Con gran placer escribo el prefacio de la edición en español de
Goveming the Commons, traducido por Carina Iturbe y Adriana Yáñez, cuya revisión estuvo a cargo de Leticia Merino y Fabrice Lehoucq. Durante los últimos años mis colegas y yo, en la Universidad de Indiana, hemos tenido el privilegio de trabajar con colegas de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México y España, con los que aprendimos sustancialmente de sus cola- boraciones. Dada la historia y la ecología de muchos de los países de habla hispana, diversos recursos de uso común (RUC)e institu- ciones de propiedad comunal son de suma importancia. En México, por ejemplo, las instituciones de propiedad co- munitaria desempeñan un papel de capital importancia en el manejo contemporáneo de los recursos naturales (actualmen- te más de 75% de los bosques en México son posesión de miles de ejidos y comunidades indígenas. Bray, 1991; Carabias et al., 1994). Alcorn y Toledo (1998) se refieren a las instituciones de pro- piedad comunal como el armazón de tenencia (de la tierra) y enfatizan la importancia de su articulación con el sistema legal que les ha dado reconocimiento formal. Rivera (1998) examinó recientemente la forma en que las "acequias" (sistemas de irrigación organizados por los campe- sinos), tradición compartida en el suroeste de los Zstados Uni- dos, continúa siendo un patrón importante en la vida moderna de los estados de Colorado y Nuevo México. Todos tenemos mucho que aprender de la cuidadosa investi- gación que se ha realizado para examinar el manejo de los recur- sos de uso común por parte de esas instituciones de propiedad colectiva (Merino, 1997;Toledo, 1991; Chapela, 1994;Sarukhán y Larson, en prensa). 9 PREFACIO
Los cambios recientes en el articulo 27 de la Constitución
mexicana, que autorizan la división de las tierras ejidales, es un hecho que el mundo entero tendrá en la mira. Desde la publicación de Goveming the Commons, el estudio de los recursos de uso común y de las instituciones de propie- dad colectiva ha prosperado. Desde 1990 se ha publicado un gran número de libros que describen las instituciones de propiedad colectiva (Agrawal, 1999;Baland y Platteau, 1996;Berkes y Folke, 1998;Blomquist, 1992; Gibson, 1999; Gibson, McKean y Ostrom, 2000; Hanna, 1 Folke y Maler, 1996;Keohane y Ostrom, 1995;Lam, 1998; McCay, 1998; Ostrom, Gardner y Walker, 1994; Tang, 1992). La Asociación Internacional del Estudio de la Propiedad Co- munitaria (IASCP,por sus siglas en inglés: International Asso- ciation for the Study of Common Property) ha llevado a cabo reuniones en Durham, Carolina del Norte; Winnipeg y Manitoba, Canadá; Manila, Filipinas; Bodoe, Noruega; Berkeley, California; Vancouver, Canadá y Bloomington, Estados Unidos de América. A la reunión más reciente asistieron más de 500 participantes de todo el mundo; esperemos que un número creciente de aca- démicos de habla hispana se nos unan. La teoría convencional de los recursos de uso común, que se critica en Goveming the Commons, es aún aceptada por muchos académicos y se utiliza como fundamento de políticas públicas. La teoría convencional supone que los individuos que se en- frentan a un dilema, debido a las externalidades creadas por sus propias acciones, generarán estimaciones estrechas que los conducirán a dañarse a sí mismos y a otros sin encontrar for- mas de cooperación entre sí para evitar el problema. A la luz de los descubrimientos que se presentan en este libro, junto con el trabajo de los académicos que han puesto a prueba la generalidad de la teoría convencional, mis colegas, Roy Gard- I ner y James Walker, y yo hemos desarrollado experimentos de laboratorio con el fin de examinar de manera precisa las condi- 1 ciones en las cuales los individuos cooperarán entre sí para 1 apropiarse de los recursos de uso común creados en un labora- torio experimental, así como las condiciones en las cuales las predicciones de la teoría convencional resultan correctas (véa- se Ostrom, Gardner y Walker, 1994).