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El cuidado de los muertos y las practicas fúnebres coinciden con el nacimiento se la humanidad
Los primeros entierros provienen del paleolítico medio.
En cavernas se han encontrado cadáveres, esqueletos en posición flexionada en rocas
hondas, rodeados de objetos funerarios
Esta posición y ubicación de los esqueletos prueba la existencia de rituales culturales
construido en torno a la creencia en otra vida después de la muerte.
Hallazgos de tumbas cubiertas con huesoso largos de mamut prueban la hipótesis de la
existencia de complicados rituales funerarios en el paleolítico alto.
El descubrimiento de restos humanos cubiertos de pintura de color ocre en el mesolítico
sirve de base a conjeturas de algún ritual de duelo ya en ese entonces.
Existen estudios documentados sobre las costumbres y rituales fúnebres a los que el hombre
acudió desde la antigüedad a la actualidad.
Estos trabajos incluyen diferentes aspectos:
Los rites de pasaje o normas en la cuales los deudos se debe someter durante cierto tiempo:
Cambios de aspecto físico (color de vestimenta, color de pelo).
Prohibición del intercambio de regalos.
Retiro de la sociedad.
Estas investigaciones demuestran el valor que la humanidad asigna a las prácticas fúnebres.
Este valor también se evidencia en el contenido de maldiciones conocida en ciertos tiempos y lugares.
Y tus cadáveres servirán de comida a toda ave del cielo y fuera de la tierra, y no habrá quien la espante.
Tampoco es casualidad que las bibliografías bíblicas terminen con un relato de muerte y entierro.
La evolución histórica de esta prácticas comunitarias muestra la incorporación de normas
en la psique que mas allá de diferencias individuales y grupales poseen como rasgo
común el estar enteradas en la forma de trato, cuidado y duelo de los muertos.
Nos preguntamos que sucede en situaciones de conmoción social grave, cuando no existen tumba.
Encontramos otro tipo de hechos como los provocados por catástrofes naturales como inundaciones,
accidentes de aviación en los que también puede desaparecer el cadáver imposibilitándose su cuidado
Pero existen diferencias importantes entre una y otra situación. Esto va influir en el duelo.
En los casos de muertes producidas por catástrofes naturales, las instituciones oficiales
buscan y dan información sobre el momento y circunstancia de la muerte, no se impiden
prácticas sociales acordes a la situación de duelo, se da una cohesión en la sociedad que
facilita la elaboración de sentimientos de pena y culpa.
En casos de muerte donde no hay cadáver ni información sobre la fecha y situación de muerte,
se trata de asesinatos cuyos autores son las mismas personas que detentan el poder.
El aparato institucional niega el secuestro de la persona y su muerte
El desconocimiento sobre donde se encuentra el cadáver aparece como la prueba del crimen cometido.
Este tipo de genocidios produce efecto s diferentes a los que se tienen en situaciones de guerra.
En estas se abroga el tabú normal de matar a otros humanos sustituyéndolo por el deber de matar
Su postulado central es que en la institución de guerra el matar no es asesinar.
Acá las autoridades informan sobre la muerte, existen monumentos, ceremonias
comunitarias, se puede llorar a los muertos y recordarlos.
En otro tipo de duelos especiales el test de realidad permanece mucho más tiempo en suspenso.
Las ordenes de decatextizar al objeto amado por suponerlo muerto y o seguir
catextizandolo por que podría estar vivo opera al mismo tiempo o en forma violenta
exponiendo al aparato a un alto grado de desestructuracion.
Rota la brújula que representa el testo de realidad por carecer este de estímulos claros se
oscurece en sentido de lo que Freud llamo respeto por la realidad
Librado el sujeto a sus propias fuerzas, con información confusa, sin conocer
circunstancias, sin ver el cadáver, debe llegar a la certeza de que el objeto esta, muerto.
Como para el inconciente la cuestión de la muerte esta ligada al deseo de muerte, este
juicio de realidad conduce a la persona a intensos sentimientos de culpa.
Sin el sostén de lo simbólico se agiganta el sentimiento de que darlo por muerto es como matarlo.
Cuando se llega a la certeza de que el objeto esta perdido el aparato deber hacer frente al
trauma y al dolor del duelo sino también a cantidades extra de excitación provenientes de
la totalidad de la situación traumática.
Las suposiciones y o el conocimiento de los sufrimientos padecidos por el objeto perdido
dejan la prevalecía de imágenes que tienen ciertos rasgos comunes., imágenes
indelebles, absurdas y grotescas de la muerte, inaceptables.
En los procesos de duelo existen imágenes prevalentes pero en estos casos están ligadas
a escenas de tortura, sufrimiento, vivencias de destrucción de todos
En estos duelos a diferencia de lo que ocurre en los habituales, la persona no enfrenta solo una perdida
Se ve afectada por las mismas circunstancias.
Estas imágenes se vuelven obsedantes impidiendo el acceso a otro tipos de recuerdos
Otras veces estas imágenes se expresan en identificaciones masivas con el objeto perdido
Como ejemplo damos el de un niño de 9 años
Que cuatro meses luego de dar su familia por muerto al padre, el que había sido secuestrado,
tuvo un accidente peculiar sin presentarse previamente tendencia a accidentes.
Estando sentado en su cama se enrollo con una sábana sus piernas y tobillos
Al levantarse se cayó y sobrevino un trastorno circulatorio en la pierna derecha.
Sus asociaciones posteriores revelaron que su identificación fue con un padre sufriente,
atado d pies y manos, incapaz de defenderse y escapar.
El carácter masivo de la identificación con el muerto no depende solo de la personalidad previa, ni del
rigor de la ambivalencia, ni de la poca preparación del aparato para absorber experiencia traumáticas.
Depende de la intensidad de la situación persecutoria, de lo traumático actual que
desestructura el aparato y lo deja sin ligadura posible
Hace que aflore la vivencia de desamparo, favorece la defusion instintiva e induce
procesos de regresión y reestructuración patológicos.
En estos casos la regresión al pensamiento mágico aliándose con factores externos explica la frecuencia
de trastornos ilusiónales, vivencias fugaces de creer ver la muerto, intensidad de procesos de
idealización ya que el pensamiento mágico vuelve mas peligroso los sentimientos de odio al muerto.
Son varios los elementos que dan lugar a sentimientos de horror: secuestro violento,
desaparición súbita de la persona, escenas de tortura que hablan del sadismo y del crimen.
Estos sentimientos aumentan pro la percepción de la propia impotencia para actuar del modo que
hubiera sido apropiado y aun por la percepción de la propia dificultad para sentir de manera adecuada.
En estos duelos las personas hacen suyas la desesperación y vivencia siniestra del personaje perdido
Signos y síntomas
Existe una descripción de signos y síntomas del síndrome del sobreviviente pero no de los
trastornos de los duelos comentados. Intentando precisar estas manifestaciones
pensamos que es necesario diferenciar entre aquellas que al igual que en el síndrome del
sobreviviente si bien son inespecíficos adquieren especificidad en este tipo de duelos.
Entre los primeros incluimos los que son producto de la desestructuracion y reestructuración del
aparato y se manifiestan por signos intimas que dependen de la personalidad previa.
Estos dan lugar a una amplia gama de trastornos desde síntomas melancólicos hasta
conductas aparentemente normales
En los segundos producto de la interacción de factor internos y externos se dan trastornos del sueño,
pesadillas, insomnio, trastornos ilusiónales, trastornos corporales, agravamiento de conflictos familiares.
En los niños hay intensificación o surgimiento de miedo a fantasmas, confusión, violencia,
miedo, trastornos del aprendizaje, trastornos somáticos, accidentes.
Este tipo de duelos trae una problemática especial y compleja en los niños ya que en ellos
recién se esta estructurando el aparato
La ubicación y continencia social familiar son el sostén del niño que atraviesa un duelo
pero en estos casos este sostén también se encuentra alterado.
Muchos factores contribuyen como el clima de la muerte, mentiras institucionales,
renegación por una parte de la sociedad, cambios de residencia, pánico, confusión de los
adultos, mentiras, tendencia de criar a estos niños mas que para vivir sobrevivir,
marginación social Si la muerte de los padres o de un hermano es para u niño una crisis
enorme, la sumatoria de estos factores puede dar como resultado un trastorno inmediato
La clínica de adultos y niños permite observar una intensificación de trastornos en dos tipos de situaciones
Frente a cualquier duelo posterior ya que este tiende a reactivar las características del duelo especial
Cuando el entorno político social se modifica y comienza la investigación del destino de la
victimas y de las acciones de los victimarios
A veces basta una crisis individual o social para que este duelo se reactive.
Estos duelos alteran la relación entre el duelo y la muertes estos duelos impiden rituales
simbólicos que exteriorizan la situación de duelo sin ayudar a elaborarlos.