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El heredero escogido por Huayna Cápac fue el príncipe Nina Cuyuchi. Muerto este primer heredero, la sucesión en favor
de Huáscar provocó resistencia. Huáscar, como Huayna Cápac, tomo bajo su control el aparato religioso. Desde un
principio mantuvo relaciones conflictivas con los Panacas cuzqueñas. Le disgustaban al nuevo príncipe el poder y las
riquezas que estas familias controlaban por ser descendientes de los Incas. "Mi imperio está en manos de los muertos"
decía.
No está probado que el Inca Huayna Cápac dividiera el Imperio en dos partes. Quizás lo que hizo fue nombrar a su hijo
Atahualpa como Virrey del norte. Huayna Cápac parece haber estado convencido de que era necesario crear un gran
centro religioso y político que pudiera administrar todo el Norte del Imperio. Es posible que pensara para esas funciones
en la ciudad de Tomebamba donde el mismo Huayna Cápac había nacido.
Atahualpa solicito a Huáscar que ratificara su nombramiento como gobernante del norte. La respuesta de Huáscar fue
deliberadamente ofensiva y cruel: le devolvió sus embajadores con las narices cortadas.
Decidida la guerra, ésta al principio favoreció a Huáscar. Pero luego triunfaron Chalcuchimac y Rumiñahui, generales de
Atahualpa, Huáscar cayo prisionero. Le traspasaron los hombros con sogas para arrastrarlo hasta Cajamarca donde se
hallaba Atahualpa. En el camino, Huáscar fue muerto por orden de su hermano, cuando ya los españoles estaban en el
Perú. Sus familiares y partidarios fueron también asesinados.
No podemos culpar de esta guerra únicamente a Huáscar o al Inca Atahualpa en forma personal. Sería, por ejemplo,
superficial interpretar como simple mezquindad o envidia la oposición de Huáscar a que su hermano fuera gobernante
en Quito. La verdadera razón sería mas bien que Huáscar comprendió que ese nombramiento podía dar demasiada
autonomía al Norte.
Por lo que vemos la guerra civil entre los príncipes Huáscar y Atahualpa fue parte de un proceso mas grande y complejo
que podemos llamar la Crisis del Imperio.
No podemos entender esa Guerra Civil sin entender la crisis del Imperio. Muy en resumen esa crisis se debía a los
siguientes factores:
Cieza también descubrió causas de carácter sentimental o romántico, que favoreció a la destrucción del Tawantinsuyu y
fue el enamoramiento de las pallas y ñustas del Cuzco que se entregaban sin vacilación a la voluptuosidad de los
Españoles, estas mujeres enamoradas encubrían y ayudaban a sus amantes en sus propósitos. Este hecho tan real por
lo humano, manifiesta nuestro cronista, significa que la mentalidad peruana, en el lapso de la Conquista, se desenvolvía
en medio de grandes oposiciones que, a la larga, acabarían por implantar el pleno dominio político y económico de
España sobre el Perú.