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Microrrelatos 2015 PDF
Microrrelatos 2015 PDF
Fic
a- Sobre dinosaurios
“La culta dama” de José De La Colina en: Lauro Zavala, Minificción mexicana
“Cien” de José María Merino en: Raúl Brasca, Dos veces bueno 3
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Microrrelatos – Selección de Cátedra- Producción de textos B 2015
Fic
b- De todo un poco
Cuando Noé vio el cuerno que sobresalía de la espesa crin en la frente, no dudó
ni un instante sobre la identidad del animal que pedía humildemente ser
aceptado en el Arca ante la inminencia del Diluvio.
Jamás había visto a un unicornio, pero los libros antiguos lo describían como un
animal más bien pequeño, semejante a una cabra y de carácter huidizo; con un
largo cuerno rematado en una afilada punta, parecido a ciertas especies de
caracol no muy abundantes en estos días.
Cuenta la tradición que, finalizado el Diluvio y agotados los pájaros por el ir y
venir a través de la tormenta y de la noche, Noé envió al Unicornio a comprobar
si había bajado el nivel de las aguas. El unicornio se arrojó a la oscuridad y al
tocar el líquido comenzó a hundirse. Ante la cercanía de la muerte rogó a un Dios
por su vida. Éste lo transformó en un narval, dejándolo conservar sólo el cuerno
como memoria de un pasado que desaparecía en el océano del tiempo.
En las noches claras, cuando el viento rompe el crepúsculo del agua en ondas
oscuras, añora galopar bajo el vientre de una doncella desnuda con la luna como
una pecera de fondo.
A veces atraviesa a algunos bañistas con su afilado cuerno buscando a Noé desde
tiempos remotos.
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Fic
Hay quienes suponen agotado el tema del unicornio y la doncella por extinción de
ambas especies. Sin embargo el diario de hoy publica la fotografía de un caballo
con un manchón sanguinolento sobre la frente. El animal asegura haber sido,
hasta pocas horas antes de la toma, una auténtica doncella.
Doncella y Unicornio II
El cuerno del unicornio impone bromas obvias y groseras. Este animal, que se
caracteriza por su infinita delicadeza, prefiere mantenerlo retraído,
confundiéndose con un caballo cualquiera. Así, al precio de la servidumbre, ha
logrado evitar la extinción y prolongar su estirpe, llegando incluso, a
reproducirse en forma inmoderada y excesiva, invadiendo, a causa de su
lubricidad, a otras especies, en las que ha dejado, contrariando teorías
científicas, su inconfundible huella genética: una constante añoranza de las
doncellas y esta maldita cosa en la mitad de la frente que ya no sé cómo cuernos
disimular.
Nunca se supo lo que pretendían los unicornios al prosternarse ante las doncellas,
y esta duda ha llevado a numerosos y desagradables equívocos. En cambio, está
perfectamente establecido lo que buscaban las doncellas: el reconocimiento
público de una cualidad que sólo así podrían probar ante testigos sin riesgo de
perderla en la misma prueba.
Doncella y Unicornio IV
Dícese que las hijas de los efrits, y entre ellas la incomparable Pari-Banu,
renuevan su doncellez después de cada encuentro amoroso, para éxtasis y
confusión de los probos unicornios.
Doncella y Unicornio V
Es falso que los unicornios acostumbren formar manadas. Tampoco lo hacen las
doncellas. Es falso que se reúnan en los pocos aquelarres en los que doncellas
desnudas cabalgarían unicornios. Ni las doncellas tienen interés en cabalgar ni a
los unicornios les gusta ser montados. Lo contrario, en cambio, a veces es
posible. Sobre todo considerando que, si bien los unicornios no tienen
inconvenientes en conservar su condición indefinidamente, ninguna anciana
doncella se jactaría de haber conservado tan largamente su honra.
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Fic
Se le vino encima. Tenía dos cuernos. La embestida era de toro, el cuerpo no.
- Te conozco- dijo riéndose la muchacha-. ¿Crees que voy a cometer la
tontería de cogerte por los cuernos? uno de tus cuernos es postizo. Eres
una metáfora.
Entonces el Unicornio, al verse reconocido, se arrodilló ante la muchacha.
Sentado en la rama del árbol vecino, el chico miraba con codicia la manzana más
madura. Tendió la mano para arrancarla y en el mismo momento recordó el
pecado original que acababan de enseñarle en catecismo. Retiró la mano
indeciso y buscó la serpiente enroscada en el tronco. No estaba. Son puras
mentiras, se dijo y, como tantas otras veces, arrancó la manzana, la lustró
frotándola contra la camisa y la mordió. Mientras masticaba, miró distraídamente
la fruta mordida. Se paralizó. Escupió espantado lo que tenía en la boca y arrojó
lejos el trozo que le quedaba. Había visto un pequeño gusano que emergía de la
pulpa. Con el diablo nunca se sabe, pensó.
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Cenicienta II
Cenicienta III
Cenicienta IV
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los
cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron.
Después de largos años de paciente y afanosa búsqueda, J. dio por fin con esa
novia, esa mujer única a la que un hombre jamás debe dejar pasar.
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Fic
Ella tenía los colmillos largos y agudos; él tenía la carne blanda y suave: estaban
hechos el uno para el otro.
Es cierto. Se fue y dejó de venir durante muchos años. Los niños crecieron. Mire
lo grandes que están: ya todos tienen gafas y van a la universidad.
Ellos no lo reconocieron. Pero entre él y yo las cosas pasaron como si no hubiera
ido nunca. El mismo día que volvió nos dimos cuenta. No había cambiado nada. A
los minutos estábamos donde habíamos empezado, cuando nos casamos hace ya
tiempo.
El me dijo que no quería sangre para la comida. Yo le dije que no había nada
más.