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Los metales pesados tienen una gran influencia en el medio ambiente global ya que
viajan a través de los océanos y se encuentran en los productos del mar, que son una
fuente importante de proteínas para las poblaciones en las áreas costeras y en las
regiones árticas. Además, este protocolo supone un avance importante en el
reconocimiento de las relaciones existentes entre medio ambiente y salud.
El objetivo del Protocolo es controlar las emisiones de metales pesados provocadas por
la actividad humana que están sujetas a transporte atmosférico transfronterizo a gran
distancia y tienen probables afectos adversos en la salud humana y el medio ambiente.
Aborda tres metales especialmente dañinos: el cadmio, el plomo y el mercurio.
CONTAMINANTES
Cadmio:
El cadmio es un metal de color plateado presente en la corteza terrestre de manera
natural combinado con otros elementos.
Es muy frecuente que este elemento se extraiga como subproducto durante la obtención
de zinc, plomo o cobre.
La toma por los humanos de Cadmio tiene lugar mayormente a través de la comida. Los
alimentos que son ricos en Cadmio pueden en gran medida incrementar la concentración
de Cadmio en los humanos. Ejemplos son patés, champiñones, mariscos, mejillones,
cacao y algas secas.
Mercurio:
El mercurio es un elemento que está presente de forma natural en el aire, el agua y los
suelos. La exposición al mercurio (incluso a pequeñas cantidades) puede causar graves
problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas
de vida. El mercurio puede ser tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato
digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos.