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CAPITULO 1 2 HISTORIA DE LA PSICOPATOLOGIA BASES HISTORIOGRAFICAS ‘Quizas sea impropio hacer un recuen- to histérico de la Psicopatologia como disciplina reconocible _remontindonos mucho en el tiempo. Si bien la preocupa- cién por la conducta anormal ha sido tuna constante histérica en todas las civi- lizaciones, hasta finales del siglo XIX no. surge en el marco general de las ciencias tuna disciplina formal dedicada al estu- ‘dio cientifico de tales comportamientos. Si una de las actividades y motivacio- nes basicas humanas es la busqueda de cexplicaciones causales para comprender Jo que ocurre a su alrededor (Vazquez, 1985), no parece aventurado conjeturar que los intentos de explicacién del com- portamiento andmalo han estado siem- pre presentes en la historia de la huma- nidad. Posiblemente la razon de esta persistencia reside en que la identifica- cién y comprensin de dicho comporta- rmiento es un factor que facilita la cohe- sion social del grupo (Scheff, 1981; Spa- CaRMeLo VAZQUEZ ‘nos, 1985) Al definir y sefialar lo que es anémalo, los grupos humanos han esta~ blecido ‘cédigos de comportamiento anormab> que sin duda han sido de importancia para su propia superviven- cia, Un ejemplo de esto puede ser el de Ia casi universalidad espacial y temporal de la sancién del incesto (Masters, John- son, y Kolodny, 1987) Parece obvia la importancia del estu- dio de la historia. Su andlisis nos permi- te tanto un mejor conucimiento ve las experiencias pasadas, como guiar y eva- luar de modo mas’ adecuado nuestro presente (Mora, 1970). Ademas es im- portante conocer que muchos conceptos Y teorias no surgen «ex novo» sino que ‘en muchos casos tienen significativos an- tecedentes; este hilo de continuidad en- tre el pasado y el presente muchas veces esta ausente 0 claramente deformado. ‘Como ha demostrado Berrios (1985) en su excelente trabajo sobre la historia del concepio de las «obsesiones», en muchos manuales actuales (por ejemplo, Rach- as a6 Psi MEDICA, PSICOPATOLOG! YY PSIQUIATRIA, ‘man y Hodgson, 1980) las raices histori- cas del concepto estén falseadas o sim- plemente se desconocen. El esfuerzo por ‘conocer el pasado favorece, por lo tanto, luna mejor construccién del corpus tedri co de una disciplina. ‘Antes de adentrarnos en una breve revisi6n histbrica, queremos efectuar dos matizaciones. En primer lugar, la histo- ria de la Psicopatologia, entendida como tuna disciplina cientifica con un objeto de estudio delimitado es muy reciente. En segundo lugar, la explicacion de cé- ‘mo se ha abordado ia conducta anormal a lo largo de la Historia esta repleta de lagunas o, mejor ain, es una laguna con algunas islas de conocimiento. En efecto, Jos documentos que nos han llegado son cescasos y parciales y, a lo sumo, pode- mos efectuar una reconsiruccién que a veces no est lejos de una mera especula- cién, A pesar de estas dificultades, existe un interés renovado por la historia de la Psicopatologia. Posiblemente, una bue- na parte de este resurgimiento se debe a ‘que, desde los aiios sesenta, existe una crisis dentro de la propia Medicina res- pecto al trato que, desde esta disciplina, se ha oftecido secularmente a los «enfer- ‘mos mentales». Las investigaciones his- \oricas criticas de Foucault y de Szasz, 0 el movimiento antipsiquidtrico. por ejemplo, en donde se criticaba con dure- za cl papel coercitivo que histéricamente ha tenido la Psiquiatria, tuvieron en esa década un efecto catalizador de dicha crisis. Los nuevos historiadores de la di plina han puesto de manifiesto su deci- ddida aversin hacia los textos historicos lasicos, a los que se acusa de tener un ccaracter marcadamente finalista y auto- justificador. En efecto, en estos textos ttadicionales se explica el desarrollo his- térico de la disciplina como una evolu- ci6n lineal en la que los tratos inhuma- nos de la locura se han ido suavizando rogresivamente a la par del desarrollo de los asilos se clama por una reduccién de los internados (Mora, 1982; Skultans 1979), En todo caso, la visién foucultiana Jas instituciones psiquiatrieas, es til ra al menos contrarrestar_una_ vision simplificadora del siglo XVIII, segin ls cual existe una progresion manifesta del trato deshumanizado a un trato mis hhumano, ejemplificado por el Trata siento Moral Antecedentes precientificos. Fisiognomia y mesmerismo Aparte de estas nuevas corrientes tc rapéuticas, a finales del siglo XVII y principios del siglo XIX hay dos impw: tantes movimientos, la frenologia y «1 ‘mesmerismo, que preludian algunos hi tos en la investigacion de la conducts anormal E] médico vienés Franz Gall (175% 1828) desarrolla una teoria segiin la cust las funciones psiquicas dependen del de sarrollo anatémico de determina partes del cerebro. A su vez, esta morl: logia ceiebral podia identificarse a tro vés de un examen de las protuberanc craneales del individuo. Esta infundats teoria tuvo un gran auge hasta fir del siglo XIX cayendo en descrédito pr gresivo (Gould, 1986). E] también vienés Franz Mesme: (1734-1815) elaboré la teoria de que «! movimiento y situacion de los. astros influyen sobre la psicologia y fisiolog:s Partiendo de ideas provinientes de Pari celso (Alexander y Slesnick, 1970; Kei ner, 1973) sostenia que los hombres js: seen una fuerza magnética, que a su cr forma parte del «fluido magnético uni- versab», mas tarde denominado «magne- tismo animal». Asi, alteraciones histéri- cas como, por ejemplo, anestesias de miembros corporales, serian debidas a fluidos magnéticos corporales mal distei- buidos. Estas y otras enfermedades, po- dian curarse segin Mesmer a través de 1a creacién de «crisis» organicas provo- cadas en esotéricas sesiones magnéticas. En Paris tiene un gran éxito y se con- vierte en el tratamiento de moda, No cobstante, el mesmerismo —al que Braid (1795-1860) le daria posteriormente el término de «hipnosis»— suscita una controversia piblica tan grande que Luis XVI crea una comision en 1793 con el fin de determinar su cientificidad. En esta comision, de quien formaba tam- bién parte Benjamin Franklin, por en- tonces embajador de los Estados Unidos en Paris, dictamind tras cinco afios de investigaciones que aunque a veces era efectivo, sus efectos terapéuticos eran debidos a la imaginacion de los pacien- tes, EL SIGLO XIX Uno de los principales logros de este siglo es el de un mayor refinamiento de conceptos y mayor claridad conceptual «en Psicopatologia (por ejemplo, Berrios, 1985). Asimismo, desde el trabajo de Pinel hay un creciente interés por siste- matizar y ordenar las clasiicaciones conforme # eriterios empiricos. Desde la perspectiva de la sociologia 4el conocimiento, el cambio mas intere- sante en el siglo XIX es que los médicos comienzan a capitalizar la asistencia a los enfermos mentales y pasan a ocupar la direccién de los ceniros de asistencia. Un ejemplo de esto es que, hasta 1845, la Casa de Orates de Valencia no es dirigi- da por médicos. Hasta 1860, el asilo caracteriza basicamente el marco de la actividad psiquidtrica y en ese contexto aparece una gran generacion de al tas (Pinel, Morel, ete) La Psiquiatria universitaria y el organicismo A partir de 1860, la Psiquiatria co- mienza una etapa de vinculacién con las universidades y centros de investigacién, saliendo de su reclusién en la asistencia asilar (Ackerknecht, 1962). Una muestra del interés académico iniciado en el siglo XIX es que comienzan a aparecer en Europa y América revistas especializa- das en problemas psicopatolégicos. Esta etapa va a estar caracterizada por un marcado organicismo auspiciado por la obra del fisiopatéiogo aleman Withelm Griesinger (1817-1868) quien publica en 1845 su Die Pathologie und Therapie der psychischen Krankheiten un texto de un enorme impacto en el que se nhiegan los determinantes culturakes de los patolégico afirmando que ias enfer- ‘medades mentales son enfermedades de! cerebro: «.. {A qué organo pertenece el fenomeno de la locura? ..es€ Srgano no puede ser mas que el cerebro, de lo que se desprende que cada enfermedad psi- ‘quica hemos de entenderla como una alteracién del cerebro» (pig. 1). Esta aproximacién es rupturista dado que la psiquiatria alemana habia sido hasta en- tonces muy especulativa y dominada por el espiritu romintico de la época (Dimer, 1974, Gracia y Espino, 1980). La frenologia de Gall y, sobre todo, la avalancha de hallazgos_neuroanatomi ‘cos y patol6gicos de las bases de muchas funciones psicologicas, crearon un clima propicio para las afirmaciones de Grie- singer. Wernicke, por ejemplo, afirma en

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