Comunicacién 8 Simulacro:
sIMULACRO Y DECADENCIA: UNA TEORIA DE LA
COMUNICACION
José Luis Villacanas Berlanga
Universidad de Murcia
1 Reivindicando Lucrecio, Fue Michel Serres, en el lejano libro de 1977,
La naissance de la physique dans le texte de Lucréce, quien senté la rotunda tesis
tw deseo desplegar aqui “a teoria de ls simalactos (es una teona dela
comunicacién’” (Serres, 1994). Elautor se beneficiaba en su libro deunaingente
vevestigacin llevada a cabo por un conocido académico franeés, Jean Bollack,
que publicaba desde afios antes, y en la misma editorial parisina Minuit, textos
y comentarios eruditos sobre la flosofia de Epicuro (Epienro, 1971 y Bollac,
1975). El nuevo texto de Serres se liberaba de la pesada carga académica -que
en el fondo seguia dominando en su Hermes I. La Communication (Serres,
1996)!-, y se organizaba con una brillante retérica que heredaba la vieja
episcemologia francesa de G. Bacherlard y anticipaba el incuestionable triunfo
dela irrupcion postmoderna. El giro no fue personal. Nadie sabe bien por qué,
Tucrecio fue descubierto de nuevo por doquier. Lo frecuenté Clement Rosset,
en un capitulo de su libro Légica de la peor, publicado en 1971, el dedicado
+ “Lucrecio y la naturaleza de las cosas” (Rosset, 1976). Lo hizo igualmente
Deleuze, en un capitulo de Légica del sentido, dedicado justo a “Lucrecio'y el
simulacro”. Poco después lo haria Hans Blumenberg, en un libro magistral,
Naufragio con espectador, en el que la figura de Luerecio resulté el esquema
definitivo de la posicién del filésofo (Blumenberg, 1979).
La perspectiva de la comunicacién no es dominante en todas estas
aproximaciones, pero no estaba del todo. excluida de la aproximacién de
Blumenberg, El esfuerzo de comunicar apenas puede caracterizar esa figura
del espectador del naufragio. Bl verfa como se hunde en el piélago cada uno
de aquellos a los que podria decir algo. Asi que no alcanzamos a entender qué
se tendria que comunicar en esta situacién. De existir la comunicacién aqui,
el ndufrago deberia recibir algo de la serenidad del espectador y éste un eco de
la inquietud de quien se hunde. Sin embargo, entre estas dos actitudes parece
abrirse la diferencia radical. Desde cierto punto de vista, en esta sima parecen
sepultados los esfuerzos por los que intentamos hacernos cargo de la suerte
e que el libro es de 1969. Como tal, significaba el rorundo triunfo del
estructuralismo. Tal cosa ya no se podia mantener en El nacimiento de la isiea.‘Comunicacién & Simulacro
de los otros. El universo del néufiago y el del espectador son incomunicabley,
Si la existencia humana esta dominada por esta metdfora, entonces los seres
humanos no son ni sujetos ni objetos de la comunicacién. Se hacen sciiales,
‘pero estin solos. Este camino parece cerrado.
Lasalmas, ese fondo existencial que se pone en tensién cuando alguien
contempla su propia vida y se ve agitando los brazos en medio de las aguas,
no se comunican. La felicidad que Lucrecio adivina en el espectador del
nauftagio, como Kant identifica en el sujeto de la experiencia de lo sublime, se
basa en esa falla de la comunicacién existencial: mientras estamos a cubierto
y Seguros, ¢s grato contemplar los males imaginarios a los que uno eseapa, En
fa escena del naufragio y de lo sublime, el espectador no tiene una experiencia
real del mal y por eso siente placer y se alegra. Sélo tiene exactamente un
simulacro, la imagen de alguien que se agita y en cuya figura incluso serfa
indiferente reconocerse a si mismo. Este es el terreno de su goce y hasta aqui
llega la comunicacién. Lo que roza el espectador con sus dedos no es la muerte
de alguien en medio del mar. Sélo sus ojos acarician algo, una imagen, una
fantasia, y eso es siempre un simulacro.
La aficién por Lucrecio por tanto no era caprichosa. Era un sintoma
cultural de una época que no deseaba refugiarse en platonismoalguno, pero que
tampoco deseaba asumir como tinico materialismo posible aquel hegelianismo
camuflado que en el fondo anidaba en el marxismo. En realidad, con Lucrecio
no habia manera de pactar con una filosofia de la historia, con una teoria del
Progreso o con una mirada sistematizadora de la totalidad. Lucrecio alerté
a los hombres de una generacién que se deseaban despedir de codo lo que
fuera salvacién: la metéfora de la existencia era el naufragio. En este universo
sin cielo al que aspirar, la nocién de simulacto se torné central. Serres tuyo
‘el mérito de clevar esta categoria propia de la filologia helénica a concepto
imprescindible. En los libros de Bollack, como antes en los textos de Usener,
lanocién de simulacro merecia apenas unas notas a pie de pagina. Tras el texto
de Serres se podia hacer del simulacto la Categoria central de la comunicacién.
En un tiempo en que todo quedaba reducido a comunicacién, el simulacro
alcanzaba la centralidad de una nueva ontologia apropiada a un presente sin
redencién.
2. Platonismo persistente. Hoy lo sabemos un poco mejor. La llamada
condicién post-moderna quizd no deberfa haberse dotado de este carécter mas
bien circunstancial. Presentada como ontologia general hubiera sido una
filosofia més persuasiva. Sin duda, Lacan oftecia materiales apropiados para
ello. El mérito de Blumenberg ha consistido en clevar la condicién del ndufragoComunicacién & Simulacro
y del espectador a constantes antropolégicas. Su limpieza filoséfica reside en
que no esta dominado por la jerga escolistica del autor del Seminario. Quins
el de Blumenberg sea el camino apropiado para comprender que con aquello
de “la condicién postmodern” se queria mencionar algo que siempre se gozé
y se padecié por igual. Entonces, lo que resultaria rebajado a la condicién
de lo circunstancial serian esos diagndsticos de Heidegger, esa pretension de
que existe algo asi como una historia de la metafisica, una historia del ser ala
medida de un historiador. Las categorias de Lucrecio o Epicuro bien podria
decimos una verdad que trasciende los intentos de la filosofia de la historia de
todo tipo, con su pretensién de hacer del tiempo histérico un reino somerido
al Jogos. Un tiempo entregado a la circulacién de simulacros es la peniiltima
puerta hacia un mundo sin originales y sin salvacién, Todavia queda por
decidir si podemos prescindir de ¢sa misma nocién, residuo de la dualidad
y de la caida, y como explicar la construccién desnuda de una’ sociedad
como una continua agitacién y proliferacién de emisiones y recepciones de
simulacros. Comunicacién, simulacro, decadencia, quizé son palabras que nos
hablan de un mundo, el humano, en el que resultan imprescindibles a pesar
de que nadie tenga sentido alguno para lo originario ontalégico. Es como
en el naufragio de la existencia: no sabemos lo que es llegar a puerto y, sin
embargo, hablamos de un extravio. En el fondo, estamos ante una condicién
universal. Al despedirnos de toda filosofia de la historia, no demandariamos
por el sentido de un sefos que supuestamente une los acontecimientos, sino
por los seres humanos como acontecimientos mismos. Serres, avanzando en
su teoria de la comunicacién, planted la pregunta central asi: “Qué sucede
en las inmediaciones de las singularidades?” (Serres, 1994: 127-8). Sin duda,
las consecuencias de esta pregunta para la comunicacién son decisivas. En su
anilisis podemos identificar lo que se comunica, lo que se comparte.
@Radicalizar entonces el punto de vista de Epicuro, de Lucrecio2,
ggeneralizarlo? De eso se trata. Epicuro nos habla de un mundo sin modelo,
Pero es llamativo que lo haga con las mismas palabras que Platén, quien
no daba un paso sin reivindicar un arquetipo. Su obsesién es que si no hay
arquetipo, el mundo es territorio de los sofistas y, entonces, él mismo seria
uno de ellos. Algo de esta obsesién, aunque mas como una huella, se halla
todavia en Epicuro. En verdad el universo de Epicuro todavia es demasiado
platénico. El simulacro, que él llama eidolon, sigue haciendo referencia al eidos.
Por lo demas, Epicuro no quiere tener una ciencia de los simulacros, sino de
las sustancias. Su doctrina final aspira a una fisiologia. No le interesa tanto la
comunicaci6n, sino la sabiduria. En cierto modo, Epicuro estd en el ambito de
|1&
Comunicacién & Simulacto
la ciencia dlisica, con sus connotaciones morales incluidas. El también busca
la paz y la serenidad propia de una ciencia que funda una doctrina sobre fo
tuniversal (Epicuro, 1971: 72-3; 37. lineas 1-6). Como Platén, Epicuro quiere
usar los sonidos y las percepciones para “ver las cosas desconocidas”. Este ¢5
su axioma. Y como Platén, aquello que vincula lo visto y oido con lo no
visto ni ofdo, pero conocido, es lo omoios, lo semejante. Sobre él se funda a
razonamiento discursivo, la dianonia, y se clevan los criterios (Epicuro, 1971:
38, lineal 1-12)°. En suma, parece que Epicuro aspira tanto como Platén auna
teoria de la verdad. No podemos sino concluir que su uso del simulacro sigue
siendo conservador: hay una realidad original con la que se compara. Por eso,
5 preciso ir més alld de él. Esa es la exigencia exclusiva de la ciencia. La teorfa
de la comunicacién no necesita en absoluto, como es sabido, una teorfa de la
verdad.
Un mundo platénico, por tanto, pero uno en el que Epicuro ha
incroducido la serpiente de la absoluta inmanencia*. Todo comienza aqui con
los simulacros, con lo que circula. Pero los simulacros sélo son anticipaciones,
prolepsis (Epicuro, 1971: 72, linea 5.), para llegar a caprar lo oculto mediante
razonamientos o dialepsis. Habria por tanto comunicacién, pero sélo como
anticipacién a la verdad. Epicuro sigue siendo un optimista, como Platén.
La diferencia reside en la materialidad de ambas instancias. El eidolon, ef
simulacto, ¢s un cuerpo material individual que es omoios, anélogo, al eidos del
cuerpo sustancial, del arquetipo del que deseamos tener ciencia, fisiologfa. La
doetrina es conocida. Los sdlidos, compuestos de itomos con sus esquemas y
sus formas —de nuevo platonismo—, los cuerpos sustanciales aparentes, en
su superficie o piel emiten efluvios huecos que conservan la posicién (thesis) y
el orden (édsis) que tenian en el sdlido tridimensional. Por eso estos efluvios
son llamados “typoi” (Epicuro,1971: 46, linea 1). Como no son originarios,
sino que son iguales’ a los tridimensionales, no se pueden llamar arquetipos,
2) En efecto, aqui él quiere dar un “epitomén”, un resumen que ofrezca los elementos
-stoijeiosin"- acerca de las doctrinas del universal -t6n hélon doxdn”.
3) Para el axioma, que deja claro que se quiere descubrir las cosas “adélon”, ocultas,
desconocidas. Para razonamiento se usa la palabra platénica dianonia y kriterfon,
Lineas 6 y 7. Cf. Epicuro, 1971; 74-75.
4) En este sentido, Epicuro seria un pensador mucho mis arcaico, como lo testimonia
el hecho de que asume la vieja cliiasula presocritica de que “nada nace del no-ser”. CE
Epicuro, 1971: 38, lineas 13-15)
5) omoioschemones, Epicure, 1971: 38, lineas 13-15,Comunicacién 8 Simulacro
glo tipos derivados. ‘A éstos los llama Epicuro efdola, y esta palabra se ha
sino slo Pos co fers, Que tiene que ver con la reoria de la comunicacion,
CC eave principio de la modernidad, cuando los llamo idole.
vale supe Mpenos imaginae ahora cl universo, Sélides que consinuamente
cen simulacrossutiles, estructurados, tipificados, con capacidad de producir
ese los cuerpos, sus formas y sus sonidos, y-que se mueven a
evident del pensamiento, una extra tsis que Epteuro ha dejado cae
a unos simulacros pueden chocar con otros, y formar asi simulacros
derivados que no tienen original. Por eso ha podido decir Epicuro que el
simulacro conserva la simpatia con cl objeto. El residuo que deja el simulacro
en nuestros érganos sensibles genera, cuando es aprehendido, una imagen 0
fantasia, en la que se puede apreciar tanto la forma, como los accidentes del
sélido (Epicuro, 1971: 50, lineas 2-3)’. El alma, ella misma un agregado de
jromos en continuo movimiento, no cesa de moverse a la velocidad de estos
simulacros. Continuamente agitada por todo tipo de residuos y de fantasias,
de imagenes y de tipos procedentes de mundos infinitos y de una materia
cn perpetua agicaciOn, expuesta a una comunicacién continua, es fil pensar
que toda la teoria de Epicuro se dirige a este punto: dorar al alma de algin
momento de serenidad. De esta manera, se ha anticipado a la problematica
hisica de la comunicacion y del presente: retrasar la histeria ys si es posible,
evitatla
3. Ilusiones: controlar la comunicacién, No es la menor de las paradojas
que un filésofo del siglo II antes de Cristo, habitante de un cosmos que nos
parece elemental, se haya planteado los mismos problemas que nos angustian
a nosotros, los que habitamos un mundo asfixiante y complejo. ¥ es que las
pulsiones hacia la complejidad residen en la capacidad proyectiva de nuestra
imaginacién y pueden asaltar con toda su intensidad al primero que haya
operado con la fixga de infinito, cl verdadero motor de toda anticipacién y la
estructura Ultima de la subjetividad. El ser humano, para Epicuro, se halla en
medio de un universo denso de simulacros, cada uno de los cuales tiene un
remoto origen, sufte profundos cambios, deja en el alma diferentes imagenes
y ecos. La comunicacién entonces se convierte en un proceso infinito en
medio de un universo infinito. Los cuerpos no cesan de emitir simulacros
6) “La génesis de los s
1971: 48, lineas 1-2).
7) Residuo se vierte por “egkataleimmatos”, Forma se vierte por morfé y accidentes por
symbebekdos.
mulacros es segin la velocidad del pensamienco” (Epicure,
7Comunicacidn & Simulacro
que se mezelan con otros, se metamorfosean de manera continua, y todos
ellos, a la velocidad del pensamiento, son recibidos por las almas, que a su
vez los transforman, los mezelan, los dispersan en los ecos de la memoria, Ver
Jos cuerpos como emisores y las almas como receprores: ahi ha identifieado
Epicuro cl terreno de juego donde se veritica el destino del ser humano.
Simulactos como la base de la comunicacién, ya lo dijimos. Su problema no es
otro que éste: ante ese flujo infinito de emisiones y transformaciones, ;eémo es
posible que la comunicacién triunfe y se transforme en verdad? ;Cémo puede
sobrevivir la comunicaci6n a su propia proliferacién? También en su aso, Ja
aventura del héroe filosdfico reside en no perder la serenidad, mantener un
criterio, controlar sus propios procesos mentales, no caer en el error, ultimar
sola no garanti
una comunicacién en una verdad que la fisica por s :
Serres ha querido subrayar lo antiplatdnico de Lucrecio desde el punto
de vista de las relaciones entre la fisica y la geometria*. Asi, ha podido hablar
de una geometria fisica, imperfecta, alterada, cambiante, singular, sin figuras
perfectas ni ideales. Esto es verdad. Mientras que Platén reduce la fisica a
un afadido insignificante de la matemitica, Epicuro habria hecho de Ja
matemdtica una mera consecuencia de una fisica apropiada. Sin embargo, ala
postre tampoco se descubre un verdadero antiplatonismo en Epicuro. Desde
el punto de vista del conocimiento, ambos buscan no caer en Ia ilusién y el
ertor. Moralistas ambos, descan la serenidad y la paz. Alguien podria decit
que la diferencia reside en la politica. Asi, Platén desearia controlar de manera
clara el flujo de la comunicacién, disciplinarlo, mantenerlo cerca del fildsofo,
que para eso reclamaria el poder. En cierto modo, entre las ideas y los ‘cuerpos
se da un proceso de participacién y el sabio lo conoce. Entre el arquetipo y el
cuerpo hay una diferencia que se puede medir, represenrar, transitar. No hay un
mero flujo continuo, sino un proceso participativo y representativo. Epicuro,
al superar la relacién entre arquetipo y simulacro en un flujo continuo y
turbulento, imposible de gobernar y representar, slo ha previsto la resistencia
del sabio individual reforzado por sus amigos. Ambos, Platén y Epicuro, han
apreciado que el poder se acredita en el control de la comunicacién basada en
simulacros. Plan ha intuido que si el fildsofo no controla ese proceso ¥ su
dependencia de la idea, los sofistas lo harén con su entrega al juego continuo y
entretenido de los simulacros. Eso es lo que se juega en el Mito de la Caverna
8) “Las formas ideales de la geometria no son transparentes, invariables y vacias, sino
densas, compactas, llenas casi hasta la saturacién por un tejido complejo, y estén recu-
biertas, en sus bordes, de velos invisibles que permiten verlas” (Serres, 1994: 128),, 2003). Epicuro, mds escéptico, ha identificado en el cosmos
ne vesdadero poder y la verdadera fuente de angustia. El poder de la
Jidad, incluido aqui todo lo que tiene cuerpo, ¢s {a amenaza y dl inico
trol posible reside en el receptor. Platén, mds ingenuo, ha ereido que una
Keologia o relato mitico apropiado podria legitimar el poder bondadoso del
emisor y asegurar st capacidad de limitar drasticamente la ciroulacién de ba
jcacion. >
ee cAigattl persistente. A poco que reflexionemos, nos damos cuenta
de que Epicuro es la peniiltima puerta, pero resulta facil atravesarla hacia la
estancia sin plaronismo residual. En cierto modo, el ser humano en
se halla en la situacién de los mensajeros de Kafka. El muchacho debe hacer
llegar una carta, pero tiene que atravesar complejas estancias palaciegas, rantas-
que jamds llegard a su destino. Lo mismo deberia suceder con Epicuro, aunque
no lo ha visto asi. Asaltada cl alma por continuos simulacros, debe abrirse
camino en una densa fronda para llegar a una-verdad. ;Cémo: pueda suceder
esto?, es la pregunta que encrega a la filosofia su estatuto casi milagroso. Aqui,
en cierto modo, la nocién de simulacro hace siempre inevitable referenciaala
naturaleza de las cosas, a la fisiologia, a aquello que es un original. Nohayla
menor duda de que Epicuro ha queride medias este proceso y apenas podemos
ignorar que pensaba haberlo logrado. Sus méximas y criterios, con los qu
quiere adoctrinar a Herodoto en su carta, tienen que ver cacanpentaieal
dl simulacro hacia lo que existe. A diferencia de los personajes de Kafka, que 7
llenos de melancolia se miran impotentes por no poder cumplir su accién, —
Herodoto recibe la carta emancipadora que promete la ateraxia, la
que controla el flujo de simulacros y gobierna la comunicacién. Ahi resi
verdad, a cuya pretensién no ha renunciado Epicuro. Come ha dicho Bollack, —
“los dos términos oiisi y alethési, se relacionan como atributos com el participio:
prosagoreuoménois; la cxistencia y la verdad son el objeto de la predicacién”
(Epicuro, 1971; 51, linea 5). t '
Hoy podemos dudar de la verosimilinud del gesto.de Epicuro y desu
optimismo de filésofo. Con el mero caos de los simulactos re
presionando el alma, todavia no hemos deserito eon realismo la di :
todo proceso hacia la verdad tiene que superar, El flujo continuodelossimulacros:
que agitan el alma, producen ademds una inmensa gama de subproductos,
de residuos mentales, que multiplican la confusién y la complejidad en
que orientarnos. Ya vimos que ante todo producen las imagenes o
Pero a estos residuos se deben afiadir las reproducciones que p ce la y
alma. Epicuro habla de eikéni y de oionei: las primeras cealidades mentales‘Comunicacién & Simulacro
son reproducciones de los simulacros. mientras que las segundas son mis bien
Proyecciones. Se supone que todas ellas son residuos o fantasias, A ellos hay
que anadir los suefios, Aypnoi. Ademis, se refiere con un genérico “alas tinas,
a otros producros del pensamiento y de otros criterios (Epicuro, 1971: 51,
linea 1-4). La selva mental asi se rorna todavia més complicada porque el
alma, que se mueve a la velocidad de los simulactos, produce continuamente
‘ecos de éstos, los hace resonar, reverberar. Tanto es asi que Epicuro ha tenido
que distinguir dos aprehensiones: la inmévil y la mévil.
‘Con ello ha complicado su filosofia al hilo de las dificultades reales de la
vida animica. La aprehensién inmévil” esté orientada a la capracién perceptiva
de simulacros y su orden mediante laimagen inmediata. La aprehensién mévil
hace referencia a la percepcidn de los propios residuos mentales derivados de
los simulacros y de nuestra actividad mental, a los juegos de proyecciones yde
reproducciones. La pasividad es un indice de verdad en la primera. El simulacro
y la imagen configuran una prolepsis, una anticipacién de percepcidn. Si esta
anticipacién se confirma en la didlepsis, en el discernimiento pasivo, entonces
hay verdad. Si se espera ver algo y de manera pasiva se percibe y se capta en esa
pasividad, entonces no hay ninguna razén para mantener que era una ilusién,
El error no existiria aqui y estaria producido por una capacidad de mantener
-€n sus minimos ¢l movimiento del alma, de tal manera que las percepciones
de simulacros tuvieran la nitidez apropiada justo en razén de su pasividad. Por
-€80, Epicuro dice que “el error no existiria si no cuviéramos ademis en nosotros
otro movimiento, que bien que vinculado, esté provisto de discernimiento”
(Epicuro, 1971: 51, lineas 7-9). Este movimiento se basa en las semejanzas y
analogias con las que nosotros mismos claboramos imagenes, anticipaciones,
Proyecciones, suefios. Aqui, como es natural, el alma se puede separar de
las semejanzas capradas en la aprchensién pasiva, de los simulacros y sus
imagenes, y dotarse de un mundo propio de sus propias proyecciones. ¥ aqui,
€n estas variaciones mentales de las que no se puede hallar una aprehensién
Pasiva, se inician todos los fenémenos caracterizados por la angustia, la falta de
serenidad, la desdicha, el miedo ante la realidad.
Esta aprehensién mévil tiene su propio discernimiento, y juzga las
fepresentaciones como si fueran cosas reales y las califica como felices, terribles,
Poderosos. Este es el desorden mas grave de la vida mental. Su efecto es el
miedo, las fobias, los movimientos irracionales, la histeria, las patologias que
9) Aprehensién traduce “epibolé”, literalmente echarse encima, lanzarse, coger al asalto
al araque. (Epicuro, 1971: 50, linea 15).Comunicacién & Simulaero
-enocemos como propias. De ahi la necesidad de limicar la aprehensién movil,
de calmar la vida mental, de limitar la productividad de residuos, de limitar
su inclinacién al juicio propio, para atenerse a los simulacros como fuente de
verdad. “La ataraxia es librarse de todas estos miedos”, se nos dice por doquier:
‘Ahora bien, esta disminucién de la actividad sélo se consigue por la verdad,
que silo se consigue si se disminuye la actividad. El efrculo es insoluble. El
inensaje positivo de Epicuro reside en que noes la realidad la que nos asfixia,
sino nuestras propias ilusiones y errores. Si nos atenemos a los simulacros y
a la aprehensién inmévil, entonces podemos llegar a un sentido de sucesos
naturales, 2 una fisiologia, capaz de eliminar las parologias, En cierto modo: si
tenemos un régimen de seleccién de estimulosy nos atenemos-a las emisiones
naturales, entonces seremos receptores naturales. La vida en paz y en calma sera
posible. Como dice Serres: “la verdad, la apariencia tranquila de un mundo
real. Limitaos a desear ver claro: las cosas no son tan complicadas” (Serres,
1994; 129). Sin embargo, el circulo argumental no desparece por eso. La
cuestidn esté en ese imperativo, “limitaos”, que como todo imperative, jams
explica sus condiciones de uso. Es verdad que la realidad es emancipadora y
uanquilizadora, pero para apreciarla ya debemos estar tranquilos. Asi la terapia
por la pasivicad y la realidad es tan misteriosa como la eleccién de los salvados
por la graci
5.~ ;Pero on falsos los doses? Y en cierto moda, como vamos.a.yer, de eso
se trata. En un universo plenamente inmanente, el errory el terror, con sus ecos
continuos dentro del alma, tienen que tener un fundamento tan natural como
la serenidad misma. Asi que podemos hacernos dos preguntas: ;Cémo un ser
que tiene un alma que se mueve entre sus simulacros a velocidades de vértigo
ha generado cn si una idea de serenidad? ;Cémo se ha vineulado a esa idea
con un afecto tan fuerte que le permite seleccionar dristicamente el régimen
de estimulos, levantar barreras a una exposicién indiscriminada, y asi regular
el flujo de la comunicacién? El germen de serenidad que rompe el circulo del
frenesi comunicativo debe serledado al ser humano, pues no parece un resultado
natural de las agitaciones de étomos de su alma. Sin duda, este problema es
el central. Igual que este otro: {Toda realidad es fuente de serenidad para el
ser humano? Aun suponiendo que las leyes naturales nos permitan explicar la
realidad sin referencia alguna a una voluntad que nos. amenazara, como esos
dioses del mito, gexcluye esto que la realidad sea realmente amenazadora para
nuestro compuesto de dcomos? Y si la realidad puede ser terrible, gcodos los
mulacros son fuente de paz, de claridad?