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Un nuevo concepto sobre el mundo y la existencia

y un nuevo sistema político y económico:

EL AUTODETERMINISMO

Guía para encontrarse a si mismo

Francisco Castejón Gordo


Jesús Marquino Ramos
El autodeterminismo - Guía para encontrarse a si mismo.
© Francisco Castejón Gordo - Jesús Marquino Ramos

ISBN: 978–84–9948–111–1

e-book v.1.0

ISBN edición en papel: 978–84–8454–374–9

Edita: Editorial Club Universitario. Telf.: 96 567 61 33


C/. Cottolengo, 25 – San Vicente (Alicante)
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transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación
magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso
previo y por escrito de los titulares del Copyright.
Toda la teoría del universo está dirigida hacia el ser hu-
mano, y en vosotros: Juan Carlos, Francisco, Rebeca, Beatriz
y María, se encuentra nuestra providencia más inmediata; por
ello, esta obra y su contenido está especialmente dedicada a vo-
sotros, y en vuestro nombre a toda la humanidad...
Carta al lector:

Hay un inmenso “valle” en el Hombre que es preciso des-


cubrir y cultivar.
Cuando el Hombre descubra la verdad de su vida, al sa-
ber que todos y cada uno forman parte esencial de ese inmenso
“valle”,existirá una nueva forma de ver las cosas, con “buenos
ojos”: la ayuda, el trabajo, el amor al prójimo y a cuanta natu-
raleza nos rodea,...
Se hace entonces necesario buscar el verdadero senti-
do de lo que somos, el sendero que hay que seguir, aprendiendo
y eligiendo formas de vida acertadamente, para no caer en la
ignorancia, dejadez o dureza de quienes buscan la fertilidad del
“valle” de una forma equivocada, poniendo en peligro el natural
desarrollo de la vida dentro de éste.
Sea cual fuese nuestra forma de actuar, siempre estará pre-
sente esa fuerza de gravedad que son los “principios humanos”,
una fuerza que debemos esforzarnos por conocer, porque siempre
habrá que tenerla presente para sembrar y hacer florecer el “va-
lle”, y sacar la máxima cosecha de éste. Mientras hagamos otra
cosa nunca estaremos siendo nosotros mismos.
PRÓLOGO

Todas las cosas tienen su “forma de ser”, y todas ellas ocupan


un puesto dentro del Universo haciendo que éste tenga su “forma
de ser”.
También el hombre tiene su “forma de ser” y tiene su sitio
dentro del Universo, pero este sitio es un puesto de privilegio: el
hombre es el único ser capaz de comprenderlo e interpretarlo.
Así habrá de hacerlo poniendo todo su empeño en ello, porque, so-
lamente conociendo cómo es su naturaleza y cómo es la naturaleza
del Universo, podrá saber cuáles son las “formas” más adecuadas y
deseables así como decidir acerca de lo que más le conviene.
INTRODUCCIÓN

A través de los siglos, la historia del hombre ha sido la histo-


ria de los pueblos, de las diferentes culturas, de las diferentes civili-
zaciones. Las costumbres han sido muy variadas y diversas: las de
los pueblos de Oriente han sido distintas a las de Occidente, las del
Norte distintas a las del Sur..., las de unos barrios distintas a las de
otros..., las de unas clases sociales distintas a las de otras...
Es porque las circunstancias del medio (materiales y cultura-
les) han influido determinantemente (“DETERMINISMO”) sobre
la manera de ser y pensar de los individuos.
Pero el hombre está facultado para SER LO QUE POR SU
NATURALEZA LE CORRESPONDE SER y no convertirse en
aquello que las circunstancias del medio le empujan a que sea, por-
que el hombre es, ante todo, un ser LIBRE, un ser capaz de determi-
narse por sí mismo, AUTODETERMINARSE.
El autodeterminismo: guía para encontrarse a sí mismo

I - PLANTEAMIENTO
DEL PROBLEMA

Desde sus orígenes el hombre ha buscado, de una manera más o me-


nos consciente, la solución de su gran problema: EL ENCUENTRO CON LA
VERDAD.
Nos referimos a la VERDAD sobre el significado de su existencia, so-
bre su “principio”, sobre su “final”.
Este problema deriva precisamente de la propia naturaleza pensante del
hombre, de esa facultad que posee en exclusiva de “conocer”, es decir, de su
CONOCIMIENTO.
Así, mientras el comportamiento de un animal es “único” y “reitera-
do”, el del hombre es “MULTIPLE” y “VARIADO”:
Si a un animal (hambriento) lo ponemos ante un estímulo determinado,
como puede ser un alimento apetitoso, observaremos que SIEMPRE, ante las
mismas condiciones, se comportará de la misma manera. En este caso tenderá
a devorarlo. Sólo existe para él UNA posibilidad de comportamiento: la que le
marca la fuerza del instinto, de la costumbre. Su comportamiento es “único” y
“reiterado”, no sólo para él, sino para todos los miembros de su especie (mien-
tras las golondrinas sean golondrinas, continuarán construyendo sus nidos de la
misma manera). No pueden ser libres de sus propios impulsos naturales, elegir
otras formas de actuación, simplemente porque no las conocen ni las pueden
conocer. Les falta para ello el CONOCIMIENTO, la facultad de conocer.
El hombre, gracias a su CONOCIMIENTO, puede descubrir otras
posibilidades de actuación, puede desentenderse del alimento, comerlo todo,
compartirlo con otro...Su comportamiento es “MÚLTIPLE” y “ VARIADO”
entre los miembros de su misma especie; tan múltiple y variado como posibi-
lidades pueda CONOCER.
¿Pero, ante todas esas posibilidades que el hombre puede llegar a co-
nocer, existen, acaso, algunas más convenientes o deseables que otras, con
las cuales pueda sentirse más satisfecho consigo mismo, más conforme con
su manera de actuar?. ¿Existe alguna “norma” o “idea” sobre la cual basar

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su conducta?, ¿una “norma” que le permita VALORAR las diversas posibi-


lidades que su CONOCIMIENTO puede descubrir y hacer que se sienta más
SEGURO con ella, precaverse de cuantos males le pueden ocurrir?. ¿Dónde
existe esa “norma”, si es que existe?, ¿cómo habrá de ser?

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II - LA BÚSQUEDA DE LA NORMA

1)- LA NORMA AUTOIMPLANTADA

El hombre se implanta a sí mismo la “NORMA” (Idea, Precepto,...)


como “principio” en el cual basar su conducta.
“Valores” muy diversos como son el “poder” (económico, político,...),
el “prestigio social”, la “seguridad”, la “comodidad”, el “placer”, la “salud”,
la “belleza”, la “profesión”, la “familia”, la “nación”, la “libertad”, el “amor”,
la “amistad”, el “honor”, etc. son a menudo elegidos por el hombre como
“principios” sobre los cuales basar sus actos, orientar su vida, y con los que ,
se supone, habría de sentirse más satisfecho consigo mismo.
Pero el hombre no conoce realmente en qué radica la importancia de
esas “ideas” o “valores” que ha elegido, y cuyo “fundamento último” escapa
a su RAZÓN. Sin embargo, tiene depositada su CONFIANZA en ellos.
La pregunta que nos hacemos es:
¿Basta tal confianza para basar en ellos toda una vida, todas nuestras
acciones?, y aunque así fuera, ¿en qué se fundamenta esa confianza?. ¿Y si ta-
les “ideas” o “valores” fuesen “principios” erróneos?. Entonces, toda nuestra
vida acabaría siendo un error sostenido en una confianza ciega.

2)- LA NORMA ACEPTADA

El hombre acepta unas normas (“ideas”, “preceptos”,...) con la confian-


za de que proceden de un ser “superior”, un ser “absoluto” y “todopoderoso”;
pero continúa sin saber en qué radica la importancia y el valor de esas normas.
Nos encontramos en el caso de las diferentes religiones (1).
(1)
No tratamos aquí de cuestionar el vital papel que han desempeñado las religiones en las diferentes culturas
o civilizaciones, especialmente en las etapas de la historia en que no existía otro tipo de ordenamiento (jurídico) lo
suficientemente desarrollado y aceptado por todos los miembros de la colectividad.
Para la conservación de la vida social es imprescindible que los individuos acepten y desarrollen conjuntamente
unas formas de pensar, de valorar y de actuar frente a las necesidades, que sean básicamente coincidentes. Sin ese
mínimo de coincidencia la convivencia social estallaría y se fragmentaría.

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Esto supone una imposición que deja considerablemente mermada la libertad.


Podríamos decir que se trata de una imposición libremente aceptada,
pero habría que verlo. Todo depende de si en la aceptación ha influido o no
de manera determinante el medio (material y cultural) en que el individuo ha
nacido y se ha desarrollado.
En cualquier caso se trata de una imposición: la manera de proceder el
individuo en la vida se encuentra impuesta por el poder de un “otro”, aunque
ese otro sea Dios.
No se da una libertad plena, no hay, pues, “autorrealización”. Si el
hombre quiere realizarse, se siente obligado a actuar conforme con el “pro-
grama” de ese “otro”. Su única libertad consiste en hacer o no hacer lo que el
“otro” (Dios) manda, ya que sólo es bueno lo que éste ha determinado como
bueno.
Pero, aun considerando que la vida del hombre sea el seguimiento de
una “programación”, de una “normativa” de otro, ¿en qué se fundamenta su
confianza para aceptar la normativa como procedente de Dios?. ¿Tales funda-
mentos son auténticamente válidos, es decir, razonables y aceptables científi-
camente, o se trata también de una confianza ciega?

3)- LA NORMA QUE FORMA PARTE DEL PROPIO HOMBRE

La verdadera norma, la que encierra el verdadero significado de la


existencia del hombre, el “principio” en que basar su conducta, no necesita
de la confianza del hombre para sustentarse, ni necesita de un “otro” para ser
impuesta.
La verdadera norma SE SUSTENTA Y SE IMPONE POR SÍ SOLA,
por ser una realidad existencial: existe independientemente de que exista el
hombre que pueda descubrirla y aceptarla.
La “Ley de la gravedad” existe independientemente de la existencia del
hombre en la Tierra, y de que éste quiera o no depositar su confianza en ella.
Pero si el hombre existe, participará de la “Ley de la gravedad” en la forma en
que esta ley existe, y no de la manera que al hombre le convenga.
La norma VERDADERA ha de descubrirla el hombre a través de la
RAZÓN, y SOLO CUANDO LA RAZÓN LA DESCUBRA, cuando des-
cubra su significado, FORMARÁ PARTE DEL MISMO HOMBRE, DE SU
CONOCIMIENTO, Y DESARROLLARÁ A ÉSTE.
La motivación psicológica de las personas para someterse voluntariamente a una normativa que dé uniformidad
a los comportamientos es, quizás, compleja, pero en ella destaca el sentimiento del “bien” y del “mal”. Por otro
lado, el hombre, para sentirse seguro de sí mismo y seguro en sus relaciones con los demás miembros del grupo,
necesita sentirse encuadrado en un sistema de reglas lo más coherente posible. Con mayor o menor acierto, todas las
religiones han contribuido a esta necesidad evitando el caos y la destrucción a que se vería inmerso el grupo, incluso
el propio individuo, cuando lo que prevalece es el desorden y la anarquía.

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III - EN BUSCA DE LA REALIDAD

1)- INTRODUCCIÓN

En estos precisos instantes se encuentra Vd. leyendo este libro. Hay


múltiples objetos a su alrededor. Preste especial atención a aquellos que sean
naturales: una planta, un árbol, un pájaro, una nube, la Tierra, el Sol, las estre-
llas, las personas que le rodean....
Ahora, pregúntese a sí mismo: ¿existen verdaderamente todas esas
cosas tales como las percibo, o existen de otras maneras y lo que percibo son
sus efectos?, ¿cómo y de dónde han surgido? (1), ¿qué significado tiene su
existencia?, ¿qué significado tiene mi propia existencia entre ellas?, ¿qué hay
de VERDAD en todo ello?
Antes de continuar con la lectura ES NECESARIO QUE VD.
REFLEXIONE seria y profundamente sobre las anteriores preguntas.
Tómese todo el tiempo que necesite, un día, varios días..., pero intente dar
una respuesta, su propia respuesta.

2)- LA PRIMERA REALIDAD EXISTENCIAL

La primera realidad con la que el hombre se encuentra es la realidad


de él mismo, con SU PROPIO PENSAMIENTO: una actividad pensante,
CONOCEDORA.
Únicamente el PENSAMIENTO es consciente de percibir su propia
presencia y la presencia de otras realidades que puedan existir fuera de él.
Si el pensamiento (CONOCIMIENTO) no existiese o dejase de exis-
tir, todo lo restante que existe sería como si “no existiese”, porque la “exis-
tencia” SOLO TIENE SIGNIFICADO Y VALOR EN PRESENCIA DEL

(1)
Si Vd. confía plenamente en las hipótesis “evolucionistas” sobre el origen de la materia, pregúntese:
¿de dónde y cómo surgió la masa cósmica inicial?, ¿cómo pudo posteriormente alcanzar su complejísimo orden
(matemático) estructural?, ¿qué significado tiene su existencia?

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CONOCIMIENTO, que es el ÚNICO ENTE QUE PUEDE DESCUBRIRLA


E INTERPRETARLA (CONOCERLA).
Por tanto, es Vd. mismo, como SER PENSANTE (CONOCIMIENTO),
la primera realidad con la que se encuentra: un CONOCIMIENTO ACTIVO
(PENSAMIENTO) QUE SE VA DESARROLLANDO conforme va cono-
ciendo, y para lo cual le es imprescindible RAZONAR.

3)- LA SEGUNDA REALIDAD EXISTENCIAL

El hombre, además de percibirse a sí mismo y ser consciente de ello,


también es consciente de la percepción de un sistema “plural” (más de un
elemento) y “diverso” (formas diferentes) de cosas a su alrededor, a cuyo
conjunto le denomina UNIVERSO o COSMOS: rocas, plantas, animales,
estrellas, planetas, galaxias...
Pero ¿cómo es, en realidad, todo ese mundo que percibimos a nuestro
alrededor?. ¿Podemos estar seguros de que existe fuera de nosotros tal como
lo percibimos?
Si por realidad se entiende que, efectivamente, “lo hay”, entonces, po-
demos asegurar lo siguiente:

1º)- Todo lo que percibimos lo es según una “FORMA”.


Es precisamente la “forma” lo que nos permite identificar y distinguir
a un ente de otro. Nada existe que no participe de ella.
Hay variedad de formas, lo que hace posible la “diversidad”.

2ª)- Las “formas” existen con independencia del sujeto pensante


(conocimiento) que las percibe.
Sean, por ejemplo, las siguientes formas (figuras geométricas):

TRIÁNGULO CÍRCULO CUADRADO

Si pudiésemos presentarlas simultáneamente a toda la población pen-


sante de la Tierra, y preguntásemos con cuál de ellas guarda relación la ima-

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gen de una luna llena, todos emitirían la misma respuesta: “CÍRCULO”.

3º)- Toda “forma” se soporta en una “IDEA”.

Las anteriores figuras conllevan las ideas de “círculo”, “triángulo” y


“cuadrado”, que a su vez comprenden otras “ideas” ( “área”, “perímetro”,
“diámetro”, etc.).
No se trata, pues, de construcciones mentales de objetos sin existencia
aparte de la mente que los concibe. Se tratan de REALIDADES. Más aún,
bien podemos decir que SON LAS ÚNICAS REALIDADES EN SENTIDO
PLENO, ya que todo lo que hay de realidad en el mundo físico que percibi-
mos (Universo o Cosmos), TODO LO ARMÓNICO Y PROPORCIONADO
QUE HAY EN ÉL, DERIVA PRECISAMENTE DE LAS “IDEAS”.
Veámoslo con un ejemplo:
Tomemos un objeto material y natural cualquiera, por ejemplo, una “rosa”.
¿Qué es lo que percibimos en ella?
Un color, unas formas dimensionales, una figura, un aroma agradable,
una sensación suave al tacto...
Pero ¿es esto en realidad la “rosa”?
El color, el olor, su figura..., son EFECTOS físicos (energéticos) que
provienen de sus cualidades.
¿Y qué es lo que sirve de soporte o PRODUCE esas cualidades?, ¿es,
acaso, su sustrato material o energético (cargas electromagnéticas de las par-
tículas atómicas)?
Evidentemente que no, porque este sustrato es el mismo en todos los
entes físicos o materiales que existen.
Lo que produce esas cualidades físicas que percibimos, lo que le hace
ser un “algo” agradable, un conjunto armónico y proporcionado DISTINTO
de los demás entes es la “IDEA de la rosa”: la “forma” (configuración ma-
temática) en que se encuentra dispuesto su sustrato energético.
Las partículas energéticas (electrones, protones,...) se configuran según
proporciones matemáticas para constituir determinadas “formas” de áto-
mos. Estos también se disponen según proporciones para dar “formas” de
moléculas, y las moléculas se disponen en proporciones para dar las distintas
“formas” de compuestos orgánicos e inorgánicos,...y así sucesivamente hasta
constituirse una determinada roca , un determinado ser vivo, en este caso una
flor: una “rosa”.
En resumen, la segunda realidad consistente con la que el hombre se

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encuentra es el mundo de las “IDEAS”, un mundo sobre el cual se levanta


un sistema PLURAL y DIVERSO de “formas” energéticas o materiales de-
nominado Universo o Cosmos.

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IV - LA NATURALEZA DEL ENTE

1)- CONCEPTO DE ““ENTE”

Denominamos “ENTE” a todo aquello cuya “forma” le hace ser


“algo” distinto a los demás.
Todo lo que existe lo hace en una “forma” que conlleva una “idea” (o
“proyecto”).
Hay tantas clases de ENTES como “formas” o “Ideas” diferentes pue-
dan darse: una determinada “figura” geométrica ( círculo, triángulo, pirámide,
esfera,...), una determinada “forma” de átomo (oxígeno, carbono,...), una de-
terminada “forma” de molécula (oxígeno, anhídrido carbónico, agua,...), una
determinada “forma” de célula (nerviosa, epitelial,...), una determinada “for-
ma” de planta (rosal, palmera,...), una determinada “forma” de ave (águila,
golondrina,...), una determinada “forma” de roca (mármol, pizarra,...),etc...

2)- CONCEPTO DE “NATURALEZA”

Con la palabra “naturaleza”(1) de un ente nos referimos a su “FORMA”


de ser.
Comprende todo el conjunto de cualidades que se sustentan en la
“IDEA” (o “PROYECTO”) que en dicho ente se realiza.
Es la “IDEA” lo que define precisamente la naturaleza del ente,
sus cualidades; así, por ejemplo, las especiales cualidades de una flor (una
rosa,...), su especial naturaleza, provienen de la especial “configuración ma-
temática” (“Idea”) en que se dispone su sustrato energético.

(1)
Distinguimos la palabra “naturaleza” (con minúscula) de la palabra “Naturaleza” (con mayúscula). Con esta
última nos referimos al conjunto de todos los entes naturales que integran el Orden Cósmico.

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3)- CONCEPTO DE “VALOR”

Decimos que un ente (una determinada “forma de hoja”, una deter-


minada “forma de pluma”,...) constituye un “valor” para otra clase de ente
(una determinada “forma de árbol”, una determinada “forma de pájaro”...),
si forma parte de las características o cualidades de éste, y cotribuye a que
“sea” lo que según su IDEA (o naturaleza) “le corresponde ser”, es decir, si
lo “completa” y lo “perfecciona”.

- La Idea (Proyecto, configuración matemática) del “VALOR” está


contenida en la Idea del ente al cual pertenece. Por ejemplo:

- La Idea “ángulo de 60º” está contenida en la Idea “triángulo equilátero”.

- La Idea “triángulo equilátero” está contenida en la Idea “pirámide


triangular”.

- La Idea o configuración matemática de la partícula atómica (electrón,


protón,...) forma parte de la configuración matemática del átomo.

- La configuración matemática que comprende una determinada célula


forma parte de la configuración matemática de un determinado tejido celular.

- Etc...

Unos son VALORES contenidos en otros.

4)- CONCEPTO DE “PERFECCIÓN”

Un determinado ente (planta, animal, cosa,...) es PERFECTO cuando


posee al completo y con plenitud todas las cualidades que le son propias por
naturaleza.
Dicho de otra manera: “posee al completo y con plenitud todos sus
VALORES”.
Si una determinada “águila” pierde sus uñas o sus plumas, o no las
posee según ciertas proporciones, deja de ser perfecta en la “Idea de águila”
que representa.

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5)- LOS VALORES EN EL MUNDO DE LA MATERIA

Todos los entes o estructuras materiales naturales que podemos encon-


trarnos en la Naturaleza (agua, aire, rocas, plantas, animales, planetas, estre-
llas,...) existen formando parte de otras estructuras materiales más complejas
o superiores, constituyendo VALORES de éstas.
Las Ideas (configuraciones matemáticas) de unas se hallan conte-
nidas en las Ideas (configuraciones matemáticas) más complejas o supe-
riores de las otras, y todas en su conjunto se encuentran integradas en la
Idea o Configuración Matemática del Conjunto Total Superior: el ORDEN
CÓSMICO o DEL UNIVERSO.
Así, pues, la configuración matemática que se da en las partículas ató-
micas (electrón, protón,...) forma parte de la configuración matemática del
átomo, y ésta de la molécula, que a su vez se encuentra formando parte de la
configuración de los diferentes compuestos (orgánicos e inorgánicos),y así
sucesivamente nos encontramos con las configuraciones de las rocas, seres
vivos, ecosistemas, planetas, sistemas solares, galaxias, y, por último, la con-
figuración del Sistema Energético Total (ORDEN CÓSMICO).

6)- EL ORDEN MATERIAL DEL UNIVERSO COMO ORDEN


(IDEA) DINÁMICO DEL EQUILIBRIO

El Universo constituye el Sistema Energético total. En él se encuentra


distribuida toda la energía en multitud de “formas”, que son los entes mate-
riales que lo componen: átomos, moléculas, rocas, minerales, seres vivos, el
Sol , las estrellas, los planetas,...
Todos existen en el Universo a modo de “subsistemas”, unos formando
parte de otros, y todos relacionados energéticamente entre sí , a modo de una
inmensa “máquina” en la que todas sus “piezas” se encuentran perfectamen-
te “engarzadas” transfiriéndose la energía, el movimiento. Ninguna “pieza”
(subsistema) existe quieta, manteniendo inmutable su sustrato energético.
Todas, en un perfecto equilibrio dinámico, reciben y emiten al mismo tiempo
la energía a otras partes de la “maquina”, según las diferentes formas en que
la energía se puede transmitir: energía luminosa, acústica, calórica, cinética,
gravitatoria,...
Todo daño que se produce en alguna parte de la “máquina” repercute
en la totalidad.

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7)- ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL SUSTRATO


ENERGÉTICO

La materia es ENERGIA.
Y todo lo que es energía es MOVIMIENTO. Si el movimiento desapa-
rece, la energía desaparece.
El concepto de movimiento está estrechamente unido al concepto de
CAMBIO DE FORMA. Si algo se mueve, significa que se produce un cambio de
forma. Lo que no cambia de forma es estático, quieto, inmutable.
Existe una íntima relación entre SUSTRATO ENERGÉTICO --
MOVIMIENTO -- CAMBIO DE FORMA.
Por consiguiente, las características que definen la aparición de un
sustrato energético han de ser las mismas que definen la presencia de un mo-
vimiento. Estas son:

a)- Cambio de forma (EXTENSIÓN)


b)- Duración (TIEMPO)

Existe una configuración matemática (Idea) en la que se sustenta la


existencia del sustrato energético como una sucesión de “formas” (“exten-
sión”) que se repiten indefinidamente (“duración”): vibración.

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V - LA VIDA COMO EXISTENCIA

1)- INTRODUCCIÓN

¿Cuándo podemos decir que un determinado ente está dotado de vida?.


¿Qué entendemos con esta palabra?
Cuando buscamos la presencia de vida en un determinado ente, lo pri-
mero que hacemos es observar si “SE MUEVE”, si se produce en él algún
“cambio de forma”.
Las nubes se desplazan y cambian de formas, el agua de los ríos, las
olas del mar, los planetas..., todos ellos se mueven, y, sin embargo, no cons-
tituyen seres vivos. Podríamos decir que no se encuentra en ellos mismos la
causa de sus movimientos.
Pero también existen entes que, aún encontrándose en ellos la causa de
sus modificaciones, tampoco constituyen seres vivos: los movimientos de las
partículas en los átomos, los cambios en las capas de la Tierra, las vibraciones
en los minerales...
Entonces, ¿qué es preciso considerar para afirmar que existe VIDA en
un determinado ente?

2)- LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA VIDA

Decimos que un determinado ente está dotado de vida cuando concu-


rren los siguientes elementos:

- UN “PRINCIPIO”.
- UNOS “VALORES” (EXTRÍNSECOS E INTRÍNSECOS).
- UN “SISTEMA OPERATIVO”.
- UN “FIN”.

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Pasemos a estudiar cada uno de ellos:

- EL “PRINCIPIO”:

Es la forma estructural del ente vivo en su MÍNIMA EXPRESIÓN,


cuando se INICIA en él un proceso de transformaciones (cambios de formas)
valiéndose UNICAMENTE de sí mismo y de su medio natural.
En los casos de seres vivos que se reproducen sexualmente, sería el
óvulo en el momento de su fecundación.

- LOS VALORES “EXTRÍNSECOS”:

Son todas aquellas formas naturales EXTERNAS al ente, a las cuales


éste ha de acceder para adquirir de ellas el sustrato que hace posible el soste-
nimiento y desarrollo de su estructura.
El agua, el oxígeno, determinadas condiciones de humedad, de tempe-
ratura..., determinados tipos de hierbas para una clase de animal herbívoro,
determinadas especies de insectos para un determinado animal insectívoro,
etc., constituyen valores “extrínsecos” en el mundo viviente de la materia.

- LOS VALORES “INTRÍNSECOS”:

Son cada uno de los elementos estructurales (sus “formas” específicas


de células, tejidos, órganos, etc,) del ente vivo que, agrupados ordenadamen-
te, lo configuran de acuerdo con la “Idea” o “Modelo” de estructura viviente
que representa.
Como ya sabemos, en el mundo de la materia, unos “valores” existen
formando parte de otros más complejos: una determinada “forma” de célula
forma parte de una determinada “forma” de tejido; éste, a su vez, se encuentra
formando parte de un determinado órgano,...

- EL “FIN”:

Es el elemento primordial y más SIGNIFICATIVO que determina la


existencia de vida en un ente.
Todos los demás elementos (sistema operativo, valores,...) existen tales
como son para hacer posible la REALIZACIÓN del “Fin”.
Pero ¿en qué consiste este “Fin”?

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El autodeterminismo: guía para encontrarse a sí mismo

Es la estructura del ente vivo en su MÁXIMA expresión, cuando SE


REALIZA de forma COMPLETA y PLENA la “Idea” o “Proyecto” de ente
que él “es” y “representa”.
Dicho de otra manera:
Es cuando verdaderamente el ente vivo llega a ”SER LO QUE ES”,
la FORMA DEFINITIVA (ÚLTIMA, DEFINIDA) que marca EL FINAL DE
SU DESARROLLO ASCENDENTE (1): cuando ha logrado completa y ple-
namente su IDENTIFICACIÓN.
Es el óvulo fecundado de la “loba” convertido en un AUTENTICO
“lobo”, con todas sus cualidades y rasgos desarrollados PLENAMENTE.
Es el huevo fecundado del “águila” convertido PLENAMENTE en una
AUTENTICA “águila”.
Es la semilla del “árbol” convertida PLENAMENTE en un
AUTENTICO “árbol”.

- EL “SISTEMA OPERATIVO”:

Es el dispositivo que posee la estructura viviente para llevar a cabo


cuantos procesos u operaciones le son necesarios para el LOGRO de su “Fin”.
Cumple dos funciones básicas;
a)- Función de RELACIÓN con el medio exterior: comprende todos los
procesos de detección, aproximación y adquisición de los “valores extrínsecos”.
En una estructura viviente animal esta función la desempeña los senti-
dos, el aparato locomotor,...
b)- Función de ASIMILACIÓN (METABOLIZACIÓN) y
MANTENIMIENTO: comprende los procesos de transformación de los “va-
lores extrínsecos” en “valores intrínsecos”, mantenimiento del flujo vital,...
En la estructura animal está desempeñada por el aparato digestivo y
respiratorio, el aparato circulatorio,...
Gracias al “Sistema operativo”, el “valor extrínseco” puede ser
ADQUIRIDO y TRANSFORMADO. Su sustrato pasa a formar parte del
sustrato de la estructura y la desarrolla.
Evidentemente, el sustrato del “valor extrínseco” es de la misma natu-
raleza que el sustrato de la estructura viviente a la cual desarrolla.
El sustrato de una planta o animal es energía, y el sustrato de sus “valo-
res extrínsecos” (agua, luz, oxígeno, sales minerales,...) es también energía.

(1)
No debemos confundir este final con la muerte (desaparición completa de la funcionalidad), que es
consecuencia del proceso de desgaste y envejecimiento que sufre la materia, y que en la estructura viviente se inicia
DESPUÉS DE HABER LOGRADO la realización de su “Fin”

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TODO en la estructura del ser vivo forma parte de su “Sistema


Operativo”, TODO en ella cumple una función necesaria para el logro de su
“Fin”. Nada hay en ella que sea meramente decorativo e inútil.
Dada la completa y total identificación que existe entre la estructura
del ser vivo y su “Sistema Operativo”, bien podemos decir que el “Fin” de
toda estructura viviente es el COMPLETO y PLENO DESARROLLO DE
SU “SISTEMA OPERATIVO”.
Hay que añadir como RASGO ESENCIAL del ser vivo su
CAPACIDAD PARA “TRANSMITIR LA VIDA”: reproducir el “modelo”
(“Idea”, “Proyecto”) de ente vivo que el “es” y “representa”.
El “Sistema Operativo” de una estructura viviente es tan específico
como específicos son los “valores extrínsecos” que debe adquirir y trans-
formar; por ejemplo, determinados tipos de hierbas constituyen “valores
extrínsecos” para un determinado animal herbívoro, pero nunca lo serán
para un animal felino, dadas las peculiares características de su sistema de
transformación de energía.

3)- EVOLUCIÓN Y DESARROLLO

Conviene distinguir claramente ambos conceptos: “evolución” y “de-


sarrollo”.
Todo cambio sucesivo de formas que se produce en un ente (ya sea
viviente o no) representa una EVOLUCIÓN.
Un DESARROLLO es una evolución ORDENADA HACIA UN
“FIN” (REALIZACIÓN de una “Idea” o “Proyecto” que tiene un carácter
CONCRETO, DEFINIDO). Es precisamente lo que ocurre en la estructura
viviente.

4)- CONCEPTO DE “VIDA”

De acuerdo con todo lo que hemos expuesto hasta aquí, podemos defi-
nir la “VIDA” como:
La realización del “Proyecto” o “Idea” de un “sistema operativo” que,
partiendo de una forma inicial mínima y concreta, alcanza otra final máxima,
y también, concreta (plena identificación del ente con respecto a la idea
que él es y representa, ser lo que es en sentido pleno).
Entre la forma inicial (“Principio”) y la forma final (“Fin”) se produce
una sucesión de formas intermedias: DESARROLLO.
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El autodeterminismo: guía para encontrarse a sí mismo

Corolario.- A todo ser vivo, racional e irracional, para poder desarro-


llarse conforme a su naturaleza, le es inherente el derecho ( exigencia natural)
de vivir en las condiciones y en el medio ( habitat, conjunto de valores ex-
trínsecos,...) que le son propios por su especifica naturaleza ( el oso polar en
los parajes antárticos, el camello en el desierto, las personas en una sociedad
donde reinen los valores humanos, etc..).

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El autodeterminismo: guía para encontrarse a sí mismo

VI - EL HOMBRE

1)- INTRODUCCIÓN

El hombre constituye un “modelo” (“idea”, “proyecto”) de


ESTRUCTURA VIVIENTE MATERIAL. Esto significa que posee todos los
elementos que son “constitutivos” de la vida y que tales elementos son de
naturaleza material:

- UN “PRINCIPIO”: la estructura en el momento de la concepción.

- UN “FIN”: la madurez o pleno desarrollo de sus cualidades estructu-


rales y funcionales.

- UNOS “VALORES INTRÍNSECOS”: los diferentes elementos estructurales


(células, tejidos,...) que, organizados según proporciones matemáticas, com-
ponen la estructura física del hombre.

- UNOS “VALORES EXTRÍNSECOS”: agua, oxigeno, determinadas formas


de alimentos, etc.

- UN “SISTEMA OPERATIVO”: aparato digestivo, locomotor, etc...

TODAS las operaciones, TODOS los procesos (impulsos, formas


de relacionarse con el medio,...) que se producen en la estructura del hom-
bre, teóricamente, DEBERÍAN REALIZARSE DE ACUERDO CON LAS
FORMAS O MANERAS ESTABLECIDAS POR LAS LEYES DE LA
MATERIA para toda clase de estructura viviente material (Leyes de la
Bioquímica, de la Biología, de la Zoogenia,...).
Pero en la realidad no ocurre así.
Mientras que el comportamiento de toda estructura viviente material
es “único” y “reiterado” (UNIDIRECCIONAL), el del hombre es “múl-
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Francisco Castejón Gordo - Jesús Marquino Ramos

tiple” y “variado” (MULTIDIRECCIONAL): el animal se mueve en la


COSTUMBRE y el hombre se mueve en la HISTORIA, en la historia de las
diferentes maneras de conocer, en la CULTURA.
La pregunta que toca hacernos es: ¿Por qué ocurre esto así?. ¿Qué hay
de exclusivo en el hombre que le haga apartarse tan radicalmente del resto de
las estructuras animales?
Ya sabemos que ese “algo” que tiene de exclusivo el hombre, la
causa de su comportamiento tan variado, es su “facultad de conocer”, su
CONOCIMIENTO.
Pero ¿qué es en realidad el CONOCIMIENTO”?, ¿es algo que forma
parte de la naturaleza material del hombre?, ¿es el resultado de la mayor
complejidad de su estructura cerebral?, ¿o es, quizás, algo de NATURALEZA
DISTINTA A LA MATERIA, con unas cualidades totalmente distintas, que
son precisamente las causantes de esas “otras” múltiples formas de actuar,
inexplicables por las leyes de la materia?
Nos encontramos ante una pregunta extremadamente comprometedora
en la vida de todo hombre como ser humano. Es una pregunta que exige de
éste una respuesta también extremadamente comprometedora, porque de ella,
tanto si la da en un sentido como en ninguno, dependen seriamente la vida y
el destino del hombre como individuo (persona) y como especie (sociedad).

2)- NATURALEZA INMATERIAL DEL CONOCIMIENTO

Consideramos que el hombre, apoyándose en la RAZÓN, puede


AFIRMAR que la naturaleza del CONOCIMIENTO no es material, NO
FORMA PARTE DE LA NATURALEZA DE LA MATERIA por los siguien-
tes motivos:

A)- CARÁCTER “ILIMITADO” DE LA ESTRUCTURA DEL


CONOCIMIENTO FRENTE AL CARÁCTER “LIMITADO” DE LA
ESTRUCTURA CEREBRAL.

Si el CONOCIMIENTO fuese el resultado de una mayor complejidad


de la estructura cerebral, el comportamiento del hombre, su variedad de res-
puestas, sería, efectivamente, muy compleja, todo lo compleja que quisiéra-
mos, pero SERÍA SIEMPRE LIMITADA.
El cerebro de cualquier animal puede compararse a un “ordenador”.
¿Cómo tendría que ser éste para que pudiese emitir un ilimitado (infinito)
número de respuestas?

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El autodeterminismo: guía para encontrarse a sí mismo

Sólo el CONOCIMIENTO puede contener y emitir un ilimitado nú-


mero de respuestas, sea por ejemplo, contar los infinitos números naturales,
construir infinitas formulaciones matemáticas, etc,.
Es, simplemente, porque el saber (conocer) no ocupa lugar en el mun-
do de la materia, no forma parte de la naturaleza dimensional de ésta.
TODO LO QUE ES MATERIAL Y LIMITADO OCUPA UN ESPACIO
DIMENSIONAL LIMITADO EN EL MUNDO DE LA MATERIA, Y SUS
POSIBILIDADES SON, TAMBIÉN, LIMITADAS.

B)- INMATERIALIDAD DEL SUSTRATO DEL CONOCIMIENTO.

La naturaleza del sustrato de cualquier ente (viviente) es la misma que


la de aquellos elementos (valores “extrínsecos”) con los cuales se estructura
y se desarrolla.
Los elementos (valores extrínsecos) con los que se estructura y desa-
rrolla una estructura (viviente) material es materia, energía.
Los elementos con los cuales se estructura y desarrolla el
CONOCIMIENTO son las IDEAS, y el sustrato de la “idea” es inmaterial,
“forma” pura.
El CONOCIMIENTO es el único ente que puede percibir el mundo de
las ideas, adquirirlas (conocerlas), estructurarse y desarrollarse con ellas sin
ocupar un espacio en el mundo de la materia.

C)- CARÁCTER “LIBRE” DE LA NATURELEZA DEL CONOCIMIENTO.

Debemos preguntarnos: ¿qué es exactamente la materia, desde su prin-


cipio (sustrato de las partículas atómicas) hasta su final (Universo)?
Es una inmensa “Idea”, una complejísima “Configuración matemática”
compuesta por “configuraciones matemáticas” más simples (Leyes de la Física,
de la Química, de la Biología,...). Ésto es, llana y simplemente, la materia.
Podrá ser todo lo compleja que nos podamos imaginar, pero ante todo
y sobre todo ES UNA “CONFIGURACIÓN MATEMÁTICA”; en ella se sus-
tenta su naturaleza.
Ni tan siquiera por un solo instante puede abandonar esa “Configuración”,
manifestarse de otra manera, ni mucho menos, manifestarse en contra de ella,
porque entonces dejaría de ser materia. Es como si una circunferencia dejase
por un momento de ser curva, entonces, deja de ser circunferencia.
ES ABSURDO CONSIDERAR QUE EXISTA LIBERTAD EN EL
MUNDO DE LA MATERIA. No forma parte de su naturaleza. La materia es

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Francisco Castejón Gordo - Jesús Marquino Ramos

“como es”, se manifiesta “como es”, conforme a sus Leyes, y nada más.
Ser LIBRE significa poder elegir entre varias posibilidades, para lo
cual es imprescindible previamente “conocerlas”.
Sólo la naturaleza del CONOCIMIENTO puede “conocer”; por consi-
guiente, SOLO ÉL PUEDE SER LIBRE, libre para actuar, incluso, en contra
de sus propias leyes, en contra de su propia “Idea” (naturaleza), rechazar sus
propios valores naturales...
Pero será LIBRE en la medida que se desarrolle como CONO-
CIMIENTO, es decir, en la medida que “conozca”.
El que no conoce, el ignorante, NO ES LIBRE.

D)- CARACTER “CONTINUO” Y “PERMANENTE” DE LAS


NECESIDADES DEL CONOCIMIENTO FRENTE AL CARACTER
“DISCONTINUO” E “INTERMITENTE” DE LAS NECESIDADES EN LA
ESTRUCTURA MATERIAL.

Todos los impulsos o inclinaciones que se producen en la estructura


viviente animal tienen un carácter discontinuo: una vez logrado el sustrato
energético, y satisfecha la necesidad, se llega a un estado de calma y pasi-
vidad en el que los impulsos desaparecen y no vuelven a manifestarse hasta
producirse de nuevo la necesidad.
Los deseos o necesidades del CONOCIMIENTO siempre están pre-
sentes y no desaparecen, aun después de haberse satisfecho TODA CLASE
DE NECESIDAD ENERGÉTICA O MATERIAL.

E)- INDEPENDENCIA DE LA OPERATIVIDAD DEL CONOCIMIENTO.

Existe una perfecta correspondencia entre la FORMA ESTRUCTURAL


de un ser vivo y su grado o nivel de OPERATIVIDAD.
Digámoslo con un ejemplo palpable en nosotros mismos:
cuanto mejor estructuradas y desarrolladas mantengamos las partes
(corazón, pulmones, cerebro, músculos y órganos diversos,...) de nuestro
organismo físico, tanto mayor será nuestra capacidad para realizar esfuerzos
o trabajos físicos (OPERATIVIDAD FÍSICA); igualmente, nuestra operati-
vidad será tanto menor cuanto menos desarrolladas se encuentren nuestras
partes estructurales orgánicas.
Vamos a ver a continuación cómo se produce la anterior corresponden-
cia en el trancurso de la vida de una estructura viviente MATERIAL, y vamos
a verlo valiéndonos de un dibujo (un gráfico):

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El autodeterminismo: guía para encontrarse a sí mismo

EL TRAMO A: representa el periodo de vida que se extiende desde


el “principio” (momento de la concepción en el caso de organismos que se
reproducen sexualmente) hasta su “fin” (plena madurez o pleno desarrollo de
sus facultades).
Podemos ver, por la forma de la curva, que durante este periodo la
estructura y su operatividad (andar, correr, saltar, fuerza, agilidad, funciones
diversas,...) crecen muy deprisa.

EL TRAMO B: significa que la estructura ha alcanzado el pleno desa-


rrollo de su forma física (estructural y operativa) y se mantiene en este estado
durante un tiempo más o menos prolongado (periodo de madurez).

EL TRAMO C: nos indica que, progresivamente, la estructura va en-


trando en un proceso de desgaste o envejecimiento, lo que conlleva un dete-
rioro de la forma física con disminución de la operatividad.
En el PUNTO “3 “ ya no queda suficiente forma física en alguno de los
órganos vitales y su funcionalidad se viene abajo totalmente, con lo que se
interrumpe la operatividad en la totalidad del sistema (muerte o fallecimiento
de la estructura física).
Pues bien, TODOS Y CADA UNO DE LOS ELEMENTOS que inte-
gran la estructura viviente material, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA (desde la
primera célula hasta la última, desde el primer tejido hasta el último,...), SE
AJUSTAN AL ANTERIOR PROCESO, a la anterior curva, y si hay algo
que no lo hace es porque no forma parte de la citada estructura, DE SU
“MANERA DE SER” ( “estructural” y por consiguiente “operativa”), es de-
cir, no forma parte de su naturaleza.
Veamos entonces, ahora, de qué manera evoluciona el CONO-
CIMIENTO en el hombre:
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