Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lectura Central Ii PDF
Lectura Central Ii PDF
CONSTITUCIONAL
Patrocinio L. Correa Noriega1
a. La tipología constitucional:
b. Criterio geográfico:
Desde este punto de vista, se puede estudiar las constituciones de un
hemisferio, de un continente o de una región continental, etc.
c. Criterio Temático:
De otro lado, con criterio temático, se puede estudiar las constituciones
en su totalidad, o en parte específica de su contenido. En el primer
caso, abarca todo el articulado de los textos constitucionales; en el
segundo, solo una parte determinada de ellos. Ejemplo, el sistema
judicial, parlamentario, gubernamental, etc.
Cualquiera sea el criterio que se adopte, lo que se busca, es identificar
las diferencias y semejanzas entre los sistemas constitucionales
escogidos.
Esto servirá, no solo para satisfacer nuestra curiosidad intelectual, si no,
además de ello, para elaborar propuestas de perfeccionamiento de
nuestras instituciones jurídicas y políticas. Las aludidas propuestas
serán sustentadas, con los avances que hayan logrado los
ordenamientos constitucionales particulares, que fueron materia de
estudio comparado.
3
SAGÜES, Néstor Pedro, Ob. Cit., p. 35.
4
Inicialmente los conocimientos jurídicos, estaban entremezclados con la magia
y la religión. El legislador estaba divinizado. La ley tenía carácter sagrado. El
estudioso tenía que ser sacerdote y tratar, únicamente, de entender la ley. Se
hallaba fuera de sus alcances indagar sobre su origen, elaboración y destino.
Gradualmente el hombre de Derecho se hizo laico y, tras larga evolución, fue
adquiriendo cientificidad.
que hubieran sido dadas por el Estado, incluyendo las injustas. No
obstante este significativo avance, el Derecho continuó estudiándose
unilateralmente. La ley, nada más que la ley.
A lo dicha hay que agregar también el manifiesto interés de la clase
dominante consistente en mantener el orden establecido. Esto hacía que
la ciencia del Derecho solo sirva para aprender la ley y para cumplirla,
nunca para promover sus reformas, puesto que eso significaba poner en
peligro los privilegios que el sistema legal dispensaba a los poderosos.
Hans Kelsen, destacado jusfilósofo austriaco del siglo XX, en su
mundialmente conocida con el título de Teoría Pura del Derecho,
sostuvo que éste es un aislado sistema de normas jurídicas,
desconectado de todo elemento extraño que pueda contaminarlo. Como
se ve, Kelsen persistió en el unidimensionalismo jurídico.
Otras escuelas consideraban que el Derecho, no debería preocuparse
solamente de las leyes, ya que éstas son simples formulaciones
hipotéticas. Debería ir más allá. Procurar conocer el sentido y la finalidad
de dichas leyes. Esto implica buscar la verdadera esencia de la
legislación. De esta manera, entran al campo jurídico, temas como la
justicia, bien común, paz social, libertad, igualdad, etc. A diferencia de la
primera, esta corriente es bidimensional, pues sostiene que el Derecho
debe estudiar tanto las leyes, como los valores que éstas conllevan. La
filosofía griega y romana, la patrística de la Iglesia y el jusnaturalismo
moderno, fueron movimientos intelectuales portadores de esta teoría.
A fines del siglo XIX, con la entrada del positivismo en la escena
intelectual, el fenómeno jurídico pasó a ser estudiado desde una
perspectiva sociológica, llegándose a la convicción que la ley es un
hecho cultural, estimulado por las necesidades vitales del hombre, cuya
meta es regular las conductas individuales y colectivas. Con todo lo
realista que pudiera parecernos, esta concepción es, a pesar de todo,
unidimensional. Sólo piensa en los hechos sociales; deja de lado la
norma y la evaluación axiológica.
Sin embargo, el enfoque sociológico trae consigo un portentoso avance.
El debate científico se ve enriquecido con un nuevo elemento material
que, hasta entonces faltaba: El hecho social. Queda, pues, abierto el
camino para el surgimiento de la teoría tridimensional del Derecho. Los
años cuarenta del pasado siglo marcan su inicio y posterior
consolidación.
Werner Goldschmidt en Alemania, y Germán Bidart Campos en América
Latina, propusieron, hace no muchos años, que el Derecho, en general,
y, particularmente, el Derecho Constitucional, sean estudiados en sus
tres dimensiones: Como norma, como hecho y como valor.
Veamos, por separado, cada uno de estos aspectos.
5
Se denomina materia constitucional al conjunto de normas y principios que
regulan la estructura y funcionamiento de los órganos del Estado y, en general,
la forma cómo se constituye, ejerce y transmite el poder político.
constitucionales; en éstos, la Constitución rige, con eficacia, la vida de
la nación. En el otro extremo se hallan los Estados con Constitución,
en éstos el texto normativo fundamental no pasa de ser un elemento de
naturaleza ornamental.
En este orden se estudian también, las mutaciones y las vigencias
constitucionales. En virtud de las primeras, las normas escritas cambien
de significación, sin modificar para nada su redacción original; esto se
produce merced a la interpretación. Las vigencias constitucionales, por
su parte, permiten que los operadores ejecuten actos plenamente
válidos, cuya descripción típica, sin embargo, no se halla configurada en
la Carta Política. Esto nos dice con absoluta claridad, que una cosa es la
Constitución formal y otra muy distinta es la Constitución real. Ambas
deben corresponderse, se en verdad se quiere vivir ordenada y
democráticamente.