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Filosofía Moral

Unidad 3: Ética de las virtudes


Prof. José Antonio Hernández Mejía
Objetivo general

El curso de ÉTICA DE LAS VIRTUDES tiene como finalidad,


que la persona en formación reconozca la pertinencia de
plantear y analizar filosóficamente, la pregunta por la
importancia de la ética aristotélico-tomista en el mundo
actual, en cuanto que dicha doctrina ética procura la
excelencia humana, a partir de la práctica de las virtudes
como hábitos operativos buenos.

Unidad 3: Ética de las virtudes - Prof. José Antonio Hernández Mejía


Resultados de aprendizaje
El alumno:
1. Comprenderá los fundamentos de la vida ética, para
pensar con argumentación, método y rigor ético.
2. Identificará la importancia de adquirir hábitos y
virtudes morales para el ejercicio de una vida plena y
auténticamente ética.

Unidad 3: Ética de las virtudes - Prof. José Antonio Hernández Mejía


Temario
Tema 3: LOS FUNDAMENTOS DE LA VIDA ÉTICA Y LAS
VIRTUDES MORALES
3.1. Caracterización de una ética de las virtudes
3.2. ¿Qué son las virtudes?
3.3. El término medio de la virtud
3.4. El carácter virtuoso
3.5. La actualización de la teoría aristotélica de la virtud
3.6. La prudencia y la dirección de la vida moral
3.7. Criterios para la dirección de la vida moral desde la ética de
las virtudes
3.8. Conclusiones

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Tema 3: Los fundamentos de la
vida ética y las virtudes morales

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3.1. Caracterización de una ética de
las virtudes
En el marco de una Ética de las virtudes, un acto es bueno
para la persona, si y solo si dicho acto le permite la realización
de ciertas virtudes para perfeccionar su propia naturaleza
(Aristóteles). En este sentido se da la realización de una
vocación o de un modo de vida legítima, porque los actos
virtuosos nos hacen un mejor agente moral.
Se trata de actuar con una buena disposición y la obligación
moral es interna, en la virtud no tenemos la necesidad de
comprensión o proceso lógico, sino seguir la voz interior.
Y son las virtudes, las que nos permiten adquirir modos de
unidad motivados por la libertad.
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3.2. ¿Qué son las virtudes?
• Las virtudes no son tanto deberes sino expresiones
concretas, en forma de hábitos de conducta, de la
inteligencia deseante que según Aristóteles es lo que
nos constituye como seres humanos.
• Sintetizando la etimología griega (areté, excelencia) y
su versión latina (virtus, fuerza o potencia) la virtud se
define como aquella fuerza para actuar que realiza la
excelencia del que actúa, que le hace ser de hecho lo
que es potencialmente, llevándole a la plenitud.

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3.2. ¿Qué son las virtudes?
• La virtud es lo que nos hace humanos y, por extensión
lo que hace más humanas a las sociedades.
• La virtud es un hábito o disposición a hacer el bien que
se adquiere con la práctica: aprendemos e
interiorizamos la virtud actuando virtuosamente. Nos
hacemos virtuosos o viciosos según la conducta
habitual que tengamos, conducta que depende de una
interrelación de factores: nuestro carácter, las
condiciones objetivas de la vida social y la educación.

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3.2. ¿Qué son las virtudes?
• La virtud es un hábito que se elige a través del deseo
deliberado, es decir, con la razón coordinando el deseo,
con lo que éste se integra en las virtudes.
• La elección es concretamente elección del término
medio entre dos extremos viciosos, de la cima entre
dos abismos hacia los que tiende a caer el deseo no
deliberado. Por ejemplo, la valentía es el término
medio entre dos vicios de la temeridad y la cobardía.

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3.3. El término medio de la virtud
• El término medio de la virtud (juicio reflexionante).
• Junto con Oakley podemos afirmar que el fin de la vida
moral humana es un florecimiento (flourishing) entendido
como un paulatino prosperar de las propias cualidades o
potencialidades inscritas o adquiridas como segunda
naturaleza en una persona.
• A esto se refiere que en una ética de las virtudes: “Es
esencial el carácter virtuoso del agente”. Por lo tanto, la
vida moral buena será aquella que sea capaz de llevar a la
persona a sus más altas disposiciones humanas y una vida
moral mala será aquella del hombre pusilánime o
mediocre.

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3.4. El carácter virtuoso
• El carácter virtuoso está determinado por lo que
nosotros necesitamos o somos como “seres humanos”
que nos permiten vivir una vida floreciente. Coordinadas
por la phrónesis (o sabiduría práctica) se consideran en
conjunto, en parte constitutiva de eudaimonía, las
virtudes son intrínsecamente buenos componentes de
una buena vida humana y se relacionan con nuestra
capacidad racional como seres humanos.
• La ética de las virtudes da primacía al carácter pues
envuelve al carácter como esencial no solo en la acción
sino incluye motivos, disposiciones, actitudes de carácter.

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3.4. El carácter virtuoso

• Para Oakley es fundamental la primacía del carácter


del agente, que se pone de manifiesto en proveer
ayuda al otro, en una disposición y mostrarla y en un
auténtico interés en su bienestar. Énfasis en quien es
el agente y finalidad esencial de toda acción humana.

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3.5. La actualización de la teoría
aristotélica de la virtud
• Actualmente, el pensador comunitarista que más
firmemente afronta la actualización de la teoría aristotélica
de la virtud es MacIntyre en su libro: Tras la virtud.
• Para MacIntyre, la centralidad de la virtud en la vida moral
sigue vigente con estas matizaciones:
• Exige como fondo la descripción de una “práctica”.
• Exige como complemento una referencia al orden narrativo
de la vida humana
• Requiere una descripción completa de lo que constituye
una tradición moral.
(MacIntyre, 1987, p. 233)

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3.5. La actualización de la teoría
aristotélica de la virtud
Práctica: “(…) cualquier forma coherente y compleja de
actividad humana cooperativa, establecida
socialmente, mediante la cual se realizan los bienes
inherentes a la misma mientras se intenta lograr los
modelos de excelencia que le son apropiados a esa
forma de actividad”
(MacIntyre, 1987, p. 233)

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3.5. La actualización de la teoría
aristotélica de la virtud
• Ejercer la medicina, jugar al fútbol, escuchar música son
prácticas. Toda práctica así definida conlleva modelos de
excelencia y obediencia a reglas, que quien entra en ella
acepta reconociéndoles autoridad. Una práctica se
distingue los bienes internos de los bienes externos.
• Los bienes externos como el poder, la fama y el dinero
son los principales, cuanto más tiene alguien menos
queda para los demás, porque son objeto de una
competencia entre ganadores y perdedores.

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3.5. La actualización de la teoría
aristotélica de la virtud
• Los bienes internos son el resultado de competir por
la excelencia, por lo que es propio de ellos el que su
logro sea un bien para toda la comunidad.
• MacIntyre redefine el concepto de virtud como la
cualidad humana adquirida cuya posesión y ejercicio
nos hace capaces de lograr los bienes internos a las
prácticas. La centralidad de la virtud es expresión de
nuestro “télos” o fin.

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3.5. La actualización de la teoría
aristotélica de la virtud
“Es, por tanto, la virtud un modo de ser selectivo, siendo un
término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y
por aquello por lo que decidiría el hombre prudente. Es un
medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y
también por no alcanzar, en un caso, y sobrepasar, en otro, lo
necesario en las pasiones y las acciones, mientras que la virtud
se encuentra y elige el término medio. Por eso, de acuerdo con
su entidad y con la definición que establece su esencia, la
virtud es u término medio, pero, con respecto a lo mejor y al
bien, es un extremo.”
(Aristóteles, 2010, p. 169)

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3.6. La prudencia y la dirección de la
vida moral
“En cuanto a la prudencia (phrónesis)= sabiduría práctica)
(…) parece propio del hombre prudente el ser capaz de
deliberar rectamente sobre lo que es bueno y conveniente
para sí mismo, no en un sentido parcial, por ejemplo, para
la salud, para la fuerza, sino para vivir bien en general. (…) Y
siendo dos las partes racionales del alma (una relativa a lo
necesario, otra a lo contingente), la prudencia será la virtud
de una de ellas, de la que forma opiniones pues tanto la
opinión como la prudencia tienen por objeto lo que puede
ser de otra manera.”
(Aristóteles, 2010, p. 274)

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3.7. Criterios para la dirección de la
vida moral desde la ética de las
virtudes
• Bien: Cada persona debe realizar su propio fin
trascendente; su vocación, su sentido de vida.
• Virtud: Las virtudes concebidas como hábitos elegidos en
relación a esa vocación o fin trascendente, que permiten
una mayor libertad y mejor realización como persona.
• Mayor bien o felicidad: Realización de una forma de vida
y de ser con la vocación, una actividad con sentido
teleológico (finalidad).

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Capacidades en torno a la virtud

Menos capacidad Más capacidad


Capacidad Virtud
da lugar a da lugar a
Razón Precipitación Prudencia Indecisión
Voluntad Avaricia Justicia Magnanimidad
Concupiscenci
Apatía Templanza Ambición
a
Irascibilidad Cobarde Fortaleza Temeridad

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3.8. Conclusiones
• Sintetizando, podemos afirmar que la ética de las
virtudes se determina por bienes relativos al agente en la
medida en que la finalidad sea el florecimiento del otro;
es decir que esté en coherencia con el fin que se quiere
lograr y manifestación, que se muestre auténtico interés
por el bienestar.
• Toda acción moral es una acción intencional, cuyo fin es
el elemento determinante de la realización, así como los
motivos, que expresan las razones. Luego supone una
deliberación, que termina en una decisión.

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3.8. Conclusiones
• Para una ética de las virtudes es esencial el carácter
virtuoso del agente.
• La vida moral buena será aquella que sea capaz de llevar
a la persona a sus más altas disposiciones humanas y una
vida moral mala será aquella del hombre pusilánime o
mediocre.
• El carácter virtuoso está determinado por lo que
nosotros necesitamos o somos como “seres humanos”
que nos permite vivir una “vida floreciente”.

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3.8. Conclusiones
• Coordinadas por la phrónesis (o sabiduría práctica) se
consideran las virtudes como componentes
intrínsecamente buenos de una buena vida humana y se
relacionan con nuestra capacidad racional como seres
humanos.
• La ética de las virtudes da primacía al “carácter” porque
abarca no solo la acción, sino que incluye motivos,
disposiciones, actitudes de carácter. Énfasis en quien es
el agente y finalidad esencial de toda acción humana.

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Referencias
• Aristóteles (2010). Ética nicomaquea. Ed. Gredos;
Madrid, España.
• MacIntyre, A. (1987) Tras la virtud. Ed. Crítica;
Barcelona, España.

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Bibliografía básica sugerida
• Aristóteles (2010). Ética nicomaquea. Ed. Gredos; Madrid, España.
• De Aquino, T. (2009). Summa Theologiae. Ed. Biblioteca de Autores
Cristianos; Madrid, España.
• Etxeberria, X. (2011) Ética básica. Ed. Universidad de Deusto; Bilbao,
España.
• Foot, P. (2002) Bondad natural. Una visión naturalista de la ética.
Paidós; Barcelona, España.
• Foot, P. (1994) Las virtudes y los vicios. UNAM, México D.F.
• Rodríguez Luño, A. (1993) Ética general. EUNSA; Pamplona, España.
• Etxeberria, X. (2002) Ética de las profesiones. Temas básicos. Desclée de
Brower; Bilbao, España.
• Rhonheimer, M. (2000) Perspectiva de la moral. Fundamentos de la
ética filosófica. Ed. RIALP; Madrid, España.

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Bibliografía complementaria
• Beuchot, M. (2000) Introducción a la Filosofía de Santo Tomás de Aquino. Ed.
UNAM; México, D.F.
• Brunet, G. (2002) Ética para todos. Ed. Edere; México, D.F.
• Camps, V. (2011) Concepciones de la ética. Ed. Trotta; Madrid, España.
• Coreth, E. (2005) ¿Qué es el hombre? Esquema de una antropología filosófica.
Ed. Herder; Barcelona, España.
• Chenu, M. D. (1950) Introduction a l´etude de Saint Thomas d´A quin, Institut
d´etudes médiévales: Montréal-Libraire philosophique. J. Vrin; Paris, Francia.
• González, J. (2009) El Ethos, destino del hombre. Ed. UNAM; México, D.F.
• Gutiérrez Sáenz, R. (2008) Introducción a la Ética. Ed. Esfinge; Naucalpan,
Estado de México.
• Lévinas, E. (2002) Ética e Infinito. Ed. Antonio Machado Libros; Madrid, España.
• Rhonheimer, M. (2010) La perspectiva de la moral. Fundamentos de la Ética
filosófica. Ed. Rialp; Madrid, España.

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