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Francisco Iversen 2018

Teorías psicológicas y psicoanalíticas acerca de la subjetividad

Segundo parcial

Práctico: Miércoles 9-11 hs.

Docente: Cecilia Durantini

“Peripecias eróticas Sócrates-Alcibíades en Banquete 214b-223d desde Freud y


Lacán”

Francisco Iversen

DNI 38833204

franciscoiversen@hotmail.com

03489 15 312019

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Francisco Iversen 2018

I. Índice

I. Índice (p. 2)

II. Definición del tema y presentación del caso (p. 2)

III. Análisis del caso (p. 3)

IV. Glosario (p.4)

A. De términos platónicos (p.4)

B. De términos psicoanalíticos (p.5)

V. Conclusiones (p.7)

VI. Bibliografía (p.8)

VII. Anexos (p.9)

II. Definición del tema y presentación del caso

Insertos en el marco de la pederastía griega y en el último de los siete encomios al dios


del amor, Éros, en el Banquete1 de Platón, en este trabajo nos proponemos analizar el
caso de la relación entre los personajes Alcibíades y Sócrates, y fundamentalmente a
proponer una sistematización de los fenómenos psíquicos por los cuales el primero de
estos es afectado. Tras el desarrollo de un banquete de discursos de hombres ilustres,
irrumpe, a la casa de Agatón, Alcibíades, quien borracho critica la estructura del
simposio celebrado previamente por los presentes y comienza su propio elogio en una
nueva estructura propuesta ad hoc.

Allí, él esclarece que no puede hablar de éros en general sino de Sócrates, su amor.
Comienza entonces señalando que sólo las palabras de Sócrates generan alboroto en
su alma y lo hacen esclavo de sus conclusiones (215d-216c). Señala a su vez que está
contrariado, pues quiere que Sócrates desaparezca para dejar de tener esa condición
tan paupérrima pero, a la vez, considera desagradable el hecho de vivir sin Sócrates
(216c-d). Presenta luego una serie de anécdotas en las cuales Sócrates es el hombre
más único y excelente, como no lo amó por su belleza como hubiera hecho el común de
la gente de su tiempo argumentando que no es buen negocio comprar bronce

1
Aunque comúnmente encontramos esta obra citada como Banquete, sería más adecuado al griego
sympósion y al contenido de la obra, traducir el título como Simposio. Véase SANTA CRUZ, M. (2013:160)
y, una versión resumida, en la entrada “simposio” del presente glosario.

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(refiriéndose a la belleza física) con oro (refiriéndose al saber, a la bondad del alma
entendida como conjunción bien-verdad-belleza) (216d-222e).

III. Análisis del caso

Tenemos dos problemas en el caso: Primero ¿De dónde saca Alcibíades esta obsesión
por Sócrates?; Segundo ¿Por qué Sócrates no se permite ser objeto de amor de
Alcibíades siendo que este segundo es un joven bello y como tal el objeto de deseo por
excelencia de cualquier amante en el sistema pederasta?

Una respuesta para lo primero es que Alcibíades está ocupando el lugar de un


neurótico bajo terapia que como tal tiene conflictos inconscientes con raigambre en
la historia infantil (Laplanche y Pontalis, 1981, 236). Como tal elige su objeto en
función a tales conflictos y en función a leves modificaciones en la experiencia
consciente (Freud, 1912, 97)

Respecto del segundo problema. Según Lacán (2003: 183) Sócrates, al rechazar a
Alcibíades, se niega a realizar la metáfora del amor, se admite como amado
inconscientemente. ¿Por qué? Porque no admite ser amado, posiblemente con fines
didácticos, de hacer a Alcibíades más sabio, se niega a ocupar ese lugar de amando,
de objeto deseado que todo amante tiene vacío. Sócrates se está negando como
simulacro de la metáfora en general y Alcibíades sufre las consecuencias.

Siguiendo en esta línea lacaniana, que distingue la relación Sócrates-Alcibíades de las


que tiene el común de la gente, y la asocia con el fenómeno de la transferencia. ¿Qué
tipo de transferencia sería? En la medida en que Sócrates está intentando curar
(meletân2) a Alcibíades y no aprovecharse de él, parece estar ocupando la figura del
analista, que para lograr su cometido (la salud del paciente) no puede evitar ser objeto,
ser la imago paterna, que reemplaza el objeto de la insatisfacción del paciente tanto
objetiva, desarrollada, consciente y real como no desarrollada e inconsciente (Freud,
1912: 98-99). Esto es un problema para la terapia, pues al analista le está vedado el
corresponder como objeto de ese amor, y el paciente, tiende a dejar la terapia luego
de este suceso. Sin embargo, el mejor desenlace no es ninguno de esos dos sino anular
este tipo de relación por ser contraria a la moral (Freud, 1914:164).

En este sentido de lo que se está cuidando Sócrates es de una contratransferencia,


de asentir a la propuesta del paciente y funcionar como objeto de convertir al paciente,

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Verbo meletáo del cual salen compuestos referentes al “cuidado de sí” en la filosofía antigua (epiméleia
heautoû) que es retomado en la edad media como cura sui, en Heidegger como sörge y en Foucault
nuevamente como epiméleia heutoû. Vease DOVER (1994)

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a su vez en objeto. Contratransferencia que nulifica la posibilidad de cura, es la puesta


de manifiesto de que el enamoramiento del analizado es una situación producto del
análisis y al saberse obligado por su saber a no amar, Sócrates rechaza a Alcibíades.

En el fondo, Sócrates estaría siguiendo el principio de la abstinencia, no permitiendo


ser utilizado como sustituto del saber que es lo único que puede funcionar como cura
para Alcibíades. ¿Por qué? Porque si el paciente es consentido, su rememoración y
elaboración –desde el psicoanálisis- (Laplanche y Pontalis, 1981: 3) y el saber, volverse
filósofo, cuidarse y conocerse a sí mismo –desde Platón- queda nulificado porque esa
imagen o simulacro ocupa con vacío el lugar del saber (Lacán, 2013: 184).

IV. Glosario

A. De términos platónicos

1. Alcibíades: (C.A. 450a. C.-404a. C.) General, estratega y orador ateniense


reconocido por su belleza, dinero y voluptuosidad. Se destacan en él la castración
de las estatuas de los Hermes, en la época tomado como augurio de la liga
ateniense frente a Esparta en la guerra del Peloponeso, y la traición que comete
en el marco de dicha guerra. El hecho de haber sido educado por Sócrates puede
haber sido una de las causas de la sentencia de muerte a este último.3
2. Alma (psykhé): Elemento no córporeo, opuesto al cuerpo (sôma) del ser vivo4,
aunque no tematizada en el Banquete, son constantes las relaciones que se
establecen entre esta y éros.
3. Bien-Verdad-Belleza: Relación que, aunque rastreable ya en los escritos
homéricos, es defendida explícitamente por el personaje Diotima en Banquete 201c
y luego por Aristóteles en Ética Nicomáquea, y que propone que las tres nociones
se implican mutuamente: nada bello puede no ser verdadero o bueno, nada bueno
no ser verdadero o bello, y, nada verdadero puede no ser bueno y bello.
4. Éros: Dios del amor, equivalente al Cupido latino, objeto del elogio en el simposio
presentado por Platón. Previo al discurso de Alcibíades (199c y ss.), Diotima
propuso la distinción éros entendido como una pasión (páthos) de los mortales, y
Éros entendido como la divinidad que lo produciría. Alcibíades en su encomio se
queda con el éros en minúsculas y tematizando de este sólo lo relacionado con
Sócrates.
5. Pederastía griega: Palabra extraída de país, Paidós (traducible por “joven”, “niño”,
“hijo”, “ciervo”, etc. según el contexto) que mentaba un tipo de relación homosexual

3
Véase Plutarco (1939: 3).
4
Fedón 66b

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aprobado en Atenas desde el siglo VI a. C. pero prohibido en otras de las póleis.


La pederastía suponía que un joven pronto a ser ciudadano o recientemente
ciudadano requería educación en el funcionamiento de las instituciones políticas y
sociales y que esto sólo lo podía hacer un ciudadano anciano. Para sus defensores
la pederastía suponía la conjunción de la belleza y destreza física del joven, por
una parte, y, por otra, la sabiduría del anciano siendo la realización de la conjunción
bien-verdad-belleza. Para sus detractores, era una aberración que debía ser
censurada. Aunque la ley ateniense supone que no hay relaciones sexuales entre
aquellos que tenían este tipo de relación, muchas veces de hecho sucedía y de ser
público había penas legales. Estaba mal visto en Atenas que el amando, el joven
buscara al amante, al mayor como Alcibíades de hecho cuenta en el pasaje en
cuestión y ha dado lugar a decir que Sócrates invierte la relación homo-erótica al
hacer que el joven los busque a él cuando, de facto, en Atenas sucedía lo
contrario.5
6. Simposio: Literalmente la bebida (posios) en común (sûn), era una reunión, típica
de la elite ateniense, estructurada en torno a una cena y una conversación en la
cual cada interlocutor elogiaba un tema propuesto. Quien proponía el tema y
establecía el orden de los oradores era el simposiarca, el moderador del simposio
electo ad hoc por los presentes. 6
7. Sócrates: Filósofo griego (C.A. 470-399 a. C.) cuyas enseñanzas a pesar de no
escribir quedan en variadas versiones de sus discípulos Platón, Jenofonte,
Antístenes, etc. y sus críticos, Isócrates, Polícrates, etc. Muerto por pena capital
mediante la ingesta de cicuta en la persecución política durante la segunda
democracia (post tiranía de los 30) de los intelectuales familiarizados con Pericles
(último y mayor representante de la primera democracia ateniense). Se supone que
en su sentencia estuvieron involucrados su relación con Pericles y Alcibíades a
quienes se culpaba de la derrota frente a Esparta de Atenas y a sus enemistades
políticas producto de sus críticas a los oradores y políticos de la época.7

B. De términos psicoanalíticos8

5 Véase DOVER (1978).


6 Véase SANTA CRUZ(2013: 160 y ss.).
7 Véase GUTHRIE vol. III.
8 A excepción de “analista”, “cura”, “desarrollo”, “historia infantil”, “moral” y “consciente”, que

fueron elaborados ad hoc a partir de la bibliografía a falta de encontrar una definición explicita y
aquellas en las que se aclare explícitamente, todos los términos son tomados, por una cuestión
de síntesis en algunos casos en paráfrasis y en otros por cita directa (aclarado en cada caso por
la presencia o ausencia de entrecomillado), de las respectivas entradas en LAPLANCHE y
PONTALIS 1981.

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1. Analista: Quien lleva a cabo la terapia y puede ser objeto de la transferencia del
paciente.
2. Consciente: Aquello dado a la experiencia presente y objetiva, no oculto y que no
requiere de una terapia para ser desenterrado.
3. Contratransferencia: Conjunto de reacciones inconscientes del analista,
fundamentalmente, frente a la transferencia de este último
4. Cura: Estado del paciente producto del autoconocimiento de su deseo inconsciente
a través de la terapia
5. Deseo: “En la concepción dinámica freudiana, uno de los polos del conflicto
defensivo: el deseo inconsciente tiende a realizarse restableciendo, según las
leyes del proceso primario, los signos ligados a las primeras experiencias de
satisfacción. El psicoanálisis ha mostrado, basándose en el modelo del sueño,
cómo el deseo se encuentra también en los síntomas en forma de una transacción.”
6. Elaboración: “Término utilizado por Freud para designar, en diversos contextos,
el trabajo realizado por el aparato psíquico con vistas a controlar las excitaciones
que le llegan y cuya acumulación ofrece el peligro de resultar patógena. Este
trabajo consiste en integrar las excitaciones en el psiquismo y establecer entre
ellas conexiones asociativas.”
7. Elección de objeto: “Acto de elegir a una persona o un tipo de persona como
objeto de amor.”
8. Historia infantil: Origen de las fijaciones opuestas a traumatismos y
acontecimientos de la historia de la consciencia o de segundo tiempo. 9
9. Imago paterna: Prototipo inconsciente del personaje paterno que orienta
electivamente la forma en que el sujeto aprehende a los demás; se elabora a
partir de las primeras relaciones intersubjetivas reales y fantaseadas con el
ambiente familiar. En Lacán aparece como representante de la ley moral en tanto
ocupa el lugar de objeto de la madre pero como distinto de dicha ley.
10. Inconsciente: “En sentido tópico, la palabra inconsciente designa uno de los
sistemas definidos por Freud dentro del marco de su primera teoría del aparato
psíquico; está constituido por contenidos reprimidos, a los que ha sido rehusado
el acceso al sistema preconsciente-consciente por la acción de la represión.”
11. Metáfora del amor: Cumplimiento por el amante de la adecuación de la imago
paterna al objeto deseado.10

9 LAPLANCHE y PONTALIS (1981), entrada “traumatismo”, p. 450.


10 LACÁN, J. (2003, 183)

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12. Moral: Consciencia que ejerce censura tanto en los sueños como en la experiencia
consciente, asociado, en general, con la figura psíquica del superyó.
13. Neurosis: Trastorno según el cual se tienen problemas producto de la historia
infantil
14. Principio de abstinencia: “Principio según el cual la cura analítica debe ser
dirigida de tal forma que el paciente encuentre el mínimo posible de
satisfacciones substitutivas de sus síntomas. Para el analista, ello implica la norma
de no satisfacer las demandas del paciente ni desempeñar los papeles que éste
tiende a imponerle. El principio de la abstinencia puede, en algunos casos y en
ciertos momentos de la cura, concretarse en consignas relativas a los
comportamientos repetitivos del paciente que entorpecen la labor de
rememoración y elaboración.”
15. Transferencia: Designa, en psicoanálisis, el proceso en virtud del cual los
deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un
determinado tipo de relación establecida con ellos y, de un modo especial, dentro
de la relación analítica. Se trata de una repetición de prototipos infantiles, vivida
con un marcado sentimiento de actualidad.

V. Conclusiones

Ya Withehead en con su emblemática frase respecto de que toda actitud filosófica es


una nota al pie a algún diálogo de Platón (1929; 39) adelanta los resultados obtenidos
por este trabajo. La relación Alcibíades-Sócrates es ese misterio que ocultó durante la
edad media y que parecía alejado de la altura de las Ideas platónicas, es el problema
de por qué elegimos lo que elegimos y por qué no podemos dejar de elegirlo, el problema
del corte entre lo consciente-inconsciente y del Ello y el yo de cuyo comercio seguimos
hoy obnubilados. Si en cada paciente particular es problemática la situación de
transferencia tal como la plantea Freud: ¿Cómo será de compleja respecto de un texto
que llevamos comentando veinticinco siglos? Siendo que Lacán tuvo que dedicar la
mitad de uno de sus seminarios al Banquete, quedan plasmados, además de las
apreciaciones mínimas y particulares de este trabajo, cómo y en qué medida toda obra
de pensamiento es una nota al pie a un dialogo de Platón y como somos personajes
secundarios en esos dramas filosóficos que nos llenan de dudas. Sólo podemos decir
que el psicoanálisis resulta un terreno fértil para determinar las patologías de Sócrates
y Alcibíades en el momento de su intercambio pero que para poder hacer un análisis
psicoanalítico hay que trabajar arqueológicamente desde la historia de la filosofía a fin
de determinar las bases para dicho análisis y determinar si la letra muerta de Platón es
suficiente para establecerlo o si sólo es posible con un interlocutor de carne y hueso.

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VI. Bibliografía

 ARISTÓTELES, Ética Nicomaquea trad. J. Pallí Bonet y T. Calvo Martínez


(2007), Madrid, Gredos.
 BURNET, I. (1905-1907), Platonis Opera, Oxford University Press, Londres.
 DOVER, K. J. (1978) Greek Homosexuality, London, Duckworth
 DOVER, K. J. (1994) Greek popular morality in the Time of Plato and Aristotle,
Indianpolis/Cambridge, Hackett Publishing Company.
 FREUD, S. “Notas sobre el concepto de inconciente en Psicoanálisis” (ficha de
cátedra)
 FREUD, S. (1912), “Sobre la dinámica de la transferencia” en STRACHEY, J y
FREUD, A. (eds., 1958), trad. ETCHEVERRY, J. (1976), Sigmund Freud Obras
completas, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 93-105.
 FREUD, S. (1914) “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia” en
STRACHEY, J y FREUD, A. (eds., 1958), trad. ETCHEVERRY, J. (1976),
Sigmund Freud Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 159-174.
 GARCÍA GUAL, C., LLEDÓ IÑIGO, E y MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, M (1982),
Platón, Dialogos III: Fedón-Banquete-Fedro, Madrid, Gredos.
 GUTHRIE, W.K.C., Historia de la filosofía griega vols. 3 (Sócrates) y 4 (Platón),
trad. cast. Madrid, Gredos.
 LACAN, J. (2003), El seminario de Jacques Lacan. Libro 8: la transferencia,
Buenos Aires, Paidós, pp. 177-192.
 LAPLANCHE, J y PONTALIS, J.-B (1981), Diccionario de psicoanálisis, Labor,
Barcelona, Madrid, Buenos Aires.
 PLUTARCO, Vidas Paralelas (Alcibíades), Buenos Aires, Losada, vol. II, 1939.
 SANTA CRUZ, M. I. (2013), “El Banquete como agón literario”, en Proceedings
of X Symposium Platonicum, Pisa, Università di Pisa, Vol. II, pp. 159-163.
 WHITEHEAD, A. N. Process and Reality, Oxford, 1929.

VII. Anexos

A. Foucoult sobre la pederastía en la Atenas clásica

En un artículo publicado hace setenta años, Erich Bethe observó que la introducción
abusiva de la valoración moral, «la enemiga mortal de la ciencia», había viciado el estudio
de la homosexualidad griega; y ha seguido haciéndolo. La combinación del amor a Atenas
con el odio a la homosexualidad está en la base de los juicios que consideraban las
relaciones homosexuales «un pecado dorio, cultivado por una ínfima minoría en
Atenas»(J. A. K. Thompson, quien ignoraba el testimonio de las artes figurativas) o «una

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ignominia tanto a ojos de la ley... como de la opinión pública» (A. E. Taylor, quien ignoraba
las implicaciones del texto al que se refiere en su nota a pie de página). La combinación
del amor a la cultura griega en general con la incapacidad o la renuencia a reconocer
distinciones de comportamiento que tenían una gran importancia en esa cultura, lleva a
afirmar que la
‘homosexualidad’ tout court o la ‘pederastia’ estaba prohibida por ley en la mayor parte de
las ciudades griegas (Flacelière, Marrou). No sé de ningún tema de los estudios clásicos
en el que la destreza habitual de los estudiosos para captar diferencias y sacar
conclusiones se vea tan mermada, ni de ninguno sobre el que se haga decir a un autor lo
que no ha dicho o se le acuse de haber omitido lo que ha dicho en varias ocasiones.
Personalmente, suscribo el comentario de Karlen, según el cual «algunos (expertos en
sexología, tanto públicos como universitarios) son secreta- mente homosexuales, y su
“investigación”, una apología disfrazada. Otros investigadores y especialistas médicos
revelan en privado un odio vengativo hacia las desviaciones sexuales que nunca
mostrarían en publicaciones o en público». Naturalmente, yo no puedo ver mis zonas
oscuras ni explicar de forma satisfactoria por qué mi propia actitud es la que es, pero la
describiré rápidamente, para que los lectores puedan tenerla presente.
El uso lingüístico establecido me empuja a considerar ‘homo-sexual’ y ‘heterosexual’ como
contrarios, pero si siguiera mi inclinación, reemplazaría ‘heterosexual’ por ‘sexual’ y
consideraría la ‘homosexualidad’ como una subdivisión de lo ‘cuasi-sexual’ (o
‘pseudosexual’, no de lo ‘parasexual’). Todo aquel que desee sacar una impresión de mí
atribuyendo mi inclinación a un prejuicio debe primero persuadirme de que ha hecho un
serio intento de distinguir entre prejuicio y juicio. (Intro. a Dover, 1978, pp. 17-18)

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