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contemporanea Historia y problemas del siglo XX | Volumen 2, Año 2, 2011, ISSN: 1688-7638

Dossier | 99

Partidos, elecciones e intervenciones


militares en Argentina
El análisis de Darío Canton 1955-1976

Analía Gómez1

Resumen Abstract
Las décadas de 1950 y 1960 marcaron un The 1950s and 1960s meant a turning
punto de inflexión en el quehacer de las cien- point in the production of Argentine social
cias sociales en Argentina. A la luz de una sciences. In the light of a time riddled with
época plagada de conflictos sociales y políti- social and political unrest, historians and
cos, historiadores y sobre todo sociólogos se mainly sociologists devoted themselves to the
dedicaron a estudiar un pasado reciente y un study of the recent past and a present that ap-
presente que se presentaba complejo. Un ejem- peared to be complex. An example of this is
plo de ello es la obra del sociólogo argentino the work of the Argentine sociologist Dario
Darío Canton, quien desde sus primeras pu- Canton, who in his early publications, dating
blicaciones, que datan de la década de 1960, from the 1960s, analyzed Argentine political
ha analizado la historia política argentina del history in the Twentieth Century with two
siglo XX a partir de dos problemáticas: la main issues in mind: the practice of suffrage
práctica del sufragio y las recurrentes inter- and the repeated military interventions. This
venciones militares. Este artículo pretende article aims at presenting Canton’s approach
presentar el análisis y la mirada que Canton to the Argentine reality, an analysis in which
nos ofrece sobre la realidad argentina desde coups and electoral practices are intermingled
el campo intelectual, un análisis donde golpes to explain Argentine history from 1930 to the
de Estado y prácticas electorales se entrelazan mid 1970s.
para explicar la historia argentina desde 1930 Key words: sociology, political history, suf-
hasta mediados de los años setenta. frage, militarism
Palabras clave: sociología, historia política,
sufragio, militarismo

1 Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Luján (2010); docente e investigadora de la misma
universidad.

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Durante las décadas de 1950 y 1960 las ciencias sociales en la Argentina atravesaron un
período de importantes cambios. Más específicamente entre 1955 y 1966 se desarrolló en el
ámbito académico una renovación en la historia y la sociología. Nuevos referentes intelectuales
se dedicaron al estudio de problemáticas antes no abordadas a partir de renovadas metodologías.
Desde la década de 1940 José Luis Romero, para el caso de la historia, y Gino Germani para la
sociología, iniciaron un proceso de renovación en cada una de las disciplinas. Lo hicieron fuera
de los ámbitos universitarios ya que se encontraban excluidos de los mismos por su manifiesta
oposición al peronismo.
Recordemos que durante el primer gobierno peronista, en 1947, se sancionó la Ley
13.031. La misma prohibía la actuación de los diferentes claustros suprimiéndose así la autono-
mía universitaria que se había implementado a partir de la Reforma de 1918. Es por ello que el
peronismo encontró en buena parte de la intelectualidad y en la mayor parte del estudiantado a
una porción nada desdeñable de sus opositores.
Con el golpe de Estado que derrocó a Perón el 16 de setiembre de 1955 se abrió una nueva
etapa para las universidades. El proceso era el inverso al del período anterior; aquellos intelectua-
les afines al peronismo fueron excluidos de las casas de altos estudios. Se implementó una política
de desperonización que permitió que aquellos que se habían visto marginados de los ámbitos aca-
démicos pudieran insertarse en ellos. Este recambio solo fue posible porque en los años previos
muchos de los intelectuales, que se habían manifestado antiperonistas, encontraron espacios en
los cuales comenzaron a plantear y desarrollar una serie de innovaciones en las ciencias sociales.
Uno de ellos fue el Colegio Libre de Estudios Superiores que desde su creación, en el año
1930, tuvo como objetivo la constitución de un espacio paralelo a las universidades. Se ofrecían
cátedras que abordaban temáticas también incluidas en las casas de altos estudios, así como
otras no contempladas en las mismas. Allí Gino Germani dictó cursos y conferencias mientras
que José Luis Romero y Claudio Sánchez Albornoz participaron en la creación de la Cátedra
de Historia (1941).
Otro espacio fue la revista Imago Mundi, editada entre 1953 y 1956 bajo la dirección de José
Luis Romero. Desde la revista se proponía abordar temáticas que la historia tradicional no estu-
diaba por encontrarse dedicada casi exclusivamente a la historia política.
El mundo editorial fue otro de los ámbitos donde se inició la renovación. Alejandro Blanco2
ha señalado el auge que tuvo la industria editorial durante las décadas de 1940 y 1950, especial-
mente aquellas relacionadas con las ciencias sociales y las humanidades. Editoriales tales como
Paidós, Losada, Lautaro, Deucalión, Galatea/Nueva Visión y Raigal, entre otras, editaron títulos
que ponen en evidencia las innovaciones producidas en el campo de cada una de las disciplinas.
Por ejemplo, Gino Germani dirigió las colecciones Ciencia y Sociedad, para la editorial Abril,
y Biblioteca de Psicología y Sociología, para la editorial Paidós. También podemos mencionar a
Francisco Romero al frente de la colección Biblioteca Filosófica de la editorial Losada y a José
Luis Romero como director de la ya mencionada revista Imago Mundi.
Teniendo en cuenta esto último podemos decir que la renovación en las ciencias sociales tuvo
sus orígenes en la década de 1940, pasando luego por la experiencia universitaria desarrollada en-
tre 1955 y 1966. En este último año un nuevo gobierno militar y su política de intervención en las

2 Alejandro Blanco, Razón y modernidad: Gino Germani y la sociología en la Argentina (Buenos Aires: Siglo XXI,
2006), 83-104.

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universidades, condujeron a la expulsión de muchos académicos.3 En consecuencia, la renovación


se prolongó en ámbitos privados, tales como el Instituto Torcuato Di Tella.
Ahora bien, si centramos nuestra mirada en el estudio sobre la renovación producida en la
sociología, vamos a encontrar que existen numerosas publicaciones dedicadas especialmente a
la obra de Gino Germani. Sin embargo, son escasos o casi nulos los estudios sobre la obra de
otros intelectuales que en aquellos años se formaron como sociólogos y comenzaron a publicar
sus primeras investigaciones, tal es el caso, entre otros, de Darío Canton.4 Es por ello que en este
artículo queremos empezar a indagar los nuevos caminos recorridos por la sociología no desde
la obra de Gino Germani sino desde la producción de otros intelectuales que participaron de la
renovación o de la también llamada etapa de la “sociología científica”. Vamos a dedicarnos aquí
especialmente a la obra de Darío Canton. Abarcaremos desde sus primeros trabajos, publicados
durante la década de 1960, pasando por aquellos que el sociólogo publicara hasta el año 1976.
Podemos decir que los artículos y libros del autor se caracterizan por su análisis de la política
argentina desde una mirada sociológica, abocándose a temáticas tales como la formación de los
partidos políticos y sus características, las elecciones celebradas a partir de la sanción de la Ley
Sáenz Peña (1912) y las intervenciones militares producidas a partir del golpe de Estado de 1930.
El abordaje de estas problemáticas, que para Canton constituían parte de un pasado reciente, nos
permite estudiar cuáles fueron los diagnósticos de un sociólogo acerca de una compleja realidad
argentina que fue su objeto de estudio. Pero además quisiéramos indicar cuáles fueron algunos de
los más importante aportes realizados por Darío Canton a unas ciencias sociales que se encontra-
ban en pleno proceso de renovación.

Una breve biografía intelectual


La formación intelectual de Darío Canton comenzó en 1947 cuando ingresó en la Facultad
de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Allí participó en el
Centro de Estudiantes hasta que se recibió en el año 1952. De esa época data su participación en
el cuerpo de redacción de la revista que el centro de estudiantes editara entre 1951 y 1959.
Una vez finalizada la carrera de Filosofía fue difícil su rápida inserción universitaria debido
a su trayectoria como estudiante reformista y, por ende, considerado antiperonista. Por ello, una
de sus primeras opciones laborales fue el trabajo en una editorial que, como dijéramos antes, fue
uno de los ámbitos comunes para aquellos intelectuales que por no comulgar con el peronismo
se vieron impedidos de trabajar en las casas de altos estudios. Sin embargo, siguió vinculado a la
universidad trabajando para el Centro de Estudiantes de Ingeniería. A partir del golpe de Estado

3 El la noche del 29 de julio de 1966 la policía irrumpió en algunas facultades de la Universidad de Buenos
Aires, apaleando a alumnos y docentes, motivo por el cual este hecho se conoce con el nombre de La Noche
de los Bastones Largos. A partir de este momento las universidades fueron intervenidas. Muchos docentes se
exiliaron fuera del país, mientras que otros siguieron trabajando en ámbitos privados.
4 Podríamos decir que era un “sociólogo en proceso de formación” ya que la carrera de Sociología se había crea-
do en 1957 y quienes comenzaban a incursionar en esta ciencia social provenían de otras disciplinas. Además
de Canton encontramos a Alberto Ciria, Oscar Cornblit, Roberto Cortés Conde y Arturo O’Connell. Todos
ellos iniciaron sus primeros pasos en el Instituto de Sociología de la UBA. Desde el mismo, Gino Germani,
su director, promovió la formación universitaria en sociología de sus colaboradores. A través de becas de estu-
dio se financió la formación intensiva (de dos a tres años) en universidades del exterior. Las opciones eran la
recientemente creada Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, en Santiago de Chile o la Universidad
de Berkeley, en Estados Unidos.

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de 1955 el panorama cambiaba nuevamente para las universidades y al año siguiente Canton
formó parte de una comisión de graduados que secundaba al decano interventor de la FFyL de
la UBA, Alberto Salas. Fue designado como uno de los docentes que impartiría la nueva materia
Educación Democrática y también fue nombrado secretario de Prensa de la universidad.
En el año 1958 Regina Gibaja lo invitó a sumarse al recientemente creado Instituto de
Sociología de la UBA dirigido por Gino Germani, invitación que aceptó integrándose como ayu-
dante en el curso de Introducción a la Sociología. En esos años iniciales el instituto debía definir
las metas de investigación para sus miembros, que a su vez iban a ser presentadas en forma de
proyectos para obtener becas internas que la universidad otorgaría a graduados. Canton ganó una
de ellas, conjuntamente con Mabel Arruñada, para hacer un trabajo sobre los poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial.
Para la misma época Canton inició sus estudios en sociología como parte del programa de
formación en la disciplina que propiciaba Germani. A comienzos de 1960 viajó a Estados Unidos
para cursar su especialización en la Universidad de Berkeley. Varias de sus primeras publicaciones
sociológicas datan de su estancia en aquel país. Entre ellas podemos mencionar “El parlamen-
to argentino en épocas de cambio: 1889, 1916 y 1946”,5 “Notas sobre las Fuerzas Armadas
Argentinas”6 y “Universidades en conflicto: sus reacciones”.7 Todos estos trabajos fueron publi-
cados en revistas dedicadas a las ciencias sociales en general o a la sociología en particular, una
vez que Canton regresó al país. Al hacerlo, en 1963, comenzó a trabajar en el Instituto Torcuato
Di Tella. Formaba parte de un proyecto destinado a reunir estadísticas electorales argentinas
desde 1910 en adelante. Allí trabajó hasta finales del año 1971, momento en el que abandonó el
instituto.8

Empezando a estudiar las Fuerzas Armadas


y los golpes de Estado
Si consideramos la primera publicación de Canton podemos decir que su interés inicial fue
el estudio de las elites políticas; así lo manifestaba en el artículo “El parlamento argentino en
épocas de cambio: 1889, 1916, 1946”.9 El objetivo inicial de este trabajo fue realizar un estudio
sobre los miembros de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Pero ardua se reveló la tarea
para reunir información sobre los integrantes de los tres poderes, motivo por el cual el trabajo

5 Darío Canton, “El parlamento argentino en épocas de cambio: 1889, 1916, 1946”, Revista Desarrollo
Económico 13 (1964).
6 Darío Canton, “Notas sobre las Fuerzas Armadas argentinas”, Revista Latinoamericana de Sociología I (1965).
7 Darío Canton, “Universidades en conflicto: sus reacciones”, Revista Latinoamericana de Sociología 3 (1966).
8 Entre las razones por las cuales se produjo este abandono Canton recuerda: “el rechazo a la propuesta de
Germani de actuar como su testaferro; rechazo de que el Instituto Di Tella postulara a sus investigadores jóvenes
como candidatos para las Cámaras ‘Juniors’, un remedo de instituciones yanquis estilo servicio-económico-
filantrópico-integrativo-occidental-cristiano-cocacolero-para-la-comunidad que entonces empezaba; negativa
a recibir, si es que iba a los Centros en el barrio de Belgrano, a Robert McNamara, sobre el trasfondo de la
guerra de Vietnam, cuando por un corto lapso –por ausencia del director del centro de Investigaciones Sociales–
ocupé ese lugar; rechazo, junto con otros colegas a los que competía la realización del trabajo, de investigaciones
mediante encuestas en la Argentina hacia 1970, de carácter político, cuyos auspicios o justificación no nos
aparecían todo lo claros que hubiéramos necesitado para dar el visto bueno”. Ver Darío Canton, De la misma
llama: Los años en el Di Tella (1963-1971) Tomo II (Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2005), 405.
9 D. Canton, “El parlamento argentino en épocas de cambio”.

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se limitó al estudio de los parlamentarios. Tres fueron los momentos clave de la historia política
argentina para estudiarlos: 1889, 1916 y 1946. La elección de estos años se debió a que cada uno
de ellos fue representativo de las distintas fuerzas políticas imperantes en la época: la oligarquía, el
radicalismo y el peronismo. El propósito de Canton era “documentar si el proceso de cambio por
el que atravesó el país en ese lapso histórico (urbanización, alfabetización, desarrollo industrial,
etc.) aparecía reflejado, o no, en las características de un sector dirigente”.10
Sin embargo, el interés por reconstruir los poderes del Estado, y sus elites, pronto fue aban-
donado por el autor para dedicarse a problemáticas que marcaban su tiempo: por un lado,
las intervenciones militares y, por otro, la trayectoria de los partidos políticos y las elecciones.
Comenzaremos con las Fuerzas Armadas (en adelante FFAA) y los militares argentinos. Y aquí
creemos que radica uno de los principales aportes del autor a las ciencias sociales ya que durante
las décadas de 1960 y 1970 aún eran escasas las publicaciones dedicadas al estudio de la historia
argentina reciente y más particularmente al análisis de los golpes de Estado. Quizá uno de los es-
tudios más acabado sobre esta problemática era El ejército y la política en la Argentina, 1928-1945:
De Yrigoyen a Perón11 del historiador estadounidense Robert Potash, publicado en 1971.
Pero a nivel local solo existían algunas publicaciones que dedicadas a otros temas incluían la
problemática del militarismo. Un recorrido por el período de las intervenciones militares es el
que hizo Tulio Halperín Donghi en un artículo titulado “1930-1960. Crónica de treinta años”
(1961).12
Otro ejemplo es el libro de Alberto Ciria titulado Partidos y poder en la Argentina moder-
na (1930-1946),13 publicado en 1964. En la segunda parte del libro, dedicada al análisis de las
instituciones, entre ellas las FFAA, el autor sostenía que estas canalizaron los intereses de una oli-
garquía que se había visto desplazada del poder político durante los primeros gobiernos radicales.
Señalaba también que durante los años iniciales del peronismo (1943-1946) el ejército cambió de
rumbo al respaldar a un nuevo movimiento que ya no representaba solamente los intereses de la
oligarquía sino que además se apoyaba en el movimiento sindical.
También en 1964 José Luis Imaz publicó Los que mandan,14 libro en el cual se propuso anali-
zar los grupos dirigentes de nuestro país a lo largo de casi tres décadas (1936-1961). Entre ellos
incluía a las FFAA. Las mismas eran consideradas como un instrumento de los grupos políticos
para lograr sus propios objetivos. El telón de fondo de los golpes de Estado fue, según Imaz, el
vacío de poder o crisis de legitimidad, recurrentes en la historia política argentina.
A pesar de los ejemplos mencionados hasta aquí, no existía un estudio sistemático a nivel local
sobre las FFAA y los golpes de Estado. Por eso creemos que las publicaciones de Canton referidas
a estas problemáticas significaron un gran aporte para su estudio. Incluso su dedicación al tema

10 Ibíd., 1.
11 Robert Potash, El ejército y la política en la Argentina, 1928-1945: De Yrigoyen a Perón (Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 1971).
12 Tulio Halperín Donghi, “1930-1960. Crónica de treinta años”, en Tulio Halperín Donghi, Argentina en el
callejón (Buenos Aires: Ariel, 2006), 75-181.
13 Alberto Ciria, Partidos y poder en la Argentina moderna, 1930-1946 (Buenos Aires: Editorial Jorge Álvarez,
1964).
14 José Luis Imaz, Los que mandan (Buenos Aires: EUDEBA, 1964).

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debe enmarcarse en las discusiones que en la época se estaban desarrollando a propósito de una
de las publicaciones mencionada algunas líneas más arriba, Los que mandan.15
Canton encontraba insuficiente la explicación de Imaz sobre los motivos por los cuales desde
1930 se venían produciendo los golpes de Estado. Así lo manifestaba en una entrevista que le
realizáramos en noviembre del año 2009:
Imaz había publicado un libro, Los que mandan, y si mal no recuerdo la tesis era
que los militares simplemente venían a ocupar un vacío de poder. A mí esto no
me parecía así y entonces mi trabajo intentó ir en contra de esa idea de que había
una crisis en función de cosas que pasaban en el área política y que hacían que los
militares no tuvieran más remedio que intervenir. Otra de las cosas que me ayudó
a pensar sobre esta problemática es que algunos colegas, que también se habían
ocupado del tema, en una reunión en Estados Unidos, estaban hablando de los
militares y de los que se llamaban “golpes de clase media”. Alguien preguntó cuál
era la orientación de los golpes militares o si eran al azar. Y no tuvieron respuesta.
A mí me quedó picando la pregunta y me puse a estudiar.16
Y como parte de ese estudio el autor publicó una serie de artículos17 en los cuales se dedicó
al estudio de las FFAA y sus intervenciones, por ejemplo, la que se produjo a partir del golpe
de Estado de 1966. En dichos artículos el autor desplegó su principal argumento: los golpes de
Estado en Argentina tuvieron por principal objetivo poner freno a la movilización de la po-
blación, función que antes de 1930 había estado en manos de la oligarquía. Lo que realmente
interesaba al autor no era estudiar ese proceso de movilización sino las consecuencias del mismo

15 Nos parece interesante señalar aquí que el libro de Imaz funcionó como un gran disparador para pensar
los temas que aquejaban a la Argentina desde la década de 1930. No solo Canton cuestionó algunas de las
interpretaciones del autor, especialmente las referidas al militarismo, sino también otros intelectuales. Ejemplo
de ello fueron las críticas realizadas por el sociólogo Francisco Delich en un artículo publicado en la revista
Pasado y Presente. Ver Francisco Delich, “Los que mandan, de José Luis Imaz”, Pasado y Presente, 7-8 (octubre
1964-marzo 1965), 232-240. Algunas fueron de carácter metodológico, tales como una excesiva descripción en
lugar de la presentación de un problema, la ausencia de una hipótesis, la falta de elementos que confirmen las
descripciones presentadas y el impreciso lenguaje sociológico utilizado. Otro de los aspectos criticados fue la
no inclusión de grupos protagónicos del período tales como las organizaciones estudiantiles y los intelectuales.
Pero además Delich señalaba ciertas objeciones vinculadas con la ideología del autor, las cuales le restaban
cientificidad a un análisis que de por sí ya presentaba deficiencias metodológicas. Delich decía: “la defensa de las
instituciones militar y religiosa, el carácter ambiguo que atribuye a la Sociedad Rural, su admiración por las elites
conservadoras (…) constituyen elementos suficientes para un bosquejo de ideología”. Se observa así esta doble
impugnación al trabajo de Imaz, metodológica e ideológica, a partir de la cual podemos percibir la disputa entre
intelectuales que se presentaban como estrictamente académicos y otros que a pesar de serlo reconocían sus
vinculaciones con la militancia política (tal fue el caso de los intelectuales ligados a la revista Pasado y Presente).
El punto en común era la necesidad de explicar un complejo pasado reciente.
16 Entrevista realizada al autor el 20 de noviembre de 2009.
17 Los trabajos del autor dedicados al estudio de las Fuerzas Armadas y sus intervenciones publicados durante
el período que abarca este artículo son los siguientes: D. Canton, “Notas sobre las Fuerzas Armadas
argentinas”; Darío Canton, Las intervenciones militares en la Argentina: 1900-1966 (Buenos Aires: Centro
de Investigaciones Sociales del Instituto Torcuato Di Tella, 1967); Darío Canton, “Revolución Argentina
de 1966 y proyecto nacional”, Revista Latinoamérica de Sociología 3 (1969); Darío Canton, Military Regimens
in Argentina: Political Plans and Exit From Power (Buenos Aires: Centro de Investigaciones Sociales del
Instituto Torcuato Di Tella, 1970); Darío Canton, La política de los militares argentinos: 1900-1971 (Buenos
Aires: Siglo XXI, 1971).

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y su relación con las estrategias de control o de desmovilización, entre las cuales estaban las inter-
venciones militares a través de los golpes de Estado.
Es interesante resaltar aquí el papel que Canton adjudicaba a la Ley 8871, más conocida
como Ley Sáenz Peña.18 Dicha ley estableció el voto universal, secreto y obligatorio, acabando así
con lo que había sido una república conservadora o restringida, en la cual los derechos civiles se
extendían a todos los ciudadanos mientras que los derechos políticos se limitaban a unos pocos.
Su aplicación por primera vez para elegir presidente se produjo en 1916, dando como resultado
el triunfo del radicalismo. Fue a partir de este momento que, según Canton, la oligarquía perdió
el control de las masas, primero movilizadas por el radicalismo y algunas décadas más tarde por
el peronismo. La experiencia radical (1916-1930) había hecho posible la emergencia de las clases
medias a la vida política, mientras que el peronismo (1945-1955) integró activamente a las clases
obreras. En contrapartida, los sectores conservadores, que contemplaban la pérdida de su poder
político en ambos períodos, hicieron del Ejército su herramienta para frenar la participación
popular. Es decir, que los golpes de Estado se hicieron en contra de gobiernos populares, salvo en
1943, único caso en el que, según Canton, un gobierno conservador fue depuesto por los militares.
En consecuencia, para el autor el Ejército se convirtió en la institución encargada de des-
movilizar a los partidos políticos populares y sus gobiernos, convirtiéndose en defensores del
statu quo. Para ampliar estas conclusiones proponía extender las investigaciones a otros países de
Latinoamérica y así poder establecer una comparación entre los mismos, la cual a su vez debería
complementarse con un estudio detallado sobre la movilización electoral.
Y como parte de esta preocupación por profundizar el estudio de casos queremos mencio-
nar particularmente un artículo que el autor publicó en 1969, “Revolución Argentina de 1966
y proyecto nacional”.19 Allí Canton ponía de manifiesto un aspecto que recorre casi todas sus
publicaciones: el interés por la situación política del país. El Onganiato se presentaba como caso
específico para analizar lo que hasta aquí venía argumentando sobre el por qué de las intervencio-
nes militares. En principio sostenía que la Revolución argentina fue una contrarrevolución ya que
tenía por principal objetivo frenar el avance de los sectores populares, especialmente el peronismo
que se encontraba proscripto.
Para el autor la única alternativa para salir de ese espiral, en el cual gobiernos populares eran
sucedidos por intervenciones militares, era la posibilidad de que en la Argentina se implementara
un proyecto nacional. Por tal entendía “aquel que, contando con el apoyo de la mayoría de la po-
blación, se propone lograr el máximo de autonomía posible en su relación con los países con los
que se halla en interacción más significativa”.20
Ante la inexistencia de un proyecto nacional llevado a cabo por los militares, ya que el
Onganiato había profundizado las relaciones con Estados Unidos, Canton indagó cuáles eran
las posibilidades ciertas para que otros actores sociales lo concretaran. En principio se refirió a
aquellos que él creía que tenían menos posibilidades de implementarlo. Entre ellos, las fuerzas
económicas ligadas al capital extranjero, la iglesia, la clase media y el estudiantado universitario;
las tres primeras, por ser defensoras del statu quo, y el último caracterizado por su posición libe-
ral. En cambio, veía en la clase trabajadora a aquel sujeto con mayores posibilidades, aunque el

18 Llamada así por haberse sancionado en el año 1912 durante la presidencia de Roque Saenz Peña (1910- 1914).
19 D. Canton, “Revolución Argentina de 1966 y proyecto nacional”.
20 Ibíd., 529.

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autor señalaba que aún no tenía una conciencia clara de sus intereses e incluso era escasamente
combativa. En consecuencia, era poco probable la posibilidad de que un proyecto nacional se con-
cretara, a tal punto que sostenía que había dos alternativas: un moderado desarrollo económico
o un estancamiento.
Sin embargo, Canton se preguntaba: “¿Qué enemigos se ha ganado el gobierno desde 1966,
aunque no estén a la vista y no hagan mucho? (…) ¿Qué pasaría si las protestas populares, estu-
diantil, y de otros grupos se sumaran o coincidieran temporalmente?”.21 A poco de preguntárselo
se producía el Cordobazo,22 motivo por el cual el autor lejos de revisar su diagnóstico y mo-
dificarlo para su publicación agregó al finalizar el artículo un post-scriptum. Allí reconocía la
participación de actores a los cuales había adjudicado una escasa capacidad de lucha, tales como la
Iglesia (con la salvedad de que participa solo una porción de ella, la que estaba ligada al Concilio
Vaticano II), los estudiantes universitarios y el movimiento obrero. Incluso señalaba la alianza
entre los mismos, ofreciendo así una primera aproximación para entender el Cordobazo. Pero
también se aventuraba a realizar un diagnóstico a futuro: el posible quiebre al interior de las
FFAA. Esta situación permitiría que las “fuerzas auténticamente renovadoras” fueran las que
llevaran adelante la salida a una posible crisis.
En otra publicación, Military Regimens in Argentina: Political Plans and Exit From Power23
el autor insistía en su caracterización de la economía argentina como una economía dependien-
te, que a su vez era el telón de fondo de la permanente crisis política. Si bien no desarrollaba
este aspecto, puede verse la influencia de la Teoría de la Dependencia de la CEPAL (a la que
cita)24, a la cual ponía como marco para la comprensión de un proceso político que solo podía
ser entendido en toda su complejidad si se lo relacionaba con el contexto socioeconómico en el
que se desenvolvía. En la superación de esta dependencia parecía estar la salida para la crisis.
En 1971, cuando este mismo texto se publicó como parte de un libro dedicado al tema Canton
decía: “tenemos consciencia de que este proceso puede arrastrase a lo largo de años. Ningún país,
además, y contrariamente a tantos mitos escolares y oficiales, tiene por qué (o puede) ser una
gran nación (potencia). Sí puede ser una nación cuyos bienes y recursos se posean y distribuyan
igualitariamente”.25

Hacia una sociología electoral


Hasta aquí hemos analizado la interpretación de Canton sobre la problemática de las FFAA y
sus intervenciones. Pero estas publicaciones no pueden dejar de vincularse con aquellas que el autor
dedicó a los partidos políticos y las elecciones. El porque de este enlace entre ambas problemáticas
debe buscarse en la propia interpretación del autor sobre las intervenciones de las FFAA. Aquí cree-
mos que reside otro de los aportes del trabajo de Canton durante los años 1960 y 1970 ya que en sus
publicaciones existe una argumentación que tenía por objetivo explicar la historia política reciente.
Para el autor esta solo podía entenderse si se consideraba que la movilización y participación política

21 Ibíd., 538.
22 Movilización producida en la ciudad de Córdoba a fines de mayo de 1969. Participaron conjuntamente estu-
diantes y obreros (especialmente aquellos que trabajaban en las industrias automotrices).
23 D. Canton, Military Regimens in Argentina.
24 Ibíd., 23.
25 D. Canton, La política de los militares argentinos: 1900-1971.

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creciente de las clases populares, gracias a la práctica del sufragio universal, chocaba con los intereses
de las clases dominantes, que hicieron uso de las FFAA para preservar su poder.
Durante el período que estamos estudiando cinco fueron las publicaciones que Canton dedicó
a la reconstrucción de los partidos políticos argentinos y sus resultados electorales, especialmente
a esto último. Fueron reunidas en el libro Elecciones y partidos políticos en la Argentina: Historia,
interpretación y balance (1910-1966).26
En aquellos trabajos Canton aportaba una explicación para comprender qué motivos con-
dujeron a la elite gobernante de comienzos del siglo XX a sancionar la Ley Sáenz Peña. La
misma habría obedecido a la necesidad de contener la movilización de las nuevas clases sociales
que se encontraban marginadas de la vida política. Canton señalaba que la elite conservadora
no consideró riesgosa la implementación del sufragio universal ya que no veía a radicales y
socialistas como fuerzas políticas cuyos postulados fueran demasiado diferentes a los suyos.
Además, reconocían entre sus integrantes a miembros de su mismo origen social y económico.
Por lo tanto, no consideraba que el sufragio universal comprometiera sus posiciones. Pero la
implementación de la ley iba a mostrar como principal resultado el cambio de una política de
notables a una política de masas.
Y esta política de masas estuvo protagonizada por los partidos políticos, tema al que se de-
dicó el autor en Los partidos políticos argentinos entre 1912 y 1955.27 Allí describió a los partidos
de acuerdo con los siguientes criterios: si pretendían mejorar la situación de los trabajadores,
si acentuaban los aspectos formales del sistema y su orientación “hacia fuera” o “hacia aden-
tro”. Conservadores y socialistas, en menor medida, y radicales y peronistas, fueron las fuerzas
políticas descriptas. El lugar dedicado a estas últimas evidencia el interés del autor por es-
tudiarlas. Y lo hizo no solo desde sus gestiones sino también desde el apoyo de los votantes
en las elecciones, las cuales a su vez fueron analizadas por períodos y distritos electorales. Es
este último punto el que nos interesa restacar, ya que Canton comenzaba a hacer uso de datos
poco consultados y trabajados sistemáticamente hasta el momento, los datos eleccionarios. Las
fuentes electorales, en todas sus formas (padrones, resultados, reglamentaciones, etc.) se con-
virtieron en la base de sus futuras investigaciones, lo que condujo a que las reuniera y editara
en Materiales para el estudio de la sociología política en la Argentina.28 Fue la primera publicación
que recopilaba datos de todas las elecciones nacionales celebradas entre los años 1912 y 1965,
así como también los resultados de las mismas en algunas provincias y departamentos. Además,
ofrecía mapas electorales, listados de partidos políticos, reglamentaciones y denuncias por frau-
de. De esta manera el autor buscaba contribuir con la edición de fuentes documentales, que era
una de las políticas del Instituto Di Tella.

26 Darío Canton, Elecciones y partidos políticos en la Argentina: Historia, interpretación y balance, 1910-1966
(Buenos Aires: Siglo XXI, 1973).
27 Darío Canton, Los partidos políticos argentinos entre 1912-1955 (Buenos Aires: Centro de Investigaciones
Sociales del Instituto Torcuato Di Tella, 1967).
28 Darío Canton, Materiales para el estudio de la sociología política en la Argentina, Tomos I y II (Buenos Aires:
Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Torcuato Di Tella, 1968).

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Revisión de la interpretación
de Gino Germani sobre los orígenes del peronismo
A comienzos de la década de 1960 Gino Germani publicó Política y sociedad en una época de
transición: De la sociedad tradicional a la sociedad de masas,29 libro en el cual expuso su ya clásica
interpretación sobre el surgimiento del peronismo. El sociólogo sostenía que el apoyo que obtuvo
el peronismo de las masas populares solo fue posible debido a la inexperiencia política de estas
últimas. El argumento central sostenía que el rápido proceso de urbanización e industrialización
que se produjo en la Argentina a partir de 1930 trajo como resultado la formación de una clase
obrera que tenía escasa experiencia sindical y que no se encontraba representada por los tradicio-
nales partidos obreros. En consecuencia esa clase obrera, de reciente formación, se convirtió en
una “masa disponible” para ser movilizada políticamente. El origen de esa nueva clase obrera era
un conjunto de migrantes internos, de las provincias más empobrecidas, a los cuales el ingreso al
mundo urbano y moderno les habría ocasionado un “trauma”, que condujo a que buscaran la pro-
tección de un líder paternalista. Y aquí emerge la figura de Perón quien, según la interpretación
de Germani, aplicó una política demagógica que le permitió ganarse el apoyo de una clase obrera
de formación reciente.
Si bien esta interpretación se instaló rápidamente en el ámbito de las ciencias sociales, ya
desde fines de la década de 1960 comenzó a ser revisada y cuestionada. Y a raíz de esta revisión
surgieron publicaciones que proponían nuevas hipótesis explicativas.
Un ejemplo de ello son dos documentos de trabajo de Miguel Murmis y Juan Carlos
Portantiero: Crecimiento industrial y alianza de clases en la Argentina, 1930-194030 y El movimien-
to obrero en los orígenes del peronismo.31 Los autores estaban poco convencidos de la existencia de
una nueva clase obrera proveniente de las zonas rurales, carente de experiencia política y en con-
secuencia manipulada por el líder del movimiento, tal como había planteado Germani. En estas
publicaciones daban los primeros pasos hacia una explicación que consideraba a los obreros como
actores racionales, con una conciencia de clase que los llevaba a alinearse ante un movimiento en
el que veían cumplir algunas de sus demandas, hasta ese momento insatisfechas. Además propo-
nían revisar cómo debía ser entendida la clase obrera, esto es, como un actor social homogéneo
o heterogéneo. Más específicamente cuestionaban la división que Germani había realizado entre
“vieja” y “nueva” clase obrera. Los autores consideraban que esta debía ser analizada como una
clase homogénea caracterizada por ser una “fuerza de trabajo explotada, en un momento en el que
culmina un largo ciclo de acumulación sin distribución”.
Sin embargo, Murmis y Portantiero señalaban que aún si se sostenía la heterogeneidad de
la clase obrera era necesario no solo analizar su origen sino establecer categorías de experiencia
industrial. En palabras de los autores: “se trataría, por lo tanto, de una heterogeneidad cuyos
indicadores surgirían de la estructura misma de las relaciones de los actores, como obreros,

29 Gino Germani, Política y sociedad en una época de transición: De la sociedad tradicional a la sociedad de masas
(Buenos Aires: Paidós, 1962).
30 Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, Crecimiento industrial y alianza de clases en la Argentina, 1930-
1940 (Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Tella, 1968).
31 Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, El movimiento obrero en los orígenes del peronismo (Buenos Aires:
Instituto Torcuato Di Tella, 1969).

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enfrentados al Estado y a los empresarios por reivindicaciones de clase, y no de su experiencia


anterior o del choque entre ella y un genérico ‘mundo urbano’”.32
Algunos años más tarde, en 1971, los autores publicaron Estudios sobre los orígenes del
peronismo.33 Allí sostenían que en la Argentina se había desarrollado un proceso de crecimiento
capitalista que no estuvo acompañado por un intervencionismo social, lo cual generó una serie de
reivindicaciones obreras que abarcaban a toda la clase trabajadora. La división entre nueva y vieja
clase obrera no era percibida como contradictoria sino que eran integradas para dar una visión
de conjunto.
En este marco de discusión y de revisión de la tesis de Gino Germani es que queremos resaltar
los aportes de Darío Canton. En el período que abarca este artículo solo una publicación estuvo
dedicada específicamente al estudio del peronismo: “Un intento de estimación de las celdas in-
teriores de una tabla de contingencia basado en el análisis de regresión: el caso de las elecciones
presidenciales argentinas de 1946 y marzo de 1973”.34 En este trabajo el objetivo era estimar cuá-
les fueron las principales ocupaciones de los votantes que apoyaron al peronismo en las elecciones
de 1946 y 1973, dos de los momentos históricos del movimiento. Las fuentes utilizadas fueron
los resultados electorales de cada elección y los censos nacionales (1947 y 1970) en los cuales se
detalla la ocupación de los censados. A partir de un modelo matemático, como el utilizado para
el análisis de regresión, se concluía que para ambos años, 1946 y 1973, no se registraban mayores
diferencias en lo que respecta al apoyo ocupacional al peronismo. En 1973 seguían siendo ma-
yoritariamente obreros quienes brindaban su apoyo, incluso con más relevancia que en 1946. El
resto de las categorías ocupacionales dirigió su voto a otros partidos. En este artículo solo el dato
duro aparece sobre el tema, es decir, que no hay un análisis del significado que para los actores
sociales pudo haber tenido el peronismo.35
Es por ello que pesar de no estar dedicadas específicamente al estudio del peronismo nos
parecen relevantes otras publicaciones del autor. Tal es el caso de un trabajo ya citado, Los par-
tidos políticos argentinos entre 1912-1955, en el cual Canton estudió, a través de las fluctuaciones
electorales, al radicalismo y al peronismo. Concluía que el radicalismo había llegado al poder
apoyado por las clases media y baja de las zonas más modernas del país, en un momento en el
que la industrialización era incipiente y las diferencias sociales poco perceptibles. En cambio el
peronismo fue respaldado por una clase obrera ya solidamente organizada que tenía su principal
bastión en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Sobre la misma decía: “Los trabajadores
estaban organizados en todo el país, y esa organización se debía a esfuerzos desarrollados por los

32 Ibíd., 83.
33 Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, Estudios sobre los orígenes del peronismo (Buenos Aires: Siglo
XXI, 1971).
34 Darío Canton, Jorge Raúl Jorrat y Eduardo Juárez, “Un intento de estimación de las celdas interiores de una
tabla de contingencia basado en el análisis de regresión: El caso de las elecciones presidenciales argentinas de
1946 y marzo de 1973”, Revista Desarrollo Económico 63 (1976).
35 El interés del autor por el peronismo y su estudio a través de los resultados electorales se manifiesta en
publicaciones posteriores al período aquí estudiado. Entre ellas podemos mencionar: Darío Canton
y Jorge Raúl Jorrat, “Occupation and Vote in Urban Argentina: The March 1973 Presidential Election”,
Latin American Research Review 1 (1978); Darío Canton y Jorge Raúl Jorrat, “El voto peronista en 1973:
Distribución, crecimiento marzo-septiembre y bases ocupacionales”, Revista Desarrollo Económico 77 (1980);
Darío Canton y Jorge Raúl Jorrat, “El peronismo proscripto y su vuelta al gobierno: Elecciones en la Capital
Federal entre 1957 y 1973”, en La investigación social hoy (Buenos Aires, C.B.C., 1997).

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viejos dirigentes no solo con la buena voluntad de Perón sino con su más resuelto apoyo. (…) El
movimiento recibió su mayor impulso en las zonas más urbanizadas y densamente pobladas. Pero
no solamente allí, porque el país ya tenía más de treinta años de movilización política”.36 Como
puede observarse Canton se refería a la “movilización política”, que habría alcanzado a amplios
sectores de la población, entre ellos los obreros, contradiciendo así la tesis de Germani.
En 1970 realizó una comunicación para las terceras Jornadas de Historia Social y Económica
organizadas por la Asociación Argentina de Historia Social y Económica. La misma luego fue
publicada en la Revista Latinoamericana de Sociología bajo el título “Bases sociales del voto radical
en la Argentina de 1928-1930”,37 artículo publicado conjuntamente con José Luis Moreno.
Este artículo nos parece significativo por dos motivos. El primero de ellos es el uso de datos
electorales para estudiar fenómenos políticos. Los autores utilizaron datos correspondientes a las
elecciones nacionales celebradas en 1928 y 1930, desagregados por provincias (con la excepción
de San Juan y Mendoza por irregularidades en las elecciones y San Luis porque no se efectuaron).
Para precisar aún más la observación también trabajaron con datos electorales por departamentos
correspondientes a la provincia de Santa Fe. Entre las conclusiones a las que llegaron los autores
vale destacar que fue en las zonas con menor movilidad geográfica, mayor porcentaje de analfabe-
tismo y predominio de obreros y jornaleros, donde se mantuvo el apoyo al radicalismo entre 1928
y 1930. Por el contrario en las zonas donde el alfabetismo y la categoría ocupacional “empleado”
eran más altas, menor fue el apoyo a la UCR.
Luego de este ejercicio de correlación entre las características de los votantes y el apoyo o no
al radicalismo, se presentaba en el artículo una de las conclusiones más importantes de esta breve
publicación de tan solo tres páginas y que aquí nos interesa destacar ya que se presenta como un
principio de revisión a la tesis de Germani. Los autores habían llegado a la conclusión de que la
condición ocupacional fue decisiva para entender el voto radical, manteniéndose este entre los
obreros y jornaleros. Este dato les permitía observar una continuidad entre radicalismo y peronis-
mo expresada en el apoyo electoral de los sectores populares, los cuales primero habrían votado al
partido radical y años más tarde al peronista. ¿Qué era lo que Canton y Moreno decían?:
El rasgo distintivo del peronismo con respecto a lo que existía anteriormente no
estaría dado por su utilización de las “masas disponibles”, marginadas de toda par-
ticipación política y venidas del interior más atrasado, sino por el capitalizar, al
consolidar su organización y permitir su expresión, fuerzas que ya se habían expre-
sado antes en términos similares. O lo que es lo mismo, el peronismo aparecería
como una continuación y ampliación de rasgos ya detectables en el radicalismo.
Esta interpretación, es obvio, deberá ser mejor probada pero concuerda con los
datos que se poseen y es ciertamente más parsimoniosa en cuanto a la introduc-
ción de nuevos elementos para explicar el surgimiento del peronismo. Con lo que,
sin desdeñar factores que le otorgan a este rasgos propios y significativos, atiende
igualmente a aquellos que puedan indicar la continuidad de tendencias que vienen
de larga data en la historia política argentina.38

36 D. Canton, Los partidos políticos, 24-25.


37 Darío Canton y José Luis Moreno, “Bases sociales del voto radical en la Argentina de 1928-1930”, Revista
Latinoamericana de Sociología 3 (1970).
38 Ibíd., 464.

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A pesar de su extensión nos parece pertinente introducir esta cita ya que permite destacar al-
gunos puntos relevantes. El primero de ellos, y quizá el más importante, es la revisión del concepto
“masas disponibles”. Los autores no creían que en los inicios del peronismo existiera una clase obre-
ra despolitizada, “disponible”, tal como lo había propuesto Germani, sino que consideraban que los
obreros ya tenían una experiencia política previa, que encontraban en la etapa radical.
Un segundo aspecto que queremos remarcar es que si bien lo anterior era el principio de una
interpretación que en palabras de los mismos autores debería ser “mejor probada”, presentaba una
línea de trabajo aún no explorada. Esta es la relación entre radicalismo y peronismo estudiada a
partir del análisis electoral. Queremos señalar que actualmente Canton se encuentra trabajando
en un proyecto que vendría a “probar” lo que en aquel breve artículo presentaba como una posible
interpretación. Dicho proyecto, en el que trabaja conjuntamente con Félix Abdala y Luis Costa,39
tiene entre sus objetivos reexaminar la hipótesis de Gino Germani sobre el papel de los migran-
tes internos en el triunfo de las elecciones en las que por primera vez ganó el peronismo (1946).
Para ello se propone trabajar con los padrones electorales, especialmente porteños. Esto permitirá
“caracterizar la variable migración como primer paso, para luego relacionarla con el voto por los
partidos”. Tendremos que esperar a que el autor finalice su trabajo y nos comunique sus resul-
tados para conocer si su hipótesis se ha confirmado. De hacerlo, contaremos con una novedosa
contribución sobre los orígenes del peronismo desde el punto de vista de la sociología electoral.

Conclusión
En el primer tomo de De la misma llama (una autobiografía del autor), Canton recuerda lo
que pensaba en 1961: “A mí no me interesa saber, pienso: el conocimiento es un mito útil para
entenderse con la vida”.40 Y Canton elaboró el conocimiento-mito que necesitaba para entender
su presente. Si hay un aspecto que recorre toda su producción es la relación pasado-presente. Las
intervenciones de las FFAA, los partidos políticos, sus bases sociales, el sistema electoral y la
práctica del sufragio fueron siempre estudiados a la luz de las problemáticas de su tiempo. Y el
peronismo también era parte del mismo. El autor recuerda que en 1963:
Empezamos una serie de reuniones semanales un grupo de amigos de Sociología.
Nos ocupábamos del peronismo en la Argentina, su antes y el que entonces era to-
davía riguroso presente, un tema que de algún modo había influido sobre la vida y
escritos tanto de Germani como de nosotros, dejándonos una marca. Estaban Silvia
Sigal, Celia Durruty, José Nun, Alberto Sánchez Crespo, Miguel Murmis y yo.41
A estas primeras reuniones iba a sumarse su participación en mesas redondas que a comienzos
del año 1967 organizaba Carlos Fayt y en las cuales participaban varios intelectuales antiperonis-
tas. Canton participó en una dedicada al sistema de lealtades políticas en la Argentina entre 1943
y 1946. Y allí planteó algunos de los puntos relevantes para el estudio del peronismo. En principio
porque se lo estudiaba. La respuesta era: “Creo que tiene que ver fundamentalmente con el hecho

39 El proyecto fue aprobado por la Agencia Nacional para la Promoción Científica y Tecnológica a mediados de
diciembre del año 2009 para ser desarrollado durante el período 2010-2012. Se titula Migraciones internas de
ciudadanos argentinos y voto en la Capital Federal y el conurbano alrededor de 1946 y de 1930-1934. Disponible
en: www.dariocanton.com
40 Darío Canton, De la misma llama: Berkeley, 1960-1963 (Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2004), 122.
41 D. Canton, De la misma llama: Los años, 21.

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de que el peronismo surgió con Perón, que vive, que existe la posibilidad de que vuelva o por lo
menos cada tanto amenaza con volver y el peronismo es una fuerza electoral considerable y va a
representar un problema a corto plazo cuando haya elecciones”.42
Qué se quería explicar sobre el peronismo era el segundo punto considerado. Por qué triunfó
en 1946, el aumento de su caudal electoral, su persistencia, el quiebre, o no, del sistema vigente,
fueron algunos de los interrogantes que el autor planteaba. Y rápidamente tomaba posición sobre
cómo hacerlo: debía estudiarse desde una perspectiva histórica, con fuentes electorales y en rela-
ción con el radicalismo.43
En líneas generales podemos decir que la producción de Darío Canton durante el período
analizado puede caracterizarse como una investigación que apuntaba a reconstruir procesos po-
líticos desde una perspectiva histórico-sociológica. Partió de una serie de preguntas: ¿quiénes
integraron las elites dirigentes? ¿Cómo incidieron las transformaciones socioeconómicas en la
formación de los partidos políticos? ¿Por qué las intervenciones militares fueron recurrentes des-
de 1930? ¿Qué rol jugó la práctica del sufragio universal en la historia política argentina? ¿Cómo
entender los orígenes y el desarrollo del peronismo?
Para dar respuesta a estas preguntas Canton hizo de las elecciones y los golpes de Estado los
ejes centrales de su investigación, aportando así a las ciencias sociales una serie de innovaciones
temáticas y metodológicas.

Bibliografía
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Canton, Darío. “Revolución Argentina de 1966 y proyecto nacional”, Revista Latinoamérica de Sociología 3 (1969).

42 Ibíd., 119.
43 A tal punto la experiencia peronista interesó al autor que también la abordó desde su trabajo como poeta.
Estando en Estados Unidos, en el año 1961, escribió La saga del peronismo (Buenos Aires: Editorial Ancora,
1964), crónica poética enmarcada entre las dos fechas clave del movimiento, el 17 de octubre de 1945 y el 16
de junio de 1955. El poema ofrece una imagen del peronismo que no refleja una postura crítica o contraria a
él. Podía ser lo esperable. Haber sido un estudiante reformista, inserto en una universidad manifiestamente
antiperonista, no le impidió entender ese fenómeno político que atravesó su propia experiencia. Motivo por el
cual el libro no fue bien recibido en el medio intelectual. Pero a modo de ilustración, su postura con respecto al
peronismo es útil para considerar que las grandes categorías que solemos utilizar para referirnos a los intelectuales
en determinados períodos deben ser revisadas. No pueden ser considerados como parte de grupos homogéneos.
En la variedad de temáticas e incluso de posiciones que van adoptando y/o revisando reside la riqueza de los
grupos intelectuales, aún cuando pertenezcan a una misma tradición de las ciencias sociales.

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Recibido 11/04/2011 – Aceptado 05/07/2011

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