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SECURITIZATION
La securitización de activos es uno de los negocios de financiamiento más complejos
utilizados en la actualidad. Nació en los Estados Unidos de Norteamérica en la década de los
setenta. Por aquel entonces, la presencia de un considerable volumen de títulos hipotecarios
permitió la aparición y pronto desarrollo de un mercado secundario para tales valores. Así,
en 1968 se creó la Gobernment National Mortgage Association (GNMA) y la Federal House
Loan Mortgage Corporation (FHLMC), instituciones éstas destinadas a organizar
transacciones, para lo cual empaquetaban primero las hipotecas garantizadas por la Federal
Housing Administration (FHA) y por la Veterans Administration (VA), vendiendo luego sus
participaciones directamente a los inversionistas.
El éxito alcanzado con los títulos hipotecarios propició, entre las instituciones financieras y
las corporaciones públicas y privadas norteamericanas, el desarrollo de la securitization de
otro tipo de activos, operándose, en efecto, la securitization de activos con cronogramas de
pagos y flujos de caja predecibles. Estos últimos se ofrecieron al mercado de capitales como
títulos respaldados por activos de bajo riesgo, a saber, préstamos bancarios, contratos de
arrendamientos, de leasing, cuentas por cobrar derivadas de contratos de exportación,
tarjetas de crédito, pólizas de seguros, facturas comerciales, entre otros activos(58).
La securitization de activos se ha convertido pronto en el gran negocio de financiamiento
de la moderna empresa. Sólo en los Estados Unidos de América, entre los años 1985 y 1994,
se han colocado en el mercado de capitales aproximadamente U.S.$ 340,780 millones en
valores respaldados por activos ilíquidos. En estos últimos años, las operaciones de
securitization se han extendido por Europa. Entre los factores que han propiciado el
desarrollo de esta novedosa técnica destacan el incremento generalizado de los costes de
financiación a causa de la fuerte regulación de las entidades de crédito, la convergencia de
diferentes mercados de capitales en un mercado único (diferentes segmentos de la
economía compiten ahora por el mismo capital) y el desarrollo tecnológico experimentado
en el área de la informática (permitiendo la administración de enormes paquetes de activos
financieros)(59).
La structured de la securitization varía en función de la legislación aplicable en cada país,
habitualmente esto ocurre en el ámbito mercantil, concursal, tributario y contable. Con
ánimo de graficar un programa básico de securitization, podría decirse que una empresa
(originadora) necesitada de financiación transmite, por lo general a través de un contrato
de compraventa, un paquete de activos financieros o derechos de crédito a una empresa
(emisora) constituida por terceros con el objeto de emitir valores para su venta a inversores
en el mercado de capitales. El precio pagado por la emisora por la compra de los activos
permitirá a la vendedora financiar su actividad empresarial. El efectivo resultante de dichos
activos permitirá a la empresa emisora cumplir sus obligaciones derivadas de la emisión de
los valores frente a los inversores.
El desarrollo de la securitization en los países de esta parte de América tuvo sus inicios en
la década de los ochenta. Hoy en día, varias empresas emiten papeles de deuda con respaldo
de activos, los cuales vienen siendo colocados en los mercados de capitales tanto nacionales
como internacionales. México es el país que más ha utilizado este tipo de operaciones; sus
exitosas colocaciones de valores securitizados han sido efectuadas por las empresas
Telmex, Pemex y, hace poco, por Aeroméxico, que colocó US$ 50 millones en forma privada
haciendo uso de la norma 144A, adoptada en 1989 por la Securities Exchange Commision
(SEC), equivalente a nuestra Comisión nacional supervisora de empresas y valores
(CONASEV), que establece una excepción, no exclusiva, de los requisitos de registro para la
reventa de ciertos valores a compradores institucionales calificados o QIBs (Qualifed
Institutional Buyers)(60).
a. Etimología y denominación
El término securitization, que deriva de la palabra inglesa securities, ha sido traducido al
español como "securitización", "titularización" y al francés como "titriation". Algunos
autores, no conformes con la traducción española, prefieren utilizar otras denominaciones,
como bursatilización, titulización, etc. Por nuestra parte, creemos que se debe utilizar la
denominación inglesa; pero, si se desea contar con una propia en español, bien puede ser la
traducción literal, esto es, securitización.
b. Definición
Según ADELL, con el término securitization se hace referencia a un método de financiación
consistente en la agrupación de ciertos activos financieros de la entidad necesitada de
financiación y la subsiguiente venta de valores (acciones, bonos, pagarés, etc.) para financiar
dichos activos(61).
En opinión de FIGUEROA, la securitización es un instrumento legal que permite a una
empresa transferir parcial o totalmente sus activos, para transformarlos en títulos
mobiliarios que serán colocados a terceros en el mercado nacional o internacional. La
transferencia de propiedad de activos, agrega el citado autor, se concreta a través de la
cesión de derechos, el endoso u otra que corresponda al activo de los títulos que
representan las cuentas por cobrar(62).
6. NOTA CONCLUSIVA
Como clôture de este trend expositivo debemos señalar que, en nuestro país, muchos
"contratos de empresa" todavía no alcanzan el desarrollo logrado en países vecinos como
Brasil, Argentina y Chile. Pensamos, por ejemplo, en el leasing, en el factoring, en el
franchising, en el spponsoring, etc. De allí que el Perú sea visto por los inversionistas
extranjeros como un gran mercado para operar con estos institutos contractuales.
6.Subtipos de sucuritization
La estructura de la securitización no es única; ella varía en función de la legislación
aplicable en cada país, habitualmente esto ocurre en el ámbito mercantil, concursal,
tributario y contable. Con ánimo de graficar un programa básico de securitization,
podría decirse que una empresa (originadora) necesitada de financiación transmite,
por lo general a través de un contrato de compraventa, un paquete de activos
financieros o derechos de crédito a una empresa (emisora) constituida por terceros
con el objeto de emitir valores para su venta a inversores en el mercado de capitales.
El precio pagado por la emisora por la compra de los activos permitirá a la vendedora
financiar su actividad empresarial. El efectivo resultante de dichos activos permitirá a
la empresa emisora cumplir sus obligaciones derivadas de la emisión de los valores
frente a los inversores.
Ahora bien, atendiendo a la función del emisor, la doctrina prevalente acostumbra
distinguir dos subtipos de securitización a saber: el pass-through, esto es, de traspaso
o traslado, y el pay through, es decir, de pago.
Por una operación pass-through 36, primera protagonista del fenómeno de la
securitization 37, una empresa cualquiera que cuente con activos ilíquidos o de lenta
rotación (fideicomitente), se obliga a efectuar la transferencia de los mismos en favor
de una empresa securitizadora (fiduciaria), constituyéndose un patrimonio autónomo
(patrimonio fideicomitido), sujeto a su administración. Tomando como base o respaldo
este patrimonio es que se emiten los securities, los cuales son colocados en los
mercados de capitales y, en efecto, adquiridos por los inversionistas institucionales o
individuales (fideicomisarios).
En el pay through, la entidad originadora vende los activos a ser securitizados a la
entidad emisora, la que emite los nuevos títulos con el respaldo de su propio
patrimonio. En este caso, a diferencia del primero, los activos se incorporan al
patrimonio de la entidad adquirente y responden por todas las obligaciones que ésta
contrae en la operación.
Los citados subtipos son considerados como estructuras de flujo de caja, porque todos
aquellos flujos provenientes de los activos securitizados se orientan exclusivamente a
la cancelación de las obligaciones que surgen de la adquisición de las securities por
parte de los inversionistas 38.
La actual Ley del Mercado de Valores reconoce estos subtipos. Dispone, en su artículo
294, que los procesos de titulización pueden ser desarrollados tomando como base los
siguientes "patrimonios de propósito exclusivo":
a.Fideicomiso de titulización". Según el art. 301 de la LMV, por esto una persona,
denominada fideicomitente, se obliga a efectuar la transferencia fiduciaria de un
conjunto de activos en favor del fiduciario para la constitución de un patrimonio
autónomo, denominado patrimonio fideicomitido, sujeto al dominio fiduciario de este
último y afecto a la finalidad específica de servir de respaldo a los derechos
incorporados en valores, cuya suscripción o adquisición concede a su titular la calidad
de fideicomisario.
b."Sociedades de propósito especial". A tenor del art. 324 de la LMV, éstas son
sociedades anónimas cuyo patrimonio se encuentra conformado esencialmente por
activos crediticios, y cuyo objeto social limita su actividad a la adquisición de tales
activos y a la emisión y pago de valores mobiliarios respaldados con su patrimonio.
c.Otros que establezca la Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores
(CONASEV).
7.Sujetos intervinientes en la securitización
La emisión de valores respaldados por activos implica la participación de diversos
sujetos o agentes, cuyo número y tipo de función dependerá de la estructura utilizada
en la operación de securitización. Así, por ejemplo, observamos: 1) el propietario
inicial del activo, es decir, el originador en terminología de la LMV; 2) el emisor de la
deuda o de las acciones; 3) el banco de inversiones que ayuda a estructurar la
transacción y que coloca los valores resultantes; 4) las empresas calificadoras de
riesgos, encargadas de evaluar la calidad crediticia de los diversos tipos de valores; 5)
el garante (credit enhancer) o mejorador, como dice la LMV, normalmente un banco o
una aseguradora, que proporciona una garantía adicional a través de una carta de
crédito o cualquier otro instrumento, que asegure la existencia de fondos disponible
para hacer frente a los pagos derivados de los valores emitidos; 6) el administrador o
servidor, en terminología de la LMV, que hace efectivo los pagos y que, tras retener
un porcentaje por sus servicios, los entrega a los tenedores de los valores o al
fideicomiso por ellos creado a tal fin; 7) el fiduciario (trustee) que actúa en
representación de los tenedores de los valores ante el mejorador del riesgo crediticio,
el servidor y el propio emisor; 8) el asesor legal, que estructura la operación desde el
punto de vista jurídico 39.
Hecha esta breve presentación global de los sujetos intervinientes en una normal
operación de securitización, por cuestiones de oportunidad y espacio, le dedicaremos
algunas líneas a los que a nuestro parecer, en un esquema típico de securitización, son
los principales sujetos participantes, a saber:
7.1.La empresa originadora
La originadora es la empresa creadora y propietaria de los activos a securitizarse; es
la que da inicio al proceso de agrupar o empacar los activos que pretende securitizar.
Esta entidad puede ser una empresa bancaria, financiera, comercial, industrial, de
servicios, de seguros, pública o privada. Así, por ejemplo, las empresas bancarias o
financieras pueden ser originadoras de procesos de securitization sobre sus cuentas por
cobrar derivadas de préstamos para vivienda, autos y tarjetas de crédito; las empresas
de servicios, como las de teléfonos, luz y agua pueden ser originadoras, dentro de su
esquema de securitización, de sus cuentas por cobrar por dichos servicios 40.
Por las características de esta modalidad contractual, no cabe duda que las empresas
llamadas a convertirse en asiduas originadoras son las bancarias, financieras, de
seguros, de arrendamiento financiero, de crédito al consumo, las empresas de servicios
públicos, entre otras.
7.2.La empresa emisora
Los activos son vendidos por la empresa originadora a una empresa técnicamente
denominada "sociedad de propósito especial" (SPE) o "vehículo de propósito especial"
(VPE), como internacionalmente se le conoce, cuyo objeto social se limita a la
adquisición de tales activos y a la emisión y pago de valores mobiliarios respaldados
con su patrimonio (art. 324 LMV). Esta empresa especial, que por mandato expreso de
la norma debe ser una sociedad anónima, adquiere el conjunto de los activos
crediticios agrupados en un paquete, preparado previamente por la empresa
originadora, con el objeto de efectuar una emisión de valores mobiliarios o asset
backed security, como se denomina en los EE.UU. El precio de la compra de los activos
es pagado con el producto de la colocación de esos valores en el mercado de capitales.
En efecto, las SPE no tendrán otra función, por lo que no deberá asumir otro tipo de
obligaciones que no sean las derivadas de la emisión de valores mobiliarios.
La empresa de propósito exclusivo, para tener éxito en el mercado de capitales como
emisora de títulos securitizados, debe mostrarse como una institución sólida e inmune
a cualquier declaratoria concursal del originador. Para ser inmune o remota de
quiebra, la estructura organizacional del VPE debe limitar estrictamente las
actividades que le son permitidas. El objetivo es prevenir que acreedores, que no sean
los tenedores de los títulos del VPE, tengan reclamos contra el VPE que les permita
iniciar una acción de petición de insolvencia o quiebra en contra del VPE 41.
Por último, hay que señalar que las empresas de propósito exclusivo gozan de
independencia jurídica, contable y tributaria.
7.3.La empresa mejoradora
La mejoradora es la empresa que asume frente a los inversionistas el rol de garante
financiero de una emisión de valores mobiliarios. Su función principal es otorgar
garantías adicionales para el pago de los derechos que confieren los valores emitidos
en virtud del proceso de securitization. La cobertura que presta la mejoradora tiene,
pues, como objetivo garantizar indirectamente una administración apropiada de los
activos que respaldan la emisión de los valores. En consecuencia, el servicio que presta
la mejoradora sirve, en alguna forma, para certificar la calidad de los activos
subyacentes a la emisión a lo largo de la vigencia de los valores emitidos, o a lo largo
de un plazo establecido. Adicionalmente, un segundo objetivo o rol de la mejoradora
es ser una proveedora de liquidez, a efectos de garantizar el cumplimiento puntual de
los pagos que los valores mobiliarios generen en favor de sus tenedores 42.
7.4.La empresa colocadora
Esta empresa es la que promueve y coloca, efectivamente, la emisión de los valores
mobiliarios en el mercado de capitales. Para tal objetivo, la empresa emisora de los
valores celebra un contrato de underwriting con una o más empresas dedicadas a estas
actividades. En virtud del citado contrato, el underwriter se obliga a colocar la
totalidad o parte de la emisión en el mercado primario de valores a cambio del pago
de una comisión como contraprestación 43. Si el underwriter se ha comprometido a
colocar el íntegro de los valores y no lo logra (underwriting en firme), la empresa
emisora no tiene problema alguno, pues éste tiene que adquirir la porción no colocada
44.
7.5.La empresa servidora
La función primaria de esta empresa es, como lo señala expresamente la LMV, cobrar
las prestaciones relativas a los activos integrantes de un patrimonio de propósito
exclusivo (art. 292.g). Este servicio, habitualmente, lo prestan las empresas
originadoras por una razón muy simple: tienen un mejor conocimiento de las empresas
deudoras en razón de la evaluación de solvencia practicada, con antelación, a cada
una de ellas para otorgarle los créditos respectivos 45.
7.6.Apoyos crediticios
Una normal operación de securitización, usualmente, involucra la participación de
mecanismos de apoyo financiero, que mejora la calidad de la emisión y protege a los
inversionistas frente al riesgo de incumplimiento de pago. En efecto, la emisión puede
ser clasificada con un mejor rating por las empresas clasificadoras de riesgos, lo que
disminuye el costo financiero de la emisión, elevando su atractivo de la misma.
La empresa originadora habitualmente es la que escoge el apoyo crediticio, de acuerdo
con sus necesidades, considerando para tal fin el tipo de activos a securitizar, el nivel
de certidumbre del flujo de efectivo derivado del mismo, las condiciones del mercado,
y lo relativo a sus objetivos de índole contable, tributario y legal.
Los tipos de apoyo crediticio son, por lo general, dos: uno de orden interno, en el que
se incluyen la sobrecolateralización y la subordinación de la emisión; el otro de orden
externo, compuesto por las garantías de las instituciones bancarias o financieras,
seguros de crédito, depósitos en dinero, u otros que prevengan de fuentes externas a
la empresa originadora. Estos apoyos no hacen otra cosa que asegurar a los
inversionistas y a los que proporcionan la liquidez que no sufrirán pérdidas por la
demora o incumplimiento en el pago de los instrumentos de crédito 46.
8.Activos securitizables
Como hemos adelantado, la materia prima de todo proceso de securitización son los
activos de las empresas, sean éstas bancarias, financieras, comerciales, industriales,
de servicios, de seguros, públicas o privadas. Por ejemplo, las empresas bancarias o
financieras, habitualmente, securitizan sus cuentas por cobrar derivadas de préstamos
para vivienda, autos y tarjetas de crédito; de forma similar las empresas de servicios,
como las de teléfonos, luz y agua, securitizan sus cuentas por cobrar por dichos
servicios. Todos estos activos tienen un denominador común: incorporan un derecho
de crédito con distinto plazo de vencimiento, diversa rentabilidad y garantía. Caen
bien algunas pinceladas sobre los activos más atractivos para los procesos de
securitización.
8.1.Préstamos hipotecarios
Este tipo de préstamos se caracterizan, en los distintos sistemas financieros, porque
implican la prestación de una garantía real sobre el bien inmueble, que responde de
las obligaciones financieras asumidas por el prestatario. A partir de esta condición, sin
perjuicio de la concepción jurídica de cada legislación respecto a este derecho de
garantía, encontramos otros parámetros comunes como los plazos dilatados, tipos de
interés más reducidos que en otras operaciones de financiación, mayor número de
requisitos para su otorgamiento, vinculación con operaciones de seguro y un régimen
tributario más beneficioso.
La modalidad más utilizada de préstamos hipotecarios, si nos atenemos a su plan de
amortización, es el reembolsable mediante términos periódicos fijos y constantes,
también llamado amortizable por el sistema clásico o francés. Su característica
definitoria es la constancia de todos los pagos periódicos que debe realizar el
prestatario, comprensivos del pago de intereses y de la devolución del principal, hasta
la extinción de la operación. Dentro de esos términos constantes las cuotas de
amortización crecen siguiendo una progresión geométrica y, paralelamente, las cuotas
de intereses disminuyen, manteniéndose la constancia del término de amortización.
Los plazos de éstas, comunes a otras, se sitúan entre los diez y treinta años.
La otra modalidad se caracteriza porque los intereses que debe abonar el prestatario
durante la duración de la operación no se calculan a un tipo fijo pactado inicialmente,
sino que los intereses van modificándose en función de los pactos introducidos en el
contrato suscrito, los que en la mayor parte de veces se basan en un indicador de
referencia. Las razones que justifican la aparición y generalización de estas
operaciones, denominadas a interés variable, se encuentran en la década de los
ochenta, cuando se aplican elevadas tasas de inflación junto a tipos de interés
fluctuantes y volátiles, coincidiendo en muchos mercados financieros con una
liberalización plena de los tipos de interés pasivos y activos 47.
8.2.Préstamos para la adquisición de vehículos
Este tipo de préstamos constituye el segmento más importante de la securitización no
hipotecaria, aunque en algunos han compartido el liderazgo de emisiones puestas en
el mercado con la securitización de facturación por tarjetas de crédito. La primera
emisión sobre la base de estos préstamos fue realizada en mayo de 1985, en los Estados
Unidos, por la Marine Midland 1985-1 CARS Trust, que alcanzó a colocar en el mercado
un total de 60,200 millones de dólares 48. La modalidad utilizada fue la pass-through.
8.3.Facturas por tarjetas de crédito
Esta técnica, bastante desarrollada en los Estados Unidos, tuvo su punto de inicio allá
por el año de 1986 en este país, cuando Salomón Brothers colocó entre los
inversionistas privados 50 millones de dólares de Asset Backed Securities, adosados de
un pool de tarjetas de crédito provenientes del Bank One of Columbus. La primera
estructuración pública, sin embargo, tuvo lugar poco después, en enero de 1987, sobre
200 millones de dólares a nombre del First Republic Bank. En diez años la securitización
sobre facturas insertas en tarjetas de crédito totalizaron 180 millones de dólares. Esta
práctica se exportó en 1992 a Canadá, en 1994 a Francia y a Gran Bretaña, y en 1995
a Hong Kong y Brasil 49.
Las razones de su desarrollo y éxito son múltiples. La primera tiene su fundamento en
la existencia de un mercado internacional de tarjetas de crédito muy desarrollado. La
operatoria se asienta sobre cuatro sistemas de tarjetas de crédito, a saber: a) las
tarjetas de crédito clásicas, a través de las cuales los deudores pueden utilizar un
revolving o un uso a conveniencia, como puede ser, por ejemplo, el no pago de
intereses si la totalidad de la deuda se paga a fin de mes; b) las tarjetas de débito que
funcionan contra una cuenta corriente; c) las chargecard o tarjetas de pago diferido;
y d) las tarjetas de fidelidad, que se emiten para actividades específicas, como
compras en determinados mercados o locales. Estas últimas otorgan un crédito con
prestaciones previamente determinadas 50.
Para que una empresa financiera u otro tipo de empresa decida securitizar estas
tarjetas, debe ceder sus créditos sacándolos de su balance en favor de un trustee que
se refinancia directa o indirectamente con la emisión de securities. Ellos aparejan,
generalmente, una mejoría en las condiciones de solvencia, diversifican las fuentes de
financiamiento hacia una concentración de la actividad sobre la prestación de servicios
(estudio, gestión y adjudicación de créditos, por ejemplo) y, bajo algunas condiciones,
aumenta la rentabilidad de los fondos propios 51.
En comparación con otro tipo de activos (préstamos personales, hipotecarios,
inmobiliarios, automóviles, etc.), la securitización de facturas de tarjetas de crédito
es más sencilla. Precisamente porque su margen de cobrabilidad es muy amplio, la
securitización es muy barata. En lo fundamental, cabe reconocer, el desarrollo del
mercado de la securitización sobre tarjetas de crédito se debió a la crisis crediticia de
la década del ochenta.
9.Requisitos de los activos
Los activos, que adoptan la forma de contratos o de simples recibos, incorporan
siempre un derecho de crédito con distinto vencimiento, rentabilidad y garantía. Estos,
además, para ser considerados securitizables deben reunir algunos requisitos; veamos
los principales:
1.Posibilidad de agrupación de un volumen relevante en cuantía total y número de
operaciones, facilitando el análisis estadístico-actuarial del riesgo crediticio del
conjunto. El objetivo es evaluar dicho riesgo y determinar los procedimientos posibles
de cobertura.
2.Posibilidad de homogenización de las operaciones crediticias que facilite y abarate
todo el proceso de securitización. Esto supone la posibilidad de armonizar otros
aspectos específicos, como los procedimientos de revisibilidad de los tipos de interés,
las penalizaciones por prepago, los ratios P/V (préstamo/valor) y R/V (renta/valor);
además, supone agilizar y abaratar los costos de ejecución y realización de garantías,
y conseguir una documentación detallada de las operaciones, un historial
informatizado, etc.
3.Diversificación geográfica y socio-económica de las operaciones comerciales
buscando, con ello, diluir el riesgo crediticio.
4.Criterios de selección contrastados y suficientemente evaluables de manera que se
facilite con posterioridad la determinación y realización tanto de la calificación como
de los mecanismos de cobertura.
5.Capacidad de los activos de generar flujos de caja periódicos y predecibles tanto
para el pago de intereses como para la devolución del principal. Se debe contar,
además, con mínimas tasas de morosidad e insolvencia para que la emisión no se
encarezca y se pueda compensar, mediante coberturas, esos elementos de riesgo. Las
garantías reales adicionales apoyan el activo del fondo securitizado y, en efecto, la
emisión, siendo recomendable, por ello, que tengan un valor liquidativo de rápida
realización y lo más próximo a su valor inicialmente imputado 52.
10.Función de la securitización
La securitización de activos funciona como una herramienta que agiliza y elimina las
intermediaciones, permitiendo el acceso a una inventiva de instrumentos de mercado,
llevando a los bancos comerciales hacia una verdadera mutación. Su incidencia se
refleja no sólo en el concepto de fondos propios, sino también directamente sobre la
extensión de sus redes, de sus productos, de su personal y, en definitiva, la mutación
en el esquema de información a su clientela.
La securitización aparece, pues, como un mecanismo financiero que permite mejorar
el encaje financiero de los bancos que mide la relación entre sus fondos propios y el
monto de sus créditos inscritos en su balance, y sacarlas de éste desde el momento en
que se securitizan. Ofrece a las entidades crediticias o de seguros, una fórmula
complementaria de financiamiento por recurso directo al mercado financiero.
Permite, igualmente, repartir entre organismos especializados las diferentes funciones
de la intermediación bancaria: entrega de créditos, gestión, recubrimiento de créditos
y captación del ahorro. Abre, en definitiva, nuevas perspectivas de competencia y de
ganancias sobre productividad, permitiendo una baja del costo del crédito, tan escaso
y costoso en nuestro mercado nacional 53.
11.Ventajas de la securitización
Entre las ventajas que la doctrina especializada le concede a la securitización de
activos podemos citar las siguientes:
a.Incremento de las fuentes alternativas de financiamiento para las empresas;
b.Ofrece al inversionista un título de muy bajo riesgo y de alta rentabilidad;
c.Reduce el costo del financiamiento, ya que se accede directamente a los mercados
de capitales;
d.Mejora de los indicadores financieros, pues moviliza activos para obtener efectivo;
e.Brinda una correspondencia adecuada de los plazos entre las operaciones activas y
pasivas de la empresa que utiliza esta operación;
f.Profundiza el mercado de capitales con una mayor variedad de oferta de títulos.
g.Se obtiene un mayor nivel de liquidez y, en efecto, una mayor capacidad de inversión
y crecimiento de las empresas.
h.Permite a las empresas un uso más eficiente del capital.
12. Régimen de clasificación de riesgo
La tasa de interés necesaria para atraer inversionistas que adquieran los títulos
securitizados depende usualmente del rating o calificación recibida de la empresa
calificadora de riesgos (ECR). Dado que la mayoría de los inversionistas institucionales
no tienen el tiempo o los recursos para investigar con profundidad la condición
financiera de las empresas en que ellos invierten, las calificaciones de riesgo toman
una significación especial. Los inversionistas confían en las calificaciones asignadas
para determinar el retorno mínimo que ellos están dispuestos a aceptar por un
instrumento de crédito en particular. Mientras más alta sea la calificación dada por la
ECR dentro de las distintas categorías de grados de inversión, menor será el costo para
la empresa originadora. Este menor costo es resultado de las bajas tasas de interés
necesarias para inducir a los inversionistas a comprar los títulos del VPE 54.
La calificación del riesgo es, en consecuencia, de vital importancia en los procesos de
securitización, ya que, de un lado, sirve como indicador del riesgo crediticio relativo;
es decir, sobre el nivel de riesgo asociado con el pago oportuno del capital y sus
intereses; del otro, mide el nivel de protección contra posibles "pérdidas crediticias";
y, por último, evalúa el "riesgo de mercado" de los activos crediticios que respaldan la
emisión de los valores 55.
Atendiendo a la importancia de la calificación, la Ley del Mercado de Valores, como
una medida de protección al inversionista, establece que las clasificadoras de riesgo
deberán efectuar la clasificación de los valores a emitirse con el análisis del patrimonio
de propósito exclusivo que sirve de respaldo, así como la calidad de la estructura de
la titulización empleada (art. 337 LMV).

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