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Comunicacién 8 Simulacro: sIMULACRO Y DECADENCIA: UNA TEORIA DE LA COMUNICACION José Luis Villacanas Berlanga Universidad de Murcia 1 Reivindicando Lucrecio, Fue Michel Serres, en el lejano libro de 1977, La naissance de la physique dans le texte de Lucréce, quien senté la rotunda tesis tw deseo desplegar aqui “a teoria de ls simalactos (es una teona dela comunicacién’” (Serres, 1994). Elautor se beneficiaba en su libro deunaingente vevestigacin llevada a cabo por un conocido académico franeés, Jean Bollack, que publicaba desde afios antes, y en la misma editorial parisina Minuit, textos y comentarios eruditos sobre la flosofia de Epicuro (Epienro, 1971 y Bollac, 1975). El nuevo texto de Serres se liberaba de la pesada carga académica -que en el fondo seguia dominando en su Hermes I. La Communication (Serres, 1996)!-, y se organizaba con una brillante retérica que heredaba la vieja episcemologia francesa de G. Bacherlard y anticipaba el incuestionable triunfo dela irrupcion postmoderna. El giro no fue personal. Nadie sabe bien por qué, Tucrecio fue descubierto de nuevo por doquier. Lo frecuenté Clement Rosset, en un capitulo de su libro Légica de la peor, publicado en 1971, el dedicado + “Lucrecio y la naturaleza de las cosas” (Rosset, 1976). Lo hizo igualmente Deleuze, en un capitulo de Légica del sentido, dedicado justo a “Lucrecio'y el simulacro”. Poco después lo haria Hans Blumenberg, en un libro magistral, Naufragio con espectador, en el que la figura de Luerecio resulté el esquema definitivo de la posicién del filésofo (Blumenberg, 1979). La perspectiva de la comunicacién no es dominante en todas estas aproximaciones, pero no estaba del todo. excluida de la aproximacién de Blumenberg, El esfuerzo de comunicar apenas puede caracterizar esa figura del espectador del naufragio. Bl verfa como se hunde en el piélago cada uno de aquellos a los que podria decir algo. Asi que no alcanzamos a entender qué se tendria que comunicar en esta situacién. De existir la comunicacién aqui, el ndufrago deberia recibir algo de la serenidad del espectador y éste un eco de la inquietud de quien se hunde. Sin embargo, entre estas dos actitudes parece abrirse la diferencia radical. Desde cierto punto de vista, en esta sima parecen sepultados los esfuerzos por los que intentamos hacernos cargo de la suerte e que el libro es de 1969. Como tal, significaba el rorundo triunfo del estructuralismo. Tal cosa ya no se podia mantener en El nacimiento de la isiea. ‘Comunicacién & Simulacro de los otros. El universo del néufiago y el del espectador son incomunicabley, Si la existencia humana esta dominada por esta metdfora, entonces los seres humanos no son ni sujetos ni objetos de la comunicacién. Se hacen sciiales, ‘pero estin solos. Este camino parece cerrado. Lasalmas, ese fondo existencial que se pone en tensién cuando alguien contempla su propia vida y se ve agitando los brazos en medio de las aguas, no se comunican. La felicidad que Lucrecio adivina en el espectador del nauftagio, como Kant identifica en el sujeto de la experiencia de lo sublime, se basa en esa falla de la comunicacién existencial: mientras estamos a cubierto y Seguros, ¢s grato contemplar los males imaginarios a los que uno eseapa, En fa escena del naufragio y de lo sublime, el espectador no tiene una experiencia real del mal y por eso siente placer y se alegra. Sélo tiene exactamente un simulacro, la imagen de alguien que se agita y en cuya figura incluso serfa indiferente reconocerse a si mismo. Este es el terreno de su goce y hasta aqui llega la comunicacién. Lo que roza el espectador con sus dedos no es la muerte de alguien en medio del mar. Sélo sus ojos acarician algo, una imagen, una fantasia, y eso es siempre un simulacro. La aficién por Lucrecio por tanto no era caprichosa. Era un sintoma cultural de una época que no deseaba refugiarse en platonismoalguno, pero que tampoco deseaba asumir como tinico materialismo posible aquel hegelianismo camuflado que en el fondo anidaba en el marxismo. En realidad, con Lucrecio no habia manera de pactar con una filosofia de la historia, con una teoria del Progreso o con una mirada sistematizadora de la totalidad. Lucrecio alerté a los hombres de una generacién que se deseaban despedir de codo lo que fuera salvacién: la metéfora de la existencia era el naufragio. En este universo sin cielo al que aspirar, la nocién de simulacto se torné central. Serres tuyo ‘el mérito de clevar esta categoria propia de la filologia helénica a concepto imprescindible. En los libros de Bollack, como antes en los textos de Usener, lanocién de simulacro merecia apenas unas notas a pie de pagina. Tras el texto de Serres se podia hacer del simulacto la Categoria central de la comunicacién. En un tiempo en que todo quedaba reducido a comunicacién, el simulacro alcanzaba la centralidad de una nueva ontologia apropiada a un presente sin redencién. 2. Platonismo persistente. Hoy lo sabemos un poco mejor. La llamada condicién post-moderna quizd no deberfa haberse dotado de este carécter mas bien circunstancial. Presentada como ontologia general hubiera sido una filosofia més persuasiva. Sin duda, Lacan oftecia materiales apropiados para ello. El mérito de Blumenberg ha consistido en clevar la condicién del ndufrago Comunicacién & Simulacro y del espectador a constantes antropolégicas. Su limpieza filoséfica reside en que no esta dominado por la jerga escolistica del autor del Seminario. Quins el de Blumenberg sea el camino apropiado para comprender que con aquello de “la condicién postmodern” se queria mencionar algo que siempre se gozé y se padecié por igual. Entonces, lo que resultaria rebajado a la condicién de lo circunstancial serian esos diagndsticos de Heidegger, esa pretension de que existe algo asi como una historia de la metafisica, una historia del ser ala medida de un historiador. Las categorias de Lucrecio o Epicuro bien podria decimos una verdad que trasciende los intentos de la filosofia de la historia de todo tipo, con su pretensién de hacer del tiempo histérico un reino somerido al Jogos. Un tiempo entregado a la circulacién de simulacros es la peniiltima puerta hacia un mundo sin originales y sin salvacién, Todavia queda por decidir si podemos prescindir de ¢sa misma nocién, residuo de la dualidad y de la caida, y como explicar la construccién desnuda de una’ sociedad como una continua agitacién y proliferacién de emisiones y recepciones de simulacros. Comunicacién, simulacro, decadencia, quizé son palabras que nos hablan de un mundo, el humano, en el que resultan imprescindibles a pesar de que nadie tenga sentido alguno para lo originario ontalégico. Es como en el naufragio de la existencia: no sabemos lo que es llegar a puerto y, sin embargo, hablamos de un extravio. En el fondo, estamos ante una condicién universal. Al despedirnos de toda filosofia de la historia, no demandariamos por el sentido de un sefos que supuestamente une los acontecimientos, sino por los seres humanos como acontecimientos mismos. Serres, avanzando en su teoria de la comunicacién, planted la pregunta central asi: “Qué sucede en las inmediaciones de las singularidades?” (Serres, 1994: 127-8). Sin duda, las consecuencias de esta pregunta para la comunicacién son decisivas. En su anilisis podemos identificar lo que se comunica, lo que se comparte. @Radicalizar entonces el punto de vista de Epicuro, de Lucrecio2, ggeneralizarlo? De eso se trata. Epicuro nos habla de un mundo sin modelo, Pero es llamativo que lo haga con las mismas palabras que Platén, quien no daba un paso sin reivindicar un arquetipo. Su obsesién es que si no hay arquetipo, el mundo es territorio de los sofistas y, entonces, él mismo seria uno de ellos. Algo de esta obsesién, aunque mas como una huella, se halla todavia en Epicuro. En verdad el universo de Epicuro todavia es demasiado platénico. El simulacro, que él llama eidolon, sigue haciendo referencia al eidos. Por lo demas, Epicuro no quiere tener una ciencia de los simulacros, sino de las sustancias. Su doctrina final aspira a una fisiologia. No le interesa tanto la comunicaci6n, sino la sabiduria. En cierto modo, Epicuro estd en el ambito de | 1& Comunicacién & Simulacto la ciencia dlisica, con sus connotaciones morales incluidas. El también busca la paz y la serenidad propia de una ciencia que funda una doctrina sobre fo tuniversal (Epicuro, 1971: 72-3; 37. lineas 1-6). Como Platén, Epicuro quiere usar los sonidos y las percepciones para “ver las cosas desconocidas”. Este ¢5 su axioma. Y como Platén, aquello que vincula lo visto y oido con lo no visto ni ofdo, pero conocido, es lo omoios, lo semejante. Sobre él se funda a razonamiento discursivo, la dianonia, y se clevan los criterios (Epicuro, 1971: 38, lineal 1-12)°. En suma, parece que Epicuro aspira tanto como Platén auna teoria de la verdad. No podemos sino concluir que su uso del simulacro sigue siendo conservador: hay una realidad original con la que se compara. Por eso, 5 preciso ir més alld de él. Esa es la exigencia exclusiva de la ciencia. La teorfa de la comunicacién no necesita en absoluto, como es sabido, una teorfa de la verdad. Un mundo platénico, por tanto, pero uno en el que Epicuro ha incroducido la serpiente de la absoluta inmanencia*. Todo comienza aqui con los simulacros, con lo que circula. Pero los simulacros sélo son anticipaciones, prolepsis (Epicuro, 1971: 72, linea 5.), para llegar a caprar lo oculto mediante razonamientos o dialepsis. Habria por tanto comunicacién, pero sélo como anticipacién a la verdad. Epicuro sigue siendo un optimista, como Platén. La diferencia reside en la materialidad de ambas instancias. El eidolon, ef simulacto, ¢s un cuerpo material individual que es omoios, anélogo, al eidos del cuerpo sustancial, del arquetipo del que deseamos tener ciencia, fisiologfa. La doetrina es conocida. Los sdlidos, compuestos de itomos con sus esquemas y sus formas —de nuevo platonismo—, los cuerpos sustanciales aparentes, en su superficie o piel emiten efluvios huecos que conservan la posicién (thesis) y el orden (édsis) que tenian en el sdlido tridimensional. Por eso estos efluvios son llamados “typoi” (Epicuro,1971: 46, linea 1). Como no son originarios, sino que son iguales’ a los tridimensionales, no se pueden llamar arquetipos, 2) En efecto, aqui él quiere dar un “epitomén”, un resumen que ofrezca los elementos -stoijeiosin"- acerca de las doctrinas del universal -t6n hélon doxdn”. 3) Para el axioma, que deja claro que se quiere descubrir las cosas “adélon”, ocultas, desconocidas. Para razonamiento se usa la palabra platénica dianonia y kriterfon, Lineas 6 y 7. Cf. Epicuro, 1971; 74-75. 4) En este sentido, Epicuro seria un pensador mucho mis arcaico, como lo testimonia el hecho de que asume la vieja cliiasula presocritica de que “nada nace del no-ser”. CE Epicuro, 1971: 38, lineas 13-15) 5) omoioschemones, Epicure, 1971: 38, lineas 13-15, Comunicacién 8 Simulacro glo tipos derivados. ‘A éstos los llama Epicuro efdola, y esta palabra se ha sino slo Pos co fers, Que tiene que ver con la reoria de la comunicacion, CC eave principio de la modernidad, cuando los llamo idole. vale supe Mpenos imaginae ahora cl universo, Sélides que consinuamente cen simulacrossutiles, estructurados, tipificados, con capacidad de producir ese los cuerpos, sus formas y sus sonidos, y-que se mueven a evident del pensamiento, una extra tsis que Epteuro ha dejado cae a unos simulacros pueden chocar con otros, y formar asi simulacros derivados que no tienen original. Por eso ha podido decir Epicuro que el simulacro conserva la simpatia con cl objeto. El residuo que deja el simulacro en nuestros érganos sensibles genera, cuando es aprehendido, una imagen 0 fantasia, en la que se puede apreciar tanto la forma, como los accidentes del sélido (Epicuro, 1971: 50, lineas 2-3)’. El alma, ella misma un agregado de jromos en continuo movimiento, no cesa de moverse a la velocidad de estos simulacros. Continuamente agitada por todo tipo de residuos y de fantasias, de imagenes y de tipos procedentes de mundos infinitos y de una materia cn perpetua agicaciOn, expuesta a una comunicacién continua, es fil pensar que toda la teoria de Epicuro se dirige a este punto: dorar al alma de algin momento de serenidad. De esta manera, se ha anticipado a la problematica hisica de la comunicacion y del presente: retrasar la histeria ys si es posible, evitatla 3. Ilusiones: controlar la comunicacién, No es la menor de las paradojas que un filésofo del siglo II antes de Cristo, habitante de un cosmos que nos parece elemental, se haya planteado los mismos problemas que nos angustian a nosotros, los que habitamos un mundo asfixiante y complejo. ¥ es que las pulsiones hacia la complejidad residen en la capacidad proyectiva de nuestra imaginacién y pueden asaltar con toda su intensidad al primero que haya operado con la fixga de infinito, cl verdadero motor de toda anticipacién y la estructura Ultima de la subjetividad. El ser humano, para Epicuro, se halla en medio de un universo denso de simulacros, cada uno de los cuales tiene un remoto origen, sufte profundos cambios, deja en el alma diferentes imagenes y ecos. La comunicacién entonces se convierte en un proceso infinito en medio de un universo infinito. Los cuerpos no cesan de emitir simulacros 6) “La génesis de los s 1971: 48, lineas 1-2). 7) Residuo se vierte por “egkataleimmatos”, Forma se vierte por morfé y accidentes por symbebekdos. mulacros es segin la velocidad del pensamienco” (Epicure, 7 Comunicacidn & Simulacro que se mezelan con otros, se metamorfosean de manera continua, y todos ellos, a la velocidad del pensamiento, son recibidos por las almas, que a su vez los transforman, los mezelan, los dispersan en los ecos de la memoria, Ver Jos cuerpos como emisores y las almas como receprores: ahi ha identifieado Epicuro cl terreno de juego donde se veritica el destino del ser humano. Simulactos como la base de la comunicacién, ya lo dijimos. Su problema no es otro que éste: ante ese flujo infinito de emisiones y transformaciones, ;eémo es posible que la comunicacién triunfe y se transforme en verdad? ;Cémo puede sobrevivir la comunicaci6n a su propia proliferacién? También en su aso, Ja aventura del héroe filosdfico reside en no perder la serenidad, mantener un criterio, controlar sus propios procesos mentales, no caer en el error, ultimar sola no garanti una comunicacién en una verdad que la fisica por s : Serres ha querido subrayar lo antiplatdnico de Lucrecio desde el punto de vista de las relaciones entre la fisica y la geometria*. Asi, ha podido hablar de una geometria fisica, imperfecta, alterada, cambiante, singular, sin figuras perfectas ni ideales. Esto es verdad. Mientras que Platén reduce la fisica a un afadido insignificante de la matemitica, Epicuro habria hecho de Ja matemdtica una mera consecuencia de una fisica apropiada. Sin embargo, ala postre tampoco se descubre un verdadero antiplatonismo en Epicuro. Desde el punto de vista del conocimiento, ambos buscan no caer en Ia ilusién y el ertor. Moralistas ambos, descan la serenidad y la paz. Alguien podria decit que la diferencia reside en la politica. Asi, Platén desearia controlar de manera clara el flujo de la comunicacién, disciplinarlo, mantenerlo cerca del fildsofo, que para eso reclamaria el poder. En cierto modo, entre las ideas y los ‘cuerpos se da un proceso de participacién y el sabio lo conoce. Entre el arquetipo y el cuerpo hay una diferencia que se puede medir, represenrar, transitar. No hay un mero flujo continuo, sino un proceso participativo y representativo. Epicuro, al superar la relacién entre arquetipo y simulacro en un flujo continuo y turbulento, imposible de gobernar y representar, slo ha previsto la resistencia del sabio individual reforzado por sus amigos. Ambos, Platén y Epicuro, han apreciado que el poder se acredita en el control de la comunicacién basada en simulacros. Plan ha intuido que si el fildsofo no controla ese proceso ¥ su dependencia de la idea, los sofistas lo harén con su entrega al juego continuo y entretenido de los simulacros. Eso es lo que se juega en el Mito de la Caverna 8) “Las formas ideales de la geometria no son transparentes, invariables y vacias, sino densas, compactas, llenas casi hasta la saturacién por un tejido complejo, y estén recu- biertas, en sus bordes, de velos invisibles que permiten verlas” (Serres, 1994: 128), , 2003). Epicuro, mds escéptico, ha identificado en el cosmos ne vesdadero poder y la verdadera fuente de angustia. El poder de la Jidad, incluido aqui todo lo que tiene cuerpo, ¢s {a amenaza y dl inico trol posible reside en el receptor. Platén, mds ingenuo, ha ereido que una Keologia o relato mitico apropiado podria legitimar el poder bondadoso del emisor y asegurar st capacidad de limitar drasticamente la ciroulacién de ba jcacion. > ee cAigattl persistente. A poco que reflexionemos, nos damos cuenta de que Epicuro es la peniiltima puerta, pero resulta facil atravesarla hacia la estancia sin plaronismo residual. En cierto modo, el ser humano en se halla en la situacién de los mensajeros de Kafka. El muchacho debe hacer llegar una carta, pero tiene que atravesar complejas estancias palaciegas, rantas- que jamds llegard a su destino. Lo mismo deberia suceder con Epicuro, aunque no lo ha visto asi. Asaltada cl alma por continuos simulacros, debe abrirse camino en una densa fronda para llegar a una-verdad. ;Cémo: pueda suceder esto?, es la pregunta que encrega a la filosofia su estatuto casi milagroso. Aqui, en cierto modo, la nocién de simulacro hace siempre inevitable referenciaala naturaleza de las cosas, a la fisiologia, a aquello que es un original. Nohayla menor duda de que Epicuro ha queride medias este proceso y apenas podemos ignorar que pensaba haberlo logrado. Sus méximas y criterios, con los qu quiere adoctrinar a Herodoto en su carta, tienen que ver cacanpentaieal dl simulacro hacia lo que existe. A diferencia de los personajes de Kafka, que 7 llenos de melancolia se miran impotentes por no poder cumplir su accién, — Herodoto recibe la carta emancipadora que promete la ateraxia, la que controla el flujo de simulacros y gobierna la comunicacién. Ahi resi verdad, a cuya pretensién no ha renunciado Epicuro. Come ha dicho Bollack, — “los dos términos oiisi y alethési, se relacionan como atributos com el participio: prosagoreuoménois; la cxistencia y la verdad son el objeto de la predicacién” (Epicuro, 1971; 51, linea 5). t ' Hoy podemos dudar de la verosimilinud del gesto.de Epicuro y desu optimismo de filésofo. Con el mero caos de los simulactos re presionando el alma, todavia no hemos deserito eon realismo la di : todo proceso hacia la verdad tiene que superar, El flujo continuodelossimulacros: que agitan el alma, producen ademds una inmensa gama de subproductos, de residuos mentales, que multiplican la confusién y la complejidad en que orientarnos. Ya vimos que ante todo producen las imagenes o Pero a estos residuos se deben afiadir las reproducciones que p ce la y alma. Epicuro habla de eikéni y de oionei: las primeras cealidades mentales ‘Comunicacién & Simulacro son reproducciones de los simulacros. mientras que las segundas son mis bien Proyecciones. Se supone que todas ellas son residuos o fantasias, A ellos hay que anadir los suefios, Aypnoi. Ademis, se refiere con un genérico “alas tinas, a otros producros del pensamiento y de otros criterios (Epicuro, 1971: 51, linea 1-4). La selva mental asi se rorna todavia més complicada porque el alma, que se mueve a la velocidad de los simulactos, produce continuamente ‘ecos de éstos, los hace resonar, reverberar. Tanto es asi que Epicuro ha tenido que distinguir dos aprehensiones: la inmévil y la mévil. ‘Con ello ha complicado su filosofia al hilo de las dificultades reales de la vida animica. La aprehensién inmévil” esté orientada a la capracién perceptiva de simulacros y su orden mediante laimagen inmediata. La aprehensién mévil hace referencia a la percepcidn de los propios residuos mentales derivados de los simulacros y de nuestra actividad mental, a los juegos de proyecciones yde reproducciones. La pasividad es un indice de verdad en la primera. El simulacro y la imagen configuran una prolepsis, una anticipacién de percepcidn. Si esta anticipacién se confirma en la didlepsis, en el discernimiento pasivo, entonces hay verdad. Si se espera ver algo y de manera pasiva se percibe y se capta en esa pasividad, entonces no hay ninguna razén para mantener que era una ilusién, El error no existiria aqui y estaria producido por una capacidad de mantener -€n sus minimos ¢l movimiento del alma, de tal manera que las percepciones de simulacros tuvieran la nitidez apropiada justo en razén de su pasividad. Por -€80, Epicuro dice que “el error no existiria si no cuviéramos ademis en nosotros otro movimiento, que bien que vinculado, esté provisto de discernimiento” (Epicuro, 1971: 51, lineas 7-9). Este movimiento se basa en las semejanzas y analogias con las que nosotros mismos claboramos imagenes, anticipaciones, Proyecciones, suefios. Aqui, como es natural, el alma se puede separar de las semejanzas capradas en la aprchensién pasiva, de los simulacros y sus imagenes, y dotarse de un mundo propio de sus propias proyecciones. ¥ aqui, €n estas variaciones mentales de las que no se puede hallar una aprehensién Pasiva, se inician todos los fenémenos caracterizados por la angustia, la falta de serenidad, la desdicha, el miedo ante la realidad. Esta aprehensién mévil tiene su propio discernimiento, y juzga las fepresentaciones como si fueran cosas reales y las califica como felices, terribles, Poderosos. Este es el desorden mas grave de la vida mental. Su efecto es el miedo, las fobias, los movimientos irracionales, la histeria, las patologias que 9) Aprehensién traduce “epibolé”, literalmente echarse encima, lanzarse, coger al asalto al araque. (Epicuro, 1971: 50, linea 15). Comunicacién & Simulaero -enocemos como propias. De ahi la necesidad de limicar la aprehensién movil, de calmar la vida mental, de limitar la productividad de residuos, de limitar su inclinacién al juicio propio, para atenerse a los simulacros como fuente de verdad. “La ataraxia es librarse de todas estos miedos”, se nos dice por doquier: ‘Ahora bien, esta disminucién de la actividad sélo se consigue por la verdad, que silo se consigue si se disminuye la actividad. El efrculo es insoluble. El inensaje positivo de Epicuro reside en que noes la realidad la que nos asfixia, sino nuestras propias ilusiones y errores. Si nos atenemos a los simulacros y a la aprehensién inmévil, entonces podemos llegar a un sentido de sucesos naturales, 2 una fisiologia, capaz de eliminar las parologias, En cierto modo: si tenemos un régimen de seleccién de estimulosy nos atenemos-a las emisiones naturales, entonces seremos receptores naturales. La vida en paz y en calma sera posible. Como dice Serres: “la verdad, la apariencia tranquila de un mundo real. Limitaos a desear ver claro: las cosas no son tan complicadas” (Serres, 1994; 129). Sin embargo, el circulo argumental no desparece por eso. La cuestidn esté en ese imperativo, “limitaos”, que como todo imperative, jams explica sus condiciones de uso. Es verdad que la realidad es emancipadora y uanquilizadora, pero para apreciarla ya debemos estar tranquilos. Asi la terapia por la pasivicad y la realidad es tan misteriosa como la eleccién de los salvados por la graci 5.~ ;Pero on falsos los doses? Y en cierto moda, como vamos.a.yer, de eso se trata. En un universo plenamente inmanente, el errory el terror, con sus ecos continuos dentro del alma, tienen que tener un fundamento tan natural como la serenidad misma. Asi que podemos hacernos dos preguntas: ;Cémo un ser que tiene un alma que se mueve entre sus simulacros a velocidades de vértigo ha generado cn si una idea de serenidad? ;Cémo se ha vineulado a esa idea con un afecto tan fuerte que le permite seleccionar dristicamente el régimen de estimulos, levantar barreras a una exposicién indiscriminada, y asi regular el flujo de la comunicacién? El germen de serenidad que rompe el circulo del frenesi comunicativo debe serledado al ser humano, pues no parece un resultado natural de las agitaciones de étomos de su alma. Sin duda, este problema es el central. Igual que este otro: {Toda realidad es fuente de serenidad para el ser humano? Aun suponiendo que las leyes naturales nos permitan explicar la realidad sin referencia alguna a una voluntad que nos. amenazara, como esos dioses del mito, gexcluye esto que la realidad sea realmente amenazadora para nuestro compuesto de dcomos? Y si la realidad puede ser terrible, gcodos los mulacros son fuente de paz, de claridad?

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