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C28-11-030
En marzo de 2010, María Elena Pérez, directora General de la empresa Circuitos Impresos,
S.A. de C.V. (CISA), se encontraba revisando los resultados al cierre de febrero y encontró
que la planta de manufactura se utilizaba a 20% de su capacidad respecto a 2008.
Gradualmente, la empresa había pasado por un proceso de transferencia de volumen que
consistía en que el corporativo al que pertenecía CISA había decidido cotizar fuera de su
cadena interna de suministro, la manufactura de tabletas para circuitos. Estas tabletas
habían sido surtidas por CISA a lo largo de 12 años pero la empresa que dirigía María
Elena Pérez se había enfrentado a un proceso de selección de proveedores del que no
resultó ganadora, y estaba pagando las consecuencias. La manufactura de las tabletas se
había transferido poco a poco a una empresa externa en Singapur. El nivel en la utilización
de la capacidad instalada de la planta era el mínimo histórico en los cinco años que María
Elena llevaba trabajando en CISA: “Es un resultado normal después del proceso por el que
hemos pasado; el cierre de operaciones es inminente”.
CISA se constituyó en enero de 1989, como parte de una empresa multinacional llamada
Ensambladora de Equipo Internacional (EEI). Esta última se fundó en 1955 en Chicago,
Illinois, iniciando sus operaciones con el proceso de ensamblado de cinco productos
electrónicos para la industria de la salud. Con el paso del tiempo, para el año 2008 había
ampliado su oferta de productos hacia aparatos de la industria de consumo y de agricultura;
asimismo, había desarrollado plantas en varias ciudades de Estados Unidos y de Europa, así
como en México. En este país, la empresa CISA era la única subsidiaria de EEI, y estaba
localizada en la Ciudad de México.
Este caso fue escrito por el profesor Isidro Javier Velarde Ávalos con el propósito de servir como material
de discusión en clases, no pretende ilustrar buenas o malas prácticas administrativas.
Algunos datos de este documento han sido modificados a petición de las personas e instituciones
involucradas.
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de reproducción, almacenaje o transmisión de la totalidad o parte de esta obra, sin autorización por escrito.
EEI y CISA
La relación entre el corporativo (EEI) y la subsidiaria (CISA) se había desarrollado de la
siguiente manera durante el período de 1989 a 2008:
• EEI desarrollaba la función de diseño y prueba de prototipos de los aparatos que iba
a producir. Una vez que el diseño y las pruebas terminaban, se realizaba entre la
Dirección de Manufactura y la de Materiales, el proceso conocido como “asignación
a fuentes de suministro”; el objetivo de este proceso era formalizar los pedidos a
cada planta o subsidiaria del corporativo, dependiendo del material que se tratara.
Por ejemplo: los engranes metálicos se asignaban para producción siempre a una
planta determinada, las partes plásticas a otra planta, etc. (ver Anexo 1).
• EEI empleaba a CISA como planta de manufactura masiva de todos los tipos de
tarjetas para circuitos electrónicos que requería.
• Entre EEI y CISA hacían la transferencia de cada modelo de tarjeta, y
mensualmente se revisaban los planes de producción, con estimados a tres y seis
meses.
• Una vez producidos estos circuitos por CISA, eran enviados a diferentes plantas de
EEI en Estados Unidos en donde se integraban a los aparatos que EEI vendía a sus
clientes en todo el mundo.
• CISA cobraba a EEI el precio que el corporativo determinaba, agregándole un
porcentaje de utilidad de acuerdo a las políticas de precios de transferencia que
cumplían las leyes tanto de México como de Estados Unidos.
• Desde la perspectiva de calidad, EEI hacía una inspección de recibo de las tarjetas
que le enviaba CISA, y en caso de que hubiera una discrepancia en las expectativas
de calidad, CISA retroalimentaba a EEI quien, en caso de que se requiriera,
manufacturaba más piezas, o en caso de que fuera una pequeña operación la
requerida, EEI la reparaba en Estados Unidos, en la misma área de ensamblado de
productos finales.
En el lapso de 1989 a 2008, de acuerdo al comentario de María Elena Pérez, CISA “se
sentía al amparo del corporativo de EEI; había una relación exclusiva proveedor-cliente”; y
además “siempre les respondimos cuando nos pedían un esfuerzo extraordinario”. Estos
esfuerzos extraordinarios a los que se refería la directora General de CISA, se habían
presentado cuando EEI solicitaba un volumen de producción sustancialmente diferente al
planeado, y CISA cumplía con oportunidad la nueva cantidad requerida. De igual manera,
cuando había un cambio repentino de diseño en un modelo, o se precisaba la transferencia a
manufactura excepcionalmente rápida, CISA había cubierto los requerimientos (ver Anexo
2).
Desde 2005 EEI había enfrentado la aparición de más competidores en varios países del
mundo, que se caracterizaban por tener una cadena de suministro internacional, similar a la
de EEI, pero con una condición diferente: consideraban (si es que las tenían) a sus fuentes
internas de suministro (subsidiarias) como un oferente más, que tenía que competir en tres
variables para lograr que le asignaran volumen de producción. Estas tres variables eran:
calidad, costo y tiempo de entrega.
Ante el incremento de competidores, en enero de 2008 EEI inició por primera vez un
proceso similar: saldría a cotizar sus partes de ensamble. Decidieron empezar con las
tarjetas para circuitos que manufacturaba CISA, asignando para este proyecto a John Smith,
con experiencia en la administración de la cadena de suministro. De acuerdo a John,
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“iniciamos con CISA por varias razones, entre las que destacan el gran número de oferentes
para esta parte de ensamble, y el impacto que en el costo del producto final tienen estas
tarjetas”.
Antes de empezar el proceso de cotización, John le hizo saber esto a María Elene Pérez. Le
explicó los retos que enfrentaba EEI, y que si bien CISA había ayudado a EEI durante
varios años, “CISA tenía que compararse con el mercado externo para saber si tanto esta
empresa como EEI eran competitivos”. John también le aclaró a María Elena: “no
necesariamente vamos a cambiar de fuente de suministro; CISA podría ganar la licitación
que EEI va a realizar”.
Como siguiente etapa en el proceso de licitación, John definió los criterios con los que iba a
evaluar a los proveedores y para evaluarlos pediría a cada uno un determinado número de
piezas del más reciente modelo de circuito impreso. Su cumplimiento con los criterios de
calidad y otros elementos ayudarían a este proceso de evaluación. En palabras de John:
“estaba convencido de que una empresa de clase mundial es altamente competitiva en tres
aspectos: calidad, costo-precio para EEI y tiempo de entrega”. John desglosó cada uno de
estos aspectos de la siguiente manera, especificando las calificaciones con las que se
evaluarían:
1.- Criterios de calidad.
1.1.- Certificación de calidad:
3 puntos si la tiene y está vigente.
2 puntos si está en proceso de certificación.
1 punto si está planeando tenerla.
0 puntos si no la tiene, no está en proceso de obtenerla y no está en sus planes.
1.2.- Evaluación de tres clientes actuales que la empresa dé cómo referencia:
3 puntos si los comentarios son positivos.
2 puntos si los clientes prefieren no hablar al respecto.
1 punto si por lo menos un cliente manifiesta que planea suspender su contrato.
0 puntos si los comentarios son negativos y están en proceso de suspender su
contrato.
1.3.- Calidad del primer embarque a EEI:
3 puntos si los productos del embarque cumplieron con todas las especificaciones
de calidad.
2 puntos si hubo problemas de calidad, pero se detectaron por el proveedor y éste
informó a EEI antes de que ésta recibiera el producto.
1 punto si hubo problemas de calidad detectados durante la inspección de
EEI.
0 puntos si EEI encontró problemas de calidad, los informó al proveedor y éste no
los entendió y/o no supo explicar la o las causas.
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Con los criterios de evaluación y los criterios para diferenciar las calificaciones, y habiendo
recibido el primer embarque de prueba de cada posible proveedor, John Smith realizó la
evaluación (ver Anexo 3). Posteriormente, concentró los datos en la evaluación final (ver
Anexo 4) y con base en esta información, el proveedor seleccionado fue Singapur
Electronics.
John terminó este proceso de evaluación de proveedores anunciando a los otros dos
concursantes quién había resultado mejor evaluado. No compartió con ellos la información
detallada; no lo consideró apropiado, pero les hizo saber que les agradecía el tiempo
dedicado a este proceso, y se ponía a sus órdenes si en el futuro ofrecían productos a EEI.
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En el caso de CISA, María Elena Pérez comunicó esta decisión a todo el personal de la
empresa y les advirtió que gradualmente reducirían el porcentaje de capacidad requerida, y,
en consecuencia, también habría recortes paulatinos en los puestos de trabajo de producción
y administrativos. María Elena se preguntaba qué se podía haber hecho diferente en los
últimos años, y cómo podía volver competitiva a la empresa para sustituir el volumen que
había dejado de suministrar a EEI, con clientes externos al corporativo que no fueran sus
competidores. María Elena pensaba “¿cómo operar sin estar al amparo de un corporativo?”.
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EEI
• Matriz
• Diseño y prueba
de prototipos.
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Anexo 3. Evaluación de cada posible proveedor, en cada criterio definido por EEI.
European Circuits 2 2 1 5
Singapur Electronics 3 3 3 9
CISA 1 2 1 4
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