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El Discurso
Es el conjunto de palabras ordenadas y estructuradas en torno a una idea con el fin de comunicar
un mensaje o ideas a un determinado grupo humano. El discurso es el mensaje que transmite el
orador cuando esta en contacto con el público y puede ser disertado hasta de 04 maneras:
• Leído. Cuando el orador trae el texto escrito y procede a su lectura delante del auditorio. Se
usa en ceremonias y actos protocolares, donde lo que se tiene que decir no admite errores ni
improvisaciones. En el campo social (cumpleaños, aniversarios, etc.) su uso esta vedado.
• Memorizado. Llamado también discurso recitado pues el orador lo aprende de memoria -
párrafo por párrafo- y luego lo recita ante el público. Con esta modalidad corremos el riesgo
de olvidarnos todo el discurso o parte de él, lo cual resultaría bochornoso, no lo
recomendamos.
• Espontáneo. Implica exponer un tema de forma “improvisada”, vívida y con palabras propias
del léxico del expositor. Es un discurso “natural” pues el orador no se sujeta a un libreto
establecido sino a un esquema genérico del discurso para no perder la ilación de sus
pensamientos.
• Mixto. Es una combinación de la modalidad espontánea y memorizada; consiste en
aprenderse de memoria la parte inicial del discurso y el resto hacerlo en forma “improvisada”
y amena. Es una forma efectiva de brindar un mensaje, recomendable para los aprendices.
Introducción
• Fraseológico. Puede iniciarse mencionando una frase célebre, un poema, las letras de una canción o un pasaje bíblico que
tenga relación con el tema a tratarse. Por ejemplo, para un discurso sobre "El éxito" se puede iniciar diciendo: Señores,
como decía el Dr. Cristian Barnard, "El éxito comienza con la voluntad del hombre... piensa que puedes y podrás,… todo esta
en el estado mental del hombre".
• Anecdótico. El público es un grupo de personas que siempre muestran curiosidad por conocer algo peculiar sobre el
expositor o sobre el tema que se esta presentando. Contar una anécdota de nuestra vida o sobre otra persona suele cautivar
la atención de los oyentes. Por ejemplo: “Amigos, quiero contarles lo que me ocurrió la noche en que, en vez de besar a mi
esposa bese a su hermana gemela, ese día yo estaba…”
• Humorístico. También es valido contar un chiste u ocurrencia graciosa que tenga relación con el tema. No siempre los
discursos tienen que ser serios o aburridos, la jocosidad le pone la chispa de vida a la exposición y evita que el público se
canse o se aburra. Ejemplo: "¿Mamá, las pasas vuelan?" No hijito, ¿porque? "¡Ah... entonces me comí una mosca!"
• Interrogativo. Esta introducción consiste en hacer preguntas al público sobre el tema a abordarse, pero nunca esperar una
respuesta pues las preguntas son sólo de tipo referencial. El hacer preguntas sirve para demostrar al público que nosotros
sabemos algo que ellos no saben y que estamos ahí para instruirlos. Ejemplo: ¿Sabían ustedes que don José de San Martín
era “drogadicto”? ¿Sabían ustedes que Ramón Castilla nunca liberó a ningún negro?
• Teatralizado. Es una forma efectiva de llamar la atención del público y comunicarle el tema que vamos a exponer. Se hace
uso de la mímica, expresividad corporal y mucho ingenio. Por ejemplo, salir al frente y soltar un vaso de vidrio al suelo; éste
se hará añicos pero nos dará pie para hablar, por ejemplo, de la Ley de la gravedad, sobre la destrucción del mundo o sobre
cualquier otro tema relacionado.
Desarrollo
• Documentarse ampliamente sobre el tema a exponerse.
• Cerciorarse de la veracidad de los datos a exponerse, no sea que nos retruquen y
nos hagan pasar un mal momento.
• Elaborar un pequeño esquema de las ideas a presentarse.
• Citar ejemplos, anécdotas, cifras y/o casos reales relacionados con el tema para
hacerlo más didáctico.
• Y sobre todo, hacer un discurso ameno y no muy extenso.
• Otras recomendaciones que nos brindan los especialistas son las siguientes:
• Considerando el carácter inconstante de la atención, un discurso largo puede
resultar fastidioso, no debe durar más de 45 minutos.
• Si el esquema del discurso es complicado y los pasos a seguirse no son claros,
puede perturbar la atención de los oyentes.
• La exposición de la parte central de nuestro discurso debe poseer un atractivo
interés para los oyentes.
• El auditorio debe mantenerse atento; concentrado en nuestra charla, esto se logra
por medio de preguntas adecuadas, dinámicas grupales y dejándolo participar.
Conclusión
• Fraseológico. Se puede culminar mencionando una frase célebre o algunas palabras impactantes o
motivadoras. Por ejemplo: “Y ya para terminar permítanme decirles que, ‘el éxito esta compuesto
de 1 % de inspiración y de 99 % de transpiración’, Muchas gracias."
• Con vivas o hurras. Esta es una forma de conclusión que tiene por objeto dejar motivados a los
oyentes a través de su participación activa y “cantada”. Por ejemplo: _ "Y ya para terminar, queridos
amigos: ¡Viva la oratoria!” _ ¡Viva! -contesta el público. _ “¡Viva el éxito!” _¡Viva! –vuelven a
contestar los oyentes.
• Por respuesta del público. En esta modalidad el orador hace una serie de preguntas al auditorio
para que le contesten a través de un “Si” o un “No”. Las preguntas deben ser siempre de corte
positivo. Por ejemplo: _ Señores, ¡¿somos los mejores?! _ ¡Si! -responde el público. ¡¿Somos
triunfadores?! _ ¡Si! -vuelve a contestar el auditorio.
• Por agradecimiento. El orador culmina su exposición agradeciendo a los organizadores,
auspiciadores, público presente y algunas veces a los oradores que lo antecedieron. Ejemplo: _ "Y
para culminar quiero expresar mi agradecimiento a la Cámara de Comercio por haber permitido mi
presencia esta noche... Hasta pronto"
• Mixto. Es una forma que combina indistintamente los diferentes tipos de conclusiones existentes.
Pueden mezclarse una forma fraseológica con una de agradecimiento. Ejemplo: “Para despedirme
quiero expresar mi agradecimiento a la Universidad Nacional de Trujillo por haberme permitido
estar con ustedes y sobre todo reiterarles aquellas palabras cristianas que dicen: ¡Sed firmes hasta
el fin y recibiréis la corona de gloria…Hasta siempre.”
Métodos discursivos
• El Método Inductivo. La inducción consiste en elaborar un discurso partiendo de lo particular hasta
arribar a lo general; el conocimiento de hechos unitarios o segmentarios hacia el conocimiento de
la regla general, es decir hacia la generalización. Si por ejemplo, quiero hablar acerca de “El cultivo
de mangos”-aspecto general-, debo iniciar mi discurso hablando de la fruta del mango –aspecto
especifico-, para de ahí extenderme hasta el árbol, la siembra, el cuidado, el abono, etc. hasta llegar
al cultivo.
• Método Deductivo. Llamamos deducción a aquella forma de exposición en la que el orador
empieza por el aspecto general de las cosas para llegar luego, a lo particular; también, de los
planteamientos y leyes generales hasta los planteamientos y leyes específicas. Utilizamos este
método cuando, por ejemplo, hablamos del cultivo de mangos –general-, para luego llegar a la fruta
del mango –específico-. Se inicia un discurso sobre un planteamiento que ya conocíamos para
arribar a conclusiones específicas que aún no conocíamos.
• Método Analógico. La analogía es la relación de semejanza entre cosas distintas. Es un
razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o cosas diferentes. Con este
método ayudamos al público a realizar el siguiente razonamiento; “si dos fenómenos son similares,
en uno o más sentidos, factiblemente serán similares también en otros sentidos”. Si quiero hablar
de “la vida humana” puedo hablar, por analogía, de “la vida de una flor”, compararla y explicar sus
coincidencias, para hacer más didáctica y amena mi disertación.

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