Está en la página 1de 11

La Administración de Justicia:

¿un problema sin solución?


Menéame

La falta de medios personales y técnicos, el consiguiente colapso de los tribunales o


el amplio tiempo de resolución de las causas son algunos de los problemas visibles
que hay que solucionar en la Justicia.

La Administración de Justicia lleva años sufriendo evidentes carencias de medios


profesionales, económicos y técnicos. La aparición de innumerables causas de corrupción,
sumado a los recortes presupuestarios a raíz de la crisis, ha mostrado el evidente colapso
de los tribunales.
En esta retrospectiva sobre los problemas de la Justicia, el presidente del Consejo General
de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, y los portavoces de Jueces para la Democracia
(JpD) y Asociación de jueces Francisco de Vitoria (Ajfv), Joaquim Bosch y Marcelino
Sexmero, respectivamente, comparten con EXPANSIÓN sus propuestas para mejorar el
sistema.
Falta de inversión
Una de las mayores dificultades que sufre la justicia española es la falta de presupuesto
con la que cuenta. "Éste es el problema con mayor peso. Si no se desbloquea dinero para
adaptar nuestra justicia al siglo XXI, ningún cambio será posible y no conseguiremos
nada", explica Carnicer.
"Tenemos una evidente falta de medios y esto provoca que contemos con una justicia
infradotada en todos los sentidos: en gastos en justicia, en número de jueces y en medios
técnicos e informáticos. Es difícil poner una cifra exacta, pero es evidente que el Gobierno
debería entender que la justicia es un apartado en el que siempre hay que invertir para el
buen funcionamiento del país, como sucede en Alemania", completa Bosch.
Número de jueces
Otro de los asuntos que merma la falta de eficacia y agilidad de nuestra administración de
justicia es, según estos expertos, la escasez de jueces.
"Estamos muy por debajo de la media de la UE en el número de jueces por habitante. No
sólo no nos acercamos al ratio medio europeo –21 jueces por cada 100.000 personas,
según la Comisión–, sino que nos faltan 10 jueces por cada 100.000 ciudadanos para
alcanzar ese nivel. Necesitamos duplicar nuestra cifra de magistrados y pasar de los 5.155
actuales a unos 9.000 ó 10.000", comenta Sexmero.
Evolución tecnológica
"Tecnológicamente estamos anclados en el pasado. Contamos con sistemas informáticos
de mediados del siglo XX, cuando estamos en 2014", dice el portavoz de la Ajfv.
Un dato que corrobora Bosch y que completa al afirmar que "la Administración de Justicia
sufre carencias estructurales e informáticas de peso. No es lógico que el sistema utilizado
por la Fiscalía no sea compatible con el de ciertos juzgados o el utilizado en las diferentes
comunidades autónomas. Tenemos que tender a la eliminación de papel".
Por su parte, Carnicer pone como ejemplo a seguir el expediente electrónico de justicia
gratuita desarrollado por el CGAE.
Los tres aseguran que si se hubiera realizado hace 15 ó 20 años una inversión semejante
a la realizada en la Agencia Tributaria o en la Seguridad Social, la situación de la justicia
española actual no tendría nada que ver.
Normativas poco eficaces y con mala dotación
La polémica ley de tasas es el ejemplo escogido por los tres expertos como una reforma
innecesaria y que ha generado una justicia menos eficaz y que ha limitado drásticamente
el acceso de los ciudadanos a ella.
También coinciden en citar como un gran fracaso la ley orgánica sobre la Oficina Judicial.
"Esta herramienta lleva 10 años estancada por falta de una inversión adecuada. Es
evidente que este sistema habría generado una justicia más eficaz, pero si éste no va
acompañado de una dotación adecuada, nunca podrá echar a andar", asegura el portavoz
de JpD.
Reformas necesarias
Sexmero afirma que una de las normas que deberían revisarse con urgencia es la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, "ya que no se adapta a los tiempos actuales, a las nuevas
técnicas de investigación y no aporta las garantías suficientes a muchos procesos".
De la misma opinión se muestra el portavoz de JpD, que asegura que "se trata de una ley
del siglo XIX, farragosa y que no tiene en cuenta la delincuencia actual".
(Re)organización
Para Bosch, el sistema organizativo de nuestra justicia "es igualmente del siglo pasado y
no se ajusta a las necesidades actuales y por eso hay que llevar a cabo una reforma
profunda y estratégica, para repartir mejor la carga de trabajo y apoyar a los tribunales
más sobrecargados. Pero esto no se debe de hacer mediante la centralización, porque
esto implicaría alejar la Administración de Justicia de los ciudadanos".
Corrupción y sobrecarga
Frente a la sobrecarga de trabajo de los jueces que se hacen cargo de macrocausas,
además de los asuntos de su tribunal, Carnicer apuesta por una suerte de liberación del
magistrado de los asuntos con menor peso.
Por su parte, Bosch cree que "se está empezando a apoyar a estos jueces, pero es
necesario hacerlo más y mejor, para que las macrocausas se resuelvan antes y la
ciudadanía perciba que la justicia es justa y eficaz".
Arbitraje y mediación
Tanto Bosch como Carnicer creen que el arbitraje y la mediación pueden servir de alivio a
la Administración de Justicia, pero nunca serán la solución a sus problemas.
Sexmero, por su parte, sí cree en la mediación y piensa que "sería una buena medida para
aligerar los procesos penales y evitar conflictos judiciales. Pero siempre que contara con
una ley ambiciosa".
Pacto de Estado
Otro asunto en el que los tres juristas coinciden es en la necesidad de alcanzar un pacto
de Estado que dé estabilidad a la justicia española y que prevea un plan de inversión a
largo plazo.
De esta manera, la justicia no sufriría los vaivenes generados por los cambios de color
político del Gobierno y no viviría desinversiones presupuestarias por la situación
económica del país.
Ministro fuerte
Según Bosch, todos los cambios estructurales y estratégicos necesarios para que todo
funcione mejor y de manera más ágil sólo pueden venir de la mano de un ministro "fuerte,
conocedor de los entresijos de la justicia, concienciado con la necesidad de cambios y que
cuente con un equipo ministerial muy técnico e informado".
Decálogo para un buen funcionamientoCarlos Carnicer, Joaquim Bosch y
Marcelino Sexmero creen que existen muchos asuntos por resolver para que la justicia sea
más ágil y eficaz, pero proponen ciertas soluciones para cambiar el sentido de esta
Administración del Estado:
1. Apostar por la justicia en los presupuestos generales del Estado y adecuar las cifras de
inversión a las medias de los mejores miembros de la UE.
2. Ampliar definitivamente el número de jueces para, una vez más, ponerse a nivel de la
media europea. España necesitaría duplicar su cifra actual.
3. Mejorar los sistemas informáticos para lograr el objetivo de papel cero.
4. Centrarse en las reformas importantes que permitan agilizar la justicia, como el cambio
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
5. Que antes de generar un cambio legislativo se tenga en cuenta la dotación económica
necesaria para llevarla a cabo.
6. Realizar una reforma profunda de la organización actual del sistema judicial.
7. Ampliar el apoyo en cuestión de personal y en asuntos técnicos de los jueces que se
enfrenten a macrocausas.
8. Dotar al sistema del arbitraje de una buena ley para que sirva de alivio a la carga de
trabajo de los tribunales.
9. Alcanzar un pacto de Estado en cuestión de justicia para realizar cambios a largo plazo.
10. Contar con un ministro conocedor de los problemas que esté dispuesto a realizar
cambios radicales para solventarlos.

PROBLEMAS ACTUALES DE LA JUSTICIA:


DEMOCRACIA, NECESIDAD DE INDEPENDENCIA DE
PODERES
Dra. Amalia Mattio de Mascías
Abogada
Directora Ejecutiva de Asociación FISCALES SIN FRONTERAS
Coorganizadora del Foro de Mujeres contra la Corrupción
Ex funcionaria gubernamental
a_mattio@yahoo.com

Desde comienzo de la década de los noventa, a escala mundial se ha percibido un proceso de


cambio y transformación de los sistemas políticos.

La democracia como forma de Estado y de vida ha contado con la adhesión y la voluntad de


los pueblos latinoamericanos.

Si bien la democracia es ante todo una forma de vida, necesita tener demócratas. Todos y
cada uno deben aprender el significado del concepto de democracia. El aprendizaje comienza
en la familia, continúa en las escuelas y universidades y deriva en la necesidad de un
permanente trabajo de formación política. Depende del consenso permanente y voluntario de
los ciudadanos y de la coincidencia de valores, ideas e instituciones que pueda generarse a
partir del mismo.

Democracia significa participación y no abstención necesitando el abierto compromiso del


ciudadano con su Estado y su constitución.

La democracia como sistema político y forma de vida sólo es estable y efectiva si genera
identidad cultural, estabilidad económica, justicia social y consenso político. Un factor
significativo en el apoyo político es un Estado de derecho eficaz.

El problema que enfrenta hoy el mundo en general y Latinoamérica en particular, es la creación


de una democracia que sea a la vez posible e históricamente realizable. En otras palabras, un
gobierno que funcione y que sea el mejor posible en las circunstancias modernas, siendo
esencial para la misma la división e independencia de poderes, con la consiguiente credibilidad
de la ciudadanía en cada uno de ellos.

Esta credibilidad se logra mediante actos cotidianos que demuestren vocación de servicio en
quienes ejercen la función pública, transparencia en su accionar y responsabilidad por las
decisiones tomadas.

Asistimos diariamente a declaraciones de principios por parte de políticos, pero cuando estos
llegan a sus cargos se "olvidan" de ellos y así el respeto a las Instituciones y a la
independencia de poderes, con cuya invocación convencieron a la ciudadanía para tener
acceso a la función, se dejan de lado sin escrúpulo alguno.

Todos los días salen a la palestra "supuestos defensores de la democracia" que proclaman
JUSTICIA, TRANSPARENCIA, VERACIDAD, TOLERANCIA, IGUALDAD, SOLIDARIDAD, pero
cuando se trata de juzgarlos por incumplimiento de sus deberes o por actos de corrupción se
consideran victimas de persecución política, denunciando INJUSTICIA, FALTA DE
INDEPENDENCIA EN LOS PODERES etc.

Es más conveniente para aquellos políticos que son denunciados o citados por el Poder
Judicial hablar de "corrupción en la justicia", logrando lamentablemente, que la ciudadanía
dude de la misma.

Lo afirmado no significa que no existan casos de corrupción en la justicia, pues cotidianamente


asistimos a conductas que parecieran inocuas, pero que en el fondo son corruptas, como los
vicios procesales que concluyen modificando de hecho las reglas del procedimiento, vulgo "
jurisprudencia de mesa de entradas ".

Por ello hemos considerado hacer un pequeño análisis del sistema judicial.

EL SISTEMA JUDICIAL

Credibilidad

La Justicia durante mucho tiempo ha sido considerada como el último garante de los derechos
de las personas gozando de respeto y consideración.

Pero según un estudio realizado en 1994 por el Instituto Gallup de Argentina "La justicia
padece actualmente una profunda crisis de credibilidad dentro de la sociedad. Esta falta de
credibilidad genera en la población opiniones negativas que apuntan, principalmente, a la
excesiva lentitud o demora en la resolución de las causas y a su creciente politización. A los
ojos de la población la justicia deja entonces de cumplir su función esencial: deja de ser justa y
equitativa. A su vez, este deterioro provoca una marcada sensación de desprotección. La gran
mayoría de la gente se siente poco o nada amparada por la justicia y sostiene que ésta no
salvaguarda sus derechos sino que sólo favorece a los más ricos y poderosos".

En lugar de mejorar la imagen en los años que han transcurrido desde 1994, en encuestas
publicadas por el Diario La Nación, en junio de 2000, dan cuenta de otro estudio realizado por
la firma Gallup, en el que la opinión de los ciudadanos ubica a la justicia en un plano
históricamente más bajo de credibilidad y confianza, dado que sólo 11 a 14% de las personas
confían en ella. Para muchos argentinos esta falta de credibilidad se debe a la gran crisis en
que se halla sumida la justicia que conlleva al desprestigio de la misma.

La suerte de la Administración de Justicia se encuentra unida a la independencia de los


poderes del Estado y al funcionamiento de cada uno de ellos, como así también a la sociedad
que necesita saber y comprobar que sus derechos serán respetados y amparados.

Todos los sectores de la sociedad concuerdan mayoritariamente que algo debe hacerse para
solucionar este problema, pero no coinciden en un plan de reformas para lograrlo. Por otra
parte se debe tener en cuenta que para solucionar el problema deben coincidir: el gobierno, los
miembros del Poder Judicial, las Asociaciones de Magistrados y Funcionarios, Colegios de
Abogados, Uniones de Empleados, Instituciones gubernamentales, ONGs dedicadas al tema, y
la sociedad en general ya que la respuesta al problema no se puede encontrar en forma
independiente sino todos los sectores involucrados.

Lentitud de los Procesos

Hoy para muchos argentinos, la justicia se caracteriza por ser lenta, burocrática, injusta y
parcial.

Hace pocos años se han creado en la Justicia Nacional Argentina los Tribunales Orales para
causas penales, que se suponen la agilizarían los procesos , no ocurriendo así en la práctica
por la falta de infraestructura mínima necesaria y consecuente cantidad de Tribunales para
atender el incremento de las causas.

Los juicios civiles, comerciales y laborales siguen siendo escritos, por lo que pueden durar de
uno a cuatro, cinco años o más.

Se han reformado algunas normas procesales que en algunos casos pueden agilizar los
procesos, pero la celeridad depende del juez de la causa.
Por medio del art.360 del Código de Procedimientos Civil y Comercial de la Nación el juez debe
citar a las partes al abrir la causa a prueba para evaluar la ofrecida y determinar la admisible.
Pero si bien en la practica muchos jueces lo hacen y acortan los procesos, hay otros que ni
siquiera se "molestan" en estar presente en la audiencia pertinente, siendo tomada por un
empleado el que en la mayoría de los casos hace lugar a medidas de prueba inconducentes,
alargando así el proceso innecesariamente, ya sea que el letrado apele o no lo decidido.

La informatización en la justicia no es realmente eficiente por falta de capacitación de los


empleados judiciales y en los casos de Juzgados que han tratado de implementarlo por su
cuenta se les ha impedido hacerlo, pese a que ello no provocaba erogación alguna ya que era
aportado del propio peculio de Jueces y funcionarios.

De la labor interna de los Juzgados es importante señalar que año tras año se van acumulando
tareas y que los intentos cíclicos de "aliviar" y "acelerar" el trámite de los expedientes judiciales
resulta infructuoso.

Mayoritariamente el contacto diario del público se efectúa a través de los empleados de las
mesas de entradas. Estos pueden clasificarse, en forma de diferentes sub-grupos, desde
cuando incide en su conducta, en forma positiva o negativa la valoración individual de su labor
y el interés personal que conlleva. Una nueva subclase la conforman los "meritorios", es decir
empleados "no permanentes" ad honorem, pero a quienes se considera como miembros de la
familia judicial Es decir que el hecho de que el empleado posea el nombramiento respectivo o
carezca del mismo hará variar su actitud y forma de atención.

La actitud y eficiencia en la atención difiere, también, según el control a que pueden verse
sometidos los empleados por sus superiores.

Esto nos lleva a un tema crucial en la justicia como es el de quienes se desempeñan en ella.

El Poder Judicial y sus miembros

En Argentina en los últimos años se han incrementado los casos de jueces cuestionados que o
bien terminaron renunciando a sus cargos o fueron sometidos a juicio político.

La designación de los jueces hasta la reforma constitucional de 1994 se hacia por el Presidente
de la Nación con acuerdo del Senado, lo que en algunos casos se llegó a considerar que
habían sido designados por "amistad" y no por capacidad e idoneidad. La reforma
constitucional del 94 introduce, en el artículo 114, la creación del Consejo de la Magistratura, el
que recién tuvo su Ley Reglamentaria en diciembre de 1997.

El Consejo de la Magistratura, a través de la Comisión de Selección de Magistrados, es ahora


el encargado de seleccionar los candidatos a ejercer la judicatura mediante el llamado a
concurso público de oposición y antecedentes. Una vez efectuados los mismos, y conforme al
puntaje obtenido por los candidatos, debe elegir una terna, la cual es remitida al Presidente de
la Nación, quien elige a uno de ellos y lo envía al Senado para su aprobación.

Si bien esta forma de selección tiene a su favor el que él o los elegidos a ocupar los cargos
puedan estar más capacitados y no influenciados por lazos de amistad, también trae aparejado
la lentitud en ocupar las vacantes. No se nombran nuevos jueces, el retraso en los
nombramientos es cada vez más grande. Existen actualmente alrededor de 120 cargos
vacantes.

Recién hace unos meses se eligió la primera terna para ocupar el cargo de juez Federal en
Comodoro Rivadavia, Provincia de Chubut, se envió la misma al Presidente y éste se tomó 40
días para elegir el candidato. Al día de hoy se han enviado tres ternas. Los demás cargos que
se encuentran vacantes siguen igual, se están realizando los concursos, y los justiciables
siguen esperando inmediación y celeridad.
Esto trae aparejado cada vez mayor lentitud en los procesos, pues los Juzgados vacantes
quedan a cargo interinamente por jueces a cargo de otros Juzgados.

Vemos así que el recargo propio de tareas de todo Juzgado se ve incrementado con el tramite
del Juzgado vacante, lo que produce mayor entorpecimiento en el procedimiento y errores de
todas clases, recargando las tareas a su vez de los Tribunales de Segunda Instancia a quienes
las partes acuden en revisión de las resoluciones que consideran equivocadas.

Al paso que vamos no sabemos a ciencia cierta cuando se cubrirán las vacantes existentes y
las que se van produciendo día a día ya sea por renuncia, jubilación, muerte etc. sin contar que
el crecimiento de la población e incremento de la litigiosidad de los argentinos va en aumento
sin que crezca el Poder Judicial.

ACCESO A LA JUSTICIA

El acceso a la Justicia se entendió tradicionalmente como "un Derecho Natural".

Pero si lo analizamos vemos que existe una ruptura entre la declaración formal de un derecho y
su alcance real.

Al presente los problemas detectados son:

1. alto costo del proceso;


2. duración;
3. ventajas particulares de algunos litigantes;
4. gastos procesales;
5. conocimiento del derecho;
6. modos de defensa.

La sociología investiga sistemática y empíricamente los obstáculos que se presentan para


obtener un acceso a la justicia por parte de la totalidad de la ciudadanía.

Es imprescindible proponer soluciones para que las clases populares puedan superar,
aceptando que el problema es económico, social y cultural. Quienes tienen menos recursos
habitualmente no pueden concurrir a la consulta de un abogado particular, debiendo recurrir a
los consultorios gratuitos, lo que trae aparejado la indiferencia del letrado o en todo caso el
poco interés en la tramitación del juicio por la baja remuneración.

No nos extenderemos en los problemas enumerados más arriba pues creemos que pueden ser
objeto de un trabajo exhaustivo, pero si podemos enunciar como algunos de esos
inconvenientes: las costas de los juicios, los gastos de pericias, en algunos casos la necesidad
de una caución previa, según la medida que se solicite, la larga extensión del juicio, el previo
pago de la Tasa de Justicia como requisito "sine qua non " para iniciar el proceso, etc.

QUE SE DEBE MEJORAR

Conducta de las partes

Si bien hicimos mención al comportamiento de los jueces en el procedimiento, consideramos


que el problema de la justicia involucra a todos, es decir tanto a los magistrados, a los
empleados del Poder Judicial como a los abogados.
La formación de valores incumbe a todos, el respeto, la solidaridad, la tolerancia deben
ejercerse continuamente. Así como los jueces deben conocer a las partes, por un principio de
inmediatez, también es preciso que atiendan a los letrados de la misma manera. A diario
vemos que hay abogados que son atendidos en algunos Juzgados de forma preferencial,
surgiendo así una conducta discriminatoria que puede señalarse como una practica corrupta.

Algunas veces hemos oído que algunos abogados, como fundamento para incrementar su
honorario, manifiestan a sus clientes que deben afrontar un costo "extra" destinado a obtener
un resultado favorable en su demanda judicial, hecho que puede ser cierto o no, ya que la
resolución favorable puede ya existir.

De una forma u otra tal practica corrupta solo conduce a la perdida de confianza en el orden
jurídico y en el sistema que lo sostiene. Conocemos muchos casos en los que se han perdido
cédulas de notificación, o escritos judiciales, pudiendo llegarse a perder incluso el expediente
íntegro. Esta es otra de las formas de corrupción en la justicia, mediante actos que ya no son
cometidos por los jueces ni los funcionarios judiciales sino por los propios litigantes ya sean los
mismos interesados o sus abogados.

Tal deterioro se extiende a la practica de la abogacía ya que la falta de respeto entre los
letrados está a la orden del día, existe una mala fe y falta de probidad generalizada con
presentación de escritos inoficiosos, demandas claramente temerarias, con abusos de
prácticas dilatorias que llevan al ciudadano común a temer a ejercer sus derechos ante los
Tribunales de Justicia.

Cambiar los procesos y la legislación

Los expedientes escritos forman montañas imposibles de leer, el sistema va quedando


obsoleto, este procedimiento provoca retardo en la justicia. Por ello se deben reformar los
códigos de procedimientos teniendo en cuenta que los principios que deben regir son los de
equidad, inmediatez, transparencia, publicidad, competencia, celeridad y legitimidad.

Se deben sancionar nuevas leyes orgánicas para la Justicia.

Enfatizar el concepto de responsabilidad de los funcionarios públicos.

Incrementar la actividad de los tribunales de ética profesionales de todos los involucrados en el


sistema judicial: abogados, peritos, contadores, ingenieros, calígrafos, escribanos, etc., con un
real contralor de las profesiones y convocar a los ciudadanos a denunciar las practicas
corruptas de las que puedan tomar conocimiento.

Replantear la formación de los profesionales del derecho, con un control más estricto de los
sistemas de estudio de las Universidades, tratando de que exista una formación profesional
eficaz para la sociedad, moral y humanista y con un examen habilitante antes de entregar la
matrícula.

Recursos

En este tema podemos destacar:

Recursos humanos:

La creación de nuevos juzgados diferenciando las causas.

De esta forma cada uno en su especialidad, y con menor cantidad de causas podría acelerar
los trámites.
La creación de una Escuela Judicial eficiente y eficaz, evitaría la designación de personas no
involucradas con la tarea judicial.

Recursos materiales:

El problema edilicio que enfrentan hoy los Tribunales Nacionales de Buenos Aires, es
tremendo.

Desde hace años se ha hablado de una "ciudad judicial", pero siempre hay quienes se oponen
al tema, no sabemos si es por el simple hecho de oponerse o por intereses creados. Lo cierto
es que no existen edificios hábiles para el funcionamiento de los Tribunales.

La falta de tecnología es otro de los graves problemas.

La informatización debe ser completa, real y eficaz.

CONCLUSION

Estos son algunos de los problemas y posibles soluciones al acuciante tema de la JUSTICIA.

Es imprescindible, que todos los involucrados: funcionarios, abogados, profesionales que se


desempeñan dentro del Poder Judicial, las Asociaciones de Magistrados, de Abogados, los
miembros de la Sociedad Civil y los representantes del Gobierno, esencialmente del Ministerio
de Justicia, aúnen criterios, dejando sus intereses de lado, para solucionar aunque más no sea
en parte el problema.

Si todos se involucraran para mejorar el ámbito y el hábitat de la justicia, habremos


solucionado, en parte un problema que nos incumbe a nosotros y a la ciudadanía en general.

__________

Dra. Amalia Mattio de Mascías, abogada, es miembro diversas instituciones relacionadas con
la Justicia, coorganizadora del Foro de Mujeres contra la Corrupción, Voluntaria de diversas
ONGs. y directora Ejecutiva de Asociación FISCALES SIN FRONTERAS. Ha dictado y
diseñado cursos de Técnicas Organizacionales, Participación Ciudadana y Formación de
Dirigentes. Ha participado en seminarios nacionales e internacionales y workshops sobre
Marketing Político, siendo el último "Globalización y Políticas Públicas" en la Universidad de
Georgetown (USA). Se ha desempeñado como Subdirectora de la Oficina Nacional de Ética
Publica -Presidencia de la Nación, ha dictado cursos y conferencias sobre Ética en el Sector
Público y Privado, tiene trabajos publicados sobre el tema (en Castellano y Portugués) ha
expuesto en diversos países de Latinoamérica

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUAL DE NUESTRO SISTEMA JUDICIAL?


Conozca los cinco grandes
problemas de la Justicia en el
Perú
Enviar por email

Noticia clasificada en:La Justicia en el Perú. Cinco grandes problemasPoder Judicial

Un reciente reporte denominado "La Justicia en el Perú: cinco grandes problemas"


pone en evidencia las dificultades que enfrenta nuestro sistema judicial. El informe
elaborado por Gaceta Jurídica y La Ley desarrolla de manera objetiva el estado de la
carga y descarga del Poder Judicial, la provisionalidad de los jueces, la demora de
los procesos judiciales, entre otra data significativa. Compartimos aquí el
documento completo.

Fotografía: Andina

Al terminar el 2015, más de 2 millones de procesos quedarán sin resolverse; de otro lado,
de cada 100 jueces que existe en el Perú, 42 se encuentran en situación de provisionalidad;
además, los procesos civiles demoran más de cuatro años de lo previsto por la ley; el Poder
Judicial solo dispone del 3% de su presupuesto anual para inversiones; y por último, en lo
que va del año, más de 600 jueces fueron sancionados.

Toda esta información, y otros significativos datos, se presentan en el informe "La Justicia
en el Perú: cinco grandes problemas", el cual ha sido elaborado pacientemente por el
equipo legal de Gaceta Jurídica y la redacción de La Ley. En el reporte se aborda de
manera objetiva casi media docena de las principales dificultades que enfrenta nuestro
sistema judicial: el problema de la provisionalidad de los jueces, la carga y descarga
procesal en el Poder Judicial, la demora en los procesos judiciales, el presupuesto en el PJ,
y las sanciones a los jueces.

Es de importancia acotar que la data consignada ha sido recibida de primera fuente, es decir,
de manos del propio Poder Judicial, a través de la Ley de Transparencia y Acceso a la
Información Pública, Ley N° 27806. Asimismo, se ha consultado la opinión de destacados
juristas y especialistas de diferentes materias, se han realizado encuestas a abogados y
litigantes, y entrevistas a líderes de las principales instituciones de la Administración de
justicia.

Por tanto, compartimos las 72 páginas del documento preliminar 2014 - 2015, con el
compromiso, conforme lo señala nuestro director, el Dr. Walter Gutiérrez Camacho, de
"enriquecer el informe con más datos e indicadores que abarquen todo el sistema y que se
presente todos los años, con el único afán de permitir identificar las fallas del sistema y
formular recomendaciones específicas para mejorarla. Los datos que hoy ponemos a la
luz son un primer paso y en modo alguno son suficientes".

Informe "La Justicia en el Perú: cinco grandes problemas" by La Ley

Noticias relacionadas
 Más de 600 jueces fueron sancionados este año
 Procesos civiles demoran más de cuatro años de lo previsto por ley
 De cada 100 jueces 42 son provisionales en el Perú
 Más de dos millones de procesos quedarán sin resolver al terminar el 2015

También podría gustarte