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JULIO PALACIOS

CATEDRÁTICO DE LA UMVEBSIDAD DE HADBID

'ANÁLISIS
DIMENSIONAL

SEGUNDA EDICIÓN
CORREGIDA Y AUMENTADA

ESPASA. CALPE, S. A.
CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID

AN ÁLISIS
DIMENSIONAL

SEGUNDA EDICIÓN
CORREGIDA Y AUMENTADA

ESPASA-CALPE, S. A.
MADRID
1 9 6 4
ES PROPIEDAD
© Julio Palacios, Madrid, 1955 PRÓLOGO
Printed in Spain
Este libro ha resultado desmesurado. Lo que hay en él de fundamen-
N.O Rgtr.v: 392-56 talmente nuevo cabría en un par de capítulos. Pero la novedad es tal,
Depósito legal: M. 6.546-1964 y se halla tan en pugna con las ideas de cuantos autores se ocupan en
cuestiones relacionadas con Análisis dimensional y hasta con las doctri-
nas filosóficas aceptadas por la mayoría de los físicos contemporáneos,
que he juzgado imprescindible justificar mis asertos hasta la saciedad,
y demostrar que, en todos los capítulos de la Física, el nuevo método
aventaja a los preconizados por los tratadistas.
Tras ensayos y rectificaciones que han durado muchos años, creo
haber construido una teoría clara y sencilla de las magnitudes físicas.
Mi confianza se basa en el beneplácito de mi colega el profesor Ricardo
r San Juan, que ha examinado minuciosamente mi manuscrito y me ha
sugerido acertadas modificaciones. Le expreso por ello mi cordial gratitud.

Lisboa, febrero 1955.

Talleres tipográficos de la Editorial Espasa-Calpe, S. A. Ríos Rosas, 26. Madrid


INTRODUCCIÓN

Se debe al barón Jean Batiste Fourier (1) el haber aplicado a las mag-
nitudes físicas el concepto geométrico de dimensión y, por ello, merece
ser considerado como el precursor del Análisis dimensional. En su obra
inmortal, Théorie analytique de la chaleur, establece el concepto de di-
mensión de modo tan claro y preciso que no podemos resistir la tenta-
ción de reproducirlo textualmente:
«Es necesario hacer notar que cada magnitud, indeterminada o COll3-
tante, tiene una dimensión que le es propia, y que los términos de una
ecuación no podrían ser comparados si no tuviesen el mismo exponente
de dimensiones s
«En la teoría analítica del calor, toda ecuación representa una rela-
ción entre las magnitudes coexistentes longitud, x; tiempo, t; tempera-
tura, v; capacidad calorífioa por unidad de volumen, e; conductividad
superficial, h, y conductividad térmica, K. Dicha relación no depende
de la elección de la unidad de longitud que, por su propia naturaleza, es
contingente.»
Hace observar luego Fourier que las medidas de una misma cantidad
están en razón inversa de las unidades que se empleen para medirla.
Un cambio en la unidad de longitud no afecta ni a los tiempos ni a las
temperaturas, pero sí influye sobre las medidas de h, e, y K. Basándose
en la definición de estos coeficientes, deduce el cambio que experimentan
cuando se altera la unidad de longitud y, generalizando el concepto
geométrico, dice que «la dimensión de e con relación a la unidad de
longitud vale - 3, la de K es - 1 Y la de h es - 2». Llama a estos nú-
meros exponentes dimensionales con relación a la longitud, y hace aná-
logas consideraciones con respecto a las otras dos variables, tiempo y
temperatura, obteniendo el siguiente cuadro:
x 11 K h e
había sido ya enunciado por Vaschy (13) el año 1892, aunque sin refe-
Longitud ......... 1 O O -1 -2 -3 rirse expresamente a los monomios de dimensión nula. De todos modos,
Tiempo .......... O 1 O - 1 - 1 O
Temperatura ..... O O 1 - 1 -1 - 1 el trabajo de Buckingham tuvo la fortuna de atraer la atención de
físicos, matemáticos e ingenieros del mundo entero, que lo han sometido
Llama Fourier la atención sobre la circunstancia de que el argumento a crítica minuciosa.
de toda función que figure en una ley fisica, por ejemplo, una exponencial Consta el teorema de pi de dos partes. En la primera se trata de
o una función trigonométrica, ha de tener nulos todos sus exponentes demostrar que toda ecuación física completa, esto es, que subsista cuando
dimensionales, pues sólo así sucederá que su valor numérico sea indepen- se cambian arbitrariamente las unidades fundamentales, puede tomar la
diente de las unidades que se elijan para medir longitudes, tiempos y forma:
temperaturas. En esta afirmación radica, según veremos, todo el Análi-
sis dimensional.
De la precedente exposición resulta claramente que, para Fourier, en la que las 7ti son todos los monomios de dimensión nula, independien-
la dimensión, en singular, es un atributo peculiar de cada magnitud y tes entre sí, que pueden formarse con las magnitudes que intervienen en
que los exponentes dimensionales, lo que ahora se llaman dimensiones, el problema. La segunda parte afirma que el número de tales monomios
son manifestaciones de dicho atributo. es igual a la diferencia, i = n - q, entre el número total de magnitudes
Las ideas de Fourier fueron aplicadas con gran éxito a fines del pasado y el de las fundamentales.
siglo por Reynolds (2), Lodge (3), FitzGerald (4), Rücker (5), Jeans (6), La primera parte del teorema es la que más ha llamado la atención de
y, muy especialmente, por lord Rayleigh (7). Las aplicaciones consís- los matemáticos. Primero, Levi-Civita (14) hizo notar que las ecuaciones
tieron, primero, en la comprobación de la homogeneidad de las eouacio- homogéneas que se estudian en los cursos de Análisis no son las que se
nes con el fin de descubrir errores de cálculo y, después, por iniciativa manejan en Física, sino en Geometría, y utilizó en su tratado de Mecá-
principalmente de lord Rayleigh, se aplicó el Análisis dimensional a la nica funciones que son homogéneas, por separado, con relación a los
resolución de problemas cuyo tratamiento directo presenta dificultades diversos grupos de variables, las que representan longitudes, tiempos y
matemáticas insuperables. Lord Rayleigh empleó por primera vez las masas. Este método podría ser generalizado introduciendo nuevos grupos
magnitudes con exponentes dimensíonales nulos en la Mecánica de fluidos de homogeneidad, pero es preferible utilizar la teoría de las funciones ho-
y, por ello, merece ser considerado, después de Fourier, como el fundador mogéneas generalizadas desarrollada por Ehrenfest-Affanassjewa (15).
del Análisis dimensional. Contribuyeron eficazmente a este desarrollo Esta teoría presenta grandes dificultades, y quizá sea ésta la razón de
inicial los trabajos de Riabouchinsky en Rusia (8) y los de Planck (9) y que los físicos no le hayan prestado la debida atención. Por fortuna,
Eínstein (10) en Alemania. gracias al profesor Ricardo San Juan (16), poseemos una exposición
El año 1914apareció en Norteamérica un trabajo de Buckingham (11) clara y sencilla de las funciones homogéneas generalizadas, completada
en el que se da una regla para averiguar el número de monomios de con algunos teoremas. La principal contribución de R. San Juan consiste
exponentes dimensionales nulos que pueden formarse con todas las mag- en haber demostrado que los sistemas de dimensiones usados en cada
nitudes que intervienen en el fenómeno que se estudia. Tales monomios capítulo de la Física forman grupos abelianos con base finita, análogos
se denominan números 7t y, por eso, dio Bridgman a la citada regla el a los sistemas hipercomplejos, lo cual permite sistematizar las teorías
nombre de teorema de pi. físicas como hizo KIein con las geometrías en su famoso programa de
En realidad, Fourier había ya previsto, según hemos visto, que Erlangen, y resultan así elegantemente clasificados los sistemas de uni-
toda ecuación física debía consistir en un monomio de dimensiones nulas dades y sus transformaciones, tanto cuando se conserva la base, según se
igualado a una función cuyos argumentos tuviesen también dimensiones hacía hasta ahora, como cuando se cambia ésta.
nulas, y el llamado teorema de pi era ya empleado tácitamente, pero con Con su ya vieja historia, con su utilidad manifiesta, que se revela, no
todo rigor, por los Físícos ingleses antes mencionados, especialmente por sólo en el campo de la Física teórica, sino en problemas técnicos, en los
Jeans. Además, según hizo notar Métral (12), el teorema en cuestión ensayos con modelos reducidos de aviones, buques, y construcciones
J
F

12 ANÁLISIS DIMENSIONAL
INTRODUCCIÓN 13
hidráulicas y, sobre todo, con la intervención de los físicos más eminen-
Algunos autores, empezando por Tolman (17), atribuyen a los símbo-
tes, sería de esperar que el Análisis dimensional estuviese ya asentado
los que figuran en la fórmulas dimensionales cierto sentido esotérico y
sobre bases sólidas, y que hubiese unanimidad acerca de la manera de
afirman que la «verdadera esencia de las magnitudes, desde el punto de
emplearlo. Lejos de ser así, los físicos se hallan divididos en. grupos
vista físico, está representada por su respectiva fórmula dimensional».
cuyas opiniones discrepan en lo más esencial; en el concepto mismo de
Esta opinión es insostenible, porque, según hemos hecho ver en otro
dimensión.
trabajo (19), conduciría a desatinos tales como el creer que el momento
Diríase que a los físicos les ha ocurrido lo que al herrero del cuento,
de un par de fuerzas es la misma cosa que un trabajo o que el calor, y
a quien a fuerza de martillear se le olvidó el oficio. Quizá el olvido comen-
que un ángulo y la esbeltez de una columna son magnitudes de igual
zó cuando Maxwell atribuyó a cada magnitud, Y, una fórmula dimen-
índole. En modo alguno pueden tomarse las ecuaciones dimensionales
sional:
como sustitutivos de las definiciones, pues con ello ignoraríamos la
diferencia entre la energía interna, que es una función de estado, y el
calor o el trabajo, que no lo son. Y otro tanto cabe decir de las funciones
en la que MI, M2, ••• son los símbolos de las magnitudes que forman la
termodinámicas: energía libre, entalpía y entalpía libre que, a pesar de
base, y O(l> ••• O(m son los exponentes dimensionales de Y. Cayó en el
tener la misma fórmula dimensional, son cosas diferentes.
olvido la definición que Fourier había dado de tales exponentes y sur-
Los autores modernos, salvo raras excepciones, o han olvidado el
gieron las más variadas opiniones acerca de lo que significan los símbolos
concepto clásico de dimensión, o prescinden deliberadamente del mi~mo,
provistos de paréntesis rectos (*). Una opinión muy extendida, que se re-
y como cada uno entiende por dimensión cosa diferente, surg~n dISCU-
monta a Clerk Maxwell, y de la que hemos participado muchos físicos
siones apasionadas, sin posibilidad de acuerdo entre los contrmcantes.
de mi generación, es que dichos símbolos y, por tanto, las fórmulas
He aquí algunos botones de muestra.
dimensionales se refieren a las unidades, y así se escribe, por ejemplo:
Según Planck, «tan falto de sentido es hablar de la dimensión real
de una magnitud como del nombre real de un objeto».
1 cm2 X 1g
1 erg = , Reichenbach (20) dice: «Cada magnitud física se supone dotada de
1 S2
una dimensión que caracteriza su oualidad.» Tras este conato de defini-
ción y de decir que la velocidad y la aceleración y el campo eléctrico
sin caer en la cuenta de que nos veríamos en un aprieto si un alumno
deben tener dimensiones díferentés, dice que hay arbitrariedad en la
inquisitivo nos preguntase cómo se hace para multiplicar un centímetro
manera de «reducir la dimensión de una magnitud dada a las dimensiones
cuadrado por un gramo y dividir el producto por un segundo elevado
elementales: longitud, masa y tiempo y que, por eso, se supone arbitra-
al cuadrado.
riamente que carecen de dimensión, no sólo ciertos factores numéricos,
sino hasta funciones de estado (por ejemplo, la temperatura)».
(*) Por rara excepción, en el viejo tratado de Física del profesor Chwol~0.n
de la Universidad de San Petersburgo (18), obra que gozó de gran prestigio Según el profesor Diesselshorst (21), los símbolos de las fórmulas
a principios de siglo, y que no se cita ya en parte alguna, se encuentra ~na dimensionales «no son unidades especiales, sino tan sólo representantes
definición de las dimensiones que está de acuerdo con las ideas de Fourier,
Dice así: ( Repriisentanten) de cada tipo de magnitud ... y estos representantes s.e
«Si la unidad derivada A varía proporcionalmente a la potencia p ~e la uní- denominan dimensión de la magnitud respectiva», No acertamos a adi-
dad de longitud, a la potencia q de la unidad de masa y a la potencia r ~e la
unidad de tiempo, se dice que la unidad A tiene la dimensión p con relación a vinar lo que ha de entenderse por representante, yeso que, en lugar de
la unidad de longitud, la dimensión q con relación a la unidad de masa y la emplear el vocablo alemán, recurre Diesselshorst a un vocablo romance,
dimensión r con relación a la unidad de t.iempo.» .
Completando esta definición con el concepto de unidades coherentes,. sm el quizá con la convicción de ser así mejor comprendido por sus compa-
cual no tiene sentido hablar de relaciones de proporcionalidad entre unidades, triotas.
se llega exactamente a la interpretación de las dimensiones que d~remo~ en el
capítulo V. Conviene hacer notar que, puesto que las fórmulas dimenslO~ales Ciertamente, hablar de la esencia de las magnitudes y vincularla
son aplicables a las unidades de una pareja de sistemas coherentes ,cualesqUlera, con las dimensiones es cosa que, por su carácter metafísico, había de
no es propio atribuir la dimensión a las unidades, sino a las magmtudes.
ser repudiada por los físicos adscritos a la Filosofia operacional o Lógica
14 ANÁLISIS DIMENSIONAL INTRODUCCIÓN 15

positivista del círculo de Viena. La reacción fue iniciada por Bridg- extensamente de dicha doctrina filosófica (25) en relación con la Física
man (22), quien afirma que <dasdimensiones no tienen en modo alguno en generaL Ahora nos limitaremos a demostrar que el Análisis dimensio-
carácter absoluto, sino que han de definirse, precisamente, a partir del nal, cuando se llevan a su extremo las consecuencias de la Lógica posi-
proceso que se utilice para medir la magnitud respectiva» (*). tivista, pierde toda su eficacia. Dicha Lógica, a fuerza de querer ser ope-
Para ser consecuente con su doctrina, debiera dar Bridgman la receta racional, se ha hecho inoperante (*).
para pasar del proceso de medida a la dimensión, pero se limita a utilizar Burniston Brown (27) parte del hecho, señalado por Eddington (28),
las dimensiones obtenidas por los métodos clásicos y, gracias a esta de que todas las medidas de precisión consisten en la observación de
inconsecuencia, el Análisis dimensional no pierde en sus manos toda su coincidencias, lo que le lleva a definir al físico como un hombre a quien
virtualidad. Pero hace cuestión de principio el negar que a cada magni- basta un ojo que ni siquiera necesita percibir los colores. Hace notar
tud corresponda una dimensión determinada, pues afirma que «no tiene Burniston Brown que en toda medida hay que observar simultánea-
sentido hablar de las dimensiones de una magnitud mientras no se haya mente dos coincidencias y, por tanto, tomar en consideración la velo-
establecido el sistema de unidades en que ha de medirse». De esta posi- cidad de propagación de la luz, de donde resulta que son necesarias y
ción previa resulta que, al plantear los problemas de Análisis dimensional, suficientes dos magnitudes fundamentales, que han de ser el espacio
esto es, al formar la lista de las magnitudes que intervienen en el fenó- y el tiempo, precisamente, y refuerza su opinión con la siguiente cita
meno considerado, y escribir sus exponentes dimensionales, hace razona- de lord Kelvin: «Hay algo sumamente interesante en el hecho de que
mientos tan casuísticos, sutiles y alambicados, que han de descorazonar podamos establecer un sistema métrico basado en una unidad de longi-
a todo el que trate de iniciarse en estas cuestiones, y todo ello, según .tud y en una unidad de tiempo. No hay en ello nada nuevo, pues es
tendremos ocasión de ver, para obtener soluciones deficientes, puesto ya conocido desde los tiempos de Newton, pero conserva todo su interés
que no revelan toda la información que el Análisis dimensional es capaz y actualidad.i
de suministrar. No dice lord Kelvin en qué consiste ese «algo sumamente intere-
La tendencia de Bridgman ha prevalecido entre los físicos contem- sante», por lo que hay que darle un sentido recóndito y, al tomarlo como
poráneos. Fr. Russo (24), al resumir los trabajos más recientes, afirma fundamento para establecer el Análisis dimensional, se incurre en la
que <dosmonomios de Vaschy no son invariantes más que para los cam- misma falta que cuando se atribuye a la fórmula dimensional obtenida
bios de unidades que pertenezcan a la estructura en que nos coloquemos» a la manera clásica la virtud de contener la verdadera esencia de las mag-
y entiende por estructura cualquiera'de las múltiples maneras de atri- nitudes. Pero, lo peor del caso, es que, al mutilar la base reduciendo a dos
buir dimensiones a las magnitudes. el número de magnitudes fundamentales, aumenta el número de mono-
Con su loable propósito de expurgar el Análisis dimensional de ele- mios con exponentes dimensionales nulos, con lo que la información
mentos metafísicos, no han logrado los lógico-positivistas otro resultado que proporciona el Análisis dimensional se hace menos precisa.
que la ruina completa del mismo. En otro lugar nos hemos ocupado
(*) La mejor crítica de la doctrina positivista fue hecha por Planck en una
(*) Para los positivistas, la base del conocimiento físico son las medidas. conferencia, titulada Religion und Naturwissenschaft, que se encuentra repro-
Esto puede admitirse cuando se trata de descubrir leyes expresables en forma ducida en su autobiografía (26).
matemática, pero no de 'modo absoluto. Galileo pudo derribar toda la física «Las opiniones de los positivistas no pueden ser combatidas desde un l?unto
aristotélica con sólo observar que todos los cuerpos caen en el aire casi con la de vista puramente lógico. Y, sin embargo, un examen detenido de, las IlliSm~s
misma velocidad, y descubrió la ley de la inercia haciendo notar que una bola, revela que son inadecuadas y estériles, porque I?rescinden de una circunstancia
después de rodar cuesta abajo, es capaz de rodar cuesta arriba hasta alcanzar que tiene importancia decisiva para el progreso CIentífico.Por ~ucho que alar~ee
casi su altura inicial, de donde resulta que, si la cuesta arriba se reemplaza por el Positivismo de estar exento de prejuicios, tiene que partir de una prem~sa
un plano horizontal, y si no hubiere rozamientos, la bola rodaría sin cesar, fundamental si no quiere degenerar en un solipsismo ininteligible. Tal premisa
pues nunca alcanzaría su nivel original. Como se ve. Galileo no tuvo que medir consiste en que toda medida física puede ser reproducida de tal modo q~e el
nada para echar las bases de la Mecánica. resultado es independiente de la personalidad del observador, del lugar y tiem-
Guido Beck (23) va más allá que los positivistas, pues para él, efenómeno po en que se efectúa la medición, y de cualquier otra circunstancia. Todo. e~to
físico es toda medida experimental que puede ser expresada en centímetros, revela, simplemente, que el factor decisivo para. el resultado de la medición
gramos y segundos». Con esta definición, que en realidad es una afirmación está fuera del observador y que, en consecuen..' las medidas plantean proble-
gratuita, lo que Galileo observó desde la torre de Pisa no sería siquiera un fenó- mas que implican conexiones causales en una realidad independiente del ob-
meno físico. servador.')
16 ANÁLISIS DIMENSIONAL
INTRODUCCIÓN
17
En realidad, la reducción de la base hace que queden despojadas de en que nos basamo 1 . .
sus dimensiones algunas de las constantes dimensionadas, por lo que el . s es a eXIstenCIade le es fí .
diante ecuaciones cuya estru t le Y SICasque se formulan me-
formar bases mutiladas no es ninguna novedad. Ya Heisenberg (29) .,
di mension c ura sue ser tal que p ite . .
a cada magnitud D uí ermi atnbuIr una
utilizó en sus estudios de Mecánica ondulatoria un sistema en el que se , . e aq resulta que el An ' Iísi di
esta subordinado a las teorías f'.. . . a SIS mensional
hacían iguales a 1 la constante de Planck, h, y la velocidad de la luz de las mismas. ISICas,no tiene eXIstencia independiente
en el vacío, con lo que sólo queda una magnitud en la base, la longitud.
A nuestro modo de ver, si el Análisis dimensional ha de servir para Desde nuestro punto de vista el Análiai di .
rácter misterioso que cosa .' 1 a. SIS ImensIOnal carece del ea-
algo, es preciso que exista un sistema unívoco, de modo que a cada magni- , curIOsa, e atnbuyen 1 '
fiestan en evitar toda influencia met físi N os que mas celo maní,
tud corresponda una fórmula dimensional perfectamente determinada, físico Bridgman uno de lo a ISICa. ada menos que el eminente
pues sólo con esta condición podremos estar seguros de que será correcta , s campeones de la Fil ff
considerado como la máxima a t id d . oso la operacional, y
la solución obtenida al aplicar el teorema de pi a un problema debida- '. u on a en cuestIOnes de An 'lis· .
sional, afirma en su reciente a t' ul dI' a IS dímen.
mente planteado. rICO e a Enc~clo edi B·' .
que dicho análisis sirve (mara e tabl . P ~a ntan~ca (32)
En trabajos anteriores (30) hemos tratado de establecer el sistema '..t' S ecer CIertas li it .
en la forma de cualquier relaoío ibl imi acioncs necesarias
unívoco. Desde luego, es un propósito que no puede lograrse con el solo , . on POSI e entre las . bl d .
fISICO>) y esto, «aun cuando sea . ibl va~a es e un SIstema
raciocinio y, puesto que la Lógica positivista ha fracasado en el empeño, nnposi e dar una inf .,
y d etallada de las ecuaciones fundamentale . ormaCIOnprecisa
procede recurrir a los métodos de la que Heisenberg (31) llama Física de hallarse la solución» Dice fin s a partIr de las cuales habría
abstracta, esto es, la Física en que se cree en la posibilidad de formular
leyes para los procesos naturales de manera precisa y simple, leyes que
dimensi .,
mensíonaj se halla en el requisito
en
dI. que «el fundame to d 1 An' . .
n e álisís
tudes relativas>). e sentido absoluto de las magni-
no derivan directamente de las medidas, sino que han sido establecidas
Si las afirmaciones de Brid man f .
por abstracción. . nal perInitiría hacer prevísí g ue~en ciertas, el Análisis dimensio-
Trataremos en este trabajo de desarrollar una teoría del Análisis fundamentales nos son d:~~~:::~:sa~l~s>} ~obre ~enómenos cuyas leyes
dimensional basada en hechos elevados a la categoría de postulados, y y de la teoría y su estudio deberí . s aria encima de la experiencia
que resultan ser en número de dos. El primero se refiere a la índole de .' eria corresponder a 1 M taf' .
opmión, aun cuando no ten . . . a e ISICa.Nuestra
las ecuaciones físicas; el segundo atañe al significado de las constantes sicos, es justamente la contrgaa:nospreJUICIOS contra los métodos metaff-
universales, y permite clasificarlas en ineludibles y superfluas. nao
Nuestros postulados bastan para crear un sistema dimensional uní-
voco, y su validez deberá comprobarse por vía experimental, esto es,
en problemas de Análisis dimensional cuya solución completa sea cono-
cida. Al proceder así, nos libramos de las trabas impuestas por la Filoso-
fía operacional. Nuestra teoría está hecha para físicos que, aunque sean
tuertos y daltonianos como el estilizado por Eddington, no renuncian al
uso de todas sus facultades mentales y, entre ellas, a la de crear entes
abstractos. Hablaremos, pues, de las magnitudes físicas, tales como la
fuerza, la masa, la energía, etc., como de entes abstractos que intervienen
en los diversos fenómenos con cuantías o cantidades que varían en cada
caso particular, y que existen aunque nadie las mida.
Vulneramos deliberadamente los preceptos de la Filosofía operacio-
nal, para la cual no existen sino las medidas, pero nos mantenemos den-
tro de la buena doctrina positivista, pues nos fundamos en hechos y
sometemos nuestros resultados a la comprobación experimental. El hecho
ANÁLISIS DIMENSIONAL, - 2
PARTE PRIMERA

FUNDAMENTOS DEL ANÁLISIS DIMENSIONAL


CAPíTULO 1

RESUMEN DE LA TEORÍA DE LA HOMOGENEIDAD


DE FUNCIONES Y DE ECUACIONES (*)

1. Las funciones homogéneas generalizadas.

Se dice que una función real, y - y(xI, ••• , xn) de n variables reales
es homogénea cuando, al multiplicar las variables por sendos factores
reales, ~l' .•• , ~n, independientes o ligados, la función queda multipli-
cada por una función de éstos, independiente de las variables Xl ... Xn,
que se llama factor de homogeneidad, o sea cuando:

Y(~IXl> ••• , ~nXn) = CP(~I' ... , ~n) y (Xl'" Xn) [1,1]

para todos los sistemas de valores reales, ~l' ••• , ~n, independientes o
ligados por ciertas relaciones que se llaman ecuaciones de condición. La
función se llama incondicional o condicionalmente homogénea según que
los factores ~l> ••• , ~n sean o no independientes.
Es evidente que todo monomio, xr', ... , x~", es función incondicio-
nalmente homogénea y que su factor de homogeneidad es ~n. ~r',... ,
El recíproco es también cierto si la función se supone continua.
Teorema 1.0 Toda función continua incondicionalmente homogénea
es un monomio.

~*) Daremos en este capítulo lo estrictamente necesario para nuestro pro-


pósito, tomándolo del libro de Ricardo San Juan (16), donde encontrará el
lector el desarrollo completo de la teoría y las demostraciones que omitimos.
Los lectores a quienes sólo interese el aspecto físico del Análisis dimensional,
pueden prescindir de los teoremas. Les bb<>uacon las definiciones de funcio-
nes y ecuaciones homogéneas.
23
1. RESUMEN DE LA TEORÍA DE LA HOMOGENEIDAD
22 ANÁLISIS DIMENSIONAL

La homogeneidad incondicional determina completamente la forma habrá de ser:


de toda función continua, salvo los exponentes que figuran en el monomio. Xr+l xn-l) ; (t = s - 1).
No ocurre lo mismo cuando la homogeneidad es condicional, pero, si las
xrs
Xcr 'Y ' ... cx
( Xcxll ••• cxrl
Xr
XCX1t
1
• •• X
r
rt
ecuaciones de condición son monomios, se cumple el siguiente teorema. 1

Teorema 2.° Si una función continua es condicionalmente homogénea ° Las funciones homogéneas generalizadas son las únicas
y las ecuaciones de condición son expresiones monomias: Teorema 4 . la i ld d la suma de sus
inir magnitudes de manera que vqua a y
aptas para def . d endiente del sistema d e un~·dad es.
cantidades sea ~n ep id . do y demostrado por R. San Juan (16),
ma ha SI o enuncie . .
Este t eore .. h d umplir las definiciones cuantitativas
e im one el reqmslto que an e e .
p sea aplicable el análisis dímensionel-
(m + s = n), para que

que dejan m [actores independientes, habrá de ser:

E
Y =Xl
- 1

Recíprocamente, cualquiera que sea la función 'Y, esta expresron


define una función homogénea con las ecuaciones de homogeneidad
precedentes.

2. Ecuaciones homogéneas.
Se dice que una ecuación, H(Xl' ... , xn) = O, entre n variables reales,
es homogénea cuando subsiste al multiplicar las variables por sendos
factores, es decir, cuando:

La ecuación se llama condicional o incondicionalmente homogénea


según que los factores ;1> ... , ;n sean todos arbitrarios o estén ligados.
. Teorema 3.° ~i una ecuación, Xn = f(xl, ... , Xn-l), que define una
variable C01nofunción continua de las restantes, es condicionalmente homo-
génea, y las ecuaeiones de condición son monomios:

(s = n-r)
CAPíTULO II

LOS ENTES DE LA FíSICA

1. Observables.

Se opera en Física con entes que se caracterizan por algún efecto


observable. La descripción de tal efecto constituye la definición cualitati-
va o epistémica del ente en cuestión, pues es anterior e independiente de
toda ley física. Esta definición no debe omitirse a no ser que se trate
de cosas tomadas del lenguaje corriente y cuyo sentido sea perfecta-
mente claro, como sucede con las distancias, las duraciones y las tempe-
raturas. Las definiciones epistémicas sirven para saber de qué se habla
y para reconocer cada observable siempre que topemos con él. Por
haber prescindido Maxwell de la definición epistémica de los vectores
del campo electromagnético surgieron confusiones de las que no estamos
todavía enteramente libres.

2. Los entes comparables.

De dos observables (A) y (B) se dice que son comparables entre sí


cuando existe una definición operacional y universal de la razón:

(A)
-=n
(B) ,

donde n es un número que indica que (A) es n veces mayor que (B),
esto es:
(A) = n(B).
LOS ENTES DE LA FÍSICA
27
26 ANÁLISIS DIMENSIONAL n.
nte la definición de la razón entre dos observables
El adjetivo «operacional»significa que se han de describir los aparatos Rec íproca me , . .
utilizados en la comparación, así como las operaciones a realizar. El re- 'tm'da por la definición de la Igualdad y de la suma SI se
puede ser sust 1
quisito de «universalidadi exige que la razón hallada sea independiente de 1 ostulado de divisibilidad. En efecto; sean (A) y (Ao) dos entes
-cumpe1 e p Lí d 1
.
ectos característicos sean de 19ua m o e, est o es, de
la naturaleza de los cuerpos utilizados en la construcción de los aparatos. tales que suS efi .'
De los dolores puede decirse que unos son mayores que otros, pero igual definición epistéInica. Las definiCl~nesd~ la l~ualdad y de la suma
no son comparables porque todavía no se ha inventado un aparato que iti elegir un nuevo ente (A) de Igual mdole que los dados,
nos perm1 iran '. .
permita averiguar cuántas veces un dolor es mayor que otro dolor. Lo de tal modo que, al reproducirlo y sumarlo reIteradamente consigo
mismo ocurre, por ahora, con la dureza, con los grados de miedo, de mismo, las ecuaciones:
belleza, de bienestar, etc.
+ (A') + = n X (A')
La exigencia de que la razón entre observables sea definida operaeio-
nalmente está de acuerdo con los principios de la Lógica positivista.
(A) = (A')
(Ao) = (A') + (A') + = no X (A')

El requisito de universalidad es nuevo y extraño a dicha lógica (*).


.sean satisfechas con toda la precisión que se desee. Entonces de
Una vez definida la razón entre observables queda definida la igual-
dad y la suma, pues de
(A) = n(A');
ae deduce:
(A) n
---=--,
se deduce: (Ao) no
si nI = 1,
y donde n y no son números enteros.

:3. Magnitudes Y cantidades.


(~) Al imp~:merla condición de que la razón entre las cantidades sea inde-
pend~e~te del mstrumer;tto particular utilizado, pierden toda importancia las De un conjunto de observables (A o) (Al) ... , comparables entre sí
definiciones meran:ente ms~rumentales. Desde nuestro realismo ingenuo, la ra-
zón entre. dos can~ldades existe antes e independientemente de que se comparen. dos a dos, diremos que son cantidades de una misma magnitud (*). .
Por ello t.iene sentido ~ecir que la Giralda es cierto número de veces más alta que La altura de un edificio la distancia entre dos puntos y la amplitud
el m~tro, aunque nadie haya hecho la comparación, y, cuando ésta se realiza,
habra que contrastar previamente los instrumentos de medida a fin de estar de las oscilaciones de un os~i1adorlineal, son cantidades de la magnitud
seguros de que .no influyen sus particularidades de consbr-ucción. Ningún físico llamada longitud. El día y la duración de las oscilaciones de un pénd~o
se dará por satisfecho con sus aparatos sin haberlos contrastado hasta conven-
cerse de que conducen a resultados que están de acuerdo con la definición uni- 'Son cantidades de tiempo. El peso de un cuerpo y el esfuerzo necesarIO
versal de la razón ~ntre. las cantidades que trata de medir. para doblar una barra son cantidades de fuerza.
Para: los o~eracIOnahstas, entre los que merece citarse a Beppo Levi (33),
las me~ldas ffsicas no son más que números obtenidos efectuando determinadas Expuestas las cosas de este modo, las magnitudes son concep~~s
operaeiones. Para ellos no e~ necesario establecer los criterios de igualdad y abstractos a los que se llega a partir de las cantidades. Esta ordenaclOn
de ~uma t .Es sumamente curiosa, a este respecto, la discusión entablada en el
Philosophicai M!1'gazi~e, en~re.Dingle (34) y Dalzell (35). Este último es realista, 'Correspondeal proceso natural en que se parte de lo concreto, que son
y cree en ~a existencia O?Jetl:,a de las, magnitudes y de las unidades. Dingle, Ias cantidades, para llegar a lo abstracto, que son las magnitudes.
que es furlb~do operacionalista, replica despectivamente que eso es imagi-
n,arse la cantidad ft~lCa corno un bodrio (8tufIJ del que se puede tomar arbitra- La distinción entre magnitudes y cantidades es necesaria cuando
rlamen,te, una porción y llamarla unidad. La discusión adquiere caracteres .se trata de precisar las ideas. Pero es corriente en Física tomar lo
humoríst.icos, y Dalzell propone que se llame Archibald a cierta unidad de carga
eléctrica pr,op~esta por ~ingle, a lo que éste accede con tal de que se tome en
cuenta el siguiente consejo: «no es forzoso que para efectuar una medida física (*) En todos los idiomas, con excepción del sspafiol y del inglés, el vocablo
haya que ponerse cabeza abajo~>.En fin, Dalzell logra el golpe final con este magnitud sólo se emplea con su significado ,astronómlC<;>.Es de notar, además,
argum~nto: Un p~tor, para revisar su rebaño, cuenta las cabezas, mientras que -que en español e inglés, los términos magr.'··'d y cantidad ostán trastrocados,
su amigo el carnicero J;>refierecontar las patas. Sería inútil tratar de ponerle de pues cantidad se traduce por magnitude y magnitud por quant~ty.
acuerdo con el pastor, SI además de carnicero, fuese discípulo del profesor Dingle.
28 ANÁLISIS DIMENSIONAL n. LOS ENTES DE LA FÍSICA 29
general por lo particular y, por eso, suele hablarse de magnitudes y cuerpos que sirven de soporte a los sumandos. La suma de las masas
rara vez de cantidades, aun en los casos en que el vocablo oportuno es. de varios cuerpos se obtiene sin más que reunidos en el platillo de una
este último. balanza. Criterio análogo, sustituyendo la balanza por artificios adecua-
dos, puede seguirse para las diferentes formas de energía (salvo la poten-
4. El criterio de igualdad. cial) , para las cargas eléctricas y para los polos magnéticos.
Por sencilla que parezca esta que hemos llamado suma por acumula-
El criterio de igualdad va involucrado en el concepto o definición ción, para dada por buena es preciso comprobar en cada caso que se
epistémica de cada magnitud, pues es obvio admitir que una magnitud cumplen los requisitos formales de la suma. Ello requiere que exista
se manifiesta con igual cuantía en dos casos distintos cuando sus efectos. la correspondiente ley de conservación, que nos asegure que la suma no
son iguales. Se dirá, por ejemplo, que dos cuerpos tienen igual tempera- cambia cualquiera que sea la manera de juntar los cuerpos en que se
tura cuando un termómetro cualquiera marca lo mismo al ser puesto en hallen las cantidades que se trata de sumar. Gracias a dicha ley quedan
contacto, primero con uno y después con otro. cumplidas las condiciones de conmutabilidad, uniformidad, asociabilidad
Evidentemente, el criterio de igualdad es intrínseco, esto es, se esta-o y existencia del cero. La longitud, el área y el volumen son también
blece sin necesidad de recurrir a la medida de otras magnitudes. Así, magnitudes aditivas, y para definir la suma en cada una de ellas hay que
para decidir si dos vehículos marchan con igual velocidad, bastará. postular la existencia de cuerpos rígidos.
observar si se conserva constante su distancia, y no será preciso medir ni b) Suma vectorial. Es aplicable a las magnitudes dirigidas aplica-
espacios ni tiempos. (' , ~~ o- das en un mismo punto. Tal es el caso de las fuerzas y de las magnitudes
, >-

~ que cabe considerar en cada punto de un campo electromagnético. La


5. La definición de suma. auma en este caso se basa en el postulado de que las magnitudes en
cuestión se comportan como vectores, esto es, les es aplicable la regla
Para los matemáticos (*), la suma es una operación cualquiera me- del polígono y ocurre que, para todos los efectos considerados, la resul-
diante la cual con cada dos objetos se construye un tercero, y que cum- tante es equivalente al conjunto de las componentes.
ple los requisitos de uniformidad, asociabilidad, existencia del módulo y e) La temperatura. Se puede prescindir de la definición epistémica
conmutabilidad en algunos casos. En otro lugar (25) hicimos ver que este. de la temperatura porque este vocablo existe en todos los idiomas, y ello
último requisito no se cumple siempre en la suma física, pues en relati- basta para saber de qué se trata. Sin embargo, tiene la temperatura
vidad ocurre que la suma de velocidades no es conmutativa. En cambio, un carácter especial, pues no ocurre que de la reunión de dos cuerpos
todos los físicos estarán conformes en que, para establecer la suma, ha resulte una temperatura que pueda tomarse como la suma de las que
de haber un criterio de equivalencia, según el cual, los sumandos, para el'. tenía cada uno por separado, ni se concibe la existencia de dos tempera-
efecto característico de la magnitud en cuestión, han de poder ser sus- turas en un mismo punto. De aquí que no sirva ninguno de los crite-
tituidos por la suma. rios a) y b), pero no por eso deja de ser la temperatura una magnitud
Examinemos ahora las circunstancias que han de concurrir en la. física, pues el segundo principio permite definir la razón entre dos tem-
que podemos llamar suma por equivalencia. Ante todo, puesto que la. peraturas por vía operatoria y universal.
suma se ha de caracterizar por determinado efecto observable en algún
cuerpo, será preciso que los sumandos puedan reunirse en el mismo o·
'6. Unidades y medidas.
existan ya en él. Cabe, pues, distinguir dos clases de suma:
a) Suma por acumulación, Es aplicable a las magnitudes aditivas, Adóptese para cada magnitud una cantidad determinada, (Ao) =U A,
así llamadas porque la suma puede definirse por simple reunión de los. y désele el nombre de unidad. Formando las razones
r •

(*) Encontrará el lector una exposición y crítica de las teorías materná ..


( .r.~21 _ A .
--- 2'···
ticas de la medida en el trabajo de Pi y Calleja (36). UA
30 ANÁLISIS DIMENSIONA.L rr. LOS ENTES DE LA FÍSICA. 31

se puede hacer corresponder a cada cantidad (A), de la magnitud en. para nada de unidades ni de medidas. Tal ocurre con todas las magnitu-
cuestión, un número, A, que se llama medida de la cantidad (A) con la. des mencionadas en el apartado anterior.
unidad UA. Hay otras magnitudes, que llamaremos secundarias (*) o compuestas,
Al cambiar la unidad UA por otra, U' A, resultará otra medida de (A): en las que no existe la suma por equivalencia ni se puede definir la razón
entre sus cantidades sin recurrir a la medida de otras magnitudes.
(A) = A', Ejemplos de magnitudes secundarias son la velocidad, la aceleración, la
U'A densidad, el ímpetu, la impulsión, el trabajo, la frecuencia y todas las
constantes características de los cuerpos. Estas magnitudes no requieren
y se tiene, evidentemente,
definición epistémica, pues su concepto deriva de una prescripción o
A U'A fórmula con que se especifican las operaciones que se han de realizar
-
A' UA con las medidas de otras magnitudes para obtener la medida de la
magnitud en cuestión. Expresiones tales como:
El cociente de las medidas de una misma cantidad es igual a la inversa.
de la razón entre las unidades. m
W fs; p-- (entre medidas)
Desde nuestro punto de vista, que es el del realismo ingenuo, las. v
cantidades constituyen el dato primario, pues existen con anterioridad
a las unidades. Estas últimas son cosas convencionales, mientras que las. han de considerarse como identidades en las que el primer miembro no
cantidades son invariantes con relación a los cambios de unidad y, en es sino una expresión abreviada del segundo. Por eso resulta adecuado
este sentido, puede decirse de ellas que tienen realidad objetiva. decir que estas magnitudes lo son por definición, y conviene ponerlo de
manifiesto en cada caso. En la frase «la velocidad es, por definición, el
7. MagnitUdes primarias y secundarias. cociente de dividir la distancia recorrida por la duración», la locución
subrayada indica que no se trata de un hecho comprobable experimen-
La definición de la razón entre cantidades de una magnitud, o la de talmente, sino que se llama velocidad al resultado de efectuar la ope-
la suma, ha de establecerse en cada caso particular, y a este respecto ración indicada.
cabe distinguir dos clases de magnitudes. En unas, que llamaremos En la fórmula de definición de las magnitudes secundarias está con-
primarias o simples (*), dicha definición puede formularse sin hablar tenido el criterio de suma, que no se postula, sino que deriva de dicha
fórmula.
(*) o deben confundirse las magnitudes que hemos llamado primarias Podría prescindirse de las magnitudes secundarias reemplazándolas
con las fundamentales, o sea con las que arbitrariamente se elijan para formar por sus definiciones, pero conviene conservarlas porque simplifican con-
la base del sistema dimensional. El ser primaria o no es una cualidad inherente
a cada magnitud, mientras que cualquier magnitud, aunque no sea primaria, siderablemente el lenguaje.
puede tomarse como fundamental.
La generalidad de los autores, por no decir todos, suponen tácitamente
De un modo general, si xl> x2, ••• son las medidas de ciertas magni-
qu~ la ba~~ ~a de formarse precisamente con magnitudes primarias. Para los tudes coexistentes en un mismo cuerpo, tales como su volumen, su masa,
lógico-posibivistas sólo serían primarias la longitud y el tiempo, pues todas las su distancia a un origen, la fuerza a que está sometido, etc., se pueden
demás magrutudes han de medirse observando coincidencias. Esta es otra razón
por la que el Análisis dimensional, en sus manos, pierde toda su eficacia. tomar estas medidas como argumento de una función cualquiera y escribir:
N? se confunda tampoco nuestra clasificación con la de Russell en extensivas
(con l~ua.ldad y suma) e intensivas (con igualdad y desigualdad solamente). y = f(xv x2, ••• ) (entre medidas).
Estas últimas, por no existir para ellas la definición de la razón entre canti-
dades, no tienen cabida en las teorías físicas. Tal ocurre, por ejemplo, con la
dureza. (*) Por la misma razón que obliga a distinguir entre las magnitudes prima-
Cuando se prescinde del requisito de universalidad en la definición de la rias y las fundamentales, no se deben confundir las secundarias o compuestas
razón entr~ cantidades, no hay modo de distinguir entre magnitudes primarias con las que todos los autores llaman magnitudes derivadas, esto es, con las que
y secundarias. Por eso, para Bridgman (22), la fuerza, la velocidad y la densidad no figuran en la base del sistema dimensional. El carácter de secundaria es inhe-
pueden ser primarias o secundarias, según como se definan. rente a la magnitud, mientras que lo de ser derivada es cosa convencional.
32 ANÁLISIS DIMENSIONAL ll. LOS ENTES DE LA FÍSICA 33

Al variar las medidas Xl' X2, ••• variará también el valor numérico, y, Las mediciones directas se realizan rarísimas veces, y en su lugar se recurre
a las indirectas, que se basan en alguna ley física, y de aquí que haya muchas
de f. Esto nos autoriza a considerar y como la medida de la cuantía (y),
maneras de medir cantidades de una misma magnitud. Las masas, por ejemplo,
con que cierta magnitud existe en el cuerpo en cuestión. se miden con balanzas, con básculas de diversos tipos, con romanas, con resortes,
Nada limita a priori la posibilidad de definir magnitudes compuestas etcétera, lo que prueba que toda magnitud es usceptible de variadísimas defi-
mediante funciones cualesquiera de otras previamente definidas. Tan niciones instrumentales, con lo que éstas pierden toda su importancia, la cual
sólo rige la razón de utilidad, que suele expresarse diciendo que la mag- recae sobre el requisito de universalidad, esto es, sobre la condición de que el
resultado de las mediciones sea independiente, no sólo de los cuerpos utilizados
nitud en cuestión ha de tener sentido físico, o, lo que es lo mismo, han en la construcción de los aparatos, sino también del método indirecto utilizado.
de ser susceptibles de una representación mental. Por ejemplo, con el La concordancia entre los resultados obtenidos al emplear los diversos métodos
sentido de la vista para juzgar del tamaño, y con el muscular para apre- E'S una comprobación de la validez de las leyes físicas en que se fundan, y sería

ciar el peso, tenemos elementos bastantes para elaborar el concepto muy difícil de explicar si las cantidades no tuvieran una existencia real, inde-
pendiente de su definición instrumental y del operador que las mide.
cualitativo de densidad, que lleva involucradas las relaciones de igual y
de mayor o menor. Pero la definición cuantitativa no puede lograrse
porque falta el criterio de equivalencia para la suma y, por eso, se requie-
re la ecuación de definición.
Veremos más adelante que, para poder atribuir una dimensión a
cada magnitud compuesta, es preciso que estén definidas mediante fun-
ciones condicionalmente homogéneas. Pero hay magnitudes, como son
la constante química y el pH, cuya utilidad es manifiesta a pesar de que
su definición no cumple la condición de homogeneidad condicional.
Sería conveniente conservar el signo de identidad en las fórmulas
de definición de las magnitudes secundarias, pero en todos los libros se
sustituye por el de igualdad, con lo que se confunden con las ecuaciones
que sirven para expresar las leyes físicas. Conviene, sin embargo, distin-
guir claramente entre leyes y definiciones. Las primeras son susceptibles
de comprobación experimental; en las segundas no tiene sentido tal com-
probación, pues se trata de identidades. Por eso no es correcto, aunque
sea frecuente, considerar la ley de Newton como una definición y decir
que la fuerza es el producto de la masa por la aceleración.

8. Medidas directas e indirectas.


Si no se conocieran las leyes físicas, la medición de toda magnitud primaria
habría de efectuarse, precisamente, a partir de los postulados en que se basa
el criterio de igualdad y de suma. Y la medición de las magnitudes secundarias
habría de efectuarse, precisamente, a partir de su respectiva fórmula de defi-
nición, esto es, midiendo las magnitudes primarias que en ella figuran. Para
medir en gramos, por ejemplo, la masa inercial de un cuerpo, tendríamos que
reunir tantos gramos y fracciones de gramo como fuesen necesarios para formar
un cuerpo que, sometido a una fuerza cualquiera, adquiriese el mismo movi-
miento que el cuerpo en cuestión bajo la acción de la misma fuerza. Esta me-
dida de la masa, en que no se recurre a ninguna ley física (salvo los postulados
de existencia de la masa como magnitud física) sería una medida directa.
A.~ÁLIstS OUIE:KSIONAL. - S
CAPíTULO nI
PRIMER POSTULADO

1. La naturaleza de las leyes fundamentales de la Física.

Toda teoría física se basa en cierto número de leyes fundamentales


de las que, por los métodos de la Lógica matemática, se deducen las
leyes derivadas. Es de notar que la distinción entre una y otra especie
de leyes es, hasta cierto punto, convencional, pues hay cierta libertad en
la elección de las leyes, independientes entre sí, sobre las que se funda una
teoría determinada.
Tratemos de averiguar el sentido de la ley fundamental de la Me-
cánica:

Una opinión muy extendida es que esta ecuación sirve para precisar el
concepto de fuerza, definiéndola como el producto de la masa del cuerpo
en que actúa por la aceleración que le imprime (*). Esta opinión es
inadmisible porque degrada el concepto de fuerza convirtiéndola en
magnitud secundaria, y porque la ley de la inercia quedaría sin contenido
por no afirmar nada que pueda ser cierto o falso.

(*) Opina Bullook (37) que la segunda ley de Newton sirve para definir
la masa: De ser así, la medioión de masas habría de efeotuarse comparando la
aceleración que adquiere el ouerpo en ouestión por la acción de una fuerza,
con la que esta misma fuerza comunicaría al kilogramo patrón, cosa que sería,
oiertamente, una novedad. Muy aoertadamente objeta Keenan (38), que antes
de Newton era oonooida la fuerza por quienes resolvían problemas de Estátioa,
que la masa se medía en los meroados desde los tiempos más remotos, y que de
la aceleración tenía ya oonooimiento Galileo. Resume Keenan sus oomentarios
dioiendo que «la segunda ley de Newton, lo mismo que el primer prinoipio de
Termodinámioa, es algo más que una deñnición».
36 ANÁLISIS DIMENSIONAL
lll. PRIMER POSTULADO 37
A nuestro modo de ver, la manera correcta de enunciar la ley de
Newton consiste en comenzar por definir cuantitativamente la masa, la 2. Las ecuaciones de la Física.
fuerza y la aceleración, como magnitudes primarias las dos primeras y En los libros de Física que proceden metódicamente, el enunciado
como magnitud secundaria la tercera, y luego afirmar que la aceleración verbal de cada ley física va seguido de una ecuación algébrica que se
de un móvil es directamente proporcional a la fuerza que sobre él actúa considera con la expresión cabal y completa de dicha ley. Aun cuando
y está en razón inversa de su masa. Simbólicamente: no se diga expresamente, la sustitución del signo de proporcionalidad
por el de igualdad indica que se han sustituido las cantidades por sus
(f) '" (m) (a) (entre cantidades),
medidas. Admitiremos, pues, que las ecuaciones físicas relacionan las
medidas de las cantidades que en ellas intervienen (*).
donde el signo '" significa «proporcional a».
Sea, por ejemplo, la primera ley de Newton; la fuerza es directamente
Esta manera de considerar las leyes físicas pone de manifiesto su
proporcional a la masa y a la aceleración. En este enunciado no puede
carácter universal, esto es, el hecho de que puedan ser enunciadas sin
sustituirse, sin más ni más, la relación de proporcionalidad por la de
hacer referencia a ningún sistema particular de unidades, pues basta la
igualdad entre cantidades, pues no tiene sentido inmediato el decir, por
definición de la razón entre cantidades.
ejemplo, que el peso de un cuerpo en un lugar determinado sea la misma
Nuestro primer postulado se basa en un hecho que cualquiera puede
cosa que el producto de la cantidad de masa por la cantidad de aceleración
comprobar, pues afirma que pueden escogerse las leyes fundamentales de
que adquiriría si cayese libremente. Sólo en el caso en que la ley relacione
modo que consistan en relaciones de proporcionalidad entre potencias deter-
cantidades de una misma magnitud cabe sustituir la proporcionalidad
minadas de las cantidades que intervienen en el fenómeno considerado.
por la igualdad. Así ocurre con el principio de la igualdad de la acción
De un modo general, cualquier ley física fundamental puede formu-
y de la reacción (**).
larse de la siguiente manera:

(entre cantidades), [1,1] 3. Constantes características y constantes universales.

donde los exponentes (Xl> ••• , (Xn son números fijos, independientes de la Al pasar de la relación de proporcionalidad entre cantidades a la
naturaleza de los cuerpos que intervienen en el fenómeno. ecuación entre medidas, será preciso, en general, introducir un factor de
Conviene hacer notar que nuestra afirmación es un postulado basado proporcionalidad, C, con cuyo auxilio se podrá sustituir la expresión
en hechos, y no la consecuencia de algún principio metafísico. Nada se
opone, lógicamente, a que las cosas ocurriesen de otra manera, y buena (entre cantidades)
prueba de ello es lo que sucede con la moderna Reología (39) cuyas
ecuaciones fundamentales, según parece, son relaciones entre monomios (*) Se puede, con definiciones adecuadas, dar sentido a las ecuaciones
con exponentes que, en lugar de ser números constantes, varían según sea e~tre magnitu~~s. Esto es lo que ha hecho R. San Juan (16, pág. 120), me-
diante la de~mClón d~ magnitudes coexistentes, y así ha logrado crear su teoría
el cuerpo que se considere. Si este fuere el caso en los demás capítulos de las magnitudes físicas. Como este método requiere especulaciones excesiva-
de la Física, nuestro 'postulado sería falso, y el Análisis dimensional men~e abstractas, nos ha parecido conveniente no dar a las ecuaciones otro
sentido que el de relaciones entre medidas, esto es, números. Por otra parte,
caería por su base. Desde luego, no es aplicable a los problemas de Reo- demos~raremos. en el capítulo IV, § 7, que el considerar que las ecuaciones de
logía, cuando menos en su forma actual. la Ffsica relacionan cantidades no directamente comparables conduce a un
absurdo. '
Las leyes derivadas no siempre adoptan la forma [1,1]. Por ejemplo, .(**) El e.nunciado ver!:>alde la ecuación f = ma, sería: en todo punto ma-
el período de oscilación del péndulo simple está dado por la ecuación: terial, la n:edtda de la cantidad de fuerza que sobre él actúa es igual a la medida
de la ca,,:,ttdad de masa del punto multiplicada por la medida de la cantidad de
acel~raClc~m.La mac~acon.a repetición de la frase subrayada convertiría el len-
(entre medidas), guaJe fíSICOen cantileIl:a insoportable y pedantesca, por lo que se suprime muy
acert~damente, entendiéndose que un mismo nombre sirve para designar la
magrutud como ente abstracto y las medidas de sus cantidades en cada caso
donde 1(0) es una función no monomia del argumento e. particular.
38 ANÁLISIS DIMENSIONAL TIl. PRIMER POSTULADO 39

por la ecuación un cuerpo particular, pero será C =1= 1 cuando se aplique la ecuación a
otro cuerpo cualquiera.
(entre medidas). [3,1] b) Puede suceder que el valor del factor de proporcionalidad sea
independiente de la naturaleza del cuerpo. A toda ecuaci6n fundamental
El valor numérico de C se obtendrá mediante la fórmula que se conserva invariable cuando cambia la naturaleza del cuerpo con que
se opera corresponde una constante universal.
C = -------"y'------ [3,2]
Ejemplos:

l.o Constante de la gravitaci6n.


que exige conocer los exponentes ell' ••• , eln y medir en un caso particu-
lar las cuantías de y, Xl ••• , Xn. El valor obtenido dependerá, en general, Aun cuando no siempre se diga expresamente, las leyes de la gravita-
de las unidades que se utilicen. ción son dos, a saber:
La ecuación [3,2] puede considerarse como la fórmula de definición Los cuerpos se atraen en razón directa de sus masas gravitatorias y
de C, que adquiere con ello la cualidad de magnitud secundaria. en razón inversa del cuadrado de su distancia:
Al medir C pueden presentarse dos casos:
a) La medida de C depende de la naturaleza del cuerpo. Se dice
(f) '" (mg) (m' g) .
(d)2
entonces que C es una constante característica, o específica.
La masa inercial es proporcional a la masa gravitatoria:
Ejemplos:
La ley de Hooke aplicada a un alambre de longitud l y sección a,
sometido a una fuerza t. se expresa así:
Al pasar de estas expresiones a las respectivas ecuaciones entre medi-
das resultan sendas constantes universales, que pueden tomar valores
(f) '" (a) (al) (entre cantidades) cualesquiera según sean las unidades que se adopten para la distancia,
(l) la fuerza y para ambas especies de masa. Pero, eligiendo conveniente-
mente las unidades, por ejemplo utilizando el sistema cegesimal, ocurre
y, al pasar a la ecuación entre medidas resulta:
que la primera vale 1, Y la segunda es va:
f = E aal f= mgm'g
l ' d2
de las que se deduce:
donde E es el módul? de Young, magnitud secundaria definida por la
identidad
E=L
- aal' La constante G se denomina constante de la gravitación.

y su medida resulta depender de la naturaleza del alambre y de las 2.0 Equivalente mecánico del calor.
unidades que se adopten para medir la longitud, el área y la fuerza. Entre el calor, Q, absorbido por un sistema en una transformación
Por su propia naturaleza, las constantes específicas son ineludibles, cíclica, y el trabajo producido, W, existe la ecuación:
porque la ecuación [3,1] no tiene validez general sin la presencia del
factor C. Se pueden elegir las unidades de modo que resulte e = 1 para W=JQ,
40 ANÁLISIS DIMENSIONAL rn. PRIMER POSTULADO 41

donde J es el equivalente mecánico del calor, cuyo valor sólo depende hablado. Las otras dos Son la permeabilidad eléctrica, eo, y la permeabi-
de las unidades con que se midan W y Q. lidad magnética, [Lo, cuyas ecuaciones de definición son:
3.0 Constante de Avogadro.
D = eoE;
En todo cuerpo, el número de moles, n, es proporcional al número, N
de moléculas: Ambas permeabilidades son, desde luego, constantes características de
cada sustancia, pero los valores, e:o Y [Lo, que toman en el vacío se suelen
incluir entre las constantes universales.
donde NA es la constante de Avogadro, cuyo valor sólo depende de la
unidad que se adopte para medir masas. 8.° Constante dinámica.
4.0 Constante de Boltzmann. La primera ley de Newton admite un factor de proporcionalidad:
En todo sistema formado por gran número de elementos, la energía, E,
que, por término medio, corresponde a cada grado de libertad, es pro- C=_I-
porcional a la temperatura absoluta 6. ma'

que no ha recibido nombre ni símbolo. Su valor depende, exclusivamente,


E = ~ k6. de las unidades que se elijan para medir la fuerza, la masa y la aceleración.
2

9.° Constante electromagnética.


donde k es la constante de Boltzmann, que sólo depende de las unidades
con que se midan la energía y la temperatura. En virtud de la ley de Laplace, todo elemento de corriente está
sometido a una fuerza que es proporcional a la intensidad, 1, a la longi-
5.° Constante de Planck. tud, dl, ya la proyección del vector magnético B sobre el plano normal
En todo proceso periódico de frecuencia v, la energía sólo puede expe- a dl. Con la notación del cálculo vectorial:
rimentar cambios que sean múltiplos enteros de
df = yldl/\ B,
l1e = kv,
donde y es la constante electromagnética, que depende tan sólo de las
donde k es la constante de Planck.
unidades que se elijan arbitrariamente para medir las magnitudes que
6.° Velocidad de la luz. figuran en esta ecuación.
A todo aumento de energía corresponde un aumento de masa (iner Otras constantes universales.
cial) dado por:
Cualquier monomio formado con constantes universales será una
nueva constante universal. Algunas tienen nombre, como las de Wien,
donde e es una constante universal que, con un sistema conveniente de Stefan, la constante de los gases, R = kNA, yel faraday, que es el pro-
unidades, el cegesimal por ejemplo, coincide con la velocidad de la luz ducto de la constante de Avogadro por la carga del electrón.
en el vacío.
7.° Constantes del vacío.
Algunas constantes específicas conservan un valor finito cuando se
miden en el vacío. Una de ellas es la velocidad de la luz, de que ya hemos
CAPíTULO IV

SEG UNDO POSTULADO

1. Opiniones acerca de las constantes universales.


Las constantes universales tienen un carácter desconcertante. Apa-
reoen en las leyes sin haber sido definidas previamente, ni cualitativa ni
cuantitativamente. No son atributos de cada cuerpo, variables de unos
.a otros, lo cual hace que no sean magnitudes, pues se presentan siempre
-eon igual cuantía, y decir que en otros universos pudieran tener otro
valor es convertir la Física en una mala Metafísica. Como no existe
eino un ejemplar de cada una, habrían de ser, si fuesen magnitudes, unida-
-des de sí mismas, y su valor sería siempre el número 1. No son números
fijos, porque su valor depende de las unidades que se adopten para
medir las cantidades que concurren con ellas en las respectivas ecuaciones.
Finalmente, su existencia es, en cierto modo, precaria, pues la que hemos
Ilamado constante dinámica no se encuentra en ningún libro de Física;
-el equivalente mecánico del calor, que ocupaba extensos capítulos en los
llíbros de comienzo de siglo, ha desaparecido totalmente en los libros
-modernos; las constantes del vacío, EO Y fl1¡, que no se encuentran en los
'tratados clásicos, empiezan a aparecer en los contemporáneos; con la
.adopoión del sistema de Giorgi fenece la constante electromagnética,
-que por intervenir con varios exponentes en las fórmulas del electromag-
'netismo, las convertía en verdaderos rompecabezas.
Ya hemos hablado en la introducción de la tendencia a reducir el
número de constantes universales. Lo más sencillo sería hacer tabla
'rasa con todas ellas, pero como no se dispone de suficientes unidades
.arbítrarias, cada autor suprime las que menos le agradan y aparecen
44 ANÁLISIS DIMENSIONAL
IV. SEGUNDO POSTULADO 45

a diario trabajos en los que, con talo cual poda de constantes, se pretende- 11<. = hv (h = constante de Planck = 6,624 X 10-27 erg X s)
dar cierto sentido esotérico a determinadas leyes físicas. 1l<. = c2/j,mt (e = velocidad de 1(1 luz = 2,99776 X 1010 cm/s)
No faltan eclécticos que opinan que se pueden utilizar las constantes.
universales a modo de comodines para atribuir a alguna magnitud la. D = <'oE (<'0 = constante dieléctrica del vacío = 1 u. de GiOrgi)
367t· 109
dimensión que más convenga. Fr. Russo (24), por ejemplo, afirma que-
tan sólo está determinada la dimensión del producto Re, por lo que la. B = ¡;"oH (¡;"o = permeabilidad magnética del vacío = 47t .10-7 u. de
temperatura, e, podrá tener una dimensión cualquiera con tal de atri- Giorgi)
buir a la constante universal R la dimensión adecuada.
b) Las que relacionan más de dos magnitudes:
Nada importaría esta discrepancia de criterios a no ser porque el
planteo de cualquier problema de Análisis dimensional requiere decidir- d2s
previamente qué constantes universales han de conservarse y cuáles pue-
t= Cm, -- (C = constante dinámica)
dt2
den suprimirse. El mismo teorema de pi resulta enteramente inútil sin tal
decisión. Es forzoso, por tanto, sentar normas que permitan averiguar-
al = yldl/\ B (y = constante electromagnética)
qué constantes universales son imprescindibles y cuáles son superfluas.
Entre las constantes del grupo a) destaca el equivalente mecamco
En la pesquisa de estas normas andamos desde hace muchos años (19) y,
del calor J, que relaciona dos magnitudes, el calor y el trabajo que, como
en diversos trabajos, hemos dado las que parecen conducir al resultado,
-es sabido, no son funciones de estado. Ambas se refieren a transforma-
apetecido, y, que en su forma definitiva, aparecen condensadas en el
oiones, y la ecuación que las liga expresa que, si al final de la transforma-
postulado que enunciaremos más adelante.
ción, recobra el sistema su estado inicial, el calor absorbido se ha trans-
formado totalmente en trabajo. Esta ecuación, por consiguiente, expresa
2. Magnitudes inseparables. 'que ambas magnitudes, si bien son epistémícamente diferentes, pues sus
efectos característicos son distintos, pueden transformarse una en otra,
Si examinamos la lista de las ecuaciones fundamentales en que-
y el tránsito está regido por un principio de conservación.
intervienen constantes universales, observaremos que pueden clasífi-
Las restantes ecuaciones del grupo a) tienen un rasgo común. Rela-
carse en dos grupos, a saber:
cionan magnitudes inseparables (*), esto es, magnitudes tales que la pre-
a) Las que relacionan dos magnitudes:
senoia de una de ellas en un objeto lleva consigo la presencia de la otra

;2 cm2 )
'en el mismo objeto, de tal modo que, a cuantías iguales de la primera,
mg = VGmt (G = constante de la gravitación = 6,67 X 10-8' din corresponden cuantías iguales de la segunda. Así ocurre que:
1.0 Todo cuerpo que tenga un gramo de masa inerte, posee V'6-,6-7-'-10--8-=
unidades cegesimales de masa gravitatoria. La unidad de masa gravita-
W = JQ (J = equivalente mecánico del calor = 4,18 ~)
cal
toria no tiene nombre. Es la masa que ejerce la fuerza de una dina sobre
otra igual colocada a un centímetro de distancia.
(N = número de moléculas; n = número de moles; NA = 2.° Donde haya un mal-gramo ha de haber NA = 6,02278.1023 mo-
= 6,02278 • 1023 moléculasjmol-g = constante de- leculas.
Avogadro) (*) 3.0 Donde reine la temperatura e = l0 K, ha de haber gran número
g de partículas cuya energía media por grado de libertad valga 0,695 10-16 erg.
-e ="'21 ke ( le = constante de Boltzmann = 1,3805 X 10-16 er )
°C
(*) R. San Jua~ (16,.pág. 105) llama equivalentes a las magnitudes insepa-
rables. ~omo en J!fsICaexiste ya el concepto de equivalencia aplicado al calor y
~) Este valo~ c?rresponde a la nueva escala de masas moleculares relati- ?-l trabaJ.o que, Ciertamente, no son inseparables, nos ha parecido conveniente
vas lasaUda:
en el nuclido 120. Esta escala ha sido adoptada el año 1960 en Ottawa. introducir la nueva denominaci6n para evitar confusiones.
por a nión Internacional de Física.
46 ANÁLISIS DIMENSIONAL IV. SEGUNDO POSTULADO 47

4.0 Toda partícula que tenga la energía mecánica de 1 erg lleva aso- Entonces, si se hace un experimento en el que B = 0= ... = 1,
ciado un fenómeno periódico de frecuencia v = 1027/6,624 herz. habrá de ser:
5.0 La energía de un ergio lleva consigo una masa de 1/9' 1020 gramos.
6.0 En cualquier punto del vacío donde haya un campo eléctrico de
intensidad un neuitonlcoulomb hay un poder electrizante (inducción) que lo que prueba que la unidad UA no puede ser arbitraria, sino que habrá
vale D = 1/361t· 109 coul/m''. . de ser, precisamente, 41t veces menor que (A).
7.0 En todo punto del vacío en que sea B = 1 miriagauss, hay un Sea kv k2, ••• el sistema de coeficientes numéricos adoptados con-
poder imanador que vale H = 107/41t ampjm. vencionalmente para sustituir las constantes universales superfluas en
las ecuaciones fundamentales. Las unidades compatibles con dichos
coeficientes forman un sistema coherente (40) con los mismos. Desde
3. Enunciado del segundo postulado.
luego, lo más sencillo será hacer k¡ = k2, = ... = 1, Y supondremos que
Son ineludibles las constantes universales que relacionan dos magni- es así mientras no se advierta lo contrario.
tudes inseparables, y superfluas todas las demás. Toda ecuación fundamental en la que se ha suprimido la respectiva
Según esto, y teniendo en cuenta que, en virtud de la ley de Maxwell, constante universal define una unidad (no una magnitud) en función
es c2 = 1/€o[J.o, sólo quedan en las ecuaciones fundamentales de la Física de las restantes.
actual seis constantes universales, que son: G, NA, k, h; e Y €O' Al escribir las ecuaciones, no es preciso mencionar las unidades porque
Gracias a este postulado se puede enunciar el teorema de pi de un se sobrentiende que han de utilizarse precisamente sistemas coherentes.
modo preciso. Su justificación consistirá en probar que, con su auxilio, se Los sistemas centímetro-gramo-segundo-dina y metro-kilogramo-se-
obtiene la solución correcta en todos los problemas en que sea conocida. gundo-newton son coherentes con la ecuación:
la solución exacta.
[4,1]
4. Sistemas de unidades coherentes.

En rigor, al pasar de las relaciones de proporcionalidad entre cantida- mediante la cual queda definida la dina y el newton, respectivamente,
des a las ecuaciones entre medidas, debiera especificarse el sistema de en función de las restantes unidades.
unidades adoptado para tal propósito. Pero, si se consulta cualquier En cambio, el sistema técnico, metro-kilogramo-segundo-kilopondio,
libro de Física, se verá que se escriben las ecuaciones fundamentales y se- en el que la nueva unidad de fuerza se define como el peso de un kilogra-
desarrollan las teorías sin hablar para nada de unidades. Tan sólo en las mo de masa inerte, no es coherente con la ecuación precedente, pues
aplicaciones a problemas prácticos es preciso decir cuáles son las unida- como 1 kp = 9,81 N, la ecuación entre medidas, expresando las unidades,
des que se utilizan. se convierte en:
Las unidades de las magnitudes secundarias quedan impuestas por sus
fórmulas de definición, pero hay arbitrariedad completa en la elección de
f(k
p
)= _1_ s (k m)
981
,
d
2

dt2
g
S2 '
unidades de las magnitudes primarias a condición de conservar en cada.
ecuación fundamental la correspondiente constante universal. Pero si ésta
es superflua, cabe atribuirle arbitrariamente un valor numérico fijo, con la. y aparece el coeficiente parásito, 9,81, que procede de no haber usado un
consiguiente restricción en la libertad de elección de unidades. Así, en una, sistema coherente con la ecuación dada.
ecuación de la forma: Al utilizar sistemas coherentes desaparecen los coeficientes parásitos.
Está generalizada la opinión de que las leyes físicas definen magnitu-
des. La ecuación [4,1], por ejemplo, es considerada como la definición
se puede dar a la constante k, si es superflua, el valor 41t, por ejemplo. operacional de la fuerza (véase, por ejemplo, el artículo de Dingle) (34),
48 ANÁLISIS DDYIENSlONAL IV. SEGUNDO POSTULADO 49

no reparando en que la teoría de la relatividad ha alterado dicha ecuación Resumiendo lo que precede, diremos que un sistema de unidades es
sin que por ello haya sido preciso modificar la definición de la fuerza coherente con un sistema de ecuaciones cuando éstas son satisfechas, en
como magnitud primaria, pues subsisten inalterados los criterios de cada caso particular, al sustituir los símbolos por sus respectivas medidas.
igualdad y de suma. Desde nuestro punto de vista, las ~~uacionesfunda-
mentales no definen magnitudes, pero de cada ecuación se deduce la Tras largas deliberaciones, la Unión Internacional de Física, en un folleto
unidad coherente de una magnitud sin más que imponer la condición titulado Symbols, Units and Nomenclature in Physics, publicado el año 1961,
recomienda la siguiente definición:
de que no aparezca un coeficiente parásito.
«Un sistema coherente de unidades es un sistema basado en cierto número de
Sea, en general, una ecuación que no requiera la presencia de un factor
unidades básicas, del que se derivan todas las demás unidades por multiplica-
de proporcionalidad: ción o división, sin introducir factores numéricos.»
y = X~l ••• x~n. [4,2] A poco que se medite, se cae en la cuenta de que esta definición es inservible
porque contraviene las normas de la buena filosofía operacional que debe regir
en Física. Nadie sabe qué significa multiplicar o dividir las unidades unas por
Esta ecuación fija la unidad de (y) en cuanto se hayan elegido las unida-
otras. Se pretende, por ejemplo, que la expresión
des de (Xl), ... , (xn), pues será y = 1 cuando el segundo miembro val-
ga 1. Pero podrá elegirse arbitrariamente la unidad de (y) a condición 1 din = g . cm/s2
de introducir un factor de proporcionalidad, O:
define la unidad de fuerza en función de las unidades básicas del sistema cegesi-
[4,3] mal, pero como no se dice lo que hay que hacer para multiplicar el gramo por el
centímetro, ni cómo dividir el resultado por el cuadrado de un segundo, no se
sabe cómo obtener la dina.
cuyo valor, dadas las unidades de Xl> ••• , Xn, dependerá de la unidad
Esta desdichada definición, juntamente con la idea de que los símbolos que
arbitraria con que se mida (y). figuran en las ecuaciones pueden representar cantidades, es responsable de que
Como se ve, la introducción de una constante universal superflua no haya sido posible llegar a un acuerdo acerca de cuáles han de ser las unida-
equivale a la presencia de un coeficiente parásito, que permite utilizar des electromagnéticas en el sistema de Giorgi racionalizado.
unidades cualesquiera para la magnitud (y). De la comparación de [4,2]
y [4,3], resulta: 5. Base de un conjunto de magnitudes.
y' unidad coherente
0=-=------
y unidad arbitraria Sea una teoría física cuyas ecuaciones fundamentales, de acuerdo
con nuestro primer postulado, se expresan mediante relaciones de pro-
Las constantes universales superfluas son coeficientes poráeitos. porcionalidad entre monomios con exponentes fijos, independientes de
Por ejemplo, en el sistema cegesimal la ecuación [4,1] exige que la la naturaleza de los cuerpos con que se opera. Al pasar a las ecuaciones
unidad de fuerza sea la dina. Pero, si en el mismo sistema se quiere medir entre medidas, aparecerán como factores de proporcionalidad las cons-
la fuerza en pondios (un pondio = peso de un gramo), habremos de in- tantes específicas y las constantes universales, y se podrá escribir:
troducir la constante dinámica, y será:

1 dina 1
0= ---
1 pondio 981

El no distinguir claramente las constantes universales ineludibles de


las superfluas se debe probablemente a haber tomado como definición donde los exponentes El> ••• , Ev serán nulos o iguales a 1 según que la
de unas y otras el carácter común de depender exclusivamente de las respectiva constante sea superflua o ineludible, cosa que queda determi-
unidades de medida. nada sin ambigüedad por nuestro segundo postulado.
ANÁLISIS DUIENSIONAL. - 4
50 ANÁLISIS DIMENSIONAL IV. SEGUNDO POSTULADO 51

Si bien existe una diferencia esencial entre las variables Xl' ••• , Xs y o bien, puesto que se trata de números:
1as constantes O¡, ... , Ov, se Puede , para unificar la notación, represen- En log ~¡ + ... + E¡n log ~n = log k¡
tar estas últimas con los mismos símbolos que las primeras, con lo que el
sistema fundamental de ecuaciones podrá escribirse así: [5,6]
EV¡ log ~¡ + ... + Evn log ~n = log kv.

[5,1] La posibilidad de formar sistemas coherentes queda supeditada a la


.............. compatibilidad de las ecuaciones [5,6] en las que las Eij y las kí son datos
y las ~í son las incógnitas. La incompatibilidad, si la hubiere, se remedia-
ría introduciendo nuevas constantes universales. Si alguna de estas cons-
En este sistema de ecuaciones se supone que las medidas Xl> .•. , X.n tantes no fuere la razón entre cantidades de magnitudes inseparables,
han sido obtenidas mediante un sistema de unidades coherentes co~ di- quedaría invalidado nuestro postulado.
chas ecuaciones. Si se hubiesen elegido unidades no coherentes, hubiesen Si h es la característica de la matriz formada con los coeficientes Eíj,
aparecido coeficientes parásitos, le¡, ... , len, en las ecuaciones exentas de habrá m = n - h factores ~í arbitrarios, lo que significa que pueden
factor de proporcionalidad, y hubiese resultado: elegirse a capricho las unidades de otras tantas magnitudes, según re-
E: E: le1 sulta de [5,3]. Cada conjunto de magnitudes cuyas unidades se eligen
X/l ••• XJn =
arbitrariamente forman una base y su número, m = n - h, es la multi-
[5,2]
plicidad de la misma.
Cuando se pasa de un sistema coherente a otro también coherente,
todos los coeficientes parásitos se hacen iguales a uno, y las condicio-
siendo leí = 1 en las ecuaciones provistas de constante ineludible. nes [5,5], que ligan las nuevas unidades con las primitivas, serán:
Tratemos ahora de formar un nuevo sistema de unidades, U' 1 ... , U' n
~E:ll ••• ~E:tn = 1
que sea coherente con [5,1]. Las nuevas medidas estarán relacionadas ¡ n
con las antiguas mediante las fórmulas: [5,7]

~=~=~¡, ... ,~= U'n =~n [5,3]


x'¡ U¡ x'n Un
En resumen: para formar un sistema de unidades, coherente con un
y las ecuaciones (5,2) se convertirán en: sistema de ecuaciones, pueden elegirse arbitrariamente tantas unidades
(~¡x' ¡)E:ll ••• (~nx' n)E:1n = le¡ como indica la diferencia, m = n - h, entre el número de magnitudes y
....................... la característica de la matriz [ormada con los exponentes con que dichas
[5,4]
............. . magnitudes figuran en las ecuaciones dadas .
,(~¡x' ¡)E:V¡ ••• (~nx' n)E:vn= lev· Falta considerar ahora las ecuaciones de definición de las magnitudes
secundarias. Según hemos hecho notar, tales fórmulas pueden ser cuales-
Para que el nuevo sistema sea coherente, es preciso que desaparezcan quiera, pues obedecen tan sólo a razones de utilidad. No cabe, pues, sen-
los coeficientes parásitos, por lo que habrá de ser: tar ningún postulado, pero sí se puede indagar las condiciones que han de
cumplir las fórmulas de definición para que permanezcan invariables en
los cambios de sistemas coherentes.
[5,5] Sea una fórmula de definición:

y - f(xv ... , xn). [5,8]


52 ANÁLISIS DIMENSIONAL IV. SEGUNDO POSTULADO 53

Desde luego, esta ecuación prescribe por sí misma la unidad Uy, en


que ha de medirse la magnitud y, cuando se han fijado las unidades 6. Medidas absolutas y relativas.
"n Otro sistema de unidades, U'1> ••• , U' n, que sea coheronte
UXl' ••• , U~. En toda medición se compara una cantidad con otra de su misma índole
con las ecuaciones fundamentales y con [5,8], habrá de proporcionar que se adopta como unidad. Cuando esta unidad es arbitraria, la medida se llama
medidas que satisfagan la ecuación: relativa, al paso que, cuando forma parte de un sistema coherente, la medida
se llama absoluta. Si, por ejemplo, se miden corrientes eléctricas con un galvanó-
y' = f(x' 1> ••• , x' n) [5,9] metro de espejo y, hechas las oportunas correcciones, se expresan los resultados
en milímetros de la escala, las medidas serán relativas. Para que una medida
sea absoluta es preciso aforar el aparato de manera que se pueda pasar de los
y como [5,8] se convierte en: milímetros leídos en la escala al valor de la intensidad expresada en unidades
coherentes, por ejemplo, en amperios.
;yy' = f(;lX' 1> ••• , ;nx' n), Para realizar mediciones absolutas hay que construir o realizar un patrón
cuyo valor sea conocido en función de la unidad respectiva. En el ejemplo pro-
habrá de suceder que: puesto, habrá que mandar al galvanómetro una corriente cuyo valor en ampe-
rios sea conocido.
f(~lX' 1> ••• , ~nx' n) = ;yf(x' l' ••• , X' n}, [5,10] Para quienes opinan que basta una base formada con tres magnitudes mecá-
nicas, y que éstas han de ser precisamente la longitud, la masa y el tiempo, el
contraste de los patrones habrá de consistir en mediciones de longitudes: de
debiendo ser el factor ;y = U' y : Uy independiente de las medidas
masas y de tiempos. Así, para construir un patrón de capacidades, se podrá
x' 1> ••• , x' n. Recordando la definición de las funciones condicionalmente recurrir a un condensador plano, pues midiendo el área de sus armaduras y la
homogéneas resulta que: . distancia entre las mismas hay datos bastantes para calcular su capacidad, a
Las únicas fórmulas de definición que admiten sistemas de unidades condición de que el dieléctrico sea el vacío. Como, en este caso, todo se reduce a
coherentes son las condicionalmente homogéneas, y las condiciones a que mediciones de longitudes, los físicos que, además de operar con la base mutilada

han de satisfacer los factores ;1> ... , ;n


están impuestas por las ecua-
creen que la dimensión deriva del proceso de medida, afirman que la capacidad,
eléctrica es homogénea con la longitud y debe expresarse en centímetros.
ciones [5,7]. Al utilizar la base completa, cambia el concepto que se tenía de las medidas
No hay precepto lógico ni ley natural que obligue a utilizar exclusi- absolutas, pues para contrastar los patrones no hay necesidad de atenerse a
vamente las funciones condicionalmente homogéneas, y buena prueba mediciones de longitudes, masas y tiempos, precisamente. Se puede, por ejemplo,
es que el pH cumple su cometido a satisfacción de todos los químicos elegir arbitrariamente una unidad eléctrica representada por un condensador
patrón cualquiera, y entonces la comparación de capacidades con dicho patrón
y biólogos. Pero el Análisis dimensional, según veremos, sólo puede
dará medidas absolutas. El problema que plantea la adopción del sistema de
operar con magnitudes primarias o con magnitudes definidas por fórmu- Giorgi consiste, precisamente, en construir un patrón de alguna de las uni-
las que sean invariantes con relación a los cambios entre sistemas de dades electromagnéticas de tal modo que la permeabilidad del vacío valga,
unidades coherentes. Los ortodoxos en materia dimensional pueden ana- exactamente, (.Lo = 47t .10-7 J X s2fC2m.
tematizar a quienes utilicen el pH o la constante química, pero éstos
podrán contestar con un encogimiento de hombros, y negarse a modificar 7. Los símbolos de las ecuaciones físicas.
todos sus libros, tablas y aparatos de medida para complacer a los di-
mensionalistas. Nadie niega que los símbolos que figuran en las ecuaciones de la Fí-
Nótese que las ecuaciones fundamentales fijan la multiplicidad de sica representan los números (medidas) obtenidos con un sistema de
la base, pero no determinan las magnitudes que la forman. Pueden ser unidades coherentes con dichas ecuaciones, pero muchos físicos opinan
primarias o secundarias, indistintamente, y hasta se pueden incluir en que tales símbolos pueden representar también cantidades y ésta es la
ellas las constantes específicas y las universales. Por eso resulta inade- razón por la que la Unión Internacional de Física no haya podido hasta
cuado llamar fundamentales a las magnitudes escogidas para formar la ahora resolver el problema suscitado por la racionalización de las uni-
base y derivadas a las demás. El uso, sin embargo, ha consagrado esta dades del electromagnetismo. Vamos a demostrar que los símbolos no
denominación. pueden interpretarse como cantidades.
54 ANÁLISIS DIMENSIONAL

Consideremos la ecuación:

A = Bf>OY ... «entre medidas» [7,1]

y supongamos que la ecuación:

«entre cantidades» [7,2]

es también válida. Si introducimos un factor numérico arbitrario, k, en


estas ecuaciones, resulta:
Ar = lcBf>CY . [7,3]
(A)r = k(B)f>(C)Y . [7,4]
o sea: CAPíTULO V
Ar = leA [7,5]
(A)r = lc(A). [7,6] EL CONCEPTO DE DIMENSIÓN

Las unidades de (A) y de (A)r deben ser coherentes, respectiva-


mente, con [7,1] y [7,3]. Por tanto: 1. Fórmulas dimensionales.

(A) = UA si B~CY = 1 Sea una teoría física cuyas ecuaciones fundamentales cumplan nues-
si leB~CY = 1 tro primer postulado. Empleando un sistema de unidades coherente
(A)r = UAr
con dichas ecuaciones, no habrá coeficientes parásitos, y, si para sim-
y, en consecuencia: plificar la cuestión, se atribuye el valor uno a todas las constantes su-
[7,7] perfluas, dichas ecuaciones podrán escribir así:
lo que significa que la introducción del factor le obliga a cambiar la
unidad de (A).
Por otra parte, aplicando la ecuación cantidad = medida X unidad, [1,1]
se tiene:
(A) = AUA [7,8]
(A)r = ArUAr [7,9]
Entre las x figuran las constantes ineludibles, que quedan definidas
y sustituyendo en [7,9] Ar y UAr por sus valores tomados de [7,5] sin ambigüedad con nuestro segundo postulado. En consecuencia, todos
y [7,7] resulta: los exponentes Etj serán números conocidos.
(A)r = AUA = (A), [7,10] Hagamos el paso a otro sistema de unidades también coherente y,
para atenernos a la notación en uso, que fue introducida por Maxwell,
que está en contradicción con [7,6]. Esto significa que: emplearemos los símbolos [Xl], ... , [xn] para designar la razón entre
Los símbolos que figuran en las ecuaciones de la Física no pueden re- l.as nuevas unidades y las primitivas:
presentar cantidades.
Además, la ecuación [7,10] muestra que:
Las cantidades físicas son invariantes con relación a los factores numé- [1,2]
ricos que, arbitrariamente, se introduzcan en las ecuaciones.
56 ANÁLISIS DIMENSIONAL V. EL CONCEPTO DE DlliENSI6N 57

Con esta notación, las condiciones que han de cumplir los números [Xi] que se haya adoptado para su representación. La existencia de tales entes está
serán, según resulta de [5,7], capítulo IV: subordinada a la condición de que las relaciones que ligan entre sí las cantida-
des sean relaciones de proporcionalidad entre potencias con exponentes fijos,
[xS:n ... [xn]"'Jn = 1 independientes de la naturaleza de los cuerpos, y de que exista un criterio para
discernir las constantes superfluas de las ineludibles.
[1,3] Para los consecuentes con la lógica positivista, la fórmula dimensional de
toda magnitud ha de deducirse de su definición operatoria, exclusivamente, sin
recurrir a las leyes físicas. El profesor Dingle (34), por ejemplo, lleva el opera-
cionalismo hasta su último extremo y opina que la carga eléctrica es homogé-
Sean Xl' ••• , Xm las magnitudes escogidas para formar la base. En el nea con la fuerza, porque para medir cargas eléctricas basta medir las fuerzas
que ejercen sobre otra que sirve de unidad y se coloca a distancia determinada.
paso de un sistema coherente a otro también coherente serán datos los
Como el criterio de Dingle es aplicable a las masas, resultaría que la fuerza, la
valores de [xJ, ... , [xm], y las ecuaciones [1,3] permitirán despejar los carga eléctrica y la masa son magnitudes homogéneas. Y aún cabría ir más
valores de los número [x,] correspondientes a las restantes magnitudes, lejos, porque podría tomarse como aparato para medir cargas eléctricas un elec-
resultando expresiones monomias tales como: troscopio de tipo determinado, y la medida se reducida a distancias o ángulos,
con lo que la carga eléctrica, podría, a nuestra voluntad, o tener la dimensión
[]Xr = [ Xl ]()(TI... LXm
r~ r- , [1,4] de la longitud, o tener dimensión nula. El punto flaco de este modo de razonar
es que las fórmulas dimensionales con él obtenidas son enteramente inútiles
para los fines del Análisis dimensional.
que es la fórmula dimensional de la magnitud Xr con relación a la base Según nuestra teoría, tan sólo las magnitudes secundarias obtienen su di-
Xl' ••• , Xm• El conjunto de los exponentes CXlr, ••• , CXmr, constituye la mensión mediante su definición operatoria. Las dimensiones de todas las mag-
dimensión de Xr con relación a dicha base. nitudes primarias están subordinadas a las leyes fundamentales de la teoría
Los símbolos que figuran entre los paréntesis rectos de las fórmulas física en que se utilicen. Con nuestro método desaparece el carácter misterioso
de las dimensiones. Nada tienen que ver ni con las cantidades ni con las medi-
dimensionales son las razones entre las unidades de dos sistemas coherentes
das. A pesar de su notación insólita son relaciones entre números.
cualesquiera. Trataremos, por vía de ejemplo, de hallar las fórmulas dimensional es de las
Las fórmulas dimensionales de las magnitudes secundarias se obtie- magnitudes que intervienen en la dinámica newtoniana del punto material.
nen fácilmente a partir de su fórmula de definición con tal de que cum- Hay en esta teoría tres ecuaciones fundamentales, a saber:
plan el requisito de ser homogéneas con las condiciones [1,4J, lo que d28
f - m'--' = G m2i. [1,5]
exige, en virtud del teorema 2.0 del capítulo primero, que tengan la - \ dt2' f 82 '

forma:
que relacionan cinco magnitudes primarias: 8, mi. t, l. mg. y la constante de la
y =
-
X"'l
1 (s = n-m), gravitación, G. Las demás magnitudes que se manejan en la teoría (velocidad,
aceleración, momento, trabajo, ímpetu, impulso ... ) son magnitudes secundarias
cuya fórmula dimensional se deducirá de la respectiva fórmula de definición
en cuanto se conozcan las dimensiones de las magnitudes que figuran en ella.
donde El' ••• , Em son los exponentes dimensionales de y, y los monoInios: Como todas las fórmulas de definición son monomias, queda cumplida la condi-
ción de existencia de las dimensiones.
Xm+l Xn
Por comparación con las ecuaciones [5,1] del capítulo IV se ve que la ma-
, .. *'
triz formada con los exponentes "'ij es:

8 mi I G
tienen dimensión nula por razón de [1,4].
- 1 - 1 2 100
2 -2 O 1 1 O
Tras largo rodeo hemos llegado al mismo concepto de dimensión que, con O - 1 O O - 1/2 1
pasmosa intuición. estableció Fourier en su teoría analítica del calor. Podemos
imaginar la dimensión como un ente abstracto, atributo de cada magnitud, que y como su característica es h = 3, habrá m = 6 - 3 = 3 magnitudes funda-
se deja representar por el conjunto ordenado de m números adscritos a la base mentales. Podrán escogerse para formar la base tres magnitudes cualesquiera
58 ANÁLISIS DIMENSIONAL v. EL CONCEPTO DE DIMENSIÓN 59

con tal de que sean independientes, esto es, con tal de que no sea nulo el determi- bastará sustituir en [2,1] para obtener:
nante formado por las columnas correspondientes a las magnitudes restantes.
Los únicos determinantes de tercer orden nulos son: [x] = [M'S"l ... [M'mt'm [2,3]
s t mi G
y los nuevos exponentes dimensionales valdrán:
-1 2 1 - 1 2 O
2 O 1 -2 O -1
O O O - 1 O - 1/2

por lo que cualquier combinación ternaria formada con las magnitudes dadas [2,4]
puede servir para formar la base, con excepción de las dos siguientes: (mi, G, mg)
y (s, t.mg).
Cabe, todavía, tomar en consideración las fórmulas de definición de las
magnitudes secundarias. Con ello aumenta el número de incógnitas y el de
:3. Factores de conversión.
ecuaciones, pero la multiplicidad de la base no se altera porque cada vez que se
agrega una magnitud secundaria se añade la respectiva fórmula de definición
Gracias a la interpretación de las fórmulas dimensionales dada e,p el
que, evidentemente, no es consecuencia de las escritas anteriormente.
Se ha convenido en adoptar en Mecánica la base (s, mi, t) y en sustituir los
apartado anterior, resulta muy sencillo averiguar en qué se convierte la
símbolos [s], [mi], [tJ por las letras L, M, T. Con estos convenios, las ecuacío- unidad de cualquier magnitud cuando se alteran de cualquier manera las
nes [1,5] conducen a: unidades fundamentales o el valor atribuido a una constante universal.
L-1 M-1 T2[f] = 1 Sea, por ejemplo, una magnitud, x, con la siguiente fórmula dimen-
L2 M-2[f] [0]-1 = 1 sional:
[M]-1 [0]-1/2 [mg] = ]

de donde:
[f] = LMT-2 Si Ui, Um, Ut y U'i, U' m, U'¡ son, respectivamente, las unidades funda-
[O] = L3M-1T-2 mentales en el sistema primitivo y en el nuevo, será:
[mg] = L3/2MIf2T-1.

[3,1]
2. Cambios de base.

Sea: con lo que queda resuelto el problema.


[2,1] Por su peculiar manera de ser, las constantes universales carecen de
unidad propia, por lo que, en vez de la razón entre unidades, habrá que
la fórmula dimensional de la magnitud x con relación a la base (MI> ... , poner la razón inversa de las medidas. Así, de:
Mm). Se trata de averiguar su fórmula dimensional con relación a otra
base (M' l' ... , M' m), en la que pueden figurar magnitudes cualesquiera,
primarias o secundarias. Si las fórmulas dimensionales de las antiguas ee deduce:
magnitudes básicas con relación a las nuevas son:

[2,2]
( ~, ) = ( ~l r (~:r (~:r
La ecuación [3,1] justifica el llamado cálculo con unidades, que
:sirve para averiguar cómo se alteran las unidades derivadas cuando se
60 ANÁLISIS DIMENSIO 'AL v. EL CONCEPTO DE DIMENSIÓN 61

cambian las unidades básicas, pero es preciso tener en cuenta que dicho- que se denominan componentes del vector, con la condición de que, si se
cálculo sólo puede utilizarse cuando ambos sistemas son coherentes con .aplica un cambio de ejes, las nuevas componentes estén ligadas con las
un mismo sistema de ecuaciones fundamentales. primitivas por ecuaciones lineales:

Los siguientes ejemplos servirán para aclarar lo que precede.


[4,1]
a)Sabiendo que en el sistema cgs. la constante de la gravitación vale-
(G) = 6,670 X 10-8 cm" g-l S-2, averiguar su valor en el sistema de Giorgi, (m;
kg, s). "Basta generalizar esta definición a un espacio de m dimensiones, y com-
parar [4,1] con [2,4] para ver que existe una analogía formal completa,
Solución:
'Ü isomorfismo, de tal modo que a los exponentes dimensionales, 1X1' ••• , IXm,
[G] = L31lf-1T-2
de la magnitud x con relación a la base (M 1> ••• , M m) corresponden las
G' _
6,670 X 10-8 - ( 1 cm
1m )3 ( ~
1 kg
)-1 _
-
IQ-3 componentes de un vector en un espacio de m dimensiones.
Así como en Física existen los vectores con independencia. del sistema
de donde: particular de ejes elegidos para su representación, así también, de acuer-
(G') = 6,670 10-11 m3 kg-l S-2.
do con San Juan, podemos imaginar que a toda magnitud física corres-
b ) Averiguar cuál ha de ser la unidad de tiempo para que, conservando el!
ponde una dimensión, que existe con independencia de la base que se
centímetro y el gramo, adquiera la constante de la gravitación el valor 1. adopte. Los exponentes dimensionales hacen las veces de componentes
de la dimensión considerada como vector, y varían al cambiar la base.
Solución:
1 ( 1 S )_2 .5. Bases superabundantes y bases estrictas.
6,670 10-8 = V't

U'¡ -_ 10
4
segun d os.
Hemos visto que, cuando se toman en consideración todas las mag-
V6,670 nitudes que intervienen en una teoría, la multiplicidad de la base queda
determinada por el sistema de ecuaciones fundamentales. Pero suele
4. Analogías entre dimensiones y vectores. suceder que, en determinado orden de fenómenos, no entren todas las
magnitudes de la teoría, y la referida base puede ser excesiva.
El concepto de dimensión como ente individual resulta muy claro- Sean varias magnitudes, Xl' , Xn, cuyas fórmulas dimensionales
gracias a que R. San Juan (16) ha puesto de manifiesto que entre la con relación a cierta base (MI' , Mm) son:
dimensión de una magnitud y sus exponentes dimensionales respecto a.
una base determinada, existe la misma relación formal que entre un r = 1, ... , n.
vector y sus componentes respecto a un sistema de ejes coordenados,
relación formal que se denomina isomorfismo (*). e trata de saber si dicha base es superabundante y, en caso afirmativo,
Se definen los vectores en Física como magnitudes de tal naturaleza. de averiguar cómo ha de ser la base estricta.
que, previa la adopción de un sistema de ejes coordenados y de sendas. Traducido este problema al lenguaje vectorial se enuncia así: Dados
escalas en los mismos, pueden representarse por tres números, Xl' X2, X3,. varios vectores, cuyas componentes con relación a determinada base
m-dimensional son (IXn, ••• , 1X1m), ••• , (IXn1> •.. , IXnm), averiguar si es
(~) Ha demostrado R. San Juan que la dimensión es un ente abstracto. posible utilizar para su representación una base menor, y la manera de
defimdy por una relación de igualdad, y la fórmula dimensional es la expresión
vectorial e~ función de la base adoptada. Estos espacios vectoriales de dimen- obtenerla.
slO~es son isornorfos, o sea algébricamente equivalentes a los formados con los Se trata de un conocido problema de Álgebra, y la respuesta es:
cOCle~tes de unidades, que por esto hemos adoptado en la definición de la fórmu-
la dimensional, evitándonos consideraciones abstractas innecesarias en las El número de vectores (o magnitudes) que se requieren para formar
aplicaciones. una base estricta es igual a la característica, h, de la matriz formada con
V. EL CONCEPTO DE DIMENSIÓN 63
62 ANÁLISIS DIl\1ENSIONAL

pareja cualquiera, puede formarse una base estricta. Con la pareja 1, a, por
las componentes (O con los exponentes dimensionales) en otra base cual- ejemplo, las fórmulas dimensionales son:
quiera.
Como vectores (o magnitudes) de la nueva base pueden tomarse h. [6] = [1]0 [aJo; [tl = [1] [a]-1; [k] = [1]-1 [aJ2.
cualesquiera entre los dados, con tal de que sean linealmente independien- En este ejemplo, la base (L, M, T) es superabundante.
tes, esto es, han de ser tales que la ecuación

ElXl + ... + E/lX/I = ° 6. Bases mutiladas.


La supresión de alguna de las constantes ineludibles en las ecuaciones
sólo admita la solución trivial El = E2 = ... = E/I = 0, lo cual equivale- fundamentales lleva consigo la reducción en una unidad de la multipli-
a decir que la característica de la matriz formada por sus componentes cidad de la base, con lo que todo el sistema dimensional resulta alterado.
(o exponentes dimensionales) ha de valer h. De aquí se deduce la siguien- Es como si en un espacio vectorial sólo se considerase de cada vector su
te regla: proyección sobre el subespacio que resulta de prescindir de una dimen-
Para formar una base estricta se forma la matriz de los exponentes sión. Al mutilar la base, puede suceder que dos magnitudes que tenían
dimensionales con relación a otra base cualquiera: distinta dimensión en la base completa, aparezcan como equidímensiona-
les en la mutilada, pues bastará que los correspondientes vectores tengan
igual proyección en el subespacio restante.

Si, por ejemplo, se suprime la constante de la gravitación, las ecuaciones


fundamentales de la dinámica del punto material se convierten en:

y entre los menores no nulos se seleccionan los de mayor rango. A cada.


uno de ellos corresponde una base extricta, formada por las magnitudes.
cuyos exponentes dimensionales figuran en él.
y basta una base bidimensional. Adoptando la base L, T, por ejemplo. resulta:
Ejemplo:
En la rotación de un sólido rígido sometido a un par elástico y con amorti-
guamiento proporcional a la velocidad angular, las magnitudes que intervienen Las mismas fórmulas dimensional es se hubieran obtenido si, en lugar de
y sus fórmulas dimensionales con relación a la base (L, M, T) son: hacer G = 1, se hubiera impuesto a dicha constante un valor numérico cual-
quiera. Se ve que las magnitudes mi Y mg, que tenían distinta dimensión en la
Amplitud angular . [6] = LOMoTo base completa, resultan ser equidimensionales en la base mutilada.
Momento inercial. . [1] = L2MTo Quienes creen haber realizado valiosos hallazgos al formar sistemas dimensio-
Período . [t] = LOMoT nales con bases mutiladas están en el caso de quien opinase que viendo las sombras
Coeficiente de rozamiento . [a] = L2MT-1 proyectadas sobre una pared, se adquiere más información que viendo la escena en
Par elástico . [k] = L2MT-2 relieve. No hay inconveniente, aparte del de la inútil complicación, en utilizar ba-
ses superabundantes, ni tampoco puede esperarse ventaja ninguna. Pero con bases
y la matriz de los exponentes dimensionales es: defectuosas se logrará, en general, menos información que con bases completas.

6 1 a k
7. Las magnitudes de dimensión nula.
L O 2 022
M O 1 O 1 1 A diferencia de lo que sucede con los vectores nulos, las magnitudes
T O O 1 - 1 - 2
de dimensión nula tienen gran importancia en Física.
En ella son nulos todos los menores de tercer orden, y no los de segundo, por Desde luego, basta que una magnitud tenga dimensión nula en una
lo que h = 2, Y las bases estrictas constarán de dos magnitudes. Las magnitu- base completa para que le suceda lo mismo en todas las demás, incluso
des 1, t, a, k, son dimensionales independientes dos a dos, por lo que, con una.
ANÁLISIS DIMENSIONAL v. EL CONCEPTO DE DIMENSIÓN 65
64
en las mutiladas. Pero puede ocurrir que lila magnitud que tenga di- nitudes que en él intervienen, y que ningún papel desempeñan las que se refieren
a cuerpos extraños, aunque sean tan destacados como el vacío.
mensión no nula en las bases completas aparezca con dimensión nula Afortunadamente, han desaparecido de los buenos libros la densidad relativa
en las bases mutiladas. y el peso específico relativo, que han torturado durante un siglo las mentes
infantiles de los alumnos de enseñanza media.
Es tema de discusión el si se debe considerar el ángulo como magnitud de Entre las magnitudes relativas figuran los mal llamados pesos atómicos y
dimensión nula. Desde luego, se trata de una magnitud primaria, pues s~ pue- pesos moleculares. Su nombre es motivo de confusión. Hemos conocido químicos
den establecer los criterios de igualdad y de suma sin recurrir a la me~lda de eminentes, de los que más han contribuido a la confección de las tables interna-
otras magnitudes. Por tanto, la proporcionalidad du:ecta c~n el arco e mversa cionales de pesos atómicos, que por creer que se trataba de pesos, midieron
con el radio es una ley geométrica entre las magnitudes msepara?les án~ulo cuidadosamente la intensidad de la gravedad en su laboratorio con el fin de
y cociente arco-radio. Pero sucede que este cociente no es una magnitud pnma- hacer la corrección correspondiente. Hasta algunos físicos, que saben que se
ria, sino secundaria, por lo que, de acuerdo con el segundo postulado, el factor trata de masas y no de pesos, olvidan que, por ser magnitudes relativas, son
de proporcionalidad es superfluo, y el ángulo tendrá dimensión nula. números fijos. De aquí que yerren al tomar el número de moles como una mag-
En corroboración de esta consecuencia, ocurre que el ángulo no figura en nitud de dimensión nula. En tal error incurre, por ejemplo, Duncanson (43).
el enunciado de ninguna ley fundamental, por lo que puede prescindirse de Afortunadamente, ocurre que en ninguna ecuación física intervienen las
dicho factor de proporcionalidad sin alterar las dimensiones de las demás mag- masas moleculares relativas, sino el número de moles, que tiene la misma dimen-
sión que la masa y cuya unidad, por consiguiente, no queda prefijada.
nitudes.
Lo dicho del ángulo plano es aplicable al ángulo sólido. También se le puede
atribuir dimensión nula sin que se resienta el Análisis dimensional.
9. Las seudomagnitudes de la Reología
Hemos basado el Análisis dimensional sobre el postulado de ser las leyes físi-
8. Magnitudes relativas. cas relaciones de proporcionalidad entre potencias determinadas de las cantida-
No se manejan en Análisis dimensional más utensilios que las fórmulas dimen- des que intervienen en el fenómeno considerado. Por tanto, según nuestro punto
aionales, por lo que cuanto afecte a la integridad de las mismas puede poner de vista, el Análisis dimensional sólo será aplicable a fenómenos regidos por ecua-
en peligro la eficacia de aquél. Siendo las fórmulas dimensionales relacion~s en- ciones que cumplan dicho requisito. Se trata de un postulado y no de la conse-
tre las razones de unidades de dos sistemas coherentes, quedarán mutiladas cuencia de algún principio metafísico, y la mejor prueba de ello es que en Reolo-
{mando, de un modo u otro, se fija de antemano la unidad de alguna magnitud gía han encontrado Scott Blair (39) y sus colaboradores que para cuerpos que
exigiendo que permanezca invariable al cambiar de unidades. Co.n ello. se ani- no son ni sólidos de Hooke ni fluidos newtonianos se cumple una relación que,
quila la dimensión de la magnitud en cuestión, y se alteran las di~enslOnes d~ en la forma original dada por Nuttig, es:
las restantes. Por esta razón conviene suprimir las llamadas maqnitudes relati-
[9,1]
vas (*) tales como la densidad con relación al agua o al aire, la relación entre
las velocidades de propagación de la luz en dos medios diferentes, la constante donde S es la tensión, cr la deformación, t el tiempo y 'Y, 13,k, constantes carac-
dieléctrica con relación al aire (o al vacío), etc. terísticas que varían de un cuerpo a otro.
Aparte de la razón aducida para eliminar las magnitudes relativas, es evi- Nos encontramos en presencia de una ley que, si bien puede enunciarse
dente que para estudiar un fenómeno basta considerar las cuantías de las mag- como relación de proporcionalidad entre cantidades, presenta la particularidad
de que los exponentes no son números fijos, sino números que dependen del
cuerpo que se observa. Con la base dimensional L, M, T, la fórmula dimen-
(*) Rey Pastor (41) llama magnitudes relativas al nivel y ~ la temperatura
medida en escalas arbitrarias porque en ellas no se puede definir la suma. Pero sional de 'f" es:
en Física no se opera nunca con niveles, sino con diferencias de al.tura, para ~as
cuales es obvia la definición de la suma. Además, en las teorías ffsicas es preciso
operar siempre con la escala absoluta de temperatura. En ningún c~o, por y estaría representada por un vector distinto para cada sustancia.
tanto, es preciso introducir un cero arbitrario como «elemento extranOl) a la
Ante este estado de cosas, lo que procede desde nuestro punto de vista, es
Física.
Loedel (42) propone llamar relativas a las que están afectadas de s~gno, afirmar que el Análisis dimensional no tiene razón de ser en Reología, pues no
positivo o negativo, y da como ejemplos la altura de un punto con relación a sirve para ninguno de los fines que persigue: ni rige el criterio de homogeneidad,
un plano horizontal, el tiempo, el potencial, etc. Pero es el caso que ha:y. mag- ni se puede hacer predicciones basadas en consideraciones dimensionales.
nitudes como el calor, el trabajo, la carga eléctrica, etc., que son posltlva~ o Dingle, sin embargo, hace un largo razonamiento (44) tratando de demostrar
negativas de modo absoluto, puesto que su signo no procede de la slección
que la ecuación de Nuttig es una prueba de que el símbolo dimensional es una
arbitraria de un origen.
ANÁLISIS DIMENSIONAL. - 6
66 ANÁLISIS DIMENSIONAL

representación del proceso de medida. Deja aparte la fórmula de Nuttig y


considera el caso de la caída de los cuerpos, suponiendo que la relación entre
el camino 8 y el tiempo t fuese:
8 = AtCL [9,2]

y que A y CL variasen de un cuerpo a otro. Deduc~ que CL ha de ser un número


puro y que «las dimensiones de A han de ser [antilog (log L· log T)J», pero no
dice qué partido podemos sacar de este resultado cuando nos encontremos ante
un problema de Análisis dimensional. . . .
A continuación, y tras largo rodeo, deduce Dingle que, S1la ecuac1ón [9,2]
ha de permanecer invariable al cambiar las unidades, «las dimensiones de A han
de ser, o [antilog (log L log T)], o bien LT-CL». Este último resultado es el qu.e
cualquiera escribiría a la vista de [9,2], y no se comprende com~ en la PrI-
mera expresión de las dimensiones no figure CL y sí en la segunda, ru que una y CAPíTULO VI
otra sean «representaciones de un proceso de medida». En fin, falta saber para
qué sirve la primera expresión, que es la obtenida por vía operacional. EL TEOREMA DE PI

1. Homogeneidad de las fórmulas físicas.

Ya Fourier indicó que una de las ventajas de atribuir una dimensión


a cada magnitud consistía en poder descubrir fácilmente errores de cálcu-
lo, pues sucedía que todos los términos de cualquier ecuación que resul-
tara de aplicar las ecuaciones fundamentales a un caso particular habían
de tener la misma dimensión. Se ha convenido en decir que dos o más
magnitudes son homogéneas entre sí cuando tienen la misma dimensión
y, por tanto, la proposición de Fourier puede enunciarse así:
Todos los términos de una ecuación tísica deben ser homogéneos.
Tan manifiesta llegó a ser la utilidad de esta regla, y de tal modo
resultó confirmada en todos los desarrollos teóricos, que, más o menos
tácitamente, se convirtió en un principio metafísico, al que debían
someterse todas las teorías físicas. Por eso, se imponían condiciones a las
fórmulas de definición para que estuviesen de acuerdo con el llamado
principio de homogeneidad, y las ecuaciones empíricas que lo vulneraban
se consideraban comoe-.,resiones imperfectas de alguna ley mal conocida.
Elevado a la categoría de principio. el requisito de homogeneidad,
procedía, si no su demostración, por lo menos su justificación, que con-
sistía en recurrir a argumentos vagamente intuitivos, tales como decir
que no tenía sentido la suma o la resta de cantidades heterogéneas y que,
justamente, la dimensión era lo que caracterizaba la homogeneidad. De
la falacia de esta argumentación, que confieso haber tenido por buena,
es buena prueba el hecho de que la suma de cantidades dadas tiene o no
sentido según el propósito que se persiga.
68 ANÁLISIS DIMENSIONAL
VI. EL TEOREMA DE PI 69
Por ejemplo, no se puede sumar yeguas con caballos para obtener yeguas
o caballos solamente, pero tiene perfecto sentido afirmar que . Utilizand~ .un sistema de unidades coherentes, no habrá en [2,]J coe-
fioientes paráeitos, y al pasar a otro sistema también coherente deberá
2 yeguas + 3 caballos = 5 équidos.
permanecer invariable la ecuación que nos ocupa. Sean X 1> ••• , Xm 1as
De la misma manera, no tiene sentido en Termodinámica sumar la energía magnitudes escogidas para formar la base y sean:
interna, U, con el producto de la presión por el volumen con la pretensión de
que el resultado sea energía interna. Pero sí cabe afirmar que la disminución de
s=n-m
la magnitud H == U + p V da el calor desprendido en cualquier transforma-
........................
ción isobara, ........................ [2,2]

Muchos autores intentan, de uno u otro modo, conservar el principio


de homogeneidad como cosa independiente de las teorías físicas y, en
este sentido, quien más ha profundizado en la cuestión es el profesor las fórmulas dimensionales de las demás magnitudes. Al pasar a otro
R. San Juan (16), quien ha logrado demostrar que las ecuaciones han de sistema coherente, las medidas Xv ... , Xn se convertirán en x' l' ... , X' n,
cumpliéndose que:
ser necesariamente homogéneas si relacionan magnitudes definidas de
tal modo que el criterio de suma sea independiente del sistema de unida- , U'l ,
des que se adopte.
Xl = X 1 -U = X l[Xl]; ... ; Xn = X' n[Xn] " [2,3]
1
A nuestro modo de ver, el principio de homogeneidad no puede darse
como cosa evidente, ni está subordinado solamente a la manera conven- y la ecuación dada se transformará en:
cional de definir las magnitudes secundarias, sino que es consecuencia de
nuestro primer postulado, según vamos a demostrar. [2,4]

Como la condición de invariabilidad exige que sea:


2. Teorema de pi.

Sea una teoría física cuyas ecuaciones fundamentales, por estar de f(x'l, ... , X'n) = O [2,5]
acuerdo con nuestro primer postulado, esto es, por consistir en relaciones
entre monomios, son incondicionalmente homogéneas. Supóngase que queda demostrado que la función en cuestión es homogénea con las
cumplen igual requisito todas las fórmulas de definición de las magni- condiciones [2,2]. Además; aplicando el teorema 3.° del capítulo 1,
tudes secundarias que se utilicen en la teoría. Resultará un sistema de resulta que la ecuación ha de tener la forma:
ecuaciones invariantes con relación a todos los cambios de unidades Xn
coherentes, y de igual propiedad gozará, por consiguiente, cualquier =0 (s = n-m)
ecuación: x~m8 ) '

f(xv ... , xn) = O, [2,1]


y como, en virtud 'de [2,2], los monomios
que se deduzca de aquéllas por aplicación de la teoría a un caso particular
Xn
en que se trate de averiguar cómo depende cierta magnitud, Xn, de otras,
Xl' ... , Xn-l' que figuran como variables independientes en el fenómeno
considerado.
En la ecuación [2,1] figurarán, a modo de parámetros, no sólo las tienen dimensión nula, quedan demostradas las siguientes proposiciones:
1.a. La forma más general de toda ecuación
constantes específicas de los cuerpos que intervengan en el fenómeno,
sino también las constantes universales peculiares de la teoría,
¡(Xv ... , Xn) = O,
70 ANÁLISIS DIl\'lENSIONAL VI. EL TEOREMA DE PI 71

que sea consecuencia de una teoría cuyas leyes fundamentales sean relaciones a. pesar de no ser homogénea, subsiste aunque se cambien las unidades fun-
de proporcionalidad entre potencias con exponentes fijos, es: damentales.
La objeción de Bridgman queda invalidada sin más que interpretar la inva-
riabilidad de forma, postulada por Buckingham, como exigencia de que la fun-
ción se conserve algébricamente invariable, pues ocurre que, al cambiar las uni-
dades fundamentales, cada uno de los paréntesis de la ecuación [2,6] queda
donde las TCi son los monomios independientes de dimensión nula o mono- multiplicado por un factor diferente y, si la ecuación subsiste, es porque cada
uno de sus términos es nulo por separado.
mios pi, que pueden formarse con las magnitudes consideradas. Considerando válida la objeción de Bridgman, opina el profesor W. Hill (45)
2.30 El número de estos monomios independientes es i = n - h, donde que se debe añadir una condición complementaria al postulado de Buckingham.
h es la característica de la matriz formada co?/-los exponentes dimensiona- Pero, como hace notar R. San Juan (16), todo ello se evita si se parte del princi-
les con relación a una base completa cualquiera. pio de homogeneidad, o bien si se cala más hondo y se deduce dicho principio de
la. condición de que tan sólo tengan cabida en la Física aquellas magnitudes defi-
nidas de manera que la igualdad y la suma de sus cantidades sea independiente
Las proposiciones anteriores son una variante del teorema de pi, que fue del sistema de unidades. Justamente el mérito del trabajo de R. San Juan consiste
enunciado por Buckingham (11) del siguiente modo: en haber demostrado que de esta condición deriva el principio de homogeneidad.
1. o La forma más general de cualquier ecuación física completa: A nuestro juicio, la principal objeción que puede hacerse al enunciado primi-
tivo del teorema de pi es que el número de monomios de dimensión nula 'Se de-
termina en función del «número q de magnitudes fundamentales necesarias para
es: medir las n magnitudes», y no se establece regla ni criterio para averiguar cuánto
7I"n) = 0, vale q en cada caso particular. Esta vaguedad en el enunciado, que deja vacío el
referido teorema, se pone claramente de manifiesto cuando se trata de hallar q de
donde las 71" son los monomios independientes de dimensión nula que pueden for- acuerdo con las normas estrictamente operacionalistas, por ejemplo, siguiendo el
marse con las n magnitudes consideradas. método que propugna Dingle y que hemos discutido ya en el § 1 del capítulo V.
2.o El número de estos monomios independientes es i = n - q, donde q es Con nuestros postulados y con la condición impuesta. a las fórmulas de defi-
el número de unidades fundamentales necesarias para medir las n magnitudes. nición de las magnitudes secundarias, la demostración del teorema de pi es faci-
Llama Buckingham completa a toda ecuación que subsiste sin alteración de lísima y rigurosa, gracias a la teoría de las funciones homogéneas generalizadas,
forma al cambiar las unidades fundamentales, lo que equivale a postular la. y el número de monomios independientes de dimensión nula queda determinado
homogeneidad condicionada de la ecuación de que se trata. Con esto, la demos- sin ambigüedad (*).
tración del teorema de pi es inmediata si se utiliza la teoría de las funciones
homogéneas generalizadas. Pero esta teoría no fue dada a conocer por Ehrenfest- (*) Merece ser examinado con alguna detención el ~~tíc~o de. Levi (33),
Affanassjewa (15), sino dos años después de que Buckingham publicase su porque constituye un intento de dar base lógica al ~áhslS dimensional-
Levi coincide con Bridgman en afirmar que «medir es hacer correspond~r
trabajo. Por otra parte, si bien es cierto que no se encuentra en ninguna de las a una determinada magnitud física un número o un sistema de ~Ú!lleros*, sin
teorías físicas actuales una sola ecuación que no satisfaga el principio de homo- imponer otra limitación que la invariabilidad del aparato de medición, el cual
geneidad, el admitir este principio de buenas a primeras es cosa que repugna a. ha de estar constituido por «determinadas operaciones físicas .0 bien aun J?or
los lógico-positivistas, y para justificar esta repugnancia hace notar Bridg- operaciones matemáticas». Critica la «vieja costumbre» de considerar la nocló~
de magnitud como algo intuitivo y a prori, y rechaza lo que llama p~o?~dl-
man (22) que se pueden construir adrede ecuaciones que estén en desacuerdo miento s intuitivo s que ~ermiten establecer la igualdad, la suma y la división
con dicho principio sin más que sumar dos ecuaciones que se refieran a un mismo en partes. A continuació:'., y con manifiesta inconsecuencia, establece una excep-
fenómeno, después de haberlas elevado a potencias cualesquiera. Por ejemplo, ción para las tres magnitudes, longitud, masa y tiemp<,?,y se lanza por los ~e-
en la caída libre de un cuerpo se cumple que: ricuetos de la metafísica al afirmar (pág. 5) que «oonstibuye el substrato lógiC.o
que precede a la Física», y en esta proposición apriorística se basa para deducir
que el «espacio físico es tridimensional en el sentido de la teoría de las magni-
1 2 tudes aceptada por la Física». .
v = gt; 8 = - gt No podemos adivinar a qué teoría aceptada se refiere Levi, pues. aun pr~s-
2
cindiendo de la temperatura, el sistema de Giorgi, que es el aceptado jnt.errracro-
nalmente, es tetradimensional. Pero tampoco se compagina su as~rto con 1.0 que
y, en consecuencia, la ecuación: dice más adelante. pues afirma que el número de magnitudes mdependlentes

(v - gt) + (8 - + f gt2 = O, [2,6]


puede reducirse a 2 o a 1. . .
Dice luego que todo otro concepto se introduce en Mecánica P?r «definiciones
nominales, representadas generalmente por definiciones matemé.tícass, sm repa-
72 ANÁLISIS DIMENSIONAL VI. EL TEOREMA DE PI 73

Esta ecuación constituye una rotunda contravención del principio de homo-


3. Las ecuaciones con logaritmos.
geneidad, pues 'no sólo figuran los logaritmos de 6 y de p sin posible arreglo,
En muchas ecuaciones termodinámicas en que intervienen logaritmos, parece sino que la constante quimica, i, aparece sumada con el número 5/2, por lo que
a primera vista que no se cumple el principio de homogeneidad, pues figuran debiera ser de dimensión nula, siendo así que, como es sabido, su valor depende
como argumentos magnitudes cuya dimensión no es nula. Así, en la expresión de las unidades que se adopten.
de la entropía de los gases ideales, Para hallar la expresión correcta, recuérdese que el calor molar de un gas
está dado por la expresión:
S = Op In 6 - R In p + const, Op = NR + O,

donde N es un número que vale 5/2 en los gases monoatómicos y 7/2 en los
intervienen la temperatura absoluta, 6, y la presión, p, como argumentos del
diatómicos, y O es una función de la temperatura que tiende a cero cuando e -+- O.
logaritmo. Sin embargo, la fórmula es correcta gracias a la presencia de la
Con esto, de la aplicación de los dos primeros principios de Termoo.mámica
constante arbitraria, que indica que queda indeterminado el origen de entro-
resulta:
pías y, por tanto, la ecuación sólo puede servir para calcular diferencias. Para
poner este hecho de manifiesto, es preferible escribir: S = R In -- eN + fe -o de + consto [4,2}
p o 6
6 p
S - So = Op In - - R In -,
60 Po El principio de Nernst exige que la entropía tenga un valor determinado
en cada estado (p, e), luego la constante no es arbitraria. Representándola 'por
con lo que es evidente que se cumple el requisito de homogeneidad.
const = R(ln K + N)
4. La constante química. la expresión [4,2] se convierte en

Como consecuencia del principio de Nernst-Planck (*), se da en los libros de


Química física la siguiente expresión para el valor absoluto de la entropía de
S = R In K (eN)p + fe 6"o o d6 + N R, [4,3J

un gas ideal:
que está de acuerdo con el principio de homogeneidad si se atribuye a la cons-
S = 5 R In 6 -
2" R In p o
O d6 + ( i + 2"5)
+ f6 e R. [4,1] tante K la fórmula dimensional;

[K] = L-IMT-2 e- N [4,4}


rar en que la fuerza tiene tanto derecho como la masa a ser considerada como
magnitud primitiva, pues no hay para una ni para otra definición nominal a La falta de homogeneidad de Ia ecuación [4,1] procede de que, al definir la
menos de que se considere como tal la segunda ley de Newton. constante química, no se utilizó una función condicionalmente homogénea, pues
No parece haberse dado cuenta Levi del papel importantísimo que desempe-
de la comparación de l4,1] y [4,3J se deduce:
ñan las constantes universales en Análisis dimensional, pues dice (pág. 11), que
«la constante de la gravitación es un número (sic) ciertamente invariable por
la teoría». K= ei, [4,5)
Al pasar a la Termodinámica, dice que la temperatura es una 'idea pri- o bien,
mitiva, que se convierte en derivada si se fija el valor de la constante de los log K = 0,434 i = f. [4,6]
gases, pero no llega a establecer la fórmuJa dimensional de esta nueva magni-
tud. Por otra parte, haremos ver que, para los fines del Análisis dimensional, la Por ejemplo, para el hidrógeno se encuentra en las tablas el valor f = - 3,357,
temperatura ha de ser considerada como dimensionalmente independiente de y se advierte que la temperatura ha de medirse en grados centígrados, y la pre-
las magnitudes mecánicas.
. En el campo electromagnético, considera solamente dos vectores, las inten- sión, en atmósferas. Si se quiere hallar el valor de f con otras unidades, se tro-
aídades, con lo que elude el problema que, desde el punto de vista dimensional, pieza con la dificultad de que carece de fórmula dimensional. En cambio, la
plantean las dos permeabilidades e: Y ¡L, Y no aborda la cuestión de si es necesa- fórmula [4,6] da para la constante K el valor
rIO o no ampliar la base mecánica al estudiar las teorías electromagnéticas.
. En fin, para demostrar el teorema de pi, parte de una hipótesis ad hoc, no
Justificada ni lógica ni experimentalmente, y deja sin tratar la segunda parte, K = O 000439 atm
la que se refiere al número de monomios pi que, cualquiera que sea la base , o [{51"
adoptada, han de figurar en la solución de cada problema.
(*) Véase, por ejemplo, el libro del autor (46). y ya resulta sencillo el cambiar las unidades de presión y de temperatura.
74 ANÁLISIS DlMENSJONAL

5. El exponente del hidrógeno.


El pH, o exponente del hidrógeno, se define como el logaritmo decimal,
cambiado de signo, de la concentración de los hidrogeniones expresada en
moles-gramo por litro de agua:

pH = -log c.

Como la concentración, e, no tiene dimensión nula, esta fórmula de defini-


ción no cumple el requisito de ser condicionalmente homogénea, por lo que es
imposible atribuir fórmula dimensional al pH, y las ecuaciones en que figure
esta magnitud no satisfarán el principio de homogeneidad. En consecuencia,
no podrá figurar el pH en ningún problema de Análisis dimensional y deberá
utilizarse la concentración e en su lugar. PARTE SEGUNDA

APLICACIONES
CAPíTULO VII

MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS DE ANÁLISIS


DIMENSIONAL

1. Sistemas completos de monomios de dimensión nula.

Evidentemente, si se forma el producto de dos o más números pi,


después de haberlos afectado de exponentes racionales cualesquiera, re-
sultará un nuevo monomio de dimensión nula:

[1,1]

El teorema de pi fija el número de monomios pi, independientes, que


pueden formarse con las magnitudes dadas, pero deja libertad para la
elección de los mismos. Se dice que un conjunto de tales monomios son
independientes cuando la ecuación

sólo admite la solución trivial Xl = X2, .•. , = Xi = O. Una vez que se


han obtenido tantos monomios independientes como indica dicho teore-
ma, cualquier otro podrá obtenerse dando valores adecuados a los expo-
nentes de la ecuación [1 1]. Por eso, puede decirse que cualquier con-
J

junto de i monomios independientes de dimensión nula forman un sistema


completo de monomios pi.
Los monomios de dimensión nula no tienen cabida en la representa-
.ción vectorial de las dimensiones porque, cualquiera que sea la base
adoptada, sus componentes son nulas. En cambio, cabe adoptar para ellos
78 ANÁLISIS DJl\iENSIONAL VII. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS 79

un nuevo espacio vectorial cuya base estaría formada por uno cualquiera. Se simplifica el problema si se empieza por agrupar las magnitudes
de los sistemas completos. Cualquier otro monomio pi estaría represen- que tengan la misma dimensión. Dividiendo las de cada grupo por una
tado por un vector cuyas componentes fuesen los exponentes de la ecua- de ellas, se obtienen inmediatamente los llamados [actores de forma, que
ción [1,1]. suelen representarse por la letra griega w. Estos factores de forma pue-
den ser las razones entre las longitudes, las masas, las fuerzas, etc., que
2. Regla práctica para formar un sistema completo intervengan en el fenómeno y entre ellos se incluyen, desde luego, los
de monomios pi. ángulos. Hecho esto, se hallan los monomios pi tomando en considera-
ción una tan sólo de las magnitudes de cada grupo, y a los monomios así
Escríbanse las fórmulas dimensionales de las magnitudes dadas con obtenidos se agregan los factores de forma.
relación a una base cualquiera:

... , MmCXlm 3. Información que puede obtenerse con el Análisis dimensional.


Principio de similitud.

Ml"'"
cxnl Mcxnm Se sabe, O se da por supuesto, que en determinado fenómeno inter-
[]Xn = m'
vienen las magnitudes Xl> ••• , Xn, incluyendo en ellas las constantes
Para que un monomio características y las constantes universales, propias de la teoría, y que la
cuantía de una de ellas queda determinada por las cantidades de las
otras. Deberá ser:
tenga dimensión nula, habrá de ser: f(Te¡, ... , Tet) = O,

OCllEI + ... + OCnlEn = O donde Te¡, ••• , Tet es uno cualquiera de los sistemas completos de mono-
míos pi, y ¡una función universal indeterminada. Como siempre se puede
lograr que aquella magnitud, Xl' que interesa expresar en función de las
OClmEI + ... + OCnmEn =O otras, figure solamente en uno de los monomios, por ejemplo, en el pri-
mero, la ecuación podrá tomar la forma explícita:
y si k es la característica de la matriz formada con los exponentes OCtj
serán arbitrarios los valores de n-k de las incógnitas El> ••• , En. Las
incógnitas arbitrarias pueden ser cualesquiera, con tal de que en la ma-
triz formada con las columnas en que figuran las k magnitudes restantes que es la forma general de las funciones condicionalmente homogéneas.
haya algún menor de orden k distinto de cero. Si, por ejemplo, hay La información más completa se logra cuando i = 1, esto es, cuando
alguno de estos menores en las k últimas columnas, a cada sistema de el sistema completo de monomios pi, incluyendo los factores de forma,
valores
consta de un solo miembro, pues puede afirmarse que dicho monomio
El E2 En-h
ha de ser igual a un número fijo, que no depende de las unidades de
1 O O
O l O medida.
El averiguar la forma de la función universal cp, cuando no se reduce
a un número fijo, cae fuera del alcance del Análisis dimensional, pero en
O O ... 1 muchas ocasiones bastan sencillas consideraciones basadas en un cono-
cimiento elemental de la teoría del fenómeno en cuestión para reducir el
corresponderá una solución, y entre todas formarán un sistema completo número de variables que figuran en la misma, y hasta para determinar
de monomios pi.
enteramente su forma, salvo un factor consistente en un número fijo.

ANÁLISIS DIMENSIONAL
VII. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS
81
Un caso de gran interés es aquél en que la función indeterminada o bien, puesto que w = mg,
sólo contiene factores de forma:
7':1 = t V g
l '

y, tomando en consideración el factor de forma 1 lució b


Si se aplica esta ecuación a dos sistemas semejantes, esto es, tales que los , a so UCl n uscada será:
factores de forma de uno sean iguales a los del otro, la función univer-
sal cp tendrá valores iguales en ambos, y bastará averiguar su valor en
uno de ellos midiendo las magnitudes Xl> ••• , Xn en un caso particular. o sea:
t Vf = ¡(o:),

En esto consiste el principio de similitud, que es el fundamento de los


ensayos con modelos reducidos, de tanta importancia en la construcción t = V+¡(o:),
de aviones, navíos y obras hidráulicas. Nótese que la semejanza entre
el sistema de tamaño natural y el modelo se refiere a todos los factores y.puede afirmarse que en ¡(o:) no puede figurar, aparte de o: mas' que '
de forma, no sólo a los geométricos, sino también a los de índole física. fiJOs. ' numeros
El resultado es correcto, pues, como es sabido, la ecuación completa es:
Ejemplos:

1.o Péndulo simple.


En el movimiento oscilatorio de un péndulo simple, la única fuerza que inter-
t = 27': V 1
g
(1 + ~ 16···
+ .) ,
viene es el peso w = mg. Por tanto, el período, t, estará determinado por la y la función ¡(o:), que el Análisis dimensional d
eja indeterminada, resulta ser:
masa m, la longitud 1 y la amplitud de las oscilaciones 0:, que es un factor de
forma, Los exponentes dimensionales de estas magnitudes con relación a la
base L, M, T, son los contenidos en el siguiente cuadro: ¡(o:) = 27': (1 + ~ 16 + .... )
m w
2.0 Problema de Labocetta (47).
L O 1 O 1
M O O 1 1 Demostrar .
que 1, manteniendo constantes las densidades de todos los
T 1 O O 2
p~s que ,forman el sistema solar, se multiplican todas las longitudes po:u:
La característica de esta matriz es h = 3 Y habrá, por tanto, un solo mono- ;:=~a:umy ¡ro, se co.nservan inalterados los períodos de revolución de todos los
, . e ose ilaei n óde todos los péndulos.
mio pi, aparte del factor de forma.
Como en todas las columnas hay algún elemento que no es nulo, puede Las umcas fu~rzas que intervienen en el problema son las gravitatorias
-elegirse arbitrariamente una cualquiera de las incógnitas. Haciendo Et = 1, P:a~~ó~ue cualquier per~odo h.abrá de ser función de las masas y de la confi~
resulta el sistema de ecuaciones: ~ ió del SIstema, debiendo mtervenir la constante de la gravitación La con
yg~a~ n quedará definida por cierto número de longitudes: radios, distancia;
El + Ew = O ~~g os, y las masas podrán sustituirse por los productos de densidades y
Em+Ew=O :=n:, y como estos. últimos son funciones de longitudes, las magnitudes que
1 - 2Ew = O. Ion itu~es án como vanables serán ciertas densidades, Po' Pl' ... y ciertas
-euya solución es: g , lo, ... ln, pues los ángulos se suponen constantes
Desde luego, existen los factores de forma: .
1
Et = 1; "1= Em=
2
Habrá de ser, por tanto:
wi=E; r = 1,2, ...
Po
7':1 =t 1/ w , _ l.
V ml w. = -1-;
o
s = 1,2, ...

ANÁLISIS DIMENSIONAL. - 6

82 ANÁLISIS DlMENSIONAL VTI. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS 83

y bastará tomar en consideración una densidad, una longitud y la constante simple, salvo la amplitud de las oscilaciones. Por tanto, la solución es, pre-
de la gravitación, además del período que se busca. cisamente:
El cálculo se dispone con arreglo al siguiente esquema:

ti Pi li G
donde 'P es un número fijo.
t = 'P V+'
L O -3 1 3
M O 1 O - 1 2.a Salvo la magnitud incógnita, todas las que figuren en la lista han
T 1 O O -2
de ser o constantes o variables independientes. Esta regla equivale a decir
7< 1 1/2 O 1/2 que entre las magnitudes tomadas en consideración sólo ha de existir
una ecuación.
h = 3; i = 1
- 3Ep + El + 3EG = O Supóngase, por ejemplo, que en el problema de la caída libre de un cuerpo
Ep - Eo = O se toman las siguientes magnitudes: tiempo, t; fuerza, f; masa, m; distancia.
Et - 2EG = O recorrida, 8; velocidad adquirida, v, y acelaración, a.
y habrá de ser:
f m 8 v a

L O 1 O 1 1 1
M O 1 1 O O O
T 1 -2 O O -1 -2
y será ti = const si las densidades y las razones ls/lt se mantienen constantes.
7<1 O 1 -1 O O - 1
7<2 1 O O 1 1 O
7CS 1 O O O 1 1
4. Reglas para plantear los problemas. La solución

Una vez hecha la lista de las magnitudes que intervienen en un pro-


blema de Análisis dimensional, la resolución cae en el dominio del Álgebra
8 = vtlJ' ( ~, :t)
elemental: La dificultad, por tanto, consiste exclusivamente en la for- es inaceptable, porque en el fenómeno considerado sólo hay tres variables inde-
mación de dicha lista. pendientes: la masa, la fuerza y el tiempo. El averiguar cuánto valen las restantes
Todos los tratadistas están de acuerdo en que no existen normas que magnitudes da origen a sendos problemas con sus respectivas soluciones, que son:
permitan plantear debidamente un problema cualquiera. Es cosa que
a = -'-; v =..L t; 8 =-
1 t
_t2•
dejan a la intuición de cada uno. Sin embargo, es posible dar algunas m m 2 m
reglas generales que faciliten la cuestión.
3.a Deben tomarse en consideración todas las constantes, tanto carac-
l.aEs preciso que el fenómeno considerado caiga en el dominio de terísticas como universales, cuya presencia esté prevista por la teoría del
alguna de las teorías físicas establecidas, de tal modo que su solución fenómeno considerado.
completa sería posible si se pudieran vencer las dificultades matemáticas. Es evidente que no puede obtenerse una solución satisfactoria si en
un problema de elasticidad, por ejemplo, se suprime alguna de las cons-
Esta norma está justificada por el hecho de estar el Análisis dimensional tantes elásticas que intervengan en el mismo. Las constantes universa-
subordinado a las teorías físicas, y no al revés. Vulnerando este precepto, pue- les ineludibles son las previstas por nuestro segundo postulado.
den plantearse problemas a los que el Análisis dimensional da una respuesta
tan precisa como insensata. He aquí un ejemplo propuesto por Selwyn (48). Si en el segundo problema del apartado anterior se hubiese omitido la cons-
¿Cuánto tiempo, t, tendrá que estar entrenándose un jugador de golf, de tante de la gravitación, hubiera resultado la solución descabellada:
masa m, para lanzar una pelota a la distancia l?
Como es evidente que la aceleración de la gravedad interviene. en el juego, -p- = f(~2' H. • •• , -
W1' o •• )
las magnitudes son justamente las mismas que en el problema del péndulo Po

84 ANÁLISIS DIMENSIONAL
VII. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS 85
según la cual, la relación entre las densidades de dos cuerpos está impuesta
por los restantes factores de forma. Para ver si este sistema es viable, tratemos de obtener con su auxilio la
La necesidad de tomar en consideración las constantes universales consti- fórmula del péndulo simple:
tufa la máxima dificultad mientras no se sabía discernir entre las superfluas y
las ineludibles. Gracias a nuestro segundo postulado, queda obviada la difi-
m w
cultad, y puede decirse que L O 134
T 1 O - 2 - 4

a) En Mecánica newtoniana no interviene ninguna constante uni- O - 1 3/4


versal, salvo la constante de la gravitación, que sólo figura cuando se 1 - 1 1/2
toman en consideración las acciones gravitatorias. h = 2; i = 2
b) En los problemas de Mecánica relativista interviene la velocidad El + 3Em + 4Ew = O
de la luz. Et - 2Em - 4Ew = O

e) En Mecánica estadística figura la constante de Boltzmann, k, y


y, aparte del factor de forma w = ex, resulta el siguiente sistema de mono-
la de Planck, h. mios pi:
d) En los fenómenos entre corpúsculos elementales, incluyendo los
fotones, figura la constante de Planck, h.
o bien, si para facilitar la comparación con el resultado obtenido al utilizar la
e) En los problemas del campo electromagnético en el vacío inter- base completa, se hace:
vienen las constantes EO Y !lo:
Las precedentes normas revelan que los problemas de Análisis di-
mensional sólo pueden ser planteados por quien conozca los fundamentos
7t'! = 7t17t2-1j2 = t V ~;
de las teorías físicas, pues sólo así podrá decidir qué magnitudes han de y, además del monomio Te' l' que figura en la fórmula correcta, aparece el mo-
intervenir como variables independientes y qué constantes universales nomio espurioTe2, con lo que la solución se convierte en:

hay que tomar en consideración.

5. Las bases deficientes.


que es falsa, pues afirma la influencia de la masa sobre el período y, aparte de
Al suprimir una constante universal atribuyéndole un valor numé- esto, es menos precisa, porque la función desconocida depende de dos parámetros
en vez de uno.
rico arbitrario, por ejemplo 1, disminuye la multiplicidad de la base, y
Al mutilar la base suprimiendo constantes ineludibles, se crean artificial-
resultan fórmulas dimensionales con las que el Análisis dimensional pier- mente relaciones dimensionales que no corresponden a nada real y ello conduce a
de eficacia, pues la información que suministra es más vaga que la que se resultados ciertamente curiosos, pero que no tienen, ni mucho menos, el sentido
obtiene utilizando una base completa. recóndito que les atribuyen los tratadistas que se dedican a estas especulaciones.
Martinot-Lagarde (49), por ejemplo, comparte la opinión de que al despojar
de su dimensión a las constantes universales, se penetra más a fondo en el cono-
Sup6ngase que en la fórmula
cimiento de la naturaleza, y da como prueba lo que ocurre si, además de dar el
f = G mim'i_ valor 1 a la constante de la gravitación, se toma como unidad de densidad del
82 agua a 4° C. La fórmula
m
se suprime la constante de la gravitación G. La multiplicidad de la base, para p=V-' [5,lJ
las magnitudes mecánicas, se reduce a 2 y, tomando la longitud y el tiempo
como magnitudes básicas, se obtienen las siguientes fórmulas dimensionales, puesto que ha de ser independiente del sistema de unidades, obliga a que sea:
según se vio en el § 5 del capítulo V:
[mJ = LS

y la unidad de masa será la masa de agua contenida en el cubo unidad.


86 ANÁLISIS DIMENSIONAL Vil. MODO DE PLA TEAR LOS PROBLEMAS 87

La fórmula [5,1] combinada con las últimas en ineludibles y superfluas, y hemos visto que, si se suprime
alguna de las primeras, el Análisis dimensional puede conducir a solu-
d28 mm' ciones falsas por la aparición de monornios espurios, esto es, de mo-
1 = m- [5,2]; 1=-- [5,3]
dt2 82
nomios que, siendo dimensionados en la base completa, aparecen como
de dimensión nula en la mutilada.
que corresponden a la ley de :rewton y a la ley de la gravitación, conducen a las
siguientes fórmulas dimensional es: Una constante universal será superflua cuando se obtenga el mismo
sistema de monornios pi con ella que sin ella, de donde resulta que no
[t] = O, hay inconveniente en introducir constantes universales superfluas, pero
tampoco hay en ello ninguna ventaja y se complican los problemas.
y resulta un sistema unidimensional en el que el tiempo tiene dimensión nula,
En resumen; si ocurre que al ampliar de algún modo una base, dismi-
lo que significa que su unidad ha de tener un valor determinado, independiente
del patrón que se adopte para medir longitudes.
nuye el número de monomios pi independientes entre sí, se puede afirmar
Para fijar las ideas, tomemos el centímetro como unidad de longitud. La que la base primitiva era deficiente, mientras que, si se obtiene siempre el
fórmula [5,1], con P = 1 para el agua a 40 e, impone el gramo como unidad de mismo sistema de tales monomios, la base primitiva es completa, y la
masa. En virtud de [5,3] la unidad de fuerza será aquélla con que se atraen ampliada, superabundante.
dos masas de 1 gramo colocadas a 1 cm. Finalmente, la fórmula [5,2] o su equi-
valente 1 = 2msjt2, dice que la unidad de tiempo ha de ser el tiempo que tarde
Supóngase, por ejemplo, que en la ley de Newton:
la masa de 1 gramo en recorrer 1/2 centímetro cuando está sometida a la unidad
de fuerza. Hechos los cálculos resulta:

-
t =
V 2ms
-1- = 38628 = 1 hora y 262 segundos.
se pone la constante dinámica a, que, según nuestro segundo postulado, es
superflua. Gracias a su presencia, subsiste la libertad en la elección de unidades
Fácilmente se comprueba que con cualquier otra unidad de longitud se llega al para todas las magnitudes primarias que figuran en dicha ley, lo cual hace que
mismo resultado. se pueda emplear una base tetradimensional, por ejemplo, la (L, M, T, F).
Lippmann (50) llamó «hora natural» a la unidad de tiempo coherente con el Simultáneamente, será de prever, en todo problema dinámico, la presencia de a
sistema que acabamos de considerar. Sin embargo, nada justifica el atribuir con la siguiente fórmula dimensional:
privilegios a tal unidad, pues es tan arbitraria como otra cualquiera y, además,
forma parte de un sistema que debe rechazarse por ser incompatible con los [O] = L-IM-IT2F.
fines del Análisis dimensional.
Suprimiendo constantes universales, sin discriminar si son o no superfluas, Hagamos ver que en el problema del péndulo simple la constante a es su-
se crean sistemas dimensionales mutilados. Nada puede ganarse con su empleo. perflua. El problema se plantea y resuelve como indica el adjunto esquema:
Antes bien, son inaceptables en Análisis dimensional porque hacen aparecer
monomios espurios en las soluciones. Especular acerca de lo que sucede cuando m w a
se despoja de su dimensión a alguna constante universal es inútil devaneo, y
si con ello se pretende, averiguar algo acerca de la esencia de las magnitudes, L o 1 o o - 1
se ha errado el camino, pues las dimensiones, aunque sean las correctas, nada
M o o 1 o -1
T 1 o O o 2
dicen a este respecto. F o o o 1 1

71:1 -2 1 1 1 1
6. Las bases superabundantes y las constantes superfluas. h= 4; i= 1

Según se vio en el § 3 del capítulo III, cuando al formular una ley Tanto el número de magnitudes como la característica de la matriz aumen-
universal se pasa de las relaciones de proporcionalidad entre cantidades tan en una unidad, por lo que sigue habiendo un solo monomio pi, que es:
a las ecuaciones entre medidas, procede, en general, introducir una cons-
tante característica o una constante universal. Hemos clasificado estas

88 ANÁLISIS DIMENSIONAL VII. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS 89

y, toniendo en cuenta la intervención de la amplitud ex como factor de forma, y se suprime el subíndice, porque se sobren tiende que se trata siempre de masas
la solución será: inerciales. De aquí resulta que, al plantear cualquier problema, bastará tomar

t = Vo ~ f(ex).
en consideración las masas inerciales a condición de agregar la constante G.
Gracias a [7,2] queda asegurada la identidad de las soluciones obtenidas por
ambos procedimientos. Desde luego, la supresión de todas las masas gravitato-
rias simplifica grandemente los problemas.
Esta ecuación, gracias a la constante dimensionada 0, que es un coeficiente
parásito, es válida para unidades cualesquiera de longitud, masa, tiempo y Lo dicho de la constante de la gravitación es aplicable a las demás constantes
fuerza. No hay,' pues, inconveniente en hacer °
= 1, con la consiguiente res-
tricción en la libertad de elección, esto es, utilizando un sistema de tres uni-
universales. En virtud de nuestro postulado, sólo son ineludibles las que figuren
como factores de proporcionalidad entre dos magnitudes primarias inseparables,
dades coherentes con ° = 1.
por lo que aparecerán en ecuaciones tales como:

7. Papel que desempeñan las constantes universales.


Esta ecuación podrá servir, como en el caso de la ley de la gravitación, para
En todo problema de Análisis dimensional se trata de averiguar, haciendo desterrar de toda la Física una de las magnitudes Xl o x2' con la simplificación
solamente uso de los recursos del mismo, cuanto sea posible acerca de la relación consiguiente de todos aquellos problemas en que estuviese prevista su interven-
que liga las magnitudes que intervienen en determinado fenómeno. Parece, por ción, pero a condición de agregar la constante 0, con su dimensión característica,
tanto, que la cuestión quedaría suficientemente planteada en cuanto se diera a la lista de magnitudes.
la lista de las magnitudes variables. Sin embargo, para lograr la solución correc- Toda ley de proporcionalidad entre dos magnitudes primarias inseparables
ta, hay que agregar, a veces, determinadas constantes universales, y no se cono- permite ignorar la existencia de una de ellas a condición de introducir la correspon-
cían reglas para averiguar de antemano qué constantes hay que tomar en consi- diente constante universal.
deración. Por eso dice Bridgman (22) que el Análisis dimensional no debe ser Cada vez que se presente la ocasión, confirmaremos la afirmación precedente.
aplicado por bosquimanes, sino por físicos expertos. Sin embargo, en el § 4 de Por ahora, nos limitaremos a enunciar una importante consecuencia.
este capítulo hemos podido dar algunas normas para resolver esta dificultad, y Supóngase que en determinada teoría se descubre una nueva ley universal
todavía se puede profundizar algo más en el papel de tales constantes. que no invalide, sino que se agregue a las ya establecidas. ¿Mejorará por ello la
Si no se hubiera descubierto la relación de proporcionalidad entre la masa información que puede proporcionar el Análisis dimensional? La respuesta es
inerte y la gravitatoria, las ecuaciones fundamentales de la mecánica newto- negativa si la ley en cuestión establece una proporcionalidad entre magnitudes
niana serían: primarias ya en uso, pues lo único que podrá hacerse es desterrar una de ellas
introduciendo la respectiva constante universal. Con ello se simplificarán los
f= [7,1] cálculos, pero las soluciones dadas por dicho análisis seguirán siendo las mismas.

y con ellas se hubiera elaborado el sistema de magnitudes mecánicas en el que


8. Las bases universales.
no habría ninguna constante universal ineludible. Al resolver el problema en
que interviniesen fuerzas gravitatorias, se tomarían en consideración, además
Cada constante universal tiene su respectiva dimensión, y el que se presente
de las magnitudes que definiesen la posición de los distintos cuerpos, las masas
siempre con igual cuantía no es obstáculo para que figure en la base de un sis-
gravitatorias, porque de ellas dimanan las fuerzas, y las masas inerciales, porque
tema dimensional. Con esto, se tiene la posibilidad de elegir arbitrariamente su
condicionan el movimiento de cada cuerpo. Se trata de ver la modificación que
unidad al formar sistemas coherentes, y puede elegirse de modo que la cons-
en la solución así obtenida introduce la ley de proporcionalidad: tante adquiera el valor 1. No hay, pues, inconveniente en adoptar sistemas de
unidades en que valga 1 la constante de la gravitación, o en tomar como unida-
[7,2] des algunas de las constantes del vacío, tales como la velocidad de la luz, la
constante dieléctrica, la permeabilidad magnética, con la sola condición de que
con la que se introduce la constante ineludible G. las unidades escogidas correspondan a magnitudes dimensionalmente indepen-
Esta ley ha servido para eliminar de todas las ecuaciones la masa gravitato- dientes de acuerdo con el criterio establecido en el § 1 del capítulo V.
ria, con lo que el sistema fundamental se convierte en: En Física se dispone de más constantes dimensionalmente independientes que
las necesarias para formar una base completa, de donde resulta la posibilidad
[7,3] de crear muchas bases universales, sin que haya razón para atribuir méritos
especiales a ninguna de ellas.

90 ANÁLISIS DIMENSIONAL
VII. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS 91
El empleo de una base universal determinada podrá ser cómodo en algunos
casos, pero como ello no altera el sistema dimensional, no puede enseñarnos
Se discute actualmente acerca de lo que significa la ecuación
nada nuevo.
Una cosa es elegir arbitrariamente las unidades de la base y otra es despojar r = xi + yj + zk,
de su dimensión a la respectiva magnitud. El tomar como unidad la velocidad
de la luz en el vacío, por ejemplo, no autoriza a atribuir dimensión nula a la
que expresa el segmento dirigido r en función de sus componentes z, y, z,
velocidad y a considerar la longitud y el tiempo como magnitudes homogéneas
que pueden medirse con la misma unidad. Cada vez que se despoja de su di- y de los vectores unitarios i,j, k, tomados a lo largo de cada uno de los
mensión a una magnitud se mutila la base, con lo que el criterio de homogeneidad ejes coordenados. Como esta ecuación no relaciona más que longitudes, que
pierde en eficacia y el Análisis dimensional puede conducir a soluciones erradas son magnitudes directamente comparables, no hay inconveniente en con-
por la aparición de monomios espurios. Insistimos en estas consideraciones, que siderarla como una ecuación entre cantidades y, puesto que x, y, z son
pueden parecer triviales, porque resuelven el viejo y aun enconado problema de
las medidas de las coordenadas, las i,j, k habrán de representar las respec-
si procede o no privar de dimensión a la constante dieléctrica del vacío. Tal
despojo sólo puede tener consecuencias funestas, y la coexistencia ineludible
tivas unidades. Cada término representa, pues, una cantidad y lo correcto
de dos sistemas diferentes de unidades en una misma teoría es buena prueba sería escribir:
de ello. (r) = rr = xi yj zk. + +
9. Discriminación de las dimensiones del espacio. Esta suma, de acuerdo con lo dicho en el § 4 del capítulo IV, es vá-
lida tan sólo para los efectos del cálculo vectorial, pues no da la mismo,
Con razón afirma Huntley (51) que desde los tiempos de Fourier no en general, recorrer el segmento r que la línea quebrada formada por
se ha realizado en Análisis dimensional un avance comparable al logrado sus componentes.
con el método que él denomina de las componentes «de las dimensiones Con arreglo a nuestra interpretación, será:
fundamentales», pues, en efecto, aplicándolo debidamente se consigue
en muchos casos una información mucho más completa que la que se
obtendría por el método clásico (*).
El método propuesto por Huntley consiste en reemplazar la base En problemas en que todas las direcciones sean equivalentes, está
(L, M, T) por otra que se obtiene considerando por separado las tres indicado tomar la misma unidad en todas direcciones, pero en otros casos,
componentes, Lx, Ly, Lz, de la longitud y distinguiendo entre la masa como sucede en Cristalografía, hay ventaja en utilizar unidades dife-
inercial, M'I, y la gravitatoria, M g, con lo que se convierte en seis la rentes en cada eje, y escribir:
multiplicidad de la base.
Ignora Huntley el teorema de pi, y los largos razonamientos con que (r) = x'i' + y'j' + z'k',
trata de justificar su método no parecen muy convincentes. Desde luego, siendo:
por las razones expuestas en el § 7, no es de esperar que se consiga nada
i' = Ut¿ j' = U'!I; k' = U'¿
nuevo haciendo intervenir simultáneamente en la base Mi y M g. Pero con lo cual:
la, discriminación de las tres dimensiones del espacio constituye un gran i j Uy .
acierto, y puede razonarse fácilmente con auxilio de nuestra teoría. i' j' U'!I '

. (*) Corno antecedente del método de Huntley puede citarse el intento de lo cual significa, por lo dicho en el § 1 del capítulo V, que se puede atri-
mtro.duCIr las dimensiones vectoriales insinuado por Guillaume (52) en la bra-
dUCCIónfrancesa del artículo de Runge (53). Levi (33) critica este intento, y buir distinta fórmula dimensional a los segmentos dirigidos según cada
afirma que «probablemente no tendrá ninguna utilidad». En los capítulos si- uno de los ejes:
guíentes creemos haber demostrado que, por el contrario, el método de la dís-
crirninaoión de las dimensiones espaciales es de gran fecundidad. Para más
U' ir,
pormenores véase el artículo de J. Díaz Bejarano, Entes [isicos y 8u'representa-
ción matemática, en Rev. R. Acad. Ciencias de Madrid, t. LVI, fase. 3.0 y 4.°,1962.
U'x
[x] = --=
Ux
Lx; [y] = u;- y
= t.; [z] = --
ti,
= Lz.
Vil. MODO DE PLANTEAR LOS PROBLEMAS 93
ANÁLISIS DlME SIO .AL

Dichos segmentos se comportan, pues, como magnitudes dimensio- y la solución es:


nalmente independientes. Con ellas, la masa y el tiempo, se forma una
base de cinco magnitudes, y para representar la dimensión de otra
magnitud cualquiera hará falta un espacio abstracto formado por las siendo cp una función de los ángulos. Si el paralelepípedo es rectangular,
tres dimensiones del espacio ordinario, la masa y el tiempo. dicha función se reduce a un número fijo, al que se puede atribuir el
Según esto, la fórmula dimensional de un vector que se halle dirigido valor 1, Y queda:
según el eje x, por ejemplo, no será LrxM~TY, sino LrxxL0yLOzM~TY. v
= abc,
Por ejemplo, las fórmulas dimensionales:
que define la unidad de volumen si se da la unidad de longitud.
Si no se hubiesen discriminado las dimensiones espaciales, sería
[V] = La, y la solución hubiese sido:
significan que, si en el eje X se cambia el centímetro por el metro, y se
conserva el centímetro en los otros dos ejes, la unidad de fuerza cohe-
rente con la ecuación
f=ma
que, evidentemente, suministra menos información.
seguirá siendo la dina en los ejes Y, Z, pero valdrá 100 dinas en el eje X.
Esta discriminación hace aumentar el número de ecuaciones en los 11. Alcance de un proyectil.
problemas de Análisis dimensional, con lo que disminuye el número de
monomios pi independientes, y la solución gana en precisión. a) Se lanza un proyectil de masa m, en dirección horizontal, con una
Algunos ejemplos servirán para mostrar cómo se aplica el método que velocidad inicial v, desde una altura h. Hallar el alcance, x, esto es, la
hemos denominado de la discriminación de las dimensiones espaciales. distancia horizontal hasta el punto de impacto h = O.
Solución:
10. Volumen del paralelepípedo. Con las magnitudes mencionadas en el enunciado, y con el peso w = mg,
resulta con el método clásico un factor de forma, x/h, y un monomio pi:
Se .sabe por Geometría que si se multiplica por un factor, k, una
hw hg
cualquiera de las aristas de un paralelepípedo, dejando invariables las 1t'¡=--=--,
mv2 v2
otras dos, el volumen se hace k veces mayor, lo que indica que el volu- por lo que la solución es:
men es proporcional a cada una de las dimensiones espaciales y su
fórmula dimensional discriminada será:

y queda indeterminada la función <p.


En cambio, discriminando las componentes según el eje horizontal, x, y el
D~ este modo, si se quiere averiguar el volumen de un paralelepípedo vertical, e, no hay factor de forma, y el problema se plantea y resuelve como
de aristas a, b, e, se procederá así: sigue:
x v m w h
V a b e
Lz 1 1 O O O
Lz 1 1 O L. O O O 1 1
O
1 O M O O 1 1 O
LIJ 1 O
T O -1 O -2 O
Lz 1 O O 1
1 1< 1 -1 - 1/2 1/2 - 1/2
1< - 1 - 1 -1
94 ANÁLISIS DIMENSIONAL

Como no hay sino un monomio pi, no aparece función desconocida, y la so-


lución es:

x= ov"V1.
El cálculo completo da O = Vi
b) En el problema anterior se supone h = Oy, en cambio, la velo-
cidad inicial forma el ángulo o: con el plano horizontal.

En el planteamiento a la manera clásica, desaparece la altura h, pero aparece


el nuevo factor de forma a, que juntamente con el monomio
CAPíTULO VIII
xw xg
"1=-- =--
mv2 v2 DINÁMICA DE SÓLIDOS RÍGIDOS
conduce a la solución:
v2
X = - cp(a).
g 1. Magnitudes primarias.

Discriminando las componentes vectoriales, el problema se plantea y resuel- Aparte de las magnitudes espaciales y del tiempo, se opera en Me-
ve como sigue: cánica con tres magnitudes primarias: fuerza, masa inercial y masa gra-
x m Vz Vz w vitatoria. Su definición epistémica consistirá en la descripción del efecto
Lz 1 O 1 O O observable característico y, para que adquieran el carácter de magnitudes
Lz O O O 1 1 físicas, es preciso establecer para cada una, de acuerdo con lo dicho en el
M O 1 O O 1
T O O -1 -1 -2 capítulo n, el postulado que permite definir la razón entre sus cantida-
des por vía operatoria y universal, o bien el postulado en que se basa la
"1 1 -1 -1 -1 1
definición de la suma.
h= 4; i= 1 Fuerza (f). Ente por cuya virtud se modifica el movimiento de los
cuerpos rígidos en una dirección determinada. Se postula que las fuer-
y, como no hay ningún factor de forma, la solución es: zas coexistentes en un mismo punto se suman por la regla del polígono;
son vectores (*).
x = O vzvz
g , Masa inercial (m,). Ente por cuya virtud cada cuerpo requiere
fuerzas diferentes para que en él se produzca un mismo cambio de
o bien, como Vx = v cos a;' Vz = v sen a: movimiento. Se postula que la masa inercial es aditiva por acumu-
lación.
v2 sen a cos a Masa gravitatoria (mg). Ente en cuya virtud cada cuerpo ejerce
g
acciones atractivas sobre los demás. Se postula que la masa gravitatoria
En la solución completa es O = 2. es también aditiva por acumulación.

En los capítulos siguientes tendremos ocasión de aplicar este método (*) Las fuerzas producen también deformaciones, y este efecto puede
tomarse como definición epistémica. La ley de la igualdad de la acción y la
a diversos problemas. reacción garantiza que se obtendrá el mismo resultado al comparar las fuerzas
observando movimientos que observando deformaciones.
96 ANÁLISIS DIMENSIONAL VIII. DINÁMICA DE SÓLIDOS RÍGIDOS 97
Estas tres magnitudes, juntamente con la longitud, s, y el tiem- Para hallar el factor de proporcionalidad G, basta hallar experimentalmente
po, t, forman el sistema de magnitudes primarias de la Mecánica. Todas la fuerza que se ejerce entre dos masas, m y m', colocadas a una distancia s,
las demás son magnitudes secundarias que se introducen mediante la y aplicar la última ecuación fundamental. La medida de G dependerá de las uni-
dades de fuerza, masa y longitud. Así se ha obtenido:
respectiva fórmula de definición.
S
G = (6,67 ± 0,09) x 10-8 cm
g X S2
2. Ecuaciones fundamentales.
Conviene hacer notar que la masa inerte y la masa gravitatoria son inconfun-
Las cinco magnitudes mecánicas primarias están ligadas por tres dibles. Sus definiciones, tanto epistémicas como cuantitativas, son enteramente
ecuaciones fundamentales: distintas, por lo que el método que sirva para medir la una no servirá para
medir directamente la otra. Estas circunstancias se traducen en el hecho de
mgm'g. tener ambas magnitudes dimensiones diferentes y medidas distintas en cual-
1= S2 '
quier sistema coherente de unidades en que no sea G = 1. En el sistema c. g. S.,
por ejemplo, la masa gravitatoria de 1 gramo de masa inercial vale: m = = ¡/G
= 2,58 X 10--" unidades cegesimales. Por estas razones, no se justifica el que
y, de acuerdo con el segundo postulado, sólo la tercera requiere la pre- algunos autores, por ejemplo, Sommerfeld (54), afirmen que ambas especies de
sencia de una constante universal. Además, esta ecuación permite eli- masa son una misma cosa (mschwer = mtrag), lo que equivale a hacer G = 1, de
minar mg de todas las ecuaciones, y ya no será preciso hablar de masas acuerdo coa lo que propone Martinot-Lagarde (49).
gravitatorias. Con esto, sólo quedan cuatro magnitudes primarias y dos
ecuaciones fundamentales: 3. Sistema dimensional.
Según se vio ya en el § 1 del capítulo V, para formar el sistema
G mm'
1= dimensional de las magnitudes mecánicas se requieren tres magnitudes
S2 '
básicas, y se ha convenido en que sean la longitud, la masa y el tiempo.

donde m = m, es la masa inercial.


Cuando se trata de un sistema de cuerpos cuyas acciones gravitato-
En el mismo lugar se obtuvieron las fórmulas dimensionales de las
demás magnitudes primarias:

rias mutuas son incomparablemente menores que las ejercidas sobre ellos [f] = LMT-2;
por la atracción terrestre, bastará tomar en consideración, además del
tiempo, de las coordenadas que definan la configuración del sistema y y de la constante de la gravitación:
de las fuerzas de otra índole, la masa inercial, m, de cada cuerpo, y su
peso w = mg. [G] = VM-IT-2.

Como todos los cuerpos contienen cantidades proporcionales de ambas Las fórmulas dimensionales de las magnitudes secundarias se dedu-
especies de masa, bastará medir una de ellas y hallar una vez para siempre, el cen inmediatamente a partir de sus fórmulas de definición.
factor de proporcionalidad. La medida de masas inerciales exigiría operar con
fuerzas, longitudes y tiempos. En vez de proceder así, se recurre a la balanza, Por ejemplo:
que sirve para comparar masas gravitatorias. Cuando la balanza está en equili-
ds
brio son iguales las masas gravitatorias de los cuerpos colocados en ambos Velocidad: v=-_· [v] = LT-l
platillos y, por la ley de proporcionalidad, serán también iguales las masas iner- - dt'
ciales. Queda así justificado el uso de la balanza para medir la masa que figura
d2s
en la primera de las leyes de Newton. Desde luego, la masa que así se mide Aceleración: a=-- [a] = LT-2
es la masa en reposo. La balanza no sirve para medir las masas de cuerpos que - dt2
se mueven con relación al observador, pero en la mecánica newtoniana se da
por supuesto que la masa de un cuerpo no depende de la velocidad con que se mueve. Trabajo: [W] = [e cos ex; [W] =VMT-2.
ANÁLISIS DIMENSIONAL.-7
ANÁLISIS DIMENSIONAL VIII. DINÁMICA DE SÓLIDOS RíGIDOS 99
98

La energía adquiere el rango de magnitud primaria gracias a un


4. La energía como magnitud primaria.
principio de conservación merced al cual una cuantía dada de energía
En la dinámica newtoniana la ecuación puede adoptar diversas formas (mecánica, térmica, eléctrica, etc.) que
son equivalentes en el sentido de que con todas ellas puede obtenerse el
• mismo trabajo, esto es, levantar un peso hasta la misma altura .
Epistémicamente, la energía se definirá como el ente capaz de reali-
zar trabajo, y el principio de conservación permite decir que una energía
es consecuencia de la ecuación fundamental 1= md2sfdt2, por lo que el es equivalente a la suma de otras dos cuando con la primera se puede
incremento experimentado por la energía cinética vale: levantar un peso hasta la misma altura que con las otras dos. Nótese que
para definir la suma de energías no hay necesidad de hablar de unidades
o Ec1n = [e = w. y, por eso, la energía es una magnitud primaria.

Por otra parte, en los campos conservativos, por ejem~lo, en los ca~- 5. Revolución de los cuerpos celestes.
pos gravitatorios, cabe definir en cada punto otra magnitud secundaria,
el potencial, mediante la fórmula: Dos cuerpos, de masas m1 Y m2, sometidos a su atracción mutua, se
mueven de modo que se conserve invariable su distancia, T. Calcular el
período de revolución.
i = 1,2,3,
Las magnitudes a considerar son: el período, las masas, la distancia y
la constante de la gravitación. Con ellas puede formarse un factor de
donde 11, 12 y la son las componentes, con relación a los ejes z., x2, Xa de forma: w = m2/m1• Planteado así el problema, su resolución se lleva a
la fuerza, que actúa sobre la masa m colocada en el punto considerado. cabo con arreglo al siguiente esquema:
Integrando esta ecuación a lo largo de una curva cualquiera que vaya
mI G r
desde el punto 1 al punto 2, resulta:
L O O 3 1
M O 1 - 1 O
T 1 O -2 O

y está indicado el definir una nueva magnitud, la energía potencial, me- 1 1/2 1/2 - 3/2

diante la fórmula: h = 3; i = 1
Epot _ Vm,
con lo cual será:
- o Epot = W, t2=~f(~)Cm1 mI

que indica que el trabajo es igual a la disminución de la energía po-


tencial. y el Análisis dimensional permite predecir que los cuadrados de los tiem-
Hasta aquí, ambas formas de energía, la cinética y la potencial, apa- pos de revolución son proporcionales a los cubos de los radios, de acuer-
recen como magnitudes secundarias, con sendas fórmulas de definición, do con la ley de Kepler. Resulta, además, que si todas las masas de los
y ligadas por una ley: cuerpos celestes se multiplicasen por un mismo factor, conservándose
o Ec1n = - o Epot, invariables sus distancias, los períodos resultarían divididos por la raíz
cuadrada de dicho factor. Finalmente, en dos universos diferentes, en
que expresa la posible transformación de una en otra. los que fuese distinta la constante de la gravitación, los períodos de re-
VIII. DINÁMICA DE SÓLIDOS RÍGIDOS 101
100 ANÁLISIS DIMENSIONAL

como las variables son las mismas, resulta:


volución, a igualdad de otras circunstancias, serían inversamente propor-
cionales a la raíz cuadrada de dicha constante. f = Ormw2,

Si la trayectoria es elíptica intervendrán los dos semiejes, a y b, que y salvo el número puro O, resulta la misma expresión que para la fuerza. cen-
originan el factor de forma b]a, y la solución será: trípeta.

t2 = a 3
q> (m _2_, b)
_ . 8. Péndulo cónico.
m¡G m¡ a
Un pén~~o simple, de masa m y longitud l, gira de modo que el hilo
de suspensión forme con la vertical el ángulo constante Calcular el 0(,
Como hemos dicho, Huntley desconoce el teorema de pi, y cree que, si se
obtienen varios monomios de dimensión nula, procede formar su producto. período de revolución.
De este modo, e introduciendo en la base la masa gravitatoria además de la Como la única fuerza que interviene en el movimiento es el peso
inercial, llega a la solución w = mg, y hay un factor de forma w = IX, el problema se plantea y re-
t2 = aS
0--- (m)a
__ 2 ,
suelve como indica el siguiente esquema:
m1G mI
m w

y no cae en la cuenta de que es inadmisible, porque hay un exponente que no L O 1 O 1


es número fijo. Este ejemplo basta para demostrar que no deben figurar en la M O O 1 1
T 1 O O -2
base las dos masas, inercial y gravitatoria.
1<1 1 - 1/2 - 1/2 1/2

6. Fuerza centrípeta. h = 3; i = 1

iQué fuerza hay que aplicar a un cuerpo de masa m para que descri-
ba una circunferencia de radio r con la velocidad angular eo ~
Planteamiento y solución:
t = ~ ml
---:;;;
j( IX) =
V-g I
j( IX).

Res~lvamos .este mis~o pro?lema discriminando las componentes espaciales.


f r m co El s~tema ttene un eje de simetría, que es vertical, por lo que los ejes x e y
1 O O s~n eqU1val~ntes. La forma de movimiento queda definida. por las dos proyec-
L 1
M 1 O 1 O crones d~l hilo: una lz sobre el eje vertical, y otra, r, sobre el plano horizontal.
T -2 O O -1 Esta ~tIma coincide con el radio de la. cireunfereneia descrita por la masa m.
De la lista de magnitudes desaparece el ángulo cx.
1<1 1 -1 -1 -2
Planteamiento y solución:
h = 3; ~= 1
t, m w r
j= Crmw2•
t.; LII O O O O 1
L. O 1 O 1 O
La teoría completa da C = l. M O O 1 1 O
T 1 O O -2 O
1<) 1 - 1/2 - 1/2 1/2 O
7. Tensión originada por un movimiento circular.
h = 4; i = 1
Se hace girar un volante de radio r y masa m con la velocidad angu-
lar co. Calcular la fuerza tangencial que lo mantiene tenso. t=oym: =oy~.
Aunque la fuerza que se busca es diferente de la considerada en el problema. En la solución exacta es O = 21<.
anterior, desde el punto de vista dimensional no se distingue una. de otra, y
ANÁLISIS DIMENSIONAL
VIII. DINÁMICA DE SÓLIDOS RÍGIDOS 103
102

9. Oscilaciones periódicas. 11. Oscilaciones amortiguadas.


Un sólido que puede girar en torno de un eje, se halla sometido a un Un sólido se mueve en las mismas condiciones que en el ejerCICIO
par elástico ke, donde e es la elongación angular y k un f~cto: de propor- del § 9, pero existe un par amortiguador, ade/dt, proporcional a la
cionalidad. Se trata de calcular el período, To, de las osoílaciones. velocidad angular. Se trata de averiguar cómo depende la elongación,
Lista de magnitudes: Como en los movimientos de rotación intervie- e, del tiempo.
nen las masas por sus momentos de inercia con relación al eje, y las fuer- Las magnitudes a considerar son: e, t, 1, a, k, de las cuales e es un
zas por sus momentos, las magnitudes a considerar, aparte d~l período factor de forma.
buscado, son: el momento de inercia 1, el coeficiente k, que SIrve para 1 a k

definir el par elástico, y la amplitud, eo, que será un factor de forma. L O 2 2 2


M O 1 1 1
To 1 k T 1 O - 1 -2
L O 2 2
1 7t1 1 - 1/2 O 1/2
M O 1
7t2 O - 1/2 1 - 1/2
T 1 O -2

7t1 1 - 1/2 1/2 h = 2; i=2


h = 2; i = 1

T, ~ V~ ~(8,).
7tl = t

7t2
l/k =
VI
a
= -- = - =
27t _t_

a
To
=

ex
27t't'

Al desarrollar la teoría de modo completo, se ve que el período es inde- VkI ao

pendiente de la amplitud, y resulta:


;0' ~) =
T, ~ 2~ V ~' 6 = rp ( rp('t', ex).

En este caso, la. solución es muy vaga, pues la función indeterminada, rp, con-
10. Catenaria. tiene dos monomios como variables. A pesar de ello, se puede afirmar que dos
sistemas diferentes ejecutarán el mismo movimiento con tal de que los mono-
Un alambre homogéneo e inextensible, cuyo peso por unidad de longitud mios 7t1 y 7t2 formados con las magnitudes 1, a. k, valgan lo mismo en uno que
es w, ha de amarrarse a dos puntos situados a igual altura y separados por la en otro. El seudoperíodo Ts y el decremento logarítmico, 8, habrán de valer:
distancia. d. ¿Con qué fuerza, t.
habrá que tirar al amarrar el alambre para que
resulte una flecha h?
Factor de forma: ¡;, = hld,
h w t
L 1 O 1
M O 1 1
T O -2 -2

7tl 1 1 - 1

h = 2; i = 1
wh
7t=--
t
f = wh<p ( ~ ) ; o bien: h = drpl ( ~d ) .
CAPíTULO IX

MECÁNICA DE SÓLIDOS DEFORMABLE S

1. Sistema dimensional.
En la teoría de la Elasticidad no aparece ninguna nueva magnitud
primaria, y las ecuaciones fundamentales, que se agregan a las de la
Mecánica de sólidos rígidos, están todas provistas de una constante
característica del cuerpo con que se opera. De estas dos circunstancias
resulta que, para formar la base, bastarán tres magnitudes tales como la
longitud, la masa y el tiempo, con la posibilidad de discriminar las di-
mensiones espaciales si se atiende al carácter vectorial de las ecuaciones.
Las leyes fundamentales de la Elasticidad se basan todas en el pos-
tulado de Hooke, en cuya virtud existe proporcionalidad entre la deforma-
ción sufrida por el cuerpo y las [uerzae que la originan. No es incumbencia
del Análisis dimensional averiguar hasta qué límites es aceptable este
postulado, por lo que nos limitaremos a decir que el enunciado de Hooke
toma distintos aspectos según sea la manera de aplicar al cuerpo las
fuerzas deformadoras, lo cual da origen a diversas ecuaciones con sus
respectivos coeficientes o módulos elásticos, cuyas fórmulas dimensio-
nales quedan determinadas por las fórmulas en que aparecen .
.Conviene definir en la teoría de la Elasticidad una nueva magnitud
secundaria; la presión:
p _ L = _f_u_e_rz_a_
S área
cuya fórmula dimensional es:
[p] = L-IMT-2.
106 ANÁLISIS DIMENSIONAL IX. MECÁNICA DE SÓLIDOS DEFORMABLES 107

Cuando la fuerza tiende a comprimir el cuerpo, se atribuye a la pre- La fórmula dimensional de E en la base Lx, Ly, Lz, M, T, se establecerá
sión el signo positivo. En caso contrario, la presión es negativa, y se recordando que, para definir dicho módulo, se considera una fuerza que tiende
a alargar un alambre y, entonces, en la fórmula
denomina tensión.
Las diversas constantes elásticas están relacionadas de modo que [E] = fuerza = ltL
basta conocer dos para cada cuerpo para poder calcular las restantes. área [S]
Para nuestro propósito basta tomar en consideración las siguientes:
S representa el área de la sección transversal. En nuestro caso, las dos fuerzas
del par tienden, la una a estirar la barra, y la otra a comprimirla, por lo que será:
Módulo de Young, E: [E] = L-IMT-2

Módulo de rigidez, [1.:


t [[1.] = L-IMT-2. y S representará el área de una superficie situada en dicha sección transversal:
S [S] = LyLz' y resulta:

El módulo de Young interviene en todos los procesos de alargamiento, Los monomios pi se obtendrán, por tanto, como indica el siguiente esquema:
mientras que el módulo de rigidez atañe al deslizamiento mutuo de dos
porciones contiguas. r P E Yo Zo

L';f O 1 1 O O
LII O O -1 1 O
2. Flexión circular de una barra. Le 1 1 - 1 O 1
M O 1 1 O O
Una barra está empotrada por un extremo. En el otro extremo lleva T O -2 -2 O O
una placa rígida, perpendicular a la barra, y se le aplica un par de fuer- 7t1 1 O O O -1
zas cuyo momento, P, está situado en el plano de la placa. En estas 7t2 O - 1 1 1 2
condiciones, la teoría elemental permite predecir que las fibras longitudi-
h = 3; i=2
nales de la barra se transforman en arcos de circunferencia, que su radio
no depende de la longitud de la barra y que no influye el módulo de r
7tl =-;
rigidez. Se trata de hallar el radio de curvatura, r, de la fibra neutra. Zo

y la solución es:
La magnitud buscada sólo dependerá del momento del par, del módulo de
Young y de la forma de la sección transversal. Para atribuir dimensiones a las r = zo'P (EY Pzo O
2
, J!..l..,
Yo
... , ~,
Zo
... ).
citadas magnitudes, tomando en consideración la tridimensionalidad del espa-
cio, tomemos el eje x en la dirección de la barra, y el y en la dirección del mo-
mento del par, con lo que el eje z tendrá. la dirección del radio de curvatura. En lo que atañe a la función universal <p, nada puede decirnos el Análisis
La forma de la sección transversal estará definida por la ecuación de su períme- dimensional, pero basta un conocimiento elemental de la teoría de la elasticidad
tro, 'Y(y, z) = O, la cual podrá. escribirse así: para dejarla reducida a una función de los factores de forma. En efecto, si se
toma la curvatura (inversa del radio), como medida de la deformación, la ley

'Y (L, ~)
Yo Zo
= O,
de Hooke exige que r esté en razón inversa de P, para lo cual es preciso que sea:

[2,1]
donde Yo' Zo representan determinados segmentos de dicha sección, por ejemplo,
sus dimensiones máximas paralelas a los ejes y, z, respectivamente. La influen-
cia de la sección transversal se manifestará, pues, por factores de forma tales y la función 'Pl dependerá solamente de los factores de forma de la sección
como Yl/YO' Y2/YO' ••. zt/zo, ... Z2/Z0' ••• . transversal.
108 ANÁLISIS DIMENSIONAL
IX. MECÁNICA DE SÓLIDOS DEFORMABLE S 109
Si no se hubieran discriminado las dimensiones espaciales, se hubiera llegado a:
A esto se reduce la información que suministra el Análisis dimensional que,
como se ve, es sumamente vaga, pues ni siquiera permite averiguar cómo depen-
[2,2J de la flecha de la fuerza aplicada. Sin embargo, bastan algunos conocimientos
someros de la teoría para obtener una información mucho más completa.
donde 11, 12, ••• , son segmentos que caracterizan la forma de la sección trans- En primer término, la ley de Hooke afirma que la flecha ha de ser propor-
versal. Esta fórmula no permite aplicar el Análisis dimensional sino a barras cional a la fuerza, lo que exige que sea:
cuyas secciones transversales sean semejantes. En cambio, la [2,1] muestra
como, a igualdad de otras circunstancias, varía el radio de curvatura cuando se
alteran proporcionalmente las dimensiones de la barra a lo largo del eje y, o a
tp ""
h
-1- tp¡
(a b)
-1-' -1- ; 1
h = El tpl
(a
-1-' -1- . b)
lo largo del eje z, por separado.
En una barra de sección rectangular, por ejemplo, si sus dimensiones trans- Por otra parte, puesto que no hay deslizamientos, duplicar la anchura a equi-
versales son Yo = a, Zo = b, todos los factores de forma de la sección transversal vale a tener que doblar dos barras iguales, por lo que, para lograr la misma
valen 1, y la ecuación [2,1] se convierte en: flecha, hará falta una fuerza doble, y habrá de ser:

E
r = 0- ab3•
h = _1 tp2 (-.!2.-) .
p Ea 1
La teoría completa da O = 1/12.
Finalmente, por la misma teoría se sabe que en todos los problemas de flexión
de barras cualesquiera, la sección interviene por su momento de inercia (geo-
3. Flexión de una barra sometida a una sola fuerza. métrico) con relación al plano horizontal que pasa por la fibra neutra. En el
caso de una barra rectangular es: Ig = abs/12, lo cual lleva consigo que sea:
Lo mismo que en el problema anterior, el extremo libre se supone
provisto de una placa rígida que tiene por objeto distribuir la fuerza f y
h=O~
evitar que se produzcan deslizamientos, con lo que tampoco interven- Eab3
drá el módulo de rigidez. En el caso actual, las distintas porciones de la
y sólo queda por determinar el factor O, que ha de ser un número fijo.
barra no están ya en las mismas condiciones, como sucedía en el proble- Se ve fácilmente que esta fórmula es aplicable, con sólo cambiar O, cuando
ma anterior, por lo que la forma de la barra deformada no será ya circu- la fuerza se halla uniformemente distribuida por toda la barra, y cuando se
lar, y, en vez del radio, hay que determinar la flecha, h. Finalmente, trata de una barra empotrada por ambos extremos y cargada en el centro.
como la fuerza aplicada no tiende directamente a alargar o comprimir la En el caso en que hay un extremo libre y la fuerza se aplica en él es O = 4,
mientras que si la fuerza se reparte uniformemente, es O = 3/2.
barra, no se puede hallar la fórmula dimensional de E en la base discri-
minada, por lo que hay que proceder a la manera clásica.
4. Péndulo elástico.
Solución:
Supondremos que la barra es rectangular con los siguientes datos: longitud, 1; Del extremo de un resorte vertical pende una masa m. Se trata de averiguar el
anchura, a; altura, b; módulo de Young, E. período, t, de las oscilaciones que ejecuta el cuerpo cuando se separa de su posi-
Factores de forma: h/l, a/l, in. ción de equilibrio en sentido vertical. Se supone despreciable la masa del resorte.
Además de m, intervendrá el peso, W; la amplitud, 8, y la po ncia del resorte,
h f E medida por el factor de proporcionalidad de la ley de Hooke: k = w/81.
L 1 1 - 1
M o 1 1 m w k 8
T o -2 -2
L O O 1 O 1
7tl 1 - 1/2 1/2 M O 1 1 1 O
T 1 O -2 -2 O
h = 2; i= 1
7t1 1 - 1/2 O 1/2 O

Z' ~)
a 7t2 O O -1 1 ]
h2 = _1_ tp (~
1 .
E l'
h = 3; i=2
ANÁLISIS DIMENSIONAL IX. MECÁNICA DE SÓLIDOS DEFORMABLES 111

sk: sk y, si la sección del resorte es rectangular:


'"'2 =-
w
=--
mg
12 X Il
t2 = 02 ----
Eab3

El Análisis dimensional prevé la posible influencia de la gravedad y de la 6. Frecuencia de las vibraciones fundamentales de una cuerda.
amplitud (*), pero la. teoría completa muestra que, mientras se cumpla la ley
de Hooke, la función indeterminada <pse reduce al número 2,",. Calcular la frecuencia de las vibraciones de una cuerda que se man-
tiene tensa mediante una fuerza t. La longitud es l y la masa por unidad
de longitud vale ¡.t = mJl.
5. Período de un resorte en espiral asociado a un volante.

. La regulación de los relojes de bolsillo se logra con un volante que En la teoría elemental se suponen las oscilaciones de tan pequeña amplitud
que la tensión se mantiene constante. En estas condiciones, no es preciso tener
ejecuta un movimiento de rotación gracias a la acción de un resorte en
en cuenta, ni dicha amplitud ni las propiedades elásticas de la cuerda, y con las
espiral. Se trata de calcular el período de las oscilaciones. magnitudes mencionadas sólo resulta un monomio pi

. L~ lista de magnitudes estará formada por el período, t; el momento de


inercia, 1, del volante; la longitud, l, del resorte; el módulo de Young, E; y el
momento de inercia, 1g de la sección transversal.
v= ~ Vf.
1 E El factor O depende del orden p, del armónico. La teoría completa da O = p12.
19
L O 2 - 1 1 4
M O 1 1 O O
T
7. Energía de las vibraciones fundamentales de una cuerda.
1 O -2 O O

'"'1 1 - 1/2 1/2 3/2 O En la misma cuerda del problema anterior, la amplitud de las oscila-
'"'2 O O O 4 -1 ciones cuando ejecuta su vibración fundamental es A. Calcular la ener-
h= 3; i = 2 gía E.

Suponiendo también que la amplitud es lo suficientemente pequeña para


t2 =~<p (~)
El3 19 que no intervengan las propiedades elásticas, la energía será debida únicamente
a los movimientos armónicos ejecutados por las diversas partes de la cuerda,
Quien esté familiarizado con la teoría de los movimientos oscilantes sabrá los cuales quedan determinados por la masa, la amplitud y la. frecuencia. Por
que el período está siempre en razón inversa de la raíz cuadrada del par director tanto, discriminando las dimensiones espaciales, el problema se plantea y resuel-
de donde resulta que, ,si se colocan dos resortes en paralelo sobre el mismo ve como sigue:

volante, .con lo cual se duplica 1g' el período habrá de ser veces menor. Este V2" E v mil A
l'aZOnaIlliento basta para determinar la forma de la función <p,y resulta: Lo: O O 1 -1 O
Lz 2 O O O 1
t = 0V Il
19E'
M
T -2
1
-1
O O
O
1
O
O
O

'"'1 1 -2 -1 1 -2
t¿*) Brídgman (22) complica. el enunciado suponiendo que la masa. móvil
es co~stltU1da por una vasija de volumen V llena de un líquido de densidad p h = 4; i= 1
~on la ld~a de q:ue un físico inexperto. incluya V y p en la lista de magnitudes~
n cambio, no tiene en cuenta la amplitud, a pesar de que no hay razón a priori
para descartada. E = Omv2A2.
112
ANÁLISIS DIMENS10NAL IX. MECÁNICA DE SÓLIDOS DEFORMABLES 113
Si se hubiera procedido a la manera clásica, hubiese resultado: y, teniendo en cuenta la ley de Hooke:

E = ml2v2~ (~). 6=O~.


(.Lr4

y la función ~ habría quedado indeterminada.


Si no se hubieran discriminado las dimensiones espaciales, habría resultado:

8. Torsión de una barra.

1!na barra de longitud l y radio r se fija por un extremo y se retuer


y, con la ley de Hooke:
~ediante un p~: de fuerzas, P, aplicado en el otro extremo. Calcular el
angulo de torsión, e.
. En la teoría elemental se supone que las fibras no se alargan por lo que sólo
mtervendrá el ~ódulo de rigidez. Si se toma el eje Z en la dir~cción del eie de quedando todavía una función indeterminada. Serían precisos nuevos razona-
la, b~rra, los ejes X e Y serán equivalentes y nada nuevo se conseguir,J d' mientos para caer en la cuenta de que, por sufrir la misma deformación todas
crImmándolos. ,a IS- las porciones de la barra, el ángulo ha de ser proporcional a la longitud, con lo
Como las fuerzas se aplican en el plano X y su fórrnul di , 1 que se llegaría al mismo resultado anterior.
' , >, a ImenSlOna será:
[f] = La;MT-2
y la del par:
9. Solidez de las construcciones.
[P] = La;2MT-2.
Se quiere comparar la solidez de dos puentes, geométricamente seme-
J:'ara hallar la fórmula dimensional discriminada del módulo
currzremos a la ecuación: de rigidez, re- jantes, en los que las partes homólogas están construidas con materiales
d~
iguales (lord Rayleigh, 7, b).
f=(.LS-
dn'
La mayor, a, de las tensiones en la parte más castigada, dependerá de las
en la qu~ f ~s la fue~za qu~ hay que aplicar tangencialmente a la superficie S fuerzas, f( = VtPt g, repartidas por los diferentes elementos de volumen, y de
:;:a p~o UCIr una dislocacIón, también tangencial, d~, entre dos puntos que las dimensiones lineales, lJ' que determinan la forma del puente. Con estas
an n a lo largo de la normal a dicha superficie, En nuestro caso será: magnitudes, el Análisis dimensional conduce a:

[dn] = Lz t.
y, en consecuencia: 1 (-
a=l2~wi,Wi; -) wi = _,_,
1
[(.L] =
La;MT-2 Lz
L2x --
L = L-2L
x zMT-2 .
x donde la función universal ~ toma el mismo valor en todos los puentes que se
Como 6 es de dimensión nula, se consideran, y t = V pg es el peso de una porción homogénea cualquiera. En dos
procederá como sigue:
puentes semejantes se cumplirá que:
P (.L r 1
i.; Ly a Vl'2
Lz O
2 -2
1
1
O
O
1
a' = V'l2 = z,'
M 1 1 O O
T -2 -2 O O y las tensiones son proporcionales a la razón de semejanza, por lo que los puen-
"1 1 -1 -4 1 tes grandes se hundirán antes que los pequeños. -
El resultado anterior es válido para puentes construidos para soportarse
a sí mismos. La cosa cambia si, como ocurre en la práctica, se trata de puentes
6 = ~ (:~)
que, además, han de soportar una carga adicional.
ANÁLISIS DIHENSIONAL, - 8
114 ANÁLISIS DIMENSIONAL IX. MECÁNICA DE SÓLIDOS DEFORMABLE S 115

En tal caso, se puede prescindir de los pesos ft, y el Análisis dimensional y la. solución del problema se obtiene como sigue:
da, para la tensión cr producida. por una carga adicional, F el valor:
f l E t, ¡.r.
cr = ~l2 m(w')l'
T
Lo: O O -1 3 O
O O - 1 1 -1
LII
Lz 1 1 1 O O
y la carga F' que hay que aplicar a otra construcción, semejante a. la primera, M 1 O 1 O 1
para obtener la misma tensión a, sería: T -2 O -2 O -2

1 2 -3 -1 2
l'2
F' = F-.
l2
t=O E3Ig•
l2
y, en consecuencia, en puentes geométricamente semejasues, la eolide« es propor-
cional al cuadrado de la razón de semeianza. La teoría completa da O = 7t2•

10. Pandeo. 11. Diapasones.


En díapasones de igual forma, pero de distinto tamaño, el período de
Una columna de longitud l y seccion rectangular definida por el las vibraciones dependerá de la densidad, del módulo de Young y de una
espesor a y la anchura b(a < b), está sometido a una carga t. Se quiere dimensión lineal. Con estos datos, el Análisis dimensional exige que sea:
averiguar la carga necesaria para que se inicie el pandeo, sabiendo que
la sección transversal interviene por su momento de inercia geométrico
Ig =
ba3jl'2.
Es interesante en este caso discriminar las dimensiones espaciales
porque cada una desempeña un papel diferente. Tomaremos el eje Z a lo
largo de la columna, el eje X en la dirección del espesor y el Y en la
dirección de la anchura.
En la teoría elemental se toma en consideración el módulo de Young
únicamente, pero con las magnitudes

[f] = LzMT-l;

no es posible formar un monomio de dimensión nula, y cabe pensar que


se ha vulnerado la regla 3.a. del § 4, capítulo VII. En efecto, el comporta-
miento elástico está definido por el módulo de Young y el módulo de
rigidez. Este último no influye mientras no hay pandeo, pero en cuanto
se inicia esta deformación deslizan las capas paralelas al plano YZ, y
ya no se puede prescindir de él.
Razonando como en el § 3 se ve que, en este caso:
CAPíTULO X

MECÁNICA DE FLUIDOS

1. Sistema dimensional.

En la teoría de los líquidos y de los gases, considerados como medios


continuos, no se introducen ni nuevas magnitudes primarias, ni nuevas
leyes universales, por lo que el sistema dimensional será el mismo que
hemos utilizado hasta ahora. Podrá, pues, utilizarse la base (L, M, T),
discriminando las dimensiones espaciales siempre que convenga.

2. Capilaridad.
En la superficie de los liquidos se producen los fenómenos de capila-
ridad, los cuales están regidos por una ley fundamental que, para los
fines del Análisis dimensional, puede enunciarse así:
Para aumentar la superficie de un líquido hay que aplicar a cada ele-
mento de su contorno una fuerza proporcional a la longitud del mismo:

f = as.

El factor de proporcionalidad, a, es una constante, característica de


cada líquido, que se denomina tensión superficial o constante capilar. Su
fórmula dimensional es:

3. Ascenso de líquidos en tubos capilares.


En este fenómeno intervendrá el líquido por su constante capilar, a, y
por su peso específico, pg, y el capilar por su radio r. Habrá que tomar tam-
bién en consideración el ángulo de conjunción, (l, del menisco con la pared.
118 ANÁLIStS DIMENSIONAL x. MECÁNICA DE FLUIDOS 119

Haciendo coincidir el eje z con el eje del tubo, que se supone vertical, el Sin necesidad de discriminar las dimensiones espaciales, se llega a:
fenómeno será simétrico en torno del mismo, y la fórmula dimensional de pg
será:
[pg] = L;';-vMT-2•

Por otra parte, de la fuerza debida a la tensión superficial, habrá que tomar la
componente vertical y dividirla por el contorno del menisco, que se halla en el que está de acuerdo con la ecuación de Laplace:
plano xy, por lo que será:
[0"] = [fuerza]
[longitud]

De este modo, podrá resolverse el problema discriminando las dimensiones


espaciales como se indica a continuación:
5. Velocidad de las olas.
h O" r pg
En la propagación de las olas intervendrá la densidad del líquido, p,
o - 1 1 - 2 representativa de la inercia; el peso específico, pg, para tomar cuenta
1 1 O O
O 1 O 1 de las fuerzas debidas a la gravedad; la longitud de onda, A; la profundi-
O - 2 O - 2 dad, h, del agua, con el fin de tomar en consideración la masa afectada
1 1 por el movimiento, y la tensión superficial, a,
"1 1 - 1
h = 3; i = 1 e A pg a
P
O"
h =- <p(6). L 1 1 -3 2 O
rpg M O O 1 1 1
T -1 O O 2 -2
Para. determinar la forma de la función <p, basta tener en cuenta que, de las
fuerzas debidas a la tensión superficial, sólo interviene la componente vertical, lt1 1 - 1/2 1/2 - 1/2 O
de donde resulta. lt2 O - 2 O - 1 1

h = a _0"_ cos 6. h
rpg h=3; i = 2; w=-
La teoría completa da a = 2". A

Si no se hubieran discriminado las dimensiones espaciales, habría aparecido


otro factor de forma él)= h/r, o, lo que es lo mismo, se habría encontrado otro
e ~~(_cr_, ~).
=
pgA2 A
monomio:
"1
lt. = --r2pg
= ---;;-
CI) a La fórmula hallada teóricamente por lord Kelvin es:
y la solución habría sido:
h. = --a
rpg
<p ( 6, --r2pg) .
a c2 = --Ag
21t
(1 + 4,,2 --cr)
pg~
Th 21th--o

4. Salto de presiones en la superficie de un líquido.


6. Vibraciones de una- gota.
La diferencia buscada, ap, estará determinada por a y por la curva-
tura de la superficie en el punto considerado, o sea por los radios de Este problema fue propuesto por Lord Rayleigh como uno de los
curvatura, r1 Y r2, de las secciones principales, que dan origen a un factor casos en que el Análisis dimensional conduce inmediatamente a una solu-
de forma: w = r2/r1• ción que sería difícil de hallar aplicando la teoría.
120 ANÁLISIS DIMENSIONAL x. MECÁNICA DE -FLUIDOS 121

Se supone la gota sustraída a la fuerza de la gravedad, con lo que no Solución:


habrá que considerar más fuerzas que las debidas a la tensión superficial, En las condiciones del problema, no intervendrá la inercia del fluido, que está
y la forma de equilibrio será esférica. representada por su densidad. Las variables independientes serán, pues, el
radio r del capilar, el peso específico, pg, del líquido y su tensión superficial, a,
Las variables a considerar son: t, r, cr y p. Sin necesidad de discriminación Cualquiera otra magnitud será función de estas tres variables. Trataremos de
se llega a: hallar el volumen, V, de la gota.

r e pg

L i O -2
M O l l
y se puede afirmar que el cuadrado del período es proporcional al cubo del T O -2 -2
radio, a la densidad y a la inversa de la tensión superficial.
'/tI 2 - l l

Se puede generalizar el problema precedente tomando en considera- V


W=-' h = 2; i= i
ción la fuerza de la gravedad y suponiendo que la gota se ha formado r'
sobre un plano horizontal. Por razón de simetría su superficie será de
r2pg
revolución, y bastará tomar en consideración el radio, r, de la sección 1t'1=--; cr = r2pg~ ( ;).
cr
horizontal máxima. La gravedad influirá sobre el peso específico, pg.
Para relacionar esta solución con la fórmula de Tate, introduzcamos el peso
r p pg o de la gota:
L O i -3 -2 O w = Vpg,
M O O l l l con lo cual será:
T i O O -2 -2
r2w
7tI = --,
'/tI 1 - 1/2 - 1/2 1/2 O Va
'/t2 O - 2 O - l 1
y podemos obtener otro monomio pi que no contenga V:

t=~~(_cr ) g r2pg '/t2 =


_
w'/tl =
W
--o
ra
o bien, puesto que: Así se tiene, en definitiva:

1t i
,
= 2_
1t¡"2 = t 2 -- cr
r3p

fórmula que fue propuesta y comprobada experimentalmente (55 por Harkins


y Brown (*).

(*) Lohnstein (56) estudió teóricamente este problema, pero no l?gró la


solución completa, y sólo pudo afirmar que debía ser w = rcrt/J(VI/3/a), siendo a
el ascenso capilar del liquido en el tubo.
7. Peso de las gotas desprendidas del extremo de un tubo capilar. Harkins y Brown reemplazaron, sin justificación, la magnitud a por «una
dimensión lineal de la gota» y dieron por supuesto que dicha dimensión había
Se supone que el fenómeno es suficientemente lento para poder de variar como la raíz cúbica del volumen, cosa que sería cierta si todas las
gotas, en el momento de la ruptura, fuesen semejantes.
admitir que, en el momento de la ruptura, hay equilibrio entre el peso, w, El Análisis dimensional, como se ve, conduce inmediatamente a la fórmula
de la gota y las fuerzas debidas a la tensión superficial. de Harkins y Brown sin necesidad de hipótesis especiales.
122 ANÁLISIS DIMENSIONAL X. MECÁNICA DE FLUIDOS 123

8. Viscosidad. b) Se toma en consideración la viscosidad.


El movimiento será amortiguado, y no podrá ya admitirse que el fluido se
Para estudiar el movimiento de los fluidos, se agrega a las leyes fun- mueve en bloque, por lo que las variables independientes serán, la densidad, P,
el peso específico, pg, y la tensión superficial, además del tamaño y forma del
damentales de la Mecánica del punto material esta otra:
tubo, que influirán por el radio, r, y la superficie, S, de contacto con el liquido.
En todo fluido en movimiento, cada porciJm ejerce sobre las contiguas En estas condiciones, además del monomio pi en que figura To, resulta:
una fuerza tangencial proporcional al área de la superficie de separación
y a la proyección del gradiente de la velocidad sobre la normal a dicha r p pg (L

superficie. L 1 -3 -2 -1
Al pasar de la relación de proporcionalidad entre cantidades a la M O 1 1 1
T O O -2 -1
ecuación entre medidas, hay que introducir una constante caracterís.
tica que se denomina coeficiente de viscosidad,' 7t1 1 1/3 1/3 - 2/3

r2 rp2g
+:»: 7t1 =--
dv (L2
f=¡;.S-.
dn y el seudoperíodo valdrá:

Esta ecuación conduce a la siguiente fórmula dimensional:

[¡;.] = L-IMT-l.
10. Caída de una esfera en un medio viscoso.

9. Oscilaciones de un líquido en un tubo en U. Una esfera de radio, r, y densidad, 1', cae en el seno de un fluido de
densidad Po Y viscosidad ¡;.. i Cuál será la velocidad de caída, v, cuando
Un líquido se halla contenido en un tubo en U de seecion unifor- el movimiento sea uniforme!
me. En la posición de equilibrio alcanzará el mismo nivel en ambas
ramas. Se trata de calcular el período de las oscilaciones cuando se pro- Solución:
duce una pequeña desnivelación y se deja luego el líquido abandonado Si es nula la aceleración de la esfera, no intervendrá su masa. En el fluido,
a sí mismo. por el contrario, ha de haber forzosamente aceleraciones, por lo que habrá
que tomar en consideración su densidad, Po' Finalmente, además de las fuerzas
La solución completa, teniendo en cuenta todas las circunstancias que, en debidas a la viscosidad, ha de figurar el peso aparente de la esfera:
mayor o menor grado, pueden influir en el fenómeno, es muy complicada, por
4
lo que conviene proceder por aproximaciones sucesivas. 1= - 7tr(p - Po)g.
a) Se suponen despreciables las fuerzas debidas a la viscosidad y a la 3
capilaridad.
La inercia estará repr,esentada por la masa, m, del liquido, y la fuerza que
v r Po 1 (L

ocasiona el movimiento será la debida a la desnivelación 2z, existente en cada L 1 1 -3 1 -1


instante: M O O 1 1 1
T - 1 O O -2 - 1

7t1 1 1 O -1 1
y todo pasa como si se tratara de un sólido rígido sometido a una fuerza elás- 7t2 1 1 1 O - 1
tica, kz, siendo k = ?7tr2pg. Según se vio en el capítulo VIII, el período propio
del sistema vale: h = 2; i=2

v= _1 <p (~).
r(lo. (lo
124 A ÁLISIS DIME SIONAL X. MECÁNICA DE FLUIDOS 125

Sustituyendo f por su valor se tiene: El fluido interviene en el número de Reynolds por el cociente

v=
v = ....!:.., [v] = VT-l,
p

Este resultado está de acuerdo con la fórmula de Oseen:


que recibe el nombre de visoosidad oinemática.
La presencia de la densidad es debida a las aceleraciones de la masa
3 vrpo) _ 2 2 P - Po g.
ti
(1 + 8
- --
fL
- -
9
r ---
fL
fluida, por lo que se puede afirmar que el número de Reynolds figurará
en la solución a menos de que se trate de un movimiento rectilíneo,
Cuando sea despreciable la aceleración de las partículas líquidas, puede pres- laminar y estacionario.
cindirse de la densidad del líquido, y resulta la fórmula. de Stokes (*).

12. Circulación de fluidos por tuberías.


11. El número de Reynolds.
a) Régimen laminar.
Sea un movimiento estacionario en el que intervienen un fluido y un
En los extremos de un tubo rectilíneo de longitud l y radio r, se
sólido rígido. Si el régimen es laminar, la velocidad en cada punto se
mantiene una diferencia de presión constante, ~p, que hace circular un
mantendrá constante y, si es turbulento, fluctuará en torno de cierto
fluido. Se supone que el régimen es laminar y se trata de calcular la velo-
valor medio. En el valor de dicha velocidad influirá el sólido por su
cidad media, V, una vez establecido el régimen permanente.
forma, representada por ciertos monomios geométricos, w, y por su
tamaño, que quedará determinado por una dimensión lineal, s. El líqui- Solución:
do, por su parte, influirá por su viscosidad y por su inercia, representada
Puesto que el movimiento es rectilíneo y permanente, no habrá aceleraciones,
por la densidad, p. Entre las magnitudes v, e, p, y ¡.t puede formarse un y no será preciso tomar en consideración la densidad del fluido. Tampoco inter-
monomio pi: vendrá su peso específico, puesto que las fuerzas exteriores son tan sólo las
vps debidas a la diferencia de presión.
N R=--,
¡.t
V 6.p r fL

L 1 -1 1 -1
que recibe el nombre de número de Reynolds, con el que habrá que contar O 1 O 1
M
en todos los problemas referentes al fenómeno considerado. En el ejer- T - 1 -2 O -1
cicio anterior ha aparecido ya dicho monomio como argumento de la 1 -1 1 1
1tl
función universal.
_ l VfL
w=-; 1tl =--
r r6.p
(~). E~te pr?blema ha sido tra~ado por Bridgman (22) por los métodos del
~ális~s dimensional. ~or no par~ll' del hecho de que las únicas fuerzas que
intervienen son las debidas a la viscosidad y al empuje hidrostático no consi-
gue obtener la fór~ula completa, sino tan sólo la de Stokes y, para ello, amplía
la ba:se de referenc~a agregando. la fuerza como nueva magnitud básica.
. SI fuera ne~esarlO proceder siempre como hace Bridgman, el Análisis dimen-
sional sería. un mstrume~to inútil, pues en el planteamiento hace razonamientos El gasto en volumen, Q, será:
tan casuíaticos y alambicados que descorazonan a todo el que trate de iniciarse
en est0.s asuntos y, además, ¿cómo saber cuándo y cómo se debe ampliar la base?
E~te. ejemplo muestra que, en Mecánica, no hay razón ninguna para tal am-
pliación.
126 ANÁLISIS DIMENSIONAL x. MECÁNICA DE FLUIDOS 127

El Análisis dimensional no permite hallar la forma de la función universal <p, c) Velocidad en función de la distancia a la pared.
pero, si se trata de un fluido incompresible, basta considerar que, al duplicar
la longitud, será preciso duplicar también la diferencia de presión para obtener Según la hipótesis de Prandtl, aplicada al caso que nos ocupa, se
el mismo gasto, de donde resulta que el gasto debe ser proporcional a la caída forma en la cara interna del tubo una delgada capa fluida en la que se
de presión por unidad de longitud. Resulta así la fórmula de Poiseuille: originan remolinos muy intensos, que se difunden luego en el resto de la
masa fluida. En esta capa límite varía rápidamente la velocidad al pasar
Q = O .r; IIp O=~ 8 . de un punto a otro, por lo que en ella se origina la mayor parte de las
¡.r. l
acciones que, por efecto de la viscosidad, se ejercen entre el sólido y el
fluido.
b) Régimen turbulento. Pérdida de carga. Fuera de la capa límite, la corriente sigue siendo turbulenta, pero las
Éste es el caso de más interés práctico y, como es imposible abordarlo fluctuaciones de la velocidad, tanto en magnitud como en dirección, son
teóricamente, se recurre a fórmulas empíricas. El Análisis dimensional lo suficientemente pequeñas para que tenga sentido el tratar de averi-
es un instrumento precioso porque sirve de guía para encontrarlas. guar el valor, v, de la velocidad en cada punto.
A las magnitudes consideradas en el régimen laminar hay que agre- Las variables independientes en este problema son: la distancia, y,
gar la densidad. Por otra parte, cuando el fluido puede ser tratado como - del punto a la pared, la densidad, p, la viscosidad cinemática, v, y la
incompresible, no es preciso considerar la diferencia de presiones y la caída de presión por unidad de longitud, G. Con estas magnitudes y la
longitud por separado, sino la pérdida de presión por unidad de longitud, velocidad, v, se obtienen los siguiente monomios pi:
G = tlp/l. De este modo, al aplicar el Análisis dimensional, se obtienen
dos monomios de dimensión nula, a saber: Gr rv Y
"1 = --;2 "2 = --; "3 =-.
r
pv V
- -
" _ VfJ.. NR= vpr =~,
1- r2G' v
fJ. Conviene ahora introducir la fuerza tangencial, -r, que el fluido ejerce
sobre la unidad de superficie del tubo. Como en régimen estacionario
el primero de los cuales puede sustituirse por:
ha de ser:

resulta:

y la pérdida de carga por unidad de longitud está dada por:

Con auxilio de esta nueva magnitud se puede formar este otro sistema
de monomios pi independientes:
La fórmula empírica' de Fanning es:

y será:
,
"1=--2;
't'

pv ~'-R'~'
•• 2 -
P v
,
,,'3 = 1/
V
't'

p
• JL,
v

En régimen laminar, la fórmula de Poiseuille da:

G= 8vfJ. . para y> 8.


r2
x. MECÁNICA DE FLUIDOS 129
ANÁLISIS DIMENSIO AL
128
corriente, pero cuando la velocidad rebasa cierto límite, que depende de
. . . . tra el Análisis dimensional. Ahora es plau-
Ésta es la información que S~t rminada por la velocidad v en una capa la naturaleza del fluido, adquiere un movimiento de rotación uniforme.
sible admitir ~ue la .fuerza "1que a ~Oeque permite afirmar que IJil no depende i Qué puede predecirse respecto de la velocidad angular <.U?
situada a la distanCIa Y de a pare d,
de r, y, en consecuencia, habrá de ser:
z
v = V; ~2 ( ~ ~) •

. bl r se obtienen dos
" d la capa limite y las varia es ", p, v Y
Con el espesor, 0, e
monomios pi, y habrá de ser:

/)=v(f~(~V;)·
ue la fuerza " proceda en su mayor parte de
También es razonable suponer ~ influya sensiblemente el radio y que
la capa limite, lo que lleva consigo qu~ no
la función ~ se reduzca a un número fijo:

s = e- V ~.
FIG. 1. - Rotación de una placa rectangular en una corriente fluida
á d acuerdo con los resultados obtenidos
Las previsiones precedentes est n e Ká án) y medidas experimentales.
mediante desarrollos teóricos (Prandtl y von d r~ li 'te se obtiene la ex- Este problema es inabordable por vía teórica y, por eso, fue propuesto por
Para la distribución de velocidades más allá e a capa mi
Riabouchinsky como ejemplo típico de aplicación del Análisis dimensional.
presión logaritmica: 1¡--; ( my 1¡--;) Las magnitudes a considerar son, desde luego, las dimensiones a y b de la
v = 5,75 V P log 1 + -v- V p , placa, la densidad y la viscosidad del fluido y la velocidad, v, del mismo. Como
se dice en el enunciado que la placa acaba por girar con velocidad constante,
podría creerse que no intervendrá su momento de inercia. Sin embargo, es de
. . del tubo El número m depende de la rugosidad
que es válida hasta el nusmo eje . . dimensión lineal, h. Según Prandtl, tener en cuenta que las acciones de la corriente fluida sobre la placa son diferen-
de las paredes, la cual se define mediante una tes en las diversas fases del movimiento, por lo que, si bien éste será periódico,
mientras sea. no puede ser uniforme. Cuando la placa, por ejemplo, es normal a la corriente,
't" h
__ --<4, dichas acciones se equilibran por razón de simetría, y será una posición de equi-
~ p v librio más o menos precario. Lo mismo sucede cuando el plano de la placa es
,:>aralelo a la corriente. Habrá, pues, aceleraciones y será preciso tomar en
consideración el momento de inercia. 1, de la placa con relación al eje de rota-
la superficie puede calificarse de lisa, y es m = 9.
ción. Con estas magnitudes, procediendo a la manera clásica, resulta:
. t b lisos se utiliza la fórmula.
Para calcular el espes~r de la capa limite en u os
de Prandtl:
/)= 8v (f. donde w = b]a.
La presencia del factor de forma bla hace que esta fórmula sólo tenga utilidad
para comparar el comportamiento de placas de forma semejante. Es indudable,
13. Rotación de una placa en una corriente fluida. sin embargo, que las dimensiones a y b han de intervenir muy diferentemente
en el fenómeno, cosa que no es tenida en cuenta al aplicar el Análisis dimensio-
A una placa rectangular, móvil e~ torno .de uno d:~:~:~e: ~~c~~ nal. Por eso, reemplazó Riabouchinsky el monomio pí en que figura 1, por otro
metría (fíg. 1), se hace llegar una corrIente fluida perpe .' a la obtenido hallando la razón entre el momento de inercia de la placa y el momento
eje. Con velocidades pequeñas, la placa se coloca perpendicularmente ANÁLISIS DIMENSIONAL. - 9
130 ANÁLISIS DIMENSIONAL
x. MECÁNICA DE FLUIDOS 131
de inercia del cilindro fluido que ocupa el espacio barrido por aquélla, con lo
que resulta: Velocidad de propagación del sonido.
14.
En los fluidos, las perturbaciones locales se propagan en forma de
das en las que las condensaciones alternan con las dilataciones. Es de
siendo de notar que en la expresión de NR ha de figurar precisamente la dimen- nrever que la velocidad de propagación, v, de las ondas planas, dependa
sión transversal, a, de la placa. Esta expresión es utilizable con placas rectan- ~e la densidad, p, Y del coeficiente de compresibilidad, k, con lo cual el
gulares cualesquiera y muestra la experiencia que, lo mismo con agua que Con Análisis dimensional conduce a la expresión:

ev
aire, la rotación se inicia cuando el monomio

v = klp .

vale 2, Y se estabiliza cuando 71:1 = 5. La teoría completa da e = 1.


Para completar la información obtenida con el Análisis dimensional ha sido
precisa una feliz idea. Veamos que se llega al mismo resultado discriminando
las dimensiones espaciales. 15. Ondas superficiales estacionarias.
Tomando ejes fijos, como indica la figura, el fenómeno es simétrico respecto
del plano xz. Esta consideración basta para hallar la fórmula dimensional de fL,
Hallar el período de las vibraciones superficiales de un líquido con-
pues las fuerzas debidas a la viscosidad han de ser simétricas con relación a tenido en un vaso cilíndrico profundo. Se supone que intervienen sola-
dicho plano, por lo que basta tomar en cuenta las componentes paralelas al mente las siguientes magnitudes: densidad, p, y peso específico, w = pg,
mismo, y de la expresión del líquido, y el radio, r, del vaso.
dv
di = fL -dS, Solución:
dn
resulta:

con lo cual:
16. Resonadores de Helmholtz.
Hallar la relación entre los .períodos propios de dos resonadores
y el cálculo se dispone como sigue:
geométricamente semejantes.
co v P fL a b 1 Las magnitudes a considerar son: la densidad, p, del aire, su compre-
sibilidad, x, y una dimensión lineal, l.
Lxz O 1 -2 O 1 O 2
Ly O O - 1 - 1 O 1 O
M O O 1 1 O O
Solución:
1
T -1 - 1 O - 1 O O O 't" = elVxP,
71:1 1 - 1 O O 1 O O
71:2 O 1 1 - 1 1 O O donde e es una constante que sólo depende de la forma del resonador.
71:3 O O - 1 O -4 - 1 1

h = 4; i=3 17. Hidrómetro de Nicholson.


v (vpa 1) Un hidrómetro de Nicholson, de masa m, flota en un líquido de
co =~ cP -fL-' pba'
densidad p. Se da al hidrómetro un pequeño empujón hacia abajo, y se
y se obtiene directamente la fórmula sin factor de forma y con la dimensión a en deja abandonado a sí mismo. Se trata de hallar el período, t, de las oscila-
el número de Reynolds. ciones, suponiendo que no influye la tensión superficial, que es desprecia-
132 ANÁLISIS DIMENSIONAL

ble la viscosidad y que la vasija que contiene el líquido es de grandes


dimensiones, a fin de que no influya el movimiento del liquido.

El hidrómetro intervendrá por su masa, m, por su peso, W, y por la sección


transversal, S, de su vástago. El liquido sólo puede influir por su peso especí-
fico, pg. Finalmente, habrá que tomar en cuenta la posible influencia de la
amplitud, a, de las oscilaciones.
Como los dos vectores, W y pg, que figuran en la lista de magnitudes, tienen
igual dirección que las díslocaciones del vástago, nada se conseguirá aunque se
discriminen las componentes, y resultará:

m W pg S a
CAPíTULO XI
L O O 1 -2 2 1
M O 1 1 1 O O
T 1 O -2 -2 O O AERODINÁMICA
1tl 1 - 1/2 O 1/2 1/2 O
1t2 O O O O - 1/2 1
1t2 O O 1 -1 - 3/2 O 1. El principio de similitud y la discriminación
de las dimensiones del espacio.
h = 3; i = 3,
El estudio del movimiento de un sólido en el seno de un fluido tiene
con lo que, teniendo en cuenta que W = mg, la solución es:
gran interés por su aplicación a los barcos y a los aviones. Las dificulta-
des del cálculo teórico son insuperables, por lo que se utilizan fórmulas
empíricas para establecer las cuales sirve de guía el Análisis dimensional.
Aparte de esta aplicación, el mismo análisis conduce al principio de si-
militud, que da la pauta para pasar de las medidas hechas en los canales
hidráulicos o en los túneles aerodinámicos a las que se obtendrían en la
nave de tamaño natural. El mencionado principio es consecuencia in-
mediata del teorema de pi, y puede enunciarse como sigue:
Cualquier ecuación que relacione las magnitudes que intervienen
en un fenómeno puede tomar la forma

en la que 7t¡, 7t2' '" son monomios de dimensión nula, y &1' &2' .,. son
factores de forma. En consecuencia, los valores obtenidos para 7tl' con
valores determinados de 7t2, 7ta ••• serán aplicables a todos los cuerpos
semejantes al utilizado en los ensayos.
La aplicación del Análisis dimensional a los problemas de aerotecnia
sólo puede ser realizada por los especialistas en la materia y no nos ocu-
paríamos en ello, a no ser porque la distinción entre las tres dimensiones
espaciales constituye una innovación que puede ser muy fecunda, pues
se sustituye la relación de semejanza por la relación de afinidad.
134 ANÁLISIS DIMENSIONAL XI. AERODINÁMICA 135

El estudio de la rotación de una placa en una corriente fluida, que LoSelementos diagonales del tensor, T, dan las fuerzas normales que
hemos realizado en el capitulo anterior, muestra que, al ampliar la base dependen de la viscosidad.
introduciendo en ella las tres dimensiones del espacio, en vez de una no Los elementos no diagonales dan las fuerzas tangenciales o esfuerzos
sola, el Análisis dimensional resuelve el problema de hacer utilizables Por ej emplo, si dS es normal al eje X3, la componente df¡ de
cort an tea.
las medidas hechas en una placa rectangular, no sólo a las placas seme- la fuerza será:
jantes, sino a placas rectangulares cualesquiera. Esto nos parece razón [2,4]
bastante para ensayar el nuevo método en algunos problemas de aerotec- y como
nia. Así lo ha hecho ya Huntley (51), pero no parece haber reparado en [2,5]
que sus resultados son, evidentemente, inaceptables y que, por tanto,
sólo sirven para desacreditar su innovación. Nos proponemos hacer ver resulta la fórmula dimensional:
que el fracaso se debe a haber utilizado una fórmula dimensional inco- [TI3] = L-1MT-2 [2,6]
2
rrecta para la viscosidad y que; si se procede debidamente, se llega a
fórmulas que, si bien han de acogerse con la debida reserva, merecen ya y, en general,
ser sometidas a la comprobación experimental. i, i, k = 1, 2, 3. [2,7]

Por otra parte, la ecuación [2,1], cuando dS es normal a X3 da:


2. Dimensiones de la viscosidad.
La primera dificultad con que se tropieza al ampliar la base consiste
en hallar la fórmula dimensional de la viscosidad. Tras de muchos ensa-
yos creemos poder resolverla como sigue.
Cada elemento, dE, de la superficie de un sólido sumergido en un y de la comparación con [2,4] resulta:
fluido con movimiento laminar está sometido a una fuerza tangencial
dada por:
di = dv dE [2,1]
fL dn '
Para que esta expresion sea dimensionalmente correcta, es preciso
donde ves la velocidad y n la normal a dS. Se trata de una ecuación veo- que fL sea un tensor, y escribir:
torial, y para ponerlo de manifiesto, representaremos dS por un vector OVi
Ttj = fLij --,
dirigido según su normal y con un sentido elegido convencionalmente. OXj
Siendo dS y dt vectores localizados en un mismo punto del espacio, es
con lo que [2,3] se convierte en:
sabido (*) que existe un tensor, T, tal que, dado un elemento de superfi-
cie, dS, proporcione la fuerza correspondiente mediante la operación: di, = :E fLij-OVt dEj
1 OXj
df = TdS [2,2]
y, teniendo presente [2,7], resultan las siguientes fórmulas dimensio-
o bien, con relación a un sistema de ejes rectangulares, Xl> X2, Xs: nales:
[2,8]
i, j = 1, 2, 3. [2,3]
Se ve fácilmente que la fórmula dimensional de fL obtenida en el ca-
(*) Véase, por ejemplo, el libro del autor (57). pítulo X, § 13, corresponde a fLIS = fLSl' en el caso en que LI = La·
136 ANÁLISIS DIMENSIONAL XI. AERODINÁMICA 137

3. Alas de avión.

El ala de avión se define por su perfil (*), por su forma en planta y


por su envergadura, b. Tomaremos el eje Xl en la dirección de avance [3,1]
y en el plano de simetría del ala, y el eje X2 en la dirección de la enverga-
dura. Suponiendo que el perfil se conserva a lo largo de toda la enverga- Si no se hubiese distinguido entre las dimensiones del espacio se habría
dura, podrá ser determinado por cierto número de puntos con las coor- obtenido:
[3,2]
denadas (l' ¡, l'3), (l" l' l"3)... , con lo cual los factores de forma serán de
dos clases, ll/e y l3/a, donde e y a son dos módulos característicos corres- y no habría quedado de manifiesto cuál ha de ser la superficie S, ni la longitud
pondientes a las direcciones de Xl y x3, respectivamente. Si, para sim- que ha de figurar en el número de Reynolds, ni el módulo que ha de servir para
plificar la cuestión, se supone que el ángulo de ataque es nulo, e puede hallar los factores de forma w. Por estas razones, los resultados obtenidos en
ser la cuerda y a el espesor máximo del ala. los ensayos sólo son aplicables a cuerpos semejantes al modelo, mientras que la
El fluido intervendrá por su densidad, por su viscosidad y por la fórmula [3,1] permite hacerlos extensivos a todos sus afines, según vamos a ver.

velocidad, v, del viento relativo.


Cuando sea preciso tomar en consideración la densidad del fluido, De la expresión [3,1J se deduce que, si se multiplican las tres dimen-
hay que empezar por hallar su fórmula dimensional en la base completa. siones del ala por sendos factores, k¡, k2, ks, esto es, si
Para simplificar la cuestión, supondremos que el régimen es bidimensio-
nal, esto es, que las líneas de corriente se hallan en planos paralelos al Xl X3.
Para el cálculo de la resistencia al avance, D, hay que proyectar las
fuerzas sobre el eje X¡, y la debida al elemento dE será: la función cpD conservará el mismo valor si no se altera el número de
Reynolds, o sea cuando
k
di1 -- - 1 pVl 2dS1 + f.L12-- oV1
dS2 + f.LlS-- oVl
dS3•
v' = _1_ V

2 oX2 oX3 k2
3

y la nueva resistencia al avance será:


De esta ecuación se deduce, en primer término, que la fórmula dimensio-
nal de la densidad es: [p] = Ll-lL2-lL3-lM. Además, si el régimen es 2
bidimensional, VI será independiente de X2, Yla viscosidad intervendrá por D' = k1 k2 D
k 3a '
el elemento f.L13' cuya fórmula dimensional es: [f.LlS] = Ll-lL2-lL3MT-l.

El cálculo se lleva a cabo como sigue: a condición, desde luego, de que el espesor máximo sea pequeño en com-
para.ción con la envergadura, para que el régimen siga siendo bidimen-
'D v p e b
sional.
a fJ.13
. Además de la resistencia al avance y de la fuerza sustentadora inte-
Ll 1 1 - 1 1 O O - 1
Lz O O - 1 O 1 O - 1
resan las componentes, L, M y N, del par de fuerzas. El Análisis dimen-
L3 O O - 1 O O 1 1 sional, con la base espacial completa, conduce a:
M 1 O 1 O O O 1
T -2 - 1 O O O O - 1
nI 1 -2 -1 O - 1 -1 O
NR O -1 - 1 1 O -2 1
donde cP L, cP M Y cP N son funciones del número de Reynolds y de los facto-
(*) Para las definiciones, véase el libro de F. Lafita. (58). res de forma.
138 ANÁLISIS DIMENSIONAL XI. AERODINÁMICA 139

Huntley, sin justificarlo, atribuye a [.L la fórmula dimensional Para perfiles muy delgados, con igual forma en planta, se utiliza la fórmula:

L = Kpv2ba [3,4]

con lo que llega a la ecuación mientras que, según [3,3] debe ser:

D = pv2ba~ ( p:~a) L= pv -c- (pvc)


2 ba2
----¡¡.- •
Ít: [3,5]

y pretende que tiene validez general. Se ve fácilmente que esta solución es


Sería interesante hacer ensayos para poner a prueba la validez de estas fórmu-
inaceptable, pues en el caso de un ala de gran envergadura D debe ser pro~ or-
las, cuya incompatibilidad es manifiesta.
cional a b, para lo cual es preciso que ~ no dependa de dicha dimensión, lo que,
de ser cierta la fórmula de Huntley, llevaría consigo la no influencia de la visco-
sidad sobre la resistencia al avance.
4. Tránsito del régimen laminar al régimen turbulento.
Con la base espacial mutilada y para los fines del Análisis dimen- Cuando la velocidad es relativamente grande, el régimen se hace
sional, nada distingue la fuerza sustentadora, L, de la resistencia al • turbulento, y las aceleraciones de la masa gaseosa son tales que predo-
avance, por lo que la misma fórmula [3,2], con otra función universal mina el efecto de la inercia sobre las fuerzas debidas a la viscosidad.
de los mismos parámetros, servirá para el cálculo de L. En la base am- Entonces, las fórmulas se reducen a
pliada, por el contrario, la fórmula que da la influencia de la visco-
sidad es:

[4,1]

y como, si la envergadura es grande en comparación con las dimen-


siones transversales, se puede admitir que Va no depende de X2, basta
tomar en consideración el elemento fLa!> cuya fórmula dimensional es: y las funciones f D Y f L no cambiarán de valor aunque se multipliquen las
L\L2-1La-lMT-l Y se llega a la solución: dimensiones i, y ls por factores k1 y »;
Cuando se procede a la manera clásica, resulta un solo númer.o d.e
z
L = pv2 ba Cf>L (pve,!l,~) [3,3] Reynolds, vpl/fl, y para la longitud l suele tomarse la cuerda. Al diseri-
e fl e a minar las dimensiones espaciales nos han resultado dos números de
Reynolds: uno, NR, para la resistencia al avance, y otro, N' R, para la
y ahora el número de Reynolds resulta ser:
sustentación:
N
,
R-
_ pve
--,
N'R=~
v
fl

De la ecuación [3,3] se desprende que Cf>L no cambiará de valor aun- cada uno de los cuales conduce a una velocidad característica:
que se multipliquen las dimensiones ll' l2 Y la por sendos factores k1, k2
Y ks, con tal de que la velocidad se haga k1 veces menor. Con ello, la ve I V
vc= --; Vc=-'
nueva fuerza sustentadora se convertirá en: a2 e

kz Como medida de la turbulencia en un punto puede tomarse la raíz


L' = kZ 3 L.
k3 1 cuadrada del valor medio de las fluctuaciones de la velocidad elevadas
140 ANÁLISIS DIMENSIONAL XI. AERODINÁMICA 141
al cuadrado. Dividiendo por la velocidad media se tendrá una magnitud La experiencia muestra que el rosario de remolinos se forma con
de dimensión nula, y habrá de ser:
l"E'gularidadpara valores de NR comprendidos entre

50 < NR < 400.000,

y que, a partir de N R = 300, las fuerzas debidas a la viscosidad son des-


Hasta ahora, por no considerar más que una dimensión espacial, se preciables en comparación con las fuerzas de inercia, por lo que el nú-
opera con un solo número de Reynolds, y se pretende que el tránsito del mero de Struhal se mantiene sensiblemente constante y vale:
régimen laminar al turbulento ha de producirse para cierto valor CrítICO
del mismo. La precisión que se logra en las medidas de dicho valor crítico Ns ,...,0,19.
es muy mediocre, y cabe pensar que ello sea debido a que, aun en el
caso de un problema en dos dimensiones, intervienen dos números de
6. Influencia de la compresibilidad. El número de Mach.
Reynolds que, muy probablemente, han de influir de distinto modo sobre
la turbulencia. En un sistema de ejes, con NR y N' R como coordenadas Para las velocidades muy grandes, los cambios de densidad produci-
~cur~ '
rp(NR, N' R) = ° dos en el fluido por los cambios de presión son tan considerables que se
originan ondas sonoras, con la consiguiente disipación de energía. Es
preciso, por tanto, tomar en consideración la compresibilidad del fluido
representa el tránsito de la región en que el régimen es laminar a la de y, eventualmente, atribuirle la fórmula dimensional adecuada. Si el
turbulencia. fluido es isótropo, las ondas elementales tendrán simetría esférica, y
todas las direcciones serán equivalentes, por lo que la fórmula dimen-
5. Remolinos de Kármán. sional de la compresibilidad será:

Detrás de un cilindro bañado por Una corriente transversal se forma


una estela de remolinos alternados que se suceden periódicamente. La
frecuencia, N, del fenómeno dependerá de la velocidad, u, de la densi- La intervención de la compresibilidad hace que, tanto en la resisten-
dad, p, del flúido, y de su viscosidad cinemática, v, El cilindro interven- cia al avance como en la sustentación, aparezca un nuevo número pi, el
drá por su radio, r,. Con las magnitudes en cuestión se forman dos mo- número de Mach, formado con v, p, y x:
nomios pi:

Número de Reynolds:
ur Por otra parte, es sabido que la velocidad de las ondas sonoras está
NR=--.
v dada por:
Número de Struhal: 1
vs=--,
Ns=--
Nr VxP
u luego:

y el Análisis dimensional afirma que debe ser:

En el caso de un ala muy alargada, que avanza con velocidades


próximas a la del sonido, las fuerzas debidas a la viscosidad son despre-
142 ANÁLISIS DIMENSIONAL XI. AERODINÁMICA 143

ciables, y las fórmulas son: Estas expresiones permiten averiguar lo que sucede cuando todas las
dimensiones paralelas a cada uno de los ejes se multiplican por un fac-
D = pv2baCPD (NM' ~l, ~) tor cualquiera.

L = pv
2
b: 2
cP L (NM' ~, ~). 8. Bombas y ventiladores.
Las bombas y los ventiladores tienen por objeto producir una co-
rriente fluida. Al desarrollar su teoría se prescinde de las acciones debi-
7. Hélice.
das a la viscosidad, por ser despreciables en comparación con las ocasio-
Aparte de los factores de forma, las variables independientes serán: nadas por la inercia del fluido. Además de los factores de forma, serán
una dimensión lineal, por ejemplo, el radio, r, de la pala, la velocidad de variables independientes el radio, r, del rotor, su velocidad angular, co,
avance, v, y la velocidad angular, co. Del fluido interesa tan sólo la den- y la densidad, p, del fluido. También es variable independiente el gasto
sidad, pues las fuerzas debidas a las aceleraciones del fluido predominan en volumen, q, pues siempre se puede regular la sección de salida. Con
considerablemente sobre las ocasionadas por la viscosidad. En estas con- estos datos, el Análisis dimensional aplicado a la manera clásica con-
diciones, el Análisis dimensional, cuando no se distingue entre las tres duce a la siguiente expresión para la sobrepresión:
dimensiones del espacio, conduce a las siguientes ecuaciones:
A
up _
- pCil22
r (q
cP --, -
co, . .. ) .'
p -_ (rCil - Cilr3
Potencia: pCil
3 5
r
cPp -v-, co, ... )

Con la base completa, si se prescinde de la forma de los álabes, habrá


T -- (rCil - ) que introducir dos módulos, que pueden ser el radio, r, y el espesor, h,
Tracción: 2_4 CPT
pCil-r -v-, Cil¡, •••
del rotor. Haciendo coincidir el eje Xl con el eje de rotación, resulta:
tJ.p co r q p h
Tv V CPT
Rendimiento: 'Yj=-=--.
P Cilr CPp Ll O O O - 1 - 1 1
L2, 3 - 1 O 1 2 -2 O
M 1 '0 O O 1 O
Es de esperar que la información sea mayor si se utiliza la base com- T -2 -1 O -1 O O
pleta. ~om~remos ejes coordenados solidarios con la pala; el eje Xl será 7t1 1 -2 - 1 O - 1 - 1
el propio eje de la hélice, y el eje X2 la envergadura, r, de la pala. Los 7t2 O -1 -2 1 O -1

factores , de forma serán de tres clases, l 1Jhl' l 2Jh2 y l 3Jh3' donde h 2 -- r ,


y los módulos h} y h3 son, respectivamente, las proyecciones sobre Xl y Xa
de un segmento convenientemente elegido, por ejemplo, la cuerda media.
D..p= pCil2rhcp (-q-,
Cilr2h
~
i;'
~) r .
Con esto resulta:
De esta expresión resulta que si r se cambia en r' = k2r y h se con-
Potencia: P = pCil3rh13h3CP p ( h~Cil , vierte en h' = k2h, la razón del gasto a la velocidad angular habrá de ser

Tracción: T = pCil2rh12 ha q' _ 2 q


-- =k-: k2-·
w' co
Rendimiento: Tv V CPT
'Yj=-=--
P whl CPP
144 ANÁLISIS DIMENSIONAL

9. Turbinas.

Por las tan r~pet.idas. r~zones, se puede prescindir de la viscosidad,


por 10 que el fluido influirá por su densidad y por la velocidad
tra en Ia má . , v, con
que pene ra en a maq~a. De la turbina propiamente dicha habrá que
tomar
. en
. . cuenta el radio,
. r, y el espesor ' a , del rotor . Con est os d a t os,
SI se utiliza la base mutilada, el Análisis dimensional conduce a la .
., 1 . misma
expresion para a potencia que en el caso de la hélice:

CAPíTULO XII
En c~mbio, con. ~a base completa, colocando el eje Xl en coincidencia
con el eje de rotación, se llega a: T E M P E R A T U R A (*)

1. Las escalas convencionales.


Desde los tiempos de Galileo trataron los físicos de construir termó-
~o anterior es válido para las turbinas hidráulicas y para los molinos metros, o sea aparatos que permitiesen atribuir un número (grado de calor)
de VI~nto. En el caso de las turbinas de vapor hay que tomar noticia a cada estado térmico. Esto basta para reproducir los referidos estados
ade;nas~ de las entalpías, he y hs, que posee cada unidad de masa al entra; siempre que se desee, y para medir empíricamente todas aquellas magni-
ya salir de la turbina. Como estas magm·tudes tienen la misma d. tudes en cuya definición intervienen intervalos de temperatura, por ejem-
., 1 '. ~ lmen-
sl~n q~e a energía por unidad de volumen, resultan dos nuevos mono- plo, coeficientes de dilatación térmica, calores específicos, etc. Pero estas
IDIOS pl; medidas adolecían de varios inconvenientes. En primer término ocurría
he que la posición del cero en la escala era arbitraria, por lo que las escalas
"3 = --;
2 no eran absolutas y en ninguna fórmula podía intervenir la temperatura,
pv
sino sus diferencias (* *).
La información suministrada por el Análisis di . 1
com let tení mensione se puede (*) Según se verá en este capitulo, la temperatura es, indudablemente,
p ar ;uendo en cuenta que la potencia es proporcional a la pérdi- una magnitud física. Pero la cosa es discutida y, mientras unos físicos afirman
d a d e entalpía he - h8.
que no debe ser considerada como tal, otros dicen que cada manera de esta-
blecer una escala empírica de temperaturas define una magnitud distinta. Véase
los trabajos de Isnardi (59), Loedel (42), Loedel y Sábato (60) y Rey Pastor (4~).
(**) Es esta ocasión de decir expresamente que todas las escalas oonvencio-
nales han de satisfacer una condición para que puedan convertirse en escalas ab-
solutas. Consiste en que, al tomar como origen el cero absoluto, no deben resultar
valores infinitos para las medidas de las demás temperaturas. Por esta razón, la
escala logaritmica de Dalton no sirve para el caso, pues el intervalo entre el
cero absoluto y cualquier otro punto fijo adquiere un valor infinitamente grande.
Por ejemplo, si se impone la condición de que la escala de Dalton coincida: <:on
la escala absoluta centígrada en los puntos de fusión del hielo y de ebulliCIón
del agua, las medidas T y T de cualquier otra temperatura en una y otra escala.
están relacionadas por la expresión:
InT -lnTo
T = To + 100 ------'''--
InT100 - ln/I'¿
que da T = - ::10 para T = o.
ANÁLISiS DIMENSIONAL. - 10
146 ANÁLISIS DIMENSIONAL XII. TEMPERA TURA 147

Por otra parte, aunque se tomase para todos los termómetros el El estudio experimental de la compresibilidad de los gases a diferentes
mismo cero convencional, y aunque se atribuyese siempre el mismo valor eraturas ha permitido establecer la escala de Avogadro, o escala
al intervalo entre dos puntos fijos convencionalmente elegidos, sucedía terop
d los gases perfectos, que reune , 1os d os requisi
isit os d e ser absoluta y
que cualquier otro intervalo adquiría valores diferentes según fuese el e .versal. En su forma más escueta y prescindiendo de pormenores de
tipo de termómetro o la sustancia utilizada en su construcción. Así, el Ulll, ter histórico su definición operacional es la siguiente: supóngase
carac '
intervalo entre los puntos de fusión del mercurio y del hielo daba medidas ue se trata de hallar la razón entre dos temperaturas, (T) y (To), por
diferentes con el termómetro de mercurio que con los termómetros de q. mplo entre dos puntos fijos. Manteniendo constante la presión, hálla-
eJe ,
gases o con los termómetros de resistencia eléctrica, aunque estuviesen e la razón entre los volúmenes, (V) y (vo), que ocupa una masa gaseosa
graduados del mismo modo, por ejemplo, con la escala de Celsius o con
la de Fahrenheit. De ello resultaba que los coeficientes de dilatación, la
:1 ser sometida a las temperaturas (T) y (To)· Repítase la operación con
resiones cada vez más pequeñas. El límite a que tiende la razón (V) : (Vo),
conductividad térmica, los calores específicos, etc., adquirían valores ~uando p disminuye indefinidamente, resulta ser, con toda la precisión
diferentes según fuese el termómetro utilizado. deseable, independiente de la naturaleza del gas, y la razón buscada vale:
Con las escalas convencionales, hubiera sido imposible elaborar las
teorías en que interviene la temperatura absoluta o cualquiera de las (entre cantidades). [2,1]
magnitudes con ella relacionadas. En particular, las teorías cuantistas
de la radiación y de los calores específicos estarían por hacer.
En defensa de las escalas no absolutas podrá adueirse el hecho de que Para aplicar esta relación no es preciso elegir unidades ni para las
todavía se hallen en uso la de Celsius y la de Fahrenheit, y de que se temperaturas ni para los volúmenes, sino saber comparar estos últimos
utilicen termómetros de tipos muy diversos. Pero ocurre que los termó- entre sí. En la comparación de las temperaturas, por tanto, no hay nada
metros en uso dan indicaciones que, salvo una constante aditiva, difie- que sea arbitrario o convencional, ni en la elección del gas, que puede ser
ren muy poco de las medidas que se obtendrían con la temperatura cualquiera, ni en la adopción de unidades, que es innecesaria. Se trata,
termodinámica, y existen tablas para efectuar la corrección oportuna. por tanto, de un criterio universal.
Los termómetros cuyas indicaciones difieren mucho de las obtenidas con Ante todo, salta a la vista que todas las temperaturas tienen el mis-
la escala termodinámica han sido desechados. mo signo, pues no hay volúmenes negativos, y basta atribuir convencio-
nalmente un valor numérico al intervalo entre dos puntos fijos cuales-
quiera para que resulte determinada la posición del cero absoluto.
2. La escala de Avogadro. Supóngase, por ejemplo, que se trata de construir una escala centígrada.
Si T100 Y To son, respectivamente, las medidas de los puntos de ebullición
Según nuestras normas, para que la temperatura sea magnitud física y de congelación del agua a la presión de una atmósfera, habrá de ser:
es preciso hallar un criterio que permita definir la razón entre cada dos
estados térmicos. Tal criterio ha de ser universal, esto es, independiente
de la naturaleza de los cuerpos que se utilicen para aplicarlo.
Como la temperatura no es una magnitud aditiva por acumulación, al
T 100 = lím V 100 (entre medidas).
modo de la masa o el volumen, el referido criterio ha de derivar de un
postulado comprobable experimentalmente. El decidir si la temperatura
r, Vo

es o no una magnitud física no es resultado de un convenio, sino fruto de


un descubrimiento. La eliminación de T 100 conduce a:
Por dos caminos se ha llegado a establecer el referido criterio, a
saber: por el estudio de las propiedades de los gases y por el segundo prin- To = 100 X lím
Vo , [2,2]
cipio de Termodinámica. V1oo- Vo
148 ANÁLISIS DIl\'lE SIONAL xn. TEMPERATURA 149

de donde resulta que la medida en valor absoluto del punto de fusión del
La escala termodinámica.
hielo puede realizarse sin más que medir la dilatación relativa de un gas 4.
cualquiera entre dichos puntos fijos y extrapolando las medidas para El segundo principio de la T~rm.odinámi~a niega, com.o.es sabido, ~a
hallar el valor correspondiente a p = o. Así es como se ha averiguado .bilidad de construir una maquma térmica que suministre trabajo
experimentalmente que el cero absoluto se halla 273,15 grados centígrados po SI .J:C t te D
. se dispone de dos cuerpos que tengan uueren e mperatura. e
no
por debajo del punto de fusión del hielo. 81 te . cipio se deduce la escala termodinámica o de lord Kelvin, de la
es prm
Es de notar que la determinación del cero absoluto o natural de uede decirse que goza aún de mayor universalidad que la escala de
temperatura se ha logrado sin necesidad de realizarlo experimental- Avogadro porque es realizable con cuerpos cua 1esquiera,
que p . 'l·d ti ·d
801 os, qui 08
mente, puesto que basta comparar los volúmenes de una masa gaseosa
o gases. ..
en los dos puntos fijos elegidos. Ni siquiera se exige que la fórmula No es ésta ocasión de exponer el nada sencillo razonamiento que,
empleada sea aplicable cuando la temperatura es muy baja, cosa que, partiendo del referido postulado, conduce con todo rigOl:'~ s~ ne~esidad
por otra parte, es imposible de comprobar experimentalmente, porque de nuevas hipótesis a la existencia de la escala termodinámica ( ). Nos
no hay ningún cuerpo en el que puedan hacerse medidas de compresibi- limitaremos a decir que en esta escala la razón entre dos temperaturas
lidad en estado gaseoso cuando la temperatura desciende por debajo cualesquiera está definida por la fórmula:
de cierto límite.
La universalidad de la escala de Avogadro ha sido confirmada, con ~ =- J2L (entre cantidades)
toda la precisión apetecible, hasta las temperaturas para las cuales el (To) (Qo)
helio se comporta todavía como un gas. Con temperaturas muy próxi-
mas al cero absoluto es inútil la ecuación de los gases perfectos, pero en la que Q y Qo son dos cantidades de calor necesariamente de sig~o
ello no obsta para que, con su auxilio y previa la elección del grado, quede contrario. Esta fórmula permite la comparación de temperaturas sin
determinada la posición del cero. necesidad de introducir ningún elemento arbitrario, por ejemplo, un
sistema de unidades. Desde luego, basta adoptar convencionalmente
3. otras escalas universales y absolutas. para el valor del grado el intervalo entre dos temperaturas fijas, para
que queden determinadas ambas en valor absoluto, lo que prueba la
La escala de Avogadro es absoluta y universal por el hecho de que la existencia del cero absoluto o natural. Finalmente, todas las tempera-
razón entre los dos valores que la magnitud p V adquiere en dos recintos turas han de tener el mismo signo, y basta convenir en que todas sean
isotermos, sólo depende de la temperatura de ambos y no de la natura- positivas para poder afirmar que el cero absoluto constituye el límite
leza del gas. Por tanto, se puede afirmar que cualquier otra magnitud inferior de todas las temperaturas.
que se comporte del mismo modo podrá utilizarse para definir una escala
absoluta. Tal es el caso, por ejemplo, con cualquiera de las magnitudes
5. Relación entre las diversas escalas universales.
observables en la: radiación del cuerpo negro, como la energía total
emitida en un tiempo determinado, la presión de la radiación, etc. La temperatura se manifiesta en la Física como una variable de la
Como es sabido, en esta propiedad se basa la medida de temperaturas que, en mayor o menor grado, dependen todas las magnitudes físicas (**).
elevadas. Toda magnitud, M, que dependa de la temperatura servirá para estable-
Merece especial mención la que debiera llamarse escala de Gurie porque cer una escala universal con tal de que la razón (M)f(Mo) entre los valores
se funda en la ley siguiente, descubierta por Pierre Curie. La razón entre
(*) Véase el trabajo de Carathéodory (61) y su resumen en el libro del
las permeabilidades que adquiere un cuerpo paramagnético perfecto en dos autor (46). . .
temperaturas es independiente de su naturaleza. (**) Al escribir esta frase viene a la mente la idea de excl.= el tiempo,
Gracias a esta ley ha sido posible la medida de temperaturas tan por aquello de que es la variable independiente por antonomasia. Pero. en JB
Física no se opera con tiempos, sino con duraciones, las cuales son funCión e
bajas que el termómetro de gases deja de ser utilizable. diversas magnitudes que, a su vez, suelen depender de la temperatura.
xn. TEMPERATURA 151
150 ANÁLISIS DIMENSIONAL

que toma en dos puntos fijos cualesquiera sea independiente de la natu- el problema de Análisis dimensional planteado por la ecuación [5,3] se
y "
raleza de los cuerpos que le sirven de soporte, pues bastará convenir formulara asi:
T T k
en que sea
T 1 O a
J'!L = (M) (entre cantidades). O 1 b
(To) (Mo)
7tI aJb 1 - llb
La elección del grado queda arbitraria y, por tanto, siempre se puede
imponer la condición de que resulte una escala centígrada, y así quedará y resulta un solo monomio de dimensión nula:
definida la medida de cualquier temperatura con relación al cero físico 7t1 = Ta/b"k-l/b
respectivo. Si la magnitud considerada no cambia de signo, no habrá
o bien:
temperaturas negativas ,,= CTrI.,
Como se ve, existe la posibilidad de definir diversas escalas universa-
les centígradas, y se plantea la cuestión de averiguar la relación que ha donde C es una nueva constante universal y CJ. = - ajb,
de existir entre las mismas. La solución ha de hallarse en cada caso Las medidas obtenidas con dos escalas universales diferentes están liga-
particular, sea empíricamente, sea con auxilio de las teorías vigentes, das por una función monomia.
cosa que ya está hecha en los casos que más importan. Pero el Análisis Este resultado lleva consigo los siguientes corolarios:
dimensional conduce a un resultado curioso, según vamos a ver. 1.0 Si CJ. > O, será" = °
cuando T = 0, esto es, los ceros de am-
Sean M y N dos magnitudes aptas para definir sendas escalas uni- bas escalas coinciden. .
versales mediante las igualdades: 2.0 . Si CJ. < 0, será" = 00 cuando T = 0, esto es, una de las escalas
está invertida con relación a la otra.
[5,1] 3.0 Basta que en una escala universal no pueda haber temperaturas
negativas para que suceda lo mismo en todas las demás. Todas serán
escalas absolutas.
(,,) (N)
--=-- [5,2]
Para comprobar las precedentes consecuencias, consideraremos las escalas
("o) (N'o)
universales que hemos mencionado anteriormente.
Escala termodinámica de lord Kelvin:
Con su auxilio, y previa la elección del grado en cada una, será posible
atribuir a cada punto fijo dos números, T y -r, entre los que habrá de (Q = cantidad de calor tomada del recinto isotér-
existir una relación funcional: mico T en un ciclo de Carnot)

Escala de Avogadro:
,,= f(T, k). [5,3]
(TA) (pV)
Por hipótesis, ambas escalas son universales, lo que lleva consigo el (TA)o = (pV)o
que en [5,3] no pueda figurar ninguna constante característica. Admi-
Escala de Stefan:
tamos, sin embargo, que figure una constante universal, k. Puesto que
al establecer las escalas [5,1] y [5,2] no ha sido preciso fijar las unida- (Ts) (1)
(1 = intensidad de la radiación total emitida por
des en que se han de medir (M) y (N), dicha constante sólo podrá de- (Ts)o =~ un cuerpo negro)

pender de las unidades que se adopten para medir T y -r, por lo que Escala de Curie:
su fórmula dimensional habrá de ser;
(fl. = permeabilidad de un cuerpo paramagnético
perfecto)
152 ANÁLISIS DIMENSIONAL

Experimentalmente se ha comprobado que la escala de Avogadro coincide


con la de lord Kelvin, luego:

T.A = Tó ex = Jó 0= 1.

En cambio, la ley de Stefan, hallada primero empíricamente y deducida


luego como consecuencia del segundo principio de Termodinámica, dice que:

1 = aT4
y, por tanto, debe ser:

ex=4
CAPíTULO XIII
y, en las escalas centígradas:
CONDUCTIVIDAD TÉRMICA

1. Leyes fundamentales.
El caso más curioso es el de la que hemos llamado escala de Curie; pues como
En la teoría de la conducción del calor, que, como sabemos, sirvió
const a Fourier para sentar las bases del Análisis dimensional, intervienen,
fL = ---
T además de la longitud y el tiempo, la temperatura, e, y el calor, Q. Del
resulta:
calor tenía Fourier ideas equivocadas, pero estableció correctamente su
medida recurriendo al calorímetro de hielo, y esto basta para considerar
el calor como magnitud física primaria. De la temperatura nada dice
o sea ex = - 1 Y 0= 1 si (TO)lOO - (To)o = - 100, Fourier; supone que el lector sabe manejar termómetros y da por supues-
to que se trata también de una magnitud física primaria. La Física mo-
es decir: derna ha confirmado esta presunción, según se ha visto en el capítulo
To=-
1 precedente.
T Las leyes en que Fourier basa su teoría, que pueden ser enunciadas
si ambas escalas son centígradas. Resulta, por tanto, una escala invertida que como relaciones de proporcionalidad entre cantidades, son:
podría llamarse escala de frío. Al actual cero absoluto corresponde un frío infi- 1.0 La cantidad de calor que fluye a través de un elemento de su-
nito, el mayor de todos los fríos posibles. Para lograr un frío nulo habría que perficie dS, situado en el seno del sólido, en el tiempo dt, está dada por
realizar una temperatura infinitamente grande. Entre T = °
y T = 1, el frío la expresión vectorial:
pasa de oo a 1, y luego es siempre menor que la unidad. En el ambiente en que
nos desenvolvemos, todos los fríos tienen medidas pequeñísimas si se utiliza dQ = - K(grad e·dS)dt, [1,1]
la escala centígrada.
donde K es un coeficiente característico del sólido, que se denomina
conductim'dad térmica.
2.0 Si el cuerpo está sumergido en un medio fluido, y se evitan las
corrientes de convección, el calor que se pierde a través de la superfi-
cie dS en el tiempo dt vale:

dQ = H(e- eo)' dS'dt, [1,2J


154 ANÁLISIS DIMENSIONAL
xm. CONDUCTIVIDAD TÉRMICA
155
donde H es otro coeficiente que depende del sólido y del medio en que
está sumergido, y se denomina eonduetividad superficial. . . 3. Propagación del calor en un medio indefinido.
3.0 Si un elemento de volumen, d V, del cuerpo consIderado, recibe
una cantidad de calor, dQ, experimenta un aumento de temperatura En una porción esférica de radio, ro, se desarrolla bruscamente cierta
eantidad de calor, que origina en la misma una elevación súbita, eo, de
dada por:
fa. temperatura. El medio se hallaba inicialmente a 00, y se trata de
se = ~ dQ [1,3] averiguar cuál es la temperatura, e, al cabo de un tiempo, t, en un punto
e' ar '
-que dista x = r - ro de la superficie de la esfera en que se produjo la
perturbación inicial.
donde e' es otra constante característica del cuerpo, que se denomina
Las magnitudes a considerar son: e, eo, x, ro, t, K, e' y resulta:
calor específico de la unidad de volumen.
4.° Para los efectos de su propagación, el calor se comporta como un e x K e'
fluido indestructible, por lo que se cumple la ecuación de continuidad: L O 1 O - 1 -3
T O O 1 - 1 O
e 1 O O -1 - 1
[1,4] Q O O O 1 1
O 1 - 1/2 - 1/2 1/2

2. Sistema dimensional.
En las ecuaciones fundamentales [1,1], [1,2], [1,3] Y [1,4], figuran, o bien:
e = eo~ (x V e' , ~)
Kt ro

además de longitudes y tiempos, dos nuevas magnitudes primarias, que


son la temperatura y la cantidad de calor. Por otra parte, dichas ecuacio-
nes contienen sendas constantes dimensionadas, K, H Y e', de donde se
6~ 6.+ V ~t' '. V ~t ).

deduce que pueden construirse sistemas coherentes de unidades eligiendo


arbitrariamente las unidades de longitud, tiempo, calor y temperatura.
4. Propagación del calor en una barra.
Estas magnitudes son, pues, dimensionalmente independientes y forman _ Una barra ilimitada en ambos sentidos, se encuentra a 00 y, en el
una base tetradimensional, que es la indicada para el tratamiento de los 'Instante t = O, recibe cierta cantidad de calor en un trozo de longitud b,
problemas de conducción del calor. En esta base, las fórmulas dimensio- -de tal modo que todo él queda a una temperatura e. Se supone que no
nales de K, H Y e', son: hay pérdidas laterales, y se trata de calcular la distribución de tempera-
[K] = L-IT-1e-1Q turas al cabo del tiempo t.
[H] = L-2T-1e-1Q . Intervienen en este problema las mismas magnitudes que en el ante-
[e'] = L-3e-1Q. rIOr, salvo el radio ro que ahora es sustituido por el segmento b. En con-
secuencia será:
En la propagación del calor en medios sólidos no hay movimiento de
cuerpos materiales, y por eso no intervienen ni masas ni densidades. [4,1]
Tanto la teoría como el Análisis dimensional pueden ser desarrollados
ignorando la relación dimensional entre el calor y las magnitudes mecá- Si hubiese pérdidas laterales, habría que añadir la conductividad
nicas L, M, T, a condición de reemplazar M por Q en la base.
En régimen estacionario, la temperatura no depende del tiempo y
será ae = O en la ecuación [1,3] y L\e = O en la [1,4] lo que muestra
((f.
-
superficial, H, y resultaría un nuevo monomio pi y la fórmula sería:

que e' no interviene en el fenómeno. e=eof x


e'
-,b
Kt V e'
-,_).
Kt
be'
Ht
156 ANÁLISIS DIMENSIONAL XID. CONDUCTIVIDAD TÉRMICA 157

5. Velocidad de propagación del calor. ara abreviar la escritura, se ha hecho k = K/c. Esta ecuación está.
oond e, P . 1 . d
oe se
U erdo con [4,1] y da para la velocidad de máximo e 6 (*)
Si el calor se propagase con una velocidad constante, v, característica.
del medio, y las únicas magnitudes que interviniesen en el fenómeno
fuesen K y e', debiera poder formarse un monomio pi con v, K y e'. Pero.
al tratar de obtenerlo, resulta un sistema de ecuaciones incompatibles,
que, para x >> b, se convierte en:
lo que revela que la velocidad de propagación ha de depender de alguna.
otra magnitud. Agreguemos, por vía de ensayo, la distancia, x, a la re-
gión perturbada inicialmente: Vm=~ =2~,
X e'x

v x K e' que está conforme con [5,1).


La dificultad surge cuando se trata de calcular la velocidad, VI, del frente,
L 1 1 -1 -3
T - 1 O -1 O pues la fórmula [5,2] da 6 '*'
O para t '*'
O, cualquiera que sea x, lo que signi-
6 O O -1 - 1 fica que el frente de la perturbación debiera propagarse con velocidad infinita,
Q O O 1 1 <cosaque, evidentemente, no corresponde a la realidad. Esto revela una insufi-
-eiencia en la teoría de Fourier, insuficiencia que puede subsanarse teniendo en
11"1 1 1 -1 1
<cuenta que, según lo que actualmente se sabe acerca de la temperatura, el frente
de la onda térmica debe propaqarse con la velocidad del sonido, esto es, con la

v=~/(~).c'x x
velocidad de las ondas longitudinales, que son las que van más de prisa.
La onda térmica se deforma, pues su frente avanza con velocidad constante,
mientras que el máximo se mueve cada vez más lentamente hasta que se des-
vanece.
El Análisis dimensional nada puede decirnos acerca de la función
universal 1, pero, a suficiente distancia de la perturbación, puede es-
cribirse: '6. Transmisión del calor por tuberías.

v=N--, K
c'x
[5,1} Por un tubo de diámetro D circula un fluido con la velocidad media v,
y se trata de averiguar el coeficiente de transmisión del calor, -r, esto es,
la cantidad de calor que pasa cada unidad de tiempo a través de la uni-
donde N = 1(0) es un número fijo.
dad de superficie, cuando entre el fluido y el medio exterior existe una
Al mismo resultado se habría llegado en el caso de un medio indefi- diferencia de temperatura de l0.
nido, y resulta que las perturbaciones térmicas se propagan con una.
En régimen laminar, además de las magnitudes citadas, intervendrá
velocidad inversamente proporcional a la distancia recorrida.
el líquido por su conductividad térmica, por su calor específico referido
.a la unidad de masa, e, y por su coeficiente de viscosidad. Para simplífi-
Dos velocidades cabe considerar en la propagación de una perturbación.
car la cuestión admitiremos que el tubo es muy buen conductor, y que
térmica: la del frente de la onda y la del máximo (o mínimo). Para ambas debie-
ra ser válida la fórmula [5,1] con distinto valor del factor N. Pero en lo que a.
ni su naturaleza ni el estado de su superficie influyen en el fenómeno.
la velocidad del frente se refiere, la realidad está en contradicción tanto con las
previsiones teóricas como con el Análisis dimensional. En efecto, la propagación
del calor a lo largo de una barra fue estudiada por Fourier, quien obtuvo la. (*) Un observador colocado en un punto de abscisa x, observará la tempe-
ecuación l'atura máxima en un instante dado por la condición

6= __60_ fb e (<x-x)'
4 kt d«, [5,21
Vrrkt o
ANÁLISIS DI 'lENSIONAL XIII. CONDUCTIVIDAD TÉRMICA 159
158

La solución es: Un sólido rfgido ocupa una posición fija en el seno de una corriente
D v K e ¡;. liquida, y es mantenido a una temperatura constante que excede en 60 a
't"

1 1 -1 O - 1 la que tiene el liquido a gran distancia del sólido. Calcular el calor que
L -2
M O O O O - 1 1 pierde el sólido cada unidad de tiempo.
T - 1 O - 1 -1 O - 1
-1 O O - 1 - 1 O Este problema, que en el fondo coincide con el estudiado en el apar-
6
Q 1 O O 1 1 O tado anterior, fue tratado por lord Rayleigh (7 b), admitiendo que en el
1 O - 1 O O fenómeno en cuestión intervienen las siguientes magnitudes:
7t¡ 1
O O O -1 1 1
7t2
Pérdida de calor por unidad de tiempo. . . . . . . . . . . . . .. q
Dimensión lineal del sólido... .... . . . . . . . . . . . . . . . . . .. a
Velocidad del liquido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. v
T= ~ ~(~). Exceso de temperatura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 6
Calor específico del liquido por unidad de volumen.. . . . e'
Conductividad térmica del líquido. . . . . . . . . . . . . . . . . .. K

El monomio efLjK se denomina número de Prandtl. Lo represen-


El problema de Análisis dimensional se plantea como sigue:
tamos por s-.
Si el régimen es turbulento, habrá que introducir, además, el número> q a v 6 e' K
de Reynolds, y será: L O 1 1 O -1
-3
T -1 O -1 O O - 1
6' O O O 1 -1 -1
Q 1 O O O 1 1

7t¡ 1 -1 O - 1 O - 1
La fórmula empírica propuesta por Mc.ádams, es: 7t2 O 1 1 O 1 - 1

La característica de la matriz formada con los exponentes dimensio-


nales es h = 4, Y pueden formarse infinidad de parejas de monomios pi
independientes. Por la naturaleza del problema, debe considerarse q como
Veremos en el capítulo próximo que la base que hemos utilizado al función de las restantes magnitudes, por lo que conviene hacer sucesiva-
resolver este problema es superabundante porque el calor es homogéneo> mente, €q = 1, €q = O. Simultáneamente, puede elegirse arbitraria-
con la energía. Pero se ve fácilmente que la solución es correcta. 1.1
mente el exponente de otra magnitud, que puede ser cualquiera con tal
que el determinante formado por las cuatro columnas encabezadas por
las magnitudes restantes sea diferente de cero. En este caso se encuen-
7. Enfriamiento de un sólido en una corriente líquida (*). tran las parejas q, v y q, e'. Con la primera pareja resulta:
Conocidas las dimensiones de las magnitudes que intervienen en la.
ae'v )
conducción del calor, el Análisis dimensional permite abordar problemas q = aK6¡ ( ----¡¡-, W, ... .
que, por su complejidad, serían prácticamente insolubles por aplicación
directa de la teoría de Fourier. He aquí un ejemplo, conocido con el
Esta fórmula suministra informaciones precisas, a saber:
nombre de problema de Boussinesq, que se ha hecho famoso por la polé-
1.0 La pérdida de calor es proporcional al exceso de temperatura.
mica que ha suscitado (62). 2.0 Si se cambia el tamaño del sólido y la naturaleza y la velocidad
del fluido de modo que el monomio ae'vjK conserve su valor, la pérdida
(*) Para las aplicaciones del Análisis dimensional al transporte ~el c~lor- de calor es proporcional a la conductividad calorífica del líquido y a la
por convección, véase el articulo de M. Palomares, en la Reo. de la Uriiuersidad
de Madrid, vol. VI, pág. 307, 1957. dimensión lineal del sólido.

-~-----~~------------~
160 A ÁLISIS DIMENSIONAL
XIII. co DUCTlVIDAD TÉRlIfiCA
161
El método seguido por lord Rayleigh es el propio de los tiempos de
tiene que ser un número fij o el mismo para tod 1
Fourier, cuando, por no haber sido descubierto el principio de la equi- . ha de ser:
cuenCla, ' os os gases . En conse-
valencia entre el calor y el trabajo, había que considerar el calor como
magnitud independiente de las magnitudes mecánicas (*). Podría pen-
h = Kerpl(NR),
o bien:
sarse que, al atribuir al calor la misma dimensión que al trabajo, el teo-
rema de pi suministrase más información que la conseguida por lord
Rayleigh. No ocurre así, sin embargo, porque la representación dimen- v=~f(~)se ¡'
r
sional de las magnitudes que intervienen en el problema de Boussinesq
requiere una base de cuatro, y es indiferente utilizar la L, T, Q, e, o las que pone de manifiesto la posibilidad de medir la fl t .
. s uc uaciones de v en
L, M, T, e, según se comprueba fácilmente. una corriente turbulenta por los cambios que· .
te hje. experimenta el cocien-
En el próximo capítulo volveremos a ocuparnos en este problema.

8. Anemómetro de alambre caliente.

Este aparato se basa en el enfriamiento de un alambre colocado trans-


versalmente en una corriente fluida. Se admite que el enfriamiento es
proporcional a la longitud y que, además de las magnitudes consideradas
por lord Rayleigh en el problema anterior, influye la viscosidad cinemá-
tica del fluido, por depender de ella la turbulencia.
Representando por r el radio del alambre, y por h la pérdida de calor
por unidad de longitud y por unidad de tiempo, resulta el siguiente
cuadro de exponentes dimensionales:

h v e r K e' v

L - 1 1 O 1 - 1 -3 2
T - 1 - 1 O O - 1 O - 1
e O O 1 O - 1 -1 O
Q 1 O O O 1 1 O

7t1 1 O - 1 O -1 O O
7t2 O O O O - 1 1 1
NR O 1 O 1 O O - 1

Y la solución puede escribirse así:

h = Kecp X'
( e'v NR ) .

En los gases perfectos, según se verá en el capítulo XV, la viscosidad


es proporcional a la conductividad térmica, por lo que el monomío e'vjK

(*) Creía Fourier que el calor venía del Sol y que, como la gravedad, atra-
vesaba todos los cuerpos.
ANÁLISIS DIMENSIONAL. - 11
CAPíTULO XIV

TERMODINÁMICA

1. Calor.

Elaboró Fourier su teoría analítica del calor cuando no se había


descubierto la equivalencia entre el calor y el trabajo, esto es, cuando la
Termodinámica estaba por crear. Procede, pues, revisar las modificacio-
nes que este nuevo capítulo de la Física introduce en la estructura di-
mensional.
En primer lugar, la Termodinámica ha precisado el concepto de
calor. Calor es lo que pasa de un cuerpo caliente a otro frío cuando están
en contacto, es decir, la causa de que se establezca el equilibrio térmico
entre ambos. Se trata, desde luego, de una magnitud primaria. Para lograr
su definición intrínseca conviene notar, ante todo, que el calor no es
función de estado, pues sólo puede hablarse del que absorbe o desprende
un cuerpo cuando experimenta determinada transformación. Cualquiera
de los métodos calorimétricos sirve para comparar cantidades de calor
por vía operacional y universal.
El principio de la equivalencia liga el calor con el trabajo mediante
una relación de proporcionalidad: siempre que un sistema recorre un ciclo,
hay proporcionalidad entre el calor absorbido, Q, y el trabajo realizado, W.
Al pasar a la ecuación entre medidas, se puede introducir una cons-
tante universal y escribir que, en toda transformación cíclica:

JQ'= W. [1,1]

Gracias a la constante, J, el calor conservó su carácter de magnitud


independiente de las magnitudes mecánicas, y pudo ser medido en
164 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIV. TERMODINÁMICA 165
unidades arbitrarias. Ahora, por acuerdo internacional, se debe expresar
el calor en unidades mecánicas, lo que equivale a suprimir la constante 3. Sistema dimensional.
universal en [1,1]. Ello no va en detrimento del Análisis dimensional, Las ecuaciones [2,1] Y [2,2] pueden considerarse como los postula-
puesto que, por ser [1,1] una ley fundamental aplicable sin excepción a dos de existencia de la energía interna y de la entropía, respectivamente.
todos aquellos fenómenos en que interviene el calor, los símbolos J y Q' Como tales ecuaciones no representan relaciones de proporcionalidad
irán siempre unidos, tanto en el planteamiento de cualquier problema entre magnitudes coexistentes, huelga, en virtud de nuestro segundo
como en su solución, por lo que puede reemplazarse el producto JQ' postulado, la introducción de constantes universales, por lo que las
por Q, con la consiguiente simplificación de las fórmulas. unidades coherentes de energía interna y de entropía quedan determina-
De acuerdo con lo que precede, nuestro segundo postulado afirma das en cuanto se elijan las unidades de calor y de temperatura. Se podrá,
que la constante J es superflua, pues las magnitudes Q y W no son pues, seguir usando una base de cuatro, que podrá ser la L, T, e, Q, o
inseparables, sino transformables una en otra y queda confirmada una la L, M, T, e.
Las nuevas fórmulas dimensionales, en esta última, serán:
vez más la validez del mismo.
En resumen: gracias al primer principio de Termodinámica, el calor [U] = L2MT-2
se convierte en una magnitud homogénea con la energía mecánica, y no [S] = L2MT-2e- 1•

es preciso aumentar el sistema dimensional.


4. Variables independientes y constantes características.
2. Energía interna y entro pía.
Al plantear un problema cualquiera de Análisis dimensional, es preciso
El primer principio de Termodinámica, al postular que el calor es saber cuáles son las variables independientes cuyos valores determinan
una forma de la energía, implica, en virtud del principio de conservación el estado del sistema. En Termodinámica se admite que el estado de
de esta última, la existencia de una magnitud de estado definida por la un sistema cualquiera queda definido por el volumen y la temperatura,
siguiente expresión, válida en una transformación cualquiera: de tal manera que, en el estado de equilibrio, otra magnitud cualquiera
será función de dichas variables y de la composición del sistema.
[2,1] Tratándose de cuerpos puros, esto es, de sistemas formados por un
solo componente, se demuestra que su comportamiento termodinámico
Del segundo principio, según se vio en el capítulo XII, se deduce que queda definido por la masa y por los siguientes parámetros, que en ge-
la temperatura es una magnitud de las que hemos llamado primarias. neral son funciones de volumen y de la temperatura:
Además, dicho principio lleva consigo el que, en todo ciclo recorrido por
vía reversible, sea: Cv =~m ( ddeQ) v
calor específico para volumen constante [4,1]
¡~=o
J e '
ex. - - 1 (8
-- V ) caefilCIene
t d e dila t aCIonISOara
., . b [4,2]
y, en consecuencia, en una transformación reversible cualquiera deberá V 8e p
suceder que:
x- - ~ ( 8V ) compresibilidad isotérmica. [4,3]
[2,2] V 8p e
Conviene en todos los problemas de Termodinámica reemplazar la
masa, m, por el número de moles, definido por:
donde S es una nueva magnitud de estado que se denomina entropía.
n -m/Mr [4,4]
XIV. TERMODINÁMICA 167
166 ANÁLISIS DIME SIONAL

Las fórmulas dimensionales de ey, o: y x se deducen inmediatamente de


que es directamente aplicable a todo cuerpo formado por una sola espe-
cie de partículas. En esta fórmula, m es la masa con que se opera y sus fórmulas de definición:
Mr es la razón: [ey] = L2T-2 1 a-
[4,5] [('/..]
= a-1

[x.] = LM-IT2.
entre la masa, mm, de cada partícula (molécula, átomo, ión, electrón,
etcétera) y la dozava. parte, mu, de la masa del átomo neutro del núeli- Todavía se utilizan en Termodinámica otras magnitudes secundarias,
do 12C: a saber:
mu'" 1,66037 X 10-24 g H= U+pV entalpía
F= U-TS energía libre
Como Mr tiene dimensión nula por ser la razón entre dos masas, se G= U+pV-TS entalpía libre,
deduce de [4,4] que
en] = M-l. todas las cuales son homogéneas con la energía.

La unidad coherente con [4,4] es el mol. Es aquella masa cuya me- 5. Constante de los gases perfectos.
dida, m, es igual a la masa molecular relativa, Mr, del cuerpo que se
considere. Es, pues, una unidad derivada, que depende del cuerpo con Se supone en Termodinámica que a todo cuerpo físicamente homo-
que se opera y del sistema de unidades que se adopte. Por eso hay que géneo corresponde una ecuación de estado, f(p, V, a) = 0, que liga la
distinguir entre el mol-gramo (mol-g) y el mol-kilogramo (mol-kg) que presión, el volumen y la temperatura juntamente con ciertas constantes
es la unidad en el sistema de Giorgi (*). características del cuerpo que se considere. Nada se prejuzga acerca de
dicha función y, con los métodos puramente termodinámicos, no se
puede deducir la forma de la misma.
. (*) Se n~s presenta ahora la ocasión de comentar lo que la Unión Interna-
cional de. F'ísica Pura y Aplicada ha decidido acerca de la definición del mol.
Pero hay un grupo de cuerpos, constituido por los sistemas gaseosos
En la últlma. recopilación de. sus decisiones (~oc. S. U. N.: .61-44) se dice que: y las disoluciones diluidas, cuya ecuación de estado, con cierta aproxi-
«Se recomienda que la unidad mol sea considerada en Física como la unidad
de cantidad de sustancia (indicada por el símbolo Q). La definición del mol debe mación, toma la forma:
pV = nRa, [5,1]
ser: 1 mol (símbolo mo.l) es la cantidad de sustancia que contiene el mismo nú-
mero de moléculas (o iones, átomos, electrones, según los casos) como átomos
hay, ~xactam.ente, en 16 gramos del isótopo puro 160. Esta magnitud y su corres-
pondi~nte unidad deben ser consideradas, allí donde se utilicen, como una nueva donde n es el número de moles y R la constante de los gases perfectos.
magrutud fun~a.mental y como una nueva unidad fundamental, respectivamente.e Cuando se quiere mayor aproximación, se sustituye la ecuación [5,1]
. E~tl;\ ,defirnClón del mol, teniendo presente la sustitución del 160 por el 12C,
coincidiría c.on la que se obtiene por coherencia con la ecuación [4,4] a no ser por otras más complicadas, pero siempre la temperatura termodiná-
porque se fija el gramo como unidad de masa. Esta arbitraria restricción hace
que la llamada cantidad de sustancia adolezca del mismo defecto que el pH y mica a aparece multiplicada por la constante R. .
la co.nstante química, por lo que debe desecharse. Si [5,1] fuese la expresión de una ley universal cabría, en VIrtud de
Sí s~ deja libre la unidad de masa, la cantidad de sustancia coincide con nuestro segundo postulado, prescindir de la constante R, con lo qu~
lo que siempre se ha llamado número de moles. Es, pues, homogénea con la masa,
y no. hay r~zón para ampliar la base con una magnitud más. seguiría siendo suficiente la base tridimensional de la Mecánica. Aun asi,
. Si se quiere dar al mol un símbolo que exprese cómo está relacionado con la no se debería atribuir a a la misma dimensión que al producto p V (ener-
unidad de masa, se puede proceder como sigue:
gía), pues el número de moles, a pesar de su denominación, no es un nú-
1 g/Mr == 1 mol-g; 1 kg/Mr == 1 mol-kg, mero puro, sino una magnitud homogénea con la masa. En todo caso
donde M¿ es un número que se encuentra en las bablas de masas moleculares se debería poner:
relativ:as, distinto para cada especie de partículas y que no depende del sistema [5,2]
de unidades que se adopte.
168 ANÁLISIS D1l\mNSIONAL XIV. TERMODINÁl'tllCA 169

como hicimos equivocadamente en un trabajo anterior (62). Decimos y, si se toma en consideración la ley de Avogadro, en cuya virtud m/Mr ha de
equivocadamente porque esta fórmula dimensional sólo es utilizable en ser función universal de p, V, e, resulta:
aquellos fenómenos que estén regidos por la ecuación [5,1], por ejemplo, pV=~Re,
en los sistemas gaseosos y en las disoluciones diluidas. Por no haber Mr
tenido en cuenta esta circunstancia, obtuvimos un monomio pi éspurio que es la solución correcta.
al resolver el problema de Boussinesq en el citado trabajo (62).
2.° Con la base reducida: 8' = Re.
Como [8'] = L2T-2, resulta:
pV = m8'f(Mr),
6. La dimensión de la temperatura.
que coincide con la solución anterior.
Hemos dado ya las razones por las que la temperatura debe considerarse 3.° Veamos lo que sucede si se hace la temperatura homogénea con la
dimensionalmente independiente de las magnitudes mecánicas, pero como este energía y se introduce en la lista de magnitudes la constante R con la fórmula.
asunto es objeto de controversia, conviene insistir sobre el mismo. La discusión dimensional [R] = M-l.
fue iniciada por Buckingham y Tolman (17). Este último autor, que creía que Además de M¿ y de 7t1 resulta el monomio 7t2 = mR, que es espurio y es
las dimensiones expresaban la esencia de las magnitudes, desarrolló un razona- causa de que la solución
miento basado en atribuir a la temperatura la misma dimensión que a la ener- p V = mR6f(Mr, mR)
gía. Buckingham objetó que ello no era admisible, y Tolman reconoció su error.
Pero Bridgman (22) sostiene que Tolman estaba en su perfecto derecho al supo- sea menos precisa que la hallada por los dos métodos anteriores.
ner que la temperatura era homogénea con la energía si ello convenía a su pro- 4.° Todavía se puede ver lo que sucede si se atribuye a la temperatura la.
pósito, lo que equivale a considerar las constantes universales como comodines misma fórmula dimensional que a la energía y se ignora la existencia de la.
que permiten atribuir la dimensión que se quiera a las magnitudes que motivan constante R. Se llega a la solución
la introducción de dichas constantes.
pV = 6f(Mr),
La cuestión sigue sin resolver. Landau y Lifshitz (63), por ejemplo, dan por
seguro que la temperatura es homogénea con la energía, y no falta quien, como que es notoriamente falsa porque no figura la masa del gas.
Reichenbach (20), opina que tiene dimensión nula. 5.0 Para terminar, vamos a examinar la cuestión en toda su generalidad.
Evidentemente, el pleito no puede fallarse por consideraciones teóricas, sino Supongamos que, de acuerdo con Fr. Russo (24) y con todos los físicos de la.
recurriendo a la comprobación experimental y, para ello, bastará aplicar el escuela de Bridgman, tan sólo está definida la dimensión del producto R6, por
Análisis dimensional a un problema cuya solución sea conocida. Esto es lo que lo que 6 podría tener una dimensión cualquiera con tal de atribuir a R la dimen-
haremos a continuación. sión conveniente.
Sea
7. Ecuación de los gases perfectos.
Tratemos de averiguar, con auxilio del Análisis dimensional, la relación que El problema que nos ocupa, prescindiendo del consabido Mr, se plantearía así:
liga la presión de un gas, p, con el volumen, V, la masa, m, y la masa molecular p V m e R
relativa, Mr.
1.° Con la base completa: L - 1 3 O oc 2-oc
M
T -2
1 O
O
1
O
~ -~
-(2 + y)
Y
p V m 6 R
7t1 1 1 - 1 1 1
L - 1 3 O O 2
M 1 O 1 O O
7t2 O 1 Em Ee ER

T -2 O O O -2 3~
6 O O O 1 1 Em =
oc +y
7t1 1 1 -1 - 1 -1 3(2 + y)
Ee = 2(oc + y)
Como M¿ es de dimensión nula, la solución es:
3y
ER = -
p V = mRef(Mr), 2(oc + y)
170 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIV. TERMODINÁMICA 171

Con el monomio "1 se obtiene la solución correcta. El monoxnio "2 es espu-


rio. La única manera de que no aparezca es hacer (X = 2, 13= 0, y = - 2, de
"9. Casos en que es viable la base mutilada.
acuerdo con nuestra tesis.
Los ejemplos estudiados en los §§ 7 Y 8 prueban que la temperatura es
dimensionalmente independiente de las magnitudes mecánicas. En todo
8. Enfriamiento de una esfera. llroblema en que intervenga la temperatura deberá utilizarse una base
Al utilizar la base reducida con 6' = R6, hemos tenido la solución correcta,
cuadridimensional, tal como la L, M, T, 6. Excepcionalmente, en aquellos
y podría creerse que en todo problema en que figure la temperatura se la puede casos en que se tenga la certidumbre de que la temperatura no puede
considerar como homogénea con el cuadrado de la velocidad, y hacer figurar o figurar sino en el monomio R6, se puede emplear la base reducida L,
no la constante R según la índole del problema. Pero el siguiente ejemplo demues- M, T, pero a condición de emplear, precisamente, las fórmulas dimen-
tra que no es así.
sionales [6] = L2T-2 Y [R] = M-l_ Con ello no se tiene otra ventaja
Una esfera perfectamente conductora tiene en el instante t = O, un exceso
de temperatura ~6o sobre la temperatura ambiente. Se admite que el enfria-
sino simplificar algo los cálculos.
miento depende tan sólo del coeficiente de conductividad superficial, H, del He aquí otra enseñanza lograda con los ejemplos que hemos analizado.
calor específico referido a la unidad de volumen, e', y del radio, r, Se trata de La fórmula dimensional [6] = L2T-2, deducida de la ecuación de esta-
calcular el exceso de temperatura, ~ 6, en función del tiempo. -do p V = nR6 al prescindir de R, no ha resultado viable sino en casos
Aplicando la ley de Newton se obtiene fácilmente:
-especialea, Ello se debe, evidentemente, a que dicha ecuación sólo es
M 3H aplicable a un grupo particular de fenómenos (los que ocurren en sistemas
ln-- = - --t.
~6o c'r gaseosos y disoluciones diluidas), y no de un modo general. De aquí se
infiere que, para hallar la dimensión de una magnitud primaria es preciso
Utilicemos ahora el Análisis dimensional. recurrir a una ley universal. Las leyes particulares, tales como la expre-
1.o Con la base completa.
sada por la ecuación de los gases perfectos, no sirven para este propósito.
Desde luego, un monomio pi es:
De haber establecido previamente este requisito no se hubiera planteado
M
1t'1=--' siquiera el problema de averiguar RiR es o no superflua.
~6o

y el otro se obtiene como se indica a continuación:


a
M H e' r
L O O -1 1 O
M O 1 1 O O ,/ Juhupacio de
T O -3 -2 O 1 /' las maqnitudes
6 1 - 1 -1 O O
mecenic es.
"2 O 1 -1 - 1 1
I
I
Se ve que el sistema' es incompatible a no ser nulo el exponente de ~6. Con I
I
esta condición es "2 = Htjc'r, y la solución I

i/
ft
FIG. 2. - Representación vectorial de las magnitudes M, E, 6, R

es correcta.
El adjunto esquema (fig. 2) puede servir para aclarar nuestro pensa-
2.0 Con la base reducida, L, M, T Y [6] = L2T-2.
Además de los dos monomios pi hallados antes, aparece el monomio espu-
miento. La representación de las dimensiones de las magnitudes mecáni-
rio "3 = ~6t2/r2, que revela que el empleo de la base mutilada no es viable en el (las requiere un subespacio vectorial tridimensional, pero si nos atenemos
caso que nos ocupa. a casos de equilibrio, bastan dos magnitudes básicas, que pueden ser la
XIV. TERMODINÁMICA 173
172 ANÁLISIS DIME SIONAL

bouchinsky es correcta, y deja la impresión de que este ejemplo es una razón


energía, E, Y la masa, M. La temperatura, por ser independiente de las más para justificar su escepticismo en todo lo que se refiere al Análisis di-
magnitudes mecánicas, ha de representarse por un vector que esté fuera mensional.
de dicho subespacio, y otro tanto sucede con la constante R. Pero el Desde nuestro punto de vista, la cuestión se resuelve fácilmente. Planteado
monomio Re, por ser homogéneo con el cuadrado de la velocidad, cae el problema, esto es, fijada la lista de las magnitudes que intervienen en el fenó-
meno, se obtendrá la solución correcta utilizando la base completa L, M, T, 6.
en el subespacio de las magnitudes mecánicas.
Pero en el planteamiento hay que decidir si intervendrá o no la constante de los
gases. Esta decisión cae, evidentemente, fuera del alcance del Análisis dimensio-
10. Solución del problema de Boussinesq. nal. Tal como el problema fue planteado por lord Rayleigh, no figura R en la
lista, hipótesis plausible, puesto que, tratándose de un fluido prácticamente
Con lo que precede estamos ya en condiciones de intervenir en la polémica incompresible, la presión no influirá de un modo apreciable, y huelga tomar en
entablada en torno del problema de Boussinesq, del que tratamos ya al hablar -consideración la ecuación de estado. Será, pues:
de la teoría de la conductibilidad térmica. La solución dada por lord Rayleigh
fue criticada por Riabouchinsky (64), quien hizo notar que, si en vez de consi- q a v 6 e' K
derar la temperatura como magnitud independiente, se define como la energía,
L 2 1 1 O - 1 1
media de las moléculas, se llega a un resultado diferente. M 1 O O O 1 1
En efecto: utilizando la base mutilada L, T, Q, y atribuyendo a la tempe- T -3 O - 1 O -2 -3
ratura termodinámica la misma dimensión que a Q, el problema se plantearía 6 O O O 1 - 1 -1
como indica el siguiente cuadro: -1 O -1 O - 1
~l 1
~2 O 1 1 O 1 - 1
q a v 6 e' K
ae'v
L O 1 1 O -3 - 1 ~l = ai6; ~2=-X;
T 1 O 1 O O -1
Q 1 O O 1 O O
:y esta solución, que reputamos correcta, coincide con la dada por lord
~l 1 -1 O -1 O -1
O Rayleigh.
~2 1 1 O 1 -1
~3 O 3 O O 1 O Dejamos al cuidado del lector el comprobar que, si se utiliza la base mutila-
-da L, M, T, y las fórmulas dimensionales:
Como la característica es h = 3, resultan tres monomios pi independientes:
[6] = L2MT-2; [el = L-3; [K] = Ir+; [R] = M-l,
~ - q .
1 - aK6' 'se obtiene el monomio espurio e'a3_

con lo que la solución es menos precisa que la dada por lord Rayleigh.
A la observación de Riabouchinsky replicó lord Rayleigh en los siguientes:
términos:
11. Relación entre la viscosidad y la conductividad
«La cuestión promovida por Riabouchinsky pertenece más bien a l~ Lógica. térmica de un gas perfecto.
que al uso del principio de similitud, que es lo que me concierne. Merece, sin
embargo, ser discutida a fondo. La solución a que llegué se basa en las ecuacíones, La relación v/K entre la viscosidad cinemática y la conductividad
de Fourier para la conducción del calor, en las que la temperatura y el calor se 'térmica, para valores determinados de la presión y de la temperatura,
consideran como sui generis. Ciertamente sería paradójico el que un mejor cono-
sólo podrá depender de la naturaleza del cuerpo que se considere, esto es,
cimiento de la naturaleza del calor, logrado por la teoría molecular, nos pusiera
en peores condiciones al tratar de resolver un problema particular. La solución
-de los coeficientes e', y x, que determinan 'el comportamiento termodi-
(l(.

parece consistir en que las ecuaciones de Fourier llevan envuelto algo acerca de námico de un cuerpo cualquiera, según se deduce de los principios de la
la naturaleza del calor y de la temperatura, que es ignorado en la argumentación 'Termodinámica. Los coeficientes y x derivan de la ecuación de estado y,
(l(.

de Riabouchinsky.» .si se trata de un gas perfecto, sólo podrá depender de las variables p y e
Bridgman, al comentar la controversia precedente, dice que la respuesta
J' de la constante R.
de lord Rayleigh le deja frío. Opina, sin justificarlo, que la solución de Ría-
174 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIV. TERMODINÁMICA 175

v/K e' R p O y la ecuación dada podrá tomar la forma:


L 1 -1 2 -1 O
M -1 1 O 1 O
T 2 -2 -2 -2 O
e 1 - 1 -1 O 1

1t"1
1t"2
1
O
1
1
O
O -
O
1
O
1 Salvo factores numéricos, las magnitudes Pl' VI Y el coinciden con las
constantes críticas del gas en cuestión, y en la ecuación precedente está
v , e'e contenida la ley de los estados correspondientes.
1'1= -- e; 1'2= --o

te P Se ve fácilmente que cualquier ecuación de estado que contenga tan


sólo tres parámetros y permita calcular en función de los mismos los
Para completar la información suministrada por el Análisis dimen- valores de las constantes críticas, lleva consigo la validez de la referida ley.
sional, observaremos que entre el calor específico referido a la unidad de
volumen, e', y el calor molar Ov existe la relación: 13. Distribución de presiones en la atmósfera.

, Ov Se admite que la presión al nivel del mar es constante y vale Po, Y


e =--
V' que la temperatura está ligada con la altura, z, por la ecuación:

donde V es el volumen molar. Resulta así: e = eo-az.


p z 00 a g R
e'e
L - 1 1 O -1 1 2
P M 1 O O O O O
T -2 O O O -2 -2
y es sabido que Ov/R es un número fijo, proporcional al número, l, de O O O 1 1 O -1

átomos contenidos en la molécula. Será, pues: 1t"2 O 1 - 1 1 O O


1t"3 O O O -1 1 -1
ve'
-- = consto P
]{l 1'1=--
Pl

12. Ley de los estados correspondientes


az g)
La ecuación de Van de Waals, referida al mal, es:
P = Pot)¡ ( 60' aR .

'(p + ;2) (V - b) = Re
La fórmula completa es:

( eo-az)
g
P = Po
y con las magnitudes que en ella figuran pueden formarse los siguientes. eo aR
monomios pi:

1'1
pb2
= --
P
= --; 1'2=--=--;
eRb e 1'3=-
V
=--
V
a P1 a el b V1
CAPíTULO XV

MECÁNICA ESTADíSTICA

1. La constante de Boltzmann.

En Mecánica estadística se introduce una nueva magnitud, la proba-


bilidad W, que tiene dimensión nula y que, por tanto, no altera el sistema
dimensional. La alteración se produce cuando se establece la conexión
con la Termodinámica postulando que, en todo sistema térmicamente
aislado, la entropía de cada estado es función universal de su probabilidad.
Este postulado basta para que el Análisis dimensional prevea la existencia
de una nueva constante universal, k, que recibe el nombre de constante
de Boltzmann (*) y que es necesaria para que la relación

s = k/( W) = k In W + So [1,1]

cumpla la condición de homogeneidad.


En todo problema de Mecánica estadística habrá que contar con la
constante de Boltzmann. Además, como

[k] = [S] = L2MT-26-1 [1,2]

serán precisas cuatro magnitudes básicas.

(*) Todos los autores llaman a k constante de Boltzmann, pero Planck


en su autobiografía (26) reivindica para sí el haber obtenido la relación S = k ln W,
y haber demostrado que k es la constante de los gases referida a una molécula.
Según Planck, Boltzmann, nunca introdujo tal constante, ni mucho menos
trató de averiguar su valor. Pues, de haberlo hecho, habría tenido que calcular
el número de átomos que existen en un porción determinada de materia, tarea
que dejó a su colega Loschmidt, mientras él, en sus propios cálculos, se atuvo
siempre a la posibilidad de que la teoría cinética de los gases no pasara de ser
una imagen mecánica de la realidad.
ANÁLISIS DUIENSrONAL. - 12
178 ANÁLISIS DIMENSIONAL xv. MECÁNICA ESTADÍSTICA 179

De acuerdo con nuestro segundo postulado, la constante de Boltzmann El que muchos autores, de acuerdo con Tolman y Bridgman, opinen que la
es ineludible, puesto que la entropía y la probabilidad son inseparables. temperatura puede tener la misma dimensión que la energía procede de suponer
que la constante de Boltzmann es superflua, con lo que se puede hacer k = 1, Y
de [2,1] re ulta [6] = [E]. Pero hemos visto en el capítulo precedente que al
La medida de la probabilidad depende de la definición que se adopte, y la
proceder así aparecen monomios pi espurios cuando se aplica el Análisis dimen-
experiencia ha hecho ver que es preciso proceder de distinto modo según los
sional a ciertos problemas, y ello basta para afirmar que la constante de Boltz-
casos, y de aquí que, además de la estadística clásica de Boltzmann, hayan
mann es ineludible.
entrado en vigor las nuevas estadísticas cuánticas de Bose-Einstein y de Fermi-
Sflgún la Mecánica estadística, los conceptos de entropía y de probabilidad
Dirac. En todo caso, la probabilidad es una magnitud de dimensión nula, por lo
sólo tienen sentido en sistemas formados por gran número de elementos sometidos
que en cualquier problema de Mecánica estadística en que figuren magnitudes
a sus acciones mutuas, de tal modo que sea posible atribuir una probabilidad, W,
termodinámicas habrá que contar con la constante de Boltzmann y atribuirle
a cada estado del sistema compatible con las condiciones exteriores, y los prin-
la fórmula dimensional [1,2]. Además, su valor numérico subsiste en las nuevas
cipios fundamentales postulan que ha de haber proporcionalidad entre la en-
estadísticas, puesto que, por figurar en [1,1] el logaritmo de la probabilidad,
tropía y el logaritmo de la probabilidad, por una parte, y entre la temperatura
un cambio en la medida de W afectará tan sólo a la constante aditiva So.
y la energía media correspondiente a cada grado de libertad, por otra. Se trata
de parejas formadas por magnitudes, inseparables, por lo que, en virtud de
nuestro segundo postulado, el factor de proporcionalidad ha de ser una cons-
2. Príncípío de equipartición. Constante de Avogadro. tante universal ineludible.
La constante de Bo1tzmann y la constante de la gravitación desempeñan
La conexión entre la temperatura y las magnitudes mecamcas se
papeles análogos. Con la fórmula mg = VGmi se puede eliminar de todas las
logra gracias al principio de equipartición de la energía, que establece fórmulas la masa inercial o la gravitatoria. Del mismo modo, la ecuación [2,1]
que, en todo sistema en equilibrio estadístico, la energía correspondiente puede servir para prescindir de la temperatura termodinámica, 6, sustituyén-
a cada grado de libertad vale, por término medio: dola por la magnitud 6c = k6. No hay que olvidar, al hacer esta sustitución,

e = .!... ke. [2,1]


e
2

Es interesante hacer ver que, si existe una relación entre la energía


cinética media de las moléculas y la temperatura, el Análisis dimensional
permite prever la relación [2,1].
Con las magnitudes e, m, e, k y v, sólo puede formarse un monomio Re
pi, en el que no figura la masa ni la velocidad media. Ha de ser, por tanto:

e: = Cke R
FIG. 3. - Diagrama vectorial que muestra las relacio-
y queda así demostrada la proporcionalidad entre la temperatura y la nes entre las magnitudes de la Mecánica estadística
con las de la Mecánica clásica y con la temperatura
energía cinética media de traslación.
que la nueva magnitud, que podemos llamar temperatura cinética, por llamar-
Para los movimientos de rotación hay que reemplazar la masa por el mo- la de algún modo, es cosa totalmente distinta de la temperatura sensible. La
mento de inercia, I, con lo que aparece un nuevo monomio pi que complica la primera, por definición, ha de medirse hallando la energía media de cada partícu-
solución:
la, dividiendo por el número de grados de libertad, y multiplicando por 2; es, por
tanto, homogénea con la energía. En cambio, la magnitud 6 es la temperatura
sensible, la que se mide con los termómetros y, según hemos hecho ver anterior-
mente, su fórmula dimensional no puede ser establecida a base de magnitudes
y ya no se puede afirmar que exista la proporcionalidad entre 6 y E. mecánicas.
180 ANÁLISIS DIMENSIONAL xv. MECÁNICA ESTADÍSTICA 181

La figura 3, complemento de la 2, muestra las relaciones entre las magnitu- Además de 6, n,


V y la constante universal k, intervendrá la compre-
des k y !le, que son las propias de la Mecánica estadística, con las magnitudes
sibilidad, x. Como con estas magnitudes sólo puede formarse el monomio
de la Mecánica clásica y con la temperatura, considerando como vectores sus
respectivas dimensiones de acuerdo con la teoría de R. San Juan. Se ha incluido de dimensión nula
otra constante universal, el número de Avogadro, NA, que, como es sabido, TI1
x6k
= --,
está ligado con las otras dos constantes, k y R, por la ecuación: V
R=N..I.k resulta:

y cuya fórmula dimensional (*) es: 1


Ti
V( n-n-)2 -_ cp (Xk6)
----v- .
[N..I.] = M-l.

En la fórmula completa es:

V
3. Ley de distribución de Boltzmann.

Dado un sistema constituido por un gran número, N, de sistemas ~ ( x~e ) ~ x~e .


elementales en equilibrio estadístico y mantenido a temperatura cons-
tante, 6, averiguar el número de los que poseen energías comprendidas
entre e: y e: +~e:. Se supone que e: puede variar de modo continuo.
5. Ley de distribución de MaxwelI.
Con las magnitudes dadas se puede construir un monomio pi, TI = e:/k6,
y dos factores de forma, (;)1 = 1ft/N y (;)2 = ~e:/e:. El segundo puede Dada una masa gaseosa formada por un número muy grande, N,
reemplazarse por (;)3 = ~e:/k6. Será, pues: de moléculas iguales, de masa m, averiguar el número, dN, de las que tie-
nen velocidades comprendidas entre e y e +
de, cuando la temperatura
No -N
c=: cp
(_e:k6' ~)k6 .
es 6. Se supone que las acciones entre las moléculas consisten exclusiva-
mente en choques elásticos.
Con las magnitudes mencionadas y la constante de Boltzmann se
La solución completa, en el caso de un gas perfecto, es: pueden formar tres monomios pi:
~e: dN de mc2
TI - __
k6 1- N '
o
TI2 = --;
e
TIs =--
k6

4. Fluctuaciones estadísticas. y la solución es de escasa utilidad, pues en ella figura una función des-
conocida con dos parámetros.
En un sistema en equilibrio estadístico, mantenido a temperatura
constante, el número de partículas contenidas en cierto volumen, V, es, Se puede precisar algo más la información suministrada por el Análisis di-
por término medio n. Áveriguar el valor medio de la fluctuación cuadrá- mensional teniendo presente que, por la isotropía del espacio y la ausencia de
tica definida por: fuerzas exteriores, si se representan las velocidades de las moléculas por sendos
vectores trazados desde un punto cualquiera, el valor de dN será igual al núme-
ro de vectores cuyos extremos quedan entre dos esferas de radios e y e +
de, o
sea en un volumen 41te2de. Esto pone de manifiesto que el elemento de debe
figurar multiplicado por e2, cosa que se logra sustituyendo 1t2 por
(*) Muchos físicos creen erróneamente que el número de Avogadro tiene
dimensión nula, porque se obtiene contando el número de molécula-s que hay
en un mol. Pero olvidan que el mol depende de la unidad de masa, por lo que
un mol-kg, por ejemplo, vale 1000 mol-g.
182 ANÁLISIS DIMENSIONAL xv. MECÁNICA ESTADÍSTICA 183

y puede afirmarse que


7. Viscosidad de los gases.

dN = N ( : f2 ~2)
e2~ ( de. La teoría cinética explica la viscosidad de los gases como un trans-
porte de ímpetu entre choque y choque. Es un fenómeno puramente
La fórmula completa es: mecánico, que se produce aunque no haya diferencias de temperatura y,
en consecuencia, para aplicar el Análisis dimensional bastará una base
4N m 3/2 ( mc2 de tres, que pueden ser L, M, T. Las magnitudes a considerar son: la
dN = ,e. ( -- )
e2 exp - --) de.
V rr 2k8 2k8 masa, m, de las moléculas; el número, NI> de las contenidas en la unidad
de volumen; su velocidad media, e,
y el recorrido libre medio. He aquí
6. Presión de una masa gaseosa. el planteamiento y la solución:
(J. m NI e A
Hallar la relación que liga la presión, p, de un gas perfecto con el
L - 1 o -3 1 1
número, NI' de moléculas contenidas en la unidad de volumen, con la M 1 1 o o o
masa, m, de cada una, y con la energía cinética media, E, por grado de T -1 o o -1 o
libertad. Se admite que las dimensiones lineales de las moléculas son 7tI 1 -1 -1 -1 -1
muy pequeñas en comparación con el recorrido libre medio. 7t2 o o 1/3 o 1
En este problema intervienen magnitudes mecánicas exclusivamente, (J. = mNleA~CANl/3).
por lo que bastan tres magnitudes básicas, L, M, T, Y la solución es:
Si no se trata de gases ultraenrarecidos, ocurre que A < < 1/Nl1/3,
por lo que, con gran aproximación, puede atribuirse a ~ el valor O = ~(o):
(J. = OmNlcA.
Se puede hacer intervenir la temperatura recurriendo al principio de Como mNl = p, resulta:
equipartición: (J. = OpCA. [7,1]
€=~k8
2 ' La teoría completa da 0= 1/3.
con lo que resulta:
8. Conductividad térmica de los gases

y como, si N es el número total de moléculas, V el volumen, NA la cons- La conducción del calor en los gases se debe al transporte de energía
tante de Avogadro y n el número de moles, se cumple que: cinética efectuado por las moléculas, por lo que constituiría un problema
mecánico a no ser porque la magnitud a calcular es una magnitud tér-
N mica. Habrá, pues, que agregar la constante de Boltzmann a la lista de
Nl=--·
V' las magnitudes que figuran en el problema anterior, y serán precisas cuatro
queda en definitiva: magnitudes básicas, por ejemplo, L, M, T, 8. En esta base, la fórmula
dimensional de la conductividad térmica es:
[K] = LMT-3fJ-l
o bien:
pV = O'nR8. y el Análisis dimensional conduce a la expresión
K = N;é;A.k~(ANl/3),
184 ANÁLISIS DIMENSIONAL XV. MECÁ ICA ESTADÍSTlCA 185

que, para valores no excesivamente pequeños de la densidad, se con- el Análisis dimensional conduce a
vierte en:
n(E) = q(E) V1;4L84).
[8,1]
vE1;L rp ( q(E)
8

De la comparación de [7,1] y [8,1] resulta:


Es evidente que, a igualdad de otras circunstancias, n(E) ha de ser
vN proporcional a q(E) y como esta variable interviene en el argumento
(LN1 = const, o sea __ 1_ = const,
pK K de rp, es preciso que esta función degenere en un número fijo, G. Por
tanto:
que está de acuerdo con el resultado hallado en el § 11, capítulo XIV, n(E) = Gq(E) .
pues e' es proporcional a Nll. vE1;L
8

Para hallar el número C bastará considerar un caso sencillo, lo que jus-


9. Densidad de moderación de los neutrones. tifica el suponer, como hace Fermi, que la pérdida logarítmica de energía
en cada choque, 1;= - /).In E, es infinitamente pequeña, con lo que se
En la teoría elemental de los reactores se presenta el problema de
averiguar el número de neutrones, n(E)dE, que en cada unidad de obtiene fácilmente el valor G = 1.
volumen poseen energías comprendidas entre E y E dE. Esta mag- +
nitud dependerá de las siguientes variables:
1.° La llamada densidad de moderación, q(E) (slowing down density),
que es el número de neutrones que, en cada unidad de volumen, atravie-
san cada unidad de tiempo el nivel de energía E.
2.° De la energía considerada, E.
3.° De la masa, m, del neutrón. Esta magnitud puede sustituirse
V
por la velocidad v = 2E [m, pues E figura ya en la lista.
4.° De la naturaleza del moderador, del cual sólo interesa el poder
moderador q:, que representa la pérdida logarítmica media de energía
por unidad de camino.
Como puede verse en cualquiera de los muchos libros que tratan de
esta cuestión, la solución se logra tras de razonamientos alambicados y
cálculos nada sencillos. Fermi indicó un medio fácil, pero se le hace la
objeción de ser poco riguroso. Vamos a ver que el Análisis dimensional
justifica el método d~ Fermi.
Como muestra el siguiente cuadro:

n(E) v q(E) E ~:E


,
L -5 1 -3 2 - 1
M - 1 O O 1 O
T 2 - 1 -1 -2 O
1'Cl 1 1 -1 1 1
1'Cz O 1 -1 O 4
CAPíTULO XVI

RADIACIÓN TÉRMICA Y MECÁNICA CUANTISTA

1. Necesidad de una nueva constante universal.

Demuestra la experiencia que en toda cavidad mantenida a tem-


peratura constante, con tal de que contenga una partícula de un cuerpo
negro, esto es, de un cuerpo capaz de absorber y emitir radiaciones de
todas las frecuencias, se establece un estado de equilibrio en el que la
densidad de energía y la composición espectral de la radiación son inde-
pendientes del tamaño y forma de la cavidad y de la naturaleza de sus
paredes. Como la partícula absorbente obra sólo a manera de catalizador
que provoca el paso al estado de equilibrio más estable, resulta que no
hay más variable independiente que la temperatura, por lo que cual-
quier otra magnitud, y en particular la densidad de energía, habrá de
ser función de dicha variable (*).
Si u es la densidad de energía, como

[u] = L-IMT-2,

se ve inmediatamente que es imposible obtener un monomio de dimención


nula en que no intervengan más que u y e, por lo que el Análisis dimensio-

(*) Refiere Planck en su autobiografía (27) que, para lograr que la magni-
tud W, que figura en la fórmula S = k In W, pudiese ser interpretada como
una probabilidad, tuvo necesidad de introducir una nueva constante universal h,
que, por tener la misma dimensión que la acción (energía X tiempo), denominó
-cuanto elemental de acción.
No es fácil hacer conjeturas acerca del razonamiento mediante el cual, por
consideraciones dimensionales, llegó Planck a su maravilloso descubrimiento, y
debe reputarse como obra de un genio. Con nuestro segundo postulado y con la
hipótesis de los fotones la cosa resulta obvia.
188 ANÁLISIS DIME "SIONAL XVI. RADIACIÓ TÉ~lICA y MECÁ ICA CUANTISTA 189

nal exige que en dicha función esté presente una constante universal. Ni la. En la primera edición de este libro dábamos por supuesto que estas
velocidad de la luz ni la constante de los gases sirven para el caso, pues. 'Consideraciones bastaban para escribir, en virtud de nuestro segundo
en su fórmula dimensional no figura la masa. Agotados con esto los recur- -postulado:
sos de la Termodinámica, cabe la esperanza de que se resuelva la dificul- e: = kv,
tad con ayuda de la Mecánica estadística.
Para aplicar los métodos estadísticos a la radiación térmica, imaginó> -pero el profesor Teófilo Isnardi nos ha hecho notar, muy atinadamente,
Planck un sistema de resonadores lineales en equilibrio con la misma. -que por igual razón se podía hacer:
De este modo, se operaba con gran número de elementos entre los cuales.
eran posibles las transferencias de energía, condición indispensable para.
poder aplicar dichos métodos. Con este artificio logró Planck su propó-
sito, pero ahora ya no es necesaria la introducción de elementos extraños,. -donde x es un número racional cualquiera, positivo o negativo. Por tanto,
porque se sabe que la radiación está constituida por partículas de luz o- .sólo se puede afirmar que la fórmula dimensional de k debe ser:
fotones, que formarán una colectividad estadística si se hace posible
le transferencia de energía entre los mismos. Éste es, precisamente, ell [k] = L2MT-2+x,
papel de la partícula de cuerpo negro que hay que colocar en la cavidad,
cuando sus paredes son perfectamente reflectoras, para asegurar el equi- -en la que x es un número racional indeterminado.
librio estadístico.
En Mecánica estadística disponemos de la constante de Boltzmann,. Es evidente que el Análisis dimensional, por sí solo, nada puede decirnos res-
y procede ensayar si con las magnitudes u, e, e y k se puede formar un pecto del valor de x. Pero, en muchas ocasiones, basta un conocimiento ele-
mental de la parte física del problema que se aborda para llegar a resultados que
monomio pi. Pero ocurre que las ecuaciones que se obtienen al plan-
precisan más la solución. Vamos a demostrar que, en nuestro caso, basta tener
tear el problema son incompatibles, pues la característica de la matriz;
-en cuenta la ley de Wien:
formada con los exponentes dimensionales: e
- = const,
Vm
u k e e

L -1 2 O 1 para poder afirmar que ha de ser, precisamente, x = 1.


M 1 1 O O Representando por uvdv la energía correspondiente al intervalo espectral dv,
T -2 -2 O -1 deberá haber una relación entre uv, v, e y las constantes universales k, e y h.
e O -1 1 O Para facilitar los cálculos tendremos presente que, por tratarse de un problema
-de Mecánica estadística, las magnitudes k y e
han de figurar formando el mo-
vale 4, que es justamente el número de magnitudes. Por tanto, el Aná- nomio ke. En el siguiente cuadro se indica el modo de plantear y resolver el
lisis dimensional permite afirmar que en la teoría de la radiación ha de in- problema dimensional:
tervenir una nueva constante universal. u v ke e h

L - 1 O 2 1 2
2. La constante de Planck. M 1 O 1 O 1
T - 1 - 1 -2 - 1 -2+x
Según nuestro segundo postulado, para que una constante universal 1tl 1 -2-xO 3 - 1
sea indispensable es preciso que figure en la relación que liga las medidas. 1t2 O X - 1 O 1
de dos magnitudes inseparables. En los fotones, sólo cabe considerar dos
y resultan dos monomios pi:
magnitudes variables, la energía, e, y la frecuencia, v, pues la velocidad
con que se mueven en el vacío es común a todos ellos, carecen de masa. hv'"
1t2 = kQ'
en reposo, y su carga es nula.
190 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVI. RADIACIÓN TÉRMICA Y MECÁNICA CUANTISTA 191

por lo que habrá. de ser: El flujo por unidad de superficie y por unidad de tiempo vale:

donde I es una función indeterminada. Veamos ahora si la precedente ecuación


está de acuerdo con la ley de Wien. A este fin, hallemos el valor vm para el cual
donde cr = Ck4J4c2k3 es la constante de Stefan. La teoría completa da
adquiere Uv su valor máximo. Deberá ser:
(véase, por ejemplo, J. Palacios, 46, pág. 332),

o sea:
(2 + x)v:"+z I ( h;; ) + v~+z t' ( h~:m ) h
--xv
k6
Z-¡
tn = ,
O
cr = 27t ~f
«»
ex)
o
eZ -
z3dz
1
= 5,672.10-5 g S-3 0C-4.

(2 + x)1 ( hv"m ) + r ( hV
Z
m) hvzm x = O
k6 k6 k8 ' 4. Ecuación de lord Rayleigh.
de la que, despejando vXmJ6 se deduce: La Mecánica estadística de Boltzmann, que había logrado grandes
éxitos al ser aplicada a los gases, fracasó totalmente cuando se trató
VZm
-6- = const, de obtener con su auxilio la distribución de la energía en el espectro de
la radiación negra. Representando por uvdv la densidad de energía co-
y basta comparar con la ley de Wien para deducir que ha de ser x = 1. rrespondiente al intervalo espectral dv, deberá haber una relación entre
En resumen: si se admite que la radiación está formada por fotones, que su> uv' '1, 6, k Y c. El Análisis dimensional (*) conduce inmediatamente a
estado de equilibrio depende tan sólo de la temperatura y que su estudio puede-
efectuarse por métodos estadísticos, el Análisis dimensional permite afirmar
que, además de las constantes universales e y k, ha de intervenir otra, h, y
nuestro segundo postulado conduce a la fórmula dimensional

que, con C = 87t, coincide con la fórmula hallada por lord Rayleigh y
Jeans, la cual, como es sabido, es totalmente inaceptable. La dificultad
Además, para que se cumpla la ley de Wien ha de ser x = 1.
El gran mérito de Planck consiste en haber logrado, por consideracionas
sólo pudo ser resuelta con auxilio del cuanto de acción de Planck, como
dimensionales, llegar a la conclusión de que debía existir tal constante, y hallar veremos en el apartado que sigue.
su fórmula dimensional sin hacer uso, ni de la hipótesis de los fotones ni de)
referido postulado.
5. Ley de Wien y ecuación de Planck.
3. Ley de Stefan. Abordemos el problema del apartado anterior tomando en considera-
ción la constante de Planck, k. Resultan así dos monomios pi:
Gracias a la nueva constante, k, resulta ya viable el problema de
hallar la función que Íiga la densidad de energía con la temperatura. kv
absoluta, pues con las magnitudes u, c. k, k y 6 puede formarse un mono-
7ti = 7t
2-Te'
-

mio pi:
(*) Ya Hopf (65) trató de hallar la fórmula de Rayleigh por consideraciones
dimensíonales, pero incurrió en el error de hacer la temperatura homogénea con
la energía, con lo que obtuvo:
y habrá de ser: v26
. Uv = const --,
c2
[3,1]
en la que la constante no es un número fijo, sino una constante dimensionada.
192 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVI. RADIACIÓN TÉRMICA Y MECÁNICA CUANTISTA 193

o bien: donde z está dado por la ecuación (*):


hv
7t ---
2 - kS' 5(1 - e-z) = z.

y la solución es: Gracias a nuestro segundo postulado, y basándonos en la existencia


, - ~
Uv- t (hV)
-- • [5,1]
de los fotones, hemos logrado predecir la existencia de la constante de
e3 kS Planck y, con su auxilio, hemos deducido las leyes de Stefan y de Wien
con sus respectivas constantes, salvo sendos factores numéricos.
De esta fórmula se deduce inmediatamente la ley de Wien (*), según
La radiación térmica sirvió a Straneo (67) de ejemplo para poner a prueba
la cual, si Am es la longitud de onda a la que corresponde la máxima
un método basado en un supuesto vinculo que ha de existir entre las diversas
energía, ha de ser: constantes universales de una teoría. Da por supuesto que en la radiación se
AmO = const = b. requieren cuatro magnitudes básicas tales como L, M, T, 6, y que han de inter-
Como el monomio venir las constantes universales e, h y k, todo lo cual es correcto, y basta, según
hemos visto, para lograr el resultado apetecido. Pero admite luego, sin justifi-
" 2
" 1 = "1"2 - cación, que ha de existir una relación,

u = 1(6, O),
tiene también dimensión nula, la expresión [5,1] puede tomar la forma:
donde O es una constante universal vinculada COIl e, h y k. Con estas limitacio-
nes previas consigue deducir tan sólo la ley de Stefan, pero no la manera de
obtener O a partir de e, h y k. Esto muestra que el método de Straneo no agrega
nada nuevo al Análisis dimensional. Antes bien; sólo es aplicable en casos muy
especiales y, aun entonces, suministra menos información que la que se logra
lo que revela que Uv/S3 es función universal de S/v. Por tanto, el valor aplicando el teorema de pi.
de S/v = AS/e, que hace máxima la densidad de energía Uv para cada En un artículo aparecido recientemente, trata de probar el profesor Ep-
valor de S habrá de ser una constante universal, que es la ley de Wien (*). stein (68) que, una vez establecida la ley de Wien, el Análisis dimensional permite
prever la existencia de la constante de Planck. En realidad, lo que demuestra
es que tiene que haber una constante universal que no puede obtenerse median-
AmS = const = b, [5,2] te una expresión monomia formada con las constantes e y k. Pero de ello no se
deduce que tal constante tenga necesariamente la misma dimensión que la
La solución completa del problema fue lograda por Planck gracias a constante de Planck.
su hipótesis de los cuantos, y es:
6. Presión de radiación.
87th v3
Uv=--
e3 exp (hv/kS) - 1 Como en la radiación térmica no hay más variable independiente que
la temperatura, la presión deberá ser función de S, y podrán figurar
que está de acuerdo con [5,1] y da para la constante de la ley de Wien las constantes e, h y k. Con las magnitudes citadas sólo puede formarse
-el valor un monomio pi, y la solución es:
b = _1 he
z k'

. (*) . Para la deducción de las leyes de Stefan y de Wien por consideraciones (*) Véase, por ejemplo, el libro del autor (46), pág. 331.
-dirnensionales con auxilio del cuanto de acción, véase el articulo de Runge (66).
ANÁLISIS DUrENSIONAL. - 18
194 ANÁLISIS DIMENSIONAL

o bien, teniendo presente [3,1]:

p = °lU.

La teoría completa da 01 = 1/3.

7. Constante química.
Para los fines de la Mecánica estadística clásica, un gas perfecto
queda definido por la masa, m, de cada una de sus moléculas. Por otra
parte, la existencia de la constante química se predice mediante el tercer
principio de Termodinámica, o teorema de Nernst, que equivale a postu- CAPíTULO XVII
lar la existencia de un dominio finito de igual probabilidad en el espacio
fásico, dominio cuyas dimensiones están relacionadas con el cuanto de ELECTROMAGNETISMO
acción de Planck. De aquí resulta que la constante química, K, ha de
depender de m, k y h. Recordando la fórmula dimensional de la constante
1. Magnitudes primarias.
química dada en el § 4 del capítulo VI, resulta:
De todas las magnitudes con que se opera en Electromagnetismo, las
K m h k
únicas que importan para establecer el sistema dimensional son las que
L -1 O 2 2 hemos llamado primarias, esto es, aquellas para las cuales es posible de-
M 1 1 1 1
T -2 O -1 -2 finir la Suma por vía operacional y universal sin necesidad de recurrir a
e - 5/2 O O -1 la medida de otras magnitudes. A continuación enumeramos las magni-
7t'1 1 - 3/2 3 - 5/2 tudes primarias con el postulado que sirve para establecer el criterio de
suma en cada una.
m3f2k5f2 Oarga eléctrica. La carga eléctrica, Q, se manifiesta por la creación
K=O
h3 en torno suyo de un campo en el que se observan ciertos fenómenos pecu-
liares que daremos por conocidos. Su carácter de magnitud primaria
La fórmula deducida teóricamente por Sackur y Tetrode es: resulta de admitir que las cargas eléctricas se suman por acumulacián
(capítulo II, § 5).
Corriente eléctrica. Las corrientes eléctricas se manifiestan por de-
terminados efectos observables (térmicos, magnéticos y electrolíticos)
, que permiten definir una magnitud primaria, llamada intensidad. Su
donde g representa la multiplicidad, o peso estadístico 2l + 1 de los criterio de igualdad es obvio, yen cuanto al de suma, basta postular que
estados cuánticos magnéticos del nivel fundamental. las intensidades son aditivas por acumulación. Se dirá, por ejemplo, que
una corriente es igual a la suma de otras dos cuando la primera produzca
los mismos efectos electrolíticos que las otras dos puestas en paralelo.
Vectores eléctricos. En todo punto de un campo electrostático pue-
den observarse dos magnitudes dirigidas que se manifiestan por sendos
efectos característicos. Una es la intensidad, E, responsable de las fuerzas
que se ejercen sobre los cuerpos electrizados. La otra es la inducción, D,
196 ANÁLISIS DIMENSIONAL
XVII. ELECTROIl1A.GNETISMO 197
que es la causa de los fenómenos de electrización por influencia, esto es,
de la aparición de cargas de signo contrario en las caras de una lámina Por ser B y B vectores coexistentes en un punto, habrá de cum-
metálica, cargas que adquieren su valor máximo cuando la lámina se plirse que:
coloca en determinada posición. B = fLB, [1,3]
Tanto E como D son magnitudes primarias en virtud de un principio
de su/perposicion, que puede enunciarse aSÍ: las magnitudes E y D se donde fL es un tensor, característico del medio, que se denomina permea-
comportan como ueciores, esto es, las cantidades de cada especie se suman bilidad magnética, el cual en los medios isótropos se convierte en un es-
por la regla del paralelogramo. calar.
Según el referido principio, si ·E es la fuerza que se ejerce sobre la
unidad de carga, la que actúa sobre una carga Q valdrá: 2. Leyes fundamentales.

f= EQ. [1,1] De muchas maneras se pueden clasificar las leyes del Electromagne-
tismo en fundamentales y derivadas, y cada autor elige como fundamenta-
Además, por ser E y D vectores coexistentes en un punto, deberá ser: les las que considera más adecuadas desde el punto de vista pedagógico.
Para el Análisis dimensional sirve cualquier sistema de ecuaciones fun-
D = eE, [1,2] damentales, pues todos conducen al mismo sistema de fórmulas dímen-
sionales, pero con objeto de poner de manifiesto que se cumple nuestro
donde e es un tensor, característico del medio, que se denomina permea- primer postulado, adoptaremos las ecuaciones que pueden enunciarse
bilidad eléctrica, permitividad o constante dieléctrica, el cual se convierte como relación de proporcionalidad entre cantidades.
en un escalar en los medios isótropos. Ley de Famday-Gauss. Toda carga eléctrica engendra un campo
Campo magnético. Las cargas eléctricas .en movimiento y los ima- eléctrico en el que la inducción es proporcional a dicha carga y está en
nes crean en torno suyo un campo magnético, que se manifiesta por razón inversa del cuadrado de la distancia:
fenómenos peculiares que daremos por conocidos.
En todo punto de un campo magnético pueden observarse dos mag- (D) ~ (Q) (entre cantidades). [2,1]
nitudes dirigidas que se manifiestan por sendos efectos característicos. (r)2
Una es la inducción magnética, B, responsable de los efectos ponderales.
La otra es el poder imanador, H, que es la causa de los fenómenos de Al pasar a la ecuación entre medidas, hay que poner un factor de
imanación por influencia (*). Ambas son magnitudes primarias en vir- proporcionalidad que resulta ser independiente del medio; es una cons-
tud de un principio de superposición que puede enunciarse así: las mag- tante universal. Pero como la relación [2,1] no liga dos magnitudes
nitudes By H se comportan como vectores. inseparables, nuestro segundo postulado afirma que tal constante es
superflua, y puede recibir un valor numérico cualquiera.
(*) Cuando Maxwell formuló las ecuaciones del campo electromagnético Con C = 1 resulta el sistema no racionalizado:
no se preocupó ~n dar las definiciones epistémicas de los cuatro vectores E D
B, .H, Y no es fá~ll encontrar tales definiciones en los libros de Electromagnet¡g'mo:
quizá porqu~ piensan los autores que bastan los nombres o que sus definiciones Q
est~n contelll~as en las referidas ecuaciones. Pero, si nos atenemos a las denorni- Dn=- (entre medidas),
nacIOn~s cláaicas (H = intensidad, B = inducción), habríamos de atribuir a H r2
las acciones ponderales y a B lo~ fenómenos de imanación por influencia. y
~ucede q.u~, en VIrtud <;lelas ecuaciones del campo electromagnético y en contra
~ la opinión del propIO Maxwell, las cosas ocurren justamente al revés, según al paso que, con C = 1/41t se obtiene el sistema racionalizado:
hIZO.notar Sornmerfeld (69), por lo que H debiera llamarse inducción y B in-
y,ensId~d. Tal como están las cosas, lo más viable parece ser seguir llamando
mducc~ón al vector B, por ser el causante de las corrientes inducidas, y llamar
poder Imanador al vector H, según hemos propuesto en un trabajo anterior.
D = _1_!L. [2,2]
41t ,.2
198 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVII. ELECTROllfAGNETISl\10 199

El empleo de uno u otro sistema tiene importancia cuando se trata El factor de proporcionalidad es independiente del medio, y super-
de obtener sistemas de unidades coherentes, y es actualmente cuestión fluo según nuestras normas. La ecuación entre medidas en el sistema
debatida en los organismos internacionales (70). Para nuestros fines, da racionalizado es:
lo mismo un sistema que otro, pues el cambio de factores numéricos no f = Bll. [2,5]
altera la estructura dimensional. En lo que sigue nos atendremos al sis-
tema racionalizado. Además de las leyes que hemos enunciado, hay otras que se refieren a
Combinando [1,2], [1,3] Y [2,2], se obtiene la ley de Coulomb. fenómenos particulares, tales como los electrolíticos o los originados por
Ley de Rowland. La intensidad de una corriente es proporcional a las cargas en movimiento, pero en tales leyes no se introducen nuevas
la carga que atraviesa cada sección transversal en la unidad de tiempo: magnitudes primarias ni constantes universales ineludibles, por lo que no
es preciso tomarlas en cuenta en Análisis dimensional.
(1) '" i2L.
(t)
3. Sistema dimensional.
La constante universal que pudiera figurar en la ecuación entre medidas Entre las nueve magnitudes primarias, t, L, T, Q, 1, E, D, B, H, Y las
es superflua en virtud de nuestro segundo postulado, por lo que, con uni- constantes e y [L, existen las siete ecuaciones independientes que hemos
dades coherentes habrá de ser: formulado en los dos apartados anteriores. En virtud de lo dicho en
l=~. el § 5 del capítulo IV, podrán elegirse cuatro magnitudes para formar la
[2,3]
t base, y con ello quedarán determinadas las fórmulas dimensionales ~e
, todas las demás. Cualquiera de 105 grupos formados por las tres magm-
Ley de Anvpére. Toda corriente rectilínea indefinida engendra en tudes mecánicas y una electromagnética sirve para el caso, pues es segu-
torno suyo un campo magnético transversal cuyo poder imanador es ro que son dimensionalmente independientes. Además, la fuer~a ~uede
proporcional a la intensidad de la corriente y está en razón inversa de sustituirse por la masa a fin de que todo se reduzca a una amphac~on .de
la distancia: la base que hemos utilizado en Mecánica. Adoptando la carga e~ectrlCa
como cuarta magnitud básica, se tiene el siguiente sistema de formulas
dimensionales:
[1] = QT-l [H] = L-1T-1Q
En la ecuación entre medidas figura una constante universal que, [B] = MT-1Q-l
[E] = LMT-2Q-l
según nuestras normas, es superflua. En el sistema racionalizado es:
[D] = L-2Q [[L] = LMQ-2.
[e] = L-3M-1T2Q2
H=_l_ [2,4]
27tr '
y en el no racionalizado Se comprueba fácilmente que con las ecuaciones de Maxwell:
H=~. [2,4']
r D=eE B= [LH

Ley de La/place. Toda corriente eléctrica, colocada transversalmente div D = q div B = O


en un campo magnético, experimenta una fuerza, perpendicular al campo aB
. aD
y a la propia corriente, que es proporcional a la inducción magnética del rotH= t +--
at
rotE = ---,
at
campo, a la intensidad de la corriente y a su longitud:

(f) '" (B) (1) (l). resulta el mismo sistema dimensional.


200 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVII. ELECTROMAGNETISMO 201

Vemos que el número Te no es el resultado de ningún convenio. Resulta de


4. La racionalizaci6n de Heaviside.
comparar la longitud de una circunferencia cualquiera con la longitud de su
diámetro. Esta comparación puedo hacerse empíricamente con toda la preci-
De acuerdo con nuestro criterio, las unidades derivadas han de cum-
sión que se desee, y así se podrá comprobar la ley geométrico. que sirve de fun-
plir la condición de ser coherentes con el sistema de ecuaciones funda- damento para el cálculo teórico del número en cuestión.
mentales. De aquí que sea necesario precisar tales ecuaciones, y sucede Es de notar que la ley [4,1] sólo es válida cuando la circunferencia está
que los diferentes autores las escriben de distinta manera, por lo que aun- trazada sobre un plano. Si apoyando en una superficie cualquiera la punta de
que se fijen las unidades básicas, no quedan unívocamente determinadas un compás, se traza la curva que describe la otra punta, la razón lid entre la
longitud de la curva y el doble de la distancia entre ambas puntas podrá tomar
las unidades derivadas. Por otra parte, no hay unanimidad acerca de si,
un valor cualquiera, que dependerá de la forma de la superficie y del valor de d.
aparte la temperatura, se necesitan tres o cuatro unidades para formar Por consiguiente, el número Te es característico del plano o, dicho de otro modo,
la base. Todo esto ha originado una situación caótica en la que hay gran define la superficie de curvatura nula. Esta consideración echa por tierra la razón
número de unidades para cada magnitud, y resulta un verdadero rom- aducida por Heaviside en pro de la racionalización que más bien debiera llamar-
pecabezas el saber cuándo debe utilizarse cada una y el averiguar y se desracionalización.
Se tropieza nuevamente con el número Te en la expresión del área del círculo:
retener los factores de conversión. Buena prueba de ello es que la Co-
misión S. U. N. no ha sido capaz todavía de definir la unidad de poder [4,3J
imanador en el sistema de Giorgi.
Una de las causas del embrollo es el empleo de dos sistemas de ecua- Ahora se trata ya de dos cantidades, área y longitud, que no son comparables,
ciones, las primitivas y las racionalizadas, que difieren en la presencia pues no hay criterio que permita averiguar cuántas veces está la una contenida.
del factor 41t en algunas de ellas. El causante de esta complicación fue en la otra. En otros términos; la ecuación [4,3] sólo es válida a condición de
que, dada la unidad de longitud, se adopte una unidad de área que sea coherente
Heaviside, quien, en 1880, llamó la atención sobre la «erupción del 47t»,
con la referida ecuación.
que consiste en la aparición de este número en casos en que su presencia El profesor Perucca sostiene que la unidad de área tiene que ser, necesaria-
no le pareció justificada. Este físico eminente tenía la opinión -por lo mente, el área del cuadrado que tiene por lado la unidad de longitud, y da
visto compartida por los geómetras y los demás físicos- de que tal como razón el que con cuadrados se puede recubrir cualquier área plana sin dejar
número está vinculado de algún modo en la curvatura, y, por eso, con- intersticios. Esta razón carece de valor, pues en la unidad de área lo que importa.
es el tamaño y no la forma. La yunta, la hanegada, el pie cuadrado o la hectárea
sideraba absurdo el que, por ejemplo, aparezca en la fórmula que da la
pueden tener formas cualesquiera. Por otra parte, si se admite la definición
capacidad de un condensador plano, siendo así que no hay en él nada de coherencia propuesta por el Comité S. U. N., habría que prescindir del factor
curvo. númérico en [4,3] y escribir:

El número Te procede de la Geometría y se introduce en Física cuando se


opera con longitudes, áreas, volúmenes, ángulos planos y ángulos sólidos. y, con el centímetro como unidad de longitud, la unidad de área sería el cen-
El primer encuentro con el número 7t ocurre en la ecuación que da la longitud tímetro redondo, o sea el área del círculo cuyo radio es un centímetro, cosa inad-
de la circunferencia: misible porque es bien sabido que la unidad de área coherente con [4,3] es el
l = nd; [4,1] centímetro cuadrado.
La ley más general entre las que relacionan áreas con longitudes, es la que
Es ésta una ley geométrica que tiene la peculiaridad de que contiene tan sólo afirma que las áreas de dos figuras semejantes son proporcionales a sus dimen-
dos cantidades directamente comparables, pues ambas son longitudes. Esto siones lineales. Esta ley, aplicada al círculo de radio r, se expresará así:
quiere decir que, al pasar de la relación de proporcionalidad:
(A) ,....,(r)2 (entre cantidades).
(l) ,....,(d) (entre cantidades) [4,2]

a la ecuación entre medidas [4,1], queda determinado el factor de proporcio- Al pasar a la ecuación entre medidas se puede proceder de dos maneras: o se
nalidad, que resulta ser el número Te = 3,141592 ... En este caso particular, suprime el factor de proporcionalidad y se escribe:
la ecuación no define ninguna unidad; cualquier unidad de longitud es coherente
con ella. (entre medidas),
202 A ÁLISIS Dll\IE SIONAL xvrr. ELECTROMAG ETISMO 203

con lo que la unidad coherente es el que hemos llamado centímetro redondo, o sidad, 1, de la corriente. En cambio, las medidas de e, fJ., D Y H cambian
bien se impone convencionalmente otra unidad cualquiera. Si se conviene en que
del siguiente modo:
la unidad sea precisamente el centímetro cuadrado, las leyes de la Geometría
plana exigen que el factor de proporcionalidad sea precisamente el número te,
en = 4ne; fJ.n = fJ./47t [4,5]
el mismo que se obtiene al hallar la razón entre la circunferencia y el diámetro. Dn = 47tD; Hn = 47tH.
El razonamiento precedente es aplicable al área de la superficie esférica y
al volumen que limita, con lo que llegamos a las siguientes conclusiones: Para los efectos de la definición de unidades, hay que descartar la
El número rr figura en lo ecuación que da la longitud de cualquier circunferen-
ecuación (d) porque es válida con unidades cualesquiera. Quedan, pues,
cia en función de su radio como consecuencia de una ley natural. N o hay en ello
nada convencional. En cambio, su aparición en las fórmulas que dan las áreas
cinco ecuaciones fundamentales a las que hay que agregar las siguientes
o los volúmenes de ciertas figuras en función de sus dimensiones lineales, es el definiciones:
resultado de un convenio en la elección de sus respectivas unidades. E _ f/Q; q - Q/V; 1 _ Q/t; i - LjS,

Desde nuestro punto de vista, al pasar de la relación de proporciona- que determinan las unidades de E, q, 1, i, si se imponen las unidades de
lidad entre cantidades a la ecuación entre medidas, siempre puede po- longitud, de fuerza (o de masa), de tiempo y de carga eléctrica. Con esto,
nerse como factor de proporcionalidad (además de la constante universal las ecuaciones (e), (a), (f), (e) y (b) determinan, respectivamente, las uni-
o característica, si fuere necesaria) un número fijo, que puede ser el 47t u dades de D, e, B, H Y fJ..
otro cualquiera. De aquí que, si bien no son válidos los razonamientos En resumen: para formar un sistema de unidades coherente con las
aducidos en pro de la racionalización, no haya inconveniente en admí- ecuaciones de Maxwell, son necesarias y suficientes cuatro unidades
tirla. Fue cosa desdichada porque aumentó el embrollo, pero una vez básicas, una de las cuales ha de ser, necesariamente, de naturaleza eléc-
admitida por acuerdo internacional, lo mejor es aceptarla. trica o magnética.
He aquí las dos maneras de escribir las ecuaciones de Maxwell, que
tomaremos como fundamentales: 5. Sistema de Giorgi.
No racionalizadas:
Puede definirse el sistema de Giorgi como un sistema de unidades
Dn = enE (a); B = fJ.nHn (b) [4,4] <coherentes con las ecuaciones racionalizadas [4,4'], en el que se toman
div Dn = 47tq (c); div B = O (d) (Joma básicas el metro, el kilogramo y el segundo, y la cuarta unidad se
fija con la condición de que la permeabilidad del vacío tenga por medida
BB
ro t Hn = 47tt . + --BDn (e); rotE =--- (f). el número
Bt Bt fJ.o = 47t· 10-7 (unidades de Giorgi).
Racionalizadas:
Para ver cómo esta condición determina la unidad de carga, que en
D = eE (a); B = fJ.H (b) [4,4'] este sistema se denomina culombio (O), basta tener presente que de la
teoría de Maxwell se desprende la relación:
div D = q (e); divB=O (d)
BB
rot H = i + BD (e); rotE = -- (f),
Bt Bt
donde e es la medida de la velocidad de la luz en el vacío.
donde i representa la densidad de corriente y q la densidad de carga. En el caso actual será:
Del examen de las ecuaciones [4,4] y [4,4'] resulta, inmediatamente,
1 1
que las medidas de i, E Y B no se alteran por efecto de la racionaliza- e:o=--=
fJ.OC12 47t· 10-7C12
ción. Lo mismo sucederá, evidentemente, con la carga Q y con la inten-
204 .ANÁLISIS DIMENSIONAL XVII. ELECTROMAGNETISl\lO 205

donde el = 2,9979· 108 ~ 3· 108 es la medida de la velocidad de la. Como resultado de la controversia, los defensores de la racionalizacíón de
'Cantidades afirman que el símbolo 1t que figura en las ecuaciones del electromag-
luz en metros por segundo.
netismo no es un número «puro», sino que representa la medida de la cuarta
Aplíquese ahora el teorema de Gauss para, mediante la ecuación parte del ángulo sólido completo cuando se toma como unidad el esterradián.
[4,4' (c)] hallar el flujo que, procedente de una carga Q, atraviesa una. Así, de [5,4] deducen:
superficie esférica de radio r que tiene su centro en la carga. Será: QT-l
[H] = -- = LT-IQ . sr-1 [5,5]
L . sr
[5,1J
<donde sr es el símbolo del esterradián.
y, a beneficio de (a) resulta:
Es fácil demostrar que tal interpretación del símbolo rr es inaceptable. En
E = --.:Q,--- efecto; en el campo magnético engendrado en lo interior de un solenoide ilimi-
[5,2}
47t1::r2 tado ocurre que:
H = nljl [5,6]

y la fuerza que actúa sobre una carga Q' colocada a la distancia r de Q


<donde n es el número de espiras por unidad de longitud. De esta expresión, en
valdrá: la que no figura 71", se deduce:
[5,3} [H] = LT-IQ [5,7]

que es incompatible con [5,5]. Esto prueba que el símbolo 1t ha de tener di-
que es la ley de Coulomb racionalizada y determina, por coherencia, mensión nula.
el culombio. Con esto, las ecuaciones [5,2] y [5,3] dan las unidades de-
D y E, respectivamente, y la unidad de corriente, que se denomina. -6. Sistemas cegesimales.
amperio (A), resulta de la definición:
Suele afirmarse que los sistemas cegesimales utilizan tan sólo tres
1 = Q/t. unidades fundamentales: el centímetro, el gramo y el segundo, Haremos
ver que no es así, sino que, como sucede en el sistema de Giorgi, siempre
Aplicando el teorema de Stokes a la ecuación [4,4' (e)], se obtiene para. :se impone una condición que determina la cuarta unidad.
el poder imanador engendrado por una corriente rectilínea e indefinida. Los sistemas cegesimales, que se usan todavía en muchos libros de
la ecuación: Física teórica, son tres: el electrostático, que representaremos por CGSE,
H = I/27tr, [5,4} el magnético (CGSM), y el electromagnético o mixto que también se llama
'Sistema de Gauss. Los dos primeros son coherentes con las ecuaciones de
que determina la unidad de poder imanador, para la que se ha propuesto Maxwell no racionalizadas, mientras que el sistema de Gauss es incoheren-
el nombre de lenz (L). te, por lo que trataremos de él más adelante.
La unidad de intensidad o inducción magnética se denomina tesla (T) En el sistema CGSE se impone la condición de que la permitividad
y e~tá definida por la ecuación [4,4' (b)], según la cual en todo punto del del vacío tenga por medida el número:
vaClOen que haya un poder imanador H habrá una inducción magnética:
En = 1 (u. CGSE), [6,1]
B = 47t· 10-7H (u. Giorgi).
(Jon lo que la ecuación de Coulomb no racionalizada:
~as demás unidades de este sistema, tales como el ohmio, el faradio, el
henrio y el uieber se obtienen por coherencia con las ecuaciones de defi- [6,2]
nición de las respectivas magnitudes.
206 ANÁLISIS DIMENSIONAL xvrr. ELECTROMAGNETISMO 207

determina, por coherencia, la unidad de carga, que ha recibido el nombre que nos dice que el oersted estará realizado en cualquier punto del vacío
de franklin (Fr). que diste un centímetro de. una corriente rectilínea e ilimitada cuya
En el sistema CGSM, la cuarta unidad está fijada por la condición intensidad valga medio biot.
de que la permeabilidad del vacío tenga por medida el número Como, en general, B = u.H; Y en el sistema que estamos conside-
rando la permeabilidad del vacío ha de valer 1, la unidad de inducción
fln = 1 (u. CGSl\1), [6,3J o intensidad magnética, que se denomina gauss (Gs), estará realizada.
en cualquier punto del vacío donde el poder imanador valga 1 Oe.
con lo que queda determinada la cuarta unidad básica y, con ella, La unidad de flujo de inducción se llama maxwell (Mx) y estará.
todas las unidades derivadas. realizada en todo punto de un medio cualquiera donde la inducción
Como, en general: valga 1 Gs.
efl = l/e}

y en los sistemas cegesimales e = 2,99796' 1010 ::::: 3· 1010, la permitivi- 7. Factores de conversión.
dad del vacío tendrá por medida: Puesto que el sistema electrostático y el magnético son ambos cohe-
rentes con un mismo sistema de ecuaciones fundamentales, y hemos
1
(u. CGSM). [6,4) visto que se requieren cuatro unidades básicas, la relación entre las uni-
dades de una magnitud cualquiera se obtendrá a partir de la correspon-
diente fórmula dimensional completa, esto es, en una base formada con
En este último sistema se ha dado el nombre de biot (Bi) a la unidad
cuatro magnitudes dimensionalmente independientes, que podrán ser
de intensidad de corriente. La unidad de carga no tiene nombre; en
la longitud, la masa, el tiempo y la carga eléctrica. Además, como las
atención a su fórmula dimensional se representa por el símbolo Bi X s.
unidades de las tres primeras no cambian, bastará tomar en considera-
Para hallar la relación entre el franklin y el Bi X s, basta recurrir
ción el exponente de Q en la fórmula dimensional. Así, de
a la fórmula dimensional:
[6,5} [H] = L-1T-1Q
de la que se deduce:
se deduce que la mudad de poder imanador en el sistema electrostático,

(
1 Bi X s )2= en (u. CGSE)
que representaremos por el símbolo Frjcm· s, está dada por:
1 Fr en (u. CGSM)
1 Frjcm' s 1 Fr 1 1
=-~---- [7,1]
y, en virtud de [6,1] y [6,4], 1 Oe 1 Bi· s e 3· 1010

1 Bi X s = e Fr ,....,
3· 1010 Fr.
Análogamente, como el potencial eléctrico tiene por fórmula di-
., Para o~tener las urii~ades derivadas hay que recurrir a alguna ecua- mensional:
cion que ligue la magnitud que se considere con otra cuyas unidades
hayan sido ya definidas. Tratemos, por ejemplo, de hallar la unidad de-
la unidad magnética será e veces menor que la electrostática.
poder imanador, que en el sistema CGSM se denomina oersted (Oe).
Con esto queda en claro una paradoja que ha llevado de cabeza a los
En ~l sistema no racionalizado, el poder imanador engendrado por una,
físicos. No se comprende el que la razón entre dos unidades de una misma
corriente rectilínea ilimitada está dado por:
magnitud, que son cantidades homogéneas, venga expresada en función
H¿ = 21/r, de la velocidad de la luz en el vacío. Resulta paradójico, por ejemplo,
208 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVII. ELECTRO MAGNETISMO 209
el que la relación entre las dos unidades de carga, el Fr y el Bi . s, que su símbolo puede ser erg/Bi . s, y resulta:
debiera ser un número, resulte ser igual a una velocidad. Todo consiste
en que las condiciones arbitrarias que fijan la cuarta unidad se han 1V = 108 erg/Bi : S.
elegido de tal modo que la referida relación sea igual al número que
mide dicha velocidad en el sistema CGS.
La fórmula dimensional de la intensidad eléctrica es:
El problema de hallar los factores de conversión se complica cuando
se trata de pasar de los sistemas cegesimales al sistema de Giorgi, pues [E] = LMT-2Q-1
como este último es incoherente con las ecuaciones no racionalizadas
no se pueden aplicar las fórmulas dimensionales. Por esta razón, conviene
y sus símbolos pueden ser: N/C en el sistema de Giorgi y din/Bi' s
efectuar el paso en dos etapas. Primero, de un sistema CGS, el CGSM,
en el CGSM. Con esto:
por ejemplo, al MKSC no racionalizado, y finalmente, al sistema de
Giorgi, teniendo presente que el culombio no se altera al racionalizar. 6
1 N/C = 10 dín/Bi : s ~ 1 din/Bi· S.
El primer paso se reduce a hallar la razón entre el Bi· s y el culom- c 3. 104
bio. Recurriremos nuevamente a la fórmula dimensional:
La unidad de inducción magnética en el sistema CGSMes el gauss (Gs).
En el sistema de Giorgi es el tesla (T). Como la fórmula dimensional es:
la cual, recordando que:
[B] = MT-1Q-1,
e:n = 1/c2 (u. CGSM)
resulta:
e:' n = 1/10-7c12 (u. MKSC),
1T = 104 Gs,
conduce a:

)-3 ( )-1 ( )2
e:n 1m 1 kg 1C de modo que un tesla es lo mismo que un miriagauss.
e:' n = ( 1 cm Ig 1 Bi . s ' Las unidades del flujo de inducción, <1>, son el weber (Wb) en el
sistema de Giorgi y el maxwell (Mx) en el CGSM. Como:
de donde:
1C = 10-1 Bi . S. [7,2]
será:
Una. vez hallada la razón entre el culombio y el Bi· s, se pueden 1 Wb = 108Mx.
hallar los factores de conversión para todas las unidades que no se alte-
ran por la racionalización sin más que aplicar las respectivas fórmulas
Los precedentes factores de conversión valen tanto para el sistema
dimensionales. Así, de:
MKSM no racionalizado como para el sistema de Giorgi. En el caso de
[1] = T-1Q
se deduce: los vectores D y H hay que recurrir a las ecuaciones [4,5].
1 A = 10-1 Bi, Como:
[D] = L-2Q,
por lo que el biot se puede llamar decanvperio,
La unidad de potencial en el sistema de Giorgi es el voltio. En el los símbolos de sus unidades en los sistemas no racionalizados podrían
sistema CGSM carece de nombre, pero como la fórmula dimensional del ser: (C/m2)n y Bi . s/cm2, con lo cual:
potencial es:

ANÁLISIS DIMENSIONAL. -- 14
210 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVJI. ELECTROMAGNETISMO 211

y, en virtud de [4,5], teniendo presente que las medidas están en razón Desde luego, aquellas ecuaciones en que sólo entran magnitudes de una
inversa de las unidades, la. unidad de Giorgi, valdrá: clase, eléctricas o magnéticas, quedarán inalteradas. En cambio, toda ecua-
ción que, como la de Laplace:
1 C/m2 = 47t • 10-5 Bi . s/cm2• t = BIl,
Del mismo modo, para el poder imanador: contenga ambas especies de magnitudes, tendrá que ser modificada.
Esta ecuación es válida con cualquier sistema coherente, por ejemplo, con
[H] = L-IT-IQ el CGSM, en el que 1 se mide en biots y B en gauss. Si se quiere medir 1
se obtiene: con otra unidad, habrá que introducir un coeficiente parásito que se
1 (A/m)n = 10-3 Oe, denomina constante electromagnética, y:
y
1 Alm = 47t· 10-3 Oe, f =~ Bll.
y
o bien, si se adopta el nombre lenz (L) para la unidad de poder imanador
en el sistema de Giorgi: En el sistema de Gauss hay que medir 1en Frls, y como:
1 L = 47t • 10-3 Oe.
1 Bi = e Frls,

8. Sistema de Gauss. será y = e, y la ley de Laplace se escribirá así:


De las ecuaciones del campo electromagnético escritas en la for-
ma [4,1] puede decirse que son correctas porque en ellas no se ha su- f = ~ Bll.
e
primido ninguna constante indispensable ni añadido ninguna superflua.
También los dos sistemas CGS, el eléctrico y el magnético, merecen ser Por este mismo procedimiento se demuestra que, para poder utilizar
calificados de perfectos porque ambos son coherentes con las referidas la unidades de Gauss, hay que escribir las ecuaciones de Maxwell en la
ecuaciones. Lo mismo puede decirse del sistema de Giorgi, pues la raoío- forma:
nalización consiste en introducir el factor 47t en algunas ecuaciones, lo Dn=E B =Hn
cual, si bien complica inútilmente el problema de hallar los factores de
div Dn = 47tp div H = O
conversión, no altera la estructura dimensional.
aB
No puede decirse lo mismo del sistema de Gauss que, por desgracia,
rot Hn = 47t -
i
+ --aE rot E =--
1
at
,
es el que se utiliza en casi todos los libros de Física teórica. Este sistema c at e
es un híbrido en el que las magnitudes Q, p, 1, i, E, D, e, se miden con o sea:
las unidades del sistema electrostático, mientras que las B, H, <I>y ¡J., div E= 47tp div B = O [8,1]
se miden con las del sistema magnético. Por eso se llama sistema"mixto.
Es, pues, un sistema incoherente con las ecuaciones que hemos llamado rot B = 47t -
i
+ --aE rot E=--
1 aB
--
correctas y, para poder utilizado, es preciso introducir en las ecuaciones c at e at
coeficientes parásitos que las desvirtúan totalmente. Es de esperar que,
con la adopción del sistema de Giorgi, desaparezcan estos inconvenientes, Aparentemente, se ha logrado una simplificación en las fórmulas,
pero entre tanto no hay más remedio que saber cómo han de escribirse cosa muy del agrado de los matemáticos, que explica el éxito del sistema
las ecuaciones del electromagnetismo para que sea viable el sistema de de Gauss. Desde el punto de vista físico, la simplificación tiene el incon-
Gauss. veniente de que confunde D con E y B con H. Pero lo más grave es que,
212 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVII. ELECTROMAGNETISMO 213

en lugar de las dos constantes características del vacío, una de carácter Admitió que los metros y los relojes se comportan automáticamente de
eléctrico, Ea, y otra de naturaleza magnética, (.Lo, aparece una tan sólo, acuerdo con ellas y dio por supuesto que la invariancia de la velocidad
la e, que es de índole mecánica. Este escamoteo es causa de que muchos de la luz era un fenómeno natural, y no consecuencia del empleo de relojes
físicos se obstinen todavía en que bastan tres unidades básicas, las tres contraídos y de relojes amañados.
mecánicas. No es aventurado afirmar que si Lorentz no hubiese adoptado en
En el sistema de Gauss se imponen a las unidades básicas no una, mala hora el sistema de Gauss, tendríamos una teoría de relatividad libre
sino dos condiciones, a saber: de las paradojas que aparecen en la teoría de Einstein y que, muy pro-
bablemente, habría contribuido mucho más eficazmente al progreso
EO = 1; (u. Gauss), [8,2]
científico.
Pero siempre es tiempo para abandonar el mal camino, y cuanto antes
y como, según la teoría de Maxwell-Hertz, la velocidad de propagación mejor. Como dice Stratton (72), refiriéndose al sistema de Gauss: «cuanto
de las ondas electromagnéticas en el vacío está dada por: antes se deponga al viejo favorito, tanto mejor para poner fin a una
fuente innecesaria de confusiones».
e = l/VEof1.o, [8,3]

ningún sistema cegesimal podrá ser coherente con esta ecuación y satis- 9. Discriminación de las dimensiones del espacio.
facer las condiciones [8,2] sino que, dado el centímetro, habrá que elegir Las magnitudes E, D, B Y H son vectores, por lo que puede haber ventaja
la unidad de tiempo de modo que la medida de la velocidad de la luz en distinguir las tres dimensiones del espacio al formar la base.
esté dada por el número l. Para que sea viable el sistema de Gauss, De la ecuación vectorial [1,1] se deduce para cada una de las componen-
hay que introducir en [8,3] un coeficiente parásito, e, con lo que queda tes de E:
/;.
reducida a la identidad e = c. Como se ve, el sistema de Gauss escamotea, Ei =- i = 1, 2, 3,
Q
por arte de birlibirloque, una de las más importantes leyes naturales.
y será:
La desdichada adopción del sistema de Gauss ha tenido fatales con-
secuencias para la Física teórica. En los fenómenos debidos a las acciones
mutuas entre corrientes e imanes interviene tan sólo el movimiento re- Para hallar las dimensiones de las componentes de D, partiremos de la.
lativo, lo que exige que las ecuaciones no se alteren al cambiar el sistema ecuación:
div D = q,
inercial. Por tanto, si las ecuaciones se escriben a la manera de Gauss,
será preciso, cada vez que se cambia de sistema inercial, alterar las unida- donde q es la densidad de carga en el punto considerado. Así resulta:
des de longitud y de tiempo de manera que la medida de la velocidad de
la luz sea igual al número parásito e que figura en ellas. Ésta es, sin
duda, la razón por la que Lorentz se vio obligado a introducir el tiempo
La fórmula dimensional de la permeabilidad eléctrica resulta ser:
local en sus ecuaciones de transformación y, con gran acierto, lo consideró.
como un artificio matemático que no tenía más objeto que lograr la
invariancia de c. La ley de Laplace:
Desde nuestro punto de vista, el artificio de Lorentz debe atribuirse f=lll\B
al propósito de cambiar la unidad de longitud y de sincronizar los
relojes de modo que la medida de e resulte inalterada, y hemos demos- da, para los componentes de la fuerza:
trado (71) que esto se logra gracias a la contracción de los metros, que es
un fenómeno natural, y a maniobras hechas con los relojes. Como es de donde:
sabido, Einstein tomó las ecuaciones de Lorentz como base de su teoría.
214 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVII. ELECTROMAGNETISMO 215

De la ecuación de Maxwell: de convenios, pero si nos atenemos al significado de los vectores By H,


rot H = 1, procedería atenerse a las siguientes definiciones:

en que i es la densidad de corriente en el punto considerado, resulta:


Imanación: M - _1_ B- H [M] = L-IT-IQ
aHí aHí . fLo
-- - -- =~J.:'
aXi aXí [M'] = MT-IQ-l.
en vez de: M' B- fLoH
y como:

El momento de un dipolo magnético rígido se definirá como el vector


se tiene:
que, multiplicado vectorialmente por B, es igual al par de fuerzas, O, que
actúa sobre el dipolo al ser colocado en un campo magnético uniforme:
Las permeabilidades e: y fL son tensores que, en medios isótropos, degeneran
en escalares. Pero en el caso de fL, cada elemento del tensor conserva su dimen- Momento magnético: O - [mmB] [mm] = L2T-IQ
sión. Como Bt = fLtHt, será:
en vez de: O [m' mH] [m' m] = L3MT-IQ-l.

Los factores de conversión de las magnitudes secundarias se obtienen


10. Magnitudes secundarias. fácilmente a partir de sus fórmulas de definición.

Se emplean en Electromagnetismo gran número de magnitudes


secundarias, definidas convencionalmente mediante ecuaciones entre me-
11. Otros sistemas dimensionales.
didas. A continuación damos una lista de las más importantes, con su
ecuación de definición y su fórmula dimensional: Nuestras normas nos han conducido a un sistema de fórmulas dimensionales
que puede llamarse clásico, porque coincide con el usado por los fundadores del
Potencial eléctrico: grad V _ - E Análisis dimensional, entre los que citaremos por vía de ejemplo a Jeans y a
Buckingham. Pero, desde los orígenes de las teorías eléctricas, se suceden los

Capacidad: O _ !L intentos de referir las magnitudes electromagnéticas a una base constituida por
magnitudes mecánicas exclusivamente. La cosa empezó con Gauss (1840), que
V
trató de fundir en uno solo los sistemas electrostático y electromagnético, siguió
Polarización eléctrica: P¿ = D - eaE [P] = L-2Q con Hertz (1890), y continúan apareciendo nuevos sistemas con una base de tres
magnitudes mecánicas a los que cada autor atribuye determinadas ventajas.
Momento eléctrico: me - Ql [me] = LQ Entre los más modernos citaremos los de Apraiz (73), Dingle (34), Esnault-
Pelterie (74) y Berger (75).
. te ncia:
. R =--
dV En lo de mutilar la base hay mano libre, pues se puede atribuir a cualquier
Resis
-dI magnitud electromagnética, a la carga eléctrica, por ejemplo, la fórmula dimen-
sional que cada uno tenga por conveniente, sin que ello conduzca a ningún
Fuerza electromotriz: F - /).V - IR [F] = L2MT-2Q-l absurdo. Pero los sistemas así obtenidos son ineficaces, porque al mutilar la
base es posible formar monomios que en apariencia tienen dimensión nula y en
realidad no, lo que acarrea una imprecisión en el resultado, según hemos puesto
. dUCClOn:
Au t oro ., L = - ---
F
de manifiesto con numerosos ejemplos.
- dIjdt En el sistema electrostático se despoja de su dimensión a la permeabilidad
eléctrica, D y E resulten homogéneos. Resulta así para la carga la fórmula:
Hay discusiones acerca de cómo debe definirse el momento de un imán
y las magnitudes con él relacionadas. La polémica es baldía porque se trata
216 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVlI. ELECTROMAGNETISMO 217

Hertz propuso un sistema en el que:


12. Condensador plano.
[e] = [¡;.] = L-IT,
Con los datos: S (área de cada armadura), d (distancia entre las mis-
lo que obliga a introducir un coeficiente parásito en [2,5]. mas), e (permeabilidad del dieléctrico), y O (capacidad), pueden formarse
En las innovaciones recientes, suele suprimirse la constante electromagné- dos monomios pi:
tica, por lo que sólo hay libertad en la fórmula dimensional de una magnitud. o S d E

He aquí algunos ejemplos:


L -2 2 1 -3
M - 1 O O -1
Apraiz . [Q] = LMT-I (ímpetu) T 2 O O 2
Esnault-Pelterie .. [e] = 1, [Q] = L3/2M1/2T-I Q 2 O O 2
Berger . [Q] = L3.
ni 1 -1 1 - 1
n2 O - 1/2 1 O
Reemplazando en las fórmulas dimensional es completas de los § § 3 Y 4
[Q] por una fórmula dimensional mecánica cualquiera, puede el lector formar
cuantos sistemas dimensionales quiera.
eS
O=-cp
d ( ~).
Todavía quedan físicos que opinan que las dimensiones dan la esencia de Si los planos son ilimitados, la función desconocida tomará el valor
las magnitudes, y en esta creencia se basan para afirmar que sus respectivos
correspondiente a d2/S = 0, y, salvo un factor numérico, resulta:
sistemas son privilegiados. Así, Berger atribuye gran importancia al hecho de
que, con sus normas, la tensión eléctrica, o potencial, tenga la misma dimensión
que la tensión mecánica, y Apraiz afirma que intensidad de una corriente es la 0= eS .
misma cosa que una fuerza, y atribuyendo al culombio la masa 109 gramos, d
llega a la conclusión de que un amperio vale tanto como la décima parte de una
dina. A todas estas proposiciones cabe objetar que, si la fórmula dimensional Además, el Análisis dimensional permite afirmar que en condensadores
completa nada dice respecto de la esencia de las magnitudes, menos información planos geométricamente semejantes, aunque tengan dimensiones finitas,
se logrará todavía con bases caprichosamente mutiladas. la capacidad es proporcional aSid.

El sistema propuesto por Dingle merece comentario aparte. Partiendo de Con la base mutilada, cualquiera que sea la fórmula dimensional que se
la hipótesis de que las dimensiones han de deducirse de los métodos de medida, a.tribuya a una de las magnitudes eléctricas, pueden resultar monomios espurios.
atribuye a la carga la misma dimensión que a la fuerza, con lo que resulta, Si fuera lícito hacer, por ejemplo, [E] = LOMoTo, como pretenden, entre otros,
según se ve fácilmente: Bridgman y Esnault-Pelterie, hubiera resultado
[E] = L-IMT-2.

Supone luego que el vector H tiene dimensión nula (si fuera consecuente con su
método debiera darle la fórmula dimensional MT-3) y, sin explicar cómo, saca
y el Análisis dimensional no permitiría averiguar cómo O depende de E.
la consecuencia de que la permeabilidad magnética ha de tener como fórmu-
la dimensional
[¡;.] = M-ITS, 13. Energía potencial de las cargas eléctricas.
con lo cual deduce:
[E¡;'] = L-IT. Para una esfera de radio r, uniformemente cargada con una densi-
dad de carga q, en un medio de permeabilidad e, el Análisis dimensional
Es sabido que, en todo sistema coherente, el producto E¡;' es igual a la inversa
con la base completa da, para la energía potencial:
del cuadrado de la velocidad de la luz. El resultado a que llega Dingle es, por
consiguiente, inaceptable y ello basta para desacreditar su método basado en
la Filosofía operacional.
218 ANÁLISIS
.
DIMENSIONAL xvrr. ELECTROMAGNETISMO 219

que está de acuerdo con el valor que se obtiene al calcular dicha energía 15. Campo de un dipolo eléctrico.
utilizando la ley de Coulomb (76).
Con el sistema dimensional propuesto por Dingle resulta: Un dipolo está constituido por dos cargas iguales y de signo contra-
rio,+ Q y - Q, que ocupan sendos volúmenes cuyas dimensiones linea-
les son muy pequeñas en comparación con la distancia, l, que los separa.
Tómese como eje polar la recta que une ambas cargas, y como origen
el punto medio del segmento l. El potencial en un punto dependerá de
solución que contiene el monomio espurio efqr. sus coordenadas polares, r, IX, de la permeabilidad del medio, de Q y de l.
Con estas magnitudes resultan los siguientes monomios pi:
14. Inercia de la electricidad. Ver
=
Q'
7t - • 7ts IX,
l-
Sea una carga, Q, distribuida en una esfera de radio r. Al comunicarIe
una velocidad, v, se crea un campo electromagnético, con el consiguiente y habrá de ser:
consumo de energía. Todo pasa como si la carga poseyese una masa, m,
cuyo valor dependerá de las permeabilidades, e Y fL, o lo que es lo mismo, V = JL
er
cp (~,
r
IX)'

de e y de la velocidad de la luz, e:
m Q e e: r Para puntos muy alejados, V ha de ser proporcional a l, pues du-
L O O 1 -3 1 plicar la distancia entre las cargas equivale a poner dos dipolos, uno a
M 1 O O - 1 O continuación de otro. Por tanto:
T O O - 1 2 O
Q O 1 O 2 O Ql
V = -1j¡(1X).
1tl 1 -2 2 1 1 er2

v
w=- De la función 1j¡(1X)se puede afirmar que ha de ser máxima para IX = O,
e
Y que 1j¡(1X)= -1j¡(7t - IX); 1j¡(7t/2) = O.
Q2 La solución completa, para i < < r, es:
m=G--.2
c e:r
Ql
V = -- cos IX.
Con el sistema dimensional de Apraiz resulta: er2
m Q e e: r
L O 1 1 -1 1
16. Electrómetro de Lippmann.
M 1 1 O 1 O
T O - 1 - 1 O O Según la teoría de Helmholtz, entre el mercurio y un electrólito se
forma una capa eléctrica doble con un salto de potencial (fuerza electro-
1tl 1 -2 2 1 1
1t2 O - 1 1 1 1 motriz) VO' A dicha capa corresponde una capacidad por unidad de su-
perficie, que representaremos por k. En el electrómetro capilar se agrega
y aparece el monomio 1t2 = ce:r/Q, que es espurio porque tiene dimensión no a Vo el potencial que se trata de medir, y se determina la dislocación, l,
nula en la base completa. que el cambio !1cr experimentado por la tensión superficial determina
Estos ejemplos bastan para probar que deben desecharse todos los sistemas en el menisco de mercurio. En el valor de l influirá, además, el peso espe-
e~ que, se toma una base de tres magnitudes mecánicas para representar las
dimensiones de las magnitudes electromagnéticas. cífico del mercurio, w = pg, y el radio, r, del capilar.
XVII. ELECTROMAGNETISMO 221
220 ANÁLISIS DIMENSIONAL

Al resolver este problema hemos tenido presente la regla del § 4, capitulo VII.
Si se aplica el Análisis dimensional a todas las magnitudes menciona-
según la cual sólo se deben tomar en consideración cada vez las magnitudes
das, se llegará a un resultado erróneo, porque entre ellas no hay una, sino de las que se pueda afirmar que una de ellas es función de las restantes. Esnault-
varias relaciones, a saber: Pelterie trata simultáneamente las cuestiones l." y 2.", con lo que llega a la.
l.a El cambio que experimenta la tensión superficial está determi- expresión:
nado por el potencial aplicado, V, y por la capacidad por unidad de su-
perficie, k, pues ambas magnitudes determinan la densidad de carga
acumulada en la superficie. El Análisis dimensional da: que es inadmisible.

D,.cr k V
17. Densidad de energía en el campo electromagnético.
L O -4 2
M 1 - 1 1 El campo eléctrico en cualquier punto del espacio queda definido por
T -2 2 -2
el vector E. El medio intervendrá por su permeabilidad y, posiblemente,
Q O 2 - 1
por la velocidad de propagación de la luz. Para averiguar cómo depende
1'1 1 - 1 -2 la densidad de energía de las referidas magnitudes se procede como sigue:
Ue E e: e
~cr = k V2~ ( ~). [16,1]
L - 1 1 -3 1
M 1 1 - 1 O
T -2 -2 2 -1
2.a El cambio ~a provoca un cambio ~p en la presión del mercurio Q O - 1 2 O
dado por: 1 -2 - 1 O
1'1
~a
~p= 01- [16,2] ue = 01€E2.
r

3.a Este cambio de presión es causa de que el menisco experimente Para el campo magnético se procede de modo análogo:
una dislocación que depende del peso específico, w: Um H ¡.t. e

L -1 - 1 1 1
~p O 1 O
t-; O2-, [16,3] M 1
-1 O - 1
W T -2
Q O 1 -2 O

Combinando las expresiones [16,1,2 y 3] resulta: 1'2 1 -2 - 1 O

Um = 02¡J.H2.
l= O~ V2 (~).
rpg ~ V La teoría da 01 = O2 = 1/2.
, o

La teoría completa (véase, por ejemplo, Palacios) (77), conduce a:


18. Ondas electromagnéticas.
~a = --- k V2 ( _0__
V 1 )2 Según la teoría de Maxwell, la luz está formada por ondas electromag-
2 V ' néticas en las que los vectores E y H, que coexisten en todo punto alcan-
y, por tanto, zado por las mismas, experimentan cambios periódicos, que se propagan
de un modo análogo a las oscilaciones acústicas en un medio elástico.
Además, las ondas electromagnéticas ejercen una presión al reflejarse
222 ANÁLISIS DIl'dENSIONAL
XVII. ELECTROMAGNETISMO 223
sobre cualquier pared conductora. Estos conocimientos rudimentarios de
d) Densidad de la energía. Como la densidad de energía tiene la
la teoría electromagnética de la luz, bastan para hacer algunas prediccio-
misma dimensión que la presión, bastará cambiar el factor numérico
nes con auxilio del Análisis dimensional.
en [18,3]:
a) Relación entre E y H. Entre estos dos vectores coexistentes ha EH
de haber una relación que sólo puede depender de las permeabilidades e: U=04--' [18,4]
c
y ¡.L del medio. El Análisis dimensional conduce inmediatamente a:

e) Inercia de la luz. El que las ondas electromagnéticas sean capa-


[18,1J ces de ejercer una presión revela que poseen ímpetu, y todo pasa como
si en cada punto de la onda hubiese una densidad de masa, p, dada por:

Esta relación pone de manifiesto que cualquier otra magnitud observa- EH


ble en la radiación ha de depender de E, e: y ¡.L. p = ¡(E, H, e) = Os -3-' [18,5]
C

Basta discriminar las tres dimensiones del espacio para poder deducir que
La comparación de [18,4] y [18,5] da:
los vectores E y H han de ser perpendiculares entre sí. En efecto; si se toma
el eje Xl en la dirección de H, será H2 = Ha = O, Y la componente El habrá de
calcularse con el siguiente cuadro, en el que figuran los exponentes dimensio-
nales obtenidos en el § 4.
El HI e fl.
por lo que, a una energía radiante W, corresponderá una masa inercial:
LI 1 - 1 - 1 1
L2 O O - 1 1
L3 O O -1
W
- 1
m=--¡;2' [18,6]
M 1 O - 1 1
T -2 - 1 2 O
Q - 1 1 2 -2
pues la teoría completa conduce a 06 = l. Esta relación ha sido generali-
7t1 O O O O zada por Einstein a todas las especies de energía.
Al tratar de formar un monomio pi, resultan ecuaciones incompatibles, lo que
significa que El es independiente de HI, y como El = O si HI = Hg = H2 = O,
habrá de ser El = O aunque HI O.* 19. La radiación térmica como fenómeno ondulatorio.
Cuando ya Planck había descubierto el mecanismo de emisión de .l~ e~ergía
b) Velocidad de propagación. Por lo que acabamos de decir, habrá radiante e introducido su constante de acción, aplicó Jeans (6) el Análisis dimen-
de ser: e = ¡(E, e, ¡.L), y al aplicar el Análisis dimensional resulta: sional a la radiación térmica apoyándose en la teoría electromagnética e igno-
rando la existencia de dicha constante. Supuso que la producción de las ondas
2 O electromagnéticas era debida a la emisión de electrones y trató de ~veriguar
c=--. [18,2] el valor de la energía u'J...d'J..., correspondiente al intervalo d'J..., en función de la
~ temperatura. Hizo intervenir en el problema la constante de Boltzmann (que
él llama constante de los gases perfectos), la masa, m, y la carga, e, del elec~rón,
A beneficio de [18,1 y 2], cualquier magnitud observable en la radia- y las constantes eo y e del vacío. Aplica correctamente el Análisis dimen.slOn~1
ción podrá ponerse en función de E, H Y c. con una base de cinco magnitudes, L, M, T, 6 y e, y obtiene tres monomios pl:
e) Presión de la radiación. Con las magnitudes p, E, H Y e, sólo
k6 'J...k6e
puede formarse un monomio pi, por lo que el valor de la presión será: 7t1 = mc2; 7t2 = -e-2-;

EH
p= 03--, [18,3] Justifica a su modo el prescindir del primero, y logra así deducir las leyes de
c
Stefan y de Wien.
224 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVlI. ELECTROMAGNETISMO 225

Desde luego, este trabajo no tiene más que interés histórico, pues se sabe tema electrostático cegesimal y con el de Giorgi, ambos coherentes con las
ahora que en las leyes de la radiación térmica no intervienen para nada ni la ecuaciones fundamentales.
masa ni la carga del electrón, y que para su estudio hay que recurrir a la teoría Sea:
cuantista. De todos modos, el artículo de 3eans puede ponerse como ejemplo de 6 = 1000oK; u = 1,62· lQ-3 erg/cm3 = 1,62· 10--43/m3
aplicación del Análisis dimensional de modo irreprochable antes de que hubiese
k = 1,38· 10-16 erg/oK = 1,38· 10-23 3/oK.
sido enunciado expresamente el teorema de pi.
También Bridgroan (22) abordó el problema de la radiación térmica prescin- e = 4,80· 10-10 u· e . e = 1,60· 10-19 C.
diendo de la hipótesis de los cuantos y limitándose a buscar la ley de Stefan,
esto es, la relación entre la densidad integral de la energía, u, y la temperatura En el sistema electrostático resulta:
absoluta. Plantea la cuestión en los mismos términos que 3eans, pero afirma
que «se llega al mismo resultado haciendo igual a 1 la permeabilidad eléctrica 71:1 = 8,65· IQ-S
del vacío». Como esta afirmación está en contra de nuestra tesis, conviene exa- y en el de Giorgi:
minar la solución hallada por Bridgman. 71:
2
= 7,49· 10-38.
Debemos observar, ante todo, que no hay inconveniente en atribuir a e: el
valor 1, pues ello equivale a elegir una unidad eléctrica y formar con ella y tres
unidades mecánicas un sistema coherente, que puede ser el electrostático cegesi- 20. Energía emitida por un dipolo eléctrico.
mal. Lo que no debe hacerse es mutilar la base privando a e: de su dimensión.
Esto es lo que hace Bridgman, y con el siguiente cuadro dimensional: El momento eléctrico, p = Ql, de un dipolo ejecuta oscilaciones sinu-
soidales con una frecuencia v. Se quiere calcular la energía, W jt, emitida
u e m e 6 k
por unidad de tiempo en un medio definido por las constantes e, E.
L - 1 1 O 3/2 O 2 El Análisis dimensional conduce a:
M 1 O 1 1/2 O 1
T -2 - 1 O -1 O -2
6 O O O O 1 -1 W
71:1 1 O O 6 -4 -4 t
71:2 O -2 -1 O 1 1
El cálculo completo da:
obtiene los monomios
4
ue6
= k6 0= -w.
71:1 = k464; 71:2 --o

mc2
3

A continuación, y mediante razonamientos extraños al Análisis dimensional,


prescinde de 71:2 y da como solución:

k464
U = 0--6-, [19,1]
e

con lo que pretende haber deducido la ley de Stefan.


Desde luego, la ecuación hallada por Bridgman es errónea, pues la carga del
electrón no figura para nada en la constante de Stefan, según puede verse en la
ecuación [3,1] del capítulo XVI. Pero no hace falta conocer la ley exacta para
poder afirmar que el resultado de Bridgman es inadmisible, pues el monomio 71:1,
único que aprovecha, no tiene dimensión nula, es un monomio pi espurio. En
efecto, su fórmula dimensional en la base completa es:

En confirmación de este aserto, hagamos ver que 71:1 toma distintos valores
según sea el sistema de unidades que se utilice. Hagamos la prueba con el sis-
ANÁLISIS DIMENSIONAL. ~ 15
CAPíTULO XVIII

MECÁNICA RELATIVISTA

1. Las magnitudes de la Mecánica relativista.

Suele afirmarse que Einstein ha modificado las ideas del tiempo y del
espacio fundiéndolas en una entidad superior, el espacio-tiempo o uni-
verso de Minkowski, de donde podría inferirse que tiempo y espacio son,
para los fines de la Mecánica, una misma cosa y que, en consecuencia,
debieran tener una misma dimensión y ser medidos con una misma uni-
dad, por ejemplo, el segundo.
No entraremos aquí en discusiones metafísicas (25), que son ajenas
a nuestro propósito, y nos limitaremos a examinar, desde nuestro punto
de vista, las magnitudes usadas en Mecánica con el solo fin de averiguar
si procede o no modificar su fórmula dimensional. Bastará, para ello, que
consideremos las magnitudes primarias y las leyes fundamentales, pues
ellas son las que determinan el sistema dimensional.
Las magnitudes primarias de la Mecánica clásica son la longitud, el
tiempo, la masa, la fuerza y la energía. Los postulados en que nos hemos
basado para establecer los criterios de igualdad y de suma se refieren a
cuerpos en reposo con relación a un sistema de referencia del que forma
parte el observador.
La cosa cambia cuando se trata de comparar entre sí cantidades que
se refieren a cuerpos animados de distinta velocidad. En tal caso, el crite
rio de igualdad, que era obvio cuando ambos cuerpos estaban en reposo
relativo, necesita ser postulado cuando uno de ellos se mueve con rela-
ción al otro, pues no es evidente, por ejemplo, el que dos cuerpos que se
mueven de distinto modo tengan masas equivalentes cuando sus efectos
228 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVITI. MECÁNICA RELATlVlSTA 229

sobre un tercero sean iguales, y lo mismo cabe decir de las distancias y Respecto de la masa, el referido postulado relativista conduce a la
de las duraciones. siguiente definición de la masa en movimiento:
En la Mecánica clásica se admitía tácitamente que tanto las longitu-
des como las duraciones observadas en un cuerpo eran independientes mo
m_--~--
de su estado de movimiento, y que lo mismo ocurría con las masas y con

0 2
las fuerzas. El experimento de Michelson y Morley obligó a desechar este 1--
c2
postulado y a sustituirlo por este otro: Si dos observadores, uno en reposo
y otro animado de una velocidad constante, miden la velocidad de un destello
luminoso, obtienen un mismo valor, c. Dicho de otro modo; el postulado que también cumple el requisito de homogeneidad condicionada.
de la invariabilidad de longitudes, tiempos, masas y fuerzas, ha sido Finalmente, la fuerza sigue siendo considerada como un vector, lo
sustituido por el postulado de la invariabilidad de la velocidad de que basta para que conserve su carácter de magnitud primaria.
la luz. Las definiciones de las magnitudes derivadas subsisten en la Mecáni-
Como es sabido, este nuevo postulado conduce a las fórmulas de trans- ca relativista, pero hay que tener presente que, en ellas, la masa se re-
formación de Lorentz, que implican, en primer término, la necesidad de fiere al cuerpo en movimiento, por lo que será función de la velocidad.
distinguir entre las longitudes, lo, Y las duraciones, to, en reposo, de las La velocidad y la aceleración siguen siendo definidas mediante las
respectivas cantidades, 1 y t, en movimiento, lo que equivale a decir ecuaciones:
que estas últimas son magnitudes secundarias (*) definidas mediante ds du
U- =--, . a_--,
las fórmulas: dt dt

t=-----
cualquiera que sea el sistema de referencia. Al aplicar a estas definiciones

0
2 las fórmulas de transformación de Lorentz, se observa que ni las veloci-
1-- dades ni las aceleraciones se comportan como vectores. Su medida no
c2
puede realizarse de modo intrínseco, sino a beneficio de sus respectivas
fórmulas de definición.
que se refieren a un cuerpo que se mueve con la velocidad v a lo largo La fórmula:
del eje x y que ocupa la posición Xl en el momento considerado. p mu
Las precedentes definiciones implican la intervención de la constante
universal e en todo fenómeno de movimiento, pero en nada alteran el sirve todavía para definir el ímpetu, pero m es la masa en movimiento.
sistema dimensional de la Mecánica clásica, puesto que cumplen el requi-
sito de homogeneidad condicionada. Sigue, pues, habiendo tres magni-
2. Ecuaciones fundamentales.
tudes básicas, y subsiste la posibilidad de elegir arbitrariamente tres
unidades para formar sistemas coherentes. No hay, por tanto, inconve- Para los fines del cálculo dimensional interesa tan sólo saber en qué
niente en tomar como unidad la velocidad, e, de la luz, pero ello no sig- se convierten la segunda ley de Newton y la ley de la gravitación. Esta
nifica que se pueda despojar de su dimensión a dicha magnitud, pues tal última, aun cuando no se diga expresamente, se conserva inalterada,
mutilación iría en detrimento del Análisis dimensional. En consecuencia, pues se sigue admitiendo que la masa inercial y la gravitatoria son inse-
si [e] =l=1, aunque sea e = 1, será [s] =l=[t]. En otros términos: el tiempo parables, y uno de los propósitos de la teoría de la relatividad genera-
y el espacio siguen siendo dimensionalmente independientes. lizada es dar cuenta de esta circunstancia.
La segunda ley de Newton adquiere en Mecánica relativista una
(*) Para más pormenores respecto a las ideas de tiempo y espacio en la
forma complicada cuando se expresa en función de la aceleración. Por
teoría. de la. relatividad, remitimos al lector a nuestro tratado (71). eso es preferible recurrir al ímpetu, con lo que se llega al siguiente enun-
230 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVIII. MECÁNICA RELATIVISTA 231

ciado, que es también válido en Mecánica clásica: La impulsión, fdt, es Este resultado permite afirmar que, para comunicar a un cuerpo una
proporcional a la variación, dp, del ímpetu: velocidad determinada, hay que gastar una energía que no depende de la
fuerza que se aplique, lo cual es una manera de enunciar el principio de
(fdt) '" [d(mv)] (entre cantidades).
conservación de la energía.
La fórmula completa es:
Al pasar a la ecuación entre medidas, es superfluo el factor de propor-
cionalidad, pues la impulsión y el ímpetu no son magnitudes inseparables, Ectn = mc2 (1- :: ). [4,1]
y resulta:
fdt = d(mv). [2,1]
5. Inercia de la energía.
3. Sistema dimensional.
De la teoría de Maxwell resulta que la luz y, en general, las ondas
Hemos visto que en Mecánica relativista intervienen las mismas electromagnéticas poseen masa inercial. En la teoría de la relatividad,
magnitudes que en Mecánica clásica. También es el mismo el número de esta proposición se generaliza a todas las especies de energía. Al calcular
ecuaciones fundamentales, que siguen siendo relaciones de proporciona- la masa correspondiente a una energía, W, habrá que tomar en conside-
lidad entre potencias de magnitudes previamente definidas. Finalmente, ración la velocidad de la luz, y el Análisis dimensional por sí solo con-
todas las definiciones de magnitudes secundarias cumplen el requisito duce a:
de homogeneidad. Podrá, pues, utilizarse el mismo sistema dimensional W
m=O-2-' [5,1]
que en Mecánica clásica, y tan sólo será preciso tener en cuenta la inter- e
vención de la velocidad de la luz como constante universal.
El cálculo completo da O = l.
En general, la aplicación del método dimensional a los problemas de
Gracias a esta fórmula se puede interpretar el aumento que experi-
Mecánica relativista conduce a soluciones muy vagas. Vamos, no obs-
menta la masa de un cuerpo a causa de su movimiento, como debido a
tante, a hacer algunas consideraciones.
la inercia de la energía cinética. En efecto, la masa total, teniendo en
cuenta [4,1], valdrá:
4. Conservación de la energía.
s.:
mO+C2=mo+m (mo)
l-----m =m.
En la Mecánica clásica, el principio de conservación daba el siguiente
valor para la energía que había que gastar en comunicar a un cuerpo de
masa m la velocidad v:
6. Masa de ímpetu y masa de aceleración.
Un cuerpo de masa mo, que se mueve con la velocidad v, se halla
sometido a una fuerza, f. iCuánto valdrá la aceleración, a~
Esta expresión, en que no figura c, no es válida en Mecánica relativista. Las magnitudes a considerar son: mo, m, f, a, y e, pues la velocidad
Veamos qué se puede predecir con respecto a la misma por consideracio- está involucrada en m. Con eilas se pueden formar dos monomios pi, y
nes dimensionales. resulta:
Las magnitudes a considerar son mo y m, pues la velocidad va involu-
orada en esta última. Con estos datos y la intervención de c se obtiene
inmediatamente
Si siguiéramos el criterio de quienes pretenden que la masa es, por defi-
nición, el cociente de dividir la fuerza por la aceleración, tendríamos que
232 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVIII. MECÁNICA RELATIVISTA 233
introducir una nueva magnitud secundaria: 1.0 La masa en reposo, mo, que es la única que se utiliza en Mecánica
clásica. Para ella se pueden establecer los criterios de igualdad y de
suma sin recurrir a la medida de otras magnitudes, por lo que es una
magnitud primaria.
2.0 La masa de ímpetu, definida por la fórmula:
que podría llamarse «masa para los efectos de la aceleración) o, más
simplemente, masa de aceleración.
m __ m....:o,--_
El Análisis dimensional nada puede decirnos acerca de la forma de la
función, .cp: por lo que habremos de recurrir a la ley fundamental [2,1],
que escribiremos como sigue:
3.0 La masa de aceleración, que es un tensor simétrico definido
d v por [6,2] cuando sus ejes principales coinciden con los ejes coordenados.
f=mo- [6,1]
dt

R
2
1--
c2 7. Materia, masa y energía.
La ecuación [5,1]
Para si~plificar la cuestión, tómese un sistema de ejes coordenados tales
W=mc2
que el eje x tenga la misma dirección y sentido que la velocidad V en el
instante considerado. Entonces será: ' ,
expresa que toda energía, W, posee una masa (de ímpetu), m. Escrita
Va; = V; "v = Vz = 0, en la forma:
[7,1]
y la ecuación [6,1], haciendo v/c = ~,conduce a:
significa que todo cambio en la energía de un sistema va acompañado de
Ix = moax . un cambio determinado de su masa, cambio que será acusado por una
(1 _ ~2)3/2 ' balanza muy sensible si se trata de un sistema en reposo, pues al aumen-
to !1mo de la masa inercial corresponderá un aumento de la masa gravi-
y la masa buscada resulta ser un tensor: tatoria. Basta, por ejemplo, calentar un cuerpo para que aumente de peso.
Expuesta así la cuestión, !1W y tsm¿ resultan ser dos magnitudes pri-
mo marias inseparables, por lo que nuestro segundo postulado exige que c2 sea
O O
(Vl- ~2)3
una constante universal ineludible, y queda justificada su intervención
en fenómenos de Mecánica en que está ausente la luz.
O mo
ma- O [6,2]
VI ~2
Pero está generalizada la creencia de que la ecuación [7,1] ha de interpre-
tarse en el sentido de que la masa se transforma en energía, y recíprocamente, en
O O mo virtud de un principio de equivalencia análogo al que rige las transformaciones
Vl- ~2
recíprocas de calor en trabajo. Por eso suele decirse que la energía de las bombas
atómicas proviene de la masa que pierden los núcleos atómicos al escindirse.
Se dice, además, que la teoría relativista ha reunido en uno solo (energía +
---
y hay que distinguir entre la masa longitudinal
' m/( 1 _ fJ.2)3j2
t-',y
1
amasa + masa = const) los dos principios de conservación de la Mecánica clásica, el
V
transversal, m/ 1 _ ~2. de la masa y el de la energía.
De ser cierta esta interpretación, la masa y la energía no serían ya insepara-
En resumen.: hay que distinguir tres especies de masa, una primaria bles, sino transformables una en otra y, de acuerdo con nuestro postulado,
y d os secundarIas, a saber: podría suprimirse por superflua la constante dimensionada que figura en [7,1],
234 ANÁLISIS DIMENSIONAL XVJIJ. MECÁNICA RELATIVJSTA 235

con lo que la energía y la masa serían magnitudes homogéneas. Ello acarrearía Las fórmulas [7,2] y [7,3], puesto que v y e son finitos, exigen que en el
la mutilación de la base en el sistema dimensional, y se daría el contrasentido fotón sea mo = 0, pero esta consecuencia, según la cual un fotón puesto en
de que un conocimiento más perfecto de las leyes naturales se tradujera en una reposo sobre el platillo de una balanza no debiera pesar nada, es imposible de
pérdida de eficacia de los métodos dimensionales. Es, pues, importante, poner comprobar, porque no hay observador capaz de efectuar tal medida. En cambio,
en claro el sentido de la ecuación [7,1]. la masa cinética m, la que figura en [7,4], tiene un sentido perfectamente claro.
Para poder afirmar que, en determinado fenómeno, una magnitud se trans- Se manifiesta, a la vez, por su inercia y por sus efectos gravitatorios. Gracias a
forma en otra, es preciso que esta última aumente a expensas de la primera. estos últimos ocurre que una cavidad llena de luz pesa más que si se encuentra
Esto sucede, por ejemplo, cuando la energía cinética de un cuerpo que cae aumen- a oscuras, pues los fotones chocan con el fondo con más violencia que con la
ta tanto como disminuye la potencial, o cuando el calor se transforma en energía cubierta de la vasija. .
mecánica. Pero la masa que pierden los núcleos atómicos en las escisiones nu- A nuestro modo de ver, cuando se atribuye el desprendimiento de energía
cleares se encuentra íntegramente en la energía desprendida. Si se colocase una en las reacciones nucleares a la pérdida de masa que experimentan los núcleos
pila atómica en una báscula y se evitase la salida de energía, no se notaría la atómicos, se incurre en una falta de precisión que procede de no distinguir entre
menor pérdida de peso, por grande que fuese la energía liberada en la pila. materia y energía, por lo que procede revisar estos conceptos.
Con lo dicho queda la cosa en claro mientras se manejan cuerpos materiales Toda la Física, tanto la clásica como la contemporánea, se basa en la clara
y la energía ligada a los mismos. Pero, si interviene la energía luminosa, hay distinción entre lo que es materia y lo que es energía. Se creía antes que la dife-
que estudiar la cuestión más a fondo. rencia específica entre ambos entes radicaba en ser la materia inerte y pesada,
Según la teoría de la relatividad, la energía interna de un cuerpo en reposo mientras que se suponía a la energía exenta de inercia y de peso. Tales diferen-
vale moc2• Si se mueve con una velocidad v, su masa (de ímpetu) se convierte en: cias se borraron desde que Maxwell descubrió que la energía luminosa posee
masa inerte y, sobre todo, desde que se comprobó experimentalmente que la
m = __m--=o__ energía, de acuerdo con la teoría de la relatividad de Einstein, está sometida a
[7,2]
VI=f32 ' la acción de los oampos gravitatorios. Procede, pues, buscar otros rasgos di-
ferenciales.
por lo que la energía total habrá de valer: Se sabe que la materia está constituida por corpúsculos elementales, pro-
tones, electrones, neutrones, etc., que nunca pueden alcanzar la velocidad de la
luz. La energía, por el contrario, no es de naturaleza discreta, como sucede con
la energía mecánica (cinética + potencial), o, si lo es, como ocurre con la energía
electromagnética, sus partículas o fotones han de moverse precisamente con la
de donde resulta que la energía cinética está dada por:
velocidad de la luz. Se puede, por tanto, distinguir sin ambigüedad la materia

Ecin = me2 - moc2 = (


VI -
1 - 1)
~2
moc2, [7,3]
de la energía.
Para describir la composición de un cuerpo es preciso enumerar las especies
de materia de que está constituido, y las cuantías de cada una, lo cual exige que
se defina la manera de medir cantidades de materia.
y, desarrollando en serie, se ve fácilmente que, mientras ~ << 1;
Análogamente, la energía se medirá por alguno de sus atributos, el trabajo
1 que se puede realizar con ella o su masa.
Ecin = - mv2•
2 Si bien en todo cuerpo hay siempre materia y energía, lo que importa desde
el punto de vista de su constitución es la materia. Un cuerpo sigue siendo el
Cuando ~ = 1, la expresión [7,3] se convierte en Ecin = cc, si mo 9= 0, lo mismo, aunque cambie su riqueza en energía, mientras no se altere su constitu-
que pone de manifiesto que toda la energía del universo no basta para que un ción material. Por eso puede decirse que materia es aquello de que están cons-
simple electrón alcance' la velocidad de la luz. tituidos los cuerpos.
Los fotones, o partículas de luz, se mueven con la velocidad e y, según la Conviene distinguir también entre materia y masa. La materia no intervie-
hipótesis de Planck-Einstein, la luz de frecuencia v está constituida por fotones ne en Física sino cualitativamente; en ninguna ecuación figuran las cantidades
de energía h», por lo que cada uno poseerá una masa: de materia. Hasta en las ecuaciones químicas los diferentes átomos están repre-
sentados por sus símbolos, que no son más que abreviaciones de los nombres
hv
m=-- [7,4] respectivos, mientras que la parte cuantitativa corresponde a los coeficientes,
c2 que representan masas medidas en unidades arbitrarias, por ejemplo, en moles.
y un ímpetu En cambio, la masa ee una magnitud física, atributo común a todas las especies
hv de materia y a todas las especies de energía. Hay diversas especies de materia,
me = --o
e pero sólo hay una especie de masa.
236 ANÁLISIS DIMENSIONAL

Podemos ahora interpretar la ecuación de Einstein, E = m,c2, Y los hechos


que la confirman, del siguiente modo:
La materia puede transformarse en energía, y recíprocamente, y existe una
relación de proporcionalidad entre la materia que desaparece (medida por su
masa en reposo) y la energía que se engendra. En otros términos: con una porción
dada de materia se obtiene siempre la misma cantidad de energia. Es una relación
de proporcionalidad entre dos magnitudes simples que no son inseparables, por
lo que huelga el factor de proporcionalidad en la ecuación entre medidas, y
resulta un principio de conservación que puede enunciarse así:
En todo sistema cerrado: materia + energía = const [7,5].
Gracias a este principio de conservación, la materia adquiere el rango de
magnitud física homogénea con la energía, y podrá medirse en las mismas
unidades que ésta. En cambio, no se puede decir que la materia sea homogénea
con la masa, porque son magnitudes inseparables, y la correspondiente relación CAPíTULO XIX
de proporcionalidad exige poner una constante universal en la ecuación entre
medidas. Tal constante, según la teoría de la relatividad, es igual al cuadrado
de la velocidad de la luz. Por tanto: FíSICA CORPUSCULAR

[7,6]
y, a beneficio de [7,5]: 1. Sistema dimensional.
J7,7]
A lo largo de este libro hemos intentado probar que las dimensiones
donde Wo es la energía que se obtendría si toda la materia se transformase en de las magnitudes primarias no derivan de sus definiciones instrumen-
energía.
tales, sino del grupo de ecuaciones fundamentales de cada teoría y del
Por lo que ahora se sabe, la transformación de materia en energía es un criterio que sirve para suprimir las constantes universales superfluas.
proceso de o todo o nada, que se observa cuando se aniquilan mutuamente un
negatón y un posit6n, o un protón y un antiprotón. En este fenómeno y en su
Pero al llegar a la moderna Física de los corpúsculos, nos encontramos
inverso, la materialización de dos fotones, se conservan la masa y el ímpetu. con la afirmación reiterada de que su estudio no puede realizarse sino
En resumen: desde el punto de vista de la Filosofía operacional. Así lo afirma, por
1.° La masa y la energía no se transforman una en otra; son magnitudes ejemplo, Halliday (78) en el prólogo de su libro. Tal aserción, si fuese
inseparables, ligadas por una relación de proporcionalidad.
cierta acarrearía la no validez del Análisis dimensional en cuestiones
2.° La energía liberada en las reacciones nucleares procede de la energía
almacenada en los núcleos y del aniquilamiento de partículas.
corpusoulares, pues hemos visto con numerosos ejemplos que, al proceder
3.° La masa total (y el ímpetu) se conserva en todas las reacciones. por vía operacional, quedan indeterminadas las dimensiones. Y como
sobre los corpúsculos debe construirse toda la Física teórica, toda la
estructura dimensional se vendría abajo. Es fácil ver que no sólo no
ocurre tal catástrofe, sino que en el mundo de los corpúsculos rige exac-
tamente el mismo sistema dimensional que en los restantes capítulos
de la Física.
Para que sea aplicable el Análisis dimensional, basta que se cumpla
nuestro primer postulado, en cuya virtud, por consistir las leyes en rel~-
ciones de proporcionalidad entre cantidades, pueden ser enunciadas sin
hacer referencia a ningún sistema particular de unidades. No hay en
Física corpuscular una sola ley que no cumpla dicho requisito, lo que
permite afirmar que el Análisis dimensional sigue siendo ap~cable: Va-
mos a probar que subsiste sin alteración de la estructura dimensional.
238 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 239

De dos maneras se puede alterar un sistema dimensional: por reduc- La lectura de estas líneas nos deja perplejos. Si todo ello procede de haber
hecho e = 1 (simply by taking the veloeity 01 light as unit 01 veloeity), ¿qué im-
ción o por ampliación de la base. Para que lo primero sea viable, es porta el multiplicar por e los ímpetus, sean lineales o angulares, y qué papel
preciso descubrir alguna ley que relacione entre sí las magnitudes básicas desempeña la e en las fórmulas en que figuren tiempos y velocidades? Este
y en la que se pueda prescindir de la respectiva constante universal. quitar y poner la e no tiene razón de ser. O se conserva siempre para, de acuerdo
Tal fue el caso cuando se descubrió la ley de equivalencia entre el calor con nuestro postulado, salvar el Análisis dimensional, o se suprime sin excepción.
y el trabajo, y tal pretenden que sea también el caso en Física corpuscu- Si se opta por esta última alternativa, el tiempo y la longitud aparecerán como
magnitudes homogéneas, y sólo quedarán en Mecánica dos magnitudes básicas,
lar los que, como Rosenfeld (79), opinan que, en virtud de la teoría de la
que pueden ser la longitud y la masa. Con esta mutilación de la base, el concepto
relatividad, basta tomar como unidad la velocidad de la luz, para que de dimensión resulta casi inútil.
resulten homogéneas y puedan medirse con la misma unidad la longitud
y el tiempo, por una parte, y la masa, el ímpetu y la energía, por otra.
Pero, si bien no hay inconveniente en tomar e como unidad de velocidad 2. Unidades corpusculares.
ello no implica el que se pueda despojar impunemente a esta magnitud
de su dimensión. Igual razón habría para hacer h = 1, con lo que esta- Cuando se obtiene una ecuacion mediante el Análisis dimensio-
rían ~elacionados dimensionalmente el tiempo y la energía, y así se podría nal, se sobrentiende que sólo es válida con unidades coherentes con
continuar hasta que no quedase una sola magnitud básica, y quedaría las ecuaciones fundamentales, pues al utilizar sistemas incoherentes
totalmente arruinado el Análisis dimensional. Este cataclismo se evita si hay que introducir coeficientes parásitos que, por depender de las
de acuerdo con nuestro postulado y con lo dicho en el capítulo preoe- unidades adoptadas, son verdaderas constantes dimensionadas. Dicho
dente, se considera e como constante ineludible en todos los problemas Análisis fija el número de unidades básicas, pero deja arbitraria su
de relativídad. naturaleza y su cuantía, con tal de que sean dimensionalmente inde-
Para que fuese necesario ampliar la base, sería preciso haber introdu- pendientes. Con ello quedan fijadas las unidades de todas las demás
cido una nueva magnitud que no estuviese relacionada dimensional- magnitudes. Entre los infinitos sistemas coherentes, merecen citarse
mente con alguna de las conocidas. No ocurre esto en Física corpuscular, los dos siguientes:
por lo que podemos afirmar que es suficiente una base de cinco, que Sistema electrostático CGS: centímetro, gramo, segundo, grado de
pueden ser L, M, T, e y Q, y pueden reducirse a cuatro en aquellos Celsius, franklin.
problemas en que no intervenga la temperatura. Sistema de Giorgi: metro, kilogramo, segundo, grado de Celsius,
culombio.
~e aquí la traducción literal de algunos párrafos que Rosenfeld pone al Cualquier sistema coherente serviría en Física nuclear, pero por des-
comienzo de su libro:
gracia se utilizan unidades incoherentes, lo que implica, no sólo una
.a) «~e da a la masa y al ímpetu la dimensión de una energía, es decir,
verdadera plaga de coeficientes parásitos, sino gran confusión en los
se Identifica la masa de cada partícula con su energía en reposo y se llama
í~petu a la magnitud que usualmente se designa con este nombre: pero multi- conceptos, pues se pretende justificar la elección de tales unidades con
plicada por la velocidad de la luz.» las mismas razones que, según hemos hecho ver en el apartado anterior,
b) «Este convenio implica modificaciones similares en las magnitudes deri- carecen de fundamento. Las unidades incoherentes subsisten por el mismo
vadas: el ímpetu angular-habrá de multiplicarse por e, y el momento de inercia motivo por el que los ingenieros siguen usando el peso del kilogramo como
2
por e ; en p.articular, tomamos como constante fundamental de "acción" la cons-
unidad de fuerza. Es de desear que un acuerdo internacional ponga tér-
tante de Dirao, h/2rr:, multiplicada por e. Con el fin de conservar una expresión
de la forma ~v para el cuanto de energía, caracterizaremos los cambios periódicos mino a esta situación caótica.
(cuya velocidad d~ propagación sea e) por su número circular de ondas cs]«, En Física corpuscular, las longitudes y los tiempos suelen medirse en
esto es, por el COCIentede su frecuencia circular por c.» centímetros y segundos, respectivamente, o bien se recurre a sus múlti-
,e) «Por otra ,parte, mantenemos el segundo como unidad de tiempo, y plos y submúltiplos decimales. Las secciones eficaces se miden en borne:
(~'mentras no se diga lo contrario) conservaremos el cm/s como unidad de velo-
cidad, con lo que la veloc~dad de la luz aparecerá todavía explícitamente en las
fórmulas en que figuren tíempos y velocidades.»
1 barn = 10-24 cm",
240 ANÁLISIS DIMENSIONAL
XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 241
Para la masa se preconiza el empleo de la unidad máeica:
como unidad de energía, el evoltio-masa como unidad de masa, y se
quiere conservar el centímetro y el segundo (o sus múltiplos y divisores
1 um = _1_ = 1,6597 X 10-24 g,
decimales) como unidades de longitud y de tiempo, respectivamente.
NA

donde NA es el número de Avogadro. Además, quienes pretenden que 3. Magnitudes usadas en radiactividad y radiología.
hay ventaja en hacer [e] = 1, introducen tantas unidades de masa como
La ya embrollada cuestión de las unidades corpusculares se complica
unidades de energía se hallan en uso. Al proceder así se comete el mismo
aún más cuando se toman en consideración las magnitudes usadas en
desatino que cuando se confunde la masa con el peso y se toma como
radiactividad y radiología.
unidad de fuerza el kilogramo-masa. Según este vicioso método, sería:
La actividad, A, o poder emisivo de un cuerpo radiactivo es, por
definición:
1
1 erg-masa = - = 1,111 X 10-21 g A lím t1N =--, dN
c2
6,t-+O t1t dt
1 J-masa = 1,111 X 10-14 g,
donde t1N es el número de átomos que se transforman en el tiempo t1t.
Su unidad coherente en el sistema cegesimal debiera ser la actividad de
y todavía queda una nueva unidad de masa, la correspondiente al
un cuerpo que se desintegra a razón de un átomo cada segundo, y podría
electrón-voltio o evoltio (ev), que se define como la energía que alquiere un
llamarse microrutherford (urd), ya que se ha definido el rutherford (rd)
electrón al recorrer un trayecto en el que la caída de potencial vale un
como la actividad de un cuerpo en el que se produce un millón de desin-
voltio. Como la carga del electrón es:
tegraciones cada segundo. Desgraciadamente, no hay grandes esperanzas
e = 1,6008 X 10-19 colombios, será:
de que el rutherford prevalezca, pues sigue usándose el curio, que es una
unidad incoherente:
1 ev = 1,6008 X 10-19 julios, 1 curio = 3,7 X 1010 fLrd.

y la correspondiente unidad de masa sería:


La actividad específica se define mediante la fórmula:
1 ev-masa = 1,779 X 10-33 g. A
a=--
- m'
Se han definido ya las unidades de longitud, de masa, de tiempo y de
energía, y como sólo puede haber en la base tres magnitudes mecánicas, donde m es la masa del cuerpo. Su unidad coherente en el sistema CGS,
es cosa de averiguar si se puede formar con ellas un sistema coherente. debiera ser el fLrd/g,pero se usa el curio/gramo,
Tomando como básicaa el centímetro, el segundo y el evoltio, la unidad La constante radiactiva es, por definición:
coherente de fuerza debiera ser:
1 dN
U¡ = 1,6008 10-12 dinas,
A--7 de'
y la de masa: y se mide en S-l.

ti; = 1,6008 10-12 g, Finalmente, la semivida está definida por la fórmula:

T In 2 _ 0,693
que no coincide con ninguna de las actualmente en uso. Esto prueba
A A
que es imposible formar un sistema coherente si se impone el evoltio y se mide en segundos.
ANÁLISIS DIMENSIONAL. - 16
242 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 243

Si pasamos a las magnitudes que se usan en radiología con el propósito emite una sola partícula con una energía W. Se conoce el coeficiente total
de dosificar la radiación, se tropieza con tales dificultades, que conocemos de absorción, fL, de dichas partículas en el aire, y se sabe que cada ion lleva
radiólogos eminentes que confiesan no haber logrado entender la definición una carga e, y que en la producción de cada pareja de iones se consume,
del roentgen. En otro lugar (80) hemos tratado de poner en claro las por término medio, una energía e:. iQué dosis se obtendrá cada unidad de
definiciones de dosis, y casi simultáneamente aparecieron las Recomen- tiempo en un punto que dista r del cuerpo radiactivo! Para no tener que
daciones Internacionales sobre Unidades Radiológicas, que coinciden tomar en consideración la radiación secundaria, se supone que la radia-
enteramente con nuestras conclusiones. Aquí nos limitaremos a definir ción se propaga en el vacío.
la dosis suministrada y la dosis absorbida. Con las magnitudes citadas, el Análisis dimensional conduce a:
Al definir la dosis suministrada, D, se da por supuesto que lo que in-
teresa de la radiación para los fines terapéuticos es su poder ionizante, y Djt A W fL r e
que basta conocer su valor en el aire en condiciones normales. El poder L -3 O 2 - 1 1 O
M O O 1 O O O
ionizante es, por definición, la carga total que llevan consigo los iones
T -1 - 1 -2 O O O
de cada signo liberados por la radiación en la unidad de volumen de Q 1 O O O O 1
aire en condiciones normales y en la unidad de tiempo: 1 - 1 O O 3 - 1
7>1
7>2 O O O 1 1 O
Poder ionizante - ~,
Vt w=--e:
W
y la dosis suminístrada es el producto del poder ionizante por el tiempo
de irradiación: Djt Ae
=7 cP ( fLr, -e:- W) .
D !l.
V
Su fórmula dimensional es: Como la dosis ha de variar en razón inversa del cuadrado de la distancia,
y ser proporcional a la energía, W, de cada partícula resulta:
[D] = L-3Q
}¿ = e AefLW
y su unidad en el sistema cegesimal es el roentgen. En el sistema de t e:r2
Giorgi, la unidad será 3 . 103 veces mayor.
La dosis absorbida se define como la energía absorbida por cada El cálculo completo, según se ve fácilmente, conduce a la relación:
gramo de tejido a consecuencia de la irradiación. Su unidad coherente
en el sistema CGS, debiera ser el ergjg, pero se utiliza el rep, que es una
unidad incoherente:
1 rep - 83 ergjg.
que es válida con cualquier sistema de unidades coherentes. Pero, en la
Actualmente, se usa el rad: 1 rad = 100 ergjg.
,práctica, A se expresa en curios, e en el sistema CGSE, fL en cm-l, Wen
Mev, e: en ev, r en cm, y se pide la dosis en roentgensjhora. Entonces,
4. Dosis en función de la actividad y de la distancia. hay que introducir numerosos coeficientes parásitos, y la fórmula se con-
Para poner de manifiesto los inconvenientes del empleo de unidades vierte en:
D 3,7 X 1010 X 106 X 3600 AefLW
incoherentes, tratemos de resolver el siguiente problema. Se dispone de
47t e:r2
un cuerpo cuya actividad vale A, y se sabe que en cada desintegración
244 ANÁLISIS DIMENSIONAL
XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 245
que, como e = 4,80 X 10-10 u. e. e. y e = 32 ev, da: A título de curiosidad, damos a continuaci6n un sistema de unidades coheren-
tes en que se toma el evoltio como unidad de energía y en el que todas las rela-
AW ciones entre las nuevas unidades y las del sistema. de Giorgi se expresan con
D = 1,59' lO8fL -2-' t.
r auxilio de un solo número:
a = 1,602 10-19,
Esta fórmula da la dosis en roentgens, y no puede ser utilizada sino
que es el valor de la carga elemental expresada en culombios.
midiendo fL en cm-l, A en curios, W en Mev, r en cm y t en horas.
Unidades básicas:
Longitud: metro.
5. Un sistema de unidades coherentes para la Física
Tiempo: segundo.
de los corpúsculos y de la radiación. Masa: a gramos.
Carga eléctrica: a culombios.
Cuando tras medio siglo de incomprensi6n ha logrado prevalecer el sistema
de Giorgi en Electromagnetismo, sería de esperar que sus ventajas fuesen tam- Unidades derivadas:
bién reconocidas por los que cultivan la Física de los corpúsculos y de la radia-
Basta tener a la vista el cuadro de fórmulas dimensionales, para llegar a la
ci6n, pero, por desgracia, no van las cosas por este camino.
conclusi6n de que, en este sistema, las unidades de potencial, intensidad del cam-
Dos razones suelen aducirse en contra del sistema de Giorgi. Una es la de
po eléctrico e inducci6n magnética son las mismas que en el sistema de Giorgi;
que sus unidades son desmesuradas si se comparan con las cantidades que se
las de fuerza, energía, ímpetu, inducci6n electrostática, momento de los dipolos
manejan en el mundo subat6mico; la otra es que el uso de unidades especiales,
eléctrico y magnético, capacidad, intensidad de la corriente y poder imanador,
tales como el evoltio, facilita el lenguaje y simplifica los cálculos. La primera
se obtienen multiplicando por el número a las respectivas unidades de Giorgi;
raz6n nos parece baladí, pues cualquier sistema de unidades ha de dar núme-
finalmente, la unidad de resistencia es a veces menor que el ohmio.
ros muy grandes o muy pequeños al utilizarlo para medir la velocidad de la
luz y las dimensiones de los núcleos at6micos. La segunda es fútil si se consideran
los beneficios que reporta la supresi6n de coeficientes parásitos, lo mismo en las 6. Onda asociada a una partícula en movimiento.
ecuaciones propias de la Física atómica que en las que sirven, por ejemplo, para
el cálculo de los aceleradores de partículas. Según la hipótesis del duque (antes príncipe) Louis de Broglie, toda
En realidad, los trastornos que produciría la adopción del sistema de Giorgi
partícula en movimiento lleva asociado un fenómeno ondulatorio ca-
se reducen a tener que cambiar en las tablas de radis6topos las energías expre-
sadas en evoltios o en megaevoltios por sus equivalentes en julios, y a introdu- racterizado por su longitud de onda A. Esta magnitud ha de quedar
cir nuevas unidades de dosis, a saber: determinada por la masa en reposo, mo, y por la velocidad, v, con la
Unidad de dosis suministrada: eventual participación de las constantes universales h y e:
culombio A mo v h
1 = 3· loa roentgens.
mS
L 1 O 1 2
Unidad de dosis absorbida: M O 1 O 1
T O O 1 1
julio
1 --- _ 104 erg _ 125 1 1 1 1
- - rep. 7t1
kg g
v
Desde luego, se pueden formar infinitos sistemas coherentes, pues es arbitra- w=
e
ria la elecci6n de cuatro unidades, sin contar el grado de temperatura. Pero
sucede que, si se adopta el evoltio para la unidad de energía, juntamente con el
segundo y cualquiera de los múltiplos decimales del metro, ninguna de las uni- A=_h ~(~).
dades de masa actualmente en uso es coherente. Y, si se adopta el voltio como mov e
unidad de potencial eléctrico, juntamente con el evoltio como unidad de energía,
no se puede adoptar el kilogramo, ni ninguno de sus divisores decimales, como Se puede ahora tener en cuenta que el cociente v/e interviene tan
unidad de masa.
sólo en la teoría de la relatividad, y que sirve para pasar de la masa en
,...

XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 247


246 ANÁLISIS DIMENSIONAL

reposo, mo, a la masa en movimiento, m. Será, pues: de donde resulta que el producto de 0/0/* por una magnitud cualquiera, q,
representa la densidad de la misma:
h p = qo/o/*.
A=O-. [6.1]
mv

8. Radio clásico del electrón en el vacío.


Según De Broglie, es O = 1.
Combinando [6,1] con la ecuación de Einstein, Se supone que toda la masa, mo, del electrón es debida a su energía
potencial, esto es, al trabajo que es preciso realizar para condensar la
e: = rnc2 = hv, carga, e, en una esfera de radio, r, por lo que habrá de depender de las
constantes del vacío, e: y c. Con las magnitudes mencionadas sólo puede
resulta para la velocidad de propagación: formarse un monomio pi, y resulta:
e2
c2 r = O --o [8,1]
U = AV = 0-. e:rnc2
v
La misma fórmula, mutatis mutandis, sirve para el protón.
La teoría completa conduce a O = 1.

9. Energía electrostática de los núcleos atómicos.


7. La función de ondas.
Si entre los nucleones no se ejercieran más fuerzas que las previstas
Hasta ahora, el camino que parece más prometedor para llegar a una por la ley de Coulomb, el trabajo necesario para reunir Z protones en un
teoría de los fenómenos corpusculares es el que parte de la ecuación de núcleo atómico de radio R, dependerá de la carga elemental, e, del ra-
Schrodinger: dio, ro, del neutrón y de las constantes del vacío e: y c.
h 80/ h2
-8t + ~o/- V'P' = 0,
81t2m
[7.1] W e R & e

L 2 O 1 -3 1
M 1 O O -1 O
en la que h es la constante de Planck, m la masa del corpúsculo, y V su T -2 O O 2 -1
energía potencial. En cuanto a la que pudiéramos llamar protagonista Q O 1 O 2 O

de la ecuación, la función O/, se limita Schrodínger a decir que sirve para 7t¡ 1 -2 1 1 O

determinar unívocamente el estado del sistema. Es todavía objeto de


discusión su significado físico, pero el Análisis dimensional puede decirnos
algo muy interesante acerca de la misma. En la ecuación [7,1] la dimen-
w= e
2

e:R q>
( o
Z'Rr ) .
sión de o/ queda indeterminada, pero sucede que las únicas soluciones Según Bethe y Bacher (81), en el sistema electrostático es:
aceptables son las normalizadas, o sea aquellas en que se cumple que
3 e2
W =- Z(Z - 1) -,
[7,2] 5 R

donde 0/* es la función compleja conjugada de O/, y d-r: es el elemento de pero, según hicimos ver en otro lugar (76),la fórmula correcta es:
volumen. Según esto, habrá de ser:

[0/0/*] = L-3,
w=~(~-~). 5 R ro
248 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 249

10. Fuerza de Lorentz. 11. Radio de curvatura de la trayectoria de un electrón


iA qué fuerza se halla sometido un electrón que se mueve en un cam- en un campo magnético.
po magnético? Del problema anterior resulta que, si el campo es homogéneo, la fuer-
Del campo bastará conocer el vector B, que es el responsable de las za será constante y, como es normal a la trayectoria, ésta habrá de ser
acciones ponderales. El electrón figurará por su carga, e, y por su velo- circular. Además, tomando los ejes como en el problema anterior, resulta
cidad, v. que sólo interviene la componente B2 de B, esto es, la que es perpendicu-
Si con los datos precedentes se aplica el Análisis dimensional no con- lar a v.
siderando más que una magnitud espacial en la base, se obtiene un mo- r v B2 m e
nomio pi: L 1 1 O O O
7t1
f
= --,
M
T
O
O
O
- 1
1
- 1
1
O
O
O
evR Q O O 1 O 1
7tl 1 - 1 1 1 1
que permite afirmar la proporcionalidad de f con y V con B, pero que
nada dice respecto de la posición relativa de estos tres vectores. mv
r = 0--.
cB
Para hallar la cuantía y la dirección de la fuerza, hay que hallar sus com-
ponentes 11' 12' Is, con relación a un sistema de ejes coordenados. Tómese el La teoría da O = 1.
eje Xl en la dirección de la velocidad, con lo que será v2 = va = O, Y el plano
Xl x2 de modo que contenga el vector B, con lo cual, Bs = O. Utilizando las fór-

mulas dimensionales del § 4, capítulo XVII, se ve que con las citadas magnitudes 12. El espín.
y las componentes 11 y 12 de la fuerza no se puede formar ningún monomio pi,
lo que significa que dichas componentes no dependen de Vl' Y como 11 = 12 = O Las partículas elementales poseen un ímpetu angular (espín), como
si vl = O, lo mismo ocurrirá aunque vl =1= O. Para la tercera componente se tiene: si girasen en torno de sí mismas. Admitiendo que su comportamiento
mecánico queda determinado por su momento de inercia, y teniendo en
cuenta la posible intervención de las constantes universales h y e, resulta
un solo monomio pi; y la solución es:

8 = Oh,

que no depende del momento de inercia de la partícula. La teoría dice


que O es un múltiplo entero o semientero de 1/2 rr.

Podemos ahora resolver el siguiente problema. ¿Cuánto vale el aumento, llm,


que experimenta la masa de una partícula cuando su espín pasa del valor O al
valor h/27t?
lo que prueba que la fuerza es perpendicular al plano determinado por v y B Sea m la masa en reposo de la partícula, que supondremos esférica. Si r es
Y vale: o . á
el radio, el momento de inercia respecto de un diámetro cualquiera, ser :
f = Oev 1\ B.
La teoría completa da O = l.
Es de notar que, por utilizar un sistema dimensional en que [¡.¡.] = 1, la
fórmula dimensional dada por el propio Lorentz es incorrecta, según hizo notar
Sommerfeld, pues figura en ella H en lugar de B. Al girar la partícula en torno de uno de sus diámetros con un ímpetu angu-
250 ANÁLISIS DIMENSIONAL
XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 251
lar h/211:, la frecuencia habrá de ser tal que:
tantes universales EO Y h, la primera para tomar cuenta de las fuerzas de
h Coulomb, y la segunda por efecto de la cuantización.
211:vI = --,
211:
k e €o h m
o sea:
L O O -3 2 O
[12,1] M O O -1 1 1
T -1 O 2 -1 O
Q O 1 2 O O
y la energía cinética de rotación valdrá:
11:1 1 -4 2 3 - 1
_ mo
w=--
mp
En consecuencia, el aumento relativo de masa será: 4
k = O moe ( mo )
E2h3 <P m .
o p
La teoría da:
moe4
k=
13. El magnetón de Bohr.

Se ha averiguado que las partículas poseen un momento magnético, fl


8Eo2h3 (1 : ::)
(no confundir con la permeabilidad magnética), que habrá de depender
de m, e, h. La fórmula dimensional de fl es [fl] = VT-:IQ, y el Análisis La constante ~ = k/c, donde c es la velocidad de la luz, se llama cons-
dimensional conduce a: tante de Rydberg.
eh
fl= O -.
m 15. El sistema de las constantes universales.

El universo está constituido por corpúsculos (electrones, protones,


La teoría da O = 1/47t, con lo que, en el caso del electrón, se tiene:
neutrones, etc.) que se caracterizan por su masa y por su carga eléctrica.
flB = 0,926 . 10-23 amp X m-, A las ya numerosas especies de corpúsculos corresponden masas diversas,
pero sólo se conoce una ca.rga elemental, la del electrón. Estas cantidades
pueden considerarse como constantes universales, y ellas, juntamente
que es el magnetón de Bohr.
con las constantes universales propiamente dichas, son los sillares con
que han de construirse las teorías físicas.
14. La constante de Rydberg. El Análisis dimensional permite afirmar que, en cada teoría, el número
de constantes universales dimensionalmente independientes no puede
La serie de Balmer en el espectro del hidrógeno está dada por la
ecuación: exceder de la multiplicidad de la base respectiva. Veremos, además, que
siempre puede formarse una base con constantes universales exclusiva-
v = k (_12 __ 1 )
2 n2
n = 1,2,3, ... mente, de donde resulta que cualquier otra habrá de ser función mono-
mia de las que se tomen para constituir la base. Las constantes univer-
sales, por consiguiente, pueden considerarse como vectores en un espa-
y se trata de calcular la constante k. En el problema intervendrán las cio vectorial con tantas dimensiones como valga la multiplicidad de la
masas mo y mp del electrón y del protón, la carga elemental, e, y las cons- base, esto es, cinco en el caso más general. En consecuencia, no puede
252 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 253

haber más de cinco constantes universales que sean dimensionalmente inde- El valor del número fijo 1t1 depende de la partícula que se considere,
pendientes. Nótese que queda determinado el número de constantes y crece desde el electrón hasta el protón pasando por la ya larga serie
básicas, pero hay libertad en su elección (*). de mesones. En todo caso, resultan números muy pequeños, a los que,
En la Mecánica cuántica y relativista bastan tres magnitudes bási- por ahora, no se puede atribuir ningún significado.
cas, que pueden ser: la masa, m, de una partícula elemental; la velocidad En Electromagnetismo hay que ampliar la base con una nueva cons-
de la luz, c, y la constante de Planck, h, pues el determinante de la matriz tante, que puede ser la carga elemental, e. En consecuencia, cualquier
otra constante universal habrá de ser función monornia de m, c, h y e.
m e h He aquí dos ejemplos:
L O 1 2
M 1 O 1
T 0-1 -1

El número 1t2 que figura en la expresión de la constante dieléctrica del


es distinto de cero, lo que prueba que dichas constantes son dimensional-
vacío está relacionado con la constante de estructura fina de Sommerfeld,
mente independientes.
que en el sistema electrostático (e:o = 1) se escribe así:
Cualquier función monomia de m, c, h, será una nueva constante
universal de naturaleza mecánica, y podremos formar constantes uni- 21te2
versales que tengan una fórmula dimensional cualquiera. Si, por ejemplo, <X = --ch = 7 ' 29 10-3
,
se trata de calcular una longitud o un tiempo en un problema en que inter-
vengan tan sólo partículas de masa m, el Análisis dimensional da como
al paso que, con la base completa, es:
solución dos nuevas constantes universales, a saber:

= ---e
2
h h <X = 7,29 lO-s
lo= cc-:-.
me '
to = et --2-'
me 2e:och
y, por tanto:
1
Los números el y et pueden ser cualesquiera, pero si hubíere alguna 1t2 = -- = 68,5.
razón para que no fuesen menores que uno, resultaría que en el problema 20'
considerado no podrían intervenir longitudes ni duraciones inferiores
a hjmc y hjmc2, respectivamente. Con protones o neutrones, por ejemplo, Finalmente, en Termodinámica hace falta otra constante universal
resulta: en la base, constante que puede ser la de Boltzmann.
lo = 1,3309' 10-13 cm; to = 4,43966 10-24 s.
16. Los números universales.
La constante de la gravitación, G, es de índole puramente mecánica,
En la Geometría de Euclides, la razón entre la circunferencia y el
por lo que habrá de ser función monomia de m, c, h. En efecto:
diámetro, cuando ambas magnitudes se miden con una misma unidad,
hc es un número fijo, el número 1t, que puede considerarse como una cons-
G = 1tl --o
m2 tante de dimensión nula propia del espacio euclideo.
En Física se manejan constantes universales con las que se pueden
(*) Guido Beck- (23) se ha ocupado en el problema de la conexión entre las formar monornios pi cuyos valores, si se utiliza un sistema coherente de
constantes unh:ersales, planteando correctamente la cuestión y haciendo ver unidades, serán números fijos, que se pueden denominar números uni-
su alcance .te~rICo. Pero parte de la afirmación gratuita de que la base ha de
estar C0:.;tstltUl?apor las tres magnitudes, longitud, masa y tiempo, por lo que versales. Tales son, por ejemplo, los números 1tl' 1t2 Y 1ts, que hemos halla-
su~ consldera?lOnes? muy ingeniosas por cierto, acerca del número de constantes do en el apartado anterior.
unIversales dimensionalmente independientes carecen de fundamento.
254 ANÁLISIS DIMENSIONAL XIX. FÍSICA CORPUSCULAR 255

El número re de la Geometría puede calcularse con toda la precisión Es de notar que algunos números universales se alteran cuando las magnitu-
que se desee mediante desarrollos en serie deducidos de los postulados des que en ellos figuran se miden con unidades coherentes con otro sistema de
fundamentales de la Geometría. En cambio, los números universales de ecuaciones, esto es, cuando se cambia el factor numérico arbitrario que figura
en éstas. Los números n' a = 14,58 x 10-13 y n' 4 = 4,66 X 1()37,por ejemplo, se
la Física han de calcularse a partir de los valores hallados empíricamente
han obtenido con unidades coherentes con las ecuaciones electromagnéticas
para las constantes universales. Por ejemplo, el número 7ta se calculará racionalizadas, en cuyo caso es €o = Er. Si se hubieran utilizado las unidades no
con los valores de f1;¡, h, e y e expresados en un sistema cualquiera de uni- racionalizadas, habría que haber tomado €o = 4nEr y sería:
dades coherentes.
14,58 X 10-13 4,66 X 1037
rt"s =
Mucho se ha especulado acerca del significado de estos números universales. 4n 4n
Finkelburg (82), dando por supuesto que sólo hay una longitud universal, el
radio del nucleón (ro = 1,31 X 10-13 cm), dos masas elementales (la del electrón Como en vez del factor 4n se puede poner otro coeficiente numérico cualquie-
y la del protón) y tomando en cuenta la carga elemental y las constantes uni- ra, resulta que dichos números universales pueden tomar el valor que se desee.
versales e, EO' G y h, deduce que hay cuatro números universales: Esto prueba una vez más la futilidad de atribuir les sentido físico.

e2
n'3 = --- = 14,58 X 10-13; 17. Un sistema de unidades universales
Eohc
Para formar un sistema de unidades coherentes, pueden elegirse arbitraria-
mente cinco unidades, que pueden ser tres mecánicas, el grado de temperatura
y una electromagnética. La elección puede ser hecha de manera que adquieran
y como comentario agrega: el valor 1 otras tantas constantes universales.
Para las magnitudes mecánicas se dispone de cuatro constantes universales,
(,A pesar de las agudas sugestiones de Eddington y de otros, falta una teoría G, e, NA Y h, y como sólo se requieren tres, podemos convenir en prescindir de
que explique satisfactoriamente la razón de ser de estas constantes de dimen- la primera.
sión nula. Ni siquiera hay unanimidad acerca de cómo se ha de abordar la Con las constantes e, NA, h se pueden formar tres monomios pi que tengan,
cuestión con posibilidades de éxito. Es de suponer que las mayores dificultades respectivamente, la misma dimensión que la longitud, la masa y el tiempo, y
surjan al tratar de explicar cómo sale un número tan enorme como el n' 4 = que serán las unidades coherentes en el sistema que estamos formando:
= 4,66 X 1037, pues es inverosímil que tal número resulte de relaciones entre
magnitudes atómicas. Esto ha sugerido la idea de considerarlo como prueba hNÁ
Unidad de longitud: = 1,3309· 10-13 cm.
evidente de la conexión entre los datos astronómicos y los atómicos. Las consi-
deraciones de Eddington, Dirac, Ertel, Jordan y otros servirán para aguzar
el ingenio de quien trate de abordar el problema.»
Unidad de masa: 1,6597 X 10-24 g.
En realidad, pueden obtenerse infinidad de números universales, pues pue-
den combinarse de infinitos modos las constantes universales de manera que
resulten monomios pi, por lo que, a priori, resulta inaccesible el problema de
Unidad de tiempo: hNÁ = 4,43966 X 10-24 s.
calcular teóricamente todos ellos. A nuestro modo de ver, la cuestión debe c2
plantearse en los siguientes términos: Dadas cinco constantes universales dimen-
sionalmente independientes, calcular todas las que se encuentran en los distintos El valor del grado queda determinado si se hace k = 1.
capitulos de la Física.
El Análisis dimensional afirma que cualquier constante universal ha de ser 2
Unidad de temperatura: _c__ = 1,08 10120C.
función monomia de algunas de las constantes que se toman como básicas, con lo kNÁ
que el problema se reduce a hallar el respectivo factor numérico.
Problemas de este tipo han sido ya resueltos mediante las modernas teorías, En Electromagnetismo se puede tomar como unidad la carga del electrón,
y así se sabe, por ejemplo, calcular las constantes de Stefan, de Wien, de Rydberg, o bien se puede igualar a 1 cualquiera de las permeabilidades del vacío, la eléc-
etcétera, pero otros están por resolver. Falta, por ejemplo, una teoría que per- trica o la magnética. Hay, pues, varias posibilidades para formar sistemas uni-
mita calcular las relaciones entre las masas de las distintas partículas elementa- versales de unidades coherentes.
les; la constante de la gravitación en función de una masa elemental, y de las Podría creerse que en la formación de estas unidades, que hemos llamado
constantes e y h; las permeabilidades del vacío en función de e, c, h, etc. universales, no hay nada arbitrario, sino que, por decirlo así, estarían impuestas
256 ANÁLISIS DIMENSIONAL

por la misma naturaleza. N o es así, sin embargo, por las razones que damos
a continuación:
Es arbitrario el tomar como unidad de masa la inversa de la constante de
Avogadro, pues esta constante resulta de atribuir convencionalmente el valor 16
a la masa del isótopo 16 del oxígeno.
La unidad de longitud carece de sentido físico. Si se divide por 2, resulta
la llamada longitud de onda de Compton para el neutrón, sin que ello quiera decir
que tal longitud de onda corresponde a algo real. En su lugar se hubiera podido
tomar el radio clásico del electrón calculado con la fórmula [8,1].
También se podría tomar como unidad de longitud la longitud fundamental
de Heisenberg, definida por:
e2
l =---,
rnc2e:o
CONSTANTES UNIVERSALES
donde m y e son, respectivamente, la masa y la carga del electrón. Pero, igual-
(Technical News Bulletin, National Bureau of Standars, octubre de 1963)
mente, se puede tomar cualquier otra partícula, y no hay razón para considerar
como más fundamental una de las muchas longitudes así definidas. Además,
hemos visto en el apartado anterior que el valor de e:o varía según se utilicen las Velocidad de la luz: o = 2,997925 X 108 m S-l,
unidades racionalizadas o las no racionalizadas. Carga elemental: e = 1,60210 X 10-19 C.
Tampoco es fácil hallar el significado de la unidad de tiempo, que se podría
sustituir por el período de rotación del electrón en torno de sí mismo, calculado
con [12,1].
Masa del electrón: m -
e - ¡ 9,1091 X 10-31 C.
5,48597 X 10-4 u.
_ \ 1,67252 X 10-27 kg.
En fin, el tomar las constantes e, NA y h para formar la base de las magni- Masa del protón: mp - l 1,00727663 u.
tudes mecánicas es cosa arbitraria. Cualquiera de las ternas formadas con G, 1
e, NA y h conduciría a un nuevo sistema de unidades universales, y no hay Unidad de masa atómica: u = -- de la masa del átomo del núclido nc.
razón para considerar uno de ellos como privilegiado, según se hizo ver en el 12
§ 8, capítulo VII. _ \ 1,67482 X 10-27 kg.
Masa del neutrón: 1nn - l 1,0086654 u.
Electrón -volt: eV = 1,60210 X 10-18 J,
Constante de la gravitación: G = 6,670 X 10-11 mS kg-1 S-l.
Constante de los gases: R = 8,3143 X lOS J (mol-kgr=! °K-1.
Constante de Boltzmann: k = 1,38054 X 10-23 J °K-l.
Constante de Planck: h = 6,6256 X 1O-S4 J X s,
Constante de Stefan: a = 5,6697 X 10-8 kg S-3 °K-4.
Constante de Wien: b = 2,8978 X lO-s m °K.
Constante de Avogadro: NA = 6,02252 X 102& (mol-kgjr".

ANÁLISIS DIKENSIONAL. ~ 17
OBRAS CITADAS 259

23. M. GUIDO BECK: Introduction a la théorie des quanta, Coimbra (1942).


24. FR. Russo: Reoue des Questiones Scientifiques, 12 (1951), pág. 40.
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na 252.
29. W. HEISENBERG: ZeitBchrift f. PhY8., 101 (1936), pág. 533.
30. J. PALACIOS: Investigación y proqreso, 16 (1945).
31. W. HEISENBERG. Academia de Ciencias de Sajonia. Ber, d. math-phY8.-
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32. P. vV. BRIDGMAN: Enciclopedia Británica, ed. de 1951. Articulo Dimeneio-
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Las memorias originales son de los comienzos del pasado siglo. 35. DALZELL: Phil. Mag., 36 (1945), pág. 485.
2. REYNOLDS: Tran8. Roy. Soc., 174 (1883), pág. 935. 36. P. PI CALLEJA: Mathematicae notae (Argentina), octubre, 1952.
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260 OBRAS CITADAS

58. F. LAFITA: Aerodinámica aplicada. I. N. T. A., Madrid (1945).


59. T. ISNARDI: Ciencia y Técnica (rev. del C. de estudiantes de ingenieros, de
Buenos Aires), junio (1942).
60. E. LOEDEL P ALUMBOy E. R. SÁBATO:An. de la Soco Ciento Argentina, 183
(1942), pág. 222.
61. CARATHÉODORY: Math. Ann., 67 (1909), pág. 355. Véase también el artículo
de LANDÉ en el Handbuch der PhyBik, IX (1926).
62. J. PALACIOS:Las ciencias (ABoc. Esp. para el Progreso de las Ciencias),
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64. D. RIABOUCHINSKY:Nature, 85 (1915), pág. 591.
65. L. HOPF: Die NaturWÍ8se'IÍschaften, 8 (1920), pág. 109. Véase también
F. REICHE: Teoría de los Quanta, Calpe (1922), pág. 156.
66. C. RUNGE: Phys. Zeitsch., 17 (1916), pág. 202.
67. P. STRANEO:Atti. R. Acc. sci, Torino, 59 (1917-1918), pág. 185.
ÍNDICE ALFABÉTICO
68. P. S. EpSTEIN: Am. J. of Phys., 22 (1954), pág. 402.
69. A. SOMMERFELD:Phys. Zeitsch., 36 (1935), pág. 814. Ann. d. Phys., 36
A Broglie: 245.
(1939), pág. 335.
Buckingham: 10, ll, 70, 168, 215.
70. E. PERUCCAy F. DEMICHELIS:Helv. Phys. Acta, 26 (1953), pág. 329.
Actividad: 241. Bullock: 35.
71. J. PALACIOS: Relatividad. Nueva Teoría (Espasa-Calpe), Madrid (1960).
Aerodinámica: 133. Burniston Brown: 15.
72. J. A. STRATTON:Electromagnetic Theory. McGraw-Hill (1941), pág. 241.
Alas: 136.
73. F. APRAIZ: Nuevo sistema de unidades eléctricas, Logroño (Escuela Indus-
Alcance de un proyectil: 93
trial).
Anenómetro: 160.
e
74. ESNAULT-PELTERIE:Analyse dimensionnelle et Métrologie. Soco R. des Ing.
Apraiz, 215, 216, 218. Caída libre: 83.
et des Industriels, 4 (1951).
Atmósfera, 175. - en medio viscoso: 123.
75. M. BERGER: C. R. Acad. ss; 235, París (1952), pág. 235.
Avión: 136. Cálculo con unidades: 59.
76. J. PALACIOS:Rev. Fac. C. Lisboa, 1 (1952), pág. 139.
Calor: 163.
77. J. PALACIOS:Electricidad y magnetismo, Madrid (1959), pág. 254.
- específico: 165.
78. D. HALLIDAY:Introductory nuclear PhyBics, Wiley (Nueva York) (1950). B
Cambios de base: 58.
79. L. Rosenfeld: Nuclear [orcee, North Holland Publishing Co., Amsterdam
Bacher: 247. Campo imanador: 196.
(1948), pág. XIV.
Balmer (Serie): 250. Cantidad, definición: 27.
80. J. PALACIOS:CUn. Cont. Lisboa, 5 (1951), pág. 173.
Barn (Unidad): 238. - de sustancia: 166.
81. BETHE y BACHER: Rev. Modern Phys., 8 (1936), pág. 96.
Base: 49. Capilaridad: 117.
82. W. FINKELBURG:Atomic PhyBics, McGraw-Hill (1950), pág. 341.
Bases estrictas: 61. Carga eléctrica: 195.
mutiladas: 63, 84, 171. Catenaria: 102.
- superabundantes: 61, 86. Cero absoluto: 149.
- universales: 89. Coeficiente de dilatación: 165.
Beck (G.): 14, 252. Coeficientes parásitos: 46.
Berger: 215, 216. Coherencia de las unidades: 46, 49.
Bethe: 247. Comisión S. U. N.: 200.
Biot (Unidad): 206. Compresibilidad, 141, 165.
Birge: 258. Compton (Longitud): 256.
Bohr: 250. Condensador: 217.
Boltzmann: 177, 180, 191. Conductividad térmica: 153, 173, 183.
Bombas: 143. Conservación de la energía: 230.
Boussinesq: 158, 160, 168, 182. - de la masa: 236.
Bridgman: 10, 14, 17, 30, 70, 88, 1l0, Constante de Avogadro: 40, 44, 178.
124, 168, 172,217,224. - de Boltzmann: 40, 44, 177, 223.
262 ÍNDICE ALFABÉTlCO ÍNDlCE ALFABÉTICO 263

Constante dinámica: 41, 45. Dimensión del trabajo: 97. Espín: 249. Hertz: 215.
de Dirac: 238. - de la velocidad: 97. Estados correspondientes: 174. Hidrómetro: 131.
electromagnética: 41, 45, 211. - de la viscosidad: 122, 134. Esterradián: 205. Homogeneidad (Principio de): 67.
de Faraday: 4l. Dingle: 26, 57, 65, 66, 215, 218. Exponente del hidrógeno: 32, 74. Hopf: 191.
de los gases, 167. Dipolo eléctrico: 219, 225. Exponentes dimensionales: 9. Huntley: 90, 100, 134, 138.
de la gravitación: 39, 44, 60, 252. Discriminación de las dimensiones es-
de Planck: 40, 45, 188. paciales: 90, 134, 213.
Distribución de Boltzmann: 180.
F 1
química: 32, 72, 194.
radiactiva: 241. - de Maxwell: 181. Factores de conversión: 59, 207. Igualdad de cantidades: 28.
de Sommerfeld: 252. Dosis radiactiva: 243. - de forma: 79. Imanación: 215.
de Stefan: 41, 191. Fanning: 126. ímpetu: 230.
de Wien: 41, 192. Faraday (Constante de): 41. Impulsión: 230.
E
Constantes características: 38. Fermi: 184. Inducción eléctrica: 195.
del éter: 40, 45. Ecuación de Laplace: 119. Fibra neutra: 106. - magnética: 196.
indispensables: 46. Ecuaciones físicas: 37. Filosofía operacional: 13,217. Inercia: 231.
superfluas: 46, 87, 90. fundamentales: 96. Finkelburg, 254. - de la electricidad: 218.
universales: 39, 43, 251, 257. de los gases: 168. FitzGerald: 10. - de la luz: 222.
Corriente eléctrica: 195. homogéneas: 22. Flexión: 108. Intensidad eléctrica: 195.
Criterio de equivalencia: 28. con logaritmos: 72. - circular: 106. Isnardi: 145, 189.
Cuanto de acción: 187. de Maxwell: 199, 202. Fluctuaciones: 180. Isomorfismo de dimensiones y vecto-
Curio: 241. Eddington: 15, 16, 254. Fotones: 234. res: 60.
Ehrenfest-Mfanassjewa: 11, 70. Fórmula dimensional: 12, 56.
Einstein: lO, 212. Fourier: 9, 12. 56, 67, 153, 163.
CH J
Elasticidad: 105. Franklin (Unidad): 206.
Chwolson, 12. Electrómetro de Lippmann: 219. Fuerza, definición: 95. Jeans: 10, 191, 215, 223.
Electrón: 247, 249. - centrípeta: 100.
Electrón-voltio: 238. - de Lorentz: 248.
D K
Energía cinética: 98. Función de ondas: 246.
Dalzell: 26. - interna: 164. Funciones homogéneas: 21, 52.
Decamperio: 208. - libre: 167. Kármán (Von): 128.
Decremento logarítmico: 103. Enfriamiento: 170. Keenan: 35.
Densidad de energía: 221. G
Entalpía: 144, 167. Kelvin: 15, 119.
Diapasones. 115. - libre: 167. Galileo: 14. Klein: 11.
Díaz Bejarano: 90 Entes comparables: 25. Gauss: 215.
Diesselshorst: 13. Entropía: 164. - (Teorema de): 204.
Dimensión, como vector. 60. L
Epstein: 193. - (Unidad de): 207.
de la aceleración: 97. Equivalente mecánico del calor: 39, Gota, salida por capilares: 120. Labocetta (Problema de): 81.
del ángulo: 64. 44, 163. - (Vibraciones de una): 119. Lafita: 136.
(Concepto de): 53. Escala de Avogadro: 146, 151. r Guillaume: 90. Laminar: 125.
de la constante de Avogadro: 180. de Curie: 148, 151. Landau: 168.
- capilar: 117. de DaIton: 145. Lenz: 204.
constante de la gravitación: 97. de frío: 152. H
Levi: 26, 71, 90.
de las magnitudes electromagnéti- de Kelvin: 151. Halliday: 237. Levi Civita: 11.
cas: 199, 214. de Stefan: 151. Harkins: 121. Ley de Ampare: 198.
del módulo de rigidez: 112. termodinámica: 148, 151. Heaviside: 200. de Coulomb: 198.
nula: 63. Escalas absolutas: 148. Heisenberg: 16. de Faraday-Gauss: 197.
de la presión: 105. - universales: 148, 151. Hélice: 142. de Hooke: 38, 105.
de la temperatura: 168, 179. Esnault-Pelterie: 215, 216, 217, 221. Helmholtz: 131, 219. de Kepler: 99.
264 ÍNDICE ALFABÉTICO ÍNDICE ALFABÉTICO 265

Ley de Laplace: 198. Medidas relativas: 53. Péndulo cónico: 101. Riabouchinsky: 10, 129, 172.
de Rowland: 198. Métral: 10. - elástico: 109. Roentgen (Unidad): 242.
- de Stefan: 223. Michelson: 228. - simple: 80, 85. Rosenfeld: 237.
- de Wien: 189, 191, 223. Minkowski: 227. Permeabilidad eléctrica: 41, 45, 206. Rotación de una placa en una corrien-
Leyes fundamentales: 35. Módulo de rigidez: 106, 112. - magnética: 41, 45. te: 128.
- de la gravitación: 39. - de Young: 106. Permitividad: 41, 45, 196, 206. Rücker: 10.
Lifshitz: 168. Mol: 166. Perucca: 201. Runge: 90, 192.
Lippmann: 86. Momento magnético: 215. pH: 32, 74. Russell: 30.
Lodge: 10. Monomios de dimensión nula: 77. Pi Calleja: 28. Russo: 14, 169.
Loedel: 64, 145. - espurios: 85. Planck: 10, 13, 15, 177, 187,223. Rutherford (Unidad): 241.
Lógica positivista: 13, 26. Morley: 228. - (Ecuación de): 191. Rydberg: 250.
Longitud de Compton: 256. Movimiento circular: 100. Poder ionizante: 242.
- fundamental de Heisenberg: 256. - de los planetas: 99. Poiseuille: 126.
Multiplicidad de la base: 51. Postulado primero: 35.
s
Lorentz: 212, 228.
Loschmidt: 177. - segundo: 43, 46. Sábato: 145.
Prandtl: 127, 128. Sackur: 194.
N
Presión: 105. San Juan: 11, 21, 23. 27, 45, 60,
M
Neutrones: 184. - de la radiación: 193, 222. 68.
Magnetón de Bohr: 250. Newton (Ley de enfriamiento de): 170. Principio de equipartición: 178. Scott Blair: 65.
Magnitudes, definición: 27. Nicholson: 131. - de similitud: 79. Schr6dinger (Ecuación de): 246.
aditivas: 28. Núcleos atómicos, energía: 247. - de superposición: 195. Selwyn: 82.
por definición: 31. Número rt de la Geometría: 200. Problema. de Boussinesq: 172. Semivida: 241.
derivadas: 31. de Mach: 141. Propagación del calor: 155. Seudoperíodo: 103.
dimensionalmente independientes: de moles: 165. Proyectil (Alcance de un): 93. Símbolo de las ecuaciones: 53.
58. de Prandtl: 158. Similitud: 133.
fundamentales: 30. de Reynolds: 124, 158. Sistemas CGSE: 205.
inseparables: 45. - ,discriminación: 139. R CGSM: 206.
primarias: 30. de Struhal: 140. - de Gauss: 210.
secundarias: 31. Números universales: 253. Racionalización de Heaviside: 200, - de Giorgi: 43, 53, 203.
relativas: 65. Nuttig: 65. 202. Solidez de las construcciones: 113.
Martinot-Lagarde: 85. Rad,242. Sommerfeld: 196.
Masa: 233. Radiación: 187. Stokes: 124.
de aceleración: 231, 233.
o Radiactividad: 241. - (Teorema de): 204.
gravitatoria: 39, 95. Observables: 25. Radio del electrón: 247. Straneo: 193.
de ímpetu: 231, 233. Oersted (Unidad): 206. Radiología: 241. Stratton: 213.
inercial: 39, 95. Olas (Velocidad de las): 119. Raleigh: 10, 113, 119, 159, 160, 172. Struhal: 140.
longitudinal: 231. Onda asociada: 245. Régimen laminar: 125. Suma por acumulación: 28.
en reposo: 96, 233. - térmica.: 157. - turbulento: 126. - vectorial: 29.
tranversal: 231. Ondas electromagnéticas: 221. Reglas para plantear los problemas: Sustancia (Cantidad de): 166.
Materia: 233. - superficiales: 131. 82.
Maxwell: 12, 25, 196, 221. Oscilaciones amortiguadas: 103. Reichenbach: 13. T
- (Unidad de): 207. de un líquido en un tubo: 122. Remolinos de Kármán: 140.
Mecánica estadística: 167. periódicas: 102. Reología: 36, 65. Tate: 121.
- relativista: 227. Rep: 242. Temperatura: 29, 145, 168.
Medidas: 29. Resonadores: 131. Tensión: 106.
p
absolutas: 53. Resorte espiral: 110. Teorema. de Gauss: 204.
directas: 32. Palomares: 158. Rey Pastor: 64, 145. de pi: 67, 68.
indirectas: 33. Pandeo: 114. Reynolds: 10, 124. - de Stokes: 204.
266 ÍNDICE ALFABÉTICO

Tesla: 204. v
Tetrode: 194.
Tiempo local: 212. Vaschy: 11, 14.
Vectores unitarios: 91.
Tolman: 13, 168.
Torsión: 112. Velocidad del calor: 155.
Tuberías, 125. de la luz: 40, 45.
- de las ondas electromagnéticas: 221.
Tubos capilares: 117.
Turbinas: 144. - del sonido: 130.
Ventiladores: 143.
Vibraciones de las gotas: 119.
u Vibraciones de una cuerda: 111.
Viscosidad: 122, 134.
Unidad másica: 238. ÍNDICE GENERAL
Unidades: 29. - cinemática: 125.
- de los gases: 173, 183. Páginas
coherentes: 47, 203.
corpusoulares: 239, 244. Volumen de un paralelepípedo: 93.
PRÓLOGO....................................................... 7
de Giorgi: 46, 53, 203. Van der Waals: 174.
radiológicas: 242. INTRODUCCIÓN.. .. . . . . . . . . . . . . . ••. . . . . •• . . •. . • . . . . . ••. . . . . . . . . . . 9
universales: 255. w
Unión Internacional de Física: 49,
166. Weber (Unidad): 209. PARTE PRIMERA

FUNDAMENTOS DEL ANÁLISIS DIMENSIONAL

CAPiTULO 1. - Resumen de la teoría de la homogeneidad de funciones


y de ecuaciones... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

1. Las funciones homogéneas generalizadas, pág. 21. - 2.


Ecuaciones homogéneas, 22.

CAPÍTULO n. - Los entes de la Física............................ 25


1. Observables, pág. 25. - 2. Los entes comparables, 25.-
3. Magnitudes y cantidades, 27. - 4. El criterio de igual-
dad, 28. - 5. La definición de suma, 28. - 6. Unidades y me-
didas, 29. - 7. Magnitudes primarias y secundarias, 30. -
8. Medidas directas e indirectas, 32.

CAPiTULO nI. - Primer postulado.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

1. La naturaleza de las leyes fundamentales de la Física,


página 35. - 2. Las ecuaciones de la Física, 37. - 3. Cons-
tantes características y constantes universales, 37.

CAPiTULO IV. - Segundo postulado.. . .. .. .... .. .... .... .... .. .. .. 43

1. Opiniones acerca de las constantes universales, pág. 43.-


2. Magnitudes inseparables, 44. - 3. Enunciado del segundo
postulado, 46. - 4. Sistemas de unidades coherentes, 46. -
ÍNDICE GENERAL 269
268 ÍNDICE GENERAL
Páginas
Páginas
CAPÍTULOIX. - Mecánica de sólidos deformables.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
5. Base de un conjunto de magnitudes, 49. - 6. Medidas ab-
solutas y relativas, 53. - 7. Los símbolos de las ecuacíones 1. Sistema dimensional, pág. 105. - 2. Flexión circular de
físicas, 53. una barra, 106.-3. Flexión de una barra sometida a una Bola
fuerza, 108. - 4. Péndulo elástico, 109. - 5. Período de un
resorte en espiral asociado a un volante, 1l0. - 6. Frecuencia
CAPiTULOV. - El concepto de dimensión . 55
de las vibraciones fundamentales de una cuerda, 111. - 7. Ener-
1. Fórmulas dimensionales, pág. 55. - 2. Cambios de base, gía de las vibraciones fundamentales de una cuerda, 111. -
58. - 3. Factores de conversión, 59. - 4. Analogías entre 8. Torsión de una. barra, 112. - 9. Solidez de las construccio-
dimensiones y vectores, 60. - 5. Bases superabundantes y nes, 113. - 10. Pandeo, 114. - 11. Diapasones, 115.
bases estrictas, 61. - 6. Bases mutiladas, 63. - 7. Las mag-
nitudes de dimensión nula, 63. - 8. Magnitudes relativas, 64. - CAPiTULOX. - Mecánica de 7luidos. . .. .. .. . . .... . ... .... .. .. .... 117
9. Las seudomagnitudes de la Reología, 65.
1. Sistema dimensional, pág. 117. - 2. Capilaridad, 117. -
3. Ascenso de líquidos en tubos capilares, 117. - 4. Salto de
CAPiTULOVI. - El teorema de pi . 67 presiones en la superficie de un líquido, 118. - 5. Velocidad
de las olas, 119. - 6. Vibraciones de una gota, 119. - 7. Peso
1. Homogeneidad de las fórmulas físicas, pág. 67. - 2. Teo-
de las gotas desprendidas del extremo de un tubo capilar,
rema de pi, 68. - 3. Las ecuaciones con logaritmos, 72. -
120. - 8. Viscosidad, 122. - 9. Oscilaciones de un liquido
4. La constante química, 72. - 5. El exponente del hidróge-
en un tubo en U, 122. - 10. Caída de una esfera en un medio
no, 74.
viscoso, 123. - ll. El número de Reynolds, 124. - 12. Circu-
lación de fluidos por tuberías, 125. - 13. Rotación de una
PARTE SEGUNDA
placa en una corriente fluida, 128. - 14. Velocidad de pro-
pagación del sonido, 130. - 15. Ondas superficiales estaciona-
APLICACIONES rias, 131. - 16. Resonadores de Helmholtz, 131. - 17. Hídró-
metro de Nicholson, 131.
CAPiTULOVII. - Modo de mtear los problemas de análisis dimen-
sional . 77 CAPiTULOXI. - Aerodinámica . 133

1. Sistemas e pletos de monomios de dimensión nula, pá- 1. El principio de similitud y la discriminación de las dimen-
gina 77. - 2. ~1apráctica para formar un sistema completo siones del espacio, pág. 133. - 2. Dimensiones de la viscosi-
de monomios 1, 78. - 3. Información que puede obtenerse dad, 134. - 3. Alas de avión, 136. - 4. Tránsito del régimen
con el Aná . dimensional. Principio de similitud, 79. - 4. Re- laminar al régimen turbulento, 139. - 5. Remolinos de Kár-
glas para .dntear los problemas, 82. - 5. Las bases deficien- mán, 140. - 6. Influencia de la compresibilidad. El número
tes, 84. - 6. Las bases superabundantes y las constantes su- de Mach, 141. - 7. Hélice, 142. - 8. Bombas y ventilado-
perfluas, 86. - 7. Papel que desempeñan las constantes uni- res, 143. - 9. Turbinas, 144.
versales, 88. - 8. Las bases universales, 89. - 9. Discriminación
de las dimensiones del espacio, 90. - 10. Volumen del parale- CAPiTULOXII. - Temperatura '..........•....... , , ., 145
lepípedo, 92. - ~1. Alcance de un proyectil, 93.
1. Las escalas convencionales, pág. 145. - 2. La escala de
Avogadro, 146. - 3. Otras escalas universales y absolutas,
CAPiTULOVIII. - Dinámica de sólidos rígidos . 95 148. - 4. La escala termodinámica, 149. - 5. Relación entre
1. Magnitudes primarias, pág. 95. - 2. Ecuaciones funda- las diversas escalas universales, 149.
mentales, 96. - 3. Sistema dimensional, 97. - 4. La energía
CAPiTULOXIII. - Oonductividad térmica . 153
como magnitud primaria, 98. - 5. Revolución de los cuerpos
celestes, 99. - 6. Fuerza centrípeta, 100. -7. Tensión originada 1. Leyes fundamentales, pág. !I.53.- 2. Sistema dimensio-
por un movimiento circular, 100. - 8. Péndulo cónico, 101.- nal, 154. - 3. Propagación del calor en un medio indefinido,
9. Oscilaciones periódicas, 102. - 10. Catenaria, 102. - 11. Osci- 155. - 4. Propagación del calor en una barra, 155. - 5. Velo-
laciones amortiguadas, 103.
ÍNDICE GENERAL 271
270 ÍNDICE GENERAL
Páginas
Páginas
eléctricas, 217. - 14. Inercia de la electricidad, 218. - 15. Cam-
cidad de propagación del calor, 156. - 6. Transmisión del calor po de un dipolo eléctrico, 219. - 16. Electrómetro de Lipp-
por tuberías, 157. - 7. Enfriamiento de un sólido en una
mann, 219. - 17. Densidad de energía en el campo electro-
corriente líquida, 158. - 8. Anemómetro de alambre ca- magnético, 221. - 18. Ondas electromagnéticas, 221. - 19. La
liente, 160.
radiación térmica como fenómeno ondulatorio, 223. - 20. Ener-
gía emitida por un dipolo eléctrico, 225.
CAPiTULOXIV. - Termodinámica . 163

1. Calor, pág. 163. - 2. Energía interna y entropía, 164. - CAPiTULOXVIII. - Mecánica relativista . 227
3. Sistema dimensional, 165. - 4. Variables independientes y
1. Las magnitudes de la Mecánica relativista, pág. 227. -
constantes características, 165. - 5. Constante de los gases
2. Ecuaciones fundamentales, 229. - 3. Sistema dimensio-
perfectos, 167. - 6. La dimensión de la temperatura, 168. -
nal, 230. - 4. Conservación de la energía, 230. - 5. Inercia
7. Ecuación de los gases perfectos, 168. - 8. Enfriamiento de
de la energía, 231. - 6. Masa de ímpetu y masa de acelera-
una esfera, 170. - 9. Casos en que es viable la base mutila-
ción, 231. - 7. Materia, masa y energía, 233.
da, 171. - 10. Solución del problema de Boussinesq, 172. -
11. Relación entre la viscosidad y la conductividad térmica
de un gas perfecto, 173. - 12. Ley de los estados correspon- CAPiTULOXIX. - Fieica corpuscular •............................. 237
dientes, 174. - 13. Distribución de presiones en la atmós-
1. Sistema dimensional, pág. 237. - 2. Unidades corpuscu-
fera, 175.
lares, 239. - 3. Magnitudes usadas en radiactividad y radio-
logía, 241. - 4. Dosis en función de la actividad y de la dis-
CAPiTULOXV. - Mecánica eetadistica . 177 tancia, 242. - 5. Un sistema de unidades coherentes para
1. La constante de Boltzmann, pág. 177. - 2. Principio la Física de los corpúsculos y de la radiación, 244. - 6. Onda
de equipartición. Constante de Avogadro, 178. - 3. Ley de asociada a una partícula en movimiento, 245. - 7. La fun-
distribución de Boltzmann, 180. - 4. Fluctuaciones estadís- ción de ondas, 246. - 8. Radio clásico del electrón en el
ticas, 180. - 5. Ley de distribución de Maxwell, 181. - 6. Pre- vacío, 247. - 9. Energía electrostática de los núcleos ató-
sión de una masa gaseosa, 182. - 7. Viscosidad de los ga- micos, 247. - 10. Fuerza de Lorentz, 248. - 11. Radio de
ses, 183. - 8. Con .ictívidad térmica de los gases, 183.- curvatura de la trayectoria de un electrón en un campo magné-
9. Densidad de leración de los neutrones, 184. tico, 249. - 12. El espín, 249. - 13. El magnetón de Bohr,
250. - 14. La constante de Rydberg, 250. - 15. El sistema de
las constantes universales, 251. - 16. Los números universa-
CAPiTULO ,ión térmica y mecánica cuantista . 187 les, 253. - 17. Un sistema de unidades universales, 255.
1. Necesi .1. de una nueva constante universal, pág. 187. -
2. La cons rte de Planck, 188. - 3. Ley de Stefan , 190. - Constantes universales . 257
4: Ecuaci . de lord Rayleigh, 191. - 5. Ley de Wien y ecua-
ción de .anck, 191. - 6. Presión de radiación, 193. - 7. Cons- Obras citadas . 258
tante química, 194.
índice alfabético . 261

CAPiTULOXVII. - Electr~magneti8mo . 195


1. Magnitudes primarias, pág. 195. - 2. Leyes fundamen-
tales, 197. - 3. Sistema dimensional, 199. - 4. La racionali-
zació.n de Heaviside, 200. - 5. Sistema de Giorgi, 203.-
11
6. SIstemas cegesimales, 205. - 7. Factores de conversión
207. - 8. Sistema de Gauss, 210. - 9. Discriminación de las
~mensiones del espacio, 213. - 10. Magnitudes secunda-
rias, 214. - 11. Otros sistemas dimensionales, 215. - 12. Con-
densador plano, 217. - 13. Energía potencial de las cargas

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