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Traverso Historia y Memoria
Traverso Historia y Memoria
¿De dónde viene esta obsesión por la memoria? Diferencia entre la experiencia transmitida y
la experiencia vivida: la primera se perpetúa casi naturalmente de una generación a otra iba
forjando las identidades de los grupos y de las sociedades en la larga duración la segunda Es un
rasgo típico de la modernidad es una vivencia individual frágil volátil efímera.
La obsesión por la memoria de nuestros días sería el producto de esa caída de la experiencia
transmitida, el resultado paradójico de una declinación de la transmisión en un mundo sin
referencias.
La memoria entendida, como las representaciones colectivas del pasado, estructura las
identidades sociales e inscribiéndolas en una continuidad histórica y otorgándoles un sentido,
es decir, una significación y una dirección. En todas partes y siempre las sociedades humanas
han poseído una memoria colectiva y la ha mantenido a través de ritos ceremonias incluso con
políticas
En el centro de este sistema de representaciones se instala una figura nueva, la del testigo,
icono viviente de un pasado cuyo recuerdo se prescribe como un deber Cívico identificado
cada vez más con la figura de la víctima.
La memoria se torna una cuestión política y toma la forma de un mandato ético, El Deber de la
memoria, se transforma frecuentemente en Fuente de abuso.
HISTORIA Y MEMORIA.
Nacen de una misma preocupación y comparten un mismo objeto: la elaboración del pasado.
La historia es una puesta en relato, una escritura del pasado según las modalidades y las reglas
de un oficio, de una ciencia que constituye una parte un desarrollo de la memoria. Pero si la
historia nace de la memoria, también se emancipa de ella, al punto de hacer de la memoria
uno de sus temas de investigación como lo prueba la historia. La historia del siglo 20, llamada
también historia del tiempo presente analiza el testimonio de los actores del pasado e Integra
las fuentes orales tanto como los archivos y los otros documentos materiales escritos. La
historia tiene así su nacimiento en la memoria, de la cual es una dimensión, pero eso no
impide de ningún modo que la memoria devenga un objeto de la historia.
La memoria sea individual o colectiva es una visión del pasado siempre me da por el presente.
También la historia que en el fondo, no es sino una parte de la memoria, se escribe siempre en
presente. Para existir como campo del saber, sin embargo, ella debe emanciparse de la
memoria. La memoria, singulariza la historia en la medida en que ella es profundamente
subjetiva y selectiva.
Esto significa aprender de la memoria pero también pasarla por tamiz de una verificación
objetiva empírica documental y fáctica señalando si es necesario su contradicción y sus
trampas.
Para los historiadores que trabajan sobre Fuentes orales frecuentemente es muy difícil
encontrar el justo equilibrio entre empatía y distancia entre el reconocimiento de las
singularidades y la puesta en perspectiva general.
El historiador está dividido entre el pasado que explora y el presente que vive. Así está
obligado a adquirir la condición de extraterritorial en equilibrio entre el pasado y el presente.
El historiador es deudor de la memoria pero actúa subes sobre ella porque contribuye a formar
la y orientar la. El historiador contribuyó a la formación de una conciencia histórica y entonces
de una memoria colectiva.
La historiografía exige una toma de distancia una separación incluso una ruptura con El pasado
al menos en la conciencia de sus contemporáneos lo que es la condición esencial que permite
proceder a una historizacion es decir a una puesta en perspectiva histórica del pasado.
La memoria por su parte tienda atravesar varias etapas: en principio hay un acontecimiento
significativo con frecuencia un traumatismo después una fase de represión que será tarde o
temprano seguida de una fase de represión qué será tarde o temprano seguida de una
inevitable anamnesis Qué puede quizá convertirse en obsesión. Esa correspondencia no es
lineal la temporalidad histórica y la de la memoria pueden también entrar en colisión y
producir una especie de sincronización.
Hay memorias oficiales mantenidas por instituciones incluso por los estados y memorias
subterráneas ocultas o prohibidas. La visibilidad y el reconocimiento de una memoria
dependen también de la fuerza de sus portadores.
Entre las memorias fuertes y la escritura de la historia Cuanto más fuerte es la memoria en
términos de reconocimiento público e institucional el pasado del cual está es un vector se
torna más susceptible de ser explorado y transformado en historia. Esta memoria produce una
necesidad de reflexión análisis y reconocimiento y es por esto que los historiadores
profesionales pueden aportar una respuesta a ello.
VERDAD Y JUSTICIA.
La historiografía Jamás está fijada pues n en cada época nuestra mirada sobre el pasado
interrogado a partir de cuestionamientos nuevos explorado con la ayuda de instrumentos y
categorías de análisis diferentes se modifica. El historiador y el juez sin embargo comparten un
mismo fin la investigación de la verdad y esta búsqueda de verdad necesita pruebas. La
escritura de la historia implica Por otra parte un procedimiento argumentativo una selección
de hechos y una organización del relato del cual el paradigma sigue siendo La retórica de base
judicial.