PEC NEUROPSICOLOGÍA 2014-2015

Nombre: Isabel Brines Palomares.

Artículo seleccionado: Papel del neuropsicólogo en los servicios de neuropsicología:
estudio descriptivo de los usuarios de la consulta especializada de evaluación
neuropsicológica del Complejo Hospitalario de Navarra en su primer año de funcionamiento.
Pilar Luna-Lario, Raquel Seijas-Gómez, Anna Carnés-Vendrell.

1. Análisis de los distintos apartados.

Este estudio descriptivo ha sido dividido en cuatro apartados. En el primero de ellos, la
introducción, se resalta el papel del neuropsicólogo en las consultas de neurología y
neurocirugía. Además de definir la neurología clínica o cognitiva, destaca el principal
objetivo de la evaluación neuropsicológica, que es identificar las consecuencias conductuales,
emocionales y cognitivas de la disfunción cerebral.
Después describe cómo se ha ido incorporando la figura del neuropsicólogo en el Complejo
Hospitalario de Navarra (CHN), primero en el equipo de rehabilitación neurológica en el año
1990, destinado principalmente a tratar el daño cerebral adquirido; y después, en el año 2013,
en el servicio de neuropsicología, donde destaca en el caso del síndrome demencial y otras
enfermedades neurológicas que cursan con deterioro cognitivo, y que se enmarca dentro del
área de neuropsicología, neuropsiquiatría y terapia ocupacional. También se destaca que el
objetivo del estudio es describir el perfil sociodemográfico y clínico del total de pacientes
derivados a la consulta especializada de evaluación neuropsicológica.

En el segundo apartado, destinado a pacientes y métodos, se describe la muestra utilizada, que

estaba compuesta por un total de 511 pacientes atendidos en el servicio de neurología del
CHN entre marzo de 2013 y marzo de 2014. Así mismo, se especifica la procedencia de los
datos sociodemográficos y clínicos utilizados, así como el método de análisis de los mismos.

En el tercer apartado, reservado para los resultados, se presentan los datos sociodemográficos
y clínicos, en porcentajes, acompañados de sus respectivas tablas para su mejor comprensión.
Se presentan los datos de la muestra general y separada por edad entre adultos jóvenes (< 55
años) y adultos mayores (˃ 55 años). En cuanto a los datos sociodemográficos, se recogen las
siguientes variables: sexo, edad, estado civil, ámbito sociodemográfico, nivel de estudios y
situación laboral en el momento de la evaluación. En cuanto a los datos clínicos, se detalla el
régimen de evaluación (ambulatorio o ingreso), el derivador (neurólogo, neurocirujano,
geriatría u otros), si se les habían realizado evaluaciones cognitivas previas, el tiempo de
evolución de las quejas (en meses), el motivo de la evaluación neuropsicológica, la
orientación diagnóstica, antecedentes psiquiátricos-psicológicos y el diagnóstico psiquiátrico.

El cuarto apartado, destinado a la discusión, ha sido, a su vez, dividido en 4 subapartados

más. En el primero de ellos, denominado “Objetivos de la evaluación neuropsicológica”, se
describen los principales motivos de derivación a la consulta, y son, en orden decreciente de
importancia: a)descripción del perfil de funciones cognitivas conservadas y afectadas del
pacientes y el deterioro de éstas; b) medición basal que permita el seguimiento de cambios
evolutivos o debido a los tratamientos, importante en pacientes en régimen de ingreso; y c)
realizar un estudio de las funciones cognitivas del paciente, y de su repercusión funcional de

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cara al reconocimiento de incapacidades laborales, grado de discapacidad, nivel de

dependencia o necesidad de incapacitación civil.
El subapartado continua resaltando la importancia de la detección precoz en demencias y otras
patologías, a lo que contribuye la integración del neuropsicólogo en el servicio de neurología,
que surgió inicialmente en el CHN para realizar diagnósticos diferenciales en deterioro
cognitivo leve y demencia, y sus diferentes tipos; por ello, la mayoría de evaluaciones han
sido realizadas para este fin en mayores de 55 años.
En el siguiente subapartado, denominado “Perfil de los usuarios”, se detallan las diferentes
exploraciones diagnósticas realizadas a los pacientes, empezando por el deterioro mnésico
frente al deterioro de otro tipo de funciones cognitivas, así como la distrofia miotónica de
Steinert, en la que se ha observado un aumento de demandas de evaluaciones
neuropsicológicas en estas población clínica.
También se resalta el reducido número de exploraciones realizadas a pacientes con
enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple, debido a que se carece de un profesional con
los conocimientos necesarios sobre neuropsicología clínica y cognitiva que pueda interpretar
las puntuaciones obtenidas en el protocolo de evaluación. Por ello, reiteran su propósito de
realizar evaluaciones neuropsicológicas exhaustivas e interpretativas en los pacientes.
En el tercer subapartado, denominado “Nuevas demandas, nuevos retos”, las autoras destacan
los objetivos futuros para la neuropsicología, entre ellos, la contribución al diagnóstico precoz
en demencias, el considerar el estudio cognitivo para facilitar el acceso a ayudas, y la
relevancia de la evaluación cognitiva en pacientes con discapacidad intelectual o patologías
psiquiátricas. El estudio termina con la idea de integrar al neuropsicólogo en la investigación
y la docencia.

2. Definición de la hipótesis de trabajo.

Al ser un estudio descriptivo no hay hipótesis experimental. Aunque, con los datos de que
disponen, se podría realizar un estudio longitudinal, en el que poder comparar cómo influye la
evaluación neuropsicológica, junto con las terapias y los tratamientos, en las diferentes
poblaciones clínicas a lo largo del tiempo.

3. Conclusiones más relevantes del estudio y su relación con algún tema.

Una de las conclusiones que se pueden obtener de este artículo es que la figura del
neuropsicólogo no está totalmente integrada en los servicios de neurología, a pesar de que
realiza evaluaciones neuropsicológicas exhaustivas para identificar y diagnosticar alteraciones
neuropsicológicas, y planificar, implementar y valorar las estrategias de intervención. Por
ello, en un futuro, se debe intentar incorporar a los servicios de neurología y neurocirugía, un
equipo multidisciplinar, donde esté presente el experto neuropsicólogo, para poder lograr
mejores diagnósticos y tratamientos.
Otra conclusión que podemos extraer es que las pruebas neuropsicológicas deben ser
aplicadas por profesionales que conozcan bien los modelos y las teorías que sustentan, ya que,
de otra manera, su interpretación y conclusiones diagnósticas podrían ser totalmente erróneas.
Otra conclusión que podemos obtener de los datos analizados es que el neurólogo es el
principal derivador de pacientes a la consulta de neuropsicología, el motivo de evaluación

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más demandado es la caracterización del perfil neuropsicológico del paciente y la orientación

diagnóstica más prevalente es el deterioro cognitivo leve.

En cuanto a la relación que puede tener este estudio con el temario de Neuropsicología del
Desarrollo, hay varios capítulos con los que se podría relacionar. Por ejemplo, en el capítulo
primero se habla de la necesidad de un paradigma transaccional para realizar evaluaciones
neuropsicológicas, que podría corresponderse con lo que las autoras enfatizan con respecto a
la evaluación neuropsicológica exhaustiva e integrada. Así mismo, este estudio se podría
relacionar con el capítulo quinto, en donde se habla de la integración de los exámenes
neurológicos, neurorradiológicos y psicológicos, sugiriendo la integración de las diferentes
disciplinas, en un equipo multidisciplinar, al servicio del paciente de neuropsicología.
También se puede relacionar con el capítulo séptimo que explica toda la secuencia necesaria
para llevar a cabo el proceso de evaluación neuropsicológica. En este tema se hace patente la
necesidad de un experto neuropsicólogo que tenga los conocimientos necesarios para poder
aplicar e interpretar los diferentes procesos diagnósticos.

4. Valor heurístico o aplicaciones de la investigación en el futuro.

Este estudio nos puede revelar la gran necesidad de estudios similares, e incluso más amplios,
que se necesitan para poder llegar a valorar la figura del experto neuropsicólogo. Tal y como
se cita en el estudio, en nuestro país, está en proceso de integración y consolidación, y en un
futuro, debería ser una prioridad incorporarla, junto con otros profesionales de la salud, en
todos los servicios de neurología y neurocirugía, en un equipo multidisciplinar, para mejorar
tanto los diagnósticos como las terapias y los tratamientos.
Este tipo de estudios descriptivos puede ser muy adecuados para comprobar de forma
exhaustiva los servicios que se prestan en los diversos centros hospitalarios, las demandas
más solicitadas y qué patologías psiquiátricas tienen mayor incidencia. Desde mi punto de
vista, queda mucho por hacer para que se dé una integración completa de la figura del
neuropsicólogo clínico en las diversas áreas en las que es imprescindible su colaboración, con
el fin de mejorar la vida de los pacientes.

5. Referencias bibliográficas.
-Luna-Lario P, Seijas-Gómez R, Carnés-Vendrell A. Papel del neuropsicólogo en los
servicios de neurología: estudio descriptivo de los usuarios de la consulta especializada de
evaluación neuropsicológica del Complejo Hospitalario de Navarra en su primer año de
funcionamiento. Rev Neurol 2014; 59: 529-36.
-Semrud-Clikeman M, Teeter Ellison PA, (2011). Neuropsicología Infantil: Evaluación e
intervención en los trastornos evolutivos. Madrid. Pearson, 2ª ed.
-Maestú-Unturbe F. Papel del neuropsicólogo en el diagnóstico y tratamiento de la demencia.
Infocop 2011; 53: 7-8.