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Henri Pirenne: Hiitoria Económica Y Iocial de La Edad Media
Henri Pirenne: Hiitoria Económica Y Iocial de La Edad Media
/ 1
SECCI6N D~ OBRAS DE ECONOMfA
Historia
económica y social
de la Edad Media
con un ANEXO BIBLIOGRÁFICO \' CRÍTICO de
H. VAN WERVEKE
"t'JLM
130....017
,.17
1j.1
Titulo de la ob~
His,";r. ECOJJDmiq". el Socüd. du MO)I.,..~
e 1933 Pressa Universitaira de France
Traduc:clón de:
SalvGdor Ec~
1
Para comprender el renacimiento econ6mico que tuvo lugar en
la Europa occidental a partir del siglo XI, es preciso examinar bre-
vem~nte el períQdo anterior.
n
Cardctn agrlcola d. le .sociedad ji partir d.l siglo 1lt. Es ah-
IOlutamente evidente que. a partir del .iglo vm, la Europa ocd.
dental volvió al estado de región exclusivamente agrlcola. La tieJTJt
INTaODUOCIÓN
r
en Rusia, marca con UDa línea de puntos de plata las vías comer-
ciales que cruzaban por ella que convergían, ya sea desde el Valga
o desde el Dnieper. hacia e Duna y loa lagos que comunican con
el gollo de Dotnia. Allí, la corriente comercial venida del mar
Caspio y del mar Negro se unía con el mar Báltico y proseguía
por él. A través de las inmensas extensiones de la Rusia conti-
nental vinculaba en tal fonna la navegación escandinava con el
mundo oriental.' .
La isla de Gotlandia, cuyo suelo contiene, más aún que el de
Rusia, innumerables dep6sitos de numerario islámico O griego, pa-
rece haber sido la gran etapa de este comercio y su punto de con-
tacto con la Europa septentrional. Es probable que los normandol
trocaran en dicha isla el botín hecho al enemigo en Inglaterra J
en Francia por las valiosas mercandas traídas de Rusia. IV
No cabe duda, en todo caso, de que Escandinavia desempeñó
un papel de intennediario, si se observan los progresot sorprenden-
tes de su navegaci6n en los siglos x y XI, es decir, durante la época
posterior a las invasiones de los daneses y de Jos noruegos en Oc-
cidente. De seguro éstos, al dejar de ser piratas, se convirtieron en
mercaderes, siguiendo el ejemplo de sus hermanos suecos. Me~
deres bhbaros, sin duda, que siempre están a punto de volverse
piratas, a poco que se les presente una oportunidad para hacerlo,
pero, sin embargo. mercaderes y navegantes de altura.'
El eomercio ,scandi1lllvo .,. .1 mar del Non_. Sus barc:oI sin
cubierta transportaban por doquier. durante el ligio XI, los objetol
del comercio cuya meta era Gotlandia. Se fundaron establecimien-
tos comerciales en la costa sueca y en las orillasf aún eslavas en
aquella época, del litoral que se extiende desde el Elba hasta
el Vistula; al sur de Dinamarca, las recientes excavaciones que se
han hecho en Haithabu '(al norte de Kiel) han comprobado la exiI-
tencia de un emporio, cuyas ruinas revelan la importancia que
debi6 presentar en el transcurso del siglo XL' El movimiento _
extiende, naturalmente, a los puertos del mar del Norte, que c:o- "
nacían bien los navegantes septentrionales por haber saqueado el
interior del país durante tanto tiempo. Hamburgo sobre el En..
Tiel sobre t'l Waal, se convierten, en el siglo X, en puertos activa-
mente frecuentados por los barcos nonnandos. Los. que van a In-
glaterra son aún más numerosos y el comercio que en ese país hacen
los escandinavos les conflere una preponderancia que no pueden
resistir los anglosajones y que llega a IU apogeo cuando Canuto
el Grande (1117-1135) reunió, en un imperio eflmero, a la gran
isla con Dinamarca y Noruega. El comercio que se practica des-
de las desembocaduras del Támesis Y del Rin hasta la del Duna '1
26 EL RBNAClllIENTO DEL COIlEllClO
Génova envi6 una flota que lle\'aha a los C1'Uzados que asediaban
Antioquía refuerzos y víveres.. y obtuvo de Bohemundo de Tarento,
el año siguiente, un "fondaco", provisto de privilegios comerciales
y que es el primero de la larga serie de los que las ciudades marl-
timas tlbtuvieron m:ls tarde en la costa de Tierra Santa. Después
de la toma de Jerusalén, sus relaciones con el Mediterráneo orien-
tal se multiplicaron rápidamente. En 1104 posee en San Juan de
Acre una colonia a la que el rey Balduino cede la tercera parte
de la ciudad, una calle que da al mar y una renta de 600 besan-
tes de oro, pagadera con las alcabalas. Por su lado, Pisa se dedicó
con creciente entusiasmo al abastecimiento de 101 Estados fundadOl
en Siria por los cruzadOl. El movimiento comercial que se bahía
iniciado en la costa de Italia se comunic6 al poco tiempo a la
Provenza. En 1136, Marsella ocupaba ya en dicha costa un hIgar
importante, puesto que sus burgueses fundaron un- establecimien-
to en San Juan de Acre. Al otro lado del 8Olfo de León, Barce-
lona echa 101 cimientos de IU futura prosperidad, y Jo mismo que
los musulmanes antaño practicaban la trata de los esclavos c:ris-
tianos, los esclavos moros capturados. en España le proporcionaban
uno de los objetos de su tráfico.
LAS VILLAS
"
l. EL UNACIKlBNTO DB LA YlDA UUANA I
l. LA CJRCULAa6N 1
n. LAs JlEIUAS 1f
del siglo ~ abundaron cada vez más en toda Europa. Si bien las
ferias 100 posteriores, no existe ~ntre ambas vínculo alguno y al
muchOl contrastes. El objeto de los mercadOl loca1ea consiste, en
efecto, en proveer a la alimentaci6n cotidiana de la población que
vive en el lugar donde le celebran. Por eso los mercados IOn se-
PWlalea y su radio de atracci6n el muy limitado; por eso, te con-
creta IU actividad a la compra y venta al menudeo. Las ferias
constituyen, al contrario. lugares de reunionea periódicas de los
mercaderes de profeai6n.· Son centros de intercambie» y, tobre
todo, de intercambioa al mayoreo que le esfuerzan en traer hacia
eJIOI, fuera de toda consideración local, el mayor número posible
de hombres y de productos. Se podrfa, hasta cierto punto, com-
pararlOl con las exposiciones univenales, puea no excluyen nada ni
." nadie j le puede tener la seguridad de que euaJquier individuo,
sea cual fuere su patria, cualquier objeto negociable, sea cual fuere
IU naturaleza, Ierá bien recibido. Por ende, es imposible celebrar
anualmente las ferias más de una vez, o, cuando mucho. más de
dos veces en el mismo lugar, puesto que es predio hacer prepara-
tivos considerables. .,
Es claro que la mayoña. de las ferias tuvieron tan IÓlo un radio
de acción limitado a una regi6n más o menOl extensa. S610 las
ferias de Champaña JlOIIdan. en 101 siglos XII Y xm, un poder de
atracci6n que te impuso a toda Europa. Pero lo que había que
indicar es que, en teoria, cada feria está abierta a todo el eomet-
00, como cada puerto marítimo a toda navegación.. Entre la feria
Y el mercado local la opoeición no c:oosisda, por consiguiente, en
una simple diferencia de importancia, sino en un;t. diferencia de
naturaleza.
r
trazar de] cddito y de] comercio del dinero, puede dar una idea'
de Su importancia de la multiplicidad de IUJ formas hasta fmes
del siglo xm. Sin e cRdito y el comercio del dinero, la vida eco-
oomica de la Edad Media resultaría incomprensible. Pero, excep-
tuadas las grandes ciudades italianas en donde se ven aparecer los
primeros c:imieDtOI del c:mJjto y de las instituciones bancarias del
porvenir, su perfeccionamiento DO corresponde a IU vigor. Se ha
obIervado con mucha exactitud que DO existió en aquella ~poca UD
verdadero mercado del dinero, en el lentido actual de la palabra.
Cada operaci6n de crédito era objeto de UD contrato detenninado
por las circunstancias de un convenio privado entre la persona que
hada el préstamo y la CJue lo solicitaba.- En lUma, el préstamo
comen:ia.I DO 18 diferenaaba aÚD netamente del préstamo de con-
lUIDO.
ESTUDIOS GENERALES
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INTRODUCCI6N
CAPfnn.o 1I
CAPITULO 111
CAPiTULO V
" ... VI/de el II/err..mdi gl"l,tia fl·equentn ill Daci.", ibllt et aliquotiu in
F/Ulld.·illtll navigii nlflige pervo/abat; lit dum oportutlit41 jU'IHAbat, /iUOTa
"",rina ci,·cuiem, mulloties Gd Scotorum fines tleve"iebat. In quibw si"pis
te'"I"arum finibw IlliqUG rara et ideo prlltiosiQra reperiem, Gd lJli4I secum
regiones transtulit, in quj~w ea ",."ime ignota fuisse perJ(msit, tI'lU af1ud
indi,e,JaS desiderabiliolll super aurum existilerant; el ideo pro h .• q_que
a/ia, aliis te"arum incofis roncupiscibi/ia, libentiw et lIudiosúsi".:e com",u-
tando comparnblJ.t. D~ (I"ibus si"p/is lIegotiando pluri",um pr('; lCerat et
nJa.xim41 o/mili divitias in .udOTe vultus sui sib. pt:rqui.cierll' quin hie
multo ~nundabat ,!lIod nbili e:IC panti prdii su'''ptibus cOflgreg~r/lt"
(pp. 19, SO·)
28 Véase cap. n, seco u y cap. IV, seco 1\••
:14 F. Cunchmann, Hutlgersnote im Mitte/n/tn, pp. 1!l1 ss. (I.eipzig, 1900.)
:liS Véase en el texto citado, supra, n. 11, el pasaje relatÍ\"O ~ las mer-
canclas de.iitlerabiliom supe,· al/rum.
~'U ( •• Espinas y H. Pirenne. "Lea coutumes de la gilde marchande de
Saint·Omer", en l.e Moyen Age, Igol.
2T H. Pirenne, Les périods de /'histoire socill/e du cllpitalisllle, pp. 18t ss.
28 Véase cap. 111, seco 11, )" H. Pirenne, Les ttilles d" Moyen Age, pá-
ginu 168 ss.
~II G. des Marez. La propriiU fonci~re dllns les villes tlu Moyen Age,
PI). 1 1 ss., 44 ss. Véase en G. Espinu. La vie urbaine de Dotl/li, t. 111, pá-
gina :¡¡8. y IV. p. 4. la lista de lu caaaa adquiridu en la villa por 101 dOl
industriales textiles Jehans de France y Jakema Ji Blona.
lIO H. Pirenne. LII "/lnse fla",.nde de Londres, p. 81.
31 En 101 textOl italianOl del ligio ltIn la palabra cllpitGle es de UIO co-
rriente para designar el dinero invertido en 101 negociOl.
S2 R.especto a la fortuna deslumbrante de 101 Zaccaria de Géno,·a. en
el ligio XIU, véase Bratianu. 01'. cit., pp. 1,8 ss.
83 Véanle 101 IibTOl de Contaduria citadOl en el cap. IV. na. 4°-45.
lH A. Sapori. lIna comPllgnia di CalimalG.
CAphuLO VI
c.vtruLo VII
BIBLIOGRAFfA GENERAL
EXPOSICIONES GENEIlALU
ALEMANtA:
FRANCIA:
GIlAN BRETAÑA:
hALtA:
BÉLGICA:
REVISTAS
LAS VILLAS
Usura. 17-18. 77. 91. 97. 100. 101. dicial, 45; alemanas, 204. 215.
105-105. 226 246; belgas, 204; españolas.
U tilidades comerciales. 120 205; extranjeras. U5; flamen-
cas, U5, 155. 2~: francesas.
Valdenses. secta de los. 45 147. 205. 2M: han!le:hica. 252.
Valdo. Pedro. 45 246; inglesa~, 147: italianas,
Veckinchusen. Hildebrand. 154. 254. 257; nuevas, 65, 142. 212;
25!1 prusianas. 252; y campos. 62;
Vendedor campesino. 128 y príncipes. 46. 47
Venecianos. lOS. 250 Y iIIici, 57. 58
Ventas per deneratas. 15. 84. 206 Yillicus, 50. 52
Vera societas. 221 Vino. 25, 26. 51. 112. 115. 116.
Vida urbana. 56-59 ] 29. 255. 256; monopolio de su
Vi/-gage. 91 venta. 40
Vigilantes municipales. U6 Virgate, 51
V ilt ings, 25 Volstead, 105
Villanos. 16. 57. 58. 55. 68. 82,
Waldemar de Dinamarca. 141
142, 144; su establecimiento en
Warendorp. 94
las villas. 44; señoriales, 59-60
Warescapia. 51
"Villa nuevas". 58-61 Wateringues, 52
Villas. U, 56-48, 49. 50. 51, 65, Weistümer. 52. 212
64, 69, 71, 96. 101, 102-104. Werimbold. 42, 102
108, 111, 117. 120, 125, UO, Westfalianos. 62
152. U6, U8, 14g, 144, 146_ Wilt, 205
151. 152, 155. 154, 157, 159, Wittenborg. 255
202, 205, 252, 257, 248; su au-
tonomía administrativa y ju- Zaccaria. Benedetto. 257
iNDlCE GENERAL
CAPÍTULO J
l. El Mediterráneo ................................. 19
Continuación del comercio mediterráneo en la Italia bi-
zantina, 19; Comercio de la Italia bizantina y de Venecia
con el Islam, 20; Desarrollo económico de Venecia, 20; La
expansión veneciana, 21; Venecia y el Imperio bizantino, 22
n. El Mar del Norte y el Mar Báltico ................ 22
Las incuniones normandas, 25; La expansión comercial de
1011 escandinavos, 2:;; El comercio escandinavo en Rusia, 24;
El comercio escandinavo en el Mar Báltico, 24; El comer-
cio escandinavo en el Mar del Norte, 25
11 r. El renacimiento del comercio ..................... 26
Primeras relaciollf'l' económicas de Venecia con el Occiden-
te, 26; La Iglesia y los mercaderes, 27; Pisa y Génova, 28;
La primera Cruzada, 28; Reapertura del Mediterráneo al
comercio occidental, 29; Las Cruzadas y la navegación ita-
liana, 30; Preponderanci .. de los italianos en el Mediterrá-
neo, SI; Decadencia de la navegación bizantina, 51: El
comercio de Italia, 51; El comercio al norte de los Alpes,
52; Las fábricas de paños flamencos, 5S; El comercio de
paños, SS
INDICI: GENERAL
CAPiTULO 11
LAS VILLAS
1. El renacimiento de la vida urbana ................ !l6
Desaparición de la vida urbana en el siglo VIII, 56; Las
dudades episcopales, 56; Los burgos, 56; Las primeras aglo-
meraciones mercantiles, 57; Los "puertos", 58; Concentra-
ción de la industria en las ciudades, 58
11. Los mercaderes y la burguesía .................... !l9
Hipótesis acerca del origen señorial de la clase de Jos mer-
caderes, 59; Aventureros y mercaderes, 40; Goderico de
Finchal, 41; Las primeras ganancias comerciales, 41; In-
fluencia de la navegación en el comercio, 42; Las primeras
(ortunas comerciales, 42
111. Las instituciones y el derecho urbanos ............. 43
La burguesía y la sociedad agrícola, 45; Libertad de la
burguesía, 44; Transformación del derecho en las villas,
44; Autonomía judicial y autonomía administrativa de las
villas, 45; Las murallas urbal\as, 45; Las finanzas urbanas,
46; Las magistraturas urbanas, 46; Las villas y los prlnci-
-pes. 46; Privilegios de la burguesía. 47
CAPÍTULO 111
CAPiTULO V
CAPiTULO VI