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Juventud dopada

Es axiomático que a día de hoy el consumo de drogas va creciendo exponencialmente y de tal


forma representa un daño social en el cual muchos suelen dar sus puntos de vista, tanto buenos
como malos. Pero indudablemente todo esto tiene una consecuencia, ya sea lo social como lo
personal y pone en la mesa de debates los temas tan contundentes como la legalización de las
mismas que también constituye un tema de libertad hacia el individuo, dando así origen
a prejuicios y falacias acerca de este tema tan complejo que a día de hoy como sociedad
sigue viéndose como un tabú que pocos quieren hablar, ya sea con los jóvenes y niños con el fin
de no “despertar” su instinto de curiosidad hacia estos. Hoy disertaremos acerca de las drogas,
un dilema que ha empezado a verse muy frecuente en los siglos XX y XXI con el fin de dar a
conocer razones y estadísticas por las que es un asunto indiferente ante algunos, de injuria y
menosprecio para la mayoria, y placentero entre los consumidores.

De acuerdo a la última encuesta global sobre drogas (The global drug survey) en Colombia el
cincuenta y ocho por ciento de los que recurren a ella tiene menos de 24 años, y el setenta y
ocho por ciento aún viven con sus padres. Y registros de Unicef también indican estos
comportamientos. Notoriamente es un problema que afecta mucho a los jóvenes, pero en
muchas ocasiones este experimentar no llega a convertirse en una adicción (Aunque no hay que
quedarse con la idea de hacerlo) ya que en muchas veces esta experimentación llegar a ser
incluso una ruleta rusa, el contacto con las mismas puede dejar daños físicos,
problemas psicológicos, no pasarte nada o en el peor de los casos, morir. Este
querer experimentativo está dado por el neurotransmisor de la dopamina encargada de la
gratificación, el refuerzo y el placer que en etapas de la juventud se trata de buscar como fuente
de entretenimiento, y hace que la adolescencia sea una etapa especialmente sensible en relación
con las drogas.

Son tantas las razones que llevan al uso de drogas que pueden ser enumeradas;
la experimentación hablada recientemente por los bajos niveles de dopamina, la conexión social
que conlleva a ser parte de un tejido social o ser aceptados ante algunos. La automedicación, que
puede entenderse con el hecho de contrarrestar algún problema psicológico que lleva a la culpa
o emociones fuertes al individuo difíciles de ser tratadas bajo el razonamiento y su criterio (ej.:
Anfetaminas, estimulantes y alcohol). Y por último la adicción, que es la que lleva a la destrucción
del ser como tal, ya sea desde lo social, físico y psicologico.

Los factores de riegos son las variables que interactúan en el consumo de sustancias psicoactivas
y pueden ser; las características de la sustancia, la persona y el contexto social. Un
adolescente que se droga es un adolescente perdido y entre muchas de los tipos de consumo
como el compulsivo nos da a entender que hay un serio problema emocional que sucede ante él,
y aunque de manera interpretada puede convertirse en un eufemismo social ante aquellos ajenos
a la persona. Este tipo de personas trata de llenar un vacío emocional y la única forma de hacerlo
es acudiendo a este tipo de estupefacientes, como también hay una culpa familiar que muchos
padres no llegan a aceptar y es la ausencia de los mismos o literalmente la ausencia de ellos que
la puede convertirse en un cliché en cuanto a drogas se refiere.

Luego de hablar acerca de las razones y consecuencias del consumo de drogas, podemos explicar
el problema judicial que este conlleva hacia un proceso que un menor se estaría enfrentando. La
dosis mínima en Colombia es una aprieto, La Ley 30 de 1986, artículo 2º, literal j dice que “Es
dosis para uso personal la cantidad de marihuana que no exceda de veinte (20) gramos. Esta
ley, aunque justa que parezca hace que muchos “jibaros” se escuden en ella y puede seguir con
sus negocios de drogas que muchas ocasiones llegan a afectar al sector estudiantil y en
consecuencia se vuelve una aporía que a día de hoy no ha sido superada ¿Legalizar o no? esa es
la cuestión. No entrare más en profundidad, pero de manera abierta podemos tomar ejemplos
de la Ventana Overton.

Es necesario llevar al sector más vulnerable de las comunidades programas de prevención e


información, esto con el fin de comunicar a jóvenes y niños, tanto promover el ejercicio Fisico
por medio de actividades que resulten estimulantes, esto con el fin de suplantar esa necesidad
de la dopamina. Algunos padres pueden estar en desacuerdo porque como ya mencionado con
anterioridad creen que va a despertar el “instinto” drogadicto de su hijo y los llevaría a hacerlo,
no, de hecho, es más probable que por falta de información acerca del tema estos mismos
busquen sus propios medios, y claramente la encuentren de personas ya ingresadas al propósito.
Pero no hay que dejar por fuera tampoco al drogadicto, ellos también deben ser atendidos por
los diferentes entes y hacerles saber que pueden lograrlo. En el 2012 la Secretaria de Salud, inicio
la implementación de los CAMAD, que eran centros
de mitigación y prevención con acción preventiva y con prioridad a la población habitante de
calle y aunque el programa no tuvo un éxito exorbitante, puede ser tomado como ejemplo de
que estos centros llegaron a ser muy efectivos ante esta lucha.

Hace 2 años se madrugaron a las cuatro de la mañana 2.250 policías, 320 soldados,
600 funcionarios se realizó la operación del Bronx, pero … ¿Qué pasó? Se pudo recuperar esta
calle de Bogotá, todo esto acabo como piñata en la ciudad y termino con un problema social y
sanitario de en los sectores ¿De qué sirvió? Si aun así “la culebra sigue viva”, eso nos da a asimilar
que el problema en sí no es solamente el consumidor, si no el “jibaro” si no se ataca desde
la raíz, Colombia continuará hundida en el narcotráfico hasta ser consumida poco a poco o
convertirse en un narcoestado, pero ¿Que no eso era ya? ...

Jorge Alfredo Robles Calderón 11-C 2018


Instituto Técnico Integrado de Trinidad.

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