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VOTACIÓN DE LOS CIUDADANOS PERUANOS RESIDENTES EN EL

EXTRANJERO

El artículo 43° de nuestra Constitución Política, declara que la República del Perú
es democrática, social, independiente y soberana; es la participación democrática
de los ciudadanos, un pilar fundamental del estado peruano; desde la década de los
80’ se apreció un incremento sustancial del proceso migratorio de connacionales
hacia diversos países, y es en ese contexto en el cual adquiere o recobra relevancia
el voto de los ciudadanos peruanos que residen en el extranjero, en los procesos
electorales del país.

En el contexto sudamericano, el Perú se convirtió en uno de los primeros países en


establecer este derecho en la región (Tuesta, pág. 155), derecho que es reconocido
de manera inobjetable en la gran mayoría de países democráticos, en nuestra
región recientemente el tres de agosto del dos mil dieciséis, en Chile, uno de los
pocos países que no contemplaba la posibilidad que sus ciudadanos residentes en
el extranjero, se aprobó el proyecto de ley, que otorgaba el derecho a votar a los
ciudadanos chilenos en el extranjero, convirtiéndose en el país número 118 en el
mundo, en reconocer este derecho. Esta conquista en el país sureño, fue luego de
una ardua y larga lucha de 25 años en la que los ciudadanos chilenos que residen
en el extranjero se movilizaron para acceder al derecho de sufragio.

Vacas Fernández (pág. 31), refiere que: “Si bien la cuestión del reconocimiento del
derecho al sufragio a los extranjeros desde una perspectiva general, no surge
recientemente incluso en algunos Estados está reconocido, con diferente alcance,
desde hace décadas; es en el marco del proceso de globalización de la sociedad
<internacional cuando se plantea la cuestión de forma más intensa, por evidente,
por inaplazable”.

Y estos procesos, orientados a promover la garantía del derecho de sufragio a los


ciudadanos que residen fuera de su país de origen, se sustentaron en la constante
interrogación de cómo los ciudadanos que viven fuera de su país de origen pueden
asegurar sus derechos políticos, derechos que son reconocidos en un estado
constitucional de derecho. Asimismo se han reconocido una serie de principios de
aceptación general que se constituyen en elementos esenciales en la configuración
del marco legal y los criterios normativos para incorporar en la normatividad de cada
país, el procedimiento de participación de sus ciudadanos que residen en el
extranjero, en sus procesos electorales.

SUFRAGIO UNIVERSAL.- Se asocia a la idea que, cada ciudadano tiene derecho


a participar de manera directa en la elección de representantes de los órganos
estatales en virtud de que la igualdad jurídica-formal de todos los ciudadanos, está
garantizada en nuestra Constitución y en la legislación electoral especial. La
tendencia actual en la doctrina de derecho electoral, es que el principio del sufragio
universal solamente se puede alcanzar si se habilita a los ciudadanos residentes en
el exterior para participar en las elecciones nacionales de su propio país.

JUSTICIA ELECTORAL.- Esta vinculado a que cada gobierno, debe adoptar las
acciones conducentes a garantizar que la participación electoral de sus ciudadanos
residentes en otros países, sea transparente y que se desarrolle una adecuada
conducta legal en su participación. Garantizar que los procedimientos se encuentran
a salvo de la influencia de los intereses partidistas puede ser un problema en los
países que enfrentan retos en la organización de elecciones legítimas,
especialmente si cuentan con grandes números de ciudadanos que viven fuera de
su territorio, pero que además están concentrados en un sólo país, realidad que
sucede en nuestros procesos electorales, dada la concentración de peruanos en
determinados países como en EEUU donde en el último proceso electoral estaban
habilitados para participar en el acto de sufragio 277,847 ciudadanos peruanos1.
Otro aspecto a tener en cuenta es la posibilidad que el proceso electoral se pueda
desarrollar entre electores residentes en el extranjero sin que haya un control
efectivo por parte de los organismos electorales del país anfitrión. La posibilidad de
interferencia por parte de actores políticos que no están sujetos a lo dispuesto en la

1
http://rpp.pe/politica/elecciones/electores-registrados-en-el-extranjero-representan-el-386-noticia-
941689
legislación en el país anfitrión agrava el peligro de que la igualdad de la contienda
política sea sujeta a alguna violación.

PARTICIPACIÓN POLÍTICA.- Uno de los principios fundamentales del voto de los


ciudadanos residentes en el extranjero, es el compromiso por incrementar la
participación política que justifique el esfuerzo involucrado en los costos financieros
del mecanismo dispuesto para el voto en el exterior. La participación tiene dos
dimensiones funcionales: (a) fortalecer el voto popular contribuye a la creación de
instituciones de estado; (b) importancia de la participación política a la legitimidad
de las instituciones electas. Este principio, sin embargo, implica cuestionar la
transparencia del proceso de votación externa y la resolución de controversias en
el mismo terreno.

AUMENTO DE LA LEGITIMIDAD DEL SISTEMA DEMOCRÁTICO.- Cuando los


ciudadanos que radican fuera de sus países exigen el derecho al voto, como en el
caso chileno, negarles este derecho puede resultar en una pérdida de legitimidad.
Las fuerzas políticas que podrían beneficiarse podrían por tanto estar a favor de
legitimar el voto en el exterior, mientras que aquellos que podrían resultar afectados,
tendrían la visión opuesta. Bajo estas circunstancias, la legitimidad del sistema
político podría originar que se cuestionara la adopción de un programa de voto en
el extranjero.

El voto en el extranjero se entiende entonces como "el conjunto de disposiciones y


procedimientos que facultan a algunos o bien a todos los electores de un país que,
de manera temporal o permanente residente fuera de su país de origen, para ejercer
su derecho al voto fuera de su territorio nacional".

El capítulo X de la Ley N° 26859° “Ley Orgánica de Elecciones”, desarrolla el


derecho a votar de los ciudadanos peruanos residentes en el extranjero, que para
poder ejercer este derecho, deben estar inscritos en el padrón electoral respectivo,
elaborado a cargo de la RENIEC; y la participación en el acto electoral, se realiza
en el local de la Oficina Consular del Perú en el correspondiente país o donde señale
el funcionario consular en caso de insuficiencia del local. Para ello la ONPE, es el
organismo encargado de remitir la lista de electores hábiles a las Oficinas
Consulares.

En la Ley Orgánica de Elecciones están previstas tanto las mesas de transeúntes


como el voto por correo. Dos mecanismos que convendrían mucho a los
connacionales que se encuentran en el extranjero. Sin embargo, a pesar de que la
ley así lo dispone, la Oficina Nacional de Procesos Electorales no los ha aplicado
en ninguna elección desde que dicha Ley entró en vigencia. El problema con las
mesas de transeúntes es que son pasibles de prestarse al fraude electoral y
nuestras autoridades prefieren cuidarse en salud.

En lo que se refiere al voto postal o por correspondencia, hay una imposibilidad


física de ponerlo en ejecución debido a lo que dispone la misma ley: Es muy corto
el plazo entre la última fecha para impugnar candidaturas y la fecha de las
elecciones. Como en las elecciones por correo las boletas de votación tienen que
enviarse con una anticipación mínima de tres meses, es materialmente imposible
hacerlo dado los plazos que existen para presentación de candidaturas y el
tratamiento de la justicia electoral de las impugnaciones. Frente a ello, para viabilizar
este mecanismo de participación electoral se podría adelantar los plazos para la
presentación de las candidaturas de manera tal que se pueda cumplir con enviar a
tiempo las cédulas a los votantes por correo.

Si bien los electores habilitados en el extranjero en el último proceso electoral


peruano, representaban el 3,86% del electorado, se ha presentado un ausentismo
en el proceso electoral del 50% de ciudadanos, ello puede deberse a que si bien la
Ley orgánica de Elecciones establece que, los ciudadanos peruanos residentes en
el extranjero que no emitan su voto son considerados como omisos al sufragio y
deben abonar la multa de Ley; los peruanos en el exterior(aquellos ciudadanos que
indican en su DNI residencia fuera del país) no serán sancionados con multa a la
omisión de sufragio, de conformidad con lo establecido en el segundo párrafo del
artículo 4 de la Ley N° 288592. Sin embargo, sí tendrán que pagar la penalidad

2
http://www.eleccionesenperu.com/informacion-electoral-voto-peruanos-exterior-5.html
respectiva aquellos electores que incumplan con ser miembros de mesa, si
resultasen seleccionados.

Resulta indispensable, tener en cuenta lo que refiere Tuesta (pág. 155), que se trata
de un limitado acceso a los derechos políticos de los ciudadanos peruanos
residentes en el extranjero, en el sentido de no atender la relación estrecha que
existe entre el derecho al sufragio pasivo y activo, es decir, el derecho a elegir, pero
también a ser elegido.
GARANTIAS DEL PROCESO ELECTORAL

Las garantías son todas aquellas medidas dispuestas en la ley con la finalidad de
asegurar que el proceso electoral se desarrolle dentro del marco legal establecido
y no se vea perturbado por algún actor del proceso.

OBSERVADORES ELECTORALES DE LAS ORGANIZACIONES NO


GUBERNAMENTALES

La observación electoral ha acompañado los numerosos procesos de


fortalecimiento democrático o de recuperación de procesos democráticos, en los
últimos años. Se ha convertido, así pues, en la expresión más visible del
compromiso de la comunidad internacional y de la sociedad civil organizada con la
promoción de los derechos humanos y los valores democráticos. Los potenciales
beneficios derivados de la presencia de una misión de observación electoral que
actúa desde las premisas de la independencia, imparcialidad y neutralidad son
numerosos: reducción de los niveles de fraude, mitigación de los conflictos,
fortalecimiento de la confianza del electorado en el proceso electoral, función
testimonial esencial, fortalecimiento institucional y mejora de los procesos
electorales mediante la elaboración de recomendaciones.

El monitoreo del proceso por parte de la sociedad civil organizada, que actúan como
observadores independientes, es una herramienta esencial para promover la
integridad electoral. Estos grupos abarcan un amplio espectro de organizaciones no
gubernamentales y otros grupos de la sociedad civil; incluyendo grupos de
ciudadanos locales y nacionales, redes de ciudadanos, organizaciones de los
derechos humanos, asociaciones estudiantiles, organismos profesionales y grupos
religiosos.

Cada grupo recolecta información de sus equipos de observadores, analiza la


conducta democrática del proceso electoral, evalúa la calidad de la elección y
publica sus conclusiones y recomendaciones. Los grupos pueden ser guardianes
efectivos de la integridad de la elección, especialmente en países en transición. Sus
actividades fomentan la transparencia y la responsabilidad por parte de la
administración electoral. Es así como ayudan a infundir confianza pública en la
integridad del proceso. Los códigos de conducta para los observadores fijan
estándares éticos y profesionales para la observación de las elecciones.

En algunos casos la presencia de observadores internacionales es indispensable


como por ejemplo, en elecciones en países que requieren fuerzas de mantenimiento
de la paz o que están pasando por una difícil transición, o donde los grupos
apartidistas de la sociedad civil, virtualmente, ni existen ni funcionan. Sin embargo,
a largo plazo, la formación de grupos nacionales que sean aptos para monitorear
sus propias elecciones, sin asistencia externa, es una parte esencial del desarrollo
democrático.

Habitualmente, la observación internacional se utiliza cuando hay preocupaciones


acerca la falta de libertad o imparcialidad de una elección. Para que la observación
internacional pueda detectar y disuadir, de manera efectiva, los problemas de
integridad, necesita ser adaptado al tipo de sistema electoral y a la elección de que
se trate. El tipo de observación en una sociedad que emana de un conflicto es
completamente diferente a la que se podría realizar en un país que adopta reformas
electorales.

La mayoría de los observadores internacionales asumen una misión por invitación.


La pregunta que surge es si un proceso electoral debe respetar el criterio básico de
una elección justa y libre para merecer ser observado. Algunas organizaciones
consideran que un país debe cumplir con algunos estándares básicos antes de que
decidan enviar a sus observadores internacionales. Dichas organizaciones toman
esta postura, porque existe la preocupación de que la observación internacional
puede ser percibida como un elemento que confiere legitimidad a una elección que
no lo es. Sin embargo, un país con un proceso electoral que está por debajo de los
requerimientos básicos, también necesita de observadores internacionales para
ayudar a descubrir prácticas ilegales y deshonestas.
El objetivo principal de un proceso de observación u operación de observación es
“garantizar la integridad del proceso electoral”. Tanto en una democracia como en
una transición a ella; en una elección local como en una a nivel nacional.

De conformidad al artículo 336° de la Ley Nº 26859, “Ley Orgánica de Elecciones”,


pueden ser observadores electorales los ciudadanos aptos para participar en
elecciones y consultas populares, siempre que no sean candidatos, militantes, o
personeros de agrupaciones políticas o miembros de órganos electorales, pueden
ser acreditados como observadores dentro del territorio nacional por las
organizaciones constituidas de acuerdo a Ley.

Asimismo conforme a las prerrogativas que tiene el JNE, invita a


organizaciones internacionales como la OEA, ONU, UE, entre otras. En virtud de
Convenios celebrados por el Estado Peruano con ellas de asistencia recíproca.

Los observadores electorales tienen el derecho de observar y presenciar los


siguientes:

a) Instalación de la mesa de sufragio.

b) Acondicionamiento de la cámara secreta.

c) Verificación de la conformidad de las cédulas de votación, las actas, las ánforas,


los sellos de seguridad y cualquier otro material electoral.

d) Desarrollo de la votación.

e) Escrutinio y cómputo de la votación.

f) Colocación de los resultados en lugares accesibles al público.

g) Traslado de las actas por el personal correspondiente.

Los Observadores Internacionales, pueden ser Organismos Internacionales


(Organización de Estados de Americanos, ONU, Unión Europea, Comunidad
Andina, Comunidad Sudamericana de Naciones, integrantes del Protocolo de Quito,
integrantes del Protocolo de Tikal, entre otros). Organizaciones No
Gubernamentales Acreditadas conforme a la Ley y Reglamento, otros que el Pleno
del JNE determine. Los observadores deben de guiar su conducta para realizar un
esfuerzo de observación exitoso.

Para lograr sus fines de manera efectiva, los organismos electorales deben
observar una serie de principios, considerados en nuestro ordenamiento legal, tales
como: Cooperación con los organismos electorales, Imparcialidad en su
comportamiento en la emisión de sus juicios sobre el proceso electoral, no injerencia
en el cumplimiento de la funciones de los organismos que conforman el sistema
electoral; asimismo los principio de independencia y neutralidad, transparencia, no
intervención.

GARANTÍA DE INDEPENDENCIA EN EL EJERCICIO DE FUNCIONES DE


JURADOS Y PERSONEROS

Como garantía de independencia, no están obligados a obedecer orden alguna que


les impida el ejercicio de sus funciones y actúan con entera independencia de toda
autoridad: Los miembros de los Jurados Electorales Especiales, Miembros de las
Mesas de Sufragio, Personeros de los Partidos Políticos y alianzas electorales.

Asimismo los miembros de mesa, candidatos y personeros no pueden ser detenidos


24 horas antes ni 24 horas después de la votación, salvo en caso de flagrante delito.

Para garantizar el normal desarrollo del proceso electoral el derecho de reunión se


restringe en el desarrollo del proceso electoral, asimismo la prohibición 24 horas
antes y 24 horas después de expedir al público bebidas alcohólicas, la conocida “ley
seca”, la cual según Tuesta Soldevilla, se dio en nuestro país en una época en la
que la jornada electoral duraba más de un día, y cuando, particularmente en los
pueblos, la gente se juntaba, tomaba licor y había captura de mesas como una
costumbre de esas épocas de fraudes; la cual considera que ha devenido en
ineficaz y obsoleta.

No pueden efectuarse reuniones o manifestaciones públicas de carácter político. En


tal sentido, los mítines de cierre de campaña de las agrupaciones políticas que
participan en los comicios solo se podrán realizar hasta la noche del día jueves
antes del domingo en que se fijó la fecha de la elección.

Asimismo, 24 horas antes del proceso electoral se suspenderá toda clase de


propaganda política. Esta restricción, como la anterior, están especificadas en el
artículo 190 de la Ley de Orgánica de Elecciones. En tal sentido, desde ese día no
se puede usar banderas, llevar vestimentas u otros distintivos o indumentarias que
contengan propaganda electoral.
BIBLIOGRAFÍA

Vacas Fernández, Feliz. (2011). El reconocimiento del derecho al sufragio de los


extranjeros en España, un análisis desde el derecho internacional. Editorial
Dykinson, Madrid.

Tuesta Soldevilla, Fernando. Un acto fallido: la reforma electoral en el Perú (1978-


2012). En Revista Derecho Electoral (2015). Dialnet. Nro. 20. Pág.150-178.
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/435511

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