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Actualización de la Norma Técnica Nº 080 Según RM N° 068-

2018/MINSA, “Norma Técnica de Salud que establece el


Esquema Nacional de Vacunación”

I. INTRODUCCION

Las vacunas son el principal logro de la investigación biomédica y una de las principales
causas de la mejora de la salud y la calidad de vida del ser humano. La historia de las
vacunas nace hace más de dos centurias y desde entonces se han dado grandes avances
en el campo de la investigación, en vacunas y su aplicación en la población. El Perú, en los
últimos años ha experimentado una evolución importante en el área de inmunizaciones; ha
considerado a las vacunas como una inversión, reconociendo el impacto no solo en salud,
calidad de vida sino también en reconocer que son costo efectivas, es así como ha
incorporado vacunas nuevas de gran importancia en la población pediátrica (hepatitis B,
haemophilus influenza tipo B, neumococo, rotavirus, virus influenza y papiloma virus
humano) y adulta (hepatitis B y virus influenza). Los profesionales de la salud peruanos
esperan que estos logros en prevención primaria no solo se puedan mantener en el tiempo,
sino que también se siga ampliando la lista de enfermedades en las que nuestra población
gane protección y con ello salud, años de mayor calidad de vida y productividad 1. Asimismo,
resaltar que a introducción de nuevas vacunas ha permitido que el país esté encaminado en
eliminar el sarampión, la poliomielitis y la rubeola, logros reconocidos por la Organización
Mundial de la Salud.

El Esqema Nacional de Vacunación se establece como único para todo el país, es de


cumplimiento obligatorio por todas las entidades públicas y privadas del sector salud en todo
el territorio Nacional, y de los establecimientos de salud públicos o privados a su cargo. El
Estado garantiza la gratuidad de las vacunas y su administración en las actividades regulares
y complementarias de vacunación y que forman parte del Esquema Nacional de Vacunación.

Los establecimientos de salud deben cumplir con los requisitos de un vacunatorio adecuado,
que garantice la gratuidad de la vacunación, adecuada cadena de frio e instalaciones, así
como el llenado del sistema de información oficial vigente, para lo cual debe ser verificado
por las Direcciones de Redes Integradas de Salud (DIRIS), Direcciones Regionales de Salud
(DIRESAS) y Gerencia Regional de Salud (GERESAS) de su jurisdicción

El Esquema Nacional de Vacunación incluye las siguientes vacunas


1) Vacuna BCG.
2) Vacuna Contra la Hepatitis B (Hvb)
3) Vacuna Pentavalente
4) Vacuna Toxoide Diftotétano Pediátrico (DT)
5) Vacuna Contra Haemophilus Influenzae Tipo B (Hib)
6) Vacuna Contra la Poliomielitis (VO e IM)
7) Vacuna Contra Rotavirus
8) Vacuna Contra Neumococo Conjugada
9) Vacuna Contra Sarampión, Paperas y Rubéola (SPR)
10) Vacuna Contra Sarampión y Rubeola (SR)

1
http://aulavirtual1.urp.edu.pe/ojs/index.php/RFMH/article/viewFile/169/128

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11) Vacuna Antiamarílica (AMA)
12) Vacuna Contra la Difteria, Pertusis y Tétanos (DPT)
13) Vacuna DT Adulto
14) Vacuna Contra el Virus de Papiloma Humano (VPH)
15) Vacuna Contra la Influenza

Las DIRIS/DIRESAS/GERESAS y UE, deben garantizar la distribución de las vacunas,


jeringas e insumos de acuerdo a lo programado por sus órganos de línea, que correspondan,
con la finalidad de lograr el abastecimiento oportuno y suficiente de cada establecimiento
de salud del ámbito de su jurisdicción.
Los Gobiernos Regionales a través de la autoridad sanitaria regional podrán celebrar
convenios de cooperación mutua con organizaciones públicas o privadas a fin de
incrementar las coberturas de vacunación, garantizando la gratuidad en la entrega del
servicio, la adecuada cadena de frio, la idoneidad del recurso humano e instalaciones, así
como la entrega de la información, en los aplicativos informáticos establecidos.
A nivel local: Las Microredes de Salud de DIRIS/GERESAS/DIRESAS, son responsables de
la programación y distribución de las vacunas, jeringas e insumos a los establecimientos de
salud de su jurisdicción.
El personal de la salud que vacuna es responsable de registrar y codificar diariamente las
dosis aplicadas de vacuna de acuerdo al Manual de Registro y Codificación HIS de la
Dirección General de Inmunizaciones, publicado por la Oficina General de Tecnologías de
la Información del MINSA y remitir oportunamente, de acuerdo a las fechas establecidas en
cada nivel administrativo, los registros HIS a los puntos de procesamiento.
Según la Resolución Vice Ministerial Nº 037-DVM-OEI, se establece a partir del 1° de julio
de 1993, utilizar la Hoja de Registro diario de Atención y otras Actividades del Sistema de
Información de Salud- HIS, siendo la única fuente de información para el registro de
actividades intra y extramurales por lo que se constituye como la fuente para el reporte de
vacunados.
La Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas - DIGEMID, a través del aplicativo
SISMED, es responsable de recabar, consolidar y retroalimentar la información sobre el
suministro de vacunas y jeringas del MINSA a nivel nacional, lo que necesita que se
garantice la trazabilidad del producto que se inicia con el correcto registro de ingreso en
todos los niveles de gestión hasta el retorno oportuno de la información generada por la
administración de la vacuna como consumo, la cual es registrada mensualmente a través
del Informe de Consumo Integrado (ICI) - SISMED.

La Oficina General de Tecnologías de la Información del MINSA, establece los criterios de


control de calidad de la información de vacunación y los difunde periódicamente de acuerdo
a necesidad a la DIRIS/DIRESA/GERESA/DIRIS sobre los hallazgos de errores y monitorea
la mejora de la calidad de la información de vacunación.

La Oficina General de Tecnologías de la Información en coordinación con los responsables


de inmunizaciones de las DIRIS/DIRESA/GERESA deben realizar el monitoreo del control
de calidad del registro y el procesamiento en los diferentes niveles administrativos (Redes
de Salud, establecimientos de salud) según corresponda.
En el nivel Local, es responsabilidad del personal que realiza la vacunación el registro
íntegro, veraz y oportuno de las acciones de vacunación, en el ámbito en que desarrolla la

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actividad, así como el uso de los formatos estandarizados por el MINSA para este fin. Se
debe realizar el control de calidad de la información en coordinación con el responsable de
estadística.
Monitoreo supervisión y evaluación
El análisis y evaluación de los resultados de la vacunación se realizan en todos los niveles:
nacional, regional, y local; para monitorear el desempeño de los diferentes procesos a
cumplir con la finalidad de alcanzar los objetivos de resultado e impacto, considerando los
siguientes indicadores:
Las actividades de monitoreo, supervisión y evaluación debe asegurar las asistencias
técnicas en el ámbito de su jurisdicción, para el fortalecimiento de competencias según nivel.
Nivel nacional.- Se evaluará los indicadores de inmunizaciones de manera global
considerando los aspectos de Estructura, Proceso y Resultados.
El Ministerio de Salud, a través de la Dirección General de Intervenciones Estratégicas en
Salud Pública y de la Dirección de Inmunizaciones, es responsable de realizar el monitoreo
y supervisión periódica, con la finalidad de garantizar el cumplimiento de las metas y el logro
de los objetivos, con énfasis en las Regiones en riesgo debido a bajas coberturas y altas
tasas de deserción.
Las DIRESA/GERESA/DIRIS, son responsables de realizar el monitoreo mensual, y/o
asistencia técnica mínimo de una vez al año, supervisiones en forma trimestral de acuerdo
al cumplimiento de indicadores y la evaluación se realiza dos veces al año.

II. LA VARICELA

El agente causal de la Varicela y del Herpes Zoster es el virus de la Varicela-zóster (VVZ),


un virus de ADN bicatenario de la familia Herpesviridae. Se conoce solo un serotipo y, en la
naturaleza, el VVZ infecta únicamente al ser humano. El VVZ es termolábil. Fuera de la
célula huésped sobrevive en el ambiente externo apenas unas horas, a veces un día o dos,
y se inactiva fácilmente con disolventes de lípidos, detergentes o proteasas. La enfermedad
Varicela suele conferir inmunidad para toda la vida. Los brotes secundarios de Varicela son
raros en las personas inmunocompetentes, pero se han descrito casos; en cambio, la
reinfección subclínica es frecuente.

Aunque la Varicela remite usualmente de forma espontánea, a veces puede entrañar


complicaciones graves por intermedio del VVZ o de infecciones bacterianas secundarias.
Las complicaciones extracutáneas que afectan al sistema nervioso central pueden ser
desde una ataxia cerebelosa (1 de ~4000 casos), cuyo pronóstico13 es generalmente
bueno, hasta una encefalitis (1 de 33 000–50 000 casos), de pronóstico menos favorable.
Rara vez (~1 de 40 000 casos) estas complicaciones pueden entrañar la muerte,
especialmente en personas inmunodeprimidas.

Las complicaciones más frecuentes en los niños son las infecciones bacterianas
secundarias y, en los adultos, la neumonía, usualmente vírica. Los grupos con mayor riesgo
de padecer complicaciones graves son los neonatos, los lactantes, las embarazadas, los
adultos y las personas inmunodeprimidas. En los neonatos, la Varicela puede ser mortal,
sobre todo si la madre la contrae durante los 5 días anteriores o los 2 días posteriores al
parto.

El síndrome de Varicela congénita (cicatrices cutáneas, anomalías en las extremidades, el


cerebro y los ojos y bajo peso al nacer) aparece en el 0,4%–2% de los niños nacidos de

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madres que contrajeron la infección por VVZ durante las primeras 20 semanas del
embarazo, aunque se han descrito casos aislados de este síndrome en situaciones en que
la madre se había infectado hasta 28 semanas después de la concepción. Los lactantes
cuyas madres padecen Varicela durante el embarazo corren mayor riesgo de contraer HZ
durante los primeros años de vida.

III. LA EPIDEMIOLÓGIA DE LA VARICELA

El virus de la Varicela-zóster (VVZ) es un herpes virus extremadamente contagioso capaz


de provocar tanto la Varicela, usualmente durante la infancia, como el HZ (culebrilla), por lo
general mucho más tarde en la vida adulta. El VVZ está presente en todas partes del mundo
y, en ausencia de un programa de vacunación contra la Varicela, la mayor parte de las
personas se infectan a mediana edad. La edad a la que se contrae la Varicela varía
ligeramente según la zona geográfica; la adquisición tardía de la enfermedad se observa
con mayor frecuencia en muchas regiones tropicales. El virus se transmite de una persona
a otra por contacto directo con el exantema de la Varicela o el HZ, por inhalación de las
gotículas aerosolizadas procedentes de las secreciones del aparato respiratorio de los
pacientes con Varicela o, rara vez, del líquido que contienen las vesículas cutáneas de los
pacientes con Varicela o HZ diseminado.

El virus ingresa en el huésped a través de las vías respiratorias altas o de la conjuntiva. Tras
la primo infección por VVZ, el virus permanece latente en los ganglios nerviosos sensitivos
y puede reactivarse más tarde en la vida causando el HZ. Los datos poblacionales sobre la
epidemiología de la Varicela proceden en su mayor parte de países de ingresos altos y en
menor grado de países de ingresos bajos y medios, donde son más escasos. Durante la era
pre vacunal, en los países de ingresos altos de clima templado, más del 90% de las
infecciones ocurrían antes de la adolescencia y menos del 5% de los adultos seguían siendo
susceptibles a la infección. La enfermedad suele ser más grave en los adultos que en los
niños. En muchos países tropicales, la infección se contrae a edades más avanzadas,
observándose una mayor susceptibilidad entre los adultos jóvenes. Los motivos de estas
diferencias apenas se conocen y pueden guardar relación con las propiedades del VVZ, el
clima, la densidad de la población y el riesgo de exposición.
La Varicela presenta una pronunciada estacionalidad en los países templados y la mayoría
de los países tropicales, con un pico de incidencia durante el invierno y la primavera o
durante los meses más fríos y secos en los trópicos. Se producen amplios brotes periódicos
con un ciclo inter epidémico de 2–5 años. Los estudios de seroprevalencia efectuados en
poblaciones insulares y en países tropicales de Asia Meridional confirman que, en esas
regiones, la Varicela se adquiere a una edad más tardía que en Europa y América del Norte.
Se ha notado una menor seroprevalencia en las zonas rurales que en las urbanas.

Un estudio realizado en la India meridional reveló que, en los trópicos, el personal sanitario
puede ser más vulnerable a la Varicela nosocomial y transmitir seguidamente la infección
tanto a los pacientes hospitalizados susceptibles como a otros niños y adultos susceptibles.
Este mayor riesgo de contraer y transmitir la infección se ha constatado también en el
personal sanitario originario de regiones tropicales que trabajan en zonas templadas. Los
estudios de seroprevalencia realizados en trabajadores sanitarios o en estudiantes han
indicado cifras de prevalencia de la seronegatividad variables entre menos del 5% en los
EE.UU. y valores del 14–19% en Arabia Saudita, del 26% en la India y de alrededor del 50%
en Sri Lanka.

Aunque se dispone de muy pocos datos epidemiológicos sobre la Varicela en poblaciones


africanas, se ha observado una significativa carga de morbilidad en niños con VIH y en

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adultos. Se ha estimado que la mortalidad mundial debida específicamente a la Varicela es
considerablemente menor que la atribuida a otras enfermedades infecciosas importantes,
como el sarampión, la tos ferina, las enfermedades por rotavirus o las neumococos
invasoras.

Según estimaciones conservadoras, la carga mundial anual de morbilidad debida a la


Varicela comprendería 4,2 millones de casos de complicaciones graves que exigen
hospitalización y 4.200 muertes. Pese al uso sistemático de vacunas contra el sarampión y
la tos ferina, las tasas de mortalidad normalizadas según la edad (por 100 000 casos) en el
año 2010 eran del 0,1 (IC del 95%: 0,0–0,7) para la Varicela, frente al 1,7 (IC del 95%: 0,6–
4,1) para el sarampión y el 1,1 (IC del 95%: 0,0–5,5) para la tos ferina.

Durante la era pre vacunal, en los países desarrollados de ingresos altos, la tasa de letalidad
por Varicela era de 3 muertes por cada 100 000 casos, frente a 1–3 muertes por cada 1000
casos de sarampión. No obstante, conforme se van controlando otras enfermedades
prevenibles mediante vacunación, la Varicela puede representar una carga de morbilidad
considerable y evitable para la población, con costos de atención sanitaria y sociales
significativos. Los factores que afectan la gravedad de la enfermedad y sus desenlaces en
las poblaciones son la proporción de casos entre los lactantes, las embarazadas y otros
adultos, la prevalencia de enfermedades inmunodepresoras, como la infección por VIH, y el
grado de acceso a la atención sanitaria y al tratamiento adecuado. En los niños por lo demás
sanos la Varicela suele remitir de forma espontánea2.

En el Perú se reporta en las regiones un promedio de atención ambulatoria anual de 36,296


atenciones en los últimos seis años (2009-2014). El 79% de los atendidos fueron menores
de 11 años de edad3.

Según reportes de la Oficina de Estadística e Informática en el periodo 2010-2014, en el


Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN), se registraron 2,375 atenciones en consulta
externa por Varicela, la mayoría no complicada. En el mismo periodo se hospitalizaron 924
pacientes por Varicela complicada, de los cuales 555 (60%) pertenecían al grupo de 1-4
años de edad. Del total de casos el 93 % correspondió a menores de 10 años.

En los hospitales la Varicela es responsable de brotes nosocomiales, ocasionando bloqueo


de camas durante 21 días, postergación de procedimientos y cirugías, la exposición de

2
OPS. Posición sobre la Varicela. Documento técnico.
3
Registro de Consulta Externa. DIRESAS/OGEI/MINSA-PERU (2015). www.ogei@minsa.gob.pe

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contactos susceptibles tanto de pacientes, personal de salud y familiares. Por otro lado,
genera la congestión de pacientes en el Servicio de Emergencia. El Instituto Nacional de
Salud (INS)4 refiere que el uso de la vacuna en post exposición podría reducir un 77% de
casos nuevos en poblaciones expuestas.

El único reservorio del VVZ es el hombre y la forma más frecuente de transmisión es persona
a persona por contacto estrecho de un individuo susceptible con las secreciones
respiratorias de un infectado o también, por contacto directo o inhalación de aerosoles del
fluido de las vesículas de la piel debidas tanto a Varicela como al zoster.

La Varicela es altamente contagiosa, se estima que la tasa de ataque secundaria en un


ambiente familiar puede llegar a ser del 86%. Aunque el virus se pueda transmitir desde
pacientes con HZ, la tasa de ataque secundaria en un ambiente familiar es menor que por
Varicela (5). El período de transmisibilidad varía desde 1 a 2 días antes del comienzo del
exantema hasta que todas las lesiones están en fase de costra —unos 4-5 días después de
la aparición del exantema—. Los pacientes inmunocomprometidos pueden ser contagiosos
más tiempo. El período de incubación, tras la exposición, es de 14 a 15 días por término
medio, pudiendo variar entre 10 y 21 días. Puede ser más prolongado en el caso de
pacientes inmunocomprometidos o que han recibido gammaglobulina frente a la Varicela-
zoster.

El Centro Nacional de Epidemiologia, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) 5 ha


reportado desde el inicio de la notificación obligatoria de Varicela en el 2016, durante el 2017
se notificaron 7799 casos de Varicela y 16 muertes a causa de Varicela a nivel nacional, En
el periodo de la semana 01 a 03 del 2018 se ha reportado 829 casos y se ha reportado 2
casos de fallecidos a causa de Varicela (tabla 01) siendo Lima, Amazonas, Arequipa y
Huánuco las regiones con mayores casos notificados. Asimismo, a nivel distrital en Lima los
casos tienden a afectar a los distritos con mayor densidad poblacional (gráfico 1). Desde
que inició la notificación, que proviene de casos que llegan a los hospitales y no de la
población en general, se reportaron 29 fallecidos por complicaciones de Varicela lo que
ocasionaron 1947 años de vida potencialmente perdidos

Gráfico 01: Frecuencia de casos de Varicela, Perú 2015 –SE03-2018

4
INS. Vacunación post exposición del virus Varicela Zoster. Opinión técnica. Diciembre 2017
5
CDC. Sala situacional Perú. Semana Epidemiológica 3-2018

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Fuente: Noti_Web/CDC/MINSA/Perú * Información a la SE: 03 del 2018

A continuación, la tasa de incidencia que reporta el CDC, la cual demuestra un porcentaje


acumulado del 0 al 147 x 100.

Gráfico 03: Distribución de casos de Varicela en Lima

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El comité de expertos de la Dirección de Inmunizaciones del Ministerio de Salud 6 reporta
que en los hospitales la Varicela es responsable de brotes nosocomiales, ocasionando
bloqueo de camas durante 21 días, postergación de procedimientos y cirugías, la exposición
de contactos susceptibles tanto de pacientes, personal de salud y familiares. Según los
reportes del CDC, los casos de Varicela se distribuyen en diversos hospitales (tabla 2 y 3)
y como consecuencia se genera la congestión de pacientes en el Servicio de Emergencia.

6
Informe técnico del comité de expertos sobre la introducción de la vacuna contra Varicela.

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IV. LA VACUNA CONTRA VARICELA

A continuación, un resumen de la evidencia recogida por la Organización Mundial de la


Salud en relación a la vacuna contra Varicela desde su introducción. Todas las vacunas
están autorizadas para usarse en personas de 12 meses o más; una vacuna monovalente
y dos vacunas combinadas están aprobadas para utilizarse a partir de los 9 meses de vida
en algunos países. La vacuna se administra por vía subcutánea, aunque existen indicios de
que la administración intramuscular también es inocua y eficaz. La vacunación contra la
Varicela está aprobada para conferir protección contra la Varicela; no está indicada para la
protección contra el HZ. El contenido garantizado de las vacunas contra la Varicela
actualmente aprobadas varía entre 1000 y 17 000 UFP. Las recomendaciones relativas a la
posología y al intervalo entre dosis varían según el fabricante.

La vacuna monovalente puede administrarse a niños en pautas de 1 o dos dosis (0,5 ml de


cada dosis por vía subcutánea). Para las personas de 13 años o más se recomienda una
pauta de dos dosis. Cuando se administran dos dosis, el intervalo mínimo recomendado
entre dosis es de 6 semanas o de 3 meses en el caso de los niños (de 12 meses a 12 años
inclusive) y de 425 o 624 semanas en el caso de los adolescentes y adultos (13 años o
más). Según el producto, la vacuna puede administrarse por vía subcutánea o
intramuscular, o únicamente por vía subcutánea.

Las vacunas combinadas pueden administrarse a niños de 9 meses a 12 años de edad. Si


se usan dos dosis de la vacuna MMR asociada a la vacuna contra la Varicela (MMRV), el
intervalo mínimo entre dosis debe ser de 4 semanas. Es preferible administrar la segunda
dosis entre 6 semanas y 3 meses después de la primera dosis o a los 4–6 años de edad.
En la mayoría de los niños sanos es posible detectar la producción de IgG (respuesta
humoral) durante el mes siguiente a la administración de la vacuna. Se induce la formación
de anticuerpos protectores (según un valor umbral del gp-ELISA [ensayo de
inmunoadsorción enzimática basado en la glucoproteína vírica purificada] ≥5 unidades/ml)
en el 85%–89% de los niños vacunados tras una dosis de la vacuna monovalente y en más
del 99% de los niños tras dos dosis de dicha vacuna.

Los estudios dejan entrever que ambas respuestas inmunitarias (celular y humoral), son
responsables de la protección inducida por la vacuna. La inmunogenicidad del componente
variceloso de las vacunas combinadas no es inferior a la de las vacunas monovalentes.

Cuatro ensayos controlados aleatorizados (ECA) indican que una dosis de vacuna contra la
Varicela resulta muy eficaz para prevenir la Varicela en los niños sanos. Uno de los ensayos
permitió estimar una eficacia del 100% después de 9 meses y del 98% después de 2 años
usando una vacuna que contenía 17 000 UFP a la salida de fábrica. Otro de los ensayos
permitió estimar una eficacia vacunal del 88% tras un período medio de 29 meses usando
una vacuna con 10 000 o 15 850 UFP. Se estimó que el 95% de los vacunados
permanecieron libres de Varicela durante los 7 años de seguimiento. En el tercer ensayo, la
eficacia vacunal fue del 90,8% (IC del 95%: 88,7%–95%) después de 12 meses de
seguimiento (con una vacuna de 10 000 UFP). En el ECA más reciente, una dosis de vacuna
monovalente tuvo una eficacia del 65,4% contra la Varicela de cualquier grado de gravedad
y del 90,7% contra las formas moderada o grave de la Varicela, mientras que dos dosis de
una vacuna combinada tuvieron una eficacia del 94,9% contra la enfermedad de cualquier
grado de gravedad y del 99,5% contra la enfermedad moderada o grave.

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Una revisión sistemática permitió identificar 40 estudios e investigaciones sobre brotes en
los que se proporcionaban estimaciones de la efectividad vacunal. Una vacuna monodosis
tenía una efectividad mediana de un 83% (intervalo de 20%–100%) contra todos los grados
de gravedad de la enfermedad en niños de 9 meses a 12 años, una efectividad del 95%
para prevenir las formas moderadas o graves y una efectividad del 100% para prevenir las
formas graves. Aparentemente, la efectividad vacunal es similar entre productos, aunque se
dispone de un número reducido de estudios sobre muchas de las vacunas.

En cinco estudios se evaluó la efectividad vacunal tras la administración de dos dosis de


vacuna monovalente a niños. En general, dos dosis vacúnales proporcionaban una mejor
protección que una sola dosis (mediana de valores = 95%) contra todos los grados de
gravedad de la Varicela. Se ha visto que la vacuna contra la Varicela resulta beneficiosa en
los adultos sanos susceptibles, pero es menos inmunógena que en los niños, exige dos
dosis para lograr un valor ≥ 90% en el gp-ELISA y hay indicios de que los títulos de
anticuerpos menguan a los pocos años de la vacunación.

La inmunogenicidad, eficacia y duración de la protección

En un estudio, después de la vacunación de 6.889 niños entre 12 meses a 12 años, se


observó una seroconversión del 97%. La eficacia de esta vacuna contra la infección es del
90% y del 95% contra la enfermedad grave. Los estudios realizados en Japón mostraron
que, aproximadamente 7 a 10 años después de la vacunación, el 97% de los niños
vacunados presentaban títulos similares a las personas que presentaron Varicela. Un
estudio de seguimiento de 20 años reveló que los niveles de anticuerpos fueron mayores
que los observados en los últimos 10 años, probablemente debido a la exposición al virus
salvaje7.

Indicaciones de vacunación post exposición: control hospitalario y brote en colegio, cunas y


albergues.

La administración de una vacuna monodosis contra la Varicela durante los 3 a 5 días


siguientes a la exposición ha demostrado ser extremadamente eficaz para prevenir las
formas moderadas o graves de la enfermedad (79%–100%), aunque las estimaciones
varían en lo que atañe a la prevención de la enfermedad de cualquier grado de gravedad
(9%–93%).

La vacuna contra la Varicela se puede utilizar para población en riesgo, es decir, población
susceptible en ambiente hospitalario. Niños de albergues, cunas y colegios, en el grupo de
edad de 9 meses a 5 años 11 meses y 29 días de edad, susceptibles para Varicela.

Ambiente hospitalario: la vacuna contra la Varicela, para las personas inmunocompetentes


susceptibles (pacientes, acompañantes y profesionales de la salud), hasta 120 horas
después del contacto con el caso índice (vacunación de bloqueo). En las situaciones de
control de brote en hospitales, incluso utilizando la vacuna, existe la posibilidad de que un
pequeño porcentaje de personas desarrollen la enfermedad.

Revacunación
No se conoce aún la duración de la protección conferida por las vacunas, no habiéndose
definido tampoco la necesidad de administrar dosis de refuerzo. Sin embargo, se ha
observado un refuerzo del nivel de anticuerpos en sujetos vacunados, después de
exponerse a la Varicela natural, así como también después de la administración de una
dosis de refuerzo de la vacuna, aplicada cuatro a seis años después de la inmunización.

7
OPS: Posición oficial de OPS sobre la vacuna contra Varicela

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En poblaciones con alto grado de vacunación, la inmunidad de algunos individuos tiende a
desvanecerse por falta de exposición a la Varicela natural, como resultado de cambios en
la epidemiología. En la actualidad se están llevando a cabo estudios de vigilancia post-
comercialización con el fin de evaluar la necesidad y el momento en que deberían aplicarse
dosis de refuerzo.

Inocuidad de la vacuna

De una revisión sistemática de los datos sobre la inocuidad de las vacunas contra la Varicela
se concluyó que la vacuna monovalente es bien tolerada; los acontecimientos adversos
registrados con mayor frecuencia tras la vacunación de los niños sanos eran de naturaleza
leve, pudiendo ir desde un dolor ligero a un eritema, pasando por una erupción cutánea en
el lugar de la inyección. En los ensayos clínicos previos a la aprobación en los que
participaron casi 11 000 niños, el 19% de los sujetos refirieron dolor en el lugar de la
inyección, el 6% padecieron un exantema de tipo variceloso localizado y el 15% tuvieron
fiebre.

La comparación de los correspondientes perfiles toxicológicos de las pautas de una y dos


dosis reveló una incidencia ligeramente mayor de dolencias en el lugar de la inyección tras
la administración de la segunda dosis (pero la incidencia de fiebre y de exantema de tipo
variceloso disminuía al administrar la segunda dosis, en comparación con la primera
[p=0,009 y 0,008 respectivamente]). Los datos posteriores a la aprobación provenientes de
los sistemas de vigilancia pasiva de los EE.UU. señalan una incidencia de acontecimientos
adversos notificados de 52,7 por 100 000 dosis y una incidencia de acontecimientos
adversos graves de 2,6/100 000 dosis (~48 millones de dosis distribuidas). Los datos de
farmacovigilancia en Europa (~3,3 millones de dosis distribuidas) apuntan a una tasa de
notificación de acontecimientos adversos totales igual a 30 por 100 000 dosis, la mayoría
de los cuales (el 88%) carecían de gravedad.

Entre las complicaciones raras comprobadamente atribuibles a la cepa Oka del VVZ figuran
la neumonía, la hepatitis, la meningitis por HZ, el HZ recurrente, el exantema grave y la
transmisión secundaria; esta última se da principalmente en pacientes con enfermedades
inmunodepresoras u otras patologías graves que no se habían diagnosticado en el momento
de la vacunación.

Una revisión sistemática de los datos epidemiológicos, clínicos y biológicos sobre


acontecimientos adversos asociados a las vacunas contra la Varicela realizada durante
2010 reveló que los datos respaldan la existencia de una relación de causalidad con
respecto a 5 acontecimientos adversos raros o extremadamente raros: a) diseminación del
virus de la cepa vacunal sin afectación de órganos (p.ej., un exantema de tipo variceloso
que se extiende a dermatomas fuera del lugar de la inyección inicial), b) diseminación del
virus de la cepa vacunal con afectación de órganos (p.ej., neumonía, meningitis) en
individuos con inmunodeficiencias comprobadas, c) reactivación de la cepa vacunal (HZ) sin
afectación de órganos, d) reactivación de la cepa vacunal con afectación de órganos, y 5)
anafilaxia.

En los ensayos clínicos previos a la aprobación de una vacuna MMR combinada con una
vacuna contra la Varicela (MMRV), se apreció una tasa de incidencia de fiebre (0–42 días
después de la vacunación) mucho mayor en los niños de 12–23 meses que habían recibido
una primera dosis de vacuna MMRV que en los que habían recibido las primeras dosis de
MMR y de la vacuna contra la Varicela en inyecciones separadas. Una revisión de los
estudios de inocuidad de la vacuna combinada MMRV realizados más recientemente, con

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posterioridad a la aprobación de esta, permitió identificar un nuevo riesgo de convulsiones
febriles en los niños de 12–23 meses a los que se administró la vacuna combinada, en
comparación con los niños que habían recibido por separado las vacunas MMR y
antivaricelosa.

La tasa de incidencia de convulsiones febriles en los niños que habían recibido una primera
dosis de MMRV fue dos veces mayor que la registrada en los que habían recibido la vacuna
monovalente y la MMR al mismo tiempo, tanto 5–12 días como 7–10 días después de la
vacunación (RR: 2,0; IC del 95%: 1,4–2,9 y RR: 2,2; IC del 95%: 1,0 – 4,7), lo cual representa
un episodio de convulsión febril adicional por cada 2300–2700 niños vacunados. No se
observaron diferencias en reacciones sistémicas tales como la fiebre durante los 42 días
que siguieron a la vacunación cuando se administró la MMRV como segunda dosis a niños
durante su segundo año de vida o a la edad de 4–6 años.

Administración concomitante junto con otras vacunas

La vacuna monovalente contra la Varicela no entrañaba riesgos ni una pérdida de la


inmunogenía cuando se administraba junto con otras vacunas infantiles. No se dispone de
datos sobre la administración simultánea de las vacunas contra la Varicela y la fiebre
amarilla. La Varicela y el HZ producen una gran morbimortalidad en personas
inmunodeprimidas como las que padecen deficiencias, congénitas o adquiridas, de la
inmunidad celular, por ejemplo, los pacientes con leucemia aguda y los pacientes que
reciben quimioterapia, radioterapia o dosis altas de corticoesteroides. Una de las vacunas
contra la Varicela está aprobada para ser utilizada en algunas poblaciones
inmunodeprimidas, pero otras no. Varios estudios han puesto de relieve la gravedad de la
Varicela en los niños con cáncer, sobre todo en los que padecen leucemia linfoblástica
aguda (LLA), especialmente si reciben quimioterapia. La Varicela también causa mayor
morbimortalidad en las personas infectadas por el VIH con inmunodepresión moderada o
grave que en la población general.

No obstante, el riesgo de Varicela grave y de muerte en niños con infección por el VIH no
es tan elevado como en los niños leucémicos; en efecto, aunque la enfermedad está más
extendida, dura más y reaparece con mayor frecuencia que en los pacientes por lo demás
sanos, no es habitual que haya víctimas mortales y complicaciones graves a causa de la
Varicela en los niños infectados por el VIH. El HZ representa una importante carga de
infecciones por VVZ en los niños infectados por el VIH, cuyo riesgo de contraer tales
infecciones es 10 a 25 veces mayor que el de la población general. El riesgo es directamente
proporcional al grado de inmunodepresión, a juzgar por el número de linfocitos T CD4+
presentes en el momento de la primo infección por Varicela.

La experiencia adquirida en materia de inocuidad tras la aprobación apunta a que la vacuna


se asocia a un riesgo más importante de acontecimientos adversos, algunos graves, en
niños con deficiencias de la inmunidad celular que en niños sanos. Alrededor del 50% de
los niños leucémicos que reciben quimioterapia de mantenimiento presentan un exantema
generalizado después de la vacunación y en el 40% el exantema es lo suficientemente
importante como para exigir una fuerte dosis de aciclovir por vía oral o intravenosa. Los
exantemas son menos frecuentes después de la segunda dosis y se producen solo en el
10% de los niños que todavía están recibiendo quimioterapia de mantenimiento.

Estudios realizados en niños leucémicos que estaban en remisión desde hacía por lo menos
un año han revelado la existencia de seroconversión contra la vacuna antivaricelosa en el
82% de los que habían recibido una dosis y en el 95% de los que habían recibido dos dosis.
El 87% de los niños urémicos que habían sido vacunados con una sola dosis antes de un

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trasplante renal presentaba seroconversión. En otro estudio se estimó que el 62% de los
niños con insuficiencia renal tenían anticuerpos protectores un año después de la
vacunación. En algunos estudios se recabaron datos sobre la eficacia o la efectividad de
dos dosis de vacuna en niños inmunodeprimidos. La vacuna tenía una eficacia del 86% en
los niños leucémicos y del 73% en los que habían recibido trasplantes renales después de
la vacunación. En los niños infectados por el VIH sin inmunodepresión grave, la vacuna
tenía una eficacia del 82% en la prevención de la Varicela y del 100% en la prevención del
HZ.

Ninguno de los estudios de niños con infección por el VIH se realizó en casos con
inmunodepresión grave (número de linfocitos T CD4+ < 15%). No se registró ningún
acontecimiento adverso grave relacionado con la vacuna en los niños que presentaban
cifras de linfocitos T CD4+ ≥ 15%. Se determinó la presencia de por lo menos un indicador
de inmunidad (humoral o celular) específica contra el VVZ en el 83% de los vacunados
después de dos dosis, con independencia de su estado inmunitario. Dos estudios que
abarcaban más del 50% de todos los niños VIH-positivos estudiados revelaron reacciones
locales en el 5%–20% de los participantes después de la primera dosis y en el 3%–12%,
tras la segunda dosis.2 En un examen realizado por el Comité Consultivo Mundial sobre
Seguridad de las Vacunas de la OMS se llegó a la conclusión de que la vacuna contra la
Varicela es eficaz e inocua en los niños infectados por el VIH que tienen cifras de linfocitos
T CD4+ ≥ 15%.

La trasmisión del VVZ en ámbitos sanitarios es un problema de salud pública y médica ya


conocido. Debido a contactos generalmente estrechos, los pacientes y el personal sanitario
están expuestos a un riesgo más elevado de contraer y transmitir el VVZ. Especialmente
preocupante resulta el caso de ciertos grupos de pacientes susceptibles (p.ej., lactantes
prematuros, embarazadas y pacientes con inmunodepresión de origen terapéutico o
neoplásico), que corren mayor riesgo de contraer formas graves de enfermedad por el VVZ
(Varicela o HZ). La vacuna contra la Varicela está contraindicada durante la gestación. No
obstante, un examen de los datos de un registro de embarazos inscritos durante 17 años no
reveló ningún caso notificado de síndrome de Varicela congénita ni pauta alguna de
anomalías congénitas entre los 157 lactantes nacidos vivos de madres previamente
seronegativas a las que se administró por accidente la vacuna contra la Varicela durante la
gestación (tasa = 0 por 100, IC del 95%: 0,0–2,4), ni tampoco en el registro en su conjunto
(735 nacidos vivos). Sin embargo, estos datos no excluían que existiese un riesgo teórico
máximo de síndrome de Varicela congénita igual al 4% entre las mujeres seronegativas
expuestas a la infección durante el período de mayor riesgo.

Se ha utilizado un modelo para evaluar el posible impacto del desplazamiento de la edad de


la infección tras la introducción de los programas de inmunización contra la Varicela a gran
escala. En los países de ingresos altos, cuando se mantenían unos niveles de cobertura
vacunal < 30% o ≥ 80% en estado estacionario de forma prolongada (30 años), el modelo
predecía un riesgo muy pequeño de aumento de la morbilidad debido a un desplazamiento
de la edad de la infección. No obstante, si se mantenían unos niveles de cobertura vacunal
moderados (30%–70%) por largo tiempo, el desplazamiento de la edad de la infección podía
aumentar la morbimortalidad relacionada con la Varicela.78 También se idearon modelos
para predecir si los países de ingresos bajos y medios corrían un mayor riesgo de
desplazamiento de la edad de la infección y de aumento de la morbilidad tras la introducción
de los programas de vacunación contra la Varicela.

Para ello, se realizó un análisis de países que representaban una serie de tasas de
seroprevalencia de la Varicela y regiones geográficas diferentes: Asia Meridional (India y
zonas urbanas y rurales de Sri Lanka); Asia Oriental y el Pacífico (Malasia, Singapur,
Tailandia); América Latina y el Caribe (Bolivia, Brasil, Santa Lucía); y África (Kenia, Nigeria).

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El análisis reveló que en los países de ingresos bajos y medios con mediana o elevada
seropositividad existe un riesgo elevado de que ocurran desplazamientos de la edad de la
infección cuando la cobertura vacunal con una sola dosis permanece entre el 20 y el 80%
de forma prolongada, y que esta situación puede acarrear un aumento de la mortalidad.
Cabe esperar que los países de ingresos bajos y medios con seropositividad muy baja
(inferior al 20%–30% en los veinteañeros) y gran carga de morbilidad presenten poco o
ningún desplazamiento de la edad de la infección y gocen de importantes disminuciones de
la morbimortalidad relacionada con la Varicela con niveles intermedios de cobertura vacunal.
El modelo predice que, en la mayoría de los países de ingresos bajos y medios, la cobertura
vacunal debe ser del 60% o más para producir disminuciones considerables de la
morbilidad.

En muchos países desarrollados (Australia, Canadá, Japón, España, Reino Unido y EE.UU.)
se han realizado varios estudios en los que se examinaron las tasas generales de HZ en la
población, y la mayoría de ellos reveló que la incidencia de HZ tendía a aumentar. No
obstante, en los países que disponían de un programa de vacunación contra la Varicela, el
aumento de la incidencia de HZ comenzaba antes de la introducción de la vacuna por
motivos poco claros. Un análisis efectuado recientemente en los EE.UU. no evidenció
ninguna diferencia en la pendiente del aumento de la tasa de incidencia de HZ antes y
después de la introducción de la vacuna contra la Varicela. También se observó un aumento
de la incidencia de HZ en países que no disponían de programas de vacunación infantil
contra la Varicela. En una revisión multidisciplinaria sistemática de la reducción del riesgo
de HZ por exposición a pacientes con Varicela, realizada en 2013, se analizaron
publicaciones con arbitraje editorial sobre estudios de refuerzo exógeno, a saber: 13
estudios observacionales de la incidencia de HZ tras una vacunación generalizada contra la
Varicela, 4 estudios longitudinales de la inmunidad frente al VVZ tras una nueva exposición,
9 estudios de los factores de riesgo epidemiológicos, 7 estudios de modelización
matemática y otros 7 estudios.11 Se sacó la conclusión de que el refuerzo exógeno existe,
aunque no en todas las personas ni situaciones, y que aún resta por determinar su magnitud
de forma apropiada en estudios sobre el terreno.

Se puede administrar simultáneamente con cualquier otra vacuna. Se debe aplicar en sitios
anatómicos diferentes. En la vacunación con virus vivos atenuados parenterales, se deben
administrar simultáneamente el mismo día, si no fuera posible, aplicar con un intervalo
mínimo de 30 días.

Eventos supuestamente atribuidos a la vacunación o inmunización (ESAVIS)

ESAVIS es cualquier cuadro clínico patológico asociado temporalmente a la vacunación o


inmunización no existiendo necesariamente relación causal, motivando el inicio de la
investigación epidemiológica. Un ESAVI inadecuadamente manejado puede conllevar a
suspensión de campañas de vacunación. La vigilancia de ESAVI está a cargo de la CDC, el
cual tiene el propósito de contribuir a reducir el impacto negativo de los ESAVI severos a
través de la generación de información oportuna, válida y confiable con el fin de garantizar
la seguridad de las vacunas administradas, identificar y tratar adecuadamente las
reacciones adversas reales, limitando sus efectos, generando confianza en la vacunación y
los servicios de salud. La Vigilancia de eventos supuestamente atribuidos a la vacunación
e inmunización (ESAVI) inició en el país en el año 2001, y al año siguiente se implementó
oficialmente, mediante la emisión de la Directiva OGE/DGSP/INS Nº001- 2002. En dicho
año se difundió el documento técnico “Cómo enfrentar los eventos supuestamente atribuidos
a la vacunación o inmunización”.

Es el CDC-MINSA el centro responsable de detectar, notificar, investigar, monitorizar e


informar de manera oportuna los ESAVI severo, implementar medidas correctivas y evitar

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situaciones de crisis de pérdida de confianza en la vacunación. Los objetivos específicos de
vigilar los ESAVIS son: a) Contribuir a conocer la existencia de relación entre un ESAVI con
la vacuna aplicada, a través de la investigación y la clasificación de caso. b) Monitorear los
ESAVI severo a fin de implementar las medidas correctivas, brindando a la población un
mayor beneficio y un riesgo mínimo por la vacunación o inmunización. c) Conocer la
magnitud y características de los ESAVI, por tipo de vacunas usadas comúnmente o nuevas.

Definiciones de caso ESAVI severo:

Es todo cuadro clínico que implica uno o más de los siguientes criterios: a).Hospitalización.
b).Riesgo de muerte. c).Discapacidad. d).Fallecimiento. Puede clasificarse como: Evento
coincidente, evento relacionado con error programático u operacional, evento relacionado
con los componentes propios de la vacuna y evento no concluyente.

Costo efectividad de la Vacuna

Una revisión de la literatura especializada reveló la existencia de 41 estudios, entre ellos


dos revisiones, en los que se analizó la relación costo-efectividad de la vacunación infantil
contra la Varicela. La mayoría de ellos provienen de Europa y América del Norte (Alemania,
España, Suiza, Reino Unido y EE.UU.), dos de Taiwán, uno de Israel y otro de Singapur. La
mayor parte de los estudios no incluían modelos dinámicos que tuvieran en cuenta los
efectos protectores de la comunidad y es posible que hayan subestimado el impacto de la
vacunación. No obstante, pese a las variaciones con respecto a la calidad de los estudios,
los resultados eran por lo general coherentes: indicaban que los programas de vacunación
infantil contra la Varicela permitían ahorrar costos desde la perspectiva social, eran eficaces
con relación al costo desde la perspectiva del financiador de los servicios sanitarios,
mientras se excluyesen los posibles impactos sobre la incidencia del HZ, y no eran efectivos
con relación al costo si se tenía en cuenta la evolución espontánea del HZ. En cuanto a la
magnitud del efecto, la mayoría de los estudios indicaban que la vacunación de los niños
era extremadamente eficaz con relación al costo o bien ineficaz con relación al costo, según
las suposiciones que se hiciesen sobre la incidencia del HZ. Los indicios que dichos estudios
arrojaron eran indirectos dado que se fundaban en modelos para tener en cuenta la
protección de la comunidad tras la vacunación contra la Varicela, las incertidumbres con
respecto a la duración de la protección vacunal y el impacto de la vacunación contra la
Varicela sobre la incidencia del HZ.

El Instituto Nacional de Salud, realizó una evaluación económica en la cual determinó que
el costo total de implementar la vacunación contra la Varicela es de 71.12 soles por niño
vacunado. Una estrategia de vacunación con una dosis a los niños de 12 meses significa
un costo anual de 34, 261,202.86 soles. Costos similares a vacunas contra Neumococo y el
virus del papiloma humano.8

Experiencia post introducción de la vacuna


Los siguientes eventos adversos adicionales han sido reportados:

• Desórdenes Generales: Anafilaxis (incluyendo shock anafiláctico) y fenómenos


relacionados como edema angioneurótico, edema facial y periférico; Anafilaxis en
individuos con o sin historial de alergias.
• Desórdenes oculares: Retinitis necrotizante (reportado en individuos
inmunocomprometidos)
• Desórdenes gastrointestinales: Nausea, vómitos.
• Desórdenes del sistema sanguíneo y linfático: Anemia aplásica, trombocitopenia
(incluyendo púrpura trombocitopénica idiopática).

8
INS. Opinión técnica para la incorporación de vacuna contra Varicela en el esquema nacional de vacunación.

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• Infecciones e infestaciones: Varicela (cepa de la vacuna)
• Desórdenes nerviosos y psiquiátricos: Encefalitis, accidente cerebrovascular, mielitis
transversa, Síndrome de Guillain-Barré, parálisis de Bell, ataxia, convulsiones febriles y
no febriles, meningitis aséptica, mareo, parestesia, irritabilidad.
• Desórdenes respiratorios: Faringitis, neumonía/neumonitis, infección de vías
respiratorias superiores.
• Desórdenes de la piel: Síndrome de Stevens-Johnson, eritema multiforme, Púrpura de
Henoch-Schoenlein, Infección secundaria a bacterias en piel y tejido blando, incluyendo
impétigo y celulitis; Herpes zoster.

En las Américas 18 países utilizan la vacuna Varicela, monovalente o combinada con la


vacuna triple viral (sarampión, rubeola y paperas).

Gráfico 04: Disponibilidad de la vacuna contra Varicela en las Américas

Fuente: OMS. http://who.int/immunization/monitoring_surveillance/data/en/ acceso en 07 de


diciembre 2017

V. ARGUMENTACIÓN PARA INTRODUCIR LA VACUNA CONTRA VARICELA AL


ESQUEMA NACIONAL DE VACUNACIÓN

Desde 1974 se comercializan vacunas contra la Varicela basadas en la cepa Oka atenuada
del VZV y los resultados positivos de los numerosos análisis de la inocuidad, la eficacia y el
costo-eficacia han justificado la introducción de estas vacunas en los programas de
inmunización infantil de varios países industrializados. La observación de poblaciones de
estudio durante periodos de hasta 20 años en el Japón y 10 años en los Estados Unidos de
América (EE.UU), puso de manifiesto que más del 90% de las personas
inmunocompetentes vacunadas en la infancia seguían estando protegidas contra la
Varicela. La información relativa a varios aspectos de la vacunación contra la Varicela sigue
siendo incompleta. Hay que llegar a conocer mejor la duración de la protección contra la
Varicela y el herpes zóster sin exposición natural al virus, las consecuencias
epidemiológicas de la vacunación infantil con diversos niveles de cobertura y el efecto
preventivo que tiene frente al herpes zóster la vacunación de los adultos y las personas de
edad con antecedentes de Varicela. Además, se dispone de poca información de los países
en desarrollo sobre la carga de morbilidad de la Varicela y el herpes zóster y sobre la
incidencia y las consecuencias de las infecciones secundarias.

Los países que han introducido la vacunación contra la Varicela en sus programas de
inmunización infantil y ello ha reducido considerablemente la morbimortalidad relacionada
con la Varicela. En los EE.UU., durante la era pre vacunal, cada año había una media de 4

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millones de casos de Varicela que causaban 41–50 hospitalizaciones y 0,4–0,6 decesos por
millón de habitantes. Cuando en 1995 se introdujo una dosis de vacuna contra la Varicela
en el programa de inmunización infantil sistemática de ese país, se registró, en un período
de 5 años, un descenso superior al 70% en la incidencia general de la enfermedad en las
comunidades que disponían de una cobertura vacunal ~80% para los lactantes de 19–35
meses. Las mayores reducciones se observaron en el grupo etario destinatario, pero
también se apreciaron descensos en todos los grupos de edades, incluso en los adultos y
los lactantes a los que no estaba destinada la vacuna, lo cual sugiere la existencia de una
considerable protección colectiva, que se extiende más allá de los grupos destinatarios de
la vacunación. Desde entonces, las muertes, hospitalizaciones, brotes y casos han seguido
disminuyendo hasta alcanzar cifras muy bajas, especialmente entre los niños.

La introducción de la vacuna en el país disminuirían los costes directos indirectos, es decir,


el coste por la ausencia laboral de familiares o de enfermos y cierre de salas de hospitales.
Como se ha demostrado en otros países, puesto que en estudios de simulación se ha
concluido que la vacunación es coste- efectiva, tanto en términos de cuidados de salud
como de gastos sociales: un estudio norteamericano publicó un ahorro de 5,40 dólares por
cada dólar invertido en vacunación de niños pre- escolares. Otro estudio neozelandés
estimó un ahorro de 2,67 y 0,67 dólares por cada dólar invertido en vacunación, con y sin
inclusión de los gastos sociales respectivamente. En niños mayores (9- 12 años) y
adolescentes, la estrategia más coste- efectiva fue la determinación previa de serología
seguida de vacunación de los casos seronegativos. En mujeres embarazadas, la realización
de screening prenatal seguido de vacunación tras el parto de las mujeres seronegativas
también fue coste- efectiva.9

Un estudio en Panamá mostró que la media de costo por paciente con Varicela es US$1
209. Evidenciando, además, una alta tasa de complicaciones en los niños hospitalizados
con Varicela adquirida en la comunidad (92%), lo cual hace de esta patología relativamente
benigna, una enfermedad costosa, con potenciales implicaciones en el sistema de salud de
países que no hayan implementado la vacunación. Los infantes más jóvenes son los que
más costos relacionados presentan. Esto es especialmente cierto en niños menores de 1
año, con costos totales de atención de USD $ 343,871. En la revisión realizada por los
autores, no se encontraron estudios de costos de Varicela en países en desarrollo como
Colombia (con producto interno bruto per cápita menor de USD $ 12196 según el método
Atlas), por lo que no se compararon medidas de costos con otros países. Los costos de
Varicela fueron más altos, sin significancia estadística, en pacientes más menores de 1 año,
comparados con los pacientes de 5 a 12 años. Esto permite sugerir mayores costos y
gravedad de los pacientes menores de un año.10

9
Skull SA, Wang EEL. Varicella vaccination- a critical review of the evidence. Arch Dis Child 2001; 85: 83- 90
10
ALVIS-GUZMÁN, Nelson et al. Costos directos de Varicela complicada en una población pediátrica de Colombia.
Revista de Salud Pública, [S.l.], v. 13, n. 6, p. 921-929, nov. 2011. ISSN 2539-3596.

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