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MANUAL DE MINISTRO
EXTRAORDINARIO
CICLOS A, B Y C
MJVC LA SALLE.
Celebraciones Litúrgicas.
A) Antes de la procesión:
* Palmas (Para los fieles y los celebrantes)
* Agua bendita
* Manual para ministro extraordinario
B) Para la procesión:
*Cruz procesional (adornada con palmas)
* Dos ciriales o velas (igualmente adornados)
C) Para la celebración
*Manual de ministro extraordinario
*Copias señaladas del evangelio de la pasión
*Suficientes hostias consagradas
D) Personas
*3 acólitos: cruz alta y dos ciriales
*Monitor
*Lectores (primera lectura, salmo, segunda lectura y dos lectores para la lectura de la
pasión del señor aparte del celebrante.
SUGERENCIAS:
- Para la ambientación adórnese adecuadamente el templo, en especial el presbiterio
con palmas y flores, con frases acerca de la soberanía de cristo de la entrega y de los
beneficios de su obra.
- Designar con tiempo los lugares del monitor y ministro en el presbiterio
- Se recomienda que se lean los horarios de las celebraciones del triduo pascual, si no
están definidos ponerse de acuerdo con la comunidad.
- Si no hay buenos lectores se recomienda que el ministro lea la pasión de forma breve.
DOMINGO DE RAMOS
(Entrada triunfal del señor).
Color litúrgico: Rojo.
CELEBRACIÓN.
En este día la iglesia recuerda la entrada de Cristo en Jerusalén. Por lo tanto, en todas las
celebraciones se conmemora esta entrada del señor por medio de la procesión.
PROCESIÓN DE PALMAS.
A la hora señalada. Los fieles se reúnen en un lugar adecuado fuera del templo, se hace un
canto adecuado (si se desea).
CELEBRANTE: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hermanos:
Ya desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y
caridad. Hoy, cercana ya la Noche santa de la Pascua, nos disponemos a inaugurar, en
comunión con toda la Iglesia, la celebración anual de los misterios de la pasión y resurrección
de Jesucristo, misterios que empezaron con la solemne entrada de Jesús en Jerusalén.
Por ello, recordando con fe y devoción la entrada triunfal de Jesucristo en la ciudad santa, le
acompañaremos con nuestros cantos, para que, participando ahora de su cruz, merezcamos
un día tener parte en su resurrección.
Después de la monición, el celebrante dice una de las siguientes oraciones, con las manos
juntas.
Oración. Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición estos ramos, y a cuantos
vamos a acompañar a Cristo aclamándolo con cantos, concédenos entrar en la Jerusalén del
cielo, por medio de Él. Por Jesucristo nuestro señor.
R/. Amén.
Rocía los ramos con agua bendita mientras se entona un canto adecuado (si se desea).
CICLO A:
“Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontraran amarrada una burra y un burrito
con ella; desátenlos y tráiganmelos. Si alguien les pregunta algo, díganle que el Señor los
necesita y enseguida se los devolverá”.
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la burrita y el
burrito, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por
el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada.
Y la gente que iba delante y detrás gritaba: “¡Hosanna el Hijo de David! ¡Bendito el que
viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”
CICLO B:
Escuchen hermanos el santo Evangelio según san Marcos 11, 1-10
Cuando se aproximaban a Jerusalén, estando ya al pie del monte de los Olivos, cerca de
Betfagé y de Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan al pueblo que
está enfrente y, al entrar, encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía.
Desátenlo y tráiganlo; y si alguien les pregunta: "¿Qué están haciendo?", respondan: "El
Señor lo necesita y lo va a devolver en seguida".
Y, cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la masa de los discípulos,
entusiasmados se pusieron a alabar a Dios a gritos, por todos los milagros que habían visto,
diciendo:
“¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las
alturas!”.
Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron “Maestro, reprende a tus discípulos”, Él
les replicó: “les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras”.
ORACIÓN COLECTA
CELEBRANTE: Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro salvador se hiciese
hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa
a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, y que
un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Jesucristo nuestro Señor.
AMÉN.
Después de la oración colecta el monitor invita a la gente a tomar asiento y escuchar la palabra de Dios.
LITURGIA DE LA PALABRA
MONITOR: Sentados, ahora escucharemos la primera lectura tomada del libro del profeta
Isaías: “No apartaré mi rostro de los insultos y sé que no quedaré avergonzado”.
PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del profeta Isaías 50, 4-7
En aquel entonces dijo Isaías: “el Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda
confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El
Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para
atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban la barba. No aparte
mi rostro de los insultos ni salivazos.
Pero el señor me ayuda, por eso no quedaré confundid, por eso me endurecí como roca y sé
que no quedaré avergonzado”.
.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 6-11
Cristo siendo Dios, no considero que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición
divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y
se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló así mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y
una muerte de cruz.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos señor.
CICLO A.
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MATEO
26, 14-27, 66
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 11
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
C En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y
les propuso:
Él contestó:
† “Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: “El Maestro dice: Mi momento está cerca;
deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”.
C Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer
se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
C Él respondió:
† “El que moja su pan en el mismo plato que yo, ése me va a entregar. Porque el Hijo del
hombre va a morir, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel que por quien el Hijo del
hombre será entregado!; más le valiera no haber nacido”.
C Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S “¿Acaso soy yo, Maestro?”
C Jesús le respondió:
† “Tú lo has dicho”.
C Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos,
diciendo:
† “Tomen y coman: esto es mi cuerpo”.
† “Todos se van a escandalizar de mi esta noche, porque está escrito: “Heriré al pastor, y se
dispersarán las ovejas del rebaño.” Pero después de que resucite, iré delante de ustedes a
Galilea”.
C Pedro replicó:
† “Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces”.
C Pedro le replicó:
† “Mi alma está llena de tristeza mortal, quédense aquí y velen conmigo”.
C Y adelantándose un poco, se postró rostro en tierra y oraba diciendo:
† “Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino
como quieres tú”.
C Y se acercó a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
† “¿No han podido velar una hora conmigo? Velen y oran para no caer en la tentación, pues
el espíritu está pronto, pero la carne es débil”.
C Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de una
chusma numerosa con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los ancianos del
pueblo. El traidor les había dado esta señal:
S “Al que yo bese, ése es; aprehéndanlo”.
C Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban
con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo
sacerdote.
Jesús le dijo:
† “Vuelve la espada a su lugar; pues quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no
puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero
entonces no se cumpliría la Escritura, que dice que esto tiene que pasar”.
Entonces dijo Jesús a la gente:
† “¿Han salido ustedes a apresarme con espadas y palos, como a un bandido? A diario me
sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me aprehendieron”. Pero todo esto ha
sucedido para que se cumpliera lo que escribieron los profetas.”
C En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. Los que detuvieron a
Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los escribas y
los ancianos. Pedro lo seguía de lejos, hasta el palacio del sumo sacerdote, y entrando dentro,
se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para
condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que
comparecían. Finalmente, comparecieron dos, que dijeron:
S “¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?”.
C Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
S “Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
C Jesús le respondió:
† “Tú lo has dicho. Además, yo les declaro que pronto verán al Hijo del hombre sentado a la
derecha de Dios venir sobre las nubes del cielo”.
C Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
S “Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes mismos han oído la
blasfemia. ¿Qué les parece?”.
C Y ellos contestaron:
Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para
preparar la condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el
gobernador.
Entonces Judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y
devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos, diciendo:
S “No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre”.
C Después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de
forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía “Campo de Sangre”. Así se cumplió lo
escrito por Jeremías, el profeta:
“Tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los
hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el
Señor”.
(Comienza Lectura Breve).
C Jesús respondió:
† “Tú lo has dicho”.
C Mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces
Pilato le preguntó:
S “¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?”
C Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta
de la Pascua, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Había entonces un
preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
C Ellos dijeron:
S “A Barrabás”.
C Contestaron todos:
S “Crucifícalo”.
C Pilato insistió:
S “Pues, ¿qué mal ha hecho?”
S –“Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo
de Dios, baja de la cruz”.
C Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
S “A otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la
cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora.
¿No decía que era Hijo de Dios?”
C Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
Desde el mediodía hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media
tarde, Jesús gritó:
† “Elí, Elí, Lemá sabactaní”.
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba,
dijeron aterrorizados:
S “Realmente éste era Hijo de Dios”.
(FIN DE LECTURA BREVE)
C Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús
desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y
José, y la madre de los Zebedeos.
Al anochecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de
Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran.
José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro
nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y
se marchó.
María Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro.
CICLO B.
La señal de la cruz †, se refiere a Cristo, la C al cronista, y la S a la sinagoga.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 19
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN MARCOS
(14, 1—15, 47)
C. Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos sacerdotes y
los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús a traición y darle muerte, pero
decían:
S. “No durante las fiestas, porque el pueblo podría amotinarse”.
C. Estando Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso, en Betania, llegó una mujer
con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y derramó el perfume en
la cabeza de Jesús. Algunos comentaron indignados:
S. “¿A qué viene este derroche de perfume? Podía haberse vendido por más de
trescientos denarios para dárselos a los pobres”.
C. El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual,
le preguntaron a Jesús sus discípulos:
S. “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”
El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con
mis discípulos?’
Él les enseñará una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena”.
C. Al atardecer, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa, cenando les dijo:
†. “Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está comiendo conmigo, me va a entregar”.
C. Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S. “¿Soy yo?”
C. El respondió:
†. “Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del
hombre va a morir, como está escrito: pero, ¡ay de aquel que va entregar al Hijo del hombre!
¡Más le valiera no haber nacido!”
C. Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus
discípulos, diciendo:
†. “Tomen: esto es mi cuerpo”.
C. Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio, todos
bebieron y les dijo:
†. “Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no
volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de
Dios”.
C. Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jesús les dijo:
†. “Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como está escrito: Heriré al pastor y se
dispersarán las ovejas; pero cuando resucite iré por delante de ustedes a Galilea”.
C. Pedro replicó:
S. “Aunque todos se escandalicen, yo no”.
C. Jesús le contestó:
†. “¨Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, tú
me negarás tres”.
C. Pero él insistía:
S. “Aunque tenga que morir contigo, no te negaré”.
C. Y los demás decían lo mismo.
C. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
†. “Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Quédense aquí, velando”.
C. Se adelantó un poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se alejara de él aquella
hora. Decía:
†. “Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo quiero,
sino lo que tú quieres”.
†. “Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora. Miren que el hijo del hombre
va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya está cerca el
traidor”.
C. Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él, gente con
espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había
dado una contraseña, diciéndoles:
S. “Al que yo bese, ése es. Deténgalo y llévenselo bien sujeto”.
C. Llegó se acercó y le dijo:
S. “Maestro”.
C. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes desenvainó
la espada y de un golpe le cortó la oreja a un criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la
palabra y les dijo:
†. “¿Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un
bandido? Todos los días he estado entre ustedes, enseñando en el templo y no me han
apresado. Pero así tenía que ser para que se cumplieran las Escrituras”.
C. Todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada más con
una sábana, y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó desnudo.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 22
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontífices, los escribas
y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote
y se sentó con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban una acusación contra Jesús para
condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos presentaban
falsas acusaciones contra él, los testimonios no concordaban.
Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron:
S. “Nosotros lo hemos oído decir: ‘Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres
días construiré otro, no edificado por hombres’ ”.
C. Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo sacerdote se puso de pie
y le preguntó a Jesús:
S. “¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?”.
C. Pero él no le respondió nada. El sumo sacerdote le volvió a preguntar:
†. “Si lo soy. Y un día verán cómo el Hijo del hombre está sentado a la derecha
del Todopoderoso y cómo viene entre las nubes del cielo”.
C. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando:
S. “¿Qué falta hacen ya más testigos? Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué les
parece?”.
C. Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y tapándole la cara,
lo abofeteaban y le decían:
C. Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Llego una criada del sumo sacerdote, y al
ver a Pedro calentándose, lo miro fijamente y le dijo:
S. “Tú también andabas con Jesús Nazareno”.
C. Él lo negó, diciendo:
S. “Ni sé ni entiendo lo que quieres decir”.
C. Salió afuera hacia el zaguán, y un gallo cantó.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 23
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
La criada, al verlo, se puso de nuevo a decir a los presentes:
S. “Ese es uno de ellos”.
C. Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el
sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
Este le preguntó:
S. “¿Eres tú el rey de los judíos?”
C. El respondió:
†. “Sí lo soy”.
C. Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.
C. Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos
sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato les volvió a
preguntar:
S. “¡Crucifícalo!”
C. Pilato les dijo:
S. “¡Crucifícalo!”
C. Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después
de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batallón.
Lo vistieron con un manto de color púrpura, le pusieron una corona de espinas que habían
trenzado, y comenzaron a burlarse de él dirigiéndole este saludo:
S. “¡Viva el rey de los Judíos!”
C. Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y doblando las rodillas, se postraban
ante él.
Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color púrpura, le pusieron su ropa y lo
sacaron para crucificarlo.
Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso del campo,
Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere
decir “lugar de la Calavera”). Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo aceptó.
Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: “El rey
de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así
se cumplió la escritura que dice: Fue contado entre los Malhechores.
C. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. El oficial romano que estaba
frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo:
S. “De veras este hombre era Hijo de Dios”.
FIN DE LA LECTURA BREVE.
C. Había también ahí unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre ellas, María
Magdalena, María (la madre de Santiago el menor de José) y Salomé, que cuando Jesús
estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y además de ellas, otras muchas que habían
venido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la preparación, víspera del sábado, vino José
de Arimatea, miembro distinguido del sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios.
Se presentó con valor ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que ya
hubiera muerto, y llamando al oficial, le preguntó si ya hacía mucho tiempo que
había muerto. Informado por el oficial, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana,
bajó el cadáver, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro excavado en una roca
y tapó con una piedra la entrada del sepulcro.
María Magdalena y María, la madre de José, se fijaron en dónde lo ponían.
22, 14-23, 56
C Llegó el día de los Ázimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual. Llegada la hora,
Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
† “He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les
aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de
Dios”
C Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
† “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía.”
C Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo:
† “Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes. La
mano del traidor está sobre la mesa, junto a mí. Porque el Hijo del hombre va por el camino
que le ha sido señalado, pero ¡ay de aquel que lo va a entregar!”.
C Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que iba a hacer
eso. Y surgió una discusión sobre quién debía ser considerado como el más grande. Jesús les
dijo:
† “Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el pueblo
se hacen llamar bienhechores. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más
grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor. Porque, ¿quién
es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin
embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve. Ustedes son los que han permanecido
siempre conmigo en medio de mis pruebas. Por eso yo les confiero la realeza, como mi Padre
me la confirió a mí. Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán
sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”
C Luego añadió:
C Pedro le dijo:
S “Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte”.
C Respondieron.
S “Nada”
C El agregó:
† “Pero ahora el que tenga una bolsa, que la lleve; el que tenga una alforja, que la lleve
también; y el que no tenga espada, que venda su manto para comprar una. Porque les aseguro
que debe cumplirse en mí esta palabra de la Escritura: Fue contado entre los malhechores.
Ya llega a su fin todo lo que se refiere a mí”.
C Ellos le dijeron:
S “Señor, aquí hay dos espadas”.
C Él les respondió:
† “Basta”
C En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus
discípulos. Cuando llegaron, les dijo:
† “Oren, para no caer en la tentación”.
Jesús le dijo:
† “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?”.
C Los que estaban con Jesús, viendo lo que iba a suceder, le preguntaron:
C En ese momento, cuando todavía estaba hablando, cantó el gallo. El Señor, dándose vuelta,
miró Pedro. Este recordó las palabras que el Señor le había dicho: «Hoy, antes que cante el
gallo, me habrás negado tres veces». Y saliendo afuera, lloró amargamente.
C El consejo de ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas se levantaron y llevaron a
Jesús ante Pilato.
C Él le respondió:
† “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
C Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las
tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio.
Jesús, con un grito, exclamó:
Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo, que había
disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y
esperaba el Reino de Dios. Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Después de
bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca,
donde nadie había sido sepultado. Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro
y vieron cómo había sido sepultado. Después regresaron y prepararon los bálsamos y
perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.
SE DICE CREDO.
Creo en un solo Dios,
Engendrado, no creado,
De la misma naturaleza del Padre,
ORACIÓN UNIVERSAL
Dentro de la oración universal, el ministro puede pedir por la gente del pueblo o por una persona en especial,
esta oración es moldeable y se le puede agregar más peticiones.
MONITOR:
1.- Dios se reveló sobre todo en el amor de Jesús, en su sufrimiento, en su humillación hasta
morir en la cruz. Pidamos que la iglesia y los cristianos no busquemos la gloria y el poder,
sino el servicio humilde atento, comprometido, con los más necesitados, con los más pobres.
Roguemos al señor.
3.- Jesús fue juzgado y condenado por los poderosos. Pidamos por todos los que tienen algún
poder en la sociedad, para que luchen de verdad por la paz y la justicia para todos los
hombres, muy especialmente para los más menospreciados y oprimidos. Roguemos al señor.
4.- En este Domingo de Ramos, en este día en que los niños aclaman con alegría al Señor,
oremos por ellos, para que Dios bendiga su inocencia. Roguemos al señor.
5.- Por todos nosotros, para que celebremos de tal modo estos días santos que progresemos
en nuestro camino de seguimiento de Jesucristo. Roguemos al señor.
POR LAS PETICIONES DEL PUEBLO. Se le pregunta a la comunidad por alguna petición
que quieran decir. Después de cada petición el monitor dirá ROGUEMOS AL SEÑOR. Al
terminar el ministro continúa con la celebración.
CELEBRANTE: Padre, tú que nos has revelado la inmensidad de tu amor a través del
camino que siguió Jesús hasta la muerte. Haz que contemplando su pasión y muerte,
compartamos más su vida nueva. Aquella vida nueva que tú quieres para todos los hombres.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Terminando la oración universal, el monitor pide a la gente que se siente y a continuación el ministro va al
sagrario hace una genuflexión y toma el Santísimo, coloca el corporal sobre el altar y sobre este el copón,
después el ministro con ayuda del monitor se lava las manos y regresa al altar, al terminar el canto de ofertorio
el monitor pide a la gente que se ponga de pie y el ministro prosigue con la celebración
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
MONITOR: Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
Tan pronto termine la antífona, ya sea el ministro o el monitor, dan las instrucciones a la gente en que forma
va a repartir la comunión, después de esto se entona el canto de comunión, empieza a repartir la comunión
comenzando por su monitor y después a la gente. Terminada la comunión se puede orar en silencio por algún
espacio de tiempo, según lo escatime el ministro para que le dé tiempo de guardar el santísimo en el sagrario.
Después el celebrante invita a ponerse de pie. Luego dice la siguiente oración.
Pidamos que nos bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R. / Amén.
El ministro despide al pueblo diciendo:
ANTÍFONA DE ENTRADA
MONITOR: Combate, Señor, a los que me combaten, ataca a los que me atacan; ponte la
armadura, toma el escudo y ven a mi ayuda. Tú eres mi fortaleza y mi salvación.
(CANTO DE ENTRADA)
CELEBRANTE
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Luego saluda a los presentes con estas palabras
Y con tu Espíritu
O bien:
Al comenzar esta celebración, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros
corazones, así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y
con nuestros hermanos.
A continuación se hace el acto penitencial
Decimos todos.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Por
eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos
que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
El ministro concluye con la siguiente plegaria
Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Profeta Isaías 42, 1-7.
Palabra de Dios.
MONITOR: A continuación al Salmo responderemos: “El Señor es mi luz y mi salvación”.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 26
Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no temerá; aunque estalle una guerra contra
mí, no perderé la confianza. R/.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor, en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor
y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R/.
MONITOR:
1.- Para que la Iglesia, Esposa de Cristo, se purifique más plenamente por la Sangre de Cristo,
en este tiempo santo de Pasión. Roguemos al Señor.
3.- Para que todos los que participan de la Pasión de Cristo por la enfermedad y los
sufrimientos alcancen fortaleza y paciencia. Roguemos al Señor.
4.-Para que todos nosotros, por la Pasión y muerte de Cristo, lleguemos a la gloria de la
resurrección. Roguemos al Señor.
POR LAS PETICIONES DEL PUEBLO. Se le pregunta a la comunidad por alguna petición
que quieran decir. Después de cada petición el monitor dirá ROGUEMOS AL SEÑOR. Al
terminar el ministro continúa con la celebración.
CELEBRANTE: Atiende, Señor, las súplicas de tu pueblo para que, cuanto no se atreve a
esperar por sus propios, méritos, lo alcance por la Pasión de tu Hijo. Que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
Terminando la oración universal, el monitor pide a la gente que se siente y a continuación el ministro va al
sagrario hace una genuflexión y toma el Santísimo, coloca el corporal sobre el altar y sobre este el copón,
después el ministro con ayuda del monitor se lava las manos y regresa al altar, al terminar el canto de ofertorio
el monitor pide a la gente que se ponga de pie y el ministro prosigue con la celebración
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
MONITOR: No te me ocultes, Señor, el día de mí desgracia. Escúchame con bondad, y
siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
Tan pronto termine la antífona, ya sea el ministro o el monitor, dan las instrucciones a la gente en que forma
va a repartir la comunión, después de esto se entona el canto de comunión, empieza a repartir la comunión
comenzando por su monitor y después a la gente. Terminada la comunión se puede orar en silencio por algún
espacio de tiempo, según lo escatime el ministro para que le dé tiempo de guardar el santísimo en el sagrario.
Después el celebrante invita a ponerse de pie. Luego dice la siguiente oración.
Pidamos que nos bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R. / Amén.
El ministro despide al pueblo diciendo:
ANTÍFONA DE ENTRADA
MONITOR: No me entregues, Señor, a la saña de mi adversario, porque se levantan contra
mí testigos falsos, que respiran violencia.
(CANTO DE ENTRADA)
CELEBRANTE
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Luego saluda a los presentes con estas palabras
Y con tu Espíritu
O bien:
Al comenzar esta celebración, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros
corazones, así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y
con nuestros hermanos.
A continuación se hace el acto penitencial
Decimos todos.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Por
eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos
que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
El ministro concluye con la siguiente plegaria
Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Isaías 49, 1-6
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el
seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. El hizo de mi boca una
espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me
escondió en su aljaba. Él me dijo: “Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré.” Pero
yo dije: “En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza.” Sin embargo,
mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el
Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que
Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido
mi fortaleza. Él dice: “Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de
Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones,
para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra”.
Palabra de Dios.
MONITOR: A continuación al salmo responderemos: “En ti, Señor, he puesto mi
esperanza”.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 70
Sé para mí un refugio,
Escuchen hermanos el santo evangelio según San Juan 13, 21-33. 36-38
Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: “Les
aseguro que uno de ustedes me entregará”. Los discípulos se miraban unos a otros, no
sabiendo a quién se refería. Uno de ellos el discípulo al que Jesús tanto amaba estaba
reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: “Pregúntale a quién se
refiere”. Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es?” Jesús le respondió: “Es
aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato”. Y mojando un bocado, se lo dio a
Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él.
Jesús le dijo entonces: “Realiza pronto lo que tienes que hacer. Pero ninguno de los
comensales comprendió por qué le decía esto. Como Judas estaba encargado de la bolsa
común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: “Compra lo que hace falta para la fiesta”,
Después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha
sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo,
y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo
ahora lo mismo que dije a los judíos: "A donde yo voy, ustedes no pueden venir"”. Simón
Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?” Jesús le respondió: “Adonde yo voy, tú no puedes
seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”. Pedro le preguntó: “¿Por qué no puedo
seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te
aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”
Palabra del Señor.
ORACIÓN UNIVERSAL
Dentro de la oración universal, el ministro puede pedir por la gente del pueblo o por una persona en especial,
esta oración es moldeable y se le puede agregar más peticiones.
CELEBRANTE: Cristo colgado en la cruz intercede por todos los hombres. Es el mediador
entre el cielo y la tierra, reconcilia a todos los hombres con Dios. Unidos a Él oramos a
nuestro Padre Dios. A cada invocación vamos a responder:
MONITOR: Te rogamos Señor
MONITOR:
1.- Por la Iglesia de Dios, para que se disponga a celebrar el Misterio Pascual siguiendo
fielmente a los pasos de Jesús. Roguemos al Señor.
2.- Por todos los pueblos de la tierra, para que llegue a ellos el anuncio de la Redención
consumada en el árbol de la cruz Roguemos al Señor.
4.-Por los aquí reunidos, para que nuestro arrepentimiento y penitencia sean camino de gracia
y redención. Roguemos al Señor.
POR LAS PETICIONES DEL PUEBLO. Se le pregunta a la comunidad por alguna petición
que quieran decir. Después de cada petición el monitor dirá ROGUEMOS AL SEÑOR. Al
terminar el ministro continúa con la celebración.
Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
El ministro comulga se pone de rodillas y dice en secreto:
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
MONITOR: Dios no escatimó la vida de su propio Hijo. Sino que lo entregó por todos
nosotros, y con él nos ha dado todos los bienes.
Tan pronto termine la antífona, ya sea el ministro o el monitor, dan las instrucciones a la gente en que forma
va a repartir la comunión, después de esto se entona el canto de comunión, empieza a repartir la comunión
comenzando por su monitor y después a la gente. Terminada la comunión se puede orar en silencio por algún
espacio de tiempo, según lo escatime el ministro para que le dé tiempo de guardar el santísimo en el sagrario.
Después el celebrante invita a ponerse de pie. Luego dice la siguiente oración.
Pidamos que nos bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R. / Amén.
El ministro despide al pueblo diciendo:
ANTÍFONA DE ENTRADA
MONITOR: Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo,
porque el Señor se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz; por eso
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
(CANTO DE ENTRADA)
CELEBRANTE
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Luego saluda a los presentes con estas palabras
Y con tu Espíritu
O bien:
Al comenzar esta celebración, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros
corazones, así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y
con nuestros hermanos.
A continuación se hace el acto penitencial
Decimos todos.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Por
eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos
que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
El ministro concluye con la siguiente plegaria
Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna. Amén.
(CANTO: SEÑOR TEN PIEDAD).
ORACIÓN COLECTA
CELEBRANTE: Oh Dios, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo
muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor
Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén
MONITOR: Sentados, escucharemos ahora la primera lectura tomada del libro del profeta
Isaías. “No he sustraído mi rostro de los insultos y salivazos”.
PRIMERA LECTURA
Palabra de Dios.
MONITOR: A continuación al salmo responderemos: “Por tu bondad, Señor, Socórreme”.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 70
ORACIÓN UNIVERSAL
Dentro de la oración universal, el ministro puede pedir por la gente del pueblo o por una persona en especial,
esta oración es moldeable y se le puede agregar más peticiones.
MONITOR:
1.- Para que el Redentor del mundo que se entregó a la muerte por su grey libre a la iglesia
de todo mal. Roguemos al Señor.
2.- Para que el Redentor del mundo, que oró con lágrimas en la cruz, interceda ante el Padre
por todos los hombres. Roguemos al Señor.
3.- Para que el Redentor del mundo, que tuvo tanta angustia y tristeza, socorra a los que
sufren, les dé paciencia en la tribulación y alivie sus dolores. Roguemos al Señor.
4.-Para que a nosotros, sus discípulos, que recordamos con veneración su cruz, nos reanime
con la fuerza de su resurrección. Roguemos al Señor.
POR LAS PETICIONES DEL PUEBLO. Se le pregunta a la comunidad por alguna petición
que quieran decir. Después de cada petición el monitor dirá ROGUEMOS AL SEÑOR. Al
terminar el ministro continúa con la celebración.
CELEBRANTE: Dios, Padre nuestro, que lleguen a tu presencia, las súplicas de los que te
invocan para que vivamos por siempre de aquel mismo amor que movió a tu hijo a entregarse
a la muerte por la salvación del mundo, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Terminando la oración universal, el monitor pide a la gente que se siente y a continuación el ministro va al
sagrario hace una genuflexión y toma el Santísimo, coloca el corporal sobre el altar y sobre este el copón,
después el ministro con ayuda del monitor se lava las manos y regresa al altar, al terminar el canto de ofertorio
el monitor pide a la gente que se ponga de pie y el ministro prosigue con la celebración
Pidamos que nos bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R. / Amén.
El ministro despide al pueblo diciendo:
Hoy celebramos la institución de la eucaristía y el orden sacerdotal, así, como el mandato del
Señor para amarnos los unos a los otros. Esta celebración se hace en la tarde en la hora más
oportuna.
MATERITAL Y PERSONAS A TENER EN CUENTA:
1.- Materiales
- Misal
Para la celebración;
- Canastos de pan, 12 panes para los apóstoles (pueden ser más grandes)
- Santísimo Suficiente
- Agua Bendita
Para la adoración:
- Un monumento adornado con flores y de velas donde se va a colocar el Santísimo
Sacramento
- Copón o manifestador
Personas
- Monitor
- Dos lectores y salmista
- Canasta para el pan bendito
- Personas responsables para realizar el monumento al Santísimo
En la tarde, a la hora más oportuna se celebra la cena del Señor, con la participación de toda la comunidad
local y con la intervención, según su propio oficio, de todos los sacerdotes y ministros.
ANTÍFONA DE ENTRADA
MONITOR: Bienvenidos hermanos a esta fiesta en la que nos hemos reunidos en torno a
Jesús como sus discípulos en el cenáculo. Celebremos, pues, alegremente esta eucaristía,
regalo de nuestro Señor y que nos une íntimamente Él, a su muerte y resurrección.
(CANTO DE ENTRADA)
CELEBRANTE
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Luego saluda a los presentes con estas palabras
Y con tu Espíritu
O bien:
Al comenzar esta celebración, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros
corazones, así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y
con nuestros hermanos.
A continuación se hace el acto penitencial
Decimos todos.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Por
Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna. Amén.
ORACIÓN COLECTA
CELEBRANTE: Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar aquella Cena en la cual tu
Hijo único, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno,
sacramento de su amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento, la
plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, Tu hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. ÁMEN
MONITOR: Sentados, escucharemos atentamente la palabra de Dios que nos narra la
historia de la cena judía que Jesús mismo celebró y le dio el pleno significado con su entrega
voluntaria por nuestra salvación.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será
para ustedes el primero de todos los meses y el principio del año. Díganle a toda la comunidad
de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si
la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un
cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un
animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 58
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel lo
inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de
la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán
panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la cintura ceñida, las sandalias en
los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de
Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el
Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la
sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la
tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De
generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua’”
Palabra de Dios.
MONITOR: A continuación al salmo responderemos: “Gracias, Señor, por tu sangre que
nos lava”.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 115
Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor
ante todo su pueblo. R/.
SEGUNDA LECUTRA
De la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor Jesús, la noche
en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo
partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza que se
sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él". Por eso, cada vez
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 59
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta
que vuelva.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo:
"¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y
dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies,
también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo
que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan".
LAVATORIO DE PIES
MONITOR: Ahora el celebrante, haciendo las veces de Cristo, realizará el signo del servicio
a la comunidad que adoptó Cristo con amor para darnos ejemplo de lo que debemos hacer
unos con otros.
Las personas designadas para ser apóstoles, estarán ocupando los asientos preparados para ellos en el lugar
visible. El ministro con ayuda del monitor les lava los pies, se los seca y los besa. Mientras tanto se canta algún
canto apropiado. Después de esto, el ministro lava sus manos con jabón y vuelve a la sede.
ORACIÓN UNIVERSAL
Dentro de la oración universal, el ministro puede pedir por la gente del pueblo o por una persona en especial,
esta oración es moldeable y se le puede agregar más peticiones.
3.-Para que la semilla de amor que Dios ha sembrado en el corazón de los hombres crezca y
dé fruto. Roguemos al Señor.
4.-Por los más pobres, para que encuentren en nosotros una señal eficaz de la entrega de
Jesús. Roguemos al Señor.
5.- Por los sacerdotes, para que sean fieles ministros de la Eucaristía y vivan intensamente
aquello que celebran. Roguemos al Señor.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 61
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
6.- Por todos nosotros, para que del mismo modo que nos hemos reunido para participar en
la cena del Señor, vivamos unidos en la caridad fraterna. Roguemos al Señor.
POR LAS PETICIONES DEL PUEBLO. Se le pregunta a la comunidad por alguna petición
que quieran decir. Después de cada petición el monitor dirá ROGUEMOS AL SEÑOR. Al
terminar el ministro continúa con la celebración.
CELEBRANTE: Dios, Padre nuestro, que has hecho del amor a ti y a los hombres la
plenitud de tu ley, escucha la oración que con amor te presentamos por los necesitados del
mundo entero. Por Jesucristo, Nuestro Señor. AMÉN
CELEBRANTE: Dios Todopoderoso y eterno de quien proceden todos los bienes, dígnate
a bendecir este pan que vamos a repartir como signo de comunión y acrecienta en nosotros,
lazos de unidad y fraternidad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Enseguida el pan se rocía con agua bendita.
Terminada la bendición del pan se entona el canto de ofertorio, el ministro extiende el corporal sobre el altar,
deposita el santísimo sacramento, se lava las manos y prepara el libro.
Una vez terminado el canto de ofertorio se pone a la gente de pie y se inicia la oración del padre nuestro
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
MONITOR: Este es mi cuerpo, que se entrega por ustedes.
Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre.
Después de distribuir la comunión, se deja sobre el altar un copón con hostias para la comunión del día
siguiente, y se termina la celebración con esta oración.
(+) Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro, en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (Se dice un templo).
“Cuando Herodes vio a Jesús se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle,
por las cosas que oía de él, y esperaba presenciar alguna señal que él hiciera. Le preguntó
con mucha palabrería, pero él no respondió nada. Estaban allí los sumos sacerdotes y los
escribas acusándole con insistencia. Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y
burlarse de él, le puso un espléndido vestido y le remitió a Pilato.” (Lc. 23, 8-11).
“Los soldados llevaron a Jesús dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la
cohorte. Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. Y se pusieron
a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían
y, doblando las rodillas se postraban ante él. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron
la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle... Le condujeron entonces
al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario.” (Mc. 15, 16-20)
R/. Amén.
VIACRUCIS.
V se refiere al Ministro, R contestación del pueblo.
INICIO
Inicia como todas las oraciones cristianas, con la Señal de la Cruz; se hace un acto de
contrición y una invocación a Jesús ofreciendo el ejercicio. Se menciona cada estación, de
acuerdo a lo relatado en los evangelios. En cada una hay una invocación, reconociéndonos
pecadores e implorando el perdón; sigue la lectura de una cita bíblica; después de una
reflexión para meditar en cada momento y una súplica para nuestra vida diaria. Se hace una
aclamación alabando a Jesús por su sacrificio y se reza un Padre Nuestro, una Ave María y
un Gloria, mientras caminamos hacia la siguiente estación. Puede incluirse algún canto de
perdón y arrepentimiento entre cada estación.
I Estación
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
II Estación
Jesús cargado con la Cruz
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
III Estación
Jesús cae la primera vez
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero como
una oveja que permanece muda cuando la esquilan. Fue detenido y enjuiciado injustamente
sin que nadie se preocupara de él. Fue arrancado del mundo de los vivos, y herido de muerte
por los crímenes de su pueblo. (Isaías 53, 7-8).
Considera alma mía, como caminando el Señor con la cruz a cuestas, herido y desangrado,
cayó en tierra debajo de la Santa Cruz. Señor, el que camina alguna vez cae. Que sepamos
levantarnos y ayudemos a los demás a seguir caminado.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
IV Estación
Considera alma mía, como el Señor con la cruz a cuestas encontró a su Santísima Madre
triste y afligida. Señor, por el dolor que sufrió la Santísima Virgen María, te pedimos que
bendigas a todas las madres que en este mundo sufren de alguna manera o por causa nuestra.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
V Estación
Jesús es ayudado por Simón de Cirene
V. Señor pequé…
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 69
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
V. Te Adoramos Cristo y te bendecimos
Considera alma mía, cómo los judíos contrataron a Simón de Cirineo para que ayudará a
llevar la cruz de Nuestro Redentor, no movidos por la piedad, sino temiendo que se le muriese
en el camino por el grande peso de la cruz, Señor, que sepamos dar un poco de nuestro tiempo
y de nuestro amor a aquellos que lo necesitan.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
VI Estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
VII Estación
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
VIII Estación
Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
V. Te Adoramos Cristo y te bendecimos
IX Estación
Jesús cae por tercera vez
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
Oh Dios, sálvame, porque las aguas me llegan hasta el cuello. Me estoy hundiendo en
profundos barrizales, no hay dónde apoyar el pie. Me estoy sumergiendo en profundas aguas
y las olas me cubren. (Salmo 69, 2-3)
Considera alma mía, como cayó el señor por tercera vez en tierra, hasta llegar con su santa
boca al suelo; y queriéndose levantar, no pudo, antes volvió a caer de nuevo. Señor, que no
seamos causa de tropiezo para los demás, sino una mano amigo que alivie y levante.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
X Estación
Y contaron mis huesos uno a uno. Esta gente me marca y me vigila. Reparten entre si mis
vestiduras y mi túnica se juega a los dados. Más tú, Señor, de mí no te separes, auxilio mío,
corre a socorrerme. (Salmo 22, 18-20)
Considera alma mía, como habiendo llegado el Señor al Monte Calvario, los soldados sin
piedad ninguna le despojaron de sus vestiduras. Señor, cuando el dolor nos toque y despoje
de nuestro egoísmo y orgullo, que sepamos llenarnos de ti.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 72
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
XI Estación
Jesús es clavado en la Cruz.
V. Señor pequé…
R. Ten Piedad y misericordia de mí.
Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos. Cuando llegaron al
lugar llamado de la Calavera lo crucificaron a él y a los malhechores, uno a su derecha y el
otro a su izquierda. (Lucas 23, 32-33).
Considera alma mía, como fue clavado el señor en la cruz; y oyendo su Santísima Madre el
primer golpe de martillo, quedó transida de dolor, Señor, que tengamos el valor y la voluntad
de perdonar a todos los que nos ofenden.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
Primera palabra
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la cruz para pagar con tu sacrificio la deuda
de mis pecados, y abriste tus divinos labios para alcanzarme el perdón de la divina justicia:
ten misericordia de todos los hombres que están agonizando y de mí cuando me halle en igual
caso: y por los méritos de tu preciosísima Sangre derramada para mi salvación, dame un
dolor tan intenso de mis pecados, que expire con él en el regazo de tu infinita misericordia.
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Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 73
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Segunda Palabra:
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y con tanta generosidad
correspondiste a la fe del buen ladrón, cuando en medio de tu humillación redentora te
reconoció por Hijo de Dios, hasta llegar a asegurarle que aquel mismo día estaría contigo en
el Paraíso: ten piedad de todos los hombres que están para morir, y de mí cuando me
encuentre en el mismo trance: y por los méritos de tu sangre preciosísima, aviva en mí un
espíritu de fe tan firme y tan constante que no vacile ante las sugestiones del enemigo, me
entregue a tu empresa redentora del mundo y pueda alcanzar lleno de méritos el premio de
tu eterna compañía.
Tercera Palabra:
"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y , olvidándome de tus tormentos,
me dejaste con amor y comprensión a tu Madre dolorosa, para que en su compañía acudiera
yo siempre a Ti con mayor confianza: ten misericordia de todos los hombres que luchan con
las agonías y congojas de la muerte, y de mí cuando me vea en igual momento; y por el eterno
martirio de tu madre amantísima, aviva en mi corazón una firme esperanza en los méritos
infinitos de tu preciosísima sangre, hasta superar así los riesgos de la eterna condenación,
tantas veces merecida por mis pecados.
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y tormento tras tormento, además
de tantos dolores en el cuerpo, sufriste con invencible paciencia la más profunda aflicción
interior, el abandono de tu eterno Padre; ten piedad de todos los hombres que están
agonizando, y de mí cuando me halle también en la agonía; y por los méritos de tu
preciosísima sangre, concédeme que sufra con paciencia todos los sufrimientos, soledades y
contradicciones de una vida en tu servicio, entre mis hermanos de todo el mundo, para que
siempre unido a Ti en mi combate hasta el fin, comparta contigo lo más cerca de Ti tu triunfo
eterno.
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Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 74
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.
Quinta Palabra:
"Tengo sed" (Jn 19, 28)
Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y no contento con tantos oprobios
y tormentos, deseaste padecer más para que todos los hombres se salven, ya que sólo así
quedará saciada en tu divino Corazón la sed de almas; ten piedad de todos los hombres que
están agonizando y de mí cuando llegue a esa misma hora; y por los méritos de tu
preciosísima sangre, concédeme tal fuego de caridad para contigo y para con tu obra
redentora universal, que sólo llegue a desfallecer con el deseo de unirme a Ti por toda la
eternidad.
XII Estación
Jesús muere en la Cruz
V. Señor pequé…
XIII Estación
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
XIV Estación
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Jesús es colocado en el sepulcro
V. Señor pequé…
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su
Santísima Madre al pie de la cruz, Así sea!
V. Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
ORACIÓN FINAL:
Se reza un Padre Nuestro, Una Ave María, y un Gloria, por las intenciones del Papa y luego
se añade:
Señor Jesús, Hemos llegado al final de este camino doloroso que tu recorriste. Ahora
levantamos nuestra vista y te vemos suspendido en la cruz, con las manos y pies traspasados
por los clavos y con la cabeza coronada de espinas. Sabemos Señor Jesús, que tu sufrimiento
es el fruto de tu infinito amor por nosotros. Tú agonizas y mueres por nosotros, Haz que
también nosotros te amemos mucho, para que vivamos fielmente a tu pasión y muerte y jamás
nos separemos de ti por el pecado. Te lo pedimos por los dolores de tu madre la Virgen María.
Amén.
Personas
- El celebrante
- Dos ayudantes para ciriales
- Cinco lectores, primera lectura y segunda lectura y para la pasión de nuestro
Señor Jesús
Sugerencias
- Revisar que el altar este sin manteles ni velas
- Destacar la sede y el ambón (si el presbiterio está cubierto con una cortina
morada, poner la sede y el ambón delante de la cortina, de manera que no se
vea el altar ni el presbiterio).
- El sagrario si está en el presbiterio, debe estar vacío y abierto.
- Separar el lugar de los lectores
- Se sugiere cubrir o quitar todas las imágenes que se encuentren en el templo
para resaltar el sentido de dolor por la muerte del Señor.
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VIERNES SANTO
De la Pasión del Señor
Color litúrgico: Rojo
Alrededor de las 3 de la tarde se celebra la pasión del Señor.
MONITOR: Hoy hermanos, es el día del gran ayuno que nos hace anhelar al gozo de la
pascua: es el día de llanto por el Hijo Único que fue atravesado por los pecados de su pueblo;
es el día de oración intensa, comunitaria y persona. Cuando el celebrante se arrodille (O se
postre), nosotros también de rodillas y en silencio expresamos nuestra actitud de penitencia
y oración.
No hay canto de entrada. El ministro se dirige al altar y hecha la debida reverencia, se postra en tierra o se
arrodilla y todos oran en silencio en un momento. Después se dirige a la sede y vuelto hacia el pueblo, con las
manos juntas dice la siguiente oración.
MONITOR: De pie
CELEBRANTE: Padre nuestro misericordioso, santifica y protege siempre a esta familia
tuya, por cuya salvación derramó su Sangre y resucitó glorioso Jesucristo, tu Hijo. El cual
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 52,13-53,12
He aquí mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él,
porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos
pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito.
¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia
como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente,
despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a
sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó
nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de
Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros
crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos
errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos
nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como
cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la
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tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los
malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo
engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su
descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los
trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a
muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá
como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los
pecadores, él tomo el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 30
En tu mano están mis azares; líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la carta a los hebreos 4, 14-16; 5, 7-9
Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande,
que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de
compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado con todo exactamente como
nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al
que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo,
aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los
que le obedecen en autor de salvación eterna.
Palabra de Dios
18, 1-19, 42
C. En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había
un huerto, y entraron allí Él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque
Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los sumos sacerdotes y de los
fariseos y entró en el huerto con linternas, antorchas y armas.
† "Yo soy".
C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles "Yo soy", retrocedieron y cayeron
a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
† "Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan".
C. Así se cumplió lo que Jesús había dicho: "No he perdido a ninguno de los que me diste".
† "Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?".
C. "El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a Jesús, lo ataron y lo
llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás
era el que había dado a los judíos este consejo: "Conviene que muera un solo hombre por el
pueblo".
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo
sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedaba
fuera, junto a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la
portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
S "No lo soy".
C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban.
También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús, diciéndole:
S. "¿Así contestas al sumo sacerdote?".
C. Jesús le respondió:
† "Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por
qué me pegas?".
C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de pie,
calentándose, y le dijeron:
S. "¿No eres tú también uno de sus discípulos?".
C. Él lo negó diciendo:
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S. "No lo soy".
C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado
la oreja, le dijo:
S. "¿Qué no te vi yo con El en el huerto?".
C. Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un gallo.
C. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era muy de mañana y ellos no entraron en
el palacio para no incurrir en impureza y poder así comer la cena de Pascua. Salió entonces
Pilato a donde estaban ellos y les dijo:
C. Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra
vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S. "¿Eres tú el rey de los judíos?".
C. Jesús le contestó:
† "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?".
C. Pilato le respondió:
S. "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es
lo que has hecho?".
C. Jesús le contestó:
† "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían
luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
C. Pilato le dijo:
S. "¿Conque tú eres rey?".
C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S. "No encuentro en El ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por Pascua ponga en
libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?".
C. Pero todos ellos gritaron: "¡No, a ése no! ¡A Barrabás!" (El tal Barrabás era un bandido).
C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados trenzaron una corona de
espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto color púrpura, y acercándose
a Él, le decían:
S. "¡Viva el rey de los judíos!".
S. "¡Crucifícalo, crucifícalo!".
C. Pilato les dijo:
S. "Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado hijo
de Dios".
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio,
dijo a Jesús:
C. Jesús le contestó:
† "No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el
que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor".
C. Desde ese momento Pilato trataba de soltado, pero los judíos gritaban:
S. "¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!, porque todo el que pretende ser rey, es enemigo
del César".
C. Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman
"el Enlosado" (en hebreo, Gábbata). Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el
mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S. "Aquí tienen a su rey".
C. Ellos gritaron:
S. "¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!".
S. Contestaron los sumos sacerdotes: "No tenemos más rey que el César".
C. Entonces se los entregó para que lo crucificaran.
C. Tomaron a Jesús, y El, cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado "la Calavera"
(que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y con El a otros dos, uno de cada
lado, y en medio Jesús.
Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba escrito: "Jesús el
nazareno, el rey de los judíos". Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar
donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos
sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S. "No escribas: 'El rey de los judíos', sino: 'Este ha dicho: Soy rey de los judíos'".
C. Pilato les contestó: "Lo escrito, escrito está".
C. Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro partes, una
para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza
de arriba abajo. Por eso se dijeron:
C. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se
cumpliera la Escritura dijo: "Tengo sed".
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapada en
vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los
judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue
entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una
mezcla de mirra y áloe.
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Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas, según se
acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en
el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los
judíos era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a
Jesús.
ORACIÓN UNIVERSAL.
MONITOR: Dispongamos a orar, hoy con especial solemnidad por la iglesia y por los
hombres, pues todos hemos sido renovados por la muerte de Cristo.
CELEBRANTE: Dios Todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las
naciones, conserva la obra de tu amor, para que tu Iglesia, extendida por todo el mundo,
persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
CELEBRANTE: Dios Todopoderoso y eterno, cuya providencia gobierna todas las cosas,
atiende a nuestras suplicas y protege con tu amor al Papa que nos has elegido, para que el
pueblo cristiano, confiado por ti a su guía pastoral, progrese siempre en la fe. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
CELEBRANTE: Dios Todopoderoso y eterno que sin cesar concedes a nuevos hijos a tu
Iglesia, aumenta en los (Nuestros) catecúmenos el conocimiento de su fe, para que puedan
renacer por el bautismo a la vida nueva de tus hijos de adopción. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
CELEBRANTE: Dios todopoderoso y eterno, tu que reúnes a los que están dispersos y los
mantienes en la unidad, mira con amor a todos los cristianos, a fin de que, cuantos están
consagrados por un solo bautismo, formen una sola familia unida por el amor y la integridad
de la fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CELEBRANTE: Dios todopoderoso y eterno, que has hecho a los hombres en tal forma que
en todo, aun sin saberlo, te busquen y solo el encontrarte hallen descanso, concedemos que,
en medio de las adversidades de este mundo todos reconozcan las señales de tu amor y,
estimulados por el testimonio de nuestra vida, tengan por fin la alegría de creer en ti, único
Dios verdadero y Padre de todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
MONITOR: Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos esta mover el corazón de y los
hombres y defender los derechos de los pueblos, mira con bondad a nuestros gobernantes,
para que, con tu ayuda, promuevan una paz duradera, un auténtico progreso social y una
verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha
a los que te invocan en su tribulación, para que experimenten toda la alegría de tu
misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CELEBRANTE:
V.MIRAD EL ÁRBOL DE LA CRUZ DONDE ESTUVO CLAVADO CRISTO, EL
SALVADOR DEL MUNDO.
R. VENID Y ADOREMOS.
En la parte media de la iglesia el ministro prosigue. Después de terminar descubre el otro brazo de la cruz.
Frente al altar el ministro vuelve a decir la monición y al terminar descubre por completo la cruz, la ubica en
un lugar previamente establecido y el monitor hace la siguiente monición.
CELEBRANTE: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado de los mundo, dichosos los
invitados a la cena del señor.
R/.Señor yo no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Acabada la comunión, el ministro lleva el copón a algún lugar especialmente preparado fuera de la iglesia, o
bien si las circunstancias lo exigen, lo reserva en el sagrario.
Después el celebrante si lo cree oportuno hace un breve silencio y dice la siguiente oración.
Allí, el viejo sacerdote Simeón sostuvo al bebe Jesús en sus brazos, mientras el Espíritu Santo
inundaba su corazón. Simeón reconoció a Jesús como el Salvador prometido y lo levanto
hacia el cielo, dando gracias a Dios, por concederle haber vivido lo suficiente para
contemplar al Mesías.
"Ahora tu siervo puede morir en paz, mi Señor", dijo. Simeón los bendijo, y dijo a su madre
María: He aquí, este niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel,
y para ser señal de contradicción 35 (y una espada traspasará aun tu propia alma) a fin de que
sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
La Virgen María, sabiendo que había dado luz al Salvador de la humanidad, comprendió y
acepto de inmediato la profecía de Simeón. A pesar de sentirse profundamente conmovida
por la gracia de haber concebido a Jesús, su corazón permaneció turbado y confuso, porque
sabía lo que se había escrito sobre los tormentos y la muerte consecuente del Salvador.
Cuando observaba a su Hijo, recordaba constantemente los sufrimientos a los cuales sería
sometido, convirtiendo estos en sus propios sufrimientos.
Cuando la Virgen busco ansiosa a su Amado Hijo, un profundo dolor broto en su corazón.
Se culpó a sí misma, preguntándose por qué no lo había cuidado mejor. Cuando sus padres
le vieron, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de
esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Entonces Él
les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de
mi Padre? Pero ellos no entendieron las palabras que Él les había dicho. Y descendió con
ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en
su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
Cuarto dolor:
María se encuentra con Jesús camino al Calvario (Lucas 23:27-31)
María vio a Jesús cargando solo la pesada cruz: la cruz con la que sería crucificado. Notando
como su hijo se estaba debilitando por los numerosos azotes recibidos por los garrotes de los
soldados, se llenó de angustia al ver su dolor. A pesar de estar sin fuerzas, los soldados
continuaban apurándolo y empujándolo. El cayo, exhausto, incapaz de levantarse. En ese
momento, los ojos de María, tan llenos de amor y compasión, se encontraron con los de su
hijo, adoloridos y llenos de sangre. Sus corazones parecían estar compartiendo la misma
carga; cada dolor que El sentía, ella también lo sentía. Ambos sabían que nada se podía hacer
excepto creer y confiar en Dios, y entregarle sus sufrimientos a Él. Lo único que podían hacer
era dejar todo en manos de Dios.
Oración: Querida Madre, golpeada duramente por el dolor, ayúdanos a soportar con valor y
amor nuestro propio dolor, de manera que podamos aliviar nuestro herido Corazón y el de
Jesús. Al hacerlo, que podamos dar Gloria a Dios, quien te entrego a ti y a Jesús a la
humanidad. Como tú lo hiciste, enséñanos a sufrir en silencio y con paciencia. Concédenos
la gracia de amar a Dios en todas las cosas. Oh, Madre de los Dolores, la más afligida de
todas las madres, ten piedad de los pecadores de todo el mundo.
A pesar de su inocencia, cuando Jesús llego a la cima de Calvario, le ordenaron que confesara
frente a la muchedumbre para que pudieran reírse de Él. María sintió profundamente el dolor
y la humillación de su Hijo, en particular cuando los que lo atormentaban lo obligaron a
quitarse lo que quedaba de sus vestiduras. La Virgen sintió su Corazón enfermo a ver como
esos tiranos crucificaban a su Hijo desnudo, avergonzándolo terriblemente, solo para divertir
y entretener a la muchedumbre. (Jesús y María sentían más profundamente el dolor que la
gente común, porque ellos eran santos y sin pecado). La Santa Virgen María sintió dolor más
allá de lo soportable cuando los miembros del cuerpo de Jesús fueron estirados sobre la cruz.
Sus asesinos cantaban alegremente mientras se acercaban a Él con martillos y clavos. Se
sentaron pesadamente sobre El para que nos e pudiera mover cuando lo clavaran al madero.
Mientras martillaban los clavos, perforaban su carne mientras rasgaban el cuerpo de su Hijo.
Su vida se le escaba ante ella.
Cuando los soldados levantaron la cruz, para luego dejarla caer dentro del agujero que habían
cavado, la sacudieron intencionalmente con fuerza causando que el peso del cuerpo de Jesús
desgarrara la carne de sus manos hasta los huesos. El dolor atravesaba su cuerpo como fuego
líquido. Allí padeció tres horas de tortura clavado en la cruz, aunque el dolor físico no era
nada comparado con el agonizante dolor que tuvo que padecer al ver el sufrimiento de su
Madre a sus pies. Afortunadamente, murió al fin.
Esta fiesta es la más grande de todo el año, pues celebramos la resurrección de Cristo. De ahí
la importancia de preparar y realizar todo como se debe y con un verdadero espíritu cristiano.
La celebración de la vigilia se desarrolla en cuatro partes: lucernario, liturgia de la palabra
(donde hay bautismos) y liturgia eucarística).
Personas:
- El celebrante
- El monitor
- Lectores preparados según el número de lecturas a proclamar
- Un ayudante para sostener el cirio
- Otro ayudante para sostener el cirio
- Responsables de colocar los adornos, de tocar las campanas durante el gloria y de
encender las luces en el momento del gloria.
Sugerencias:
Si la gente lleva agua para bendecir que la coloque en un lugar previamente establecido.
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SÁBADO DE GLORIA
VIGILIA PASCUAL
Color litúrgico: blanco
PRIMERA PARTE. LUCERNARIO O SOLEMNE COMIENZO DE LA VIGILIA.
Toda la celebración pascual se hace en la noche
Todos entran a la iglesia precedidos por el celebrante que lleva el cirio pascual.
En la puerta de la iglesia el celebrante se detiene y elevando el cirio, canta o dice por segunda vez:
En este momento todos encienden sus velas con el cirio pascual y avanzan de nuevo
Al llegar al altar el ministro dirá o cantará por 3 vez
Esta es la noche
Que a todos los que creen en Cristo, por toda la tierra
Los arranca de los vicios del mundo
Y de la oscuridad del pecado,
Los restituye a la gracia
Y los agrega a los santos.
SEGUNDA PARTE
LITURGIA DE LA PALABRA.
En esta Vigilia, “Madre de todas las vigilias” (San Agustín, Serm. 219), se proponen 9 lecturas, siete del
Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la epístola y el Evangelio).
Si las circunstancias pastorales lo piden, puede reducirse el número de lecturas del Antiguo Testamento; pero
téngase siempre en cuenta que la lectura de la palabra de Dios es parte fundamental de esta vigilia de Pascua.
Deben leerse por lo menos tres lecturas del Antiguo Testamento y, en casos muy urgentes por lo menos deben
de leerse 2. Pero nunca se omita la tercera, tomada del capítulo del Éxodo.
Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el celebrante exhorta
a la asamblea con estas palabras u otras semejantes
MONITOR: Ahora apagamos nuestras velas y nos sentamos (dar espacio de tiempo para
que se sienten y continuar). Estamos en la segunda parte de nuestra vigilia. Vamos a Escuchar
la palabra de Dios a favor de los hombres, preparando así, la salvación definitiva realizada
por su Hijo Jesucristo.
Oremos para que Dios, Nuestro Padre, conduzca a su plenitud esta obra de salvación, iniciada
con la muerte y resurrección de Jesucristo.
Después de que se lea una lectura y el salmo el monitor pedirá a la gente que se ponga de pie y el celebrante
invita a orar y después de que todos han orado en un momento de silencio, dice la oración colecta así en cada
lectura. (Si se cree conveniente no se pone a la gente de pie entre lectura y lectura, según la tradición del pueblo).
PRIMERA LECTURA
Del libro del Génesis 1,1-2,2
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas
cubrían el abismo, y el soplo de Dios aleteaba sobre las aguas.
Dios dijo: “Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una
separación entre ellas”. Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que
están debajo de él, de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo
una tarde y una mañana: este fue el segundo día.
Dios dijo: “Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca
el suelo firme”. Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las
aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: “Que la tierra produzca vegetales,
hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie
con su semilla adentro”. Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla
según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios
vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.
Dios dijo: “Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que
ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que estén como lámparas en el firmamento del
cielo para iluminar la tierra”. Y así sucedió. Dios hizo los dos grandes astros -el astro mayor
para presidir el día y el menor para presidir la noche- y también hizo las estrellas. Y los puso
en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche, y para separar
la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este
fue el cuarto día.
Dios dijo: “Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros
sobre la tierra, por el firmamento del cielo”. Dios creó los grandes monstruos marinos, las
diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las
especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo:
“Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen
sobre la tierra”. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el quinto día.
Dios dijo: “Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales
salvajes de toda especie”. Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo,
las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y
Dios vio que esto era bueno.
Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén
sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los
animales que se arrastran por el suelo”.
El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había
emprendido.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Sal. 103
SEGUNDA LECTURA
“¡Abraham!”, le dijo. Él respondió: “Aquí estoy”. Entonces Dios le siguió diciendo: “Toma
a tu hijo único, el que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto
sobre la montaña que yo te indicaré”.
A la madrugada del día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus
servidores y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto, se dirigió hacia el
lugar que Dios le había indicado. Al tercer día, alzando los ojos, divisó el lugar desde lejos,
y dijo a sus servidores: “Quédense aquí con el asno, mientras yo y el muchacho seguimos
adelante. Daremos culto a Dios, y después volveremos a reunirnos con ustedes”.
Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte,
tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos. Isaac rompió
el silencio y dijo a su padre Abraham: “¡Padre!”. Él respondió: “Sí, hijo mío”. “Tenemos el
fuego y la leña, continuó Isaac, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?”. “Dios
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proveerá el cordero para el holocausto”, respondió Abraham. Y siguieron caminando los dos
juntos.
Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la
leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña. Luego extendió su mano
y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. Pero el Ángel del Señor lo llamó desde el cielo:
“¡Abraham, Abraham!”. “Aquí estoy”, respondió él. Y el Ángel le dijo: “No pongas tu mano
sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has
negado ni siquiera a tu hijo único”. Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía
los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en
holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó a ese lugar: “El Señor proveerá”, y de allí se
origina el siguiente dicho: “En la montaña del Señor se proveerá”.
Luego el Ángel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: “Juro
por mí mismo -oráculo del Señor-: porque has obrado de esa manera y no me has negado a
tu hijo único, yo te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas
del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las
ciudades de sus enemigos, y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra,
ya que has obedecido mi voz”.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 15
TERCERA LECTURA
El Señor dijo a Moisés: “¿Por qué me invocas con esos gritos? Ordena a los israelitas que
reanuden la marcha. Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en
dos, para que puedan cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos
entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y
de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando
yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros”.
El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta
colocarse detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás,
interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era tenebrosa para unos,
mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron
acercarse los unos a los otros. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor
hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el
mar en tierra seca. Las aguas se abrieron, y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar,
mientras las aguas formaban una muralla a derecha e izquierda. Los egipcios los persiguieron,
y toda la caballería del Faraón, sus carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio
del mar. Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la
columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. Además, frenó las ruedas de
sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con dificultad. Los egipcios exclamaron:
“Huyamos de Israel, porque el Señor combate en favor de ellos contra Egipto”.
El Señor dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra
los egipcios, sus carros y sus guerreros”. Moisés extendió su mano sobre el mar y, al
amanecer, el mar volvió a su cauce. Los egipcios ya habían emprendido la huida, pero se
encontraron con las aguas, y el Señor los hundió en el mar. Las aguas envolvieron totalmente
a los carros y a los guerreros de todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del
mar para perseguir a los israelitas. Ni uno solo se salvó. Los israelitas, en cambio, fueron
caminando por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e
izquierda.
Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios. Israel vio los cadáveres de
los egipcios que yacían a la orilla del mar, y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó
contra Egipto. El pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor. Entonces
Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:
Éxodo 15
El Señor es un guerrero,
su nombre es “Señor”.
Él arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército,
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo. R/.
Tú llevas a tu pueblo,
y lo plantas en la montaña de tu herencia,
en el lugar que preparaste para tu morada,
en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos.
¡El Señor reina eternamente! R/.
CUARTA LECTURA
Tu esposo es aquel que te hizo: su nombre es Señor de los ejércitos; tu redentor es el Santo
de Israel: él se llama “Dios de toda la tierra”. Sí, como a una esposa abandonada y afligida te
ha llamado el Señor: “¿Acaso se puede despreciar a la esposa de la juventud?”, dice el Señor.
Por un breve instante te dejé abandonada, pero con gran ternura te uniré conmigo; en un
arrebato de indignación, te oculté mi rostro por un instante, pero me compadecí de ti con
amor eterno, dice tu redentor, el Señor. Me sucederá como en los días de Noé, cuando juré
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que las aguas de Noé no inundarían de nuevo la tierra: así he jurado no irritarme más contra
ti ni amenazarte nunca más. Aunque se aparten las montañas y vacilen las colinas, mi amor
no se apartará de ti, mi alianza de paz no vacilará, dice el Señor, que se compadeció de ti.
¡Oprimida, atormentada, sin consuelo! ¡Mira! Por piedras, te pondré turquesas y por
cimientos, zafiros; haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu contorno de
piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande la paz de tus
hijos.
Estarás afianzada en la justicia, lejos de la opresión, porque nada temerás, lejos del temor,
porque no te alcanzará.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 29
CELEBRANTE: Señor Dios, siempre fiel a tus promesas, aumenta por medio del bautismo,
el número de tus hijos y multiplica la descendencia prometida a la fe de los patriarcas, para
que tu iglesia vea que se va cumpliendo tu voluntad de salvar a todos los hombres, como los
patriarcas lo creyeron y esperaron.
Así habla el Señor: ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero,
venga también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche.
¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia?
Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares.
Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán.
Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David.
Yo lo he puesto como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones.
Tú llamarás a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia ti, a
causa del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica.
¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca!
Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva al
Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.
Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis
caminos – oráculo del Señor –. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan
mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.
Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la
tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan
al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino
que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Isaías 12
CELEBRANTE: Dios Todopoderoso y eterno, única esperanza del mundo, tú, que
anunciaste por la voz de tus profetas los misterios que estamos celebrando esta noche, infunde
en nuestros corazones la gracia de tu Espíritu, Para que podamos vivir una vida digna de tu
redención. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SEXTA LECTURA
Escucha, Israel, los mandamientos de vida; presta atención para aprender a discernir.
¿Por qué, Israel, estás en un país de enemigos y has envejecido en una tierra extranjera?
¿Por qué te has contaminado con los muertos, contándote entre los que bajan al Abismo?
¡Tú has abandonado la fuente de la sabiduría! Si hubieras seguido el camino de Dios, vivirías
en paz para siempre. Aprende dónde está el discernimiento, dónde está la fuerza y dónde la
inteligencia, para conocer al mismo tiempo dónde está la longevidad y la vida, dónde la luz
de los ojos y la paz.
¿Quién ha encontrado el lugar de la Sabiduría, quién ha penetrado en sus tesoros? Pero el que
todo lo sabe, la conoce, la penetró con su inteligencia; el que formó la tierra para siempre, y
la llenó de animales cuadrúpedos; el que envía la luz, y ella sale, la llama, y ella obedece
temblando. Las estrellas brillan alegres en sus puestos de guardia: él las llama, y ellas
responden: “Aquí estamos”, y brillan alegremente para aquel que las creó. ¡Este es nuestro
Dios, ningún otro cuenta al lado de él!
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 18
CELEBRANTE: Dios nuestro, que haces crecer continuamente a tu iglesia con tus hijos
llamados de todos los pueblos, dígnate proteger siempre con tu gracia a quienes has hecho
renacer en el bautismo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SÉPTIMA LECTURA
La palabra del Señor me llegó en estos términos: “Hijo de hombre, cuando el pueblo de Israel
habitaba en su propio suelo, lo contaminó con su conducta y sus acciones: su conducta era
ante mí como la impureza de una mujer en su menstruación. Entonces derramé mi furor sobre
ellos, por la sangre que habían derramado sobre el país y por los ídolos con que lo habían
contaminado. Los dispersé entre las naciones y ellos se diseminaron por los países. Los
juzgué según su conducta y sus acciones. Y al llegar a las naciones adonde habían ido,
profanaron mi santo Nombre, haciendo que se dijera de ellos: “Son el pueblo del Señor, pero
han tenido que salir de su país”. Entonces yo tuve compasión de mi santo Nombre, que el
pueblo de Israel profanaba entre las naciones adonde había ido.
Por eso, di al pueblo de Israel: Así habla el Señor: Yo no obro por consideración a ustedes,
casa de Israel, sino por el honor de mi santo Nombre, que ustedes han profanado entre las
naciones adonde han ido. Yo santificaré mi gran Nombre, profanado entre las naciones,
profanado por ustedes. Y las naciones sabrán que yo soy el Señor – oráculo del Señor –
cuando manifieste mi santidad a la vista de ellas, por medio de ustedes. Yo los tomaré de
entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré a su propio suelo. Los
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rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los purificaré de todas sus impurezas
y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les
arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi
espíritu en ustedes y haré que sigan mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes.
Ustedes habitarán en la tierra que yo he dado a sus padres. Ustedes serán mi Pueblo y yo seré
su Dios”.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
De los Salmos 41 y 42
CELEBRANTE: Señor Dios nuestro, poder inmutable y luz sin ocaso, prosigue bondadoso
a través de tu iglesia, sacramento de salvación, la obra que tu amor dispuso desde la eternidad;
que todo el mundo vea y reconozca que los caídos se levantan, que se renueva lo que había
envejecido y que todo se integra en aquel que es el principio de todo, Jesucristo, nuestro
Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
CELEBRANTE: Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche santa con la gloria del
Señor resucitado, aviva en tu iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma,
nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y
reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
EPÍSTOLA
Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos
hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para
que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida
nueva.
Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte semejante a la suya, también nos
identificaremos con él en la resurrección. Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido
crucificado con él, para que fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser
esclavos del pecado. Porque el que está muerto, no debe nada al pecado.
Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que
Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Al
morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios. Así también
ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios
¡ALELUYA, ALELUYA!
MONITOR: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es
obra de la mano del señor, es un milagro patente.
¡ALELUYA, ALELUYA!
CICLO A
Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María
fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del
Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era
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como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias
temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: “No teman, yo
sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo
había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos:
“Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán”. Esto es
lo que tenía que decirles”. Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron
rápidamente del sepulcro y corrieron a dar la noticia a los discípulos.
De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: “Alégrense”. Ellas se acercaron
y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: “No teman; avisen a mis
hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”.
CICLO B
CICLO C
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que
habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro3 y entraron, pero no
hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les
aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor,
no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: “¿Por qué buscan entre los
muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando
aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los
pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día”. Y las mujeres recordaron sus
palabras.
TERCERA PARTE
LITURGIA BAUTISMAL.
Y después de una breve pausa de oración en silencio, con las manos juntas, prosigue:
V: CELEBRANTE R: PUEBLO
R: Sí, renuncio.
R: Sí, renuncio.
R: Sí, renuncio.
R: Sí, creemos.
V: ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa María Virgen,
padeció y fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
R: Sí, creo.
R: Sí, creo.
CELEBRANTE: Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos hizo nacer
de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, y que nos concedió la remisión de los pecados, nos
guarde en su gracia en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna.
El sacerdote celebrante rocía al pueblo con el agua bendita, mientras se entona un canto bautismal. Cuando
el sacerdote concluye la aspersión, se hace la Oración universal. No se dice credo.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hijos de Dios por la fe y el bautismo, oremos confiadamente a cristo resucitado que venció
el pecado y la muerte y nos da la luz de la vida. A cada invocación vamos a responder
MONITOR:
1.- Por la iglesia, signo de vida y esperanza en medio de los pueblos. Roguemos al señor
2.- Por los nuevos bautizados, para que confirmen su nuevo nacimiento con la fe y testimonio
de una vida injertada en Jesucristo. Roguemos al señor
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3.- Por el anuncio de la Buena Noticia a todos los hombres. Roguemos al señor
4.- Por la paz, la justicia y la solidaridad entre todos los hombres y todos los pueblos, frutos
de la pascua del señor. Roguemos al señor
Terminada la oración universal se entona el canto de ofertorio, el ministro extiende el corporal sobre el altar,
deposita el Santísimo Sacramento, se lava las manos y prepara el libro.
Una vez terminado el canto de ofertorio, de pie, se inicia la oración del Padre Nuestro.
CUARTA PARTE
LITURGIA EUCARÍSTICA
Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Tan pronto termine la antífona, ya sea el ministro o el monitor, dan las instrucciones a la
gente en que forma va a repartir la comunión, después de esto se entona el canto de
comunión, empieza a repartir la comunión comenzando por su monitor y después a la gente.
Terminada la comunión se puede orar en silencio por algún espacio de tiempo, según lo
escatime el ministro para que le dé tiempo de guardar el santísimo en el sagrario. Después
el celebrante invita a ponerse de pie. Luego dice la siguiente oración.
CELEBRANTE: Infúndenos, Señor, tu espíritu de caridad para que vivamos siempre unidos
en tu amor los que hemos participado en este sacramento de la muerte y resurrección de
Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Pidamos que nos bendiga Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R. / Amén.
MONITOR: He resucitado y viviré siempre contigo; has puesto tu mano sobre mí, su
sabiduría ha sido maravillosa. Aleluya.
CELEBRANTE: Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has
abierto las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos hoy la pascua de la
resurrección, resucitar también en una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
A continuación se hace el acto penitencial
Decimos todos.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Por
eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos
que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor.
El ministro concluye con la siguiente plegaria
Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna. Amén.
(CANTO: SEÑOR TEN PIEDAD).
(CANTO: GLORIA).
MONITOR: Sentados, escucharemos ahora la primera lectura tomada del libro de los
Hechos de los Apóstoles. Hemos comido y bebido con Cristo Resucitado.
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PRIMERA LECTURA
“Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque
la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del
Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo
de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino
a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después
de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios
lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los
que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.”
Palabra de Dios.
MONITOR: A continuación al Salmo responderemos: “Este es el día del triunfo del Señor.
Aleluya”
SALMO RESPOSORIAL
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa
de Israel: "Su misericordia es eterna". R/
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré,
continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la
mano del Señor, es un milagro patente. R/.
MONITOR: Escucharemos ahora la segunda lectura tomada del libro del carta del apóstol
san Pablo a los Colosenses. “Busquen los bienes del cielo, donde está cristo”.
SEGUNDA LECTURA
Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde
está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no
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en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando
se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos,
juntamente con Él.
Palabra de Dios.
SECUENCIA
(Se pone de pie a los fieles y el celebrante lee con voz clara)
EVANGELIO
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro
y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón
Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero
el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose,
miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró. En eso llegó también Simón Pedro, que
lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el
sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino
doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado
primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras,
según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús,
situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero
los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De
qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que
ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron:
"Lo de Jesús, el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante
todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo
condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que Él sería el libertador de
Israel, y, sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto
que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al
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sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos
ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro
y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a Él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo
lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y
así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les
explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a Él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, Él hizo como que iba más lejos; pero ellos le
insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y
entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Él
se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía,
mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Después de leer el evangelio el ministro da la homilía terminado con esta pone de pie a la gente e inicia el creo
SE DICE CREDO.
Creo en un solo Dios,
ORACIÓN UNIVERSAL
Dentro de la oración universal, el ministro puede pedir por la gente del pueblo o por una persona en especial,
esta oración es moldeable y se le puede agregar más peticiones.
MONITOR:
Por la Iglesia: por el Papa, por los obispos, sacerdotes y diáconos, por los religiosos y
religiosas, por todos los fieles. Que en todos crezca la fe y la esperanza que nos trae la
resurrección del Señor. Roguemos al señor.
Por nuestro país, y por todos los países del mundo. Que a todos alcance la paz y libertad.
Roguemos al señor.
Por los que durante este tiempo de Pascua recibirán el Bautismo, la Confirmación o la
primera Eucaristía. Que vivan llenos de la gracia del Espíritu Santo. Roguemos al señor.
Por todos nosotros. Que esta Pascua renueve nuestra adhesión a Jesús resucitado. Roguemos
al señor.
CELEBRANTE: Jesús resucitado, escúchanos y danos la fuerza de tu Espíritu. Tú, que vives
y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Terminada la oración universal se entona el canto de ofertorio, el ministro extiende el corporal sobre el altar,
deposita el Santísimo Sacramento, se lava las manos y prepara el libro.
Terminando el canto de ofertorio el monitor pone de pie a la gente y el ministro inicia con la oración sobre
las ofrendas
Después del canto de la paz el ministro hace una genuflexión toma la hostia y elevándola un poco sobre el
copón la muestra al pueblo diciendo.
Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
MONITOR: Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua
con una vida de rectitud y santidad. Aleluya.
CELEBRANTE: Señor, protege siempre a tu Iglesia con amor paterno, para que, renovada
ya por los sacramentos de Pascua, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Manual De Ministro Extraordinario Para Misiones De Semana Santa
Ciclos A, B Y C
Elaboró: Jesús Cristian Alexis Torres Cedillo J-10 131
Movimiento de jornadas de vida cristiana “La Salle”
Para despedir al pueblo, durante toda la octava se dice:
GUÍA: Dios te salve, María Santísima, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen
concebida sin mancha del pecado original:
TODOS: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suplicamos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Queridos Hermanos: La familia, que es por el sacramento del matrimonio, recibe la gracia
de Cristo y una vida nueva, tiene una especial importancia tanto para la Iglesia como para la
sociedad civil, de las cuales es la célula primera y vital.
Con esta celebración invocamos la bendición del Señor para que los miembros de la familia
sean para siempre entre si cooperadores de la gracia y difunda la fe en las diversas
circunstancias de la vida. Con la ayuda de Dios cumplirán su misión, conformado toda vida
según el Evangelio para que puedan ser ante el mundo testigos de Cristo.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 12-14.
“lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo,
forman entre todos un solo cuerpo, así también es Cristo. Todos nosotros, ya somos judíos o
griegos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu. Para formar un solo
cuerpo. Y hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo”
PALABRA DE DIOS.
PETICIONES
Invoquemos a Cristo, el Señor, la palabra eterna del Padre, que, mientras convivió con los
hombres. Quiso vivir en familia y colmarla de bendiciones, y pidámosle que proteja a esta
familia diciendo “Guarda en tu Paz nuestra familia, Señor”
Oración de bendición.
Jesús el Señor, que vivió en el hogar de Nazaret, permanezca siempre con esta familia, la
guarde de todo mal y le conceda su paz. Amén.
Jesús el Señor, que pasó haciendo el bien y curando a todas las dolencias y enfermedades,
encomendó a sus discípulos que cuidaran a los enfermos, que les impusieran las manos, y
que los bendijeran en su Nombre. En esta celebración encomendamos a Dios a nuestros
hermanos enfermos, para que los ayude a soportar con paciencia los sufrimientos del cuerpo
y del espíritu, sabiendo que si somos compañeros de Cristo en el sufrir, también lo seremos
en el gozar.
Amén.
Llenos de confianza pidamos a Jesús, el señor, que consuele con su gracia a nuestros
hermanos enfermos, y digámosle suplicantes “atiende con bondad, Señor a este enfermo”
- Tú que viniste al mundo como médico de los cuerpos y de las almas, para curar
nuestras enfermedades. Roguemos al señor.
El ministro hace la señal de la santa cruz en la frente de él o los enfermos y dice la siguiente
oración.
Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno, que con tu bendición levantas y fortaleces
nuestra frágil condición, mira con bondad a este servidor (es) tuyo (os) N. y aparta de él
(ellos) la enfermedad y devuelve (s) la salud, para que agradecido (s) bendigan tu santo
Nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
“En aquel tiempo decía Jesús: el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se
parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los
ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba
cimentada sobre roca. Él que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece
a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos,
soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió completamente, al terminar Jesús
este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza” Palabra de Dios.
Hermanos, al implorar la bendición del Señor sobre esta familia, tengamos presente que la
unión familiar sólo puede mantenerse y crecer cuando se tiene por autor al mismo Señor.
Invoquémoslo contestando: “Santifícanos Señor”.
- Señor Jesucristo, por quien todo edificio se va levantado, por la fuerza del Espíritu
Santo, hasta formar un templo consagrado, haz que estos servidores tuyos se reúnan
en tu Nombre y que tu vida tenga en ti un sólido fundamento. Roguemos al señor.
Oración de bendición.
Dios eterno, que con tu amor de Padre no dejas de atender a las necesidades de los hombres,
derrama sobre esta familia la abundancia de tu bendición y santifica con tu gracia a los que
viven en esta casa. Para que, obrando según tus mandatos, y aprovechando el tiempo
presente, lleguen un día a la morada que tienen preparada en el cielo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
Que Dios los colme su fe de la alegría y de la paz y que el Espíritu Santo derrame en todos
ustedes sus dones. Amén.
OBJETOS LITURGICOS.