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ESTRUCTURAS:

ESTRUCTURAS DE MADERA
(Jornadas de Introducción)
Francisco ARRIAGA Martitegui
Joan Ramon BLASCO Casanovas

Versión 1-07
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ÍNDICE.-

1.- EL MATERIAL

1.1 Propiedades Físicas:

1.1.1 Estructura del Material


1.1.2 Material Anisótropo
1.1.3 Material Ortótropo
1.1.4 Material Higroscópico
1.1.5 Densidad
1.1.6 Otras Características

1.2 Propiedades Mecánicas:

1.2.1 Tracción Paralela


1.2.2 Compresión Paralela
1.2.3 Flexión
1.2.4 Tracción Perpendicular
1.2.5 Compresión Perpendicular
1.2.6 Cortante
1.2.7 Módulo de Elasticidad
1.2.8 Comparativo entre Materiales
1.2.9 Método de Ensayos

1.3 Formas del Material:

1.3.1 Madera Aserrada


1.3.2 Madera Laminada Encolada
1.3.3 Productos Derivados de la Madera

2.- CLASE RESISTENTE

2.1 Factor Calidad de la Madera

2.1.2 Singularidades o Defectos

2.2 Propiedades del Material

2.2.1 Clases Resistentes Madera Aserrada


2.2.2 Clases Resistentes Madera Laminada Encolada
2.2.3 Valores del Material
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3.- BASES DE CÁLCULO

3.1 Método de los Estados Límite


3.2 Factor Ambiental y Clases de Servicio
3.3 Factor Duración de la Carga
3.4 Otros Factores Modificadores: Carga Compartida y Altura
3.5 Combinatorias de Acciones
3.6 Comprobación de Deformaciones: Instantánea y Diferida
3.7 Comprobaciones sobre la Estabilidad: Pandeo y Vuelco

4.- COMPROBACIONES EN SITUACIÓN DE INCENDIO

4.1 La Situación de Incendio


4.1.1 La Combustión
4.1.2 Comportamiento del Material

4.2 Bases Generales de Cálculo


4.3 Sistema de Cálculo de la Sección Eficaz
4.4 Comprobación de las Uniones
4.5 Ignifugación.
4.5.1 Métodos ignifugación

4.6 Ejemplo de Cálculo

5.- TIPOLOGIAS DE CUBIERTAS

5.1 Introducción
5.2 Vigas de Alma Llena
5.3 Vigas Atirantadas
5.4 Celosías Trianguladas
5.5 Barras Apuntaladas tri-articuladas
5.6 Pórtico bi o tri-articuladas
5.7 Arco bi o tri-articulado
5.8 Mallas Espaciales
5.9 Laminas Plegadas
5.10 Laminas Cilíndricas
5.11 Sistemas de Estabilidad General
5.12 Ejemplo de Cálculo

6.- PATOLOGÍAS, DIAGNOSIS Y CONSOLIDACIÓN ESTRUCTURAL

6.1 Durabilidad y Clases de Riesgo


6.2 Agentes Destructores: Bióticos y Abióticos
6.3 Detección e Inspección de Lesiones
6.4 Actuaciones Correctoras
6.5 Evaluación de la Capacidad de Carga
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6.6 Reparación y Consolidación Estructural


6.7 Forjados Mixtos Madera - Hormigón
6.8 Protección química preventiva

7.- PIEZAS DE UNIÓN Y ENLACE

7.1 Diseño de Uniones y Enlaces


7.2 Medios de Unión
7.3 Aproximación al Dimensionado
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1.- EL MATERIAL

1.1 Propiedades Físicas :

1.1.1 Estructura del Material

La madera es un material natural no homogéneo, al estar constituida por las


células especializadas en conducción, almacenamiento, y sostén, propias del
árbol. Por lo tanto, tendrá un comportamiento desigual según la dirección que
estemos analizando: paralela o perpendicular a las fibras. Si hacemos una
aproximación sucesiva, podemos observar:

Estructura macroscópica :

A este nivel, podemos diferenciar:

Según la dirección de los tres cortes efectuados, las secciones:


transversal, radial y tangencial, propias del estudio de la madera,
según los tres ejes.

En un corte transversal del tronco distinguimos:


La “corteza externa” de células muertas.
La “corteza interna” o liber, con circulación de savia descendente.
El “cambium”, a partir de donde crece la corteza y el xilema.
El “leño”, con la albura más exterior con savia ascendente, y el duramen
más interior, hasta la médula central.

En los cortes tangencial y fundamentalmente el radial podemos apreciar los


radios leñosos, que son discontinuidades del tejido, perpendiculares al eje del
árbol, que producen un efecto de trabazón sobre las fibras longitudinales.

Estructura microscópica :

Coníferas: Con abundancia de células traqueidas, que tienen una forma


alargada de 2 a 5 mm., y de 10 a 50 micras de diámetro (lo que significa una
esbeltez de # 100). Crecen en capas anulares, alrededor del eje longitudinal del
árbol, en madera de primavera y madera de verano, formando los anillos de
crecimiento. En la mayoría de las coníferas de nuestras latitudes, la madera de
primavera suele mostrarse en anillos de mayor espesor, pero por contra a partir
de células de menor grueso de pared, lo que motiva su menor densidad
(obteniéndose con respecto a la madera de los anillos de verano diferencias de
1 a 3).
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Radialmente se estructuran las células parénquimas (radios leñosos) con


misión de transporte y almacenamiento. Aunque tienen menor presencia en las
coníferas, que en las frondosas, pueden dar origen a unas manchas oscuras o
espejuelos. Son parcialmente responsables de la contracción de la madera.

Frondosas: Las células son de mayor espesor y menor luz interior, con una
longitud de 1 mm. Las diferencias entre la madera de verano y de primavera
son menos acusadas. Esta madera tiene vasos interiores o conductos de cierta
entidad. Los radios leñosos son de mayor tamaño en comparación con los de
las coníferas.

Estructura submicroscópica :

Las paredes celulares están constituidas por celulosa, o moléculas de glucosa


encadenadas, embebida en una matriz de grandes células amorfas de lignina,
formando un conjunto de sección hueca y ligero de peso, que permite el
transporte de substancias. Estas estructuras tubulares son altamente eficaces,
y pueden trabajar bien a compresión, zunchándose entre sí con las capas
vecinas, reduciendo su posible pandeo individual.
El 75% de la masa total es celulosa, con una resistencia nominal a tracción de
1.000 N/mm2, y que funciona como una armadura helicoidal del aglomerante
lignina, que tiene una resistencia a compresión de 240 N/mm2.

1.1.2 Material Anisótropo

Del anterior análisis de la “estructura” de la madera se desprende, que las


propiedades mecánicas del material dependerán de la orientación de sus fibras
en relación a la dirección del esfuerzo considerado.
Por su estructura tubular longitudinal, es clara la diferente respuesta, frente a
los esfuerzos paralelos o perpendiculares a las fibras.
También la diferencia de espesor de la pared celular entre la madera de
primavera o la de verano (delgada - gruesa) y la existencia de los radios
leñosos, justifica las diferencias entre los comportamientos de los cortes
tangenciales y radiales de la madera.
Es por tanto un material claramente Anisótropo.
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1.1.3 Material Ortótropo

Por su condición de anisótropo, el material se estudia considerando las tres


direcciones principales, las cuales presentan 3 planos de simetría elástica
perpendiculares entre sí.

Estas tres direcciones se deducen de la descrita constitución anatómica de la


madera: haz de tubos longitudinales y conjunto de fibras radiales (radios
leñosos) que atan transversalmente las fibras longitudinales. Y responde a los
tres cortes diferenciados:

- “Transversal” (perpendicular a la dirección longitudinal o axial)


- “Radial” (perpendicular al anterior y pasando por el eje)
- “Tangencial” (perpendicular a los 2 anteriores)

Son necesarias 12 constantes elásticas: 3 módulos elásticos longitudinales “E”,


3 módulos elásticos transversales “G” y 6 coeficientes de Poisson “Q“, que
pueden reducirse a 9 constantes a partir de sus relaciones.

Si el material fuera isótropo, se definirían simplemente 3 constantes elásticas,


que podrían reducirse a sólo a 2 por sus relaciones entre sí.

1.1.4 Material Higroscópico

Previamente distinguiremos entre el agua de constitución, impregnación y libre,


según el agua forme parte del material, se ubique en las paredes de las células
o dentro de ellas, saturándolas.

La madera mantendrá un equilibrio dinámico con el medio ambiente que le


rodea (%H relativa y ºC), intercambiando vapor de agua con la atmósfera,
variando el agua de impregnación de la propia madera hasta llegar a un
equilibrio higrotérmico.

Veamos algunos % de la humedad de la madera:


Madera recién cortada: 50 -110% H
Madera secado natural: 16 - 20% H
Madera secado artificial en cámara : 10 - 15% H
Madera anhidra: 0% H

Si se elimina el agua de constitución totalmente, se produciría la destrucción


del material. El agua de impregnación influye en la resistencia mecánica, ya
que a menor %H mayor resistencia, aunque con una tenacidad menor. Si
aumentamos la cantidad de agua, quedando libre hasta saturar la pieza, ya no
influirá en sus capacidades mecánicas, a partir de este punto.

Los cambios en la humedad, si hacen, sin embargo, variar las dimensiones de


la madera en movimientos de “hinchazón y merma”, que tienen lugar sólo
cuando el contenido de humedad se encuentra por debajo del punto de
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saturación de las fibras (es decir, antes de la presencia de agua libre en el


interior de las células). Se produce hinchazón al aumentar el % H y merma al
disminuir la cantidad de agua entre las células.

- La variación dimensional es máxima en la dirección tangencial.


- Es de un 50-60% de la tangencial en la dirección radial.
- Y de un 2-4% de la tangencial en la dirección longitudinal.

El Coeficiente de contracción lineal, expresa el porcentaje de los


cambios de las dimensiones en la dirección indicada para una variación de 1
grado del contenido de humedad higroscópica en la madera.
Se aprecia que longitudinalmente los movimientos son casi inexistentes. En
cambio la diferencia entre las variaciones dimensionales tangencial y radial
es la causa de deformaciones y movimientos diferenciales de la madera
durante el secado.

La Contracción volumétrica total , llamada Cv, nos da la variación de volumen


de la pieza.

1.1.5 Densidad

La densidad real de las paredes celulares es constante para todas las


especies, siendo de 1500 Kg/m3. Por ello, la diferencia de densidades
aparentes de las diversas especies, es debida a una mayor o menor proporción
de huecos interiores.
La humedad también influye en la densidad. El incremento de agua libre en el
interior de las células aumenta lógicamente el peso. Por ello las densidades se
toman como referencia siempre al 12% de humedad de la madera. Los
ensayos son a 20ºC y al 65% H relativa del ambiente.

Como ejemplos:
300 kgs/m3 madera de balsa
1200 kgs/m3 guayacán
500 kgs/m3 coníferas
650 kgs/m3 frondosas
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Es interesante ver la comparación entre el acero y la madera clasificada, de


resistencia y rigidez en relación a su densidad. Son óptimos los cocientes entre
su capacidad tensional y módulo de elasticidad, respecto a su peso. Por lo que
es apreciable su eficacia estructural en relación a su baja densidad. Así, se
considera un material adecuado para aplicaciones estructurales de grandes
luces y cargas ligeras:

Acero Madera

RESISTENCIA / DENSIDAD.................. 1 ........ 1 - 1.1


RIGIDEZ / DENSIDAD .......................... 1 ......... 1.3 - 1.5

1.1.6 Otras Características

El coeficiente de dilatación térmica del material, que influirá en la disposición de


las juntas constructivas y de dilatación, es también diferente según se analice
longitudinal o transversalmente (radial y tangencial), así una media entre
especies sería:

D long. = 3.6 x 10-6 1/ºC D rad./tang. = 64 x 10-6 1/ºC

Vemos que longitudinalmente tiene un valor muy bajo, lo que no provocará la


aparición de juntas en tramos cortos o medios. También hay que considerar
que, por ejemplo, un aumento de temperatura ocasiona una desecación del
material y su consiguiente merma, que compensa con creces la dilatación
térmica.

Transversalmente, al aplicarse el coeficiente sobre las dimensiones más


acotadas de las secciones, tampoco tendrá mayores incidencias, desde este
punto de vista exclusivamente térmico, aunque sí desde consideraciones
higrotérmicas, por cambios de humedad.

El coeficiente de conductividad térmica , que depende del calor específico del


material, es bajo al ser mala conductora del calor, por lo que se ha usado
históricamente como aislante térmico. Varía según la dirección de las fibras, la
especie y el grado de humedad. Aumentando con la densidad y la humedad.

Ȝ long.= 5,62 Kcal / h m °C Ȝ transv.= 0,36 Kcal / h m °C

En relación al sonido y la madera: la velocidad de propagación longitudinal de


las ondas es proporcional al módulo de elasticidad dinámico y relacionado con
el estático, lo que da información de valores de rotura en ensayos no
destructivos.
El comportamiento aislante de la madera en la transmisión del sonido aéreo es
bajo, al tener poca masa. Es mejor si se utiliza en capas sueltas, sin relación
entre sí.
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La característica absorbente de la madera en general también es pobre si se


coloca adherida a una base rígida. Esta propiedad se invierte en caso de
tratarse de placas porosas de fibras. Un mejor comportamiento resonante
tienen los tableros contrachapados si se colocan separados de la base soporte.
En cuanto a su capacidad de aislamiento a impacto es muy crítica, por lo que
han de buscarse mecanismos adicionales de flotabilidad y masa.

Sosteniblemente es un material que precisa de poca energía para su


fabricación, y en todo caso es una energía lenta y difusa, de baja intensidad.
Esta propiedad se acentúa si consideramos su densidad, en relación a otros
materiales estructurales.

Para que sea real su sostenibilidad, la madera debe proceder de bosques de


explotación con certificación forestal y ecoetiqueta, como los sellos PEFC o
FSC.
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1.2 Propiedades Mecánicas

Recordemos que la madera es un material Anisótropo. El árbol produce una


estructura tubular hueca que tiene una elevada eficacia para resistir los
esfuerzos a los que va estar sometido durante su vida:

- esfuerzos de flexión debidos al viento


- esfuerzos de compresión por su propio peso

Ambos esfuerzos, generan tensiones paralelas a las fibras.

Recordemos también su Ortotropía, por lo que han de diferenciarse, como


mínimo 2 de sus tres direcciones principales: la PARALELA ( // ) y la
PERPENDICULAR ( ŏ ) a la FIBRA.

1.2.1 Tracción paralela

En madera clasificada los valores característicos oscilan entre 8 y 18 N/mm2,


pero en la madera libre de defectos, se alcanzan valores superiores a los
conseguidos en flexión.
El diagrama tensión-deformación para la tracción es prácticamente lineal hasta
la rotura.

1.2.2 Compresión paralela

En la madera clasificada, los valores característicos son 16 - 23 N/mm2. Hay


que tener en cuenta que al calcular piezas comprimidas incidirá el Pandeo
interviniendo el Módulo Ek, lo que reducirá la capacidad real de las piezas
comprimidas.

En el ensayo se aprecia un comportamiento lineal en la 1ª fase, y no lineal en


la 2ª fase. En comparación con la tracción, se aprecia menor “E” a compresión
y también menor resistencia a compresión, para la madera sin defectos.

Sin embargo, si habláramos de madera clasificada con defectos, esta relación


se invierte, debido a la mayor influencia de los defectos (nudos) en la tracción.

1.2.3 Flexión

Los valores característicos de la resistencia a flexión en las coníferas varían


entre 14 y 30 N/mm2.

Aunque la flexión esté formada por la combinación de una tracción y una


compresión, de las que ya hemos hablado, el comportamiento a flexión
conjunto es distinto, ya que generalmente rompe a tracción y hay capacidad de
plastificación a compresión.
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1.2.4 Tracción ŏ

El valor característico de la resistencia a tracción perpendicular en la madera


conífera es muy bajo, de 0,4 a 0,6 N/mm2.

Esto se debe a las escasas fibras perpendiculares al eje (radios leñosos) y la


consiguiente falta de trabazón transversal de las fibras longitudinales. De
hecho, el árbol tiene pocas solicitaciones en este sentido.

Es importante la consideración de la tracción transversal en las piezas


estructurales curvas.

1.2.5 Compresión ŏ

Los valores característicos oscilan entre 2 y 3,2 N/mm2, muy inferiores a la


compresión // a la fibra (15%).

En el ensayo nos da un diagrama que es lineal sólo en un primer tramo y luego


pasa a un “aplastamiento”, por plastificación, sin llegar a la rotura.

1.2.6 Cortante

En función de la orientación de la fibra en relación al esfuerzo, el cortante


puede generar diferentes tipos de tensiones tangenciales :
Cortante, Rasante y Rodadura.

Los valores característicos oscilan de 2,5 a 3 N/mm2 , aunque a rodadura es


bastante menor. (30%)

En las piezas sometidas a flexión y cortante, se dan rasantes y cortantes y la


rotura se produce por rasante en las próximidades de la línea neutra, que es el
plano más débil.

1.2.7 Módulo de Elasticidad

Aunque hemos visto que son distintos los valores del “E”paralelo a la fibra, en
las gráficas a compresión y a tracción, en la práctica se utiliza en flexión un
Valor Aparente (intermedio entre ambos) entre 7.000 y 12.000 N/mm2, de
Emedio, según la calidad de la madera.

Si se trata de una solicitación perpendicular a la fibra, se toma


aproximadamente E / 30, en relación al longitudinal. ( de 230 a 450 N/mm2)
El módulo de elasticidad transversal G, es aproximadamente igual a E/16.
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1.2.8 Comparativo entre Materiales

Veamos el siguiente cuadro comparativo de unas posibles tensiones finales


admisibles, no características, en Kg/cm2, entre: MADERA / HORMIGÓN /
ACERO. Se distingue para la madera entre la dirección paralela y
perpendicular a las fibras.

Flexión Tracción Compresión Cortante Modulo E

// ŏ // ŏ
Madera 120 120 1.5 110 28 12 110000
Hormigón 100 5 105 3 200000
Acero 1700 1700 1700 1000 2100000

Conclusiones.

- Alta resistencia a flexión (principalmente si se relaciona con su peso).


- Buena resistencia a tracción y a compresión // a la fibra.
- Escasa resistencia al corte.
- Baja resistencia a compresión y muy baja a la tracción ŏ a la fibra.
- Bajo Módulo E, que incide substancialmente sobre la deformación y pandeo.
- Muy Bajo Módulo G, que incide en las deformaciones por cortante.

1.2.9 Métodos de Ensayos

En la metodología anterior los ensayos se hacían con probetas pequeñas y sin


defectos.

En la actualidad, los ensayos están normalizados con probetas tamaño similar


al Tablón, de longitud de 3 a 4 m. y alrededor de los 15 cm de canto, para la
madera aserrada, y mayores para la madera laminada, con defectos (madera
clasificada), a temperatura normalizada de 20o C ± 2 , humedad relativa del aire
normalizada del 65% ± 5 y con una duración de 5 minutos ±2.
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1.3 Formas del Material :

Madera Maciza o Aserrada


Madera Laminada Encolada
Productos Derivados Madera

1.3.1 Madera Maciza

Entendemos por madera “maciza” la que ha sufrido, desde el árbol, las


mínimas manipulaciones necesarias para constituir una escuadría lista para ser
aplicada. A diferencia de otros tipos de madera más industrializada y
transformada.

Por fuera de la consideración de aserrada pura, la que recibe la menor


transformación posible, es la madera en “rollizo”, a la que simplemente se le
han extraído la corteza y desbastado o ranurado alguna cara, si se ha
estimado necesario.

Para éste tipo los diámetros habituales oscilan de 15 a 35 cm, y sus longitudes
de 4 a 8 m, en correspondencia con las medidas normales de troncos.

Si el tronco se despieza, las diferentes “escuadrias aserradas” oscilan de 100


a 300 mm de altura por 35 a 200 mm de grueso.

Con estas escuadrias y con las cargas habituales se salvan luces, de una
forma económica, que oscilan de los 3 a los 6 m, tratándose de vigas, o desde
los 6 a los 15 m, formando celosías ligeras de barras. Para luces mayores
resulta más adecuado acudir a la madera laminada encolada.

Si construimos pilares, con escuadrias de una sola pieza, de 15x15 o 20x20


cm, pueden llegarse a alturas de 3 a 4 m. Para conseguir mayores secciones o
alturas habrán de adicionarse escuadrias, con uniones solidarias, o
desdoblarse en piezas paralelas unidas entre tramos.

Dado que para la madera aserrada, es una limitación el conseguir mayores


secciones, una alternativa es emplear pequeños entramados de cerchas ligeras
de barras de sección reducida, 40x140 mm, situadas muy próximas, con
interejes cercanos a los 70 cm, sin correas secundarias, y con uniones
industrializadas entre barras con placas dentadas, salvando así luces de hasta
los 16 m Para luces mayores, las barras pasaran a ser de secciones
compuestas y las uniones con conectores metálicos.

Otro tipo estructural característico y resuelto con madera aserrada, que todavía
encontramos en abundancia en algunos edificios de viviendas antiguos, son los
forjados formados por vigas de madera, bovedillas y material de relleno.
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Son soluciones predominantemente isostáticas, sobre todo en caso de


apoyarse en paredes de fábrica, y cualquier solución de refuerzo debe
mantenerse así, para evitar transmitir momentos a los muros portantes.

En función de las cargas reales, es admisible llegar a los 4 m. de luz, con las
escuadrias de 13x18 situadas cada 60 cm. En caso de mayores secciones,
como 15x20, es admisible llegar alrededor de los 5 m.

En estos edificios antiguos se constata que, con mayores luces, las


deformaciones excesivas pueden ocasionar problemas en divisiones interiores
y pavimentos. Con el paso de los años la fluencia propia de la madera puede
provocar el hiperapoyo de los techos en la tabiquería inferior, transversal a las
viguetas, descendiendo y acumulando, de este modo, las cargas planta a
planta.

1.3.2 Madera Laminada Encolada

Formación de elementos estructurales a partir de la adición solidaria de láminas


de madera, en general encoladas entre sí. El objetivo es conseguir mayores
secciones y longitudes, además de aprovechar la facilidad de conformación o
curvabilidad individual de cada lámina, atributos no conseguidos en la madera
aserrada.

El grueso de las láminas puede oscilar de 22 a 45 mm, excepcionalmente 13


mm., y el área de la sección de la lámina ha de acotarse entre 60 y 100 cm2.
Ambos parámetros están limitados por la “Clase de Servicio” y la especie. Con
peores condiciones ambientales, menores gruesos y áreas. Sin embargo los
mayores gruesos tienden a ser los más utilizados, por razones económicas.

Los anchos de la sección total oscilan de 9 a 22 cm, para evitar diferenciales


higrotérmicos entre las capas exteriores e interiores de la sección y
atejamientos de las láminas. Es difícil encontrar tablas mayores en el mercado.
En algún caso excepcional puede llegarse a los 30 cm de ancho, doblando
láminas a rompejuntas, y tomando precauciones, como su ranurado.

Las secciones estructurales suelen ser muy esbeltas, con relaciones entre
anchura y altura de 1:5 a 1:8, para la estructura principal y de 1:2 a 1:3,5 para
las piezas secundarias. Siendo los anchos más habituales de 11 a 22 cm o de
9 a 16 cm, en cada caso.

La altura de la sección tiene limitaciones de fabricación, ya que la maquinaria


cepilladora de acabado admite poco más de los 230 cm de ancho. También de
transporte, según los giros y pasos necesarios hasta llegar a la obra.

La adición de las láminas de madera se produce por su unión molecular, entre


los conductos fibrosos de la madera y la resina de las colas. La celulosa da
facilidades para combinarse con substancias macromoleculares como las
colas. Podemos decir que existe “afinidad” entre la madera y las colas.
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Para unir dos láminas se provoca su mojadura y penetración, interponiendo


una pequeña capa de resina flexible, donde se combinan sus moléculas, entre
sí y con las propias de la madera, constituyendo uniones mecánicas soldadas
de fuerza superior a las piezas de madera única. Se produce además una
estabilización de la madera al neutralizarse sus tensiones internas.

Las colas son substancias susceptibles de formar polímeros viscosos que, a


través de una reacción química, endurecen formando un sólido duro, altamente
reticulado y resistente, carente de fluencia, insoluble al agua, aplicable en frío y
con buen comportamiento frente a la temperatura y el fuego. De la Caseína y
Urea formol iniciales, se ha pasado en la actualidad a utilizar Resorcina fenol
formol (RFF) o Melamina Urea formol (MUF).

Las RFF han de combinarse con el endurecedor y ha de cuidarse la


dosificación, mientras que en las MUF el reactivo está contenido en la misma
resina.

El tipo MUF es de color translúcido, no tiene problemas ambientales con los


residuos, al carecer de fenoles y, en los últimos años, está substituyendo en la
práctica a las RFF.

El proceso de fabricación, se realiza en la industria y bajo los controles


normativos.
La madera en tabla, antes de cortarse en láminas, ha de secarse y
estabilizarse en la nave de fabricación hasta conseguir una humedad de
equilibrio del 8 al 15%.

El saneamiento de las tablas elimina los defectos como gemas, nudos muertos,
fendas, desviaciones excesivas. Pueden practicarse ranuras para evitar su
atejamiento.

En las tablas selecccionadas se practican los empalmes por entalladura


múltiple (“finger joint”) en las testas para su unión longitudinal y se cortan a la
longitud necesaria.

Posteriormente se regruesan y cepillan las dos caras mayores de las tablas y


se deja caer la cortina de cola, colocándose en las prensas, para su unión.

Los postes de apriete se sitúan cada 40 cm y se inicia la operación desde el


centro hacia los extremos, así se evitan marcas y pliegues en la madera al
favorecer la adaptación longitudinal de cada lámina.

El proceso de encolado en taller, es sobre superficies recién cepilladas (<48h.)


y planas, sin polvo ni pelusa, con poca variabilidad entre láminas del %H
higroscópica (d4%). El adhesivo se aplica y se prensa uniformemente a una
presión entre 0,8 y 1,2 N/mm2, durante el tiempo de polimerización de las
colas. Después del prensado las piezas no pueden someterse a esfuerzos
entre las 24 y 72 horas siguientes, según el tipo de cola.
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Se ensayan las juntas de encolado en probetas extraídas de cada pieza o


grupo, por cada 10 m3 fabricados, comprobándose la calidad del encolado
mediante ensayos normalizados.

Después de la polimerización se procede al cepillado general de la pieza entera


por sus caras laterales, al recorte de la forma final y al biselado de sus cantos.
La pérdida en mermas de material inicial se estima en un 30%.

1.3.3 Productos Derivados de la Madera

Son productos transformados de la madera, de los que analizaremos algunas


nuevas formas de presentación del material.

El objetivo de su manipulación, está en la pretensión de superar la escasez de


madera de calidad, aprovechando troncos más jóvenes y de menor diámetro,
minimizando las singularidades o defectos y tratando de reducir las
deformaciones diferenciales, acercándose a un comportamiento más
homogéneo de la madera.

Relacionamos a continuación algunos de los tipos con aplicaciones


estructurales:

Tableros Contrachapados

Formados por un número impar de chapas delgadas, de gruesos menores a los


7 mm, obtenidas del desenrollado o por el corte al hilo, orientadas en cruz, en
general a 90º, con gruesos totales de hasta los 30 mm, y prensadas a
presiones variables, con resinas fenólicas.
Son maderas de origen americano (pino Oregón), finlandés (abedul y
coníferas) y francés o nacional (coníferas). Tienen aplicaciones especiales:
usos marinos, superficies de rodadura, y según las adiciones pueden llegar a
ser M-1, con respecto a su reacción al fuego. Su densidad oscila, según la
presión y sus transformaciones, de 500 a casi 1400 kg/m3, denominándose a
partir de los 1000 kg/m3 de “alta densidad”.
Como sabemos las propiedades resistentes de la madera varían según la
relación entre la orientación de las fibras y los esfuerzos. En los
contrachapados, los valores resistentes longitudinales y transversales van
igualándose cuantas más capas se dispongan:

Los valores característicos y “aparentes”, para contrachapados de 3-5 capas,


consiguen casi doblar la tensión de la madera origen, al reducir los defectos:

Flexión paralela 20 - 36 N/mm2


Flexión perpendicular 13 - 20 N/mm2
Modulo E longit. 7.000 –10.000 N/mm2
Modulo E transv. 3.500 – 4.800 N/mm2
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Son datos que han de confirmar los propios industriales, y en general se


refieren a valores “aparentes”, que ya descuentan el aporte de las chapas
cuyas fibras no siguen la dirección de lo esfuerzos, por lo que puede
considerarse la sección completa. Sino fuera así debería considerarse la
“sección incompleta”. Por ejemplo en el cálculo a flexión, con cargas sobre el
plano de la viga, se trataría de considerar sólo las chapas en la dirección
paralela a la viga.

Tablero de virutas orientadas OSB (oriented strand board)

Están fabricados con virutas de mayor tamaño que las fibras, unos 80x10 mm.,
de especies de crecimiento rápido como el pino o el chopo, mezcladas con
adhesivos de urea-formol o fenol-formaldehído.
Su principal rasgo distintivo es la orientación longitudinal de las virutas, en una
proporción mínima del 70%, principalmente en las capas más externas. Por ello
se consiguen unas mejores propiedades en esta dirección del tablero, en
correspondencia a las mayores prestaciones longitudinales de la madera base.
Se consideran aptas para uso estructural las OSB 3, y altamente adecuadas
las OSB 4. Provienen de Francia, Canadá y EE.UU. Su densidad es superior a
los 650 kg/m3.
Los valores característicos son, para gruesos de 18 a 25 mm.

Flexión longitudinal 18 - 26 N/mm2


Flexión transversal 9 - 14 N/mm2
Modulo E longit. 3.500 – 4.800 N/mm2
Modulo E transv. 4.000 – 1.900 N/mm2

Perfiles de Virutas de Madera (Timber Strand), LSL. (laminated strand lumber)


“Intrallam”

Es similar al tablero de virutas OSB, pero en masa o en volumen, formando


barras o piezas de hasta 14 cm. de grueso.
Los valores admisibles orientativos y a confirmar por el fabricante son :

Flexión paralela 13,6 N/mm2


Flexión perpendicular 11,6 N/mm2
Tracción paralela 11,4 N/mm2
Compresión paralela 12,9 N/mm2
Compresión perpendicular 2,6-5,5 N/mm2
Cortante 1,2-2,9 N/mm2
Módulo E 10.300 N/mm2
22

Madera Micro laminada LVL. (laminated veneer lumber)

Se trata de perfiles de sección rectangular, fabricados con chapas de madera


encoladas con las fibras orientadas en paralelo, de espesores de 2,5 a 4,8 mm
por chapa.

Se consiguen gruesos totales de 64 mm, anchos de hasta 122 cm y longitudes


de fabricación de 24,4 m.

Se utilizan estructuralmente para conformar vigas. También es útil como


cabeza de viguetas en doble T, (I-Joist), muy ligeras de 3 a 9 kg/m de peso,
con altura total de 241 a 508 mm, grueso de alma en OSB de 9,5 a 12,7 mm.

Madera de Tiras laminadas PSL. (parallel strand lumber) “Parallam”

Formada por tiras orientadas longitudinalmente, de ancho 10 a 15 mm, de


espesor 2 a 4 mm y de longitud de 1 a 2,5 m, provenientes de chapas
desenrolladas. Son encoladas y prensadas.
Se consiguen secciones de hasta 28x49 cm y con longitudes de fabricación de
hasta 24m.
Los valores característicos para la PSL y también la LVL, son :

Flexión paralela 32-44 N/mm2


Tracción paralela 26-35 N/mm2
Compresión paralela 26-35 N/mm2
Compresión perpendicular 3-9 N/mm2
Cortante 4-5 N/mm2
Modulo E 11.600 -14.000 N/mm2

NOTA: En el próximo apartado se dan datos de resistencia y rigidez para la


Madera Aserrada “C”, “D” y la Laminada Encolada “GL”.
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2.- CLASE RESISTENTE

2.1 Factor Calidad de la madera

Adquiere importancia la “Clasificación de Calidad” según las singularidades o


defectos y la especie del material.
A la combinación de especie+calidad se le asigna una “Clase Resistente”, con
valores físico-mecánicos característicos a los que aplicar coeficientes parciales
de seguridad.
Los métodos de clasificación están, en general basados, en el aspecto externo
(clasificación visual) o en métodos mecánicos automatizados, en función del
módulo de elasticidad longitudinal E.

2.1.1 Singularidades o Defectos

En la norma UNE 56.544 “Clasificación visual de la madera aserrada para uso


estructural: Madera de Coníferas”, aplicable para escuadrias rectangulares, sin
uniones dentadas, se evalúan las:

“Características”, como humedad, densidad y medidas.


“Singularidades de la propia estructura del material”, como anillos, nudos,
fendas, acebolladuras, desvíos de fibras y bolsas de resina.
“Singularidades de aserrado”, como gemas, médula.
“Alteraciones”, como hongos, insectos xilófagos, plantas parásitas.
“Deformaciones”, como curvaturas, alabeo, abarquillado o atejamiento.

Las alteraciones biológicas son novedad en la últimas normativas y las


deformaciones suelen tener poca consideración desde el punto de vista
estructural.

Se definen los defectos o singularidades y la forma de medirlos y se concretan


las especificaciones para cada una de las calidades que distingue la norma:
2 CALIDADES (ME-1 / ME-2 ) y una calidad (ME-G) para madera de gruesa
escuadría (anchos superiores a 70 mm).

En la UNE 56.546 “Clasificación visual de la madera aserrada para uso


estructural: Madera de Frondosas”, actualmente se contempla sólo una
especie, el eucalipto, con una calidad MEF.

Las condiciones de las clasificaciones son:

- Se clasifican al 20% de humedad (cuando la madera está en el


aserradero). Ya que hay algunos defectos, como las fendas, que varían según
la humedad.
- Si la pieza clasificada se volviera a cortar transversalmente, su
clasificación estaría del lado de la seguridad. Pero si se cortara
28

longitudinalmente, o se cepillara fuertemente, debería volverse a clasificar,


pues varia la relación entre defectos y sección o cara.
- La clasificación exige el examen visual de las cuatro caras de cada
pieza a marcar. Un experto especialista, en una línea de aserrado, emplea un
tiempo de 2 a 4 segundos por pieza.

Esta condición de “calidad” de la madera influye decisivamente en las


propiedades mecánicas de la misma. En este sentido una primera evaluación
previa puede ser la densidad, ya que si se encuentra un 30% inferior a la
“típica” de la especie, puede indicar la existencia de alteraciones biológicas o
de tratarse de maderas jóvenes.

Anillos.- Describen la forma del crecimiento en la sección transversal del


tronco. En las coníferas, cuanto menor es el espesor de los anillos suele ser
mayor la densidad del material. En las frondosas ocurre lo contrario. Sabemos
que la densidad está directamente relacionada con la resistencia.

El espesor de los anillos (radio/nºanillos) nos pueden facilitar otras


informaciones, como la existencia de la denominada ”madera juvenil”, cuando
son excesivamente anchos en las cercanías de la médula.

Nudos.- Significan una perdida de homogeneidad de la sección, al representar


una zona con la dirección de las fibras diferente a la del resto. Las fibras
periféricas también se desvían y se produce una alteración en las propiedades
mecánicas. En algún caso puede llegar a asimilarse a una pérdida de sección
resistente.

Tienen mayor incidencia en las zonas traccionadas que en las comprimidas (5


a 1), valorándose más la proporción de su área respecto al total de la sección,
que su posición. Por contra, en el caso de piezas flexionadas, la importancia
del nudo es mayor en los bordes superior o inferior, que en el centro de la
sección.

Fendas.- Son fisuras longitudinales que cortan, más o menos


perpendicularmente, los anillos de crecimiento. Su origen es de crecimiento,
por secado, acebolladura, heladura.

Para el caso de tracción ŏ a la fibra, este defecto puede tener mucha


incidencia. En el caso de tracción y compresión // a la fibra, su repercusión es
mucho menor, aunque se produce un reparto más irregular del esfuerzo y
pandeo en caso de compresión.

Para el caso de flexión, tendrá incidencia la posición del plano de la fenda en


relación a los planos de flexión de la sección de la pieza. En el plano de flexión
horizontal y si las profundidades de las fendas son tales que puedan
materialmente subdividir la sección en dos partes, se producirá un aumento de
la tensión y de la deformación, por mal comportamiento frente a los rasantes.
29

No se produce incremento si las fendas están contenidas en el plano vertical y


no es el de flexión.

Acebolladuras.- Se denomina así a las fisuras longitudinales que separan


anillos de crecimiento. Pueden están ligadas a defectos durante el crecimiento
del árbol. Producen efectos similares a los anteriores.

Desviación de fibras.- Pueden tener su origen en la existencia de nudos, o en la


conicidad del tronco. Los esfuerzos afectan de diferente manera según la
dirección de las fibras, ( // ŏ ). Por tanto, cualquier desviación de las fibras
respecto a la teórica, repercutirá en la resistencia de la pieza. La normativa
limita la desviación de la fibra, medida en un corte radial de la madera. Tienen
más incidencia mecánica las desviaciones en piezas traccionadas o flectadas,
que en las comprimidas.

Gemas.- Son faltas de madera en las aristas, en piezas excesivamente


apuradas en el corte. Suele aparecer en los extremos a causa de la conicidad
del tronco.

Es una perdida de la sección resistente. No se acepta en las láminas


destinadas a la fabricación de madera laminada encolada, ya que disminuiría el
plano de encolado i/o podría quedar oculta en el interior de la pieza.

Bolsas de Resina.- Son discontinuidades en la madera, originada por depósitos


de resina, de efectos parecidos a los anteriores.

Movimientos de la madera.- Debido a los efectos de la contracción volumétrica


al mermar la madera y a las diferencias en cada dirección se producen
tensiones internas, con curvaturas, alabeos y atejamiento.
30
31

2.2 Propiedades del Material

2.2.1 Clases Resistentes en Madera Aserrada

Como vemos en los cuadros de las páginas siguientes, para las coníferas (C
coniferous) y chopo tenemos 12 clases de madera aserrada, y en frondosas
(D deciduous) son 6 las clases de madera aserrada. La altura de referencia
considerada es de 15 cm, para así tener en cuenta el efecto del tamaño de la
pieza.

La norma establece una útil correspondencia, para los diferentes países, entre
sus diferentes “especies clasificadas y denominaciones de calidades” con
nuestras “CLASES RESISTENTES” del cuadro.

2.2.2 Clases Resistentes en Madera Laminada Encolada

Como vemos en los cuadros correspondiente de las páginas siguientes, se


distinguen 8 clases resistentes: 4 de composición homogénea de láminas y 4
de combinada.

También se considera el efecto del tamaño de la pieza, siendo la altura de


referencia 60 cm, pudiéndose aumentar la resistencia para H menores.

Existe un cuadro de correspondencias entre las clases resistentes de madera


laminada (GL) y de su madera aserrada (en general C) que forman las láminas
de aquella. Donde se puede apreciar que se consiguen mejorar las resistencias
de una madera aserrada al laminarla y encolarla, pues se eliminan los defectos.
Ello es cierto tanto para las clases resistentes menores, como para las clases
altas, si consideramos el factor altura, que mayora la resistencia para una lama
de la madera laminada.

2.2.3 Valores del Material

Las Tablas proporcionan valores característicos de resistencia y rigidez,


obtenidos a partir de ensayos normalizados en condiciones de 5’ / 20oC / 65% .
Como valor se toma el 5º percentil, que es el que separa los datos de la
muestra, entre el 5% y el 95% restante, ello indica que sólo existe una
probabilidad del 5% de encontrar resistencias o módulos E inferiores.
Para las comprobaciones de INESTABILIDADES A PANDEO, se utilizará este
valor del módulo Ek, característico.
Para la comprobación de DEFORMACIONES, se utilizará la media de la
población ensayada, o sea el módulo medio Em, que es mayor que el
característico.
Para las valoraciones de los pesos propios, los deslizamientos de las uniones y
los conectores de las vigas compuestas se tomará la densidad media Um. Sin
embargo la densidad característica Uk es una referencia para predecir el
avance de la carbonización en situación de incendio.
32

Valor característico
Ejemplo: Resultados de la tensión de rotura a flexión en pino silvestre de una
determinada calidad: - Número de ensayos: 110
- Valor mínimo: 18,2
- Valor máximo: 78,1 N/mm2
- Valor medio: 46,8 N/mm2
- Valor característico: 25,9 N/mm2

1
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CTE DB SE Seguridad Estructural : Madera

1. Generalidades
2. Bases de Cálculo
3. Durabilidad
4. Materiales
5. Análisis
6. Estados límites últimos
7. Estados límites de servicio
8. Uniones
9. Fatigas
10. Sistemas estructurales de madera y
productos y derivados
11. Ejecución
12. Tolerancias
13. Control
Anexo A Terminología
Anexo B Notación y unidades
Anexo C Asignación de clase resistente
Madera Aserrada
Anexo D Asignación de clase resistente
Madera Laminada
Anexo E Resistencia, rigideza y densidad
Anexo G Humedad de equilibrio de la madera
Anexo H Fallo de uniones a cortante
Anexo I Relación de normas UNE
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3.- BASES DE CALCULO

3.1 Método de los Estados Límite

Cuando una estructura supera los Estados Límites se sitúa fuera de servicio,
ya sea por un defecto de resistencia, lo que afectaría a la seguridad de la
estructura, como por un problema de deformación, lo cual afectaría a la
funcionalidad de la estructura.

Es a partir de la aparición del EUROCÓDIGO-5, que el anterior método de


cálculo habitual de las “Tensiones Admisibles” se substituye por el actual de los
“Estados Límite”. Reconocido también en el Código Técnico de la Edificación
sobre Estructuras de Madera SE-M.

El anterior método llegaba a los valores de las tensiones admisibles a partir de


las tensiones básicas de cada especie, afectadas por varios coeficientes
modificadores.

El método actual introduce para el cálculo de las tensiones unos valores


numéricos únicos de servicio o “característicos” y unos coeficientes parciales
de seguridad, que afectan dividiendo a la resistencia del material (JM) y
ponderando a las acciones, en general mayorándolas (JF). Estos valores se
ven también, posteriormente, afectados por un factor modificador conjunto,
según el “ambiente” y la “duración de carga” (Kmod) y también por un factor de
tamaño como el de “altura” (Kh), o el de “carga compartida” (Ksys).

3.2 Factor Ambiental y Clases de Servicio

Las propiedades mecánicas varían en función del contenido de humedad. Así,


si aumenta el % humedad, bajan la RESISTENCIA y el Módulo E.
Concretamente, esto se produce si el contenido de agua está por debajo del
punto de saturación. Por encima de este valor, no influye.

Esta es la razón por la que los ensayos se realizan bajo condiciones de


ambiente normalizadas (20oC ± 2o , HR 65% ± 5%, que equivale al 12%
correspondiente al EQUILIBRIO HIGROSCOPICO de la madera).

En maderas ideales libres de defectos, por cada 1% de variación del grado


de humedad, las propiedades mecánicas varían desde el 5% (en compresión)
al 2% (en tracción ŏ ).

Sin embargo, en maderas clasificadas, con singularidades, esta


correspondencia entre humedad y propiedades mecánicas es algo menos
acentuada.

Por ejemplo: En una madera con defectos, su resistencia a tracción // a las


fibras baja por la influencia de dichos defectos, y el % de Humedad no incide.
38

En compresión // , como los defectos influyen en menor cuantía, es algo mayor


la incidencia del % de Humedad.

El Código Técnico tiene en cuenta estas condiciones ambientales con el


sistema de las tres “Clases de Servicio”.

CLASE 1 Cuando el material madera estará en servicio con un contenido de


humedad, el correspondiente a unas condiciones de temperatura 20 r 2ºC y
una humedad relativa del aire que no supere el 65%, más que sólo unas pocas
semanas al año, el resto por debajo de este índice.
Estas condiciones vienen a corresponder a una edificación protegida, con una
humedad de equilibrio higroscópico de la madera <= 12% para coníferas.

CLASE 2 Si la humedad relativa del aire ambiente, donde la madera está en


servicio, no supera el 85%, más que sólo unas pocas semanas al año.
Estas condiciones pueden corresponder a una piscina cubierta o a cobertizos o
marquesinas abiertas, con una humedad de equilibrio higroscópico <= 20%.

CLASE 3 Cuando se superan los contenidos de humedad anteriores. Como


ejemplo puede darse en una pasarela o puente, totalmente exterior y expuesto.

3.3 Factor Duración de la Carga

Es preciso saber que, ante cargas de duración permanente, se obtienen


resistencias del orden del 60% de las deducidas de un ensayo de corta
duración (5 ± 2 minutos). Este comportamiento es característico de la madera,
a diferencia de otros materiales. Es tanto más acentuado cuanto mayor sea la
calidad de la madera.

Para maderas de baja calidad, se produce concentración de tensiones


alrededor de los defectos, en actuaciones rápidas de cargas de corta duración.
Por contra en cargas lentas y de larga duración, se moviliza un comportamiento
viscoso alrededor de los defectos, y las tensiones tienden a redistribuirse y
reducirse. Este recurso es más propio de las maderas de baja calidad, y no lo
tienen tan acentuado las maderas de alta calidad.

La influencia de este factor hace que la madera sea un material de gran


eficacia ante cargas de origen dinámico y de duración instantánea (viento o
sismo). Es también un material altamente resistente a la acción cíclica de
cargas alternas, que ocasionan disminución de la resistencia o rotura (fatiga).

Una estructura de madera será más económica cuanto menor sea su peso
propio y el resto de las cargas permanentes, quedando libre, de esta forma,
una gran capacidad resistente para las cargas de menor duración.

Estos dos conceptos modificadores: “ambiental” y “duración de la carga”,


están dirigidos a asignar valores resistentes, unificadamente a través del valor
conjunto Kmod, y al cálculo de deformaciones por fluéncia con el valor de
Kdef, que veremos más adelante.
39

Se consideran los mismos valores tabulados de Kmod para todas las


propiedades mecánicas, ya que se parte de datos iniciales de resistencia
corregidos, para que sea válida esta simplificación.

Si en las Hipótesis Combinatorias intervienen cargas de diferente duración,


puede utilizarse el Kmod correspondiente al de menor duración de las cargas
que intervengan, o sea el mayor valor de Kmod.

Por ejemplo en cubiertas de gran luz, suele ser la peor combinatoria de


acciones, la de cargas permanentes y nieve, usándose un valor de Kmod igual
a 0.9 para los valores resistentes, si suponemos una clase de servicio 1 ó 2 y
una duración corta de la nieve.

3.4 Otros Factores Modificadores

Carga compartida (Ksys)

Si el sistema estructural está formado por varias piezas de iguales


características y unidas entre si por otra estructura secundaria, la
RESISTENCIA puede MAYORARSE por 1,1, ya que así se valora una cierta
ayuda de los elementos descargados hacia el sobrecargado. Este criterio se
puede utilizar para los casos siguientes, de elementos cercanos:

- viguetas de forjado y de cubierta ” 6m


- cerchas próximas de cubierta ” 12m
- montantes verticales de muros h ” 4m

Considerando la redistribución por los tableros continuos de cubierta, los


entrevigados de forjado, o los tableros del cerramiento.

Temperatura

A temperaturas inferiores a 0oC, los valores característicos a flexión y


compresión, y impacto, son ligeramente mayores que a temperatura normal.

Si consideramos madera a temperaturas por encima de los 40oC, se deberían


reducir sus resistencias, aunque también se reduciría la humedad aumentando
algo la resistencia.
40

Tamaño de la pieza. Factor altura (Kh)

Existe relación entre el tamaño de la pieza y la resistencia de la madera, de


forma que cuanto mayor sea su volumen, menor es la tensión de rotura,
considerada en su valor característico.
En la normativa, este fenómeno se contempla con el coeficiente Kh, en función
de la altura de la pieza en relación a la altura patrón de los ensayos.

- Para valores menores de la altura de referencia permite MAYORAR


resistencias. (referéncias de 150 mm para la madera aserrada y 600mm
para la laminada encolada).
- Para valores mayores de la altura, NO afecta a la resistencia. Kh = 1.
Se aplica en la tracción paralela y en flexión, por lo que no se aplica en las
comprobaciones a cortante, ni en los demás esfuerzos por su insignificante
incidencia.

Madera Aserrada: Kh = (150/h)0,2 <= 1,30


Madera Laminada: Kh = (600/h)0,1 <= 1,10

En flexión, para explicar este comportamiento, podemos remitirnos a la antigua


teoría de Newlin/Trayer y el efecto ayuda de las fibras centrales, menos
tensionadas, sobre las fibras extremas más comprimidas. Las fibras más
descansadas, están más próximas de las sobrecargadas extremas, cuanto
menor es la altura de la pieza y ejercen mayor porcentaje de ayuda.
En tracción paralela es la teoría del eslabón débil de una cadena la que puede
relacionarse con el mayor tamaño de las piezas.

3.5 Combinatoria de Acciones:

El factor de ponderación JF afecta a las acciones, según sean cargas


permanentes G (1,35), o sobrecargas variables Q, de uso, nieve, viento o
sismo (1,50).
La normativa permite utilizar, después de la primera acción variable, el factor
1,05 (1,50 x 0,7) para las restantes variables que actúen simultáneamente.
En caso de viento de succión las CP se ponderarán por 0,80, en lugar del 1,35.

Combinatorias posibles:
0) 1.35 CP
I) 1.35 CP + 1.50 SU
II) 1.35 CP + 1.50 N
III) 1.35 CP + 1.50 V
IV) 1.35 CP + 1.50 SU + 1.05 N
V) 1.35 CP + 1.50 SU + 1.05 V
VI) 1.35 CP + 1.50 N + 1.05 V
VII) 1.35 CP + 1.05 N + 1,50 V
VIII) 1.35 CP + 1.05 SU + 1,50 N
IX) 1.35 CP + 1.05 SU + 1,50 V
X) 1,35 CP + 1,50 SU + 1,05 N + 1,05 V
XI) 1.35 CP + 1.05 SU + 1,50 N + 1,05 V
XII) 1.35 CP + 1.05 SU + 1,05 N + 1,50 V
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En caso de sismo S, actuando simultáneamente con SU, N y V :


1.00 CP + 1.00 S + 0,70 ( SU+N+V)

A modo de ejemplo: en clase de servicio 1 ó 2, se han marcado en negrita las


acciones de más corta duración, para cada hipótesis combinatoria,
considerando una ubicación geográfica con nieve de “corta” duración y la
sobrecarga de uso de “media” duración (ya que se considera una parte como
permanente y otra como corta), lo que determinará los valores de Kmod a
utilizar para encontrar las diferentes tensiones “comparativas” máximas Xd del
material, que no hemos de superar con las tensiones debidas a los esfuerzos
de las combinatorias de acciones.

Así : ( Xk / JM ) x Kmod = Xd .
Siendo Xd el valor de cálculo de las propiedades del material : f, E,G.

Para las combinatorias 0, el Kmod = 0,6 (permanentes)


I, Kmod = 0,8 (viv.) ó 0,7 (almacén)
II=IV = VIII Kmod = 0,9 (nieve corta) ó 0,8 (n. media)
Restantes Kmod = 0,9 (viento)

Para el caso de sismo S, el K mod seria 1,1.

Considerando, según las condiciones ambientales, una “clase de servicio” 1-2.


Bajo una clase de servicio 3, los valores de Kmod serian diferentes.

La seguridad sobre el material JM varía según el material de que se trate, en


función del grado de incertidumbre que exista:

Para madera maciza C, D JM = 1,30


Para madera laminada GL JM = 1,25
Para microlaminada LVL JM = 1,20

El proceso general y completo puede enunciarse según la siguiente secuencia,


a partir de la calidad del material origen:

CLASES FACTOR TENSIONES


CALIDAD RESISTENTE HUM.+ DURAC SEG.MATERIAL SEG. ACCIONES COMBINATORIAS
ME C/D/GL/LVL Kmod. 1/JM >= JF V W (G + Q)

G acciones permanentes: C.P.


Q acciones variables: S.U., N., V.

De modo que la capacidad minorada de la estructura sea mayor o igual a la


actuación ponderada de las acciones.

Considerando que las resistencias comparativas pueden variar en diferente


proporción a las acciones características ponderadas, ya que en un corto
espacio de tiempo puede pronosticarse un mejor comportamiento del material.
42
43

Flexotracción

V t , 0, d V m, y , d V m, z ,d km Factor con valor:


  km ˜ d1 0,7 sección rectangular
f t , 0, d f m, y,d f m, z ,d
1,0 otras secciones
V t , 0, d V m, y,d V m, z ,d
 km ˜  d1
f t , 0, d f m, y,d f m, z ,d

Flexión esviada

M y ,d M z ,d
V m, y ,d ; V m, z ,d
Wy Wz

V m, y ,d V m, z ,d
 km ˜ d1
f m, y ,d f m, z ,d
V m, y ,d V m, z ,d
km ˜  d1
f m, y ,d f m, z ,d

km Factor con valor:


0,7 sección rectangular
1,0 otras secciones

1
44

3.6 Comprobación de Deformaciones

Analizaremos varios tipos de deformación, el conjunto de las cuales tiene


incidencia en las estructuras de madera:

-Deformación inicial (instantánea, debida a la flexión y al cortante)


-Deformación diferida, por la fluencia del material.

- La deformación inicial por flexión y cortante, se calcula mediante las


expresiones habituales de la resistencia de materiales utilizando el valor medio
del Módulo de Elasticidad Longitudinal. (Eo,med) y del Módulo de Elasticidad
Transversal G .

La deformación por cortante tiene, para algunos tipos de estructuras de


madera, cierta incidencia, en relación a la deformación por flexión, debido al
reducido valor del módulo de elasticidad transversal G, respecto al longitudinal
E, aunque suele despreciarse.

Consideremos que mientras en la madera la relación de E/G es de 16, ya que


G vale de 6.000 a 7.000 kp/cm2, en otros materiales, como el acero u el
hormigón, es de 2,6 o 2,5, respectivamente.

El grado de esta incidencia depende de:


- la esbeltez geométrica de la pieza (luz/canto)
- del tipo de carga.
- de las condiciones de enlace.

A mayor canto, mayor influencia porcentual del cortante, aunque no en valor


absoluto. Así, por ejemplo, para una relación de L/H de 17, habitual para piezas
biapoyadas de canto constante y carga uniformemente repartida, la
deformación por cortante representa un 5,5% del total. Si el dimensionado se
ha realizado para L/H igual a 10, la deformación será menor pero el porcentaje
del cortante llegará al 10% del total.

Si el canto de la pieza es variable, L/H de 15 en el centro y de 30 en los


extremos, con idénticas condiciones de enlace y de carga, la proporción de la
deformación por cortante aumenta hasta el 6%.

Para un cálculo manual de casos sencillos, se pueden utilizar fórmulas para


considerar la aportación de esta deformación por cortante, bajo carga puntual
central o para carga uniformemente repartida.

Para un cálculo informatizado, como la mayoría de los programas comunes no


contemplan este porcentaje puede trabajarse con un módulo “E ficticio”, menor
en un 6 a un 8%, de modo que las deformaciones instantáneas facilitadas, ya
se vean afectadas por este porcentaje y den resultados más reales y
completos.
45
46

- Deformación Diferida. Para ciertos materiales, y la madera entre ellos, la


deformación instantánea o elástica no es la deformación final, ya que se
produce un aumento de deformación a lo largo del tiempo. Este incremento de
deformación esta relacionado con la duración de las cargas, pero también
puede llegar a estabilizarse a medida que aumenta el tiempo y si, en un
punto, se suprime la aplicación de las cargas, pueden restar deformaciones
residuales o viscosas, en la estructura.

Así las cargas permanentes producen un importante aumento de la


deformación. Y además influyen otros factores como el proceso de carga, el
nivel de tensión alcanzado, el contenido de humedad y la temperatura.
Este comportamiento se concreta en la normativa, con el factor K def para
cargas cuasipermanentes, que se encuentra tabulado según el tipo de material,
en función de las condiciones ambientales de la estructura o “clases de servicio
1/2/3”.
Los valores de la tabla K def indican el porcentaje de la flecha instantánea, que
representa la flecha diferida de las cargas permanentes, por lo que la
deformación final, į ó w, viene dada por la expresión:

w fin = w ini + w dif = w ini ( 1 + ȥ2 · K def )

Siendo ȥ2 el coeficiente de simultaneidad de las acciones, lógicamente de


valor unidad si se trata de las propias acciones permanentes.

Los valores de ȥ2, según el origen de las acciones variables que actúan
simultáneamente con las permanentes, ponderan una intensidad o duración
determinada en relación a las permanentes a efectos de fluencia y son, según
reproduce la tabla del apartado de Seguridad Estructural del Código Técnico:

ORIGEN SOBRECARGAS Ȍ2
Viviendas 0,3
Oficinas 0,3
Locales de Reunión 0,6
Áreas Comerciales 0,6
Almacenes 0,8
Vehículos < 3.000 Kg. 0,6
Cubiertas no transitables 0
Nieve para H < 1000 m. 0
Nieve para H > 1000 m. 0,2

Donde ȥ2 representa el porcentaje estimado de las cargas variables que


actuarán casi permanentemente. En resumen la fluencia de las variables ha
perdido importancia con el sistema actual, lo cual ayuda a que los límites
deformatorios descritos a continuación, ahora comunes a todos los materiales,
sean más asumibles.

- Otros Factores Si la madera ha sido colocada en obra verde o saturada de


agua, y ha de proceder a su secado en obra, las deformaciones serán mayores
y se evaluarán tomando un (K def + 1), en las anteriores consideraciones.
47

En las estructuras formadas por piezas, para que los esfuerzos se transmitan
entre ellas, los enlaces han de entrar en carga lo que produce deslizamientos
en los medios de unión que influirán en la deformación global.

En los nudos de las cerchas o en las coronas de los pórticos se produce un


incremento de deformaciones significativo, por este motivo.

La norma define un Kser, para estimar estos deslizamientos de los medios de


unión, en función del esfuerzo de servicio F por plano de corte, entre madera-
madera o acero-madera u hormigón-madera, necesario para hacer deslizar 1
mm., para una densidad media Um de la madera y un diámetro d del herraje
tipo clavija o de penetración.

w ini = F / K ser, para valores de Kser formulados y calculados.

Se deberá valorar también la fluencia en los deslizamientos, por lo que el


deslizamiento final será:
w fin = w ini ( 1 + Kdef)

En caso que los herrajes dispongan de perforación previa o pretaladro, como


en los pernos, el deslizamiento calculado se aumentará en un 1 milímetro,
valor correspondiente al juego inicial del enlace.

También ciertas situaciones ambientales pueden influir en las deformaciones,


a partir de movimientos de la estructura por cambios higrotérmicos.

Así, por ejemplo, vigas curvas isostáticas pueden desplazarse en su apoyo


deslizante al aumentar la humedad en la madera.

SITUACIONES de Proyecto para las Deformaciones.-

Las deformaciones se calculan bajo acciones características o incluso menores


(JF ” 1), como estado límite de servicio E.L.S.

Las llamadas situaciones de proyecto o combinaciones en E.L.S. , que pueden


verse en las fichas de la documentación adjunta, son:

Combinación CARACTERÍSTICA, que evalúa los efectos de corta duración de


las que pueden resultar consecuencias irreversibles (w act), o sea valora la
“integridad”. Interviene el factor de simultaneidad ȥ0 de las acciones
concomitantes, con un valor conservador de 0,7 excepto para el uso de
almacén.
El “confort” (w3) también es una combinación del tipo característica, de las
acciones variables Q.

Combinación FRECUENTE, que evalúa los efectos de las acciones de corta


duración, de las que puedan resultar consecuencias reversibles, como tales es
poco considerada en deformaciones. Intervienen los coeficientes ȥ1 y ȥ2.
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Combinaciones CUASI-PERMANENTES, que evalúa los efectos de las


acciones G de larga duración, o sea valora la “apariencia” (w max). Interviene
ȥ2, como hemos visto.
La flecha total se calculará como la suma de contribuciones individuales de las
cargas permanentes y variables, considerando las deformaciones iniciales y las
diferidas :
w total = w1 + w2 + w3

Siendo w1 = flecha inicial de permanentes


w2 = flecha diferida de permanentes
w3 = flecha inicial de variables
wc = contraflecha de fabricación

En madera laminada encolada es donde puede darse la contraflecha de


fabricación wc. Suele tener un valor fijo, igual a 1 /300 de la luz. Aunque podría
oscilar entre la flecha debida a las cargas permanentes y 1,5 por este valor,
como máximo. Por lo que w1 puede partir de este valor de contraflecha wc.

Es importante controlar la flecha activa que es el valor que puede producir


daños en los acabados i/o instalaciones (“integridad”):

w act = diferida permanentes w2 + inicial variables w3

Si se trata de forjados o pasarelas transitables, se ha de evitar la sensación de


falta de “confort”, debido a las vibraciones. Se considera que las acciones
variables (w3 sólo inicial ya que la parte diferida no da tiempo que se produzca
debido a su corta duración) no deben ocasionar una deformación instantánea
excesiva (también, para forjados ligeros no se considera recomendable superar
los 13 mm de valor absoluto de flecha máxima, para todas las acciones).
El Código Técnico analiza las vibraciones con mayor profundidad a partir de las
frecuencias propias de las estructuras y limitándolas según el tipo de uso.

Desde el punto de vista de la “apariencia” se han de evitar excesivos


movimientos con respecto a la situación inicial, que puedan afectar a la
estética.
La flecha neta se entiende como máxima:

w max = total w tot – contraflecha wc

Se utilizará la combinación característica para “integridad” y “confort”, y la


combinación cuasipermanente para comprobar la “apariencia”.
49

Limitaciones a deformaciones VERTICALES:

Según el art. 4.3.3 del Documento Básico de Seguridad Estructural SE 2


(Aptitud al Servicio) las deformaciones se limitan con varios objetivos:

- Para que sean compatibles constructivamente con el resto de elementos y


instalaciones, o sea de integridad.
- Bajo criterios de confort.
- Por cuestiones funcionales o estéticas, o sea de apariencia.

Las limitaciones de deformaciones verticales, bajo criterios de “integridad”, para


w act (w act = w2+w3), según los sistemas constructivos son:

L/500 para pisos con tabiques frágiles o pavimentos rígidos sin juntas.
L/400 para pisos con tabiques ordinarios o pavimentos rígidos con juntas.
L/300 en el resto de los casos.

Bajo criterios de “confort”:


L/350 será el límite para w3 (instantánea de las variables)

Bajo criterios de “apariencia”:


L/300 será el límite para w max ( w max = w1+w2+w3-wc)

En caso de tratarse de voladizos estos límites se reducen a la mitad en relación


al vuelo, o, lo que es equivalente, la luz L se tomará como dos veces el vuelo
del voladizo.

Estás condiciones deberán cumplirse en dos direcciones ortogonales de la


planta.

Limitaciones a desplazamientos HORIZONTALES:

Se utilizará la combinación característica para comprobar la “integridad” y la


combinación cuasipermanente para valorar la “apariencia”.

Desplazamiento horizontal o desplome total u, sobre la altura total del edificio.


Desplazamiento horizontal o desplome relativo ui, sobre la altura de su planta.
Altura total del edificio H.
Altura de una planta Hi.

Bajo criterios de “integridad” los desplomes límite serán:


H/500 de desplome total u en relación a la altura total H.
Hi/250 de desplome local ui en relación a la altura de su planta Hi.

Bajo criterios de “apariencia” el desplome relativo será:


Hi/250 de desplome local ui en relación a la altura de su planta Hi.

Estás condiciones deberán cumplirse en dos direcciones ortogonales de la


planta.
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3.7 Comprobaciones sobre la Estabilidad

El Pandeo

Una pieza:
con comportamiento elástico-lineal
de directriz perfectamente recta
sometida a compresión axial
de sección circular ‡, o rectangular
de enlaces biarticulados en sus extremos

Pandea, si la solicitación axial supera la P crítica, y la consiguiente V critica,


para la esbeltez mecánica O = Lef. / i, según:

Pcrit = (S2 · Eo,k · I) / Lp2 V crit = (S2 · Eo,k) / Om2

Donde interviene el módulo de elasticidad longitudinal característico.

Para la madera, que no tiene un comportamiento elástico-lineal en todas sus


fases, ni es isótropa y puede tener defectos o singularidades, el método
práctico consiste en reducir la capacidad de resistencia a compresión.
Se establece un coeficiente “ Ȥ c ”, que es menor a 1, y que afecta la
resistencia a compresión paralela por este factor, de modo que pueda
considerarse que con la reducción de tensión, no se alcanzará la P crit.
Se dispone de unas tablas de Ȥ c , en función del tipo de material, de la Clase
Resistente y de la esbeltez mecánica O.

La longitud eficaz de la pieza con posibilidades de pandeo depende de E, o


coeficiente según las condiciones de restricción de los enlaces extremos de las
barras. Los valores recomendados de E son mayores en general, que los
teóricos, para así contemplar la dificultad de conseguir la rigidez deseada en
los enlaces, y considerar su deformabilidad relativa.

En todos los casos podemos utilizar la misma P crítica si variamos la longitud


eficaz, según los diferentes casos de enlaces o restricciones, Lef = E x L real.
Para casos especiales de piezas comprimidas en sistemas estructurales
traslacionales o intraslacionales deberá buscarse la longitud de pandeo, a
partir de la rigidez de los enlaces reales. También puede analizarse el pandeo
mediante un cálculo iterativo, considerando la variación sucesiva de
excentricidades del axial.

Las esbeltezas mecánicas se obtienen dividiendo las longitudes eficaces a


considerar por los radios de giro respectivos, ya que los enlaces y las inercias
pueden ser diferentes en cada plano principal de la sección axialmente
comprimida. El pandeo puede estar más restringido en el plano lateral que en
el principal, o a la inversa, y la comprobación se efectuará para ambos.
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4.- COMPROBACIONES EN SITUACIÓN DE INCENDIO

4.1 La Situación de Incendio

4.1.1 La Combustión

Es la combinación de los componentes de la madera: carbono e hidrógeno, con


el oxígeno, produciendo anhídrido carbónico (no combustible) y agua.
Es una reacción con desprendimiento de calor (exotérmica), produciéndose la
combustión en dos fases que en parte coinciden en el tiempo:

- Primero una pérdida de vapor de agua y gases, formándose carbón vegetal.


- Segundo una combustión del carbón vegetal formado.

Quema en presencia de oxígeno (son necesarios 4,6 m3 de aire para quemar 1


kg de madera a 0º y 700 mm de presión), manteniendo la temperatura entre
400 y 500 ºC.

Proceso Combustión: CALENTAMIENTO + IGNICIÓN + CARBONIZACIÓN

100ºC Secado de la madera con desprendimiento vapor de agua.


300ºC Destilación madera, desprendiendo gases. Se inflama a
ésta temperatura superficial en presencia de llama.
Sin élla a 400ºC
350ºC Más gases, como el monóxido de carbono e hidrocarburos .
“combustión viva exotérmica”
500ºC Combustión de gases y del carbón vegetal
800ºC Van agotándose los gases
1200ºC Se agota el carbón vegetal

Iniciada la combustión, el calor genera la pirolisis (descomposición con


desprendimientos, fase endotérmica), apareciendo alquitranes, que originan
humos y vapores. Queda un esqueleto de carbón poroso incandescente, que
se consume sin llama (oxidación luminosa) hasta las cenizas.

4.1.2 Comportamiento del Material.

Características del material, en relación al fuego y a la combustión:

-La madera tiene una Baja reacción al fuego, pero una Alta estabilidad al fuego.
La madera pierde al calentarse resistencia y rigidez, por lo que descienden los
valores tensionales y el módulo de elasticidad. Sin embargo su capacidad de
aislamiento térmico impide que la temperatura aumente en el interior de la
pieza, por lo que este efecto de pérdida de resistencia es despreciable en la
práctica, comparado con otros materiales.
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-El calor específico del material es de 0,4 a 0,7 Kcal/kgºC, por lo que el
coeficiente de conductividad térmica (Ȝ = 5 a 6 kcal/h mºC) es bajo,
especialmente en la dirección perpendicular a las fibras, por ello es dificultoso
que la combustión supere las capas exteriores.

-La reacción al fuego M depende del espesor de la muestra. Por ejemplo en:

Frondosas al 12%H: si e”14mm se considera M4 el índice de inflamabilidad.


e>14mm M3

Coníferas e”18mm M4
e>18mm M3

- La densidad es un parámetro importante. Así, las maderas ligeras, con mayor


número de poros, arden más deprisa que las pesadas, al desprender más
gases. Es por lo que la combustión depende de la “especie”.

-La humedad de la madera, además de afectar a la resistencia, también tiene


su incidencia. A mayor cantidad de agua más tardará en evaporarla y
permanecerá en los 100ºC, retrasando la combustión. Por ejemplo al 15% de
equilibrio higroscópico ha de evaporar 150 kg de agua antes de iniciar la
combustión, aunque no se considera esta influencia de manera específica en el
cálculo.

En conclusión, en la madera la velocidad de avance de la combustión depende


de varios factores, así como del posible tratamiento ignífugo, superficial o
profundo, que haya podido tener. Aunque el sistema normativo de
comprobación que comentaremos contempla algunos de ellos y predice una
velocidad de avance casi constante, con pequeñas variaciones según los
casos.
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4.2 Bases Generales de Cálculo

La combustibilidad de la madera depende de la relación entre superficie y


volumen de la pieza. Los entrantes en las secciones o las aristas, que
aumentan la superficie, reducen esta relación, siendo por ello los puntos más
atacables de la sección. Del mismo modo que las fendas proporcionan mayor
superficie expuesta de la madera. O la madera laminada carboniza a menor
velocidad aparente al carecer de ellas.

Pero en general puede hablarse de una velocidad de carbonización básica ßo


aproximadamente constante, lo que permite establecer una relación lineal entre
el tiempo de exposición al fuego y profundidad carbonizada.

La profundidad de carbonización será: dchar= ß o * t


Además se produce el redondeo de las aristas de la pieza.

Los métodos de cálculo se basan en encontrar la sección que resta después


del incendio y en su estado, para comprobar su viabilidad. Se realiza con un
planteamiento similar al realizado para una situación normal, sin incendio, pero
utilizando:
- MAYORES RESISTENCIAS de CALCULO.
- MENOR EFECTO de las ACCIONES.

En el método de la “Sección Reducida (Eficaz)”, véase la tabla sobre la


velocidad de carbonización nominal ßn (mm/minuto) en función de la
densidad y de la especie de la madera. Este método simplificado considera las
secciones con las aristas vivas, pero contempla una mayor reducción de la
sección por el efecto del redondeo real de las aristas durante el incendio y por
la menor resistencia de la madera caliente, junto a la pirolisis .

El método de la “Resistencia y Rigidez reducida”, a partir de las ß y del estudio


pormenorizado del redondeo, en función del tiempo y la consiguiente reducción
de inercia permite afinar los resultados.

En el Código Técnico de “Seguridad en caso de Incendio” y concretamente en


el anejo “E” se describe el método de cálculo llamado de la “Sección Reducida”
que es el que desarrollamos en estos apuntes, buscando la sección eficaz,
después de sufrir el incendio.
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Propiedades del Material en situación de Incendio

Valor de cálculo de la RESISTENCIA: ff,d= Kmod f . kf . (fk /JM,f )

Kmod f Es el Kmod para incendio, considera los efectos de temperatura y


humedad sobre la resistencia y la rigidez. Su valor es menor o igual a 1, según
el sistema de cálculo empleado.

kfi Coeficiente transformador del valor característico en un valor


similar al percentil 20 a fuego:
kfi = 1,25 para madera aserrada
kfi = 1,15 para madera laminada

Jm,f Coeficiente de seguridad en incendio de valor = 1.

fk Resistencia característica de la madera.

Valor de cálculo de los Módulos de ELASTICIDAD:

Ef,d = Kmod f . kfi . (Ek / JM,f) para comprobación a vuelco y pandeo (E.L.U.)
Ef,med = Kmod f . (Emed / JM,f) para verificar deformaciones (E.L.S.)

Combinatoria de Acciones en situación de incendio:

Según el Código Técnico, en el apartado de Seguridad Estructural, las


combinaciones de acciones considerando los coeficientes de simultaneidad
son:

1 CP + (0,5 ó 0,7) SU
1 CP + 0,2 N (para nieve media o corta).
1 CP + 0,5 V (viento)
1 CP + (0,3 ó 0,6) SU + 0,2 N
1 CP + (0,3 ó 0,6) SU + 0,5 V

Se tomará uno u otro factor corrector de la sobrecarga de uso SU, según se


trate de viviendas y oficinas privadas o de comerciales y locales públicos,
tratando así de predecir la intensidad de carga, coincidiendo con el incendio,
para cada uno de los dos casos.
Con nieve de larga duración habrá de tomarse el factor 0,6.
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4.3 Sistema de Cálculo de la “Sección Reducida Eficaz”

Se comprueba la denominada sección eficaz, sin considerar pérdida de la


capacidad resistente del material por la temperatura. Se estima una
carbonización mayor de la real, para cubrir esta simplificación en las
resistencias y para evitar tener en cuenta el redondeo de las aristas de la
escuadría por efecto de las llamas.

Profundidad de carbonización eficaz: def= dcar + ko * do

Siendo dcar la profundidad de carbonización (dcar= ßn x t).

Con un valor fijo de do = 7mm, que es la profundidad de carbonización añadida


para contemplar los descensos de resistencia en la zona inmediata a la
carbonización y pirolisis. Se hace equivalente este efecto a una mayor
reducción de la sección.

Se considera que a los 25 mm de profundidad de la línea carbonizada, la


temperatura ya se mantiene constante, así como las resistencias, por lo que se
toma como mediana de la afectación un 30% de esta profundidad:
30% x 25 mm = 7 mm, como valor de sobrecarbonización do y de reducción de
la sección.

Siendo ko, factor corrector sobre “do” para los instantes iniciales del incendio, ya
que una vez sobrepasados los 20 minutos, se estabiliza la onda de calor y por
tanto las resistencias. Valor tabulado, en función del tipo de superficie de la
pieza y del tiempo requerido de R.

A partir de la sección inicial, a validar, pasamos a la sección residual para


apurar hasta la sección “eficaz”, donde no se consideran modificaciones de
las propiedades mecánicas.

Conclusión

Para las estructuras vistas, sin revestimiento de protección, el conseguir una


estabilidad al fuego no presenta grandes problemas si se trata de las
escuadrías comprobadas para las hipótesis en situación normal, principalmente
si se han diseñado previamente pensando en que no tengan unos anchos
demasiado apurados.

Por ello los peores comportamientos se presentan en las pequeñas piezas de


sección reducida, donde es difícil sobrepasar la R de 15-20 minutos sin
protecciones adicionales. En general puede cumplirse con cierta facilidad una
R de 30 minutos para la estructura principal, y es a partir de la R-60 donde
suele ser necesario un incremento de sección, que contemple la posterior
reducción por incendio.
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Por ello, de un modo orientativo, como anchos mínimos previos a la


comprobación, pueden tomarse:

Para luces medias-grandes, de madera laminada: en estructura principal >= 12


y en estructura secundaria >= 10 cm

Para luces menores, de madera aserrada: en estructura secundaria >= 10 cm

En las escuadrias adosadas, no se consideraran expuestas las caras en


contacto, si la separación entre adosadas es de hasta 1 mm

No se considerará la acción del fuego en la cara de la sección en contacto con


el panel del techo o de la cubierta, por su efecto protector.

Sin embargo estos elementos, considerados de cerramiento de cubierta, no


pueden mantener la misma R que la estructura, debido a su pequeño espesor
y por que sufren una rápida carbonización en las juntas entre paneles. Esta es
una de las razones que dificultan su uso combinado como elemento de
arriostramiento de la estructura.

En general toda estructura de trabazón puede considerarse que, después del


incendio, sigue cumpliendo con su misión si mantiene un 60% de su capacidad
portante.

No se efectuaran, en general, comprobaciones de deformación de las


estructuras, bajo situación de incendio, sino forman parte de un elemento
parallamas o separador de sectores de incendio. En este caso la comprobación
se hará para una hipótesis combinada de servicio E.L.S., que simule las
intensidades de las cargas en la situación de incendio, y que se hará coincidir
con las de la comprobación última a fuego E.L.U., al ser las J menores a 1.

4.4 Comprobación de las Uniones

Basándose en el DB-SI y para R<=60 minutos, comprobaremos las uniones en


situación de incendio, ya que son el punto débil en las estructuras bajo la
acción del fuego.
Las uniones, calculadas exclusivamente para la situación de cargas normal,
diseñadas con sólo piezas laterales de madera, o con placa metálica central
entre maderas, o con placas de acero al exterior y no protegidas, llegan a una
R de 15 a 20 minutos (tfi,d), según el tipo de unión, pues son 20 minutos para
los pasadores. Para mejorar este comportamiento hasta R de 30-60 se
precisará:
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- Incrementar los espesores de las piezas laterales y las distancias a testa


y borde de los medios de unión y la longitud - anchura de los laterales.

Este aumento de las distancias a la testa y a los bordes en la medida de afi


mm. se calcula para afi = ßn . k flux (treq - tfi,d)

Para treq el tiempo de R requerido en minutos,


ßn la velocidad de carbonización eficaz, y
k flux igual a 1,5, como flujo de ca lor a travé
s del elemento.

Por ejemplo para una EF-60 a fi = 0.8 · 1,5(60 –15) = 54 mm de incremento

En caso de protecciones por capas de tableros con una estabilidad al fuego de


la protección:
tch• treq – 0,5 tfi,d

Siendo tch el tiempo en el que se inicia la carbonización, y equivaliendo al


cociente entre el grueso de los tableros y la velocidad de carbonización bá
sica.

Ha de evitarse el fallo prematuro del modo de unión, situando las fijaciones a la


distancia afi del borde y a distancias entre sí de 100 mm. en los bordes y de
300 mm. en el interior. La penetración de las fijaciones en la protección
adicional ha de ser mayor de 6 diámetros.

Los gruesos de los parches y tapones sobre las fijaciones se determinará


n
como afi .

Las placas de espesor < 3 mm pueden protegerse mediante retranqueos dg, o


filetes encolados de espesor dg, o paneles fijados de grueso h p:

dg > 20 mm. R-30


dg > 60 mm. R-60
dg - hp > 10 mm. R-30
dg - hp > 30 mm. R-60

En caso de placas exteriores de acero sin protección se comprobaran como el


acero bajo incendio, considerando la cara del acero en contacto con la madera
como no expuesta.

Si se protegen con tableros, su grueso afi , será :


afi = ßn . k flux (treq - tfi,d) para tfi,d de 5 minutos

Por ejemplo utilizando una protección de contrachapado y para una EF-60


afi = 1 · 1,5(60 –5) = 82,5 mm de grueso.

Para uniones con piezas laterales de madera (espesor t1•45 mm) y sin
protección. Con la misma fórmula y para tfi,d de 15 minutos, vemos un ejemplo
de protección con madera: afi = 0,8 · 1,5(60 –15) = 54 mm de grueso.
Consultar otras fichas en la documentación facilitada.
67

Criterios generales de diseño y constructivos de los enlaces en situación


de incendio:

Como hemos visto, para las pletinas vistas, sus espesores son determinantes
para conseguir estabilidades al fuego, así para los elementos principales los
enlaces orientativamente han de confeccionarse con gruesos de 6 a 8 mm y
para los elementos secundarios de 3 a 4 mm. Las dimensiones mínimas en
planta de la pletina también tiene su incidencia, así oscilará de 200 a 280 mm
para una R-30 o R-60, respectivamente. Es un buen recurso clavetear los
herrajes a la madera para evitar el pandeo de las placas. (1 clavo cada 12x12
cm).

Con los herrajes vistos y adosados se produce el efecto “plancha” sobre la


madera, que la calienta y inicia la combustión, pero la falta de oxígeno la
detiene y acaba exponiéndose el acero y protegiendo a la madera.

Para los herrajes embutidos en el interior de la madera, la mejora de


comportamiento es completa si quedan totalmente ocultos, para no captar calor
exterior y conducirlo hasta el corazón de la escuadría de madera, donde
también se produciria un inicial sobrecalentamiento interno.

En cuanto a las fijaciones puede actuarse reduciendo el valor de trabajo de


cada medio de unión, aumentando su número o colocándolos de mayor
capacidad, o sea sobredimensionando la unión.

Así en los tirafondos sometidos a carga axial y protegidos de la exposición al


fuego, se obtiene su capacidad de carga multiplicando la normal por un
coeficiente reductor o factor de conversión Ș conn en función de las distancias a
los bordes d1 y del tiempo requerido tfi,d de estabilidad al fuego.
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4.5 Ignifugación

La práctica habitual en el sector de la madera estructural no es tratar la madera


con métodos de ignifugación. No hay tradición en este sentido y se opta por el
redimensionado bajo la situación de incendio, tal como hemos visto.

Ignifando la madera se busca influir sobre el inicio de la combustión,


retardándola. Si se mejora su reacción al fuego, se baja su índice de
inflamabilidad y combustibilidad o reacción M, y como consecuencia se
aumenta su resistencia y estabilidad al fuego R.

Se utilizan tratamientos químicos o protecciones que actúan como “pantalla”.


Son productos de fuertes características, ya que son precisas altas retenciones
de producto para esta misión.

Son, en general, compuestos hidrosolubles del tipo:

- Cloruro de cinc cromado.


-”Pyresote” (cloruro cinc, sulfato amónico, ácido bórico, principalmente)
-”Minalith” (sulfato amónico y ácido bórico, principalmente)

Oscilando de 25 a 95 Kg de retención de producto ignífugo necesaria, por m3


de madera.

- Modo de Actuación:
Estos productos están pensados para conseguir su objetivo, en base a:

Aumento de la humedad de la madera, al ser higroscópicos, produciendo una


elevación de la temperatura de descomposición de la madera (como los
silicatos alcalinos).

Aumento del carbón vegetal y disminuyendo los gases combustibles y la


incandescencia del carbón (como los fosfatos).

Desprendimiento de gases NO combustibles propios de los materiales de


protección y de la propia madera, retrasando la propagación. En algún caso,
los gases no combustibles pueden ser tóxicos.

Formación de barreras frente al aire. Al fundirse a temperaturas menores a la


combustión de la madera, rellenan sus poros taponando la entrada de aire y la
evacuación de gases combustibles (productos como el bórax).
Al mismo grupo pertenecen los productos intumescentes, que forman espumas
estables como barrera (productos del tipo urea, caseína y los fosfatos
amónicos)

Inhibición química. Formando combinaciones químicas, en la reacción en


cadena de la combustión, más inertes y menos reactivas. (son del tipo
halógenos como el flúor, cloro, boro, yodo). Como contrapartida pueden
originar gases tóxicos que hay que contrarrestar con la adición de otros
productos.
69

4.5.1 Métodos de ignifugación

La madera se elige en función de sus características resistentes o aparentes,


por lo que su facilidad de ser impregnada es un valor añadido no determinante,
en el momento de su elección, por lo que en ocasiones puede haber
dificultades para conseguirlo. Hay varios métodos de aplicación, aunque no se
contempla en los cálculos de carbonización para establecer la R, puede
llegarse a un M2, o incluso a un M1, con un tratamiento en masa de la madera.

- Ignifugación profunda

Por inyección a presión, sistema Bethell o de célula llena, eliminando el aire


previamente por vacío en autoclave, consiguiendo altas penetraciones y
retenciones. Es eficaz si penetra un mínimo de 1 cm en el duramen.

También puede hacerse por simple inmersión, con reposo posterior para
favorecer la dispersión. Se facilita el proceso si se produce en caliente, a
temperatura entre 60º - 90º C.

Es necesario el secado posterior, mejor al aire. En esta operación de secado


puede producirse una cierta migración de los ignífugos.

- Ignifugación superficial

Más económica y con la doble misión de ignifugar y tratar la madera como


acabado, en forma de pintura o barniz.

Son los mismos productos, con mayor concentración (1 kg/m2) para aumentar
la resistencia con una sola capa.

Si son pinturas o barnices del tipo “intumescente”, precisan menores


concentraciones (250 gr/m2) y forman con el calor un capa espumosa que
impide la entrada de calor y la salida de gases. (Silicato sódico o fosfato
amónico + resinas termoendurecibles, como epoxis o siliconas)

La ignifugación superficial se ha de renovar periódicamente para mantener la


eficacia. Hay empresas especializadas que aseguran una R-90, con un
tratamiento superficial.

- Recomendaciones Genéricas para las piezas ignifugadas

Es recomendable usar sales no higroscópicas, para evitar que capten la


humedad ambiente, dañando la madera.
No es recomendable la utilización exterior de las piezas tratadas, pues la lluvia
irá lavando la protección, ya que en general, son sales del tipo hidrosolubles.
70

No es posible un cepillado enérgico de las piezas tratadas superficialmente,


pues disminuye el grueso protegido.

En la madera laminada encolada, el tratamiento ignífugo previo puede afectar a


la calidad del encolado. A su vez, un tratamiento posterior, puede dificultar la
penetración de la solución acuosa del ignífugo, por la resistencia al producto de
las capas de cola.

- Recubrimientos Ignífugos

Además de estos tratamiento descritos sobre el propio material, existen los


sistemas tradicionales de Recubrimientos ignífugos, a base de materiales
aislantes o difícilmente combustibles, que son útiles para especies poco
absorbentes, como el abeto o el cedro, o sobre estructuras con fuertes
requerimientos de EF y que no deban cumplir con consideraciones estéticas.

Recubrimientos de capas aplicadas o de placas rígidas de:

Yeso + tela metálica (al ser mal conductor y evacuar agua)


Placas amianto, fibrocemento, lana vidrio
Vermiculita
Tableros de fibras (con adhesivo tratado)
Tableros de partículas (mezcladas con ignífugos)
Cartón – yeso, o yeso con fibras.

Resistencias al Fuego, por especies.-

MUY ELEVADA Eucaliptus


Laurel
Teca

ELEVADA Haya
Castaño
Pino Oregón
Roble
Arce

MEDIANA Abedul
Ciprés
Cedro
Olmo

BAJA Cerezo
Abeto blanco
Pino silvestre
Abeto rojo

MUY BAJA Chopo


Sauce
Tilo
71
COMPROBACIÓN AL FUEGO PARA UNA EF-60
PORTICO: 18,5 x 170 GL-24h

q variables = 50 kg/m2 q permanentes = 50 kg/m2


2
M+ = 6·0,05 x 28 8 = 29,4 m·T M+ = 29,4 m·T

Hipótesis II a fuego
1 C.P. + 0,2 N.
29,4 + (0,2 · 29,4) = 35,28 m·T.

* ȕn = 0,7 mm/min. (Tablas para madera L.E)


velocidad carbonización. ȡ k t 290 Kg/m3
eficaz. (ȕn > ȕo)

profundidad d car = ǃn × t'= 0,7 × 60'= 42 mm.

* prof. eficaz d ef = d car  K o ˜ d o 42  1 ˜ 7mm 49 mm.

* 3 caras expuestas
b’ = 18,5 – 4,9 – 4,9 = 8,7 cm.
8,7 x 165,1
h’ = 170 – 4,9 = 165,1 cm.
8,7 u 165,13
* Inercia sección reducida 3.262.715 cm3
12
2I
modulo resist. reducido 39524 cm2.
h
35,28 u 10 5
ı y fuego 89,26 Kg/cm2 << 276 Correcto
39524

fk 240
f fd K mod,f ˜ K f ˜ 1˜ 1,15 ˜ 276 Kg/cm2
Ȗm ˜ f 1

* Comprobación a vuelco
(Considerando el sistema de traba general)

l ef ȕv ˜ l r 1˜ 7 7 m.
1,651
Ce 7˜ 39
0,087 2
Tablas
C e = 39
K crit = 0,1923
GL-24
f f,d = 276 Kg/cm2
f f,d con vuelco x 0,1923 = 53,1 Kg/cm2 < 89,26 calculada
72
* No cumple para una EF-60

Opciones:
*Aumentar sección (b > 18,5 cm.)

*Aumentar traba (lef < 7m.)

*Reducir R (R < 60 )
Ya que la carga permanente de esta cubierta
es menor de 100 Kg/m2, y se puede considerar R-30.

Tomamos la decisión de rediseñar la traba, implicando todas las correas


(c/350 cm.) de forma que reduzca mucho la esbeltez.

1,651
l ef ȕv ˜ lr 1 ˜ 3,5 3,5 m C e 3,5 ˜ 27,63 Tablas K crit = 0,4
0,087 2

f f,d = 276 Kg/cm2


f f,d con vuelco = 276 x 0.4 = 110 Kg/cm2 >> 89,26 calculada
Correcto

No se comprueba la deformación al fuego en situación de incendio.


Solo debe hacerse en el caso que la pieza forme parte de un elemento
separador de sectores de incendio.
73

5.- TIPOS ESTRUCTURALES EN CUBIERTAS

5.1 Introducción

A partir de la forma de la planta a cubrir, los posibles puntos de soporte, la


función a alojar, y los medios constructivos, entre otros condicionantes, se
elegirá los tipos estructurales más adecuados.

En general habrá una primera decisión: se tratará de una estructura jerárquica,


con piezas principales y secundarias, o de una estructura global, más compleja,
y sin distinción clara del carácter específico de sus partes.
Se tratará de una estructura basada en mecanismos resistentes de flexión, o
en una combinación de axiales de compresión y tracción, o basada en la
configuración como forma espacial, en cáscara o membrana, aptas para
trabajos fundamentalmente axiales.

Se ha escogido el orden de la descripción, de los tipos estructurales de


cubierta, en función de su capacidad y optimización para salvar un orden
creciente de luces en el plano, dejando para el final dos tipos claramente
espaciales:

x Vigas de alma llena.


x Vigas atirantadas.
x Celosías trianguladas.
x Barras apuntaladas tri-articuladas.
x Pórtico bi o tri-articulado.
x Arco bi o tri-articulado.
x Mallas espaciales.
x Láminas plegadas.
x Láminas cilíndricas.

En el caso del tipo basado en la división en estructuras principales y


secundarias, la relación más económica entre las luces es de 4.5 x 1, lo que
ocasiona importantes luces de correas, para agotar la capacidad del material.
El peso propio conjunto, para ambas estructuras de cubierta que cumplan dicha
relación, puede predimensionarse como una repercusión de kg/m2, para el
caso de vigas biapoyadas y de canto constante, aproximadamente igual a:
1 /120 (L principal + L secundaria) x Q aplicada / m2

De un modo orientativo, la comprobación resistente de las piezas con un


trabajo predominantemente a flexión, puede iniciarse por la flecha en caso que
la relación entre el canto y la luz sea mayor a 1:16; o por las tensiones
normales V de flexión, en caso que la relación esté comprendida entre 1:10 y
1:16; o por los cortantes, en caso que la relación sea menor a 1:10. De este
modo la aproximación al resultado final es más rápida y convergente.

En las estructuras de madera no suele ser necesario la disposición de juntas de


dilatación, para longitudes menores a los 200 m, ya que los efectos de un
aumento de temperatura producen, junto a una mínima dilatación térmica, una
contracción semejante, por reducción de la tasa de humedad higroscópica.
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5.2 Vigas de Alma Llena

Se considera un tipo apto para luces hasta los 25 o 30 m, ya que a partir de


necesitar cantos de unos 2 m, puede resultar mucho más óptima una solución
aligerada de barras de celosía, que proporciona un ahorro importante de
material aunque a cambio de un mayor trabajo en las uniones.

Hay una gran variedad de vigas, dentro de este tipo, según su canto sea
“constante” o “variable”. Como canto variable pueden considerarse las de
pendiente a una vertiente, a doble vertiente, las peraltadas, y todas las
curvadas. Las vigas curvadas pueden serlo por la parte superior o la inferior.
También en su misma directriz, con una o varias curvaturas acopladas.

Analizada una sección, su limitación vendrá motivada, en general, por la


comprobación de la deformación, considerando la flecha instantánea y la
diferida, por la fluencia del material. En el caso de canto variable y a doble
vertiente, este punto tiene todavía mayor incidéncia.

En el caso de canto variable, será necesario además comprobar los puntos de


máxima tensión, ya que pueden no corresponder con los de máximo momento.
Han de realizarse correcciones tensionales, perpendiculares a la sección, por la
inclinación de las fibras, y en puntos singulares, como el vértice, por ejemplo.
Así, en vigas de canto variable con cambio de directriz de la pieza, como las
vigas a dos aguas o peraltadas, el punto crítico puede ser la capacidad de
resistencia a la tracción perpendicular a la fibra.

En piezas curvas también se analizarán las tensiones de tracción,


perpendiculares a las fibras.

Acompañando a la flexión de las vigas habrá que comprobar el vuelco, o


inestabilidad lateral de sus fibras comprimidas, por lo que se tomarán medidas
desde el diseño, inmovilizando sus extremos, y arriostrando con un sistema
estabilizante basado, por ejemplo, en las correas diagonalizadas.
80

5.3 Vigas Atirantadas

Este tipo estructural se encuentra en el camino de la evolución lógica de las


vigas de alma llena, hacia las celosías de barras.

En el punto en que las vigas macizas están al límite de sus capacidades, y con
una alta repercusión de su peso propio, es un recurso habitual ganar canto sin
aumentar volumen, apuntalándola con montantes acodalados contra un tirante
inferior, que actúan como apoyos elásticos del par superior de la viga.

Este tipo toma el nombre de viga Fink y, en condiciones normales, no ganamos


un sector de luz mucho más amplio, pero lo conseguimos de una forma mucho
menos pesada, física y espacialmente. Habitualmente podemos llegar hasta los
35 m de luz, o en casos excepcionales superarlos largamente, desdoblando el
par superior en dos y multiplicando el número de montantes de apoyo, con los
necesarios cambios de dirección del tirante, con un cierto ángulo, en cada
punto de encuentro.

Cada barra de la viga se especializa en un tipo de esfuerzo: el par superior


queda solicitado fundamentalmente como una viga continua a flexocompresión,
apoyada flexiblemente sobre los montantes, que estarán fuertemente
comprimidos por la reacción contra el tirante inferior, traccionado. Todas las
barras se pueden diseñar en madera, pero es habitual que el tirante se
resuelva en acero, para ganar esbeltez.

Es un tipo estructural que ha de hacerse entrar en carga previamente, para que


no se produzcan deformaciones importantes por deslizamiento de las uniones
al recibirla. Un tirante regulable de acero favorece la facilidad de contra flechar
el conjunto.

Todas las uniones han de diseñarse para transmitir correctamente los


esfuerzos, fundamentalmente las tracciones extremas del tirante contra el par
de madera flexo comprimido.

Las uniones de los montantes con el par han de quedar inmovilizadas


transversalmente, por el empotramiento del propio nudo o, mejor, por un
sistema de arriostramiento transversal. Esta es una cuestión importante para
asegurar que el vuelco, por exceso de flexión del par, o cualquier excentricidad
de las cargas no produzca el inicio de una deformación lateral, con la
consiguiente pérdida de geometría y de canto, que origine un proceso de
posible colapso.

Las cubiertas de madera acostumbran a estar solicitadas por cargas


permanentes ligeras, por lo que una acción del viento de succión exterior o de
presión interior o su combinación, según la pendiente de la cubierta o la
superficie de aberturas en fachada, puede llegar a contrarrestar a las cargas
gravitatorias y a invertir los esfuerzos de las piezas, colocando el tirante a
compresión que, en general muy esbelto, no podrá soportar.
81

5.4 Celosías Trianguladas

Las celosías trianguladas pueden entenderse a partir de ir complicando las


soluciones de las vigas Fink, cruzando barras y uniéndolas. Se sigue
consiguiendo perder peso, con respecto al tipo de alma llena, y llegar a cubrir
hasta los 50 m de luz.

Las condiciones genéricas de diseño para las estructuras trianguladas


articuladas, son también de aplicación en el caso de las celosías de madera.
Así los ejes de las barras han de cruzarse en un punto, para evitar
excentricidades en la transmisión de los axiales, y la carga de las correas es
mejor aplicarla directamente sobre los nudos entre barras, para evitar que se
generen flectores en los pares.

Los condicionantes para el dimensionado suelen ser: el pandeo de las barras


comprimidas, la transmisión de las tracciones en los enlaces, así como la
consideración de los deslizamientos de éstos enlaces en la evaluación de la
deformación. La deformación teórica de estas estructuras de gran canto,
acostumbra a ser de pequeña cuantía, pero las reales son algo mayores,
debido al deslizamiento de las clavijas de los nudos en la madera.
82

5.5 Barras apuntaladas tri-articuladas

Este sistema se conforma a partir del apoyo mutuo de dos barras apuntaladas
entre sí, en general con una importante pendiente en las vertientes. Es habitual
que se articulen en sus arranques, y también en la clave.

Este tipo estructural permite cubrir luces importantes, hasta unos 40 m, en


función de la altura que tome la estructura. La relación entre la luz y la altura es
fundamental para evaluar los esfuerzos de flexo compresión y los empujes o
reacciones en los arranques. Cuanta más pendiente tenga la estructura, estará
más solicitada a esfuerzos axiales y menos a flectores, y a la inversa. Al mismo
tiempo, cuanta menos pendiente tenga la estructura, mayores serán las
reacciones horizontales y a la inversa.

Es un tipo apto para edificaciones que tomen altura, así dominará la


compresión sobre el momento, y donde haya posibilidades de recoger los
empujes, sin sufrir deslizamientos en los apoyos. Por ello ha de pensarse en
llevarlos contra el terreno, o contra unos contrafuertes resistentes, e incluso
incluir un tirante postensado, enterrado a cota de solera, uniendo las dos
articulaciones de arranque, evitando los desplazamientos de las bases y
aumentando la verticalidad de las reacciones. También la rigidización del nudo
de la clave reduce las reacciones horizontales.

Una variante de este tipo, es la que eleva el tirante hasta una altura indistinta,
en el interior de la nave, lo que provoca cambios en la distribución de los
flectores en las dos barras de cubierta y reduce la componente horizontal de
las reacciones.
83

5.6 Pórticos bi o tri-articulados

Consideramos un pórtico, a la estructura formada por dos o tres barras, de


diferentes características y tipos de unión entre sí, que cierran un espacio, en
general con pendientes de cubierta bajas. Las posibilidades de cubrir espacios
varían en función de los enlaces, oscilando entre los 20 y 50 m, según el
número de articulaciones y el modo de rigidizar los nudos. El mayor rango de
luz se consigue con la continuidad de las láminas curvadas.

En el caso bi-articulado, tendremos una estructura hiperestática, más sensible


a los asientos diferenciales y, según las dimensiones de las barras, con
posibles dificultades de transporte. Contrariamente, en el caso tri-articulado, la
estructura será isostática, más adaptable a diferentes comportamientos del
suelo, y con piezas más cortas que pueden montarse en obra.

Dada la dificultad para constituir empotramientos en la cimentación, se


acostumbra a dar prioridad a las articulaciones en éstos puntos. El pórtico va
tomando forma en función de éstas decisiones, y la ubicación o no de la tercera
articulación, junto con el modo de diseñar los nudos rígidos.

Éstos nudos rígidos han de ser capaces de transmitir cualquier tipo de


esfuerzo. Pueden constituirse por continuidad de las mismas lamas curvas, o
por la unión lateral de las piezas a través de una corona de pernos, o por el
enlace por las testas de las piezas, con uniones dentadas o con barras
corrugadas dobladas y pasadores anclados con resina.

Algunas de estas soluciones para rigidizar un enlace, tienen limitaciones


geométricas. Por ejemplo en la curvatura de las lamas, que ha de tener un
radio de alrededor de 200 veces el grueso de la lama, para evitar excesivas
tensiones inducidas en las lamas, por la propia flexión de fabricación. O en la
corona de pernos, donde las deformaciones higrotérmicas de la madera en el
sentido transversal, impiden diseñar coronas de 0,80 a un metro de diámetro
aproximadamente.

Este tipo estructural tiene sus comprobaciones generales y las propias de los
puntos singulares, como las concentraciones de tensiones en los bordes
cóncavos de las zonas curvas, junto con las tensiones inducidas de la
fabricación. O la tendencia al despegue de las láminas en los bordes convexos,
limitada si se dispone de un elemento continuo de acabado, como cinturón.
84

5.7 Arcos bi o tri-articulados

Es con este tipo estructural con el que podemos llegar a luces más grandes,
unos 100 m, con el tipo de alma llena y todavía mayores con arcos de celosía
triangulada.

En este caso interviene el mecanismo resistente de la “forma” y, dependiendo


de su trazado, tiene un comportamiento donde dominan claramente los
esfuerzos de compresión, por encima de la flexión. Por ejemplo, para una
carga uniformemente distribuida en proyección horizontal, el trazado parabólico
es el que produce un comportamiento de axial más puro; para la acción del
peso propio será el trazado en catenaria. En cualquier caso, como la simetría
de cargas no se produce siempre, también habrán de evaluarse las flexiones
por fuerzas laterales de viento o por el posible asentamiento de apoyos, etc.

Las reacciones inclinadas, con su componente de empuje horizontal, volverán


a ser determinantes en esta tipología, como lo fueron en el caso estudiado de
las barras apuntaladas, para diseñar las articulaciones y su relación con el
terreno, con contrafuertes o tirantes. La intensidad del empuje será
inversamente proporcional a la altura o flecha desde la clave hasta la línea de
arranque. Esta relación es aceptable si el arco se eleva hasta un 1/5 de la luz,
para arcos más rebajados ya no puede soslayarse la consideración de la
deformación axial del arco, fuertemente comprimido.

El axil es casi constante a lo largo de su directriz y los momentos máximos se


presentan entre 1/4 y 1/5 de la luz hasta la clave, según se trate de arcos bi o
tri-articulados.

Como en todo elemento solicitado a esfuerzo de compresión, tendremos que


considerar las inestabilidades por pandeo, que puede ser lateral o producirse
en el mismo plano vertical del arco. Lateralmente trabajaremos con la
estructura secundaria de correas, de forma que éstas se constituyan en apoyos
elásticos en la estructura de arriostramiento. En el plano principal, es
recomendable mantenerse en esbelteces no mayores a Omec.=120.

Para la elección entre bi o tri-articulación, volveremos a decidir de acuerdo con


las mismas posibilidades enunciadas en el apartado anterior, referidas a los
pórticos.

En presencia de momentos flectores y curvas, volveremos a comprobar las


tensiones de tracción perpendiculares a las fibras.
85

5.8 Mallas Espaciales

Con el cruce, en un mínimo de dos direcciones, de vigas de rigidez parecida se


produce el inicio del trabajo conjunto entre ellas y un mejor reparto de los
esfuerzos. Las proporciones entre estos esfuerzos se producirán en función de
las inercias y luces de las piezas, siendo más uniformes, cuanto más iguales
entre sí sean estos parámetros. Se dice que una estructura bidireccional tiene
un mejor comportamiento que una unidireccional, hasta una proporción límite
en planta de L x 2L, donde las reacciones, por ejemplo, ya varian de 1 a 8, en
los extremos cortos a los largos, perdiéndose el modo óptimo de trabajo
bidireccional.

Esta transmisión biaxial se produce por la rigidez de las uniones, en los


encuentros entre las barras. Variando desde igualar solamente la deformación
en el punto de cruce, hasta la redistribución de las flexiones por la rigidez a
torsión de los nudos, al ser equivalente a un empotramiento en el espacio y
reducir así la flexión de las barras transversales. Es una estructura altamente
hiperestàtica, donde cada encuentro es un nudo rígido.

En el caso de vigas de alma llena cruzadas, las uniones tienen alta dificultad y
coste. Dada la tendencia a la relajación de los enlaces del tipo clavija, puede
presentarse una excesiva flexibilidad de la solución y por tanto un trabajo
menos bi direccional de lo esperado. Es por ello que en ocasiones se trata de
falsas mallas, ya que sólo es continua una familia de barras y la otra son piezas
de relleno.

El ángulo en planta en que se cruzan habitualmente las dos direcciones de


barras es el de 90º, pero para una planta alargada resulta más beneficioso, en
el reparto de esfuerzos, hacerlo a 45º, y para plantas poligonales pueden
diseñarse cruces de barras a 60º, etc.

Estas redes también pueden solucionarse como cruces de celosías espaciales


de barras, con nudos prefabricados metálicos aptos para recibir barras en
cualquier ángulo y transmitir esfuerzos entre ellos.

Los tipos de mallas de madera de pequeña escuadría y cables de acero


tensados, presentan una adecuada correspondencia entre el material y el tipo.
Basan la forma que toman en el deslizamiento de los nudos y en la
deformación de la superficie. Por su poca rigidez, se adecuan a las variaciones
de carga, con notables variaciones de forma. Adaptan su necesario equilibrio a
los esfuerzos internos. No hacen uso de su resistencia tangencial y los
esfuerzos flectores locales son casi inexistentes.

En estos tipos es necesario evitar vibraciones, a partir de un trazado en doble


curvatura y con la adición de esfuerzos activos de pretensado a través de los
cables.
86

5.9 Laminas Plegadas

Son nuevas soluciones espaciales de cubierta, elaboradas a partir de tableros


de derivados de madera transformada, como los contrachapados o los de
virutas orientadas O.S.B., tipos 3 o 4, y basándose en los conceptos clásicos
de las láminas plegadas de hormigón.

El ángulo de cada faldón con la horizontal oscila de los 25º a los 45º.Pueden
llegar a luces de 35 m.

Son cubiertas de apariencia unidireccional, arriostradas por los tímpanos


extremos y con soportes fundamentalmente extremos o en algún punto central.
Cada vertiente de la plegadura trabaja longitudinalmente como viga, y
transversalmente apoyadas desde el vértice de la cubierta hasta el borde
inferior, donde se ubica un nervio o viga.

Pueden agruparse lateralmente, formando un conjunto, y compensando entre


sí los empujes laterales. Las vertientes extremas quedan descompensadas y
habrá de disponerse tirantes entre las vigas de borde de ambos extremos más
alejados, o los pilares deberán estar preparados para recibir los empujes
laterales del faldón.

En ocasiones pueden añadirse en los extremos dos medios módulos volados,


que compensan las componentes horizontales del último tramo.

Acostumbran a construirse a partir de piezas o nervios superiores e inferiores


de madera aserrada o laminada encolada, relacionados entre sí por
rigidizadores perpendiculares y dos capas de tableros: la exterior y la interior,
unidos rígidamente y formando un cajón vacío.

Es un tipo estructural con futuro, pues tiene a su favor la ligereza de la


solución, la facilidad de montaje y las amplias posibilidades de prefabricación.
87

5.10 Laminas Cilíndricas

Es otra tipo estructural que intenta aprovechar los recursos de las estructuras
espaciales, con un claro “comportamiento de membrana”, minimizando las
acciones flectoras y tratando de distribuir las tensiones lo más uniforme posible
por toda la sección. Pueden llegar a los 35 m de luz.

En este caso están formadas por escuadrias longitudinales rectas y continuas,


trabadas con piezas transversales cortas y siguiendo la curva. A este
entramado de madera aserrada o laminada encolada, según la luz y curvatura,
se le clavan dos capas de tableros contrachapados a rompejuntas. Son
importantes las uniones de continuidad de las piezas longitudinales y también
de las transversales en ambos testeros, ya que los tímpanos han de ser
rígidos. Los empujes laterales, de una o varias láminas agrupadas, han de
equilibrarse, sin perder las condiciones de borde para que sigan funcionando
como membranas.

De forma simplificada, da resultados aceptables la doble comprobación: como


“vigas” longitudinales, apoyadas en los tímpanos, y como “arcos” transversales
empotrados elásticamente en los arranques longitudinales de la superficie
cilíndrica.

Las proporciones adecuadas en sección, son fundamentales para que el


conjunto trabaje como esperamos. La relación entre la luz longitudinal que
salva y el radio de curvatura acostumbra a estar alrededor del factor 2,5. La
anchura de cada módulo de lámina puede tomarse cómo 1/5 de la luz.
88

5.11 Sistemas de Estabilidad General

Además de las comprobaciones de resistencia y de rigidez, con


consideraciones de estabilidad local de las piezas, también hemos de prever
los criterios de estabilidad general del conjunto.

Los tipos estructurales de gran luz acostumbran a ser exteriormente isotáticos.


Estos vínculos y su propia rigidez han de asegurar una deformación admisible
en el propio plano, en general el de las cargas gravitatorias, pero también en
cualquier otro plano susceptible de deformarse, por acciones horizontales
como el viento o el sismo, o por la excentricidad de una carga gravitatoria, por
ejemplo.

El análisis puede hacerse por partes:

Transversalmente, en la dirección de la estructura principal, a partir de sus


enlaces.

Longitudinalmente, a partir de sistema de arriostramiento añadido.

Globalmente, pueden considerarse las dos estabilizaciones a la vez, en el caso


de estructuras con simetría cerrada de forma.

Según las características de los mecanismos de rigidización los podemos


agrupar en:

Planos de Barras Trianguladas, que son geométricamente indeformables,


formados por algunas de las piezas de la estructura principal, las correas
secundarias y nuevas diagonales traccionadas o comprimidas, según sea el
sentido de las fuerzas a estabilizar.

Planos Continuos muy rígidos, indeformables por la continuidad del material en


el propio plano, formando “diafragmas”. Como, por ejemplo: los tableros
contrachapados o de OSB, o las latas clavadas adaptándose a la forma,
aunque con menor eficacia.

Planos de Barras Rígidas, indeformables por la rigidez de sus enlaces,


formados por las mismas piezas del caso anterior, pero sin las diagonales que
triangulan. La dificultad de conseguir nudos rígidos con madera, hace que sea
poco usual éste sistema.

Según su situación en la estructura, las podemos clasificar en :

Arriostramiento en el “Plano de Cubierta”, que pueden localizarse en ambos


extremos y además en los dos laterales de la planta. O extenderse a lo largo
de toda la cubierta, con intensidades variables a lo largo de su superficie.

Arriostramiento Vertical, que pueden localizarse en los laterales y además en


los testeros, o longitudinalmente en el interior, para evitar el vuelco y mantener
89

la vertical de la estructura principal. Los testeros pueden ser macizos y


estabilizar el conjunto.

Todo lo anteriormente relacionado produce el efecto deseado de estabilizar el


conjunto, si existe posibilidad de continuidad del plano de cubierta.

El arriostramiento en el plano superior de cubierta colabora en el soporte


de parte de los esfuerzos en cubierta, producidos por la presión y succión del
viento. Se diagonalizan los dos tramos extremos para evitar que las correas del
resto de tramos centrales queden sometidas a compresión.

Previendo los dos posibles sentidos del viento, las diagonales también son
dobles, en X. Si se resuelven con elementos metálicos muy esbeltos, pueden
considerarse en cada caso solamente los sometidos a tracción, despreciando
las comprimidas. Si son de madera pueden disponerse diagonales en V, por su
capacidad a compresión con pandeo, al ser menos esbeltas.

En las correas de estos tramos extremos, han de considerarse los efectos del
pandeo, ya que algunas están comprimidas, al actuar como montantes de
estas celosias extremas que se han organizado en el plano de cubierta.

Para completar el sistema, será importante transportar sus reacciones en


cabeza de pilares, hasta el plano del suelo. En general se hará a través de la
diagonalización de unos tramos verticales.

En el caso de longitudes en planta de más de 50 o 60 m, entre los tramos


extremos diagonalizados, será necesario disponer otros de centrales, que
divida en más sectores la cubierta.

Acompañando a los sistemas de traba de ambos extremos, pueden disponerse


arriostramientos laterales en cubierta, a lo largo de las fachadas longitudinales.
Recogerán los esfuerzos que llegan sobre los soportes centrales, rozando las
fachadas, y que podrían descuadrar los tramos de correas intermedias. Serán
más necesarios, cuanto mayor sea la longitud de dichas fachadas.

Los sistemas de arriostramiento completos, de toda la cubierta, acostumbran a


implicar mayor número de soportes perimetrales en la estabilización y van
dibujando en el plano de cubierta una planta de canto variable o parabólica,
con diagonales de “igual resistencia”.

La trabazón vertical de las propias fachadas longitudinales, actúa


conjuntamente con la necesidad de diagonalizar, o alternativamente rigidizar
los nudos, de un tramo vertical en cada fachada, para recoger las reacciones
de las celosías de cubierta.

Esta traba también puede lograrse mediante el macizado de alguno de los


tramos, de modo que pueda considerarse la formación interna de una biela de
compresión que transmita las reacciones al suelo.
90

Las trabas verticales interiores, son necesarias para evitar el giro transversal
y el posible vuelco de soluciones aligeradas y esbeltas de celosías de poca
rigidez lateral. Ello se puede producir aunque tengan los extremos sujetos y
formen parte del sistema general, entre las dos tramos de traba extremos.

Para luces superiores a los 25 m se disponen, en zonas centrales, diagonales


verticales perpendiculares a las celosias. No se colocaran cordones inferiores
para evitar que la estructura, al entrar en carga, actúe indiscriminada y
bidireccionalmente, pues es preferible separar el sistema resistente del de
arriostramiento.

Arriostramientos en diferentes planos. Es el que ha de formarse cuando la


forma de la cubierta no permite la formación de un plano continuo a nivel de los
cordones superiores, en general de los comprimidos.

Esta es la situación que se presenta en las cubiertas en “diente de sierra”, por


ejemplo, donde es necesario arriostrar cada vertiente con independencia de las
demás. También en las cubiertas resueltas en cuelgue del cordón traccionado,
quedando el cordón superior comprimido, libre y sin arriostramiento, por lo que
habrá de considerarse esta circunstancia en su diseño y cálculo.

La consideración de los Diafragmas de Cubierta, trata de movilizar el


tablero de la cubierta y las correas de soporte, así como algunos elementos de
la estructura principal, como si constituyeran una viga de gran canto, frente a
las fuerzas horizontales de viento o de cualquier inestabilidad lateral, para
mantener estable el conjunto.

Los tableros a utilizar han de tener capacidad resistente, del tipo de virutas
orientadas OSB 3 o 4, o mejor contrachapado. Se dispondrán al tresbolillo,
perpendiculares a las correas o a la estructura principal, y densamente
clavados. Se utilizarán clavos corrugados o tornillos, colocados cada 15 cm en
los extremos y cada 30 cm en los apoyos centrales, empotrados 8 diámetros.
En caso de que se produzcan juntas entre tableros fuera de un apoyo, se
reforzará la unión con un cubrejuntas clavado o machihembrando y encolando
la junta, ya que el colapso del diafragma suele producirse por los medios de
unión, antes que por los propios tableros.

Geométricamente se fija el canto eficaz “b” del diafragma entre 1/6 y ½ de la


luz de la estructura principal a estabilizar. En las piezas de borde largo, se
producirán axiales de compresión y tracción, equivalentes al momento flector
producido por las fuerzas horizontales dividido por el canto “b” del diafragma,
que pueden absorberse por zonas de la propia estructura principal o mejor por
piezas independientes, especialmente para este fin. El cortante habrá de
absorberse por el área lateral, del borde corto, formada por el espesor del
tablero y el canto eficaz “b”.
91

Sistemas de estabilización “general” y la estabilidad “local”: Su relación.

Dado la viga isostática de L = 28 m, situada cada 6 m, de sección de 18,5 x


170 cm, con madera laminada encolada GL-24h, y para un estado de cargas
como sigue:

Peso própio estruc. 30 kg/m2


Material cobertura 15
Sob. Mant.+ nieve 50
Instalaciones 5
________________________
Total 100 kg/m2 = Q/m2

Comprobar la tensión de flexión y evaluar la necesidad de una estructura de


trabazón y sus diferentes posibilidades.

Q/m = 0,1 T/m2 x 6m = 0,6 T/m2

M+ total = (0,6 x 28 ) / 8 = 58,80 m·T

Consideración del vuelco:


Para calcular la Lef. tomamos Ev = 0,95, según las tablas, para una carga
uniformemente distribuida. Lef.= 28 m x 0,95 = 26,6 m .

La esbeltez geométrica será: Ce = Lef × h / b = 26,6 × 1,70 / 0,185 = 36,65

En las tablas, del método simplificado a vuelco, en función del tipo de material y
esta esbeltez, encontramos el valor del coeficiente Kcrit., que reduce la tensión.

Kcrit = 0,2335, que al ser menor a 1 minorará la tensión comparativa:

Fm,y,d = 0.8 x 240/1,25 = 153,6 kp/cm2


Considerando un Kmod de 0,8, al comprobar una Combinada II, con nieve de
media duración.

Fm,y,d, con vuelco = 153,6 x 0,2335 = 35,86 kp/cm2 de tensión comparativa.

Veamos, para esta Comb. II de esfuerzos con JF de 1,35 x 50 kp/m2 y


1,5 x 50 kp/m2, ó lo que es lo mismo un JF promedio de 1,425, cual es la
tensión obtenida, siendo 89.108 cm3 , el módulo resistente W de la sección
respecto al eje y: Wy = 2 Iy / h = bh2 / 6

V m,y,d = (58,8 x 1,425 x 10 ) / 89.108 = 94,03 kp/cm2 ! 34,48 kp/cm2

Como vemos, superamos ampliamente la tensión comparativa, por lo que


deberemos considerar una disposición constructiva, que evite una
92

Lef. = 26,6 m, mediante la implicación de la estructura secundaria de correas,


como elementos estabilizadores frente al vuelco lateral de la viga flexionada.

Según la planta adjunta, disponemos de 9 vigas, asociadas y ligadas a dos


sistemas estabilizadores extremos.

La estructura secundaria está formada también por 9 correas, cada 3,5 m


Los dos vanos extremos, se triangulan cada dos correas, como sistema de
trabazón general, de modo que pueden considerarse como fijos puntos, cada
7 m, que actúan como apoyos elásticos laterales para la viga.

En esta nueva situación:

Lef.= Ev · L = 1 x 7 = 7 m

Ce = 7 × 1,70 / 0,1852 = 18,65

Según tablas: Kcrit = 0,75

Por lo que la tensión comparativa, con la consideración de vuelco, será:


F m,y,d = 0,8 x 0,75 x 240/1,25 = 115,20 kp/cm2

Recordemos que Vm,y,d = 94,03 kp/cm2, por lo que el índice es correcto:


i = 94,03 / 115,2 = 0,816  1
93

6.- PATOLOGÍAS, DIAGNOSIS Y CONSOLIDACIÓN ESTRUCTURAL

6.1 Durabilidad y Clases de Riesgo

La durabilidad de la madera es elevada en condiciones ambientales que le


sean soportables. En relación con otros materiales tienen un buen
comportamiento, sin embargo, en condiciones que le sean adversas sufre un
rápido deterioro. En general, puede decirse que una mala respuesta del
material está relacionada con el aumento del grado de humedad y sus ciclos
húmedo - seco.

La durabilidad es variable según la especie; por ejemplo la encina , el roble y el


haya son durables. También puede influir el momento del talado y el modo de
secado, o si se trata de una escuadría del duramen o de la albura.

Se utiliza el sistema de clasificación de riesgo biológico, según la situación de


la madera en servicio, denominado de las “clases de riesgo”, basado en las
normas europeas.

La asignación a estas clases, se hace en función del diseño constructivo. Los


aleros, las protecciones, su elevación respecto del suelo, las ventilaciones,
etc... para evitar exposiciones, contactos, condensaciones, etc... Son medidas
pasivas que pueden incidir en la consideración de una u otra clase de riesgo.

CLASE RIESGO 1:

Pieza de madera protegida bajo cubierta, con contenido de humedad


higroscópica en servicio inferior al 20%. Con este porcentaje no existe riego de
ataque de hongos. Puede ser atacada por insectos. Como ejemplo: las
estructuras vistas de polideportivos.

CLASE RIESGO 2:

Pieza protegida pero que puede alcanzar una humedad higroscópica


superior al 20% en algún momento. En este caso aumenta el riesgo de ataque
de hongos. Suelen clasificarse así elementos de cubierta ocultos o cercanos a
desagües, o en ambiente de piscinas cubiertas.

CLASE RIESGO 3:

Se da en piezas a la intemperie y no protegidas con un porcentaje de


humedad mayor del 20 %, aunque sin contacto directo con el suelo. Tienen
riesgo de ataques más acentuados. Son piezas exteriores como pasarelas,
pérgolas, etc...
94
95
96

CLASE RIESGO 4 :

La pieza toma contacto con el suelo o con agua dulce, superando siempre
el 20% de contenido de humedad. El riesgo de ataques y podredumbres es
alto. Son postes hincados en el suelo, etc.

CLASE RIESGO 5:

Si el contacto es con agua salada. Adquiere, además, el riesgo de ser


atacado por los organismos xilófagos de mar, moluscos y crustáceos.

6.2 Agentes Destructores Bióticos y Abióticos

Relacionemos, a continuación, los agentes que pueden atacar la madera para


poder detectarlos con mayor facilidad. Pueden ser de origen biótico (hongos e
insectos) y abiótico (radiación solar, fuego y lluvia); por ejemplo: la madera
sufre fotodegradación debido a los rayos ultravioletas, que la decoloran al
degradar la lignina.

Hongos cromógenos:

Estos hongos se alimentan de las substancias de reserva de la madera


sin afectar a su estructura. Para que éstos entren en acción el contenido de
humedad en la madera ha de ser superior al 20 %. No producen una reducción
significativa de la resistencia estructural de la madera, pero si que producen
cambios de coloración, tomando la madera tonos agrisados y azulados.

Hongos de pudrición:

Se alimentan de la celulosa o de la lignina, por lo que se denominan


xilófagos. Para que entren en acción es necesario un contenido de humedad
por encima del 20%. Destruyen la estructura de la madera y reducen de forma
importante su resistencia.

-Pudrición parda o cúbica: Es la más común, destruye la celulosa blanca y deja


la lignina de color terroso, que se convierte al presionarla en polvo. Transforma
la madera en tonos marrón oscuro y la cuartea cúbicamente.

-Pudrición blanca o fibrosa: Se alimenta de la lignina y no ataca fuertemente la


celulosa. La madera se vuelve blanquecina y fibrosa, desmembrándose.

-Pudrición blanda o esponjosa: Ataca la celulosa. Afectando a maderas con


un alto porcentaje de humedad, estas maderas se ablandan. Suele atacar a
piezas en contacto con el suelo.

Estas pudriciones, suelen producirse en piezas apoyadas en muros o pilares


embebidos, con exceso de humedad, producida por escapes o retenciones de
97

agua, o por capilaridad. Puede mejorarse el comportamiento de la madera


aumentando su ventilación.

Insectos de ciclo larvario:

Son insectos coleópteros, que producen daños en la madera en su fase de


larvaria. Se alimentan de la madera, creando las larvas galerías paralelas a las
fibras, y realizando orificios de salida, tras su periodo de pupación, en el que se
transforman en insectos adultos. El proceso puede repetirse varias
generaciones, en algunas especies sin tanta dependencia de la humedad, a
diferencia de los hongos, de la que son más dependientes.

- Polilla (Lictidos): Ataca a maderas de frondosas. Hacen orificios de salida


circulares de diámetro entre 1 y 2 mm. y excavan galerías, produciendo un
serrín muy fino, tipo talco.

- Carcoma (Anobidos): Ataca tanto a maderas de frondosas como de


coníferas. Se inicia en zonas húmedas y oscuras, a veces con pudriciones
previas. En su fase larvaria precisa un 60% de humedad en el aire. Los orificios
de salida son circulares y de diámetro entre 2 y 3 mm. Se detecta su presencia
por el serrín compacto que evacuan al exterior. Su ciclo de vida es de 3 años.

- Carcoma grande (Cerambícidos): Ataca la albura de las maderas de


coníferas, y a la albura de alguna frondosa. Los orificios de salida son ovalados
y con unos 7 mm de diámetro mayor.

La superficie presenta algún abultamiento, ocultando galerías muy estriadas,


llenas de un serrín muy compacto, con una alta afectación diaria. Tienen un
ciclo de vida de 7 a 10 años.

Insectos de tipo social.-

- Termita subterránea: Tienen su nido en la tierra y ascienden hasta la


madera, por galerías protegidas de la luz y confeccionadas con material
terroso amasado con sus secreciones. Generalmente atacan zonas
húmedas y calientes, de madera de conífera y frondosa,
preferentemente de la albura o, con pudrición previa, también del
duramen. Se pueden apreciar, en algunos casos, las “chimeneas” o
conductos de circulación sobre los muros, pero no existen orificios de
salida en la madera. El serrín está oculto y es sucio y apelmazado con
tierra.
98

6.3 Detección e Inspección de Lesiones

Se tratará normalmente de peritar el posible estado de ruina de una


construcción, evaluando el riesgo, justificar un apuntalamiento, o incluso la
evacuación de un edificio.

Otros tipo de inspecciones rutinarias de mantenimiento o motivadas por un


cambio de uso de la estructura, que provoquen su refuerzo, pueden basarse en
criterios y operaciones similares, aunque no se evalúan aquí.

Acompañando a la inspección visual se emplearán herramientas sencillas


(martillos, espátulas, destornilladores, punzones), para determinar la
profundidad del ataque. Se rascará la superficie, extraerán muestras para su
identificación, y se datará su humedad mediante un higrómetro.

Ha de poder accederse con facilidad, extrayendo los falsos techos, e iluminar


los lugares a inspeccionar.

Tocar la madera, para conocer la consistencia, y el modo en que se produce la


rotura superficial de fibras.

Oler, por si podemos localizar podredumbres y los focos húmedos.

Observar manchas, desprendimientos de pintura, oxidación de metales.

Se evaluará la resistencia y el sonido al realizar percusiones y punzonamientos


con las herramientas. Controlándose las virutas por medio de los taladros y las
muestras profundas de unos 5 mm de I.

Pondremos atención a las singularidades o defectos, como los grandes nudos y


las fendas acentuadas, pudiendo explorarse su profundidad y trayectoria,
introduciendo elementos de acero finos y flexibles, (galgas).

Como hemos mencionado buscaremos la continuidad de los caminos de


acceso o los “conductos” de termitas a la vista.

La inspección de la construcción ha de empezar por las zonas de mayor


riesgo, donde es probable encontrar mayores daños de origen biótico, y ha de
abarcar del orden de un 20% del total de las unidades, concentradas
mayoritariamente en estas zonas:

- Zonas próximas a fuentes de humedad y/o poco ventiladas.

- Piezas cercanas al suelo (arranque de pilares, vigas de forjados en planta


baja...) donde existe el riesgo de pudrición por humedad de capilaridad.

- Apoyo de piezas de madera en muros exteriores de fachadas y patios


(viguetas de forjado, pares y tirantes de cerchas...)
99

- Piezas con apoyos orientados a “Norte”, o próximos a canales, cornisas,


balcones, salientes horizontales que puedan retener el agua.

En estos casos, al existir fuentes de humedad, el principal riesgo es por


pudrición y por termitas.

- Zonas cercanas al paso de instalaciones de fontanería. Frecuentemente


existen soluciones defectuosas de saneamiento y ventilación,
permitiendo la aparición de condensaciones o fugas de agua que
empapan muros y forjados. Dichas humedades permiten la aparición de
hongos de pudrición pudiendo, a la vez, favorecer el avance de las
termitas.

- Dinteles fisurados, que ofrecen pasos abiertos al agua y refugio a los


insectos.

- Estructuras de las cubiertas, principalmente en los puntos con filtraciones


y goteras, o cámaras poco ventiladas.

- Las piezas resueltas con madera de peor calidad, como algunas


carpinterías o correas, latas y rastreles.

- Las fendas, rugosidades, recovecos de la madera, etc.. Donde los


insectos tienen facilidad para instalarse y depositar sus huevos.

En las piezas a flexión, la “deformación” excesiva es la señal inequívoca de


alguna situación anómala. En la madera, no suelen darse colapsos súbitos, y
por ello pueden detectarse éstos avisos previamente. Por ejemplo en vertientes
de cubierta que se aprecian deprimidas desde el exterior.

En el caso de forjados leñosos, en fincas de vecinos, la problemática se


presenta al variar o eliminar la distribución de los tabiques de una planta, que
han estado actuando como apoyos auxiliares del forjado de viguetas de
madera. Se acumulan las cargas de las plantas superiores y se evidencia
entonces la deformación real, con lesiones en pavimentos, falsos techos y
tabiques superiores.

En ocasiones actuaciones posteriores a la deformación inicial, acentúan el


proceso, como en las sucesivas nivelaciones de pavimento, en un forjado
previamente deformado, cargándolo de peso muerto y agravando la
deformación por la fluencia propia de la madera.

El análisis “resistente”, nos lleva a controlar las roturas de las piezas,


localizadas, en general, donde se acentúan los defectos o singularidades,
como son los nudos, las fendas y los cambios de dirección de las fibras.
También en los puntos débiles que constituyen los enlaces entre las barras.
Los refuerzos añadidos, en anteriores ocasiones, pueden haber cambiado el
comportamiento estructural, aumentando los esfuerzos en algún punto y
concentrando tensiones, fundamentalmente al utilizar materiales de muy
diferente módulo elástico a la madera original.
100

6.4 Actuaciones Correctoras

La medida más importante es la corrección de los defectos constructivos que


han originado los daños. Estas medidas correctoras pasivas también las
usaríamos, de forma preventiva, si las lesiones no se han iniciado, o son
todavía incipientes.
En las medidas correctoras de índole química se distinguen tres modos de
actuación, según sea el origen del daño:

A) Contra los ataques por hongos de pudrición: Después de eliminar la fuente


de humedad que ha permitido el desarrollo de los hongos, asegurándose que
el contenido de humedad de la madera no supere el 20%, se limpiarán y
eliminarán los restos de madera afectada, sustituyéndola por una de similar o
consolidándola con productos adecuados, según el grado de su deterioro.
El tratamiento químico suele consistir en la inyección en la madera y/o en la
pulverización de productos químicos fungicidas.

B)_Contra los ataques de insectos de ciclo larvario: Se limpiarán las zonas


degradadas y posteriormente pulverizaremos con un producto insecticida,
asegurándonos de que el producto a aplicar impregne adecuadamente las
zonas degradadas. Esta pulverización supone únicamente una protección de
tipo superficial, pero no la eliminación de las larvas que puedan encontrarse en
su interior. Así, deberemos inyectar, además, un producto a presión por
taladros, hasta el interior de la madera.

C) Contra los ataques de termitas: Después de suprimir las fuentes de


humedad y evitar el contacto y la cercanía de la madera con el suelo, se
eliminará la madera atacada.

El tratamiento químico, consiste en :


- Pulverización e inyección de productos químicos, por perforaciones de 6 a 8
mm, cada 30 cm, en el ¼ superior de la altura.
- Barreras químicas en los muros, sobre los que se apoyan las piezas de
madera, con perforaciones de 20 mm, intentando impedir el acceso de las
termitas a las vigas.
- Barreras químicas en el suelo, rodeando en forma de anillo a 20 cm, los
arranques de los muros, con perforaciones de 20 mm, evitando su acceso
desde el terreno.

Otros sistemas detectan, con aparatos de escucha, si hay actividad de los


insectos, por las vibraciones. Una vez conocidos sus recorridos, se disponen
cebos de celulosa impregnada con un producto químico que inhibe la formación
de la quitina, que producen una eliminación lenta y selectiva de los insectos.
Este sistema tiene ventajas medioambientales, al no precisar la impregnación
de la madera ni otras partes de la obra, pero no asegura la protección para un
posible ataque futuro, por lo que ha de mantenerse la madera seca.

En obra nueva pueden usarse barreras físicas a base de una capa de


partículas graníticas o mallas de acero superfinas, también disponiendo
polietilenos o poliuretanos con biocidas.
101

6.5 Evaluación de la capacidad de carga

El determinar la capacidad portante de la estructura existente o residual, suele


ser el punto de más difícil resolución.

Un buen levantamiento de la estructura, con los detalles de apoyos y enlaces,


ayudará a adecuar los cálculos a la realidad constructiva, en cuanto a la rigidez
o deslizamiento del sistema.

El desconocimiento exacto de la reducción de la capacidad mecánica


producida por los ataques bióticos, es otra incógnita. Puede concentrarse en
los apoyos extremos, húmedos, o a lo largo de la pieza al destruirse la albura,
más blanda que el duramen.

En definitiva, necesitamos conocer el esquema de funcionamiento, las


secciones residuales y asignar una “clase resistente” a una madera que puede
llegar a estar parcialmente oculta.

Esta asignación puede estimarse con ultrasonidos, averiguando el módulo


elástico dinámico, si se conoce la densidad media de la madera.
Las especies más utilizadas, son en general, roble, haya, olmo o castaño para
las frondosas y pino silvestre, pinaster o laricio, para las coníferas. En el caso
de las coníferas, sus propiedades resistentes no varían mucho para una misma
calidad. Por ello es más importante determinar la calidad que la especie.

La calidad se fijará a partir de una inspección visual, basándose en la norma


UNE 56544. Dicha calidad corresponderá a una “clase resistente”, con sus
respectivas capacidades mecánicas tabuladas.

La norma UNE no esta pensada para madera antigua y colocada en obra, por
lo que, para grandes escuadrias, la medición de sus singularidades o defectos
nos puede llevar a una infravaloración de su calidad o a una lectura incompleta,
al quedar partes ocultas. También suelen existir divergencias entre las piezas,
por lo que hemos de clasificar a partir de las más representativas.

El criterio de los nudos, es el más relevante, junto con la desviación de la fibra.


La siguiente asignación es orientativa y para madera de gran escuadría. Ha
sido realizada a partir de una campaña de ensayos de vigas antiguas y usadas:

Para coníferas : calidad ME-G .......................clase resistente C-16 C-18

Para frondosas: .............................................clase resistente D-30


102

6.6 Reparación y Consolidación Estructural

Una vez intervenidas las causas que han originado las lesiones:

- Eliminando humedades.
- Mejorando el diseño constructivo.
-Tratando y protegiendo químicamente.
- Racionalizando las cargas y los usos.

Actuaremos consolidando o reforzando las zonas con lesiones, eligiendo


el modo que mejor responda a la estructura original, variando
mínimamente su forma de trabajo e introduciendo pocos materiales o
elementos nuevos. A modo de orientación describimos varios:

-Inyectar con resinas, acrílicas o epoxídicas, de baja viscosidad para


colmatar las galerías abiertas por insectos xilófagos. En general se
aplican para consolidación no estructural.

Se realiza a presión, desde boquillas, aunque no hay una total seguridad


de que quede completamente rellena la pieza. Se utilizan formulaciones
especiales que al endurecer no producen tensiones internas.

- Prótesis de madera, encoladas y ensambladas, preferentemente del


mismo tipo y mejor obtenida de otras partes del mismo edificio, después
de sanear hasta llegar a las fibras no dañadas.

- Morteros de resina epoxi, utilizados para completar zonas degradadas


y eliminadas. Conectadas con resinas epoxi a la madera sana, mediante
armados con barras de fibra de vidrio y resina de poliéster.

En los casos en que se produce una manipulación de la pieza, que


comporta una eliminación importante de material, deben iniciarse las
operaciones por la descarga y el apeo preventivo de la zona afectada.

-Reducción de luz libre por cambios en los apoyos. Al ser éstos la zona
más atacable por humedades e insectos, puede ser suficiente su
refuerzo, para aliviar considerablemente el conjunto. Así mediante
ménsulas o tornapuntas o empotrando piezas de acero o mediante una
viga adosada al muro se mejoran las condiciones de apoyo.

-Adición de losa hormigón constituyendo una sección mixta. Se consigue


un considerable aumento de rigidez del techo, de monolitismo frente a
fuerzas horizontales y de capacidad a flexión.

Después de la extracción del pavimento y del vaciado de otros


materiales de relleno, se arma una losa, conectada necesariamente a las
vigas y a los muros de apoyo. Si hay posibilidad, mejor apuntalar
previamente para recuperar algo la deformación existente de la madera
y soportar la carga añadida del hormigón fresco y la sobrecarga de
construcción (50 kg/m2), antes del trabajo efectivo como viga mixta.
103

Utilizar hormigón de resistencia alta, por su mayor módulo E, y mejor con


áridos ligeros, para evitar sobrecargas excesivas. Tender capa
separadora, impermeable pero transpirable, entre la madera y el
hormigón.

A pesar de los conectadores, la rigidez del conjunto no es perfecta,


debido a la flexibilidad de la unión, por lo que se producen
deslizamientos que influyen en la distribución de los esfuerzos en la
sección. En general a largo plazo se incrementarán las tensiones sobre
la madera. Pueden existir también deformaciones diferidas por los
efectos reológicos del hormigón.

Véase ampliación en el epígrafe siguiente, sobre ésta solución.


104

6.7 Estructuras Mixtas de Madera-Hormigón

Solución que puede ser utilizada en el caso de una obra nueva, aunque
generalmente es un recurso interesante para obras de consolidación, para
evitar vibraciones o suplir degradaciones de la madera; y en obras de refuerzo,
para cambiar de uso.

Se trata de construir una sección mixta entre una escuadría de madera y una
capa continua de hormigón superior. Por este motivo es necesario unir las dos
partes de la sección, de forma que trabajen conjuntamente como una sección
única. Se pueden utilizar diversos sistemas o tipos de conectador que pueden
agruparse en dos gran apartados: Conectadores Continuos y Conectadores
Puntuales.

CONTÍNUOS:

a) Ranura en la madera y conexión por la adherencia del hormigón.


b) Resaltes longitudinales en la madera y adherencia del hormigón y
tirafondos.
c) Resaltes transversales en la madera y en cola de milano.
d) Barra en zig-zag anclada.
e) Chapa perforada o grecada. (Traliccio)

PUNTUALES:

a) Clavos o tornillos en seco. (SFS ws, Tecnaria)


b) Barras ancladas con resina.
c) Tubos dentados a presión y con pre perforación. (Sylvabat, Flap)
d) Chapas dobladas, ancladas.
e) Cilindros de hormigón empotrados en perforaciones de la madera.

El comportamiento a flexión de la sección conjunta de la madera y el hormigón


depende de la rigidez del conectador. Esta rigidez varía según los anteriores
tipos utilizados y su relación con la madera y el hormigón.

Es habitual que los dos materiales estén en contacto y que el conectador esté
solicitado a esfuerzo cortante-rasante. Si los conectadores están inclinados
entre 45 y 60º, trabajan también a esfuerzos axiales.

En ocasiones han de mantenerse parte de los elementos existentes, entre la


madera y el hormigón, por ejemplo antiguos entablados, de manera que el
hormigón añadido y la madera están separados por este grueso y el
conectador trabaja a flexión, debido a ésta excentricidad, y a cortante. Ésta
separación entre ambos es también un recurso para mejorar la capacidad de la
sección mixta, al aumentar su inercia. Un buen sistema es disponer unas
planchas de poliestireno como elemento separador y aligerante a la vez.

Como hemos visto será determinante, en el dimensionado de la sección mixta,


el factor K de rigidez del conector, que es indicativo de su flexibilidad. Ceccotti
formula, para el caso de barras de acero perpendiculares al plano de contacto,
105

este aspecto en Kser = 0,125·d·Em, siendo d (mm) el diámetro de la barra y


Em (N/mm2) el módulo de elasticidad medio de la madera.

La conexión no puede considerarse totalmente rígida, al ser la madera un


material blando que sufre aplastamiento bajo la compresión debida a las
fuerzas rasantes, lo que equivale a un deslizamiento, que influye en la
distribución de las tensiones de flexión en la sección.

Las conexiones habitualmente realizadas son del tipo flexible. Se considera


que las secciones transversales se mantienen planas, antes y después de
deformarse por flexión el hormigón y la madera. La flecha de las dos partes de
la sección mixta es la misma, y el comportamiento de la sección se considera
elástico-lineal.

La conexión entre las partes ha de ser “total”, si es necesario agotar la sección


bajo criterios de resistencia a flexión. En cambio la conexión puede ser
“parcial”, y admitir un cierto deslizamiento entre los dos materiales, si sólo ha
de garantizar su eficacia a efectos de deformación de la pieza, al aumentar
considerablemente su rigidez.

Por las características del material madera, sensible a la fluencia bajo cargas
permanentes, no es adecuado aumentar de manera importante el peso propio.
La chapa de hormigón introducida en la sección será de pequeño espesor y
confeccionado con árido ligero, pero de resistencia alta: fck 300 kg/cmÇ.

Se dispondrá un armado constructivo en esta capa, I5.5 10x10, para


contrarrestar sus efecto reológicos y repartir las cargas, a pesar de que no se
considera en el cálculo.

Los conectadores mas utilizados hasta el momento, antes de la proliferación de


patentes especificas, son los calificados como “conectadores flexibles y
puntuales”, formados por barras corrugadas de I 10,12,14 mm. Situados,
según sea su tipo, cada 10 a 35 diámetros, en una perforación con un exceso
de 2 a 5 mm, rellena de resinas sintéticas.

El anclaje de las barras es de 15 a 18 I en el interior de la madera, y de 10 a


12 I como pata horizontal en el interior del hormigón, para conseguir la
adherencia. Estas patas han de orientarse en dirección al apoyo que tengan
mas próximo, excepto en el caso de los conectadores axiales que se
dispondrán alternadamente, con el que trabaja a tracción ligeramente por
encima del comprimido.

En el anexo “B” de Eurocodigo 5 se esboza un método y unas formulaciones


para resolver “Vigas Compuestas con uniones mecánicas”, siendo el caso
tercero de la figura B,1 de esta publicación el que nos ocupa.
106

La metodología será:

a) Comprobar el estado inicial, en cuanto a la tensión y deformación.

b) Comprobar el E.L.U. de la sección mixta, sin fluencia, basándose en


el mencionado anexo B, y comprobar los conectadores.
c) Comprobar el E.L.U de la sección mixta, con fluencia, lo que provoca
una cierta redistribución de tensiones: aumentando en la madera y
disminuyendo en el hormigón.
Así suele disminuir la tensión en la madera respecto al estado inicial,
en un 15% aproximadamente, para el ejemplo que se propone.

d) Comprobar el E.L.S. de la sección mixta. Suele conseguirse una


reducción de flechas del orden del 50%, como en el caso propuesto.

6.8 Protección química preventiva

Los tratamientos de protección, y su eficacia, dependerán de la capacidad de


absorción y la profundidad de penetración en la madera de los productos de
tratamiento. Según la especie sea fácilmente impregnable (haya, algunos
pinos...) a muy difícilmente impregnable (abeto, cedro...), se clasificará en 4
categorías. Estos tratamientos también pueden utilizarse de un modo curativo.

El tipo de protección puede ser “superficial”, “medio” o “profundo” según el


grado de penetración sea de hasta 3 mm, superior a 3 mm, o del 75 % del
volumen impregnable de la pieza respectivamente. Los sistemas más
adecuados para cada caso son pulverizado, inmersión y la impregnación en
autoclave (vacío-presión-vacío para CR 4-5) o (vacío-atmosférica-vacío para
menores CR).

Los productos protectores son substancias químicas del tipo; “sales


hidrosolubles”, “productos hidrodispersables”, “con disolventes orgánicos” y
“orgánicos naturales”.

Véase la norma UNE-EN 350-2 (Durabilidad e Impregnación) y las tablas 3.2 y


3.4 del Código Técnico, para la elección del tipo de protección según las clases
de riesgo y de servicio, respectivamente, en la madera y los herrajes.
107

7.- PIEZAS DE UNIÓN Y ENLACE

La elección del enlace es inseparable del tipo estructural, ya que su


comportamiento condicionará la distribución de los esfuerzos y la estabilidad
general del sistema.

Las uniones se encargan de transmitir los esfuerzos entre barras, como por
ejemplo en el caso de las vigas de celosía; o de descargar la estructura en los
soportes, como los apoyos deslizantes, o las articulaciones, o los
empotramientos; o de facilitar el transporte de piezas de considerables
dimensiones, gracias a las juntas de transporte, capaces de dividir la estructura
pero también de dar continuidad a los esfuerzos.

Los enlaces los hemos de diseñar y comprobar desde varios puntos de vista:

Diseño Geométrico: Por cada sistema de unión, sea de clavija o de placa de


superficie, han de cumplirse las distancias mínimas entre los elementos que
forman la unión y de éstos con respecto a los bordes de la pieza. Evitaremos
así los posibles fallos en bloque del enlace.

En el diseño de la unión debemos procurar no generar excentricidades.

Protección Pasiva: Según si la posición del enlace es interior o exterior,


tendrán menor o mayor importancia estas consideraciones. Sin ninguna
protección constructiva, totalmente al exterior, la durabilidad queda más
comprometida y el enlace es uno de los puntos más sensibles de la estructura.
Es entonces cuando toma relevancia que el diseño asegure la evacuación del
agua y la ventilación de la madera, para evitar acumulaciones y
condensaciones. Por ello no ha de embeberse en la cerámica o el hormigón,
por ejemplo.

En relación al fuego los enlaces también son puntos débiles de la estructura.


Para mejorar su comportamiento es recomendable introducir totalmente los
elementos metálicos en el interior de las escuadrias, quedando así protegidos
por la propia madera.

Comportamiento Resistente General: Se favorecerán o evitarán los


movimientos, según el comportamiento óptimo de la estructura demande. Por
ejemplo: Impedir el vuelco en los extremos de las vigas esbeltas con pilares
ahorquillados. Garantizar el deslizamiento de los apoyos en el caso de vigas
curvadas, para impedir su trabajo como arco y los consiguientes empujes.
Evitar levantamientos no deseados de los apoyos deslizantes, por inversión de
esfuerzos.
108

Comprobación de Tensiones: Han de comprobarse las dos partes que forman


la unión, en general los dos materiales: madera y acero.
Se hará, recordando que la madera tiene poca resistencia a cortante, que las
resistencias a tensiones perpendiculares a las fibras son escasas,
fundamentalmente a tracción (hienda), y la influencia de la dirección del
esfuerzo en relación a la dirección de las fibras.

Por parte del acero habrá dos comprobaciones importantes a realizar: el


cortante de los elementos de unión tipo clavija y su flexión o momento plástico.

Comprobaciones de Deformaciones: Se considerará la influencia del


deslizamiento de los medios de unión Kser. y su flexibilidad al evaluar la
deformación de la estructura. Algunas uniones, incluso sometidas a poco
esfuerzo, tienen desplazamientos de un milímetro, por su propia naturaleza.

También son importantes los cambios de volumetría que sufre la madera por
cambios higrotérmicos, principalmente en sentido transversal. Por ello se
utilizan recursos de diseño: como prever agujeros “colisos” o rasgados para el
paso de pasadores en las articulaciones, o limitar las dimensiones máximas,
como en el caso del tamaño de los nudos rígidos con uniones por corona de
pernos.
109

Medios de Unión

* Clavijas: Pernos y Pasadores: La problemática de estos tipos de uniones es


la concentración de los esfuerzos, ya que trabaja muy poca sección de madera
alrededor de ellos. Para los pernos, que tienen cabeza y tuerca roscada, se
practica una perforación previa con un milímetro mayor al diámetro de juego.
Los pasadores son lisos, sin cabeza, y entran a presión en la pre perforación.

* Conectores: La evolución actual de las llaves de madera-dura antiguas son


los conectores. La carga se transmite por “aplastamiento” entre la madera y el
conector. Se emplean para las mayores cargas, ya que reparten mucho mejor
los esfuerzos y sus capacidades pueden asociarse, en algún caso, a los
medios del tipo clavija que les acompañen, constituyendo una unión mixta de
pernos y conectores del tipo dentado, pudiendo alcanzar asociados, si la
capacidad de trabajo de un perno es de 1, hasta 4 veces su valor. Son del tipo:

- “Conector dentado”: Son para uniones madera-madera. Tienen una o dos


caras dentadas y disponen de una perforación central, por donde puede
hacerse pasar un perno asociado. Se clavan por presión, en taller o en la
propia obra, en maderas de hasta 500 kg/m3 de densidad. Pueden ser
dentadas con púas o con dientes troncocónicos más gruesos, y pueden ser
desmontables los que tienen una sola cara dentada. Sus diámetros oscilan de
38 a 165 mm (Bulldog), y de 50 a 115 mm (Geka), respectivamente.

- “Conector de Placa”: Se incrustan en la madera, en una perforación previa y


también permiten el paso de un perno central para su fijación. Se puede utilizar
tanto en uniones madera-madera, como en madera-acero. Permiten la
transmisión de esfuerzos rasantes, en los planos de contacto con la madera.
Su diámetro oscila de 65 a 190 mm.

- “Conector de Anillo”: Se introducen en surcos realizados en la madera. Se


hacen partidos para adaptarse mejor a la unión de las dos maderas y a los
cambios higrotérmicos. Se utilizan únicamente en uniones madera -madera. Su
diámetro oscila de 65 a 260 mm.

* “Placas de clavos”: Son chapas con clavos soldados o con dientes


estampados o troquelados en ella, por una o las dos caras de la chapa, que
evitan así la proliferación de clavos o tirafondos y distribuyen al máximo el
esfuerzo. Son aptas para cargas bajas o medias y para piezas de madera con
espesores no superiores a los 60 mm. (Twinaplate, Menig)

*Conectadores Encolados: Son cilindros de fundición modelada exteriormente


en forma de helicoide y con rosca interior. Su diseño es adecuado para
distribuir esfuerzos en una gran longitud de madera, al penetrar por la testa de
la escuadría y coserse transversalmente a ella, con pasadores a través de las
muescas del cilindro y con inyección de resina. El interior roscado permite la
transmisión axial de esfuerzos y la continuidad con otras piezas. (Berschte)
110

7.3 Aproximación al Dimensionado

Con el objetivo de conocer el orden de magnitud de las capacidades portantes


de los medios de fijación de tipo mecánico, como los clavos, los tirafondos, los
pernos y los conectores; se dan los siguientes valores de cálculo y para un solo
plano de corte. Son valores aproximados, que se han calculado mediante
simplificaciones, para Clases de Servicio 1 o 2, para una duración permanente
de las cargas, y con una Clase Resistente del material igual a C-18.
Si se trata de casos de doble cortadura los valores serán dobles a los
indicados.

- Clavos: Valores aplicables a clavos lisos con una resistencia mínima del acero
a tracción de 6000 kp/cm2.

I de 2,75 mm a 8 mm.
Longitudes de 40 a 200 mm.
Separaciones, según croquis.

I Clavos en mm. Resistencia Rd en Kp


3 39
4 64
5 94
6 127

- Tirafondos: Valores aplicables a tirafondos con una resistencia mínima del


acero a tracción de 5500 kp/cm2. Por sus características, además de a corte
tienen también resistencia a la extracción.

I de 6 mm a 20 mm.
Longitudes de 25 a 300 mm.
Separaciones como los clavos, según diámetros.

I Tirafondos en mm. Resistencia Rd en Kp


3,45 32
4,88 74
5,59 108
7,01 171
111

- Pernos y Pasadores: Valores aplicables a pernos y pasadores de calidad


4.6.
El primer mecanismo de trabajo entre perno y madera es el rozamiento, en un
segundo estado el perno entra en flexión y se deforma y por último se deforma
aplastándose la madera y aparecen en ella esfuerzos laterales de tracción.

En Pernos: I de 12 mm a 30 mm.
En Pasadores: I de 16 mm a 25 mm.
Separaciones, según croquis.

Con los pernos colocados al tresbolillo, puede evitarse la reducción por trabajo
en la misma línea.

Se recomienda no sobrepasar la siguiente proporción de área de madera en


relación con la de acero:

¦ área pernos d 20% sección

I en mm. Esp. Menor Simple Cortadura en Doble Cortadura en Kp.


en mm. Kp.
0º 90º 0º 90º
10 35 150 100 260 200
12 44 225 150 370 290
16 47 300 190 620 460
20 60 460 280 950 680
112

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