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FORMAS, DIMENSIONES, FINES Y PRINCIPIOS DEL DERECHO

CONSTITUCIONAL
Patrocinio L. Correa Noriega1

1. FORMAS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL:

Empezaremos aclarando que el Derecho Constitucional es una unidad


orgánica de conocimientos científicos, y no admite ningún tipo de
fraccionamientos. Esto es así, porque cuando hablamos del sistema
jurídico fundamental del Estado, o del conjunto de conocimientos
especializados que lo estudia, nos estamos refiriendo a un conjunto
unitario de elementos científicos y normativos, y no a determinados
segmentos parcelarios y aislados de la totalidad.
Sin embargo, si aspiramos a mejorar la enseñanza, el aprendizaje y la
difusión de esta rama jurídica básica, tendremos que dividirla en:
Derecho Constitucional “Particular, Comparado, General e
Internacional”. 2
Veamos, en detalle, cada una de estas ramificaciones.

1.1. Derecho Constitucional Particular:


A esta disciplina jurídico-política se le conoce también con el nombre de
Derecho Constitucional Especial. Su característica central, es la de ser
un ciencia aplicada. Ésta se encarga del estudio del ordenamiento
jurídico fundamental de un Estado específico, ubicado en espacio
geográfico y en tiempo histórico, concretamente determinados.
Sus tareas son la interpretación, la sistematización y la crítica de las
normas supremas, vigentes en dicho Estado, incorpórase también a su
contenido, la jurisprudencia de los tribunales competentes en materia
constitucional.
Si el Derecho Constitucional Particular, es una disciplina
aplicada al conocimiento de las instituciones jurídico-políticas de
un Estado singular, resulta imprescindible, para quien pretenda
abordarla, el previo conocimiento de los temas que atañen al
Derecho Constitucional General. De otro modo, lo repetimos, sus
metas cognoscitivas serian inalcanzables. No se puede, por
ejemplo, estudiar el ordenamiento constitucional peruano, si no
se conoce, con claridad, conceptos tales como: Constitución,
división de poderes, constitucionalismo, control de la
constitucionalidad, supremacía constitucional, técnica
constitucional, y otros temas comunes a los regímenes
democráticos y constitucionales.

En el mundo de hoy, existen más de 190 países. Unos tienen


constituciones formales; otros poseen constituciones materiales.
Ninguno de ellos carece de constitución. Por eso mismo, a cada
1
Profesor Titular de Derecho Constitucional de la ULADECH.
2
SAGÜES, Néstor Pedro. 2001. ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIOAL.
Buenos Aires, Ed. ASTREA, 2da. ed., 1ra. Reimpresión, Tomo I, p. 34.
uno, le corresponde un Derecho Constitucional Particular. Así
tenemos por ejemplo, el Derecho Constitucional Peruano, el
argentino, mexicano, francés, español, angoleño, hindú, etc.

1.2. Derecho Constitucional Comparado:


En el mundo de la vida, todos los seres vivos pertenecen a
determinadas especies, familias, órdenes, etc. Estos agrupamientos
obedecen a elementos que le son comunes a un gran número de
individuos. Los Estados también pertenecen a una gran familia: La
familia mundial de las organizaciones jurídico-políticas nacionales. Sus
ordenamientos constitucionales, tienen muchísimos elementos que les
son comunes a todos o, por lo menos, a una gran parte de ellos.
Ahora bien, así como no existen dos individuos totalmente iguales en el
mundo de la naturaleza, sería absurdo admitir que existan cuando
menos dos Estados idénticos. Se parecen si, tienen elementos
comunes si, pero cada uno tiene su particular nota diferencial. Por
consiguiente, sus constituciones se parecen también unas a otras,
tienen numerosos elementos comunes entre si, pero asimismo tiene de
igual forma numerosos elementos singulares, y éstos marcan la nota
diferencial de cada una.
Como a los hombres, a los estados les pasa lo mismo. Siendo de la
misma especie, todos se necesitan recíprocamente. Deben intercambiar
experiencias, perfeccionar sus sistemas de vida. Tienen que conocerse
mutuamente, interactuar, asimilar de los demás, los aportes que les son
necesarios. No todos resuelven de la misma manera los problemas
derivados de su diario vivir. Unos tienen mejores métodos que otros.
De todo esto, surge el requerimiento de un profundo estudio
comparativo, de los diversos sistemas jurídicos existenciales del mundo.
En nuestro caso, de los distintos cuerpos jurídico-constitucionales. Nos
hallamos frente al Derecho Constitucional Comparado.
¿Qué estudia?. Ya lo dijimos: Un conjunto de constituciones
pertenecientes a varios Estados. Los criterios de selección pueden ser
varios, así por ejemplo:

a. La tipología constitucional:

Desde este punto de vista, se puede agrupar, alternativamente, a las


constituciones monárquicas, socialistas, capitalistas, nacionalistas,
fascistas, etc.

b. Criterio geográfico:
Desde este punto de vista, se puede estudiar las constituciones de un
hemisferio, de un continente o de una región continental, etc.

c. Criterio Temático:
De otro lado, con criterio temático, se puede estudiar las constituciones
en su totalidad, o en parte específica de su contenido. En el primer
caso, abarca todo el articulado de los textos constitucionales; en el
segundo, solo una parte determinada de ellos. Ejemplo, el sistema
judicial, parlamentario, gubernamental, etc.
Cualquiera sea el criterio que se adopte, lo que se busca, es identificar
las diferencias y semejanzas entre los sistemas constitucionales
escogidos.
Esto servirá, no solo para satisfacer nuestra curiosidad intelectual, si no,
además de ello, para elaborar propuestas de perfeccionamiento de
nuestras instituciones jurídicas y políticas. Las aludidas propuestas
serán sustentadas, con los avances que hayan logrado los
ordenamientos constitucionales particulares, que fueron materia de
estudio comparado.

1.3. Derecho Constitucional General:


El Derecho Constitucional General es la rama teórica del Derecho
Constitucional. Se encarga de estudiar los conceptos, categorías,
órganos, prácticas e institutos, comunes a todos los Estados del mundo.
Se trata, pues, de una disciplina jurídica predominantemente abstracta.
Estudia los elementos comunes a la organización jurídica y política del
Estado en general, sin aludir a ninguna especificidad.
Temas como la teoría de la constitución, el gobierno, la administración
pública, las funciones económicas, sociales y culturales del aparato
estatal, los poderes del Estado, la ingeniería constitucional, las
instituciones políticas, entre otros tópicos, constituyen su contenido
académico.
El titánico esfuerzo desplegado por la doctrina, para construir una teoría
general del Derecho Constitucional, es el más claro indicador de la
trascendental importancia que los estudiosos conceden a esta disciplina.
No es para menos; su dominio es imprescindible, para todo aquel que
pretenda, seriamente, estudiar las instituciones políticas de su medio y
de su tiempo.

1.4. Derecho Constitucional Internacional:

Finalizada la II guerra mundial, con el bombardeo atómico de Hiroshima


y Nagasaki, la humanidad se preocupó vivamente por evitar una tercera
conflagración mundial. Era evidente que sus resultados, serían
catastróficos para toda forma de vida en el planeta.
Esto dio a lugar a la organización de entidades multiestatales de alcance
continental y mundial, tales como la Unión Europea (UE), la
Organización de los Estados Americanos (OEA), la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), etc., cuyo objetivo principal era, y sigue
siéndolo hoy en día, la búsqueda de la paz en la Tierra.
Con este mismo espíritu, se ha suscrito una serie de tratados, y se ha
emitido un apreciable número de declaraciones concernientes a los
derechos humanos y a la integración comunitaria internacional, las
cuales han dado nacimiento a nuevas disciplinas jurídicas, como por
ejemplo: Derechos Humanos, Derecho de Integración, Derecho
Internacional Humanitario, Derecho Comunitario, etc.
Como se comprenderá fácilmente, para lograr estabilidad, desarrollo y
seguridad jurídica, en este nuevo orden internacional, tuvo que
elaborarse un sistema jurídico común. Éste se derivó de un sistema
normativo fundamental, muy semejante a las constituciones particulares.
Sirve para dar legitimidad al accionar de las organizaciones comunitarias
y, al mismo tiempo, para sustentar la vigencia de los diversos tratados,
convenios, pactos y concordatos suscritos por los Estados que integran
la comunidad mundial.
Este tipo de normatividad fundamental, “debe organizar, o mejor dicho

“constitucionalizar entes internacionales o transnacionales”,3 como la


ONU, OEA, UE, Cruz Roja, etc., por cuya razón se constituyen en la
materia de estudio del Derecho Constitucional Internacional.

2. ÓRDENES QUE COMPRENDE EL ESTUDIO DEL DERECHO


CONSTITUCIONAL:

Desde tiempos prehistóricos, el hombre adoptó un variado conjunto de


normas. Éstas eran de diversa naturaleza, y tenían por finalidad regular
su comportamiento y orientarlo hacia el cultivo de conductas valiosas,
constructivas y beneficiosas para sus intereses.
El legislador, antiguo o moderno, de aquí o de allá, siempre tuvo
presente, al momento de dictar las leyes, tres aspectos distintos, pero
indisolubles. Estos son: el hecho social que ha de ser regulado, la forma
en la que tal regulación ha de ser expresada y el sentido axiológico de
dicha regulación. Hechos sociales, preceptos normativos y valores
estimativos, coexisten como elementos imprescindibles en la estructura
de toda ley, sin importar el Estado que la haya emitido, ni la época en
que tuvo lugar tal emisión.
¿A qué se debe entonces la presencia de enfoques incompletos a la
hora de estudiar el Derecho?.
La respuesta es sencilla: El Derecho es una teoría científica en
constante perfeccionamiento.4 En efecto, los primeros estudiosos
estaban dominados por la concepción unidimensional. Creían que el
Derecho debería ocuparse tan solo de las leyes justas.
Más tarde, otros pensadores, ampliando el panorama cognoscitivo de
las ciencias jurídicas, dirigieron su atención al estudio de todas las leyes

3
SAGÜES, Néstor Pedro, Ob. Cit., p. 35.
4
Inicialmente los conocimientos jurídicos, estaban entremezclados con la magia
y la religión. El legislador estaba divinizado. La ley tenía carácter sagrado. El
estudioso tenía que ser sacerdote y tratar, únicamente, de entender la ley. Se
hallaba fuera de sus alcances indagar sobre su origen, elaboración y destino.
Gradualmente el hombre de Derecho se hizo laico y, tras larga evolución, fue
adquiriendo cientificidad.
que hubieran sido dadas por el Estado, incluyendo las injustas. No
obstante este significativo avance, el Derecho continuó estudiándose
unilateralmente. La ley, nada más que la ley.
A lo dicha hay que agregar también el manifiesto interés de la clase
dominante consistente en mantener el orden establecido. Esto hacía que
la ciencia del Derecho solo sirva para aprender la ley y para cumplirla,
nunca para promover sus reformas, puesto que eso significaba poner en
peligro los privilegios que el sistema legal dispensaba a los poderosos.
Hans Kelsen, destacado jusfilósofo austriaco del siglo XX, en su
mundialmente conocida con el título de Teoría Pura del Derecho,
sostuvo que éste es un aislado sistema de normas jurídicas,
desconectado de todo elemento extraño que pueda contaminarlo. Como
se ve, Kelsen persistió en el unidimensionalismo jurídico.
Otras escuelas consideraban que el Derecho, no debería preocuparse
solamente de las leyes, ya que éstas son simples formulaciones
hipotéticas. Debería ir más allá. Procurar conocer el sentido y la finalidad
de dichas leyes. Esto implica buscar la verdadera esencia de la
legislación. De esta manera, entran al campo jurídico, temas como la
justicia, bien común, paz social, libertad, igualdad, etc. A diferencia de la
primera, esta corriente es bidimensional, pues sostiene que el Derecho
debe estudiar tanto las leyes, como los valores que éstas conllevan. La
filosofía griega y romana, la patrística de la Iglesia y el jusnaturalismo
moderno, fueron movimientos intelectuales portadores de esta teoría.
A fines del siglo XIX, con la entrada del positivismo en la escena
intelectual, el fenómeno jurídico pasó a ser estudiado desde una
perspectiva sociológica, llegándose a la convicción que la ley es un
hecho cultural, estimulado por las necesidades vitales del hombre, cuya
meta es regular las conductas individuales y colectivas. Con todo lo
realista que pudiera parecernos, esta concepción es, a pesar de todo,
unidimensional. Sólo piensa en los hechos sociales; deja de lado la
norma y la evaluación axiológica.
Sin embargo, el enfoque sociológico trae consigo un portentoso avance.
El debate científico se ve enriquecido con un nuevo elemento material
que, hasta entonces faltaba: El hecho social. Queda, pues, abierto el
camino para el surgimiento de la teoría tridimensional del Derecho. Los
años cuarenta del pasado siglo marcan su inicio y posterior
consolidación.
Werner Goldschmidt en Alemania, y Germán Bidart Campos en América
Latina, propusieron, hace no muchos años, que el Derecho, en general,
y, particularmente, el Derecho Constitucional, sean estudiados en sus
tres dimensiones: Como norma, como hecho y como valor.
Veamos, por separado, cada uno de estos aspectos.

2.1. Orden Normativo:

Desde el punto de vista normativo, al Derecho Constitucional le interesa


estudiar el conjunto de conductas expresamente tipificadas por el texto
constitucional, y por otros dispositivos, que nos permiten calificar como
constitucionales o no, los diversos actos y comportamientos, tanto de
los gobernantes, como de los gobernados. El orden normativo, abarca
también las normas consuetudinarias, que rigen sectores importantes
de la vida de algunos países, tal es el caso de Inglaterra, entre otros
países anglosajones.
En resumen, el orden normativo comprende todas las normas, escritas
o no, que regulan materia constitucional, 5 a cuyo conjunto sistematizado
se le denomina bloque o plexo de Constitucionalidad. Estas aludidas
normas son las siguientes: La Constitución Política, las leyes
constitucionales, las leyes cualificadas, los tratados internacionales, las
leyes de desarrollo constitucional u orgánicas, las leyes ordinarias y
otros dispositivos de inferior categoría, pero que contribuyen a
consolidar la organización estatal. A las antedichas normas,
agregaremos también las costumbres constitucionales y la
jurisprudencia constitucional.

2.2. Orden de la Realidad Existencial:

Este orden comprende el estudio de la Realidad Constitucional. Se


ocupa de la interrelación entre Constitución Política y Sociedad
Nacional. Responde a las preguntas: ¿Hasta que punto la norma
constitucional gobierna, realmente, el comportamiento de la sociedad
que, formalmente, la ha adoptado? y ¿Porqué la sociedad nacional, que
adoptó una Constitución, sigue realizando actos que no están
contemplados en ella?
Se trata, pues, de estudiar un conjunto de hechos que acontecen en la
sociedad, a modo de de conductas modélicas, que se reproducen, por
imitación, en el actuar de los operadores políticos y jurídicos. Éstos, en
muchas ocasiones, efectúan actos, verbigracia, la elección del
Presidente de la República por el Parlamento; en este acto, participan
los candidatos que obtuvieron la mayor votación en las elecciones
parlamentarias, así lo dispone la Constitución. Con el propósito de evitar
campañas políticas, con seguridad polarizantes y dañinas para la unidad
del Legislativo, los congresistas, con prudente criterio, designan al
candidato que obtuvo la primera votación congresal.. Aunque
desbordando el marco normativo, los parlamentarios establecen una
saludable y constructiva costumbre constitucional.
De otro lado, no todas las constituciones reciben igual trato, por parte de
las sociedades nacionales que, formalmente, las han adoptado. Unas se
acatan plenamente; otras, a medias y no faltan, incluso, aquellas que se
desacatan casi por completo. No todas las constituciones que se
declaran democráticas, lo son realmente; las que dicen proteger la
libertad de expresión, tampoco lo hacen en su real y propia dimensión.
Tenemos, pues, que admitir la existencia de los Estados

5
Se denomina materia constitucional al conjunto de normas y principios que
regulan la estructura y funcionamiento de los órganos del Estado y, en general,
la forma cómo se constituye, ejerce y transmite el poder político.
constitucionales; en éstos, la Constitución rige, con eficacia, la vida de
la nación. En el otro extremo se hallan los Estados con Constitución,
en éstos el texto normativo fundamental no pasa de ser un elemento de
naturaleza ornamental.
En este orden se estudian también, las mutaciones y las vigencias
constitucionales. En virtud de las primeras, las normas escritas cambien
de significación, sin modificar para nada su redacción original; esto se
produce merced a la interpretación. Las vigencias constitucionales, por
su parte, permiten que los operadores ejecuten actos plenamente
válidos, cuya descripción típica, sin embargo, no se halla configurada en
la Carta Política. Esto nos dice con absoluta claridad, que una cosa es la
Constitución formal y otra muy distinta es la Constitución real. Ambas
deben corresponderse, se en verdad se quiere vivir ordenada y
democráticamente.

2.3. Orden axiológico:

La axiología es la disciplina filosófica que se aboca al estudio de los


valores.6
El orden axiológico implica que el Derecho Constitucional, dedicará su
atención al estudio de las interrelaciones existentes entre el orden
normativo y la realidad social, desde la óptica evaluadora de
determinados elementos axiológicos como la justicia, el bien común, el
bienestar general, la paz social, el orden, la autoridad, la libertad, la
igualdad, etc.
Cada ordenamiento constitucional representa, generalmente, un
conjunto de valores propios de los sectores sociales, que han
participado en su elaboración y puesta en vigencia. El aludido
ordenamiento, se constituye en el modelo ideológico de la sociedad
entera. Ésta lo hace suyo, por encontrar, en su contenido, las
convicciones políticas, sociales, económicas, religiosas, morales, éticas,
etc., que justifican su accionar frente al mundo que la rodea.
El orden axiológico nos ayuda, a interpretar y aplicar las normas
constitucionales con equidad y justicia. Es que los valores son el alma
de la Constitución, su espíritu orientador, su fuerza legitimadora.
Ubicándonos en la realidad constitucional, el orden axiológico nos
ayudará responder a las interrogantes: ¿Es justo el orden constitucional
que nos regula?, ¿Es este orden constitucional, el que realmente
necesitamos para satisfacer nuestras necesidades?. Luego de un
concienzudo análisis, podremos contestar afirmativa o negativamente.
Los valores, qué duda cabe, serán la preciada brújula que nos indica
siempre el norte de nuestras aspiraciones. Claro que para responder
adecuadamente a las preguntas formuladas, deberemos hacer uso de
conocimientos multidisciplinarios: Realidad nacional, ciencias políticas,
ciencias jurídicas fundamentales, doctrina y jurisprudencia, técnicas
6
VALORES son los grandes principios que guían la conducta individual y
colectiva de los hombres, conduciéndolos a la materialización de sus ideales.
constitucionales, entre otras. Nuestras respuestas dependerán también
de las convicciones que profesemos. Independientemente de ello, los
valores básicos que cultivamos en el Derecho Constitucional son:
a. La libertad,
b. La autoridad,
c. El orden legal,
Cuál de ellos es más importante? Al margen de la respetable opinión de
cada lector, convendremos en señalar que los tres tienen significativa
influencia en la vida social. A través de ellos, buscaremos alcanzar la
paz social, el bienestar general y, desde luego, la justicia.

2.4. Importancia del enfoque tridimensional del Derecho


Constitucional:

Si solamente estudiáramos las normas constitucionales, nos


convertiríamos en meros dogmáticos de la supralegalidad. Si por el
contrario, nos ocupáramos sólo los hechos sociales, generadores y
destinatarios de la normatividad fundamental, llegaríamos a ser simples
descriptores factuales de la realidad constitucional. Por último, si nos
limitáramos a conocer únicamente los valores contenidos en el plexo de
constitucionalidad, nos volveríamos utópicos idealistas, pero nada más.
El estudio integral del Derecho Constitucional nos permitirá dejar el
diletantismo intelectual, y alcanzar un respetable nivel de solvencia
académica y profesional.

3. FIN ESENCIAL DEL DERECHO CONSTITUCIONAL:

Millones de seres humanos, integran la población de los Estados del


mundo. El accionar de cada uno de nuestros semejantes, está
determinado por una variada gama de intereses, en virtud de los cuales
se agrupan y organizan las clases, capas, sectores, y estratos sociales
existentes.
En la lucha por preservar sus intereses, las sociedades generan
peculiares modos de comportamiento individual y grupal. Este
comportamiento se justifica en virtud de un conjunto de ideas que, con el
tiempo, se convierten en ideologías, teologías, cosmogonías,
concepciones doctrinarias, etc.
Si a esa muchedumbre humana, altamente diversificada, le
preguntásemos qué espera del Derecho Constitucional, de seguro que
no tendría una respuesta uniforme.
Quienes gozan de todos los privilegios del sistema social imperante,
quisieran que el Derecho Constitucional les garantizara, para siempre, el
respeto absoluto del orden establecido. Llegados al gobierno, buscarían
perpetuarse en él, de modo tal que sus hijos y los hijos de sus hijos,
siguieran disfrutando de las ventajas que otorga la posesión del poder,
por siglos y milenios.
Aquellos que se hallan cerca del poder político, desearían que el
Derecho Constitucional les proporcionara los mecanismos de acceso,
ejercicio y permanencia en dicho poder. No les importaría convertirse en
dictadores, déspotas o tiranos, con tal de que ello les asegurara la
plasmación de sus objetivos.
Por su parte, los oprimidos que luchan por liberarse de sus opresores,
pretenderían hacer del Derecho Constitucional, un procedimiento y una
técnica, que les asegure la definitiva conquista de su libertad política.
Procurarían, además, que esta libertad sea lo más amplia posible, sin
otros límites que, los que ellos mismos, convengan en fijarlos. Poco
importará para este estrato, el riesgo de instaurar un régimen de
libertinaje, caos y anarquía, si con ello llegara la satisfacción de sus
anhelos.
Como podrá apreciarse claramente, cada sector social, con sus ideas,
sus luchas y sus aspiraciones, concurrirá a la gran arena nacional, para
tratar de hacerlas prevalecer. La compulsa de estos diversos elementos,
hará que los grupos en conflicto pacten, negocien, se otorguen
recíprocas concesiones y, de esta manera, alcancen un equilibrio que
les permita coexistir pacíficamente.
Esta convivencia pacífica, duradera y estable, entre los seres humanos
que habitan el territorio del Estado, será, en última instancia, el común
objetivo del gran colectivo social. Regularla es tarea de la Constitución y
las demás normas que integran el bloque de constitucionalidad,
Es necesario conciliar la libertad, la autoridad y el orden, buscando
equilibrarlos en todo momento, de acuerdo a las necesidades
específicas. Solo así podremos lograr una armónica convivencia, a
despecho de nuestras naturales y/o artificiales diferencias. He allí el fin
esencial de todo ordenamiento jurídico y, por supuesto, del Derecho
Constitucional.

4. PRINCIPIOS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL:


Diversos son los principios que informan al Derecho Constitucional. Nos
ocuparemos de los más importantes que, a nuestro criterio, son los
siguientes: Fundamentalidad, totalidad, perdurabilidad, supremacía,
funcionalidad e idiologicidad.

4.1. Principio de Fundamentalidad:


En virtud de este principio, el Derecho Constitucional, se ocupa
únicamente de lo que es esencial para la estructura y funcionamiento del
Estado. Sienta las bases del estatuto político y del Estatuto jurídico.
En concreto, se encarga de organizar las entidades estatales,
estableciendo la finalidad de cada una de ellas (estatuto político).
Distribuye las competencias y señala las responsabilidades de los
servidores públicos, sin olvidarse de establecer los derechos y libertades
ciudadanas (estatuto Jurídico).

4.2. Principio de Totalidad:


A diferencia de las otras disciplinas jurídicas, que solo estudian
parcelas del ordenamiento jurídico, el Derecho Constitucional trata sobre
todos los aspectos básicos de la vida estatal y social. Así como no hay
dispositivo legal, que escape al gobierno de la Constitución; tampoco
existe rama jurídica que se halle desvinculada de la ciencia que
estudiamos en el presente trabajo.

4.3. Principio de Perdurabilidad:


Se ha dicho y, con razón, que todo Constitución Política tiene vocación
de perpetuidad. Sus normas son las reglas de juego que equilibran la
libertad, autoridad y orden, por eso permanecen invariables, a diferencia
de los dispositivos comunes que cambian constantemente. El Derecho
Constitucional no es inalterable ni eterno, pero si trata de ser lo más
estable y permanente posible. No trata sobre aspectos contingentes,
sino únicamente esenciales y fundamentales para todo el saber jurídico.

4.4. Principio de Supremacía:


La Constitución es suprema. Está a la cabeza de todo el ordenamiento
jurídico estatal. Rige el movimiento jurídico y político nacional. El
Derecho Constitucional que la estudia, tiene también que ser supremo,
para dirigir, desde su preeminencia, el accionar académico, científico y
técnico jurídico de todas las disciplinas jurídico positivas existentes.

4.5. Principio de Funcionalidad:


Este principio garantiza que los conocimientos sistematizados por el
Derecho Constitucional, sean útiles y eficaces para todas las ciencias
jurídicas; que promuevan la cooperación interdisciplinaria, para lograr la
persistencia de nuestro ordenamiento jurídico, a través de la
adaptabilidad a las nuevas exigencias del presente y del futuro.

5.6. Principio de Idiologicidad:


El Derecho Constitucional no es neutro. Ha tomado partido. Promueve,
defiende, difunde y consolida el Estado Social y Democrático de
Derecho. Éste representa el gobierno de la Constitución y las leyes,
opuesto al gobierno arbitrario de los hombres y sus contingencias
muchas veces arbitrarias.

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