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Lamento Borincano…

Seguramente alguna vez has oído la expresión “eso


es un sueño guajiro”, que se usa cuando se presenta
algo que es difícil de conseguir, por ejemplo pegarle
al gordo de la lotería, obtener un puesto de CEO en
DELOITTE de México, con la prepa a medias,
conseguirse un novio o una novia bella y con carro
del año, sacar buenas calificaciones en un examen
después de “pasarla en la fiesta”, concretar un solo
negocio que nos deje las utilidades de seis meses o
el sueño guajiro de muchos mexicanos, que algún
día la selección nacional de futbol obtenga el
campeonato mundial.
La diferencia principal entre lo que yo sueño y lo
que otro ya ha logrado, es que el otro ha hecho algo
al respecto. Como emprendedor nato, conozco muy
bien los sentimientos que afloran en los momentos
en que hay que tomar alguna decisión. La decisión
de unirse a un equipo de MLM es trascendental
para el candidat@. La persona enfrenta grandes
conflictos internos cuando se compromete con la
oportunidad. Cuando llevas años o comienzas tu
“carrera” como emplead@ de tiempo completo,
requiere de bastante valentía separarse de un
ingreso constante y “confiable”, para poder tomar
los riesgos necesarios al involucrarte en la creación
de tu propio negocio.
Pero para quienes portamos en la maraña neuronal
el virus empresarial, es imposible mantener las
manos cruzadas y ver que las cosas pasen a nuestro
alrededor sin intervenir.
El viaje es largo. El kit de voluntad, paciencia,
prudencia, capacitación y coherencia deben de ir en
la mochila, para sobrevivir en el camino de esos
sueños.
En esta nueva etapa, me queda claro (como me
quedó en el pasado) que nada sucede si no se da
ese primer paso que genera una acción.
Un emprendedor, hoy no puede jactarse de serlo si
no se arriesga a dar el primero, de muchos pasos
que se requerirán para alcanzar el sueño que se
está persiguiendo. Paso a paso, con voluntad férrea
y objetivos claros, los sueños se pueden alcanzar.
Sin duda alguna, en el desarrollo de cualquier
negocio; el concepto o idea, la asertividad en el
desarrollo de la estrategia, la ejecución, el
momento e incluso la suerte, juegan un papel
importante. Pero es igualmente cierto que la suerte
no se hace presente para aquellos que no deciden
ponerse en marcha.
La pregunta para quienes buscamos crecer como
persona, generar recursos, acciones de empresa y
merecer el título de emprendedor, es:
¿Nos basta ser simples observadores de nuestro
entorno o buscamos participar en la creación de ese
entorno?
No es suficiente preguntar: ¡Aaah! ¿Así es?
Como artífices de algo singular, debemos poder
explicar cómo fue, es y será…
Digo… ¿no? yo nomas digo…
Américo Castro Prado
Orival18@hotmail.com

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