicamente tienen
una mayor tendencia a here-
comunidad. dar un autocontrol bajo y a su-
frir mayores frustraciones, tales
como las derivadas de las difi-
cultades económicas; pueden
Dentro de estos factores externos, Agnew (2005) incluye asimismo influencias recibir una educación más po-
biológicas, y de hecho a lo largo de su trabajo concede gran importancia a bre por parte de los padres; les
puede ir peor en la escuela; y
las diferencias� individuales −las cuales, sin embargo, no tienen que tener también tienen una cierta ten-
dencia a conseguir puestos de
necesariamente dicho origen. El mismo autor, eso sí, insiste en que los seres trabajo de mala calidad o in-
humanos somos en buena medida libres y no nos encontramos determinados cluso a sufrir el desempleo.
"Las tasas del delito son una agregación de actos criminales individuales, de modo que
estas teorías (ciertas teorías de nivel macro) esencialmente describen cómo variables de
nivel comunitario afectan al comportamiento criminal individual" (1999, pág. 123).
Nuestro autor considera, asimismo, que la teoría general integrada tiene tam-
bién una vocación de control y prevención�del�delito. Afirma que los mejo-
res programas para este fin son los que se enfrentan con las causas del delito,
aunque su impacto sobre estas sea modesto; y que serán tanto más efectivos
según incidan, para introducir mejoras, en más esferas de la vida. Más concre-
tamente, duda que una política criminal basada en sanciones punitivas sea
muy prometedora, a menos que se eleve la certeza de las sanciones y, conde-
nando el delito, se sea comprensivo con el delincuente y se trate de reintegrar-
lo a la sociedad.
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La mejor estrategia para la teoría integrada general, entonces, son programas Programas prometedores
de intervención que introduzcan mejoras en las distintas esferas de la vida de
A juicio del profesor de Emory,
los individuos y los criminales, tales como la familia, el trabajo o las personas en lo cual coincide con una
con las que se relaciona. parte importante de la doctri-
na, a día de hoy existen ya al-
gunos programas prometedo-
res en este sentido.
Aunque el teórico se muestra cauto respecto al apoyo empírico que espera que
reciba la teoría general integrada, concede una importante atención a cómo
debe�testarse la misma. Puesto que en la construcción de la teoría se han teni-
do en cuenta una parte importante de las investigaciones criminológicas rea-
lizadas hasta la fecha, entonces es lógico que Agnew (2005) sugiera que todas
ellas ya respaldan de alguna manera, aunque sea modesta, la misma. Natural-
mente, el autor reclama nuevas investigaciones, las cuales deberían centrarse,
siempre según nuestro autor, en partes de la teoría, ya que considera que es de-
masiado amplia y quizá compleja como para que un solo estudio sea capaz de
testarla por entero. De modo muy interesante, Agnew (2005) recurre a lo lar-
go de su libro a ejemplos tomados de etnografías y otros estudios cualitativos
que favorecen elementos de la teoría general integrada, con lo cual deja señas,
asimismo, de una más que loable vocación de integración metodológica.
Naturalmente, una teoría general integrada tan compleja es difícil que dé lugar
a muchos esfuerzos de tests empíricos.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 17 Teorías integradas contemporáneas
Otra importante teoría es la del equilibrio del control, propuesta por Tittle
en diversos trabajos comenzando por su magnífica monografía de 1995 y si-
guiendo por trabajos más recientes.
Por este motivo plantea un enfoque integrador específico que denomina en-
foque�sintético y que se caracteriza en lo fundamental por la existencia de
un único proceso causal central, el cual sirve de canalización a diversos argu-
mentos teóricos.
Este proceso causal central debe ser suficientemente abstracto como para per-
mitir inputs de otras teorías "sin absorberlas ni expulsarlas"; ser aplicable uni-
versalmente; proponer principios causales genuinos, y, por supuesto, resultar
verdadero. La teoría del equilibrio del control, por lo tanto, tiene una natura-
leza integrada.
"la extensión en la que un individuo puede potencialmente ejercitar control sobre cir-
cunstancias que inciden sobre él, en relación al control potencial que puede ser ejercitado
por entidades y condiciones externas contra el individuo" (Tittle, 2001, pág. 317).
La razón del control no es una entidad fija, sino que puede variar de una si-
tuación a otra, de un lugar a otro y de un momento a otro.
Por ejemplo, alguien puede encontrarse oprimido en el trabajo pero tener un superávit
de control en su casa en comparación con su esposa.
Por lo tanto, Tittle habla de una razón del control general, que se refiere a la
probabilidad medida de una persona de ejercer o ser sujeto de control; y de
razones del control situacionales, referidas a casos específicos. Las razones del
control dependen de características individuales y de características sociales u
organizativas.
Por ejemplo, los jóvenes suelen tener un déficit de control, de modo que la edad es una
variable individual relevante para la razón del control de una persona y, como ya sabe-
mos, un correlato muy sólido del delito.
Más interesante si cabe es el caso del sexo. Tittle mantiene que las mujeres tie-
nen en las sociedades mucho menor control potencial que los hombres y que
por ese motivo, como es bien sabido también, delinquen significativamente
menos. Pero en realidad, las mujeres ocupan como grupo las posiciones socia-
les con menos capacidad de control, lo cual también se relaciona en la teoría
con la desviación. Esta es precisamente la imagen que ofrece Tittle (1995): las
mujeres también tienden a incurrir en comportamientos desviados, concreta-
mente incurren en sumisión.
El proceso causal central de la teoría del equilibrio del control está constituido,
pues, por las razones del control, en el bien entendido que las personas difieren
en sus razones del control −más o menos niveladas− y que razones del control
desequilibradas se relacionan con la desviación. Ahora bien, una razón del
control desequilibrada es una condición necesaria pero no suficiente para la
aparición de la desviación, en alguna de sus manifestaciones.
• el deseo de autonomía,
• el desequilibro ya mencionado de la razón del control y
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• el bloqueo de metas.
La teoría asume, en primer lugar, que todo el mundo tiene un deseo latente de
autonomía. Ello quiere decir que todas las personas desean escapar del control
a que están sometidos y, a la vez, extender su propio control.
Tittle incluye el deseo de autonomía en su teoría como una constante −en vez
de como una variable, como pasa con la inmensa mayoría de los fenómenos
que utilizan las teorías que estudiamos en esta obra. En segundo lugar, algo
muy lógico según los pasos que hemos ido dando siguiendo al prestigioso
criminólogo norteamericano: según sea mayor el desequilibrio entre el poder
que uno tiene y que uno sufre, más probable será que una persona se muestre
motivada para la desviación.
De todos modos, parece que, como también hemos visto en el caso de otras
teorías, la oportunidad desempeña un rol necesario pero relativamente menos
importante que otros elementos de esta teoría, ya que el propio Tittle reconoce
que:
Si, verbigracia, un acto desviado conlleva un gran riesgo para el agente, este
tenderá a abstenerse de llevarlo a cabo aunque su razón del control esté des-
equilibrada, se encuentre motivado y tenga la oportunidad.
Otro fenómeno que en la teoría del equilibrio del control constituye un coste
es la potencial�respuesta que provoque el acto desviado. Esto es, que cuando
se lleva a cabo un acto desviado para equilibrar la razón del control, es perfec-
tamente posible que este acto sea respondido por otro acto que perjudique al
agente. Así, si se ataca a una institución más fuerte, esta puede responder. En
casos de este tipo, es posible que el agente se abstenga de llevar a cabo el acto
desviado, aunque también puede acontecer que la potencial respuesta afecte a
la seriedad de la desviación. En efecto, una persona con un gran desajuste en
su razón de control tenderá a realizar un acto desviado de una relativamente
alta gravedad. Sin embargo, si la posibilidad de respuesta es real, es posible que
se conforme con un acto menos serio.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 21 Teorías integradas contemporáneas
Por ejemplo, en vez de agredir a otra persona, puede conformarse con propagar aspectos
negativos de ese individuo.
Aunque se presenten todos los pasos hasta ahora descritos, es posible todavía Ejemplo
que no se lleve a cabo ningún acto desviado o delictivo. Tittle (1995) seña-
El sentido moral de una per-
la que ello es debido a que la teoría no tiene un carácter determinista sino sona constituye una contin-
probabilístico. El autor denomina a estas ulteriores variables contingencias, y gencia personal que puede ha-
cer que un individuo se abs-
afirma que existen muchas. Las contingencias pueden clasificarse, siguiendo tenga de delinquir aunque se
presenten en él todos los me-
siempre a nuestro autor, en personales, organizativas y situacionales, aunque canismos que propone la teo-
ría −pero falla esta contingen-
en ocasiones algunas de ellas pueden combinarse entre sí y formar contingen- cia−; si por el contrario el jo-
cias de segundo orden. ven pertenece a algún tipo de
subcultura, por ejemplo, a al-
guna banda juvenil peligrosa,
es mucho más probable que
La teoría también tiene consecuencias a nivel macro. En efecto, en una socie- tienda, en igualdad de condi-
dad pueden favorecerse razones del control más o menos equilibradas o más o ciones, a delinquir.
Finalmente, Tittle presta una cierta atención a las medidas de política crimi-
nal que propone la teoría, si bien reconoce que la misma no se ha construi-
do con esta preocupación en mente. Como es fácil de imaginar, la idea clave
pasa por equilibrar las razones del control de las personas. Pero no sólo, ya
que la política criminal podría intervenir en cualquiera de los pasos teóricos
que propone la teoría. Por ejemplo, medidas de prevención situacional sólo
afectan a los constreñimientos, aunque pueden tener una cierta eficacia. En
muchas ocasiones, estrategias de control y prevención del delito que se fijan
en los mecanismos secundarios de la teoría serán mucho más eficaces, ya que a
veces tratar de equilibrar las razones del control de las personas exigiría operar
cambios profundos en las sociedades, lo cual es poco realista. Tittle, en esta
línea, se refiere a la delincuencia juvenil. Como hemos visto superficialmente,
los jóvenes delinquen de modo desproporcionado porque en las sociedades
contemporáneas se caracterizan por tener déficits en sus controles. Si se fue-
se capaz de conceder más control a los jóvenes, se podrían prevenir muchos
delitos. Sin embargo, muchas veces esta opción resultará muy difícil y poco
realista.
3.4. Evaluación
Así, los críticos han mantenido que se trata de una definición vaga e imprecisa,
así como difícil de operacionalizar y medir. Savelsberg (1999), por su parte,
critica la asunción antropológica que hace la teoría del deseo de autonomía.
De acuerdo con este autor, este es, en realidad, un problema general de muchas
teorías. A su juicio, asunciones de este tipo, aunque concede que tienen un
carácter metafísico, no refutable, tienen el problema de resultar demasiado
unilaterales, y precisarían completarse con una parte social; es decir, la idea de
que el ser humano es completamente diferente de otras criatura en el sentido
de que puede, por ejemplo, desear hacer lo que debe, contradiciendo con ello
potenciales tendencias naturales como las que describe Tittle. Este último ha
respondido a estas y otras críticas en diversos lugares (1999).
La validez de una teoría, como ya sabemos, debería juzgarse sobre todo por
su grado de apoyo empírico. Tittle (1995) ofrece evidencia indirecta en favor
de su teoría, en el sentido de que sugiere que la misma es compatible con la
evidencia acumulada en criminología.
Los propios Hickman y Piquero (2003) han sugerido que la teoría del equilibrio
del control podría extenderse para explicar no sólo la desviación, sino también
la victimización. La idea fundamental de lo que proponen es que también las
personas con excesos o déficits en su control, esto es, con razones del control
desequilibradas, tienen un mayor riesgo de victimización.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 23 Teorías integradas contemporáneas
Para testar esta hipótesis, recurrieron a una muestra de 253 estudiantes universitarios
a los que administraron un cuestionario. Este incluía diversas variables de control,
variables derivadas o al menos consistentes con las teorías de la oportunidad y pre-
guntas acerca de los sucesos delictivos que habían sufrido dentro del campus univer-
sitario. Para estimar la "razón del equilibrio del control" realizaron a los alumnos pre-
guntas del tipo "¿cuánto control ejercen otras personas sobre ti?" o "¿cuánto control
ejercitas tú sobre tu pareja (significant other)?". Esta forma de medición es problemá-
tica metodológicamente, y bien mirado, se limita a pedir directamente al interesado
que estime él mismo lo que el investigador quiere saber. Este procedimiento es, como
digo, criticable. En un primer análisis, los investigadores encontraron apoyo empíri-
co para las variables derivadas de las teorías de la oportunidad. En análisis posteriores
testaron la hipótesis de la teoría del equilibrio del control aplicada a la victimización.
Para ello recurrieron a victimizaciones en general y a hurtos. Un problema estadís-
tico importante es que la teoría, como resulta evidente para quienes se encuentren
familiarizados con la investigación empírica, es que no predice una relación lineal,
como es el caso habitual de las teorías en la disciplina. Ello obligó a los investigadores
a recurrir a herramientas estadísticas sofisticadas. Los autores encontraron evidencia
favorable para la teoría: tanto un exceso como un déficit en el control se relacionaban
de modo estadísticamente significativo con mayores victimizaciones en general y en
relación con el hurto.
Quien haya seguido los presentes materiales habrá notado que la mayor par-
te de las teorías criminológicas sobre las causas del delito, tanto en sentido
histórico como contemporáneo, han sido producidas en Estados�Unidos. La
tradición de la explicación que el delito produce en los individuos y en las
comunidades, lo cual a menudo se conoce como la cuestión de la punitividad
o del punitivismo, sí conoce algunas de las más importantes teorías europeas,
pero no así la que se centra en la etiología del delito. En este campo puede
citarse de modo destacado la propuesta de Wikström (2006), un criminólogo
sueco que se desempeña como catedrático en el Instituto de Criminología de
la Universidad de Cambridge. LaFree ha llamado la atención sobre la paradoja
que supone que la criminología, habiendo nacido en Europa, se haya desarro-
llado especialmente en Estados Unidos.
Redondo Illescas propone una clasificación en tres grupos de los riesgos rele-
vantes.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 25 Teorías integradas contemporáneas
Uno de los argumentos centrales de la tesis es que sean los específicos meca-
nismos criminógenos los que conduzcan al delito en los diversos casos posi-
bles, el delito y los procesos que conducen al mismo se hacen más probables
cuando se aúnan riesgos de las tres clases mencionadas. El profesor de la Uni-
versidad de Barcelona aclara que cuando habla de específicos mecanismos cri-
minógenos se está refiriendo a los especificados por diversas teorías tradicio-
nales en criminología, tales como las del aprendizaje, la desvinculación social,
la tensión, el etiquetado, etc. o varios de ellas.
Tras una seria revisión de la literatura, incluyendo los trabajos en los que él
mismo y sus colegas han participado, señala entre los factores de riesgo indivi-
duales o personales, o sea, la impulsividad, la tendencia al riesgo, la baja inte-
ligencia, la baja motivación para el logro, etc.; y entre los factores de riesgo so-
ciales, los bajos ingresos familiares, el conflicto con los padres, el alcoholismo
de estos, la crianza inconsistente, amigos delincuentes, etc. Del mismo modo,
factores protectores individuales o personales son el autocontrol, la motiva-
ción de superación, la autoestima realista, la capacidad de culpa, la buena em-
patía, etc.; y sociales, los modelos positivos, los amigos prosociales, el control
informal, vivir en barrios no delictivos, etc. El modelo TRD agrupa en realidad
los factores de riesgo y protectores en constructos o variables unitarias, como
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por ejemplo las amistades: este constructo puede constituir un factor de riesgo
cuando las amistades son delincuentes; de protección cuando se tienen ami-
gos prosociales; o bien resultar neutro.
Una distinción en la que este autor insiste es en la de factores riesgos −y, pa-
ralelamente, protectores− estáticos y dinámicos.
Esto es muy importante no sólo porque permite ubicar a la tesis aquí expuesta
en el marco de la criminología del curso de la vida o de la criminología del
desarrollo −que llaman la atención sobre la importancia de tomar en cuenta
los cambios que se producen a lo largo de la vida de las personas−; sino porque
conecta el modelo con otra de las grandes preocupaciones de la disciplina:
el control y prevención de la delincuencia. En efecto, si se actúa sobre los
factores que pueden cambiar −los dinámicos, como hemos visto− puede ser
prometedor reducir las tasas de delincuencia de una comunidad a nivel macro
y reducir la tendencia al delito o a la reincidencia de individuos o grupos de
individuos concretos.
go, una breve reflexión arroja muchos supuestos en los que, confesadamente
o no, predicciones de este tipo son habituales y se encuentran en la base de
importantes decisiones.
Para el modelo del triple riesgo delictivo, una buena estimación del riesgo de
un individuo o un grupo pasa por la consideración de riesgos derivados de las
tres fuentes, en vez de solamente una, de modo aislado.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 28 Teorías integradas contemporáneas
Wikström
PADS
Su propuesta, así las cosas, se caracteriza por una crítica a las teorías tradicio-
nales así como, en especial, al enfoque de los factores de riesgo.
En efecto, según nuestro autor, una buena teoría, además, necesita aunar todo
lo que se sabe −así como todo lo que puede hacerse− no sólo en materia de las
causas del delito, sino también en materia de control y prevención del mismo.
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Wikström (2004; 2005; 2007; 2007) es muy original cuando reclama la rele-
vancia teórica de las ideas de moralidad y de acción, del contexto social y de
las interacciones a que se ve expuesto el individuo.
3) Una definición poco clara del delito. Delitos son para Wikström (2007) actos
de ruptura de normas morales definidas en las leyes penales. Aunque la natu-
raleza humana pueda ser egoísta y autointeresada, las normas morales desem-
peñan un rol importante a la hora de guiar la acción humana. Por eso, el reto
de una explicación criminológica es qué lleva a los individuos a romper nor-
mas morales tal y como se describen en las leyes penales. Las acciones morales
son actos intencionales que se realizan bajo la guía de reglas que prescriben
lo que está bien o está mal en circunstancias particulares. La explicación del
delito, por lo tanto, es una parte de una teoría más amplia sobre la ruptura de
normas morales. Esas normas morales, eso sí, no tienen que ser justas ni legí-
timas −la cuestión para nuestro autor, pues, no es por qué tenemos la normas
y leyes que tenemos, sino por qué la gente acata o infringe esas normas.
Esto es, que para cometer un delito el sujeto debe en primer lugar verlo como
una acción posible: si a uno no se le representa la opción de, por ejemplo,
llevarse un objeto de unos grandes almacenes, entonces no podrá tomar la
decisión de hacerlo. Del mismo modo y en segundo lugar, aun cuando alguien
ve el delito como una opción no tiene necesariamente que delinquir.
Los individuos, según Wikström, difieren tanto respecto a cómo ven las al-
ternativas de que disponen como respecto a las decisiones que toman depen-
diendo de cómo son ellos mismos, de las oportunidades que afrontan y los
contextos sociales en que se desenvuelven:
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"El argumento central de la teoría de la acción situacional es que los actos delictivos son
el resultado de un proceso por el cual un individuo percibe alternativas para la acción
y elige (por hábito o por deliberación) qué alternativa seguir" (Wikström, 2008, pág. 19,
énfasis eliminado).
Wikström recurre a menudo a la acción de fumar. Pues bien, a menudo, aunque depen-
diendo del contexto en que se encuentre, uno puede encender un cigarrillo simplemente
porque tiene ese hábito, y lo hace de modo próximo a lo mecánico. En otras ocasiones,
por ejemplo en un contexto determinado en el que hay otras personas presentes y pu-
diera ser que se molestase a alguien, entra en juego la deliberación. La elección huma-
na, así las cosas, puede ser habitual (prefijada) o deliberada (elegida voluntariamente),
dependiendo de las circunstancias (Wikström, 2006).
Con este esquema se puede comprender cómo Wikström concede a las ideas
de acción y de decisión una importancia tal como para incluso mediar la in-
fluencia de factores macro o sistémicos en las tasas de delincuencia que ha de
soportar una comunidad.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 32 Teorías integradas contemporáneas
La teoría también está siendo testada en otros lugares del mundo. Por ejemplo,
con datos recogidos en Cali, Colombia, en una investigación todavía en curso,
Serrano Maíllo (2010) encontró que, tal y como predice la teoría:
3) Que el autocontrol sólo interviene en los sujetos que ven más a menudo el
delito como una posibilidad de acción. Dicho con otros términos más técnicos,
existe una interacción en el sentido predicado por la teoría entre estas dos
variables.
CC-BY-NC-ND • PID_00183827 33 Teorías integradas contemporáneas
Resumen
Las teorías que hemos estudiado en este módulo figuran entre las más impor-
tantes de la criminología contemporánea. En particular las aportaciones de
Tittle y Wikström deberían ser conocidas en profundidad por todo criminólo-
go. Se trata de esfuerzos que todavía serán objeto de profundizaciones intere-
santes y que ofrecen muchas de las virtudes que toda teoría debería aspirar a
tener. El TRD también es un modelo interesante, pero es demasiado reciente
como para compararlo con sus compañeros.
Ejercicios de autoevaluación
1. Según la teoría general integrada, ¿qué variable de las siguientes no desempeña un rol
importante en su teoría?:
a)�Que los individuos tienden a tener problemas en las distintas esferas de la vida.
b)�Que las variables influyentes se encuentran muy interrelacionadas entre sí y sus efectos
individuales no pueden separarse con facilidad.
c)�Que en los análisis de regresión tenderán a encontrarse problemas de multicolinealidad.
d)�Que las bandas juveniles conforman, allí donde florecen, un fuerte entramado del que es
difícil escapar para un joven, incluso aunque lo desee.
a)�El entrenamiento de los padres para que la crianza de los hijos sea óptima.
b)�Leyes penales más racionales.
c)�La introducción de mejoras en las distintas esferas de la vida de las personas.
d)�La introducción de la pena de prisión permanente revisable.
a)�En que la integración no puede resultar una teoría excesivamente compleja que no pueda
testarse empíricamente.
b)�En que las partes de las teorías que se integran sólo pueden operar en un único momento
temporal, esto es, siguiendo un orden y no interviniendo de modo contemporáneo. En ello
se inspira Elliott y otros.
c)�En que no deben integrarse partes de teorías, sino síntesis de teorías completas. La conse-
cuencia es que la integración debe hacerse a distintos niveles de análisis: macro-individual,
por ejemplo.
d)�En la existencia de un único proceso causal central.
5. Tittle cree que el deseo de autonomía aparece durante la primera infancia. Ello es debido
a que...
a)�los bebés dependen completamente de sus padres y desean ser como ellos, es decir, poder
controlar a otros.
b)�el autocontrol queda fijado muy pronto en la vida de las personas.
c)�el deseo de autonomía está muy influenciado por elementos biológicos.
d)�el deseo de autonomía en innato en todos los animales.
a)�en las sociedades represivas tenderá a haber más delitos que en las equilibradas.
b)�en las sociedades represivas tenderá a haber menos delitos que en las equilibradas.
c)�en las sociedades represivas tenderá a haber más delitos violentos que en las equilibradas,
pero en éstas habrá más delitos de cuello blanco.
d)�Afirmaciones como las anteriores confunden el nivel de análisis al que está construida la
teoría y no pueden, por lo tanto, hacerse: la teoría no hace ninguna predicción al respecto.
a)�los mecanismos protectores del delito son distintos a los mecanismos de riesgo.
b)�los mecanismos protectores del delito son la otra cara de la moneda de los mecanismos
de riesgo, pero no son conceptualmente distintos.
c)�los mecanismos protectores del delito son dinámicos y los de riesgo estáticos. Ahí reside
la diferencia.
d)�los mecanismos protectores del delito son estáticos y los de riesgo dinámicos. Ahí reside
la diferencia.
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a)�la moralidad es la causa fundamental de que el delito aparezca como una alternativa de
acción.
b)� cuando a alguien el delito se le aparece como una alternativa de acción, entonces que
delinca o no depende de su moralidad.
c)�un autocontrol bajo es la causa fundamental de que el delito aparezca como una alternativa
de acción.
d)�la moralidad depende del autocontrol de la persona.
9. Cuando la teoría de la acción situacional predice una interacción entre las variables, ver
el delito como una alternativa de acción y autocontrol, ¿qué puede querer decir?:
10. ¿Cómo puede testarse, en un análisis de regresión, la hipótesis de que existe una inter-
acción entre dos variables?
Solucionario
Ejercicios de autoevaluación
1.�c
2.�a
3.�c
4.�d
5.�a
6.�b
7.�b
8.�a
9.�c
10.�d
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Glosario
Agencia f Capacidad de los individuos para llevar a cabo actos de modo voluntario, esto
es no determinado.
Causas de las causas f pl Causas remotas o mediatas del delito. Según Wikström explican
las causas inmediatas del delito, tales como la propensión o el autocontrol.
Delincuentes crónicos mpl Sujetos en los que coinciden innumerables causas del delito
y con graves dificultades en distintos ámbitos, dificultades que se refuerzan mutuamente
haciendo cada vez más complicado abandonar el delito.
Interacción entre dos variables f Situación en la que los efectos de una variable sobre
otra dependen de una tercera variable.
Limitaciones contra el delito f pl Según Agnew, una especie de muro ubicado entre el
individuo y el delito. Son características de un sujeto que le impiden cometer un delito.
Mecanismos protectores frente al delito m pl Variables que dificultan que alguien
cometa un delito.
Motivaciones para el delito f pl Según Agnew, variables que arrastran o empujan al
delito.
Razón del control f Según Tittle, "la extensión en la que un individuo puede potencial-
mente ejercitar control sobre circunstancias que inciden sobre él, en relación al control po-
tencial que puede ser ejercitado por entidades y condiciones externas contra el individuo".
Tela de araña del delito f Según Agnew, es el resultado de que las distintas esferas vita-
les se relacionan con todas las demás y retroalimentan sus efectos, formando un complejo
entramado.
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