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Cristiano Generación

Facebook: Un llamado
a usar las redes sociales
para la gloria de Dios.
Por Josué Barrios.
Cristiano Generación Facebook: Un
llamado a usar las redes sociales
para la gloria de Dios.
Copyright © 2014 por Josué
Barrios.
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obra se puede reproducir, ni
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añadidura de una cruz.
Las citas bíblicas de esta
publicación han sido extraídas de la
versión Reina – Valera 1960™ ©
Sociedades Bíblicas en América
Latina, 1960. Derechos renovados
1988, Sociedades Bíblicas Unidas.
Utilizado con permiso. Todos los
énfasis han sido añadidos.
Contenido

Iniciando Sesión…
Capítulo Uno: Confesiones de un
Cristiano Generación Facebook.
Huérfanos en Facebook
Yo, tuitero.
¿Por qué el mundo ama demasiado
las redes sociales?
Ídolo generacional.
Preguntas para discusión y
reflexión.
Capítulo Dos: Redes Sociales
¿Para la gloria de Dios?
El evangelio y las redes sociales.
¿La Biblia habla sobre usar las
redes sociales para la Gloria de
Dios?
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios es…
Frutos de justicia y amor al
prójimo, también en Internet.
Preguntas para discusión y
reflexión.
Capítulo Tres: Usando las Redes
Sociales Para la Gloria de Dios.
Entendiendo mejor qué es usar las
redes sociales para la gloria de
Dios.
El peligro de pseudo-glorificar a
Dios en las redes sociales.
Amando al prójimo en la web 2.0.
Algunos consejos prácticos y
exhortaciones.
Preguntas para discusión y
reflexión.
Epílogo: 15 Resoluciones al Usar
las Redes Sociales.
Agradecimientos.
Sobre el autor.
Iniciando Sesión…
Antes que nada: Este ebook
contiene cosas que necesito leer y
recordar. Es una de las razones por
las cuales lo escribo.

Así que, ya puedes deducir que no


soy el héroe aquí. Los héroes
directos son: principalmente
Jesucristo, a quien no le importó
que mucha gente le diera unfollow y
fue a la cruz por el gozo que tenía
por delante; Blaise Pascal, que
supo hace más de 350 años por qué
esta generación ama las redes
sociales y me lo hizo ver; y John
Piper quien me enseñó que “Dios es
más glorificado en nosotros [y por
tanto en nuestros perfiles en
Internet] cuando estamos más
satisfechos en Él”[1].
Es en gran parte una recopilación
ordenada de algunos artículos y
párrafos que he escrito para mi
blog, algunas frases propias que he
compartido en las redes sociales,
fragmentos de notas de algunos de
mis sermones y charlas, así como
palabras que he pronunciado en
conversaciones con amigos.
También algunos pensamientos que
he tenido sobre el ser cristiano en
la era de las redes sociales.
Decido publicarlo porque es justo
lo que me hubiese gustado leer
desde mi adolescencia. También
contiene lo que necesito tener en
cuenta cuando uso las redes
sociales. Así que estoy seguro que
podrá ser útil para alguien más. Ese
es mi deseo.
Como los lectores del blog y mis
amigos tal vez sabrán o han notado,
suelo escribir tal y como hablo. Así
que, aunque mucho de lo que
recopilo y comparto en este ebook
lo edité, expandí o depuré, procuro
mantener un tono conversacional
para no invocar tu sueño mientras
lees.
La intención es que esto se lea
como si estuviese hablando contigo
vía chat, durante una hora
entretenida, sincera, retadora y
edificante. Oro a Dios para que así
sea y que este ebook sea de
edificación para tu vida, tanto y más
que como ha sido de edificación
para mí vivirlo y escribirlo.
No voy a hablarte como un experto
o algo así. Algunas personas
cuando ven que soy muy leído en
Internet, piensan de mí como si
fuese un especialista en predicar el
evangelio en la web, pero la verdad
es que también soy de esta
generación.
Soy joven, y francamente cuanto
más conozco sobre Dios, sobre el
evangelio, sobre lo que es
realmente la vida y sobre todo a mí
alrededor (incluyendo las redes
sociales), me doy cuenta de lo
ignorante que soy. Formo parte de
lo que llamo generación Facebook,
así que todo esto también es para
mí.
La llamo “Generación Facebook”,
no porque Facebook sea mi red
social favorita, sino porque
Facebook está en la cresta de una
ola de redes sociales en Internet
que revolucionan nuestra forma de
comunicarnos. ¡Hasta mi abuelita
tiene Facebook!
Este ebook no es sólo una
recopilación y exposición de
información útil, también es un
viaje de aprendizaje para mí y
espero que lo sea para ti. Es una
conversación corta. No un librote
largo. No un Institutos de la
Religión Cristiana Aplicadas A Las
Redes Sociales. Pero es mi oración
que sea un chat intenso que te haga
pensar, te confronte, te anime a
aprender más, y te inspire a buscar
vivir adorando a Dios en todas
partes (incluyendo la web).
Quiero que tengamos esta
conversación porque deseo usar las
redes sociales para la Gloria de
Dios, porque Él es
indescriptiblemente asombroso, y
creo (como te explicaré a
continuación) que tú naciste para lo
mismo y que esto puede cambiar tu
forma de ver muchas cosas para
siempre.
¿Piensas que lo que quiero
compartir contigo es sobre lo
importante de publicar versículos
en Facebook y cómo ganar
seguidores cristianos en Twitter? Si
es así, estás pensando mal. Sí, en
las próximas páginas te hablaré de
que es bueno compartir versículos
en Facebook y cosas edificantes,
pero este ebook se trata de algo más
importante y profundo.
Además, aunque hablaré sobre
servir a Dios en Internet, este ebook
no va dirigido únicamente a
personas que gestionen perfiles de
ministerios o sean pastores y
líderes que compartan la Palabra y
reflexiones en la web. Sino a todo
cristiano de esta generación.
En el primer capítulo, te confesaré
algunas cosas sobre cómo las redes
sociales han formado parte del día
a día a lo largo de mi viaje
espiritual hasta ahora, cómo
pueden hacernos más daño del que
imaginamos si las usamos mal, y
algunas reflexiones sobre por qué
nos encantan las redes sociales
(cosas que tal vez nunca habían
pasado por tu cabeza y espero que
no te dejen indiferente). Aquí
explicaré el problema de la
generación Facebook.
Luego, en el segundo, seré mucho
más positivo porque hablaré sobre
el evangelio (el antídoto para los
problemas expuestos en el capítulo
anterior), el inmenso amor de Dios,
y qué es usar las redes sociales
para Su Gloria.
Mi deseo es responder
bíblicamente (pido a Dios sabiduría
para esto) a preguntas cruciales
para los cristianos de esta
generación, sobre las cuales tal vez
muchos aún se cuestionan. Como
¿Qué es usar las redes sociales para
la Gloria de Dios? ¿La Biblia habla
algo sobre usar las redes sociales
para glorificar a Dios? ¿Por qué
usar las redes sociales para la
Gloria de Dios?
En el tercer capítulo compartiré
contigo algunos pensamientos
fundamentados en la Palabra de
Dios, que han pasado por mi mente
sobre lo que es servir y adorar a
Dios en las redes sociales. Pienso
que ese capítulo contiene cosas que
incomodarán a muchos, pero creo
que también es muy alentador y
motivador si lo lees con mucho
cuidado. Es (al igual que los dos
anteriores) un intento de hacerte ver
que las redes sociales tienen un
propósito eterno. Estás llamado a
usar la social media para la Gloria
de Dios.
También te daré algunos consejos
prácticos y súper-honestos (sí, esos
consejos también son para mí). El
propósito de este tercer y último
capítulo es responder de forma
práctica a la pregunta: ¿Cómo usar
las redes sociales para la Gloria de
Dios?
Luego de esos consejos compartiré
contigo mis 15 resoluciones al usar
las redes sociales[2]. Te invito a
que las hagas tuyas.
Luego, el ebook se acaba. Nos
decimos hasta luego, la
conversación se termina y espero
que no sólo te quedes con esta
pregunta en la mente, sino que la
respondas positivamente y
comiences a vivir conforme a esa
respuesta: ¿Usaré las redes sociales
como nací para hacerlo, porque
Jesús me ha salvado y Él es
infinitamente valioso? Las redes
sociales no son malas y pueden
tener un uso realmente
extraordinario y bueno. Quiero que
le demos ese uso.
Empecemos.
Capítulo Uno:
Confesiones de un
cristiano generación
Facebook
¿Qué me califica para decirte las
cosas que te diré? Sé lo que es
cometer errores en Internet y vivir
algunos epic fails, pero por la
gracia de Dios, también sé lo que es
nacer de nuevo, ver cómo las redes
sociales tienen un propósito eterno
y cómo los cristianos debemos
buscar andar en ellas.
¿Recuerdas esa escena de la
película The Dark Knight Rises en
la que Batman se enfrenta con Bane
por primera vez, y apaga las luces
con un dispositivo para tener
ventaja sobre Bane en la pelea, y
Bane se ríe y le dice “Piensas que
la oscuridad es tu aliada, pero tú
sólo la adoptaste…”?
Me siento un poco como Bane con
respecto a las redes sociales.
Nunca las adopté. Mi generación
nunca las adoptó. Siempre
estuvieron allí para nosotros. Y
cuando nosotros cambiamos, ellas
también. Crecimos juntos. Ellas
formaron y siguen formado parte de
nuestro día a día. Las conocemos al
dedillo, mientras que personas de
generaciones pasadas, aunque
también usen las redes sociales (y
hasta muchos tengan éxito en el
propósito con el que las usan), no
tienen ni la menor idea de un
montón de cosas con respecto a
ellas o no se les da tan natural
usarlas como a nosotros.
Llegué a ser esclavo de la vanidad
de las redes sociales por varios
años. Por eso este tema me interesa
mucho. Además, algunos de los
mayores errores que he cometido en
mi vida los he cometido en Internet.
Es muy fácil cometer errores en las
redes sociales. Por eso tanta gente
lo hace. Gracias a Dios he podido
aprender de ellos y quiero usar mi
experiencia para ayudar a los
demás.
También soy testigo de que son más
las personas que son usadas por las
redes sociales, que las personas
que usan las redes sociales.
Ignoramos que las redes sociales
son gratuitas porque el producto
somos nosotros
Gracias a Dios también tengo
influencia en Internet y he podido
compartir muchas de mis
reflexiones (sobre Jesús,
cristianismo, fe práctica, la oración,
etc.) con miles de jóvenes en todo
el mundo. En la interacción con
tantas personas, he visto muchas
cosas sobre las que tenía que
escribir algo útil.
Huérfanos en Facebook[3]
“Esto, pues, digo y requiero
en el Señor: que ya no andéis
como los otros gentiles, que
andan en la vanidad de su
mente…” (Efesios 4:17)
Te presento al joven Creyente
Tibio. Él tiene alrededor de 18
años y es activo en las redes
sociales como todos los chicos de
su edad.
Al ver el perfil en Facebook de
Creyente Tibio, podrás notar cosas
que son realmente raras en alguien
que dice amar a Jesús y seguirlo, y
que asiste regularmente a alguna
congregación local.
Bueno, tal vez esas cosas no
parezcan raras a la mayoría de las
personas hoy en día, pero a alguien
que ha nacido de nuevo y conoce La
Palabra de Dios, sí.
Un cristiano de hace varios siglos o
incluso décadas, o que haya
formado parte de lo que se conoce
como iglesia primitiva, la iglesia
del primer siglo, dudaría bastante
de la fe del joven Creyente Tibio.
Por ejemplo, Creyente Tibio tiene
la costumbre de tomarse fotos a sí
mismo, buscando lucir atractivo o
interesante, y subir esas fotos por
montones a la red. Como si sus
perfiles fueran un culto a él mismo.
A muchas personas les parece
normal que alguien se tome un
montón de selfies, pero una vez que
piensas en eso, te das cuenta de que
es un acto bastante loco e inútil.
Míralo de esta manera: ¿Te
imaginas a alguien tomarse fotos
para pegarlas en una pared, en la
calle más transitada de la ciudad,
para que la gente le diga si es
atractivo, le de likes, lo apruebe, o
simplemente para que lo vean? Eso
es lo que él hace en las redes
sociales. Recuerda, hay una razón
por la cual los perfiles en Facebook
se llaman “muros”.
Creyente Tibio cree que muchas de
las cosas que hace son normales
porque otras personas de su edad lo
hacen, pero seamos honestos: No es
normal. El hecho de que muchas
personas hagan algo no significa
que es normal o sensato hacerlo.
Por ejemplo, muchas personas ven
durante muchas horas comedias
tontas y obscenas en la televisión y
eso no significa que sea algo
sensato. De hecho, puede significar
todo lo opuesto.
Creyente Tibio también tiene el
hábito de publicar demasiados
detalles de su vida privada. A
veces se ha metido en problemas
por eso. También le gusta publicar
opiniones que tal vez necesitan
madurar y ser reservadas por algún
tiempo más. Él a veces lo hace por
imprudencia, pero muchas otras
porque le gusta sentir que tiene
atención.
Le gusta recibir likes en sus estados
o que todos hablen de él. Le encanta
sentir además cómo su número de
“amigos” crece en la red, y cómo
todas las otras personas ven
transcurrir su “vida”. Otras veces
escribe malas palabras para verse
“genial” (Ignorando que en la
Palabra de Dios podemos leer, en
pasajes como 2 Timoteo 2:16, que
ese no debe ser el comportamiento
de un cristiano)[4]. También es de
esos que hacen Humblebrag[5] —
busca presumir cosas de una forma
que suene humilde o normal—, pero
igual la gente lo nota. Presumir es
lo que hacemos cuando no tenemos
gozo en Jesús.
Y es que Creyente Tibio ha
perfeccionado el arte de actuar
como huérfano en Facebook.
Porque aunque él diga que es
cristiano, no está dando frutos de un
cristiano. Y Jesús fue claro cuando
habló al respecto: “Por sus frutos
los conoceréis” (Mateo 7:18-20).
Lo que Cristo dijo tiene que ver con
los falsos maestros… y los falsos
cristianos.
Creyente Tibio tiene un vacío que
trata de llenar con vanidades, a
pesar de que él diga que es un Hijo
de Dios. En realidad es un
huérfano; sin un Padre.
Lo sé porque yo era como él hace
años. Lo confieso, y como te dije
antes, esa es una de las razones por
las que escribo este ebook.
Como somos pecadores, nos
dejamos guiar por la vanidad de
nuestros corazones de piedra ciegos
a la belleza de Dios, y así andamos
como huérfanos, despreciándolo,
siendo idólatras al preferir otras
cosas por encima de Él, pero Jesús
quiere algo mejor para sus ovejas.
Algo mejor que la popularidad, que
el sentirnos importantes y que
cualquier otra cosa en todo el
universo: Él mismo.
Hay personas que piensan que la
idolatría es cosa del pasado. Que se
trata solamente de rendir culto a
figuritas hechas con madera o
piedra, o lo que sea, arrodillándote
ante ellas y adorándolas, pero se
equivocan. La idolatría es más que
eso. Es en esencia, atribuir a algo
más lo que sólo Dios merece. Es
buscar tu máximo gozo, no en Dios,
sino en cualquier otra cosa. Es
darle más valor a algo pasajero, a
lo creado, o a una criatura, que al
Eterno Dios todopoderoso. Por eso
la idolatría es mala: Es despreciar
a Dios, y así nos hacemos daño a
nosotros mismos (aunque no nos
demos cuenta de inmediato).
Sé que esto suena duro, pero es lo
que hace Creyente Tibio en las
redes sociales, al vivir para la
atención de la gente o para
venderse a sí mismo.
¿Sabías que el mundo ve cuando
alguien actúa como un huérfano?
Cualquiera puede notarlo, aún sin
intención.
Algunas personas pueden pensar
algo como esto al escucharme:
“Huy, Josué es un tipo muy
juzgador. Está pendiente de lo que
la gente hace en las redes sociales y
se la pasa buscando errores en los
demás”. La verdad, no es mi
intención enterarme de cómo
Creyente Tibio usa las redes
sociales.
Si caminas por una avenida que está
sucia, podrás cerrar tus ojos,
podrás tratar de ignorar la basura
en la calle, podrás tratar de no
pisarla cuando caminas, pero igual
tu nariz captará el mal olor. Y eso
mismo pasa en Internet. Muchas
personas (cristianas o no), nos
damos cuenta de lo que hacen mal
otras personas, muchas veces no
porque queramos juzgarlas, sino
porque es difícil ignorarlas por
completo. Entonces, cualquiera en
el mundo puede notar que Creyente
Tibio actúa como huérfano y esto es
algo serio, como verás a
continuación.
Los Creyentes Tibios le hacen más
daño a la proclamación del
evangelio que las críticas de los
ateos o los escépticos. ¿Quién
querría ser cristiano cuando ve que
alguien que supuestamente lo es,
necesita llamar atención para
sentirse mejor, y está inmerso en
vanidades de este mundo?
El “cristianismo” de los creyentes
tibios no tiene nada que ofrecerle al
mundo que el mundo no tenga… y
es que ese “cristianismo” vanidoso
es un fraude.
Considera lo siguiente: Si una
mujer dice: “Yo solo quiero un
hombre que me quiera por mi
inteligencia”, pero se viste y actúa
de forma sugerente, para
claramente, llamar la atención del
sexo opuesto. ¡Nadie le creería! Su
boca dice un mensaje pero lo que
hace otro totalmente distinto.
Así son muchas personas que dicen
ser cristianas en las redes sociales
(por ejemplo, Creyente Tibio). Dan
mensajes contradictorios. Van los
domingos a la iglesia, pero en sus
perfiles en las redes sociales no hay
un verdadero rastro de Cristo.
Dicen que Jesús es el Señor, pero
viven como si Él no lo fuese para
ellos. Eso no es cristianismo. Eso
es ateísmo práctico. Eso es vivir
como si Jesús no existiera a pesar
de que Él es más real que todas las
cosas en el universo.
Las redes sociales pueden servir en
muchas ocasiones como
radiografías, que permiten ver qué
hay en nuestros corazones.
Lo que hacemos en Internet no sólo
lo ven otras personas. También lo
ve Dios. Lo que decimos, es como
si lo gritásemos a Sus oídos porque
Él lo conoce todo. Cuando usamos
las redes sociales para lo que no
agrada a Dios, lo estamos
insultando. Esto debe hacernos
reflexionar.
Creyente Tibio necesita que le
digan que, según sus frutos, es muy
posible que su conversión haya sido
imaginaria, que tal vez no es
creyente, y que nadie creerá que es
un hijo del Rey de Reyes si sigue
actuando como huérfano, tratando
de llenar su vida con vanidades y
cosas materiales. Porque todo aquel
que es guiado por el Espíritu de
Dios, ese es un hijo de Dios
(Romanos 8:14). Y el Espíritu no
está en los cristianos para guiarnos
a la vanidad y cosas pasajeras,
como andan las personas en todo el
mundo que no siguen a Jesús, sino
para guiarnos a la verdad y
hacernos dar frutos de Él (Juan
16:13, Gálatas 5:22-23).
La verdad, Jesús, es más que
suficiente (Juan 14:6, Filipenses
3:7-8). Por eso los hijos de Dios
son libres de la esclavitud de la
vanidad y la opinión de la gente, y
aunque a veces actúen como
huérfanos al comienzo de sus vidas
en Cristo, y cometan errores, crecen
en la gracia y cada día viven más
como hijos de Dios. Es una
contradicción ser hijo de Dios y
actuar como huérfano, siendo
idólatra con el dinero, la fama, los
bienes materiales… los perfiles
sociales en Internet.
Las redes sociales dicen más cosas
de nosotros de las que pensamos
que dicen[6]: Pueden decir qué tan
productivo somos (si una persona
se la pasa todo el día compartiendo
fotos de gatos en Facebook o
memes, realmente necesita una
vida). También pueden decir hacia
dónde vamos (nuestros perfiles
online son un buen retrato de
nuestros gustos e intereses). Y qué
es aquello que más nos importa.
Es necesario que nuestras acciones
dentro y fuera de Internet no
contradigan nuestras palabras
cuando decimos “soy cristiano”.
Se suele atribuir a Agustín la
siguiente frase: “Si quieres conocer
a alguien, no le preguntes qué
piensa, sino lo que ama”. Yo creo
que si Agustín fuese testigo de esta
generación, añadiría: “puede serte
útil revisar su perfil en Facebook”.
Yo, tuitero.
También estuve perdido como
parece estarlo Creyente Tibio.
Eso se evidenciaba en muchas áreas
de mi vida y una de ellas era mi
actitud en las redes sociales.
Pocas personas cercanas a mí lo
recuerdan, pero hace varios años
llegué a ser muy popular en Twitter
por escribir cosas graciosas y
sarcásticas que no agradan a Dios,
y parecer “cool” fingiendo ser
alguien que en realidad no era.
La gente me daba muchos retweets
y estrellas, también conocidas como
“favs”. Llegué a sentirme como una
estrella de rock, cuando en realidad
tener muchas estrellas en Twitter es
como tener dinero… en los Sims.
En aquel entonces formé parte de la
lista de los 100 tuiteros más
influyentes de mi país según un sitio
web sobre Twitter muy popular
(cuando no eran muchos los
famosos que usaban Twitter).
Eso era asombroso porque aunque
tenía casi 30.000 seguidores, pocos
en comparación a los que puede
llegar a tener fácilmente una
celebridad de la televisión o la
música nacional, mis seguidores
interactuaban demasiado con mis
publicaciones.
Yo estaba sediento de atención,
popularidad, admiración, y
distracción que me ayudara a
ignorar mi deplorable estado
espiritual. Ahora puedo verlo.
Perseguía todas esas cosas de la
misma forma en que un perro
persigue un palo que le lanzas, solo
para atrapar ese palo, tenerlo entre
su boca y seguramente pensar “¿y
ahora qué?”.
Hay gente tan pobre que lo único
que tienen son seguidores y fama.
He aprendido que el corazón de
cada uno de nosotros es una fábrica
de sed espiritual. Así que todos los
días me iba a la cama con sed y me
despertaba con sed. Las redes
sociales me daban cierta
satisfacción, así que cuando las
descubrí en mi adolescencia, no se
me hizo difícil volverme adicto a
ellas.
Actualmente puedo llegar a estar
varias horas al día en Facebook o
Twitter porque mi trabajo lo
amerita, en ocasiones soy
community manager, pero hace
más o menos cinco años, dedicaba
más de seis horas al día en Internet
tratando de hallar lo que hoy
conozco como gozo y verdadera
felicidad.
Por supuesto, el tiempo que alguien
pase en Internet no es un indicador
efectivo de qué tan mal está su
corazón. Hay gente que aunque no
usa mucho las redes sociales, las
pocas veces que la usan es para
tratar satisfacer algo en ellas y ser
idólatras.
Mi punto al contarte lo de mi
adicción a Internet es mostrarte lo
mucho que dependía de ellas. La
adicción a las redes sociales es un
asunto serio y que cada vez tiene
más relevancia.
Y en medio de todo esto, “me volví
cristiano” (las comillas son a
propósito. En aquel entonces no era
cristiano de verdad).
El Jesús en el que empecé a creer y
del cual me hablaron, era un Jesús
que parecía más un genio mágico
que un Señor digno de todas las
cosas. Era una especie de hippie
cósmico. El Cristo en quien creía
amaba todas las cosas que yo
amaba y odiaba todas las cosas que
yo odiaba (lo cual no era
coincidencia).
Por eso aquel Jesús no se
preocupaba por mi vanidad,
hipocresía, orgullo y pecado, por
las groserías que decía de vez en
cuando, por mi forma de estar en
este mundo, mis tweets y estados en
Facebook. No le importaba que la
misma boca con la que le cantaba
los domingos en la mañana, hablara
palabras ociosas los otros seis días
de la semana y publicase basura en
Internet.
Curiosamente, ese falso Jesús sí
odiaba las cosas que hacían las
personas que pecaban de forma
diferente a mí. Ese Jesús era
parecido a mí, cuando en realidad
era yo quien necesitaba, y aún
necesita parecerse al verdadero
Jesús (Romanos 13:14).
Entonces, Dios hizo un milagro que
había planeado desde antes de la
fundación del universo (Efesios
1:5): La Palabra de Dios abrió mis
ojos para hacerme entender que
sólo el verdadero Jesús puede
llenar mi vida (cf. Juan 8:31-32).
Todo es más claro cuando la Biblia
ilumina tu mundo (cf. Salmos
119:105).
Esta es una de las razones por la
que escribo al respecto y me
importa el tema. Sin embargo, mi
experiencia no será el único
fundamento. Necesito partir de algo
mucho más confiable, con más
validez y autoridad como verás a
continuación.
¿Por qué el mundo ama
demasiado las redes
sociales?
¿Te has preguntado eso?
Por supuesto, algo que ha hecho que
las redes sociales sean exitosas es
que ellas pueden facilitarnos la
comunicación con el resto del
mundo y mantener el contacto con
amigos y seres queridos. Esto
queda implícito cuando hablamos al
respecto (por eso no me detendré en
este asunto).
Pero hay otra razón que motiva a
millones de personas en el mundo a
usar las redes sociales a pesar de
saber que pueden ser muy
distractoras.
Intentaré explicarla con gran ayuda
de Blaise Pascal, quien fue un
matemático y filósofo cristiano, que
usó mucho su cerebro
(posiblemente porque nunca tuvo un
televisor o un perfil en Facebook).
Creo que llegados a este punto de la
conversación, no vendría mal una
dosis de sus palabras inteligentes.
Primero, te mostraré algo que él
escribió. Luego responderé
brevemente, a un par de objeciones
que pueden presentar algunas
personas ante sus palabras. Por
último, veremos si lo que dijo
Blaise Pascal es bíblico y así
responderemos de forma más
completa a esos argumentos
contrarios.
Pascal escribió:
“La distracción es la única
cosa que nos consuela por
nuestras miserias. Sin
embargo, es la mayor de
nuestras miserias. Por encima
de todo, es lo que nos impide
pensar en nosotros y así nos
conduce imperceptiblemente
a la destrucción. Pero para
esto deberíamos estar
aburridos, y el aburrimiento
nos llevaría a buscar algunos
medios más confiables de
escape, pero la distracción
pasa nuestro tiempo y nos trae
imperceptiblemente a nuestra
muerte”[7].
Eso puede sonar complicado, pero
en realidad lo que Pascal habla es
sencillo. En otras palabras,nos
gusta la distracción porque ella nos
impide pensar en nosotros mismos
y así nos ayuda a ignorar nuestra
condición de miseria. ¿Y sabes cuál
es una de las herramientas más
distractoras en todo el mundo que
más nos gusta? Las redes sociales,
por supuesto. Por eso creo que lo
que dicho por Pascal tiene que ver
con las redes sociales.
Objeción número uno que alguien
podría levantar: “Pascal se
equivoca porque todos pensamos
con frecuencia en nosotros
mismos”. Es cierto. Obviamente,
todos pensamos excesivamente en
nosotros mismos todos los días de
nuestras vidas, y creo que Pascal
sabía eso. Así que, cuando él hace
esa afirmación creo que se está
refiriendo a que la distracción nos
impide pensar realmente en
nosotros de forma más profunda,
autocrítica, analítica y honesta.
Objeción número dos: “Pascal se
equivoca cuando dice que los
humanos tienen miserias”. Yo creo
que sí las tenemos. Todo el mundo
quiere ser más feliz (significa que
no lo es lo suficiente), todos somos
pobres en realidad porque somos
finitos y no podemos retener nada
para nosotros, y todos hemos hecho
cosas que están mal y que sabemos
que están mal. Más adelante
veremos si esta respuesta a esta
objeción es cierta y la
completaremos.
Pascal también dijo:
“Alguien que no ve la
vanidad del mundo es vano él
mismo. ¿Quién entonces no lo
ve excepto la juventud, cuyas
vidas son todo ruido,
diversiones y sueños sobre el
futuro? Quíteles su diversión
y usted los encontrará
aburridos al extremo.
Entonces ellos sienten su
vacío sin reconocerlo
racionalmente. Ya que nada
puede ser más miserable que
estar insoportablemente
deprimido tan pronto como
uno es reducido a la
introspección sin medios de
distracción”[8].
En otras palabras, según Pascal, la
diversión y el entretenimiento nos
encanta porque nos distraen de
sentir el gran vacío que hay en
nuestras almas, nuestra sed de
eternidad (Eclesiastés 3:11).
Para ser honestos, no soy de esos
que creen que entretenerse siempre
es pecado. De hecho, me gusta leer
novelas, ver películas, salir a
pasear, ir a un café con mis
amigos… chatear en Facebook a
veces.
Lo que creo que es malo (y Pascal
estaría de acuerdo conmigo) es
cuando usamos la distracción para
tratar de llenar nuestras vidas con
ella, olvidando la necesidad
inmensa que tenemos de Dios (cf.
Salmos 63:1-3).
Sé que suena duro, pero creo que es
cierto. Era lo que yo tenía para
tratar de llenar mi vida sin Dios.
Ahora puedo verlo claramente. No
está mal querer ser felices. De
hecho, quiero que seas la persona
más feliz en todo el universo
¡Espero ayudarte con este ebook!
Lo que está mal es que busquemos
serlo de forma incorrecta,
despreciando a Dios. Lo que está
mal somos nosotros.
Ahora, lo que sea que haya dicho
Pascal no me importa si no está de
acuerdo a lo que enseña la Palabra
de Dios. Lo que determina la
validez de lo dicho por Pascal no
es mi experiencia personal con las
redes sociales, sino lo que Dios ha
hablado y yo creo lo que dice la
Palabra de Dios, que es mucho más
confiable (2 Timoteo 3:16-17)
porque los motivos que tengo para
creer en ella son abrumadores.
Entonces, ¿Es bíblico lo que dice
Pascal sobre por qué nos encanta la
distracción?
Respuesta corta: Sí.
Respuesta más larga: La Palabra de
Dios enseña que el hombre sin
Cristo está muerto espiritualmente
en sus pecado (Efesios 2:1), ha
pecado (Romanos 3:23), posee un
entendimiento dañado y un corazón
duro contra Dios (Efesios 4:18),
está ciego espiritualmente y por eso
no puede ver la luz del evangelio (2
Corintios 4:4), es esclavo del
pecado (Juan 8:34) y no quiere
acudir a la luz que es Jesús (Juan
3:20).
¡Qué bueno que Dios puede dar
vida y cambiar corazones de piedra
por corazones que lo amen cada día
más (Efesios 2:1, Ezequiel 36:26-
27) Él puede eliminar nuestra
ceguera espiritual (2 Corintios 4:6),
puede hacernos libres del pecado
(Juan 8:36) y puede llevarnos a
Cristo (Juan 6:65)!
Pero el hombre sin Dios no quiere a
Dios. Es esclavo de su propia
maldad. No quiere acudir a Él y por
eso “cambiaron la verdad de Dios
por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al
Creador, el cual es bendito por los
siglos” (Romanos 1:25).
En resumen, la Biblia muestra que
el hombre muerto en sus pecados y
ciego espiritualmente, no quiere a
Dios, prefiere a cualquier cosa
menos a Él y no desea pensar en Él
y reconocer su propia necesidad
porque prefiere seguir pecando, ya
que tiene una mente reprobada
(Romanos 1:28).
Suena muy incómodo. Sin embargo,
es lo que enseña la misma Biblia,
que contiene frases que nos gustan
como “Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien” (Romanos 8:28). Y
aunque sea incómodo, lo que
enseña Dios sobre la condición del
hombre es algo que no debemos
censurar. De hecho, debe causar en
nosotros mayor agradecimiento a
Dios por haber enviado a Su hijo a
morir por Sus ovejas (Juan 10:14-
18).
Por lo tanto, una vez expuesto qué
enseña la Palabra de Dios sobre la
condición del hombre sin Él,
podemos afirmar que lo que dice
Pascal es correcto. Al hombre le
gusta la distracción porque así no
piensa en su pobreza espiritual. El
hombre es orgulloso y esa es una de
las razones del enorme éxito de las
redes sociales. El mundo ama sin
medida a las redes sociales porque
no ama a Dios.
Piénsalo: Las redes sociales serían
poco exitosas si las personas no las
usaran para distraerse de lo
realmente valioso y estar a la moda,
presumir, chismosear… ser
idólatras de alguna u otra manera.
Algo breve que también quiero
mencionar antes de continuar: Las
redes sociales no sólo pueden
atraparnos al ofrecernos distracción
y vías para buscar satisfacer nuestra
sed espiritual, sino que además
pueden deprimirnos, y conducirnos
a depender más de ellas. Justin
Mullins escribe en un artículo
reciente para la BBC:
“(…) el verano pasado, un
equipo de psicólogos de la
Universidad de Michigan en
Estados Unidos y de la
Universidad de Lovaina en
Bélgica decidieron
profundizar un poco más
mediante la evaluación de la
forma en que la satisfacción
con la vida cambia a lo largo
del tiempo con el uso de
Facebook.
Ethan Kross y sus colegas
interrogaron a un grupo de
personas cinco veces al día
durante dos semanas sobre su
estado emocional. Hicieron
preguntas tales como: ‘¿cómo
te sientes ahora?’, ‘¿qué
grado de soledad sientes
ahora?’, ‘¿cuánto has
utilizado Facebook desde
última vez que hicimos la
pregunta?’ y así
sucesivamente.
Esto les dio una visión
general sobre el bienestar de
cada persona y el uso que
hacía de Facebook durante
todo el día.
El equipo descubrió que el
uso de Facebook se
correlacionaba con una baja
sensación de bienestar de las
personas.
‘Mientras más utilizaban
Facebook durante un período
de dos semanas, menor era su
nivel de satisfacción con la
vida a lo largo del tiempo’,
según afirman en el estudio.
‘En lugar de mejorar el
bienestar... estos resultados
indican que Facebook puede
atenuarlo’.”[9]
¿Por qué y cómo Facebook puede
entristecernos? El estudio sugiere
que posiblemente sea por la envidia
que nos puede causar ver sólo el
lado feliz de la vida de los demás.
Mullins escribe que “algunos
investigadores se han referido a
este efecto como el ‘síndrome del
mundo amigable’, en el que parece
que todos la pasan mejor en la vida
que uno”[10].
En Facebook las personas suelen
hablar sólo de las cosas buenas que
les pasan. Debido a que somos
pecadores, eso puede invitarnos a
ser envidiosos y presumidos al ver
que, por ejemplo, parece que somos
menos populares que otros.
Facebook puede ayudarnos a tener
una imagen distorsionada de la
vida.
Tal vez, luego de leer todo esto
piensas que odio las redes sociales
y que ningún cristiano debería
usarlas. ¡Te equivocas!
Hay una razón por la que el
subtítulo de este ebook es “Un
llamado a usar las redes sociales
para la gloria de Dios” y no “Un
llamado a cerrar tus perfiles
sociales, lanzar tu Smartphone por
el wáter y tirar tu computadora o
laptop por la ventana”. Y es que las
redes sociales no son malas. Ellas
no pueden hacer al hombre malo,
sino el propio corazón del hombre
(Marcos 7:15,21-23).
Las redes sociales pueden tener un
uso fantástico y no es casualidad
que hayas nacido en esta época en
la que podemos usarlas, pero es
necesario cuidarnos de hacerlo de
forma incorrecta.
Ídolo generacional.
Me llama mucho la atención una de
las cosas de las cuales habló Pascal
y que compartí contigo unas páginas
atrás: El amor de los jóvenes sin
Jesús por la distracción. Cuando
somos jóvenes queremos ser
felices, pero siendo apasionados
con las cosas pasajeras y vanas de
este mundo.
Esto tiene que ver mucho con las
redes sociales porque son millones
los jóvenes en todo el mundo que
aman distraerse en ellas y usarlas a
diario con ese fin. Tal y como
Pascal habló (y vimos que
bíblicamente es cierto), cuando
estamos sin Dios, el entretenimiento
nos distrae de pensar en lo mucho
que lo necesitamos a Él, y en Su
grandeza. Por lo tanto, nos distrae
de reconocerlo y amarlo.
Creo que esa es una de las razones
por las que el apóstol Pablo le
escribió a Timoteo: “Huye también
de las pasiones juveniles, y sigue la
justicia, la fe, el amor y la paz, con
los que de corazón limpio invocan
al Señor” (2 Timoteo 2:22).
Cuando Pablo escribe eso, le está
diciendo a Timoteo en otras
palabras: “Huye de las
distracciones típicas de los jóvenes
y fija tu mente en lo que necesitas”.
Eso es algo sobre lo que Pablo
habla varias veces en sus epístolas.
Por ejemplo, a la Iglesia en Filipos
él escribió inspirado por el Espíritu
Santo: “… hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad”
(Filipenses 4:8).
Y es que, aquello en lo que más
pensamos es lo que más amamos.
Piensa mucho en distracciones, y no
estarás pensando en realidad como
naciste para hacerlo. No estarás
amando a Dios, sino a las cosas del
mundo con las que nos contentamos
ignorando que sólo Dios puede
hacernos felices de verdad. Por eso
Él en Su Palabra dice:
“No améis al mundo, ni las
cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo, el
amor del Padre no está en
él. Porque todo lo que hay en
el mundo, los deseos de la
carne, los deseos de los ojos,
y la vanagloria de la vida, no
proviene del Padre, sino del
mundo. Y el mundo pasa, y
sus deseos; pero el que hace
la voluntad de Dios
permanece para siempre” (1
Juan 2:15-17)
Esas palabras son para nosotros, la
generación Facebook.
Conocer esto marcó profundamente
mi vida porque vi que no podía ser
un Creyente Tibio, tener una doble
vida al decir que era cristiano, y no
amar a Cristo por sobre todas las
cosas.
Creo que toda generación tiene sus
ídolos característicos… y el ídolo
de la generación Facebook es sin
duda la social media.
Cuando Dios le da las tablas con la
ley al pueblo de Israel, el primero
de esos mandamientos es “No
tendrás dioses ajenos delante de mí
(…) porque yo soy Jehová tu Dios,
fuerte, celoso” (Éxodo 20:3,5).
Ese pasaje en Éxodo muestra que
Dios es celoso, pero Su celo es muy
diferente al nuestro. Generalmente,
nosotros llamamos celosa a una
persona que tiene envidia de
alguien más. Pero Jehová nunca
tiene envidia porque Él es santo.
Dios, a diferencia de nosotros, es
celoso cuando le damos a alguien o
a algo lo que sólo Él merece.
¿Sabes por qué “no tendrás dioses
ajenos delante de mí” es el primer
mandamiento que Dios le da al
pueblo de Israel? Porque todos los
demás pecados se derivan de tener
ídolos. Si examinas a fondo cada
pecado señalado en la Biblia, verás
que se trata de una idolatría. Por
ejemplo: Codiciar, sucede cuando
no estás satisfecho con lo que Dios
te ha dado, cuando amas más y le
das más valor a las posesiones,
cuando piensas que tienes menos de
lo que mereces y es justo que
tengas, esto es desconocer la
Sabiduría de Dios y considerar
mejores tus juicios. Idolatría.
Y algo feo de idolatrar las redes
sociales, o mejor dicho, usarlas
para idolatrar otras cosas, es que
nunca serán suficientes. Por
ejemplo, Una persona adicta a tener
muchos seguidores en Twitter,
nunca tendrá suficientes. Una
persona que ama que la gente hable
de él, nunca tendrá a suficiente
gente que hable de él. ¿Entiendes el
punto? Nada de eso puede hacernos
felices
Seamos honestos: Nadie en todo el
universo necesita tomarse fotos con
poca ropa o con poses sugerentes y
subirlas a las redes sociales. Nadie
necesita mentir en Internet. Nadie
necesita presumir cosas en la web
2.0… Nadie necesita hacer muchas
cosas más, que millones de jóvenes
de esta generación hacen y disfrutan
hacer.
En palabras de David Foster
Wallace, “No hay una cosa como no
adorar. Todos adoramos. La única
elección que tenemos es qué
adorar”[11]. Sé honesto. Todos
vivimos para algo. Cada uno de
nosotros adora algo en todo
momento, y lo que la mayoría de la
gente adora, no es Dios. Y
Facebook, sin duda alguna, es un
ídolo generacional.
Ahora considera lo siguiente: Un
ídolo es algo que el hombre ha
escogido en vez de Dios porque
cree que es más conveniente… y
cuando el hombre hace eso, está
tratando de jugar a ser como Dios,
al pretender ser más sabio que Él.
En otras palabras, todo acto de
idolatría se resume en adorarse a sí
mismo. Más interesante aún es notar
que amar a Dios y a las personas se
puede resumir en guardarnos de los
ídolos (cf. 1 Juan 5:21). Cuando
promovemos ídolos no estamos
amando a las personas, porque ellas
necesitan a Dios.
Veremos la fealdad de la idolatría y
de no usar las redes sociales para
la gloria de Dios, y viviremos con
más gozo en medio de cualquier
circunstancia, cuanto más veamos a
Dios, ¿y cómo lo vemos a Él?
Simple: Viendo a Jesús. La Palabra
enseña que Jesús es la imagen
misma de Su sustancia (Hebreos
1:3), la imagen del Dios invisible
(Colosenses 1:15), Dios hecho
carne (Juan 1:1,14) y Jesús mismo
declaró que quien lo ha visto a Él,
ha visto a Dios (Juan 14:9). Cristo
es nuestro Padre eterno (Isaías 9:6).
Él es Dios (Colosenses 2:9, 2
Pedro 1:1, Tito 2:13).
Así que el evangelio no se trata de
descubrir a Dios, sino de que Él se
nos reveló en Jesús, y que no
merecemos esto. Necesitamos ver a
Dios en Jesús. Por lo tanto, el
evangelio es la cura que necesita la
generación Facebook, igual que la
ha necesitado toda generación.
Preguntas para discusión
y reflexión
1. ¿Cuál es el daño que hacen a la
proclamación del evangelio las
personas que dicen ser cristianas
pero viven como si no tuvieran a
Cristo?
2. ¿Habías pensado que las redes
sociales pueden servir como
radiografías de lo que hay en
nuestro interior?
3. ¿Alguna vez has publicado algo
en Internet para buscar atención?
¿Eso te llenó de un gozo duradero?
4. ¿Crees que las redes sociales
serían exitosas si la mayoría de las
personas no las usaran para
vanidades?
5. ¿Qué tanto te distraen las redes
sociales? ¿Cómo crees que podrías
distraerte menos en ellas de lo que
en verdad importa y darles un mejor
uso?
6. ¿Qué crees que pasaría en tu vida
si no pudieras usar más las redes
sociales? ¿Sentirías un enorme
vacío y verías lo importante que
ellas eran para ti y no lo sabías?
Capítulo Dos: Redes
Sociales ¿Para la
gloria de Dios?
Antes de hablar sobre el usar las
redes sociales para la Gloria de
Dios, es necesario hablar del
evangelio. Timothy Keller escribe
algo interesante al respecto:
“El evangelio no es el ABC,
sino el A a la Z de la vida
cristiana. Es errado pensar
que el evangelio es lo que
salva a no-cristianos y que
luego los cristianos maduran
al tratar esforzadamente de
vivir de acuerdo a los
principios bíblicos. Es más
acertado decir que somos
salvos por creer en el
evangelio, y que entonces
somos transformados en cada
parte de nuestras mentes,
corazones, y vidas por creer
el evangelio más y más de
forma profunda a medida que
la vida avanza”[12]
Pero de nuevo, lo que haya dicho
alguien no es de importancia si no
está acorde a lo que enseña la
Biblia. ¿Keller está en lo correcto
cuando dice que el evangelio es el
A a la Z de la vida cristiana? Yo
creo que sí.
¿Has leído las cartas de Pablo en el
Nuevo Testamento? Gran parte del
mensaje de Pablo a las iglesias a
las que escribe se puede resumir de
esta forma: “Ustedes ya son
cristianos, así que vivan como
tales”.
De hecho, siempre que Pablo
comienza una carta, empieza
llamando santas a las personas a las
que se dirige (incluso a los
creyentes en la iglesia de Corintios,
en donde había literalmente un
desastre).
Pablo constantemente está
recordando a las iglesias a las que
escribe lo que Dios ha hecho por
ellas. Por ejemplo, en la carta a los
efesios, en los primeros tres
capítulos, el apóstol habla sobre el
hecho de que todos aquellos que
han creído han sido predestinados
por Dios para que crean, antes
estábamos muertos pero Dios nos
ha dado vida, Él nos ha
reconciliado con Él mismo por
medio de la cruz, somos el cuerpo
de Cristo, etc… Y luego de eso, en
los siguientes tres capítulos, Pablo
habla a los cristianos en Éfeso
sobre cómo deben vivir a la luz de
las enormes declaraciones del
evangelio.
Una y otra vez, Pablo habla de
forma similar en sus cartas. Él
apunta al evangelio para mostrarnos
cómo vivir. También, cuando
escribe a los filipenses sobre la
humildad, él les recuerda lo que
Cristo ha hecho por ellos para que
sigan Su ejemplo (Filipenses 2:3-
8). Cuando enseña sobre cómo
deben comportarse el hombre y la
mujer en la matrimonio, apunta
también al evangelio, a lo que Jesús
hizo por nosotros y a la historia de
la redención (Efesios 5:25-27).
Así que lo que dice Timothy Keller
es cierto. El evangelio no es el
ABC de la vida cristiana, sino el A
a la Z. El evangelio afecta nuestros
hábitos, nuestros pensamientos,
nuestras relaciones, y por
supuesto… la forma en que
socializamos en Internet.
El evangelio y las redes
sociales.
Tenemos que ver a Jesús y conocer
cada día más el evangelio si
queremos usar las redes sociales de
la forma en que Dios quiere que lo
hagamos.
¿Te imaginas cómo Jesús usaría las
redes sociales?
Actualmente, tengo alrededor de
8.500 seguidores en Twitter. Antes
tenía muchísimos más. Miles de
personas me han dejado de seguir
desde que cambié el contenido que
publicaba en mi cuenta y empecé a
hablar sobre la fe cristiana, aunque
de vez en cuando me siguen
personas interesadas en leer lo que
ahora tengo que decir. Por mucho
tiempo me convertí en una máquina
de perder followers.
Durante esos meses en donde mi
popularidad online descendió
rápidamente, pude ver que no
importa lo que la gente piense de
mí, sino lo que Dios piensa de mí.
Pude ver que de nada sirve tener
popularidad si no tengo gozo en
Dios. Pude comprender mucho las
palabras de Pablo a la iglesia en
Galacia: “Pues, ¿busco ahora el
favor de los hombres, o el de Dios?
¿O trato de agradar a los hombres?
Pues si todavía agradara a los
hombres, no sería siervo de Cristo”
(Gálatas 1:10).
Gracias a Dios, mi ejemplo ha
inspirado a muchas personas a no
buscar complacer a los demás en
las redes sociales. Sin embargo,
hay muchas personas como
Creyente Tibio. No buscan vivir
como hijos de Dios en Internet. El
apóstol Juan nos habla en su
primera epístola que “El que dice
que permanece en él [Jesús], debe
andar como él anduvo” (1 Juan 2:6)
y eso es algo que también debemos
hacer en las redes sociales. Por eso
quiero que las usemos cada día
mejor.
Entonces, ¿Qué haría Cristo si Él
tuviera un perfil en Twitter, por
ejemplo?[13] ¿Actuaría como
actúan muchos cristianos en las
redes sociales?
Creo que si en la época en la que Él
caminó entre nosotros hubiese
existido Twitter, tal vez el tuitearía.
De hecho, tal vez hubiese tenido
cierta popularidad por temporadas,
ya que en los evangelios podemos
ver que por momentos Jesús tuvo
demasiados seguidores. Sin
embargo, creo que Él también sería
una máquina de perder seguidores
por montón.
El apóstol Juan relata que muchas
personas dejaron de seguir a Jesús
al escuchar las cosas tan
confrontantes que Él decía (Juan
6:66). En el versículo siguiente,
Juan cuenta que Jesús le preguntó a
su círculo cercano de discípulos,
“¿Queréis acaso iros también
vosotros?”
Me encanta eso. Jesús usaría las
redes sociales de una forma
totalmente opuesta a como yo las
usaba antes de nacer de nuevo.
Jesús no va a cambiar por nosotros.
Nosotros somos los que
necesitamos ser cambiados por
Él. Jesús jamás iba a censurarse a
sí mismo porque aunque la verdad
pueda incomodarnos, la
necesitamos. Lo necesitamos.
Puedo imaginarme a Jesús
perdiendo muchos seguidores en
Twitter y tuiteando “¿Quién más
quiere dejar de seguirme?”. Cuando
imagino eso, veo que Jesús es muy
distinto a cómo se comportan hoy
muchos cristianos dentro y fuera de
las redes sociales.
Por ejemplo, estamos obsesionados
con los números. Queremos ser
populares y para eso muchas veces
decimos la clase de cosas que este
mundo corrompido por el pecado
ama escuchar, y así ganar atención
para nosotros. Pretendemos que
todos se lleven bien con nosotros.
Si la gente nos deja de seguir,
lloramos. Estamos más interesados
en los números que en las personas.
Nos importa demasiado agradarle a
la gente.
Jesús no se interesó por ser popular
o agradarle a todos porque sabía
que hacer la voluntad de Su Padre
era más importante que todo lo
demás. Hacer la voluntad de Dios
era Su alimento (Juan 4:34). ¿Ese
también es nuestro alimento?
Yo solía dar el consejo “Sé tú
mismo” a las personas, pero ahora
doy un consejo mejor: “Sé más
como Jesús”. Cristo obedeció a
Dios hasta el final porque solo Él
es digno de ser obedecido. Jesús
vive una vida perfecta (cf. Juan
8:29).
La Palabra de Dios dice que debido
al gozo que le aguardaba, Jesús
soportó la cruz, sin darle
importancia a la vergüenza que la
cruz representaba (Hebreos 12:2).
Jesús glorificó a Dios en su vida
mostrándolo tan valioso como Él
realmente es (cf. Juan 17:4).
Cristo no solo vino a morir por
nosotros, sino que también vino a
vivir por nosotros, obedeciendo a
Dios para imputarnos Su justicia
(Romanos 5:19). Dios es el que
justifica (Romanos 8:33).
Estábamos perdidos, pero Él vino a
encontrarnos (Lucas 19:10). Dios
ha escogido a millones de personas
desde antes de la fundación del
mundo para otorgarles una gracia
infinita e inmerecida (Efesios 1:3-
6). Jesús vino a justificarnos
viviendo una vida perfecta en
nuestro lugar; aunque mucha gente
lo dejara de seguir, y yendo al
calvario para satisfacer la ira de
Dios por nuestros pecados; la ira de
Dios que merecemos (Juan 1:29,
Romanos 3:24-26). Él vino a dar Su
vida por Sus ovejas, Su iglesia
(Juan 10:11, Hechos 20:28, Efesios
5:25)
En la cruz, Dios es glorificado (se
muestra que Él es santo, justo,
soberano, digno de ser obedecido,
infinitamente valioso y más), y
Jesús también es glorificado porque
Dios aceptó Su ofrenda, lo cual
significa que Cristo tiene un valor
infinito superior a todo lo demás y
así es como Él puede pagar nuestro
rescate de la ira de Dios por toda la
eternidad (1 Timoteo 2:6, 1 Pedro
1:18). Lo ha hecho mientras somos
pecadores (Romanos 5:8). Lo ha
hecho para que todo aquel que crea
en Él tenga vida eterna, lo cual
significa conocer a Dios por
siempre (Juan 3:16, 17:3). Lo ha
hecho para alabanza de la Gloria de
Su gracia y nuestro gozo (Efesios
1:6, cf. Salmos 16:11).
Jesús resucitó, siendo declarado
Hijo de Dios con poder (Romanos
1:4). Hoy se encuentra en el cielo
con toda potestad preparando
morada para nosotros e
intercediendo por cada una de Sus
ovejas (Mateo 28:18, Juan 14:2,
Romanos 8:34). Si hemos sido
adoptados por Dios, estamos en paz
con Él y estaremos con Jesús pronto
(Efesios 1:5, Romanos 5:1, 1
Tesalonicenses 4:17, cf. Romanos
8:30).
Por eso debemos vivir nuestras
vidas a la luz de la eternidad… y
desearemos hacerlo (cf. Filipenses
2:13). Hasta en nuestros tweets.
Siguiendo el ejemplo de Jesús,
nuestro Señor y Salvador (cf. 1
Corintios 11:1).
Hay tanto que decir sobre el
evangelio, que todo lo que
podríamos decir nunca sería
suficiente para expresar la grandeza
de la soberanía de Dios, Su justicia,
Su inmenso amor y Su gracia.
Esto afecta la forma en la que
vivimos fuera de la web y dentro de
la web, si en verdad creemos el
evangelio con todo nuestro corazón.
Es posible tener el evangelio en la
mente sin tenerlo en el corazón,
pero es imposible tener el
evangelio en el corazón sin tenerlo
también en la mente (¡no podemos
amar algo que no conocemos!). Con
respecto a lo primero, quiero decir
que no basta con saber
intelectualmente que Jesús es
grandioso, que el evangelio es real
y que somos infinitamente amados
por Dios para alabanza de la Gloria
de Su gracia. Muchos Creyentes
Tibios saben esto, y eso no es
suficiente. Es necesario amar
realmente esta verdad, el evangelio,
y creerlo con todo nuestro corazón,
no solo con nuestras cabezas.
Cuando sabes en tu corazón que
tienes la atención infinita de un
Dios que te ama con un amor que
supera todo entendimiento (Efesios
3:19), no necesitas la atención de
las personas para ser feliz. Los
cristianos no viven para los
aplausos como Lady Gaga. Cuando
sabes que en Cristo lo tienes todo,
sabes que las cosas que no tienes no
las necesitas y eso, entre muchas
cosas, te lleva a renunciar cada día
más a la vanidad, hasta en
Facebook (por ejemplo).
Cuando sabes que sin Dios eres
más pobre de lo que puedes
imaginar y que no mereces nada de
lo que tienes, entonces eres humilde
y agradecido, y eso se evidenciará
en tus perfiles en Internet, cuando te
relaciones con tu prójimo y te
expreses. Cuando sabes que estas
llamado a ser luz en el mundo
(Filipenses 2:14-15), decides
tomarte eso en serio y dejar de
comportarte como el mundo egoísta
y superficial se comporta, y eres
más cuidadoso con las cosas que
publicas online. Cuando sabes
quién es realmente Dios, al
despertar en las mañanas estás más
sediento de leer la Biblia y orar que
de revisar tu Facebook o Twitter.
Y así, de muchas maneras más, el
evangelio nos afecta para siempre.
Hasta en la forma en que usamos las
redes sociales.
Como bien han hablado muchos
cristianos a lo largo de la historia,
el evangelio no es “obedezco y por
tanto soy salvo”. El evangelio es
“soy salvo, por tanto obedezco” (cf.
Juan 14:15).
El evangelio tampoco es “amo a las
personas y a Dios, por lo tanto soy
amado por Dios”. El evangelio es
“soy amado por Dios, por lo tanto
amo a las personas y amo a Dios…
y entre muchas cosas, por eso soy
cuidadoso con qué público en las
redes sociales, porque quiero que
la gente vea a Dios en mi vida tan
asombroso como Él realmente es y
lleguen a amarlo cada día más”.
Los cristianos generación Facebook
son cristianos abrumados por Dios
y sus atributos (Su amor, Su
justicia, Su santidad, Su
soberanía…). Por eso buscan
obedecer Su Palabra y glorificar a
Dios en cada aspecto de sus vidas.
Eso incluye usar las redes sociales
para Su gloria. Facebook pasará,
Twitter pasará, Instagram pasará, y
Google+ pasará, pero Jesús nunca
pasará.
A continuación veremos si la
Palabra de Dios habla sobre usar
las redes sociales para Su gloria, y
luego veremos qué es hacer eso.
¿La Biblia habla sobre
usar las redes sociales
para la Gloria de Dios?
Sé que para muchas personas puede
parecer raro escuchar hablar sobre
usar las redes sociales para la
Gloria de Dios. “¡La Biblia no dice
nada sobre eso!”, piensan algunos,
pero yo creo que sí. No
explícitamente, pero sí.
Así que antes de hablar sobre qué
es usar las redes sociales para la
gloria de Dios, hay que refutar la
objeción de que la Biblia no habla
nada al respecto.
El apóstol Pablo escribe: “Si, pues,
coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de
Dios” (1 Corintios 10:31). Allí no
habla de hacer algunas cosas para
la gloria de Dios y otras no, sino
TODAS las cosas. Ese breve
versículo resume un universo de
cosas para hacer.
Si es posible hacer para la gloria
de Dios algo que nos resulta tan
normal y cotidiano, como comer o
beber, también es posible escribir
un tweet, subir una foto en
Instagram y compartir una imagen
en Facebook para la gloria de Dios.
No sólo es posible comer o beber
para la Gloria de Dios, sino hacerlo
todo en nuestro día a día para Su
gloria.
Hace unos meses atrás publiqué un
breve artículo en mi blog basado en
respuestas de varios amigos a la
siguiente pregunta: “¿Qué consejo
le darías a un joven sobre las redes
sociales?”[14] Me gustó mucho la
respuesta de mi hermano en la fe
Emanuel Betances:
“Hace unos años entendí que
como cristianos fuimos
llamados a ser representantes
de Cristo. En esta era digital,
donde parece que todo el
mundo está ‘conectado’, las
Redes Sociales se han
convertido en el Campo
Misionero más grande de la
historia. ¡Imagínense cuanto
más hubiese hecho el Apóstol
Pablo si hubiese tenido
acceso a Facebook o Twitter!
Las palabras del mismo
Apóstol Pablo nos sirven
para aplicarlas a nuestro
diario vivir en las Redes
Sociales: ‘Y todo lo que
hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el
nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre
por medio de él’ (Colosenses
3:17)”
No sólo creo, al igual que mi
amigo, que las redes sociales
pueden ser una herramienta
fantástica y que es posible usarlas
para la gloria de Dios, sino que
también creo que nacimos para
usarlas de esa manera.
¿En qué me baso para creer eso? En
que Dios lo sabe todo (1 Juan
3:20), es todopoderoso (Job: 42:2),
nada en todo el universo se
interpone en Sus planes (Isaías
14:27, Daniel 4:35) y “… hace
todas las cosas según el designio
de su voluntad” (Efesios 1:11).
Eso me lleva a la conclusión de que
no formas parte de la generación
Facebook por casualidad. Naciste
el día en que naciste porque Dios lo
quiso así. Por lo tanto, parte del
inmenso propósito de Dios para tu
vida en el presente es que uses tus
perfiles en Facebook, Instagram,
Twitter, y más, para Su gloria,
porque en Su Palabra leemos
“hacedlo todo para la gloria de
Dios”.
La Palabra enseña que “… somos
hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales
Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas” (Efesios
2:10). La Biblia me enseña que
esas buenas obras son buscar
hacerlo todo para la gloria de Dios,
y me dice que Dios sabía que
tendrías Facebook, entonces llego
a la conclusión de que si tienes a
Cristo, una de las muchas razones
por las que naciste en la generación
Facebook es para usar las redes
sociales para Su gloria… y
glorificar a Dios no es lo que
muchas personas creen que es.
Usar las redes sociales
para la gloria de Dios es…
Respuesta corta: Adoración.
Respuesta más larga:
Muchas personas creen que hacer
algo para la Gloria de Dios es
buscar que, mediante lo que
hacemos, Dios sea más grande y
glorioso. Incluso creen que cuando
la Biblia dice que Dios ha hecho
todo de Él, para Él y por Él
(Romanos 11:36), es porque Dios
quería ser más Dios. Cuando
observan en la Palabra a Dios decir
“… para gloria mía los he creado,
los formé y los hice” (Isaías 43:7),
asumen que Dios está diciendo que
nos hizo para ser más magnifico al
recibir nuestro servicio o
adoración.
Esas personas erran al pensar así,
por la simple razón de que si Dios
necesitase algo fuera de Él, no sería
realmente Dios ¿no crees?
Ya sea que hablemos de usar las
redes sociales para Su gloria o de
hacer cualquier otra cosa para Su
gloria, Dios no será más Dios si
hacemos eso o no. El apóstol Pablo
enseña:
“El Dios que hizo el mundo y
todas las cosas que en él hay,
siendo Señor del cielo y de la
tierra, no habita en templos
hechos por manos humanas, ni
es honrado por manos de
hombres, como si necesitase
de algo; pues él es quien da
a todos vida y aliento y todas
las cosas” (Hechos 17:24-25)
El Salmista también habla sobre la
grandeza y supremacía de Dios
cuando canta: “Tuyos son los
cielos, tuya también la tierra; El
mundo y su plenitud, tú lo fundaste”
(Salmos 89:11). Dios no necesita
nada fuera de sí mismo, sino que es
el dueño de todo lo creado.
¿Por qué Dios lo hizo todo? John
Piper resume (dando crédito a
Jonathan Edwards) bien la
respuesta a esa pregunta cuando
escribe:
“Hay algo acerca de la
plenitud del gozo de Dios que
lo inclina a desbordarse. Hay
una capacidad expansiva en
ese gozo. Desea ser
compartido. El impulso para
crear el mundo no procede de
la debilidad, como si Dios
careciera de algún atributo
que pudiera suplir. «No se
trata de una fuente vacía o
con escasez de agua, sino
que tiende a
desbordarse»”[15]
Esa es la única explicación, no solo
lógica, sino acorde a lo que muestra
la Palabra de Dios, de por qué Él
creó todo. Dios nos hizo porque le
plació hacerlo porque ama ver Su
gloria reflejada en lo que Él hace al
brindar gozo, no porque Él
necesitase algo.
Así que, Dios no creo todo para ser
más Dios o algo así, y no estamos
haciendo las cosas para Su gloria
cuando tratamos hacerlo lucir mejor
de lo que Él realmente es. Eso
último es un serio insulto, porque es
decirle que Él, el Dios santo y
todopoderoso, necesita de nosotros
para ser glorioso. ¡Hay que tener
mucho orgullo para pensar algo así!
Sin embargo, es lo que millones de
personas que dicen ser cristianas
hacen todos los días cuando
pretenden suplir las necesidades de
Dios, como si Él tuviese
necesidades.
Entonces, ¿qué es usar realmente
las redes sociales para la gloria de
Dios? Es usarlas de una forma en
que mostremos lo que podamos
mostrar de la grandeza y el valor
de Dios (Ya que Dios es infinito y
no podemos mostrarlo todo). No es
usarlas de una forma en que
pretendamos hacer que Dios sea
más Dios.
Esto puede ser complicado de
entender, pero es simple una vez
que lo analizas. Creo que si
entendemos mejor qué significa que
Dios haya hecho todo para Su
gloria, entonces entenderemos
mejor qué significa para nosotros
hacer algo para Su gloria. Ahora
comparto contigo la mejor
explicación que he leído sobre este
asunto, de la pluma de John Piper:
“… [Todo] existe para
magnificar la verdad y el
valor y la belleza y la
grandeza de Dios. No de la
manera en que un
microscopio magnifica, sino
de la manera en que un
telescopio magnifica.
Los microscopios magnifican
haciendo que cosas pequeñas
luzcan más grandes de lo que
son. Los telescopios
magnifican haciendo que
cosas inimaginablemente
grandes luzcan como ellas
realmente son.
Los microscopios mueven la
apariencia de tamaño lejos de
la realidad. Los telescopios
mueven la apariencia de
tamaño hacia la realidad.
Cuando digo que todas las
cosas existen para magnificar
la verdad y el valor y la
belleza y la grandeza de Dios,
yo quiero decir que todas las
cosas […] existen para mover
la apariencia de Dios en las
mentes de las personas hacia
la realidad”[16]
Así que, entendiendo mejor qué
significa que Dios haya hecho todo
para Su gloria, podemos entender
que hacer algo para la gloria de
Dios es hacerlo reconociendo y
mostrando que Él vale más que todo
lo demás. “No de la manera en que
un microscopio magnifica, sino de
la manera en que un telescopio
magnifica”. En otras palabras, no
tratando de mostrar a Dios más
grandioso de lo que Él realmente es
(esto es imposible), sino buscando
mostrarlo de la forma más cercana
a la realidad, tan grandioso como
Él realmente es. Fuimos creados
para ser prismas que reflejen la
luz de la gloria de Dios en todos
los aspectos de la vida[17].
Dios nos ha dado redes sociales
para que mostremos al mundo que
Él vale más que las redes sociales.
Más que nosotros mismos. Más que
todo lo que hay en el universo.
Este pensamiento nos conduce a
algo que fue revelador para mí:
Usar las redes sociales no es
adoración, pero puede llegar a
serlo. Sé que es otra afirmación que
puede sonar rara para muchas
personas, así que déjame
explicarte.
Cuando usamos las redes sociales
reconociendo la grandeza de Dios,
con un corazón agradecido,
buscando apuntar a lo magnifico
que Él es, ¿no estamos adorándolo
en respuesta a conocerlo cada día
más, gracias a la obra de Cristo?
¿No estamos diciendo a Él y a
nuestros contactos en Facebook que
Él es realmente Dios?
Eso es lo que yo persigo al usar las
redes sociales. Usarlas no es
adoración, pero puede serlo si lo
hago como Dios quiere que lo haga.
Y quiero hacerlo porque Él es
digno y estoy profundamente
maravillado.
Ningún cristiano ama a Dios
perfectamente, pero sí desea
hacerlo porque ha nacido de nuevo.
Si deseas amar a Dios con toda tu
alma, con toda tu mente y con todo
tu ser, entonces querrás amar a Dios
incluso cuando usas las redes
sociales.
La adoración genuina a Dios es
consecuencia de conocerlo a Él.
Dios quiere que le adoremos, no
porque sea un ególatra o necesite
nuestra adoración (¡nada de eso!),
sino porque nuestra adoración a Él
significa que estamos teniendo gozo
en Él (¡Nadie adora de verdad a lo
que no conoce y disfruta!). Él se
lleva la gloria y se goza al ver Su
propia gloria reflejada en nuestras
vidas, nosotros hayamos gozo
porque lo tenemos todo en Él y eso
es maravilloso. ¿Qué significa
glorificar a Dios? Piper escribe:
“Significa reconocer Su gloria,
valorarla por encima de todas las
cosas y darla a conocer”[18].
Dios no es glorificado ni en
nuestras vidas ni en nuestros
perfiles en las redes sociales
cuando la gente se somete a Él sin
conocerlo o porque se sienten
obligados a hacerlo. Dios es
glorificado cuando se someten
contentamente; en adoración por
cuán maravilloso es Él. Eso
muestra a Dios como Él es.
Cuanto más conocemos a Dios
mediante el infinito amor de
Jesucristo, pronto descubrimos que
las palabras no son suficientes para
decirle a Dios y al mundo entero lo
maravilloso que es Él. Así que no
solo hablamos de Dios con nuestras
palabras, sino con nuestras
acciones, hasta en la web. Cuanto
más conocemos a Dios, más
queremos adorarlo incluso en
Internet. Los cristianos nacimos
para eso.
En resumen, ¿Cómo podemos
adorar a Dios en todo lo que
hagamos? Mostrando claramente
que Dios es más valioso y
maravilloso que aquello que
hacemos y que todo lo demás en el
universo. ¿Cómo usamos las redes
sociales para la gloria de Dios? Al
reconocer en nuestra mente y en
nuestro corazón que Él vale más
que ellas y que todo lo demás
cuando las usamos, teniendo gozo
en Él.
Frutos de justicia y amor
al prójimo, también en
Internet.
Si Dios hubiese hecho todas las
cosas, no para Su gloria, sino para
la gloria de algo o alguien más,
entonces Dios simplemente no sería
Dios. Pero Dios es quien tiene el
supremo valor, así que Él es justo
cuando se valora a sí mismo por
encima de todo lo demás.
Como Dios es quien lo define todo,
entonces llego a la conclusión de
que ser justo es reconocer que Dios
vale más que todo lo creado.
Creo que la justicia es, finalmente,
reconocer el valor de Dios. En la
Biblia podemos ver de muchas
maneras que ser injusto e impío es
atribuirle erradamente más valor a
lo creado que al creador. Es lo que
se hace al preferir cosas en vez de
Dios, así es un idólatra y peca. En
otras palabras, el impío es injusto
al confiar en Él mismo más que en
Dios, al amar el dinero por encima
de Dios, al amar su reputación más
que a Dios, etc…
¿Por qué, de repente hablo
brevemente sobre la justicia?
Porque he aprendido que si lo que
más nos importa es Dios, eso se
notará en las redes sociales.
Buscaríamos ser justos al usarlas
porque sería injusto hacerlo para
criticar, juzgar injustamente,
presumir, chismosear, y otras cosas,
en vez de usarlas principalmente
para la gloria de Dios en
agradecimiento por todo lo que Él
nos ha dado en Jesús.
Los cristianos no aman la injustica.
Aman la justicia. El Espíritu Santo
ha derramado amor en sus
corazones. (Romanos 5:5), lo cual
significa que ellos aman. No aman
perfectamente todavía, pero aman.
Y la Palabra también enseña que el
amor “no se goza de la injusticia,
más se goza de la verdad” (1
Corintios 13:6). Dicho de otra
manera, el amor ama la justicia.
Ama hacer lo que es justo y se goza
en eso. Puedes tener celo por la
verdad sin tener amor, pero no
puedes tener amor sin tener celo
por la verdad. Por esa razón el
apóstol Juan escribe:
“Hijitos, nadie os engañe; el
que hace justicia es justo,
como Él [Dios] es justo. […]
En esto se manifiestan los
hijos de Dios, y los hijos del
diablo: todo aquel que no
hace justicia, y que no ama a
su hermano, no es de Dios” (1
Juan 3:7,10)
Así que los hijos de Dios aman y
por eso quieren hacer cosas
justas… lo cual significa amar a
Dios cada día más y vivir cada día
más para Su gloria, hasta en la web.
Esa es una de las razones por las
cuales esta oración de Pablo,
inspirada por el Espíritu Santo, ha
tenido un gran impacto en mi vida:
“Y esto pido en oración, que
vuestro amor abunde aún más
y más en ciencia y en todo
conocimiento, para que
aprobéis lo mejor, a fin de
que seáis sinceros e
irreprensibles para el día de
Cristo, llenos de frutos de
justicia que son por medio de
Jesucristo, para gloria y
alabanza de Dios” (Filipenses
1:9-10).
En otras palabras, Pablo ora para
que el amor de los filipenses crezca
conociendo la verdad, para que
entiendan qué es lo que realmente
importa y así sepan escoger, y así
estarán llenos de frutos de justicia.
¿No deberíamos orar por esta
generación de esa manera? Esta
generación de cristianos necesita
dar frutos de justicia (aún en
Facebook) si quiere que su gozo sea
cumplido, porque el amor se goza
de la justicia, no de la injusticia.
Otra característica de un cristiano
(alguien que tiene a Cristo y ama
gracias a Dios) es que quiere que
los demás también den frutos de
justicia. Nota que Pablo al orar de
la forma en que ora, está dando un
fruto de justicia a la vez que desea
que los otros cristianos den más y
más frutos de justicia.
Recuerda que el amor se goza de la
justicia — ama hacer lo que es
justo, lo cual es vivir para la gloria
de Dios porque ama a Dios y ama
que los demás también lo hagan.
Así que se puede decir también que
alguien que ama es alguien que
desea que los demás amen a Dios y
vivan para Su gloria. ¿Y cómo las
personas no-cristianas y los
Creyentes Tibios podrán creer en el
verdadero evangelio, y en
consecuencia vivir para la gloria de
Dios, si nadie les habla de este tal y
como está en la Palabra? (cf.
Romanos 10:14).
Por lo cual concluyo que usar las
redes sociales para la gloria de
Dios, es no sólo amar a Dios sino
también al prójimo porque es
apuntar, en nuestros perfiles
sociales, a la obra de Cristo y a
Dios. Es buscar edificar a nuestros
hermanos en la fe, llamar a las
personas para que crean realmente
en Jesús y vivan para la Gloria de
Dios, y dar testimonio de la
grandeza de Dios en nuestras vidas.
El apóstol Pablo escribe a la
iglesia en Corintio:
“Nuestra carta sois vosotros,
escrita en nuestros corazones,
sabida y leída de todos los
hombres; siendo manifiesto
que sois carta de Cristo
redactada por nosotros, no
escrita con tinta, sino con el
Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en
tablas de corazones humanos”
(2 Corintios 3:2-3).
En ese pasaje el apóstol está
hablando de que ellos, los santos en
Corintio, son cartas que demuestran
que él y sus ayudantes en verdad
son de Dios. Creo que cada
cristiano está llamado a ser una
buena carta de Dios para el mundo,
y el mundo puede leernos
conociéndonos en persona y en las
redes sociales.
El planeta entero y un montón de
Creyentes Tibios están viendo
nuestros perfiles en Facebook,
Twitter, Youtube, y un largo etc.
¿Qué es lo que ellos necesitan
encontrar? Que nuestro vivir es
Cristo y la muerte para nosotros es
ganancia (Filipenses 1:21). Porque
necesitan, por obra del Espíritu
Santo, ver a Cristo como Él es en
realidad y reconocerlo como el
Señor. Él no es un Señor malo, sino
uno bueno, justo, misericordioso y
digno de ser obedecido. Ese es el
fin de vivir para la Gloria de Dios;
anunciar a Jesús y Su obra en todo
lo que hagamos.
Las redes sociales con mucha
frecuencia reflejan qué es lo que
más nos importa. Cuando una vida
da frutos de justicia, sus perfiles
online también. En las redes
sociales se nota que lo que más le
importa es Jesús.
Es mi deseo que nuestros perfiles
en la web 2.0 sean como
telescopios que muestren que sólo
Dios puede llenar nuestras vidas al
mostrar más de su grandeza. Internet
es una gran herramienta para
proclamar que Cristo lo es todo y lo
demás son comentarios, y de esa
forma amar a las personas.
Preguntas para discusión
y reflexión.
1. ¿Cómo el evangelio puede
afectar la forma en que usamos las
redes sociales?
2. ¿Qué le responderías a alguien
que te diga que la Biblia no habla
sobre usar las redes para la gloria
de Dios?
3. Cuando hacemos algo realmente
para la gloria de Dios, ¿estamos
haciendo a Dios más grande y
glorioso de lo que ya es?
Argumente su respuesta.
4. ¿Qué es usar las redes sociales
para la gloria de Dios?
5. ¿Cuál es la relación entre usar
las redes sociales para la gloria de
Dios y amar al prójimo?
6. Si actualmente revisáramos tus
perfiles en las redes sociales, ¿A
quién veríamos exaltado en ellos?
¿A Dios o a ti?
Capítulo Tres:
Usando las redes
sociales para la gloria
de Dios
Ya vimos que usar las redes
sociales para la gloria de Dios se
trata de hacerlo reconociendo que
Él vale más que ellas y que todo lo
demás, y que eso es adoración, y
que así también damos a conocer Su
grandeza.
Pero… ¿Hay algo más que
necesitemos saber al respecto?
¿Cómo se usan las redes sociales
para la gloria de Dios?
Este capítulo es un intento de
mostrarte de forma práctica las
respuestas a esas preguntas. Como
te dije al comienzo del ebook,
espero animarte a buscar aprender
más, ya que aquí no lo hablo TODO
sobre Dios, las redes sociales y las
personas.
Entendiendo mejor qué es
usar las redes sociales
para la gloria de Dios
La gente suele asumir que usar las
redes sociales para la gloria de
Dios es sólo compartir en ellas
contenido bíblico y edificante. Así
que cuando hablo sobre usar las
redes con el fin de adorar a Dios,
muchas veces las personas me
responden diciendo cosas como
“Bueno, yo no soy muy religioso y
no haré eso que dices Josué, eso de
‘buscar usar las redes sociales para
la gloria de Dios’. Dios sabe que lo
amo y que soy una buena persona y
eso es lo que importa” o cosas
como “Yo no siento el llamado a
ministrar en Internet”.
Puedo ver graves presunciones
mezcladas en esa clase de
respuestas. Así que a continuación
aclararé algunas cosas.
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios no es ser
“religioso”.
La religiosidad es mala porque es
pretender ganarnos la salvación
mediante nuestras obras, lo cual es
negar a Cristo.
Vivir para la gloria de Dios porque
eres salvo si crees el evangelio de
verdad, no es ser un religioso: Es
vivir realmente como un hijo de
Dios (incluso en las redes
sociales), aunque algunas personas
te llamen “religioso”.
Tristemente, he visto como muchos
que aman a Dios suelen ser tildados
de religiosos por otros “cristianos”.
Como si creer de verdad en el
evangelio fuese algo malo.
Busca vivir para la Gloria de Dios
y te gritarán “¡Religioso!”[19] Te
lo gritarán algunas personas para
excusarse por su falso cristianismo,
diciéndote que exageras al tomarte
el evangelio en serio.
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios tampoco es ser
aburrido.
Nada es más emocionante que
conocer a Dios cada día más y
buscar vivir para Su gloria. Hace
muchos años yo creía que la Biblia
era aburrida. Ahora puedo ver que
lo aburrido era yo.
Con respecto a compartir la verdad
en las redes sociales, es
emocionante ver en ellas cómo el
evangelio puede llegarle a muchas
personas, cómo los cristianos
pueden estar más unidos a pesar de
las distancias, y mucho más.
Tampoco creo que usar las redes
sociales para la gloria de Dios
significa no ser divertido y ameno
cuando compartimos cosas
edificantes. Creo que eso se puede
hacer de forma respetuosa a la
palabra de Dios y Su nombre. Lo
importante, creo yo, es tener claro
que cuando se compromete la
verdad para sonar divertidos, no se
usan las redes sociales para la
gloria de Dios. Una distorsión de la
Palabra para agradarle a la gente no
honra a Dios en lo más mínimo.
Pero cuando se trata de predicar la
verdad sin alteraciones de una
forma amena y llamativa, creo que
sí se usan las redes sociales de
forma buena. (Tip: Oremos por
sabiduría si queremos hacer esto
bien y estudiemos cada día más la
Palabra de Dios).
Además, buscar usar las redes
sociales para la gloria de Dios
puede servirte mucho para aprender
sobre él. Por ejemplo, formo parte
de un grupo privado (bien
moderado, y de sana doctrina) en
Facebook en donde se reúnen
pastores, estudiantes y teólogos de
todas partes de Latinoamérica para
debatir cosas sobre la palabra de
Dios y aprender juntos más y más.
Para mí, ese grupo ha sido una
bendición ultra-mega-inmensa
porque he sido instruido y edificado
en gran manera.
Alguien que conoce realmente el
evangelio no se avergüenza de
publicar en las redes sociales
cosas edificantes que apunten a
Dios, luchar por la verdad aunque
a otros no les guste, y obedecer a
Dios. Si amas a Dios y usas las
redes sociales, buscarás hacerlo
para Su Gloria.
Veo que a muchas personas les “da
pena” publicar cosas cristianas en
Internet. Temen ser criticados por
sus amigos en Facebook o sonar
“religiosos”.
La Biblia tiene algo que decir al
respecto. El apóstol Pablo escribe
en su carta a los Romanos que él no
se avergüenza del evangelio porque
el evangelio es poder de Dios para
salvación de todo aquel que cree
(Romanos 1:16).
Eso me conduce a concluir que
alguien que se avergüenza de
predicar el evangelio es alguien que
no conoce el evangelio, lo
importante que es, lo mucho que la
gente necesita escucharlo, y no está
conociendo cuán grande es Jesús.
De hecho, cuando conoces el
evangelio, no sólo quieres
compartirlo con todos en Facebook
y compartir cosas edificantes
aunque alguna gente te vaya a
criticar, sino que también y
principalmente quieres hacer eso
FUERA de las redes sociales.
Como vimos en el capítulo anterior,
y traté de dejar muy claro, usar las
redes sociales para la gloria de
Dios es una consecuencia de ser
salvo y empezar a conocerlo. En
otras palabras, poner nuestra
confianza en Jesús es la razón por
la cual un cristiano usa las redes
sociales para la gloria de Dios.
Cuando amas a Cristo, no te quedas
callado ni de brazos cruzados, pero
tampoco tratas de servirle a Dios
de una manera en que pretendas
añadir algo a Su gloria (como ya
hemos visto), sino que buscas hacer
cada cosa en adoración a Él por
todo lo que Él es y ha hecho por ti.
Así que, cuando una persona dice
que ama a Dios o que es cristiana,
pero nunca habla de Él,
simplemente no le creo.
Además, recuerda las palabras del
apóstol Pablo a Timoteo, un joven
que servía con él en el evangelio,
porque también son para ti y toda
esta generación de cristianos:
“Te encarezco delante de
Dios y del Señor Jesucristo,
que juzgará a los vivos y a los
muertos en su manifestación y
en su reino, que prediques la
palabra; que instes a tiempo y
fuera de tiempo [lo cual para
nosotros significa hablar de
Él hasta en las redes
sociales]; redarguye,
reprende, exhorta con toda
paciencia y doctrina [Eso es
algo que debemos hacer
dentro y fuera de la web].
Porque vendrá tiempo cuando
no sufrirán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros
conforme a sus propias
concupiscencias, y apartarán
de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas. Pero
tú sé sobrio en todo, soporta
las aflicciones, haz obra de
evangelista [hasta en la web],
cumple tu ministerio” (2
Timoteo 4:1-5).
“Ninguno tenga en poco tu
juventud, sino sé ejemplo de
los creyentes en palabra,
conducta, amor, espíritu, fe y
pureza. Entre tanto que voy,
ocúpate en la lectura, la
exhortación y la enseñanza”
(1 Timoteo 4:12-13)
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios se trata de extender
el ministerio que TODOS LOS
CRISTIANOS tenemos.
La gran comisión, con todo lo que
ella implica, no es únicamente para
algunos cristianos. Es para todos.
La Palabra enseña muchas veces
que todos los cristianos tenemos
dones y talentos para hacer las
cosas que Dios quiere que cada uno
de nosotros hagamos. Así que todos
tenemos un llamado especial.
Todos tenemos un ministerio que
desempeñar (y esa es una de las
razones por las cuales los cristianos
nos necesitamos los unos a los
otros).
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios en realidad no se
trata de tener un ministerio online.
Se trata de llevar el ministerio que
tenemos fuera de Internet, también
al internet. Que la presencia online
no sea un ministerio, sino la
extensión de él — la extensión de
lo que por gracia has recibido y
tienes para dar al mundo.
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios es usarlas como un
megáfono de lo que ya hablamos y
hacemos fuera de ellas para la
gloria de Dios. De hecho, una
característica de los hipócritas es
pretender servirle a mucho a Dios
en Internet mientras le sirve poco
fuera de la web (sobre esto te
hablaré más tarde).
Quiero dejar esto tan claro como
me sea posible: Dios no es adorado
cuando pretendemos hacer la gran
comisión únicamente por Internet en
vez de usar la Internet como una
herramienta. Eso sería desobedecer
a Dios porque Jesús nos llama en
Su Palabra a ir hasta lo último de la
tierra y a ser activos en la Iglesia,
no a sentarnos frente a un monitor.
De igual manera, Dios no es
glorificado cuando sólo buscamos
discipular “personalmente”
mediante Internet y no en un trato
directo con las personas, o cuando
no servimos a los hermanos que
están cerca de nosotros por andar
metidos en Facebook.
Las redes sociales no son para
olvidarnos de la vida fuera de ellas,
sino que son un arma de guerra para
compartir con más personas lo que
YA compartimos fuera de Internet y
servirles de esta manera a quienes
están lejos.
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios no es sólo tener a
contactos cristianos en las redes
sociales.
Esto es algo que creo que ha
quedado implícito a lo largo del
ebook, pero ahora quiero plantearlo
de forma más explícita: No es malo
que tengas contactos no-cristianos
en las redes sociales. De hecho, ¡es
algo bueno porque puedes
compartir cosas buenas con ellos y
dar testimonio de tu fe!
Sin embargo, debemos ser
cuidadosos con a quienes seguimos
y las cosas que nuestros contactos
puedan compartir en nuestros muros
y abiertamente en sus perfiles.
Mi política personal al respecto es
eliminar de entre mis contactos a
quienes se hacen pasar por otros en
la web, a quienes tengan perfiles
que parezcan muy sospechosos y
tengan aroma de acosador (esto lo
hago por motivos de seguridad); a
quienes comparten imágenes
desagradables innecesariamente e
imágenes sugerentes o
pornográficas; a quienes comparten
conmigo de alguna u otra manera
chismes de otras personas
(¡Escuchar chismes es igual de
malo que ser chismoso); a quienes
atacan al prójimo y hablan mal de
la gente sin necesidad; a quienes
envían mensajes molestos una y otra
vez; a quienes me demuestran ser
demasiado hipócritas con el
evangelio (la hipocresía me
entristece y enoja, así que me alejo
de las personas así además de que
no quiero ser asociado con ellos) y
a quienes obran persistentemente de
forma incorrecta con respecto a mí.
Dios es glorificado cuando somos
cuidadosos con quienes aceptamos
como contactos en Facebook
porque eso da a entender que
buscamos estar firmes en la verdad,
huir de las tentaciones, no
distraernos innecesariamente
lidiando con algunas personas que
no admiten sus errores, y no tolerar
lo que está mal.
Dios además es glorificado cuando
buscamos interactuar con hermanos
en la fe en las redes sociales. Para
mí es de gran bendición entrar en
Facebook y aprender un poco más
todo lo días, gracias a lo que
muchos hermanos y amigos
comparten.
Usar las redes sociales para la
gloria de Dios es más que
compartir versículos, frases,
vídeos o imágenes cristianas.
Se trata también de hacer lo
correcto cuando estés en ellas. De
dar un ejemplo de conducta en tu
trato con el prójimo, y no sólo un
ejemplo de publicaciones (de esto
también te hablaré más adelante).
Sin embargo, y esto también quiero
dejarlo tan claro como sea posible:
Glorificar a Dios en tus perfiles
sociales es más que publicar cosas
edificantes pero nunca es menos de
eso.
Tratar de dar a conocer la grandeza
de Dios con acciones pero sin
palabras es igual a no dar a conocer
nada porque la gente entonces no
sabrá por qué hacemos lo que
hacemos y nos estaríamos
atribuyendo la gloria a nosotros. En
otras palabras, los frutos de un
cristiano (dentro y fuera de Internet)
deben confirmar en nuestras vidas
las palabras que decimos (dentro y
fuera de Internet), ¡no sustituirlas!
Uno de los primeros frutos de un
cristiano, y creo que es el primer
fruto que da como parte del amor,
es anunciar a Cristo y compartir
sobre Él. Puedes tener a Cristo en
tus palabras sin tenerlo en tu vida,
pero no puedes tener a Cristo en tu
vida sin tenerlo también en tus
palabras.
El peligro de pseudo-
glorificar a Dios en las
redes sociales.
En este ebook he compartido
contigo algunos de los
descubrimiento más grandes que
gracias a Dios he hecho en mi
caminar con Jesús. Éste es otro de
ellos: Es posible pretender
“servirle” a Dios de una manera
que sea insultarlo a Él[20].
Pienso que es importante hablar del
riesgo que muchos corren al creer o
hacer creer a la gente que usan las
redes sociales para la gloria de
Dios, cuando en realidad no es así.
Como habrás notado (eso espero),
mi plan no es criticar injustamente
ni señalar a otros por el mero hecho
de señalar. Quiero ayudar. En mi
propio corazón he visto lo mucho
que un joven de esta generación
necesita estar enfocado en Jesús de
verdad. Por eso escribo lo que
estás leyendo. Muchas veces
podemos estar en la iglesia
cantando que somos libres, cuando
en realidad somos esclavos de
cosas, y una de esas cosas son las
redes sociales y lo que ellas
conllevan.
En el comienzo te hablé de
Creyente Tibio, un joven que decía
ser cristiano pero no mostraba nada
de Cristo en sus perfiles sociales.
Ahora te hablaré del problema de
mostrar aparentemente mucho de
Cristo en las redes sociales, pero
sin amar realmente a Cristo por
encima de todo lo demás y así
despreciarlo. El problema de
“vivir” para Dios pretendiendo
disfrazar vanidad de cristianismo.
Es posible amar más ser conocidos
por hablar de Dios, que lo que
amamos a Dios. Es posible amar
más tuitear sobre Dios que a Dios.
Son muchas las personas que tratan
de llenar sus vidas con el servicio a
Dios y con ser estimados como
santos, en vez de llenar sus vidas
con Él mismo. Los fariseos eran
así, y los fariseos modernos siguen
siendo así, aunque lo nieguen.
Quiero que te preguntes: ¿En qué se
diferencia el corazón de un
Creyente Tibio que dice ser
cristiano pero vive como si lo no
fuese, de aquel que vive
aparentemente para la gloria de
Dios pero su corazón está lejos de
Él? La respuesta es simple. No se
diferencian en nada.
No sólo puede alguien ser como
Creyente Tibio usando las redes
sociales para publicar pura
vanidad, sino también publicando
cosas sobre Dios.
Jesús fue claro cuando afirmó: “No
todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos”
(Mateo 5:21). En el día del Señor,
muchas personas ciegas a la verdad
que creen que usan las redes
sociales para glorificar a Dios, se
llevarán la sorpresa de que Jesús
sabe que en realidad no hacían eso,
sino que eran hacedores de maldad
al ser orgullosos y duros contra la
verdad, siendo hipócritas al
despreciar a Dios mientras decían
que lo amaban.
Muchos le dirán a Jesús en aquel
día cosas como “¿No compartimos
cosas bonitas y versículos en
Facebook? ¿No tenía muchos
seguidores en Twitter a los cuales
les hablé de ti? ¿No me porté bien
en las redes sociales tratando
correctamente a mi prójimo? ¿El
título del ministerio online que tuve
no decía que se trataba de ti?”
Tal vez incluso dirán “¿No creía
mucha gente que yo usaba las redes
sociales para tu gloria?” Y
menciono esta pregunta porque
aunque es importante testificar ante
nuestro prójimo la verdad, dentro y
fuera de la web, en última instancia,
cada cristiano necesita recordar que
debe vivir como para una audiencia
de una sola Persona: Dios, el
creador del universo. El éxito al
usar las redes sociales para la
gloria de Dios no es determinado
por lo que dice la gente.
En aquel día Jesús les responderá a
los hipócritas: “Apártense de mí,
hacedores de maldad. Nunca los
conocí” (Mateo 7:22-23).
Sé que esas son palabras duras,
pero Jesús mismo enseñó eso en el
Sermón del Monte. ¿Por qué Jesús
habló cosas tan confrontantes?
Porque nos ama y necesitamos
conocer la verdad.
Esta generación necesita saber que
no todo el que llama a Cristo
“Señor, Señor” con sus labios dice
lo mismo en su corazón. No es
suficiente decir que Jesús es tu
Señor y publicar un montón de
versículos o frases cristianas en
Facebook o Twitter. Es necesario
que realmente hagamos la voluntad
de Dios. Es necesario que si
obedecemos a Dios, busquemos
hacerlo por los motivos correctos,
por amor a Él y a las personas.
Quiero ser franco contigo: Si vas a
esperar a tener motivos 100% puros
para hacer lo que Dios quiere que
hagas, ¡entonces vas a tener que
esperar a que Jesús regrese y seas
como Él, si eres cristiano! (1 Juan
3:2). Ese fue otro gran
descubrimiento para mí. Pero esta
misma verdad —que algún día
tendremos corazones puros— es lo
que nos debe impulsar a tomar
nuestra cruz, no sólo en lo público,
sino también en lo secreto, y
procurar hacer las cosas como Dios
quiere que las hagamos y con los
motivos que Él quiere que
tengamos. Reconociendo que no
somos perfectos pero sin tomar esta
imperfección como excusa, sea para
justificar la inactividad, la
mediocridad o la injusticia en
nuestros actos.
Hablando de motivos, mucha gente
no nota los verdaderos motivos de
otros. Los fariseos, por ejemplo,
eran muy respetados por los demás.
Pero Jesús veía sus verdaderos
motivos y por eso lo odiaron. Por
otro lado, a veces es posible notar
cuando alguien hace algo para Dios
con impulsos incorrectos. Es como
ver sobre la persona que dice ser
cristiana, un enorme cartel con
letras gigantes que dice “Jesús no
es suficiente” (¡Eso no glorifica a
Dios!). Y alguien que vive de esa
manera y transmite mensajes
contradictorios, necesita
desesperadamente saber que Jesús
es más que suficiente.
Otra cosa importante sobre los
motivos: SIEMPRE habrá quienes
leerán malos motivos en ti aunque
no los tengas. Debemos tener
cuidado de no hacer lo mismo; de
no juzgar ligeramente. Y aunque
haya gente que lea motivos malos
en tu corazón que en realidad no
están allí, nuestro deber como
cristianos es evitar eso en la
medida que podamos, siendo fieles
a la verdad y hablándola, no sólo
con firmeza, sino también con
sabiduría y humildad ante Dios.
Que si alguien lee malos motivos en
tus acciones, no sea con
fundamento. No debemos ser de
tropiezo al prójimo (cf. 1 Corintios
8:9). Eso es parte de amar a las
personas y tomar nuestra cruz.
Quiero que volvamos al sermón del
monte. Jesús dijo:
“Vosotros sois la luz del
mundo; una ciudad asentada
sobre un monte no se puede
esconder. Ni se enciende una
luz y se pone debajo de un
almud, sino sobre el
candelero, y alumbra a todos
los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante
de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras,
y glorifiquen a vuestro Padre
que está en los cielos”
(Mateo 5:14-16).
Así que no está mal que la gente
vea nuestras buenas obras... si son
hechas para que las personas
glorifiquen a Dios (en otras
palabras, para que miren la
grandeza de Dios y den frutos de
justicia). El problema está cuando
la razón por la que hacemos buenas
obras es que la gente nos alabe a
nosotros (de eso habla Jesús en
Mateo 6).
El apóstol Pablo nos llama a que
seamos imitadores de él, así como
Él lo es de Cristo (1 Corintios 11:1,
Filipenses 3:17; 4:9). Y estoy
seguro de que Pablo no usaría las
redes sociales como muchas
personas las usan. D.A. Carson
señala muy bien que “la mayoría de
las personas van a través de sus
vidas con miedo a que la gente no
piense lo suficiente de ellas; Pablo
fue a través de su vida con miedo
de que la gente pensara mucho de él
(2 Corintios 12:5-6)”[21]
Es lamentable que muchas personas
que dicen ser cristianas, crean que
Internet define quienes son.
Entonces tenemos a quienes, por
ejemplo, publican un montón de
frases cristianas, reflexiones,
versículos, oraciones y/o hasta
fotos orando en Facebook
(ignorando lo que Jesús habla en
Mateo 6 sobre la oración)… para la
gloria de ellos mismos. Para
sentirse más sabios o santos que
alguien más o para que los perciban
así. Por competencia y atención.
Las redes sociales invitan a eso de
una forma especial, porque en ellas
podemos ver números de
seguidores y cómo parece marchar
nuestra influencia en ellas. Ellas
promueven que nos comparemos
con los demás constantemente y eso
no es bueno para nosotros.
Incluso hay quienes dan RT a los
halagos y cumplidos que reciben en
Internet. Esa actitud está mal vista
entre personas que no son cristianas
y desagrada a muchos seguidores.
Si se ve feo en alguien que no es
seguidor de Jesús, es más horrible
en alguien que dice serlo.
Necesitamos recordar el proverbio
que dice “Alábete el extraño, y no
tu propia boca; El ajeno, y no los
labios tuyos” (Proverbios 27:2).
También están los que denuncian a
falsos maestros y critican
constantemente a otras personas en
Internet, no con intención de
edificar, sino por el arte de sonar
como radicales, expertos en
teología y lucir bien. Es necesario
denunciar a los falsos maestros y
señalar lo que está mal en muchas
congregaciones, ya que eso es parte
de amar (el amor se goza de la
verdad y aborrece la injusticia).
Esas son cosas que hacían los
apóstoles en sus cartas, y pienso
que cualquier persona tendría que
odiar mucho a su prójimo para
callar ante lo falso. Sin embargo,
debemos tener nuestras prioridades
claras. Si nos encanta buscar figurar
jugando a cazar herejes y
contendiendo, somos como gotera
en tiempo de lluvia y mejor
deberíamos buscar otra cosa que
hacer (cf. Proverbios 27:15). Jesús
y luego Sus apóstoles señalaron y
denunciaron la injusticia, lo cual
estuvo muy bien, primeramente
porque Jesús es Dios y obviamente
todo lo hace bien, segundo, porque
fue hecho con sabiduría y también
enseñaron mucho e instruyeron en
justicia. Es muy bueno ser valientes
al luchar contra la mentira, pero es
mucho mejor cuando se hace de
forma correcta, y cuando esta
acción está acompañada de la
predicación de la verdad.
Muchas otras personas, en el afán
de ganar popularidad, predican en
Internet un falso evangelio, una
mentira. Estas personas predican un
pseudo-cristianismo lleno de
vanidad y entretenimiento, para
“ganar almas”. ¡Si en verdad
quisieran ganar almas predicarían
la verdad! Pero quieren agradar a
los hombres. Yo les pregunto,
¿Cuándo el evangelio dejó de ser
suficiente para predicar el
evangelio?
Al actuar como el mundo para no
lucir raros y “atraer” a las personas
a una idea de Cristo (en vez de a
Cristo), distraemos a los demás del
verdadero evangelio, de Cristo.
¿Cómo podemos ser cristianos si
agradarles a todos es más
apremiante que caminar como Jesús
caminó?
El evangelio no es para hacernos
famosos. Es para hacer a Jesús
famoso.
Necesitamos tener en cuenta lo que
Pablo habla en 2 Corintios 10:12:
“Porque no nos atrevemos a
contarnos ni a compararnos con
algunos que se alaban a sí mismos;
pero ellos, midiéndose a sí mismos
por sí mismos, y comparándose
consigo mismos, no son juiciosos”.
Y es que las medidas de este mundo
no son realmente efectivas. Sólo
porque parezca que hay éxito en las
redes sociales, no significa que lo
haya realmente. El éxito al usar las
redes sociales para la gloria de
Dios no está en tener muchos
followers, sino en ser fieles a la
Palabra de Dios.
Muchos “rockstars cristianos
lights” anuncian a Jesús un poco
para tratar de callar y evitar las
críticas de los “religiosos” (así
llaman a quienes se toman la
palabra de Dios en serio), para
luego seguir predicando cosas que
entretienen pero no edifican, aunque
parezca que sí: Doctrinas centradas
en el hombre, desviadas de la
verdad, que rayan en el legalismo o
en pretender abusar de la gracia
(ambos extremos les gusta a la
gente sin Dios), ritos mundanos,
enseñanzas carnales, conocimiento
superficial, y más. Algunos hasta
plagian a otras personas para tener
más fama en Internet y fuera de ella.
Todo eso es una pena porque es un
desperdicio tener una plataforma
grande y no usarla para predicar la
verdad.
Esos “rockstars” creen que es
imperceptible cuando predican el
evangelio para figurar, pero la
verdad es que no siempre es fácil
ignorarlo, porque a veces su actitud
resulta ridículamente obvia para los
que leen la Biblia. Una
característica de quien quiere ser un
“rockstar del cristianismo light” es
que no se preocupa por tener una
teología sólida, sino por ser
popular y llenarse de followers. El
verdadero amor se goza de la
verdad, no de la mentira.
Así que, es importante que si vamos
a usar las redes sociales realmente
para predicar, busquemos hacerlo
conforme a la Palabra de Dios y
con un corazón que vea la grandeza
de Jesús y lo ame cada día más, por
encima de todo lo demás
(incluyendo opiniones, likes,
popularidad, etc).
¡Hay quienes hasta creen que
alguien que tiene muchos
seguidores en Twitter es un
“ungido” por Dios[22]! Eso es
tonto porque la unción y madurez
espiritual no se mide por cuantos
seguidores se tienen fuera y dentro
de Internet.
Hay mucho que podría seguir
hablando sobre el peligro de
pseudo-glorificar a Dios., pero
considero que ya ha sido suficiente.
Te invito a pensar al respecto.
Es mi oración que Dios nos guíe y
nos haga vivir el sermón del monte
dentro y fuera de las redes sociales.
Es algo que esta generación de
profesantes necesita
desesperadamente, porque vivir
para la gloria de Dios es vivir con
gozo genuino y conociéndolo cada
día más.
Amando al prójimo en la
web 2.0.
Amar a Dios y buscar vivir para Su
gloria hasta en las redes sociales,
es amar a tu prójimo porque es
invitarlo a que haga lo mismo.
Ya te he hablado de que las
personas a nuestro alrededor
necesitan conocer la verdad de
Dios y ver en nosotros que Él puede
darnos vida. A continuación
compartiré contigo tres cosas que
son parte de amar a tu prójimo en
Internet.
Amar el prójimo en las redes
sociales es buscar ser
teológicamente correcto en lo que
digas y compartas.
Dios no es glorificado cuando
tomamos Su Palabra ligeramente.
Recuerda, una vez más, que el amor
se goza en la verdad. Si somos
cristianos, debemos buscar hablar y
actuar cada día más conforme a la
Palabra de Dios. Esa es una prueba
de que en verdad hemos sido
salvos.
Cuando no nos tomamos en serio la
Palabra de Dios, estamos diciendo
que Él no es importante y que lo
que Él ha hablado no es gran cosa.
Por eso vivir y hablar conforme a la
Palabra de Dios lo glorifica. No se
trata de cómo (creemos que)
podemos servir, hablar, y hacer
muchas cosas, sino de cómo Él ha
dicho que quiere que lo hagamos.
“Si alguno habla, hable
conforme a las palabras de
Dios; si alguno ministra,
ministre conforme al poder
que Dios da, para que en todo
sea Dios glorificado por
Jesucristo, a quien pertenecen
la gloria y el imperio por los
siglos de los siglos. Amén” (1
Pedro 4:11)
Como te hablé antes, tendríamos
que odiar mucho a nuestro prójimo
para compartir un estado en
Facebook de un falso maestro y así
recomendarlo (lo cual es algo que
lamentablemente demasiadas
personas hacen), por ejemplo. No
tenemos excusas para no reconocer
a los falsos maestros y las falsas
enseñanzas porque tenemos la
Biblia.

Debemos tener mucho cuidado de


no cometer errores que sean de
tropiezo para nuestro prójimo y no
hablen del valor de la Palabra de
Dios. Y cuando los cometamos,
debemos rectificar públicamente.
Aprendí la lección de una manera
bastante dura cuando hace tiempo
publiqué un ebook en mi blog, y
meses después Dios me llevó a
conocer las doctrinas de la gracia y
noté que en el ebook que había
publicado habían algunos errores
teológicos. Literalmente, me costó
conciliar el sueño en las noches
hasta que publiqué una segunda
edición con las debidas
correcciones. Hablar de Dios es un
asunto más serio de lo que crees.
Hay que hacerlo con cuidado.
Procura ser bíblicamente correcto
en todo lo que compartas en
Internet. Y es que las personas
necesitan la verdad y no algo que
luzca como la verdad. El amor se
goza de la verdad.
Recuerda el proverbio: “El que
hace errar a los rectos por el mal
camino, él caerá en su misma fosa,
mas los perfectos heredarán el
bien” (Proverbios 28:10).
No hay nada más serio que la
Palabra de Dios. Los errores
siempre son costosos, así que
necesitamos orar a Dios por
humildad y dirección conforme a lo
que Él ya reveló en las páginas de
la Biblia, para usar las redes
sociales con sabiduría y luz. Cuanto
más me adentro en la palabra de
Dios, más veo lo seria y grandiosa
que es. No hablar conforme a ella o
no rectificar cuando sabemos que
hemos errado, es un crimen que
Dios toma en cuenta.
Amar al prójimo en las redes
sociales es pensar bien lo que vas
a decir antes de publicarlo, y ser
cuidadoso con las cuentas que
sigues.
Pensar bien antes de hacer clic en
“publicar” en Internet, es bueno
para ti. Es importante que antes de
postear algo en la web nos hagamos
preguntas como: “¿Estoy buscando
la aprobación de la gente? ¿Para
qué voy a decir/mostrar eso? ¿En
serio quiero que las personas se
enteren de eso? ¿Es el momento de
publicar esto? ¿Estoy
presumiendo?”. Casi nunca nos
hacemos esa clase de preguntas
antes de publicar algo, así que
necesitamos orar por sabiduría al
respecto. Todos necesitamos pedir
sabiduría a Dios y estamos
llamados a hacerlo (Santiago 1:5).
Además, es posible que te haya
pasado lo mismo que a mí, que
hayas visto algo que escribiste hace
años en Internet y pensaras “¿yo era
así de tonto?” En Internet solemos
escribir cosas de las cuales
podemos arrepentirnos.
Recuerda el proverbio: “¿Has visto
hombre ligero en sus palabras? Más
esperanza hay del necio que de él”
(Proverbios 29:20).
Pensar bien antes de publicar y
actuar, también es amar a tu
prójimo, porque como dice la
Palabra, no debemos ser de
tropiezo para los demás, ya que al
usar mal nuestra libertad pecamos
contra Dios y nuestro prójimo (1
Corintios 8:9, 12-13). Recordemos
estas sabias palabras:
“Todo me es lícito, pero no
todo conviene; todo me es
lícito, pero no todo
edifica. Ninguno busque su
propio bien, sino el del otro”
(1 Corintios 10:23-24).
Debemos orar por discernimiento
para conocer qué cosas que pueden
resultarnos normales o inocentes,
pueden tener un impacto negativo en
nuestro prójimo si las publicamos o
compartimos en la web. Seamos
menos egoístas y pensemos un poco
más en las personas. También
oremos por humildad para
reconocer cuando hemos sido de
tropiezo y rectificar.
Procurar no ser de tropiezo para el
prójimo es parte de tomar nuestra
cruz y seguir a Cristo. Puede
parecernos injusto tener que
privarnos de publicar algunas
cosas, pero necesitamos ser
humildes al respecto y reconocer
que tendremos permiso para
quejarnos de esto el día en que
hayamos hecho por Jesús más que
lo que Él ya ha hecho por nosotros
(O sea, ¡NUNCA!). Si Jesús vino
para hacer lo más extraordinario al
vivir y morir por amor a nosotros,
¿Quiénes somos nosotros para
rechazar el deber ordinario de ser
cuidadosos con lo que hablamos en
Internet por amor a nuestro
prójimo?
Y no solamente con lo que
hablamos, sino también con lo que
seguimos y leemos. Seguir a cuentas
que no edifican de ninguna manera
nos hace daño a nosotros. “Como
quien liga la piedra en la honda, así
hace el que da honra al necio”
(Proverbios 26:8). Y tampoco es
amar al prójimo porque es dar un
mal ejemplo.
Seamos guiados por la palabra de
Dios y no confiemos tanto en
nosotros mismos dentro y fuera de
la web. Eso nos conviene. “El que
confía en su propio corazón es
necio; Mas el que camina en
sabiduría será librado” (Proverbios
28:26). Y es bueno para nuestros
amigos y contactos.
Recuerda: “Ninguno tenga en poco
tu juventud, sino sé ejemplo de los
creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza” (1
Timoteo 4:12).
PD: Cuando pienses antes de
publicar algo, aprovecha también
para corregir los errores
ortográficos. Eso nunca es malo.
¡No creas todo lo que ves,
escuchas o lees en Internet y sé
lento para juzgar!
Internet ha hecho que el mundo sea
más loco: Ahora los chismes corren
más rápido que nunca, las mentiras
ganan más notoriedad y es mucho
más fácil juzgar a las personas.
Parte de amar al prójimo es ser
lento y sabio al juzgar, lo cual
implica que no debes creer todo lo
que mires en la web. Cuando somos
rápidos para señalar o creer
cualquier rumor, no estamos
glorificando a Dios porque no
estamos siguiendo lo que nos dice
Su Palabra sobre juzgar justamente
y no estamos amando a nuestro
prójimo como a nosotros mismos
(Juan 7:24).
“Las palabras del chismoso son
como bocados suaves, y penetran
hasta las entrañas” (Proverbios
26:22)… y en las redes sociales
estamos expuestos a toda clase de
chismes y también se nos hace fácil
ser veloces para juzgar lo que otros
hacen.
Algunos consejos
prácticos y exhortaciones.
Para terminar con este tercer
capítulo mucho más práctico y
conclusivo, quiero compartir
contigo algunos consejos
relacionados al usar las redes
sociales para la gloria de Dios,
muchos de los cuales respaldo en
citas bíblicas, y darte algunas serias
exhortaciones al respecto, en amor.
No digo las siguientes cosas como
si fuese un súper-cristiano o un
experto en usar las redes sociales
para la gloria de Dios (¿Recuerdas
lo que te dije al comienzo de este
ebook?), pero es mi oración que
estos consejos queden grabados en
nuestros corazones y los
apliquemos en adoración a nuestro
Salvador.
Lee más tu Biblia que Facebook,
Twitter, tu bandeja de email y
todo lo demás.
Sí, ya sé que este consejo era
previsible y tal vez un tanto
repetitivo, pero es necesario
aclararlo una vez más. Realmente
necesitamos adentrarnos en TODA
la palabra de Dios.
Si tu principal fuente de alimento
espiritual son versículos, frases
cristianas e imágenes inspiradoras
en Facebook, apaga tu
computadora, Tablet o Smartphone
y ponte a leer la Biblia. Cuanto más
lo hagas, más pensarás “¿Por qué
rayos no leía la Biblia antes?
¡Cuánto quisiera haberlo hecho!”
Cuanto más saturada está tu mente
de la Palabra de Dios, tus acciones
no pueden estar saturadas por otras
cosas.
Tip: Proverbios es un libro que
puede útil y práctico de estudiar
para nosotros, la generación
Facebook, ya que contiene mucha
sabiduría que podemos aplicar a la
hora de usar las redes sociales,
además es fácil de leer si
consideras cada verso como un tuit.
Sé una persona de oración.
“Velad y orad, para que no
entréis en tentación…”
(Mateo 26:41).
En las redes sociales, al igual que
en el mundo offline, somos
expuestos a muchas tentaciones.
Necesitamos orar para no entrar en
ellas, para que Dios nos haga más
humildes, para vivir realmente para
la gloria de Dios tanto dentro como
fuera de la web.
La oración conforme a la Palabra
de Dios es usada por Él para
hacernos ver todas las cosas de este
mundo, incluyendo la Internet, a la
luz de la eternidad. Eso es bueno
para nosotros.
Necesitas más de Dios de lo que tú
crees que necesitas. ¡Sin Él es
imposible vivir para Su propia
Gloria! R.C. Sproul enseña que “lo
que la oración más cambia con
frecuencia es la maldad y dureza de
nuestros corazones”[23], y eso es
cierto. Dios usa nuestras oraciones
para moldear nuestros corazones y
llevar a ellos lo que Su Palabra ha
grabado en nuestra mente.
Además, cuando oras en privado no
hay ningún humano al que puedas
impresionar y Dios usa eso para
cuidarte de la hipocresía, lo cual es
muy importante porque como hemos
visto hasta ahora, la hipocresía es
algo a lo que debemos renunciar si
queremos vivir para la Gloria de
Dios.
Fuimos creados para tener una
relación íntima con Él y orar es
parte de eso. Toda generación
necesita de la oración constante,
incluyendo la generación Facebook.
Eso es esencial en la vida cristiana.
Hay demasiado que decir sobre la
oración, pero espero que estas
breves palabras y reflexiones que
he compartido contigo sobre ella te
animen a orar más y a aprender más
al respecto.
No descuides tus relaciones
cercanas.
Dios no es glorificado en nuestras
vidas cuando tenemos nuestras
prioridades mal ajustadas. Las
redes sociales pueden acercarnos a
personas que se encuentran lejos de
nosotros, apartándonos sin que nos
demos cuenta de las personas que
se encuentran cerca. Cuídate de
cometer el error de estropear tus
relaciones cercanas por estar muy
pendiente de las lejanas. El
siguiente consejo es útil para eso.
Considera programar
publicaciones si es posible.
¿Quieres estar activo en las redes
sociales sin estar todo el día
conectado? Entonces programar
publicaciones es una buena opción.
Te recomiendo herramientas y apps
como Buffer y Tweetdeck para
realizar esa tarea. Si tienes una
página en Facebook, a la hora de
publicar algo (lo que sea) puedes
ver en el recuadro de edición un
pequeño reloj debajo que te permite
programar la fecha y la hora.
Si quieres publicar lo mismo que
programas para alguna red social,
en todas las otras redes sociales en
las cuales estás, te recomiendo
mucho una herramienta llamada
IFTTT (Búscala en Google).
Considera tomar periodos
prolongados de tiempo fuera de
Internet o un día a la semana.
Un periodo decisivo en mi
comprensión de las redes sociales
hasta ahora, fue cuando hace algún
tiempo desactivé mi Facebook por
varios meses. Creo que Dios usó
eso para quitar mi adicción a las
redes sociales.
Apartarte de las redes sociales por
un periodo prolongado para no
distraerte tanto y enfocarte en lo
realmente importante, es algo que
recomiendo mucho, porque cuando
regresas a la web, empiezas a ver
todo desde una perspectiva más
realista y no la usas de la misma
manera.
Actualmente me tomo un día a la
semana para estar unplugged. Sé
que eso puede ser peligroso porque
alguien puede comentar necedades
o cosas inapropiadas en mi blog o
perfiles sociales mientras no estoy,
pero he visto que apartarme un día
a la semana de la web es bueno
para mi alma, mi cuerpo y mi
comunión con el Señor.
Muchas veces, cuando me tomo el
día fuera de Internet, me doy cuenta
de qué pasa realmente en mi alma y
cómo las redes sociales y lo que
veo en ellas me afectan, y Dios se
vale de esto para orientarme,
confrontarme y enseñarme a vivir
en esta época tan loca en donde la
Internet ocupa más y más espacio en
nuestro día a día.
Eso, de nuevo, me ayuda a ver las
cosas desde una mejor perspectiva
durante los próximos días, me sirve
para estar más enfocado y
relacionarme más con las personas
cercanas a mí, y además Dios me
enseña a confiar en Él porque
precisamente no estaré pendiente
durante ese día de qué sucede en
Internet.
Haz la prueba. Toma un día de la
semana para estar unplugged. Hazlo
durante varias semanas y luego
cuéntame cómo te ha afectado.
Recuerda que lo que dices en
Internet tiene un impacto fuera
de Internet.
Hace unos cuantos años lo que
pasaba en Internet no estaba muy
conectado a la realidad. Ahora los
tiempos han cambiado. Las redes
sociales no son otra vida fuera de
las nuestras, sino que son extensión
de lo que sucede en el plano off-
line.
Ten presente que no deberías decir
en Internet cosas que no dirías en
persona, y que los críticos y
enemigos que tengas online por
predicar la verdad y buscar vivir
para la gloria de Dios, también te
atacarán offline. Me ha pasado, me
seguirá pasando y a ti también.
No te extrañes cuando seas
criticado.
Si buscas vivir para la gloria de
Dios, puedes tener certeza de que
mucha gente se levantará contra ti,
te juzgará injustamente, dirá
mentiras sobre ti y se ofenderá al
ver que proclamas la verdad que
los pone a ellos en evidencia a la
vez que les llama al
arrepentimiento.
Recuerda las palabras de Jesús:
“Bienaventurados sois cuando
por mi causa os vituperen y
os persigan, y digan toda
clase de mal contra vosotros,
mintiendo. Gozaos y alegraos,
porque vuestro galardón es
grande en los cielos; porque
así persiguieron a los
profetas que fueron antes de
vosotros” (Mateo 5:11-12)
También recuerda las palabras del
apóstol Pablo:
“Solamente que os
comportéis como es digno del
evangelio de Cristo, para que
o sea que vaya a veros, o que
esté ausente, oiga de vosotros
que estáis firmes en un mismo
espíritu, combatiendo
unánimes por la fe del
evangelio, y en nada
intimidados por los que se
oponen, que para ellos
ciertamente es indicio de
perdición, mas para vosotros
de salvación; y esto de
Dios. Porque a vosotros os es
concedido a causa de Cristo,
no sólo que creáis en él, sino
también que padezcáis por
él…” (Filipenses 1:27-29)
Y estas otras palabras: “… todos
los que quieren vivir piadosamente
en Cristo Jesús padecerán
persecución” (2 Timoteo 3:12).
Te animo a perseverar dentro y
fuera de las redes sociales en la
verdad, a pesar de las críticas. Dios
es glorificado cuando vivimos para
Su gloria a pesar de la oposición
que tengamos, porque de esa forma
estamos diciendo que Él es digno.
Sé sabio a la hora de lidiar con
los necios en las redes sociales.
En la Palabra podemos leer:
“Nunca respondas al necio
de acuerdo con su necedad,
para que no seas tú también
como él. Responde al necio
como merece su necedad,
para que no se estime sabio
en su propia opinión”
(Proverbios 26:4-5)
Suena contradictorio, ¿no crees? Es
por eso que necesitamos orar por
sabiduría para saber cuándo y cómo
ignorar, borrar y bloquear, y para
saber cuándo y cómo responder al
necio.
Dios es glorificado cuando
sabemos cortar con los necios. Así
estamos diciendo que no vamos a
darles más importancia a hablar con
ellos que la que eso merece, porque
es más importante estar enfocados
en Dios.
Dios es glorificado también cuando
sabemos cuándo y cómo
responderles, porque una sabia
respuesta lo honra a Él. Somos
como embajadores del cielo (cf.
Filipenses 3:20).
Prepárate para defender tu fe en
la web.
La fe cristiana es atacada por el
mundo en todas partes (incluyendo
Internet). Dios no es glorificado
cuando no sabemos cómo lidiar con
las preguntas y ataques hacia
nuestra fe. Cuando no sabemos
cómo defender nuestra fe, estamos
siendo muy malos embajadores del
cielo. En Internet eso es algo
terrible porque son muchas las
personas que pueden vernos.
Recuerda estas palabras del apóstol
Pedro:
“Mas también si alguna cosa
padecéis por causa de la
justicia, bienaventurados
sois. Por tanto, no os
amedrentéis por temor de
ellos, ni os conturbéis, sino
santificad a Dios el Señor en
vuestros corazones, y estad
siempre preparados para
presentar defensa con
mansedumbre y reverencia
ante todo el que os demande
razón de la esperanza que
hay en vosotros; teniendo
buena conciencia, para que en
lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, sean
avergonzados los que
calumnian vuestra buena
conducta en Cristo” (1 Pedro
3:14-16)
De nuevo, ora para hacer esto con
sabiduría. Como te dije antes, a
algunas personas no hay que
responderles, sino darles block y
eliminar.
Recuerda que no puedes cambiar
los corazones de la gente.
Cuando uses las redes sociales para
la gloria de Dios, tal vez te sentirás
frustrado al ver que las personas no
se toman en serio las cosas buenas
que tú compartes. Eso puede ser
terrible.
Este efecto ha sido común entre
muchos pastores y líderes a lo largo
de la historia, pero ahora con
Internet, el efecto aumenta porque
en la web puedes ver más sobre las
personas a las cuales les hablas de
Dios y miras que algunas no dan
frutos de justicia.
Sin embargo, no deberías sentirte
fracasado al no cambiar los
corazones de la gente. No puedes
cambiar a las personas y es bueno
que te acostumbres a esa verdad,
porque necesitamos confiar en que
Dios tiene todo bajo control, y Él es
quien hace en realidad la obra y no
nosotros. No te sientas mediocre si
las personas no sean cambiadas,
pero tampoco dejes de compartir
fielmente, con firmeza y valentía la
palabra de Dios. Esa es la Palabra
que Él usa para, de forma soberana,
producir el nuevo nacimiento (1
Pedro 1:23).
Sé humilde.
Dios quiere que seas santo y un
santo orgulloso es una
contradicción. Así que Dios quiere
que seas humilde, y para eso,
muchas veces ocultará de ti los
frutos de justicia que dan algunas
personas a las cuales tú compartiste
la Palabra de Dios, la semilla que
Él hizo crecer en sus corazones
para gloria y alabanza Suya (cf. 1
Corintios 3:6-8). Dios te oculta eso
porque no quiere que te llenes de
vanagloria, y porque en realidad,
todo es gracias a Él.
Así que, sólo porque no notes
crecimiento espiritual en tus
contactos en las redes sociales, no
significa que algunos de ellos no
estén siendo impactados por la
gracia de Dios. No te desanimes.
Sigue usando las redes sociales
para Su gloria.
También ten presente que la
humildad consiste además en no ser
rápido para juzgar a los demás y en
saber reconocer cuando nos hemos
equivocado.
Dios quiere que seamos humildes
en todo lo que hagamos porque sólo
las personas humildes tienen gozo
en Él (cf. Mateo 5:3). Así que ora
por humildad. No hacerlo es
posiblemente el mayor de los actos
de orgullo.
Considera la verdadera
influencia.
2 Corintios 10:12 es uno de los
versículos que más han impactado
mi uso de las redes sociales y mi
blog:
“Porque no nos atrevemos a
contarnos ni a compararnos
con algunos que se alaban a sí
mismos; pero ellos,
midiéndose a sí mismos por
sí mismos, y comparándose
consigo mismos, no son
juiciosos”
Las medidas del mundo sirven para
medir un impacto terrenal, no
espiritual. Son medidas creadas por
hombres y bastantes superficiales.
Si no estás de acuerdo con esto que
te digo, considera el hecho de que
la mayor revolución en toda la
historia de la humanidad tuvo como
piedras fundamentales a once
hombres comunes y corrientes, a
quienes nuestro Señor enseñó y
amó.
Sólo porque alguien tenga muchos
seguidores en Internet no significa
que esté haciendo las cosas bien y
que esté causando un impacto para
la gloria de Dios, y sólo porque
alguien tenga pocos seguidores no
significa que esté haciendo las
cosas mal.
En un mundo tan superficial, es
necesario que no seamos
superficiales. Nosotros no podemos
ver el cuadro completo que forman
todas las cosas a nuestro alrededor
y en el cual estamos. El día en que
Dios nos muestre ese cuadro,
veremos que muchas personas que
en el mundo fueron consideradas
como poco influyentes, lograron
gracias a Dios un impacto tremendo
y muy bueno. ¡No te obsesiones con
las estadísticas!
Y recuerda también: Orar para no
caer en la tentación tan suculenta
pero insatisfactoria e inútil, que te
muestran de forma constante las
redes sociales, de compararte con
los demás innecesariamente. Jesús
te dice “¿A ti qué? Tú sígueme a
mí” (cf. Juan 21:23).
No publiques TODA tu vida en
Internet.
Aunque tengamos una resolución de
usar las redes sociales para la
gloria de Dios, somos propensos a
desviarnos del asunto y hablar más
de nosotros de lo que deberíamos.
Recuerda que nadie necesita saber
todo lo que haces o piensas, y que
no necesitas contribuir a la
corriente vanidosa de este mundo.
Creo que está bien hablar un poco
de nosotros en Internet y compartir
algún que otro interés (procurando
no ser de tropiezo, claro). Es
importante ser percibidos como
humanos, no como perfectos. Sin
embargo, necesitamos tener
discernimiento y recordar
constantemente la diferencia entre
usar las redes sociales para nuestra
gloria y usarlas para la gloria de
Dios.
Todos tenemos que escoger entre
convertir nuestros muros en
Facebook en un culto a nosotros
mismos, o ser justos apuntando
principalmente a Dios. Nosotros
debemos y necesitamos menguar. La
gente necesita verlo a Él más que
verte a ti.
Además, cuando no compartes todo
en Internet, tienes cosas especiales
y privadas para compartir con las
personas cercanas a ti y a quienes
amas. Ser reservados en Internet es
amar a quienes están cerca de
nosotros. Piénsalo.
Procura no meterte en
discusiones tontas o en pleitos
ajenos que no tienen que ver
contigo y tu fe.
Esto es algo importante que, con
frecuencia olvidamos cuando nos
conectamos a las redes sociales, tal
vez porque a veces creemos, sin
que lo notemos, que lo que pasa en
Internet no puede afectar fuera de
Internet. Recuerda además que no
necesitamos comentar todo lo que
veamos.
¿Te imaginas cómo sería si todos
buscásemos aplicar más los
siguientes pasajes bíblicos?
“El que pasando se deja
llevar de la ira en pleito
ajeno Es como el que toma al
perro por las orejas”
(Proverbios 26:17).
“Huye también de las
pasiones juveniles, y sigue la
justicia, la fe, el amor y la
paz, con los que de corazón
limpio invocan al Señor. Pero
desecha las cuestiones necias
e insensatas, sabiendo que
engendran contiendas” (2
Timoteo 2:22-23)
Tómate en serio el tratar a tu
prójimo como quieres ser tratado.
Las palabras de Jesús no son sobre
física nuclear. ¿Cómo puedes tratar
a tu prójimo como Dios quiere que
lo hagas? Simplemente trátalo como
quieres ser tratado. Ya te amas
demasiado a pesar de tus defectos,
así que puedes amar también a los
demás de esa manera. Jesús nos
dice que en eso se resume la ley de
Dios (Mateo 7:12).
La gente suele interpretar mal ese
mandamiento al asumir que cuando
tratemos al prójimo como queremos
ser tratados, entonces el prójimo
nos tratará de la misma manera.
Pero eso no es así. La Biblia en
varias ocasiones da testimonio de
que la gente nos perseguirá y odiará
por ser cristianos y amarles. El
punto es: No trates a las personas
bien para agradarles y que te amen,
sino trátalas así aunque no te amen
porque Dios es más que suficiente
para ti.
Pienso que algunas implicaciones
de amar a nuestro prójimo en
Internet son:
- Cuando tengas que exhortar a
alguien con quien puedas hablar en
persona, hazlo en persona (Así te
gustaría que te exhortaran a ti, ¿no
crees?). Y si no puedes hablar con
esa persona cara a cara y crees que
es muy importante hablar con ella,
hazlo en una conversación privada
y no en su muro en Facebook o
comentando una publicación. ¡No
necesitas hacerlo de esa manera!
He aprendido que cuando alguien
exhorta o critica a alguien en
público pudiendo hablar con esa
persona en privado, es porque no
tiene la mejor de las intenciones.
- Nunca, nunca, y nunca hables mal
de nadie innecesariamente. Hay
momentos en los que sí será
necesario hablar la verdad mala de
alguien, cuando se trata de defender
la verdad y atacar herejías. En la
Biblia hay ejemplos de esto. Sin
embargo, si no es necesario decir
algo, lo mejor y amoroso es no
decirlo.
- Anima en público a tus hermanos
en la fe compartiendo palabras
esperanzadoras regularmente. No
sólo hay que enseñar doctrina en
Internet, defender la verdad y
confrontar, sino que también hay
que animar a los otros cristianos a
perseverar y confiar cada día más
en Dios. Nunca sabes todas las
situaciones difíciles que atraviesan
tus contactos y amigos en las redes
sociales, pero sí puedes saber que
todos necesitan ser animados de vez
en cuando. “… Animaos unos a
otros” (1 Tesalonicenses 5:11).
Por supuesto, tratar al prójimo en
las redes sociales como quieres ser
tratado implica muchas cosas más
que estas tres que mencioné y lo
que he hablado a lo largo de este
ebook, pero esas te las dejo a ti
para que las pienses y conozcas por
ti mismo.
Preguntas para discusión
y reflexión.
1. ¿Qué responderías a alguien que
te dijera que usar las redes sociales
para la gloria de Dios consiste
únicamente en compartir versículos
y contenido edificante?
2. “Es posible amar más ser
conocidos por hablar de Dios, que
lo que amamos a Dios”. ¿Cuál es la
diferencia? ¿Cómo conocer esto
debe afectar la forma en que usas
las redes sociales?
3. ¿Por qué es importante buscar ser
bíblicamente correctos en lo que
hagamos en Internet? ¿Dios sería
glorificado si no buscamos
apegarnos a Su Palabra en la forma
en que hablamos y actuamos?
4. ¿Cuál de las exhortaciones dadas
en la última parte de este capítulo te
confrontó más? ¿Por qué?
Epílogo: 15
Resoluciones al usar
las redes sociales.
Una de las razones por las que
naciste el día en que naciste, es
para usar las redes sociales para la
gloria de Dios. Eso es algo que
quiero que recuerdes. Dios nos ha
dado redes sociales para usarlas
como un megáfono al proclamar que
Él es más valioso que todo lo
demás.
Es mi deseo y oración que tú y yo
demos frutos de justicia dentro y
fuera de Internet.
Para terminar, quiero compartir
contigo mis resoluciones al usar las
redes sociales, algunas de las
cuales están inspiradas en las
famosas resoluciones del teólogo
Jonathan Edwards. Te invito a
hacerlas tuyas y usar las redes
sociales para glorificar a Dios.
1. Resuelvo no darle a las redes
sociales más importancia de la que
merecen. Quiero usarlas de tal
manera, que cuando Jesús regrese
no me pregunte por qué estuve tanto
tiempo en Facebook y tan poco
tiempo estudiando la Palabra de
Dios y orando.
2. Resuelvo contar hasta diez y
pensar antes de publicar o
compartir algo en las redes
sociales.
3. Resuelvo examinar mi corazón
periódicamente con respecto a mis
motivos para usar las redes
sociales, publicar lo que publico en
ellas, y cómo estas me afectan. Y si
Dios me muestra que algo está mal
en mí, correr a los pies de Cristo,
arrepentirme de inmediato y
aprender la lección, para que
cuando muera o Jesús regrese, por
la gracia de Dios no sea encontrada
ninguna negligencia en mí en
relación a las redes sociales.
4. Resuelvo recordar con
frecuencia que los números en las
redes sociales no miden realmente
mi influencia y tampoco me dan mi
identidad.
5. Resuelvo procurar tomar por lo
menos un día a la semana, durante
el resto de mi vida, si es posible,
para apartarme por completo de las
redes sociales, ya que eso me ayuda
a usarlas con más sabiduría y más
confianza en Dios gracias a Sus
promesas en Su palabra y la
extraordinaria ayuda del Espíritu
Santo.
6. Resuelvo que hasta el día de mi
muerte procuraré ser bíblicamente
correcto a la hora de hablar en
Internet sobre Dios o algo
relacionado a mi fe.
7. Resuelvo pedir disculpas
públicamente en Internet y corregir
mis errores, cuando vea que algo
que hablé anteriormente sobre Dios
o mi fe no era correcto
bíblicamente.
8. Resuelvo amar a mi prójimo en
las redes sociales con todo lo que
eso implica, aunque parezca
complicado o difícil, descansando
en la gracia de Dios.
9. Resuelvo huir de los chismes, las
conversaciones vanas y las diputas
innecesarias en las redes sociales, a
fin de no distraerme de lo que más
importa.
10. Resuelvo ser lento para juzgar y
no creer todo lo que vea en las
redes sociales.
11. Resuelvo ser cuidadoso con
quien sigo y con quien tengo como
"amigo" en Facebook.
12. Resuelvo no permitir que las
redes sociales me alejen de la gente
que está cerca de mí y me importa.
13. Resuelvo mostrar en mis
perfiles sociales que Dios vale más
que cualquier otra cosa, con mis
palabras adornadas con mi
conducta.
14. Tomo la resolución de
investigar periódicamente, si he
actuado en las redes sociales de la
mejor manera que podía hacerlo.
15. Resuelvo usar las redes
sociales y obrar en ellas tal como
hubiera deseado hacerlo cuando me
muera o Jesús regrese.
Agradecimientos
A Dios primeramente, y luego a mi
amada Arianny Parabacuto. Soy
muy bendecido al tenerla en mi vida
y ha sido una ayuda y compañera
fantástica. Sin su apoyo, sus
oraciones y su ayuda, este ebook
seguramente jamás se habría
terminado y no lo estarías leyendo.
Gracias por tanto, Ari.
También agradezco a mis padres
por su apoyo, y a todas las personas
que me leen en Internet y han
apoyado este ministerio tanto dentro
como fuera de la web.
Sobre el autor
Josué Barrios, es un blogger
cristiano, en español, y está
apasionado con la predicación del
evangelio; dentro y fuera de la web.
Estudia comunicación social, vive
en Mérida, Venezuela, y cree que la
mejor forma de ver las películas de
Star Wars es según el orden en que
fueron estrenadas originalmente.
Puedes leer a Josué
en josuebarrios.com y seguirlo
en Twitter, Facebook y Google+.
[1] Esta es una frase muy clave en el ministerio
de John Piper. La suele repetir en libros y en
sermones.
[2] Estas resoluciones ya las he compartido
previamente en mi blog. Puedes leerlas en
http://josuebarrios.com/resoluciones-redes-
sociales/
[3] En esta parte del primer capítulo NO digo lo
que hablan algunas personas al decir que “los
cristianos debemos vivir como hijos del rey de
reyes”, refiriéndose a que los cristianos deben
vivir con lujos, sonrisas perfectas, mucho dinero,
popularidad, éxito terrenal y cosas así. Estoy en
contra de ese pensamiento y digo todo lo
contario. Simplemente que para los verdaderos
hijos de Dios, Él es más que suficiente. Creo que
esto queda claro en el resto del capítulo si se lee
con cuidado, pero decido añadir esta nota para
aclararlo de forma directa y aparte del contenido
del capítulo. Esta parte del primer capítulo es
una extensión de un artículo en mi blog:
http://josuebarrios.com/los-hijos-de-dios-no-
actuan-como-huerfanos-en-facebook/
[4] En mi blog publiqué hace meses un post
titulado “La historia de cómo y por qué dejé de
decir palabrotas”. En ese post relato cómo dejé
de decir malas palabras dentro y fuera de
Internet. Puedes leerlo aquí:
http://josuebarrios.com/la-historia-de-como-deje-
de-decir-palabrotas/
[5] El blogger cristiano Tim Challies tiene un
excelente artículo en su blog sobre el
humblebrag:
http://www.challies.com/articles/the-art-and-
science-of-the-humblebrag
[6] Sobre esto hablo de manera un poco más
extensa en mi breve post “3 cosas que tu perfil
en Facebook dice de ti (y que tal vez no
conoces)”. http://josuebarrios.com/tu-perfil-en-
facebook-dice-de-ti/
[7] Pascal, Blas. Una mente encendida (Miami,
Florida: Patmos, 2009), p. 90.
[8] Íbid., p. 54.
[9] Mullins, Justin. ¿Puede Facebook
entristecernos? (BBC Mundo, 2014).
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/07/140
Consultado el 22 de julio de 2014.
[10] Ibid.
[11] Foster Wallace, David. In his own words.
http://moreintelligentlife.com/story/david-foster-
wallace-in-his-own-words (Consultado el 15-04-
2014)
[12] Keller, Timothy. Center Church
(Zondervan, 2012), posición 1083 en Kindle.
[13] Sobre esto hablé por primera vez en mi blog
post “Si Jesús tuviera tuviera Twitter”.
http://josuebarrios.com/si-jesus-tuviera-twitter/
[14] Puedes leer el artículo publicado aquí:
http://josuebarrios.com/consejos-cristianos-
redes-sociales/
[15] Piper, John. Sed de Dios (España:
Andamio, 2011), p. 36.
[16] Piper, John. Preparing For Marriage:
Help for Christian Couples (Desiring God,
2012), p. 10. Puedes descargar este ebook gratis
en: http://www.desiringgod.org/books/preparing-
for-marriage
[17] Sed de Dios, p. 50. Esta tesis es de un
valor inmenso en el tratamiento de toda la
cuestión del propósito de la redención y la
adoración.
[18] Ibid.
[19] Sobre esto he hablado anteriormente en mi
artículo “Si seguir a Jesús es ser religioso…”
Pueden leerlo en http://josuebarrios.com/seguir-
jesus-religioso/
[20] Sobre esto he hablado anteriormente en mi
post “¿Estás insultando a Dios con tu servicio?”
Puedes leerlo en
http://josuebarrios.com/insultando-dios-servicio/
[21] Carson, D.A. Memoirs of an Ordinary
Pastor: The Life and Reflections of Don
Carson (Illinois: Crossways Books, 2008), p.
131.
[22] En mi blog post “Alerta: No confundas esto
con unción” hablo sobre cómo la gente suele
confundir con unción muchas cosas. Puedes leer
el post aquí: http://josuebarrios.com/alerta-no-
confundas-esto-con-uncion/
[23] Sproul, R.C. Does Prayer Change
Things? (Orlando: Reformation Trust, 2009),
posición 119 en Kindle.

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