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CANTANDO BAJO LA LLUVIA

Cantando bajo la lluvia (título original: Singin' in the Rain) es una película musical de 1952
dirigida por Gene Kelly y Stanley Donen. Está protagonizada por Gene Kelly, Donald O'Connor y
Debbie Reynolds. Hecha siguiendo los esquemas clásicos de la MGM, tiene su inspiración en
toda la serie de Melodías de Broadway que se fueron realizando en Hollywood en los años 30 y
40, coincidiendo con la aparición del cine sonoro.

Productor
Arthur Freed , en realidad Arthur Grossman (nacido el 9 de septiembre de 1894 en Charleston ,
Carolina del Sur , † 12 de abril de 1973 en Los Ángeles , California ) fue un productor y
compositor musical estadounidense. Para Metro-Goldwyn-Mayer produjo numerosas películas
musicales conocidas.

Compositor
Leonard George "Lennie" Hayton ( Nueva York , 13 de febrero de 1908 - Palm Springs (California) , 24 de
abril de 1971) fue un compositor de cine estadounidense. Premios
1950: Oscar a la mejor banda sonora por Un día en Nueva York
1970: Oscar a la mejor banda sonora para Hello, Dolly!

Actores/Personajes
Reparto: Gene Kelly, Donald O'Connor, Debbie Reynolds, Jean Hagen, Millard Mitchell, Cyd Charisse,
Rita Moreno, Douglas Fowley

DIRECTOR
Eugene Curran Kelly, más conocido como Gene Kelly (Pittsburgh, 23 de agosto de 1912 – Beverly Hills, 2
de febrero de 1996), fue un actor, cantante, bailarín, director y coreógrafo estadounidense. Stanley
Donen (13 de abril de 1924, Columbia, Carolina del Sur, Estados Unidos) es un coreógrafo, bailarín y
director de cine estadounidense. Bailarín y coreógrafo en los estudios de la productora MGM es
considerado como uno de los maestros del cine musical. Codirigió junto a Gene Kelly (otro de los
grandes del género) Un día en Nueva York (1949), Cantando bajo la lluvia (1952)

ARGUMENTO
Don Lockwood es una romántica estrella del cine mudo a quien ha costado mucho llegar hasta la cima.
Hasta llegar a triunfar en Hollywood ha llevado un largo camino en compañía de su íntimo amigo Cosmo
Brown. Ahora forma pareja con Lina Lamont, una bella chica, no tan tonta como parece, pero bastante
turbia en sus intenciones. Son la pareja de moda de los estudios cinematográficos que dirige R.F.
Simpson. Tras uno de los estrenos, Don conoce a Kathy Selden, una actriz de teatro aún desconocida,
que primero menosprecia el arte del cine y luego sale de una tarta resultando ser una de las bailarinas
del coro que va a la fiesta. Don y Kathy se enamoran. Paralelamente, se ha producido un terremoto en la
industria cinematográfica: el cine sonoro llega arrasando. El público quiere más y hay que reconvertir la
última película de Lockwood y Lamont en un musical, lo que no sería un problema si no resultara que
Lina Lamont tiene una voz de rata completamente inservible para el cine.
ANALISIS

Esta reivindicación de la cultura popular desde todas sus manifestaciones posibles es evidente (no sin
buenas dosis de ironía) ya desde la primera secuencia del film, en la que la estrella de cine mudo Don
Lockwood (Gene Kelly) narra ante la audiencia que acude al estreno de su última película sus inicios en
el mundo del espectáculo: “Dignidad. Siempre dignidad”, sentencia con grandilocuencia el protagonista
para definir su trayectoria (fotograma 1), mientras las imágenes nos muestran su heterodoxa formación
artística, junto a su inseparable Cosmo Brown (Donald O'Connor), a través de salas de billares, clubs de
jazz y teatros de variedades (incluyendo la magnífica Fit as a Fiddle (And Ready for Love), primer

número musical del film interpretado por la pareja protagonista) hasta iniciarse en el mundo del cine
como especialista de escenas de acción.

A partir de esta magistral primera gran escena (o suma de secuencias), la película se convierte en un
constante homenaje a los pioneros que sentaron las bases de eso que se ha dado en llamar la fábrica de
sueños, siendo además fiel documento de las formas de trabajo de los estudios durante la etapa del cine
mudo, así como de la convulsión que produjo la llegada del sonoro, con todos los cambios a nivel
técnico y artístico que ésta supuso para una industria con apenas dos décadas de vida. Resulta ejemplar,
con respecto al primer aspecto, la secuencia en la que la cámara sigue en travelling lateral a Don y a
Cosmo por los estudios cinematográficos en los que se ruedan simultáneamente diversas producciones
de los géneros más variados (una aventura en la jungla, una historia de futbol americano, un western…)
en decorados contiguos uno al otro. Una secuencia que dará paso al segundo gran número musical del
film, esta vez a cargo de Cosmo Brown, con el célebre tema Make them laugh. En cuanto a la irrupción
del cine sonoro, la película muestra brillantemente el arduo proceso de adaptación que sufrieron los
estudios, desde el escepticismo inicial de buena parte del mundo del cine (tal como vemos en la escena
en la que el productor R.F.Simpson - Millard Mitchell – muestra a sus invitados uno de las primeras
pruebas sonoras que le ha dejado “un chiflado que hacía seis meses que rondaba por el estudio”),
pasando por las rocambolescas técnicas para rodar las primeras escenas sonoras (la divertidísima
secuencia en el plató de rodaje con el aparatoso micrófono), hasta mostrar la caótica vorágine en forma
de infinidad de subproductos en los que lo único que parecía importar era la novedad del cine hablado,
dejando de lado los grandes logos alcanzados en el terreno del lenguaje cinematográfico durante los
años del cine mudo.

Pero, más allá de temáticas y recreaciones, Cantando bajo la lluvia es, como se ha dicho, una auténtica
fiesta de los sentidos gracias a sus extraordinarias escenas de baile. Desde la simpática All I Do Is Dream
of You, en la que Don descubre a Kathy Selden (Debbie Reynolds) como una de las coconuts contratadas
para amenizar la fiesta el productor R.F.Simpson (con homenaje al slapstick incluido en el tartazo final
de ésta a la pobre Lina Lamont - Jean Hagen), hasta la excelsa Broadway Melody Ballet, la gran
secuencia musical que cierra el film y que forma, por sí sola, un bloque prácticamente autónomo en el
que baile, música y decorados alcanzan cotas de auténtica sublimación cinematográfica (fotograma 2 -
una idea, la de esta última gran escena musical, que tomaba como modelo la secuencia final de la
anterior Un americano en París, de Vincente Minelli).

Entre medio, las no menos brillantes Beautiful Girl (recreación de la iconografía de las revistas de moda
femeninas de la época); You Were Meant for Me (magnífica coreografía romántica entre Don y Kathy);
Moses (la divertida secuencia en la que Cosmo y Don dinamitan la clase de dicción con un extraordinario
trabalenguas coreográfico); Good Morning (espléndido numero de baile entre Don, Cosmo y Kathie) y,
por supuesto, la apabullante, extraordinaria, asombrosa, sobresaliente y felicísima Singin' in the Rain
(fotograma 3), una secuencia que se sitúa por méritos propios como una de las cimas del arte del
cinematógrafo y de la historia del arte universal, encumbrada en el olimpo precisamente con los
recursos más puros y genuinos de la muchas veces tan denostada cultura popular.

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