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Según el Decreto 2649 de 1993, los estados financieros de propósito general son aquellos que se

preparan al cierre de un periodo para ser conocidos por usuarios indeterminados, con el ánimo
principal de satisfacer el interés común del público en evaluar la capacidad de un ente económico
para generar flujos favorables de fondos (Art. 21).

El objetivo fundamental de los estados financieros se establece en el Párrafo 2.2. de la norma NIIF
para Pymes, estableciendo claramente que éste es proporcionar información sobre la situación
financiera, el rendimiento y los flujos de efectivo de la entidad que sea útil para la toma de
decisiones económicas de una amplia gama de usuarios que no están en condiciones de exigir
informes a la medida de sus necesidades específicas de información.

Dado que los usuarios de los estados financieros (socios, inversionistas, proveedores, entidades
financieras, acreedores, etc.) como potenciales suministradores de capital) son innumerables e
indeterminados, no es posible satisfacer, en un solo informe, todas sus necesidades de
información, de tal manera que sirvan como base para sus procesos de toma de decisiones
económicas acerca de entregar o no entregar recursos a la entidad, o de retirar los que tienen
invertidos. La administración tributaria también requerirá eventualmente de esos informes para
conocer la situación financiera del contribuyente, así como el público en general (teniendo en
cuenta, por ejemplo, que la presentación resumida de los estados de situación financiera y
resultados del periodo es obligatoria para el formulario de renovación de la matrícula mercantil
ante Cámara de Comercio).

Además, la evaluación de tales estados permite, no solo establecer la situación actual e histórica
de la empresa, sino dar cuenta del desempeño y gestión responsable de los administradores del
ente económico, en cuanto al uso de los recursos que les fueron confiados, así como la generación
de beneficios y obtención de flujos de efectivo, al evidenciar de manera comprensible los
resultados de su gestión (Maya, 2016).

Los estados financieros constituyen una representación estructurada, como arriba se indicó, de: (i)
la situación financiera, (ii) el rendimiento financiero, y (iii) los flujos de efectivo de una entidad.
Para ello, los estados financieros suministrarán información acerca de los siguientes elementos de
una entidad:

(i) activos; (ii) pasivos (corrientes y no corrientes); (iii) patrimonio [los elementos de la clásica
ecuación contable, a ser presentados en el Estado de Situación Financiera bajo NIIF, antes Balance
General bajo COLGAAP];
(iv) ingresos y gastos, en los que se incluyen las ganancias y pérdidas [a ser presentados, bajo NIIF,
en el Estado de Resultado Integral];

(v) aportaciones de los propietarios y distribuciones a los mismos en su condición de tales


[reflejando toda la variación en los rubros de patrimonio, a ser presentados bajo NIIF, en el Estado
de Cambios en el Patrimonio]; y

(vi) los cambios que se dieron en un periodo en el efectivo y su equivalente (clasificado en 3


rubros: actividades de operación, de inversión y de financiación) [a ser presentados bajo NIIF, en el
Estado de Flujos de Efectivo].

Toda esta información, junto con la contenida en las notas a los estados financieros (descripciones
narrativas o desagregaciones de partidas presentadas a revelar, contenidas en dichas notas),
ayuda a los usuarios a predecir los flujos de efectivo futuros de la entidad, así como su distribución
temporal y su grado de incertidumbre (IFRS, NIC 1; y Aular, 2018).

Así las cosas, según la NIC 1, Párrafo 10, un juego completo de estados financieros comprende,
como mínimo: (a) un estado de situación financiera al final del periodo; (b) un estado del resultado
y otro resultado integral del periodo; (c) un estado de cambios en el patrimonio del periodo; (d) un
estado de flujos de efectivo del periodo; (e) notas, que incluyan un resumen de las políticas
contables significativas y otra información explicativa; (ea) información comparativa con respecto
al periodo inmediatamente anterior. Aclarándose que una entidad puede presentar un estado de
resultado del periodo y otro resultado integral único, con el resultado del periodo y el otro
resultado integral presentados en dos secciones, presentándose juntas, con la sección del
resultado del periodo presentado en primer lugar seguido directamente por la sección de otro
resultado integral (Párrafo 10 A).

Esa nomenclatura, salvo la terminología del caso, es esencialmente la misma del Decreto 2649 de
1993, que exige además de lo anterior, una certificación suscrita por el representante legal y el
revisor fiscal o contador público, bajo cuya responsabilidad se hubieren preparado. La certificación
consiste en declarar que se han verificado previamente las certificaciones contenidas en ellos y
que los mismos se han tomado fielmente de los libros. Con el fin de darle publicidad a los estados
financieros, el Art. 41 de la Ley 222 de 1995 exige el depósito de los mismos dentro del mes
siguiente a la fecha en la que han sido aprobados.

Muchas entidades presentan, fuera de sus estados financieros, un análisis financiero elaborado
por la gerencia que describe y explica las características principales del rendimiento financiero y la
situación financiera de la entidad, así como las principales incertidumbres a las que se enfrenta (un
ejemplo típico de estas ocasiones, es la presentación de informes a la Junta de Socios o Asamblea
General en las sociedades). Otras también presentan informes y estados tales como informes
medioambientales y estados del valor añadido, particularmente en sectores industriales en los que
los factores del medio ambiente son significativos y cuando los trabajadores se consideran un
grupo de usuarios importante. Los informes y estados presentados fuera de los estados
financieros, quedan fuera del alcance de las NIIF (NIC 1, Párrafos 13 y 14).

Teniendo presente que la contabilidad financiera se enfoca en comunicar información a usuarios


externos, ésta se presenta mediante los estados financieros. Así (Dauderis & Annand, 2019), el
estado de resultados comunica información sobre el desempeño del negocio al resumir los
ingresos menos los gastos durante el periodo contable, para determinar la realización de una
utilidad o pérdida (resultado del periodo; de ahí su denominación). Por su parte, el estado de
situación financiera (balance general), muestra los elementos de la ecuación contable (activos,
pasivos y patrimonio) en una fecha precisa (el último día del periodo contable, 31 de diciembre).
Es como tomar una fotografía de la situación de la empresa en ese momento. El estado de
cambios en el patrimonio suministra información sobre el comportamiento del capital y las
utilidades retenidas ha cambiado durante el periodo. La misma filosofía dinámica, se persigue con
el estado de cambios en el flujo de efectivo, cuya finalidad es mostrar el movimiento de uno de los
recursos más importantes de la organización (pues indican su liquidez, y su capacidad para atender
obligaciones en el corto plazo de ser requerido).

Referencias:

Aular, M. (2018, septiembre 5). Presentación de estados financieros según las NIIF para Pymes. En
Gestiopolis.com. Recuperado el 1º de diciembre de 2020 de:
https://www.gestiopolis.com/presentacion-de-estados-financieros-segun-las-niif-para-pymes/

Maya, J. (2016, septiembre 14) Comprendiendo el objetivo de los estados financieros. En


Actualícese.com. Recuperado el 1º de diciembre de 2020 de:
https://actualicese.com/comprendiendo-el-objetivo-de-los-estados-financieros/

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