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Introducción

Esta investigación es para que se informen de los diferentes


contractos incluyendo el contracto de la sociedad y su rol en la
economía.

Detallando los artículos que contienen estos contractos para fines


informativo.

La definición de los contractos bancarios incluyendo su


regulación, elementos y demás información.

Porque la santa sede y Republica dominicana firmaron concordato


sus condiciones y demás información de dicho concordato.

También les hablaré del contrato joint venture y del contrato DR-
cafta
CONCORDATO
ENTRE LA
SANTA SEDE
Y LA
REPÚBLICA DOMINICANA

En el nombre
de la Santísima Trinidad

La Santa Sede Apostólica y la República Dominicana, animadas del deseo


de asegurar una fecunda colaboración para el mayor bien de la vida
religiosa y civil de la Nación Dominicana, han determinado estipular un
Concordato que constituya la norma que ha de regular las recíprocas
relaciones de las Altas Partes contratantes, en conformidad con la Ley de
Dios y la tradición católica de la República Dominicana.
A este fin Su Santidad el Sumo Pontífice Pío XII ha nombrado por su
Plenipotenciario a:

Su Excelencia Reverendísima Monseñor Doménico Tardini, Prosecretario


de Estado para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios,

Y Su Excelencia el Presidente de la República Dominicana ha nombrado


por su Plenipotenciario a:

Su Excelencia el Generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Ambos Plenipotenciarios, después de confrontar sus respectivos Plenos


Poderes y hallarlos en debida forma expedidos, acordaron lo siguiente:

Artículo 1

La Religión Católica, Apostólica, Romana sigue siendo la de la Nación


Dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le
corresponden en conformidad con la Ley Divina y el Derecho Canónico.

Artículo II

1. El Estado Dominicano reconoce la personalidad jurídica internacional de


la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano.

2. Para mantener, en la forma tradicional, las relaciones amistosas entre la


Santa Sede y el Estado Dominicano, continuarán acreditados un Embajador
de la República Dominicana cerca de la Santa Sede y un Nuncio
Apostólico en Ciudad Trujillo. Este será el decano del Cuerpo Diplomático,
en los términos del derecho consuetudinario.

Artículo III

1. El Estado Dominicano reconoce a la Iglesia Católica el carácter de


sociedad perfecta y le garantiza el libre y pleno ejercicio de su poder
espiritual y de su jurisdicción, así como el libre y público ejercicio del
culto.

2. En particular, la Santa Sede podrá sin impedimento promulgar y publicar


en la República Dominicana cualquier disposición relativa al gobierno de la
Iglesia y comunicarse con los Prelados, el clero y los fieles del País, de la
misma manera que éstos podrán hacerlo con la Santa Sede.

Gozarán de las mismas facultades los Ordinarios y las otras Autoridades


eclesiásticas en lo referente a su clero y fieles.
Artículo IV

1. El Estado Dominicano reconoce la personalidad jurídica a todas las


instituciones y asociaciones religiosas, existentes en la República
Dominicana a la entrada en vigor del presente Concordato, constituidas
según el Derecho Canónico; en particular a las Diócesis y a la
Prelatura nullius con sus instituciones anejas, a las Parroquias, a las
Órdenes y Congregaciones religiosas; a las Sociedades de vida común y a
los Institutos seculares de perfección cristiana canónicamente reconocidos,
sean de derecho pontificio o de derecho diocesano, a sus provincias y a sus
casas.

Las Autoridades eclesiásticas competentes comunicarán al departamento


correspondiente del Gobierno Dominicano la lista de las instituciones y
asociaciones religiosas que se acaban de mencionar, dentro de los dos
meses que sigan a la ratificación de este Concordato.

2. Gozarán de igual reconocimiento las entidades de la misma naturaleza


que sean ulteriormente erigidas o aprobadas en la República Dominicana
por las Autoridades eclesiásticas competentes, con la sola condición de que
el decreto de erección o de aprobación sea comunicado oficialmente por
escrito a las Autoridades competentes del Estado.

Artículo V

1. Cuando la Santa Sede proceda al nombramiento de un Arzobispo u


Obispo residencial o su Coadjutor con derecho a sucesión, comunicará al
Gobierno Dominicano el nombre de la persona escogida, a fin de saber si
contra ella existen objeciones de carácter político general. El silencio del
Gobierno, pasados treinta días a contar de la precitada comunicación, se
interpretará en el sentido de que no existe objeción. Todas estas gestiones
se conducirán en el más estricto secreto.

2. Al hacer las designaciones de Arzobispo y Obispos, el Santo Padre


tendrá en cuenta a los sacerdotes, idóneos para estas funciones, que sean
ciudadanos dominicanos. Sin embargo, el Santo Padre podrá, cuando lo
juzgue necesario y conveniente para el mayor bien religioso del País, por
razón de la escasez de sacerdotes dominicanos, elegir para tal dignidad
otros sacerdotes, que no sean de nacionalidad dominicana.

Artículo VI

1. La organización y circunscripción eclesiástica, del territorio de la


República Dominicana queda constituida así: Arquidiócesis Metropolitana
de Santo Domingo; Diócesis de Santiago de los Caballeros; Diócesis de La
Vega; Prelatura nullius de San Juan de la Maguana.

2. Para la erección de una nueva Diócesis o Prelatura nullius y para otros


cambios de circunscripciones diocesanas que pudieran juzgarse necesarias,
la Santa Sede se pondrá previamente de acuerdo con el Gobierno
Dominicano, salvo si se tratase de mínimas rectificaciones de territorio
reclamadas por el bien de las almas.

Artículo VII

1. El Gobierno Dominicano se compromete a construir la Iglesia Catedral o


Prelaticia y los edificios adecuados que sirvan de habitación del Obispo o
Prelado nullius y de oficinas de la Curia, en las Diócesis y
Prelatura nullius actualmente existentes que lo necesiten, y en las que se
establezcan en el futuro.

2. Además el Gobierno asegura a la Arquidiócesis de Santo Domingo y a


cada Diócesis o Prelatura nullius actualmente existentes o que se erijan en
el futuro una subvención mensual para los gastos de administración y para
las iglesias pobres.

Artículo VIII

Al Arzobispo de Santo Domingo corresponde el título de Primado de Indias


de acuerdo con la Bula de Pío VII Divinis preceptos del 28 de noviembre
de 1816.

Se confirman a la Iglesia Metropolitana de Santo Domingo el título, los


derechos y privilegios de Basílica Menor, que le otorgó Benedicto XV en
su Breve Inter Americae del 14 de junio de 1920.

Artículo IX

1. La erección, modificación o supresión de parroquias, beneficios y oficios


eclesiásticos, así como el nombramiento del Vicario General, oficiales de la
Curia, párrocos y todo sacerdote o funcionario encargado de cualquier
oficio eclesiástico serán hechos por las Autoridades eclesiásticas
competentes, ciñéndose a las disposiciones del Derecho Canónico. Sin
embargo las Autoridades eclesiásticas correspondientes comunicarán al
Gobierno con la mayor rapidez el nombramiento del Vicario General, de
los párrocos y, en caso de vacancia de una parroquia, del vicario encargado
de la misma. Al hacer estas designaciones, las Autoridades eclesiásticas
preferirán, a ser posible, a sacerdotes idóneos que sean ciudadanos
dominicanos.

2. La eventual objeción del Gobierno al comportamiento de un funcionario


eclesiástico será objeto de consideración y decisión por las Autoridades
eclesiásticas competentes.

Artículo X

1. Las Autoridades eclesiásticas podrán usar los servicios y la cooperación


del clero extranjero, secular o religioso, y confiar a sacerdotes extranjeros
dignidades, oficios y beneficios eclesiásticos, cuando lo juzguen
conveniente para el bien del País o de su Diócesis o Prelatura.

2. Los sacerdotes, religiosos y religiosas extranjeros, que la Autoridad


eclesiástica invite al País para ejercer su ministerio o desenvolver las
actividades de su apostolado, estarán exentos de cualquier tasa o impuesto
de inmigración.

3. Los Superiores generales y provinciales de las Órdenes y


Congregaciones religiosas, que residen fuera del territorio dominicano,
aunque sean de otra nacionalidad, tienen el derecho de visitar, por sí o por
otras personas, sus casas religiosas situadas en la República Dominicana.

Contratos bancarios
Un contrato bancario es cualquier relación que se establece entre una
entidad financiera y cualquiera de sus clientes por la que surgen una serie
de obligaciones para las partes y que guarda relación con los productos y
servicios ofrecidos por la entidad.

El término contratos bancarios, en general, siempre se entiende referido a


los establecidos entre entidad financiera-cliente como consecuencia de la
actividad típica de dicha entidad y no al resto de contratos que suscribe un
Banco o Caja de ahorros (así, no se considera contrato bancario el firmado
por un Banco con un proveedor).

CARACTERÍSTICAS Y REGULACIÓN

Características
Dado que existen numerosos tipos de contratos bancarios no siempre todos
tienen las mismas características; sin embargo, hay algunas que resultan
importantes y que se repiten en los mismos:

a) De adhesión:

Los contratos bancarios son redactados prácticamente en todos los casos


por las entidades financieras, que incorporan a éstos Condiciones Generales
idénticas para todos los clientes que los suscriben y sobre las que tienen un
margen de negociación escaso.

Los contratos bancarios suelen tener dos partes diferentes:

· Las Condiciones Generales a las que acabamos de aludir.

· Las Condiciones Particulares (datos concretos, normalmente de tipo


financiero, para la operación particular: comisiones aplicables, tipo de
interés, etc.).

b) Onerosos:

Este tipo de contratos no son gratuitos, como pudiera serlo una donación,
sino que una de las partes (cliente) tiene que pagar un precio a cambio de
los servicios que le presta la otra (Entidad Financiera).

c) Bilaterales:

De los contratos bancarios se deducen obligaciones para ambas partes,


tanto para el cliente como para la entidad financiera.

d) Mercantiles:

Se suscriben como consecuencia de la realización de su actividad por parte


de un “comerciante” (la Entidad Financiera) y eso determina que se
conceptúen como mercantiles.

e) Atípicos:

Desde un punto de vista jurídico, gran parte de los contratos bancarios son
atípicos, es decir, no pueden incluirse exactamente en ninguna tipología o
clasificación específica de contratos, sino que son en cierta medida especial
o “sui generis”.
Esto se debe a que los contratos bancarios se han ido modificando y
adaptando a las necesidades del mercado y los clientes, de modo que
incorporan variaciones respecto a los contratos tradicionales.

Regulación

En la regulación de los contratos bancarios son especialmente importantes:

a) El contenido del propio contrato:

Todas las relaciones que una entidad financiera concierta con sus clientes
tienen forma escrita, ya se documenten en meros documentos privados o en
documentos públicos otorgados ante Notario.

El contenido de las cláusulas o estipulaciones (ya sean Condiciones


Generales, Particulares o simples estipulaciones) tiene fuerza de ley entre
los contratantes.

b) La normativa de transparencia bancaria y protección al consumidor:

Es esencial, puesto que precisamente por ser la mayoría de los contratos


bancarios de adhesión, se presume que puede existir cierto desequilibrio
entre las partes:

· La entidad financiera, con mayores medios y que precisamente redacta el


clausulado.

· El cliente, que normalmente y dejando a un lado las condiciones


financieras, tiene que adherirse a los modelos de contratación que el Banco
o Caja le ofrece.

Para atemperar este posible desequilibrio, evitando que las Entidades


financieras incorporen a sus modelos de contrato cláusulas abusivas o que
les beneficien a ellas en perjuicio del cliente, se ha publicado una extensa
normativa en materia de protección al consumidor y transparencia bancaria.

Esta normativa resulta esencial al tener que respetarla el contenido del


contrato bancario, que si no lo hace será nulo en todo o en parte y en
consecuencia no resultará de aplicación.

Esta normativa está compuesta además de por las fuentes normativas


propias del Derecho Español (Leyes, Reglamentos, etc.) por las
disposiciones del Banco de España (fundamentalmente Circulares
procedentes de dicho Organismo).

c) El Código de Comercio y el Código Civil:

Muchos contratos bancarios tienen un sustrato común con otros contratos


típicos (por ejemplo el préstamo) y algunas de las disposiciones aplicables
a estos últimos y que se encuentran en el Código de Comercio y el Código
Civil (fuente del derecho de obligaciones en España) pueden serles de
aplicación.

d) La jurisprudencia de los Tribunales:

Se ha señalado que muchos contratos bancarios son atípicos y por ello la


Jurisprudencia tanto del Tribunal Supremo como la denominada
jurisprudencia menor (resoluciones de otros tribunales, como las
Audiencias Provinciales, que técnicamente no constituyen jurisprudencia)
han ido perfilando el contenido de estos contratos bancarios.

CLASIFICACIÓN

Como casi para la práctica totalidad de los conceptos, existen múltiples


criterios de clasificación para los contratos bancarios; así por ejemplo, en
función de su duración pueden ser indefinidos (de duración indeterminada)
o con vencimiento fijo. Sin embargo, en el caso de los contratos bancarios
existe un criterio de clasificación muy extendido y que cataloga los mismos
como:

1. Contratos bancarios de pasivo

Son básicamente aquéllos que para las entidades financieras suponen una
captación de efectivo por parte de sus clientes.

Entre éstos, los más conocidos son:

· Contrato de cuenta corriente.

· Contrato de libreta de ahorro.

· Contrato de imposición a plazo.


Se suele decir que no constituyen operaciones de riesgo para las entidades
financieras, ya que éstas captan efectivo de sus clientes a cambio de otra
serie de prestaciones (un tipo de interés, etc.).

2. Contratos bancarios de activo

Implican la concesión de dinero o de facilidad de crédito por parte de la


entidad financiera al cliente, que deberá devolverlo en la forma y fechas
pactadas.

Ejemplos típicos de contratos de activo son:

· Contrato de préstamo.

· Contrato de crédito.

· Descuento y anticipo bancario.

· Concesión de avales (algunos autores no lo consideran contrato de


activo).

· Contratos de tarjeta de crédito.

· Contratos de arrendamiento financiero o leasing.

3. Contratos bancarios neutros, diversos o de servicios bancarios

La actividad bancaria ha ido extendiéndose a lo largo del tiempo a


operaciones o negocios que escapan a la categoría anterior.

En ellos el Banco no obtiene financiación de sus clientes (pasivo) ni la


proporciona a los mismos (activo), sino que a cambio de determinados
servicios que presta cobra unas comisiones.

Parte de estos contratos aparecen, como se ha señalado, como consecuencia


de haberse extendido el ámbito de la actividad bancaria a la mera operativa
de tomar y prestar dinero.

Ejemplos de contratos bancarios neutros son:

· La custodia y depósito de valores.

· El tratamiento de remesas de recibos de servicios.

· El alquiler de cajas de seguridad.


· El propio servicio de banca por internet.

4. Contratos de intermediación

Son aquéllos en los que debido a que las entidades aseguradoras y otras han
aprovechado la red de las entidades Financieras para distribuir sus
productos, los Bancos y Cajas actúan como meros comercializadores e
intermediarios de productos o servicios ofrecidos por otras empresas (ya
sean Compañías de Seguros, Gestoras de Fondos de Inversión, etc. y con
independencia de que pertenezcan o no al mismo grupo que la entidad en
cuestión).

Entre éstos, por los que evidentemente el Banco también percibe una
comisión, tenemos:

· Contratos de fondos de inversión.

· Contratos de seguros.

Guillermo Barral Varela

LO ESENCIAL SOBRE CONTRATOS BANCARIOS

Documentación

· Circular del Banco de España nº 8/1990, de 7 de septiembre, sobre


transparencia de las operaciones y protección de la clientela.

· Ley 2/1994, de 30 de marzo, sobre subrogación y modificación de


préstamos hipotecarios.

· Orden de 5 de mayo de 1994, sobre transparencia de las condiciones


financieras de los préstamos hipotecarios.

· Ley 7/1995, de 23 de marzo, de crédito al consumo.

· Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre condiciones generales de la


contratación.

La Santa Sede y República Dominicana firman Concordato

SANTO DOMINGO, el 16 de junio de 1954, la Iglesia Católica firmó un


Concordato con el Gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.
En el documento las partes expresan: “La Santa Sede Apostólica y la
República Dominicana, animadas por el deseo de asegurar una
colaboración provechosa para el mejor beneficio religioso y cívico de la
Nación dominicana, han decidido firmar un Concordato”.
El dictador Trujillo le confirió mucha importancia al acontecimiento y
expresó: “Somos humildes hijos de la Iglesia Católica, Apostólica y
Romana y reconocemos que la firme sinceridad de nuestra fe y nuestra
constante práctica de la cultura cristiana, han sido la causa primordial de
nuestro triunfo frente a los infortunios que han manchado nuestra historia”.
El Concordato fue suscrito durante el Obispado de Monseñor Ricardo
Pittini, quien inició su misión en octubre 1935 y terminó en diciembre de
1961.
El Concordato le confiere a la Iglesia Católica la misión de dirigir la
orientación espiritual del pueblo dominicano y mantener a la católica como
la religión oficial de los dominicanos.
El historiador y sacerdote jesuita, Antonio Lluberes, en su obra “Breve
Historia de la Iglesia Dominicana 1493-1997”, refiere que durante la Era de
Trujillo la Iglesia y el Estado vivieron un régimen de recíproca
cooperación.
La Iglesia “aceptó al régimen como algo beneficioso para el país y para ella
misma. Aceptó facilidades legales y cooperación económica, necesarias
para su ministerio, ya que además de las actividades religiosas, la Iglesia
pasó a las labores educativas y hospitalarias, entre otras modalidades del
apostolado.
Antonio Lluberes cita como una expresión y fruto evidente de la
cooperación del régimen de Trujillo, la firma del Concordato, el día 16 de
junio de 1954.
Refiere que desde la creación de la República en 1844, los gobiernos
sucesivos de Pedro Santana y Buenaventura Báez habían deseado un
acuerdo que rigiera las relaciones Iglesia-Estado, pero no se les hizo
posible lograrlo entonces.
“Trujillo consiguió su objetivo accediendo a toda las propuestas romanas.
Como ejemplo, Trujillo declinó los tradicionales reclamos de los estados en
cuanto a la elección y nombramiento de obispos. Más aún, aceptó una
propuesta, que luego se hizo inoperante: la validez civil del carácter
indisoluble del matrimonio canónico.
“Por su parte, el régimen se beneficiaba hasta del simbolismo de actos
religiosos y encuentros con miembros del clero, precedidos o seguidos de
amplia publicidad, que le proporcionaban la deseada “legitimación”, en el
lenguaje del sociólogo Peter Berger. Bajo el régimen de los Trujillo, se dio
una modalidad nueva de politización del clero”.
Antonio Lluberes refiere que en el pasado hubo sacerdotes que tenían
simpatías e incluso “militancia” política, pero durante el trujillato, se logró
tal institucionalización y disciplina que hizo posible que la totalidad de la
Iglesia, principalmente su episcopado, adoptase una posición temporal
favorable al régimen”.
“A mediados de la década de los cincuenta, sin embargo, comenzaron a
aflorar y crecer las diferencias en el seno de la Iglesia…”.
El Concordato entre la Santa Sede y el Estado Dominicano, firmado el 16
de junio de 1954, se mantiene en vigencia.
Aunque en el país hay libertad de culto, la católica es la religión oficial en
República Dominicana.

Contrato de sociedad
Es un contrato no formal, consensual, o sea que queda concluido con el
acuerdo de voluntades de las partes, llamadas socios, que deben ser dos o
más, y que se caracteriza porque esos socios deben realizar aportes, para
obtener un resultado de utilidad común, repartiendo entre ellos las
ganancias y las pérdidas, de acuerdo a los aportes efectuados, salvo pacto
en contrario.

Contrato de sociedad
El contrato de sociedad es aquel por el cual dos o más personas físicas o personas
jurídicas acuerdan realizar sendas o aportaciones para conseguir un fin
común. Los estatutos de la sociedad, aprobados por el contrato de sociedad,
serán la norma que regirá el funcionamiento de la sociedad, siendo nulos
aquellos preceptos que contravengan las normas imperativas contenidas en leyes y
reglamentos. Para todo aquello que no quede regulado en los estatutos societarios (si es que
estos existen), serán de aplicación las normas dispositivas contenidas en las regulaciones
sectoriales de cada Estado (por ejemplo, en España, el Código de Comercio).

Rol en la economía
El contrato de sociedad es una de las herramientas jurídicas más comunes y
apropiadas para la constitución de empresas con propósitos económicos.
Por medio de él se genera una persona jurídica nueva, distinta de sus
integrantes individualmente considerados y donde sus miembros restringen
su responsabilidad patrimonial a una cantidad previamente estipulada en
los estatutos de conformidad a la ley.

Elementos

Son elementos esenciales de este contrato:

a) los sujetos o partes o socios, que deben ser uno o más;

b) los aportes, es decir, las prestaciones que debe realizar cada socio para la
formalización del contrato. Estas prestaciones pueden consistir en obligación
de dar (suma de dinero o cosa material) o en obligaciones de hacer (aportar
su trabajo).

c) el objeto de la sociedad, es decir, el motivo por el cual fue constituida.

d) el propósito de lucro es el fin de la sociedad para lograr una ganancia


apreciable en dinero.

Consentimiento

Al igual que cualquier contrato, el contrato de sociedad tiene como


elemento básico la existencia de consentimiento por parte de los socios. Las personas
contratantes deben poseer capacidad jurídica, así como plena capacidad de obrar en el momento
de perfeccionarse el contrato. Además, tal perfección sólo se producirá cuando se otorgue el
consentimiento, siendo así requisito sine qua non para que exista el contrato de
sociedad.

Objeto

Todas las prestaciones pueden ser objeto de un contrato excepto que


conformen un hecho ilícito, imposible o litigioso real y física.

Causa Lícita
Hace referencia a la actividad que se realiza no debe ser contraria a la ley

Contrato de Joint Venture:

El contrato de asociaciones y colaboración empresarial llamado Joint


Venture, une a dos o más personas o empresas en forma momentánea con
un fin específico, se puede constituir entre las empresas, tanto públicas
como privadas, con el objetivo de comercialización, producción, finanzas,
servicios e investigación y desarrollo.

El DR-CAFTA:

Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y


Estados Unidos de América: es un tratado que busca la creación de una
zona de libre comercio entre los países firmantes. Hace permanente los
beneficios para el 80% de productos centroamericanos que brinda la
Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), abarcando un volumen comercial
de treinta mil millones de dólares.1 Está compuesto por veintidós capítulos,
divididos cada uno en artículos. El CAFTA tiene como objetivos
fundamentales estimular la expansión y diversificación del comercio en la
región, eliminar los obstáculos al comercio y facilitar la circulación
transfronteriza de mercancías y servicios, promover condiciones de
competencia leal en la zona de libre comercio, aumentar sustancialmente
las oportunidades de inversión y hacer valer los derechos de propiedad
intelectual.[2] Dado que se trata de objetivos planteados de manera oficial,
debe tenerse en cuenta que el cumplimiento está sujeto a diversos factores
como la voluntad política de los gobiernos, las condiciones económicas de
los países y las coyunturas de aplicación de las normas dispuestas por el
tratado.

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