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Oído al Ruido
Nuestro ambiente está lleno de sonidos y de ruido. Los lugares, las ciudades, suben y bajan el
volumen según la hora del día. En las noches, todo es más silencioso. Pero, tal vez a medio día
hay más ruido que en ningún otro momento. Todos los días experimentamos sonidos en el
ambiente, como la televisión, la radio, la bocina de los carros, la máquina de cortar el pasto, los
buses y los camiones. Pero cuando un individuo está expuesto a sonidos perjudiciales, sonidos
que son demasiado fuertes o durante mucho tiempo, las estructuras sensibles del oído interno
pueden ser dañadas, causando una pérdida de la audición inducida por el ruido
El volumen del sonido se mide en unidades llamadas decibeles. Por ejemplo, una conversación
normal es aproximadamente 60 decibeles, el ruido de un refrigerador es de 40 decibeles y el
ruido del tránsito de la ciudad puede ser 80 de decibeles. Los ejemplos de las fuentes de ruidos
fuertes que causan pérdida de la audición son las motocicletas, los petardos y las armas de
fuego, todo lo que emita sonidos de 120 a 140 decibeles. Los sonidos de menos de 85
decibeles, incluso después de una exposición larga, tienen poca probabilidad de provocar
pérdida de la audición.
En el entorno familiar puede suceder que un vecino que escucha la música con un volumen
demasiado alto se llegará a convertir en una molestia. Quienes suben tanto la música que
hacen vibrar las ventanas, pronto tendrán al celador o incluso a la Policía golpeando la puerta.
Las normas de convivencia indican que la música es sólo para el que la escucha y no se puede
molestar a los demás con el ruido. Y menos a media noche.
Los hijos adolescentes, en especial, están midiendo sus alcances y una de sus maneras de
medir hasta dónde pueden llegar, está a la mano, con el control del televisor o de la radio. Parte
de la formación e integración a la vida social está en hacerles ver que no están solos. Que
viven en comunidad y por lo tanto "no harán a otro lo que no quieren que hagan a ellos".
Identificar las fuentes comunes de ruido: sirenas, vehículos, motos, martillos neumáticos
rompiendo el asfalto, y evitar la exposición permanente a él es una medida preventiva.
Para concluir, hay que decir que la pérdida de audición por ruido sí se puede prevenir. Todos
los individuos deben comprender los riesgos del ruido y proteger la salud de la audición en la
vida diaria no solamente como parte de la higiene industrial.