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La muestra está concebida como un camino que va desde los primeros trabajos
con ganchos hasta la producción de instalaciones interactivas. Han construido sus
obras a partir de campos creativos diversos como: la joyería, la moda, la escultura
y la instalación. En cada uno de ellos, se presentan las máscaras de alambre
como posibilidades para que surjan en los individuos nuevas visiones del mundo
a través de experimentar con otros rostros.
El diálogo entre la luz y el alambre, que han trabajado en sus últimas obras, les
ha permitido plantear proyectos que se concentran en contener la noción de
interactividad, ya que al proyectarse la sombra de la escultura en el espacio, el
público conecta con una extensión de las máscaras que los creadores definen
como el alma de las mismas. En las piezas interactivas, donde se propone que el
público tenga en sus manos la fuente de luz, se generará una animación, una
acción y un movimiento sobre y a partir de la obra, a través de esas acciones se
hace evidente la metáfora principal del trabajo de Máscaras de alambre, es decir,
las relaciones de similitud que hay entre la condición de cambio constante que
tienen tanto los seres humanos como el alambre mismo y al tiempo las
creaciones que con él experimentan, trabajan y logran.
ENTREVISTA A MÁSCARAS DE ALAMBRE
A partir de esas cualidades del alambre encontramos la metáfora, cada vez que
hacíamos una figura humana era muy fácil moldearla. Un amigo nos dijo que no
estábamos creando nada sino transformando. Aunque también se vincula con
nuestra falta de recurso. En realidad fue darle valor y experimentar con sus
posibilidades. A partir de varias situaciones, se puede decir que nosotros no
escogimos al alambre sino que él nos escogió a nosotros.
Sí, aunque descubrimos que una pieza sola te habla, también nos percatamos
que el individuo se relaciona con una pieza de forma física, de forma real, su
relación con el arte cambia de manera drástica. Estamos muy acostumbrados a
ver los museos como mausoleos, donde tienes que estar en silencio y el arte está
a tres metros sobre un pedestal. Esto nos parece ridículo, la gente se tiene que
involucrar. Aunque sea a partir de pequeños gestos, creemos que es importante
que entren en la obra.