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¿QUÉ JUEZ ES EL COMPETENTE PARA CONOCER EL TRÁMITE

PROCESAL DE BENEFICIOS PENITENCIARIOS? SEMILIBERTAD Y


LIBERACIÓN CONDICIONAL

Cuatro características corresponden al juez: Escuchar


cortésmente, responder sabiamente, ponderar
prudentemente y decidir imparcialmente. Sócrates

VERGARA VILLANUEVA, Jorge E1.

Por la presente estimados lectores, lo único que pretendo es sembrar en ustedes la


frutilla que les permita dosificar y encumbrar académicamente la competencia de los
distintos jueces penales (a la luz del Nuevo Código Procesal Penal - NCPP) como son:
i) de Investigación Preparatoria, ii) Unipersonal, iii) Colegiado e incluso el iv) Juez
Penal Liquidador para conocer y tramitar los respectivos procesos judiciales de
beneficios penitenciarios de semilibertad y liberación condicional, en la medida que los
mismos fueron los que emitieron sentencia condenatoria, tal y como lo prescriben los
artículos 50º y 55º del Código de Ejecución Penal (D.L. Nº 654). En la línea descrita es
menester señalar el contenido del primer párrafo del artículo 48° del Código de
Ejecución Penal, el cual prescribe que el beneficio penitenciario de Semilibertad puede
ser concedido al sentenciado que ha cumplido por lo menos una tercera parte de su
condena, criterio que es aplicado para la mayoría de los delitos, con la excepción de los
delitos de: -Secuestro (artículo 152° del Código Penal); - Forma agravada de trata de
personas (artículo 153°-A del Código Penal); - Violación de menor de edad (artículo
173° del Código Penal); - Violación de menor de edad seguida de muerte o lesión grave
(artículo 173°-A del Código Penal); - Comercialización y cultivo de amapola y
marihuana, así como la siembra compulsiva (artículo 296°-A del Código Penal); -

1Abogado, Egresado de la Universidad Particular “Antenor Orrego” de Trujillo, Conciliador


Extrajudicial y Árbitro acreditado por el Ministerio de Justicia, con estudios culminados de Post
Grado ante la Universidad Nacional Federico Villarreal obteniendo “Diplomado en
Criminalística”, ostenta también el Diploma en Derecho Penal y Derecho Procesal Penal expedido
por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Argentina; Maestría en Derecho, con
mención en derecho penal y ciencias criminológicas, los cuales fueron desarrollados en la
Universidad Nacional de Trujillo. Ex Director Distrital de la Defensa Pública del Ministerio de
Justicia en el Departamento de Lambayeque, La Libertad y Piura. Actualmente desempeña
funciones de Juez Superior en la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de
Sullana.

1
Tráfico ilícito de insumos químicos y productos (artículo 296°-B del Código Penal); -
Formas agravadas de tráfico de drogas (artículo 297° del Código Penal); - Genocidio
(artículo 319° del Código Penal); - Desaparición forzada (artículo 320° del Código
Penal); - Tortura (artículo 321° del Código Penal); - Tortura cometida con la
participación de profesionales de la salud (artículo 322° del Código Penal); -
Discriminación (artículo 323° del Código Penal); - Terrorismo (Ley N.° 29423); y, -
Lavado de activos cuando los recursos provengan del tráfico ilícito de drogas,
terrorismo, secuestro, extorsión, trata de personas o delitos contra el patrimonio
cultural, previsto en los artículos 228° y 230° del Código Penal (párrafo final del
artículo 3° de la Ley N.° 27765, modificado por la Ley N.° 28355 y el Decreto
Legislativo N.° 986). Por su parte, el primer párrafo del artículo 53° del Código de
Ejecución Penal establece que el beneficio penitenciario de liberación condicional se
concede al sentenciado que ha cumplido la mitad de la pena, siempre que no tenga
proceso pendiente con mandato de detención. En los casos de los delitos (artículos
129º, 173º, 173º A, 200º, segunda parte, 325º a 332º y 346º del Código Penal) a que se
refiere el artículo 46º del referido texto normativo, la liberación condicional, podrá
concederse cuando se ha cumplido las tres cuartas partes de la pena y previo pago del
íntegro de la cantidad fijada en la sentencia como reparación civil y de la multa o, en el
caso del interno insolvente, la correspondiente fianza en la forma prevista en el artículo
183º del Código Procesal Penal. Este beneficio no es aplicable a los agentes de los
delitos tipificados en los artículos 296º, 297º, 301º, 302º y 319º a 323º del Código Penal.
En prima facie se destaca que el procedimiento incidental judicial de beneficio
penitenciario de semilibertad y liberación condicional -en aquellos Distritos Judiciales donde
está vigente el NCPP- viene tramitándose (competencia) exclusivamente por los Jueces
Penales Unipersonales, ello a pesar que en muchos casos ellos no han sido los que
emitieron y/o expidieron sentencia condenatoria, contraviniéndose “aparentemente” lo
prescrito en los artículos 50º y 55º del Código de Ejecución Penal (pues hay casos en los
que estos mismos jueces fueron los que condenaron); ello sin desconocer que el NCPP en
contraposición con el Código de Ejecución Penal prescribe en su artículo 28º.5.a) que
los Jueces Penales Unipersonales conocerán los incidentes sobre beneficios
penitenciarios, lo cual podría determinarnos una aparente incertidumbre respecto a
quién debe ser el magistrado que conocerá el trámite judicial de beneficio penitenciario,
resaltándose que al tratarse de una ejecución de sentencia, este debe ser regido por las
pautas del Código de Ejecución Penal.

2
I. SITUACIONES CONTRASTADAS

1.1. Debemos antes de analizar y delimitar la competencia del Juez Unipersonal y de


Investigación Preparatoria (ambos con la especialidad penal), referirnos
brevemente a la aplicación del método de interpretación normativa restrictiva,
como del principio pro homine para una mejor protección de derechos
fundamentales2. El método literal es “la puerta de entrada” a la interpretación
dentro de cualquier sistema jurídico basado en la escritura, es el decodificador
elemental y necesario sobre lo que se escribió en la norma, por ello, se utiliza
siempre, empero, ¿es el método de interpretación literal autosuficiente o más
bien, necesita siempre de la complementariedad de otros?3. El Tribunal
Constitucional se pronuncia categóricamente por la insuficiencia del método
literal en el ámbito constitucional. En materia de derechos fundamentales, el
operador judicial no puede sustentar sus decisiones amparándose únicamente en
una interpretación literal de uno o más preceptos constitucionales, ya que rara
vez la solución de una controversia en este ámbito puede resolverse apelándose
a este criterio de interpretación. Requiere por el contrario de un esfuerzo de
compresión del contenido constitucionalmente protegido de cada uno de los
derechos, principios o bienes constitucionales comprometidos, para después de
ello, realizar una ponderación de bienes4.

1.2. Por otro lado, debemos destacar que la palabra jurisdicción se forma de jus y de
dicere, aplicar o declarar el derecho, por lo que, se dice jurisdictio o jure dicendo. La
jurisdicción es la potestad conferida por el Estado a determinados órganos para
resolver, mediante la sentencia (entiéndase también otras resoluciones), las
cuestiones litigiosas que le sean sometidas y hacer cumplir sus propias
resoluciones; esto último como manifestación del imperio5. La llamada función
jurisdiccional o más específicamente, jurisdicción, es el poder-deber del Estado,

2 STC Nº 795-2002-AA/TC, 29/01/2003, caso Teodoro Sánchez Basurto: El principio pro homine,
según el cual, ante eventuales diferentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar por
la que conduzca a una mejor protección de los derechos fundamentales, descartando así las que
restrinjan o limiten su ejercicio. Vale decir, que el principio pro homine impone que, en lugar de
asumir la interpretación restrictiva (…) y así impedir el ejercicio del derecho a la tutela judicial, se
elija la tesis que posibilite que el particular pueda ejercer su derecho a la tutela jurisdiccional, para
impugnar el acto presuntamente lesivo [FJ. 1].
3 RUBIO CORREA, Marcial. El Sistema Jurídico: Introducción al Derecho. Fondo Editorial de la

Pontificia Universidad Católica del Perú. Sexta reimpresión, Lima, 2006, pp. 264-265.
4 STC Nº 2209-2002-AA/TC del 12/05/2003, caso Mario Antonio Urrello Álvarez [FJ. 25]
5 CABANELLAS, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo V. Editorial Heliasta.

27ava. edición. Argentina, 2006, p. 48.


3
previsto para solucionar conflictos de intereses intersubjetivos, controlar las
conductas antisociales (faltas o delitos) y también la constitucionalidad
normativa, en forma exclusiva y definitiva, a través de órganos especializados
que aplican el derecho que corresponde al caso concreto, utilizando su imperio
para que sus decisiones se cumplan de manera ineludible y promoviendo a
través de ellas una sociedad con paz social en justicia6. La jurisdicción penal es
una especie de la jurisdicción por la que el Estado, a través de los tribunales
especialmente adscritos, realiza su misión de dirigir el proceso penal,
manteniendo la integridad del ordenamiento punitivo mediante la aplicación de
sus normas, declarando en el caso concreto la existencia de delitos (y faltas) e
imponiendo las penas (y medidas de seguridad), siempre que se haya ejercitado
la acción7.

1.3. Conforme al artículo 138º de la Constitución Política del Estado, “la potestad de
administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través de
sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes”. El Poder
Judicial es el órgano estatal que tiene como principales funciones resolver los
conflictos, ser el primer garante de los derechos fundamentales, canalizando las
demandas sociales de justicia y evitando que éstas se ejerzan fuera del marco
legal vigente. Similar función, regida fundamentalmente por los principios de
supremacía de la Constitución y defensa de los derechos constitucionales, le
compete al Tribunal Constitucional. De otro lado, el artículo 201º de la
Constitución establece que: “El Tribunal Constitucional es el órgano de control
de la Constitución, es autónomo e independiente”. Es claro que para la
Constitución Política del Estado, tanto el Poder Judicial como el Tribunal
Constitucional son órganos constitucionales productores de la fuente de
derecho denominada jurisprudencia.

1.4. La jurisprudencia es la interpretación judicial del derecho efectuada por los más
altos tribunales en relación con los asuntos que a ellos corresponde, en un
determinado contexto histórico, que tiene la virtualidad de vincular al tribunal
que los efectuó y a los jerárquicamente inferiores, cuando se discutan casos
fáctica y jurídicamente análogos, siempre que tal interpretación sea jurídicamente
correcta. Consecuentemente, en nuestro sistema jurídico la jurisprudencia
también es fuente de derecho para la solución de los casos concretos, obviamente
dentro del marco de la Constitución y de la normatividad vigente. Esta
afirmación de la jurisprudencia como fuente de derecho se confirma cuando la
propia Constitución Política del Estado, en el inciso 8º del artículo 139º,
6 MONROY GALVEZ, Juan. Introducción al Proceso Civil. Tomo I. Temis. Lima. 1996, p. 213.
7 SAN MARTIN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Volumen I. Grijley, Lima, 1999, p. 87.
4
reconoce el principio de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia
de la ley. No requiere de una disposición normativa expresa toda vez que dicha
fuente deriva directamente de la función inherente a los órganos jurisdiccionales
que la Constitución configura. En efecto, es inherente a la función jurisdiccional
la creación de derecho a través de la jurisprudencia8.

1.5. Hasta acá queda claro las formas de interpretaciones que debe efectuarse a la
norma (cualesquiera sea su materia), a la cual deben regirse todos los operadores
de justicia, así también queda claro que la jurisprudencia es una fuente de
derecho que también tiene un fundamento constitucional a través de los órganos
jurisdiccionales que la producen. Esto es, que la labor interpretativa que realizan
todos los jueces, inherente a tal función, es la razón de ser de la actividad
jurisdiccional, en sede constitucional u ordinaria, y que tiene su fundamento en
el principio de independencia consagrado por la Constitución en sus artículos
139º, inciso 2º (Poder Judicial) y 201º (Tribunal Constitucional). Sin la
interpretación la actividad de los jueces estaría condenada al fracaso, pues la
Constitución y la ley no pueden prever todos los casos posibles que presenta la
realidad según cada época.

1.6. Por todo lo descrito, ahora debemos precisar que el Código Penal en su artículo
50º (modificado y ampliado por la Ley Nº 29881 del veintitrés de Mayo del año dos mil
doce) prescribe que (…) “la semilibertad se concede por el juzgado que conoció
el proceso penal en el que se impuso la condena (…)”, siendo que por ello
entendemos que el legislador claramente establece que los incidentes de
beneficios penitenciarios (aquellos que son otorgados por la judicatura, siendo
estos liberación condicional y semilibertad) serán admitidos y tramitados por el
Juzgado que anteladamente sentenció al peticionante del respectivo beneficio
penitenciario, sin embargo frente a esta ley (que resulta ser una especial)
tenemos que el Código Procesal Penal Vigente (conocido aún como el NCPP)
en el parágrafo a), numeral 4) del artículo 28º prescribe que (…) los juzgados
penales unipersonales “funcionalmente” también conocerán de los incidentes
sobre beneficios penitenciarios, conforme a lo dispuesto en el Código de
Ejecución Penal; nótese que en este caso el NCPP cierra la competencia de los
jueces y directamente destaca que conocerán los incidentes de beneficios
penitenciarios los jueces penales unipersonales de conformidad con lo previsto
en el Código de Ejecución Penal, siendo que esta situación en prima facie podría
advertirnos un aparente conflicto de leyes, esto es una especial y propia, frente a
una que regula procesos penales en strictu sensu, debiendo resaltar que de

8 STC Nº 47-2004-AI/TC, 24/04/2006, caso José Claver Nina-Quispe Hernández [FJ. 32-36].
5
acuerdo a lo regulado en el NCPP algunos procesos serán sentenciados por el
Juez de Investigación Preparatoria (véase procesos especiales) y otros serán
sentenciados -en su caso- por el Juez Penal Unipersonal y Juzgado Penal
Colegiado. Para una mejor apreciación, efectuamos la siguiente ilustración:

Jueces Penales Sentencia Aprobatoria por Sentencia Sentencia


Terminación Anticipada, Conformada producida
Colaboración Eficaz por luego de
Conclusión culminado
Anticipada el juicio
oral

Juez Penal de Si, resaltándose que en el caso No No


Investigación de los procesos de colaboración
Preparatoria eficaz asume competencia para
condenar, de conformidad con
lo previsto en el numeral 1 del
artículo 477º del NCPP.

Juez Penal No en terminación anticipada. Si Si


Unipersonal Si en colaboración eficaz cuando
el proceso está en etapa de juicio
oral, empero esta aún no ha
iniciado propiamente (artículo
478º.1 del NCPP).

Juzgado Penal No en terminación anticipada. Si Si Si


Colegiado en colaboración eficaz cuando el
proceso está en etapa de juicio
oral, empero esta aún no ha
iniciado propiamente (artículo
478º.1 del NCPP).

1.7. Adviértase entonces, que están facultados y permitidos para “condenar” en el


moderno proceso penal tanto los jueces penales de investigación preparatoria,
como los unipersonales y colegiado, siendo que la ley especial (Código de
Ejecución Penal) instituye imperativamente que el competente a conocer los
incidentes de beneficio penitenciario es el juzgado (juez) que condenó (al
6
margen de la realización de juzgamiento o no) al imputado (solicitante del
beneficio), entendiéndose con ello pues que tendrían competencia para conocer
los incidentes de beneficio penitenciario los jueces de investigación preparatoria,
unipersonal y colegiado, ello de acuerdo a los casos en los cuales participaron y
dictaron sentencia condenatoria.

1.8. No obstante lo claramente ilustrado, se notaria la producción de una antinomia


entre las hipótesis normativas del artículo 50º del Código de Ejecución Penal
(aprobado por modificado y ampliado por la Ley Nº 29881 del veintitrés de Mayo del año
dos mil doce) con el artículo 28º.5º.parágrafo a) del NCPP del 2004 (aprobado por
Decreto Legislativo Nº 957). Mientras que la competencia en los incidentes de
beneficios penitenciarios es de los Jueces Penales Unipersonales para la norma
adjetiva, para la norma especial -que regula en estricto todos los beneficios penitenciarios y
los procedimientos a seguir- debe conocerlos estrictamente los jueces que
condenaron anteladamente al que ahora es el solicitante del beneficio
penitenciario; esto nos determina pues que estaríamos ante una aparente
antinomia directa al tratarse de dos normas que expresa, inequívoca y claramente
se contradicen, lo cual genera un conflicto necesario porque el cumplimiento de una
de las normas implica irremediablemente la violación de la otra. Ambas normas
pertenecen a la especialidad penal, tienen la misma jerarquía normativa, pero son
(serían aparentemente) incompatibles entre sí, por tener el mismo ámbito de
validez.

1.9. Ahondando en el análisis respecto a la existencia aparentemente de una


diferencia cualitativa entre lo previsto en el Código de Ejecución Penal y el
Nuevo Código Procesal Penal respecto a la competencia del juez que debe
conocer y tramitar los incidentes de beneficios penitenciarios, necesariamente
debemos concientizar la ratio de aquello que el legislador razonablemente ha
pretendido establecer para otorgar competencia funcional respecto de los
incidentes de beneficio penitenciario al juez que condeno al
procesado/imputado/sentenciado (que en la práctica se convierte en solicitante
del beneficio), para ello debemos destacar que justamente tramitará este
incidente de beneficio penitenciario (procesalmente en ejecución) el Juez que
conoció y por ende condenó al imputado (solicitante ahora del respectivo
beneficio), pues es este juzgador el que cuenta con el expediente principal, con
lo que se puede verificar los antecedentes del sentenciado, la naturaleza del
delito, así como el texto de la sentencia en cuanto a la pena impuesta (entiéndase
que este Juez es el conocedor preciso de la argumentación sustentatoria), lo cual
también le permitirá objetiva y razonablemente verificar si le corresponde o no
al sentenciado acceder al beneficio penitenciario solicitado, además de dilucidar
7
situaciones que pueden presentarse como la refundición de condenas,
revocatoria de beneficios penitenciarios y casos de adecuación de penas, los
cuales sin duda requieren previamente de una revisión minuciosa de los
antecedentes del proceso materia de solicitud del beneficio, cual por lógica -en
este caso- evitaría cualquier modificación o adulteración de las condenas a
tiempos distintos que el establecido realmente en la sentencia; ergo esta
argumentación tiene un sostén técnico y conveniente, razón suficiente que el
legislador considero tenerse en cuenta.

1.10. Lo opuesto a la coherencia es la antinomia o conflicto normativo; es decir, la


acreditación de situaciones en las que dos o más normas que tienen similar
objeto prescriben soluciones incompatibles entre sí, de forma tal que el
cumplimiento o aplicación de una de ellas implica la violación de la otra, ya que
la aplicación simultánea de ambas normas resulta imposible. Como puede
colegirse, la coherencia se afecta por la aparición de las denominadas antinomias.
Estas se generan por la existencia de dos normas que simultáneamente plantean
consecuencias jurídicas distintas para un mismo hecho, suceso o acontecimiento.
Allí, se cautela la existencia de dos o más normas afectadas por el “síndrome de
incompatibilidad” entre sí. La existencia de la antinomia se acredita en función
de los tres presupuestos siguientes: a) Que las normas afectadas por el síndrome
de incompatibilidad pertenezcan a un mismo ordenamiento; o que se
encuentren adscritas a órdenes distintos, pero, sujetas a relaciones de
coordinación o subordinación; b) Que las normas afectadas por el síndrome de
incompatibilidad tengan el mismo ámbito de validez (temporal, espacial,
personal o material); c) Que las normas afectadas por el síndrome de
incompatibilidad pertenezcan, en principio, a la misma categoría normativa; es
decir, tengan homóloga equivalencia jerárquica.

1.11. Como expresión de lo expuesto puede definirse la antinomia como aquella


situación en que dos normas pertenecientes al mismo ordenamiento y con la
misma jerarquía normativa son incompatibles entre sí, por tener el mismo
ámbito de validez9.

1.12. Para resolver la antinomia en el caso de autos, resulta aplicable el principio de


favorabilidad reconocido en el artículo 103º de la Constitución, como una regla
aplicable solo a materias de carácter penal, la misma que supone aplicar la norma
que más favorezca al reo10. Asimismo, el artículo VII.4º del Título Preliminar del
CPP del 2004 reafirma tal principio cuando establece como regla para el
9 STC Nº 47-2004-AI/TC del 24/04/2010. Caso Gobierno Regional San Martín [FJ. 52].
10 STC Nº 47-2004-AI/TC del 24/04/2010, caso Gobierno Regional San Martín [FJ. 54].
8
operador jurídico que en caso de duda insalvable sobre la Ley aplicable debe
estarse a lo más favorable al reo. De esta manera, la manifiesta contradicción
entre las proposiciones normativas del artículo 50º del Código de Ejecución
Penal con el artículo 28º.5º.parágrafo a) del NCPP del 2004 sobre la misma
materia, nos conduce a preferir aquella norma que más favorezca al imputado
(sentenciado). Tratándose de la razonabilidad determinante impuesta por el
legislador para considerar la competencia de los incidentes de beneficios
penitenciarios para el juez que condenó al imputado (solicitante del beneficio
penitenciario), debemos entonces sostener que la norma más beneficiosa está
contenida en el Código de Ejecución Penal por adecuarse más a su naturaleza
jurídica como una garantía del sentenciado para que sea el juez que lo condenó
(conocer en strictu de las razones que motivaron su decisión) el que evalúe
posteriormente la progresividad y avances que el sentenciado puede haber
tenido en su estancia y/o reclusión dentro de un establecimiento penitenciario,
además de favorecer dentro del marco de lo constitucionalmente posible, ciertos
valores de rango constitucional, como el derecho a la resocialización del
individuo culpable. Por el contrario, la competencia cerrada que establece el
NCPP del 2004 solamente a los Jueces Penales Unipersonales para tramitar y
conocer los incidentes de beneficios penitenciarios no solo vacía de contenido el
derecho del juez natural, el cual fuera el mismo que conoció, tramitó e impuso la
condena, pretendiendo una norma procesal, cuyo fin es regular un proceso penal
(en strictu sensu), establecer competencias funcionales a los referidos jueces.

1.13. No se trata de un problema de interpretación entre los diversos sentidos


posibles de una sola norma, sino en rigor de un problema de aplicación o si se
quiere de elección entre una norma de ejecución penal que otorga
razonablemente competencia al juez penal que condenó en un proceso penal
(sin precisar si se trata de investigación preparatoria, unipersonal o colegiado)
para conocer los incidentes relativos a los beneficios penitenciarios, o, de otra
norma procesal que el mismo supuesto lo conecta estricta y exclusivamente al
Juez Penal Unipersonal (que puede ser en algunas ocasiones un juez que no
condenó al que es solicitante del beneficio, como seria en el caso de aquellos
imputados sentenciados dentro de un proceso especial de terminación
anticipada y de ser el caso incluso de colaboración eficaz), situación esta que no
se conduciría con la ratio del conocimiento judicial de los beneficios
penitenciarios. La interrogante plasmada, es verificar si estamos ante una
disyunción lógica excluyente, que devendría en que la aplicación de una norma
supone automáticamente la inaplicación o exclusión de la otra norma. Para
nuestro caso, creemos que es efectiva la regulación del conocimiento de los
incidentes de beneficios penitenciarios por parte de los Jueces Penales
9
Unipersonales cuando estos fueron aquellos que emitieron las sentencias
condenatorias en contra de quienes ahora pretenden acceder al referido
beneficio, pues el Nuevo Código Procesal Penal claramente prescribe en su
artículo 28º.5). a) que los jueces penales unipersonales “también” conocerán los
beneficios penitenciarios, conforme a lo dispuesto en el Código de Ejecución
Penal, norma esta pues que claramente destaca que los beneficios penitenciarios
serán conocidos y tramitados por el Juez que condenó, por tanto es permisible
aceptar que se habilita la posibilidad que estas incidencias (de beneficio
penitenciario) serán también conocidos por los Juzgados de Investigación
Preparatoria y Juzgados Penales Colegiado solo cuando estos verifiquen que el
pedido de beneficio está relacionado a un caso antelado que justamente (su
juzgado) ellos condenaron.

1.14. Es por ello, que nuestro análisis y aporte jurídico con la presente resolución es
determinar que estamos ante una combinación de leyes, por consiguiente, “no
existe tal contradicción entre el Código de Ejecución Penal y el NCPP del 2004,
sino que el legislador con una técnica poco feliz ha introducido en ésta última
una aparente cláusula cerrada (numerus clausus) que permitiría que los
incidentes de beneficios penitenciarios (liberación condicional y semilibertad)
sean solo conocidos por los Jueces Penales Unipersonales, al margen del
indicativo de quien fue el juez o juzgado que condenó, aunado a que dentro de
las competencias de los jueces penales de investigación preparatoria y los
colegiados (de primera instancia) no se establece literalmente la funciones de
estos para conocer los procedimientos de beneficios penitenciarios. Siendo que
en compatibilidad con el Código de Ejecución de Penal, podemos verificar que
los jueces de investigación preparatoria y colegiados deberán conocer los
incidentes de beneficio penitenciario cuando estos hayan sido los que dictaron
las respectivas sentencias condenatoria, pues así nos versa el principio de
legalidad, además claro esta del principio de razonabilidad y logicidad, lo cual
nos permite inferir una interpretación bajo una concepción unitaria del
ordenamiento jurídico que procure una solución armónica”.

1.15. Es cierto que el principio de coherencia normativa aborda al Derecho como un


sistema en que las diversas normas son consonantes entre si y trabajan
armónicamente; empero ello no obsta que en caso de no poderse encontrar un
vinculo entere ellas o cuando son antagónicas, quien trabaja en el Derecho debe
elegir una de las dos y desechar la otra11. Claro está que por el principio de
conservación de la ley, el operador debe tener en cuenta el criterio jurídico y
11RUBIO CORREA, Marcial. La interpretación de la Constitución según el Tribunal
Constitucional. Fondo editorial de la PUCP. Lima. 2005, pp. 111-112.
10
político de evitar en lo posible la eliminación de disposiciones legales, para no
propender a la creación de vacíos normativos que puedan afectar negativamente
a la sociedad, con la consiguiente violación de la seguridad jurídica 12. El
problema del criterio de combinación de la ley bajo la forma prescrita en el
NCPP del año 2004, la cual pretende que exclusivamente conozcan los
incidentes de beneficio penitenciario el Juez Penal Unipersonal, aún cuando este
no habría condenado al imputado que solicita el beneficio penitenciario,
constituye una técnica legislativa infeliz para el caso de aquellos procesos en los
cuales participó condenando al imputado el Juez Penal de Investigación
Preparatoria (como es en el caso de las terminaciones anticipadas y colaboración
eficaz13 cuando le corresponde) y en algunos casos el Juzgado Penal Colegiado
(integrado por tres), además esto implica una sería afectación al principio de
coherencia normativa que se pretende proteger con esta postura.

1.16. Las incongruencias normativas que pueden vislumbrarse de la aplicación de la


competencia de los jueces penales unipersonales para tramitar los incidentes de
beneficio penitenciario cuando ellos no han sido los que sentenciaron o
condenaron (como es en el caso de terminaciones anticipadas, colaboración
eficaz en los cuales participó condenando el juez de investigación preparatoria o
casos en los cuales por el extremo de la pena lo han conocido los juzgados
penales colegiados) a los que son solicitantes actuales de beneficios
penitenciarios, resultaría inconsistente e ilógico, pues su conocimiento si puede
versarse cuando ellos directamente fueron los jueces sentenciadores, aplicándose
para ello en forma certeza lo previsto en el artículo 50º y 55º del Código de
Ejecución Penal, esto es que ellos conozcan los incidentes de beneficios
penitenciarios en la medida que fueron los mismos que condenaron. Para aplicar
el método de comparación con el resto de normas del ordenamiento jurídico
podemos resumir los mismos de la siguiente manera:

12 STC Nº 10-2002-AI del 03/01/2003, caso Marcelino Tineo Silva [FJ. 35].
13 El artículo 477º.1) del NCPP prescribe. (...)Cuando el proceso por colaboración eficaz está
referido a hechos que son materia de un proceso penal que se encuentra en la etapa de
investigación o incluso si no existe investigación, el Acuerdo de Beneficios y Colaboración se
remitirá al Juez de la Investigación Preparatoria, conjuntamente con los actuados formados al
efecto, para el control de legalidad respectivo(…); en tanto que el numeral 1) del artículo 478º del
citado texto adjetivo prescribe Cuando el proceso por colaboración eficaz se inicia estando el
proceso contradictorio en el Juzgado Penal y antes del inicio del juicio oral, el Fiscal -previo los
trámites de verificación correspondientes- remitirá el acta con sus recaudos al Juez Penal, que
celebrará para dicho efecto una audiencia privada especial.; frente a ello se desprende la
competencia de ambos jueces para conocer y condenar en su caso dentro de un proceso especial de
colaboración eficaz.
11
a) Los artículos 50º y 55º del Código de Ejecución Penal complementan
legalmente las pautas descritas en el artículo 28º.5).a) del Nuevo Código Procesal
Penal, por cuanto la norma procesal penal describe que la competencia
funcional del juez penal unipersonal debe entenderse de conformidad con las
previsiones establecidos en la norma especial, esto es el Código de Ejecución
Penal; poco importa que dentro del NCPP no se especifique “literalmente”
dentro de la competencia de los jueces penales de investigación preparatoria la
de conocer los incidentes de beneficios penitenciarios.

b) Una interpretación literal del artículo 28º.5).a) del Nuevo Código Procesal Penal,
se entendería como una restricción de los sentidos interpretativos de los artículo
50º y 55º del Código de Ejecución Penal, concretamente cerrar y dar
exclusividad al juez penal unipersonal para que conozca todos los incidentes de
beneficio penitenciario, considerándose que podrá tramitar casos en los cuales
justamente participó anteladamente y emitió sentencia y también en aquellos
donde de manera alguna participó (por ejemplo: terminación anticipada,
colaboración eficaz y procesos condena fue impuesta por el juzgado colegiado),
situación esta que se contradeciría con la ratio de la norma.

1.17. Por lo expuesto, aplicando los métodos de interpretación sistemático y


teleológico, así como a la naturaleza jurídica material de las instituciones
estudiadas, podemos concluir que la aparente antinomia normativa es producida
por la infeliz redacción del artículo 28º.5).a) del Nuevo Código Procesal Penal,
situación esta que perfectamente se soluciona con la aplicación de los artículos
50º y 55º del Código de Ejecución Penal, entendiéndose que de acuerdo a la
ratio de la norma y el principio de legalidad, corresponde conocer los incidentes
de beneficio penitenciario a aquellos jueces que anteladamente emitieron
sentencia condenatoria, siendo que la misma es expedida tanto por Jueces Penal
de Investigación Preparatoria, Unipersonales y Colegiados de primera instancia,
quedando incólume la proposición normativa de los artículos respectivos del
Código de Ejecución Penal.

II. SOLUCIONES

2.1. Por todas las consideraciones antes expuestas, el sentido del presente artículo es
brindar en forma ilustrativa un análisis y abordaje del tema de la competencia funcional
de los Jueces Penales de Investigación Preparatoria, Unipersonales y Colegiado respecto
al trámite de los beneficios penitenciarios.
2.2. En atención a lo expuesto, queda claro pues la complementación más que
incompatibilidad entre la norma procesal penal (NCPP) y la norma especial (Código de
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Ejecución Penal) que regula ampliamente el trámite de los incidentes de beneficios
penitenciarios, siendo pertinente que la Judicatura con criterio de predictibilidad
establezca notoriamente la funcionabilidad legal (conforme a las pautas del Código de
Ejecución Penal) de los jueces penales de investigación preparatoria, unipersonal y
colegiado para asumir y tramitar los incidentes de beneficios penitenciarios en los cuales
participaron anteladamente emitiendo la sentencia de primera instancia respectiva.

2.3. Ahondando en la interpretación expuesta, debo también resaltar que el artículo 55º
del Código de Ejecución Penal (modificado y ampliado por la Ley Nº 29881 de fecha
veintitrés de Mayo del dos mil doce) claramente prescribe que la liberación condicional
se concede por el juzgado que conoció el proceso penal en el que se impuso la
condena, lo cual pues nos permite inferir la competencia funcional complementada que
esta norma de ejecución penal regula para los incidentes de beneficios penitenciarios de
semilibertad y liberación condicional.

2.4. Vemos también, que resulta compatible sostener una adecuada interpretación de las
normas adjetivas y de ejecución penal, las cuales deben tener prevalencia y
compatibilidad con el principio de la ratio del contenido de la norma, siendo por ello
que se conviene en precisar que los Juzgados Penales de Investigación Preparatoria en
la medida que emitieron sentencias condenatorias en los procesos especiales respectivos
(terminación anticipada, colaboración eficaz), los jueces penales unipersonales y los
jueces penales del juzgado colegiado son los llamados por ley a conocer y tramitar los
respectivos incidentes de beneficios penitenciarios que soliciten los sentenciados.

2.5. En tal sentido y conforme se detalló en lo descrito precedentemente, debe quedar


claro las funciones legales que deben asumir los jueces penales de investigación
preparatoria, unipersonal y colegiado, el cual determina el conocimiento procesal para
llevar adelante la tramitación de los incidentes de beneficios penitenciarios.

2.6. Amigos lectores, queda ya en ustedes (abogados, magistrados y fiscales) efectuar un


adecuado sostenimiento de lo expuesto, debiendo destacarse que es deber de todos los
operadores de justicia actuar con respecto a la ley y con criterios de logicidad y
razonabilidad, destacando que el presente artículo es una mera apreciación académica
que me aventuro a sostener en mi afán de inquietud.

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