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Arqueología y Sociedad,

Nº 21, 2010

La vigencia de un método en Arqueología:


Sobre la propuesta de Periodificación Cultural del
Área Andina de John H. Rowe
Carlos Del Águila Chávez*

Resumen
La idea original del presente ensayo ha estado esperando desde el año 2006 para que pueda ser pu-
blicado por el MNAAHP, el cual dirigí por esos años, junto con otro grupo de ensayos dedicados a
evaluar la obra teórico-metodológica de Rowe. Este proyecto editorial que lo llamamos en esa opor-
tunidad “Homenaje a John Rowe”, no ha podido ver la luz, a pesar de los esfuerzos de los directivos
del Museo de Pueblo Libre. Sin embargo, debo reconocer el valioso e inteligente desprendimiento
de su actual director Christian Mesía para que, por las ediciones sanmarquinas, podamos publicar
algunos de estos materiales. Que mejor reconocimiento entonces para Craig Morris que publicar
estos ensayos que abordan la secuencia cultural de Chincha y reconsidera las fortalezas de un mé-
todo que, al propio decir de Craig: Se resiste a morir.

Palabras clave
Cronologías, secuencias, Chincha, Costa Sur, periodos.

Abstract
The original idea of the this paper has been waiting from the year 2006 in order that it could be published
by the MNAAHP, which I directed these years, together with another group of articles dedicated to
evaluating Rowe’s theoretical - methodological work. This publishing project, that we call it in that
opportunity “ Honoring to John Rowe “, could not be realized in spite of the efforts of the executives of
the Pueblo Libre Museum. Nevertheless, I must recognize the valuable and intelligent detachment of
his current director Christian Mesía in order that, for the sanmarquinas editions, we could publish some
of these materials. The best recognition for Craig Morris is to publish these articules that approach the
cultural sequence of Chincha and reconsiders the strengths of a method that, to the own one to say of
Craig: It refuses to die.

Keywords
Chronologies, sequences, Chincha, South Coast, periods.

* Arqueólogo. Director General del Centro Cultural de San Marcos.


Correo electrónico: crdela@hotmail.com

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Introducción estudiantes y, creo que fue uno de los viernes de


Desarrollar un ensayo sobre John Howland ese verano, que nuestra colega y amiga Marcela
Rowe, sobre su obra, sobre su aporte a la arqueo- Ríos de Lumbreras nos avisó por la tarde que
logía de los Andes o sobre el significado de su el Dr. Rowe llegaba a Lima junto con Patricia
contribución en la periodificación del Antiguo Lyon y que avisaba a todos los amigos que podía
Perú, es una labor que debe implicar una serie a una reunión con él. La posibilidad de escuchar
de análisis que paso a desarrollar. Estos análi- a John Rowe y Patricia Lyon que estaban de paso
sis deben involucrar, incluso, aspectos como las por pocas horas en Lima y querían conversar
que debió tener Rowe al esbozar y/o organizar con amigos y colegas era una oportunidad que
los datos de su investigación; aspectos como por no se podía dejar pasar. Me pareció notable la
ejemplo, bosquejar notas a mano o a máquina, idea que John H. Rowe, a quien todo estudiante
cruzar información algo dispersa o articulada de universitario peruano que se respete en el Perú
ciertos datos o, simplemente, desarrollar una ha leído, esté solicitando conversar con colegas
rigurosa metodología de investigación que le peruanos e intercambiar ideas.
permitió estructurar, en líneas generales, la pro-
puesta cronológica más aceptada aún vigente Nos sentimos afortunados, casi privilegia-
para los Andes Centrales del Antiguo Perú. dos, esa tarde fue especial, esperamos mucho, se
fumaron muchos cigarros y se tomaron muchos
Me propongo indagar sobre estos aspectos, cafés. Así que llegó; la sala principal de la casa
específicamente para el caso de la Costa Sur del maestro Lumbreras rebasaba de gente, ha-
–que resultó ser el globo de ensayo– precisa- bremos sido unos 25 o 30 convocados. Lo noté
mente porque amerita, a la luz de los nuevos
nervioso, entusiasmado pero nervioso ... y co-
datos, establecer precisiones y valorar aciertos
menzó, nos habló horas de unas ideas que esta-
del esquema que Rowe estableció hace ya cua-
ba procesando sobre la percepción que tenía de
renta y cinco años y que todavía, a mi parecer y
salvando los esquemas, funciona para el territo- la ciudadela de Machu Picchu y su uso especial
rio andino. con el entorno, con su paisaje asociado, con la
recurrencia de las formas de las montañas que
se divisaban de ciertos lugares estratégicos del
Remembranza sitio Inca.
Antes que nada, me permito resaltar, en este Lejos de entender completamente lo que
homenaje al recientemente desaparecido perua- nos decía, que evidentemente eran ideas, boce-
nista; tal vez en la única oportunidad que pude tos de ideas, lo que Luis Lumbreras nos orientó
hablar con el Dr. Rowe no estuvo planeado, a valorar de lo que escuchábamos era su capa-
pero resultó para mi ser uno de esos momentos cidad aún presente pese a su avanzada edad, de
en la vida de un arqueólogo que se impregna en estructurar organizadamente muchos datos e
la mente y queda grabado de por vida. Sería más ir dándoles forma de hipótesis de trabajo. Casi
o menos el verano de 1990, cuando con Javier abrumados y con mucha timidez, algunos de no-
Alcalde y Leonid Velarde realizábamos trabajos sotros, al finalizar su disertación, hicimos pre-
de gabinete en la casa de nuestro maestro y jefe guntas sobre temas específicos y muy puntuales;
Luis Lumbreras, casi todas las tardes de ese año Lumbreras ahondó más en cuestionamientos
realizamos el estudio del material cerámico de teóricos y se inició la tertulia más fascinante
prospección del valle de Chincha recuperados que haya podido presenciar hasta ahora; muy li-
por el Proyecto Arqueológico-Histórico Chin- gera, fresca, descartando y elaborando hipótesis
cha-Pisco que el Instituto Andino de Estudios de trabajo como si se recitaran poemas. Final-
Arqueológicos (INDEA) y el American Mu- mente no sé si continuó desarrollando las ideas
seum of Natural History de New York (AMNH) que nos presentó esa noche o si la descartó; solo
realizaron entre los años 1984 y 1985; éramos me queda el recuerdo de la fascinación de ver a

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un hombre de avanzada edad, utilizando su bri- inmediatos con lo cronológicamente conocido


llantez intelectual como si fuera un adolescente. en el tiempo histórico por un lado y con lo total-
Nunca olvidaré eso, tampoco su humildad y pa- mente desconocido por el otro. Así, y soportado
sión al contarnos sus cosas, sus ideas. Con este con la información contextual y estratigráfica,
recuerdo, quiero empezar este ensayo el cual in- se estructura la columna referencial de la ubica-
tentará en todo momento, ejercitar los aspectos ción de los materiales en el tiempo.
que se consiguen plasmar solo en esas ocasiones,
El argumento central del método es muy
cuando se aprende a observar, a ver más allá,
simple: asumiendo esta continuidad cultural de
cuando se aprende a contar historia; muchos
los rasgos estilísticos, como una ley universal del
maestros intentan enseñarte eso, muy pocos lo
arte de todos los tiempos, podemos organizar
consiguen.... A pesar que tan solo lo vimos esa
las características artísticas desde lo más simple
vez, el Dr. Rowe lo consiguió con nosotros.
a lo más complejo o desde la imperfección a la
perfección de la tecnología o desde la expresión
El método directa de un mensaje iconográfico hasta la ex-
presión abstracta e indirecta del mismo. Es decir,
Rowe se hizo cargo en 1957 de uno de los pro- la organización de cierto tipo de materiales va a
yectos arqueológicos más ambiciosos de su tiem- obtener los mismos resultados cronológicos asu-
po realizados en el Perú. La Comisión Fullbright miendo este principio; es mas, fortaleciendo esta
de Intercambio Educativo financió a un grupo organización de materiales con la información
de arqueólogos norteamericanos liderados por él contextual, vamos a tener una herramienta de or-
para ejecutar estudios en toda la costa peruana, ganización cronológica lo suficientemente eficaz
el centro de sus operaciones las concentró en para reconstruir procesos a lo largo de diferentes
el departamento de Ica, por ser esta región la periodos de tiempo; como un inicio o punto de
que mayor información acumulada y coleccio- partida y no como un examen concluyente.
nes formalizadas tenía el país. Junto con Doro-
thy Menzel y Laurence Dawson, constituyeron La prueba del método asociativo estilístico
el programa científico que permitió esbozar el de Rowe, como lo define Lumbreras, la desarro-
panorama cronológico del mundo andino. Las lló en el Sur Andino, por varios motivos, pero
consecuencias de estos experimentos arqueoló- sobretodo porque se constituía en la región más
gicos todavía se encuentran en permanente de- intensamente investigada y lamentablemente
bate en nuestros tiempos. huaqueada de la región andina; de modo que,
las colecciones formadas de esas zonas eran
El fundamento metodológico lo presentó –y lo son aún– abundantes. Efectivamente, el
en la revista Arqueología y Sociedad Nº 6 de la punto de partida de Rowe fueron las coleccio-
UNMSM de 1971 y los argumentos teóricos de nes locales y la de los museos centrales; así, fue
base ya los había alcanzado en diversas publica- armando la línea cronológica de tiempo con los
ciones años atrás (ver Rowe 1959a). En ellos, materiales enteros representativos, ubicando en
explicita con detalle, paso a paso cómo llega a el extremo conocido más antiguo a los mate-
establecer una organización coherente de cier- riales chavinoides y en el extremo conocido más
tos rasgos de las colecciones, basado en la ex- reciente a los materiales Inca. Luego, “al lado y
periencia desarrollada en la arqueología clásica para adelante” de los materiales chavinoides, lo
europea y la clasificación de aspectos estilísticos que se parecían a estos, de modo que ubicó las
a partir de los denominados “extremos conoci- colecciones Paracas Cavernas, seguidas de las
dos”.
Necrópolis. Por el otro extremo, ubicó “al lado
Este principio parte del supuesto de una pero para atrás” a los materiales parecidos a los
cadena de continuidad de cambios de ciertos Inca, o sea los de Ica y Chincha; incluso, los me-
rasgos, los cuales tienen referentes asociativos nos parecidos a los Inca pero todavía parecidos

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a los Ica/Chincha, es decir, los Epigonales, fueron mos. Esto es un aporte, creo yo, aún vigente.
ubicados “al lado y para atrás” de los Ica/Chin-
En los cuadros que presentó Menzel en Ar-
cha. Finalmente, los que no se parecían a nada,
queología y Sociedad Nº 6, se apreciaba ese pano-
es decir los Nazca, fueron ubicados al centro de
rama, los transcribimos porque amerita recono-
la línea cronológica. Este fue el ejercicio de pun-
cer el esfuerzo de construcción que está plasma-
to de partida del método (Ver Esquema 1).
do en ellos y en los cuales tuvo mucha partici-
Luego vinieron, los complementos informa- pación Rowe (Ver Cuadro 1). Estos en compa-
tivos de cada uno de estos estilos y la informa- ración con los cuadros que el Proyecto Chincha
ción de estratigrafía que confirmaba ciertos an- maneja para el valle (Ver Cuadro 2), permiten
tecedentes o consecuentes. Además, se agregó comprobar, a la luz de datos de excavación y de
la información más antigua a la chavinoide que interpretación más recientes que las estructuras
se venía identificando en la costa central con base de la línea cronológica funcionan bien, las
los trabajos de Fréderic Engel y finalmente los imperfecciones se detectan, obviamente, en las
trabajos del periodo Precerámico o Lítico a car- precisiones de cada momento o época, ya que,
go de Edward P. Lanning. Así se armó la primera para algunos casos, la convivencia de estilos
columna cronológica metodológicamente orga- es algo lógicamente habitual y que en aquellos
nizada que permitiría, posteriormente, corrobo- tiempos era poco tomado en cuenta.
rar la información o descartarla; el tiempo y las
En estos cuadros es notable cómo ya se van
investigaciones posteriores, en líneas generales
identificando, luego de la organización de los
las han corroborado más que descartado.
materiales, procesos externos a la región de
Considero vigente esta propuesta por va- Ica que manifiestan una sólida presencia e in-
rios motivos, sin que ello signifique que no ten- fluencia en los valles vecinos. De esta forma,
ga errores o imperfecciones; y es que para esas al comparar el cuadro de Menzel y Rowe con
épocas, la seriación como procedimiento me- el preparado por Lumbreras para el PAHCHP,
todológico venía siendo aplicada cada vez con podemos verificar que, las estructuras genera-
más fuerza en los Andes, la cual, fusionada con les de la columna cronológica no han cambia-
el método asociativo estilístico que promovía do. Debo aclarar acá que el cuadro preparado
Rowe, permitió que las estructuras cronológi- por Lumbreras se sustenta no solamente en la
cas de “referencia” sean muy precisas o por lo información bibliográfica del momento sino
menos muy cautelosas. Eran tiempos de los in- también en sistemáticas excavaciones arqueo-
numerables nombres de estilos que día a día se lógicas donde se ha podido evaluar y compro-
identificaban en los diferentes valles; aún así, la bar “estratigráficamente” la superposición de
construcción de esta columna fue el comienzo unos elementos culturales con otros. Inclusive,
de un orden referencial que todavía mantene- durante toda la segunda mitad de los noventa

Esquema 1

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Cuadro 1. Tomado de Menzel, Dorothy (1971) “Estudios arqueológicos en los valles de Ica, Chincha y Cañete”. Arqueología y Sociedad. No. 6.

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Cuadro 2. Tomado de Menzel, Dorothy (1971) “Estudios arqueológicos en los valles


de Ica, Chincha y Cañete”. Arqueología y Sociedad. No. 6.
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Carlos Del Águila La vigencia de un método

y entre el 2000 y 2005, el autor y Javier Alcal- Uhle como Proto Chincha; estos son los estilos
de se hicieron cargo de nuevas intervenciones Carmen (con 2 fases) y Estrella (con 4 fases),
arqueológicas en el valle que, lejos de aportar estos estilos, sólidamente caracterizados y se-
en datos nuevos, ha permitido reconfirmar, en cuencialmente correlacionados, lo que permite
líneas generales, la vigencia de la organización identificarlos, asociados o por separados. Estos
“base” que Rowe y Menzel propusieran hacia estilos sólo se manifiestan en el valle de Chincha,
finales de los cincuenta. por lo menos así lo vemos en los sitios que hemos
estudiado. En definitiva hay una fuerte relación
con los las fases 2-3 y 7 de la Secuencia de Nasca
Secuencias comparadas con los estilos Carmen y Estrella de la secuen-
La secuencia del sur del Perú es, en resumidas cia de Chincha respectivamente, pero conservan
cuentas, el modelo de la secuencia específica del una autonomía de estilo que funciona con cierta
valle de Chincha. Sin muchas diferencias, salvo coherencia en los momentos de ocupación.
la denominación de algunos estilos locales, los Lo notable del aporte de las investigaciones
periodos cronológicos reflejan los mismos pa- recientes del Proyecto Chincha es la presencia
trones de proceso cultural y esto es un modelo Wari, que en la década de los 50, era muy limita-
que, con algunas precisiones más o menos, sigue da pero presente. Con los hallazgos reportados en
funcionando. el Boletín de la PUCP sobre Wari en el año 2003,
se presenta el caso a UPIS San José, donde se re-
Haciendo un recuento comparativo de los
gistra y rescata de manera fortuita una especie de
dos esquemas que analizo en este artículo, vale
ofrenda de vasijas consistentemente Wari de las
decir, la planteada por el equipo de Rowe en
primeras épocas, asociado a material Estrella, lo
1971 y la planteada por el equipo de Lumbreras
cual se verifica en las excavaciones del Proyecto
en 1984, podemos comprobar la vigencia meto-
Chincha en La Cantera; además de la presencia
dológica y las posibles líneas futuras de investi-
más sólida del estilo Huacarones identificado por
gación que perfeccionen la secuencia y la hagan
Carmichael en el año 1995, el cual se asocia a las
más sólida; veamos:
épocas finales del denominado Horizonte Medio.
En la primera época denominada Horizonte Futuros estudios de estos materiales permitirán
Temprano, para el valle de Chincha se identi- fortalecer esta problemática.
ficaban los estilos Pinta, Jahuay III, Chongos y
El Intermedio Tardío ha sido el periodo más
Campana, las cuales corresponden, en el caso de
evaluado tanto por Menzel como por las campa-
Pinta a la época Cavernas de Paracas y los tres
ñas de campo tanto en La Centinela, Tambo de
siguientes estilos a la época Necrópolis de Para-
Mora cerca de la línea de playa como en Pampa
cas, esto se ha corroborado con los estudios de
de La Pelota, valle adentro en años recientes.
Wallace en los años 1957 y 1959 y las verifica-
Está por demás comprobado la definición de dos
ciones del Proyecto Chincha entre los años 1985
momentos cronológicos de este periodo: uno de
y 2005; excavaciones realizadas por Velarde en
presencia netamente Chincha y otro con convi-
el sitio de Pampa de los Gentiles (2000-01) y las
vencia Chincha-Inka. Las excavaciones de va-
realizadas por Lumbreras Flores (2000) en el sitio
rias temporadas en Tambo de Mora y las realiza-
de Pozuelos, reconfirman esta secuencialidad de
das en Pampa de la Pelota corroboran estos da-
las épocas Cavernas y Necrópolis.
tos con bastante certeza. Menzel profundizó en
El Periodo Intermedio Temprano, definido notables estudios publicados en Ñawpa Pacha y
en la secuencia maestra presentada por Menzel Arqueología y Sociedad, la complejidad estilística
como resultado de los trabajos realizados por de este periodo; el Proyecto Chincha contribu-
Wallace, propone dos estilos cerámicos que de yó en este aspecto a correlacionar ciertos estilos
alguna manera ya habían sido identificados por dentro de dos grandes momentos, tratándose de
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Cuadro 3. Esquema cronológico utilizado por el Programa de


Investigaciones Arqueológicas Chincha del INDEA.

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sociedades complejas, la problemática se vuelve Bibliografía


más compleja y, por tanto, requiere de otros en-
Canziani A., José
foques adicionales de análisis.
1990 “Fichas de Reconocimiento del valle
de Chincha-1990”, Proyecto Chincha
del Instituto Andino de Estudios Arqueo-
Vigencia y propuestas
lógicos (manuscrito).
Resulta notable la persistencia de la columna 1992a “Patrones de Asentamiento en la Ar-
matriz cronológica propuesta por Rowe y sus queología del valle de Chincha, Perú”.
estudiantes desde los 50, a pesar de los años y En: II Curso de Prehistoria de América His-
todas las investigaciones realizadas en la región, pana, págs. 87-123. Murcia, Cátedra de
resulta destacable cómo un procedimiento me- Prehistoria de la Universidad de Murcia.
todológico se ha mantenido vigente y útil. Sal- Comisión V Centenario de la Región de
vo algunas precisiones producto de los estudios Murcia y Dirección General de Educa-
exhaustivos, el método asociativo estilístico aún ción y Universidad de la Comunidad Au-
sirve, creemos, para construir columnas, propo- tónoma de la Región de Murcia.
ner puntos de partida y plantear derroteros se- 1992b “Arquitectura y Urbanismo Paracas en
guros de líneas de investigación y esto es lo que el valle de Chincha”. En Gaceta Ar-
hay que recuperar de Rowe. Él nunca se planteó queológica Andina Nº 22: 87-118. IN-
estandarizar el experimento del sur y repetirlo DEA. Lima.
en toda el área andina; como buen historiador,
siempre fue conciente de las particularidades Del Águila Chávez, Carlos
históricas de los grupos sociales y así lo demues- 2000a “La Cultura Paracas”. En Culturas Pre-
tra en todo el cúmulo de estudios historiográfi- hispánicas. Capítulo 5. Muxica Edito-
cos que produjo sobre su más fascinante tema: res. Diario El Comercio, Universidad
la época Inka. Particular Ricardo Palma. Lima.
Los estudios que el Proyecto Chincha ha ve- 2000b “La Cultura Chincha”. En Culturas
nido desarrollando en los últimos años ha tenido Prehispánicas. Capítulo 21. Muxica
en la propuesta de Rowe un modelo perfectible Editores. Diario El Comercio, Univer-
y valioso que, en este justo homenaje, conside- sidad Particular Ricardo Palma. Lima.
ro fundamental confesar. El avance de nuestras 2002 “Plateros precoloniales tardíos en
investigaciones está en la etapa interpretativa y Tambo de Mora, valle de Chincha
estos inicios de la arqueología del sur, donde pre- (Siglos XIV-XVI)”. En ANALES 10
dominó el aporte metodológico de John Howland Museo de América. Conjuntamente
Rowe, constituyen la contribución más palpable con Javier Alcalde; Fernando Fujita
de lo que significa ser un verdadero científico so- y Enrique Retamozo. Pp.: 43-56. Ma-
cial y un riguroso historiador de campo. Rowe es drid, España.
el mejor representante de esta tendencia. Instituto Andino de Estudios Arqueológicos
Abundante información se ha producido 1996 Investigaciones arqueológicas en el valle
desde los cincuenta hasta el presente, sobretodo de Chincha 1995-1996, Informe Final.
en los últimos diez años, es impostergable la ne- Presentado al Instituto Nacional de
cesidad de incorporar estos datos a la secuencia Cultura y al American Museum of
maestra de Rowe, para seguir perfeccionándola Natural History. Lima. Manuscrito.
y permitir abrir otras puertas que no sean sola- 1998 Investigaciones arqueológicas en el valle
mente el estudio cronológico de las sociedades de Chincha 1997, Informe Final. Pre-
pretéritas. Es necesario incursionar con mayor sentado al Instituto Nacional de Cul-
certeza en los procesos sociales y en las comple- tura y al American Museum of Natu-
jidades culturales. ral History. Lima. Manuscrito.

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1999 Investigaciones arqueológicas en el valle 1988 “Más allá de las fronteras de Chincha”.
de Chincha 1998, Informe Final. Pre- En La frontera del Estado Inca, BAR
sentado al Instituto Nacional de Cul- International Series, 442: 131-140.
tura y al American Museum of Natu-
ral History. Lima. Manuscrito. Rowe, John H.
1958 “La seriación cronológica de la cerámi-
Lumbreras S., Luis Guillermo
1884a “Fichas de reconocimiento del valle ca de Paracas elaborada por Lawrence
de Chincha-1984”. Proyecto Arqueo- E. Dawson”. En Revista del Museo Re-
lógico Histórico Chincha-Pisco (ma- gional de Ica. Año IX, N° 10, pp. 9-21.
nuscrito). Ica.
1984b Secuencia cultural poblacional del valle 1959a “Archaeologycal dating and cultu-
de Chincha. Informe de los trabajos ral process”. Southwestern Journal of
realizados en 1984(manuscrito). Anthropology, Vol. 15, N° 4 Winter,
Menzel, Dorothy 1959. pp. 317-324. Albuquerque.
1966 “The Pottery of Chincha”. En Ñawpa 1959b “Tiempo, estilo y proceso cultural en
Pacha, 4: 77-144 Berkeley. la arqueología peruana”. En: Revista
1976 Pottery style and society in Ancient Peru. Universitaria, año XLVII, N° 115 2°
Berkeley, University of California semestre de 1958, pp. 79-96, Cusco.
Press.
1971 “Estudios arqueológicos en los valles Sandweiss, Daniel
de Ica, Pisco, Chincha y Cañete. Su- 1992 “The Archaeology of Chincha Fisher-
mario preparado con los resultados de men: Specialization and Status in Inka
las investigaciones realizadas durante Peru”. Bulletin of Carnegie Museum of
1957, 1958 y 1959; dentro del Pro- Natural History, 29. Pittsburgh.
grama Fulbright correspondiente a la
costa sur del Perú”. En Arqueología y Uhle, Max
Sociedad 6. Publicación semestral del 1924 “Explorations at Chincha”. University
Museo de Arqueología y Etnología of California Publications in American
de la Universidad Nacional Mayor de Archaeology and Ethnology, 21(1):57-
San Marcos. Lima.
94.
Menzel, Dorothy y John H. Rowe
Wallace, Dwight
1966 “The role of Chincha in Late Pre Spa-
nish Perú”. En Ñawpa Pacha, 4: 63-76. 1971 “Sitios arqueológicos del Perú, valles
Berkeley. de Chincha y Pisco”. En Arqueológicas,
13. Museo Nacional de Antropología
Morris, Craig
y Arqueología, Lima.
1985 “Proyecto Arqueológico Histórico
Chincha-Pisco, Informe General de la 1972 “Alcance de la secuencia cultural”.
Temporada 1984”. Department of An- Adenda de Arqueológicas 13. Museo
thropology, American Museum of Na- Nacional de Antropología y Antropo-
tural History, New York (manuscrito). logía, Lima.

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