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América : Cahiers du CRICCAL

Un relato en la frontera : Gringo Viejo de Carlos Fuentes


Venko Kanev

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Kanev Venko. Un relato en la frontera : Gringo Viejo de Carlos Fuentes. In: América : Cahiers du CRICCAL, n°8, 1991. Les
frontières culturelles en Amérique latine, v1. pp. 193-208;

doi : https://doi.org/10.3406/ameri.1991.1040

https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1991_num_8_1_1040

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UN RELATO EN LA FRONTERA

Gringo Viejo de Carlos FUENTES

El concepto de frontera en la teoria literaria se aplica en general a los


limites del relato. Sin embargo, su uso intuitivo es perceptible en toda crftica
literaria que traza las relaciones y los limites entre diferentes esferas de fndole
material o espiritual. Considerando la subjetividad de los puntos de vista o de las
perspectivas, la frontera entre dos términos opuestos o semejantes puede ser
desplazada o modificada, con lo cual el numéro de fronteras defînida en un texto
puede ser variable. Cada frontera supone una zona intermedia o un estado
transitorio, porque la frontera délimita, pero a la vez une. Por otra parte, la frontera
implica el cruce o el intento de cruce fallido o logrado, lo que séria el método rector
del présente trabajo sugerido por el propio texto.
Defînida en términos générales como material y no material o espiritual, la
frontera podria ser clasificada de geogrâfica, politica, social, emocional, ético-
moral, sicolôgica, intelectual, etc. Por otra parte, la frontera podria ser definida
como exterior e interior al nombre y englobaria las definiciones améliores.
Un anâlisis basado en el concepto de frontera se puede llevar a cabo tanto
en el piano de la expresiôn como en el piano del contenido. En el caso concreto, el
anâlisis privilégia el piano del contenido con algunas referencias imprescindibles al
piano de la expresiôn. Este hecho se debe a los limites del présente trabajo y a la
riqueza sugerente del texto en el piano del contenido.
La novela Gringo Viejo * puede ser analizada desde diversos puntos de
vista aplicando el concepto de la frontera. La estructura compleja del texto invita a
practicar un anâlisis estructural que daria frutos copiosos en la delimitaciôn de las
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diferentes estructuras que se entrecruzan y, sobre todo, en la "relogizaciôn" del


tiempo y el espacio del relato. El psicoanâlisis encontraria un amplio campo de
acciôn al tratar de discernir las fronteras sutiles y efîmeras del desdoblamiento de la
identidad, del ser y no ser, de las imâgenes en el espejo, del parricidio, etc. y sus
cruces a veces imperceptibles : Harriet, hija, amante y madré; Arroyo, hijo y
amante, etc. Un estudio desde el punto de vista de la teorfa de la reception séria aûn
mâs fructîfero ya que el juego de las parejas autor implîcito-lector implicite y, sobre
todo, del narrador y el narratario y narratarios es extremadamente complejo.
Deslindar los diferentes tipos de narradores y narratarios y sus relatos dentro de una
focalizaciôn que cambia sin césar omitiendo los signos de puntuaciôn pertinentes
que provocan un paso constante del discurso directo al indirecto y viceversa,
implica una ardua tarea. Este anâlisis tendrïa que estudiar también los diferentes
sociolectos y registros que se entrecruzan. No careceria de interés el estudio
semiolôgico de los côdigos y los signos dispersos y entretejidos en el texto. De gran
importancia séria al anâlisis mitolôgico desde el punto de vista de la aventura del
héroe mitico y, sobre todo, el cruce del umbral que coincide con la frontera. El
anâlisis sociolôgico marcarîa claramente las fronteras que cruza la revolution
mexicana.
Estas lineas introductorias demuestran, ante todo, la riqueza del texto a
pesar de su brevedad y la posibilidad de aplicar el concepto de frontera, aclarando
en seguida que no se trata de la frontera en si sino del cruce de la misma que
constituye un "relato en la frontera" en un sentido figurado. Los argumentos para
una aseveraciôn de este tipo los ofrece el propio texto. La présente lectura de la
no vela intenta dilucidar la signification de los hechos que implican, a nuestro juicio,
el cruce de la frontera y la zona intermedia.
Es de senalar que el sustantivo "frontera" aparece casi siempre
acompanado del verbo "cruzar". La frontera material, geogrâfica es cruzada por
Harriet, el gringo y todos los gringos : "cuando ella cruzô la frontera", "cruzando el
puente del otro lado del rîo", "atravesar le frontera" (p. 11), "Por eso cruzô la
frontera" (p. 13), "La frontera que un dia cruzô" (p.16), "Apenas cruzô el Rio
Grande" (p.25), "se pasaron la vida cruzando fronteras" (p. 13). El texto insiste en
demarcar la frontera polftico-geogrâfica entre Mexico y los Estados Unidos. Es una
frontera que sépara dos mundos opuestos y a la vez los une confrontândolos en
varios sentidos. La estructuraciôn del texto a base de la antitesis y el contraste
autoriza el cruce constante entre los dos mundos. Los diferencias quedan
establecidas con claridad y los hechos que senalan un cruce de la frontera se prestan
a multiples interpretaciones por su nivel simbôlico. Sin embargo, los cruces de la
frontera en el piano denotativo no permiten muchas elucubraciones.
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La frontera material, ffsica en su aspecto geogrâfico es cruzada con


frecuencia : "Ellos, los gringos, sf (...) se pasaron la vida cruzando fronteras, las
suyas y las ajenas - y ahora el viejo la habia cruzado hacia el sur porque ya no ténia
fronteras que cruzar en su propio pais" (p. 13). Este idea es reforzada al final del
libro en la p. 174 cuando Inocencio repite estas palabras en otro sociolecto : "El
gringo viejo decia que ya no hay frontera pa los gringos, ni pal este ni pal oeste ni
pal norte, solo pal sur, siempre pal sur...". La frontera del sur reviste una
importancia especial para los norteamericanos para los cuales "se acabô la frontera
muchachos, se nos muriô el continente, se fue al diablo el destino manifiesto" y les
queda esta convivencia dolorosa con los incomprensibles vecinos del sur a los que
agreden. Para los mexicanos también la misma frontera es el origen eterno de
luchas : "Con razôn esta no es frontera, sino que es cicatriz" (p. 174), dice Inocencio,
soldado de la revolution. Y de regreso a los EEUU Harriet "supo que (Inocencio) se
quedarïa vigilando la larga frontera norte de Mexico; para los mexicanos la ûnica
causa de guerra eran siempre los gringos" (p. 174).
Esta frontera geogrâfica establecida con claridad une y sépara dos mundos
y créa una zona fronteriza en el sentido lato del término. Esta zona intermedia es la
ciudad con el nombre significativo de El Paso. "Ciudad fronteriza" que sirve de
cruce y "refugio consagrado" donde se reûnen los "fugitivos del norte y sur",
"abrigo ralo, precario sobre la tierra dura de los desiertos" que représenta la
"repuesta del norte invasor a los espejismos del desierto" (19-20).
El cruce de la frontera material, ffsica se da de maneras diversas. La lucha
entre la vegetaciôn y el desierto créa una zona fronteriza que se desplaza. El desierto
avanza y cruza frontera y a la vez contiene la vida que créa la zona fronteriza "y
hasta el desierto que parecfa muerto escondia una minuciosa vida" (22-3), "las
esculturas torcidas y sedientas de las plantas luchando por preservar su agua, como
para decirle al resto del desierto moribundo que habfa esperanza y que a pesar de las
apariencias, aûn no habian muerto" (p.36). La frontera entre el desierto y la
fertilidad esta descrita también en la hacienda de los Miranda que tenïan "estas
tierras ganaderas del norte, cercadas por un desierto que ellos quisieron estéril y
duro para protegerse, un muro de sol y de mezquite para deslindar lo que agarraron"
(p.34).
La frontera entre la obra de los hombres y la naturaleza esta esbozada en la
frase siguiente : "Sitiada por Washington en el verano cuando bastaria dejar de
vigilar un segundo a la vegetaciôn para que la selva lo invadiese todo, y se tragase a
la ciudad..." (p.51 y ss.). Existen otras fronteras traspasadas en el mundo material
como entre el sol de Potomac y el sol mexicano (p.53), entre las diferentes luces
(p.57) que paulatinamente se transfieren al cruce entre el mundo material y no
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material en frases del tipo : "Mira estos campos (...). Casi nada crece aquî. Menos el
recuerdo y el rencor." (p.58). La misma imagen aparece en "ella estaba aprendiendo
a ocuparse de lo invisible a través de lo que podîa ver, y de lo visible a través de lo
que no podfa ver..." (p. 182).
La demilitaciôn de los dos mundos, los EEUU y Mexico no se lleva a cabo
solo en el aspecto geogrâfico y material. A base del texto se podrian construir varios
paradigmas en oposiciôn entre los cuales hay un intermediario que transgrede la
frontera establecida. Estos paradigmas conciernen tanto el mundo fisico, material
como el inmaterial o espiritual. En el ultimo caso se debe cruzar una frontera
interior de diversos tipos : ético-moral, emocional, intelectual que comprenden los
problemas de la vida y la muerte, de la identidad, etc. El propio texto plantea de una
manera rotunda la existencia de esta frontera. Casi todos los personajes han tenido
que cruzarla. Los personajes secundarios por medio de la revolution, los principales
a través de un proceso mâs tortuoso. A titulo de ejemplo, Harriet y el gringo viejo la
cruzan de maneras diferentes. El gringo viejo llega al reino de la muerte buscando la
muerte. El ha cruzado la frontera interior en su propio pais. Résulta que en Mexico
siente el renacimiento de las fuerzas vitales, lo que lleva a pensar que el auténtico
reino de la muerte son los EEUU. Esta tesis es reforzada por Harriet quien encuentra
la vida en Mexico. Sin embargo ella no logra cruzar la frontera interior y regresa a
su païs para hundirse en su vida alienada de antes aunque lleva consigo parte de la
zona intermedia. Esta frontera que adquiere multiples significaciones se explicita en
frases del tipo : "-Temo que la verdadera frontera la trae cada uno adentro" (p.20).
"Q,Y la frontera de aqui adentro?", habïa dicho la gringa tocândose la cabeza. "^Y la
frontera de acâ adentro?", habia dicho el general Arroyo tocândose el corazôn. "Hay
una frontera que solo nos atrevemos a cruzar de noche-habfa dicho el gringo viejo-:
la frontera de nuestras diferencias con los demâs, de nuestros combates con nosotros
mismos")" (p. 13).
Y como si estas afirmaciones clarisimas no bastaran, el texto aporta otras :
"Se sintiô liberado al cruzar la frontera en Juarez, como si la verdad hubiera entrado
a otro mundo. Ahora si sabfa que existïa una frontera sécréta dentro de cada uno y
que esta era la frontera mas dificil de cruzar, (todos los subrayados en las citas son
nuestros) porque cada uno espéra encontrarse alli, solitario dentro de si, y solo
descubre, mâs que nunca, que esta en companfa de los demâs" (p. 143). Esta
frontera, como lo indica la cita, no siempre es individual, sino colectiva a veces :
"vinieron a Mexico (...) a encontrar la siguiente frontera de la conciencia
norteamericana, (...) la mâs dificil de todas porque era la mâs extrana siendo la mâs
prôxima y por ello la mâs olvidada y la mâs temida cuando resucitaba de sus largos
letargos" (p. 176). Los intentos logrados y fallidos de cruzar la frontera interior son
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numerosos en el caso de Harriet. De regreso a los EEUU ella comprende "que cada
uno llevaba adentro su Mexico y sus Estados Unidos, su frontera oscura y
sangrante" (p. 177) lo que implica la zona intermedia en su conciencia. Esta zona
intermedia donde Harriet oscila como un péndulo del uno y otro lado de la frontera
es un motivo récurrente a lo largo de todo el relato que situa gran parte de este en la
frontera. "Primero tuvo que dejar de odiar a Tomâs Arroyo por ensenarle lo que
pudo ser y luego prohibirle que jamâs fuese lo que ella pudo ser" (p.ll), "Ella habia
conocido este mundo pero no podïa ser parte de él y él lo sabla y sin embargo se lo
ofreciô, la dejô saborearlo..." (p.186), "él sabia que ella nunca séria lo que él le
demostrô que podîa ser" (p. 187), etc.
Estas citas evidencian al parecer los intentos fallidos de cruce, sin
embargo, estos intentos le sitûan para siempre en la zona fronteriza : "He estado
aqui. Esta tierra ya nunca me dejarâ" (p. 177), dice Harriet. Y el narrador afiade en
otra parte : "cuando ella cruzô la frontera y mirô hacia atrâs (...) vio al polvo
organizarse en una especie de cronologîa silenciosa que le pedia recordar, ella fue a
Mexico y regresô a su tierra sin memoria (...). Mexico desaparecido para siempre,
pero cruzando el puente, del otro lado del rio, un polvo memorioso insistia en
organizarse solo para ella y atravesar la frontera (...) hasta llegar a su apartamento
en Washington" (pags. 11-12). Esta novela escrita dentro de los marcos de los
recuerdos de Harriet, presentados, sin embargo, en présente permite cruzar varias
fronteras temporales que veremos mas adelante. Los muertos viven y los vivos estân
muertos por lo cual los espectros de los personajes cruzan frente a la ventana de
Harriet.
El concepto de la frontera se extiende, aparece la frontera negra y la del
"aire" que marcan el paso de la existencia a la no existencia y vice versa. La. frontera
entre la vida y la muerte persiste a lo largo de todo el relato. Es difîcil crear la zona
intermedia entre ambas, sin embargo, el texto créa constantemente el estado
intermedio. Los personajes ya muertos viven en los recuerdos. La doble muerte del
gringo y de Arroyo y de los hijos del gringo relativizan la conception de la vida y la
muerte. La exhumaciôn del gringo contituye un estado intermedio porque ya "va
camino del polvo", lo que sugiere la posibilidad de una desapariciôn definitiva" si
viniera un viento, se nos va para siempre" (p. 16). En realidad el gringo llegô muerto
a Mexico, porque "Todo lo que amô se muriô antes que él" (p.43). Faltaba la muerte
fisica. La doble muerte espiritual y ffsica persiste en "dos veces muriô mi primer
hijo, un alcohôlico primero y un suicida después". Este tipo de muerte ensancha la
zona fronteriza entre la vida y la muerte. El insistente deseo del gringo de ser
cadâver bien parecido viene a confirmarlo y mâs todavia el corto diâlogo entre
Arroyo y Frutos Garcia :
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" No - dijo Arroyo el cabo -, asf es la vida.


- Y la muerte - dijo (el coronel)
- Nomâs no me las sépare - contesté Arroyo" (p. 85)

Este estado intermedio se muestra a través de otras reflexiones como en el


fusilamiento de los fédérales : "Y uno que sonrefa, ni tonto, ni cansado, ni valiente,
sino incapaz de distinguir mâs entre la vida y la muerte" (p.88). Asï la muerte puede
ser "intermitente" (p. 100) como piensa Harriet o "la vida sf contiene su propia
muerte"
(p.130), segun reflexiona Arroyo. La zona intermedia puede estar en la
mirada de "los que ya se van pero todavia no lo saben" (p. 127) o en la frase
"muriendo y mirando su muerte desde el otro lado de un no" (p. 134) o en haber
atravesado la frontera de la muerte espiritual o fisica para vivir una segunda vida
como Harriet o vivir como un gringo en Mexico : "Ser un gringo en Mexico... eso es
eutanasia". En muchas ocasiones la frontera entre la vida y la muerte esta
prâcticamente borrada y en su lugar se establece el estado intermedio o la zona
fronteriza. Desaparece el carâcter definitivo de la muerte, se muere y se renace
muchas veces. Lo ejemplifica Harriet en sus pensamientos "la muerte es solo lo que
ocurre dentro de nosotros" y mâs adelante "no la muerte inseparable de la vida
como tu lo crées, sino la muerte en vez de vida mientras creemos estarla viendo : yo
Harriet Winslow, vivïa de tantas maneras una muerte dentro de mf, sabiendo que
estaba muerta y que sabiéndolo la muerte solo ocurriria dentro de mf" (p. 17). La
muerte se identifîca con la violencia y la gloria (p. 170), con el hogar (p. 172), con la
soledad : "me habrâs enviado de vuelta al aislamiento que es mi propia muerte"
(p. 180), con la ignorancia (p. 144). La frontera entre la vida y la muerte puede ser
cruzada de varias maneras : "eran todos ellos cuerpos ocupados por los muertos,
cadâveres habitados en el présente por gente llamada (...)" (P.182), o "las planideras
se instalaron en las esquinas y comenzaron su metamorfosis ritual de vida y muerte
en gesto y palabra" (p. 182-3). La frontera se borra también en "la hermandad o la
enemistad de la vida y de la muerte" (p. 131). La muerte de Graciano convoca a
todos los antepasados desaparecidos, apaches, tobosos, laguneros, espanoles (p. 129)
manteniendo la ilusiôn referencial.
La imagen de Cristo es ilustrativa de la zona intermedia : "Continuaba
sangrando después de muerto. El sacrificio no habia roto la servidumbre de su vida"
(p. 103). Otra imagen significativa surge de la description del paisaje : "vio una
tierra donde los frutos escasos tenîan que nacer del vientre muerto, como un nino
que segufa viviendo y pugnaba por nacer en la entraria muerta de su madré" (p.63-
4). Hay un intermediario entre la vida y la muerte : el amor y "nada mâs en este
mundo, nada sino este instante entre el otro instante que nos dio vida y el instante
final que nos la quitô para siempre." (p.185).
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Una frontera que sépara y une el mundo interior y el exterior es la mascara


que aparece con frecuencia en la literatura mexicana. En su ultima novela titulada
Cristobal nonato, Carlos Fuentes llega a la conclusion de que esta mascara ya no
oculta nada, detrâs de ella hay solo devastation. En el texto présente, sin embargo,
la mascara cumple su funciôn de frontera traspasada. Y es traspasada porque es
necesario llegar a la verdadera identidad. Y si existe la actitud de "disfrazarse ante
él, no mostrarle a él sus caras verdaderas" que es la de Arroyo frente al gringo y de
todos los mexicanos frente a los vecinos del norte, se llega asimismo al cruce :"Los
ojos de ranura se abrieron un poquito; la mascara de polvo se quebrô entonces con
alegria" (p.29)... para la burla. Tarde o temprano la mascara es traspasada : "El
gringo viejo decidiô esperar (...) a que el general Tomâs Arroyo le ofreciera una
cara desconocida al mundo" (p.33). Todo el desarrollo del relato prueba que la
mascara se cae, aunque es una actitud generalizada frente a los extranjeros : "ellos la
miraron con sus mascaras campesinas que no decîan ni si ni no ni te entendemos ni
no te entendemos" (p.92). El nombre de la mujer con cara de luna cuyo nombre se
desconoce es también una especie de mascara ofrecida al mundo exterior. El
concepto de la mascara se aplica también a otras situaciones como la de los
revolucionarios que deben esconderse "hasta tomar el color de la montana, como los
lagartos" (p. 82).
La mascara como frontera implica dos cualidades contrarias : la opacidad
como su condition natural y la transparencia porque ha de ser traspasada. Harriet es
definida como "transparente" y Arroyo como "opaco" (p.41). También el mundo se
divide : "La mitad del mundo era transparente; la otra mitad opaca" (p.41). Y sin
embargo, aûn en torno a esta frontera se forma la zona intermedia : "él opaco, ella
transparente, pero ambos nacidos del mismo semen de la imagination que se llama
poesîa y amor" (p.63). En la imagination, zona fronteriza, se encuentran los
elementos contrarios y se funden. Esta zona intermedia se révéla en la frase :
"Ahora él la mirô de verdad por vez primera, no transparente y esencial, sino
circunstancialmente opaca" (p.42). La novela prueba que las mascaras se diluyen y
se descubre la verdadera identidad.
La mascara es la frontera que encierra la identidad. El Rio Bravo sépara y
une dos identidades nacionales. Cada identidad se define confrontada con la otra y
el simple hecho de la confrontation significa una zona intermedia. La simple
ausencia de identidad es también una zona intermedia entre una identidad pasada y
una por crear : "^Quieren conocer nuestras vidas mejor? jPues tendrân que
adivinarles porque todavia no somos nadie!", dice Inocencio en la pagina 77. Los
dos mundos distantes se miran, se reconocen y definen el uno con respecto al otro :
"El general y el gringo se miraron hablândose en silencio y en las alturas opuestas
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de un barranco" (p.35). El texto délimita los dos mundos, traza una frontera clara
entre las dos identidades. En varios lugares desde puntos de vista diferentes se
subrayan las diferencias por medio del contraste y la antitesis en frase del tipo :
"Aquiles norteamericanos, no tortugas mexicanas" (p.37). La oposiciôn se evidencia
también en pasajes como el siguiente : "Ricos o pobres, los mexicanos siempre se
desquitan de nosotros, nos odian. Somos los gringos. Sus enemigos eternos"
(p. 137). Se emiten juicios que van jalonando la frontera : "Mexico no es un pais
perverso. Es solo un pais diferente" (p. 106). El mutuo desconocimiento explicitado
en las réplicas del gringo "no los conoce para nada" refirfendose a los mexicanos y
la respuesta de Harriet "Y ellos no me conocen a mî" (p.46) va superândose. La
incomprensiôn manifiesta expresada en la exclamaciôn "Que vecinos
incomprensibles tenemos" (p.49) comienza a ser penetrada por los intentos de cruce
de la frontera. Este intento se evidencia en las palabras de Harriet : "Estoy tratando
de entender todo, a ti, a tu pais, a tu pueblo. Pero también soy parte de mi propio
pueblo, no puedo negar lo que soy, Arroyo" (p. 180). Se anuncia una zona fronteriza
que la propia Harriet habia clausurado antes con las palabras : "Nunca te entenderé"
(p. 148), recogiéndose detrâs de la frontera. Esta zona fronteriza dificil de establecer
y de existencia frâgil se delinea en otra parte del texto que trazando la frontera
admite un punto de contacte pasajero :"sôlo se lo podria contar a alguien llegado de
una tierra tan lejana y extrana como los Estados Unidos, el otro mundo, el mundo
que no es Mexico, el mundo distante y curioso excéntrico y marginal de los yanquis
que no disfrutaban de la buena cocina o de las revoluciones violentas o de las
mujeres sujetas o de las iglesias hermosas y rompian todas las tradiciones nada mâs
porque si, como si solo en el futuro y en la novedad hubiese cosas buenas, le podrîa
contar esto a la gringa no solo porque ella era diferente sino porque ahora ellos los
mexicanos eran, quizâs solo por un instante como ella, como el gringo viejo, como
todos los gringos : inquietos, moviéndose, olvidando su antigua fidelidad a un solo
lugar y un solo paisaje y un solo cementerio" (p. 123). Otra vez el narrador muestra
su capacidad de erigir una frontera, cruzarla y crear una zona fronteriza aunque
fuera efûnera.
Ademâs de las numerosas referencias a la identidad nacional, el texto
représenta una larga bûsqueda de la identidad individual. "Yo se quién soy,
viejo.^Lo sabes tu?" (p.37), dice Arroyo al gringo. En la confrontaciôn nace otra vez
la frontera y el cruce consiguiente. La identidad individual de los personajes es en
gran medida môvil, escurridiza, mutable. Cuando el gringo entra a Mexico, "se
sintiô liberado al cruzar la frontera en Juârez, como si la verdad hubiera entrado en
otro mundo" (p. 143). Harriet cambia de identidad al entrar a Mexico arrastrada por
la vorâgine de la revoluciôn. Ella se résiste, trata de conservar su "yo" en medio de
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la turbamulta "combatiendo por retener un sentido de la identidad propia, de la


dignidad y al coraje propios" (p.39), esta "luchando por ser". Cambia otra vez de
identidad al volver adoptando la mentira urdida por la prensa norte americana. Casi
todos los personajes cambian de identidad en mayor o menor medida. Arroyo lo
explica con las palabras : "-Creéme, gringa, la mayor parte del tiempo yo no soy yo"
(p.186).
Las multiples transformaciones, reencarnaciones de los personajes como
Harriet en hija del gringo, amante y madré de Arroyo, su padre en héroe y traidor,
etc., asî como la nueva identidad adquirida gracias a la revolution, de peones
sumisos en générales, etc., significan un amplio proceso de cruce de fronteras y
establecimiento de zonas intermedias inestables. Este proceso se explicita en la
imagen de la Trinidad : "uno en très, très en uno, uno en la virgen, luego uno fuera
de la misma virgen, luego uno muerto, luego resucitado presumiblemente de regreso
entre los très sin dejar de ser uno y luego los tres-en-uno en una hostia". A partir de
ahf se puede desentranar el triângulo de Arroyo, Harriet y el gringo y de las
multiples encamaciones que interesarian al anâlisis psicoanalitico para el que el
texto réserva frases como "Mi hijo macho, mi hijo macho-gritaba la amante de
Tomâs Arroyo". Para mostrar la existencia de la zona intermedia entre los
personajes el texto emplea un procedimiento estilistico corriente en la literatura
hispanoamericana como el uso del guiôn que une diferentes términos : "tres-en-
uno", creando un nuevo significado producto de la condensation.
La definition o el cambio de identidad significa cruzar diferentes fronteras
algunas existenciales, otras sicolôgicas que entroncan con dos problemas
importantes del texto: el sueno y la imagen en el espejo. En ambos casos se trata del
cruce de la frontera entre lo material (como vivencia también) y lo inmaterial, entre
la realidad y la imagination, entre el sueno y la vigilia. El uso frecuente de estos dos
elementos vuelve a situar el relato en la frontera, en la zona intermedia formada de
realidad e imagination, de lo palpable y lo etéreo, de lo constante y lo efimero.
El sueno traspasa varias fronteras como lo sugiere el propio texto. En la
frase "Sofiô que cruzaba un puente en Hamas" (p.22), se borra la frontera entre el
sueno y el recuerdo ya que todo esto ocurriô en la realidad. De la misma manera,
identificando dos cosas, se cruza la frontera entre el sueno y el destino : "Ella crée
cuando suena que su sueno sera su destino" (p.49). La capacidad de la frontera de
separar, pero a la vez de unir dos cosas se révéla en el cruce entre el aima y el
sueno : "Si su alma era distinta de sus suenos, aceptarîa que ambas poseîan una
cualidad instantânea" (p.52). Esta cualidad constituye la zona fronteriza. La misma
zona esta designada en la frase : "-Tu aima no es distinta de tus suenos. Ambos son
instantâneos", lo que cruza la frontera establecida en la frase posterior : "-Tu aima
no es del instante. No es un sueflo, es eterna." (p.61).
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El texto explota una gran parte de las posibilidades de este motivo que
atraviesa la literatura desde la antigiiedad. Cruzando la frontera entre la realidad y el
mundo ficticio, el suefio es habilitado a cruzar las fronteras entre el dia y la noche,
entre el interior y el exterior como en la frase : "La actividad diurna era mâs
importante por ello mismo; suponfa implicar primero y destruir después los acosos
nocturnos del instante. Pero volverfa a dormir, volverîa a soflar la ruptura de los
suenos en la mâquina minutera de todos los dfas destrufa el verdadero tiempo
interno en la molienda de la actividad solo le daba un relieve mayor, un valor mâs
acentuado al mundo del instante eterno que regresarfa de noche mientras ella dormia
y sonaba sola" (p.61). Asi se establece una relaciôn (una zona fronteriza) entre la
vigilia y el sueno que el texto subraya en "Este eslabon entre su sueno y su
actividad" (p.94). La cita anterior indica que ella "sonaba sola". En otra parte se
menciona que el suefio es un "mi personal". Sin embargo, también esta frontera es
violada también como lo atestigua el texto : "un sueno que, mâs tarde, la memoria o
el olvido restaurarân como un argumento largo, poblado de detalles, de arquitecturas
y de incidentes. Querîa invitarla, quizâs, a su propio sueno; pero este era un sueno
de la muerte que no podîa compartir con nadie : en cambio mientras vivieran ambos,
por mâs separados que estuviesen, podîan penetrar sus suenos respectivos,
compartirlos; hizo un esfuerzo gigantesco, como si este pudiese ser el ultimo acto de
su vida, y en un instante sonô con los ojos abiertos y los labios apretados el sueno
entero de Harriet" (p.57). La idea de la compenetraciôn de dos suenos se refuerza en
la frase "Claro que Arroyo sonô todo esto o lo supo porque sus nombres lo sofiaron"
(p.89) para llegar a "otro sueno dentro de su sueno" (p.94). Es necesario senalar de
paso la frontera cruzada entre la memoria y el olvido en la cita de la p.57.
Igualmente numerosas son las referencias del texto al espejo y la imagen
reflejada en él. El espejo traza la frontera y la zona adyaœnte entre la realidad y la
imagen. Uno de los pasajes mâs logrados de la novela es la imagen de los soldados
revolucionarios que por vez primera se ven de cuerpo entero en los espejos del salon
de los Miranda. A través del espejo se cruza la frontera entre el cuerpo y la idea que
tenian de este los soldados, porque "Nunca se habian visto en un espejo de cuerpo
entero. No sabian que sus cuerpos eran algo mâs que pedazo de su imaginaciôn o un
reflejo roto en un rîo. Ahora ya saben." (p.57). El valor simbôlico de este pasaje es
énorme, el espejo es en realidad la revoluciôn que permite a los hombres vivir con
plenitud sus vidas. Lo que a nosotros nos importa, sin embargo, es el cruce de la
frontera que une la realidad y la imagen. "Los hombres y mujeres de la tropa de
Arroyo se miraban a si mismos. Paralizados por sus propias imâgenes, por el reflejo
corpôreo de su ser, por la integridad de sus cuerpos. Giraron lentamente, como para
cerciorar de que esta no era una ilusiôn mâs. Fueron capturados por el laberinto de
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espejos" (p.44). Esta cita comprueba la zona intermedia creada entre el cuerpo y su
imagen que los paraliza, porque se vuelve casi material, corporea. El
reconocimiento en el espejo "Mira. Soy yo./Mira. Eres tû./Mira. Somos." (p.105) es
una confirmation mâs. El verbo "somos" implica la idea de existir en todas sus
dimensiones, y se diferencia del "somos nosotros" que se repite varias veces.
Esta imâgenes son un testimonio del cruce de la frontera que no es
imaginaria, sino establecida por el propio texto : "bailaban y se besaban
furtivamente alejados ya de la percepciôn turbadora de otra presencia : la de si
mismos en los espejos" (p.46).
El valor simbélico del pasaje o de la utilization del espejo en el texto se
manifiesta también en la ausencia de la imagen de los gringos en el espejo, lo que
implicarfa la ausencia del cruce. Pero se trata mas bien de un intento fallido. Varias
veces el gringo pregunta a Harriet si se vio en los espejos, pero no recibe una
respuesta positiva. Los espejos, sin embargo, son atravesados : "Se vio entrando a
los espejos sin mirarse a si misma porque en realidad entraba a un sueno" (p. 108). Y
otra vez : "Quizâs la mujer que entré al salon de baile la noche anterior no se vio a
si misma, pero si que soné" (p.77). Es decir para los gringos el espejo es una
frontera entre la realidad y el sueno y no la plenitud del ser. El narrador ejemplifica
esta conception con la comparaciôn de los verbos "to be" y "ser y estar" lo que en
espafiol significa "el ser y su fantasma", "una forma de existencia el espejo de la
otra, pero también su transformation : cambio constante, como el espiritu y la
carne" (p. 124). Los mexicanos estan sujetos a la transformation, al cambio, a la
union del espîritu y la carne a diferencia de los norteamericanos, lo que explica la
ausencia de imagen y de zona intermedia. La imagen en el espejo es esencial
"Véanse en este espejo y yo los veré a ustedes" (p. 148) para la plenitud del ser.
Antes de la revolution segûn lo explica la mujer con cara de luna "era muy
importante, nunca ver el propio cuerpo" (p.151). Después de la revolution esta
frontera esta cruzada. Los gringos no cruzan esta frontera para abocar a la union de
lo material y lo inmaterial, sino para pasar a otro mundo diferente, opuesto : "El
gringo sintiô que esa mirada complété la secuencia fragmentada de su imagination
de Harriet Winslow, abierta por los reflejos del salon de baile que solo era el
umbral de un camino al sueno, atomizado en mil instantes oniricos y ahora reunido
de nuevo en las palabras" (p. 142). Union versus dispersion. El espejo es una
frontera équivalente al umbral mitolôgico que sépara dos mundos contrarios. La
imagen final de Harriet de regreso a los EEUU es la misma : "le dieron la espalda y
la vieron entrar a un salén de baile (...)" (p. 177). Los mexicanos la vieron cuando le
dieron la espalda, porque ella no significa nada en el mundo de Pancho Villa.
204 VENKO KANEV

La imagen del espejo adquiere multiples sentidos desde el punto de vista


de la revolution. Destruyendo una série de males "menos esto que sera para ustedes
si logramos sobrevivir. Un salon de espejos" (p. 148) se ofrecen al menos dos
interpretaciones posibles : un salon de espejos para verse de cuerpo entero aun anos
después, a la luz del texto, o para seguir sonando cuando la revoluciôn fracase a la
luz de toda la obra de Carlos Fuentes.
Tal como un sueno puede ser penetrado por otro sueno, asi también se
compenetran dos conciencias. Este hecho indica la posibilidad de cruzar las
fronteras existenciales. Es évidente que uno de los rasgos distintivos del texto es
cruzar fronteras. La dificultad estriba en clasificarlas y nombrarlas por las multiples
posibilidades de interpretation. Una frase sencilla que marca la frontera cruzada
como "nunca nombres libres salvo cuando eran rebeldes" (p.36) se puede interpretar
como existencial, pero a la vez como socio-politica. "Siempre seré joven porque hoy
me atrevo a volver a ser joven" (p.22) marcando el cruce de la frontera entre la
vejez y la juventud implica a la vez la influencia de la revoluciôn en el gringo viejo,
etc. El texto explota al mâximo estas posibilidades y de ahi surge su riqueza. En este
continuo vaivén en el destino de los personajes existen cruces de fronteras que
"lograron unir su conciencia dividida en la del otro : antes de la dispersion final que
adivinaban" (p. 141). Union y désunion que reflejan el movimiento de "la conciencia
rota del universo", la "conciencia fragmentada" (p. 134) que se funde y deshace en
los personajes. A veces la zona fronteriza se dibuja con claridad : "Arroyo se le
acercaba (...) con un fragmento de la conciencia de Harriet dentro de su cabeza"
(p. 143). La zona intermedia se perfila también en la frase "se miraron
desconsolados, reflejando cada uno su desolaciôn en los ojos del otro" (p.47) que
marca a la vez su carâcter emocional. Existir en el otro o a través del otro se observa
en la frase : "sabia que todos somos objeto de la imaginaciôn ajena?" (p. 138), lo que
implica la zona intermedia donde se puede llevar una existencia diferente. La
relaciôn relativizada del ser humano con el mundo circundante se evidencia en "Hay
cosas que son las dos cosas : tuyas y ajenas, que te duelen tanto como propias
porque no son tuyas" (p. 120). El desdoblamiento en la frontera existencial situa a
Harriet en la zona intermedia : "tanto deseas regresar a lo mismo a lo que le andas
huyendo" (p.119).

La posibilidad de reinventarse un destino - lo que sucede continuamente en


la novela (Harriet reinventa el destino de su padre, el gringo adopta otro destino al
entrar en Mexico, etc.) - se explicita en la frase que la niega : "lo admitfa, pero no
para reinventarse un destino, el propio y el ajeno también" (p.l 17).
CARLOS FUENTES : UN RELATO EN LA FRONTERA 205

La frontera existencial tiene muchos puntos de contacte con \a frontera


ético-moral que es también traspasada creando una zona intermedia. La brève
afirmaciôn "su vergiienza y su orgullo encontraron un mismo nivel" lo insinua. La
division maniqueista de los dos reinos colindantes, el norte y el sur, cambiando a
menudo el lugar del bien y el mal ofrece muchas fronteras a cruzar. El dios y el
diablo atraviesan con frecuencia el rio. El padre de Harriet es héroe y traidor a titulo
de ejemplo. Los que fueron a salvar a Mexico se convierten en invasores, etc. Una
dimension humana es la zona intermedia que establece el gringo : "Yo era el
discipulo del diablo, solo que ni siquiera al diablo hubiera aceptado como maestro.
Mucho menos a Dios a quien difamé con algo peor que la blasfemia : con la
maldiciôn a todo lo que El créé" (p.70). Y en la misma pagina : " Yo ataqué el honor
y el deshonor de todos". El gringo créa un nuevo decâlogo a base de los diez
mandamientos que désigna la humanidad entre dios y el diablo. Esta zona ya existe
porque "un periodista investigativo necesita a un financiero corrupto como Dios
necesita a Satanâs y la flor requière al estiércol" (p.71).
La frontera ético-moral es discernible en pianos menos elevados : "Bueno,
que pueden ser las mujeres sino putas o vîrgenes" (p.55). Esta frontera es cruzada
por la prostituta la Garduna quien crée que su hija la salvarâ (el hecho de criar a una
hija) enterrândola en tierra santa, respetada por todos. La frontera sigue todos los
recovecos de una actitud cambiante en la zona intermedia : "ni ténia capacidad para
matizar las actitudes mutables de esta mujer en parte caprichosa, en parte
voluntariosa, en parte digna, en parte débil" (p.73). La misma ambigûedad de la
zona intermedia se manifiesta en el retrato de Arroyo : "los gringos lo vieron de
lejos, pero lo vieron de cerca cruel y tierno, justo e injusto, vigilante y laxo,
resentido y seguro de si, activo y holgazân, modesto y arrogante : un indolatino
cabal" (p. 130). Los términos antitéticos siempre ofrecen la posibilidad del cruce, en
este caso la zona esta nombrada : "un indolatino".
Las normas ético-morales establecidas por actitudes cohérentes son
violadas como en el caso del incesto insinuado en "su hija cambiô entre los brazos y
entre las piernas de su hijo" (p.140).
La frontera existencial y la frontera ético-moral estân a menudo
entretejidas con la frontera emotional. No obstante la dificultad que présenta el
deslinde esta frontera y su cruce son discernables en el texto. Odiar y desear al
mismo tiempo lo ilustra : "cuadro de uno de los viejos maestros que su tîo abuelo
odiaba tanto como deseaba" (p.181). Apropiarse del dolor ajeno lo insinua también :
"el recuerdo del dolor ajeno cuando se convirtiô en dolor propio" (p.65). La
transformaciôn de un sentimiento en otro es también un ejemplo : "El temor se
convirtiô en un placer solo por haberlo pensado" (p. 106). El sentimiento de soledad
206 VENKO KANEV

se relativiza también cuando se identifica a la "ausencia de tiempo" (p. 107-8). Todo


el amor de Harriet esta en la frontera con el desamor. Lo quiere como amante, como
madré, lo desprecia y no le perdona a la vez, se siente atraida y rechazada. La
ambigiiedad del cruce de la frontera entre los diferentes tipos de amor (al padre, al
hijo, al amante) se révéla en la frase repetida varias veces : "Capitân Winslow estoy
muy sola y usted puede tomarme cuando guste" (p.ll), refiriéndose al padre,
dirigiéndose al gringo, entregândose a Arroyo. Aun designando el sexo como tal el
texto establece la zona intermedia : "su sexo inquieto, nunca en reposo (...) siempre
a medio llenar" (p. 120), "sin ostentar su perpétua sem/erecciôn" o "la verga de
Arroyo estaba siempre lista, o medio lista" (p. 121).
La estructura particular de la novela requière un detallado anâlisis del
tiempo y el espacio. "Relogizar" el tiempo con un enfoque estructural revelaria el
complicado juego del autor que révéla el cruce de todas las fronteras temporales y
espaciales (cuando se cruza la frontera del présente mexicano y el pasado -
recuerdos - norteamericanos). Contar los recuerdos en présente significa cruzar las
fronteras entre el pasado, el présente y el futuro. Contar los hechos pasados en
présente es un futuro con respecto al pasado del recuerdo. Desde el principio se
conoce el futuro de los personajes porque todo por suceder ha sucedido ya. Esta
zona intermedia esta senalada en la frase : "En su mente suspendida entre la
memoria y la prevision" (p.53). Es el instante présente entre el pasado y el futuro.
Es el présente de la revoluciôn que traza tajantemente la delimitation entre el antes
y el después. La zona intermedia que relativiza todo esta a cargo, a veces, del
espacio : "Le contô que la historia de su familia era curiosa, parecia inventada, sobre
todo "si se la cuento aqui"" (p.68). El espacio détermina dos tiempos histôricos
diferentes : Mexico versus EEUU. A veces es la literatura la encargada de cruzar la
frontera como El Quijote que acompana a todas las generaciones a través del tiempo
y se encuentra también en la maleta del gringo (sugiriendo, desde luego, otras
interpretaciones o la hipertextualidad). Incluirse en un arque tipo significa cruzar la
frontera del tiempo histôrico. La revoluciôn que es la frontera entre dos tiempos
histôricos se exhibe a si misma como tal en : "las explosiones desvirtuân las cuentas
del tiempo y pulverizan los segundos" (p. 100). En los momentos cumbre de maxima
tension el tiempo es abolido : "su vida se suspendiô, in temporal" (p.87) para
designar una nueva dimension del tiempo. El tiempo traspasa sus propias fronteras
en afirmaciones del tipo "yo seré duena de todo el tiempo que gané aqui" (pp. 107-
8). Son muchos los ejemplos de esta fndole que vendrîan a sostener esta tesis, pero
hay uno que reviste mayor interés por su valor simbôlico : la quema de los papeles.
Este acto cruza la frontera entre el pasado y el futuro produciendo cambios
importantes : "ahora conocemos a gente venida de todas partes, cantamos juntos las
CARLOS FUENTES : UN RELATO EN LA FRONTERA 207

canciones, sofiamos juntos los suefios" (p. 145). La quema de los papeles devuelve la
palabra a los mexicanos. Se cruza una frontera nueva entre la palabra escrita y la
oral. La importancia del lenguaje, obvia en todas las obras de Fuentes se subraya en
el pârrafo siguiente : "Ella quizâs sabia que nada es visto hasta que el escritor lo
nombra". Si todo existe solo a través de la palabra, es decir, todo existe en la
frontera entre la realidad y la fiction. Y mâs adelante : "El lenguaje permite ver. Sin
la palabra todos somos ciegos" (p. 140). La palabra se constituye en la frontera
comûn de la vis ta y del oido. La palabra es la portadora de la idea subjetiva del
referente. Con la quema de los papeles los mexicanos pasaron del discurso escrito al
oral : "las palabras se convirtieron en ceniza (...) y los companeros hablaron porque
ahora los papeles con su historia ya no hablaron por ellos (...) y las palabras de los
papeles se fueron volando por el desierto, diciendo nos gusta pelear" (p.23). Y uno
de los générales de la revolution, Arroyo, "que nunca habia hablado mucho porque
ténia los papeles ahora ténia que hablar en nombre de los papeles quemados"
(p. 148). El cruce de esta frontera es la promotion de otra frontera : "Cuando él
habla tanto, es que algo va a pasarle" (p. 149) y efectivamente encuentra la muerte y
la vida literaria.
Pasar del discurso oral al escrito es uno de los numerosos cruces que lleva
a cabo la literatura. Recrear la realidad desencadena un proceso que se plasma en
las palabras : "aqui se estaba volviendo una realidad fantasmai un cuento en que...".
Ilusiôn referential de la ficciôn. La frontera se situa en "el quebradizo planeta que
sépara la realidad de la ficciôn", lo que lleva a pensar en la zona intermedia que el
ser humano habita con frecuencia : "(^odiaba su tïo abuelo algo tanto como el
desplazamiento de la vida por el teatro (...)?" (p.181). Estos ejemplos solo muestran
algunos puntos en la superficie senalados por el propio autor. El resto esta en toda la
literatura, como la hipertextualidad existente que cruza las fronteras entre las obras
literarias, las formas teatrales que cruzan la frontera entre dos géneros en la misma
obra, etc. En otra parte explicaremos los recursos técnicos que posibilitan erigir la
frontera y su zona.
No terminarîamos la exposiciôn de los hechos sin senalar las fronteras
trazadas por medio de la religion. La zona intermedia encarnada por el dios
materializado en la tierra se manifiesta en el milagro : "la gringa salvô a la nina
enferma de la Garduna : un milagro" (p. 103), que sépara y une la realidad con la
ficciôn. La frontera sépara y une a los dioses del norte y del sur en la zona
fronteriza : "los dos se reunieron en las religiones sin altar del norte, donde Jésus el
redentor vivia liberado para siempre de la carne, de la escultura, de la pintura, un
espiritu impalpable volando en aras de la mûsica : un dios de verdad que nunca
podia sangrar, corner, fornicar o evacuar, no como el Cristo mexicano" (p.103). En
el relato de la mujer de la cara de luna que habla (como en Al filo del agua de
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Agustin Yânez) de la vida anterior a la revoluciôn - causa directa de la misma - una


vida marcada por las campanas de la iglesia, sometida a su ritmo, evidencia el cruce
de la frontera entre la vida y la religion : "la iglesia se convirtiô asf en un espectro,
igual que mi casa, igual que mi destino : todos éramos espectros" (p. 151). La zona
intermedia queda establecida. La estructura mitolôgica subyacente ofrece otros
ejemplos, encarnados sobre todo en el umbral.
Aun prescindiendo de las posibilidades de otro tipo de anâlisis el simple
estudio del piano del contenido révéla la preocupaciôn sostenida del autor de
mostrar, crear, atravesar y volver a atravesar las fronteras delimitando al mismo
tiempo su zona fronteriza.

Venko KANEV

NOTES

(1) FUENTES, Carlos, Gringo viejo, Ed. Fondo de Cultura Economica, Mexico, 1985. Todas
las citas son tomadas de esta ediciôn.

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