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mayo 2009
El fracaso escolar es uno de los problemas más graves que afronta la sociedad venezolana
en el momento actual. Se calcula que en nuestro país según el Centro de Estudios Para
América Latina, CEPAL (2001), aproximadamente el 35% de los jóvenes en edades
comprendidas entre los 15 y 19 años, abandonan sus estudios bien sea por falta de recursos
económicos para seguir estudiando, problemas en el núcleo familiar y pocas expectativas
de vida.
A nivel de de Educación Básica el porcentaje es menos alentador se calcula que el 38% de
todos los niños que entran al nivel de básica elemental (1ero al 6to grado) desertan antes del
4to grado, que sólo el 4% de los que culmina el sexto grado, logran culminar al quinto año.
El mismo estudio arrojó las siguientes cifras en metería de fracaso escolar en Venezuela:
El promedio de años de estudio por habitante de quienes hoy tienen entre 15 y 25 años de
edad es de 8,5 años, es decir, no pasaron más allá de segundo año de bachillerato.
El promedio de años de escolaridad de 20% más pobre es de 5,6 (no pasan de sexto grado).
50% de quienes entran se inscribieron en primer grado hace 9 años, no egresaron este año
de noveno grado, están repitiendo algún grado o ya fueron expulsados del sistema.
40% de quienes hoy tienen entre 15 y 25 años son desertores escolares.
La tasa de repitencia de primer grado es de 12,19% y la de séptimo de 13,73%.
El rendimiento escolar es muy bajo según todas las evaluaciones oficiales y académicas
realizadas (60% de los alumnos no comprende lo que lee y no domina las operaciones
Múltiples factores convergen sobre las causas de este problema crónico, denominado
Fracaso escolar. Al hacer un análisis de los problemas relevantes relacionados con la
educación venezolana y estudiar sus causas, la primera conclusión que se obtiene es que
existe un severo problema en la calidad de la educación, que impacta de manera directa
sobre la igualdad de oportunidades de la población.
La educación recibida por la población más pobre no brinda la calidad requerida para
avanzar con éxito en el sistema educativo. Y lo que más protege a una persona contra la
pobreza es el número años de escolaridad. Por debajo de 12 años de estudio aprobados en la
educación formal, el riesgo de seguir siendo pobre es muy alto. Un bajo número de años de
estudio es un factor asociado con la pobreza.
Los hechos son pues que los más pobres fracasan en la escuela, son expulsados
prematuramente y se convierten en “presa fácil” de la pobreza. De ahí la importancia del
estudio del fracaso escolar en Venezuela para concienciar el impacto educativo y social que
está acarreando está problemática.
2 - Definición del Fracaso Escolar
Ahora bien, qué es y a qué se debe el fracaso escolar en Venezuela. Para García (2001) “El
fracaso escolar es una condición socio-personal que puede quedar definida de manera operativa
como la incapacidad de un individuo para alcanzar los objetivos educativos propuestos por un
sistema o centro escolar, para un determinado nivel curricular”. El fracaso escolar tiene como
manifestación más grave la deserción, es decir, los alumnos son expulsados del sistema y quedan
prácticamente excluidos de toda posibilidad de continuar sus estudios en educación formal. Pero
por qué son excluidos, en realidad el fracaso escolar no es el fracaso de los alumnos que se ven
obligados a desertar. Es el fracaso del sistema educativo y de la escuela, que no son capaces de
retener en su seno a los alumnos que más necesitan las oportunidades brindadas por un alto
número de años de estudio. Hoy en día se sabe que la mayoría de los desertores fueron primero
repitientes. Y que la repitencia es mucho mayor en dos grados clave: primero (entrada al sistema
educativo) y séptimo (inicio de la secundaria o del bachillerato). De modo que, si se lograra
evitar la repitencia, se reduciría considerablemente el fracaso escolar. Pero entonces, a qué se
debe la repitencia, deserción y por ende el fracaso escolar en los niños, niñas y jóvenes
venezolanos.
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Ahora bien, es necesario identificar las consecuencias que acarrean todas estas causas. A medida
que se incrementa el fracaso escolar en Venezuela se aumenta los porcentajes de repitencia, y
deserción escolar en las escuelas, desperdiciando cada día más recursos humanos y financieros, y
por consiguiente genera mayor número de pobreza y delincuencia en el país. Por otro lado,
estudios realizados por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad
Católica “Andrés Bello” (2003) señalan que la situación más grave se puede enmarcar en la
relación que hay entre los desertores escolares y las víctimas o victimarios de los homicidios en
Venezuela, quienes se concentran fundamentalmente en jóvenes de sexo masculino entre los 17 y
los 30 años, afirmó el concluyó el profesor Luís Pedro España. En el caso de las niñas, la decisión
de abandonar el colegio no está influenciada, como suele juzgarse, por el embarazo precoz, sino,
por el contrario, este sucede luego de que se abandona el sistema escolar. Entonces, es un
problema que va a incrementarse, ya que observando la deserción escolar que se registra hoy en
día, vamos a tener muchos niños menores de 15 años y jóvenes entre 15 y 25 años que, o están
embarazadas o son homicidas, mientras que las políticas educativas y el sistema escolar parecen
ir en cualquier dirección, menos en la de apuntar hacia una formación integral, que prepare al
joven para ser productivo cuando culmine sus estudios como bachiller.
Para abordar esta problemática que actualmente afecta niños, niñas y jóvenes venezolanos es
necesario en primer lugar, que el gobierno se realice reajuste a nivel de la Ley Orgánica de
Educación. Actualmente el gobierno tiene dos proyectos en materia educativa: uno es el Proyecto
Educativo Nacional y el otro es la Ley Orgánica de Educación, pero es pertinente centrar todos los
esfuerzos en la ley, que es la que define cuáles son los fines de la educación, cuáles son las
metas, cuáles son los valores que se van a transmitir a través de la educación, etc. O finalidades
de otro tipo, por ejemplo, el hecho de producir justicia social a través de la igualdad de
oportunidades en educación. En segundo lugar, es conveniente producir acuerdos, a nivel
educativo, pues si bien la educación obligatoria debe tener un carácter gratuito, esto no significa
que no tenga costos económicos para quien la asume y que en este caso es el Estado, único con
recursos para hacerle frente. Es necesario acotar que el supuesto educativo es de 4 billones 600
mil millones de bolívares, según cifras del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD). El
hecho de que la educación no tenga costos para el alumno, no quiere decir que el proceso deba
ser asumido únicamente por el Estado, y refiere entonces que el sistema educativo gratuito más
eficaz y dirigido a los más pobres que opera en Venezuela es el que se encuentra a cargo de Fe y
Alegría. En tercer lugar, es necesario de una supervisión en la educación nacional, con las dos
dimensiones de control (animación y apoyo pedagógico) y, sobre todo, de animación pedagógica.
La complejidad del sistema educativo y la diversidad de actores la hacen necesaria. Es deber del
Estado instrumentar los mecanismos más pertinentes para salir garante de que todos los
venezolanos reciban la educación obligatoria y de que ésta sea de calidad, independientemente
de quién imparta esa educación. El MECD ha reconocido esta precipitación y está tomando
algunas correcciones. Sin embargo, todavía sigue siendo un problema grave de la educación
venezolana actual está en la ausencia de supervisión. En cuarto lugar, se debe incrementar el
interés de los padres y representantes por la educación de los hijos. La responsabilidad de la
familia en la educación de sus hijos y en el papel subsidiario del Estado y de toda otra instancia
social, es esencial para reducir los índices del fracaso escolar. El principio de la libertad de la
familia para elegir la educación de sus hijos dentro está dentro del marco constitucional; pero
este principio es inexistente en el contexto concreto del país, donde cientos de miles de
venezolanos no tienen opción alguna a la educación y millones de venezolanos tienen como única
opción una pésima educación. Es obligación de la sociedad y del Estado crear condiciones para
que la cobertura de la educación obligatoria de calidad alcance a todos los venezolanos. Es la
función que deben jugar los padres y la sociedad toda para que, conjuntamente con el Estado, se
pueda alcanzar metas aceptables en una educación que sea pertinente para las personas, sea
constructora de sociedad en equidad y justicia y productora de los bienes y servicios para una
calidad de vida de todos, especialmente de los que han sido excluidos de la sociedad.
Por otro lado, no se pueden dejar de lado las Políticas que se ha implementado en materia
educativa en los Planes de la Nación, pues sus acciones han contribuido en la reducción del
fracaso escolar en Venezuela. La planificación del Estado Venezolano se vincula con la evolución
de la economía rentista petrolera, porque los planes pretendieron responder a la crisis derivada
de la disminución del ingreso nacional o al diseño de estrategias para profundizar el progreso
económico, social , a partir de los excedentes de la renta petrolera, sin producirse un verdadero
desarrollo económico social. Al crearse CORDIPLAN (1958), se institucionaliza un sistema de
planificación normativa, formulándose planes a mediano plazo, bajo el enfoque desarrollista de
la CEPAL, sin carácter ley, sino que orientan al presupuesto de cada ejercicio fiscal. Como
soporte a la legitimación de la democracia representativa, a la sustitución de importaciones y al
acceso de recursos de la Alianza para el Progreso, los gobiernos de AD formulan los tres primero
Planes de la Nación, orientados al mayor crecimiento y diversificación económica para reducir la
dependencia del sector petrolero y mejorar la distribución del ingreso y progreso de la población.
En su apoyo, el sector educativo debería mejorar la cobertura escolar, reducir la repitencia, la
deserción escolar y e analfabetismo; y calificar recursos humanos requeridos pro el modelo
sustitutivo. También el IV Plan de la Nación, como soporte al proceso de sustitutivo y mejora de
la distribución de ingresos y condiciones de vida, postula reformar el sistema educativo a fin de
mejorar su eficiencia y actualizar los contenidos para formar para la vida democrática, y
continuar la expansión cuantitativa del sistema, ampliando su capacidad instalada. El alza de los
precios petroleros en 1973 y las nacionalizaciones de las industrias básicas generaron un
crecimiento sin precedentes del ingreso nacional. Así, el V Plan formula una estrategia de
profundización del estado Actor en el proceso productivo, orientado a mejorar los indicadores
sociales y el desarrollo de grandes proyectos industriales. A tal efecto, el sector educativo,
debería implantar acciones para 1) democratizar una educación de calidad; 2) la innovación y la
generación de tecnologías; y 3) formar recursos humanos para el desarrollo autónomo. El VI Plan
de la Nación de 1981-1985 (Herrera Campins) abre una transición hacia la aplicación de políticas
neoliberales, y respecto a la educación postula: Mejorar su calidad y pertinencia, fortalecer la
educación para el trabajo, ampliar la cobertura de los servicios educativos, el estimulo al
docente y modernizar la gestión del sector (Rodríguez, 1996, pp. 269-270) El VII Plan de la Nación
1984- 1988 (Jaime Lusinchi) se formuló bajo una crisis generalizada por el deterioro de los precios
petroleros, para hacer viable un pacto social que garantizara una distribución más justa de
ingresos (Bravo, 1992, p. 222). Con la renuncia del Ministro Matos este plan, de enfoque
estratégico situacional, se sustituyó por un trienal de inversiones públicas. En el campo
educativo, se pretende: reestructurar el currículo de los diferentes niveles y modalidades;
adecuar la planificación educativa al aparato productivo y a cada región; ampliar la cobertura a
través del mejoramiento de la planta física y servicios socio educativos; modernizar el sector
nivel técnico-docente y profesional, reorganizar administrativamente el sector y reformar la
educación superior de carácter binario (ME, 1986, p. 5). El Caracazo del 27 de febrero de 19889
coincide con la aplicación de las primeras medidas de ajuste (exigidas por el FMI) que significó el
VIII Plan de la Nación: El gran Viraje (Giordani, 1997, p. 14), para el desarrollo de un sistema
económico que privilegia la competitividad de mercado, la eliminación de las desigualdades
económicas, y una democracia moderna y eficiente (Giordani, 1996, p. 57). En el sector
educativo el VIII Plan, planteó:1) a nivel superior la articulación de su sistema binario y el
rediseño de los curricula acorde con la estrategia de desarrollo; 2) en la educación media
reforzar la formación para le acceso al mercado de trabajo y ala educación superior; 3) en la
educación básica mejorar la formación técnica (7mo a 9no grado) y ampliar la cobertura a la
población de bajos ingresos, también prevista para el pre-escolar (VIII Plan, p. 184). Lo
accidentado del gobierno y la destitución de Carlos Andrés Pérez, profundizan la reflexión sobre
le agotamiento del modelo rentista petrolero, la crisis de la sociedad venezolana y la legitimidad
de democracia representativa. En este marco, aunado a los efectos de la globalización y a la
política de ajuste, se formula el IX plan:” Un proyecto de País”, para la construcción de una
sociedad con condiciones de bienestar, educación y desarrollo para todos, la reducción de la
pobreza, la garantía de los derechos humanos y la negación de la corrupción (CORDIPLAN, 1995,
pp. 36-39). Para lograr este proyecto de país en el campo educativo se plantea: 1) elevar la
calidad del servicio y la eficiencia de la gestión, a través de la descentralización y la
reestructuración del nivel central, y 2) la equidad en el acceso (Cárdenas, 1995, p. 49). La
aplicación de las políticas neoliberales exigidas por la banca multilateral, no revierten el carácter
regresivo de la economía venezolana. La crisis de legitimidad del sistema político, las
aspiraciones insatisfecha de bienestar y la descomposición social y política, abren la ansiedad de
los sectores populares y de la clase media por la transformación del modelo político y socio-
económico. Esta insatisfacción fue canalizada por el proyecto político del Comandante Hugo
Chávez Fría, ganando las elecciones de diciembre de 1998, iniciándose así el proceso de
transformación del modelo político de Pacto de Punto, a través del proceso constituyente, la
aprobación de la nueva Constitución por referéndum y la legitimación de los diferentes poderes
públicos. Las grandes líneas de acción educativa del Gobierno de Hugo Chávez se orientan a: 1) la
reincorporación de los jóvenes a los centros de estudios y trabajo; 2) la formación y prevención
para contrarrestar la violencia, drogadicción y embarazo precoz (Chávez, 1998, pp. 17 y 22); 9) la
redefinición de la obligatoriedad de la educación desde el maternal hasta el nivel medio
diversificado y la gratitud hasta el pregrado en instituciones públicas (CBRV, Art. Nº 103); 4) la
formación de técnicos medios; y fortalecer la educación de postgrado y su vinculación con los
sistemas científico- tecnológico y productivo ( Chávez, 1998, p. 22). En este marco es
fundamental el Proyecto de las Escuelas Bolivarianas, concebidas como centros educativos de
atención integral y de interacción comunitaria, al estimular una transformación educativa, para
el logro del país deseado y la refundación de la República a través de una pedagogía participativa
(Me, pp. 8 y 23). Este proyecto tendrá que esperar, para su masificación, que el Estado pueda
asumir el costo de incorporar y calificar nuevos docentes y una inversión significativa de
infraestructura. Otro aspecto relevante en materia educativa en este gobierno Ha sido la
incorporación de Las Misiones Robinson, Ribas, Sucre, Barrio Adentro, Barrio Adentro Deportiva,
Vuelvan Caras, Mercal, Guaicaipuro, Zamora, Cultura y más recientemente Negra Hipólita,
representan unos de los mayores avances que ha desarrollado el Gobierno Bolivariano como
garantía de seguridad social para el pueblo. Las Misiones Sociales son estrategias masivas
orientadas a garantizar los derechos fundamentales a la población, con énfasis en los sectores
más excluidos. Estas iniciativas cuentan con recursos extraordinarios, su coordinación es
interinstitucional e interministerial y uno de los elementos fundamentales para su planificación,
ejecución y seguimiento es la participación activa y protagónica de las comunidades organizadas.
PDVSA apoya directamente a casi todas las Misiones Sociales y programas de desarrollo que el
Gobierno Bolivariano está impulsando actualmente en el país.
El panorama en las casas de estudios superiores es similar o al menos así lo aseguró a Efe el
secretario de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Amalio Belmonte, que afirmó
que la situación social y económica del país “está excluyendo de niveles altos de educación
a una parte de la sociedad”.
Dijo que diariamente la UCV produce cerca de 400 documentos como notas certificadas a
estudiantes -con estudios culminados o no- que aspiran abandonar las aulas para trabajar,
posponer la escolaridad, o, en mayor medida, que planean emigrar y “probar suerte en otros
países”.
Las fuentes consultadas por Efe coinciden en que no es suficiente la exención del pago de
una mensualidad pues, aseguran, la crisis actual, con una inflación del 366,1 % en lo que va
de año, hace “casi imposible” y, en algunos casos “imposible” mantener a un niño o joven
dentro de las aulas.
asi como el Bullying, aún se presentan causas de las ya nombradas pero con mayor
porcentaje de alumnos, más embarazos, más vicios, y más causas.
Pero llegando a la realidad actual desde hace dos años atrás hasta ahora, se ha visto mayor
porcentaje de los alumnos y en este año escolar 2017 – 2018, en Venezuela, la deserción
escolar ya no es solo de alumnos, sino también de profesores, personal de las instituciones
las causas:
La economía está en un punto más alto, no alcanza para cubrir una lista de útiles,
uniformes y calzados, tanto para alumnos como para profesores.
La escasez de transporte público para trasladarse hacia sus institutos y para regresar a sus
hogares, que cada dia es grave que ante la situación cualquier persona con su vehiculo presta el
servicio de transporte a precios elevados tambien, pero muchos por la necesidad se va, pero ls
alumnos que depenen de sus padres, deben seguir en las paradas full personas esperando uno
mas económico
El salario de los profesores no les da para gastos de transporte, cuando deben pagar el de ellos, el
de sus hijos, en otros casos hasta cuatro transporten deben tomar y un transporte privado está
muy costoso, quienes lo tenían tuvieron que dejarlos.
Muchos profesores faltan porque andan procurando gestionar sus papeles para emigrar hacia
otros países, y alumnos también con sus familiares los que pueden hacerlo.
Mas consumo de drogas y alcohol, de paso hasta dentro de las mismas instituciones.
La falta de alimentos y efectivo en los hogares.
Si las instituciones cuentan con el programa alimentario, este no alcanza.
Como me duele a lo que han convertido a mi Venezuela, y que sean ellos los jóvenes
quienes mas están pasando necesidades y trabajo.
Me siento dolida, decepcionada y traicionada por aquellos otros que dicen amar al país,
pero no se su forma de querer.
El educador, filósofo y escritor, Antonio Pérez Esclarín, considera que el bullying “es un
tipo de violencia que pocas veces se condena por parecer menos peligrosa, pero que
con frecuencia lleva a otros tipos de violencia más evidentes y sangrientos”.
Al respecto, la consejera segunda del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente
del Municipio Maracaibo, Orfa Fuenmayor, declaró a este diario que “en relación con el
2015, en 2016 no disminuyeron los casos de acoso escolar en los planteles públicos y
privados de Maracaibo”, y, aunque no ofreció las cifras oficiales, dijo que no son pocos.
“En algunos casos, tuvimos que trasladar a los estudiantes a otras instituciones
porque estaban aislados, temían por sus vidas y se negaban a ir a clases”, apuntó la
consejera.
Como ejemplo, recordó que a finales del año pasado un menor recibió una paliza de sus
compañeros y, en consecuencia, tuvo una fractura en la pierna; por lo que tuvo que
someterse a una operación.
Adriana Villalobos, residente de la parroquia Bolívar, de Maracaibo, en noviembre de 2013
contó cómo su hijo, de 6 años, fue el blanco de humillaciones escolares por parte de
estudiantes de séptimo grado, que incluso lo llegaron a meter de cabeza en las salas
sanitarias. “Fueron días terribles para mi hijo. No fue fácil que pudiera volver a entrar
al salón de clases de su nuevo plantel”.
Otro caso resaltante es el de un menor de primer grado que, en 2016, “molestaba” a una
niña en la escuela Barrio El Progreso, de la capital zuliana, y al ser regañado por las
docentes, su respuesta fue: “Páguenme 100 bolívares y le dejo de hacer burla”.
Delis Romero, Misionera Agustina Recoleta (MAR) y directora del colegio Santa Rita,
ubicado en la avenida Sabaneta, de Maracaibo, considera que para revertir la situación es
indispensable asumir y promover una mirada de misericordia. “Todos somos imagen
de Dios y necesitamos respetar al otro como un templo. No podemos alterar la
presencia Santa en el hermano”.
Otra recomendación de la religiosa es hacer una revisión espiritual para detectar los
rencores y la falta de perdón que se traducen en violencia. “Es necesario sanar y aprender a
vivir con nuestro pasado”, enfatizó.
rincipal es eliminar los estereotipos que instaura la sociedad. “Se ha formado una
anticultura a partir de los estándares de perfección. La educación debe estar cimentada en
los valores y, de esta forma, podremos acabar con las personas alienadas que copian los
patrones del maltrato”, expresó a este diario.