Está en la página 1de 6

AGENTES PATOLOGICOS EN EL PUERPERIO

*MASTITIS puerperal:
La mastitis puerperal, también llamada de mastitis lactacional o mastitis en la lactancia, es una
inflamación de las glándulas mamarias que ocurre en mujeres en fase de lactancia materna. En este
texto vamos a explicar por qué surge la mastitis por lactancia, cuáles son sus síntomas y cómo es su
tratamiento.

¿CÓMO SURGE LA MASTITIS EN LA LACTANCIA?

Hasta el 10% de las mujeres desarrollan por lo menos un episodio de mastitis durante el periodo de
lactancia. En la mayoría de los casos, la mastitis ocurre en los tres primeros meses de lactancia, incluso,
nada impide que esta inflamación de la mama pueda ocurrir en fases tardías.

Las mastitis son causadas por diversos microorganismos, siendo el Staphylococcus aureus el agente más
común, responsable por más de la mitad de los casos.

El principal factor de riesgo para la mastitis puerperal es la estasis láctea, o sea, la permanencia de leche
retenida en uno de los conductos mamarios por prolongado tiempo. La estasis de la leche puede ocurrir
por alguna obstrucción de uno de los conductos de la mama o por un incompleto vaciamiento de los
senos por el bebé durante el amamantamiento. Otro importante factor de riesgo son las fisuras del
pezón, que favorecen la invasión de bacterias de la piel en el tejido mamario. Por lo tanto, la mastitis
durante la lactancia ocurre básicamente cuando una bacteria proveniente de la piel alcanza una región
de la mama en la que existe estasis de leche.

Podemos entonces concluir que el mejor modo de prevenir la mastitis del puerperio es a través de la
correcta técnica de amamantamiento, con una adecuada sujeción del bebé, con vistas a un vaciamiento
eficaz de la mama en cada mamado y evitando las lesiones en los pezones que sirven de puerta de
entrada para la invasión de bacterias.

SÍNTOMAS DE LA MASTITIS EN LA LACTANCIA

La mastitis puerperal presenta como principales señales y síntomas el endurecimiento de la mama


(leche empedrada), rojez local, dolor, cansancio, escalofríos y fiebre, generalmente arriba de 38 °C. Al
contacto, el área de la mama afectada suele estar endurecida, con aumento de temperatura y dolorosa.
La mastitis durante la lactancia suele afectar apenas uno de los senos, de manera que resulta rara la
infección bilateral simultánea.

El cuadro suele comenzar de forma blanda, primero con el endurecimiento de una región de la mama,
indicando estasis de leche en ese sitio. A partir de ahí, pueden surgir dolor y un pequeño enrojecimiento
local. El vaciamiento adecuado de la mama en este momento es importante para evitar la progresión de
la inflamación. Si la estasis se mantiene, puede haber infección del área, surgiendo entonces los
síntomas de fiebre alta, escalofríos y postración.

Si no es tratada correctamente la mastitis de la lactancia puede evolucionar con la formación de


abscesos, tornándose un cuadro grave con riesgo de sepsis y necesidad de internación hospitalaria. Si
hay señales de inflamación de la mama, acuda a su ginecólogo o al pediatra de su hijo para que el
tratamiento adecuado pueda ser iniciado lo más pronto posible.

TRATAMIENTO DE LA MASTITIS DURANTE LA LACTANCIA

Debido a la incomodidad, la postración y el dolor, y también por creer que la leche de la mama
inflamada está contaminado y hará mal al bebé, muchas mujeres suspenden precozmente la lactancia
materna. ¡Esta forma de proceder es un error! La suspensión de la lactancia favorece aún más la
ingurgitación de la mama y la proliferación de las bacterias. El vaciamiento frecuente de la mama es
esencial para la efectividad del tratamiento.

En relación a la seguridad del bebé, no se preocupe. La leche materna es muy rica en anticuerpos y
sustancias antibacterianas. Además, la acidez del estómago del bebe se encarga de destruir las bacterias
y toxinas que sean ingeridas. Por lo tanto, la lactancia materna durante la mastitis puerperal no sólo es
permitida, sino también plenamente indicada.

Si el bebé estuviera inquieto durante el mamado del seno acometido, puede ser por alguna demora en
la llegada de la leche debido a la obstrucción. No tome eso como una señal de que la leche le hace mal
al bebé. Mantenga la lactancia y drene la leche restante con una bomba, en caso de ser necesario,
después de finalizar el amamantamiento. Masajes, compresas o baños calientes ayudan a que la leche
baje.

En los casos leves, el vaciado correcto de la mama puede ser suficiente para el control de la mastitis. No
obstante, cuando hay fiebre alta y postración, el uso de antibióticos es más indicado.

Los antibióticos más usados son las penicilinas o cefalisporinas, como dicloxacilina, cefalexina o
cefradina. El tratamiento suele ser prescrito por al menos 10 días. Este tipo de antibióticos son
considerados seguros durante el amamantamiento, ya que las cantidades eliminadas en la leche son
mínimas y no perjudican al bebé.

Si después de 48-72h de antibióticos no hubieran señales de mejoría, se indica la realización de una


ultrasonografía de la mama para descartar la presencia de un absceso.
Después de la resolución del cuadro, es necesario revisar las técnicas de lactancia para minimizar las
posibilidades de un nuevo episodio de mastitis.

*Endometritis Puerperal:
Es el proceso infeccioso más común durante el puerperio. La infección del endometrio (tejido
que recubre la cavidad del útero) se produce por gérmenes que tienen, como puerta de
entrada la herida que queda en la zona del endometrio donde estuvo insertada la placenta, y
desde ahí la infección se propaga a toda la mucosa endometrial.

La endometritis que se presenta durante el puerperio es más frecuente en mujeres menores de


20 años y en mayores de 40 años.

Causas que la producen


1) Organismo infeccioso: la endometritis puede ser causada por un solo germen, pero lo más
frecuente es que la produzcan varios microorganismos. Sólo en el 30 % de los casos se puede
identificar al germen causal.

2) Puerta de entrada: el microorganismo infeccioso penetra a través de una superficie cruenta o


herida.

3) Factores que alteran la resistencia física de la madre: trabajo de parto prolongado, cansancio
materno, anemia, pre eclampsia.

4) Anomalías del embarazo: la rotura prematura de membranas que dura más de 6 hs. (rotura
de la "bolsa de las aguas" - amnios y corion- en forma espontánea) constituye el factor de riesgo
más importante para que se produzca una endometritis.

5) Parto: el trabajo de parto prolongado (dura más de 12hs.), y el parto por cesárea aumenta el
riesgo de tener una endometritis puerperal.

Síntomas:

Los síntomas, que se presentan en los primeros días del puerperio, son los siguientes: entre el
tercer al cuarto día del puerperio la mujer tiene fiebre (38º - 39º), taquicardia y puede tener
escalofríos. Los loquios se hacen espesos, de aspecto purulento o achocolatado y olor fétido.
El médico al revisar a la puérpera se encuentra con un útero de mayor tamaño que el que
corresponde al tiempo del puerperio (subinvolución uterina), blando y doloroso a la palpación.

Con un tratamiento adecuado la endometritis puerperal cura en 6 u 8 días.

*Hemorragia posparto
Es uno de los riesgos inmediatos del postparto, por suerte no demasiado frecuente. Se define
como la pérdida de más de 500 mililitros de sangre en el alumbramiento o las 24 horas
siguientes al parto (1.000 ml. en caso de cesárea).

La hemorragia post parto se clasifica en:


Hemorragia Post Parto Inmediata.-
Perdida sanguínea de 500ml o más originada en el canal de parto dentro de las 24 horas
posteriores al parto.

Hemorragia Post Parto Tardía.-


Sangrado anormal o excesivo originado en el canal del parto que se presenta entre las 24 horas
posteriores al parto y al final del puerperio (42 días).

Se caracteriza por los siguientes signos y síntomas:


 Sangrado por vía vaginal de moderado a grave.

 Hipotensión.

 Taquicardia.

 Oliguria.

 Taquipnea.

 Palidez.

 Útero flácido o con desgarros del canal del parto.

 Abdomen agudo.

 Alteración del estado de conciencia.

Causas de hemorragia post parto:


Uterinas:

 Hipotonía o atonía uterina.


 Alumbramiento incompleto.

 Placentación anormal (Acretismo)

 Inversión uterina.

 Traumatismo uterino (rotura uterina, desgarro cervical).

No uterinas:

 Desgarro y hematomas del canal del parto, incluyendo la episiotomía.

Coagulopatías

SEPSIS PUERPERAL
Es la invasión directa de microorganismos patógenos a los órganos genitales durante o después
del parto y que se ve favorecida por los cambios locales y generales del organismo materno en
estas etapas.

 Operación cesárea

 Relaciones sexuales en las últimas 4 semanas del embarazo

 Duración excesiva del trabajo de parto

 Múltiples exploraciones vaginales

 Rotura prematura de las membranas

 Retención de tejido placentario

 Vaginosis bacteriana en el embarazo

 Grandes pérdidas hemáticas en el parto

 Extracción manual de la placenta

Fiebre continua, con pocas renitencias y por lo general elevada, pudiendo alcanzar hasta 40º y
nunca por debajo de 38º.

Dolor, muy acentuado, que se extiende a las regiones laterales de la pelvis y la región sacra.
También existe dolor a la palpación, y aún a la presión, en la región suprasinfisaria,
extendiéndose desde la misma sínfisis pubiana hasta el punto medio de la distancia entre el
monte de Venus y el ombligo.
En algunos casos se percibe un vientre muy duro, con plastrón inflamatorio, sensación de
defensa y ligero edema de las cubiertas abdominales. Si se lleva a cabo un tacto vaginal se
aprecia el engrosamiento de uno, o de los dos parámetros, que aparecen como un tejido
endurecido, muy doloroso y a veces fluctuante, que ocupa y rellena los fondos de saco vaginales
laterales y a veces también el posterior.

También podría gustarte