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ARTROSIS

Definición.

La artrosis es una patología reumática que lesiona el cartílago articular.

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el
movimiento y, por tanto, nuestra autonomía funcional y están formadas por la
unión de dos huesos a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas
existe, generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la
membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación
están recubiertos por el cartílago articular.

Cuando este cartílago articular se lesiona, se produce dolor, rigidez e


incapacidad funcional. Normalmente la artrosis se localiza en la columna
cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las
manos, la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.

Etiología

La etiología exacta de la OA está lejos de ser totalmente entendida, a pesar de


ser la patología reumatológica más común y, probablemente también la
patología médica de cuya presencia hay constancia desde hace más años. Sí,
sabemos que los cambios estructurales que observamos en la OA son debidos
a la combinación de diversos factores que van desde factores mecánicos a
bioquímicos. Entre los distintos factores que se han identificado últimamente,
cabe destacar los factores mecánicos, por ser realmente importantes en el inicio
y la evolución de la enfermedad y los factores endógenos, como la mutación del
colágeno tipo II.

Fisiopatología

Fisiopatología del cartílago articular hialino en la artrosis. Cambios en el número


de células y patología artrósica.

El condrocito es el único elemento celular presente en el cartílago articular


normal, y por tanto desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la
integridad de la matriz extracelular del cartílago; así como en la reparación del
tejido dañado. La OA se caracteriza por un dramático cambio en el número de
células (. El número de células va a depender del equilibrio entre nacimiento
(mitosis) y muerte celular. En los últimos años ha cobrado especial relevancia el
papel que la muerte celular pueda desempeñar en la homeostasis celular del
cartílago. En este sentido, existen 2 formas de muerte celular: apoptosis y
necrosis. La principal diferencia entre ellas radica en que la muerte celular por
apoptosis (suicidio celular), no desencadena respuesta inflamatoria.
Síntomas

Es importante diferenciarla de la artritis, ya que en ésta es la inflamación la


causante de la enfermedad y en la artrosis es el “desgaste”. Son dos
enfermedades que cursan con dolor, en ocasiones hinchazón y rigidez, pero en
la artrosis el dolor es de tipo mecánico (es decir, se desencadena con los
movimientos y mejora con el reposo).

Origen

Esta enfermedad reumática no es hereditaria, pero sí tiene un componente


de riesgo genético que, junto con otros factores, puede hacer que aparezca con
más facilidad en los sujetos que tienen una historia familiar. Es importante
conocer esto y conocer también que factores de riesgo como la obesidad, la falta
de ejercicio físico o las alteraciones en la postura influyen en el desarrollo de la
enfermedad y modificarlos está al alcance del propio paciente tanto para prevenir
o retrasar los síntomas como para favorecer al tratamiento.

Prevalencia

En España, la artrosis afecta al 10% de la población general, representando


casi la cuarta parte del total de pacientes atendidos en las consultas de los
reumatólogos. Según el estudio EPISER de la Sociedad Española de
Reumatología, la artrosis sintomática de rodilla tiene una prevalencia puntual del
10,2% y la artrosis de mano del 6,2%. Alrededor de la mitad de la población
adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla
aunque es más frecuente en mujeres sobre todo a partir de 55 años.

Tipos de artrosis según la zona afectada

 Artrosis de cadera
 Artrosis cervical
 Artrosis lumbar
 Artrosis de mano
 Artrosis de rodilla

Diagnostico

El diagnóstico se basa en los síntomas que explica el paciente junto con la


exploración de la rodilla. En algunas ocasiones, si el paciente presenta
hinchazón de la rodilla puede extraerse líquido articular para analizarlo y
confirmar que las características son las típicas de la artrosis.

La realización de radiografías también es útil para confirmar el diagnóstico ya


que aparecerán los hallazgos típicos de la artrosis y permitirán establecer un
pronóstico según la rodilla se encuentre más o menos desgastada.

Tratamiento
El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y mejorar la calidad de vida. Para
ello, se dispone de varias alternativas: medidas físicas, fármacos y cirugía.

En cuanto a los medicamentos utilizados en la artrosis destacan 2 grandes


grupos:

1. Fármacos analgésicos y antiinflamatorios de acción rápida: Dentro de


este grupo se incluye el paracetamol, los antiinflamatorios (orales o
tópicos como la capsaicina) y los opioides como el tramadol.
Generalmente, se suele iniciar el tratamiento con el paracetamol y si no
se consigue controlar el dolor se añaden antiinflamatorios o bien, opioides
en función de las características del paciente y los síntomas que presente.
Los corticoides administrados dentro de la articulación mediante una
infiltración también pueden ser útiles como tratamiento de la artrosis de
rodilla, especialmente si se trata de pacientes que presentan signos de
inflamación.
2. Fármacos de acción lenta, también llamados SYSADOA (“Symptomatic
Slow Action Drugs for Osteoarthritis”). Los fármacos incluidos en este
grupo, además de controlar el dolor, ayudan a preservar el cartílago y
frenar la evolución de la enfermedad. Los fármacos incluidos en este
grupo son: condroitín sulfato, sulfato de glucosamina y diacereína que se
administran por vía oral y el ácido hialurónico que se administra mediante
una infiltración dentro de la articulación de la rodilla.

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