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El Fernando Belaunde Que Conoci PDF
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Parte I
EL FERNANDO BELAUNDE QUE CONOCÍ 17
PARTE II 37
HORAS DE LUCHA
PARTE III
UN PRIMER ENCUENTRO CON EL
ANECDOTARIO DEL PRESIDENTE BELAUNDE 97
“Siempre cedía a nuestras súplicas” 100
“Soy terco partidario de la democracia” 103
“Nos salvó una ola gigante” 106
“Felizmente estamos vivos para reconstruir” 109
“Oiga Romero, hay 600 millones para viviendas…” 111
“Yo también hablo francés” 113
“Comparta sus fotografías y queda regularizada su situación” 106
Sus obras los graficaba en la arena 118
“Tengo que convertirme en el gran arriero del Perú” 122
“No me iré sin su firma” 126
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Presentación
Tuve el privilegio de conocer a Fernando Belaunde Terry cuando apenas
era un niño. Mi madre no sólo era parte de su familia directa, sino también
su incondicional seguidora a partir de 1956 en que Belaunde inicia una
extraordinaria cruzada como líder de una nueva y fresca corriente política
que, en corto tiempo, habría de convertirse en la alternativa de cambio que
el país buscaba imperativa y afanosamente.
Quiso el destino que estuviera muy cerca de él en los últimos siete años de
su vida. No sólo admirando su espíritu de trabajo y entrega permanente a
la causa nacional, sino además en sus momentos de alegría como en los de
tensión, donde destacaban la mente lúcida, la tranquilidad de conciencia,
su devoción por la justicia más allá de cualquier circunstancia y su prístina
visión de estadista.
Amigo lector: que el libro que tiene en sus manos se convierta de alguna
manera en una guía o mapa político que lo ayude a ubicar en la historia
a este entrañable personaje del siglo XX. Corresponde a su elevado
entendimiento explorar más allá de la superficie. Si decide colocarse el
overol de explorador del conocimiento, seguro que encontrará en Belaunde
un tesoro humano o paradigma de incalculable valor como ejemplo.
La historia, sin duda, tendrá su veredicto propio; pero los peruanos de hoy
y del futuro sabrán que el Perú tuvo en Belaunde a un abanderado de la
libertad y de Ley de Hermandad, la misma que, cabalmente y expresada
en el vocablo solidaridad, es reclamada ahora como referente moral y ético
por un mundo que de verdad quiere ser más libre pero que cada vez se ata
al pragmatismo y la frivolidad campante.
Finalmente, apunto que cada parte de este libro está redactado para que
pueda leerse por separado.
Raúl Diez Canseco Terry
Octubre de 2008
PARTE I
EL FERNANDO BELAUNDE QUE CONOCÍ
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El general en su laberinto
El Dr. Javier Arias Stella, entonces canciller peruano, nos recuerda que se
estuvo muy cerca de llegar a un acuerdo de cese de hostilidades: “Después
de intensas negociaciones junto con Estados Unidos, el presidente Belaunde
habló con el presidente argentino Leopoldo Galtieri, quien aceptó el
documento por el que se ponía fin al conflicto. Cuando todo indicaba que
las negociaciones darían resultados y en Torre Tagle nos preparábamos
para un anuncio oficial, el presidente Belaunde me informó que el crucero
argentino General Belgrano acababa de ser hundido en combate. No había
nada que hacer y Belaunde le expresó su solidaridad a Galtieri”.
Para Arias Stella, los esfuerzos diplomáticos peruano-estadounidenses por
evitar un conflicto bélico se frustraron porque la primera ministra Margaret
Thatcher ya había ordenado el envío de una gruesa flota hacia el Atlántico
Sur. “Es decir, no podía regresar con las manos vacías. Tenía que recuperar las
Malvinas”.
En esta parte se narra con mucho detalle los esfuerzos desplegados por
Belaunde con el objetivo de lograr una solución pacífica que, al mismo
tiempo, cautelase la reivindicación argentina sobre las Malvinas.
“En efecto, podemos leer que entre el primero y el tres de mayo de 1982
Belaunde concibió y planteó una propuesta de siete puntos, conversada
previamente con el entonces Secretario de Estado norteamericano
Alexander Haig, luego transmitida telefónicamente al general Galtieri”,
dice el ex embajador del Perú en Argentina.
Aviación del Ejército del Perú que realizaba una misión de abastecimiento,
en la zona fronteriza con Ecuador- descubrió ese día que tropas del
Ecuador habían fijado en territorio peruano un Puesto Militar de Vigilancia
semiconstruído con material noble.
En suma, lo que nos hace ver estos hechos es que el Presidente Belaunde
es uno de los mayores exponentes de una clase dirigente con mucha visión
y capacidad de ver las cosas de otra manera. Clase académicamente sólida,
honesta y democrática.
Hablar sobre él siempre será insuficiente, inconcluso. Por eso, los siguientes
artículos intentan complementar el perfil de un peruano cabal del siglo XX.
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Visionario de ayer
y siempre
Asunción, Paraguay, 4 octubre de 1996
Fue en ese período que nació la idea del proyecto más grande de colonización
vial que se haya efectuado en el Perú: la Marginal de la Selva, que le valió
la medalla de oro de la Bienal de Rímini, Italia, en 1970.
Fue elegido diputado por Lima en 1945 en las listas del Frente Democrática
Nacional, oportunidad que le permitió impulsar uno de sus grandes
proyectos habitacionales: la Unidad Vecinal No. 3. En 1956 –demostrando
coraje y decisión política- fue candidato a la presidencia de la República,
enarbolando estandartes de juventud, de renovación y de rebeldía frente
al orden de cosas imperante. Quedó segundo en las ánforas y sólo pudo
derrotarlo una amplia alianza política.
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Son pues realidades macizas, como las moles de concreto armado, mudos
testigos de la labor positiva de un estadista y visionario del Perú, intachable
como persona, demócrata a carta cabal, principista e inspirador de una
doctrina autóctona y quien lleva al Perú por dentro.
Hasta siempre
Vicepresidente de la República
Miércoles 5 de junio de 2002
Fue un hombre justo y honesto, bueno y honrado que vivió cerca al pueblo.
Y que nunca dejó que obra pública alguna llevase su nombre y, a través del
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Por ello, en la lejana serranía andina, en la selva amazónica aún resuena esa
frase; “el pueblo lo hizo”. Hombre modesto que nunca habló en primera
persona; siempre pensó que sus logros eran resultado de la generosidad del
pueblo y del obrar de Dios.
Hoy estamos seguros de que Belaunde está más cerca de nuestro Dios,
desde donde sigue mirando y bendiciendo al Perú. Se fue al lado de su
Violeta a quien con mucho dolor vio partir sin entender… por qué se fue
ella primero.
Nació para ser líder, creció para orientar a su pueblo y se desarrolló para
conducir un país; que hasta comienzos de la década de los 60 se gobernó
con una visión centralista y vertical de la política nacional, alejada de la
realidad social y dramática que era el Perú profundo.
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“Los últimos serán los primeros” resumiría en gran parte el guión de toda
su ejecutoria pública. Por eso, antes de ser presidente asimiló la sabiduría
popular que solo el contacto con nuestra gente hace posible.
Fernando Belaunde Terry fue un hombre íntegro que enseñó sobre todo
a través de sus acciones, no usó ni el podio ni sus éxitos profesionales y
políticos para avasallar al semejante sino que fue solidario, en palabra y
obra, con quienes menos tienen.
Desde estas páginas, donde escribí muchas veces, debo confesar que sentiré
su ausencia. Hoy, cuando la pesadumbre y la tristeza me rodean, le pido a
Dios que me dé esas fuerzas, fe y esperanza que Belaunde transmitió en
cada acto de su vida. ¡Adiós, presidente; hasta siempre, adelante!
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Mensaje vigente de
Belaunde
Vicepresidente de la República
Domingo, 7 de julio de 2002
No nos cabe la menor duda de que son momentos difíciles por los que
atraviesa el Perú, los mismos que estarían generando zozobra colectiva
e insumos de los cuales se vale la gente de siempre para agitar el caos.
Cierto es que el escepticismo influye en buena parte de la población, pero
también es real que existe en lo económico, político y social una brújula,
un horizonte por recorrer y una meta que alcanzar a la que llegaríamos si es
que nos regalamos un tiempo de tregua que no es mucho pedir.
Sobre estas bases limpias y claras, de inobjetable buena intención, sin exigir
renunciamientos ni ofrecer dádivas, si estamos listos a concordar planes, a
la luz pública, con quienes quieran aportar las luces de su inteligencia,
la decisión de su carácter o el esfuerzo de sus brazos, a la consecución
de estos grandes objetivos nacionales. Nos toca, pues, la dura, la difícil,
la agobiante pero enaltecedora tarea del sembrío. Aboquémonos a ella
con decisión y entusiasmo, pensando en el Perú de mañana, en el Perú de
siempre, en cuyas remotas raíces hay sudor de esfuerzo mancomunado y
frescura de facultades creadoras.
PARTE II
HORAS DE LUCHA
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“Por sus frutos los conoceréis”, sentencian las sagradas escrituras. Es que en
estos tiempos de memoria frágil es necesario tantas veces recordar y resaltar la
monumental obra edificada por el Presidente Fernando Belaunde
en sus dos períodos.
Para decirlo en una sola frase: Acción Popular aumentó en un 62% la energía
eléctrica del país, ejecutó un poco más de la mitad de los grandes proyectos de
irrigación realizados en el presente siglo; y, entre otras proezas, logró incorporar
a la frontera agrícola 2 millones de hectáreas de tierras útiles, además de construir
una extensa red vial con sus imponentes puentes colgantes y de concreto.
Los siguientes discursos y artículos escritos del Presidente Belaunde, todos ellos
de alguna manera inéditos por cuanto no fueron divulgados como correspondían
y debidamente en su oportunidad, nos recuerdan el origen de su inspiración
política al crear Acción Popular, el significado de la obra pública, su lucha por la
recuperación de la democracia y el apoyo decidido y constante a mi labor como
dirigente y candidato presidencial, en 1995.
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Entonces, en la plaza, hice un discurso mas o menos largo ante unas cuantas
personas que habían allí, cuya síntesis llamada la “Oración de Chincheros”
es la que voy a repetir porque es sumamente breve. Dije en la Plaza de
Armas de Chincheros, entre otras cosas:
Cada vez que observo, desde alguna altura, un villorio peruano, hago la
misma pregunta y obtengo la misma enaltecedora respuesta.
Y al seguir la ruta serpenteante entre los cerros, interrogo una vez más:
¿quién abrió el camino? Y nuevamente, resonando ya en mis oídos como
la estrofa de una marcha triunfal, oigo en esta frase expresiva y elocuente
toda la historia del Perú de ayer y de hoy y la profecía de mañana: “el
pueblo lo hizo”.
Y cuando fue requerido el pueblo dio al soldado; mas sin una queja soportó
el olvido.
Se llevaron sus rentas, les quitaron sus bienes. Pero no pudieron arrebatarle
sus tradiciones.
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Es que, por fortuna, los pueblos, pueblos del Perú son pueblos olvidados
que no han olvidado su historia.
Por otro lado, se han realizado proyectos de irrigación por todo el país y
de mejora de riego en haciendas de la costa, en lugares como Pisco o como
Cañete; pero lo fundamental es la obra de irrigación en la Costa. Desde el
año 1920 en que Leguía trajo al ingeniero Sutton, experto hidráulico de
California, es decir en un proceso de 65 años hasta que yo dejé el gobierno
el 85, se produjeron grandes proyectos hidráulicos, 10 de ellos u once.
La mitad de esos proyectos se hicieron en los 10 años de Gobierno de
Acción Popular. Esto parece mentira, pero hay que ver “El Peruano” y
corroborarlo.
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Desde Tumbes hasta Tacna los grandes proyectos hechos por la nación son:
el de Poechos, la irrigación de Piura con Los Egidos, el de Tinajones, el de
Gallito Ciego más al sur.
Entonces, pues, resulta que un gobierno que duró 10 años, en ese período
de 65 años que estoy mencionando, en el 15% del tiempo hizo más del
50% del trabajo; es decir, los Egidos del Bajo Piura, Tinajones, Gallito
Ciego, Pañe, Aguada Blanca y Condoroma para Majes y La Joya. Entonces
tenemos la satisfacción de haber ejecutado lo que ofrecimos y sobre este
caso estoy haciendo una segunda edición de la “La Conquista del Perú por
los Peruanos” reproduciendo fielmente el libro que escribí hace 35 años y al
costado de ese texto original el cuadro en que se prueba cómo en su mayor
parte cumplimos lo ofrecido y finalmente, una segunda parte en la que
hablamos de nuestros dos gobiernos y de nuestros propósitos actuales.
Yo creo que en política hay que ser fiel a lo que se promete. No todo se
puede cumplir porque uno generalmente queriendo servir al país puede
excederse en optimismo. Pero lo general es cumplir la parte fundamental,
la ampliación de la frontera agrícola del Perú. Nosotros hemos duplicado
potencialmente la frontera agrícola del Perú.
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La tercera cruzada de
Acción Popular
Revista Acción. Lima, enero de 1994
Los grandes partidos políticos no aparecen por obra del azar. Se hacen
grandes por la misión que se imponen.
causa del transtorno que ha sufrido el país y del nuevo texto constitucional,
aprobado por menos de la mitad de los electores que concurrieron a las
urnas. La reelección inmediata ha dado funestos resultados en el continente
y en el Perú.
Por otro lado se han realizado proyectos de irrigación por todo el país y de
mejora de riego en haciendas de la costa, en lugares como Pisco o como
Cañete; pero lo fundamental es la obra de irrigación en la costa. Desde el
año 1920 hasta que dejé el gobierno el 85, en un periodo de 65 años se
produjeron grandes proyectos hidráulicos, diez u once. La mitad de esos
proyectos se hicieron en los 10 años de gobierno de Acción Popular.
Esto parece mentira, pero no hay sino que ver “El Peruano” y
comprobarlo.
Partiendo Tumbes los grandes proyectos hechos por la nación son: el de
Poechos, la irrigación de Piura con los Egidos, el de Tinajones y el de
Gallito Ciego.
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Moraleja: Los que pretendan gobernar al Perú, deben presentar ideas claras
y concretas; deber saber lo que se proponen llevar adelante y poner manos
a la obra ese día mismo en que asuman el Gobierno. Porque las horas
finales de una administración, no son para presentar a destiempo propósitos
incumplidos sino, más bien, para rendir cuenta de lo realizado.
Confirmación del
crédito público
Diario La República. Marzo de 1994
El mensaje andino.
La ecuación de la vida.
Basta decir que así como en nuestro primer gobierno habíamos creado el
municipio plenamente democrático, en nuestra segunda administración
habíamos arrancado la mordaza impuesta a los órganos de difusión.
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Q ueridos correligionarios:
Que los congresos no son de papel; que hay delegaciones que vienen de
afuera, en muchos casos con grandes sacrificios y renuncia de tiempo. Y al
llegar a Chiclayo, observo que la necesidad del trabajo les ha imposibilitado
contemplar la belleza de la “Ciudad de la Amistad”, como la llaman, amistad
que se ha redoblado por la brillante alcaldía de Arturo Castillo.
El partido considera que estamos en una primera etapa del proceso electoral,
y que en ésta lo fundamental es luchar por el mantenimiento del régimen
democrático. Si se produce un intento continuista habrá una ruptura del
régimen democrático, vendrá una nueva posición predominante de quienes
tienen una excesiva ambición de poder o de los grupos que lo rodean, y
tendremos entonces que analizar la situación que enfrente el Perú.
Mientras tanto, que queda claro que estamos en pie de lucha en esta
primera parte del proceso electoral lo que no quiere decir que no vayamos
a participar en él. Eso se decidirá oportunamente, antes del vencimiento de
los plazos y tendrá que hacerse, desde luego, con profunda meditación y a
la luz del más claro ideal cívico y del más puro interés patriótico.
Ese gesto tan noble, diáfano y tan generoso no fue debidamente apreciado,
porque el participar con otros grupos en una lista parlamentaria no
significaba sino una presencia simbólica; era evidente que con cualquier
candidatura propia habríamos tenido una representación mayor.
Por eso, pues, ahora el destino nos señala un camino histórico, quizás tan
importante como el que tuvimos en el año 56, cuando establecimos que
era el pueblo sin compromisos el que debía crear su gobierno Ahora el
destino nos señala, por ser un partido organizado y establecido en todos los
rincones del Perú, el deber de impedir el continuismo presidencial.
Fui sincero cuando dije al terminar mi segundo gobierno, que así como en
los momentos dramáticos los anglosajones cantaban la canción “más cerca
de ti mi Dios”, yo cantaba otra diciendo: “más cerca de ti mi pueblo”.
de otros grupos, que en muchos casos son respetables por coincidir con
nuestro puntos de vista, pero presiones que no pueden llevarnos de ninguna
manera a reducir el ámbito de nuestra responsabilidad.
Mantengámoslo así, y demos en esta hora dramática para el Perú una nueva
lección cívica.
En la mañana también hemos dado la vuelta por alguna de las obras que
realizamos. No hemos podido ir a Tinajones o Carhuaquero; remontar la
cordillera para revisitar el sitio donde interconectamos las aguas del río
Chotano con el Conchano; no hemos podido ir ni siquiera a Gallito Ciego,
cuya misión principal es interconectarse mediante un canal, todavía no
hecho, con el valle de Saña. Pero hemos visto las obras de Vivienda que
hicimos. La respuesta del pueblo ha sido extraordinaria; salían de todas las
casas, no habíamos convocado a nadie, yo llegaba de sorpresa. Creo que en
eso hay algo que tengo que apreciar sin falta modestia.
un ideario, por la fidelidad a nuestro partido. Nuestro propio local del Paseo
Colón fue testigo de la sangre de nuestras víctimas. Un partido no sólo
significa el aplauso de un dirigente, significa la culminación de muchísimos
sacrificios. Por eso si alguna felicitación voy a recibir de este Congreso,
quiero decirles que la recibiré con modestia y con sinceridad, pensando que
no soy yo sino ustedes los que se han ganado los laureles.
Aquí entre dos cordilleras -yo las conozco bien- paseé Chapín por todos
lados (señalando), por este lado y por el otro, viniendo en acémila desde
Yata; porque al Perú hay que conocerlo, más que a vuelo de pájaro como
hacen algunos que buscan su comodidad, a lomo de bestia como hacen
los que quieren conocer, paso a paso, el territorio nacional y estrechar al
hombre de trabajo.
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Antes teníamos un Banco Agrario, que con nosotros funcionó bien, que
podía tener todos los defectos que se quiera, que podría haber incurrido
aún en faltas; pero, se ha cometido el error de erradicar toda la banca de
fomento, con el espejismo de que la banca comercial, que ya tiene las
manos llenas en su trabajo habitual, sustituirá a la banca de fomento. La
banca comercial tiene un propósito, legítimo por demás; hacer utilidades.
La banca de fomento tenía un propósito más grande; hacer trabajadores,
formar ciudadanos, impulsar la producción para el bienestar de todos.
Quiero hablar ahora, porque debo hacerlo en una plaza de tanta vibración
cívica, sobre los problemas nacionales. Primero de la agresión del
centralismo que se ha apoderado del país. El centralismo quiere resolverlo
todo, no quiere tener competencia. Por eso está en pugna con los municipios
del país.
Quiere que todas las obras tengan un letrero que diga: “Obra de la
Presidencia de la República”. Yo reclamé un letrero que decía: “El pueblo
lo hizo”, porque todo lo que se hace con dinero del país se origina en el
pueblo que, aquí, paga impuestos indirectos. De manera que cuando se
hace una obra con dinero del Estado es obra del pueblo y no de ningún
dirigente episódico que pase por Palacio.
AP en pie de lucha.
Pero hay algo más. Se está exhumando ahora del cementerio de nuestras
tragedias políticas la mayor corruptela; la corruptela del continuismo.
El afán presidencial de no levantarse de la silla, el afán de no cumplir
su juramento original. Esto es un peligro para el país. ¿Queremos que la
historia se repita y que mañana, para cambiar un gobierno, tengamos que
levantarnos todos y que tenga que exponerse a la ciudadanía a toda clase de
sacrificios y represalia? De ninguna manera.
Diario La República
Miércoles 1 de junio de 1994
El trasfondo internacional.
Lógico era esperar una actitud firme de los sectores de oposición, en los que
predominaba el aprismo (sin que esto excluyera a elementos destacados y
a grupos de izquierda o a políticos vinculados a la Unión Revolucionaria).
Más nos tocó a nosotros, convocados por el Frente de Juventudes, asumir
la actitud combativa que la opinión pública demandada.
El reclamo popular.
Y, ¿qué decir de las Fuerzas Policiales? Vemos con alarma que muchos
ciudadanos provenientes de esa honrosa ocupación derivan, con demasiada
frecuencia, en determinados casos, al delito común. Las causas del
magisterio y la policía no son sino dos ejemplos típicos que exhiben la
tragedia de los que dependen de sueldos del Estado.
milagros. Será difícil que los recursos, por más esfuerzos que se hagan,
superen a la demanda.
Siempre habrá algún tipo de escasez, algún desafío difícil de enfrentar. Más
nadie lo hará peor los gobiernos que rinden culto a ídolos de barro, y que no
ocultan un religioso fervor por determinados dogmas de liberalismo extremo
que la historia con implacable periodicidad, se encarga de derribar.
La historia se repite.
Cita en Huancayo
Revista Acción
Lima, agosto de 1994
Acción Popular en la
lucha electoral
Revista Acción
Lima, septiembre de 1994
Ahora bien, conviene precisar que el partido busca servidores del país
y no amos. Que quienes reciben altos encargos deben cumplirlos con la
convicción de que pertenecen a una institución creada exclusivamente para
servir al país, con patriotismo y devoción. Creemos, sinceramente, que los
nominados responderán a plenitud a tan delicado destino.
Acción Popular que duplicó las áreas de cultivo del Perú, que realizó
el 50% de las grandes obras de irrigación de la Costa, que se impuso la
tarea de extender la electrificación rural, que construyó más viviendas de
interés social que cualquier otro gobierno y que, con la ayuda elocuente del
pueblo y su propia acción, extendió notablemente las facilidades escolares,
no puede aceptar los métodos actuales en que esos temas se relegan a los
que deben ser los últimos meses de un gobierno que no supo mantener su
legitimidad inicial. Acción Popular que atrajo facilidades crediticias para la
educación pública y las grandes universidades, que dio sentido continental
al desarrollo con la vialidad colonizadora, que salvó vidas infantiles
erradicando la polio y difundiendo la rehidratación oral, tiene en su propia
gestión una saludable proyección para el futuro del país.
H oy como ayer y siempre ven a Arequipa con los brazos abiertos. Vengo
a encontrarme con mis amigos y hermanos que, desde hace tantas décadas,
fielmente, en las buenas y las malas, me reciben generosamente. Aquí siento
el aire fresco y limpio que respiraron mis mayores.
El haber realizado esas pilas bautismales que son las represas de Pañe,
Aguada Blanca y Condoroma, parece señalarme que ni ustedes ni nosotros
nos equivocamos al decir que trabajaríamos juntos por el Perú. Y, hoy, es
necesario repetir y decir a los cuatro vientos que las obras de desarrollo de
esta región no pueden ni deben detenerse.
He venido a afirmar que no quiero que se diga que fui un viejo que se
aferró al poder, sino un anciano que combatió hasta la muerte por amor a
la democracia. La confianza pública no es un cheque en blanco para querer
estar siempre arriba, es una obligación que tiene el político de no apartarse
nunca de los ideales. Los hombres pasan, los ideales quedan. Y, por eso,
83
ahora este viejo de Acción Popular tan conocido en esta plaza, viene a
hacer campaña no por si mismo, sino por un hombre joven que por valiente
y capaz promete hacer una gran labor por el Perú.
Por eso buscamos a un hombre cuya vida personal significa una gran
realidad de esfuerzo y creación. Un hombre que no heredó nada, que lo hizo
todo por sí mismo y por los suyos. Un hombre que ha logrado adentrarse en
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Por eso en mi alma no hay tristeza, hay honda satisfacción. No por haber
hecho mucho, porque siempre estamos descontentos cuando se trata de
servir al Perú, sino por haber cumplido con sinceridad, con fidelidad nuestro
juramento a la patria. Por eso estamos aquí ahora en este combate, porque
se ha roto un juramento solemne, porque quien recibió el título legítimo
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En esta plaza siento una honda emoción porque vienen a mi mente las
páginas lejanas de la era preincaica e incaica cuando se fundó la ciudad,
porque viene el dramático encuentro de las huestes de la conquista, porque
viene el largo virreynato con la gran protesta cusqueña que dio lugar al
martirilogio de Túpac Amaru en esta plaza. Ese no es un hecho de la
historia peruana, es un suceso de la historia continental y universal, porque
es el grito libertario que se anticipó a la revolución francesa. Por eso vengo
aquí con reverencia y, junto al templo de nuestra fe, agradezco al Altísimo
que haya mantenido al Cusco y le pido que lo proyecte al porvenir, porque
el Cusco es inmortal: no ha muerto en grandes emergencias y sobrevivirá a
cualquier contingencia que pueda acontecer. Seguirá siendo honor y gloria
no sólo del Perú sino de América y del mundo.
Han pasado diez años y ¿qué se ha hecho? Nada. Han pasado largos años
y todavía nos prometen estudios y más estudios. Esta es una de las razones
para que Acción Popular, con su gente joven, aspire de nuevo llegar al
Gobierno y demuestre que las grandes tareas no pueden postergarse porque
mientras unos duermen otros trabajan. Estamos viendo lo que es la insana
ambición de nuestro vecino del norte que quiere sorprendernos con su
actitud bélica. Nos hace aparecer en el mundo como si fuéramos nosotros
los provocadores y se descubre, en el gran escándalo internacional que ellos
estaban comprando armas a diestra y siniestra. ¿Para disparar a quién? A
un país pacífico que nada tiene que pedirle a Ecuador que no sea el fiel y
honrado cumplimiento del Protocolo de Río de Janeiro.
desmentir en este momento por más fanfarria que se haga o por más órganos
que estén interesados en silenciarlo. Nadie ha hecho la campaña “pueblo por
pueblo” la nueva edición. La primera tuvimos la suerte de hacerla nosotros.
La nueva edición ya con carreteras a las provincias que construimos, ya con
una extensión de las líneas aéreas, pero una edición exhaustiva que lo ha
llevado de rincón a rincón y que, además, lo ha enfrentado a peligros.
Por eso, en la última semana y a pesar de las canas que peino, he querido tomar
también la lampa que es nuestra espada de combate, para decirle que estoy
a su lado y que estaré con él en toda circunstancia, porque es la posibilidad
del resurgimiento del partido de que alcance altas responsabilidades de
nuevo, un capítulo de alegría a escribirse en la historia del Perú.
Ica, esa joya en el desierto, esa hermosa ciudad que tiene la Necrópolis
de Paracas, uno de los centros históricos y culturales más importantes del
nuevo mundo y las líneas de Nazca, uno de los temas de mayor fascinación
en el mundo histórico y científico.
Cerro de Pasco es una veta de ciudad y sangre. Un sitio minero que refleja
el esfuerzo muy sacrificado de los trabajadores. Huancavelica, el desafío
permanente ha vencido a la cumbre. Ayacucho, mártir de muchos años de
injusticia, comienza a vencer, enhorabuena. Apurímac, verdadera versión
de lo que es el desafío de una accidente topografía.
Los marinos mercantes y los marinos de guerra han dado, aquí, lecciones
de excelente conocimiento de los ríos y han llevado la civilización a los
más remotos parajes. He viajado por todos los ríos navegables; he venido a
pie a la selva hace muchos años cuando nuestra devoción a la selva no era
fruto de una actitud política sino de una devoción cívica por un pueblo que
tanto tiene que ofrecer a la patria de hoy y de mañana.
Por eso, lo primero que quiero hacer aquí es rendir homenaje a los caídos
en el reciente conflicto y formular votos porque el próximo Gobierno sepa
defender la soberanía nacional utilizando su mejor herramienta: el soldado
loretano.
La selva tiene tanto que enseñar. Los pongos, todos los he visitado:
Mainique, Aguirre, Coñec y Manseriche. No olvidemos que fue un marino
peruano, Melitón Carvajal, el primero en conducir un navío de guerra y de
los primeros que vinieron aquí, cruzando el pongo de Manseriche. Ahora,
este pongo despierta ambiciones extrañas y externas. ¿Quién tiene derecho
al pongo? Si es en el orden jurídico, el Perú. Si es en cuanto a esfuerzo,
trabajo y heroísmo también el Perú.
Por eso, fui al istmo de Fitzcarrald cuando estaba en el poder. Antes mandé
una misión en helicóptero para que nos preparara un helipuerto. Bajaron
los obreros en sogas. Cuando llegué al día siguiente a inspeccionar el
istmo, quería poner mis pies, dejar mis huellas en ese lugar. Encontré que
estaban rodeados de una tribu agresiva, desnuda, pintada de rojo y que
estaban atacándolos a flechazos. Aterrizamos allí. Mi edecán quiso que yo
no bajara, pero insistí porque había un hombre con una flecha en la espalda.
Pudimos salvarlo. Era un joven del Camisea, de Michagua, de uno de los
ríos cercanos.
primitivo, del hombre nómada. De manera que he guardado esa carta entre
mis papeles más preciados y se ha publicado algo de esto en la prensa
mundial, en el interesantísimo libro sobre el río Manu.
Así, pues, la selva nos ha requerido en uno y otro lugar. Y, Raúl Diez Canseco
Terry comparte conmigo, a plenitud, este interés por la selva peruana. Mi
misión, ahora, es ratificar a una candidatura nuestra y decir que Acción
Popular, al término de esta campaña, está profundamente agradecida a Raúl
Diez Canseco. Ha recorrido por el país con mucho esfuerzo y riesgo pero
también con la sonrisa en los labios.
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PARTE III
UN PRIMER ENCUENTRO CON EL
ANECDOTARIO DEL PRESIDENTE BELAUNDE
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El precepto bíblico; honrar padre y madre, que aprendí de los míos viéndolos
honrar a los suyos, brotaba en mi espontáneamente. Es que nunca fue un
mandato, sino una simple y feliz consecuencia... Mi padre fue mi orgullo
y guía.
Las anécdotas en él son más que eso, son gestas que jalonaron nuestra
historia republicana durante la segunda mitad del siglo XX, como la
del 8 de Junio de 1956. Yo era un niño. Aquél día Fernando Belaunde
congregó a una desbordante multitud en la plaza San Martín para festejar
la oficialización de su candidatura presidencial. El autoritarismo de turno,
obcecado por impedirla, se había visto obligado a ceder, doblegado por la
presión popular.
Compartiré con los lectores una anécdota que sucedió en mi niñez. Durante
el verano, luego de un baño en La Herradura, nos ofrecía socarronamente
ir “a ver” tomar helados a alguna fuente de soda, para luego de una letanía
de ruegos innecesarios ceder a nuestras súplicas, complaciéndonos. No lo
estoy idealizando si digo que fue el padre con el que todo niño sueña. Así
fui de afortunado. Digo mejor: así soy de afortunado.
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Otra anécdota ocurrida en Palacio fue en una cita con los directivos del
Colegio de Ingenieros del Perú. Los representantes reclamaban sobre
algunas concesiones que no se estaban cumpliendo supuestamente por
olvido del Gobierno. Antes de hacer uso de la palabra, uno de los integrantes
de apellido Pérez, le dijo su nombre y el año en que egresó de la UNI,
aproximadamente en 1955, y para congraciarse con él le dijo que había
tenido el honor de haber sido su alumno. El Presidente le manifestó que lo
recordaba porque su tesis de ingeniero le había gustado mucho y que era
sobre un puente pretensado y reforzado con un sistema de ingeniería propia.
El ingeniero Pérez, entre sorprendido y aturdido, solo atinaba a mover la
cabeza en forma afirmativa. Agregó luego que el Gobierno no cumplía con
las concesiones acordadas no por olvido sino por circunstancias ajenas a la
buena voluntad del Gobierno que él representaba.
antes de comenzar sus tareas y natación a medio día en algún club particular
de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional a orillas del mar o playas
cercanas. El mar estaba picado y había bandera de alerta; la mayoría de los
veraneantes se encontraba en la orilla sin ingresar mar adentro. Como él era
un eximio nadador invito al salvavidas y a mí a ingresar mar adentro a fin
de poder nadar más libremente sin el temor o peligro del rompiente de las
olas. A los pocos minutos el mar comenzó a ponerse más picado y pudimos
observar que estaban colocando bandera roja en la orilla para impedir el
ingreso de los bañistas al mar.
Ante la cercanía de una ola de grandes proporciones nos señaló que hagamos
el último intento. Lo logramos. Una vez en la orilla y ante el aplauso de
los bañistas que habían observado la odisea, lo primero que preguntó fue
por mi situación. Ya en Palacio de Gobierno comentó a su esposa que la
ola imponente la había mandado Dios para salvarnos. ¿Qué hombre puede
preocuparse por otra persona que está a su lado ante un peligro eminente,
sobreponiéndose a su propia seguridad y a su vida? Solamente podía
hacerlo Fernando Belaunde.
Don Fernando era un buen comensal. Su plato favorito era apanado de carne
de res con arroz, huevo y plátano fritos. Mitigaba la comida tomándose
una copita de vino nacional, no extranjero. En mi mente siempre tendré
presente su imagen de inolvidable personaje.
109
Volver la mirada al pasado no es pues una tarea inútil, sino una suerte de
búsqueda de conocimiento para conciliarnos de manera fecunda con las
oportunidades tecnológicas del presente y las necesidades del futuro.
112
Casi al final me dijo: “Oiga usted Romero, sepa que hay 600 millones de
dólares en la banca privada del Programa Mi Vivienda que no han sido
utilizados para el destino de hacer viviendas sociales. Le sugiero que los
oriente y ejecute en viviendas sociales para el pueblo”.
No olvidaré jamás sus palabras. Dicha directiva nos dio fuerzas a Raúl y a
mí para crear el Plan Nacional Vivienda Para Todos, que es ahora el soporte
de la economía nacional.
113
Muchas anécdotas pasaron en los dos años que pasé como edecán de este
magnífico político y mejor hombre de bien. El servicio como edecán
se realizaba en parejas que las formaba el Jefe de la Casa Militar y la
conformaban normalmente oficiales de diferentes institutos. Conmigo
estaba el comandante del Ejercito Vucetich.
114
L a primera relación que tuve con Fernando Belaunde fue cuando era
alumno de la Facultad de Arquitectura de la cual el era Decano. Se me
presentó un problema. Yo tenía que trabajar para pagar mis estudios y mi
trabajo consistía en ser tripulante en aviones comerciales internacionales,
lo cual significaba que debería ausentarme unos días mientras duraban los
viajes y esto complicaba los estudios. Le pedí al decano que me recibiera,
y me atendió de inmediato.
Uno de mis primeros recuerdos que tengo de él data del primer verano en
que era Presidente por segunda vez, año 1981. Tenia como 9 años cuando
iba a diario al Club Regatas, de Chorrillos, a jugar 10 minutos de frontón y
nadar un poco en el mar.
119
Ese saludo lo repetí durante los 90 días de aquel verano. Recuerdo que
Belaunde lejos de ahorcarme, sonreía y me conversaba. Yo le preguntaba
por sus obras y él me graficaba en la arena los intercambios viales o tréboles
que estaban en ejecución.
Uno de los que dibujó en la arena fue el intercambio vial de Ventanilla con
explicación y todo. Esa paciencia de explicarme sus obras, hizo que me
contagiara su entusiasmo por el Perú y, sobre todo, hizo que siendo una
niña pueda imaginar obras trascendentes para nuestro desarrollo.
Cuando dejó de ser Presidente iba a visitarlo algunos sábados por la tarde.
Iba en bicicleta. El vivía en el piso 13 de un edificio en San Isidro. Llegaba
con la bici, la metía parada en el ascensor y me recibía con entusiasmo.
Recuerdo haber llegado la tarde de un sábado y justo empezó un apagón,
que eran frecuentes en la época. Por lo tanto el ascensor no funcionaba. Así
que me comuniqué con él y le dije que estaba en el primer piso pero que no
había luz y que no sabía donde dejar la bicicleta.
Cual fue mi sorpresa al ver que Belaunde bajó los trece pisos por las
escaleras, se puso la bicicleta de carrera al hombro y la subió trece pisos.
Y problema solucionado. Me dejó claro que no se ahogaba en un vaso de
agua. Y él ya estaba en base siete hace rato. La fuerza creo que la sacaba
de la natación que practicaba a menudo.
Dos semanas y media antes de morir, cuando todavía estaba lúcido, fui con
mi mamá a almorzar a su casa. Estuvimos hablando durante el almuerzo y
hablamos sobre el aniversario del fallecimiento de Violeta y, mirándonos a
las dos nos dijo: “No voy a estar”. Se nos heló el cuerpo, pues sabíamos a
que se refería. Estaba tan consciente de su muerte que sabía exactamente el
tiempo que tenía de vida.
Luego nos dijo que había preparado algo y que quería saber su opción.
Subió al segundo piso y bajó después con una carta que publicaría en el
periódico. Nos la leyó completa. Cuando terminó de leerla alzó la mirada
y preguntó: “¿Qué les parece? Y luego repregunta: “¿Y a ustedes qué les
pasa? Había sido una carta de despedida, de despedida a la vida y sobre
todo al Perú. Nosotras estábamos llorando a mares escuchando a Belaunde
leyendo su carta.
Nos miró tiernamente, sonriendo y nos dijo abrazándonos: “No tienen por
qué ponerse así. Yo estoy tranquilo, y ya es tiempo que me vaya y que me
encuentre con Viola nuevamente y que siga soñando con el Perú”. Con esa
frase y sin melancolía se despidió de nosotras.
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Se logró plasmar una de sus ideas inéditas, cual fue la creación del Banco
de Materiales, en su segundo Gobierno. Encabezados por Javier Velarde,
formamos un grupo de profesionales, que logró materializar la creación del
mismo. Funcionó muy bien, y al final arrojaba una morosidad del 3%, el
propio Banco Mundial se interesó en el mismo y ha sobrevivido en otros
Gobiernos.
Tuve su apoyo total para rescatar al sector Industrias que atravesaba una
etapa depresiva seria, y también tenía a mi cargo Turismo é Integración. Nos
reuníamos semanalmente en los acuerdos del sector y cuando menos una
vez más para tratar asuntos que surgían. No dudo en resaltar que si no fuera
por sus ideas, su apoyo y decisiones, no hubiéramos logrado lo mucho o
poco que se hizo. Quizá algo que mejor refleja esto fue conseguir algo que
consideraba importante: que el sector Comercio estuviera bajo el mismo
manejo de Industrias, como sucede en países mas avanzados, desde que
debe ser una herramienta de desarrollo y no un mecanismo de recaudación.
Ello fue posible luego de largas conversaciones que culminaron en vísperas
del año nuevo, un domingo en Ancón, publicándose el dispositivo legal el
primer día útil siguiente.
A raíz de ello, tuve que recomponer mi equipo, y decidí proponer a Raúl Diez
Canseco como viceministro de Turismo. Cuando le llevé la propuesta me
preguntó que porqué había pensado en él, que era un joven evidentemente
hábil, pero sin experiencia, le respondí que era la misma experiencia que
yo tenía cuando me llamó para ofrecerme el cargo. Argumento que lo
convenció y firmó la resolución.
“No me iré
sin su firma”
Dr. Emilio Rodríguez Larraín. Amigo
Supo conducirnos
a la victoria
Dr. Oscar Maúrtua de Romaña. Secretario General de la
Presidencia de la República en su segundo Gobierno.
Luego de algún tiempo lo volví a ver en su casa de Inca Rípac, Jesús María,
cuando la familia decidió apoyar su candidatura que encarnaba una opción
fresca y plena de ideales. Por un cariño entrañable al arquitecto, en el
inicio de la campaña nacional me ocupaba de armar los escenarios, hace la
propaganda, preparar los ánimos de la concurrencia y presentarlo en cada
una de sus manifestaciones.
EPÍLOGO
C omo se podrá leer, amigo lector, este libro es algo muy personal. He
querido rendirle mi tributo a nuestro querido Presidente Belaunde. Desde
luego junto a otras personalidades que me acompañan en el cuerpo del
libro. A todas ellas les agradezco por su paciencia y comprensión. Queda
mucho en el tintero para una tarea posterior.
Se trataba de ese joven de Harvard, de ese joven que buscaba una beca.
Por cosas del destino, el Presidente Belaunde –en el destierro- enseñaba en
Harvard University, y me comentó que él tuvo la suerte de acceder a una
beca porque Belaunde se la consiguió.
De modo que la relación que hubo entre estos dos mandatarios ha sido
profunda.