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Vergara Villanueva PDF
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Tráfico ilícito de insumos químicos y productos (artículo 296°-B del Código Penal); -
Formas agravadas de tráfico de drogas (artículo 297° del Código Penal); - Genocidio
(artículo 319° del Código Penal); - Desaparición forzada (artículo 320° del Código
Penal); - Tortura (artículo 321° del Código Penal); - Tortura cometida con la
participación de profesionales de la salud (artículo 322° del Código Penal); -
Discriminación (artículo 323° del Código Penal); - Terrorismo (Ley N.° 29423); y, -
Lavado de activos cuando los recursos provengan del tráfico ilícito de drogas,
terrorismo, secuestro, extorsión, trata de personas o delitos contra el patrimonio
cultural, previsto en los artículos 228° y 230° del Código Penal (párrafo final del
artículo 3° de la Ley N.° 27765, modificado por la Ley N.° 28355 y el Decreto
Legislativo N.° 986). Por su parte, el primer párrafo del artículo 53° del Código de
Ejecución Penal establece que el beneficio penitenciario de liberación condicional se
concede al sentenciado que ha cumplido la mitad de la pena, siempre que no tenga
proceso pendiente con mandato de detención. En los casos de los delitos (artículos
129º, 173º, 173º A, 200º, segunda parte, 325º a 332º y 346º del Código Penal) a que se
refiere el artículo 46º del referido texto normativo, la liberación condicional, podrá
concederse cuando se ha cumplido las tres cuartas partes de la pena y previo pago del
íntegro de la cantidad fijada en la sentencia como reparación civil y de la multa o, en el
caso del interno insolvente, la correspondiente fianza en la forma prevista en el artículo
183º del Código Procesal Penal. Este beneficio no es aplicable a los agentes de los
delitos tipificados en los artículos 296º, 297º, 301º, 302º y 319º a 323º del Código Penal.
En prima facie se destaca que el procedimiento incidental judicial de beneficio
penitenciario de semilibertad y liberación condicional -en aquellos Distritos Judiciales donde
está vigente el NCPP- viene tramitándose (competencia) exclusivamente por los Jueces
Penales Unipersonales, ello a pesar que en muchos casos ellos no han sido los que
emitieron y/o expidieron sentencia condenatoria, contraviniéndose “aparentemente” lo
prescrito en los artículos 50º y 55º del Código de Ejecución Penal (pues hay casos en los
que estos mismos jueces fueron los que condenaron); ello sin desconocer que el NCPP en
contraposición con el Código de Ejecución Penal prescribe en su artículo 28º.5.a) que
los Jueces Penales Unipersonales conocerán los incidentes sobre beneficios
penitenciarios, lo cual podría determinarnos una aparente incertidumbre respecto a
quién debe ser el magistrado que conocerá el trámite judicial de beneficio penitenciario,
resaltándose que al tratarse de una ejecución de sentencia, este debe ser regido por las
pautas del Código de Ejecución Penal.
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I. SITUACIONES CONTRASTADAS
1.2. Por otro lado, debemos destacar que la palabra jurisdicción se forma de jus y de
dicere, aplicar o declarar el derecho, por lo que, se dice jurisdictio o jure dicendo. La
jurisdicción es la potestad conferida por el Estado a determinados órganos para
resolver, mediante la sentencia (entiéndase también otras resoluciones), las
cuestiones litigiosas que le sean sometidas y hacer cumplir sus propias
resoluciones; esto último como manifestación del imperio5. La llamada función
jurisdiccional o más específicamente, jurisdicción, es el poder-deber del Estado,
2 STC Nº 795-2002-AA/TC, 29/01/2003, caso Teodoro Sánchez Basurto: El principio pro homine,
según el cual, ante eventuales diferentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar por
la que conduzca a una mejor protección de los derechos fundamentales, descartando así las que
restrinjan o limiten su ejercicio. Vale decir, que el principio pro homine impone que, en lugar de
asumir la interpretación restrictiva (…) y así impedir el ejercicio del derecho a la tutela judicial, se
elija la tesis que posibilite que el particular pueda ejercer su derecho a la tutela jurisdiccional, para
impugnar el acto presuntamente lesivo [FJ. 1].
3 RUBIO CORREA, Marcial. El Sistema Jurídico: Introducción al Derecho. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Sexta reimpresión, Lima, 2006, pp. 264-265.
4 STC Nº 2209-2002-AA/TC del 12/05/2003, caso Mario Antonio Urrello Álvarez [FJ. 25]
5 CABANELLAS, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo V. Editorial Heliasta.
1.3. Conforme al artículo 138º de la Constitución Política del Estado, “la potestad de
administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de
sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes”. El Poder
Judicial es el órgano estatal que tiene como principales funciones resolver los
conflictos, ser el primer garante de los derechos fundamentales, canalizando las
demandas sociales de justicia y evitando que éstas se ejerzan fuera del marco
legal vigente. Similar función, regida fundamentalmente por los principios de
supremacía de la Constitución y defensa de los derechos constitucionales, le
compete al Tribunal Constitucional. De otro lado, el artículo 201º de la
Constitución establece que: “El Tribunal Constitucional es el órgano de control
de la Constitución, es autónomo e independiente”. Es claro que para la
Constitución Política del Estado, tanto el Poder Judicial como el Tribunal
Constitucional son órganos constitucionales productores de la fuente de
derecho denominada jurisprudencia.
1.4. La jurisprudencia es la interpretación judicial del derecho efectuada por los más
altos tribunales en relación con los asuntos que a ellos corresponde, en un
determinado contexto histórico, que tiene la virtualidad de vincular al tribunal
que los efectuó y a los jerárquicamente inferiores, cuando se discutan casos
fáctica y jurídicamente análogos, siempre que tal interpretación sea jurídicamente
correcta. Consecuentemente, en nuestro sistema jurídico la jurisprudencia
también es fuente de derecho para la solución de los casos concretos, obviamente
dentro del marco de la Constitución y de la normatividad vigente. Esta
afirmación de la jurisprudencia como fuente de derecho se confirma cuando la
propia Constitución Política del Estado, en el inciso 8º del artículo 139º,
6 MONROY GALVEZ, Juan. Introducción al Proceso Civil. Tomo I. Temis. Lima. 1996, p. 213.
7 SAN MARTIN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Volumen I. Grijley, Lima, 1999, p. 87.
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reconoce el principio de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia
de la ley. No requiere de una disposición normativa expresa toda vez que dicha
fuente deriva directamente de la función inherente a los órganos jurisdiccionales
que la Constitución configura. En efecto, es inherente a la función jurisdiccional
la creación de derecho a través de la jurisprudencia8.
1.5. Hasta acá queda claro las formas de interpretaciones que debe efectuarse a la
norma (cualesquiera sea su materia), a la cual deben regirse todos los operadores
de justicia, así también queda claro que la jurisprudencia es una fuente de
derecho que también tiene un fundamento constitucional a través de los órganos
jurisdiccionales que la producen. Esto es, que la labor interpretativa que realizan
todos los jueces, inherente a tal función, es la razón de ser de la actividad
jurisdiccional, en sede constitucional u ordinaria, y que tiene su fundamento en
el principio de independencia consagrado por la Constitución en sus artículos
139º, inciso 2º (Poder Judicial) y 201º (Tribunal Constitucional). Sin la
interpretación la actividad de los jueces estaría condenada al fracaso, pues la
Constitución y la ley no pueden prever todos los casos posibles que presenta la
realidad según cada época.
1.6. Por todo lo descrito, ahora debemos precisar que el Código Penal en su artículo
50º (modificado y ampliado por la Ley Nº 29881 del veintitrés de Mayo del año dos mil
doce) prescribe que (…) “la semilibertad se concede por el juzgado que conoció
el proceso penal en el que se impuso la condena (…)”, siendo que por ello
entendemos que el legislador claramente establece que los incidentes de
beneficios penitenciarios (aquellos que son otorgados por la judicatura, siendo
estos liberación condicional y semilibertad) serán admitidos y tramitados por el
Juzgado que anteladamente sentenció al peticionante del respectivo beneficio
penitenciario, sin embargo frente a esta ley (que resulta ser una especial)
tenemos que el Código Procesal Penal Vigente (conocido aún como el NCPP)
en el parágrafo a), numeral 4) del artículo 28º prescribe que (…) los juzgados
penales unipersonales “funcionalmente” también conocerán de los incidentes
sobre beneficios penitenciarios, conforme a lo dispuesto en el Código de
Ejecución Penal; nótese que en este caso el NCPP cierra la competencia de los
jueces y directamente destaca que conocerán los incidentes de beneficios
penitenciarios los jueces penales unipersonales de conformidad con lo previsto
en el Código de Ejecución Penal, siendo que esta situación en prima facie podría
advertirnos un aparente conflicto de leyes, esto es una especial y propia, frente a
una que regula procesos penales en strictu sensu, debiendo resaltar que de
8 STC Nº 47-2004-AI/TC, 24/04/2006, caso José Claver Nina-Quispe Hernández [FJ. 32-36].
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acuerdo a lo regulado en el NCPP algunos procesos serán sentenciados por el
Juez de Investigación Preparatoria (véase procesos especiales) y otros serán
sentenciados -en su caso- por el Juez Penal Unipersonal y Juzgado Penal
Colegiado. Para una mejor apreciación, efectuamos la siguiente ilustración:
1.14. Es por ello, que nuestro análisis y aporte jurídico con la presente resolución es
determinar que estamos ante una combinación de leyes, por consiguiente, “no
existe tal contradicción entre el Código de Ejecución Penal y el NCPP del 2004,
sino que el legislador con una técnica poco feliz ha introducido en ésta última
una aparente cláusula cerrada (numerus clausus) que permitiría que los
incidentes de beneficios penitenciarios (liberación condicional y semilibertad)
sean solo conocidos por los Jueces Penales Unipersonales, al margen del
indicativo de quien fue el juez o juzgado que condenó, aunado a que dentro de
las competencias de los jueces penales de investigación preparatoria y los
colegiados (de primera instancia) no se establece literalmente la funciones de
estos para conocer los procedimientos de beneficios penitenciarios. Siendo que
en compatibilidad con el Código de Ejecución de Penal, podemos verificar que
los jueces de investigación preparatoria y colegiados deberán conocer los
incidentes de beneficio penitenciario cuando estos hayan sido los que dictaron
las respectivas sentencias condenatoria, pues así nos versa el principio de
legalidad, además claro esta del principio de razonabilidad y logicidad, lo cual
nos permite inferir una interpretación bajo una concepción unitaria del
ordenamiento jurídico que procure una solución armónica”.
12 STC Nº 10-2002-AI del 03/01/2003, caso Marcelino Tineo Silva [FJ. 35].
13 El artículo 477º.1) del NCPP prescribe. (...)Cuando el proceso por colaboración eficaz está
referido a hechos que son materia de un proceso penal que se encuentra en la etapa de
investigación o incluso si no existe investigación, el Acuerdo de Beneficios y Colaboración se
remitirá al Juez de la Investigación Preparatoria, conjuntamente con los actuados formados al
efecto, para el control de legalidad respectivo(…); en tanto que el numeral 1) del artículo 478º del
citado texto adjetivo prescribe Cuando el proceso por colaboración eficaz se inicia estando el
proceso contradictorio en el Juzgado Penal y antes del inicio del juicio oral, el Fiscal -previo los
trámites de verificación correspondientes- remitirá el acta con sus recaudos al Juez Penal, que
celebrará para dicho efecto una audiencia privada especial.; frente a ello se desprende la
competencia de ambos jueces para conocer y condenar en su caso dentro de un proceso especial de
colaboración eficaz.
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a) Los artículos 50º y 55º del Código de Ejecución Penal complementan
legalmente las pautas descritas en el artículo 28º.5).a) del Nuevo Código Procesal
Penal, por cuanto la norma procesal penal describe que la competencia
funcional del juez penal unipersonal debe entenderse de conformidad con las
previsiones establecidos en la norma especial, esto es el Código de Ejecución
Penal; poco importa que dentro del NCPP no se especifique “literalmente”
dentro de la competencia de los jueces penales de investigación preparatoria la
de conocer los incidentes de beneficios penitenciarios.
b) Una interpretación literal del artículo 28º.5).a) del Nuevo Código Procesal Penal,
se entendería como una restricción de los sentidos interpretativos de los artículo
50º y 55º del Código de Ejecución Penal, concretamente cerrar y dar
exclusividad al juez penal unipersonal para que conozca todos los incidentes de
beneficio penitenciario, considerándose que podrá tramitar casos en los cuales
justamente participó anteladamente y emitió sentencia y también en aquellos
donde de manera alguna participó (por ejemplo: terminación anticipada,
colaboración eficaz y procesos condena fue impuesta por el juzgado colegiado),
situación esta que se contradeciría con la ratio de la norma.
II. SOLUCIONES
2.1. Por todas las consideraciones antes expuestas, el sentido del presente artículo es
brindar en forma ilustrativa un análisis y abordaje del tema de la competencia funcional
de los Jueces Penales de Investigación Preparatoria, Unipersonales y Colegiado respecto
al trámite de los beneficios penitenciarios.
2.2. En atención a lo expuesto, queda claro pues la complementación más que
incompatibilidad entre la norma procesal penal (NCPP) y la norma especial (Código de
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Ejecución Penal) que regula ampliamente el trámite de los incidentes de beneficios
penitenciarios, siendo pertinente que la Judicatura con criterio de predictibilidad
establezca notoriamente la funcionabilidad legal (conforme a las pautas del Código de
Ejecución Penal) de los jueces penales de investigación preparatoria, unipersonal y
colegiado para asumir y tramitar los incidentes de beneficios penitenciarios en los cuales
participaron anteladamente emitiendo la sentencia de primera instancia respectiva.
2.3. Ahondando en la interpretación expuesta, debo también resaltar que el artículo 55º
del Código de Ejecución Penal (modificado y ampliado por la Ley Nº 29881 de fecha
veintitrés de Mayo del dos mil doce) claramente prescribe que la liberación condicional
se concede por el juzgado que conoció el proceso penal en el que se impuso la
condena, lo cual pues nos permite inferir la competencia funcional complementada que
esta norma de ejecución penal regula para los incidentes de beneficios penitenciarios de
semilibertad y liberación condicional.
2.4. Vemos también, que resulta compatible sostener una adecuada interpretación de las
normas adjetivas y de ejecución penal, las cuales deben tener prevalencia y
compatibilidad con el principio de la ratio del contenido de la norma, siendo por ello
que se conviene en precisar que los Juzgados Penales de Investigación Preparatoria en
la medida que emitieron sentencias condenatorias en los procesos especiales respectivos
(terminación anticipada, colaboración eficaz), los jueces penales unipersonales y los
jueces penales del juzgado colegiado son los llamados por ley a conocer y tramitar los
respectivos incidentes de beneficios penitenciarios que soliciten los sentenciados.
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