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BIBLIOTECA LA BIBLIA Y EL LEGADO

DB

AUTORES CRISTIANOS DEL ANTIGUO ORIENTE


Declarada de interés nacional
El entorno cultural de la historia de salvación
390 —
ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA POR
DIRECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA
MAXIMILIANO GARCÍA CORDERO
LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA UNIVER-
SIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELA- CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD P O N T I F I C I A DE SALAMANCA
CIÓN CON LA BAC ESTÁ INTEGRADA EN E L
AÑO 1 9 7 7 POR LOS SEÑORES S I G U I E N T E S :

PRESIDENTE :
Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. VICENTE ENRIQUE Y TARANCÓN,
Cardenal Arzobispo de Madrid-Alcalá y Gran Canciller de
la Universidad Pontificia
VICEPRESIDENTE: limo. Sr. Dr. FERNANDO SEBASTIÁN
AGUILAR, Rector Magnífico xj.ca.. \ASUS>J¿ASO

VOCALES : Dr. A L F O N S O ORTEGA CARMONA, Vicerrector,


Decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Vicedecano de
la Sección de Filología Bíblica Trilingüe; Dr. JUAN LUIS
ACEBAL LUJAN, Secretario General; Dr. GABRIEL PÉREZ
RODRÍGUEZ, Decano de la Facultad de Teología; Dr. J U -
LIO MANZANARES MARIJUÁN, Decano de la Facultad de
Derecho Canónico; Dr. MANUEL CAPELO MARTÍNEZ, De-
cano de la Facultad de Ciencias Sociales; Dr. SATURNINO
ALVAREZ TURIENZO, Vicedecano de la Sección de Filosofía;
Dr. JUAN ANTONIO CABEZAS SANDOVAL, Vicedecano de la
Sección de Pedagogía; Dr. ENRIQUE FREIJO BALSEBRE, Vi-
cedecano de la Sección de Psicología.
Sitf'.KETARio: Dr. JUAN SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Catedrático
de Derecho Canónico.

I.A EDITORIAL CATÓLICA, S. A. — APARTADO 466 BIBLIOTECA DE A U T O R E S CRISTIANAS


MADRID • MCMLXXVII MADRID • MCMLXXVII
J\ la memoria de mi maestro P. Ro-
lando de Vaux, O.P., quien, con sus
luminosas lecciones sobre historia bí-
blica en L' Ecole Biblique de Jéru-
salem, imprimió en mis ilusiones de
estudiante el deseo de entregarme de
lleno a la investigación del Libro de
los libros.
.«-.•;.. V I

£ ) Biblioteca de Autores Cristianos, de EDICA, S. A. Madrid 1977


Con censura eclesiástica
Depósito legal M-8302-1977
JSBN 84-220-0809-2
Impreso en España. Printed in Spain
Í N D I C E G E N E R A L

Págs.

PRÓLOGO xv

SIGLAS xxi

I. Los orígenes del m u n d o y de la humanidad 3


1. El relato de la creación; del caos al cosmos 3
a) Poema de la creación babilónico 7
b) Texto menfltico de la creación 11
2. La formación del hombre 12
Poema babilónico de la creación 13
Textos sumerios 14
Epopeya de Gilgamesh 17
3. El paraíso 18
Textos sumerios 20
Poema de Gilgamesh 22
Relato de Beroso 25
4. La formación de la mujer 26
5. El árbol de la «ciencia del bien y del malí y el «árbol de la
vida» 29
Poema de Gilgamesh 31
Mito de Adapa 33
Poema de Ene-ba-am 34
6. El pecado de los primeros padres 35
II. El diluvio bíblico y el diluvio babilónico 41
1. El diluvio bíblico 41
2. El relato del poema de Gilgamesh 43
3. Estudio comparativo entre los dos relatos 46
4. Conclusión 51
5. Relato de Beroso 52
6. Versión sumeria del diluvio mesopotámico 53
III. La confusión de las lenguas y la dispersión de la h u m a -
nidad 56
1. El episodio de la torre de Babel 56
2. La dispersión de la humanidad 59
a) Los jafetitas '. 60
b) Los camitas 62
c) Los semitas 65

IV. La historia de los patriarcas 69


A) Historicidad de los -relatos patriarcales 69
1. Eco de la historia patriarcal en la literatura p r o -
fética 69
2. Interpretación teológica de la historia 71
3. Opiniones contrarias a la historicidad de los relatos
patriarcales.. 74
vni índice general
índice general ix
Págs.
Págs.
4. Las diversas tradiciones de los clanes israelitas.... 90
5. El trasfondo histórico del antiguo Oriente en la h) La administración agraria de José 203
época patriarcal 93 i) Emigración del clan de Jacob a Egipto 210
a) Relato de Sinuhé 96 3. La opresión de los hijos de Israel en Egipto 217
b) Textos de «execración» 100 4. Historia de Moisés 225
6. Los amorreos 100 a) La juventud de Moisés 227
Cartas de Mari 102 b) Moisés en el desierto con los madianitas 232
7. Los jurritas 105 c) El nombre de «Yahweh» 235
8. La invasión de los «hicsos» 107 d) ¿El nombre de «Yahweh» fuera de Israel? 238
Estela de Carnavón 111 e) Explicación etimológica del nombre de «Yahweh». . . 239
9. La emigración de Abraham 113 5. La epopeya del Éxodo; la liberación de la servidumbre. . 242
a) De Ur a Jarran 113 a) Las plagas de Egipto 242
b) De Jarran a Canaán 120 b) La salida de Egipto 247
c) Abraham y el incidente con los cuatro reyes c) Fecha del Éxodo 251
orientales 13 o d) La ruta del Éxodo 260
10. Origen étnico de los patriarcas 135 e) El paso del mar Rojo 263
a) ¿Origen arameo? 136 6. Los portentos del desierto del Sinaí 267
b) Los hebreos y los jabiru-apiru 139 a) Las codornices y el maná 267
11. Datación de la época patriarcal 146 b) Los dos milagros del agua 270
c) La localización del Sinaí 273
B) Las costumbres patriarcales y el fondo consuetudinario-ju-
rídico del antiguo Oriente 15 : VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí 279
1. Clase social de los patriarcas 15 1
1. La «alianza» mosaica 279
2. La sociedad patriarcal 153 2. La «alianza» mosaica y los «contratos de vasallaje» del anti-
3. Las costumbres jurídicas 154 guo Oriente 286
a) El matrimonio 156 3. La religión mosaica; ¿monoteísmo o henoteísmo? 290
b) Derecho de la primogenitura y levirato 159 a) La religión del desierto 291
c) Otros incidentes de la vida patriarcal 160
b) El «monoteísmo» mosaico y la reforma unificadora de
C) La religión de los patriarcas 163 Amenofis IV (Himno al SolJ 302
a) Monoteísmo embrionario o monolatría 163
b) El Dios protector del clan 163 VII. La legislación mosaica 311
c) Dios personal y providente 164 1. Consideraciones generales 311
d) Dios justo y familiar 165 2. El decálogo 317
e) Culto sin sacerdocio profesional 166 Confesión del difunto ante Osiris 333
f) El Shadday-Elyón frente a Baal 166 3. La legislación mosaica y las legislaciones antiguas orien-
Conclusión sobre la historicidad de los patriarcas 167 tales 334
A) Consideraciones generales. Diversos códigos orientales. 334
V. Los israelitas en Egipto 17 o a) Código deUr-Nammu 335
1. Consideraciones generales 17 o b) Código deBilalama 335
2. La historia de José 176 c) Código deLipit-Ishtar 336
a) Consideraciones generales 176 d) Código deHammurabi 336
b) L a venta de José 178 e) Leyes mecb-asirias 337
c) José en la casa de Putifar 178 f) Leyes hititas 337
Historia de los «dos hermanos» 183 g) Leyes neobabilónicas 338
d) José, intérprete de sueños 186 B) Diversos códigoi legislativos atribuidos a Moisés 338
e) Los sueños del faraón 190 a) El «decálogo» (Ex 20,2-17: Dt 5,6-21) 338
Himno al Nilo 19 l b) Código déla alianza (Ex 20,22-23,19) 338
f) José, intendente del reino 194 c) Decálogo ritual (Ex 34,11-26) 338
g) El faraón, protector de José y los «hicsos» 199 d) Código deiiteronómico (Dt c. 16-26) 338
índice general índice general xi
Pdgs. Pdgs.

e) Código de santidad (Lev c. 17-26) 339 h) Ismaelitas 428


f) Código sacerdotal 339 i) Edomitas 429
C) Comparación de la legislación hebraica con la de los 3) Árameos 429
pueblos orientales 339 k) Moabitas y ammonitas 430
1. Consideraciones generales 339 13. Situación social en Canaán 431
2. Sinopsis comparativa entre la legislación hebrai- 14. La religión cananea 433
ca y la de los antiguos códigos orientales 340 a) El panteón cananeo según la Biblia 433
b) El dios El 434
El culto mosaico 352 c) Baal y Anat 434
d) Reschef. Mot 435
1. El santuario del desierto; la «tienda de la reunión» 353
15. Textos religiosos de Ugarit (Ras Shamra) 438
2. Al arca de la alianza 355
3. Los sacrificios 359 A) El ciclo de «Baah '. . . 438
a) El altar 359 B) La leyenda de «Keret* 441
C) Leyenda de «Aghat» 442
b) El sacrificio «holocausto» 360
c) Sacrificio de «comunión» 362 D) Poema de «Shajar» y «Shalem» 444
E) Leyenda de «Nikkah y las «KatiraU 444
d) Sacrificios expiatorios 362
e) Ofrendas 363 F) Los nefaimo 444
f) Origen de los sacrificios 364 16. ¿Influencia de los textos de Ugarit en la religión y litera-
4. El sacerdocio 367 tura hebraica? 445
5. Las antiguas fiestas religiosas 373 A) Panteón y mitología de Ugarit 446
a) Pascua-Ázimos 373 B) Culto y ritos 453
b) La fiesta de las Semanas o de Pentecostés 377 C) Las influencias literarias 456
c) La fiesta de las Tiendas o Tabernáculos 377 17. La religión fenicia posterior 460
d) La fiesta de la Expiación 379 A) Panteón 460
B) Las cosas sagradas 464
La penetración de los israelitas en Canaán 383 a) Lugares de culto 465
1. Camino de la tierra de promisión 383 b) Personal de los templos 465
2. Situación política de Canaán en la segunda mitad del se- c) Los sacrificios 466
gundo milenio a.C 391 d) Sacrificios humanos 467
3. Canaán bajo la dominación egipcia 394 e) Las fiestas; las 1 Adonías» 468
4. Canaán en los tiempos de Tell Amarna 397 f) La sepultura 469
5. Los jabiru-apiru 400
6. Los textos de El Amarna 402 La conquista de Canaán y la instalación de las tribus. La
7. Cartas de los reyes de Canaán al faraón 405 monarquía 472
8. Otros textos referentes a los «jabirú» 408
9. El control de Canaán por los egipcios en los siglos xiv- 1. La penetración en Canaán 472
2. El paso del Jordán 474
XIII a.C 409
Campaña de Setis I (1318-1301) en Canaán 412 3. La toma de Jericó 476
Campaña de Ramsés III en Canaán 413 4. La batalla de Gabaón 480
Los «pueblos del mar» 414 5. La formación de la llamada «anfictionía» de las t r i b u s . . . . 482
6. La constitución de la monarquía 486
10. Los filisteos (y otras poblaciones indoeuropeas) 415 7. La división del reino; Judá e Israel 494
11. Relato de Wen-Amón el egipcio sobre su viaje a Fenicia. 419 Expedición de Asur-nasir-pal III (883-59) 496
12. Las poblaciones de Canaán según la Biblia .*". 420 La batalla de Qarqar según el relato de Salmanasar II]
a) Cananeos 420 (858-24) 498
b) Amorreos 422 Estela de Mesha, rey de Moab 499
c) Perezeos 424 Incursión de Salmanasar III hacia Occidente (840 a.C.). . 501
d) Jéteos o hititas 424 Obelisco de Salmarasar III (840 a.C.) , 502
e) Jurritas u horitas e hiwwitas 425 Expedición de Adad-Nirari III (810-783) 503
f) Gergueseos 427 Inscripción de Zakir de Hammath y de Luath , 503
g) Qenitas y calebitas 427 Estela de Ben-Hadad de Damasco (hacia 860 a . C ) . . . , 504
XII índice general Índice general xm
Págs. Págs.

expedición de Teglatfalsar III (744-27) contra Siria y Literatura profético-sapiencial 555


Palestina 505
A) Profetismo 555
Tributo de Menajem de Israel a Teglatfalsar III (hacia
738 a.C.) 506 I. Egipto 557
Incursión de Teglatfalsar III 506 1. Cuento profético del papiro Westcar 560
Otro texto de Teglatfalsar III 507 2. Lamentaciones y admoniciones de Ypu-wer. . 560
Inscripción del palacio de Sargón en Jorsabad 508 3. El cuento profético de Neferty 563
Anales de Sargón II 509 4. Profecías del Cordero bajo el rey Bochoris
Las inscripciones de «ostentación» de Sargón II 509 (718-12) 566
Fragmentos del prisma A, con alusiones a Judá 510 5. El oráculo del alfarero 567
Inscripción de Nimrud 511 6. Crónica demótica 568
Otra inscripción de Nimrud 511
II. Mesopotamia 569
8. El reinado de Ezequías de Judá (727-691) 512
1. Sumer y Babilonia 570
Inscripción de Siloé 513
2. El fenómeno estático 571
Texto del «prisma exagonal» (Taylor) de Senaquerib. . . . 515
3. El «profetismo» en Mari 573
Relato de Herodoto 518
4. Canaán 575
Otras menciones de Judá y Ezequías en textos asirios. . . 519
5. Los «extáticos» de Byblos según el relato de
Muerte de Senaquerib (cilindro de Rassam) 521
Ewn-Amon 576
9. Reinado de Manases (687-42) 521
Campaña de Asaradón (680-69) en Siria y Palestina B) Literatura sapiencial 577
(prisma B,54-VI,i) 522 I. Textos egipcios 577
Recepción del tributo de Palestina y TransJordania por 1. Canto del arpista 577
Asaradón 523 2. Canto de la tumba de Nofrihotpu (goce de la
Tributo de los reyes de Siria y Palestina a Asurbanipal... 524 vida)... 579
10. Reinado de Josías de Judá (640-609) 525 3. Invitación a seguir los impulsos del corazón
Texto sobre la caída de Nínive 527 (Papiro Harris) 580
Caída de Nínive (612 a.C.) 528 4. Las penalidades de los oficios manuales 581
11. El fin del reino de Judá 528 5. Preceptos de Ptah-hotep 583
6. Instrucción del rey Akhtoi para su hijo Meri-
Crónica de Babilonia sobre el primer asedio de Jerusalén
Kare 588
(598-97 a.C.) 530
7. Instrucción de Amen-em-het 589
Mención del rey Joaquín de Judá en una lista de prisione-
8. Instrucción del príncipe Hor-Defef 590
ros en Babilonia 531
9. Instrucción de Ani 590
Ración de Joaquín de Judá en la cautividad 531
10. Instrucción de Amen-em-opet 592
12. Las «ostraka» de Lakish (del 588 a . C : durante el asedio 11. Invitación a gozar de la vida (inscripción fune-
de Jerusalén) 535 raria de Filae) 597
13. Reorganización después de la destrucción de Jerusalén. . 538 12. Diálogo del misántropo con su alma 598
Caída de Babilonia (según la crónica de Nabónides: 13. Quejas de un aldeano 600
539 a.C). 543 14. Cantos amorosos 600
Cilindro de Ciro (557-29) sobre la conquista de Babilo- 15. Cantos del pueblo vulgar 603
nia y liberación de los exiliados 544 16. Confesión de un «justo» (de la V dinastía, si-
14. Repatriación de los judíos 546 glo xxv a.C.) 604
15. La colonia judía de Elefantina en Egipto 549 17. Confesión de inocencia del difunto ante Osiris. 604
16. Los papiros de Elefantina (s.V a.C.) 551 18. Oraciones para preservar la existencia 607
a) El llamado «papiro pascual» 551 19. Plegaria implorando el perdón de los pecados. . 607
b) Solicitud de autorización para reconstruir el templo II. Textos mesopotámicos 607
de Yahi 552 1. Fábulas acadias 607
c) Respuesta de los gobernadores de Judá y de Sa- 2. Proverbios y consejos acadios S08
maría 553 3. Proverbios sumerios 610
d) Petición de los judíos de Elefantina 553 4. Consejos sapienciales 611
5. Sentencias de Ahiqar 612
6. El «Ahiqar» de la Biblia 617
MV Indi ce general

Págs. P R O L O G O
7. El «justo doliente» 620
8. Diálogo pesimista entre un afligido y su amigo
sobre la miseria humana 626
10. La región de los muertos 631
Descenso de Ishtar a los infiernos 631
L A historia bíblica se desarrolla dentro de un trasfondo his-
XII. Los documentos del mar Muerto 635 tórico-geográfico bien determinado en el área del Próximo
A) Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 635 Oriente, justamente en una encrucijada geográfica en la que
1. Régimen de la comunidad 636 se dan cita los dos imperios y focos culturales de la antigüedad:
2. Creencias religiosas de la secta 642 el mesopotámico y el egipcio. Porque Canaán, escenario de la
a) Conciencia de elección 642 trama bíblica, es el punto de unión y el lugar obligado de paso
b) Elección gratuita y personal 643 entre Asia y África, y por ello esa franja geográfica en el Me-
c) Ley de Moisés 644 diterráneo oriental es de una importancia capital en el trasiego
d) Comunidad de penitencia 645
e) Esperanza de la inmortalidad 646
de inquietudes políticas y culturales que surgen a orillas del
f) Expectación mesiánica 647 Nilo y de la llanura mesopotámica. Por eso, la historia bíblica,
g) Tensión escatológica 649 lejos de estar aislada en el contexto de la marcha de las grandes
h) Concepción «dualista» 650 civilizaciones, encuentra su esclarecimiento a la luz de los ha-
i) El llamado «maestro de justicia» 651 llazgos arqueológicos, que han establecido con bastante nitidez
3. Otros movimientos religiosos judaicos 655 la historia de los pueblos del Creciente Fértil y su entorno
a) La Comunidad de la Nueva Alianza de Da- cultural. De hecho, muchos de los grandes monarcas y prota^
masco 655
b) Los «esenios» 656 gonistas de esta encrucijada geográfica, ahora perfectamente
c) Los «terapeutas» de Alejandría 659 fechados, aparecen mencionados en la Biblia en relación con
d) Otras asociaciones judaicas 660 sus grandes invasiones.
B) Los escritos de Qumrán y el Nuevo Testamento 660 En efecto, hasta hace un siglo no teníamos más fuentes
1. Juan el Bautista 662 para conocer la historia del Próximo Oriente que los datos de
2. Relaciones de Jesucristo con los esenios 668 la Biblia y los relatos legendarios recogidos por los autores
3. Jesús y el «Maestro de justicia» 675
4. ¿Influencias de Qumrán en la primitiva Iglesia cris- griegos, como Herodoto y Jenofonte. Pero ahora, al descifrarse
tiana? 681 la escritura jeroglífica de Egipto y la cuneiforme de Mesopo-
5. ¿Influencia de Qumrán en la organización de la pri- tamia en sus tres formas—sumeria, acadia y asiría—, tenemos
mitiva Iglesia? 682 medios de recomponer con bastante detalle los avatares de una
6. ¿Influencia de Qumrán en los escritos apostólicos?.. 685
historia que tiene tanta importancia en el desarrollo de las
a) Dualismo entre «carne» y «espíritu» 686
b) Dualismo entre la «luz» y las «tinieblas» 686
culturas orientales. Y los nombres de faraones como Sesac,
c) Separación entre cristianos e infieles 688 Hofra, Necao y Psamético que leemos en los textos egipcios
ÍNDICE DE AUTORES 693
aparecen mencionados en los relatos bíblicos. Igualmente, los
grandes monarcas asirios—Teglatfalasar, Salmanasar, Sarjón,
ÍNDICE ONOMÁSTICO GENERAL 699
Senaquerib, Asaradón y Asurbanipal—, que nos han dejado
ÍNDICE GEOGRÁFICO 701 sus anales de conquistas en el occidente semítico, apareen
ÍNDICE ONOMÁSTICO DE DIVINIDADES 703 entrelazados en los relatos bíblicos del primer milenio i.C,
ÍNDICE IDEOLÓGICO GENERAL 704 Bajo este punto de vista, la historicidad de los relatos de la
Biblia, al conectar incidentalmente con la historia de los pue-
blos vecinos a Israel, lejos de ser desmentida, queda confirrrada
hasta en sus menores detalles cronológicos, lo que revelí la
honestidad y seriedad historiográfica con que trabajábanlos
analistas hebreos.
Prólogo XVII
XVI Prólogo

Por otra parte, los hallazgos arqueológicos más recientes trasfondo histórico del valle del Nilo. Con todo, ya en la estela
han dado nuevas luces sobre la prehistoria de Canaán, que nos de Merenptah (el supuesto faraón del Éxodo, del siglo xin a.C.)
sirve para encuadrar las figuras de la época patriarcal. Ya en se menciona a Israel como una agrupación étnica al lado de
la hoya del Jordán, las excavaciones de Jericó y de Teleilat localidades cananeas, bien conocidas, como Ascalón, Gezer
Gasul nos revelan la presencia de una cultura eneolítica ante- y Yanuam. La segunda conexión de la historia bíblica con la
rior a la invasión semítica en la zona. Otro tanto se ha de decir egipcia es con ocasión de la invasión de Sesac o Sheshonq de
de las excavaciones de Cisjordania, en las localidades de Si- Egipto sobre la parte meridional de Palestina, hecho que queda
quem, Megiddo, Lakish, que fueron habitadas antes de la in- mencionado en la Biblia y en la lista de localidades de la zona
vasión amorrea por gentes protocananeas allá por el tercer conquistadas por el faraón esculpida en los templos de Luksor.
milenio a.C. Más tarde, en el segundo milenio a.C, se entre- Esta incursión tuvo lugar en el siglo x a.C, poco tiempo
cruzan en esta zona influencias semítico-occidentales, egipcias, después de Salomón.
cretenses y fenicias. Bajo este aspecto, las excavaciones de Uga- Y del siglo ix a.C. tenemos la famosa estela de Mesha, rey
rit-Ras Shamra, en la línea fronteriza entre Siria y el Líbano de Moab, quien relata sus esfuerzos por verse libre del yugo
actuales, son de particular interés para conocer el trasfondo del rey de Israel, Acab, hecho que también queda registrado
religioso del alto Canaán con sus cultos a Baal y a El, jefe del en los anales bíblicos. A partir del siglo v m a.C, las cone-
panteón, nombres que aparecen en los relatos bíblicos. xiones con la historia de Mesopotamia son más abundantes,
ya que en la Biblia se pormenorizan las incidencias de las in-
Israel surgirá de un clan nómada protoarameo que a me- vasiones de los grandes reyes a partir de Teglatfalasar III hasta
diados del segundo milenio a.C. se desplazó desde la Alta Asurbanipal, las que se confirman por los anales reales cunei-
Siria hacia el centro del Bajo Canaán en busca de pastos con formes de la época. Tenemos el caso clásico del sitio de Jeru-
ánimo de acercarse al delta egipcio, que en tiempos de sequía salén por Senaquerib a fines del siglo vm a.C, el cual se
era el lugar de refugio de los famélicos beduinos asiáticos, jacta de haber encerrado a Ezequías en esta ciudad «como
como se relata en los textos bíblicos y en los egipcios de esta a pájaro en su jaula», expresión gráfica que se esclarece bien
época. Es en esa trashumancia del clan de Abraham, aparen- a la luz de los relatos bíblicos paralelos.
temente sin relieve histórico, cuando se pone en marcha la
llamada «historia de salvación», en cuanto que los autores bí- En realidad, ya un siglo antes se menciona en los textos
blicos ven en él al padre de los creyentes, porque en él «serían cuneiformes a Jehú, rey de Israel, presentando su tributo
bendecidas todas las familias de la tierra». Las intervenciones a Salmanasar III poco después de la batalla de Qarqar, en
providencialistas del Dios de los patriarcas irán creando la 853 a.C. Y en el siglo vm a.C, Menajem, rey de Israel, vuelve
conciencia de elección, que los genios religiosos de Israel lle- a ofrecer tributo a Teglatfalasar III, según testificación expresa
varán a su formulación más concreta bajo la idea de una alianza de los textos asirios; y la «casa de Omri», fundadora del reino
histórica, en la que el mismo Dios se comprometió con la de Samaría, en la primera mitad del siglo ix a.C, es la que
descendencia del gran patriarca. aparece mencionada en los textos cuneiformes como la dinastía
representativa del reino septentrional de Israel. En 721 s.C,
En los relatos patriarcales no encontramos alusiones a per- después de haber caído en poder de los asirios la ciudad de
sonajes históricos controlados por la historiografía del antiguo Damasco (en 731 a.C), capitula Samaria, desapareciendo así
Oriente, porque los patriarcas eran jeques nómadas sin relieve el reino septentrional. Por lo que quedó sólo el minúsculo
en el concierto de la historia general de las antiguas culturas. reino de Judá, superviviente por algo más de una centuria, En
Pero, con todo, sus costumbres se enmarcan perfectamente en los anales de Asaradón (s.vn a.C.) se menciona a Manases,
el fondo consuetudinario de los pueblos semítico-occidentales. rey de Judá, entre los reyes occidentales que aportaron mate-
De hecho, los nombres de los patriarcas responden a la ono- riales a las grandes construcciones asirías. Este mismo reí de
mástica protoaramaica de esta zona geográfica. Tampoco los Judá vuelve a ser mencionado en los anales de Asurbanipal
relatos sobre la estancia de los hijos de Jacob en Egipto nos entre los reyes vasallos que le ayudaron en su campaña coatra
citan a los faraones que intervienen en la historia de José y de Egipto. Y a finales del siglo vn a.C, después del colapso a sirio
Moisés; pero las incidencias de estos relatos bíblicos se explican (Nínive fue conquistada en 612 a.C), hacen irrupción ea la
bien a la luz de los conocimientos que ahora tenemos sobre el
xvm Prólogo Prólogo XII

zona de Palestina los ejércitos babilonios, con Nabucodonosor das por la lingüística, la historia y la arqueología en t o r n o al
al frente. E n 598 a . C , aquél pone sitio a Jerusalén y depone al antiguo Oriente, trataron de esclarecer las posibles interfe-
rey Joaquín o Jeconías, y, finalmente, e n 586 arrasa la ciudad, rencias y concomitancias entre la Biblia y los textos orienta-
que había vuelto a insurreccionarse, poniendo así fin a la his- les. Así, e n el campo católico surgió el libro de F . VIGOUROUI,
toria del reino d e Judá. L o s incidentes trágicos de este ocaso La Bible et les découvertes modemes, con u n a finalidad conci-
de la dinastía davídica aparecen pormenorizados e n los relatos liadora marcadamente defensiva y apologética frente a los
bíblicos y confirmados, en sus líneas generales, en los textos ataques despiadados d e ciertos racionalistas, q u e , deslumhra-
babilonios. Y la súbita aparición del nuevo astro conquistador, dos ante los nuevos hallazgos, quisieron presentar a la Biblii
Ciro, aparece registrada en los textos bíblicos y e n las crónicas como u n a simple adaptación de leyendas y mitos orientales,
de Babilonia. Es la tesis de A . JEREMÍAS (DerBibel im Lichte des Alten Orients),
Cotejando en distribución paralela los acontecimientos quien ve en los relatos bíblicos u n mero eco de leyendas me-
bíblicos y los avatares de la historia del Próximo Oriente sopotámicas. Pero, una vez q u e el estudio sereno de los tex-
según los textos cuneiformes en el primer milenio a . C , es tos orientales llegó a su estado de madurez, la obsesión com-
fácil sorprender las coincidencias entre ambas series de tex- paratista se confinó a sus debidos límites, y así, especialistas
tos y deducir la fundamentación histórica de los hechos n a - del campo católico y del independiente llegaron a puntos dt
rrados e n la Biblia. Antes de esta confrontación con los sustancial convergencia e n la interpretación de la Biblia a li
textos orientales, se afirmaba alegremente q u e la Biblia estaba luz de los textos orientales. Para ello, como labor previa, se
formada por u n centón de leyendas sin consistencia histórica publicaron colecciones más o menos exhaustivas d e los tex-
alguna; pero resulta que, después de comparar la información tos orientales, como la de E. DHORME, Textes religieux assyro-
bíblica con la de la literatura profana, queda como conclusión babiloniennes (Paris 1909), además del Código de Hammurabí
que «la Biblia tenía razón». Esto e n el campo historiográfico; descubierto en Susa en 1903 p o r la misión M o r g a n e inter-
asimismo, e n el campo de la literatura, también la compara- pretado por V. SCHEIL. M á s tarde apareció el famoso libro,
ción de los libros didácticos de la Biblia con los textos sa- de H . GRESSMANN, Altorientalische Texte zum Alten Testameni
pienciales egipcios y mesopotámicos p r u e b a la originalidad d e ( A O T ) , publicado en Berlín en 1926. Es la primera gran co-
éstos a u n admitiendo cierta dependencia en determinados tex- lección al servicio de los biblistas para hacer u n estudio com-
tos respecto de la literatura extrabíblica. Así, ya en el siglo parativo serio sobre las posibles concomitancias e n t r e lo bí-
pasado, al descubrirse en la biblioteca d e Asurbanipal el Poe- blico y lo oriental. Por su parte, el libro de C H . JEAN, Le mi
ma de la creación y el relato del diluvio babilónico d e la epo- lieu biblique trata de establecer u n estudio comparativo entre
peya d e Gilgamesh, se p u d o deducir q u e los autores bíblicos la aportación bíblica y la de los textos orientales. E n 1950
trabajaban sobre leyendas mesopotámicas al narrarnos los i n - apareció la monumental colección, de J. B. PRITCHARD, Án-
cidentes del paraíso y d e los orígenes de la cultura antedilu- cient Near Eastern Texts Relating to the Oíd Testament (ANET),
viana. Igualmente, en el campo d e la literatura sapiencial, q u e es una superación d e la obra de H . GRESSMANN, y se ha
podemos establecer estudios comparativos entre determina- convertido en libro clásico imprescindible para todo investi-
dos textos bíblicos y otros egipcios, como el Himno a Aton-Ra gador q u e busque las posibles fuentes extrabíblicas d e los
y el Salmo 104, la Sabiduría de Amen-em-opet y el libro de textos del Antiguo Testamento. Recientemente se ha iniciado
los Proverbios; y otros d e procedencia mesopotámica, como otra colección dirigida por L ' É C O L E BIBLIQUE DE JÉRUSAIEM,
el poema del Justo doliente y el libro de Job o la sabiduría de titulada Littératures Anciennes du Próche Orient ( L A P O ) , en
.\hiqar. Incluso el género «profético», t a n peculiar de la Bi- la q u e colaboran los mejores orientalistas franceses y q u e está
blia, puede tener antecedentes protoaramaicos y cananeos, si en vías de publicación.
bien en estado embrionario. Al componer nuestra presente obra, hemos tenido e n cuen-
Este estudio comparativo entre el acervo cultural-históri- ta todas estas diversas colecciones, y hemos utilizado, sobre
ro-religioso d e la Biblia y las aportaciones culturales y reli- todo, los textos de A N E T , si bien n o e n exclusiva. P o r otra
giosas del antiguo Oriente es fascinante. P o r eso, ya los orien- parte, para el estudio comparativo hemos consultado también
talistas del siglo pasado, al descubrir las nuevas luces aporta- las monografías publicadas bajo el nombre de Cahiers cf'Ar-
XX Prólogo

chéologie, editados en Neuchátel bajo la dirección de A. PAR- S I G L A S


ROT, pues, aunque son de alta divulgación, la calidad de sus
autores es una garantía para el biblista. También los nume-
rosos trabajos de W. F. ALBRIGHT sobre temas palestinenses
nos han sido de gran utilidad para estudiar el trasfondo ar-
queológico de Canaán. Finalmente, hemos de citar para el
estudio de la época patriarcal y mosaica la obra cumbre de AAA Armáis of Archaeology and Anthropology, issued by the Institute
nuestro inolvidable maestro R. DE VAUX, Histoire ancienne of Archaeology of the University of Liverpool.
AAS Les Aúnales Archéologiques de Syria (Damasco). A partir del
d'Israéí (Paris 1971), que ha quedado inconclusa por el ines- t.18 (1948), el título es Aúnales Archéologiques Árabes Sy-
perado fallecimiento del autor cuando estaba redactando los riennes.
dos volúmenes siguientes a partir de la época de los jueces. AASOR The Annual of the American Schools of Oriental Research (New
Su desaparición ha sido una pérdida irreparable para la his- Haven; cont. después Cambridge, Mass.).
toriografía bíblica del Antiguo Testamento, porque conjuga- ADAJ Annual of the Department of Antiquities of Jordán (Ammán).
AfO Archiv für Orientforschung (Graz).
ba magistralmente la vasta erudición, la síntesis y la claridad AJA American Journal of Archaeology (Princeton, N . J.).
expositiva. Desde estas modestas páginas queremos dedicarle AJSL The American Journal of Semitic Languages and Literatures
un homenaje de reconocimiento y de gratitud, ya que tuvi- (Chicago); cont. de JNES.
mos la suerte de disfrutar de las primicias de su futuro libro Alt A. Kleine Schriften.
A. Alt, Kleine Schriften zur Geschichte des Volkes Israel: I, 1953;
cuando hace ya tres décadas asistíamos a sus lecciones sobre II, 1953; III, 1959 (München).
la historia de Israel en la inolvidable École Biblique de Jérusa- ANEP The American Near East in Pictures Relating to the Oíd Testa-
lem. Espero que estas páginas, sin pretensiones de erudición ment, ed. por J. B. PRITCHARD (Princeton 1950).
exhaustiva, sirvan de ayuda y de orientación a los que se ini- ANET Ancient Near Eastern Texts Relating to the Oíd Testament, ed. por
J. B. PRITCHARD (Princeton 1950).
cian en la fascinante singladura del estudio de la Biblia en AOT Altorientalische Texte zura Alten Testament, ed. por H . GRESS-
sus relaciones con su entorno histórico, cultural y religioso. MANN (Berlín 1926).
AnStud Anatolian Studies (London).
Salamanca, 24 de diciembre de 1976. ARAB D. D. LUCKENBILL, Ancient Records of Assyria and Babyloúa
I-II; Ancient Record of Assyria (Chicago 1926-27).
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BASOR Bulletin of the American Schools of Oriental Research (New
Haven; cont. después Cambridge, Mass.).
BCH Bulletin de Correspondence Hellénique (Paris).
Bi Bíblica (Roma).
BibArch The Biblical Archeologist (New Haven; cont. después Cam-
bridge, Mass.).
BIES Bulletin of the Israel Expiaration Society (Jerusalem); cont. de
BJPES.
BIFAO Bulletin de VInstituí Francais d'Archéologie Oriéntale (El Caia).
BiOr Bibliotheca Orientalis (Leiden).
BJPES Bulletin of the Jewish Palestine Exploration Society (Jerusaleí);
cont. por BIES.
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XX11 Siglas Siglas XXIII

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MDOG Mitteilüngen der Deutschen Orient-Gesellschaft (Berlin). baden).
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bingen). baden).
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MUSJ Mélanges de l' Université Saint Joseph (Beyrouth).
MVAG Mitteilüngen der Vorderasiatisch-Aegyptischen Gesellschaft (Leip-
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NRTh Nouvelle Revue Théologique (Tournai-Paris).
LA BIBLIA Y EL LEGADO
DEL ANTIGUO ORIENTE
I. LOS ORÍGENES DEL MUNDO Y DE
LA HUMANIDAD

r. E L RELATO DE LA CREACIÓN: DEL CAOS AT, COSMOS

Todos los genios religiosos y filosóficos de los diversos


pueblos se han planteado el gran interrogante de los orígenes
del mundo—el kosmos organizado—y del hombre, porque va
unido a los grandes enigmas del pensamiento humano: ¿De
dónde venimos ? ¿Qué somos y adonde vamos ? La Biblia re-
suelve estos tres grandes problemas a base de la existencia de
u n Dios trascendente único, que preexiste «antes, fuera y sobre
todas las cosas» l, y que como tal hace surgir el m u n d o de la
nada, que es concebida no tanto como un vacío total (carencia
de ser según nuestros esquemas filosóficos), sino como una
masa amorfa y caótica que es transformada por el mismo
Dios en u n proceso ascendente, partiendo de lo más simple
e indiferenciado (el tohú wa bohú de Gen 1,2) hasta lo más
complejo y perfecto que es el hombre, el cual aparece como
remate de la gran pirámide de la creación. Este relato refleja
ya una teología m u y elaborada, debida a las escuelas «sacer-
dotales» posteriores al exilio babilónico: todas las cosas emer-
gen majestuosamente, a partir de esa masa acuosa primitiva,
a impulsos del «Espíritu de Elohim» (v.2), que planeaba sobre
la faz de las aguas abismales para plasmar los designios orde-
nadores de la inteligencia divina, que hace todas las cosas «en
número, peso y medida» 2 .
Esta versión grandiosa de la creación de todos los seres
que no emanan de la divinidad, sino que son expresión de su
voluntad, manifestada en la palabra («dixit, et facta sunt»i, que
se plasma sin dificultad en la diversidad de las obras criadas,
y que constituye el gran pórtico solemne en la actual compi-
lación bíblica, es fruto de una elaboración teológica d e siglos
a partir de unas tradiciones más antropomórficas. De hecho,
en la versión que nos da el «vahvista» del origen del hombre
se supone u n principio del cosmos más en consonancia con
las tradiciones folklóricas del m u n d o mesopotámico ambiental.
En efecto, desde que a mediados del siglo pasado s e descu-
brieron en la biblioteca de Asurbanipal las grandes epopeyas
mitológicas mesopotámicas (Poema de la creación, la «epopeya
1
P. H E I N I S C H , Das Buch Génesis (Bonn 1930) 96.
2 Sab 11,21.
£/ relato de la creación 5
4 /. Orígenes del mundo y de la humanidad

de Gilgamesh», con su relato del diluvio, el mito de Adapa y de legendarios de procedencia mesopotámica en los relatos bíbli-
Etana), surgieron al punto interrogantes sobre las posibles con- cos de la creación, del paraíso, del diluvio y de la confusión
comitancias e interferencias de estas tradiciones mitológicas de las lenguas.
en la literatura bíblica. Y los pan-babilonistas plantearon el Como hemos dicho antes, el primer capítulo del Génesis
problema con un radicalismo extremo, viendo en los relatos —pórtico solemne de la Biblia en el que se ponen las bases
bíblicos un calco servil sobre las composiciones literarias me- religiosas del monoteísmo estricto—refleja ya un estadio teoló-
sopotámicas anteriores. Por su parte, la exégesis católica reac- gico muy elaborado, cuando ya se han decantado las antiguas
cionó al principio por el otro extremo, negando todo punto de tradiciones religiosas antropomórficas y han sido perfiladas en
comparación entre los relatos de la Biblia y los del mundo las escuelas levítico-sacerdotales posteriores al exilio después
mesopotámico; pero en algunos casos, como en el del relato de una amplia predicación moralizante de los profetas. En este
del diluvio babilónico, las analogías eran tan manifiestas, que capítulo, la unidad lógica es clara, y la preocupación litúrgica,
los pioneros de la exégesis crítica católica de fines del siglo transparente. Con todo, en su monolítica estructuración con-
pasado vieron la necesidad de estudiar las posibles concomi- ceptual—partiendo de lo más imperfecto e indiferenciado (el
tancias de los textos bíblicos con los asiro-babilónicos sin com- caos primitivo) hasta la obra más perfecta de la creación, el
prometer el contenido sustancial dogmático-moral del mensaje hombre—se transparenta cierto material mitológico de proce-
de la Biblia. dencia mesopotámica.
De hecho, la Biblia presenta al antepasado de los hebreos, En efecto, el hagiógrafo asienta primero la afirmación de
Abraham, emigrando de la zona mesopotámica hacia la costa la creación de «los cielos y la tierra», es decir, el armazón gene-
siro-fenicio-palestina, y podemos suponer que, juntamente con ral del universo visible en su doble manifestación: el superior
sus rebaños, llevaba también un peso de tradiciones religiosas celeste (el firmamento y el mundo sideral) y el inferior terrá-
del trasfondo en que se había criado. Por otra parte, el exilio queo, al que adscribirá todas las complejidades de distinción
babilónico hizo que el alma israelita se abriera a un horizonte de continentes y la diversa y múltiple eclosión de la vida en
cultural en el que pesaban las antiguas tradiciones religiosas. sus diferentes manifestaciones, desde lo más elemental (el
No tiene, pues, nada de inverosímil que un genio religioso reino vegetal) hasta lo más complejo (el hombre), pasando por
superior hebraico haya buscado una síntesis religiosa en con- los peces, pájaros y reptiles, en un crescendo ascendente a im-
sonancia con la tradición monoteísta de su pueblo, pero expre- pulsos de la tendencia de la naturaleza hacia la perfección y a
sada algunas veces con módulos literarios y religiosos arcaicos, la complejidad. Las categorías diferenciales son empíricas y se-
que son eco de concepciones mítico-religiosas de los pueblos gún las estimaciones de la época, y, por tanto, no han dejuz-
mesopotámicos: sumerios, acadios y asirios. Así, pues, pode- garse conforme a los esquemas de la moderna ciencia geológica,
mos suponer que, en tiempos en que en la comunidad religiosa fitológica, zoológica y paleoantropológica. La preocupación de
posexílica se reunía el material de tradiciones históricas, legis- presentar todo el mundo visible como efecto de la omnipoten-
lativas y religiosas del pasado, un genio teológico sintetizador cia divina, movida por la inteligencia ordenadora y la voluntad
trató de encontrar la prehistoria del pueblo elegido, y, bus- omnímoda, fuerza a estructurar la aparición gradual de los
cando en las tradiciones mesopotámicas, encontró el modo de seres según unas categorías lógicas, en los que se destacan los
relacionar las tradiciones de su pueblo con las de los orígenes atributos divinos más característicos del Dios trascendente de
de la humanidad trabajando con leyendas mesopotámicas. Por la teología hebraica: omnipotencia, sabiduría y bondad, al
eso, en los once primeros capítulos del Génesis, en los que se servicio de sus creaturas, y, sobre todo, del hombre, rey ie la
nos narra el origen del cosmos, del hombre y de los primeros creación.
pasos de la cultura humana—desde un ángulo religioso—, en- En la perspectiva lógica del hagiógrafo, el primer efecto del
contramos no pocas alusiones a antiguas leyendas, más o me- acto creador primordial de Elohim fue el armazón general del
nos míticas, que han sido desenterradas en los hallazgos ar- universo: los «cielos y la tierra». Después se concreta la situa-
queológicos de la última centuria. .. ción en que se hallaba la tierra al salir de las manos genesíacas
de Elohim: «estaba confusa y vacía», es decir, en u n etado
Por eso, sin dejarse llevar de obsesiones comparatistas pan- informe e indiferenciado—tohü wa bohü—, lo que en laver-
babilonistas a ultranza, es fácil sorprender trasfondos mítico-
6 1. Orígenes del mundo y de la humanidad El relato de la creación 7
sión griega se traduce bien por chaos, por lo que comentará tierra, y Ea, dios del mar. Luego surge una lucha entre los
el sabio diciendo que Dios «creó el mundo de la materia in- dioses descendientes de éstos y Tiamat (abismo primordial de
forme» (E£ ccuópcpou OAns) 3. Gomo el autor sagrado quiere des- aguas saladas: el tehóm de Gen 1,2), «la madre de la totalidad,
tacar la obra de distinción y de ornamentación del universo con- la creadora de todas las cosas»6, porque los dioses jóvenes
forme a unos esquemas de la sabiduría divina, que aspira al quieren vivir en libertad. Después de una confrontación de
orden, a la finalidad y a la subordinación jerárquica de seres fuerzas, el representante de los dioses de la nueva ola, Marduk
que van a ser coronados por el más perfecto de ellos, el hombre, (dios de Babilonia), vence al ejército de Tiamat y, después de
lugarteniente de Dios en la creación, se solaza en destacar el matar a esta divinidad primordial, «madre de la totalidad», la
estado caótico e informe de la primera masa terráquea, la cual, parte en dos mitades como si fuese un pescado; de una hizo
además, aparece flotando en el abismo acuoso del tehóm y en- el cielo, y de la otra la tierra.
vuelta en espesas tinieblas. Y todo ello en contraposición a la
luminosidad, distinción y orden del cosmos, que va a describir 7
como reflejo de la sabiduría ordenadora del Dios que hace a) Poema de la creación babilónico
todas las cosas «en número, peso y medida» 4. «Cuando en lo alto el cielo aún no había sido nombrado
Ahora bien, al descubrirse los textos mesopotámicos del y abajo la tierra no tenía nombre,
del océano primordial (apsü), su progenitor,
Poema de la creación, llamado también Enuma elish («cuando y de la tumultuosa Tiamat, la madre de todos,
en lo alto», las dos primeras palabras del Poema), se han bus- las aguas se fundieron en una masa.
cado analogías literarias con el relato bíblico, y así se ha pre- „ Aún no habían sido fijados los cañaverales
tendido dar al texto hebreo un sentido de subordinación en ni se veían los juncales. ^_
estado constructo, de la forma siguiente: «Al principio, (cuan- Cuando ninguno de los dioses había sido traído a la existencia,
ni habían sido designados por sus nombres,
do) Dios creó los cielos y la tierra, la tierra estaba confusa y ni habían sido fijados sus destinos,
vacía, y las tinieblas cubrían la haz del abismo...» (v.1-2). Pero entonces fueron creados los dioses en su seno» 8 .
ni las antiguas versiones ni el estado actual del texto hebreo
parecen avalar esta hipótesis bastante rebuscada. Y, de hecho, La versión sumeria de la creación es más prolija, pero está
la versión clásica en sentido absoluto es defendida por autores llena de un encantador primitivismo:
de la talla de Delitzsch, Wellhausen, Gunkel, Procksch y «Cuando, en la montaña del cielo y de la tierra,
G. von Rad 5 . En efecto, conforme al esquema creacionista del el dios An hubo creado los anunnaki,
hagiógrafo, la misma masa caótica, o la tierra en su estado de porque el nombre de Asnán no había sido todavía compuesto..,,
la oveja no existía ni había nacido el cordero...
«confusa y vacía» (tohú wa bohú), es efecto del acto creativo La cabra no había parido sus cabritillos...
primordial, que tiene por resultado la formación de los «cielos Entonces, el hombre fue traído a la existencia» 9 .
y la tierra»: el mundo visible en general.
Pero esta concepción grandiosa, en la que se destaca la En otro texto sumero-acadio se da una nueva versión del
trascendencia del Dios creador, se contrapone a las versiones origen de las cosas, pero siempre dentro del mismo modulo
que nos dan las cosmogonías del antiguo Oriente, las cuales literario:
son, ante todo, teogonias, es decir, tratan de explicar primero «Aún no había surgido la caña, ni el árbol había sido creado,
el origen de los dioses a partir de una masa acuosa indiferen- ni el adobe había sido puesto, ni el molde había sido fabricad!,
ciada y abismal, para luego relatar el origen de los seres en ni la casa había sido construida, ni la ciudad edificada...,
pues la totalidad de los países era agua...
general y, finalmente, del hombre. En efecto, en el Poema de
la creación o Enuma elish se habla de dos principios eternos 6 Poema de la creación II 19; en J. B. PRITCHARD, A N E T (Princeton 1950) 6 3 .
coexistentes: las aguas dulces de los ríos fapsü) y las aguas ' E n este poema se intenta dramatizar la pugna cósmica primordial e n t r e las fuerzas
desintegradoras del caos y las fuerzas del orden, que tratan d e domeñarlo para defeder la
saladas marinas (tiamdt). De la unión de ambos surge la pri- tierra y hacerla habitable; el protagonista de esta lucha contra el caos es Marduk, ios de
Babilonia. N i n g u n a d e las redacciones de este Poema de la creación es anterior al sigloi a . C ;
mera tríada sumeria: Anu, dios del cielo; Enlil, dios de la pero se cree q u e son copias de un original de principios del s e g u n d o milenio a . C .
8
3 T a b l e t a I I.1-9; E. D H O R M E , Choix des textes religieuses assyro-babyloniens; PRnMARD,
Sab 11,18. A N E T 60-61.
4
Sab 11,21. 9 JACOBSEN, en Journal of Near Eastern Studies (1946) 5; cit. por J. E R R A N D O N E I toen
5
G. VON R A D , Daserste Buch Moses ( G ó t t i n g e n 1952) 36. y paraíso ( M a d r i d 1966) 7.
8 /. Orígenes del mundo y de la humanidad
Entonces, el dios Marduk montó un armazón de cañas sobre el mar,
El relato de la creación .1
creó el polvo y formó un bloque con él. instaló una de sus mitades, cubriendo con ella el cielo;
Luego creó la humanidad..., la hierba, el cañaveral, el bosque» 1 0 . echó el cerrojo, puso un portero,
y le ordenó que no dejara salir las aguas» 11 .
En todos estos fragmentos vemos la estructura literaria de Sigue luego la obra de distinción y ornamentación sideral:
prótasis, paréntesis y apódosis. Esta misma artificiosidad lite-
raria parece que la encontramos en el relato de Gen 2,4b-7 so- «(Marduk) construyó una morada para los grandes dioses,
instaló las estrellas, que son su imagen, los lumasi.
breel origen del hombre: Determinó el año y delimitó las secciones...
Hizo brillar a Sin (la luna) y le confió la noche...
«El día en que Yahvé-Elohim hizo los cielos y la tierra, y lo determinó como cuerpo nocturno para regular los días;
antes de que hubiera en la tierra ningún arbusto del campo cada mes, sin cesar, le da la forma de una corona;
y antes de que germinara ninguna hierba del campo, al principio del mes, para brillar sobre el país,
porque Yahvé-Elohim no había aún hecho llover sobre la tierra tú mostrarás cuernos para determinar seis días;
ni había hombre que trabajara el suelo, al séptimo día divide en dos la corona;
aunque surgía de la tierra una corriente para regar toda la superficie al día catorce le pone de frente» 12 .
del suelo,
modeló Yahvé-Elohim al hombre del polvo de la tierra Vemos aquí la alusión a las diversas fases de la luna. El
y le inspiró en su rostro un aliento vital, texto bíblico es más sobrio respecto del origen del mundo
convirtiéndose así el hombre en persona viviente».
sideral:
También en este relato bíblico encontramos una estructura «Dijo Dios: 'Haya luz', y hubo luz; y vio Dios ser buena la luz;
literaria similar a las de los textos mesopotámicos, con un con- y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas,
trabalanceo conceptual a base de prótasis («El día en que Yah- noche...
Dijo luego Dios: 'Haya firmamento en medio de las aguas
vé...»), paréntesis («antes de que hubiera en la tierra...») y que separe unas de otras'; y así fue.
apódosis («modeló Yahvé-Elohim...»). Esto hace pensar en una E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas...
adaptación al monoteísmo hebraico de unas tradiciones sobre Dijo luego: 'Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos
el origen del mundo y del hombre en lengua rimada que co- y aparezca lo seco'. Así se hizo;
y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares,
rrían por los pueblos mesopotámicos, sin que ello implique y apareció lo seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de
dependencia literaria directa de los textos cuneiformes que las aguas, mares...
arriba hemos presentado. Incluso podemos descubrir en el Dijo luego Dios: 'Haya en el firmamento de los cielos lumbreras
relato bíblico de la creación de Gen 1,2 una cierta dependen- para separar el día de la noche
y servir de señales a estaciones, días y años;
cia conceptual, relacionando el Tiamat (abismo primordial de y luzcan en el firmamento de los cielos
aguas saladas) del Poema de la creación y el tehóm (aguas abis- para alumbrar la tierra; y fue así: ""•'"
males del tohü wa bohü) del texto bíblico. Con todo, la dife- hizo Dios las dos grandes lumin alias,
rencia entre ambos relatos radica en el enfoque teológico del la mayor, para presidir el día, y la menor, para presidir la no<he y
conjunto: el Dios creador, Elohím, no emerge de esa masa las estrellas;
y las puso en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra,
acuosa, sino que la domina y modela conforme a su voluntad, y presidir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas...» 13
ya que los autores bíblicos jamás se plantean el problema del
origen del Dios único y trascendente que está antes y fuera La versión bíblica, a pesar de su estilo estereotipado y sin
de todo lo creado. Y, desde luego, no encontramos nada de la metáforas, expresa una teología muy depurada, buscando siem-
pugna cósmica entre Dios creador y las fuerzas incontroladas pre salvar la trascendencia del Dios creador, como ser úaico
del cosmos, que aparecen simbolizadas en la divinidad primor- divino, que todo lo crea al servicio de un designio concreto
dial Tiamat, a las que hace frente victoriosamente Marduk: suyo; por lo que los astros, lejos ¿e ser seres divinos que jue-
dan influir en la marcha de la vida de los hombres, son unas
«Divide la carne monstruosa, concibe ideas artísticas; meras «luminarias» al servicio del hombre para que pueda de-
la despedaza como a un pescado en sus dos partes; terminar las estaciones del año y organizar así el año agrícola,
10 11
Cuneiforms Texis from Babylonian Tablets in the British Museum XIII 13-38; cit. por 12
Poema de la creación tab.4 136-40; ANET6r-6?.
J. ERRANDONEA, O.C, 8. ID., tab.5 1-18; ANET, ibid.; B. LABAT, b poéme babylonien de la création 14].
13
Gen 1,2-14.
10 I. Orígenes del mundo y de la humanidad El relato de la creación 11
que sigue u n ciclo regular de días y de noches impuesto por el idea de creación tal como se refleja en los relatos bíblicos, d o n d e
mismo Elohim, trascendente a todo lo creado. Ninguna crea- las cosas emergen por imperativo de la voluntad de Elohim,
tura, por excelsa que sea, puede participar de su carácter di- pero manteniendo su trascendencia y preexistencia a todo lo
vino; por eso, todas las creaturas se plegan dócilmente a su creado.
mandato: se separan las aguas, viene la luz, emergen los con- La escuela teológica menfítica destaca como dios primor-
tinentes, surge la vida; y arriba, el m u n d o estelar está al servi- dial, ante todo, a Ptah, que es el primer principio de todo, y,
cio de la manifestación de la vida en la tierra. Con estos rasgos, como tal, concibe en su «corazón» los elementos q u e va a crear
el hagiógrafo hace frente a la astrología mesopotámica y a las y luego los plasma con su «palabra». Así, Ptah primero creó
divinizaciones de las fuerzas eclosivas de la naturaleza, tal como con la palabra a A t u m («totalidad») y así transmitió un poder
predicaba la religión cananea. creador a los otros dioses en cadena. Por eso, H o r u s y T h o t h
En efecto, el enfoque general del relato bíblico difiere total- suelen simbolizar, respectivamente, el pensamiento y la pa-
mente del tradicional de la mitología del antiguo Oriente, por- labra.
que Elohim, ser divino trascendente, lejos de surgir de la masa
caótica indiferenciada, hace emerger esta materia primordial, b) Texto menfítico de la creación
la domina, clarifica y desentraña su contenido virtual en orden
a la distinción y ornamentación del cosmos conforme a u n plan «Tomó ser como corazón y tomó ser como lengua en la forma de Atum.
preconcebido, lo que implica que cada cosa tiene una finalidad El gran poderoso es Ptah, que infundió (la vida a todos los dioses) y les
transmitió sus ka (alma o doble persona) por medio de este corazón, gracias al
concreta dentro de la ordenación general del universo. Por eso cual Horus se convirtió en Ptah, y por medio de esta lengua gracias a la
se dice reiteradamente al terminar cada obra que vio Elohim cual Thot se convirtió en Ptah. De este modo, el corazón y la lengua domi-
que «era bueno». Es que en todo el relato genesíaco hay u n naron todos los miembros del cuerpo mediante la enseñanza de que él
optimismo teológico respecto de todos los seres creados al (Ptah) está en el cuerpo y en la boca de todos los dioses, de todos los hom-
bres, de todos los ganados, de todos los reptiles y de todo lo que vive cuando
servicio del hombre, y éste al servicio de Dios, como repre- piensa y ordena cuanto desea...
sentante suyo. Esta perspectiva está m u y lejos de toda concep- La vista de los ojos, el oído de las orejas y el olfato del aire con la nariz
ción dualista radical, que supone ciertas cosas creadas esencial- informan al corazón. Ello hace que salga cada concepto completo, y así, la
mente malas. T o d o es bueno para el autor bíblico, porque lengua anuncia lo que el corazón piensa. De este modo fueron formados
todo es expresión de la voluntad divina, la cual, a su vez, es todos los dioses, y su manifestación quedó completa. Pero lo divino se hizo
ser a causa de lo que pensó el corazón y expresó la lengua. De este modo
reflejo de la inteligencia ordenadora de Dios, que actúa por su se formaron los espíritus ka y los espíritus hemsut, que proveen a todo y
palabra. cuidan de todo alimento por medio de aquella palabra. Así (se hizo justi-
cia) al que obra lo agradable, (e injusticia) al que hace lo desagradable De
La cosmogonía eeivcia supone también la preexistencia de este modo se otorgó vida al que tiene paz, y muerte al que tiene pecado. Así
una masa acuosa eterna, el agua tenebrosa y abismal, llamada Fe hizo todo trabajo y todo arte...
Nou, en la que existían los gérmenes de todas las cosas. D e Así se cumplió lo que se dijo de Ptah: "Quien hizo todo y dio ser 1 los
ella salió el huevo cósmico, que dio origen, primero, al dios dioses*. Es en realidad Ta-tenen, que sacó a las deidades, pues t o d o surgió
solar, Ra (según la escuela teológica de Heliópolis). Luego, de él: alimentos y provisiones, ofrendas de los dioses y toda cosa bu«na...
Y por eso, Ptah se consideró satisfecho (o descansó) después de hacer todo,
esta divinidad primitiva—proveniente asimismo de la masa así como a toda la familia divina... Por eso, los dioses penetraron en los
acuosa indiferenciada—-creó otras divinidades subsidiarias, las cuerpos de cada clase de madera, de piedra y de arcilla y de t o d o cnanto
cuales, unidas, fueron creando el universo en toda su variedad puede crecer en él, en el que adquirieron forma...» l s
y distinción de seres. Según la escuela de Hermópolis, fue T o t h
la primera divinidad, la cual, a su vez, creó luego a las otras A través de estas descripciones antropomórficas, v e m « la
«con su palabra»; no obstante, en los relatos teogónicos se ve expresión de la divinidad superior y primordial manifestándo-
que estas divinidades subsidiarias provienen de la divinidad se por emanación o «enéadas», al estilo neoplatónico, y encar-
primordial por emanación panteísta, lo m i s m o que todas las nándose, primero, e n las divinidades subsidiarias, y, luego, en
demás cosas creadas 14 . N o aparece, pues, en estos relatos la todas las cosas, como expresión de su corazón o mente y de su
15
14 La forma actual del texto data del 700 a.C, pero los egiptólogos creen q u e escopia
G. MASPERO, Histoire ancienne des peuples de l'Orient classique (1895) 88; M. J. LA- de una redacción muy anterior, incluso del tercer milenio a.C. Texto en A N E T 4-5SAO
GRANGE, Études sur ksreligions sémitiques (París 1905) 407. (La sabiduría del antiguo Oriente, Barcelona 1066) 1-3. Es ésta una selección d e A M T .
Formación del hombre 13
12 I. Orígenes del mundo y de la humanidad
Y creó Dios al hombre a imagen suya;
palabra. No se salva la distinción radical entre el «creador» a imagen de Dios la creó;
y la creatura, como en los textos bíblicos. y los creó macho y hembra» 18 .
En la cosmogonía fenicia, según la descripción de Filón de La concepción es grandiosa, ya que el hombre y la mujer
Byblos (s.i d.C), quien, a su vez, se hace eco de las lucubra- emergen instantáneamente de la nada como fruto de una in-
ciones de un tal Sanjuniation, sacerdote fenicio del siglo iv a.C, tervención creadora del Dios único, trascendente y preexis-
se supone también la preexistencia de una masa acuosa pri- tente al mismo caos primitivo. Es un modo de decir que es
mordial: al principio existieron el caos y el pneuma tenebroso. algo totalmente diferente respecto de todo lo anteriormente
De la unión de ambos surgió Mot, que es como una masa creado, que emergía de las aguas y de la tierra como fruto de
acuosa arcillosa en la que estaban los gérmenes de todas las una eclosión natural promovida por una orden divina (v.24-25).
cosas. De ella surgió el huevo cósmico, como en las cosmogo- El hombre está hecho «a imagen y semejanza» del mismo Dios,
nías egipcias, y luego emergieron el sol, la luna y las estrellas. concepción grandiosa, única en la historia del pensamiento
Después surgieron todos los seres vivientes. La primera pa- humano. Es un modo de decir que en el hombre hay algo su-
reja humana (Aicbv y TTpoTÓyous) procede, a su vez, de KOATTÍOC perior que le asemeja al Creador, por lo que se distingue de
y Báau, que ha sido relacionado con el bohú del relato gene- todos los seres creados anteriormente y por lo que se hace
síaco, como se ha relacionado a Aicov con Eva, que aparece capaz de «dominarlos» a su servicio. Justamente la corona real
tomando un fruto del árbol 1 6 . del hombre se caracteriza por esa supremacía sobre todo lo
En esta confusa y ecléctica cosmogonía parece que se mez- creado.
clan conceptos de la cosmogonía egipcia y la bíblica. Esto no F.n el c.2 í debido a ]a tradición «vahvista») encontramos una
tiene nada de particular teniendo en cuenta la redacción tar- versión del origen del hombre más primitiva y antropomór-
día de esta cosmogonía fenicia, cuando ya estaba extendida en fica, ya que se presenta a Yahvé-Elohim como un alfarero mo-
la zona la versión hebraica del relato bíblico 17. delando de la arcilla al primer hombre:
«Formó Yahvé-Elohim al hombre del polvo de la tierra
2. FORMACIÓN DEL HOMBRE y le inspiró en el rostro aliento de vida,
y se constituyó así en ser animado» 19 .
Encontramos en los relatos bíblicos dos versiones muy di-
ferentes sobre la formación del hombre. En efecto, en el c. i La concepción del, Dios alfarero es común a todos los pue-
del Génesis (atribuido a la tradición «sacerdotal»), el hombre blos de la antigüedad, ya que es de experiencia universal que
aparece como el remate de la creación y como la coronación de el hombre, después de muerto, se convierte en polvo, 7 así,
la gran pirámide de toda la obra creativa, que se fue manifes- según una estimación popular, el hombre está hecho de polvo.
tando gradualmente, partiendo de lo más elemental hacia lo En este supuesto, el dios egipcio Khnum es presentada como
un alfarero formando en su torno los cuerpos de los hombres,
más complejo y perfecto, a base de ciertas categorías lógicas
ante cuyas narices se pone el jeroglífico expresivo de la vida
convencionales. Pero el momento de la aparición del hombre
como signo de animación. En la literatura clásica es también
en el mismo día que los cuadrúpedos es solemne, y el autor común esta concepción del hombre formado de la arcilla 2 0 ,
sagrado, para marcar la diferencia con todo lo creado hasta lo mismo que en numerosos pueblos de la antigüedad y de
entonces, finge un coloquio íntimo divino, ya que Elohim iba los primitivos actuales 21. Esta concepción antropomórfica está
a crear la creatura cumbre de la creación: plásticamente expresada del modo siguiente en el relato del
Poema de la creación babilónico:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza,
para que domine sobre los peces del mar, «Cuando Marduk oyó las palabras de los dioses,
sobre los ganados, y sobre las bestias de la tierra, su corazón le excitó a modelar obras artísticas;
y sobre cuantos animales se mueven sobre ella. y, abriendo la boca, se dirigió a Ea en estos términos
18
16 Gen 1,25-26.
Cf. G. MASPERO. Histoire ancienne I (1895) 145; M. J. LAGRANGE, L'Hexameron: RB 19
(1896) 397; V. ZAPLETAL, Der Schópfungsbericht (igrí) 16. Gen 2,7.
17 20
Cf. EUSEBIO, Praep. evang. I 10: PG 21,75; M. J. LAGRANGE, Eludes sur les religions Cf. PAUSANIAS, X 3.4; OVIDIO, Metamorf. I 82; JCVENAL, Sátiras XIV 35.
sémitiques (París 1905) 405. 21
Cf. FRAZER, Le folklore dans l'Anclen Testament (París 1924) 8.
14 /. Orígenes del mundo y de la humanidad Formación del hombre 15
para comunicarle el plan que había concebido en su corazón: texto similar se dice que el dios Ea «arrancó un trozo de arcilla
'Voy a amasar la sangre y haré que existan los huesos; del abismo» y después formó todas las cosas 27. Pero al mismo
voy a suscitar un salvaje, cuyo nombre sea hombre;
ciertamente, voy a crear al hombre-salvaje
tiempo se insiste en que el hombre fue formado con un ingre-
para que se encargue del servicio de los dioses, diente superior: la sangre de los mismos dioses, lo que justifica
de modo que éstos sean aplacados'» 22 . la dignidad personal del hombre.
Así, pues, comparando el texto bíblico de Gen 2.7 con los
Después decide Marduk que sea Kingu, el jefe de los de textos de las cosmogonías mesopotámicas. podemos decir que
Tiamat que lucharon contra él, la víctima que aporte la san-
la «sangre» de éstos es sustituida por el «soplo» que infunde
gre para la modelación del hombre:
Yahvé-Elohim al cuerpo formado de la «arcilla»; dos principios
«Le ataron y tuvieron agarrado delante de Ea; en el hombre: uno material y deleznable (la «arcilla»), y otro
le cargaron con su culpa y le abrieron (los vasos de) su sangre; superior, divino: la «sangre», el «espíritu» divino. Para los he-
así, con su sangre, fabricaron a la humanidad» 23. breos no se concebía una comunidad de «sangre» con la divi-
En diversos textos súmenos se dan otras versiones coinci- nidad, dada la noción de trascendencia absoluta de Yahvé-
dentes del mismo hecho: la formación del hombre con la san- Elohim. Todos los pueblos primitivos se han considerado en
gre de una divinidad, lo que es un modo de destacar su cate- relación de «sangre» con las divinidades totémicas; pero este
goría excepcional del ser humano, que, según la Biblia, está estadio religioso aparece ya totalmente superado en los relatos
«hecho a imagen y semejanza» del Dios creador. Aquí, con un bíblicos, aun los más arcaicos. Pero bajo estos símiles, más
craso antropomorfismo, se viene a expresar algo parecido. Así, o menos crasos y antropomórficos, queda la gran realidad de
en un texto sumerio se dice: «Matemos dos dioses Lamga (ar- que el hombre es superior a los animales, porque está hecho
tesanos), formando con su sangre a la humanidad» 24 . Y en «a imagen y semejanza» del mismo Dios.
otro texto sumerio se habla de la necesidad de mezclar la san- Conforme a las concepciones antropológicas primitivas, el
gre con la arcilla: hombre parece formado de la sangre coagulada, que modela
el mismo Dios. Es lo que se dice en Job 10,9-10:
«Llamaron a la diosa..., la sabia Mamí:
'Tú eres el seno materno, tú la que crea la humanidad. «Tus manos me moldearon y me fabricaron...
Crea, pues, al salvaje para que lleve el yugo...' Recuerda que como arcilla me hiciste, y cual queso m e cuajaste».
Abrió la boca, diciendo a los dioses:
'A mí compete hacer cuanto sea conveniente...'
Enki abrió su boca, diciendo a los grandes dioses: El autor de Sab 7,1-2 es más explícito:
'Den muerte a un dios, que los dioses queden justificados en el juicio.
Que con su carne y su sangre mezcle Ninjuisag la arcilla. «Yo soy también mortal, nacido del primer hombre;
Dios y hombre... en el... en la arcilla'» 25 . plasmado de la tierra, fui formadc de la carne,
cuajada con sangre, en el seno materno durante diez meses,..»
En todos estos textos se quiere destacar que el hombre ha
sido formado de algo muy deleznable, como la arcilla, que es Para los hebreos, la vida se manifestaba, sobre todo, en la
la materia prima de la alfarería, primera industria de las cul- «sangre»; por ello no era permitido tomarla, pues era pertenen-
turas neolíticas. Por otra parte, no hay material más dúctil, cia de la misma divinidad 28. Con todo, el hagiógrafo no dice
por lo que la metáfora se presta bien para expresar la voluntad que el hombre esté formado de la «sangre» de Dioá, lo que
omnímoda de los dioses. En un texto sumerio-acadio se dice resultaría blasfemo. Por eso, la tradición ambiental mesopotá-
que Marduk, después de crear Eridu y su templo, amontonó mica sustituye la «sangre» por el «soplo» (rúaj), o hálito vital
las cañas sobre el mar, y luego creó el «polvo», formando un infundido directamente por Dios. Esto no comprometía su
bloque con él, dando así origen a la «humanidad» 26. En otro trascendencia. En cambio, se mantiene la tradición foldórica
22
sobre el origen del cuerpo humano a partir del polve. Esta
Poema de la creación V I i - 8 ; A N E T 68; LABAT, O . C , 143.
23
24
Poema de la creación V I 30-33; A N E T 68. idea, que hemos visto en el Poema de la creación, e n ralidad
Véase J. ERRANDONEA, O . C , 23-24.
25
Cit. por ERRANDONEA O.C. 24.
26 2
Cf. Cuneiform Textsfrom Babylonian Tablets in the British Museum X I I I 1 5 - 3 8 - I E R R A N - ? Cf. W E I S S B A C H , Babyloneche Miszellen 12; A N E T 339-41.
DONEA o . c , 8. 2S
G e n 9,3-7.
16 7. Orígenes del mundo y de la humanidad Formación del hombre 17
aparece ya en textos sumerios más primitivos. Así, el dios de Gilgamesh se expresa en estos términos ante el cadáver de
Enki se dirige a su madre, Nammu, en estos términos: su amigo Enkidu muerto:
«¡Oh madre mía!, la criatura cuyo nombre has pronunciado (el «El amigo que yo amo se ha convertido en tierra.
hombre), existe ya; ¿Es que no habré yo de tenderme como él para no levantarme por
forma sobre ella la... de los dioses. la eternidad?...
• '• -*• Mezcla la sustancia de la arcilla que está encima del abismo. Cuando yo haya muerto, ¿no seré semejante a Enkidu ?
Los buenos y nobles moldeadores condensaron la arcilla. El duelo ha penetrado mis entrañas,
T ú vas a traer los miembros a la existencia. y, aterrorizado por la muerte, voy vagando por la estepa» -15.
Ninmah actuará sobre ti;
los dioses te asistirán en tu tarea de moldeado... Según la concepción hebrea, Dios prestaba al hombre el
es el ser humano» 29. hálito vital (rúaj o neshemáh) por algún tiempo, y luego se
lo quitaba, con lo que sobrevenía irremediablemente la muerte.
Y en otro texto sumerio se viene a decir lo mismo: Es lo que dice el desventurado Job:
«Llamaron a la diosa... madre..., la sabia Mami, (y le dijeron:) «El soplo de Dios me creó
'Tú eres el seno materno, tú la que crea la humanidad. y el aliento (neshemáh) del Omnipotente me hace vivir...
Crea, pues, al salvaje para que lleve el yugo... de la creación'. Porque de la arcilla he sido moldeado yo también» 36 .
Abrió su boca, diciendo a los dioses: 'A mí compete hacer cuanto
sea conveniente; XjSte,4 e .tal format que, «si El retrajera a sí su soplo (rúaj) y
son su... aparezca el salvaje (lullu)... sea... de arcilla... con sangre'.
Enki abrió su boca, diciendo a los grandes dioses:
retirara su aliento (neshemáh), moriría en un instante toda
"Den muerte a un dios para que los dioses queden justificados en carne y el hombre volvería al polvo» 37.
el juicio. En el poema de Gilgamesh se presenta al héroe en busca
Que con su carne y su sangre mezcle Ninjursag la arcilla'» 3 0 . del hálito de vida:
La experiencia universal de que el hombre al morir se con- «Si tú eres Gilgamesh... ¿Por qué tus mejillas están chupadas, tu
vierte en polvo es la raíz de esta creencia de que está formado rostro abatido?... '" "*
¿Por qué tu semblante está estragado por el frío y el calor,
del polvo, conforme a lo que se dice en Ecl 3,20: mientras andas errante por la estepa en busca de una bocanada de
aire?» 38
«Todo avanza hacia el mismo paradero;
todo ha salido del polvo, y todo vuelve al polvo. El héroe busca la vida, tiene el ansia de sobrevivir, y la
¿Quién sabe si el espíritu (rúaj) de los hombres sube a lo alto,
y el espíritu frúaj) de los animales desciende hasta las profundida-
muerte consiste en la pérdida del aliento" vital."'Por eso, Gil-
des del sheoü» gamesh va en busca de la planta de la vida:
«¡Oh Urshanabi!, esta planta es una planta misteriosa,
Por eso, morir es volver al polvo: «Si tú, (Yahvé), les quitas con la que el hombre alcanza el hálito vital.
el espíritu (rúaj), mueren y tornan al polvo» 31, porque Dios La llevaré a Uruk..., haré que coman de ella.
«conoce nuestra hechura y no se olvida de que somos polvo» 32 . Su nombre será: 'El hombre, siendo anciano, rejuvenecerá'.
Yo mismo he de comerla para volver al estado de mi juventid» 3 9 .
Así, se ponen en boca del infortunado Job estas palabras:
«Tus manos me fabricaron y moldearon... Recuerda que como En un oráculo del dios Nabu a Asurbanipal se dice:
arcilla me hiciste, y al polvo me harás volver» 33, conforme a la
sentencia divina dada al primer hombre: «Polvo eres, y al polvo «No temas; yo te concedo una larga vida;
volverás» 34 . Esta trágica realidad hace surgir en todas las lite- depositaré en tu garganta buenos alientos;
esta boca mía, que es bondadosa,
raturas el sentimiento de angustia vital. Así, el héroe del poema te bendecirá en la asamblea de los grandes dioses» 4 0 .
29 35
30
KRAMER, Sumerian Mythology 70 n.71; cit. por J. ERRANDONEA, O.C, 25. Poema de Gilgamesh VIII 11,7; XI 10-12.14.
ERELING, Tod und Leben 172-77. 36
31 37
Job 33.4-6.
32
Sal 104,29; Eclo 12,7; 17,1; 40,11; Sal 22,16; 30,10; 103,14; Job 17,13-15. Job 34,14-16; Núm 16,22.
33
Sal 103,14. 38
Cf J . ERRANDONEA, O.C, 42.
Job 10,8-9. 3
34
» Gilgamesh XI 278-82.
Gen 3,19; cf. Eclo 17,1.. 40
STRECK, Assurbanipal II 342; cit. por J. ERRANDONEA, o.c, 43.
18 /. Orígenes del mundo y de la humanidad El paraíso 19

Por eso, Job, consciente de que la vida se va como u n soplo, por los regadíos, el Edén era libremente recorrido por los a n i -
exclama implorante ante Dios: «Mis días corrieron rápidos males silvestres que en él moraban cuando sus extensiones
como una lanzadera..., acuérdate de que mi vida es aire» 4 1 . abiertas en todas direcciones no servían de pastizal a los reba-
Y, de hecho, en todas las lenguas, el hálito vital se relaciona ños de ganado procedentes de ciudades sumerias, tales como
con el viento y el soplo, las dos cosas más tenues e inconsisten- U r u k y Zabalam, en donde se concentraba el culto de T a m -
tes. Así, el término psyjé significa, originariamente, «aliento»; muz, el dios pastor. Con el apelativo de an-edin (alto Edén),
e, igualmente, los términos latinos anima, animus se relacionan los documentos y léxicos han designado la meseta o parte
con el griego anemos («viento»), y spiritus sugiere la idea de elevada del mismo que sin solución de continuidad se extiende
insuflar. Por eso, en todas las concepciones arcaicas, al hombre por el centro del Irak, constituyendo la región que hoy se
se le supone como algo deleznable y moldeable como la arcilla, llama Gezireh» 4 2 .
que, a la vez, está vivificada por un principio, también transi- D e hecho, en los relatos bíblicos de los primeros capítulos
torio, infundido directamente por el mismo Dios. Más tarde, hay muchas alusiones al contexto geográfico de Mesonotamia.
las lucubraciones filosóficas llegarán a la noción de «alma» y así se refleja en ellos la perspectiva de contraposición entre el
o psyjé como sustentáculo espiritual del hombre y su parte terreno de regadío, trabajado por el hombre, y la inhóspita
superior anímica. estepa. Y en Mesopotamia se percibía particularmente el con-
traste entre la zona de población sedentarizada, que vivía de
la agricultura, basada en el regadío masivo, con toda clase de
3. E L PARAÍSO .
productos frutales, y la escuálida vida del nómada, viviendo
El relato bíblico del «yahvista», siguiendo su propensión a lo en el misérrimo territorio estepario. Esta contraposición es
folklórico y colorista, presenta al hombre, recién formado del justamente la que encontramos en la dramatización del relato
polvo y animado por el hálito vital, en u n lugar privilegiado, bíblico: el primer hombre es colocado por Dios en u n lugar
que es a la vez huerto feraz y parque vistoso, y al que da el excepcional, de abundantes aguas y de árboles frondosos, y es
nombre de san, palabra sumeria que significa tierra feraz, y lanzado luego a la estepa a «ganar el pan con el sudor de su
los L X X traducen por Trapa5eíaos, que es la trasliteración del frente» 4 3 . Así, pues, para los mesopotámicos, el n o m b r e de
persa pairi daeza, término que significa, primordialmente, la Edén evocaba u n terreno miserable, en el que vivían las bes-
empalizada que rodea u n jardín, y luego, por sinécdoque, el tias salvajes y algunos hombres condenados al nomadismo. En
jardín o finca de recreo. Y el texto hebreo dice que este «pa- los textos sumerios se habla de las fieras como los «animales
raíso» Jmgári]_estabdimenmEdéjil palabra sumeria que los L X X tra- de la estepa» (ni-zigal edin-na). Por ello, Caín será lanzado
ducen por u n lugar geográfico (su "ESeu), mientras que en a esta región, «al oriente de Edén» 4 4 . Es la zona d o n d e vivirá
G e n 3,23-24 traducen por «paraíso de delicias» (jrcxpaSeía-ou el animalesco Enkidu antes de ser promovido a la vida urbana
TÍÍS Tpu9fjs), el paradysum voluptatis de la Vg. Los lexicólogos, por los ardides de Gilgamesh. E n realidad, el paso de la vida
más bien, relacionan edén con edín, sumerio, y el asiro-babiló- de la estepa (edin-na: Edén) es una promoción h u m a n a : de
nico edinú, que parece significar «estepa». De este modo, el la vida nómada dura a la vida sedentaria placentera. L a Biblia
«paraíso» se considera en el relato genesíaco como u n oasis en presenta el problema al revés: primero, el hombre vivid en
medio de la estepa; y, de hecho, el h o m b r e será lanzado del una zona placentera de oasis, y fue lanzado, como castigo,
Edén hacia la hostilidad de la tierra esteparia. En efecto, el tér- hacia la estepa. Los textos sumerios suponen que en el proceso
mino edín o edina parece designar la zona esteparia de la llanu- de la promoción humana ha habido u n lento proceso d e <ho-
ra de aluvión enmarcada entre el Tigris y el Eufrates, al sur de minización» para adaptarse el hombre-salvaje Enkidu a los re-
la actual Bagdad, Según la tradición literaria, en las alusiones finamientos de la vida ciudadana, que surge precisamente en
del tercer milenio a . C , el Edén o edín «se interponía entre dos las regiones privilegiadas del regadío, fruto del trabajo y del
sistemas de riego, fundamentalmente derivados del Eufrates, talento del hombre: es el gán o huerto feraz. La perspectiva
cada uno de los cuales incorporaba a sí grupos de ciudades bíblica es diferente: «Plantó Yahvé-Elohim u n jardín (gán] en
que habían surgido a su abrigo. Más allá del ámbito cubierto 42
J. ERRANDONEA, O . C , 48; y cita Cuneiform Texts X V 27,21-23.
43
G e n 3,19.
44
G e n 4,10-17.
"i Job 7,6-7.
20 I. Orígenes del mundo y de la humanidad El paraíso 21
Edén (edín: estepa), al oriente, y puso al hombre que había El hagiógrafo, pues, piensa en los terrenos de Mesopota-
formado» 4 5 . El autor sagrado está así preparando el escenario mia bien regados, pero rodeados de la árida estepa, y n o en
para montar a los protagonistas de u n drama que terminará los pedregosos de Palestina. E n el v.6 se habla de una «corriente
en tragedia para la historia de la humanidad según su ángulo de agua» ('éd), que parece el equivalente del edü acadio («co-
de visión esencialmente teológico. Para la literatura sumeria, el rriente de agua») o id («río»), que, a su vez, equivale al s u m e -
proceso fue a la inversa: el hombre primero vivió con los ani- rio a-dé-a («agua que se desparrama»).
males en u n régimen netamente animalesco, y luego promo- El autor sagrado, pues, trabaja con u n trasfondo geográ-
cionó hacia la vida ciudadana y culta. fico ambiental mesopotámico, ya que se supone que el origen
El término sumerio gdn empleado en el texto de G e n 2,8 de la humanidad está por la tierra de Senaar. donde se daban
para designar el «paraíso» significa «jardín regado», y su ideo- cita las gentes de índole más diversa, y allí se había desarrolla-
grama es justamente una parcela de terreno dividida en sur- do una brillante civilización sedentaria y agrícola a partir de
cos de riego 4 6 , Y los regadíos que estaban junto a la estepa se los sumerios, lo que contrastaba con la triste y mísera situa-
llamaban gú-edin-na («límite de la estepa» o edin: Edén) 47 ; en ción del beduino de la estepa. Y en la epopeya de Gilgamesh
realidad, la tierra regada o gdn había sido conseguida por el se dramatiza esta contraposición a base de suponer que el hom-
esfuerzo h u m a n o en medio de una tierra pantanosa y de alu- bre vivió primitivamente una etapa animalesca e n la estepa
vión. Y en la mitología mesopotámica esta labor de crear las con sus ganados, y que de nuevo promocionó hacia la vida ciu-
bases de la agricultura se atribuye al dios Enki, como se dice dadana y hacia la vida sedentaria, lo que está conforme con el
en u n texto sumerio; su oficio es planteamiento de los datos actuales de la prehistoria. Pero el
autor bíblico se sitúa en otro ángulo de visión, ya q u e supone
«abrir las puras bocas del Tigris y del Eufrates,
hacer que el verdor abunde, condensar las nubes,
que el hombre, después de ser creado directamente por Dios,
traer agua abundante a las tierras, hacer que el cereal alce su cabeza, fue colocado en u n lugar privilegiado—un oasis frente a lá es-
en que la estepa se cubra de pastos, tepa—, para luego ser arrojado de él por no haber recoaocido
que broten los esquejes en los viveros, los surcos, las limitaciones de los derechos inalienables divinos. Por eso,
quedando plantados en ellos como un bosque...» 4 8
en la perspectiva bíblica, la trayectoria del h o m b r e , lejos de
En el relato bíblico encontramos la versión monoteísta de ser una promoción de u n estado mísero a otro de bienestar, es
esta misma tradición legendaria: al revés: descenso de una situación privilegiada de colono de
Dios en u n oasis a la de u n beduino, que tiene que luchar con
«Plantó Yahvé-Elohim un jardín (gdn) en la estepa ('edén), al la hostilidad del ambiente de la estepa en pugna por la simple
oriente, supervivencia. Resulta, pues, insostenible la hipótesis de que
y allí puso al hombre a quien había formado» 4 9 .
el relato bíblico está calcado en la leyenda de la epopeya de
Antes de esta intervención directa de Yahvé-Elohim en la G i l g a m e s h 5 1 , porque el autor sagrado trata de dar u n a e x p l i -
conformación del terreno, todo era una inmensa estepa: cación de la presencia del mal físico—la enfermedad y lamuer-
te—y del mal moral en la sociedad humana, y considera todo
«No había aún arbusto alguno en el campo ('adamáh), esto como algo que no entraba en los planes primitivos divinos.
ni germinaba la tierra hierbas, por no haber hecho llover Yahvé- Por eso «idealiza» convencionalmente la situación d e l supuesto
Elohim sobre la tierra,
ni haber todavía hombre que la labrase primer hombre, presentándolo en una situación excepcional
y sacase agua ('éd) para regar toda la superficie del suelo» 50 . de felicidad, en u n jardín de delicias, y destaca la situación
edénica de A d á n para contraponerla con la triste situación en
« Gen 2,8. que se va a encontrar después de haber cometido l a primera
46
Véase A . D E I M E L , Sumerisches Lexikon ( R o m a 1924-27) I I I 105,3.
47
48
Véase J. ERRANDONEA, O.C., 57. transgresión, al margen de la ley divina. E n realidad, JOS e n -
Cuneiform Texts X X X V I texto 31,1-20; cit. por J. ERRANDONEA, O . C , 6 1 .
4
9 G e n 2,8. contramos con una escenificación convencional teokgica a
50
G e n 2,5-6. Sobre el sentido de 'ed cf. A . D E I M E L , W O lag das Paradies? : Orientalia 15 base de leyendas folklóricas orientales: es la contraposidón de
(1925) p.45; I D . , e n Verbum Domini 4 (1924) p . 2 8 i s . Cf. A. D E I M E L , Sumeriscne Lexikon
II 4 279.427b. E s t e autor traduce el v.5-6: «...Ñeque h o m o aderat qui agrum coleret a u t
aquam canalis Ced) attolleret ex térra et irrigaret totam». 51
Es la opinión de J. ERRANDONEA, o . c , 123SS.
22 /. Orígenes del mundo y de la humanidad El paraíso 23

u n estado de inocencia con otro de culpabilidad en la conciencia hombres en su primer estadio de vida, antes de ser incorpora-
del primer hombre. dos a la vida agrícola, «pacían la hierba con sus bocas, como
Bajo este aspecto, no hay nada de parecido entre el Adán las ovejas» 55 . En este supuesto, Enkidu es el mejor represen-
de la Biblia v el hombre-salvaie Enkidu. que vive en la estepa, tante del hombre primitivo, al que se le llama lullu o «salvaje»
llevando meramente vida zoológica con los animales, en fa- en los textos poéticos, que es u n título que equivale no tanto
miliaridad con ellos, pero sin sentir el ansia de superación que al «bárbaro» de la literatura romana cuanto al «abominable hom-
instintivamente siente el hombre en su proceso de desarrollo bre de las nieves» de la literatura periodística actual. P o r q u e se
psíquico. Por otra parte, según los relatos del poema sumerio, dice de Enkidu que tiene «cubierto de pelo su cuerpo», «brotan
Enkidu no es el primer hombre, sino que aparece cuando ya sus greñas como Nisiba» 5 6 . Pero nunca se dice de él que es el
está desarrollada la vida sedentaria con los refinamientos de la primer hombre de la humanidad, sino simplemente el repre-
ciudad de Uruk, regida por Gilgamesh. En segundo lugar, las sentante neto de la estepa. Incluso su afición a vivir con los
costumbres animalescas de Enkidu no encuentran paralelo con animales entre los que fue criado parece aludir al trato sexual
Adán, que, lejos de sentirse a gusto con los animales, se siente con ellos, al vicio de la bestialidad, tan común entre las tribus
solo y aburrido cuando desfilaron ante él por orden divina 5 2 . de pastores, y q u e es drásticamente prohibido por los textos
En este ingenuo relato se trata sólo de destacar la superioridad legislativos bíblicos 57 . Y en este supuesto, cuando se dice en
de A d á n sobre todos los animales y presentar las exigencias el relato genesíaco que A d á n no encontró entre los animales
internas de una compañía en consonancia con su naturaleza que desfilaron ante él «ayuda semejante a él», probablemente es
humana. Es todo lo contrario del hombre-salvaje Enkidu, q u e una condenación eufemística del vicio de la bestialidad. Por
se sentía a gusto en los abrevaderos con los animales, descono- eso, inmediatamente después se relata la formación de la. m u -
ciendo todos los usos humanos más elementales: jer del cuerpo del hombre, que es concebida por Dios como
«una ayuda proporcionada» a Adán, o, literalmente, «frente a
«Con las gacelas, se nutre de hierbas, él», en el sentido gráfico de «machihembrada», en cuanto que es
y con los animales forcejea en el abrevadero;
en compañía de las bestias salvajes,
el complemento fisiológico y psíquico del varón, su media na-
las aguas recrean su alma» 53 . ranja. E n cambio, Enkidu se siente a gusto con los animales,
sin experimentar ningún impulso de superación sobre ellos, y
Por eso, cuando ha muerto su amigo, Gilgamesh le interpe- sólo se distancia de ellos cuando tiene la experiencia carnal
la en estos términos: con la hetaira. Es entonces cuando descubre su dignidad su-
«Enkidu, (amigo mío), tu madre, una gacela, y un onagro, tu padre,
perior humana, y al punto los animales le abandonan:
te han creado.
Hagan duelo por ti las praderas, alcen su lamento como madre tuya... «Volvió luego su rostro a las bestias salvajes,
Sean los que guarden luto el oso, la hiena, el tigre, el ciervo, las cuales, apenas le vieron, salieron corriendo;
el leopardo, el león, los toros bravos, el gamo; se apartaron de su cuerpo las alimañas de la estepa» 5S .
llórenle los animales de la estepa» 54 . Incluso entonces empezó a perder el vigor físico en la m e -
Simplemente, es que Enkidu es el símbolo del hombre pri- dida en que iba descubriendo una «ciencia que le hacía como
mitivo salvaje, que aún no ha gustado las delicias de la civi- un dios» 5 9 . Por eso la reacción de Enkidu fue de decadencia
lización: física:

«Nada sabe Enkidu de comer el pan «Se sentía consternado a medida que su cuerpo entumecía
y nadie le ha enseñado a beber la cerveza». y se agarrotaban sus rodillas,
porque los animales salvajes se habían marchado.
Con esta frase proverbial se trata de reflejar la vida ciuda- Así, Enkidu tuvo que hacer más lento su andar;
ya no era como antes» 60 .
dana del h o m b r e sedentario dentro de una civilización emi-
55
nentemente agrícola. Según las tradiciones mesopotámicas, los ID., ibid., 131.
557fi Poema de Gilgamesh I ii,34-
58
Cf. Ex 22,18; Dt 17,21; Lev 18,23-25; 20,15.
52
Gen 2,19-20. 59
Gilgamesh IV 23-26.
53 Gilgamesh I iv,29-35; II ii, 12-13.
Poema de Gilgamesh I ¡1,39-42. 60
54
GURNEY, Two fragments 87S; cit. por J. ERRANDONEA, O . C , 127. Gilgamesh I üi,26-29.
El paraíso 25
24 /. Orígenes del mundo y de la humanidad
radoras y nuevos impulsos de «hominización» frente a sus cos-
En estas frases se refleja bien el proceso físico-psíquico de tumbres atávicas animalescas:
«hominización» del que había llevado una vida meramente
animalesca en la estepa: a medida que se iba despertando su «Con las gacelas se nutre de las hierbas
inteligencia e iba adoptando costumbres típicamente huma- y con las alimañas forcejea en los abrevaderos,
nas, perdía fuerzas físicas propias de los animales (robustez, y en compañía de las bestias salvajes
las aguas recrean su corazón»67.
agilidad), que todo lo confían a ellas. Luego sigue un proceso «Cubierto de pelo está todo su cuerpo,
de afeminamiento, hasta entrar en relaciones amorosas homo- tiene cabellera como una mujer;
sexuales con el propio Gilgamesh, su amigo, vicio éste muy brotan sus greñas como Nisiba» 68 .
corriente en la civilización sedentaria 61 . Así, pues, el poema
gira en torno a este proceso de promoción humana de Enkidu, Para los sumerios, el símbolo de la. vida promocionada
el hombre-salvaje que se aleja de su ambiente faunístico por frente a la primitiva de la estepa se caracteriza por «comer el
los atractivos de una cortesana y alfintermina en la degenera- pan», mientras que el hombre de la estepa «pacía hierba». Al
ción de la vida urbana. Pero este proceso de «hominización» de mismo tiempo, Enkidu .aparece sin vestido: «cubierto de pelo
Enkidu no tiene nada que ver con el problema de la aparición todo su cuerpo», como los animales. Es la contraposición de
del primer hombre, que es justamente el tema del relato bí- la estepa (edin) y la tierra fértil regada (gán). En aquélla se
blico. desarrolla la primera etapa de la humanidad al nivel de los
La tradición mesopotámica suponía que el primer hombre mismos animales, mientras que la tierra regada, fruto de la
estaba en estado salvaje, como se dice en el Poema de la crea- actividad humana, es el ambiente en que el hombre se encuen-
ción : tra a sí mismo como ser civilizado. En realidad, este pioceso
es el que nos presentan los datos de la prehistoria: primero, el
«Quiero crear un hombre-salvaje (lullu), hombre llevó una vida de cazador, conviviendo con los anima-
y hombre (amelu) será su nombre; les, y luego se sedentarizó, descubriendo la agricultura, la do-
efectivamente, voy a crear al hombre-salvaje» 62 . mesticación de los animales y la cerámica en el neolítico.
En los relatos de Beroso (s.m a.C), sacerdote mesopotámi-
Enkidu, pues, sin ser el primer hombre de la humanidad, co de Bel, encontramos esta concepción que ahora leemos en
participa aún de esa existencia del hombre-salvaje, no promo- los escritos cuneiformes:
cionado a la vida sedentaria, que era la de los sumerios, crea-
dores de la brillante civilización mesopotámica del tercer mi- «En Babilonia se había instalado una masa de gentes extrañas j en la
lenio a.C. Pero Enkidu es el prototipo del hombre de la estepa: tierra de los caldeos vivían como bestias salvajes... En el primer año se pre-
«La diosa Aruru tomó la arcilla y la arrojó en la estepa; allí fue sentó éri él mar Rój'ó, en medio del territorio babilónico (sic), u n horrible
monstruo, cuyo nombre era Oannes, que enseñó a los hombres la estritura
creado el valeroso Enkidu» 63 . Y la madre de Gilgamesh, Nin- y las múltiples habilidades artísticas, la construcción de las ciudades y la
sun, le comunica en sueños: «Uno igual a ti, ¡oh Gilgamesh!, edificación de los templos, así como a cosechar cereales y frutos, y todo
ha nacido en la estepa y la meseta lo ha criado» 64. Sus compa- aquello que concierne a la humanización de la vida lo transmitió a los hom-
bres. Y a la puesta del sol volvía a sumergirse en el mar para descansar en
ñeros son los animales, que le abandonaron instantáneamente la noche... más tarde aparecieron otros monstruos semejantes a éste...
al ver a Enkidu seducido por la meretriz enviada por Gilga- Y Oannes escribió sobre la creación y la civilización y entregó a los hombres
mesh 65 , porque Enkidu había descubierto su dimensión hu- la lengua y las artes» 69.
mana; por lo que la mujer que le sedujo le dice: «¿Por qué vas
a seguir merodeando por la estepa en compañía de las alima- Lo que aquí hace el monstruo Oannes es justamente lo
ñas?» 66 . Es entonces cuando Enkidu se siente extraño a sí que la literatura sumeria atribuye al dios Enki, organizador de
mismo, porque se despiertan en él nuevas inquietudes supe- la vida civilizada, que preparó la tierra de Mesopotamia para
que en ella se asentaran los anunnaki y el hombre.
67
61
Véase J. ERRANDONEA, O.C., 200. Gilgamesh 111,39-42.
62 68
Enuma elish V I 1-7. Gilgamesh I ii,34. Nisiba era l a diosa d e los cereales; se la representaba c o n uítocado
63
Gilgamesh I ii,34- con espigas e n desarrollo.
64 69
Gilgamesh II 11,17-20. S C H A N E L , Bewssus 264-65; c i t . por J. E R R A N D O N E A , O.C. 135-36; A . D E I M E L , Die ba-
« Ibid., IV 23-26. bylonische und biblische Überlieferung 47-64; JACOBSEN, The Sumerian Kings List 3-4
«« Ibid., I V 35; II ¡1,12-13.
26 I. Orígenes del mundo y de la humanidad La formación de la mujer 27

Nada similar encontramos en los relatos mesonotárpiyos va


A. L A FORMACIÓN DE LA MUTER que la hieródula del poema de Gilgamesh n o es la p r i m e r a
mujer, como tampoco Enkidu es el primer hombre. Aquélla
Según el relato bíblico, la mujer es el complemento natural representa, simplemente, la atracción de la vida corrompida
del hombre en el orden fisiológico y psicológico. El autor sa- ciudadana frente a la vida animalesca del hombre de la estepa,
grado se mueve dentro de la perspectiva de la ciudad patriar- por el que Gilgamesh sentía predilección, para después tener
cal, en la que el varón llevaba la dirección y la esposa le estaba con él relaciones amorosas homosexuales, según se lo había
subordinada, si bien es de su misma dignidad personal. Estas predicho su madre, Nin-sun, en sueños: «Está para llegar un
ideas las presenta el hagiógrafo de u n modo m u y plástico, en robusto colega que salva al compañero; nunca te abandonará.
contraste con la versión de G e n 1.26, donde la mujer aparece, Guando lo veas, lo abrazarás... como a una esposa» 7 2 . En
juntamente con el varón, sacados de la nada y en el mismo efecto, Enkidu va a ser el alter ego de Gilgamesh, y, como tal,
instante, ya que se complementan en orden a la transmisión es el compañero de su aventura al bosque guardado por el
de la vida. En este relato de G e n 2,18-24. el autor sagrado pre- monstruo Jumbaba 7 3. Es lo que le ha dicho su madre: «Porque
senta, primero, la formación del varón; luego, la de la mujer, le he hecho paralelo a ti» o «frente a ti» 74 . Es una frase similar
para establecer las bases de la jerarquía en la sociedad domés- y paralela a la bíblica, puesta en boca de Dios respecto de la
tica. Dios la da al hombre como complemento de unas miste- formación de la mujer: «Voy a hacerle una ayuda semejante
riosas exigencias íntimas: «No es bueno que el hombre esté a él» (Adán) 75 . Pero aquí se alude al misterio de la atracción
solo; voy a hacerle una ayuda proporcionada a él» o «frente a hacia el otro sexo en orden a la constitución del matrimonio
él», porque los animales que desfilan ante A d á n no pueden para transmitir la vida: «Dejará el hombre a su p a d r e y a su
llenarle el íntimo vacío interior de sociabilidad. En el contex- madre y se adherirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una
to, nada insinúa que tuviera familiaridad sexual con ellos, como sola carne» 7 6 . En cambio, en el relato mesopotámico se cantan
en el caso de Enkidu. Al contrario, lejos de convivir con ellos, los amores homosexuales de dos héroes conforme al ideal m o -
se siente solo, y Yahvé-Elohim le otorga la mujer para colmar ral de una sociedad decadente.
esta soledad. En realidad, el hagiógrafo con esta escenificación En efecto, las gentes de Uruk, al ver a Enkidu, exclaman:
está jugando con los misteriosos complejos sexuales del eros, «Es la réplica de Gilgamesh, sin u n pelo de diferencia... a Gil-
de la libido y del sex appeal, que encuentra su desenlace normal gamesh le ha salido quien le asemeje» 7 7 . Es una alusión al
en el matrimonio, ya que el hombre y la mujer están destina- ideal del homosexualismo. Es lo que Gilgamesh dice a su ma-
dos «a formar una sola carne» (v.24). dre: «Le amé como a una esposa... me lancé sobre él como
Y la k v e n d a de la formación de la muier de la «costilla» de sobre una esposa» 7 8 ; y la hieródula dice lo mismo a Eikidu
Adán responde, en cierto modo, a la primitiva leyenda de los después de haberle seducido: «Yo te llevaré a Uruk, e n donde
androgynos (el varón y la hembra primero estuvieron unidos mora Gilgamesh... y tú vas a quererlo como a tu p r o p i a per-
corporalmente y luego separados), tan extendida en los p u e - sona» 7 9 . Y así se da cumplimiento a los consejos que e n siieños
blos de la antigüedad 70 . Es u n modo de explicar popularmen- le daba Nin-su a Gilgamesh: «Apenas lo veas, te llenarís de
te la atracción de los sexos: si el varón y la mujer se buscan alegría... Guando lo veas, lo abrazarás... y te lanzarás solre él
en todos los tiempos y en todas las latitudes, es que antes estu- como sobre una esposa» 80 . Y Enkidu, al ser s e d u c i d o por la
vieron corporalmente unidos como dos siameses 7 1 . Con todo, cortesana, empieza a adquirir una nueva conciencia y siente
el autor bíblico quiere destacar que la mujer, al ser formada lazos de sociabilidad nuevos, ya que se siente alejado de los
del hombre, tiene una dignidad humana en todo igual a la del animales, que huyen de él. Pero esa soledad i n t e r i o r 10 la
hombre, y por ello que es más que el animal imperfectum o el
72
mas occasionatum de Aristóteles. Gilgamesh I I i i . 2 1 .
73
Ibid., VI vi,20-22.
7
< Ibid., I 38.46; V 15-20.
70 " G e n 2,18.
Así aparece en Beroso, en el Rig Veda y en Aristófanes; t a m b i é n entre los aborígenes
76
déla Polinesia y de Birmania encontramos leyendas similares a la d e l relato bíblico. G e n 2,24.
71 77
Así, los habitantes d e Maori (Polinesia) creen que la mujer fue hecha del costado Gilgamesh V 15-17.
78
dd primer h o m b r e . L o m i s m o se dice entre los karenos de B i r m a n i a : u n a divinidad formó Gilgamesh II ii,32-35; I v, 36-47; V 4.14.10.
al hombre, f o r m á n d o l o de la tierra, y creó a la mujer, tomándola d e un costado. Los d e T a a - '» Ibid., II 22,21.
roa dicen iwi («hueso»: Erna). Cf. FRAZER, O . C , 6-7; M . GARCÍA C O R D E R O : C T (1951) 474- «o Ibid.
28 I. Orígenes del mundo y de la humanidad Árbol de la «ciencia...» y «árbol de la vida» 29
llenará una mujer, como en el caso de Adán, sino un hombre. lugar entre los animales. Por eso, la hieródula le dice después
Enkidu, sin embargo, no se encontrará a sí mismo en su nueva de haberle seducido: «Ahora que tienes juicio y te has hecho
amistad con Gilgamesh, y por eso, al morir, se revuelve furioso semejante a un dios, ¿por qué vas a seguir merodeando por la
contra la hieródula, que le había arrancado de la compañía de estepa en compañía de los animales silvestres?»85. Es que ha
las bestias, con las que se sentía feliz; por lo que el dios Sha- descubierto una nueva dignidad, incompatible con el género
mash trata de calmarlo y le recuerda que ese episodio de su de vida de las bestias. Por eso siente deseos de conocer al ami-
vida fue para él un beneficio: «¿Por qué, ¡oh Enkidu!, maldi- go a quien entrevé: «Ya cabal de juicio, añora al amigo» 86 .
ces a la hieródula... que te hizo tener por colega al bondadoso No hay, pues, ningún parecido sustancial entre Adán, pri-
Gilgamesh y te ha hecho reclinar ahora en noble lecho de Gil- ,mer„ hombre, que recibe su complemento sexual después de
gamesh, tu amigo y tu gemelo?» 81 . No se trata, pues, sólo de un sueño, la primera mujer, y Enkidu, el hombre-salvaje que
vinculación por ideas afines o por intereses comunes, sino por existe cuando la humanidad se ha multiplicado y desarrollado
una atracción sexual deformada, que se canta en este poema, en la vida ciudadana, que encuentra al «amigo» y colega de
en el que se refleja los refinamientos de una sociedad urbana grandes hazañas. Nada de esto se insinúa en el relato bíblico.
en descomposición moral. La perspectiva es totalmente diferente y no hay ningún moti-
De hecho, el mismo Gilgamesh, hastiado de la vida urbana, vo para relacionar el relato bíblico con el famoso poema me-
sueña con aventuras peligrosas en tierras lejanas para «hacerse sopotámico.
un hombre» en la estimación de sus conciudadanos. Y así, de-
cide tomar al asalto el monte guardado por el terrible mons-
truo Jumbaba, y para ello cuenta con la ayuda de su amigo ,5. E L ÁRBOL DE LA «CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL» Y EL «ÁRBOL
Enkidu, que conoce el camino, ya que está avezado a la vida DE LA VIDA»
de la estepa 82 . Y, en efecto, este héroe se convierte en el gran Al ser asentado Adán en el paraíso—antes de que hiciera
auxiliar de Gilgamesh en su famosa hazaña en el monte de su aparición la mujer—, Dios le impone un precepto: «De
los cedros 83 . todos los árboles del paraíso puedes comer, pero del árbol de
Esta simple contraposición refleja el diverso enfoque del la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día en que de
relato bíblico y la narración mesopotámica; en aquél se trata él comieres, ciertamente morirás» 87. Y en la respuesta de Eva
del primer hombre, que, al no encontrar afinidad ni posibili- a la serpiente se le designa como «el árbol que está en medio
dad de vida social con los animales, se siente solo, aislado; y del paraíso». Y, de hecho, la respuesta de la serpiente alude a
Dios, percatado del gran vacío que hay en el corazón humano, una misteriosa ciencia que iban a adquirir los que comieren
le da un complemento, lo llena con una «ayuda semejante a él» del fruto de él: «No moriréis; es que sabe Elohim que el día
o proporcionada a él, es decir, conforme a ciertas exigencias en que de él comiereis se abrirán vuestros ojos, y seréis como
misteriosas de su naturaleza. En cambio, Enkidu se sentía a Elohim: conocedores del bien y del mal» 88.
gusto con los animales, sin complejo de soledad ni diferencia
En el entramado teológico del relato bíblico—parábola en
de vida con ellos. Sólo cuando éstos le abandonan siente la ne-
acción—, dicho árbol simbólico señala la divisoria entre el bien
cesidad de buscar sociabilidad en otro ambiente. Por otra parte,
y el mal impuesta por la divinidad. Por ello, la sugestión de la
en el relato bíblico aparece Adán como un ser sumamente
serpiente (encarnación del principio anti-Dios, que en textos
inteligente, ya que impone el nombre a cada uno de los anima-
bíblicos posteriores se le identificará con el diablo) 8 9 sfecta
les en conformidad con su naturaleza específica 84, mientras
a lo más íntimo del hombre: el ansia de escalar la esfera supe-
que Enkidu, como hombre-salvaje aún no promocionado, se
rior hasta poder determinar él mismo lo que es bueno y lo
halla en un estado animalesco, sin ciencia superior netamente
que es malo, privilegio hasta ahora de la divinidad. En reali-
humana. Sólo cuando entra en relaciones con la hieródula
dad, la caída que sucederá a la transgresión del precepto divi-
adquiere una ciencia extraña, que le hace sentirse fuera de
5 Gilgamesh I iv,35; II 11,12-13.
si Ibid., VII.
82
86
Ibid., I iii,40-42.
83
Ibid., VI vi,20-22. « Gen 3,3.
84
Gilgamesh Xü,1-3. 88
Gen 3,4-
Gen 2,19. 89
Sab 2,24; «Por la envidia del diabla, la muerte entró en el mundo».
30 /. Orígenes del mundo y de la humanidad Árbol de la «ciencia...» y «árbol de la vida» 31

no mostrará prácticamente la impotencia humana para salirse algo similar a este planteamiento del t e x t o bíblico? T e n e m o s
de su órbita, limitada por las exigencias de la propia naturale- que decir que no, porque en el poema de Gilgamesh se dice
za del hombre, que, como creatura, depende del Creador, a que Enkidu, el hombre-salvaje, después que tuvo la experien-
quien le pertenece señalar las leyes de la misma. Por eso, cia sexual con la hieródula, adquirió u n a ciencia superior, que
cuando está consumada la humillación y la decepción de Adán, le reveló su categoría humana, por encima del ambiente anima-
el hagiógrafo pone en boca de Dios estas palabras satíricas: lesco en que vivía. Entonces pierde energías selváticas, pero
«He aquí a A d á n hecho como uno de nosotros: conocedor del descubre el m u n d o de la conciencia, d e la relación con algo
bien y del mal» 9 0 . que antes no intuía: «Ya no era como antes, pero tenía juicio;
En efecto, según el contexto bíblico, el «árbol de la ciencia había desarrollado la inteligencia» 9 3 . Por eso, la hieródula le
del bien y del mal» parece aludir a la línea divisoria entre lo dice, invitándole a abandonar su antigua vida con los anima-
permitido y lo prohibido, señalada por la misma divinidad, les: «Ahora que eres cuerdo, ¡oh Enkidu!, te has hecho semejante
cuya voluntad es fuente de toda moralidad. Para los antiguos a un dios» 9 4 . Es decir, la ciencia que acaba de adquirir le ha
semitas, y, sobre todo, para los hebreos, las cosas son buenas descubierto una panorámica superior, que le asemeja a las dei-
o malas, permitidas o prohibidas, porque así lo determina u n dades, en el sentido amplio en que se tomaba el término
poder superior extramundano. N o podemos trasladar a la men- «dios» en la literatura mesopotámica. Justamente, Enkidu va
talidad semítica las concepciones helénicas sobre la noción del a ser el amigo íntimo de Gilgamesh, que era hijo de u n a diosa
deber o de lo ilícito a base de una ética filosófica basada en los llamada Nin-sun. En este supuesto hay que entender la frase
meros principios de la sociabilidad y convivencia humanas. de la hieródula: «Te has hecho semejante a u n dios», en el
La filosofía nace a orillas del mar Egeo, no en las tierras cáli- sentido de adquirir una conciencia de la dignidad humana.
das y soporíferas del Oriente Medio, donde priva el más abso- Por otra parte, en el texto del poema mesopotámico no se
luto voluntarismo. Así, el decálogo es impuesto por Yahvé sin alude para nada a u n precepto determinado, cuya transgresión
consultar a los destinatarios de sus preceptos bien concretos, Heve consigo la adquisición de una ciencia superior e n el orden
y las credenciales que presenta son sus gestas salvadoras en moral. Y, según el relato bíblico, A d á n no adquiere conciencia
favor de Israel al sacarlo de Egipto 9 1 . E n la perspectiva teoló- de su categoría humana al tomar del fruto prohibido, sino con-
gica de los hagiógrafos del Antiguo Testamento, Dios es ciencia de su culpabilidad, que se refleja en una íntima frustra-
omnipotente y es totalmente libre en la imposición de sus ción y decepción, ya que ha perdido las relaciones amistosas
mandatos. Por eso, El es quien señala la divisoria entre lo y familiares con Yahvé-Elohim, el propietario de aquella linca
bueno y lo malo, lo permitido y lo prohibido, de tal forma de recreo, de la que A d á n era sólo u n colono usufructuario,
que querer apropiarse esta facultad es atentar contra los de- que debía guardarla y cultivarla 95 . En efecto, la perspectiva
rechos inalienables de la misma divinidad. Es justamente lo del relato bíblico es totalmente diferente de la del poema de
que insinúa la serpiente a Eva: «Seréis como Elohim: conoce- Gilgamesh; en éste se. trata de escenificar la promoción ¡acial
dores del b i e n y del mal» 9 2 . E n efecto, los dioses helénicos, del h o m b r e faunístico de la estepa, que vive a g u s t o coa los
por ejemplo, imponían leyes, pero ellos estaban por encima animales, a la vida ciudadana sedentarizada, con sus comodi-
de ellas y no estaban obligados a cumplirlas. El hagiógrafo dades y vicios refinados. En el relato genesíaco, la perspectiva
juega en su escenificación dramática del p r i m e r pecado del es la inversa: Adán se halla en una situación privilegiad!, en
hombre con este complejo psicológico de ybris o «desmesura» un oasis, feliz con su compañera, y por transgredir u n pre-
que caracteriza al hombre en sus ansias incoercibles de total cepto—asentir a las íntimas ansias de exagerada a u t ó n o m a —
autonomía sin limitación alguna. El resultado de esta tentativa pierde esa situación y se ve obligado a descender a u n a situa-
humana es el castigo de su propia frustración al verse limitado ción de relaciones inamistosas con Yahvé-Elohim y c o n m ñ a d o
en sus metas y ser entregado a la impotencia, al sufrimiento al mismo tiempo a salir del paraíso—la superficie rega«ia—,
y a la m u e r t e . para ser lanzado hacia la estepa. N o hay, pues, n i n g ú n inücio
Ahora bien, ¿encontramos en los relatos mesopotámicos
90 93
Gen 3,22. Gilgamesh IV 32.
«2 EX20.IS. «1 Ibid, IV 34.
» Gen 2,4. M Gen 2,15.
32 I. Orígenes del mundo y de la humanidad Árbol de la «ciencia...» y «árbol de la vida» 33
de dependencia literaria del relato bíblico respecto de las le- Todo esto pudo dar pie para la escenificación teológica del
yendas mesopotámicas en este caso. relato bíblico, aunque sin que éste implique dependencia di-
El papel que desempeña este árbol en la escenificación teo- recta literaria de las tradiciones mesopotámicas. Pero podemos
lógica del autor sagrado está claro después del relato de la admitir que, sobre una leyenda mítica antigua, un autor ins-
caída, que estudiaremos a continuación. En efecto, según el pirado pudo estructurar una trama teológica escenificada con-
relato de Gen 3,22, Yahvé-Elohim se dijo a sí mismo: «He forme al esquema monoteísta hebreo que salve la trascenden-
ahí a Adán hecho como uno de nosotros: conocedor del bien y cia de Yahvé-Elohim a pesar de sus relaciones familiares con
del mal; que no vaya ahora a tender su mano al árbol de la los primeros padres.
vida y, comiendo de él, viva para siempre». Pero el texto bíblico dice algo más: Dios puso a la entrada
En realidad, no es difícil establecer una relación concep- del naraíso «un querube, que blandía flameante espada para
tual entre el «árbol de la vida», que debía conferir la inmorta- guardar el camino del árbol de la vida» 98 . Aquí encontramos
lidad, y la «planta de la vida», que confiere el rejuvenecimiento, un nuevo ingrediente del folklore mesopotámico. En efecto,
en busca de la cual se fue Gilgamesh a la desembocadura de el nombre de kerub del texto hebreo está relacionado con los
los ríos después que se vio presa de intensa angustia vital al karibáti de la mitología babilonia, que eran una especie de ge-
constatar la muerte de su amigo Enkidu. Según el relato de la nios alados que estaban a las puertas de los palacios y de los
leyenda mesopotámica, Gilgamesh, después de haberla encon- templos para guardar el lugar. Su nombre significa «interce-
trado en lo profundo del mar, cuando volvía a su tierra, se sor», «orante»; pero, en sentido derivado, «guardián», que es
puso a bañarse en una laguna, dejando en la orilla la «planta justamente el oficio que se le asigna en el texto genesíaco que
de la juventud». Pero, mientras se bañaba, una serpiente se la comentamos. En otros textos bíblicos aparecen como «guar-
arrebató traidoramente, y así el héroe sumerio perdió la ilu- dianes» del arca de la alianza " y como escabel del trono de
sión de su rejuvenecimiento 96 . Dios, con la apariencia cuadriforme: cuerpo de león y de toro,
Pero las diferencias de enfoque entre el relato bíblico y el alas de águila y cara de hombre, sintetizando así las manifes-
mesopotámico son abismales: el «árbol de la vida» está fijo, taciones más nobles de los seres vivientes 10 °.
como símbolo de la inmortalidad, a disposición de Adán y de En el llamado Mito de Adaya se ofrece al héroe el «alimen-
Eva en el caso de que no hubieran pecado; en cambio, la to de la vida», pero éste rehusó tomarlo, así como las «aguas
«planta de la vida» está en lo profundo del mar y es transpor- de la vida» 101 , con lo que no consiguió la inmortalidad:
tada por Gilgamesh, pudiendo comer de ella a su antojo para
conseguir no la inmortalidad, sino el rejuvenecimiento, ya que Mito de A d a p a 102
la «inmortalidad» era algo privativo de los dioses. Y el héroe
mesopotámico la pierde no por haber transgredido un precep- «Sabiduría... Su orden fue como la de (Ea).
to de los dioses, sino por una circunstancia fortuita, aprovecha- La extensa inteligencia le había perfeccionado para descubrir los de-
signios de la tierra.
da con astucia por la serpiente, que se sintió atraída por su Le había dado sabiduría, pero no le había dado vida eterna...
olor. Por otra parte, Gilgamesh no es el primer hombre de la En el muelle santo, el de la luna nueva, subió (Adapa) al velero;
historia, sino el rey de una ciudad ya muy desarrollada, que, entonces sopló un viento, y su barco se lanzó a navegar...
después de convivir íntimamente con su amigo Enkidu, se Durante siete días el (viento del sur) no sopló sobre la tierra..
Entonces, Ea, que conoce lo tocante al cielo, se apoderó d e él
siente solo al morir éste. (Adapa)...
En tiempos de Gudea se daba culto a un dios-serpiente y le dio este consejo: '(Adapa), vas a presentarte (ante Anu),el rey;
llamado Nin-gis-zi-da, que significa justamente «señor del ár- (vas a tomar) el camino del cielo.
Guando hayas subido al cielo y te hayas (acercado a la p u e r t a dt Anu),
bol de la verdad», que está colocado a la puerta del cielo,
donde moran los dioses, junto al «árbol de la vida». Y en la " Gen 3,24.
mitología posterior caldea se habla también del «árbol de la 99
Ex 25,18-21; 1 Re 6,23; 2 Crón 3,7-10; cf. RB 35 (1926) 328.341.
verdad», que está a la entrada de la morada de los dioses 97. 100 JfZ j I S S |
101 Mito de 'Adapa III 24-26; ANET 102.
i° 2 También aquí se relata la ocasión que desperdició el hombre para conseguir la in-
96
Gilgamesh XI 305. mortalidad, su máxima aspiración. Hay varias recensiones: la más antigua es d e losirchivos
97
Gf. P. DHORME, L'arbre de vérité et l'arbre de la vie: RB 4 (1907) 99-12 I. de Tell Amarna. Las otras son de la biblioteca de Asurbanipal (5. v n a . C ) ; penreflejan
tradiciones mucho más arcaicas.
Biblia y legado %
34 /. Orígenes del mundo y de la humanidad El pecado de los primeros padres 35
(Tammuz y Giz-zi-da) estarán a la puerta de Anu (cielo). conciliación entre Enki y T a g - t u g , y entonces Enki comunica
Al verte te preguntarán:
'Adapa, ¿por qué vistes prendas de luto?' a Tag-tug que hay ocho especies de plantas y de árboles en el
'Han desaparecido de nuestra tierra dos dioses; por eso estoy así'... paraíso; puede comer de siete d e ellas, pero no de la octava:
Cuando estés ante Anu, cuando te ofrezcan el pan de muerte, no lo la casia. Pero T a g - T u g comió d e su fruto, y al punto fue he-
comerás. rido con enfermedades por N i n - t u d .
Cuando te ofrezcan agua de muerte, no la beberás.
Cuando te ofrezcan un vestido, póntelo. Las analogías con el relato bíblico sobre la caída de los pri-
Cuando te ofrezcan aceite, úngete...' meros padres son muchas, a u n q u e no se habla de la interven-
Entonces el mensajero de Anu llegó (diciendo): ción de la serpiente, ni de la mujer, ni de la tentación diabó-
'Adapa quebró el ala del viento del sur. ¡Traédmelo!' lica; y no se justifica la ira de Enki contra los hombres, q u e no
Hizo que tomara el camino del cielo, y al cielo subió.
Cuando hubo subido al cielo, se acercó a la puerta de Anu; aparecen como pecadores; tampoco se alude al árbol de la
Tammuz y Giz-zi-da estaban a la puerta de Anu... «ciencia del bien y del mal», q u e juega un papel tan impor-
Su razón se calmó, porque estaba... tante en el relato bíblico de la tentación, y menos se alude al
(Dijo Anu): 'Por lo que respecta a nosotros, ¿qué haremos con él? «árbol de la vida».
Traed pan de vida para que lo coma él'.
Pero, cuando le trajeron el pan de vida, no lo comió; Por otra parte, no pocos orientalistas, como A. Ugnad y
cuando le trajeron el agua de vida, no lo bebió... A. Jirku, dudan de la corrección de la lectura del famoso texto,
Y, al mirarle, Anu se rio de él: pues se basa en hipótesis no probadas. Pero, aun en el supuesto
'Adapa, ¿por qué no comiste ni bebiste? de que el texto esté correctamente leído e interpretado, podía-
No gozarás de vida (eterna). ¡Ah, humanidad perversa!'
'Mi señor, Ea, me dio esta orden: ¡No comerás y no beberás!' mos suponer que el autor, el «yahvista», al montar la escenifica-
'¡Llevadlo y devolvedlo a su tierra!'» 1 0 3 ción teológica en forma de diálogo en el relato del Génesis,
se hace eco de determinadas leyendas antiguas, en las que se
N o encontramos aquí n i n g ú n paralelismo con el relato bí- hablaba de una edad de oro en los albores de la humanidad
blico, ya que Adán en éste es privado de tener acceso al «árbol en la que no existía el sufrimiento, la vejez y la m u e r t e , como
de la vida», que le conferiría la inmortalidad, mientras que lo dan a entender los clásicos greco-latinos. En ese caso, p o -
Adapa es privado de ésta porque rehusó comer el «pan de la díamos repetir el conocido proverbio de que es lícito el robo
vida» y el «agua de la vida». El paralelismo es antitético; pero cuando va acompañado de asesinato, es decir, c u a n d o el pla-
en los dos relatos se refleja la problemática de la «angustia giario supera en calidad al original copiado. Precisamente una
vital» en el hombre, quien, consciente de ser mortal, busca el de las características admirables de la religión israelita es su
medio de querer prolongar su vida indefinidamente. Bajo este capacidad de asimilar elementos heterogéneos sin intoxicarse,
aspecto, la «planta de la vida» del poema de Gilgamesh y el pues los adapta e inserta en los esquemas del monoteísmo tra-
«pan de vida» y el «agua de vida» del mito de Adapa y el «árbol dicional. L o s elementos asimilados adquieren así u n nuevo
de la vida» del relato genesíaco responden a la misma proble- sentido q u e sobrevalora su procedencia original.
mática humana, planteada en los distintos textos conforme al
esquema religioso de cada autor.
6. EL PECADO DE LOS PRIMEROS PADRES
Finalmente, es preciso aludir al texto sumerio de N i p p u r
llamado Poema de Eneba-am K04. Es la historia de un hombre En la perspectiva bíblica, el primer necado s e piesenta
robusto, llamado Tag-tug-En-ki (Ea), y de su esposa, Nin-ella como la transgresión de u n precepto concreto e n torno al
(Dam-ki-na), que reinaban en el paraíso sobre los hombres fruto de u n árbol misterioso, al que se le denomina, enigmáti-
cuando era desconocida la enfermedad, el pecado y la vejez. camente, como «el árbol de la ciencia del bien y d e l mal», que
Y los animales salvajes vivían pacíficamente con los hombres. simboliza la línea divisoria teórica entre lo permitido y loprohi-
Pero u n día, Enki (Ea), airado, decidió destruir a la h u m a n i - bido por imposición divina. En el fondo es u n p e c a d o ie in-
dad toda. Pero un hombre llamado Tag-tug, gracias a la diosa subordinación y de orgullo, ya que, conforme a la instijación
Nin-tud, fue salvado de la destrucción. Luego se hace la re- de la serpiente, los transgresores aspiran a «ser c o m o Eohim:
conocedores del bien y del mal» 1 0 5 , es decir, d e t e r m i a r lo
103 Texto en ANET 101-103; SAO 89-94.
i° 4 Cf. S. LANGDON, Sumerian Epic of Paradise, the Food and the Fall of Man (1915). 105 Gen 3,5-
36 I. Orígenes del mundo y de la humanidad
Él pecado de los primeros padres 37
q u e es bueno y lo que es malo, prerrogativa que hasta ahora «reina de la fruta», «señora del amor», «reina del placer» ; y ] 10
era exclusiva de la divinidad. Es la tentación más profunda del se dice de ella que «está revestida de voluptuosidad y de amo-
espíritu humano, ya que el hombre siente ansias incoercibles res, adornada de fruta y de seductores deleites» m .
d e conocer, de dominar y de gozar de una autonomía sin lími- Ahora bien: ¿hay algún parecido en esto con el relato bí-
tes. El espíritu maligno, encarnado en la serpiente seductora blico? En éste se dice que A d á n fue seducido por la mujer,
y traicionera, apunta así a la parte más débil del espíritu h u - que le ofreció el fruto prohibido, y así lo declara ante el Juez
mano; de u n lado, el ansia de superación sin límites, y, del divino: «La mujer que me diste me dio del árbol y comí» 1 1 2 .
otro, el deseo de una autonomía absoluta frente a toda imposi- ;Se trata aauí del «fruto» concreto de las relaciones sexuales
ción exterior, aunque venga del mismo Creador. Por eso, al entre ambos? En el Cantar de los Cantares se compara el es-
tomar" Eva del fruto prohibido, «vio la mujer que era bueno poso al manzano, y la esposa declara jubilosa: <<Su fruta es
al gusto, hermoso a la vista y deseable para alcanzar la sabi- dulce al paladar» 1 1 3 . Y la misma esposa se presenta como un
duría» 1 0 6 . «vergel», e invita al esposo a q u e coma de sus frutos 1 1 4 . N o
Nada similar encontramos en los textos mesopotámicos. cabe duda de que aquí se alude a las intimidades del amor.
Porque la «ciencia» que adquiere Enkidu es simplemente la Por otra parte, en G e n 3,6 se dice del árbol prohibido que
conciencia de ser hombre, capaz de medirse y convivir con los era «bueno al gusto, hermoso a la vista y apetecible para alcan-
hombres civilizados; incluso con el rey de Uruk, hijo de una zar la sabiduría». Por su parte, Enkidu, en sus relaciones se-
diosa. Mientras que la «ciencia» q u e adquieren los primeros xuales con la hieródula, adquiere «la ciencia, que le hace como
padres es la de su alejamiento de Dios, perdiendo una situa- un dios» 1 1 5 . Pero ¿hay paralelismo entre ambas situaciones?
ción anterior privilegiada; es u n proceso de degradación moral, Ya hemos indicado antes que A d á n aparece en el relato del
mientras que el caso de Enkidu es un proceso de promoción «yahvista» como el primer hombre, feliz en un jardín de deli-
social de u n estado de salvaje al de la vida ciudadana. Por ello, cias, en el que nada le faltaba, con agua abundante, con cierta
A d á n y Eva sienten una profunda frustración con la nueva alergia a los animales, con los que no podía tener familiaridad,
«ciencia», y conocen su limitación y el hecho de la muerte porque «en ellos no había para él una ayuda semejante a él» 116 .
como castigo por su desobediencia. Desde ese momento, todo En cambio, Enkidu, el hombre-salvaje, no es consciente de su
se vuelve hostil y trágico en la vida de los primeros padres, dignidad humana y se siente a gusto conviviendo c o n los ani-
mientras que a Enkidu, con el acceso a la vida ciudadana, se le males, sin más ilusiones que las de satisfacer sus necesidades
abre un horizonte de superación, pudiendo acompañar a su vegetativas y fisiológicas. El enfoque, pues, es totalmente di-
amigo Gilgamesh para realizar la gran gesta de la conquista verso, por lo que no se puede decir en este caso q u e el bagió-
del bosque misterioso, guardado por el monstruo Jumbaba. grafo haya calcado su historia en la del poema mesopotámico.
Ciertamente que en el poema de Gilgamesh se habla de u n Pero hay u n detalle que se presta a cierta similitud: A.dán
bosque donde hay árboles de «fruta apetitosa a la vista» 1 0 7 y y Eva, después de la transgresión, empezaron a t e n e r el senti-
que el t é r m i n o «fruta» en no pocos textos cuneiformes es un miento del pudor, por lo que se avergonzaron de e s t a r desnu-
eufemismo para designar el goce sexual. E n efecto, cuando dos, y así se escondieron para no encontrarse c o n Yahvé-
Gilgamesh vuelve de realizar sus hazañas heroicas, Ishtar, la Elohim, lo q u e contrasta con su situación anterior, porque
diosa del amor„le dice: «Ven, Gilgamesh; sé mi amante; dame estaban «desnudos, sin avergonzarse de ellos» 1 1 7 . E n el caso
tu fruta»; y añade: «Sé tú mi marido y yo seré tu esposa». Re- de Enkidu, después de su experiencia sexual con la hier«dula,
chazada la petición de Ishtar, ésta acude a A n u (dios del cie- siente el problema de su desnudez, justamente p o r q u e empie-
lo) y le dice: «Seguro que fuiste tú el que ofreciste tu fruta» 1 0 8 . za a descubrir su dignidad de ser racional: ha sido elevado a
Y luego Ishtar sigue importunando a Gilgamesh con estas pa- una categoría que le hace incompatible con el a m b i e n t e ánima-
labras: «Voy buscando tu fruta, amor mío; estoy suspirando leseo de sus compañeros faunísticos de la estepa. P o r eso «se
por tu amor» 1 0 9 . Y, de hecho, la misma Ishtar es llamada lavó con agua su peludo cuerpo; se ungió con aceite; se cmvir-
>°« Gen 3,6.
107
Gilgamesh IX v.47-50. » » l D . , i b ¡ d , 276. "4 Cant 6,2.
108 V é a s e J. ERRANDONEA, O. C , 272. " i ID., ibid., 167. "5 Gilgamesh V I 34.
'»» Cf. I D . , ¡bid., 275. H2 G e n 3,12. nfi Gen 2,20.
113 Cant 2,3. i" Gen 2,25-
38 7. Orígenes del mundo y de la humanidad El pecado de los primeros padres 39

tió en un ser humano; se puso u n vestido, pues ya se ha hecho y en Canaán vaya relacionado con ritos afrodisíacos, a u n q u e
como u n hombre» 118 . Y, antes, la misma hieródula le había está bien demostrado el hecho del culto a la serpiente e n Ca-
prestado parte de su vestido 1 1 9 . En el relato bíblico se dice naán 122 , pero n o consta que sea emblema fálico. En cambio,
que fue el propio Dios el que hizo el primer vestido a A d á n lo que es cierto es que en Canaán predominan los cultos a las
y a Eva; sin duda, para destacar la importancia del pudor en fuerzas eclosivas de la generación de la naturaleza en su doble
la vida social humana l 2 0 . De hecho, el origen del vestido en manifestación del reino vegetal y animal. Por ello, algunos
todas las latitudes ha tenido diversos motivos: uno utilitario, autores han querido ver en el relato bíblico sobre el pecado
para preservar al hombre de los rigores climáticos; otro, estéti- de los primeros padres una diatriba contra las prácticas licen-
co, para adornar su cuerpo, que sin él resultaría demasiado ciosas cananeas, en las que se s u p o n e (sin probarlo) la interven-
monótono, y, finalmente, otro moral-religioso, para salvaguar- ción del símbolo de la serpiente. Pero esto es plegarse dema-
dar el pudor, en función de unas misteriosas atracciones sexua- siado a las exigencias de la hipótesis de la Religión geschichtlich,
les desordenadas. En realidad, todos estos diversos motivos van buscando alusiones comparativas que no se basan en hechos
implicados en los relatos bíblicos y cuneiformes que acabamos ciertos, sino en u n cañamazo de hechos dispersos inconexos
de comentar. Pero responden a razones comunes que surgen muy discutibles 123 . T a m p o c o puede urgirse el supuesto clima
instintivamente, sin que ello implique dependencia literaria del sexual del relato bíblico como si fuera una preocupación cen-
relato bíblico respecto del mesopotámico, que es más antiguo. tral del autor sagrado, porque es algo que aflora en los detalles;
Por otra parte, el hecho de que e n la trama del relato bíbli- pero la atención central del drama se dirige hacia el hecho de
co intervenga la serpiente como seductora e incitadora al mal, la insubordinación y desobediencia de A d á n y Eva a u n pre-
ha hecho pensar a algunos en una posible alusión a cultos ofio- cepto concreto, que, lejos de ser un Kindersünde, es el símbolo
látricos, no desconocidos del ambiente cananeo. Incluso se ha de una doctrina muy alta, es decir, de la sumisión d e los pri-
querido relacionar la serpiente del relato genesíaco con la ser- meros padres a un poder superior.
piente que arrebató a Gilgamesh la «planta de la vida» 121 . De Para terminar con el tema de la serpiente, h e m o s de re-
hecho, la serpiente es el instrumento en ambos relatos para cordar el famoso cilindro sumerio del tercer milenio a.C. con-
quitar a A d á n y a Gilgamesh el derecho a la inmortalidad. La servado en el British M u s e u m , en el que aparecen d o s perso-
semejanza es clara, y no hay que excluir que el autor sagrado najes sentados con dos cuernos (símbolo del poder d e la divi-
haya utilizado una leyenda mesopotámica para distribuir los nidad), uno a cada lado de una palmera, con las m a n o s exten-
papeles del drama teológico entre los distintos protagonistas, didas, como deseando tomar su fruto que cuelga d e l árbol.
utilizando la serpiente—por su carácter reptante y traicione- Detrás del personaje de la izquierda aparece una serpiente
ro—como encarnación de la astucia y de la seducción. Pero el erguida. En 1911 se encontró otro cilindro similar, proceden-
desarrollo del relato es diferente e n ambos: en el poema de te de U r . Quizá el relato bíblico haya sido estructurado en
Gilgamesh, la serpiente arrebata la «planta de la vida» cuan- función de u n a antigua leyenda mesopotámica, en la que la
do Gilgamesh se entrega a u n baño reparador y aprovechando serpiente aparece como instigadora para que los primeros pa-
un descuido del héroe. En cambio, según el relato bíblico, la dres tomaran e l fruto del árbol prohibido 124 .
serpiente seduce primero a la mujer—como más vulnerable—,
122
que gobierna el corazón del h o m b r e para estar más segura de Véase e j e m p l o s en J. C O P P E N S , La connaissance du bien et du mal et le peché duyaradis
(Louvain 1948) 2T.88ss.
123
su éxito. Véase sobre e s t a teoría J. VOSTÉ, en Angelicum 25 (1948) 272; S. M U Ñ O Z IGLESIAS,
La ciencia del bien y del mil y el pecado del paraíso: Estudios Bíblicos 8 (1949), 4 4 1 - 6 3 ; F A S E N -
Además, no cabe duda de que e n el relato bíblico hay cier- SIO, ¿Tradición sobre un pecado sexual en el paraíso?: G r e g o r i a n u m 30 (1949) 490-30; 31
(1950) 35-62.362-90.
tas alusiones al complejo sexual, p u e s el pudor, la maternidad, 124
E n otro c i l i n d r o descubierto en N i p p u r en 1911 aparecen dos p e r s o n a s demudas,
la concupiscencia están rodeados de una atmósfera de misterio, una de ellas mujer, q u e está sentada, y entre ambas hay una planta con t r e s h o j a s ; y las dos
personas tienen una hoja en la mano, y junto a la planta hay dos serpientes. Cf. A . MILLER,
dentro de la mentalidad de los antiguos hebreos. Pero lo que Ein neuer SündesfallsSiegel Cilinder: T h . Quartalschrift (1917-18) 1-28; A . JEREMKS, Das
Alte Testament im LicHi des Alten Oríents (Leipzig 1930) 99-121. Las s e r p i e n t e s ñ estos
no está probado es que el culto a la serpiente en Mesopotamia casos p u e d e n simbolizar el genio d e los árboles, q u e se enraizan en la t i e r r a , d o n i ellos
viven.
118
Gilgamesh II iii,23-28.
" 9 Ibid., II 27-30.
120 G e n 3 , 2 1 .
121 Gilgamesh X I 258-90.
40 I. Orígenes del mundo y de la humanidad El diluvio bíblico 41

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BUDDE, K., Die biblische Paradies-geschichte (Giessen 1932). Una extraña introducción proveniente de un bloque lite-
BUJANDA, J., El origen del hombre y la teología católica (Madrid 1956). rario errático pretende justificar moralmente la destrucción de
CEUPPENS, F., De historia primaeva (Roma 2 i948).
COPPENS, J., La connaissance du bien et du mal et le peché du Paradis (Louvain la humanidad con un diluvio por su extremada corrupción mo-
1948). ral, cuyo punto culminante se refleja en las relaciones sexuales
DANIÉLOU, J., AU commencement (Genes 1-2) (Paris 1963). de los «hijos de Dios» con las «hijas de los hombres», de cuya
DEIMEL, A., Enuma elish und Haexaemeron (Roma 1934). unión surgieron los «gigantes», que se definen como «los hé-
— De cosmogonía babylonica et bíblica: Verbum Domini (1923) 155-160.
— Wo lag das Paradies?: Orientaría 15 (1925) 44-54.
roes famosos desde muy antiguo» *. Parece ser una explica-
— Die biblische Paradies Erzáhlung und ihre Babylonische Parallelen: Orient. ción popular y folklórica sobre la supuesta existencia de una
(1926) 96. raza de gigantes, leyenda existente en todos los pueblos pri-
DHORME, E., Un nouveau fragment de l'epopée de Gilgamesh: RevAss (1961) mitivos para explicar las grandes construcciones ciclópeas que
153-54-
DUMAINE, H., L'Heptameron biblique: RB 46 (1937) 161-81. abundan en TransJordania. En la mitología griega se habla de
ERRANDONEA, J., Edén y paraíso: fondo cultural mesopotámico en el relato bí- una raza de titanes, fruto de la unión de dioses con mujeres
blico de la creación (Madrid 1966). o de diosas con hombres, los cuales, con su complejo de pre-
FRAINE, J. DE, La Biblia y el origen del hombre (Bilbao 1964). potencia semidivina, se atrevieron a alzarse contra el mismo
GARCÍA CORDERO, M., Evolucionismo, poligenismo y exégesis bíblica: Ciencia
Tomista 240-41 (1951) 1-23. Zeus 2 .
GÓMEZ MORENO, A., Adán y la prehistoria (Madrid 1958). Los autores bíblicos no pueden admitir esas mezclas de lo
HAURET C H „ Origini dell'universo e dell'uomo secando la Bibbia. Gen. 1-3 divino y lo humano, ya que sólo existe un Dios trascendente;
(Torino 1953)-
LAMBERT, G., Le árame du jardín d'Eden: N R T h (1954) 917-48.1044-72. pero en la historia bíblica se habla de una raza de gigantes
LAMBERT, W . G., A new look at the Babylonian Background of the Génesis- que habitaban en Canaán y en TransJordania, a los que se da
JThSt 16 (1965) 287-300. el nombre de nepilim y se les diversifica bajo las denominacio-
LEONARDI, P., La evolución biológica (Madrid 1957). nes de anaqim, enim, refaím, zumzumím 3, los cuales se siipone
MARCOZZI, V., Poligenesi ed evoluzione nelle origine dell uomo: Gregorianum
29 (1948) 343-9L
que constituían la población de esas regiones antes de la inva-
OBERMAYER, H.-GARCÍA BELLIDO, A., El hombre prehistórico y los orígenes de sión de los cananeos y amorreos, y, por supuesto, antes de la
la humanidad (Madrid 1947). llegada de los hebreos 4 . A ellos se atribuye la construcción
PLESSIS, J., Babylone et la Bible: DBS I 716SS. de los dólmenes, cromlechs y menhires, que se encuentran
RAD, G. VON, Théologie de l'Ancien Testament (Généve s.d.) 123-43. con frecuencia sobre todo en TransJordania. Así, al pasar los
RAHNER, K.-OVERHAGE, P., El problema de la hominización. Sobre el origen
biológico del hombre (Madrid 1974). israelitas por las estepas de Moab, se encontraron ccm el lecho
RENCKENS, H., ASÍ pensaba Israel (Madrid 1960). del gigante Og, de cuatro codos de largo 5 . Nos hallamos,
pues, ante una explicación folklórica sobre la existencia de una
supuesta raza de gigantes, cuya fuerza se debía—según Lis ex-
plicaciones ambientales preisraelitas—a la unión de unos'seres
divinos, llamados «hijos de Dios», con las mujeres. AUE hoy
1
Gen 6,4.
2 Cf. C H . VIROLLEAUD, Les Rephaim: Rev. É t . Sémit. (1940) 77-83.
3
Gf. G e n I5,20ss; Dt 2,to; G e n 14,5; Jos 17,16.
4
Gf. R. DE V A U X , Histoire Ancienne d'Israél (1971) 130.209.524.544.
5
Gf. D t 1,4; 4 , 4 7 ; Jos 2,10; 12,4; 13,12; N ú m 21,31-35.
42 11. Diluvio bíblico y diluvio babilónico El diluvio babilónico 43

día, los beduinos creen en las uniones sexuales entre los hiperbólico para buscar la realidad que hay tras de esas exa-
djinns, o genios divinos, con las mujeres 6 . El autor sagrado, geraciones sistemáticas l 4 . D e hecho, la ciencia moderna se
pues, recoge esta explicación que corría en el ambiente y con- opone a entender estas frases al pie de la letra, porque no es
sidera estas uniones carnales como el colmo de la depravación posible reunir en u n arca todas las especies existentes, aparte
humana, conforme a lo que se dice en G e n 6,5: «Viendo Yahvé de los múltiples problemas de desplazamiento y manutención
cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra y de los mismos. Los datos bíblicos nos dan una nave d e una
cómo todos sus pensamientos y deseos de su corazón sólo y superficie de 3.750 metros cuadrados, con u n tonelaje similar
siempre tendían al mal, se arrepintió de haber hecho al hom- al de u n crucero de unas 10.000 toneladas (150 metros de largo,
bre», y así decidió el exterminio masivo de la humanidad. 25 metros de ancho y 15 metros de alto), lo que no se constru-
yó en la historia hasta el siglo x i x .
b) El problema literario
En los c.6-8 se relatan los incidentes del diluvio; pero en 2. E L DILUVIO BABILÓNICO
este complejo literario es fácil distinguir distintas manos re- Existen varias recensiones sobre u n misterioso diluvio ocu-
daccionales, atribuidas al «yahvista» y al «sacerdotal», porque rrido en Mesopotamia 1 5 . La más interesante es la q u e nos da
los mismos hechos se narran de distinto modo en cuanto a los la tabla XI del poema de Gilgamesh: el héroe Gilgamesh, aco-
detalles. Y así, es fácil enumerar una serie de duplicados 7 , así sado por el deseo de escapar de la muerte y alcanzar la inmor-
como diferencias 8 , aparte del diverso uso de los nombres de talidad, impresionado por la muerte de su amigo Enkidu, se
Dios, pues unas veces aparece bajo el nombre de Elohim 9 y dirige a la desembocadura de los ríos y allí se encuentra con
otras bajo el nombre de Yahvé 1 0 . Así, pues, nos encontramos u n tal Utnapishtim, el N o é caldeo, que había logrado el privi-
con una compilación a base de diversas tradiciones o documen- legio de la inmortalidad después de haberse salvado de un co-
tos que se han entremezclado sin criterio exigente. Así se dice, losal diluvio enviado por los dioses. E n efecto, sin causa que
según unos textos, que el diluvio duró cuarenta días y cuarenta se justifique, éstos desencadenaron una lluvia torrencial que
noches, mientras que según otros d u r ó ciento cincuenta días. d u r ó muchos días. Pero Ea, dios de las aguas, tenía u n devoto
Tampoco hay unanimidad sobre el número de animales que llamado Utnapishtim, a quien reveló esta secreta resolución de
entraron en el diluvio, pues unas veces se dice que fueron una los dioses y le ordenó que construyera una nave de deteimina-
pareja de cada una de las especies existentes, mientras que das proporciones en la que pudiera salvarse él con s u familia y
otras se habla de siete parejas de animales puros y de una pa- los animales domésticos. Así lo hizo, y al iniciarse el diluvio
reja de los impuros. entró en la nave con su familia, el arquitecto de la na\e y el
Por otra parte, el texto bíblico dice q u e el diluvio anegó batelero. L o s dioses se asustaron y «como perros» huyeron a
«toda la superficie._de la tierra» J 1 y q u e fue ahogada «toda car- esconderse e n lo más alto de los cielos para no ser anejados.
ne» 12 , así como que fueron cubiertos los «montes q u e hay Cuando terminó el diluvio, Utnapishtim contempló la huma-
bajo el cielo» 1 3 . Teniendo en cuenta la propensión que tienen nidad convertida en fango, y, descubriendo a lo lejos uta isla,
los autores bíblicos, como orientales, para exagerar con frases se dirigió a ella para desembarcar, y, para cerciorarse bien de
extremosas las situaciones, debemos acudir al género literario las condiciones de habitabilidad, envió primero u n a piloma,
6
J. A. JAUSSEN, Coutumes palestiniennes I (Naplouse) 230-34. Sobre la interpretación de que volvió al bajel, porque no encontró donde p o n e r sus pies;
esta enigmática perícopa bíblica véanse: G H . R O B E R T , Les fih de Dieu et les filies des hommes: luego, una golondrina, que hizo lo mismo; por fin despachó
R B 4 (1895) 340-73; J. E. BAUER, Videntes filii Dei filias hominum ( G e n 6,1-4): V D 31 (1953)
95-100; P. JOÜON, Les unions entre les «fils de Dieu» et les «filies des hommes» (Gen 6,1-4): Rech. u n cuervo, el cual se lanzó sobre las carnes m u e r t a s . La em-
d e Se. Reí. 29 (1939) 107-12; J. ENCISO, Los gigantes de la narración del diluvio : EstBib 1 (1941)
544-57.647-66; I D . , Los hijos de Dios en Gen 6,1-4: ibid., 3 (1944) 19OSS. barcación encalló en el monte Nisir, y U t n a p i s h t i m , después
7
8
Cf. G e n 6,5 y 6,12; 6,17 y 7,4; 6,18-20 y 7,1-3; 7,7-9 y 7,13-16; 7,17 y 7,22. de salir del arca, ofreció un sacrificio en acción de gracias a las
Número de animales: 6,19-20 (una pareja); 7,2-3: s i e t e parejas; origen del diluvio: cf. 7,4.
12.17 y 8,6; duración del diluvio: 7,4.12.17; 8,6 (duró 4 0 dias y 4 0 noches); 7,11.14; 8,2.3 divinidades, las cuales, hambrientas, acudieron presurosas y,
(duró 150 días).
9
G e n 6,9-22; 8,1.15; 9,1-17- 14
1» G e n 6,5-8; 7,1-5; 16D-17; 8,20-21. Cf. M . G A R C Í A CORDERO, Hipérbole, paradoja y realidad en la historiógrafo bíblica:
» G e n 7,18; 8,8.9. Ciencia T o m i s t a 2 7 1 (1959) 353-82.
12 15
G e n 6,17. Son las narraciones d e Beroso, la de N i p p u r , la d e Nínive, el f r a g m e n t o Hilprecht y el
" G e n 7,19. Poema de Gilgamesh. Véase H . GRESSMANN, Altorientalische Texte I (1926) 175
44 //. Diluvio bíblico y diluvio babilónico El diluvio babilónico 45

«como moscas», se arremolinaron en torno al altar para oler Fue difícil (la botadura), pues hubieron de cambiar las planchas de
el sacrificio. La diosa Ishtar invitó a los dioses a participar del arriba y las de abajo
sacrificio, excluyendo de él a Bel, que había decretado la ca- (hasta que) entraron en el agua dos terceras partes...
Luego cargué en él los seres vivos
tástrofe. Sin embargo, Bel se presentó y contempló el bajel y a e hice subir al barco a toda mi familia y parentela,
los en él salvados; se irritó por ello y acusó a Ea de haber des- así como a las bestias de los campos, las salvajes criaturas de los
cubierto el secreto de los dioses. Al fin, aplacado en su furor, campos,
subiendo al bajel y tomando de la mano a Utnapishtim y a su y a los artesanos también los tomé a bordo...
esposa, que se habían postrado ante él, y tocando su rostro, Subí al barco y cerré la entrada...
Al primer alborear del día, una nube se alzó en el horizonte.
les bendijo con estas palabras: «Antes, Utnapishtim era un ser En su interior tronaba Hadad, precedido de Shullat y Hanish,
humano; desde ahora, él y su mujer serán semejantes a nosotros moviéndose como dos heraldos sobre las colinas y los llanos...
los dioses; que ellos habiten lejos, en la desembocadura de los La consternación producida por Hadad llegó hasta los cielos,
ríos». Y de este modo les otorgó el don de la inmortalidad, pri- pues la luz se transformó en negrura...
vilegio exclusivo de los dioses. Nadie veía a su compañero, ni podía reconocerse la gente desde el
cielo.
Los dioses se asustaron ante el diluvio, y, retrocediendo, subieron al
Relato del diluvio babilónico (según el poema de Gilgamesh) cielo de Anu,
«Gilgamesh le dijo a Utnapishtim, el lejano: y allí se agazaparon como perros,
'Cuando te miro, Utnapishtim, tus rasgos no son extraños; acurrucados contra el muro exterior...
incluso eres como yo; tú no eres extraño, pues eres como yo... Durante seis días y seis noches sopló el viento del diluvio,
Dime, pues: ¿cómo te uniste a la asamblea de los dioses mientras la tormenta del sur barría la tierra.
en tu busca de la vida?' Al llegar al séptimo día, la tormenta del sur (que trajo) el diluvio
Utnapishtim respondió así a Gilgamesh: s
empezó a amainar en su ataque, que había reñido como con un
'Te voy a manifestar, ¡oh Gilgamesh!, una cosa oculta, ejército.
te comunicaré un secreto de los dioses: El mar se aquietó, se apaciguó la tempestad y cesó el diluvio.
Shurruppak—ciudad que tú conoces, situada a orillas del Eufrates—, Entonces contemplé el horizonte: se había restablecido la calma
esa ciudad era antigua como los dioses que en ella moraban y toda la humanidad se había convertido en lodo...
cuando sus corazones les decidieron a los grandes dioses a suscitar Abrí entonces una escotilla y la luz hirió mi rostro,
el diluvio. e inclinándome muy bajo, me senté a llorar,
(Estaban) Anu, su padre; el valiente Enlil, su consejero... deslizándose las lágrimas por mi cara.
y sus palabras repitió al cañaveral: Miré en busca de las lindes en la extensión del mar.
' ¡Cañaveral, cañaveral! ¡Pared, pared! En cada catorce (regiones) emergía una comarca (montañosa).
¡Cañaveral, escucha! ¡Pared, oye! Y el barco se detuvo en el monte Nisir; allí quedó sujeto e inmovi-
¡Hombre de Shurruppak, hijo de Ubar-Tutu! lizado ...
¡Desmonta esta casa, construye una nave! Al día séptimo envié y solté una paloma;
¡Renuncia a la hacienda y preocúpate de la vida! la paloma se fue, pero regresó, porque no había donde descansar.
¡Despégate de los bienes y salva tu vida! Después despaché y solté un cuervo,
Coloca en la nave la simiente de todos los vivientes. y el cuervo se fue, y, viendo que las aguas habían disminuido,
Determinas así las dimensiones del barco que has de construir: se puso a comer, a graznar, y no retornó.
será igual su anchura y altura; lo techarás como al apsu...' Entonces dejé salir (todas las cosas) a los cuatro vientos,
Los pequeños llevaban brea, y los grandes el resto que se necesitaba. y ofrecí u n sacrificio, vertiendo una libación en la cima del monte...
Al quinto día coloqué el maderamen: u n acre era la extensión del Los dioses olieron el sabor, el dulce sabor;
suelo... los dioses se apiñaron como moscas en torno al sacrificador...
Preparé los lados y los ajusté; le instalé seis puentes, Cuando al fin llegó Enlil y vio el barco, Enlil se enojó sobremanera,
distribuyéndolo así en siete partes. y, enojado contra los dioses Igigi (celestiales), (dijo):
Y el plano de cada piso lo dividí en nueve compartimientos; '¿Escapó alguna alma viviente? ¡Ningún hombre debía sobitvivir a
hice desaguaderos en él; procuré vigas e hice acopio de suministros... la destrucción!'
Maté bueyes para (la gente) y sacrifiqué varias ovejas cada día. Entonces Ninurta abrió la boca para hablar, diciendo al valiente
(Di) mosto, vino rojo, aceite y vino blanco a los trabajadores, como Enlil:
si fuera agua del río, '¿Quién, fuera de Ea, puede maquinar proyectos? S ó l o Eaconoce
para que lo festejasen como si fuera ti día de Año Nuevo. todo'.
Luego tomé ungüento y lo apliqué a mi mano, Por su parte, Ea abrió la boca para hablar, diciendo al valiente Enlil:
y al séptimo (día) el barco estaba completo. 'Tú, el más sabio de los dioses; tú, héroe,
¿cómo pudiste sin razón provocar el diluvio?
11. Diluvio bíblico y diluvio babilónico Los dos relatos sobre el diluvio 47
¡Al pecador exígele (la responsabilidad de su) pecado, de Yahvé», porque era «varón justo y perfecto entre sus con-
al transgresor castígale su transgresión!
Pero sé benévolo para que no sea borrado,
temporáneos y siempre anduvo con Dios» 18.
sé paciente para que no sea desplazado... En el caso del texto babilónico, el dios Ea es amigo de
No fui yo el que reveló el secreto de los grandes dioses...' Utnapishtim, y por ello le reveló el secreto de los dioses sobre
Entonces Enlil subió a bordo del barco, la destrucción próxima de la humanidad. Por lo que Utna-
tomándome de la mano, y me subió a bordo. pishtim construyó una nave y se salvó con su familia 19 .
Subió mi mujer a bordo e hizo que se arrodillara a mi lado.
De pie entre nosotros, tocó nuestras frentes para bendecirnos (di-
ciendo): c) Se anuncia la calamidad al hombre elegido por la misma
' ¡Hasta ahora, Utnapishtim fue tan sólo un ser humano; divinidad:
en adelante, Utnapishtim y su mujer serán como nosotros: dioses, Gen 7,1-4:
y Utnapishtim residirá lejos, en la desembocadura de los ríos!
Así, me 16tomaron y me hicieron residir en la desembocadura de los «Dijo Yahvé a Noé: "Entra en el arca tú y tu casa, pues sólo tú has sido
ríos'» . hallado justo en tu generación..., porque dentro de siete días voy a hacer
llover sobre la tierra..., y exterminaré de la tierra cuanto hice'».
3. ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LOS DOS RELATOS SOBRE EL G e n 6,13:
DILUVIO
«Dijo Dios a Noé: 'El fin de toda carne ha llegado a mi presencia... voy
Semejanzas a exterminarlos de la tierra'».

A la vista de este encantador texto babilónico podemos es- Según el texto cuneiforme, el dios Ea comunicó la intención
tablecer las analogías y las diferencias entre el relato mesopo- de los dioses de enviar una catástrofe diluvial a su amigo
támico y el bíblico. Utnapishtim en estos términos:
a) La causa del desastre es, en ambos casos, la corrupción «¡Cañaveral, cañaveral! ¡Muro, muro!
¡Escucha, cañaveral! ¡Muro, comprende!
moral de la humanidad: Hombre de Shirippak, hijo de Ubara-Tut,
Se dice en Gen 6,5-7: destruye la casa, construye un navio.
Deja las riquezas, busca la vida.
20
«Viendo Yahvé cuánto había crecido la maldad de los hombres sobre la Haz subir la semilla de la vida de toda especie al interior del nano» .
tierra y que su corazón no tramaba sino aviesos designios, se arrepintió de
haber hecho al hombre en la tierra, doliéndose grandemente en su corazón, d) En ambos relatos, la divinidad ordenó la construcción de
y dijo: 'Voy a exterminar al hombre que creé sobre la haz de la tierra; y con una nave:
el hombre, a los ganados, y a los reptiles, y hasta las aves del cielo, pues me
pesa haberlos hecho'». Gen 6,14-16:
«Dijo Dios a Noé: 'Hazte un arca de maderas resinosas, divídela ea com-
G e n 6,13:
partimientos'».
«Dijo Dios a Noé: 'El fin de toda carne ha llegado a mi presencia, pues » Según el relato babilónico, el dios Ea ordenó a Utnapishtim
está llena la tierra de violencia a causa de los hombres, y voy a exterminarlos
de la tierra'». que construyera un barco en estos términos:
Según el texto de la leyenda mesopotámica, la diosa Ishtar, «Que sean medidas las dimensiones del barco que vas a construir, que
se correspondan su anchura y longitud...» 21
madre de la fecundidad, maldijo el día en que acusó a la hu-
manidad ante los dioses por sus muchos crímenes 17 . e) La divinidad indicó las dimensiones y la distribucón de
la nave:
b) Se salva un hombre con su familia, porque agradó a la
divinidad: Gen 6,15-16:
El texto bíblico nos dice que Noé «halló gracia a los ojos «Hazte un arca así: trescientos codos de largo, cincuenta de acho y

16
18
19
Gen 6,8-9.
Texto en P. DHORME, O.C. 303-325; H. GRESSMANN, AOT (1926) I, i75ss; PRITCHARD, Giígamesh XI 21-31.
ANET 92-97; SAO 77-88. 20 Giígamesh XI 21-26

L
17
Giígamesh XI 119-22. 21 Ibid. XI 28 30.
48 //. Diluvio bíblico y diluvio babilónico Los dos relatos sobre el diluvio 49
treinta de alto... Harás en ella un tragaluz, y a un codo sobre éste acabarás i) Destrucción de todos los vivientes, excepto los salvados en
el arca por arriba; la puerta la haces a un costado; harás en ella un primero, el barco:
un segundo y un tercer piso».
Gen 7,22-23:
Por su parte, el dios Ea dio esta orden a su protegido «Todo cuanto tenía hálito de vida en sus narices y todo cuanto había so-
Utnapishtim: bre la tierra seca murió. Pereció toda carne que se arrastra sobre la tierra:
' las aves, las bestias, los vivientes, todos los que pululan sobre la tierra y to-
«Que se correspondan las dimensiones del navio en su longitud y en su ! dos los hombres. Y exterminó a todos los seres que había sobre la superficie
anchura... En cuanto a su perímetro, sus muros sean de 120 codos de alto, i de la tierra, desde el hombre a las bestias, y los reptiles, y las aves del cielo
y el contorno del techo medirá igualmente 120 codos... La recubrí hasta seis fueron exterminados de la tierra, quedando sólo Noé y los que con él esta-
veces, la dividí en siete y su interior lo .repartí en nueve» 22 . ban en el arca».
f) La nave es recubierta de asfalto: En la leyenda de Gilgamesh se dice:
G e n 6,14: «El hermano no vio a su hermano; no se conocían las gentes...
Todo se había convertido en barro» 2S .
«Dijo Dios a Noé: 'Hazte un arca de maderas resinosas... y la calafatea-
rás con pez por dentro y por fuera'». j) Se conoce el fin de la catástrofe por el envío de diversos
pájaros:
Por su parte, Utnapishtim dice:
23
Gen 6,12:
«Yo derramaré seis sar de brea en el interior, tres sar de asfalto» .
«Pasados cuarenta días más, Noé abrió la ventana... y para ver cuánto
habían menguado las aguas soltó un cuervo, que, volando, iba y volvía...;
g) Ambas naves tienen puertas y ventanas: siete días después soltó una paloma, que, no hallando dónde poner pie, se
Gen 6,16: volvió al arca...; al cabo de siete días soltó de nuevo la paloma, que volvió a
él a la tarde trayendo en el pico una ramita verde de olivo...; pero esperó
«Harás en ella un tragaluz..., la puerta la haces a un costado». otros siete días, y volvió a soltar la paloma, que no volvió más a él».

El dios Shamash dijo a Utnapishtim: En el texto babilónico el héroe Utnapishtim declara:


«'Entra en el interior del navio y cierra la puerta'; «Al día séptimo hice soltar una paloma; se fue y volvió; como no tenía
yo entré en el barco y cerré la puerta... lugar, se volvió. Hice entonces soltar una golondrina, que volvió, per no
Yo abrí la ventana, y la luz del día vino sobre mi rostro» 24 . tener lugar donde posarse; solté luego un cuervo, que, al ver q u e las aguas
habían desaparecido, se lanzó sobre las carnes muertas, y empezó a graznar
y no volvió» 2 7 .
h) Noé y Utnapishtim entran en el arca con su familia y los
animales: k) En ambos relatos se ofrece un sacrificio a la divinidad des- • .
G e n 7,13: pues del diluvio :
«Aquel mismo día entraron en el arca Noé coa sus hijos: Sem, Cam y
Gen 8,20: •
Jafet; su mujer y las mujeres de sus hijos, y con ellos todos los vivientes, «Alzó Noé un altar a Yahvé, y tomando de todos los animales putos y
según su especie: toda clase de ganados, de reptiles que se arrastran sobre de todas las aves puras, ofreció sobre el altar un holocausto. Y aspiró Yihvé
la tierra, tedas las aves según su especie y todos los pájaros alados... De el suave olor, y se dijo en su corazón: 'No volveré ya más a maldecir li tie-
toda carne entraron macho y hembra...» rra por el hombre...; no volveré ya a exterminar a todo viviente, iomo
acabo de hacer'».
El héroe babilónico Utnapishtim recibió esta orden divina:
Según el relato, la reacción de Utnapishtim fue totalmtnte
«'Haz subir la simiente de toda vida en el interior del barco...' Toda mi similar para dar gracias por haberse salvado de la catástrofe:
familia y parentela; el ganado de la campiña, los animales de la campiña,
los artesanos, a todos los hice subir...; yo confié la dirección del barco al «Yo coloqué una ofrenda sobre la cima de la montaña. Yo coloqus ca-
batelero Puzur-Bel» 25. torce marmitas. Debajo esparcí caña, cedro y mirto. Los dioses se reunieron
como moscas en torno al sacrificador...; la soberana de los dioses (Istar)
22
Gilgamesh XI 28-29,-58-59; 61-63. dijo: 'Jamás me olvidaré de estos días'» 28 .
" Ibid., XI 66-67.
2 28
2
"Ibid, XI 89.94.136. " Ibid, XI 112-13.134-35. Ibid, XI 157-62.
5 Ibid, XI 27.84-86.95. 27
Gilgamesh XI 147 -55.
50 II. Diluvio bíblico y diluvio babilónico Conclusión 51

1) La nave encalla en un monte alto: desatada, mientras que las divinidades mesopotámicas se asus-
tan y se refugian en el cielo empíreo junto a Anu para librarse
Gen 8,4: \ de la inundación: «acurrucándose como perros» 33. Por otra
«El día 27 del séptimo mes se asentó el arca sobre los montes de Ara- ! parte, las divinidades babilónicas se interpelan y reprochan
rat...» mutuamente, pidiendo responsabilidades por la catástrofe; el
Gilgamesh XI 141-45: I dios Ea aparece como el transmisor furtivo de los decretos ce-
«Hacia el monte Nisir llegó mi barco. El monte Nisir retuvo el barco y
| lestiales. Finalmente, el héroe babilónico, Utnapishtim, es ele-
no lo dejó moverse». vado a la categoría divina, consiguiendo la inmortalidad 34, lo
que es inconcebible en la perspectiva teológica del relato bí-
Diferencias .
blico. En éste sólo se trata de probar que la justicia divina in-
terviene punitivamente contra la humanidad, masivamente pe-
Al lado de estas claras analogías sustanciales encontramos cadora, y salva a los justos que le han sido fieles. De este modo
muchas diferencias, lo que revela que el autor bíblico no cono- destaca la trascendencia, majestad y justicia del Dios único.
cía el relato del poema de Gilgamesh, sino que se hace eco de
la tradición de una catástrofe, sobre la que se tejió una litera-
tura religiosa legendaria con no pocas variantes. 4. CONCLUSIÓN

a) Las medidas del arca: Comparando ambos relatos, podemos llegar a la conclusión
de que los dos se hacen eco de una catástrofe diluvial en la
Según Gen 6,15, el arca de Noé tenía 150 metros de larga, 25 metros de
ancha y 15 metros de alta, con una superficie de 3.750 metros cuadrados. zona mesopotámica en tiempos inmemoriales, quizá por una
En cambio, las medidas del navio de Utnapishtim dan 3.500 metros cuadra- inundación del Tigris y el Eufrates, que se juntaron en sus
dos, con una altura de 60 metros. Era igual de largo, de ancho y de alto, a cauces, o por maremoto, que anegó la zona costera de la re-
base de 60 metros M. gión. De hecho, en las excavaciones de Ur se encontró el íesto
b) La distribución: de una civilización presumeria debajo de una gran capa de
lodo de cuatro metros de espesor, lo que arguye que fue ane-
El arca de Noé tiene tres pisos (Gen 6,16), mientras que la de Utna-
pishtim tiene seis pisos, y a lo ancho está dividida en seis compartimientos,
gada por una inundación local 35. Por eso podemos suponer
y longitudinalmente, en nueve partes 3 0 . que las dos versiones—la bíblica y la babilónica—sobre un su-
puesto diluvio que anegó a toda la humanidad (la zona habita-
c) Las personas que entraron en la nave: da de Mesopotamia) parecen hacerse eco de una catástrofe di-
Según Gen 7,1.7, en el arca de Noé entraron él, su mujer, sus tres hijos luvial en tiempos prehistóricos, y cada una de las versiones le
con sus mujeres. En total, ocho personas (Gen 8,18; 7,13). da su enfoque conforme a su esquema religioso. El autoi bí-
Según el relato babilónico, en la nave entraron Utnapishtim con toda su blico, recogiendo la leyenda sobre esta catástrofe, la presenta
familia y parentela, los artesanos de la nave y el batelero 31 .
como un correctivo de la humanidad impuesto por Yahvé-
d) El envío de los pájaros: Elohim, para luego hacer surgir una nueva humanidad, de la
Según Gen 8,7-12, Noé envió primero a un cuervo y luego tres veces a que saldría el gran antepasado del pueblo hebreo. No se puede
una paloma. En el relato babilónico, el orden es el siguiente: Utnapishtim hablar aquí de una universalidad etnográfica ni geográfica del
primero envió una paloma; luego, una golondrina y, finalmente, un cuervo 32 . diluvio, porque en la época en que el relato bíblico supone la
Pero la mayor diferencia está en el enfoque general de am- intervención de Noé fabricando el arca, ya la humanidad «sta-
bos relatos: el bíblico es netamente monoteísta, mientras que ba extendida por todos los continentes, ya que su actuacióa es
el babilónico es politeísta craso. En efecto, Yahvé-Elohim en- la del hombre neolítico o calcolítico. Por otra parte, según las
vía el diluvio para castigar los pecados de la humanidad y do- mismas referencias bíblicas, había poblaciones primitivas, como
mina majestuosamente el desarrollo de la catástrofe por él
33 Ibid., XI 116.
34 Ibid., XI 202-204.
29 I b i d . , XI 28-29; 58-59. 35
30 I b i d . , XI 61-63. Cf. G. L . W O O L L E Y , The excavations at Ur and the sacred Records ( L o n d o n 1529);
ID., Ur und die Sintftut (Leipzig 1930); P . D H O K M E , Le déluge babylonien: R B 39 11930)
ai I b i d . , XI 27.84-86.95.
'2 Gilgamesh XI 147-55. 482SS.
52 //. Diluvio bíblico y diluvio babilónico Versión sumeria del diluvio mesopotámico 53

los zuzím, los anaqim, los ením (anteriores a la invasión semí- E n este texto, el n o m b r e de Xisuthros es la trasliteración del
tica de Canaán), que no provienen de n i n g u n o de los hijos de Ziu-sudra de la epopeya s u m e r i a sobre el diluvio 3 8 , y Ardates
N o é , cuya tabla etnográfica nos da en el c í o del Génesis 3 6 . en armenio es Otiartes, y Opartes está calcado en el Ubar- Tutu
A l autor sagrado le interesaba la población del Próximo O r i e n - de la epopeya d e Gilgamesh 3 9 .
t e donde se iba a desenvolver la vida del pueblo hebreo, y así
busca unos antepasados epónimos al gran patriarca A b r a h a m . 6. V E R S I Ó N SUMERIA DEL DILUVIO MESOPOTÁMICO 4 0

5. R E L A T O DE BEROSO 36
*
Es una tableta proveniente d e N i p p u r con 300 líneas (fal-
tan las 37 primeras); u n a divinidad anuncia q u e quiere salvar
«Habiendo muerto Arradates, su hijo Xisuthros reinó 18 sar. Bajo él a la h u m a n i d a d de la destrucción. El h o m b r e puede seguir
tuvo lugar el gran cataclismo, cuya historia se escribe así: Chronos se le apa- construyendo ciudades y t e m p l o s . Así continúa la obra de la
reció en sueños diciéndole que los hombres serían destruidos por un cata-
clismo el día 15 del mes Daisios. Entonces ordenó, después de haber reuni- creación; la realeza bajó del cielo y se fundan cinco ciudades.
do todos los escritos, los comienzos, los medios y los fines, dejarlos en la Algunos dioses protestan por la destrucción de la h u m a n i d a d :
ciudad del sol, Sippar; después de construir un barco y de entrar en él con
los parientes y amigos íntimos, de poner alimentos y bebidas, de introducir «... Los huracanes, con extrema violencia, atacaron como uno solo
animales, pájaros y cuadrúpedos, y después de haberlo preparado todo, y, al mismo tiempo, el diluvio sumergió los centros del culto.
navegar. Si se le pregunta a dónde debe navegar, responderá: 'Hacia los Luego, durante siete días y siete noches, el diluvio se derramó sobre
dioses para pedirles que sucedan a los hombres buenas cosas'. El no desobe- el país,
deció y construyó un barco de cinco estadios de largo y de dos estadios de y el inmenso barco fue bamboleado por los huracanes sobre las gran-
ancho; después arregló todas las cosas convenidas y embarcó a la mujer, a des aguas;
los hijos y a los amigos íntimos. Utu apareció, el que derrama la luz sobre el cielo y sobre la tierra.
Después de producirse el cataclismo, y habiendo cesado pronto, Xisu- Ziusudra abrió entonces una ventana del inmenso barco...
thros soltó algunos pájaros. Pero éstos, no habiendo encontrado alimento Anu y Enlil profirieron un soplo celeste,
ni lugar donde posarse, volvieron al navio. Después de algunos días, Xisu- un soplo terrestre por su... se extendió.
thros soltó de nuevo varios pájaros, y éstos volvieron al navio con las patas La vegetación se levantó del seno de la tierra.
cubiertas de barro. Soltados una tercera vez, no volvieron al barco. Enton- Ziusudra, el rey, se prosternó ante Anu y Enlil.
ces comprendió Xisuthros que había aparecido la tierra. Después de sepa- Anu y Enlil protegieron a Ziusudra
rar algunas piezas del barco y habiendo visto que el barco había encallado y le dieron una vida semejante a la de un dios;
en una montaña, desembarcó con su mujer, la hija y el piloto, y después le aportaron el soplo eterno, semejante a un dios de lo alto.
de besar la tierra levantó u n altar, haciendo sacrificios a los dioses, y luego Entonces Ziusudra, el rey, el preservador del nombre de la vegetación *
se hizo invisible con los que habían desembarcado del barco. - y de la simiente del género humano,
Los que quedaron en el barco, al ver que no volvían los que estaban al país del pasaje, al país de Dilmun, el lugar donde el sol se le-santa,
con Xisuthros, desembarcaron y le buscaron, llamándolo por su nombre. fueron a morar» 41 .
Pero Xisuthros no se les apareció; pero, una voz desde el aire, les advertía
que debían ser piadosos, porque era a causa de su piedad que éste había Este texto sumerio es una de tantas recensiones arcaicas en
partido para habitar con los dioses, así como su mujer, su hija y el piloto que las q u e se basa la versión babilónica de la epopeya d e Gilga-
habían participado del mismo honor. Les dijo también que debían volver m e s h q u e a n t e s hemos presentado; lo q u e da a e n t e n d c la
a Babilonia, y, como les había dicho, debían quitar de Sippar las escrituras
para comunicarlas a los hombres y que el país donde se encuentran es el profunda impresión q u e había dejado en la literatura religiosa
país de Armenia. u n a catástrofe diluvial en la baja Mesopotamia. Este cataclismo
Al oír estas cosas sacrificaron a los dioses y se fueron a pie a Babilonia. diluvial aparece también en algunos textos h i s t ó r i c o s . E n
De este barco encallado en Armenia quedaba aún una parte en los montes efecto, en u n prisma del tiempo de la dinastía de I s i n (2300-
de los Cordyreos, de Armenia. Algunos raspan el asfalto del barco y lo lle- 1800 a.C.) 4 2 , que se ha completado con otra tableta 4 3 ; enella
van y se sirven de él para preservativos (amuletos). Y ellos, al llegar a Ba-
bilonia, desenterraron en Sippar las escrituras; después fundaron muchas 3S
Cf. A. PARROT, Déluge et Arche de Noé (Neuchátel 1953) 30.
39
ciudades y levantaron templos y reconstruyeron Babilonia» 3 7 . 4
Gilgamesh XI 23.
° Texto en A. POEBEI., en PBS V (1914) n.i; PBS IV 1 p.9-70; ATAT 198-99; J-MET
36
G e n 14,5; N ú m 24,21; D t 2,10. 42-44.
41
36
* Beroso era sacerdote de Marduk, del siglo ni a.C. Su obra, escrita hacia el 275, des- Texto en A N E T 42-44; A. PARROT, O.C, 26-28; S. N. KRAMER, L'histoire comencé
apareció, y sólo la conocemos por extractos recogidos por Alejandro Polyhistor, historiador a Sumer 206.
42
griego del siglo i a.C, originario de Mileto. Estos extractos fueron utilizados por Eusebio Gol. WELD-BLUNDELL, n.444. Publicado por S. LANGDON, en Oxford Edüms of
de Cesárea (267-340 d.G.) en su Chronica, que sólo conocemos por una recensión del si- Cuneiform Texis II p.8-21; cf. E. DHORME, en Recueil Ed. Dhorme 3-79.
43
glo ix d.C. (Syncelle). Se ha encontrado una versión aramea que completa él texto griego. Gol. WELD-BLUNDELL, n.62; publicada por S. LANGDON, en Journal fo the Royal
37
Texto de E. DHORME, Recueil Edouard Dhorme 581-83. Asiatic Sociely C1923) 236.
54 11, Diluvio bíblico y diluvio babilónico \ Versión sumeria del diluvio mesopotámico 55
i tos lugares de Mesopotamia, e n diferentes épocas, hubo i n u n -
se leen los reyes antediluvianos, y entre ellos aparecen persona- / daciones debidas al desbordamiento del Tigris y del Eufrates
jes de los relatos épicos que hemos mencionado antes, como por efecto de lluvias torrenciales, y una de esas grandes i n u n -
Ubar-Tutu, q u e era padre de Utnapishtim. Aparece Ziusudra, daciones debió d e ser de tales proporciones, que dio pie para
nieto de U b a r - T u t u . Y después de la mención de éste se lee: la formación de una leyenda épico-religiosa q u e encontramos
«El diluvio tuvo lugar. Y después que el diluvio tuvo lugar, la reale- en la literatura cuneiforme y e n la bíblica 54 .
za descendió del cielo. Y la realeza se estableció en Kish» 44 .

En la epopeya de Athrasis («el sumamente sabio») encon-


tramos la alusión al Utnapishtim de la epopeya de Gilga- Bibliografía
m e s h 4 5 , q u e ha llegado a nosotros en fragmentos de diversas ARMSTRONG, J. F., A Critical Note on Gen 6,16a: VT (1960) 328-35.
versiones: la asiria y la babilonia 4 6 . BAUER, J. B., Videntes filii Dei filias hominis (Gen 6,1-4,): Verbum Domini
Por su parte, los excavadores L . Woolley y E. Langdon 31 (i953)95-ioo.
BURROWS, E., The discovery of the Deluge: Dublin Review 94 (1930) 1-20.
creyeron encontrar restos arqueológicos de esta famosa catás- CEUPPENS, F., Le déluge biblique (Liége 1947).
trofe diluvial en U r y Kish, respectivamente. El primero e n - — De historia primaeva (Roma 1948) 242-338.
contró en la campaña 1928-29, bajo una capa de lodo de cua- COLERAN, J., The Sons of God in Gen 6,2: ThStud 2 (1941) 488-510.
tro metros, restos de u n a cultura presumeria, con figurillas CONTENAU, G., Le déluge babylonien (Paris 1952).
DAVID, M. V., L'épisode des oiseaux dans les récits du déluge: V T (1957) 189-90.
femeninas ornitoformes y ofídicas 4 7 . Creía que esto se debía DEIMEL, A., Der biblische Sintflutbericht und die Keilschriften: Orientalia 20
a una inundación del cuarto milenio a . C , que debía de ser (1926) 69-79.
«el diluvio de la historia y de la leyenda sumeria, el diluvio — Diluvium in traditione babyloniorum: Verbum Domini 7 (1927) 186-91.
sobre el que se fundó la historia de N o é » 4 8 . Y Langdon afir- — Bíblica diluvii traditio cura traditione babylonica comparatio: ibid 7 (1927)
248-51.
maba lo mismo respecto a sus excavaciones en Kish, junto a — Diluvii traditio et critica «scientifica» recentiorum: ibid 7 (1927) 336-42.
Babilonia. Y P. D h o r m e confirmaba estas afirmaciones 4 9 . — Diluvium historiéis documentis demonstratum: ibid., 9 (1929) 156-57.
Pero Woolley replicó que el famoso diluvio era el reflejado en DHORME, E., Le déluge babylonien: RB 6 (1930) 481-502.
Ur. Y en sellos de cilindros encontrados e n Kish bajo el es- ENCISO, J., Los hijos de Dios en Génesis 6,1-4: EstBib 3 (1944) 190SS.
trato del supuesto diluvio se representa a Gilgamesh. Pero — Los gigantes en la narración del diluvio: EstBib 1 (1941) 544-647.
— El duplicado de la narración del diluvio (Vitoria 1935).
parece que el «diluvio» de U r y el de Kish corresponden a dos FRÜHSTORFER, K., Die noachiches Sintflut (Gen b-o,) (Linz 1946).
inundaciones diferentes debidas a lluvias torrenciales. Por otra HEIDEL, A., The Gilgamesh Epic and Oíd Testament Parallels (Chicago 1954).
parte, en U r u k se ha encontrado también una capa de lodo JEREMÍAS, A., Das Alte Testament im Lichte des Alten Orients (1930) 85-167.
intermedia entre dos estratos de habitación 5 0 hacia 2800 a.C. JOÜON, P., Les unions entre les «fils de Dieu» et les «filies des hommes» (Gen 6,1 -
4J: RechSRel 29 (1939) 108-12.
• La misma constatación aparece en Shuruppak (la actual Fara), KRAELING, E. G., The significance and Origin of Gen 6,1-4: J N E S ¡1947)
patria de Ziusudra-Utnapishtim 5 1 . O t r o tanto ocurre en los 192-208.
restos arqueológicos de Lagash (Tello) 5 2 y en los restos ar- LAMBERT, G., II ríy aura plus jamáis de déluge (Gen cj,n): N R T h 87 ¡1955)
queológicos d e Nínive, donde los excavadores han encontrado, 581-724.
LODS, A., La chute des Anges: RHPhR 7 (1927) 295-315.
entre diversos estratos, u n «pluvial intervalo, que no saben ex- MALLON, A., L'homme préhistorique en Palestine: Bi 6 (1925) 326-35.
plicar, pero que colocan en el cuarto milenio a.C. 5 3 . PARROT, A., Déluge et arche de Noé (Neuchátel 1953).
A n t e estos datos diversos, podemos concluir que en distin- PLESSIS, J., Babylone..., DBS I col.754-64.
PARROT, A., Babylone et VAnden Testament (Neuchátel 1956).
44
Gol. W E L D - B L U M D E L L , n.444. POULET, D., L'antéhistoire s'opposet-elle d un déluge humainement univasel?:
45
Gilgamesh X I 187. Rev. de l'Université d'Otawa 11 (1941) 1-99.
4
« Cf. A T A T 200; A N E T 105, C; A T A T 203-206; A N E T 1 0 5 - 1 0 6 D ; A T A T 201-202;
A N E T 104 A; A . BOISSIER, e n R A (1931) 01-97; A N E T 109 B.
— Tous les hommes sont-ils fils de Noé? (Otawa 1941).
47
Antiquaries Journal IX (octubre 1929) 329. v ROBERT, C H . , Les filsde Dieu et les filies des hommes: RB 4 (1895) 340-53.
48
L . W O O L L E Y , Vr of the Chaldées 29. ULLENDORF, E., The construction of Noah'Ark: V T (1954) 45-96.
4

50
« P . D H O R M E , e n R B (1930) 484. VIROLLEAUD, C H . , Légendes de Babylone et de Canaan (Paris 1949).
J. JORDÁN, Zweiter vorláufiger Bericht... p.20; V . CHRISTIAN, en Archiv für Orientfor- WOOLLEY, L., The excavations at Ur and the sacred Records ( L o n d o n 1929).
schung V I O p.64. •— Ur und Sintflut (Leipzig 1930).
51
Cf. E . SCHMIDT, Excavations at Fara: M u s e u m Journal XXII (1931) 201.217.
« Cf. A . P A R R O T , Tello p . 5 8 . 54
53 Cf. A . PARROT, Déluge et arche de Noé (Neuchátel 1953) 42.
R. C . T H O M P S O N - M . E. L . M A L L O W A N , Annals of Archaeology and Anthropology XX
134.
56 777. Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad El episodio de la torre de Babel 57

empezaron a construir los famosos adoratorios o ziquráts—es-


pecie de montículos artificiales de ladrillo con subidas laterales
III. LA CONFUSIÓN DE LAS LENGUAS Y LA DIS- en rampa y rematados por u n a capilla dedicada a la divinidad—,
PERSIÓN DE LA HUMANIDAD para recordar que los dioses habitan en las cimas de los montes
que ellos habían abandonado allá por el Cáucaso. Y entre esas
construcciones o zigurát destacaba el descomunal de Babilo-
i. E L EPISODIO P E LA TORRE DE BABEL
nia, llamado en sumerio E-temen-an-ki (fundamento del cielo
Siguiendo su esquema rígido teológico y partiendo del he- y de la tierra), que fue reconstruido y ampliado en diversas
cho de que toda la humanidad proviene de u n supuesto primer ocasiones. Con su altura d e 90 metros dominaba toda la ciu-
hombre llamado Adán, los autores bíblicos tratan de explicar dad y el complejo del santuario y era la admiración de todas las
a su modo la diversidad actual de las lenguas y de las razas, gentes que convergían en Babilonia para vender sus productos.
y, como siempre, nos dan una explicación religiosa y no cien- Nabopolasar (s.vn a.C.) se gloría de haberlo reconstruido,
tífica, como parece exigir la lexicografía y la etnografía moder- «fijando su fundamento en el corazón del arallu («mundo sub-
nas. Hoy día, los lingüistas explican la diversificación de las terráneo») y llegando su cima hasta el cielo» 3 . Esta fraseología
lenguas como consecuencia de la separación y aislamiento de altisonante la encontramos ya en Gudea de Lagash cuando
los grupos humanos y por corrupción de una lengua madre en dice: «Ante mi templo, levantado hasta el cielo..., su esplendor
determinado bloque lingüístico. Las lenguas las crea el p u e - hice llegar hasta el cielo»4.
blo, que se guía siempre por la ley del menor esfuerzo, y así, El relato bíblico considera la construcción de la elevada
sin mucha lógica, van surgiendo los diversos grupos lingüísti- torre como u n desafío al poder divino; y, por otra parte, Dios
cos, como ocurrió en la formación de las lenguas románicas quiere que los hombres se dispersen para que repueblen la
en nuestra península Ibérica a partir de la deformación del tierra devastada por el diluvio; por eso les «confunde» las len-
latín vulgar. guas, para q u e no continúen edificando la torre. P o r eso «se
La explicación bíblica es al revés: las lenguas n o se diver- llamó Babel la ciudad que estaban construyendo, porque allí
sificaron porque los hombres se separaron, sino que se sepa- confundió (balbel) Yahvé las lenguas de toda la tierra y de allí
raron porque se diversificaron las lenguas y no pudieron en- los dispersó por la haz de toda la tierra» 5 . La explicación etno-
tenderse. En efecto, el relato bíblico empieza a jugar con la lógica es popular, como suelen ser todas las de la Biblia. En
etimología popular de Babel fbilbél), que en semítico occiden- realidad, los lexicólogos derivan Babel de Bdb-El o Bib-ilú
tal significa «confusión», para ver en la gran metrópoli mesopo- (puerta de Dios), que, a su vez, es la traducción al acadio del
támica, gran centro comercial y p u n t o de convergencia de sumerio Ka-dingír-ra-ki. Nuestro término Babilonia d e r r a del
gentes procedentes de todas partes con sus lenguas diversas, griego BccpuAwv, que es la trasliteración de Bab-ildni (puerta
el símbolo de la «confusión» primitiva de las lenguas como de los dioses).
castigo divino por haber intentado construir una torre que La diversidad de lenguas ha suscitado siempre l a curiosi-
llegara hasta el cielo 1, desafiando así el poder superior del dad de las gentes en todo tiempo, y así se ha supuesto u n a edad
mismo Dios. El relato es encantador: los descendientes de de oro en la que los hombres hablaban la misma lengua. Así,
Noé, después de salir del arca, se asentaron en la zona de en u n texto sumerio de Nippur se habla de una é p o c a ea que
Senaar. Mesopotamia. En esta descripción parece que el ha- todos los pueblos alababan a Enlil «en una sola lengua» e, Los
giógrafo alude a la emigración a esta zona del grupo sumerio autores bíblicos, que suponen que todos los pueblos constitu-
que, descendiendo de los montes caucásicos o Turquestán, se yen unal familia humana derivada de u n único protopaiente,
asentó en la planicie mesopotámica hacia el quinto milenio a . C , buscan \jtna explicación del fenómeno de la d i v e r s i d a d lingüís-
creando una cultura neolítica sedentarizada, con el desarrollo tica y,\buceando en las tradiciones mesopotámicas. relacionan
masivo de la agricultura y de la construcción a base de «ladri-
llos» en una tierra donde era desconocida la piedra 2 . Y allí 3
Cf. PLESSIS, Babylone et la Bible, en DBS I 774; A. jEREMrAS, Das A. T. im Lite des
alten
4
Orient (1930) 190-94.
1
Gf. L. H. VINCENT, De la tour de Babel au temple: RB 53 (1946) 404.
Gen ir,4. 5 Gen 11,8.
2 6
Gen 11,3. Cf. J. CHAINE, Le lime de la Cénese (París 1948) 165.
58 111. Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad La dispersión de la humanidad 59

el origen de la diversidad de lenguas con la construcción de que era uno de los recuerdos que permitían empalmar c o n los
aquel famoso zigurát de Babilonia, en torno al cual se daban orígenes de la historia de Abraham» 9 . Podemos, pues, suponer
cita sumerios, acadios, elamitas, hititas, jurritas, hiwitas, mi- que el autor sagrado recoge la explicación popular relativa al
tanitas e iranios. Aquel templo colosal, del que queda aún origen de la diversidad d e las lenguas y la corrige, informán-
en pie una superficie de 30 metros de altura, se prestaba a dola de la doctrina monoteísta. Los profetas nos hablan de la
todas las leyendas y era el símbolo del orgullo de la civilización soberbia de la ciudad de Babilonia 1 0 . Precisamente es éste el
sedentaria mesopotámica. Para los autores bíblicos, que tienen vicio que menos puede soportar Dios n . Y, en este supuesto,
preferencia por las formas sencillas de vida, como la del nóma- el hagiógrafo nos presenta el hecho de la diferenciación de las
da, aquello era u n desafío al poder divino y a su precepto de lenguas, que divide los pueblos y quebranta sus fuerzas, como
dispersarse por «toda la haz de la tierra». Además, aquella aglo- el castigo divino por su orgullo. La unidad crea la fuerza; la
meración humana de una ciudad de u n millón de habitantes, dispersión, debilita. Es justamente lo que ha hecho Yahvé para
con todos los refinamientos de la civilización sedentaria y co- hacer frente a la tentación permanente del hombre, de su
mercial, era algo monstruoso que no entraba en los planes di- hybris o «desmesura», o complejo «prometeico», frente a los de-
vinos. Y así se considera al gran zigurát como la causa de la rechos inalienables divinos que dirigen la marcha de la histo-
confusión de las lenguas. Nos hallamos, pues, ante una expli- ria humana.
cación folklórica convencional como otras de la Biblia, en las
que hay que retener la enseñanza religiosa de humildad.
2. L A DISPERSIÓN DE LA HUMANIDAD
Como dice Clamer, «Babilonia era una ciudad que i m p r e -
sionaba a los extranjeros, particularmente a los rudos cananeos, En el c í o del Génesis encontramos una interesante tabla
los cuales, ante el espectáculo de la gran ciudad y de la torre etnográfica—documento único en la antigüedad—, e n la que,
con diversos pisos, ya pensaban en una empresa sugerida por a partir de la familia de Noé y a través de sus tres hijos, se enu-
el orgullo de los hombres, y en el nombre de la ciudad, Babel meran las distintas familias humanas que poblaban las legio-
(en forma cananea), veían el signo de la confusión de las len- nes del Próximo Oriente, del Asia Menor, de Grecia, de las
guas; así se explicaría la formación de la leyenda. La tradición colonias del Mediterráneo y del África septentrional oriental.
hebrea habría dado a esta leyenda u n alcance religioso y espi- El horizonte, pues, del autor sagrado está limitado a los pue-
ritual, viendo en la dispersión de los pueblos y en la confusión blos que podían tener relación con la futura historia del pue-
de las lenguas el castigo divino del orgullo h u m a n o . . . Es e n blo hebreo, ya que éste provenía de la familia bendecida de
la persona de A b r a h a m en la que la humanidad dispersada e n - Sem. El esquema, pues, es simplificador conforme a las direc-
contrará su unidad («en ti serán bendecidas todas las familias d e trices teológicas de la «historia de salvación». Por t a n t o , no po-
la tierra») 7 ; tal perspectiva basta para justificar el relato de la demos buscar aquí precisiones técnicas conforme a las exigen-
torre de Babel en la historia de los orígenes... Además, se d e - cias de la ciencia etnográfica moderna. Por eso veremos que
duce la lección moral sobre la vanidad del esfuerzo h u m a n o en determinados grupos se mezclan semitas y c a m i t a s j aun
fuera del reconocimiento del soberano dominio de Dios 8 . indoeuropeos. La ciencia etnográfica moderna tiene u n a pers-
En este supuesto, «se puede decir que el relato de la torre pectiva m u c h o más amplia sobre los orígenes de las diversas
de Babel es la respuesta del folklore hebreo a la cuestión del grandes familias de la humanidad, y no puede l i m i t a r s e a las
origen de las lenguas. Los israelitas pensaban que la diversi- tres grandes ramas de semitas, camitas e indoiranias. Peto los
dad de idiomas había sido causa de la diversidad de pueblos. autores sagrados no tratan de dar lecciones de etnografía ai de
Nosotros pensamos al contrario hoy. L a lenta formación de los geografía, sino desbuscar los antepasados de A b r a h a m . padre
pueblos ha dado lugar a la formación de las lenguas. La histo- del pueblo elegido, que para ellos iba a ser el centro d e h his-
ria de las lenguas es tan vieja como la humanidad. La Biblia toria universal. Por eso, ya en G e n 9,26 se presenta a l a proge-
reproduce el relato de la torre de Babel porque no estaba d e s - nie de Sem como «bendita» por excelencia, mientras q u e la de
provisto de u n a enseñanza religiosa, y quizá, sobre todo, p o r - los camitas, los negros, tradicionalmente esclavos d e los blan-
9
J. C H A I N E , O . C , 167.
7
Gen 12,2. 10 Cf. Is 13,19; 4 7 , 1 ; jer 50,31-35; 51,7-
8
A . CLAMER, La Gánese (La Sainte Bible, Paris 1953) 229. 11 Cf. Is 2,11-17.
ÓÓ ///, Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad La dispersión de la humanidad 61
eos, tienen que admitir esta situación humillante por un su- habitantes de raza indoaria que se asentaron en la Crimea
puesto pecado de inconsideración de su antepasado Cam res- actual 13. Empujados por los escitas, pasaron al Asia Menor y
pecto de su padre Noé (v.22). Es más, los autores sagrados a Armenia. El nombre de Magog resulta enigmático. Se le ha
tratan de poner las bases del derecho de los israelitas a la tierra querido explicar por los términos sumerios Ma (tierra) y
de Canaán, y así, ya en los albores de la humanidad presentan Gog (oscuridad), y se supone que son los escitas, que invadie-
a Canaán, supuesto hijo de Cam, como condenado a la escla- ron Asia en el siglo vn a.C. En los textos de Ras Shamra se
vitud respecto de los semitas: «Maldito Canaán, siervo de los habla de los mat-Gagaia, que pueden ser los Ma-gog del texto
siervos de sus hermanos» (v.25). Nos hallamos, pues, ante le- bíblico. Siguen luego los madai o medos (en acadio, Ma-da-a-a),
yendas etiológicas para explicar y justificar la supuesta supe- que habitaban al sur del mar Caspio. En los textos cuneiformes
rioridad de los semitas y hebreos sobre los odiados cananeos, se les llama umman manda, nombre sumerio que equivale a
que debían ser desposeídos de su tierra en favor de los hebreos. extranjero o «bárbaro». Aparecen en la Biblia a partir del si-
En esta tabla etnográfica del c í o del Génesis, los orígenes glo vni a.C. 14. Son de raza aria y muy afines etnográficamente
de los pueblos se inventan por el procedimiento de los evóni- a los persas.
mos, o supuestos personajes, con un nombre que darán a su Yaván son los jonios o griegos, que habitan en las islas del
descendencia, y, por otra parte, el término «engendró» ha de mar Egeo y en la costa occidental del Asia Menor. En la Biblia,
tomarse en el sentido amplio de supuesto antecesor de un per- el nombre de Yaván designa a Grecia 15. Tubal designa a los
sonaje-pueblo o clan. Las razones de parentesco suelen ser de tabáli de los textos asirios, y a Tipal de las inscripciones hititas.
diversa índole en la Biblia: entronque racial, vecindad geográ- Son los tiberianos, que Herodoto sitúa en la orilla meridional
fica y afinidad. El compilador bíblico, pues, a base de varios del mar Negro l*\ E^ los textos de Teglatfalasar I (s.xi a.C.) se
nombres que encontró en genealogías, distribuye convencio- les menciona presionando sobre Mesopotamia. Mosoc es el
nalmente las familias conforme a su esquema tripartito: semi- pueblo de los Mócrxoi de Herodoto: los muski o moski de los
tas, camitas y jafetitas. textos asiro-babilónicos, que habitaban en la región montaño-
sa donde nacen el Tigris y el Eufrates n .
a) Los jafetitas Tiras es el pueblo de los tirsenios, piratas de las islas del
Asia Menor, llamados turusa en la estela de Mernneptah
El nombre de Jafet significa «hermoso» y es el supuesto (s.xni a.C). Probablemente son los etruscos 18. Askenaz son
epónimo de los pueblos de raza blanca indoaria. según se de- los as-ku-za de los textos de Asaradón; probablemente son
duce de la enumeración de los pueblos aquí consignados. los escitas, que en el siglo vn a.C. llegaron hasta Palestina, y de
La redacción es del «sacerdotal», que tiene propensión a las ahí el nombre de Scitópolis dado a la antigua ciudad de Beisán.
genealogías. Primero, el hagiógrafo empieza por los pueblos Son los ZKÚÜOCI de los griegos 19 . Rifat no está identificado,
que considera más alejados del centro etnográfico en el que aunque se le supone habitado junto al mar Negro, en la Pafla-
surge el pueblo hebreo. Por eso empieza la enumeración por gonia 20 . Togorma parece designar a los ti-ga-rim-mu de los
los descendientes de Jafet, que había recibido también una textos de Sargón y de Senaquerib, y habitaban en Capadocia. .
bendición de Noé 12, pero subordinado a los descendientes de En las inscripciones hititas aparece un pueblo llamado Ta-ga-
Sem, con los que ha de tener buenas relaciones de vecindad: ra-ma, al norte de Karkemish 21 . Elisha: la Alashia de los tex-
«habite en las tiendas de Sem». Y a ellos estará subordinada tos de Tell Amarna y de las inscripciones hititas 2 2 . Se cree
como esclava la descendencia de Cam. En realidad, esto re- que es la isla de Chipre. Algunos autores suponen que es üci-
fleja la situación sociológica de los tiempos en que el «sacer-
dotal» redactaba esta tabla etnográfica: los judíos, descendien- 13
Cf. P . D H O R M E , Lespeuples ¡ssus de Japhet: Syria (1932) 30.
tes de los semitas, estaban sometidos a los iranios, de origen 14
Cf. 2 R e 17,6; 18,11; Is I 3 , i 7 s ; 21,2; Jer 25,25.
15 Cf. I s 66,19; E z 17,13; D a n 8,21; Jl 4,6.
jafetita. '« Cf. E z 27,13; I s 66,19; E z 32,26; 38,2.
17
Cf. P . D H O R M E , a . c . , p . 3 9 .
Los supuestos descendientes "de Jafet son Gomer, los gima- is Cf. ID., ibid., p . 4 0 .
19 Cf. Jer 2,27.
ra-a-a de los textos cuneiformes; los cimerios de los griegos: 20
Cf. P . D H O R M E , a . c . , p . 4 i .
2
i Cf. E z 38,6; 37,14.
12 22
G e n 9,27. Cf. Ez 37,7.
///. Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad La dispersión de la humanidad 63
lia. Tarshis, c o m ú n m e n t e identificada con la Tartessos de los •'.'y otros en Nubia. Ewila: se suele localizar en la península ará-
autores griegos, en Huelva (España); colonia fenicia famosa 30
fl> biga, en la región en que m o r a b a n los ismaelitas . Sabia : no
por sus metales 2 3 . Quitim es el Kition de los griegos: Chipre 2 4 . mencionada en otro lugar de la Biblia; se supone que está en
Rodanim: los habitantes de Rodas. Son los famosos «pueblos la península arábiga; se la ha querido identificar con la actual
del mar» que presionaron en el siglo x n a.C. sobre Egipto y Sabota, capital de Hadramut, al sur de Arabia y al este del
la costa de Canaán. Yemen actual, y con la Safta d e Ptolomeo, en el golfo Pér-
s l c o 31
• Raama o Resma según los LXX: se supone que está en
b) Camitas la parte meridional de Arabia, pues es mencionada en Ez 27,22
j u n t o a Seba. Sabteca: no identificada; se supone q u e está en
Cam o Jam significa «calentado»: alusión al color chamusca-
Arabia. Seba o Saba: es el Sa-ba-a de los textos asirios, la
do de su piel. Es la raza esclava por antonomasia; según se
región de los sábeos, de donde procedía la famosa reina q u e
declara en G e n 9,25, se la presenta como u n castigo divino
fue a visitar a Salomón 3 2 . Su capital es Marib. Dadán: es ci-
por haberse reído C a m de su padre desnudo. Es una explica-
tado en todos los textos bíblicos j u n t o a T e m a 33 . Según u n a
ción folklórica para justificar la situación de esclavitud en que
inscripción minea, se la localiza en el oasis de el-Ela, entre
estaban los negros nubios en Egipto y en el Próximo Oriente.
Teima y Medina 34 . H a y otras localidades con este nombre
Sus descendientes o camitas ocupaban el sudeste de Egipto:
en Edom y sur de Arabia.
Kush. Es el egipcio kos y el acadio Ku-u-su y designa la Etiopía
actual 2 5 . E n realidad, los etíopes son descendientes de los se- Nemrod, al que se le califica como «poderoso cazador ante
mitas de la península arábiga y hablan una lengua semita. Pero Yahvé», parece ser el Gilgamesh de la famosa epopeya q u e h e -
la raza quedó m u y mezclada por su cercanía con Nubia. Mis- mos citado tantas veces antes. Se dice q u e «comenzó a reinar
rayim es Egipto (nombre dado por los griegos a esta región a en el país» (v.8). Según la leyenda, luchó con monstruos y leo-
base del nombre oí KÓTTTOI («los coptos», y de ahí Aíyun"ros). nes, y así se le representa como m u y forzudo estrangulando
En los textos cuneiformes se le llama Musru o Misru; en árabe leones. Reinó e n Uruk, que aquí parece identificarse con Ereq
actual, Masr. El nombre hebreo Misrayim («dual») alude a los (la actual Warka), en la tierra de Senaar o Mesopotamia. A su
dos Egiptos: el alto y el bajo Egipto. E n la lengua faraónica, el lado se menciona a Babel o Babilonia (Bab-ilu, «puerta de
país se llamaba E'-km-t («país negro», a causa del limo de la dios», o Bab-iláni, «puerta de los dioses»). Akkad: la conocida
zona lindante con el Nilo). Put es el Punt d e los egipcios; pro- ciudad de Ak-kadi y A-ga-de de los textos cuneiformes. Fue
bablemente, la actual Somalia, al sur del m a r Rojo 2 6 . Era el el centro del imperio acadio. Calne: n o ha sido identificada.
país de d o n d e procedían las especias: incienso, mirra, aroma, Se ha propuesto la antigua Nippur. E n algunos textos de la
y el oro, plata y pedrería. Biblia aparece u n a Calneh más al norte 35 . Senaar: es e l Sanjar
de los textos cuneiformes y designa la región de Mesopotamia
Kanaán: es el Ki-na-aj-ji o Ki-na-ajni d e las cartas de Tell
o parte de ella. Asur: al norte de Babilonia, q u e le sucederá
Amarna, y el Kan'na de los egipcios. Corresponde a la región
en la hegemonía de la región. Nínive: capital de A s i r í a desde
llamada posteriormente Palestina p o r los griegos, aunque ya
el siglo x i a.C. Es la ciudad de los sargónidas (S.VIII-VI a.C),
en los textos asirios del siglo VIII se le denomina Palashtu,
destruida en 612 a.C. por los medos y babilonios. Rejobot-Mir ':
nombre derivado de los peleshtim, o filisteos de la Biblia. Com-
no identificado. Se ha querido suponer q u e era u n barrio de
prende la región desde Gaza hasta el Líbano; en algunos textos,
Nínive llamado Rebit-Nina, o en la actual Mosul. Calaj: es el
hasta Jamat, en el Orontes 2 7 . Seba: Flavio Josefo lo identifica
Kalju de los textos cuneiformes, en la orilla izquierda del Ti-
con Meroe 2 8 , al norte de Jartum. Es mencionada en Estrabón
gris. Resef: n o identificado. E n esta enumeración v e m o s , pues,
por esta zona 2SI. Sin embargo, algunos lo localizan en Arabia
que entre los descendientes de Cam se nombran egipcios, etío-
23
Cf. 1 R e 10,22; 22,49; Is 2,i6; 2 3 , 1 . pes, sumerios y semitas, sin criterio etnográfico c l a r o . Entre
24
Cf. N ü m 2 4 , 2 4 ; Is 23,1.12; Jer 2,10; E z 27,6. Es el Küi d e los fenicios. Algunas veces
30
es sinónimo d e m a r Mediterráneo. Cf. G e n 25,18; 1 Sam 15,7; G e n 2,11.
" Cf. Ez 29,10, 30,4; Is 11,11; 20,3-5; N a h 3,9; Sal 68,32; 8 8 , 4 . 31
P T O L O M E O , VI 8.30.
26
Gf. M O R E T , Histoire de l'Orient II 5 2 1 . 32
Cf. 1 R e 10,1-2.10; Is40,6; Jer 6,20; Ez 27,22; Ez 38,13; Sal 72,10.
27 33
M . J. LAGRANGE, Études sur les religions sémitiques 57-59. Cf. Is 21,13-14; J e r 49,7-8; E z 25,13; 27,20; 38,13.
28
F L A V I O J O S E F O , A H Í . Iud. II 10.2. 34
Cf. A . JAUSSEN-SAVIGNAC, e n R B (1920) 529-31,
" ESTRABÓN, X V I 4.8.10. 35
Cf. Ara 6,2; Is 10,9,
64 lll. Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad La dispersión de la humanidad 65

estas zonas geográficas hubo mucha mezcla de poblaciones y Jet: son los jéteos o hititas, moradores del Asia Menor y de la
contactos comerciales y políticos, y ello explica esta amalgama Alta Siria. Son los Jatti de las inscripciones cuneiformes y los
de pueblos, suponiéndoles descendientes de un supuesto epó- Jeta de los textos egipcios. No son semitas ni camitas; invadie-
nino llamado Cam. ron Fenicia y Canaán a mediados del segundo milenio a.C.
Ludím: se la ha querido identificar con Libia, leyendo Lu- Jebuseos: una de las poblaciones que habitaban en la parte
bim, ya que aparece en conexión con Egipto. En la literatura central montañosa de Canaán 43 ; ocupaban Jerusalén hasta los
cuneiforme aparece el nombre de Lu-ud-du, que parece ser la tiempos de David 44 . Amorreo: es el Amurru de los textos cu-
Lidia del Asia Menor. Anamím: no identificado. Leyendo neiformes y significa «occidental» (MAR. TU); los habitantes
Nenamim, se la ha querido identificar con Knmt, en el desierto de la zona de Siria y Canaán hasta Egipto. Guersueseo: es otra
de Libia. Leabim: los libios o lubim 36. Naftujim: el Bajo Egip- de las poblaciones de Canaán citadas en la Biblia 45. Jeveo: son
to, correspondiente al p-t-mahi (país del Norte) o el delta los hiwwitas, población procedente del medio Eufrates que re-
(Na-Ptah: pueblo del delta). Petrusím: los habitantes de Pa- sidía en Siquem 46. Como el plural jawwoth significa «tiendas»,
iros 37. Es el nombre del Alto Egipto: P-to-resi (país del Sur)? se supone que habitaban en tiendas. Araqueo: son los morado-
y en asirio, Pa-tu-ri-si. Caslujim: no identificado. Quizá una res de la ciudad del Líbano, llamada hoy tel-Arqa (la 'Apxií
tribu nómada libia. La frase siguiente («de los cuales salieron de Flavio Josefo) 47. En las cartas de Tell Amarna se les llama
los Peleshtim») parece dislocada y debe ponerse después de Irqut. Sineo: son los habitantes de Syan, la Sianu de los textos
Captorim, de los que, según la Biblia, procedían los filisteos 38. cuneiformes, cerca de la localidad anterior. Arwadeo: son los
En realidad, éstos no son camitas ni semitas, sino indoarios habitantes de Arwad, hoy Ruad, isla fenicia frente a Tortosa.
(procedentes de la oleada de los «pueblos del mar», vencidos En las cartas de Tell Amarna se le llama Ar-wa-da, y A-ru-a-da
por Ramsés III en 1194 a.C). Se establecieron en la costa de en los textos de Teglatfalasar I 48. Semareo: es la 2í|iopoc de
Canaán, que luego fue llamada por los asirios, a causa de ellos, los textos griegos y la Sumur de las cartas de Amarna; hoy
Palashtu, y por los griegos, Palestina 39 . En los textos egipcios Samra, al norte de Nahr el-Kebir, entre el Líbano y Palestina.
son llamados Purasati, y en los cuneiformes, pilishta o pa- Es la Simirru de las inscripciones asirías. Jamateo: habitantes
lashtu. Eran despreciados por los hebreos, sobre todo porque de la actual Jama, sobre el Orontes, en la Alta Siria 4 9 .
eran incircuncisos. Captorim: los habitantes de Creta, que en Después, el autor sagrado señala los límites del territorio
egipcio se dice Keftiu, y en asirio, Kaptara. Son los keretim cananeo, partiendo de Sidón hasta Gaza (la actual Gaze), la
de la Biblia 40 , los cuales, culturalmente, tenían muchas in- Gazatu de los textos asirios y la Qazata de las inscripciones
fluencias egipcias. Por eso aquí se les considera como descen- egipcias, a 70 kilómetros al sur de Jaffa. Fue una de las metró-
dientes de Misrayím (Egipto). polis de los filisteos50. Guerar: al sureste de Gaza. Soioma,
Hijos de Canaán: bajo este epígrafe se engloba a los feni- Gomorra y Seboím estaban al sudeste del mar Muerto 5 1 .
cios e hititas, que en la historia patriarcal aparecen mezclados Lesa: se la ha querido identificar con Lais (Dan), al noreste
con los cananeos. Sidón: ciudad fenicia conocida, que en las de Palestina, cerrando el cuadrilátero cananeo 52 .
cartas de Tell Amarna es llamada Si-du-na-a-a. Capital de Fe-
nicia antes de Tiro, que aquí inexplicablemente no aparece c) Semitas
mencionada. El nombre primitivo de Fenicia fue Chna. Feni-
cia viene de Phoenix, porque sus habitantes traficaban con Los supuestos descendientes de Sem fshem: «renombrado»,
telas coloreadas por el tinte escarlata-purpúreo de un molus- «famoso») son varios pueblos que etnográficamente n o siempre
co llamado Phoenix. Y Sidón es llamado «primogénito» de Ca- son semitas como Elam, situado al sudeste de Mesopotimia;
naán porque fue su ciudad principal. Homero llama a los feni- 43
Cf. G e n 15,19-21; Jos 15,8.63; 18,228; 2 Sam 5,6.
cios sidonios41, y la misma Biblia les aplica este nombre 4 2 .
44
Cf. 1 Par 11,4.
45
Cf. Jos 3,10; 24,11.
46
Cf. G e n 34,2; J o s 0,3; 11,3.
47
36 4I
F L A V I O J O S E F O , Ant. Iud. I 138.
"Cf. N a h 3,9; 2 Par 12,3; 16,8. H O M E R O , Ilíada V I 290. 4
37 42
« Cf. Ez 2 8 , 7 . 1 1 .
Cf. Is I I , 1 1 ; J e r 4 4 , i ; Ez 29,14; 30,14. Cf. Jue 18,7; Re 5,20; 16,31. 49
38
Cf. Is 37.13; 2 Re 14,28; 18,34; A m 6,2.
A m 9,7. 5° Cf. J u e 6,1.21; 1 Sam 6,17.
39
Cf. A B E L , Géographie de la Palestine I 265. 51 Cf. A B E L , Géog. I 331.
«o Cf. Ez 25,16; Sof 2,5. " Cf. Lesam d e J o s 19,47.
66 III. Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad La dispersión de la humanidad 67
es el E-lam-tu de los textos cuneiformes. En realidad, los ela- nombre mismo que llevarán los hebreos» . Hace unos lustros 56
mitas no eran semitas, pero tuvieron relaciones comerciales y se puso de moda entre los orientalistas el relacionar el nombre
políticas con los sumerios allá por el tercer milenio a.C. Por de 'ibri (hebreo) con los 'apiru-jabiru de los textos de Tell
eso aquí se los engloba como descendientes de Sem, la raza Amarna, en los que aparecen como hordas de pueblos asaltan-
bendita por excelencia, a la que estaba supeditada en los de- tes de las ciudades de Canaán, y se ha querido traducir 'apiru-
signios divinos no sólo la de los camitas, sino la de los jafeti- jabiru por «confederado» o asociado; en ese supuesto, los he-
tas 53. La razón estriba en que de ella surgiría Heber, el su- breos formarían parte de esa oleada de invasores, o al menos
puesto antepasado epónimo de los hebreos, del que provendría así fueron considerados por los cananeos al hacer irrupción en
el clan de Abraham, padre del pueblo elegido. Asur: en el v. 11 su país bajo la égida de Josué 57.
aparece como descendiente de Cam. En realidad es una pobla- Peles: se le ha querido identificar con Falga, en Mesopo-
ción semita en la Mesopotamia septentrional. Arfaxad: se le tamia, en la conjunción del Jabur con el Eufrates; algunos auto-
ha querido identificar con el asirio Arraja, la actual Kerkuk, res proponen identificarlo con el-Falg, al noreste de Arabia,
el Arrapajites de los autores griegos, al este del Tigris y al sur junto al golfo Pérsico. El texto bíblico explica el nombre de
del pequeño Zab. Lud: parece ser el Lub-du de las inscripcio- Peleg relacionándolo con la idea de «dispersión», porque «en
nes cuneiformes, entre el Tigris y el Eufrates superior. Algu- su tiempo se dividió la tierra», alusión a la dispersión de la hu-
nos autores lo identifican con los lidios del Asia Menor. manidad de que se habla en el capítulo siguiente. Yoktan: en
Aram: el famoso reino de los árameos, oriundos del desier- Arabia meridional existe un Beni Qahtán 58. Almodad: desco-
to siro-arábigo, y que aparecen por primera vez, bajo el nom- nocido. _Seíe£: el actual Salf. Jasarmawet: el actual Hadramut,
bre de ajlamu, en los textos de Teglatfalasar I ( n 15-1093). al este de Aden, llamado Jatromites en los autores griegos 59 .
Los descendientes de Aram son: Uz, al -noreste de Canaán, Yaraj: no identificado. Adoram: desconocido. Uzal: el Azal
en el Haurán 54 . Jul: quizá el lago el-Jule,. al norte del lago de árabe, en el Yemen 6 0 . Diqla: desconocido. Obal: quizá el
Genesaret. Gueter: quizá Gessur, entre Beisán y el Hermón. Abil del Yemen. Abimel: no identificado. Sebá: la región de
Mas: el monte Masu de la epopeya de Gilgamesh 55 , es decir, los sábeos, que aparecen antes como hijos de Cam (v.y).jOjvrj_
las cordilleras del Líbano y Antelíbano. Salaj: no identificado. ;se le ha querido identificar con Abhira, en la desembocadura
Heber: el supuesto epónimo antepasado de los hebreos del Indus. Es el lugar tradicional del oro y del marfil 6 1 . ]awila:
o'ibrím, que podríamos traducir por «los del otro lado» o de el mismo del v.7. Yohab: quizá la tribu árabe de Yuhaiúib, en
«allende» del río, según Jos 24,2-3: «En otro tiempo habitaban la parte oriental de la Arabia meridional, sobre el Indico. El
más allá del río vuestros padres: Teraj, padre de Abraham y autor concreta el área de dispersión de los descendientes de
padre de Najor. Yo le tomé de más allá a vuestro padre Abra- Yoktán así: desde Mesa (quizá el Masa de Gen 25,14, en el
ham y le hice caminar a Canaán...» Vemos que aquí se contra- norte de Arabia) hasta Safar, quizá el Saorafa de Ptobmeo,
pone la región del más allá (en heb. 'abar) del río Eufrates y en la costa meridional de la península arábiga.
la de Canaán. En este supuesto, la denominación de Hbrí pa- Vemos, pues, que los hagiógrafos, al estructurar la tabla
rece que «se aplicaba a una categoría de nómadas que venían etnográfica, conciben las relaciones de los pueblos como entre
de Aram-Naharayin. Los LXX obedecen al sentido de verosi- miembros de determinadas familias, que tienen unidad en un
militud histórica cuando traducen por ó Trepcn-ris («el de más supuesto epónimo, que les da nombre a cada pueblo según la
allá») el calificativo de ha-Hbrí («el hebreo»), que es aplicado a explicación popular. Excepto el nombre de Nemrod, todos los
Abraham en Gen 14,13. Poco a poco, el sentido primitivo se demás pueden explicarse como nombres geográficos. El total
atenuará y el nombre común se convertirá en propio, restrin- de pueblos mencionados nos da el número simbólico de seten-
giéndose la designación geográfica a un grupo étnico, contra- ta, y quedan sin mencionar otros pueblos a los q u e se alude
puesto a los árameos del este y a los amorreos del oeste. Pero
el recuerdo de la primera migración quedará incrustado en el 56
E. D H O R M E , La religión des hébreux nómades p.85.
57 Sobre la posibilidad d e la identificación d e los hebreos con los 'apiru-jabiru vése R. DE
VAUX, Histoire Ancienne d'Israel (París 1971) 106-12.
58 Cf. A B E L , Géographie I 294.
53 G e n 9,26-27-Z
59 Cf. ESTEABÓN, XVI 4-2! PLINIO, V I 154.
54 Cf. G e n 22,21; 36,28.
55
Guilgamesh I X 2.1-2; 4,40. so Gf. E z 27,19: Uzal comercia con T i r o en especias y h i e r r o .
»6i Gf. Is 13,12; Sal 45,10; Job 22,24; 28,16; 1 P a r 29,4; 1 R e 9,28.
68 III, Confusión de lenguas y dispersión de la humanidad Historicidad de los relatos patriarcales 69

en otros textos bíblicos, como los amalecitas, los madianitas,


los moabitas, ammonitas, edomitas y los arcaicos, como los
zuzím, los refaím, los ením, los anqaquím y los ením, poblacio- IV. LA HIS TORIA DE LOS PA TRIARCAS
nes autóctonas de Canaán anteriores a la invasión de los semi-
A) Historicidad de los relatos patriarcales
tas occidentales. Con todo, se quiere destacar la unidad del
género humano y el proceso selectivo de los designios divinos,
que preparan el advenimiento del pueblo hebreo, objeto de las I. E C O DE LA HISTORIA PATRIARCAL EN LA LITERATURA
promesas. La fecha de composición de esta tabla etnográfica PROFÉTICA
no es anterior al siglo vn a.C, ya que se menciona a los asirios Los relatos bíblicos referentes a la época patriarcal tienen
y a su capital Nínive, de origen reciente, capital de los sargó- un especial encanto dentro de la literatura del Antiguo Testa-
nidas. mento, porque las figuras de los patriarcas, moviéndose con
sus rebaños por los secarrales de Palestina, en contacto con
poblaciones exóticas a impulsos de una providencia superior
Bibliografía
que los guía hacia metas desconocidas después de haberlos
B A R T I N A , S., Tarsis, studia recentiora: V e r b u m D o m i n i 34 (1956) 342-48. arrancado de su ambiente socio-religioso familiar, están im-
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viviera en una atmósfera de una sociedad ya sedentarizada y
C E U P P E N S , F . , De historia primaeva ( R o m a 1948) 339-59. agrícola. Es que el nomadismo de los primeros antepasados de
C L A M E R , A . , La Génése (en La Sainte Bible d e P I R O T - C L A M E R ) (Paris 1953), Israel, salpicado de relatos anecdóticos y folklóricos inimita-
205-24. bles, llenos de un frescor arcaizante, no tiene nada que ver con
C H A I N E , J., La tour de Babel ( M e m o i r e s E . P o d é c h a r d ) (Paris 1945) 6 s s .
D H O R M E , E . , La religión des hébreux nómades (Bruxelles 1937) 111-12.
el género de vida de la sociedad hebraica de los tiempos de la
— Recueil Ed. Dhorme 167-89. monarquía. De hecho, los genios religiosos hebraicos de todos
D O M B A R T , T H . , Der Babylonische Turra: A O (1930) 3 1 - 3 2 . los tiempos han consideradc/a las figuras de Abraham. de Isaac
D U P O N T - S O M M E R , A . , Les Araméens (Paris 1949). y de Jacob como los verdaderos antepasados de la sociedad teo-
G O I T I A , J. D E , La torre de Babel. Valor simbólico de la narración de Gen 11,
1-9: V e r d a d y Vida (1959) 401-18.
crática, sellada en la Alianza del Sinaí. Para ellos, la historia
G A R B I N I , G . , Tarsis e Gen 10,4: B i b O r 7 (1965) 13-20. religiosa del pueblo elegido no comienza en las estepas del Sinaí,
H A P P E L , O . , Der Turraban zu Babel (Gen 11,1-9,).' B Z 2 (1904) 346SS. sino que tiene una preparación en la «elección» de unos perso-
JEREMÍAS, A . , Das Alte Testament im Lichte des alten Orients ( L e i p z i g 1930) najes que han sido traídos por Dios de «más allá» d«l río
182SS. Eufrates.
J U N K E R , H . , Die biblisches Urgeschichte (1932) 53SS.
— La dispersión des peuples et la préhistoire biblique: B T e r S (1961) i s . En efecto, cuando el profeta Elias va a hacer demostración
KRAMER, K . , Génesis 1-11; Urgeschichte? ( T ü b i n g e n 1959). de su poder taumatúrgico frente a los sacerdotes de Baal, ex-
L E S E T R E , H . , La tour de Babel: R P A 2 (1906) 358SS.
PARROT, A . , Zigurat et tour de Babel (Paris 1949).
clama: «Yahvé, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel: que se
P I O T R O W S K I , B . B . - S C H U L T Z , P . N . - G O L O V K I N A , V. A . - T O L S T O V , S. P . , Ourar-
sepa hoy que tú eres el Dios de Israel» !. Y el autor de 2 Be 13,
tu. Neapolis des Scythes. Kharem (Paris). 23 dice en tiempos de Eliseo respecto de Israel: «Pero ?ahvé
P L E S S I S , J . , Babylone et la Bible: D B S I C0I.774SS. tuvo misericordia de ellos por amor de su alianza con Abraham,
PRADO, J., La ciudad y torre de Babel: E s t B i b (1950) 275.282-87. Isaac y Jacob». Por su parte, Jeremías pone en boca de Dios
R A D , G . VON, Das erste Buch Mose 1 1 6 - 2 1 .
S C H E W I G L E R , T H . , Die biblische Urgeschichte ( M ü n c h e n 1960). estas palabras, que reflejan la vinculación histórica de Tahvé
S I M P S O N , C . A . , The Early Traditions of Israel ( O x f o r d 1948): I B I 559-60. con los primeros antepasados de Israel: «Así dice Yahvé: Si no
T H E I S S , J., Sumerisches im Alten Testament (1912) 28s. he hecho yo pacto con el día y con la noche, ni he dado leyes
VAUX, R . D E , La Bible de Jérusalem (Paris 1950) 17.
V I N C E N T , L . H . , De la tour de Babel au temple: R B 53 (1946) 404SS.
a los cielos y a la tierra, entonces repudiaré yo a la descendencia
VERCOUTTER, J . , Égyptiens et préhellénes ( P a r i s 1954). de Jacob y de David, mi siervo, prohibiendo tomar d e su pro-
V I R O L L E A U D , C H . , Légendes de Babylone et de Canaan ( P a r i s 1949). genie jefes para la raza de Abraham, de Isaac y de Jacob',.» 2 .
1 1 Re 18,36.
2
Jer 33.26.
70 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 71
Y en Is 29,22 se dice algo similar: «Por eso, el que redimió a yectan hacia los tiempos futuros. Por eso, el Deutero-Isaías
Abraham, Yahvé, dice a la casa de Jacob... y pregonarán al insiste en la filiación que hace de Israel el heredero de las pro-
Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel». mesas hechas a los patriarcas: «Tú, Israel, mi siervo; Jacob, a
Y el profeta Oseas, al fustigar las infidelidades de Efraím, quien yo he elegido; raza de Abraham, mi amigo»8; y luego,
rerctrerda"la' conducta tortuosa del patriarca Jacob en estos tér- destacando la línea continuada de elección divina a través de
minos: «Yahvé se querella contra Efraím, y tratará a Jacob se- la historia, añade: «Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara,
gún lo que merece, y le retribuirá según sus obras; en el seno que os ha dado a luz» 9 . Finalmente, descorazonado, el profeta,
suplantó a su hermano y en su rigor luchó con Dios; luchó con encarándose con Yahvé, exclama: «Porque tú eres nuestro Pa-
el ángel y le venció, lloró y suplicó gracia. En Betel le halló, dre, pues Abraham no nos conoce, ni Israel nos reconoce; pero
y allí habló con nosotros... Jacob huyó a la tierra de Aram y tú, ¡oh Yahvé!, eres nuestro Padre» 10 . De este modo, los pro-
sirvió Israel por una mujer; y por una mujer apacentó gana- fetas, como los hagiógrafos en general, consideran la historia
dos» 3. Así, pues, el texto profético refleja bien los relatos del de su pueblo a la luz de las promesas divinas y de sus designios
Génesis sobre la vida poco caballerosa del que había de ser de salvación.
padre de las doce tribus 4. Por otra parte, e,n Am 7,9.16, los
nombres de Isaac y de Israel son sinónimos para designar al
2. INTERPRETACIÓN TEOLÓGICA DE LA HISTORIA
pueblo elegido, mientras que en Am 7,2 se utiliza el nombre
de Jacob para aludir a la colectividad israelita. Esta asimilación Ahora bien, supuesto el eco de la historia patriarcal de la
aparece también en Os 10,11 y en Is 9,8: «Una palabra ha en- literatura profética posterior, los relatos bíblicos que describen
viado Dios contra Jacob y ha caído en Israel». Y en Jer 46,27, las incidencias de las vidas de los supuestos antepasados,
Jacob es sinónimo de Israel cautivo, como en Ez 39,25. Por su Abraham, Isaac y Jacob, ¿reflejan una historia verdadera, o
parte, Miqueas utiliza también como sinónimos Jacob e Is- son simple creación imaginaria de la conciencia religiosa anó-
rael 5. Es que, para los profetas, la colectividad de Israel arran- nima de Israel a través de los largos siglos de cristalización
caba de un personaje concreto llamado Jacob-Israel en los tiem- teocrática en las estepas del Sinaí, en los secarrales de Canaán,
pos anteriores a la liberación de Egipto. Así, Oseas, después en medio de poblaciones religiosamente adversas ? O en otras
de mencionar las andanzas de Jacob por Aram en busca de palabras: ¿se pueden interpretar estos relatos bíblicos en sen-
una esposa, habla de la liberación de Egipto por manos de tido específicamente histórico, dentro del concepto de historia
«un profeta» 6 . De este modo, los profetas escritores juntan las de los antiguos autores orientales? Porque la noción de «histo-
perspectivas de la época patriarcal con las vicisitudes del pue- ria» tiene hoy un sentido muy estricto, ya que las exigencias
blo elegido en los tiempos de Moisés, considerando todo como críticas de la historiografía moderna sólo admiten como hechos
reflejo de una historia continuada dentro de los designios salva- históricos los que son controlables por documentos cont«mpo-
dores de Yahvé. Es la «historia de salvación» en marcha dentro ráneos de los acontecimientos que narran. Bajo este aspecto,
de los esquemas teológicos de su época, es decir, la historia muchos hechos relatados en la Biblia están fuera del control
inmersa en el encasillado de las promesas divinas de salvación histbriográfico, ya que no sólo los once primeros capítulos del
sobre el pueblo de Israel. Génesis—que abarcan la prehistoria de la humanidad según
En este supuesto, la «casa de Jacob» 7 designa—dentro de la la perspectiva religiosa de los autores sagrados—, sino los re-
nomenclatura profética—a la colectividad de Israel, salvada lativos a la historia patriarcal, a la epopeya del Éxodo ya los
por Yahvé a través de los siglos, porque tiene sobre ella unos tiempos anárquicos de la época de los Jueces, están fuera del
misteriosos designios históricos, que los genios religiosos pro- alcance del historiador moderno, porque no hay documentos
3
escritos contemporáneos. De hecho, los nombres de los jerso-
O s 12,4-6.13.
4
Cf. G e n 27,1 s; 29,l6s. najes centrales de esta historia (Abraham, Isaac y Jacob, David
5 Cf. M i q 1,5; 2,12; 3,8; 5,6.
6
y Salomón) no aparecen mencionados en los documentos ¡xtra-
O s 12,14.
7
Cf. Is 8,17; Jer 2,5; Ara 3,13; M i q 2,7. L a expresión «casa d e Jacob» alude a u n a colec- bíblicos, pues la primera mención de Israel es la de la estila de
tividad, p e r o concretada e n un personaje histórico q u e Je dio origen, como la expresión si-
milar «casa de O m r i » (Bü-Jumri) d e los textos asirios p a r a designar a la dinastía del reino s
septentrional, f u n d a d a por Omri. Cf. L U C K E N B I L L , Ancient Records oí Assyria I 815.816; ."Is;4i,8-
II 11.80.92.118; v é a s e J. PLESSIS, en D B S I 785SS. U.9 Is 51,2.
10 Is 63,16.
72 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 73

Merenptah (s. x i n a . C ) . La segunda conexión de la historia Por otra parte, no p o d e m o s perder de vista que la historia
d e Israel con la historia universal está e n la lista del faraón bíblica toda-—incluso la que afecta a la época patriarcal—tiene
Sheshonq (el Sesac de la Biblia), que narra su incursión militar u n carácter\ esencialmente religioso, pues los hagiógrafos no
e n Ganaán en el siglo x a . C , poco tiempo después de la muer- tratan de satisfacer curiosidades históricas, sino de trazar el
te de Salomón 1 1 . Y el primer israelita mencionado en los tex- eco del designio salvador del Dios que ha elegido a Israel como
tos extrabíblicos es Acab, rey de Israel, al que se alude en la su pueblo y que ha salido al encuentro de sus antepasados para
estela de Mesha de M o a b (siglo ix a . C ) . Todos los personajes hacerlos entrar dentro d e una atmósfera de protección divina,
bíblicos anteriores no encuentran resonancia en la historia uni- que queda bien reflejada en la frase del profeta Amos: «Sólo
versal de la época. a vosotros escogí entre todos los pueblos de la tierra» 1 4 . Es
Supuesto esto, al abordar el problema de la historicidad de que los autores bíblicos seleccionan determinadas tradiciones
los patriarcas hebreos, debemos tener en cuenta que los relatos y hechos del pasado, buscando sólo lo que interesa a sus esque-
bíblicos reflejan tradiciones fluctuantes, que se entrecruzan an- mas teológicos, basados en las ideas de la «elección» y de la
tes de ponerse por escrito en tiempos ya de la monarquía israe- «alianza»; y así, los relatos bíblicos en su redacción actual re-
lita. El material es anecdótico, circunstancial y fluido, con una flejan tradiciones arcaicas que llegan hasta la época de los pa-
consistencia histórica sólo en lo esencial. Por ello, los hechos triarcas—como lo demuestra su primitivismo, a base de u n
históricos de la vida de los patriarcas aparecen no pocas veces esquema religioso y cultural embrionario en consonancia con
envueltos en leyendas anecdóticas y etiológicas, de las que hay el ideal nómada de la época—, pero las tamizan conforme a
que deducir sólo u n substrato histórico mínimo. Por otra par- concepciones teológicas m u y maduradas después de ser «re-
te, dentro de la historiografía antigua, los criterios de exacti- pensadas» durante siglos de cristalización teocrática e n las es-
t u d son m u y amplios, y así, muchas veces se atribuyen a su- cuelas levítico-proféticas de los santuarios locales d e las dife-
puestos personajes epónimos hechos q u e en realidad reflejan rentes tribus antes de integrarse en el centralismo religioso im-
reacciones colectivas de clanes y de tribus. El principio de la puesto por la institución monárquica.
«personalidad corporativa»—individualización de un hecho co- Además, los autores sagrados, al relatar los acontecimientos
lectivo—está dentro de las reglas historiográficas de la antigüe- del pasado, como los de la época patriarcal, tratan, d e u n lado,
dad. E n efecto, en los anecdóticos incidentes de la vida de Ja- de buscar antecedentes históricos a determinadas instituciones.
cob y de Esaú—suplantación de éste en el derecho de primoge- como la circuncisión, y del otro, justificar teológicamente el
nitura y la apropiación de la bendición paterna—hemos de ver derecho de los israelitas a la ocupación de la tierra d e Canaán.
la concreción de relaciones hostiles sociales entre las tribus d e Para ello insertan en los relatos de la época patriarcal una serie
Israel y de Edom 12 . Algo similar habrá que decir de la expli- de promesas, puestas en boca de Dios, relativas a la numerosa
cación despectiva e irónica del origen incestuoso de los moabi- descendencia de los patriarcas, que se va a a d u e ñ a r del país
tas y ammonitas 13 . Todas estas fioretti de los relatos patriar- que ahora pisan como forasteros en constante trashumancia 15 .
cales constituyen como la sal de los mismos, y, lejos de debili- Precisamente estas promesas constituyen la armazón tedógica
tar su grado de verosimilitud histórica, la refuerzan, sabiendo de todos los relatos histórico-legendarios de la é p o c a patriar-
distinguir lo esencial histórico de lo anecdótico circunstancial. cal, y en función de ellas se hilvanan las diversas tradiciones
Porque los hagiógrafos recogen con naturalidad todas estas arcaicas, que, por u n proceso oral, llegan a la época d e los pri-
historietas picaates que los descendientes de los patriarcas se meros antepasados de Israel. Así, pues, los hagiógrafos no sólo
contaban a la puerta de la tienda para ensalzar la figura de sus nos narran los hechos, sino que nos dan la interpretación teoló-
antepasados y para justificar la situación de inferioridad en gica de los mismos dentro de la panorámica general d e lo que
que se hallaban los pueblos vecinos d e Israel, fuera del alcan- llamamos «historia de salvación».
ce de la inmediata providencia del Dios nacional, que se había En consecuencia, el historiador moderno debe t e n e r la. su-
comprometido con unas promesas salvadoras e n favor de la ficiente discreción historicista para distinguir, de u n lado, lo
posteridad de los patriarcas. que son hechos verosímilmente históricos—a base d e u n a c o n -
»12 Cf. i Re 14,23-26. 14
Cf. Gen 27,is. Am 3,2.
13 13
Gen I9,30ss. Cf. Gen 12,1-3; 15,13-16; 17,4-11; 26,24; 28,13-14.
74 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 75

frontación con el ambiente social y religioso de la época en que israelitas, de una parte; los ammonitas, los ismaelitas, los ma-
se suponen tener lugar estos acontecimientos—, y del otro, su dianitas, los edomitas y los árameos, de otra» 18.
valoración teológica dentro de la mentalidad religiosa de los es- Es la hipótesis de J. Wellhausen, el cual partía del hecho,
critores bíblicos. Pero no podemos aspirar a encontrar el eco para él incontrovertido, de que los reratos que actualmente te-
de los minúsculos hechos de la historia patriarcal en los docu- nemos en la Biblia sobre los antepasadosNde Israel son de la
mentos escritos de la época, ya que Abraham y sus descen- época de la monarquía; y, en consecuencia, sus autores no po-
dientes eran unos jeques nómadas sin relieve en el juego de la dían reconstruir mentalmente el ambiente de los patriarcas,
historia política de su tiempo. Bajo este aspecto, los hallazgos que habían vivido mil años antes. Entonces, para buscar una
arqueológicos sólo darán una prueba indirecta de la existencia prehistoria de Israel en consonancia con la de los pueblos me-
histórica de los mismos patriarcas en cuanto que iluminan su sopotámicos, proyectaron al pasado las creencias y aspiracio-
época y reflejan su Sitz im Leben. De hecho, no podemos aspi- nes de su época. Y en este supuesto explícita así su pensamien-
rar a más; pero veremos a continuación que el resultado de la to: «Los relatos sobre los patriarcas en el Génesis se relacionan
confrontación de los datos bíblicos con los hallazgos arqueoló- con las condiciones etnológicas e instituciones cultuales de la
gicos es muy estimable, y las figuras de los patriarcas, lejos de época monárquica y las hacen remontar su origen a una prehis-
«proyectarse como fantasmas en la noche de los tiempos», se- toria ideal, en la cual no hacen, en realidad, sino reflejarse» 19 .
gún frase sonora de Wellhausen 16, van adquiriendo cada día Por consiguiente, «no se puede obtener ningún conocimiento
un perfil histórico bien definido, insospechado cuando la cien- histórico sobre los patriarcas, sino sobre los tiempos en que
cia arqueológica estaba aún en mantillas hace un siglo. los relatos que les conciernen han sido formados en el pueblo
israelita; esta época posterior, con sus características internas
3. OPINIONES CONTRARIAS A LA HISTORICIDAD DE LOS RELATOS
y externas, ha sido, inconscientemente, proyectada en la anti-
PATRIARCALES
güedad más arcaica, en la que se refleja como fantasma trans-
figurado» 2 0 .
En I88Q, E. Renán, al redactar su famosa Histoire du peuple Cuando Wellhausen escribía estas líneas, los hallazgos ar-
d'Israél, llevado de su entusiasmo de biblista aficionado, es- queológicos con proyección posible hacia el mundo de la Bi-
cribía estas palabras, que iban a ser la antítesis del inmediato blia estaban en mantillas, y, por eso, los críticos se limitaban
planteamiento crítico literario sobre los relatos patriarcales: «Es al planteamiento de los problemas literarios. Hoy no se atreve-
en la edad patriarcal cuando el destino de Israel comenzó a es- ría el ilustre profesor a hacer una afirmación tan tajante, ya que
cribirse; nada en la historia de Israel es explicable sin la edad precisamente la arqueología nos ha ido descubriendo el tras-
patriarcal. Porque la edad patriarcal, como todas las infancias, fondo ambiental de la época patriarcal; y con los nuevos datos
se pierde en la noche de los tiempos; pero el deber del historia- que nos proporciona la emigración del patriarca Abraham, las
dor que busca las causas es desentrañar estas tinieblas, ayudán- costumbres y manifestaciones cultuales de los patriarcas en-
dose de la psicología tanto como de la filología. La edad pa- cuentran su marco adecuado justamente un milenio antes del
triarcal ha existido, existe aún donde la vida nómada ha con- establecimiento de la monarquía hebraica. En efecto, las ma-
servado su pureza» 17. Diez años más tarde, siguiendo las teo- nifestaciones religiosas y cultuales de los patriarcas, de tipo
rías de la «crítica literaria», puesta en boga por J. Wellhausen, nómada, no tienen nada que ver con la complejidad del culto
otro historiador de Israel declara decepcionado: «Las partes religioso en los tiempos de la monarquía: no existe sacerdocio
del Génesis que se refieren a los patriarcas, y que parecen te- profesional, ni las tres grandes fiestas de peregrinación aaual,
ner, a primera vista, un carácter histórico, no son más que el ni se conoce la institución del sábado, elementos esenciales en
reflejo de la historia posterior de Israel, cuando hacía tiempo la vida religiosa del pueblo israelita cuando se había centraliza-
que estaba instalado en Ganaán. Lo que nos dice de Abraham, do el culto en Jerusalén, capital del reino davídico.
de Lot, de Ismael y de Isaac, y de otros, como Esaú, Jacob y La escuela pan-babilonista es más radical, y cree descifrar
Labán, expresa relaciones que existieron más tarde entre los el enigma de los patriarcas hebreos suponiendo q u e éstos
18
16 G. PIEPENBRING, Histoire du peuple d'hraél (1898) 12-13.
J. WELLHAUSEN, Prolegomena zur Geschichte Israels (1886) 331. 19
J. WELLHAUSEN, Israelitische und iüdische Geschichte (1908) 10.
" E. RENÁN, Histoiri du peuple d'Israél (1889) p.X. 20
ID., Prolegomena zur Geschichte Israels (1886) 331.
76 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 11

—Abraham, Isaac y Jacob—no eran sino la personificación de fatales. Habría que explicar primero que los lugares en los
mitos astrales. En este supuesto, la emigración de Abraham que la tradición hace residir eran antiguos lugares de culto; y
desde Ur a Jarran era la concreción de la evolución del culto esto no es muy claro, sobre todo, para Mambré y Macpelah.
lunar a Sin, ya que, desde el punto de vista religioso, Jarran, en Además habría que explicar cómo los israelitas llegaron a con-
la Alta Mesopotamia, tenía un santuario dedicado al dios lunar siderarse descendientes de dioses a los que desposeyeron de
Sin—dios de los nómadas, que hacen sus trashumancias de su dignidad divina; un pueblo puede divinizar (apoteosis) a
noche, al reflejo pálido de la claridad lunar para huir de los sus antepasados, pero no humaniza a sus dioses para conver-
ardores del sol—, como lo tenía su metrópoli Ur, en la parte tirlos en sus antepasados, y, sobre todo, a dioses extranjeros,
meridional de Mesopotamia 21 . y, aún menos, a dioses vencidos. Además, nosotros conocemos
Esta teoría mítico-astral volvió a ponerse de moda con un buen número de divinidades cananeas, y ninguna de sus
ocasión de los hallazgos arqueológicos de Ras-Shamra-Ugarit apelaciones se parece a los nombres de los patriarcas. Final-
hace cuatro décadas, pues se pretendía leer en sus textos nada mente—y esta razón es la única definitiva—, los nombres de
menos que el nombre de Teraj, padre de Abraham, aplicado los patriarcas son atestiguados como nombres propios huma-
a una divinidad lunar; y de este modo se suponía que la emi- nos, y su formación impide que hayan sido aplicados a los dio-
gración del clan de los abrahámidas desde Ur a Jarran era «una ses» 25 . Como veremos luego, los nombres de los patriarcas
leyenda destinada a explicar la influencia de los cultos de Ur, pertenecen a tipos onomásticos conocidos en el área semítico-
que se extendieron desde Jarran hasta el sur palestinense» 22 . occidental y aparecen justamente en la época en que se supo-
Pero un estudio posterior más sereno y profundo de los textos nen existieron los antepasados de los hebreos. Por otra parte,
ugaríticos dio por resultado que la palabra que se leía, trj, no los patriarcas en su trayectoria humana no implican ningún
significa divinidad lunar, sino, más bien, el precio que paga el rasgo mitológico que pudiera relacionarlos con las antiguas
novio al casarse, o un verbo que significa «adquirir una espo- divinidades cananeas que conocemos por los textos de Ras
sa» 23 . Shamra-Ugarit.
Según otra teoría patrocinada por E. Mever, los patriarcas Otra hipótesis más defendible es la de suponer que los pa-
hebreos no eran sino personificaciones de divinidades locales triarcas fueron héroes humanos legendarios, fundadores de
de determinados santuarios de Canaán. En este supuesto, al santuarios locales en Canaán. En ese supuesto, los israelitas,
entrar los israelitas, adoptaron las divinidades locales, y las al instalarse en esta región, buscaron vincularse a ellos por
consideraron como sus supuestos antepasados, para justificar genealogías e historietas legendarias ficticias para justificar su
así su derecho a la ocupación de Canaán 24 . En este supuesto, derecho a la posesión del nuevo país conquistado 2 6 . De este
Abraham y Sara habrían sido las divinidades de Hebrón; Isaac modo, «las figuras de los patriarcas serían similares a los wely
habría sido el wely de Bersabé, y Jacob habría sido un genio musulmanes, o genios tutelares de una determinada localidad;
tutelar primero de TransJordania septentrional, y luego del los diversos lugares a los que la narración bíblica refiere la his-
santuario de Betel. Este procedimiento de «humanización» de toria de los patriarcas serían los sitios en donde se veneraban
unas divinidades para convertirlas en héroes humanos epóni- estos semihombres, de quienes a veces se conserva la presunta
mos—proceso inverso al del «evhemerismo»—no es fácilmente tumba. Clanes pequeños que les fueron devotos tomaron su
explicable en la historia de las religiones. A este propósito, nombre, creando después en torno suyo toda una leyenda de
R. de Vaux dice muy acertadamente que «esta hipótesis está gestas humanas» 27. Pero contra esta suposición está el hecho
enteramente desprovista de base, pues choca con objeciones de que los lugares habituales de residencia de los patriarcas
—-Hebrón y Bersabé—no aparecen como lugares de culto des-
21
Es la h i p ó t e s i s de H . W J N C K L E R , Geschichte Israels II (1900) 20; A. JEREMÍAS, Das pués de la ocupación de Canaán por los israelitas, siio que
Alte Testament ira Lichte des Alten Orients (igo6) 3 3 8 - 4 3 . éstos frecuentan los lugares de Gilgal, Silo, Mispah y Gabaón
22
R. DUSSAUD, Les découvertes de Ras Shamrd (Ugarit) et VAnclen Testament (1937)
108. P. D h o r m e relaciona la emigración de los patriarcas con el culto lunar a S i n en U r y
Jarran, pero sin negar la existencia histórica de los patriarcas; éstos, según él, formaron
25
parte d e una emigración h u m a n a desde el sur d e M e s o p o t a m i a hacia Jarran y llevaron con- R. DE VAUX, Les patriarches hébreux et les découvertes modernes: R B 6 3 (1546) 322.
26
sigo el culto al dios lunar Sin d e U r (La religión des hébreux nómades [1937] 72s). Es la hipótesis de R. W E I L L , La instalation des israelites en Palestine et la kende des
23 Cf. C . H . G O R D O N , en J B L 17 (1938) 407; W . F . A L B R I G H T , e n B A S O R 71 (octu patriarches: R H R 87 (1923) 69-120; 88 (1923) 1-4; I D . , La légende des patriarches* l'histoi-
bre 1.938) p . 3 5 - re : Rev. des Études Sémitiques (1937) 145-206.
24
E. M E Y E R , Die hraeliten und ihre Nachbarstdmme (ig.06) 249S. 2' G. R I C C I O T T I , Historia de Israel I (Barcelona^i94o) 150 n.166.
78 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 79

y, finalmente, Jerusalén. Ello prueba que «la historia de los anciano, que sólo milagrosamente—según el relato bíblico—•
patriarcas y la d e la conquista son dos historias diferentes y había tenido u n hijo, tuviera luego después muchos hijos de
que la primera no ha sido inventada para justificar la segunda» 28 . Qetura. Sin duda que se trata de una vinculación jurídica p o s -
U n a nueva teoría expone que los patriarcas son supuestos terior por adopción de tribus arábigas al clan de Abraham; por
héroes evónimos, que representan a una colectividad en proceso lo que, en la perspectiva de los hagiógrafos, dichas tribus han
de formación y de vinculación con otros grupos étnicos. En de ser consideradas como descendientes de sangre del propio
ese caso, los hechos que la Biblia atribuye a personajes concre- patriarca. De hecho, los relatos patriarcales son, en su mayor
tos de carne y hueso han de aplicarse a relaciones entre clanes parte, «narraciones coloreadas concretas, en las que a b u n d a n
y tribus «personificadas» o individualizadas en ellos. Así, Abra- los rasgos individuales, irreductibles a u n sentido colectivo. Por
ham y Jacob representarían diversas olas inmigratorias en Ca- otra parte, si ciertos caracteres o ciertos episodios son suscep-
naán, y los matrimonios serían simples uniones o fusiones de tibles de una aplicación étnica, debe recordarse que la vida
tribus afines. En ese supuesto, la figura de Israel-Jacob surgi- de un jefe de tribu condiciona a la del grupo, y, además, en
ría de la fusión legendaria de dos elementos étnicos diferentes: razón misma de esta vinculación, la tradición puede atribuir
uno eponímico, que representa una tribu batalladora y absor- al antepasado las empresas o experiencias del grupo; esto no
bente (Israel); otro, Jacob, sería el jeque de una pacífica tribu merma en nada la realidad del personaje» 3 3 .
de pastores... Para algunos, Jacob es una figura del territorio A principios de este siglo se puso de moda el estudio de
septentrional y transjordano (reino de Israel)...; más tarde, y los relatos patriarcales a base de los postulados de la psicología
en el territorio meridional, se unió a ésta la leyenda de la riva- colectiva creadora, patrocinada por W u n d t . Siguiendo sus di-
lidad entre Jacob y Esaú, que justifica la venida de Jacob desde rectrices, H. Gunkel y H. Gressmann se dedicaron a desinte-
el noroeste y la tradición de su permanencia en Hebrón. Isaac, grar los relatos bíblicos en pequeñas sagas, o leyendas folkló-
en cambio, sería un personaje propio de las leyendas meridio- ricas, al estilo de los cuentos nórdicos de Hans y G r e t e l Se
nales (reino de Judá), que se desarrollan en t o r n o a Bersabé y trata sólo de tipos literarios de origen popular—«figuras de
Guerar... La figura de A b r a h a m se considera como más com- poesía»: Gestalten der Dichtung— 34 , temas folklóricos incone-
pleja; generalmente, se la considera como una figura oriunda xos, explicaciones etnológicas populares, para dar razón de al-
de la región meridional, pero que se ha alterado por combina- guna institución, nombre o costumbre: lo que se llaman leyen-
ciones tardías con otras leyendas: con la de Isaac, por su estan- das etiológicas. En este supuesto, los relatos patriarcales no se
cia en Guerar y el episodio de Abimelec; con la de Jacob, por refieren ni a divinidades cananeas, ni a personajes, ni a grripos
su estancia en Siquem y Betel» 2 9 . étnicos, sino a leyendas fluidas que van adquiriendo cierta
N o cabe duda que algunos relatos d e la época patriarcal consistencia en la aplicación que los israelitas hacen d e ellas
tienen el aire de una transposición de relaciones colectivas de para hilvanar su supuesta prehistoria antes de la entrada en
clanes y tribus a individuos concretos, como la hostilidad mu- Ganaán. Así, pues, los hebreos adoptaron este folklore y fusio-
tua de Esaú y de Jacob ya en el seno materno 30 , presagiando, naron los episodios entre sí, mezclando leyendas cultuales y
en la perspectiva del hagiógrafo, las futuras relaciones hostiles étnicas, y vinculando ciertos relatos a tal o cual lugar p a r a dar
entre E d o m e Israel. Por otra parte, es conocido el sistema explicación de las distintas migraciones.
jurídico de vinculación familiar de tribus afines que hacen D e este modo se fueron constituyendo ciertos ciclos di le-
alianza, y por ello se consideran de la misma parentela de yendas, que después se fueron integrando en u n t o d o par la
sangre después del pacto; aún hoy, los nómadas de M o a b ficción de lazos de parentesco entre los diferentes héroes, Es
practican el emparentamiento del Ben'ameh («hijo del tío») 3 1 . una aplicación particular del método de investigación y de la
En los relatos bíblicos tenemos el caso d e la descendencia de Formsgeschichte, que se pondrá de moda también para el estadio
A b r a h a m por Qetura 32 . N o es verosímil que el patriarca ya de las fuentes del Nuevo Testamento. Gomo dice R. d e Viux,
28
R. DE VAUX, O.C. ,325.
ciertamente «este método es legítimo y aun necesario. Pero,
29
G. RiccioTTr, o . c , I 151 § 168. Es la o p i n i ó n d e C. STEUERNAGEL, Die Einwanderung
33
der israelitischen Stdmmein Kanaan (1901). R. DE VAUX, a . c , 326.
30 34
G e n 25,22-23. H . GUNKEL, Génesis LXXX; I D . , Das Marchen ira Alten Testament ( T ü b i n g e n 1921);
31
A. ÍAUSSEN, Coutumes des árabes au pays de Moab (1905) 107. H. GRESSMANN, Sage und Geschichte in den patriarchen Zülungen: Z A T W (1910) 1-3; H GUN-
32
Gen 25,1-4. KEL, Die Vrgeschichte und die Patriarchen, en Die Schriften des A. T. in Auswahl II ^921).
80 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 81

sobre todo cuando se trata de textos que tienen detrás de ellos En esta línea s e coloca F . de Liagre Bóhl, quien considera a
una larga tradición oral, presentan riesgos que no han sido A b r a h a m no c o m o una creación imaginativa de los poetas, sino
evitados: subjetivismo en la resolución de sus conjuntos en como una avanzadilla de una más amplia emigración de pue-
sus elementos primitivos, tendencia a exagerar la facultad in- blos 38.
ventiva del pueblo. Para los relatos transmitidos por vía oral Por su parte, M . N o t h , subestimando el alcance valorativo
o popular no hay muchas veces diferencia apreciable en la histórico de los hallazgos arqueológicos para enmarcar a las
forma entre una leyenda histórica o etnográfica y una tradición figuras de los patriarcas, insiste, siguiendo la tradición literaria
exacta, entre una leyenda etiológica y una explicación verda- de Gunkel, en los ciclos de la formación literaria de los distin-
dera, entre u n cuento y la narración de u n hecho real. Para tos estratos del Pentateuco; y así, para él, la historia de Israel
apreciar el valor del contenido es preciso examinar objetiva- comienza con la «anfictionía» de las tribus ya establecidas en
mente su verosimilitud interna y controlarla por testimonios ex- Canaán. Porque cada tribu tenía sus tradiciones particulares
trínsecos. Es necesario también tener confianza en la tradición, sobre sus antepasados y sobre los acontecimientos más salien-
que es mucho más conservadora de lo que se dice. Finalmente, tes de las mismas antes de su sedentarización. Estas tradiciones
es preciso considerar la época en que las tradiciones se han luego han sido combinadas, y así han entrado en la composi-
formado. En la hipótesis que criticamos, los nombres de los ción del Pentateuco. En este supuesto, concluye: «Si es así,
patriarcas deberían, por ser personajes de cuentos, haber sido no tenemos, fuera de los indicios, ningún punto de apoyo para
comúnmente llevados; ahora bien, en Israel los nombres de avanzar en lo histórico sobre el lugar y el tiempo, sobre los
A b r a h a m , de Isaac y de Jacob son estrictamente reservados a antecedentes y las circunstancias de la vida de los personajes
los primeros antepasados; y, fuera de Israel, los nombres de q u e son los patriarcas. Además, el contenido primitivo de la
A b r a h a m y de Jacob no eran atestiguados—y con poca frecuen- tradición patriarcal misma se vinculaba a pocos personajes, y,
cia—sino en la primera mitad del segundo milenio a.C. Así al contrario, esencialmente a las promesas divinas q u e les ha-
nos remontamos a los orígenes mismos de Israel, y este hecho bían sido hechas» 3 9 . Para el insigne profesor, la importancia
sólo es una presunción seria en favor de la tradición bíblica» 35 . de lo teológico en la redacción del Pentateuco oscurece a lo
Allá por el año IQ30, A. Lods se atrevía a minimizar las histórico, porque todo está relatado en función de u n a s preocu-
tradiciones d e la época patriarcal en estos términos: «Es pro- paciones teológicas, de unas promesas q u e tratan de justificar el
bable que hayan entrado en la composición de las historias derecho de Israel a la ocupación de Canaán.
patriarcales muchos elementos de naturaleza diversa: circuns- No cabe duda que los autores bíblicos nos dan u n a versión
tancias y cosas del tiempo de los jueces y de los reyes idealiza- teológica de la historíamele su pueblo, pues consideran los he-
dos o explicados por lógica popular, recuerdos históricos, cuen- chos desde las exigencias^dela «historia de salvación», es decir,
tos hebreos o cananeos, restos mitológicos. T o d o esto ha sido d e las gestas salvadoras de Y^ks¿é, que ha guiado a las tribus
fusionado, elaborado por la imaginación popular israelita, y lo de Israel hacia una unidad teocrática^ Pero las promesas están
que ha sacado de ello es una galería de pequeños relatos expli- inmersas en las historias de unos hechos y de unos personajes,
cativos que dan cuenta del estado presente de Israel y de sus las cuales, aunque han sido idealizadas conforme a determina-
vecinos... D e ello resulta que estas tradiciones n o puedan ser dos esquemas teológicos de épocas posteriores, sin embargo, son
utilizadas m á s que con una extrema reserva, como testimonio el necesario sostén de la trama histórica, ya que la religión de
sobre la prehistoria de las tribus israelitas» 3 6 . D e este modo, Israel no es una formulación de verdades abstractas, sino el
la acción demoledora de la crítica literaria, iniciada por W e l l - eco de la presencia vital de Yahvé en las vicisitudes históricas
hausen, se lleva a sus últimas consecuencias. Frente a ella, ya del pueblo hebreo, que tiene conciencia de ser o b j e t o de su
R. Kittel había afirmado paladinamente que los patriarcas eran predilección en medio de los otros pueblos, como s e declara
Geschichtliche Personen, ligados a grupos q u e han transmitido e n la confesión del israelita al presentar sus primicias: «Un
tradiciones 3 7 . Sus nombres responden a personas concretas y arameo errante fue mi padre, y bajó a Egipto en c o r t o núme-
no a divinidades ni a figuras populares de origen folklórico. ro para peregrinar allí; y creció hasta hacerse una g r a n muche-
35
R. DE VAUX, a.c, 327.
ta F. DE LIAGRE BOHL, Das Zeitalter Abrahns: Der alte Orient XXIX I.51-3I-49-
36 39
3
A. LODS, Israél,des origines au müieu du VIII siécle (París 1930) 184SS. M. NOTH, Geschkhte Israels (1950) 108.
' R. KITTEL, Geschkhte des Volks ¡sraels (1892) I 422S; 2.* ed. 1926, 259S.
82 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 83

d u m b r e , de m u c h a y robusta gente. Afligiéronse los egipcios menorizada de los personajes, q u e viven en u n ambiente his-
y nos persiguieron, imponiéndonos rudísimas cargas, y clama- tórico bien concreto, m u y diferente del sedentarizado d e los
m o s a Yahvé, D i o s de nuestros padres, que nos oyó y miró tiempos de la m o n a r q u í a 4 4 .
nuestra humillación, nuestro trabajo y nuestra angustia, y nos Por su parte, A. Weiser escoge una línea intermedia, por-
sacó de Egipto con mano poderosa y brazo tendido, en medio que, de u n lado, reconoce el valor de las tradiciones desde el
de gran pavor, prodigios y portentos, y nos introdujo en este punto de vista literario; pero, del otro, admite que no es p o -
lugar, dándonos una tierra que mana leche y miel» 4 0 . sible trazar u n «marco histórico de la vida y figura de A b r a -
El eminente palestinólogo W . W . Albright, llevado de su ham»; con todo, declara que «los patriarcas son figuras indivi-
vocación arqueológica, se preocupa menos de los planteamien- duales históricas, y se puede captar sobre ciertos puntos el
tos que de la «crítica literaria», y trata de poner los resultados trasfondo histórico de su formación, especialmente las lineas
de los hallazgos arqueológicos al servicio de la historia bíblica generales que las unen» 4 5 . En cambio, S. Mowinckel sigue la
en el sentido más abierto y positivo, sin preocupaciones apo- trayectoria de M . Noth, destacando el supuesto fondo mitoló-
logéticas. Y, respecto de los relatos patriarcales, afirma: «Fuera gico y legendario de los relatos patriarcales 4 6 . Frente a esta p o -
de m u y pocos especialistas, apenas hay u n historiador bíblico sición radical, S. W . Barón enjuicia estos relatos bíblicos sobre
que no esté impresionado por la rápida acumulación de datos los patriarcas como «sólido núcleo de tradiciones históricas ver-
que apoyan la historicidad sustancial de la tradición patriar- daderas, sobrecargadas de motivos legendarios» 47 .
cal» 4 1 , p o r q u e «tan numerosas confirmaciones de detalle han Finalmente, T. Bright, discípulo de Albright, sale por los
sido descubiertas en el curso de los últimos años, que la ma- fueros de la historicidad de los relatos patriarcales a base de
yor parte de los sabios competentes h a n abandonado la antigua u n ponderado examen de los datos literarios y arqueológicos,
teoría crítica, según la cual las historias de los patriarcas son, partiendo del hecho de que los relatos bíblicos son, ante todo,
sobre todo, proyecciones en el pasado de ideas de la época de una historia teológica de los orígenes de Israel, que, p o r «la ri-
la monarquía dividida» 4 2 . Y, concretando más, añade: «En el queza de detalles, la belleza literaria y la profundidad teológi-
conjunto, el marco del Génesis es histórico, y n o hay razón para ca, no tienen paralelo entre las de su género en toda la histo-
dudar de la exactitud general de los detalles biográficos y de ria» 4 8 . Pero supone que hay que partir del hecho de q u e «las
los retratos, q u e hacen revivir a los patriarcas con un realismo narraciones patriarcales no son ciertamente d o c u m e n t o s his-
que no se conoce en ningún personaje extrabíblico en toda la tóricos contemporáneos de los sucesos que narran» 4 9 . Y admite
vasta literatura del Próximo Oriente antiguo» 4 3 . que la «hipótesis documentaría goza todavía de general acepta-
Como se v e por lo expuesto, el planteamiento de este ar- ción y es necesariamente el punto de partida de c u a l q u i e r dis-
queólogo es diametralmente opuesto al de M . Noth. Porque cusión; aunque la explicación evolucionista de la historia de
éste se limita a supervalorar el género literario d e los relatos Israel, que va unida al nombre de Wellhausen, encontraría
bíblicos conforme a unos esquemas de crítica m u y discutibles, hoy pocos defensores, y a pesar de que los documentos mismos
minimizando sistemáticamente los hechos en función de ideas hayan llegado a ser considerados bajo una luz enteramente
teológicas preconcebidas por los redactores definitivos d e los nueva, la hipótesis documentaría no ha sido, en general, aban-
textos bíblicos actuales. En realidad, considera al Pentateuco donada» 5 0 . Sin embargo, los hallazgos arqueológicos recientes
a partir d e m u y pocos temas; s o b r e todo, a base de las promesas arrojan nueva luz sobre los orígenes de Israel en esta etapa pa-
de posesión d e la tierra de Canaán, hechas primero a Jacob y triarcal 5 1 , pues muestran que gran parte de las tradiciones re-
luego a los demás patriarcas. D e s p u é s se añadieron tradiciones 44
M . N O T H , Überüeferungsgeschichte des Pentateuchs (Stuttgart 1948) 5 8 - 6 1 ; I», Ge-
del sur palestinen.se sobre A b r a h a m e Isaac. D e este modo, el schichte Israels (1950) 134.
45
Génesis está construido a base d e algunos temas religiosos con A . W E I S E R , Abraham, Isaak und Jacob, en Religión in Geschichte und Gegenwa-i ( T ü -
bingen 1956).
explicaciones etiológicas; y en este supuesto se da de lado a los 46
S. M O W I N C K E L , Rahelstamme, en Festschrift O. Eissfeldt (Berlín 1958) 129-50.
47
S. W . BARÓN, Histoire d'Israel. Vie sociale et religieuse (París 1956) I 4 5 .
detalles geográficos, a los datos arqueológicos y a la vida por- 48
J. BRIGHT, Historia de Israel (Bilbao 1966) 73.
•" I D . , ibid., 74.
50
4
° Dt 26,5-9. I D . , ibi\;., 75.
51
41
W . F . A L B R I G H T , The Biblical Period: e n The Jesús ( P i t t s b u r g 1949). L o s principales hallazgos recientes fueron: los d e M a r i (S.XVIII a . C ) , l o s d e Gpado-
42
I D . , From the Stow Age to Christianity (1940) 183. ciu (s.xix-xv a . C ) , los deNuzi (s.xv a . C ) , los d e Alalaj (s.xvn-xv), los d e Ras S h a m r a i . x v i -
« I D . , The Biblical Period (1950) p.6. xill a . C ) , y los llamados 'textos de execración egipcios» ( s . x x - x i x a . C ) .
84 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 85
cogidas en el Génesis son de procedencia muy arcaica; desde to literario de las tradiciones de Israel, J. Bright puntualiza:
luego, anterior a los tiempos de la monarquía. Todo este ma- «La narración del Génesis está pintada en claroscuro sobre un
terial de tradiciones ha tenido una prehistoria oral de varios simple cañamazo, sin perspectivas de fondo. Describe algunos
siglos antes de concretarse en documentos escritos utilizados por individuos y sus familias, que se mueven en un mundo casi
los redactores o compiladores del conjunto bíblico actual. Con como si fueran los únicos habitantes de él. Si se mencionan
todo, «podemos afirmar que, después de haber comenzado el los pequeños pueblos de Canaán, apenas son más que voces
proceso de fijación por escrito, la tradición oral continuó su entre bastidores. Si se concede una modesta importancia a los
papel modelador, tamizador e incrementador del material» 52. faraones de Egipto, no se les menciona por su nombre; no sa-
En efecto, J. Bright considera las dos tradiciones «yahvista» bemos quiénes fueron. En toda la narración del Génesis no se
y «elohista» como «dos recensiones paralelas de un original co- nombra ni una sola figura histórica que pueda de alguna ma-
mún transmitido en diferentes regiones del país, aunque ambos, nera ser identificada. No se menciona a ningún antepasado
sin duda, contienen un material transmitido con independen- hebreo que pueda ser controlado por alguna inscripción con-
cia» 53 . Estas tradiciones empezaron a estabilizarse en tiempo temporánea. Y, dado que eran nómadas de escasa importancia,
de los jueces y «surgieron separadamente en conexión con los no es probable que puedan serlo alguna vez» 55. Por eso todos
sucesos, que narran, en su mayor parte sin duda, en forma de estos vacíos hacen imposible una historia de los orígenes de
poemas heroicos (como el canto de Débora). Podemos suponer Israel en el sentido moderno y estricto de la palabra. Pero esta
también que, con el transcurso del tiempo, las tradiciones que limitación no sólo afecta a los relatos de la época patriarcal
se relacionaban con diversos individuos—Abraham, Isaac y Ja- y a los del Éxodo, sino aun a los de la monarquía hasta el
cob—fueron agrupadas en ciclos tradicionales más amplios, que siglo ix a.G, en que por primera vez es mencionado un rey
posteriormente fueron estructuradas dentro de una especie de de Israel en textos extrabíblicos. De este modo, las figuras se-
épica de los antepasados. Más tarde aún, esta épica fue unida, ñeras de Moisés, David y Salomón—que constituyen las prin-
siguiendo las antiguas confesiones cúlticas, a las tradiciones del cipales nervaduras del armazón histórico de Israel en sus pri-
Éxodo, del Sinaí y de la conquista para formar una gran histo- meros siglos—-se desvanecen en el tiempo, ya que no aparecen
ria épica de los orígenes de Israel. A lo largo de este camino, en la documentación extrabíblica.
las tradiciones experimentaron, indudablemente, un proceso
de selección, de refracción y de estabilización, pues el material Tenemos, pues, que limitarnos a estudiar en cada ca.so la
fue organizado según un esquema de motivos convencionales, verosimilitud histórica de las diversas tradiciones de las distin-
mientras que las tradiciones inadaptables o de interés no gene- tas épocas según las exigencias de la crítica literaria y los resul-
ral fueron abandonadas y olvidadas. Y todas las tradiciones, tados de los hallazgos arqueológicos, que nos suministran un
aun las que originariamente afectaban a grupos pequeños, fue- material de comprobación indirecto, pues con él se puede re-
ron esquematizadas dentro de un marco nacional de referencia construir, a grandes rasgos, determinadas épocas de la historia
como tradiciones constitutivas del pueblo israelita. Al mismo en las que vivieron estos personajes. Pero lo interesante es que
tiempo, otras tradiciones que no estaban incluidas en los pri- en los resultados de los hallazgos arqueológicos «no h a habido
mitivos documentos o en su fuente fueron transmitidas de ninguna prueba que haya puesto en evidente contradicción al-
manera semejante, algunas para entrar en el Pentateuco por guna con los sucesos de la tradición bíblica. El testimonio de la
separado (p.ej., Gen 14), y otras por medio de uno de los docu- arqueología es indirecto: ha prestado al cuadro de los orígenes
mentos posteriores. La corriente de transmisión se remonta a de Israel, tal como está diseñado en el Génesis, un aire de pro-
la misma edad patriarcal, y las tradiciones, recitadas y transmi- babilidad, y ha proporcionado la perspectiva para entenderlo,
tidas entre los diversos clanes, alcanzaron forma estable, como pero no ha demostrado al detalle la verdad de las narraciones,
parte de la gran narración épica de los orígenes de Israel, ya ni lo puede hacer. No sabemos nada de la vida de Abnham,
en los períodos primitivos de la vida de Israel en Palestina» 54. de Isaac y de Jacob, fuera de lo que nos dice la Biblia que-
Tras de esta luminosa visión sintética sobre el planteamien- dando los detalles fuera del control de los datos arqueoló-
gicos» 56 .
52
J. BRIGHT, O.C„78.
33
54
lD.,ibid., 8 7 . 55 ID., ibid., 80.
ID., ibid , 79. " ID., ibid., 81.
86 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 87

Porque los relatos patriarcales forman parte de una gran mera patria fue la Alta Mesopotamia. Por otra parte, los pa-
historia teológica que trata de destacar en los hechos del pasado triarcas no son «epónimos sin personalidad», sino jefes de clanes
los «actos redentores de Dios en favor de su pueblo» 57 . Por seminómadas, pertenecientes al grupo general de los 'apiru,
ello, los hechos están sujetos a una interpretación teológica, a una con una religión diferente de la politeísta mesopotámica y de
perspectiva religiosa conforme a determinados esquemas men- la de los cultos de la fertilidad cananeos 60 . Los textos recien-
tales, que, a través de los siglos, sufrieron un proceso lento temente descubiertos en el Oriente antiguo demuestran que
de maduración y de asimilación. Por eso, «atendiendo al largo «los relatos patriarcales, lejos de reflejar las circunstancias de
proceso de selección, agrupación y estructuración que experi- una época posterior, corresponden precisamente a la época de
mentó la tradición, no se puede dogmatizar acerca de la con- la que tienen intención de hablar» 61 , y, aunque «queda aún
catenación o de los detalles de los sucesos, especialmente donde mucha oscuridad, se puede decir que las tradiciones patriar-
los relatos paralelos son divergentes... Aunque no se puede cales están firmemente ancladas en la historia» 62 .
poner en duda la historicidad esencial de las tradiciones (bíbli- Por su parte, M. Noth, en el Congreso del Antiguo Testa-
cas sobre los patriarcas), es imposible una reestructuración mento celebrado en Oxforcixconcreta sus puntos de vista, con-
de los detalles. Los sucesos fueron mucho más complejos de testando a los ataques de J. Bright, «que los principios de Israel
lo que las narraciones bíblicas afirman. Los relatos han sido estén enraizados en condiciones históricas que están justifica-
fijados como tradición nacional, pero originariamente no lo das por los descubrimientos arqueológicos como habiéndose
fueron, puesto que nacieron antes de que Israel fuera nación. realizado a mediados del segundo milenio a.C; esto me parece
Muestran, por otra parte, la tendencia de la épica a encerrar seguro y tienen, ciertamente, su importancia. Pero el estado
complejos movimientos de grupo en acciones de individuos ais- de nuestro conocimiento actual no permite, desgraciadamente,
lados. En la simple y esquemática narración del Génesis sub- una determinación más precisa. Los testimonios extrabíblicos
yacen grandes migraciones de clanes, de las que no faltan algu- no proyectan, pues, más que un poco de luz especial sobre los
nas insinuaciones en la narración misma. Así, la destrucción patriarcas del Antiguo Testamento. Ciertamente, esta luz es-
de Siquem por Simeón y Leví (Gen 34) no fue obra de dos indi- clarece el trasfondo en que se destacan, pero no llega a su da-
viduos aislados, sino de dos clanes. Los orígenes de Israel no tación, su posición histórica y su interpretación. Quien quiera
fueron materialmente tan simples. Teológicamente, todos eran decir alguna cosa sobre los patriarcas, no puede sino partir de la
descendientes del mismo hombre: Abraham; físicamente, pro- tradición del Antiguo Testamento, y, por consiguiente, no pue-
cedían de diferentes estirpes. No podemos dudar que clanes de eludir los problemas de las historias de las tradiciones y de la
de origen afín—muchos de los cuales contribuyeron más tarde crítica literaria que van con esta tradición, sin poder alcanzar
a formar la raza israelita—fueron emigrando a Palestina a co- sobre esta cuestión una ayuda sustancial de testimonios extra-
mienzos del segundo milenio a.C. para mezclarse allí y mul- bíblicos» 63 . Finalmente, en 1961, M. Noth volvía a estudiar
tiplicarse. Cada clan tuvo, sin duda, su tradición, su migración. «los orígenes del antiguo Israel a la luz de nuevas fuentes»64,
Pero con la formación de la confederación israelita bajo la misma y afirma que «la cuestión de los orígenes del antiguo Israel es
fe, que hacía remontar sus primeros orígenes hasta Abraham, una cuestión histórica»65. Esta declaración es ya un avance
las tradiciones quedaron establecidas como de toda la nación sobre el escepticismo mostrado en su Geschichte Israels. ~\ en
o suprimidas» 58. este supuesto estudia los paralelos de los textos de M a r i 5 los
En cambio, M. Noth comienza la historia de Israel con la de los textos bíblicos (onomástica, lengua, condiciones sociales,
formación de la por él llamada «anfictionía» de las tribus de tradiciones jurídicas, ritos religiosos), lo que supone relacio-
Canaán, haciendo tabla rasa de las tradiciones anteriores; por nes de parentesco entre la población de Mari y los antepasdos
ello, J. Bright le reprocha el «trato nihilista» que da a los orí-
genes de Israel, dejando sin explicación su fe religiosa 59 . Con 60
I D . , ibid., 83; cf• A. SOGGIN, Ancient biblical Traditions and modern archeologicJ Dis-
coveries: Bibl. Á r c h . (1960) 95-100.
todo, Bright se muestra cauto al hablar de la procedencia de 61
T- B R I G H T , Historia de Israe ,76.
Abraham de la región de Ur, pues cree, más bien, que su pri- « ID., ibid., 80.
63 M . N O T H , Der Beitrag der Archáologie zur Geschichte Israels, e n Congress l'oíume
" lD.,ibid., 81. (Oxford 1958); Suppl. to VT VII (1960) 262-82.
64
5
» rD.,ibid., 8 2 - 8 3 . M . N O T H , Der Vrsprung des alten Israels im Lichte neuer Quellen ( 1 9 6 1 ) .
59
Cf. j . B R I G H T , Early Israel in recent History Writing ( L o n d o n 1956) 80-84. « ID., ibid., 9.
88 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 89
d e Israel. Así, afirma que los habitantes de Mari eran los pre- el interior por M . Noth, y desde el exterior por Bright, siguien-
cursores de los árameos, los protoarameos, comprobándose así do a Albright» 6 7 .
las afirmaciones bíblicas sobre el parentesco arameo de los P o r su parte, G. von Rad supone que la fe de Israel se basa
patriarcas. en u n o s hechos de historia en los que ve la mano de Dios. Pero
Siguiendo esta nueva trayectoria, llega a afirmar: «De este estos hechos históricos están interpretados a la luz de unas ideas
modo, la tradición del Antiguo Testamento, que busca el teológicas; por tanto, no representan los hechos como suce-
p u n t o de partida de los patriarcas precisamente en esta región, dieron, según las exigencias de la crítica historiográfica m o -
aparece, al menos, como no sólo históricamente posible en sí derna. L o que interesa es la Heilsgeschichte, o «historia d e sal-
misma, sino como verosímil. Pero es sólo la tradición propia de vación», reflejada en estos supuestos hechos 68 . En este supues-
Israel la que hasta ahora puede dar informaciones sobre los to, distingue entre historia verdadera e historia creída, como
detalles de los principios de Israel, y no se puede apenas espe- lo hará R. Buttmann para la problemática del Nuevo T e s t a -
rar que sea de otro modo. Por otra parte, es de suyo que esta m e n t o al distinguir entre el hecho y el kerygma sobre el mismo
tradición debe ser considerada perpetuamente en unión con como la interpretación teológica de un supuesto hecho. Así,
lo que nos es conocido del ambiente oriental de Israel» 6 6 . En G. von Rad, comentando el Génesis, decía que «la historicidad
resumen, M . Noth, dejando parte de los apriorismos de la de los relatos patriarcales no residía en la realidad de los hechos
«crítica literaria», empieza a estimar en su debida medida los que relatan (y que nosotros no podemos comprobar), sino en
hallazgos de la arqueología, para llegar con tres lustros de re- el testimonio auténtico que dan sobre la experiencia religiosa de
traso a las posiciones que por la década de los cuarenta man- Israel»69. Porque «estos relatos son el fruto último de expe-
tenían E. D h o r m e , W . F . Albright y R. de Vaux. Como dice riencias religiosas vividas desde los tiempos antiguos hasta la
este último a propósito de la nueva opinión de M . Noth, «es- fecha de su composición, y estas tradiciones no han adquirido
tamos lejos del escepticismo de la Geschichte Israels y las po- su autoridad sino en el dominio de la fe en Yahvé, que no es la
siciones de los trabajos de 1957 y 1959 están sobrepasadas. fe de los patriarcas»10.
Finalmente, parece que M . N o t h acepta de la historia de los Pero a esta argumentación se puede decir que el esquema
patriarcas todo lo que T. Bright retiene, cuyas conclusiones religioso de la época patriarcal es mucho más sobrio q u e el de
son: Los patriarcas eran figuras históricas y formaban parte de la época yahvista, lo que da a entender que los hagiógrafos, al
esta emigración que trajo una nueva población a Palestina en trazar la historia de salvación, respetan los diversos estratos
los primeros siglos del segundo milenio a.C. La tradición de religiosos de las tradiciones antiguas de la época patriarcal.
que los antepasados de Israel habían venido de Mesopotamia Ciertamente que la historia bíblica es, ante todo, u n a historia
no puede, a la luz de los testimonios, ser desmentida. Podemos teológica o versión teológica de los hechos, pero éstos s o n la base
admitir que entre estos emigrantes, aunque ningún texto con- de la fe en las distintas épocas, porque la fe de los israelitas no
temporáneo los haya mencionado, h u b o u n Abraham, u n Isaac se nutre de abstracciones, sino de intervenciones de D i o s e n la
y un Jacob, jefes de clanes de cierta importancia, que recorda- historia con gestas salvadoras. Y los israelitas y hagiógrafos
ban que sus orígenes estaban en la llanura de Arara, cerca de creían en la realidad de los hechos, que eran la base d e su fe,
Jarran. Si permanece alguna diferencia, es que N o t h insiste, porque su experiencia religiosa se nutría de la creencia en la
sobre todo, e n los límites impuestos a nuestro conocimiento, presencia de su Dios en la historia; y así lo d e c l a r a b a n en su
mientras que Bright destaca los avances recientes de este co- famoso «credo» de D t 26,5-9. P ° r tanto, es de suma importan-
nocimiento. Esto se explica porque N o t h considera, sobre todo, cia buscar los esclarecimientos que puedan servir p a r a enten-
las tradiciones bíblicas y los problemas que suscitan, mientras der los acontecimientos de la época patriarcal, aparte d e la expe-
que Bright insiste en el ambiente oriental, en el que dichas tra- riencia religiosa de los mismos, en la conciencia de los israelitas
diciones encuentran mejor marco; corriendo el riesgo de sim-
plificar demasiado, se podría decir que el problema de la his- 67
R. DE VAUX, Les patriarches hébreux et l'histoire, en Bible et Orient ( P a r í s 1Q67) 182.
68
G. VON R A D , Theologie des Alten Testaments I 112-13.
toricidad de las tradiciones patriarcales es considerado desde 69
G. VON R A D , Das erste Buch Mose I (Das alte T e s t a m e n t D e u t s c h ) ( i Q 4 g ) 3 0 - 3 i .
70
G. VON R A D , History and Patriarchs: T h e Expository T i m e s 72 ( 1 9 6 0 - 6 1 ) 213-16.
66 Este artículo es la respuesta a otro d e G. E. W R I G H T , History and the Patriarchs: Ttie Ex-
I D . , ibid., 10. pository Times 71 (1959-60) 292-96.
90 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 91

a través de los siglos, en que estos acontecimientos fueron medi- hostilidades permanentes entre los edomitas y los descendien-
tados, tamizados y explicados a la luz de esquemas teológicos de tes de Jacob 78 . Este representa al pastor-agricultor pacífico,
las diversas escuelas levítico-proféticas. mientras q u e Esaú simboliza al cazador nómada, que vive de
la razzia y d e la algara, como las tribus transjordanas 7 9 ; tam-
bién representa la oposición de la fertilidad de Canaán. a la
4. L A S DIVERSAS TRADICIONES DE LOS CLANES ISRAELITAS esterilidad d e la meseta transjordana, como se declara e n la
En efecto, los diversos grupos que terminaron por formar bendición de I s a a c 8 0 .
el pueblo de Israel como nación tenían sus propias tradiciones Igualmente, las relaciones entre Jacob y Labán parecen
antes de la centralización de los tiempos davídicos. Y así, cada reflejar las relaciones de los clanes israelitas y los árameos,
grupo reconocía a u n supuesto antepasado, que dio origen al siempre en disputa por los pastos 8 1 . AI fin hacen un pacto de
clan, cuyas historias contaba en los tiempos en que la religión determinación de límites 82 , al sur del Yabboq. Y el incidente
se basaba en la idea de «Dios del padre» o del c l a n 7 1 . Estos de Simeón y de Leví, matando a la población de Siquem, pa-
grupos se fueron ensamblando por afinidad étnico-histórica, rece ser la intervención de dos clanes afines al de Jacob que
considerándose como descendientes de las tres grandes figuras trataron de imponerse por la fuerza en la región central de
patriarcales: A b r a h a m , Isaac y Jacob. Conforme al módulo his- Canaán 8 3 . Incluso parece que los nombres de Jacob e Israel
toriográfico de la antigüedad, las relaciones con estos supuestos representan, originariamente, a dos clanes diferentes que se
antepasados se hicieron a base de u n epónimo y de u n a ge- fusionaron e n uno. Y la leyenda creó una explicación pintores-
nealogía en línea directa. Así, todos los «hijos de Israel» apa- ca para dar razón del nuevo nombre de Jacob 84 . A este propó-
recen como descendientes directos de las tres grandes figuras sito comenta R. de Vaux: «La oscuridad de esta prehistoria se
patriarcales antes mencionadas. esclarece u n poco si se reconoce que las tribus de Israel no son,
Ahora bien, el estudio crítico de los relatos patriarcales dis- finalmente, individualizadas, ni han encontrado su nombre, ni
tingue distintos «ciclos» histórico-legendarios: el de A b r a h a m 7 2 han estabilizado sus relaciones hasta el momento de s u seden-
y el de Jacob 7 3 . La historia de Isaac aparece incluida en la de tarización; antes bien, sólo se puede hablar de grupos vaga-
A b r a h a m 7 4 , con marcados relatos duplicados, calcados en la mente emparentados por la sangre, por el habitat y por el mismo
historia de éste. Pero, como dice R. de Vaux, «estos fragmen- comportamiento social y religioso» 8 5 . Cabe la posibilidad de
tos inconexos pueden ser restos de u n 'ciclo' de Isaac, inde- que el ciclo de Jacob sea independiente del de Abraham-Isaac;
pendiente y más antiguo, cuyos elementos habrían sido inte- el primero procedería de TransJordania y Canaán central, mien-
grados en la historia de A b r a h a m o reduplicados e n éste cuando tras que el segundo provendría de la Alta Mesopotamia, insta-
se estableció u n lazo genealógico entre las dos figuras, y se hizo lándose definitivamente en la parte meridional d e Canaán.
de Isaac el eslabón que uniría a A b r a h a m con Jacob» 7 5 . Parece Serían como dos grupos protoisraelitas que se fusionaron, esta-
que la idea central del ciclo de A b r a h a m e Isaac es la del hijo bleciendo u n vínculo genealógico directo hasta Abraham, pa-
único 76 , por el que habría de perpetuarse la descendencia del sando por Isaac. Los autores bíblicos tienden a estilizar la his-
patriarca. P o r eso es mejor hablar del ciclo de Abraham-Isaac toria simplificándola y buscando u n supuesto e p ó n i m o directo.
como u n t o d o único. A m b o s se establecen e n la región meri- Pero, como dice R. de Vaux, «la fusión del ciclo de Abraham-
dional d e Canaán. El ciclo de Lot, sobrino d e Abraham, y e n Isaac con el de Jacob se explicaría más fácilmente s i los dos
relación con una catástrofe al sudeste del m a r Muerto, tiene grupos tuvieran conciencia de u n origen común» 8 6 .
por finalidad emparentar las tribus de TransJordania (moabi- Pero esto no quiere decir que las figuras de los patriarcas
tas y ammonitas) con los israelitas 77 . Igualmente, la historia
78
de Esaú y de Jacob trata de dar una explicación etiológica a las 79
Gen 25,19-34; 17,1; c.32-33.
Gen 25,27; 27,39-40. Cf. V. MAAG, Jacob-Esau-Edom: TZ 13 (1957) 418-29; J. IBART
LETT,
8U
The Latid of Seir and the Brotherhood of Edom: JTS 20 (1969) 1-20.
71 Gen 27,27-29.
72
Cf. R. DE VAUX, Histoire Ancienne d'hraél (Paris 1971) 256-61. 81
Gen c. 12-25,18. 82
Génc.29-31.
73
Gen 25,19-36, is. 83
Gen 31,43-54
74
Gen c-21.22.24. 84
Gen 34,is.
75
R. DE VAUX, O.C., 163. Gen 32,29; 35.10.
76 85
R. DE VAUX, O.C, 169.
77
Gen 18,1-5; 15,2-3; 16,1. 86
Gen I9,lss. ID., ibid, 172.
92 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 93
habrían de volatilizarse en fantasmas históricos, como propone 93
dos lugares . Por eso, los relatos patriarcales, aunque están
H. Gunkel, quien considera los relatos patriarcales como meras salpicados de leyendas etiológicas (mujer de Lot convertida
leyendas folklórico-etiológicas en relación con manifestaciones en estatua de sal, prohibición de comer el tendón femoral) 93,
cultuales locales, jugando con unos supuestos personajes rela- sin embargo, la trama sustancial de los hechos resulta muy ve-
cionados genealógicamente 87. La idea esencial era justificar el rosímil, y esto es lo que vamos a estudiar en los apartados si-
derecho de los hijos de Israel a la posesión de la tierra de Ca- guientes sobre la situación político-social y consuetudinario-
naán, y por ello se inventaron unos supuestos epónimos, a los jurídica de la región de Canaán entre los siglos xx-xv a.C, du-
que quedaron vinculadas determinadas promesas divinas sobre rante los cuales tiene lugar la historia patriarcal.
la futura posesión de la misma.
Pero, aunque la teología de la promesa domina estos relatos 5. E L TRASFONDO HISTÓRICO DEL ANTIGUO ORIENTE
patriarcales, ello no implica que éstos estén desprovistos de EN LA ÉPOCA PATRIARCAL
toda historicidad, ya que, como veremos en esos relatos, se
refleja un Sitz im Leben muy particular nómada en Canaán que La tierra de Canaán es una encrucijada geográfica entre dos
no se da en los tiempos de la monarquía israelita. Y, a pesar mundos: el egipcio y el asiático, y a ella llega Abraham, según
de que los tiempos de los patriarcas están muy lejanos cuando los textos bíblicos, procedente de la Alta Siria 94. Cuando lle-
se ponen por escrito sus historias, sin embargo, la transmisión ga a esta comarca llamada Kena'an, se dice expresamente que
oral, tal como se da hoy día en las tribus beduinas y seminó- en ella residía el Wna'ny o «cananeo». En realidad, el nombre
madas, garantiza su transmisión 88. Lo histórico, lo folklórico de Kanaán aparece por primera vez en los textos extrabíblicos
y lo legendario se entremezclan, pero el núcleo sustancial de a principios del siglo xv a.C, en la inscripción de Idrimi, quien
los acontecimientos se transmite con fidelidad de generación huyó al «país de Kinani», que es la expresión acuñada paralela de
en generación a través de muchos siglos 89 . Incluso las genea- Gen 12,16: eretz Kena'an. Este nombre aparece también entres
logías tienen una importancia en estas tribus, que sienten ob- tabletas de Alalaj, y muchas veces en las cartas del Tell Amarna
sesión por la pureza de sangre. Así, los nombres de los ante- bajo la forma de «país de Kinajni» o «KinajjiD; y bajo esta forma
pasados de Mahoma se conservan hasta el vigésimo segundo de Kinajji se lee en una carta escrita en acadio por Ramsés II
grado. Y el árbol genealógico de las tribus del Yemen remonta a Jattusil III, rey de los hititas 95 . En los textos egipcios suele
al trigésimo grado antes del Islam 90 . Contando tres genera- escribirse, más bien, Kn'rí, con artículo (excepto una sola vez):
ciones por siglos, tenemos que en las tribus del Yemen tenían «el Canaán». Así aparece en tiempos de Amenofis II (s. xiv a.C.)
las genealogías hasta mil años antes de Mahoma 91 . y en otros textos hasta la dinastía XXII (s. ix a.C). Y en una
Ciertamente que las tribus inventan algunas veces supues- lista de Ras Shamra escrita en cuneiforme alfabético aparece
tos epónimos y lazos ficticios de parentesco. Recientemente se un individuo llamado kn'ny («cananeo»), que es el equivalente
ha publicado un texto acadio de principios del segundo mile- de Gen 12,6: «y el cananeo (ha-kena'ny) estaba entonces en el
nio a.C. entre los amorreos en el que se busca con cuidado el país» (de Siquem).
árbol genealógico 92 . Por otra parte, la localización topográ- No es clara la etimología. Se la ha relacionado con krí («in-
fica ayuda a concretar estas historias, ya que los acontecimien- clinar»). En ese supuesto, podría designar el país de tierra on-
tos en los relatos bíblicos son bien enmarcados en determina- dulada, como Palestina. Por otra parte, se ha encontrado el
37
término kinajju en los textos de Nuzi, con el sentido de «tintura
Cf. H . G U N K E L , Die Sagen der Génesis ( i 9 0 1 ) ; ID. , Das Marchen im AT(Tübingen 1917);
H . GRESSMANN, Sage und Geschichte in den Patriarchenerzdhlungen: Z A W 30 (1910) 1-34; de púrpura». Y así, se llamaría ese país Kinajju, por ser el país
M . N O T H , Überlieferungsgeschichte
88
58-62.86-127; I D . , Geschichte Israels 114-20.
Cf. J. VAN D E R PLOEG, Le role de la tradition órale dans la transmission du texte de
de los fabricantes de telas de púrpura, que fue ciertamente la
l'AT: R B 54 (1947) 5-41; J. LASSOE, Literacy and Oral Tradition in ancient Mesopotamia: industria específica de Fenicia, cuyo nombre deriva d e <poívi£
S T 3 (1949) 34-49; H . R I N G G R E N , Oral and Written Transmission in the Oíd Testament:
Studia Orientalia I (Pedersen dedicata) ( C o p e n h a g e n 1953) 205-18. 93 Cf. G e n 19,26; 32,32.
89
Cf. B. COURAYER, Histoire d'une tribu sémi-nomade de Palestine: R B 58 (195O 7 5 - 9 1 . 9
i G e n 12,6.
90
Cf. F . W Ü S T E N F E L D , Genealogische Tabellen der arabischen Stamme und Familien 95
Cf. J. GRAY, The Canaanites ( L o n d o n 1964); I D . , The Legacy of Canaán. Til Ras
91 (Gottingen) 1852. Shamra Texts and their Relevance to the Oíd Testament (SVT 5) 1965; B . M A I S L E R (hkzar),
91
Cf. A . JAUSSEN-R. SAVIGNAC, Coutumes des Fuqara (Paris 1920) 4. Canaán and the Canaanites: BASOR 102 (apr. 1946) 7-12); S. M O S C A T I , I predecessoñ d'ls2
92
Cf. J. J. FINKELSTEIN, The Genealogy of the Hammurapi Dynasty: J C S 20 (1966) 5 5 - ráele. Studi sulle piú genti semitiche in Siria e Palestina ( R o m a 1956); I D . , Sulla stma del
118; A . MALAMAT, King Lists ofthe Oíd Babylonian Period and Biblical Genealogies: J A O S 88 nome Canaán: Studia Bíblica e Orientalia III (Roma 1959) 266-69; R. D E V A U X , h pays
(1968) 163-73. de Canaán: J A O S 88 (1968) 23-29.
94 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 95

(«púrpura»). Pero como el término de kinajju sólo aparece eñ escritura cuneiforme, a pesar de que su lengua semítica no
los textos de Nuzi, bien puede ser un término para designar tenía nada que ver con la aglutinante asiánica de los sumerios.
un producto importado de Kinajji (Canaán-Fenicia), como el Ahora bien, aprovechándose de una situación de debilidad
término «muselina» designa un tejido fabricado en Mosul, o y de lucha entre las pequeñas ciudades-Estado del sur meso-
«astrakán», derivado de dicha ciudad caspiana 96 . Así, pues, potámico, una dinastía de procedencia amorrea (primera de Ba-
Kena'an es un término geográfico que no tiene especial signi- bilonia) se fue afianzando hacia el 1800 a.C bajo el impulso
ficado, aunque «cananeo» en la Biblia es sinónimo de «comer- de un tal Sumu-Abum, y, teniendo como capital Babilonia,
ciante». La interpretación más reciente es la de suponer que llegaron a liberarse de la presión de los amenazadores elamitas,
Kena'an significa «el país de occidente» (donde se «inclina» el sol que se habían extendido al este del Tigris inferior. Al mismo
al ponerse), y así sería una designación similar al MAR.TU, tiempo, en la Mesopotamia septentrional emergen las ciuda-
o Amurru de los textos sumero-acadios, para designar a la des-Estado de Mari y Asur. La población de Mari (en el
región de la costa siro-fenicia-palestina 97 . Eufrates medio) era predominantemente semítico-norocciden-
Las tradiciones bíblicas están concordes al presentar a los tal, mientras que la de Asur era de procedencia mesopotámica,
primeros antepasados de Israel como emigrados de la Alta pero con mixtificaciones de origen jurrita (pueblo medio semi-
Mesopotamia hacia esta región de Canaán. De hecho sabemos ta, medio asiánico). De hecho, los textos de Kültepe (Kanish),
que en el segundo milenio a.C. numerosas corrientes emigra- en Capadocia, muestran que los asirios tenían entonces ya
torias siguieron este itinerario en busca de pastos para acercar- grandes influencias comerciales en el Asia Menor; pero hacia
se al delta egipcio, famoso por sus tierras siempre verdes. el siglo xvm a.C (quizá bajo la presión amorrea) desaparece
Ahora bien, ¿cuál era la situación histórico-social de estas re- esta presencia relevante comercial asiría en aquella zona geo-
giones en los siglos primeros del segundo milenio a.C, cuan- gráfica.
do comienza la aventura del clan de los abrahámidas ? A prin- En efecto, a mediados del siglo xvm a.C, un rey amorreo,
cipios del segundo milenio a.C, todavía subsistía la III dinastía Shamshi-Adad I, se apoderó de Asiría, y su política expansio-
de Ur, dominando la llanura mesopotámica en un último es- nista llegó hasta el Mediterráneo, en cuyas riberas dejó una
fuerzo de los sumerios por mantener la hegemonía comercial estela conmemorativa. Se llamó a sí mismo «rey del mundo»
y cultural en la zona. Pero, dada la débil centralización admi- fshar-kishati: «rey de la totalidad» de las regiones); luego con-
nistrativa de Ur, muy pronto las ciudades-Estado se fueron quistó Mari, donde instaló a su hijo Yasmaj-Adad como rey,
independizando. Así, hacia 1950 a.C emergen los Estados de y se casó con una princesa de Qatna, en Siria central 98 . Pero
Elam, al este; Asur (Asiría), en el Tigris superior, y Mari, en Mari empezó a adquirir especial relieve como heredera de la
el medio Eufrates. Incluso la misma Ur será presa de la inva- hegemonía asiria (ca. 1750-1697), pues, según las numerosas
sión elamita y Sumeria no volverá a reconstruir su imperio tabletas encontradas en su inmenso palacio, sus relaciones co-
mesopotámico. En este proceso de desintegración del poder merciales se extendían a Byblos, Ugarit (Ras Shamra), Chipre,
sumerio adquiere especial relieve un pueblo semita occidental Creta y Asia Menor. No se menciona a Egipto, que estaba
llamado Amurru (MAR.TU: «occidente») en los textos cunei- bajo el dominio de los hiksos, en una era de total decadencia.
formes, y amorreo en los bíblicos. De esta amplia familia semí- Pero cuando Mari llegaba a su apogeo surgió en el sur de
tico-occidental habrían de surgir los antepasados del pueblo Mesopotamia un nuevo astro político: Hammurabi de Babilo-
hebreo. En efecto, los amorreos presionaron a la vez sobre nia, que después de sacudir la asfixia ambiental de Elam, Asur
Mesopotamia, dominando incluso Mari, y sobre la costa siro- y Mari, logró crear un imperio unificador, atacando a sus an-
fenicia-palestina, de tal forma que hacia el siglo xvm (época tiguos aliados vecinos. En efecto, conquistó Mari en el año 32
de Hammurabi) los amorreos controlaban las principales regio- de su reinado (hacia el 1700 a.C), pero no pudo llegara la
nes del Creciente Fértil. Y como pueblos invasores más rudos costa mediterránea, que era su gran ilusión. Al final de su
adoptaron la cultura de los vencidos sumerios, sobre todo la reinado promulgó su famoso Código de leyes " , que e n leali-
98
Cf. F . W . ALBRIGHT, B A S O R 77 (1940), 20-32; 78 (1940) 23-31; 144 ( 1 9 5 6 ) ¡6-30;
96 146 (i957) 26-32.
Cf. R. D E VAUX, Histoire Ancienne d'Israél (Paris 1971) 124. 99
97 Véanse en C H . F . TEAN, Le milieu biblique avant Jésus-Christ II (París 1 9 2 3 ) J4-75I
Gf. M . A S T O U R , The Origin of the Terms fCanaam, «Phoeniciaw and «Purple»: J N E S 24 H . GRESSMANV, Altorientalixhe Texte (1926); A N E T 163-79; S A O 163-95
346-50.
96 IV. La historia de los patriarcas
Historicidad de los relatos patriarcales 97
dad es una recopilación y adaptación de los antiguos códigos ocurridos en la corte. Los mensajeros le encontraron en el camino al caer
sumerios de Ur-Nammu, de Lipit-Ishtar y de Eshnunna; en la tarde. Sin detenerse un momento, el halcón (el nuevo faraón Sen-Usert I)
una línea similar se situarán las posteriores Leyes asirías 1 0 °. voló con sus servidores sin dar aviso al ejército. Y los hijos del rey habían
Durante el reinado de Hammurabi florecieron en Babilonia la sido enviados a investigar. Mientras yo estaba (cerca), oí su voz conversando,
pues yo me hallaba algo apartado. Entonces se entristeció mi corazón, mis
literatura y las ciencias de todo género, pues se hicieron reco- brazos se abrieron (en señal de consternación) y mis miembros empezaron
pilaciones de antiguos textos épico-religiosos, al tiempo que a temblar. M e alejé dando brincos y saltos para esconderme y me instalé entre
se redactaron tratados de gramática, silabarios, estudios de ál- dos arbustos, aislados de la calzada y de su itinerario.
gebra, geometría, astrología y magia. Gracias a esta labor de Luego me encaminé hacia el sur, sin intención de llegar a la ciudad real,
porque suponía que habría desórdenes entre las gentes y no esperaba vivir
compilación se salvaron muchos tesoros literarios de la antigua después de él (el faraón difunto). Crucé, pues, el lago Maaty, cerca del Si-
cultura sumeria. cómoro, y llegué a la isla de Snefru y me detuve en la campiña. Al clarear el
Ahora bien, del otro lado de Canaán, en Egipto, al comen- alba, yo salí y encontré a un hombre que estaba al borde del camino; sintió
zar el segundo milenio a.C, se vive una época de esplendor miedo al verme. A la hora de la cena me acerqué a la ciudad del Buey;
atravesé el agua en una barca sin timón, impulsado por el viento del po-
bajo la XII dinastía: las actividades comerciales se extienden niente. Pasé así al este de las canteras, junto a la Señora de la montaña Roja
a Nubia, a Somalia (Punt), a Fenicia y a Creta; incluso hasta (Dj. el-Ahmar, al este de El Cairo actual); después, caminando a pie hacia
Mesopotamia. Es la época del florecimiento de la literatura sa- el norte, llegué a la Muralla del Príncipe, que está construida para contener
a los asiáticos (Saatiu: los beduinos) y aplastar a los Nomiu-Sháiu («cruza-
piencial y de ficción: instrucciones de Merikare, de Amenhe- dores de la arena»). Me agaché entre la maleza para no ser visto por los cen-
met y de la novela de Sinuhé, príncipe desterrado del país de tinelas que aquel día vigilaban desde el fortín.
los faraones que se internó por tierras de Canaán y de Fenicia, Al anochecer me puse en camino, y al día siguiente, con el alba, yo llegué
para volver luego, lleno de nostalgia, a su tierra natal. a Peten. Cuando alcancé el lago de Kem-wer (al norte del golfo de Suez),
me sentí sediento; mi paladar estaba reseco, y mi garganta polvorienta; en-
tonces dije para mí: ' ¡Es el gusto de la muerte!' Pero mi corazón se reanimó
a) Relato de Sinuhé y mis miembros se juntaron al oír los mugidos del ganado y al divisar a los
arqueros (asiáticos). Uno de sus jeques que allí estaba me reconoció (y dijo):
Es un relato novelado sobre las aventuras de este príncipe, ' ¡Es un egipcio!' Me dio primero agua e hizo cocer leche para mí; fui con
que se vio obligado a exiliarse en tierras asiáticas para librarse él a su tribu y me trataron bien.
de las iras del nuevo faraón que subía al trono. Desterrado en De un país pasé a otro; y así, me dirigí hacia Byblos, y me establecí en
tierras de Canaán, este príncipe egipcio, aunque prosperó en Qedem, residiendo allí año y medio. Y Ammi-enshi, gobernador del Alto
Retenu (Canaán septentrional), me recibió y me dijo: 'Estarás bien con-
su nueva vida, sin embargo, sintió la nostalgia de la patria; migo y oirás hablar en egipcio'. Así dijo porque me conocía, y se había ente-
por eso, al recibir una invitación real para volver, aprovechó la rado de mi sabiduría, pues la gente de Egipto que estaba con él había dado
oportunidad y retornó a su tierra. El relato se inicia con la testimonio de mí.
muerte de Amennen-het (1960 a.C.) y sigue bajo su sucesor, Me puso al frente de sus hijos y me casó con su hija mayor, permitién-
Sen-Usert I (1970-36 a.C). El texto se conserva en numerosos dome que eligiera dentro de su país la mejor comarca frontera con otro país.
Era una tierra buena llamada Yaa. En ella había higos y uvas y tenia más
papiros de antigüedad diferente, pero hay algunos que llegan vino que agua. Su miel era copiosa, y sus aceitunas abundantes. Y en sus
a la XII dinastía (hacia el 1800 a.C.) y otros son del siglo x a.C. árboles había toda clase de frutos. Había cebada y espelta. Y sus ganados
(dinastía XXI). Los papiros más importantes se encuentran en eran incalculables. Además, por el amor que me tenía, me exaltó, liacién-
B e r l í n 101. dome gobernador de una de las mejores tribus de su territorio...
Daba agua al sediento e indicaba el camino al extraviado; rescaté al que
«El confidente del rey, su amado; el cortesano Sinuhé dice: Yo era un había sido raptado... Este gobernador de (Re)tenu me mantuvo muchos años
cortesano que seguía a su señor, servidor del harén real de la princesa he- como jefe de sus ejércitos. Y todo pueblo extranjero contra el q u e m¡ dirigí
redera. .. le atacaba, expulsándole de sus pastos y de sus aguadas, y, apoderáidome
Su Majestad había enviado un ejército al país de los timihu (libios) al de sus rebaños al tiempo que apresaba a sus habitantes, les quitaba el ali-
mando de su hijo primogénito, el buen dios Sen-Usert (Senusrit). Había mento y mataba a sus gentes con mi fuerte brazo, con mi arco, con nis tác-
sido enviado para castigar a los países extranjeros y someter a los tihonu a ticas y con mis proyectos, siempre triunfantes. Así gané el favor de su co-
esclavitud; y, cuando regresaba trayendo prisioneros vivos de los timihu razón, pues me amaba y reconocía mi valor, por lo que me colocó aifrente
(libios), con muchos ganados de toda clase, los cortesanos del palacio envia- de sus hijos para ver cómo prosperaban mis intervenciones armadas.
ron a la frontera occidental gentes para informar al rey sobre los hechos Vino un fornido varón de Retenu para matarme en m i campamento.
Era un valiente sin igual, pues había vencido a todos. Dijo q u e quería
100 Cf. C H . F. JEAN, o.c, II 219-30; A N E T 180-87. combatir conmigo para quitarme mis bienes, pues pensaba apódense de
101
La mejor edición es la de G. MASPERO, Les Mémoires de Sinuhit (El Cairo 1906). mis ganados por consejo de su tribu. Aquel príncipe discutió conmig), y yo
98 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 99
dije: 'No le conozco. Ciertamente, no soy un aliado suyo para que pueda la mañana para que cambie su situación'. Así, fui desde el centro d e las cá-
moverme sin estorbo en su campamento. ¿ Es que abrí sus puertas y derribé maras interiores con los infantes reales, que me daban la mano. L u e g o nos
sus cercas? Si se muestra enemigo mío, es porque ejecuto tus órdenes. Soy, trasladamos a la Gran Puerta Doble. Se me instaló en la casa de un hijo real,
ciertamente, un toro descarriado en otra manada, y un toro de este rebaño en la que había cosas espléndidas. En ella había una recámara fresca y de-
le ataca'. coraciones del horizonte. Lo ocupaban objetos preciosos. Vestidos de lino
Pasé la noche tensando el arco, afilando mis flechas, blandiendo mi real, de mirra y flor de aceite del rey y de los nobles favoritos se encontraban
puñal y acicalando mis armas. Al alborear el día, (Re)tenu se congregó; en todas las habitaciones. Cada empleado estaba ocupado en su menester.
había reunido sus tribus, convocando a todos los países vecinos, porque Así se quitaron años a mis miembros: fui depilado y me peiné la cabellera,
preveía este combate. Cuando el varón fornido vino, yo me levanté y me dejando la suciedad de los países extranjeros y los vestidos de los nomiu-
puse frente a él; todos los corazones estaban radiantes por mí; mujeres y shashiu (beduinos). Quedé vestido de lino, me perfumé con aromas finos,
hombres daban gritos. Todos los corazones estaban ansiosos por mí, y de- y me eché en una cama, dejando la arena para los que viven en ella, y aceite
cían: "¿Habrá realmente otro campeón bastante fuerte para poder luchar de madera a los que se ungen con ella.
contra él?' Mas he aquí que embrazó su escudo, tomó su lanza y su brazada Se me concedió una casa con un jardín que había pertenecido a un cor-
de jabalinas. Pues bien, después que yo dejara que lanzara en vano sus tesano... Se me traían comidas del palacio tres o cuatro veces al día...
armas, haciendo que sus flechas se alejaran de mí mientras golpeaban el Se construyó para mí una pirámide de piedra en medio de las pirámides
suelo una tras otra, se lanzó sobre mí; pero yo disparé mi arco contra él, funerarias. El jefe de las canteras de Su Majestad buscó el terreno; los prin-
hincándole mi saeta en su cuello; entonces él, dando gritos, cayó de bruces. cipales escultores la decoraron; el jefe de escultores la talló; y los capataces
Yo le rematé con su propia hacha y lancé mi grito de victoria sobre sus es- de las obras de la necrópolis recorrieron la tierra de Egipto con esta finali-
paldas, mientras que los asiáticos daban gritos de alegría. Entonces di gracias dad. Se colocó toda clase de mobiliario en los almacenes y se colocó todo lo
a Montu (dios de la guerra), mientras que sus partidarios se lamentaban que hacía falta. Se instituyeron sacerdotes para mi ka. Se hizo para mí un
sobre él. Entonces, el príncipe Ammi-enshi me acogió en sus brazos. Luego recinto funerario con campos hasta la ciudad, como se hace para un corte-
le quité sus bienes y me apoderé de su ganado; lo que él había querido ha- sano de prosapia. Se doró mi estatua, laminada con oro puro. Su Majestad
cerme, se lo hice yo a él, pues tomé todo lo que tenía en su tienda y des- la mandó hacer. Jamás se hizo para un hombre común una cosa así. Pero
pojé su campamento. Así me enriquecí y aumenté el número de mis ganados. yo gocé del favor real hasta que llegó el día de mi muerte'. Así está desde el
De este modo, el dios se mostró condescendiente con el que había sido principio hasta el fin, tal como se encontró en el libro» 102.
reprochado por haber huido a tierra extranjera, aunque hoy su corazón está
alegre... (Sinuhé pide luego a los dioses poder volver a Egipto para ser ente- En este relato ingenuo y encantador vemos la situación so-
rrado allí, ya que sólo así podía gozar de la vida feliz en ultratumba. El ciopolítica de Canaán cuando todo lo egipcio se tenía en gran
faraón le responde que no debe temer por su destino en ultratumba).
Entonces vinieron a buscar a este servidor, y yo celebré un día de fiesta estima, porque los faraones ejercían su alto dominio sobre estas
en Yaa para entregar mis bienes a mis hijos, quedando mi primogénito como regiones. Fenicia era por esta época una colonia egipcia, y se
jefe de mi tribu, aunque mi tribu y todos mis bienes fueron de él: mis sier- han encontrado muchos objetos de procedencia egipcia de esta
vos, todo mi ganado, mis plantaciones y todos mis árboles datileros. Luego época en Guezer, Megiddo y en Qatna. De hecho, sabemos
este servidor se dirigió hacia el sur; y me detuve en los Hariu-Horu (los ca-
minos de Horus, cerca de la actual Qantarah). Su comandante, que estaba que Sesostris III (Sen Usert) ocupó Siquem 103 . Y justamente
al frente de la guarnición, despachó un mensaje al palacio para dar aviso de los siglos XIX-XVIII datan los llamados «textos de execra-
(de mi llegada). Entonces Su Majestad envió a un excelente capataz de los ción», inscritos en figurillas de barro de supuestos prisioneros,
labriegos del palacio con barcos cargados de regalos de parte del rey para con indicaciones de muchas localidades de Canaán y con nom-
los beduinos que habían venido en mi séquito para conducirme a Hariu-
Horu. Yo les despedí, llamando a cada uno por su nombre. Y cada artesano bres de reyezuelos cananeos de tipo amorreo, similares a los de
estaba ocupado en sus deberes; yo me hice a la vela; mientras tanto se ama- Mari 104. Son fórmulas mágicas para maldecir a los enemigos,
saba y se prensaba la cerveza para mí hasta que llegué a la ciudad real. para poder someterlos así al poder faraónico. Los textos de
Al despuntar el día, en hora muy temprana, vinieron a avisarme, entrando Berlín están en fragmentos de cerámica, mientras que en los
diez hombres y saliendo diez hombres para introducirme en el palacio. En- Museos de Bruselas y El Cairo están sobre figurillas de barro.
tonces toqué con mi frente la tierra entre las esfinges... Los cortesanos que
introducen en la sala de las audiencias me llevaron a la cámara del rey. Son exorcismos contra los enemigos de Egipto.
Y encontré a Su Majestad en el gran trono, de oro fino; y yo me eché en 102
T e x t o en C H . - F . JEAN, Le milieu biblique II 136-44; H . G R E S M A N N , e n AOT 178SS;
tierra de bruces y perdí el conocimiento de mí mismo delante de él. Pero A N E T 18-22; S A O 6-14.
este dios me dirigió palabras amables; pero yo quedé como un hombre 103
Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 93 (1941) 30-36; 127 (1952) 29; A . GOETZE, en
perdido en la oscuridad... BASOR 127 (1952) 25.
104
Cf.. W . F . ALBRIGHT, Nortwest-Semitic Ñames in a List of Egyptians Silves from
Su Majestad dijo a la reina: 'Este es Sinuhé, que llega como un beduino, Eightteenth Century a.C: J A O S 74 (1954) 222-23.
con la apariencia de los asiáticos'...
Entonces dijo Su Majestad: 'No debe temer, porque no hay motivo para
ello. Será un cortesano entre los nobles. Será incorporado a la categoría
de los cortesanos. Penetrad en las cámaras interiores de la indumentaria de
100 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 101

b) Texto de execración De hecho, los últimos reyes sumerios tuvieron que hacerles
frente hacia la región de Palmira. Una carta escrita al último
«El g o b e r n a d o r d e Iy-anaq, E r u m , y t o d o s los q u e están con él; el g o b e r -
n a d o r d e I y - A n a q , A b i - y a m i m u , y t o d o s los que están con él; el g o b e r n a d o r
rey de la dinastía, Ibbi-Sin (2039-15), da el grito de alarma:
d e S h u t u ( M o a b ) A y y a b u m ( n o m b r e similar al h e b r e o de J o b : Iyyob), y t o d o s «Los MAR.TU (los amurru) en su totalidad han penetrado en
los q u e están con él; el g o b e r n a d o r d e S h u t u , Z a b u l a n u ( Z a b u l ó n ) , y t o d o s l o s el interior del país, tomando todas las fortalezas, una detrás
q u e e s t á n con él; el g o b e r n a d o r de A s q a n u (Asqalón?), J a l u - k i m , y t o d o s de otra» 108. En la epopeya de Lugalbanda y Emerkar se desea
los q u e están con él; el g o b e r n a d o r de Jerusalén, Y a q a r - A m m u , y t o d o s los q u e
e s t á n c o n él; el g o b e r n a d o r d e Jerusalén, Setj-Anu, y t o d o s los q u e e s t á n
que «los MAR.TU, que no conocen el trigo, sean rechazados
c o n é l . . . T o d o s los g o b e r n a n t e s de Jerusalén, sus h o m b r e s fornidos, sus a la vez de Summer y de Akkad»; en un texto épico de este
veloces corredores, s u s aliados, sus confederados y los mentu (designación tiempo se dice de ellos que «no conocen casa ni ciudad; son los
d e s p e c t i v a de los extranjeros) d e Asia, q u e p u e d a n rebelarse, q u e p u e d a n palurdos de la montaña»; en el mito del matrimonio del dios
conspirar, q u e p u e d a n c o m b a t i r , q u e p u e d a n i n t e n t a r l u c h a r y rebelarse e n
t o d a esta t i e r r a . . .
Amurru, epónimo de los amorreos, se dice de éstos que «son
T o d a mala p a l a b r a , t o d o m a l lenguaje, toda m a l a calumnia, t o d o m a l hombres que desentierran trufas al pie de las montañas, que
p e n s a m i e n t o , t o d a m a l a conspiración, t o d a lucha mala, t o d a mala d i s p u t a , no saben doblar la rodilla (para cultivar la tierra), que comen
t o d o p l a n o m a l o , t o d a cosa mala, t o d o s los sueños malos y t o d a m a l a s o m - carne cruda, que no poseen casa durante su vida y que no son
nolencia» (son las fuerzas perniciosas q u e h a y q u e evitar) 1 0 5 . enterrados después de muertos» 109 . Es el característico hom-
Vemos, pues, claramente mencionado en estos textos el bre de la estepa, siempre en movilidad, hostigando a las pobla-
nombre de Jerusalén, y quizá el de Ascalón; reflejan una situa- ciones sedentarias.
ción política en Canaán a base de ciudades-Estado siempre en Al vencer los elamitas a los sumerios vino la fragmenta-
peligro de ebullición y de insurrección contra el poder de ción del imperio mesopotámico en ciudades-Estado o peque-
Egipto. Por eso aquí los magos hacen sus conjuraciones para ños principados. El más floreciente fue Isin, donde reinó Ishbi-
poder desbaratar, por simpatía mágica, sus posibles intentos Erra, originario de Mari, en el medio Eufrates, que se había
de subversión, ya que las maldiciones tenían efecto automáti- insurreccionado contra Ibi-Sin. En general, los reyezuelos que
co. Los nombres, en general, son de tipo amorreo o semita empiezan a dominar esta zona llevan nombres semítico-occi-
occidental. Los hallazgos arqueológicos parecen probar que a dentales. Y, entre ellos, un tal Sumu-Abum fundó la I dinastía
principios del segundo milenio a.C. hubo un eclipse cultural de Babilonia, cuyo rey más célebre había de ser el gran Hammu-
en la región de Canaán debido a la entrada de una población rabi (1792-50 a.C), de procedencia amorrea. De hecho, los
nómada, que ahogó el desarrollo de la vida urbana. Son hordas nombres amorreos abundan entre los textos acadios de la épo-
belicosas de pastores que hicieron irrupción no sólo en esta ca durante el dominio de esta dinastía. Y en el decreto de
zona, sino en Siria y en Fenicia. ¿Quiénes son estos intrusos? exención de impuestos del penúltimo rey de la dinastía, Arnmi-
Saduqa, se dice que estas medidas afectan por igual a los aca-
6. LOS AMORREOS
dios y a los amorreos 110 .
Más al norte, la población de Mari era fundamentalmente
Entre la III dinastía de Ur y la unificación de Mesopotamia acadia, pero con infiltraciones masivas de nombres semítico-
por Hammurabi hay una época que se ha querido llamar «pe- occidentales, es decir, amorreos. De hecho, los reyes de Mari
ríodo intermedio» I06 , caracterizado por el constante cambio de contemporáneos de Hammurabi y de Shamsi-Adad I d e Asiría
situaciones políticas, a merced de pueblos nómadas que atacan llevan nombres amorreos; en los textos publicados de la época
los centros urbanos, lo que implica un descenso cultural. En abundan los nombres semítico-occidentales m . Príncipes amo-
efecto, ya a fines del tercer milenio aparecen unas gentes ame- rreos reinaban también entonces en la alta Siria: Karkernish,
nazadoras, llamados los «occidentales» (MAR.TU en sumerio Yamjad (Alepo), Alalaj, Ugarit y Qatna. Pero en los textos de
y amurru en acadio). Son los famosos amárreos de la Biblia 107 . Mari se menciona una región llamada específicamente corto el
i°5 Texto en ANET 328-29; SAO 266-68.
106 108
107
Cf. D. O. EDZARD, Die «Zweite Zwischenzeit» Babyloniens (Wiesbaden 1957). Cf. R. DE VAUX, Histoire ancienne d'Israel (Paris 1970) 64.
109
Cf. J. R. KUPPER, Les nómades en Mésopotamie au temps des rois de Mari (Liége- Cf. J. R. KUPPER, O.C, 149-50.156-60.
Paris 1957); I. J. GELB, The Early History 0/ the West Semitic Peoples: JCS 15 (1961) 27-47; 110
Cf. F. R. KRAUS, Ein Edikt des Kónigs Ammi-Saduqa von Babylon (Leiden 19JI).
111
G. BUCCELLATI, The Amontes of the Ur III Period (Ñapóles 1966); M. LIVERANI, Per una Cf. H. B. HUFFMON, Amonte Personal Ñames in the Mari Texts (Baltimorei96s);
considerazione istorica del problema amorreo: OrAnt 9 (1970) 5-27- ARM XIII (1964) n.i.
102 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 103
«país de Amurru», cerca de Alepo, de Qatna y Canaán septen- de los 'apiru reside en aquella ciudad... Las fuerzas de la guarnición q u e hay
trional 112. Así, pues, el «país de Amurru» es, más o menos, la estacionadas dentro del recinto de ladrillo son numerosas, y para q u e no
Siria central. aniquilasen a las tropas no me aproximé a la ciudad. Esta tableta mía la en-
vío a mi señor desde la ribera del río Eufrates. Las tropas y el ganado es-
De esta época son las famosas Cartas de Mari, escritas en tán bien» n 7 .
acadio, pero con giros y voces semítico-occidentales, en las que
se habla de tribus nómadas que inquietan a las poblaciones se- Estos textos entrecortados, similares por su estilo a las fa-
dentarizadas, y que son de sumo interés para la comprensión mosas ostrakas de Lakish, del siglo vn a.C, reflejan bien la
de esta época, que enlaza con la de los patriarcas hebreos. situación de ansiedad de poblaciones en constante lucha con
hordas que las atacan; y entre ellas están los famosos 'apiru
o jabirú, tropas mercenarias al servicio del mejor postor, que
Cartas de Mari
aparecerán en los textos de Tell Amarna cuatro siglos más
A: «A mi señor dice así Bannum, tu siervo: Ayer salí de Mari, pasando tarde en Canaán. También aparecen en esta época otras hordas
la noche en Zurubán. Todos los Ben- Yamina («hijos de la derecha»: los me- llamadas suteos, que se resistían a la sedentarización. Igualmen-
ridionales) encendieron señales de fuego... y hasta ahora no se ha averiguado
el significado de estas señales. Pero procuraré entender el significado y es- te, los janeos eran seminómadas. Junto a ellos aparecen los
cribiré a mi señor si así es o no. Sea la guardia de la ciudad de Mari refor- Bene-Yamina o «meridionales», que no tienen nada que ver
zada y no salga mi señor más allá de la puerta» 113 . con los «benjaminitas» de la Biblia. Era un término de localiza-
B: «A mi señor así dice Ibal-pi-il, tu servidor: Hammurabi me habló ción geográfica de unas tribus nómadas que inquietaban a la
como sigue: 'Una tropa fuerte armada ha salido a hacer frente a una columna
enemiga, pero no se pudo hallar una base conveniente; por ello, la tropa re- ciudad de Mari. Aparecen también cerca de Jarran, en la Alta
gresó con las manos vacías, y la columna del enemigo avanza en buen or- Mesopotamia, y en Qatna. Contrapuestos a ellos están los
den y sin miedo. Haz que una tropa armada a la ligera vaya a hacer frente Banu-Shimal, los «septentrionales».
a la columna enemiga y procure capturar a espías'.
Ahora bien, estos nómadas asiáticos de tipo amorreo se in-
Así me habló Hammurabi: 'Por ello envío a Sakirum con trescientos sol-
dados a Shabazum, y el total de los soldados que he enviado son ciento cin- filtraron en Canaán a principios del segundo milenio a.C. y
cuenta (hanu), cincuenta suhu y cien soldados de las orillas del río Eufra- llegaron hasta Egipto. Así, por esta época el sabio Ipu-wer se
tes, y hay trescientos soldados en Babilonia. El vidente reúne los augurios. queja de que estos extranjeros en Egipto sean tantos como los
Cuando el resultado de los augurios es favorable, salen ciento cincuenta y nativos y que hayan aprendido los oficios del delta 118 . Y en las
entran ciento cincuenta'. Sépalo mi señor. Los soldados de mi señor están
bien» 114 . instrucciones que el faraón Achthoes III (de la X dinastía) da
C : «A mi señor. Así dice Ibal-il, tu siervo: La tableta de Ibal-Adad de a su hijo Merikare le pone en guardia contra «el maligno asiá-
Aslakka llegó a mí, y fui a Aslakka a matar un asno (hayaram qatalun: sig- tico..., quien no reside en un lugar; sus piernas están siempre
nifica «hacer una alianza» o cortar la víctima de la alianza) 1 1 5 entre los en movimiento. Hace la guerra desde los tiempos de Hcrus;
hanu y los idamara. Y ordené que se matara una cría de asno. Establecí la no conquista y no es conquistado. No anuncia el día de la ba-
paz entre los hanu y los idamara... Ojalá mi señor esté contento. El campa-
mento y los Banu-Shimal («hijos de la izquierda»: los septentrionales) están talla, sino que como un ladrón... Puede despojar a una per-
bien»ll6. sona aislada, pero no ataca a una ciudad bien poblada» Hí. Es
D: «A mi señor. Así dice Mashum, tu siervo: Sintiri me escribió pidiendo la descripción del beduino de la estepa, que vive de la razzia,
ayuda y le di alcance con las tropas en Shubat-Shamash. Al día siguiente la incursión y la algara, y que desaparece en la arena e n espera
hubo las noticias siguientes sobre el enemigo: Yapah-Adad ha establecido
el campamento en este lado de la orilla del Eufrates, y con dos mil soldados de otra ocasión. Por eso, Amenhemet I (1991-62) construyó
contra ellos una serie de fortines, llamados el Muro del Prínápe;
112
Cf. G . DOSSIN, Kengen, pays de Canaan: R S O 32 (1957) 37-38; A R M X I I 747;
A. MALAMAT, Hazor «The Head of all Kingdoms»: J B L 79 (1960) 12-19; ID., Hazor and its
era como el rompeolas de las incursiones de los temidos asiá-
Northern Neighbours: Eretz Israel g ( A l b r i g h t Volume, 1969) 102-108.
113
ticos. Con todo, si llegaban pacíficamente, se les permitía eitrar
Publicada por primera vez por G . D O S S I N en R A X X X V (1938) 178-79: texto en
A N E T 482; S A O 308. con sus rebaños. En el relato de Sinuhé hemos visto al protago-
114 Publicada por C. F . JEAN, Archives royales de Mari I I n.37; texto en A N E T 483;
S A O 308-309. Sobre el «vidente» cf. N ú m c.22-24.
nista junto al Muro del Príncipe esperando el permiso de en-
115
E n G e n 15,7-21 se narra u n rito similar en la alianza e n t r e Dios y A b r a h a m : se cortó trada en Egipto, y sus compañeros asiáticos bien tratados 1 2 0 .
en dos m i t a d e s u n a vaca, una cabra... L o s habitantes d e S i q u e m eran llamados los Bene
Jamor o «hijos del asno»; allí se daba c u l t o a Baal Beríth («señor de la alianza»). E n hebreo, 117
la expresión karat ha-berith significa «cortar (la víctima de la) alianza». Igual rito en lliada III Publicada por G. F . JEAN en Archives royales de Mari II n.131; y t r a d u c i d a enReuue
298S; T I T O L I V I O I 24. Aquí se cortaba u n puerco. des Études Sémitiques (Paris 1944) 26-27; texto en A N E T 483; S A O 310.
" » Cf. A N E T 44ia.442a.
116 P u b l i c a d a por G. F . JEAN, Archives royales de Mari II n . 3 7 ; trad. enRevue des Études
Sémitiques (París 1944) p . i o - l l ; texto en A N E T 483; S A O 309. 1 » A N E T 416b.
12» Cf. A N E T 19a.
104 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 105

Del tiempo d e Sesostris II (hacia 1890 a.C.) es la famosa pin- 7. LOS JURRITAS
tura de Beni-Hasan en la tumba de J n u m - H o t e p , en la que apa-
rece una caravana de treinta y siete beduinos conducidos por Es u n pueblo de lengua aglutinante, de procedencia c a u -
su jefe Ibsha (¿Abi-shar?), cuya entrada es registrada por u n cásica, que se descolgó hacia las llanuras de la Alta M e s o p o -
escriba 1 2 1 . Y de hecho aparecen muchos nombres asiáticos tamia y Siria; sobre todo, al pie del monte T a u r u s . No a p a r e -
en Egipto en los tiempos de las XII-XIII dinastías 1 2 2 . Suelen cen en Mari y Siria del Norte hasta fines del tercer milenio a.C.
ser esclavos, obreros y bajos empleados; pero no se trata de N o m b r e s jurritas aparecen luego más al sur y en Babilonia.
una invasión masiva como la de los amorreos en Mesopotamia Pero no se puede hablar de una invasión masiva en estas tierras
por aquellos tiempos. Con todo, la descripción del nómada meridionales, como ocurre con el movimiento amorreo. A m e -
agresor de las instrucciones a Merikare se aplica bien a los diados del siglo XVIII aparecen nombres de príncipes jurritas
amorreos, contra los cuales el rey sumerioShu-Sin tuvo que cons- en los textos de Mari, y se los sitúa hacia la región de Alepo.
truir un m u r o de contención. En Egipto se llama a estos nó- Su dios es el de la tempestad, T e s h u p , el «dios de Alepo», y su
madas Amu, término que designa también a los asiáticos en ge- esposa, Jepat. Más tarde, en el siglo xvi, van a ejercer una gran
neral. Pero los nombres de los asiáticos establecidos en Egipto influencia en el Próximo Oriente con la fundación del reino de
son semítico-occidentales, como los de los amorreos 1 2 3 . Como Mitanni. El centro de irradiación estaba en la Alta Mesopo-
ya hemos dicho antes, también los nombres de los textos de tamia, justamente en la gran curva del Eufrates, el Naharina
execración aplicados a residentes en Canaán son de tipo amo- de los egipcios y el Naharayim de la Biblia 1 3 2 . Hacia 1500 a . C ,
rreo. Se supone que los amorreos surgieron de los oasis del de- el reino de Mitanni era el principal poder de esta región. Los
sierto siro-arábigo y se expandieron hacia Mesopotamia y hacia reyes suelen tener nombres indoeuropeos; y aparece el culto a
la costa siro-fenicia-palestina a principios del segundo mile- los dioses Mitra, Varuna, Indra y a los dos Nasatyas al lado
nio a . C , siendo causa del bache cultural registrado por los de los dioses jurritas 133 . Es la primera penetración de los
datos arqueológicos. Poco a poco se fueron sedentarizando, y arios en el Próximo Oriente, hacia el siglo xv. Y esta onomás-
vuelve de nuevo a surgir la población urbana, organizada en tica se extiende a Siria y Canaán. Parece ser una casta dirigente
principados primero, y luego en pequeños reinos. militar. Generalizaron el uso del carro de guerra, q u e ya era
En la Biblia se habla de los amorreos como una de las p o - conocido siglos antes en la zona. D e hecho, en los textos de
blaciones preisraelitas de Canaán. En los textos cuneiformes de Mari (s. XVIII a.C.) se menciona el caballo y el carro de guerra.
los siglos XIV-XIII a.C. se designa con el nombre de Amurru un La aristocracia de los mitannitas estaba constituida p o r los
Estado al norte de Canaán; y en los textos egipcios se le llama maryannu («los combatientes de los carros»), vocablo ario con
Amor. Los textos bíblicos tardíos hablan de los amorreos como terminación jurrita 134 . De hecho, el uso masivo del cabillo
una raza d e talla descomunal 124 , y se les considera como los y del carro de guerra por los mitannitas decidió su hegemonía
sucesores d e una raza de gigantes que habitaban en Transjor- durante el siglo xv a.C. en el Próximo Oriente. Hacia 1500 a,C,
dania: los refaim de Galaad 125 ; los zumzummím, de A m m ó n 126 ; dos oficiales de Tutmosis I aparecen utilizando u n c a r r o de
los emim, d e Moab 127 . Los refaim aparecen también en las combate por primera vez contra los mitannitas 135 . P e r o luego
cercanías d e Jerusalén 128 . E n Cisjordania aparecen los ana- se generalizó, pues en tiempos de Tutmosis III se dice que en
qím, q u e residían en la zona d e H e b r ó n 1 2 9 , en la montaña de Megiddo se apoderó de 900 carros y 2.000 caballos. Ameno-
Judá 1 3 ° y en toda Cisjordania 1 3 1 . fis II llevó en sus campañas asiáticas más de 1.000 c a r r o s , j e n
la batalla de Qadesh (1286), el hitita Muwatalli ponía e n línea
121 Cf. A N E T 229a.
122
Gf. G . POSENER, Les asiatiques en Égypte sous les XII et XIII dynasties: Syria 34 (1957) contra Ramsés II 2.500 carros, teniendo una reserva d e otros
145-63- 1.000 carros. T a m b i é n los jurritas generalizaron la coraza con
123
Cf. W . F'. ALBRIGHT, Northest Semitic Ñames in a List of Egyptian Slaves: J A O S 74
(1954) 2 2 2 - 2 3 . escamas de bronce para proteger al cochero y a los caballos.
124
A m 2,9; Níúm. 13,32; D t 3,11.
125
D t 3 , 1 1 . 1 3 ; Jos 12,4; 13,12.
126
127
Dt 2,20-21. 132
Cf. R. T . O ' CALLAGHAN, Aram Naharaim.
128
Dt 2 , 1 0 - n . 133
Cf. P. T H I E M E , The «Aryem Gods of the Mitanni Treaties: J A O S 8o ( 1 9 6 0 ) 301-17.
Jos 15,8; 18,16; 2 Sam 5,18. 134
Cf. R. T . O ' CALLAGHAN, New Light on the Maryannu as «Charriot-Warrie»: JRF 1
12' N ú m 13,22,28.33; Jos 14,12; 15,13; J u e 1,20. (1950-51) 309-24-
130
Jos 1 1 , 2 1 . " 5 Cf. A R E III 81-85; A N E T 234a-
' " D t 9,2.
106 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 107
Es la defensa contra el «arco sirio» de que hablan los textos egip- en ciertas tabletas encontradas en Taanak (en tiempos de A m e -
cios de la X V I I I dinastía 136 , compuestas de láminas de cuero nofis II) y en Gezer bajo Tutmosis IV 144 .
y de madera diferentes.
Bajo esta casta militar de maryannu el Próximo Oriente se
organizó en pequeños Estados de régimen feudal. En los textos 8. L A INVASIÓN DE LOS HICSOS
de Nuzi aparecen las costumbres jurídicas jurritas bien dife- Los faraones trataron de mantener su hegemonía sobre esta
rentes de las mesopotámicas. En las cartas de Tell Amarna región de Canaán bajo la XII dinastía. Sabemos que el general
aparecen cartas de príncipes jurritas; los nombres son indo- Nesumont, bajo Sesostris I, hizo una incursión por la zona, d e s -
arios, como Aitakama, Shutatarra de Qadesh, Biryawaza de truyendo los fortines de los príncipes asiáticos que se hacían
Damasco, Biridiya de Megiddo y Widiya de Ascalón. Esto peligrosos 145 . Por su parte, Sesostris III (1878-43), dirigió una
quiere decir q u e hacia el siglo xv-xiv los jurritas habían penetra- campaña contra Sekmen (probablemente, Siquem), que parece
do m u y al sur en la costa cananea. Aparecen 20 nombres era el centro de una confederación de reyezuelos insurgentes
arios, tres jurritas y 33 cananeos. U n o de los nombres jurritas
contra Egipto. Pero al retornar los egipcios fueron atacados por
es el del rey de Jerusalén: Abdi-Jepa. Igualmente, en las table-
los asiáticos 146 . Durante este tiempo se explotaban las minas
tas de Taanak se leen nombres arios y jurritas 137 . Por eso en
del Sinaí con u n ritmo similar al de siglos anteriores. Es la
los tiempos de las dinastías XIX y XVII egipcias se daba a
época en que Sinuhé atraviesa Canaán, siendo bien recibido,
Canaán el nombre de Juru 138 , el país de los jurritas. Así, a T u t -
lo que prueba que los egipcios eran m u y considerados; también
mosis IV (1412-1402) se da el título de «vencedor de Juru» y
encuentra egipcios por todas partes y le entienden en egipcio.
uno de sus cuerpos de ejército se llamaba «Men-Jeper-Ra vence
Los mismos asiáticos le escoltan en su retorno cuando Sesos-
a Juru». Asimismo, prisioneros jurritas tomados en Gezer apa-
recen instalados en Tebas 1 3 9 . T a m b i é n en las listas de pri- tris I le llamó 147 . Por otra parte, no pocos asiáticos con nom-
sioneros de Amenofis II (1438-12) se incluyen 36.300 jurritas, bres amárreos se instalan por esta época en el país de los fa-
juntamente con 15.200 shasu (beduinos) y 15.070 personas de raones. Amenhemet II (1929-1895 a.C.) ofrece u n gran tesoro
Nujase (Siria central) 1 4 0 . a T o t h , procedente de Siria 148 . Y, a su vez, muchos objetos
egipcios del tiempo de A m e n h e m e t III aparecen e n la tumba
Y en los textos de Tutmosis III (1468-36) se menciona a los
de Abi-Shemu, rey de Byblos; igualmente se han encontrado
príncipes d e Juru como los adversarios del faraón en Megid-
objetos egipcios de la XII dinastía en Ras Shamra, Beyrut y
do 1 4 1 . Es la primera vez que a esta región se la llama Juru en
Qatna. Y aparecen nombres de lugartenientes del faraón en
los textos egipcios, pues antes se llamaba Retenu o Djahi. Se
ciudades como Megiddo, Gezer, Jericó y Siquem 1 4 9 . Esto
habla también de prisioneros maryannu e n Galilea 1 4 2 , bajo
prueba que durante la dinastía XII todas estas regiones esta-
T u t m o s i s III, enviados por doce ciudades de la región septen-
ban bajo el alto dominio egipcio. D e hecho, en M e g i d d o hibía
trional de Canaán, lo que prueba que los jurritas-mitannitas
un intendente para contar los rebaños; y así, en la tumba de
dominaban esta zona con una casta militar minoritaria: los
maryannu. Tenían u n régimen feudal y divulgaron en esta zona T u t h o t e p aparece representado u n rebaño procedente de Re-
la escritura cuneiforme y el acadio como lengua internacional tenu o Canaán. Por otra parte, como en los llamados «textos
comercial y diplomática, como era corriente en la Alta Mesopo- de execración» no se maldice a las ciudades de Byblos, Me-
tamia y en Siria 1 4 3 . A h o r a bien, las cartas escritas a los faraones giddo y Jericó, ni a Ugarit ni a Qat, se da a entender q u e «tas
en acadio tienen m u c h o s giros cananeos. Parece que los escri- permanecían ñeles al faraón. En u n cilindro de hacia 1770, el
bas egipcios les respondían en la misma lengua, como aparece príncipe de Byblos, Yakin-El, se llama a sí m i s m o «servidor»
del faraón Sehetep-ubre; y su hijo Yantin inscribe su nombre
" 6 Cf. W . E . M C L E O D : A J A 66 (1962) 15-16.
i " Cf. A . GUSIAVS, en Z S P V so (1927) 1-18; Si (1928) 169-218. 44
138 É1 Cf. A. MALAMAT, Campaigns of Amenhotep II and Thutmose IV to Canaán: ícripta
Cf. A . GARMNER, Ancient Egyptian Onomástica (Oxford 1947) I 180-81. Hierosolymitana 8 (1961) 218-31.
139 Cf. A N E T 248a. " 5 Cf. A R E I 469-71.
1 4 0 Cf. A N E T 247; las cifras son exageradas: cf. J. JANSSEN, en J E O L 17 (1963) 141-47. " « Cf. A N E T 230.
" i Cf. A N E T 2 3 5 & ; A R E II 420-36. i « Cf. A N E T 18-22.
i " A R E II 436; A N E T 237b. 148 Cf p_ M O N T E T , Notes et documents pour servir a l'histoire des relations entre l'amenne
143
Cf. R. LABAT, Le rayonnement de la langue et de Vécriture akkadiennes au deuxiéme Egypte et la Syrie: Kemi 16 (1962) 76-96.
millénaire avant notie ere: Syria 39 (1962) 1-27- 1 4 ' Cf. A . R O W E , A catalogue of Egyptian Scarabs (El Cairo 1936) 235.
108 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 109
150 al dios egipcio Seth como su dios principal, sin duda p a r a con-
al lado de Nefer-hotep I (1740-30 a.C.) . En muchos esca-
rabajos encontrados en Megiddo, Jericó, Gezer y Lakish apa- graciarse con los vencidos. Era u n dios procedente d e l Alto
recen nombres de esta dinastía XIII 151 . Egipto y se le consideraba como el dios del desierto, de los
Después viene el gran hiatus de los reyes hicsos. Según M a - extranjeros y de la tempestad 154 . D e hecho, después de la
netón, bajo el faraón Tutimaios (Dudimose): «de repente, u n expulsión de los hicsos, el dios Seth fue representado con el
pueblo desconocido que venía del oriente tuvo la audacia de atuendo y atributos de u n dios sirio y se le identifica e n los
invadir nuestro país, y sin dificultad ni combate se apoderó textos con B a a l 1 5 5 . Tenía por esposa una diosa desnuda, que
de él por viva fuerza; capturaron a los jefes, incendiaron sal- podía ser Anat o Astarté. Por eso, como dice R. de Vaux, «hay
vajemente las ciudades, arrasaron los templos de los dioses y tra- que concluir que los hicsos eran en gran mayoría semitas» 1 5 6 .
taron a los indígenas con la mayor crueldad, degollando a unos, Ahora bien, ¿cuál era su procedencia exacta? R. de Vaux
llevando como esclavos a otros y a las mujeres de éstos. Al fin cree que son oriundos de la tierra de Canaán, porque no hay
instalaron como rey a un tal Salitis. Este príncipe se instaló en indicios de una invasión extranjera en esta región en los si-
Menfis». Sigue luego una lista de cinco reyes, y dice de ellos: glos XVIII-XVI a . C , época de gran florecimiento urbano de la
«Todos estaban ansiosos de destruir hasta la raíz al pueblo zona. Por otra parte, en las excavaciones recientes de Tell ed-
egipcio. Se nombra al conjunto de esta nación hicsos, es decir, Dab'a, al sur de Tanis (la posible Avaris de los hicsos), se ha
reyes pastores» 152 . encontrado u n escarabajo con el nombre del rey hicso Jian 157 ,
Es el único documento en el que se alude a estos misteriosos y tumbas con cerámica, armas y mobiliario cananeos 1 5 8 . T a m -
invasores asiáticos, que con su reinado impusieron una especie bién se ha encontrado una estela en Tanis datada del 1320 a . C ,
de edad nebulosa y de decadencia en el país de los faraones y en ella se celebra el cuarto centenario de la inauguración del
según la apreciación del historiador egipcio. Según los datos culto a Seth en la localidad 1 5 9 . Se le representa a Seth como
de Manetón y del papiro de T u r í n , aparecen una serie de n o m - u n Baal sirio. Debió, pues, de ser llevado por los hicsos hacia
bres de reyes distribuidos en cuatro dinastías, que abarcan de el 1720 a.C. Y el nombre Titimaios de Manetón debe de ser
la XIV a la XVII. Pero parece que algunos de esos reyes han uno de los Dudimose, últimos reyes de la XIII dinastía (hacia
sido contemporáneos entre sí, y otros con la dinastía XIII. 1660 a . C ) ; así se explica lo que dice este historiador de que el
Por otra parte, en los textos egipcios posteriores hay interés en primer rey hicso, Salitis, se estableció en Menfis en tiempos de
guardar silencio sobre esta vergonzosa época de ocupación Titimaios.
extranjera; y en las alusiones esporádicas es sólo para denigrar Así, pues, los hicsos se establecieron en el delta oriental
a los invasores 1 5 3 . hacia el siglo x v n a . C , cuando el país egipcio estaba m u y debi-
Los lexicólogos actuales rechazan la etimología de Manetón litado con divisiones interiores. Manetón da una lista ie seis
de «reyes pastores» para la palabra hicsos, y prefieren derivar «reyes pastores» y en el «papiro de Turín» se les atribuye una
este nombre de hq'w j'sw.t, que significaría «jefes de países ex- duración de ciento ocho años. Parece que Egipto se organizó
tranjeros», y designa a los jefes beduinos d e Siria y Canaán. bajo su dominio en régimen de federación feudal a base de
Y a las gentes que seguían a estos hicsos se les designa en los príncipes, sin ser u n Estado central unificado. Pero su poder
textos egipcios como «asiáticos», «habitantes d e la arena» o «gen- se extendió hasta el Alto Egipto, pues los nombres de Jiaa y de
tes de Retenu», es decir, las poblaciones de Canaán en sentido Apofis figuran inscritos en los monumentos de Djbelein, al sur
amplio. Por otra parte, algunos de estos reyes tienen nombres de Tebas; asimismo, parece q u e los últimos faraones de la
semíticos, como Yaqub-El o Yaqub-har, Anat-El o Anat-har. dinastía XIII siguieron en el Alto Egipto como vasallos de los
Pero algunos, como Apofis, son egipcios, y otros parecen ser hicsos. Por otra parte, no hay pruebas de administración de
jurritas o indoeuropeos. Por otra parte, los hicsos adoptaron los hicsos al norte de Gaza. Con todo, se han encontradoobje-
154
150 Cf. W . F . ALBRIGHT, An Indirect Synchronism betuieen Egypt ani Mesopotamia Cf. J. ZANDEE, Seth ais Stormgott: Z A S 90 (1963) 144-56.
155
circ. 1730 B. C: BASOR 99 (1945) 9-18. Cf- S. M O R E N Z , Ágyptische Religión (Stuttgart 1960) 250-51.
156
151
Cf. A. R O W E , o.c, n.113. R. DE VAUX, Histoire ancienne d'hraéí (París 1971) 80.
152
El texto en FLAVIO JOSEFO, Contra Apion I xiv,75-82. 157 Cf. S H . ADAM, A S A E 56 (1959) 220-21.
158
'53 Sobre el problema d e los hicsos véanse J. V A N STERS, The Hyksos. A New lnvesiiga- Cf. J. LECLANT, en Orientalia 37 (1968) 98-100; ibid., 38 (1969) 2 4 8 - 5 1 ; W . L SIMP-
tion ( N e w H a v e n 1966); D . B. R E D F O R D , The Hyksos Invasión in History and Tradition: SON, The Princess Tany: C h r E g 34 (1959) 233-39.
59
Orientalia 39 (1970) 1-51. 1 Cf. P . M O N T E T , La stéle del an 400 retrouvée; Kémi 4 (193O I . i r : ANET2<í2-c;3.
110 Historicidad de los relatos patriarcales 111
IV. La historia de los patriarcas
Después de muchos días, el rey Apofis le convocó... Por eso el rey Apo-
tos con n o m b r e s de Jian en Creta, en Bagdad y en Bogazkeui fis envió al príncipe de la ciudad del sur el mensaje que escribió y que los
(Asia Menor) 1 6 ° . Pero se debe a la expansión comercial, no sabios le sugirieron... Entonces el mensajero le dijo: 'El rey Apofis me
política, de los mismos. Por eso, «no se puede hablar de un envía a deciros lo siguiente: Retira del lago los hipopótamos que están al
imperio de los hicsos en el Próximo Oriente» 1 6 1 . oriente de la ciudad. Porque los hipopótamos no me dejan dormir y vienen
a mí día y noche, y el ruido está en los oídos de su ciudad'. Entonces el prín-
D e hecho, los hicsos procuraron adoptar los nombres y cos- cipe de la ciudad del sur quedó confuso por un largo tiempo, porque sucedió
tumbres egipcios; pero entre los nombres aparece u n gran visir que no sabía qué responder al mensajero del rey Apofis.
con el nombre semita de Jur, cuyos escarabajos aparecen en Entonces el príncipe del sur le dijo: 'Bien, tu señor podría algo sobre
Sudán y en Gaza: era el área de dispersión del dominio de los este lago que está en el oriente de la ciudad del sur aquí'. Y dijo al mensaje-
ro: 'Di a tu señor que haré lo que dirás a él. Dile así'. Entonces el mensajero
hicsos. Después de la expulsión de éstos, en los textos egipcios del rey Apofis empezó a encaminarse hacia el lugar donde estaba su señor.
se les considera como bárbaros que han saqueado los templos. Y el príncipe de la ciudad del sur convocó a sus cortesanos principales,
Así, la reina Hatshepsut dice de los templos que ha recons- como jefe superior que era, y les repitió el mensaje que el rey Apofis les ha-
truido: «Yo he restaurado lo que estaba arruinado. Yo he le- bía enviado. Ellos entonces quedaron en silencio por mucho tiempo, por-
que no sabían qué responderle, bueno o malo. Entonces el rey Apofis en-
vantado lo que estaba en piezas desde que los asiáticos (Amu) vió a...» (se interrumpe el texto) 1 6 3 .
estaban en medio de Avaris del país del N o r t e y desde que los
extranjeros se habían mezclado allí, echando por tierra todo lo N o sabemos cómo terminó esta historia, pero el análisis
que estaba hecho. Porque gobernaban sin Ra» 162 . Pero parece de la momia del príncipe Senen-Re tiene grandes heridas en
que no fueron malos gobernantes, pues se fomentó la agricul- la cabeza, quizá como consecuencia de una lucha contra los
tura y el comercio, no se cambió la religión y aceptaron a Ra hicsos. De hecho, sabemos que su hijo Kamosis inició esta
en su panteón. Por otra parte, en el campo literario, de esta guerra de liberación contra los opresores extranjeros, según se
época datan muchas copias de textos literarios y científicos cuenta en dos estelas de Karnak 164 . El rey de Avaris pidió ayuda
egipcios. Y además esta invasión de los hicsos sirvió para abrir al rey de Etiopía; pero su mensaje fue interceptado. E l hermano
el horizonte a los habitantes del Nilo, que se consideraban el de Kamosis es Amosis, quien, al terminar de expulsar a los
centro de la tierra, rodeados de bárbaros. D e este modo, los hicsos, se constituyó en el fundador de la XVIII dinastía.
hicsos constituyen como u n puente entre África y Asia, lo que
daría pie para nuevas empresas de conquista de los faraones Estela de Carnavon 165
en tierras asiáticas.
«El poderoso rey de Tebas. Kamosis, era el rey benéfico. E l mismo Ra
En el Alto Egipto se preparó la reacción contra estos asiá- le había hecho rey y le dio fuerza en la verdad. Su Majestad habló en su pa-
ticos, y así, los príncipes de Tebas organizaron la expulsión lacio al consejo de los nobles que eran de su comitiva así: ' ¡Permítaseme
de los hicsos, constituyendo la XVIII dinastía. U n cuento le- comprender cuál es mi fuerza! Hay un príncipe en Avaris, otro en Etiopía,
y yo aquí estoy asociado con un asiático y un negro (kushita). Cada uno tie-
gendario que explica bien la situación de entonces dice que u n ne un trozo de Egipto, dividiendo el país conmigo. Yo no p u e d o atravesar
príncipe de esta dinastía llamado Sekenenré, «el valiente», reci- las aguas de Egipto hasta Menfis, pues él tiene a Hermópolis (a 300 kiló-
bió una vez u n mensaje insultante del rey Apofis, que reinaba metros al sur de Menfis). Nadie puede establecerse, pues es arruinado por
en Avaris, a 800 kilómetros de Tebas, quejándose de los hipo- los impuestos de los asiáticos. ¡Yo voy a luchar con él hasta abrirle el vien-
tre! ¡Mi deseo es salvar a Egipto y herir a los asiáticos!...
pótamos del lago de Tebas, pues no le dejaban dormir. H e aquí Yo fui al norte, porque era suficientemente fuerte para atacar a los asiá-
el texto, lleno de encanto: ticos, por mandato de Anión. M i valeroso ejército estuvo delante de mí
como una ráfaga de fuego. Las tropas de los Madjoi estuvieron en la parte
«Sucedió entonces que el país de Egipto estaba en la miseria. No había superior de nuestras cabinas para observar a los asiáticos y hacerles retrasar
señor o rey de la época. Pero ocurrió que el rey Seqnen-Re—vida— era sus posiciones... Yo no quería dejarlo escapar, mientras que y o tenia a raya
el gobernador de la ciudad del sur (Tebas). La miseria reinaba en la ciudad a los asiáticos, que habían dominado Egipto... Yo pasé la noche en mi barca
de los asiáticos, porque el príncipe Apofis estaba en Avaris y todo el país con gran dicha en el corazón. Cuando rompió el día, yo me e c h é sobre él
les estaba sometido con sus impuestos; el norte también, con todos los bue-
nos productos del delta. Entonces, el rey Apofis adoptó a Seth como señor i « Cf. A N E T 23ib-32a.
164 p . M O N T E T , La stéle du roi Kamose: C R A I (1956) 112-20.
y no quería servir a otro dios que hubiera en el país, excepto a Seth... 165
Esta tableta, llamada de Carnavon porque éste la encontró en T e b a s occidental, es
un ejercicio escolar, copia de una estela d e Kamosis. Publicada por C A R N A V O N y H C A R T E R ,
160 Five Years Exploration at Thebes ( L o n d o n 1912), su contenido fue c o n f i r m a d o porlos frag-
Cf. H . STOCK, Der Hyksos Chian in Bogazkoi: M D O G 94 (1963) 73-8o. mentos d e otra estela encontrada en Karnak: ASAE 35 (1935) 111; p u b l i c a d a en ASAE 39
161
R. DE V A U X , O.C, 82.
162 (1939) 245-71-
Inscripción d e Speos A r t e m i d o s , en A R E II 296-303; A N E T 231.
112 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 113

como si fuera un halcón. Cuando llegó la hora del desayuno, le ataqué, A los enemigos se les llama Amu (asiáticos en general). Los
echando abajo sus muros, matando a su gente, e hice que su esposa vinie- hicsos fueron así empujados hacia sus tierras alrededor del
ra a la orilla del río. Mis soldados fueron como leones con sus despojos,
tomando siervos, ganado, leche, miel, dividiendo sus propiedades, con sus 1550 a.C.
corazones alegres. L a región de Nefrusi cayó. Poco faltó para que les pusié- A la vista de esta exposición somera, tenemos una idea
ramos cerco a sus personas. La región de Per-shaq se perdió cuando yo sobre la situación política del Próximo Oriente; en concreto,
llegué. Sus caballos habían huido en el interior. La patrulla...» 1 M
de la región siro-cananea, en la que se desarrolla la vida de
No sabemos más de cómo se desarrolló la lucha contra los los patriarcas allá por los siglos XVIII-XVII a.C, justamente
hicsos. Sólo queda el texto de un oficial que en su tumba nos cuando los hicsos irrumpían en el país de los faraones, domi-
describe su intervención en la conquista de Avaris, bajo el nando la región del delta. A la luz de esta situación ambiental,
faraón Amosis (1570-45 a.C), y de Tutmosis I (1525-1495). vamos ahora a estudiar las incidencias de los patriarcas en sus
Se llama este oficial Amosis 167. He aquí el texto de su inscrip- emigraciones según los textos bíblicos, que nos trazan un iti-
ción funeraria: nerario bien concreto.

«El comandante de una tripulación, Amosis, hijo de Eben, el triunfador, Q. LA EMIGRACIÓN DE ABRAHAM
dice: 'Yo hablo a todos los hombres para que sepáis los favores que he re-
cibido. .. La fama de un valiente proviene de lo que hizo, sin que desaparezca a) D e U r a Jarran
jamás en este país'. Así habla: 'Me eduqué en la ciudad de el-Kab... Cuando
se puso sitio a la ciudad de Avaris, mostré valor a pie en presencia de Su Los relatos bíblicos sobre los patriarcas aparecen encua-
Majestad... Después se combatió en el agua en el canal de Pa-Djeku, de
Avaris. Entonces hice una captura, tomando una mano. Se dio informe al
drados en unos esquemas teológicos a base de apariciones y pro-
heraldo real. Por ello se me concedió el Oro del valor. De nuevo se luchó mesas divinas, ya que para los hagiógrafos constituyen la •«his-
en el mismo lugar; efectué otra presa y tomé otra mano. Por ello, de nuevo toria de salvación» de su pueblo, es decir, su elección, supues-
se me concedió el Oro del valor. tas unas bendiciones que condicionarán todo su desarrollo his-
Después se combatió en Egipto, al sur de esta ciudad. Capturé a un hom- tórico a través de los tiempos. En este supuesto, estos relatos
bre prisionero. Bajé al agua—él fue capturado en el lado de la ciudad—y
atravesé el agua llevándolo. Se dio informe al heraldo real. Otra vez se me de la época patriarcal constituyen como la «prehistoria» de Is-
concedió oro. Después fue saqueada Avaris. Me llevé este botín de ella: un rael, ya que los patriarcas aparecen vinculados a los designios
hombie, tres mujeres; en total, cuatro personas. Luego Su Majestad me misteriosos de un Dios que se habría de manifestar con gestas
los concedió como esclavos. Después Sharuhen fue sitiada durante tres salvadoras a favor de su pueblo. Dado este enfoque, muchas
años. Luego, Su Majestad la entregó al saqueo. Y de allí me llevé el siguien-
te botín: dos mujeres y una mano. Se me concedió el Oro del valor y se me veces los acontecimientos se simplifican sistemáticamente en
entregó el botín para que fueran esclavas. Después que Su Majestad hubiera función de una preocupación sacral, prescindiendo de las causas
matado a los asiáticos, zarpó hacia el sur, hacia Jenti-hen-nefer, para desba- segundas, y atribuyendo directamente a Dios lo que puede
ratar a los nómadas nubios... ser fruto de la concurrencia y presión de unas circunstancias
Más tarde éste (Tutmosis I) fue a Retenu (Canaán) para calmar su co-
razón a través de los países extranjeros. Su Majestad llegó a Naharin («los
históricas 169 . Por eso las apariciones e intimaciones divinas se
dos ríos»: la curva del Eufrates), y Su Majestad encontró a aquel enemigo prodigan; y así, la emigración de Jarran a Canaán es simple-
mientras preparaba la disposición del combate. Innumerables fueron los mente el efecto de una orden expresa divina: «Sal de t u tierra,
prisioneros que Su Majestad capturó vivos gracias a su victoria. Yo iba en de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que yo
la vanguardia de nuestro ejército y Su Majestad vio lo valiente que yo era.
Me apoderé de un carro de guerra, de su caballo y a quien iba en él lo tomé
te voy a indicar. Yo te haré un gran pueblo, te bendeciré y en-
como prisionero...'» 168 grandeceré tu nombre, que será una bendición; y bendeciré
a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan, y serán
Por este relato parece que los hicsos fueron perseguidos en en ti bendecidas todas las familias de la tierra» 170 . E n «stas
Canaán, llegando hasta Sharujen, quizá Tell Farah del Sur. palabras se sintetiza toda la teología de la elección, que sea la
idea central que preside la compilación de las antiguas tudi-
' « El texto en ANET 232-33; cf. P. MONTET, La sték du roí Kamose: CRAI (1956)
112-20.
167
ciones patriarcales. Entonces comienza la aventura existen-
Esta inscripción funeraria fue copiada por C. R. LEPSIUS, Denkmáler aus Aegypten
und Aethiopien (Berlin 1849-59) III 126.c; publicada por K. SETHE, Urkunden der 18 Dy-
nastie (Leipzig 1905) I 1-11; cf. V. LORET, L'inscription de Ahmés jih d'Abana (Bibíiothéque 169
Cf. M. GARCÍA CORDERO, Idealización épico-sacral en la historiografía bíblica: Ciencia
d'Étude III, El Cairo 1910); A. H. GARDINER, en JEA V (1918) 4S-54. Tomista 93 (1966) 426-48.
"¡8 Texto en ANET232-34; SAO 203-205. '"> Gen 12,1-3.
114 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 115
cial de u n clan anónimo en constante emigración, porque esta- 176
en los textos cuneiformes y fue excavada por L. Woolley .
ba destinado a dar origen a un pueblo que iba a ser algo «aparte» F u e una ciudad m u y floreciente durante el tercer milenio a . C ,
entre todos los pueblos de la tierra, según expresión profética sobre todo bajo la III dinastía de Ur. F u e destruida p o r los
puesta en boca de u n adivino g e n t i l 1 7 1 . elamitas hacia el 2000 a . C Pero siguió siendo un centro co-
Pero en los mismos relatos bíblicos se refleja una mayor mercial y religioso importante hasta los tiempos de H a m m u r a b i
complejidad d e los acontecimientos; por eso, el historiador ( s . x v m a . C ) . Después, durante u n milenio (hegemonía d e los
puede rastrear, a través de ellos, las circunstancias ambientales kasitas y asirios), sufrió u n gran eclipse, para volver a p r o s p e -
que condicionan las emigraciones de los patriarcas. En efecto, rar de nuevo bajo la dinastía neobabilónica en los siglos v n -
según el esquema simplificador del «sacerdotal», el padre de vi a . C Así, pues, U r estaba aún floreciente en tiempos de
Abraham, Teraj, es el término de una genealogía que arranca A b r a h a m (s.xvni a . C ) . Pero la precisión bíblica «Ur de los
de Sem a través de u n tal Heber, que habría de ser el supuesto caldeos» resulta anacrónica, ya que los «caldeos», de raza aramea,
epónimo de los hebreos 172 . El hagiógrafo coloca esta genealogía empiezan a sonar hacia el siglo ix, y sólo en el siglo v n a.C.
después del incidente de la confusión de las lenguas, y supone adquieren singular relieve. Con todo, para los lectores de la
que la descendencia de Noé después del diluvio proviene de los Biblia, la precisión geográfica «Ur de los caldeos» era clara,
montes de Armenia (Ararat-Urartu, lugar en que encalló el
y queda como una frase estereotipada. Así, en G e n 15,7 se
arca después del diluvio) 173 , y se instaló en la llanura de Se-
ponen en boca de Dios estas palabras, dirigidas a A b r a h a m :
naar o Mesopotamia, donde intentaron construir la famosa
«Yo soy Yahvé, que te ha hecho salir de Ur Kasdim para darte
torre de Babel. Sin duda que el autor bíblico se hace eco de
este país». Esta expresión vuelve a reaparecer en textos poste-
leyendas mesopotámicas y de la emigración de los sumerios,
riores 177 .
procedentes de las zonas montañosas del Cáucaso, para ins-
De hecho, sabemos que Nabónides, originario de Jarran,
talarse, hacia el quinto milenio a . C , en la Baja Mesopotamia,
reconstruyó los templos de esta ciudad y los de Ur; su madre
donde crearon la floreciente civilización que había de ser adop-
tada por los semitas. había sido sacerdotisa de Sin en Jarran; su hija fue sacerdotisa
del mismo dios en U r 178 . Esto prueba las relaciones religiosas
Por otra parte se ve u n especial interés en querer presen- que había entre las dos ciudades, ya que la misma divinidad,
tar al gran antepasado A b r a h a m en relación con estas pobla- Sin, el dios lunar (dios de los nómadas, que hacen sus trashu-
ciones mesopotámicas, que destacaban por su cultura y vivían mancias de noche bajo la luna llena para huir de los calores
en una región que se creía el hogar primitivo d e la misma del día), era adorada en ambas localidades. Por eso, «la emigra-
humanidad. El autor sagrado presenta así a los antepasados de ción d e U r pertenece a las más antiguas tradiciones d e l Pen-
A b r a h a m residiendo en Ur de los caldeos (Ur Kashdim) 174 , tateuco.., N o ha podido ser inventada en el m o m e n t o en que
donde m u e r e su hermano H a r á n (v.28), «país de su nacimien- estas tradiciones han sido redactadas, porque entonces Ur es-
to» o parentela. Se ha pensado que la localización «Ur de los taba completamente olvidada» 1 7 9 . Por su parte, J. Bright, que
caldeos» (LXX: «país de los caldeos») sería una adición de u n tiene sus dudas sobre la procedencia de A b r a h a m d e U r , dice
glosista del siglo vi a.C. para indicar el supuesto lugar de ori- que «no es imposible que algunos clanes semíticos del noroeste
gen de Abraham, en la tierra de los «caldeos», t a n conocidos que se hubieran filtrado en el sur de Mesopotamia emigraran
entonces de sus lectores por ser el pueblo q u e ejercía la hege- posteriormente hacia el norte, hacia Jarran, quizá e n los días
monía e n el Creciente Fértil e n aquellos tiempos. De hecho, turbulentos de la caída de U r III» 1 8 ° .
el n o m b r e de Kasdim (forma neobabilónica: kaldim) no apa-
rece hasta el siglo xi a . C , es decir, m u c h o tiempo después de A nuestro entender, es verosímil la emigración d e uncían
los tiempos patriarcales 175 . L a ciudad d e Ur es bien conocida
d e Armenia. Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 140 (1955) 31-32; I D . , The Biblical Period
frora Abraham to Ezra (New York 1963) 97 n . l .
171 176
N ú m 23,9. Cf. L . W O O L L E Y , Abraham. Recent Discoveries and Hebrew Origins ( L o n d o n i 9 3 6 ) .
172
G e n 11,10-27. 1 77 Cf. N e h 9,7; J u d 5,6; Jubileos ( c . n - 1 2 ) ; Act 7,2.
178
i " G e n 8,4. Cf. S. SMITH, Babylonian Historical Texis Relating to the Capture and DovJÍall of
174 Babylon ( L o n d o n 1924) 36s; C. J. G A D D , The Marran Inscriptions of Nabonidus: AlStud 8
E l t é r m i n o Kasdim es arcaico, m i e n t r a s q u e Kaldu es n e o b a b i l ó n i c o . L o s L X X t r a -
ducen este t é r m i n o más reciente: ypi\Saioi. Cf. J. M . G R I N T Z , e n J N E S 21 (1962) i g o n . i o (19S8) 35-92-
175
U n t e x t o d e JENOFONTE (Anabasis I V iii.4), Ciropedia (III 1.34) h a b l a de los «caldeos» "9 R. DE VAÜX, o . c , 183.
180
J. BRIGHT, Historia de Israel (Bilbao 1966) 95.
116 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 117

seminómada asentado cerca de Ur, en la Baja Mesopotamia Abraham se llamaban Najor, que encuentra su paralelo en el
(la actual tell Mugheir), entre Bagdad y Basora 181, desde esta Na-ju-rum, como nombre propio, en cuatro documentos de
región hacia el norte, donde la ciudad de Jarran ofrecía mejo- esta época encontrados en Nippur 188. Y el nombre de Jacob
res posibilidades, ya que en ella no faltaban gentes conocidas (¿abreviación de Ya'qub-El?) aparece, bajo la forma de Ya-aj-
de Ur, que se habían desplazado a aquella localidad también qu-ub-El y Ya-qu-ub-El, en cuatro documentos de Kish, de un
por razones comerciales. Y, aunque el autor bíblico no da nin- siglo antes de Hammurabi 189 . E incluso aparece bajo la forma
guna razón concreta para justificar el desplazamiento del clan abreviada de Ya-ku-bi en textos de la I dinastía de Babilonia 190 .
de Teraj, podemos suponer que éste formaba parte de una Por otra parte, ciertos nombres del clan de Abraham re-
emigración más amplia promovida en tiempos de disturbios flejan que en él se daba culto al dios lunar Sin. Así, se ha rela-
políticos de escasez de pastos en el sur. Como dice R. de Vaux, cionado el nombre de Teraj (padre de Abraham) con yeraj (mes
«puede representar a un grupo de semitas seminómadas que lunar) o yareaj (luna), aunque puede relacionarse mejor con el
habían vivido en el ambiente de Ur, tomando el camino tantas acadio turaju («ramillete»). El mismo nombre de Labán, sobri-
veces frecuentado por las caravanas para encontrar a sus her- no de Abraham, significa «blanco», y a la luna llena se le llama-
manos de raza establecidos en el norte» 182. En el relato bíblico ba la «blanca»: ¡ebanah; el nombre de Sara, esposa de Abra-
se incluye esta emigración hacia el norte como un primer paso ham, parece derivar del acadio sharrátu («reina»); pero origi-
hacia Canaán: «Tomó, pues, Teraj a Abraham, su hijo; a Lot, nariamente era el nombre sumerio de la esposa de Sin, llamada
el hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai, su nuera, la mujer Nin-gal («la gran señora»); Milka, esposa de Najor, tiene el
de su hijo Abraham, y los sacó de Ur Kasdim para dirigirse a mismo nombre de la hija del dios Sin: la malkatu o «princesa».
la tierra de Canaán; pero, llegados a. Jarran, se quedó allí» 183. Lo que sí es cierto es que el lunar dios Sin y su esposa, Nin-gal,
Aquí nos encontramos ya con la obsesión de la tierra prome- eran las divinidades patrañas de Ur y de Jarran 1 9 1 . Así, en
tida que va a ser el país de Canaán, y por eso el hagiógrafo con- un texto del siglo xvm de Mari se habla de una alianza entre
sidera la residencia en Jarran como etapa de tránsito; pero se- los Bene-Yamina y los reyezuelos de la Alta Mesopotamia en
guramente no lo era en los planes de Teraj. De hecho, la ciu- el templo de Sin en Jarran 192 . Y en el siglo xiv, en el tratado
dad de Jarran se convierte en 'erets mólédét, o «tierra de la pa- entre Suppililiuma de Jattu y Mattiwaza de Mitanni se invoca
rentela» de Abraham, según se declara en Gen 12,1 y 24,4.7. a Sin de Jarran 193 . Así, pues, el culto del dios lunar Sin en
Y allí quedarán sus parientes cuando él se desplace hacia el Jarran parece ser filial del de Ur en una época de expansión
sur 184; pero esto no prueba que fuera originario de esa región sumeria hacia el norte.
de la Alta Mesopotamia 185. Ahora bien, el clan de Teraj pudo utilizar un doble itine-
Por otra parte, el nombre de Abraham es amorreo, y sabe- rario para subir hacia Jarran, siguiendo las rutas caravaneras de
mos que los amorreos se instalaron en la Baja Mesopotamia la época, o bien, bordeando el Eufrates y pasando por babilo-
ya en el tercer milenio a.C. 186 . Incluso los otros nombres de nia y Mari, adentrarse en el valle de Balij, donde estaba en-
su parentela encuentran su paralelo en textos de la Baja Me- clavada Jarran; o quizá—aunque es menos probable—, apar-
sopotamia. Así, el bisabuelo de Abraham, llamado Sarug, en- tándose hacia la derecha, bordeando el Tigris, pasanJo por
cuentra su paralelo en un tal Sha-ru-gi, mencionado en Tello Asur y atravesando el río más al norte, acercarse a Jarran
bajo la dinastía III de Ur 187 ; el abuelo y un hermano de cerca del Jabur, afluente del Eufrates. La ruta del Tigris es
131
Cf. E. D H O R M E , La religión des hébreux nómades (Bruxelles 1938) 69; A. PARROT, descrita detalladamente en dos textos 194 , y la del Eufrates
Abraham et son temps (Neuchátel 1962) 16.
188
182 R. DE V A U X , en RB (1948) 322. Cf. A. L . O P P E N H E I M , Catalogue of the Cuneiform Tablets of the WüberfcKe Eames
183
G e n 11,31. Babylonian Collection (New H a v e n 1948), índice, p.197.
184
G e n 24,4; Aram Naharyim, G e n 24,10. 189 Cf. M . R U T T E N , Un lot de tablettes de Mañana: R A 54 (1960), Index, p . 149.
185
Es la o p i n i ó n de C. H . G O R D O N , en J N E S 17 (1958), 3 1 ; F . V A T T I O N I : Augustinia- i»° Cf. S. D . SIMMONS, en JCS 14 (1960) 122 n.100,21; I D . , en J C S 13 (1959) 114 n.26,7;
num 4 (1964) 335-36. Algunos autores h a n q u e r i d o identificar al Ur de la Biblia con Ura, 14 (1960) 27 n.57,13; T H . BAUER, Die Ostkanaanaer (Leipzig 1926) 27; M . N O T H , Mari und
localidad del A s i a Menor. Gf. C. H . G O R D O N , Abraham and the Merchanls of Ura, en J N E S 17 Israel: Geschichte u n d A T (Festschrift Alt) ( T ü b i n g e n 1953) M2-
(1958) 28-31; e n contra, A. SAGGS, Ur of the Chaldées. A problem of Identification: Iraq 22 191 Cf. E. D H O R M E , Abraham dans le cadre de l'histoire: R B 37 (1928) 379-^.481-84;
(1960) 200-209. Recueil Ed. Dhorme (Paris 1951) 205-15.763.
186 192
Cf. R. D E VAUX, Histoire Ancienne d'ísraéí (Paris 1971) 64-65; G. BUCCELLATI, The Cf. G. DOSSIN, Benjaminites dans les textes de Mari, en Mélanges Syriens.R. Dus-
Amontes of the Ur III Period (Ñapóles 1966), 320-21. saud II (Paris 1939) 986.
i«? Cf. G . BARTON, Documents from the Temple Archives of Tello ¡II (Phüadelphia 1914) 1 9 3 E. F. W E I D N E R , Politische Dokumente aus Kleinasien (Leipzig 1923) 32-33.1.34.
51; N . S C H N E I D E R , Patriarchennamen in zeitgenSssischen Keilschriftkunden: Bíblica 33 (1932) 194 Cf. A. G O E T Z E , An Oíd Babylonian Itinerary: JCS 7 (i953) 51-73; W . V. H A L L O ,
516-22. The Road to Emar: JCS 18 (1964) 57-88.
118 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 119

también es detallada en algunos textos 195 . Así, pues, «la emi- de Til-Najiri206. Según Gen 24,10, Abraham encargó a su
gración de Uf está de acuerdo con las condiciones históricas y mayordomo Eliezer que fuera a donde tenía su parentela o casa
geográficas de la época de Abraham. Puesto que forma parte solariega, a Aram Naharayim, donde está la «ciudad de Najor»,
de la tradición literaria más antigua del Génesis (yahvista) y nombre que coincide con el del abuelo de Abraham y con el
difícilmente ha podido ser inventada en el momento en que de un hermano suyo 207. Por otra parte, según Gen 27,43, Re-
la tradición fue redactada, es imprudente negarle todo funda- beca aconseja a su hijo Jacob huir a «Jarran, junto a Labán,
mento histórico; al menos hay que retenerla como posible» 196 . mi hermano»; y, en efecto, Jacob partió para Jarran 2 0 8 y llegó
El término de este desplazamiento fue Jarran, ciudad si- al país de los Bené-Qedem («hijos de Oriente») 209 , y allí se
tuada en una encrucijada geográfica, en el valle del Balij, por- encontró con pastores que eran de Jarran, donde residía La-
que allí se daban cita gentes mesopotámicas y asiánico-jurri- bán, hijo de Najor 2 1 °.
tas, mitannitas e hititas, al par que- los inevitables amorreos, Según el «sacerdotal», Teraj murió en Jarran 211 , y enton-
a cuyo grupo étnico pertenecía el clan de Teraj. Se ha querido ces Abraham abandonó esta región para trasladarse a Ca-
identificar el Jarran bíblico con el actual eshki-Jarrán («el viejo naán 212 . Pero la familia de Rebeca, hermana de su sobrino
Jarran»), aunque recientemente se le identifique más bien con Labán, residía en Paddán-Aram 213 , que es el país al que Isaac
el actual Jarran 197, donde se han encontrado restos del templo envió a Jacob 214 , y allí, en Paddán-Aram, residía Jacob, y for-
del dios lunar Sin. De hecho, Jarran, además de ser el punto mó una familia y se enriqueció en negocios a medias con La-
de enlace de las rutas caravaneras de Alepo a Nínive, así como bán 215 . Los nombres de Aram-Naharayim y Paddán-Aram
de Babilonia al Asia Menor, era un centro de peregrinación al parecen equivalentes según las diversas tradiciones. Aram-
dios Sin, patrono de los nómadas y caravaneros, que hacían Naharayim se suele traducir por «Aram de los dos ríos», es
sus viajes generalmente de noche, a la luz tenue de la luna, para decir, el país comprendido entre los ríos Tigris y Eufrates,
librarse de los ardores solares 198 . En realidad, Jarran significa o el Eufrates y su afluente el Balij 216 . Más bien parece desig-
«ruta» o «caravana» (jarranu en acadio). El nombre de esta ciu- nar la Naharina de los textos de Tutmosis I y el Najríma de
dad aparece en las tabletas capadocias de los siglos xx-xix las cartas de Amarna; es el recodo del Eufrates, que da la im-
a.G. 199 , en los archivos de Mari en el siglo xvm 2 0 0 y en los presión de dos ríos cerca de Karkemish. Este nombre no apa-
itinerarios babilonios antiguos 201 . No vuelve a aparecer ci- rece antes del siglo xv a.C. En los textos de Mari se llamaba
tada hasta 1300 a.C. en los textos asirios, en tiempos de Adad a esta región el «País Alto», y así, Shamsi-Adad I se proclamó
Nirari I. No obstante, en los textos hititas se cita al dios Sin de «dominador del país entre el Tigris y el Eufrates» 217 . En un
Jarran 2 0 2 . texto de la I dinastía babilonia es llamado Birit nárim («Entre
ríos») 218 .
En Gen 24,10 se habla de la «ciudad de Najor», en la re-
Por otra parte, el nombre de Aram que se lee en el texto
gión de Aram Naharayim. Justamente en las tabletas capado-
bíblico no aparece como designación étnica en los textos asi-
cias se menciona una ciudad de Najuru 203 , así como en los rios antes del siglo x n a . C , bajo Teglatfalasar I, ni en los
textos de Mari 2 0 4 , y es un centro administrativo en el si- textos egipcios antes del siglo xiv, bajo Amenofis III. Por ello,
glo XIII a.C. 205 . En el siglo vi vuelve a aparecer con el nombre Aram parece ser una concreción posterior anacrónica pira lo-
195
Cf. A. L . O P P H E N H E I M , The Tnterpretation ofDream in ihe Ancient Easl (Pbiladelphia
calizar a los lectores del primer milenio a.C. el lugar deNaha-
1956) 260.68.
196 2
R. DE VAUX, Histoire Ancienne d'hraéí (París 1971) 187. "6 C. H . W . JOHNS, Assyrian Deed and Documents ( C a m b r i d g e 1898-1923) n.420,3.
207
197
Cf. A . P A R R O T , O . C , 37; S. L L O Y D - W . P R I C E , Harran: AnStud I (1951) 77-m; G e n 11,24.26.
2
C . J. G A D D , The Harran Inscriptions of Nabonidus; A n S t u d 8 (1958) 35. »8 Gen 28,10.
19 209
« Cf. E . D H O R M E , en R B (1928) 379-385; I D . , La Religión des hébreux nómades (Bru- Gen 29,1.
210
xelles 1937) 90-92. Gen 29,4.
199 211
Cf. E . B I L G I C , Die Ortsnamen der tkappadokischen» Urkunden: A F O 15 (1945-51)1-37. Gen 11,31-32.
200 212
Cf. J. B O T T É R O - A . F I N E T , Répertoire analytiquc des tomes I-V des Archives Rayales G e n 12,40-5.
213
de Mari (París 1954) 125. Gen 55,20.
201 2
A . G O E T Z E , o . c , 6 1 ; W . W . H A L L O , O . C , 77. " Gen 28,2.5-7-
202 21
Cf. J. G A R S T A N G - O . R. GURNEY, The Geography of ihe Hittite Empire (London 5 Gen 31,18; 35,ü6; 46,15.
216
1959) 27-28. Cf. M . N O T H , Die Ursprung des alten Israels im Lichte neuer Quellen ( K o l n ufa) 3 1 - 3 3 .
203 2
E . B I L G I C , o . c , 23.24. " E. E B E L I N G , B . M E I S S N E R , E . F . W E I D N E R , Die Inschriften der altassyrisdtn Konige
2 4
» A R M I X (1960)11.124.8. (Leipzig 1926) 2 3 .
205 21
K A J 109,8.10.16; 113,27.30; 121,7; A F O 13 (1939-41) 118. ' Cf. J. J. F I N K E L S T E I N , tMesopotamiat: J N E S 21 (1962) 74.
120 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 121

rayim o Naharina: la Alta Mesopotamia. En la tradición «sacer- vas. Por eso, en tono enfático se promete a Abraham cuando
dotal» se habla de Paddán-Aram, que se suele traducir por va a salir de la tierra de Jarran: «Yo te haré un gran pueblo, te
«ruta de Aram» (jugando con el término acadio padánu, «ruta»), bendeciré...» 221 . Incluso se da la clave de toda la «historia de
y entonces equivale al jarránu, que se relaciona con el nombre salvación»: en Abraham serán «bendecidas todas las familias
de Jarran 219 . Pero, según la etimología siríaco-arábiga, paddán de la tierra». Esta idea es grandiosa y es como el reverso de la
significa «llanura». En este supuesto, es el equivalente del dispersión de la humanidad, dividida en razas humanas 222 .
shedéh 'arám de Os 12,13, I a «llanura de Aram», a donde huyó Así, el gran patriarca será el principio de unificación de las
Jacob. razas dispersas, porque en su descendencia se canalizará el de-
signio divino de salvación sobre todos los pueblos. Es una
b) P e Jarran a C a n a á n concepción teológica grandiosa universalista, que sólo aflora
Al morir el padre de Abraham, Teraj, se desdobló el clan en los textos bíblicos después del exilio, en el Deutero-Isaías 223 .
familiar, sin duda por razones económicas; y así, Abraham Ello supone una maduración teológica y mesianista que sólo
sintió ansias de libertad y de autonomía económica, y, aprove- se perfila en la predicación profética de los siglos VIII-VI a.C.
chando alguna de las emigraciones de la época, tan corrientes Pero estas promesas intercaladas son las que dan unidad y sen-
desde Jarran, se dirigió hacia el suroeste con su familia y ga- tido religioso a los acontecimientos que se narran.
nados en una peregrinación lenta, como es habitual en los Pero el historiador crítico trata de buscar las motivaciones
nómadas, que andan siempre en movimiento en busca de pas- humanas que condicionan estos acontecimientos. Y encuentra
tos y según la escasez de los mismos, lo que depende de la es- la emigración de Abraham en la misma línea que la de los
tación pluviométrica y emigran de un sitio a otro, como hacen Bena-Yamina hacia Alepo, Qatna y el país de Amurru 224 .
nuestros pastores desde Extremadura al Norte cuando los pas- Pero el clan de los abrahámidas va más hacia el sur, «en direc-
tos se agostan en la parte meridional. Pero los nómadas orien- ción a la tierra de Canaán», y así, acampa en la conocida loca-
tales, por vivir en regiones esteparias, con pocos oasis, se ven lidad de Siquem. Desde Jarran hasta esta población hay unos
obligados a unos desplazamientos más amplios, y así es normal 700 kilómetros. Y en el texto bíblico no se señala ninguna etapa
emigrar en un año centenares de kilómetros en busca de me- intermedia. En realidad, el itinerario pudo ser doble, siguiendo
dios de subsistencia para los ganados. Pero el autor bíblico siempre las rutas caravaneras de la época: bajar al oriente de
considera esta emigración de Abraham hacia la región de Ca- Alepo y de Damasco o atravesar el desierto siguiendo la línea
naán como algo trascendental, porque es el principio de la del oasis de Dér ez-Zor sobre el Eufrates, llegando a los alre-
«historia de salvación», de la gran aventura soteriológica ini- dedores de Damasco después de haber pasado por Tadmur
ciada a impulsos del Dios de Israel. Por eso dramatiza el mo- o Palmira.
mento, y presenta a Yahvé dando una orden expresa al pa- De hecho, se puede seguir una línea descendente desde el
triarca: «Sal de tu tierra, de tu parentela... para el país que yo valle del Balij, franqueando el Eufrates cerca de Raqqa, pa-
te voy a indicar» 220 . La orden es tajante y supone que Abraham sando por Tadmur, Damasco, Hazor, para llegar a Siquem 225 .
reconoce ya a la nueva divinidad, que desde ahora le va a diri- Pero como los desplazamientos caravaneros solían seguir los
gir por su vida, en continua trashumancia por tierras extranje- emplazamientos de los santuarios tradicionales, A. Parrot, gran
ras, hacia metas misteriosas que ahora no puede entender. conocedor de la región y especialista en la arqueología de la
Por eso, en la perspectiva teológica de los hagiógrafos, los he- zona, propone el siguiente itinerario: Abraham con su clan
chos se suceden como en un filme cinematográfico, con un debió de franquear el Eufrates por Karkemish o p o r Til-Bar -
cierto predeterminismo providencialista, y así, encuadran los sib, llegando a Alepo, punto de concentración de los nómadas
acontecimientos dentro de ciertas promesas: a la luz de los desde siglos antes. Es la capital del reino de Yamhad en tiem-
hechos de la conquista de Ganaán por los israelitas. Tienen la pos de la hegemonía de Mari, con la que tiene relaciones co-
preocupación de justificar el derecho de éstos para instalarse
en esta región expulsando y sometiendo a las poblaciones nati- 221 G e n 12,2.
222 G e n 11,8.
22
2
3 Cf. Is 54,is; 56,is.7; 6o,ls; 6 2 , i s .
« Cf. E . D H O R M E , en R B 37 (1928) 487: Recueil Ed. Dhorme 218. 22* Cf. A . PARROT, Les XabUttes de Man et VAnden Testament: R H P R ( 1 9 S 0 ! 7-
" 0 G e n 12,1-2. 225 E s el itinerario propuesto p o r el The Westminster Atlas to tfie Bible 2 2 .
122 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 123
226
merciales . En sus alrededores había un santuario consagra- población, que reiteradamente va a aparecer en los textos de la
do a Sin y a Nin-gal, filial de los de Jarran y de Ur. Siguiendo época patriarcal 234 , y, más tarde, en los de la conquista de
la ruta hacia el sur, Qatna tenía también un santuario dedi- Josué 235 . Según Jue 8,33, en ese lugar se daba culto a Baal
cado a Nin-gal 227 . Berith («señor de la alianza») y allí es donde Josué renovó el
Los textos de Mari dan a entender que las relaciones entre berith o «alianza» de Yahvé con Israel después de haber entrado
Alepo y Qatna eran intensas, lo que supone que había una en la tierra prometida; sin duda, influenciado por la tradición
ruta caravanera que las unía y bordeaba el Orontes, tierra fértil local del Baal Berith, o «señor de la alianza» de la zona 2 3 6 .
codiciada por los nómadas de la estepa. Así, pues, el clan de Con todo, en el relato de la época patriarcal no se dice que
Abraham debió de continuar su marcha hacia el sur, siguiendo Abraham diera culto en el templo local, que ya existía, sino
los contrafuertes del Antelíbano por el este, llegando al oasis que acampó junto «a la encina de Moreh» (o del «instructor»-
de Damasco, ciudad que no es mencionada en los textos de «adivino») 237 . De hecho, los bosques, los árboles, así como las
Mari, pero que ya existía a principios del segundo mile- fuentes y los pozos, eran lugares preferidos para los cultos ca-
nio a.C. 228 . Justamente, el mayordomo de Abraham era oriun- naneos y para la adivinación, porque eran el símbolo de la
do de Damasco 229 , lo que explica que el patriarca lo agregó eclosión de la vida y de la reproducción de la naturaleza. En
en su marcha hacia el sur al pasar por aquella región. Y el des- ellos se daba culto a Baal y a Astarté, que son, respectivamen-
plazamiento termina en el «país de Canaán», el mat Kinajni te, el principio masculino y femenino, que simbolizaban esta
de los textos cuneiformes 230 . Ahora bien, Abraham para lle- reproducción de la vida 238 . Pero de esto no se habla en los
gar a Siquem pudo seguir un doble itinerario: uno, bordeando relatos de la época patriarcal.
por el este los contrafuertes del Hermón, para, siguiendo la La frase «entonces estaban los cananeos en el país» 239 hay
carretera general actual, introducirse entre el lago el-Hule (re- que entenderla como nota explicativa para los lectores que
cientemente desecado por los israelíes), y el lago de Genesaret, vivían en una época en que los cananeos habían sido ya arroja-
y luego, pasando por la zona montañosa de Galilea y atrave- dos de la región de Cisjordania, pero al mismo tiempo debe
sando la llanura de Esdrelón, llegar por fin a Siquem, en relacionarse con la frase del v.7, donde se pone en boca de
las faldas del monte Ebal. Otro itinerario posible supone pasar Yahvé la primera promesa de transferir el dominio de la re-
por el actual Haurán, dejando al oeste el lago de Genesaret, y gión que Abraham hollaba por primera vez a su descendencia:
atravesar después el Yabboq y el Jordán por el vado de Damyeh, «A tu posteridad daré en posesión este país». Es que en los
para remontar luego hacia la región montañosa de Siquem 231 . autores bíblicos hay una preocupación obsesiva por justificar
La localidad de Siquem, la actual Balata, a la salida del la ocupación de la tierra de Canaán por los israelitas; y así con-
valle formado por el Ebal y el Garizim, hacia el oriente, aparece tinuamente apelan a las supuestas primeras promesas de Dios
ya citada en los textos egipcios de «execración» (ss. xix- en favor de su pueblo. Esto responde a la perspectiva teológica
xvín a.C.) con el nombre equivalente de Skimini 232 . Es la con que relatan los hechos del pasado. Así, ante la presencia
primera mención extrabíblica de esta ciudad; la segunda es en divina, el patriarca reaccionó levantando un altar al Dios que
un texto de la época de Sesostris III (1880-40) 233 . Esto quiere se le ofrecía como protector cuando se hallaba desamparado en
decir que, cuando Abraham llegó a esta región, ya existía esta medio de extranjeros: «Yo te bendeciré y engrandeceré tu
226
Cf. G. D O S S I N , Le royanme d'Alep au XVIII siécle avant notre ere d'aprés les «Ar-
nombre... Y bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los
chives de Mari»: Bulletin de la classe des Lettres et des Sciences morales et politíques d e que te maldigan» 240 . Nos encontramos aquí por primera vez
r A c a d é m i e royale d e Belgique 38 (1952) 229-39; en Syria 33 (1956) 63-69; E. D H O R M E ,
La plus ancienne histoire d'Alep: Syria 8 (1927) 3 4 - 4 1 . con el esquema teológico de una alianza que se concretará en
227
228
Cf. J. B O T T É R O , Les inventaires de Qatna: R A 43 (1949) 1-40. textos posteriores 241 .
Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 163 (1961) 46: q u i z á bajo el n o m b r e de Apum.
22
23
« G e n 15,2. El texto bíblico no detalla cómo fue el primer altar levan-
» Cf. E. D H O R M E , en R B (1931) 365.
231
232
Cf. E. D H O R M E , La religión des hébreux nómades 125. tado por Abraham en Canaán, pero podemos suponer que era
Véase R. DUSSAUD, Nouveaux textes égyptiens d'execration covXre les peuples syricns:
Syria 21 (1940) 172; G . POSENER, Princes et pays d'Asie et de Nubie 68. de piedra, como era habitual en esta región, aunque n o falten
233
Cf. A N E T 230 n.7: «Su Majestad (Sen-Usert I I I : Sesostris III) m a r c h ó hacia el n o r -
t e para derribar a los asiáticos. Su Majestad llegó a u n país e x t r a n j e r o cuyo n o m b r e era Sek- 234 238
G e n 12,6; 34,1-27. Cf. D t 12,3; Is 3,29-
mem. Su Majestad t o m ó hacia la derecha, hacia la residencia d e l a vida, de¿la prosperidad 23 239
= Jos 24,is. G e n 12,6.
y de la salud. Entonces, Sekmem ( ¿ S i q u e m ? ) cayó, j u n t a m e n t e c o n el desgraciado Retenu 23
<* Jos 24,is. 24
° G e n 12,3.
(Canaan)a. 23
? G e n 12,6. 241
Cf. G e n is,9ss; I7.2SS.
124 TV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 125

altares de tierra 2 4 2 . N o se dice tampoco que ofreciera una víc- de madera simbolizaba el principio femenino, Astarté. J a c o b ,
tima cruenta, pero esto era lo normal 243 . Este lugar, que debía impresionado por la visión de la escala, exclamó: «¡ Qué t e r r i -
de ser sagrado antes de la llegada del patriarca, adquiere u n ble (o admirable) es este lugar! (maqóm: ¿lugar de culto?).
nuevo sentido religioso con la aparición de Yahvé. Por eso, N o es sino la casa de Dios (Bet-El) y la puerta del cielo». Por
más tarde, Jacob, al volver de Paddán-Aram, alzó también en eso cambió el nombre de Luz que tenía la localidad por e l de
Siquem un altar, al que designó con el nombre de El-Elohé- Betel 2 4 7 . Es una explicación folklórica del cambio de n o m b r e
Israel («Dios de los dioses de Israel», es decir, el Dios supremo de una localidad 2 4 8 . En la perspectiva del relato del Génesis,
del clan). Y allí serán enterrados los despojos de José traídos la estela levantada por Jacob tiene u n sentido de estela c o n m e -
de Egipto 2 4 4 . Y Josué levantó una estela conmemorativa de la morativa; por eso, al volver de Paddán-Aram con una familia
alianza nueva «debajo de la encina que hay en el lugar consa- numerosa y con mucha hacienda, levanta de nuevo una «estela
grado a Yahvé» 2 4 5 . D e este modo, las tradiciones se superpo- de piedra», derramando una libación de aceite sobre ella 2 4 9 .
nen y complementan para formar u n santuario con todos los Este acto completa el sentido religioso de su primera estancia
elementos: u n árbol, u n altar, una tumba y una estela conme- en este lugar, pues ahora su acto tiene «un carácter votivo,
morativa. como testimonio de u n voto cumplido; es el testimonio de una
Prosiguiendo su camino hacia el sur, A b r a h a m acampó gracia alcanzada y del sacrificio prometido y fielmente cum-
entre Betel y Ai, levantando u n altar a Dios e invocando su plido» 2 5 0 . D e hecho, este lugar se convirtió en u n lugar de
nombre 2 4 6 , porque toda su vida va presidida por la idea de la culto tradicional en tiempos de los jueces 2 5 1 , y más tarde, al
presencia de una fuerza superior que le protege; y por eso, en instalarse el santuario cismático de Jeroboam 2 5 2 . Debió de ser
sus trashumancias por tierras extranjeras procura atraer las u n santuario cananeo antes de la llegada de los patriarcas; las
bendiciones del único que puede ayudarle. D e Siquem a Betel excavaciones arqueológicas prueban que esta localidad estaba
(la actual Beitin) hay unos 50 kilómetros de distancia, es decir, habitada en el segundo milenio a . C , en el Bronce Medio 2 5 3 .
una jornada larga de camino. Y el patriarca con sus rebaños se Y más tarde, en u n cilindro del siglo xiv a . C , el dios de Betel
instaló en los alrededores de los poblados en busca de pastos, aparece con una lanza en una mano, y en la otra, blandiendo
pero en relación con la población sedentarizada para venderles un arma encorvada, y enfrente, una diosa, que el texto egipcio
sus productos y comprar otros. La otra localidad, Ai, signi- identifica con Ashtarot (Astarté) 2 5 4 . La localidad de Ai («rui-
fica «ruinas», aludiendo, sin duda, al estado de abandono secular nas») fue devastada hacia el 2000 a . C , y permaneció e n este
en que estaba desde los tiempos del Bronce Antiguo. Hoy día estado ruidoso hasta 1200 a . C Así, pues, al pasar A b r a h a m
se llama et-Tell, o «montículo de ruinas» por excelencia. Es la por esta localidad era ya u n montón de «ruinas» (Ai). Más
mejor traducción del antiguo Ai. Betel significa «casa de Dios» tarde, A b r a h a m volverá a Betel para despedir a su s o b r i n o Lot
(Bet-El), y, sin duda, era u n lugar tradicional de culto de los cuando éste decidió independizarse económicamente, buscan-
cananeos, aunque en el texto bíblico nada se diga de ello. do porvenir en las regiones más feraces en torno a Sodoma
La tradición «yahvista» supone q u e A b r a h a m «invocó el y Gomorra 2 5 5 .
nombre de Yahvé» allí después de levantar u n altar; en cambio, El momento culminante de la vida de Abraham—desde el
según el «elohista», fue Jacob el primero que allí realizó u n ángulo específicamente religioso—es su acatamiento de la orden
acto de culto después de haber tenido la famosa visión, y se divina de sacrificar a su único hijo. El relato pertenece a la tra-
detalla su acción cultual: levantó la piedra que le había servido dición «elohista» y es su joya literaria: todo es digno y grandioso
de cabecera e hizo sobre ella una libación de aceite, como era dentro de la mayor naturalidad. Y la verosimilitud d e l relato
corriente e n los cultos religiosos cananeos, para quienes una ha de medirse dentro de la perspectiva de las c o s t u m b r e s cina-
estela o piedra erecta (masebah, ¿un m e n h i r ? ) era el símbolo 24
' G e n 28,19; 35,15-
de la divinidad masculina, Baal, mientras que el árbol o tronco 248
Sobre Ai y Betel cf. R. OE VAUX, Histoire ancienne d'Israel 563SS.
249
G e n 35,14," véase R. DE VAUX, Inslilutions... II 117-19.
250
M . J. LAGRANGE, Études sur les religions sémitiques (París 1905) 198.
242 251
Cf. A. BARROIS, Manuel a"archéologie biblique II (París 1953) 348-75. Jue 20,18,26-28; 21,2.
243
Cf. R. D E VAUX, Les institutions de l'Ancien Testament II (París 1960) 335-47. " 2 Cf. i Re 12,28-29.
244
Jos 24,32; Act 7,16. 253 Cf. B A S O R 164 (1961) 12-13.
2 2 4
« Jos 24,26. 5 Cf. B A S O R 56 (1934) 37; BA 19 (1956) 39-
2
« Gen 1.28. " 5 G e n 13,5s.
126 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 127

neas ambientales, ya que el sacrificio de los primogénitos era tiene una importancia simbólica para los autores bíblicos: e m -
bastante frecuente entre los cananeos 2 5 6 ; y, de hecho, en Gezer piezan a cumplirse las promesas sobre la posesión de la t i e r r a
se encontraron esqueletos de niños calcinados. Por ello, la le- de Canaán.
gislación mosaica prohibirá estos sacrificios h u m a n o s 2 5 7 , y Se dice que A b r a h a m compró la parcela «a los hijos de Jet»,
manda sustituir la ofrenda del primogénito humano por otras que comúnmente se identifican con los hititas o jéteos, pobla-
ofrendas 2 5 8 . El hallazgo en U r de una figurilla de carnero con ción procedente del Asia Menor que a principios del segundo
sus cuernos enroscados en unas ramas (en el famoso tesoro de milenio a.C. se extendió por el norte de Mesopotamia y por
la reina de Subad) tiene u n mero efecto ornamental y es «un la costa cananea. De hecho, en los textos de Tell A m a r n a ,
elemento del grupo antitético de dos animales de una y otra del siglo x i v a . C , aparecen muchos nombres de tipo hitita 2 6 8 .
parte del árbol» 2 5 9 . Por eso, la semejanza con el relato bíblico E n 1292 a . C , el imperio hitita llegó a su apogeo, logrando
(sustitución de Isaac por u n carnero que aparece enroscado en hacer frente al faraón Ramsés II en la batalla de Qadesh, sobre
u n arbusto) 2 6 0 es fortuita y tangencial. N o hay, pues, razón el Orontes. N o h u b o vencedores ni vencidos, y los dos colosos
para pensar que el hagiógrafo se haya inspirado en una leyenda imperiales se repartieron amigablemente las zonas de in-
mesopotámica de este género. Basta el principio de la sustitu- fluencia.
ción impuesto por la legislación mosaica en una sociedad en la El hijo de Abraham, Isaac, se trasladó más al sur, estable-
que primitivamente se ofrecían los primogénitos a la divinidad. ciendo su residencia en Bersabé, convirtiéndose así en u n je-
El lugar habitual de residencia de A b r a h a m es Hebrón, que que tiene ya más de sedentario que de nómada. En efecto,
j u n t o al «encinar de Mambré» 2 6 1 , quizá u n nuevo emplaza- tiene muchos rebaños, pero empieza a cultivar los cereales, y
miento sagrado, caracterizado por la presencia de u n árbol así, entra en relación con las poblaciones del Negeb, región
corpulento, una encina, como en Siquem. Se le suele iden- que en aquella época estaba mucho más poblada que hasta el
tificar con el actual Ramet-el-Jalil («altura del amigo», como advenimiento del actual Estado de Israel, que lleva una polí-
se llama a A b r a h a m en el Corán), a unos tres kilómetros al tica de colonización intensa 2 6 9 .
norte de Hebrón 2 6 2 . En los tiempos patriarcales, Hebrón se La historia de Jacob y de Esaú está salpicada de anécdotas
llamaba Qiryat-Arba («ciudad d e los cuatro» barrios o la pintorescas de carácter etiológico para caracterizar la índole de
«ciudad de Arbá»), nombre que aparece en Jos 14,15 como los dos pueblos que en la perspectiva de los hagiógrafos ha-
padre de Anaq, supuesto epónimo de los gigantes anaqim 2 6 3 . brían de salir de ellos; por eso, algunos relatos parecen aludir
En los textos egipcios de «execración» se la denomina Iy'nq 2 6 4 . más bien a las relaciones colectivas de los dos pueblos, e n per-
El nombre se cambió en Hebrón hacia el siglo x v n i a.C. 2 6 5 . petua hostilidad desde los tiempos del Éxodo. Es lo q u e viene
Según N ú m 13,22, Hebrón fue fundada siete años antes que a decir la respuesta de Yahvé a la madre Rebeca, p o r q u e sen-
Tanis o Tsoan, en Egipto (fundada en 1730 a . C ) , y en H e - tía que en su seno se peleaban los dos mellizos: «Dos pueblos
brón A b r a h a m se convierte en semisedentario, y por ello es- llevas en tu seno; dos pueblos que, al salir de tus entrañas, se
coge allí u n lugar para el panteón familiar 266 . D e este modo, separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra, y la mayor
al adquirir la gruta de Macpelah, se convierte en propietario servirá a la menor» 2 7 0 . Y la caracterización de ambos es confor-
de la primera parcela de la tierra que con el tiempo había de me al talante de los dos pueblos: Esaú, «diestro cazador y hom-
ser otorgada a su descendencia, conforme a la promesa que bre agreste» (el beduino hostil, que vive de la incursión y de
Yahvé le hizo al entrar en Canaán 2 6 7 . P o r eso este incidente la algara por los montes inhóspitos de Seir o Edom), y Jacob,
256
Cf. I R e 16,34; 2 Re 16,3; 21,6; Jue II.30S. «apacible y amante de la tienda», que había de asentarse en
257
258
Cf. L e v 18,21; 20,2-5; D t 12,31; 18,9s. una tierra relativamente más fértil que la pobrísima de l a Baja
Ex 34,19-20; 13,13.
2
260
« A. P A R R O T , O . C , 87. TransJordania. Por eso, Dios le otorgó a aquél «el r o c í e del
Gen 22,13.
2
« Gen l8,is. cielo y la grosura de la tierra, la abundancia del trigo y del
262
Véase E. MADER, Mambre. Die Ergebnisse der Ausgrabungen im heiligen Bezirk Ramet mosto», mientras que al otro le dejó las inhóspitas estepas,
el-Halil in Süd Palastina (1926-28).
2
2 4
« Cf. J o s 15,13; N ú m 13,28.33. donde sólo hay algo de caza. En todo caso, lo que interesa a
« Cf. R. DUSSAUD, en Syria 18 (1927) 218-20.
265 268
Cf. A. PARROT, O . C , 70. Cf. L . DELAPORTE, Hitites, en D B S IV, cc.32-110.
266 Gen 2 3 , i s . 2
267
<s» Cf. N . GLUECK, en B A S O R 152 (1958) 20.
Gen 12,1-3. 27
° G e n 25,23.
Historicidad de los relatos patriarcales 129
128 IV. La historia de los patriarcas
El relato de la lucha de Jacob con el ángel de Dios al volver
los historiadores bíblicos es la supuesta promesa de Dios, que
a Canaán y en el momento de trasponer las fronteras es s u m a -
exalta a Israel frente a Edom: «Sírvante pueblos y póstrense
mente extraño 2 7 6 , y parece una anécdota etiológica p a r a dar
ante ti naciones. Sé señor de tus hermanos y póstrense ante ti
una explicación convencional del cambio del nombre de Jacob
los hijos de tu madre» 2 7 1 . Esta profecía post eventum refleja
en Israel, jugando con la etimología de El («dios») y sra («ser
la situación de prepotencia política de Israel en los tiempos
fuerte»). Quizá el «hombre» que lucha con Jacob—al q u e éste
estelares de la monarquía davídica.
identifica con el mismo Dios—sea, en la apreciación popular
A la vista de estas exposiciones, podemos inferir que los ambiental, el ángel tutelar del lugar, que dividía la frontera de
compiladores de las historietas de la época patriarcal proyec- A r a m de la de TransJordania, atribuida a Esaú. Así, la victoria
tan sobre la vida de los primeros antepasados de Israel sus de Jacob simboliza, anticipadamente, la supremacía de Jacob
propias concepciones mesiánico-triunfalistas, surgidas en los sobre su hermano, que ha de reconocer sus derechos después
tiempos de David, primer creador de la conciencia imperia- de haberle salido al paso en plan de ataque 277 . Y el «hombre»
lista nacional. En efecto, en la supuesta bendición de Jacob que lucha con Jacob le pide que le deje marchar antes de la
de Gen 49,22-26 y la de Moisés de D t 33,13-17 sobre la tribu aurora, porque los espíritus tienen su campo de actuación d u -
de José encontramos idealizaciones similares. Es que los re- rante la oscuridad de la noche y se desvanecen con la luz. En
dactores bíblicos idealizan las figuras de los antepasados en este supuesto, los redactores parecen jugar con concepciones
función de sus preocupaciones presentes. Así, «la perspectiva ambientales y recogen anécdotas extrañas que excitan la ima-
de estas bendiciones no es la de los relatos patriarcales. Porque ginación popular, dando así colorido a sus relatos para encon-
Jacob es bendecido no como pastor seminómada, sino como trar una explicación histórica al cambio de nombre d e Jacob
agricultor sedentario que cultiva la viña» 2 7 2 . en Israel; igualmente se quiere explicar el nombre de Panuel
Y la suplantación del primogénito Esaú por las artimañas y la costumbre de no comer el tendón femoral, relacionado con
del astuto Jacob, quien primero le compró la primogenitura una supuesta cojera del patriarca 278 .
por un plato de lentejas y después le quitó la bendición paterna Aquí todo es extraño y nebuloso, pues «es u n relato antiguo
al hermano mayor, ha de entenderse como anécdotas coloris- antropomórfico que presenta a la divinidad en lucha con u n
tas y folklóricas, que la imaginación popular inventó para des- hombre» 2 7 9 . En realidad, «parece que estamos en presencia de
preciar a los rudos edomitas, que no sabían ver sino lo que un viejo tema de folklore, transformado y aplicado a Jacob.
tenían al alcance de sus ojos y sólo sabían «vivir de la espada» El ser que prohibe el paso es el genio del lugar que guarda el
en una tierra pobre, «fuera de la grosura de la tierra y fuera vado» 2 8 0 . A este propósito comenta R. de Vaux: «El autor uti-
del rocío que baja de los cielos» 2 7 3 . liza una vieja historia para explicar el nombre de Penuely dar
Las andanzas de Jacob por la tierra de los mayores en Siria una explicación al nombre de Israel. Al mismo tiempo, la carga
y sus relaciones con su tío L a b á n son perfectamente verosími- de u n sentido religioso: el patriarca se agarra a Dios, le fuerza
les, y ya veremos cómo las costumbres q u e se reflejan en los la mano para obtener una bendición que obligará a Dios para
relatos bíblicos encuentran su explicación en u n trasfondo con los que de él adopten el nombre de Israel» 2 8 1 .
jurídico-consuetudinario de las poblaciones semíticas afines de En todo caso, estas anécdotas folklóricas, llenas d e ingenuo
la zona, Mari y Nuzi. Los relatos bíblicos dan dos razones primitivismo, lejos de comprometer la historicidad sustancial
—según las diversas tradiciones—para justificar el desplaza- de los relatos patriarcales, la confirman, en cuanto q u e reflejan
miento de Jacob hacia P a d d á n - A r a m : u n a , para huir de las el arcaísmo de unas tradiciones más o menos idealizadas en
iras de Esaú, suplantado en sus derechos d e primogenitura 2 7 4 , función de transmisiones populares de los relatos, q u e ao te-
y otra, para buscar esposa entre los de su clan familiar, como nían la forma seca de una historia técnica m o d e r n a , sino de
había hecho Isaac 275 . Las dos explicaciones son verosímiles fioretti, en las que lo histórico y lo legendario se entremezclan
dentro del contexto histórico y se complementan.
276
Gen 32,25-33-
277
271 G e n 33,iss.
G e n 27,29. 278
G e n 32,33.
272
J. C H A I N E , Le Uvre de la Cénese (París 1951) 3 1 3 . 279
A. CLAMER, La Génése (La Sainte Bible, de L . P I R O T - A . CLAMER) ( P a r í s ¡)53) 396.
273
Gen 27,39. 280
J. C H A I N E , o . a , 347.
274
Gen 27.42S. 281
275 R. DE VAUX, Génése (Bib. de Jér.) (1950) 150.
Gen 28,iss.
5
130 IV. La historia de los patriarcas
Historicidad de los relatos patriarcales 131
con un candor inigualable, como en las hagiografías de los san- 287
tos de la Edad Media. En esta misma línea de explicaciones y el actual de la época del redactor . Hay expresiones arcai-
etiológicas hay que poner la leyenda de la conversión de la cas y los nombres geográficos corresponden bien a los de la
mujer de Lot en estatua de sal. Del relato se deduce que ésta, ruta caravanera que bordea el mar Muerto y sube por Trans-
al salir de Sodoma, se quedó retrasada mirando al cataclismo, jordania hacia Damasco.
y entonces fue envuelta en una ola salitrosa del maremoto que En efecto, el relato bíblico nos presenta a cuatro reyes orien-
anegó la zona meridional del mar Muerto 282 . Pero en los alre- tales (un elamita, dos mesopotámicos y un hitita) coligados
dedores de esta zona hay caprichosas formas de montículos de haciendo una incursión de castigo contra las cinco ciudades del
sal, trabajados por la erosión y con semejanzas humanas. Por sudeste del mar Muerto para asegurar la ruta comercial de las
lo que la imaginación popular las relacionó con la suerte de la especias que bajaba hacia el Aqaba y Arabia. Al parecer, los
mujer de Lot, y así surgió la leyenda de la petrificación de la reyezuelos de la zona se rebelaron contra los reyes que tenían
misma, convertida en bloque de sal 283 . el alto dominio sobre la zona (v.6), y entonces la reacción de
El relato sobre el origen incestuoso de los ammonitas y los poderosos reyes orientales fue fulminante: bajaron y llega-
moabitas ha de entenderse también como una explicación po- ron hasta Cades, venciendo a los refaím, a los zuzlm, a los enxra
pular satírica y picaresca sobre la procedencia de aquellos pue- (poblaciones presemíticas que la leyenda popular consideraba
blos que habían hostigado a los israelitas al subir de Egipto 284 . como constituidas por gigantes) y a los joritas o jurritas desde
Como dice Lagrange, «la ironía es acerba; los juegos de pala- los montes de Seir hasta el desierto de Farán (v.6). Luego,
bras tan ficticios y crueles, que la tradición sabía muy bien a volviéndose por el sudoeste del mar Muerto hacia Cades, ata-
qué atenerse... El sentimiento exegético es muy justo: una sá- caron a los amalecitas y amorreos, y, finalmente, se enfrentaron
tira no es una historia» 285 . En efecto, «este relato se presenta con los reyezuelos de la pentápolis del sudeste del mar Muerto,
como una leyenda etnológica que pretende explicar el origen de constituida por Gomorra, Adama, Seboyim, Bela-Sohar, dán-
los dos pueblos vecinos de los israelitas: los moabitas y los dose la batalla en el «valle de Sidim», donde «había muchos
ammonitas» 286 . pozos de asfalto», lo que está en consonancia con las conocidas
emanaciones bituminosas de la zona del mar Muerto, llamada
por los griegos «lago Asfaltites». Vencidos los cinco reyes de
c) Abraham y el incidente con los cuatro reyes orientales la zona, los invasores saquearon la región y se llevaron muchos
prisioneros, y entre ellos estaba el sobrino de Abraham, Lot
En la historia del patriarca hay un incidente belicoso que
(v.12). La noticia llegó al patriarca, y éste, con 318 mozos de
no parece encajar en el ambiente pastoril y bucólico del con-
su servidumbre y afines, se fueron tras el ejército invasor hasta
junto de los relatos bíblicos en torno a la figura de un jeque
Dan, y de noche cayeron de improviso sobre él, al que derro-
seminómada que no tiene más problemas que asegurar los pas-
taron, persiguiéndole hasta Joba, «a la izquierda de Damasco»
tos y el agua de los pozos para sus ganados en contacto con po-
(v.15). Al fin lograron recuperar a Lot con su hacienda.
blaciones pacíficas. En efecto, en Gen 14, iss se narra un episo-
dio extraño, en el que el patriarca es presentado haciendo una El texto de los nombres concretos de los reyes invasores,
incursión de guerrillero sobre la retaguardia de un ejército así como los de las cinco ciudades vencidas y saqueadas, se-
confederado, en el que intervienen cuatro reyes de Oriente, ñala el itinerario geográfico de la invasión con profusión de
cuyos nombres se dan expresamente, y reflejan distinto tipo nombres, algunos identificables, lo que prueba que nos halla-
onomástico, en consecuencia con la región que representan. El mos ante una antigua crónica sobre una invasión de la zona
estilo es de una crónica detallada antigua, que es remozada por reyes mesopotámicos. No hay hechos portentosos sobre-
con expresiones recientes para ser entendida por los lectores. naturales, sino el eco de un acontecimiento que dejó profundo
Así, al mencionar ciertas ciudades, se dice el nombre antiguo recuerdo en los habitantes de la región invadida. Por otra parte,
el relato bíblico no pertenece a ninguna de las fuentes tiadicio-
282
Gen I9,iss. nales del Pentateuco, sino que parece, más bien, como una
283
284
Gen 19,26; cf. Sab io,6s.
Cf. Núm 23,is.
incrustación forzada en el contexto actual para presentar al
285
M. LAGRANGE, La méthode historique (1904) 207.
286 287
A. CLAMER, O.C, 297. Así, se cita a Bila, que es Soar (v.2); al «valle de Sidim», que es «el mar d e lasal» (v3).
y «la fuente de Mishpat» (juicio), que es «Cades».
132 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 133
patriarca antepasado de los hebreos como triunfador sobre los elamitas, no conocemos ningún rey de Elam con ese n o m b r e
grandes reyes mesopotámicos. de Kudur-Lagamal, pero es muy verosímil. Finalmente, el
Los cuatro reyes invasores son: Amrafel de Sennar, nombre nombre de Tid'al de Goyím resulta aún más enigmático, ya
que en la Biblia designa a Mesopotamia en general; Ariok, rey que el vocablo Goyím significa en hebreo «gentiles», y n o se
de Ellasar; Kedor-la'omer, rey de Elam, y Tid'al, rey de Goyím aplica a ningún pueblo en particular, sino a todos los n o is-
(«gentiles»). Y los críticos, partiendo del hecho de que se trata raelitas. Se supone entonces que es una designación genérica
de una crónica con reyes auténticos del pasado, han buscado despectiva que traduciría el término sumerio Umman-manda,
la posible identificación de estos nombres con soberanos del que significa los «bárbaros» («las gentes de Manda») u hordas
Próximo Oriente. E n concreto, se propuso la identificación de guerreras del norte de Mesopotamia, y entonces podía identi-
Amrafel de Senaar con el famoso Hammurabi de Babilonia, que ficarse el Tid'al con uno de los Tudjalias de las dinastías hititas
reinó hacia el siglo x v n i a . C , justamente en la misma época o de la zona, porque el término uman-manda aparece aplicado
en que se supone que vivió Abraham. Desde el punto de vista primero a los cimerios (Crimea); después, a los medos. E n u n
lexicográfico, es posible el cambio de Hammurabi en Amrafel, texto del siglo x v n a.C. se aplica a los adversarios de Jattusil I,
tomando este nombre como la trasliteración en semítico-occi- rey hitita 2 9 4 . Así, pues, el término «rey de los goyím» designa-
dental del nombre del rey de Babilonia, ya que el último signo ría a u n rey del Asia Menor o del norte de Mesopotamia.
cuneiforme del nombre de Hammura-bi puede tener la poliva-
En este supuesto, tenemos que cuatro reyes—uno elamita,
lencia de pil o bil, según las pronunciaciones de las distintas
otro semita occidental, u n jurrita y un hitita—constituían esta
regiones. E n este supuesto, no es difícil pasar de Hammu-ra-
coalición para una expedición de castigo sobre TransJordania.
pií(bil) a Ham-ra-pil, Ham-rafil, Amrafel 2 8 8 . Suponiendo que
El jefe de la coalición es el rey de Elam. Esto resulta extraño,
H a m m u r a b i era de origen amorreo, su nombre primitivo en
porque nunca Elam tuvo la hegemonía sobre el Oriente Pró-
esta lengua sería Amarpi-El (cf. LXX: a|jap9aX) 2 8 9 . Una n u e -
ximo. A este propósito comenta R. de Vaux: «El autor de esta
va hipótesis quiere identificar a Amrafel con Amud-pi-el. De
composición se ha inspirado en textos asiro-babilónicos pseu-
hecho, conocemos u n A-mu-ud-pi-ila, rey de Qatna en los
dohistóricos que expresan una cierta filosofía o teología de la
tiempos de Mari 2 9 0 . Por eso hoy se busca más bien la identi-
historia, como los relativos a Sargón de Agadé y Naram-Sin» 2 9 5 .
ficación de Amrafel de Sin'ar con u n rey Singar, la actual
Como fuente posible se ha pensado en las «tabletas de Kedor-
djbel Sindjar, al oeste de Mosul 2 9 1 .
la'omer», o tabletas Spartoli, en las que aparecen cuatro reyes
La identificación de Ariok de Ellasar es más problemática. enemigos de Babilonia 2 9 6 . Pero en este texto cuneiforme no
Acudiendo a la plurivalencia de los signos cuneiformes, se ha se habla de la incursión en las ciudades de la pentápolis del
querido ver en él a Riw-Sin de Larsa, o, mejor, a A-ri-wu-uk mar M u e r t o de que se habla en G e n 14.
de Zimri-Lim, de Mari. Es nombre de tipo jurrita. Ellasar Por otra parte, el relato bíblico parece que tiene u n aire
puede ser el Ilanzura de los textos hititas y de Mari, situada épico para idealizar la figura de A b r a h a m en conexión con el
entre Karkemish y Mari 2 9 2 . En u n texto de Nuzi aparece el recuerdo de una invasión de ejércitos orientales que t u v o lugar
nombre de u n tal Ari-uki 2 9 3 . por aquella época. Con este episodio va unida la supuesta
T a m b i é n es problemática la identificación de Kedor-la bendición de Melkisedec, rey de Salem y sacerdote de Elyón,
'omer de Elam, aunque el n o m b r e es netamente elamita y pa- al patriarca—interrumpiendo el relato del reparto del botín
rece una deformación dialectal de u n supuesto original Kudur- con el rey de Sodoma—, lo que hace más problemático e l con-
Lagamal («siervo de Lagamal», diosa elamita). Pero, aunque la junto del capítulo. Pero parece que el autor bíblico trata de
primera parte del n o m b r e forma parte de muchos nombres insertar, de un lado, la figura del patriarca en el contexto de
288
Cf. E. DHORME, Hammurabi-Amraphel: R B (1908) 203-26; I D . , Abraham dans le
la historia universal, midiendo sus fuerzas nada m e n o s que
cadre de Vhistoire: RB (1931) 506-14.
289
con los grandes reyes orientales, y, del otro, relacionarlo con
Cf. R. D E VAUX, en R B 55 (1948) 331-32; H . B . H U F F M O N , Amonte Personal Ña-
mes... 128. 29
290
Cf. E. D O H L , King Hammurabi of Babylon in the Setting of hh Time (1946) 18. K. J A - < Cf. H . K L E N G E L , en O L Z 57 (1962) co!.460-61; P E . CORNELIUS, ERIN-tianda:
EITZ, Wer sit Amraphel in Génesis 14: Z A W 70 (1958) 255-56. Iraq 25 (1963) 167-70; J.-R. K U P P E R , en C A H II i (1963) 40-41.
29
291
Cf. R. DE VAUX, en R B 55 ( 1 9 4 8 ) 332-33- 5 Es la literatura naru. Cf. E. A . SPEISER, Idea of Histary in the Ancient Neir East
292
I D . , ibid., 334. (New Haven 1955) 55-60.
296
293
Cf. M . N O T H , Arioch-Arriwuk: V T 1 (1951) 136-40. Cf. A. JEREMÍAS, Die sogenannten Kedorlaomer Texte: Orientalische S t u d i e n fr.Hom-
m e l . . . gewidmet ( M V A G 2 1 , 1917) 69-97; W . F . A L B R I G H T , B A S O R 88 (1942)13-36.
134 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 135
la figura señera de un rey cananeo que además era sacerdote Adjlun.—Quiriatayim es el actual jirbet Quiriatein o jirbet
de Elyón, epíteto que en los textos de Ras Shamra se aplica Qureydt 3 0 2 .—Los montes de Se'ir están en la cadena m o n t a -
a El, jefe del panteón de Ugarit, y que se aplicará al Dios de ñosa al sudeste del Araba hasta el golfo de Elán. Es el f u t u r o
Israel. Por otra parte, la localidad de Salem, de la que Melki- territorio de los edomitas.—El Paran está al oeste del w a d y
sedec era rey, quizá sea la misma de Jerusalén, que en los textos Arish o «torrente de Egipto» 3 0 3 .—La fuente de Mishpat o del
de Tell A m a r n a (s.xiv a.C.) aparece con el nombre, adaptado «juicio» se identifica con Cades. Es la actual Ain Qedeis, al sur
a la grafía cuneiforme, de Uru-sa-li-mu. Esta ciudad había de del Negeb.—Jasón-Tamar: cerca de Kurnub, entre Cades y el
ser la capital de la futura teocracia israelita en tiempos de mar Muerto.—El valle de Sidím está en las cercanías del mar
David, y sin duda que los compiladores de las tradiciones M u e r t o , donde hay muchas emanaciones bituminosas. Los na-
bíblicas tenían interés en relacionarla—en su dimensión reli- bateos explotaban estos pozos, vendiendo el producto a los
giosa—con el gran antepasado del pueblo elegido: Abraham. egipcios, que usaban esas sustancias bituminosas para los e m -
Con todo, el carácter arcaico del relato está claro. Incluso balsamamientos 3 0 4 . Después de devastar las ciudades ribere-
en el v.14 se consigna una palabra extraña: janikim, que no ñas con el mar M u e r t o , los invasores se replegaron con su
vuelve a aparecer en la Biblia, y que tiene su paralelo en los botín hacia el norte, siendo alcanzados por Abraham y los suyos
textos egipcios de execración del siglo x i x a.C. y en una carta en Joba, la actual Ube, no lejos de Damasco.
de Ta'annak del siglo xv a . C , y que tiene el sentido de «gue- Este itinerario concreto identificable prueba que el autor
rrilleros armados» 2 9 7 ; y lleva la explicación apositiva «nacidos bíblico trabaja sobre u n documento arcaico relativo a una inva-
en su casa» (yelide bétó), expresión arcaica para significar «do- sión de TransJordania por ejércitos extranjeros. Y lo utiliza para
mésticos» o criados con ciertas obligaciones militares 2 9 8 . hacer intervenir a A b r a h a m en una gesta belicosa que n o es u n
Además, el itinerario geográfico con los nombres de locali- ataque de frente, sino una intervención de comando, aprove-
dades concretas, muchas de ellas identificables, prueba que se chando la oscuridad de la noche y el espionaje. Sólo así es con-
trata de una expedición real sobre esta zona por u n ejército cebible su éxito. Parece, pues, que el compilador, al insertar el
extranjero que quería asegurar la ruta comercial hacia Arabia. relato de G e n 14, parece que «ha querido vincular a la gran
Pero es posible que el autor bíblico, jugando con una tradición historia a A b r a h a m y añadir a su figura una aureola de gloria
sobre u n hecho real, haya querido identificar a los invasores militar que le faltaba» 3 0 5 . Como en otros relatos bíblicos, no
con los grandes reyes orientales. En realidad, podemos suponer debemos perder de vista la propensión a la idealización épica
una incursión de castigo, en la que podían intervenir fuerzas de los mismos, pues se trata de engrandecer el pasado de los
confederadas orientales, p o r q u e les afectaba a todos la seguri- antepasados de Israel, que era nada menos que la «heredad» de
dad de la ruta comercial. P e r o ya sabemos que en la Biblia Yahvé, su segulláh en medio de las naciones 3 0 6 . P o r eso, los
y en los anales oficiales asiro-babilónicos se suele atribuir a los grandes personajes de su historia tenían que conectar también
reyes lo que hacían sus generales o subordinados. La expedición con la marcha de la historia universal.
baja por Astarot-Qarnayim, probablemente el tell Astará actual,
al este del lago de Genesaret 2 " , donde se supone residían los
refaím, o raza de gigantes 3 0 ° , cuyos descendientes causaron 10. O R I G E N ÉTNICO DE LOS PATRIARCAS
espanto a los exploradores de Canaán 3 0 1 . Ellos, con los enaqím, Los israelitas, al presentar sus primicias ante el altar, de-
los zumzummím, los emím y los zuzim constituyen el resto de la claraban: «Mi padre fue u n arameo errante» 307 . Por otra parte,
población de la edad de piedra, anteriores a la oleada semítica, en Gen 14,13 se dice de A b r a h a m que era hebreo. Además,
que introdujo el uso del cobre. A ellos se atribuían los monu- a Labán, sobrino de Abraham, se le llama reiteradaoente
mentos megalíticos, t a n a b u n d a n t e s en TransJordania.—La lo- arameo 308 , y se dice que su familia residía en Paddán-Áram
calidad de Ham parece ser el actual Ham, al sur de Irbid, en el
302 J o s 13,19; Jer 4 8 , 1 .
303
2 Gf. A B E L , Géographie de la Palestine I 434.
" Cf. T . O . LAMBDIN, en J A O S 73 ( 1 9 5 3 ) 150. 304 I D . , i b i d , 195.
298 Cf_ p_ W I L L E S E N , The Yalid in Hebrew Society: S T 12 (1958) 192-210. 305
R. DE VAUX, Histoire ancienne d'ísrael 212.
299 Gf. Jos 12,4; 13,12. 306 D t 7,6.
300 Dt3,n. 307 D t 26,5.
301
N ú m 13,27-33. 308 G e n 25,20,' 28,1-7; 31,20.24.
136 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 137
(«llanura de Aram») o en Aram-Nahrayim («Aram de los dos Teglatfalasar I, rey de Asiria, y aparecen ya como una p o b l a -
ríos») 3 0 9 , q u e es la Alta Mesopotamia, en la gran curva del ción sedentarizada en la región entre el Eufrates y Palmira 3 1 5 .
Eufrates. A h o r a bien, según G e n 22,20-24, los árameos son Sin embargo, parece que hay indicios de que son mencionados
descendientes de Najor, hermano de Abraham. Y, por otra en los textos de Mari (s. x v m a . C ) , incluso en una inscripción
parte, en los relatos bíblicos se relacionan miembros del clan de Naram-Sin (s. x x n i a.C.) 3 1 6 . Porque se les ha querido iden-
d e Abraham con Moab, A m m ó n y Edom 3 1 ° , incluso con tificar con los ajlamu («¿confederados?»), citados en los textos
tribus árabes madianitas 3 U . T o d o esto prueba que «los ante- de Mari juntamente con los sutu. Los ajlamu aparecen como
pasados de Israel, aunque predominantemente de raza semita enemigos de Asiria, y, a veces, como aliados de los hititas.
del noroeste, fueron, sin duda, una mezcla de muchas estir- Quizá los árameos formaban parte del grupo de los ajlamu,
pes» 312 . y éstos podrían considerarse como protoarameos en conexión
Ahora bien, supuesta toda esta complejidad abigarrada de con las tribus mencionadas en los textos de Mari, denomina-
pueblos en relación con los primeros antepasados de Israel, das Rabayya, Bene-Yamina y Bene-Shimal (s. x v m a . C ) . Por
según los datos bíblicos, ¿podemos nosotros, a la luz de los ha- otra parte, no faltan analogías de los ajlamu con los jabirú, tribus
llazgos arqueológicos actuales, establecer una posible filiación guerreras a sueldo que aparecen en las regiones vecinas a las
étnica del clan de A b r a h a m ? de los ajlamu y en la misma época, y también son aliados
o mercenarios de los hititas, como luego veremos.
a) ¿Origen arameo? De hecho, Teglatfalasar I (s. xi a.C.) tuvo que luchar deno-
dadamente (en catorce expediciones) contra los ajlamu-árameos,
En la tabla etnográfica de G e n 10,22 se presenta a Aram que tenían por esa época ya principados en la Alta Mesopota-
como hijo de Sem, juntamente con Elam, Asur y Arfaxad, del mia, en los valles de Orontes, en Litani y en la Siria meridio-
que A b r a h a m sería el octavo descendiente 3 1 3 . Al mismo tiem- nal. Estos ajlamu-árameos aparecen reiteradamente en los textos
po se dice que Sem engendró a los Bene-Heber 3 1 4 ; y en el asirios hasta Asur-Nasir-pal (883-859). Luego empieza a apa-
v. 14 se dice que Heber es nieto de Arfaxad, y de su línea des- recer el término aislado de ajlamu hasta Asurbanipal (668-26),
cendería Abraham. Por otra parte, en G e n 22,21 se dice que como sinónimo de arameo. Después aparece el adjetivo «arameo»
Aram es nieto de Najor, hermano de Abraham. Este confusio- aplicado a la lengua que se difundió por el Próximo Oriente 3 1 7 .
nismo genealógico, pues, n o nos ayuda para determinar la Pero, como dice R. de Vaux, el término ajlamu aparece
procedencia étnica de los árameos, aunque da a entender que sólo para designar a los nómadas del oeste, enemigos de Asiria,
son m u y afines a los hebreos. bajo Asur-resh-ishi, padre de Teglatfalasar I (1132-15) 3 1 8 , bajo
Pero, a la luz de los datos extrabíblicos, parece hoy día im- T u t u l t i - N i n u r t a I (1244-1208), bajo Salmanasar I (1274-45),
ponerse la opinión entre los especialistas de que los árameos son bajo Adad-Nirari I, quien recuerda la victoria de su padre,
parte de un grupo étnico más vasto: los amorreos u «occiden- Arik-den-ili (1318-1307), contra los ajlamu y los suteos^19.
tales» de que antes hemos hablado. El nombre deriva de En el siglo XIII, los ajlamu impiden que el correo del rey de
Amurru (ideograma cuneiforme sumerio M A R . T U ) , que es la Babilonia llegue al país de Jattu 3 2 0 . Y en los siglos XIV-XIII a.C.
designación que los mesopotámicos daban a los semitas norocci- aparecen ciertos ajlamu como emigrantes en N i p p u r b a j o B u r -
dentales. Y el clan de A b r a h a m parece surgir de este tronco naburiash 3 2 1 . Por aquella época, una carta de Tell Amarna
protoarameo dentro del general amorreo, en el que se englobaban menciona a los ajlamu 3 2 2 . Y en tiempos de Rim-sin (siglo xvm
otros grupos, como los ajlamu y los jabirú. Ahora bien, los a.C.) se menciona a los «mensajeros ajlamu» 3 2 3 . Es la época
árameos, que constituyeron u n a poderosa nacionalidad durante de Mari y de los patriarcas.
el primer milenio a.C., no aparecen claramente mencionados 315
Cf. Prisma de Teglatfalasar I col.4 1.44; Keilschrifttexte aus Assur historisckn In-
en los textos extrabíblicos hasta 1110 a . C , en los anales de halts II n.63; III 4-5 n.71.19.
316
Cf. A. DUPONT-SOMMER, Les Araméens (París 1949).
317
C A D I i (1964) s.v. Ahlarnatti et ahlamú.
309 G e n 28,2.5.6. 3
18 A R A B I 209.
310
G e n 19,30-38; 36,is. 3'» Ibid., 73.
311
G e n 25,1-5.12-18. 32
° Kbo I 101.36S.
312 321
J. B R I G H T , O . C , 96. P . B. C O R N W E L L , en JCS 6 (1952) 137-45.
313
G e n 10,11-26 322
E A 200 8.10.
3
" G e n 10,21. 323
M . D I E T R I C H - O . LORETZ: O L Z 61 (1966) c.8 243; T R 65 (1969) 0.365.
138 IV. La historia de los patriarcas Historicidad de los relatos patriarcales 139
R. de Vaux no admite la significación de «confederados» supuesto, podemos entroncar a los patriarcas con este grupo
para el término ajlamu (en relación con el árabe jilm, pl. 'ajlám), semita occidental, que tenía su centro de irradiación en la Alta
y se inclina por un término étnico que designaría unas tribus Siria: Aram Naharayim. Allí estaba la casa solariega del clan de
concretas 324 . En los textos de Ras Shamra se habla de los Abraham, y así, su hijo, siguiendo las leyes de la endogamia,
Ben'Army i25; y se menciona a un armeya, que quizá pueda va a buscar esposa en esa parentela, como lo hará Jacob 337.
traducirse por «arameo» 326. Y en una donación real se habla Por eso, los israelitas eran conscientes de que descendían de
de los «campos de los aramima» (egléti a-ra-mi-ma) 327, q U e un «arameo errante» 338,
quizá se podría traducir por «campos de los árameos» 328. En
un texto egipcio de la época de Amenofis III se habla de
b) Los hebreos y los «jabiru-'apiru»
p' 'arm, que podría traducirse «país de Aram» o las «gentes del
país de Aram» (los árameos) 329. Ya hemos adelantado que a Abraham se le designa en
Pero aun así, el nombre de Aram resulta anacrónico en los Gen 14,13 como «el hebreo» (ha-'ibrí). Esta designación vuelve
textos de la época patriarcal. Con todo, los árameos son muy a aparecer en los relatos del Éxodo para cualificar los egipcios
afines a los amárreos, y parecen tener ambos su origen en el a los israelitas 339 y cuando un israelita se dirige a los egip-
desierto siro-arábigo, cerca de djbel Bishri, que es llamado cios 340. Y también cuando se trata de distinguir a los israelitas
«montaña de los ajlamu» en un texto de Tukulti-Ninurta I 330, de los egipcios en el relato 341. Más tarde, los filisteos llaman
Son nómadas que bordean las zonas pobladas y crean pequeños a los israelitas 'ibrím («hebreos»), y así, lo emplea el mismo re-
reinos; así, en el siglo xvín a.C. surge el país de Amurru, en dactor 342. En Ex 21,2-6 se habla del esclavo «hebreo» 343.
Siria central, según los textos de Mari, que subsistirá hasta Esta designación desaparece en el exilio y sólo se emplea en
el siglo XIII a.C. Y por esta época aparecen las tribus de los Jon 1,9.
jiranu 331, que Teglatfalasar III (s. VIII a.C.) incluye entre los El término «hebreo» no se aplica a la lengua de los israeli-
árameos 332. En el siglo xiv a.C, en un texto se asocia a los tas, que se califica como «lengua de Canaán» 344 y «lengua ju-
ajlamu con los suteos 333, y e n U n texto del siglo xi a.C, bajo día» 345. La expresión «lengua hebrea» aparece por primera vez
Asur-bel-kala, se habla de campañas militares contra los en Eclo 1,22 y en griego, y en los libros apócrifos, en Filón
árameos, los suteos y los ajlamu 334. Ahora bien, los suteos son y Josefo y en el NT, que la suele llamar la lengua «aramea».
mencionados en los textos de Mari, en las tabletas de Alalaj, El término Expertos para designar al pueblo judío aparece en
de Bogazkeui, de Ras Shamra y en las cartas de Tell Amarna. Judit y 2 Macabeos, tres veces en el N T y muchas en Filón
La última vez que son mencionados es en un texto de Asara- y en Josefo.
dón (s. vil a.C.) 335. En la estela de Mesa no aparece el término 'ibri, sino que
R. de Vaux cree que el término amorreo designa menos un se habla de Israel, del rey de Israel, y en los textos asirios se
grupo étnico que una situación geográfica; son los «occidentales» habla del rey de Judá, pero no se emplea el término «hebreo».
para los mesopotámicos; pero es una designación convencional, A la vista de esto, los críticos se plantean el doble problema de
que no dice nada sobre su origen étnico. Tampoco conocemos si 'ibrí designa a un grupo étnico determinado, y, en caso
apenas la lengua de los amárreos. Por eso se les ha querido desig- afirmativo, si sólo se aplica a los israelitas, o es una designación
nar como protoarameos, para distinguirlos de los árameos, ya de una familia más amplia. El relato «sacerdotal» supone que
perfectamente perfilados en el primer milenio a.C. 336, En este los «hebreos» proceden de un tal Heber 346, p 0 r 1 0 que sus des-
324
325
Cf. J. C. L . GIBSON, en J N E S 20 (1961) 2 3 1 . cendientes se llaman los Bene Heber, los «hijos de Heber», es
Cf. GORDON 321 II 22; 1046,7.9; I064,IO; P R U II 46.64.
32« Cf. J. NOUGAYROL, en P R U III 15.37 P-35-
327 I D . , i b i d . , 16.178 p.148. 337
G é n 2 4 , l o s s ; 29,lss.
328
Así l o e n t i e n d e n A . D U P O N T - S O M M E R y J. R. K U P P E R , Les nómades... 114. 33S D t 26,5-6.
329 339
E . E D E L , Die Ortsnamenlisten aus dem Totentempel Amenophis I I I (Bonn 1966) 28-29. G e n 39,17; 41,12; E x 1,16.22; 2,6.
330
Cf. J . - R . K U P P E R , Les nómades... 136. 340
G e n 40,15; E x 1,19; 2,7; 3,18; 5,3; 7,16; 9,1.13.
331 A R A B I 788. 341
G e n 43,32; E x 1,15; 2,11.13.
332 342
Cf. O . R. G U R N E Y ; Iraq 12 (1949) 139-41. 1 Sam 13,3.7; 14,21.
333 343
A R A B I 73. Cf. D t 15,12-17; Jer 34,9.14.
334 E . W E I D N E R , e n A F O 6 (1930-31) 9 2 II 8-14. 344 Is 19,18.
335 A R A B I I 585. 345
2 R e 18,27; Is 36,11; N e h 13,24; 2 Par 32,18.
336 346
Cf. R . DE VAUX, e n RB 55 (1948) 345-46; 72 (1965) 15- G e n 11,16-26.
140 IV. La historia de los patriarcas \ Historicidad de los relatos patriarcales 141
347
decir, los «hebreos» . La explicación es sencilla por el sistema rey hizo la paz con los jabirú 354
. En u n texto del antiguo imperio
socorrido d e los supuestos epónimos. Pero los exegetas e n - hitita, los jabirú forman parte del ejército regular 355 . Y e n los
cuentran el problema mucho más complicado a la luz de los textos del siglo xv, de Alalaj, los S A . G A Z forman ejércitos
datos extrabíblicos. estacionados j u n t o a las poblaciones 3 5 6 .
Generalmente, se cree que el término 'ibri es una designa- Según los textos de Nuzi, al este del Tigris, los jabirú están
ción dada p o r los cananeos y egipcios a los israelitas, quizá al servicio del palacio real, recibiendo alimentos y vestidos,
asociándolos al movimiento d e inmigrantes q u e allá p o r los así como cebada para sus caballos 357 ; en general, aparecen alqui-
siglos xv-xiv a.C. atacaban a las poblaciones sedentarias, y a lando su libertad al servicio de algún personaje. E n los tratados
los que en las cartas de Tell Amarna se les llama jabirú, con su de vasallaje hititas de los siglos XIV-XIII a . C , los dioses de los
equivalente pronunciación egipcia de 'apiru 348 , q u e en ideo- SA.GAZ-jafnru son mencionados junto a los de los lulajju 358 .
grama cuneiforme se expresa bajo la forma de S A . G A Z 3 4 9 , Estos dos nombres aparecen también asociados e n determina-
como se desprende claro de la equivalencia en escritura alfa- das fórmulas de exorcismos 3 5 9 ; ahora bien, los lulajju son u n
bética entre este ideograma y 'pr de los textos de Ras Shamra 3 5 ° . pueblo bárbaro de las montañas del este.
En los textos egipcios se les llama 'apiru. L a mención de estos En las cartas d e Tell A m a r n a aparecen los jabirú (carta de
enigmáticos jabirú- 'apiru se escalona en textos desde elfindel Abdijepa, rey de Jerusalén) y los S A . G A Z (en las otras cartas)
tercer milenio a.C. hasta el fin del segundo milenio a . C , aunque como bandas móviles q u e hostigan a las poblaciones, y están
cuando más abundan es entre los siglos x v i n - x i n a.C. asociadas con los aziru de A m u r r u y con el rey de Siquem 3 6 ° .
Para identificarlos, primero se ha supuesto que serían, más Por otra parte, los jabirú aparecen, al lado de los sútú, a las
que u n grupo étnico, una clase social, porque aparecen disper- órdenes del rey de Damasco y al servicio del faraón 3 6 1 . Se
sos en la Baja y Alta Mesopotamia, en Asia Menor, en Siria, trata d e mercenarios q u e alquilan sus servicios d e guerra al
en Canaán y e n Egipto durante u n milenio; y, por otra parte, primer postor. Parece q u e eran numerosos e n Canaán p o r
no se sabe nada de la historia de éstos como pueblo. Además, esta época, ya q u e Amenofis II hizo 3.600 prisioneros de
los nombres personales de los 'apiru pertenecen a distintos tipos 'apiru 3 6 2 . E n tiempos de Setis I (1300 a . C ) , los 'apiru siguen
lingüísticos: acadios, jurritas y semítico-occidentales. E n los inquietando a la región d e Beisán 3 6 3 . Y más tarde, bajo los
textos neosumerios, el ideograma S A . G A Z significa «agresor», faraones Ramsés I I y Ramsés IV, los 'apiru aparecen como em-
y parece designar a los «bandoleros» de la estepa 3 5 1 . Ahora pleados e n las canteras y e n el transporte de piedras; bajo
bien, la primera mención de los jabirú es del siglo x i x a . C , e n Ramsés III, los 'apiru aparecen como instalados en u n dominio
un texto asirio encontrado en Capadocia, y en él aparecen como de Atón, en Heliópolis 364 . Parece q u e son prisioneros de
hombres libres al servicio d e u n príncipe y que pueden inde- guerra.
pendizarse pagando u n rescate 3 5 2 . Según textos del siglo x v m En los textos de Ugarit-Ras Shamra, hacia los siglos x i v -
a . C , los jabirú en Babilonia reciben alimentos y vestidos e n x i n , los S A . G A Z tienen mala fama, pero están sujetos al rey
calidad d e soldados 3 5 3 y parece q u e están al servicio del E s - y hay u n barrio e n la ciudad con su nombre. U n decreto de
tado. Por aquella época, según los textos d e Mari, los jabirú Jattusil III, rey de los hititas, declara que no recibirá entre sus
constituyen ya bandas armadas que inquietan a las poblaciones jabirú a ninguno que haya de Ugarit, sino que los devolverá al
situadas al norte y noreste d e Mari; actúan independientemente rey d e Ugarit. A la vista de esta heterogeneidad d e textos,
o al servicio de reyezuelos d e la región y siempre en contra de R. de Vaux comenta: «No es posible extraer de estas informa-
Mari. Y e n u n texto d e Alalaj poco posterior, se dice que el ciones, diferentes por la fecha y por la proveniencia, u n a imagen
coherente d e los jabirú-'apiru. Si se les quiere definir como u n
347
348
G e n 11,21.
Sobre los jabiru-apiru véanse J. B O T T É R O , Le probléme des Habiru a la IV Rencontre
grupo social, n o se encuentra de común más q u e rasgos nega-
Assyriologique Internationale (París 1954); M . G R E E N R E R O , The Hab-piru (New Haven IQ55): tivos: no son miembros de una población local, n o tienen todos
R. DE VAUX, Le probléme des Hapiru aprés quinze années: J N E S 27 (1968) 221-28; I D . , His-
toire... 106-12. 354
ID., n.36. 360 A N E T 487.
349
E A 287,30-33 y 254,31-35- 3
'5lD.,n.72. 3361
6 1 B O T T É R O , n.132.
B O T T É R O , n.132.
350
Cf. R . D E VAUX, Histoire... 106. 356
351 I D . , n.38-44. 362
~~ BOTTÉRO,
" n.183; A N E T 2fia.
Cf. BOTTÉRO, O.C., n.1-8; F . R. KRAUS, e n B i O r 15 (1958) 77-78. 3
363 BOTTÉRO,
352 " I D . , n.67-69. ^.u.x^u, n.184; A N E T 225a.
,i. l u ,, ,„•
BOTTÉRO, n.5. 358
353 ID-, n.75-86. 364 B O T T É R O , n.187-90.
ID., n.9-16. 3
" ID., n.88.91.92.
142 IV. La historia de los patriarcas I
\ Historicidad de los relatos patriarcales 143
la misma ocupación ni la misma situación. Muchos asiriólogos rreos y árameos tuvieron u n a expansión similar. R. de Vaux
los consideran como extranjeros refugiados, mientras que otros supone \que constituían u n pueblo de extrema movilidad, que
los califican d e desarraigados, que no subsisten sino dependien- alquilaba sus servicios, como los «suizos» en los siglos pasados;
do de algún patrón, ya sea el Estado o una persona privada» 3 6 s . y así, el término «suizo» vino a ser sinónimo de «conserje» en
En los vocabularios cuneiformes, el ideograma S A . G A Z es Francia. Así, pues, «el nombre geográfico p u d o pasar a ser ape-
traducido por jabbdtú, que significa «bandido» y «obrero iti- lativo también respecto de los jabirú-'apiru» 3 7 3 .
nerante». Algunos han querido relacionar el nombre de jabiru-
Supuesto esto, surge la segunda cuestión: ¿Hay alguna
'apiru con la raíz 'br, «atravesar», y entonces serían los que «atra-
vinculación étnica entre los jabirú-'apiru y los 'ibrim o «he-
vesaron» la frontera: los emigrantes. Otros autores, e n cambio,
breos»? Ya hemos visto q u e los jabirú-'apiru aparecen reitera-
lo relacionan con la raíz semítico-occidental 'pr («aprovisio-
damente residiendo e n Canaán. E n los textos de Amenofis II
nar», como el acadio epéru); en este supuesto, los 'apiru serían
(s.xv a.C.) se les menciona junto a los shasu (beduinos) y los
los que «aprovisionaban», los clientes 366 . Otra etimología bara-
juru (jurritas: cananeos) 374 . E n la estela de Setis II (1300 a.C.)
jada es la de 'pr en semítico occidental, q u e significa «polvo»
se menciona a los 'apiru en los montes del Jordán 375 , j u n t o a
(acadio eperü); en este supuesto, los 'apiru serían los «polvo-
Beisán. Y en tiempos de Ramsés II, al hablar de la toma de
rientos», los beduinos de las arenas del desierto 367 , o circulantes
Jaffa, se menciona a los 'apiru juntamente con los maryannu
por las zonas desérticas 368 , los conductores de caravanas 3 6 9 .
o mitannitas 376 . E n los formularios de Ramsés II (el faraón
Pero en ningún texto se dice q u e los 'apiru se dedicaran al
del Éxodo, q u e condenó a los hebreos a trabajos forzados), se
transporte caravanero.
da orden de entregar trigo a los 'apiru que trabajan e n la ex-
Se les ha considerado como maquisards que estaban en con- tracción de piedras 377 . Finalmente, bajo Ramsés I I I (s.xn a.C.)
tinuo movimiento, haciendo incursiones contra los pueblos aparecen los 'apiru, juntamente con los maryannu, como sier-
sedentarizados en busca de fortuna, viviendo de la espada. Pero vos del templo de Heliópolis 378 .
quizá la solución habrá que buscarla suponiendo que jabiru-
Ahora bien, la aventura belicosa de A b r a h a m «el hebreo»
apiru designa n o una clase social, sino u n grupo étnico; de
ha dado pie para relacionarlo étnicamente con estas bandas
hecho, en los tratados hititas se habla de los «dioses de los ja-
turbulentas que infestaron el país de Canaán unos siglos más
birú», lo que hace suponer que eran u n pueblo y no una clase
tarde. Y la matanza de los siquemitas por Leví y Simeón 3 7 9
de gitanos ambulantes. Y son mencionados j u n t o a los ¡ulajju,
ha servido también para asimilar a los hebreos con aquellas
pueblo de la zona montañosa oriental. U n texto de 1500 a.C.
hordas de jabirú q u e saqueaban las poblaciones cananeas en
presenta a u n fugitivo de Alepo q u e pasa hacia los suteos
los tiempos de Tell Amarna. Desde el punto de vista filoló-
y hacia los S A . G A Z , con los q u e reside siete años 3 7 ° . Y en
gico, el paso de jabirú-'apiru a 'ibri es posible teniendo en
los textos de Amarna, los S A . G A Z son mencionados junto
cuenta la fluctuación de las guturales en las distintas lenguas
a los suteos 371 , q u e en los textos de Mari aparecen j u n t o a
semíticas; y, p o r otra parte, la alternancia p-b es frecuente e n
los S A . G A Z 372 . Y entre los prisioneros de Amenofis II apa-
el ugarítico y en las otras lenguas semíticas 3 8 ° . Además, hay
recen los 'apiru junto a los shasu (beduinos), las gentes de Juru
ciertas analogías de situación ambiental q u e favorecen una
(Canaán) y los de Nujase. E n la estela de Setis I de Beisán se
cierta asimilación de los 'ibrím a los jabirú-'apiru: su movili-
menciona a los tayaru como aliados de los 'apiru.
dad y nomadismo, pasando por regiones similares, Baja Me-
Cierto que resulta extraño q u e u n pueblo haya tenido una sopotamia, Alta Siria, Canaán, Egipto, y en todas ellas son
expansión t a n amplia, ya q u e aparece en Mesopotamia, en considerados como extranjeros; y la última mención de los
Asia Menor, en Canaán y en Egipto. Pero también los amo- 'ibrím en la Biblia 3 8 1 coincide, más o menos, con la desapa-
365
R. DE V A U X , Histoire... 109. 373
366
Cf. W . F . ALBKIGHT, e n J A O S 74 (1954) 225. R. DE VAUX, Histoire... 111-12.
37
367
Cf. R. D E LANGHE, Les Textes de Ras Shamra-Ugarit et leurs rapports avec le milieu " A S A E 42 (1943) 22.
375
de l'Ancien Testament (Gembloux 1945) II 4 6 5 . A . R O W E , Topography and History of Beth-Shan I (1930J 29.
368 376 w . F . A L B K I G H T , e n A F O 6 (1930-31) 217S.
E . D H O R M E , Les Habirou et les Hébreux: Rev. Historique 211 (1954) 2 6 1 . 377
3
<¡s> W . F . A L B R I G H T , e n C A H II x x , l 7 . Papiro de Leyde I 348.349.
378
370
BOTTÉRO, n-37. Gran Papiro Harris pl.31 1.8.
379
371
I D . , n.136. Gén34,is.
3S
372
Cf. J. R . KUPPER, Sutéens et Hapiru: R A 55 (1961) 197-200. » Cf. C. H . G O R D O N , Ugaritic Textsbook (Roma 1965). Grammar 5.28
381
1 Sam 20.t (hacia el s. x i a.C.}.
144 IV. La historia de los patriarcas I \ Historicidad de los relatos patriarcales 145
382 389
rición de los jabirú-'apiru de la historia del antiguo Orierite . seis generaciones antes que A b r a h a m , y la mención de una
Y los 'ibrím, como los jabirú- 'apiru, están empleados en,'Egipto línea colateral que vincula al mismo antepasado tribus y p u e -
e n la construcción y en las canteras, así como trabajando en blos de Arabia 3 9 ° , indica que la misma tradición bíblica con-
la construcción de la ciudad de Ramsés 3 8 3 , pues los 'apiru cebía la descendencia de Heber—por tanto, la de los hebreos—
«transportaban piedras para el gran pilón de Rarr/sés Mia- como u n grupo mucho más amplio que el de los descendientes
mun» 384 . M á s tarde, en Canaán, los 'ibrtm, a las órdenes de de Abraharn. Este árbol genealógico expresa menos la consan-
David, se dedicaban a asaltar las poblaciones del Negeb 385 , guinidad que las relaciones históricas y geográficas entre los gru-
igual que los jabirú de la época de Amarna; y, por otra parte, pos humanos de los que se guardaba recuerdo. Se puede, pues,
estos 'ibrím con David alquilan sus servicios como mercenarios mantener que existe una relación entre los hebreos y los jabiru-
a los filisteos 3 8 6 , como lo hicieron los jabirú con, los príncipes 'apiru. Y es verosímil que A b r a h a m y sus descendientes hayan
de Alalaj, con los hititas y con algunos reyezuelos de Canaán sido contados entre los jabirú de Canaán y entre los 'apiru de
en tiempos de Amarna 387 . Finalmente, la situación jurídica Egipto. Al hacer u n uso restringido del término hebreos como
del hombre o mujer jabirú en los textos de Nuzi es similar a nombre étnico y vinculándose a u n epónimo Heber, los israeli-
la del «hebreo» en la legislación de Ex 21. tas han reconstituido de una manera plausible la prehistoria
Pero al lado de estas semejanzas hay unas diferencias muy de su pueblo» 3 9 1 .
sustanciales que impiden identificar a los jabirú con los 'ibrím, En una posición similar sobre el problema se sitúa J. Bright:
porque no es posible identificar a los jabirú de la época de «No podemos identificar, sin más, a los hebreos con los jabirú...
Amarna con los grupos israelitas comprometidos en la con- Evidentemente, u n pueblo que se halla a todo lo largo del
quista de Canaán. Por otra parte, los jabirú-'apiru son mencio- oeste asiático desde finales del tercer milenio hasta el si-
nados en regiones en las que los antepasados de los israelitas glo xi a . C , poco más o menos, no puede identificarse alegre-
no estuvieron: en Asia Menor, al este del Tigris (Nuzi) o en mente con los antepasados de Israel. El término jabirú, con
regiones que los antepasados de los israelitas habían abando- todo, cualquiera que sea su origen, parece que al principio se
nado, pues había aún 'apiru en Egipto en el siglo x n a.C. refería no a una entidad étnica, sino a u n estrato de la sociedad.
Ahora bien, «estas semejanzas y diferencias se explican si los A u n q u e la mayoría de sus hombres, por cuanto se conoce de
israelitas eran una parte de u n grupo más amplio, el de los ellos, son semíticos, h u b o otros también. Hombres de cualquier
jabirú-'apiru. Se comprende que los filisteos hayan dado a los raza podrían ser jabirú. El término denota, al parecer, una
israelitas, que descendían hacia ellos desde la montaña palesti- clase de pueblo sin ciudadanía, sin lugar determinado e n la. es-
na, el mismo nombre de los jabirú, que habitaban en esta mon- tructura social de aquel tiempo. Llevando, a veces, u n a exis-
taña e n la época de A m a r n a . Se concibe q u e los egipcios ha- tencia seminómada, viviendo en paz o en razzias, aposentán-
yan asimilado a José, vendido a ellos como esclavo, a los se- dose en las ciudades cuando tenían oportunidad, pudieron, en
mitas q u e bajaban con los 'apiru, contra los que habían com- tiempos revueltos, aliarse (como aparecen en las cartas deTell
batido en Canaán, y que habían llevado como prisioneros. Es- Amarna), en calidad de tropas irregulares, a cambio d e cual-
tas apelaciones eran legítimas, y el empleo que hace la Biblia quier ganancia que pudieran obtener. Pudieron, forzados por
está justificado si se acepta considerando, como lo hemos pro- la necesidad, ponerse a disposición de algún jefe de guarni-
puesto, que los jabirú-'apiru era u n grupo étnico que designa- ción, como clientes, o venderse como esclavos (así e n Nuzi).
ba u n grupo o grupos semíticos occidentales (los amárreos En Egipto, muchos de ellos fueron empleados como obreros
o proto árameos), a los cuales hemos vinculado a los patriar- en varios proyectos reales. Alguna vez, sin embargo, algunos
cas» 3 8 8 . de ellos—como José—ascendieron a u n puesto elevado. En
P o r otra parte, «el lugar de residencia del epónimo Heber, vista de ello, aun cuando no podemos identificar a la ligera a
382
Cf. J.-R. K U P P E R , Les nómades en Mésopotamie au temps des mis de Mari 259.
los antepasados de los hebreos con los jabirú (particularmente
383
Ex 1,11. con los de los textos de Tell Amarna), es legítimo considerar-
384 Papiro de Leyde 348; R. A . C A M I N O S , Late-Egyptian Miscellanies ( L o n d o n 1954) 4 9 1 .
385
i Sam 22,1-2; 17,is. los como pertenecientes a esta clase. Apenas se p u e d e dudar
386
1 S a m 27,5-7; 29,1-4; son l l a m a d o s 'ibrím por los filisteos.
387 389
Gf. O . EISSFELDT, Ugarit und Alalach: F o r s c h u n g e n u n d Fortschritte 28,3 (1954) G e n 11,16-26.
39
8o-8 S . » G e n io,26s.
391
388 R np VAITV Histnire ancienne d'Israel (París IQ7l) 207-208. R. DE VAUX, Les patriarches hébreux et les découvertes modemes: RB ( 1 9 4 8 ) 3 4 4 .
//
\ Historicidad de los relatos patriarcales 147
146 IV. La historia de los patriarcas I

que entre los jabirú-'apiru que trabajaron en Egipío bajo Rad, parece ser «una epopeya preisraelita en la que se recoge
Ramsés II n o se encontraran componentes de Israel. Es inte- el eco de una expedición militar de castigo a esta zona» 4 0 0 .
resante que los jabirú concluían u n pacto o acuerde' j u r a n d o E n efecto, parece ser una inserción tardía para dar una versión
algunas veces por los dioses de ¡os jabirú 392-393> expresión que épica idealizadora sobre la historia del patriarca, al que s e le
tiene su paralelo exacto con el Dios de los hebreos qué hallamos presenta cómo vencedor nada menos que de todos los reyes de
en Ex 3,18; 5,3; 7,16» i94. Oriente. Con todo, como hemos dicho anteriormente, la expe-
dición militar de los cuatro reyes p u d o tener lugar para asegu-
Con todo, la denominación de 'ibrí («hebreo») pudo surgir
rar la ruta comercial de las especias que subían por Transjor-
espontáneamente entre la población cananea para calificar a
dania procedentes de Arabia del Sur. Por otra parte, sabemos
los nuevos intrusos hebreos, relacionándolos—sin bases etno-
que, en los tiempos de H a m m u r a b i y de Mari, u n rey elamita
gráficas ni históricas—con los famosos jabirú, que tanto les
envió una expedición a Subartu, cerca de A r m e n i a 4 0 1 , y poco
habían inquietado y que provenían del norte de Siria. En este
antes, u n elamita llamado K u d u r - M a b u k dominó la región de
sentido, el calificativo de Kibrí tendría un sentido despectivo,
Babilonia e instaló a sus hijos como reyes de Larsa. Y así se
equivalente a transmontano, extranjero y hostil. Bajo este as-
titula «padre de Amurru» o del «occidente». Bajo este aspecto,
pecto podía relacionarse el apelativo Hbri con el término 'eber
se puede concebir una expedición combinada de elamitas, amo-
(«del otro lado» del río); así, los advenedizos antepasados de
rreos y jurritas hacia TransJordania, que al fin sufrió una es-
Israel serían saludados como los llegados de «allende» el río
caramuza, perdiendo parte de su botín. Y el autor bíblico pre-
(Eufrates), como se supone en Jos 24,2. Esto explicaría que el
senta a A b r a h a m como héroe de esta razzia nocturna por la
término *ibrí aparezca raramente en labios de los israelitas.
retaguardia.
La versión de los LXX se hace eco de esta etimología cuando
traduce Kibrí por ó Trepón-ns («transeúnte») 3 9 5 . T a m p o c o la mención de N ú m 13,22 de que «Hebrón fue
fundada siete años antes que Tanis» sirve para datar la época
patriarcal. En una estela encontrada en Tanis para celebrar
11. DATACIÓN DE LA ÉPOCA PATRIARCAL
el cuatrocientos aniversario del establecimiento del culto de
N o es fácil encuadrar los relatos de la época patriarcal en Seth en esta ciudad, nos lleva al 1730 a.C. (época de los hiesos).
el marco de la historia universal, ya que la Biblia n o nos da Según R. de Vaux, la mención de N ú m 13,22 tiene por fin exal-
ninguna datación cronológica precisa en relación con la histo- tar la ciudad de Hebrón, capital primera del reinado de David.
ria de los pueblos del antiguo Oriente. Por otra parte, las data- Por otra parte, no hay ninguna indicación en los textos
ciones que da sobre la edad de los patriarcas i96, sobre la es- extrabíblicos en la que se aluda a las personas de los patriar-
tancia de los hebreos en Egipto 3 9 7 , en relación con la cons- cas. Por tanto, sólo indirectamente, a base de los datos arqueo-
trucción del templo de Salomón 398( resultan artificiales y sin lógicos de la región, podremos establecer una época verosímil
consistencia para el historiador. Igualmente, el supuesto punto para datar la historia patriarcal. En efecto, hoy se s u p o n e que
de contacto de la historia de A b r a h a m con la gran historia de la XII dinastía egipcia es de principios del segundo milenio a.C.
Oriente (el relato de G e n 14 sobre la incursión de los cuatro y que la invasión de los hiesos tuvo lugar a m e d i a d o s del
reyes orientales en el sudeste de TransJordania) no nos sirve siglo x v í n a . C ; asimismo, que éstos fueron expulsados de
para datar la época del patriarca, ya que, como hemos indicado Egipto a mediados del siglo xvi a . C , inaugurándose así la
antes, «este extraño relato tiene el aire de u n haggada compues- XVIII dinastía egipcia. Además, según la cronología mesopo-
to en honor de A b r a h a m y de Jerusalén (con la inserción del támica, a la luz de los últimos hallazgos arqueológicos, pode-
fragmento relativo a Melkisedec)» 3 9 9 0> c o m o sugiere G. von mos colocar al rey de Mari, contemporáneo de Hammurabi,
hacia el siglo x v í n a.C.
392.393 c f . W . F. ALBRIGHT, e n B A S O R 81 (1941) 20.
394
395
J. B R I G H T , O . C , 1 0 0 - i o r . Ahora bien, en esta época es cuando tienen lugar los gran-
G e n 14,13, así se califica a A b r a h a m traduciendo el 'ibrí del texto hebreo
396
G e n 12,4; 16,16; 17,1.24; 21,5; 25,7.26; 35,28; 37,2; 40,46; 47,9.28 (son textos del des movimientos migratorios, que habían comenzado u n siglo
«sacerdotal»). antes desde la Alta Mesopotamia hacia Canaán. Por ello, en
397
S e g ú n Ex 12,40-41 ( d o c u m e n t o P), 430 años; según G e n 15,13 (documento E?J.
400 años. 400
G. V O N R A D , Das erste Buch Kíose c.14; O . Eissfeldt considera el fragmento como un
398
Según 1 Re 6,1, el t i e m p o e n t r e la salida d e Egipto y la inauguración del templo fue midrash (Eindleitung zum A . T. 239).
de 480 años (versión «deuteronomista»).
399 ""i Cf. Syria XXI (1938) 122.
A . L O D S , Histoire de la littérature hébraíque et juive 622.
148 IV. La historia de los patriarcas I \ Historicidad de los relatos patriarcales 149

esta época habría que colocar la emigración de Abraham desde cipios del segundo milenio a . C , bajo las formas de A-ba-an-
la Alta Siria. Según los datos bíblicos, el patriarca abandonó ra-ma, A-ba-ra-ma, A-ba-am-ra-am, en los textos cuneifor-
la región de Jarran cuando tenía ya setenta y cinco años; a los mes; en los textos egipcios de «execración» aparece el n o m b r e
cien años tuvo un hijo 4 0 2 , es decir, después de residir veinti- de abrhn 4 1 2 , que se quiere vocalizar como Aburahana. E n los
cinco años en Canaán; por su parte, Isaac tuvo a Jacob cuando textos de Ras Shamra aparece el nombre de abrm4li, y s e sila-
tenía sesenta a ñ o s 4 0 3 , y éste entró en Egipto cuando tenía biza Abirami, similar al Abiram de N ú m i 6 , i s ; i Re 16,34 4 1 4 .
cien a ñ o s 4 0 4 . Pero ya hemos indicado que estas cifras son El significado de estos nombres varía según se interpreten por
convencionales y no nos sirven de apoyo serio para establecer el módulo semita oriental u occidental. En el primer caso, el
una cronología científica. n o m b r e significaría «el padre es amante» 4 1 5 ; en el segundo,
Para ello necesitamos acudir a los datos arqueológicos de puesto que en semítico occidental rám significa «elevado», ha-
la región. Ahora bien, según los estudios de Ñ . Glueck, en bría que traducirlo «padre excelso» 4 1 6 . La forma alargada
TransJordania hubo un bache cultural desde el 1900 a.C. has- Abraham (en vez de Abram) parece ser una pronunciación
ta finales del siglo x i n a.C. Cesó la vida sedentaria de modo dialectal cananea, aunque el texto bíblico nos da una explica-
brusco, y atribuye esto a la invasión de los reyes orientales de ción anecdótica del cambio de nombre, jugando con una eti-
que se habla en G e n 14 4 0 5 . Igualmente, en el Negeb hay u n mología popular para darle u n sentido profético 4 1 7 .
colapso de la vida sedentaria hacia el siglo x i x a . C , después El nombre de la esposa de Abraham, Sara, es netamente
de dos siglos de densa colonización. Y así califica esta época mesopotámico, y parece derivar de sharrátu («reina»), y tam-
como la «edad de A b r a h a m » 4 0 6 , cuando el Negeb estaba casi bién se le cambia el nombre, de u n modo convencional, de
despoblado. En general, todos los exegetas convienen en que Sarai en Sara41s. En hebreo existe la forma masculina shar
la época de los patriarcas hay que colocarla entre los siglos x x - («príncipe»), y, en ese supuesto, el femenino shara sería «prin-
xvii a.C. 4 0 7 . Según Fr. Cornelius, la expedición de G e n 14
cesa» 4 1 9 . Y el nombre de la cuñada de Abraham, Milkah, sig-
iba, en el fondo, contra Egipto, y la invasión de los hicsos
nifica en acadio «reina». Ya hemos visto los equivalentes topo-
sería una continuación de la misma hacia 1700 a.C. 4 0 8 . Algún
nímicos a los nombres de Teraj, Serug, Najor y Jarran dentro
autor pone en relación la emigración de A b r a h a m a Canaán
del clan de los abrahámidas, y justamente en la zona donde
con la de los jurritas hacia 1700 a.C. 4 0 9 . Pero no pocos auto-
radicaba la casa solariega del patriarca, en la Alta Siria.
res creen que los jurritas no llegaron a Canaán antes del
1500 a.C. 4 1 0 . Por su parte, G. H. G o r d o n supone que A b r a h a m Los nombres de Isaac y de Jacob se consideran formas hi-
es de la época de Amarna (s.xv a.C.) 4 U . pocorísticas de nombres teóforos completos. En este supuesto,
Pero R. de Vaux no se atreve a concretar fechas y cree que Isaac (en hebreo Yisjak: «él ríe») 4 2 0 podría ser el resto de u n
la entrada de los patriarcas en Canaán habría que ponerla en- primitivo Yisjak-El («Dios se ríe» o «es benevolente»), de tipo
tre los siglos x i x - x v m a . C , en conexión con las filtraciones amorreo; pero no se ha encontrado su equivalente en los textos
pacíficas de tribus de procedencia amorrea, como indican los extrabíblicos 4 2 1 . Siguiendo esta misma pauta, el nombre de
nombres de los patriarcas. E n efecto, el nombre de Abraham Jacob podría ser la abreviación del teóforo Ya'qob-El, que p o -
encuentra su paralelo en la onomástica mesopotámica de prin-
412 Cf. A N E T 329 n.9; cf. W . F . A L B R I C H T , en B A S O R 83 (1941) 34; 88 (1942)36; J B L
402
44 ( i 9 3 5 ) 1 9 3 - 2 0 3 .
G e n 12,4; 21,5. 4
403
" Cf. C. VIROLLEAUD, Comptes rendus de l'Ac. Ins: C R A I (1955) 79; cf. J. NOUGAYROL,
G e n 25,26. Palais Royal d'Ugarit III 20,r.
404
G e n 47,9. " i 4 Sobre los n o m b r e s mesopotámicos citados, cf. A. U N G N A D , Urkunden ais Dilbat:
405
N . GLUECK, The Oder Side of the Jordán ( C a m b r i d g e 1970) 140. R A VI (1909) 82.
406
I D . , The Age of Abraham in the Negeb: B i b A r c h 18 (1955) 2-9; B A S O R 152 41
5 Es la traducción d e D . LANDSBERGER, en Z A W 44 (1926) 302; J. J. STAMM, uie akka-
(1958) 20; BibArch 22 (1959, 87-89); The Archaeological History of the Negeb: H U C A dische Namengebung: M V A G 44 (1939) 292.
32 (1961) 11-18. 4
« Cf. W . F. A L B R I G H T , en J B L 54 Ü935) I93S.
407
A s í K . A. K I T C H E N , Ancient Orient and the Oíd Testament (Chicago 1966) 41-56. 41
? G e n 17,5.
4
»s F R . CORNELIUS, Génesis XIV: Z A W 72(1960) 1-7. i'» G e n 17,15.
409
A. RASCO, Migratio Abrahae circa a. 1650: V e r b u m D o m i n i 35 (1957) 143-54. 419
Cf. Jue 5,9; 1 Re 11,3; Est 1,8; Is 49,23; L a m l , r . El c a m b i o d e Sharai en Shara,
410
Así R. DE VAUX, Les hurrites de l'histoire et les Horites ie la Bible: R B 74 (1967) paralelo al cambio de Abram en Abraham, ha d e e n t e n d e r s e como u n a pronunciación d i a -
481-503. lectal en el medio lingüístico cananeo.
411 420
C H . GORDON, The Pabiapehal Age: Journal of Bible a n d Religión 21 (1953) 238-43 ; G e n 18,15. Es la explicación folklórica. E n á r a b e , Idhaq.
The Patriarchal Narratives: J N E 8 13 (1954) 56-59; Hebrew Origins in the Ligh't of Recent 421
Cf. M . N O T H , Die syrish-palástiniesche Bevólkerung des zweitens Jahrtauseniv. Chr.:
Discovery: Biblical a n d O t h e r Studies ( C a m b r i d g e 1963) 3-14.
Z D P V 65 (1942) 9-67-
150 ¡y. La historia de los patriarcas I Costumbres y fondo consuetudinario-juridico 151

dría significar «Dios protege» 422 . Se ha encontrado su equiva- \


lente en Ya'qub-El, en la Baja Mesopotamia, en el siglo xix a.C, fy) Las costumbres patriarcales y el fondo
y durante la I dinastía de Babilonia, en cuatro documentos \ consuetudinario-juridico
de Kish, bajo las formas de Ya-aj-qu-ub-El y Ya-qu-ub-El 423 ;
también aparece bajo la forma de Ya-ku-ub-El, y aun en la
\ 1. CLASE SOCIAL DE LOS PATRIARCAS
forma abreviada de Ya-ku-bi 424 . También en la Alta Mesopo-
tamia, hacia el siglo xvm a.C. se encuentra este nombre en Los patriarcas hebreos pertenecen al tipo social de jeques
Shagar Bazar 425 y en los escarabajos hicsos. En la lista de Tut- seminómadas, los cuales, con sus rebaños de ganado menor
mosis III (s.xv a.C.) aparece una localidad cananea con el nom- y con algunas reses de ganado mayor, se desplazaban en busca de
bre de Ya'qob-El 426 . Asimismo, en muchos escarabajos de la pastos en constante trashumancia, limitada a las regiones de
época de los hicsos aparece el nombre de Ya-qob-hr, de senti- Canaán. La zona de Siria y Canaán por donde anduvieron
do incierto 427 . es de tipo semiestepario; es decir, que no son arenales puros,
También se cree leer el nombre de Zabulón en los textos sino que son terrenos pobres, con cierta vegetación, en la que
egipcios de «execración» (s.xix a.C), y parece que en los textos se intercalan de cuando en cuando fértiles oasis, que contrastan
de Mari aparecen nombres similares a Gad y Dan 428; también por su verdor con el color ocre de la estepa. Así, pues, los pa-
los de Aser e Isacar se leen en una lista egipcia del siglo vin triarcas aparecen en los relatos bíblicos como nómadas que
a.C. 429 . Todo esto prueba que los nombres de la época pa- viven bajo su tienda 431 , dedicados a la cría de ganado menor 432 ,
triarcal encuentran paralelo en una época que va del siglo xix y se sujetan al código consuetudinario de los nómadas; se man-
al siglo xv a.C, y justamente en las regiones por donde ellos tiene la pureza de sangre 433 , la ley de la hospitalidad 434 y la
han peregrinado. En este supuesto, R. de Vaux comenta: «Los venganza colectiva 435 . Pero no pertenecen al género de vida
nombres de los patriarcas pertenecen a tipos onomásticos co- de los grandes nómadas, que se dedican a la cría masiva de
nocidos en los ambientes de donde han salido los antepasados camellos, con largos desplazamientos de centenares de kiló-
de los hebreos; su significación obliga a considerarlos como metros 436 . En la Biblia se presenta a los madianitas invadiendo
nombres de personas; dos de entre ellos son llevados por per- Canaán con «innumerables camellos» 437 . Pero en los textos de
sonajes humanos en los documentos profanos. Si se añade, Ras Shamra, en los de Mari y en los de Amarna no se men-
además, que la figura y el carácter de los patriarcas no implican ciona el camello. Con todo, la representación del camello
ningún rasgo mitológico, se concluirá en la imposibilidad abso- aparece ya en restos arqueológicos del tercer milenio a.C. 438
luta de considerarlos como divinidades antiguas cananeas» 430 . En la historia patriarcal, el camello es mencionado como medio
de transporte al lado del asno 4 3 9 . Podemos suponei que
« 2 Así traduce M . N O T H , a . a , 177. La explicación folklórica de G e n 25,26 y 27-36
juega con la doble etimología popular d e 'eqeb («calcaño») y 'aqdb («engañar», suplantar). Abraham, como gran jeque, tenía algunos camellos para los
E n sudarábigo, el equivalente de eqb hebreo significa «guardar».
423
M . R U T T E N , Un lot de tablettes de Mañana: R A 54 (1960) Index, 149; S. D . S I M - grandes desplazamientos. Así, su mayordomo marcha para
MONS, en J O S 14 (1960) 122 n.100,21; I D . , en J C S 13 (1959) 114 n.26,7; 14 (1960) 27 n.57,13;
T H . BAUER, Díe Ostkanaanáer (Leipzig 1926) 27.
Jarran con «diez camellos»440; es una caravana como la áe los
424
Cf. M . N O T H , Mari und Israel. Eine Personnennamenstudie: Geschichte und A l t e s ismaelitas-madianitas que compraron a José 441 ; al volver Jacob
T e s t a m e n t (Festchrift Alt) ( T ü b i n g e n 1953) 142.
425
Cf. J. G A D D , en Iraq V I I (1940) 3 8 .
traía numerosos camellos, pues ofreció a Esaú treinta came-
426
Cf. Lista de Tutmosis III n.102; aparece t a m b i é n en la lista geográfica d e Ramscs II, llas 442 . En cambio, Jacob se trasladó a Egipto sólo coa as-
n.g. En la Biblia encontramos los n o m b r e s similares d e Yabneel y Yezrael.
427
Cf. W . F . A L B R I G H T , From the Stone Age to Christianity (1940) 186.
428 431
Cf. M . N O T H , Mari und Israel 145SS. G e n 12,8; 13,3.18; 18,1-10; 24,67; 31,25.33-34-
429 432
Cf. W . F . A L B R I G H T , en J A O S 74 (1954) 227-31. I n c l u s o se quiere encontrar los G e n 30,32-43-
433
nombres d e Lewi e Ismael; cf. M . N O T H , e n JSS I (1956) 325-27. G e n 24,3-4; 28,1-2.
43 434
° R. DE VAUX, en R B (1946) 324-25. G e n 18,1-8; 19,1-8; 24,28-32.
4
« G e n 34,25-31- w . ,_, ,
43
6 Cf. J. R. K Ü P P E R , Les nómades en Mésopotamie au temps des rois de Man (París 1957);
G. GABRIELI, La áulica societá beduina (Roma 1959); R. DE VAUX, Institutions I 15-35.
437
Jue 6,5; 7,12; 8,21.26.
138 Cf. A . P O H L , en Orientalia 19 (1950) 251-53; 21 (1952) 373-74, 23 ( i 9 5 4 ) « 3 - 5 4 ;
26 (1957) 165-66.
439
G e n 12,16; 30,43; 32,8.
440
G e n 24,10.
441
G e n 37,25-
442
G e n 32,16.
152 IV. La historia de los patriarcas I Costumbres y fondo consuetudinario-juridico 153

nos 4 4 3 ; y éstos son los que llevaban los presentes de José a su en los textos bíblicos 4 6 ° ; y ésta es la vida de las tribus semi-
padre 4 4 4 . nómadas de Mari, exactamente como los actuales beduinos de
D e hecho, hacia fines del segundo milenio a . C , el asno era los alrededores de Bersabé o de Belén. Pero los patriarcas no
el medio d e transporte más común 4 4 5 . Así, en la t u m b a de h a n llegado todavía a la situación de agricultores, pues viven
Beni-Hasán (de principios del s. x i x a.C.) aparece represen- en tiendas y están en continua trashumancia, aunque estaban
tado un clan de 37 asiáticos: cazadores, músicos y metalúrgi- en vías de sedentarización.
cos 4 4 6 ; llevan dos asnos de carga, con cosméticos para los
ojos, según reza el texto 4 4 7 . Por aquellos tiempos, las carava- 2. L A SOCIEDAD PATRIARCAL
nas egipcias hacia el Sinaí y el Sudán sumaban hasta mil
asnos 4 4 8 . E n los textos asirios del siglo x i x a . C , también los Los relatos patriarcales son, fundamentalmente, historias
asnos son los medios comunes de transporte para las mercan- de familia en régimen de patriarcado. Se h a n querido encon-
cías de Mesopotamia al Asia M e n o r 4 4 9 . Así, la unidad d e trar indicios de régimen de matriarcado 4 6 1 y a u n de fratriar-
cuenta era la «carga de asno» 4 5 0 ; de ahí surge la medida de ca- cado 4 6 2 . Pero en los relatos bíblicos se destaca el poder omní-
pacidad hebrea: el jomer (392 Kg.), en relación con la palabra modo del esposo, q u e decide sobre el matrimonio de sus
jamor («asno»). Las caravanas eran m u y nutridas, con una fuerte hijos 4 6 3 ; y A b r a h a m sacrificó el honor de su mujer por su se-
escolta por motivos de seguridad. E n los textos asirios, Damasco guridad 4 6 4 . Igualmente, L o t está dispuesto a sacrificar el honor
es llamado «el país de los asnos» 4 5 1 , y eran famosos los «asnos de sus hijas para salvar los derechos de la hospitalidad 4 6 5 .
negros». E n los textos de Mari se mencionan muchas veces las Finalmente, A b r a h a m nombró heredero único a su hijo Isaac
caravanas de asnos 4 5 2 . E n u n o de los textos se habla de una y no da nada a los hijos de sus concubinas 4 6 6 . Por otra parte,
caravana de 3.000 asnos 4 5 3 . Asimismo, el asno se utilizaba como la descendencia es por la línea paterna y se mantiene el derecho
víctima en los pactos 4 5 4 ; así, «matar u n asno» es una frase este- de primogenitura (bekorah)467; pero el primogénito podía
reotipada para significar «concluir una alianza» 4 5 5 . perder este derecho por alguna falta grave, como en el caso
En la historia patriarcal, los asnos son los medios normales de R u b é n 4 6 8 .
de transporte 4 5 6 , pero los patriarcas n o son propiamente trans- Además, se mantiene el derecho de adopción, c o m o en el
portistas caravaneros de oficio 4 5 7 , sino nómadas que se dedica- caso de Agar, cuyo hijo de A b r a h a m había de ser reconocido
ban fundamentalmente a la cría de ganado menor 4 5 8 en zonas como legítimo hasta que naciera el de Sara 4 6 9 . Igualmente, la
más o menos esteparias, en las que no faltaban los pozos y algu- esposa de Jacob, Lea, adopta los hijos que aquél tuvo con su
nos oasis, cerca de poblaciones sedentarias para sus transaccio- esclava 4 7 0 . Igualmente, Jacob declara como hijos suyos a los
nes comerciales. Formaban parte, como los beduinos actuales, dos hijos de José 4 7 1 . El rito consistía en poner el recién nacido
de «una sociedad dimorfa, en la que se asocian o se oponen los entre las rodillas de la que lo adoptaba 4 7 2 . Pero en t o d o s casos,
rasgos de la ciudad y de la t r i b u » 4 5 9 . Además de sus ganados, los adoptados son de la familia, o hijos del esposo, o nietos.
tienen pequeños campos de trigo y de cebada; y así aparece Isaac Solamente en G e n 15,3 se habla de la adopción del mayordomo
443
Eliezer p o r A b r a h a m p o r falta de hijos.
G e n 42,26-27; 43,18.24; 44,3.13.
444
G e n 45,23. Los patriarcas procuran conservar la pureza de sangre,
« 5 Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 163 (1961) 40S.
446
Cf. W . F . ALBRIGHT, Archaeology and the Religión of Israel 98.200. 460
w Cf. A N E P n.3; A N E T 229. G e n 26,12; 37,2.7.
461
448 w . F . ALBRIGHT, Yahweh et the Gods of Canean 62 n.42. L a m a d r e daba el n o m b r e al recién n a c i d o : G e n 29,31-30,24; 35,18.
462
449
Cf. J. L E W Y , Some Aspects of Commercial Life in Assyria and Asia Minor in the Ni- El levirato: G e n 38; los hijos d e Jacob p o r su cuenta vengan a su h e r m a n a Dina:
neteenth Pre-Christian Century: JAOS 78 (1958) 89-101. Gen 34; Labán interviene e n la contratación d e la boda d e Rebeca, su h e r m a n a : Gen 34.
450
J. L E W Y , en R S O 39 (1964) 181-97. Cf. C. H . G O R D O N , Patriarchy in the Oíd Testament: J B L 54 (1935) 223-31.
451
J. L E W Y , a.c., n.19 p . 9 72-74. 463 G é n 24,3-9; 28,2.
464
452
E . N I E L S E N , Ass and Ox in the Oíd Testament: Studia Orientalia I. Pedersen Dedicata G é n 12,11-13; 20,2; 26,7 (Isaac).
4
(Copenhagen 1953) 263-74. <S5 G é n 19,8.
466
453
Cf. M . G R E E N B E R G , The Hab-piru ( N e w H a v e n 1955) n . 1 5 ; J. R. K U P P E R , O . C , 2 5 3 . G é n 25,5-6.
467
454 A R M I I 37. G é n 25,31-34; 27,36; 43,33-
468
455
G . MENDENHALL, e n B A S O R 133 (1954) 26-30 n.2. G é n 35,22; 49,3-4; I Par 5,1.
456
G e n 12,16; 24,35; 30,42; 32,6.16. « 9 G é n 16,1-2.
470
457
Cf. C . H . GORDON, Abraham and the Merchants of Ura: J N E S 17 (1958) 28-31. G é n 30,9-13.
45
« G e n 30,25-42; 38,12.17; 46,31-34; 47,1-6. « 1 G é n 48,5.
472
459
R. DE VAUX, Histoire... 221.
G é n 48,12; 50,23; R u t 4,16-17.
154 IV. La historia de los patriarcas Costumbres y fondo consuetuditiario-juridico 155
473
y por eso, los matrimonios suelen ser entre primos , aunque de procedencia más arcaica, como el de Ur-nammu (sumerio),
Esaú, en contra de la voluntad de sus padres, había tomado de la III dinastía de Ur 487 ; el de Lipit-Ishtar (sumerio), rey de
como esposas a dos mujeres cananeas 474 . La monogamia se Isin hacia el siglo xx a.C. 488 ; las leyes de la ciudad de Eshnun-
mantenía como ideal 475 . Así, Abraham, sólo cuando no espe- na, un poco anteriores al Código de Hammurabi489. Además,
raba hijos, y por indicación de su esposa, tuvo relaciones con tenemos los «edictos» o misharím (actos de equidad) para la
su esclava Agar 4 7 6 . Con todo, el régimen de concubinato era remisión de deudas, de la época de la dinastía I de Babilo-
normal 477 , pues al lado de la esposa legal se tenían otras como nia 4 9 0 . Finalmente, están los ejercicios escolares, con formu-
concubinas 478 . Jacob tuvo dos esposas y varias concubinas 479 ; larios jurídicos sobre derecho familiar 491 .
pero José sólo tuvo una esposa; igualmente Isaac. Esaú tuvo tres Al lado de estos textos de la Baja Mesopotamia, tenemos
esposas del mismo rango 480 . Pero, como dice R. de Vaux, las Leyes asirías, en tabletas del siglo x n a.C, pero que repre-
«habría que preguntar si, en las historias de los patriarcas, sentan una legislación muy anterior 492 ; y también las Leyes
estas uniones múltiples y estas distinciones entre esposas y con- hititas, del siglo xin a.C, que reflejan un fondo legislativo más
cubinas representan verdaderamente relaciones entre personas antiguo 493 . Además, tenemos miles de contratos privados en-
y no expresan, más bien, relaciones históricas o geográficas contrados en Mesopotamia en sumerio, acadio y asirio, que
entre grupos emparentados» 481 . sirven para ilustrar el fondo jurídico ambiental. Entre ellos
De hecho, la noción de familia es muy fluctuante, porque están los de Nuzi 494 , del siglo xv a.C, de procedencia jurrita,
el término bayt («casa») o bét'ab («casa paterna») tiene un sen- por lo que servirán especialmente para esclarecer las costum-
tido amplio de comunidad de sangre y de clan. Así, la «casa bres patriarcales de procedencia amorrea, pero en contacto con
de Jacob» comprende tres generaciones 482 . Y en la «casa» se los jurritas de la Alta Mesopotamia.
incluyen los siervos 483 . Entre la casa paterna y la tribu estaba Pero no se han encontrado códigos ni en Siria ni en Pales-
la mishpajdh o «clan», «familia» en sentido amplio 484 . Igualmen- tina; solamente tenemos textos de contratos, y no muy nume-
te, el término mólédét viene a designar «parentela» 485 . El régi- rosos. La mayor parte se encontraron en Mari y Alalaj 495 ,
men es de gran independencia, con un jeque, como entre los también en Ras Shamra 496 . Tampoco en Egipto se ha encon-
actuales beduinos. trado un código legislativo.
En general, estos complejos legislativos son de tipo casuís-
3. LAS COSTUMBRES JURÍDICAS tico, sin estar distribuidos muy orgánicamente, como lo están
en los códigos modernos. Y están redactados en función de una
Hoy día tenemos a disposición una serie de códigos legis- población sedentaria; por eso reflejan, más bien, una sociedad
lativos del antiguo Oriente que nos sirven para establecer centralizada, lo que no es aplicable al status sociopolítico de
puntos de comparación con las costumbres de los patriarcas, Canaán cuando por allí se asentaron los patriarcas. Lo más que
pudiendo reflejar ciertas analogías y diferencias. El más com- podemos admitir de afinidad es un cierto fondo consuetudina-
pleto de todos es el Código de Hammurabi, encontrado en 1902, rio, común entre determinadas poblaciones emparentadas con
en Susa, y escrito en acadio 486 . Después se encontraron otros el clan de los antepasados de Israel. De hecho, los patriarcas
acampaban cerca de las poblaciones para realizar las transac-
4
474
« G e n 24,4; 28,2; 29, JO; 28,8-9.
G e n 26,34-35.
ciones comerciales; esto implica que en sus relaciones sociales
475
476
Cf. W . PLAUTZ, Monogamie und Polygamie im Alten Testament: Z A W 75 (1963) 3-27. participaban también de costumbres jurídicas de los sedenta-
G e n 16,1-2.
477
G e n 26,6; 22,20-24.
478 487
G e n 36,11-12. A N E T 523-25.
479 488
G e n 29,15-30; 30,1-9. A N E T 159-61.
4 489
«» G e n 26,34. A N E T 161-63.
481
R. DE V A U X , Histoire... 227. 490
Cf. el caso del año sabático d e Israel, D t 15,1-18; A N E T 526-28.
482 4
G e n 46,27.31; 27,12. « A N E T 525-26.
483
G e n 15,3; 24,2. « 2 A N E T 180-88.
484 4
Jos 7,16-18. Cf. J. PEDERSEN, Israel, its Life and culture I- II ( L o n d o n 1967). »s A N E T 188-97.
485 G e n 12,1; 24,7. 494
A R M VIII.
486 Publicado y traducido por p r i m e r a v e z p o r el dominico V. Scheil, q u e t o m ó parte e n 4
« Cf. D . J. W I S E M A N , P R U I I I (Paris 1953); JCS 8 (1954) 1-30.
las excavaciones de Persia. Así aparece e n frAémoires dans la Délégation en Perse, p u b l i c a d a s 496
Cf. J. NOUGAYROL, P R U I I I (Paris 1955); G . BOVER, La place des textes iUgarit
bajo la dirección d e M . J. DE M O R G A N ; t . 4 : Textes élamites-sémitiques 2.* ser. (París 1902). dans l'histoire de l'ancien droit oriental, 283-308; J. NOUGAYROL, Ugaritica V (Paris 1968)
El texto e n A . D E I M E L , Codex Hammurabi ( R o m a 1930); A N E T 163-80. 2-16; 172-87.
156 IV. La historia de los patriarcas Costumbres y fondo consuetudinario-juridico I57
ríos. Dentro de la libertad de jeques seminómadas aparecen el siglo xi a . C , en Egipto se presenta el caso de una e s c j a v a
especialmente vinculados a las localidades de Siquem, Betel, que da tres hijos al m a r i d o , los cuales son adoptados p o r j a
Hebrón, Bersabé y Guerar. Son en realidad extranjeros afinca- esposa estéril, y quedan c o m o herederos legítimos 5 0 6 . U n c a s o
dos en la zona, y por ello tienen que defender sus intereses de similar aparece en N i m r u d en el siglo v n a . C : porque, al s e r
clan, frente a los absorbentes sedentarios 4 9 7 , con sentido de la esposa estéril, el marido toma una esclava, cuyos hijos s e r á n
responsabilidad colectiva 4 9 8 , en defensa de la pureza de la reconocidos legítimos, como si fueran de la esposa 5 0 7 .
sangre 4Í)Í>. En el Código de Lipit-Ishtar, los hijos de las esclavas no
tienen derecho a la herencia, a menos que, después de la m u e r t e
a) El matrimonio de la esposa, el marido acepte a la esclava por esposa 5 0 8 . Y en
el Código de Hammurabi, los hijos de las esclavas no tienen
Como antes decíamos, el concepto de «familia» era m u y
derecho a la herencia a menos que el padre los haya adopta-
amplio, y en lo concerniente al derecho matrimonial, además
do, reconociendo sus derechos especiales de herederos 5 0 9 . E n
de la legítima esposa, se admitían concubinas o esclavas, con
ese caso quedan asimilados a los hijos de la esposa legítima.
las que se tenían relaciones conyugales, como es el caso de
En cambio, según las Leyes asirías, los hijos de las concubinas
A b r a h a m con Agar 5 0 ° , y el de Jacob con varias esclavas.
tienen derecho a la herencia, si la esposa no ha tenido hijos-
E n el primer caso, el patriarca, por indicación de su esposa
en ese caso son considerados como sus hijos del padre y de l a
legítima, Sara, tiene relaciones con la esclava para tener des-
madre 5 1 0 . Tampoco en Nuzi los hijos de las concubinas tenían
cendencia. En el Código de Hammurabi tenemos un caso similar:
derecho a la herencia; por ello era preciso una disposición espe-
«Si alguno tomaia una sacerdotisa y ésta no le diere hijos, y quisiera él cial del padre para que tuvieran derecho a alguna parte sil
tomar una concubina, la podrá tomar e introducirla en su casa, sin que esté En la historia de Jacob, los hijos habidos de sus esclavas
en plan de igualdad con aquélla. Y si tomó él una sacerdotisa y ésta le dio
una esclava, y ésta le diera hijos, después, si ésta por ello se quisiera consi- Bilja y Zelfa son considerados con los mismos derechos q u e
derar igual a su señora por haber tenido hijos, su señora no la venderá, sino los de Raquel y Lía. Así, Raquel, al nacer Dan, hijo de Bi¡j a
que la tomará como sierva» 5 0 1 . exclama: «Dios me ha dado un hijo» 5 1 2 . Para ello, la esclava
debía dar a luz sobre las rodillas de la señora 5 1 3 . D e hecho
Esto sirve en gran manera para esclarecer las relaciones de
por los relatos bíblicos sabemos que los hijos de las esclavas
Sara con la esclava Agar, que tuvo que ser echada de casa por
de Jacob tuvieron la misma consideración legal que las d e las
su insolencia 5 0 2 . Pero el parecido es de contraste y lejano, ya
dos esposas 5 1 4 .
que se trata de una mujer «sagrada» o nadítu en el caso del
A b r a h a m quiso que su hijo Isaac se casara con u n a de su
código babilónico. En un texto asirio de Kültepe (Asia Menor)
parentela; por eso envió a su mayordomo Eliezer para q ue
se habla de u n asirio casado con una indígena; al n o tener ésta
buscase novia para éste en la casa solariega de Paddán-Aram,
hijos, compró una esclava, la cual, una vez que le ha dado
en el Alto Eufrates, de donde había venido el propio Abra-
hijos, es vendida de nuevo 5 0 3 . A q u í se trata sólo de tener des-
h a m 5 1 5 . Pero como había muerto el padre de Rebeca, es su
cendencia. En el caso bíblico, la esposa es la que adopta el hijo
hermano Labán el que lleva la iniciativa en los tratos del nuevo
de la esclava, considerándolo como suyo. E n un contrato de
matrimonio, pero pidiendo el consentimiento para ello d e su
Nuzi se habla de una esposa estéril que tiene que procurar al
hermana Rebeca. En cambio, Labán, padre de Raquel y d e
marido una esclava; y aquélla no puede echar fuera a los hijos
Lía, no les pide el consentimiento a éstas para su matrimonio
de ésta 5 0 4 . En el caso de Agar, ésta es expulsada por Sara, en
con J a c o b 5 1 6 . Justamente, en u n o de los contratos de Nuzi
contra de los sentimientos benevolentes de A b r a h a m 5 0 5 . Hacia
506
A. H . GARDINER, Adoption Extraordinary: J E A 26 (1940) 23-29.
« 7 Cf. G e n 14,148. 507
Cf. B. PARKER, The Nimrud Tablets, 1952-Business Documente: Iraq 16 (1954) 3/-3Q,
« 8 Cf. G e n 34,25ss. sos Leyes 12-13; cf. V. SCHEIL, Fragmente d'un code pre-hammurabien: R A 17 (1920) ^ ss *
i " Cf. G e n 24,3-4; 28,iss. 5 09 Leyes 170-71.
500
G e n 21,10-13. 510 A . § 4 1 ; cf. A . V A N PRAAG, Dwit matrimonial assyro-babyíonien (1945) i o o s s .
501
Cud. Hammurabi leyes 145-47. sil HSS V 7; cf. E. M . C A S S I N , o . c , 392-93.
502
G e n 21,10-13. 512 G e n 30,6.
503
A N E T 5 4 3 a ; cf. J. L E W Y , en H U C A 27 (1956) 9-10; H . HIRSCH, en Orientalia 35 513 G e n 30,3.
(1966) 279-80. 514 Cf. G e n 48,22; 49,1-28.
504 HSS V 67; E . M . CASSIN, L'adoption a Nuzi (Paris 1938) 285-88; A N E T 220. 515 G e n 24,57s; 11,31.
505
G e n 21,10-13. 516 Gen 29, is.
Costumbres y jondo consuetudinario-juridico 159
158 tV. La historia de los patriarcas
526
adopción, el adoptado perdía sus derechos de h e r e n c i a .
un hermano entrega a su hermana en matrimonio con la de-
Es lo que se supone en la respuesta de Dios a Abraham: «No,
claración, d e ésta ante testigos: «Con mi consentimiento, mi
sino que el heredero será uno salido de tus entrañas» 5 2 7 .
hermano me ha entregado como mujer a tal» 5 1 7 . Por otra parte,
Labán p r e g u n t ó a su hermana Rebeca si quería trasladarse a
b) Derecho de primogenitura y levirato
Canaán o quedarse en casa, lo que está en consonancia con lo
que se estipula en las Leyes asirías, que permiten a la mujer Según Gen 25,30.34, Esaú vendió el derecho a su p r i m o -
casada permanecer domiciliada en la casa paterna 5 1 8 . genitura por u n plato de lentejas; lo que da a entender q u e en
Pero aún hay más: Jacob, ai pedir a Raquel por esposa, se la familia patriarcal existía este derecho de «primogenitura».
comprometió a trabajar siete años en casa del padre de ésta, Según D t 21,15-17, el primogénito recibía una parte doble en
Labán, como mohár, o precio de compra, ya que Jacob no tenía la herencia respecto a los demás hermanos 528 . En el Código
patrimonio propio en aquella r e g i ó n 5 1 9 . Justamente en una de Hammurabi no se reconoce este derecho de primogenitura,
ley de Eshnuna se prevé el caso de que u n hombre alquile sino que la herencia se divide a partes iguales entre los hijos,
los servicios de otro, a quien, en cambio, le debe otorgar a a u n q u e el padre puede dejar una manda especial a alguno pre-
su hija por esposa 5 2 0 . Y en el caso de Jacob, las mujeres de ferido, pero no necesariamente al primogénito 5 2 9 . En cambio,
éste, Lía y Raquel, se quejan de que su padre haya abu- según las Leyes asirías, el primogénito recibe una parte doble
sado de la situación, haciéndole trabajar demasiado para en relación con los otros hermanos 5 3 0 . Parece que ésta es tam-
éste, «comiéndoles su dinero» ('akol kesef, que es el equiva- bién la práctica de Nuzi 5 3 1 . En u n texto de esta región encon-
lente al akalu kaspa del asirio). Por otra parte, Jacob se queja tramos u n caso similar al del incidente de Esaú: un tal T u p k i -
de que no ha recibido la debida recompensa de su trabajo, Tilla, de Nuzi, vende su herencia (el derecho a u n jardín) por
pues no participa equitativamente del producto de los gana- tres carneros 5 3 2 . E n otro texto de Nuzi, u n hermano adquiere
dos, ya que, cuando las fieras atacan los rebaños, pone a cuenta la parte preferente del primogénito, el cual se queda sólo con
suya las pérdidas, sin hacer reclamaciones ni presentar las reses la parte proporcional entre los hermanos 5 3 3 , y en otro texto
destrozadas como testimonio de su inocencia 5 2 1 , como se se habla de un padre que restituye a su hijo primogénito el
prescribirá en el código de la alianza hebreo 5 2 2 . En cambio, derecho que antes le había quitado 5 3 4 . Según u n texto d e Ras
el Código de Hammurabi sólo exige que el pastor jure que no Shamra, una madre viuda puede escoger quién de sus hijos
ha sido culpable 5 2 3 . ha de ser el heredero principal 5 3 5 ; igualmente, en u n contrato
Según Gen 15,1-3, el patriarca A b r a h a m se queja ante Dios de Alalaj del siglo xv a.C. se decide quién será el primogénito
de que por no tener hijos deba heredarle el mayordomo, el da- entre los hijos de dos esposas 5 3 6 . En un texto de Ras Shamra
masceno Eliezer. ¿Por q u é él y no su sobrino Lot? Sin duda se atribuye al primogénito una parte suplementaria 5 3 7 .
que el patriarca había adoptado al mayordomo como heredero. En el relato de G e n 38,13 se supone la vigencia de la ley
La adopción no aparece e n la legislación hebraica, pero se su- del levirato (levir: «cuñado») que se impone en D t 25,5-10: si
pone al decir que Jacob adoptó a los hijos de sus esclavas 5 2 4 alguno moría sin sucesión, entonces su hermano debía casarse
y a los de José 5 2 5 como hijos propios con plenos derechos. En con la viuda para darle hijos a ésta, para que ellos fueran con-
Asiria y Nuzi, la adopción era una costumbre muy generalizada.
Así, cuando alguno no t e n í a hijos, adoptaba a u n esclavo o a 526
527
Cf. E. M . GASSIN, O . C , 2 8 0 - 8 1 .
Gen 15,4.
otro como heredero para ayudarle en la vejez y para que cum- 528
A este propósito se susle explicar así la exclamación de Elíseo p i d i e n d o q u e la «parte
doble» de Elias le sea otorgada al desaparecer éste, como si fuera su d e r e c h o de heniero
pliera con él los ritos de sepultura. Caso de que el adoptante (cf. 2 Re 2,9: «Que yo tenga dos partes en tu espíritu»); es decir, le pide heredar su espíritu
tuviera inesperadamente hijos después d e haber suscrito la profético.
529
Cód. de Hamm. i y 165.
530
Leyes asirías B i . r .
531
517 H S S V 5-79,' A A S O R X V I , 55 • Cf. E. C A S S I N , O . C , 285.
532
518 Leyes asirías 25.26.27.30.33.36.38; cf. A. V A N PRAAG, o . c , l8os. HSS V 104; cf. C. F . C O R D Ó N , en Biblical Archeohgisl III i (1940) 5.
533
519 G e n 29,16. HSS V 99; A A S O R X 48-49; E. A . SPEISER, en A A S O R XIII 44.
520 Cf. A. GOETZE, The Laws of Eshnunna p . 7 5 ; A A S O R (1956). «< HSS V 21; A A S O R X 39-
535
521 G e n 31,38-39. F R . T H U R E A U - D A N G Í N , Trois contrats de Ras Shamra: Syria 18 ( i 9 3 7 ) 2 4 9 - 5 1 .
516
522 E x 22,12. D . T. W I S E M A N , The Atalakh Tablets ( L o n d o n 1953) n.92; I. M E N D E L S O N , en BASOR
523 Cód. Hamm. ley 266. 1956 (diciembre 1959) 38-40.
537
524 G e n 31,43. RS 17.36 = Ugarítíca V 10-11.
525 G e n 48,22; 49,1-28.
160 IV. La historia de los patriarcas
Costumbres y fondo consuetudinario-jurídico 161
siderados como hijos del difunto, quedando así perpetuada su
tizaba u n asno; y así, para dec'r «pactar una alianza», se decía
descendencia legal. Esta costumbre n o aparece e n el Código
«matar el asno de la alianza» 546 , es decir, la víctima que se ofre-
de Hammurabi, pero sí en la colección de las Leyes asirías 5 3 8 .
cía con motivo de la alianza. E n los textos clásicos grecorro-
Y según las Leyes hititas, si un hombre muere, su esposa viuda
manos encontramos ritos parecidos; así, Tito Livio, hablando
pasa a sus parientes, por este orden de prioridad: primero, al
de la alianza entre romanos y albanos, dice que sacrificaron u n
hermano del difunto; después, a su padre, y, finalmente, a su
cerdo, diciendo estas palabras las partes contratantes: «Si el
tío paterno 5 3 9 .
pueblo romano, por mala fe, falta al pacto, entonces, ¡oh J ú -
piter!, hiere al pueblo romano, como yo hago herir este p u e r -
c) Otros incidentes de la vida patriarcal
co, y hiere d e modo tanto más fuerte cuanto t ú eres más p o -
Los terafim. Cuando Jacob con su familia abandona la deroso» 5 4 7 . E n hebreo, la expresión karat ha-berit («cortó la
Alta Siria, Raquel, sin saberlo Jacob, se llevó los terafim, o alianza») alude al sacrificio de la víctima de la alianza. En griego
dioses «domésticos» (penates), de su padre L a b á n 5 4 0 y los tenemos una frase equivalente: ópKicc TÉIJIVEIV («cortar los jura-
escondió en el palanquín del camello, porque eran de es- mentos»: Ilíada I I I 298S); en latín, su equivalente: foedus icere
pecial valor e n el patrimonio familiar para tener buena for- («cortar la alianza»), percutere, ferire.
tuna, y quizá como u n derecho de herencia frente a su p a - En u n texto asirio se habla del contrato entre el rey sirio
dre 541. Mati'ilu y el de Asiría, Asurnirari, en el que, después d e des-
Según G e n 23,17-18, la compra d e la gruta d e Macpelah, cuartizar a u n macho cabrío, dice el rey de Siria: «Si Mati'ilu
en Hebrón, a los «hijos de Het», o hititas, tiene lugar a la puerta peca contra el juramento, igual que este macho cabrío h a sido
de la ciudad para mayor publicidad: «el contrato fue suscrito arrancado del parque, así Mati'ilu será arrancado con sus hijos
en vista de todos los que pasan por la puerta d e la ciudad»; e hijas... de su país. Esta cabeza no es la del macho cabrío, sino
era allí donde se practicaban las transacciones ante los n u m e - la de Mati'ilu, la de sus hijos. Si Mati'ilu es perjuro, como se
rosos testigos 542 ; y allí estaban los ancianos para aconsejar abate esta cabeza de este macho cabrío, así será cortada la ca-
y certificar el contrato. Encontramos algo similar e n Nuzi, beza de Mati'ilu» 548 . A la luz de este trasfondo histórico, debe-
según se desprende del contenido d e una tableta d e contrato: mos entender el extraño rito de G e n 15,7-17. Son ritos arcaicos
«La tableta ha sido escrita después de la proclamación en la y se suponen las relaciones con la divinidad de modo antropo-
puerta» 5 4 3 . Y el «contrato dialogado» del texto del Génesis, mórfico y aun craso. Justamente en Siquem, donde había acam-
con su aire pintoresco y sus escatimaciones, se pone de moda pado A b r a h a m al llegar de Siria 5 4 9 , habitaban los Eene-Jamor,
en los contratos del primer milenio a.C. 5 4 4 o «hijos del asno» 5 5 0 ; y allí se daba culto al Baal-Berít, o «señor
Finalmente, el rito d e la alianza narrado en Gen 15,7-17 de la alianza» 5 5 1 . La relación con los ritos de Mari es verosímil.
encuentra su explicación e n ritos similares arcaicos de Mari. A ú n hoy día, entre los beduinos de M o a b se practica e l rito
En efecto, el patriarca debe descuartizar unas víctimas, entre llamado fedú con motivo de una epidemia: se mata u n a oveja,
cuyas partes pasa luego Dios e n forma d e «hornilla humean- se la corta en dos mitades y se la suspende bajo la tienda o ante
te», lo que era como consagrar la vinculación entre las partes la puerta, y todos los miembros de la familia deben pasar entre
contratantes. A b r a h a m está en actitud meramente pasiva; es los dos trozos de la víctima para conjurar la p e s t e 5 5 2 . En
Dios el que toma la iniciativa de la alianza, presentándose en Jer 34,18 se dice que los contemporáneos del profeta se habían
forma de fuego y de h u m o , como es normal en las teofanías bí- comprometido a manumitir a los esclavos «partiendo u n be-
blicas 545 . Ahora bien, en Mari, para hacer u n pacto, se descuar- cerro en dos mitades y pasando entre sus partes». Es u n rito
538
similar al que hemos mencionado de los textos de Mari: e l paso
Gf. A . VAN PKAAG. o . a , I I 5 s .
539
Código hitita ley 195; cf. F . H R O Z N Y , Code Hittite provenant de VAáe Mineure (1921) entre las partes de la víctima descuartizada era como u n com-
146-47-
5"» G e n 31,31-35- _,. 7 r . 546 Cf. G . D O S S I N , en Syria 19 (1938) 108-109.
541
Era la opinión de R. d e V a u x , p e r o ha abandonado esta hipótesis. Cf. Histoire... 240. 547 T I T O L I V I O , I 24.
5 « Cf. Rut 4,1-12. 548 PEISER, Müteilungen der Vorderasiatischen Gesselschaft (1898) 228.
5 « J A O S 53 (1933) 27 n . 3 ; 28 n.4; 29 n . s ; A A S O R 16 (1936) 67; R A 23 (1926) 83S. 54' G e n 12,6.
N ú m e r o s 1.2.3.7.36.45.47.48.50. 550 G e n 33,19; Jos 24,32; Jue 9,28.
544 Cf. G. M . TUCKER, The Legal Background of Génesis 23: J B L 85 (1966) 77-84. 551
Jue 9,4.
545 Cf. Ex3,is; I9,is; Is 6,is. 552 Cf. A . JAUSSEN, Coutumes des Árabes au pavs de Moab 362. /
162 IV. La historia de los patriarcas La religión de los patriarcas 163
<
promiso solemne de que aceptaban la misma suerte en caso de
perjurio. C) La religión de los patriarcas
D e este estudio comparativo entre las costumbres de la
época patriarcal y las del trasfondo consuetudinario y jurídico a) Si el ambiente consuetudinario seminómada de la épo-
del antiguo Oriente, se deducen, más que dependencias claras ca patriarcal es totalmente diferente del de los tiempos d e la
directas de lo bíblico respecto de lo extrabíblico, vinculaciones monarquía israelita en función de una población sedentarizada
indirectas a través de un fondo consuetudinario de poblaciones y centralizada después de David, el esquema religioso y cultual
afines. D e hecho, sabemos que en Canaán habitaban gentes de los primeros antepasados de los hebreos—los patriarcas—
de m u y diversa procedencia, que debían tener sus costumbres difiere sustancialmente, en su expresión y organización, del es-
y sus leyes de vida. Y los patriarcas, en contacto con ellas, de- quema mosaico posterior y del centralizado de los tiempos de
bieron de participar de esas mismas costumbres y vinculacio- la monarquía. Porque las creencias religiosas de los patriarcas
nes sociales aun manteniendo su situación fundamentalmente son sumamente elementales y sólo puede hablarse de mono-
nomádica. Si algún día se descubre un código cananeo, p o - teísmo en sentido embrionario, todavía muy lejos de la formu-
dremos ilustrar más claramente estas vinculaciones sociales y lación neta de los tiempos de los profetas. N o aparece ningún
jurídicas. Como dice R. de Vaux, «estas analogías son imper- sacerdocio profesional, ni la institución del sábado, ni la de
fectas y sólo testifican u n clima social y jurídico... Pero esto las tres fiestas de peregrinación anual (Pascua-Ázimos, Pente-
no quita interés a las semejanzas que acaban de ser expuestas, costés y Tabernáculos). Es el patriarca el que, como patei-fa-
puesto que éstas vinculan la gesta de los patriarcas a u n am- milias, ejerce el sacerdocio, ofreciendo a Isaac o derramando
biente histórico que los descubrimientos recientes nos han libaciones sobre una piedra en algún santuario consagrado de
dejado conocer mejor y testifican la antigüedad y el valor de la región, como Siquem, j u n t o a la encina del «Adivino» 5 5 5 ,
las tradiciones consignadas en el Génesis. Los israelitas de en B e t e l 5 5 6 o en Hebrón y Bersabé 557 . Por ello, los lugares de
una época posterior ignoraban los documentos de que nos he- culto son múltiples, según las exigencias de la trashumancia
mos servido, vivían en otro estadio de civilización y tenían en busca de pastos para los ganados y según el escalonamiento
costumbres en parte diferentes. Si, como se ha dicho, hace de antiguos lugares de culto cananeos. Por otra parte, los auto-
tiempo hubieran reconstruido el pasado según lo que veían res bíblicos están obsesionados por la idea de la centralización
e imaginaban, habrían llegado a u n cuadro diferente del que del culto en Silo o Jerusalén para aglutinar las fuerzas centrí-
tenemos, y que hubiera sido falso» 5 5 3 . fugas de las tribus dispersas, y ninguno de estos lugares apa-
rece como lugar de culto en los relatos patriarcales. Si los rela-
Porque, como dice J. Bright, «el modo de vida de los pa-
tos bíblicos sobre la vida patriarcal hubieran sido inventados
triarcas y la naturaleza de sus desplazamientos, tal como son
en tiempos de la centralización del culto de la monarquía, se
descritos en el Génesis, encuadran perfectamente en el medio
habría montado u n sacerdocio profesional ya en la época pa-
político y cultural de comienzos del segundo milenio a.C. La
triarcal para justificar el de Jerusalén, con todas las exigencias
facilidad con que los patriarcas se desplazan de Mesopotamia
rituales del complicado código levítico. P e r o nada de e s t a j e -
a Palestina y viceversa concuerda bien con la situación cono-
rarquización burocrática aparece en los tiempos patriarcales.
cida por los textos de M a r i , que muestran que la libre comu-
T o d o en los relatos patriarcales es sencillo, arcaico y exótico,
nicación era posible e n todas las partes del Creciente Fértil.
reflejando u n ambiente seminómada, totalmente soprepasido
Y los movimientos de los patriarcas en Palestina caen perfec-
en los tiempos de la organización estatal de la monarquía.
tamente dentro de la situación de los llamados «textos de
execración», cuando el p a í s , escasa o nada ayudado por Egipto, b) A u n q u e la conciencia religiosa d e Israel como canu-
estaba en vías de recibir una nueva población. Por eso las na- nidad teocrática arranca de la época del desierto, bajo la égida
rraciones patriarcales s e encuadran perfectamente en el a m - de Moisés, sin embargo, «con A b r a h a m comienza la fe y la
biente de los comienzos del segundo milenio a.C.» 5 5 4 . religión en Israel» 5 5 8 . D e hecho, los compiladores bíblicos así
553 R. DE VAUX, e n R B (1949) 3 5-36. 555 G e n 12,6.
5,54 ) . BRIGHT, Historia de Israel (Bilbao 1966) 80-88,. 556 Gen 12,8; 28,19.
557 G e n 13,i; 18,IS.
558
J. B R I G H T , O . C , 102.
164 IV. La historia de los patriarcas La religión de los patriarcas 165

lo entendían al insertar las vicisitudes de la vida patriarcal epítetos que se dan al Dios de los patriarcas: El-Olám («Dios
dentro de u n esquema teológico de promesas divinas que ha- antiguo» o eterno), El Roi («Dios que me ve»), El Elyón («Dios
bían de configurar la conciencia religiosa de la comunidad is- Altísimo») aluden a su eternidad, providencia y trascenden-
raelita justamente en torno a las ideas de elección y alianza 5 5 9 . cia 5 6 9.
Así, el Dios El Shadday, que protege a los patriarcas, es el d) Este Dios se presenta estrechamente vinculado al clan
mismo Yahweh que impulsa a Moisés a realizar la gesta de la de los abrahámidas: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham, el
liberación. Los nombres del Dios que dirige la «historia de Dios de Jacob» 5 7 0 . Algunas veces se le dan calificaciones ar-
salvación» en los avatares de la historia de Israel cambian según caicas extrañas: El elohe («Dios de los dioses») 5 7 1 , «Terror de
las circunstancias ambientales, adoptando primero, en los tiem- Isaac» 5 7 2 , «Poderoso de Jacob» 573 . Era, pues, la divinidad pa-
pos patriarcales, el nombre común de El (el mismo del dios tronal del clan; por eso, al volver Jacob de Paddán-Naharayim,
jefe del panteón cananeo de Ugarit) 5 6 ° , con los epítetos de éste exige a los suyos que se desembaracen de todos los ídolos
Shadday (¿«omnipotente»?) o Elyón («altísimo») 561 , para adop- que traigan consigo 574 , pues entraban dentro de la zona del
tar definitivamente el de Yahweh, que quizá era el nombre de Dios de los padres. En G e n 14,18-19 se le da u n calificativo
alguna divinidad local del Sinaí, aunque esto no ha sido tes- cósmico: «creador o procreador de cielos y tierra». La expre-
tificado aún por los hallazgos arqueológicos 5 6 2 . sión hebrea qoneh 'eretz es fenicia en realidad y, transcrita en
c) Ahora bien, el Dios de los patriarcas no es el dios de hitita, aparece bajo la forma de kun-irsa en textos de mediados
las tormentas, el Hadad sirio, que parece tiene reflejos en la del segundo milenio a . G en el Asia Menor. Y el epíteto Elyón
concepción del Yahweh tonante del Sinaí 5 6 3 , sino u n Dios que se da al Dios de Melkisedec aparece en el panteón de
familiar y benévolo, que mantiene ciertas exigencias del dere- Ugarit, y en Karatepe (Asia Menor) aparece la circunlocución
cho natural, sin imponer prescripciones concretas ritualistas. El-we-Elyón («Dios y Altísimo») 575 .
Es el Dios de u n clan nómada, con toda la sencillez de la vida Como dice J. Bright, «la religión patriarcal era una religión
pastoril. N o es tampoco la encarnación de las fuerzas reproduc- de clan, en la que éste era exactamente la familia del dios-
tivas de la naturaleza, como lo eran Baal y Astarté del pueblo patrón. Y, aunque debemos suponer que dentro del clan se
cananeo. Es u n Dios solitario, que no tiene esposa (frente a las adoraba principalmente, si no exclusivamente, al dios-patrón,
concepciones antropomórficas religiosas, que divinizaban las sería erróneo llamar monoteísmo a esta clase de religión... N o
fuerzas de la naturaleza). Pero, a pesar de su poder, no es una se parecía ni al politeísmo oficial de Mesopotamia ni al culto
fuerza desatada incontrolada, sino que se gobierna por las exi- de la fertilidad en Canaán, de cuyas orgías no hay huellas en
gencias de la justicia y de la equidad 5 6 4 y se compromete en la los relatos del Génesis. Podemos suponer que éstas repugna-
protección de los seguidores del clan de Abraham. Se mues- ban a los sencillos nómadas como Abraham, Isaac y Jacob. Es
tra a la vez familiar y providente, sin las estridencias aislantes probable que la narración del inminente sacrificio de Isaac re-
y terroríficas del Sinaí 5 6 5 , y discute amistosamente con A b r a - fleje la convicción de Israel de que sus antepasados nunca ha-
ham sus decisiones sobre Sodoma y G o m o r r a 5 6 6 , al tiempo bían tolerado la práctica de los sacrificios humanos conocida
que le promete a él y a su posteridad protección 5 6 7 y la pose- entre sus vecinos» 5 7 6 . Sabemos que los cananeos sacrificaban
sión de la tierra que ahora pisan como extranjeros 5 6 8 . Los a sus primogénitos para aplacar el genio del lugar, y la Biblia
559 Véase M . GARCÍA CORDERO, Teología de la Biblia I ( M a d r i d 1970) 117-76.
se hace eco de esta bárbara costumbre 577 . En este ambiente
560
Sobre la religión de la época patriarcal cf. A . A L T , Der Gott der Váter ( B W A N T I I I : es explicable el relato del sacrificio de Isaac, pues Abraham
12, 1929); W . F . ALBRIGHT, From Stone Age to Christianity 236-49; W . EICHRODT, Reli-
gionsgechichte Israel (Berna 1953) 3 7 7 - 4 4 8 ; R. DE VAUX, Histoire Ancienne d'hrael 255-73. no duda de que Dios tiene derecho a los primogénitos, y sin
561 Véase M . G. CORDERO, O . C , I 33-52.
562
Cf. M . J. LAGRANGE, El et Jahve: R B 12 (1903) 374; E . D H O R M E , Le nom du Dieu
protestar acepta la orden de sacrificar a su hijo 578 . E s un sig-
d'Israél: R H R (1952) 5-18; I D . , en D B S I c.207-25; W . F . A L B R I G H T , The Ñames Shaddai no más de arcaísmo del relato.
and Abram: J B L (1935) 173S; A. B E A , Ras Shamra und das Alte Testament: Bi 19 (1939)
435-53; R- DE L A N C H E , Un Dieu Yahweh á RasShamra: Bull. d ' H i s t . et d e Exegése de l ' A T
n.14 (Louvain 1941) 9IS. 56y
Gen 17,1; 28,3; 35,11. 576
J. B R I G H T , O . C , 108.
563 577
Ex 19,195. 5'0 G e n 28,13. Cf. 2 Re 23,10; Jer 7,l3s; 19,6.11-14.
564 571 578
G e n 18,23-25. G e n 28,13; 31,42.53. G e n 22,is.
565 Ex 19,is; 24,2. 572
G e n 31,42.
566 G e n I 9 , i s . 573
G e n 49,24.
567 574
G e n 12,3; 15,4; 28,15. G e n 35,2-6.
5M G e n 17,6; 28,15. 575 Cf. G e n I 4 , l 8 s .
166 IV. La historia de los patriarcas La religión de los patriarcas 167

e) El culto patriarcal era de lo más elemental. No se p r obablemente era el dios Sin, dios lunar protector de los p a s .
habla de representaciones sensibles de la divinidad; a lo más tores> <3ue trashumaban a la luz de la lun a llena; y ya h e m o s
se practicaban los actos religiosos junto a un árbol (símbolo visto cómo el dios lunar Sin era el jefe del panteón local e n Ur
de la vegetación y de la vida) 579 o junto a un pozo. Jacob eri- y en Jarran. En la Biblia se dice simplemente que los antepa-
gió un masebáh en Betel al estilo del culto cananeo 58 °, hacien- sados de Abraham eran idólatras 589 . La nueva conciencia reli-
do las libaciones rituales. Abraham ofreció diezmos al sacer- giosa en el clan de Abraham surgió cuando se desplazó hacia
dote Salem, Melkisedec, reconociendo su categoría sacral 581 . Canaán y hubo de tener unas vivencias muy especiales para
Por eso la religión de los patriarcas debió de ser sincretista, a mantener un ideal religioso tan puro en medio del ambiente
base de una monolatría (culto a un Dios protector del clan, sin politeísta cananeo. Los epítetos con que se designa al Dios
negar la existencia de otros dioses para otros clanes). En los de los patriarcas aluden a sus atributos, pero llevan el sello del
relatos bíblicos se exalta la sumisión y obediencia ciega a las arcaísmo y del ambiente cananeo. Así, la designación de El
indicaciones de su Dios protector. Los patriarcas invocan su Shadday no se ha encontrado en Ugarit. Los lexicólogos han
nombre 582 , le dirigen plegarias con sus preocupaciones 583 , le querido buscar la raíz de Shadday en el shadu babilónico
hacen votos 584 y le consideran como fuente de todas las ben- («montaña»), suponiendo que era el Dios de las montañas, aun-
diciones terrenales, manifestadas en la fertilidad de la tierra que las hipótesis se multiplican 590 . Pero es interesante el que
y en la fecundidad de los rebaños 585 . Para ellos es el Juez de no se da al Dios de los patriarcas el nombre cananeo de Baal,
toda la tierra 586, que abomina del adulterio y de la sodomía 587 . para no confundirlo con las divinidades locales. De hecho,
Todos estos rasgos hacen pensar en un Dios personal, tras- nada en los textos bíblicos alude al mito del Baal de Ugarit,
cendente, providente y justo. Y esto aparece en relatos llenos aunque se mantiene el nombre de El, que es el del jefe del
de frescor y arcaísmo, sin formulaciones abstractas. No hay panteón de esa localidad 591 .
preocupaciones legales ni rituales, como en la legislación pos-
terior mosaica; todo es sencillo, transparente y natural. Por
CONCLUSIÓN SOBRE LA HISTORICIDAD DE LOS PATRIARCAS
eso «la descripción bíblica de los patriarcas está profundamen-
te enraizada en la historia. Abraham, Isaac y Jacob se encuen- a) Como consecuencia de todo lo expuesto, podemos lle-
tran, en el sentido más auténtico, en los orígenes de la historia gar a la conclusión de que los relatos bíblicos de la historia
y de la fe de Israel. No sólo representan el movimiento que trajo patriarcal son perfectamente verosímiles en el marco seminó-
a los componentes de Israel a Palestina, sino que sus creencias mada de principios del segundo milenio a.C. y dentro de la
peculiares ayudaron a delinear la fe en Israel, tal como sería zona de trashumancia y de las emigraciones de que nos hablan
más tarde. Con ellos comienza la búsqueda incansable del cum- la Biblia y la arqueología. No podemos aspirar a encontrar el
plimiento de la Promesa, que, aunque realizada en la donación nombre concreto de ninguno de estos jeques nómadas (los
de la tierra y de la descendencia, no será nunca satisfecha con patriarcas), que aunque tienen un valor excepcional en el
esta dádiva, que, como un dedo indicador, debe guiar, a través arranque de la «historia de salvación», dentro del esquema
de todo el AT, a la ciudad a cuyo constructor estuvo muy teológico de las escuelas profético-sacerdotales que recogieron
lejos de conocer el que la inició. No carece, pues, de razón y ensamblaron las antiguas tradiciones, que fueron repensadas
histórica el que los cristianos y los judíos le reconozcan unáni- y tamizadas en los distintos santuarios de las diversas tribus
memente como el padre de los creyentes» 588 . y sazonadas con anécdotas folklóricas particulares, sin embar-
f) Se ha pretendido que el Dios de los patriarcas era el go, no tienen relieve político-social en la marcha de la historia
Dios de los nómadas o tribus trashumantes, sin las complica- del antiguo Oriente. Por tanto, sólo podemos aspirar a recons-
ciones de los panteones cananeos. En realidad, no sabemos truir con los datos histórico-arqueológicos el ambiente en que
cuál era el Dios del clan de Teraj, padre de Abraham; pero pudieron vivir y confrontarlo con lo que nos proponen los re-
5 5g
latos bíblicos, para así deducir la verosimilitud histórica de las
" G e n 12,6. 5 G e n 12,7-8; 13,18; 26,25:33,20,
58<í
580 G e n 28,19. G e n 18,25.
581 G e n 14,28-20. 587 G e n 12,17. 589 Cf. Jos 24,2.
588
582 Gen 21,33. J. B R I G H T , O . C , 109; R o m 4,3; Heb 11,8. 590
Véase sobre ello R. DE VAUX, Histoire... 264.
583 G e n 25,21-23. 591 Cf. U . OLDENBURG, The Confiict Between El and Baal in Canaanite Reh'gion (Leiden
584 Gén28,is.
1969); W . F . ALBRIGHT, en J A O S 74 (1954) 231-32.
168 IV- La historia de los patriarcas
La religión de los patriarcas iéS
figuras patriarcales. De hecho, nada se ha encontrado en los
datos arqueológicos en contra de la trama general de los relatos actuación de éstos aparece en los relatos bíblicos más humana,
bíblicos; más bien, indirectamente, los apoyan, ya que nos re- menos taumatúrgica y más verosímil que la del gran caudillo
flejan el trasfondo histórico de sus trashumancias allá por los libertador de su pueblo de la opresión faraónica, como vamos
primeros siglos del segundo milenio a.G. a ver en el capítulo siguiente.
b) Por otra parte, al estudiar los hechos de la época pa-
triarcal, no debemos perder de vista que «esta historia ha sido
Bibliografía
redactada por teólogos, hombres preocupados, ante todo, de
Dios y de su presencia en el universo. Su fe en el Dios de ALBRIGHT, W. F., From the Stone Age to Christianity (Baltimore 1946) 33-43.
Abraham y su fidelidad a las tradiciones tribales les han indu- — Abraham, Pére des croyants: Cahiers Sioniens V 2 (junio 1951).
cido a escoger los hechos importantes de la vida religiosa de los — Abram, the Hebrew: BASOR 163 (octubre 1961) 36-54.
— Archeology, Histórica! Analogy and Early Biblical History (Louisiana 1966)
patriarcas. Estos dirigen los desplazamientos de sus clanes en 22-41.
nombre de un Dios personal que intervenía en su vida, ha- — Yahweh and the Gods of Canaán (London 1968) 47-95.
ciéndoles cumplir tal y tal acto de culto en tierra de Canaán A L T , A., Der Gott der Váter ( B W A N T III: 12, 1929).
bajo tal o tal forma, y cumplir tal alianza o bajo tal juramento. ASHKENAZI, T . , Tribus sémi-nomades du Nord de la Palestine (París 1938).
Este gesto ha sido consignado en función de las promesas, te- BARSOTTI, D., II Dio di Abramo (Florencia 1922).
BÓHL, F. M., Das Zeitalter Abraham: A O 291 (Leipzig 1931).
niendo en cuenta las modalidades locales de los cultos de los BOTTÉRO, J., Le probléme des Habiru (París 1954).
santuarios, bajo las diferentes fórmulas y con los diferentes BUCCELLATI, G., The Amorites of the Ur III Period (Ñapóles 1966).
acentos que la crítica cree deber distinguir en los textos del BRIGHT, J., La Historia de Israel (Bilbao 1966) 74-110.
Génesis. Los autores escogían tal o tal hecho que les parecía BURNEY, L. E., Israel Settlement in Canaán (1918).
CAQUOT, A., L'Alliance avec Abraham (Génése 15): Semitica 12 (1962) 51-66.
más instructivo, y lo presentan según los procedimientos lite- — Remarques sur la langue et le panthéon des Amorites a Mari: AAS 1 (1951)
rarios de la época y según su genio literario, pero no inven- 206-25.
tan» 592. CAZELLES, H., Pentateuque: DBS VII (1964) c.687-858.
— Conexions et structure de Gen XV: RB 69 (1962) 321-49.
c) En este supuesto, la figura señera y sencilla de Abra- — Les patriarches: DBS VII (1961) c.81-156.
ham, jeque nómada que se mueve con su clan familiar desde CHARLES, H., Tribus moutaniéres du Moyen Euphrate (Paris 1939).
la Alta Mesopotamia hacia Canaán en busca de pastos para COURAYER, B., Histoire d'une tribu sémi-nomade de Palestine: RB 58 (1951)
sus ganados y realizando actos de culto circunstancialmente, 75-9L
DHORME, E., Les Habirou et les Hébreux: Rev. Historique 211 (1954 A)
como paterfamilias, en los santuarios tradicionales del país, 256-64.
movido por una nueva conciencia religiosa, a impulsos del es- —• Abraham dans le cadre de la histoire: RB 37 (1928) 367-85.481-511; 40
píritu de un Dios personal, familiar y providente, hacia hori- (i93i) 364-74-503-I8.
zontes y metas desconocidas, nos parece más verosímil—desde DUPONT SOMMER, A., Sur les debuts de l'histoire araméenne: Congress Volume
el punto de vista historiográfico—que la figura anovelada de Coppenhage (SVT I) (Leiden 1953) 40-49.
— Les Araméens (Paris 1949).
Moisés salvado y rescatado del Nilo por una princesa, educado EISSFELDT, D., Einleitung in das Alten Testament (Tübingen 31964).
en la corte faraónica y obrando prodigios con un bastón, al — Die Génesis der Génesis (Tübingen 1961).
estilo de los magos 593 , y hablando con Dios en la tienda de GABRIELI, F., La antica societá beduina (Roma 1959).
la reunión 594 o jugando al escondite con Dios en las anfrac- GARCÍA CORDERO, M., La historicidad de los patriarcas hebreos: Ciencia To-
mista 306 (1969) 1-81.
tuosidades del Sinaí 595 , porque, a pesar de ser Moisés la figura GIBSON, J. C. L., Light from Mari on Patriarchs: JSS 7 (1962) 44-62.
clave histórica que dio origen a la teocracia hebraica, su figura GORDON, C. H., Hebrew Origins in the Light of Recent Discoveries: Biblical
ha sido idealizada, mitificada y sacralizada conforme al género and Others Studies (Cambridge 1963) 3-14.
literario midráshico (novela religiosa con fines de edificación) GRESSMANN, H., Sage und Geschichte in den Patriarchenerzáhlung: Z A V 30
(1910) 1-34.
en una medida que no lo han sido los antiguos patriarcas. La — Das Marchen im AT (Tübingen 1917).
— Die Sagen in der Génesis (1901).
5« H. CAZELLES, en D B S VII c.156.
593
Ex 7,Q-io.20ss.
HOLT, J. M., The Patriarchs of Israel (Nashville-New York 1964).
5,4
Ex 33,7; 29,5; N ú m 24,5. JAUSSEN, A.-SAVIGNAC, R., Coutumes des Fuqara (Paris 1920) 4.
5»5 Ex 33,21. JEREMÍAS, A., Das Alte Testament im Lichte des Alten Orients (Leipzig 1930)
338-43.
170 Consideraciones generales 171
V. Los israelitas en Egipto

KUPPER, J.-R., Les nómades en Mésopotamie au temps des rois de Mari (París de la monarquía davídica, la nación de Israel. E n este supuesto
1957)- hay una perfecta continuidad histórica con los relatos de la
KITCHEN, K. A., Ancient Orient and Oíd Testament (Chicago 1966) 41-56 época patriarcal sobre la trashumancia de unos jeques nómadas,
79-81. siempre en busca de pastos para sus rebaños por los secarrales
LIAGRE BOHL, F. M . T H . DE, Die Patriarchenzeit: J E O L 17 (1963) 125-40.
MAZAR, B., The Historical Background ofthe Book of Génesis: JNES 28 (1969) del país de Canaán, y que en momentos de escasez se trasladan
73-83- a las zonas fronterizas de Egipto en torno a los numerosos
M e ÑAMARA, M., De populi Aramaeorum primordiis: Verbum Domini 35 canales del delta oriental, que aseguran siempre una vegetación
(1957) 129-42. exuberante. En realidad, cuando se reelaboran las antiguas tra-
MEYER, E D . , Die Israeliten und Vare Nachstámme (Halle 1906) 249-98.
MOSCATTI, S., The Semites in Ancient History (Cardiff 1959). diciones sobre los orígenes de Israel en los diversos santuarios
— Sulle origine degli Aramei: RSO 26 (1951) 16-22. israelitas en los tiempos de la sedentarización de las tribus
MOWINCKEL, S., Erwdgungen sur Pentateuchquellenfrage (Tordheim 1964). (época de los jueces), los antiguos hechos de los antepasados
NOTH, M., Mari und Israel. Eine Personnen Studie: Geschichte und Altes de los hijos de Israel vienen ya idealizados conforme a los mó-
Testament (Festchrift Alt) (Tübingen 1953) 127-52.
— Die Ursprünge des Alten Testament im Lichte neuer Quellen (Kóln 1961).
dulos literarios de la épica religiosa-sacral, pues todos los acon-
— Historia de Israel (Barcelona 1966) 120-24. tecimientos que configuran las antiguas historias llevan el sello
— Überlieferungsgeschichte Israel in Kanaan (Breslau 1933). de la manifestación de u n Dios providente y salvador que
PARROT, A., Abraham et son temps (Neuchátel 1962). eligió a A b r a h a m para sacarlo de su ambiente politeísta y ha-
PIROT, L., Abraham: DBS I c.8-28.
cerlo padre de una posteridad que habría de reconocer una sola
PLESSIS, J., Babylone et la Bible: DBS I 773-48.
RAD, G. VON, Théologie de l'Ancien Testament (Genéve s.d.) 147-55. divinidad, justamente la misma que se manifestó con brazo
RICCIOTTI, G., Historia de Israel I (Barcelona 1949) 120-74. extendido en favor de la descendencia del gran patriarca, y
ROWLEY, H . H., Recent Discoveries and the Patriarchal Age: BJRL 32 (1949- que, desplazada a tierras del faraón, fue milagrosamente libe-
50) 44-79. rada de la opresión gracias a las gestas salvíficas del Dios de
SCHNEIDER, N., Arara und Aramáer in der Ur III Zeit: Bi 30 (1949) 109-11.
STEUERNAGEL, L., Die Einwanderung der israelitischen Stdmme in Kanaan los patriarcas, que a partir del Éxodo empieza a llamarse
(Berlín 1901). Yahweh.
VATTIONI, Nuovi aspetti del problema dei patiarchi biblici: Augustinianum 4
b) Ahora bien, los textos históricos extrabíblicos prueban
(1964) 331-37.
VAUX, R. DE, Les patriarches hébreux et les découvertes recentes: RB 53 que el desplazamiento de nómadas asiáticos al delta egipcio
(1946) 321-48; 55 (1948) 321-47; 56 (i949>5-36. en tiempos de escasez de pastos era u n fenómeno normal a
—• Les patriarches hébreux et la histoire: RB 72 (1965) 5-28. través de los siglos, como lo vamos a comprobar c o n datos
— Histoire ancienne d'Israél (Paris 1971) 155-273. bien concretos de la historia egipcia. En realidad, la distancia
— Institutions de l'Ancien Testament II (Paris 1961) 115-21.
W E I L L , R., L'instalation des Israelites en Palestine et la légende des Patriar- que separa Bersabé (la comarca por la que trashumaba el clan
ches: RHR 87 (1927 A) 69-120; 88 (1929 B) 1-44. de Jacob) y la zona fronteriza egipcia es de unos doscientos
— La légende des patriarches et l'histoire: Rev. des Études Sémitiques (1937) kilómetros en línea recta, y por ello es fácilmente salvaHe en
145-206. los normales desplazamientos de los nómadas, que coa sus
YEIVIN, S., The Age of the Patriarches: RSO 38 (1963) 277-302.
rebaños de ganado menor se movían en torno a los pozos y
oasis de la región, siempre en busca de nuevos pastos. Es
justamente lo que hizo el clan de A b r a h a m y de Jacob en
V. LOS ISRAELITAS EN EGIPTO unas circunstancias económicas especialmente adversas 1. Es lo
normal en la vida de gentes nómadas, que dependen para su
i. C O N S I D E R A C I O N E S GENERALES subsistencia de los oasis en una zona particularmente árida 2 .
c) Pero los autores bíblicos que compilan y redactan, las
a) La redacción actual de las tradiciones de la época pa- antiguas tradiciones de las tribus ae~feraei-yen en esas -vicisi-
triarcal y de la epopeya del ExodoHiene una continuidad lógica tudes nómadas el misterio de la presencia providencial d e l Dios
perfecta, pues está enmarcada en unos esquemas teolósicos a base de los patriarcas, que quiere someter a prueba a los descen-
de unas supuestas promesas hechas directamente por el Dios 1
Gen I2,gss.
de Israel a los antepasados, q u e se consideran como los supues- 2 Cf. P. MONTET, L'Égypte et la Bible (Neuchátel 1959) I2s; R. DE VAUX, Histtire an-
tos epónimos de unas t r i b u s que integrarán, en los tiemnos cienne d'Israél (París 1971J 297s. ^
172 V. Los israelitas en Egipto Consideraciones generales 173

3
dientes de A b r a h a m para liberarlos «con mano fuerte» de la \
esclavitud faraónica y luego aislarlos en las estepas del Sinaí espués con mucha hacienda... A la cuarta generación volverán
para hacerles sentir la nostalgia del «Dios de los padres», y pre- acá, pues todavía no se han consumado las iniquidades d e los
parar así el hecho cardinal de la alianza del pueblo salvado amorreos». Y luego se reitera la gran promesa sobre la p o s e -
con Yahvé, d e la q u e había de surgir la conciencia de vincula- sión de Canaán por su descendencia, con unas fronteras q u e
ción m u t u a entre los clanes y tribus hasta llegar a la configu- no se alcanzarán n i en los mejores tiempos expansionistas d e la
ración de la gloriosa nación de los tiempos davídicos. Por eso, dinastía davídica: «A t u descendencia daré esta tierra desde el
las antiguas tradiciones se actualizan constantemente, a través río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates»; y se enumeran las
de las generaciones, en función de unas «confesiones de fe» 4 que poblaciones cananeas que han de ser sojuzgadas por los descen-
irán configurando la conciencia de elección del pueblo hebreo dientes del patriarca 7 . Este texto refleja claramente la situación
lo que explica su dinámica histórica, siempre en tensión pro- posterior histórica, cuando, a la luz de los triunfos davídicos,
fética hacia u n futuro misterioso de plena eclosión para dar se soñaba someter a los pueblos circunvecinos hasta el norte de
cumplimiento a unos misteriosos designios divinos, q u e en Siria. Es una profecía post eventum para justificar teológica-
cada época intuyen los genios religiosos de Israel, pero que n o mente la conquista de Canaán p o r los hebreos, q u e tenían q u e
pueden concretar con contornos bien definidos. Para nosotros, acabar con las «iniquidades» y abominaciones de los degene-
a la luz de toda la trama histórica bíblica, estas perspectivas rados cananeos, que, además de politeístas, eran uno de los
particulares se insertan en una más amplia panorámica, que pocos pueblos orientales que sacrificaban seres humanos a sus
llamamos Heilsgeschichte, o «historia de salvación»; pero los dioses 8 .
protagonistas d e estos avatares d e trascendencia religiosa uni- e) A la luz de estas promesas idealizadoras es fácil captar
versal n o podían captar plenamente el alcance de los hechos el esquema teológico convencional q u e preside la redacción de la
en que estaban inmersos por aquello de que los árboles no dejan trama histórica de los tiempos patriarcales y de los tiempos
ver el bosque, pues sólo la lejanía en el tiempo permite conca- de la estancia de los israelitas en el país de los faraones, de la
tenar, a la luz de las realizaciones neotestamentarias, las grandes liberación de la opresión egipcia, de la estancia en el desierto
líneas salvíficas del Dios q u e «quiere q u e todos se salven y lle- y de la conquista a sangre y fuego de Canaán por las huestes
guen al conocimiento de la verdad» 5 . hambrientas semibeduinas acaudilladas por Josué. E n realidad
d) D e hecho, la gesta del Éxodo señala para los autores es la interpretación épico-cultual de unas antiguas tradiciones
bíblicos el momento estelar de la historia bíblica y como el fundamentalmente históricas q u e primero se h a n transmitido
paradigma de todas las «liberaciones» del pueblo elegido, q u e por u n proceso oral durante siglos a través de las generaciones,
se presenta como «heredad» de Yahvé y como «reino sacerdotal y que, al ponerse por escrito en los tiempos primeros de la
y nación santa» 6 . Por eso, la conquista de Canaán después de monarquía, adquieren unidad histórica. Pero lo histórico apa-
los portentos del Éxodo es presentada corrió la simple culmina- rece ya en estas interpretaciones teológicas aureolado p o r una
ción de u n proceso histórico ascendente en el que se van cum- preocupación marcadamente apologética para justificar los de-
pliendo unas supuestas promesas q u e llegan a la misma edad rechos de los hebreos a la posesión de la tierra de Canaán, con
patriarcal. E n efecto, a A b r a h a m se lé anuncia que su poste- exclusión de sus legítimos dueños, los cuales, p o r sus aberra-
ridad h a de ser dueña de la tierra q u e ahora pisa como simple ciones religiosas y morales, perdieron el derecho a disfrutar
forastero y peregrino, pero después de q u e sus descendientes como dueños de su patria nativa.
emigren a Egipto, donde morarán durante varias generaciones, fj Ahora bien, el compilador de las antiguas tradiciones
para luego ser liberados de la esclavitud: «Has de saber que tu sobre la esclavitud dé los descendientes de Jacob en Egipto, al
descendencia será extranjera e n u n a tierra que no es suya, iniciar los relatos, n e n e buen cuidado de enlazar con las tra-
y estará en servidumbre, y la oprimirán por cuatrocientos años; diciones de la época patriarcal, de modo q u e no haya solución
pero yo juzgaré al pueblo q u e lo esclavizará, y saldrán de allí de continuidad entre las gestas de los primeros s u p u e s t o s ante-
pasados de Israel y las de la época del desierto, en la que se
3 D t 6,21.
4
configura la teocracia israelita en torno a la idea de u n a alianza
Cf. G . V O N R A D , Théülogie de VAnden Tcstament (Genéve s/d) 147-259.
5 7
1 T i m 2,4. G e n 15,13-20.
6 8
Ex 19,6. Cf. 2 Re 23,10; Jer 7,13; 19,11-14.
174 V. Los israelitas en Egipto Consideraciones generales 175

con el Dios que los salvó de la esclavitud faraónica. Así, se dice Vés, que llevaba la antorcha de la fe yahvista, surgida en los
expresamente: «Dios oyó los gemidos (de los descendientes (le Secarrales de las estepas del Sinaí n .
Jacob, sometidos a opresión tiránica), y se acordó de su alianza h) Por otra parte, hemos de tener en cuenta que la his-
con Abraham, con Isaac y con Jacob. Miró D'os a los hijos toria de Tose y la de Moisés están «idealizadas» al máximo y
de Israel, y les prestó atención» 8*. Esta visión teológica unitaria tienen todo el aire de una novela religiosa montada sobre deter-
de las antiguas tradiciones sobre los primeros antepasados de minados hechos más o menos difundidos por la leyenda. En
Israel nos debe poner en guardia contra una interpretación de- efecto, sus intervenciones como protagonistas de los designios
masiado literalista de unos hechos que han llegado a nosotros divinos de salvación están enmarcadas en un género literario
idealizados en función de unas exigencias sacralizadoras. De épico-midráshico para resaltar las actuaciones providencialistas
hecho, la historia bíblica se nos presenta estilizada, dando de t y milagrosas del Dios de los padres en los momentos más crí-
lado a muchos hechos complementarios tangenciales, en busca ticos de la historia de las tribus israelitas, que se suponía des-
de una línea directa ascensional en torno a las gestas de los cendientes del gran antepasado Abraham. Por eso, lo imagina-
principales protagonistas de misteriosos designios divinos en tivo priva muchas veces sobre lo propiamente histórico para
excitar la admiración de los lectores y sembrar fe en las nuevas
orden a la glorificación de Israel 9.
generaciones, que debían hacerse dignas de las gestas de sus
g) Por eso, los críticos e historiadores tratan de buscar.
antepasados. Y en todo caso, todas estas antiguas tradiciones
a través de la trama bíblica, otras implicaciones históricas am-
sobre los orígenes de Israel han de entenderse como «confe-
bientales en relación con los acontecimientos que conocemos siones de fe», tal como se refleja en la oración del israelita al
por la historia y la arqueología sobre el antiguo Oriente, jus- presentar sus primicias en el santuario, según Dt 26,5-9: «Un
tamente en la zona geográfica en que se desarrollan los supues- arameo errante fue mi padre, y bajó a Egipto en corto número
tos hechos de los antepasados de Israel. Y en la hipótesis, gene- para morar allí como forastero; y creció hasta hacerse una gran
ralmente admitida hoy, de que algunos de los nombres de los muchedumbre, de mucha y muy robusta fuerza. Afligiéronse
hijos de Jacob son en realidad nombres de tribus vinculadas los egipcios y nos persiguieron, imponiéndonos rudísimas car-
étnicamente al clan de Jacob, pero de estirpe colateral, admi- gas; y clamamos a Yahvé, Dios de nuestros padres, que nos
tiendo así la disociación de un doble personaje Jacob-Israel 10 , oyó y miró nuestra humillación, nuestro trabajo y nuestras
no es necesario suponer (siguiendo al texto bíblico) que todos angustias; y nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo
los supuestos hijos de Jacob hayan bajado a Egipto y que se tendido, en medio de gran pavor, prodigios y portentos, y nos
hayan mantenido en el país de los faraones hasta la intervención introdujo en este lugar, dándonos una tierra que mana leche
salvadora del caudillo Moisés. En efecto, podemos colegir que y miel» 12. Y en otros textos se destaca la emigración de los
el patriarca Jacob emigró con sus hijos y nietos y que los des- descendientes de Jacob a Egipto y de su portentosa libera-
cendientes de éstos siguieron una trayectoria histórico-geográ- ción 13, sin hacer hincapié en los años de estancia de los israe-
fica diferente durante varias generaciones, pues es muy vero- litas en el país de los faraones. Pero en estos casos se trata de
símil que algunos de los clanes surgidos del antepasado Jacob resúmenes de historia muy ceñidos, que dan por supuesta una
hayan salido por su cuenta de la región de pastos del delta, bajo larga estancia de los hebreos en Egipto; por lo que no parece
la presión de circunstancias ambientales económicas, hacia la aceptable la afirmación de R. de Vaux, de que «de hecho no
tierra de los antepasados en Canaán, que, a pesar de ser un hay tradición bíblica sobre la estancia en Egipto y que sólo hay
territorio mucho más pobre, les atraía, porque les volvía a la una tradición sobre el descenso a Egipto i 4 y una tradición
libertad, tan querida de la trashumancia nómada; y en ese su- sobre la salida 15, que empieza por la descripción de la opre-
puesto, bien pudieron asentarse en los oasis que rodean la sión de los israelitas» 16.
región de Bersabé, sobre todo en el de Cades, donde pudieron
encontrarse más tarde con el grupo afín capitaneado por Moi- "
"
Cf.
Cf.
I D . , ibid., 396S.
D t 26,20-24.
13
Cf. Jos 24,2-13; 1 Sam 12,8-11.
8
* Ex 2,24-25. " Cf. G e n c.37-50.
15
9 Ex c.1-15.
Véase M . GARCÍA CORDERO, Idealización épico-sacral en la historiografía bíblica: C i e n - " Ex 1,8-22; R. DE V A U X , O . C , 278.
cia T o m i s t a 93 (1966) 425-48.
10
Es Ja opinión, entre otros, d e R. DE VAUX, Misione... I 279SS.
176 V. Los israelitas en Egipto La historia de José 177

Wopósitos moralizantes. Y todo el conjunto tiene los visos de


2. LA HISTORIA D E JOSÉ
Ser un bloque literario insertado en los relatos del «yahvista»
a) Consideraciones previas por el compilador de los relatos bíblicos, interrumpiendo así
la secuencia de los relatos patriarcales y de las gestas del Éxodo.
Los relatos en torno a la figura de José forman una unidad No, obstante, sirve de enlace entre las dos situaciones.
fundamental literaria, con un estilo pintoresco y circunstan- En esta sección son frecuentes las escenas dialogadas y los
ciado que hacen que constituya uno de los fragmentos mejores desahogos de ternura y de generosidad. De este modo, la trama
de «novela» histórica de la literatura universal. En efecto, co- literaria es perfecta, pues tiene el aire de una novela didáctica
mienza por una intriga de sus hermanos, que sienten envidia moralizante, basada en una situación histórica verosímil. Y desde
porque es el predilecto de Jacob; y le venden después de haber el punto de vista moral destacan las virtudes del protagonista:
tramado su muerte. Lo que es muy verosímil en familias en las magnanimidad ante las injusticias, fidelidad a la autoridad do-
que priva la poligamia, ya que los mediohermanos se odian méstica y nacional, castidad conforme a las normas de la lite-
entre sí, azuzados por sus respectivas madres. Trasladado ratura «sapiencial»; todo ello basado en el temor de Dios 20 , dé
José a la corte faraónica como esclavo, pronto destacó por su quien acata sus misteriosos designios. Con todo, a diferencia
probidad y rectitud, siendo calumniado primero por la esposa de los otros relatos patriarcales y del Éxodo, Dios no se apa-
de su amo, que le hizo propuestas lujuriosas, siendo decepcio- rece al protagonista ni le habla directamente, como ocurre en
nada en sus propósitos; por ello es encarcelado, pero luego es los casos de Abraham, de Jacob y de Moisés, sino que se limita
rehabilitado por su carisma de interpretación profética, mani- a dirigir los acontecimientos con vistas a salvar a la descenden-
festado en la interpretación de unos misteriosos sueños del cia de los patriarcas en función de misteriosos designios futuros.
propio faraón. Encumbrado, al cumplirse sus vaticinios, a la Por eso, José declara a sus hermanos: «No sois vosotros los que
máxima dignidad política del país, sobresale por sus dotes me habéis enviado aquí» 21, porque «el mal que habéis querido
excepcionales de administrador previsor y genial, que salva inferirme, Dios lo ha cambiado en bien» 22 .
la situación de su país en unos momentos de depresión eco- Estas consideraciones van configurando la «historia de sal-
nómica como consecuencia de una pertinaz sequía. Igualmente, vación» que preside el conjunto de los relatos bíblicos, compi-
aparece como salvador de sus mismos hermanos, que tan ale- lados por la clase dirigente religiosa de los santuarios israelitas
vosamente le habían vendido. De este modo, la figura del héroe para presentar a las nuevas generaciones modelos de virtud y de
se mantiene al más alto nivel humano y moral, pero sólo a base acatamiento de la voluntad divina, que dirige la historia eli-
de determinados sentimientos de humanitarismo, sin apenas giendo a determinados personajes como instrumentos de sus
intervenciones milagrosas de su Dios protector, excepto en la misteriosos designios salvíficos. Por eso se ponen en boca de
iluminación de su entendimiento para interpretar los sueños José moribundo estas palabras de esperanza comunicadas a sus
del faraón, raíz de su encumbramiento político. De este modo hermanos: «Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará
aparece como una figura magnánima y tierna que trata de in- y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham,
terpretar su propia vida a la luz de misteriosos designios divinos a Isaac y a Jacob» 23 . Nos encontramos aquí con la fórmu-
para salvar a su familia 17. la estereotipada y ensambladura de las antiguas tradiciones
Todo este relato nos hace pensar en una historia providen- patriarcales para dar unidad a la trama histórica de las diversas
cialista v moralizante que pudo surgir en los círculos «sapien- tribus en función de la supuesta promesa comunicada a los
ciales» de la corte de Terusalén quizá en los tiempos salomó- patriarcas sobre la posesión de la tierra de Canaán, por laque
nicos 18, cuando estaban de moda las costumbres e historias peregrinaron como forasteros trashumantes en busca de medios
de Egipto, ya que en el harén fastuoso del megalómano rey de subsistencia y en plan de inferioridad respecto de los nati-
de Israel no faltaba una princesa egipcia 19 . De hecho, en el vos de la comarca.
relato de la historia de José se percibe una unidad literaria fun- Con todo, a pesar del aire novelado y marcadamente mo-
damental de un redactor que tiene obsesión por lo exótico con
20
17
Gen 42,18; Prov 15,33.
G e n 45,8-50,20. 21 G e n 45,8.
18
Es la opinión d e R. D E VAUX, O . C , 282. 22
Gen 50,20.
i» Cf. 1 Re 11,1. 23
Gen 50,24.
178 V• Los israelitas en Egipto V La historia de ¡osé 179
ralizante de la historia de José, no es difícil sorprender la vero-1 \var a sus hermanos, los cuales, a su vez, iban a constituir el
similitud de un trasfondo histórico de los hechos, pues todo sé núcleo de las doce tribus de Israel 30 .
mueve dentro de un marco geográfico de trashumancia normal La escena de la venta de Tose se localiza en Dotan (hoy
entre tribus seminómadas en busca de pastos para sus gana- tell Dotan), al norte de Siquem, lugar de paso para las cara-
dos. Y, por otra parte, los celos y envidias entre los hermanos vanas comerciales que descendían desde Siria a Egipto, en la
de distintas madres es muy común en los hogares donde re¡na región central de Canaán, para luego tomar la via maris, que
la poligamia; y, como consecuencia, la muerte violenta está a la bordeaba la costa hacia el país de los faraones. Por tanto, el
orden del día, pues las distintas madres fomentan el odio entre marco de la historia es perfectamente verosímil en un tiempo
los mediohermanos para hacer prevalecer los derechos de sus en que estaba de moda la venta de esclavos cananeos a los po-
propios hijos. En el caso de Jacob, los doce hijos proceden de tentados egipcios. El relato es muy detallado y arcaizante. En
cuatro esposas o concubinas diferentes 24 , y por ello la proble- efecto, los hermanos, al ver llegar a José, enviado por su padre,
mática de convivencia era constante y diaria. Según el relato, le tildan de «soñador» (v.19), y deciden deshacerse de él. Pri-
Jacob tenía predilección especial por José, porque era hijo mero traman asesinarlo y echar su cadáver a un pozo; pero,
de la mujer predilecta, Raquel 25 ; y así, llevado de su especial gracias a la intervención del hermano mayor, Rubén, se con-
afecto, le obsequió con una túnica talar, signo de distinción tentan con arrojarlo vivo a una cisterna seca después de qui-
social 26 . Ahora bien, el nombre de Yosef bajo la forma de tarle la «túnica talar» para presentarla como testimonio de que
Yosef-El (nombre teóforo cananeo similar al de Yacob-E¡) apa- había sido devorado por una fiera. El relato es muy verosímil,
rece en la lista de las ciudades conquistadas por Tutmosis III pues Rubén, como hermano mayor, se sentía responsable de
(1479 a.C.) 27. Según es costumbre en los relatos bíblicos, la la sangre derramada; y, al proponer echarlo a una cisterna seca,
explicación de su nombre es convencional, pues aquí se supo- intentaba ganar tiempo para salvarle la vida. Por eso, al ver
ne que su madre al nacer dijo: «Que me añada Yahvé otro llegar una caravana de ismaelitas, Judá, para salvarlo, propuso
hijo» 28, jugando con la raíz hebrea yasaf («añadir»). vendérselo a aquellos comerciantes, que llevaban hacia Egipto
los productos de gomas olorosas características del norte de
b) La venta de José TransJordania 31.
En el v.25 a estos mercaderes se les identifica como ismae-
El carácter novelado de la historia empieza con los mis-
litas, mientras que en el v.28 se les llama, indistintamente, ma-
teriosos sueños de Tose, que tiene presentimientos de grandeza dianitas e ismaelitas, porque para el redactor bíblico son térmi-
futura, situándose en un estado preeminente sobre sus herma- nos sinónimos dentro de las designaciones geográficas y etno-
nos. Es ya un esbozo de su encumbramiento en Egipto, donde gráficas, que abarcaban una zona semidesértica del Negeb y de
recibirá a sus hermanos y los salvará de una situación de mi- TransJordania, donde residían diversas tribus afines dedicadas
seria después de que éstos le presten pleitesía como esclavos. al comercio y al tráfico de esclavos. El compilador ha mane-
Al relatar a sus hermanos sus sueños, se hace particularmente jado distintas tradiciones, en las que los nombres de ismaelitas
odioso a ellos, pues le consideran como presuntuoso y absor- y madianitas se intercambiaban con facilidad, y los junta, pues
bente 29 . Hasta su mismo padre le reprende por sus preten- ambos pueblos coincidían en que se dedicaban al transporte
siones de grandeza futura, pues «le daba que pensar» (v. 11). de mercancías. De hecho, en Jue 8,22-24 s e identifican también
En realidad, con ello el relator está preparando el momento los madianitas y los ismaelitas, donde aparecen como tribus
estelar del protagonista de esta «novela» histórica, en la que el camelleras; y justamente el camello era el medio de transporte
principio y el fin son perfectamente coherentes y demuestran ideal para los grandes desplazamientos de las rutas comerciales
la tesis de la especial providencia de Dios sobre el que iba a sal- caravaneras. Así, pues, los términos ismaelitas y madianitas
24
debían de ser equivalentes en el lenguaje popular de los anti-
Cf. Gen 29,15-31; 30,1-10.
25
G e n 30,22-24. guos hebreos para designar a los mercaderes de gran enverga-
26
G e n 37,3: Ketonet pashshím: «túnica hasta los pies»; pash e n neohebraico significa «pal-
ma del pie o de la mano»; como el a r a m e o passá: D a n 5,5.24.
dura, que utilizaban el camello como medio de transporte. No
" Véase A N E T 242. 30
Gen 3 7 , 7 - I O ; 44,33-
28
G e n 30,24. 31
Son los productos característicos d e Galaad; los mismos q u e Jacob enviará como p r e -
29
G e n 37,195. sentes d e distinción a Egipto: G e n 43,11; cf. Jer 46,11.
180 V. Los israelitas en Egipto \ La historia de José 181
\
obstante, los críticos hacen notar que el camello no a p a r e c e /
deudas u otras razones sociales 4 0 ; pero en este caso había
claramente en los textos extrabíblicos de esta zona hasta fines,
ciertas leyes mitigantes, que les protegían contra la esclavitud
del segundo milenio a . C ; y no son citados ni en los textos de
permanente 4 i .
M a r i (s. XVIII a . C ) , ni en los de Ras Shamra (s. x v - x m a . C ) , Según algunos textos bíblicos, los ismaelitas y los madiani-
ni en los de tell Amarna (s. xv-xiv a . C ) , aunque el camello tas eran descendientes d e A b r a h a m por Agar (Gen 16) y por
domesticado aparece ya en u n texto del siglo XVIII a.C. (supues- Qetura ( G e n 25,1-2). Pero esta vinculación racial es conven-
ta época de los patriarcas) en Alalaj. Con todo, su empleo cional para emparentar ciertas tribus arábigas con los israeli-
masivo como medio de transporte no se generaliza hasta finales tas. N o obstante, en el relato de la historia de José son consi-
del segundo milenio a.C. 32 . Por ello resulta u n tanto anacró- derados como mercaderes extraños al clan de Jacob. La solu-
nica la mención de los camellos, que aparecen ya en la historia ción de vender a José evitaba la efusión de su sangre, que auto-
de A b r a h a m 33 ; pero no es totalmente inverosímil, ya que por máticamente atraía la maldición de Dios sobre los responsa-
aquella época se empezaba a emplear el camello en la Alta bles del asesinato, que en este caso era u n crimen gravísimo,
Siria. Por otra parte, se han encontrado figurillas de camellos ya que eran medio hermanos de la víctima, como declara Judá:
en las excavaciones de Mesopotamia en estratos datados varios «Vamos a vendérselo a los ismaelitas y no pongamos en él
siglos antes de la historia patriarcal 34 . nuestra mano, pues es hermano nuestro y carne nuestra»
El relato bíblico dice que los hermanos de José, cuando es- (v.27). La sangre clamaba sangre, y era inútil querer ocultar
taban sentados para comer, divisaron «una caravana de ismae- el c r i m e n 4 2 . La región estaba llena de cisternas secas, y el
litas que venía de Galaad, cuyos camellos iban cargados de esto- mismo nombre de Dotain significa «doble cisterna». Y de una
raque, tragacanto y láudano», es decir, productos balsámicos de ellas sacaron a José para venderlo a aquellos traficantes de
y resinas olorosas que eran m u y estimados y se utilizaban como gomas resinosas aromáticas 4 3 y de esclavos. En los documen-
medicinas y perfumes; y eran productos que abundaban en las tos egipcios aparecen esclavos de las más diversas proceden-
zonas boscosas de Galaad, en la Alta TransJordania 35 . Los cias: asiáticos, negros del Sudán y etruscos, que trabajaban en
egipcios los importaban en gran escala desde tiempos inmemo- los trabajos más rudos en tiempos de Ramsés III. Por eso, en
riales por intermedio de mercaderes asiáticos de aquellas zonas la literatura egipcia era corriente el tema del esclavo fugitivo.
del Sinaí y de TransJordania. Estos productos tenían una espe- Así, en las cláusulas del tratado de paz entre Ramsés I I y el
cial aplicación para la técnica de los embalsamamientos. rey de los hititas (S.XIII a.C.) se estipula que los esclavos fu-
Pero estos mercaderes asiáticos traficaban también en es- gitivos que se refugien en la región de Siria deben ser devuel-
clavos ; y el precio en que José es vendido (20 siclos de plata) tos 4 4 . Y parece que los esclavos asiáticos procedentes d e Ca-
es el señalado por la ley mosaica para el rescate de u n joven naan eran especialmente buscados, como lo serán los sirios en
inferior a veinte años de edad, según Lev 27,5. Por otra parte, Grecia y en Roma. En egipcio se designaba a los de baja con-
se dice en los textos bíblicos que los fenicios eran mercaderes dición social con el término de abata, que puede relacionarse
de esclavos 36 . Los israelitas no podían vender como esclavos con el 'ebed hebreo, que significa «esclavo» 4 5 . Las familias aco-
a los de su propia nación, pero podían traficar con los prisio- modadas solían tener varios esclavos, procedentes del Sudán
neros de guerra, vendiéndolos como esclavos, si no eran israe- 0 de Canaán, las dos regiones fronterizas más frecuentadas
litas 37 . El precio oscilaba entre los 30 y 40 siclos 38 . Pero u n
"0 Ex 21,4; 22,2; Lev 25,39; 2 Re 4,1-7; N e h 5,1-13; A m 2,6.8.
israelita podía venderse a sí mismo como esclavo 39 , y podía 41
Ex 21,7-11; Lev 19,20-22. Véase P. H E I N I S C H , Das Sklavenrecht in Israel und in alten
quedar en estado de esclavitud entre sus compatriotas por Orient (StC 11, 1934-35) 201-18: I. M E N D E L S O H N , Slavery in the Ancient Near Easl(Nevj
York 1949).
« Cf. J o b 10,18; Is 26,21; Ez 24,7-18.
43
32 E n el gran «papiro Harris» se mencionan grandes cantidades de resinas aromáticas
Cf. R. DE VAUX, O . C , Histoire... 215; R B 56 (1949) 8-9. q u e Ramsés II ofrece a los dioses; y enumera el incienso blanco, el bálsamo r o j o y dulce.
33
G e n 24,10. A d e m á s las gomas aromáticas se usaban para la preparación d e los colores. L a goma del
34
Cf. A. P O H L , en Orientaba 19 (1950) 251-53; 21 (1952) 373-74; 23 (1954) 453-54 tragacanto a b u n d a en el Líbano, Persia y Armenia; es la excreción viscosa d e u n árbol, q u e
26 (1957) 165-66. luego se endurece. El bálsamo a b u n d a b a en la región d e Canaán y Arabia. Y el láukno es
55 Cf. Jer 46,11; 8,22. descrito por Dioscórides como goma odorífera, verduzca, fácilmente soluble (DIOSCÓRIDES
36
Cf. A m 1,6.9; Jl 4,3; 1 M a c 3,41; Ez 27,13. 1 128). E n los templos egipcios había especialistas en mezclar resinas aromáticas p a r a h a c e r
37
Cf. N ú m 31,7-9-iS; D t 21,10. drogas rituales para el culto. Cf. R. DE VAUX, Histoire... p.283.
38
Cf. Ex 21,32; 2 M a c 8 , 1 1 ; Z a c 11,12. 44
Cf. MASPERO, Histoire ancienne des peuples de l'Orient (1875) 223-
« Cf. Jer 45,11; 8,22. 45
Cf. Papiro Anastasi I 2 3 .
1°% V. Los israelitas en Egipto La historia de José 183
por las incursiones militares egipcias. Teniendo esto en cuen- de la administración de su amo, pues se convirtió en u n in-
ta, resulta m u y verosímil el relato de la venta de Tose a unos tendente que dirigía las tareas domésticas e incluso las agríco-
traficantes de esclavos que pasaban por la región y que se di- las 4 9 , y en este ambiente de dirección surgió el inevitable roce
rigían con sus productos al país de los faraones. con la esposa de Putifar. El relato es pintoresco y se parece,
en parte, al relato, de que hablamos más abajo, d e los
c) Tose en casa de Putifar
Dos hermanos. En efecto, la esposa de Putifar, prendada de
Los mercaderes venden al joven hebreo a u n magnate las cualidades físicas del esclavo hebreo en plena j u v e n -
egipcio llamado Putifar, al que se le califica de «eunuco» (saris), tud, le hace proposiciones lascivas a espaldas de su marido.
o alto dignatario de la corte del faraón, pues se le designa como La reacción del joven hebreo es perfecta dentro de las exi-
«jefe de guardia» (sar hattabájím). El nombre de Putifar del gencias morales y religiosas que predican los libros «sapien-
texto hebreo parece una trasliteración del egipcio Poti-Pera ciales» del canon hebraico: de u n lado, no debe abusar de la
o Pa-di-pa-Ra («el don de Ra», o mejor literalmente, «el que confianza de su dueño, y, del otro, no puede violentar su con-
ha dado Ra», divinidad solar principal egipcia en la región de ciencia religiosa haciendo una cosa indigna: «¿Cómo voy a
Heliópolis, donde residía la casta sacerdotal, cerca del palacio realizar esta maldad tan grande y pecar contra D i o s ? » 5 0 . Es
real). Por otra parte, el título de sar hattabájím46 parece el la respuesta legítima de la moral puritana de los círculos «sa-
equivalente al título burocrático de Mesopotamia ráb hattabá- pienciales» de Jerusalén, en los que se encarece reiteradamente
jím, que aparece citado en la Biblia 47 . N o es, pues, una expre- la fidelidad a la legítima esposa 5 1 .
sión egipcia, sino una equivalente hebraica. Igualmente, el tér-
El adulterio estaba m u y castigado en Egipto 5 2 ; con todo,
mino saris («eunuco») tiene el sentido amplio de alto dignatario
no debían faltar ocasiones de infidelidad matrimonial, sobre
de la corte en la terminología mesopotámica. Se ve que el re-
todo en los hogares de la clase alta, pues la mujer egipcia tenía
dactor bíblico trata de traducir títulos similares egipcios para
fama de ser m u y frivola y coquetona. Por eso el caso d e la es-
que sus lectores los comprendan. En la epigrafía mesopotámi-
posa de Putifar no era raro en determinadas ocasiones. En
ca, estos personajes tienen formas adiposas feminoides y no
tienen barba, pero pueden llegar a ser jefes del ejército. Igual- efecto, ante la negativa de José, ella reaccionó calumniándole
mente, en las pinturas egipcias aparecen estos cortesanos con ante su esposo, por lo que el «esclavo hebreo» fue encerrado en
formas feminoides, con los pechos destacados, con un color prisión. Tenemos u n caso similar en la literatura egipcia en
intermedio entre el rojizo, dedicado a los hombres, y el ama- el llamado Cuento de los dos hermanos. Es un relato novelesco,
rillo, reservado a los personajes femeninos. Así pueden con- pero m u y verosímil, que hacía las delicias de la clase frivola
templarse en las tumbas de Beni-Hasán. de la corte faraónica. Es una novela picaresca del siglo x m a.C.
(bajo la dinastía XIX), en la que se narra la historia de u n joven
Por otra parte, al magnate egipcio se le califica en el texto
que fue solicitado inútilmente por su cuñada, y ésta, defrauda-
bíblico como «jefe de guardia» real. Es u n título honorífico
da, le acusó a su marido, presentándose como víctima de una
excepcional, en consonancia con lo que sabemos de la alta
burocracia egipcia. Según Herodoto, las tropas egipcias hacían solicitación lasciva por parte de su hermano menor. H e aquí
la guardia real por turno, a base de agrupaciones de dos mil el texto del pintoresco relato.
hombres, que se turnaban a n u a l m e n t e 4 8 . E n tiempos de los
Ptolomeos, al jefe de guardia se le llamaba ápxicrwiJicxTOípúAa^ Historia de los «dos hermanos»
(«jefe de la guardia de corps» o personal). Y la Vg traduce el «(Se cuenta) que hubo una vez dos hermanos de una sola madr£ y de
hebreo sar hattabájím por princeps exercitus, mientras que los un solo padre; el mayor se llamaba Anubis (Anpu, Anupu) 53 , y el menor
LXX lo traducen por cxpxináyeipos («jefe de los cocineros»). Bitiu (Baiti, Beti, Buti) 54 . Ahora bien, Anubis tenía una casa y u n a mujer,
mientras que su hermano menor estaba con él como un criado. E n efecto,
Dadas las óptimas cualidades de José (presencia física, hon-
radez y sagacidad), pronto logró escalad los primeros puestos 49
E n egipcio, el título correspondiente a «intendente d e la casa real» es mer-per. C f J. V E R -
GOTTE, Joseph en Égypte (Louvain 1959) 24-25.
50
46
Cf. G e n 37,36; 3 9 , 1 ; 40,3s; 41,10.12. G e n 39,9.
51
47
Cf. 2 Re 25,8-20; Jer 39,40; 41,42. Cf. Prov 2,16-19; 5,3-13; 6,24; 7,5.
52
« Cf. H E R O D O T O , II 168. Cf. G. V O N RAD, Das erste Buen Moses 319-20.
53
E n egipcio, Inpw era el n o m b r e del dios q u e los griegos llamaban Anubis
54
Era el n o m b r e de u n antiguo dios con doble cabeza d e toro.
La historia de José 185
184 y. tos israelitas en Egipto
yor sintió miedo por las palabras que había pronunciado. Se embadurnó
él era el que hacía las ropas e iba tras del ganado al campo, araba, trillaba y con sebo negruzco y apareció como si hubiera sido maltratada p o r un
hacía todas las labores del campo. Este hermano menor era un obrer.6 exce- malhechor para poder decir a su marido: ' ¡Es tu hermano menor el q u e me
lente y no había otro semejante en todo el país 5 5 , pues el germen de todo ha violentado!' cuando volviera su marido por la tarde, como solía hacerlo
dios estaba en él. Varios días después de esto, cuando el hermano menor iba cada día. En efecto, al llegar éste a su casa encontró acostada a su mujer como
tras de los bueyes, según su costumbre diaria, volvía luego a su casa cada si estuviera enferma. Y no derramó agua en sus manos, como solía hacerlo,
tarde cargado con toda clase de hierbas del campo, y esto era lo que realiza- ni encendió la lumbre delante de él, de modo que su morada estaba a os-
ba: depositaba las hierbas delante de su hermano mayor, oue estaba senta- curas y ella estaba acostada vomitando. Entonces su marido le dijo: ' ¿Quién
do con su mujer. Luego comía, bebía y dormía en el establo con sus exce- ha hablado contigo?' Ella replicó: 'Nadie ha hablado conmigo excepto tu
lentes bueyes. Y cuando la tierra se iluminaba y surgía otro día, después de hermano menor, pues cuando vino a recoger para ti la simiente, me encon-
cocer los panes, los ponía delante de su hermano mayor. Y éste le daba tró sentada sola y me dijo: ' ¡Ea, acostémonos juntos una hora; adorna tu
panes para que los llevara al campo. Y guiaba sus bueyes para hacerlos pa- cabellera!' De este modo me habló; pero yo no le escuché (y dije): ' ¿No soy
cer en la campiña. Mientras iba tras de los bueyes, le decían: "La hierba de yo tu madre? Y tu hermano mayor, ¿no es para ti como un padre? Así
tal lugar es excelente' s6. El escuchaba todo lo que le decían y llevaba a los le hablé; pero él tuvo miedo y me golpeó para que yo no te lo contara. Así,
bueyes a los buenos pastos que deseaban. De este modo, los bueyes que pues, si permites que él siga viviendo, me va a matar, porque, cuando ven-
estaban con él se pusieron muy robustos y se multiplicaron mucho los ga (por la tarde), si me quejo de sus malvadas palabras, lo que ha de hacer
partos. está claro'.
Ahora bien, cuando llegó la época de arar, su hermano (mayor) le dijo: Entonces el hermano mayor se puso como una pantera del sur y afiló su
'Prepáranos una yunta para arar, porque la tierra ha emergido (del agua des- cuchillo y lo tomó en su mano. Se colocó luego detrás de la puerta de su
pués de la periódica inundación del Nilo) y está en sazón para ser labrada. establo para matar a su hermano menor cuando volviera por la tarde para
Vete, pues, al campo con simiente, porque vamos a arar esta misma ma- meter el ganado en el establo. En efecto, cuando se puso el sol y (el hermano
ñana'. Así habló, y el hermano menor hizo todas las cosas que su hermano menor) cargó sobre sí toda clase de hierbas del campo, como solía hacer cada
mayor le había ordenado ejecutar. Pues bien, cuando la tierra se iluminó día, y llegó, la vaca que iba en cabeza, al entrar en el establo, dijo a su guar-
y llegó un segundo día, se fueron (los dos) al campo con su yunta y se pu- dián: 'He aquí que tu hermano mayor está delante de ti con un cuchillo
sieron a arar, y se alegraron sobremanera por su trabajo y no lo abandonaron. para matarte. ¡Ponte a salvo delante de él!' Y cuando oyó lo que le dijo la
Muchos días después de esto estaban en el campo arando y la simiente em- vaca que iba en cabeza, la segunda vaca le dijo lo mismo; entonces él miró
pezó a escasear. Entonces el hermano mayor despachó a su hermano menor por debajo de la puerta de su establo y vio los pies de su hermano mayor,
diciendo: 'Corre y tráeme la simiente de la alquería'. El hermano menor que estaba detrás de la puerta con su cuchillo en la mano. Depositó enton-
encontró a la mujer de su hermano (mayor) peinándose. Este le dijo a ella: ces su carga en el suelo y se echó a correr a toda prisa. Y su hermano mayor
'Levántate y dame la simiente para que vuelva al campo, pues mi hermano le siguió detrás con su cuchillo...» 57
(mayor) me dijo: '¡No te detengas!' Ella entonces le replicó: 'Vete tú y abre
el almacén y toma lo que te plazca para no quedar yo a medio peinar'. Este es el famoso relato novelesco, que tiene algún pareci-
Entonces el joven entró en su establo, tomó una gran jarra, porque quería
llevar mucho grano, la llenó de trigo y cebada y luego salió llevándolo. do en su primera parte con el de la historia de José. En efecto,
Entonces le dijo ella: "¿Cuánto llevas al hombre?' El respondió: 'Tres como el héroe bíblico, el hermano menor, Biutu, no quiere ser
medidas de cebada, dos de trigo; en total, cinco sobre mis hombros'. Así infiel para con su hermano mayor, que es como su padre; ni
habló él. Pero ella (le dirigió la palabra), diciendo: ' ¡Eres muy forzudo! para con la esposa de éste, que era como su madre; y como
¡Diariamente contemplo tus energías!' Y su corazón sintió deseos de cono-
cerle (como a hombre). Se levantó, pues, le agarró al tiempo que le decía:
José, el hermano menor, es al fin colmado de honores, y llegó
' ¡Ven y durmamos juntos una hora! Si accedes, te irá bien y te claré hermo- a ser rey de Egipto después de fantasmagóricas metamorfosis.
sos vestidos'. Entonces el joven (reaccionó) como una pantera del sur, en- Pero en lo demás, el enfoque moral es totalmente diverso. Por-
furecido a causa de las perversas palabras que ella le había dicho; y ella (se que José no se venga de los que le hicieron mal, sino que
asustó) muchísimo. Luego él, (razonando), le dijo: 'Ciertamente, tú eres
para mí como una madre, y tu marido es para mí como un padre, poique
magnánimamente los perdona, y ve en todas sus tristes vicisi-
él, siendo mi hermano mayor, es el que me da medios de subsistir. Así, tudes la mano providencial de su Dios. Por otra parte, los de-
pues, esa cosa nefanda que m e has dicho, no la vuelvas a decir, y yo no lo talles míticos e infantiles del relato egipcio no aparecen en la
diré a nadie y mi boca no lo divulgará a nadie'. Luego levantó su carga y se Biblia. La coincidencia es, pues, fortuita, ya que lances adul-
fue al campo. Cuando llegó j u n t o a su hermano mayor, se pusieron a reali-
zar su faena. terinos de las mujeres frivolas de la corte egipcia debían de ser
Al atardecer, el hermano mayor volvió a su casa, mientras que su her- 57
Esta bella novela despertó m u c h o interés entre los orientalistas al ser descubierta en
mano menor se quedó atrás con los bueyes llevando la carga de todas las el siglo x i x ; y se la designa como Papiro Orbiney, q u e es el n o m b r e d e la señora italiana q u e
lo trajo desde Egipto. Luego fue a parar al British M u s e u m , q u e lo p u b l i c ó en 1 8 6 8 . El tex-
cosas del campo, y llevando a su ganado delante de sí para conducirlo a t o fue luego repetidamente publicado y traducido por M A S P E R O , Contes populaires de l 'Uypte
dormir a sus establos de la alquería. Ahora bien, la mujer del hermano ma- ancienne (Paris 1882) 5-28; por H . GRESSMANN, Altorientalische Texte 60-71; C H . JE.W, Le
milieu biblique II 376-80; A. H . GARDINER, Late-Egyptian Stories (en Bibliotheca AegyQiiaca
55
E n egipcio, la expresión «la t i e r r a entera» era el país del A l t o y Bajo Egipto. I, Bruxelles 1932) 9-29; traducción de ERMAN, en L A E 150-61; J. B. PRITCHARD, e n .ANET
56
Según un relato anterior a la d i n a s t í a X V I I I (s.xv-xiv a . C ) , el buen pastor debía estar (Princeton 1950) 23-25; S A O (Barcelona 1966) 14-19; cf. LEFÉBVRE, Romans et Contes 144-48.
iniciado e n las artes mágicas para p r o t e g e r al ganado (cf. Papiro de Berlín n.3 1.156-191).
186 V. Los israelitas en Egipto La historia de José 187
bastante frecuentes, y bien pudieron dar origen a diversas com- Según el relato bíblico, con José se hallaban encarcelados
posiciones novelescas, como la de los Dos hermanos y la de dos altos empleados de la corte faraónica: «el jefe de los cope-
José, bajo diversos contextos históricos. Por tanto, no se puede ros» y «el jefe de los reposteros». No se da la razón de su en-
decir que el redactor bíblico se haya inspirado en la novela de carcelamiento, pero obedecía, sin duda, a sospechas de enve-
los Dos herr taños, que tiene un enfoque general totalmente di- nenamiento en alguna de las conjuras que estaban de moda en
verso. Pero pudo inspirarse en las costumbres de la alta socie- las cortes orientales. Se les da también el título de «eunucos»
dad egipcia, pues, como dice el eminente egiptólogo P. Mon- (sarisim), o cortesanos de vinculación especial a la casa real 63 .
tet, «aunque el arte egipcio nos da una imagen simpática de la Entre los restos epigráficos egipcios está la llamada «estela
familia, la literatura no es condescendiente para las mujeres, del sueño», encontrada en Napata, antigua capital del reino
a las que acusa de frivolas, crueles, mentirosas e infieles» 58, lo etiópico. En ella se narra que el faraón Nuat-Tent-Amón. el
que es un eco de lo que dice Maspero: «La mujer egipcia no se año de su elevación al trono de Egipto y de Etiopía, tuvo du-
embarazaba con complicaciones sentimentales» 59 . rante la noche unos misteriosos sueños: dos serpientes, una
a la derecha y otra a la izquierda. Se levantó al punto, pero no
d) Tose, intérprete de sueños las encontró. Entonces ordenó a los magos que le explicaran
el sentido de tal visión. La explicación fue la siguiente: «Tú
Confinado en la prisión, el esclavo hebreo ganó el afecto y posees el mediodía, sometes el país del Norte; que las diade-
confianza del director de la misma con su conducta intachable, mas de las dos regiones brillen sobre tu cabeza para que ten-
y por eso le puso al frente de los encarcelados, como antes ha- gas en tu mano todo el país a lo largo y a lo ancho» 64 .
bía estado al frente de la casa de Putifar. El relato sigue la Y por los papiros mágicos vemos la importancia que se
misma tónica providencialista: todo sucede porque Dios está daba a los sueños para descubrir la sabiduría, simbolizada en
con él, y le hace simpático a todos con vistas a su futuro en- el dios Toth, que era como el Hermes-intérprete de los dioses
cumbramiento para proteger a los de su clan cuando llegue el en la mitología helénica 65. Según Diodoro de Sicilia, Isis re-
momento oportuno. La secuencia es, pues, de una novela con velaba en sueños a los enfermos que le invocaban los reme-
trasfondo más o menos histórico. Todo el relato lleva el sello dios que habían de tomar para ser curados. Y en un papiro
de la unidad redaccional literaria y está presidido por un claro conservado en Leyde se dan recetas mágicas para obtener sue-
esquema teológico simplificador con fines moralizantes para los ños reveladores de la realidad humana.
lectores. Por eso, ahora Tose va a intervenir como especialista
El príncipe Tutmosis, que iba a pasar a la historia como
en interpretación de sueños, como lo había hecho cuando con-
Tutmosis IV. cuando estaba de caza se durmió a la sombra
taba a sus hermanos sus sueños misteriosos, por lo que éstos
de la esfinge. Entonces se le apareció un dios quejándose de
le tildaban de «soñador» 60 . Ahora bien, en el país de los farao-
que estaba cubierta por la arena, y le prometió la realeza si la
nes, la interpretación de los sueños era uno de los oficios más
quitaba. Y, en efecto, al subir al trono, se acordó del sueño,
estimados, pues la adivinación onírica estaba a la orden del
y cumplió lo que le pedía el dios, dejando una estela grabada
día: la oniromancia. En efecto, Herodoto nos dice que los sue-
a los pies de la esfinge, en la que se habla del primer descom-
ños eran particularmente estimados por los egipcios 6l. Y Tá-
bramiento de la misma 66 . Y en los tiempos del Imperio Nuevo
cito viene a decir algo semejante 62 .
circulaba una clave para interpretar los sueños, con muchas
58
P . M O N T E T , L'Égypte et la Bible (Neuchátel 1959) 77.
secciones, destinadas a distintas categorías de gentes, a los
59
M A S P E R O , Contes populaires X L I I I . A este propósito comenta Ricciotti: «La afinidad seguidores de Horus y a los de Seth, que tenían mala fama 61 .
del relato con el d e José se r e d u c e al t e m a del adulterio p r o p u e s t o por la mujer y rechazado
por el hombre; tema q u e no es frecuente e n la antigüedad, p e r o tampoco e s desconocido, Pero, como dice P. Montet, «frecuentemente la clave procede
ya q u e el m u n d o griego-licio lo conocía por el episodio de Bellerofonte (Iliada V I 152S).
No parece, pues, legítimo hablar d e u n a dependencia literaria por afinidad t a n vaga, abstrac-
por analogía: un buen sueño anuncia una ganancia, u n mal
ción hecha de la cuestión cronológica, ya q u e antes habría q u e asegurarse d e que las m u - sueño anuncia una desgracia. Si el soñador recibe pan blan-
jeres egipcias hayan sido otras t a n t a s Lucrecias» (Historia de Israel I [Barcelona 1949] 145).
60
G e n 37,19. 63
Véase J. VERGOTTE, O . C , 41-42.48-52.
61
H E R O D O T O , II 141. 04
62 T e x t o en MASPERO, en Revue Archéologique 17 (1868) 329-339.
T Á C I T O , Ármales IV 83: «Sacerdotibus aegyptiorum q u i b u s talis intelligere nocturnos 65
Cf. D I O D O R O DE S I C I L I A , I 25.
visos aperit». Véase t a m b i é n P L U T A R C O , De Isyde et Osiride 28. Sobre la importancia d e los 66
Cf. M A S P E R O , Histoire... II 294-95.
sueños entre los egipcios véase S. S A U N E R O N , Les songes et leur interprétation dans l'Égypte 67
Gf. Papiro Chester Beaty III; cf. GARDINER, Hieratic Papyri in the British Kbiseum
ancienne: Sources Orientales ( P a r i s 1959) 17-61. a
3. ser.
188 V. Los israelitas en Egipto La historia de José 189
co, puede esperar aceptaciones; si bebe cerveza caliente, tiene se habla de exprimir los racimos en la copa del rey , l o que 74

pérdidas de bienes; si se pincha con una espina, se dirán con- resulta m u y interesante para ilustrar el relato del copero que
tra él mentiras. Si tiene las uñas arrancadas, será frustrado del sueña que exprime los racimos en la copa del rey. Y el s u e ñ o
trabajo de sus brazos, cosa muy común en el antiguo Egipto. del «repostero» está también perfectamente ambientado dentro
S' es sumergido en el Nilo, será lavado de sus males... Pero de las costumbres egipcias de la época. E n efecto, en una d e las
los sueños suelen ser, sobre todo, avisos; si se sabe entenderlos tumbas de Tebas de tiempos de Ramsés I I I se representa a los
se podrá escapar a las consecuencias funestas que Seth no deja panaderos amasando la harina, y las tortas de pan son puestas
de sacar de u n mal sueño» 6 8 . en mesas y cestos. Las formas son m u y diversas: triangulares,
En este contexto ambiental egipcio hay q u e entender el semejando estrellas, etc. 75 . Por otra parte, Herodoto dice que
relato de los sueños de los dignatarios del faraóri explicados las mujeres egipcias llevaban la carga en las espaldas, y los
por Tose. E n efecto, con su ciencia superior, a uno de los en- hombres en cestas sobre la cabeza 7 6 . Y, de hecho, en las t u m b a s
carcelados le anunció su liberación, y, en cambio, al otro la de la época de Ramsés I I I aparecen hombres con cestos de
muerte próxima. L a contraposición resulta así más esclarece- panes en la cabeza, lo q u e esclarece la descripción del sueño
dora para la ciencia superior onírica del esclavo hebreo. T a m - del «repostero» o panadero q u e decía tenía panes en cestos
bién resulta m u y aleccionadora la explicación psicológica h u - sobre su cabeza 77 .
mana de q u e el favorecido, u n a vez se vio libre de la cárcel, Se dice luego en el relato bíblico que con motivo del na-
no se acordó de interceder por José, como le había prometido. talicio del faraón dio éste u n banquete a sus magnates y q u e
Estos detalles descriptivos están m u y dentro del género «sa- ese día decidió la suerte de los dos jefes de servicio que estaban
piencial» de una novela didáctica con trasfondo general histó- en la prisión: repuso en su oficio al «jefe de coperos», mientras
rico, pues el hagiógrafo aprovecha siempre la ocasión para dar que mandó colgar al «jefe de los reposteros». Era normal que
lecciones moralizantes sobre las debilidades humanas y sobre el día de la fiesta onomástica del faraón hubiera fiestas fastuo-
las reacciones contradictorias de los hombres, como hacían los sas, como en todas las cortes. Herodoto menciona especialmen-
«sabios» de Jerusalén en sus libros didácticos. N o hay que es- te las q u e tenían iugar en la corte p e r s a 7 8 , aunque n o dice
perar nada de los hombres, sino sólo de Dios, que mira por nada de la corte faraónica. Pero sabemos q u e en tiempos de
el cumplimiento de su justicia sobre los q u e le temen. los Ptolomeos se celebraba una gran fiesta el día del natalicio
Contra la verosimilitud del sueño del copero, que ve ex- del rey Ptolomeo Epífanes, q u e era saludado como «el día del
primir uvas en su copa de unas vides, se h a objetado q u e en nacimiento del buen dios», y los sacerdotes de Tebas declara-
Egipto no había viñas en los tiempos supuestos del relato b í - ban ese día como de especial solemnidad en estos términos:
blico, como lo dice expresamente Herodoto 6 9 . Y Plutarco llega «Puesto q u e el 31 de mésori se celebra el nacimiento d e l rey y
a afirmar q u e los egipcios desechaban el vino, porque creían el 17 de meshir se celebra el aniversario de haber tomado la
que era la sangre de los q u e se habían insurreccionado contra corona de su padre, los (sacerdotes) los han reconocido como
los dioses 7 0 . Pero al m i s m o tiempo nos dice Herodoto que los epónimos en los tiempos, pues estos días son para ellos causa
habitantes del Nilo eran aficionados al vino 71, y esto lo con- de muchos bienes; q u e se celebre, pues, u n a fiesta e n su h o -
firman otros historiadores greco-romanos 7 2 . Por otra parte, n o r » 7 9 . Y en el llamado decreto de Canope se habla también
por los papiros encontrados sabemos q u e los egipcios ofrecían de la fiesta natalicia de Ptolomeo III, a la que se califica como
libaciones de vino a las divinidades locales, y en las tumbas de «la fiesta del nuevo año del rey», y los sacerdotes decretaron
las pirámides y en las d e Beni-Hasán (de principios del segun- celebrar su fiesta p o r haber traído la paz al país 8 0 . Por otra
do milenio a.C.) aparecen pintadas vides, aunque se preferían parte, parece q u e estas fiestas natalicias se remontan a tiem-
los vinos de Siria 73 . E s más, en los textos del templo de Edfú
74
Véase NAVILLE, Textes relatifs au myhte d'Horus p . 2 1 .
75
68
H e r o d o t o dice q u e los egipcios solían amasar el p a n pisándolo con l o s p i e s (II 36),
P . MONTET, O.C., 76. lo q u e se ilustra con las representaciones gráficas q u e conocemos en la t u m b a d e Ramsés III,
69
H E R O D O T O , II 77. cerca d e T e b a s . Véase ROSELLINI, Monumenti civili pl.87; II 464.
70
PLUTARCO, De Isyde et Osiride 6. 76
H E R O D O T O , II 3 5 .
71 77
H E R O D O T O , II 60,122.168.133. G e n 40,17.
72
Cf. D I O D O R O D E S I C I L I A , I 15; E S T R A B Ó N , X V I I 14.35.42; P U N I Ó , Historia Natura- 78
H E R O D O T O , I 133.
Us II o; L U C A N O , IX 160. 79
73
Inscripción de la Rosetta II 46-47.
Cf. P . PIERRET, Etudes égyptologiques (1874) 22. 80
P . PIERRET, Le décret trilingüe de Canope (París 1881) pl.9-11.
190 V• Los israelitas en Egipto La historia de José 191

pos más arcaicos, ya que en la estela de Kubán se dice a pro- lo de Isis y de Hathor, dioses de la fertilidad. Y la fertilidad de
pósito de Ramsés III (s.xn a.C): «Hubo júbilo en el cielo el Egipto depende de las inundaciones periódicas del Nilo, pues
día de su nacimiento» 81. no hay estaciones de lluvias en este país. Por eso, Herodoto
Según el relato bíblico, el «jefe de los reposteros» fue «col- llegó a decir que Egipto era «un don del Nilo» 85, el cual se ali-
gado» (v.22), suplicio desconocido entre los israelitas, pero muy menta de las lluvias torrenciales de las regiones tropicales
usual entre los egipcios. En efecto, en las pinturas murales de Nubia y Etiopía. Pero no siempre estas inundaciones son
egipcias no son raras las representaciones de prisioneros de regulares, pues algunas veces son escasas, y entonces la sequía
guerra con la soga al cuello y de criminales colgados de un se cierne sobre las riberas del Nilo, y así, la cosecha resulta
árbol 82 . De hecho, se han encontrado muchas momias deca- insuficiente para la población que se apiña en ellas, sin posi-
pitadas 83 . En el relato antes mencionado sobre los «dos her- bilidades de buscar medios de subsistencia en otras regiones,
manos», Anubis, para castigar la infidelidad de su mujer, en- porque a una decena de kilómetros está el desierto puro de
tregó su cadáver a los pájaros, lo que era considerado como la arena. Por otra parte, la inundación excesiva puede perjudicar
mayor de las desgracias, porque, según las creencias egipcias, también mucho a la agricultura, ya que hace retrasar la semen-
era necesario conservar íntegro el cuerpo para tener derecho tera y la maduración de las mieses. Y estas situaciones anorma-
a la resurrección en el más allá 84. les pueden tener lugar varios años seguidos. Es el caso del rela-
to bíblico sobre las siete vacas gordas y las siete vacas flacas.
e) Los sueños del faraón En efecto, en el sueño del faraón se alude a siete años de abun-
También el encantador relato sobre los sueños proféticos dancia y a siete de escasez que se han de suceder. Aquí el nú-
del faraón v su interpretación encuentran su marco ambiental mero siete es simbólico y no es necesario tomarlo al pie de la
dentro de las costumbres egipcias. No cabe duda que el relato letra, pues simplemente quiere decir que van a sobrevenir varios
bíblico lleva el sello de un midrash, o historia moralizante, en años continuos de abundancia, seguidos de otros tantos de
la que se trata de destacar la especial providencia de Dios para escasez, que darán origen a un hambre general 86. Otro tanto
con el siervo hebreo caído en desgracia, que ha de ser encum- significan las espigas rellenas y las macilentas abrasadas por
brado a la suprema magistratura del país. El relato sigue el el viento solano. Es lo que se dice en la profecía de Nefer-rohu:
estilo anovelado, pero su autor hace gala de sus conocimientos «Las riberas de Egipto están vacías... El viento del sur reem-
sobre el país de los faraones, sabiendo situar bien a su perso- plazó al viento del norte» 87. Incluso el término hebraico emplea-
naje en un contexto verosímil histórico, lo que hace suponer do: 'aju, para significar «hierba verde», parece ser de proceden-
que trabajaba sobre tradiciones antiguas que tenían su origen cia egipcia: el aja es una planta acuática que podríamos tradu-
en los tiempos de la estancia de los israelitas en Egipto. cir por «junco». Es el sentido del término copto aji 88 .
En realidad, los dos sueños de José son paralelos e idénti- Según Plutarco, los egipcios consideraban a la vaca como
cos en cuanto a su significación premonitoria; y el material de «la imagen de Isis y de la tierra» 89 ; y los egipcios eran conscien-
los mismos está tomado del contexto geográfico-histórico egip- tes de depender del Nilo, por lo que le saludaban como su ver-
cio, pues se dice que las vacas pacían a orillas del Nilo y lo que dadero «padre», como se refleja en un himno dedicado al gran
se dice de las espigas se ajusta bien a un país que por su fera- río, que atraviesa el país de sur a norte:
cidad se convirtió en el granero por excelencia de la antigüe-
dad. También el ciclo de años de abundancia seguidos de otro H i m n o al Nilo
ciclo de años de escasez son corrientes en la historia de este
«¡Salud, oh Nilo! ¡Oh tú que te has manifestado sobre esta tierra
pueblo, asentado junto a u n río que con sus desbordamientos, y que vienes en paz para dar la vida a Egipto!
crecidas y reflujos produce abundancia y miseria, ya que las Dios oculto, que traes en el día lo que te place traer;
inundaciones periódicas, según su volumen, lo mismo pueden
85 H E R O D O T O , I I 2.
ser fuente de abundancia que de escasez. La vaca era el símbo- 8
« Véase J. VANDIER, La famine dans VÉgypte ancienne (Cairo 1936) 132-39.
S7 Cf. PRITCHARD, en A N E T 445a-
81 88
Cf. GHABAS, Inscriptions des mines d'or (1862) 1,3. Cf. J. VERGOTTE, Joseph en Égypte 59-66. E l t é r m i n o 'ai aparece t a m b i é n e n ugarítico
82
Véase R O S E L L I N I , O . C , pl.74; H E R O D O T O , II 121. y pasa al arameo. Véase en Inscriptions de Sefiré I 28-29; K A I n.222.
83 S9 PLUTARCO: «La ternera es el símbolo de la tierra, de la agricultura y d e l a alimenta-
Véase W I L K I N S O N , Manners and Customs of ancient Egyptians I 307.
84
Cf. D I O D O R O D E S I C I L I A , I 7 7 . pión» (De Isyde et Osiride 39).
La historia de José 193
192 V. Los israelitas en Egipto
saber, además de escribir los jeroglíficos, los trucos de la magia
irrigador de los vergeles,
que ha creado el sol para dar la vida a todos los animales... y estar entrenados para la interpretación de los sueños, c o m o
Creador del trigo, productor de la cebada que perpetúa la duración aparecerá en el relato de las plagas 95 . El equivalente hebreo de
de los templos; este término es el de jakamim o «sabios», como aparece en la
reposo de los dedos es su trabajo para millones de desgraciados. aposición explicativa del término técnico egipcio. De hecho,
Si él decrece, en el cielo los dioses (caen) sobre su rostro,
y los hombres perecen... en las ciudades sacerdotales como Tebas, Menfis o Heliópolis
Es el señor de los alimentos agradables y selectos; había escuelas sacerdotales, con «escribas» técnicos siempre al
si hay ofrendas, es gracias a él; servicio del faraón. Y debían adivinar el futuro con ritos mági-
hace surgir la hierba para los ganados... cos e interpretar los sueños. Por eso, aquí el faraón les llama
Germina para colmar todos los graneros, para preparar los bienes de
los pobres... para que interpreten los misteriosos sueños que ha tenido,
T ú has alegrado las generaciones de los niños... y que le desazonan, como hará más tarde el rey de Babilonia
Bebe las lágrimas de todos los ojos cuando tuvo su famoso sueño sobre la estatua gigantesca 96 .
y prodiga la abundancia de sus bienes» 9 0 . En ambos relatos, el protagonista principal y el intérprete es
u n modesto hebreo que no había sido iniciado en la magia. No
Este poema del siglo x x a.C. (XII dinastía) refleja bien el
cabe duda de que el redactor de estos relatos bíblicos trata de
carácter benéfico del Nilo para los que habitan en sus orillas,
mostrar la impotencia de la magia de los gentiles para conocer
pues es el creador de este rico país, sin el cual sería u n árido de-
el futuro, que sólo el verdadero Dios (el de los hebreos) podía
sierto. Por eso, para los cananeos, que habitaban en Ios-seca-
revelar. En todo esto podemos sorprender u n tipo literario
rrales semidesérticos de Cisjordania, el nombre de Egipto evo-
apologético estereotipado, que se repite en ios textos bíblicos
caba la tierra feraz. En este supuesto, se dice del oasis de So-
para desacreditar las ciencias mágicas, tan en boga en los pue-
doma y Gomorra, antes de su destrucción por el maremoto
blos gentiles. En ambos casos nos encontramos con una novela
en que fueron anegadas, que era «como el Edén de Yahvé y se
midráshica moralizante, con fines de edificación para las nuevas
parecía a Egipto» 9 1 . Es el espejismo del oasis lujuriante, en
generaciones para fortalecerlas en la fe.
contraposición a la árida estepa. Por eso los egipcios diviniza-
ron al Nilo bajo el n o m b r e de Hapi, y se celebraban especiales Ahora entra en escena José, el «esclavo hebreo», porque el
fiestas en su honor en el solsticio del invierno. De este modo «jefe de los coperos» recordó al faraón la interpretación de su
es comprensible la frase de Plutarco: «Nada es más estimado sueño y su efectivo cumplimiento 97 . Y en este supuesto es
para los egipcios que el Nilo» 9 2 . Y, en efecto, en uno de los llamado a presentarse al mismo rey de Egipto: pero antes debió
textos de Abu-Simbel se dice a Ramsés II: «Yo te doy u n Nilo someterse a una depurada toilette a base del rasuramiento y de
alto; llena para ti el país de abundancia, de riqueza y de pro- ciertos lavados (v. 14), ya que los egipcios eran extremadamente
ductos». Y en otro texto dedicado a Ramsés III se proclama: pulcros, según declara Herodoto 9 8 . En efecto, los sacerdotes,
«El Nilo te aporta... llena el país de abundancia, de riquezas, para estar en estado de pureza ritual, debían rasurarse total-
de productos; cubre la tierra de peces en todos los lugares por mente. A este propósito comenta Herodoto: «Los egipcios están
donde pasa» 9 3 . totalmente rasurados, excepto cuando están en d u e l o , pues
entonces dejan crecer los cabellos y la barba». Los sacerdotes
En esta perspectiva hay que entender la interpretación de
se rasuraban también los cabellos. Por eso, los personajes que
los sueños del faraón p o r el esclavo hebreo que está en la pri-
aparecen en las esculturas con cabellera suelen llevar peluca
sión. En efecto, según el texto bíblico, el faraón al despertar
postiza. Y su barba puntiaguda es también postiza. Y los extran-
mandó llamar a los «escribas» o jartumim (palabra egipcia, jar-
jeros—sirios, cananeos y gentes de baja condición—aparecen
tum, que significa propiamente «jefe-lector»). Son los «escribas»
con barba, como seres despreciables. D e hecho, los asiáticos
o intelectuales, que t e n í a n una preparación cultural especial
tenían gran aprecio por la barba, pero en la sociedad egipcia
después de haber residido en la «casa de la vida» 94 . Debían
es lo contrario; y, por eso, los escribas presentan s i e m p r e a los
90
Papiro Sallier pl.19. T r a d u c c i ó n en M A S P E R O , Histoire des peupks d'Orient n - 1 3 .
91
G e n 13,10. '5 Cf. Ex 7,11.22; 8,3.14.15; 9,11.
92 96
PLUTARCO, De Isyde et Osiride 5. D a n 2,iss.
93
Gf. NAVILLE, Le décret de Pthah Totunen: Translations of the Society of Bíblica 1 97
Gen 4I,QSS.
Archaelogical 7 (1882) 123. 98
H E R O D O T O , II 36.
94
Véase J. V E R G O T T E , O . C , 8 0 - 8 4 .
Biblia y legado 1
194 V. Los israelitas en Egipto
La historia de José 195
peluqueros trabajando " , porque las gentes de cierta posición
social tenían una verdadera obsesión por rasurarse. Por eso, él se limita a referir lo que su Dios le comunica, y simplemente
aquí se presenta a José cuidadosamente acicalado y rasurado, propone que el faraón «busque a un hombre inteligente y sabio
para poder presentarse en presencia del faraón. Además, tuvo y le ponga al frente de la tierra de Egipto» (v.34) para hacer
que «cambiarse los vestidos», conforme a la etiqueta exigida en acopio de bastimentos en los tiempos de abundancia, porque
la corte. Los sacerdotes imponían muchas exigencias en este los años de escasez llegarán inexorablemente. La reacción del
sentido. Herodoto dice que se lavaban ritualmente dos veces faraón fue nombrar al propio José como supremo administra-
al día y dos veces de noche 1 0 °. Por el Cuento de los dos dor o intendente de su reino con plenos poderes: «Tú serás
hermanos sabemos la importancia que en el palacio real tenían quien gobierne mi casa y todo mi pueblo te obedecerá; sólo por
los «lavanderos», ya que la más extrema pulcritud debía carac- el trono seré mayor que tú» (v.40). Es decir, que le nombró
terizar a todos los que vivían en la corte. Y, de hecho, las gentes primer ministro o visir sobre todo el país. Luego le entregó su
de buena condición social vestían de lino 101 . Así, pues, pode- propio anillo y mandó que le «vistieran vestiduras blancas de
mos suponer que José se revistió de esta ropa de ceremonia lino; y puso sobre su cuello un collar de oro; y mandó que, mon-
para la audiencia con el faraón. tado sobre su segundo carro, se gritara ante él abrek; y así fue
Sigue luego la explicación de los sueños: el esclavo hebreo puesto al frente de toda la tierra de Egipto» (v.43). Y no falta
no acude a hierogramas difíciles ni a cálculos esotéricos para la frase hiperbólica oriental: «Yo soy el faraón, y sin ti no al-
buscar una explicación, como hacían los jortamim, o «escribas- zará mano ni pie nadie en toda la tierra de Egipto» (v.44). Luego
magos» profesionales del faraón. Porque éstos, antes de explicar le cambió su nombre semítico de Yosef por el egipcio Zefnat
un sueño, consultaban los antiguos libros sagrados e inspec- Paneaj, «y le dio por mujer a Asenet, hija de Putifar, sacerdote
cionaban las entrañas de las víctimas. Pero José se limita a dar de On» (v.45).
una explicación profética que le surge espontáneamente, porque Con estas sencillas palabras coloca el redactor bíblico al
le viene de su Dios. Los magos suponían que su ciencia les antiguo esclavo hebreo al frente nada menos que del riquísimo
había sido revelada por el dios Toth 102 . La explicación del país de los faraones, la nación más opulenta de la antigüedad.
esclavo hebreo es sencilla y clara: las siete vacas gordas y las Pero el historiador se pregunta si este encumbramiento del
siete espigas rozagantes significan que vendrán siete años de modesto semita-cananeo era verosímil en una sociedad en la
abundancia, mientras que las siete vacas macilentas y las siete que los asiáticos eran sistemáticamente despreciados, como
espigas requemadas significan que después vendrán siete años gentes de inferior calidad humana. ¿No nos encontraremos con
de escasez y de hambre; por eso, las vacas flacas se comen a las el reflejo de una megalomanía hebraica similar a la exaltación
gordas 103 . En ese supuesto, la elemental previsión pide que de Daniel y Ester en las cortes de Babilonia y de Susa? Porque
se nombre un administrador sagaz para que almacene subsis- los libros bíblicos suelen aprovechar supuestos hechos para
tencias en los tiempos de abundancia para los tiempos de esca- ensalzar a los grandes protagonistas de la historia israelita, ha-
sez. El consejo es de sentido común, y el redactor bíblico se ciéndolos triunfar sobre los sabios y magos de los pueblos gen-
complace en mostrar que un humilde hebreo da lecciones de tiles. Es el género literario del «narcisismo» religioso, que es
alta administración a los mismos egipcios, que se consideraban una especie de reacción ante el complejo de inferioridad ma-
los más sabios del mundo antiguo. terial en que se hallaban los hebreos en medio de los otros
pueblos circunvecinos, más cultos que ellos. En realidad, para
f) José, intendente del reino los autores bíblicos, Israel era el pueblo «primogénito» de Yahvé
en medio de los otros pueblos 104 ; y de ahí que los israelitas
Al dar esta explicación tan sencilla, tan convincente y ve- tenían un complejo de superioridad sobre los pueblos idóla-
rosímil, el faraón quedó prendado de la sabiduría del joven tras, y esto les hace «idealizar» la historia de sus antepasados,
hebreo, y al mismo tiempo de su modestia, pues declara que creando una épica religiosa sin parangón en la literatura de los
99
100
Véase M A S P E R O , Histoire ancienne... 123. otros pueblos de la antigüedad.
HERODOTO, II 37; Porfirio dice q u e recibían tres baños diarios (De abstinentia IV 7).
101
H E R O D O T O , II 37. Con todo, aun admitiendo esta tendencia «idealizadora»
1° 2 I D . II 83.
103
G e n 4l,26ss. de la historia de Israel en función de unos esquemas teológicos
¡ 4
» E x 19,4.
196 V. Los israelitas en Egipto La historia de José 197

providencialistas basados en unas supuestas promesas que arran- su causa al faraón. Y en esta misma época, otro semita llamado
can ya de la historia patriarcal, el redactor de la historia de José Yanjamu tiene también en Canaán funcionarios importantes,
sabe muy bien jugar con las costumbres ambientales del valle que son delegados del faraón. Es el administrador de los gra-
del Nilo en las que coloca a su héroe. En efecto, José no es el neros reales, y así, aparece varias veces en las cartas de Amar-
único asiático encumbrado a la suprema magistratura en Egip- na l° 8 . Y, más tarde, en tiempos de Ramsés II (s. xni a.C.)
to, porque sabemos que durante el Imperio Medio abundaban y de Setis I, aparecen unos semitas recibiendo una esmerada
los altos funcionarios de procedencia asiática: y este fenómeno educación egipcia para ejercer funciones de administración 10y .
debió de ser muy frecuente durante el dominio de los reyes Uno de ellos, oriundo de TransJordania, llamado Ben-azen,
hicsos de procedencia asiática. Así, sabemos que hubo un recibió de Ramsés II un nombre egipcio en relación con su
tesorero semita en este tiempo, llamado Jur, cuya actividad propio nombre: Ramsés-em-per-Ra; y también era llamado
administrativa se extendía desde el Sudán hasta el sur de Ca- Meri-uni, llegando a ser, bajo Ramsés II y su sucesor, Merenp-
naán 105. Y aparecen otros funcionarios semitas en tiempos de tah, el primer heraldo del reino, el primer «jefe de coperos»,
Tutmosis III (s. xv a.G); incluso llegan hasta los tiempos de e iba siempre a la derecha del rey 110 .
Ramsés III (s. x n a.C.) 106. Y en los tiempos de Tell Amarna Más tarde, hacia el 1200 a.C. aparece un tal Juru (cananeo-
(s. xiv a.C.) aparece un tal Tutu, al que Amenofis IV-Ejnatón sirio), llamado también Irsu, que se alzó como príncipe sobre
le dio el título de primer servidor del rey en el templo de Atón, todo el país de Egipto; parece ser un usurpador sirio que se
y le hizo inspector de todas las obras públicas y administrador interpuso entre la dinastía XIX y la XX. Algunos le identifican
del tesoro de Amarna; por lo que se le dio el título de «boca con Bay, quien en dos inscripciones es llamado «el que resta-
superior» de todo el país, en cuanto que hacía las veces del bleció al rey sobre el trono de su padre» l u ; en este supuesto,
faraón al tomar las grandes decisiones. Por eso, el faraón apa- el nombre de Irsu sería un mote despectivo, pues .parece que
rece en las representaciones gráficas entregándole el collar de este nombre significa «el que se ha hecho a sí mismo». Con
oro, al tiempo que el visir asiático va detrás del carro del fa- todo, algunos egiptólogos han querido identificarle con Siptan,
raón, aclamado por el pueblo, que se prosterna ante él. Es la el último faraón de la dinastía XIX.
mejor ilustración de lo que se dice de José en Gen 41,41-43: A la vista del caso de estos semitas encumbrados a los cargos
«Quitóse el faraón el anillo de su mano y lo puso en la mano más altos de la administración egipcia, R. de Vaux comenta:
de José; hizo que le vistieran blancas vestiduras de lino y puso «La elevación de José es históricamente posible y tiene buenos
en su cuello un collar de oro, y mandó que, montado sobre el paralelos. Pero estos paralelos, que están diversificados y se es-
segundo de sus carros, gritaran ante él abrek, y así fue puesto calonan a través de quinientos años, no permiten precisar las
al frente de toda la tierra de Egipto». Es el caso similar al Dudu funciones que ejerció José, ni precisar su fecha» 112 . Con todo,
de los textos de Amarna 107 , el cual dice de sí mismo: «Yo era el detalle bíblico de que el faraón entregó a Tose su sello per-
la boca superior (cf. Gen 41,44: «Yo soy el faraón, y sin ti no sonal encuentra su paralelo en el caso de un tal Nebunnef, que
alzará nadie mano ni pie en toda la tierra de Egipto») de todo fue investido por Ramsés II como primer profeta de Anón;
el país: en las expediciones, en las obras públicas, para todas así, se dice de él: «He aquí que Su Majestad le entregó sus dos
las personas vivas y muertas; y, respecto de los mensajeros de anillos de oro y un bastón de oro... Se hizo partir a u n men-
los países extranjeros, yo les transmitía sus palabras al palacio, sajero real para hacer saber a todo Egipto que le había sido
donde yo estaba diariamente. Yo salía hacia ellos como dele- entregado la casa de Amón» 113. Y en una estela que se con-
gado del rey e investido de toda la autoridad de Su Majestad». serva en el Museo del Louvre aparece un faraón que desde lo
Y, en efecto, en las cartas de Amarna se habla de un alto fun- alto del balcón lanza collares y pectorales a ciertos funcionarios,
cionario llamado Dudu, al que un tal Aziru de Amurra le es-
cribe dos veces, y le llama señor y padre para que recomiende 108 Cf. EA 85,22s; 86,15-16.
109
Cf. S. SAUNERON, / . Yoyotte. Traces d'étabüssements aúatíques en Kloyenw Égypte
sous Ramsés II: Revue d'Egyptologie 7 (1951) 67-70.
105 110
Cf. H . STOCK, Studien zur Geschichte und Archáologie der 13 Dynastie Ágypten (Glücks- Cf. J. CAPART, Un grand personnage palestinien de la cour de Merenptah; Cahiers
tadt 1955) 68; cit. por R. DE VAUX, Histoire 284. Égypriens 11 (1936) 32-38.
106 111
Cf. J. M . A . JANSSEN, Fonctionnaires sémitiques au service de l'Égypte: Cahiers A e g y p - Es la opinión de A . GARDINER, en J E A 44 (1958) 12-22.
tiennes 26 (1951) 50-62. 112 R. DE VAUX, O . C , 286.
1°' Véase E A 158.164.167.169. 113
Cf. P . M O N T E T , o.c., 73; A. M A L L O N , Le} hébreux en Égypte (Roma 1 9 2 1 ) 84-85.
La historia de José 199
198 V. Los israelitas en Egipto
Ramsés. Con todo, n o pocos autores han querido ver e n esa
que los toman a vuelo y los ponen al cuello de los personajes
exclamación una expresión semítica en relación con la raíz
que habían de ser honrados 1 1 4 . Y, de hecho, al príncipe
brk («bendecir» o «arrodillarse»); y en ese caso pudiera signi-
Horem-heb, generalísimo del ejército, se le impone solemne-
ficar: « ¡De rodillas!» 1 1 8 A u n q u e algunos autores han relaciona-
mente el collar de oro, como a José; y en una estela de Setis I
aparece el rey imponiendo u n collar de oro a u n cortesano do el abrek con el t é r m i n o acadio abarakku, que designa al
llamado Hor-jem. mayordomo de u n palacio r e a l 1 1 9 . En ese caso sería un título
m u y en consonancia con el puesto de José; pero, como dice
T o d o esto prueba que los relatos bíblicos sobre José son
R. de Vaux, no es verosímil que un título mesopotámico hubiera
verosímiles, pues los detalles sobre su encumbramiento están
entrado en la corte egipcia antes del siglo ix.
en consonancia con no pocos datos extrabíblicos. N o se puede
precisar más. O t r o tanto hay que decir sobre los nombres egip-
cios que aparecen en la historia de Tose, En efecto, a éste se le g) El faraón, protector de Tose, v los hicsos
cambió su nombre semita en otro netamente egipcio, que en el En la Biblia no se menciona al faraón que encumbró a José
texto hebreo suena así: Safnat Paneaj, y que parece ser la trasli- como primer ministro de todo el país de Egipto, pero general-
teración defectuosa de un nombre teóforo egipcio que podría mente se cree que fue uno que pertenecía a la dinastía de los
ser djed pntr ef onj, que significa «dijo dios: él es viviente» 1 1 5 . revés invasores llamados hicsos. que eran de procedencia asiá-
En ese supuesto es u n nombre teóforo similar a otros conoci- tica. En este supuesto, se concibe bien que hayan encumbrado
dos, como Isit ef onj («Isis es viviente»), djed Amón ef onj a u n semita y que hayan protegido a u n clan cananeo, ya que
(«dijo A m ó n : él es viviente»). Estos nombres teóforos son fre- buscaban apoyo entre los asiáticos frente a los nativos egipcios,
cuentes en la dinastía XX (s. x n a . C ) . que estaban sojuzgados, y siempre en espera de insurreccionarse
La esposa de José se llama Asenet y es hija de Putifar; ambos para expulsar a los dominadores extranjeros. Por otra parte,
nombres son netamente egipcios. En efecto, el nombre de suponiendo que los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob hubieran
Asenet parece ser también un nombre teóforo, y puede ser la vivido e n los siglos XVIII-XVII, como antes hemos indicado, la
trasliteración de As-Neit («ella es de Neit», la diosa de Sais). estancia de José e n Egipto viene a coincidir con la época de la
Nombres de este tipo aparecen en la dinastía XVIII (s. xv- instalación de los hicsos en el delta del Nilo.
xiv a . C ) . Así, Af-en-Amón («él es de Amón»), Af-jonsu («él es Los historiadores no acaban de dar con la clave para des-
de Jonsu»). El mismo nombre de Putifar o Poti-Fera parece cifrar el enigma d e los hicsos, que en la historia oficial egipcia
ser la trasliteración de pa-dí-pa-Ra («el don de Ra», dios solar llenan una especie de Edad Media oscura y ominosa. Hoy
de O n [Heliópolis], de donde era sacerdote; Gen 41,45). Este sabemos q u e la invasión de los hicsos tuvo lugar hacia el
Putifar es diferente del que se habla en G e n 37,36 y 39,1, al 1750 a . C , a u n q u e su penetración violenta debió de ser pre-
que había sido vendido José por los mercaderes madianitas. parada por otias de asiáticos en plan pacífico. Pero, aunque
En una estela de la dinastía XXI aparece el nombre de Padj-pa- todos los historiadores convienen en que eran de procedencia
Ra 1 1 6 , que puede responder al Putifar del texto hebreo; y asiática, no concuerdan en determinar su lugar concreto de ori-
vuelve a aparecer en textos más tardíos * 17 . La dinastía XXI es gen, pues mientras que unos los consideran como de origen
contemporánea de Salomón; y es en esta época cuando aparecen indo-europeo-jurrita 1 2 0 , otros los presentan como sirios, pues
esos nombres egipcios que encontramos en la historia d e José, se ha querido identificar en una estela encontrada e n Pañis
que debió redactarse en los círculos «sapienciales» hierosclimi- (capital de los hicsos) el culto a Seth identificado c o n un Baal
tanos afines a la corte salomónica. sirio, lo que parece suponer que los sirios se habían instalado
La exclamación abrek con la que, según ei texto bíblico, el en esta zona hacia el siglo x v n i a.C. 1 2 1 . Por otra parte, M a -
pueblo egipcio saludaba a José (Gen 41,43) es enigmática. Los netón menciona a un tal Salitis como el primer rey de los
egiptólogos han buscado su equivalencia en la frase ib.r.k («el hicsos, y dice q u e se estableció en Menfis bajo el reinado de
corazón a ti»), q u e aparece en tres textos de los tiempos de los 1 ls
Cf. ID., i b i d . , 138-41; 1 GOURJWER, en R B 66 (1959) 591-04.
119
114 Véase J. O . CROATTO, kbrek nntendant* dans Gen 41,43: V T 16 (1966) 113-15.
P . MONTET, O.C., 78. 110
Véase R, D E \ A U X , L&Hurritcs de l'histoire et les Horites de la Bible: R B 74(1967)
115
Véase H . R A N K E , Die ágyptischen Personannamen (Glückstad IQ35) 13-17. 492-56.
116
Véase H . HAMADA, Stela ofPutiphar: A S A E 39 (1939) 273-76. I B Cf. A , GARDIMER, Egyjt o¡ the Pharaons (Oxford 1966) 165.
117
Véase J. V E R G O T T E , O . C , 147.
zuu V. Los israelitas en Egipto
Tutimaios, que debe de ser uno de los Dudimosé que figuran 201
La historia de José
entre los últimos faraones de la XIII dinastía hacia el 1660 a.C.
E n realidad, los hicsos se instalaron primero en el delta hicsos, algunos aparecen como netamente semíticos 1 2 3 . Sin
oriental, aprovechando la debilidad política de los faraones de embargo, aparece un tal Apofis, que es netamente egipcio. En
la época a causa de disensiones interiores en el país. Pero ya realidad, los hicsos asimilaron la religión del país conquistado
bajo la XII dinastía aparecen los asiáticos entrando masiva- y adoptaron al dios Seth como divinidad principal de su p a n -
mente en el interior de Egipto. El historiador egipcio M a n e - teón. Era un dios procedente del Alto Egipto que se había
tón llama a los hicsos «reyes pastores», porque procedían de u n aclimatado en la región del delta cuando llegaron los invasores
país de nómadas, y enumera seis. Por otra parte, en el «papiro asiáticos. Era el dios de la tormenta, el señor del desierto y de
de Turín» se les atribuye una duración de ciento ocho años, los países extranjeros. Más tarde se le identificó con el Baal
lo que es bastante verosímil. H e aquí lo que dice Manetón sirio l 2 4 , y la diosa que con él hacía pareja era Anat o Astarté,
de los hicsos: «Bajo Tutimaios, de repente, un pueblo desco- lo que hace pensar que «los hicsos eran, en gran mayoría, se-
nocido que venía de oriente tuvo la audacia de invadir nues- mitas» 125 .
tro país, y sin dificultad ni combate se apoderó de él por la M a n e t ó n dice simplemente que venían de oriente, de donde
fuerza; capturaron a los jefes, incendiaron salvajemente las procedían todas las invasiones de Egipto, excepto la de los
ciudades, arrasaron los templos de los dioses y trataron a los «pueblos del mar» en el siglo x n a . C ; más tarde, los romanos.
indígenas con la mayor crueldad, degollando a unos y llevando Ahora bien, no hay indicios de una invasión masiva de la re-
como esclavos a los niños y a las mujeres. Al fin pusieron gión cananea por los siglos XVIII-XVII a.C. por ningún extran-
como rey a u n tal Salitis. Este principe se estableció en M e n - jero; por eso hoy día se abre camino la hipótesis de que los
fis». D a luego una lista de cinco reyes, d e los que dice que hicsos procedían de esta región limítrofe con Egipto 1 2 6 , y de
estaban «ávidos de destruir hasta la raíz el pueblo egipcio». hecho se ha encontrado en la región de Tanis (la Avaris de los
Y añade: «Se llama al conjunto de esta nación hicsos, es decir, hicsos) material arqueológico de sello cananeo, j u n t a m e n t e con
u n escarabajo del rey hicso llamado Khyan 127 .
reyes pastores»122. Pero no da más detalles sobre el país de
origen ni sobre su filiación étnica; sólo dice que procedían de En realidad, m u c h o antes de la entrada violenta de los
oriente, es decir, de la región cananea que lindaba con Egipto hicsos en el país del Nilo ya habían entrado pacíficamente
muchos asiáticos en esta región desde los tiempos de la XII di-
por el este. Por otra parte, de la época de su dominio en Egipto
nastía, allá por el 2000 a.C. Pero hacia el siglo x v n a . C , los
no quedan textos históricos y sólo algunas alusiones en los
hicsos asiáticos logran imponerse como una casta guerrera, pri-
monumentos. Pero M a n e t ó n y el «papiro d e Turín» dan una
mero, en la región del delta, y luego, en todo el país; pero,
serie de n o m b r e s que se escalonan en cuatro dinastías, entre
como dice R. de Vaux, «los hicsos de Avaris-Menfis e r a n jefes
la XIV y la XVII egipcias; pero éstas, en parte, fueron con-
de una federación más bien que soberanos de u n E s t a d o uni-
temporáneas entre sí y, en parte, contemporáneas de la XIII di-
ficado. Su autoridad se extendía hasta el Alto Egipto; los nom-
nastía. A esta oscuridad sobre su reinado se añade la pésima
bres de Khyan y de Apofis están inscritos sobre monumentos
fama que se les atribuye en los textos posteriores, pues se les de Djebelein, al sur de Tebas, y los últimos faraones de la
denigra sistemáticamente, como es ley c u a n d o en todos los XIII dinastía, relegados al Alto Egipto, han sido sus vasallos.
pueblos se enjuicia a las naciones invasoras. Pero han mantenido Avaris como capital, y esto, que recuerda
Los lexicólogos modernos relacionan el término misterioso sus orígenes, prueba que quieren conservar contacto c o n Pa-
de hicsos m á s bien con la expresión egipcia hq'w j'shw.t, que lestina» 128 . Pero no hay huellas del dominio de los hicsos al
significa «jefes de países extranjeros», título que se aplicaba norte de Gaza, y, en cambio, se ha encontrado el n o m b r e del
a los b e d u i n o s de Siria y Canaán, y a los habitantes de estas
regiones dominadas por «jefes de países extranjeros» se les llama 123
Así los n o m b r e s d e Yaqub-har, Anat-El o Anat-har. O t r o s n o m b r e s m á s bien p a -
«asiáticos», «habitantes de las arenas», «gentes de Retenu», la recen de origen jurrita, a u n q u e esto no esté claro.
124
Véase S. M O R E N Z , Ágyptische Religión (Stuttgart 1960) 250-51.
región sirio-cananea. Por otra parte, al estudiar los nombres 125
R. DE VAUX, Histoire ancienne d'Israel 80.
126
A este propósito, R. DE VAUX afirma: «Los hicsos h a n partido d e Palestina» ( o . c , 80).
Con todo, no pocos autores s u p o n e n q u e los hicsos se desplazaron hacia el delta presionados
El texto e s t á conservado en FLAVIO JOSEFO, C. Apion I X I V 75-82. por una oleada jurrita o indoeuropea. Cf. J. V A N SETERS, The Hyksos. A New ínterpnlation
( N e w H a v e n 1966) 181-90.
12
? Véase S. ADAM, en A S A E 56 (1959) 220-21 pl.15-16.
i2« R. DE VAUX, O . C , 82.
La historia de José 203
202 V. Los israelitas en Egipto
A mediados del siglo xvi a . C los hicsos fueron expulsados
rey hicso Khyan en Creta, en Bagdad y en Bogazkeui 129 , cen- del valle del Nilo como consecuencia de la insurrección de los
tros comerciales a los que habían llegado gentes de Egipto príncipes nativos del sur, que terminarán por crear la XVIII di-
cuando estaba dominado por los hicsos. nastía, con Amosis como primera figura. Como todos los he-
Ahora bien, estos reyes invasores asiáticos adoptaron los chos de trascendencia histórica, no falta la leyenda para dar
usos cortesanos de Egipto y se pusieron nombres egipcios, una explicación de esta insurrección nacional contra los odia-
considerándose así como los continuadores de los tradicionales dos asiáticos que tiranizaban el país. Así, en un relato legen-
soberanos del valle del Nilo. Así, en esta época aparece un dario y pintoresco se dice que un príncipe egipcio de Tebas,
tesorero mayor que tiene nombre egipcio, y otro con nombre vasallo del rey hicso Apofis, que estaba a 800 kilómetros de
semita, Jur, cuyo nombre aparece en los escarabajos encontra- Avaris, capital de los hicsos, recibió una queja de que los hi-
dos en regiones tan distanciadas entre sí como Sudán y Gaza. popótamos del parque de la ciudad de Tebas no le dejaban
En este contexto histórico hay que entender la historia de José dormir, por lo que le pedía responsabilidades, lo que refleja
como lugarteniente del faraón, con los máximos poderes admi- el despotismo de los invasores 132 .
nistrativos.
En una inscripción de la reina Hatshepsut se atribuye a h) La administración agraria de Tose
los odiados hicsos, reyes usurpadores, la destrucción sistemá-
tica de los templos en estos términos: Inmediatamente después de ser investido como «visir», o re-
presentante máximo del rey, el joven hebreo se dedicó a reco-
«Yo he restaurado lo que había sido arruinado. Yo he hecho levantar lo
que había sido destrozado desde que los Amu (los asiáticos) se habían insta- rrer el país de Egipto para percatarse de sus necesidades y po-
lado en Avaris, en el país del Norte, donde se habían mezclado extranjeros, sibilidades, ordenando que se recogiera en graneros la abun-
echando por tierra todo lo que había sido construido, porque gobernaban dante cosecha de siete años prósperos. Las expresiones bíblicas
sin Ra» "O. son hiperbólicas, en consonancia con el género anovelado del
Este juicio difamatorio respira odio contra los invasores, relato: «la tierra produjo a montones... y José recogió el pro-
como es normal en todas las literaturas de los pueblos invadi- ducto... y lo almacenó, llegando a reunir trigo como las arenas
dos. Pero hoy día, la crítica histórica es más objetiva, pues, del mar; en tal cantidad, que hubo que dejar de contar, porque
como dice R. de Vaux, «la dominación de los hicsos no fue era incalculable» 133 . Estas frases ponderativas están destinadas
catastrófica, ya que la agricultura no fue abandonada, el comer- a lectores hebreos, que en su mísera tierra de Canaán soñaban
cio continuó y se intensificó entre el delta y Palestina. No siempre con las cosechas fabulosas del delta egipcio; y hemos
hubo cambio de religión..., pues los hicsos no sólo reconocie- de pensar que los sabios de Jerusalén que redactaban las anti-
ron a Seth como dios, sino que hicieron entrar al dios Ra en guas tradiciones de su pueblo ponderaban las maravillas de
su protocolo. La vida cultural no fue interrumpida, pues de aquel oasis de regadío que estaba a unos centenares de kiló-
esta época datan las copias de los grandes textos literarios y metros, donde había abundancia de todo; y les halágala la
científicos. Por otra parte, esta dominación ha aportado bene- vanidad nacional, pensando que un hebreo hubiera estado or-
ficios a Egipto. Ante todo, ha roto el orgullo tradicional, que ganizando todo aquel fabuloso complejo agrario, porque lasta.
hacía pensar que los egipcios eran un pueblo intangible, vi- los mismos faraones no sabían organizar sus ricas propiedades.
viendo en un país de dioses en medio de un universo de bár- En realidad, las medidas prudenciales de José en los años
baros; y de este modo ha preparado el despertar de un espíritu de abundancia se le habrían ocurrido a cualquier administra-
nacional y combativo; además, ha hecho salir a Egipto de su dor egipcio que tuviera experiencia de la irregularidad ds las
aislamiento y le ha puesto en relación con otras culturas. En- inundaciones del Nilo, fuente de toda la producción agricola
raizados en Palestina, establecidos en Egipto, los hicsos han del país. Y todos sabían que no faltarían años de escasez, en
tendido un puente entre África y Asia. De este modo, los los que habría que vivir de los sobrantes de los años de abun-
hicsos han preparado, sin saberlo, las conquistas políticas y la dancia. No hacía falta tener sueños proféticos para hacer «tos
irradiación cultural del nuevo imperio egipcio» 131 . cálculos, pues bastaba la experiencia y el sentido común; pero
129 132
Cf. H . STOCK, Der Hyksos Chian in Bogazkói: M D O G 94 (1963) 73-80. Véase Papiro Sallier I: ANET 231.
130 133
31
Inscripción de Speos Artémidos, en MDOG 94 (1963), 73-80. Gen 41,49.
1 R. DE \AUX, o.c., 83.
204 V. Los israelitas en Egipto La historia de José 205

los relatos bíblicos están siempre transidos de una dinámica Parece que los egipcios tenían una dietética muy variada,
profética, de modo que los protagonistas de la historia del a base de carnes y verduras, con el complemento de los pesca-
pueblo elegido llevan siempre el sello de la presencia protec- dos del Nilo 1 3 6 . Así se nos dice que los obreros que trabajaban
tora de su Dios, que en sus secretos designios va preparando en la construcción de las pirámides consumían muchas cebo-
la marcha de los acontecimientos, que se suceden conforme a llas 137 , y Dioscórides concreta que también comían muchos
u n cierto determinismo impuesto por unas supuestas promesas ajos 138 ; otro tanto dice Plinio de los puerros 1 3 9 . Y e n un
que arrancan de los tiempos patriarcales. De este modo, la his- cuento egipcio se habla de u n náufrago que se vio en u n a isla
toria bíblica se sucede, según la compilación actual, como u n que él creía desierta y encontró en ella abundancia de todas
filme cinematográfico, con unas tesis que se van esclareciendo las cosas que los hebreos echaban de menos en el desierto:
con unos hechos que van surgiendo a impulsos de intervencio- higos, racimos, frutos del sicómoro, legumbres de toda especie,
nes providencialistas del Dios de Israel. En efecto, después de cohombros, peces y pájaros 1 4 0 . Así, pues, el egipcio estaba
los años de abundancia siguieron los temidos de escasez y de acostumbrado a la abundancia y a la variedad de recursos co-
hambre, lo que es u n lugar común en la literatura egipcia. Es mestibles; por eso, cuando llegaban los años de escasez, esta-
entonces cuando el humilde esclavo hebreo llegó a su m o - ban menos preparados para una dieta espartana que los be-
mento cenital, pues todos los egipcios dependían de sus deci- duinos de los secarrales de Canaán y del Sinaí.
siones, por lo que el faraón les dice a sus famélicos vasallos: D e hecho, conocemos diversos textos de la literatura egip-
«¡Id a José y haced lo que os diga!» (v.55). Este entonces abrió cia en los que se habla de años de hambre general como con-
los graneros, vendiendo el trigo a las gentes que «de todas las secuencia de la falta de la inundación del Nilo a su tiempo
tierras venían a Egipto a comprar a José, pues el hambre era o por exceso de agua. Así, u n sacerdote llamado Heqa-nejti
grande en toda la tierra» (v.57). Esta consideración prepara el escribía a su familia en estos términos:
desplazamiento de los hermanos de José desde Canaán en bus-
«He aquí que vosotros sois como un hombre que come hasta saciarse,
ca de medios de subsistencia, como se narrará a continuación. pero ahora tiene hambre hasta el momento en que cierre los ojos. Yo he
El faraón A m e n h e m e t (s.xx a.C.) se gloría de haber satis- llegado al sur y he reunido para vosotros las vituallas posibles... ¿No está
fecho el hambre de sus subditos en estos términos: «He dado bajo el Nilo?... Aquí se ha comenzado a comer a los hombres y a las mujeres.
al pobre, he alimentado al huérfano, he admitido al que no En ninguna parte existen gentes a los que se dé una comida semejante» 141 .
tenía nada como al que tenía algo... H e favorecido el cultivo Y esto mismo viene a dec'r un gobernador de provincia
del trigo y amo al dios de la cosecha. El Nilo me saluda en llamado Anjtifi:
todo el valle. N o hay hambrientos en mi tiempo y nadie tiene
sed» 134 . Y en los monumentos egipcios podemos ver caravanas «El Alto Egipto entero moría de hambre, hasta el punto de que cada
de asiáticos famélicos llegando a Egipto p a r a aprovisionarse de hombre llegaba a comer a sus propios hijos» 142 .
grano en tiempos de escasez, pues el valle del Nilo era el gra- Y como motivo de la guerra llamada de los «impuros», que
nero seguro en la antigüedad. Por ello, la riqueza y feracidad estalló en los últimos años de la XXI dinastía, en la q u e hubo
del país del Nilo eran proverbiales, pues n o dependían de las u n hambre general, una mujer, interrogada en el tribunal por
lluvias para sus cosechas. Por eso, los israelitas, cuando anda- el origen de su dinero, respondió:
ban errantes por los secarrales del Sinaí, se acordaban de los
productos de la tierra de Gosen, en el delta oriental, donde «Yo lo he obtenido, a cambio de trigo, el año de las hienas, cuando había
hambre» 143 .
había abundancia de todo: «¡Quién nos diera carne que comer!
¡Cómo nos acordamos de t a n t o pescado c o m o de balde comía- Esta alusión a las hienas parece reflejar que las h i e n a s inun-
mos en Egipto, de los cohombros, de los melones, de los p u e - daron el país, comiendo los cadáveres de gentes muertas por
rros, de las cebollas, de los ajos!» i 3 5 . Es el grito del beduino 136
Cf. P. M O N T E T , La vie quoüdienne en Égypte 79.
famélico de la estepa, que piensa en el espejismo del oasis de 137
HERODOTO, II 125.
138 Véase V. L O R E T , L'ail chéz les Anciens Égyptiens: Sphinx (1904) 137.
las orillas del Nilo. » » P U N I Ó , Hist. Nat. XXXVI 12.
140
Cuento del Náufrago 47-53; en G. LEFÉBVRE, Romans et Contes (París 1949)34.
141
Véase P. M O N T E T , L'Égypte et la Bible ( N e u c h á t e l 1959) 86-87.
134 142
A . M A L L O N , Les hébreux en Égypte 81-82. Véase J. VANDIER, La famine dans l'Égypte ancienne (Cairo 1936) 1 3 - 1 4 .
135 143
N ú m 11,4-5. Véase P. M O N T E T , O.C. , 87.
206 V. Los israelitas en Egipto
La historia de José 207
el hambre; por lo que aquella época pasó en el recuerdo po- «... Yo he hecho traer este trigo del sur. Hacia el sur, yo lleguá hasta
pular como «el año de las hienas». el país de Uauat y hacia el norte, a la Gran Tierra... Yo otorgué un préstamo
Y en una inscripción grabada en una roca en una isla cerca de grano al Alto Egipto y lo he dado al norte. Yo he hecho vivir la casa de
de la primera catarata del Nilo, se habla de siete años de ham- Elefantina; yo he hecho vivir la Loma de los Bueyes durante esos años,
después que Refat y Hormer habían sido satisfechos» 147 .
bre general. La redacción actual es del siglo n a.C, pero es un
texto reelaborado de una tradición sobre un hambre excepcio- Y otro gobernador declara que no se aprovechó de la situa-
nal en los tiempos de la construcción de las pirámides de Zo- ción de hambre para conseguir ganancias ilícitas: «No he rap-
ser, en el tercer milenio a.C. 144. He aquí el texto: tado la hija de un hombre. Yo no le he quitado su campo» 148.
Por su parte, otro gobernador se gloría de las previsiones
«En el año decimoctavo de Horus... le fue presentado (al gobernador
Madir de Elefantina) un decreto real: Yo estaba muy apesadumbrado sobre tomadas en tiempos de escasez:
mi gran trono, y los que estaban en el palacio estaban muy afligidos, y mi «Cuando un Nilo bajo ha tenido lugar en el año 25 no dejé mi circuns-
corazón estaba apenado porque el Nilo no había crecido en mi tiempo du- cripción hambrienta. Le he dado trigo del sur y cebada. No dejé que se
rante un período de siete años; los cereales están flaccidos; los frutos, secos, produjera la escasez hasta el retorno de los grandes Nilos» 149 .
y todos los comestibles resultaban insuficientes. Todo hombre estaba pri-
vado de respiración..., el hijo lloraba, el joven estaba en espera (?); los Es lo que viene a declarar otro gobernador ensalzando sus
ancianos tenían el corazón triste; se doblaban sus rodillas, echándose en el
suelo con los brazos cruzados. Los cortesanos estaban necesitados, los tem- medidas previsoras de administración:
plos, cerrados... Mientras estaba yo dormido, descubrí al dios de pie frente
a mí. Le atraje con alabanzas y le recé... Sus palabras fueron: 'Yo soy Jnum, «Sobrevinieron años de hambre, y yo hice trabajar en todos los campos
tu creador... Conozco el Nilo. Cuando entra en los campos, su penetración de la circunscripción... Vinieron luego años de un Nilo abundante, con mu-
otorga vida a cada nariz, como cuando se introduce (la vida) en los campos... cho trigo, cebada y todas las cosas, y yo no escribí nada en el registro de los
El Nilo volverá a brotar para ti, sin cesar un año y sin debilitarse por nin- impuestos» l 5 ° .
gún terreno. Las plantas volverán a crecer y se encorvarán bajo (el fruto)...
Los ciiados (sentirán colmados) los designios de sus corazones, así como Según el relato bíblico, Tose fue comprando todos los terre-
el amo. Porque ya ha pasado el año de hambre y (los robos) de las gentes en nos a cambio del trigo entregado a la población hambrienta,
los graneros se habrán terminado... Habrá más alegría en los corazones que de modo que todo el país se fue convirtiendo en propiedad del
antes'. Entonces me desperté y mi corazón se liberó del pesar» 145 .
faraón o del Estado (Gen 47,14). De esta forma, todos los sub-
ditos del faraón se convirtieron en deudores suyos, pues los cul-
Como se puede ver por la simple lectura de este texto egip- tivadores se convirtieron en colonos, que tenían que entregar
cio, el parecido con el relato bíblico es sólo tangencial, pues el «un quinto» del trigo cosechado (v.34). Y José compró iacluso
motivo común de siete años (número simbólico que significa los ganados (47,16) con el trigo almacenado en los años de
varios años continuados) es corriente en las literaturas anti- abundancia. Luego, los egipcios se ofrecieron como siervos
guas l46 ; pero el sueño del faraón no se refiere a una futura al faraón para salvar sus vidas, y José aceptó la oferta (47,19).
hambre, sino al remedio de la que ya existía. De este modo «sometió a la servidumbre del faraón tierras y pue-
Respecto de los remedios de administración que propone blos desde el uno al otro confín de la tierra de Egipto. Sólo dejó
José, también hay antecedentes en los administradores egipcios, de comprar las tierras de los sacerdotes, porque éstos recibían
pues la previsión de almacenar en tiempos de exceso de pro- del faraón una porción, y no tuvieron necesidad de vender sus
ducción es normal en cualquier gobierno que tiene un mínimo tierras» (47,21-22). Luego, José entregó semillas al pueblo para
sentido de la responsabilidad, y más teniendo en cuenta la que sembrara, exigiendo sólo un «quinto» de la producción
irregularidad de las crecidas del Nilo, de las que dependía (v.25). Las gentes egipcias, agradecidas, le dieron las gracias
toda la vida agrícola del país. Es justamente lo que hizo el go- diciendo: «Nos das la vida» (v.25). P ° r 1° 1 u e <<^-1° J o s é UIla leY>
bernador Anjtifi: que todavía subsiste, por la cual pertenece al faraón el quinto
144
del producto de las tierras de Egipto. Sólo las tierras de los
El texto fue encontrado en 1889 y t r a d u c i d o por BRUGSCH, Die biblischen sisben Jahre
áer Hungernoth (1891); reproducido por P. B A R Q U E T , O . C ; J. V A N D I E R , La famine dans l'Égypte sacerdotes no son del faraón» (v.26). Esto parece ser unaexpli-
úiicienne (El Cairo 1936); A N E T 31-32; S A O 29-31; F . M I C H A E L I , Textes de la Bible et de
tiAncien Testament (Neuchátel 1961) 29-31.
145 147
T a m b i é n e n otros países se habla d e siete años de h a m b r e ; cf. P. BAROJJET, La stéle Cf. J. VANDIER, Moalla (El Cairo 19S0) 21OSS.
148
k la famine a Séhel (El Cairo 1953) 37. Estela 2.001 de El Cairo; cf. J. VANDIER, La famine... 106.
149
146 Véase P. B A R Q U E T , O . C , 37. Inscripción de A m e n i , en Beni-Hasan. Cf. J. VANDIER, O . C , 106.
150
Estela d e M e n t u h o t e p ; cf. J. VANDIER, O . C , 113.
208 V. Los israelitas en Egipto La historia de José 209
cación etiológica convencional para dar razón del régimen de egipcia y de su sistema de tributación agraria, bien distinto del
propiedad de Egipto, bien diferente del de Canaán y de su de Canaán donde residía. Lo que hace suponer que, aunque
régimen tributario. En efecto, como en el país del Nilo las redacta su historia en Jerusalén, trabaja sobre tradiciones anti-
obras de regadío eran tan costosas, sólo podía realizarlas el guas de procedencia egipcia; al menos, conoce muy bien las
Estado; por ello, prácticamente, todo el territorio del país esta- costumbres jurídicas de este país. De hecho, sabemos que la
ba bajo el control directo del faraón. En el Imperio Antiguo pa- centralización de las tierras en favor del faraón se acentuó en
rece que eran los señores feudales los que ejercían este poder; el Nuevo Imperio (1580-1190) al confiscar el faraón los bienes
pero después se fue centralizando en manos del soberano de de los nobles que habían colaborado con los invasores hicsos.
todo Egipto. Es lo que refleja el texto. Lo que se confirma con Por otra parte, sabemos que los graneros o almacenes de
lo que dice Diodoro de Sicilia de que en Egipto la tierra per- trigo existían ya en los principios de la historia de Egipto; y se
tenece al rey, a los sacerdotes y a los militares l51 . El redactor han conservado maquetas de los mismos en miniatura en los
bíblico, por su parte, quiere atribuir toda esta planificación ad- exvotos de las tumbas; y no faitan textos egipcios en los que se
mirable agrícola estatal al antiguo esclavo hebreo; lo que no habla de distribución gratuita de trigo, de préstamos de grano
deja de ser irónico, pues el imperio de los faraones debía su de unas ciudades a otras y de exención de impuestos 157.
pujanza a la intervención de un descendiente de Abraham. A este propósito comenta R. de Vaux: «Aunque esta des-
Nos hallamos, pues, ante una novela que trata de ensalzar el cripción del régimen agrario de Egipto no nos permite preci-
pasado del pueblo de Israel por ser el pueblo del Dios único. sar ninguna fecha, es exacto en lo esencial: el derecho sobera-
En realidad, el alto dominio del faraón o del Estado sobre no del faraón sobre todo el suelo, la extensión de los dominios
las propiedades particulares era una herencia histórica en Egipto de la Corona y de los templos, que en conjunto incluían casi
muy anterior al esclavo hebreo, quien, de hecho, se nos pre- la totalidad del suelo, son hechos establecidos... Los israelitas
senta aquí abusando de su situación como un usurero al vender estaban impresionados por esta situación tan diferente a la de su
el trigo almacenado a costa de las propiedades y personas de país, donde el régimen común era el de la propiedad familiar.
los subditos del faraón. Su obsesión es el estatismo más sofo- Y esto explica el interés que le presta el narrador. Si atribuye
cante y antihumano. Sólo se salvaron de tal estatificación las a José medidas que estaban en el origen de este régimen agrario,
propiedades de los sacerdotes, que gozaban de una situación es para exaltar a su héroe, que es un antepasado de su pueblo» 158 .
privilegiada, porque los santuarios tenían grandes posesiones Ya Samuel había prevenido a su pueblo contra los peligros
y gozaban de exención de impuestos. En efecto, se conserva el de la centralización que implicaba la institución monárquica,
texto de un decreto real de Nefer-irika-Re (de la V dinastía) pues sabían que había de imponer exacciones y tributos desor-
por el que se exime a todo el personal del templo de Osiris en bitados sobre las tierras y ganados, como lo hacían los reyes
Abydos de toda prestación al Estado 152 . Y en el «papiro Harris» cananeos 159 . Pero en los tiempos del centralismo salomónico
se hace el inventario de los ingresos fabulosos de los templos había gran admiración para todo lo del país del Nilo, y se
y de las grandes donaciones de Ramsés III (1198-66 a.C.) a los trataba de copiar su organización centralizadora. Por eso
templos de Tebas, Heliópolis y Menfis, lo que se confirma se exalta al héroe hebreo de los tiempos patriarcales, al que se
por las inscripciones de las cámaras de tesoros de Medinet- consideraba como el organizador de la admirada administra-
Habu I53 , por los decretos de exención de Koptos y de Menfis ción egipcia. De hecho, en esta época en que se redactaba la
para el Antiguo Imperio 154 , por la inscripción de Radesieh 155 historia de José «se estaba en camino del estatismo, y es posible
y de Nauri 15f> para el Nuevo Imperio. que algunos sabios consideraran el régimen agrícola egipcio
Vemos, pues, que el redactor bíblico de la historia de Tose como ideal» 160. En este supuesto, el relato anovelado de la
estaba bien informado de las particularidades de la legislación historia de José podría reflejar estas tendencias de la corte sa-
lomónica, con sus complejos de grandeza y de expansión impe-
151
152
D I O D O R O D E S I C I L I A , I 7 3 ; H E R O D O T O , I I 168. rialista.
El texto fue publicado por W . M . P . P E T R I E , Abydos II ( L o n d o n 1003); cf. J. A. W I L -
SON, en A N E T 212.
157
153 Cf. D B S II 817. Véase J. VANDIER, O . C , 55-56 n.47.
154
Véase K. S E T H E , Urkunden des alten Reichs I 274-307; P : M O N T E T , O . C , 88. 158
R. D E V A U X , Histoire... 291.
15
5 P. M O N T E T , O . C , 88. 159 Cf. 1 Sam 8,11-17.
i « J E A X I I I 193; P . M O N T E T , O . C , 68. i 6 0 R. D E VAUX, o . c , 2 9 1 .
La historia de José 211
210 V. Los israelitas en Egipto
I asiáticos comprometía la vida económica de la región del
Con todo, el redactor conoce bien las costumbres del país
Nilo, y, por otra parte, resultaban peligrosos, pues podían ser
de los faraones, incluso imita las expresiones burocráticas de la
«espías» (v.9) al servicio de los reyezuelos de Canaán, que en
corte egipcia. Así, la frase «todo el pueblo besará (u obedecerá)
tiempos de disensiones internas del país del faraón podían
tu boca», de Gen 41,40, aunque es netamente semítica y equi-
sentir tentaciones de penetrar en estas regiones fronterizas del
vale a la nuestra «a tus órdenes», encuentra su paralelo en el
delta oriental, como hicieron los hicsos en el siglo xvn a.C.
título burocrático de «boca superior» que se daba a determina-
Precisamente en esta supuesta época tuvo lugar la emigra-
dos altos funcionarios. Así, a un alto funcionario egipcio se le
ción de los hijos de Jacob al país de los faraones, y es vero-
llama en un texto «gran boca superior en el país entero» 161; y a
símil que los asiáticos en estos tiempos fueran bien recibidos
él le estaba confiado por el faraón el supremo poder. Y la otra
por los que detentaban el poder en Egipto, pues eran presun-
frase bíblica: «de tu boca dependerá todo mi pueblo, sólo por
tos colaboradores, como asiáticos, frente a cualquier insurrec-
mi trono seré superior a ti» (41,40), encuentra su paralelo en
ción de los nativos egipcios. Con todo, ya mucho antes de la
la frase que Ramsés III (s. xn a.C.) dirige a Set-Nekt cuando le
dominación de los hicsos en el país del Nilo durante la dinas-
da parte de su poder y le otorga la dignidad de «boca superior
tía XIII (s. xviii a.C), muchos asiáticos se habían instalado
de todas las tierras de Egipto» 162 . Por otra parte, la alusión
pacíficamente y de modo permanente en el delta oriental. Así,
de la entrega del anillo por el faraón a José es explicable en una
en una relación de esta época aparecen 48 emigrantes asiáticos;
época en que el anillo era el sello de identificación personal 163 ;
los hombres aparecen en calidad de criados: cocineros, alma-
por lo que todos los personajes blasonaban de su anillo perso-
cenistas, cerveceros, y las mujeres se dedican a tejer 167. Y los
nal, así como de sus «collares» de adorno 164 .
niños tienen nombres netamente egipcios, lo que supone ya
un proceso de rápida asimilación social. No se dice que fueran
i) Emigración del clan de Tacob a Egipto esclavos de guerra; pudieran ser esclavos vendidos. También
Como antes hemos consignado, Egipto era considerado aparecen asiáticos como trabajadores en las minas de turquesas
como el granero de la antigüedad, y en tiempos de escasez las del Sinaí 168.
gentes de los pueblos vecinos, como las de Canaán, bajaban Para ilustrar históricamente el desplazamiento de los lijos
a proveerse de grano al delta del Nilo. Es lo que hizo Abraham, de Jacob al país de los faraones, tenemos dos textos egipcios de
que tenía sus rebaños en la zona fronteriza del Negueb 165 . los siglos xiv y XIII. en los que se habla de la penetración
Y es lo que van a hacer los hijos de Tacob a imperativos de esta de asiáticos, amparados en la benevolencia de los gobernantes
situación similar de escasez de cereales: « ¿Qué estáis ahí mi- de Egipto. En efecto, un fragmento de los tiempos de las dinas-
rándoos unos a otros? He oído decir que en Egipto hay trigo. tías XVIII y XIX nos dice que, bajo Ejnatón o sus inmediatos
Bajad, pues, allá para comprárnoslo, y vivamos y no mura- sucesores, unos asiáticos fshasu) procedentes de una ciudad
mos» (42,2). Por lo que «bajaron diez de los hermanos de José «atacada, saqueada, incendiada y destruida», y descontentos de
a Egipto a comprar trigo. Llegaron los hijos de Israel con otros la situación en tierras sirio-cananeas, descienden a Egipto pi-
que venían también a comprar trigo, pues había hambre en diendo asilo en los tiempos de Amarna (s. xiv a.C). Dice así
todo el país de Canaán» (v.3). el texto:
Esto era lo que normalmente solían hacer los famélicos
«... Asiáticos (shasu)... han sido destruidos y su ciudad devastadas in-
beduinos de los secarrales del Negueb; por lo que los egipcios cendiada... Sus países están en la miseria; viven como cabras, sobre la non-
tuvieron que tomar medidas contra las invasiones masivas de taña; sus hijos... diciendo: "Algunos asiáticos que no saben cómo viviihan
estas gentes hambrientas, estableciendo fortines de control y de llegado mendigando residir en los dominios del faraón—¡vida, salid y
defensa, como el famoso Muro del príncipe que aparece en la prosperidad!—conforme (hicieron) sus padres desde el principio... /hora
bien, el faraón—jvida, salud, prosperidad!—los confía a vuestras manos
historia de Sinuhé 166 . En realidad, la penetración masiva de para proteger sus fronteras'» 1 6 9 .
167
161
Cf. P . M O N T E T , L'Égypte et ¡a Bible 18.
Cf. BRUGSCH, Recudí des monwnents pl.66a. 168 Véase A . GARDINER, The inscriptions of Sinai 112; C E R N V , Sernites in egyptian úning
162
Cf. CHABAS, Recherches sur la XII dytiastie 14-15. expedition to Sinai: Archiv Oriantalny V i l (1935) 384-89.
163
Cf. PIERRET, Salle historique de la galerie égyptienne (1877) 110-19. 169
T e x t o publicado por W I E D E M A N N , en P S A B X I 4 2 5 ; BERGMANN, en A Z S V I I
164
Cf. EBERS, Zeüschrift der deutschen morgenlandischen Gesellschaft (1877) 462. 125-27; trad. d e BREASTED, Anc. Rec. III 273; C H . - F . JEAN, Le Milieu Biblique I I (Paris
165
G e n 12,9. 1923) 325.
166 Véase p . 9 6 - 9 9 .
212 V. Los israelitas en Egipto La historia de fosé 213

En otro texto del siglo XIII a.C. (dinastía XIX) se habla de demos suponer que el propio José estaría al acecho para en-
una tribu procedente de Edom que ha hecho acto de presencia contrarse con sus hermanos, ya que supondría que, dada la
en la frontera egipcia, y el oficial de guardia, según instruc- escasez de alimentos en Canaán, habrían de bajar a Egipto con
ciones recibidas, permite pasar a estos beduinos con sus reba- los otros procedentes de la misma región, y así pudo dar
ños para asentarse en la región del delta como pastores, exac- órdenes especiales a sus subordinados para que le avisaran de
tamente como ocurrió en el caso del clan de Jacob. He aquí el su llegada, preparando de este modo el encuentro personal
texto en el que el oficial fronterizo comunica a su superior con ellos. En efecto, el encuentro con los hermanos fue emo-
jerárquico el hecho: cionante; ellos, sin reconocerle, le prestaron vasallaje «postra-
dos en tierra». Era justamente el cumplimiento de su famoso
«Otra comunicación para mi señor: Acabamos de dejar pasar las tribus sueño sobre los haces de gavillas de los hermanos que se
beduinas (shasu) de Edom por la fortaleza de Mernptah-Hotep-Hir-Maat «inclinaban» ante él (37,7) y sobre «el sol, la luna y once
— ¡vida, salud, prosperidad!—, que está en Tjeku, junto a les estanques de
Per-Atum (Pi-tom), para que estén sanos y salvos, así como su ganado, gra- estrellas que le adoraban» (v.8). Por eso «acordóse José de los
cias al gran ka del faraón—¡vida, salud y prosperidad!—, el buen sol de sueños que les había contado» (42,9), y, como siempre, ve en
cada país, en el año octavo, el día 5 de Seth. Yo los he inscrito sobre una ello la mano providencial de su Dios, que lo ha dispuesto todo
copia en la referencia, en el lugar en que está mi señor, igual que los otros para salvar a su familia en una situación de miseria, y así lo
nombres de los días donde la fortaleza de Merenptah-Hotep-Hir-Maat
— ¡vida, salud y prosperidad!—, que está en Tjeku, puede ser atravesada» 1 7 0 . declarará a los hermanos (45-7)- Pero antes quiere probarlos;
y así, primero los trató como «espías», pero al fin triunfó su
Por otra parte, tenemos la famosa pintura de Beni-Hasán, magnanimidad. Los detalles son pintorescos y llevan el sello
en la que aparece un clan familiar de asiáticos entrando con sus de lo imaginativo dentro del desarrollo de una novela perfec-
ganados, mujeres e hijos en el país de los faraones. Es un clan ta 172 *. Todo se desarrolla para destacar las buenas cualidades
de 37 personas llamados amu (asiáticos), que se presentan al de José frente a sus hermanos, que habían cometido una_acción
gobernador de Oryx, en el Medio Egipto. Proceden del país nefanda contra él, para probar que Dios al fin hace justicia
«vacío» y quieren cambiar el «polvo negro» (msedmet) por gra- y prueba la virtud de los que permanecen rectos en su presen-
nos. No están famélicos. Las mujeres llevan mantos de lana cia. Es, en el fondo, una novela moralizante destinada a las
de variados colores; los hombres llevan armas y buen calzado: nuevas generaciones israelitas, que debían inspirarse siempre
sandalias con correas. Aparecen con ellos dos asnos cargados; en la conducta ejemplar de sus grandes figuras del pasado.
los hombres tienen lanzas y arcos; todos tienen la característica " 2 » E n G e n 43.26 se dice q u e los hijos de Jacob presentaron regalos a José, como era
barbilla de los semitas; dos llevan una cabra y junto a las mu- usual y se prosternaron en signo de acatamiento, lo q u e se ilustra con una p i n t u r a que se
conserva en el M u s e o Británico en la q u e aparecen unos sermtas (retenu) s i n o s trayendo
jeres aparece un niño con una lanza. Esta pintura es del tiempo regalos a u n jefe de la dinastía XVIII (s. x v a . C ) . Procede de los hipogeos de T e b a s . Es u n
a r u p o de doce personajes, de los q u e tres son retenu o cananeos; unos están arrodillados y le-
de Amenhemet, del siglo xix a.C, es decir, un siglo antes que vantan las manos en signo de adoración y acatamiento; otros están p r o s t e r n a d o s , dejando
los regalos a los pies del dignatario del faraón, al q u e imploran clemencia. Los d e atns traen
Abraham, según la cronología aproximada que hemos pro- jarros y sustancias del país d e origen. Aparece e n t r e ellos u n niño; los h o m b r e s llevan túnicas
puesto anteriormente 171. Ya hemos dicho antes que el prín- blancas con rayas horizontales u oblicuas, punteadas en rojo y azul. Algunas túnicas tienen
mangas, mientras q u e otras no. Los rostros son típicamente semíticos, a r q u e a d o s de perfil,
cipe Sinuhé, que es de esta misma época, tuvo que esperar ojos largos frente huidiza y elevada, nariz aquilina, labios poco estirados, y el mentón tiene
una barba negruzca tupida, cortada en punta (cf. VIGOROUX, La Bible et les decouvertemoder-
a verificar el control a la sombra de la fortaleza militar egipcia nas I 147-48). Y en el relato d e G e n 43,32 se dice que en el festín q u e organizo J o s é « h o n o r
constituida para detener la entrada masiva de los asiáticos 172 . d e sus hermanos «sirvieron a José aparte, a sus hermanos aparte, y t a m b i é n apaite a los
egipcios q u e comían con él, pues los egipcios no pueden comer con los h e b r e o s , p o r s e r esto
El relato bíblico dice que los hijos de Tacob se presentaron para ellos cosa abominable». A q u í se reflejan bien las costumbres puritanas egipcias, p u e s
los adoradores de Isis y Osiris consideraban a los extranjeros como i m p u r o s . A ele p r o -
al mismo Tose para comprar trigo; pero, dado el modo simpli- pósito dice Herodoto: «Los egipcios honran a las vacas (a causa d e Isis) por e n c i m a Je t o d o s
los otros animales. Por eso, n i n g ú n egipcio ni egipcia besará jamás a u n g r i e g o , ni se ser-
ficador de presentar los hechos los autores bíblicos, podemos virá d e su cuchillo, del asado o del plato de u n griego; n o probará t a m p o c o la a m e d e
suponer que ellos e n realidad se presentarían a los empleados buey, a u n q u e sea p u r o , q u e haya sido tocada por u n cuchillo griego» (II 4 1 ; cf- BODORO
DE SICILIA, I 67). , ,. . .^. . , ,
normales encargados de estas transacciones; pero también po- Finalmente, el incidente de la copa de José q u e servia para adivinar ( G e n 44,5) a l u d e
a la costumbre de consultar a suertes empleando una copa, cosa q u e parece todavía se e m -
170
Es el texto del Papiro Anastasi V I s i (Bibliotheca aegypiiaca VII 76); A . GARDINER, pleaba en el siglo x v n , según lo describe V. N o r d e n en su Voyage en t-gypte et /Vine (Pa-
en J E A X X X I X 7; C H . J E A N , o . a , 325-26; P . M O N T E T , Drama de Avaris 145; A N E T 259; rís 1795-98) III 687. Los persas empleaban también la copa adivinatoria; S a n Bren n o s
S A O 216; F . M I C H A E L I , Textes de la Bible et VAnexen Orient (Neuchátel 1961) 42. dice q u e se sacaban oráculos de copas golpeándolas y prestando oído al ruido (Ope% omma
171
P. M O N T E T , L'Égypte et la Bible 12-18: Véase P O S E N E R , Les asiatiques en Égypte sous [Roma 1737] p . i o o ) . Según otros sistemas, se llenaba la copa d e agua, y e n e l l a s e t e n a b a n
les XII et XIII dynasties: S y r i a X X X I V (1957) 145-63- trocitos de oro y de plata para observar las figuras caprichosas que producía el molimiento
172
Véase Sinhue B 240-45 ; LEFÉBVRE, Romans et contes 2 1 . del agua, y así se sacaban oráculos propicios o adversos.
214 V. Los israelitas en Egipto
La historia de José 218
Al fin, el clan de Tacob se instaló, por consejo de Tose, en la
tierra de Gosen, en el extremo oriental del delta, que es una oriental, no lejos de la región de Gosen. Esto hace más vero-
región de buenos pastos y estaba más cerca del lugar de origen símil el encuentro del gran visir José con sus hermanos, y de
de sus hermanos, por lo que podían seguir en contacto con las éstos con el propio faraón. Por eso comenta Montet: «La tra-
poblaciones cananeas, teniendo la posibilidad de retornar a su dición que hace a José contemporáneo del rey Apopis es muy
tierra de origen. Es preciso tener en cuenta esto para no figu- verosímil» 173.
rarnos (como supone el relato simplificador de los textos bíbli- Según el relato bíblico, el faraón invitó a los hermanos de
cos) que el clan de Jacob permaneció como un bloque indivi- José a residir en «la tierra de Gosen»,ludiendo llegar «los más
sible durante varias generaciones en Egipto. De hecho, como capaces a mayorales de sus ganados» (v.6). Estos detalles tienen
había mejores pastos y posibilidades de subsistencia en esta su importancia en el conjunto literario, ya que el redactor bí-
región del delta oriental, hemos de suponer que la mayor parte blico quiere dejar constancia de que los descendientes de Jacob
de los descendientes de Jacob permanecieron en esta comarca no permanecieron marginados en la sociedad egipcia, como
durante mucho tiempo, pero hay que dejar abierta la posibi- ciudadanos de segundo orden o como «pastores» comunes,
lidad, o, mejor, la verosimilitud, de que no pocos descendien- sino que se les abrieron las puertas de la promoción social, pu-
tes de Jacob se hubieran vuelto a su tierra por propia iniciativa, diendo llegar a ponerse al frente de los rebaños del faraón 174.
llevados de la atracción atávica a su terruño de origen, el cual, De este modo, los hebreos se van convirtiendo en protagonis-
aunque era mísero, ofrecía unas posibilidades de trashumancia tas de una historia cuyos hilos maneja Dios directamente para
y de libertad que no tenía el territorio egipcio, controlado por preparar el nacimiento del pueblo de Israel.
las autoridades centralizadoras administrativas del faraón. Por- En la tumba de Horemheb (que se conserva en el Museo de
que los descendientes de Jacob son, ante todo, beduinos, que Leyde) aparecen unos asiáticos con barba, acompañados de
sacrifican el bienestar material a la libertad de movimientos. mujeres y niños ante un alto funcionario egipcio. Son beduinos
Por otra parte, en Egipto no eran raras las revueltas políticas, expulsados por otras tribus, y piden hospitalidad en el país de
y podemos suponer que, cuando faltó la protección de José, Egipto. Por lo que el faraón dio un decreto de admisión en estos
debieron de sentirse desamparados; y así, no pocos descen- términos: «Un grupo de beduinos (shasu), no sabiendo de
dientes de Jacob se trasladaron al país de procedencia de sus qué vivir, han venido, conforme al uso de los padres de vues-
antepasados. tros padres... Reconocidos, los beduinos se postran en tierra
Es curioso el detalle de que José advirtió a sus hermanos a los pies del rey» 175. Esto sirve para ilustrar la escena de la
de que no se presentasen al faraón como «pastores», sino como entrada de los hijos de Jacob en Egipto. Por otra parte, el cargo
«ganaderos», porque «los egipcios abominan de todos los pas- que se ofrece a éstos de «mayorales de los ganados del faraón»
tores» (46,34). La observación es exacta, pues por los textos encuentra su paralelo en el título de «jefe de la oficina del re-
egipcios sabemos que las gentes del valle del Nilo desconfia- gistro de los rebaños del faraón»176.
ban de los beduinos, a los que se presenta como gentes incul- En Gen 47,11 se dice que Tose estableció a sus hermanos
tas y peligrosas, que viven de la razzia contra las poblaciones en «el distrito de Ramsés». lo que es un anacronismo mani-
sedentarias. fiesto, ya que el nombre de la ciudad de Rameses es la cons-
No se dice nada en el relato bíblico sobre el faraón que re- truida por el faraón Ramsés II (1292-25) con el nombre de
cibió al clan de Jacob, y, por tanto, no podemos determinar Pi-Ramsés («ciudad de Ramsés»), en cuya construcción traba-
por él el momento del desplazamiento de los jacobitas a Egipto; jarán los hebreos (Ex 1,11), y que se localiza en esta región co-
pero, conforme a la cronología que hemos adoptado para los lindante con Gosen, como veremos. En efecto, el nombre de
hechos de la época patriarcal, podemos suponer que ese hecho Gsm (Gesem, Gosem) aparece por primera vez en un himno
tuvo lugar hacia el siglo xvn, cuando dominaban en Egipto dedicado a Senusrit III 177, en el que se habla de «la fortaleza
los hicsos, de procedencia asiática, los cuales favorecían el asen- de cobre de Gsm», es decir, el famoso Muro del Príncipe, cons-
tamiento en el delta de gentes asiáticas, que les serían favora- 173
P . M O N T E T , Le drame d'Avaris (París 1940) 84.
bles frente a las posibles insurrecciones de los nativos. Sabemos 174
Cf. D R I O T O N - V A N D I E R , L'Égypte... 2 9 5 .
que los hicsos establecieron su capital en Avaris, en el delta 175
176
P . M O N T E T , O . C , 83-84.
Cf. D R I O T O N - V A N D I E R , O.C.,295.
177
Véase G R I F F I T H , The Petrie papyri pl.2 2.14; M O N T E T , L'Égypte et la Me 5 7 .
Opresión de los hijos de Israel 217

216 V. Los israelitas en Egipto declara en un papiro de la V dinastía (2500 a.C.) por un sabio
llamado Ptah-Hotep, que desea a los lectores los ciento diez
truido por Amenhemet I junto a los terrenos cultivados 178 . años de edad 187 . Y u n escriba real de Amenofis III (1405-
Parece que se denominaba también Pi-Soped («morada de So- 1370 a.C.) manifiesta en una inscripción grabada sobre su esta-
ped», dios del Oriente, como aparece en el naos de Nectena- tua: «He llegado a los ochenta años colmado de favores p o r el
b o I) 17í>. Y separaba la tierra de Gesem de Egipto propiamente rey. Espero llegar a los ciento diez años» 1 8 8 . Finalmente, Tose
tal 1 8 ° ; en ese supuesto, se le quiere localizar en las ruinas de después de morir fue embalsamado, siendo así conservado su
Saft el-Hennah, junto al wady Tumilat (opinión de Montet cuerpo para trasladarlo más tarde a Canaán, cuya posesión
y Lefébvre), o quizá en dirección a Pitom (opinión de Posener), promete a los suyos antes de morir, conforme a las antiguas
más al oriente. Algún crítico ha querido ver en el nombre promesas (v.24). Es la interpretación teológica de las promesas
d e Gosen u n término indoario (Goshan, Goshno), que signi- tal como se creía entre las tribus de Israel cuando se habían
ficaría «parque de animales» o «pastos» (opinión de Mayani); instalado ya en Canaán, ya que, en la perspectiva de los auto-
pero ésta es una hipótesis m u y problemática, sobre todo pen- res bíblicos, todo sucede para que se cumplieran las promesas
sando que no está fundado el hecho de que los hicsos fueran de Dios hechas a los primeros antepasados de Israel. De este
de procedencia indoeuropea. D e todos modos, parece que la modo, el relator prepara los acontecimientos del Éxodo, pre-
«tierra de Gosen» es una expresión general de la Biblia para sentando a José como el protagonista de una historia providen-
designar una región rica en pastos en la parte oriental del delta, cial que se va realizando conforme a un determinismo señalado
entre los Lagos Amargos y el lago Menzalah. Por eso hay que por unos esquemas teológicos bien definidos. Así, la salida de
buscar en torno a esta comarca la ciudad de Gsm, justamente Israel del país de los faraones señala el punto de arranque para
en la zona del wady Tumilat. la instalación en Canaán, que se pretende justificar con razona-
Finalmente, se nos dice en el relato bíblico que Tacob, des- mientos teológicos.
pués de su muerte, fue «embalsamado» (50,2), lo que está en
perfecta consonancia con las costumbres egipcias, empleando
en ello cuarenta días; y que los egipcios «hicieron duelo por él %. L A OPRESIÓN DE LOS HITOS DE ISRAEL EN EGIPTO
durante setenta días». Según las creencias egipcias, el alma del
difunto o ka necesitaba del sustentáculo del cuerpo para poder a) Según Gen 46,26, el clan de Tacob emigrado a Egipto
subsistir después de la muerte, al menos para encontrar la fe- estaba compuesto por 66 personas, «sin contar las mujeres de
licidad. D e ahí la necesidad de embalsamar los cadáveres para sus hijos». En el v.27 se dice que son 70, incluyendo a los hijos
conservarlos lo mejor posible. Herodoto nos describe los m o d o s de José 1 8 9 , y en Ex 1,5 se dice que eran también 70 personas.
de embalsamamiento que los egipcios practicaban 181 ; los textos Los críticos modernos tienen sus reservas sobre estos datos,
egipcios nos proporcionan m á s detalles sobre ello 182 . Según pues suponen que algunos supuestos hijos de Jacob (como
Diodoro de Sicilia, el duelo p o r el faraón duraba setenta y dos Zabulón, Neftalí e Isacar) son en realidad epónimos d e tribus
días 183 , cifra que se aproxima a la que nos d a el texto bíblico. del norte de Canaán que se vincularon a las que entraron con
En Israel, en cambio, el duelo duraba siete días 184 , a u n q u e Josué después de la conquista, aparte d e otros grupos (Judá,
para personas de especial relieve se prolongaba más 185 . E s t o Simeón) que debieron de entrar en Canaán por el s u r . Pero
prueba que el redactor bíblico, cuando habla de las tradiciones
el relato bíblico actual simplifica los hechos, dando u n a con-
de los antepasados en Egipto, conoce bien las costumbres d e
este país. Así, cuando se dice q u e Tose vivió «ciento diez»años 1 8 6 , cepción unitaria a todos los supuestos hijos de Jacob; \, si-
se ajusta a la edad ideal deseable entre los egipcios, como se guiendo los procedimientos genealógicos en línea directa, su-
pone que son todos hijos de u n mismo padre, aunque d e (Ufé-
178
Cf. LEFÉBVRE, Romans
de la XII dynastie 54-57.
et contes 104; P O S E N E R , Littérature etpolitique dansl'Égypt
is7 Cf. ANET 4416.
179
P . M O N T E T , O . C , 59. 1 38 Cf. M . LEFÉBVRE, L'dge de cent-dix ans et la vieillesse chéz les égyptiens: A a d e m i e
180 Cf. P . M O N T E T , O . C , 50. des Inscriptions et des Belles-Lettres (bull. janvier-mars 1944) 106-19. Esta m i s m a edad
181 H E R O D O T O , I I 8 6 - 8 8 . ideal d e ciento diez años era t a m b i é n la deseada e n t r e los etruscos. D e todos m o d o s , había
182 Véase A. ERMAN, La religión des Égyptiens (París 1937) 300; A. MALLON, Les hébreux gran dificultad para el cómputo de los años d e un h o m b r e , ya q u e se hacía según l o s reinados,
m Egypte 87ss. y a veces había varios correinados.
189
183
DIODORO, I 72. E n el discurso de San Esteban se habla d e 75 p e r s o n a s (Act 7,14).
i " 1 Sam 31,13; Jdt 16,28.
i 8 5 Cf. N ú m 20,29 (por Aarón 1 ; D t 34,8 ( p o r Moisés).
186 G e n 50,22.
218 V. Los israelitas en Egipto
Opresión de los hijos de Israel 219
rentes madres. Y supone que todos permanecieron en Egipto
pertenecer a la dinastía que expulsó a los hicsos (XVIII dinas-
y salieron juntos bajo la égida del libertador Moisés.
tía) o la siguiente (XIX dinastía), y persiguió a los asiáticos
T a m p o c o sabemos cuánto tiempo residieron los descen-
como colaboracionistas de los odiados invasores. E n ese su-
dientes de Tacob en el país de los faraones, pues las cifras que
puesto, entre el siglo x v n a.G. (época en que se supone baja-
nos dan los textos bíblicos son divergentes y convencionales
ron los israelitas a Egipto) y el siglo xv (XVIII dinastía) o el
según los diversos documentos de origen. Así, según Ex 12,
siglo XIII (XIX dinastía) hay u n lapso de tiempo que fluctúa
40-51, la estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos
entre dos y cuatro siglos, según que el faraón perseguidor
treinta años, cifra que en el Pentateuco samaritano y en la
haya sido de la XVIII dinastía o de la XIX dinastía.
versión de los L X X se adscribe también a la historia patriar-
cal. Es la cronología que se supone en Gal 3,17. Por otra parte, Según el esquema convencional de exaltación de los ante-
los datos concretos de años para cada patriarca (Abraham, pasados, el relator bíblico, de un lado, destaca el exiguo n ú -
Isaac y Jacob) suman doscientos quince, que es justamente la mero de personas del clan de Jacob que se desplazó a Egipto,
mitad de cuatrocientos treinta años que se consignan en Ex 12, y, del otro, el pueblo numeroso hebreo que creó problemas
41-42 para el tiempo en que los israelitas residieron en Egipto. a la política de los faraones, pues se ponen en boca del faraón
Podemos, pues, suponer que éstos estuvieron en el país de los opresor estas palabras, que han de entenderse a la luz de la
faraones unos doscientos quince años (aunque en G e n 15,13 hipérbole oriental: «Los hijos de Israel forman u n pueblo más
se da la cifra redonda de cuatrocientos años) y que «a la cuarta numeroso y más fuerte que nosotros» 1 9 4 , y teme que e n caso
generación» (dór) habrían de volver a Canaán, tomando aquí de guerra se sumen a los enemigos (v.io), es decir, a los odia-
«generación» por u n siglo, la edad máxima de la vida h u m a - dos asiáticos, que habían expulsado de Egipto. Para que el
na «O. pueblo de Israel constituyera u n problema serio para los egip-
cios hay que suponer que eran varios millares, lo que implica
Pero, leyendo con atención los datos del Pentateuco sobre
que ya llevaban en el país bastante tiempo después del asen-
la estancia de los israelitas en Egipto, no parece que ésta haya
tamiento del minúsculo clan jacobita.
sido tan larga, pues a Moisés se le presenta como bisnieto d e
Leví por su padre m , y el bisnieto de Judá, llamado A m m i n a - b) Se inicia luego el relato sobre la opresión sistemática
dab, es el suegro de Aarón 1 9 2 . Por otra parte, según Jos 7,1, de los israelitas, que fueron condenados a trabajos forzados
sólo hay cuatro generaciones entre Judá y Akán, que intervie- en la construcción de las ciudades de «Pitom y Ramsés, ciuda-
ne en la conquista de Jericó en los tiempos de Josué. N o obs- des-almacenes del faraón» ( v . u ) . E n realidad, los hebreos no
tante, para valorar estos datos genealógicos, hay que tener e n estaban acostumbrados a estos rudos trabajos de la construc-
cuenta que suelen ser incompletos y se saltan anillos i n t e r m e - ción, pues eran tradicionalmente «pastores» y «ganaderos», y,
dios 1 9 3 . Esto quiere decir que no nos sirven como base cro- como tales, habituados a la libertad de movimientos, s i n hábi-
nológica exacta, sino aproximativa. tos laborales especializados.
Para mayor confusión hemos de notar que, según G e n 50,26, El texto bíblico no nos da el nombre del faraón opresor,
cuando muere José, a los ciento diez años de edad, todavía como tampoco nos menciona al faraón protector de J o s é . De
viven todos los hijos de Jacob que habían bajado a Egipto. Y e n hecho, la primera vez que se nombra concretamente a un fa-
Ex 1,6 se dice que sobrevino u n faraón q u e no había conocido raón egipcio es en el siglo x a . G , cuando la invasión del terri-
a José, lo que hace suponer u n amplio lapso de tiempo e n t r e torio de Judá por Sesac o Sheshonq 1 9 5 , después del reblado
su desaparición y el principio de la opresión de los israelitas. de Salomón. Pero como los faraones que establecieron su re-
Ahora bien, suponiendo que José fue encumbrado a la m á s sidencia en el delta después de la invasión de los hicsos fueron
alta magistratura del Estado, después del faraón, en tiempo d e los de la XIX dinastía, se supone comúnmente que el faraón
los hicsos, podemos deducir que el faraón perseguidor debió d e opresor fue Ramsés II (12Q2-25). que se destacó por s u me-
galomanía de constructor justamente en esta región d e l delta
190
Véase H. H. ROWLEY, From Joseph to Joshua (London 1950) 69; K. A. KITCHEN, oriental, cerca de la tierra de Gosen, donde residían los israe-
Ancient Orient and Oíd Testament (Chicago 1966) 54-55.
191
Ex 6,16.18-20; Núm 26-57-59- litas, y donde construyó una ciudad con el nombre de Pi-Bam-
i ' 2 Ex 6,23-
193
Véase W. F. ALBRIGHT, TheBiblical Period from Abraham toEzra (New York = Evans-
ton 1963) 10; J. BRIGHT, Historia de Israel (Bilbao 1966) 130. 194 Ex 1,8.
iw Cf. 1 Re 14,25.
220 V. Los israelitas en Egipto 221
Opresión de los hijos de Israel
sés («ciudad de Ramsés»), que coincide con la del texto bíblico debió de dar origen al nombre de Pi-tum; también se han en-
(v.n), en la que trabajaron los hebreos. En su obsesión por contrado construcciones en ladrillo, que se suponen son los
perpetuar su memoria, llegó a poner su nombre en las cons- «almacenes» de que habla el texto bíblico. En el Papiro Anasta-
trucciones de los faraones anteriores. Por otra parte, para ha- si V (del Imperio Nuevo) parece que se distingue Rutab, que
cer frente a las posibles invasiones de asiáticos y para poner se denomina Pitom, de Heroópolis-Masjuta. Por su parte, He-
la base de una expansión hacia la costa cananeo-siria (creando rodoto llama a la primera ciudad TTCCTOÜIJOS (Pitom) 2 0 0 .
así una zona de alto dominio frente a las pretensiones expan- Por lo que respecta a la-ciudad de Ramsés, citada en Ex i, 11
sionistas de los hititas, que presionaban por el norte hasta el y Gen 47,11 (la «tierra de Ramsés», otorgada a los hebreos por
tratado que siguió a la batalla de Qades, 1284, que quedó el faraón para sus rebaños), aparece varias veces nombrada en
en tablas), estableció su corte en la región oriental del delta, los documentos egipcios 2 0 1 bajo el nombre completo de Pi-
cerca de Avaris, donde los hicsos habían tenido su residencia. Ramsés-Miamun da nejtw («la morada de Ramsés, amado de
En Ex 1,8, al soberano de Egipto se le llama «rev», mien- Amón, el gran victorioso»). La supresión de Pr es normal
tras que en el v.11 se le llama «faraón» (par'óh), que es la cuando Pi-Ramsés aparece después de un título o de un nom-
trasliteración hebrea del egipcio pr-' («gran casa»), término que bre divino. Sobre su localización no coinciden los arqueólogos
primitivamente se aplicaba al palacio real, pero después desig- y se han propuesto varias hipótesis. En efecto, Flinders Petrie
naba a la persona del que en él residía; como el título turco la identifica con las ruinas de Tell Artabi; en cambio, Gardiner
de «Sublime Puerta», el cual primero designaba la entrada del cree que hay que buscarla en la actual Tell Paraná, a unos
palacio real y luego a la persona del sultán de Constantinopla. 40 kilómetros al sudeste de Port Said, junto a la desembocadu-
La primera vez que en un texto egipcio se aplica este título ra del Nilo, en Pelusium; por su parte, Montet supone que
de faraón al soberano de Egipto es a Amenofis IV Aj-en-Atón más bien hay que identificarla con Tell San-al-Hagar, donde se
(s.xv-xiv a.C), y a partir del siglo x m a.C. (XIX dinastía) se encontraron muchas ruinas de antiguos templos de la época
convierte en título honorífico, equivalente a «Su Majestad», y de Ramsés. En ese supuesto sería la antigua Avaris, capital de
así se antepone al nombre del rey; pero esto aparece por pri- los hicsos, y luego Pi-Ramsés, capital de la XIX dinastía, que
mera vez con el faraón Ofra (Apries), de la XXII dinastía 196 . luego se llamaría Tanis a partir de la XXI dinastía, capital del
c) Los soberanos egipcios tenían junto a la frontera asiá- delta. En ese supuesto sería la Soan de la Biblia, donde el Dios
tica «ciudades-almacenes», como base de aprovisionamiento de Israel obró prodigios para la liberación de los hebreos 2 0 2 .
para las expediciones militares por tierras de Canaán y de Si- Esta hipótesis fue aceptada por Gardiner, retractándose de su
ria. Una de ellas era Pitom (en egipcio, Pr-'tm: «morada de opinión anterior 203 . Por su parte, Courayer cree encontrar la
Atón»); se supone que radicaba en el wady Tumilat, que es vía Pi-Ramsés en Qantir, cerca de Faqus, al sur del Tell ai-San de
de comunicación hacia el istmo de Suez. Se la ha querido iden- la hipótesis de Montet 204 . De hecho, allí se encontraron algu-
tificar con Tell Masjuta, a 16 kilómetros al occidente de la nos azulejos con el nombre de Ramsés II.
Ismailía actual 197 . En egipcio se la suele llamar Tjeku (Tkw);
los romanos la llamaron Hero, la 'Hpcboov TTÓAIC. («ciudad de los El relator bíblico dice que los egipcios sometieron a los he-
héroes») de los griegos. En esta localidad se han encontrado breos a la elaboración de ladrillos y adobes para la construc-
restos claros de construcciones de la época de Ramsés II, según 2»»
201
Herodoto, II 156.
Véase TEA V 127.170; X 93; Cf. M O N T E T , O.C., 54; I D . , Tanis, Avaris, Pi-Rmsés:
la opinión del egiptólogo Montet 1 9 8 . Con todo, otros arqueó- R B 39 (1930) 2-28.
202 Sal 78,12.
logos han querido localizar la antigua Pitom en Tell Artabi 203
Cf. A. H . GARDINER, Tanis and Pi-Ramesse retractation: Journal of E g y p t i a n Archéo-
(Rutab), a unos 12 kilómetros al oeste de la localidad anterior- logy 19 (1933) 122-28.
204 B . COURAYER, La résidence Rameside du Delte el la Ramsés bíblique: R B 5 3 (1946)
mente citada, sobre el mismo wady Tumilat ' " . En este lugar 75-98; I D . , Les dieux de Ramsés. Les fils royales de Ramsés. Arsaphes de Ramsés: R B 6 1 11954)
108-17. Contra la identificación d e Tanis y Ramsés está el c o n t e n i d o de u n texto d e laépoca
se descubrieron los restos de un templo dedicado a Tum, que ramésida q u e las distingue expresamente. Cf. el Onomasticon de Amenope; cf. A . GAPDINER,
Ancient Aegyptian Onomástica II (London 1947) n.210.417. Según R. de V a u x , «iianlir,
196 d o n d e se h a n encontrado restos d e u n palacio d e R a m s é s II, sería u n barrio residencial;
Cf. A. GARDINER, Lgyptian Grammar ( L o n d o n 1950) 7 5 . Tanis sería la ciudad religiosa... Pero lo importante es q u e e l n o m b r e de Pi-Ramsés desapa-
197
Es la opinión d e Naville y M o n t e t . rece de los textos egipcios antes del fin d e la dinastía X X ; lo q u e prueba q u e l a tndición
19
« Cf.P. MONTET, o.c, 57. bíblica es antigua y tiene u n fundamento histórico. Ella p e r m i t e decidir q u e el f a r a ó n d e las
199
Es la opinión de Gardiner, M a l l o n y Albright, E n realidad ya había sido p r o p u e s t a opresiones es Ramsés II (1290-24), pues sabemos q u e h a c o n s t r u i d o m u c h o en el d e l t a y q u e
esta hipótesis por F l i n d e r s Petrie al e n c o n t r a r allí u n t e m p l o dedicado a l dios Tum, d e d o n d e trasladó allí su residencia como capital de Egipto, lo q u e corresponde al relato d e l Éxodo»
provendría el n o m b r e de Pi- Tom. ( o . c , 309).
Opresión de los hijos de Israel 223
222 y. Los israelitas en Egipto
andar metidos en agua en los canales, elevándola mediante el
ción de estas ciudades faraónicas, v también que los emplearon shadúf o cigüeñal 20S. T o d o esto exigía un aprendizaje, que los
en las faenas del campo; ambos trabajos resultaban m u y duros hebreos no tenían (Ex 1,14). Por eso, cuando se les anuncia la
para gentes habituadas al pastoreo y a no trabajar con las ma- futura tierra de promisión, se les declara que no tendrán nece-
nos. En realidad, en las representaciones pictográficas egipcias sidad de regarla, pues de esto se encargarán las lluvias: «El
n o son raras las escenas de esclavos atados, bajo el control de país en el que vas a entrar n o es como el de Egipto de d o n d e
escribas que llevaban la contabilidad de sus labores y vigilados has salido, en el que sembrabas tus semillas y regabas con la
por capataces con látigos para forzarles a cumplir la tarea pre- ayuda de tu pie como u n huerto de hortalizas» 2 0 9 .
fijada por los dirigentes de las construcciones; en Ex 5,14 se N o obstante, no consta que los egipcios tuvieran una orga-
menciona a los escribas egipcios que controlaban la p r o d u c - nización de trabajos forzados gratuito a beneficio del Estado,
ción de los hebreos, a los que primero se les exigía una deter- como era corriente en Mesopotamia y en Canaán 2 1 °, a u n q u e
minada cantidad de adobes y luego se les obligó, además, a todos los subditos del faraón podían ser requisados temporal-
buscar la paja para los mismos, lo que duplicaba el trabajo mente para trabajar al servicio del Estado. Pero, en general,
contratado 2 0 5 . la mano de obra solía ser a base de prisioneros de guerra y de
En la t u m b a del príncipe Rejmare aparecen representadas esclavos propiedad de los templos y de los dominios reales 2 1 1 .
las diversas faenas de los esclavos en Egipto con esta inscrip- Y estos esclavos podían ser ellos mismos prisioneros de guerra
ción: «Prisioneros traídos por Su Majestad para la construcción o hijos de prisioneros de guerra 2 1 2 . En la estela de Mesa, rey
del templo de A m ó n , los cuales hacen ladrillos para el templo de Moab, se declara que se utilizaron prisioneros de guerra
de Karnak» 2 0 6 . D e hecho, aunque los templos y sepulcros so- para sus construcciones 2 1 3 . Y en tiempos de Ramsés IV se
lían ser construidos en piedra, las murallas y las casas ordina- envió una expedición a las canteras de wady H a m m a m a t en la
rias solían ser de adobes o de ladrillos, fabricados con légamo que se incluían, además de los obreros especializados, a 5.000
del río mezclado con paja, con lo que adquirían gran con- soldados, 200 marinos, 800 'apiru y 2.000 hombres que perte-
sistencia mientras no llegaran a estas construcciones las necían a los templos y dominios reales 2 1 4 . Y en unos textos de
inundaciones del Nilo. A este propósito comenta Montet: «La los tiempos de Ramsés II se dan órdenes para distribuir las
demanda de ladrillo cocido era enorme en el Egipto antiguo. raciones entre los soldados y los 'apiru que se dedicaban a
Los templos y las t u m b a s , las puertas monumentales, estaban transportar piedras para las construcciones de la región de
construidas con piedra para merecer los nombres de lugares de Menfis 2 1 5 . Según R. de Vaux, estos 'apiru eran, casi cierta-
la eternidad; pero las murallas de las ciudades, los almacenes, mente, prisioneros de guerra originarios de Canaán, c o m o los
las escuelas, las casas particulares y aun los palacios reales 2.600 'apiru que Amenofis II había traído de su campaña de
eran de ladrillo. L o s muros tenían fácilmente un metro de Asia 2 1 6 . Ahora bien, «es en los textos bíblicos relativos a la
anchura, pero las murallas de las ciudades tenían una anchura estancia en Egipto, y especialmente en el período de la opre-
de 15 a 18 metros y eran bastante altas para cubrir todo lo que sión, donde se encuentra en la Biblia el nombre de 'ibrí dado
había en el interior, requiriendo cantidades de ladrillos verda- a los israelitas, y ya hemos establecido que los términos hehreo
deramente formidables» 2 0 7 . y habiru-'apiru se interferían parcialmente 2 1 7 . En el caso pre-
Pero u n trabajo más duro que el de hacer ladrillos era el de sente, en razón de su comunidad de raza y de origen, a l o s an-
acarrear grandes bloques de piedra, como hacían los 'apiru tepasados de los israelitas que habían entrado en Egipto se
desde la montaña de Bejen o desde las canteras de Asuán.
Pero como los israelitas no estaban habituados a los rudos 208
2
I D . , Vie privéc en Égypte 183-92.
»« D t 11,10.
trabajos de la construcción, su labor resultaba especialmente 210
Cf. I. M E N D E L S O H N , On Corvée Labor in Canaán and Israel: B A S O R 1 6 7 (octubre
1962) 31-35.
penosa; como t a m p o c o estaban entrenados en las labores del 211
Cf. I D . , Slavery in Ancient Near East ( N e w York 1949) 92-99.
campo, que resultaban también penosas, porque suponía 212
2
Cf. G. POSENER, Une liste de noms propres étrangers: Syria 18 (1937) 1 8 3 - 9 7 .
« Estela lln.25-26; K A I n.181; A N E T 320.
2
n Cf. L . CHRISTOPHE, La stéle del an III de Ramsés IVau Oudi Hammamat: B I F i O 48
205 Ex 6,7-8. (1949) 1-38 lín.16-17; J. BOTTÉRO, Le probléme des Habiru (París 1954) n.190.
2
206
N . DE G. DAVIES, Rekhmare pl.58; véase P . M O N T E T , O . C , 80; sobre el duro trabajo 15 Pap. Levde 348.349; J. BOTTÉRO, O . C , 187-88.
2
de fabricar ladrillos en E g i p t o cf. G. F . N I M S , Bricks Without Straw?: Bib.Arch. 13 (1950) i« Cf. A N E T 2 4 7 a ; B O T T É R O , O . C , n.183.
217
22-28. R. DE VAUX, Histoire... 200-204.
207
P. M O N T E T , O . C , 55.
224 V• Los israelitas en Egipto
Historia de Moisés 225
les asimiló a los 'apiru prisioneros de guerra, y fueron obliga-
dos a trabajos forzados en tiempos de Ramsés II para el delta. vé, dando así origen a una fuerte conciencia de «elección.», de
Se comprende que pastores seminómadas hayan sentido dura- la que iban a surgir las tensiones mesiánico-escatológicas. En
mente este cambio de condición y hayan querido volver a la este supuesto, se idealiza la figura del gran creador de la teo-
vida libre del desierto. Se comprende también que los egip- cracia hebrea: el caudillo y profeta Moisés.
cios no hayan querido perder esta mano de obra gratuita y
hayan considerado la oposición al trabajo obligatorio como 4- HISTORIA DE MOISÉS
una insurrección de esclavos, y la partida, como una evasión
de prisioneros» 218 . En realidad, las figuras de los patriarcas y de José están
d) Pero el relator bíblico fuerza la situación y supone un menos idealizadas que la del gran salvador de los israelitas,
decreto de exterminio de los varones hebreos para que desapa- creador genial de la teocracia hebraica. En estos relatos del
rezca el pueblo tan numeroso, que tanto les inquietaba. Así, Éxodo, el género literario llamado midráshico (idealización de
para evitar la propagación de los hebreos, se dio orden a las una persona o de un hecho con fines de edificación apologética)
parteras para que matasen al nacer a los varones: «Cuando adquiere sus tonos más subidos, pues todo lleva el sello de lo
asistáis al parto de las hebreas y observéis sobre las dos piedras milagrero a ultranza. Por eso, al estudiar la figura señera de
si es varón, matadlo, y si niña, dejadla vivir» (Ex 1,16). Se Moisés en estos relatos, debemos tener en cuenta que su per-
ha pretendido explicar la frase «observar sobre las dos piedras» sonalidad está envuelta en un halo de leyenda cuando su gesta
como una alusión a la supuesta costumbre de las egipcias de de salvar a sus compatriotas había adquirido la categoría lite-
dar a luz sobre dos piedras planas. Lo que parece insinuarse raria de évica sacral. con todo lo que ello implica de hipérbole
en un himno de penitencia egipcio, en el que se dice: «Yo me y de exaltación sistemática. Por eso, muchos detalles de la vida
he sentado sobre ladrillos como mujer que da a luz» 219 . Pero, de Moisés han de considerarse como legendarios a la luz del
generalmente, se cree que la expresión «dos piedras» es un eufe- género literario del midrash 220 . Con todo, la figura del gran
mismo para designar los órganos genitales de la madre o del caudillo libertador de los hebreos es, en sus líneas generales,
niño. perfectamente histórica, como vamos a ver, sin que pretenda-
mos encontrar la mención de su nombre en los textos egip-
Nada sabemos por los textos egipcios de estas medidas
cios, ya que su figura era de poco relieve para los analistas de
persecutorias exterminadoras contra los hebreos, y menos de
la época, como tampoco lo era la figura de Abfaham para la
la orden de echar a los niños recién nacidos al Nilo una vez
historia de Canaán.
que fracasó el primitivo plan de matarlos al nacer. Para en-
tender el relato bíblico no debemos perder de vista que per- Pero, como dice R. de Vaux, «hay en este relato una unidad
tenece al género apologético de exaltación nacional, y así, se incontestable: es el relato seguido de la liberación querida por
dice que las mujeres hebreas eran más robustas que las egip- Dios y cumplida por intermedio de Moisés. Tal es el sentido
cias, y por ello daban a luz sin la ayuda de las comadronas. que Israel ha dado al acontecimiento: es Dios quien ha hecho
En realidad son explicaciones ingenuas para ridiculizar el po- salir o subir a su pueblo de Egipto, de la casa de la servidurrhre...
der del faraón, quien nada podía hacer en contra de los secre- Este es el artículo fundamental de la fe en Israel» 221 . De hecho,
tos designios divinos de preparar un pueblo que iba a ser su el relato bíblico actual se halla encuadrado en unas coordena-
«heredad» entre las naciones. Son consideraciones de apologé- das teológicas bien definidas que configuran la fe, expresada
tica popular de los círculos de los «sabios» de Israel, quienes en la proclamación de que Israel es, ante todo, un pueblo «sal-
idealizaban el pasado de su pueblo para presentar a las nuevas vado» de una situación histórica de servidumbre en un país
generaciones el porvenir de un futuro glorioso en consonancia extranjero. Ahora bien, para ilustrar esta tesis teológico-his-
con el pasado, esmaltado de intervenciones salvadoras de Yah- tórica, el relator recoge material diverso, más o menos legen-
dario, de las antiguas tradiciones, en el que no faltan la ideali-
2i8
219
I D . , ibid.. 309-10.
A N E T 381. Los dos n o m b r e s de las comadronas n o son egipcios; uno de ellos, Si-
zación éüico-sacral y aun ciertos resabios míticos. Por otra parte,
fra, aparece en una lista d e esclavas asiáticas del siglo XVIII a.G. (cf. W . F . ALBRIGHT, en en la redacción de la gran epopeya por excelencia de la historia
J A O S 74 [1954] 222-23), y el o t r o , Pu'a, aparece en los poemas de Ras Shamra como hija
de Danel, y en ugarítico significa «muchacha» (cf. C. H . GORTON, Ugaritic Textbook [Roma
1965] Glossaire n.2081). 220 Sobre la noción y características del género literario midráshico véase D B S V 1263-81.
221
R. DE VAUX, Histoire ancienne d'Israel (Paris 1971) 305.

Biblia y legado 8
226 V. Los israelitas en Egipto Historia de Moisés 227

de Israel se mezclan explicaciones litúrsicas sobre el origen de la particularmente de las fuerzas reproductivas de la vida, como se
Pascua, al par que se da la razón de determinadas prescripcio- veneraban en Canaán, donde residieron los primeros antepa-
nes sobre la fiesta de los Ázimos y la ley de los primogénitos. sados de Israel. E n realidad, la idea de u n Dios salvador que
Por eso, no faltan pequeños detalles contradictorios sobre la interviene en la historia eligiendo y protegiendo a su clan, a sus
intervención de Moisés y de Aarón en el hecho estelar del tribus y, finalmente, a su pueblo, es la base de la fe israelita,
Éxodo. Ello prueba que las diversas recensiones (yahvista, como declaraban los hebreos al presentar las primicias: «Un
elohista y sacerdotal) buscaban explicaciones, más o menos arameo errante fue m i padre, y bajó a Egipto en corto n ú m e r o
convencionales según las tradiciones de los santuarios locales, para peregrinar allí, y creció hasta hacerse gran muchedumbre,
a hechos y leyes que se suponían tenían su origen en el d e - de mucha y robusta gente. Afligiéronse los egipcios y nos per-
sierto; así, al supuesto antepasado de la clase sacerdotal, Aarón, siguieron, imponiéndonos rudísimas cargas, y clamamos a
se le hace tomar parte relevante en la liberación de los israeli- Yahvé, Dios de nuestros padres, que nos oyó y miró nuestra
tas, al lado de su hermano Moisés, como intermediario suyo humillación, nuestro trabajo y nuestra angustia; y nos sacó de
ante el faraón. Egipto con mano poderosa y brazo tendido, en medio de gran
N o cabe duda de que en la perspectiva teológica de los pavor, prodigios y portentos; y nos introdujo en este lugar,
relatos bíblicos actuales sobre la salida de los israelitas de la dándonos una tierra q u e mana leche y miel» 2 2 4 . H e aquí el
opresión faraónica se quiere contraponer primero el poder esquema teológico q u e nos da el ángulo de visión de los r e -
omnímodo del Dios de Israel, que supera la magia y las arti- dactores bíblicos sobre la epopeya del Éxodo; y en este supuesto
mañas del rey de Egipto; pero al mismo tiempo en esta gesta de glorificación éyico-sacral hemos de interpretar los aconteci-
de salvación se quiere destacar la dimensión cósmica al drama- mientos del Éxodo, reduciendo los hechos a u n núcleo histórico
tizar el combate mitológico entre Yahvé y las fuerzas del mal verosímil, teniendo en cuenta que las manifestaciones cultua-
o del caos. Esta versión cósmica aparece, sobre todo, en las les influyen en la formulación de las antiguas tradiciones his-
versiones poéticas posteriores, en las que se simboliza a Egipto tóricas; por eso hay que tratar de disociar en los relatos lo que
como el monstruo marino Leviatán y Rahab, que viene a ser parece trasfondo primitivo histórico y lo q u e es interpretación
como una nueva versión del mito cósmico del monstruo Lotán, cultual de los mismos.
en lucha contra los poderes del orden e n los relatos de Ras
Shamra. Pero en los relatos bíblicos n o se trata tanto de la a) La juventud de Moisés
historificación de u n mito cuanto de dar dimensión cósmica al
Aunque, como antes apuntábamos, la figura de Moisés apa-
recuerdo de u n acontecimiento histórico que flota en las tra-
rece en estos relatos muy «idealizada» en función de s u misión
diciones del pasado con tintes de leyenda 222 . Por eso, en los
de protagonista principal de una gesta épica coloreada con
relatos prevalece el eco de u n acontecimiento real del pasado
tintes imaginativos y novelescos, los rasgos fundamentales de su
que tuvo una influencia cardinal en la formación de la con-
persona son perfectamente verosímiles en el contexto histórico
ciencia de elección del pueblo hebreo. E n este supuesto, «el
en el que lo colocan los relatos bíblicos. N o han faltado autores
contenido de Ex c.1-15 no es u n bloque aislado, sino que está
que han querido esfumar la figura cardinal de la historia de
unido a lo que precede y a lo que sigue e n el Pentateuco, pues
Israel, presentándola como u n oscuro personaje que t u v o algu-
se encuentran las mismas variantes de estilo y de intención
na parte en la preparación de la invasión de Canaán y quedando
que en el Génesis y en el resto del Éxodo» 2 2 3 .
sepultado en las estepas de Moab, sin que hubiera intervenido
Y, de hecho, las manifestaciones cultuales d e las tribus de en la gesta salvadora del éxodo 2 2 5 . E n este s u p u e s t o , se le
Israel tienen por fin rememorar la presencia salvadora de Yahvé niega todo papel principal en la formación de la teocracia he-
a través de sus gestas en la historia de s u pueblo. Por eso, la braica y de la misma religión israelita. Pero lacrítica_ rnás res-
religión de Israel n o es fundamentalmente cósmica, en el sen- ponsable reciente ha reaccionado, revalorizando|la persona his-
tido de que esté calcada en los mitos cíclicos de la renovación
22
de la naturaleza; n i en la divinización de las fuerzas cósmicas, t D t 26,5-9.
225
Es la opinión d e M . N O T H , Überliferungsgeschichte des Pentateuchs 1 7 2 - 9 1 ; ]D., Ges
222
Es la opinión d e J . PEDERSEN, Passahfest und Passahlegende: Z A W 52 (1934) 161-75.' chichte Israels 128 c.3; véase R . SMEND, Das Mosesbild von H. Ewald bis M. Noth (Xübingen
ID., Israel. Its Life and Culture ( L o n d o n 1940) 384-415.728-37. 1959); R. J. THOMSON, Moses and the Law in a Century of Criticism since Graf: S V X ]<¡ (Lei-
223
R. DE V A U X , Histoire... 307. den 1970).
228 V. Los israelitas en Egipto Historia de Moisés 229

tórica de Moisés y su intervención en la formación de la con- (hebreo: Moshéh; LXX: Mouofjs; Vg: Moyses) con la raíz hebrea
ciencia religiosa de las tribus de Israel 226 . Porque, como dice másháh («sacar», «extraer»), verbo que sólo aparece en Sal 18,16
R. de Vaux, «suprimiendo a Moisés, se hace inexplicable la y en 2 Sam 22,17. En este supuesto, Mosheh sería un parti-
religión y la existencia de Israel» 227 . Por eso, N. Soderblom cipio activo que significaría «el que saca». Pero la explicación
llega a decir: «Si la tradición no nos dijera nada de Moisés, ha- que da el texto bíblico supone una significación pasiva, pues
bría que inventarlo» 228 . se ponen estas palabras en boca de la princesa: «de las aguas lo
Con todo, hay que reconocer que los primeros años de saqué» (meshitihü). En ese caso, el nombre del niño debía
Moisés están muy «novelados» en los relatos bíblicos; y, sobre estar en pasiva: máshüy («el extraído»). Pero ya sabemos que las
todo, su salvación pintoresca de las aguas del Nilo por la hija etimologías de la Biblia son aproximativas por asonancias más
del faraón lleva el sello de lo exótico e imaginativo, encon- o menos fortuitas, y sin mayores criterios de exigencia cien-
trando parcialmente su paralelo en la leyenda de Sargón de tífica.
Agade de un milenio anterior a Moisés. En efecto, el relato Por su parte, Filón trata de explicar el nombre de Moisés,
bíblico es encantador e inimitable: primero, una mujer de la suponiendo que el griego ncou puede significar «aguas», lo que
tribu de Leví le tuvo tres meses oculto en casa; pero, al no en egipcio es mw, y en copto moy (aunque se pronuncia mu) 230 .
poder seguir ocultándolo en casa, «tomó una cestilla de papiro, Pero no da explicación del otro elemento terminal ses. Y Flavio
la calafateó de betún y de pez y, poniendo en ella al niño, la dejó Josefo da una explicación similar, dividiendo en dos partes
en el juncal a orillas del Nilo. La hermana del niño estaba el nombre: IJICOU que significaría «agua», y éo-fís «salvado», por
a poca distancia para ver lo que pasaba. Bajó entonces la hija lo que el nombre completo significaría «salvado de las aguas» 231 .
del faraón a bañarse al Nilo, y sus doncellas se pusieron a pasear Los egiptólogos, por su parte, dan por supuesto que Moisés
por la orilla. Vio ella la cestilla en medio del juncal, y mandó es un nombre egipcio y que podría ser un nombre teóforo del
a sus doncellas que la trajeran. Al abrirla, vio al niño que llo- tipo de Tut-mosis («hijo de Tot» o «Tot ha nacido»), Ah-mosis
raba, y, compadecida de él, dijo entonces la hija del faraón: («nacido de Ah», diosa lunar), Ramsés («hijo de Ra» o «Ra ha
«Es un hijo de los hebreos». Interviene luego la hermana de nacido»). En este supuesto, la princesa egipcia bien pudo
Moisés, que va a buscar a su madre como nodriza; y ésta, des- poner un nombre similar al niño encontrado en relación con
pués de criarle, le devolvió a la princesa, siendo para ella como alguna divinidad, nombre que después desapareció en el uso
un hijo. Y le dio el nombre de Moisés, pues se dijo: «De las bíblico por tener resonancias politeístas 232 . Pero como hay
aguas le saqué» 2 2 9 . algún nombre egipcio con el sonido de Messi, sin alusión a nin-
El relato tiene el aire de una leyenda etiológica para expli- guna divinidad, el nombre de Moisés puede significar, simple-
car el nombre de Moisés conforme a una supuesta etimología mente, «niño» o «hijo» (mshw) 233 . Otra explicación se basa en
hebrea y destacar su carácter de «sacado» o «salvado» de las la pronunciación árabe actual Musa del nombre del libertador
aguas, ya que él había de salvar a sus hermanos haciéndolos hebreo; y, en ese supuesto, mu (en egipcio, mw) significaría
pasar por las aguas del mar Rojo. Podemos suponer la satis- «agua», y sa (s'), «hijo». Entonces el significado sería «hijo del
facción con que se contarían estas fioretti en los círculos cor- agua» 234 . Pero la lectura árabe de Musa es una adaptación
tesanos de lerusalén para destacar al gran antepasado, rela- árabe del Mosheh hebreo. No sirve, pues, de base para deducir
cionado nada menos que con la princesa del faraón, como hijo 230
F I L Ó N , Vita Mosis I 4.17.
«adoptivo» de la misma. En realidad, aquí se unen en. estos 231
232
FLAVIO JOSEFO, Ant. Iud. II 9.6; C. Apion I 31.
E n este supuesto, se ha relacionado el n o m b r e de Moisés con el n o m b r e d e Osiris;
relatos sobre los orígenes del gran libertador de los hijos de y así, el n o m b r e p r i m i t i v o sería Osir-mosis (wser-mosh-sw: «Osiris ha nacidos), y entonces
Israel lo legendario, lo pintoresco, lo exótico y lo hagiográfico. la leyenda de Moisés rescatado del N i l o se relacionaría con la mítica de Osiris, m u e i ' o por
su hermano Seth y arrastrado en u n sarcófago d e madera por las aguas del río, quedando
En efecto, se ha querido relacionar el nombre de Moisés prendido en los juncales d e la orilla, y así fue rescatado; la diosa Nefus, su e s p o s a , le sacó
de las aguas, con lo q u e resucitó. Por ello, la princesa egipcia q u e encontró a M o i s é s le i m -
226
El m i s m o M . N o t h reconoce en la segunda edición d e su Geschichte q u e Moisés ha pondría el nombre teóforo en relación con Osiris: sacado d e las aguas. Cf. S. BARTIIA, La
podido tener p a r t e en la p r e p a r a c i ó n de la salida d e Egipto c o m o transmisor de una i n t e r - Sagrada Escritura ( M a d r i d 1967) I 312. Sobre el n o m b r e d e Moisés véase A . GARMNER,
vención divina (p.128); cf. H . SCHMID, Mose. Überliferung und Ceschichte (Berlín 1968); en J E A (1918) 221; H . GRESSMANN, Mose und seine Zeit. Ein Kommentar zu den rVfoseSagen
G. W I N D E N G R E N , Wnat do we know about Moses: P r o c l a m a t i o n a n d Presence (vol. G. H e n - (1913) 432; A . M A L L O N , Les hébreux en Égypte (1921) 133; P . M O N T E T , L'Égypte et UBible
ton Davies, L o n d o n 1970) 21-47. (Neuchátel 1959) 3S.
2 233
" R. DE V A U X , O . C , 311. Cf. DOLLER, en BZ 3 (1905) 151-53. Son corrientes los nombres apocopados sin
228
N . SODERBLOM, Das Wesen des Gottesglaubens (1916) 3 1 0 ; cf. J. B R I C H T , O . C , 127. mencionar a la divinidad, como Mesw y Mesy; cf. R A N K E , Personennamen II 2 2 7 .
22 234
» Ex 2,1-10. Cf J. E N C I S O , El nombre de Moisés: EstBib 11 (1952) 221-23.
230 V. Los israelitas en Egipto
Historia de Moisés 231
la posible raíz primitiva del nombre egipcio. Y, por otra parte, A propósito de la pintoresca historia del niño Moisés sal-
en ese caso habría que invertir el orden de las sílabas sa (s ) vado de las aguas del Nilo, se ha traído a colación la leyenda
-mu (mw). de Sargón de Agadé (s. xxv a.C), el gran rey semita que se
En dos papiros del tiempo de Setis II aparece mencionado superpuso a los sumerios, creando un imperio efímero. Según
un tal Mesw (¿Moisés?), personaje misterioso y temible que esta leyenda, Sargón era hijo ilegítimo, por lo que fue entre-
puede castigar a los funcionarios incompetentes; incluso puede gado por su madre a las aguas del río en una cestita recubierta
destituir al visir, o primer ministro del reino 235 ; también en la de betún; fue recogido por un aguador llamado Akki, quien
dinastía XIX (s. xni a.C.) aparece mencionado un tal Amen- lo crió y puso por jardinero suyo; luego llegó a ser rey de Me-
mosis, nombre que podría bien abreviarse en Mosis, como los sopotamia. He aquí el texto:
nombres apocopados de Ramessu y Sessu 236 . Y el nombre
abreviado de Amen-mosis puede ser Mshy o Mshw 237 . En «Sargón (Sharru-ukin), el soberano poderoso, rey de Agadé, soy yo. Mi
todo caso, podemos decir que el nombre de Moisés es neta- madre fue una sacerdotisa 245; n 0 conocí a mi padre. Los hermanos de mi
mente egipcio, como el de otros miembros de su clan. Así, padre amaron los montes. Mi ciudad es Azupiranu, situada a orillas del
Merari 238 puede ser el equivalente de Mrry, «muy amado»; Eufrates. Mi madre (¿sacerdotisa?) rae concibió y me dio a luz en secreto;
me puso en una cesta de juncos y con betún selló la tapadera; me echó al
Pinjas (Fines) 2 3 9 encuentra su paralelo en el nombre egipcio río, el cual no me anegó, sino que el río me transportó y me llevó a Akki,
P'-nhsy, «el negro». Y, de hecho, un tal P'nhasy fue el visir en el aguador. Este me extrajo cuando sacaba agua del pozo; Akki el aguador
tiempos de Merenptah 2 4 °. R. de Vaux cree ver en estos nom- me recibió por hijo suyo y me crió; Akki el aguador me nombró su jardine-
bres egipcios citados en la Biblia la presencia en Egipto de un ro. Mientras era jardinero, Ishtar me ofreció (su) amor. Y durante cuatro
y... años ejercí la realeza; regí al (pueblo) de las cabezas negras y lo goberné;
grupo levítico del que Moisés formara parte 241. Según los datos conquisté fuertes montañas, (talándolas) con azuelas de bronce; escalé las
bíblicos, Moisés provendría del antepasado Leví; sería el nieto sierras elevadas y las sierras bajas; recorrí tres veces los países del mar...» 246
de Leví por la madre, y bisnieto por el padre. Su padre se lla-
maba Amram, y su madre Yokebed («siervo de Yo»: ¿Yahweh?), A la simple lectura de este texto arcaico saltan a la vista
nombre netamente semítico 242 . las analogías y diferencias del relato mesopotámico y del bíblico;
Según el relato novelado de Ex 2,10, Moisés fue «adopta- en ambos casos, el niño es echado al río en un cestillo de junco;
do» por la hija del faraón, permaneciendo en la corte hasta su pero Moisés no es hijo ilegítimo, y por ello no es abandonado
edad adulta; por lo que San Esteban dirá de él que «fue ins- de modo vergonzante, pues, si es confiado al río, es para li-
truido en toda la sabiduría de los egipcios»243. Con ello se brarlo de la persecución faraónica; asimismo, su salvador es
quiere dar explicación a los grandes prodigios taumatúrgicos nada menos que una princesa y no un oscuro aguador; y luego
que iba a realizar para forzar al faraón a dejar salir a los he- es formado en la corte; no es, pues, un simple jardinero, como
breos oprimidos. En realidad, el hecho de la formación de en el caso del relato mesopotámico. Por otra parte, no tenemos
Moisés en la corte faraónica no es inverosímil, ya que por les ningún texto egipcio en el que se hable de un niño salvado
documentos egipcios sabemos que algunos faraones hicieron del río. No es posible, pues, encontrar el supuesto modelo
educar a ciertos asiáticos en su corte para prepararlos para utilizado por el relator bíblico para presentar a su héroe, Las
funciones administrativas en relación con las provincias asiáti- semejanzas con el relato mesopotámico son fortuitas y sin pa-
cas del imperio 244 . recido sustancial, ya que el hecho de que una madre abando-
235
Cf. Papiro Anastasi I 18.2; Papiro Salt 124; P . M O N T E T , O.C., 36. nara a su hijo ilegítimo debía de ser corriente, y también es
236
Cf. A. G A R D I N E R , The Egyptian Origin of some English Personal Noraes: J A O S 56
(1936) 189-97; J. G. G R I F F I T H S , The Egyptian Derivation of the NameMoses: J N E S 12 (1953)
verosímil que, en ciertos casos, alguno lo haya encontrado
225-31; S. HERMANN, Mose: E v T h 28 (1968) 303-304; J. C E R N Y , en J E A 15 (1929) 243-58.
237
y adoptado. En efecto, en un texto sumerio-acadio se labia
Cf. R. O . FAULKNER, Egypt from the Inception of the NineUenth Dynasty to the Death
of Ramsesses I I I : C A H II (1966) 22.
23
- de un niño desvalido encontrado, el cual fue confiado auna
« E x 6,16.
239
E x 6,25. nodriza durante tres años por un salario determinado; luego
240 Cf. T . J. M E E K , Moses and the Levites: A J S L 56 (1939) 113-20.
241
R. DE V A U X , O . C , 3 1 2 .
242 J. C E R N Y , Ostraka hiératiques (Catalogue general du M u s é e d u Caire) I (1935) 0.25.504;
Cf. Ex 6,20; N ú m 26,19.
243
A c t 7,22. " .. A N E T . 2 / ' o : Papiro Harris (de tiempo de Ramsés I I I ) .
244
Cf. S. SAUNERON-J. YOTOTTE, en Revue d'Égyptologie 7 (1951) 67-70; J. CAPART, 245 E r a é r m i n o que traducimos por «sacerdotisa» es o s c u r o e n el original (S. N . JRAMER
Un grand personnage palestinien de la cour de Merenptah: Cahiers ígyptiens 11 (1936) 32-38; en A N E T 119 lo traduce p o r «variable»).
24
6 E l texto e n A N E T 119; S A O 100.
232 V. Los israelitas en Egipto Historia de Moisés 233
247
fue «adoptado» por u n escriba . Así, pues, «el tema folklórico pitas era muy normal cuando se trataba de librarse del control
del niño salvado se inspira en costumbres de adopción» 2 4 8 . de la policía egipcia, como aparece en el famoso relato de
Filón da, incluso, el nombre de la hija del faraón que reco- Sinuhé, que huyó de su país en el siglo x x a . C , en los tiempos
gió a Moisés, y la llama Termutis, suponiendo que, aunque es- de Amen-hemet y de Sen-Usert o Senusrit I 2 5 9 .
taba casada, no tenía hijos y quería adoptar a u n o 2 4 9 . Algunos Moisés, huyendo de la policía egipcia por las estepas del
autores han querido relacionar el hecho de Moisés encontrado Sinaí, entró e n contacto con el jeque de la región, que era
en el Nilo con el rito de T a m m u z , el cual, echado al agua, al «sacerdote de Madián» 2 6 0 . Con ello se iniciaba la gran aven-
principio se sumerge y le llevan al reino de los muertos. Es una tura de los israelitas por el desierto. Se ha querido suponer q u e
adaptación del mito de Osiris, de que antes hemos hablado 2 5 ° . el «yahvismo» mosaico primitivo arranca d e u n esquema reli-
gioso de aquella región, y, por tanto, se debía, inicialmente, a
b) Moisés e n el desierto con los madianitas las creencias del suegro de Moisés 2 6 1 . E n este supuesto, M o i -
sés n o habría hecho sino «adoptar» este credo religioso para in-
El relato bíblico nos dice q u e Moisés, por defender a u n fundirlo luego a sus compatriotas liberados de la opresión fa-
compatriota, cometió u n homicidio, matando al egipcio que le raónica 2 6 2 . Los q u e admiten esta hipótesis suponen q u e los
maltrataba, por lo q u e tuvo que huir hacia las estepas de la madianitas están en relación con los qenitas; y creen q u e su
península del Sinaí para estar libre del Control de la policía epónimo es Caín, que llevaría el signo, tatuaje o wasm impuesto
egipcia 2 5 1 , a u n a región q u e es llamada y a í s de Madián», la por Yahvé al primer homicida de la historia 2 6 3 . D e ellos des-
MoSiavoc de los geógrafos griegos 2 5 2 . Abel coloca esta región cenderían los recabitas, fervientes yahvistas, que aparecen hacia
entre Edom y Paran 2 5 3 ; en este supuesto, sería la zona por el siglo vil a.C. 2 6 4 . Pero, como dice R. de Vaux, «no hay in-
la que atravesaba la ruta caravanera entre Arabia y Egipto. dicio claro en la Biblia de q u e los qenitas hubieran venerado
Ahora bien, según Gen 25,1-2, los madianitas eran descendien- una divinidad llamada Yahweh o de u n nombre aproximado» 2 6 5 .
tes d e A b r a h a m p o r Qetura; pero ésta es una genealogía pos- A este propósito se ha traído a colación una lista geográ-
tiza para vincular de modo convencional con el gran patriarca fica del tiempo de Amenofis I I I (s. xv a.C.) en u n texto de
a las tribus arábigas, etnológicamente afines a los hebreos. Con Saleb (Nubia), en el que se habla del «país de los Shasu y de
todo, el t é r m i n o madianita n o es m u y preciso e n los textos Yahw'»; y el mismo nombre aparece e n una copia de esta lista
bíblicos, pues e n general designa a u n a población de merca- del tiempo de Ramsés II encontrada en u n templo de Amara-
deres que se mueven en una zona geográfica muy amplia, ya que Oeste (Nubia) 2 6 6 . Se habla también en este texto del «país de
aparecen en el nordeste del m a r M u e r t o 2 5 4 o vienen con ca- los Shasu de S'rn, que parece ser Se'ir (los montes d e Edom).
mellos desde TransJordania para atravesar la región central En realidad, los egipcios llamaban shasu a los beduinos del de-
de Canaán 2 5 5 . Y, según 1 Re 11,18, u n príncipe edomita pasó sierto del Sinaí y de TransJordania. E n este supuesto, el nom-
por Madián y Paran camino de Egipto. Ahora bien, Paran o bre d e Yhw sería una localidad geográfica como la d e Se'ir.
Farán está al s u r del Negueb, entre Cades y Egipto. Allí reside Pero, en todo caso, el nombre de una supuesta divinidad local
I s m a e l 2 5 6 , y d e allí parten los exploradores de C a n a á n 2 5 7 . podía dar el nombre a una región 267 . A este propósito comenta
Según estos datos, podemos colocar «el país de Madián» en la R. de Vaux: «Lo que queda es que en la región en q u e vivían
península del Sinaí, sin «necesidad de hacer ir a Moisés hasta
Arabia, ni localizar su origen y el lugar d e la revelación divina 259 T e x t o e n C H . JEAN, Le milieu biklique II 136-44; A N E T 18-22; SAO 6-14.
260 E x 2,16; 3,1; 18,1; 18,12; Jetró ofrece sacrificios.
en este lugar» 2 5 8 . 261
Cf. H . H . R O W L E Y , From Joseph to Jeshua 149-55; I D . , Moses and Monolheism:
F r o m Moses to Q u m r á n ( L o n d o n 1963) 48-57; K . - H . BERNHARD, Gott und Bild (Berlio 1956)
Ahora bien, la huida de Moisés hacia estas regiones inhós- 125-28; O . EISSFELDT, Jahwe, der Gott del Vater: TUL 88 (1963) 001.481-90.
lí 1
> Contra esta hipótesis cf. C . H . W . BREKELMANS, Exodus XVIII and the Oraíns of
Yahwism in Israel: O T S 10 (1954) 215-24.
247 263
T e x t o e n B . LANDSBERGER, Die Serie ana ittishu (Materialen z u m sumerischen L e - G e n 4,15; aquí la señal caracterizaba al clan e n el q u e se ejercía la ley d e la venganza
xikotí, I) (Roma 1937) 43-47; cf. R . DE VAUX, o.c., 3 1 1 . ( G e n 4,15.24).
248 264
R. DE VAUX, O . C , 3 1 1 . Cf. 2 Re 10,15-27; Jer 35,1-11.
249 265
F I L Ó N , Da vita Mosis I 13; FLAVIO TOSEFO, Ant. Iud. I I I 9-5.7. R. D E V A U X , O . C , 316.
266
25» Cf. D B S I 7 8 2 - 8 3 : Babyhme et la Bible. Cf. J. LECLANT, e n Orientalia 32 (1963) 203; R. G I V E O N , Toponymes ouest-aátiques
255
« 1 Ex 2,11-15- Juec.6-8. ,, a Soleb: V T 14 (1964) 239-55; H . GRDSELOFF, en Revue de l'Histoire Juive en Egypte K1947)
252 2 5 6 l
PTOLOMEO, VI 7.2. Gén2l,2l. .'"' ' 79-83; S. H . H O R N , en J N E S 12 (1953) 201; K. A . K I T C H E N , en J E A 50(1964) 6 7 .
253 257 2
A B E L , Géographie de la Palestine I 286. N ú m 12,16; 13,26! « Cf. R. GIVEON, Shosu of Egyptian and the Exodus: F o u r t h W o r l d C o n g r e s s ofjewish
254 N ú m 22,4; 2 5 , 6 s ; 3 1 , 1 . "8 R. D E V A U X , O . C , 315. Studies, Papers I (Jerusalem 1967) 193-96.
234 V. Los israelitas en Egipto 235
Historia de Moisés
los qenitas y los antepasados de Israel existía un nombre geo- riores al Islam indican que no había clase sacerdotal separada
gráfico muy semejante al del Dios de Israel. Esto es muy in- de la masa profana, ni sacerdotes sacrificadores 277. Pero estas
teresante, pero no basta para hablar de un culto a Yahvé entre tradiciones conocían a un personaje religioso llamado Kahin 278.
268
los qenitas» . Era un adivino que transmitía oráculos, y era consultado en
Según Ex 18,1, Jetró, suegro de Moisés, ofreció sacrificios, los negocios importantes de la tribu...; sus juicios eran acep-
invocando el nombre de Yahweh junto «al monte de Elohim» tados como juicios de Dios» 279 . Ahora bien, el nombre kahin
y comiendo «delante de Elohim». La escena parece que tiene se ha relacionado con el cananeo kohen, kahna, que significa
lugar en un lugar que se considera ya consagrado tradicional- «sacerdote» sacrificador 280 .
mente en la región; y Jetró parece oficiar como sacerdote del Algunos críticos han interpretado la escena de Ex 18 como
lugar. Y, según el texto bíblico, declara que Yahweh es más un pacto de alianza entre el clan de Jetró y el de Moisés 281 , ba-
grande que todos los dioses, por haber liberado milagrosamente sándose en el banquete que en esa ocasión tiene lugar, como
a los hebreos bajo la égida de Moisés. Pero esto no prueba que ocurrió en el pacto entre Abraham y Abimelec 282 y entre
fuera sacerdote de Yahweh, sino que reconoce la superioridad Labán y Jacob 283 . En efecto, se dice en Ex 18,12: «Jetró, suegro
del Dios de Moisés, llamado Yahweh. Ahora bien, según de Moisés, ofreció a Dios un holocausto y sacrificios pacíficos,
Ex 3,1.12, Moisés recibió allí, en la «montaña de Elohim», la y vinieron Aarón y todos los ancianos de Israel y comieron con
revelación del nombre de Yahweh y su misión de liberar a sus él ante Dios». Pero no consta que Jetró actuara entonces como
compatriotas. Pero hemos de tener en cuenta el modo de sacerdote de Yahvé, aunque sí debió de tener influencia prác-
narrar de los autores bíblicos, que tienen especial interés en tica en la organización de las tribus en el desierto, según el
poner «confesiones de fe» yahvista en boca de personajes no- consejo que dio a Moisés 284 . En realidad no sabemos nada
israelitas, como Balaam 269 , Naamán siró 270 , Rahab en Je- de la religión de los madianitas, por lo que «la teoría del origen
ricó: «Vuestro Dios, Yahvé, está encima, en los cielos, y en madianita del yahvismo, como la de su origen qenita, permanece
la tierra» 271 ; y Abimelec a Abraham: «ya tenemos pruebas de como una hipótesis que no se puede demostrar» 285.
que Yahvé está contigo» 272 . Otro tanto reconocen los gabao-
nitas 273 y Aquior 274. Es un tema apologético muy repetido
c) El nombre de «Yahweh»
en la literatura bíblica para hacer ver que hasta los gentiles
tienen que reconocer el poder superior del Dios de Israel. En No obstante, es un hecho que Moisés, a través de los rela-
efecto, Moisés, cuando se enfrentó con el faraón, le ofreció tos bíblicos, aparece muy vinculado al clan de su suegro Tetro,
prodigios para que reconociera el poder superior de su Dios, al que en Núm 10,29 s e le llama Jobab, hijo de Ragüel. De
que le envió para liberar a sus hermanos: «Para que tú reco- hecho, Moisés le invitó a que le acompañara camino de Ca-
nozcas que yo soy Yahvé» 275 . Conforme a este esquema teo- naán, pues conocía bien los lugares de la región: «No nos dejes,
lógico que preside la narración bíblica, Jetró exclamará ante pues tú conoces bien los lugares donde conviene acampar, y
Moisés: «Ahora sé que Yahvé es más grande que todos los podrás servirnos de guía; si vienes, nosotros te daremos parte
dioses» 276 . de lo que nos entregue Yahvé. Así, se marcharon del monte
Pero de esta exclamación no se puede inferir que Yahvé de Yahvé...» 286 A este propósito comenta H. Cazelles: «Qui-
fuera el Dios tradicional de la región de la que Jetró era sacer-
277 Gf. J. W E L L H A U S E N , Reste des arabischen Heidentums (Berlín 1897) 120; H . LAMMENS,
dote, pues «no sabemos nada del sacerdocio madianita, nada L'Arable accidéntale avant l'hégire (Beyrouth 1928) 107-8.
sobre el sacerdocio de los antiguos semitas nómadas de Arabia 278 Cf. J. W E L L H A U S E N , O . C , 134-36; A . FISCHER, en Encyclopédie de l'Islam li (1927)
665-66; J. H E N N I N G E R , La religión beduine préislamique, en L'Antica societa beduim (Roma
del norte y del Sinaí. Y las tradiciones de Arabia central ante- 1959) 138; T . F A H D , La divinitation árabe (Leyden 1966) 91-97; A. CODY, A fízstory of the
Oíd Testatnent Priesterhood (Roma 1969) 14-18.
2 8
6 R. DE VAUX, O.C., 317. 279 R. DE VAUX, O.C., 321.
280
269 N ú m 23,IS. Cf. W . F . ALBRIGHT, From Stone Age to Christianity (Baltimore 1946) 1 8 .
27» 2 Re 5,15. 281 Cf. F . C. FENSAM, Did a Treaty Between the Israelites and the Kenites exist? ,-BASOR
271
Jos 2,9-1 r. 175 (octubre 1964) 51-54; A . C O D Y , Exodus 10,12: Jetro Accepts a Covenant with thhraeli-
272 G e n 26,28. tes: Bi 49 (1968) 153-66.
273 Jos 9,9-10. 282 G e n 26,28-30.
283
274 J u e s , 5 - " . G e n 31,54.
275 Ex 7,17; 8,18; 10,2. 284 Ex 18,17-24.
27« Ex l 8 , I I . 285 R. DE VAUX, O.c., 320-21.
286 N ú m 10,29-32; Jue 4,1 r.
236 V. Los israelitas en Egipto Historia de Moisés 237

zá estos madianitas y su jefe, Jetró, daban culto a una divinidad foros bajo la forma inicial de Yeho-, Yo-, Ye-o, y la terminal
con el nombre de Yaho o Yahweh, como lo hacía la familia de -yahu, -yah. Los críticos discuten si el nombre primitivo
de Moisés y la del adivino Balaam; el nombre de la madre de fue la forma abreviada Yaho o la completa de Yahweh 2 9 5 , que
Moisés significa 'Yahvé es importante' (Yo-kebed: «gloria de se pretende explicar convencionalmente en Ex 3,14 a base de
Yahvé»)... En todo caso, no parece que Moisés haya estimado la raíz protocananea hawwáh («ser»). En realidad, en la estela
que su Dios era diferente del que adoraba el clan madianita; de Mesha, rey de Moab (s.ix a.C), aparece bajo la forma de
por eso le deja a Jetró ofrecer el sacrificio en el que toman Yhwh; igualmente, ésta es la forma registrada en un sello del
parte los ancianos de Israel 287 . Y la Biblia atribuye a Jetró siglo VIII a.C. 2 9 6 y en el ostraka de Tell Arad, de fines del
los principios, impregnados de espíritu religioso, que adopta- siglo vil a.C. 297 , así como en las cartas de Lakish 298 y en
rá Moisés en la organización de la justicia 288 . Pero esto no algunos grafitos del siglo vi a.C. 2 " . Bajo la forma abreviada
quiere decir que la religión de Moisés sea un plagio de la de (lyh: «para Yfa>) se lee en un fragmento de cerámica del si-
los madianitas. Porque la religión de Moisés no es una simple glo vil a.C. 3 0 °; y en otro encontrado en Megiddo, del si-
religión tribal, con los sacrificios y creencias que pudieron en- glo vil a.C. se lee lyw («para Yw») 301 .
contrar entre los beduinos del Sinaí o de Moab. Es una reli- En los escritos de Elefantina (s.v a.C.) aparece siempre bajo
gión muy israelita, que honra al Dios personal de los patriar- la forma Yhw (una vez Yhh) en los papiros, pero en los ostraka
cas; no sólo de Abraham, sino de Isaac, que vivió en el Ne- del mismo lugar aparece siempre la forma Yhh 302 . Con todo «la
gueb cerca de Bersabé, y de Jacob, que terminó su vida en forma larga (Yhwh) es la más frecuente v la más antigua tam-
Egipto cuando la dominación de los hicsos. Los madianitas bién fuera de la Biblia. Por otra parte, una contracción de la
no podían conocer estos aspectos de su providencia, y una forma larga se explica mejor desde el punto de vista filológico
divinidad tribal como la de ellos no podía tener el refinamien- que el alargamiento de una forma abreviada» 303 . Ahora bien,
to moral de la de Moisés. El momento decisivo es el encuentro la pronunciación Yahweh se funda en la explicación de Ex 3,14
de éste con Dios en la zarza ardiendo sobre el monte sagrado 289 . y por semejanza con los nombres amorreos Yawi-ila, Yawi-
Es un Dios semítico que se manifiesta en las alturas, y se ma- Addu, Yawi-Dagan, y en las transcripciones griegas de laoue,
nifiesta bajo un signo de fuego» 2 9 0 . Iccfte. Algún autor ha querido leer Yahwo 304 , suponiendo que
La tradición «yahvista» pone ya en boca de Enosh, hijo de la grafía Yhw de Elefantina se pronunciaba Yaho; de ahí la
Set, la invocación del «nombre de Yahvé» 291 . Por eso no da transcripción de laco en algunos autores eclesiásticos antiguos,
explicación del nombre, sino que simplemente narra el hecho en Diodoro de Sicilia (I 94) y en ciertos amuletos gnósticos y
de la aparición a Moisés para preparar su misión 292 . En cam- papiros mágicos (Iao) de los primeros siglos del cristianismo.
bio, el «elohista» trata de explicar el sentido del misterioso Orígenes lo transcribe Ion 305 , derivado quizá del Yaw he-
nombre divino que de repente irrumpe en la historia de Is- braico o de su transcripción Yah, que parece ser la expresión
rael 293 . Por su parte, el «sacerdotal» traspone la escena a Egip- apocopada del nombre completo Yahweh 305 .
to y declara que es el mismo Dios de los padres el que se apa- 295
Cf. H . CAZELLES, en XV Rencontre Assyriologique Internationale (Li^ge 1966} (ed. P a -
rece a Moisés, pero con nombre diverso: antes, bajo el nombre ris 1967) 82-86.
de Shadday, y ahora, bajo el nombre de Yahweh 294 . 29
297
6 Cf. F R . M . CROSS, en H T R 55 (1962) 2 5 1 .
Cf. Y. A H A R O N I , Hebrew Ostraca from Tel Arad: IEJ 16 (1966) 1-7.
298
De hecho, a partir de esta escena del Sinaí, el nombre de Sólo aparece dos veces con la forma d e Yhw, y parece ser una errata. Cf. A M U R T O -
NEN, A Philological and Literary Treatise on the Oíd Testament Divine Ñame ( H e l s i n k i i 9 5 2 ) 4 3 .
Yahweh será la designación esvecíñca del Dios de Israel, que 299
300
Cf. J. N A V E H , Oíd Hebrew Inscriptions in a Burial Cave: IEJ 13 (1963) 74-92.
Cf. G. A . R E I S N E R - C . R. FISCHER, Harward Excavations at Samarla (Cambridge
en los textos poéticos aparece bajo la abreviación de Yah 1924) 238 n.65 p.55b.
(v.gr., hallelu-Yáh), y en la composición de los nombres teó- 301
Cf. H . G . M A Y , An Inscribed Jar from Megiddo: AJSL 50 (1933-34) 10-14.
302
Cf. A . D U P O N T - S O M M E R , en R H R 130 (1945-B) 22-23.
287 303
Es u n caso similar al d e A b r a h a m , q u e aceptó al Dios d e Melkisedec y le ofreció los R. DE V A U X , O . C , 322.
diezmos (Gen 14,20). 304 Cf. W . VISCHER, Eher Jahwo alsjahwe: T Z 16 (1960) 259-67.
305
288 E x 18,13-24. O R Í G E N E S , Selecta in Psalmos ps.2: P G 12,1104.
306
289 EX3.IS. Cf. W . VISCHER, Eher Jahwo alsjahwe: T Z 16 (1960) 259-67.
290
G e n 15,17; H . CAZELLES, e n D B S V 1323-24.
2 « G e n 4,26.
292
E x 3,1-5-16-20.
2
« E x 3,6.9-15.
294 :
E x 6,2-13. Cf. S. M O W I N C K E L , The Ñame ofGod of Mases: H U C A 32 (1961) 131-33
239
Historia de Moisés
238 V• Los israelitas en Egipto
sino que viene a ser una forma de hwy: «ser», sin alusión a di-
d) ;E1 n o m b r e d e « Y a h w e h » fuera d e Israel? vinidad alguna. Igualmente puede ser el verbo hwy, «vivir».
En ese supuesto, la traducción sería «él vive, hace vivir»,
En los relatos de la época patriarcal no aparece el nombre «existe» o «hace existir». D e esto se deduce que, a u n q u e «es
de Yahweh para designar a la divinidad protectora de los pa- posible y aun verosímil que el nombre de Yahweh haya existi-
triarcas; en Ex 6,3 se declara expresamente: «Yo me aparecía do fuera de Israel antes de Moisés, no tenemos todavía ninguna
a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Shadday; pero mi atestiguación segura sobre ello» 3 1 4 . A principios de este siglo,
n o m b r e de Yahweh no se lo di a conocer a ellos». Esta afirma- ya algunos críticos presentaron la hipótesis de que Yahweh
ción refleja, al menos, lo que pensaban los redactores bíblicos fuera el nombre de una divinidad madianita de las estepas del
sobre el origen del famoso tetragrammaton revelado en las es- Sinaí, de la que Jetró, suegro de Moisés, fuera su sacerdote 3 1 5 ;
tepas del Sinaí. Con todo, en G e n 15,17, Dios, al prometer pero, de hecho, en las inscripciones protosinaíticas no se ha
numerosa descendencia a Abraham, se designa a sí mismo registrado el nombre de ninguna divinidad llamada Yahweh.
como Yahweh. Por otra parte, la madre de Moisés se llama
Yo-kebed («¿gloria de Yahvé?») 3 0 7 . Esto plantea el problema
de si el nombre de Yahweh es anterior a la tradición sinaítica, e) Explicación etimológica del nombre de «Yahweh»
pudiendo designar a alguna divinidad extraisraelita 3 0 8 . Así, Fuera de las lenguas semíticas, se ha propuesto una etimo-
se ha querido ver su forma apocopada Yw en un texto mitoló- logía egipcia a base de descomponer el nombre de Yahweh en
gico de Ras Shamra, en el que el dios jefe del panteón ugarí- dos partes: Yah, dios lunar, y we', «uno» 3 1 6 , etimología que
tico El dice: «El nombre de mi hijo yw-ilt» 3 0 9 . A u n q u e el texto es comúnmente rechazada 317 . Incluso se le ha querido rela-
es oscuro, no han faltado autores que han querido relacionar cionar con el indoeuropeo, como si el Yaw hebraico fuera
esta designación con el Yahweh de las tradiciones bíblicas 3 1 ° . una trasliteración de Dyau-s (Zeus, Júpiter) 3 1 8 , y así se ha
De hecho, este supuesto nombre divino de Yw no vuelve a creído leer su nombre en las inscripciones del Indus (tercer
aparecer en los textos de Ugarit, y por ello especialistas de sol- milenio a.C.) bajo la forma de Yae-Yaue 3 1 9 ; pero el descifra-
vencia rechazan toda afinidad con el tetragrammaton bíblico 3 1 1 . miento de la escritura protoindia está lejos de ser claro. T a m -
Y más bien se inclinan por ver en el n o m b r e yw de los textos bién se ha querido relacionar Yahweh con términos jurritas,
ugaríticos la designación del dios del mar Yam (ym), la con- suponiendo que Ya es una divinidad, a la que se habría alarga-
traposición al dios de la vegetación, Bel. do con el sufijo jurrita -ha o -wa 3 2 ° .
Algunos lexicólogos han tratado de buscar un origen meso- Con todo, comúnmente la investigación se centra en el
potámico al nombre de Yahweh. relacionándolo con supuestos círculo de las lenguas semíticas. Y así, se ha supuesto que el
nombres teóforos como Yaum-ilum o Yawum-ilum, que habría nombre Yahweh podría derivar de la exclamación ya (comente
que traducir por «Yahweh es dios»; pero yaum puede ser sim- en árabe: ¡oh!) y el pronombre personal huwa, «él»; así, la
plemente el pronombre personal «mío» 3 1 2 . Otros autores más expresión Ya-huwa podría traducirse por «¡oh él!», lo que da-
bien buscan una relación de Yahweh con la onomástica amo- ría origen a Yhwh y Yhw 3 2 1 . A este propósito se ha hecho no-
rrea: Yawi-ila, Yajwi-ila, Yawi-Addu, Yawi-Dagan, Yajwi-Nasi, tar que algunas veces en los textos bíblicos se emplea el pro-
y en ese supuesto traducen «Ha (Addu, Dagán, Nasi) es Yah- nombre personal hu («él») para designar el nomure diviao 3 2 2 ,
weh» 3 1 3 . Pero el t é r m i n o yahwi no designa a una divinidad, y en este supuesto se explican determinados nombres tetforos,
307 E x 6,20. 314
R. DE V A U X , O . C , 325.
308
Cf. S. LANDERSDORFER, Der Cottesname YHWH in den Keilinschriften: B Z 109 (1912) 315 Ex 18,1.
30-31; A . V I N C E N T , La religión des Judéo-Araméens d'Éléphantine 58; A. M U R T O N E N , The 3
i<> Cf. N . W A L K E R , The Tetragrammaton (West Ewel 1948): Z A W 70 (195S) 262-65;
Appearance of the Ñame YHWH outside Israel: Studia Orientalia 16,3 (Helsinki 1951).
309 Cf. C H . VIROLLEAUD, La déesse 'Anal (Paris 1938) t a b . 6 A B IV.I4; C. H . G O R D O N , J B L 79 (1960); Z A W 75 (1963) 226.
317
Ugaritic Textbook 225. Cf. L . VERGOTTE, en E T L 39 (1963) 447-52.
310 Cf. C. H . G O R D O N , O.C. ( R o m a 1965); Clossaire n . 1 0 8 4 p.410; J. A I S T L E I T N E R , 318 Cf. E. L I T T M A N N , en A F O 11 (1936) 162.
Wórterbuch der ugaritischen Sprache (Leipzig 1965) n . 1 1 5 1 . 31 9 Cf. B. HROZNY, Inschriften und Kultur der Proto-lnder von hdohendo-Daraund Ha-
3 " Cf. J. GRAY, The YHWH en the Religión of Canaan: J N E S 12 (1053) 278-83; ID., The rapa: A O r 13 (1942) I-I02S, esp. p.52.
320
Legacy of Canaan (SVT 25 [1965]) 180-84; M . P O P E , en Gótter und Mythen im vorderen Cf. J. L E W Y , Influences hurrites sur Israel: Rev. des Études Sémitiques (igj8) 49-75;
Orient (Stuttgart 1965) 291-92. 321
Cf. M . BUBER, Moses ( A m s t e r d a m 1953); S. M O W I N C K E L , The Ñame of Cid Moses,
312 Cf. B. LANDSBERGER, en Z A 35 (1924) 24 n.2; J. L E W Y , en Orientalia 15 (1946)
en H U C A 32 (1961), 121-33.
362-93. 322
313
Cf. A. F I N E T , Iawi-ila, roi de Talhayum: Syria 41 (1964) 117-42. Cf. H . KOSMALA, The Ñame of God (YHWH and HU), en A S T I 2 ( i g 6 3 ! , i o 3 - i o 6 .
N . W A L K E R , Concerning HU and ANI HU' e n Z A W 74 (1962) 205-206.
240 V. Los israelitas en Egipto Historia de Moisés 241
323 333
como Abi-hú, equivalente a Abi-El; Eli-hú y Eli-yau . Y de blos del antiguo Oriente . Con todo, la mayor dificultad es-
hecho, en Is 43,10.13 encontramos la expresión 'Ani-hú («yo triba en que la raíz hawwáh no aparece en los textos bíblicos
él») 324 . Y en algunos textos de Qumrán, en una paráfrasis de en sentido causativo, y para expresar la idea de «crear» se utili-
Is 40,3, se reemplaza el tetragramma YHWH por hw-h' 325. zan otros términos 334 . No obstante, en arameo y siríaco se
Hoy día, los musulmanes en sus recitaciones del dhikr, repi- emplea en forma causativa la raíz hwy-hw'.
tiendo el nombre de Dios bajo diversos nombres, dicen Allah- Generalmente, los autores interpretan el nombre de Yahweh
hú, con un epíteto, o Huwa: «El». Pero aquí Huwa no designa en forma kal, significando «el que es», aunque no están de
un nombre divino particular, sino que es un pronombre en- acuerdo al determinar su sentido específico, puesto que puede
fático: Dios es «El» por antonomasia. entenderse en el,sentido del «existente» por antonomasia, en
Comúnmente, los lexicólogos suponen que, tras del nom- contraposición a los ídolos, que no tienen vida ni existencia,
bre de Yahweh de los textos bíblicos, hay una raíz arcaica sino que son inertes 335, sin que ello signifique la «aseitas» en
cananea: el verbo hwh o hwy, que significa «ser» o «existir». En sentido filosófico perfilado helénico, como parece insinuar la
acadio. su equivalente ewi-emu significa «cambiarse en», «ha- versión griega de los LXX: eyeó dui ó cov: «Yo soy el Existen-
cerse como», «hacer semejante a». Por otra parte, la raíz hwy es te» 336 (Der Seiende) 337. Pero en un sentido más amplio es
corriente en arameo 326 , nabateo, palmirano y siríaco bajo las aceptable esta interpretación, en cuanto que se aludiría a lo
formas de hwh, hw', hwy. En algunos textos bíblicos aparece permanente de Dios, origen de todas las cosas, frente a la muta-
esta forma aramea hwh 327. Pero generalmente aparece bajo la bilidad de los seres. De hecho, en un himno mesopotámico,
forma derivada hebraica de hyh. En Job 37,6, hawáh significa al dios lunar Sin de Babilonia se le llama «fruto que se produ-
«caer»; de ahí parecen derivar los sustantivos huwwáh, «destruc- ce a sí mismo» 338; en los Misterios de Isis y Osiris, un dios es
ción», y howáh, «desastre»; en árabe tenemos la raíz hwy, «caer», llamado «creador de su propio nombre»; en el Libro de los
tirar de arriba. En este supuesto, se ha querido considerar a muertos, Ra es proclamado «Dios nacido por sí mismo» 339 .
Yahweh como a un dios de las tormentas, que hace fulgurar el Y en el himno a Amón se le califica como «el que hace existir
rayo en el Sinaí 328 . todo» 340 ; incluso al faraón Amenhemet III se le llama «el que
ha hecho existir lo que ha de existir» 341 . Y en las Instrucciones
Por otra parte, hwy significa también en árabe «amar con
de Merikare (a fines del tercer milenio a.C), el faraón Achtoes,
pasión»; de ahí el sustantivo hebraico hawwáh, «deseo». En ese hablando de sus luchas victoriosas contra los beduinos, que
caso, Yahweh sería el que ama apasionadamente, el «apasio- amenazaban las fronteras de Egipto, dice: «Yo soy lo que
nado» 329 , en relación con el hebreo '.awh, «desear» 3 3 °. Pero, soy» 342 . Es un modo enfático de afirmar su personalidad di-
generalmente, se relaciona Yahweh con la idea de «ser» o de ciendo que es muy poderoso. En la expresión bíblica similar
«existir». Mas en ese supuesto puede ser una forma causativa, «yo soy lo que soy» 343 , puesta en boca del Dios salvador de
y significaría «el que hace ser» o confiere el ser o existencia a las los israelitas, indica también su autonomía y poder omnímo-
creaturas: el Creador 331 . Esta noción, que parece muy abs- do, sin dependencia de nadie; pero como poco antes, en el
tracta 332 , no es totalmente ajena a la mentalidad de los pue-
323 78; In.^From the Stone Age to Christianity (Baltimore 1946) 197-99; J B L 67 (1948) 3"9-8o;
Igualmente los n o m b r e s M i k a - h u y M i k a - E l , Mika-yau, Mika-yah. C B Q 2 5 (1963) 10; D . N . FREDMANN, en J B L 79 (1960) 151-56; F R . M . CROSS, e n H T R 55
324
Cf. Is 41,4; 48,12; D t 32,39; Sal 102,28: Attah hú: «Tú eres él». (1962) 253-
3 " Manual de Disciplina VIII, 1 3 ; cf. III, 17.25; IV, 25, d o n d e hui'-h' equivale a D i o s . 333
Cf. R. DE V A U X , o . a , 329.
326
Cf. C H . F . J E A N - J . H O F T I J Z E R , Dictionnaire des Inscriptions Sémitiques de l'Ouesi 354 Cf. W . EtcHRODT, Theologie des AT I (Stuttgart 1959) 118.
(Leyden 1965) 63. 33
= Cf. C. H . RATSCHOW, Werden und Wesen: B Z A W 6 6 (1941) 81; T . H O M A N , D a s
327
Cf. G e n 27,29; Is 16,4; Ecl 2,22; 11,3; N e h 6,6. hebraischen Denken im Vergleich mit dem griechischen ( G ó t t i n g e n 1965) 37; es la existencia
328
Es la opinión de J. W e l l h a u s e n y d e Lagarde. Cf. H . BAUER-LEANDER, Historische en acción: el Dasein, el (devenir»; cf. J. BARR, The Semantics ofBiblical Language ( L o n d o n g ó i )
Grammatik der hebraischen Sprache I (Halle 1922) 24 n.2. 68.71.
32
' Cf. S. D . G O I T E I N , YHWH The Passionate: V T 6 (1956) 1-9. 336
Lagrange concede q u e la versión griega fuerza u n poco la nota: R B ( 1 9 0 3 ) 3S0.
330
Así el sustantivo hawwah: M i q 7,3; Prov 10,3; 11,6. 337 E 3 l a traducción d e P . H E I N I S C H , Das Buch Exodus (1934) 52; cf. F . CEUPPENS.Hieo-
33
> Cf. E. K O N I G , Theologie des AT (1923) 146; W . E I C H R O D T , Theologie des AT 1 (1933) togia Bíblica I 25.
92; M . J . LAGRANGE, Eletjahve: R B 12 (1903) 374; J- O B E R M A N N , The Divine Ñame YHWH 33
¡> Cf. H . GRESSMANN, e n A O T (1926) 241.
in the Light of Recent Discoveries: J B L 68 (1949) 301-23; I D . , Survival ofa an Oíd Canaanite 33
« Cf. E. K Ó N I G , o . c , 142.
Participle and Its Impact on Biblical Exegesis: J B L 70 (1951) 199-209. A esta h i p ó t e s i s se 3
<"> PRITCHARD, en A N E T 365-67.
opone G. R. DRIVER, Reflections on Recent Anieles: J B L 73 (1954) 125-31. 3"i Cf. A S A E 40 (1940-41) 217.
332 3
Cf. S. M O W I N C K E L , en H U C A 32 (1961) 128; W . VON S O D E N , en W O 3 (1964) 1 8 2 . "»2 PRITCHARD, en A N E T 416b; cf. A . A L T , Z A W 58 (1940) 159-60.
Pero interpretan Yahweh en s e n t i d o causativo W . F . A . A L B R I G H T , en JBL 48 (1924) 3 7 0 - 3
« E x 3,14.
242 V. Los israelitas en Egipto
La epopeya del éxodo 243
v. 12, ha dicho a Moisés: «Yo seré contigo», aludiendo a la ayu-
otros representantes de la magia egipcia, que son vencidos es-
da que le ha de prestar para liberar a su pueblo de la opresión,
trepitosamente por el semibeduino hebreo 347 . E n todo esto
del conjunto del contexto se deduce que, además de la idea de
hay una clara ironía, con tendencias marcadas avoloséticas p a r a
trascendencia y misterio incluida en el nombre de Yahweh, está
hacer ver a los lectores que por encima de la sabiduría y magia
la de una presencia dinámica, al par que es una respuesta evasi-
egipcias está el poder del Dios salvador de Israel.
va: «Yo soy el que soy». D e este modo, muestra su autonomía
Por eso, las «plagas» fmaeeeyáh) 3 4 8 son en realidad, ante
e independencia total frente a toda limitación posible implicada
todo, «prodigios» (moyét) 3 4 9 y «signos» Cdt) 3 5 0 , lo que nos
en u n n o m b r e determinado 344 . Al menos, éstas parecen ser
da la clave para interpretar la historicidad general de los rela-
las interpretaciones de los autores bíblicos sobre el misterioso
tos. En este supuesto es superfluo buscar explicaciones mera-
tetragrammaton de Yahweh, n o m b r e aplicado al dios de Israel
mente naturales a las plagas de Egipto, ya que para los autores
desde los tiempos mosaicos, cuyo origen y sentido primordial
bíblicos son manifestaciones taumatúrgicas extraordinarias de
se pierde en la noche de los tiempos. Es lo que viene a procla-
índole supranatural. Con todo, los autores modernos han pre-
mar la frase del profeta: «Yo soy Yahvé, tu Dios, desde el país
tendido ver en las descripciones de las plagas explicaciones
de Egipto» 345 ; y el prólogo al decálogo: «Yo soy Yahvé, tu
midráshicas de determinados fenómenos insólitos que perió-
Dios, que te sacó de la tierra de la servidumbre» 3 4 6 . D e este
dicamente se dan en el valle del Nilo. Las explicaciones son
modo, el nombre de Yahweh aparece esencialmente vinculado
varias y pintorescas, pues se ha apelado a determinados trastor-
a la gran epopeya nacional por antonomasia, que dio lugar a la
nos por efecto de conjunciones de cometas con la tierra, dando
configuración de las tribus de Jacob como teocracia anfictióni-
origen al color rojizo del Nilo, a la erupción de pústulas y a
ca en tensión hacia la ocupación de la tierra de Canaán.
vendavales de polvo del desierto 351 . Pero la explicación naturis-
ta más corriente es la de suponer que las plagas son manifes-
<;. L A EPOPEYA DEL ÉXODO: LA LIBERACIÓN DE LA SERVIDUMBRE taciones periódicas que se dan en Egipto en determinadas
épocas. H e aquí cómo sintetiza R. de Vaux estas supuestas
a) Las plagas de Egipto explicaciones dadas por diversos críticos modernos: «Una cre-
cida excepcional del Nilo durante julio y agosto le da u n color
Con la revelación del nombre de Yahweh (explicación teoló-
rojizo, proveniente del barro, con la presencia de animales,
gica convencional en función de la asistencia divina a Moisés
como el euglana sanguínea; sus bacterias son acarreadas por
para liberar a su pueblo) comienza la gran epopeya de la eman-
el Nilo Blanco; estos organismos microscópicos absorben mucho
cipación de la descendencia de Jacob. Los relatos bíblicos lle-
oxígeno, por lo que mueren los peces (primera plaga). A l o r a
van el sello de la literatura épico-sacral, en la que lo milagroso
bien, los peces muertos infectan los juncales y las orillas del
a ultranza priva sobre lo real y verosímil; es el clásico midrash
Nilo. Entonces, las ranas que viven en ellas se alejan y refugian
judaico, especie de narración novelada a base de u n hecho
donde está húmedo y fresco, en las casas. Pero, contaminadas
histórico, en la que se multiplican las intervenciones tauma-
con microbios, el baccillus anthracis, mueren al fin (segunda
túrgicas divinas al servicio del pueblo d e Israel con fines de
plaga). Por otra parte, la crecida excepcional del Nilo proToca
edificación. Parece que los relatos de las plagas están calcados
una proliferación de mosquitos (tercera plaga). Y en esa época,
en ciertos fenómenos naturales que periódicamente se dan en
una mosca llamada stomoxis calcitrans, de origen tropicil y
el país del Nilo. En este supuesto, el recuerdo de ciertas epi-
subtropical, se multiplica durante la crecida y pica a las bes-
demias y desbordamientos del Nilo dio origen a una interpre-
tias y a la gente (cuarta plaga). Y el ganado, echado a pacer,
tación midráshica de la historia de los orígenes de Israel como
contrae el baccillus anthracis, del que se impregnan la hierba
pueblo. E n efecto, según el relato bíblico, Moisés actúa con
su varita mágica como un supermago, en competencia con 31' Cf. Ex 7,8-30.
"8 Ex 9,14.
344 3« Ex 11,9.
Sobre la interpretación del nombre de Yahweh cf. A. M. DTJBARLE, La signification
du nom de Yahweh: RScPhTh (1951) 3-21; G. LAMBERT, Que signifie le nom divin YHWHh 350 Ex IO.I.2.
351
NRTh 74 (1952) 897-915; E. DHORME, Le nom de Dieu d'hraél: Rev. d'Histoire des religions Cf. í. VELIKOVSKY, Welten im Zusammentoss (1951) 63-106; G. FOGRER, Überlijning
CXLI (1952) 5-18; M. GARCÍA CORDERO, Teología de la Biblia I (1970) 41-56. und Geschichte des Exodus: BZAW 91 (1964) 76; A. G. GALANOPOULUS, Die ágypixhen
34
5 O s 12,10. Plagen und der Auszug hraels aus geologischer Sicht: Das Altertum 10 (1964) i3l-34;opi-
3
« Ex 2 0 , 1 . nión en contra de W. KREBS, ibid., 12 (1966) 135-44. Todas estas opiniones resultan infan-
tiles en aras de un concordismo trasnochado.
244 V• Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 245

y el suelo después de la muerte y putrefacción de las ranas. Pero el sello de unas fioretti edificantes para destacar el poder y p r o -
en el delta, donde el ganado va al prado más tarde y donde las videncia del Dios de Israel frente a los opresores egipcios. E n
lluvias lavan la tierra, el ganado de los israelitas es salvado efecto, las plagas se suceden en u n crescendo gradual, hasta
(quinta plaga). Las úlceras son de ántrax; el mal es transmitido culminar en la muerte de los «primogénitos», que puede ser
por la mosca stomoxys calcitrans, que ataca a las bestias y a la el eco d e alguna epidemia excepcional q u e sembró la m o r t a n -
gente en casa, y a la gente en los establos y en las casas a fines d a d e n t r e las familias de Egipto. Para valorar las afirmaciones
de diciembre (sexta plaga). A principios de febrero, el granizo del texto bíblico hemos de tener en cuenta el género literario
destruye el lino y la cebada, pero no el trigo y la espelta, que hiperbólico, tan querido de los escritos orientales, y también
son más tardíos (séptima plaga). Así, en u n año especialmente es preciso tener en cuenta la imaginación popular en la forma-
húmedo, las langostas emigran en grandes cantidades de Arabia ción de las antiguas tradiciones bíblicas, con tendencia siempre
del Norte hacia Egipto empujadas por el viento del este (octava a exagerar las intervenciones taumatúrgicas del Dios de Israel.
plaga). Y la crecida excepcional ha dejado u n depósito espeso Y aquí lo que se trata es de ridiculizar el poder limitado de los
de tierra rojiza y polvoriento, que es levantado por el primer secretos de la magia egipcia.
viento siroco a principios de marzo. Son las tinieblas. Pero los E n efecto, en el relato bíblico se juega con u n trasfondo
israelitas se ven libres de ellas, porque en el wady Tumilat lugar folklórico 3 5 3 de sello netamente egipcio: así, se habla del bastón
de su residencia, hay una depresión perpendicular al valle del cambiado en serpiente, y viceversa, portento que realizan Moi-
Nilo, donde sopla el siroco y es protegido del viento (novena • sés y los magos 354 . A este propósito comenta el eminente egip-
plaga). Y la última plaga no sería originariamente la muerte tólogo M O N T E T : «La magia era, para el común del pueblo, u n
de los b'korím («primogénitos»), sino la destrucción de las pri- medio de defensa contra la enfermedad y los accidentes, contra
micias, bikkurím, de lo que quedaba del trigo y de la espelta los malos presagios y contra los enemigos. Así, el papiro
después del granizo y de las langostas; esta destrucción habría Westcar habla de algunos magos que son capaces d e poner
sido causada por el siroco o viento solano. Como los israelitas en su lugar una cabeza cortada, de encontrar un objeto perdido
habían sido protegidos del siroco, se libraron también de esta poniendo la mitad del agua del lago sobre la otra mitad, de
plaga» 3 5 2 . cambiar u n cocodrilo de cera en un verdadero cocodrilo que
Estas explicaciones son ingeniosas e imaginativas, y parecen viene a ocuparse de u n culpable y lo arrastra al fondo del
montadas sobre la periodicidad de ciertos fenómenos como agua» 355 . La lectura de un libro mágico que se suponía escrito
el llamado «Nilo Rojo», que se observa cada año al principio por el dios T o t h confería los poderes más inverosímiles. Así,
de su crecida. Pero los detalles de la descripción bíblica llevan se dice en u n texto: «Si tú recitas la primera fórmula, encanta-
352
rás el cielo, la tierra, el m u n d o de la noche, las m o n t a ñ a s y el
R. DE VATJX, O . C , 340-41; K. A. K I T C H E N , Ancient Orient andOld Testament (Chica-
go 1966) 157. H e aquí cómo explica M o n t e t las diversas plagas: El Nilo rojo aparece durante agua; tú comprenderás lo que los pájaros del cielo y los reptiles
la inundación cuando las olas empujan las aguas q u e h a b í a n quedado en las m a r i s m a s en dicen... Si tú lees la segunda fórmula, aunque estés e n la tum-
el año precedente: es el Nilo verde, q u e da dolores de vejiga. El agua filtrada p u e d e tomarse.
Después viene el Nilo rojo. Según Maspero, el t o n o rojizo es intenso; parece como si a veces ba, volverás a tomar la forma que tenías sobre la tierra» 356.
corriera sangre fresca (Histoire I 23). Por otra parte, el c a m b i o del agua en sangre es un
motivo q u e aparece e n los textos mágicos. Así, dice u n m a g o : «Si yo soy vencido, cuando D e hecho, los magos se desafiaban mutuamente a realizar
bebas o comas, el agua se convertirá en color de sangre ante ti, el cielo se convertirá e n color
de sangre delante de ti» ( M A S P E R O , Contes populaires 150). Respecto de las langostas h a y que los mayores prodigios, el más difícil todavía, sobre t o d o si se
decir q u e esta plaga es mencionada en la sátira de los oficios q u e impiden al agricultor ser
bien pagado conforme a su trabajo. Los egipcios llevaban amuletos para q u e los dioses les
contraponían u n egipcio y u n extranjero. Así, una v e z s e pre-
libraran d e ella ( L . KEIMER, en Ánnales du Service X X X I I I 100). sentó u n etíope al palacio del faraón con un pliego oculte, de-
Granizo: el 15 de mayo d e 1945, después de u n calor sofocante, cayeron p i e d r a s de
granizo como nueces d u r a n t e cincuenta minutos, a r r a s a n d o las cosechas y afectando a los clarando que si, sin ayuda ajena, sabía leerlo, estaba claro que
animales (testimonio d e M o n t e t testigo del hecho; p.97). Egipto valía menos que Etiopía 357 . Y en otro c u e n t o s e dice
Tinieblas: en 1930 vino del oeste u n a n u b e negra c o m o tinta; cuando se p u s o sobre
nosotros, toda la comarca q u e d ó envuelta en tinieblas, con m u c h o polvo. El f e n ó m e n o duró que u n brujo etíope se apoderó por encantamiento d e l faraón
veinte m i n u t o s . H e r o d o t o dice q u e el ejército de C a m b i s e s sufrió un gran revés, p u e s fue
sepultado por las arenas del desierto en medio de la oscuridad producida por u n torbellino durante la noche y le transportó a su país, donde le d i o q u i -
de arena ( H E R O D O T O , III 26). Según u n c u e n t o egipcio, u n mago etiópico, m i e n t r a s el rey
353
de los negros echaba la siesta, se propuso lanzar u n e n c a n t a m i e n t o sobre Egipto para obligar Cf. F . DUMERMUTIÍ, Folklorisches in der Erzáhlung von den ágyptischen Plagen.ZAW
al pueblo egipcio a pasar tres días y tres noches sin ver la luz (MASPERO, Contes populaires 143). 76 (1964) 323-25-
354
Por t o d o ello comenta M o n t e t : «Las plagas de Egipto p u e d e n pasar como la recapitulación Ex 7,20-22.
355
de calamidades y molestias q u e , sin la m e n o r intervención sobrenatural, afectaban a los Cf. G. LEFÉBVRE, Romans et contes 74-76.
356
habitantes del delta oriental... Y se pensaba q u e estos fenómenos se debían a dioses malé- MASPERO, Contes populaires 108.
357
ficos q u e u n m a g o podía evitar con su ciencia esotérica» ( M O N T E T , O.C, 97). I D . , o . c , 139.
246 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 247

nientos latigazos. Iba a comenzar d e nuevo a golpearle, cuando b) L a salida d e E g i p t o


u n mago egipcio se fue al templo de T o t h e impidió al etíope
su tarea; y se apoderó del rey de los negros y le infligió la ley Después de referir los portentos de las plagas, que se suce-
del talión 358 . den en serie en u n crescendo para convencer al faraón d e la
En este contexto d e prácticas mágicas h a y q u e entender necesidad de dejar salir a los hebreos hacia las estepas del
los relatos bíblicos en que se presentan a los magos y a Moisés Sinaí para «adorar a su Dios» 363 *, el relato adquiere el aire neto
(o a Aarón), rivalizando en la realización de portentos inaudi- de u n a epoyevn idealizada en función de determinados postu-
tos e inverosímiles 3 5 9 . Los juegos con serpientes estaban a la lados apoloeético-teológicos. pues se van a enfrentar el poder
orden del día en el antiguo y moderno Oriente. Las fórmulas h u m a n o del faraón y el superior de Yahvé, q u e terminará
mágicas contra las mordeduras de serpientes eran muy cotiza- con una victoria total sobre el poder faraónico, simbolizado
das; y, d e hecho, se presenta a Horus como u n niño d e pie en el ejército egipcio, anegado en el m a r Rojo. H a y perfecta
sobre dos cocodrilos, teniendo e n sus manos escorpiones y ser- unidad general en la secuencia de los diversos relatos conforme
pientes. Y con invocaciones a esta divinidad, los egipcios pre- al módulo de la épica sacral idealizada. Es como u n a antici-
tendían librarse de sus mortíferas mordeduras. Por otra parte, pación de la lucha entre David y Goliat en la guerra con los
los encantadores d e serpientes hacían trucos, inmovilizándolas filisteos; y el paso del mar Rojo parece también como una anti-
como si fueran u n bastón 3 6 ° , como hacen hoy día los que ma- cipación del paso del Jordán hacia la tierra de promisión. E n
nipulan serpientes e n las plazas públicas de Oriente. E n la efecto, Israel es u n pueblo materialmente minúsculo e n com-
representación de u n escarabajo egipcio aparece u n hombre paración con el ejército faraónico; pero es el pueblo d e Dios,
que tiene en su mano derecha u n a serpiente rígida como un en el que se encarnan sus designios salvíficos frente a toda opo-
bastón 361 ; en u n bajorrelieve d e u n templo aparece u n hom- sición histórica humana. Por eso, la gesta del Éxodo es el
bre llevando cuatro becerros de diversos colores; en la mano hecho culminante salvífico de la historia del pueblo d e Israel
derecha, u n látigo, y e n la izquierda, u n bastón con cabeza que servirá de modelo para idealizar el retorno de la cautividad
de serpiente. Y en u n cuento se dice q u e u n mago quiso apo- babilónica. D e hecho, la historia bíblica se desarrolla siempre
derarse de u n cofre que estaba guardado por serpientes, escor- conforme a unos esquemas teológicos bien definidos, q u e surgen
piones y toda clase de reptiles, pero los inmovilizó con sus en los santuarios israelitas una vez instalados en Canaán, donde
fórmulas secretas 362 . E n este trasfondo d e manipulaciones má- en cada generación se reconsidera el sentido de la azorosa his-
gicas de serpientes hay que entender los relatos bíblicos, en toria del pueblo elegido a la luz de la conciencia de elección
los que se dice q u e Moisés (o Aarón) convirtió su cayado en y de la atmósfera del hesed de la alianza. Porque Y a h v e se ha
una serpiente, lo que consiguieron t a m b i é n los magos 3 6 3 . Son comprometido con su pueblo como «primogénito» entre todas las
leyendas folklóricas perfectamente enmarcadas en las costum- naciones; y por eso, de cuando e n cuando se hace manifestar
bres egipcias de la época y q u e sirven para mostrar el poder con «brazo extendido» y con gestas salvadoras para «santificarse»
taumatúrgico del libertador d e Israel. o mostrar su superioridad y p o d e r ante todas las naciones '63**.
El pueblo de Israel, llevado de su conciencia de elección y es-
358 l D . , i b Í d . , 143- poleado por el dinamismo profético de su historia, interpretada
359 E x 7,22-30.
360 Cf. L . K E I M E R , Histoires de serpents dans l'Égypte ancienne et moderne, e n Mem. Ins- por genios d e hipersensibilidad religiosa, n o se ha resignado
criptions de Egypte (1947) 19S.
361 MONTET, O.C., 92.
nunca a u n estado de postración a pesar de su pequenez política
362 M A S P E R O , Contes populaires, 112. frente a los grandes imperios, q u e imponen su d o m i n i o en el
363 E x 7,22-30. Ya los autores clásicos aludían a las manipulaciones d e los encantadores
de serpientes. A s í dice S I L I O ITÁLICO: «Ad q u o r u m cantus mites jacuere cerastae», I I I , 303; antiguo Oriente. Consciente d e ser el pueblo elegido por
ID., I , 4 i i ; V, 354; ESTRABÓN X V I I , 44; P L I N I O , Historia Nat. VII, 2; ARISTÓTELES, Mirabil.
I 5 I ; L U C A N O , Farsalia IX, 890; V I R G I L I O , Eneida V I , 7 5 3 ; COLUMELA X, 367; FILOSTRATO,
Dios, ha reaccionado con u n complejo de superioridad religiosa
Vita Apol. III, 8; cf. Sal 69, 5; E c l 10,21; J e r 7,17. frente a los poderes aplastantes d e los grandes colosos políticos
del antiguo Oriente; y p o r eso h a sabido «idealizar» e l pasado
en función de una tensión hacia u n futuro de p l e n i t u d ; des-

363* Ex 5,1.3.
363«» £ z 36,23.
248 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 249

quite ante los tradicionales pueblos opresores. De ahí que Cades; los segundos, acaudillados por Moisés, habrían salido
en los centros culturales y proféticos haya surgido una literatura en dirección sudeste, hacia el macizo montañoso de la penín-
de evasión para hacer frente a las calamidades presentes. Y así, sula sinaítica. Allí se organizarían de modo rudimentario, bajo
de esta conciencia de elección, surgen sus pretensiones «mesiá- la inspiración de Moisés y su suegro Jetró, a base de una alianza
nicas» de dominio sobre los otros pueblos bajo la égida de un o berith (con un núcleo primitivo legislativo según las circuns-
Dios que se ha comprometido históricamente con su pueblo, tancias ambientales), lo que dio origen a la constitución de la
que aspira al establecimiento de la teocracia ideal, superadora teocracia hebraica 365. Surge así el «yahvismo», que habría de
de la sellada en las estepas del Sinaí. canalizar y absorber todas las aspiraciones religiosas de todas
Al hablar de la salida de los israelitas de Egipto, los textos las tribus cuando el grupo acaudillado por Moisés entró en
bíblicos suponen que salieron en bloque, dirigidos por Moisés, contacto con los otros grupos del exodo-huida, afincados ya en
para constituir la teocracia en el desierto, viéndose así libres Cades y en el sur de Canaán. Luego, al entrar el grupo de Moi-
de toda vinculación idolátrica y recuperando la fe en el Dios sés por el lordán, terminaría por absorber a los clanes y tribus
de los padres. El motivo de la salida es la opresión a que esta- afines, que se supone descendientes de Jacob y que residían en
ban sometidos los hebreos bajo un faraón que «no había cono- Canaán desde hacía mucho tiempo; incluso algunos no habrían
cido a José» 364 . Pero para valorar este hecho hemos de tener bajado a Egipto 366 . Esta hipótesis explica muchos hechos de
en cuenta que los escritores bíblicos simplifican los aconteci- la conquista bajo Tosué. y es preciso tenerla en cuenta, pero sin
mientos en función de determinadas preocupaciones teológicas; urgiría demasiado ni minimizar la importancia del grupo con-
y así, dan de lado a los que no interesan para susfinesapologético- quistador dirigido por Josué, que llevaba la antorcha del «yah-
teológicos. Por ello, el historiador tiene que ser cauto al valorar vismo» surgida en el Sinaí bajo el genio inspirador del caudillo
los hechos relatados en estas tradiciones bíblicas, consciente libertador, Moisés 367.
de que la historia de las tribus tuvo que ser más compleja de lo Podemos suponer que, al ser expulsados los invasores hicsos
que se relata en los textos sagrados. En efecto, puesto que los de procedencia asiática, los faraones de la XVIII dinastía tebana
descendientes de Jacob residían en la zona oriental del delta persiguieron sistemáticamente a los «colaboracionistas» asiáticos
cuando las cosas no les iban bien, podemos suponer que deter- que se habían filtrado en el delta; y entre ellos a los hebreos,
minados clanes o tribus debieron de emigrar por su cuenta que habían sido especialmente favorecidos por un «visir» de su
hacia Canaán, la tierra de sus antepasados; sobre todo cuando misma raza; por eso fueron sometidos a trabajos forzados. Esta
los hicsos, sus protectores asiáticos, tuvieron que abandonar el situación era insostenible, y en cuanto se les presentó la pri-
delta. No sabemos cuánto tiempo estuvieron los hebreos en
Egipto, pero es de suponer que algunas centurias; y en ese 365
Cf. Ex 20,is; 24,is; 3 4 , i s .
366 Véase la exposición d e esta teoría e n R. DE VAUX, O.C-, 352.
tiempo, no pocos descendientes de Jacob, atraídos por la liber- 3Ó
? A este propósito comenta R. de Vaux: «Igual q u e h u b o muchas entradas en Egipto,
tad de los semibeduinos de Canaán, debieron de emigrar hacia h u b o muchos éxodos: grupos de expulsados y de huidos. Estos dos éxodos p o d r í a n explicar
la dualidad de las tradiciones q u e siguen la ruta del norte y la ruta del sur p a r a la salida d e
el norte antes de que Moisés tomara la iniciativa de dirigir el Egipto, la tradición de Cades y la tradición del Sinaí, la conquista por el sur y la otra a partir
d e Transj'ordania. E n este supuesto, la tradición sobre el éxodo-expulsión se continuaría con
éxodo masivo hacia las estepas del Sinaí. Así, pues, podemos la salida por el norte, Cades, y entrada e n Canaán, por el sur; la tradición d e l éxdo-huida
se continuaría con la salida por el este, c o n el milagro del mar, el Sinaí y la conquista de
suponer que no pocos israelitas se instalaron en Canaán antes TransJordania» (R. DE VAUX, o . c , 353)- P e r o , si admitimos «muchos éxodos», n o h a y por
del siglo xni a.C, en que se suele situar la salida del pueblo q u é reducirlos a dos; y por ello no p a r e c e conveniente hablar de éxodo-expulsión y éxodo-
huida, sino de diversas circunstancias q u e favorecieron la salida de los descendientes de
de Israel bajo la égida de Moisés. Jacob del país d e los faraones e n distintas épocas camino d e Canaán; así, p o d e m o s suponer
q u e determinados clanes, y a u n tribus, p u d i e r o n salir por conveniencias e c o n ó m i c a s y otros
En los textos actuales bíblicos, algunos críticos distinguen fueron expulsados en diversas ocasiones s e g ú n las múltiples fricciones con l a s autoridades
egipcias. Por ello, en el decurso d e v a r i a s generaciones podemos pensar e n u n continuo
entre el éxodo-huida de los israelitas ante las negativas del reflujo de israelitas hacia Canaán, la t i e r r a d e los antepasados, en contacto c o n otrcs grupos
asiáticos, sobre todo después d e la e x p u l s i ó n de los hicsos bajo la XVIII dinastía tebana (s.xv-
faraón (tradición representada por el <<vaTvvistaT^-^áJLxel éxodo- xiv a . C ) , q u e persiguió s i s t e m á t i c a m e n t e a los «colaboracionistas» de p r o c e d e n c i a asiática.
expulsión, debido al mandato del faraón para verse libre de Por otra parte, no hay n i n g ú n indicio c l a r o d e q u e el g r u p o de israelitas g u i a d o s p«r Moisés
se encontrara con otro g r u p o a n t e r i o r m e n t e asentado en Cades. N o se p u e d e simplificar
las plagas (tradición atribuida al «elohista»). Los primeros ha- la historia en esquemas dicotómicos frente a la simplificación de los redactores b í b x o s , que
presentan a todos los descendientes de J a c o b saliendo e n bloque con Moisés h a c i a Lis estepas
brían salido por su cuenta y se habrían instalado en los oasis de del Sinaí. El problema histórico es m á s complejo. Y es verosímil que el c o n t a c t o ¿el grupo
3<¡4 E x 1,8. mayoritario, dirigido por Moisés o J o s u é con poblaciones étnicamente a f i n e s m Cades
o Canaán, facilitara la conquista d e este p a í s , en el q u e ya vivirían d e s c e n d i e n t e s del propio
3M* Se le atribuyen los textos d e Ex 3 , : 8 ; 5,3; 7,16.26; 8,4.16.21-23; 9.1.13; 1 0 , 3 . 7 - n . Jacob, asentados siglos antes en la región cananea.
24-26.
250 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 251

mera ocasión huyeron hacia el desierto en busca de la ansiada


libertad del seminómada ganadero, que prevalecía en las regio- c) Fecha del éxodo
nes de Canaán, donde antes habían residido sus antepasados. A u n q u e haya habido varias salidas de determinados grupos
D e hecho, ya Abraham había sido expulsado de la zona fron- hebreos de Egipto hacia Canaán, sin embargo, el texto bíblico
teriza egipcia por las autoridades locales 368 ; en ese supuesto, sólo se preocupa de la suerte del grupo acaudillado por Moisés,
el éxodo masivo de los hebreos dirigidos por Moisés es la r e - que iba a ser el núcleo de la teocracia hebraica que iba a nacer
petición en mayor escala de u n hecho que periódicamente se en las estepas del Sinaí a base de u n rito antropomórfico de
daría en la fricción constante de los egipcios con los desprecia- Alianza o vinculación jurada del Dios salvadoi con los hijos
dos asiáticos, que eran aficionados a la razzia e inquietaban de Israel. Según el esquema simplificador histórico-teológico
a las poblaciones sedentarias del delta 3 6 9 . de los autores bíblicos, los hijos de Jacob entraron en bloque en
Según Manetón el egipcio ("s, n i a . C ) , citado por Flavio Egipto 374 , y salieron también en bloque con Moisés cuando se
Josefo 3 7 ° , los «reyes pastores» (hicsos) fueron expulsados de había iniciado una etapa de persecución masiva contra ellos 3 7 5 .
Egipto y asediados en Avaris. Después de una capitulación Ahora bien, en este supuesto, ¿cuándo salieron los hijos de
honrosa salieron, atravesaron el desierto y edificaron e n Judea Israel de Egipto? ¿Bajo qué dinastía egipcia? ¿Cuál fue el fa-
una ciudad, que llamaron Jerusalén. E n esta leyenda parece raón perseguidor y el faraón del Éxodo?
que se identifica a los hicsos con los hebreos. E n otro texto, En realidad, los datos bíblicos solos son muv imprecisos, ya
Manetón habla de los «impuros», que serían los hebreos, aso- que no se nombra ningún faraón concreto en toda la historia
ciados a los hicsos 371 . M á s curiosa es la cita de Diodoro de sobre la estancia de los israelitas en Egipto. Y así como no sa-
Sicilia 372 , quien, a su vez, cita a Hecateo de Abdera (en su bemos exactamente cuándo los hijos de Jacob bajaron a Egipto,
libro Eyptiaca) en estos términos: «Al declararse una epidemia tampoco podemos determinar bien el momento de s u salida
en Egipto, el vulgo lo atribuyó a la cólera de la divinidad. En- del país de los faraones. Con todo, los datos arqueológicos nos
tonces el país estaba poblado p o r muchos extranjeros d e toda pueden ayudar a buscar una fecha verosímil (con u n margen
especie, que practicaban, en materia de religión y de sacrificios, aproximativo de una centuria), para el éxodo de los hebreos
ritos particulares... Entonces los indígenas se persuadieron de dentro de la historia de Egipto y de Canaán. D e hecho, los
que, si n o expulsaban a los extranjeros, n o se librarían jamás datos bíblicos no coinciden al determinar el tiempo q u e estu-
de sus males. P o r eso se procedió a su expulsión... L a masa de vieron los hebreos en Egipto, pues, según G e n 15,13-16, Dios
la plebe emigró al país llamado Judea... A la cabeza d e esta hizo 1? siguiente promesa a Abraham: «Tu descendencia será
colonia estaba u n personaje llamado Moisés, que fundó en esclava en tierra extranjera durante cuatrocientos años, y a la
este país, entre otras ciudades, la de Jerusalén». E n realidad, cuarta generación volverá aquí». Es la cifra que da San Esteban
este extraño relato debe basarse en las tradiciones bíblicas y en (Act 7,6) y el propio Flavio Josefo 376 . E n cambio, e n E x 12,40
leyendas difundidas por las colonias judías en países heléni- (según el texto masorético y las versiones siríaca y vulgata)
cos. Quizá esta identificación de Moisés como fundador de la se cita la cifra de cuatrocientos treinta años, mientras q u e en las
ciudad de Jerusalén p u d o surgir en la corte de Salomón a tra- versiones de los LXX, la samaritana y la Vetus latina esta cifra
vés d e escribas egipcios que mezclaron la historia de la expul- de cuatrocientos treinta años incluye el tiempo de estancia de
sión de los hicsos con la de los israelitas d e Egipto 373 . los patriarcas en Canaán, a partir de A b r a h a m y d e la ¿e los
368
israelitas e n Egipto. Y, según Gal 3,16-17, esta cifra abarca el
G e n 12,20.
369
A este propósito s e suele traer a colación u n acontecimiento similar o c u r r i d o , a prin- tiempo desde Abraham y Moisés. Dividida en dos la cifra de
cipios del siglo xix, en la región del delta: M o h a m e t Alí, r e y d e Egipto, instaló e n el wad cuatrocientos treinta años, tenemos que se asignan doscientos
Tutmlat (en la misma r e g i ó n d o n d e antes hablan residido los israelitas) a beduinos del Nedj
y d e Mesopotamia, asignándoles tierras excelentes; p o r ello se dedicaban al cultivo d e la quince para la estancia de los patriarcas en Canaán 3 7 7 y otros
morera, d e la seda, y t e j í a n incluso, con exención d e impuestos y del servicio militar. Después
de su m u e r t e se les q u i t a r o n estos privilegios, y ellos p r o t e s t a r o n , sin que se les h i c i e r a caso
e n los medios g u b e r n a t i v o s . Entonces, u n a noche la p o b l a c i ó n entera huyó con s u s ganados, 3M E x 1,1-5.
dejando detrás las casas abiertas y vacías (cf. A . H . SAYCE, The «Higher Criticismo and the 3
" E x 1,8-17.
Veredict of the Monuments [ L o n d o n 1894] 249-50). Es la repetición de la huida d e los hijos 376
FLAVIO JOSEFO, Ant. Iüd. II 15.3.
d e Jacob, q u e n o q u e r í a n seguir condenados a trabajos forzados, lo que c o n t r a r i a b a a sus 377
Según los datos bíblicos, A b r a h a m tenía setenta y cinco años al e n t r a r e n Canaán;
costumbres atávicas de p a s t o r e s . a los cien años engendró a Isaac; éste, a los sesenta, engendró a Jacob; y éste, a l o s ciento diez
370 3
FLAVIO JOSEFO, Contra Apion I 86-90. ' 2 D I O D O R O DE SICILIA, X L 3 años d e edad, bajó a Egipto, lo q u e n o s d a u n total d e 215 años para la v i d a d e lostres pa-
371
I D . , ibid., 228-87. 373 H . C A Z E L L E S , e n R B 6 2 ( i 9 5 5 ) 3 6 4 . triarcas.
252 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 253
tantos para la de los israelitas en Egipto. De esto se deduce En realidad, el único dato bíblico orientador es el de Ex i, 11,
que, según los cómputos bíblicos, la estancia de los hebreos en donde se dice que los hebreos trabajaron en\la construcción
el país del Nilo son diversos conforme a estas tres cifras: de las «ciudades-almacenes» de Pitom y Ramsés, ciudades que
400, 430 y 215 años. Las dos primeras cifras pueden conside- fueron construidas por Ramsés II, el cual subió al trono
rarse como aproximativas en números redondos. en 1290 a.C. Los faraones de la dinastía XVIII (Tutmosis III
Por otra parte, según 1 Re 6,i, Salomón empezó la cons- y Amenofis II) no residieron en el delta ni hicieron especiales
trucción del templo cuatrocientos ochenta años después de la construcciones en esta zona. Fue el gran Ramsés II el que tras-
salida de los israelitas de Egipto, lo que nos llevaría al si- ladó la corte a esta zona, y allí levantó fortificaciones y «ciuda-
glo xv a.C. como época del éxodo, ya que el templo fue cons- des-almacenes» para prevenir otra posible invasión de asiáticos
truido hacia el 980 a.C. Pero la cifra de 480 años dada por como los odiados hicsos recién expulsados. Y sabemos que este
1 Re 6,1 es simbólica (a base de multiplicar el número 40 (una faraón construyó en el delta oriental una ciudad con su nom-
generación) por 12 (el número de las tribus de Israel) 378. Otro ) bre: Pi-Ramsés, lo que explica bien los trabajos forzados de los
dato bíblico que tampoco nos sirve para concretar mucho las hebreos, oprimidos como todos los asiáticos, a los que se con-
fechas es el de Jue 11,26, donde se afirma que pasaron trescien- sideraban como aliados de los posibles invasores asiáticos, como
tos años entre la guerra contra Sijón (rey vencido por los israeli- lo habían sido de los hicsos. Ahora bien, según Ex 2,23, el
tas al pasar éstos por TransJordania) 379 , y Jefté 38 °. Supo- faraón opresor murió mientras Moisés andaba fugitivo por
niendo que éste haya gobernado hacia el siglo xi a.C. (época I Madián. En este supuesto, el éxodo de los israelitas tuvo lugar
media de los jueces), nos llevaría al año 1400 a.C. para el paso i bajo su sucesor Meren-ptah. Naturalmente, en las crónicas
de los israelitas por TransJordania con Moisés camino de la egipcias no se menciona la huida de Israel, que era un modesto
tierra prometida. clan de asiáticos sin relieve histórico alguno para influir en las
Llevados de estos datos bíblicos, algunos autores lanzaron vicisitudes del gran imperio faraónico. Únicamente aparece
la hipótesis de que los israelitas salieron de Egipto en el mencionado en la estela de Meren-ptah al lado de otros pueblos
siglo xv a.C.xén tiempos de la dinastía XVIII. En ese supuesto, ' cananeos que tenían especial importancia por su situación geo-
el faraón opresor (que condenó a los israelitas a trabajos forza- gráfica. Y aunque en los relatos bíblicos se supone que se mo-
dos y dio la orden de exterminio contra los varones recién na- vilizó todo el ejército del faraón, podemos suponer que el cho-
cidos) habría sido Tutmosis III (1504-1447), mientras que el que de los israelitas con los egipcios debió de reducirse a unas
faraón del éxodo sería Amenofis II (1447-20) 381. En ese caso escaramuzas con los destacamentos egipcios de fronteras que
sería fácilmente explicable la mención de Israel entre los pue- vigilaban las zonas que conducían hacia el Sinaí, adonde iban
blos de Gezer y Ascalón, en Canaán, en tiempos de Meren- todos los que estaban fuera de ley.
ptah, que estudiaremos después. Es decir, en tiempos de este Como antes hemos indicado, la estela de Meren-ptah men-
faraón del siglo x m a.C. ya Israel estaba asentado en el país ciona por primera vez a Israel en un relato triunfal sobre los
de Canaán, lo que supone que su entrada en él tuvo lugar enemigos exteriores después de una victoria sobre los temibles
antes del siglo xin a.C. A esta argumentación, los egiptólogos : libios en el año quinto del reinado de este faraón, sucesor de
hacennotar que la mención de Israel en la estela no lleva deter- Ramsés II, en el siglo XIII a.C. El aire del himno es netamente
minativo geográfico, mientras que lo llevan las poblaciones de 1
triunfalista y en él se cantan «los triunfos reales o imaginarios
Ascalón y Gezer, lo que parece explicarse suponiendo que del faraón» 283 . Por ello, el estilo es enfático y grandilocuente,
Israel todavía no tenía lugar determinado geográfico en Canaán, en términos avasalladores. He aquí el texto completo:
sino que andaba vagando por el desierto, «destruido, sin simien-
te, como una viuda por Tameri» 382 . «Los príncipes se han prosternado diciendo: 'Paz' (shalarn) ;
entre los Nueve Arcos nadie levanta la cabeza.
" 8 Cf. H . H . R O W L E Y , From Joseph to Joshua 86-98; M . N O T H , Überlieferungs Studien
Desolación para Tehenu (Libia); Jattu está pacificado.
18-27; ID-, Konige, en B K A T (1968) 110. Canaán está capturado con todo lo que tiene de malo;
379
N ú m 21,21-24 Ascalón está deportada; ha sido tomada Gezer;
380 J u e n j I S I .
381 Es la opinión d e Frey, T o u z a r d , Bea, Schopfer y Ruffini. Cf. A . M A L L O N , Les Hé-
Yano-'am ha venido a ser como si no existiese.
breux en Egypte (Roma 1921).
382
Cf. VIREY, en RB (1900). 383 R. DE VAUX, C , 457.
254 V. Los israelitas en Egipto
La epopeya del éxodo 255

Israel ha sido devastado; no t i e n e semilla. 391


J u r u se h a convertido como en u n a v i u d a p o r E g i p t o . la región de Bubastis, en Pi-Barset , para invitar a los h a b i -
T o d o s los países e n conjunto h a n sido pacificados. tantes de Canaán y a los hebreos condenados a trabajos forza-
El q u e era t u r b u l e n t o ha sido a t a d o dos en Gosen a insurreccionarse contra el faraón, quizá los he-
p o r el rey del alto y bajo E g i p t o : H a - e n - R e M a r i - A m ó n , el hijo d e breos estaban todavía en la región de Gosen cuando se redactó
Re, M e r - n e p t a h H o t e p - h i r - M a a t , q u e recibe v i d a c o m o R e c a d a
día» 384. la estela, y así aparecen mencionados junto a tres poblaciones
de Canaán, dos de ellas de la región meridional: Gezer y A s -
L a expresión «Nueve Arcos» designa a los países que deben calón 3 9 2 . Pero en la inscripción de A m a d a se le da a M e -
servicio y sumisión al faraón, es decir, el alto y bajo Egipto, ren-ptah el título honorífico de «el que redujo a Gezer» 3 9 3 , lo
y los siete países de alrededor, entre los cuales está T e h e n u que parece implicar que intervino militarmente en esta región;
(Libia) 385. L a frase aplicada a Yeno'am («como si no existie- mas como en la estela son mencionados también Yeno 'am y
se») parece como estereotipada en los himnos triunfales. L a Ascalón (como en los textos más antiguos de Setis I y R a m -
expresión aplicada a Israel («no tiene semilla» prt) puede tener sés II), bien p u e d e n ser frases estereotipadas para indicar que
dos sentidos en lengua egipcia: grano para sembrar o el meta- el faraón M e r e n - p t a h dominaba sobre todos los pueblos ve-
fórico de posteridad, que es el que conviene en el contexto 385 , cinos de Egipto. De hecho, primero se menciona a Jattu (los
pues parece indicar que está desenraizado, y por ello no tiene hititas), j u n t o a Tehenu (los libios) y se dice que ambos pueblos,
porvenir 386 . Por otra parte, hay u n juego de palabras entre belicosos y enemigos tradicionales de Egipto, estaban e n paz.
Jaru (la región de Canaán) y kerit («viuda»). Ahora bien, la Y en otro texto en el que se habla de la guerra con los libios,
interpretación de la estela n o es clara, y así, Drioton-Van- se dice que M e r e n - p t a h envió trigo a los hititas en época de
dier 3 8 7 cree que M e r e n - p t a h ha enviado una expedición m i - hambre 3 9 4 . Parece que los egipcios y los hititas se prestaron
litar a Canaán para completar su victoria contra los libios en m u t u a ayuda ante el común peligro de la invasión de los «pue-
occidente. Y, suponiendo que los israelitas hubieran salido de blos del mar», porque, a partir de la batalla de Kades (1286 a.C),
Egipto en el siglo xv a . C , bajo la dinastía XVIII, los egipcios Ramsés II había establecido paces definitivas con los hititas a
habrían vencido a Israel, ya instalados en Canaán cerca de las base de determinar las respectivas zonas de influencia política,
ciudades mencionadas de Gezer y Ascalón, quizá en la zona situación que se confirmó con relaciones matrimoniales entre
colindante con el oasis de Cades, d o n d e sabemos que perma- las dos dinastías. Por otra parte, parece que M e r e n - p t a h tenía
necieron durante una generación con intención de penetrar interés por controlar la zona geográfica de Canaán, q u e para
por el sur hacia Canaán 3 8 8 . En cambio, los autores que dan su reino era la zona inmediata de seguridad, por lo q u e tenía
por supuesto que el éxodo tuvo lugar e n el siglo x m a.C. (es por lo menos u n alto dominio sobre esa región costera. Así,
la opinión más aceptada hoy por la crítica histórica), suponen en Ras Shamra se ha encontrado una espada con su nombre,
que en la mención en la estela de Meren-ptah se alude a la enviada como presente a los reyezuelos de la zona 3 9 S .
presencia de Israel en la zona que está al otro lado del istmo Prueba de este control de M e r e n - p t a h sobre la z o n a cana-
de Suez, cuando andaba vagando por la estepa sin territorio nea es el registro de un puesto de guardia egipcio e n la fron-
fijo 3 8 9 . tera del delta oriental en el año tercero de M e r e n - p t a h , en el
Pero, como dice P. M o n t e t , no es seguro que M e r e n - p t a h
3
haya dirigido una campaña militar contra Canaán 3 9 0 . C o m o '1
392
Cf. GARDINER, en JEA V 258-59.
P. Montet supone que los hebreos salieron de Egipto en 1229 a.C. y que habían
los libios atacaron a los egipcios no sólo por el oeste, sino por entrado en 1620 a.C. Por consiguiente habrían estado en el país del Nilo 390 años, cifra que
se acerca a la redonda de 400 años que nos da la Biblia. Ahora bien, estos 400 años nos llevan
384
El texto fue encontrado por FI. Petrie en el temólo funerario de Meren-ptah, en a la inauguración de la era del faraón anterior a los hicsos, llamado Set-apehti-Nufcti, que
Tebas; actualmente está en el Museo de El Cairo. Véase ANET 376-78; fotografiado en terminó con Ramsés I, quien fundó en el 1318 la era llamada de Menofres, de la dinastía XIX.
ANEP n.342-43; SAO 271-72; P. MONTET, O.C, 30; R. DE VAUX, O.C, 457. Cf. P. MONTET, Le drame d'Avaris 111-12; Kemi IV 191-217. Meren-ptah fue enterrado en
385
Spiegelberg lo entiende en el sentido de «cereales»; y así, supone que en el texto se el Valle de los Reyes, pero su tumba fue violada durante la XX dinastía; su momia fue trans-
alude a que Israel está en el desierto sin medios de subsistencia. Der Siegeshymnus der Meren-p- portada a una sala de la tumba de Amen-hotep II y encontrada por V. Loret en 1898 (Cf. EL-
tah:386ZAS 34 (1896) 1-25. LIOT SMITH, The Royal Mummies pl. 46-49). Pero Meren-ptah tenía un cenotaho eaiel ce-
Es la opinión de P. MONTET, O.C, 30. menterio jer de Ramsés (cf. Papiro Anastasi VIII 9-10: JEA V 197); P. MONTET, Ge'ognphie I
387
DRIOTON-VANDÍER, Egypte 431. 195.200-201). Mas el sarcófago de Meren-ptah fue usurpado por Psusennes, siendo borra-
388
Cf. LODS, Israel 214-15. dos los cartuchos de aquél y sustituidos por los de éste.
393
389
DRIOTON, La date de VExode: RHPHR I (1955) 45; VAN DEN WALLE, Inscriptions Cf. J. BREASTED, en ARE III 606; ASAE 58 (1964) 273-
¿gyptiennes: DBS IV 44S-46. " 4 Véase la Inscripción de Karnak I 24; cf. J. BREASTED, en ARE III 580; G. A . VAIN-
390
P. MONTET, O.C, 31. WRIGHT, Menevtah's Aid to the Hittites: JEA 46 (1960) 24-28.
395 Cf. F. Á. SCHOPFER, Ugaritica III (Paris 1956) 169-78.
256 V. Los israelitas en Egipto
La epopeya del éxodo 257
que se dice que durante once días han pasado dos correos que a ñ o octavo, día q u i n t o del (nacimiento de Set, tercar día intercalado a l fin
salían de Egipto con tres despachos, uno de ellos para el prín- del a ñ o ) . Y o h e t r a í d o u n a copia de la relación al lugar e n q u e está m i s e ñ o r ,
cipe de Tiro: así c o m o los otros n o m b r e s de los días en q u e se p u e d e p a s a r por la f o r t a -
leza d e M e r n e - p t a h - H o t e n - h i r - M a a t (¡vida, p r o s p e r i d a d , salud!)» 3í>ff .
« A ñ o 3. 0 , p r i m e r m e s d e la tercera estación, d í a 15.°: el centinela B a a l -
roy, h i j o d e Z i p p o r , de G a z a , subió c o n d o s d e s p a c h o s diferentes p a r a Además, se ha encontrado un cartucho de Meren-ptah en
Siria (Jaru o Juru) : p a r a el c o m a n d a n t e d e la g u a r n i c i ó n K h a y u n d e s p a - Gezer 3 " , y una inscripción en escritura hierática en Lakish,
cho; p a r a el p r í n c i p e de T i r o , B a a l - t e r m e g (o B a a l a t - r e m e g ) , u n d e s p a c h o .
A ñ o 3 . 0 , p r i m e r m e s d e la t e r c e r a estación, día 17.°: el jefe d e los a r q u e r o s
con el nombre de Meren-ptah 4 0 0 . Y en Bet-Shemesh se ha
d e los Pozos-fuentes d e M e r - n e - p t e h , H o t e p - h i r - M a a t (¡vida, p r o s p e r i - encontrado una ciudadela constituida, quizá, por este faraón 401 .
d a d , s a l u d ! ) , q u e está en la z o n a m o n t a ñ o s a ( ¿ d e C a n a á n ? ) , llegó p a r a u n a Esto prueba que había puestos militares en Canaán en tiempos
investigación en la fortaleza q u e está e n Sile ( T j a r u o Tjile). A ñ o 3 . 0 , p r i - de Meren-ptah para controlar la ruta militar y comercial hacia
m e r m e s de la t e r c e r a estación, día 2 2 : el centinela T h u t i , hijo d e T j e k r e m ,
d e G a z a , v i n o en c o m p a ñ í a d e T j e d e t , hijo d e A p a r - d a g a l , q u e venía c o n
Siria ante los posibles ataques de los famélicos beduinos. En
él p a r a el lugar e n q u e estaba U n o (el faraón), p a r a el c o m a n d a n t e d e la un texto de ejercicio escolar para los jóvenes escribas se ha-
g u a r n i c i ó n , K h a y , c o n d o n e s y u n d e s p a c h o . Ellos s u b i e r o n h a s t a el c e n t i - bla de las penalidades de los escribas-correos (mahir: «veloz»
nela N a k h t - A m o n , hijo d e T j e r , d e la fortaleza de M e r n e - p t a h H o t e p - h o r a en lengua semítica), que tenían que pasar por aquellas zonas,
M a a t (¡vida, p r o s p e r i d a d , s a l u d ! ) , q u e está cerca de Sat-ran, q u e t e n í a con
él dos d e s p a c h o s diferentes p a r a Siria: p a r a el c o m a n d a n t e de la g u a r n i c i ó n ,
expuestas a todos los peligros y penalidades. Porque los valles
P e n - A m o n , u n d e s p a c h o ; p a r a el g e r e n t e d e esta c i u d a d R a m s e s - n a k h t , son estrechos, con beduinos emboscados y «marianu» (nombre
u n d e s p a c h o . L l e g a r o n el i n s p e c t o r del establo de la c i u d a d d e M e r n e - indoeuropeo que significa «noble») que acechan al caminante
p t a h H o t e p - h i r - M a a t (¡vida, p r o s p e r i d a d , salud!), q u e está e n el distrito egipcio. He aquí cómo se describen estas duras vicisitudes:
d e A r e m ( ¿ P a r e m - A m u r r u ? ) , P a - m e r - k h e t t e m , hijo d e A n i , q u e tenía con
él dos diferentes d e s p a c h o s p a r a el l u g a r d o n d e estaba U n o (el faraón):
p a r a el c o m a n d a n t e d e la g u a r n i c i ó n d e P a - R e - e m - h e b , u n despacho; p a r a «Los b e d u i n o s e s t á n ocultos bajo los m a t o r r a l e s . A l g u n o s t i e n e n cuatro
el e n c a r g a d o P a - R e - e m - h e b , u n despacho» 3 ' 6 . o cinco codos d e s d e sus narices hasta los talones, con u n a cara feroz. Sus
corazones n o son suaves y n o e s c u c h a n los halagos. T ú estás solo, s i n m e n -
sajero contigo, sin ejército d e t r á s d e ti; n o e n c u e n t r a s guía q u e p u e d a ense-
Se ha querido identificar a los «manantiales de Merne-ptah, ñ a r t e u n c a m i n o p a r a cruzarlo. Y así te decides a c o n t i n u a r sin conocer la
que están sobre las colinas», con Mé-Neftoah («aguas de Nef- r u t a . El e s t r e m e c i m i e n t o se a p o d e r a d e ti, los cabellos d e t u cabeza se ponen
toah»), que aparece en Jos 15,9 (la actual Liftah, en la frontera d e p u n t a , y t u a l m a está en t u m a n o . El s e n d e r o está lleno de p e ñ a s y g u i -
j a r r o s , de zarzas, espinas y cañas. A u n lado t u y o está u n b a r r a n c o , y el
entre Judá y Benjamín, en el que podía haber un puesto de m o n t e se levanta d e l o t r o . Vas t r a q u e t e a n d o con t u carro p o r su lado, con
guardia egipcio) 397 ; pero es una hipótesis que tiene débiles m i e d o y dificultad d e sujetar t u caballo. P u e d e s ser e c h a d o al abismo, t u
apoyos. Quizá el texto egipcio se refería a unos pozos cerca collar p u e d e ser a b a n d o n a d o y caer t u c i n c h a . T ú desatas el y u g o para re-
de la frontera egipcia, próxima a Gaza, que bordeaban la ruta p a r a r el collar e n m e d i o d e u n estrecho valle. Y n o eres apto p a r a atarlo en
el c a m i n o ; n o sabes c ó m o manejar el látigo; el a r n é s es d e m a s i a d o pesado
militar de los egipcios hacia Canaán. p a r a llevarlo. T u corazón está a disgusto; c o m i e n z a s a trotar; se a b r e el cielo
Hay otro texto en el que se habla de la entrada y registro (al salir del valle). E n t o n c e s piensas q u e el e n e m i g o está d e t r á s d e ti. El
de beduinos Shasu, de Edom, en el año octavo de Merne-ptah, t e m b l o r t e sobrecoge. ¡Si sólo t u v i e r a s u n seto d e a r b u s t o s p a r a ponerlos
que dice lo siguiente: en el o t r o l a d o ! El caballo está fuera m i e n t r a s t ú e n c u e n t r a s u n a posada d e
n o c h e . T ú e n t o n c e s ves el g u s t o d e l p a n . Y llegas a T o p p a (Joppe-Jafa)
«El escriba I n e n a c o m u r i c a a su señor, el escriba del tesoro Q a - g ( a b u ) . . . y e n c u e n t r a s las p r a d e r a s b r o t a n d o en s u estación. T e vuelves h a c i a el in-
O t r a c o m u n i c a c i ó n p a r a m i s e ñ o r : A c a b a m o s d e dejar pasar a los b e d u i -
358
n o s (Shasu; e n c o p t o , shas, «pastor»), t r i b u s d e Edom, p o r la fortaleza de Papiro Anastasi VI 1.51-61: de la XIX dinastía; cf. BREASTED, III 636-38; ANET 2590.
M e r n e - p t a h - H o t e p - h i r - M a a t ( ¡ v i d a , p r o s p e r i d a d , salud!), q u e está en 39» Cf. E. J. PILCHER, Portable Sundial from Gezer: PEFQS (1923) 85-89.
400
401
O. TUFNELL, Lachish IV (London 1958) 133.
Tjeku, h a c i a los p o z o s d e P e r - A t u m («casa d e Atom: ¿Pithom?», al este Cf. B. MAISLER, en BIES 16 (1951) 14-19 (en hebreo). He aquí un texto en el que
de Ismaelia), p a r a q u e se c o n s e r v e n vivos, así como sus ganados, gracias al los poetas áulicos no ahorraban encomios desorbitados al faraón Meren-ptah: 'Al rey
ka del faraón (¡vida, p r o s p e r i d a d , s a l u d ! ) , el b u e n sol de cada país, en el (i prosperidad, vida, salud!). Esto es para informar al rey en la sala real del que ama la
verdad, el gran cielo en el que está el sol. Préstame tu atención, ¡oh sol que te levantas pa-
ra iluminar la tierra con tu bondad!... Tú eres como la imagen de tu padre sol, que se
356
Texto en el Papiro Anastasi III xxvi I-V 9, en Select ?apyri in the Hieralic Character levanta en los cielos. Tus rayos penetran hasta las cavernas. No hay lugar donde no se
from the Collections of the British Muscum I (London 1842), reverso del pl.79-78; cf. B. MOL- haga sentir tu bondad. Tus palabras son la ley de tu tierra. Cuando tú reposas e n tu pala-
LER, Hieratische Lesestück III (Leipzig 1935); A. H. GARDHER, Late-Egyptian Miscellanies cio, oyes la voz de toda la tierra. Tú tienes millones de oídos. Tu ojo es más brillarte que
(Bibl. Aegyptiaca, VII, Bruxelles 1937) 31-32; trad. de BREASPED, en AR 629-46; W. WOLF, las estrellas del firmamento; puede fijar el disco del sol. Si la boca dice una palabraen una
en ZAS LXIX (1933) 39-45; ANET 258; CAMINOS, Late-Egyptian Miscellanies (London 1954) caverna, sube a tus oídos. Todo lo que se hace en secreto, lo ve tu ojo. ¡Oh Be-en-RMeri-
108-13. Amón, Señor misericordioso, que da la respiración!» (Papiro Anastasi, trad. de CHABAS,
397 Méíanges agyptologiques [1870] 117; Dirge of Menphtah IV 49; cf. F. VIGOÜROUX, h Bible
Cf. M. NOTH, Das Buchjesua (1953) 88; Y. AHRON, Tk Latid of the Bible (1967) 173. et les découvertes modernes I 294).
n:Lj:~ ., /„„.../., 9
La epopeya del éxodo 259
258 V. Los israelitas en Egipto
sin contornos cronológicos para entrar en la protohistoria allá
terior y encuentras a una muchacha agradable que está vigilando sobre los
jardines; te toma como un compañero y te ofrece el calor de su regazo. Pero por el siglo xiii, cuando Egipto mantenía u n cierto dominio
al reconocerte por declararte tú, se da cuenta que eres un mahir (escriba- sobre la zona costera de Canaán. Y de hecho, puesto q u e en
correo), y entonces debes vender tu camisa de buen lino de Egipto. Dime la famosa estela de Meren-ptah todas las localidades mencio-
ahora cómo puedes dormir con una pieza de lana sobre ti. Y, mientras duer- nadas (Ascalón, Gezer, Juru, Yeno'am, en el norte de Canaán)
mes, un cobarde roba tu arco, tu puñal envainado y tu carcaj. Tus riendas
son cortadas en la oscuridad. Tu caballo se pone en marcha y comienza a llevan, además del determinativo de pueblo enemigo, el geo-
vagar por un piso resbaladizo a medida que el camino se extiende ante él. gráfico, excepto Israel, parece insinuar que éste aún no tenía
Rompe tu carro... T u s armas han caído al fondo y se ocultan en la arena; se territorio propio definido, y podía estar vagando por el desierto
hacen como un país seco. T u asistente te pide comida, (diciendo): 'Dame del norte del Sinaí, en u n contacto más o menos esporádico
de comer y agua, pues he llegado sano y salvo'. Pero obra como si estuviera
sordo; no te escucha ni presta atención a lo que hablas. Luego eres introdu- con las poblaciones de Canaán, y por ello es mencionado j u n t o
cido en la guarnicionería, y los empleados te rodean; artesanos y trabajado- a ellas, sin excluí" la posibilidad de que se refiera a descen-
res en piel te rodean y hacen todo lo que has deseado. Tiene cuidado de tu dientes de Jacob instalados en el sur de Canaán antes de la sa-
carro para que no se pierda; ponen ataduras al collarón..., fijan tu yugo. lida del grupo mayoritario acaudillado por Moisés.
Aplican tus insignias y las graban con cincel... T ú continúas pronto a lu-
char, haciendo actos de heroísmo. Cualquiera que seas, elige tú al escriba- Pero la razón principal para colocar el éxodo en el siglo XIII
mahir (correo), que sabe manejar su mano contra los nearim («jóvenes» es la mención de la ciudad de Ramsés. en cuya construc-
guerreros); el primero del ejército permite que te relate sobre los confines del ción trabajaban los israelitas 4 0 4 que se hace en una estela de
país de Canaán. No me respondas ni bien ni mal. Ven para que te cuente
muchas cosas lejanas sobre la fortaleza de los Caminos de Horus (la prime- Beisán con el nombre de Pi-Ramses405, lo que nos lleva al
ra estación fortificada en la ruta militar hacia Canaán; probablemente, el gran faraón de la XIX dinastía, en el siglo x m a.C. Esto nos
puesto militar de Sile, junto a la actual Kantara). Y comienzo para ti con la hace pensar que el éxodo de los israelitas tuvo lugar en esta
'residencia de Sessi' (¡vida, prosperidad, salud!)... ¿Qué muro hay seme- época, lo que se confirma con los datos arqueológicos de Trans-
jante al de Rafia? ¿Cuál es la distancia hasta Gaza?» 4 0 2
jordania, donde parece que hay u n eclipse de vida urbana entre
el siglo XVII y el siglo x m por efecto de una invasión de nó-
E n este encantador e ingenuo relato se refleja la presencia madas. Ahora bien, cuando pasaron los israelitas con Moisés
de fortines egipcios en las rutas militares desde Egipto a Siria, por aquella zona de Edom, M o a b y A m m ó n , ya había poblacio-
atravesando Canaán, lo que implica q u e los faraones ejercían nes fortificadas, con sus reyes, a los que tuvieron q u e vencer
u n cierto dominio sobre aquella zona estratégica, y sirve para o soslayar 4 0 6 . Lo que quiere decir que éstos pasaron después
ilustrar la mención de Israel en la famosa Estela de Merne-ptah. del siglo x m por aquella zona geográfica. Por otra p a r t e , en u n
Siguiendo sus teorías sobre diversos grupos israelitas asentados texto egipcio se dice que Ramsés II saqueó la ciudad d e Dibón
en Canaán antes de la entrada de Josué, el profesor R. de Vaux y otra n o identificada en TransJordania 4 0 7 .
cree que la mención de Israel en dicha estela no se refiere a
Finalmente, si el éxodo de los israelitas hubiera tenido
todo Israel (las doce tribus acaudilladas por Moisés), sino a un
lugar en el siglo xv a.C. (bajo la XVIII dinastía egipcia), al
grupo de tribus, quizá al supuesto g r u p o Israel-Raquel, que
entrar e n Canaán se habrían encontrado con la situación polí-
supone instalado en el Canaán central. En ese supuesto, «la
tica de Canaán reflejada en las cartas de Amarna (escritas en
estela puede designar u n grupo aún no sedentarizado y el de-
tiempos de Amenofis IV Ejnaton, 1382-62), y los nombres de
terminativo de pueblo guardaría su valor» 4 0 3 . Pero lo intere-
los reyezuelos cananeos mencionados en ellas coincidirían, al
sante es la mención de Israel por p r i m e r a vez en u n texto ex-
menos en parte, con los que aparecen en los relatos d e la con-
trabíblico; es la primera conexión d e la Biblia con la historia
quista realizada por las mesnadas de Josué. Ello implica que
universal; es decir, que Israel empieza a salir de la prehistoria
los hebreos entraron en Canaán después de los tiempos de
402 El Amarna. Todos estos razonamientos, tomados en conjunto,
Papiro Anastasi I, British M u s e u m 10.247; facsímil en Select Papyri in the Hieratic
Character from Collections of the British Museum II ( L o n d o n 1842) pl.35-42; A . H . GAR- hacen más probable la fecha del siglo x m a.C. p a r a l a salida
DINER, Egyptian Hieratic Texts. Series I. Part 1: The Papyrus Anastasi I and the Papyns
Koller Together with the Parallel Texts (Leipzig 1911); G . FARIÑA, en R S O X I I I (1932)
313S; G. POSENER, Catalogue des ostraca hiératiques litteraires de Deir el Médinet (Docu- 4 4
» Ex 1,11.
ments de fouilles...) I (El Cairo 1934-38); G. POSENER, e n Mélanges Maspero I (El Cai- tos Cf. R B (1930) 138.
ro 1934) 327S; J. C E R N Y , Ostraca hiératiques (Catalogue general... du M u s é e d u C a i r e ) (El 4
°<> Cf. N ú m 20,21; D t 2,1-9; J u e 11,17-18; N ú m . 22-24.
Cairo 1931-35) n.25.773; A. H . G A R D I N E R , Hieratic Papyri in the British Museum. The Si- 407
rles Chester Beatty Gft (London 1935) 130 pl.72; trad. d e ERMAN, en L A E 214-34; A N E T Cf. K. A . K I T C H E N , Some New Light on the Asiatic Wars of Ramesses I I : J E A 50
275-79; A. H . GARDINER, Egypt of the Pharahs (Oxford 1961) 274. (1964) 47-7°.
403
R. DE VAUX, O . C , 367.
260 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 261
408
de los israelitas de Egipto . En ese supuesto, la entrada d e a las atracciones de los cultos hedonistas y afrodisíacos d e los
los israelitas en Canaán habría tenido lugar en el siglo X I I , cananeos cuando se instalaron en la tierra prometida.
época en que se registra u n bache cultural en esta región p o r Por todas estas razones, las huestes de Moisés siguieron «el
efecto de una fuerte invasión de gentes menos desarrolladas camino del desierto», que bordea «el mar de Suf», o d e los
que los cananeos, los semibeduinos hebreos, que, al mando d e «juncos» o «papiros» 4 1 1 . Los LXX traducen épuOpñ OáAoccrcroc
Josué, entraron como hordas, que dejaron por doquier huellas («mar Rojo»), que designa a los dos brazos de mar que desem-
de destrucción de ciudades y de muerte; fue el precio de la bocan en los golfos de Suez y de Aqaba. En hebreo se dice
conquista a sangre y fuego. La arqueología acusa esta ola d e yam-súp, y en egipcio se designa la región de la zona como
incendiarios en varias localidades de Canaán por esta época, pa-tjuf(y), «el país del papiro» 4 1 2 , entre Tanis y Sile.
que señala el principio de la edad del hierro. El itinerario bíblico menciona como p u n t o de partida a
Ramsés, en la región de Tanis-Qantir; luego, a Sukkot. q u e se
d) La ruta del éxodo le suele identificar con el egipcio Teku, el actual Tell Masjutta,
en la desembocadura del wady Tumilat, cerca de la actual Is-
N o es fácil determinar el itinerario de los hebreos por los mailía. Por allí entraban los beduinos o shasü asiáticos en tiem-
secarrales de la península sinaítica, pues los lugares concretos pos de Meren-ptah; por allí huían los esclavos hacia el de-
señalados en los textos bíblicos no son fáciles de identificar. sierto, como aparece en una carta de u n puesto de guardia
Con todo, está claro que los fugitivos hebreos no siguieron la del siglo x n i a . C , en la que se habla de la persecución de unos
via maris, o «camino de los filisteos» 4 0 9 (anacronismo para de- fugitivos en la zona, lo que sirve de ilustración al relato bíblico
signar la ruta costera, que pasaba por el territorio de los filis- de la huida de los israelitas, escapando del control egipcio.
teos cuando ellos se instalaron en el siglo xi entre Gaza y Jafa), Los fugitivos han sido vistos en Teku, como se dice en la carta:
porque estaba controlada por las guarniciones egipcias que
jalonaban aquella ruta comercial y militar que llevaba a Siria «El jefe de los arqueros de Tjeku, Ka-kem-wer, al jefe de los arqueros,
y a Mesopotamia. Después de atravesar la llanura de Sarón Ani, y al jefe de los arqueros, Bek-enptah...: He sido enviado desde los
y bordeando el monte Carmelo por la derecha, entraba en la amplios atrios del palacio (¡vida, prosperidad, salud!) en el mes tercero de
la tercera estación, día noveno al atardecer, en persecución de dos esclavos.
llanura de Esdrelón, de donde partían dos ramificaciones: una Cuando hubs llegado a la muralla de Tjeku, en el mes tercero de la tercera
hacia el norte, por el lado septentrional del lago de Genesaret estación, día décimo, me comunicaron que se decía que estaban en el sur
hacia Damasco (es la carretera actual por Bene-Jacob), y otra y que habían pasado por allí en el mes tercero de la tercera estación, día
por Beisán hacia TransJordania. Era una ruta comercial que décimo. Cuando llegué a la fortaleza, me dijeron que los centinelas habían
venido del desierto, (diciendo qus) habían pasado el lugar fortificado norte
arrancaba de Tjeru-Sile, j u n t o al actual Kantara, para aden- de Migdol de Seti Mer-ne-ptah (¡vida, prosperidad, salud!). Alabado sea
trarse en Canaán. Por otra parte, Moisés quiso aislar a los is- Seti. Cuando te llegue mi carta, escríbeme sobre todo lo que sucedió acerca
raelitas en las estepas del Sinaí para hacerles tomar conciencia de ellos. ¿Dónde encontraron sus pistas? ¿Quiénes fueron los centinelas
de la religión d e los padres, lejos de las infiltraciones idolátricas que encontraron sus pistas? ¿Qué gente iba tras de ellos? Escríbeme sobre
todo lo que sucedió y sobre cuánta gente enviaste tras ellos. ¡Salud!» 413 .
de los cananeos, y Moisés conocía bien los vericuetos d e la
región por haber pastoreado los rebaños de su suegro Jetró,
Aquí encontramos t r e s nombres geográficos que aparecen
sacerdote de M a d i á n 4 1 0 , y sabía dónde estaban los pozos, los
en el itinerario bíblico d e los fugitivos israelitas dirigidos por
oasis y los manantiales. A q u e l escenario, desolado y grandioso
Moisés: Teku (Sukkot), Jtm (Etam) y Migdol, de Setis; los
a la vez, era la mejor ambientación para comprometerse en
dos fugitivos, pues, siguieron la misma dirección, hacia el de-
una alianza con Yahweh, el Dios adusto e intransigente, cuyo
sierto, que los israelitas. Como dice P. Montet, «la primera
culto había de dejar marcada el alma israelita para siempre.
De hecho, la larga estancia de los hebreos en el desierto dejó 4
" A . H . GAEDINER, Ancient Egyptian Onomástica II 201; R. CAMINOS, Late_ ígyptian
una huella indeleble en su espíritu y los preparó para resistir Miscellanies ( L o n d o n 1954) 79. L e y e n d o yam-sóp, se traduce «mar de la extremidd» (hi-
pótesis de N . H . SNAITH, Yam-sóp, the Sea of Reeds: the Red Sea: V T 15 [1965] 335-98).
Pero sóp es palabra aramea p o s t e r i o r (cf. M . W A G N E R , Die lexikalischen and grarmatika-
408 lischen Arameismen ira altestestamentlichen Hebráisch: B Z A W 96 [966] 87).
Sostienen esta fecha para el éxodo M a s p e r o , Brugsch, Naville, Courayer, Vincent, 412
Gf. H . CAZELLES, O . C , 3 4 0 - 4 3 .
Montet, R. d e Vaux, e t c . 413
4
«» Ex 13,17-18. Publicado en jeroglíficos p o r A . H . GARDINER, Late-Egyptian Miscellanies 'Bibíio-
"i» Ex 18,1. theca Aegyptiaca, Bruxelles 1937); t r a d . de ERMAN, en L A E 198-99; extracto en A . J. G A R -
DINER, en J E A (1920) 109-10; cf. A N E T 259b; P . M O N T E T , O . C , 60.
262 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 263
414
etapa de los hijos de Israel , que va de Ramsés a Sukkot, hace en cambio, el grupo de Raquel, acaudillado por Moisés, segui-
pensar en la distancia que el gendarme egipcio tuvo que re- ría la ruta del SE. (tradición «elohísta») hacia el corazón d e la
correr desde el palacio real hasta la muralla de Tjeku, que se península sinaítica. Los primeros habrían salido durante la
suele identificar con el Sukkot bíblico, que en hebreo significa XVIII dinastía egipcia (s.xiv), mientras que los segundos em-
«tiendas» de campaña. Etam parece equivaler al Jtm egipcio, prenderían su huida bajo la XIX dinastía, a fines del si-
que significa «fortaleza». Según Núm 33,7, llegaron los israeli- glo XIII a.C. 422 . Pero esta suposición es gratuita, ya que no
tas a Pi-hajirot antes de arribar al mar. El nombre de pijirot se basa en datos claros bíblicos. Pero es verosímil que grupos
puede ser una trasliteración defectuosa de Pr hwt -Hr, que de hebreos, durante un lapso de tiempo de varias centurias,
significa «morada de Hator» 415 . Y una ciudad de este nombre hayan emigrado hacia Canaán impelidos por determinadas cir-
aparece en el elogio de Pi-Ramsés, compuesto por el escriba cunstancias sociales, sobre todo después de la expulsión de los
Pabasa 416 , y en la estela de Nitocris 417 . Ahora bien, según hicsos de Egipto, pero no hay fundamentos claros para hablar
Núm 33,7, la localidad de Pi-hajirot está delante de Baal-Sa- de una emigración del grupo de descendientes de Lea y otra
fón, que significa «señor del norte» en hebreo. Baal-Safón es de los de Raquel. El relato del éxodo sólo se refiere al grupo
un dios sirio adorado por los egipcios y en Menfis tenía un acaudillado por Moisés, el cual no siguió «el camino de los
templo 418 , y aparece mencionado en una estela de Ras Shamra- filisteos», el de la costa, sino «el camino del desierto, hacia el
Ugarit 4 1 9 . Quizá el nombre completo de la localidad egipcia mar Rojo» 423 .
citada en el texto bíblico fuera Beit Baal-Safón, cayendo la
primera palabra como en (Pi) -Ramsés. En una estela aparece
e) El paso del mar Rojo
Ramsés II orando a Soped, dios del Oriente, y en la parte
opuesta se lee Baal, que podía tener el determinativo de El relato del paso del mar Rojo—el portento máximo de
Safón 42 «. todo el Antiguo Testamento, que dejó huella imperecedera en
Migdol en hebreo significa «fortaleza», y en el texto egipcio el recuerdo de las gestas salvadoras de Yahvé—llega a nosotros
antes citado sobre los dos fugitivos buscados por los gendar- en forma de éyica sacral, es decir, muy idealizado con hipérbo-
mes egipcios aparece la localidad de Migdol, de Setis, que pue- les inverosímiles, conforme a los esquemas teológicos de las
de ser la fortaleza mencionada en Ex 14,2, cerca de Pi-hajirot diversas tradiciones de los santuarios donde se formulaban las
y frente a Baal-Safón, cerca del mar. En Jer 44,1 y 46,14 se ha- «confesiones de fe» en cada generación, a base de recordar las
bla de un Migdol en la frontera egipcia, donde se reunieron intervenciones providencialistas y milagrosas del Dios de Is-
los judíos huidos de Jerusalén. Pero los textos egipcios mencio- rael, comprometido con su pueblo con una solemne alianza.
nan tres Migdol o «fortines» en la zona fronteriza con el de- Por eso hay que despojar a este relato del follaje imaginativo
sierto 421 . hiperbólico. Así, se dice que en la marcha «iba Yahvé delante
El profesor R. de Vaux, fiel a su teoría sobre los dos éxodos de ellos; de día, en columna de nube, y de noche, en columna
(el de los expulsados y el de los huidos), supone que los segun- de fuego, para alumbrarlos y que pudiesen así marchar lo mis-
dos siguieron la ruta del NE. del delta (tradición «yahvista»); mo de día que de noche» 424 . Y se dice que iban «seiscientos
sería el grupo de Lea que se instalaría en el sur de Canaán; mil infantes»425, cifra exorbitante para aquellos tiempos, ya
4
que ello implicaba que el pueblo hebreo desplazado seria de
» Cf. N ú m 33,3-5; Ex 12,37.
415
Cf. P . M O N T E T , o.c., 62. más de tres millones. Igualmente es inverosímil el dato d«que
116

4"
Cf. Papiro Anastasi
Cf. ZAS X X X V 18; cit.
I I I 3.3; Bibl. Aegyptiaca
por M. MONTET,
VII 8a.
p.62.
«el faraón tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros
418
41
Gf. Papiro Saüier IV n.1,6; Bibliotheca Aegyptiaca V I I 8 9 ; A N E T 250a. de Egipto y jefes para el mando de ellos» 426 y dio alcance a los
» Syria (1937) p l . VI; Kemi V I I 182.
420
El culto d e Baal Safón, q u e era el m i s m o d e U g a r i t , fue introducido en Egipto por israelitas «en Pi-hajirot, frente a Baal-Safón». Entonces, «el
los marineros cananeos (cf. O . EISSFELDT, Baal Zaphon, Zeus Kasios und der Durchzug der
hraeliten durchs Meer [Halle 1932]; W . F . A L B R I G H T , Baal-Zephon, en Festchrift Bertholet
ángel de Yahvé, que marchaba delante de las huestes de Israel,
[Tübingen 1950] 1-14). Se l e identificó con Z e u s Kasios d e Siria en los tiempos helenísticos. se puso detrás de ellas, y la columna de nube que iba delante
Y, de hecho, una carta a r a m e a del siglo vi a.C. cita a Baal Safón entre los dioses adorados
en Dafne, en el nordeste del delta; y quizá el m i s m o n o m b r e de Dafne sea una deformación 422
de Baal Safón (cf. W . F . A L B R I G H T , l . c , n.48 p.14). Se l e adoraba en los puertos donde R. DE VAUX, o . c , 367.
4
recalaban ¿os marineros fenicios. « Ex 13,18.
424
421
E n la época romana aparece u n a fortaleza al sur d e los Lagos Amargos, a 24 kiló- Ex 13,21.
metros de Suez, llamada Magdalum. « s Ex 12,37.
42
<¡ Ex 14,17
264 V. Los israelitas en Egipto La epopeya del éxodo 265

de ellos se puso detrás, entre el campo de los egipcios y el d e presentantes de la magia egipcia, así ahora, con el p o d e r de
Israel, y se hizo tenebrosa y sombría durante la noche». Y, e n Yahvé, había vencido al mismo faraón con su inmenso ejército.
el momento crucial, Moisés levantó su mano y «se dividieron Es la versión triunfalista de las escuelas sacerdotales, c u a n d o
las aguas» (v.2i), formando «las aguas una muralla a derecha a Israel se le daba el título pretencioso de «reino sacerdotal y
e izquierda y pasaron los israelitas por el medio a pie enju- nación santa», resumiendo así las máximas categorías sociales
to» (v.22), mientras que el ejército perseguidor del faraón fue existentes.
anegado al juntarse de nuevo las aguas y no poder salir, «enre- Con todo, en Ex 14,21 parece darse una versión más v e r o -
dándose las ruedas de los carros unas con otras» (v.25). Y del símil del gran portento: «Yahvé hizo soplar sobre el mar u n
ejército del faraón «no escapó ni uno solo» (v.28). Esta es la viento fortísimo, viento solano, que lo secó, y se dividieron las
descripción hiperbólica e idealizadora, clásico midrash del gran aguas». Lo que hace pensar en una marea baja excepcional de-
portento del paso del mar Rojo. Moisés aquí actúa con el p o - bida a la concurrencia de determinadas causas naturales q u e se
der omnímodo de Yahvé, levantando su mano taumatúrgica, dan de tiempo en tiempo. Los israelitas al amanecer aprovecha-
como antes había manejado su bastón mágico para hacer venir ron esta lengua de tierra que inesperadamente se les abrió ante
las plagas 4 2 7 . su presencia y pasaron a pie enjuto, mientras que los egipcios,
En realidad, no sabemos de ninguna batalla masiva del que se retrasaron porque las ruedas de los carros se hundían
ejército del faraón con los fugitivos israelitas, y menos q u e haya en la arena, fueron anegados por la nueva marea creciente. Esta
desaparecido el faraón con todo su ejército en las aguas del es una posible explicación más o menos providencialista; aun-
mar Rojo. L o más probable es que los hijos de Israel, que habían que para los autores bíblicos el milagro fue total, debido a la
salido sin permiso de la tierra de Egipto, abandonando sus tra- intervención taumatúrgica de Moisés, que obraba con poderes
bajos forzados, y, además, eran culpables de hurtos masivos delegados del Dios de Israel. Si el paso de los israelitas fue por
a los ciudadanos egipcios 4 2 8 , fueron perseguidos por u n des- los Lagos Amargos, esta explicación es más factible 4 3 3 , porque
tacamento de fronteras que vigilaban el camino del desierto en esta zona había una comunicación de aguas intermitente
por donde diariamente salían los q u e estaban fuera de la ley, entre los Lagos Amargos y el golfo de Suez cuando se daba
como lo había hecho el propio Moisés e n otra ocasión 4 2 9 . Pero la marea a l t a 4 3 4 . Y los egipcios daban el n o m b r e de Pa tufy
como Israel era el pueblo de Dios, hasta el ejército entero del («cañaveral») a la región entre el lago Timsah y el golfo d e Suez.
faraón, con éste a la cabeza, vino a enfrentarse con él. Es éste Esto explica mejor la denominación de yam-súf, «mar d e algas»
un tema épico corriente en la literatura bíblica 43<>. Los pueblos, o de «cañaverales», que la Biblia da a esta lengua del actual
cuanto más pequeños son, tienen u n pasado legendario más mar Rojo.
glorioso; es el falso pedestal que necesita el pequeño para ser E n Ex 15,1-31 se lee el epinicio en el que se canta a Yahvé
visto. Es la reacción contra el complejo d e inferioridad del que como «fuerte guerrero» (v.3), según la invitación puesta e n labios
anda de puntillas y enhiesto para ser visto y tenido en cuenta. de la hermana de Moisés: «Cantad a Yahvé, porque se h a cu-
Es el caso de Israel, pueblo minúsculo en el concierto d e las bierto de gloria y ha arrojado al mar a caballo y caballero» (v.20),
naciones, pero grande por ser el «primogénito» de Yahvé 431; p o r q u e no hay nadie como Yahvé, «magnífico en santidad, terri-
y, como tal, «reino sacerdotal y nación santa» 4 3 2 . Esta idea de ble en maravillosas hazañas, obrador d e prodigios» ( v . n ) . Todo
ser el pueblo «elegido» entre todas las naciones hizo surgir en lo ha hecho Yahvé ayudando a su pueblo; desde entonces, las
la conciencia israelita u n complejo de superioridad religiosa guerras de los israelitas serán las «guerras de Yahvé», porque
frente a la degeneración politeísta de los grandes imperios Yahvé es su «bandera» 4 3 5 . De este modo, el Dios pacífico de
cultos de la antigüedad. Esto se refleja e n la redacción del por- los patriarcas se convierte en u n Dios guerrero avasallador 4 3 6 ;
tento del mar Rojo, pues como Moisés había vencido a los re-
433
427 Cf. BOURDON, La route de l'Exode: R B 41 (1932) 547-48.
Ex 7,10. 434
Cf. F. M. A B E L , Géographie II 209.
" « Ex 12,35-36. 435
Ex 17,15: Yahweh Nissi: «Yahvé es mi bandera».
429
Ex 2,15. 43
« Cf. F R . M . CROSS, The Song of the Sea and Canaanite Myth: Journal for Theilogy
430 Véase M . GARCÍA CORDERO, Idealización épico-sacral en la historiografía bíblica: and the C h u r c h 5 (1968) 1-25; G. V O N RAD, Der Heilige Krieg im alten Israel ( Z ü r i c h 1951)
Ciencia T o m i s t a (1966) 4 2 5 - 4 8 . 45-47; H . FREDRIKSSON, Jahwe ais Krieger ( L u n d 1945) 83-86; R. SMEND, Jahwerkiel und
431
Ex 19,4; D t 7,7. Stámmebund ( G o t t i n g e n 1963) 79-81; F R . M . CROSS, The divine Warrior in Israel's íarly
432
Ex I 9 , 6 . Cult: Bibliotheca Motfs (Cambridge 1966) 11-30.
266 V. Los israelitas en Egipto Los portentos del Sinaí 267
y como en el cántico de Débora 437 , también en el paso del mar \
\
Rojo ha movilizado las fuerzas naturales: viento, nubes, fuego. . \ 6. LOS PORTENTOS DEL DESIERTO DEL SlNAÍ
Este portento excepcional será el centro de las «confesiones
de fe» en los tiempos en que Israel se iba configurando como a) Las codornices y el m a n á
nación 438 . En Jos 4,22-10 se unen las gestas del paso del mar En los relatos de la época del desierto se destacan, sobre
Rojo y el del Jordán 439 , al igual que en la literatura posterior 440 : todo, las intervenciones providencialistas, y aun milagrosas, de
la estancia de los israelitas en el desierto, organizándose en Yahvé en favor de su pueblo, perdido en las estepas misérri-
teocracia a la sombra de Yahvé, se enmarca entre estos dos pasos mas del Sinaí. En realidad, los hebreos salieron con sus reba-
portentosos del mar Rojo y del Jordán. Luego comienza la ños 44s . v con ellos pudieron defenderse malamente del hambre
epopeya de la conquista. En la literatura salmódica posterior en sus transmigraciones de oasis en oasis, alimentados con las
> se le da un sentido cósmico al hecho histórico de la victoria ralas hierbas que nacen por cerrados valles de la región. Aún
sobre los egipcios, y así, se presenta a Yahvé triunfando sobre hoy día pueden verse rebaños de camellos y de ganado menor
las fuerzas caóticas del mar, representadas en el monstruo pastando por aquellos parajes, no lejos de las tiendas de los
Leviatán y Rahab, que representa, a su vez, el poder faraóni- beduinos. Porque la comarca de la península sinaítica no es
co 4 4 1 . De este modo se asimilaba el mito de Ugarit con el un desierto puro de arenas, como el Sahara o el de Libia, sino,
triunfo del orden sobre Yam, encarnación de las fuerzas des- más bien, una región esteparia pobre y arenosa, con arbustos
atadas del mar, que amenazan anegar la tierra 442 . y alguna vegetación rala, pero de gran valor nutritivo para ali-
Como los dos acontecimientos—el paso del mar Rojo y el mentar a los rebaños de jarüf, o carneros adaptados a aquellas
del Jordán—son tan similares y señalan dos momentos crucia- latitudes semidesérticas.
les de la historia de las tribus de Israel, algunos críticos supo- En un momento dado, parece que se acabaron las subsis-
nen que se celebraban ambos en una procesión litúrgica desde tencias, y entonces los hebreos, que no estaban hechos a vivir
el Jordán a Gilgal 443 , basándose en los relatos folklóricos de en aquellos parajesMesoladores, pues provenían de zonas llanas
Jos c.3-4. Pero los indicios no son tan claros como para sos- y ricas en pastizalesXse quejaron a Moisés por haberles sacado
tener esta hipótesis. R. de Vaux supone que el paso del mar de una región ubérrima, para llevarlos a la muerte en los seca-
Rojo está calcado sobre el paso milagroso del Jordán, y cree rrales del Sinaí. El relato bíblico está dramatizado con diálo-
que, más que hablar de la muerte de los egipcios en el mar gos del pueblo, de Moisés y del mismo Yahvé; pero en el fondo
Rojo, hay que hablar de la derrota de éstos a orillas del mar refleja bien la situación de aquellas gentes hambrientas, lleva-
Rojo, sin que se hubiera dado el paso milagroso del mar Rojo 444 . das hacia lo desconocido bajo el señuelo de la libertad. Y Dios
Pero esta suposición está contra toda la tradición bíblica, ya que atendió a sus necesidades con un hecho providencial: al atar-
el paso milagroso del mar Rojo es el portento por antonoma- decer se posaron grandes bandadas de codornices, a las que
sia, la gesta más espectacular de Yahvé en favor de su pueblo, los hebreos pudieron atrapar a placer, pues llegaban cansadas
que se canta en las «confesiones de fe» como paradigma y mo- de sus vuelos trashumantes de África hacia Europa en la pri-
delo de las otras intervenciones taumatúrgicas de Yahvé en mavera. Por el otoño se repiten estas inundaciones de voláti-
favor del pueblo elegido. les de vuelta de Europa hacia África. El salmista se hace eco
437
Jue 5,lss. del portento cuando dice:
438
Cf. D t 11,4; 2 4 , 7 ; 6,21-22; 26,7-10.
4
» C. G. W . C O A T S , en V T 17 (1967) 2 6 0 - 6 1 .
440
«Hizo Yahvé soplar en el cielo el viínto solano,
Cf. Jos 4,23-24; Sal 66,6; 74,13.15; 114,3.5. y con su poder hizo soplar el austro,
441
Cf. Sal 74,13-14; mar, tannim, leviathan; Sal 89,10-11: mm-Rahab; Sal 114,3.5:
mar personificado; Is 51,9-10: Rahab, Tannin, mar, g r a n abismo-iefiom. Esta transposi- y caer como el polvo sobre ellos la carne,
ción cósmica aparece y a e n Ex 15.
442
como arenas del mar aves aladas.
Cf. O . KAISER, Die Mytische Bedeutung des Meeres in Aegypten, Ugarit und Isnel: Y comieron y se hartaron del todo,
B Z A W 78 (1959) 4 4 - 7 7 ; M . H . P O P E , Golter und Mythen im vorderem Orient ( W o r t e r l u c h
der Mythologie, I) ( S t u t t g a r t 1965) 258.260.289-90. y así les dio lo que ansiaban» 446 .
443
Cf. S. M O W I N C K E L , Tetrateuch-Pentateuch-Hexateuch: B Z A W 90 (1964) 35;
H . J. KRAUS, Gilgal. Ein Beitrag zur Kultusgeschichte Israels: V T 1 (1951) 181-99; I D . , Got- El salmista parece inspirarse en el relato de E x 11,31:
tesdiens in Israel ( M ü n c h e n 1962) 181-87; J- A . S O G G I N , Gilgal, Passah and Landndime,
en Volume du Congrés de Genive (SVT 15) ( L e y d e n 1966) 263-77; F R . M . CROSS, The diiine «Vino un viento de Yahvé, trayendo desde el mar codornices,
V/arrior, 1.a, 26-27. 445
444
R. DE V A U X , O . C , 364. Ex 12,38: «muchas ovejas y b u e y e s , y gran número de animales con e l l o s » .
4
« Sal 78,26-29.
268 y. Los israelitas en Egipto Los portentos del Sinaí 269

q u e dejó sobre el campamento hasta la altura de dos codos Aijuí encontramos un hecho y su interpretación a l a luz
(un metro) sobre la tierra. El pueblo estuvo todo el día, t o d a de concepciones teológicas posteriores, como canta el salmista:
la noche y todo el día siguiente recogiendo codornices; el q u e
í«Dio o r d e n (Yahvé) a las n u b e s , abrió las p u e r t a s del cielo,
menos, recogió diez 'omer (unos 40 kilogramos), y las pusieron
y llovió s o b r e ellos el maná p a r a q u e c o m i e r a n ,
a secar en los alrededores del campamento». Pero, por su v o - d á n d o l e s u n trigo d e los cielos.
racidad, Dios castigó a su pueblo. Esta es una nueva versión C o m i ó el h o m b r e pan de nobles
más detallada y exagerada, colocando el prodigio de la b a n d a d a y les d i o c o m i d a h a s t a saciarlos» 4 5 0 .
de codornices en otra ocasión, pues que los hebreos habían
La versión latina de la Vulgata traduce «pan de ángeles»,
partido del Sinaí hacia el desierto de Farán 447 . Son dos tradi-
sin duda inspirándose en el libro de la Sabiduría, donde se
ciones diversas sobre u n mismo acontecimiento, que tuvo lugar
hace un largo comentario midráshico sobre el maná, «alimento
más de una vez en los años en que los israelitas acamparon en
de ángeles... que, teniendo en sí todo sabor, se amoldaba
el Sinaí, ya que el paso de los volátiles de África hacia Asia y
a todos los gustos»451. Según D t 8,3, dice Moisés que Dios
hacia Europa se da dos veces al año; en la primavera, hacia
«alimentó al pueblo con el maná para que aprendiera que no
Europa, y en el otoño, hacia África. Es u n hecho natural, pero
sólo vive el h o m b r e del pan que se procura con su trabajo,
que resultaba providencial para alimentar a las hambrientas
sino de cuanto procede de la boca omnipotente de Dios», texto
huestes de Moisés, que se acordaban, de los «cohombros, y p u e -
que citará Jesús cuando es tentado en el desierto 4 5 2 . Y el mismo
rros, y cebollas, y del pescado que d e balde comían en
Jesús dirá que este maná del desierto es símbolo del «pan de
Egipto» 448.
vida» q u e El dará a los que crean en El 453.
El portento del maná parece basarse también en la interpre- En Jos 5,12 se dice que, cuando los hebreos pasaron el
tación midráshica de u n fenómeno natural que se da en la penín- Jordán y entraron en la tierra prometida, comenzaron a comer
sula sinaítica. L a descripción aparece, como siempre, drama- los frutos del país, cesando automáticamente el maná, q u e era el
tizada en función de una idealización sacral, haciendo interve- producto del desierto. E n efecto, hoy los críticos suponen que
nir directamente a Yahvé en diálogo con Moisés. Y se presenta la leyenda del maná del desierto está basada en el hecho de
como una «capa de rocío. Y, cuando el rocío se evaporó, vieron la existencia de u n producto del tamarisco; es decir es la se-
sobre la superficie del desierto u n a cosa m e n u d a como granos, creción del tammarix trebutina mannifera y del naiacoccus, en
como escarcha sobre la tierra» 449, E n N ú m 11,7 se describe forma de goma comestible. H e aquí cómo explica el fenómeno
así: «era parecido a la semilla de cilantro y tenía un color u n autor moderno: «La tammarix es alta y llega hasta seis metros;
como de bedelio. Esparcíase el pueblo para recogerlo, y lo de sus ramillas más tiernas, turgentes de humor en los meses
molían en molinos o lo majaban en morteros, y, cociéndolo en de mayo a agosto, destilan durante la noche—por la perfora-
una caldera, hacían de él tortas, que tenían u n sabor como de ción al parecer, que produce u n insecto, la Gossyparia rnanni-
para—gotitas, que se consolidan al aire libre, y que, e n parte,
pasta amasada con aceite. Cuando de noche caía el rocío, caía
caen a tierra. Estos granillos tienen el volumen de u n a semilla
también el maná». Y la explicación del n o m b r e es folklórica,
d e coriandro, de color blanco opalino, y de la consistencia de
pues, según Ex 16,15, <<a-l verla los hijos de Israel, se pregun-
cera virgen; su sabor recuerda la de la miel; con el calor del sol
taban unos a otros: Man-hü («¿qué es esto»?), pues no sabían se derriten sobre el suelo, que los absorbe. Los árabes actuales
lo que era». Pero Moisés les dio la interpretación al punto: recogen los granitos al clarear la mañana, y, amasados después
«Este es el pan que os da Yahvé para alimento»; y se dio orden de haberles quitado las hojas y la tierra, consumen u n a parte
de recoger una cierta cantidad diaria (un 'omer, unos cuatro con pan, y otra la venden para la exportación. La producción
kilogramos), excepto el viernes, en que se había d e recoger total de este maná es bastante escasa en toda la península si-
el doble, p u e s al día siguiente, sábado, n o era lícito emplearse naítica; se acerca anualmente a los 300 kilogramos. Es evidente
en las faenas de recogerlo. que semejante producto no resiste a la cocción; su p o d e r nu-
447 «o Sal 78.23S.
448
Núm 10,12. «1 Sab i6,20s.
44
Núm 11,5. "52 Mt 4,4-
« Ex 16,14. «3 Jn 6,31.58.
Los portentos del Sinaí 271
270 V. Los israelitas en Egipto
fen efecto, según Ex I7.i-i7. salió el pueblo del desierto de
tritivo es bastante limitado, por carencia de sustancias/azoa- Sin y acampó en Rajidim (¿actual wady Rafayed?), donde no
das; mientras que, por el contrario, puede conservarse indefini- encontró agua; por ello se querelló ante Moisés, pidiendo agua,
damente. La afinidad entre el fenómeno que describe la Biblia esperando que pudiera resolver la situación de un modo tauma-
y el maná botánico fue señalada en la antigüedad 454 . Pero, sin túrgico, como había hecho en otras ocasiones. La respuesta de
duda, la Biblia no presenta su fenómeno como cosa ordinaria Moisés1 es que aquello suponía «tentar a Yahvé» (v.2), lo que
y normal; en este aspecto podrá parangonarse a las diez plagas era una falta gravísima. Con todo, Yahvé ordenó a Moisés que
de Egipto. Lo mismo sucede con las codornices, que en su mi- utilizara su «bastón» mágico, con el que había hecho prodigios
gración primaveral atraviesan la península del Sinaí en grandes en Egipto, cambiando el río en sangre; y delante de todo el
bandadas, vuelan muy bajas, y, una vez atravesado el mar, se pueblo y con el cortejo de los «ancianos» para testificar oficial-
posan muy cansadas» 455 . Desde luego que el maná no debía mente el acontecimiento, le mandó golpear con el bastón la
de ser tan agradable y sabroso como insinúa el midrash del libro roca de Horeb para que saliera agua; lo que hizo Moisés. Por
de la Sabiduría 456 , pues los hebreos pronto se cansaron de él, ello llamó aquel lugar Masáh («tentación») y Meribáh («quere-
y exclamaban: «Estamos ya cansados de un manjar tan insípido lla»), porque el pueblo «tentó» a Yahvé y «se querelló» ante
como éste» 457 . Moisés. La explicación es etiológica, en función del incidente
La etimología del maná, a base de la exclamación man-hü, (jugando con las etimologías de rib, «querellarse», y massáh,
es popular, como todas las de la Biblia; man es, más bien, tér- «tentar»), y revela, al menos, dos intentos de interpretar el
mino arameo (en hebreo sería ma-hü: «¿qué es esto?»). Algún hecho según dos tradiciones diversas, que coinciden en el
autor ha querido ver en el término el vocablo egipcio mennu; hecho milagroso de fondo.
y los árabes llaman al fruto del tamarisco man es-shama («maná La tradición de Núm 20. n supone que el milagro tuvo lugar
del cielo»), término que puede depender de la tradición bíbli- en Cades y que en el incidente intervinieron Moisés y Aarón;
ca; otro nombre que le dan los beduinos es el de tarja.' éstos, al recibir la orden de golpear la roca, parece que dudaron
del éxito («¿podremos nosotros hacer brotar agua de esta roca ?»:
b). Los dos milagros del agua v. 10). Y Moisés golpeó la roca por «dos veces», como si hubiera
El gran problema de la estepa es encontrar agua; los bedui- fallado en el primer golpe. Todo ello fue porque habían dudado
nos que conocen la región saben dónde están los pozos y los de la posibilidad del milagro 459 . Por ello se les privó de entrar
pequeños oasis. El incidente del desierto en el que los israeli- en la tierra prometida (v.13), pues «no santificaron a Yahvé a los
tas se quejaron a Moisés por falta de agua para ellos y sus ojos de los hijos de Israel» (v.12), es decir, no le reconocían
ganados es muy verosímil, y de seguro que las quejas se repi- como omnipotente, capaz de hacer un milagro. Parece que
tieron muchas veces ante la escasez de agua. En los textos bíbli- aquí se juega con el nombre de Cades, que significa «santo».
cos se habla de dos incidentes, que en el fondo parecen coin- Según D t 1,37, Moisés fue privado de entrar en la tierra pro-
cidir, lo que nos hace pensar que nos hallamos con un «dupli- metida por cierta falta misteriosa con ocasión de la insurrec-
cado» del mismo hecho, relatado según dos diversas tradiciones; ción de los israelitas después de la exploración de Canaán.
lo sustancial del milagro es el mismo, pero la localización varía El juicio del salmista es tajante: «Le irritaron (a Yahvé) en
un tanto 458 . las aguas de Meribá, y fue castigado Moisés por culpa de

454
L o registra ya F L A V I O JOSEFO, Ant. lui. I I I 1.6; y lo c o m e n t a SAN A M B R O S I O , Epist undMeribah: Z A W 73 (1961) 71-77; V. F R I T Z , Israel in der Wüste. Traditionsgeskichtliche
64,1: P L 16,1271. Untersuchung der Wüstenüberlieferung des Jahvehisten (Marbourg 1970) 51-55.
459
« 5 Cf. F L A V I O J O S E F O , Ant. Iud. I I I 1.5; H E R O D O T O , I I 77. Cf. G . R I C C I O T T I , Historia H e a q u í cómo u n autor m o d e r n o ha querido encontrar un paralelo n a t n n l del su-
de Israel I 208. Cf. F . S. B O D E N H E I M E R - O . T H E O D O R , Ergebnisse der Sinai Expedition 1927 puesto m i l a g r o del agua e n el desierto: según W . Keller, el comandante b r i t á n i c o C S. Yar-
(Leipzig 1929) 45-88; F . S. BODENHEIMER, TheManna of Sinai: BibArch (1947) 2-6; C . J. JAR- vis, g o b e r n a d o r del territorio del Sinaí durante treinta años, ha sido testigo d e in hecho
VIS, e n P E Q ( i 9 3 8 ) 3 0 - 3 1 ; J. GRAY, en V T 4 (1954) I49s; R . DE VAIJ\-, O . C , d i s t i n g u e , con- similar, y l o narra así: «Unas gentes del cuerpo d e camelleros del Sinaí h a b í a n acampado
forme a sus teorías d e las dos emigraciones de israelitas, los dos casos, suponiendo q u e el en u n valle s e c o y estaban a p u n t o d e cavar e n la gruesa arena q u e se había acumulado junto
fenómeno d e las codornices se daba e n la zona d e Gaza, cerca de Cades, v el del maná, en a u n a roca d e la montaña. Querían llegar al agua q u e ñuye entre las p e ñ a s caleteas... E l
el centro d e la península sinaítica: tradición del g r u p o d e M o i s é s . E n la redacción s e fusio- sargento d i o golpes contra la peña; la superficie lisa y dura, formada p o r c a l i z a s viejas, se
n a i o n luego ambos fenómenos. quebró y c a y ó al suelo. C a n ello salió a la luz la piedra blanda del interior, y d e sus poros
156 S a b 16.2OS. brotó u n g r u e s o chorro d e agua» (C. S. JARVIS, Yesterday and today in Sinai, cit. p o i W. K E L -
457
N ú m 21.5. LER, Y la Biblia tenía razón [Barcelona 1955] 141). Traemos esta explicación a título de mera
458
Cf. J. R. PORTER, The Role of Kadesh-Barnea in the Narrative of Exodus: J T S 44 ilustración folklórica.
(1943) 139-43; E. A R D E N , HOW Mosesfailed God: J B L 76 (1957) 50-52; S. L E H E M I N G , Massa
2
^2 V. Los israelitas en Egipto \ Los portentos del Sinaí 273
ellos, porque turbaron su espíritu y profirió palabras impruden- c) Ljt localización del Sinaí
tes» 4 6 ° . /
E n realidad, en la región de Cades h a y tres oasis con sus En los relatos en que se configura la constitución teocrática
respectivos pozos; por eso no es verosímil que el milagro de la de las tribus hebreas, se alude reiteradamente a una «montaña»
roca haya tenido lugar en esta zona, sino, más bien, en R/afidim, sagrada, q u e se denomina «monte de Dios». Así, se dice q u e la
según el texto de Ex 17,1. Con todo, en N ú m 27,14 y ejn otros teofanía d e la zarza ardiente tuvo lugar «en la montaña de
textos se habla d e Meribá-Cades461; desde allí partió la expe- Dios» 4 6 ?, q u e se identifica con Horeb; Jetró, «sacerdote de
dición de Caleb hacia Canaán 4 6 2 y desde allí se enviaron men- Madián»; 4 7 0 , visita a su yerno Moisés «en la montaña de
sajeros a E d o m 4 6 3 . Así, pues, la tradición sobre Cades quizá Dios» 4 7 1 ; Moisés y Josué suben a la «montaña de Dios» 4 7 2 ; y,
proceda de las tribus del sur, establecidas cerca d e Hebrón 4 6 4 , más tarde, Elias, buscando las fuentes del yahvismo, no se en-
después de haber vencido a los cananeos en Jorma, Pero el caminó a Jerusalén, sino al desierto, a «la montaña de Dios,
grupo de Moisés se estableció en Cades 4 6 6 . A veces se habla Horeb» 4 7 3 . Ahora bien, en el relato sobre el rito de la alianza 474 ,
de Cades-Barnea, que se localiza al sur de Canaán, entre el sur la expresión «montaña de Dios» (v. 13) alterna con la otra de
del m a r M u e r t o y el M e d i t e r r á n e o 4 6 7 . Se le identifica con el «montaña del Sinaí» (v. 16). L a localización e n el Sinaí es propia
actual Ayn Qedeis («fuente santa»), a 75 kilómetros al sudeste del «yahvista», mientras que Horeb parece ser propia del «elohís-
de Bersheba. Cerca están otros oasis, como el de Ayn Qedei- ta» y «sacerdotal» 475 . Sinaí suele designar u n desierto, u n a co-
rah, Ayn Qeseimeh y Ayn Muweileh. D e esta zona arrancan las marca y u n a montaña. Algunos h a n querido relacionar su
pistas para Egipto, para el Aqaba y para Bersheba. Esta nombre con seneh, «zarza», pero en el relato de la zarza ar-
región, poblada ya en 2000 a . C , fue lugar de asentamientos de diendo se localiza la «montaña de Dios» en Horeb.
nabateos, romanos y bizantinos; los reyes de Judá pusieron Por ello n o concuerdan los exegetas al localizar la región
una fortaleza en Ayn Qedeirat entre los siglos ix-vi a . C , porque del Sinaí, pues algunos lo colocan e n la región d e Cades, en las
era u n lugar de paso d e caravanas. Sin duda q u e las huestes cadenas de montañas al norte de la actual península sinaítica 476 .
de Moisés acamparon e n aquella zona de oasis como lugar Pero, como dice R. de Vaux, nunca se asocia en los textos a
central para sus intentos d e penetración e n Canaán. R. de Vaux Cades con el Sinaí, q u e parecen distanciados 4 T 7 . A s í , Elias
supone que, antes de Moisés, u n grupo de descendientes de tarda cuarenta días en ir desde Bersheba hasta el Sinaí, mien-
Jacob acampó en esta comarca después de haber salido furti- tras Cades está a 70 kilómetros de Bersheba 4 7 8 ; y e n D t 1,2
vamente de Egipto (de la que le separan 200 kilómetros) y que se dice q u e hay once jornadas desde Horeb (Sinaí) a Cades.
después entró en contacto con el grupo de Moisés q u e subía Generalmente, se localiza el Sinaí e n el sur de la península
del Sinaí central; y ese grupo de Cades anterior a Moisés sería que lleva su nombre; pero la localización d e la proclamación
el descendiente d e Jacob p o r Lea 4 6 8 : el grupo judeo-calebita de la alianza y del decálogo en la zona del diebel Musa (2.244me-
que se asentaría en la zona meridional de Canaán, cerca d e tros de altura), rodeado p o r el norte del Ras Safsaseh (2,054
Hebrón. Es una hipótesis basada sólo en ciertos indicios de los metros), con la llanura de Er-Rahdh a sus pies, donde se supone
relatos de la conquista d e Canaán, pero sin pruebas claras. acamparon los hebreos, y teniendo al este al djebel Catherine
(2.606 metros), es del siglo iv d . C , tal como lo describe la
460
Sal 106,33. viajera española Eteria (383 d . C ) . Con todo, hacia el 5 4 0 d.C.
4
<¡i Cf. N ú m 27,14; D t 32,51; E z 48,28.
462
463
N ú m c.13-14. se localizó la gran teofanía e n el djebel Sirbal, cerca d e l oasis
N ú m 20,14-21...
464
Gf. M . N O T H , Überlieferungsgeshichte 143-50. de Feirán, unos 50 kilómetros al noroeste de djebel Musa419.
465
N ú m 21,1-3.
466 « » Ex 3,1.
N ú m 20,14-21. 47
467
Cf. Y. A H A R O N I , e n B . ROTHENBERG, God's Wildernm (New York 1961) 117-40. » Ex 18,1.
468
R. DE VAUX, o . a , 397; cf. H . H . R O W L E Y , From Joseph to Joshua 109S; I D . , Men of " i Ex 18,s.
472
God (1963) 16-19; I D . , From Joseph to Qumrán ( L o n d o n 1963) 50-55; TD., Worship in An- E x 24,13.
cient Israel ( L o n d o n 1967) 43 n . i . 473 I R e 19,8.
474
Ex 24, is.
475
M . N O T H , Überlieferungstudien 29
476
Cf. J. GRAY, The Desert Sojourn of the Hebrews and the Sinai-Horeb Tra&tion:
V T 4 (1954) 148-54. L a hipótesis es ya d e W e l l h a u s e n .
477
R. D E VAUX, O . C , 400.
478
Cf. N ú m c . l l - I 3 ; Cades estí e n el desierto d e Faran.
47
» Cf. M I G N E , en P G 88,196.
274 V• Los israelitas en Egipto /
\ Los portentos del Sinaí 275
En realidad, todos estos macizos montañosos teníari ca- 491
rácter sagrado, y en ellos se han encontrado inscripciones na- y relámpagos, que hacen humear la cúspide del monte .
bateas de los siglos II-III d.C, lo que revela que era un lugar de Pareos ser una descripción poética, calcada en la experiencia
peregrinación 480 . Se han contado más de 2.500 inscripciones de unk de tantas tormentas terroríficas que se desatan en estos
breves con algunos nombres divinos; pero no se hablatenellas parajes desolados. Por otra parte, Elias para ir al Sinaí partió
de ritos cultuales en la zona 481 ; se cree son grafitos que las cara- de Bersheba, y Flavio Josefo dice que el Sinaí está entre Egipto
vanas nabateas trazaban en las rocas al pasar 482 . Pero extrañan y Arabia 4 9 2 . Cuando San Pablo en Gal 4,21 dice que el Sinaí
tantas inscripciones, que están lejos de los oasis y rutas comer- está en Arabia, es una localización genérica en una zona que
ciales 483 . No obstante, como estas inscripciones son ya de la para los helénicos se llamaba Arabia, que incluía la península
sinaítica.
época romana, se cree que por allí pasaban las caravanas co-
merciales nabateas desde el golfo de Aqaba hasta el istmo de Por eso, aunque existían colonias judías en Arabia desde
Suez, bordeando los oasis y pozos de la estepa; incluso los los tiempos de Nabonides, en el siglo v a.C. 493 , sin embargo,
nabateos pudieron explotar las antiguas minas de cobre y de nunca la tradición judía localizó el Sinaí bíblico al este del
turquesa, que habían explotado ya los faraones en el tercer golfo de Aqaba, sino que más bien siguió las hueílas de Elias,
milenio a.C. 484 . De hecho, la localización en el djebel Musa hacia el corazón de la península sinaítica actual; en la que des-
explica bien el dato de Dt 1,2 de que desde Horeb a Cades hay tacan unas rocas graníticas de color rosado sobre un azul claro,
con vertientes y precipicios de color azufre rojizo y con vetas
once días de marcha, que es lo que tardó la École Biblique, de
de feldespato verduzco. En uno de los peñascos aparecen las
Jerusalén, en la expedición de 1906 desde el djebel Musa hasta
ruinas de un templo egipcio, con el busto de una diosa con
Ayn Qedeis4%5. Una de las estaciones intermedias citadas en
orejas de vaca, con los ojos fijos en un vestíbulo cuadrangular.
los textos bíblicos es la de Haserot 486 , nombre que puede reco- Al lado hay muchas estelas y pequeños altares de piedra, y
nocerse en el topónimo actual Ayn el-Judeirat, entre djebel sobre el valle se levanta la ingente mole del Sinaí. E n 1904,
Musa y el golfo de Aqaba. La localidad de Di-Zahab de Dt 1,1 Flinders Petrie descubrió en un templo el nombre de Ram-
podría identificarse con el actual Dahab, en la costa del sés II grabado en piedra, en la región de Serabit el Khadim, el
Sinaí 487, y la Totbata antes de llegar a Esion-gaber 488 podría antiguo centro minero del que se extraían cobre y turquesa.
ser el actual Tabeh, a doce kilómetros al sur de Elath 489 . Quizá sea el Dofka bíblico. Aquí se daba culto a la vaca Hathor;
Frente a estas localizaciones, comúnmente aceptadas por se ven las huellas de los campamentos de mineros y restos
los exegetas, no faltan algunos que pretenden buscar el Sinaí minerales. Era un lugar caluroso e inhóspito, como se dice en
bíblico en el desierto de Arabia al sudeste de Aqaba 4 9 0 . por- una inscripción de Amen-hemet II (1800 a.C):
que se presenta la teofanía del Sinaí como una erupción vol-
cánica, y los montes tradicionales de djebel Musa y Ras Saf- «Hor-hur-Re, guardasellos del faraón y jefe de trabajadores, dirige u n
saseh no son de formación volcánica. Pero en los relatos bíbli- mensaje a los mineros y esclavos extranjeros. Trata de estimularlos y darles
cos no se dice nada de que en la teofanía haya habido un ánimos en estos términos: 'Por muy afortunado puede considerarse todo
aquel que se halla trabajando en estas minas'. Los obreros le responden:
derrame de lava, sino simplemente se habla de truenos, rayos 'Cierto que hay turquesas en las minas; pero es en la piel en la q u e hay que
pensar en esta estación. Sabemos que el mineral es siempre extraído «n esta
48
o Cf. B . M O R I T Z , Der Sinaikuh in heidnischen Zeit (1916); M . N O T H , Das Zweíte Buch época, pero, a la verdad, es imposible resistir en esta estación insoportable'.
\loses, Exodus 125. Pero Hor-hur-Re responde: 'En todos los tiempos en que yo h e llevado a
« 1 Cf. J. K O N I G , e n R H P R 43 (1963) 4 - 1 1 .
482
R. D E V A U X , O . C , 4 0 1 .
los hombres a las minas me he guiado por la gloria del rey. M i rostro n o
483
Cf. J. C A N T I N E A U , Le Nabatéen I (París 1930) 24-25. estuvo nunca decaído ante el trabajo... Nunca exclamé: ¡Oh, s i tuviera
484
Cf. B . R O T H E N B E R G , An Archeological Swvey of South Sinai: M u s e u m Haaretz una buena piel! Antes mis ojos brillaban'».
Bulletin r i (1969) 3 8 .
485
Cf. F . M . A B E L , Géographie I, 393.
486 N ú m 11,35; 12,16; 33,17
48
7 Cf. Y . A H R O N I , l . c , 144.161.
En esta zona se encontraron muchos grafitos con algunas
488
4 8 9
N ú m 33,33- semejanzas de jeroglíficos egipcios. Se ha supuesto que son
A B E L , O . C , I I 366; Y. A H A R O N I , l . c , 166.
490
Cf. J. K O N I G , La localization du Sinai et les traditions des scribes: R H P R 43 (1963) 491
Cf. Ex 19,18; D t 4,11-12; 5,23-24; 9,i5; E x 24,15-17-
2-30; I D . , Itinéraires sina'itiques en Arable: R H R 166 (1964) 121-41; I D . , Le Sinai, montagne 492
F L A V I O JOSEFO, Contra Apion 2.25.
de feu dans un désert de tenébres: R H R (1967) 129-55; I D . , AUX origines des théophanies jah- 493
Cf. J. GADD, The Marran Inscriptions of Nabonide: AnStud 8 (1958) 3 5 - 9 3 R- D E
vistes: R H R 109 ( 1 9 6 6 ) 1-36. VAUX, Lévites minéens et Lévitiques israélites: Bible et Orfent (1967) 277-85; I . I E N - Z V I ,
Les origines de l'établissement des tribus d'hrael en Arabie: L e M u s é u m 74 ( 1 9 6 1 ) 143-90.
276 V. Los israelitas en Egipto / Los portentos del Sinaí

signos escritos por cananeos que trabajaban en las minas de


turquesa. A. Gardiner cree leer algunos dedicados «a la diosa Bibliografía _____ - —
Baalth» (l-Balat), diosa venerada en Byblos (Fenicia), al/norte
ABBA, R., The divine Ñame Yahweh: JBL 806 (1961) 320-28.
de Beyrut, a mitad del segundo milenio a.C Era la equivalente ALBRIGHT, W. F., Exploring Sinai: BASOR 109 (1948) 5-20.
de la diosa Hathor egipcia, representada con cabeza de vaca. — The Bible and ihe Ancient East (London 1961).
En 1948, una expedición de arqueólogos norteamericanos des- — Jetro, Mobab and Reuel: C B Q 25 (1963) 1-11.
cifraron muchos de los signos, que parece están escritos en un ANBAR, M., Changement des noms des tribus nómades dans la relation d'un
méme événement: Bi 49 (1968) 221-32.
dialecto cananeo del siglo xv a.C. Son signos protoalfabéticos,
AWAD, H., La montagne du Sinaí central. Etudes morphologiques (Le Caire
que debieron de dar lugar al alfabeto divulgado (quizá inven- 1952).
tado) por los fenicios en el siglo xi y que se difundió por el Me- BESTERS, A., La expression «Fils d'Israéh en Ex 1,15: RB 74 (1967) 321-55.
diterráneo hacia el siglo x a.C, siendo adoptado por los grie- BOURDON, C , La route de l'Exode de la terre de Gessen á Mará: RB 41 (1932)
gos en el siglo ix a.C. Lo interesante para nosotros es que unos 370-92.538-49.
cananeos, étnicamente afines a los hebreos, dejaron sus huellas BRIGHT, T., La historia de Israel (Bilbao 1966), 127-138.
CAMINOS, R. A., Late-Egyptian Miscellanies (London 1954).
semialfabéticas en las regiones del Sinaí por donde pasaron las CAMPS, G. M., Midrash sobre la historia de les plagues, en Miscellanea Bíbli-
huestes de Moisés allá por el siglo XIII a.C. Y, a la luz de este ca B. Ubach (Montserrat, Barcelona 1953) 97-113.
hecho, se hace verosímil lo que se dice en Ex 17,14 después CAZELLES, H., Moise: DBS V col.1308-1337.
— La localisation de l'Exode et la critique littéraire: RB 62 (1955) 357-60.
de la victoria sobre los amalecitas: «Dijo Yahvé a Moisés: — Pithom: DBS VIII col.1-6.
'Escribe esto para recuerdo en un libro'». De hecho, por aque- CAPART, J., Un grand personnage palestinien de la cour de Merenptah: Cahiers
lla época ya se conocía la escritura en los secarrales de la Égyptiens 11 (1936) 32-38.
península sinaítica 494 . CHILDS, B. S., The Birth of Moses: JBL 84 (1965) 109-22.
COPPENS, J., Les traditions relatives a le manne dans Ex XVI: EstE 34 (1960)
La escaramuza con los amalecitas tuvo lugar en la región 473-89-
de Rafidim, el actual Feirán (Farán de la Biblia) de los árabes, COURAYER, B., La résidence ramesside du Delte: RB 43 (1946) 75-98; 66 (1959)
en el wady Refayied, donde hay un bosque de palmeras res- 282-94.
CROSS, F. M.-FREEDMAN, D. N., The Song of Miriam: JNES 14(1955) 237-50.
guardado por una gran montaña. Allí convergen los rebaños DUBARLE, A.-M., La signification du nom de Jahweh: RScPhTh 35 (1951)3-21.
de los nómadas para abrevar sus ganados. No tiene nada de DUMAS, M . J., La Peninsule du Sinai (El Cairo 1951).
particular que los amalecitas, habitantes de la región, consi- EISSFELDT, O., Neue Zeugnisse für die Ausprache der Tetragramma ais Jahwe:
deraran como intrusos en sus pastos y pozos a los hebreos, Z A W 53 (i93S) 59-77-
y por ello intentaran hacerles la guerra, para que se replegaran FAHAD, T., La divinisation árabe (Leiden 1966).
GARCÍA CORDERO, M., Teología de la Biblia I (Madrid 1970) 41-56.
al lugar de su partida. En sus alrededores se menciona la loca- GARDINER, A . , Tanis and Pi-Ra'messe: JEA 19 (1933) 122-28.
lidad de Dofqah 495 , que tiene alguna afinidad con el término GRESSMANN, Ff., Ursprung und Entwicklung der Joseph-Sage, en Euchariste-
egipcio mafkat, que significa «turquesa», que se sacaba de las rion H. Gunkel (Góttingen 1925) 1-55.
minas de aquella zona. Ramsés II puso de nuevo en explota- GRIFFITHS, J. G., The Egyptian Derivation ofthe Ñame Moses: JNES 12 (1953)
225-31.
ción estas minas; pero los relatos bíblicos del Éxodo no dan GUNNEWEG, A. H . J., Mose in Madian: Z T K 61 (1964) 1-9.
a entender que los hebreos encontraran al pasar campamentos GUNKEL, H . , Die Komposition der Joseph Geschichte: Z D M G 76 (1922).
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MERWE, B. J., VAN DER, Joseph as Successor of Jacob: Studia Biblica et Orien- dotal y nación santa» *. E n ese momento, Yahvé se compro-
talia Th. C. Vriezen dedicata (Waneningen 1966) 221-32. metió con su pueblo a base de unas estipulaciones q u e garan-
MENDELSOHN, I., On Corvé Labor in Ancient Canaan and Israel: BASOR 167 tizaran las relaciones entre ambas partes. D e u n lado. Yahvé.
(oct 1962) 31-35. el Dios del desierto, ofrecía su asistencia para llevar a los hijos
NQTH. M.. Historia de Israel (Barcelona 1966) m - 1 9 .
PRADO. T.. Las primeras etapas del Éxodo: Sefarad 17 (1957) 153-68. de Israel a la tierra d e Canaan, prometida a sus antepasados,
PRÉVOST, L.-DENNEFELD-DAVID-GEORGE-LEJEUNE, Le Sinai hier... aujourd' continuando así sus gestas salvadoras. D e l otro, el pueblo se
hui (Paris 1937). comprometía a cumplir unas estipulaciones concretas, no acep-
RAD, G. VON, Moses (London 1960). tando como Dios más q u e al Yahvé salvador, q u e los había,
Josephgeschichte aud altere Chokma, en Congress Vol. Coppenhagen (SVT 1)
sacado d e la «casa de la servidumbre» 2 . Es lo q u e se expresa,
(Leiden 1953).
RICCIOTTI, G.. Historia de Israel I (Barcelona 1949) 175-236. sintéticamente en estas palabras, puestas en boca d e Yahvé
R. S., Inscriptions Sínaitiques: RB 39 (1930) 146-48. y dirigidas a Moisés: «Si oís m i voz y guardáis mi alianza, vos-
ROWLEY, H . H., Israel's Sojourn in Egypte (Manchester 1938). otros seréis mi propiedad (segullah) entre todos los pueblos,
— A Recent Theory on the Exodus: Orientalia Suecana 4 (1955) 77-86. porque mía es toda la tierra, pero vosotros seréis p a r a mí un,
— From Joseph tojoshua (London 1950). reino de sacerdotes y u n a nación santa» 3 . N o caben palabras
SAUNERON, S.-YOYOTTE, j \ , Traces d'établissements asiatiques en Moyenne
Egypt sous Ramsés II: Rev. d'Égyptologie 7 (1951) 67-70. más explícitas para encarecer el carácter sacral d e l pueblo
UBACH, B.. El Sinai (Montserrat). adoptado p o r Yahvé como suyo.
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D e hecho, ya en los relatos de la época patriarcal se inser-
UPPENHEIM, A. L . , The Interpretation of Dreams in the Ancient Near East tan promesas de bendición sobre la descendencia de Abraham,
(Philadelphia 1956). relacionadas con unas supuestas alianzas4, q u e n o imponían
VACCARI, A., Jahve e i nomi divini nelle religioni semitiche: Bi 6 (1936) 1-10. más exigencias q u e el reconocer a El-Shadday como Dios ú n i -
VANDIER, J., Lafamine dans l'Égypte ancienne (El Cairo 1936).
VAUX, R. DE, Sur le origine kenite ou madianite du Yahvisme: Eretz Israel 9
co de A b r a h a m («Yo seré t u Dios»: 17,7) y llevar u n a conducta
(Albright Volume) (1959) 28-32. honesta («anda en m i presencia y sé perfecto»: G e n 17,1), a u n -
— Histoire ancienne d'Israel (Paris 1971) 279-369. que se i m p o n e como «signo» de esta alianza el rito de l a circun-
VERGOTTE, J., Joseph en Égypte. Genése chap.37-50 a la ¡umiére des études cisión ( G e n 17,10-11). Este texto, que es atribuido a l «sacer-
égyptologiques recentes (Louvain 1959).
VINCENT, H . , Un nouveau Sinai biblique: RB (1930) 73-83. dotal», viene a ser como u n antecedente de la formulación d e
VISCHER, W . , Yahwe, der Gott Kains (München 1929). la alianza e n los tiempos mosaicos, tal como aparece e n el texto
WALKER, N . , The Tetragrammaton (West Ewel. England) (1948) antes citado de Ex 19,3-8.
WARD, W . A., The Egyptian Office of Joseph: JSS 5 (r 9 6o) 144-50.
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2
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WOOLLWEY, L. I.-LAWRENCE, T . H., The Wílderness of Sin (London 1935). Ex ig,3b-6; cf. J. MUILENBURG, The Form and Structure od the CovenantalFormula*
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WHYBRAY, R. N . , The Joseph Story and Pentateuchal Criticism: V T 18 (1068) «Priesterliches Kónigstinm: T Z 19 (1963) 359-62; ID., Studien zur altt. Theol. und faschichte;
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4
Gen I5,7ss; I7,4SS.
280 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí La «alianza» mosaica 281

Según Ex 20,1-17, después de la teofanía sobrecogedora d e bía descendido Yahvé en medio de fuego», en medio de «true-
Yahvé, manifestándose en la cúspide de lajriontaña, en m e d i o nos y relámpagos, con una densa n u b e sobre la montaña y
d e truenos, relámpagos y rayos, y hablando,1 «mediante el t r u e - fuerte sonido de trompetas» (v.16). N o cabe promulgación más
no», al pueblo, que estaba sobrecogido de temor en la llanura sobrecogedora y solemne, por lo que «todo el pueblo tembla-
(escenificación dramática a base del recuerdo de una t e m p e s - ba» (v. 18), sin poder subir a la montaña, santificada por la p r e -
tad, donde se presenta a Yahvé residiendo en la montaña, sencia aterradora de Yahvé, que amenazaba con matar al que
como el dios sirio de la tempestad, Hadad, en el monte H e r m ó n traspasara los límites de la montaña para acercarse a Yahvé
o en el monte Kasios), se promulga el decálosh. síntesis de una (v.24). P o r eso, según Ex 20,19, el pueblo le pidió a Moisés
legislación más compleja, en la que los preceptos de derecho na- que fuera su intermediario, para que no les hablara directa-
tural y los positivos se yuxtaponen con cierto orden lógico (pri- mente Dios: «Habíanos tú, y te escucharemos; pero no nos
mero, los derechos de Dios, y luego, los concernientes a las hable Yahvé, no sea que muramos». Esta escenificación sobre-
relaciones sociales). La promulgación tiene una presentación cogedora y tonante presenta a u n Dios terrorífico y exigente,
enfática: «Yo soy Yahvé, tu Dios, que te ha sacado de la tierra bien distinto del Dios familiar de la época patriarcal, que tam-
de Egipto, de la casa de la servidumbre» (v.2). Es el eco de la bién impuso u n rito extraño a A b r a h a m para sellar la alianza,
otra declaración hecha por Dios a A b r a h a m según G e n 15,7: simbolizando su presencia en una «hornilla humeante» que pasó
«Yo soy Yahvé, que te saqué de U r Kashdim para darte esta por medio de las partes descuartizadas de las víctimas 5 . Con
tierra en posesión». En ambos casos, Dios se presenta con todo, en la promulgación del decálogo no se habla de un rito
unos derechos adquiridos: en virtud de las intervenciones sal- de alianza, porque el redactor bíblico lo inserta dentro de la
víficas ejercidas sobre A b r a h a m y sobre el pueblo de Israel, descripción de la teofanía terrorífica del Sinaí y la promulga-
Dios impone unas condiciones para garantizar sus promesas ción de la alianza de Ex 24,iss. La idea de alianza late en el
de asistencia y de dar a la descendencia de A b r a h a m la tierra fondo, sirviendo de introducción general la formulación de
d e los cananeos, por donde ahora anda como simple forastero, Ex 19,3b-6 que hemos citado antes.
acampando como seminómada en torno a las poblaciones na- Junto al altar puso Moisés «doce piedras», simbolizando las
tivas. doce tribus de Israel, y luego m a n d ó a unos «jóvenes» sacrificar
En Ex 24.1-8 se relata el rito de la alianza con unos detalles ofreciendo víctimas de «holocausto» (v.,5), lo que es u n signo
arcaizantes, q u e bien p u e d e n reflejar u n rito real cumplido por claro de arcaísmo, ya que no aparece todavía el sacerdocio
Moisés delante de su pueblo para impresionarle y hacerle profesional de la t r i b u de Leví; a continuación d e r r a m ó la mi-
tomar conciencia de las nuevas obligaciones. En efecto, por tad de la sangre sobre el altar; luego leyó «el Libro de la alian-
expreso encargo de Yahvé, según el relato bíblico, Moisés, za» (séfer haberith) al pueblo, en el que estaban consignadas
caudillo del p u e b l o liberado de la servidumbre egipcia, des- las cláusulas vinculatorias entre Dios e Israel, respondiendo el
pue's de haber subido al monte y haber redactado «las palabras pueblo que las aceptaba: «Todo cuanto dice Yahvé lo cumpli-
de Yahvé» (v-4), «transmitió al pueblo todas las palabras de remos y obedeceremos» (vv¿). El compromiso es solemne. En-
Yahvé y sus leyes» (v.y,); a lo q u e el pueblo respondió compro- tonces Moisés t o m ó «la sangre y roció al pueblo, diciendo:
metiéndose a s u cumplimiento: «Todo cuanto ha dicho Yahvé 'Esta es la sangre de la alianza que pactó (Yahvé) con vosotros
lo cumpliremos». Pero no se especifican cuáles son esas «pa- conforme a todas estas palabras'». Quedó así sellada la alianza
labras de Yahvé» y esas «leyes» que iban a regular las relaciones q u e daba origen a la teocracia hebraica.
entre Yahvé y su pueblo adoptado; a u n q u e debe d e ser algún L a «sangre» es algo sagrado, ya que es el vehículo d e l a vida,
núcleo legislativo rudimentario, que habrá que buscar en la y la vida pertenece a Dios. Por eso, para solemnizar l a s alian-
maraña de leyes inconexas del llamado «código de la alianza», zas familiares y e n t r e tribus, se acudía a la efusión d e la san-
y que c o m p r e n d e Ex 20,22-23,33. gre; incluso en algunas ocasiones se realizaban sacrificios h u -
Sigue luego el rito arcaico: Moisés levantó un altar «al pie manos fuera d e I s r a e l 6 ; pero, generalmente, las alianzas se se-
de la montaña», la «montaña» santa, morada por antonomasia 5
G e n 15,17. Sobre el sentido de este extraño rito véase lo dicho en el c a p í t u l o acerca
del Yahvé legislador, quien, según Ex 19,19, «respondía a Moi- d e las costumbres d e la é p o c a patriarcal.
6
sés mediante e l trueno», mientras «el Sinaí humeaba, pues ha- Gf. HERODOTO, IV 7 0 ; A. M É D É B I E L L E , L'expiation dans l'A. T. et le N. T . (1924)
25s.
282 VI. Las tradiciones religiosas del Sinai La «.alianza» mosaica 283

liaban con sangre d e unas víctimas animales, cuyas carnes luego lo sustituyen sistemáticamente p o r avv0f|Kr| al traducir el tér-
se comían en común p o r ambas partes contratantes, d a n d o mino hebraico berith.14.
así a entender que quedaban m u t u a m e n t e vinculadas y obli- El rito de la efusión de la sangre e n los pactos era muy co-
gadas a unos deberes y derechos correlativos. Solían hacerse m ú n entre los árabes, como ya constata Herodoto, y p u n t u a -
imprecaciones contra los posibles infractores del pacto 7 ; esto liza así el rito: «Cuando los h o m b r e s quieren comprometerse,
n o se hace e n la alianza del Sinaí, porque u n a de las partes u n tercero, de p i e entre ellos, graba con u n a piedra cortante
contratantes era nada menos q u e Yahvé. Pero Moisés y las el interior de las manos de los contratantes j u n t o a los pulga-
fuerzas representativas de las tribus (Arón, Nadab, A b i ú y los res; tomando luego unos pedacitos d e vestido d e entrambos y
mojándolos en la sangre de las manos, va untando siete piedras
setenta ancianos) subieron después a la cima del monte para
allí preparadas, invocando al mismo tiempo a Dionysos y a
comer el banquete ritual en presencia de Dios: «comieron y
Ourania, o sea a Baco y a Venus» 1 5 . Y en u n texto egipcio de
bebieron» (v. n ) , sin q u e murieran, a pesar de q u e «vieron al
los tiempos de los Ramsés (s. x i v - x i a . C ) , u n padre reprocha
Dios de Israel, bajo cuyos pies había como u n pavimento d e
a su hijo que vive en el delta o en el Sinaí por haberse compro-
baldosas de zafiro, brillantes como el cielo» (v.io).
metido con los semitas en estos términos: «Tú t e has asociado
El término hebreo berith, que traducimos p o r alianza, sig-
a los amu (semitas) comiendo p a n mezclado con t u sangre» 1 6 .
nifica, como el nombre latino, «vínculo» entre dos, relacionado
En el relato d e Ex 24, is se destaca, de u n lado, el papel
con la raíz acadia barú, «atar», «ligar»; de ahí el sustantivo
intermediario de Moisés para vincular a su pueblo con Yahvé;
birtu, «lazo», y la preposición berit, «entre» 8 . E n hebreo, para
del otro, la lectura del «libro de la alianza» 17 , q u e sintetizaba
decir «hizo alianza» se expresa con la locución karat ha-berith,
las «palabras de Dios» o sus exigencias para comprometerse con
que literalmente significa «cortó la alianza»; sin duda, aludiendo
su pueblo, recién adoptado como «primogénito» entre todos
a la víctima q u e se sacrificaba con motivo de u n a alianza; la
los pueblos. N o se especifican estas cláusulas, que para algunos
expresión hebrea tiene su equivalente exacto en griego en la
son el Decálogo de E x 20,1-17. E n E x 24,12 se habla d e «unas
frase ópKioc TÉIJIVEIV («cortar los juramentos») 9 , y en el latín, tablas de piedra», y en ellas escritas las leyes (toráh) y manda-
foedus icere, ferire, percutere 1 0 . Los traductores alejandrinos de mientos (miswáh). E n Ex 34,1, al hablar de la renovación de la
la versión de los L X X suelen traducir el término hebraico alianza, vuelven a aparecer «dos tablas de piedra como las pri-
berith p o r 6ia6f|KT), q u e propiamente significa «testamento», meras», en las que se escribe lo mismo que había sido grabado
última voluntad d e u n testante en sentido jurídico n; y sólo en en las de Ex 24,12. Pero en 34,4 se dice que Moisés talló las dos
algunos casos significa «alianza» 1 2 y aun «orden o disposi- piedras, similares a las primeras, y las subió al monte, y luego
ción» 13 . L o curioso es que los LXX, teniendo el término grie- «Yahvé escribió en las tablas los diez mandamientos d e la ley»
go cjvvQr\KT\ para traducir la idea de «alianza» o pacto, han pre- (v.28) con su propio dedo. N o cabe mayor antropomorfismo.
ferido el otro, q u e más bien alude a la última voluntad testa- En el contexto, los «diez mandamientos de la ley» parecen ser
mentaria. Las tradiciones posteriores judaicas, Aquila, Símaco el decálogo (o, mejor, el dodecálogo) ritual, distinto d e l espre-
y Teodoción, conscientes de la inexactitud del término Sia0f|KT|, sado e n Ex 20,1-17. E n realidad, el decálogo de E x 20,1-17
parece ser u n a incrustación tardía entre la descripción <le la
7
8
Cf. G e n 15,os; Jer 34,i8s. teofanía de Ex 19,is y el complejo legislativo de E x 20,18-
C o n todo, algunos autores q u i e r e n v e r la etimología de berith e n el vocablo barah,
«comer»; y entonces se aludiría al banquete d e amistad q u e solía seguir a los pactos; cf. G e n 26, 23,32, llamado «código de la alianza», cuya síntesis p o d r í a ser
28.30; 3i,46s; Jos 9,14; 2 S a m 3,20. E n este supuesto, la expresión «alianza de la sal» ( N ú m 18, el séfer haberith de E x 24,7 antes de rociar al p u e b l o cen la
19; 2 Par 13,5) encontraría su sentido original en este contexto primitivo de comida de fra-
ternidad y d e amistad.
9 Cf. H O M E R O , ¡liada I I I 298S.
10 i" Cf. G . Q U E L L - J . B E H E M , e n T h W N T II 130.
L a explicación de l a frase aparece clara en este t e x t o de T i t o Livio hablando de un
rito de alianza e n t r e el p u e b l o romano y el albano, e n el que se sacrificaba u n puerco: «Si 15 H E R O D O T O , I I I 8.
16
el pueblo r o m a n o , p o r m a l a fe, falta al pacto, entonces t ú , Júpiter, hiere al pueblo romano J. CERNY, Reference to Blood Brotherhood among Semites in an egyptian Textof the
como yo hago herir a este puerco» (I 24); cf. G e n 15,9-11. Un rito similar aparece e n las Ramesside Period: J N E S 14 (1955) 161-63.
17
tabletas cuneiformes de M a r i , e n la M e d i a Mesopotámica; cf. R. DE VAUX, en R B (1949) 24; E l término hebreo séfer p u e d e designar u n «libro», u n «rollo» o u n « d o c u m e n í'cual-
E. D H O R M E , La religión des hébreux nómades (Bruxelles 1937) 217-19. quiera, o u n texto jurídico, c o m o el de compra d e Jer 32,1 is; cf. D t 24,1. E n u n t r a t a d o arameo
11
Cf. ARISTÓFANES, Vesp. 584.89; P L A T Ó N , Leg. I I 923S ÉPICTETO, Diss. 2,13.7; T h W N T entre Bar-Gaiah d e K t k y M a t i d e A r p a d (estelas de Sfire), aparece el t é r m i n o spira (equi-
II 126. valente al séfer hebraico) para significar el documento jurídico del tratado. A s í , s¿{er ha-
12
A R I S T Ó F A N E S , AV. 440S.
berith p u e d e traducirse por «documento d e la alianza» (R. DE VAUX, Histoire Ancierw d'Is-
13
Sólo e n Dinarcj. I 9 . raél I 415).
284 VI. Las tradiciones religiosas del Sinai La «alianza» mosaica 285

sangre de las víctimas. De hecho, las «leyes» y «mandamientos» cruciales de la historia del pueblo hebreo, ya que ello fomentaba
expresados en las «dos tablas de piedra» tenían que ser muy la conciencia de elección y de vinculación mutua entre las di-
lacónicos y no muy numerosos, como los expuestos en las versas tribus. En realidad, el Deuteronomio refleja ya las tra-
doce tablas de bronce de la república romana. En la misma Bi- diciones proféticas de los siglos VIII-VII a.C, pero contiene
blia se habla de leyes o tratados escritos en bronce 18 para ha- sustancialmente el «yahvismo» tradicional, que se pretende
cerlos más duraderos. vincular al mismo Moisés, creador de la teocracia hebraica.
El relato de Ex 34,1-28 aparece como la renovación de la En efecto, según Jos 24,1-27, el gran conquistador de Ca-
alianza anterior relatada en Ex 24,1-11, las «dos tablas del tes- naán, sucesor de Moisés, hizo en Siquem, centro de la tierra
timonio escritas por ambos lados» (Ex 32,15), que Moisés tiró prometida, una renovación solemne de la\ antigua alianza de
y rompió airado al ver al pueblo adorando el becerro de oro las tribus con Yahvé; y después de la enumeración de las gra-
como a su dios. También en este relato se rodea de misterio cias que ha otorgado Yahvé a los patriarcas y antepasados con
la promulgación del nuevo decálogo, que es dado en la cima del la victoria sobre los egipcios y los cananeos, entregando una
monte, donde Yahvé se manifestó en forma de nube, y se im- tierra que no habían cultivado, invita a los israelitas a servir
pone de nuevo la exigencia de no adorar sino a Yahvé, que es a Yahvé, con exclusión de todo culto a los ídolos; pero insiste
«celoso» (v.14); y por ello, para no caer en el peligro de la ido- en que Yahvé es un Dios «celoso» y «santo» (v. 19), es decir,
latría, se prohibe tener «pactos» con los cananeos; sigue luego extremadamente exigente, y por ello encarece las responsabi-
la prohibición de hacer imágenes fundidas, y se enumeran las lidades que contraen al aceptar la nueva alianza, porque «no
fiestas anuales (Pascua, Ázimos, Tabernáculos), la obligación perdonará sus transgresiones» y les castigará implacablemente
de guardar el descanso sabático y la de presentar las primicias (v.20). Con todo, el pueblo acepta seguir a Yahvé en exclusiva:
de animales y frutos. Es un dodecálogo que se ha denominado «serviremos a Yahvé, nuestro Dios, y obedeceremos su voz»
ritual, porque prevalece la preocupación cultual, lo que re- (v.20). Es el eco del mismo compromiso del Sinaí (Ex 24,7).
fleja una redacción posterior a la entrada de los israelitas en Entonces Josué «concluyó aquel día una alianza con el pueblo
Canaán, cuando ya estaban centralizadas las fiestas anuales. y le dio en Siquem leyes y mandatos, y escribió éstas en el libro
Bajo este aspecto, este dodecálogo ritual es posterior al decá- de la ley de Dios, y, tomando una gran piedra, la levantó allí,
logo ético de Ex 20,1-17, <3ue tiene un aire más arcaizante, aun- debajo de la encina que hay en el lugar consagrado a Yahvé»
que algunos de sus preceptos no sean de la época mosaica 19 . (v.26). Esta estela conmemorativa servirá de «testimonio» del
En realidad, Ex 34,10-27 es un calendario religioso 20 , sin alu- compromiso contraído. Pero no se menciona ningún rito sa-
sión alguna a los deberes ético-sociales, que se enumeran en el crificial, ni tampoco se alude expresamente a la alianza con-
decálogo de Ex 20,1-17. Con todo, se presenta como la síntesis cluida en el desierto bajo Moisés; pero se recoge su espíritu
de una «alianza» (Ex 34,10), con la obsesión de liberar a los religioso; y el «libro de la ley de Dios» debe ser un núcleo legis-
israelitas de los peligros de la idolatría cananea. lativo, síntesis del «yahvismo», que arrancaba desde los tiempos
En Dt 28,69, después de los discursos exhortatorios de mosaicos.
Moisés, se dice: «Estas son las palabras de la alianza que mandó En 2 Re 11,17 se alude a una nueva renovación de la alianza
Yahvé a Moisés hacer con los hijos de Israel en la tierra de promulgada por el sumo sacerdote Joyada después del destro-
Moab, además de la alianza que con ellos hizo en Horeb». namiento de la impía Atalía; al presentar al nuevo rey, «selló
Vemos aquí unidos el recuerdo de la antigua alianza en el una alianza entre Yahvé y el pueblo, obligándose a ser el
Sinaí y la nueva, a base de los preceptos de Dt c. 12-26. Así, pueblo de Yahvé». Como consecuencia, se destruyó el templo
pues, la idea de alianza sigue constituyendo una obsesión en de Baal. No se habla de ningún rito sacrificial especial con mo-
los genios religiosos de Israel; y por ello se alude a las diversas tivo de la alianza.
renovaciones de la antigua alianza en determinados momentos Más tarde, al descubrirse «el libro de la alianza» en los ci-
18
Cf. D t 27,2-3; J o s 8,32; 1 M a c 8,22; 11,37; 14,18.26.48.
mientos del templo hierosolimitano en tiempos de "losías
19
E n contra la o p i n i ó n de J. MORGENSTERN, The Oldest Document of the Hexateuch: (año 621 a.C). el rev «concluyó la alianza delante de Yahvé».
H U C A 4 (1927) 1-138; supone q u e este dodecálogo ritual fue tomado de ]os qenitas.
cf. H . H . R O W L E Y , bAoses and the Decalogue: M e n of G o d (London 1963) 7-13; Worship in comprometiéndose solemnemente a «seguir a Yahvé y a obser-
Ancient Israel ( L o n d o n 1967) 44-46.
20
H . KOSMALA, The So-called Ritual Decalogue: A S T I (1962) 31-61.
var sus mandatos... de cumplir las palabras de esta alianzúque
286 VI. Las tradiciones religiosas del Sinai
Alianza mosaica y «.contratos de vasallaje: 287
están escritas en este libro. Y todo el pueblo aceptó la alian-
za» 21 . Y la reforma que inició está inspirada en la legislación mulaciones jurídicas externas, sino en el impulso renovador
de Dt c. 12-26, lo que da a entender que este «libro de la alian- de la gracia divina.
za» encontrado en los cimientos del templo es el núcleo legis- En realidad, como dice J. Bright, «la religión de Israel no
lativo deuteronómico. Tampoco se menciona ningún rito sa- se basaba en proposiciones teológicas abstractas, sino en el re-
crificial especial para conmemorar la alianza. cuerdo de experiencias históricas interpretadas con su fe. Israel
Finalmente. Esdras. después del exilio, ante la concentra- creyó que Yahvé, su Dios, le rescató con mano fuerte de Egipto
ción de los repatriados, después de haber leído «el libro de la e hizo de él su pueblo por medio de la alianza» 28 . Porque la idea
ley de Moisés» 22 , exigió a los jefes del pueblo un compromiso de pacto o alianza era una cosa que flotaba en el ambiente ya
('amánáh) escrito y sellado 23 , confirmado por juramento, de en los tiempos patriarcales y mosaicos en los pueblos del anti-
«caminar en la ley de Dios... observar y poner en práctica todos guo Oriente y no es un concepto inventado por los profetas.
los preceptos de Yahvé»24. Y si bien en las religiones politeístas primitivas podía tener un
Aparte de estas simples renovaciones de la alianza entre carácter de «totemismo», consagrando la idea de que el clan
Yahvé y el pueblo de Israel en determinados momentos so- o complejo tribal era hijo de determinada divinidad con un
lemnes de su historia, se menciona una especial sellada con cierto parentesco de sangre, en el credo religioso israelita esto
David y su descendencia para asegurar su permanencia dinás- era algo inconcebible dada la trascendencia del Dios que se
tica a través de los siglos: «porque Yahvé ha hecho conmigo ha manifestado a los padres con gestas salvadoras. En realidad,
una eterna alianza» 25 . Es el eco de la profecía de Natán: «Yo según los redactores bíblicos, Yahvé e Israel constituyen una
estableceré su trono para siempre; yo seré para él como un familia espiritual de relaciones afectivas a base del cumpli-
padre, y será para mí como un hijo..., no apartaré de él mi mi- miento de unas leyes concretas.
sericordia... Permanente será tu casa y tu reino para siempre Recientemente se ha querido enmarcar el concepto primi-
ante mi rostro, y tu trono estable por la eternidad» 26 . Aquí la tivo del berith bíblico dentro de la concepción de la vinculación
dinastía davídica canaliza las antiguas promesas hechas en la legal (Rechtgemeinschaft) establecida por la imposición del más
alianza del Sinaí. Es el principio de las esperanzas mesiánicas, fuerte en un contrato; es decir, un típico caso de vacio de vasa-
que abren nuevos horizontes en el futuro para la glorificación llaie: un patrón y un subdito sellan un contrato de mutua
del pueblo de Israel como pueblo elegido de Yahvé. ayuda y asistencia, pero el más fuerte, el patrón, impone las
condiciones, sin que el subdito pueda discutirlas, sino recha-
zarlas o aceptarlas en bloque 29 . En efecto, se han descubierto
2. LA ALIANZA MOSAICA Y LOS «CONTRATOS DE VASALLAIE» textos de tratados de vasallaje de este tipo entre los hititas, en
DEL ANTIGUO ORIENTE el Asia Menor y en Siria (Alalak) y en Ugarit de los siglos xv-
A través de todos estos textos, vemos la importancia que XIII a.C. 30 . Todos tienen el mismo esquema: a) preámbulo:
tuvo el concepto de alianza en la historia religiosa de Israel. el rey que hace y propone el contrato se presenta como pro-
Con todo, en los escritos proféticos se habla poco de la antigua tector del subdito al que ha favorecido; b) prólogo histórico: se
alianza, porque ello despertaba falsas ilusiones en el pueblo, describen las relaciones entre las dos partes contratantes; sobre
que se consideraba al abrigo de la cólera divina porque Dios todo, los actos de benevolencia realizados por el rey en bene-
se había comprometido con Israel, y por ello Yahvé no podía ficio del vasallo, de forma que éste aparezca como obligado mo-
dejarlo caer bajo las manos del invasor. Jeremías declara que, ralmente, por lazos de gratitud, a pactar con el rey; y el rey
ante el fracaso de la antigua alianza, Yahvé hará una nueva, habla en primera persona («yo... a ti...»), estableciendo así una
«escrita en los corazones» 27; es decir, no basada en meras for- relación personal; c) estivulaciones: se detallan las obligaciones
impuestas al subdito, que han de ser formalmente aceptadas
21
2 Re 23,2. para tener derecho a la protección del rey; y ellas incluyen, con
22
N e h 8,1.
23
N e h 10,1.
24 28
N e h 10,30. J. BRIGHT, La historia de Israel (Bilbao 1966) 151.
25 29
2 Sam 23,5. Gf. G. E. M E N D E L N H A L L , Law and Covenant in Israel and the Ancient Nea: East
26
2 Sam 7,is; cf. Sal 89,4-5; Is 16,5. CPittsburg 1955); E. B I K E R M A N , «Coupcr une alliance»: Archives du D r o i t O r i e n t a l 5 (1950)
27
Jer 31.31- 153-54-
" D . J. M e CARTHY, Der Gottesbuni itn Alten Testament (Stuttgart 1966).
288 VI. Las tradiciones religiosas del Sinai Alianza mosaica y «contratos de vasallaje» 289
la prohibición de enemistad con algún otro subdito del rey, y se les prohibe tener relaciones con los cananeos, los cuales
la prohibición de relaciones de amistad con gentes extranjeras; con sus idolatrías eran un peligro para el culto exclusivista que
el deber de responder al llamamiento de armas cuando el rey Yahvé pedía a los israelitas 36 . En la alianza de Siquem se
lo pidiera, presentando además, una vez al año, determinados exige desprenderse de los ídolos 37; según Ex 25,16, en el arca
tributos; también se obliga a todos los subditos a arreglar sus de la alianza se ha de poner un ejemplar del «testimonio», es
diferencias ante el rey; finalmente, hay una cláusula concer- decir, las dos tablas de la ley, para conservarlas como docu-
niente a la conservación del documento y su lectura pública mento acreditativo, como los reyes orientales colocaban el texto
en los templos; d) se enumeran diversos dioses como testigos en el templo de las divinidades protectoras. Finalmente, se
de lo pactado; e) bendiciones para el que cumpla lo pactado, anuncian bendiciones para el que cumpla los mandatos del
y maldiciones^ffáfa el que nolo cumpla 31 . Señor y se proclaman maldiciones para los infractores 38, po-
Ante la simple enumeración de estas cláusulas, salta a la niendo por testigos a los ríos, vientos y nubes 39 . En la alianza
vista el parecido con los formularios de las alianzas bíblicas 32. de Siquem se erige, además, una estela conmemorativa del com-
En efecto, en los relatos bíblicos sobre las alianzas, Yahvé, promiso aceptado 40 . Como se desprende de esta enumeración,
como Señor nato, toma siempre la iniciativa, sin dar belige- hay gran analogía en la formulación externa de la alianza bíblica
rancia a los hijos de Israel para concretar las estipulaciones de con los textos jurídicos antiguos orientales, lo que da a enten-
la supuesta alianza a pactar. Porque Yahvé se ha anticipado der que los redactores bíblicos, al describir las distintas alian-
con gestas salvadoras, y, por tanto, tiene como un derecho de zas de los israelitas con su Dios a través de la historia, se han
conquista sobre sus protegidos; por eso, al proclamar el decá- inspirado en un fondo consuetudinario ambiental, sin que se
logo—síntesis de la legislación de la alianza—, declara enfáti- pueda hablar de dependencia literaria directa de ningún for-
camente sus credenciales, que le otorgan plena e indiscutible mulario concreto, pues «es verosímil que los tratados de vasa-
soberanía: «Yo soy Yahvé, tu Dios, que te sacó de la tierra de llaje hayan influido en la composición de ciertos textos bíbli-
Egipto, de la casa de la servidumbre» 33 . El tono introductorio, cos, y, tal vez, la concepción misma de la alianza en una
pues, es similar al formulario en los tratados orientales de la cierta época. Esta influencia parece bastante clara para el Deu-
época entre reyes y vasallos. No son tratados bilaterales, sino teronomio» 41 . Sin embargo, no se han de urgir demasiado los
«leoninos», en los que el más fuerte impone las condiciones en detalles, sino la concepción general. Desde luego, la coacep-
bloque, y al vasallo no le queda sino rechazarlos o aceptarlos; ción antropomórfica de regular las relaciones de Dios con
en el primer caso queda indefenso, y sólo en el segundo caso Israel a través de unas cláusulas concretas dentro de una
tiene derecho a la protección de su rey. El caso de Israel es si- alianza solemne, flotaba en el ambiente consuetudinario de los
milar: ha sido liberado de Egipto, pero se halla indefenso en la tiempos mosaicos y después, y ello muestra que el eco de anti-
estepa; si no acepta las condiciones del berith, tendrá que va- guas alianzas de los diversos relatos bíblicos se funda en
lerse de sus propias fuerzas para encaminarse hacia la tierra hechos determinados bien verosímiles. Y estas alianzas entre
prometida. La concepción antropomórfica de la alianza del Yahvé y su pueblo adoptado no podían ser bilaterales, dada la
Sinaí es clara: a Yahvé se le concibe como un Rey absoluto, distancia infinita entre ambas partes contratantes, sino al nodo
al que no se le pueden poner condiciones, ni se le pueden dis- de los conocidos «contratos de vasallaje».
cutir las cláusulas que propone.
36
Ex 34,12-14.
Luego sigue la enumeración de las cláusulas del pacto pro- 37
Jos 24,23.
puesto, y la primera de todas es no reconocer a otro Dios que 38 Gf. D t 28, is.
39
Cf. D t 32,1; Is 1,2; E z 17,12-21.
a Yahvé (Ex 20,3), porque es un Dios «celoso» e intransigente, 40
41
Jos 24,26-27.
que castiga hasta la cuarta generación de los que le odian 34. R. DE VAUX, O . C , 4 1 0 . Gf. R. FRANKENA, The Vassal-Treaties of Esarhadon
üf Deuteronomy: O T S 14 (1965) 122-54. Son menos propensos a relacionar l a s éianzas
an¿Dating

También se imponen determinados tributos a los israelitas 35, bíblicas con los llamados «contratos d e vasallaje»: F . NÓTCHER, Bundesformular und oAmts-
schimmeh: BZ (1965) 181-214; G. FOHRER, Altestes Testaments «Amphikthyonie» und «3[md»?:
31
T L Z 91 (1966) col.893-904: Studien zar Altestestamentlichen Theologie und Geshichte:
K. BALTZER, Das Bundesformular (Neukirchen-Vluyn 1960) 164. B Z A W 115 (1969) 103-19.
32
D . J. M e CARTHY, Treaty and Covenant. A Study in Form in the Ancient Oriental
Documents and the Oíd Testament (Roma 1963); R. M A R T I N - A C H A R D , La signification de
l'alliance dans VA. T. d'aprés quelques récents travaux: R T h P h 18 (1968) 88-102.
33
Ex 20,2.
34
Ex 20,5. 35 Ex 23,15-16.

Riblia V levada 10
290 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí
e'Morióieismo o henoteísmo? 291

3. L A RELIGIÓN MOSAICA: ¿MONOTEÍSMO O HENOTEÍSMO? a) La religión del desierto


La tradición bíblica ha vinculado a la persona de Moisés la A u n q u e los israelitas tuvieron q u e sufrir influencias reli-
legislación que institucionalizó la vida jurídico-religiosa de Is- giosas ambientales durante su estancia en Egipto,! no obstante,
rael durante siglos, relacionándola con determinados aconte- los relatos bíblicos no dan a e n t e n d e r que practicaran la zoola-
cimientos de la época del desierto, en que las tribus empezaron tría, tan extendida en el valle del Nilo. Sin duda oue, aislados
a adquirir conciencia de pertenecer a u n grupo religioso uni- en la región de Gosen, como pueblo de pastores, [debieron de
ficador bajo una concepción teocrática de la sociedad. Pero hoy permanecer sustancialmente fieles a las tradiciones religiosas
día, la crítica histórica distingue diversos estratos legislativos, de los tiempos patriarcales, vinculados al «Dios de los padres»,
q u e se han integrado poco a poco por la tradición dentro de si bien en u n nivel muy relajado. Su vida de pastores, en con-
una perspectiva mosaica general, con obsesión arcaizante para tacto con otras poblaciones nómadas semíticas, les facilitaba
autorizar determinadas leyes que han surgido a través de los u n cierto aislamiento, que favorecía la persistencia de las anti-
siglos con el nombre del gran legislador por antonomasia, el guas tradiciones religiosas de sus antepasados de Canaán. Los
profeta Moisés, que hablaba con Dios «cara a cara» 4 2 . E n reali- pueblos primitivos cambian difícilmente de esquemas religio-
dad, la legislación bíblica ha ido surgiendo de modo casuístico sos, p o r q u e se sienten atávicamente vinculados al dios del clan,
a través de las diversas etapas de la historia de Israel y según mientras que la adopción de u n nuevo credo religioso los sitúa
las circunstancias ambientales; pero arranca de u n núcleo pri- en condiciones de inferioridad respecto de los que lo mantienen
mitivo legislativo-religioso que s'rvió de aglutinante de las por atavismo inmemorial. D e hecho, Moisés, cuando intentó
tribus para adquirir conciencia de pertenecer a Yahvé, que se sacar a sus hermanos de raza del país de Egiprb^tuvo que de-
había manifestado con gestas salvadoras. D e este modo, lo clarar que Yahvé era el mismo Dios de los padres. A s í , pues,
jurídico y lo religioso están estrechamente vinculados desde los el caudillo hebreo, al iniciar su genial creación de la teocracia
tiempos del desierto. El mismo aislamiento de la estepa sirvió en las estepas del Sinaí, trabajaba sobre u n esquema religioso
para que los descendientes de Jacob recuperaran la fe de los arcaico comúnmente aceptado. Y, como dice R. d e Vaux, «la
padres bajo la égida de Moisés, y así fueran tomando concien- obra mosaica hubiera sido imposible si no hubiera habido u n
cia de «elección» en medio de todos los pueblos 4 3 . terreno donde enraizaría. L a intervención divina, d e la que
Algunos críticos tratan d e minimizar el papel de Moisés Moisés fue el instrumento, es, pues, a la vez, una recuperación
en la configuración del movimiento religioso hebraico. Así, y un avance en la revelación» 4 7 . Es como una t o m a de con-
M . N o t h cree que éste empezó a tomar cuerpo en las supuestas ciencia del pasado religioso para establecer u n p u n t o d e partida
«anfictionías» (dependencia de diversas tribus de u n determi- hasta su expansión en el futuro. Por ello, según los redactores
nado santuario, al estilo del de Delfos e n Grecia) de los tiem- bíblicos, Dios se presentó a Moisés como «el Dios de Abraham,
pos de los jueces 4 4 . Pero la figura de Moisés es tan excepcional de Isaac y de Moisés» 4 8 , tomando en adelante u n n o m b r e mis-
como caudillo, profeta, legislador y mediador en la formación terioso, quizá adoptado del ambiente religioso de las estepas
de la conciencia religiosa de las tribus d e Israel, que la historia sinaíticas, pero con u n sentido nuevo de protección y asisten-
de este p u e b l o no es explicable sin esta figura estelar. Es el cia a los hijos de Israel.
jefe carismático de u n pueblo en formación, en cuya conciencia D e hecho, en adelante las tribus hebreas se van a organizar
empieza a germinar la forma más alta religiosa: la del monoteís- como u n «pueblo», bajo la égida directa del Dios de l o s padres,
mo, p o r q u e «Moisés ha estado en el origen de este movimiento que vuelve a establecer contacto con la descendencia d e Abra-
y ha plantado este germen extremadamente fecundo» 4 5 . En h a m para dar cumplimiento a sus antiguas promesas a los pa-
este sentido, podemos hablar de una religión mosaica46. triarcas, y justamente la conciencia de ser el pueblo elegido de
42
Ex 33,11; N ú m 12,8. Yahvé mantendrá las ilusiones de conquistar la tierra p o i don-
« Ex 19,4; D t 7,7.
44
M . N O T H , Geschichte 128 n . 3 ; K. K O C H , Der Tod des religionstifters: Kerygma u n d de en otro tiempo peregrinaron los padres en busca d e pastos.
Dogma 8 (1962) 100-23.
45
Y Yahvé se declara como el Dios exclusivo de las t r i b u s libe-
W . E I C H R O D T , Theologie des AT I (Stuttgart-Góttingen 1959) 190-95; G. F O H R E R ,
Geschichte der israelitischen Religión (Berlín 1969) 62-63.
47
46
Cf. R. DE V A U X , O . C , 424. R. DE VAUX, en Initiation Biblique (París 1949) 891.
4
» Ex 3,6.
292 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí ¿Monoteísmo o henoteismo? 293

radas de Egipto con su poder salvador, sin tolerar culto a de los padres estaba con los patriarcas, jefes del clan» 58 . Y con
ningún otro dios: «No tendrás otro Dios que a m í » 4 9 . En su nuevo nombre, Yahweh, destaca, de un lado, su misterio
efecto, las tradiciones bíblicas (E y P) destacan la novedad del y trascendencia, y, del otro, su promesa de asistencia a los he-
nombre de Yahweh, pero afirman a la vez la continuidad de la breos, comprometidos e n una gran aventura histórica: camino
nueva fe respecío de la de los patriarcas. Y así, Yahvé se ma- de la tierra prometida. D e s d e ahora, ya no se habla del Dios
nifiesta a Moisés como «el Dios de tu padre, el Dios d e A b r a - de los padres, sino del Dios del pueblo; así, es en Ex 3,7.10
ham, de Isaac y de Jacob» 5 0 , como «el Dios de los padres» 5 1 , donde aparece por primera vez la expresión «mi pueblo», que
como el Dios que se ha dado a conocer a Abraham, a Isaac en la perspectiva teológica de los redactores bíblicos es la con-
y a Jacob bajo el nombre de El-Shadday 5 2 . En estas afirma- creción de las antiguas promesas hechas a Abraham sobre su
ciones encontramos el esfuerzo de una síntesis teológica de descendencia 5 9 . Por la gesta liberadora del éxodo, Yahvé ha
las diversas tradiciones religiosas para dar unidad a las gestas rescatado a Israel y lo ha convertido en su pueblo, su «propie-
salvíficas de Dios a través de la historia. Es una elaboración dad» (segulláh), entre todas las naciones 6 0 , y esto se confirma
teológica que trata de integrar las antiguas tradiciones sobre oficialmente con el rito de la alianza 6 1 . D e este modo, el *
los orígenes religiosos de Israel. Así, el mismo nombre del se- «yahvismo» representa u n a nueva etapa, la definitiva en el pro-
gundo hijo de Moisés (Eli-ezer: «mi Dios (El) protege») es ceso evolutivo religioso de Israel: pero no hay ruptura con los
símbolo de la salvación «de la espada del faraón» 5 3 . Y en esquemas religiosos de la época patriarcal 6 2 . El que ha logra-
Ex 3,15 se canta «al Dios (El) de mi padre... Yahvé es su nom- do la vinculación entre el Dios del desierto y el Dios de los
bre». Se j u n t a n aquí las tradiciones «yahvista» y «elohísta». padres fue el genio excepcional de Moisés 6 3 .
El ambiente nómada del Sinaí sirve para mantener la Como ya hemos indicado, en la época patriarcal domina la
continuidad de las tradiciones religiosas de los padres 54 ; de presencia del dios El, nombre del jefe del panteón cananeo, y
este modo, el «yahvismo» surge en torno a u n Dios adusto q u e en los textos bíblicos suele tener los epítetos de Elyón y
e intransigente frente a las concesiones hedonistas de las divi- Shadday 64 , y se manifiesta a los patriarcas en plan familiar,
nidades cananeas. Por eso, en tiempos de Jeremías, frente a la aunque, excepcionalmente, aparece como Juez que castiga a
corrupción general de la sociedad hebrea sedentarizada, se Sodoma y Gomorra, enviando fuego y azufre 65 , lo que implica
exalta a los rekabitas, que mantienen el ideal primitivo del que es el Señor de determinadas fuerzas cósmicas. En cambio,
yahvismo adusto 55 , y el ideal religioso del desierto queda como Yahvé. el Dios del desierto, hace su primera manifestación
una nostalgia en las almas selectas del movimiento profético, como euerrero I venciendo a los egipcios en el paso d e l mar
surgido en plena monarquía israelita. Ya en el cántico de D é - R o j o 6 6 y luchando con los amalecitas 67 . Así, en N ú m 21,14
bora se habla del «Dios del Sinaí» 56 , aunque no se manifestó se cita u n «libro de las guerras de Yahvé»; y el canto d e l Arca
sólo en esa montaña sagrada, ya q u e antes había liberado a los de N ú m 10,35-36 es una invitación de Yahvé para combatir
hebreos 57 ; después abandonó el Sinaí y acompañó a su pueblo a sus enemigos, q u e son los de Israel. Por eso, en E x 15,3 se
a través de sus peregrinaciones, porque es, ante todo, un Dios le ensalza como «fuerte guerrero», que es, a la vez, «el Dios de
de nómadas trashumantes, como lo había sido El-Shadday mi padre» (v.2) y derriba a sus adversarios (v.7). Por eso, en
respecto a los patriarcas, porque, «como el Dios de los padres, la batalla contra los amalecitas, el grito es Yahve Nissi!: «Yah-
Yahvé no está vinculado a u n lugar particular, pues acompaña vé es nuestra bandera» de guerra 68 . A este propósito comenta
a los suyos y está con ellos por donde ellos andan. Tiene una R. de Vaux: «Este aspecto guerrero forma parte del yahvismo
relación especial con Moisés, el jefe del grupo, corno el Dios primitivo, y así, se p o n e en continuidad con la época siguiente,
58 R. DE VAUX, Histoire Ancienne d'hraéí 425.
59
" Ex 20,3. G e n 12,1-2.
5° Ex 3,6. 6° E x 19,4.
'' Ex 3,13.15. 61
Ex 24,is; 34,is.
=2 Ex 6,3 (P). 62
O . EISSFELDT, Jahwe, der Gott der Váter: T L Z 88 (1963) 481-90.
=3 Ex 18,4. 63
ID., Kleine Schriften IV 7 9 - 9 1 . Z
54 Cf. V. M A A G , Das Gottesverstandnis des AT: N T T 21 (1967-68) 161-207; H. SEEBAS, 04
Cf. M . GARCÍA C O R D E R O , Teología de la Biblia I (Madrid 1970) 3 4 - 3 9 . 7 1 - 8 2 .
Der Erzvater Israel: B Z A W 98 (1966) 76-82. 65
G e n 19,27.
55 fi
Jer 35,6-14; 1 Par 2,55; 2 Re i o , i 5 s . 6 Ex 14,930.
* 56 j u e 5 J 5 ; Sal 68,9. « Ex 17,8-13.
57 Ex 15,22. «8 Ex 17,15.
294 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí ¿Monoteísmo o henoteismo? 295
74
la de Josué y la de los jueces, donde la ideología de la guerra les . Incluso algún autor ha considerado el nombre de Yah-
santa se desarrollará y encontrará su expresión, quizá, en el weh como una parte de u n nombre teóforo que llevaría e n su
culto» 69 . De todos modos, sólo en los tiempos de David apa- primera parte Él (leyendo El-yahweh o Yahweh-El: «el dios El
recerá el título de «Yahvé de los ejércitos» y el de los «batallo- hace ser» o crea) 75 . Otros prefieren ver en el nombre de
nes» de Israel 70 . Es decir, que la lucha que tuvieron que man- Yahweh el resto de una fórmula litúrgica: El du yahwi («el dios
tener con los amalecitas, después con los cananeos y, finalmen- El que hace ser») 76.
te, con los filisteos hizo surgir esta imagen del Yahvé guerrero, En los oráculos de Balaam aparecen El y Yahweh como
que ya había mostrado su poder excepcional venciendo al ejér- sinónimos, como se aprecia en la frase siguiente: «¿Cómo voy
cito del faraón. a maldecir, cuando El no maldice? ¿Cómo voy a condenar,
La vida de la estepa es de lucha y de razia constante para cuando Yahvé no condena?» 77 , y se le da el título de «toro»:
poder subsistir. En un texto egipcio se describe así al hombre «Yahvé, su Dios, está con él; lo ha hecho salir de Egipto y
de la estepa: «Batalla desde los tiempos de Horus, no conquista tiene cuernos como los de un toro salvaje» 78. También se le da
y no es conquistado» 71 . Efectivamente, los beduinos son beli- el título de «rey»79. Algunos autores creen que, primitiva-
cosos por temperamento, pues tienen que defender sus escasos mente, Yahvé tenía un carácter feroz y violento; pero, al ser
medios de subsistencia a vida o muerte y no tienen defensas asimilado al El de la época patriarcal, se fue amansando su
normales establecidas, sino la espada al cinto y la vigilancia cólera. Así, en Ex 34,6 se le define como «Dios compasivo y
continua. Por ello, los hebreos, en su lucha con las tribus del clemente, tardo a la ira, rico en misericordia y fiel», títulos que
desierto, fueron adquiriendo un carácter belicoso, y como su encuentran su paralelo en las calificaciones que en los textos
Dios Yahvé se había comprometido con ellos en la aventura, de Ugarit se dan a El, pues se le llama Itpn il dpid: «El bienhe-
muy pronto se le asignó el carácter de guerrero, y por ello se chor y bueno» 80 . También se supone que Yahvé tomó de El
repartía el botín, atribuyendo a la divinidad su parte 72 ; la ley su corte de honor: los bené elohim («hijos de Dios») 81 . Pero es
del herem surge así en una sociedad que tiene que vivir cons- difícil determinar las dependencias directas del Yahvé del de-
tantemente en lucha por subsistir. Y la idea del Yahvé guerrero sierto de estas concepciones arcaicas cananeas; con todo, es nece-
surge de la mentalidad de los seminómadas de las estepas del sario tener en cuenta las posibles concomitancias en este proce-
Sinaí; es fruto del ambiente. so integrador de la religión de Israel, que va caminando hacia el
En el episodio de la adoración del becerro de oro parece monoteísmo estricto, mientras que en Canaán siguen los ricos
reflejarse el culto al dios El de Ugarit. al que se le da el título panteones, en los que se personifican las diversas fuerzas de la
de «toro» 73 . Quizá había un culto organizado en el Sinaí a esta naturaleza. El sentido personalista del Dios de la época patriar-
divinidad, llevado por los cananeos que trabajaban en las mi- cal v de la mosaica va absorbiendo los epítetos cósmicos de los
nas de turquesa de la zona hacia el siglo xv a.C, en Serabit dioses de Canaán. que se van yuxtaponiendo a su título prime-
el-Khadim. De hecho, en una de las inscripciones dejadas por ro por excelencia: el Dios salvador de Israel 82 .
éstos en la región parece leerse el nombre de El dú 'olám T. Wellhausen supone que las relaciones entre Yahvé y las
(«Dios de eternidad»); precisamente el epíteto 'olám («antiguo», 74
Cf. F R . M . CROSS, en H T R 55 (1962) 258; W . F . A L B R I G H T , The Proto-Sinaiic ins-
eterno) es uno de los que se da a El en los tiempos patriarca- criptions and their Decipherment
75
(Cambridge 1966) 24 n.358.
Cf. D . N . F R E E D M A N , e n J B L 79 (1960) 156; M . D A H O O D , en Bi 46 ( 1 9 6 5 ) 317; 47
69 R. DE VAUX, o.c., 429. E n los textos d e Ugarit recién descubiertos no aparece el ca- (1966) 410; 49 (1968) 87-88.
76
rácter belicoso d e El, dios jubilado del panteón ugarítico. Pero e n la historia fenicia d e San- Cf. F R . CROSS, Yahweh and the God of Patriarchs: H T R 55 (1962) 225-59; P . D , M I L -
juniaton, utilizada por Filón d e Byblos (s. 1 a . C ) , se habla d e una guerra de El-Kronos con- LER, El the Warrior: H T R 60 (1967) 411-31. N o aparece el titulo d e Yahve Tsebaoüen la
época patriarcal; cf. B . N . W A M B A C Q , L'épithéte divine Jahve Seba'ot ( R o m a 1947); O. E i s -
tra Ouranos, a q u i e n le quitó el poder. Y se le llama «toro», como epíteto d e fuerza. (Cf. Eu-
FELDT, Jahwe Zebaoth, e n Miscellanea Académica BroUnensia II 2 (1950) 1 2 8 - 1 5 0 ; J . P . C R O S S
SEBIO, Praeparatio evangélica I 10.17-21); cf. P . D . M I L L E R , El the Warrior: H T R 60 (1967) Yahweh Seba'oth in Samuel and Psalms: V T 17 (1967) 76-92; M . L I V E R A N I , La prehistoria
411-31. del epíteto «Yahweh seba'oth»: Istituto Oriéntale di N a p o l i , Annali 17 (1967) 3 3 1 - 3 4 .
70
Cf. M . G A R C Í A C O R D E R O , o . c , 56-58. 77
71
Enseñanzas de Meri-kare: A N E T 416b. N ú m 23,8.
78
72
J. R. K U P P E R , Les nómades en Mesopotamie au temps des rois de Mari (París 1957) N ú m 23,21-22; 24,8.
79
65-68; J. G . H E I N T Z , Oracles prophétiques et «guerre sainte» selon les archives royales de Mari N ú m 23,21.
80
et l'Ancien Testament: Congress Volume (Roma 1968 [STV] Leiden 1959) 112-38; entre Cf. E . EISSFELDT, en JSS (1956) 37; L . LOKKEGAARD, A Pleafor El, the Bull, anúOther
los árabes preislámicos se daba u n carácter guerrero a los santuarios locales (cf. H . LAMMENS, Ugaritic Miscellanies: Studia Orientalia I, Pedersen... dicata ( C o p e n h a g e n 1 9 5 3 ) 218-35.
81
Le cuite des bétyles et les processions religieuses chez les Árabes préhislamiques: B I F A C 17 Cf. M . CROSS, The Council of Yahweh in Second Isaiah: J N E S 12 ( 1 9 5 3 ) 1)4-77
[1920] 39-101; I D . , VArable occidental avant l'hegire [Beyrouth 1928] 101-79). W . HERMÁN, Die Gottersohne, e n Zeitsch. für Religions-und Geistesgeschichte 1 2 (1960)242-
73 51; O . COOKE, The Sons of(the)Godfs): Z A W 76 (1964) 22-47.
Cf. F . A . SCHAFER, Nouveaux témoignages du cult de El et de Baal á Ras Shamra- Uga- 82
Cf. M . GARCÍA C O R D E R O , O . C , I 86-88.
rit et ailleurs en Syrie-Palestine: Syria 43 (1966) 1-19.
296 ¿Monoteísmo o henoteismo? 297
VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí

tribus no se basan en una «alianza» histórica, sino en una rela- lado a Yahvé por la alianza del Sinaí, convirtiéndose éste
ción atávica de índole natural, como la d e Camós con los moa- prácticamente en el único Dios, no porque se negara expresa-
bitas. Pero en las tradiciones bíblicas se insiste en q u e Israel m e n t e la existencia de otras divinidades, sino porque los hijos
es u n pueblo adoptado, ya que el Dios salvador salió al encuen- de Israel no podían darles culto una vez que se habían com-
t r o de los patriarcas y de Moisés para manifestarse con gestas prometido con el que iba a ser el Dios nacional. D e hecho, el
salvíficas, aislando así a sus clanes del ambiente politeísta y Yahvé del desierto no está especialmente vinculado a la natu-
naturista religioso de la época. ¿Cómo p u d o el genio religioso raleza, porque los israelitas en esta época mosaica no se plan-
de Israel elevarse hacia el monoteísmo trascendente y ético par- teaban todavía los grandes problemas sobre el origen y el go-
tiendo de las bases politeístas de sus hermanos los moabitas, bierno del mundo. Justamente más tarde, cuando Israel se es-
los ammonitas y cananeos? ¿Cómo se superó la religión ani- tableció en Canaán, surgió la vinculación de Yahvé a u n terri-
mista y naturista a base de divinizar las fuerzas eclosivas de la torio determinado; en concreto, al país conquistado, absorbien-
naturaleza para elevarse hacia la idea de u n Dios único, perso- do así las prerrogativas cósmicas de los dioses locales, que eran,
nal y trascendente? Este es el gran interrogante de la historia ante todo, dioses de la vegetación y de la fecundidad; por ello,
d e las religiones. G. Giesenbrecht. discípulo de Wellhausen, a Yahvé se le presentará también como fuente de feracidad del
rechaza de plano Aa. teoría de su maestro sobre los orígenes país, con sus bendiciones, y también como causante de las se-
naturistas de la religión de Israel en estos términos: «Única y quías cuando se enoja con su pueblo infiel a la alianza 8 8 .
peculiar, como el Dios de Israel, era la forma en que estaban H. Helling cree que el carácter específico de la religión, is-
unidos el Dios y el pueblo. Esta alianza estaba plantada como raelita surge espontáneamente de una situación sociológica de
u n hito resplandeciente fronterizo al comienzo de la historia los hebreos; es decir, ya los patriarcas eran algo más q u e n ó -
de Israel, recordando constantemente a sus pueblos sus de- madas trashumantes, pues se convierten en tribus ganaderas;
beres para con Dios» 8 3 . y practicaban también, aunque rudimentariamente, la agri-
R. Kittel, por su parte, supone que Moisés fue el genio cultura y el comercio, como aparece en los relatos sobre la vida
excepcional religioso que acabó con el politeísmo, el daimo- de Isaac, asentado d e modo permanente en el Negueb. Ya
nismo y la m a g i a 8 4 , y E. Sellin destaca el carácter moral y A b r a h a m se había asentado en la zona meridional de Canaán,
único del Dios de la época mosaica, llegando a afirmar que la en torno a H e b r ó n y Bersabé, entrando en relación con pobla-
religión mosaica se basa exclusivamente en la práctica del decá- ciones sedentarias; pero, por ser considerados como extran-
logo, con exclusión de los sacrificios cruentos. Es decir, que era jeros e intrusos, no tenían asiento fijo, si bien el área d e tras-
u n a religión esencial y exclusivamente ética. Los sacrificios humancia quedó m u y limitada a la zona. Esta situación, de
cruentos procederían del culto cananeo 8 5 . M . L ó h r supone, inferioridad ante los autóctonos del país creó una tensión social
en cambio, que Yahvé era el Dios tutelar de Israel, como Ca- y unas ansias naturales de revancha y de conquista del país de
mós lo era de M o a b . Pero, a raíz de una vivencia religiosa ex- Canaán para liberarse de una situación de parias. Justamente,
cepcional d e Moisés en la visión de la zarza ardiendo, concibió de este complejo de inferioridad social y de sus ansias d e libera-
éste una alta idea d e la santidad de Yahvé y de su justicia; lo ción surgió la escatología soteriológica. Y así, al asentarse los
que le movió a liberar a los israelitas d e Egipto. Luego destacó hebreos en la tierra de Gosen, en Egipto, el Dios guerreio de
la idea del Dios «celoso» 86 , que no admitía competencia de los patriarcas adoptó el aire de u n Dios campesino de la ferti-
otra divinidad en el culto d e su pueblo liberado. Es entonces lidad. Y Moisés, con su genio creador, reavivó las esperanzas
cuando se p o n e n las bases del futuro «monoteísmo», formulado d e revanchas soteriológicas antiguas, vinculando a sus c o n p a -
netamente por los profetas 87 . triotas al Dios antiguo, guerrero y salvador, de la época pa-
triarcal; de este m o d o , Yahvé es presentado como un Dioscon-
Por su parte, L. Kohler insiste en que Israel quedó vincu-
83
quistador, que lucha por derrocar u n orden establecido para res-
F . GIESENBRECHT, Die Grundzüge der israelitischen Relígionsgeschichte (Leipzig 1919) 47.
84
R. K I T T E L , Gestalten und Gedanken in Israel ( L e i p z i g 1925) 46. tablecer a Israel, e n plenitud de ciudadanía, en la tierra de los
85 E. SELLIN, Mose und seine Bedeutung für israelitisch-Jüdische Heilsgeschichte (Leip- padres. Es decir, q u e el movimiento religioso de Israel surge
zig-Erlangen 1922) 6,345.40-43.575.62.70.755; esta m i s m a concepción es compartida por
P. VOLZ, Mose und sein V/erk ( T i i b i n g e n 1932) 13-88.95.137; cf. A . JIRKU, Geschichte des de u n complejo d e amargura, de inferioridad y de revaacha
Volkes Israel (Leipzig 1931) 78S.
86
Ex 20,5.34,7- 88
87
M. LOHR, Alttestamentliche Religionsgeschichte (Berlin 1930) 21s.49s.57.132s. L. KOHLER, Theologie des Alten Testament (Tübingen 1947) 49-S3-57-63S.
298 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí ¿Monoteísmo o kenoteismo? 299

frente a los dominadores cananeos y egipcios. D e este modo, la naturaleza, sino que resulta de una experiencia: las fuerzas
Yahvé adquiere en los tiempos mosaicos el carácter de u n del universo sirven a un designio de salvación» 93 , porque la
Dios salvador, que, por haber liberado a su pueblo, se presenta lógica bíblica no es la fría y deductiva helénica, sino algo
con u n carácter marcadamente exclusivista 8 9 . esencialmente vital y existencia!, ya que se inserta en una tra-
T. Wellhausen, siguiendo sus teorías hegelianas sobre la yectoria histórica a base de experiencias religiosas concretas.
evolución de la religión, destaca el proceso largo y laborioso, T o d o el desarrollo religioso de Israel surge así de una concien-
para imponerse el Yahvé del desierto como única divinidad na- cia de elección, y, «a través de su elección, Israel ha llegado a la
cional, eliminando a los dioses locales, que proliferaban en los formulación teológica perfecta de u n monoteísmo viviente: todo
territorios ocupados por los hebreos en Canaán. Para este comenzó por una promesa, una liberación, una alianza y una
autor, el Yahvé de la época mosaica está atávicamente vincu- conquista; los hebreos sabían que pertenecían a un Dios celoso
lado a las tribus de Israel, como Camós a los moabitas y Mil- y fuerte; que detrás de los fenómenos naturales que condicio-
kom a los ammonitas. Pero entonces se pregunta: ¿Cómo, par- nan su existencia cotidiana, una mano se oculta: la mano que
tiendo de los mismos principios religiosos naturistas, llega conducía su destino. Para las exigencias racionales de un filósofo,
a la idea del Dios del derecho y de la justicia? La explicación la esto puede parecer minúsculo; no obstante, ahí está en germen
encuentra en la aparición de unos genios religiosos superdota- la intuición del monoteísmo más p u r o que la humanidad haya
dos, que por u n proceso de depuración lograron despertar conocido» 9 4 .
y elevar el instinto religioso del pueblo hebreo 9 0 . E n efecto, Israel en su historia tiene u n dinamismo excep-
Finalmente, A. Alt insiste en q u e la religión de los pa- cional, que da a su cosmovisión una perspectiva nueva y ori-
triarcas era, ante todo, «una religión en la que predominaba ginal, pues los pueblos que le rodeaban estaban dominados
la relación entre Dios y el hombre, o, mejor, entre Dios y el por el espectáculo de los fenómenos de la naturaleza; p o r ello,
grupo humano, sin lazo rígido con u n lugar determinado; esto la divinizaban; particularmente, la fuerza generatriz del uni-
dejaba a Dios libre en sus movimientos cuando intervenía en verso, especialmente entre las poblaciones de Canaán. E n cam-
las modificaciones de la suerte de sus adoradores» 9 0 *. Es, ante bio, los hijos de Israel se impresionaban menos por el espec-
todo, el Dios del clan, del grupo étnico, de la tribu, que guía táculo de los fenómenos naturales que por la presencia en su
providencialmente a sus protegidos e n sus trashumancias. Por trayectoria vital, como grupo étnico, de una fuerza superior que
eso, las promesas se dirigen siempre a salvar la descendencia inesperadamente salió a su encuentro para llevarlos hacia u n
y a ofrecer la posesión de la tierra en la que los patriarcas son futuro todavía oscuramente presentido en unas vagas promesas
todavía extranjeros y ciudadanos de segundo orden. Y estas de liberación. La experiencia del éxodo ante las intervenciones
promesas d e la época patriarcal («Yo soy Yahvé, que te saqué providencialistas, y aun milagrosas, de Yahvé hizo surgir la
de U r K a s h d i m para darte esta tierra en posesión») 9 1 encuen- conciencia de elección, sobreexcitada en las tribus liberadas;
tran su secuencia lógica en la otra d e Ex 6,7: «Yo haré de y así, bajo la égida de u n genio religioso excepcional, surge la
vosotros mi pueblo, y seré vuestro Dios, que os librará de la ser- teocracia hebraica con todas sus consecuencias.
vidumbre egipcia y os introducirá e n la tierra que juré dar Característica del Dios del Sinaí es su soledad, sin familia,
a A b r a h a m , a Isaac y a Jacob; y os la daré en posesión; yo como el Dios de la época patriarcal; al mismo tiempo se mani-
Yahvé». A la vista de estos y otros textos, podemos decir con fiesta su movilidad, ya que es esencialmente deslocalizado, pues,
E. Jacob q u e «hay continuidad en la perspectiva esquemática aunque se muestra en la cima de la montaña santa p a r a pro-
teológica d e los hagiógrafos» 9 2 . mulgar su legislación, que condiciona la futura teocracia, luego
En realidad, «el monoteísmo bíblico es, esencialmente, un acompaña a los israelitas en su peregrinar azaroso p o r la estepa
monoteísmo histórico. N o ha nacido de una simple mirada sobre hacia Cades y hacia Canaán. En realidad reside en el cielo, como
morada permanente y propia, y utiliza las fuerzas cósnicas
89
H . H E L L I M G , Die Frühgeschichte des jüdischen Volks (Frankfurt 1947) 15-18.70.76S.
116.125.128.153. Véase J. SCHILDENBERGER, La religión de Israel, en Cristo y las religiones
(tormentas, rayos, truenos) al servicio de sus designios süví-
de la tierra ( M a d r i d 1961) III 4 0 4 - r i .
90
ficos sobre su pueblo adoptado. Por ello, se manifiesta a Moisés
J. W E L L H A U S E N , Israelitische und jüdische Geschichte (Berlín 1914) 23.28s.32.101.
90
* A. A L T , Der Úsprung der israelitischen Rechts (Leipzig 1934).
93
' i Gen 15,7. E. BEAUGAMP, La Bible et le sens religieux de l'univers (París 1959) 69.
92
E. JACOB, Théologie de l'Ancient Testament ( N e u c h á t e l 1965) 137. 9* I D . , ibid,, 5?,
300 VI, Las tradiciones religiosas del Sinaí ¿Monoteismo o henoteismo? 301

en el tabernáculo, simbolizado en la nube. Por otra parte, no vinidades, sin embargo, el carácter «celoso» e intransigente
hay indicios de que el Yahvé del Sinaí sea la concreción de un del Yahvé del Sinaí, al no admitir a otros dioses j u n t o a sí,
simple dios de las tormentas, ni el dios lunar de los nóma- lleva al monoteísmo. A este propósito dice Wright: «Cuando
das 9 5 ; y si bien en sus manifestaciones aparece algunas veces utilizamos el término monoteísmo para la fe de Israel, d e b e m o s
de modo antropomórfico, sin embargo, al mismo t i e m p o es dejar claro que no utilizamos el término en u n sentido especu-
presentado como trascendente, y por ello se prohibe su repre- lativo griego» 1 0 2 . Esto lo viene a confesar el propio Albright:
sentación sensible en imágenes talladas. Para destacar su in- «Si por monoteístas entendemos a u n pensador con teorías es-
materialidad se le presenta rodeado de fuego, de nubes y de pecíficamente iguales a las de Filón, San Pablo, San Agustín,
h u m o , lo más inmaterial y móvil que p u e d e concebirse. Por M a h o m a o Maimónides..., entonces Moisés no era u n mono-
eso se dice que nadie puede ver su rostro 96. Los antropomor- teísta. Pero si con el término designamos a quien enseña la
fismos sirven para destacar su carácter versonal 97 , al par que existencia de u n solo Dios, creador de todo, fuente de justicia,
su providencia especial, al intervenir en las vicisitudes de las igualmente poderoso en Egipto, en el desierto y en Palestina,
t r i b u s en el desierto. libre de sexo y mitología, semejante al hombre, pero invisible
Se le atribuyen las reacciones más nobles de los humanos, al ojo humano; que no p u e d e ser representado en forma algu-
sin atribuirle las debilidades que encontramos en las divinida- na, entonces el fundador del yahvismo ciertamente era mono-
des del Olimpo helénico: envidia, lujuria y rencor, compla- teísta» 1 0 3 . Por tanto nos encontramos con «un monoteísmo
ciéndose en humillar y aplastar a los hombres, sin darles oca- más bien práctico que teórico» 1 0 4 , «a condición de entender
sión de rehabilitación por el arrepentimiento, porque, como este término (monoteísmo) como convicción de fe y no como
dice Esquilo, «los dioses siempre ayudan a los hombres que se resultado de una reflexión» 1 0 5 .
ocupan en labrar su perdición». Al contrario, el Dios del Sinaí D e hecho, en los textos de la época del desierto n o se afir-
es saludado como «misericordioso y clemente, tardo a la ira, ma que Yahvé sea u n Dios único; más bien se le exalta como
rico en misericordia y fiel, que mantiene la gracia por mil ge- superior a todos los posibles dioses: « ¿Quién hay como tú, Yahvé,
neraciones y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero entre los dioses?» 1 0 6 . Y en el primer precepto del decálogo no
no los deja impunes» 9 8 . Como dice Albright, «todos los ca- se afirma taxativamente la existencia del Dios único, sino que
racteres humanos aplicados al Dios de Israel, que aparecen se prohibe dar culto a otros dioses; es, más bien, u n a imposi-
ennoblecidos y proyectados en una pantalla cósmica, servían ción práctica que una formulación teórica: Yahvé reclama para
para expresar los procesos cósmicos, como reflejo de la palabra sí en exclusiva el culto del pueblo que ha liberado, y que ahora
creadora d e Dios y de su voluntad eternamente activa» " . considera como suyo, su «propiedad» 1 0 7 . Yahvé es, ante todo,
J. Wellhausen supone que la religión mosaica se hallaba u n Dios «celoso», que no admite competencias en el culto 1 0 8 .
en el estadio del henoteismo, es decir, en la proclamación de un Por otra parte, no se menciona ninguna lucha e x p r e s a contra
solo Dios para las tribus de Israel, pero sin negar la existencia las otras divinidades hasta negarles su existencia i 0 9 . Esto ten-
de otras divinidades de otros grupos étnicos. Pero Albright drá lugar en los tiempos de los profetas, como reacción contra
afirma que «el fundador del yahvismo es, ciertamente, u n mo- la invasión de los cultos del vencedor asirio. C o m o dice R. de
noteísta» 1 0 ° . R. de Vaux, por su parte, califica al movimiento Vaux, «la lucha contra los falsos dioses no comenzará sino des-
religioso mosaico, más bien, de monolatría 1 0 1 . Por nuestra parte, pués de la salida del desierto y a las puertas de Canaán: en
hablaríamos más bien d e monoteísmo embrionario, es decir, que, Baal Peor» n o . Es entonces cuando comienza la l u c h a centra la
sin haber sido formulado el monoteísmo en términos netos, idolatría al contacto con las poblaciones conquistadas 1U . D e
como h a r á n los profetas, negando la existencia d e otras di- 102
G. E. W R I G H T , The Oíd Testament Against its Environment ( L o n d o n 1950)39.
103 w . F. ALBRIGHT, o.c, 213.
95
Se ha p r e t e n d i d o relacionar el nombre de Sinaí con el dios lunar nlesopotámico Sin, 104 p_ y A N IMSCHOOT, Theologie de l'Anclen Testament (Tournai 1954) I 3 7 .
105
pero el n o m b r e d e Sinaí parece una derivación del desierto d e Sin. E. JACOB, Theologie de VAnclen Testament (Neuchátel-Paris 1965) 5 1 .
96
Ex 33,23. Cf. W . ÉICHRODT, Theologie des AT II (Leipzig IQ35) 4; J. HEMFEL, Z A W io<¡ Ex i s , 1 .
57 (1939) 75S. 107 Ex 19,4-7.
97
98
Cf. M . G A R C Í A CORDERO, Teología de la Biblia I ( M a d r i d 1970) 193-97,389. ">8 Ex 20,5-6; D t 5,9-10; B. RENAUD, Je suis un Dieu jaloux (Paris 1963) 2 7 - 4
Ex 34,7- 109
E n contra la opinión de Y. KAUFFMAN, The religión of Israel 2 2 . 2 2 5 . 2 3 0 ; cf. H . S E E -
99
W . F . A L B R I G H T , From Stone Age to Christianity (Baltimore 1946).
>°» l D . , i b i d . , 2 1 3 . BAS, Der Erzvdter Israel 81-82.
110
101
R. DE V A U X , O . C , 431. Núm 25; R. DE VAUX, o . c , 432.
i " Cf. O s 9,10.
302 VI- Las tradiciones religiosas del Sinaí ¿Monoteísmo o henoteísmo? 303
hecho, el aislamiento en el desierto, fuera del contacto con Pero al despuntar el alba, cuando te elevas en el horizonte...
otras tribus, favorecía la fe en el Dios de Israel, sin peligros de Entonces los Dos Países (Alto y Bajo Egipto) se despiertan alegres
idolatrías. Estos vendrán con el asentamiento en Canaán en y los hombres se yerguen sobre sus pies a causa de ti;
luego lavan sus cuerpos y se visten,
medio de un pueblo más culto y con ritos atrayentes afrodi- y sus brazos se abren en signo de adoración cuanto tú te levantas;
síacos 112 . toda la tierra se pone al trabajo.
Los árboles y las plantas florecen,
b) El «monoteísmo» mosaico v la reforma y los pájaros vuelan de sus nidos,
unificadora religiosa de Amenofis IV y se abren sus alas, adorando a tu alma (ha) ;
y todos los cabritillos saltan sobre sus patas.
Un siglo antes de Moisés, en Egipto se había intentado Todo lo que vuela y se posa revive
unificar los diversos movimientos religiosos de los distintos cuando tú sales radiante ante ellos.
santuarios (basados en la más crasa zoolatría), bajo el reinado Los barcos suben y bajan por el río,
pues todas las rutas se abren al hacer tu aparición.
del faraón Amenofis IV Akh-en-Aton, en torno al culto al Los peces del río dan saltos delante de tu rostro
disco solar bajo el nombre de Aton-Ra. Para librarse de la pre- y todos los rayos penetran hasta el fondo del mar.
sión de los sacerdotes de Tebas, el joven faraón trasladó su T ú desarrollas el germen en las mujeres
capital a un lugar solitario, cuyas ruinas se llaman hoy de Tell y tú fabricas el fluido seminal de los hombres.
T ú retienes al hijo en el seno materno
Amarna; y allí trató de crear un centro religioso a base del y lo colmas para que no llore.
culto al disco solar, como síntesis de la fuerza dinámica divi- T ú nutres en el seno y das alimento vivificador al que creas.
na, que se manifiesta en la eclosión de la naturaleza en sus di- Cuando el niño sale del seno el día de su nacimiento,
versas manifestaciones. Así, Aton-Ra era la fuente de toda vida tú abres su boca del todo y provees a sus necesidades.
Cuando el polluelo está en el huevo, pía ya dentro del cascarón,
y el punto de convergencia de los anhelos de todos los vivien- porque tú le das el aliento en el interior para que viva.
tes en busca de su subsistencia. Incluso el faraón cambió su Y le has dado, cuando ya está formado en el huevo, el poder de rom-
nombre en Akh-en-Aton («el que pertenece a Atón»). y así sale del huevo para piar a su tiempo; [perlo;
En realidad, el bellísimo himno atribuido a él o a su escue- y cuando ya sale, anda ya sobre sus patas...
T ú formas un Niló en la región subterránea
la sacerdotal, en el que se cantan las excelencias del sol vivifica- y lo haces salir, porque así lo deseas.
dor, como fuente de energía, rezuma una concepción panteísta, Das sustento al pueblo (de Egipto),
que tendrá poco que ver con la concepción hebraica. Pero es según lo hiciste para ti mismo...
ya un esfuerzo de síntesis unificadora en el gran caos del po- ... Tus rayos alimentan los campos;
cuando te alzas resplandeciente, reviven y crecen gracias a ti;
liteísmo egipcio, a base de una exuberante zoolatría. tú estableces las estaciones para mantener en vida cuanto has creado,
el invierno, para refrescarlos,
H i m n o al sol y el calor, para que (revivan).
T ú creaste el firmamento lejano para resplandecer sobre él
«Alabanza a Re-Har-akhti, que se regocija en el horizonte...: y para contemplar todo lo que has creado.
T e elevas bello en el horizonte del cielo, Mientras estabas solo, resplandeciendo bajo las formas del sol «viente,
tú, Atón viviente, que vives desde el principio. apareciendo o manifestándote en tu esplendor,
Cuando te alzas radiante en el horizonte del este, alejándote o acercándote,
llenas a todos los países con tu hermosura. has creado millones de formas variadas (que surgen) de ti único:
Eres bello, grande y brillante; y te elevas sobre todo país. ciudades, aldeas, campos, caminos y ríos...
Tus rayos abarcan los países hasta los confines de lo que creaste. El mundo surgió a la existencia por tu mano,
T ú que eres Ra (dios solar), llegas hasta sus extremos. conforme (a los planes) que hiciste.
Aunque estás lejos, tus rayos están sobre la tierra. Cuando te alzas resplandeciente, (los seres) reviven;
T ú estás sobre el rostro de los hombres y no se conocen tus an- cuando te ocultas, mueren.
Cuando t e ocultas en el poniente, en el horizonte, [danzas, Tú tienes la duración de la vida por ti mismo,
la tierra se oscurece, asemejándose a la muerte... porque se vive sólo por medio de ti.
Todos los leones salen de sus guaridas Los ojos se proyectan sobre tu belleza hasta que te ocultas
y muerden los reptiles. y todos los trabajos cesan cuando te pones en el occidente...» 113
Todo está a oscuras; la tierra, en silencio,
porque el que ha creado los seres reposa en el horizonte. U3 T e x t o en H . GRESSMANN, en A O T 23iss; C H . JEAN, Le Milieu Bibliquell 350ss;
12
P. GILBERT, La poésie égyptíenne (Bruxelles 1943); A N E T 369-71; S A O (Barcelona 1966)
Cf. H . H . R O W L E Y , Moses und der Monotheismus: Z A W 69 (1967) 1-21. 268-73; J. STEINMANN, Les Psaumes (París 1951) 74-77.
304 VI. Las tradiciones religiosas del Sinai ¿Monoteísmo o henoteismo? 305

A la simple lectura de esta bellísima composición poética, Rugen los leoncillos por la presa,
llena de conceptos elevados, con propensión al monoteísmo a pidiendo a Dios su alimento...
Sale el sol, y se retiran
base de la acción benéfica de los rayos solares, resaltan las se- y se acurrucan en sus guaridas.
mejanzas con el contenido del salmo 104. donde se cantan las Sale el hombre a sus labores,
maravillas de la naturaleza en sus diversas manifestaciones. No a su hacienda hasta la tarde...
pocos autores creen que el poeta hebreo se inspiró en el him- Este es el mar grande, inmenso;
allí reptiles sin número;
no egipcio para su composición, lo que no sería extraño te- animales pequeños y grandes;
niendo en cuenta que ya en los tiempos de Salomón se puso I allí las naves se pasean,
de moda en su corte imitar los temas de la literatura sapiencial y ese Leviatán que formaste para ti.
egipcia. Pero, aun en este supuesto, el salmista no centra su Cuan numerosas son tus obras, ¡oh Yahvé!
Todas las has hecho con sabiduría;
atención en el disco solar, sino en la acción benéfica del espíritu está llena la tierra con sus riquezas.
de Yahvé, que trae a la vida a todos los seres creados; y parece T ú haces brotar en los valles los manantiales,
que se inspira, sobre todo, en el relato de la creación de Gen 1. que corren luego entre los montes;
Así, extasiado ante la variada obra de la creación, exclama go- ellos abrevan a todos los animales del campo
y en ellos apagan su sed los onagros.
zoso, proclamando la grandeza del Creador: Junto a ellos se posan las aves del cielo,
«Yahvé, Dios mío, tú eres grande, que hacen resonar sus cantos en la fronda.
estás revestido de majestad y de esplendor, De tus altas montañas riegas los montes
y envuelto de luz como de un manto». y del fruto de tus obras se sacia la tierra.
T ú haces brotar la hierba para las bestias,
Sigue luego la descripción detallada de la obra de la crea- y las plantas que el hombre ha de cultivar
ción conforme al esquema de Gen 1, del que parece ser un co- para sacar de la tierra el pan...
mentario poético: las aguas superiores, sobre el firmamento; T ú has hecho la luna para medir los tiempos,
y el sol conoce la hora de su ocaso...
las nubes, que sirven de carro triunfal, para los desplazamien- Todos (los vivientes) esperan en ti
tos del Creador, del que los vientos son sus mensajeros, y cu- para que les des alimento a su tiempo;
yos ministros son las «llamas de fuego» o rayos fulgurantes. tú se lo das, y ellos lo toman;
Por otra parte, la tierra está establecida sobre bases firmes, abres tu mano, y se sacian de bienes.
Si tú escondes tu rostro, se conturban;
descansando sobre el océano primordial, cuyas olas se detie- si les retiras el soplo (vital), expiran y vuelven al polvo.
nen ante los montes. Pero éstos retroceden ante la amenaza Si mandas tu soplo, se recrían, y así renuevas la faz de la tierra».
de Yahvé tonante; de este modo, «se alzaron los montes y se
abajaron los valles» hasta el lugar que les señaló su Hacedor. En este salmo hebraico se exalta al sol como una de tantas
Luego, a su orden, surgen los manantiales de aguas en los va- maravillas de la creación; y no se ve, como en el himno egip-
lles, donde se abrevan los ganados y las aves del cielo; y la tie- cio, una obsesión por personificarlo como motor único del
rra es empapada con el riego de los ríos que vienen de los universo. El monoteísmo hebraico prohibía divinizar las fuer-
montes, pues con el agua aparece la «hierba para las bestias; y zas de la naturaleza. Por tanto, el enfoque es totalmente diverso
las plantas, para el servicio del hombre; y el vino, que alegra en ambas composiciones, pues en el himno egipcio se exalta al
el corazón del hombre; y el aceite, que hace lucir sus rostros; sol como fuente única vivificante de ¡a creación; es una concep-
y el pan, que sustenta el corazón del hombre». Los mismos ción panteísta en torno al mito del disco solar Ra, que en su
árboles, sobre todo los cedros del Líbano, han sido plantados barca sale todos los días en oriente para morir en el occidente.
por la mano de Yahvé, y en ellos anidan los pájaros, y los «mon- En realidad, el esfuerzo unificador religioso de Akh-en-Aon
tes altos para las gamuzas». Y el poeta hebreo parece superar murió con él; y, de hecho, en la literatura posterior egipcia
al egipcio en la descripción de las maravillas de la creación; se le designa como el «faraón hereje» 114 . En efecto, después de
pero no faltan paralelismos entre ambas composiciones poéti- su muerte, las escuelas sacerdotales de Tebas y de Heliójolis
cas, como cuando canta el salmista: volvieron a implantar sus puntos de vista zoolátricos, sin que-
dar huella del esfuerzo «monoteizante» del faraón «hereje». Por
«Tú extiendes las tinieblas, y es de noche;
114
entonces corretean todas las bestias del bosque. Cf. P. MONTET, L'Égypte et la Bible (Neuchátel 1950) 29.
306 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí i Monoteísmo o henoteísmo? 307

eso no se puede hablar de una posible influencia e n la formula- dioses de Egipto», y, en ese supuesto, «no se puede hablar de
ción de la «monolatría» o «monoteísmo» de^^víoisés, pues éste una evolución dentro de la fe d e Israel hacia el monoteísmo,
no da importancia alguna al disco solar, sino que basa su esque- \ pues desde el momento e n que Israel se hace consciente de ser
ma religioso en la intervención de Yahvé e n la historia, sal- I el pueblo elegido por un Dios, es prácticamente un pueblo mo-
vando a su pueblo de la opresión egipcia. Los atributos cósmi- \ noteísta; así, se puede hablar del monoteísmo de Moisés, a con-
cos se aplicarán más tarde al Dios de Israel para presentarle I dición, s i n embargo, de q u e este término se entienda como
como fuente d e toda fecundidad frente a las divinizaciones i una convicción de fe y n o como u n resultado de reflexión» 1 2 0 .
naturistas d e los cananeos. D e hecho, cuando empieza la aventura religiosa de Israel
Con todo, n o encontramos en los textos bíblicos de la en la época patriarcal, las manifestaciones religiosas primarias
época del desierto formulaciones netas sobre u n «monoteísmo» (fetichismo, polidemonismo y animismo) parecen superadas,
estricto, ya que la frase de Ex 20,2 («no tendrás otro Dios que al menos según los relatos bíblicos, en el clan de Abraham.
a mí», o «frente a mí», o «fuera de mí») puede entenderse en Más tarde, la intervención de Moisés, creador de la teocracia
sentido impropio de «monolatría». L a primera formulación neta hebraica, hace revivir el ideal del «Dios de los padres» a base
del «monoteísmo» la encontramos en D t 6.4: «Oye, Israel: de una nueva dimensión: la idea de Dios salvador, que ha ma-
Yahvé, nuestro Dios, es el único Dios». Sin embargo, n o se nifestado su poder taumatúrgico liberando a los hebreos de la
dice nada de la inanidad de los ídolos, como se hace en los esclavitud faraónica. El gran genio religioso de Moisés logró
escritos proféticos 1 1 5 . E n realidad, el Deuteronomio refleja ya luego, en el aislamiento de la estepa, crear una conciencia reli-
concepciones de las predicaciones proféticas de los siglos v i n - giosa en torno al Yahvé adusto, intransigente y «celoso» q u e no
vii a . C ; por tanto, n o nos sirve para conocer las ideas religiosas admitía competencias en el culto de otros supuestos dioses.
de los tiempos mosaicos, a pesar de que, p o r ficción literaria, Así se ponen las bases del «monoteísmo», es decir, el movimien-
todas las exhortaciones de D t se pongan en boca del propio to religioso más depurado y elevado, a base de la idea d e un
Moisés antes de morir en las estepas de Moab. Dios trascendente que habita en las alturas celestes, pero que al
En conclusión, sólo podemos hablar de u n «monoteísmo» mismo tiempo está cercano, con sus intervenciones providen-
embrionario práctico e n los tiempos del desierto: pero ese es- cialistas, a la problemática de u n pueblo que se presenta como
quema primitivo, que puede ser considerado como una simple elegido.
«monolatría», es el núcleo de u n proceso evolutivo religioso En el antiguo Oriente n o se puede señalar u n fenómeno re-
que, a través de las experiencias históricas y la reflexión teoló- ligioso similar, ya q u e todos los esquemas religiosos d e la an-
gica, llevará a los grandes genios religiosos de Israel—los pro- tigüedad son politeístas a base d e la divinización d e las fuerzas
fetas—a la formulación precisa y clara del monoteísmo a partir d e la naturaleza. Y e n Canaán. entre los pueblos etnográfica-
ya del g r a n Samuel, q u e declara abiertamente, allá p o r el si- mente afines a los hebreos, la religión era e m i n e n t e m e n t e m-
glo x i a . C : «No os apartéis de Yahvé, porque será ir tras va- turista a base d e la divinización de las fuerzas generatrices y
nidades, q u e no os ayudarían ni salvarían, porque nada son» 1 1 6 . eclosivas de la naturaleza, simbolizadas en Baal, principio
Es lo q u e declarará Elias 1 1 7 y los siguientes profetas escrito- masculino, y Astarté, su equivalente femenino. L a concep-
res 118 . E l choque con el invasor asirio sirvió de reactivo para ción d e u n Dios solitario, sin correspondencia femenina, no
afirmar la fe en el Dios de Israel, a quien se le presenta como puede, pues, surgir d e este trasfondo cananeo. Por otra parte,
señor de l a historia humana, pues es El quien trae a los odia- los Baales cananeos e r a n sumamente condescendientes c o n sus
dos asirios para castigar las infidelidades del pueblo elegido 1 1 9 . adoradores y los actos d e culto eran verdaderas orgías sexuales,
Porque «la historia de Israel es, desde su origen y a través d e ya q u e tenían p o r finalidad fomentar la fecundidad c o n ritos
su desarrollo, u n a sucesión d e manifestaciones de la supe-
obscenos. Parece q u e el panteón cananeo estaba dirigido por
rioridad d e Yahvé sobre los otros dioses: Dios confunde a los
una divinidad superior, aunque en los tiempos bíblicos y a no
115
tiene relieve alguno e n el culto. Porque en Taanak se encontró
Cf. M . G A R C Í A C O R D E R O , O . C , I 210-17.
116
1 S a m 12,21. una carta de los t i e m p o s d e A m a r n a (s. x i v a . C ) , en la q u e s e
i " 1 R e 18,24-27.
1X8
Gf. O s 2,10.20; A m 9,7; 6,8; Is 2,8.18-20; Jer 2,11; 5,7; Is 42,8; 41,21. 120
E . JACOB, O . C , 51-52,
119
Is 4 3 , 1 ° ; 44,6-
308 VI. Las tradiciones religiosas del Sinaí ¿Monoteísmo o henoteísmo? 309
121
habla del «señor de los dioses» , y parece referirse a Hadad, de la concepción sumeria de dos principios primordiales eternos:
el dios de las tormentas y de la fuerza incontrolada de la natu- Apsu, las aguas dulces de los ríos, y Tiamát, las aguas oceáni-
raleza. Quizá sea la misma divinidad adorada en Byblos bajo cas o saladas, de la que nacen las tres primeras divinidades:
el título de «Dios Altísimo» 122 . Y, de hecho, en los textos de Anu, dios del cielo; En-lil, dios de la tierra, y Ea, dios del mar.
Ugarit, al norte del Líbano actual, aparece una divinidad su- N o hay u n principio unificador y trascendente como en el es-
perior, llamada El, al frente del panteón, en el que figuran quema religioso hebraico. Por eso dice Jastrow: «Toda la ten-
Baal, dios de la vegetación, Yám, dios de la fuerza caótica y dencia de la fe religiosa como la del culto, tal como se desarro-
amenazadora del mar, y Mót, dios de la sequía y d e la muerte. lla gradualmente en Babilonia, excluye una concepción univer-
A El se le da el calificativo de Elyón, «altísimo», q u e es el mismo sal monoteísta» 128 .
que se da a la divinidad adorada por Melkisedec, rey de Salem Finalmente, la reforma de Zoroastro se mueve dentro de
(¿Jerusalén?) 1 2 3 . Pero hacia el siglo xv a.C. ya estaba como u n dualismo radical, en lucha, a travéscte la historia, desde el
jubilado El, sin intervención alguna directa en la marcha del principio: Ahura Mazda (Ormuz), principio del bien y de la
m u n d o . Y nunca aparece como dios único. Por eso, tampoco luz, y Angra Mainyu (Ahriman), símbolo del mal y de las ti-
los hebreos pudieron tomar del ambiente fenicio-sirio la idea nieblas. Sólo al fin de los tiempos prevalecerá el principio del
del «monoteísmo». bien. Pero esta reforma religiosa es del siglo vi a . C , m u y pos-
En Mesopotamia privaba también el más craso politeísmo, terior a la cristalización del monoteísmo hebraico, que ya apa-
prevaleciendo el culto a los astros, que tenían especial impor- rece bien perfilado en el siglo v i n a.C. Además, el impulso
tancia en la dirección de la vida de los hombres. Con todo, en simplificador religioso de Zoroastro, que tuvo aceptación en
cada localidad aparece u n dios determinado al frente del pan- los primeros reyes aqueménidas (s.vi-v), fue perdiendo fuerza
teón. Así, en u n himno al dios lunar Sin se dice: ante el nuevo empuje de las religiones politeístas mantenidas
por los representantes de la magia, que jugaban con las anti-
En el cielo, ¿quién es el soberano? ¡Tú sólo! guas concepciones religiosas anteriores a la reforma d e Zo-
124
En la tierra, ¿quién es el soberano? ¡Tú sólo!
roastro 1 2 9 .
Y en otro himno, la diosa Ishtar es celebrada como «señora D e todo esto se deduce que no hay en las manifestaciones
de señoras, diosa de diosas, señora del cielo y de la tierra, múltiples religiosas del antiguo Oriente ninguna que pueda ser
ante la cual tiemblan el cielo y la tierra y los mismos dioses»; modelo para el monoteísmo hebraico. Algunos autores suponen
y se dice de ella que «no tiene igual», pues «no tiene dios que que el politeísmo d e los pueblos semitas refleja u n estado de
le iguale» 1 2 5 . Y al dios lunar N a n n a r se le saluda con estas disgregación ideológica a partir de u n supuesto «monoteísmo»
palabras: «Señor, dominador entre los dioses, el cual se eleva primitivo a base d e una divinidad primitiva llamada ilu-el, que
solo en el cielo y en la tierra» 126 ; y en otro texto se atribuyen por su significación evoca la idea de «fuerza» o «poder» 1 3 ° .
a Marduk, divinidad principal de Babilonia, las características Pero esta hipótesis es difícil de mantener, p o r q u e los datos de
de todas las divinidades 127 . Finalmente, en u n himno a N a b u la época histórica reflejan ya u n politeísmo craso. N o sabemos
se dice: «Ten confianza en N a b u y n o en cualquier dios». En nada de los esquemas religiosos de los nómadas, p o r q u e care-
realidad, éstas son expresiones p u r a m e n t e ditirámbicas de los cen de escritura y de literatura; pero por lo que se p u e d e cole-
devotos d e cada divinidad; pero se admiten otras divinidades gir de lo que se s a b e de las tribus nómadas antes de la apari-
subsidiarias en el panteón de cada localidad. ción del islamismo, éstas basaban sus esquemas religiosos en
Por otra parte, en el esquema primitivo religioso mesopo- concepciones p r i m a r i a s animistas y fetichistas. Así, en vez de
támico hay un dualismo de base, ya que todo el panteón arranca considerar el politeísmo como una degeneración de u n primi-
121
tivo monoteísmo, creemos que éste es más bien el término de
Cf. H . GRESSMANN, Altorientalische Texte ( A O T ) 371.
122
Cf. EUSEBIO, Praep. evangélica I 10.11. u n proceso de d e p u r a c i ó n ascendente a partir de las formas
123
124
Cf. G e n 14,18; R. DE L A N G H E , Les textes de Ras Shamra-Ugarit II347S. primitivas politeístas, que en todas partes parecen ser el pri-
H . G R E S S M A N N , en A O T 214.
125
H . G R E S S M A N N , en A O T 254. mer esquema religioso a partir del fetichismo, polidemonsmo
i" I D . , e n A O T 241.
127 128
Así, se dice e n un texto acadio: «Ninurta es M a r d u k por la fuerza; Nergal es M a r d u k M . J. JASTROW, Die Religión Babyloniens und Assyriens I (1905) 422; II (1912) I32s.
129
por la batalla; Enlil es M a r d u k por el dominio y la decisión; Sin es Marduk c o m o faro en la Véase F. K Ó N I G , Cristo y las religiones de la tierra II (Madrid 1961) 5 6 7 - 6 1 6 .
130
noche; Samas es M a r d u k por el derecho» (H. GRESSMANN, en A O T 329). Cf. M . J. L A G R A N G E , Études sur les religions sémitiques (París 1905) 50.
310 VI. Las tradiciones religiosas del Sinal 311
•Consideraciones generales
y totemismo, siempre a base de una concepción elemental ani- MENDENHALL, G. E., Law and Covenant in Israel and the Ancient Near East
mista. De hecho, los grupos étnicos afines a Israel eran poli- (Pittsburg 1955).
teístas a ultranza, y sólo los genios religiosos hebreos lograron MILLER, P. D., Él the Warrior: H T R 60 (1967) 411-31.
MORAN, W . L., Moses und der Bundesschluss am Sinai: Stimmen der Zeit 170
superar estos esquemas arcaicos a base de unas intervenciones (1961-62) 120-33.
salvíficas de un ser superior, personal, trascendente y providente, MUILENBERG, J., The Form and Structure ofthe Covenantal Formulations: V T
justo y misericordioso, que fueron conformando la conciencia 9 (i959) 347-65-
religiosa del pueblo elegido. El «monoteísmo» hebraico es una NOTSCHER, F., Bundesformular und «Amtsschimmeh: BZ 9 (1965) 181-214.
isla en la historia de las religiones y no tiene explicación hu- ROWLEY, H. H., Moses und Monotheismus: Z A W 69 (1957) 1-21.
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lista, como todos los pueblos semíticos de la antigüedad. Los
profetas son los que reiteradamente acusan a su amado pueblo
de que es atávicamente propenso a la idolatría, deslumhrado
por las orgías religiosas de los santuarios cananeos 131 . VIL LA LEGISLACIÓN MOSAICA

i. CONSIDERACIONES GENERALES
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EICHRODT, W'.,Theohgie des Alten Testament I (Stuttgart-Góttingen 1959) los tiempos mosaicos. En efecto, los preceptos arcaizantes que
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EISSFELDT, O., Jahwe, der Gott der Vdter: T L Z 88 (1963) col.481-90. otros que suponen ya una sociedad agrícola sedentarizada en
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HOUR, J., UAlliance de Sichem: RB 69 (1962) 5-36.161-84.350-68. éxodo. En realidad, hemos de suponer que las tribus hekeas,
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237-59- organización social-religiosa. necesaria para la convivencia más
JACOB, E., Théologie de VAnden Testament (Neuchátel 1968) 170-65. elemental. Y, de hecho, sabemos que Jetró, «suegro de Moisés»
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y «sacerdote de Madián» 1, se permitió dar consejos de organi-
LORETZ, U., Berit-«Band-Bund»: V T 16 (1966) 239-41. zación al inexperto caudillo hebreo, que, como novato en el
MAAG, V., Das Gottesverstdndnis des AT: N T T 21 (1966-67) 161-207. mando, quería dejarse llevar de su carisma personal y de la
MARTIN-ACHARD, R., La signification de Valliance dans l'AT d'aprés recentes improvisación, dando solución a todos los lances que creaba
travaux: R T h P h 18 (1968) 88-102. la difícil convivencia de unas gentes no habituadas a vñír en
MCCARTHY, D . J., Treaty and Covenant (Roma 1963).
— Der Gottesbund im Alten Testament (Stuttgart 1966). los secarrales de la estepa. Por ello, no pocas leyes que encon-
131
tramos en los relatos bíblicos pueden provenir del atavismo
Cf. Is 1,4: «¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de iniquidad, ra2a malvada, hijos
desnaturalizados! Se han apartado de Yahvé, han renegado del Santo de Israel, le han vuelto
la espalda»; Jer 2,5.27. 1
Ex 18,1.
312 VIL La legislación mosaica 313
Consideraciones generales
ancestral de las tribus del desierto, sugeridas por el veterano rico. En este supuesto, Yahvé es el creador y plasmador de la
Jetró, jeque experimentado en la solución de la casuística tribal. nueva conciencia social, nacional y religiosa del pueblo he-
b) Por otra parte, hemos de suponer que los hebreos al breo. Por eso, las ordenaciones impuestas por Moisés, su re-
salir de Egipto tenían sus costumbres, unas heredadas de los presentante, son, en el fondo, intimaciones inapelables del
antepasados de Canaán y otras surgidas en la convivencia cen- mismo Yahvé: «Harás esto... dirás al pueblo... Esto dice
tenaria en la ubérrima tierra de Gosen. Eran tribus ganaderas, Yahvé». Estas son frases que hay que interpretar dentro de
aunque ya no nomádicas, pues estaban asentadas en una zona esta comunidad de destino sellada por una alianza que es, en
de pastos, pero en contacto con una población sedentarizada el fondo, un compromiso histórico hacia el futuro. En este su-
egipcia y con otros clanes de procedencia asiática. También puesto, el pueblo de Israel se convierte en «reino sacerdotal
estas costumbres ancestrales debieron de dejar su huella en y nación santa»4, y, como tal, tiene que «santificarse» en sus
la primitiva legislación del desierto. costumbres y manifestaciones sociales, conforme a la tremen-
c) Naturalmente, no pocas leyes debieron de surgir del da intimación de Dios: «Sed santos, como yo soy santo» 5. Es
genio organizador del propio Moisés; pero como era el repre- que las leyes se conciben como un medio de hacer al pueblo
sentante de Dios, que le asesoraba personalmente todos los de Israel más digno de acercarse al Dios trascendente y numé-
días, apareciéndose en forma de «humo» y de «nube» en el ta- nico, que se ha manifestado en la historia con gestas salvíficas,
bernáculo 2 , según la encantadora expresión antropomórfica, por las que se ha «santificado» ante todas las naciones 6 .
las leyes figuraban como dadas directamente por el mismo d) Esta idea teocrática deriva hacia una concepción hiero-
Yahvé; por eso, la expresión «dixit Dominus ad Moysem» hay crática, que se manifestará cuando el pueblo de Israel sea go-
que entenderla como un cliché estereotipado para dar a en- bernado por los intereses exclusivistas de la clase sacerdotal,
tender que tenían la aprobación divina. Tenemos un caso simi- como ocurrió después del exilio al desaparecer la dinastía da-
lar en la promulgación del Códiso de Hammurabi: en el pró- vídica, representativa del poder civil. De hecho, la legislación
logo se dice que el dios de la luz y de la justicia, Shamash en del Levítico está marcada con este sello sacerdotal, y parte de
persona, entregó el Código al gran rey, que aparece, en la es- ella puede llegar a los tiempos del desierto. Y en ella encon-
tela de diorita negra que se conserva en el Museo del Louvre, tramos ciertos principios religiosos de legislación que la carac-
recibiéndolo de su dios. En realidad, dicho Código mesopotá- terizan en sus orientaciones generales: «Dios es santo, y no
mico había sido redactado por un equipo de juristas, trabajan- puede morar en un pueblo que no lo sea. De ahí el primer
do sobre códigos sumerios anteriores; pero la promulgación principio de la ley mosaica; Dios es justo, y no puede hacer
se hace en nombre de la divinidad de la justicia, a la que se pacto con la iniquidad, ni dejar sin castigo pecado alguno. He
presenta como autor. ahí el principio del derecho penal. Dios es misericordioso y
En el caso de la legislación mosaica, supuesta la concep- largo en perdonar, y ésta es la razón del perdón con. que in-
ción teocrática de la sociedad, las leves tenían que provenir vita a Israel. Dios es bueno, fiel y veraz, y esto es el funda-
directamente del Yahvé que había salvado a los israelitas y mento de todas las promesas que se hacen en la ley, y que luego
con quien habían pactado una alianza solemne. En este su- ampliarán los profetas. Estos son los vrincivios de la lev. Todo
puesto, toda la legislación es sacral, ya que las mismas leyes lo que hay de grande en ella dimana de estos postulados. Pero,
civiles por su contenido son enmarcadas dentro de la atmósfe- en lo concreto, el legislador tendrá en cuenta las costumbres
ra del hésed, o parentesco espiritual, creado por las exigencias del pueblo en lo civil y en lo religioso, y tolerará, en atención
de una comunidad esencialmente teocrática. Por ello, lo pro- a la dureza de Israel, cosas que fuera deseo corregir. Peto, in-
fano y lo religioso forman una unidad de contenido general, fundiendo la idea de Yahvé justo, santo, bueno, fiel a sus prome-
ya que todo está presidido por la idea de un Dios que ha con- sas, se pondrá la base para su futuro perfeccionamiento, con-
formado las estructuras sociales en función de unos intereses forme evolucionen las costumbres y cambien las circunstan-
religiosos, porque Israel se ha convertido en «propiedad» (se- cias» 7 .
gulláh) 3 de Yahvé, el Dios que le ha salvado, y por ello ha
adquirido unos derechos inalienables sobre su destino histó- 4
5
Ex 19,6.
6
Lev II.44; 19,2; 20,7.26; 21,6.
2
Núm 9,15.17; Ex 33,9. 3
Ex 19,4. Véase M. GARCÍA CORDERO, O.C, I 220-41.
^ A. GOLUNGA, en Ciencia Tomista 35 (1927) 38.
314 VIL La legislación mosaica
Consideraciones generales 315
e) En efecto, la ley mosaica, como toda ley humana, es
encontramos la frase al fin del código (de la alianza): «Guardad
imperfecta y muy inferior al ideal evangélico de vida; muchas
todo lo que yo os he dicho» n . El autor concibe, pues, a Dios
de las disposiciones nos resultan a nosotros crueles e infan-
interviniendo directamente en la vida de su pueblo para dar
tiles. Pero, como dice Lagrange, «el mérito de Moisés con-
leyes. Así, el código de la alianza (Ex 20,22-23,19), se pre-
sistió en grabar en todos los corazones el recuerdo de los be-
senta con carácter excepcional. Quiere establecer una teocracia
neficios de Yahvé, Dios del pueblo israelita y del universo.
directa, en la que se aplican las últimas consecuencias de la
Y, al formar con este Dios una alianza solemne, pasó por la
idea de la alianza. El pueblo de Israel es el Pueblo de Dios,
criba de este deber los usos y costumbres antiguos. Lo que
y la divinidad es concebida como pariente por la sangre de
era contrario a la fidelidad a Yahvé, era eliminado; lo que es-
los miembros de esta comunidad 12, pues la alianza se cierra
taba conforme con su culto y veneración, venía a ser ipso jacto
con la sangre 13, creando un parentesco ficticio por la sangre.
su ley» 8 . Por eso, «el color religioso de la obra fia codificación
La divinidad no sólo ha puesto las condiciones del pacto por
-mosaica) brilla de un modo particular. No sólo el autor da am-
las reglas generales del decálogo, sino que ha ido hasta aplicar
plitud a la vida religiosa por las peregrinaciones, la ley del
los principios al detalle. Yahvé ha sacado a su pueblo de un
asilo, la prestación de juramentos, la incorporación del esclavo
país extranjero, y ha mostrado así su poder, frente al faraón,
a una nueva familia, sino que subordina todo este conjunto
a los dioses de Egipto, y quiere dirigir El mismo la actividad
jurídico al fin religioso. Subordina las costumbres a los manda-
colectiva del pueblo. El jefe visible de Israel (Moisés) no es
mientos imperativos de la divinidad, y subordina todo a reglas
más que un mediador, cuya única misión es hablar al pueblo
cultuales muy precisas sobre la manera de adorar y respetar
en nombre de Dios y exponer las costumbres que Dios toma
a la divinidad. La religión no interviene sólo como garantía
a su cuenta, función difuminada que no es obstáculo a las re-
de la buena marcha de la vida pública, sino que es la vida pú-
laciones directas entre Yahvé y los israelitas. Si éstos son fieles
blica entera la que está sometida a la orientación religiosa. El
y observan las directivas de su jefe que es su Dios, los prote-
autor ha tenido cuidado en eliminar todo politeísmo, aun cuan-
gerá, los bendecirá y los libertará de todos los males» 14 .
do respetaba viejas costumbres religiosas que se habían desarro-
llado en un clima politeísta. Lo esencial para nuestro autor f) Ahora bien, en el llamado «código de la alianza» (Ex 20,
es asegurar en la vida de Israel el culto a Yahvé y sólo en con- 22-23,IQ), los críticos distinguen dos series de leyes por el
formidad con sus exigencias morales. Si esta obra tiene un fin modo de ser propuestas: los mishpatím o «juicios», redactados
religioso, es que nuestro autor tiene una teología especial den- en forma casuística («Si uno hace esto..., si un campo..., si una
tro del conjunto del antiguo Oriente. No se reconoce más di- viña...»), como en el Código de Hammurabi15, y los debarím
vinidad que Yahvé; no se puede pronunciar el nombre de o «palabras», redactados de modo apodíctico e imperativo: «me
otros dioses en los juramentos, y hacerles sacrificios es un cri- levantarás un altar..., no subirás a mi altar» 16. Con todo,algu-
men castigado con la pena de muerte 9 . Es un Dios moral que nas prescripciones están redactadas en estilo mixto (casuístico-
reprueba la injusticia y castiga; es también un Dios misericor- apodíctico) 17. Y, por el contenido, el «código de la alianza»
dioso y benevolente. La legislación es puesta en boca de la (Ex 20,22-23,19) se divide en tres clases: 1) derecho ávil y
divinidad, que asume la responsabilidad de todas las costum- penal 18; 2) leyes relativas al culto 19 ; 3) moral social 20. Algunos
bres, redactadas de modo impersonal, al estilo del derecho en autores, como Wellhausen, suponían que el «código de la
el antiguo Oriente; por eso interviene para dar leyes en estilo alianza» era una explicitación del núcleo legislativo del decá-
directo: son sus mandamientos; habla en primera persona, lo logo, cuya redacción no sería anterior al siglo ix a.C. Pero al
que aparece como único en los documentos jurídicos. Es la descubrirse el Código de Hammurabi se comprobó que muchas
divinidad la que da las leyes y mandatos, al mismo tiempo 11
Ex 23,13-
12
que encarga a Moisés—mediador—exponer las costumbres que "
Cf. E. D H O R M E , La religión des hébreux nómades (Bruxelles 1937) 3t3s.
Ex 24,8.
quiere se observen 10 . Aunque no encontramos las expresiones 14
15
H . CAZELLES, Études sur le Code de l'AUance (Paris 1946) 184-87.
Cf. Ex 21,3-11.18-22.26-37; 22,1-16.
del Deuteronomio, «mis leyes», «mis mandatos», sin embargo, 16
Cf. Ex 20,24.26; 22,20.27-29; 23,1-3.6-9.10-12.14-19.
17
Cf. Ex 20,25; 21,2; 22,22.24-26; 23,4-5. L a distinción entre misphatim y d¿arím ha
8
J. M . L A G R A N G E , en RB (1901) 616. sido propuesta por A . A L T , Die Urspning des israelitischen Recht (Leipzig 1 9 3 4 ) .
9
Ex 22,19. 18
Ex 21,1-22,20.
10
Ex 21,1. 19
Ex 20,22-26; 2 2 , 2 8 - 3 1 ; 23,10-19.
20
Ex 22,21-27; 23,19.
316 Vil. La legislación mosaica El decálogo 317
de las ordenaciones del «código de la alianza» son muy arcaicas llegar a adquirir la conciencia nacional. El primer impulso
y que pueden llegar a la época del desierto 2 I . Por otra parte, vino de Moisés, y por eso hay que decir que la legislación
en la «confesión negativa» del Libro de los muertos, egipcio hebrea, en gran parte, es «mosaica», en cuanto que dio el alma
(c.125), se supone una mezcla de preceptos religiosos, cívicos a la maraña legislativa que iba a configurar a Israel como un
y cultuales, como en el «código de la alianza» de Ex 20,22-23,19. pueblo aparte entre las naciones, como declara el vaticinio de
Esto refleja una sociedad religiosa y aun una organización teo- Balaán: «Veo a un pueblo que tiene aparte su morada» 25 .
crática, en la que los preceptos cívicos están estrechamente
vinculados a los morales y sociales.
2. E L DECÁLOGO
g) Se han sugerido tres estratos legislativos por su esce-
nario geográfico en el «código de la alianza»: 1) tradición del a) En un contexto artificial (dentro del desarrollo de la
Sinaí-Horeb: el decálogo ritual de Ex 34; 2) tradición de Ca- teofanía terrorífica de Yahvé tonante en la cima del Sinaí, mien-
desbarne: los mishpatím («juicios») o leyes casuísticas 22 ; 3) tra- tras el pueblo está atemorizado en la llanura) se inserta la enu-
dición del monte Nebo: los debarím (palabras, intimaciones meración del complejo legislativo llamado decálogo, porque
apodíeticas) 23 . Pero no es fácil establecer líneas claras diviso- la enumeración legislativa puesta en boca de Yahvé interrum-
rias en esta legislación del desierto, porque los preceptos van pe la secuencia narrativa de Ex 19,25 y 20,18. Es que el com-
involucrados con determinados acontecimientos histórico-legen- pilador actual bíblico no encontró otro lugar más apropiado
darios, que no es posible comprobar en sus contornos crono- para la proclamación solemne del principal núcleo legislativo
lógicos precisos. En realidad, el llamado «código de la alianza» de la sociedad israelita que la teofanía terrorífica del Sinaí: el
hoy llega a nosotros como un totum revolutum de leyes civiles, mismo Dios que se había manifestado en la cima hablando al
cultuales y sociales, entremezcladas sin sistematización jurídica pueblo «mediante el trueno» 26 y manteniendo su distancia frente
alguna y que se yuxtaponen sin lógica ni orden cronológico. al pueblo, es el que proclama las exigencias básicas de la teo-
Es un conjunto que abarca diversas épocas: la de la estancia cracia hebraica, las que constituyen el nervio de toda la com-
nómada en el desierto, y la otra ya en Canaán, reflejando, en pleja legislación de Israel a través de los tiempos.
parte, una sociedad semiagrícola. Con todo, este «código de En Ex 34,28, después de la enumeración del llamado decá-
la alianza» parece destinado a «una sociedad aún primitiva, de logo ritual, se dice que «escribió Yahvé en las tablas los diez
fuerte estructura familiar, de base económica pastoril, ocupan- mandamientos de la ley», lo que en la traducción griega se expresa
do la agricultura un lugar secundario; el poder público es débil, con los términos SÉKOtAóyoi. En Dt 4,13, después de hablar de
pero las tradiciones religiosas son fuertes» 24 . No se mencionan la promulgación de la alianza, se dice que Dios mandó «guar-
las ciudades y no es posible establecer una relación entre este dar los diez mandamientos que escribió sobre las tablas de
complejo legislativo, atribuido a Moisés, y el cananeo, ya que piedra». Y en Dt 10,4 se vuelve a leer una frase similar: «Yahvé
no se ha encontrado ningún código de legislación cananea. escribió sobre estas tablas los diez mandamientos que había
h) Pero todo este complejo legislativo, aunque sea de dado en la montaña, en medio del fuego, el día de la congrega-
diversas épocas—su origen redaccional, conforme a las exigen- ción». Aquí parece aludirse, más bien, a la proclamación pri-
cias de la casuística, trata de resolver problemas concretos—, mera en la teofanía de Ex 19,25. De esta expresión Deka-bgoi
está dominado por la figura señera del primer gran legislador, surgió el vocablo decálogo, acuñado en el siglo 111 d.C. 2 7 para
Moisés, sin el que no es posible explicar los orígenes de la teo- designar los diez mandamientos, que se enumeran en Ex 20,2-
cracia hebraica. Es el libertador, el profeta, el caudillo y el 17 y Dt 5,7-21, y no los preceptos cultuales de Ex 34,15-26,
legislador por antonomasia, en cuanto que estableció un núcleo aunque aquí se habla de los «diez mandamientos de la ley»
primitivo de leyes que dieron pie a la formación de la con- (v.28). En Ex 25,16 y 31,18 se designa al decálogo como -«tes-
ciencia vinculante de las tribus en un desarrollo creciente hasta timonio» (edúth), pues es expresión de la voluntad divina
y había de ser guardado cuidadosamente en el arca di la
21
Cf. M. J. LAGRANGE, La méthode historique sourtout á propos de VAnden Testament
(Paris 1903) 168.
22
Ex 2r,1-22,1-16; 23,4-5. 25 Núm 23,9.
23 20
Ex 20,23-26; 22,27-30; 21,15-16; 22,17-19; 22,20-25; 23,1-9. Ex 19,19.
24 2
H. CAZELLES, O.C, 186. ? Parece que el primero en emplearlo fue CLEMENTE ALEJANDRINO, Paedagog. II 89.
318 Vil. La legislación mosaica
El decálogo 319

alianza, como «testimonio» de las estipulaciones entre Yahvé legislaciones del antiguo Oriente, ya que son expresión del
y su pueblo. derecho natural o del derecho de gentes, como meras exigencias
b) Las dos redacciones del llamado decálogo de Ex 20,2-17 de sociabilidad. Pero en la promulgación de Ex 20,1-17 se in-
, y Dt 5,7-21 son similares, con ligeros cambios, y parecen de- volucra todo como expresión e imposición directa del Yahvé
pender ambas de un documento anterior más sucinto, ya que salvador: en una sociedad teocrática, toda ley viene directa-
algunos de los preceptos actuales llevan un comentario amplio, mente de Dios. Por otra parte, dado el «voluntarismo» que pre-
como el de Ex 20,5, que no es verosímil en una formulación side las concepciones hebraicas, las cosas son buenas o malas
lapidaria. Despojando a las redacciones actuales de su follaje porque Dios directamente lo determina así. Es inútil, pues,
explicativo, podríamos sorprender así la formulación primitiva buscar razones sociológicas y filosóficas para, justificar los pre-
en los siguientes preceptos escuetamente presentados: ceptos fundamentales que han de dirigir al Pueblo de la alian-
za. Por eso, las formulaciones del decálogo son en estilo direc-
i.°«No tendrás otro Dios que a mí» (v.3). to impositivo, sin que los destinatarios—el pueblo de Israel,
2.0 «No te harás imágenes talladas» (v.4). comprometido con Yahvé con una alianza solemne («nosotros
3. 0«No tomarás en falso el nombre de Yahvé» (v.7). haremos todo cuanto ha dicho Yahvé»: Ex 19,8)—puedan disen-
4. 0«Acuérdate del día del sábado para santificarlo» (v.8). tir de dichos preceptos, porque sólo si se pliegan a sus precep-
5.0 «Honra a tu padre y a tu madre» (v.12). tos e imposiciones pueden tener derecho a su protección: «si
6.° «No matarás» (v.13). oís mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad
7.0 «No adulterarás» (v. 14). entre todos los pueblos» (Ex 19,5). Pues en este-contexto de la
8.° «No robarás» (v.15). alianza coloca el compilador bíblico la síntesis legislativa del
9.0 «No testificarás contra tu prójimo falso testimonio» decálogo, base nuclear de la teocracia hebraica.
(v.17). _ e) Los críticos se preguntan si el decálogo en su formula-
10. «No codiciarás la casa de tu prójimo». ción actual es el núcleo primitivo de la compleja legislación
c) Aunque en la Biblia se hable de «diez» mandamientos, hebraica que empieza a desarrollarse en el llamado «código
los autores antiguos judeo-cristianos no convienen en su dis- de la alianza» (Ex 20,22-23,19), o, más bien, es la síntesis pos-
tribución exacta, pues Filón, Flavio Josefo y algunos autores terior, obra de un jurista genial que, ante la maraña legislativa
eclesiásticos primitivos distinguen como dos preceptos dife- casuística surgida en la historia de Israel bajo la presión de
rentes: el del culto exclusivo a, Yahvé (v.3) y la prohibición de determinadas circunstancias ambientales, buscó los principios
figurarlo bajo imágenes talladas (v.4). Serían, pues, los dos fundamentales que podían dar nervio reticular a la vida ju-
primeros preceptos del decálogo. Orígenes, en cambio, agrupa rídica del pueblo elegido. A nuestro entender, esta última es
ambas prohibiciones en un mandamiento único (v.3-6); pero la hipótesis más verosímil: primero nacen las leyes de forma
para mantener el número de diez divide el último en dos: el casuística desordenada, según se van presentando los proble-
deseo de la mujer y el de los bienes del prójimo. Es la división mas de cada día, y así, se yuxtaponen sin orden lógico, como
adoptada por San Agustín y por los moralistas católicos 28. aparece en el «código de la alianza»; luego viene la codificación
d) A la simple vista de la enumeración de los preceptos, de las mismas en las escuelas levítico-sacerdotales de los san-
vemos que en ellos se incluyen preceptos positivos (prohibición tuarios israelitas establecidos en Canaán después de su ocupa-
de imágenes e institución del sábado), y otros que pertenecen ción. Finalmente, surge la necesidad de establecer como una
al derecho natural (adorar a un solo Dios, no tomar su nombre «ley fundamental» de la sociedad teocrática hebrea, y ésta queda
en falso, honrar al padre y a la madre, no matar, no adulterar, reflejada en el decálogo actual. Pero ¿cuándo se ha formulado
no robar y no testificar en falso contra el prójimo, no desear la esta síntesis genial jurídica? ¿Cuál fue su autor? A estas pre-
casa del prójimo). Sólo los de derecho positivo (prohibición de guntas no es posible responder, ya que en la compilación del
imágenes e institución del sábado) son de origen netamente decálogo encontramos prescripciones claramente arcaicas (en
judaico, pues todos los otros preceptos aparecen en las demás general, los mandamientos de tipo social: honrar a los padres,
28
no matar, no adulterar...) y otras que pueden ser más recín-
Cf. SAN AGUSTÍN, Quaest. LXXI in Exod.: PL 34,620s; véase DTC IV 164-67: Déca-
logue.
320 VII. La legislación mosaica El decálogo 321

tes, como la prescripción del descanso sabático, q u e empezó como Señor absoluto e n u n contrato q u e podemos llamar de
a urgirse ya en los tiempos de la monarquía; p e r o , sobre todo, «vasallaje» 2 9 .
después del exilio.
h) SEGUNDO MANDAMIENTO: «No te harás imágenes talla-
f) E n la distribución actual d e los preceptos del decálogo
das, ni figuración alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni
hay u n orden perfectamente lógico, poniendo los preceptos más
de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas de-
fundamentales, desde el punto de vista religioso, al principio;
bajo de la tierra» (v.4).
y como la legislación civil está subordinada a l o religioso, los
Este precepto es totalmente insólito e n las manifestaciones
preceptos de convivencia social siguen después d e los relativos
religiosas de los pueblos del antiguo Oriente, ya que en éstos
a los derechos fundamentales de Dios: derecho a u n culto en
las representaciones figuradas proliferaban por doquier, sobre
exclusiva, prohibición de ser representado de m o d o sensible,
todo en Egipto, donde todos los días desfilaban procesiones con
para evitar todo peligro d e materializar a Dios; respetar el
dioses con forma d e animales. E n este segundo precepto se
nombre de Yahvé, con prohibición absoluta de hacer uso de él
prohibe representar a Yahvé, el Dios «celoso», excluyente, adus-
indebidamente, y necesidad de dedicar u n día a la semana
to e intransigente, bajo cualquier forma sensible: sea bajo forma
al culto, para lo q u e se exige la ausencia de todo trabajo absor-
estelar («de lo que hay e n los cielos»), sea bajo forma zoomór-
bente. L o s preceptos d e proyección social siguen también u n
fica, tomada de animales terrestres o marinos. L o s israelitas
orden lógico, enumerando primero los más importantes: res-
que habían salido de Egipto estaban acostumbrados a ver des-
peto a la vida del prójimo, salvaguarda del orden matrimonial,
filar en las procesiones al buey Apis, a la vaca. Hathor, al car-
con la condenación del adulterio; respeto a la propiedad ajena,
nero K h n u m , etc. E n Canaán, las representaciones de la divi-
respeto a la fama del prójimo y a sus bienes personales, entre
nidad eran más sobrias: u n a estela erecta para significar el
los q u e están la esposa, los siervos, los animales domésticos
principio masculino (Baal) y u n árbol frondoso o u n tronco
y todo el ajuar, propiedad del prójimo.
de árbol para representar el principio femenino (Astarté, la
g) PRIMER MANDAMIENTO: «NO tendrás otro Dios que a
diosa del amor; Ishtar babilonia y Venus helénica). L o s tem-
mí» (v.3).
plos en Canaán eran a cielo abierto. E n Mesopotamia, las re-
Después d e presentar Yahvé su título de dominio sobre
presentaciones aludían, sobre todo,- a los mitos astrales. E n Siria
el pueblo liberado, recordando la gesta salvífica por excelencia
prevalecía la representación de Hadad, el dios de las tormentas,
(«Yo soy Yahvé, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de
colocado encima d e u n toro fulgurando el rayo tonante.
la casa d e la servidumbre»), impone sus condiciones, para q u e
Todas estas representaciones fueron prohibidas, s i n duda,
el pueblo de Israel pueda, seguir usufructuando su protección.
para destacar el carácter suprasensible y trascendente d e l Dios
Y la primera de todas es q u e los israelitas n o deben tener
de Israel, a quien se podía contemplar en forma de fuego, de
compromisos religiosos con otros supuestos dioses, porque es
nube o de humo, pero no cara a cara 3 0 . N o es que los israelitas
un «Dios celoso», que n o admite competencias a su lado. Como
concibieran a Yahvé como espíritu puro, p o r q u e esta noción
hemos dicho en páginas anteriores, la formulación, tal como
es demasiado abstracta para su mentalidad imaginativa; pero
está, se presta a entenderlo en sentido «monolátrico» (exigencia
sabían que Yahvé era «lo otro», lo numénico, lo que no s e podía
de culto a Yahvé, sin negar la existencia de otros dioses para
sensibilizar. Sin d u d a que esta prohibición sirvió para Ilegal a la
otros pueblos) o «monoteísta»: no hay más que un Dios único;
concepción d e Dios como espíritu en los tiempos de C r i s t o 3 1 ;
mas esta idea sólo la encontramos netamente formulada en los
y, a pesar de los antropomorfismos crasos con que a veces se
tiempos proféticos y en D t s,4S. Pero Yahvé, para imponer
representa a Yahvé, sin embargo, su idea d e trascendencia, a
su precepto fundamental, no apela a sus derechos de creador
base del concepto d e santidad, como fuerza aislante purifica-
del universo o del hombre (esta noción surgirá después, cuan-
dera, se m a n t e n d r á a través de los tiempos y servirá para la
do el Yahvé d e la estepa vaya asimilando los atributos de los
formulación neta del Dios único, q u e está en todas p a r t e s , do-
Baales cananeos), sino su intervención salvadora e n u n m o -
mento decisivo histórico. Por ello tiene sobre el pueblo salvado 29
como u n derecho de conquista; y así, impone sus preceptos 30
Véase el capítulo anterior dedicado a la Alianza.
Ex 33,11; Núm 12,8.
31
Jn 4,24-
322 VIL La legislación mosaica El decálogo 323

minando el cosmos y la historia humana, aunque habite de Jeroboam levantó en Betel un toro para dar culto a Yahvé bajo
modo especial en las esferas celestes 32 . esta forma animal 36; pero éstas son manifestaciones hetero-
No sólo se prohibe representar a Yahvé bajo forma sensi- doxas de la religión tradicional de Israel.
ble, sino que se prohibe expresamente dar culto de adoración En Dt 4,15-19 se da una explicación de esta prohibición de
a estas representaciones (v.5). Esto sería una «iniquidad» que representarle bajo imagen sensible, diciendo que Yahvé habló
Yahvé castigará, como «Dios celoso», por varias generaciones, «en medio del fuego sin que los israelitas vieran figura alguna».
aunque es propenso siempre a perdonar, pues mientras su jus- Según la mentalidad de la época, la representación sensible de
ticia punitiva se extiende «hasta la cuarta generación de los la divinidad tenía un cierto poder mágico sobre ella para po-
que le odian» (los que no cumplen sus preceptos), sin embar- nerla al servicio de su adorador, porque la estatua era como el
go, manifiesta su misericordia «hasta mil generaciones de los habitáculo de la divinidad y símbolo de su presencia. Por eso,
que le aman» o «guardan sus mandamientos» (v.6). Esta expli- la prohibición de representar a Yahvé es radical, dando así a
cación refleja ya toda la teología de la justicia y la misericordia entender que está por encima de todo poder talismánico sen-
divinas, los dos atributos siempre en tensión y equilibrio in- sible. Se puede oír su palabra, pero no verle al modo humano;
estable, aunque al fin, manifestándose como más poderosa la el signo de su presencia es el fuego, la nube o el humo, que lo
misericordia, porque, como dice el profeta, Dios «no se compla- envuelve en un halo de misterio, porque Yahvé es esencialmen-
ce en la muerte del pecador, sino que desea que se convierta te «el que es» sin concreción sensible alguna. Por eso es inútil
y viva» 33. Es el eco de la otra afirmación de Ex 34,6: «Yahvé, querer definirlo al modo humano. Todas estas ideas de misterio
Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira, rico en miseri- y trascendencia laten en este precepto de prohibir representarlo
cordia y fiel, que mantiene su gracia por mil generaciones y sensiblemente.
perdona la rebelión, la iniquidad y el pecado, pero no los deja
impunes, y castiga la iniquidad de los padres hasta la tercera i) TERCER MANDAMIENTO: «No tomarás en falso (o en vano)
y cuarta generación». el nombre de Yahvé».
En los momentos solemnes de la vida era corriente entre
En Is 44,14-17 se hace un juicio satírico sobre los idólatras, los antiguos invocar el nombre de la divinidad como testigo
que dan culto al leño que antes han cortado en un bosque; con para garantizar la palabra humana empeñada. El legislador he-
parte de él se calientan y con la otra hacen un ídolo, ante el que breo quiere salir al paso del abuso de esta legítima costumbre,
se postran, pidiéndole ayuda y protección. Jeremías define a ya que se puede usar el nombre de Yahvé en falso o sin aece-
las imágenes de los ídolos como «espantajos de melonar, que ni sidad. Dado su misterio, es profanarlo el usar el nombre de
hablan, ni andan, ni pueden hacer bien ni mal» 34. Pero en el Yahvé de modo rutinario. En el «código de la alianza» se impo-
precepto del decálogo se prohibe incluso representar a Yahvé ne el juramento, en nombre de Yahvé, en determinadas cir-
bajo forma sensible; la prohibición de dar culto a los ídolos cunstancias 37. Era la costumbre general, sancionada en los có-
bajo cualquier forma va implícita en el primer precepto, en digos del antiguo Oriente 38, y es lo que se practica hoy día
el que se ordena no admitir como Dios más que a Yahvé. entre los nómadas de la estepa 39 . Es que el nombre de Dios es
A pesar de esta prohibición, que estaba en contra de las símbolo de su persona, y, por tanto, participa de su sanidad,
prácticas religiosas ambientales, los israelitas no pocas veces y, en consecuencia, no se puede profanar con el uso falso o in-
hicieron caso omiso de ella: Así, ya en el desierto dieron culto debido del mismo. Así, pues, «como los dos primeros manda-
al becerro de oro cuando Moisés estaba ausente. Sin duda que,
conforme a las costumbres egipcias, querían sensibilizar a 36
1 Re 12,28: «Hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: ... 'Ahí tienes a tu Dios,
Yahvé en forma de toro—símbolo del poder—para organizar que3 te sacó de la tierra de Egipto'».
? Cf. Ex 22,9-11.
una romería con danzas y cantos 35. Pero Moisés condenó esta 38
Así, en el Código de Hammurabi se dice: «Los testigos que conocen el objeto (jerdido)
deben declarar delante del dios que lo saben» (a.9); «si un esclavo fugitivo muere en casa
manifestación de fe en contra de lo preceptuado, y reaccionó del que lo apresó, con ánimo de devolverlo a su dueño, el aprehensor jurará por el lombre
con toda violencia, matando a no pocos de Israel. Más tarde, del dios ante el dueño del esclavo, y quedará libre» (a.2).
39
Entre los nómadas de TransJordania se hace el siguiente rito: Si el acusado de un
crimen niega y alega razones, se recurre al juramento en esta forma: el acusador, en presencia
32
Cf. M . GARCÍA CORDERO, Teología de la Biblia I (Madrid 1970) 220-41. de la asamblea, traza una circunferencia con el sable, e invita al acusado a tomar la empu-
33 ñadura del arma y a pronunciar así el siguiente juramento: «Por Allah grande q u e yo no he
34
Ez 18,23.
Jer 10,11. robado, no he matado, no he derramado sangre...» Aceptado por todos el juramento, el
33 acusado queda libre, y el proceso terminado (Cf. A. JAUSSEN, Les coutumes des Araba i88s).
Ex 32,lss.
324 VIL La legislación mosaica El decálogo 325

mientos tenían por objeto salvaguardar la unicidad y espiritua- ciertos días de fiesta y de reposo q u e no caen necesariamente
lidad de Yahvé, el tercero tiene por finalidad salvar la santidad el día séptimo de la semana. Puede derivarse del acadio shab-
divina, de la q u e participaba esencialmente su n o m b r e » 4 0 . E n 'atáni, «dos veces siete». E n G e n 2,2-^3 se dice q u e Dios «des-
los tiempos del judaismo tardío y en los tiempos d e Cristo, los cansó (o cesó de trabajar el día séptimo: shabath) de c u a n t o
judíos evitaban pronunciar el nombre de Yahvé, y lo sustituían hiciera, y bendijo el día séptimo (shebá') y lo santificó, p o r q u e
p o r el de Adonay («señor mío»), Elyón («Altísimo») y Shekináh en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho». L a c o n -
(«presencia» o «morada»), «cielo», etc. T o d o ello para salvar la cepción antropomórfica queda más clara en la expresión de
trascendencia divina. Pero esto trajo como consecuencia u n a Ex 31,17: «el día séptimo Dios cesó de trabajar y respiró», como
concepción fría y disecada de la divinidad, frente a la q u e reac- lo haría u n obrero fatigado de tanto trabajar. El autor «sacer-
ciona Cristo predicando la idea del Dios-Padre, cercano a los dotal», para autorizar la institución del sábado, nada menos
problemas de los hombres. que hace descansar al propio Hacedor.
j) CUARTO MANDAMIENTO: «Acuérdate del día del sábado Se discute mucho el origen de la institución sabática de
para santificarlo. Seis días trabajarás y harás tus obras, pero Israel, y se h a n buscado antecedentes en el vocablo acadio
el séptimo día es día d e descanso (shabath), consagrado a shapattu, q u e designa el día de la luna llena, a mitad de mes,
Yahvé, t u Dios, y no harás en él trabajo alguno, ni tú, ni t u y se califica ese día como el del «apaciguamiento del corazón»
hijo, ni t u hija, ni t u siervo, ni t u sierva, ni t u ganado, ni el (Um núh libbí), porque en él los dioses se reconciliaban con los
extranjero q u e está dentro de tus puertas, pues en seis días hombres, y por eso era u n día propicio. Y, de hecho, e n algu-
hizo Yahvé los cielos, y la tierra, y el mar, y cuanto en ellos nos textos bíblicos se pone en relación el sábado con la luna
se contiene, y el séptimo descansó; p o r eso bendijo Yahvé el llena, como día feriado 4 5 . Por otra parte, las dos fiestas prin-
día del sábado (descanso) y lo santificó» ( v . 8 - n ) . cipales (Pascua y Tabernáculos) se celebraban en la luna llena
Encontramos aquí el enunciado del descanso sabático y la del primero (abib-nisán: marzo-abril) y el séptimo (tishri:
explicación teológica convencional, a base del supuesto «des- septiembre-octubre), y la fiesta del Purím se fijaba e n la luna
canso» d e Dios después de los seis días de la creación. E n llena del duodécimo mes. Ahora bien, en ciertos textos babi-
D t 5,15 se da como razón para el descanso la esclavitud sufrida lónicos se señalan los días 7, 14, 21 y 28 como días «nefastos»,
en Egipto en otro tiempo p o r el pueblo de Israel. Así, el sá- porque en estos días «el pastor de los pueblos (el rey) n o debía
bado se convierte en símbolo de la liberación, para dar gracias comer carne cocida ni p a n cocido, no debía cambiar d e vesti-
a Dios p o r ella. Es también u n a explicación convencional para dos ni ponerse vestidos limpios, n o debía ofrecer sacrificios, ni
dar razón de u n a costumbre de descansar (shabath) cada siete subir sobre u n carro, ni ejercer la soberanía. El sacerdote no
días de toda clase de labores. Todos los pueblos han tenido sus debía entregarse a los oráculos, el médico no debía tocar los
días festivos, dedicados a sus divinidades, al descanso y al enfermos». El día de shapattu, «a la noche, el rey presenta su
esparcimiento humano después de varios días de trabajo; pero sacrificio a M a r d u k e Ishtar el día 7; a Belit y a Nergal, el
en ninguno, fuera de Israel, encontramos la institución del día 14; a Nínive y a Gula, el día 21, y a Ea y a Belit-ik, el
descanso sabático cada siete días d e u n modo tan radical. día 28» 4 6 .
Los lexicólogos relacionan el vocablo shabath con la idea Así, el shapattu babilónico era u n día consagrado a deter-
de «cesar», «descansar»; así, e n G e n 8,22 significa «pararse», minadas divinidades, coincidiendo con el ciclo lunar e n sus
«cesar» 41 . Algunos han querido relacionarlo con shebá', «siete» 42 ; 45
Cf. 2 R e 4,25; Is 1,15; 66,23; O s 2,13; A m 8,5.
46
en acadio, shibittu («siete»), septenario, y shapattu, q u e signi- Cuneiforms ínscriptions of Western Asien IV 32-33; R. DE VAUX, InsiüuHcms 11,372.
Prescripciones para los días 7, 14, 21 y 28 del mes:
fica la luna llena. E n hebreo, shabath designa el día séptimo de la «Día malo; el pastor d e los grandes pueblos: n o comerá carne cocida sobre el cirbón
semana o la semana entera 4i, y, p o r extensión, el año sabático, a h u m a d o ; n o cambiará el vestido de su cuerpo y se p o n d r á vestidos claros; n o d e r i m a r á
la libación; el rey n o s u b i r á sobre su carro; n o hablará triunfalmente; en el l u g a r del mis-
que se d a cada siete años44. L a forma alargada shabbatón designa terio, el vidente n o colocará el oráculo; el médico no pondrá su m a n o sobre e l eníermo;
no está permitido proferir u n a maldición; e n la noche, el rey presentará su ofrenda voluntaria
a los dioses grandes; d e r r a m a r á libaciones; ¡su plegaria es agradable a Dios!» ( P . DÍHORME,
40
A . CLAMER, L'Exode (La Sainte Bible, d e P I R O T - C L A M E R ) (París 1956) 177. Textes religieux assyro-babyloniens 381).
41
Gf. J o s 5,12: G e n 2,2-3. D e esta enumeración s e deduce q u e estos días son considerados como nefastos; lo que
42
Es la opinión de Teófilo d e Antioquía y de L a c t a n c i o . tiene poco q u e ver c o n la concepción hebraica del «sábado» como cesación de t r a b a j o y oca-
« Cf. L e v . 23,15- sión de asamblea religiosa e n torno a Yahvé, como u n a especie d e consagración t o t a l ¿el día
44
L e v 25,2-8; 34-35-43. al Dios d e Israel.
326 VIL La legislación mosaica El decálogo 327
52
diversas fases; por eso se repite cada siete (shibittu) días. Y se del sábado entre los qenitas o los forjadores de hierro , que
prohibía a las fuerzas vivas de la nación (rey, médico, mago) dejarían d e trabajar cada siete días en honor de su dios p a t r o -
ejercer sus funciones específicas, lo que implica la idea de nímico, Saturno, y esto tendría relación con lo que se d i c e en
«cesar», como en la institución hebraica. Por otra parte, daban Ex 35,3 relativo a la prohibición de encender el fuego los sá-
u n valor mágico al número siete (¿shibittu=shabath?J, y así bados 5i. Los qenitas eran parientes de los madianitas 5 4 y te-
se habla de siete dioses, siete planetas 4 7 , y esto debió de in- nían relaciones con Israel 5 5 y los rekabitas o yahvistas i n t r a n -
fluir en la distribución del mes en relación con las fases de la sigentes 5 6 . Como en tiempos posteriores, el séptimo día esta-
luna (se trata del mes lunar). ba dedicado a Saturno y era día nefasto para los herreros. En
En este supuesto, se cree que los hebreos tomaron la di- A m 5,26 se dice que los israelitas daban culto a Kewan, q u e es
visión del mes en siete días de este trasfondo mesopotámico, el n o m b r e asirio del planeta Saturno. Pero no sabemos apenas
acentuando más el carácter sagrado del shapattu, implicando nada de los qenitas, ni siquiera si eran herreros ni si daban
la idea de cesación de todo trabajo para los hombres y animales, culto a Saturno; por eso no hay ningún indicio positivo de que
y la otra de consagración a Dios, por lo que es en ese día cuando el sábado hebraico provenga de ellos. Es una hipótesis mon-
se impone la «asamblea» santa del pueblo en torno al tabernácu- tada sobre un pueblo fantasma, del que no se sabe más que
lo. Algunos autores creen que ha sido Ezequiel quien ha im- habitaba en las zonas meridionales de Canaán 57 .
puesto esta institución del sábado, inspirándose en el shapattu Ahora bien, supuesto q u e puede hablarse de una cierta
babilónico, y se convierte así en signo de la alianza y de la «prehistoria» del sábado hebraico en el trasfondo mesopotámi-
consagración del pueblo a Dios 4 8 . Pero nunca el sábado israe- co, ¿cuándo aparece esta institución en la historia d e Israel?
lita tuvo el carácter de «nefasto». Por otra parte, Ezequiel n o D e hecho aparece mencionado en el «código de la alianza» 5 8 y
presenta la institución del descanso sabático como una nove- en el llamado «código yahvista» o decálogo ritual 5 9 . Igualmente
dad, sino que les echa en cara a los israelitas el no cumplir aparece en las dos redacciones del decálogo ético, según las dos
con la ley prescrita al r e s p e c t o 4 9 . E n Ex 16,23, antes de la recensiones de Ex 20,1-17 y D t 5,12-14. Esto prueba que la
alianza y legislación mosaicas, el «sacerdotal» supone que ya institución del sábado es arcaica y quizá alcance a la época del
existía el descanso sabático entre los israelitas, porque se orde- desierto; pero no se puede afirmar con certeza, p u e s en la
na que se recogiera el viernes el doble de maná, pues el sábado compilación actual bíblica se mezclan textos de la época mo-
no se podrá trabajar, ya que es «día de reposo, consagrado a saica, de los tiempos de la monarquía y aun de la época poste-
Yahvé». Pero, de hecho, en la época patriarcal no aparece esta rior al exilio. Así aparece en Ex 21,12-17, texto que se suele
costumbre del descanso sabático. Y en Egipto se desconocía atribuir al «sacerdotal». En todos estos textos se caracteriza el
la división del mes en siete días, pues los egipcios lo dividían sábado como día séptimo, en el que no se debe trabajar; es decir,
en períodos de diez, presididos cada u n o por una divinidad, y se la idea de cesación total. Los romanos tenían también las nun-
solemnizaba con fiestas, que señalaban el principio de la nueva dinae cada nueve días, dedicados al descanso; pero la cesación
década. N o se puede, pues, buscar el origen del sábado he- de toda obra es más radical en Israel. Por eso, celebrar el sába-
braico en la tierra de los faraones. do cada siete días y con la exigencia de no trabajar todo el pue-
N o faltan autores que buscan el origen del sábado hebraico blo, es propio y característico de Israel, donde se declara que
entre los cananeos. D e hecho, en los textos de Ugarit-Ras es u n día «santificado» o consagrado a Yahvé, y se le relaciona
Shamra se divide el mes en períodos de siete días; y se habla con la idea de la alianza. D e este modo, como dice E, de
de siete años, pero sin seguir un ciclo continuo; además, el día Vaux, «el día tabú de otras religiones se convierte e n el día
séptimo no tiene un carácter sagrado, como entre los hebreos 5 0 . 52
G e n 4,22: los descendientes de Caín.
Por s u parte, los moabitas consideran el día séptimo como 53
Es la opinión d e BUDDE, en Z A T W (1930) 144.
54
nefasto 5 ' . Algunos autores creen que hay que buscar el origen 55
Cf. N ú m 10,29; Jue 1,16.
Cf. Jue 1,16; 4,11.17; 1 Saní 15,6.
56
Cf. 1 Par 2,SS; 4,12.
57
47
Sobre el origen del sábado véanse: J. H E H N , Siebemahl und Sabbat bei den Babknern
Cf. B. CELADA, e n Sefarad 12 (1952) 31-58. im AT (Leipzig 1907); I D . , Der israeütische Sabbat (Münster 1909); J. M E I N H O L D , EníÉehung
48
E z 20,12.20. des Sabbath: Z A W 29 (1909) 113-29; B. B. ERDMANS, Der Sabbat: B Z A W 41 (1923)7-83;
49
E z 20,13; 22,26; 23,38. K. BUDDE, The Sabbat and the Week: J T h S 30 (1928) 1-15.
58
5» V é a s e K. BUDDE, The Sabbat and the VSeek: J T h S 30 (1928) 1-15. Ex 23,12.
51 59
Cf. A. JAUSSEN, o.c, 374. Ex 34,21.
El decálogo 329
328 VIL La legislación mosaica
68
del sábado es una prenda de salvación ; para el individuo, su
consagrado a Yahvé, como u n diezmo sobre el tiempo» 6 0 , como
incumplimiento supone la expulsión de la comunidad e inclu-
el de los primogénitos de los rebaños y las primicias de la re-
so la muerte 6 9 , y para el pueblo, el castigo de Dios 7 0 .
colección, que son como el «diezmo» de los trabajos de los días
En los textos proféticos, el sábado aparece como un día de
laborables. Así, al sábado se le incluye como integrante de los
reposo y de festividad alegre 7 1 , en el que cesaban las transac-
diferentes ritos de las alianzas de Ex 23,12 y de Ex 34,21.
ciones comerciales 7 2 y viajes largos 73 , permitiéndose sólo los
Pero no aparece en el llamado «código del Deuteronomio» 6 1 ,
viajes cortos 74 , convirtiéndose en «signo» distintivo de la alian-
donde se habla sólo de las fiestas que exigían la peregrinación
za 75 . En realidad, estas prescripciones no eran siempre obser-
al santuario único. En cambio, aparece el sábado en la llamada
vadas 76 . Según las diferentes leyes sobre el mismo, se prohi-
«ley de santidad» 6 2 , en el «código sacerdotal» 6 3 . En Ex 20,11
bía cocer alimentos 77, recogerlos 78 , laborar y recolectar 7 9 , en-
se da como explicación del precepto sabático el supuesto hecho
cender el fuego 8 0 , recoger leña 8 1 ; también se prescribía la
de que Dios «descansó» el día séptimo después d e haber creado
«asamblea santa» 8 2 , aunque no se dice en qué consistía esta
todas las cosas en seis días, lo que da a entender que el redac-
ceremonia, si bien es de suponer que sería una asamblea del
tor conoce el relato de G e n 1,1-2,4, 1ue pertenece al «sacer-
pueblo en la que recitarían preces y se cantarían las gestas de
dotal», de época tardía. En cambio, en Dt 14b-15 se da una
Yahvé en favor de su pueblo.
razón de tipo social, apelando al sentido humanitario de la
vida: se debe dejar de trabajar ese día para que puedan descan- La observancia del sábado tuvo especial relieve en los tiem-
sar el amo, los siervos, el extranjero y los animales domésticos. pos posteriores al exilio, después que la comunidad israelita
Es la misma razón que se da en Ex 23,12 (del «código de la se comprometió solemnemente a respetar la ley del descanso
alianza»). Pero en D t 5,14, además, se da una razón histórica: sabático 83 . D e hecho, en tiempos de la insurrección de los
la liberación d e la servidumbre egipcia por las gestas salvado- Macabeos, muchos se dejaron matar para no infringir la ley
ras de Yahvé, que se manifestó «con brazo extendido y mano del sábado 84 ; incluso no quisieron defenderse de los atacantes
fuerte». Es una constante preocupación de los redactores bí- por n o ir contra ella 85 . Es una interpretación trágica literalista,
blicos vincular las leyes e instituciones sagradas con las gestas en contra del derecho fundamental a la defensa y a la vida.
épicas del Éxodo, como la institución de la Pascua 6 4 . Esta interpretación tan radical y extremista es la que prevalece
en la secta de los fariseos de los tiempos de Cristo 8 6 . Contra
En Ex 31,12-17 se da también como razón de la institución esta interpretación inhumana surge el gran principio liberador
sabática el hecho de que Dios «el día séptimo cesó (shabat) en del Profeta de Nazaret: «No fue hecho el hombre p a r a el sá-
su obra y tomó aliento» después de haber trabajado seis días; bado, sino el sábado para el hombre» 87 . Lo ético debe preva-
por eso, el sábado se convierte en «señal perpetua» entre Yahvé lecer sobre lo estrictamente jurídico. Este principio es procla-
e Israel (v.17); es una «alianza perpetua» (v.16). Este fragmento
pertenece al «sacerdotal». Es que, para los autores bíblicos, la
6» Is 58,13-14; 56,2; Jer 17,27.
creación de las cosas es el primer acto de la «historia de salva- 69
Ex 31,14; 35,2; N ú m 15,32-36.
70
ción». Así, el «signo» de la creación—la primera alianza de la Ez 20,13; N e h 13,17-18.
71
Is 1,13; O s 2,i3s.
historia—es el sábado, como el arco iris lo será de la segunda 72
73
A m 8,5.
Ex 20,9-10; Dt 5,13-14; Ex 23,12; 34,21,
alianza con N o é después del diluvio 6 5 , y la circuncisión lo será 74
2 Re 4,23.
de la alianza con A b r a h a m 6 6 . Al menos éste es el esquema 75
Ex 31,17.
™ Cf. N e h 13,15-16.
teológico convencional del «sacerdotal», para quien Israel es, 77
78
Ex 16,23.
Ex 16,26-30.
ante todo, el «Pueblo de la alianza». Y los textos «sacerdotales» ™ Ex 34,21.
insisten en q u e el sábado es día consagrado a Yahvé y para 80
81
Ex 35,3-
N ú m 15,32.36.
Yahvé 6 7 . Y, por ser u n «signo» de la alianza, la observancia 82
Lev 23,3.
83
N e h 10,32.
60 84
R. DE VAUX, o.c., 378. 1 M a c 2,32-38; 2 Mac 6 , n ; 15,1-13.
61 85
D t C.12-22. 1 M a c 2,39-41; 9,43-49.
86
62 L e v 19,2.30; 23,3; 26,2. Los fariseos no dejaban llevar una camilla a cuestas (Jn 5,10), ni cuidar a u n enfermo
63
E x 31,12-17; N ú m 28,9-ro. ( M e 3,2; L e 13,14), ni coger espigas (Mt 12,2), ni se podía caminar más del ficaminode u n
64 Cf. D t 6,20-25; 10,19; 24,18.22; Ex 22,20.23. sábado» (Act 1,12). Jesús no c o n d e n a el sábado en sí (cf. L e 4,16; M t 24,20), s i n o l o s abusos
65 G e n 9,12-13. d e la casuística farisaica.
87
66 G e n 15,7-18. M c ' 3 , 4 ; L e 13,15-16.
6' L e v 23,3.38; Ex 31,15; 2 0 , i i .
330 VIL La legislación mosaica El decálogo 331
mado con atenuaciones por los rabinos d e l siglo n d . C : talis) es la primera defensa elemental contra el abuso del espí-
«A vosotros ha sido dado el sábado, y n o vosotros habéis sido ritu de venganza, ya que se limita así el número de víctimas 9 3 .
dados al sábado» 88 . Pero ninguno se atreve a proclamar, como La organización social perfeccionará esto, instituyendo t r i b u -
Jesús, q u e «el Hijo del h o m b r e es señor d e l sábado» 8 9 . L a nales de justicia y aceptando la compensación pecuniaria y la
perspectiva evangélica, como siempre, se eleva a unas panorá- cárcel en vez del derramamiento sistemático de sangre. E n el
micas n o sospechadas por el judaismo 9 0 . precepto del decálogo se condena el asesinato, pero no se abor-
k) Q U I N T O MANDAMIENTO: «Honra a tu padre y a tu ma- da el problema de los muertos en combate, que se consideraba
dre, para que vivas largos años en la tierra que Yahvé, tu Dios, justificado. E n la «confesión negativa» del Libro de los muertos,
te va a dar» (v. 12). el difunto declara que no ha matado a nadie 9 4 . Es que el res-
Después d e quedar bien asentados los derechos divinos peto a la vida del prójimo está en el fondo de toda conciencia
(culto exclusivo a Yahvé, no representarle de modo sensible, recta.
no abusar de su n o m b r e y dedicarle u n día d e la semana), el m) SÉPTIMO MANDAMIENTO: «NO adulterarás» (v. 14).
legislador hebreo aborda el problema de las relaciones sociales, El precepto tiende a preservar la legitimidad de la prole
basándose en consideraciones ético-religiosas y trasfondos con- y la paz familiar. Según la concepción hebraica, la esposa es
suetudinarios ambientales. Y el primer deber es hacia los pro- propiedad del marido, y, por tanto, el adulterio es u n atentado
genitores. Por eso es fácil encontrar paralelos a estos preceptos contra la propiedad del marido. E n las legislaciones antiguas
de índole social en los otros códigos antiguos orientales, q u e se toleraba la poligamia, de modo que, al lado de la esposa
son expresión de la ley natural o del derecho de gentes. Así, principal, se permitían otras de segundo grado. E n el código
los filósofos griegos consideraban el honor a los padres como de Hammurabi se ordena atar juntos a los dos adúlteros y
el deber primordial después del honor a los dioses 9 1 . E n el echarlos al río. Pero se prevé el caso de que el marido ofendido
precepto de Ex 20,12 se ofrece u n premio de índole netamente perdone a la culpable, y entonces el rey le dará libertad 95. El
pragmatista, en relación con la posesión d e la tierra prometida. código hitita condena a muerte al que viola a una mujer en el
N o se d a n otras razones ético-sociales. Para los redactores bí- monte; pero si es en la casa de la mujer, ambos pagarán con
blicos, todo sucede e n función d e la «historia de salvación». la muerte el delito, y si el marido los sorprende e n flagrante
1) SEXTO MANDAMIENTO: «NO matarás». delito y los mata, queda libre de culpa 9 6 . L a s Leyes asirias
L a formulación es precisa y tiene todos los visos de ser vienen a disponer algo semejante 9 7 . E n el Libro de los muer-
arcaica p o r su concisión y claridad. N o hay explicaciones su- tos (c.125), el difunto declara que no ha adulterado 9 8 .
cedáneas. E n las relaciones con los hombres, lo primero es el n) OCTAVO MANDAMIENTO: «NO robarás» (v.15).
respeto a la vida del prójimo, q u e pertenece a Dios; en tal Todos los códigos antiguos del Oriente consideran el dere-
forma, q u e , según G e n 9,5, Dios pedirá cuenta hasta a las cho de propiedad como algo sagrado, y, por tanto, los hurtos
fieras si atenían contra la vida humana, porque el hombre fue son delitos graves, q u e se han de castigar según su volumen.
hecho «a imagen de Dios». L a primera gran tragedia d e la his- El legislador hebraico se mueve dentro de la misma perspec-
toria es el primer homicidio, perpetrado por Caín, p o r lo q u e tiva: los bienes de u n individuo son como u n a proyección y
la tierra es maldecida, reclamando venganza la sangre de la continuación de su personalidad. E n el derecho romano, el
víctima 9 2 . Es u n modo de destacar la gravedad del homicidio. propietario tenía el ius utendi et abutendi rei. Este principio
En t o d o s los pueblos d e la antigüedad se ha castigado el h o - regía prácticamente en todos los pueblos d e la antigüedad, L a
micidio con la muerte del culpable. L a ley del talión (talis... legislación hebraica determina la pena contra el h u r t o según
88
las circunstancias: el ladrón debe restituir el doble o e l cuá-
C i t . p o r R. DE VAUX, Institutions de l'AT (París 1960) II 382.
8» M e 2,28. druple según los casos, y, si no puede, será vendido c o m o es-
90 S o b r e e l origen d e l sábado hebraico véanse: J. L E W Y , The Origin of the Week and
Oldest West Asiatic Kalender: H U G A 17 (1942-43) 1-152; N . H. T U R , Sínaí (Torzner), 93
Sabbat und Woche: B i b O r 8 (1951) 14-24; R. N O R T H , The Derivation ofSabbath: Bi 36 (1955) E x 21,24; L e v 24,20.
182-201; G . J. BOTTERWECK, Der Sabbat im Alten Testament: T h Q ( i 9 3 4 ) 134-47.448-57; 9" P R I T C H A R D , e n A N E T 35-
N. B. WAMBACQ., Instituía Bíblica (Roma 1965) I 192. « Art.129.
96

G f . ARISTÓTELES, Etica a Nicómaco IX 2.8. Art.197.
92 G e n 4,10. 9' Art.12-16.
9» P R I T C H A R D , en A N E T 35.
332 Vil. La legislación mosaica El decálogo 333

clavo " . E n el Código de Hammurabi se dicta la pena de muer- precepto; en cambio, da más importancia al décimo, al que
te para el ladrón 1 0 ° . E n el Libro de los muertos el difunto de- desdobla: n o desear la mujer del prójimo ni los bienes ajenos.
clara q u e no se ha apropiado de los bienes d e los demás 1 0 1 . Por otra parte, en los preceptos del decálogo bíblico sólo tres
Es que el reconocimiento del derecho de propiedad es u n a de preceptos son propiamente hebreos, ya q u e los otros aparecen
las bases de las legislaciones antiguas. en los diversos códigos orientales en formulaciones más o m e -
ñ) N O V E N O MANDAMIENTO: «NO testificarás contra tu pró- nos similares, porque son expresión del derecho natural o del
jimo falso testimonio». derecho de gentes. E n la distribución d e los preceptos del
Se trata de la testificación oficial en los juicios. E n el «có- decálogo existe una gradación descendente: deberes para con
digo de la alianza» se impone la pena del talión a los q u e con Dios, para con los padres, para con el prójimo y sus bienes.
mentira tratan de perjudicar al prójimo 1 0 2 . Y e n L e v 19,11 se Lo original del decálogo mosaico está, pues, en el precepto
dice: «No os haréis engaño ni mentira unos a otros». Por su primero (dar culto sólo a Yahvé), el segundo (no representar
parte, el sabio declara q u e entre las cosas q u e abomina Dios a Yahvé d e forma sensible) y el cuarto (la institución del sá-
están «la lengua mentirosa y el testigo falso, q u e difunde ca- bado ) . Los demás preceptos responden a la sensibilidad m o -
lumnias y enciende rencores entre los hermanos» 1 0 3 . E n el ral, común a todos los pueblos, como aparece en los siguientes
Código de Hammurabi se condena con la muerte al q u e haga textos orientales:
maleficios contra otro sin probar su culpa: «Si u n hombre ha
recriminado a otro y arrojado sobre él el maleficio, pero n o le Confesión del difunto ante Osiris
ha convencido de su culpa, el q u e le recriminó será reo de
Faltas contra los dioses:
muerte» 1 0 4 .
«No he hecho nada de lo que detestan los dioses;
o) D É C I M O MANDAMIENTO: «No codiciarás la casa de tu no he disminuido los panes destinados a los dioses;
prójimo, ni la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni no he atacado a los pájaros de los dioses,
ni pesqué los peces de sus estanques,
su buey, ni su asno, ni nada de cuanto le pertenece» (v. 17). ni robé los ingresos del templo;
Se trata de quitar de raíz toda tentación de apropiarse de no he dañado al ganado del templo;
los bienes del prójimo, entre los q u e están la casa, la mujer, no he cometido impurezas en los santuarios de mi dios;
los siervos, sus animales domésticos y su ajuar. E n D t 5,20, no he matado al toro sagrado,
no calumnié a dios...»
la enumeración comienza con prohibir el deseo de la esposa,
como parte principal de la «casa» de su prójimo. L a esposa era Faltas contra el prójimo:
propiedad del marido, pues había sido comprada p o r u n mohár, «No he robado los alimentos del muerto;
yo no serví mal a alguno delante de su superior,
o precio convenido. Así, pues, este precepto prohibe codiciar ni he hecho pasar hambre, ni le hice llorar;
la mujer; no es para salvaguardar la castidad (non ratione luxu- no maté ni ordené matar, ni causé ningún mal;
riae), sino la justicia (ratione proprietatis). La prohibición de no he quitado la leche de la boca del niño,
deseos lúbricos es una imposición de la revelación evangélica, ni el ganado de su pradería;
yo no saqueé, ni engañé, ni robé, no fomenté la querella, ni mentí;
ya q u e , en la perspectiva judaica, la prohibición no afectaba no he roto la fidelidad conyugal;
sino a los actos externos pecaminosos. E n la «confesión negati- yo no he insultado, ni abusé de la palabra,
va» del difunto ante Osiris, parece q u e se prohibían los deseos ni ultrajé al rey, ni levanté la voz demasiado alto...»
libidinosos: «Mi corazón no ha sido lascivo (?)» (la traducción Faltas contra el interés general:
no es clara). «No he disminuido la medida del grano, ni el codo,
A la luz de esta simple exposición, vemos que este decálogo ni falseé la medida agraria, ni aumenté el peso;
no corresponde del todo al cristiano, q u e suprime el segundo no falseé la aguja de la balanza;
no he puesto obstáculo al agua de la inundación,
99
Ex 22,3; 2i,ió. ni detuve el agua corriente;
100 Art.8. no fui sordo a la voz de la justicia;
101
102
ANET35. no practiqué el vicio carnal...» 104 *
Ex 23,1.7.
103 Prov 6,17.19. 104* Esta «confesión negativa» es de la época de las dinastías XVIII-XIX, es d«cir, entre
104 Arts.iss. los siglos xv-xn a.C; y debía ser recitada, en nombre del difunto, por el sacerdote. Texto
334 VII. La legislación mosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 335

A través de esta enumeración se percibe una conciencia Moisés y sacerdote de Madián, el cual se permitió dar algunos
muy depurada, que supone un complejo legislativo muy mi- \ consejos de organización al inexperto caudillo hebreo 106 .
nucioso y completo; pero hasta ahora no se ha encontrado nin- í 2. Los hebreos, aparte de las tradiciones legislativas que
gún código egipcio de leyes, como se ha encontrado en Meso- ' hubieran recibido de sus antepasados de Canaán, tuvieron re-
potamia y en el Asia Menor. laciones esporádicas con tribus del desierto, como los amale-
En un ritual babilónico shurpu se prescribe un cuestionario citas y los qenitas, y entraron en relación con los edomitas,
que se ha de hacer en plan de exorcismo sobre un enfermo para moabitas y ammonitas cuando peregrinaban hacia la tierra
encontrar la causa de sus males, que se atribuían a pecados prometida. Más tarde tuvieron contactos con los cananeos,
personales secretos. Se impone, pues, una confesión de todas fenicios y mesopotámicos. Todos ellos pudieron dejar huellas
las faltas presumibles. La forma de confesión es interrogativa. indirectas en los complejos legislativos hebraicos, ya que en
El mago-médico pregunta en estos términos: éstos encontramos algunos preceptos que se refieren a la vida
campamental en el desierto y otros que reflejan una sociedad
«¿Has ultrajado a un dios ? sedentarizada y agrícola, como lo eran los cananeos.
¿Has despreciado a una diosa?
¿Su pecado es contra su dios? 3. No tenemos ningún código cananeo de leyes; y, de
¿Es contra su diosa su delito? hecho, los textos de Ras Shamra, tan ricos en alusiones mito-
¿Tiene odio a sus antepasados? lógicas, son extremadamente pobres en alusiones jurídicas.
¿Tiene rencor a su hermana mayor? Igualmente, Egipto, que nos aporta tantos textos históricos y
¿Ha despreciado a su padre o a su madre?
¿Ha vilipendiado a su hermana mayor?
sapienciales, no nos ha dejado ningún código legislativo; al
¿Ha dicho es en vez de no es? menos, no se ha encontrado hasta ahora. En cambio, encontra-
¿Ha dicho no es en vez de es? mos varios complejos legislativos en Mesopotamia (entre los
¿Ha dicho cosas impuras ? sumerios, los acadios y asirios), y también en el Asia Menor,
¿Ha cometido cosas indignas? entre los hititas. Ellos son de gran valor para establecer un es-
¿Ha penetrado en casa de su prójimo?
¿Ha andado demasiado cerca de la mujer de su prójimo ? tudio comparativo con la legislación hebraica; lo que tiene una
¿Ha vertido la sangre de su prójimo? importancia especial teniendo en cuenta que Abraham pro-
¿Fue recta su boca y no fue leal su corazón? venía de Mesopotamia, así como Jacob residió allí durante largos
¿Afirmaba su boca y negaba su corazón?...» ios años 107 . En efecto, podemos catalogar los siguientes códigos
También aquí se nota un ideal moral muy alto, que debía orientales:
de estar reflejado en algún código más o menos lapidario que a) El código más antiguo es el de Ur-Nammu (hacia
aún no hemos encontrado. el 2000 a.C), fundador de la III dinastía de Ur. De su abun-
dante legislación conocemos siete artículos, escritos en una
tablilla encontrada en Nippur a principios de este siglo. Es
3. LA LEGISLACIÓN MOSAICA Y LAS LEGISLACIONES una copia del 1700 a.C. Se refieren a las plantaciones, a los
ANTIGUAS ORIENTALES regadíos, a la restitución del esclavo fugitivo, al dueño, a las
lesiones corporales y a su compensación legal. No conoce la
A) Consideraciones generales ley del talión, ya que impone compensaciones en dinero por las
i. Como antes hemos indicado, la primitiva legislación infracciones. Se conserva en el Museo de Estambul.
mosaica trabaja sobre elementos consuetudinarios tomados de b) El Código de Bilaíama, amorreo de Eshnuma, escrito
la vida de la estepa y de las tradiciones ancestrales de los des- hacia 1900 a.C. Está en dos tablillas, conservadas en el Miseo
cendientes de Jacob. Así, pues, aparte de las aportaciones ge- de Bagdad y fue descubierto en Tell Abu Harmal (publicado
niales del gran legislador Moisés, podemos suponer un subs- en 1948 por Albrecht Goetze y Taha Baqir). Está escrito en
trato legislativo, que podía provenir del trasfondo de la vida acadio y la grafía es más arcaica que la del Código de Hanmu-
nomádica de la estepa, con sugerencias de Jetró, suegro de rabi. Tiene 60 artículos, precedidos de un breve prólogo.

en PRITCHARD, ANET 35; H. GRESSMANN, A O T 351; CH. JEAN, Le MUieu Biblique II 284S. <o<¡ Ex 18,1.
"5 Texto e.i DBS I col.842-43. i»' Cf. Gen. 028-29.
336 Vil. La legislación mosaica \ Legislación mosaica y legislaciones antiguas 837

Trata de tasas, de precios, del matrimonio, del divorcio, de las casas y comercio: a.6-126); derecho familiar, matrimonio, adop-
sucesiones, de los daños a personas y cosas y de compensacio- ción, herencia (a. 127-193); derecho social (daños personales,
nes por ellas. El Código de Hammurabi depende en gran parte honorarios de funcionarios, responsabilidad de los construc-
de este código acadio. tores, alquiler de animales, compraventa de esclavos: a.194-
c) El Código de Lipit-Ishtar, quinto rey de la dinastía 282). El legislador trabaja sobre los antiguos códigos mesopo-
de Isin (publicado por R. Steele en 1948). Está escrito en seis támicos y los actualiza en función de la situación centralista de
tablillas y en algunos fragmentos procedentes de Nipur (con- su imperio. El derecho penal se basa en la ley del talión entre
servados en el Museo de Pensilvania), y en una tablilla de pro- los ciudadanos de la misma clase social; la pena de muerte
cedencia desconocida, conservada en el Museo del Louvre. se aplica con frecuencia en los delitos más graves: calumnia,
Está redactado en sumerio; parece ser una legislación anterior falso testimonio, robo. Los profesionales (médicos, arquitectos,
a la de Hammurabi, es decir, del siglo xix a.C. Tiene 37 ar- cirujanos) son premiados o castigados según tengan éxito en su
tículos, precedidos de un breve prólogo y seguidos de un epí- obra y según la condición de los perjudicados. Pero esta legis-
logo. En ellos se declara que se quiere establecer el derecho lación quedó, en parte, como un ideal, sin realización práctica.
y la justicia para bienestar del pueblo. El rey que lo promulga e) Leyes medo-asirias: son unos 100 artículos, algunos
se gloría de haber liberado a los habitantes de Sumer y de Acad fragmentarios, del tiempo de Teglat-Falasar I (1114-1076),
de la esclavitud y alude al restablecimiento de la vida familiar. pero reflejan un fondo consuetudinario más arcaico y el an-
En el epílogo se dice que el original fue esculpido en una estela, tiguode recho sumerio-acadio, aunque con claras innovaciones
ofreciendo bendiciones para el que la respete y conminando jurídicas, quizá debidas a los nuevos pueblos invasores: los
maldiciones al que le causare daños. jurritas y los hititas, en parte de procedencia indoeuropea.
d) En realidad, el Código de Hammurabi es la promulga- Por eso, el derecho asirio parece más duro y cruel en compara-
ción de leyes que en parte ya eran vigentes en su reino; es una ción con el sumerio, que era más indulgente, aunque el babi-
codificación genial que refleja ya un Estado muy centralizado, lonio de Hammurabi era más duro. Por eso, en el derecho
pues el soberano se presenta como «rey de Sumer y de Acad asirio, por cualquier causa, se imponen las mutilaciones cor-
y de las cuatro regiones», es decir, de toda Mesopotamia; es un porales.
soberano organizador con grandes técnicos economistas (en su f) Las leyes hititas reflejan otra legislación; las conoce-
correspondencia aparecen el tesorero Shamshasir y el gober- mos por las 13.000 tablillas encontradas en Bogazkeui (cerca
nador Sinidinnam). El famoso Código, promulgado en el 34.0 año de Ankara), en 1906; allí estaba la capital del imperio hitita,
de su reinado, se conserva en la estela de diorita negra de Hattushash (entre 1400-1225 a.C). En dos tablillas encontra-
2,25 metros de alto que está en el Museo del Louvre; fue en- mos una serie de 100 artículos; por ello, este código es el más
contrado en las excavaciones de Susa (año 1902) por una expe- amplio conocido de la antigüedad después del de Hammurabi,
dición francesa, dirigida por Morgan; fue descifrado por pri- porque entre las dos tablillas suman 200 artículos. Hay además
mera vez por V. Scheil. Está escrito en 52 columnas. Hay, otras tablillas fragmentarias con algunas leyes, que suelen ser
además, copias fragmentarias. En el siglo xu a.C, los elamitas duplicados de las antes mencionadas. En ese conjunto legisla-
se apoderaron de esta estela y se la llevaron a Susa, destrozan- tivo se trata de homicidios (a. 1-6), propiedad de esclavos
do las siete columnas que contenían los artículos 65-100. Estos (a.19-24), matrimonio (a.26-36), obligaciones feudales (a.39-41),
artículos borrados han sido reconstruidos casi íntegramente hurtos (a.57-92), viñedos y huertos (a.101-118), delitos contra
gracias a las copias fragmentarias encontradas de la estela. El los canales y el ganado (a. 162-163), organización agrícola (a.164-
Código tiene un prólogo y un epílogo en estilo poético, y se 169), delitos sexuales (a. 187-200). En general, la legislación
presenta a Shamas, dios de la luz y de justicia, entregándolo hitita es más indulgente que la asiría; la ley del talión es rara,
a Hammurabi, su representante. En el epílogo se recomienda y suele suplirse por la compensación pecuniaria o en especie.
a los sucesores que vigilen por el cumplimiento de los pre- Así, en el artículo 11 se dice: «Si alguien rompiere u n brazo
ceptos transcritos. En ellos se estipula lo referente a las acusa- o una pierna de hombre libre, le pagará veinte siclos, y el que-
ciones de maleficios, de falsos testimonios (a. 1-5); sobre el rellante le dejará en paz». Si el perjudicado es un esclavo, se
derecho de propiedad (hurtos, feudos del rey, arrendamientos, pagará la mitad: «Si un hombre libre prende fuego a u n a casa,
\
338 Vil. La legislación mosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 339

deberá reedificarla, pero, respecto de lo que pereció en la casa, así remozadas a la luz de una visión más profunda del mensaje
ya se trate de hombres, de bueyes o de ovejas, deberá pagar por religioso.
ella una compensación» (a.98). En caso de homicidio se pro- e) Código de santidad (Lev c. 17-26): es una regulación de
cede del modo siguiente: «Si alguien mata en disputa a un hom- los ritos sacrificiales y del sacerdocio levítico a base de la san-
bre o a una mujer, le dará sepultura y entregará cuatro personas tidad de Dios, que exige aislamiento y purificación en todo lo
por él: hombres y mujeres, y el heredero de la víctima le de- que se refiera a El. Es una concepción tabú, sin duda heredada
jará en paz» (a.i). de ambientes consuetudinarios primitivos. Supone una sociedad
g) Leyes neobabilónicas: redactadas entre 880-550 a.G. Es organizada en hierocracia, tal como tuvo lugar en los tiempos
una tableta con 9 artículos (traducida en 1889; está en el Museo posexílicos.
de Londres). Trata del matrimonio, de la dote y de la com- f) Código sacerdotal: está constituido por diversos bloques
praventa de esclavos. legislativos: ley de sacrificios (Lev c.1-7), ley de la pureza (Lev
c.ii-16), ley de fiestas y de ritos sacrificiales (Núm c.28-29),
B) Diversos códigos legislativos atribuidos a Moisés complementos a las leyes sobre el santuario (Ex c.30), deter-
minación de las costumbres religiosas (Núm c.5-6; 8,1-10; c.15;
a) Decálogo ético (Ex 20,2-17; Dt 5,6-21): es una síntesis c.19; c.30).
legislativa en la que se entremezclan preceptos netamente re-
ligiosos con otros puramente éticos para regular las relaciones
C) Comparación de la legislación hebraica
sociales. El concepto de los derechos del individuo predomina con las de los pueblos orientales
sobre los de la comunidad. No se alude para nada a una alianza
comunitaria, sino que simplemente enumera los deberes del i. Consideraciones generales
individuo para con Yahvé y para con sus semejantes. No apa-
rece la idea de conciudadano en el sentido de perteneciente a) La legislación hebraica tiene un sello marcadamente
religioso, aunque todos los códigos de la antigüedad llevan tam-
a una colectividad tribal o nacional. Lo personal priva sobre
bién el sello de lo teocrático. Pero en la legislación atribuida a
lo colectivo.
Moisés aparece siempre la preocupación de cumplir los pre-
b) Código de la alianza (Ex 20,22-23,19): es un amasijo
ceptos de una alianza solemnemente suscrita entre Yahvé y
heterogéneo de leyes de índole religiosa, penal y civil destina- su pueblo adoptado. Ahora bien, al querer establecer una com-
das a una sociedad en parte seminómada y en parte sedenta- paración entre las leyes bíblicas y las del antiguo Oriente des-
rizada. Se basa en un fondo consuetudinario que pertenece de el punto de su elevación ética, no se pueden hacer juidos
a la estepa y al trasfondo cananeo. Las diversas prescripciones generales, ya que algunas leyes hebraicas son más duras que
son de distinta época. Gomo en Ex 24,8 se habla de un rito de las de dichos. códigos orientales, y otras más humanitarias e
la alianza, se da el nombre de «código de la alianza» a este com- indulgentes, como veremos en el estudio comparativo que sigue.
plejo legislativo, que, en gran parte, es posterior a Moisés. b) En general, los códigos orientales reflejan unas socie-
c) Decálogo ritual (Ex 34,11-26): es una serie de prescrip- dades más centralizadas; pero, con todo, el atavismo primitivo
ciones relativas a las fiestas de carácter agrícola y a los sacri- emerge con facilidad; así, la ley del tallón suele ser común en
ficios; refleja ya una sociedad sedentarizada. Por ello es pos- casi todos los códigos orientales, igual que en la legislación bí-
terior a Moisés. blica. Es el residuo de una sociedad primitiva en la que se tra-
d) Código deuteronómico (Dt c. 16-26): es una segunda pro- taba de limitar la ley de la venganza de la sangre; y aunque nos
clamación de leyes preexistentes (Deuteros-nomos) en estilo parezca cruel, en realidad es una mitigación del espíritu de
exhortativo puestas en boca de Moisés poco antes de morir a la revancha ante un crimen. Las indemnizaciones pecuniarias o en
vista de la tierra prometida. Supone ya una sociedad centrali- especie son ya un gran progreso jurídico.
zada, con una jerarquía sacerdotal. Y las leyes están interpreta- c) A la vista de las leyes hebraicas en su comparación con
das a la luz de las orientaciones éticas de la predicación profética los códigos orientales que conocemos, no se puede hablar de
de los siglos VIII-VII a.C. Por ello representa lo mejor de la dependencia directa de aquéllas respecto de éstos, sino de sim-
legislación hebraica. Las antiguas tradiciones del desierto son ples concomitancias en algunos aspectos, que hay que explicar
340 Vil. La legislación mosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 341

por semejanza de situaciones ambientales, ya que todas las legis- CH (a.206):


laciones se basan en fondos consuetudinarios primarios que «Si en una reyerta un hombre golpea a otro y le causa un daño, aquél de-
berá jurar: 'No le he golpeado deliberadamente'. En todo caso pagará los
dan lugar a formulaciones casuísticas similares. En realidad,
gastos de cura».
los hebreos procedían de un trasfondo mesopotámico-arameo; AGRESIÓN AL PADRE (Ex 21,15):
y el código de Hammurabi y las Leyes asirías surgen también de «El que hiera a su padre o a su madre morirá».
un trasfondo similar semítico. CH(a.i95);.
d) Con todo, las diferencias entre la legislación bíblica y «Si un hijo pega a su padre, se le cortará la mano».
las de los pueblos orientales son profundas, pues la primera se AGRESIÓN A LA MUJER ENCINTA (Ex 21,22-23):
«Si en riña de hombres golpeara uno a una mujer encinta, haciéndola dar a
dirige a una sociedad menos evolucionada, aunque en parte luz, y si el niño naciere sin más daño, será multado en la cantidad que el marido
esté ya sedentarizada. Así, en la legislación mosaica hay pocas de la mujer pida y decidan los jueces; pero, si resultare algún daño, entonces dará
leyes sobre la organización familiar, mientras que en el Código vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, pie por pie, quemadura por quema-
de Hammurabi ocupa un lugar primordial. Igualmente, en este dura, herida por herida, cardenal por cardenal».
Código se insiste más en la casuística de la propiedad, en los CH(a.20Q):
«Si alguno golpeare a la hija de un hombre libre y le hiciese perder el par-
contratos y en las relaciones comerciales. to, pagará diez siclos de plata por el feto».
CH(a.zio):
2. Sinopsis comparativa entre la legislación hebraica «Si esa mujer muriere, se matará a la hija (del percusor)».
y las de los antiguos códigos orientales 108 CH(a.2ii):
«Si provocare un parto frustrado a la hija de un plebeyo, pagará cinco si-
V E N T A D E ESCLAVOS ( E X 21,7-11): clos de plata».
«Si vendiere un hombre a su hija por sierva, no saldrá ésta como los otros
CH(a.2i2):
siervos. Si disgustare a su amo y no la tomare por esposa, permitirá éste que sea
redimida, pero no podrá venderla a extraños después de haberla despreciado. Si «Si esa mujer muriere, pagará media mina de plata».
la destinaba a su hijo, la tratará como se trata a las hijas; y, si tomare otra para CH(a.2i3):
sí, no disminuirá a la primera su vestido y sus derechos conyugales; y, si de estas «Si alguno golpeare a la sierva de otro y le hiciera frustrar el feto, pagará
tres cosas no la proveyere, podrá ella salirse sin pagar nada, sin rescate». dos siclos de plata»
CH(a.H7): CH(a.2i4):
«Si un hombre se halla con deudas y vende a su mujer, a su hijo, a su hija «Si esa sierva muriere, pagará un tercio de siclo de plata».
o su misma persona, y se compromete a prestar un servicio, trabajarán du- LH:
rante tres años en casa de su comprador o pignorador, pero al cuarto año «Si uno hace abortar a una mujer libre, si es en el décimo mes, pagará diez
recuperarán su libertad». siclos de plata; si en el quinto, cinco siclos, y además empeñará sus bienes
como garantía».
M A N U M I S I Ó N D E SIERVOS ( E X 21,2-6):
«Si adquieres un siervo hebreo, te servirá por seis años; al séptimo saldrá li- L A (A.21.50):
bre, sin pagar nada. Si entró solo, solo saldrá; si teniendo mujer, saldrá con él «Si uno golpea a la hija de otro hombre y origina un aborto, si hay quere-
su mujer. Pero, si el amo le dio mujer y ella le dio a él hijos e hijas, la mujer y los lla contra él y es condenado, pagará dos talentos y treinta minas d e plomo;
hijos serán del amo, y él saldrá solo. Pero, si el siervo dijere: 'Yo quiero a mi amo, será castigado a cincuenta azotes y trabajará un mes entero para el rey. Si al-
a mi mujer ya mis hijos; no quiero salir libre', entonces el amo le llevará ante guno golpea a la mujer de otro y la hace abortar, su propia esposa sen trata-
Dios y, acercándose a la puerta de ¡a casa o a la jamba de ella, le perforará la da igualmente, y deberá compensar el feto con otra vida. Si la mujer fallecie-
oreja con un punzón, y el siervo lo será por suyo de por vida». re, el agresor será condenado a muerte. Pero, cuando el marido d e aquella
mujer no tiene ningún hijo, si alguno la golpea y le causa aborto, el agresor
C H (a.282): será condenado a muerte. Incluso si el feto es de sexo femenino, la compen-
«Si el sierro dijere a su señor: 'No eres mi dueño', le convencerá de que sación tendrá que ser otra vida».
es su siervo; y su dueño le cortará la oreja».
FLAGELACIÓN (Dt 25,1-3):
AGRESIONES Y EIÑAS (Ex 21,18-19): «Si cuando entre algunos hubiere pleito, y, llegado el juicio, absolviendo los
«Si riñen ios hombres y uno golpea al otro con piedra o con el puño, sin cau- jueces al justo y condenando al reo, fuere el delincuente condenado a lapena de
sarle la muerte, pero de modo que éste tuviese que guardar cama, si el herido se azotes, el juez le hará echarse en tierra y le hará azotar conforme a st delito,
levanta y puede salir fuera apoyado en su bastón, el que lehirió será quito, pagán- llevando cuenta de los azotes; pero no le hará dar más de cuarenta, no xa que,
dole el tiempo no trabajado y lo gastado en la cura». pasando mucho de este número, quede tu hermano afrentado ante ti».

108 Véase lista sinóptica comparativa en DBS I, col.805.


C H (a.202):
Siglas: CH, Código de Hammurabi; LA, Leyes asirías; LH, Leyeshititas; LNB, Leyes nuevas «Si un hombre abofetea a otro que le.es superior, será azotado conun lá-
babilonias; LS,Leyes sumerias. tigo de nervio de buey, en pública asamblea, sesenta veces».
342 VII. La legislación mosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 343
L E Y DEL TALIÓN (EX 21,23-26): C H (a. 9):
«... entonces dará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por «Si un hombre ha perdido una cosa y la encuentra en posesión d e otro,
mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por y el hombre en cuya posesión la cosa fue encontrada declara: 'Un vendedor
cardenal. Si diere a su siervo o a su sierva un golpe en un ojo y se lo echare a per- me la ha vendido; había testigos presentes', y el propietario de la cosa per-
der, habrá de ponerle en libertad en compensación del ojo. Y, si le hiciera caer al dida declara: 'Traeré los testigos que conocen mi cosa perdida', ambos trae-
siervo o ala sierva un diente, le dará libertad en compensación del diente». rán sus testigos. Los jueces estudiarán el litigio y los testigos depondrán
CH(a.i96): ante Dios. Si el vendedor es un ladrón, será reo de muerte. El propietario
«Si alguno al hijo de un hombre libre le quitare un ojo, se le arrancará su de la cosa perdida la tomará para sí; y el comprador tomará el dinero que
ojo». había entregado al vendedor».
DAÑOS CAUSADOS POR EL GANADO ( E X 21,28-32):
GH(a.i97):. «Si un buey acornea a un hombre o a una mujer y se sigue la muerte, el
«Si rompiere el hueso de uno libre, se le romperá su hueso». buey será lapidado; no se comerá su carne y el dueño será quito. Pero si ya de
CH(a.i98): antes el buey acorneaba y, requerido el dueño, no lo tuvo encerrado, el buey será
«Si expulsare el ojo de un plebeyo o rompiere el hueso de un plebeyo, pa- lapidado, si mata a un hombre o a una mujer, pero el dueño será también reo
gará una mina de plata». de muerte. Si, en vez de la muerte, le pidieran al dueño un precio como rescate
C H (a.200): de la vida, pagará lo que se le imponga. Si el buey hiere a un niño o a una
«Si alguno sacare un diente a otro de igual categoría social se le arrancará niña, se aplicará esta misma ley; pero, si el herido fuese un siervo o una sierva,
el diente». pagará el dueño del buey treinta siclos de plata al dueño del esclavo o de la
esclava, y el buey será lapidado».
C H (a.201): CH (3.250-52):
«Si rompiere el diente de un plebeyo, pagará un tercio de mina de plata». «Si un buey que va por el camino cornea y mata a un hombre, de este
C H (a.202): hecho no cabe reclamación. Pero, si el buey de un hombre tiene costumbre
«Si alguno golpeare en la mejilla a un noble, se le darán públicamente se- de acornear y el concejo municipal le notifica que el buey tiene esta costum-
senta azotes con un nervio de buey». bre, y él no le corta los cuernos ni los traba, si el buey da una cornada a
C H (a.203): uno que es noble, el dueño pagará media mina de plata; pero, si es a un
«Si un hombre libre golpeare en la mejilla a otro de igual condición, pa- siervo, pagará un tercio de mina de plata».
gará una mina de plata». CÓDIGO DE BILALAMA, a.54:

CH (a.204): «Si se sabe que un buey acostumbra a cornear y las autoridades han lle-
«Si un plebeyo golpeare en la mejilla a un plebeyo, pagará diez siclos de vado el asunto a conocimiento del propietario, pero éste no le h a cortado
plata». los cuernos a su buey, y éste acornea y mata a un hombre, el propietario
del buey pagará dos tercios de una mina de plata».
CH (a.205): ROBO DE UNA RES (EX 21,37):
«Si un siervo golpeare en la mejilla de un libre, se le cortará la oreja». «Si uno roba un buey o una oveja y la mata o la vende, restituirá cinco
HOMICIDIO INVOLUNTARIO ( E X 21,13): bueyes por buey, y cuatro ovejas por oveja».
«El que hiera mortalmente a otro será castigado con la muerte i pero si no Ex 22,3:
pretendía herirle, y sólo porque Dios se lo puso en la mano le hirió, yo le señalaré «Pero si lo que robó, buey, asno u oveja, se encuentra todavía vivo en sus
un lugar donde pueda refugiarse». manos, restituirá el doble».
CH (a.206): CH (a.8):
«Si alguno en una riña pegare a otro y le infligiera una herida, este hom- «Si alguno robare un buey, una oveja, un asno, un cerdo o una nave,
bre, si le hirió sin querer, lo jurará y pagará al médico». si (lo robado) fuera propiedad del dios o del palacio, pagará treinta veces
CH (a.207): (su valor); si fuera de un plebeyo, restituirá diez veces (su valor), y si el
«Si muere por las heridas, jurará, y, si fuere hijo de libre, pagará una ladrón no tiene con qué restituir, es reo de muerte».
mina de plata». DAÑOS Y PERJUICIOS ( E X 22,2):
CH (a.208): «Sí un ladrón fuera sorprendido perforando un muro y fuese herido y mu-
«Si es hijo de plebeyo, pagará un tercio de mina de plata». riese, no habrá delito de sangre; pero, si ya hubiera salido el sol, resporierá de
la sangre; deberá restituir, y si no tiene con qué, será vendido por lo qutrobó».
HURTOS ( E X 22,6-8):
«Si uno da a otro en depósito dinero o utensilios y fueran éstos robados en CH (a.21):
la casa del otro, el ladrón, si es hallado, restituirá el doble. Si no aparece el «Si alguno perforare una casa, se le matará delante de la brecha que hizo
ladrón, el dueño de la casa se presentará ante Dios, jurando no haber puesto su y allí se le enterrará».
mano sobre lo ajeno. Toda acusación defraude, sea de buey o de asno, de oveja, CH (a.22):
de vestido o de cualquier cosa desaparecida, de la que se diga 'Esto es', será «Si alguno robare algo y fuere aprehendido, éste será muerto».
llevado por ambas partes ante Dios; aquel a quien Dios condenare restituirá el
doble a su prójimo».
344 VII. La legislación mosaica
Legislación mosaica y legislaciones antiguas 345
CH(a.23):
«Si el ladrón no es apresado, el hombre expoliado indicará delante de CH (a.126):
Dios todo lo que se le robó. Y entonces la población y los magistrados en «Si alguno no hubiera perdido sus bienes y dijere: 'Perecieron m i s bie-
cuyos límites se cometió el hurto le restituirán todo lo que se le robó». nes', y exagerare su daño, reclamando fraudulentamente, en la medida en
GH(a.2 4 ): que sus bienes no perecieron lo indicará delante del dios, y respecto de to-
«Si se trata de la vida de alguno, la población y los magistrados pagarán das las cosas que exigiere, se le castigará con el doble».
a su familia una mina de plata». Ex 22,9-12:
«Si uno entrega a su prójimo en depósito un asno, buey u oveja, o cualquiera
C H (a.25): otra bestia, y lo depositado muriera, o se estropeare, o fuere robado sin que na-
«Si se declara fuego en casa de alguno y alguno fuera a apagar el fuego die le hubiere visto, se interpondrá entre ambas partes el juramento de Yahvé
y fijare sus ojos en la propiedad del dueño de la casa y tomara de esa propie- de no haber puesto el depositario mano sobre la propiedad de su prójimo; el
dad, este hombre será arrojado al fuego». dueño aceptará (el juramento) y (el depositario) no será obligado a restituir;
Ex 22,4-5: pero, si fuere robado de junto a sí, restituirá al dueño. Si la bestia fuere despe-
«Si uno dañare un campo o una viña dejando pastar su ganado en el campo, dazada, preséntese lo destrozado, y no tendrá que restituir».
o en la viña de otro, restituirá con lo mejor de su campo o lo mejor de su viña. CH (a.263):
Si, propagándose un fuego por los espinos, quema mieses recogidas o en pie o «Si perdiere el buey u oveja que le habían sido entregados, restituirá
un campo, el que incendió pagará el daño».
buey por buey, oveja por oveja, a su dueño».
CH(a.57): CH (a.264):
«Si un pastor, para que sus ovejas pazcan hierba, no hubiere pedido per- «Si un pastor al que le fueron entregados rebaños de ovejas para apacen-
miso al dueño del campo e, ignorándolo el dueño del campo, hiciera pacer tarlas, y hubiera recibido el salario que le fue determinado, si disminuyen
sus ovejas en el campo, el dueño lo medirá, y el pastor que sin saber el due- los rebaños y las ovejas, pagará el incremento según lo determinado en el
ño hiciera pacer sus ovejas en él, por un gur dará 20 gur de trigo al dueño contrato».
del campo».
C H (a.265):
C H (a.59): «Si un pastor al que le fueran entregados rebaños y ovejas para apacen-
«Si alguno, sin saberlo el dueño de un huerto, cortare en el huerto de tarlos cometiera fraudes y cambiara la factura y vendiera por dinero, se le
alguno un árbol, pagará media mina». encausará, y pagará diez veces lo que robó, y restituirá los rebaños y las
PÉRDIDA DEL DEPÓSITO ( E X 22,6-9): ovejas al dueño».
«Si uno diere a otro en depósito dinero o utensilios y fueren éstos robados de C H (a.266):
la casa del otro, el ladrón, si es hallado, restituirá el doble. Si no aparece el «Si en la majada se declarara la epidemia de un dios o un león devorara,
ladrón, el dueño de la casa se presentará ante Dios, jurando no haber puesto el pastor se justificará con un juramento delante del dios, y lo que pereció
su mano sobre lo ajeno. Toda acusación de fraude, sea de buey, de asno, de en la majada lo recibirá del dueño de la majada».
oveja, de vestido o de cualquier cosa desaparecida de la que se diga 'Esto es', C H (a.120):
será llevado por ambas partes ante Dios; aquel a quien Dios condenare resti- «Si alguno depositare el trigo para conservarlo en casa de otro y ocurriera
tuirá el doble a su prójimo». un daño en el granero, o el dueño de la casa abriere el hórreo y tornare del
GH(a.i22): trigo, o negara (haber recibido) el trigo almacenado en su casa, el dueño
«Si alguno diere a otro (en depósito) dinero, oro u otras cosas para guar- del trigo (depositado) manifestará la cantidad de su trigo delante del dios,
darlas, lo que va a entregar lo presentará a los testigos, hará un contrato y el dueño de la casa (en que fue depositado) restituirá el doble al dueño
escrito y lo entregará para guardarlo». del trigo».
CH(a.i23): ESCLAVO FUGITIVO (Dt 23,15-16):
«Si lo entregare sin testigos ni contrato escrito para guardarlo, si el que «No entregarás a su amo un esclavo huido que se haya refugiado entu casa.
lo recibió (en depósito) lo negare, no hay lugar a litigio». Tenlo contigo en medio de tu tierra, en el lugar que él elija, en una de tus ciuda-
des, donde bien le viniera, sin causarle molestias».
CH (a.124):
«Si alguno entregare plata, oro u otra cosa delante de los testigos, si el LA(B.5):_
que lo recibe (en depósito) lo negare, le argüirán a este hombre, y de todo «Si la sirviente o esclava de un hombre huyó fuera de la ciudad, se en-
lo que negare pagará el doble». causará (al propietario de) la casa en la que durante un mes haya encontrado
asilo, y devolverá cabeza por cabeza, o, si no tiene esclava, pagará 25 siclos
CH (a.125): de plata» (Leyes sumerias b.5) 10í>.
«Si alguno entregare sus cosas en depósito a otro y si las cosas perecie- PARTICIÓN DE HERENCIAS (Dt 21,15-17):
ron donde las depositó por perforación de la pared o la penetración por la «Cuando un hombre tenga dos mujeres, la una amada y la otra abnrecida,
ventana, juntamente con las del dueño de la casa asaltada, el dueño de la
casa forzada restituirá todo lo que se le entregó en depósito y que pereció si la amada y la aborrecida le dieran hijos y el primogénito fuere de la iborreci-
para su dueño. Y el dueño de la casa exigirá las cosas perdidas y las tomará 109
CH 16: «Si alguno escondiere en su casa a un siervo fugitivo de palacio o de un ple-
del ladrón». beyo y no lo entregare a requerimiento de la autoridad, el dueño de la casa (que lo recibió)
será reo de muerte». Cf. DBS 1 col.802.
346 VIL La legislación mosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 347

da, el día en que distribuya sus bienes entre sus hijos no podrá dar al hijo de la 29-30:
amada el derecho de la primogenitura con preferencia al de la aborrecida, si éste «Si el padre de la hija que había recibido la dote no consiente en en-
es el primogénito; mas habrá de reconocer por primogénito al hijo de la aborre- tregar a su hija, el padre que había aportado la dote, si le place, tomará
cida, dándole de sus bienes dos partes, porque es el primogénito de su robustez, y a su nuera y la dará a su hijo; o si prefiere, tomará de nuevo todo lo que
suyo es el derecho de primogenitura». había aportado: plomo, plata, y cosas no comestibles; pero no tocará los
CH(a.i6s): alimentos».
«Si alguno donare a su hijo predilecto un campo, u n huerto o una casa Otros casos similares en el art. 44 1 1 2 .
y escribiere un documento sellado en su favor, después de la muerte del pa- RAPTO (EX 21,16; Dt 24,7):
dre, cuando los hermanos hagan la partición, tomará la parte que (el padre) «El que rapte a un hombre, háyalo vendido o téngalo en su poder, será
le había donado, y los demás dividirán equitativamente la hacienda de la casa muerto». «Si se descubriere que alguno secuestró a su hermano de entre los hijos
paterna». de Israel para hacerle esclavo o que lo ha vendido, el ladrón será condenado
C H (a. 166): a muerte. Quitarás el mal de en medio de ti».
«Si alguno eligiere esposas para sus hijos y no eligiere una esposa para CH (a.14):
su hijo menor, después de la muerte del padre, cuando los hermanos hagan «Si alguno raptare a un hijo menor de edad de un hombre libre, será
la partición de la hacienda de la casa paterna, asignarán al hermano menor condenado a muerte».
que no había tomado mujer, además de su hijuela, una cantidad de di- O P R E S I Ó N D E V I R G E N DESPOSADA ( D t 22,23-27):
nero de compra para que pueda tomar esposa». «Si una joven virgen se desposó con un hombre y, encontrándola entre tanto
C H (a.167): otro en la ciudad, yace con ella, los llevaréis a los dos a la puerta de la ciudad
«Si alguno tomare esposa y ésta, después de darle hijos, muriere, y si y los lapidaréis hasta matarlos; a la joven, por no haber gritado en la ciudad,
aquél tomara otra esposa, que también le diere hijos, después de la muerte y al hombre, por haber deshonrado a la mujer de su prójimo. Pero, si fue
del padre, los hijos no harán la partición según las madres, sino que to- en el campo donde el hombre encontró a la mujer desposada y, haciéndola vio-
marán las dotes de sus (respectivas madres), y entonces dividirán equita- lencia, yació con ella, será sólo el hombre el que ha de morir. A ella nada le
tivamente la hacienda paterna». harás; no hay en ella reato de muerte, porque es como si un hombre se arroja
sobre otro y le mata; es un caso igual. Pues, apresada en el campo, la joven
LS (B.12):
gritó, pero no había nadie que la socorriese».
«Si un hombre ha tomado una segunda esposa y le ha dado hijos, la
dote que de la casa ha aportado es para sus hijos. Los hijos de la esposa C H (a.130):
(primera) y los de la segunda, harán la partición a partes iguales sobre los «Si alguno forzó a la mujer (desposada) de otro, que no había tenido
bienes de su padre» 1 1 0 . comercio carnal con un hombre, y reside en la casa de su padre, y dur-
L N B (a. 15): miere en su sueño y es sorprendido, ese tal es reo de muerte, pero la joven
«Si un hombre ha tomado una esposa que, después de haberle dado permanecerá impune».
hijos, murió, y luego tomare otra esposa, la cual le dio también hijos, cuan- L H (197):
do el padre muera, los hijos de la primera mujer tomarán dos tercios de «Si un hombre agarra a una mujer en los montes, esto es u n crimen;
los bienes de la casa paterna, y los hijos de la última, un tercio» 1 H . y él es reo de muerte. Pero si la agarra en la casa, la mujer ha pecado tam-
LEVIRATO (Dt 25,5-10): bién: es rea de muerte. Si el marido de la mujer los sorprende, puede ma-
«Cuando dos hermanos habitan uno junto al otro y uno de los dos muere tarlos; no hay castigo para él».
sin dejar hijos, la mujer del difunto no se casará fuera con un extraño; su cu- L H (198):
ñado irá a ella y la tomará por mujer; y el primogénito que de ella tenga lle- «Pero si los lleva a la puerta del palacio y dice: «¡Que mi mujer nc mue-
vará el nombre del hermano difunto para que su nombre no desaparezca de ra!», y así deja vivir a su mujer; también debe dejar vivo al hombre adúl-
Israel». tero. Pero si dice: «¡Que los dos mueran!», entonces que reciban el castigo.
El rey los mata y los hace vivir».
L H (193):
«Si un hombre toma una mujer, y el hombre muers, su hermano tomará FALSO TESTIMONIO ( E X 23,1-3; 20,16; D t 5,20; 19,16-19):
a su mujer; luego, la toma su padre. Pero si su padre muere, entonces un «No testificarás contra tu prójimo falso testimonio». «No esparzas nmores
falsos. No te unas con los impíos para testificar en falso... En las catsas no
hermano del hombre muerto, aunque tenga otra mujer, la tomará».
respondas porque así responden otros, falseando la justicia; ni al pobre favorece-
LA (a.31 col.IV 20-28): rás en su litigio». «Si surgiere contra uno un testigo acusándole de un delito,
«Si u n padre ha aportado una dote a la casa del futuro suegro de su los dos interesados en la causa se presentarán ante Yahvé, ante ¡os sacerdotes
hijo, si la mujer no ha sido aún entregada a su hijo, y si otro de sus hijos, y los jueces en funciones en ese tiempo; quienes, si, después de una escrupulosa
cuya esposa permanece en la casa de su padre de ella; si muere, dará en investigación, averiguaren que el testigo, mintiendo, había dado falso hstimo-
matrimonio la esposa de su hijo muerto a su otro hijo que había aportado nio contra su hermano, le castigará, haciéndole a él lo que él pretendíacon su
la dote a la casa de su futuro suegro». hermano; así quitarás el mal de en medio de Israel».
" o Cf. DBS I 802. 112 Véase P. CRUVELHIER, Le levirat chez les Hébreux et chez les Assyrien: RB;j((i925)
" i Cf. DBS I col.803. 524-46; H . GRESSMANN, A O T 380.410.423-431; C H . JEAN, O.C, II 198-99.
348 Vil. La legislación ?nosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 349
C H (a. 3 ): CH(a.iS4):
«Si alguno presenta un testimonio sobre un crimen en un juicio, pero «Si alguno tuviere relaciones con su hija, deberán expulsarlo de la
no prueba el testimonio, si se trata de vida (pena capital), el hombre (acu- ciudad».
sador) será reo de muerte».
GH(a.iSS):
C H (a. 4 ): «Si alguno eligiere esposa para su hijo y después de que el hijo haya
«Si alguno presenta un (falso) testimonio en asunto de grano o de di- tenido comercio carnal con ella, si el padre durmiere en su seno, y fuere
nero, sufrirá la pena de este litigio». sorprendido, a este hombre lo atarán y lo echarán al agua».
H I J O CONTUMAZ (Dt 21,18-21): CH(a.i56):
«Cuando uno tenga un hijo indócil y rebelde, que no obedece a la voz de su «Si alguno eligiere para su hijo esposa, y sin que el hijo hubiera tenido
padre ni a la de su madre, y, aun castigándole, no los obedece, lo tomarán su relaciones carnales con ella, ?i aquél durmiere en su seno, le pagará media
padre y su madre y lo llevarán a los ancianos de su ciudad y a la puerta de mina de plata, y le devolverá todo lo que trajo de la casa de su padre, para
ella, y dirán a los ancianos de la ciudad: 'Este hijo nuestro es indócil y rebelde que pueda tomar el hombre de su corazón».
y no obedece a nuestra voz; es un desenfrenado y un borracho'; y lo lapidarán
todos los hombres de la ciudad». CH(a.i57):
«Si alguno después de la muerte de su padre durmiere en el seno de su
C H (a.169):
madre, se quemará a ambos».
«Si (un hijo) hubiere cometido una falta grave contra su padre, por lo CH (a.158):
que pudiera el hijo ser desheredado, por la primera vez será perdonado;
pero si cometiere una falta grave por segunda vez, el padre podrá deshere- «Si alguno después (de la muerte de) su padre es sorprendido en el
dar a su hijo». seno de su madrastra, la cual había tenido hijos, a ese tal se le alejará de
la casa materna».
INCESTOS (Lev 18,6-18):
LH(a.ia5):
«Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para descubrir «Si un hombre tiene comercio con la mujer de su hermano mientras
su desnudez. No descubrirás la desnudez de tu madre; es tu madre; no descu- éste está vivo, será castigado».
brirás su desnudez. No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es «Si un hombre se casa con una mujer libre, después tiene relaciones
la desnudez de tu padre. No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de con su hija, después con su madre o hermana (de esta hija), será castigado».
tu padre o de tu madre; nacida en la casa o nacida fuera de ella; no descubri-
rás su desnudez; no descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija CH(a.i8a):
de tu hija, porque es tu propia desnudez; no descubrirás la desnudez de la hija «Si tiene relaciones con su propia madre, morirá. Si las tiene con la
de la mujer de tu padrz, nacida de tu padre; es tu hermana. No descubrirás hija, morirá; si las tiene con los hijos, morirá/.
la desnudez de la hermana de tu padre; es la carne de tu padre. No descubrirás SOSPECHA DE ADULTERIO (Núm 5, 2-28):
la desnudez de la hermana de tu madre; es la carne de tu madre. No descu- «Si la mujer de uno fornicare y le fuese infiel, durmiendo con otro en concú -
brirás la desnudez del hermano ue tu padre acostándote con su mujer; es tu bito de semen, sin que haya podido verlo el marido y no haya testigos, por no
tía. No descubrirás la desnudez de tu nuera; es la mujer de tu hijo; no descu- haber sido hallada en el lecho, y se apoderase del marido el espíritu de los celos,
brirás su desnudez. No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano; y tuviese celos de ella, hayase ella manchado en realidad o no se haya manchado,
es la desnudez de tu hermano. No descubrirás la desnudez de una mujer y de la llevará al sacerdote y ofrecerá por ella una oblación de la décima parte de
su hija, ni a la hija de su hija para descubrir su desnudez; son parientes; es un 'efá' de harina de cebada, sin derramar aceite sobre ella ni poner incienso,
un crimen. No tomarás a la hermana de tu mujer para hacer de ella una rival, porque es 'minjah' de celos, 'minjah' de memoria para traer el pecado 11 la
descubriendo su desnudez con la de tu mujer en la vida de ésta». memoria. El sacerdote hará que se acerque y se esté delante de Yahvé; tomará
Lev 20,11-21: del agua santa en una vasija de barro y, tomando un poco de la tierra del suelo
«Si uno se acuesta con la mujer de su padre, descubriendo así la desnudez del tabernáculo, la echará en el agua. Luego, d sacerdote, haciendo estar a. la
de su padre, loi dos serán castigados con la muerte; caiga sobre ellos su sangre. mujer delante de Yahvé, le descubrirá la cabeza y le pondrá en las manos la
Si uno se acuesta con su nuera, ambos serán castigados con la muerte ...Si 'minjah' de memoria y la 'minjah' de los celos, teniendo él en la mano el agua
uno toma por mujeres a la hija y a la madre, es un crimen abominable; se- amarga de la maldición, y la conjurará, diciendo: 'Si no ha dormido contigo
rán quemados él y ellas... Si uno toma a su hermana, hija de su padre o de su ninguno... indemne seas de maldición; pero, si fornicaste..., hágate Yihvé
madre, viendo él la desnudez de ella y ella la desnudez de él, es un crimen; y maldición y execración en medio de tu pueblo, y seqúense tus muslos, e hínchese
los dos serán borrados de su pueblo a la vista de los hijos de su pueblo...» tu vientre...' La mujer contestará: 'Amén'. El sacerdote escribirá estas mal-
diciones en una hoja y la diluirá en agua amarga; y hará beber a la mujir el
CH(a.iS7): agua amarga de la maldición. Luego tomará de la mano de la mujer la 'nin-
Si alguno después (de la muerte) de su padre durmiere en el seno de jah' de los celos y la agitará ante Yahvé, y la llevará al altar, y, tomtndo
su madre, ambos serán quemados». un puñado de la ofrenda de memoria, lo quemará en el altar, haciendo después
CH (a. 1SS): beber el agua a la mujer. Dar ale a beber el agua; y, si se hubiere contamiíado
«Si alguno ha elegido esposa para su hijo, y su hijo cohabita con ella, siendo infiel a su marido, el agua de maldición entrará en ella con su amargura,
y después aquél (el padre) ha dormido en su seno y le sorprende, se le se le hinchará el vientre, se le secarán los muslos y será maldición en nidio
atará y se le echará al agua». de su pueblo. Si, por el contrario, no se contaminó y es pura, quedará ilesa
350 VIL La legislación mosaica Legislación mosaica y legislaciones antiguas 351

y será fecunda... Así, el marido quedará libre de culpa y la mujer llevará C H (a.141):
sobre sí su pecado». «Si la mujer de un hombre que vivía en la casa de este hombre ha deci-
dido irse y dejarlo, obrando estultamente, descuidando su casa y a su
CH(a.i3i): marido, se lo probarán; y si su marido dijere: 'La abandonaré', puede aban-
«Si a la esposa de alguno la acusara su marido, pero no se la sorprende donarla, dejándola ir por su camino, sin que se le entregue nada de dinero
con otro hombre en cohabitación, jurará por Dios, y volverá a la casa (de por el repudio. Pero, si su marido dijere: 'No la abandonaré', el marido
su padre)». puede tomar otra esposa, y la mujer (primera) permanecerá como esclava
CH(a.i32): en casa de su marido».
«Si extendiera el dedo contra la esposa de alguno a causa de otro hombre, CH(a.i42):
pero no ha sido sorprendida cohabitando con otro hombre, a causa del «Si una esposa odiare a su marido y le dijera: 'No puedes retenerme',
marido (acusador) se arrojará al río» (para sufrir la prueba de inocencia se examinarán sus antecedentes ocultos defectuosos; y, si tuvo cuidado (de
u ordalías). la casa) y no tuvo culpa, mientras su marido anduvo fuera y la descuidó,
LA (a.17): esa mujer no tiene culpa; tome su dote y vuelva a la casa de su padre».
«Se echa a los acusados al río». L A (aa.38-39):
ADULTERIO (Lev 20,10): «Si un hombre repudia a su esposa, si le place dará alguna cosa; si no
«Si adultera un hombre con la mujer de su prójimo, hombre y mujer adúl- le place, no le dará nada; ella saldrá con las manos vacías».
teros serán castigados con la muerte». LS(a.s):
Dt 22,22: «Si una esposa tiene aversión a su marido y le dice: ' T ú no eres mi
«Si un hombre juere sorprendido yaciendo con una mujer casada, serán marido', se la arrojará al río».
muertos los dos, el hombre que yació con la mujer y la mujer». LS (a.6):
«Si un marido dijere a su esposa: «tú no eres mi esposa», pagará media
CH(a.i29):
mina de plata» 113 .
«Si una esposa de alguno fuera sorprendida en concúbito con otro
hombre, los atarán a los dos y los echarán al río; pero, si el marido permite
que la mujer siga viviendo, el rey puede permitir que su siervo siga vi- Bibliografía
viendo».
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hombre que la mancha sabiendo que es esposa de otro hombre, se mata AUERBACH, E., Das Zehn Gebot-Allgemeine Gestzes-Form in der Bibel: VT 16
al hombre y a la esposa. Si un hombre sorprende a otro hombre con su esposa (1966) 255-76.
y lo prueba y los mata a los dos, no comete delito. Si son sorprendidos CAZELLES, H., Le Code de l'Alliance (París 1946).
y son llevados, sea delante del rey o de los jueces, se hará la p ueba testifical — Loi Israélite: DBS V col.497-530.
y se les convencerá. Si el marido de la mujer mata a su esposa, matará COOK, S. A., The Laws ofMoses and the Code of Hammurabi (London 1903).
también al hombre y se le mutilará toda la cara. Pero, si absuelve a la esposa, CRUVEILHIER, P., Le Code de Hammurabi et la législation civile des Hébreux:
debe absolver también al hombre» (cf. a . I 2 . I 4 . I 6 ) . R C F 69 (1912) 641-73.
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«Si un hombre toma una mujer y llega a ser su marido, y ésta luego no le dies. Papers I (Jerusalem 1967) 155-59.
agrada, porque ha notado en ella algo de torpe, le escribirá el libelo de repudio GRAF REVENTLOW, H., Gebot und Predigt im Dekalog (Gütersloh 1962).
y, poniéndoselo en la mano, la mandará a su casa. Una vez que de la casa de HEINSICH, P., Alter und Eigenart des Dekalogs: SC 10 (1933-34) 24-39.
él salió, podrá ella ser mujer de otro hombre. Si también el segundo marido la HERRMANN, J., Das Zehnte Gebot (Sellin-Festsch. 1927) 68-82.
aborrece y le escribe el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la manda JEPSEN, A., Beitráge zur Auslegung und Geschichte des Dekalogs: Z A W 79
a su casa, o si el segundo marido que la toma por mujer muere, no podrá el (1967) 277-304.
primer marido volver a tomarla por mujer después de haberse ella marchado, JIRKU, A., Das weltliche Recht im AT (Gütersloh 1927).
porque esto es abominación para Yahvé». KAPELRUD, A. S., Some Recent Points of View on the Time and Origin tf the
Décalogue: ST (1968) 81-90.
C H (a.138): KNIERIM, R., Das erste Gebot: Z A W 7 (1965) 20-39.
«Si alguno despidiera a la esposa que no le dio hijos, le entregará todo
113
el importe del dinero (de su compra) y le devolverá la dote que ella aportó Véase lista sinóptica comparativa de las leyes mosaicas y mesopot cas e I
de la casa de su padre; y así puede ser despedida». col.805.
352 VIII. El culto mosaico La «tienda de la reunión» 353

KOSMALA, H . , The So-called Ritual Decalogue: A S T I I (1962) 3 1 - 6 1 .


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— Die soziale Fürsorge ira AT ( P a d e r b o r n 1936). truyeran en su honor una tienda ('ohel), que en otros lugares
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se llama «tienda de la reunión» o del «encuentro» ('ohel moéd),
R O W L E Y , H . H . , Moses and the Decalogue: M e n of G o d ( L o b d 1963) 1-36. porque en ella se daban cita Moisés y Yahvé para tratar de la
STODERL, W . , Das Gesetz Israel nach Inhalt und Ursprung ( M a r i e n b a d 1933). organización del pueblo; por eso, en ella Moisés le veía «cara
VACCARI, A . , De praeceptorum Decalogi distinctione et ordine: V e r b u m D o m i - a cara» l y le hablaba «boca a boca» 2 . El antropomorfismo de
n i 17 (1937) 3 1 7 - 2 0 . 3 2 4 - 2 8 . estas frases es claro, pero sirve para dar a entender que el legis-
VERQUERRE, J., Le Decalogue, code universel et eternel: R A 63 (1936, 2) 149-66.
lador hebreo tenía acceso al mismo Dios, quien llevaba perso-
nalmente la dirección de su pueblo «adoptado» como «propiedad»
VIII. EL CULTO MOSAICO (seguláh) 3 entre todas las naciones. En este ambiente de pri-
mitivismo e intimidad con el Dios salvador hay que interpretar
En los últimos capítulos del Éxodo se habla de la organiza- los orígenes de la teocracia israelita en los secarrales del Sinaí.
ción del culto en los tiempos mosaicos. En realidad, las tradi- De hecho, para los profetas la época de la estancia de los israe-
ciones culturales de estos textos se interfieren, pues al lado de litas en el desierto es el tiempo ideal de las relaciones puras
la organización cultual primitiva se reflejan concepciones más entre Yahvé e Israel, pues éste no se había contaminado con
recientes. Y, sobre todo, la organización cultual del desierto las costumbres idolátricas de los pueblos cananeos 4 .
aparece idealizada a la luz de las manifestaciones rituales de Por otra parte, se dice que en la tienda o tabernáculo de la
los tiempos de la monarquía en torno al esplendoroso templo reunión se encerraba el arca del testimonio ('arón há-*edüt) o de
de Salomón. Por eso, el historiador crítico tiene que manejar la alianza (Berith), porque en ella se guardaban las tablas
estos textos del Éxodo con mucha precaución, tratando de de la ley, que daban «testimonio» de la alianza concertada entre
descubrir el estrato primitivo de la organización cultual de los Yahvé e Israel 5. El documento «sacerdotal» llama a esta «tien-
tiempos del desierto. No cabe duda que ésta debió de ser muy da de la reunión» mishkan, o «morada» de Yahvé en medio de
rudimentaria, en consonancia con la simplicidad de vida de su pueblo, según la idealización sacralizante, conforme al mo-
unas tribus que empezaban a organizarse socialmente en un delo de la hierocracia que imperó después del exilio. Las des-
ambiente nómada, en el que privaban las mínimas exigencias cripciones de Ex 26,8-38 sobre el santuario del desierto perte-
de convivencia. En esta situación ambiental, las manifestacio- necen a esta fuente «sacerdotal», y aparecen idealizadas con-
nes religiosas debían de ser muy embrionarias en comparación forme a los esquemas hierocráticos posteriores. En el D t 31,15
con las que tenían los pueblos sedentarizados. Parece que los se habla de la tienda del encuentro, y dice que en ella se guar-
elementos primarios de esta organización cultual en los tiem- daba el arca de la alianza ('arón ha- berith) ; y se describe como
pos mosaicos debían limitarse a una tienda sagrada, en la que un cofre de madera de acacia en el que estaban las tablas de
se guardaban los objetos sagrados más queridos, que transpor- piedra, con las «diez palabras»6; y estaba confiada a los le-
taban con veneración en sus trashumancias, y entre ellos, lo vitas 7 .
que se llama arca de ¡a alianza. Por otra parte, los sacrificios y Ahora bien, cuando se trata de determinar el lugar e n que
las oblaciones debían responder en lo ritual a las exigencias de se colocaba la «tienda de la reunión» respecto de las otras «tien-
una sociedad primitiva siempre en. movimiento, como lo era das» en las que se albergaban los hijos de Israel, los textos son
la de los beduinos anteriores a la islamización. Igualmente, el divergentes; en los más antiguos se la coloca fuera del canipa-
sacerdocio profesional empezaba entonces a tomar fuerza a me-
dida que las tribus se iban organizando y tomaban conciencia 1
Ex 33,11.
2
Núm 12,8.
de su vinculación mutua. Y en esta organización cultual pri- 3
Ex 19,4.
mitiva destaca la figura señera de Moisés, el caudillo libertador * Cf. Os I I , 1 .
5 Ex 25,16.
y profeta, con poderes para establecer un sacerdocio profesio- < Dt 10,1-5.
7
Dt 10,8; 31,9. En Dt 31,26 se dice que, además, se guardaron en el arca las leyesdeute-
nal, según los relatos bíblicos. ronómicas ahora proclamadas.
Biblia y legado 12
354 VIH. El culto mosaico El arca de la alianza 355
mentó, como recinto sagrado, al que iba Moisés todos los días en cuero rojo, en la que iban transportados los ídolos de piedra
a consultar a Yahvé 8 ; y allí reciben sus colaboradores, los de la tribu, los betylos. Era llevada por dos camellos en las pro-
70 ancianos, una parte del «espíritu» de Moisés 9 , para poder cesiones religiosas y en los combates; la guardaban dos joven-
asesorarle en la organización del pueblo. Y allí son condenados citas. En el campo se levantaba junto a la tienda del jeque;
Aarón y Myriam, la hermana de Moisés 10 . Pero no se hace y allí se iba a consultar a los oráculos» 19 . Es algo similar a lo
una descripción de la tienda ni del arca en los documentos más que se dice en Ex 33,7 (sobre la consulta a la tienda de la
antiguos, como lo hará el «sacerdotal» n . Algunos autores creen reunión) y en Ex 26,14 (sobre el color rojo de las pieles de
que esta descripción está calcada sobre la «tienda» que David carnero). Incluso en Ex 38,8 se habla de unas «mujeres que ve-
había erigido en Jerusalén para albergar el arca 12. Otros, en laban a la entrada de la tienda de la reunión», lo que es u n pa-
cambio, creen que esta descripción de la tienda del desierto recido más con la qubbá de ios beduinos preislámicos.
por el «sacerdotal» es una mezcla de la descripción del santua- Según Diodoro de Sicilia (XX 65.1), en el campo cartaginés
rio de Silo 13 y del templo salomónico 14. R. de Vaux supone había una tienda sagrada, que se levantaba junto a la del jefe.
que esta última interpretación es la más aceptable, y así, cree Y en Siria se han encontrado estatuillas femeninas llevadas
que, para el «sacerdotal», la tienda del desierto es «un modelo sobre el camello en una litera cubierta por un pabellón. Y en
reducido y desmontable», como una maqueta de lo que había un bajorrelieve de Palmira, del siglo 1 d.C, se representa una
de ser el templo de Salomón 15. Pero procura mantener los procesión religiosa en la que figura un camello llevando una
rasgos de lo que debió de ser la primitiva tienda del desierto. pequeña tienda de color rojo, y la palabra qubbá aparece en la
Así, habla de cubierta de pieles 16. epigrafía de Palmira. En Núm 25,8 aparece la palabra qubbáh
Teniendo en cuenta estas alusiones a la «tienda» primitiva para designar una «tienda» o parte de una tienda. Así, pues,
del desierto, podemos establecer ciertas analogías con la lutfa como dice R. de Vaux, «es razonable admitir, conforme a lo
o merkab de los beduinos actuales. Es una especie de palan- que dicen los textos, que los antepasados de los israelitas, en
quín (Abu-Dhür) que acompaña a las tribus en sus desplaza- tiempos de su existencia nómada, hayan tenido un santuario
mientos; es llevada por un camello. Desde ella la hija del jeque portátil y que éste fuera una tienda, a imagen de sus propios
o una joven bella excita a los guerreros al combate. Y se le albergues. Y es normal que este santuario haya desaparecido
otorga un poder sobrenatural a este objeto; incluso se ofrece cuando las tribus se asentaron en Canaán» 2 0 . La última men-
un sacrificio a la 'utfa, en la que se cree reside la divinidad» 17. ción de la tienda de la reunión es en la altiplanicie de Moab,
También el arca de ¡a alianza era llevada al combate con los en la última estación de los hebreos antes de entrar en la tierra
israelitas, y servía de acicate al combate 18. Es un «santuario» prometida 2 i . En tiempos de David se vuelve a hablar de una
itinerante que acompaña a los hebreos en sus desplazamien- tienda para albergar el arca, sin duda en relación con las tra-
tos por el desierto. Todavía en tiempos más recientes, después diciones del desierto 22 .
del siglo XIII d . C , «en las peregrinaciones a la Meca, un ca-
mello abría la marcha con el mahmal, una especie de tienda
2. E L ARCA DE LA ALIANZA
cúbica que tenía un ejemplar del Corán. Y, antes de la islami-
zación, los beduinos llevaban «una tienda sagrada—la qubbá—, Según la tradición «sacerdotal», la tienda estaba destinada
8
Ex 33,7-n. a albergar en ella el arca del testimonio ('orón há Kedüth), que
9
10
N ú m 11,16-17.24-25.
N u m 12,4-10.
son las «tablas del testimonio», es decir, las «tablas de la ley»,
•i E x 26,1-37; 36,8-38.
12
recibidas directamente de Dios 23 , y que fueron colocadas en
2 S a m 6,17. Cf. F R . M . CROSS, The Tabernacle: BibArch 10 (1947) 45-68; V. W . RABE,
en J N E S 25 (1966) 132-34- 19
R. DE V A U X , O . C , I I 125.
13
E n 1 Sam 7,7.9; 3,15 se da a entender q u e el santuario de Silo era u n edificio, mientras 20 I D . , ibid., II 126.
q u e en 1 Sam 2,22; Jos 18,1; 19,15 se da a entender q u e era una «tienda»; es lo q u e supone 21
E n Jos r 8 , l ; 19,51 se habla d é l a «tienda» en Silo; pero parece que el s a n t u a r i o d e Silo
la profecía d e N a t á n (2 Sam 7,6). era u n edificio; cf. 1 Sam 1,7.9; 3,15.
14 22
Cf. M . HARÁN, Shilo and Jerusalem. The Origin of the Priestly Tradüion in the pen- Sobre las costumbres de los beduinos preislámicos véase H . LAMMENS, UA.r<üi occi-
tateuch: J B L 81 (1962) 14-24; O- RISSFELDT, Das Altertum 14(1958) 134-35. dentale avant l'Hégire (Baeyrouth [1928] 101-79); ID., Le cuite des bétyles et les pmssions
15
R. DE V A U X , o.c., 436. religieuses chéz les Árabes préislamiques: B I F A O XVII (1920) 39-101; H . G . MAY, The
i« E x 26,14. Ark-A Miniature Tempel: AJSL L I I (1935-36) 215-34; H . INGHOLT, Inscriptions aniSculp-
17
R . D E VAUX, Les Institutions de VAnexen Testament II (París 1960) 125. ture from Palmyra: Berytus III (1936) 83-88; F . M . CROSS, The Tabernacle: T h e Biblical
" Cf. N ú m 10,35-36; Jos 3,6; 2 Sam 11,11; 1 S a m 4 , i s s . Aquí el arca es como el palla- Archeologist (1947) 45-68.
dium d e Israel en las guerras de Israel en n o m b r e d e ('Yahvé de los ejércitos». 23
Ex 26,33; 40,20; 25,16; N ú m 9,15.
356 VIII. El cutio mosaico 357
Él arca de la alianza
el arca . Por eso se habla de la tienda del testimonio 25. Sin
24
36
da» , de modo provisional hasta q u e Salomón construyó el
embargo, en los textos primitivos del «elohísta» n o se dice que templo, precisamente para albergarla como el objeto m á s pre-
el arca estuviera en la tienda; pero es n o r m a l que la tienda n o ciado recibido de la tradición 37 ; p o r eso lo puso en e l lugar
estuviera vacía y que el arca no estuviera a la intemperie; p o r más sagrado, en el «santo de los santos». Los libros históricos
eso ya Natán supone que el arca estaba e n la tienda 2 6 , y más no vuelven a hablar del arca; pero se supone q u e desapareció
tarde el arca estuvo en lo más sagrado d e l templo. Como el en la destrucción del templo en el 587 a.C. D e hecho, Jeremías
arca era el símbolo de la presencia de Yahvé, era normal que habla del «arca de la alianza de Yahvé» como d e algo q u e ya
estuviera e n la tienda de la reunión ya e n los tiempos del d e - pasó y de la q u e no se acordarán en la futura reconstrucción
sierto. de Jerusalén, pues ésta será el trono de Dios», adonde volverán
En Ex 25,10-22 y 37,1-9 (tradición 'sacerdotal») se la des- los de la casa de Judá y los de la casa de Israel 38 . Según una
cribe con todo detalle: era de madera de acacia de 1,25 metros tradición apócrifa recogida en 2 M a c 2,4S, el profeta Jeremías,
de largo, 0,75 metros de ancho y de alto, plaqueada en oro, con antes de la ruina de Jerusalén, la habría ocultado en una gruta
anillos adicionales para poner en ellos las barras q u e habían del monte N e b o con la «tienda» (!) y el altar de los perfumes.
de transportarla. Sobre ella había u n a «tapadera» o kapporet, Para los israelitas, el arca era símbolo de la presencia de
que los L X X traducen por ylasterion y la Vg p o r «propiciato- Yahvé en medio de su pueblo 3 9 ; p o r eso, cuando llegaba al
rio», jugando con el sentido que tenía según el rito del «día de campamento de los israelitas, gritaban, interpretando la fe de
la expiación» (yóm hakkippurím) 21. Sobre el kapporet o «ta- éstos: « ¡Dios ha venido al campamento!» 4 0 ; y cuando fue cap-
padera» estaban, e n sus dos extremos, los kerubím, con las turada, se daba esta explicación teológica: «La gloria h a desapa-
alas extendidas, genios protectores del lugar, según la menta- recido de Israel» 4 1 ; por eso, cuando fue instalada en el templo
lidad de la época 28. salomónico, se dice q u e la «gloria de Yahvé» tomó posesión
Según D t 10,1-5, P o r orden divina se colocaron las «dos del santuario 4 2 , como en otro tiempo había tomado posesión
tablas de piedra», en las que estaban las «diez palabras», o Deka- de la tienda en el desierto 4 3 . E n los desplazamientos de los
logoi, en dicha arca, p o r lo q u e se llama arca de la alianza israelitas 4 4 y en las guerras santas, el arca se convirtió así en
('arón ha-beríth). Y así, era el símbolo de la presencia de Yah- el palladium de Israel 4 5 . Por eso los filisteos fueron castigados
vé en medio de su pueblo; p o r eso presidía el desplazamiento con su presencia, por lo q u e procuraron deshacerse de ella
de los israelitas por las estepas del Sinaí; así, cuando se ponían como objeto peligroso 46 ; y, e n efecto, era peligroso acercarse
en marcha gritaban: «¡Levántate, Yahvé, y q u e t u s enemigos a ella 4 7 , porque es el «arca d e Yahvé Sebaot, q u e s e sienta
se dispersen!», y cuando se detenía decían: «¡Vuelve, Yahvé, sobre los querubines» 48 , el «escabel» de Dios 4 9 . Esta imagine-
hacia la m u c h e d u m b r e de los millares de Israel!» 29. Luego, ría parece inspirarse en los tronos, flanqueados d e esfinges
en los tiempos de la conquista, el arca siguió la penetración de aladas, q u e en los templos sirios simbolizaban la presencia
las huestes de Josué, acampando e n Gilgal30, en Betel 3 1 y en física del dios local 5 0 .
Siquem 32 , permaneciendo luego e n Silo durante mucho tiem-
Según D t 10,1-5, el arca aparece como u n cofre e n el q u e
po 3 3 . Desde allí fue llevada a Afeq para hacer frente a los
se guardaban las tablas del decálogo; por eso se le llama «arca
filisteos, pero fue capturada por éstos 34 . Finalmente fue d e -
de la alianza». Es el equivalente del «arca del testimonio» 5 1 ,
vuelta a los israelitas en Qiryat-Yearim 35, de donde fue trans-
36
portada a Jerusalén por David, q u i e n la instaló e n u n a «tien- 2 Sam 6,is.
37 1 R e 6,19; 8,1-9.
38
Jer 3,16.
24
E x 31,18; 25,16; 40,20. 19 Cf. 1 Sam c.4-6; 2 Sam 6,ls; 1 R e 8,rs.
40
25
E x 3 3 , i r ; N ú m 12,8. 1 Sam 4,7.
41
26
1 Sam 7,iss. 1 Sam 4,22.
42
« Cf. L e v i ó . i s s . 1 R e 8,11
43
2
» Cf. H . V I N C E N T , en R B (1926) 485-86; art. Kerub, en DBS V col.161-186. E x 40,34-35-
44
29
N ú m 10,33-36; cf. 14,44. N ú m 10,33-36.
45
30 Jos 7,6. Cf. 1 Sam 4,1; 2 Sam 11,11.
40
31
J u e 20,27. 1 Sam 5,is.
32 4
Jos 8,53- ? 1 Sam 6,19; 2 Sam 6,7.
48
33 1 Sam 3,3. 1 Sam 4,4.
34
1 Sam 4 , 3 - n . 4» 1 P a r 28,2; Ez 43,7.
50
35
i Sam 5,1-7. Cf. R. D E VAUX, Institutions II 130.
5i
E x 25,16; 40,20.
358 Los sacrificios 359
VIII. El culto mosaico

pues en ella se guardaba la ley. La consideración del arca como «encuentro» de Moisés con su Dios. Y, al contener el arca las
«escabel» o «trono» de Dios y al mismo t i e m p o como «recep- «tablas de ley», se convierte en «arca del testimonio», según la
táculo» de la ley es comprensible y está d e n t r o de la mentali- nomenclatura del «sacerdotal» 58 .
dad de la época. Así, en el Libro de los muertos, egipcio, se dice
en el c.64: «Este capítulo fue encontrado e n K h n u m sobre u n 3. Los SACRIFICIOS
ladrillo de alabastro, bajo los pies de la majestad de este dios
a) El altar
venerable (el dios T h o t ) , y es de la escritura del dios mismo».
Como dice R. de Vaux, «esto tiene relación con lo que se dice Según la descripción del «sacerdotal», en el santuario del
de las «tablas del decálogo», que fueron escritas por «el dedo desierto había dos altares: uno llamado de los holocaustos, co-
de Yahvé» 5 2 y colocadas en el arca, que es, a la vez, «el escabel locado delante de la entrada del mishkán o «morada» 5 9 , y otro
de Yahvé» 5 3 . Por otra parte, sabemos que los tratados hititas llamado de los perfumes, dentro de la «morada», delante del
de vasallaje eran colocados en el templo a los pies de la imagen velo que aislaba el fondo, donde estaba el arca 6 0 . Y se descri-
del dios local. En Egipto había una costumbre similar; así, a be el altar de los holocaustos diciendo que estaba construido
propósito del tratado del faraón con el rey de los hititas, H a t t u - con madera de acacia, con unas medidas de 2,50 metros de
sil, se dice: «El escrito del juramento (pacto) que he hecho con largo y de ancho y 1,50 metros de alto 6 1 . La madera de acacia
el gran rey, el rey de Hattu, ha sido colocado a los pies del dios estaba recubierta de bronce; por eso se llama al conjunto
T e s h u p ; los grandes dioses han sido testigos de ello. Y el es- «altar de bronce». Estaba hueco y tenía unos rebordes, con
crito del j u r a m e n t o que el gran rey, el rey de Hattu, me ha cuatro anillos para meter por ellos las barras para transpor-
hecho ha sido colocado a los pies del dios Ra; los grandes tarlo.
dioses son testigos de ello» 5 4 . T e n i e n d o en cuenta estas cos- El altar de los perfumes era una superficie cuadrada de
tumbres, es m u y verosímil que las «tablas de la ley» o del 0,50 metros de lado y u n . m e t r o de alto. Era de madera de
«testimonio» (es decir, las «diez palabras» o decálogo) 55 , en las acacia, chapado en oro en su parte superior, con cuernos de
que se estipulaban las cláusulas esenciales de la alianza entre oro y cuatro anillos para meter las barras para transportarlo.
Yahvé y su pueblo, hayan sido guardadas como testimonio en Por eso se le llama «altar de oro». Pero en los relatos del de-
el arca, a los pies de Yahvé, pues aquélla era el símbolo de su sierto en los que se habla de ofrenda de incienso no se men-
presencia en medio del pueblo elegido. ciona este a l t a r 6 2 . Estas descripciones, pues, son posteriores
Ahora bien, aunque en las tradiciones primitivas 5 6 no se a base de idealizar el autor «sacerdotal» el santuario del desierto
relacionen el arca y la tienda (esto sólo lo hace explícitamente teniendo por modelo el templo de Jerusalén.
la tradición «sacerdotal», que relacionaba el arca con el templo Indudablemente que los hebreos en su estancia e n el de-
de Jerusalén), sin embargo, es normal que el arca fuera guar- sierto tuvieron que tener manifestaciones cultuales e n conso-
dada en la tienda sagrada, donde se manifestaba Yahvé en nancia con la simplicidad de la estepa, siendo el altar el elemen-
forma de humo o de nube, según las expresiones antropomór- to esencial de todo santuario. En hebreo se le llama mizbéah
ficas de las tradiciones más antiguas 57 ; en el supuesto de que («inmolatorio», de zbh, «inmolar»). En realidad, según e l ritual
el arca fuera el símbolo de la presencia de Yahvé en medio de israelita, las víctimas (excepto los pájaros) eran inmolados
su pueblo, su lugar propio era la tienda de la reunión o del fuera del altar, pero eran puestas luego, descuartizadas, sobre
él; igualmente se ponían sobre él las ofrendas vegetales. Cono-
52
Ex 32,28. cemos por la arqueología cómo eran los altares cananeos preis-
53
54
1 Par 28,2; Sal 99,5; 132,7; L a m 2,1. raelitas: eran unas rocas talladas como los encontrados en Pe-
R. D E VAUX, O . C , II 32.
55
56
Ex 31,18; Ex 25,16; 40,20; N ú m 0,15; 17,22. tra y e n Hasor, o también altares artificiales, de p i e d r a o de
Cf. E x 3 3 , 7 - n ; N ú m 10,33-36; 14,44.
57
Según Ex 33,9, la «nube» se ponía a la entrada d e la «tienda», cerrando así su entrada tierra apisonada, o de ladrillos rudos. Los ejemplares de M e -
al interior, donde Moisés conversaba con Yahvé; p e r o , según N ú m 12,4-10, la «nube des-
cendía sobre la «tienda» mientras Yahvé estaba en ella. Según Ex 40,34-35, la «nube») tomaba 58 E x 25,16; 40, 20; N ú m 9,15. Cf. H . HARÁN, The Ark and the Cherubim. Thire Sym-
posesión d e la «morada» (mishkán) d e modo permanente; y, según N ú m 2,2.17, la «tienda» bolic significance in Biblical Ritual: IEJ IX (1959) 30-38.
59
estaba en medio del campamento de los israelitas, d a n d o a entender así que Yahvé residía E x 40,6.29; cf. Lev 4,18.
60
de modo permanente en medio de su pueblo, como la «tienda» del generalísimo, y las tiendas E x 30,6; 40,5.26.
del c a m p a m e n t o d e los israelitas estaban geométricamente distribuidas en torno a ella como « E x 30,1-5; 37,25-28.
f 2
un c a m p a m e n t o regular de soldados. ' N ú m 16,6-7.17-18; 17,11-12.
360 VIH. El culto mosaico Los sacrificios 361

giddo y Tell ed-Duweir (Lakish) ilustran esta diversidad de zá esté incluido en este rito la idea de sustitución: la víctima
altares, que se escalonan desde el tercer milenio a.C. (en es entregada a la divinidad en lugar del propio ser humano,
Et-Tell-'Ai) hasta mediados del segundo milenio a.C. Por eso cargando con los pecados del oferente, como aparece en el
podemos colegir que el altar de los tiempos mosaicos debiera rito del macho cabrío emisario 66 .
de parecerse a uno de estos tipos conocidos 63 . Este sacrificio es llamado también qorbán61, porque se
«acercaba» a Dios (qrb, «acercar»), e ishshéh 68, porque se
b) El sacrificio «holocausto» quemaba totalmente (de 'esh, «fuego»). Y se dice de este sacri-
ficio que es de «grato olor a Yahvé» 69 , expresión antropomór-
El altar dice relación necesaria con los sacrificios sangrien- fica que hay que entender como residuo de antiguas concep-
tos, que eran comunes en todas las religiones de la antigüe- ciones fetichistas, en las que los sacrificios son considerados
dad. En los textos actuales bíblicos del Pentateuco se habla de como banquetes de la divinidad 70 .
tres tipos de sacrificios: a) el holocausto, llamado así porque se
Entre los cananeos parece que se ofrecían sacrificios del
quemaba toda la víctima sobre el altar; b) el de comunión, en
tipo del «holocausto»; así, los sacerdotes de Baal ofrecen sacri-
el que se quemaba parte sobre el altar, y parte la comían los
ficios como los de Elias 71, y en las tarifas rituales de la piedra
oferentes; c) los expiatorios, que eran de dos clases: por el pe-
púnica de Cartago (conservada en Marsella), de origen fenicio,
cado o por el delito. En realidad, esta distinción tan neta de
se habla de sacrificios kalil, en los que sólo una parte queda
sacrificios refleja ya un ritual muy pormenorizado, que cierta-
para el sacerdote y nada para el oferente, como en los «holo-
mente no es de la época primitiva del desierto, sino que re-
caustos» (kalil-'oláh) de los hebreos. Y en muchas inscrip-
fleja influencias cananeas. En efecto, la legislación de Lev c. 1-7
ciones púnicas de la época romana se habla de 'ít y mnht, que
es posterior al exilio y parece interrumpir la secuencia lógica
parecen tener relación con el 'oláh y el minháh («ofrenda») de
de la sección sobre el santuario del desierto de Ex 40 y lo que
los rituales hebraicos. Igualmente se habla en estos ritos pú-
se dice en Lev c.8-10 sobre la instalación de los sacerdotes.
nicos de qtrt y Ibnt, que equivale al qetoret y lebonáh de los
En efecto, el término holocausto (del gr. 'ólon kaio: «quemar textos bíblicos: ofrendas de perfumes unidos a los sacrificios
totalmente») traduce el término hebraico 'oláh (de la raíz cruentos.
x
aldh, que significa «elevar», porque se «subía» la víctima al
En los textos de Ugarit-Ras Shamra se han encontrado tér-
altar o porque «subía» su humo hacia el Señor). La traducción
minos equivalentes, en parte, a los hebraicos: dbh y zebah
por holocausto indica ya que se quemaba toda la víctima, salvo
(«sacrificio»). Y en el rito del sacrificio ofrecido por el héroe
la piel, que quedaba para el sacerdote. Por eso en hebreo se
se dice:
le califica también como kalil, «total»64. La víctima debe ser
un animal macho, de ganado vacuno u ovino, sin mancha, «Se levantó y enrojeció (con sangre), y lavó sus manos hasta el codo,
o una tórtola o pichón 65 . El oferente presentaba la víctima y sus dedos hasta la espalda; entró en la sombra de la tienda y tomó un
estando en situación de pureza ritual; colocaba la mano sobre cordero para sacrificarlo en sus manos, y un joven animal con sus dos
la víctima en actitud de manumissio, o entrega incondicional manos, y todo lo que era su mejor alimento, y tomó (?) un pajare para
sacrificarlo, y derramó vino en una copa de plata, y miel en una copa de
a la divinidad, sin necesidad de acudir a interpretaciones de oro, y se fue hasta la cima de la torre, y subió sobre el muro, y levantó sus
ritos mágicos de contacto entre el hombre y ella, aunque qui- manos al cielo y sacrificó al toro El, su padre, y honró a Baal c o n su sa-
63
crificio, el hijo de Dagón con sus ofrendas» 72.
Véase R. DE VAUX, Institutions II 280-81. E n E x 20,25 se da la siguiente ordenación:
«Si m e alzas altar d e piedras, no lo harás d e piedras labradas, porque, al alzar t u cincel con- 66
Lev 16,21. El oferente inmolaba la víctima y el sacerdote la colocaba en el altaj.
tra la piedra, la profanas». Es decir, q u e los primitivos altares debían d e ser d e piedra sin 67
L e v 1,2.10.14.
retocar. Así como para la circuncisión se exigía u n cuchillo de sílex, el instrumento d e los «8 L e v 1,9.13.17.
pueblos primitivos, así los altares d e b í a n mantener este arcaísmo por razones atávicas q u e 69
Cf. G e n 8,21: Yahvé aspira el grato olor del sacrificio ofrecido por N o é después del
a nosotros se escapan. Quizá la p r o h i b i c i ó n de tallar la piedra obedeciera a evitar q u e se diluvio, exactamente como los dioses babilonios «se arremolinan como moscas» en torno
hicieran entalladuras figurativas de la divinidad, lo q u e se prohibe en Ex 20,4. Pero la expre- al sacrificio ofrecido por U t n a p i s h t i m después del diluvio. Cf. Epopeya de Gilgameshtib.11.
sión «profanar l a piedra» da a e n t e n d e r concepciones primitivas, quizá relacionadas con 70
L e v 1,3.
el animismo de los primeros n ó m a d a s . Cf. K. G A L L I N G , Der Altar in den Kulturen des Alten 7
1 1 R e 18,28.
Orients (Berlin 1924); H . M . W I E N E R , The Altars of the OH Testament (Leipzig 1927); 72
R. D E VAUX, Institutions II 324-25. Con todo, los textos d e Ras Shamra parece q u e
W . F . A L B R I G H T , Archeology and the Religión of Israel (Baltimore 1946) 150-52; A. PARROT, no d a n importancia a la sangre d e la víctima, mientras q u e en Israel esto era e l principal
Autels et installations cultuelles a Mari, en Congress Volume Copenhagen (Supto. V T ) (Lei- elemento, p o r q u e la sangre era vehículo d e la vida, y ésta pertenecía a Dios e n exclusiva.
den 1953) 112-19. Cf. G e n 9,4-5; por eso se derramaba cuidadosamente sobre el altar.
64
1 Sam 7,9; D t 33,10; Sal 51,21.
65
Gf. Lev 22,17-25.
362 VIII. El culto mosaico Los sacrificios 363
81
del delincuente . El carácter expiatorio aparece en el rito
c) Sacrificio d e « c o m u n i ó n » de untar con la sangre los cuernos del altar y la aspersión con
Este tipo de sacrificios se designa en hebreo con la expre- ella del velo que estaba a la entrada del santo de los santos 82 .
sión zebah sheldmím (o, simplemente, zebah o shelámim) o La grasa se quemaba en el altar; y las carnes eran para los
shelem 73, que la Vg, siguiendo a la versión de los LXX, traduce sacerdotes, pues el oferente, como culpable, no podía partici-
por «pacificum». Son sacrificios especiales para dar gracias par de ellas. Por eso, cuando el sacrificio era por un pecado
a Dios y fomentar la unión entre los oferentes; por eso, des- de la comunidad, los sacerdotes no podían comer de la víctima.
pués del sacrificio, se organizaba un convite de fraternidad El otro tipo de sacrificio expiatorio era el llamado por el delito
o de «comunión». Estos sacrificios eran de tres tipos: a) de ('áshdm, término que significa «ofensa»). Es un sacrificio de
alabanza (tódáh) 74; b) espontáneo (nedabáh), ofrecido por reparación 83. La víctima era el carnero. No es fácil determinar
devoción, sin obligación alguna ni por prescripción ni por pro- en qué se distinguía este tipo de sacrificios del anterior. Filón
mesas 75; el votivo (nédér) : para cumplir un voto 76. La vícti- creía que el primero (por el pecado) era por faltas involuntarias
ma era repartida entre Dios, a quien se ofrecía, el sacerdote contra el prójimo, mientras que el 'dshám sería por las faltas
y el oferente, que luego comía su parte como cosa santa. Las involuntarias contra Dios 8 4 . En cambio, según Flavio Josefo,
víctimas podían ser macho o hembra. Se hacía el rito de la la distinción sería entre pecados cometidos sin testigos y pe-
inmolación y efusión de la sangre como en el «holocausto». cados cometidos delante de testigos 85. En realidad, en algunos
La sangre y la grasa eran quemadas 77 sobre el altar. El oferen- textos parece que se intercambian como sinónimos el hattd'
te comía luego su parte con su familia o con sus invitados 78 . y el 'dshám 86 .
Solían ofrecerse, además, el minhah, de pasteles sin levadura
y de pan con levadura. Parte quedaba para el altar y luego el e) Ofrendas
sacerdote lo tomaba para sí.
La ofrenda vegetal es llamada minhah, que significa «don».
También este sacrificio hebraico parece encontrar su para- Las hay de flor de harina con aceite e incienso 87, o de harina
lelo en los sacrificios cananeos. En la tarifa púnica de Carta- cocida 88. Estas se presentaban sobre el altar y luego quedaban
go (llamada también tarifa de Marsella) se habla de sacrificios para los sacerdotes. Debían ser sin levadura, pero con sal 89 .
sewa'at y séhlém kalil; en el primero, parte de la víctima es Las «primicias» tenían también carácter de «ofrendas» o min-
para el sacerdote, y la otra parte, para el oferente; en el segundo hah 9 0 : espigas o pan cocido, con aceite e incienso; parte se
no se habla de repartición de la víctima; en algún caso (oferta quemaba sobre el altar. Esta parte se llamaba 'azkárah, que
de un volátil para hacer exorcismos), parte de este sacrificio se suele traducir por «memorial», pues recuerda al oferente
séhlém kalil quedaba para el oferente. Vemos, pues, que hay ante Dios. Generalmente, la minhah era. el complemento de los
cierto parecido con el sacrificio shelem (de «comunión») de los sacrificios cruentos, en los «holocaustos» y en los de «comunión».
hebreos 7 9 . En determinados textos rituales púnicos aparece la mnht
(equivalente a la minhah hebraica) asociada a '¡i (equivalente
d) Sacrificios expiatorios al 'oláh de los textos bíblicos).
Estos aparecen, sobre todo, en los textos posteriores al Como hemos indicado antes, todas estas «ofrendas» iban
exilio. Son dos, cuya distinción no es clara: El sacrificio por el 8
' L a víctima era: u n toro, p o r el sumo sacerdote, cuya culpabilidad a f e c t a b a a todo el
pecado (hattd') 80 , cuya víctima varía según la categoría social p u e b l o ; u n toro, por el pecado del p u e b l o ; u n macho cabrío, por el pecado d e l «príncipe»,
ndsi, jefe laico e n l a teoría d e Ezequiel; u n a cabra u oveja, p o r el pecado d e u n jarticular.
L o s p o b r e s podían presentar d o s tórtolas o d o s pichones: u n o por el p e c a d o y otro e n
73
A m 5,22: sólo aparece a q u í e n singular. holocausto.
82
74
L e v 7,12-15; 22,29-30: la víctima h a d e ser c o m i d a el mismo dia. L e v 17,11; cf. H e b 9,22.
83
75
L e v 7,16-17; 22,18-23. L e v 5,14-26; 7,1-6.
76 84
E n estos dos casos, la victima podía ser comida a l día siguiente; pero, si quedaba algo, F I L Ó N , De victimis II.
8
debía q u e m a r s e el tercer día (Lev 7,16-17). 5 F L A V I O JOSEFO, Ant. Iud. II I X , 3 .
86
77
L e v 3,16-17; 7,22-24. Cf. L e v 5,6.7; 4,2; 5,1.22.24; 14,10-32; N ú m 6,9-12; L e v 4,13.22.27; S.IS'T, Núm
78
El p e c h o debía ser «balanceado» ante Yahvé (tenufáh), pero no q u e m a d o ; y la pierna 15,22.
87
derecha estaba t a m b i é n sujeta al terumdh («¿elevada?»), y era para el sacerdote, como u n a L e v 2,1-3; 6 , 7 - n ; 7,10.
88
«contribución» (Lev 7,28-34; 10,14-15). L e v 2,4-10; 7,9.
89
79
Cf. R . DE VAUX, O . C , II 323-24. L e v 2,11-13.
80 90
L e v 4,1-5,13; 6,17-13. L e v 2,14-16; N ú m 5,15: «minháb d e los celos».
364 VIII. El culto mosaico Los sacrificios 365
acompañadas de incienso (qetóret: lo que «humea» o «perfu^ Pata apartar los genios maléficos se tomaba un animal o se
me»). En realidad, el término para designar el incienso propia- hacía una efigie de él, que era como su sustituto (el pujju, «vi-
mente tal es ¡ebonáh, que es el principal ingrediente de los cario*, o dinánu, «sustituto»), que ofrecía un exorcista, inmo-
perfumes que se quemaban 9 l . Solían acompañar a los sacri- lando el animal o destruyendo su efigie. Así, se dice en un
ficios cruentos y a las «ofrendas» vegetales 92. También en los ritual:
textos púnicos encontramos el qtrt (qetóret hebreo) y el Ibnt
(equivalente al lebonáh hebraico), que aparecen como perfu- «El ha entregado un cordero por su vida y ha entregado una cabeza de
cordero por una cabeza de hombre; ha entregado un cuello de cordero por
mes quemados en los sacrificios 93 . un cuello de hombre, ha entregado un pecho de cordero por un pecho
de hombre».
f) Origen de los sacrificios
Y en un texto asirio, para reforzar un tratado con la inmo-
Se ha pretendido relacionar el ritual de sacrificios de la lación de un carnero, se dice:
Biblia con otros de los antiguos pueblos orientales semíticos,
«Esta cabeza no es una cabeza de carnero; es la cabeza de Mati'iíu; la
con los mesopotámicos, los árabes y los cananeos, pueblos que cabeza de sus hijos, de sus grandes, de las gentes de su país. Si el susodicho
pudieron tener influencia sobre los antepasados de Israel, ya peca contra las cláusulas (del tratado), lo mismo que esta cabeza es arran-
que los patriarcas eran oriundos de Mesopotamia, aunque cada..., que sea arrancada la cabeza del susodicho. Esta pierna no es una
luego residieron en Canaán; asimismo, Moisés estuvo en con- pierna de carnero, es la pierna del susodicho...» 95
tacto con tribus arábigas en el Sinaí y en TransJordania. Nos encontramos aquí con sacrificios de «sustitución», lo
No parece que el ritual hebraico de sacrificios, tal como que no aparece en el ritual hebreo. No hay, pues, puntos de
aparece en los textos bíblicos, tenga mucho que ver con los contacto esenciales sobre la noción de sacrificios entre los me-
de Mesopotamia. En efecto, el nombre acadio para designar sopotámicos y el de la Biblia 96.
el sacrificio es neqú, que significa «libación» (el término zibu, En cuanto a los árabes es poco lo que se puede decir, pues
equivalente al zebáh hebraico, es de raro empleo). Para los las noticias sobre el ritual de los beduinos preislámicos son
mesopotámicos, el neqü es, ante todo, un banquete ofrecido a la inseguras y fragmentarias. Parece que los safaüas (en el Arabia
divinidad; el altar es la mesa de dios, en la que se ponen los septentrional) tenían sacrificios cruentos con motivo de deter-
alimentos para su uso: carnes de carnero, buey, gacela, volá- minados acontecimientos familiares, pero siempre fuera del
tiles, peces, legumbres, frutos y panes. Al lado se quemaban santuario. Los árabes de la parte central parece que hacían
perfumes, que alegran el corazón de los dioses, como dice en ofrendas de harina y libaciones de leche; y también se cortaban
el poema de Gilgamesh, el héroe Utnapishtim: los cabellos, como en el caso del názír hebreo 97. Se ofrecían
«Yo instalé siete y siete incensarios y esparcí sobre sus soportes de las primicias de las cosechas y parte del botín. Sacrificaban
caña, madera de cedro y mirra; los dioses olieron su fragancia y les agradó animales, que no quemaban. No hay, pues, parecido con los
el buen oloi; y así, los dioses, como moscas, se reunieron en torno al sa- sacrificios israelitas. No se menciona el «altar», aunque sí el
crificador» 94 .
nusub o mansdb, equivalente al massébáh de la Biblia, que es
No se habla de libaciones de sangre en los sacrificios. No una piedra erecta o estela. La víctima se inmolaba delante
hay sacrificios de «comunión», pues las partes de las víctimas de ella y se la frotaba con su sangre, que corría hacia u n foso
se repartían entre los dioses, el rey, el sacerdote y el personal que estaba al lado. La víctima era presentada por el mismo
del templo, sin que el oferente recibiera nada. Era una especie oferente, el cual comía sus carnes con su familia. N o hay
de contribución para el sostenimiento del culto. No se quema- cremación ni altar propiamente tal. Las víctimas eran animales
ba la víctima sobre el altar. Así, pues, no hay parecido con los domésticos: ovejas, ganado vacuno y camellos.
sacrificios israelitas, en los que la efusión de la sangre tenía En Arabia del Sur había santuarios con altares de libaciones
excepcional importancia. Tampoco hay sacrificios expiatorios. y perfumes, según se dice en las inscripciones encontradas; se
91 95
Ex 30,34-38. R. DE V A U X , O . C , 317.
92 96 E n Ez 44,16 y M a l 1,7.12: Is 65,11 se menciona la «mesa» del altar; quizá p o r infuencia
1 Sam 2,28; Is 1,13.
93 babilónica. E n D a n 14,12.18 se h a b l a de los «panes» q u e ofrecían a los ídolos d e Babilonia; en
Véase R. DE VAUX, o.c., II 300-301.
94 1 Sam 21,4-7 se habla de los «panes de la proposición» del santuario hebreo.
Epopeya de Gilgamesh XI.
« N ú m 6,18.
366 VIII. El culto mosaico El sacerdote 367

empleaban m u c h o los aromas. Se sacrificaban carneros, torcis, «ltigar alto» de los cultos cananeos según los textos bíblicos.
gacelas y leopardos. La inmolación se hacía sobre un altar; al A este propósito comenta R. DE VAUX, con su acostumbrada
que se le llamaba mdbht (equivalente al mizbéah hebraico). clarividencia: «Parecen ser la herencia de una civilización an-
Pero, a pesar de ciertos parecidos con los sacrificios israelitas, terioi a la instalación de los helenos y de los cananeos sobre
«faltan en Arabia rasgos esenciales del sistema israelita: la com- las riberas del Mediterráneo oriental. La costumbre de quemar
bustión total o parcial de la víctima sobre el altar, que es u n la víctima total o parcialmente sobre el altar existía ya en Ca-
rito común a todos los sacrificios israelitas de animales, n o exis- naan antes de la llegada de los israelitas. Por otra parte, no
tía en Arabia septentrional y central, y la afirmación de que hay prueba segura de que ellos la h u b i e r a n practicado durante
ella haya sido practicada en Arabia meridional reposa sobre su período de seminomadismo; la m á s antigua forma que ha-
una prueba dudosa» 9 8 . yan conocido podría ser la que q u e d a en el sacrificio pascual,
En resumen, después de lo expuesto queda claro que las tan íntimamente ligado a la historia de la permanencia en el
afinidades de los sacrificios israelitas son claras, con el trasfondo desierto: no se quema nada de la víctima, la sangre tiene espe-
cananeo, que conocemos m u y parcialmente. Con todo, pode- cial importancia y las carnes son comidas por los fieles; estos
mos suponer que en el desierto Moisés organizó u n culto si- rasgos se encuentran precisamente e n el antiguo sacrificio de
milar al de los nómadas de la zona—con algunos parecidos los árabes nómadas. Así, en el m o m e n t o de la sedentarización
a los ritos de los árabes preislámicos—, y que después, bajo en Palestina, los sacrificios 'oldh y zebah, consumidos sobre el
el influjo cananeo, se fueron diversificando los distintos sacri- altar, habrían sido tomados de los cananeos y combinados con
ficios, lo que parece tuvo lugar en tiempos de la monarquía los antiguos ritos de sangre, que conservaban su valor y no se
y después del exilio. Al menos, los textos actuales bíblicos encontraban entre los cananeos; después, los rituales habrían
sobre el particular son principalmente de esta época, en que evolucionado separadamente» " .
hay obsesión por lo ritual bajo la égida de la hierocracia,
inaugurada por Ezequiel y Esdras. 4. E L SACERDOTE
La característica de los sacrificios israelitas y cananeos es
que la víctima se quema total o parcialmente sobre el altar; a) El n o m b r e con que normalmente se designa al sacer-
parece que esto era también común a los moabitas y ammoni- dote en hebreo es kóhen, que tiene una raíz común con el fe-
tas, según las alusiones bíblicas. Tenemos, pues, que el sacri- nicio y con el nabateo. En la Biblia se aplica este n o m b r e a los
ficio de los hebreos viene a coincidir, en parte, con los de los sacerdotes israelitas y a los de los países extranjeros 1 0 ° . Hay
pueblos afines del oeste semítico; el trasfondo común étnico otro término en plural que aparece tres veces aplicado sólo a
se ha reflejado en el ritual de los sacrificios. Ahora bien, los los sacerdotes de los falsos dioses: kemarim 1 0 1 , que encuentra
griegos arcaicos tenían también el rito similar de Ouaía similar su equivalente en el vocablo kmr, y que aparece a principios
a zebah hebraico: parte de la víctima se quemaba sobre el altar, del segundo milenio e n las tabletas de Capadocia; luego en
parte era para los sacerdotes, y el resto se comía por los oferen- arameo, palmiriano y siríaco. Se ha relacionado el kóhen con
tes e n u n banquete sagrado; además, los griegos tenían el el acadio kdnu (k'n), que significa «inclinarse», prestar home-
«holocausto» (quema total de la víctima) en honor de las divi- naje; o con la raíz hebrea kw'n («estar de pie»); así, el sacerdote
nidades ectónicas y de los héroes divinizados, quizá haya rela- sería el que está de pie ante Dios suplicando por su pueblo 1 0 2 .
ción semántica entre el |3W|JIÓS («estrado», «altar») y bdmdh, o b) Según la tradición bíblica, los sacerdotes e r a n de la
98
t r i b u de Leví y heredaban automáticamente sus funciones sacer-
R. DE VAUX, O.C. II 3 2 1 ; cf. G. B. G R A Y , Sacrifice in the Oíd Testament. Its Theory and
Practice (Oxford 1925); A. W E N D E L , Das Opfer in der altisraelitischen Religión (Leipzig 1927); dotales; era una casta hierocrática dentro de la sociedad, y por
W . O . E . OESTERLEY, Sacrifices in Ancient Israel The Origin, Purposes and Development (Lon- eso n o se necesita de tina carisma especial o vocación para
don 1937); W . B. STEVENSON, Hebrew'olah and zebach Sacrifices, en Festschrift Bertholet ( T ü -
bingen 1950) 488-97; N . H . SNAITH, Sacrifices in the Oíd Testament (zebah, minhah, hatta'at) : asumir sus funciones. Bajo este aspecto, el sacerdocio hebreo
V T VII (1957) 308-17; L . M O R A L D I , Espiazione sacrifícale e riti espiatori nell ambiente bíblico
e nell'Antico Testamento (Roma 1956); J. H E N N I N G E R , Le sacrifice chez les Árabes: E t h n o s X I I I
(Stocholm 1948) 1-16; G. RYCKMANS, Les religions árabes préislamiques (Louvain 1951); R. D u s - 9» R. DE V A U X , o.c., II 326.
SAUD, Les origines chananéennes dusacñfice israélite (París 1941); D . M . L . U R I E , Sacrifice among 100
A los egipcios ( G e n 41,45; 47,22), a los fenicios (2 Re 10,18; 11,18), a l o s filisteos (1
the West Semites: P E Q ( i 9 4 9 ) 67-82; J. GRAY, The Legacy of Canaan (SVT V) (Leiden 1957); Sam 5,-5), a los moabitas (Jer 48,7), a los ammonitas (Jer 49,3).
G. FURLANT, II sacrificio nella religione dei Semiti di Babilonia e Assiria (Roma 1932); R. K. J E R - 101 2 Re 23,5; O s 10,5; Sof 1,4.
KES, Sacrifice in Greek and Román Religions and Early Judaism (New York 1952). 102 Cf. D t 10,8.
368 VIII. El culto mosaico , \ El sacerdote 369
I oficio lo heredaban sus hijos; y así surgió una casta de «guar-
es similar al sacerdocio profesional de los otros pueblos d¿l
antiguo Oriente. Cuando entraba en funciones, se decía que dianes» del santuario. Según los relatos bíblicos, los levitas
se «llenó su mano» 103 ; era el rito de la investidura; la explica- acampaban en torno a la «tienda» 113 , en lugares determina-
ción parece estar en relación con lo que se declara en Lev 8,27- dos l14; los de la familia de Aarón deben estar a su entrada para
28 y Ex 29,24-25: Moisés llenó las manos de Aarón y de sus prohibir el acceso a los laicos 115 . Por eso, prestaban un servi-
hijos con las porciones de las víctimas que iban a ser colocadas cio de «guardia» 116 ; cuando se trasladaba la «tienda», la trans-
sobre el altar; después las tomó de ellos y las hizo quemar: era portaban y la acompañaban 117. Más tarde, las familias sacer-
el «sacrificio de millu'ím» (de las cosas «llenadas»). Es una ex- dotales eran las encargadas de servir al templo 118.
plicación convencional de unos textos recientes. Por eso, al- d) Una de las funciones primarias de los sacerdotes era
gunos traducen millu'ím por «salario», como se narra cuando consultar a Yahvé por el «oráculo» 119 ; bajo este aspecto sus-
Mika alquiló los servicios del levita para hacer de sacerdote tituían a Moisés, que «consultaba a Yahvé» 120 . Pero los sacer-
familiar 104 . dotes no podían darse cita con Yahvé, como Moisés, en la
De hecho, en acadio la expresión «poner en mano» significa «tienda» 121, hablándole cara a cara; por eso utilizaban para
investir a uno de un empleo. Y en los textos de Mari (s. xvm conocer la voluntad divina el sistema de echar a suertes por el
a.C.) aparece la expresión «llenar la mano» para determinar el 'efód, el urím y el tummim.
botín que pertenece a determinados empleados; en ese supues- El término 'efód tiene un sentido múltiple en los textos
to, «llenar las manos» del sacerdote hebreo significaba consig-
bíblicos: era una especie de camisa de lino, al estilo de los sacer-
narle la parte que le correspondía en las ofrendas y sacrificios,
lo que en 1 Sam 2,13 se llama «derecho del sacerdote». dotes egipcios 122 ; designa también una pieza de adorno del
sumo sacerdote, que le recubría el pecho 123 . En él había un
Según Núm 8,10, los israelitas imponían sus manos a los
levitas como si se entregara a los levitas a Dios en nombre del «pectoral» (hoshén) 124; era una especie de saquito en el que
pueblo como sustitutos de los primogénitos 105 . Al entrar en estaban el urím y el tummim para determinar los oráculos; por
funciones, el sacerdote, automáticamente, era «sacralizado»; por eso se llamaba «pectoral del juicio» 125. Además, el 'efód apa-
eso se dice de él que es «santificado» 106 ; el sumo sacerdote lle- rece como un objeto de culto que se utilizaba para la adivina-
vaba una lámina en la frente que decía «Santificado para Yah- ción 126, pues servía para consultar a Yahvé 127.
vé» 107 , pues ha sido puesto «aparte» 108 al servicio de Dios 109 ; En los textos de Ugarit-Ras Shamra aparece el término
y así, «santificar» las cosas sagradas. De este modo puede el 'epd, que designa el vestido de la diosa Anat; y en los textos
sacerdote estar en el santuario sin peligro a sufrir el efluvio asirios arcaicos de Capadocia, el término epattu o epaddtu
peligroso de la «santidad» de Yahvé en su residencia 110 . Por significa también un «rico vestido».
eso se les imponen ciertas prescripciones aislantes del pueblo l n , e) Urím y tummim. Es difícil determinar el sentido de
pues hay que mantener la separación entre lo «santo» y lo «pro- estos términos, que parecen pertenecer al protocananeo. Tam-
fano» 112 . poco se sabe exactamente lo que eran; algunos creen q u e eran
c) El sacerdote dice relación esencial al santuario al que piedras o especie de dados, o varitas que se sacaban de la
sirve. Entre los árabes preislámicos había uno encargado de bolsita y que se las echaba a suertes, como en la rabdomancia
guardar el santuario de la tribu, llamado sádin («guardián»), el
cual debía recibir a los visitantes y aceptar sus dones. Y cuando 113
114
N ú m 1,53.
N ú m 3,23.29.35.
la tribu emigraba debía seguir guardando el santuario. Este 115
u
N ú m 3,39.
& N ú m 1,53; 3,28.32.
103 117
Cf. Jue 17,5-12; Ex 32,29; 1 Re 13,33; Ex 28,41; 29,iss; Lev 8,33; N ú m 3,3; Ez 43,26. N ú m 4,5s; D t 10,8.
104
Jue 17,10; 18,4. 118 Ez 45,4-
i»5 Gf. R. D E V A U X , o . c , II 216. 119 D t 33,8-10: además, debían enseñar la ley y servir al santuario.
106 120
L e v 21,6. E x 3 3 , 7 - n ; 18,15.
I0 "i N ú m 12,6-8.
? Ex 28,36. 122
ios N ú m 8,14; D t 10,8. Cf. 1 Sam 2,18; 22,18; lo llevaba D a v i d para danzar (2 Sam 6,14); 2 S a m 6 , 1 4 .
!<" 1 P a r 23,13- 123 E x 29,5; Lev 8,7.
110
Véase M . GARCÍA CORDERO, Teología de la Biblia I (1970) 221-33. i24 Ex 28,15-30; 39,8-21.
111
N o pueden participar en u n duelo ni casarse c o n una divorciada (Lev 21,7). i" Ex 28,15.30.
112 126
D e b e n tener vestidos especiales para entrar en e] santuario (Ex 28,43), lavar sus vesti- J u e 17,5; 18,14.17.20; Jue 8,27; 1 Sam 2,28; 14,3; 23,6.9; 21,10.
127
dos ( N ú m 8,7), purificarse por abluciones (Ex 30,17-21; 40,31-32; Lev 8,7). 1 Sam 23,10; 30,8.
370 VIII. El culto mosaico El sacerdote 371
128 129
de los árabes , a base de una disyuntiva ; pero, si salían i) En muchos textos bíblicos, los sacerdotes son llama-
las dos juntas, no había respuesta 1 3 °. Esta práctica desaparece das «hijos de Leví» o «levitas». La etimología de Gen 29,34
en los textos posteriores a David. De hecho, después del exilio, juega con la idea de «unir» (en árabe, invirtiendo las letras de
el sacerdote ya no practicaba el ministerio «oracular» por suer- léwy, da wly; el wely es el santón, «vinculado» a Dios). No
tes, pues ya antes había sido sustituido por la intervención de obstante, se relaciona la raíz hebraica Iwh con la idea de «dar
los profetas, los carismáticos, que recibían comunicaciones vueltas» (¿danzas rítmicas?) o «dar»; entonces, los levitas serían
oraculares directamente de Dios para cada caso particular. los «donados» a Yahvé en vez de los primogénitos 138. Y, de
f) Según Dt 33,10, los sacerdotes, además de su función hecho, en las inscripciones mineas de Arabia, lw' se aplica a
oracular, debían «enseñar» las «decisiones» (mishpatim) a Jacob, personas y a cosas consagradas a la divinidad. En ese caso,
y laí instrucciones» (tórót) a Israel. En efecto, una de las fun- lewy sería un nombre de función. Con todo, la Biblia explica el
ciones esenciales del sacerdote era enseñar la tórdh o Ley» 131 , nombre de levitas, por el procedimiento de los epónimos, su-
es decir, el conjunto de instrucciones que regían las relaciones poniendo que son hijos de Leví, hijo de Jacob 139 . En los textos
d?l hombre con Dios. Pero de hecho, los sacerdotes se desen- de Mari aparece el nombre de Lawi-ili; en un texto egipcio
tenderán de esta función fundamental, dedicándose sólo al aparece el equivalente Rw'r 140 .
culto, lo que era más lucrativo; por eso, los levitas, que con la j) Como las funciones rituales de los sacrificios eran muy
centralización del templo de Jerusalén quedaron descartados complicadas, muy pronto en todos los pueblos surgió el sacer-
de las funciones sacerdotales, se dedicaban a predicar la ley docio profesional, a base de una casta familiar que se transmitía
por las zonas rurales en plan de catequistas. Después del exilio, los secretos rituales de padres a hijos. Y esto aparece en Egipto,
los escribas heredaron esta función; en tiempos de Cristo se Mesopotamia y entre los árabes preislámicos, pues el santuario
dará la instrucción en las sinagogas locales. de cada tribu era como propiedad de una familia que lo guar-
g) Pero lo específico del sacerdote es lo relativo al sacri- daba. Esto mismo aparece en la Biblia 141, pues, según Núm 1,
ficio, según lo que se dice en Dt 33,10: «colocan el incienso 50 y 3,6s, los hijos de Leví (hijo de Jacob) fueron puestos aparte
a tus narices, y el sacrificio en tu altar». No obstante, el deutero- para las funciones sagradas por determinación de Dios; fueron
nomista pone esta función después de las dos anteriores: la de entregados a Dios en lugar de los primogénitos 142. Algunas
manifestar oráculos y enseñar la ley. De hecho, en tiempos de veces aparecen al servicio de Aarón 143, y aun están en contra
los jueces aparecen algunos laicos ofreciendo sacrificios 132 . de Aarón por haber organizado el escándalo del culto al bece-
Según Ex 24,3-4 (tradición «elohísta»), Moisés ordenó a unos rro de oro 144; en cambio, según Dt 10,6-9, los levitas fueron
jóvenes (que no consta fueran sacerdotes profesionales) inmo- escogidos por Moisés después de la muerte de Aarón. Por ello
lar holocaustos y sacrificios de comunión, pero es Moisés quien tenían una situación especial en relación con las otras tribus 145;
actuó propiamente como «sacerdote» al derramar la sangre sobre y no recibieron territorio en Canaán, porque «su lote (kleros)
el altar y rociar al pueblo, pues la sangre era lo más importante es Yahvé» 146 , y se les compensó con diezmos y otros impues-
de la víctima 133. Igualmente, la oferta de incienso era propio tos de las otras tribus 147.
de los levitas 134 y sacerdotes 135 . k) Ahora bien, dentro de esta tribu de Leví, u n a rama
h) Ahora bien, en las tres funciones del sacerdote (pro- (la familia de Aarón) recibió prerrogativas especiales, alzán-
nunciar oráculos de parte de Dios, enseñar la ley y sacrificar), dose con el monopolio del sacerdocio, de modo que los otros
éste aparece siempre como mediador entre Yahvé y su pue- levitas le quedaron subordinados, empleados en funciones sub-
blo 136 , pues el sacerdocio es «una institución de mediación» 137. alternas de culto 148.
128 Cf. Ez 21,26-27. 1 3 8 N ú m 3,12; 8,16
139
12' Cf. 1 Sam 14,41-42; 14,18-19; 23,9-12. G e n 34,25.
« o 1 Sam 14,37; 28.6, 14» Cf. R. DE V A U X , O . C , II 214.
« 1 M i q 3,11; Jer 18,18; Ez 7,26. 1 4 1 Cf. Jue 18,50; 1 Sam c.1-2; 1 Sam 7,1; 2 Sam 6,3; 22,11.20-23.
1 3 2 G e d e ó n (Jue 6,25-26), el padre de Sansón ( J u e 13,16-23), el padre de Samuel (1 Sam i « N ú m 3,12; 8,16.
143
1,3.4.21; 2,19); Eli es el «guardián» del santuario (1 S a m 1,9); David, Salomón (2 Re 16,12-16). N ú m 3,6.
1 3 3 E x 24,3-8; Lev 17,11.14. 1 4 4 Ex 32,25-29.
134 i « N ú m 1,47-49; c.4,26.62.
D t 33,10.
135 N ú m 17,5; 1 Par 23,13. E l rey Ozías, q u e se a r r o g ó esta función, fue castigado con la 1 4 6 Jos 13,14-33; 14,3-4; 18,7.
147
lepra (2 Par 26,16-18). N ú m 18,21-24; N ú m 35,1-8; Jos 24,1-42.
i" Cf. Heb 5,1. 1 3 7 R. DE VAUX, O . C , II 211. 1 4 8 Ex 29,9,44; 40,iS; N ú m 3,4; 25,11-13; i Par 24,3; 1 Re 2,35; 1 Par 5 , 3 0 - 4 1 ; (,35-38.
372 VIH. El culto mosaico Las antiguas fiestas religiosas 373

I) Ya hemos indicado que en los textos bíblicos aparece tában dispersos por las tribus, sin territorio propio, confiados
ejerciendo el sacerdocio gentes que no son levitas 149 ; entre a la caridad de sus hermanos laicos. Nos hallamos, pues, ante
ellos, los hijos de David 1 5 °, que era de la tribu de Judá; pero una concepción idealizada de algún autor posterior que quería
ya en tiempos de los jueces se prefería a un «levita» para sacer- reivindicar derechos territoriales para los levitas marginados;
dote 151. Cuando hacia el siglo VIII se redacta el texto de Dt 33, sobre todo, después de la reforma de Josías (s.vn a.C), quien
8-11, la tribu de Leví tiene ya la exclusiva sacerdotal. Pero en concentró en Jerusalén a los sacerdotes de las ciudades de
el libro de los Reyes no se mencionan los levitas, mientras que Judá 161.
los textos deuteronomistas hablan indistintamente de «sacer- m) Algunos autores han relacionado a los «levitas» (según
dotes-levitas», sin distinción entre éstos 152 . Pero al mismo la Biblia, descendientes del hijo de Jacob que llevaba el nom-
tiempo se recomienda la caridad hacia «el levita que habita en bre de Leví) 162 con la palabra lw', que aparece en las inscrip-
tus puertas», dando a entender que éstos no tenían medios de ciones mineas de Arabia del Norte; su parecido con el término
subsistencia fuera del templo central. Era, pues, un ciudada- hebraico lewy ha hecho pensar si los «levitas» de Israel habrían
no desamparado, como el huérfano, la viuda y el extranjero 153 . sido una institución tomada del ambiente nómada de Arabia
Así se fue creando una doble casta: la de los levitas que ejer- septentrional, cuando la estancia de los hijos de Jacob en la
cían en Jerusalén como sacerdotes, y la de los levitas rurales, península del Sinaí. Pero el término lw' de las inscripciones
que, siendo sacerdotes, quedaron sin poder ejercer su función mineas no designa a una persona ni una función, sino un obje-
to, una donación a la divinidad. Por otra parte, en Arabia del
a causa de la centralización del culto a partir de la reforma de
Norte fueron instaladas por Nabónides (s.vi a.C.) colonias
Ezequías (s. VIII a.C). Por eso, en la legislación de Ez 44,6-31
militares de semitas occidentales, entre las que no faltarían
se adscribe a los levitas sin colocación al templo de Jerusalén
los hebreos. Por eso «no hay necesidad de buscar fuera de Is-
para los oficios subsidiarios en sustitución de los netinim o «do- rael el origen del levitismo» 163.
nados» 154, que parece provenían de los esclavos gentiles de
Salomón. Pero las funciones propiamente sacerdotales (ofrecer
la sangre y entrar en el santuario) pertenecían a los levitas- 5. LAS ANTIGUAS FIESTAS RELIGIOSAS
sacerdotes, llamados «hijos de Sadoq» 155. Es lo que se viene
Las tres grandes fiestas por antonomasia (hdg: «peregrina-
a disponer en Núm 3,6-9: los levitas al servicio de Aarón 156,
ción») eran Pascua-Ázimos (fiesta de primavera: marzo-abril),
pues en los textos posexílicos se insiste en que los sacerdotes
Semanas o Pentecostés (cincuenta días después de aquélla) y
propiamente tales son descendientes de Aarón, y se dan las
Tabernáculos (septiembre-octubre).
genealogías 157. Pero, dada la situación de inferioridad en que
habían quedado los levitas respecto de los sacerdotes, los pri-
a) Pascua-Ázimos
meros apenas se decidieron a retornar a Jerusalén después del
exilio 158, e intentaron luego emanciparse 159 . La fiesta de la Pascua aparece vinculada a la liberación de
II) Según Jos 21,1-42, se asignaron a la tribu de Leví Egipto, que coincidió con la época de la celebración d e esa
48 ciudades con sus alrededores, distribuidas por igual entre fiesta, de origen nómada 164. Según la tradición «sacerdotal» 165,
las tribus 160 . Esta distribución parece que fue una utopía. desde el principio existieron dos fiestas sucesivas: la de Pascua
De hecho, cuando se redactó el Deuteronomio, los levitas es- y la de los Ázimos. La primera se celebraba en la luna llena de
primavera, en el primer mes, el de abib («espiga»), que luego se
149
J u e 17,5; Samueles efraimita(i Sam 1,1); llevaba el 'e/oddelos sacerdotes (i Sam 2,18)
y ofrecía sacrificios (i Sam 7,9; 9,13; 10,8).
llamó nisán, según la nomenclatura babilónica (marzo-abril).
150 2 Sam 8,18; cf. 2 Sam 20,26.
151
El día 14 del mes se sacrificaba un cordero macho sin defecto y
J u e 17,13; 18,30: descendiente de Moisés.
152 D t 10,8; 17,9.18; 18,1; 21,5; 24,8; 31,9. con su sangre se rociaba el dintel y puerta de la casa. La carne
153
D t 12,12.18.19; 14,27.29; 16,11.14. era asada y comida en esta noche de luna llena; no se debía
154 E s d 8,55-58.
155 E Z 44,15; 40,46; 43,19; 48,11. •«i 2 Re 23,8.
156 Cf. N ú m 8,19; 18,1-7. 162
Gen 49,5-7; D t 33,8-11; Gen 34.
157 Esd 2,IS; 8,20. 163
R. DE V A U X , o . c , II 231.
158 E x 2,40; N e h 7,43: sólo h a y 74 levitas entre 4.289 sacerdotes.
164 Ex 12,1-20.
159 Cf. R. DE VAUX, O.C, II 262. 165
Cf. L e v 23,5-8; N ú m 28,16-25; 9,1-14.
160 Cf. 1 Par 6,39-66; N ú m 35,1-8.
374 VIH. El culto mosaico Las antiguas fiestas religiosas 375
romper ningún hueso de la víctima y lo que sobraba debía ser 174 175
significa «cojear» , «saltar» , porque Yahvé ha «saltado» pa-
quemado. Se comía con panes sin levadura y con hierbas sando de largo sobre las casas de los israelitas la noche del ex-
amargas; los participantes debían estar con un bastón, en plan terminio de los primogénitos cuando éstos estaban celebrando
de viaje. Los esclavos y extranjeros debían participar también la Pascua 176. Algunos lexicólogos, sin embargo, prefieren re-
de la fiesta, si estaban circuncidados. lacionar el término hebreo con el acadio pasháju («calmar»,
Al día siguiente comenzaban los Ázimos (massót: «panes apaciguar). Pero, como dice R. de Vaux, «la Pascua no tiene
sin levadura»): Debía desaparecer todo lo que estuviere fer- carácter expiatorio» 177. Finalmente, los egiptólogos prefieren
mentado y durante siete días (del 15 al 21) debían comerse ver en pesaj la trasliteración del término egipcio p'sh, que sig-
panes ázimos; el primero y séptimo día eran días de fiesta, nificaría «golpe», aludiendo al «golpe» de la décima plaga 178,
en los que no se podía trabajar y debía organizar una asamblea cuando Yahvé «golpeó» a los primogénitos de Egipto 179 .
religiosa. Este ritual posexílico 166 aparece ya en el «papiro Pero, prescindiendo del sentido etimológico, podemos co-
Pascal», de Elefantina (419 a.C), donde se prescribe el ritual legir que la fiesta de la Pascua era originariamente una fiesta
para la colonia militar judía de la zona. de pastores: un sacrificio de nómadas conforme a la costumbre
En la prescripción de Dt 16,1-8 se dice que la fiesta de de los antiguos árabes preislámicos. En su rito no aparece la
Pascua se debe celebrar en el santuario de Jerusalén. Es ya intervención del sacerdote profesional, ni se habla de altar ni
una fiesta de peregrinación anual. A continuación seguía la de efusión de sangre, que es lo esencial del sacrificio israelita 1 8 °.
fiesta de los Ázimos. Es el ritual que encontramos en la Pascua Por otra parte, se celebraba en la primavera, cuando empiezan
celebrada por el rey Josías en 621 a.C. 167 Asimismo se dice a nacer los corderos. Y quizá el sacrificio de un cordero tenía
que no se había celebrado una tan solemne Pascua desde el la finalidad de alejar a los genios maléficos, masji («extermina-
tiempo de los jueces, es decir, cinco siglos antes 168. dor») y proteger a los recién destetados 181 . La primavera se-
De hecho, en algunos calendarios antiguos se habla de los ñala el comienzo de la trashumancia, con sus peligros. Bajo
Ázimos y no de la Pascua 169 . Es una fiesta de peregrinación este aspecto sería un rito en beneficio del rebaño, como la
(hdg) en el mes de abib 170 . En cambio, en Ex 34,25 se habla antigua fiesta de los nómadas árabes en el mes de radjab, en
de la Pascua, pero no figura entre las fiestas de «peregrinación». el primer mes de la primavera. Así, en la Pascua se comía el
Así, pues, parece que la innovación de Josías es haber conver- cordero asado, al estilo de los pastores, con las hierbas amar-
tido la Pascua en fiesta de «peregrinación» anual a Jerusalén. gas de la estepa, las plantas que nacen en la estepa, que tienen
Es una consecuencia de la centralización del culto. Al parecer, Un especial amargor, del que gustan los beduinos para sazonar
antes la Pascua era una fiesta de familia y se celebraba en cada sus viandas. Igualmente, el pan sin levadura es el que utilizan
casa y en cada lugar 171. Pero, al coincidir la fiesta con la de aún los beduinos de la región del Sinaí 182. La actitud de mar-
los Ázimos, se fusionaron ambas, celebrándose ésta a continua- cha, con el bastón en la mano y las sandalias calzadas, simboli-
ción de la Pascua 172. En realidad, esta fiesta solemne en zan la prontitud de los pastores para la marcha cuando se va a
Jerusalén había sido ya celebrada por Ezequías en el si- iniciar la trashumancia en busca de nuevos pastos.
glo VIII a.C. 173; también, según Jos 5,10-12, los hebreos cele- Ahora bien, en los textos bíblicos no se dice que la víctima
braron la Pascua en Gilgal, al entrar en la tierra prometida, en la fiesta de la Pascua debiera ser de los «primogénitos» de los
comiendo panes ázimos al día siguiente de la Pascua. rebaños, a pesar de que la celebración de la misma se inserta
El nombre de Pascua proviene del hebreo pesa], cuya eti- en la noche de la muerte de los «primogénitos» egipcios 183 ,
mología es oscura. La Biblia, buscando siempre explicaciones perdonando a los de los hebreos. Por ello se inserta la ley de
etiológicas convencionales, la relaciona con la raíz psj, que
174
2 Sam 4,4.
i " 1 Re 18,21.
i«« Cf. Ex 6,19-22. 176 Ex 12,13-23-27.
167
2 Re 23,22. 177 R. DE VAUX, O . C , II 389.
168
2 Par 35,18: «desde los tiempos de Samuel». 1 7 8 Así B . COURAYER, R B 62 (1955) 481-96.
!69 Ex 23,34; 12,21-23.
i " Ex 12,12.13.23.27.29.
17" Ex 23.I4-I7Í 34,23- 180 Cf. R. DE V A U X , O . C , II 3 1 8 - 2 1 .
171
Ex 12,21-23; D t l 6 , i s . 181 J^x 12 2T.
" 2 Ez 45,21. 182 Cf. R.' DE V A U X , O . C , II 390.
173 2 Par 30,26.
' 8 3 Ex 13,1-2.11-16.
376 VIII. El culto mosaico Las antiguas fiestas religiosas 377

ofrecer los «primogénitos» de los animales (no sólo de los cor- b) L a fiesta d e las « S e m a n a s » o d e « P e n t e c o s t é s »
deros) en sustitución de los «primogénitos» del hombre 184.
Y sólo en los textos sacerdotales se determina la fecha de la Es la segunda fiesta anual, la de la siega (qdsir) de los tri-
Pascua: en la noche del 14 al 15 del primer mes (abib-nisán). gos 192 , que aparece en el calendario cananeo preisraelita de
Era una fiesta de luna llena y nocturna de nómadas. En una Gezer 193 . En Ex 34,22 se la llama la fiesta de las «Semanas»
carta de la colonia judía de Elefantina (Egipto) se pide al des- (shábuót) 194 , porque se celebraba siete semanas después de
tinatario: «Comunícame cuándo celebráis la Pascua»185, lo que la siega de las primeras espigas en la fiesta de los Ázimos. Por
supone que había dudas entre ellos sobre la fecha de esta anti- eso en Núm 28,26 es llamada también fiesta de las «primicias»
gua fiesta de los israelitas, tomada del ambiente nómada, pero (bikkúrím). Era una fiesta alegre de las primicias de la reco-
que adquiere un sentido nuevo histórico al coincidir con la lección de los trigos 195 . Estas siete semanas entre las dos fiestas
salida de ellos de la servidumbre egipcia. Es la fiesta que re- daban un total de «cincuenta» días; por eso se empezó a llamar
cuerda su liberación como pueblo 186 y no tiene nada que ver en griego de T7svTr|KoaTf] («cincuentena») 196 . La ceremonia con-
con un supuesto mito de la lucha de Yahvé contra sus ene- sistía en ofrecer dos panes de harina nueva cocidos con leva-
migos. dura (es el caso único de una ofrenda a Yahvé con pan fermen-
La fiesta de los Ázimos, en cambio, parece provenir del am- tado) ; es el pan de las gentes sedentarias. Por eso, parece ser
biente cananeo, pues refleja un trasfondo agrícola bien defini- una fiesta tomada del ambiente agrícola cananeo, donde se pre-
do. Esta fiesta señalaba el principio de la siega de las ceba- sentaban las primicias de la cosecha a sus dioses. Para los israe-
das 187; desde ésta se contaban siete semanas para la fiesta de la litas, la fiesta de las Semanas tenía también un significado his-
Siega o de las Semanas, cuando se presentaban ya las primeras tórico, pues recordaba la alianza sellada en el Sinaí, ya que
espigas de trigo. Durante siete días se comía pan con los nuevos ésta tuvo lugar en el tercer mes después de la salida de Egip-
granos, sin levadura, es decir, sin nada de la antigua cosecha. to 197 . Los cenobitas de Qumrán celebraban con especial so-
Por ello, la fiesta de los Ázimos tiene un carácter de ofrenda de lemnidad esta fiesta para conmemorar la «nueva alianza» que
«primicias» de los cereales más precoces 188. El ciclo se cierra inauguraba la comunidad. Para los cristianos, la efusión del
con la fiesta de las Semanas (Pentecostés: «cincuenta» días, siete Espíritu Santo el día de Pentecostés inaugura también el cum-
semanas), que señala el fin de la siega de los trigos. Se trata, plimiento de las antiguas promesas, dando así por terminado
pues, de fiestas eminentemente agrícolas y, como tales, debie- el ciclo del culto del templo. Pero en los discursos de los após-
ron de iniciarse cuando los israelitas estaban ya asentados en toles no se alude a la alianza del Sinaí ni a la «nueva alianza»,
Canaán 189 . Pero el número de siete días de duración supone inaugurada por Cristo en la última cena 198 .
ya la institución del sábado (comenzaba en un sábado y termi-
naba en el siguiente) 1 9 °. Se celebraba en el mes de abib («es- c) La fiesta de las «Tiendas» o «Tabernáculos»
piga»), como la de Pascua 191 . Por eso, cuando la Pascua se
convirtió en fiesta de peregrinación (jág), se fusionaron ambas Es la fiesta de sukkót o de las «chozas» 199 ; es la fiesta de la
fiestas: la pastoril y la agrícola, y ambas sirvieron para simboli- «recolección» ('dsíp) de los frutos en el otoño 2 0 0 . Era lamas
zar la salida de Egipto. ruidosa de todas las fiestas de peregrinación 201 ; se la llamaba
«fiesta de Yahvé» 202 , porque es la «fiesta» por excelencia 203 .
184 E x 13,15; Ex 22,18-29.
1 « Cf. R. DE VAUX, o.O, II 3 9 1 .
x86
Flavio Josefo dice de ella: «Es la fiesta más santa y la más
Cf. Ex 23,15; 34,18; D t 16,3; D t 16,1.6; E x 12,23-27.39; 12,12-13.17: «sacerdotal».
187 D t 16,9: «a partir del m o m e n t o en q u e la hoz h a y a comenzado a cortar las espigas». 192
188 E x 23,15; 34,20; L e v 23,9-14. Ex 23,16; 34,22.
189 L e v 23,10. 193 Cf. R. DE VAUX, O.C., I 280.
" o E x 12,16; D t 16,8; L e v 23,6-8. «i Cf. D t 16,9-10.
191 Ex 23,15; 3 4 , i 8 . 195 N ú m 28,26.
196 2 M a c 12,31-32; T o b 2,1.
197 Ex 19,1.
198 Cf. LC 22,20; Act 2.ISS.
199 Dt 16,13.16; Lev 23,34; Esd 3,4; Zac 14,16.
200
Ex 23,16; 34,22.
201 Lev 23,39-
202
N ú m 29,12.
203 Ez 45,25; 1 Re 8,65.
378 VIII. El culto mosaico Las antiguas fiestas religiosas 379
204
grande entre los hebreos» . Sin duda, era la de más afluencia un sentido histórico: recordaba la estancia de los israelitas en
de peregrinos en Jerusalén, porque terminaba el año agrícola las tiendas en el desierto. Es el proceso de «historificación» que
y los israelitas quedaban libres de las faenas del campo. Por se da a las fiestas atávicas de Israel en función de la «historia
otra parte, era preciso elevar oraciones para pedir las lluvias de salvación». Con todo, no se la relaciona con la alianza.
para la nueva siembra.
Era una fiesta eminentemente agrícola, de recolección de d) La fiesta de la «Expiación»
las uvas y del aceite 205 . Iba acompañada de romerías populares
en las viñas 206 . Por eso decían los rabinos: «El que no haya Es el Yóm Kippur («día de la expiación»), que surge en los
visto la alegría de esta fiesta de noche, no ha visto verdadera últimos siglos del AT. Se celebraba en el 10 del séptimo mes 217 ;
alegría en su vida». Era una fiesta de siete días, que además su ritual detallado se da en Lev I 6 , I S : el sumo sacerdote ofrece
conmemoraba la dedicación del templo de Salomón 207 . En el un toro en sacrificio por su pecado y el de su «casa», es decir,
octavo día había una asamblea cultual 208 , con sacrificios espe- por los sacerdotes descendientes de Aarón, y penetra (sólo este
ciales 2 0 9 . Según Lev 23,42, se debía morar durante los siete día al año) dentro del velo del santo de los santos, inciensa el
días en chozas de ramaje, para recordar las tiendas en las que «propiciatorio» (kapporét) y lo rocía con la sangre del toro.
tuvieron que residir los israelitas en el desierto 210 . Según Luego inmola un macho cabrío por el pecado del pueblo, y
2 Mac 10,6-8, durante ocho días se llevaban en procesión tir- con él rocía el «propiciatorio» detrás del velo.
sos, ramos verdes y palmas 211 . Luego sigue un rito curioso: el del macho cabrío emisario
Se celebraba al comenzar el otoño 212 , que señalaba el fin «para Azazel»: la comunidad ofrece dos chivos, los cuales son
del año agrícola 213 . El calendario cananeo de Gezer inicia el echados a suertes: uno para Yahvé y otro para Azazel. El pri-
año por los meses de la recolección de los frutos en el otoño 214 . mero es sacrificado por los pecados del pueblo a Yahvé, como
Conforme a esto, la fiesta de los Tabernáculos comenzaba en el acabamos de decir. El otro es colocado «delante de Yahvé»;
día 15 del séptimo mes del año, que comenzaba en primavera luego, el sumo sacerdote coloca las manos sobre la cabeza del
(abib-nisán) 215 . Duraba siete días, con un octavo como apén- chivo y le carga con todas las faltas de los israelitas. Después,
dice de clausura solemne. Como esta fiesta coincidía con la un hombre conduce el chivo hacia el desierto, adonde van a
vendimia, Plutarco ve en ella un eco de la fiesta de los helenos parar los pecados del pueblo 218 . Y el hombre que lo llevó
a Baco 216 . Sin duda que los israelitas tomaron esta fiesta de queda por ello impuro, debiendo lavar sus vestidos para poder
los cananeos después de su sedentarización, al convertirse de volver a la comunidad israelita. Según la tradición rabínica, el
seminómadas en agricultores. Y es natural que se celebrase una chivo era conducido a Bet Jarudún, el actual Khirbet Kharei-
fiesta alegre en las viñas con motivo de la vendimia. Esto es dán, sobre el Cedrón, a seis kilómetros de Jerusalén.
común a todos los pueblos. Según Jue 9,27, las gentes de Si- En Babilonia había un rito un tanto similar: el día quinto
quem celebraban, después de la vendimia, una fiesta alegre en de la fiesta de Año Nuevo, el 5 de nisán, el encantador purifica-
el templo de su dios. Y en Jue 21,10-21 se habla de danzas en ba los santuarios de Bel y de Nabü con agua, aceite y perfu-
los viñedos. Y, de hecho, mientras se hacía la recolección de mes; después un inmolador cortaba la cabeza de un car aero
la uva, la gente pernoctaba en las viñas en chozas de ramaje y frotaba con su cadáver el templo de Nabü para borrar sus
para guardar el fruto contra los ladrones. De ahí el nombre de impurezas; luego, el encantador y el inmolador arrojaban la
fiesta de las «chozas» en el calendario hebraico. Luego se le dio cabeza y el cuerpo del carnero; después se alejaban en la cam-
204 FLAVIO JOSEFO, Ant. Iud. VIII 4 , 1 .
piña, sin poder volver a la ciudad antes del fin de la fiesta,
205
Ex 23,16; D t 16,13. el 12 de nisán. La semejanza con el rito del «chivo emisario»
206 Jue 21,19; 1 Sam 1,1.
207 1 Re 8,65-66. de los hebreos consiste en que el animal se convierte enim-
208 Lev 23,33-43-
209 N ú m 29,12-34.
puro; en Babilonia, sin embargo, el animal es inmolado, cosa
210
Lev 23,42-43; Esd 8,14. que no ocurre en el rito bíblico 219.
2 " Gf. FLAVIO JOSEFO, Ant. Tud. XIII 4.5.
212 Ex 23,15- El nombre extraño de Azazel, al que se envía el chivocon
213
Ex 34,22.
214 Cf. R. DE VAUX, O.C., I 280. 2X7
Lev 23,27-32; N ú m 29,7-11.
215 D t 16,13; Lev 23,34; N ú m 29,12. 218 Lev 16,8-10.20.22.
216 PLUTARCO, Quaest. conv. IV 6, 21» R. DE VAUX, O.C., II 417.
380 VIH. Él culto mosaico Las antiguas fiestas religiosas 381

los pecados del pueblo, parece designar a algún genio malé- el texto de L e v 16,1 lo relaciona, de modo convencional, con
fico del desierto. L o s israelitas creían q u e los demonios resi- la muerte d e Natán y Abirón 2 2 4 . Actualmente, la fiesta del
dían en los lugares solitarios 2 2 ° ; por eso, Azazel puede desig- Yóm Kippur es u n a de las grandes solemnidades del judaismo.
nar a algún genio demoníaco; de hecho, en el Libro de Henoc
y en el Targum se le identifica con el príncipe de los demonios. BIBLIOGRAFÍA
Como el chivo cargaba con los pecados, n o podía ser sacrificado
a Yahvé; pero tampoco se dice q u e fuera sacrificado en honor a) Altar y santuario del desierto
de Azazel, sino q u e se le remitía a él. Las versiones griegas ALBRIGHT, W . F., Archeology and the Religión of Israel (Baltimore 1942)
traducen el n o m b r e misterioso d e Azazel cada una a su modo. 105-107.129-204.
Así, los L X X traducen: «el q u e es arrojado» (CCTTOTTOUTTCCÍOS, EÍS ANDRAE, W . , Cultbau ira Alten Orient, en Mélanges Syriens offerts a M. R.
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por su parte, h a n buscado diversas etimologías hebraicas al DUPONT-SOMMER, A., Les autels a erícense de Lakish: Mélanges Isidore Lévy
nombre d e Azazel: provendría d e 'Azaz'el («Dios fuerte»), (Annviaire de l'Institut de Philologie et d'Histoire Orientales et Slaves)
o 'Az'azul («el fuerte caído»), o 'Az'azel («el velludo»), o 'Iza'el XIII (1955) 152-53-
HARÁN, M., The Ark and the Cherubim. There Symbolic Significance in Bibli-
(«dios-cabra»). Gesenio prefiere ver en Aza'zel u n a forma in- cal Ritual: IEJ IX (1959) 30-38.
tensiva d e azal («el alejado»); así, daría 'azalzél, lo q u e vendría KRAUS, H . J., Gottesdienst in Israel (München 1962).
a coincidir con las antiguas versiones griegas. L o s q u e supo- LAMMENS, H., Le cuite des bétyles et les processions religieuses chez les Árabes
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furor reclamaba víctimas, o el Averruncus de los romanos, al RAD, G. VON, Gesammelte Studien zum Alten Testament (München 1958)
que había q u e aplacar para evitar los males q u e podía enviar. 109-29.
En la Biblia se habla de u n demonio llamado Asmodeo, q u e ha- SPELLERS, L., Egypte. Le cuite des animaux: DBS II col.837-38.
VAUX, R. DE, Les Chérubins et VArche de l'Alliance, le sphinx gardiens et les
bita en el desierto 2 2 1 ; el Azazel sería, pues, u n ser maldito, trones: MUSJ 37 (1960-61) 91-124.
al q u e se le enviaba el chivo emisario en señal d e desprecio y — Les Institutions de VAnden Testament II (Paris 1960) 122-33.
de deshonra, pues llevaba los pecados del pueblo. Según Lev 14, VINCENT, L. H-, La notion biblique de haut lieu: RB 55 (1948) 245-78.438-45.
4-7.49-53, para purificar al leproso o la casa leprosa se sacri- — Les Chérubins: RB 35 (1926) 328-58.481-95.
WIENER, H . M., The Altars of the Oíd Testament (Leipzig 1927).
ficaba u n pichón y se soltaba otro mojado en la sangre del pri-
mero, dando a entender con el vuelo del ave q u e la lepra había b) Sacrificios y ofrendas
desaparecido. Algo parecido ocurriría con el chivo «emisario»;
en los tiempos tardíos del judaismo éste era despeñado en el BERTHOLET, A., Zum Verstándnis des alttestamentlischen Opfergedankens: JBL
desierto 2 2 2 para evitar q u e volviera a los lugares habitados XLIX (1930) 218-33.
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y contaminara así a sus habitantes 2 2 3 . COLERAN, J. E., Origin of the Oíd Testament Sacrifice: Catholic Biblical Quar-
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Nos encontramos, pues, con concepdones y supersticiones DHORME, E., Le sacrifice accadien á propós d'un ouvrage récent: R H K XVI
populares que h a n d e explicarse p o r razones folklóricas y atá- (1932-A) 107-25.
vicas. Pero este rito no aparece e n los textos históricos y p r o - DUSSAUD, E-, Les origines chananéennes du sacrifice israélite (París 1941).
féticos de la Biblia antes del exilio, y la fiesta de la Expiación FURLANI, G., II sacrificio nella religione dei Semiti di Babilonia e Assiria. (Roma
no aparece tampoco en los libros d e Esdras y Nehemías. Por 1932).
GRAY, J., Cultic Affinities between Israel and Ras Shamra: Z A W L X I I (1949-
eso, esta fiesta d e la Expiación d e b e de ser, más bien, tardía; 50) 207-20.
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220 Gf. Is 13,21; 34,11-14; T o b 8,3; M t 12,43- 1925)-
221 T o b 8,3. HARÁN, The Use of Incensé in the Ancient Ritual: VT X (1966) 113-29.
222 Qf. Mishna, Yoma VI i .
223 Véase H . LESÉTRE, BOUC émissaire: D B V I - I I (1871-76); cf. JSS I (1956) 9 7 - 1 0 0 ; "4 Núm 16,32.
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STV XVII) 37-63. IX. LA PENETRACIÓN DE LOS ISRAELITAS
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BEGRICH, J., Das priestliche Heüsorakel: Z A W XII (1934) 81-92.
BUDDE, K., Ephod und Lade: Z A W XXXIX (1921) 1-42. Los diversos relatos bíblicos se entremezclan de modo no
CODY, A., History of the Oíd Testament Priesterhood (Roma 1969). muy claro al señalar el itinerario de los hebreos hacia la tierra
DÓLLER, J., Die Wahrsagerei im Altem Testament (Münster in W . 1923).
GAUTIER, L., Prétre ou sacrificateur?, en Études sur la religión d'Israél de los padres. Moisés los había guiado con seguridad hasta el
(Lausanne 1927) 247-76. interior de la península sinaítica, porque conocía bien aquellos
GUNNEWEG, A. R. J., Leviten und Priester (Gottingen 1965). valles resecos con los pequeños oasis que se escalonaban en
GRIMME, H., Der sudarabische Levitismus und sein Verháltnis zum Levitis- torno a los pozos de agua. Con sus rebaños había frecuentado
mus in Israel: Museum XXXVII (1924) 169-99. aquellas regiones solitarias; pero, a partir de la zona meridio-
HADRET, C H . , AUX origines du sacerdoce danite, a propós du Jud 18,30-31,
en Mélanges Bibliques... A. Robert (Paris 1957) 105-13. nal, la ruta hacia el noroeste, camino de Canaán, le era desco-
— Moise était-il prétre?: Bi 40 (1959/ 509-21. nocida, y por. eso pidió a Dios que fuera el guía directo ¿e la
HOONACKER, A. VAN, Le sacerdoce lévitique dans la loi et dans l'histoire des caravana *, porque no se sentía seguro en su misión. E n efecto,
Hébreux (London-Louvaiu 1899). después de organizarse como comunidad teocrática a base de
LANGHE, R. DE, Les textos de Ras-Shamra et lew rapports avec le Milieu una alianza con Yahvé, comprometiéndose a cumplir las cláu-
Biblique de l'AT (Gembloux 1945) II 217-45.
MAY, H. G., Ephod and Ariel: AJSL LVI (1939) 44-69.
sulas de la misma 2 , los hebreos se dirigieron en dirección
MEEK, T H . - J . , Moses and the Levites: AJSL LVI (1939) 113-20. 1
Ex 33,4.12: «Dame a conocer el camino».
NOTH, M., Amt und Berufung im Alten Testament (Bonn 1958). 2
Ex 24,ls.
384 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Camino de la tierra de promisión 385

a Cades (el actual oasis de Ain Qedeis, a 8o kilómetros al comparación con ellos, los hebreos eran como «langostas» 9 .
sudeste de Bersheba), en ruta rectilínea hacia Canaán. Desde Allí habitaban los antiguos habitantes anteriores a la invasión
el Sinaí hasta Cades hay, según Dt 1,2, once jornadas de cami- semita (los anaqím: ¿los de «cuello erguido»?; los zumzummím
no, que es lo que tardó la caravana de la École Biblique, de o zuzím: ¿los «gruñones»?; los emmím: ¿los «terribles»?, y los
Jerusalén, en su viaje de estudios de 1905, siguiendo el supues- refaím: ¿los «espectros»?).
to itinerario de los israelitas 3. Atemorizado el pueblo ante tales noticias, que no hacían
Primero se internaron por el norte, hacia el desierto de viable la entrada en el país de los cananeos, se amotinó, acu-
Farán (el actual Badiet et- Tih: «desierto de la soledad»), cuya sando a Moisés de embaucador e iluso, al que quisieron lapi-
parte septentrional parece se llamaba el desierto de Zin; luego, dar; sólo le defendieron Josué y Caleb, pues querían volver
se volvieron hacia el golfo de Aqaba después de algunas esta- a Egipto con otro caudillo. Por ello, Yahvé condenó a aquella
ciones intermedias. Una de ellas fue en Haseroth (¿la actual generación a morir en el desierto, sin entrar en la tierra pro-
Ain Huderah?), cerca ya del golfo elanítico. Siguieron luego metida, y así, permanecieron vagando por aquellas soledades
hacia el norte, hacia Cades o Cades Barnea. la actual Ain Qedeis en torno a los oasis de Cades treinta y ocho años 10 . Pero des-
(«fuente santa»). En aquella zona hay tres oasis con tres manan- pués de esta reacción de abatimiento surgió la presunción; y así,
tiales y pozos; además de Ain Qedeis están Ain Qeseimeh muchos, por su cuenta, intentaron entrar en Canaán; pero
y Ain Qedeirat. Es una región buena para asentarse en ella fueron derrotados en Sefat-Horma, la actual Sebaita, entre
por largo tiempo antes de intentar la entrada en Canaán 4 . Cades y Bersheba; desde allí volvieron a Cades, donde había
Desde allí Moisés envió exploradores hacia el país de los ca- quedado Moisés y sus fieles, sin tomar parte en la insensata
naneos para ver su situación con intención de iniciar la penetra- razzia. Luego, los textos bíblicos son confusos, pues dan a
ción pacífica por el sur. Los textos bíblicos, que simplifican los entender que los hebreos bajaron hacia el sur, hacia Esión-
hechos en función de unas preocupaciones teológicas, no dicen Gaber. en el golfo de Aqaba, y que volvieron al oasis de Cades H.
nada de las poblaciones afines en la zona. Hoy los críticos su- Es posible que haya habido diversos tanteos para buscar una
ponen que en la región de Cades, Bersheba y Hebrón había gen- ruta hacia TransJordania y envolver a los cananeos por el le-
tes afines a las tribus de Jacob, que habrían salido de Egipto vante. Durante esta época se consolida la organización teocrá-
antes del grupo de Moisés, y que establecieron contacto con tica con las prerrogativas de Aarón, hermano de Moisés, en
éste. Esto es posible y aun probable, pero no hay ningún dato contra de algunos insurrectos, que no estaban conformes con
claro bíblico sobre la presencia de esos hebreos instalados en el gobierno absorbente y unitario de Moisés, que se mostraba
Canaán antes de la llegada de Moisés y de Josué. muy nepotista 12. En esta época se sitúa también el nuevo
Los exploradores volvieron después de una incursión de milagro del agua sacada de la roca con dudas del propio Moi-
cuarenta días (siempre el número redondo simbólico, tan que- sés 13. Por ello fue privado de entrar en la tierra prometida.
rido de los autores bíblicos), haciéndose lenguas de la feraci- Después de una larga estancia en la zona, Moisés decidió
dad del país y trayendo como muestra una cepa de un viñedo, entrar en Canaán, pero bordeando el mar Muerto por el este;
portada por dos hombres 5 ; nunca habían visto los hebreos pero para ello necesitaba el permiso de paso de los habitantes
los racimos en Egipto, y esto colmó su admiración: aquella de la zona, los edomitas, parientes de los israelitas según el
tierra realmente «manaba leche y miel» 6; pero al mismo tiem- relato bíblico, ya que procedían de Esaú, hermano de Jacob 14;
po era peligroso internarse en ella, porque «tragaba a sus pro- pero los edomitas negaron el paso a las huestes de Moisés l5 ;
pios habitantes» 7 . Allí había ciudades amuralladas que «llega- y éste se vio obligado a bajar al golfo de Aqaba y emprender
ban hasta el cielo» 8 y una raza de gigantes (los nefilim); en la marcha por la zona esteparia al este de Edom, camino de la
altiplanicie de Moab. Así, pues, bajando por el Araba (depre-
3 Gf. F. M. ABEL, en RB](IQOS).
4
Dt 1,19; Núm 32,8; 13,1.4: se llama desierto de Farán, que está más a la izquierda; I Núm 13,32-33-
cf. Dt 32,51; 33,2. Las precisiones geográficas en la estepa nunca están bien definidas, porque 10
Núm 33,36; Dt 1,46; 2,8; Núm 13,27.
no 5hay contornos claros de diferenciación. II
Núm 20,14.22.
t_; Núm 13,24. 12
Núm I4,iss; l6,is.
6
7
Núm 13,28. 13
N ú m 20,11-11.
Núm 13,32. 14
Gen 25,19-34-
»..Dt 1,28. 15
Núm 20,14-21.
Biblia V tezado
386 IX. Penetración de los israelitas en Canaán
Camino de la tierra de promisión 387
sión desértica al sur del mar Muerto), llegaron al monte Hor
tuario egipcio frecuentado por los mineros de los tiempos de
(¿el actual dgebel Madurah?), donde m u r i ó Aarón, el hermano
Setis I, Ramsés II y Ramsés III (S.XIII-XII a . C ) ; y en ellas se ha
de Moisés, a quien los textos bíblicos presentan como el primer
encontrado una «serpiente de cobre» o bronce 2 0 . E n Gezer se ha
sumo sacerdote de Israel. Su muerte fue solemne, como será
encontrado otra de 17 centímetros de larga (del s.xi a . C ) , m u y
la de Moisés a la vista de la tierra prometida: Aarón se desnudó
parecida a otra de 25 centímetros encontrada en Susa. T a m b i é n
de sus vestiduras pontificales y, después de entregárselas a su
se ha encontrado otra en Teleilat Ghasul, en la orilla del Jordán
hijo Eleazar, se cayó como u n soldado d e plomo 16 . Es que la
frente a Jericó. Por otra parte, según 2 Re 18,4, en tiempos d e
historia bíblica se sucede como u n filme cinematográfico, en el
Ezequías los israelitas daban culto a una «serpiente de bronce»
que los personajes cumplen inexorablemente u n papel con-
llamada Nejustan («serpentona»: d e najas, «serpiente», y nejo-
forme a u n esquema ideológico preestablecido; la historia se in-
set, «bronce»), y creían que era la utilizada por Moisés en el
serta así en los encasillados preconcebidos de los esquemas teo-
desierto para curar a los mordidos por las serpientes veneno-
lógicos que surgen de las «confesiones de fe» en los diversos
sas. El gesto de Moisés levantando la «serpiente de bronce»
santuarios de Israel en Canaán. A q u í se trataba de glorificar
no significa el culto a la serpiente, sino que la utiliza como
la figura del supuesto sumo sacerdote del pueblo elegido; y, por
amuleto para lograr la curación d e los israelitas 2 1 . Pero quizá
ello, su muerte tenía que ser hierática y solemne.
esta leyenda del desierto ha sido una transposición a los tiem-
Después de una escaramuza con el rey de Arad, en la que pos del desierto de u n culto a la serpiente que daban algunos
los hebreos lograron una débil victoria q u e les despejó el ca- israelitas imitando a los cananeos. El redactor bíblico trata de
mino 17 , los hebreos se dirigieron de nuevo hacia el golfo de atenuar este sentido, y presenta a Moisés utilizando este amu-
Aqaba; y en el camino fueron mordidos por «serpientes ardien- leto de la «serpiente de bronce» como medio curativo, como en
tes», lo que el autor bíblico interpreta como u n castigo de Yahvé Egipto había utilizado el bastón mágico, como lo hacían los
por sus murmuraciones constantes contra Moisés. Este enton- magos en sus manipulaciones. El autor del libro de la Sabiduría
ces, alarmado ante tantas defunciones, levantó una «serpiente da el sentido teológico del gesto de Moisés: «La serpiente era u n
de bronce» para que cuantos «la miren, sean sanados»; y, de símbolo de salvación que otorgaba la salud, no por la v i r t u d de la
hecho, «cuando alguno era mordido por una serpiente, miraba figura que tenían bajo sus ojos, sino por aquel q u e es el sal-
a la serpiente de bronce y se curaba» 18. Parece que aquí nos vador de todos» 2 2 . Jesucristo le da u n nuevo sentido en relación
encontramos ante una leyenda etiológica para explicar la ofiola- con su función salvadora personal: «Como Moisés levantó la
tría, o culto a las serpientes, tan corriente en Canaán, utilizán- serpiente e n el desierto, así es preciso q u e sea levantado el
dolas con fines profilácticos. Sabemos que la serpiente es el Hijo del hombre, para que todo el que crea en El tenga la vida
animal simbólico de Esculapio, el dios de la medicina, porque eterna» 2 3 . Esta alusión de Jesús a la historia sagrada n o pre-
de las serpientes se han sacado fármacos para diversas cura- juzga el problema de la historicidad del supuesto acontecimien-
ciones. Justamente en la región en que coloca el texto bíblico to del desierto, aunque es verosímil, dada la mentalidad ecléc-
el milagro de la serpiente de bronce (la región de Fuñón, que tica religiosa de los israelitas en los tiempos de Moisés y de la
parece ser la actual khirbet Feinan) 1 9 existían minas de cobre, monarquía. Su fe en Yahvé salvador era conciliable c o n supers-
donde se hacían «serpientes», que habían de servir de exvotos ticiones ambientales cananeas; y entre ellas estaba el poder
en los santuarios cananeos y transjordanos para lograr las cu- profiláctico d e las serpientes, tal como se creía en Canaán.
raciones con ellos. Allí se han encontrado las ruinas de u n san-
16
Después de franquear el torrente Zered v el Arnón. las
N ú m 20,25-29.
17
N ú m 21,1-3. A q u í encontramos por primera vez mencionada la costumbre bárbara huestes de Moisés llegaron a zonas habitadas y t u v i e r o n que
del jerem o «anatema»: los vencidos fueron exterminados todos. Y se atribuye esta iniciativa
a Dios (v.3). E n realidad era una costumbre feroz corriente en Candan y TransJordania, y
a l a q u e se d a u n sentido d e «consagración* d é l o s vencidos al Dios nacional. D a d a la concep- 20 Cf. R. ROTHENBORG, Un temple égyptien iécouvert dans le Arabah: B i b l e et T e r r e
ción teocrática cerrada d e la época, todo lo que hacían los caudillos israelitas lo hacían por Sainte n.123 (jul.-aug. 1970) 3.8-9; N . GLUECK, Explorations in Eastern Palestine I I ( A \ S O R
expresa ordenación divina. E n la estela del rey M e s h a d e Vfoab se dice una cosa similar: XV; N e a H a v e n 1935) 26-29; Y. AHARONI, The Land of the Bible 51.188.
«Y C a m o s (dios d e M o a b ) m e dijo: Ve y toma a N e b o contra Israel. Y partí d e noche y la 21 De las serpientes q u e m o r d í a n se dice que eran serafím («ardientes»), p o r q u e con sus
combatí desde la aurora hasta el mediodía. Y la t o m é . Y los maté a todos: siete mil h o m b r e s , m o r d e d u r a s c a u s a b a n grandes calenturas. E n los textos mesopotámicos a p a r e c e n genios
jóvenes, mujeres, doncellas y esclavas, p o r q u e yo h a b í a decidido el jerem en favor de Astor- alados con cabezas de serpientes, llamados shirrush. Cf. K. R . J O I N E S , The Brome Serpent
Camos». C H . JEAN, Le Milieu Biblique II, 419. in the kraelite Cult: JBL 87 (1968) 245-56; V. FRITZ, Israel in der Wüste ( M a r b o u r g 1970)
18
N ú m 21,4-9. 93-96; G. W . C O A T S , Rebellion in the Wilderness (Nashville 1968) 115-24.
19 22 Sab 16,6-7.
N ú m 33,42-43.
23
Jn 3.I4S.
388 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Camino de la tierra de promisión 389

vérselas con pueblos organizados; por eso, la penetración co- 28


campo» . Y en su imaginación asustada lo considera como «un
menzó ya a mano armada, descartados los medios pacíficos pueblo que cubre la superficie de la tierra». Desconfiando, pues,
de persuasión que habían ensayado con los edomitas. Hasta de sus fuerzas militares, acudió al artilugio mágico de la maldi-
ahora, los hebreos sólo habían tenido unas escaramuzas con ción para que lanzara la «malaventura» contra los israelitas in-
los amalecitas 24, con los cariamos meridionales en los alrede- vasores. Pero el adivino consultó a su dios, quien le dijo que
dores de Bersheba 25 y con el rey de Arad, que se interponía no maldijera a Israel, pues es «bendito»; por ello, aquél rehusó
en su camino hacia el este 26; pero ahora, rodeados de enemigos empeñarse en un conjuro de maleficio contra él (v.13), porque
por delante y por detrás, tuvieron que abrirse camino a sangre no puede «traspasar las órdenes del dios» (v.18). Al fin, ante las
y fuego, pues no les quedaba el recurso de volverse atrás o per- importunaciones de los enviados moabitas, cedió, y se puso en
manecer en la estepa. Y así, la primera lucha frontal fue con camino para ver sobre el campo lo que ha de hacer. Yahvé se
los «amorreos», población que el redactor bíblico coloca al opuso a su camino en forma de «ángel» (v.22), con una espada
norte de Moab, pasada la gran quebrada del Arnón. Primero desenvainada que le cerraba el paso; el asna que llevaba al adi-
Moisés pidió paso en plan de paz, como lo había hecho con vino huyó hacia el descampado; finalmente, en una angostura
el rey de Edom 27 , comprometiéndose a no saquear el país, entre paredes apareció de nuevo el ángel con la espada; y en-
siguiendo la ruta caravanera ascendente; pero el rey de los tonces ocurrió el hecho insólito de que el asna hablara a su
amorreos, Seón, se negó a la petición, y entonces los hebreos dueño, quejándose de los malos tratos que le daba. La argu-
presionaron hacia el norte, venciendo a los amorreos y lle- mentación del animal muestra que era más inteligente que su
gando hasta el torrente Yaboq, en la Alta TransJordania, donde amo. Al fin, el adivino vio al «ángel de Yahvé» y reconoció su
señoreaban los ammonitas, con capital cerca de la actual Ammán. error. Entonces recibió una admonición de que sólo debiera
En este contexto histórico de conquista se sitúan los llama- hacer lo que mandara Yahvé; y así, Balaam profirió sus famo-
dos «oráculos de Balaam», adivino alquilado por el rey de sos oráculos, que en realidad son una «bendición» para Israel,
Moab para maldecir a los hebreos, que, como hordas indómi- al que ve acampado como «un pueblo que tiene aparte su mo-
tas del desierto, lo invadían y arrasaban todo; éstos ya no eran rada» entre las naciones 29 , porque es el Pueblo de Yahvé, su
la generación endeble nacida a orillas del Nilo, sino la nueva, «primogénito» entre todos los pueblos 30 . El adivino se pre-
nacida en la estepa en lucha con la pobreza y la hostilidad per- senta como «el que tiene los ojos cerrados», profiriendo un
manente, por lo que se convirtió en unas mesnadas aguerridas, oráculo de exaltación de las huestes de Israel 31 . La frase alu-
dirigidas por un genio de la guerra llamado Josué. Nada resistía de, quizá, al hecho de no haber reconocido al ángel en el ca-
ante la lucha por la existencia de aquella generación indómita mino, o más bien, da a entender que su comunicación oracular
y conquistadora, que, en expresión del rey de Moab, «va a de- viene de lo alto y no de su inteligencia. Sus primeras palabras
vorar nuestros confines como devora un buey la hierba del son de bendición:
«No se ve iniquidad en Jacob,
24 Ex 17,8-13. no hay en Israel perversidad.
25
Núm 14,45.
26
Núm 21,1-3. Yahvé, su Dios, está con él...
27
Los edomitas habitaban en los montes de Sheir (Núm 24,18; Jue 5,4; Is 21,11), al este Es para él la fuerza del unicornio...
del Araba (Gen 32,4; 33,i4-i6; 36,8.30). El nombre de Sheir es anticuo, pues aparece en un He aquí un pueblo que se alza como una leona
texto del archivo de Tell Amaina, según el cual el rey de Jemsalén pide auxilio al faraón por-
que es atacado desde el país de She-i-ri, desde el sur hasta Gat-Carmel, en el norte (EA 288, y se yergue como un león;
26). Por otra parte, hay textos egipcios de los tiempos de Ramsés II y Ramsés III (s.xni-xn no se acostará sin haber devorado su presa,
a.C.) que hablan del «monte de Se'ir», de las «gentes de Se'ín y de los «beduinos (shású) de sin haber bebido la sangre de sus víctimas...
Se'ir». Cf. J. JANSSEN, Les mants Se'ir áans les textes égyptiennes: Bi 15 (1934) 537-38; H. GROSE-
LOFF, Edom dans les sources égyptiennes: Revue d'histoire juive en Égypte 1 (1947), 69-99. En ¡Qué bellas son tus tiendas, oh Jacob!
estos textos parece se alude a una amplia zona esteparia desde la frontera egipcia hasta el Araba, ¡Qué bellos tus tabernáculos, Israel!
al sur del mar Muerto. Por ello, algunos autores creen que los montes de Seir serían la cadena Se extienden como un hermoso valle,
de montañas que se alza al este y sudeste del oasis de Cades, donde residían los descendientes
de Esaú (Dt 2,4-8). Parece que los edomitas de allende el Araba se fueron extendiendo poco como un jardín a lo largo de un río,
a poco hacia el oeste; y ocupaban una parte del Negeb en tiempos de Senaquerib, cuando hizo como áloe plantado por Yahvé,
su campaña hacia esta zona. Luego subieron los edomitas hada Hebrón, por lo que más tarde
esta región meridional de Palestina se llamó Idumea, Y, de hecho, en una ostraca de Tell Arad
(entre Bersheba y el mar Muerto) se habla de un contingente armado apostado en la zona para 28 N ú m 22,4.
29
detener a los edomitas (cf. Y. AHRONI, Bib. Ardí. 31 [1968] 17-18); el documento es de antes Núm 22,30-34.
del ataque de Nabucodonosor en 598 a.G. 3" Ex 19,4.
31 Núm 24,3.
390 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Canaán en el segundo milenio a.C. 391

como cedro que está junto a las aguas... Peor ; pero al fin fue muerto en combate con los israelitas 38,
37

Devora a las naciones de los enemigos, cuando se las vieron con los madianitas. Con todo, sus orácu-
tritura sus huesos, los traspasa como saetas; los son expresión de las esperanzas mesiánicas y expansionistas,
se agacha, se posa como león, como una leona.
¿Quién se atreverá a hostigarla? que empezaron a surgir con las victorias de David. Los anti-
Él que te bendiga será bendecido guos oráculos fueron retocados con alusiones a las luchas con-
y el que te maldiga será maldito» 32 . tra los amalecitas, los qenitas y los asirios, a quienes se anuncia
«La veo, pero no ahora; su derrota ante las «naves de Quitim» o Chipre 39 . No obstante,
la contemplo, pero no de cerca.
Alzase de Jacob una estrella;
no es inverosímil que los reyes de TransJordania hayan utili-
surge de Israel un cetro, zado los medios de algún adivino para conjurar con anuncios
que aplasta los costados de Moab nefastos a los invasores hebreos. La antigua tradición fue luego
y el cráneo de todos los hijos de Set. adornada por el folklore, ridiculizando su intervención a la vis-
Edom es su posesión; Seir, presa de sus enemigos;
Israel acrecienta su poder. ta de las conquistas de David sobre los transjordanos.
De Israel sale el dominador
que devasta de las ciudades las reliquias) 33 .
2. SITUACIÓN POLÍTICA DE CANAÁN EN LA SEGUNDA MITAD
En esta historia pintoresca y sarcástica se presenta a un re- DEL SEGUNDO MILENIO A.C.
presentante del gentilismo, a un adivino, proclamando la exal- Durante la segunda mitad del segundo milenio a.C, Ca-
tación futura de Israel. Algunas de las frases tienen gran afi- naán es una encrucijada geográfica en la que chocan los inte-
nidad con los vaticinios de Jacob sobre el futuro de las tri- reses de los grandes imperios del Próximo Oriente, que se
bus 34; ambos fragmentos tienen un aire arcaizante, que refle- disputaban su influencia dada su situación estratégica entre
jan la situación de las tribus de Israel en los tiempos de los África y Asia: Egipto, Mitanni, los hititas y, finalmente, el
jueces, y que fueron retocados en tiempos de David cuando coloso de Asiria, que empieza a heredar el imperio babilónico
había extendido su poder sobre TransJordania 35 . Así, pues, de Hammurabi después de siglos de postración, empujando
los oráculos de Balaam parecen ser una transposición de una hacia el Mediterráneo. Con todo, el país que ha dejado más
realidad de dominio de Israel en tiempos de la monarquía a huella en Canaán es Egipto, cuyo poder se extiende por la
los años azarosos de Moisés, cuando sus huestes avanzaban franja costera desde Gaza hasta Siria, pasando por Canaán
penosamente por las altiplanicies de Moab. La idealización y Fenicia, porque después de siglos de debilidad egipck los
épica es clara; la intervención folklórica del asna del adivino faraones quieren recuperar la posición política de privilegio
es una ironía sangrienta contra los pueblos gentílicos de alre- sobre esta zona que habían tenido los de la dinastía XI] allá
dedor. Como Moisés había vencido a los magos en Egipto, así por el siglo xix a.C. Por eso, ya Tutmosis I (1506-1404.') dirigió
ahora el adivino gentil es vencido por el poder superior de una expedición militar hasta Naharina (en la Alta Mesopota-
Yahvé. La ciudad de Balaam es llamada Pethor, que parece mia, la Naharayim de la Biblia) 40 , en torno a la cual se esta-
ser el Pitru de los textos asirios del tiempo de Salmanasar II, bleció el Estado de Mitanni, con gentes, en parte, de origen
y el Pedru de los textos egipcios (de los tiempos de Tutmo- indoeuropeo41. Más tarde, su sucesor (en el s.xv a.C.) encon-
sis III), que se sitúa a orillas del Eufrates, y que viene a coinci- trará la estela conmemorativa que aquél había erigido, mara-
dir con el «Aran Naharayim» (de los «dos ríos»: en la alta Me- villándose de que el río Eufrates caminara en dirección con-
sopotamia, donde el Eufrates se arquea en un recodo muy pro- traria al Nilo (es decir, hacia el sudeste). Y dice que cazó ele-
nunciado cerca de Kerkemish) 36 . fantes en las marismas del Orontes, cerca de la futura
En los relatos posteriores el adivino Balaam, vencido en su Apamea42. En realidad, el faraón intermedio (Tutmosis II,
función oracular, quiere domeñar a Israel por la corrupción
interna, atrayendo a los hebreos a los cultos licenciosos de Baal- 37
N ú m 25,1-2.
"
N ú m 31,8 y 16.
39
32 N ú m 24,24.
N ú m 24,5-9. 10 G e n 28,6; cf. A R E II 81.85.
33
N ú m 24,17-19. 41
Cf. H . BRUNNER, Mitanni in einem dgyptischen Texts vor oder um 1500: M I Ó 4(1965)
54 G é n 4 9 , 8 s . 323-27-
35
2 Sam 10, TS. « Cf. A R E I I 125.
3
<¡ Dt 23,5.
392 IX. Penetración de los israelitas en Canctán Canaán en el segundo milenio a.C. 393

I4Q4-QO a.C) y su sucesora, la reina Hatshepsut (14QO-68) se hizo construir barcazas en Byblos (al norte de Beyrut), que
habían abstenido de dirigir expediciones en Asia, por estar transportó en carros tirados por bueyes, con miras a atravesar
ocupados en problemas de política interior a causa de las con- el Eufrates; también nos dice que al retornar de la expedición
tinuas revueltas en el país del Nilo. Únicamente sabemos que se dedicó a la caza del elefante en el país de Niyi, estando a
Tutmosis II tuvo que rechazar a los beduinos o shásü en la punto de morir al ser atacado por un descomunal elefante, sien-
frontera oriental del delta. do salvado por uno de sus oficiales, llamado Amen-emheb,
El gran faraón conquistador que emuló las gestas de los quien cortó la trompa (la «mano» dice el texto egipcio) del
de la dinastía XII (en el s. xx a.C.) fue Tutmosis III (1468-36), elefante.
ya que dirigió no menos que 17 campañas contra los países Ante el empuje egipcio, los mitannitas se replegaron hacia
asiáticos, dejando un imperio al morir que iba desde el Sudán el norte, reconociendo la prepotencia del faraón los hititas,
hasta el Eufrates, en la Alta Mesopotamia; es el momento es- asirios y babilonios, que le enviaron embajadores sumisos con
telar expansionista del imperialismo faraónico. En efecto, al ricos presentes. Después de esta expedición, el faraón añadió
subir al trono tuvo que hacer frente a la amenaza de los mi- en el templo de Amón de Tebas una lista de 270 localidades
tannitas, unidos a los jurritas (los jórreos u horitas de la Biblia), ocupadas en Siria del Norte 45 . Pero su sucesor, Amenofis II
que, confederados, presionaban hacia el sur cerca de las fron- (1438-1412), no pudo mantener el ritmo de conquista, y el po-
teras egipcias, llegando hasta la zona de Gaza en sus excursio- derío egipcio empezó a declinar 46 . Con todo, dirigió una expe-
nes esporádicas devastadoras. Por lo que el nuevo faraón ocupó dición militar hacia el norte de Siria, recibiendo el acatamien-
Jaffa con la treta de introducir soldados en cestas, como lo to del príncipe de Kades (en el Orontes) después de ocupar
cuenta uno de sus soldados, llamado Thoth, que en la litera- Ugarit (la actual Ras-Shamra, al sur de Siria, ya en la frontera
tura egipcia pasó como un héroe nacional, según se narra en con el Líbano), Alalakh y Alepo. Finalmente, en su retorno
la historia ano velada, redactada en estilo coloquial, hacia el sus soldados capturaron en la llanura de Sarán (en la costa
1300 a.C. 43 Pero la batalla decisiva fue junto a Megiddo, en las cananea) a un emisario del rey de Mitanni que en su cuello lle-
faldas del monte Carmelo, dominando la llanura de Esdrelón, vaba un mensaje para un príncipe de Canaán invitándolo a la
por la que pasaba la ruta comercial y militar hacia Siria. Los insurrección contra Egipto. Por ello volvió el faraón en una
mitannitas se refugiaron en la ciudad, que fue asediada durante expedición de castigo, tomando Anaharaih, al sur del monte
siete meses, pues la expedición egipcia dominó la zona de Ga- Tabor, para someter a los insurrectos.
lilea y el Golán, al norte del lago de Genesaret, sometiendo 119 Su sucesor, Tutmosis IV (1412-1402), volvió a intervenir
localidades de Canaán, según Tutmosis III deja escrito en los en Canaán, capturando en Gezer muchos prisioneros jurri-
pilónos de Amón, en Karnak. He aquí un texto relativo a la tas 47 y llegando hasta Sidón 48 . Por eso se le dio el título de
campaña: «vencedor de Juru», es decir, la zona costera cananea que lle-
gaba hasta Siria; en la lista de pueblos vencidos de su tumba
«El Horus-Toro omnipotente, que se manifiesta en Tebas... (Tumot- aparecen los nombres de Naharin (alta Siria), Babilonia, lunip,
sis III): Su Majestad ordenó que (las victorias que le había otorgado su
padre Amón) se registraran en un monumento del templo que Su Majestad Shású (los beduinos), Cades y Tajsi. Contrajo matrimonio con
había edificado para (su padre Amón), a fin de conservar recuerdo de esta una hija de Aratatama, rey de Mitanni, que le había negado
campaña, así como el botín que Su Majestad...» 44 varias veces 49 . La concordia entre Mitanni y Egipto llegó gra-
cias a la presión de los hititas, que iniciaban su expansión bajo
En realidad, sabemos que el príncipe de Kades (en el Oran-
Tudjalias. Por su parte, el hijo de Tutmosis IV, llamado
tes) logró huir de la ciudad cercada de Megiddo; pero la vic-
Amenofis III, se casó con Shuttarna, hija de Artatama; al final
toria del faraón fue completa y global en la zona de Canaán y
de su reinado se casó con una hija de Tushratta, hijo deShu-
TransJordania. En sucesivas campañas fue consolidando su
tarna, lo que implica el interés que tenían los faraones por man-
primer triunfo. Pero la campaña más famosa fue la octava, en
ís ANET 239-41.
la que se apoderó de Qatna, estableciendo combate al oeste de 4
<¡ Cf. ANET 245-49.
Alepo y llegando hasta el Eufrates, cerca de Karkemish. Antes
"7 ANET 248a.
43 Véase ANET 22-23. 48 Cf. EA 85,69-73.
44
Véase ANET 234-38: SAO 206-14. 49 Cf. EA 29,16-18
394 Canaán bajo la dominación egipcia 395 •
IX. Penetración de los israelitas en Canaán

tener buenas relaciones con la dinastía de Mitanni, que cerraba yezuelos vecinos. Así, en el siglo xiv aparece un tal Labaya
el paso a los temidos hititas, que iban a tener su momento es- de Siquem, que gobierna desde el lago de Genesaret hasta
telar en la historia. Pero Tutmosis IV fue el último de la di- Gaza, y más al norte, un tal Abdi-Ashirta y su hijo Aziru do-
nastía XVIII que dirigió expediciones al Asia, pues su hijo minaban por entonces toda la región de Siria. Y ambos se con-
Amenofis III dedicó su esfuerzo a organizar administrativa- sideran subditos del faraón de Egipto, y así, Labaya procura
mente su vasto imperio, sin pretensiones de nuevas anexiones. halagar al faraón, diciendo que es «el polvo que pisan sus pies»,
estando dispuesto a entregarle su propia mujer y a darse muer-
te con su mano si el faraón se lo ordena 5S . Aziru, por su
•?,. CANAÁN BATO LA DOMINACIÓN EGIPCIA parte, habla en términos similares, y se considera como jazánú
En realidad, la presencia de Egipto en Asia tenía más bien o «gobernador» de la región, y el faraón lo califica en sus res-
el carácter de alto dominio, ya que se otorgaba mucha auto- puestas como «el hombre de Amurru» 56 .
nomía a los príncipes sometidos después que éstos manifes- Así, pues, bajo el alto dominio egipcio, los reyezuelos de
taban un juramento de fidelidad al faraón reinante, que debía Canaán tenían cierta autonomía, no faltando alguno que ex-
renovarse cuando subía un nuevo faraón al trono. Así, los tendía sus dominios a expensas de los vecinos. Esta es la situa-
príncipes vencidos en Megiddo quedaron en sus puestos des- ción que encontrará Tosué al invadir Canaán, pues allí existían
pués de haber prestado un juramento a Tutmosis III en estos pequeñas ciudades-Estados en luchas constantes entre sí, pero
términos: «No haremos mal contra Men-heper-Ra» 50 ; los prín- que se confederaban por zonas contra algún enemigo común,
cipes de Kades hicieron un juramento similar a Amenofis II 5l. como en el caso de la invasión de los hebreos, que entraban
De hecho, los faraones respetaban el derecho hereditario de a sangre y fuego como hordas incontroladas del desierto 57.
sucesión entre los príncipes sometidos, aunque recibían de En Jue 4,23-24 se llama al rey de Hasor (parte septentrional
ellos la investidura oficial y podían ser depuestos; eran como de Canaán) «el rey de Canaán», porque en aquellos momentos
funcionarios, que el faraón podía destituir con facilidad, y no ejercía cierta hegemonía sobre los otros reyezuelos de la co-
había tratados formales, como los de los soberanos hititas con marca. Por su parte, los faraones, a partir de Tutmosis III,
sus príncipes subditos 52 . A través de las cartas del archivo de para asegurar la fidelidad de estos reyezuelos, llevaban a Egip-
Tell Amarna podemos ver las expresiones serviles de acata- to a sus hijos en calidad de rehenes, así como para educarlos
miento al faraón por parte de los reyezuelos de Canaán, reco- en la administración egipcia, preparándolos de esta forma para
nociendo que debían todo su poder al señor del Nilo. Así, la sucesión 58. Además exigían que se les pagaran tributos para
el reyezuelo de Jerusalén (Uru-salimmu) escribe en estos tér- sostener sus destacamentos militares en Asia y le ayudaran
minos a Amenofis IV: «No son mi padre ni mi madre los que cuando organizaba alguna expedición hacia Siria 59 .
me han establecido en este lugar, sino la mano poderosa del Por otra parte, el faraón solía tener un «alto comisario»
rey, que me ha hecho entrar en el palacio de mi padre» 53 . egipcio que le representara oficialmente, al que se le da el
Y en uno de los textos egipcios se habla de una unción al recibir nombre acadio de rabisu («intendente»), shakín (en cananeo,
la investidura oficial, como era costumbre entre los altos dig- sokinu, «gobernador») mati («del país»). En el protocolo oficial
natarios de la corte faraónica al tomar posesión de sus cargos 54. egipcio se le designaba como «gobernador de los países extran-
Aunque estos jefes locales de países dominados por los jeros del norte». Estos altos funcionarios solían ser egipcios
egipcios se dan a sí mismos el título de «rey», el faraón en sus o indígenas educados en la corte egipcia; también debían re-
cartas los llama simplemente «hombre» de tal lugar, y su fun- presentar al faraón como intermediarios en las disputas ente los
ción era la de un jazánú, que en acadio significa «gobernador» reyezuelos sometidos de Asia.
o «prefecto» de la zona. Tenían sus pequeños ejércitos, a base Según aparece en la correspondencia del archivo de Tell
de mercenarios, para defenderse de las incursiones de los re- Amarna, bajo Amenofis IV eran tres los departamentos opro-
so Cf. ANET 237-2380.
si ANET 246a. = 5 E A 252-54.
52
Véase M . LIVERANI, Contrasti e confluenza di conceziom politiche nell'etá di el-Amarna: 56 E A 161-62.
57
RA 61 (1967) 1-18. Cf. Jos 10,3-5; 11,1-2.
53
E A 286,9-13; cf. 288,13-15; cf. la oración d e Salomón: 1 Re 3,7. 58 Cf. A N E T 2390.242a.
59
54 EA si.4-9- Asi se declara en las Cartas de Taanak n.5.6 (en tiempo de Amenofis II).
396 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Canaán en los tiempos de Tell Amarna 397
vincias asiáticas sometidas a Egipto: Amurru, al norte, con una para hacer frente a las hostilidades de hordas invasoras que
capital llamada Sumur (el Smiyra de la época helenística), quizá periódicamente se internaban por el país, como en el caso de
el actual tell Kazel, al norte del río Eleuterio 6 0 ; al sudeste, la los jabiru-apiru. Así, el rey de Jerusalén pide le envíen u n des-
región de Damasco, llamada Upe, con Kumidi por capital, en tacamento de 50 hombres contra estos invasores que c o m p r o -
la Beqa, al norte del Hermón; al sur, Canaán, con Gaza por meten su autonomía comarcal 7 1 .
capital. M á s tarde, Amurru se liberó de la tutela egipcia, que-
dando como provincias del faraón sólo Upe y Canaán hasta
los tiempos de Ramsés II (s.xin a . C ) . E n tiempos de Ameno- 4, CANAÁN EN LOS TIEMPOS DE T E L L AMARNA
fis II 6 1 y Amenofis IV 6 2 residía el rabisu, o «alto comisario», A principios del siglo xiv se derrumba el equilibrio políti-
en Gaza. Es la puerta de Asia, y por eso era patrimonio per- co-militar en la Alta Mesopotamia con la invasión de los hititas.
sonal del faraón; por esa causa, Tutmosis III le da el título de En efecto, Suppiluliuma invadió el reino de Mitanni, donde rei-
«la que el soberano ha tomado en su puño». Más al norte es- naba T u s h r a t t a 7 2 , y después de denodados esfuerzos el rey
taba otro lugar clave, el de Jaffa, con almacenes reales de apro- hitita pasó el Eufrates, ocupó Alepo y Aíalaj y, pasando por
visionamiento 63 ; es una comarca rica en cereales, por lo que Qades, Qatna y Niyi, llegó hasta Damasco 7 3 ; luego ocupó Kar-
era muy codiciada de los egipcios; los egipcios la explotaban kemish, con lo que logró imponer su dominio en toda la Alta
a base de prestaciones personales obligatorias de la gente del Siria 74 . Al debilitarse el poder de Mitanni, los asirios empeza-
país. El faraón Tutmosis en sus conquistas se apropió de m u - ron a sacudir su yugo, declarándose en reino independiente
chas ciudades más al norte, como Yanuam, en la parte septen- bajo Asur-uballit I (1365-30). Surgió así u n nuevo coloso en
trional de Palestina; Megiddo y diversas localidades en torno la historia, que logrará someter el reino de Mitanni bajo Adad-
al lago de Genesaret64, que tenían importancia militar, porque Nirari I (1307-1275), llegando a su expansión máxima bajo
por allí pasaba la ruta comercial hacia Siria; el faraón entregó Salmanasar I (1274-45). P ° r e s o e n e s t a época es el acadio la
todas estas ciudades al santuario de Anión en K a r n a k 6 5 . Más lengua oficial diplomática, con su escritura cuneiforme.
tarde, en tiempos de Ramsés II (s.xin a . C ) , el templo de A m ó n
Por su parte, el rey de Ugarit (Ras Shamra) se sometió sin
de Karnak recibía impuestos de nueve localidades de Juru
dificultad al invasor hitita, abandonando la fidelidad jurada a
(Canaán) y de Etiopía 6 6 . En Ascalón, al norte de Gaza, había
Egipto 75 , y el rey de Qades, después de infructuosa resistencia,
u n templo dedicado al dios Ptah; también en Beisán se encon-
tuvo que plegarse al invasor del norte 76 . Ahora bien, en esta
traron dos templos egipcios de los tiempos de Ramsés II y de
época de pérdida de posiciones en la Alta Siria, u n faraón,
su hijo M e r e n p t a h 6 7 , pero estaban dedicados a divinidades
allá en Egipto, en vez de hacer frente a la situación militar con
locales, aunque eran de estilo egipcio, no cananeo.
gallardía, emulando a sus predecesores, se dedicó a «teólogo»,
Más al norte había puestos militares permanentes, sobre tratando de imponer u n credo religioso unificador: es Ameno-
todo en el Líbano y Siria, para asegurar el abastecimiento de fis IV Akh-en-Atón («hijo de Atón»: 1364-47), quien trató de
Egipto de maderas 68 : sobre todo era importante el puerto de abandonar el politeísmo tebano por u n panteísmo a base del
Byblos o Gebail actual (el Gubalu de los textos asirios). Así, culto único al dios Ra-Atón, sin representaciones figuradas.
pues, los puntos claves de apertura hacia Asia eran Gaza, Incluso fundó una nueva capital del imperio en la actual Tell
Jaffa, Megiddo (conquistada por Tutmosis I I I ) 6 9 y Beisán Amarna, con el nombre de Akh-et-Atón («el horizonte del dis-
(conquistada por Amenofis IV) 7 0 . Por ello, los reyezuelos de co solar»), y cambió su nombre en Akh-en-Atón («el q u e agra-
Canaán a menudo pedían auxilio a estas guarniciones egipcias da a Atón»). N o tuvo hijos y le sucedió su yerno Semenüikare
80
Cf. M . D U N A N D - N . SALIBY, en AASS 7 (1957) 3-16; ibid., 14 (1964) 3-14. (1351-47), a quien sucedió T u t - a n k h - A m ó n (1347-1338), es-
61
Cf. Cartas de Taanak n.6,12-14.
62
E A 289,30-35.
' i Cf. E A 148,14; 151,15; 289,42.
« E A 294,18-23. 72
«« Cf. A N E T 237b. Cf. K. A. K I T C H E N , Suppiluliuma and the Amarna Pharaohs (Liverpool roA); E. F .
S5 A R E 11,557. CAMPBELL, The Chronology of the Amarna Letters (Baltimore 1964); W . F . A L B R M T , The
«6 Pap. Harris: A R E IV 226; A N E T 261a. Amarna Letters from Palestine: C A H II 20 (1966).
« Cf. B. MAISLER, e n B I E S 16,3-4 (19S1) 14-18. 73 Cf. A N E T 318.
«8 Cf. A N E T 2386. ™ Cf. K U B XIX 9.
75
69 Cartas de Taanak n . 6 . Cf. M . LIVERANI, Storia di Ugarit nell'etá degli archivi politíci (Roma 1 9 6 2 ) 27-56.
76
™ Cf. E A 289,19-20. Cf. A N E T 318; E. LAROCHE, Fragments hittites du traite du Suppiluliuma I: Ugaritica V I
(París 1969) 369-73.
398 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Canaán en los tiempos de Tell Amarna 399

poso de una princesa real. Este hizo volver la capital a Tebas, especialmente se quejan de los arqueros nubios, que entraron
restableciendo el culto a Amón. No tuvo hijos, muriendo joven. en Jerusalén haciendo una brecha en el palacio por el techo 83.
Su viuda se casó con el visir Aye (1338-34). En razón de este El que lleva la voz cantante entre los reyezuelos de Canaán es
cambio, el faraón innovador Amenofis IV pasó a la historia re- un tal Lebaya, de Siquem 84 (del tiempo de Amenofis III), el
ligiosa de Egipto como «el faraón hereje». cual se alió con Tagu, príncipe de la llanura del sudoeste del
Como resultado de sus obsesiones religiosas, su imperio monte Carmelo, y con el yerno de éste, Milkilu, de Gezer 85.
empezó a desmoronarse en el norte de Siria ante el empuje Los dos reyezuelos se acusan mutuamente al faraón 86, porque
hitita, pues no quiso prestar importancia a los asuntos milita- Lebaya quería apoderarse de Megiddo81; por ello, el faraón
res, despreciando unas cartas corteses que el rey hitita, Suppi- mandó prenderle, y fue entregado a Zurata, de Acre; pero,
luliuma, le dirigió pidiendo rompiera sus relaciones con su mediante un fuerte rescate, fue puesto en libertad 88. Después
aliado de Mitanni, Tushratta 77. Este, por su parte, había pe- de la muerte de Lebaya, su hijo Mut-baalu siguió las intrigas
dido ayuda al faraón en tres cartas que conocemos 78; pero el de su padre, ya que, ante la insurrección de su principado de
faraón no se molestó en contestar, a pesar de lo que le decía Pella y el Golán («país de Garu»), pidió ayuda a Ayyáb (¿Job?),
angustiado su fiel vasallo Burnaburiash de Babilonia (1375-74) príncipe de Ashtaroth, y logró dominarlas; pero éste fue recla-
en estos términos: «Canaán es tu país, y sus reyes tus vasallos». mado por el alto comisario egipcio de Canaán, Yanjanu,
Este se quejaba de que sus emisarios habían sido asesinados quien acusó a Mut-Baal de guardar a Ayyáb, oculto en Pella;
y sus caravanas asaltadas por el príncipe de Damasco, Birya- pero éstos presentaron sus excusas de fidelidad 89 .
waza y por el alto comisario del faraón 79 . Como dice R. de Por su parte, los dos hijos de Lebaya se asociaron con
Vaux, «los príncipes vasallos de Egipto de la zona hacían un Milkilu de Gezer 90 ; el príncipe de Jerusalén, llamado Abdi-
doble juego: de un lado, hacían profesiones de lealtad a Egipto, Jepa, acusó al de Gezer de pactar con los enemigos del faraón 91 .
recibiendo gentes y dinero para sus intereses, y del otro, pac- Se queja de que le han quitado la región de Qeila, en la comar-
taban con los hititas según sus conveniencias» 80 . En efecto, ca de Hebrón; Rubuto, en la de Jerusalén, y Belén (?), a las
Aziru de Amurru, mientras hacía manifestaciones de fidelidad puertas de la ciudad 92 . Pero el alto comisario no le hace caso
a Egipto, pactaba con los hititas 81 . y retiró la guarnición de Jerusalén (Uru-salim), por lo que el
Al morir Tut-ankh-Amón, su viuda pidió al rey hitita Sup- rey de esta localidad pidió al faraón que le enviara arqueros
piluliuma casarse con su hijo, Zananza, para que fuera rey de para salvar la situación, pues Jerusalén «es donde el rey ha esta-
Egipto; pero éste fue asesinado camino de Egipto. La reacción blecido su nombre para siempre» 93 . De otro lado, atacaban
del rey hitita fue violenta: invadió Siria y ocupó la Beqaa (en- los famosos jabiru-apiru, hordas móviles que hacían incursio-
tre el Líbano y el Antilíbano); pero los prisioneros llevaron al nes constantes contra los poblados. Pero Egipto por entonces
país de los hititas la peste, y el propio rey hitita, Suppiluliuma, apenas podía controlar militarmente la zona, por lo que se
y su sucesor, Arnuwanda II, murieron a causa de ella 82. deduce de las llamadas angustiosas de sus príncipes, vasallos
Mientras tanto, Canaán era un auténtico avispero ante la de Canaán.
debilidad del coloso egipcio, pues surgieron disensiones y lu-
85 E A 33-37; A N E T 488a.
chas intestinas entre los muchos reyezuelos de la zona. En las 84
E. F . C A M P B E L L , O . C , n.50.
8
cartas del archivo de Tell Amarna se leen promesas serviles de 5 E A 249,263. Por su acreditada fidelidad, el faraón Amenofis III le había vendido 40
mujeres para el harén a 40 siclos cada u n a ( E A 369; A N E T 487b).
fidelidad al faraón Amenofis IV, al tiempo que los reyezuelos 8
« E A 252-54; A N E T 486.
" E A 244; A N E T 4850.
se acusan de traición, quejándose de las incursiones de las po- 88
E A 245; A N E T 486b.
blaciones vecinas, de las exacciones de los altos funcionarios »•> E A 256; A N E T 486b.
' 0 E A 287.289; A N E T 488-89.
egipcios y del mal trato de las escasas fuerzas de ocupación; si E A 285-90; A N E T 487-89.
' 2 E n el texto se lee propiamente B i t - N m u r t a (EA 290); algunos creen q u e s e refiere a
Beth-horon y no a Beth-Lehem.
" E A 41. 93 E A 287.60-63; cf. D t I 2 , i l . «Entonces, en el lugar q u e Yahvé, vuestro D i o s , elija p a r a
'8 E A 27-29. q u e en él more su santo nombre, allí llevaréis todo lo q u e os mandó...», cf. 14,23.
« E A 7-8.
80
R. DE VAUX, Histoire Ancienne d'Israel 103.
81
Cf. E. F . W E I D N E R , Politische Dokumente aus Kleinasien (Leipzig 1923) 70-79.
82
Cf. J. VERGOTTE, Toutanhamon dans les archives hittites, en Publications de l'Institut His-
torique et Archéologique Néerlandais de Stamboul 12 (1961).
400 IX. Penetración de los israelitas en CanaAn La «jabiru-'apiru» 401
101
del rey o de potentados privados ; asimismo, en los textos
5. LOS «JABIRÚ-'APIRU» hititas se menciona a los jabirú e n paridad con los Lulajju, u n
pueblo bárbaro d e los montes orientales 1 0 2 . E n los textos d e
La presencia de estas bandas móviles de asedio aparece, so- Ugarit (s. XIV-XIII a . G ) , los S A . G A Z tienen mala fama, pero
bre todo, en las cartas dirigidas a Amenofis IV por el rey d e están sujetos al rey y ocupan una barriada de la ciudad. T a m -
Jerusalén, Abdi-Jepa 94 ; se les suele identificar con otras ban- bién en u n decreto del rey hitita Hattusil se dice que no aco-
das designadas con el ideograma cuneiforme S A . G A Z en otros gerá a ningún jabirú fugitivo, libre o esclavo, procedente d e
textos de Teíl Amarna 9 5 , lo q u e se confirma con lo q u e se Ugarit, porque lo entregará al rey de esta ciudad. Finalmente,
dice en los tratados hititas de los siglos XIV-XIII a . G , en los según los textos del archivo de Tell Amarna. los jabirú son
q u e se hacen invocaciones d e protección «a los dioses d e SA. bandas armadas incontroladas, hostiles al faraón y a sus prín-
GAZ» y «a los dioses de los jabirú»; por otra parte, en los textos cipes vasallos de la región, que están asociados en su hostilidad
de Ugarit (Ras Shamra) de la misma época aparecen como a Aziru de Amurru y a Lebaya de Siquem. E n algunos de estos
equivalentes el ideograma S A . G A Z y la transcripción alfabé- textos aparecen como mercenarios q u e se ofrecen al mejor
tica 'pr, q u e son los 'apiru de los textos egipcios de la época. postor 1 0 3 , constituyendo u n a parte considerable de la pobla-
Pero la mención de los S A . G A Z , los jabirú y los 'apiru aparece ción de Canaán; ya Amenofis I I I había llevado como prisio-
ya en textos anteriores, allá p o r el siglo x i x a . G ; aunque su neros a 3.600 'apiru 1 0 4 . M á s tarde, bajo Setis I (hacia el
mención aparece e n u n a área m u y amplia e n el tiempo y e n 1300 a . G ) , los 'apiru hostigan a los habitantes d e la región de
el espacio: en Mesopotamia, en Asia Menor, en Siria, Canaán Beisán 1 0 5 . Finalmente, en tiempos de Ramsés II (S.XIII a . G )
y Egipto (en textos que van del s.xix al s . x n a . G ) . Por otra y Ramsés IV (s. x n a . G ) aparecen los apiru en Egipto, emplea-
parte, los nombres propios aplicados a estas bandas son acadios, dos en el transporte de piedras y en las canteras; y en tiempos
jurritas y semítico-occidentales 96. E n los textos aparecen como de Ramsés I I I aparecen instalados en Heliópolis 1 0 6 ; son ex-
hordas belicosas procedentes del desierto que se alquilan como tranjeros y, probablemente, prisioneros de guerra.
mercenarios al servicio de los príncipes 91. A la vista d e estos datos, R. de Vaux sintetiza el problema
Parece q u e la primera mención d e jabirú e n escritura fo- sobre la identificación d e los jabirú e n estos términos: «No se
nética es en el siglo xix, en u n a carta encontrada en Alishar, puede deducir de estas afirmaciones, diferentes p o r la fecha
Capadocia; y se les presenta como mercenarios al servicio de y la proveniencia, u n a imagen coherente de los jabiru-apiru.
u n príncipe, pudiendo conseguir su independencia con u n Si se les intenta definir como un grupo social, no tienen d e común
rescate 9 8 . Igualmente, e n Mesopotamia aparecen como merce- más q u e rasgos negativos: no son miembros de una población
narios contratados " , mientras que e n Mari se presentan como local, no se identifican con una clase de la sociedad, n o tienen
bandoleros q u e asaltan las localidades del noroeste de la r e - todos la misma ocupación ni el mismo estatuto. M u c h o s asi-
riólogos los consideran como extranjeros refugiados, p e r o otros
gión; son hostiles a las autoridades de Mari, haciendo raz-
los califican de desenraizados, q u e no subsisten más q u e como
zias p o r su cuenta o a las órdenes de algún príncipe 1 0 ° .
en dependencia de u n patrón, ya sea el Estado o u n a persona
En el siglo xv a . G aparecen en Alaíakh como tropas acantona-
privada» 1 0 7 . D e hecho, el ideograma S A . G A Z q u e los designa
das e n diversas localidades.
se explica e n los vocabularios cuneiformes por jabbatu, que
Al mismo tiempo, p o r esta época hacen su aparición los suele significar «bandido» u «obrero itinerante». Y se h a rela-
jabirú en Nuzi, al este del Tigris, como mercenarios al servicio cionado el término jabirú (según la lectura de Ugarit) y 'apiru
94 (según la lectura egipcia) con la raíz 'br («atravesar»); e n este
Cf. J. BOTTÉRO, Le probléme de Habiru a la IV Rencontre Assyriologique Internationale
(París 1954); M . GREENBERG, The Hab-piru ( N e w H a v e n 1955); R. DE VAUX, Le probléme des supuesto, los apiru serían los que «atravesaron» la frontera o el
Hapiru aprés quinze années: J N E S 27 (1968) 221-28; I D . , Histoire... 106-12.
101
« E A 287,30-33; 254,31-35- J. BOTTÉRO, O . C , 9-11; E . CASSIN, Nouveaux documents sur les Habiru: J A 2 4 6 (1958)
9
6 Algunos autores creen q u e S A . G A Z significa «agresor», «bandolero»; cf. J. BOTTÉRO, 226-36.
o . c n . 1 - 8 ; F . R. KRAUS, Bib. Or. 15 (1958) 7 7 - 7 8 . 102
J. B O T T É R O , n.49-66.88.91-92.
97
Cf. B O T T É R O , O . C , n . 6 . 103
J. B O T T É R O , n . 1 3 2 .
98
J. B O T T É R O , O . C , n . 5 . 104 j . BOTTÉRO, n.183; A N E T 247a.
99
J. B O T T É R O , O . C , n . 9 - 1 1 . ios J. BOTTÉRO, n.184; A N E T 255a.
100
Cf. J. BOTTÉRO, O . C , n.5. Cf. J. R. K U P P E R , Les nómades... 249-59; ID., Sutéens et Ha- 106
J. B E T T É R O , n . 1 8 7 - 9 0 .
iru: R A 55 (1961) 197-200. i°7 R. DE VAUX, O . C , 109.
402 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Los textos de El Amanta 403

río (Eufrates); es el Trepcn-ris de la traducción griega. Sin em- bíblicos. Y la parte septentrional, habitada por los amárreos,
bargo, algunos lexicólogos prefieren relacionarlo con la raíz servía de enlace comercial entre los árameos y los árabes del
semítico-occidental 'pr («aprovisionar»; acadio: eperu); en ese interior del desierto siro-arábigo. Los cananeos tenían sus cen-
supuesto, los apiru-jabiru serían los clientes, lo que reflejaría tros en Ascalón y Gaza, constituyendo lo que más tarde se
su carácter de dependientes de los príncipes 108 . Con todo, otros habría de llamar Palestina o país de los filisteos, que se asentaron
críticos relacionan el término 'apiru con la raíz semítico-occi- en esa zona hacia el siglo xi a.C.
dental 'pr («polvo»); en ese caso, los 'apiru serían los hombres Como ya hemos indicado, el faraón egipcio tenía un alto
del polvo, es decir, los beduinos de la estepa 109 , los nómadas dominio sobre estas regiones, que aseguraban la ruta comercial
del desierto 110 . Finalmente, se ha propuesto de nuevo que hacia Siria y el país de los hititas. Pero muchas veces este pro-
'apiru sería una designación étnica, es decir, designaría a un tectorado era nominal, según el interés que los reyes de Egipto
pueblo citado en conexión con los suteos, del desierto siro- pusieran en la política imperialista hacia Asia. Por ello ha ha-
arábigo m , y los juru, los shásü en la región de Canaán y bido altibajos constantes en el control militar de la zona ca-
TransJordania, según los textos de Amenofis II y Setis II 112. nanea; y cuando escriben los reyezuelos de Canaán a Ameno-
fis IV, parece que la presencia militar de los egipcios era casi
nula o más bien simbólica, como se ve por el tenor de las epístolas
6. LOS TEXTOS DE E L A M A R N A
en las que se pide angustiosamente ayuda contra los invasores
Precisamente estos jabiru-apiru son reiteradamente men- jabirú. El faraón tenía un representante en la zona, llamado
cionados en los textos escritos en acadio y en escritura cunei- rabitsu, quien, a su vez, estaba sobre jefes comarcales, llama-
forme hallados en la localidad egipcia de Tell Amarna, donde dos sharráni («reyes») o jazdnu («prefectos» o gobernadores).
estuvo la capital, creada por Amenofis IV Akh-en-Atón para En realidad, en Canaán allá por el siglo xv a.C. había un mo-
liberarse de la tiranía de las familias sacerdotales de Tebas saico de ciudades-Estado en constante rivalidad, fomentada
y crear un nuevo movimiento religioso unificador en torno al por la diplomacia egipcia para tenerlos a su servicio, pues las
dios solar Atón-Ra. En sus archivos fueron encontradas en 1887 veleidades de independencia frente al poder del Nilo afloraban
muchas cartas de los reyezuelos de Canaán, teóricamente sus de tiempo en tiempo. Y en las cartas de Amarna, los reyezue-
subordinados, quienes le pedían protección ante las incursio- los, ante el peligro de las hordas de jabirú, se muestran serviles
nes de unas bandas incontroladas que con gran movilidad en extremo, declarando su fidelidad al faraón de Egipto.
atacaban a las poblaciones sedentarias, y son llamados jabirú. Según los datos que proporciona esta correspondencia de
Es esta correspondencia diplomática contemporánea de la reyes cananeos a mitad del segundo milenio a.C, la situadón
encontrada en Hattushash, la capital de los hititas, no lejos política era la siguiente: al norte, en la región de Amiirru
de la actual Ankara, escrita en acadio y en hitita. En los textos (entre Akko y Qades, en el Orontes) existía una pugna tensa
de El Amarna encontramos menciones de Babilonia, Mitanni, entre dos reyes con nombres semítico-amorreos: Abdi-Ashirta
Jattu y Chipre; pero las alusiones conciernen, sobre todo, a la («siervo de Ashera», ¿Astarté?) y Rib-Abdi de Byblos. El pri-
región siro-fenicia-cananea, que aparece dividida en dos zonas: mero favorecía a las bandas incontroladas de los jabirú, míen-
una desde Akko (Acre actual, en la bahía de Haifa) hasta Qa- tras que el segundo se mostraba fiel al faraón; en sus 50 cartas
desh, sobre el Orontes, en Siria. Toda esta región es designada al faraón denuncia a los traidores al poder egipcio. De hecho,
como el país de Amurru u «occidente» (en la perspectiva de los algunos de los reyezuelos insurrectos tienen nombres hititas,
mesopotámicos). La otra zona se extiende desde Akko a Gaza, y, sin duda, representaban una infiltración política del poder
y es llamada Kinajnu, Kinajji o Canaán, la Kena'an de los textos expansivo hitita de la época hacia Canaán. El representante
del poder faraónico (alto comisario), llamado Pahnate, se mues-
ios Cf. W . F . ALBRIGHT, en J A O S 74 (1954) 225.
1° 9 Es la opinión d e R. DE L A N C H E , Les Textes de Ras Shamra-Ugarit et leurs rapports avec
tra oportunista y no se atreve a tomar decisiones claras ante
le milieu de l'A.T. ( G e m b l o u x 1945) I I 465.
110
la situación, por lo que los jabirú desbordan al fiel Rib-Aldi,
Gf. E. D H O R M E , LesHabiruet UsHébreux: Rev. Historique 211 (1954) 261.
111
Cf. BOTTÉRO, o.c, n.152. quien pide ayuda militar directamente al faraón; pero éste,
112
Véase R. DE VAUX, Histoire ancienne... p.112; supone q u e el término t u v o primero u n
origen étnico, para designar a u n g r u p o d e pueblos; p e r o luego tuvo u n sentido social, al pres-
con sus preocupaciones teológicas, apenas presta atención a la
tarse como mercenarios para todos los príncipes; c o m o e n Francia el término «suizo» t e r m i n ó situación política fuera del país del Nilo. Por lo que Eib-
por ser sinónimo de «conserje», oficio frecuente e n t r e los emigrantes de Suiza.
404 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Cartas de los reyes de Canaán al faraón 405

A b d i de Byblos es desbordado ante el empuje de los jabirú. Al solo frente a éstos, pues los otros tres reyezuelos se pasaron
fin llega una exigua expedición militar egipcia, lo suficiente- a los invasores. Con todo, a pesar de sus manifestaciones cáli-
mente fuerte para desbaratar al traidor Abdi-Ashirta. Pero el das de fidelidad a Egipto, fue denunciado por sus adversarios
hijo de éste vuelve a rebelarse contra el poder faraónico, y el como traidor al faraón, siendo comparado a Labaya. De hecho,
rey de Byblos, Rib-Abdi, vuelve a p e d i r ayuda a Egipto, pero Gezer, Ascalón y Laquis se pasaron a los insurrectos; y el débil
en la corte del faraón no le prestan atención, y entonces tiene destacamento militar egipcio no salvó la comprometida situa-
que abandonar Byblos y huir a Beyrut y después a Sidón, ca- ción, por lo que el rey de Jerusalén, Abdi-Jepa, se queja al fa-
yendo sus familiares en poder de los sediciosos; al fin, tam- raón, sospechando de la lealtad de u n tal Janhamu, que está
bién caerá él en manos de los insurrectos, siendo víctima de manipulando en la corte egipcia en relación con los asuntos
la maquiavélica política egipcia, pues el faraón trataba de con- de Canaán. La última carta del rey de Jerusalén es desesperada,
temporizar con los insurrectos, n o m b r a n d o a Aziru (hijo de pues desde Seir (Edom), en TransJordania, hasta Gath, en el
Abdi-Ashirta) como «caudillo de Amurru». Pero el nuevo re- Carmelo, la insurrección contra Egipto es general, quedando
yezuelo se insolentó contra los enviados del faraón, mientras el faraón sin representantes políticos. Con esta carta desesperada
recibía, muy cordial, una embajada de los hititas, establecien- se cierra la serie de las cartas de los reyezuelos cananeos supli-
do relaciones amistosas con Itaqqama, jefe de Qadesh y enemigo cando la protección de Amenofis IV, que es el menos apropia-
acérrimo de Egipto. Por ello, el príncipe amorreo Aziru es lla- do para aventuras bélicas.
mado al país del Nilo para dar explicación de su desleal con-
ducta; después de no pocas vacilaciones, se trasladó a Egipto
7. CARTAS DE LOS REYES DE CANAÁN AL FARAÓN
para justificarse ante la corte faraónica; allí es retenido por
algún tiempo; pero al fin consigue retornar a su tierra. Una vez En estas epístolas se mencionan muchas localidades de
entre los suyos, al darse cuenta de la debilidad política del Canaán que aparecerán en los textos bíblicos: Gezer, Askalón,
poder faraónico, se pasó abiertamente a la influencia de los Laquish, Gaza, Siquem, etc. Están redactadas en acadio (len-
hititas, que amenazaban por el norte. Justamente en los textos gua diplomática de la época), con giros cananeos; alguna de
de Boghazkeui (la antigua Jattushash, cerca de Ankara) se con- ellas está casi toda en cananeo, con fórmulas estereotipadas
serva el tratado de alianza del príncipe amorreo Aziru con el acadias e ideogramas cuneiformes. La serie de estas cartas data
rey hitita Shubbiluliuma, quien se alió también con Itaqqama de los tiempos de Amenofis III (1415-1380) y de su sucesor,
de Qadesh para presionar hacia el sur. Amenofis IV A k h - e n - A t ó n (1380-62); asimismo, alguna está
En la región de Canaán el insurrecto se llama Labaya, dirigida a su sucesor el general Smenkjere.
oriundo de Arwaza, en Cilicia, y dominó la región central de
la futura Palestina; se alió con los jabirú para apoderarse de a) Carta de Abdu-Jepa, rey de Jerusalén
Siquem y de Gezer; pero al fin fue hecho prisionero por u n «Al rey, mi señor, así dice Abdu-Jepa, tu siervo. A los dos pies de mi
vasallo fiel a Egipto llamado Biridiya de Megiddo. A u n q u e logró señor, el rey, siete veces y siete veces me prosterno. ¿Qué he h e c h o yo al
fugarse de la prisión, al fin m u r i ó asesinado. Sus hijos siguieron rey, mi señor? Me culpan ante el rev, mi señor, (diciendo): Abdu-Jepa se
ha insurreccionado contra el rey, mi señor'. Pero en lo referente a mí, no
en rebeldía contra Egipto y presionaron hacia el sur, atacando fueron ni mi padre ni mi madre quienes me colocaron en este puesto,
las caravanas comerciales a pesar de hacer declaraciones de sino que el brazo del poderoso rey me trajo a la casa de mi p a d r e . ¿Por
fidelidad al faraón. Como Egipto se inhibía sin intervenir en qué, pues, iba yo a cometer una falta contra el rey, mi señor? P o r ello,
mientras viva el rey, mi señor, yo diré al lugarteniente del rey, m i señor.
la zona, unos cuantos reyezuelos de la comarca formaron una ¿Por qué preferís a los jabirú y os oponéis a los gobernadores~>... Preste
confederación de defensa; se llaman Shuwardata de Qeila, Z u - el rey atención a los arqueros y envíe el rey, mi señor, tropas de arqueros,
rata de Akka, Milki-ili y A b d i - J e p a («siervo de Jepa», diosa de pues el rey no tiene manos; los jabirú saquean el país del rey. Pero, si hu-
Mitanni y de los hititas), que es rey de Jerusalén (Uru-salimu; biera arqueros (aquí) este año, todas las tierras del rey, mi señor, permane-
cerían (en su poder;; pero si no vinieran los arqueros (aquí), las tierras
es la segunda vez que aparece mencionada esta ciudad en la del rey, mi señor, se perderán. Al escriba del rey, mi señor, (así habla)
historia). Parece que éste es el jefe de la coalición, por lo que Abdu-Jepa, tu siervo: ¡Exprésate con elocuencia al rey, mi señor, (porque)
toma la iniciativa en la denuncia de los peligros ante las hordas todas las tierras del rey, mi señor, están perdidas!» 1 I 3
de jabirú que les asedian ante el faraón. En realidad se quedó 113
EA n 286; ANET 487-88; SAO 320; F. MICHAELI, O.C, 37-38.
406 IX. Penetración de los israelitas en Canaán
Cartas de los reyes de Canaán al faraón 407
con mis hermanos para morir junto al rey, mi señor. AI escriba del rey,
b) Carta de Abdu-Jepa, rey de Jerusalén mi señor, así habla Abdu-Jepa: Me prosterno ante tus dos pies. Había
elocuentemente... al rey... Tu siervo y tu hijo soy yo» I 1 5 .
(Quejas contra Milki-ilu, de Gezer, y Tagu y contra los mercenarios
nubios, que incluso saquean su palacio de Jerusalén.)
«Al rey, mi señor, así dice Abdu-Jepa, t u siervo... Sepa mi rey que d) Carta de Abdu-Jepa, rey de Jerusalén
todos los territorios están en paz, (pero) hay guerra contra mí. Por tanto,
¡preocúpese mi rey de su país! Ciertamente la tierra de Gezer, la de Askalón (Se insiste en el peligro ante el creciente dominio de los jabirú, que
y la de Lakish les proporcionaron grano, aceite y lo que necesitaban. ¡Pero tienen la simpatía y colaboración de todas las poblaciones.)
conviene que el rey tenga a raya a los arqueros!; y envíelos contra los que «Al rey, mi señor, así dice Abdu-Jepa, tu siervo... Esta es la fechoría
se oponen contra el rey, mi señor, porque, mientras haya arqueros, estos que Milki-ilu y Shuwardata cometieron contra el territorio del rey, mi
territorios y gobernadores seguirán perteneciendo al rey, mi señor; pero, señor: atacaron con tropas de Gezer, de Gath y de Qeilah y ocuparon el
si no hubiere arqueros, las tierras y los gobernadores dejarán de pertenecer país de Rubutu; de este modo, el territorio del rey pasó a la gente de jabirú.
al rey. En cuanto a este territorio de Jerusalén ( Uru-salimu), no fueron mi Y hasta una población del territorio de Jerusalén llamada Blt-Lajml (Beth-
padre ni mi madre quienes me lo dieron, (sino) el brazo del rey poderoso lejem: ¿Belén?), que pertenecía al rey, ha pasado al lado de la gente de
me lo dio. Esta es la fechoría de Milki-ilu y la de los hijos de Lebaya, Qeilah. ¡Preste atención el rey a Abdu-Jepa, tu siervo, y envíe arqueros
quienes han entregado la comarca a los jabirú. Ciertamente, ¡oh rey!, para recuperar el territorio para el rey. Si no vienen los arqueros, el terri-
tengo razón... torio del rey pasará a los jabirú. Esto ocurrió a causa de Milki-ilu y Shu-
Por mi parte, he enviado (presentes) al rey, mi señor..., cautivos, cinco wardata... ¡Guarde mi rey su territorio»! 116
mil (siclos) de plata y ocho transportistas para las caravanas del rey, mi
señor; (pero) fueron apresados en la llanura de Ayyalón. Por tanto, sepa e) Carta de Abdu-Jepa, de Jerusalén
el rey, mi señor, que no puedo despachar otra caravana. Esto para tu in-
formación. Ciertamente, el rey puso su nombre en este territorio de Jeru- (Queja contra la conducta poco leal del gobernador egipcio, Puwure,
salén para siempre; por tanto, ya no puede dejar abandonados los territorios que está tranquilamente en Gaza, sin hacer frente a las maquinaciones de
de Jerusalén. los que se rebelan contra el faraón, adhiriéndose a los jabirú.)
Al escriba del rey, mi señor, así dice Abdu-Jepa, tu siervo. A tus dos «Al rey, mi señor, así dice Abdu-Jepa, tu siervo... Ciertamente que
pies me prosterno. ¡Soy tu siervo! Habla elocuentemente al rey, mi señor. Milki-ilu no rompe (su alianza) con los hijos de Labayu y con los hijos
Yo soy un humilde funcionario del rey. ¡Soy más insignificante que tú! de Arzayu, porque desean para sí el territorio del rey. Y puesto que un
Pero los hombres del país de Nubla han cometido una fechoría contra gobernador hace fechorías de esta índole, ¿por qué no le llama mi rey
(mí), y casi me dieron muerte los hombres del país de Nubla en mi casa. para que dé explicaciones? Ahí tenéis a Milki-ilu y a Tagu, que han hecho
Que el rey los llame (a dar explicaciones). ¡Y que el rey, mi señor, me lo siguiente: han ocupado la población de Rubutu. En cambio, Jerusalén
(vengue) siete y siete veces!» 1 1 4 sigue perteneciendo al rey. ¿Es que no es leal al rey, como lo es la ciudad
de Gaza?... En cambio, el territorio de la ciudad de Gath-Karmel pertenece
a Tagu y los hombres de Gath tienen una guarnición en Belsán. ¿Vamos
c) Carta de Abdu-Jepa, de Jerusalén a hacer como Labayu, el cual entregó el territorio de Slquem a los jabirú?
Porque Milki-ilu escribió a Tagu y a los hijos de (Labayu): 'Sois ¿e mi
(Quejas por el estado anárquico del país, porque los egipcios no con- casa. Acceded a todas las demandas de las gentes de Qeilah y rompamos
trolan la zona.) nuestra alianza con Jerusalén'. Adayya ha tomado y establecido en su re-
«Al rey, mi señor, mi dios sol, así dice Abdu-Jepa, tu siervo. ¡A los sidencia de Gaza a la guarnición que enviaste por mediación de Jaya, hijo
dos pies del rey, mi señor, me prosterno siete y siete veces! Porque el terri- de Miyare; y ha enviado a Egipto veinte hombres. Sepa el rey que no hay
torio del rey se va perdiendo y se me arrebata parte de él, pues hay guerra conmigo ninguna guarnición real. Y (tan cierto) como el rey vive es que el
contra mí desde los territorios de Sheir (Edom) hasta Gat Karmel. Aunque lugarteniente Puwure se alejó de mí y está en Gaza. Búsquele el rey.
todos los gobernadores están en paz, hay guerra contra mí. Soy considerado ¡Y envíe el rey cincuenta hombres de guarnición para defender el país!
como un jabirú, y no puede contemplar los dos ojos del rey, mi señor, por- ¡Que me envíen a Yamjamu para que cuide del territorio del rey!
que hay guerra contra mí. Soy como un barca en medio del mar. El brazo
del poderoso rey conquista el país de Naharayim (Aram, alta Siria) y el Al escriba del rey... así dice Abdu-Jepa, tu siervo: ¡Muéstrate elocuen-
país de Kush (Etiopía), pero al mismo tiempo los jabirú se están apode- te al hablar con el rey! "Soy inferior a ti; soy tu siervo" n 7 .
rando de las ciudades del rey; no queda ningún solo gobernador al rey, mi
señor, pues todos han perecido... También a Zimreda le asesinaron los f) Carta del faraón a Milkiilu, de Gezer
ciudadanos en Lakish, pues se sometieron a los jabirú... Porque, si no vienen
los arqueros este año, todos los territorios del rey, mi señor, se perderán. (Le pide que cambie mercancías por esclavas concubinas.)
¡No dirán al rey, mi señor, que el territorio del rey, mi señor, se ha per- «A Milki-ilu, príncipe de Gezer, así dice el rey: T e envío esta carta
dido y que todos los gobernadores han perecido! Y, si no vienen los arque- para decirte: 'He aquí que te envío a Janya, el lugarteniente de los arqueros,
ros este año, envíe el rey un lugarteniente para que me lleve junto a él
US EA n.288; ANET 488-89; SAO 322-24; MICHAELI, O.C, p.39.
u<¡ EA n.290; ANET 489; SAO 325.
"« EA n.287; ANET 488-89; SAO 320-22; F. MICHAELI, O.C, 38-39. i " EA n.289; ANET 489; SAO 324.
408 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Control de Canaán por los egipcios en los s.XIV-XIII a.C. 409
con mercancías para conseguir concubinas hermosas, tejedoras, plata, oro, «... Procura abastecimientos a las gentes del ejército y a los 'apiru que
vestidos, piedras preciosas, sillas de ébano, así como toda clase de cosas han sacado piedras para el gran pylono... de Ramsés Mi-Amún» 124.
buenas; en un total de 160. En suma, cuarenta concubinas; el precio de e) (En el Papiro Harris I se ofrecen unas listas de la época de Ram-
cada concubina es cuarenta (siclos) de plata. P o r tanto, envíame concubi- sés III [1195-64 a.C.]):
nas muy hermosas y sin defecto'. Y además t e dice el rey, tu señor: 'Esto «... Guerreros, hijos de príncipes (extranjeros) aryannu (clase superior
es bueno. Para ti se ha decretado la vida'. Sabe que el rey está bien, como militar de origen hitita-indoeuropeo), 'apiru y gentes fijados en este lugar:
el dios sol. Sus tropas, sus carros, sus caballos, están muy bien. He aquí 2.093 personas» 125,
que el dios Amón ha puesto el País Alto, el País Bajo, el sol levante y el f) (En una estela de Ramsés IV [1164-57] a - C . se hace mención de una
sol poniente, debajo de los pies del rey» l í 8 . expedición militar de 8.396 soldados):
«... 800 'apiru de tropas de Antju y 2.000 personas del templo del fa-
8. O T R O S TEXTOS REFERENTES A LOS «TABIRU» raón» 126.

Tabletas de Mari (1800 a. C.)


Q. E L CONTROL DE CANAÁN POR LOS EGIPCIOS
a) (Mashum de Mari escribe a Zimri-Lim sobre la presencia de los EN LOS SIGLOS XIV-XIII A . C .
jabiri.)
«... Al día siguiente llegó la noticia relativa al enemigo en estos térmi- Después de los tiempos de El Amarna, los faraones hicie-
nos: 'Yapaj-Abdu ha construido la ciudad de Zallul, en las orillas del Eu- ron incursiones circunstanciales p o r territorio cananeo, como
frates, como punto de paso, y reside en ella con 2.000 jabiri del país en el
interior de esta ciudad'» 1 I 9 . H o r e m h e b (1^^4-1^06 a . C ) . q u e se adentró en la región meri-
b) «El día en que he enviado esta tableta mía a mi señor (Zimri-Lim), dional, como nos recuerda en su epitafio de Saqqara 1 2 7 . M á s
me he trasladado a Lujayaki. Delante del país de Zalmaqum, las gentes de tarde, su sucesor Setis I ("1^04-1200 a . C ) , después de un in-
Taljawiki y los jabiri han saqueado Lujayaki, llevando 500 carneros y tervalo de inhibición expansionista por parte de Ramsés I (que
10 hombres que habían matado o habían tomado» 1 2 0 .
es el primer faraón de la XIX dinastía), quiso restablecer el p o -
derío egipcio en la zona de Siria para hacer frente a la presión
Textos egipcios imperialista d e Mursilis II, rey d e los hititas, al q u e estaba so-
a) (Un alto funcionario egipcio llamado Toth, del tiempo de Tutmo- metido el reino de Amurru. D e hecho, Setis I organizó diver-
sis III [1490-36], encargado de los territorios conquistados en el exterior, sas expediciones militares en territorios asiáticos, como aparece
propone arreglos con un príncipe de Joppe, en Canaán, que había sido con- e n las inscripciones de los muros de Karnak 1 2 8 . A s í , en su
quistada por los egipcios.)
«... Ahora, después de una hora, quedaron borrachos, y Toth dijo al p r i m e r a expedición derrotó a los shású, o beduinos canarreos,
enemigo de Joppe: 'Yo mismo iré con mi mujer y mis hijos a vuestra ciudad. de la zona de Gaza; luego tuvo u n segundo e n c u e n t r o en la
Que traiga (los caballos) y les dé alimentos, o bien un apiru podría pasar llanura de Esdrelón; en su estela de Beisán alude a las revueltas
por allí... De este modo, ellos guardaron los caballos y les dieron de co- del valle del Jordán 1 2 9 . Allí tuvo q u e enfrentarse con los prín-
mer» l 2 1 .
b) (En dos estelas, la de Menfis y la de Karnak, se relatan las dos cipes confederados de la región de Hamath (quizá la actual
campañas militares de Amenofis II [1447-21] en Asia. En la estela de Men- Tell el-Hammeh, a 12 kilómetros al sur de Beisán) y d e Pella,
fis se lee): e n TransJordania 1 3 ° . Y, por supuesto, tuvo q u e vérselas con
«Lista del botín que Su Majestad consiguió: 127 príncipes de Retenu las hordas de jabiru-apiru que merodeaban por aquellos para-
(Siria-Canaán), 179 hermanos de príncipes, 3.600 apiru y 15.200 shású (be-
duinos) vivos» 1 2 2 . jes. E n una estela que dejó en H a u r á n , nos habla de la conquis-
c) (Fragmento de una estela de Setis I [1318-1301 a . C ] encontrada ta de Pella 1 3 1 . Y en los alrededores del lago de Genesaret tuvo
en Beisán): q u e luchar contra los habitantes de Yenoam, cuya ciudad fue
«... en este día, Su Majestad—¡vida, prosperidad, salud!—... los 'apiru tomada, como aparece en los textos d e Karnak. E n l a región
de la montaña de Yer... juntamente con Tir...» 1 2 3
costera conquistó Tiro y Akko (Acre), según aparece en una
d) (Por su parte, Ramsés II [1290-1224 a.C] habla de los 'apiru, se-
gún el Papiro Leyden 348):
1 2 4 K . G A L L I N G , Texstbuch 3 0 D ; F . M I C H A E L I , O . C , 35.
125 A N E T 2 6 1 ; F . M I C H A E L I , O . C , 35.
»8 RA XXXI p.125-36.
n9 i 2 6 K . G A L L I N G , O . C , 3 1 F ; F . M I C H A E L I , O . C , 35.
120
CH. JEAN, Lettres diverses Iet. 131: F. MICHAELI, O.C, 33. 127 Cf. A R E III 121; A N E T 250-51.
PARROT, Les tablettes de Mari et l'Ancien Testament: RHPR (1950) 4; F. MICHAELI, 128 Cf. A R E III 80,156; A N E T 254-55-
o.c, 33- 129 Cf. A N E T 253.
121 ANET 22; F. MICHAELI, O.C, 34.
«2 ANET 247; F. MICHAELI, o.c, 34. 130 Cf. A N E T 2 5 5 a ; W . F . AI.BRIGHT, en B A S O R 125 (febrero 1952) 24-32; A . ALT, e n
123 ANET 255; F. MICHAELI, O.C, -54. ZDPV 70(1954)52-75-
«i Cf. G . - A . - S M I T H , e n P E F Q S (1901) 347-49-
410 IX. Penetración de los israelitas en Canaán
Control de Canaán por los egipcios en los s.XIV-XIII a.C. 411
inscripción encontrada en una estela en la actual Sur (Tiro) 1 3 2 . de Se'ir (Edom), del Negeb y del Araba °. Y en la campaña í4
Luego, el faraón retornó a Egipto para emprender después por TransJordania se ocupó la localidad de Dibón, en M o a b 1 4 1 .
una segunda expedición hacia regiones más septentrionales, si- Esta ocupación egipcia de Canaán hizo que hubiera inter-
guiendo la trayectoria de Tutmosis III; así penetró en Siria, cambios culturales entre Egipto y la región cananea 142 , pues
ocupó Simyra, la región costera de Amurru, conquistando Qa- los egipcios adoptaron las divinidades semíticas de la zona; así,
desh, sobre el Orontes, donde se encontró una estela con su en la guarnición egipcia de Beisán aparecen templos dedicados
nombre 1 3 3 . Pero allí tuvo que vérselas con el rey de los hititas, al Baal local, a Astarté y a Anat, «dios de los cielos y señora de
haciendo luego las paces con Muwatalli, sucesor de Mursi- los dioses» 143 . Y en la estela de Sheikh Saad aparece Ramsés II
lis II 134 , y comprometiéndose a n o seguir presionando más ofreciendo dones a una divinidad semítica 144 ; estos cultos ca-
al norte. naneos penetraron en el mismo Egipto, llevados por los solda-
Pero, al declararse vasallo de Egipto el reino de Amurru, dos expedicionarios 145 ; así, Anat y Baal forman parte del pan-
el rey hitita declaró la guerra a Ramsés II (12QO-24), sucesor teón faraónico; asimismo, el mismo Setis I se da el título de
de Setis I. Según reza la estela de Ramsés II en Nahr el-Kelb, «temible de Baal» 146 ; una hija de Ramsés II fue llamada Bint
al norte de Beyrut, el faraón pasó por esta región en el año Anat («hija de Anat»); también se hizo representar a la derecha
cuarto de su reinado. Y en el año 1286 tuvo lugar la famosa de Anat, que le decía: «Soy tu madre», pues había bebido de la
batalla de Qadesh entre egipcios e hititas. Según los textos triun- leche de la diosa; también Anat tenía u n templo en la ciudad
falistas egipcios, que nos dan detalles de la batalla, el faraón de Pi-Ramsés, en cuya edificación trabajaron los hebreos 147 .
logró vencer a los hititas, pero parece que la situación quedó en En el relato de la batalla de Qadesh, el faraón es presentado
tablas, pues Ramsés II firmó m u y contento el armisticio que como «Baal en persona». Por otra parte, en Menfis había tem-
le pidió el rey hitita Muwatalli 135 . De hecho, Qadesh quedó plos dedicados a Baal Sapón («señor del septentrión»), patrono
fuera de la órbita egipcia y Amurru siguió sometido a los hiti- de los navegantes, lo que se explica por influencia de los mari-
tas ; por eso, la victoria egipcia fue, más bien, pírrica, si es que neros sirios; y Astarté es la diosa del amor y de la guerra. Hero-
existió; y Egipto tuvo que replegarse 136 sin alcanzar las anti- doto habla de los templos sirios en Menfis, donde había pro-
guas fronteras de Setis I. Como, por otra parte, los asirios em- fetas de Baal. De hecho, en los mitos de Anat y Astarté éstas
pezaban a presionar por el oriente, el faraón Ramsés II firmó entran como hijas de Ra en la leyenda de la curación de Seth 148 ;
u n pacto de no-agresión con Hattusilis III, sucesor de M u w a - tampoco está ausente el mito de Yam, casado con Astartél49.
talli, en el año 1269 a.C. Y, más tarde, Ramsés II, en el año 34 Igualmente, en el panteón egipcio aparecen influencias cre-
de su reinado, se casó con una hija del rey hitita, lo que muestra tenses, micénicas y chipriotas 1 5 °. Esta influencia de la tesalo-
las nuevas relaciones de amistad surgidas entre los dos colosos cracia cretense aparece también en la cerámica de Canaán,
imperiales de la época. según restos encontrados en Megiddo, Beisán, Hasor y As-
Por lo q u e respecta a Canaán, Ramsés II tuvo que repri- kalón. Y, aunque la escritura diplomática de Canaán es cu-
mir varias sublevaciones: en Askalón, en la región septentrional neiforme (además de la correspondencia de El Amarna, se han
encontrado dos tabletas de este tipo en Siquem y Taaaak),
(Meron y Selam) y en la montaña de Beth-Anat137. De hecho
empieza a perfilarse la escritura protougarítica semialíabé-
existía una guarnición permanente egipcia en Beisán en el año
tica 151.
decimoctavo de su reinado 138 ; los egipcios durante su gobierno
construyeron la ciudadela de Jaffa 1 3 9 . También los textos egip- 1 4 0 Cf. J E A 25 (1939) 141 p.1-14,4; R G I V E O N , en V T 14 (1964) 239-55.
cios hablan de operaciones militares contra los shdsü o beduinos i 4 i Cf. K. A. K I T C H E N , en J E A 50 (1964) 47-70.
1 42 Cf. W . F . ALBRIGHT, Archeology and the Religión of Israel (Baltimore 1946).
1 43 Cf. A. R O W E , The Topography of Beth-Sahan (Philadelphia 1930) p.13; A N E T n . 4 3 7 .
132 144 Cf. R. G I V E O N , en R S O 40 (1950) 197-200.
Cf. J. L E C L A N T , en Orientalia 30 (1961) 394.
133
Cf. M . PEZARD, Qadesh. Mission archéologique á Tell Nebi Mend (París 1931) 19-21 1 45 Cf. R. DE VAUX, Histoire... 117, a quien seguimos en esta síntesis histórica.
pl.28. 1 4 6 Ramsés II llamaba a su espada Anat es victoriosa, y a u n perro d e caza s u y o le llamaba
« 4 Cf. A R E III, 377; A N E T 200a. Anat es su fuerza.
» 5 Cf. ibid. 147 Cf. Ex 1,11.
136 148 Cf. E. D R I O T O N , en BiOr 12 (1955) 164.
Cf. M . N O T H , Ramsés II in Syrien, en Z D P V 64 (1941) 39-74.
» ' Cf. A N E T 256a. 149 Cf. G. LEFÉBVRE, Romans et contes égyptienns (París 1949) 106-13; A N E T 17-18.
150
1 38 Cf. J. C E R N Y , Stele of Ramsés II from Beisan: Eretz Israel 5 (1958) 75-82. Cf. J. VERCOUTTER, L'Égypte et le monde égeen préhellénique (Le Cairo 1956).
" » Cf. RB 64 (1957) 243; 67 (1960) 376-77- 1=1 Cf. W . F . ALBRIGHT, The Beth-Shemesh Tablet in Alphabetic Cuneiforme B A S O R 173
(febrero 1964) 51-53; D . R. H I L L E R , An Alphabetic Cuneiform Tablet from Taanack: PASOR
412 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Control de Canaán por los egipcios en los s.XIV-XIII a.C. 413

de Ramsés II y de Tutmosis III, los dos grandes faraones


Campaña de Setis I (1318-1301) en Canaán
conquistadores en tierras asiáticas. En una guerra con los libios
(Se trata de hacer frente a la coalición de príncipes asiáticos, que desde vuelve a mencionar a los «pueblos del mar», que fueron derrota-
hacía un siglo se venían levantando contra el dominio faraónico aprovechan- dos en la costa después de un combate naval, aunque no se
do la debilidad política interior de Egipto, como aparece por los textos de
El Amarna.) puede precisar el lugar, ya que algunos historiadores suponen
«... El buen dios, de brazo poderoso, heroico y valiente como Montu que fue en la costa siro-fenicia frente a Arwad, mientras que
(dios guerrero); rico en cautivos, que sabe cómo poner la mano y está alerta otros piensan que fue en la desembocadura del delta egipcio.
donde está, hablando con su boca, obrando con sus manos, valiente jefe del
ejército, valeroso guerrero en el mismo corazón del combate; Baste (diosa- Entre los vencidos son mencionados los filisteos y zakkala,
gato, combinada con la diosa Sekhmet, leona de la guerra), terrible en el quienes se instalaron en la franja costera de Canaán, que es-
combate, penetró en un tropel de asiáticos, haciendo que se postrasen; y así taba casi despoblada, quizá con la anuencia tácita del propio
aplastó a los príncipes de Retenu (Canaán) y entró en las propias fronteras
del que se opone a su camino. Es el que obligó a retroceder a los príncipes
Ramsés III, quien deseaba verse libre de sus incursiones. He
de Siria (Jaru, región siro-palestina), que se habían mostrado jactanciosos aquí el relato del choque con ellos tal como aparece en las ins-
con sus bocas. Ahora, los príncipes de todos los países extranjeros de los cripciones egipcias:
confines de la tierra dicen; '¿Adonde iremos?' Y pasan la noche diciendo:
' ¡Mirad, mirad en sus corazones! La fuerza de su padre Amón le concedió
osadía y la victoria. «Año octavo, bajo la Majestad de (Ramsés III): ... Los países extranjeros
En este día vino uno a hablar con Su Majestad, diciendo: 'El perverso conspiraron en sus islas; de repente, los países fueron incomunicados y ais-
enemigo que está en la ciudad de Hamat (tell-Hamme, a dieciséis kilómetros lados en su lucha. Ningún país podía mantenerse frente a sus armas, desde
de Beisán) está reuniendo para sí mucha gente mientras ocupa la ciudad de Jatti (país de los hititas, Asia Menor), Kode (costa de Cilicia), Karkemish,
Beisán. Después hará alianza con los de Pahel (Pella) y no permite salir al Arzawa y Alashya (Creta) en adelante, siendo contenidos. Acamparon en un
príncipe de Rehoh' (Tell el Sarem, a cinco kilómetros de Beisán; Tell Hosne lugar de Amor (¿Amurru, Siria?). Diezmaron a su población, y su país se
actual). Por tanto, Su Majestad envió el primer ejército de Amón (llamado quedó como nunca había estado. Luego avanzaron hacia Egipto, mientras
«Poderoso de Arcos») a la ciudad de Hamat; el primer ejército de Ra (llama- la llama se preparaba para hacerles frente. Constituían su confederación los
do «Abundante en valor»), hacia la ciudad de Beisán, y el primer ejército de filisteos, los tjekker, zakkala, shekelesh (¿sicilianos?), deneye(n) (¿dañaos?) y
Seth (llamado «Fuerte en Arcos»), a la ciudad de Jano'am (¿kh. Na'imali?), weshesh con sus territorios unificados. Invadieron los países hasta el fin de la
al norte, a 80 kilómetros de Beisán. Después de un día fueron vencidos, tierra con corazones exultantes de confianza y orgullo, (diciendo): 'Se im-
para la gloria de Su Majestad, el rey del Alto y Bajo Egipto, Men-Maat-Ra; pondrán nuestras pretensiones'.
el hijo de Ra: Setis Merne-Pata, que recibe la vida» 152 . Pero el corazón de este dios, el señor de los dioses, estaba preparado y
dispuesto a atraparlos como a pájaros... Organicé mi frontera en Djahi(Fe-
nicia, cerca de Canaán), preparé frente a ellos a príncipes, jefes de guarnicio-
Después de una época de paz con los hititas en un equili- nes y maryanu (de origen indoeuropeo). Organicé la boca del río (Nilo)
brio inestable que siguió la paz firmada entre Ramsés II y como un fuerte muro, con naves de guerra, galeras y barcazas (con una tri-
Hattusilis III, bajo el sucesor, Merne-Ptah (1224-14 a.C), pulación completa), pues los ocupaban de popa a proa guerreros valerosos
el poder egipcio en el exterior empezó a declinar, porque los con sus armas, ya que las tropas eran de los hombres más selectos de Egipto.
Eran como leones rugiendo en las cimas de los montes. Y la fuerza de carros
libios se filtraban por el occidente, atacando al faraón, en su incluía corredores, hombres selectos, los mejores guerreros de los carros. Los
quinto año de reinado, bajo el mando de un príncipe llamado caballos estremecían todas las partes de sus cuerpos, pues estaban prontos a
Maraye, quienes se aliaron con los «pueblos del mar», proce- aplastar a los pueblos extranjeros bajo sus cascos. Yo era el valeroso Montu
dentes de las costas del mar Egeo. Pero todos fueron derrota- (dios egipcio de la guerra), y estaba firme al frente de ellos para q u e viesen
lo que aprisionaban mis manos...
dos y tratados con crueldad. Es la victoria que enfáticamente De este modo conseguí que los países se espantaran ante la simple men-
se canta en la llamada «estela de Merne-Ptah», en la que por ción de Egipto y que, al pronunciar su nombre en su país, se sobrecogieran
primera vez se menciona a Israel como agrupación étnica en (de temor). Desde que me senté en el trono de Har-Akhti y el G r a n d e de la
un texto extrabíblico 153. El último faraón con arrestos expan- magia (serpiente que simboliza la realeza) se puso en mi cabeza como Ra, no
he permitido que los países extranjeros contemplaran la frontera d e Egipto
sivos militares al exterior fue Ramsés III (1184-53). En su para gloriarse de ellos ante los Nueve Arcos (enemigos vecinos de Egipto).
tumba de Medinet Habu se nos da la lista de los países conquis- Y les he arrebatado sus tierras, añadiendo sus límites a los míos. Y s u s prín-
tados, que parece copiar otras listas estereotipadas de la época cipes y sus tribus están en mi poder como rehenes...
... Los países septentrionales se estremecieron; en sus cuerpos, lo&jilis-
173 (febrero 1964) 45-50; F R . M . CROSS, The Evolution ofthe Proto-Canaanite Alphabet: B A - teos, los tjekker... Ellos se separaron de sus países y vinieron, feneciendo sus
SÓR 134 (i9S4) 15-24. almas...
152 Texto en A N E T 253-54; S A O 214-16. Su Majestad era como un león rabioso, atacando y asaltando con s u s armas,
153 Véase p.253-254.
414 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Los filisteos 415

saqueando con su mano derecha poderosa y su izquierda como Seth, des- denen o danuna, que pueden ser los danoi de la Ilíada, del país
truyendo a la serpiente 'Mal de carácter' (el dragón contra el que luchó de Danuna de los textos de El Amarna, o los dnnym d e las
Seth)» 154. inscripciones fenicias de Zendjirli (s.ix a.C.) y de Karatepe 1 6 0 .
Finalmente aparecen mencionados los weshesh como cautivos
Ahora bien, ¿quiénes son estos pueblos del mar tantas veces
de Egipto j u n t o a los shardanos, según se cita en el gran Pa-
mencionados en los documentos egipcios de los tiempos de
piro Harris. Los tjekker o zakkala son mencionados en el r e -
Ramsés III? E n realidad, parece q u e eran u n a amalgama de
lato de Wen-Amón (s.xi a . C ) , y se supone que estaban insta-
pueblos diversos procedentes de las zonas costeras del M e d i -
lados en la zona meridional cananea, al sur del monte Car-
terráneo oriental q u e fueron echados de sus países p o r otros
melo; también los danuna aparecen instalados en esta zona
invasores; por ello fueron en busca de tierras en las costas
costera, según la lista de Ramsés II; son, quizá, los danoi;
cananeas y egipcias. E n los textos egipcios se les designa como
por eso, la leyenda helénica coloca al héroe Perseo e n la costa
«los extranjeros q u e venían de su país y de las islas del G r a n
de Jaffa; pero no parece q u e tenga relación con la tribu de
Verde», o «los extranjeros del Norte que estaban en sus islas».
Dan de la Biblia H>i.
Entre esos pueblos invasores aparecen los shardanos (shrdn,
nombre de Cerdeña según una inscripción del siglo i x a.C. en-
contrada en Nora). Son mencionados en las cartas de El Amar- 10. LOS FILISTEOS
na 155 y sirven como mercenarios d e Amenoñs IV e n Byblos;
aparecen también en la batalla de Qadesh (1269 a . C ) , en cali- Entre todos estos «pueblos del mar» rechazados p o r los
dad de mercenarios de Ramsés I I I 156 . Se cree que eran piratas faraones egipcios y que se afincaron en la costa cananea al sur
profesionales que habían sido hechos prisioneros. Y, de hecho, del Carmelo, dando su nombre a esta zona geográfica (Palestina),
en tiempos d e M e r n e - P t a h los shardanos se unieron a los según los historiadores griegos, están los peleshtim de la Biblia,
libios en su ataque contra Egipto; más tarde, en tiempos de contra los q u e luchó Sansón, Saúl y David cuando empezó a
Ramsés I I I , aparecen también como mercenarios de su ejérci- perfilarse la nación hebrea 162 . Aparecen por primera vez men-
to 157 . A l lado de ellos aparecen e n los textos egipcios los cionados en los textos de la época de Ramsés I I I (s.xn a.C.)
lukka; quizá los lycios del Asia Menor, que en los tiempos de con el nombre de prts, y e n los textos acadios posteriores se
El Amarna aparecen atacando a Chipre 158 ; también son men- les llama palashtu, similar al peleshtim de los textos bíblicos 163 .
cionados los aqyawasa (o aqwayasa), que deben ser los aqueos, N o s o n mencionados en los textos de El Amarna. P a r a los
que en los textos hititas son llamados ajjiwaya. Luego apare- autores bíblicos son los «incircuncisos» I 6 4 , por lo q u e se dis-
cen los turusha (tirsenos), quizá los etruscos de los textos grie- tinguen de los cananeos, pues aquéllos n o son semitas. Según
gos 1 5 9 . Finalmente se menciona a los shekelesh; quizá los A m 9,7, provienen de Captor (Creta) 165 , el Kaftaru d e los
siculi o sicilianos. textos de Ras Shamra y los keftiu de los egipcios e n textos
que se escalonan del siglo x x a.C. al siglo x i v a.C. L a identi-
En una segunda oleada, bajo Ramsés III, aparecen otros ficación de Caftor con Creta es general entre los críticos 1 6 6 .
pueblos confederados atacando a Egipto, como los peleshet Ahora bien, en muchos textos bíblicos aparecen mencionados
(filisteos) y los tjekker, quizá los teucroi d e la Ilíada, q u e h a - juntos los filisteos y los kereteos 167 , como si fueran de u n origen
bitaban en Troya y fundaron Salamina, en Chipre. N o obstan-
te, n o pocos egiptólogos, en vez d e tjekker, leen zakkala (¿si-
i°» Cf. W . F . ALBRIGHT, Some Oriental Glosses on the Homeric Problem: A J A 5 4 11950)
cilianos?); en ese supuesto equivaldrían a los shekelseh de los 162S; E. LAROCHE, Études sur les hiérogliphes hittites 6: Adana et les Danouniens: Syiia 35
(1958) 263-75; M . C. ASTOUR, Hellenosemitica (Leiden 1967) 1-112.
textos de la época de M e r e n p t a h . También se menciona a los 161
Cf. C. H . G O R D O N , e n S V T 9 (1962) 2 1 .
161
Sobre los filisteos véase: T . D O T H A N , Archeological Refiections on the PhilisHne Proble-
ma: A n t i q u i t y and Survival 2 (1957) 151-64; A . W A I N W R I G H T , Some Early Philistine Hitory:
154 Texto en A N E T 262-63; S A O 218-20. E n la representación gráfica aparece el faraón V T 9 (19S9) 73-84; M . L . ET H . E R L E N M E Y E R - M . D E L C O R , Philistin: D B S V I I (196Í) col.
en marcha con sus tropas contra los pueblos del mar. E l faraón entra e n lucha contra los inva- 1233-88; G . W . W R I G H T , Fresh Evidence for the Philistine Story: B i b A r c h 29 (1966) 70-I6.
sores, al tiempo q u e se presenta u n a batalla naval, e n la que los barcos egipcios chocan con 163
los d e los invasores, mientras q u e el faraón y sus t r o p a s luchan en la costa. Cf. G e n 21,32.34; 26,1.8.14-15. L a designación d e «rey d e los filisteos» (Abimelek)
es u n anacronismo, así como la d e «ruta d é l o s filisteos» d e E x 13,17.
1=5 Cf. J E A n . 1 2 2 . 1 2 3 . 164
J u e 14,3; 1 Sam 17,26-36; 31,4; 2 Sam 1,20.
156 Cf. BREASTED, e n A R E I I I 307.491- i 6 5 Cf. Jer 47,4; D t 2,23; G e n 10,14; 1 P a r 1,12.
157 Cf. R. D . B A R N E T T , e n C A R II X X V I I I p . 1 2 . 166
Cf. J. VERCOUTTER, L'Fgypte et le monde égeen préhellénique (Le Cairo 1956); R . W H U T -
158 Cf. EA n.38: el rey d e C h i p r e se queja d e estos ataques. SHINSON, Prehistoria Crete (Harmnondsworfh 1962) 106-11.
159 Cf. A . W A I N W R I G H T , The Teresh, the Etruscans and Asia Minor: A N S t u d 9 (1959
1 « Cf. Ez 25,16; Sof 2,5.
197-213.
416 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Los filisteos 417
común extracananeo, y gentes de estos dos pueblos constitu- existe la ¡, dando lugar al palashtu de los textos cuneiformes
yen la guardia personal de David, con los nombres de keretím posteriores), en la región costera, p o r donde pasaba la via
(cretenses) y peletim (filisteos) i 6 8 . maris, ruta comercial caravanera de Egipto a la Alta M e s o p o -
Con todo, algunos autores creen que Caftor designaría tamia; por ello era una región de importancia excepcional
Capadocia 16(). Así, se ha querido relacionar al nombre de desde el punto de vista comercial y militar; por lo que e n esta
Akish de Gath 1 7 0 nada menos que con el Anquises (?), padre zona, verdadera encrucijada geográfica, chocarán reiteradamen-
de Eneas de Troya m , y a Goliath con Alyatte, rey de Lydia, te los ejércitos de Mesopotamia y de Egipto. Algunos autores
padre de Creso. Pero lo más verosímil es suponer que los creen que los filisteos se instalaron en la zona costera d e Ca-
keftiu abandonaron Creta al ser destruido el palacio, emigran- naán como colonia de cautivos con la anuencia de Ramsés III
do hacia las costas del Asia Menor y luego hacia las de Ca- después de haberles derrotado en sus pretensiones de invadir
naán. Pero en los textos de Ras Shamra (S.XIII) se habla de el delta egipcio. Más tarde, cuando Egipto perdió influencia
las relaciones comerciales con Kabturi (Caftor) 172 . De hecho, sobre esta región costera de Canaán, los filisteos habrían recu-
como constata R. de Vaux, en la cerámica filistea de los si- perado fuerza, organizándose en ciudades-Estado conforme a
glos x n - x i de Canaán hay influencias micénicas y chiprio- sus tradiciones ancestrales, provenientes del mar Egeo. Cuan-
tas 173 . En sus emigraciones, los «pueblos del mar» tuvieron do en el siglo xi a.C. el sacerdote egipcio Wen-Amón se detu-
que pasar por Chipre. Por otra parte, los nombres filisteos vo en Ashdod, Gaza y Askalón en su ruta hacia Byblos, en-
seren, qoba\ 'argaz son de origen indoeuropeo, del tipo centum. contró un príncipe llamado Warkatara en Askalón, quien tenía
Por ello, no pocos autores creen que los filisteos provendrían relaciones comerciales con Sidón. En tiempos de Saúl (si-
de Iliria 174 , en relación con los pelasgos, la supuesta población glo x a.C.) hay filisteos en Beisán 178 , y la investigación arqueo-
prehelénica, que procedían de Tesalia y Epiro. Por ello, algu- lógica en esta zona ha descubierto bajorrelieves con el tipo
nos autores creen que hay relación semántica entre pelásgicos característico filisteo, similar al de las representaciones egip-
y pelástikos (¿filisteos?) 175 , y el seren de los filisteos sería el cias: altos, dolicocéfalos, nariz recta con una cofia de plumas 1 7 9 .
equivalente al tyrannos («jefe») de los pelasgos prehelénicos 176 ; Al norte de Jaffa se instalaron los tjekker-zakkala e n torno
pero el término pelasgos es tan genérico y legendario, que ape- a Dor. Aparecen como piratas en el relato de Wen-Amón. Más
nas puede decirnos algo concreto sobre el origen de los filis- al norte, en Cilicia se instalaron los Danuním. Parece q u e estos
teos, en el supuesto de que éstos tuvieran relación étnica con grupos étnicos indoeuropeos son los que introdujeron el uso
aquéllos 177 . del hierro y la práctica de la cremación de los cadáveres. Here-
Por la Biblia sabemos que los filisteos constituyeron una deros, en parte, de la desaparecida tesalocracia cretense, apor-
confederación a base de cinco ciudades-Estado: Gaza, Askalón, taron un dinamismo comercial marítimo, que desarrollarán
Ashdoh, Eqrón y Gath, la famosa «pentápolis» filistea; afincados más tarde los fenicios; por el oriente, los árameos introducirán
en la costa al principio, trataron de penetrar por la shefelah el camello como medio masivo de transporte; de este modo, las
hacia el interior montañoso de Canaán, y allí chocaron con la rutas marítimas y las caravaneras del desierto se completaron
oleada de hebreos que provenían por oriente de TransJordania. para el intercambio de mercancías que convergían e n deter-
Los textos egipcios suponen que los prst (plst: en egipcio no minados emporios comerciales en las ciudades costeras d e Feni-
cia y Canaán. Es justamente en esta época cuando los Bene
168 Cf. 2 Sam 8,l8; 15,r8; 20,7.23; I R e 1,38.44; cf. L . M . M U N T I N G H , The kerethites
and the Pelethites: Studies on t h e Books of Samuel (Pretoria 1960) 43-53- Israel llegaron de Transjordania en plan de inferioridad cul-
i«9 Cf. G. E. W A I N W R I G H T , Asiatic Keftiu: A J A 56 (1952) 196-212; Keftiu and Kara-
mania (Asia M e n o r ) : AnStud 4 (1954) 33-48; Caphtor-Cappadocia: V T 6 (1956) 199-210.
tural para chocar con los filisteos, que llegaban por l a costa
1 7 0 1 Sam 27,2s. con sus armas de hierro y de bronce. Nos hallamos e n las últi-
171 E n los textos egipcios aparecen n o m b r e s e n t r e los keftiu como a'kish, 'ksht.
írí
Cf. J. PRIGNAUD, Caftorim et Keretim: R B 71 (1964) 215-29; J. NOUGAYROL, e n mas décadas de la época de los jueces, con Samuel a la cabeza,
P R U III (1955) 107; M . L . H . ERLENMEYER, Über Philister una Kreter: Orientalia 29 (1960) y en vísperas del proceso de centralización de las tribus he-
121-50.241-72; 30 (1961) 269-93; 33 (1964) 199-237-
"3 Cf. R. DE V A U X , o . c , 471. breas bajo la fórmula de la monarquía como reacción contra la
174
Cf. G. MONAFANTE, Who were the Philistines?: AJA 50 (1946) 251-62.
i « Cf. Riada XIX 176-77: Zeus Pelasgikos.
presión filistea.
™ Cf. G. GEORGIEV, Sur l'origine et la langue des Pélasges, des Philistins, des Danéens et
des Achéens: J K F 1 (1950-51) 136-41; J. B É R A R D , Philistins et Préhellénes: R A r 37 (1951)
129-40; W . F . A L B R I G H T , en C A H II 33 (1966) 2 9 - 3 0 . "» Cf. 1 Sam 31,1-8.
179
i" Cf. R. DE V A U X , O . C , 474. Cf. G. E. W R I G H T , Philistine Coffins and Mercenaries: BibArch 23 ( 1 9 5 9 ) 54-66.

Biblia y leatiÁn 14
418 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Relato de Wen-Amón el egipcio 419

Por esta época (S.XII-XI a.C.) se eclipsa la influencia de los en el norte; de los frigios al noroeste, y de los mushki al nor-
hititas en esta zona siro-fenicia, pues en el siglo XIII a.C. des- deste I 8 8 , desapareciendo para siempre de la escena de la his-
aparecen sus grandes ciudades (Hattushas-Bogazkeui, Kültepe, toria.
Alaka y Alishar) por efecto de unos invasores indoeuropeos de
difícil identificación. Es una época e n que empiezan a presio- ii. R E L A T O DE W E N - A M Ó N EL EGIPCIO
nar por el oriente, de u n lado, los asirios con Tukulti-Ninurta
(Wen-Amón es un sacerdote de Tebas del siglo xi a.C. que va a Byblos
(1244-1208 a . C ) , y, del otro, por el occidente, los aqueos, del para adquirir madera para la barca de su dios Amón-Ra; y en este relato
Asia Menor (Assuwa; de ahí el n o m b r e de Asia), país de los nos narra las incidencias de su viaje por la costa cananea y fenicia, siendo
Ajjiyawa (aqueos), con u n jefe llamado Attarissiya (¿Arreo?) 1 8 0 . de gran interés para conocer la situación de estas regiones. El papiro data
Es la época de la expansión aquea en Greta, Rodas y Chipre 1 8 1 . del siglo xi a . C , en los tiempos de la XIX dinastía egipcia, y está en el
Museo de Moscú.)
Los Ajjiyawa aparecen mencionados en los textos de Boghaz-
«... Llegué a Dor, ciudad de los tjekker (¿zakkala?); y Beder, su prín-
keui 182 ; quizá constituyan la rama que quedó en Asia, de donde cipe, mandó que me entregaran 50 panes, una jarra de vino y una pata de
partieron otros de su grupo étnico al continente helénico. T o - buey. Pero un hombre de mi barca huyó, robando una (vasija) de oro (va-
dos estos pueblos parece que presionaron sobre los hititas, lorada) en cinco deben; cuatro jarras de plata, valoradas en 20 deben, y un
saco de 11 deben de plata. En total: cinco deben de oro y 31 deben de plata
pues lo sabemos por una carta escrita por u n rey hitita en la (unos 450 gramos de oro y 2.800 gramos de plata para pagar la madera
que pedía u n envío de trigo al último rey de Ugarit-Ras de la barca). Me levanté, pues, de mañana y me trasladé al lugar donde
Shamra, llamado Ammyeapi, p o r q u e estaba rodeado de los ene- estaba el príncipe, y le dije: 'Me han robado en vuestro puerto. Tú eres
migos invasores: «El enemigo ha subido contra m í » 1 8 3 . Luego, el príncipe de este país, y tú eres el responsable, que debes buscar la plata.
Porque esta plata pertenece a Amón-Ra, soberano de los dioses, señor de
los invasores aqueos (parte de los «pueblos del mar») invadieron los países; pertenece a Ne-su-Ba-neb-Ded; pertenece también a Heri-Hor,
Chipre (Alashia) 184 . D e hecho, u n rey hitita llamado Suppi- mi señor, y a los otros personajes de Egipto. Pertenece a Weret, pertenece
luliuma habla de combates marítimos con los «navios de Alas- a Mek-Mer, pertenece a Zakar-Baal, el príncipe de Byblos'.
hia»; quizá sean los «pueblos del mar», que, según la inscrip- Pero él me respondió: 'Por muy importante y eminente que seas, presta
atención: ¡No admito la acusación que me presentas'. En el supuesto de que
ción de Medinet Habu, ocuparon Chipre bajo Ramsés III 185 . hubiera sido un ladrón de mi país el que fue a la nave y robó tu plata, te
Y en los textos de Ugarit se habla de barcos q u e amenazan la hubiera compensado con mi tesoro hasta que fuera encontrado ese ladrón
región de Chipre 186 . Por ello las tropas de Ugarit se corren tuyo, fuera quien fuere. Pero el ladrón que te robó es tuyo. Es de t u barco.
Espera unos días y visítame para que pueda buscarle'...
hacia el país de los hititas y sus navios recorren las costas de
Entonces, el (príncipe) de Byblos me dio un aviso, diciendo: '¡Sal (de
Lycia, del sur de Asia M e n o r y la parte occidental de Cilicia. mi) puerto!' Pero yo le respondí: '¿Adonde me voy a dirigir? ... Si (tienes;
Pero los invasores, «pueblos del mar», destruyeron Chipre, un barco) que me lleve, haz que pueda trasladarme de nuevo a Egipto'.
Tarso, Ugarit y Alalaj, al este d e Ugarit, en Siria. Es lo q u e De este modo pasé veintinueve días en su (puerto, mientras) él (invertía)
el tiempo en mandar a decirme: '¡Sal (de) mi puerto!' Pero, mientras pre-
dice Ramsés III en su t u m b a de Medinet-Habu: «Ningún país sentaba ofrendas a sus dioses, el dios se apoderó de uno de sus jóvenes y
p u d o resistir contra sus ejércitos: desde Jattu, Kode (¿Cilicia?), entró en posesión de él. Y éste le dijo: '¡Trae el dios! ¡Trae al mensajero
Karkemish, Arzawa y Alashia fueron vencidos de u n golpe. que lo transporta! ¡Porque Amón es quien le envió, quien le hizo venir!'
U n campamento fue establecido en Amor (¿Amurru?). Des- Y mientras el (joven) poseso estaba en trance aquella noche, yo habk en-
contrado ya un barco con destino a Egipto y había cargado en él cuanto
truyeron su pueblo, y su país fue como si no hubiera existido tenía...
jamás» 187 . D e este modo, el imperio hitita sucumbió bajo la En esta situación me embarco y me despido desde el puerto del mar,
presión de los «pueblos del mar», en el sur, y de los kashkas, y el viento me arrojó al país de Alashiya (Chipre). Y los de la ciudad sa-
lieron para matarme, pero pasé entre ellos hasta el lugar en q u e Heteb,
180 Cf. E. FORRER, Vorhomerische Griechen in den Keüsschriften von Boghazhoi: M D O G princesa de la ciudad, estaba. La encontré cuando salía de una de las casas
63 (1924) 1-22; F. SOMMER, Die Ahhijawa-Urkunden (München 1932). y entraba en otra. La saludé y dije a la gente que estaba en su derredor:
181
182
Cf. G. STEINER, Die Ahhijawa-Frage: Saeculum 15 (1964) 365-92. ' ¿Ninguno de vosotros entiende el egipcio?' Y uno de ellos respondió: 'Yo
Gf. J. G. MAGQUEEN. Geography and History in Western Asia Minar in the Second lo entiendo'. Entonces le dije: 'Comunica a mi señora que oí en la lejana
Millenium B. C: AnStud 18 (1968) 178-85.
isa Cf. ügaritica V n.33; PRU B, n.6o. Tebas, donde reside Amón, que en todas las ciudades reina la injusticia,
184
185
Cf. G. GÜTERBOCK, TheHittiteConquest of CypruíReconsidered: JNES26(i967) 73-81. excepto en el país de Alashiya, donde se hace justicia. Aquí, en cambio,
Cf. V. R. D'A. DESBOROUGH, The Last hAyceneavs and Their Successors (Oxford 1962)
196-202.
186 188
Cf. Ügaritica V n.22.23.24. Gf. E. VON SCHULER, Die Kashkáer (Berlín 1965) 66; R. D. BARNETT, Phrygia md the
•« Cf. ANET p.262b. Peoples of Anatolia in the Iron Age: CAH II (1967) 3-6.
420 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Las poblaciones de Canaán según la Biblia 42Í
se cometen injusticias todos los días'. A lo que ella replicó: '¿Cómo? ¿Qué
quieren decir tus palabras?' Yo le repuse: 'Si el mar está revuelto y el viento que los griegos darán a la región septentrional de Canaán
me lanza a tu tierra, no debiste consentir que me prendieran para asesi- (actual Líbano), porque allí se trabajaba la «púrpura» 192 .
narme, pues soy mensajero de Amón. Y a mí me buscarán siempre para En los textos egipcios, el término geográfico Knri designa
matarme. Y respecto a esta tripulación del príncipe de Byblos a la que se
disponen a matar, ¿no encontrará el señor de ellos diez tripulaciones tuyas la amplia franja costera desde Gaza al Orontes, en Siria. Ya en
que él hará matar?' Entonces ella convocó al pueblo, que en seguida se una carta del rey de Chipre (Alashiya), que aparece entre los
reunió. Y me dijo: 'Pasa la noche...'» 18!> textos de El Amarna, se habla de la «provincia de Canaán»
(pejati sha Kinajji) 193 . Y en un texto de los tiempos de Ram-
Así termina, de modo brusco e inesperado, esta novelesca sés II (s.xin a.C.) se distingue entre Ugarit (Rash Shamra)
narración del sacerdote egipcio, y hemos de suponer que el y «gentes del país de Canaán» 194 . Al norte de Canaán estaba
protagonista logró llegar a su patria sano y salvo, ya que habla la región de Amurru; al este, Upe, al norte de TransJordania
en primera persona al tejer el relato tan circunstanciado. En y en la zona de Damasco. De este modo, el Jordán parece limi-
él se refleja el trasfondo de los pueblos mercaderes del Medi- tar por el este el país de Canaán. En egipcio se llama también
terráneo oriental, los asaltos de los piratas marineros y el poco a esta región Jurú 195 . La última mención de Kn'n' en el si-
prestigio que tenía Egipto por aquella época en la costa cana-
glo x a.C. supone ya la presencia en su costa de los filisteos, pues
nea y fenicia, justamente cuando los hebreos hacían su irrup-
se habla de un «enviado a Canaán y a Filistea» 196 .
ción como hordas indómitas del desierto por el este, lo que
resultó providencial para éstos, ya que las huestes de Josué Los textos bíblicos suponen siempre que Canaán está al
no tuvieron que vérselas con destacamentos militares egipcios oeste del Jordán i 9 7 , por lo que la designación coincide con
de ocupación en Canaán, como en los tiempos de Tutmosis III la de los textos egipcios. Según Núm 34,2-12, Canaán se
(s.xv a.C), lo que hubiera hecho más problemática la con- extiende por el sur desde el torrente de Egipto (wady El
quista de la tierra prometida. Arish) a la costa occidental del mar Muerto, y por el norte
llega hasta el Hermón, en la confluencia actual de los Estados
de Siria, Líbano e Israel. Más al norte comenzaba la región de
12. L A S P O B L A C I O N E S D E C A N A Á N S E G Ú N LA BIBLIA
Amurru; esta determinación geográfica viene a coincidir con
a) Según la Biblia, la región conquistada por Tosué se la de los textos egipcios. Para los autores bíblicos, la tierra pro-
llamaba Kena'an, que bajo la forma de Kinani aparece por metida comprendía esta región de Canaán «desde Hamath
primera vez en los textos extrabíblicos, a principios del si- (en la alta Siria) hasta el torrente de Egipto»J9S. Según el pro-
glo xv a.C, en la inscripción de Idrimi, de quien se dice que fesor Mazar (M. Maisler), el nombre Canaán debió de designar,
huyó al «país de Kinani», nombre que también aparece en las primero, la parte que los griegos llamaron Fenicia, y luego se
tabletas de Alalaj, en la Alta Siria. En las cartas de El Amarna extendió a la región de Cisjordania 199 . De hecho, las mone-
se menciona «el país de Kinajni» o de Kinajji, que aparece tam- das de Beyrut (Laodicea, en Fenicia) en el siglo 11 a.C. llevan
bién en una carta (escrita en acadio) de Ramsés II a Hattu- 192
E n realidad, el n o m b r e d e kinajji, «purpura», en los textos d e Nuzi, p u e d e significar
sil III 1 9 °. Bajo la forma de Kinajji aparece también en dos que proviene de Kinajji o Canaán. Algunos autores relacionan el n o m b r e de Kenaan con la
cartas procedentes de Ras Shamra l9K En los textos egipcios raíz semítico-occidental kn («inclinarse»), y así sería la región de occidente, d o n d e e] sol se
«inclina» al ponerse e n el mar. Cf. M . ASTOUR, The Origin of the Terms fCanaan-r, «Píioeni-
aparece bajo la forma de Kn'n', con artículo: «el Canaán». La cian» and «Purple»: J N E S 24 (1965) 346-50. E n ese supuesto, el n o m b r e de Kenaan equival-
dría al M a r . T u o A m u r r u , q u e los mesopotámicos daban a la región siro-fenicia.
primera mención es de los tiempos de Amenofis II (s.xvi a.C), 193 E A n . 3 6 , 1 5 .
194 Cf. Ugaritica V n.36; A. F . RAINEY, A canaanite at Ugarit: IEJ 13 ( 1 9 6 3 ) 43-45;
y la más reciente, bajo la dinastía XXII (s.x a.C). En los textos I D . , Ugarit and the Canaanites Again: IEJ 14(1964) 101; ID., The Kingdom of Ugarit: ÉibArch
28 (1965)105-106.
de Nuzi, el término kinajju significa «tintura de púrpura»; en !95 cf. Pap. Anastasi III 1.9-10; R. A. CAMINOS, Late-Egyptian Miscellanies ( L o n d o n 1954)
ese supuesto, el país de Kinajji sería el país de la exportación 117.
!96 Cf. G. STEINDORFF, en J E A 25 (1939) 30-33. L a inscripción es del siglo x a . C .
de la púrpura, que es el nombre de Fenicia (<po!vi£: «púrpura»), 197 Cf. N ú m 33,5i; 34,2; 35,io; D t 33,49; Jos 5,12-
195 Cf. 1 Re 8,65; 2 Re 14,25; cf. J. P . VAN KASTEREN, en R B 4 (1895) 23-26; M . NOTH,
Das Vierte Buch Mose: (Numen) ( A T D ) (1926) 215-16; M . M A I S L E R (Mazar), LeboHam-
i » ' Gf. A N E T 25-28; S A O 19-28. math and the Northern Boundary of Canaán: B J P E S 12 (1945-46) 91-102.
" O Cf. J. G R A Y , The Canaanites (London 1964); I D . , The Legacy ofCanaán : SVT(i96s)5- !99 v i . MAISLER (MAZAR), Untersuchungen zur alten Geschichte und Ethnographie Syriens
191 Cf. EA 11.36,15; Ugaritica V n.16.9. und Palestinas (Giessen 1930) 54-74; M . N O T H , Die Welt des Alten Testaments ( B e r l i n l 9 6 2 )
45-48.
422 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Las poblaciones de Canaán según la Biblia 423

el n o m b r e de Canaán; y en el texto d e M t 5,22, la mujer «ca- y tu madre, una jetea (hitita)». Se quiere declarar el carácter
nanea» curada es la «siro-fenicia» de M e 7,26 2 0 0 . híbrido de la población hierosolimitana.
b) Pero en la Biblia, según una serie de textos, se llama Ramsés II (s. x m a . C ) , en el Poema de Pantur, habla de la
«el cananeo» al que habitaba en la región de Cisjordania antes «costa de Amurru», cerca de Byblos 2 1 5 . Los primeros textos
de la ocupación hebrea 2 ° i . Con todo, hay textos en los que se asirios (hacia el s. xi a.C.) dan el nombre de Amurru a la
dice que «el amorreo» habitaba también esta región cisjorda- región de Siria y Líbano 2 1 6 , lo que coincide con los documen-
na 2 0 2 , aunque aparecen también los «amorreos» en Transjor- tos hititas y egipcios anteriores; es también la localización que
dania 2 0 3 ; pero lo que sí es claro es q u e nunca se dice que «el se da en u n texto de Salmanasar III (858-24) 217 ; con todo, más
cananeo» residiera en la región transjordana; y, según algunos tarde, A d a d Nirari III distingue Amurru de la región meri-
textos, los «amorreos» suelen residir en la zona montañosa de dional de Tiro, Sidón, Israel y Damasco 2 1 8 ; y, finalmente, en
Cisjordania 2 0 4 , mientras que los «cananeos» residen en el valle los textos de Senaquerib (704-681 a . C ) , la designación de
del Jordán 2 0 5 y en la costa 2 0 6 . En los textos extrabíblicos, Amurru abarca toda la región siro-fenicio-palestina: Sidón, Ar-
Amurru no es Cisjordania, sino que es la parte septentrional wad, Byblos, Ashdod, Bet-Ammón, Edón, Askalón y Judá 2 I 9 .
(Siria-Líbano). D e hecho, en los textos asirios, a partir de T e - Así, pues, el nombre de Amurru se fue extendiendo de norte
glat-falasar I (1115-1070 a . C ) . el término Amurru ( M A R . T U ) a sur.
designa «el país de occidente» desde Palmira (la actual Tadmur, Según la tabla etnográfica de G e n 10,15-19, los amorreos
al nordeste de Damasco) hasta el Mediterráneo. Según R. de son descendientes de Canaán a través de Sidón; y a aquél se
Vaux, el uso de «amorreo» en la Biblia es posterior al de «ca- le hace hijo de Cam. A los otros pueblos mencionados (hititas,
naneo» 2 0 7 . Pero en algunos textos se les presenta como des- hiwitas, jebuseos, etc.) se les considera también como descen-
cendientes de los primitivos gigantes legendarios prehistóricos, dientes de Canaán, de los que el primogénito sería Sidón. Es
como los refaím, de Basan y de Galaad 2 0 8 ; los zumzumím, de una vinculación etnográfica artificial para emparentar a los
Ammán 2 0 9 ; los emím, de Moab 2 1 ° y los anaqím, de Hebrón 2 1 1 ; diversos pueblos que poblaban la región de Cisjordania y
por eso se les atribuye una descomunal estatura y fuerza a los Amurru cuando llegaron los hebreos a la tierra prometida.
«amorreos» 2 1 2 . En la lista de Amenofis II (1447-21 a . C ) , los cananeos apa-
Los textos de «execración» egipcios (s. x i x a.C.) mencionan recen como parte del botín (640 hombres), al lado de las
a los 'ijmw'r o lymu'aru, que pueden ser los Amurru de los maryanu, que parecen ser una casta militar de origen indo-
textos cuneiformes y los amorreos de la Biblia 2 1 3 . En los textos europeo 2 2 0 ; pero ya hacia el 1400, Krirí tiene u n sentido neta-
egipcios de la V dinastía (2400 a.C.) se cita a los Fenkhw, que mente geográfico, como en las cartas de El Amarna: es la zona
pueden ser los «fenicios» de los textos griegos; pero esta deno- desde Arwad hasta Akko (Acre), con infiltraciones en Qadesh,
minación no aparece en la Biblia 214 . Se supone que los pa- en el Orontes, y Hasor, en la Alta Galilea. De hecho, Setis I
triarcas provienen de una rama protoaramea y amorrea, aunque persiguió a los beduinos desde la frontera «hasta Canaán»221,
en las tradiciones patriarcales n o se les llama amorreos; sólo lo que da a entender que se trata de Canaán meridional; en el
en Ez 16,3, en una invectiva contra Jerusalén, se dice: «Eres Orontes está el límite de los Amurru 2 2 2 ; así, pues, la línea de
por tu tierra y por tu origen una cananea; tu padre, u n amorreo, demarcación entre Canaán y Amurru está, más o m e n o s , en la
frontera siro-Iibanesa actual. Y en la estela de Merneptah
200
201
Cf. R. DE VAUX, Histoire... p.124. (s. x m a.C.) se supone que en Canaán están las tres ciudades
2 2
°
Cf. G e n 12,6; 24,3; Ex 13,11; N ú m 2 1 , 1 ; Jos 16,10; Jue 1,1-10.17.27-33.
Cf. Jue 1,34-35- q u e menciona: Yanoam, Gezer y Ascalón 2 2 3 . Ramsés I I I cons-
203
Cf. N ú m 21,13; 32,33-39; D t 3,is; 4,26; 31,4; Jos 2,10; 9,10, 34,8; Jue 10,8; 11,21-23.
204
Gen 15,16; Jos 24,15.18; Jue 6,10; 2 R e 21,11.
205 2
N ú m 13,29; Jos 11,3. 15 A N E T 256.
206 2
Jos 5,1. i<¡ Cf. D B S IV 388; A N E T 275; E . D H O R M E , en R B (1928.1930.1931); E . DHORME,
207
R. DE V A U X , o . c , 130. Recueü... (París 1951) 161.
208 2
D t 3,11.13; Jos 12,4.12; Jos 17,5; Jubileos X X I X 9. i 7 A N E T 276-278.
2 2
«» D t 2,20-21. i s A N E T 281.
210 2
Dt 2,10-11. 19 A N E T 287; E. D H O R M E , Recueü... 161.
211 22
N ú m 13,2.22.28.33; Jos 14,12; 15,13; J u e 1,20. o Cf. A N E T 246.
212 22
Cf. A m 2,9; N ú m 13,32; D t 3,11. i A N E T 254.
2 222
« Cf. D B S IV 426-27; A N E T 329; D B S V m o - i i ; VI 110-11. Cf. A N E T 242.254.
2
" Cf. D B S VII 1162.1141. " 3 Cf. A N E T 378; D B S IV 445-47-
424 IX, Penetración de los israelitas en Canaán
Las poblaciones de Canaán según la Biblia 425
truyó un templo en Canaán, quizá en Beisán 224 . Los textos
bíblicos hablan de Canaán en esta misma perspectiva geográ- De hecho, el imperio hitita desapareció hacia el 1200 a . C ;
fica. Con todo, al decir que los cañoneos residían en la llanura, pero el nombre de Jatti en los textos asirios designa, primero,
mientras que los amorreos en la zona montañosa, quizá supon- la Siria del nordeste, entre Amurru y la propia Asiría 233 . Pero,
gan que aquéllos representaban una población más desarrolla- después, en tiempos de Asaradón (680-669 a.C), el país de
da, como aparece en la variedad de la cerámica encontrada, en Jatti designa «el otro lado del Eufrates», es decir, Canaán y
la que se ve la intervención de un pueblo comerciante (cana- TransJordania 234 . Es la zona geográfica que en los textos de
neo) frente a los rudos montañeses amorreos 225 . la burocracia persa se llamará en arameo al Abar-Nahara
c) Una serie de textos bíblicos contraponen a los cananeos («más allá del río», Eufrates) 235 . En 1 Re 10,29 s e habla de
los perezeos. como dos poblaciones complementarias en Ca- «los reyes de los hititas», con los que Salomón tenía relaciones
naán 226 ; éstos serían los «campesinos», contrapuestos a los «co- comerciales; pero designa a los de la Alta Siria, conforme a lo
merciantes» cananeos; pero el nombre de perezeo no aparece que se dice en 2 Sam 24,6: «país de los hititas, en Qadeshy
en la tabla etnográfica de Gen i o ni en la de Ex 13,5, mientras (según la versión de los LXX). En los textos de Salmanasar III
que son mencionados los jebuseos, que habitaban en la ciudad (858-24 a.C.) se dice que luchó contra los reyes de Jattu, llama-
de Jebús o Jerusalén 227 . Este pueblo es desconocido fuera de dos «reyes de la costa del mar», y son mencionados en la batalla
la Biblia. de Qarqar (853 a.C), junto a los de Jamath, Damasco y Ar-
d) En cambio, los hititas (los jéteos de la Vg) son bien wad 2i6. Y en un texto de Asaradón se habla de los «veintidós
conocidos en los anales del antiguo Oriente. Son los habitantes reyes de Jattu, de la costa del mar y de las islas» 237 . Así, pues,
de Anatolia, que en los siglos xv-xm a.C. se corrieron hacia la designación de Jattu en los textos asirios comprende a Siria
el norte de Siria 228 en su pugna contra Egipto, pero nunca en sentido amplio, en la que se mezclaban los pueblos hititas,
llegaron masivamente a Canaán o Cisjordania. Sólo se podrá jurritas y árameos.
hablar de filtraciones de grupos aislados que pacíficamente se e) En efecto, los jurritas u horitas de la Vg son gentes
fueron instalando en la zona, de las que la Biblia se hace eco. procedentes de la zona montañosa de la Alta Mesopotamia que
En efecto, según Gen 23, los hititas residían en Hebrón y a se infiltraron hacia Canaán en el siglo xv a.C. 238 ; eran de pro-
ellos les compró Abraham la gruta de Macpelah para enterrar cedencia aria y semita, residiendo en las estribaciones de Ar-
a Sara. Se les llama «los hijos de Het» 229. Esaú se casó con menia y del Antetauro, siendo étnicamente afines a los mitan-
una hitita 229*¡ según Núm 13,29, los hititas residen en la zona nitas 239 . Son los Jurri de los textos acadios. Aparecen citados
montañosa con los amorreos; también David tuvo partidarios ya en las tabletas acadias de Bogahz-Keui (1940-1850 a.C),
hititas230; entre ellos, Urías, muerto frente a Rabbat Amón en el centro de Anatolia, cerca del Ankara actual 2 4 0 ; y son
por mandato suyo 2 3 1 . Ahora bien, los hititas mencionados en mencionados ya en los textos de Mari (hacia el 1700 a.C.) 2 4 1 ;
la Biblia suelen tener nombres semíticos, lo que quiere decir que pero parece que no penetraron masivamente en las llanuras
aparecen ya asimilados a los habitantes de la región 232 . mesopotámicas, sino que quedaron confinados a sus zonas
montañosas de origen. Por ello no es admisible que los jurri-
« 4 Cf. D B S I 950-53; III 421-22.
225 L a crítica documental del Pentateuco ha supuesto q u e cananeo era la designación del tas fueran los habitantes de Siria y Canaán antes de la invasión
«yahvista» para concretar la población del t e r r i t o r i o cisjordano, mientras q u e el «elohista»
lo llamaría amorreo; pero el problema histórico es más complejo. L o s textos s u p o n e n q u e de los amorreos; de hecho, hacia el siglo xvn a.C. constituye-
los cananeos están en la llanura, mientras q u e los amorreos se e n c u e n t r a n en las montañas.
Cf. N ú m 13,29; 14,24; Jos 11,1-3.
226 Cf. G e n 13,7; 34,30; Jue 1,5. 233 Así dice Teglat-Falasar I (1114-1076): «Yo h e conquistado todo el país d e Ammu...
227 Cf. Jos 15,63; Jue 1,24; Jos 15,8; 18,16; J u e 19,10; 2 Re 5,6; 24,16. Según Jos 11,3, y al volver h e sometido el país del gran Jatti» ( A N E T 275).
los jebuseos aparecen en la alta Galilea, pero es p a r a completar la enumeración d e los seis 234 Así dice Asaradón; «Yo h e convocado a todos los reyes del país d e Jatti, del o t r o lado
pueblos tradicionales de las listas recibidas. del Eufrates..., d e T i r o . . . , dejudd..., de Edom..., de Moab..., de Gaza» ( A N E T 2 9 1 ) ,
228 Cf. D B S IV 32-110; G. CONTENAU, La civilisation des Hittites et des Hurrites (Pa- 235 Cf. 1 Re 5,4; Esd 4,11.20; 5,3.6; 6,6.8.13.
rís 1948). 236 Cf. A N E T 278b-279b.
229 Gen 26,34; 27,46; 23,ls. 237
Y da la lista d e las poblaciones de la costa desde Tiro a Gaza, j u n t a m e n t e c o n Chipre
229» Gen 36,2. y Byblos. Cf. A N E T 2 9 1 .
230 ¡ Sam 26,6. 238 Cf. R. DE VAUX, Les Hurrites de l'hístoire et les Horites de la Bible: R B 7 4 (1967)
231
2 Sam i r . r s . 481-503; I D . , Histoire Ancienne d'Israel 86-91.
232 Cf. E. O . FORRER, The Hittites in Palestine: P E Q ( i 9 3 7 ) 100-15; O . R. G U R N E Y , The 23^ En relación con ellos se menciona a los maryannu, casta militar indoeuropea ; cf. ARE
Hittites (Harmonsworth 1954) 59-62; L . D E L A P O R T E , Les Hittites sont-ils nommés dans la II 436; A N E T 237b.
Bible?; R H A (1938) 289-96. 24
° Cf. P . GARELLI, Les Assyriens en Cappadocie (París 1963).
2
« Cf. D B S V 884.
426 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Las poblaciones de Canaán según la Biblia 427
242
ron el reino de Mitanni, en la Mesopotamia superior . eos, los hiwitas residían en la zona montañosa, con los amárreos
Y cuando los faraones del Imperio Nuevo con Tutmosis III y los jebuseos 253; e n la montaña del Líbano 254; e n Siquem, con
(1502-1448 a.C.) presionan hacia el norte, entraron en con- los cananeos 25S , y en Gabaón 256, donde también residían los
tacto con los jurritas en aquellas zonas de la Alta Mesopotamia. amorreos 257.
E n los textos egipcios se les llama Jaru, que es el equivalente f) Los gergueseos, que con «los hititas, amorreos, cananeos,
del Jurru de los textos acadios (en egipcio no hay letras dupli- perezeos, hiwitas y jebuseos» aparecen en varias listas etnoló-
cadas). Es el nombre que en los textos se da a Canaán hasta los gicas estereotipadas como habitantes de Canaán 258, parecen
confines de Siria: Jaru 2 4 3 . ser los girgashitas del Poema de Pantur, de la época de Ram-
Por otra parte, los hallazgos arqueológicos han dado luz sés II (1301-1234), en el que éste celebra su supuesta victoria
sobre la relación entre la región de Canaán y la de los jurritas, contra los hititas en C¿adesh, sobre el Orontes; y en él habla «del
pues se ha encontrado glíptica mitannita en esa r e g i ó n 2 4 4 ; jefe de Karkemish, del de los girgeshitas y del de Jalupi (Alepo)
y cerámica similar en Megiddo 2 4 5 . Además, en la onomástica como de aliados de los hititas» 2 5 9 . Los girgashitas parecen ser
de las cartas de El Amarna y en la de Ugarit no son raros los los karkisa de los textos hititas, residentes cerca del cabo
nombres jurritas 2 4 6 ; otro tanto hay que decir de los textos de Korakesion de los griegos, al sudoeste del Asia Menor 260,
Nuzi 2 4 7 . Parece que introdujeron el caballo de guerra en Ca- Además de estas poblaciones, la Biblia cita otros pueblos
naán y se establecieron minoritariamente en esta región como legendarios vrehistóricos: los anaqim, o hijos de Anaq, en los
casta militar dominadora durante algún tiempo; pero no se alrededores de Hebrón 261, aunque los nombres propios citados
puede hablar de invasión masiva de jurritas en Canaán. N o parecen ser jurritas 2 6 2 . Se les atribuía una estatura descomu-
obstante, dejaron huella cultural y u n cierto estrato étnico, nal. T a m b i é n parecen ser una raza de gigantes los emím, de
como se da a entender en los textos arcaicos bíblicos, pues en Moab, y los zuzím, de Ham, en TransJordania 2 6 3 . Igualmente,
la onomástica de los libros del Génesis, Jueces y Samuel no son los refaim de aquella zona son gigantes legendarios 2 6 4 . En los
raros los nombres jurritas (los joritas ojorí: x°ppccíos) 2 4 8 . In- textos proféticos, los refaim son las sombras de la región de los
cluso se encuentra este tipo de nombres en la región de Edom, muertos 2 6 S , lo que concuerda con lo que dice una tableta
en TransJordania 2 4 9 . de Ugarit 2 6 6 . Junto a Jerusalén estaba el «valle de los refaim 2 6 7 ;
Así, pues, podemos concluir que los jurritas en Canaán son los «hijos de Refa», o campeones filisteos 2 6 8 . El deuterono-
constituyeron una minoría conquistadora a base de una pobla- mista coloca a los refaim al norte de TransJordania, e n el país
ción infiltrada, imponiendo u n régimen feudal y empleando co- de Basan 2 6 9 . Allí residían también los yerizzím en sus bos-
mo lengua comercial y diplomática el acadio, como era usual ques 2 7 0 . E n el sector del Negeb, más allá de Gaza, aparecen
en la Alta Mesopotamia 2 5 ° . los avvitas 211; quizá los mismos hiwitas que antes hemos men-
En los textos bíblicos se intercalan con los jurritas (joritas) cionado 2 7 2 .
los hiwwitas, establecidos en Cisjordania; y, por semejanza de g) Pero en los textos bíblicos encontramos otra serie de
escritura, ambos nombres se intercalan con frecuencia (hiwi: 253 N ú m 13,29; Jos 11,4 (grO-
süocíos por jorí: x°PP a i°s) 251> pues la w y la r en la grafía 254 J u e 3>3.
255 Gen 34,2.
hebrea son m u y semejantes. Por eso, no pocos críticos creen 256 Jos 9,7; 11,9
257
que ambas poblaciones son idénticas 252 . Según los datos bíbli- 258
2 Sam 21,2.
Cf. D t 7,1; Jos 3,10; 14,11; Ex 3,8; 23,23; 33,2; 34,11; N e h 9,8.
259 A N E T 255; D B S I I I 673-
" 2 Cf. D B S V 1 1 1 2 . 260 Cf. E. D H O R M E , Recueil... 283; D B S IV, s.v. Hittites.
2 261
« Cf. D B S IV 130.462; A N E T 235-58. N ú m 13,22.33; Jos 11,21-23; 15,13-14; Jue 1,20.
214 Cf. D B S VI 651. 262 Cf. D B S VI 670.
263
245 Cf. D B S I 222-23. Asi, el n o m b r e de Aitakama; cf. W . F . A L B R I G H T , en B A S O R 86 G e n 14,5; D t 2,10-11.20-21.
(abril 1942) 28-31. 264 Dt 3,11; el lecho del gigante O g tiene más de cuatro metros de largo y d o s deancho
" 6 Cf. D B S IV 130. D e b e de aludir a algún dolmen de los muchos que hay en la región de TransJordania,
247 Cf. D B S VI 670 n.6. 265 Cf. Is 14,9; 26,14.
248
Cf. G e n 34,2; Jos 9,7; G e n 36,2. 266 Cf. A . CAQUOT, Syria XXXVII 75-93-
249 Cf. G e n 14,6; 36,20-30; D t 2,12. 267 2 R e 5,18-22; 23,13; Jos 15,8; 18,16.
250
Cf. R. LABAT, en Syria 39 (1962) 1-27. 268 2 Re 21,16-20.
251
Cf. G e n 34,2; Jos 9,7 en los L X X ; G e n 36,20.21.29.30. 269 Dt 3,11.13-
252 270
Cf. E. A. SPEISER, Ethenic Movements in the Near East en the, Second Millenium B. C : Dt 3,5; Is 2,13; 33,9; Ez 27,6.
27
A A S O R 13 (1933) 26-31. San Jerónimo creía q u e los horitas vivían en cavernas (porque hor > Jos 13,2; D t 2,23.
en hebreo significa «caverna»). Cf. SAN J E R Ó N I M O , Libejáe nominibus hebraícis: P L 23,777. "2 Cf. A B E L , Géographie II 256; D B S VI 103; R B (1960) 2 5 1 .
428 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Las poblaciones de Canaán según la Biblia 429
288
pueblos vinculados a Israel por afinidad étnica. Así, los qenitas, i) Los edomitas residían en los montes de Se'ir , que
que suelen ser confundidos con los madianitas 21i. Son aliados parece ser la «montaña desnuda» de Jos 11,17; 12,7, que debe de
de los hebreos desde la época del desierto 274. Y, de hecho, en ser la región al sudeste de Bersabé. En las cartas de El Amarna,
una inscripción egipcia de la época del Imperio Medio se men- los She-e-ri aparecen al sur de Canaán 289 . Con todo, no pocos
ciona a varios pueblos asiáticos, entre ellos a los kni, que parece autores identifican los montes de Se'ir con djebel Esh-Shéra,
corresponder al hebreo qini, quenita, de la Biblia 275. Quizá al este de la depresión del Araba, al sur del mar Muerto 2 9 0 .
estaban empleados en las minas de cobre y de turquesa del En aquella zona están las ruinas arqueológicas de Petra, capi-
Sinaí; por eso, su supuesto epónimo Qayin (Caín) significa tal de los árabes nabateos, que se instalaron ya en tiempos de
«herrero», sentido que todavía tiene el ka'in árabe. Y la Biblia Ciro (s. vi a.C), los cuales hicieron correrse a los edomitas
supone que los descendientes de Caín son precisamente los hacia el sudeste del mar Muerto. Son zonas desérticas sin
que desarrollaron la metalurgia 276 . Por eso se supone que los oasis, y podemos suponer que sus habitantes estaban en cons-
qenitas eran gentes dedicadas a la forja de los metales; pero no tante trashumancia en la zona del Negeb y del Araba. Los
hay ningún texto claro sobre el particular. Pero el cronista hebreos quisieron pasar por el territorio de los edomitas, al este
bíblico relaciona a los qenitas con los calebitas, que supone son del Araba, pero no se les permitió, por lo que tuvieron que
descendientes de Esaú 277. bajar al golfo de Aqabá y bordear por el este, siguiendo la de-
h) Los ismaelitas, que a veces son llamados madianitas, presión que llega a Maán hacia Moab 291 . Después de la caída
parecen ser tribus árabes que se dedicaban al comercio en gran de Jerusalén, los edomitas aprovecharon la situación de los
escala entre la península arábiga y Egipto 278. Se les supone judíos para apoderarse del sur de Palestina, presionados por
oriundos del oasis de Teima. Son mencionados en los textos los nabateos.
de Teglatfalsar III (s. vm a.C.) y aparecen más tarde en los j) Los árameos constituyen un grupo semítico procedente
escritos de Estrabón y de Flavio Josefo 279 . En i Par 5,19 se del desierto siroarábigo, que se instaló cerca de Canaán hacia
les llama hagritas (hijos de Agar, la madre de Ismael). De ahí el segundo milenio a.C. Según la tabla etnográfica de Gen 10,22,
surgirá la denominación helenística de los agarenos 280 . Aram es descendiente de Sem; y según Gen 22,21 es el nieto
Los amalecitas son vinculados a la descendencia de Esaú 2 g i; de Najor, hermano de Abraham. Por eso en Dt 26,5 se dice en
aparecen en la región meridional del Negeb, aliados con los la profesión de fe israelita: «mi padre era un arameo errante».
cananeos contra los hebreos 282 ; por eso pasan como enemigos De hecho, Abraham tenía su hogar en Paddán-Aram o Aram-
irreconciliables de Israel 283 . Naharayim («Aram de los dos ríos», aludiendo a la curva del
A los calebitas se les supone descendientes de Edom por Eufrates cerca de Karkemish), donde residía Najor 2 9 2 ; por
Qenaz 284 . Residían en la región de Cades-Barne, en el Negeb, eso, su hijo Isaac se casó con Rebeca, hermana de Labán el
al sudeste de Bersabé 285 ; y fueron penetrando poco a poco en arameo, hijo de Najor y sobrino de Abraham. Más tarde, Jacob
Canaán por el sur, estableciéndose en la región de Hebrón. se casará con Raquel, hija de Labán 29i. Después de unas rela-
Por ello quedan vinculados a las tribus meridionales de Judá ciones no muy cordiales, se separaron, haciendo un pacto de
y Simeón 286 . Aparecen luego en la historia de David 287 . respetarse mutuamente la zona de pastos de sus ganados 294 .
273
Sin duda que aquí se trata de personalizar en determinados in-
N ú m 10,29; J u e 4,11; 1 R e 15,6; 27.10; 30,29. dividuos relaciones colectivas de clanes y tribus étnicamente
274
Cf. J u e 4,11; I R e 15,6; 17,10; 30,29.
275
Cf. C E R N Y , Semites in Egyptian mining expedition in Sinai: Archiv Oriental (193=;) afines. Así, puede aludirse a un pacto entre árameos e isratlitas,
385; D B S IV 430-31.
2
™ Cf. G é n 4 , i s - dos clanes afines.
277
1 P a r 2,18.51-55.
278
Cf. D B S V I I 903; G e n 25,12-15. Ahora bien, los árameos estaban en contacto con los moa-
275
280
Cf. A B E L , Géographie II 143-44. bitas en TransJordania 295 ; en tiempos de los jueces, un rey
1 Par 11,38; 17,31; Sal 83,7; Bar 3,23; ESTRABÓN, XVI 767; P T O L O M E O , V 19; P L I N I O ,
Hist. Nat. VI 32. 288
G e n 32,4; 36,8; J u e 5,4; N ú m 20,16.
281
G e n 36,12.16. 289
Cf. R B (1908) 518; (1899) 375.
282 290
N ú m 13,29; 14,24.43; cf. D B S V I I 789. F . HOMMEL, Ethnologie und Géographie des Alten Orients (1926) 632-33.
283
D t 25,17-19. 2
» i Cf. D B S IV 197.
284
Jos 14,6-14; G e n 36,11.15.42. 292
G e n 32,21.
285 293
N ú m c.13-14; Jos 15,13-20. G e n 24,48; 29,I5S.
286 J u e 1,9-16; 1 R e 25,2-3; 30,14.27-31. 294
G e n 31,43-54.
287 295
1 Re 25,2-3; 1 P a r 2,18-24. N ú m 23,7. Balaq llama al adivino Balaam, q u e es arameo.
430 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Situación social de Canaán 431
296
de Aram invadió la alta TransJordania . Pero es en los tiem- Según los datos arqueológicos, la región transjordana que
pos de David cuando los árameos entraron definitivamente en va desde Ammán hasta el golfo de Aqaba no tuvo vida urbana
la historia bíblica como vecinos hostiles 297 , pues se organiza- desde el siglo xix al siglo x m a.C. 308 ; por otra parte, según
ron como gran nación expansionista, con Damasco como capi- los datos bíblicos, los edomitas aparecen ya instalados en
tal. De hecho, ya en el siglo xn a.C. aparecen mencionados Transjcrdania cuando llegaron los israelitas, provenientes del
en los anales asirios del tiempo de Teglatfalasar I, aunque pa- Sinaí 309 ; al llegar a Edom se les prohibió el paso 310 , y luego
rece que hay alusiones sobre ellos en textos acadios anterio- tuvieron que luchar con el rey de Moab 311 , deteniéndose ante
res, pero no son claras 298 . Pero ya en el siglo xiv a.C. aparece los ammonitas 312 , aunque aquí el término «rey» puede signi-
mencionado Aram en la lista geográfica de Amenofis III 299;, ficar un jefe seminómada, como entre los amalecitas y madia-
parece que es un pueblo de nómadas. Teglatfalasar dice que nitas 313 . En una lista de Asiría se habla de «diecisiete reyes
tuvo que luchar contra los ajlamu (¿árameos?) cerca de Kar- viviendo bajo su tienda» 314 . Así, pues, no consta que, al llegar
kemish, en el medio Eufrates, saqueando sus poblaciones y los israelitas a TransJordania, Edom, Moab y Ammán tuvieran
aldeas, que estaban entre Palmira y el Eufrates en constantes una vida urbana muy organizada.
expediciones militares, y los persiguió hasta el Líbano 3 0 ° , Edom aparece mencionado en un papiro del tiempo de
aunque ya en textos del siglo xiv a.C. aparecen citados los Merné-ptah (S.XIII a.C), en el que se autoriza a un grupo de
ajlamu 301 , y una carta de El Amarna los cita en un texto mu- shásü (beduinos) de Edom a entrar en Egipto y establecerse en
tilado 302 . En el siglo x m a.C, los ajlamu no dejaron al rey el delta para salvarse del hambre y de la sequía 315 . Y el nom-
de Babilonia llegar hasta Jattu (país de los hititas) 303 . Pa- bre de Se'ir, donde, según la Biblia,.residían los edomitas, apa-
rece que estos ajlamu se han de identificar o relacionar con los rece en textos de la época de Ramsés II y Ramsés III (s.xm-
árameos, siendo éste quizá un grupo más reducido que aquél. XII a.C.) 316 . En los textos de El Amarna hay una referencia
De hecho, los ajlamu-árameos aparecen mencionados por pri- vaga al país de Se'ir 317. Moab es mencionada dos veces en los
mera vez en el siglo xn en los textos de Teglatfalasar I 304 . textos egipcios: en una lista geográfica de Ramsés II 318 y en
k) A principios del primer milenio a.C. aparecen tres el relato de una campaña del faraón en TransJordania 319. Se
reinos en Transiordania: Edom. Moab v Ammán, cuyos nom- menciona la ciudad de Dibón, lo que implica que los moabitas
bres sirven para designar a sus pueblos respectivos. Según los aparecen ya como sedentarizados. Ammán no aparece nunca
datos bíblicos, los tres son afines étnicamente con Israel. en los textos egipcios; en los textos asirios empieza a ser men-
Edom proviene de Esaú, hermano de Jacob 305 ; Moab y Ammán cionado a partir del siglo ix a.C. 32 °
provienen de la unión incestuosa de Lot con sus dos hijas
cuando estaba embriagado 306 . Es una explicación folklórica y 13. SITUACIÓN SOCIAL DE CANAÁN
satírica para despreciar a los odiados transjordanos. De hecho,
sabemos que la lengua de estos transjordanos y su escritura Vistos ya los ingredientes étnicos de esta región en víspe-
era muy similar a la hebraica antigua. Por eso «es verosímil ras de la conquista israelita, vamos a hacer una síntesis de su
que formen parte del mismo movimiento de pueblos que tra- situación social y de sus creencias religiosas a base de las alu-
jeron a Canaán a los antepasados de los israelitas, y que, como siones bíblicas, que son poco explícitas, y de los datos que nos
ellos, han pasado por un largo período de vida nómada o semi- 308
Cf. J. B. NENNESSY, Excavations of a Late Bronze Age Temple at Ammán: PEQ.(i9Ó6)
nómada 307 . 155-62.
509 N ú m 20,14-21.
310
296 J u e 3 , 7 - i r . N ú m 21,4.
297 3Í1
2 Sam 8,3-8; 10,6-14.15-19. N ú m 21,24.
298 312
A . DUPONT-SOMMER, Sur les debuts de la histoire araméenne: S V T 1 (1953) 40-49; Jue 11,17-21; D t 2,1-13.
313
B. MAZAR, The Aramean Empire and its Relations with Israel: B i b A r c h 25 (1951) 16-22. 1 Sam 15,8.20.32; N ú m 31,8; Jue 8,12.
2 3
" E. E D E L , Die Ortsnamenlisten aus Totentempel Ámenophis III (Bonn 1966) 28-29. " A N E T 564b.
3
30» Cf. J. A . BRINKMAN, A Political History of Post-Passite Babylonia (Roma 1968) 277-78. 15 Pap. Anastasi VI s i s : A N E T 259a.
316
301 Cf. D . D . LUCKENBILL, en A R A B I 73.116.166.209. J. JANSSEN, Les noms de Se'ir dans les textes égyptiens: Bi 15 (1934) 5 3 7 - 3 8 .
302 3 7
E A n.200,8.10. < E A n.288,26; A N E T 488b.
303 318
Cf. J. FRIEDERICH, Aus dem hethitischen Scriftum (Der Alte O r i e n t (192?) 26. J. SIMONS, Handbook for the Study of Egyptian Teopographical Lists to Weesttm Asien
304
Cf. R. DE VAUX, Histoire... 484-85. (Leiden 1937) 156.
305 319
G e n 27, is. K. A. K I T C H E N , Some New Light on the Asiatic Wars of Ramesses II: J E A 50 (1964)
306 G e n 19,30. 47-70.
307
R. DE V A U X , O . C , 480. 320 Cf. R. DE VAUX, O . C , 4 8 2 - 8 3 .
432 IX. Penetración de los israelitas en Canaán La religión cananea 433
proporciona la arqueología; sobre todo, el material de Rash- 327
vicio al palacio», a base de realizar determinados trabajos .
Shamra, la antigua Ugarit. A la luz de estos datos, podemos: No faltaban ciertos cuerpos militares de soldados mercena-
suponer que la masa de la población de Canaán era semítica, rios, como los sútü y 'apiru de los textos de El Amarna 328 .
con ingredientes alógenos semitizados, como los hititas. jurri- Había contribuciones en dinero y en especie y cargas de pa-
tas e hiwitas; aparte estaba el substrato autóctono, anterior a saje de mercancías. Asimismo, los reyes tenían caravanas pro-
la invasión de los pueblos semíticos a mediados del tercer mi- pias para el transporte comercial en gran escala, con escolta
lenio a.C. La lengua dominante era de tipo semítico-occidental, militar. Había mercaderes libres y otros al servicio del pala-
con influencias aramaicas. La economía se basaba en la agri- cio. Había flotas marítimas, que iban con sus mercancías por
cultura, la artesanía y el comercio, en diversa proporción se- el Mediterráneo oriental, con escalas en Egipto, Chipre y
gún las poblaciones estuvieran en la costa o en el interior. El Creta. Los mercaderes extranjeros tenían sus propios gremios
tipo de vida era fundamentalmente el sedentario en pequeños y barrios en Ugarit, con sus derechos bien definidos, y aun
poblados, en torno a los cuales acampaban los seminómadas una especie de depósitos francos, con relaciones comerciales con
con sus rebaños y tiendas 321 . Anatolia, Siria, Egipto, Mesopotamia y las islas del Medite-
Desde el punto de vista de la organización política, aun rráneo 329 . Por el relato de Wen-Amón sabemos que había
en los tiempos de mayor presión de los egipcios, que estaban muchas naves comerciales en Sidón y Byblos 3 3 °. Los faraones
compraban maderas del Líbano para sus palacios y templos,
presentes con pequeñas guarniciones militares, los reyezue-
y los egipcios llevaban telas de lino y piedras de turquesa; los
los tenían una amplia autonomía, organizados en ciudades-Es- chipriotas traían cobre, y los de Anatolia hierro. De todos
tado y ejerciendo los poderes reales, judiciales y cultuales. estos datos deducimos que había una organización comercial
Según los textos de Rash-Shamra, el rey es una especie de y urbana muy desarrollada. Por ello, cuando llegaron los he-
intermediario entre dios y el pueblo; pero no aparece diviniza- breos del desierto, se sintieron acomplejados ante un Canaán
do 322 . En las ciudades había una especie de senado de conse- mucho más desarrollado. Pero los autores bíblicos, que consi-
jeros, a base de los más influyentes y sesudos. Así, en las car- deran todas las cosas desde el ángulo de los intereses religio-
tas de El Amarna se habla de los «ancianos» de la ciudad de sos, miran con prevención este desarrollo industrial, porque
Irqata 323 y de los «señores de la ciudad» de Byblos 324 . Y, se- hace que el hombre se aparte de Dios. Así, Yahvé tiene prefe-
gún el relato de Wen-Amón (s. xi a. C), el rey de Byblos con- rencias por Abel pastor frente a Caín agricultor, cuya descen-
sultó con una asamblea para decidir sobre la suerte de aquél 3 2 5 . dencia habría de desarrollar la metalurgia 331 . A Canaán se le
Estas asambleas consultivas eran comunes en todo el Oriente. presenta como el hijo degenerado de Noé 332 , y Sodoma y
En Ugarit el rey gobernaba por medio de un primer mi- Gomorra, con sus refinamientos de vida urbana, son el pro-
nistro o visir, llamado shakin máti («prefecto del país»). Este totipo de las ciudades viciosas y malditas 333 .
mismo título aparece en las cartas de El Amarna, en las que
se leen también los títulos burocráticos de rabitsu y jazanu, 14. LA RELIGIÓN CANANEA
o príncipe de la ciudad. En Ugarit figura una clase dirigente
a base de grandes terratenientes, con una aristocracia militar, a) La Biblia nos habla incidentalmente de las prácticas
los mariannu, título que primitivamente tuvo origen castren- de culto cananeo, pero son alusiones fragmentarias, con deseo
se y luego se convirtió en título nobiliario, como los duques y positivo de no explicitarlas a sus lectores. Ya hemos visto cómo
condes de la Edad Media 326 . los patriarcas adoptaron los nombres ambientales cananeos
para designar a la divinidad (El, Elohim, Elyón), siendo co-
Los pequeños labradores tenían ciertas obligaciones de «ser-
rriente en Canaán la práctica de sacrificios humanos de pri-
321 327
Cf. R. DRIVER, Kanaanite Myths and Legends (Edimburgh 1956); A . JIRKU, Kanaana- Cf. I. M E N D E L S O H N , On Corvée Labor in Ancient Orient and Israel: B A S O R 1 6 7 (1962)
nische Mythen und Epen aus Ras Shamra-Ugarit (Gütersloh 1962); A . C A Q U O T - M . SZINCER, 31-35-
Textes Ougaritiques, en Les Religions du Proche Orient (París 1970) 350-458. 328
EA n.195.24-29.
322
Cf. J. GRAY, Kanaanite Kingship in Theory and Practice: V T 2 (1952) 193-220. 32
s> EA n.113,14; n.114,17-20; n. 126,4-8.
323
E A n. 100,2. 330
Cf. A . B. R A I N E Y , Business agents in Ugarit: IEJ 13 (1963) 3 1 3 - 2 1 .
™ A N E T 29a. « 1 Gen 4,1-8.
325 332
Cf. A . MALAMAT, Kingship and Council in Israel and Sumer: J N E S 22 (1963) 247-53. Gen 9,20-24.
326 333
Cf. A. F . R A I N E Y , The Military Personnel of Ugarit: J N E S 24 (1965) 17-27. Gen 1 9 , 1 - n .
434 IX. Penetración de los israelitas en 'Canaán
Y
La religión cananea 435
mogénitos 334 . En los textos bíblicos de la conquista y poste- para luego pasar a ser nombre propio, al que se le da también
riores se habla de dos divinidades cananeas: Baal y Astarté. en Rash Shamra el nombre de Haddu, el dios de las tormentas,
los dos principios (masculino y femenino) de la vegetación y de Hadad, que trae la lluvia y la fertilidad. De este modo, Baal se
la fecundidad. Son los equivalentes de Baal = Bel («señor») convierte en el «príncipe, señor de la tierra», «cabalgador sobre
e Ishtar-Ashtart de las regiones fenicias y mesopotámicas. Re- las nubes», dios de las montañas donde se forman las nubes,
cientemente, los descubrimientos de Rash-Shamra (Ugarit) «señor de las alturas de Sapón» (septentrión), al norte de Rash
nos han dado precisiones más claras sobre el panteón^ cananeo. Shamra. Es también el dios de la guerra, «el héroe omnipoten-
Con todo, el panteón de Ugarit no incluye todas las divinidades te», que blande un arma y arroja su lanza hacia la tierra, es
de Canaán, como Reshef y Astarté, que más bien son de la decir, el rayo de las tormentas. El Yahweh del Sinaí parece asi-
parte meridional de Canaán. Y la diosa Anat, tan conocida en milar estos atributos cuando se le presenta fulgurando el rayo
los textos de Rash Shamra y de Egipto, no aparece mencionada y tronando sobre su pueblo sobrecogido poco antes de la pro-
en la Biblia, aunque se menciona a Beth-Anat; y, de hecho, mulgación del decálogo 339 .
lo3 judíos de Elefantina (Alto Egipto) daban culto a Anat-
La hermana y esposa de Baal es Anat, que tiene los mismos
Betel y Anat-Yaho (¿Yahwé?) hacia fines del siglo vi a.C.
contrastes que su esposo 340 , pues es la diosa del amor y del
También en el panteón de Ugarit hay más de 30 divinidades.
combate; es violenta y sanguinaria. La diosa Astarté es su du-
Es una religión antropomórfica: los dioses nacen, se casan,
plicado en los poemas de Ugarit 341 . Aparece también como
mueren y resucitan, con todas las pasiones humanas.
protectora de la justicia y del derecho. Pero Astarté en Canaán
b) El jefe del panteón es El 335, que viene a equivaler a la es, sobre todo, la diosa de la fecundidad. En Egipto se mantiene
divinidad común del mundo semítico (ilu-Alláh...) 336. Es el el nombre de Anat.
«padre de los dioses y de los hombres», «el creador de las cosas d) Hay otras divinidades, como la de la peste, llamada
existentes», el «padre de los años»; y se le representa como un Reshef. Los adversarios de Baal (señor de la vegetación) son
anciano con barbas blancas. Se le llama «sabio», «benevolente» Mí2L.(muerte» y sequía) y Yám («mar»', fuerza marítima desata-
y «misericordioso». Habita en un lugar misterioso, «en la fuente da que amenaza anegar la tierra cultivada). Por eso, ambos lu-
de los ríos» y «en el hueco de los abismos». Es el arbitro supremo chan contra Baal, el «señor de la tierra» 342 . Conforme a este es-
del cosmos, pues decide sobre los dioses y los hombres. Se le quema dualístico radical, las leyendas dramatizan esta lucha de
llama «Toro El», para destacar su poder. Al unirse con dos mu- Baal contra Yám (la tierra contra el mar, símbolo del caos);
jeres dio origen a la aurora y al crepúsculo. Su esposa es Asherat después de triunfar Baal fBeí-Marduk es el dios del orden, que
(Astarté-Ishtar), que le dio 70 hijos; es «la madre de los dioses» vence al caos, Tiamat según las cosmogonías mesopotámicas) 343
y se la llama «Asherat del mar»; es la mediadora entre los dioses arremete contra Mót (lucha de la tierra fértil contra la sequía).
y El, como la esposa de Zeus en la literatura helénica. En la Pero Baal es muerto y llorado por El, su padre, y es enterrado
Biblia se considera a la Ashera como la diosa de la vegeta- por Anat, hermana y esposa de Baal. Luego, Anat mata a
ción 337; es esposa de Baal, por lo que se identifica con Astarté, Mót y dispersa los miembros de su cuerpo como los granos
que, a su vez, es la trasliteración de la Ishtar babilonia, la diosa de trigo en el campo. Busca después a Baal, que reaparece y re-
del amor. sucita, derrotando a sus enemigos. Después de siete años,
c) Hijos de El son Baal y Anat. A Baal se le llama «hijo Mót provoca de nuevo a Baal al combate, pero es finalmente
de Dagánit, divinidad venerada en el alto y medio Eufrates, derrotado Mót, símbolo de la sequía y de la muerte. Nos halla-
donde también aparece la diosa Anat. Por eso, no pocos críti- mos, pues, ante la dramatización literario-religiosa del ciclo
cos creen que la pareja Dagón-Anat son una incrustación tar- de la vegetación en sus diversas estaciones de la muerte invernal
día en el panteón de Ugarit 338 . Baal significa «señor», y prime- y la resurrección en primavera, como es corriente en todos los
ramente parece ser un nombre común de la divinidad cananea,
339
334 Ex I9.ISS.
G e n 22,lss. 340
Cf. U . CASSUTO, La déese Anat (Jérusalem 1951); A. S. KAPELRUD, The Violent Coddess
335
Cf. M . P O P E , El in the Ugaritic Text ( L e i d e n 1965); R. RENDTORFF, El, Baal an 'Jahwe: in the Ras Shamra Texts (Oslo 1969).
Z A W 78 (1966) 277-92. 341 Cf. Ashtart: M I Ó 15 (1969) 6-55.
336
Cf. M . J. LAGRANGE, Études sur les religions sémitiques (París 1905) 70. 342
Cf. T . W O R D E N , TheLiterary Influence ofthe Ugarit Fertility híyth in the Oíd Testment:
337
Cf. K. H . BERNHARDT, Aschera in Ugarit und im Alten Testament: M I Ó 13 (1937). V T 3 (1953) 273-97.
338
Cf. A . S. KAPELRUD, Baal in the Ras Shamra Texts (Coppenhagen 1969). 343
Cf. Poema de la creación, Enuma Elish: A N E T 60.
436 IX. Penetración de los israelitas en Canaún La religión cananea 437

esquemas religiosos naturistas de la antigüedad. Igualmente, se Mami, escriba egipcio. Abundan también los jeroglíficos hititas,
escenifica la lucha entre el mar (Ydm), con sus fuerzas caóticas escrituras chipriotas y monedas con leyendas griegas. Y la escri-
desatadas, y sus monstruos Latan (Leviatán) y Tannin (cetá- tura cuneiforme aparece en textos sumerios, acadios y jurritas.
ceos), que amenazan con inundar la tierra y acabar con todo Pero el gran descubrimiento fue el hallazgo de una escritura
signo de vida agrícola. El recuerdo de trágicos maremotos cuneiforme con sólo 30 signos diferentes de los conocidos
había hecho crear estas leyendas religiosas. sumero-acadios. Es el principio de una escritura alfabética 347,
Este es el esquema sustancial de la religión de Uearit (Ras un antecedente del alfabeto fenicio de Byblos, que se divulga-
Shamra), cuya edad de oro viene a coincidir cronológicamente rá por todo el Mediterráneo oriental, que tenía 22 letras. Parece
con los tiempos de El Amarna (s. xv-xiv a.C). En la corres- que antes de cristalizar en este alfabeto hubo diversos intentos
pondencia del faraón se encuentran menciones de Ugarit, que, de simplificación de las distintas escrituras cuneiformes y egip-
aprovechándose de la debilidad política de Egipto bajo el fa- cias (la protosinaitica representa uno de estos esfuerzos realiza-
raón teólogo Amenofis IV Ekh-an-Atón, trató de independi- dos por los cananeos). En Ugarit se seguía utilizando el estilete,
zarse con la ayuda de los amorreos. En 1360 a.C. tuvo lugar el como en Mesopotamia, a causa del material de arcilla emplea-
incendio de la ciudad de Ugarit, con lo que acabó para siempre do, pero los signos tienen nueva significación. Y, de hecho, se
este emporio comercial y cultural, sin posibilidad de recupe- han encontrado en Ugarit muchos abecedarios con las letras
rarse ante la historia; parece que fue debido a un terremoto. (de forma cuneiforme) colocadas en forma lineal, como en el
Con todo, en la batalla de Qarqar (1286 a.C.) aparece un des- alfabeto clásico 348, y según el mismo orden de éste; y los ocho
tacamento militar de Ugarit luchando con los hititas en contra signos suplementarios que no tenía el alfabeto cananeo estaban
de Ramsés II 344. Además, parece que los faraones tuvieron colocados a continuación de la taw, como las letras suplemen-
influencia en la corte de Ugarit, donde se encontraron objetos tarias del alfabeto griego, o en medio de las 22 letras, al lado
egipcios, como una ofrenda de un funcionario egipcio, llamado de letras con forma parecida. Es en Ugarit donde aparecen
Mami, al Baal de la ciudad. Por otra parte, hay influencias por primera vez ordenadas las letras para favorecer su utiliza-
micénicas y buenas relaciones con los asirios, que empiezan ción y la conservación en la memoria.
a presionar por el este. Así, conocemos una carta de un prín- A este propósito es de resaltar que en Beth-Shemesh, al
cipe asirio, llamado Belubur, al príncipe de Ugarit, llamado oeste de Jerusalén, se ha encontrado una tableta con esta es-
Ilumilku 345. critura cuneiforme ugarítica, lo que prueba que este alfabeto
Con la invasión de los «pueblos del mar» desapareció total- cuneiforme-alfabético nacido en Ugarit se había extendido por
mente Ugarit; por ello, cuando Teglatfalasar I llegó hacia el todo Canaán. Recientemente, Schaefer ha encontrado otro alfa-
1100 a.C. a la costa siria, no menciona la ciudad de Ugarit, beto de 22 letras, escrito de derecha a izquierda, como el hebreo
aunque en sus ruinas debía de persistir una población autócto- y el fenicio, en Ugarit 349 . Hemos de tener en cuenta que el
na. Pero allí quedaban unas gentes heterogéneas en un lugar ugarítico pertenece al tipo lingüístico cananeo occidental dentro
en el que se habían dado cita las culturas mesopotámica, egip- de las lenguas semíticas. Y es dentro de las lenguas semíticas
cia, jurrita, hitita y egea; de ahí el valor excepcional de los occidentales la más arcaica conocida hasta hoy; y como des-
hallazgos arqueológicos en una zona donde parece habían apareció hacia el siglo xm, no ha sido modernizada, como pa-
convergido «todas las civilizaciones del Oriente y del Occiden- sará al hebreo, que evoluciona hasta llegar a su edad de oro
te» 34(5. En efecto, en Ugarit encontramos un conglomerado de entre los siglos x-vi a.C.
lenguas y escrituras diferentes, que refleja ese cosmopolitismo 347
Cf. E. DHORME, Un nouvel alphabet sémitique: RB (1930) 57iss; ID., Premiare Iraduc-
comercial de la región. Así, se ha encontrado escritura cunei- tion des textes phéniciens de Ras Shamra: RB (1931) 32s; H. BAUER, Die Entziferung dis Keil-
forme (no alfabética y alfabética inicial, el primer paso hacia el schriftalphabet van Ras Sahmra (Forschungen und Fortschritte VI (1930) 306.
34
« Cf. M. VIROLLEAUD, en PRU II I99s.
alfabeto, prescindiendo de los meros valores silábicos de la 34
' Comunicación de Virolleaud a la Académiedes Inscriptions et Belles Lettres dtl 19 de
tradición mesopotámica) y una. escritura no-cuneiforme. Ade- febrero de 1960; cit. por E. JACOB, en Ras Shamra et VAncient Testament (Neuchátel 1960)
29 n.2.
más hay textos egipcios de los tiempos de Senusrit-Ankh y de
344
345
Cf. J. H. BREASTED, Ancient Records of Egypt III13SS.
346
Cf. F. THUREAU-DANGIN, Une lettre assyrienne á Ras Shamra: Syria (1935) l88s.
VIROLLEAUD, La légende de Danel 4.
438 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Textos religiosos de Ugarit 439

Luego Baal, provocado por Mót a descender al m u n d o


15. T E X T O S RELIGIOSOS DE U G A R I T (RAS SHAMRA) subterráneo, se unió a una ternera, que parece ser la diosa
Anat; y de esta unión surgió u n ser masculino llamado mt
A) El ciclo de Baal (quizá en relación con ms egipcio, que significa «hijo»). Así
A pesar de las lagunas y fragmentos oscuros, los especia- quiere conseguir descendencia, para el caso de que no volviera
listas distinguen tres temas centrales: a) el combate contra el de la región subterránea, u obtener la fuerza de u n toro para
mar; b) la construcción del palacio de Baal; c) la lucha de su próximo y definitivo combate. Luego sigue u n texto lleno
Baal y Mót. En realidad se trata de la dramatización de la lucha de lagunas, en el que se habla de la muerte de Baal. Entonces
d e la vegetación frente a las inundaciones marítimas, que el dios supremo El llora desconsolado después de quitarse su
siembran el caos, el desorden y la muerte. Yám (el mar) es turbante, y grita, haciéndole eco la montaña: «¡Baal ha muerto!
amado de El, el padre de los dioses; éste construye u n palacio, ¿Qué ha pasado con el hijo de Dagán?» Entonces, Anat em-
gracias al cual Yám consigue un gran ascendiente, ya que no pezó a buscarlo (es el mismo tema de Isis en busca de Osiris,
sólo es el dios del mar, sino también de los ríos. Con ello con- de Ishtar en busca de Tammuz, y de Afrodita en busca de
cita el celo y la animadversión de los otros dioses, sobre todo Adonis); cumple ciertos ritos de duelo y ofrece sacrificios
de Baal (dios de la vegetación). Entonces Yám envía dos men- funerarios, con lo que termina su duelo.
sajeros para lograr la sumisión de Baal, y el dios El se lo en- Al quedar vacante el trono de Baal, le sucedió Attar, lla-
trega con estas palabras: «Baal es t u esclavo, ¡oh Yáml» Pero mado 'ari (fuerte, arrogante); pero no p u d o cumplir debida-
u n dios orfebre forjó dos mazas para Baal con dos nombres: mente su función de Baal. Entonces Anat rogó a Mót para que
«cazador» y «conductor». Y con ellas Baal logró vencer a Yám, soltara a su prisionero; pero, ante la negativa, recurrió a la
el cual, vencido, exclama: «Yo he muerto y reina Baal». fuerza: «Anat agarró a Mót y con una daga le cortó, lo cribó
Pero Baal no se cree seguro si no tiene u n palacio, porque con el harnero, lo tostó con el fuego, lo molió en el molino
todos los dioses tienen su palacio, excepto Baal. Y las diosas y en el campo dispersó su carne para que lo comieran los pá-
Atirat, esposa de El, y Anat, hermana y esposa de Baal, logran jaros». Aquí se alude a Mót como sí fuera el grano molido. Por
con halagos que El permita la construcción del palacio para su parte, El tuvo u n sueño, en el que gritó: «Baal Alyán está
Baal. Y éste exige al arquitecto, Kotar, que el palacio no tenga vivo». Pero Anat, con la ayuda de Shapash (¿Shamashl), el
ventanas, sin duda para evitar que entraran en él Yám (el sol, que conoce los secretos de la vida y de la muerte, recorrió
mar) y Mót (la muerte-sequía), no sea que le quitaran los el m u n d o en busca de su hermano; después de muchos traba-
hijos: el rocío, la luz y la tierra, fuentes de la vegetación. Y el jos, lo encontró y él mismo se vengó de sus enemigos. Pero el
día de la inauguración del palacio ofreció una hecatombe y u n triunfo de Baal es sólo temporal, pues Mót a los siete años salió
banquete, dando orden de hacer una ventana ('arubóth, como de su eclipse e invitó a Baal a u n combate definitivo, e n el que
los tragaluces del arca en el diluvio bíblico). Luego Baal hizo Mót capituló. D e estos textos parece deducirse que El y Atirat
sonar su voz, el trueno, y con ella hizo temblar a sus enemigos, crearon monstruos, contra los cuales debe luchar Baal para
con lo que mostró su prepotencia. Pero la instalación de Baal expiar el fratricidio de que es culpable.
en su morada provocó la hostilidad de Mót, el dios del calor
y del estío, que residen en lo más profundo de la tierra. Y se L e y e n d a de Baal y Anat 35
°
preparó u n combate decisivo. Entonces Anat realizó ciertos
ritos mágicos para que Baal ejerciera su poder fertilizante: (El o r d e n a a Kotar construir u n palacio p a r a Yám; pero Ashtar
se queja d e q u e n o se le o t o r g u e u n favor similar.)
debía «echar en tierra alimentos, derramar shlm (sacrificio) e n «... A l l í está en su camino,
la tierra». Luego, Baal creó el relámpago, que es presentado hacia El (dios) d e las fuentes (de los diluvios),
como la palabra divina creadora y eficaz. Y Anat alude a sus en m e d i o d e las aguas de los dos océanos,
victorias sobre Yam, Nahar y otros monstruos marinos, q u e (Penetra) en el (campo) de El y e n t r a
en otros textos aparecen como vencidos por Baal, lo q u e 350 Hay muchos fragmentos incompletos y oscuros, estudiados por CH. VIROLUJUD, La
prueba que Anat es como su doble; y ésta derrama sangre p a r a déese Anat (Paris 1938) p.91-102; C. H. GORDON, Ugaritic Handbook II p.189-90; A HERD-
fertilizar la tierra. NER, en Syria XXIII (1942-43) 283-85; trad. de H. L. GINSBERG, en ANET 129-12; SAO
109-39.
Textos religiosos de Ugarit 441
440 IX. Penetración de los israelitas en Cctnaán
en el pabellón del rey (Padre Shunem) 3S1 .
A los pies de El se inclina y se prosterna, (DAB
se postra rindiéndole homenaje. «... Si tú matas a holán (Leviatdn), la serpiente huidiza,
... ¡Oh Kotar wa -Khasis! y destruyes a la serpiente tortuosa 355 ,
Rápidamente construye la casa de Ydm, a Shalyat de las siete cabezas»...
levanta el palacio del juez Nahar... «Mensaje del divino Mót
Construye la casa del principe Yám, palabra de Gazir, amado de dios...»
levanta el palacio del juez Nahar «Si tú matas a Lotdn, la serpiente huidiza,
en medio de...» y destruyes a la serpiente tortuosa,
a Shalyat de las siete cabezas...»
III A B B 352
«... Dice el poderoso Baal: B) La leyenda de Keret
' ¡Ojalá seas derribado del trono de tu realeza,
de la sede de tu dominio!'...
Keret es el hijo del dios El; es un rey justo que es privado
'Mensaje de Yám, vuestro señor, de su mujer y de sus hijos. Desolado, llora, y es confortado en
de vuestro amo el Juez (Nahar),.. sueños por El 356, y le pregunta si desea la realeza de Tr El
Entregadme a Baal (para dominarle), («Toro El»), su padre. Pero Keret lo que desea es tener descen-
al hijo de Dagón, cuyos despojos voy a apropiarme'...»
«... (Llega) el poderoso Baal,
dencia. Entonces El le ordena hacer sacrificios y emprender
avanza el Jinete de las nubes, una expedición guerrera contra el país de Udm, donde reina
pero he aquí que se detiene y grita desafiante, Pbl, para obtener en matrimonio la hija del rey, llamada Hu-
se mantiene erecto y escupe riya, de belleza similar a la de los dioses. Al fin, Keret lo consi-
en medio de la asamblea de los seres divinos:
'Abominación ha sido colocada sobre mi mesa,
gue, y tiene de Huriya siete hijos y algunas hijas. El último de
inmundicia en la copa por la que bebo, los hijos, llamado Yasib, amamantado por Atirat y Anat, va a
pues dos clases de banquetes aborrece Baal, tener una fuerza igual a la de su padre. Por su parte, Keret
tres el Jinete de las nubes 353 ; empieza a declinar con la vejez y la enfermedad, lo que pre-
un banquete de desvergüenza,
un banquete de bajeza
sagia su muerte; por ello se hace indigno de la realeza. El dios
un banquete de lascivia de sirvientas'...» quiere curarle modelando una imagen a la que puede transfe-
rirse la enfermedad de Keret; recobra así la salud y el poder,
D
pero su hijo Yasib tiene una revelación por la que recibe la or-
den de ocupar el lugar de su padre, al que lanza estos repro-
«Apenas ella (Anát) divisa a los dioses (mensajeros de Baal), ches:
los pies de Anat tropiezan...
¿Qué enemigo se levanta contra Baal, «Por tu falta has perdido el poder;
qué adversario surge contra el Jinete de las nubes? tú no has juzgado la causa de la viuda,
¿No he aplastado a Ydm, el amado de El? no has examinado la suerte del infortunado,
¿No he destruido el gran diluvio de El? no has exterminado a los que despojan a los hijos del pobre,
¿No he amordazado yo al Dragón? no has alimentado al huérfano y a la viuda...
Yo aplasté a la serpiente tortuosa... 334 Baja de tu trono para que ocupe yo tu lugar».
351
Epíteto q u e se suele traducir por «Padre d e años».
352
Editado por C. H . GORDON, O . C , II 137; C H . VIROLLEAUD, en Syria XVI (1935) 29-45; Por su parte, Keret reacciona, increpando y pidiendo a
H . L. GINGSBERG, en J P O S XV (1935) 327-331; W . F . ALBRIGHT, en J P O S XVI (1936) 17-20;
J. OBERMANN, en J A O S LXVII (1947) 195-208; A N E T i3oss; S A O n o s s . »*-fc*>-« • , r*
333
Horón y a Ashtar el castigo contra el hijo arrogante y rebelde.
Es de notar el giro idos clases aborrece... tres...», para indicar multiplicidad, c o m o A m
1,3. «Por tres crímenes, por cuatro, no revocaré m i fallo»; cf. A m 1,6.9.11.13; 2,1.4.6; P r o v Como se ve, en este poema se refleja, de un lado, la obse-
6,16: «seis cosas aborrece Yahvé y a u n siete a b o m i n a su alma».
354
sión por la descendencia del heredero, como en el caso de
Es Lotdn = Leviatdn, el m o n s t r u o marino d e l que se habla en Is 27,1 en t é r m i n o s si-
milares: «Aquel día castigará Yahvé, con su espada, grande y pesada, al Leviatdn, serpiente Abraham (Gen I2,i2s); del otro, el conflicto generacionil en-
huidiza; al Leviatdn, serpiente tortuosa, y matará al monstruo q u e está e n el mar». A q u í / e l
monstruo simboliza a los pueblos enemigos de Israel, especialmente Egipto, q u e fue a n e g a d o
tre los viejos y los jóvenes y el sentido de la realeza corno or-
en el m a r Rojo.
355 Cf. Is 27,1.
356
Cf. A . CAQUOT, Les songes et leur interpretaron selon Canaan et Israel, e n Les mges et
eur interpretaron (París 1959) I O I S .
442 IX. Penetración de los israelitas en Canaán Textos religiosos de Ugarit 443

den, justicia y equidad, lo que encuentra su paralelo en la pre-


359
dicación deuteronómica y de los profetas en Israel siete siglos Texto de la leyenda de Aqhat
más tarde. «... Al punto, Danel, hijo de Rafa 3 6 ° ,
Ghazir, hombre de Harnam,
C) Leyenda de Aqhat ofreció una oblación a los dioses para que comieran,
para que bebieran los santos,
U n rey llamado Danel, con el título de mt rpa, residente hizo un lecho de saco y se acostó;
un lecho de estopa, y pasó la noche.
en Hrmón, que parece ser una ciudad cercana a Damasco 357 , Pasaron un día y otro día,
se queja por no tener hijos. Después de cumplir determinados y Danel ofreció una oblación a los dioses para que comieran, y be-
ritos mágicos y por intercesión de Baal, consiguió al fin sus bieran los santos...
deseos de descendencia. Su hijo es llamado Aqhat 358 . Y un Pero he aquí que al séptimo día
día en que Danel estaba ejerciendo la justicia a la puerta de la Baal se acercó, presentando una queja judicial:
'Danel de Rafa es desgraciado,
ciudad en favor de los huérfanos y de las viudas desamparadas, con suspiros está Ghazir, el hombre de Harnam,
vio venir al dios Kotar wa-Khasis («hábil e inteligente») con pues no tiene un hijo, como sus hermanos;
u n puñado de flechas; y, agradecido a su hospitalidad, le entregó ni vastago, como los de su parentela.
el arco a Danel, quien, a su vez, lo dio a Aqhat. Y cuando éste Pero ciertamente habrá un hijo para él, como lo tienen sus hermanos,
y un retoño, como los de su parentela...
estaba dedicado a la caza de los pájaros, la diosa Anát (divini- ¿No vas a bendecirle?, ¡oh Toro El, padre mío!,
dad de la guerra y de la caza) le rogó que le entregara su arco ¿no a beatificarlo?, ¡oh Creador de las creaturas!
a cambio de riquezas y de la inmortalidad. Pero aquél descon- De este modo habrá un hijo en su casa,
fiaba, y dijo: «Yo moriré como mueren todos los mortales», y un vastago en medio de su palacio'...
Entonces, El tomó a su siervo (de la mano);
se negó a conceder lo que se le pedía. Entonces la diosa, ofen- bendijo a Danel el de Rafa
dida por esta repulsa, fue a quejarse a El, calumniando a Aqhat y exaltó a Ghazir el de Harnam (de este modo):
y pidiendo venganza contra éste. Con el concurso de Yaptán 'Que Danel de Rafa sea excitado con aliento de vida,
dio u n banquete, y las águilas devoraron a Aqhat. Entonces y con espíritu Ghazir el de Harnam,
(con aliento de vida) sea vigorizado,
Anát se excusó, diciendo que sólo quería dormir a Aqhat para suba a su lecho...
arrebatarle el arco. Pero, de hecho, la naturaleza empezó a Así habrá un hijo (en su casa,
ponerse mustia, quedando sin vegetación. Entonces Danel com- y un retoño) en medio de su palacio,
prendió lo que había pasado, y su hija Paghat dirigió una ex- (el cual podrá erigir la estela a sus espíritus) antepasados...
pedición de castigo contra Yatpan, devolviendo la vida a Aqhat.
En esta leyenda parece se quiere presentar a la realeza como (II)
la salvaguarda del orden, de la justicia; y Aqhat es asimilado «... un hijo nacerá para ti como para tus hermanos,
a Baal, que resucita con la vegetación después del letargo in- un retoño como los de tu parentela;
vernal. En Ez 14,14 aparece u n tal Danel como u n famoso el cual levantará la estela de tus espíritus antepasados...»
justo al lado de Job y de Noé; a los tres les afecta la desgracia,
pero al fin se recuperan de ella; pero el contexto de Ezequiel AQHTC
es diverso, ya que se quiere insistir en la retribución personal
(I)
según las buenas o malas obras, y n o aparece para nada la idea
central de la leyenda de Aqhat, q u e gira en torno a la resurrec- «... Al punto Danel de Rafa,
ción de la vida en la naturaleza. se puso en pie (colocándose delante de la puerta)
bajo (un poderoso árbol en la era de trillar)
357
para juzgar la causa de la viuda,
Cit. en el Papiro Anastasi I (s. x u i a . C ) ; cf. A N E T 477. y hacer justicia a los casos de los huérfanos...»
358
E n G e n 46,11 aparece una Qahat, hijo d e L e v í .
359
Editado por C H . VIROLLEAUD, La légende phénicienne de Danel {Mission des RasSham-
ta I) (1936); C. H . G O R D O N , Ugaritic Handbooh (Analecta Orientalia XXV) (1947) I I p.'79-
84: A N E T 149-55: S A O , 139-56.
360 Algunos relacionan este n o m b r e con el Rafa de la raza d e gigantes de Canaán (de
d o n d e provendrían los refaím) de 2 Sam 21,16.18-20; G e n 14,5; D t 2,11.20; 3 , n . i 3 -
444 IX. Penetración de los israelitas en Canaán ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 445
363
Biblia, especie de gigantes prehistóricos de Canaán , que
D) P o e m a de Shajar y Shalem
luego parecen habitar en la región de los muertos en estado de
Después de una invocación en favor del rey, de la reina, sombras o espectros 364 . Es el nombre que se da también a estas
de los ministros, de los ancianos y de los dos seres reales y di- sombras subterráneas en las inscripciones fenicias de los si-
vinos nacidos el mismo día, a los que la diosa Atirat les da sus glos v-ui a.C. Se ha querido relacionar el nombre de refaim
pechos para que se amamanten (tema corriente en la literatura (en el sentido de sombras espectrales subterráneas) con la raíz
egipcia), el dios El, ocupado en sacar agua, provoca, por la fuer- hebrea rafa' («débil», «sin fuerza», o «curar», en cuanto que se
za de su virilidad, la admiración y el deseo de dos mujeres, que les atribuía virtudes curativas; por eso, la Vg traduce «medici»).
se entregan a El y le dan dos hijos: Shajar («aurora») y Shalem
(«paz» u «ocaso» después de la plenitud del día). Son dos seres
divinos, y los maridos de las dos mujeres, que desconocen las 16. ¿INFLUENCIA DE LOS TEXTOS DE UGARIT EN LA RELIGIÓN
relaciones de éstas con El, se admiran de estos vastagos, que Y LITERATURA HEBRAICAS?
tienen un apetito insaciable, y así recorren los campos y el Al descubrirse estos textos que acabamos de transcribir
desierto durante siete u ocho años, devorándolos (el tema de y sus concepciones mitológicas, se creyó encontrar nada menos
la sequía, periódica en los distintos ciclos atmosféricos, que que la clave para descifrar el enigma histórico de las concep-
aparece en los relatos de la historia bíblica de José) 361 . Esta ciones religiosas de Israel; la obsesión comparativa al principio
leyenda, pues, refleja los ritos cultuales según los ciclos de las fue llevada al extremo 365; pero los estudios serenos sobre estos
estaciones. textos de Ras Shamra sólo prueban coincidencias tangenciales
que no afectan al núcleo sustancial de las concepciones reli-
E) Leyenda de Nikkal y las Katirat giosas de Israel. En efecto, algún autor llegó a publicar los
Se trata del matrimonio de dos divinidades: de Yarih (hebr. textos ugaríticos como una Biblia cananea subyacente a la
yareaj: «luna», «mes») y de Nikkal (el Nin-gal, la «gran madre» Biblia hebraica 366 . Con todo, podemos suponer que en los san-
del panteón sumerio-acadio, donde aparece haciendo pareja con tuarios cananeos había textos religiosos y míticos que dejaron
el dios lunar, Sin). Pero Nikkal no puede casarse con Yarih su influencia; y los escritores bíblicos utilizan temas y frases
sino por intermedio de un tal Hirihibi, rey del estío. Este quie- estereotipadas ambientales religiosas, adaptándolas a las exigen-
re que Yarih se case con una de las hijas de Baal, llamada Pdry cias monoteístas del mensaje bíblico. Y sabemos que los israe-
o Ybrdmy; pero Yarih se casa con Nikkal. El precio del res- litas en el norte tuvieron un santuario en Dan, que pudo ser
cate—mohdr en hebreo—se pesa en presencia de todos los pa- el puente de contacto con el mundo cananeo septentrional.
rientes de la esposa. Al principio y al fin del poema se mencio- Pero, como dice E. Jacob, «la dependencia literaria de Israel
nan a las Katirat, hijas de la luna creciente, encargada de que respecto a Ugarit está aliada, en general, con una independencia
prosperen los matrimonios, haciendo fecunda a la nueva esposa. dogmática. En conjunto, podemos decir que Israel se apropió
los odres cananeos, pero derramó en ellos vino nuevo... Y el
contenido de las dos Biblias (la cananea y la hebraica) refleja la
F) Los «refaim» diferencia que separa el mito y la historia, la magia y la reli-
En algunas tabletas se habla de los Rpum, llamados también gión» 3CT. En efecto, al instalarse los hebreos en Canaán entra-
elohim, «dioses» o seres divinos 362 . Son auxiliares del dios El; ron en contacto con santuarios donde privaban los mitos cana-
son ocho, con un jefe, llamado Rpu-Baal, que es el campeón, neos de la vegetación y de la transmisión de la vida; y más
o maher de Baal y de Anat. El dios El les manda ir a su palacio, tarde, en los tiempos de Salomón y de Acab, las relaciones de
que está en el cielo y debajo de la tierra; ellos se van con carros las cortes de Jerusalén y de Samaria con los reyes fenicios
y caballos y ofrecen sacrificios para asegurar la prosperidad de
la vegetación. Se les ha querido relacionar con los refaim de la 363
364
Cf. Gen 14,5; Dt 2,20s; 3,11.13; Jos 17,16; 2 Sam 21,19.
365
Is 14,9; 26,14.19; Sal 88,11; Prov 2,18; 9,18; 21,16; Job 26,5.
3 Cf. R. DE LANGHE, Les textes de Ras-Shamra et leur rapport avec le núlieu biblque de
« Cf. Gen 41,26-32.
3«2 Saúl, cuando fue a consultar a la pitonisa de Endor, le pide que le haga revocar el es- VAnden Testament (París 1945).
360
píritu de Samuel. La nigromante dijo que vela a «un dios que se alza de la tierra... es un ancia- Es el título de la obra de H. E. del Medico (París 1950).
no envuelto en un manto». Era la sombra de Samuel (1 Sam 28,13-14). 367
E. JACOB, Ras Shamra et l'Anáen Testament (Neuchátel-Paris 1960) 75.
446 IX. Penetración de los israelitas en Canaan ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 447
368
fueron muy intensas , y la cultura fenicia tuvo que dejar tando de pie delante de él. Por encima del dios está el disco
huella en la naciente literatura religiosa de Israel. solar alado.
Ahora bien, desde el punto de vista de la historia, es muy Diversos son los títulos que se le dan: rey (mlk) 372 ; se le
exigua la luz que aportan los textos de Ugarit para esclarecer llama reiteradamente Toro (tr), para destacar su fuerza; sin
la historia bíblica, fuera de la ambientación general cananea. duda, jugando con las leyendas mesopotámicas del uro sal-
A l principio, los comparatistas, obsesionados con la idea de vaje, símbolo de la fuerza incontrolada. Tiene una fuerza ge-
minimizar la originalidad del mensaje religioso bíblico, creye- neradora excepcional. Se le da el título de «misericordioso y
ron encontrar nada menos que los nombres propios de Teraj, amable» (Itpn el dp'd); se le llama «padre de la humanidad»
padre de Abraham; de Edom, de Negeb, Zabulón, Aser y ('ab adam) 373 , «padre de los años» ('an shnm) 374 ; es el «crea-
Ashdod, con lo que se esclarecerían los orígenes de Israel dor de las creaturas» (bny bnwt). Se exalta su sabiduría: «Tu
como colectividad semítica occidental; pero ahora los lexicó- palabra, ¡oh El!, es sabia, y la sabiduría dura eternamente» 375 ;
logos especialistas en la lengua de Ugarit creen que esos tér- «Tú eres grande por tu sabiduría» 376 ; por ello, su sabiduría
minos tienen significación común y no son nombres persona- es proverbial y punto de referencia, como summum analogatum;
les ni geográficos. Y en u n texto administrativo aparece el así, del dios artesano Kotar se dice: «Tu sabiduría es como la
nombre de Isril, que parece ser el propio de u n artesano lo- sabiduría de El» 377 .
cal 3 6 9 , sin alusión alguna a Israel como designación étnica. Reside «en la fuente de los ríos» (mbk nhrm), expresión
Con todo, se menciona a los hapiru en una lista de tributos similar a la bíblica, que designa el Edén como el lugar de don-
del rey N a q m u d , y parecen ser los jabiru-apiru, las hordas pe- de parten cuatro ríos 378 . Algunos autores creen que El habi-
ligrosas de que hemos hablado ya reiteradamente a propósito taba, como el dios Ea mesopotámico (dios de las aguas y de la
de los textos de El Amarna. Ya hemos visto que es difícil sabiduría), en las aguas abismales 3 7 9 ; pero en los textos de
identificarlos con los 'ibrim o «hebreos» de la Biblia. Aparecen Ugarit aparece más bien residiendo sobre la montaña (en
cerca de la ciudad de Alepo: halbi 'apirim. Ez 28 se presenta al Edén sobre una montaña); desde allí di-
rige los asuntos de los dioses y de los hombres, como el Zeus
A) Panteón y mitología de Ugarit del Olimpo helénico y el Yahweh del Sinaí. Era el dios supre-
mo, al que se le atribuía la creación, la conservación del mundo
Los textos hablan de «la asamblea de la totalidad de los
y de la humanidad; en El se sintetizaba lo divino, como en el
dioses», de la «reunión de los dioses», de la «totalidad de los
Atón—disco solar—de la reforma de Amenofis IV Ekh-an-
hijos de El», que es el padre de los dioses y jefe del panteón,
Atón.
si bien aparece ya mermado de poder y en estado de semijubi-
lado. D e hecho, el panteón corresponde, en líneas generales, Según el relato bíblico, Melkisedek era «sacerdote de El
al que nos describía Filón de Byblos, que lo había tomado de Elyón» («dios excelso» o «supremo», que los L X X t r a d u c e n por
Sanjuniaton (s.iv a . C ) . El dios padre era El 3 7 ° . En realidad, üyioros), y es u n epíteto que se aplicará a Yahvé 3 8 ° . Así,
el nombre de El tan pronto aparece como designación genéri- vemos que, al llegar los patriarcas a Canaán, se encontraron
ca de la divinidad (lo divino), como en calidad de nombre pro- con el culto a El, «dios supremo», del que se dice que es «crea-
pio del dios supremo. Aparece representado sentado en u n dor del cielo y de la tierra» 3 8 1 . Jacob abandona sus dioses tu-
trono, con cara h u m a n a y barba, con esta inscripción: «Tú telares ancestrales y adopta el de El en la localidad de Bet-El382,
eres grande, El; tú eres sabio; tu barba gris te instruye» 3 7 1 . que le protegerá. Sin duda que es la divinidad local del santua-
En su cabeza tiene una tiara con cuernos, está vestido de " 2 Textos 49:1:8; 5l:IV:24.
largo y su mano izquierda está levantada como para bendecir. 373
374
T e x t o 5i:IV:47.
Cf. A N E T 133: Shunem; M . DAHOOD, La antiche divinitá semitiche (1958) 7 3 .
U n personaje (quizá el rey) le ofrece libaciones e incienso, es- 3
" Texto 5 i : I V : 4 i .
3
™¡ Texto 5 i : V : 4 l .
377
368
Cf. i Re 5iss; i Re 16,31: su esposa Jezabel era de Sidón. T e x t o I26:IV:5-
378
369 Gen 2,10.
Cf. C H . VIROLLEAUD, Comptes rendus de l'Académie des Inscriptions et Belles Lettres 379
(1956) 60-7 (1956) 60-67. Cf. O . KAISER, Die mythische Bedeutung des Meeres in Aegypten, Ugarit und Israel
370
Cf. O . EISSFELDT, El im ugaritischen Pantheon (Leipzig 1951); M . P O P E , El in the Uga- (1959) 47-
3
ritic Texts (SVT 2) (Leiden 1955J. 8° Sal 83,19: 97,9; 47,3: 57,3; 78,55; Is 14,14; Sab 5,15..
3 381
?i Texto 5 i : V : 6 3 . Gen 14,19.
382
Gen 35,1-4. Cf. A. A L T , Der Gott der Vdter (1929).
448 IX. Penetración de los israelitas en Canctán ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 449

rio llamado «casa de El». De este modo, el culto a una divini- «Yahvé es Rey; está revestido de majestad,
dad suprema (que en el panteón cananeo tenía el carácter de está ceñido de fuerza,
el universo es firme y no se tambalea;
padre de los dioses) se va perfilando como el dios de los pa- tu trono está establecido desde los días antiguos.
triarcas, que se vinculará al Yahweh del desierto del Sinaí en Tú eres desde la antigüedad;
los tiempos mosaicos. Y así, al entrar en Canaán, al Dios del los ríos han elevado, ¡oh Yahvé!, su voz
desierto (Yahvé) se le asignan los atributos de El: creador, más que las grandes aguas, que las magníficas olas del mar.
Yahvé es magnífico en sus alturas»
sabio y superior a todo. Al centralizarse el culto en Jerusalén (Sal 93,1-4).
en tiempos de David, los atributos de El Elyón de Melkisedek
(rey de Salem: ¿Jerusalén?) son absorbidos por el Dios salva- Esta victoria sobre las fuerzas cósmicas caóticas se repite en la
dor del desierto 383 . historia con el portento del paso del mar Rojo (Ex 15,18).
Con todo, cuando los hebreos llegaron a Canaán, el dios En toda esta fraseología es fácil captar un trasfondo mítico
supremo El, padre de los dioses, del hombre y de las creaturas, cananeo, quizá procedente de la organización de culto de Jeru-
había perdido relieve y era suplantado por su hijo Baal, dios salén cuando fue conquistada por David. Es verosímil que este
de la vegetación, que se opone a Mót, símbolo del estío, y a rey haya utilizado elementos sacerdotales cananeos, incorpo-
Yám, símbolo de las fuerzas caóticas del mar, que amenazan rándolos a las tradiciones antiguas del yahvismo, ya que, dada
anegar la tierra laborable. Además, es ya el dios de las tormen- la mentalidad ecléctica de la época, los antiguos lugares sagra-
tas (otro atributo que se aplicará al Dios del Sinaí) 384. Es el dos condicionaban las nuevas manifestaciones litúrgicas. Así,
dios del poder desatado, al que se le representa con cuernos el salmo 29 puede ser la adaptación de un himno cananeo al
para simbolizar su carácter agresivo; en su cintura lleva un dios de las tormentas:
puñal, como los dioses hititas, y en la mano derecha, una
maza, y en la izquierda, una lanza, con ramificaciones, que «La voz de Yahvé sobre las aguas,
truena el dios de la gloria;
significan el rayo; pero al mismo tiempo anuncia la lluvia y la Yahvé sobre la inmensidad de las aguas.
eclosión de la vegetación. Por eso se le llama «Toro», «el que La voz de Yahvé (el trueno) resuena con fuerza,
cabalga sobre las nubes» 385, y se dice de él: «Baal da su voz» la voz de Yahvé retumba con majestad.
(el trueno sobrecogedor en medio de las tormentas). Pero al La voz de Yahvé rompe los cedros;
troncha Yahvé los cedros del Líbano
mismo tiempo es el vencedor de Yám, símbolo del desorden: y hace saltar al Líbano como un ternero;
la voz de Yahvé hace estallar llamas de fuego,
«He aquí que a tu enemigo, ¡oh Baal\, tú le golpearás;
hace temblar el desierto de Cades;
tú vencerás a tus adversarios
la voz de Yahvé retuerce las encinas...
y recibirás un reino eterno» (68,4S).
y en su templo (celeste) todo dice: ' ¡Gloria!'
Siéntase sobre aguas diluviales,
En los textos bíblicos encontramos el eco de esta victoria siéntase como Rey eterno».
sobre Yám, el mar, por lo que se otorga a Yahvé la realeza
omnímoda: No es difícil sorprender aquí analogías conceptuales y lite-
Por tu fuerza has arrojado a Yám (mar),
rarias con el Baal que «cabalga sobre las nubes» 388 y el «Baal
has roto las cabezas de los tanninim (monstruos marinos) por encima que da su voz» 389 , de los textos de Ugarit. Pero otra faceta de
de las aguas, Baal, además de ser el dios de las tormentas, es el de ser el
has roto la cabeza, de Leviatdn (Lotán), lo has dado en pasto a los origen de la lluvia benéfica, que resucita la vegetación después
animales del desierto» 3 8 6 . de la sequía, y así hace que el país «fluya leche y miel» 39<>, la
Y Leviatdn es un juguete en manos de Yahvé 387. Y así Yahvé frase que los autores bíblicos aplican a la tierra prometida,
conquista su realeza, plena: idealizada ante los secarrales del desierto. Baal, venciendo
a Mót, símbolo de la sequía, trae de nuevo la vida al campo
383
384
Gf. E.JACOB, o.c, 92; O. EISSFELDT, El undjahweh: Journal of Semitic Studies (i 956) 25. con la alternancia de las estaciones. Es el paralelo al mito de
Cf. SCHAEFER, Ugaritica II 121-30; A. PARROT, Le Musée du Louvre et la Bible 54-55.
38
3«5 Texto 76:111.36. 8
Texto 49;III:i2-i3.
38
386 Sal 74-13-14; Job 7,12; Sal 104,26. 3
9Texto5i:VII:29.
387
Job 40,25. ¡>° Cf. Ex 3,8; 17,13; Lev 20,24.
Biblia y legado 15
450 IX. Penetración de los israelitas en Canaán ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 451
Osiris, Tammuz y Adonis. Los textos de Ugarit no dicen nada fuerza inmanente, la vida, que se manifiesta en la naturaleza
de la resurrección del hombre ni de la vida de ultratumba, bajo la forma de la vegetación, y en el mundo de los seres vi-
como se destaca en los textos egipcios. En la Biblia se presenta vientes, por el poder de la generación; pero falta un Dios que
también a Yahvé como la causa de la reviviscencia de la vegeta- se revele a los hombres como voluntad santa y celosa, a la que
ción : deben someterse, y que les compromete en la historia y los saca
«Volvamos a Yahvé, porque nos ha desgarrado del ciclo desesperante del eterno retorno» 396 . Esta idea es la
y para que nos cure... Nos hará revivir después de dos días; mayor originalidad que aporta el genio religioso hebraico.
al tercer día nos resucitará, y reviviremos con él» 3 9 1 . Frente a Baal está Mót, que todo lo seca; es la muerte, ne-
cesaria en el proceso cíclico de la vegetación y de la vida; no
En estas palabras, el profeta parece inspirarse en los cultos hay vida sin muerte, pues ésta es condición de vida. Los auto-
naturistas cananeos, aunque les da un sentido historiaste, apli- res bíblicos presentan a Mót («muerte») como un monstruo
cándolo a las vicisitudes y altibajos de la historia de Israel. Con insaciable (Hab 2,5) que sube por las ventanas de la casa «en
todo, el profeta Oseas es el que más urge la idea de que es un país quemado como el desierto» (Jer 9,9.11). Naturalmente,
Yahvé el que da el vino, el mosto, el aceite y la lana, y no los en esta personificación poética de la Biblia no hay una divini-
dioses cananeos 392 . zación del poder destructivo de la muerte y de la sequía, como
En 2 Re 1,1-4 s e menciona al dios de Eqrón, y se le llama en los textos de Ugarit, pero la fraseología cananea puede estar
Baal-Zebub («dios de las moscas»), que quizá haya que leer subyacente a las expresiones literarias de los profetas hebreos.
Baal Zebul («Baal príncipe»), título que se le da en los textos La diosa Atirat de los textos de Ugarit es la 'asheráh asocia-
de Ugarit 393 . da a Baal en el culto a la vegetación, tal como aparece en los
Según los textos de Ras Shamra, Baal reside en Spn (heb. sa- textos bíblicos; es la Ishtar, diosa del amor, de la tradición aca-
fan, «septentrión») 394 . Y, de hecho, Baal Spn es uno de los dia; y en los textos de Ugarit es llamada shm Baal. Sin embar-
dioses que garantizan el tratado de paz entre el rey de Tiro go, en los textos bíblicos, el término 'asheráh designa un obje-
y Asaradón (681-69). Este mismo nombre aparece en una loca- to sagrado, la estela de madera dedicada a la diosa de la vege-
lidad de Egipto, que es una de las etapas del itinerario de los tación, Ashtarté 397 .
hebreos camino del desierto 395 . Esto prueba que el culto de La diosa Anat es la amante de Baal, más bien que su espo-
Baal de Ugarit estaba extendido en las colonias cananeas de sa, y es llamada btlt («virgen»), que concibe sin dar a luz, cons-
Egipto. Los críticos suelen identificar Spn con el monte Ka- tituyéndose así en símbolo de la permanencia déla fecundidad.
sios de los textos helenísticos, cerca de Antioquía, promonto- Es, además, la mensajera de los dioses: «Levanta el ala la virgen
rio pelado al norte de Ugarit. Y en el salmo 89 se menciona Anat y vuela dando vueltas» (76:11:10). Ya hacia el 1700 a.C.
a Safón junto al Tabor y el Hermán (v. 13). En Is 14,13 se aparecen manifestaciones de su culto en Egipto, quizá impor-
habla de la montaña de los dioses en el extremo de Safón; y en tado por los hiesos, invasores asiáticos; figura también en. el
el Sal 48,3 se habla del monte de Sión (morada de Yahvé), en panteón de Mari, en el medio Eufrates. Y en la Biblia se men-
los confines de Safón; el poeta idealiza así la altura de la colina ciona a un hombre del tiempo de los jueces llamado Shamgar
sagrada de Jerusalén, poniéndola en parangón con la famosa ben Anat398; asimismo se habla de una localidad llamada
de la mitología cananea, residencia de los dioses: Sión está por Bet-Anat3". Quizá el mismo nombre de la localidad de
encima de todos los montes, no inferior al Safón de la mitolo- Anatot (patria de Jeremías) depende del de esa diosa cananea.
gía cananea. Y, de hecho, los judíos de Elefantina, llevados del eclecticismo
En realidad, El (padre de los dioses) «representa la fuerza ambiental, buscaron una diosa para Yahvé, y así surgió la ígu-
trascendente, tal como se manifiesta en la creación del universo ra mixta de Anat-Yahu y Anat-Betel.
y en el mantenimiento del orden social; en cambio, Baal es la Shaiar («aurora») es hija de El, según los textos de Ugarit.
3 " O s 6,1-2. Ahora bien, en Is 14,12 se dice hablando del lucero de la ma-
392
O s 2,22-23.
393
E n el N T , Baal-Zebub aparece como príncipe de los demonios; cf. M t 10,25; M e 3,22; 396
E. JACOS, O . C , I O I .
L e 11,15-16. 39
' Cf. i Re 18,19; 2 Re 23,4; 2 Par 33,3; Jue 6,25.28.30; 2 Re 184.
3
« Textos 5 i : I V : i 9 ; V : i 7 ; 49:1:28.34; Anat I 21-22. 3
' 8 Jue 3,31; 5,8.
395
E x 14,2.9; N ú m 33,7. 399
Jos 19,38; J u e 1,33.
452 IX. Penetración de los israelitas en Canaán ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 453

ñaña: «¿Cómo has caído de los cielos, estrella de la aurora?» como una fuerza suprema integradora, luego su poder se frag-
(helál ben Shajar) 4 0 0 . El dios Shalem aparece asociado a mentó y diversificó en determinadas divinidades subsidiarias.
Shajar en los textos ugaríticos. Quizá forme parte del nombre Naturalmente, esta concepción no puede tener cabida e n el
de Yeru-shalem (la Urusalimu de los textos de El Amarna y la esquema monoteísta hebraico, aunque queden resabios de p o -
Yeru-Shalayim de la Biblia). liteísmo en determinadas frases estereotipadas que pueden
Reshef aparece en el panteón de Ugarit como la divinidad emerger del ambiente cananeo. El proceso integrador en torno
de la destrucción, y viene a ser el equivalente del Nergal de los a u n Dios supremo único (monoteísmo embrionario de la época
textos acadios, que es el señor de la región subterránea de los patriarcal) culmina en la afirmación neta de la existencia del
difuntos, de donde provienen todas las epidemias. En la Bi- Dios celoso, que no admite compartir el culto con ninguna
blia, réshef significa flecha envenenada, epidemia, peste, y otra deidad 4 0 9 . Sin embargo, en la literatura poética se habla
aparece personificado en algunos t e x t o s 4 0 1 . En un texto egip- de «Yahvé en medio de los dioses» (Sal 82,1) y de una asamblea
cio de la dinastía XVIII (s.xiv a.C.) aparece el nombre de de seres divinos (los bene elohim, «hijos de Dios»), que asesora
Resfef Shulman 4 0 2 . a Dios en el gobierno del m u n d o 4 1 0 y en la marcha de la his-
Dagón, padre de Baal 4 0 3 , era u n dios al que se daba culto toria de I s r a e l 4 1 1 . Pero la noción del Dios único omnímodo se
ya en el tercer milenio a . C , en la zona semítica en torno a impone, y estos seres divinos quedarán reducidos a la catego-
Siria; según la Biblia, es u n dios de los filisteos, adorado en ría de «ángeles» o mensajeros a las órdenes de Yahvé-Elohim,
Gaza, Ashdod y Beisán 4 0 4 . Aparece también como dios-pez 405 ; que termina por triunfar sobre todas las fuerzas cósmicas des-
en realidad, dagán significa «trigo». integradoras, simbolizadas en los mitos de Leviatán y Rahab 4 1 2 .
El dios Horón aparece en el panteón de Ugarit como un
ser terrorífico, al que se invoca para que caiga la maldad sobre B) Culto y ritos
Keret (127:55). En la Biblia se menciona la localidad de Beth-
Horón 4 0 6 , que puede recordar esta divinidad cananea. El esquema religioso de Ugarit se basa en la divinización
Algunos autores han creído encontrar en los textos de de las fuerzas eclosivas y reproductivas de la naturaleza según
Ugarit nada menos que el nombre de Yahweh407, pues, al el ciclo estacional, que implicaban la vida, muerte y resurrec-
hablar de la construcción de u n palacio para Yám, el dios El ción de la vegetación, lo que se fomentaba con determinados
llama a su hijo Ywel(t); pero la equivalencia de transcripción ritos de fecundidad para provocar la eclosión de la vida des-
no se parece al Yahweh de los textos bíblicos. En los textos pués del letargo invernal. Sabemos que, por influencias cana-
posteriores fenicios aparece el nombre de 'IEUGO; según Sanju- neas, hasta en el templo de Terusalén se hacían lamentaciones
n i a t o n 4 0 8 , el Yaw de los textos de Elefantina (s.vi a . C ) . En al dios de la vegetación4^. Con todo, la ortodoxia h e b r e a limi-
este supuesto, se han querido explicar los nombres de Yawbidi, taba estos ritos a súplicas y rogativas por la lluvia cuando co-
rey de Jamath, que aparece mencionado en los anales de Sar- menzaba el año agrícola en el otoño, mes de ethanim, como se
gón II (721-705), y que en la misma inscripción es llamado supone en la oración de Salomón en la dedicación del templo 4 1 4 .
Ilu-bidi (aquí tenemos la equivalencia de Yaw con Ilu para Y se hacían determinados ritos de derramar a g u a 4 1 5 .
designar a una divinidad). En los textos de Ugarit se habla de u n ciclo de siete años 4 1 6 ,
N o pocos críticos consideran al panteón de Ugarit como el lo que algunos autores hacen resaltar como posible anteceden-
prototipo en que se inspiraron los poetas griegos para perso- te de la institución de la semana sabática h e b r a i c a 4 1 7 . Según
nificar las fuerzas de la naturaleza, con Zeus (trasunto del El la mitología ugarítica, Baal venció a Mót después de siete
supremo de Ugarit) que, si al principio p u d o ser concebido años; Danel lloró durante siete años a su hijo. El número sep-
4
*<"> Cf. A r a 4,4-13: Job 3,9; 38,12: «¿Conoces t ú el lugar de la aurora?» (shajar). »9 Cf. Ex 20,2.
4
" Cf. Cant 8,5; H a b 3,5; Sal 78,48; P t 32,24. 11» Job I , I S .
4U
"02 Cf. A N E T 250. I Re 22,19.
103 Cf. E. D H O R M E , en R H R (1950) 129. 112 Cf. Sal 89,10; H a b 3,8; Is 21,1; Job 26,13.
404
Cf. Jue 16,23; 1 Sam 5,2; 1 Par 10,10. « 3 Cf. E z 8 , r 4 ; Zac 12,11.
414
"05 Cf. N ú r a 18,27; O s 14,8; Sal 5S.ro. Cf. I Re 7,2; 8,3Í.
406 41
Cf. Jos 16,3; 20,22. 5 Cf. 1 Sam 7,6; Mishna, sukkah IV 9 , ; .
4
» ' Cf. Anal X 13-14. "16 Ajht 1:42; 1:165; V:8; 11:38.
408 417
Cf. EUSEBIO, Praep. evang. I,IX 31a. Lev 25,4s.
454 IX. Penetración de los israelitas en Canaán ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 455

tenorio indica plenitud en el ciclo de la naturaleza. Quizá en licto»), aunque el sentido no es claro. Con todo, no parece que
ello se base la institución del año sabático hebraico, que daba en el ritual de Ugarit se dé importancia a la «sangre» de las víc-
descanso a la naturaleza después de un período de siete años timas de los sacrificios 425 , aunque en uno de los textos se pre-
de laboreo. Pero, la legislación hebraica le da un sentido social senta al héroe Keret sacrificando un cordero de sacrificio des-
y ético de descanso. pués de enrojecerse con sangre. En realidad, el rito de los
Con todo, determinados ritos de Ugarit parecen tener eco sacrificios hebraicos tiene más concomitancias con el trasfondo
en la legislación hebraica, como cuando se prohibe cocer el cananeo en general y con el de algunas tribus árabes, y la ter-
cabrito en la leche de su madre 4I8 . Esto parece ser una reacción minología diversa de los sacrificios encuentra su paralelo aproxi-
contra el rito cananeo, donde se dice: «Cocerás el cabrito en mado en los textos púnicos (derivados de Fenicia), tal como apa-
la leche» 419 . Igualmente, la prohibición de emplear la miel recen en la tarifa de Marsella, que distingue tres tipos de sacri-
en las ofrendas de Lev 2,11 parece ser una contraposición a lo ficios: kalil, sewa'at (zebah hebraico) y shelem kalil426. De
que se prescribe en Ugarit, donde se habla del sacrificio de hecho, sabemos que Elias, en el desafío del monte Carmelo,
miel 4 2 0 . Estas reacciones antitéticas de la legislación hebraica hizo un rito de sacrificio similar al de los falsos profetas de
se explican porque el pueblo era propenso a participar en las Canaán 427 .
orgías de los cultos cananeos 421 . Entre los ritos de Ugarit esta- En Ugarit, el rey tenía una función especial en el culto,
ba el hacerse los sacerdotes incisiones para provocar la lluvia, aunque había un sacerdocio profesional, con un «jefe de sacer-
lo que hacen también los sacerdotes de Baal ante el profeta dotes» y familias sacerdotales. Y al lado de los sacerdotes apa-
Elias en el Carmelo 422 . El baalismo era un peligro constante recen los qedeshim («consagrados»), que en la Biblia son con-
para el pueblo israelita, que encontraba demasiado adusto e siderados como personas dedicadas a la prostitución sagrada
intransigente al Dios «celoso» del Sinaí. Pero la ortodoxia he- en los templos 428 ; pero de esto no se dice nada en los textos
braica no podía admitir el esquema de la religión cananea, a base de Ugarit. Había también otra serie de empleados, llamados
de dos divinidades principales (una femenina y otra masculina), netinim («donados»), como los que aparecen en el templo de
ni la magia, ni la idea de un dios que muere y resucita. La Jerusalén 429 .
religión israelita es esencialmente histórica (basada en interven- En suma, podemos decir que el esquema relieioso de Uearit
ciones salvíficas de Dios en favor de un pueblo adoptado) y no se basaba en «una religión violenta y sensual» 430 , que trataba
naturista, como la cananea, que divinizaba las fuerzas repro-
de dramatizar el retorno cíclico de la vida y de las estaciones
ductivas de la naturaleza. Esta es la gran originalidad de la
atmosféricas aludiendo a relaciones sexuales entre los dioses,
religión de Israel.
lo que no podía encajar en el esquema religioso hebraico, basa-
En Ugarit había un sacrificio público de expiación por los do en la idea del Dios único célibe y celoso, que no podía com-
pecados 423 ; y se hacían sacrificios especiales con motivo de la partir los honores divinos con nadie. La idea central de la reli-
luna nueva del «mes primero del vino», con abluciones para el gión de Israel era la de un Dios único, trascendente (que no
día 13 y sacrificios para el día 14 (luna llena) 424 . Pero, al tratar
podía identificarse con las manifestaciones cósmicas) y ala vez
de relacionar estos sacrificios con los de la Biblia, los nombres
no suelen coincidir, aunque parece que en Ugarit había un providente, que interviene en la historia, saliendo al encuentro
sacrificio de «holocausto», llamado dbh («sacrificio»: zebah he- de un pueblo «adoptado», y «salvándolo» en los momentos más
braico), y otro «pacífico» (shlmm: «ofrendas de paz»; heb. she- críticos de su historia 431 . Por eso, al entrar los hebreos en
lamim) y shrp («ofrenda quemada»). Aparece también el tér- Canaán, el Yahvé del desierto vence a Baal y le arrebata mu-
mino 'tm, que parece corresponder al hebreo 'asham («pro de- chos de sus atributos en relación con la vida agrícola; así, el
Dios de los pastores nómadas se convierte en u n Dios de
4 8
' Cf. Ex 23,19; 34,26; D t 14,2r. 42
119 T e x t o 52:14. 5 Cf. R. DE VAUX, Les Institutions de l'Ancien Testament II (París 1960) 324.
42 42
° KeretU-.72.165. <> Cf. I D . , ibid., 323.
421 4 2
N ú m 25,is; Jue 2,11. ' Cf. 1 Re I8,IS.
422 «8 Cf. D t 7,3s; 23,1; Jer 3,2; Os 4,14; N ú m 25,1-8; 1 Re 15,12; 22,47; 2 R e ! 3 , 7 -
Cf. i R e 18,28. 42
423 ' Cf. B. A. LAVINE, The Netinim: J B L 82 (1963) 206-12.
Los pecados son confesados. Cf . G 2:H 32; A . CAQUOT, Un sacrifice expiatoire á Ras 43
Shamra: R H P R 42 (1962) 201-11. ° R. DE VAUX, Histoire Ancienne d Israel 147.
424
Cf. B. A . L E V I N E , Ugaritic Descriptive Rituah: JCS 17 (1963) 1 0 5 - n . «1 Cf. G. OSTBORN, Yahweh and Baal (Lund 1956).
456 IX. Penetración de los israelitas en Canaán ¿Influencias de Ugarit e?ztre los hebreos? 457
432
agricultores sedentarizados en la tierra de los padres , pero f) El texto de las bendiciones de Jacob de Gen 49 parece rezumar, en parte,
lo «naturístico» se transforma en función de lo salvífico his- un aire de religión de la fertilidad 438 , con términos que parecen toma-
dos del trasfondo cananeo, dependiente, en parte, de los textos de
tórico. Ugarit. Así, se dice en la bendición sobre José:
«José es un novillo...
C) Las influencias literarias El Shadday te bendecirá con bendiciones del cielo arriba,
bendiciones del abismo abajo,
Desde el punto de vista lexicográfico y literario, los textos bendiciones del seno y de la matriz» (v.22-26).
de Ugarit resultan esclarecedores para muchas frases bíblicas, El epíteto de «novillo» aplicado a José encuentra su paralelo
lo que prueba que los autores hebreos trabajaban, en parte, en el de «Toro» con el que se designa a El. Las «mamas» y los
con frases estereotipadas, que aprovechaban para expresar sus «senos» pueden aludir, primordialmente, a las dos divinidades
ideas religiosas. Los críticos han hecho un elenco de frases femeninas de Ugarit, Atirat y Rahmy.
similares cotejando los textos bíblicos con los de Ugarit. Se
pueden citar, entre otros, los siguientes 433 : g) Los paralelismos estilísticos no son raros:
Prov 8,19:
a) En la elegía de David sobre la muerte de Saúl y Jonatán se dice: «Mi fruto es mejor que el oro;
«Montañas de Gelboe: que no haya sobre vosotras mis productos, mejores que la plata».
ni rocío, ni lluvia, ni campos de ofrendas» (2 Sam 1,21). Ugarit (51 :VI:3Ó):
Ugarit: «Ni lluvia, ni rocío, ni fuentes de las profundidades» Aqht «Yo he edificado mi casa de plata;
I 1.45). Quizá el autor hebreo suprimió el término tehomoth («abismos»), mi palacio, de oro».
que tenía resabios míticos en relación con el Tiamat (tehóm de Gen 1,2), Prov 9,5:
«abismo de aguas saladas» de la literatura mesopotámica. «Venid, comed de mi pan,
b) La palabra derekh tiene en la literatura de Ugarit, además del sentido bebed del vino que he preparado».
común de «camino», como en hebreo, el de «poder» y dominio, y se Ugarit (si:IV:3S):
relaciona con el rey (49:V:6; VL35; 5i:VII:68). «Come el pan de la mesa,
Sal 110: «Bebe en el torrente sobre el camino», que podría traducirse: bebe de las jarras del vino».
«Bebe en el río de su dominio», destacando así el poder real. (En el caso bíblico habla la Sabiduría personificada; en el de Ugarit
c) Ya hemos indicado que el salmo 29 parece la adaptación de un himno es una invitación de El a la diosa Atirat.)
cánamo; así, los bene elohim («hijos de Dios») podrían estar calcados
en el panteón cananeo 434 . Y los atributos de Baal que se manifiesta h) Is 27,1:
en la tempestad se trasladan a Yahvé. «Aquel día castigará Yahvé
d) En Sal 68,5 se habla de (Yahvé, que cabalga sobre las nubes» (rokeb ba con espada pesada y poderosa
'arabóth), que encuentra su paralelo en la reiterada frase de los textos al Leviatán, serpiente huidiza;
de Ugarit: «Baal, que cabalga sobre las nubes» (rokeb ba 'arafóth) 435 al Leviatán, serpiente tortuosa;
y fertiliza con el rocío los campos 43S . y matará al monstruo que está en el mar».
En Sal 68,34 s e dice que Yahvé «cabalga sobre los cielos», lo que Ugarit (67:1:1):
es el paralelo del Baal Shamayim («Señor de los cielos») de los textos (El dios Mót dice a su rival, Baal) :
de Ugarit. «Tú romperás a Lotán, la serpiente huidiza;
En el v.7 aparece la palabra hebrea kosharot, que parece designar tú acabarás con la serpiente tortuosa,
a los seres divinos; en ese caso encontraría su equivalente en las katirat el poderoso de siete cabezas».
(diosas secundarias), que presiden los nacimientos y los éxitos 4 3 7 . i) Is 7,14-15:
e) En el salmo 82 parece que se juega con una mitología panteísta subya-
cente cuando se dice que «Yahvé se sienta en medio de los dioses», «He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz u n hijo»
y se condena a muerte a los seres divinos que no han ejercido la jus- (Hinneh ha 'almdh hdrdh weyolédet bén...).
ticia, como se dice en el Poema de Keret. En el poema de Nikkal y de las Katirát se dice de la diosa Hikkal.
«He aquí la doncella va a dar a luz un hijo»
432
Cf. N. C. HABEL, Yahweh versus Baal. (New York 1964); F. E. EAKIN, Yahwism and (hlglmt ('almdh) tld ben...) 4 3 9 .
Baalism Befare the Exile: JBL 84 (1965) 407-14; W. F. ALBHIGHT, Yahweh and the Gads of
Canaan
433
(London 1968). P a r e c e q u e a q u í , e n a m b o s textos, se j u e g a c o n l a e s p e r a n z a
434
Véase E. JACOB, Ras Shamra et VAnclen Testament (Neuchátel 1960) 64-66.
Cf. H. L. GTNSBERG, A Phonician Hymn in the Psalter, en Actes du ¡g Congress In- del heredero real. E l v a t i c i n i o , p u e s . d e Is 7,14 ( s i e t e s i g l o s p o s -
ternational des Orientalistes (Roma 1938) 472-76.
• 435 Cf. R. DE LANCHE, Bible et littérature ougarltlque, en L'Anclen Testament et l'Orlent 438
Cf. J. COPPENS, La bénedlction de facob, en Congress Volume Strasbourg (SVT 1956);
(Louvain 1957). B. VAWTER, Canaanite Background of Génesis 49: Catholic Biblical Quarterly (19JJ) 1-18.
43 439
<¡ Cf. Texto S I : I I I : I I ; 5i:V:i22; 67:11:7. C. H. GORDON, Ugaritic Handbook (1947) 153 (texto 77,1.7); cf. A. GELlN.Messm-
4
" Cf. E. JACOB, o.c, 69. msme: DBS V col.1181.
458 IX. Penetración de los israelitas en Canaán ¿Influencias de Ugarit entre los hebreos? 459

terior al poema de Ugarit) parece utilizar una frase estereoti- Ugarit (I AB III 6-7):
pada en la literatura cananea para expresar la esperanza del «Las aguas harán llover manteca
y los arroyuelos harán fluir miel»442.
heredero ideal de la dinastía de David. Joel 3,18:
«En aquel tiempo, el mosto destilará de las montañas,
j) Job 19,25-27: la leche fluirá de las colinas
«Pero yo sé que mi defensor está vivo y habrá agua en todos los torrentes de Judá».
y al fin se levantará sobre la tierra... ñ) Sal 74,14:
Porque yo le veré; mis ojos lo contemplarán,
«Tú eres el que has quebrado las cabezas del Leviatán,
no los de otro».
tú has dado en pasto a las bestias del desierto».
Ugarit (IAB III-IV 8-9.18-21):
Ugarit (VAB.D.37-39):
«Yo sé que Aleyn-Baal está vivo
«Ciertamente, yo pondré bozal al Tannin (monstruos marinos).
y que existe el zbl-Baal de la tierra...
Le he puesto bozal.
Yo me sentaré y reposaré,
He golpeado a la serpiente tortuosa,
y el soplo reposará en mi corazón,
al poderoso de siete cabezas» 443 .
porque Aleyn-Baal está m w . . . » 4 4 0
En el caso de Job se expresa que el infortunado protagonista al fin o) Ex 23,19; 34,26:
recuperará su salud, porque tiene un defensor (Dios), que al fin le hará «No cocerás el cabrito en la leche de su madre».
pública justicia. En el caso del texto de Ugarit se expresa la idea de Ugarit (AA.14):
que Baal resucitará, a pesar de estar aparentemente muerto. «Los héroes cocieron siete veces un cabrito en la leche,
un cordero en manteca,
Sal 92,10: y a la llama siete veces la ofrenda» 444 .
«Porque he aquí, tus enemigos, ¡oh Yahvé!, perecerán
y serán dispersados todos los que obran el mal». p) Ez 28,3:
Ugarit (III A B A 8 - 9 : «¿No eres tú más sabio que Danel ?
«A tus enemigos, ¡oh Baal!; a tus adversarios los golpearás. No hay misterio impenetrable para ti».
He aquí que matarás a tus adversarios». Ez 14,14:
«Aunque se encontraran en este país tres hombres como Noé, Danel
Sal 119,89: y Job,
«Por siempre, ¡oh Yahvé!, tu palabra subsiste en los cielos; éstos, por su justicia, no salvarían más que su propia vida, oráculo de
de generación en generación tu fidelidad permanece. Yahvé».
Sal 97,9: Ugarit (I D.19-25; II D; V 4-8:
«Porque tú, Yahvé, eres el Altísimo sobre toda la tierra; «(Danel) se sentó delante de la puerta,
tú estás soberanamente elevado sobre todos los dioses». bajo los árboles magníficos que están en la era,
Ugarit (V AB.E38-41): y juzgó a la viuda, e hizo justicia a la causa del huérfano» 445 .
«Tu palabra, ¡oh El!, (es) la sabiduría,
tu sabiduría (es) la vida eterna... A través de estos textos contrapuestos, vemos que hay no
Tu palabra, ¡oh rey nuestro, Eleyn-Baal!, es nuestro juez.
No hay nadie sobre ti».
pocas analogías subyacentes entre determinadas frases bíblicas
y las de la literatura de Ugarit; sin embargo, no se puede
m) Gen 27,28: hablar de dependencia directa, sino indirecta, a través de un fondo
«Que Dios te dé del rocío del cielo, legendario cananeo más difuso y amplio. Con todo, los autores
del grosor de la tierra,
del trigo y del vino en abundancia».
bíblicos, si se inspiran en fraseología estereotipada ambiental, le
Ugarit (VAB.B.38-39: dan un sentido nuevo original en consonancia con las exigencias
«Que ella (Anat) saque su agua y la derrame, (diciendo): de su esquema monoteísta.
El rocío de los cielos es el grosor de la tierra.
442
Multiplícala, tú que cabalgas sobre las nubes; Cf. R. DE L A N G H E , 0 . 0 , 371.
443
C f . VlROLLEAUD, O.C., 5 1 .
el rocío de los cielos tú lo derramarás...» 441 444
Cf. A. G. BARROIS, Manuel d'Archéologie Biblique (París 1953) I I 334.
445
Cf. R. DE L A N C H E , o . a , II 153; F . M I C H A E L I , Textes de la Bible et VAndenOrient
n) Ex 3,17: (NeucháteJ 1961) 48-50.
«Un país que mana leche y miel...»
440
Cf. R. DE LANGHE, Les textes de Ras-Shamra et leur rapport avec le Milieu Biblique
de l'Ancien Testament (París 1945) I 371.
441
Gf. VIIÍOLLEAUD, o . a , 26.
460 IX. Penetración de los israelitas en Canaán La religión fenicia 461

cialmente naturista y parece derivar del fondo asiánico, con


17. L A RELIGIÓN FENICIA mixtificaciones mesopotámicas. Las alusiones de la Biblia sobre
los cultos de Canaán vienen a confirmar los esquemas religiosos
A) Panteón
de Ugarit.
Ya hemos indicado que los griegos dan el nombre de Feni- Este carácter se mezcla con influencias helénicas en los
cia (de cpoívi§ «púrpura») a la región sirocananea (actual Siria- textos de la baja época, como se deduce de los escritos de San-
Líbano-Palestina), porque de allí procedía la exportación de la juniaton y Filón de Byblos (s.i d . C ) . Pero éste recoge tradi-
«púrpura», q u e en los textos de Nuzi se llama kinajju, que ciones arcaicas de Fenicia, citando escritos de u n tal Sanju-
puede dar origen al nombre de Canaán, aunque ya vimos que niaton, sacerdote de Beyrut. Pero en realidad los textos de
hay otras posibles explicaciones de este término. Por tanto, Filón de Byblos sólo los conocemos a través de Eusebio de
dentro de esta denominación entra la región de Ugarit (Ras Cesárea (s.iv d . C ) , que transcribe parcialmente y quizá los
Shamra), cuyo esquema religioso acabamos de sintetizar, y en cambia con fines apologéticos, pues trata de refutarle. Pero,
cuyo panteón predomina El-Dagón, que vendrá a ser El-Kronos en parte, se hace eco de las concepciones de Ugarit que aca-
de Filón de Byblos y de Damascio. Tiene por esposa a Asherat bamos de exponer.
del mar, llamada también Elat. Su hijo, Baal («señor»), tiene Según este autor, al principio existían sólo el Pneuma (aire
los atributos del dios de la vegetación y los del dios de las tor- espeso) y el Caos, de los que provinieron el Viento y el Deseo,
mentas, el Hadad sirio (Adad de los textos mesopotámicos), que dieron lugar a Mót, cuya forma era la de u n huevo, en el
cuyo nombre parece significar «romper», «tronar», «retumbar». que estaban en germen todas las cosas. Al abrirse Mót creó el
Baal es representado como u n guerrero con casco, con el rayo sol, la luna y las estrellas, y, bajo la influencia de la luz, las
en la mano, que viene a ser la divinidad superior de la alta aguas fueron separadas del cielo. Del viento (Kolpia, «vientre»)
Siria, de los jurritas y de los hititas; es u n dios asiánico, que y de su esposa, Baau, nacieron Aion («vida») y Protogonos
parece fue adoptado por los fenicios. Su esposa se llama Asherat («primer engendrado»). Aion (¿Eva, Jawwah?) es la primera
(distinta de la Asherat del mar, esposa de El). que reconoció los frutos comestibles. Sus hijos fueron Genos
El hijo de Baal es Aliyán, que es el dios de las fuentes s u b - («raza») y Genea («su doble femenino, «generación»). Ellos ado-
terráneas, de las aguas en general y del mar. La hermana de raron al sol, y tuvieron por hijos a Luz, Fuego y Llama, que
Aliyán es Anat, virgen guerrera, que tiene los caracteres de la descubren el fuego. Del Fuego nacen los gigantes; uno d e ellos
Ishtar de Arbela, de los asirlos, y pasó a los egipcios con el nom- fue el primero que edificó ciudades; vivió en relaciones íntimas
bre de Anta. Por otra parte, la diosa Ashtar parece ser el doble con su hermano Usóos, inventor de los vestidos, hechos con
de Anat; es la Innin, Nanai e Ishtar, de Babilonia, que pasará pieles de animales. Luego otros inventan la caza, la pesca, los
a Canaán con el nombre de Ashtarté (Atar'ate: Atargatis de metales, la navegación, la agricultura, el derecho y la justicia.
los textos griegos). Quizá sea la Qadesh de los textos egipcios, De los últimos nació Taautos ( T o t h egipcio), inventor de la
representada desnuda sobre u n león. escritura.
El adversario de Aliyán es su hermano Mót («muerte», según Los dioses al principio eran Eliun y Beruth, cuyos hijos
Filón de Byblos) 4 4 6 , que viene a ser el Nergal de los textos
fueron Uranos (cielo) y Ge (la tierra). D e Uranos nació El
babilónicos, el sol del mediodía, destructor de la vegetación
(«dios» por antonomasia), que Filón identifica con Saturno, y
y dios de los infiernos. Por eso no puede coexistir con Aliyán
que fundó la ciudad de Dgbal-Byblos; después, otras, como
(dios de las fuentes, de la vegetación, de la inundación y de la
tormenta). A m b o s simbolizan la alternancia de las estaciones, Atlas, Dagón, Pontos (el mar). El dios Zeus Demaros t u v o por
lo que se expresa en la leyenda de Ishtar y de Adonis. Es el eco hijo a Melk-art, dios d e Tiro; después vinieron Astarté, la
del mito de Baal y Aliyán (primavera, invierno), resucitado diosa fenicia, y Rea, etc. Ahora bien, El, con la ayuda de sus
por la diosa Shapash (el sol: shamash-shemesh). A través de este hermanos y hermanas, se insurreccionó contra Uranos (cielo);
esquema vemos, pues, que la religión fenicia primitiva es esen- y tuvo por hijos a Perséfone, Atenea, Eros y la Muerte. A tra-
vés de este esquema religioso vemos que Filón de B y b l o s hace
446
Cf. R. DUSSEAUD, Les Découvertes de Ras-Shama 104; traduce mót por «héroe, gue- una mezcla por asimilación del panteón fenicio y e l de los
rrero».
462 IX. 'Penetración de los israelitas en Canaán La religión fenicia 463
447
griegos . Damascio, neoplatónico del siglo v d . C , se hace En Egipto se le asocia al dios Qpdshu, que es una forma de
eco de esta concepción híbrida de Filón de Byblos. Ashtarte.
c) Pero tenemos otros textos para husmear el esquema Eshmún, de Sidón, no recibía el nombre de Baal. Los grie-
religioso de los fenicios en los tiempos bíblicos después de la gos lo identificaron con Asclepios, dios de la medicina, y, pri-
época de Ugarit. La arqueología ha dado muchas luces sobre mitivamente una divinidad ectónica. Algunos autores relacio-
textos encontrados en Sidón, Tiro y Byblos. A través de estos nan el nombre de Eshmún con el de shem («nombre»), que pri-
textos podemos distinguir los distintos Baales de la'zona feni- mitivamente podía ser uno de tantos epítetos de Baal.
cio-cananea. Los nombres teóforos constituyen u n filón para Ashtart: las ciudades fenicias de Beyrut y Byblos daban
descubrir las divinidades locales. Las divinidades diversas eran culto a divinidades femeninas o Baalat («señora»). Así, se habla
llamadas con el término genérico de Alonim (El, Elohim, Elim). de Baalat Beyrut, diosa de esta localidad, y de Baalat Gebal,
A ellos se les añade el epíteto de Baal («señor»), Mélek («rey») «señora de Byblos» (el nombre antiguo era Gebal Gubalu de
y Adón («dueño»). En los textos de Ugarit, el nombre de Baal los textos asirios y Dgebail actual, al norte de Beyrut). Se la
designa a u n dios principal; pero en algunos textos significa llamaba también Ashtart, que aparece en los textos de El-
dioses locales. Así, está el Baal de Tiro, el del Líbano, etc. Es Amarna, y pasa a los autores griegos con el nombre de Astarté,
el equivalente al Bel de los mesopotámicos, el cual, de u n lado, que en el texto masorético hebreo se transcribe Ashtoret (con-
designaba a la divinidad principal de Babilonia (Marduk), y, forme a la vocalización despectiva convencional de la palabra
del otro, era u n nombre genérico para designar a otros dioses bóshet, «vergüenza»; de forma que el lector, en vez de leer el
con el significado de «señor». Y el femenino era Belit. En los nombre de la diosa, lo sustituyera por el de bóshet).
textos fenicios se habla de Baal-Rosh («señor del promonto- Es la personificación de la fecundidad y del amor, la diosa
rio»), Baal-Safón («señor del septentrión»), Baal-Shamin («se- de la maternidad, la diosa-madre de todo el Asia occidental.
ñor de los cielos»), Baal-Lebanón (señor del Líbano»), como el En Mesopotamia, Ishtar, su equivalente, era, además de la
Zeus Kasios (Júpiter del monte Kasios, junto a Antioquía). diosa del amor, la diosa de las batallas. Para los griegos es
Melqart: es el dios de Tiro, y significa «señor de la ciudad»; Afrodita, identificada también con Rhea, Cybeles, etc. Es la
primitivamente era una divinidad tribal. Se le cita en el tratado gran diosa siria de que habla Luciano en su libro De dea Syria.
de Asaradón con el rey de T i r o (s.vn a . C ) . Los escritores he- Cerca de Sidón se muestran las grutas en las que se daba culto
lénicos lo asimilaron a Hércules (como aparece en Herodoto, a la diosa del amor con ritos lascivos.
Filón, Polibio y en las inscripciones bilingües). Se celebraba Adonis es una divinidad estrechamente vinculada a Ashtart;
una gran fiesta anual. H i r a m de Tiro le construyó u n gran se le presenta como un joven dios muerto por u n jabalí que
templo. Primero era de carácter solar; luego tuvo carácter ma- quería Gazar; Ashtart, su amante, bajó a los infiernos p a r a libe-
rino en sus atributos, como es ley general en las ciudades ma- rarlo de la muerte, haciendo frente a Proserpina, diosa del
rítimas fenicias, ya que su vida comercial estaba relacionada m u n d o subterráneo. Adonis (nacido de u n árbol) era u n a divi-
con el mar. Por ello, los dioses de Arwad y de Askalón eran ne- nidad agraria, el espíritu de la vegetación. Se celebraban en
tamente marinos. Fenicia las Adonías, o fiestas en honor de Adonis, t o d o s los
Dagón: se le llama Baal Dagón, apellidado Sitan. En reali- años. El nombre proviene del fenicio Adón («señor»), el equi-
dad, «dagón» significa «grano», ofrenda de trigo; luego «pez», valente a Baal. Es el Tammuz de las tradiciones mesopotámi-
en relación con su proyección marina. En i Sam 5,3-4 se des- cas. Parece que se identifica con Eshmún, de Sidón. Adonis es
cribe la estatua de Dagón adorado por los filisteos; el cual el principio masculino, y Ashtart el femenino, y ambos simbo-
aparece caído delante del arca de la alianza. Parece q u e es el lizan la eclosión de la vida vegetativa. Adonis, resucitado en la
dios-pez, llamado Oannes de Mesopotamia. primavera, moría con el estío, y era lamentado por la diosa
Reshef (el «luminoso»): es asimilado en las inscripciones bi- Ashtart, que lo resucitaba después del invierno.
lingües a Apolo; y así es designado en el tratado de Aníbal. Parece que este mito es el trasunto de la historia d e Osiris,
d e la mitología egipcia, que se introdujo en Byblos. Así, e n un
447
Véase M. J. LAGRANGE, Études sur les Religions Sémitiques 396; R. DUSSEAUD, Le cilindro egipcio aparece la «señora de Byblos» (Ashtart) con
Panthéon Phénicien, en Notes de Mythologie syrienne (1905) 131-45; G. CONTENAU, La ci-
vüisation Phénicienne (Paris 1949) 86-89. • los rasgos de Isis-Hathor (sentada con una cofia y dos cuernos
464 IX. Penetración de los israelitas en Canaán La religión fenicia 465
448
de vaca), al lado del dios Hay-Tau, que es Adonis . Vemos,
pues, u n gran eclecticismo en estos cultos fenicios: por eso a) Lugares de culto
Contenau llega a decir que «el panteón fenicio no tiene ninguna Eran en Canaán (fuera de Ugarit) «lugares altos», espacio-
originalidad; es el de Asia anterior, con las modificaciones na- sos, en las colinas, que solían estar cerca de las poblaciones.
turales según la dispersión de culto en un vasto territorio, Conocemos el de Eshmún = Asklepios, junto a Sidón. Eran
cuyas partes constitutivas son independientes y evolucionan santuarios al aire libre. Así, Tácito nos dice que, cuando Ves-
con particularismo» 4 4 9 . pasiano quiso consultar al oráculo del monte Carmelo, se en-
contró con que el templo estaba al aire libre 4 5 2 .
B) Las cosas sagradas Estelas y cipos: éstos suelen estar en recintos sagrados. Son
monumentos conmemorativos y votivos. Herodoto nos habla
Dada la base naturista de este esquema religioso, es normal
de dos columnas de este tipo en el templo de T i t o 4 5 3 .
que los montes, las aguas y los árboles fueran objeto de especial
veneración, ya que simbolizan la fuerza eclosiva de la naturale-
za. Las cimas de las montañas eran consideradas como asiento b) Personal de los templos
de las divinidades (un modo de destacar su trascendencia); Existía u n sacerdocio profesional vinculado a estos lugares
y así encontramos las denominaciones de Baal-Líbano, Baal- de culto. Los sacerdotes eran llamados kóhaním, con un jefe
Hermón y Baal-Kasios (el macizo del Líbano que está j u n t o supremo, llamado rab («jefe»). Había también «sacerdoti-
a Antioquía), que se convierte en Zeus-Kasios de los autores sas» 4 5 4 . Entre los sacerdotes estaban también los adivinos, que
griegos: es el lugar de residencia de la divinidad. Del Líbano se dedicaban a averiguar el futuro por procedimientos mánti-
bajaba el río Adonis (Nahr-Ibrahim actual) hasta el santuario cos. Así, en i Re 18 se habla de los adivinos de Melqart, en
de Afka, donde se daba culto a Ashtart: se lanzaban ofrendas Tiro, que se entregaban a transportes extáticos para comuni-
en sus profundidades; si iban al fondo, es que habían sido car los oráculos. Había empleados inferiores, guardianes, etc.,
agradables a la divinidad. Con las inundaciones, el agua se torna similares a los levitas del templo de Jerusalén. Había artesanos,
rojiza: era la sangre de Adonis que resucitaba 4 5 0 . El río As- pues los templos tenían vida económica autónoma; y barberos,
klepsios, junto a Sidón, al lado del templo de Eshmún era tam- para cortar las cabelleras de los que las consagraban a las di-
bién venerado en relación con esta divinidad. vinidades, ya que las rasuraciones exigían determinados ritos.
Los árboles sagrados eran también santuarios al aire libre; Las funciones principales del culto estaban vinculadas a de-
los bosques sagrados abundaban; incluso se hacían algunos ar- terminadas familias principales, como en Israel 4 5 5 . Existían los
tificiales con troncos de árboles junto a los templos. La gente hieródulos de ambos sexos, que se entregaban a los fieles; era
colocaba exvotos en sus ramas, como se puede ver aún en la prostitución sagrada, tan abominada de los autores bíblicos,
los árboles junto a Afka. que llaman a los hieródulos «perros» (kelebim). Estas prácticas
Se daba también culto a las piedras o betylos (Bet-ilu, «casa estaban en relación con el culto a Ashtart, la diosa del amor
de Dios»). Son estelas pétreas erectas en forma cónica. U n a y de la fecundidad.
estaba junto al templo de Byblos, como aparece en las monedas. A los dioses se les consideraba como kedoshim o «santos»
Este culto a las estelas de piedra aparece en Gezer, Jaffa y Je- en el sentido de «separados», puestos aparte; y se les daba el
rusalén (en la Meca tenemos la «piedra negra» o kaaba). Quizá título de baal («señor»), mélek («rey») y 'adán («dueño»), Ellos
su origen sea una representación fálica, aludiendo al principio son los que dan la fecundidad y los hijos, también c o m o jueces
masculino en la reproducción 4 5 1 . supremos señalan sus destinos. Por ello, los fieles buscan la
La Ashera era una columna votiva de madera e n los t e m - «protección» de sus dioses, pues los hombres son sus «siervos»,
plos junto al betylo de piedra. «clientes», y con manifestaciones humillantes se llaman «perros»
de los dioses. Cuando el hombre no cumple con s u s deberes
448
Cf. P . M O N T E T , Les reliques de l'Art syrien ians l'Égypte du Nouvel Empire (Stras-
bourg 1937) 121. « 2 Anuales II 78.
449
G. C O N T E N A U , O . C , 99. 453
H E R O D O T O , II 44; ESTRABÓN, III 5.5.
450 454
Cf. L U C I A N O , De dea Syria 8. Cf. CIS (Corpus Inscriptionum Semiticarum) 3,15.
451
Cf. J. M . LAGRANGE, O . C , 190. 455
Cf. M . J. L A G R A N G E , O . C , 480.
466 IX. Penetración de los israelitas en Cansan La religión fenicia 467

con la divinidad, pierde su protección y amistad. Así, se enu- Por todo buey, ya sea sacrificio expiatorio, pacifico u holocausto, los
sacerdotes tendrán diez piezas de plata para cada uno; y por el expiatorio
meran los pecados que pueden interrumpir las buenas rela- tendrán, además de esta renta, la carne de un peso de trescientos...
ciones del hombre con los dioses, sobre todo en Mesopotamia. Por el pacífico, los menudillos, las articulaciones (?), las pieles y las
Los pecados pueden ser faltas morales o rituales, por simples patas (?); los pies y el resto de la carne serán para el que ofrece el sacrificio.
contactos impuros. Los sacerdotes de Baal entraban en el Por un becerro cuyos cuernos no han salido todavía o por un ciervo,
ya sea sacrificio expiatorio, pacífico u holocausto 494 , los sacerdotes tendrán
templo con ciertos vestidos sagrados y entregaban otros a los cinco piezas de plata para cada uno, y por el expiatorio tendrán, además de
fieles para evitar que la santidad del lugar no se comunicara esta renta, la carne de un peso de ciento cincuenta... las pieles, las patas (?),
al visitante y le causara daño, pues los vestidos comunes con- los pies, y el resto de la carne será para el que ofrece el sacrificio...
taminaban el ambiente del templo. Para reconciliarse con los Por un carnero o cabra, ya sea sacrificio expiatorio, pacífico u holocausto,
los sacerdotes tendrán un siclo de plata, dos zer para cada uno, y por el
dioses se practicaban ciertos ritos purificatorios y sacrificios. pacífico tendrán, además de esto, los menudillos, las articulaciones (?), las
pieles, las patas (?), y los pies y el resto de la carne serán para el que ofreció
c) Los sacrificios el sacrificio.
Por un cordero o cabrito o por un cervatillo, lo mismo que en la sec-
La idea de «sacrificio» surge espontánea en todas las reli- ción anterior, salvo el salario de los sacerdotes, que es de tres cuartos de
giones, ya que el fiel es un «siervo» que reconoce la «soberanía» una pieza de plata.
de sus dioses. Por ello le ofrece diezmos y parte de sus bienes, Por un pájaro, doméstico o de vuelo (?), ya sea en holocausto, expiatorio
para agradecerle los beneficios recibidos o para implorar nue- o aruspicial, los sacerdotes tendrán tres cuartos de pieza de plata, y la
carne será para el que ofrezca el sacrificio.
vas gracias; además partían del hecho de que los dioses tenían Por un pájaro, si se trata de primicias sagradas, o de un sacrificio de
necesidad de alimentos para nutrirse y subsistir. Y el fiel, al caza, o de un sacrificio de bestia cebada, los sacerdotes tendrán en plata
participar de la víctima sacrificada, establecía una cierta «co- diez... para cada uno, etc.
munión» con la divinidad. En determinados casos de expiación, En cuanto a las libaciones, la grasa, la leche y a todo sacrificio que un
particular pueda sacrificar en ofrenda (los sacerdotes no tendrán nada)» 459 .
la víctima puede ser un «sustituto» de la persona, que cargaba
con sus pecados, y, por tanto, sobre ella recaía la cólera de los
d) Sacrificios humanos
dioses. Es el caso del famoso macho cabrío emisario de la reli-
gión de Israel 456 , rito, sin duda, calcado en otro similar de los El sacrificio de primogénitos era corriente entre los cananeos,
ambientes cananeos. Así, pues, el sacrificio cananeo tenía senti- como lo prueban las excavaciones de Gezer, pues se han en-
do de comida ofrecida a los dioses, de vinculación a la divini- contrado restos humanos medio consumidos por el fuego en
dad y de homenaje a la misma, ofreciendo algo querido de lo los cimientos de las casas. Los fenicios mantuvieron esta cos-
que se privaba el oferente 457 . Las víctimas solían ser de ganado tumbre hasta época avanzada. Según Filón de Byblos, en tiem-
mayor y menor, pájaros, ofrendas de granos, de aceite, de leche pos de calamidades públicas se sacrificaba a los hijos más que-
y de vino. Parece que los fenicios solían ofrecer libaciones ridos para librarse de las calamidades; en tiempos normales se
y sacrificios cruentos a los dioses, quemándose la víctima 458 . sustituían por víctimas animales. Según la mitología, Kronos
En la famosa tarifa de Marsella (de origen púnico-fenicio, había sacrificado a su padre, Uranos, a su hijo único. Según
del siglo ni» a.C.) se señalan los distintos tipos de sacrificios Diodoro de Sicilia, los cartagineses (descendientes de fenicios)
y la distribución de las víctimas entre los oferentes en la forma sacrificaron a los prisioneros hacia el 307 a.C. 4 6 0 Dentro de
siguiente: esta costumbre hemos de entender el jérem que practicaban los
israelitas y moabitas al conquistar una ciudad 461 . Dicdoro
«Tarifa de rentas que han fijado las personas propuestas para las rentas habla del sacrificio de 200 niños en Sicilia 462 . Tertuliano dice
en los tiempos de los señores Hilles-Baal, el sufete, hijo de Bodtanit, hijo
de Bodeshnum, y de Hilles-Baal, el sufete, hijo de Bodeshmum, hijo de Hilles- que en su tiempo aún existía esta bárbara costumbre en secreto
Baal y de sus colegas: (s.m d.C).
456
Cf. L e v 16,8.20.26. Se le entregaba a Azazel, demonio del desierto, p o r q u e iba car- En 1 Re 16,34 se relata un auténtico sacrificio de funda-
gado con los pecados del pueblo, y no se podía comer. Véase M . GARCÍA C O R D E R O , Biblia
comentada I (Madrid 1970) 698-699. ción cuando fue reconstruida en el siglo ix la ciudad de Jericó:
457
Gf. CLERMONT-GANNEAU, Etudes d'archéologie oriéntale I 5. 4
458 s« CIS I 165; M . J. LAGRANGE, o . c , 470.
Los términos «pacífico» y «holocausto» son traducciones aproximadas, q u e no coin- 460
ciden totalmente con los mismos términos d e los textos bíblicos en los q u e se m e n c i o n a n D I O D O R O DE S I C I L I A , XX 65.
461
los distintos tipos d e sacrificios en Israel. Gf. R. D E VAUX, Institutions del AT (París 1960) Cf. N ú m 21,22; Jos 6,8-19; 10,28; Jue 2 l , n s s ; 1 Sam 15,3.
462
II 315-26. D I O D O R O DE S I C I L I A , XX 14.
468 IX. •Penetración de los israelitas en Canaán La religión fenicia 469
«Jiel de Betel echó los fundamentos al precio de su primogé- dios; se cultivaban granos en jarros y se los hacía crecer y
nito, Abiram, y puso las puertas al precio de Segub, su hijo amasar con el calor del día; era el símbolo de la resurrección
menor». Era una costumbre bárbara tomada del ambiente cá- de dios, que simbolizaba la vegetación. En Byblos, las mujeres
namo. Conforme a esta mentalidad hay que interpretar el echaban una estatua al mar entre llantos, esperando su retorno.
relato del sacrificio de Isaac; el patriarca Abraham encontró
normal que Dios le mandase la inmolación de su primogé-
f) La sepultura
nito 463 ; el voto de Jefté sacrificando a su hija se mueve dentro
de esta misma perspectiva de inmolación de hijos queridos 464 . Los cadáveres eran colocados en sarcófagos y no eran que-
El rey de Moab inmoló a su primogénito en las murallas, a la mados; al menos, en los tiempos tardíos. En la necrópolis
vista del ejército de Israel, para pedir a su dios Kamosh que de Kafer-Djarra, en los alrededores de Sidón, se han encon-
lo liberara del asedio 46 5. Los profetas conocen estas costum- trado muchas tumbas; los muertos eran colocados en sarcó-
bres bárbaras y claman contra ellas. La legislación había ins- fagos sobre un lecho de piedras, con un ajuar de cerámica y
tituido la ley de la ofrenda de los primogénitos a Yahvé; pero de joyas. Bajo la influencia egipcia, hacia el siglo v se embal-
la de los hombres era sustituida por otra ofrenda 466 . Según samaban los cadáveres de las gentes principales. Así, se ha
Ez 20,25-26, parece que los israelitas habían practicado los descubierto en Sidón el sarcófago del rey Tabnit embalsama-
sacrificios humanos por su maldad, lo que era la suprema de- do y medio conservado, con un epitafio que muestra el deseo
generación. de su conservación para poder sobrevivir en ultratumba:
En efecto, en la Biblia se habla de los sacrificios a Molok
«Yo, Tabnit, sacerdote de Ashtart, rey de los sidonios, hijo de Eshmu-
(melek, «rey», nombre dedicado a una divinidad) 467 , pues «se nezar, sacerdote de Ashtart, rey de los sidonios, yo reposo en esta caja.
hacía pasar por el fuego» a los niños en un lugar llamado Cualquiera que seas tú, hombre que encuentres esta caja, no abras mi
tófet («crematorio»), en el valle de Ge-hinnom (por lo que la tumba ni me turbes, porque no tengo ni plata, ni oro, ni vasos. Despojado,
futura Gehenna de los escritos rabínicos se localizaba en ese yo reposo solo en esta caja. ¡Oh, no abras mi tumba y no me turbes, porque
es una cosa abominable a Ashtart!; y, si osas abrir mi tumba y te atreves
lugar) 168, e n e l va\\e ¿e\ s u d e s t e de Jerusalén, el actual £r- a turbarme, que no tengas primogenitura entre los vivos bajo el sol, ni
Rababy. Hasta el rey Acaz sacrificó a su hijo 469 . Igualmente Ma- lecho de reposo con los refaím (sombras de los muertos)» 47 !.
nases 470 . Esta práctica criminal fue siempre condenada por
los representantes del yahvismo tradicional. En la inscripción de Yehawmilk, de Byblos, el difunto de-
clara sus actos de justicia; por eso invoca a la Baalat local
e) Las fiestas: las «Adonías»
«para que le haga vivir, que alargue sus días y sus años, por-
que es un rey justo; que le conceda gracia a los ojos de los dio-
Las fiestas religiosas entre los fenicios solían ser a base ses y de su pueblo» 472 .
de peregrinaciones, ya que sus santuarios solían estar en las
colinas vecinas. Y la fiesta más sonada de Fenicia era la dedi- BIBLIOGRAFÍA
cada a Adonis, en Afka, en el estío. Una procesión subía a los
montes del Líbano, parándose en determinados puntos de la 1) Situación histórica de Canaán
ruta en que cazaba Adonis, que murió entre los colmillos de ALBRIGHT, W . F., Some Oriental Glosses on the Homeric Problem: AJA 54
un jabalí. Estas fiestas, pues, conmemoraban la muerte de ( 1 9 5 0 ) 162S.
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464
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465
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466 E x 22,28-29; 13,11-15; 34,19-20. DEBOROUGH, V. R. D ' A . , The Last Mycenaeneans and Their Sucassors
467
2 Re 23,10; Jer 32,35; Is 30,33.
« 8 2 Re 16,3; 21,6; Jer 7,32; 19,7; 4 Esd, Bar sir., Sibil.; M t 5,295; 10,28. (Oxford 1964) 192-202.
4
«» 2 Re 16,3; 17,31. 471
470
2 Re 21,6; 2 Par 3 3 , l i s . M. J. LAGRANGE, O.C, 481.
472
Cf. G. CONTENAU, O.C, 117.
470 IX. Penetración de los israelitas en Canaán 471
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ROSENSOHN JACOBS, V. J., The Myth ofMot and Aleyn Baal: H T R (1937) 77S. según Gen 38, Judá tuvo relaciones con Tamar en la shefela,
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526-55. exigencias del levirato. No obstante, se atribuye a Josué la
VIROLLEAUD, C H . , Les textes alphabétiques et accadiens du palais royal d'Uga-
rit, 4 vols. conquista de esta zona 3 ; pero, según Jue 1,16, Judá entró
— Légendes de Babylone et de Canaan. VAnclen Orient illustré I (París 1949). con los qenitas, quizá unido a Simeón y Leví. De hecho, en el
WORDEN, T., The Litterary ¡nftuence of the Ugaritic Fertility Myth on the canto de Débora (Jue S.iss) no se menciona a las tribus de
Oíd Testament: VT (1953) 273-98. Judá y de Simeón, que parecían estar aisladas en el sur o dis-
persos en Israel (Gen 49,5-7). En tiempos de David, Judá
absorberá a Simeón y a los kalebitas, instalándose en Hebrón.
X. CONQUISTA DE CANAAN E INSTALACIÓN El grupo acaudillado por Moisés comenzó a dispersarse,
DE LAS TRIBUS. LA MONARQUÍA pues las tribus de Rubén v de Gad se quedaron en las regio-
nes de pastos de la Alta TransJordania. Pero el grueso de las
1. L A PENETRACIÓN EN CANAÁN tribus del desierto entró con Tosué en la zona central de Ca-
naán por el portillo de Jericó. La historia viene idealizada al
Una vez analizada la situación político-religiosa de Ca- máximo, pues es la gran epopeya de la conquista, convertida
naán en los tiempos de la llegada de los hebreos, vamos a en épica popular con el paso del mar Rojo; por eso, lo primero
seguir los hitos principales de su conquista según los relatos que se narra es el paso del Jordán, que es la repetición del an-
bíblicos, para luego situar en su ambiente histórico a las tri- tiguo portento. Cuando Josué entró en Canaán con sus huestes
bus instaladas según los diversos textos extrabíblicos que nos semibeduinas, se estaba decidiendo la lucha de Troya (hacia
ha proporcionado la historia del Próximo Oriente. Desde lue- 1200 a.G); y Canaán estaba fragmentado en pequeñas ciuda-
go, hemos de tener en cuenta que los relatos bíblicos son des-Estados, sin la presencia de las guarniciones militares que
fragmentarios y nos dan una visión parcial y unilateral de los antes estaban asentadas en aquella zona. Esto facilitó la con-
acontecimientos en función de determinados esquemas reli- quista. Ahora bien, al interpretar los textos bíblicos sobre la
giosos de los autores. Así, según Jos 10,28-42, «todo Israel», conquista, debemos pensar que las gestas se exageran conven-
con Josué al frente, conquistó el sur de Canaán; pero sabe- cionalmente, las leyendas etiológicas se multiplican y los mi-
mos que también intervinieron en la conquista los kalebitas lagros o intervenciones portentosas de Yahvé en favor de su
y qenitas Que 1,1-20). Así, pues, podemos suponer que, des- pueblo se prodigan conforme a los postulados de una teocracia
pués de la exploración por el sur de Canaán ', diversos grupos cerrada y de una teología que prescinde de las causas segun-
fueron penetrando por su cuenta a partir del desierto de Ca- das. A este propósito comenta R. de Vaux: «La reflexión teoló-
des, aparte de los que antes de Moisés se habían trasladado gica ha presentado esta entrada en la tierra prometida como
desde Egipto hacia la parte meridional de Canaán cuando en una antítesis de la salida de Egipto; los dos acontecimientos
Egipto empezó la persecución después de la expulsión de los se han producido en la misma estación del año; la Pascua de
hicsos. Egipto ha sido seguida del paso del mar Rojo; el paso del Jor-
Pero los redactores bíblicos, con la obsesión de destacar dán ha sido seguido de la primera Pascua en la tierra prometi-
el ideal de la unión nacional de todas las tribus, sólo prestan da; el período del desierto se abre y se cierra con un milagro
atención al grupo acaudillado por Moisés y su sucesor, Josué, del agua; el maná, alimento del pueblo durante su estancia en
porque era el representante del «yahvismo» nacido en el de- el desierto, cesó de caer cuando se llegó a la tierra prometida; la
sierto. Se supone que las tribus de Simeón y Leví se instalaron teofanía de Jos 5,13-15 (visión del ángel) corresponde a la vi-
por su cuenta en el sur de Canaán con los kalebitas. que de- sión de la zarza ardiendo, y las mismas palabras son repetidas
bían de ser oriundos de la región de Cades, emparentados
2
1
Gf. G e n 36,11.15.46.
Cf. N ú m c.13-14; D t 1,19-46; los 14,6-14; N ú m 32,5-15. 3 Cf. Jos 10,28-39.
474 X. Conquista de Canaán Vaso del Jordán 475
en Jos 5,15 y en Ex 3,5. Esta aparición del jefe del ejército de detalles sacralizadores, conforme a la concepción hierocráti-
Yahvé presagia la conquista victoriosa del país. Desde todos ca del redactor bíblico.
los puntos de vista ha comenzado una nueva era» 4 . Pero, con A propósito de este relato se ha traído a colación lo q u e
todo, a pesar d e esta presentación esquemático-teológica m u y dice el historiador árabe Nowairi sobre u n hecho similar q u e
convencional, detrás de ella subsisten en la tradición unos h e - tuvo lugar en la noche del 7-8 de diciembre de 1267: por efec-
chos sustancialmente ciertos, q u e h a n sido idealizados, con- to de unas lluvias torrenciales hubo unos desprendimientos de
forme a las exigencias legendarias del género midráshico, con tierra j u n t o al puente de Damieh (el Adam del texto bíblico)
fines de edificación para las nuevas generaciones. y taponó el río, quedando cortado su curso durante diez h o -
ras 9. Y el arqueólogo T. Garstang cuenta u n hecho similar
2. E L PASO DEL TORDÁN ocurrido en julio de 1927, cuando por efecto de u n terremoto
h u b o u n corrimiento de tierras en Damieh que bloqueó el río,
En realidad, para atravesar este modesto río no hace falta y las aguas cesaron d e correr durante veintiuna horas; y cita a
ningún milagro, ya q u e puede ser fácilmente vadeado, como otros testigos q u e pasaron el río varias veces a pie e n j u t o 1 0 .
lo hicieron los espías de Josué 5 ; y de hecho ha sido atravesado T o d o esto prueba q u e aquella zona es fácilmente taponable
sin dificultad por los israelitas en muchas ocasiones cuando tra- por corrimientos de tierra; pero el relato bíblico no acude a
taban de subyugar a los pueblos de TransJordania; por ello esta coincidencia, y supone que todo tuvo lugar milagrosamen-
no h u b o necesidad d e construir u n puente hasta los tiempos de te, conforme al esquema teológico idealizador q u e antes he-
los árabes 6 . Pero en el caso de Tosué se trata nada menos q u e mos mencionado: se trataba de repetir el portento del mar Rojo,
de franquear el paso hacia la tierra prometida; por ello, para aunque esta vez los israelitas no eran perseguidos p o r ningún
solemnizar el momento, se hace intervenir milagrosamente al ejército y pudieron organizar el paso del Jordán tranquilamen-
Yahvé q u e había salvado el obstáculo del m a r Rojo; p o r ello, te como mejor pudieran. A u n q u e era la época de crecida del
ahora se va a repetir el mismo portento, aunque en tono m e - río, con unos troncos y u n poco de paciencia pudieron organi-
nor, para hacer ver q u e Yahvé sigue protegiendo y ayudando zar el paso de todo el pueblo, con especial cuidado para el trans-
a su pueblo cuando éste pone sus pies en la tierra de las pro- porte del arca de la alianza. La fe ha idealizado el paso del río
mesas. Como siempre, la historia queda embutida en u n es- q u e dio acceso a la tierra prometida.
quema teológico idealizador.
Precisamente, por la solemnidad del momento, Tosué qui-
El relato del paso del Tordán es encantador e idealizado al
so levantar u n monumento conmemorativo, y así se dice que
máximo; primero, Josué anuncia que Yahvé protegerá a su
colocó una piedra por cada una de las doce tribus, sacándolas
pueblo, y organiza el paso como una procesión sagrada, con
del río (que es terroso y no tiene piedras ni guijarros), ha-
el arca de la alianza al frente, escoltada p o r los sacerdotes;
ciendo u n círculo con ellas; por eso se llamó Gileal («círculo»).
detrás, el pueblo a prudencial distancia. Cuando los sacerdotes
E n realidad, este relato parece la explicación etiológica d e un
tocan con sus pies el lecho del río, éste se para en seco, partién-
cromlech allí existente de los tiempos megalíticos, convertido
dose e n dos y «echándose atrás», como dice el salmista 7 ; luego
en recinto sagrado antes de la llegada d e las huestes d e Jo-
pasa el pueblo a pie enjuto. El montaje es perfecto y todo su-
s u é 1 1 ; pero, además, el nombre de Gilgal se presta al juego
cedió como se había predicho: al entrar el arca en el río, «las
de palabras con el término gallothí («he quitado el oprobio
aguas que bajaban de arriba se pararon y amontonaron a m u -
de vosotros», aludiendo al rito de la circuncisión q u e se narra
cha distancia, j u n t o a Adam, mientras que las que bajaban h a -
e n Jos 5,2-7). L a localidad de Gilgal se suele identificar con
cia el mar del Araba (mar Muerto), el mar de la sal, acabaron
el actual tell Gilgiul, a mitad de camino entre el Jordán y
por desaparecer, y así, la gente pudo pasar frente a Jericó» 8 .
Jericó.
Y los sacerdotes que llevaban el arca se detuvieron en medio
del cauce seco hasta q u e pasó todo el pueblo. N o caben más 9
Cit. p o r F . M . A B E L , Géographie de la Palestine I 4 8 1 .
10
4 Cf. J. GARSTANG, Joshue, Judges. The Fundations of Bible History (London 1931) 137,
R. D E V A U X , Histoire... 558.
5 P o r su parte, F . M . Abel dice q u e testigos oculares del t e r r e m o t o n o m e n c i o n a n e l <orte
Jos 2,lss. del Jordán. Cf. RB 36 (1927) 571-78.
6
Cf. M . N O T H , Der Jordán in der alten Geschichte Paldstinas: Z D P V 72 (1956) 1 3 4 - 4 6 . 11
En realidad, las tradiciones sobre el lugar d e este c í r c u l o d e piedra varían e n la re-
i Gf. Sal 114,3. dacción bíblica, pues, según Jos 4,9, Josué levantó el m o n u m e n t o d e las doce p i e d r a s «en
8
Jos 3,16-17. el lecho del Jordán, en el lugar donde habían estado a p i e firme los sacerdotes q u e llevaban
476 X. Conquista de Canaán Conquista de Jericó 477

En realidad, cuando llegaron los hebreos, la ciudad de


T,. L A CONQUISTA DE JERICÓ
Jericó tenía ya derribadas las murallas de piedra q u e se ha-
La historia bíblica está pensada como «historia de salva- bían levantado en tiempo de los hiesos hacía tres siglos. Sobre
ción» en función de las intervenciones «salvíficas» de Yahvé sus ruinas se edificaron luego otras rudimentarias de adobe;
en favor de su pueblo adoptado. Y el primer gran obstáculo y, abriendo brecha en ellos, debieron de penetrar las vanguar-
para penetrar en Canaán era la ciudad/amurallada de Tericó. dias de Josué al son del shofár («cuerno» o trompeta) que ha-
En realidad, los seguidores de Josué, nacidos en el desierto, cían sonar los sacerdotes, quienes, para animar más al pueblo,
nunca habían visto una ciudad amurallada, acostumbrados a llevaban el arca de la alianza, dando en torno a la ciudad
vivir en tiendas. Por eso podemos figurarnos su admiración vueltas, ya que era el símbolo de la presencia y ayuda de
y consternación al encontrarse con un baluarte amurallado. Yahvé. El resultado fue que los hebreos entraron a sangre
Hasta ahora habían triunfado en escaramuzas al aire libre, y fuego, condenando a la población al hérem o «anatema», es
pero no estaban entrenados en procedimientos poliercéticos decir, «consagrándola» a Yahvé con todo su botín 13 . Se salvó
para penetrar en una ciudad amurallada. Por eso Yahvé tiene sólo la cortesana Rahab y su familia, que habían acogido a
que intervenir milagrosamente para salvar este obstáculo, al los espías; luego incendiaron la ciudad, conforme a los proce-
parecer insalvable para unas gentes que vienen de la estepa dimientos bárbaros del derecho de guerra de la época. Y Jo-
en busca de una «tierra que mana leche y miel» para liberarse sué lanzó la maldición ritual para que no volviera a reedificar-
de la miseria del desierto. se la ciudad: «Maldito de Yahvé quien se ponga a reedificar
En realidad, el relato bíblico, el relato de la conquista de la ciudad de Jericó. Al precio de la vida de su primogénito
Jericó tiene también el aire de lo milagrero a ultranza, aunque ponga los cimientos, y al precio de su hijo menor ponga sus
no faltan indicios de intervenciones humanas en momentos puertas» 14 . Esto es lo q u e literalmente se realizó tres siglos
bien aprovechados. En efecto, el estratega Josué, antes de más tarde, en tiempos del rey Acab de Israel, cuando Jiel
pasar el Jordán, había enviado unos espías para cerciorarse reedificó la ciudad 15 . Los ritos cananeos exigían aplacar el
del estado de fortaleza de las murallas de Jericó y de la moral genio del lugar en que se edificaba una ciudad con la sangre
de sus ciudadanos, q u e parecen aterrorizados ante las cosas de los primogénitos. Era una práctica corriente entonces entre
que habían oído sobre las conquistas de TransJordania por los cananeos, y a la que el autor bíblico quiere dar una expli-
aquellas hordas fanáticas invasoras. Quizá su presencia en cación etiológica histórica con la maldición de Josué.
torno a la ciudad les recordaba la de los legendarios jabirú, En realidad, el relato de la toma de Tericó está idealizado
que tres siglos antes habían aterrorizado a las poblaciones de conforme al módulo hierático de la redacción épico-sacral: ha
Canaán; por eso los ciudadanos de Jericó se encerraron den- comenzado la guerra santa con los cananeos, y por ello la
tro de sus murallas: «nadie salía ni entraba» 1 2 . Por su parte, conquista de Jericó se inicia con una procesión ritual con el
Josué, bien aleccionado por los informes que le proporciona- arca en torno a las murallas; los sacerdotes hacen sonar el
ron los espías, y, acudiendo a todas las tretas de los beduinos shofár, y el pueblo lanza el teru'a, o grito de guerra y de culto.
del desierto, confió más en la astucia que en el ataque frontal Por eso es Yahvé el que hace entrega de la ciudad a los con-
a la ciudad. Así, durante seis días hizo que sus huestes dieran quistadores; ella constituye las primicias de la tierra prome-
vueltas en torno a las murallas buscando u n p u n t o débil en tida; de este modo, la conquista de Canaán adquiere el ca-
las mismas, con ánimo de aterrorizar a los que estaban ence- rácter de una «cruzada» o guerra santa, en la q u e está empe-
rrados dentro, pues estas maniobras iban acompañadas de ñada la intervención divina en favor de su pueblo; y así, las
gritos de guerra (teru'a) y de victoria con gestos amenazado-
res. Y, de hecho, podemos suponer que durante esos días 13
Jos 6.21. E n hebreo hérem, corresponde al árabe haram («sagrado»), e indica que lo
incluido en esta categoría es sagrado, dedicado a D i o s . El botín de g u e r r a p e r t e n e c e a Tahvé;
hicieron algo más que dar vueltas, pues debieron de dedicarse por tanto, n o se lo p u e d e n apropiar los conquistadores. Cf. Núm. 21,2s; Jos 6,8-19:7,10-
26; 10,28-40; Jue 21, Jue 2 1 , n s ; 1 Sam 15,3. Esta práctica d e exterminio era usual también
a perforar las murallas de adobe en sus partes más débiles. en M o a b , según se aparece en la famosa estela d e su rey Mesha, quien, h a b l a n d o d e la con-
quista de N e b o a los israelitas, dice: «la combatí desde el alba hasta el mediodía, conquis-
tándola y matando a todos, siete m i l hombres, muchachos, mujeres, m u c h a c h a s y siervas,
el arca de la alianza», mientras q u e en el v.3-4 se dice que colocaron las piedras sacadas p u e s lo había yo consagrado a la destrucción para el dios Ashtar-Kemosh» ( A N E T 320-21).
del lecho del rio «en el lugar d o n d e acamparon»> después d e pasar el Jordán.
12 11 Jos 6,26.
Jos 6 , i .
15 Cf. 1 R e 16,34.
478 Conquista de Jericó 479
X. Conquista de Canaán
i6
gestas salvadoras de Yahvé se continuarán hasta el fin de la glo XIII a.C. ya apenas merecían el nombre de tales . T a m -
conquista. Es la «sacralización» de la historia de los tiempos poco se han encontrado huellas de la reconstrucción de la
de conquista para mostrar la impotencia de los Baales protec- ciudad en el siglo ix por Jiel, de que se nos habla en 1 R e 16,
tores de los cananeos. Por eso, al toque del shofár se derrum- 34; pero esto se explica por la continua erosión de las murallas
ban las murallas de Jericó como si fueran de papel. Pero la d e adobes a través de tantos siglos de abandono. Por ello,
realidad histórica debió de ser más prosaica y laboriosa, y la R. de Vaux puntualiza a propósito de las últimas excavacio-
conquista fue m u y verosímil conforme a los medios poliercé- nes, según las cuales se «volatilizó» la supuesta ciudad de Jeri-
ticos de la época. có conquistada por Josué: «La ausencia de murallas de la
En efecto, la arqueología parece descubrirnos la verosimi- época del Bronce Reciente (s.xiv-xin a.C.) no significa nada;
litud de la conquista con la intervención de tretas y astucias han podido desaparecer por la erosión; los habitantes del
de los guerreros de la época, ya que la Jericó que conquistaron Bronce Reciente pudieron utilizar las murallas del Bronce
las huestes de Josué no era la ciudad amurallada con muros Medio, como ocurrió con las de Tell Beit M i r s i m . . . La ar-
de piedra en talud con fosos de los tiempos de los hicsos (tres queología, pues, no permite excluir que haya habido, en el
siglos antes de la conquista por Josué), sino una población momento de la entrada de los israelitas, una cierta ocupación
con defensas rudimentarias de adobes. Las excavaciones de de Jericó... Debió de ser una pobre instalación, poco forti-
la ciudad (actual tell-es-Sultán), cuyas huellas de habitación ficada, pero que había que someter antes de penetrar en la
se remontan al cuarto milenio a . C , muestran que ha habido montaña. A esta primera conquista de la tierra prometida,
al menos tres recintos amurallados: uno, exterior, al pie de la la tradición ha dado proporciones épicas y sacrales» 17 .
colina, con cimientos sólidos de piedra, con una escarpa de Después de la conquista de Jericó quedó el camino abierto
dos metros de anchura hacia el este, cerca de la llamada hacia la zona montañosa de Canaán, la tierra por la q u e habían
fuente de Eliseo f'Ain Sultán), que debió de quedar in- peregrinado como extranjeros los antepasados de Israel. La
cluida dentro de ella (pero no se ha excavado por pasar por segunda ciudad expugnada fue Ay-Betel, a base de una artima-
medio la carretera actual), y dos murallas de barro concén- ña guerrera 18 ; era un santuario cananeo frecuentado por los
tricas en la parte superior del montículo. Las excavaciones patriarcas 1 9 ; es la actual burdg Beitin20. D e hecho, las exca-
últimas hacen ver que hacia 1550 a . C fue destruida total- vaciones recientes prueban que Betel fue incendiada hacia el
mente la ciudad (época de expulsión de los hicsos de Egipto, siglo XIII a . C , lo que viene a coincidir con el relato bíblico 2 1 .
lo que hace suponer que la destrucción fue obra de los egip- En este contexto se narra la alianza con los gabaonitas. que
cios para que los hicsos no tuvieran fortalezas amenazadoras son perdonados a condición de que se encarguen de los oficios
contra la seguridad del imperio faraónico) y que después no serviles (llevar el agua y la leña) respecto de los conquistado-
se volvió a reedificar. res 2 2 . En un texto hitita del siglo xiv encontramos una alianza
similar: Mursilis II hizo la guerra a los Kashka, pueblo del
Con todo, podemos suponer que sobre las ruinas de la
Asia Menor que vivía en régimen democrático sin rey, como
ciudad se instaló una población sin relieve histórico, aprove-
los gabaonitas. Y el rey hitita cuenta que, después de conquis-
chando los muros interiores de adobe en estado precario, como
tar e incendiar muchas ciudades (como Josué respecto de Je-
ocurrió con otras poblaciones de Canaán que habían sido sis-
ricó y Ay-Betel), «las gentes de Taptina, de J u r u s h a m a y de
temáticamente destruidas. E n este supuesto, las murallas rudi-
mentarias forzadas por los invasores hebreos serían esas inte- t<> Cf. K. M . K E N Y O X , Digging up Jericho ( L o n d o n 1957) 256-65; ID-, Jericho, e n Arche-
riores de adobe en estado ruinoso, sobre las que éstos hicieron logical and Oíd Testamsnt (Oxford 1965) 272-74; H . J. FRANKEN, Tel es-Sultan and Oíd
Testament Jericho: O T S 14 (1965) 189-200. Frente a las teorías m i n i m i z a d o r a s d e éstos,
brechas durante los días que dieron vueltas en torno a ella; se alzó F . W . ALBRIGHT, Recent Discoveries in Bible Lands (New York 1955) 8 7 ; ID., The
Biblical Period ( N e w York 1963) 28-29 n.59 p . i o o .
y al fin, al sonido del shofár e hipnotizados por la presencia 17
R. DE V A U X , o . c , 563.
del arca, que hasta ahora les había dado buena suerte en las « Tos 8,3-24.
» Cf. G e n 12,8; 28,19; 35,lss.
conquistas de TransJordania, entraron en tromba por las b r e - 20
Cf. B A S O R 56 (diciembre 1934) 11; (abril 1939) 17; J. B R I G H T , Historia de Israel
(1966) 136.
chas abiertas, desmoronándose parte de las murallas. Por eso 21
J. A . CALLAWAY, New Evidence on the conquest of Ai: J B L 87 (1968) 312-20; M . NOTH,
en las últimas excavaciones no se encontraron restos de una Bethel und Ai: PJB 31 (1935) 7-29; In., ¡oshua ( H A T ) [1953] 47-51; F . M . A B E L , Lestra-
tagémes dans le livre de Josué: R B 56 (1949) 321-39; R. DE VAUX, O . C , 567.
espectacular destrucción de las murallas, que allá p o r el si- 22
Jos 9,iss.
480 Batalla de Gabaón 481
X. Conquista de Canaán

Pikurzi vinieron a su encuentro. Cayeron a mis pies y hablaron locales 35 , para que le fueran favorables en sus oráculos 36 ; pero
de esta manera: '¡Señor nuestro, n o nos aniquiles! Tómanos no tenemos indicios de que en esa región hubiera culto espe-
por subditos y haznos soldados y transportistas'» 2 3 . Era lo cial a la luna. La mejor explicación de la detención del sol por
corriente con los vencidos que no habían hecho mucha resis- Josué es pensar que nos hallamos ante una explicación poético-
tencia al conquistador. Por eso, los gabaonitas quedaron incor- sacral, en la que se destaca la intervención milagrosa o provi-
porados a los conquistadores hebreos como gerím o extranjeros dencialista de Yahvé en favor de su pueblo, como en el caso
asimilados con ciertos derechos 24 , como el de ser protegidos del paso del mar Rojo según el cántico de Moisés 37 , y en la
por los hebreos frente a los reyes cananeos 2S . Es el mismo batalla cantada por Débora 38 , cuando dice que «las estrellas
régimen que encontramos en los contratos de vasallaje entre pelearon desde lo alto...» en favor de las tribus de Israel contra
los hititas 2 6 . De este modo, los gabaonitas quedan como u n Sisara. Es el género literario midráshico, que presenta el pasado
enclave extranjero, que duró hasta los tiempos de Saúl, que épico de Israel a la luz de las gestas «salvadoras» de Yahvé con
quiso hacerlos desaparecer por razones de unificación nacio- fines apologéticos de edificación religiosa; presentando a Yahvé
nal 27 ; pero esto era faltar al juramento dado, y Yahvé había «obedeciendo» a u n hombre, ¡porque «Yahvé combatía por Is-
de castigar esta infidelidad de Saúl con la peste 28 , como ocu- rael!» Las palabras del conquistador Josué («Detente, sol, sobre
rrió en el caso del rey hitita Mursilis II, quien ve en una peste Gabaón, y, tú, luna sobre la llanura de Ayalón...») encuentran
u n castigo por la violación de un tratado 2 9 . Parece que los su eco en la frase del vate romano: «Alme sol... possis nihil
gabaonitas eran de procedencia hiwwita-jurrita 3 0 , y tenían u n urbe Roma visere maius!» 3 9
régimen de seniorado 31 ; radicaban en varias localidades de La conquista hebrea siguió hacia el centro de Canaán, «la
Canaán, además de Gabaón 32 . montaña de Efraím», con Siquem como población clave. Es la
actual Balata, j u n t o al monte Hebal, en la que en los tiempos
patriarcales habitaban los hiwwitas 4 0 , mencionada en las cartas
4. L A BATALLA DE GABAÓN
de El Amarna41, donde u n tal Labayu entró en tratos con las
Conforme a lo convenido, los gabaonitas, al ser atacados hordas apiru jabirú 4 2 . Luego el texto bíblico de la conquista
por los reyes cananeos, pjifefon auxilio a Tosué, quien derrotó habla de una batalla decisiva en el norte de Canaán contra una
a los reyes cananeos coaligados desde Gilgal, pasando por Bet- coalición de reyezuelos bajo el liderazgo del rey de Hasor,
horón hasta Maqqeda 33 . A q u í interviene la ayuda de Yahvé cerca de las «aguas de Merom», localidad citada en las listas
en forma de nube de granizo, que momentáneamente oscureció geográficas de Tutmosis III, de Ramsés II y en el relato de la
el sol, dando impresión al salir éste de nuevo que se había campaña de Teglatfalsar III en Galilea entre 743-733 a.G. Se
detenido y se había prolongado el día a petición del propio cree que es la actual Meirun, o djbel Marun 43 , cerca de Hasor,
Josué para rematar la victoria sobre los cananeos. Esta es la la actual tell el-Qedah, al sudoeste del lago el-Hule. Es -una
versión poética sacral que encontramos en los v. 12-14, tal como ciudad mencionada en los textos egipcios de execración (si-
se narra en el libro de gestas llamado Libro del Justo, que era glo xix a.C.) y en las cartas de Mari (s.xvni a . G ) ; era una
una especie de florilegio de piezas épicas sobre las gestas de ciudad importante, que tenía embajadores en Mari y Babilonia
determinados héroes populares de Israel 34 . A l g ú n autor ha en tiempos de H a m m u r a b i . Incluso enviaba objetos a Cajtor
supuesto que Josué invocó al sol y a la luna, como divinidades (Creta). Era, pues, una gran ciudad comercial en la ruta cara-
23
A . GOETZE, Die Annalen des Mursilis: M V A G 38 (1933) 129S; cit. p o r R. D E VAUX,
vanera de la Baja Mesopotamia a Siria, pasando por Mari,
0 . 0 , 574-
24
Cf. D t 29,10; 2 Sam 21,4. 35
Cf. J. H E L L E R , en A r O r 26 (1958) 653-55; a este propósito se relaciona el nombre
25
Jos 10,6. de la localidad de Ayyalón con el término hebraico 'ayyál, «ciervo», el a n i m a l consagrado
26
Cf. V. KOROSEG, tíethische Staatsvertrage (Leipzig 1931) 90 n . i . a Artemis, la diosa lunar cazadora.
" Cf. 2 Sam 21,2. 3
<s-Cf. J. S. HOLLADAY, en J B L 87 (1968) 166-78.
28
2 Sam 21,r. 37 Cf. E x c . 1 4 - 1 5 .
29
Gf. A. MALAMAT, Doctrines uf Causaliíy in lliílite and Biblical Historiugraphy. A Pa- 38 Jue c.4-5.
rallel: V T 5 (1955) 1-12. 39
HORACIO, Carmen saeculorum 9-12.
3
° Cf. R. DE VAUX, en R B 74 (1967) 4 8 r - s o 3 . 40
Gen 34,1 s.
31
Jos 9,11.
32 41 EA n.289,22-23.
Jos 9,17; Gen 34,is: Siquem.
33 i 2 Cf. W . F . ALBRIGHT, The Amarna Letters from Palestine: C A H II 20 (1966) il-20.
Jos 10,1-10. 43
34 Cf. Y. A H A R O N I , The Land 0 / the Bible 215-16.
Cf. 1 Re 8,13.
Biblia y legado 16
482 X. Conquista de Canaán
44 Formación de la «.anfictionía» de las tribus 483
Qatna y Hasor . Es mencionada más tarde en un papiro del
tiempo de Ramsés I I 4 5 y en las listas geográficas de ciudades tiempo de la conquista para crear una conciencia de vincula-
conquistadas por Tutmosis III y Amenofis II. Y en esta época ción nacional entre las tribus 4 9 . Según M . Noth, la «alianza»
aparece en una lista de localidades de Canaán como Kinneret de Siquem (no se menciona la alianza del Sinaí) señala el na-
. (Genesaret), Aksaf y Shimron, las localidades nombradas en cimiento de la federación de las diversas tribus étnicamente
Jos i i , i s . Y en una de las cartas de El Amarna, el rey de Pella afines que, según la compilación actual bíblica, se consideran
(Pijil, en TransJordania) acusa al rey de Hasor de haberle descendientes directos de u n supuesto epónimo Jacob-Israel,
arrebatado tres ciudades; y, por su parte, el rey de Tiro in- aunque realmente fueran de procedencias colaterales. Y s u p o n e
forma a Amenofis III que el rey de Hasor ha abandonado la que en Siquem había u n santuario centralizador, en el q u e se
ciudad y se ha refugiado con los jabirú46; aunque el rey de renovaría anualmente la ceremonia de la «alianza» 5 0 . R . de
Hasor escribía al faraón dando muestras de fidelidad, y en esas Vaux niega la existencia de este supuesto santuario central aun
cartas recibe el título de sharrum («rey»), lo que prueba que en tiempos de los jueces. Además, Josué en el relato habla
tenía cierta relevancia entre las ciudades-Estado de la zona, lo a gentes procedentes de allende el río (Eufrates) y que no co-
que se refleja en los relatos de Jos 11,10 y Jue 4,2, donde se nocían a Yahvé ni han tomado parte en las gestas del Éxodo.
habla de u n Yabin de Hasor en lucha contra los israelitas. Los Parecen grupos de Canaán septentrional, con los que Josué
críticos creen hoy que el relato atribuido a Josué hay que co- entró en contacto y a los que trató de asimilar al grupo de la
locarlo mas bien en la época de los jueces. conquista, porque eran étnicamente afines; en ese caso serían
Las excavaciones recientes han dado a luz a Hasor en todo las tribus septentrionales (Aser, Zabulón y Neftalí), que no
su esplendor, como ciudad diez veces mayor a la de Megiddo. habrían bajado a Egipto.
F u e habitada ya en el tercer milenio a . C ; y a principios del Lo que sí es u n hecho claro es que los israelitas que habían
segundo milenio fue ocupada por tribus seminómadas. Hacia penetrado en Canaán se hallaban diseminados en determinados
el siglo x v í n a.C. vuelve a tener preponderancia como pobla- puntos centrales, con peligro de ser absorbidos por los habi-
ción comercial pujante, en relaciones con Mari y Creta. Habi- tantes de la región más cultos. Entonces, el aglutinante uni-
tada también en los tiempos de El Amarna (s.xv-xiv a . C ) , ficador fue el sentimiento religioso, que salvó a Israel e n esta
fue destruida a fines del siglo x i n a . C , justamente al llegar los crisis de adaptación al ambiente, pues era una isla en u n tras-
hebreos con Josué a Canaán 4 7 . Se ha encontrado mucha ce- fondo politeísta, con culto a las fuerzas reproductivas de la
rámica micénica de esta última época y después de una época naturaleza, como antes hemos estudiado. A través del libro de
de decadencia, vuelve a ser una ciudad grande con fortifica- los Tueces. vemos cómo se fueron defendiendo las tribus orga-
ciones en tiempos de Salomón 4 8 . nizadas en u n cantonalismo peligroso. La aparición de determi-
nados caudillos salvó las situaciones de peligro; pero, c o m o dice
el texto bíblico, en esa época «cada uno hacía lo que le parecía
5. LA FORMACIÓN DE LA LLAMADA «ANFICTIONÍA» DE LAS
en Israel». Es una época anárquica, espléndida de líderes y
TRIBUS
«salvadores», que nos hace pensar e n una Edad Media d e cos-
En la asamblea de Siauem. narrada en Jos 24, surgió una tumbres rudas y de reacciones brutales. Las figuras de Délora,
alianza de las tribus que reconocen a Yahvé la divinidad pro- de Gedeón y de Sansón dominan esta era de sedentarización
tectora del grupo acaudillado por Josué, procedente d e T r a n s - de los hebreos hasta que aparezca la figura unificadora del
jordania, como Dios único. El relato de la «alianza» lleva el gran Samuel, preludiando la vinculación nacional de los tiem-
sello del «deuteronomista», lo que parece ser una versión teo- pos de la monarquía.
lógica tardía de u n acontecimiento arcaico que se colocó al El santuario que sirvió de aglutinante de las tribus debió
de ser aquel en el que estaba el arca, símbolo de la presencia
44
Cf. Y. YADIN, Hasor (Jerusalén 1958); ID., Hazor, en Archeology and Oíd Testament de la divinidad de los clanes. «Al principio, probablemente
Study (Oxford 1967) 245-63; Y. YADIN, en IEJ 19 (1969) 1-19; A. MALAMAT, Hazor, tthe
Head of All Kingdoms»: JBL 79 (1960) 12-19; J- GRAY, Hazor, en VT 16 (1966) 26-52. debió de ser el santuario portátil de unos clanes nómadas» 5 1 ,
"5
46
Papiro Anastasi I: ANET 477b. 49
Cf. F. M. Tocci, Hazor nell'etá del medio e tardo bronzo: RSO 37 (1962) 59-64. Así, el discurso de Josué parece ser una confesión de fe al estilo de Dt 26,5-9; 6,21-24;
47
Y. YADIN, Archeology and OT Study 261 n.12. Neh 9,7-25. Se enumeran las intervenciones de Yahvé, pero no se alude a los acontecimientos
"8 Cf. 1 Re 9,15. de Jos c.2-10. Aconseja abandonar los ídolos, como había hecho Jacob (Gen 25,2-4)
50 Cf. M. NOTH, Das System der Zwolf Stamme Israels (Stuttgart 1930) 65-75.
51
ID., Historia de Israel (Barcelona 1966J 96.
484 X. Conquista de Canaán Formación de la «.anjictionia» de las tribus 485
a u n q u e no sabemos cómo se convirtió en santuario principal a los miembros de la tribu de Leví, a la que pertenecían M o i -
de la liga de las tribus (las seis meridionales y las seis septen- sés y Aarón.
trionales, de Lía). Estas tendrían su santuario en Siquem, lugar En los incidentes de la conquista de Cisjordania nunca se
sagrado desde los tiempos patriarcales 52 , que geográficamente alude a choques militares con los egipcios. Estos por aquella
constituía u n p u n t o central de convergencia de las doce tri- época, a lo más, tenían una guarnición en Beisán y Megiddo,
bus. Esta es la idea que parece reflejarse en la «alianza» atri- en tiempos de Ramsés III (1175-44 a . C ) , ciudades que no
buida al conquistador Josué, que parece ser una redacción figuran entre las conquistadas por los hebreos. En realidad, el
posterior con fines de unificación nacional de las diversas tri- imperio faraónico por aquella época estaba extenuado por las
bus que se suponen descendientes de u n epónimo común, luchas contra los «pueblos del mar», que inquietaban la zona
Israel 5 3 . Y así, a Yahvé se le empieza a adorar como «el Dios costera desde Ugarit hasta la frontera egipcia. Entre ellos,
de Israel» 5 4 . Pero en el relato de Jos 24 no se menciona la Ramsés III menciona a los pelashta (filisteos), a los danuna
presencia del arca, que consagraba el punto de convergencia (dañaos), los washasha, los shakarusha, los tjikar (zakkala), los
religiosa de las tribus. Sikil (¿sicilianos?). Y el faraón egipcio permitió a los filisteos
Pero, sin que sepamos por qué, Siquem pierde importancia y a los zakkala instalarse en la costa de Canaán, que se llama-
religiosa, y el santuario nuevo es Betel, donde está el arca en ría Palestina en razón de la presencia de los filisteos. Estos
tiempo de los jueces: «subió todo el pueblo de Israel a Betel; llegan a esta zona poco después que los hebreos habían hecho
y allí lloraron ante Yahvé, y ofrecieron holocaustos y hostias su irrupción por el este, desde TransJordania. Allá por el si-
pacíficas ante Yahvé» 55 . Pero también este santuario fue per- glo xi a . C , Egipto no tenía influencia ni prestigio en la costa
diendo importancia a costa de otro en Gilgal, cerca de Jericó. cananea, como aparece por el relato de Wen-Amón que hemos
Finalmente, el arca aparece asentada en Silo íiirbet Seilun), transcrito en páginas anteriores 6 4 . Por otra parte, había des-
en tierras de Efraím. Por primera vez se la guarda en u n tem- aparecido el imperio hitita, pero surgía el nuevo coloso: Jos
plo edificado, frente a la antigua tradición de la tienda móvil asirios, quienes con Teglatfalsar I (1116-1087) empezaban
de los nómadas 56 . Allí permaneció hasta que fue apresada por a presionar hacia Siria, llegando en sus campañas hasta Arme-
los filisteos57. Recuperada, después de una residencia provi- nia; pero los árameos lograron mantener cierta independencia
sional de veinte años en Quiriat-Yearim 58 , fue trasladada por en Karkemish y Damasco, replegándose* así el poder mesopo-
David a Jerusalén, capital de la monarquía 5 9 , con lo que se támico. Justamente en este contexto favorable histórico es
consumó la centralización y estatificación del culto en conso- cuando los hebreos entraron a sangre y fuego, con Josué, al
nancia con las nuevas exigencias políticas. frente, contra las ciudades-Estado de Canaán, q u e d a n d o esta-
En Silo aparece ya u n sacerdocio profesional 6 0 , y los sacer- blecidos en la zona montañosa central, mientras los filisteos
dotes de Silo se consideraban como descendientes de Aa- señoreaban en la costa, estableciendo u n régimen federal: la
rón 61 , como los de D a n de Moisés 6 2 . De este m o d o , los de la pentápolis (Gaza, Ascalón, Ashdod, Eqrón y Gath), con un
tribu de Leví fueron adquiriendo relieve como servidores de seren o tyrannos como jefe. Luego presionaron hacia Beth She-
los santuarios. Con todo, Samuel, que no era d e esta tribu, mesh y Gezer, llegando al choque militar con los israelitas en
sino de la de Efraím, realizó actos solemnes de culto 6 3 . Pero tiempos de Samuel. Esto facilitó la concentración de fuerzas
el nombre de levita quedó como sinónimo d e «consagrado» de éstos, dando lugar a la institución de la monarquía. En
a Yahvé; es un término genérico, que luego q u e d a reducido tiempos de los jueces, la lucha por la subsistencia había sido
heroica. En la llanura, los hebreos llevaban las de perder con
52
53
Cf. Gen 12,6-34,iss. pueblos más organizados y fuertes, que empleaban carros de
Jos 24,is.
54
Cf. Gen 33,20; Jos 8,30; 24,2.23. combate 65 ; pero en las montañas triunfaban con el procedi-
55
Jos 24,14.23; Jue 20,26; 21,2. miento de guerrillas. Por eso, la zona costera y la llanura de
56
1 Sam 3,3; Jer 7,14; 26,9.
57
53
I Sam 5,1. Esdrelón quedaron fuera de la órbita israelita, lo que hizo que
1 Sam 7,1.
59
2 Sam 6,iss. las tribus septentrionales se desconectaran de las meridionales
60
Jos 24,33-
61
I Sam 1,3.
62 64
Jue 18,30. Véase p. 419.
63 65
1 Sam 1,1; 2,i8s; 9,11-13; 13,5-15. Cf. Jos 17,16; Jue 1,19.
Constitución de la monarquía 487
486 X. Conquista de Canaán
74
pueblo en Rama, adonde van a consultarle . Su ideal era
y centrales. Sólo el común sentimiento religioso en régimen de mantener la «anfictionía» tradicional con el sistema de la «ju-
anfictionía logró salvar el mínimum de vinculación entre las dicatura»; y logró purificar el movimiento nebiista cananeo de
tribus. sus extravagancias extáticas, poniéndolo al servicio de la reli-
gión tradicional de las tribus 75. Y la misma elección de Saúl
6, L A CONSTITUCIÓN DE LA MONARQUÍA como rey fue por decisión profética 76, conforme a la mentali-
dad de la época. Así, fue públicamente aclamado; y su victoria
Los fieles «vahvistas» no aceptaban el principio de la mo- contra los ammonitas le rodeó de prestigio guerrero 77. En su
narquía, porque el título de melek («rey») parecía comprometer conducta rudimentaria procedió de modo carismático. Luego,
los derechos inalienables del Dios de Israel; por eso, Gedeón su hijo Jonatán le ayudó a conseguir victorias sobre los filis-
lo rechazó expresamente 66, y también Yotam en su sarcástico teos 78. Así, Saúl, más que un rey, era un caudillo (naguid) 79 ;
apólogo 67 . Pero la presión y organización de los filisteos se la nueva monarquía israelita no está calcada sobre el concepto
hizo tan fuerte, que no hubo más remedio que concentrar po- de ciudad-Estado que privaba en Canaán, sino, más bien, en
deres y escoger a un caudillo que dirigiera la guerra: Saúl, al el modelo de Moab y de Edom 80 . Luego, el pueblo le aclamó
que se le dio el título de rey, en contra de la opinión de Samuel como melek («rey»), título que expresamente había rechazado
y de los tradicionalistas 68. En este caso se impuso la moda de Gedeón 81 . Así, fue aclamado en Gilgal, sede de la «anfictio-
la «nueva ola», y ello aceleró el proceso de centralización polí- nía» 82. Los sacerdotes le apoyaron 83; al principio tuvo gran
tica, que culminará en tiempos de David. Los filisteos consti- popularidad entre el pueblo gracias a sus victorias militares 84.
tuían una aristocracia guerrera de tipo egeo, superponiéndose Pero temperamentalmente era desequilibrado y emocional, su-
a una población rural predominantemente cananea, cuyo culto jeto al frenesí y veleidoso 85. Y no pudo vencer a los filisteos,
y costumbres fueron adoptando. Eran grandes guerreros, y ante porque no logró sobreponerse a los intereses tribales. Y Samuel,
el colapso egipcio trataron de imponer su hegemonía en todo al fin, se le opuso, porque se había arrogado funciones sacer-
el país de Cisjordania. Como tenían el monopolio de las armas dotales en la «anfictionía» que Samuel creía le pertenecían a él S6,.
de hierro, tenían una ventaja excepcional 69 . Por ello, la tribu Por ello, tomando ocasión de que Saúl no había respetado el
de Dan tuvo que emigrar hacia el norte después de forcejear jérem sobre los amalecitas, le descalificó públicamente 87. En-
con los filisteos. Las escaramuzas de Sansón dan idea de estas tonces Saúl empezó a dejarse llevar de la melancolía («el espí-
luchas empíricas y pueblerinas 70 . Pero los filisteos llegaron ritu malo de Yahvé»), tratando de consolarse con la música.
hasta Afeq, apresaron el arca, destruyeron la ciudad de Silo Por otra parte, el ascendiente de David con su victoria sobre
y colocaron guarniciones en los puntos estratégicos 71 ; para Goliat le hizo ver enemigos por todas partes 88 . Y persiguió
mantener su hegemonía prohibieron a los hebreos la metalur- a los sacerdotes que protegieron al fugitivo David 8 9 , con lo
gia, por lo que éstos dependían en todo de los artesanos filis- que rompió con la «anfictionía», huyendo los sacerdotes con
teos 72 . De hecho, el primer objeto de hierro encontrado en David 90 . Con ello descuidó la guerra contra los filisteos, ob-
Israel de los tiempos de Saúl es una punta de arado en Guibea sesionado con perseguir a David, quien con su talento logró
(lugar de nacimiento de Saúl) 73 . atraerse a todos los descontentos 91 . Finalmente, murió de ma-
Ante esta situación humillante, la figura estelar del profeta
y «juez» Samuel se presenta como providencial. Este había cre- 74
1 Sam 9,is.
'5 Cf. M . N O T H , History and the Wurd of God in tile Oíd Testament: D J R L 3 ! (1952)
cido en el santuario de Silo en calidad de «donado», con el 144-206.
76
voto de nazareato, junto al viejo sacerdote Helí, heredando el 1 Sam 10,is; 11,14.
77
1 Sam i r . i s .
ideal del antiguo «yahvismo» intransigente. Con su carisma de '8 1 Sam 13,14.
79
1 Sam 9,1-10; 13,4-14.
nabi y transmisor de oráculos, se impone por prestigio a su 80
T. DE FRAINE, L'aspect rdigimx de la royauté ismélite (Roma 1954) 9 8 - 1 0 0 .
66
»' Jue 8,22.
Jue 8,22s. 82
67
I Sam U,I4S.
Jue 9,7-21. 83
I Sam 14,3.18.
84
«8 Cf. i Sam 8,is; 9 , i s . I Sam 31,11-13.
85 f
« ' Cf. G. E. W R I G H T , en A J A 43 (1939) 458-63. Cf. 1 Sam 10,9-13; 11,6s.
70 89
Jue I5.4SS. sí 1 Sam 13,4-15. 1 Sam 21,1-9; 22,9-19.
71 90
1 Sam 10,5; 13,3. S' 1 Sam IS,IS. 1 Sam 22,20-23-
72 91
1 Sam 13,19-22. «s 1 Sam 17,1-18,5. 1 Sam 3 , 1 - j .
73
Cf. G. É. W R I G H T , en J B L 60 (1941) 36.
•188 X. Conquista de Canaán

92 Constitución de la monarquía 489


ñera trágica en Gelboe , en la llanura de Esdrelón, cerca de
Beisán. Con ello le quedaba el campo abierto a David, quien hasta entonces, el cual quizá formaba parte del sacerdocio del
primero hizo duelo por la muerte del « u n g i d o y a e Yahvé santuario cananeo 105 . D e este modo, David juntaba la legiti-
y luego se aprestó a nacerse cargo de su realeza/ midad sacerdotal de los dos santuarios: el de Israel y el de los
En efecto, al desaparecer el caudillo israelita, los filisteos jebuseos. Surgió así la nueva capital de la teocracia hebraica,
se enseñorearon de las mejores comarcas de Israel en la región vinculada a la capital nueva política. L a «estatificación» políti-
central 9 3 . L a salvación estuvo en la figura excepcional y ful- ca iba a condicionar también la «estatificación» religiosa, ya
gurante de David 9 4 , quien se hizo proclamar melek o «rey» en que el arca, lejos de estar en una tienda móvil, iba a vincularse
H e b r ó n 9 5 con el beneplácito de los filisteos, de quienes era a u n templo edificado con piedra en tiempos del sucesor de
vasallo. Pronto adquirió popularidad por sus gestas guerreras David, lo q u e no dejaba de ser una innovación de consecuen-
anteriores; y los de la tribu de Judá se sentían ufanos del en- cias importantes en el futuro.
cumbramiento de uno de los suyos, haciendo frente a la dinas- Después, David fue conquistando otras ciudades cananeas,
tía benjaminita de Saúl. A l principio, David se limitó a gober- logrando prácticamente la conquista de toda la tierra prome-
nar la parte meridional (a la tribu de Judá y Simeón y a los tida de los antiguos sueños. Luego siguieron expansiones i m -
kalebitas y qenitas) 96. D e este modo empezó a perfilarse la perialistas en TransJordania 1 0 6 ; después siguieron sus campa-
figura histórica de Judá frente a Israel, que encarnaba a las tri- ñas en Siria, venciendo a Hadadezer de Damasco, y capturando
bus centrales y septentrionales, lo q u e daría lugar más tarde a carros de combate, el arma nueva decisiva 1 0 7 . Recibió tributo
la escisión política. Con todo, David se casó con la hija del rey del rey de Hamath, sobre el Orontes ! 0 8 , por haber vencido al
de Gesur, Estado arameo del noreste del lago de Genesaret, rey de Soba. Luego estableció David relaciones amistosas con
estableciendo relaciones amistosas con los reinos de Transjor- Hiram de Tiro (969-36 a.C.) 1 0 9 . D e este modo, David se con-
dania 9 7 . P o r otra parte, reclamaba a su antigua esposa, Mikal, virtió e n el monarca más fuerte de Canaán y sus alrededores,
hija de Saúl 9 8 . Finalmente fue proclamado rey en Hebrón y 9 . desde Tiro a wady el-Arish, es decir, toda Cisjordania y Trans-
Por sus cualidades carismáticas se convirtió así en naguid («cau- jordania desde el sudeste del mar M u e r t o a Hamath, de Siria.
dillo») y melek («rey»), los dos títulos q u e antes había ostenta- Para mantener este imperio tuvo que crear una burocracia y
do Saúl. un ejército fsaba'), con Joab por jefe, y aceptando fuerzas mer-
En sus campañas militares venció a los filisteos 1 0 ° y a los cenarias, como los kereteos (cretenses) y péleteos (filisteos). T e -
jebuseos, instalados en Jerusalén, cuya capital conquistó 1 0 1 , y nía una heraldo (mazkir), u n secretario de Estado fsófer) y
la convirtió en capital de su reino, como p u n t o de convergencia dos sumos sacerdotes, Abiatar y Sadoq. Este esquema buro-
entre las tribus del norte y del sur. Y a la antigua Uru-salimmu crático parece estar calcado en el del reino faraónico. Organi-
(Yerushalayim) le cambió el nombre en «ciudad de David» 1 0 2 , zó u n censo para conseguir los tributos n o , lo que n o fue bien
continuando los jebuseos en ella, si bien como asimilados a los visto p o r los profetas tradicionalistas 1 ] 1 . Organizó el culto 1 1 2
hebreos. Siguiendo su política de concentración y de unifica- y tenía una guardia personal con «treinta» gibborím o «campeo-
ción de las tribus, trasladó el arca a Jerusalén, dando así fin a nes» 1 1 3 , al estilo de la corte faraónica 114 . T o d o este esquema
los restos de la antigua «anfictionía» 1 0 3 . Organizó el culto a contrastaba con la organización rudimentaria de la corte de
base de una familia sacerdotal q u e había sido la guardiana de Saúl, pero iba a ser enriquecido por el megalómano| Salomón,
Silo 1 0 4 y de otra nueva vinculada a un tal Sadoq, desconocido su hijo, elegido sucesor después de muchas vicisitudes l15 .
92
i Sam 26,4; 29,1. >°5 Cf. H . H . R O W L E Y , Zadok and Nehushtan: J B L 58 (1939) 113-41; ID., Melchisekk and
93
2 Sam 23,14. Zadok, en Festchrift A. Bertholet ( T ü b i n g e n 1950) 461-72.
94
Se h a querido relacionar su n o m b r e con el Dawidanum d e los textos mesopotámicos; i« Cf. 2 S a m c . i o - 1 2 .
en 2 Par 20,37 se pretende explicarlo como abreviación d e Dodhawahu («predilecto d e Yah- 1°' 2 S a m 8,3-8.
108
vé»; dodh, «patrón», «predilecto»), q u e es u n apelativo de la divinidad (cf. Is 5,1; A m 8,14; 2 S a m 8,9s.
109
aparece en la estela d e Mesha d e M o a b 1.12). 2 S a m 5,1 i s ; cf. W . F . A L B R I G H T . en A R I 132.
110
95
2 Sam 2,1-4. 2 Sam 24,is.
96 111 Cf. G . E . M E N D E N H A L L , e n J B L 77 (1958) 52-66; F . M . C R O S S - G . E . W R I G H T , tn J B L
Gf. i Sam 27,10; 30,14; Jue 1,1-21.
« Cf. 2 Sam 10,2. i»» 2 Sam 8,12. 4 (1956) 202-26.
98
2 Sam 3,22-39. 102
2 Sam 5,6-10. i ' 2 Cf. W . F . A L B R I G H T , A R I 125-29.
113
99
2 Sam 5,1-3. 103 2 Sam 6 , i s . 2 S a m 23,24-29; cf. K. ELLIGER, Die dreissig Helden Davids: PJB 31 (1935) 2973.
100
2 Sam 5,25; 1 Par 14,16. 1M
1 Sam 22,20; 14,3- *14 Cf. R. DE VAUX, Tures et fonctionnaires égyptiens a la cour de David et Saloman ;RB 84
(1939) 394-505; J. BEGRICH, Sofer and Mazfa'r.-.ZAW 58 (1940) 1-29.
i 15 2 Sam 15,1-6; 1 Re 1,5; 2,35.
Constitución de la monarquía 491
490 X. Conquista de Canaán
busca de marfil y de especias hacia el m a r Indico. M a n t u v o
Salomón n o tenía las cualidades «carismáticas» de su padre, la ruta comercial caravanera con Arabia, teniendo relaciones
ni méritos personales para ganarse la admiración de su pueblo; con la reina de Sabá, al sudeste de la península arábiga 1 2 5 . Así,
por lo que compensó esto con una fachada ostentosa. imitando se ha encontrado en Betel u n sello de arcilla procedente de
las cortes fastuosas orientales. El exceso de gastos públicos que Arabia 126 . E n la región del Araba, al sudeste del mar M u e r t o ,
supuso la construcción del palacio y templo salomónicos, la organizó las explotaciones de cobre y de hierro; importó ca-
injusta distribución de los impuestos (quedando exenta la tri- ballos de Cilicia y se dedicó al tráfico con los árameos 1 2 7 .
bu de Judá, a la q u e pertenecía el propio rey) y la excesiva Además, Salomón fomentó el desarrollo de la agricultura.
centralización administrativa trajo como consecuencia la divi- Justamente del siglo x a . G se ha encontrado el famoso Calen-
sión del reino después de su muerte, ya que las tribus centrales dario de Gezer, que enumera las diversas estaciones agrícolas
y septentrionales no quisieron seguir sometidas a la prepoten- anuales; parece era una tablilla de ejercicios escolares y estaba
cia de la de Judá 116 . Por otra parte, el eclecticismo religioso escrito en verso en forma rimada mnemotécnica al servicio
de la corte salomónica, por influencia de las numerosas concu- de los escolares:
binas extranjeras, debilitó los lazos del yahvismo tradicional,
que era el único aglutinante serio de las diversas tribus. Salo- «... Sus dos meses son: cosecha (de aceituna);
m ó n pasará a la historia de Israel como el rey sabio y sagaz por sus dos meses son: siembra (de grano);
sus dos meses son: plantación tardía;
excelencia, como u n buen diplomático, consiguiendo con su su mes es sachado de lino; su mes es recolección de cebada;
boda con una hija del faraón (cuyo nombre n o se especifica) su mes es cosecha (y festejos);
la cesión de la ciudad de Gezer como dote de matrimonio ' 1 7 . sus dos meses son cultivo de la vid;
T u v o excelentes relaciones con H i r a m de Tiro (969-36 a . G ) 1 1 8 , su mes es fruto del estío» 12S .
quien tenía u n imperio colonial marítimo en Chipre, Sicilia, Paralelamente, el rey Salomón mereció el título d e sabio
Cerdeña y Cádiz; había suplantado al poder marítimo de por excelencia, porque organizó en su corte círculos «sapien-
Sidón. Israel exportaba trigo y aceite a Tiro, mientras que los ciales» al estilo de la corte egipcia. Así, mandó redactar la «his-
fenicios le vendían, sobre todo, madera de cedro para las gran- toria de la corte de David» 1 2 9 , recoger las tradiciones épicas de
des construcciones de Jerusalén. los tiempos de los jueces y de los tiempos de Saúl, D a v i d y Sa-
En el orden militar, Salomón estableció guarniciones estra- lomón. Es en esta época cuando empieza a redactarse el d o -
tégicas para mantener su privilegiada situación, fortificando cumento «yahvista», q u e parece ser el más antiguo d e l Penta-
las principales ciudades, como Hasor, en Galilea, frente a los teuco. Organizó la música 13 ° y recogió proverbios 1 3 1 ; en rea-
árameos; Megiddo, cerca del monte Carmelo, para controlar lidad, el género gnómico o proverbial aparece ya en los textos
el paso hacia Egipto y la feraz llanura de Esdrelón; Gezer y de El Amarna. El actual libro de los Proverbios recoge, sin
Tamar, al sur 1 1 9 . A d o p t ó el carro de guerra 1 2 0 . D e hecho, duda, muchas sentencias populares de trasfondo cananeo co-
en las ruinas de Megiddo se encontraron establos para 450 ca- leccionadas en los círculos «sapienciales» de la corte d e Salo-
ballos; y construcciones militares del tiempo de Salomón se món. Los críticos ven en algunos proverbios dependencias de
encontraron en las ciudades antes citadas 1 2 1 . E n su tiempo hubo las Máximas de Amennem'ope (fines del segundo milenio a.C.) 1 3 2 .
choques militares con los edomitas en TransJordania 122 ; y en
Siria el arameo Razón ocupó Damasco y se proclamó rey de la 1 25 r R e 10,1-13; los sábeos estaban sedentarizados en el actual Yemen oriental. Cf.
W.' F. ALBRIGHT, en A R I 132-35; B A S O R 128 (1952) 45; J B L 71 (1952) 248S; G . VIN BEEK,
región 123 . Por otra parte, Salomón fomentó el comercio ma- c n J A O S 7 8 (1958) 141-52.
i 2 » Cf. G . VAN B E E K - J . JAMM, en B A S O R 151 (1958) 9-16.
rítimo por el mar Rojo 124 , con marineros fenicios que iban en i 2 7 1 R e 10.28-29.
i 2 8 Publicado primero p o r R. A . S. MECALISTER, Gezer II 24-28. L a inscripción fue e n -
contrada en 1908. "La lengua es hebreo-bíblica primitiva; cf. D . D I R I N G E R . Le iscrizimi antico-
116
1 R e 12,is. ebraiche palestinessi (Firenze 1934) 1-20; complementada por W . F . A L B R I G H T , e n B Í S O R 9 2
117
1 Re 9,16; cf. W . F . ALBRIGHT, en A R I 2 1 3 S ; J P O S 4 (1924) 142-44; A A S O R 12 (1930- p.16-26; G. R. DRIVER, en P E Q ( i 9 4 5 ) 5-9; E. Z O L L I , en B¡ (1946) 129-31; A N E T 320; S A O
31) 74s. 245-
129
" 8 1 Re S,i-i2. 2 Sam c.8-20; 1 R e 1,1-2.
i " Cf. 1 R e 9,15-19. 1 3 0 1 R e 10,12; cf. W . F . ALBRIGHT, e n ARI 125-29. Quizá los salmos 2 9 , 4 5 } i 8 sean
120 1 Re 10,26. una adaptación de composiciones poéticas cananeas.
m
121 Cf. Y. YADIN, en IEJ 8 (1958) 80-88. Cf. 1 Re 3,4-28; 10,7.23; 4,29-34; cf. M . N O T H - F . T H O M A S , Wisdom in Israel md in the
122
1 R e 11,14-22,25. Ancient East: V T 2 (1955); A . A L T , Die Weisheit Salomos (KS II) 90-99.
1 23 I R e 11,23-25. 132 Cf. W . F . A L B R I G H T , en V T S III 6.
124
I R e 9,26-28; 1 0 , l i s . 2 2 .
492 X. Conquista de Canaán Constitución de la monarquía 493

Y los nombres de los sabios citados en i Re 4,3 (Etán, Jemán, piedra vinculado a un lugar determinado. Así, la morada de
Kalkol y Darada) parecen cananeos. Yahvé es la colina de Sión. Con la institución monárquica, las
Finalmente, Salomón completó la burocracia montada por antiguas promesas hechas a los patriarcas y a Moisés quedan
su padre 1 3 3 , poniendo u n jefe de gobernadores ('al hannissa- canalizadas, a través de la dinastía, con las nuevas promesas
bim), u n jefe de administración de provincias, o ministro de la hechas a David 140 , surgiendo así el mito de la perennidad de
gobernación, y un primer ministro o visir ('al habbayit), que la dinastía davídica, que se habría de derrumbar estrepitosa-
era a la vez mayordomo de palacio 134 . Reorganizó el país en mente siglos más tarde con las invasiones caldeas. Los Salmos
distritos administrativos, con un gobernador comarcal 135 , sal- regios 1 4 1 parecen reflejar este ambiente de euforia nacional
tando así las organizaciones empíricas de las antiguas tribus; a partir del vaticinio de Natán 1 4 2 . El rey gobernaba como
lo que era una necesidad por exigencias de centralización del «hijo» predilecto y protegido de Yahvé 143 ; era su «primogéni-
poder y para anexionarse a las ciudades-Estado cananeas que to» 144 , su «ungido» 145 ; sometería a las naciones extranjeras 1 4 6
habían sido conquistadas. De este modo terminó el tradicional y ningún enemigo prevalecería sobre el rey 147 . Es la literatura
régimen «anfictionario» de las tribus. Para ello tuvo que forzar que gira en torno a las ideas mesiánicas nacientes, surgidas al
la recaudación de tributos, dadas las grandes obras públicas calor de la euforia de los tiempos triunfalistas de los primeros
que había emprendido; para trabajar en ellas, primero fueron años de la monarquía. Pero la realidad futura había de ser
llamados los esclavos; luego, los israelitas, reclutando cuadri- menos halagüeña, y las perspectivas proféticas tomarán otro
llas de trabajadores para cortar madera en el Líbano y trans- r u m b o más profundo y menos nacionalista.
portarla 136 . Sabemos que lincharon a un superintendente de En este ambiente, la «realeza» (concepto tomado del ex-
estos duros trabajos 137 . T a m b i é n los esclavos trabajaban en tranjero) se sacraliza, sin duda debido a influencias ambienta-
las fundiciones de Esion-Gaber, j u n t o al golfo de Aqaba, y en les cananeas, y lo estatal y lo religioso se fusionaron, llegando
las minas del Araba, en condiciones muy duras 1 3 8 . Con todo, a presentar al pueblo hebreo como «reino sacerdotal» 148 . Se
para hacer frente a las deudas públicas, Salomón tuvo que cumplieron los peligros anunciados por Samuel, que se oponía
ceder varias ciudades septentrionales al rey de Tiro 1 3 9 . Esto a la institución monárquica 1 4 9 , ya que la figura del rey absor-
resultó muy odioso, porque era enajenar parte del patrimonio bió los intereses totales del pueblo 1 5 0 . Y frente a esta centra-
dejado por el conquistador David. Con esta medida empieza lización excesiva surgieron tensiones de libertad y regionalis-
a decrecer el prestigio del gran rey, y la crisis surgirá con su tas ya en los últimos días de Salomón. El que canalizaba estas
muerte. nuevas tendencias autonomistas fue Jeroboam, jefe de las tri-
En realidad, el cambio social había sido m u y grande, pues bus de José, quien tuvo que refugiarse en Egipto para volver,
se había pasado de un régimen tribal religioso de «anfictionía» a ponerse al frente de las tribus septentrionales y declararse
a una organización comercial vasta, con tendencia a la concen- rey frente al de Judá 151 . Incluso los profetas, como Ajías, veían
tración urbana. Y los tradicionales movimientos profético- bien esta nueva situación, que surgía como reacción contra el
carismáticos veían en ello la pérdida de valores religiosos y el despotismo ilustrado de la corte megalómana de Jerusalén.
peligro de caer bajo influencias idolátricas extranjeras, como 140
2 Sam 7,is.
así sucedió. Por otra parte, la absorción de la población cana- 141
142
Son los salmos 2 18 20 21 45 72 89 101 l i o 132 144.
2 Sam 7,14.
nea trajo como consecuencia la adulteración del «yahvismo» 1 4 3 Sal 2,7.
tradicional, pues se mezclaron los ritos cananeos y los tradi- " 4 Sal 89,27.
" 5 Sal 2,2; 18,20,6.
cionales de Israel; la religión del desierto, al sedentarizarse en 1 4 ' Sal 2,7-12; 18,44; 7 2 , 8 - i r .
i 4 ' Cf. Sal 2,1-6; 18,31-45; 21,7-12; 132,17.
u n régimen de «estatificación» de lo religioso, pierde origina- lis Ex 19,6.
lidad, y Yahvé queda como «prisionero» en u n edificio de 1 « I Sam 8,6.11-17.
150 El Estado es «sacralizado» en n o m b r e de Yahvé; y los fines del Estado y los religiosos
se confundieron. Cf. H . J. KRAUS, Die Kónigsherrschaft Cotíes im AT ( T ü b i n g e n 1951);
« 3 1 Re 4,1-6. I D . , Gottesdienst in Israel ( M ü n c h e n 1954).
134
2 Re 15,5; Is 22,2ls. " i . Cf. 1 Re 11,26-40.
135 1 Re 4,7-19-
136
1 Re 5,i3s.
13
' 1 Re 12,18; 4,6; 5,14. •
13
» Cf. N . GLUECK, en B A S O R 79 (1940) 4; I. M E N D E N H A L L , en B A S O R 85 (1942) 14-17
39
1 1 Re 9(io-i4.
494 X. Conquista de Candan
\
División del reino: Judá e Israel 495
7. LA DIVISIÓN DEL REINO: TUDA E ISRAEL Sheshonq nos ha dejado una lista de ciudades conquistadas en
Al morir Salomón, que mantenía con su personalidad le- Canaán (sin mencionar a Jerusalén), pero sin dar detalles sobre
gendaria la frágil unión de las tribus, se derrumbó la obra de su itinerario, pues habla de sus victorias sobre «los asiáticos
unificación nacional davídica y empezó el espectáculo depri- de países extranjeros distantes»; dice: «He subyugado a M i -
mente de la guerra entre las tribus del norte y las del sur, que tanni» (país del norte de Mesopotamia, ya en decadencia polí-
nunca habían estado plenamente integradas. Falto de sentido tica entonces), y habla del «tributo de la tierra de Siria». Entre
político y mal aconsejado por los jóvenes, Roboam, hijo de las ciudades cananeas mencionadas en la lista están Ayyalón,
Salomón, en vez de aligerar el peso de los tributos, los aumen- Beth Horón, Beth-Shan (Beisán), Beth Anat, Beth-Tapuah,
tó, con lo que se dio pie para la secesión del reino, tal como Gibeón, Jordán, Mah.ana.im, Megiddo, Migdol, Rabbah, Rehob,
se decidió en la asamblea de Siquem 152, situada en la parte Shasu (beduinos), Shunem, Socho, Taanak 158 . De hecho, aparte
septentrional, lugar bien escogido para lograr la aclamación de la mención de estas localidades cananeas, muchas de las
popular que confirmara las decisiones de Jerusalén 153. Pero cuales pertenecían a Judá e Israel, la conquista de Megiddo
el delegado de Roboam fue linchado y el mismo rey tuvo que (junto al monte Carmelo) está garantizada por el fragmento
huir vergonzosamente. Las tribus del norte nombraron como de una estela con el nombre de Sheshonq encontrada en las
rey a Teroboam, el insurrecto que en tiempos de Salomón se excavaciones de esta ciudad. Igualmente se ha encontrado su
había refugiado en Egipto. En el trasfondo político parece que nombre en una silla de una estatua sedente en Byblos (al norte
se quería restaurar el régimen antiguo de «anfictionía» de las de Beyrut) 159 . Sheshonq fue el fundador de la XXI dinastía
tribus frente al centralismo absorbente de la corte de Jerusa- (de Buhaste), y de esta época se ha encontrado una estatuilla
lén. Los «carismáticos» se situaron a favor de los insurrectos, de basalto de un egipcio con esta inscripción: «Legado de Ca-
y así el profeta Semeias apostrofó a Roboam por su conducta naán y de Palestina, Padi-Eset, hijo de Apy» 160 . Es el que
insensata. De este modo, Jeroboam quedó investido de poder había dado refugio a Jeroboam cuando éste huyó de Salomón
por aclamación popular y profética, como había sido Saúl. para preparar su penetración en Asia y reconquistar el poderío
antiguo sobre aquellas regiones. En la lista de Karnak nos da
Como consecuencia de esta escisión, el poder militar se 150 ciudades conquistadas en Asia. El itinerario de la invasión
debilitó, y los países sojuzgados de alrededor lograron sacudir parece ser el siguiente: penetró por Edom a través del Negeb, y
el yugo israelita, como Damasco, que se constituyó en reino debió de destruir las fundiciones de Esyón-Gaber, en el Aqaba.
independiente 154. Igualmente, los filisteos en el sudoeste re- Destruyó Debir y Beth-Shemesh, en el reino de Judá. Llegó
cuperaron todas sus ciudades, excepto Gath155. Por su parte, luego hasta Esdrelón y hasta TransJordania, ocupando Megiddo,
los reinos de TransJordania, Ammán y Moab se constituyeron donde dejó su estela antes mencionada 161. Pero luego tuvo
también en Estados independientes, como aparece en la estela que volver a Egipto para hacer frente a las disensiones inter-
de Salmanasar III (s.ix a.C.) 156. Con todo, Judá mantuvo el nas; por lo que los reinos de Judá e Israel se sintieron momen-
control de la región meridional de Edom hasta el golfo de táneamente aliviados. Los egipcios se retiraron de Caimán,
Aqaba 157. dejando una cabeza de puente cerca de Guerar 162.
Y en el quinto año del reinado de Roboam, rey de Judá
(918 a.C), tuvo lugar la invasión del faraón SheshonQ (Sesac Hacia 876 subió- Omri al trono del reino septentrional,
de la Biblia), según se dice en 1 Re 14,25-27: «El año quinto inaugurando una nueva dinastía, «la casa de Omri», que dura-
del reinado de Roboam (hijo de Salomón), Sesac, rey de Egip- rá hasta el 842, en que Jehú se insurrecciona (con el visto bueno
to, subió contra Jerusalén; saqueó los tesoros de la casa de del profeta Éliseo) 163 y extermina a todos los miembros de la
Yahvé y los tesoros de la casa del rey; lo saqueó todo, llevando familia real. Cuando Omri subió al poder (876-69) tuvo que
todos los escudos de oro que había hecho Salomón». En efecto, 158 Véase A N E T 242-43.263-64.
152
159 Cf. A N E T 264; S A O 221.
1 Re 12,1-20. « o Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 130 (1953) 5 - u ; A N E T 264. Esta estatuilla está
153 Cf. C. U . W O L F , en J N E S 6 (1947) 98-108. en el Walters Art Gallery, de Baltimore.
154
Cf. F . M . U N G E R , Israel and the Arameans of Damascus ( L o n d o n 1957). " i Cf. W . F . ALBRIGHT, en A A S O R 21-22 (1943) 38; B . MAZAR, The Camptgn of
155 Cf. 2 Par 11,8. Pharaon Shishak to Palesiine: V T S IV (1957) 57-66.
15« Cf. PRITCHARD, en A N E T 278. " 2 Cf. W . F . ALBRIGHT, en J P O S IV (1924) 146-48; véase J. BRIGHT, La histeria de
15' Cf. N . G L U E C K , e n B A 10 (1947) 82. Israel (Bilbao 1966) 240-41.
163 Cf. 2 Re IO.ISS.
\
496 X. Conquista de Cunaán División del reino: Judá e Israel 497

hacer frente al rey de los árameos Ben Hadad I (880-42), que «casa de Omri» aun después de su desaparición, como veremos.
había invadido y saqueado la Galilea septentrional, llegando Procuró tener buenas relaciones con los fenicios y el reino de
al Yarmuk, en TransJordania. Por el norte había extendido su Judá, pero mantuvo a raya a los árameos, que presionaban por
imperio hasta Alepo, donde se encontró una estela suya, dedi- el norte de TransJordania. Esta política fue continuada por
cada a Melkart de Tiro, lo que implica que tenía buenas rela- su hijo Acab (860-10). que se había casado con Jezabel, hija
ciones con esta región fenicia 164 . Incluso logró obtener con- de Ittobaal de Tiro 167 , el cual gobernó entre 887-56 a . C ,
diciones ventajosas comerciales en la parte septentrional de cuando la gran ciudad marítima estaba en su momento cenital
Israel165. • de expansión colonial, pues Cartago fue fundada a finales del
Pero el peligro para los árameos y los israelitas venía de siglo ix a.C. T a m b i é n el rey de Tiro tenía que contrapesar la
Mesopotamia, porque el coloso asirio volvía a despertarse con presión de los árameos; por eso su alianza con el rey de Israel
apetencias imperialistas en el Amurtu u «occidente» (Siria-Feni- le reportó ventajas políticas y militares, ya que le proveía de
cia-Canaán). Dos siglos antes, los asirios se habían replegado cereales. Por otra parte, Acab estuvo en buenas relaciones con
ante el empuje de los árameos; por eso en tiempos de David, Yehoram de Judá, hijo de Josafat, pues la esposa de Yehoram,
bajo Asur-rabi II (1010-970), no hizo incursiones hacia occi- Atalía, era hija (o hermana) de Acab 168 . Extendió su influen-
dente; pero bajo A s u r - D a n II (934-12) volvió a recuperarse y cia comercial hasta Esyón-Gaber, en el Aqaba 1 6 9 , y por la es-
a presionar hacia Aram; y es Asur-nasir-pal (883-59), en tiem- tela de Mesha sabemos que conquistó Moab 1 7 0 , convirtién-
pos de Omri y Acab de Israel, quien se lanzó a la conquista de dolo en Estado-vasallo, con destacamentos israelitas en el nor-
la Alta Mesopotamia y del país de Aram, en la curva del Eufra- te del torrente Arnón. Por su parte, el rey de Judá dominaba
tes, sometiendo a los distintos Estados árameos de la región. Edom 1 7 1 y presionaba hacia la costa filistea 172 .
Luego, ya en tiempos de Omri de Israel, se lanzó hacia el sur E n u n combate con, los árameos en el norte de Transjorda-
y occidente, llegando al Líbano, el sueño de los reyes asirios ñia, el rey Acab logró hacer prisionero a Ben-Hadad de Da-
anteriores, y allí «lavó sus armas» en el Mediterráneo, sometien- masco, pero le dejó libre a cuenta de unas concesiones comer-
do a las ciudades costeras fenicias de Arwad, Byblos, Sidón y ciales a favor de Israel en territorio sirio. Y, aunque los profe-
Tiro, según él mismo declara enfáticamente en sus anales mili- tas protestaban contra esta política de relaciones con el exte-
tares, escritos en las losas del pavimento del templo de N i n u r - rior, la verdad es que era m u y oportuna, ya que d e nuevo
ta, en Kalah, nueva residencia del rey. He aquí el texto: amenazaban los asirios por el este, pues Salmanasar I I I (859-
824) lanzó una ofensiva contra el alto Eufrates, llegando a los
Expedición al Occidente de Asur-nasir-pal III (883-59) montes de A m a n u s y al Mediterráneo, como sus antecesores.
Entonces los reyes del oeste se confederaron para hacerle
«En aquella ocasión me apoderé de toda la extensión del monte Líbano,
llegando al Gran Mar del país de los amurru. Lavé mis armas en lo pro-
frente, a saber, Hadad-ezer (Ben-Hadad de la Biblia) de Da-
fundo del mar y ofrecí oblaciones de ovejas a los dioses. Ascendí a los masco 173 , Irhuleni de Hamath (no mencionado en la Biblia)
montes de Amanus y talé troncos de cedros, pinos salvajes, cipreses, y ofrecí y Acab de Israel, que contribuyó con dos mil carros y diez mil
oblaciones de ovejas a mis dioses. Hice esculpir una estela con mis heroicas infantes. El encuentro decisivo tuvo lugar en Qarqar, junto al
gestas y la levanté allí» '66,
Orontes, en 853 a.C. En los anales oficiales el rey d e Asiría
Después, el rey se retiró a Mesopotamia, pero no tardarían se gloría de haber reportado una victoria total, p e r o parece
en volver sus sucesores. D u r a n t e este tiempo, Omri de Israel que la batalla quedó en tablas; y de hecho tardó cinco años
trató de recuperar los territorios del norte ocupados por los en emprender una nueva expedición contra esta región,
árameos, y fundó Samaría (Shomron) en una colina que d o m i - i« Cf. 1 Re 16,31.
ni la región central de Cisjordania, fundando una dinastía "8 2 Re 8,18; 2 Par 21,6; 2 Re 8,26; 2 Par 22,2.
»» 1 Re 22,2.8.
que iba a ser llamada, en los textos bíblicos y cuneiformes, la "O Cf. ANET 32OSS.
171
1 Re 22,47.
« i Cf. W. F. ALBRIGHT, en BASOR 87 (1942) 23-29; G. DE LA VIDA, en BASOR 90 "2 2 Re 8,22; 2 Par 17,11.
Oi43) 30-34- i " Hadai-ezer (Adad-idri de los textos asirios) es el nombre personal, mientras Ben-
"5 Cf. 1 Re 20,34. Hadad es el nombre de trono. Cf. W. F. ALBRIGHT, en BASOR 87 (1942) 28.
156
Publicado por KING, en AKA 254S; I. Y. LE GAC, Les inscriptiones de ASsur-nasir-
a¡¡« III (París 1907) 3s; LUCKENBILL, en AR I 475-79; A. L. OPPENHEIM, en ANET 275-
7í;SAO 222. En la inscripción, Líbano es llamado Lah-na-na, y el Orontes, Aran-tu.
\ División del reino: Judá e Israel 499
498 X. Conquista de Canaán
sobre las murallas en holocausto para aterrorizar a los israeli-
tas, que sentían abominación por estas bárbaras costumbres;
La batalla de Qarqar según el relato de Salmanasar III (858-24)
por lo que éstos se retiraron del asedio 177 . Esta es una versión
«... Partí de Alepo y me acerqué a las dos ciudades de Irhulemi de Ham- convencional para ocultar la derrota ante el ejército de M o a b .
mat. Partí luego de Árgana y me acerqué a Qarqar. Destruí, derribé e in- Afortunadamente, tenemos una versión de parte del rey
cendié Qarqar, su residencia real. Trajo en su ayuda 1.200 carros de guerra,
1.200 jinetes y 20.000 soldados de Adad-idri (Haddad-ezer) de Damasco; Mesha de Moab, quien nos habla de cómo sacudió el yugo
700 carros, 700 jinetes, 10.000 soldados de Irhuleni de Hammath; 2.000 de los israelitas; es lo que se dice en la famosa estela de Mesha
carros, 10.000 soldados, de Acab de Israel (A-ja-ab-bu mat Sir-'i-la-a-a); (una piedra negra de un metro de altura por 0,60 de ancho,
500 soldados de Que, 1.000 soldados de Musri (Egipto)...; en total, 12 reyes, que se encuentra en el Museo del Louvre, en París). Encon-
que se habían levantado contra mí para (darme) una batalla decisiva...;
y los derroté entre las ciudades de Qarqar y Gilzán. Abatí con las armas trada en 1869 por u n misionero alemán en TransJordania, en
14.000 guerreros de sus ejércitos, cayendo sobre ellos como cuando Adad Dibón (Dibán), a ocho kilómetros al norte de Arnón, en la re-
envía un diluvio. Amontoné sus cadáveres, llenando la planicie con sus gión de la antigua Moab, fue descuartizada en trozos por los
tropas numerosas. Hice correr su sangre con las armas por las concavidades beduinos, esperando así venderla más cara por fragmentos.
de la región. La llanura resultó demasiado pequeña para dar cabida a los
cadáveres que caían, y el vasto suelo no era suficiente para poder enterrarlos. Ha sido luego reconstruida, y tiene más de treinta líneas, las
Con sus cuerpos yo rellené el Orontes como para establecer un vado. En últimas muy mutiladas. Está escrita en caracteres alfabéticos
este combate me apoderé de sus carros, de sus jinetes, de sus caballos arcaicos similares a los del hebreo antiguo (como el de la/ins-
y de sus arneses» 174 . cripción de Siloé, s.vin a . C ) , y en ella se narran las victorias
de los moabitas sobre los israelitas, con lo que sacudió su yugo.
En la Biblia no se alude a esta intervención de Acab de Is-
H e aquí el texto íntegro:
rael en la famosa batalla de los doce reyes en Qarqar, que sir-
vió para detener a los asinos durante u n lustro. Más tarde,
Salmanasar III volverá a la carga en tiempos de Jehú, que ha- Estela de Mesha, rey de M o a b (s. IX a.C.)
bía exterminado la dinastía de O m r i en 841 a . C , al que im-
«Yo soy Mesha, hijo de Kemosh..., rey de Moab, de Dibón: Mi padre
puso u n tributo, así como a los reyes de T i r o y de Sidón. En reinó treinta años sobre Moab; y yo reiné después de mi padre. Yo cons-
realidad, Acab sobrevivió pocos meses a la famosa batalla de •truí este lugar alto (bamáh) en honor de Kemosh en Qerihó, (lugar alto)
Qarqar, pues murió mientras atacaba la ciudad transjordana de salvación, pues me salvó de todos los reyes y me hizo prevalecer sobre
de Ramoth de Galaad 17S , cumpliéndose así el vaticinio de todos mis enemigos. En lo concerniente a Omri, rey de Israel, éste oprimió
a Moab durante muchos días, pues Kemosh se había enojado contra su
Elias: «los perros lamieron su sangre y las rameras lavaron su país. Le sucedió su hijo (Acab), y se dijo: ' ¡Yo oprimiré a Moab!' En mis
sangre» 176 . días así habló, pero yo he prevalecido (lit. «he gozado de su vista») sobre
En tiempos de Acab de Israel reinaba en Moab el rey Mesha, su casa; ¡e Israel se ha arruinado para siempre! En efecto, Omri había ocupado
del que se dice en 2 Re 3,4-5 que «poseía rebaños y pagaba al la tierra de Madaba, e (Israel) había habitado durante los días de él y la
mitad de los días de su hijo (Acab) ; en total, cuarenta años; pero Kemosh
rey de Israel u n tributo de cien mil corderos y cien mil carneros moró allí durante mis días. Y yo edifiqué a Baal Meón, haciendo un estanque
con sus lanas. A la muerte de Acab, el rey de Moab se insurrec- en ella; y construí Qiryaten. Las gentes de Gad habían residido siempre en
cionó contra el rey de Israel». Por ello, el rey Joram de Israel la tierra de Atarot, pues el rey de Israel había edificado para sí a Atarot.
Pero yo combatí contra la ciudad y la tomé; y maté a toda la gente de la
organizó una expedición militar contra el rey de Moab, lla- ciudad para saciar a Kemosh y a Moab. De allí yo traje (como cautivo)
mando en su ayuda a Josafat de Judá, a lo q u e accedió éste, a Ariel, su caudillo, y lo arrastré delante de Kemosh en Qeriyot. Y establecí
tomando ambos «el camino del desierto de Edom» (v.8). Es allí gentes de Sharon y a gentes de Maharot. Entonces, Kemosh me dijo:
decir, que siguieron por el sureste del mar M u e r t o . Y el p r o - ' ¡Ve y toma Nebo (de manos) de Israell' Yo me fui de noche y combatí
contra ella desde el alba al mediodía. Y la conquisté, matando a todos:
feta Eliseo salvó la situación del ejército sediento haciendo a siete mil hombres en pleno vigor, y a viejos, a mujeres en plena juventud,
aparecer agua inesperadamente. Los moabitas les atacaron, y a las ancianas, a las esclavas, pues las había consagrado como hérem ¡anate-
pero fueron derrotados, teniendo que replegarse a las murallas ma: total destrucción) a Ashtar-Kemosh. Y tomé de ellos (objetos dedicados)
de Q i r Jareset. Y allí el rey de Moab sacrificó a su primogénit o a Yahvé y los transporté ante Kemosh. Y el rey de Israel había edificado
Yahas; y allí residía cuando luchaba contra mí, pero Kemosh le hizo salir
174
Publicada primero en K A H II n.112-14; traducción d e L U C K E N B I L L , en AR I 610; delante de mí. Yo tomé de Moab doscientos hombres con sus capitanes
E. D H O R M E , Les pays bibliques et l'Asyrie: R B (1910) 66-67; A N E T 278-79; S A O 224-25;
F . M I C H A E L I , Textes de la Bible et de l'Ancient Testament p . 5 1 - 5 2 . 177
175 1 Re 22,38. 2 Re 3,4-27-
176
1 Re 21,19.
500 X. Conquista de Canaán División del reino: ]udá e Israel 501
y los conduje contra Yahas; y la conquisté, anexionándola a Dibón. Yo fui 183
dientes de los qenitas . Fue la reacción frente al aperturis-
el que edificó a Qerihó, el muro de los bosques y el muro de la fortaleza;
yo fui quien construí sus puertas y edifiqué sus torres. Yo fui quien edificó mo progresista de la dinastía de Omri 184, y Jehú (842-15) fue
el palacio del rey e hice los muros del estanque para las aguas en medio el instrumento de esta ala extremista, que acabó con todos los
de la ciudad, pues no había cisterna en medio de la ciudad, en Qerihó. representantes de la «casa de Omri» 185. La nueva dinastía du-
Por lo que dije a todo el pueblo: ' ¡Haced cada uno de vosotros una cisterna rará un siglo, pero al fin será también exterminada, según se
en vuestras casas!' E hice cortar vigas para Qerihó por los prisioneros de
Israel, Edifiqué Aroer y construí la calzada en el valle de Arnón. Yo reedi- declara en Os 1,4, justamente protestando por la matanza des-
fiqué Bet Ramot, que había sido destruida. Edifiqué también en Betser piadada de un siglo antes. En Damasco, Ben Hadad fue tam-
(porque estaba en ruinas) con cincuenta hombres de Dibón, porque todo bién asesinado por un general llamado Jezael (842-806).
Dibón estaba bajo mi obediencia. Yo reiné sobre las cien ciudades que yo En este tiempo amenazaba el coloso asirio, que hacía sus
había anexionado al país (de Moab). Y edifiqué también a (Madaba) y a
Bet-Diblatem y Bet Baal-Meón, poniendo allí el... del país. Y en cuanto incursiones contra Hamath y Damasco, }ustamente en el 841,
a Hawronen, residieron allí... Y Kemosh me dijo: '¡Baja y combate contra poco tiempo después de ocupar el troncAjazael. Después de
Hawronen!' Y descendí (y luché contra la ciudad y la tomé), y así Kemosh arrasar las arboledas del oasis de DamascoXSalmanasar III se
residió en ella durante mis días...» 178 .
dirigió hacia el sur, hacia el Hauran, y por el oeste hacia el
mar, recibiendo tributo de Tiro y Sidón y de Jehú, rey de Is-
El valor histórico de esta estela es incalculable, pues es la
rael, como se expresa en sus anales:
primera vez que se menciona a Israel en un texto extrabíblico
después de la estela de Merenptah (s.xm a.C), y nos sirve
para esclarecer la historia del reino septentrional de Israel en Incursión de Salmanasar III hacia Occidente (840 a.C.)
un momento de expansión, como es el de los tiempos de la di- «En el año vigésimo primero de mi reinado crucé el Eufrates por vigé-
nastía de Omri, que conocemos bien por los textos bíblicos. sima primera vez. Jazael de Damasco, confiado en su numeroso ejército,
Por otra parte, en ella leemos reiteradamente el nombre del congregó a sus tropas en gran número y se fortificó en el monte Sanir, un
pico montañoso que se encuentra frente al monte Líbano... Yo combatí
dios protector de los moabitas, bien gónocido en la Biblia 179. contra él y le derroté, pues maté a espada a 16.000 de sus mejores soldados.
Jeremías anuncia la destrucción del reino de Moab en estos Le quité 1.121 carros, 470 caballos de montar y su campamento. Marchó
términos: «Saldrá Kemosh para el destierro, y con él sus sacer- huyendo para salvar su vida, pero yo le perseguí y le encerré en Damasco
dotes y sus magnates... Y se avergonzará Moab de Kemosh... (Di-mash-qi), su residencia real. Talé sus jardines y me fui hacia las mon-
tañas de Haurdn, destruyendo ciudades sin número, devastándolas e in-
Desciende, hija de Dibón... habitante de Aroer... Anunciadlo cendiándolas, y arrebatándoles un botín incalculable. Marché luego hasta
en Arnón. Ha venido el juicio sobre... Yahas... sobre Dibón, los montes de Ba-li-ra-si, que están sobre el mar; y allí erigí u n a estela
sobre Nebo, sobre Bet-Diblatayim... Moab es jactanciosa, alta- con mi efigie real. Entonces recibí tributos de los tirios, de los sidonios y
de Jehú, descendiente de Omri (Ya-u-a mar Ju-um-ri-i)»187.
nera y arrogante... ¡Perdido estás, pueblo de Kemoshh 1 8 °. En
este impresionante oráculo leemos los nombres de muchas de
Vemos en este texto que se considera a Jehú como descen-
las localidades mencionadas en la estela de Mesha; en i Re 11,7
diente de Omri, a pesar de que había sido el que acabó con la
se dice que Salomón «edificó frente a Jerusalén, un lugar alto,
dinastía fundada por Omri; pero la «casa de Omri» (su dinas-
a Kemosh, abominación de Moab». El texto de la estela de
tía) tenía tal fama, que aun después de su desaparición se si-
Mesha está redactado cuando en Israel predicaban contra la
guió considerando a Jehú de Israel como perteneciente a ella.
infiltración de los cultos idolátricos Elias y Eliseo; sobre todo,
En otro texto asirio del mismo rey Salmanasar III (un obelisco
contra la diosa de Tiro, Melqart181. Es un gran momento de
de dos metros de alto encontrado en Kalaj, y que está en el
tensión religiosa, que traerá como consecuencia la insurrección
Museo de Londres), se celebran las victorias de Asiría con re-
de Tehú, alentada por el celo de Eliseo en 842 a.C. 182 y por
lieves que ilustran su contenido por sus cuatro caras. Y en-
los integristas del yahvismo a ultranza, los rekabitas, descen-
tre los reyes sometidos se menciona a Jehú de Israel, queipa-
178
Publicada por DUSSAUD, Les monuments palestiniens et judaiques (Musée du Louvre
rece prosternado ante el vencedor y seguido de gentes que
1912) 4-22; H . GRESSMANN, e n A O T 440-42; cf. W . F . A L B R I G H T , e n JOJR 34 (IQ4S) 247-50;
I D . , e n B A S O R 89 p.16 n.55; I D . , e n A N E T 320-21; S A O 247-49; H . M I C H A U D , Sur la pierre 183 1 P a r 2,55; 2 R e 10,15-17.
et {'argüe (Neuchátel 1958) 35-42; F . M I C H A E L I , O.C., 53-55. 184 Cf. J. B R I G H T , O . C , 259.
1™ Cf. N ú m 21,29. 185 2 Re 8,28.
180 Jer 4 8 , I S S . 1a7 P u b l i c a d o por L . M E S S E R S H M I D T e n K A H I n.30; t r a d . de L U C K E N B I L L , e n AR 6 8 l ;
181 Cf. W . F . A L B R I G H T , e n A R I 135S.229; B A S O R 87 (1942) 28; 1 R e 16,32. E. M I C H E L , Die Welt des Orients I (1947) 57s; E. D H O R M E , Les pays bibliques et l'tesyrie:
182 2 R e c.9-10. R B (1910) 7 3 ; A N E T 280-81; S A O 226; F . M I C H A E L I , O.C., 56.
502 X. Conquista de Candan
División del reino: Jttdá e Israel 503
llevan los presentes al rey asirio. A este propósito comenta
A. Parrot: «Es el único documento de la historia profana en la Expedición de Adad-Nirari III (810-783)
que aparece representado un personaje histórico del A T israe-
lita o judío» 188 . H e aquí el texto: «Propiedad de Adad-Nirari, gran rey y legítimo rey de las Cuatro Re-
giones, rey de Asiría... que ha puesto a sus pies a los príncipes del interior
de las Cuatro Regiones de la tierra, conquistando desde el monte de Siluna
Obelisco de Salmanasar III (840 a.C.) del sol naciente los países de Sabán, Ellipi, Harhar, Araziash, el (país de
los) medos, Gizilbunda, en toda su extensión; los países de Munna, Persia
«Tributo de Jehú, hijo de Omri: Yo recibí de él plata, oro, un tazón de (Parsua), Allabria, Apadana, Nairi con sus regiones, Amdiu, que está
oro, un vaso de oro con una basa en punta, vasos de oro, de estaño, el cetro a lo lejos, en la cima de los montes, con todas sus regiones, hasta el Gran
de un rey y puruthu (?) de madera» 18S>. Mar del sol naciente, y desde las riberas del Eufrates, el país de los hititas,
el país de amurru en toda su extensión: Tiro, Sidón, Israel (mdt Ju-um-ri:
De nuevo aquí se llama a Jehú «hijo de Omri», aunque es de «país de Omri»), Edom, Palestina (Pa-la-ash-tu) hasta la playa del gran
otra nueva dinastía; pero los asirios no sabían que era intruso mar del sol poniente, hice que se sometieran todos a mis pies, con la impo-
sición de un tributo sobre ellos» 193 .
en el trono de Samaría. A pesar de sus victorias, los asirios no
pudieron consolidarlas, y se tuvieron que volver a sus tierras
Pero el colapso de Damasco dio una oportunidad para levan-
para hacer frente a una oleada de pueblos invasores de proce-
tar cabeza al reino de Israel a principios del siglo VIII a . C ;
dencia indoeuropea por el este de Mesopotamia; son los medos,
sobre todo, bajo Teroboam II (786-46). Por otra parte, los in-
que empiezan a ser nombrados en los textos cuneiformes oficia-
mediatos sucesores de Adad-Nirari III n o pudieron continuar
les, pues las luchas con ellos fueron frecuentes. Así, Shamsi-
sus expediciones por el occidente, porque presionaban por el
Adad V (824-11) tuvo que hacerles frente en Armenia (Urartu).
norte los armenios de Urartu, que se fueron extendiendo hacia
Al morir el rey surgió como regente la figura legendaria de
Siria a base de una política de captación de los reinos de esta
Semíramis durante la minoría de edad del hijo Adad-Nirari III.
región. Y, por otra parte, los árameos tuvieron que hacer frente
Durante esta época de debilidad asiría, Jazael de Damasco
a las pretensiones de Hamath, al norte, lo que les impidió pre-
hizo la guerra a Israel, perdiendo Jehú toda la TransJordania
sionar hacia el sur, hacia Israel. El propio rey de Hamath,
hasta el Arnón 190. Luego, los árameos se lanzaron por la zona
en una inscripción de una estatua dedicada a Ilu-wer, dios su-
costera filistea, conquistando Gath; y no atacaron a Judá, por-
cedáneo de Hadad, nos dejó constancia de esta tensión contra
que ésta les pagó tributo 1 9 1 . De este modo, Israel quedó prác-
los árameos. Esta inscripción fue encontrada en 1904, a 50 Mió-
ticamente como Estado vasallo de los árameos; y los pueblos
metros al sudeste de Alepo, en AJis, que en la inscripción apa-
vecinos aprovecharon su debilidad para saquearle por d o -
rece bajo el nombre de Apish.
quier 1 9 2 .
Pero la hegemonía de Damasco fue efímera, porque de nuevo
Inscripción de Zakir de Hamath y de Luath
los asirios hicieron su aparición bajo Adad-Nirari III (811-78?')
en distintas expediciones hacia el occidente, reanudando la «Estela erigida por Zakir, rey de Hamath y de Luath, para Ilu-Wer
política expansiva de Salmanasar III. Y así, en 802 a.C. ca- (su dios): Soy Zakir, rey de Hamath y de Luath; soy hombre humilde,
pero Beel-shamayim me prestó auxilio, y me hizo rey de Hatarikka (Ha-
yeron sobre Damasco; y el rey de esta localidad, Ben-Hadad I I drak). Pero Bar-Hadad (Ben-Hadad), hijo de Jazael, rey de Aram, juntó
(hijo de Jazael), le ofreció tributo; e Israel corrió la misma diez reyes contra mí: Bar-Hadad y su ejército; Bargush y su ejército; el
suerte, según una inscripción del rey asirio descubierta en rey de Cilicia y su ejército; el rey de Umq y su ejército; el rey de Gurgum
Kalaj: y su ejército; el rey de Samal y su ejército; el rey de Milid y su ejército...
En total, siete reyes con sus ejércitos. Todos estos reyes asediaron Hata-
>88 A. PARROT, Ninive et VAnden Teslament (Neuchátel 1955) 2 5 . rikka, construyeron un muro más alto que Hatarikka; e hicieron un foso
189
19
A N E T 281; S A O 227; A. PARROT, O . C , 24; F . M I C H A E L Í , 0 . 0 , 57. más profundo que su foso. Pero levanté mis manos a Beel-shamayim, y
° Cf. 2 Re i o , 3 2 s ; A m 1,3.
191
2 Re I2,l7ss.
Beel-shamayim me escuchó. Pues Beel-shamayim me habló por medio
192
A m 1,4. de videntes y adivinos; así, Beel-shamayim (me dijo): 'No temas, pues
yo te constituí rey, y te ayudaré y libraré de todos (estos reyes que)
te asedian; que hicieron este muro... Erigí esta estela delante de Ilu-Wer
y redacté en ella mis gestas... Quien borre (esta lista) de las gestas de Za-

193
Publicado por RAWLINSON I pl.35 n . i ; trad. LUCKENBILL, en A R I 7 3 9 - 4 0 ; ANET
A. L . O P P E N H E I M ) 281; S A O 227.
División del reino: Judá e Israel 505
504 X. Conquista de Ccrnaán
la costa mediterránea para afirmar su comercio marítimo.
kir, rey de Hamath y de Luath, de esta estela, y quien retire esta estela de
la presencia de Ilu-Wer y la quite de su lugar, o quien extienda su mano... Y en 729 gobernó en Babilonia con el nombre de Pulu (título
Beelshamayim e Ilu-Wer... y Shamsh y Shar... y los dioses del cielo... babilónico), mientras derrotó a Sardur II de Urartu, llegando
y de la tierra, y Beel... le priven de su descendencia... el nombre de Zakir hasta el sur del mar Caspio, y venciendo a los medos, del norte
y el nombre de (su casa permanezcan para siempre)» 194 . del Irán. Pero antes había lanzado su ejército contra el oeste
También Ben-Hadad de Damasco, mencionado en la estela para hacer frente a una coalición dirigida por Azarias de Judá
de Zakir de Hamath, nos dejó una inscripción de dedicación en (Azriyau Yeudi), según nos cuenta en sus anales; el encuentro
una estela encontrada en 1939 a seis kilómetros al norte de tuvo lugar en el norte de Siria 203 . No obstante, en la Biblia no
Alepo. Data del 860 a.C. se dice nada de este choque de Azarias (Ozías) de Judá contra
el coloso asirio. En otro texto, el rey asirio menciona a Joacaz
Estela de Ben-Hadad de Damasco (hacia 860 a.C.)
de Judá (740-36), hijo de Azarias (790-40). Al mismo tiempo
se citan a los reyes de Edom, Moab y Gaza, lo que indica que la
«Estela erigida por Bar-Hadad, hijo de T(ab-rimón, hijo de Hezyón), expedición siguió por TransJordania y Cisjordania a la vez
rey de Aram, para su señor Melqart, como lo había prometido él y (así)
oye su voz» 19S. para asegurarse antes de hacer una confrontación decisiva con
Egipto al sur de Gaza.
En esta época, Israel vive un momento de esplendor bajo
Jeroboam II (786-46). quien hizo expediciones militares a Expedición de Teglatfalsar III (744-27) contra Siria y Palestina
TransJordania 196 y llevó sus fronteras hasta Hamath, al sur de
Kades, sobre el Orantes, como en los tiempos salomónicos 197 ; «Establecí a Idi-bili como guardián de lindes en la frontera de Musur
(Egipto). En todos los países... (recibí) el tributo de Kushtashpi de Com-
pero no sabemos que haya conquistado Damasco 198 . En esta magene, de Urik de Que, de Sibitti-bel de Byblos... Enil de Hammath,
situación se desarrolló un comercio grande con el exterior; Panammu de Samal, Tarhulara de Gumgum, Sulumal de Mitilene... Uas-
y Amos nos habla del lujo de la clase dirigente de Samaria, surme de Tabal, Ushiti de Tuna, Urballa de Tuhana, Tuhamme de Ish-
con sus «casas de marfil». Se ha encontrado un sello de jaspe en tunda... (Ma)tan-bel de Arwad, Sanipude Bit-Ammón, Salamanu de Moab...
Mintinti de Askalón, Joacaz de Judá (Ya-u-ja-zi Ya-u-da-a), Kaushma-
Megiddo con la inscripción: «Shema, siervo de Jeroboam» 199 . laku de Edom (U-du-ma-a-a), Musei... Hanno de Gaza (Ja-za-at-a-a);
También el reino de Judá tuvo un pasajero momento de esplen- a saber: oro, plata, estaño, hierro, antimonio, vestidos de lino de franjas
dor comercial a través de Esyón-Gaber, donde se ha encontra- multicolores, vestidos de sus (confecciones) indígenas, de lana, de púrpura
do un sello que parece ser de Jotam, hijo de Ozías de Judá 2 0 0 , oscura... toda clase de objetos valiosos, tanto productos del mar como del
continente; productos de sus regiones, los tesoros de sus reyes, caballos,
quien se apoderó también de la zona costera de Gath, repoblán- yuntas de muías» 2 0 4 .
dose el Negeb 201 . Es en esta época cuando desarrollan sus mi-
nisterios Amos y Oseas en Israel, e Isaías y Miqueas en Judá. Como antes apuntamos, en el reino de Israel, después de
Ellos echan en cara las desigualdades sociales 2 0 2 y la idolatría la muerte de Jeroboam II, se sucedieron los asesinatos y cam-
reinante. Y anuncian la próxima invasión de los asirios, que bios en el trono, a base de insurrecciones de generales 205 ;
amenazan Siria, tomando Damasco en 732 a.C. En el reino de así, Zacarías (746-45), hijo de Jeroboam, fue asesinado por
Israel, después de la muerte de Jeroboam II, siguió la anarquía Shallum, quien, a su vez, fue depuesto un mes después por
política, con una secuela de insurrecciones de generales que se Menajem ben Gadi, quien tuvo que pagar un tributo a Te-
deponen mutuamente. glatfalsar III 206 , como se declara en los anales de este rey.
Por su parte, Teglatfalsar III (745-27), después de afirmar- 203
Cf. E. R. T H I E L E , The mysterim Numbers of thc Hebrew Kings (Chicago 1951) 75-98;
se en el trono, sometiendo a los caldeos de Babilonia, y de de- ID., en J N E S (1944) 155-65; W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 100 (1945) 18; M . F . UNGER,
Israel and the Arameans of Damascus ( L o n d o n 1957) 95-98.
fenderse contra Urartu (Armenia), en el norte, se lanzó hacia ¡ M T e x t o e n A N E T 282; S A O 228.
2
»5 Cf. 2 R e 15,8-28.
194 2
T e x t o en A N E T 501-502; S A O 259-60. »6 Cf. 2 R e i 5 , i q s .
" 5 T e x t o en A N E T 501; S A O 259.
196
A m 6,13.
197
2 Re 14,25; 1 Re 8,65.
198
Gf. 2 Re 14,28; contexto m u y oscuro.
199
Gf. W R I G H T , en B A R 1595.
2
° ° Cf. N . GLUECK, en B A S O R 79 (1940) 13-15; I D . , i b i d , 172 (1958) 2-13.
201
Cf. 2 Par 26,10; N . G L U E C K , en B A S O R 152 (1958) 18-36; 149 (1958) 8-17.
202
Cf. A m 2,6; 5,11; 8,4-6; 6,10-12; cf. E. A. SPEISER, en B A S O R 77 (1940) 15-20.
506 X. Conquista de Canaán
División del reino: ]udá e Israel 507
Tributo de Menajem de Israel a Teglatfalsar III (hacia 738 a.C.) de Galza, Abilakka, que son vecinas a la casa de Omri (Bit Ju-um-ri-a)...
en toda su extensión... y respecto a Hanno de Caza, que había huido ante
«Recibí tributo de Kushtashpi, de Rezón de Damasco (Ra-ji-a-am), mi ejército, llegando a Egipto, (le tomé) la ciudad de Gaza... su propiedad
de Menajem de Samaría (Me-ni-ji-im-mi al Sa-me-ri-na-a-a), de Hiram personal sus imágenes... (coloqué las imágenes de mis dioses) y mi imagen
de Tiro, de Sibitti-bili de Byblos... de Zabibe, la reina de Arabia; a saber, en su palacio... y declaré que serían en adelante los dioses del país. Les
oro, plata, estaño, hierro, pieles de elefantes, marfil, vestidos de lino con impuse tributo... Y (en cuanto a Menajem), caí sobre él como un turbión;
franjas multicolores, lana teñida en púrpura, madera de ébano, madera y él... huyó como un pájaro solo y se inclinó ante mis pies. Le devolví a
de boj, todo lo que era valioso para su tesoro real; también corderos, cuyos su lugar (y le impuse) como tributo oro, plata, prendas de lino con franjas
vellos extendidos estaban teñidos de púrpura, y aves salvajes, cuyas alas multicolores... Y en cuanto a la casa de Omri (Bit Ju-um-ri-ia; sinónimo
abiertas estaban teñidas de azul; caballos, mulos, ganado mayor y menor, de Israel), les llevé a sus habitantes y ajuares a Asiria. Destronaron a su
camellos y camellas con crías» 2 0 7 . rey Peqaj (Pa-qa-ja), y yo nombré a Oseas (A-u-si) como soberano sobre
ellos. Recibí de ellos 10 talentos de oro, 1.000 talentos de plata, como tri-
Este texto asirio es el mejor comentario al de la Biblia: buto suyo, y los transporté a Asiria» 2 U .
«Pul (nombre babilónico de Teglatfalsar III), rey de Asiria,
dominó al país; y Menajem le dio a Pul mil talentos de plata En la Biblia se narra el cambio de rey en Samaría con estas
para ayudarle a afirmar su realeza, entre sus manos. Menajem palabras: «Oseas, hijo de Ela, organizó una conspiración contra
sacó el dinero de todos los acaudalados para entregarlo al rey Peqaj, hijo de Remeli; le hirió, causándole la muerte; y le suce-
de Asiria, a base de cincuenta siclos de plata a cada uno. Re- dió en el año veinte de Jotam, hijo de Ozías (Azarías) de
gresó entonces el rey de Asiria y no se detuvo en el país» 2 0 8 . Judá» 2 I 2 .
T a m b i é n el nombre de Rezón (Rasín) de Damasco, men- Por su parte, en el texto de los anales de Teglatfalsar III
cionado en la inscripción asiria, aparece aludido en 2 Re 16,9: se añade:
«Teglatfalsar subió contra Damasco y la tomó, y llevó a los
«... En mis campañas anteriores, yo había conquistado todas las ciuda-
habitantes como cautivos a Kir, haciendo morir a Rasín». En des... y había traído como botín... y sólo a la ciudad de Samaría le dejé
sus anales, Teglatfalsar III hace esta mención de Rasín de Da- su rey (Peqaj)... como lluvia de una tormenta... los distritos de la casa
masco: de Omri (Bit-Ju-um-ria)... 625 prisioneros de la ciudad» 2 1 3 .

«Yo asedié y conquisté la ciudad de Hadara, herencia de Rezón de Da- Ahora bien, Peqaj de Samaria (737-32) formó una coalición
masco, donde nació. Y traje como prisioneros a 800 habitantes con sus con Resín de Damasco; y quiso atraerse a Jotam de J u d á (742-
bienes» 2 0 9 . 35); pero éste rehusó entrar en la liga antiasiria, sin d u d a alec-
Pero Menajem se hizo odioso por esa política de sumisión cionado por el profeta Isaías. Por eso, el rey Peqaj de Samaria
a Asiria y por la brutalidad que había mostrado con una lo- y Rasin de Damasco trataron de someterle por la fuerza 214 ;
calidad que le era hostil 2 1 0 ; por eso, al morir, su sucesor, Pe- y al morir Jotán le sucedió su hijo Acaz en Jerusalén (735-25),
cajya, reinó sólo dos años, pues fue asesinado por un general quien tuvo que hacer frente al asedio de Jerusalén de la coali-
llamado Peqaj, quien reinó veinte años. Según 2 Re 15,28, ción siro-efraimita, que quería poner en el trono de Jerusalén
en su tiempo\«el rey de Asiria, Teglatfalsar, vino y tomó a un tal Ben Tabeel 2 1 5 , que era arameo. Este, bajo el nombre
Ayón, Abel Bet Maca, Janos, Quedes y Hasor, Galay y la Ga- de Bet-Tab'el, es mencionado en un texto asirio como si fuera
lilea, todo el territorio de Neftalí, y llevó a sus habitantes como una región de la Alta TransJordania 2 1 6 . Y en esta coyuntura,
cautivos a Asiria». Lo que se confirma por la alusión de u n los edomitas expulsaron a las tropas de Acaz de la región de
fragmento de los anales del rey asirio: Esyón-Gaber (Elath-Aqaba), destruyendo la ciudad, lo que
comprueban las últimas excavaciones arqueológicas. Parece
Incursión de Teglatfalsar III
que los edomitas estaban aliados con los confederados siro-
efraimitas 217 ; por su parte, los filisteos irrumpieron en el
«Sometí a la ciudad de Hatarikka hasta el monte Saua... las ciudades Negeb y en la Shefela a lo largo de la costa mediterránea.
de Byblos (Gubalu: Dgebeil actual)... Simirra... Instalé a seis funciona-
rios como gobernadores sobre ellos y anexioné a Asiria... a las ciudades 211 T e x t o e n A N E T 284 Un. 16-18; S A O 229-30.
212
2 R e 15,29-30.
207 Texto en ANET 282-83; SAO 228-29. 213 T e x t o e n A N E T 284 lin.16-18; S A O 229-30.
208
2 Re 15,19-20. 214 Cf. 2 Re 15,37.
2
20» T e x t o en A N E T 283; F . M I C H A E L I , O . C , 59. ' 5 Cf. Is 7,5.
210 2 Re 15,16. 2is Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 140 (1955) 34S.
21' Cf. 2 P a r 28,17.
508 X. Conquista de Canaán División del reino: ]udá e Israel 509

A n t e este peligro, Acaz, desechando la solución taumatúr- Cilicia (Ji-lak-ku) ; quien hizo huir a Midas (Mi-ta-a), rey de Musku;
gica que le ofreció 11 «carismático» profeta Isaías 2 1 8 , pidió quien derrotó a Musur (Mu-us-ri: Egipto) en Raffia, quien consideró a
ayuda al propio rey tsirio, Teglatfalsar, enviándole un pre- Hanno, rey de Gaza, como botín; quien sometió a los siete reyes del país
de Ya, distrito de Chipre (Ya-ad-na-na), que moran en el mar, a (una
sente 2 1 9 . Por su parte, el rey asirio atacó por el norte y oeste, distancia de) siete días de viaje» 224 .
ocupando Gaza, y llegando hasta la frontera egipcia, como En la Biblia se narra así la toma de Samaría por los asirios:
hemos visto en el texto antes transcrito. Atacó también el «El año cuarto del rey Ezequías (de Judá), que era el séptimo de Oseas,
norte de Israel y TransJordania, siendo deportada gran parte hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiría, subió contra Samaría
y la asedió. La tomó al cabo de tres años; el año sexto de Ezequías, que era
de la población de estas regiones 2 2 0 y destruidas Megiddo el año noveno de Oseas, rey de Israel, fue tomada Samaría» 2 2 5 .
y Hasor 2 2 1 , donde se ha encontrado una jarra con las palabras
para Peqaj o de Peqaj 2 2 2 . En el texto asirio se da como conquistador a Sargón II,
La insurrección de Oseas salvó la situación, pues evitó mientras que en el texto bíblico se dice que el asedio de Sa-
que el rey de Asiría destruyera todo Israel, contentándose maría y su conquista estuvo a cargo de Salmanasar V; pero en
con un tributo, que registra en sus anales. Pero en 732 con- realidad, cuando los asirios tomaron Samaría, el rey era ya
quistó Damasco, dando muerte a su rey, Resín, y deportando Sargón II, que era de otra nueva dinastía. La diferencia, pues,
a su población, con lo que este reino quedó anexionado a Asiría es debida a una perspectiva histórica distinta, quizá porque los
y dividido en cuatro distritos administrativos. Pero la suerte autores bíblicos, cuando redactaron la historia de Israel, no
de Samaría estaba también echada, pues aunque Oseas (732-24) sabían que Sargón II era ya rey de Asiría, pues subió al trono
al someterse a Asiría evitó la ocupación de su país por los asi- en el invierno de 722-21 a.C.
rios, al morir Teglatfalsar III le sucedió Salmanasar V (727-
22), lo que aprovechó Oseas para insurreccionarse, negándose Anales del rey Sargón II
.a pagar el tributo convenido, y apoyándose en las promesas «Al principio (de mi reinado) yo conquisté la ciudad de los samaritanos...
de ayuda de Egipto, que nada podía hacer por su debilidad Me llevé como prisioneros 27.290 habitantes de ella y equipé... 50 carros
política interior, pues el general So (Sib'e) sólo dominaba la de mi guardia real... Reedifiqué (la ciudad) de modo más excelente que
antes era; y establecí en ella gentes de países que yo había conquistado.
zona del Nilo. En los textos asirios se le llama tartán («gene- Puse en ella un funcionario como gobernador sobre ellos y les impuse un
ralísimo»), y parece que no era el faraón 2 2 3 . Entonces, Salma- tributo (en beneficio) de los ciudadanos asirios... Y Yamani de Ashdod,
nasar V atacó a Samaría; y el rey Oseas le salió al encuentro, temiendo a mi fuerte ejército, abandonó a su mujer e hijos y huyó a la fron-
pidiendo la paz; pero el rey asirio le hizo prisionero. D e hecho, tera de Musur (Egipto), que pertenece a Melujja (Etiopía); y se ocultó allí
como un ladrón. Nombré a un funcionario mío como gobernador sobre
la ciudad de Samaría resistió durante dos años el asedio de los todo el país y sobre sus habitantes, ensanchando así el territorio de Asur,
asirios, durante el cual murió Salmanasar V, sucediéndole rey de los dioses. Y la majestad aterradora de Asur, mi señor, se impuso
Sargón II (722-705), quien al fin conquistó Samaría en 722- al rey de Melujja, y le sujetó (a Yamani) los pies y las manos con grilletes
y me lo envío a Asiría. Conquisté y saqueé las ciudades de Shinuhtu y
21 a . C , y deportó masivamente a su población hacia Mesopo- Samaría y la casa de Omri (Israel). Capturé a los griegos, que viven como
tamia, haciendo traer otra población a la región conquistada, peces en medio del mar del poniente... Habiendo recibido un (oráculo)
como declara reiteradamente en sus inscripciones. favorable de Asur, mi señor, aniquilé las tribus de Tamud, Ibadtdi, Mar-
simanu y Hayapa, los árabes que viven muy lejos, en el desierto, y que no
conocen administración ni funcionarios y que nunca habían pagado tributo a
Inscripción del palacio de Jorsabad (en el «pavimento de las puertas») ningún rey. Deporté a los supervivientes y los establecí en Sumaria.,.» 2 2 6 .
«(Propiedad de Sargón [Shar-ukin]... rey de Asur), conquistador de
Samaría (Sa-mir-i-na) y de toda la casa de Omri (Bit lu-um-ri-a: el reino Las inscripciones de «ostentación» de Sargón
de Israel), quien saqueó Ashdod y Shinuhti, quien capturó a los griegos, «Yo ('Sargón, rey de Asur), conquisté Samaría (Sa-ma-ri-na) y me
que (viven) en el mar como peces; quien exterminó Kasku, toda Tabali y llevé como botín 27.290 habitantes de ella. Equipé con ellos 50 carros e
hice que los habitantes que quedaron, en ella recuperaran su situación.
218 Cf. Is 7,14.
21» Cf. 2 Re i6,7s. 224 Publicado por H . W I N C K L E R , Die Keüschrifttexte Sargons (Leipzig 1889) I 147S;
220 Cf. 2 Re 15,29. II pl.38; trad. LUCKENBILL, e n A R II 99; A N E T 284; S A O 230.
221
Cf. W R I G H T , en B A R 161. E n esta localidad se ha e n c o n t r a d o el palacio del gober- 225 2 Re 18,9-10.
nador asirio. 220 T e x t o en A. G. L I E , The Inscriptions üf Sargón II, King of Assyria, I: TheAnnals
222 Cf. Y. YADIN, en BA 19 (1956) 2-11; 20 (1957) 34-47; 21 (1959) 2-20. (Paris 1929); E. D H O R M E , Les pays bibliques el VAssyrie: RB (1910) 373; A N E T 284-85
223 Cf. A N E T 285. lin.23-26; S A O 231.
División del reino: Judá e Israel 511
510 X. Conquista de Canaán «(Propiedad de Sargón)... que sometió el país de Judá (Ya-u-diJ, que
está lejos; que desenraizó a Hamath, cuyo gobernador, Yau-bidi, hizo pri-
Nombré sobre ellos un funcionario mío y les impuse el tributo que debía sionero» 2 2 9 .
el anterior rey (Oseas). Pero Hanno, rey de Gaza, y también Sibe, el tar-
tán (generalísimo) de Mu-su-ri (Egipto), salieron de Rafia contra mí para A propósito de estas declaraciones altisonantes de las ins-
dar una batalla decisiva. Pero les derroté; Sibe huyó espantado ante el fra- cripciones asirias, debemos tener en cuenta el género literario
gor de mi ejército y no ha vuelto a ser visto. A Hanno le capturé; recibí el
tributo de Piru de Musuru, de Samsi, reina de Arabia, y de Itamar de Sabá: hiperbólico áulico, que exagera las propias victorias y minimi-
oro en forma de polvo, caballos y camellos. za las gestas de los países>vencidos; respecto de la mención de
Yaubidi de Hamath, un plebeyo sin derecho al trono, un maldito hitita, Judá, hemos de decir que Sargón nunca la atacó de frente,
quiso hacerse rey de Hamath; y así indujo a las ciudades de Arwad, Simirra, pero pasó en sus inmediaciones camino de la frontera egipcia;
Damasco y Samaría para que me abandonaran; y les hizo que le prestaran
auxilio; y preparó un ejército. Entonces reuní una muchedumbre de solda-
y es de suponer que, para alejar el peligro, los reyes de Jerusa-
dos de Asur y le asedié a él y a sus combatientes en Qarqar, su ciudad pre- lén le hayan ofrecido tributos y vasallaje. En realidad, el pri-
dilecta. La conquisté y la incendié. Y ordené darle azotes; y a los rebeldes mer asedio de Jerusalén será en tiempos de Senaquerib (701
los maté en sus ciudades, y así establecí de nuevo la paz y la concordia. Or- antes de Cristo).
ganicé un contingente de 200 carros y 600 hombres con los habitantes de
Hamath y les incorporé a mi ejército real.
Azuri, rey de Ashdod, había tramado no pagar más tributos, mandando Otra inscripción encontrada en Nimrud en 1952-53
mensajes hostiles contra Asiría a los reyes de alrededor. Por estos actos que «... El hombre de Samaría, que con un rey (Ilu-bidi), mi enemigo, se
cometió anulé su gobierno sobre la gente del país, y nombré a Ahimiti, her- había unido para no rendirme homenaje ni pagarme el tributo, me presen-
mano menor suyo, como rey sobre ellos... Entonces asedié y conquisté las taron combate. Con la fuerza de los grandes dioses, mis señores, yo choqué
ciudades de Ashdod, Gath, Asdudimmu; declaré como botín sus imágenes, con ellos: 27.280 hombres con sus carros; y a los dioses en que habían puesto
su mujer y sus hijos, y todos los tesoros y pertenencias de su palacio, así como su confianza conté yo como botín: 200 carros como dotación real yo recuperé
a los habitantes de su país. Reorganicé luego estas ciudades y asenté en ellas sobre ellos. Respecto al resto, ordené que fijaran su residencia en Asiría» 2 3 0 .
gentes de (las regiones del) Este que yo había conquistado. Nombré un fun-
cionario mío sobre ellos y los declaré ciudadanos asirios, y como tales tiraban En 2 Re 18,9-12 encontramos la versión bíblica del acon-
de los carros de (mi yugo)...» 227 tecimiento:
«El año cuarto del rey Exequias, que era el séptimo de Oseas, hijo de Ela,
Fragmentos del prisma A, con alusiones a Judá Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaria y la asedió, Y al cabo de tres
años la conquistó, en el año sexto de Ezequías, que era el noveno de Oseas,
«(Aziru, rey de) Ashdod... a causa de este crimen... a Ahimiti... su her- rey de Israel. Entonces fue tomada Samaria, El rey de Asiria llevó a Israel
mano menor sobre ellos... le impuse como gobernante... tribvito como a los en cautividad hacia Asiria, y los estableció en Jalaj, sobre el Jabur, río de
de los reyes (anteriores), le impuse... Estos malditos (hititas) tramaron no Gozan, y en las ciudades de los medos, porque no habían escuchado la voz
entregar el tributo... (promovieron) una rebelión contra su gobernador; le de Yahvé, su Dios, y habían roto su alianza».
expulsaron... y a un griego plebeyo (sin título al trono) hicieron sentar como
rey sobre ellos... y su ciudad para el ataque... (construyeron) un foso de Y en 2 Re 17,24 se habla de las poblaciones trasladadas por
20 codos de hondo por... alcanzando al agua subterránea para... Entonces a
los gobernadores de Palestina (Pi-lish-te) y de Judá (Ya-u-di), Edom, Moab
el rey de Asiria desde Mesopotamia a Samaria:
y a los que viven (en las islas) y traen tributo y presentes a mi señor Ashur... «El rey de Asiria hizo venir gentes de Babilonia, de Kutha, d e Awwa,
les dijo muchas mentiras maliciosas para que se alejaran de mí; y envió pre- de Hamath y de Sefarwaim, y las estableció en Samaria en lugar de los
sentes de soborno a Piru, rey de Musuru (Egipto)—incapaz de salvarlos—, hijos de Israel. Ellos tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus
y les pidió que fuera aliado de ellos. Pero yo Sargón, el legítimo señor con- ciudades».
sagrado a las decisiones de Nebo y de Marduk, y a las órdenes de Ashur,
conduje a mi ejército a través del Tigris y del Eufrates en el momento de su Este es el origen híbrido de los famosos «samaritanos», que
crecida de primavera, como si fuera tierra seca. Pero este griego, su señor adoptarán la religión de Yahvé, pero que no serán admitidos
confiaba en su propio poder y no quiso doblegarse ante mi señorío; pero, al
oír el avance de mi expedición de lejos, le aterró el esplendor de mi majes- por los puritanos judíos vueltos de la cautividad; y así, como
tad... y emprendió la huida» 2 2 8 . secta del «yahvismo», permanece hasta ahora, admitiendo sólo
como canónico el libro del Pentateuco o Toráh. En tiempos
En una inscripción encontrada en Nimrud se vuelve a men- de Jesús, esta falta de fusión entre judíos y samaritanos era
cionar a Judá en estos términos: manifiesta, como aparece en el diálogo con la samaritana 231 .
22
227 230
» Texto en ANET 287; SAO 234.
Texto en H. WINCKLER, O.C, I 115-16; II 33-34; trad. LUCKENBILL, en AR II 62; A. PARROT, Samarie, capitale dü royanme d'Israéí 36.
231
ANET 286; SAO 232-33. En Is 20,1 se alude a esta expedición de Sargón: «el año en que Jn 4,iss.
el tartán (generalísimo) vino a Ashdod, y combatió a Ashdod y la tomó...»
2
« Texto en ANET 287; SAO 233-34-
512 X. Conquista de Canaán
El reinado de Ezequías 513

8. E L REINADO DE E Z E Q U Í A S (727-6011 le salvó de la ocupación asiría; pero, al morir Sargón II en


705 a.C. y subir al trono Senaauerib (Sin-aje-riba) (jo<;- 68o),
Desaparecido el reino del norte, el reino de Tuda quedó Ezequías se negó a pagar el atributo convenido a Asiría 238 ,
bajo la amenaza asiría, y se salvó de momento gracias a las in- aprovechándose de las dificultades internas que tenía e n Ba-
tervenciones del profeta Isaías, quien aconsejaba a Ezequías bilonia el rey asirio para someter al caldeo Merodadak-Baladán
una política de neutralidad, desconfiando del auxilio prome- (Marduk-apli-addina), que quería hacerse independiente con
tido por el faraón egipcio. Por otra parte, la influencia religiosa la ayuda del rey de Media 2 3 9 . El insurrecto caldeo había bus-
de los asirios se dejó sentir bajo Acaz 2 3 2 , y esto era un peligro cado aliados en occidente, y así visitó a Ezequías 2 4 0 . P o r su
para el yahvismo. Ahora bien, después de la conquista de Sa- parte, Egipto se sentía fuerte en tiempos de Shabako (710-686),
maría en 721 a . C , el rey Sargón II tuvo que dedicarse en M e - con ánimos de intervenir en Asia.
sopotamia a dominar a los insurrectos caldeos, dirigidos por En este ambiente de hostilidad hacia Asiría se organizó
Merodak-Baladán 2 3 3 , quien estaba ayudado por el rey de Elam.
una liga de reyezuelos de Palestina, azuzados por el faraón,
Por otra parte, el rey asirio tuvo que hacer frente a u n nuevo
con el rey de Tiro por jefe, y a la q u e se asociaron Ascalón y
peligro que apuntaba por el septentrión: Midas (Mita), rey
Eqrón, mientras que Ashdod y Gaza de momento permanecie-
de los mushki de Frigia, incitaba a la rebelión contra Asiría al
ron neutrales 2 4 1 . Entonces, Ezequías de Judá, en contra de
Estado vasallo de Karkemish, en la curva del Eufrates septen-
los consejos de Isaías, pidió ayuda al faraón 2 4 2 ; y el rey de
trinal. Y Sargón logró destruir este enclave hitita en 717 a . C ,
Eqrón, llamado Padi, que había permanecido fiel a Asiría, fue
deportando a su población y lanzando diversas expediciones
enviado como prisionero a Jerusalén, donde Ezequías favore-
contra el Asia Menor y contra Urartu (Armenia), región que,
a su vez, sufría la presión de una invasión de cimerios (de cía la rebelión contra los asirios, fortificando la c i u d a d 2 4 3 y
Crimea) por el Cáucaso, de procedencia indoeuropea. Por estas asegurando el aprovisionamiento de agua contra el posible
razones, Sargón no p u d o de momento continuar sus conquis- asedio. Para ello excavó el túnel de Siloé 2 4 4 , q u e conducía las
tas en Palestina, aunque hizo alguna incursión esporádica hasta aguas de la fuente de Guijón (hoy Sitti Myriam, «señora M a -
el torrente de Egipto (El-Arish) hacia el 716-15 a.C. 2 3 4 , como ría») a una de las piscinas dentro de las murallas. Afortunada-
hemos visto en los textos antes transcritos. mente, se conserva la inscripción que el rey Ezequías colocó
en el túnel el día de la inauguración del acueducto, y que se
Ahora bien, en Egipto, después de las debilidades de los
encuentra en el Museo de Estambul; está grabada en la roca y
faraones de las dinastías XXII, XXIII y XXIV, Pianki, rey de
Etiopía, fundó la dinastía XXV; y una vez consolidado su p o - fue hallada en 1880. E n ella se narra de modo ingenuo cómo
der en el interior, se lanzó hacia Asia para hacer frente a los se terminó la perforación, expresando la alegría de las dos bri-
asirios, que estaban a las puertas de Egipto. Esto hizo que los gadas de obreros que, partiendo de las direcciones opuestas,
reyezuelos de Palestina, oficialmente vasallos de Sargón, em- llegaron a encontrarse en medio del túnel, con algunas vacila-
pezaran a rebelarse contra el rey de Asiría, como lo hizo el de ciones de dirección e n el momento de unirse el túnel.
Ashdod en 713 a.C. 2 3 5 , quien al fin fue depuesto; pero el pue-
blo destituyó a su hermano, impuesto por los asirios, y nombra- Inscripción de Siloé (fines del s.VIII a.C.)
ron a un extranjero (griego). Y Egipto invitó a Ezequías de
«(Terminada) la perforación. Así fue la perforación: mientras... aun...
Judá a sublevarse contra Asiría 2 3 6 , a lo q u e se opuso Isaías 2 3 7 , azadas tenía un hombre contra otro; y, cuando todavía faltaban tres codos
alegando que Egipto era una aliado traidor, como se manifes- por horadar, (se oyó) la voz de un hombre llamando a otro, porque había
tó al dejar solo al rey de Ashdod, al que entregó a los asirios. una fisura (zdh) en la roca de la derecha (y a la izquierda). Y, cuando se
D e momento, el neutralismo de Judá, aconsejado por Isaías, hizo la perforación, los picapedreros cortaron (la roca), uno al encuentro

238 Cf. 2 R e 18,7.


232 Cf. 2 Re 16,10-18; el". W . F . ALBRIGHT, en A R I 162-64.
233 239 Esto parece ocurrió en 703 a . C , e n q u e Merodak-Baladán se declaró independiente
Cf. 2 Re 20,12; Is 39,1. de Asiría.
2 " Cf. A N E T 286. 240 Cf. 2 R e 20,12-19; Is 3 8 , i s .
235 Cf. Is 20,3; A N E T 286S. 241 Cf. A N E T 287.
"« Is I 8 , I S .
242 Cf. Is 30,1-7; 3 i , i - 3 .
237 Cf. Is 20,18.
243 Cf. 2 R e 18,7; 2 P a r 32,3-5-
244
Cf. 2 R e 20,20; 2 Par 32,30.
Biblia v Usado 17
514 X. Conquista de Canaán El reinado de Ezequías 515
del otro, pico contra pico; y así, las aguas manaron desde la entrada hasta quías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.
el estanque en un espacio de 1.200 codos (600 metros); y la altura de la Ezequías entregó toda la plata que había en la casa de Yahvé y en el tesoro
roca sobre las cabezas de los picapedreros era de 100 codos (50 metros)» 2 4 5 . del palacio real. Fue entonces cuando Ezequías arrancó las puertas del
templo de Yahvé y los dinteles que el mismo rey Ezequías, rey de Judá,
Los textos bíblicos aluden a esta perforación del famoso había recubierto de oro, para entregarlas al rey de Asiria».
túnel de Ezequías en estos términos:
E n u n relieve encontrado en Nínive en una sala del palacio
«El resto de los hechos de Ezequías, todos sus éxitos y cómo hizo el de Senaquerib, se presenta al rey de Asiria sentado sobre un
estanque del acueducto y llevó las aguas a la ciudad, ¿no está escrito en el
trono y recibiendo a sus enemigos vencidos; y en la inscripción
libro de las crónicas de los reyes de Judá?» 2 4 S . «Fue también Ezequías
el que taponó la salida superior de los aguas de Guijón y las condujo abajo se dice q u e se trata de la victoria sobre Lakish, q u e pertenecía
hacia el occidente de la ciudad de David» 2 4 7 . al reino de Judá. H e aquí el texto:

U n a vez pacificada la Baja Mesopotamia, Senaquerib se «Senaquerib, rey de las Cuatro Regiones, rey de Asur, se sienta sobre
dirigió hacia occidente, y en 701 a.C, invadió Palestina después el trono de parada; y el botín de Lakish es presentado ante él» 2 4 9 .
de vencer la resistencia de T i r o , reemplazando a su rey, que Pero tenemos u n relato asirio m u c h o más detallado sobre
huyó a Chipre, por u n gobernador. Es el final del apogeo de la campaña asiria e n esta región e n los propios anales de Se-
la gran metrópoli marítima de T i r o , que será reemplazado por n a q u e r i b según el texto del llamado «prisma exagonal» o de
su filial Cartago. Por su parte, los reyes vecinos de Byblos, Taylor, en el que se menciona al propio rey de J u d á asediado
Arwad, Ashdod, E d o m y Moab, se apresuraron a ofrecer tri- en su capital de Jerusalén.
butos al conquistador asirio para evitar la invasión. E n cambio,
hicieron resistencia Ascalón, Eqrón y Judá. Por ello, las tropas
Texto del «prisma exagonal» (Taylor) de Senaquerib
de Senaquerib se dirigieron contra Ascalón, que conquistaron;
luego se dirigieron hacia Eqrón, cuyo rey, favorable a Asiría, «En mi tercera expedición marché contra Hatti (país de los hititas y alta
había sido encerrado en Jerusalén. Y u n ejército egipcio que Siria). Y Luli, rey de Sidón, aterrado ante el esplendor de mi majestad,
huyó lejos, por el mar, y pereció. Y el aterrador esplendor del poder de
subía para auxiliar a Eqrón fue derrotado e n Eltekeh, cerca de Ashur, mi señor, se apoderó de sus fuertes ciudades: Sidón, la grande,
Eqrón. Después, el ejército de Senaquerib se dirigió hacia y Sidón, la pequeña; Bit-Zitti, Zaribtu, Mahalliba, Ushu (la tierra firme de
Judá; en sus anales nos dice que conquistó 46 ciudades fortifica- Tiro), Akzib, Akko (Acre), sus ciudades fortificadas, amuralladas y bien
das de este reino, deportando a su población y poniendo sitio avitualladas de alimentos y de agua para sus guarniciones; y se postraron
en señal de acatamiento ante mis pies. Puse a Ethbaal en el trono para que
a Jerusalén, encerrando así (como nos dice en sus anales) a fuera rey sobre ellos; y le impuse un tributo para que reconociera m i supe-
Ezequías en Jerusalén «como a un pájaro en su jaula». Las ex- rioridad, haciéndole pagar cada año ininterrumpidamente.
cavaciones de Lakish reflejan la carnicería q u e hizo el ejército En cuanto a todos los reyes de Amurru (occidente), Menajem de Sam-
asirio después de la conquista; en los bajorrelieves asirios apa- simuruna, Tubalu de Sidón, Abdiliti de Arwad, Urumilki de Byblos, Kam-
musunabdi de Moab y Ayarammu de Edom, trajeron valiosos presentes,
rece representada la conquista de esta ciudad, a base de escalas cuadruplicando sus antiguos tributos y me besaron mis pies. Pero a Sidqia,
por las murallas, y presentando a los prisioneros empalados rey de Ascalón, que no se había sometido a mi yugo, le deporté y le envié
en sus alrededores 2 4 8 . a Asiria con sus dioses familiares, su mujer, sus hijos, sus hermanos y todos
los varones descendientes de su familia. Y a Sharuludari, hijo de Rukibtu,
Mientras Senaquerib asediaba esta ciudad recibió una em- su anterior rey, le establecí sobre los habitantes de Ascalón; y le impuse
bajada de Ezequías, que estaba aterrorizado e n Jerusalén, según el pago de tributo con presentes en reconocimiento de mi superioridad;
se nos narra en 2 Re 18,13-16: ahora está uncido a mi yugo.
Continuando mi campaña, puse sitio a Beth-Dagón, Joppe (Jaffa) 1 Ha-
«El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiría, subió contra nai-Barqa y Azuru, ciudades pertenecientes a Sidqia, que no se había pros-
las ciudades fuertes de Judá y se apoderó de ellas. Entonces Ezequías, rey- ternado pronto a mis pies. Las conquisté y me llevé su botín. Y los magis-
de Judá, mandó decir al rey de Asiría, que estaba en Lakish: "He pecado. trados, jefes y pueblo de Eqrón que habían encadenado a Padi, su soberano,
Déjame y haré todo lo que me impongas'. Y el rey de Asiría impuso a Eze- leal al juramento prestado al dios Ashur, y le habían entregado a Ezequías
245 de Judá (Ja-za-qi-ia-u amel Ya-u-da-ai: «Ezequías de los judíos»), el cual
Cf. DIRINGER, Le iscrizioni antico-ebraiche palestinesi ( F i r e n z e 1934) gs-102; H . T O R C -
ZYNER, en BJPES 7,1-4; W . F . A L B R I G H T , e n J B L 62,370; el lenguaje corresponde al hebrep le mantuvo encadenado como si (Padi) fuera un enemigo; y se asustaron
clásico; A N E T 321; S A O 251; H . M U C H A U D , en V T (1958); M I C H A E L I , O . C , 67-68,
246
y pidieron ayuda a los reyes de Mu-su-ri (Egipto), y a los arqueros, los
2 Re 20,20.
247
2 Par 32,40. 249
Cf. E. D H O R M E , Les pays bibliques et l'Assyrie: R B (1910) 512; A . P A R R O T , Nínive
2
« Cf. W R I G H T , e n V T s (1955) 97-105. et VAnden Testament ( N e u c h á t e l 1955) 42-43; F . M I C H A E L I , O . C , 66.
516 X. Conquista de Canaán Él reinado de Ezequías 617
carros y la caballería del rey de Etiopía (Me-Lujja), ejército innumerable, fiestas? ¿Crees que las palabras de los labios sirven de consejo y fuerza
que acudieron para auxiliarles. Estos se dispusieron en línea de combate para hacer la guerra? Ahora, pues, ¿en quién confías para rebelarte contra
contra mí, preparando sus armas en la llanura de Elteqeh. Y yo, confiado mí? ¿Confías en Egipto, en esa caña rota que pincha y hiere la mano de
en un oráculo favorable de Ashur, mi señor, les hice frente y les derroté. quien en ella se apoya? Así les sucede con el faraón, el rey de Egipto,
Y en el fragor de la batalla capturé vivos a los aurigas egipcios con sus a cuantos confían en él. Y si me decís: Confiamos en Yahvé, nuestro Dios,
príncipes, y también a los aurigas del rey de Etiopía. Puse sitio a Elteqeh ¿no ha hecho desaparecer Ezequías sus lugares altos y sus altares, diciendo
y a Timnah, las conquisté y me llevé su botín. Luego ataqué a Eqrón, y di a Judá y a Jerusalén: Ante este altar de Jerusalén habéis de sacrificar ? Haz,
muerte a los magistrados y jefes que habían cometido el crimen y empalé pues, un convenio con mi señor, el rey de Asiría, y yo te daré dos mil ca-
sus cadáveres en estacas que rodeaban la ciudad. Y a las gentes del pueblo ballos, si estás en condiciones de procurarte jinetes para ellos. ¿Cómo
culpables de delitos menores los tomé como prisioneros. Al resto de ellos, podrás resistir ni a un solo jefe de los menores entre los siervos de mi señor?
que no eran responsables de crímenes ni de malas acciones, los dejé libres. ¿Confías en que Egipto te mandará carros y caballeros? Y además, ¿ha
Hice que Padi, su rey, volviera de Jerusalén (Ur-sa-li-im-mu), y lo resta- sido sin la voluntad de Yahvé que he subido yo a este lugar para destruirlo ?
blecí en el trono como soberano sobre ellos, imponiéndole un tributo de Es Yahvé quien me ha dicho: Sube contra esa tierra y devástala'...
reconocimiento a mi superioridad. Cuando Ezequías lo oyó, rasgó sus vestiduras, se cubrió de saco y se
En cuanto a Ezequías de Judá (Ja-aza-qi-ia-u aniel Ya-u-da-ai: «Eze- fue a la casa de Yahvé; y despachó a Eliaqim, mayordomo del palacio del
quías de los judíos»), que no se había sometido a mi yugo, le asedié 46 de rey; a Shebná, secretario, y a los sacerdotes más ancianos, cubiertos de
sus ciudades fuertes, baluartes y aldeas de sus alrededores; y las conquisté saco, al profeta Isaías, hijo de Amos, para que le dijeran: "Así habla Eze-
mediante terraplenes y arietes de cerco, combinados con un ataque de quías: Hoy es día de angustia... ¿No habrá oído Dios las palabras del
hombres de a pie, utilizando minas y brechas. Y les tomé como botín copero mayor, que el rey de Asiria, su señor, ha mandado para insultar al
200.150 personas, jóvenes y viejos, hombres y mujeres; caballos, mulos, Dios vivo, y dejará Yahvé, tu Dios, de castigar las palabras que ha oído?
asnos, camellos, ganado mayor y ganado menor sin número. Y al mismo Haz, pues, subir a El una plegaria por el resto que aún queda'. Los servi-
(Ezequías) le encerré en Jerusalén, su residencia real, como a pájaro en su dores del rey Ezequías fueron a Isaías, e Isaías les dijo: 'Así habla Yahvé:
jalda. Edifiqué contra él torres y castigué a todo el que salía de la gran no te asusten las palabras que has oído... Yo voy a poner sobre el rey de
puerta de la ciudad. Y las ciudades que yo había saqueado las separé de su Asiria un espíritu tal, que, al oír una noticia que recibirá se volverá a su
país y se las di a Mitinti, rey de Ashdod, y a Padi, rey de Eqrón, y a Silli-bel, tierra; yo le haré morir a espada'. El copero mayor se retiró y se entrevistó
rey de Gaza. De este modo disminuí su país, pero aumenté la tributación con el rey de Asiria, que estaba atacando a Libna, pues se le dijo que se
y los presentes debidos a mi superioridad, imponiéndole tributos además había retirado de Lakish. Diéronle noticia de Taraqah, rey de Etiopía,
de los tributos anteriores que debían pagarse cada año. Y Ezequías, abru- diciendo: 'Se ha puesto en marcha para atacarte'.
mado por el esplendor y el terror de mi majestad y abandonado por sus El rey de Asiria mandó entonces de nuevo mensajeros a Ezequías, dicien-
soldados más selectos (los Urbi: ¿árabes?) y otros irregulares, que había do : 'Hablad así a Ezequías, rey de Judá: Que tu Dios, en quien confías, no te
concentrado en Jerusalén para reforzarla, me hizo llegar a Nínive, mi ciudad engañe, diciendo: Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.
señorial más tarde: 30 talentos de oro, 800 talentos de plata, piedras pre- Bien sabéis lo que los reyes de Asiria han hecho con todos los pueblos
ciosas, colirios, piedra daq-ga-ri (¿lapislázuli?), de pórfido, lechos de mar- y cómo los han destruido; ¿y vas a librarte t ú ? ' . . . Ezequías tomó las cartas
fil, tronos de marfil, dientes de elefante, madera de ébano y de boj, toda de manos de los mensajeros y las leyó. Luego subió a la casa de Yahvé
clase de objetos preciosos, con sus hijas, concubinas, músicos y cantoras. y las desplegó ante Yahvé... (sigue la oración de Ezequías)... Entonces
Y envió su embajador para entregar el tributo y mostrar su sumisión» 2 5 0 . Isaías, hijo de Amos, mandó decir a Ezequías: 'Así habla Yahvé, Dios de
Israel: He escuchado la plegaria que tú me has dirigido a causa de Senaque-
Por su parte, la Biblia nos da una versión complementaria rib, rey de Asiria... Así dice Yahvé del rey de Asiria: No entrará él en esta
del asedio de Jerusalén desde el ángulo de visión de los sitia- ciudad ni meterá en ella una flecha... Se volverá por el camino por donde
ha venido. No entrará en esta ciudad. Oráculo de Yahvé. Yo protegeré
dos, circunstancia única en la historiografía bíblica para poder esta ciudad y la salvaré por amor de mí y por amor de David, mi siervo'.
estudiar un acontecimiento desde los dos puntos de vista. He Aquella misma noche salió el ángel de Yahvé e hirió en el campamento de
aquí el relato bíblico: los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres; y, al levantarse por la
mañana, todos estaban muertos. Entonces, Senaquerib, rey de Asiria, levantó
«El rey de Asiría mandó a Lakish al tartán (generalísimo), al rabsaris el campamento y se fue; se volvió a Nínive, y allí quedó. Mientras estaba
(«jefe de eunucos»), al rab-shaqeh («jefe de coperos»), al rey Ezequías con prosternado en el templo de Nisrok, su dios, Adramelek y Sarasar, sus
una poderosa fuerza a Jerusalén. Subieron, pues, y al llegar hicieron alto hijos, le hirieron con la espada y huyeron a la tierra de Ararat (Urartu-Arme-
junto al acueducto de la alberca superior, que está en la calzada del Campo nia). Su hijo Asaradón reinó en su lugar» 2 5 1 .
del Batanero. Y preguntaron por el rey. Salió entonces hacia ellos Eliaquim,
hijo de Helcías, mayordomo de palacio, con Shebná, el escriba, y Yoaj, Esta versión bíblica tiene un aire épico-sacral, ya que la li-
hijo de Asaf, el canciller; y el copero mayor les habló así: 'Decid a Ezequías: beración es por la intervención sobrenatural de Yahvé a través
Así habla el rey grande, el rey de Asiría: ¿Qué confianza es esa que mani-
de un ángel exterminador, como en los relatos del Éxodo 2 5 2
250
Texto publicado por RAWLINSON, pl.37-42 n . j . 2 . 3 ; trad. d e LUCKENBILL, O . C : A R
II 193-95; 7<5; A N E T 287-88; S A O 235-37; A . PARROT, Ninive et VAnden Testament (Neu- 251
2 Re 18,13-19,37.
chatel 1955) 37-38. 252 E x 12,29.
518 X. Conquista de Canaán
El reinado de Exequias 519
contra los egipcios. En Is c.36-37 encontramos un duplicado En la llamada inscripción del Toro, porque está en una
del relato bíblico anterior, tomado, sin duda, de la misma estatua en forma de toro en Nínive, se lee una alusión a la
fuente de los anales de los reyes de Judá. Quizá la famosa invasión del reino de Judá y a su rey Ezequías en estos términos:
mortandad de los asirios se debió a una epidemia en el ejército
mientras asediaba Jerusalén. En los anales asirios no se alude «Yo devasté el amplio distrito de Judá (Ja-u-di), y sometí a Ezequías
a este descalabro masivo del ejército invasor, pero en un texto (Ja-za-qi-a-a-a), el dominador y orgulloso» 255 .
de Herodoto (II 142) encontramos una versión que le dieron
los sacerdotes egipcios allá por el siglo v a.G: En otro texto procedente de Nebi Yunus (cerca de Nínive)
se lee:
«Después de éste, (un rey llamado Anysis, ciego, sucesor del etíope
Sabakon-shabaka), se dice que reinó el sacerdote de Efaistos, de nombre «Yo devasté el amplio distrito de Judá y coloqué las coyundas de mi
Sathón; y que, abrigando un habitual desprecio por los soldados egipcios, (yugo) sobre Ezequías, su rey» 256 .
como si fueran inútiles para él, además de varias injurias que les infligió,
les quitó también los terrenos que les habían sido otorgados por los El relato bíblico parece sintetizar varias perspectivas con
reyes precedentes, a razón de doce parcelas cada uno. Pero más tarde,
Sanajaribos (Senaquerib: Sin -aje-riba), rey de los árabes y de los asirios,
una secuencia histórica que parece ser la siguiente, concillan-
condujo un gran ejército contra Egipto, y entonces los soldados de los do así los textos bíblicos y el relato asirio: primero, Senaque-
egipcios no quisieron prestar ayuda al sacerdote. Este, al verse en situación rib atacó la zona costera y las ciudades periféricas de Judá 257,
apurada, entró en el templo y se lamentó, junto a la estatua, de todas las y se detuvo ante Lakish para comenzar el sitio. Entonces Eze-
calamidades que tenía que sufrir; mientras así se lamentaba, se apoderó de
él el sueño y le pareció contemplar en visión al dios que estaba junto a él quías se apresuró a fortificar la ciudad de Jerusalén 258 ; y para
para consolarle, asegurándole que no sufriría ninguna perturbación al hacer ganar tiempo envió una embajada de sumisión a Senaquerib,
frente con el ejército de los árabes, porque él mismo le enviaría auxiliares. que estaba en Lakish 259 . Aunque en los anales asirios no se
Reconfortado con este sueño, tomó consigo a los egipcios que se prestaron menciona el asedio de Lakish, sin embargo, aparece en un
a seguirle; y acampó en Pelusio, que era el lugar del acceso (al país); pero
no le siguió ningún soldado, sino peones y gentes de la plaza. Llegados relieve encontrado en Nínive, en la trigésimo sexta cámara
allí, se lanzaron contra el enemigo, de noche, ratones de campo, que devo- del palacio de Senaquerib. Este envía a Jerusalén una emba-
raron el carcaj de unos, los arcos y los ligamentos de los escudos; de modo jada con intimaciones de rendición, formada por sus altos
que a la mañana, al darse éstos a la fuga sin armas, cayeron muchos. Y ahora dignatarios, bien especificados en el relato bíblico: tartán (ge-
este rey está representado en piedra en el templo de Efaistos; y tiene en
su mano un ratón y una inscripción que dice: "El que me mire que sea neralísimo en campaña), sab-saris (rab-sharish: «jefe de eu-
religioso'». nucos») y rab-shaqeh («copero mayor»), título áulico de jefe
de protocolo 260 . Cerca del lugar en que se juntan el Cedrón
Este relato legendario parece hacerse eco de una epidemia y el Er-Rabbabi, al sudoeste de la ciudad, al pie de las mura-
desencadenada en el ejército invasor asirio: de hecho, los rato- llas se encuentran las dos delegaciones, la asiría y la de Eze-
nes son portadores de la peste bubónica 253 . En este supuesto, quías. El nombre de Shebna, el «canciller», parece que se en-
los relatos bíblico y egipcio dan una versión religiosa de un cuentra en una tumba de Siloé 261 . La lengua diplomática de
incidente natural de grandes proporciones que pudo hacer le- la época era el arameo; por eso, los delegados de Ezequías
vantar el asedio de los asirios contra Jerusalén y contra Pelusio. quieren que se les hable en esta lengua, para que no se entere
Por su parte, el relato de los anales de Senaquerib es grandilo- el pueblo de sus conversaciones; los delegados asirios, al con-
cuente, conforme al estilo áulico triunfalista de los documentos trario, responden en judío (yehudíth; la primera vez que apa-
asirios. Así, las cifras se exageran cuando se dice que el tributo rece esta palabra en la Biblia en este sentido), para que se
de Judá fue de 800 talentos de plata y 30 de oro, aunque se entere el pueblo. Al volver la delegación asiría a Lakish, se
aproximan a los que se dice en 2 Re 18,13-16 sobre la entrada encuentran con que Senaquerib está asediando Libna, pues
de 300 talentos de plata y 30 de oro. Pero hay que tener en
cuenta que el talento babilonio era la 3/8 parte del talento he- 255
Publicado por G. S M I T H , History cf Sennacherib ( L o n d o n 1878) n . 1 . 2 . 3 ; trad. d e
breo 254 ; pero, con todo, la suma parece exorbitante, teniendo L U C K E N B I L L , o.c.,
256
76S.; A N E T 288.
Publicado por RAWLINSON, I pl.43; trad. d e LUCKENBILL, o . c , 86; A N E T 28S.
en cuenta que el talento pesaba 38-40 kilogramos. 2
2
57 Gf. 2 Re 18,13.
=8 2 Par 32,1-8.
253 2
1 Sam 6,iss. '9 Cf. 2 Re 18,14.
254 2
Cf. A. P O H L , Historia populi Israel 130. «o 2 Re 18,17.
2
«1 Gf. N . ÁVIGAD, The Israel Exploration Journal 3 (1953) 137-52.
El reinado de Ezequías 521
520 X. Conquista de Canaán

Lakish había sido tomada 262 . En el bajorrelieve del palacio Según E. Dhorme, los asesinos de Senaquerib fueron un hijo
real asirio se dice: suyo, llamado Arad-Belit o Arda-Malkat (Adramelek de la
Biblia), y uno de los oficiales, llamado Nabupshar-usur (Sa-
«Senaquerib, rey del mundo, rey de Asiría, está sentado en el trono rasar de la Biblia) 271 .
y pasa revista al botín tomado en Lakish (La-ki-su)» 263 .
Muerte de Senaquerib (cilindro Rassam)
En este bajorrelieve, los vencidos están arrodillados y pi-
den clemencia; a lo lejos aparece una escena de asedio: la «Yo corté las lenguas de las bocas calumniosas que blasfemaban contra
ciudad es atacada por arietes, pero se defiende con energía. mi dios, Ashur, y conspiraban contra mí, el príncipe temeroso de dios;
a los otros los aplasté vivos con las mismas estatuas de las deidades protec-
Desde una torre, los asediados lanzan flechas, piedras y an- toras con que habían aplastado a mi abuelo, Senaquerib, como sacrificio de
torchas. Pero por una puerta salen los fugitivos o prisioneros entierro por su alma. Y entregué sus cadáveres, cortados en pequeños
con un fardo sobre la espalda. Un poco más allá aparecen trozos, como comida a los perros, a los cerdos, a los pájaros zibu, a los bui-
dos soldados asirios empalando a tres hombres desnudos 264 . tres, a los pájaros del cielo, y también a los peces del mar. Después de hacer
esto, he aquietado los corazones de los grandes dioses, mis señores, y he
Mientras asediaba a Libna, el rey asirio se enteró de la removido los cadáveres de aquellos caídos en la peste, cuyos restos habían
llegada del ejército egipcio, al mando de Tirhaqa, rey de obstruido las calles, llenado los lugares de Babilonia, de los que habían
Etiopía 265 , y el choque tuvo lugar en Elteqeh 266 . Vencidos perdido sus vidas en la terrible hambre» 2 7 2 .
los egipcios, Senaquerib volvió a la carga contra Jerusalén, A Senaquerib le sucedió en el reino su hijo Asaradón (Ashur-
y envió nuevos mensajes a Ezequías 267 , imponiendo unas con- aji-iddina) (681-669), mientras en Tuda seguía reinando Eze-
diciones draconianas, a base de la deportación de la población quías hasta el 687 a.C, en un país asolado por las invasiones
de Jerusalén 268 . Entonces Ezequías entregó 300 talentos de periódicas; por lo que los profetas contemporáneos lo descri-
plata y 30 de oro 269 , además de los objetos mencionados ben como «país asolado», «ciudades abrasadas por el fuego»,
en los anales asirios. Pero tuvo lugar la intervención del ángel quedando la capital, Sión-Jerusalén, como «una cabana en una
exterminador (¿la epidemia?), y los asirios levantaron el si- viña, como choza en un melonar, como ciudad asediada» 273 ,
tio; sin duda, asustados ante la presión del ejército egipcio porque «los extranjeros devoran el país, asolado como Sodoma».
por el sur. La cifra de 185.000 asirios muertos en el cerco
da una idea del género literario hiperbólico del texto de la
Biblia, porque Senaquerib no podía disponer de una tal masa Q. REINADO DE MANASES (687-42)
de guerreros en una operación de distracción a retaguardia.
El sucesor de Ezequías, su hijo Manases, llevado del am-
Habrá que quitarle al menos un cero a la exorbitante cifra
biente idolátrico impuesto por los invasores asíries^ deshizo
para acercarnos a la verosimilitud histórica.
toda la reforma religiosa de Ezequías, que había inspirado el
La muerte trágica de Senaquerib, narrada en 2 Re 19,37 profeta Isaías; y así, el culto sincretista se puso de moda a
e
Is 37.37) s e confirma por los textos cuneiformes. El nieto base de los dioses cananeos Baal y Astharté y los de importa-
de Senaquerib, Asurbanipal, dice que el asesinato tuvo lugar ción mesopotámica Shemesh o Shamash («sol») 274, así como
en un templo y que fue en Babilonia. Por eso, cuenta que la diosa del amor, Ishtar; incluso se introdujo la prostitución
cuando tomó Babilonia (en 648 a.C.) mandó matar, como sagrada 275, con el sacrificio de los niños en el Tofet 21í>. Al
«ofrenda funeraria», a los asesinos de su abuelo, que vivían, mismo tiempo se puso de moda la magia y la necromancia 277 ,
y en el mismo lugar en que habían perpetrado el crimen, es decir, todas las aberraciones contra las que predicaban los
«entre el shedu y ¡amasu» (dos estatuas de genios guardianes) 2 7 °. profetas. Incluso Manases persiguió a los yahvistas tradicio-
262
Cf. DIRINGER, Sennacherib's Attacks on Lachish: V T I (1951) 134-36. 271
Cf. E. D H O R M E , en R B (1910) 520. Este autor supone q u e h u b o dos c a m p a í a s asi-
263
Publicado por A . PATERSON, Assyrian Sculptures: The Palace of Sinacherib (La Haya rías contra Jerusalén, separadas por una expedición a Arabia; cf. R B (1910) 5 1 8 .
IQ12-13) pl.74-76; trad. d e LUCKENBILL, O . C , 156; A N E T 288. 272
Publicado por RAWLINSON, O . C , V pl.1-10; trad. d e LUCKENBILL, o . c , I I 795-96;
264
Cf. A. PARROT, Ninive et VAnden Testament ( N e u c h á t e l 1955) 40. A N E T 288.
265
2 Re 19,9. 2
™ Is 1,7-8.
2
«<¡ Cf. H . HAAG, en R B (1951) 354. 2 " Cf. 2 R e 23,11.
267
2 Re 19,9. « 5 2 R e 23,7.
268
Cf. A . POHL, en Orientalia (1954) 266. 27
<s 2 R e 23,10; Jer 7,31.
269
2 Re 18,14. 277
2 R e 2I.3SS.
270
Cf. A . PARROT, O . C , 46.
522 X. Conquista de Canaán
El reinado de Exequias 523
nales , siendo Isaías una de las víctimas de la persecución 279 .
278

Según 2 Par 33,11, el rey Manases fue llevado en cautividad a Recepción del tributo de Palestina y de TransJordania
Babilonia. (Es un recibo del tributo llegado de estas regiones.)
Asaradón sucedió a Senaauerib después que éste tuvo que «Dos minas de oro del país de Bit-Ammán (mat Bit- Am-ma-an-na-a-a) ;
hacer frente a luchas interiores, pues tuvo que someter a Bel- una mina de oro de Moab (mat Mu-' -ba-a-a), diez minas de plata del
ibni, que había puesto en lugar de Merodak-Baladán (700 a.C); país de Judá (mat ya-u-da-a-a); ... minas del país de Edom (Ü-du-ma-
a-a)... los habitantes de Byblos, los empleados del distrito del rey, mi
su sucesor, Asur-nadin-shun, fue muerto en una insurrección señor, han traído» 2 8 2 .
promovida por el rey de Elam (694 a.C), quien había puesto
por rey en Babilonia a un tal Nergal-ushezib; depuesto éste, Nada se dice en los textos asirios del encarcelamiento de
le sucedió otro usurpador, Mushezib-Marduk, y Senaquerib Manases, de que se habla en 2 Par 33,11-13; pero es posi-
no pudo controlar la situación presionado por una coalición ble que hubiera sido llevado encadenado a la corte asiria por
de babilonios y elamitas. Entonces arrasó Babilonia con sus sospecha de deslealtad, quizá en relación con la sublevación
templos y llevó al dios Marduk a Asiria. Asaradón restauró de Shamash-shum-ukin (652-48). Pero fue perdonado o halla-
Babilonia y el templo de Marduk que había destruido su pa- do inocente, como el príncipe Necao de Egipto. Sabemos que
dre; y luego de pacificar esta zona, se dirigió hacia el oeste para Asaradón, como, en general, los soberanos asirios, eran muy
dar el golpe de gracia a Egipto, que con el faraón Tirhaqah se duros con los reyes rebeldes. Así, respecto al rey de Sidón,
mostraba desafiante y amenazador. En un primer choque hacia dice el rey asirio: «Abdi-milkuti, quien delante de mis armas
el 673 a.C, Asaradón fue rechazado, pero en 761 Asaradón había huido hacia el mar, le pesqué fuera del mar como a un
derrotó a Tirhaqah y conquistó Menfis, donde hizo prisionera pez y le corté la cabeza» 283 . Así, en las estelas de Sendjirli o
a la familia real y se apoderó de sus tesoros. Luego organizó el en tell Ahmar aparece de rodillas ante el rey, con un anillo en
territorio ocupado en Egipto en distritos, con príncipes some- el labio superior sujetado por el rey asirio. A esto se alude en
tidos a los gobernadores asirios; pero el faraón Tirhaqah se Am 4,2: «Vendrán días para vosotros en los que os sacarán
retiró hacia el sur y atacó de nuevo; y Asaradón murió cuando con bicheros y con anzuelos de pesca»; y en 2 Re 19,28: «Por-
intentaba darle el golpe de gracia, lo que conseguiría su hijo que te has enfurecido contra mí y tus insolencias han subido
Asurbanipal (669-25), venciendo en el 667 a.C y llevando a hasta mis orejas, voy a poner un anillo en tus narices, y un bo-
los príncipes rebeldes a Babilonia, siendo ejecutados todos, zal en tus labios».
excepto Necao, príncipe de Sais, que con su hijo Psamético fue Por otra parte, en las ilustraciones de los bajorrelieves asi-
perdonado y reintegrado a su patria y posición 2 8 °. Más tarde, rios aparecen las cabezas cortadas de los vencidos 284 . Y en uno
el sucesor de Tirhaqah, llamado Tanut-Amón, se volvió a in- de los textos, Asaradón hace alarde de su venganza sobreco-
surreccionar contra Asiria, por lo que el rey de Asiria marchó gedora:
hacia el sur en 663 a.C, llegando a conquistar Tebas, a la que
«Para dar a las gentes una demostración de la fuerza de Ashur, m i señor,
destruyó (Nah 3,8). El faraón huyó a Nubia, y así terminó la yo colgué las cabezas de Sanduarri y de Abdimilkuti del cuello de sus mag-
dinastía XXV egipcia. nates y los hice desfilar a través de la calle principal de Nínive con cantores
acompañados de arpas» 285.

Campaña de Asaradón (680-69) en Siria y Palestina (prisma B , 54-VI) 1 En la lista de los 22 «reyes de Hatti» antes transcrita, leemos
«Convoqué a los reyes del país de Hatti y del otro lado del río Eufrates: el nombre de Manases 2S6, por lo que pudo haber sido llamado
Balu, rey de Tiro; Manases (Me-na-si-i), rey de Judá (ya-u-di); Qaush- a Nínive, según testimonia el cronista bíblico.
gabri, rey de Edom; Musuri, rey de Moab; Sil-Bel, rey de Gaza; Metinti, Al morir Asaradón, le sucedió su hijo Asurbanival (As-
rey de Ascalón; Ikausi, rey de Eqrón; Milki-shapa, rey de Byblos; Matán-
Baal, rey de Arwad; Abi-Baal, rey de Samsimuruma; Puduel, rey de Beth-
hur-bani-aplu) (669-25), que llegará a ser el soberano más
Ammón; Ahimilki, rey de Ashdod: doce reyes del litoral...» 2 8 1 poderoso de Asiria, pues extendió sus límites hasta Tebas.
2
«a 2 Re 21,16. »2 T e x t o K 129S del British M u s e u m ; publicado por R. F . H A R P E E , en A B L VIn.63?;
279 Cf. Talmud, Tebamoth 49b; Sanhedrin 103b. A N E T 301; S A O 238-39.
283
280 Cf. A N E T 294SS. E. D H O R M E , en R B (1911) 203; A N E T 291,
284
281 Publicado por R. CAMPBELL THOMSON, O . C , prisma B. Ttad. ¡bid., 25s; E. D H O R M E , Cf. 2 Re 19,28: las matanzas de Jehú.
2
en R B (1911) 210-11; A N E T 291; S A O 237-38. «5 E . D H O R M E , en R B (1911) 204; A N E T 2 9 1 .
28
« A N E T 291.
524 X. Conquista de Candan Reinado de Josias de Judá 525

D u r a n t e su vida, u n hermano suyo llamado Shamas-shun- la ciudad de Samaría y otros lugares del lado de acá del río
ukin, gobernó Babilonia como delegado suyo; pero esto era (Eufrates)...» Y protestan por la reedificación de Jerusalén
el germen de u n bipolarismo en el imperio. Por su parte, por los judíos, diciendo que Jerusalén es «una ciudad rebelde
Asurbanipal tuvo que partir para Egipto para consolidar las i y funesta para los reyes y las provincias, y que ya de antiguo
conquistas asirías en el valle del Nilo, pues Tirhaqah, «rey de I se movieron en ella revueltas, habiendo sido por ello destrui-
Egipto y de Etiopía» 2 8 7 , había reconquistado Menfis, «olvi- í da» (v. 15). En realidad, antes habían querido colaborar en la
dando el poder de Ashur, de Ishtar y de los otros grandes I reconstrucción de la ciudad, según escribieron a Zorobabel:
dioses» 2 8 8 . Y en su expedición militar por la zona fenicio-pa- «Queremos cooperar con vosotros para la reconstrucción, por-
lestina recibió presentes de 22 reyes; entre ellos, Manases de que también nosotros buscamos a Dios, y a El sacrificamos
Judá (Mi-ni-si-e Ya-u-di) que le ofrecieron tributos y sol- desde el tiempo de Asaradón, rey de Asiría, quien aquí nos
dados. trasladó» 2 9 2 . Gomo Asurbanipal tuvo que luchar contra egip-
cios, elamitas, árabes y babilonios, apenas tuvo tiempo para
Tributo de los reyes de Siria y Palestina a Asurbanipal preocuparse de los problemas judíos.

«Ba'al, rey de Tiro; Manases, rey de Judá; Qaushgabri, rey de Edom;


Musuri, rey de Moab; Sil-Bel, rey de Gaza; Mitinti, rey de Ascalón; Ikau- 10. REINADO DE TOSÍAS DE TUDA (640-600')
si, rey de Eqrón; Milkiashapa, rey de Byblos; Yakinlu, rey de Arwad;
Abibaal, rey de Samsimuruna; Amminabdi, rey de Beth-Ammán; Ahumil- Al morir Manases le sucedió Amón (642-40), quien fue
ki, rey de Ashdod... E hice que estos reyes acompañaran a mi ejército por asesinado; por lo que tuvo que subir al trono su hijo Josias
el continente, como sobre la ruta costera con sus ejércitos y sus barcos» 2 8 9 .
(640-609), de ocho años de edad. Su reinado coincide con los
El ejército asirio siguió triunfalmente, reconquistando M e n - últimos años del imperio asirio y los primeros del nuevo co-
fis y Tebas, según se expresa en los anales de Asurbanipal, loso babilonio. En efecto, en 625 a . C , al morir el gran rey
que nombran expresamente a Necao (Ni-ku-u) como rey de asirio, se desmoronó su imperio bajo la presión de los insu-
Menfis y de Sais, y a otros príncipes, como el de Tanis (Sa-' rrectos caldeos, alentados por los vecinos elamitas. C o n todo,
nu), llegando hasta Nubia (Kusu: Kush, Etiopía). Y dice el rey Asurbanipal, a pesar de su mano dura sobre los venci-
expresamente que perdonó sólo a Necao 2 9 0 . Es el momento dos, fomentó la cultura, como se refleja en la biblioteca, de
estelar del año 663 a . C , cuando el profeta Nahúm se hace más de 20.000 tablillas de arcilla encontradas en su palacio.
eco del derrumbamiento del imperio faraónico en estos tér- En su tiempo se llevó al máximo la técnica del bajorrelieve,
minos: con escenas de caza de u n realismo inigualable, c o m o el de
la leona herida. En su biblioteca se recogieron textos antiguos
«¿Vales tú más que No-Aman (Tebas), sentado en medio de los brazos religiosos sobre los mitos de la creación, la epopeya d e Gilga-
del Nilo, ella que tenía como ente mural un mar (el Nilo), y las aguas como
defensa? Kush (Etiopía) constituía su fuerza; no tenía fin; Put (Somalia)
mesh, el mito de Etana y de Adapa.
y Libia eran sus mercenarios; y, con todo, se fue prisionera al destierro, E n vida de Asurbanipal, su hermano Shamsh-shum-ukin
y sus niños fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sus tuvo que hacer frente a las insurrecciones de caldeos y ára-
magnates fueron cargados de cadenas» 2 9 1 .
meos. En Egipto reinaba Psamético I (663-609), hijo d e Ne-
En. la Biblia no se menciona el n o m b r e de Asurbanipal. cao, cuya vida había perdonado Asurbanipal. Después de
Únicamente de modo indirecto en Esd 4,10 se le alude en la estar en situación de príncipe vasallo, fundó la XXVI dinastía
carta del gobernador persa R e h u m y su secretario, Simsai, egipcia, la saita, y con la ayuda de Gyges de Lidia empezó
que escriben a Artajerjes: «Rehum, gobernador; Simsai, se- a independizarse de Asiría, negando el tributo conveaido.
cretario, y el resto de sus colegas... y de otros pueblos que el Por otra parte, los medos, de procedencia i n d o e u r o p e a , em-
rey grande Asnappar (Asurbanipal) trasladó y estableció en pezaban a presionar sobre el noroeste de Mesopotamia, jun-
tamente con los bárbaros cimerios y escitas, que procedían
28' Cf. Is 20,3.
288 A N E T 294. del Gáucaso, y arrasaron Armenia, presionando hacia e l reino
289 A N E T 294. A q u í aparecen casi todos los reyes d e la lista d e Asaradón antes t r a n s de Midas, en Frigia. Al mismo tiempo, las tribus árabes del
crita ( A N E T 291); sólo varían los reyes de Arwad y Beth-Amón.
290 Cf. A N E T 294-95.
291 N a h 3,8-12. 292 Esd 4,2.
526 X. Conquista de Canaán Reinado de Josías de Judá 527
293
desierto invadían Edom y Moab . Asurbanipal en 640 había mético I. Este siguió hacia Karkemish para ayudar a los asi-
conquistado Susa y se había vengado de las tribus árabes 2 9 4 rios 2 " . A Josías le sucedió su hijo Joacaz, quien fue depuesto
después de haber reconquistado Babilonia en 648 a . C , insu- por el faraón, que estaba en Ribla, en Siria central 3 0 ° , el cual
rreccionada por su hermano Shamsh-shum-ukin, quien ter- colocó sobre el trono de Jerusalén a Elyaquim (hermano de
minó por suicidarse. En 629 asoció al trono a su hijo Sin-shar- Joacaz), a quien cambió el nombre (en señal de dominio) en
ishkun 2 9 5 ; pero u n general se sublevó al morir Asurbanipal 1 su equivalente religioso Joaquim (Yehoyaqim), imponiéndole
(625 a . C ) , quien quiso instalar como rey a Asur-etil-lani, | fuerte tributo. D e este modo, Judá quedó convertido en Es-
hijo también de Asurbanipal. En esta situación de luchas in-1 tado vasallo, lo que condicionaba su política frente a los pró-
teriores por el trono, los medos, dirigidos por Fraortes, ata-1 ximos invasores babilonios 3 0 1 .
carón Nínive, que cayó en el 612 a . C , ante la presión de éstos1 En esta época, Sofonías había anunciado la caída de Nínive
y de los caldeos y elamitas. Herodoto dice que el rey medo en términos sobrecogedores:
murió en el ataque a Nínive 296; le sucedió su hijo Ciáxares
(625-585), quien, unido a los caldeos bajo la égida de Nabo- «Y (Yahvé) tenderá su mano sobre el aquilón y destruirá a Asur,
polasar (626-605), acabaron con el resto del imperio asirio. y hará de Nínive un campo de devastación, árido como el desierto.
En medio de él dormirán los rebaños y todos los animales...
Pero Egipto, asustado ante el peligro de la nueva coalición En los huecos canta el buho; en los atrios, el cuervo;
medo-babilonia, quiso apuntalar a los asirios; y así, Psamé- los artesonados de Cedrón han sido arrancados.
tico I salió en auxilio de Asiría, a la que quería establecer He aquí la ciudad exultante, que habitaba confiada,
que decía en su corazón. ' ¡Yo y nadie más que yo!'
como amortiguador frente al otro peligro más fuerte. Los ¿Cómo ha sido devastada, hecha una guarida de fieras ?
egipcios tomaron Babilonia en 616 a . C ; pero Ciáxares tomó Cuantos pasen cerca de ella silbarán y moverán la cabeza» 3 0 2 .
Asur en 614 a . C , la antigua capital de Asiría; y luego, con
los babilonios, ocupó Nínive (612 a . C ) después de u n asedio P o r s u p a r t e , Nahúm, con i n c o m p a r a b l e estilo, describe
de tres meses; y la arrasaron, pereciendo en el asedio Shin- así el sitio d e la g r a n m e t r ó p o l i o p r e s o r a :
shar-ishkun, hijo de Asurbanipal; el resto del ejército se re-
tiró, a las órdenes de Ashur-uballit, hijo también de Asurba- «Sube un destructor frente a ti; guarda la plaza fuerte...
nipal, hacia Jarán; pero en 610 a . C ocuparon esta localidad cíñete los lomos, concentra tu poder.
los babilonios y medos, y el último rey asirio se retiró hacia El escudo de sus guerreros está teñido de rojo,
sus soldados visten púrpura,
territorio controlado por los egipcios. sus carros son como hachas encendidas;
Herodoto afirma que los escitas invadieron Palestina por al atacar, sus caballos son como torbellinos...
esta época, llegando a la frontera egipcia 2 9 7 . Es la época trá- brillan como antorchas, se lanzan como relámpago...
Nínive parece un estanque de aguas que se van.
gica del piadoso rey Josías de Judá (640-609), quien en 622 a . C , ¡Saquead la plata, el oro! No tienen fin sus tesoros...
con motivo del hallazgo del «libro de la ley» (probablemente, ¡Saqueo, pillaje, devastación, corazones llenos de espanto,
parte del Deuteronomio) en los cimientos del templo, promo- rodillas temblorosas, estremecimiento de ríñones,
vió una reforma religiosa unificadora, calcada en la que u n rostros demudados!...
siglo antes había realizado Ezequías bajo la inspiración de ¡Restallido de látigo, estruendoso rodar de carros,
jinetes enhiestos, espadas relampagueantes, lanzas fulgurantes!
Isaías 2 9 8 . Pero, inexperto en política exterior, quiso oponerse Muchedumbres de heridos, montones de cadáveres.
al paso del ejército egipcio que iba e n auxilio de los asirios, Todas tus plazas fuertes son higueras con brevas,
que se batían en la región de Karkemish, y le hizo frente en que al sacudirse caen en la boca de quien las come...
Megiddo (junto al monte Carmelo), siendo derrotado estrepi- T u s dignatarios son como saltamontes,
y tus escribas, como enjambre de langostas...
tosamente por Necao II (609-593), q u e había sucedido a Psa- T u ruina no tiene remedio, tu herida es incurable» 3 M .
293 2
Cf. W . F . ALBRIGHT, en BP 44; J B L 61 (1942) 119; cf. Is 21,11-17; Jer 48; Is 15. « Cf. 2 Re 23,19; 2 Par 35,20-24.
2»4 Cf. A N E T 287-301. 300 2 Re 23,31-35; Jer 22,10-12.
2
»5 Cf. J. GADD, Anatolian Studies 8 (1958) 35S. 301 Cf. W . F . ALBRIGHT, e n BASOR 143 (1956) 28-35; H . TADMOR, en J N E S r s (1956)
296
HERODOTO, I 102. 226-30; P. J. HYAT, en JBL 75 (1956) 277-84; A . MALAMAT, en IEJ 6 (1956) 246-56; E . \OGT,
297 en V T S 4 (1956) 57-96; W . F . ALBRIGHT, en J B L (1932) 77-106; J. BRIGHT, o.c., 3 3 6 .
HERODOTO, I 104-106. Por eso, la localidad de Beisán (Beth-Shean) fue llamada por
los helenos Escitópolis. 3°2 Sof 2,13-15.
2
» Cf. 2 Re 22,8-23,27. 303 N a h c.2-3.
528 X. Conquista de Canaán Fin del reino de Judá 529

Hoy conocemos las circunstancias de la caída de Nínive Joaquim, saqueando parte de los tesoros del templo, lo que
por una tableta cuneiforme descifrada en 1923 304 : confirma el texto de 2 Par 36,6-7; pero nada se dice de esta
cautividad en el libro de los Reyes ni en los escritos de Jere-
Caída de Nínive (612 a.C.) mías. Quizá haya tenido lugar esta incursión de Nabucodo-
««Año catorce: el rey de Akkad (Nabopolasar) reunió su ejército, y Ciá- 1 nosor cuando en 605 a.C. perseguía a Necao II antes de ocu-
xares, el rey de los umman-manda (bárbaros: los medos), marchó hacia el ; par el trono.
rey de Akkad; en... se encontraron. El rey de Akkad... y Ciáxares... é l / Durante varios años, el nuevo rey de Babilonia, ocupado
cruzó en barca y avanzaron por el terraplén del Tigris... y acamparon/ en pacificar sus territorios de Mesopotamia, no hizo aparición
frente a Nínive... Desde el mes de simanu hasta el mes de abu se dieron/
tres combates; después realizaron un gran ataque a la ciudad. En el mes en occidente. Por ello, el rey de Judá, Joaquim, pudo mante-
de abu, el... día, Sin-shar-ishkun, rey de Asiría (huyó)... Deportaron mu- nerse sin dificultades durante este tiempo, pagando los tribu-
chos prisioneros de la ciudad, sin número. Y convirtieron la ciudad en tos impuestos por el conquistador. Pero Nabucodonosor en
montículos de ruinas (ana tilli: tell). El rey y el ejército de Asiría escapó... 601 hizo una incursión por Palestina 308, y los reyezuelos de
ante el rey de Akkad y su ejército... En el mes de ululu, el día 20, Ciáxares
y su ejército regresaron a su país. Después, el rey de Akkad... marchó la zona le rindieron pleitesía. Nabucodonosor en esta ocasión
a Nínive. Entonces llevaron el botín del país de Rusapu al rey de Akkad, quizá lo llevó prisionero a Babilonia, según se dice en 2 Par
en Nínive... (En el mes)... Ashuruballit... se sentó en el trono de Jarán 36,6-7, por desconfiar de él, ya que había sido nombrado rey
para ser rey de Asiría. Hasta el mes...» 3 0 5 .
por Necao II. Tenemos el precedente de Necao I, llevado
prisionero a Nínive por Asurbanipal 3 0 9 , y el de Manases,
ii. E L FIN DEL REINO D E TUDA por Asaradón, según 2 Par 33,11. En ese supuesto, Nabuco-
donosor dejaría a Joaquim libre después de prometerle éste
Durante los primeros años, Joaquim (Elyaquim) mantuvo fidelidad, que mantuvo durante tres años 3 1 °. En 601 a.C. se
su calidad de rey vasallo de Babilonia a pesar de la presión enfrentó con Necao en la frontera egipcia, y el resultado debió
de los egiptófilos, que propugnaban la independencia total. de quedar indeciso, pues el rey babilonio volvió a su país
Pero Jeremías predicaba la neutralidad, ya que Egipto había a reorganizar su ejército para volver con más fuerza.
sido tradicionalmente un aliado traidor: «Tendrás que aver- En este momento de ausencia de fuerzas babilonias en la
gonzarte de Egipto, como tuviste que avergonzarte de Asi- zona, Joaquim creyó más político acercarse a Egipto, por el
ría» 306 . De hecho, Necao II fue derrotado en la batalla de que siempre sintió simpatías, a pesar de la oposición de Jere-
Karh.em.ish (actual Djerablus) en 606 a.C. 307 por Nabucodo- mías, que sabía había de volver el coloso mesopotámico, por lo
nosor (Nabu-kuduru-usur), hijo de Nabopolasar, y que en ca- que fue considerado como traidor a la causa de su patria 311 ,
lidad de generalísimo dominó toda la zona de Siria y Pales- siendo quemados sus oráculos derrotistas 312 ; pero el profeta
tina. Surgía así la hegemonía de Babilonia en la zona, susti- anunció elfintrágico del veleidoso rey de Judá: «Será enterrado
tuyendo a la antigua de Asiría; y los babilonios eran tan duros en la sepultura de un asno; y será arrastrado y arrojado lejos,
e intransigentes con los sometidos como los soberanos asirios. fuera de las puertas de Jerusalén» 313 . La reacción de Babilonia
Al morir Nabopolasar en 605, Nabucodonosor se trasladó a fue mandar una expedición de castigo sobre Jerusalén, poniendo
Babilonia para ceñir la corona de su padre (605-562). Según sitio a la ciudad, mientras bandas de árameos, moabitas y arnmo-
Dan 1,1-2, en el año tercero de Joaquim (606-605), el r e y nitas aprovechaban la ocasión para saquear sus alrededores 314 .
Nabucodonosor puso sitio a Jerusalén y llevó cautivo al rey En diciembre de 598 a.C. murió el rey Joaquim durante el
304
Cf. C. J. GADD, The Fall of Niniveh; E . D H O R M E , La fin de l'empire assyrien d'aprés inicio del asedio 315 , sin que se den detalles de su muerte;
un nouveau document: R B (1924) 218-34.
305
Texto publicado por C. J. G A D D , The newly Discoveries Babylonian Chronicle 11.21.901
quizá murió víctima de una conspiración, y parece que su
del British M u s e u m ; A N E T 304-305, S A O 2 3 9 ; F . M I C H A E L I , O . C , 7 1 .
306
Jer 2,36.
307
E n Jer, 4Ó,2ss se describe la d e r r o t a d e Egipto e n Karkemish en estos términos: 50» Cf. FLAVIO JOSEFO, Ant. Iud. X 6.1-2.
3
«Preparad escudo y broquel, avanzad h a c i a el combate; «!> Cf. A N E T 294.
aparejad los caballos; a montar, caballeros; 31
° 2 R e 24,1.
poned el casco en la cabeza, bruñid las lanzas, ceñid la loriga... 3
" Cf. Jer 26,8; 18,18; 2 0 , I S .
312
¿Qué veo ? Están consternados; vuelven la espalda. Jer 36,9.
313
Batidos los valientes, han huido sin volverse. Jer 22,19.
Terror por doquier. Oráculo d e Y a h v é . . . »< Cf. 2 R e 24,2; Jer 3 S , i i .
Al norte, a orillas del Eufrates, resbalaron y cayeron». ais Cf. 2 Re 24,6.10.
530 X. Conquista de Canaán Fin del reino de Judá 531
316 del mes de adar (15-16 de marzo de 59.7 a.C.) se apoderó de la ciudad;
sepulcro fue profanado . Le sucedió en el trono su hijo
Joaquín o Jeconías, quien pronto se rindió al ejército en 508 a.C, e hizo prisionero al rey (Joaquín). Designó luego a un rey según su cora-
zón (Sedéelas); y le impuso un fuerte tributo; y lo envió a Babilonia») 3 1 9 .
a los tres meses de su reinado, siendo llevado cautivo a Babi-
lonia con la reina madre y su corte; y allí permaneció prisio- En una lista de prisioneros redactada entre el 10 y el 35 del
nero durante treinta y siete años, hasta la muerte de Na- reinado de Nabucodonosor, aparece el rey Joaquín de Judá,
bucodonosor. Su triste suerte fue el símbolo de la suerte que llamado también Jeconías:
esperaba a sus compatriotas, ya que con él fueron desterrados
7.000 de la alta clase y 1.000 artesanos especializados para em- «Yaukinu (Yehoakin: Yeconías), rey del país de Judá (Ya-hu-du)...
plearlos en las construcciones de Babilonia 317; y fue expoliado y los hijos de los reyes de Judá».
«... Yaukinu, rey del país de Judá... cinco hijos del rey de Judá en manos
gran parte del tesoro del templo. Estos deportados se instalaron de Qanama» 3 2 0 .
junto al río Kebar (kubaru, «grande»), el Nár Kabari («gran
canal»), que atraviesa Nippur, al sudeste de Babilonia, donde En el racionamiento que se daba a los reyes cautivos en Ba-
residió el profeta Ezequiel, víctima de la primera deporta- bilonia aparece reiteradamente el nombre del rey Joaquín de
ción 318 . Judá con las grafías diversas de Yaukinu y Ya-ku-kinu, llamado
En 2 Re 24,10-17 se relata así el primer asedio de Jerusalén rey de Ya-hu-du, Ya-u-du y Ya-hu-du. Con él aparecen cinco
y la deportación del rey Joaquín: hijos, quizá hermanos, y «ocho hombres del país de Yahudu».
A todos se les ofrecen raciones moderadas, menos al rey, para
«En este tiempo subieron contra Jerusalén los servidores de Nabucodo- quien son muy abundantes: «dos medios sila para los cinco
nosor, rey de Babilonia, y la ciudad fue asediada. Nabucodonosor, rey de
Babilonia, llegó a la ciudad mientras sus servidores la asediaban. Entonces, hijos, cuatro sila para los ocho hombres y medio pi para el rey».
Joaquín, rey de Judá, salió hacia el rey de Babilonia con su madre, sus ser- Son recibos de entregas «a las manos de Qanama»; y a Joaquín
vidores, sus jefes y sus eunucos. Pero el rey de Babilonia le prendió el se le da el título de «rey» 321 . En las tabletas publicadas por
octavo año de su reinado. Sacó de allí todos los tesoros del templo de Yahvé
y los tesoros del palacio real; rompió todos los utensilios que Salomón, Weidner aparecen los nombres de algunos compañeros de
rey de Israel, había fabricado para el templo de Yahvé, conforme a lo que prisión del rey Joaquín, como Ur-milki, Gadi-ilu y Shalamyama
Yahvé había anunciado. Llevó cautiva a toda Jerusalén, a todos los jefes, (nombre que aparece en las ostraka de Lakish) 322 . Junto a éstos
a todos los hombres de importancia, en número de 10.000, con todos los
carpinteros y herreros, no dejando más que a la gente pobre de la tierra. aparecen nombres filisteos, fenicios, elamitas, medos, jonios,
Deportó a Joaquín a Babilonia, y llevó cautivos de Jerusalén a Babilonia lidios y egipcios. Dice así el texto:
a la madre del rey, a sus eunucos, a los grandes de la tierra; a todos los
hombres de armas, en número de 7.000. A todos los hombres de valer <iYa' a-ukin (Joaquín), rey... a la casa de qiputu de... para Shalamyama,
aptos para la guerra; el rey de Babilonia los llevó cautivos a Babilonia. el... para 125 de Tiro... para Zabiria, de Li(dia)» 323 .
Luego puso por rey, en lugar de Joaquín, a Matanías, su tío, cambiándole «Diez (sila de aceite) para... (Ya)-' -kin [Joaquín] de Ya(u-da-a) ;
el nombre en Sedecías». media sila (de aceite) para... (hijos del) rey de (Ya-aju-du); cuatro sila
para ocho hombres de Judá (aniel Ya-aju-da-a-a)...»324.
El mejor comentario a este texto bíblico lo encontramos «Una y media sila (de aceite) para tres carpinteros de Arwad; media
en la llamada Crónica babilónica, descifrada en 1956, donde sila a cada uno...; once y media sila para seis carpinteros de Byblo; media
sila a cada uno; tres y media silas para siete carpinteros griegos; media
se nos habla de estas incidencias del primer asedio de Jerusa- sila a cada uno...; media sila para Nabu-etir, el carpintero; diez sila para
lén por los babilonios: Ya-ku-u-ki-nu (Joaquín), rey de Ya-ku-du (Judá) a través de Qanaánt 3 2 5 .

" 9 Publicado por D . J. W I S E M A N , Chronicles of Chaldean Kings (626-556) in Sritish


Crónica babilonia sobre el primer asedio de Jerusalén (598-97) Mmeum (London 1956), tab. British M u s e u m 21 946. Es d e l año séptimo de Nabucodonosor
(598-97); S A O 240; A . PARROT, Babylone et VAnden Testament (Neuchátel 1956) 67.
320 Publicada por E . F . W E I D N E R , Jojashim, Kónig von Juda in babylonischen Keilshrift-
«En el año octavo, en el mes de kislew (diciembre), el rey de Akkad texten: Mélanges Sytirnd II 923-35; W . F . A L B R I G H T , King Joiachim in Exüe: B A V (9-66;
reunió sus tropas y se puso en marcha hacia el país de Haití (Siria-Pales- Estas tabletas fueron encontradas en la expedición d e K o l d e w e y en Babilonia; A N E T 308.
tina). Puso sitio a la ciudad de Judá (uru Ya-u-hu-du); y el día segundo A. PARROT, O . C , 84.
MI A N E T 308; S A O 242.
322 Cf. E. F . W E I D N E R , a . c , 928-35.
si» Cf. 2 Re 24,6; 2 Par 36,8; Jer 22,19; 36,30. 323 T e x t o babilónico 28.122, anverso 29-33.
3 » 2 Re 24,16. 321 T e x t o babilónico 28.178, anverso II 38-40.
3 " Ez 1,1-3. 325 T e x t o en A N E T 308; S A O 242.
532 X. Conquista de Canaán Fin del reino de Judá 533
En 2 Re 25,27-30 se narra el fin del cautiverio de Joaquín codonosor fue fulminante, trasladándose a Ribla, donde esta-
con estas palabras: bleció su cuartel general a orillas del Orontes, como un siglo
«El año treinta y siete de la cautividad de Joaquín, rey de Judá, el día 27
antes lo había hecho Senaquerib y Necao II 334 . Y en su expe-
del duodécimo mes, Ewil-Merodac (Marduk), rey de Babilonia, el año pri- dición hacia el sur, dejando a Fenicia, sostenida por el mar por
mero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín, rey de Judá, y le sacó de la los egipcios, después de dudas 335, se dirigió hacia Judá en un
prisión. Le habló con benevolencia y puso su trono por encima de los tronos ataque frontal definitivo. Resistieron por algún tiempo La-
de los reyes que con él estaban en Babilonia. Le hizo quitar sus vestiduras kish, Azeka y Jerusalén 336 . Y en el año noveno del reinado de
de preso, y ya siempre comió a su mesa todo el tiempo de su vida. El rey
proveyó constantemente de su mantenimiento todo el tiempo de su vida». Sedecías (588 a.C), el día 10 del décimo mes (diciembre-enero),
Cf. Jer 52,31-34- el ejército caldeo puso sitio a Jerusalén, marchando una parte
de éste hacia Fenicia para asediar a Tiro, que se entregaría
Finalmente, para terminar con las alusiones extrabíblicas al en 573 después de un asedio de trece años.
rey Joaquín de Judá, hemos de citar el sello encontrado entre Ahora bien, Jerusalén resistió el asedio durante dieciocho
Beth Mersim y Beth Shemesh con esta inscripción: «A Elya- meses en una defensa desesperada y heroica, pues se armó
qim, intendente de Yaukin» 326; parece que aquél era el admi- hasta a los esclavos, a los que se les concedió la emancipa-
nistrador de las propiedades del rey. ción 337. Los habitantes de la ciudad asediada, recordando la
Ya hemos indicado antes que el rey Nabucodonosor, des- liberación milagrosa de un siglo antes bajo Ezequías, espera-
pués de deponer a Joaquín y llevarlo a Babilonia, puso en su ban que los egipcios presionaran para salvarlos; pero Jeremías
lugar a su tío Matanías, al que cambió su nombre en Sede- predicó contra estas falsas ilusiones, pues hasta el templo sería
cías (598-86), quien no pudo mantener una línea política profanado; por ello fue encarcelado como derrotista, aunque
coherente a causa de las presiones ambientales filoegipcias o filo- anunciaba también la reconstrucción de la ciudad después de
babilonias. Jeremías predicaba la neutralidad y la sumisión su destrucción 338. Y, por un momento, los caldeos aflojaron
a Babilonia como mal menor. Y el rey sentía veneración por el asedio para hacer frente a la presión del faraón Hofra, que
el profeta 327, consultándole en secreto 328 . Pero, presionado se dirigía por la costa hacia Fenicia; y los habitantes de Jeru-
por los palaciegos, lo encerró en una cisterna. En realidad, salén, eufóricos, creían que se había repetido el milagro de los
Psamético II (sucesor de Necao II) seguía incordiando en Pa- tiempos de Ezequías frente a los asirios. Pero Jeremías declara-
lestina y atizando la rebelión contra Babilonia; y los delegados ba que los babilonios volverían y «quemarían la ciudad por el
de Edom, Moab, Ammón, Tiro y Sidón se reunieron en 593 a.C. fuego» 339 , porque Yahvé había decidido su suerte. Así, en
en Jerusalén para concertar una acción común contra Nabu- Ez 30,20 se dice que Yahvé «rompió el brazo del faraón»,
codonosor 329. p o r s u p a r te, Jeremías reaccionó, declarando quien fue derrotado estrepitosamente, teniendo que volver a
que el yugo de Babilonia era ineludible y había que acep- sus fronteras egipcias. Entonces los caldeos reanudaron el ase-
tarlo 330. dio, y Jeremías siguió aconsejando la rendición como mal
Y el rey Sedecías fue llamado a Babilonia para dar explica- menor. El rey Sedecías consultó a Jeremías 340) q Ue estaba en-
ción de su política ambigua en el año cuarto de su reinado 331; carcelado, y la respuesta fue tajante: «Serás entregado en ma-
pero, al volver a Jerusalén, siguió su política egiptófila propug- nos de Babilonia» 341 . Siguió, con todo, la desesperada resis-
nada por los falsos profetas 332 , dejando que en el templo se tencia con hambres y epidemias 342, dándose casos de aatro-
introdujeran cultos idolátricos 333. Al morir Pasmético II, su pofagia 343, como había ocurrido en el sitio de Samaría u n siglo
sucesor, Hofra, fomentó más la insurrección entre los reyezue- antes 344 y se repetirá en el asedio de Jerusalén por los roma-
los de Palestina contra Babilonia. Pero la reacción de Nabu- nos 34 5.
326
Cf. W . F. ALBRIGHT, The Seal of Elyakim and the Latest Preexilic History, uith Obser- 334
vations on Ezechiel: J B L 51 (1932) 77-106; B A 5 (1942) 5 0 - 5 1 ; A A S O R 21-22 (1943) 66 n.g. 2 R e 19,8.
327
Cf. Jer 21,1-2; 37,3. " 5 Cf. Ez 21,26-27.
336
328
Jer 37,15; 38,5-20. Jer 34,7.
329
Jer 37,3. i " Jer 34,8s.
338
330
Jer 24,4s. Jer 32, is. Por ello compra u n campo en A n a t o t h .
339
33
' Cf. Jer 51,59. Jer 37,7-10.
343
332
Cf. Jer 28, is; 37,19. 340 j e r 37,i7s; 38,14. L a m 4,10; 2,20.
341 344
333 Jer 37,17. 2 Re 6,24-7,20.
Ez8,is. ) 42 Lam 1,20; 4,9. 345
Cf. FLAVIO JOSEFO, Bell, Iud. VI3-3-
534 X. Conquista de Candan Las «ostraka» de Lakish 535

Finalmente, en el undécimo año de Sedecías (586 a.C), el Sión tiende sus manos, pero nadie la consuela.
día 9 del mes cuarto (junio-julio), los caldeos lograron abrir Los ancianos de la hija de Sión se sientan en tierra mudos,
cubierta de polvo la cabeza, vestidos de saco;
brecha en las murallas de la ciudad 346. jy r e y Sedecías con y las vírgenes de Jerusalén inclinan a tierra sus cabezas» 352.
algunos cortesanos huyó secretamente por el Ofel, al sudeste
de la ciudad, y se dirigió hacia la llanura de Jericó, sin duda
12. L A S «OSTRAKA» D E L A K I S H ( D E L c;88. D U R A N T E F.T. ASF.mo
con ánimo de huir por TransJordania hacia Egipto o refugiarse
DE JERUSALÉN) _=_
en el desierto; pero los caldeos le dieron alcance en la llanura
de Jericó, conduciéndolo encadenado al cuartel general de Na- Durante el asedio de Jerusalén, los jefes militares de dis-
bucodonosor en Ribla, quien hizo degollar a sus hijos a su tintas localidades escriben al gobernador Yaosh de Lakish (tell
vista y después mandó sacar los ojos al rey Sedecías, envián- ed-Duweir) antes de la ocupación de esta localidad por los cal-
dolo encadenado a Babilonia con los reyes vencidos. Y allí deos. Y en estas cartas de urgencia se menciona al «profeta», que
murió, con lo que se extinguió la dinastía reinante de David, podría ser Jeremías, que ejercía su ministerio en Jerusalén antes
aunque allí quedaba todavía el rey depuesto Joaquín en calidad de su caída. Fueron encontradas 18 cartas por J. L. Starkey en
de prisionero. I
93S» y otras tres se encontraron en [1938. Las ostraka (frag-
Los caldeos destruyeron totalmente la ciudad después de mentos de cerámica) son cartas o listas de nombres, y se suelen
un brutal saqueo, expoliando el templo y el palacio real 347; datar hacia el 588 a.C, cuando empezaba el asedio de Jerusa-
luego incendiaron el templo y demolieron sistemáticamente las lén, antes del de Lakish. Son los únicos textos (fuera de la
murallas, quedando reducida la «ciudad de David» a un mon- inscripción de Siloé) hebreos extrabíblicos de la época clásica.
tón de escombros, por los que vagaban las raposas y chaca- Las ciudades de Lakish y Azeqah fueron los últimos bastiones
les 348. Los jefes judíos fueron degollados en Ribla 349 delante de Judá que resistieron al invasor cuando había comenzado ya
del cruel Nabucodonosor; el resto más representativo de la el asedio de Jerusalén 353. En realidad, Lakish había sido toma-
nación fue llevado en cautividad hacia Mesopotamia; es la se- da en 597, cuando tuvo lugar el primer asedio de Jerusalén 354
gunda deportación de Judá después de la de 598 a.C, que si- y había estado antes bajo el dominio egipcio en no pocas oca-
guió al primer asedio de Jerusalén. Sólo quedaron en el país siones 355.
el proletariado y los campesinos hambrientos 350 Los depor- Estas inscripciones hebreas de las ostraka son del tipo grá-
tados fueron empleados en las obras de construcción de la gran fico cananeo y contienen nombres propios, que suelen tener
metrópoli babilonia 351. Y, ante las ruinas humeantes de la paralelos bíblicos, como el de Shebna 356 y Ajab, y otros, como
ciudad de Jerusalén, el vate hebreo desahoga su pesar en una vamos a ver en la transcripción de los diversos textos.
elegía que no ha sido superada en la literatura universal:
Ostrakon II
«¡Cómo se sienta en soledad la ciudad populosa; «A mi señor Yaosh: ¡ Que Yahvé haga oír a mi señor buenas noticias en
es como viuda la grande entre las naciones; este mismo día! ¿Quién es tu siervo, sino un perro, para que mi señor se
la señora de provincias se ha convertido en tributaria... haya acordado de su siervo? 3S7 Que Yahvé castigue a los que dan órdenes
Llora..., y no tiene quien la consuele entre sus amantes; que tú no conoces» 3S8.
le fallaron todos sus amigos y se le volvieron enemigos... 352
Lam i.lss.
Los caminos de Sión están en luto por n o haber quien venga a las 353
2 Re 24,2.7.10-17,
solemnidades; 354
Jer 34,7.
355
todas sus puertas están desoladas; sus sacerdotes, gimiendo; Se h a n encontrado en ella algunas inscripciones egipcias, pero fragmentarias.
3
5<s 2 Re 18,18.
sus vírgenes, escuálidas, y ella, llena de amargura...; 357
Cf. 2 Sam 9,8; y las cartas d e El Amarna.
sus niños fueron a la cautividad delante del enemigo...; 338
H . M i c h a u d traduce: «i Q u e Yahvé favorezca a m i s e ñ o r ! D i esto q u e y o no sabia
sus príncipes han venido a ser como ciervos que no hallan pastos. o t u n o sabías». Les ostraca de Lakish conservées a Londres: Syria 34,1-57; A . PARROT, Ba-
bylone et l'AT 76: A N E T 321; S A O 251.
346
Cf. Jer 30,2; 52,5-7; 2 Re 25,2-4.
347
2 R e 25,8; Jer 52,12; L a m 5,11; 2 Re 25,13-17; Jer 52,17-23.
348 Cf. Jer 5,18; 9,10.
349
2 R e 25,18-21; Jer 52,24-27.
350 2 R e 25,11-12; Jer 39,10; 40,7.
351
Cf. FLAVIO JOSEFO, Ant. íud. X n . i ; cita a B e r o s o .
536 X. Conquista de Canaán
Las «ostraka» de Lakish 537

Ostrakon III
Ostrakon V
«Tu siervo Hosha'yahu (Oseas) 3 5 9 ha escrito para informar a mi señor
Yaosh: ¡Que Yahvé haga oír a mi señor noticias de paz! E ilumine, te pido, el «Que Yahvé haga oír a mi señor noticias de paz y de felicidad en este día.
ojo de tu siervo a propósito de una carta que enviaste a tu siervo ayer. Por- ¿Quién es tu servidor, (sino) un perro, para que hayas enviado a tu siervo
que el corazón de tu siervo está abatido desde que escribiste a tu siervo y cartas?... 3 7 0 T u siervo ha devuelto las cartas a mi señor. ¡Quiera Yahvé
porque mi señor ha dicho: ' ¡Tú no sabes leer una carta! Llama a un escri- hacer ver... a tus ojos! ¿Qué puede hacer tu siervo para bien o para mal res-
ba'. Pero por la vida de Yahvé, que nadie intentó leerme una carta. Además, pecto al rey?» 371
cualquier carta que me llegare, si la he leído, yo puedo repetirla a la letra.
Se ha informado a tu siervo, diciendo: 'El jefe del ejército de Koniyahu 3 6 °, Ostrakon VI
hijo de Elnathán 361 , ha bajado a Egipto y ha enviado a Hodawyahu, hijo de
Ajiyahu 362 , y sus hombres para obtener avituallamientos'. En cuanto a la «A mi señor Yaosh. ¡Que Yahvé haga ver a mi señor este momento con
carta de Tobyahu 36i, servidor del rey, que ha llegado a Shallum, hijo de dicha! ¿Quién es tu siervo, sino un perro, para que mi señor haya enviado
Yaddua, de parte del profeta (¿Jeremías?), diciendo: '¡Ten cuidado!' tu la carta del rey y las cartas de los magnates, diciendo: 'Lee, te lo suplica' ?
siervo la ha transmitido a mi señor» 364 . Y he aquí que las palabras de los magnates no son buenas, (sino) debilitan
nuestras manos... 3 7 2 Estos hacen mal... Yo digo: señor mío, no les escri-
Por esta carta se ve que Judá y Egipto están aliados, ya que birás, diciendo: ' ¿Por qué obráis así... enjerusalén? He aquí que al rey y...
¡hacéis esto!' Por la vida de Yahvé, tu Dios, ciertamente desde que tu sier-
los capitanes judíos bajan a Egipto en busca de vituallas. La vo leyó las cartas no hay para tu siervo (paz)...» 373
identificación del «profeta» aludido con Jeremías es muy pro-
blemática, aunque posible 365. En el ostrakon 16,5 se menciona
Ostrakon VIII
«al profeta» con un nombre que termina en ahu (¿Yirmiyahu ?:
Jeremías); pero esta terminación ahu era muy corriente en los «¡Quiera Yahvé que mi señor oiga buenas noticias este mismo día...
nombres teóforos de la época. Así, en tiempos de Jeremías El señor me ha humillado delante de ti. Nedabayah ha huido a los montes...
Ervverdad, no miento; envié allí mi señor...» 374
aparece un tal Uruyahu (Urías), que era partidario de las ideas
de neutralismo del profeta. Y en el ostrakon I 4 se menciona
Ostrakon IX
a un tal Mibtahiyahu, hijo de Yirmiyahu (Jeremías), que cier-
tamente no es el profeta Jeremías, pues éste no estaba casado 366 . «¡Quisiera Yahvé que mi señor oiga (noticias) de paz!... Envíe quince...
Contesta a tu siervo por medio de Shelamiyah, (diciendo) lo que hemos de
hacer» 375 .
Ostrakon IV
En estas cartas y otros fragmentos leemos nombres hebrai-
«¡Que Yahvé haga oír a mi señor este mismo día buenas noticias! Y se-
gún todo lo que ha escrito mi señor, así lo ha hecho tu siervo. Yo he escrito cos que encuentran su paralelo en la Biblia, como Ajimelek,
en la puerta (?) según todo lo que me ha comunicado mi señor. Y respecto Sefatyahu, Ashayahu, Gedalyahu, Hilqiyyahu (Helcías), Safan
a lo que mi señor me escribió en lo tocante a Beth Harapid, allí n o hay na-
die; y en cuanto a Semakyahu, Shemayahu 367 1 0 he prendido y traído a la y Azaryahu (Azarías) 376. El nombre de Gedalyahu recuerda al
ciudad (¿Jerusalén?). T u servidor, mi señor, escribirá allí. ¿Dónde está él del famoso Godolías (Gedalyahu ben Ahiqán), que se puso al
sino en los alrededores (de la ciudad)? Averigüe, y (mi señor) sabrá que ob- frente del pueblo después de la derrota, y que fue asesinado
servamos las señales 368 de Lakish, según las indicaciones que da mi señor,
porque no vemos Azeqah» 369 . por los ultranacionalistas 377. En el texto de Lakish se le llama
«mayordomo» del gobernador de la ciudad 378. Se han encon-
359 C f . J e r 42,1; 43,2-
3
6° Cf. Jer 22,22; 37,1; al rey Joaquín se le llama
361
Koniyahu. trado en Lakish algunas inscripciones en lengua cananea o pro-
Cf. j e r 26,22: «El r e y Joaquín envió gentes a E g i p t o , a Elnathán, hijo d e Akbor».
362
Cf. 1 Par 3,24; 5,24: Hodawyahu; 2 P a r 10,15: Ajiya. tohebrea, pero con una escritura alfabética distinta del alfa-
3 « Cf. E s d 2,60: Tobya.
3" A N E T 3 2 1 ; S A O 2S2; F . M I C H A E L I , O . C , 7 8 ; A . P A R R O T , O . C , 78. no Cf. 2 Sam 9,8.
365 J" A N E T 3 2 1 ; S A O 252; F . M I C H A E L I , O . C , 79.
Cf. R . DUSSAUD, e n Syria 19 (1938) 267.
366
Jer 16,2. " 2 T e x t o oscuro, traducido d e diferentes modos. R. D u s s a u d lee: «Las palabras (del
3 « Cf. Jer 28,24. profeta) no s o n b u e n a s , porque abaten las manos (el coraje), d e p r i m e n las energías del país
368
Cf. Jer 6,1; habla d e una «señal» (Mas' et). y de la ciudad» (Syria 19 [1938] 262).
369 «3 R. DE VAUX, Les ostraka de Lachis: R B (1939) l 8 i s ; A N E T 322; S A O 2 5 2 - 5 3 ; I, M I -
Jer 34,7: «El ejército del rey d e Babilonia c o m b a t í a contra Lakish y Azeqah, p o r q u e
eran ciudades fuertes q u e permanecían entre las c i u d a d e s d e Judá». A N E T 3 2 1 ; SAO 2 5 2 ; CHAELI, o . c , 79-80.
F . M I C H A E L I , O . C , 78-79. 3" A N E T 322; S A O 253-
"5 A N E T 322; S A O 253-
™ Cf. Jer 1,1; 2 R e 22; 2 Par 24; Jer 26,10. Cf. R. DE VAUX, en R B (1936) 100-l»2.
J" Cf. J e r c . 4 0 - 4 1 ; Esd 10,18; Sof 1,1; Jer 3 8 , 1 .
"» Cf. Is 22,15; 36,3; R B (1936) 98-99 (1939) 402.
538 X. Conquista de Canaán Reorganización del reino de Judá 539

beto común «cananeo». Los caracteres más antiguos de estas dos o quedarse en el país; pero el profeta escogió esta segunda
inscripciones parecen relacionados con la escritura sinaítica 379 , alternativa para dedicarse a rehacer las esperanzas nacionales,
que parece ser la escritura alfabética más antigua conocida. pues el pueblo después de la derrota estaba sumido en la ma-
Mientras que la escritura de los textos fenicios y de la estela yor desesperación, pues nunca había creído que Yahvé aban-
de Moab representan el «cananeo» posterior. La inscripción donaría a Jerusalén y el templo a su suerte 382 . Pero los ultra-
más antigua de Lakish «protocananea» es del siglo xvi a.C; nacionalistas, inclinados siempre hacia una política favorable
está sobre un puñal de bronce; las otras no son posteriores al a Egipto, se opusieron a esta labor de reconstrucción que in-
siglo XIII a.C. 38 ° Son signos similares a los encontrados en tentaban Godolías y Jeremías; y así, dos meses después de to-
Gezer en 1929 y en Ain Shems (Beth Shemesh) en 1930; parece mar la dirección Godolías, fue asesinado por una banda de fo-
que no son posteriores al siglo xv a.C Son unos signos de tran- rajidos dirigidos por el rey de Ammón; el asesino huyó a Trans-
sición entre el alfabeto sinaítico y el «cananeo» propiamente tal, jordania y los otros de su banda huyeron a Egipto, en contra
cuyo ejemplar mejor es el de rey Ahiram de Byblos, descu- de los consejos de Jeremías, quien fue llevado por. la fuerza al
bierto en 1923, y que se supone es de principios del si- país de los faraones 383 . Según Jer 52,30, los caldeos realizaron
glo XIII a.C. 381 una nueva deportación de judíos a Babilonia, sin duda como
El hebreo de las cartas de Lakish es perfectamente bíblico, represalia por las intervenciones de los fanáticos ultranaciona-
como el de la inscripción de Siloé, de un siglo antes. Es el len- listas hacia el 582 a.C; pero los babilonios no trasplantaron
guaje de la edad de oro de los tiempos de la monarquía. El esti- .poblaciones extrañas a Judá, como habían hecho los asirios con
lo es brusco, con paso del discurso narrativo al discurso direc- Samaría. De este modo, Judá se libró de esta contaminación
to, con cambios de persona; lo que no es raro en los libros bí- heterogénea de pueblos idólatras, con lo que pudo mantenerse
blicos. La escritura es cursiva, con ligaturas que pueden dar más puro el ideal religioso.
lugar a confusión del sentido, sobre todo teniendo en cuenta El padre de Godolías, llamado Ajicán, había salvado a Je-
que no se emplean vocales. Parece que usaban la interpunción remías en una ocasión 384; su abuelo Shafán había sido secreta-
entre las distintas palabras; es decir, al fin de cada palabra po- rio del rey Josías 385. En un sello encontrado en Lakish se habla
nían un punto, como aparece en los manuscritos de los samari- de un tal Godolías, que fue «mayordomo» 386 . Dice así: «A Go-
tanos, para no confundir las palabras entre sí en una scriptio dolías (Gedalyahu), que está sobre la casa». Pero no consta
continua; pero ésta no se da siempre; en un caso encontramos que éste sea el famoso Godolías que fue gobernador después de
la haplografía, juntándose en una dos letras iguales. la destrucción de Jerusalén, según se dice en 2 Re 25,22: «Na-
bucodonosor puso el resto del pueblo que quedaba en la tierra
bajo el gobierno de Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safan.
13. REORGANIZACIÓN DESPUÉS DE LA DESTRUCCIÓN DE J E -
Y cuando los jefes de las tropas supieron que Godolías había
RUSALÉN
sido puesto por el rey de Babilonia como gobernador del te-
Después de la destrucción de Jerusalén, los babilonios nom- rritorio, vinieron a Godolías a Misfa... Pero el séptimo mes,
braron como gobernador de los judíos a Godolías, que era bien Ismael..., de sangre real, vino acompañado de diez hombres
visto, porque era partidario de la sumisión de Babilonia antes e hirieron mortalmente a Godolías, así como a los judíos y
de la toma de la ciudad, coincidiendo en esto con el criterio de caldeos que estaban en Mispa. Entonces todo el pueblo, pe-
Jeremías. El nuevo gobernador empezó a reorganizar la vida queños y grandes..., se levantaron y se fueron a Egipto por
política del país, estableciendo la capital en Mispa, al norte de temor de los caldeos». Uno de los compañeros del asesino de
Jerusalén. En su "labor de reconstrucción nacional le ayudó Godolías es llamado Yaazaniyahu 387, y justamente en Mispa
Jeremías, quien fue tratado con todas las consideraciones por se ha encontrado en una tumba intacta grabado en dos líneas:
los invasores, los cuales le dejaron escoger ir con los deporta- 382
Cf. Jer 39.14; 40,1-6.
383 J e r 40,7-42,7.
"9 Cf. W. F. ALBRIGHT, en BASOR 64 (octubre 1936) 8-12.
330
3fi Cf. Jer 26,24.
385
Gf. R. DUSSAUD, Les inscriptiones phéniciens du tombeau d'Ahiram, roi de Byblos: 2 R e 22,3.
38
Syria (1924) 135-37; L. H. VINCENT, Lesfouilles du Byblos: RB 34 (1925) 183-93. « Cf. S. H. KOOKE, en PEF QS (octubre 1935) 195-96; J. Bright cree que se traja del
381 gobernador Godolías (Historia de Israel p.343 n.64).
Cf. A. PARROT, A própos du Tell Douweir: Syria 16 (1935) 419; M. A. VAN DEN O U - 38
DENRIJN, Lesfouilles de Lakish et Vétude de V Anclen Testament (Freibourg, Suisse, 1942) 14SS. ' Cf. 2 Re 25.24; Jer 40,8.
540 X. Conquista de Canaan Reorganización del reino de judá 541
«A Yaazaniyahu, servidor del rey», y lleva un gallo de adorno 398
unos se establecieron en Tafnes , en la zona fronteriza, y
en la parte baja, un animal que no suele aparecer en la glíptica otros en otros lugares 3 " . Allí debieron de permanecer sus des-
antes del siglo vm 388. cendientes durante el dominio persa 4 0 ° para unirse con otros
La población del país fue diezmada por las tropas invaso- emigrantes en tiempos de los Ptolomeos (s.n a.C). De hecho,
ras, y las ciudades, sistemáticamente arrasadas, excepto las del en 525 a.C. había en Elefantina una colonia judía cuando fue
Negeb y el sur de Samaría. Se calcula que de una población conquistada por Gambises 401 . Es posible que contingentes mi-
de 200.000 personas, no quedaron en el reino de Judá más litares judíos hayan ayudado a Psamético II en su campaña
de 20.000. Judá desapareció como nación y distrito autóno- contra Nubia (590-89 a.C.) 402 . Otros judíos huyeron a Moab,
mo, pues la parte septentrional fue anexionada a la provincia Edom y Ammón, en TransJordania 403 .
de Samaría, mientras que la parte meridional fue invadida Pero los exiliados sentían ansias de reintegrarse a la patria,
por los edomitas 389 , quienes, a su vez, fueron arrojados de su con odio ciego contra sus opresores 403 ; los vaticinios proféti-
territorio por los árabes-nabateos 3 9 0 . Y nada sabemos de lo cos de la época rezuman ansias de revancha 404 , anunciando
que ocurrió en las ruinas de Jerusalén hasta la vuelta de los la próxima liberación en las conquistas de Ciro, que será el
repatriados, unos setenta años después. Pero los peregrinos «ungido» de Yahvé para hacer volver a su pueblo a la tierra
continuaban yendo a las ruinas del templo 391 para ofrecer patria 405 . En efecto, al morir Nabucodonosor en 562 a.C. em-
sacrificios. Algunas composiciones salmódicas que recitamos pezaba a perfilarse el imperio medo-persa. Ciáxares de Media,
parecen surgir en este ambiente de trágica desolación 392 . H a - antes aliado de los caldeos, frente a la hegemonía asiría, creó un
bía tiempos determinados para ayunos y lamentaciones 393 , y imperio con capital en Ecbátana, y después de someter a los
en Samaría, la religión estaba contaminada por la población pueblos del Irán se lanzó hacia la conquista de Armenia y del
idólatra desplazada 394 . Asia Menor, donde se enfrentó con Alyattes, rey de Lidia,
Y en el exilio seguía la flor y nata de la nación; después de estableciéndose como frontera de ambos dominios el río Halys;
tres deportaciones (en 597,586 y 582 a.C.) la suma ascendió a luego, los medos se extendieron a Lidia 4 0 6 en 570 a.C. En
4.600 personas, cifra muy verosímil, aunque se cuentan sólo 568 a.C, Nabucodonosor invadió Egipto 407 ; fue una operación
los varones, lo que quiere decir que hay que multiplicarla por de castigo para evitar que Egipto interviniera en Asia.
cuatro: En 2 Re 24,145 se da una cifra de 10.000 para la prime- Pero, al morir Nabucodonosor en 662 a.C, el imperio ba-
ra deportación. Los críticos calculan unos 40.000 deportados bilónico se vino abajo, pues sus sucesores, Ewil-Marduk (562-
en total. Parece que se asentaron en la zona de Babilonia, sin 560), que libertó a Joaquín de Judá 408 , y Nergal-shar-usur, no
estar muy diseminados 395 . Y la situación allí no era muy dura, pudieron hacer frente a la nueva situación internacional. Este
pues podían construir casas y dedicarse a la agricultura 396 ; murió después de cuatro años de reinado, sucediéndole La-
el rey Joaquín, deportado en 597, fue tratado como pensionado mashi-Marduk, quien fue desplazado por Nabónides (Nabu-
en la corte babilónica con el título de «rey» en los textos cunei- na'id) (556-39), descendiente de una familia aramea de Jarán,
formes, como antes hemos visto. Pero estaba encadenado 397 . donde reconstruyó el templo de Sin y otros templos, así cerno
De hecho, para los judíos se les abrieron en Mesopotamia unas las antiguas inscripciones. Por sus innovaciones religiosas se
posibilidades económicas y comerciales con las que no pudie- le opusieron los sacerdotes de Marduk 408 . Organizó campañas
ron soñar en su país natal. militares hacia Lidia (554 a.C.) y Siria (553 a.C.) 4 0 9 , cambian-
De los que huyeron a Egipto, los compañeros de Jeremías do su residencia real al oasis de Teima, en el desierto de Ara-
388
Cf. W . F . BADE, The Seal ofjezaniah: Z A W 51 (1933) 150-56; G H . M C G O W N , Tell 3 9» Jer 48,7.
en-Nasbeh I p.163; A . P A R R O T , O . C , 82. 3 " Jer 4 4 , 1 .
389 Cf. A L B R I G H T , e n B P 49-59.62. 40» Is I9.I9S.
390 W . F . ALBRIGHT, e n B A S O R 82 (1941) n - i 5 - 4I
" Cf. A N E T 492; cf. Is 49,12: ¿Sinim, Syene, Aswán?; Ez 29,10; 30,6.
391 Cf. Jer 41,5. 402
Cf. M . G R E E N B E R G , e n J B L 76 (1957) 304.
392 403
Cf. N . G O T T W A L D , Studies in the Book Lamenlations ( L o n d o n 1954). Q u i z á los sal- Jer 40,11.
mos 74 y 79; Is 63,7-64,12, son d e esta época. 4
393
« Cf. Sal I 3 7 , i s .
4
Zac 7,3s. »5 Cf. Is 13,1-14,23; IS 63,7-64,12; Is 44,28; 45,1-4.
4
394 Cf. 2 Re 17,29-34. Ȓ Cf. ALBRIGHT, e n BASOR 120 (1950) 22-25.
3
«s Cf. Ez 3,15; Esd 2 , 5 9 ; 8,17. 407 A N E T 307.
39ó J e r 29,5s. T e n í a n c i e r t a vida de comunidad: E z 8,1; 14,1; 33,30. "«> Cf. A N E T 305S.309-15,
4
3 97 2 Re 25,27-30. «' Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 120 (1950) 22-25.
542 X. Conquista de Canetán Reorganización del reino de Judd 543

bia, al sudeste de Edom 4 1 0 , quizá para favorecer las relaciones derrota estrepitosa de Babilonia. Y así, en octubre de 539 a . C ,
comerciales con la península arábiga. Y allí permaneció desde Gobrías ocupó pacíficamente Babilonia sin resistencia alguna;
el 552 al 545 a.C, dejando los negocios públicos de Babilonia y Nabónides, que había huido vergonzosamente, fue hecho
en manos de su hijo Baltasar (Bel-shar-usur), quien hizo caso prisionero. Semanas más tarde, Ciro entraba en Babilonia, y,
omiso de las fiestas de año nuevo, lo que le enemistó con el al parecer, triunfalmente, por lo que trató con magnanimidad
sacerdocio tradicional. a los dignatarios babilonios. Es lo que se da a entender en la
Es en este ambiente de descomposición y de decadencia del Crónica de Nabónides. En efecto, el ejército persa llegó a las
imperio babilónico cuando emerge la nueva estrella militar y puertas de Babilonia en el 16 de tishri (septiembre-octubre)
política de Ciro el Grande, quien había de otorgar la libertad del 539, después de haber tomado Sippar, adonde había huido
a los judíos exiliados en Mesopotamia, ayudándoles a la recons- Nabónides. Y la ciudad de Babilonia debió de caer por ma-
trucción de su ciudad y culto. En efecto, después de la muerte niobras de traición, de lo que se hace eco la leyenda de Balta-
de Ciáxares, le sucedió su hijo Astiages (585-50 a.C); pero se sar en Dan 5,is. Gobrías y Gadatas, tránsfugas del ejército ba-
insurreccionó contra él el príncipe de Anshan, Ciro, en el sur bilonio, se dirigieron al palacio; Nabónides fue hecho prisionero
del Irán, perteneciente a una familia noble. Y Nabónides de Ba- cerca de Borsippa 416 . Ciro perdonó la vida a Nabónides, pero
bilonia ayudó a Ciro a independizarse de los medos; así, Ciro condenó a muerte a su hijo Baltasar (Bel-shar-usur). Según
logró ocupar Ecbátana, destronó a Astiages y anexionó a Per- Beroso, el rey Nabónides murió exiliado en Carmania, una de
sia el imperio medo. Luego emprendió campañas fulgurantes las regiones orientales del reino aqueménida; pero, según Jeno-
contra el oeste. Ante el nuevo peligro, el rey Nabónides de Ba- fonte, fue asesinado 417 .
bilonia firmó una alianza defensiva con Amasis, faraón de
Egipto (569-25), y Creso, rey de Lidia (560-46). Pero en Caída de Babilonia
547-46 Ciro marchó contra Lidia, atravesando Mesopota- («Crónica de Nabónides»; 539 a. C.)
mia 411 ; cruzó el Halys durante el invierno y atacó por sorpresa
«Undécimo año: el rey (Nabónides) permaneció en Teitna; el príncipe
a Sardes, capital de Lidia; la conquistó e incorporó al imperio heredero, los magistrados y su ejército (permanecieron) en Akkad. El rey no
persa, que así llegaba hasta el mar Egeo. Luego se lanzó hacia vino a Babilonia para (las ceremonias del) rres de nisanu (marzo-abril);
Afganistán, Hircania y el país de los partos, llegando por la Nebo no vin:> a Babilonia; Bel no salió (del E-shag-ila) en procesión; se
estepa a Uaxartes. omitió el festival de Año Nuevo, pero las ofrendas a los dioses de Babilonia
y de Borsippa se entregaron según (el ritual) completo... En el mes de tashritu
A la luz de estos acontecimientos, los genios proféticos de (tishri: septiembre-octubre), cuando Ciro atacó al ejército de Akkad en Opis,
Israel intuyen como cercano el momento de la liberación; y así, junto al Tigris, los habitantes de Akkad se insurreccionaron, pero él (Nabó-
el Trito-Isaías la anuncia como próxima, idealizando el retor- nides) asesinó a los habitantes en medio del desorden. El día decimoquinto,
Sippar fue tomada sin combate; Nabónides huyó. El día decimosexto, Gobrías
no de los exiliados con colores triunfalistas: Yahvé es el sobe- (Gubaru), gobernador de Gutium (Elam), y el ejército de Ciro entraran en
rano de la historia que ha llamado a su «ungido» Ciro para Babilonia sin combate. Después de esto, Nabónides fue hecho prisionero en
liberar a su pueblo de la esclavitud babilónica 412 ; es la «nueva Babilonia, a la que habla vuelto... En el mes de arahshammu, el día tercero
cosa» que Yahvé va a realizar 413 , renovando las gestas del Ciro entró en Babilonia; y ramajes verdes fueron extendidos delante. Ciro
envió saludos a todos los de Babilonia. Gobrías, su gobernador, instaLó lu-
Éxodo 414 . Efectivamente, Babilonia era ya una fruta madura gartenientes en Babilonia. Y desde el mes de kislimu (noviembre-diciembre)
a punto de caer: había perdido el control de Elam (Gutium), hasta el mes de addaru (febrero-marzo), los dioses de Akkad, que Nabónides
cuyo gobernador Gobrías (Gubaru) se pasó al invasor Ciro; había hecho traer a Babilonia..., regresaron a sus ciudades sagradas. En el
en Babilonia reinaba el pánico 415 . Nabónides concentró todos mes de arahshammu, en la noche del día undécimo, Gobrías murió» 4 1 K
los dioses de las provincias en Babilonia, lo que para el pueblo 416
Cf. E . D H O R M E , Recueil Edouard Dhorme 372-73.
significaba que éstas habían sido abandonadas a su destino. 417
J E N O F O N T E , Ciropedia VII 5,30.
™ Publicado p o r T . G. PINCHES, en T S B A VII (1882) 139S; S. SMITH, Babylonian His-
Y en Opis, junto al Tigris, se dio la batalla decisiva, con la tórica Texts, Relating to the Downfall af Babylon ( L o n d o n 1924) p l . I I - 1 4 n o s ; ANET
306-308; S A O 240-42; F. M I C H A E L I , o . c , 81-82.
«i» Cf. W . F . A L B R I G H T , en B A S O R 82 (1941) 14; C . C . T O R R E Y , e n J A O S 73 (1953) 223-
i " Cf. A N E T 3 0 6 .
412
Cf. Is 40,1-11; 41,1-4; 43,9; 44,24; 45,7; 46,8-1 i s s .
413
Is 42,9; 43,19; 48,6-8.
414
Is 43,16-21; 48,30s; 52,1 is.
« s Cf. Is 41,1-7; 4 6 , l s .
544 , X, Conquista de Canaán Reorganización del reino de ]ndá 545

duk, el gran señor, a todos los dioses de Sumer y de Akkad que Nabónides
Cilindro de Ciro (557-29) había traído a Babilonia, excitando así la cólera del señor de los dioses,
y los devolví intactos a sus santuarios, a los lugares que les placen. Quieran
(Conquista de Babilonia y liberación de los exiliados) los dioses, a quienes he reinstaurado en sus ciudades sagradas, pedir dia-
«... Por sus quejas, el señor de los dioses se encolerizó y (se fue) de su riamente a Bel y Nebo larga vida para mí y quieran encomendarme (a él);
país; y los otros dioses que vivían con ellos se fueron de sus residencias, a Marduk, mi señor, digan así: 'Ciro, el rey que te venera, y Cambises, su
hijo...', a todos ellos establecí en lugar apacible...» 419 .
porque les causó enojo en Babilonia. Y Marduk..., al ver los santuarios en
ruinas y a los habitantes de Sumer y de Akkad como muertos, se contuvo...
y tuvo compasión... Escrutó mirando por todos los países, buscando un go- El mejor comentario a estas magnánimas palabras del con-
bernante recto dispuesto a transportarle (a Marduk en la procesión ritual); quistador persa, que pasará a la historia como el más liberal y
y pronunció el nombre de Ciro (Ku-ra-ash), rey de Anshán, y pronunció
su nombre para que fuera el gobernante de todo el mundo. Hizo que el
comprensivo con los pueblos vencidos, es el relato de Esd 1,1 -11:
país de Gitium (Elam) y los umman-manda (bárbaros) escitas se proster-
naran ante sus pies. Y él (Ciro) se esforzó por tratar con equidad a los «El año primero de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la pala-
hombres (lit. «cabezas negras») a quienes (Marduk) permitió dominar. bra de Yahvé por boca de Jeremías, profeta, excitó Yahvé el espíritu de
Y Marduk, el gran señor, protector de su pueblo que le daba culto, obser- Ciro, rey de Persia, que hizo pregonar de palabra y por escrito por todo
vó con complacencia las buenas obras (de Ciro) y su corazón recto; y así, su reino: 'Así dice Ciro, rey de Persia: Yahvé, Dios de los cielos, me ha
le hizo marchar contra la ciudad de Babilonia. E hizo que emprendiera el dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique el tem-
plo de Jerusalén, en Judá. ¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo?
camino de Babilonia, yendo a su lado como un verdadero amigo. Sus ejér-
Sea Dios con él, y suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa a
citos desplegados—cuyo número, como el agua de un río, no se puede
Yahvé, Dios de Israel; El es el Dios que está en Jerusalén. Y en todo lugar
determinar—se pusieron en marcha sin utilizar las armas. Y así, sin dar donde habiten restos del pueblo de Yahvé, ayúdenle las gentes del lugar
batalla, le hizo entrar en la ciudad de Babilonia, evitando así a Babilonia con plata, oro, utensilios y ganados, con dones voluntarios, para la casa
una gran desgracia. Puso en sus manos (de Ciro) a Nabónides, el rey que no de Yahvé, que está en Jerusalén»... El rey Ciro devolvió los utensilios de
le veneraba (a Marduk). Todos los habitantes de Babilonia, así como todo la casa de Yahvé, que Nabucodonosor había llevado de Jerusalén y puesto
el país de Sumer y Akkad con los príncipes y magnates, se prosternaron ante en la casa de sus dioses. Ciro, rey de Persia, hizo que los sacara Mitrkktes,
él (Ciro) y besaron sus pies, alegres de que hubiera recibido la realeza y con tesorero, que se los entregó a Sesbasar, príncipe de Judá».
rostros radiantes. Y así, felices, le aclamaron por señor los que, mediante su
socorro, habían recuperado la vida, volviendo de la muerte, y fueron liberados
del perjuicio y de la desgracia, y veneraron su nombre. El decreto de Ciro, resumido en el texto bíblico, está dentro
Soy Ciro, rey del mundo, gran soberano, monarca legítimo, rey de Babi- del estilo áulico y la mentalidad benevolente y ecléctica del rey
lonia, rey de Sumer y de Akkad, rey de las Cuatro Regiones, hijo de Cambises de Persia; pues así como en el «cilindro de Ciro» antes trans-
(Ka-am-bu-zi-ia), gran soberano, rey de Anshán; nieto de Ciro, gran sobe-
rano, rey de Anshán; descendiente de Teispes, gran soberano, rey de Anshán; crito al rey conquistador se presenta movido por el dios prin-
de una estirpe que siempre tuvo realeza, cuyo dominio Bel y Nebo aman, cipal de Babilonia, Marduk, para dar libertad civil y religiosa
a quien ellos quieren por rey, porque satisface su corazón. a los desplazados, reconstruyendo los principales santuarios
Cuando entré en Babilonia como amigo y establecí la sede del gobierno mesopotámicos, también es verosímil que, considerando a Yah-
en el palacio del gobernante, en medio del júbilo y del regocijo, Marduk,
el gran señor, (impulsó) a los magnánimos habitantes (a amarme), y yo vé como el dios local de Jerusalén, haya favorecido su recons-
procuré reverenciarle cada día. De este modo, mis numerosas tropas an- trucción. Según Esd 6,1-5, en el archivo de Ecbátana, se en-
duvieron por Babilonia en son de paz, y no permití que nadie sembrara contró en los tiempos de Darío, el documento de Ciro sobre
el terror (en el país de Sumer) y de Akkad. Y traté de imponer la paz en
Babilonia y en todas sus ciudades sagradas. En cuanto a los habitantes de la reconstrucción del templo de Jerusalén en estos términos:
Babilonia, que contra la voluntad de sus dioses (habían sido desplazadas),
les abolí el trabajo forzado, que atentaba contra su dignidad; alivié la triste «El año primero del rey Ciro ha dado el rey Ciro esta orden respecto
situación de sus viviendas, poniendo así fin a sus quejas. Marduk, el gran de la casa de Dios en Jerusalén: Que la casa sea reconstruida para s«r un
señor, se regocijó por mi proceder y me prodigó bendiciones benevolentes; lugar en el que se ofrezcan sacrificios y que tenga sólidos fundamentos...
a mí, Ciro, el rey que le presta veneración; a Cambises, mi hijo, retoño de Además, los utensilios de plata y oro que Nabucodonosor sacó del templo
mis lomos, así como a mis ejércitos; y así, todos (aclamamos) su divinidad de Jerusalén, trayéndolos a Babilonia, serán devueltos y llevados al templo
con alegría, estando todos en paz con él. de Jerusalén, al lugar donde estaban, y depositados en la casa de Dios».
Todos los reyes del mundo entero, desde el mar Superior al Inferior,
los que se sientan en salas de tronos, los que viven en otros edificios, así 419
Este d o c u m e n t o , escrito en arcilla, en escritura babilónica, fue d e s c u b i e r t o en Ba-
como todos los reyes del país de occidente que viven en tiendas (los árabes), bilonia en 1879; está e n el British M u s e u m . P u b l i c a d o por F . H . WEISSBACH, e n £>ií Kei-
linschriften der Achameniden (VAB III) 2ss. T r a d . : EBELTNG, en A D T 368S; R. W . EOGER,
trajeron sus tributos y besaron mis pies en Babilonia... Reuní a todos sus Cuneiforms Parallels to the Oíd Testament (New York 1926) 380SS; A N E T 3 1 5 - 1 6 ; S A O
habitantes y les devolví sus tierras. Además restablecí, por orden de Mar- 243-46.

Biblia y legado 18
546 X. Conquista de Canaán
Repatriación de los judíos 547
N o es extraño que el profeta hebreo salude a Ciro como el
«ungido» de Yahvé en los siguientes términos: Sheshbassar, «príncipe de Judá», que parece ser el Shenasar de
1 Par 3,18, que es hijo del rey Joaquín; ambos nombres parecen
«Así dice Yahvé a su ungido, Ciro, ser la transcripción defectuosa de u n primitivo nombre me-
a quien tomé de la diestra sopotámico que debió de ser Sin-abu-usur423.
para derribar ante él las naciones,
para abrir ante él las puertas Además, Ciro concedió a las provincias conquistadas una
y para que no se cierren las entradas: amplia autonomía regional 4 2 4 , que se mantuvo a pesar de la
"Yo iré delante de ti y allanaré los ribazos. rígida burocracia centralista de las «satrapías» impuestas por
Yo te entregaré los tesoros escondidos Darío I. Los sátrapas procuraban buscar la colaboración de los
para que sepas que yo soy Yahvé,
el Dios de Israel, que te llamo por tu príncipes indígenas de cada país; y Palestina era una zona
nombre. geográfica de especial interés, porque era el punto de paso
Por amor de mi siervo Jacob, hacia Egipto. Por otra parte, algunos judíos influyentes del
te he llamado por tu nombre, exilio se encaramaron en la alta burocracia persa, ya que los
te he dado un nombre glorioso,
aunque tú no me conocías» 4 2 0 . más pudientes se quedaron en Mesopotamia 4 2 5 . Y Flavio Jo-
jefo llega a decir que Ciro dio el decreto de repatriación de los
A q u í nos encontramos con la frase consagrada en el judíos porque éstos le enseñaron las profecías de Isaías 4 2 6 ; esto
«cilindro de Ciro» que acabamos de transcribir: no es verosímil, pues de hecho Ciro no reconoció en su pan-
«Marduk consideró la totalidad de los países, miró y buscó un rey
teón al Dios de Israel.
justo, Durante la dominación persa, Judá quedó bajo u n gober-
un rey según su corazón, que llevaría de la mano. nador judío (pejáh), sometido al gobernador persa de Sama-
Le llamó por su nombre: Ciro, rey de Anshan, y designó su nombre ría 427 . Así, el sobrino de Shesbasar, Zorobabel, es llamado «go-
para la realeza sobre todas las cosas» 421 .
bernador de Judá» en Ag 1,1.14. Esto quiere decir q u e Judá
En el texto de Is 45,3 («Yo te entregaré los tesoros escondi- tenía una semiindependencia, que creaba problemas jurídicos
dos, y las riquezas de los escondrijos, para que sepas que yo constantemente. Al punto, los repatriados comenzaron la re-
soy Yahvé...») quizá se aluda a las inmensas riquezas de Creso, construcción del t e m p l o 4 2 7 , reanudando el culto, q u e nunca
rey de Lidia, vencido en 547 a . C , que se hicieron proverbiales había cesado totalmente, pues las gentes iban a ofrecer sacri-
en la literatura de la antigüedad. ficios sobre sus ruinas humeantes después de la destrucción
de la ciudad 4 2 8 . En realidad, la restauración fue penosa y lenta;
por eso los repatriados se dejaron llevar del desaliento, aban-
14. REPATRIACIÓN DE LOS JUDÍOS
donando la reconstrucción del templo a pesar de la predicación
D e hecho, Ciro se mostró m u y magnánimo con las pobla- de Zacarías y Ageo. Y, ante la apatía y desesperación general,
ciones sometidas, y para atraerse s u simpatía llevó una política surge la literatura apocalíptica, en la que se anuncia u n a inter-
de reconstrucción de los santuarios más queridos de las gentes vención violenta de Yahvé para hacer justicia a los enemigos
de su imperio. Por eso, respecto del pueblo judío, en 538 a.C. dio de su pueblo y preparar al advenimiento de los t i e m p o s me-
el decreto de reconstrucción del t e m p l o de Jerusalén que antes siánicos 4 2 9 .
hemos transcrito. Y, según el decreto (dikroma) transcrito en De hecho, la pax iranica no daba esperanzas inmediatas de
Esd 6,2, se añade una subvención real para el mantenimiento u n cambio brusco de los acontecimientos, pues con u n a luro-
del culto 4 2 2 . T a m b i é n se permite la repatriación voluntaria de cracia perfecta los persas controlaban el inmenso imperio; su
los desplazados a sus países de origen; y a los judíos que que- política de captación tenía resultados favorables, de forma que
den en Babilonia se les invita a colaborar en la reconstrucción
de su país y se devuelven los vasos sagrados del templo, lleva- 423
Flavio Josefo transcribe Sanabassar; cf. W . F . ALBRIOHT, en J B L 40 (ig2i) 108-
dos por Nabucodonosor, obra q u e se encomienda a u n tal B A S O R 92 (1941) l6s.
424
Cf. H . CAZELLES, en V T 4 (1954) 123-25.
"25 Cf. FLAVIO JOSEFO, Ant. Iud. XI 1.3.
«o Is 45,1-4. 42
« I n „ ibid., X 1.1.
421
Cf. E. D H O R M E , La religión assyro-babylonienne 157; I D . , en R E D 375. 42
? Cf. K. G A L L I N G , en J B L 70 (1951) 157S.
422 Qf, E_ j _ BICKERMANN, The Edict of Cyrus in Ezra I: J B L 65 (1946) 244-75, « 8 Cf. Jer 41,5.
« 9 Cf. Zac c.1-4.
548 X. Conquista de Canaán La colonia judia de Elefantina 549

abundaban los «colaboracionistas» entre los pueblos sometidos. de los dirigentes de Samaria 4 3 5 , que protestaron ante Tattenay,
Al morir Ciro le sucedió su hijo Cambises (530-22), que había sátrapa de Abra-Nahara («allende del río» Eufrates: Siria-Pa-
sido su delegado en Babilonia después de eliminar a su herma- lestina); pero éste, por orden de Darío, ayudó a la reconstruc-
no Bardiya. El rey persa atacó a Egipto, y el faraón Amasis, ción del templo, que fue inaugurado en 518 a.C. con gran
confiado en los griegos, trató de hacerle frente; pero estos alborozo 4 3 6 , haciéndose súplicas por el rey de Persia 4 3 7 . En
mercenarios se pasaron al enemigo, descubriendo su plan de realidad, Darío I Histaspes fue un excelente administrador,
defensa. Su hijo Psamético II fue vencido, y todo Egipto fue siguiendo la política de benevolencia de Ciro hacia los países
convertido en una gran satrapía persa. Luego, Cambises hizo conquistados; por el oriente llegó al Indo, y por el occidente
incursiones sin éxito hacia Etiopía, Cirene y Barca. En u n hasta Libia; por el norte al Bosforo, contra los escitas del sur
texto de Elefantina (Alto Egipto) se dice que Cambises des- de Rusia. De este modo, a fines del siglo vi a . C , su imperio
truyó los templos egipcios 4 3 0 ; pero los judíos residentes en se extendía desde el Indo hasta Bengasi y el mar Egeo, ocu-
Egipto se mostraron agradecidos a él. pando parte de la Tracia de Europa y una sección de los Balca-
Pero los judíos instalados en Palestina tenían grandes pro- nes j u n t o al mar Negro. Dividió el imperio en 20 «satrapías»,
blemas de convivencia con la clase dirigente de Samaría, que con cierta autonomía regional, pero bajo el control de los jefes
no veía con buenos ojos la restauración de Judá; por otra del ejército central. Construyó u n canal para unir el Nilo y el
parte, los repatriados judíos no querían mezclarse con los sa- mar Rojo, una red de calzadas, iniciando la acuñación de las
maritanos, que eran semiidólatras 4 3 1 , lo que aumentó la ten- monedas (que había empezado en Lidia en el siglo v u a . C ) .
sión entre ambas poblaciones 4 3 2 . D e hecho, la subvención Finalmente, Darío fracasó ante los griegos en la batalla de
para la reconstrucción no se llevó a la práctica. Sólo con la Marathón (480 a . C ) , ganado por Milcíades. Su hijo Jerjes (485-
intervención decisiva de Zorobabel y el sacerdote Josué se logró 65) tuvo que hacer frente a sublevaciones en Babilonia, cuyas
la reconstrucción t o t a l 4 3 3 . Al volver Cambises de Egipto en murallas arrasó, así como su templo del E-sag-ila, fundiendo
522, se enteró al pasar por Palestina que en Persia u n tal la estatua de Marduk. Luego se lanzó hacia Grecia y, después
Gaunata había usurpado su trono, presentándose como si fuera de construir u n puente sobre el Helesponto (480 a . C ) , venció
Bariya, el hermano de Cambises, al que éste había hecho ase- a los espartanos en las Termopilas (480 a . C ) , conquistó Atenas
sinar (en los textos griegos, al usurpador se le llama Gautama, y prendió fuego a la Acrópolis. Pero en Salamina (480 a.C.)
y al hermano muerto se le designa como Smerdis; por eso, al fue destruida su flota, por lo que se retiró a Asia, dejando al
usurpador se le llama también el pseudo-Smerdis). A n t e esta general Mardonio al frente de sus tropas, siendo éste vencido
situación, Cambises se suicidó, sucediéndole u n jefe militar en Platea (479 a . C ) , y la flota en Sanios. Luego vino la derrota
llamado Darío, hijo del sátrapa YLystaspes, de la familia real de Eurymedión (466 a . C ) , con lo que los persas abandonaron
en la línea colateral, después d e hacer prisionero a Gaunata, definitivamente la idea de la conquista de Europa. Jerjes fue
al que ejecutó. Por ello h u b o una insurrección. general en el asesinado, y le sucedió su hijo Artajerjes I Longímano (465-
imperio persa, si bien en la inscripción de Behistún trata de 24). En 449 a.C. se firma la paz de Calilas con los griegos,
disimularla el rey Darío. En Babilonia, u n tal Nadin-tubel que comprometiéndose los persas a n o traspasar el río Halys; al
se presentaba como hijo de Nabónides, se declaró rey con el propio tiempo, la flota persa no podría penetrar en e l mar
nombre de Nabucodonosor I I I , pero fue ejecutado por Darío. Egeo. Así empezó el declinar del imperio iránico, que i b a a ser
La misma suerte sucedió a o t r o insurrecto babilonio q u e se suplantado un siglo después por el de Alejandro M a g n o .
denominó Nabucodonosor IV; fue empalado por los persas 434 .
Durante el reinado de D a r í o I (522-485) se terminó la re- 15. L A COLONIA JUDÍA DE ELEFANTINA
construcción del templo de Jerusalén a pesar d e la oposición
En esta época de dominio persa, los judíos se fueron adap-
43
° Cf. A N E T 492.
431
tando a la situación, creando comunidades en diversos lugares
Cf. Ag 2,10-14.
432
Cf. Zac 8,10. del imperio; así, además de las d e Mesopotamia, a p a r e c e una
433
Zerub-Babel («descendencia d e Babel»), hijo d e Sealtiel, hijo d e Joaquín, rey d e Judá
(cf. 1 Par 3,19: le hace hijo d e Pedayas, h e r m a n o menor de Sealtiel); luego era sobrino d e « s Cf. Esd 5,1-6,12.
Shesbasar. Cf. A g i,r; Esd 3,2; 1 Par 16,6. « 6 Esd 6,13-18.
434 "37 Esd 6,10.
Cf. A. T . OLMSTEAD, en A J S L 55 (1938) 392-416.
550 X. Conquista de Canaán Los papiros de Elefantina 551

en Sefarad (¿Sardes?), en el Asia Menor, según una inscrip- Entonces, los judíos de Elefantina escribieron a u n tal Bagoas,
ción redactada en lidio y arameo del año 455 a.C. 4 3 8 ; y otras gobernador de Judá, y a Dalaías y Shelemías, hijos de San-
en Egipto, entre las que sobresale la de Elefantina (en el Alto ballat, gobernador de Samaría, pidiendo que intervinieran en
Egipto), cuyos textos aparecieron a principio de este siglo, su favor. Y Bagoas y Dalaías respondieron favorablemente,
escritos en arameo 4 3 9 . Según ellos, se ve que tenían u n tem- diciendo que presentarían esta petición al sátrapa Arsames, lo
plo dedicado a Yaho o Yahvé, en contra de las prescripciones que hicieron al punto 4 4 3 . Pero los judíos de Elefantina prome-
centralistas del Deuteronomio; y se ofrecían sacrificios cruen- tían en su petición no hacer más sacrificios de animales, ni
tos a base de carneros, lo que irritó a los egipcios, que consi- quemar ofrendas de incienso, alimentos y bebidas, sin duda
deraban este animal como algo divino y tótem de la región, para agradar a los egipcios locales y a los judíos de Jerusalén,
por lo que destruyeron el templo de los judíos 4 4 0 . Pero éstos que consideraban esto como privilegio exclusivo del templo de
daban culto ahí también a otras divinidades, como Eshem-Betel, Jerusalén. Por los textos encontrados vemos que la súplica fue
Jerem-Betel, Anat-Betel, que pueden considerarse, más bien, atendida, y el templo de Elefantina reconstruido, siguiendo en
como aspectos o hypostasis del Dios único441. Así, pues, los funciones al menos hasta el 402 a.C. 4 4 4 A este propósito co-
judíos de Elefantina eran judíos heterodoxos, que querían, de menta J. Bright: «El incidente manifiesta cuan estrechamente
u n lado, estar vinculados a sus hermanos de Palestina, y, del sentían los judíos, a pesar de su heterodoxia, su fraternidad
otro, seguir sus propias manifestaciones religiosas, como los con Palestina, y también cuan importante era a sus ojos Jeru-
samaritanos. salén, con su nuevo estatuto oficial y espiritual. Pero, dado que
la súplica fue dirigida tanto a Jerusalén como a Samaría, indica
En 424 murió Artajerjes I; le sucedió, después del asesinato
también que la separación entre judíos y samaritanos, aunque
de Jerjes II, su hijo Darío II Notos (423-404), quien capituló
antigua de hecho y ahora ya irrevocable, tenía, con todo, poca
en 404 a.C. ante Atenas. Es la época de los textos de la colonia
importancia para los judíos que vivían fuera» 4 4 5 .
judía de Elefantina, Darío II siguió la política de benevolencia
con los pueblos dominados; así, en 419 a.C. se entregó a Yedo-
nías, sacerdote de la comunidad de Elefantina, por medio del 16. Los PAPIROS DE ELEFANTINA (S.V a.C.)
sátrapa Arsames y de Yananaías 4 4 2 , encargado de los asuntos
de Jerusalén, u n decreto real (llamado el «papiro pascual») or- Descubiertos en una isla del Nilo (Elefantina-Edfú) en
denando que las fiestas de los Ázimos se celebraran conforme 1906-1907, reflejan la problemática religiosa de u n a colonia
al rito de la ley judaica. Pero en 410 a . C , durante la ausencia militar judía establecida en Yeb (Alto Egipto). Son textos es-
de Arsames, estalló un t u m u l t o en Elefantina, dirigido por los critos en arameo en el siglo v a . C ; y en ellos se refleja la vida,
sacerdotes de Khnum, con la anuencia del jefe militar persa costumbres y religión de los judíos, que encontraban hostilidad
de la región, durante el cual fue destruido el templo judío, a sus creencias religiosas en u n ambiente d e intolerancia. De
porque éstos sacrificaban animales, sobre todo carneros, dedi- hecho, el templo de los judíos fue saqueado por los egipcios
cados al dios Khnum. Entonces, los judíos de Elefantina escri- de la localidad; por ello, los judíos escriben a la autoridad
bieron a u n tal Yehojanam, s u m o sacerdote, para que interce- persa pidiendo protección y justificando su conducta, pues allí
diera ante la autoridad persa y los defendiera contra los egip- habían sido asentados en los tiempos de Carnbises.
cios; pero se quejan de que n o se les haya contestado a su
petición, lo que da a entender que la colonia heterodoxa de a) El llamado «papiro pascual»
Elefantina no era bien vista p o r los puritanos de Jerusalén. (Escrito por los dos lados; es una recomendación para celebrar delida-
mente las fiestas de los Ázimos y la Pascua; 419 a . C ) .
438 «(A) mis (hermanos Yedoniyah, sumo sacerdote d e la comunidad judía
Cf. C. C. T O E R E Y , en A J S L 34 (1917-18) 185-98; W . F. ALBRIGHT, en B P 50 n.124.
439
Cf. A . C O W L E Y , Aramaic Papyri of the Fith Century B. C. (Oxford 1923); G. R . D R I - de Elefantina), y a sus colegas de la guarnición judía, vuestro hermano
VER, Aramaic Documents of the Fith Century B. C. (Oxford 1954); A . VINCENT, La religión Hanan(ya446 : Que procure) Dios el bienestar de mis hermanos. Este año,
des Judéo-Araméens d'Eléphantine (París 1937); W . F . ALBRIGHT, en A R I 168-74; I D . , e n
B A S O R 90 (1943) 40. 4
440
Cf. M . BLACK, en JSS I (1956) 5°- « A N E T 492.
444
441
Cf. W . F . ALBRIGHT, en F S A G 373. L o s n o m b r e s significan, respectivamente, Eshem- Cf. E. G. KRAELING, The Brooklyn Museum Aramaic Papyri (Yule 1953) 6 3 n . i ; I D . ,
Betel («nombre de la casa de Dios»), Jerem-Betel («consagrado a la casa d e Dios») y Anat-Betel en BA XV (1952) 66s.
44
(la diosa siria Anat y «casa de Dios»). 5 J. BRIGHT, Historia de Israel (Bilbao 1966) 431.
44 446 Parece ser el secretario d e asuntos judíos d e Arsames.
? Neh 7,2. ¿Es hermano de N e h e m í a s ?
552 X. Conquista de Canaán
Los papiros de Elefantina 553
el quinto del rey Darío, se transmitió palabra del rey a Arsa(mes) 447 , di-
ciendo: 'Autoriza la fiesta de panes ázimos a la guarnición judía'. Por tanto, y nuestras mujeres quedaron como viudas; y no nos hemos perfumado ni
cuenta catorce días del mes de nisán y observa la Pascua (psh'), y desde el bebido vino. También desde entonces hasta ahora, en el año decimoséptimo
día i s al 21 de nisán observa la fiesta de los panes ázimos. Procurad estar ne Darío (407 a.C.) no se han ofrecido en este tembló ni oblaciones, ni
(ritualmente) puros y prestad atención: no trabajéis el día 15 ni el 21; no incienso, ni holocaustos. Por eso, ahora tu siervo Yedoniyyah 451, y sus cole-
bebáis (cerveza ni comáis) nada con levadura desde el 14 a la puesta del gas, y los judíos, ciudadanos de Yeb, todos decimos: Quiera nuestro señor
sol, hasta el 21 de nisán. No será vista entre vosotros durante siete días (la tomar en consideración la reconstrucción de este templo, puesto que no
levadura). No la introduzcáis en vuestras casas, sino que selladla entre esas nos han dejado reedificarlo. Así, pues, envía una carta a las personas que
fechas. (Por orden del rey Darío. A) mis hermanos Yedoniyyah y a la están en buenas relaciones contigo y amigos tuyos en Egipto para recons-
guarnición judía, vuestro hermano Hanany(ah)» 448 . truir este santuario de Yaho en la fortaleza de Yeb como estaba antes; y así
se ofrecerán oblaciones, incienso y holocaustos en tu nombre en el altar
del dios Yaho, y rogaremos por ti en todo tiempo nosotros, nuestras mujeres
b) Solicitud de autorización para reconstruir el templo de Yaho y nuestros hijos, y todos los judíos que aquí están, si así haces, de modo que
este templo sea reconstruido. Y así tendrás un mérito ante Yaho, Dios del
(Papiro escrito por ambos lados, que parece ser copia de otro enviado
cielo, mayor que el que le ofrezca holocaustos y sacrificios pacíficos por
a Jerusalén.)
valor de mil talentos de plata y aun de oro. Por ello, te escribimos para
«A nuestro señor Bagohi 449 , gobernador de Judá, tus servidores Yedo-
informarte. Hemos pedido también estas cosas en una carta a nuestro nom-
niyyah y sus colegas, sacerdotes de la fortaleza de Yeb (Elefantina). Que el
bre enviada a Delayah y Shelemyah, hijos de Sanballat, gobernador de Sa-
Dios del cielo otorgue el bienestar de nuestro señor en todo tiempo y te
maría. Tampoco Arsames sabía nada de lo que se nos hizo. En el 20 de
conceda el favor del rey Darío y de los hijos de la corte mil veces más que
marjeswan (octubre-noviembre), año decimoséptimo del rey Darío» 452 .
ahora; que seas dichoso y estable en todo tiempo. T u servidor Yedoniyyah
y sus colegas declaran lo que sigue: En el mes de tammuz (junio-julio) del
año decimocuarto del rey Darío (410 a.C.) en que Arsames marchó y se fue c) Respuesta de los gobernadores de Judá y de Samaría
ante el rey, los sacerdotes del dios Khnub de la fortaleza de Yeb (Elefantina)
se pusieron de acuerdo con Wideranag, que era el jefe principal de aquí, «Informe de lo que Bagohi y Delayah me dijeron; a saber: Esta es la
para eliminar el templo del dios Yaho de la fortaleza de Yeb. Así, el detes- instrucción para ti en Egipto, que has de decir a Arsames sobre la casa del
table Wideranag envió a su hijo Nefayán, que era el jefe de la guarnición altar del Dios del cielo que había sido edificada en otro tiempo en la ciudad
de la fortaleza de Syene, esta orden: "¡Destruyase el templo del dios Yaho, de Yeb (Elefantina) antes de Cambises, y que destruyó el detestable Wide-
en la fortaleza de Yeb!' En seguida, Nefayán condujo a los egipcios con ranag en el año decimocuarto de Darío: Que sea reedificada en su lugar
otras tropas y vinieron a la ciudad de Yeb con sus armas, y, llegando al como estaba antes y que se ofrezcan oblaciones (incruentas) e incienso sobre
templo, lo arrasaron, siendo rotas las columnas de piedra que en él había; este altar como se hacía antes» 453 .
incluso cinco grandes puertas de piedra tallada que había en el templo
fueron destruidas; y han quitado sus goznes de sus puertas, que eran de d) Petición de los judíos de Elefantina
bronce; y el techo, que era de madera de cedro, enteras, y han quemado
todos los decorados de ellas. Y tomaron las copas de oro y de plata y todo (Para reconstruir-el templo; ¿dirigida a Arsames?)
lo que había en el templo y se las apropiaron. «Tus siervos, el llamado Yedoniyyah, hijo de Ge(maryah); el llamado
Ahora bien, nuestros padres construyeron ese templo de la fortaleza de Mauzi, hijo de Natán; el llamado Shemayah, hijo d Haggay (Ageo); el
Yeb en los días del reino de Egipto, y cuando Cambises llegó a Egipto en- llamado Hoshea (Oseas), hijo de Yatom; el llamado Hoshea, hijo de Natún,
contró este templo ya edificado. Y, aunque (los persas) derribaron todos los cinco hombres en total de Syene, que tienen propiedades en la fortaleza de
templos de los dioses de Egipto, nadie causó daño a este templo. Pero Yeb (Elefantina), dicen lo siguiente: 'Si a tu señoría le place, que se reedi-
después que sucedió todo esto, nosotros nos vestimos de saco, ayunando fique el templo de nuestro Dios Yaho en la fortaleza de Yeb como estuvo
y orando a Yaho, Señor del cielo, que nos permitió ver (la ruina) de Wida- antes, y no se ofrecerán en él ovejas, bueyes o cabras en holocausto 454 ,
ranag. Los perros sacaron los músculos de sus pies y todos los bienes que sino únicamente incienso y oblaciones comestibles, y, si tu señoría da órde-
había adquirido se perdieron; y todas las personas que han querido hacer nes (a tal respecto), pagaremos a la casa de su señoría la cantidad d e . . . y mil
mal a este templo han sido matadas, y nosotros hemos contemplado su ardabes de cebada» 45S .
ruina. Por nuestra parte, antes de ahora, cuando se nos hizo este daño,
« 1 Cf. N e h 3,7.
enviamos lina carta a nuestro señor y al sumo sacerdote Yohandn 4 5 °, y a 452
T e x t o e n U N G N A D , I ; C O W L E Y , 30; A N E T 4 9 1 - 9 2 ; S A O 331-33; cf. M . J. L A G R Í N G E ,
sus colegas los sacerdotes de Jerusalén, y a Ostanes, hermano de Ananí, Les noaveaux papyrus a" Eléphantine: R B (1908) 326-27; F . M I C H A E L I , O.C., 85-88.
453
y a los magnates judíos. Pero ellos n o nos han enviado la correspondiente 454
A N E T 492; S A O 333; LAGRANGE, a . c , 328; U N G N A D , 3; C O W L E Y , 32.
E l sacrificio d e carneros ofendía a ios egipcios, q u e consideraban como s a g r a d o s , pues
contestación. estaba dedicado al dios Khnum; por otra parte, ello repugnaba a los persas m a z d e í s t a s , por-
Además, desde el mes de tammuz (junio-julio), año decimocuarto del q u e no veían bien q u e el fuego (divinizado por ellos) fuera contaminado por los cadáveres.
4
55 T e x t o e n U N G N A D , 4; C O W L E Y , 33; A N E T 492; S A O 333-34. Para los d i s t i n t o s sacri-
rey Darío (410 a.C.) hasta este día, nos hemos vestido de saco, ayunando ficios de los judíos véase, comparativamente, la tarifa de Marsella y de Cartago: A N E T 5 0 2 -
503; S A O 261-65.
447
Sátrapa d e Egipto desde 453-54 hasta 4 0 7 a . C .
448
T e x t o en SACHAU, 6; U N G N A D , 6; C O W L E Y , 2 1 ; A N E T 4 9 1 ; S A O 329.
44
« Cf. Bigwai: Esd 2,2; N e h 7,7.
4
5° Gf. N e h 12,22-23; I P a r 3,24.
554 Profetismo 555
X. Conquista de Canaán

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XI. LITERATURA PROFETICO-SAPIENCIAL
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2
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Véase M . GARCÍA CORDERO, Teologíade la Biblia I (Madrid 1970) 117-34.
Is 2,2ss.
4
El término griego TrpocpriTris viene d e Trpocpr|uí («hablar en lugar de otro»); e n e s t e senti-
do, era el «intérprete») de la pitonisa d e Delfos. Cf. PLATÓN, Fedón 2Ó2d; H E R O D O T O , VIII 36S.
5
Dt I8,I8SS.
6
Cf. 1 Sam 3,20.
7
Cf. 1 Sam 10,10-12.
556 XI. Literatura projético-sapiencial Profetismo 557

Israel, era el que enseñaba la religión tradicional, mostrándose I. Egipto


intransigente en lo dogmático y lo moral frente a las manifes-
taciones condescendientes de los cultos cananeos. Lejos de ha- Se ha pretendido que el profetismo bíblico descansaba so-
lagar al pueblo en sus desvarios morales, lleva una vida austera bre u n movimiento religioso oracular de la literatura egipcia
y anuncia el castigo purificador de parte de Yahvé por la in- en relación con el destino político del imperio de los faraones.
fidelidad masiva del pueblo de Israel, al tiempo que anuncia En este supuesto, los nabí de Israel no habrían hecho sino
una época futura de esplendor si se muestra fiel a las exigen- adaptar este género literario egipcio a la problemática histó-
cias de la antigua alianza. rica y religiosa de I s r a e l J °. Pero autores tan reconocidos como
Surgen así las aspiraciones mesiánicas. centradas en torno Sellin y Gardiner se muestran reacios a admitir esta teo-
a una era futura de felicidad total como consecuencia de la ría n , llegando a negar la existencia de una literatura proj"ética
«inundación del conocimiento de Yahvé» en los corazones. Los propiamente tal en Egipto 12 . Con todo, H. Gressmann, lleva-
profetas Isaías y Teremías serán el máximo exponente de este do de su obsesión comparatista para explicar el fenómeno
movimiento profético, pues consideran la historia de Israel lan- religioso bíblico, dedica muchas páginas a la «esperanza me-
zada hacia una época de plenitud religiosa y nacional, y así, siánica en Egipto» 13 , reteniendo ocho textos que considera
proclaman sus famosos vaticinios, llenos de imaginación orien- como netamente proféticos y mesiánicos 14 . Primero se trataría
tal para hacer surgir la esperanza en las gentes sencillas, que de oráculos políticos, emitidos por sacerdotes, sabios, profetas
sufrían en una situación histórica de grandes calamidades como o magos sobre el rey futuro. Luego se celebraría como mesías
consecuencia de las invasiones de los reyes mesopotámicos. El o libertador de su pueblo al rey presente, anunciando de modo
recuerdo del reinado de David quedaba en la conciencia de enfático oracular su próxima manifestación con amenazas so-
aquel pueblo como una edad de oro; y los profetas anuncian bre la época precedente. Finalmente, surgirían los oráculos
que después de estos años de postración nacional vendrán al rey caído y la dinastía extinguida.
tiempos de rehabilitación social, con una naturaleza, hasta Muchos cuentos, fábulas y leyendas (Marchen, Sage und
ahora hosca, transformada en u n edén 8 . En el fondo es una Legenden) podían tener por tema el advenimiento del rey
literatura de evasión, y superación fundada en promesas de futuro. El oráculo se cambia en cuento (Mdrchenmotiv) y la
Yahvé, que no podían dejar de cumplirse. Por eso, los «vatici- magia se pone al servicio de los intereses dinásticos o antidi-
nios» sobre una edad de oro futura abundan en estos tiempos násticos. Hacia la V dinastía aparece «un soberano celebrado
de sufrimientos y desilusiones: Israel era el pueblo elegido entre como Mesías»; y después de la entronización de Emenhemet
todas las naciones por iniciativa de Yahvé, a pesar de ser u n (dinastía XII), y más tarde, en la dinastía XVIII, en tiempo
pueblo sin relieve histórico-político en el concierto de los pue- de los Amenofis, aparece el mismo fenómeno. A s í , en los
blos del antiguo Oriente. Y esta conciencia de la elección será llamados Preceptos de Ypuwer (dinastía XII) se presenta el
la raíz de los sueños mesianistas de los tiempos de la monarquía: tiempo pasado como si fuera contemporáneo del autor. Es
u n príncipe ideal, retoño de la casa de David, será el instru- una polémica contra la dinastía reinante en la q u e alternan
mento de Yahvé para inaugurar la edad de triunfo y de es- las amenazas al rey y las promesas al pueblo como e n la pro-
plendor del futuro 9 . N i n g ú n otro pueblo de la antigüedad tuvo fecía del Emmanuel de Isaías: el faraón era hijo de dios y de
tan desarrollado este sueño del «mesianismo» como el de Israel. la mujer del faraón.
Con todo, vamos a ver cómo en los pueblos del antiguo Oriente En la llamada crónica demótica, o comentario demótico de
no faltaban vaticinios y oráculos sobre el porvenir venturoso los oráculos, hay ciertos paralelismos con los oráculos de Da-
de los monarcas y del pueblo después de una etapa de postra- niel: el autor se transporta al pasado, y, mirando h a c i a atrás,
ción nacional. contempla el lapso del tiempo, y luego, dirigiéndose hacia el
« Cf. Is 11,8-9. 10
Cf. E. M E Y E R , Die Mosessagen und Levüen: Sitzungberichte der B e r l i n e r Alkademie
9
Is 9,1-7. der Wissenschaften 31 (1906) 297.
11
E. SELLIN, Der alttestamentliche Prophetismus (Leipzig 1912) 144-48.164.
12
Cf. A . GARDINER, New literary Works from Ancient Egypt. II: Pap. Petersbur',1.116 B
recto: Journal of Egyptian Archeology (JEA) I (1914) looss.
13
Cf. G. HÓLSCHER, Die Propheten (Leipzig 1914) 140.
14 Cf. D B S VIII 823-38.
\
558 XI, Literatura profético-sapiencial
Profetismo "59
futuro, hace un vaticinio post eventum para el pasado y un la apelación a la autoridad divina, ni la obligación de hablar
avance para el futuro. Es el estilo apocalíptico, iniciado por el en nombre de Dios, ni la idea de una inspiración divina. Sólo
libro de Daniel: la presentación de la historia tiene por finali- apelan al Maát, que no es tanto una palabra lanzada en u n
dad dar confianza en la realización de los vaticinios sobre el presente histórico cuanto una expresión general de la orden
porvenir. Así, Gressmann supone que el oráculo incomprensi- divina. Por otra parte, la profecía de Israel supone una con-
ble (sinnlos) del Libro demótico recuerda la inscripción de cepción lineal de la historia hacia una maduración y plenitud de
D a n 5,5 escrita en la pared sobre la suerte de Babilonia. Pero los acontecimientos en desarrollo; y en los textos egipcios, lejos
este autor reconoce que el género profético ha tenido menos de hablar de un término de la historia, como en Israel, se habla
importancia en Egipto que en Israel. Pero considera a los de un retorno a u n caos primitivo 1 9 . Y C. Lanzckowski, aun
oráculos egipcios como «modelo» (Urbild) de los oráculos pro- admitiendo parte de los puntos de vista de H . Gressmann,
féticos hebreos, negando todo carácter mesianista a los textos cree que la profecía egipcia es parte de la magia 2 0 .
cuneiformes e hititas.
En vistas de que no hay parecido esencial entre el fenóme-
Frente a esta opinión, A. Von Gall niega todo carácter no profético de Israel y los supuestos oráculos egipcios, algunos
mesiánico-escatológico a la literatura egipcia 15 , porque todas autores buscan el origen de la profecía hebraica, más bien en
sus predicciones son anuncios ex eventu en orden a u n mejo- u n trasfondo mesopotámico y sirio 2 1 . Porque las predicciones
ramiento político ansiado. Y así, describen la historia bajo egipcias se refieren a u n horizonte limitado, a un reinado en
forma profética. Es el género que encontramos en la literatura curso, y los que hacen estas predicciones no son elegidos de
apocalíptica judaica 16 . La historia toma la forma de predicción, Dios ni se presentan como tales, sino que simplemente intu-
como es corriente en la literatura egipcia y mesopotámica. yen un ideal político relativo a u n monarca, sin trascender a
Por eso cree este autor que los textos egipcios tienen influen- una escatología, como ocurre en los vaticinios de los genios de
cia en la apocalíptica judía a partir de Daniel. Israel.
Por su parte, Hans Bonnet describe las formas literarias En la literatura sapiencial egipcia, Maát representa el equi-
a base de amenazas y de promesas en t o r n o a u n rey y niega librio, la verdad, que encarna el rey. al que se le llama «príncipe
que exista la «esperanza de u n mesías» en Egipto 17 , como su- de justicia» (hk' m 't), título que se da a los príncipes a partir
ponía H. Gressmann. Niega r o t u n d a m e n t e que esta literatura de la dinastía XVIII n . Y al gran visir se le llamaba «profeta
egipcia tenga carácter profético propiamente tal, ya que los de Maat» (hm ntr m 't) o «sacerdote de Maat» 2i, o «escriba de
autores egipcios no hablan en estado de posesión bajo la pre- Maat» 2 4 . Y como tal, debe «buscar y encontrar a Maat»; es u n
sencia inmediata de la divinidad, sino q u e son sabios con cier- principio de solidaridad social. D e este modo, el concepto de
tos conocimientos secretos, q u e les hacen predecir los aconte- Maát se convierte en el centro de la moral egipcia 2 5 . Bajo este
cimientos de modo aproximativo. Y esperan un rey que colme aspecto se convierte en algo similar al concepto de yashár («ser
el ideal político-social de los egipcios; e n el fondo es una lite- recto») de los textos hebraicos. N o es tanto la hokmáh hebraica
ratura de propaganda política, sin proyección netamente re- cuanto la sedaqáh y yashár 2S. Es algo similar al Logos helénico;
ligiosa, aunque el destino del rey y de su país estén supedi- y de hecho, el concepto d e Maát evitó que los faraones se con-
tados a su comportamiento religioso. Y bajo este aspecto tiene virtieran en déspotas orientales, sin limitación alguna moral.
algún parecido con el enfoque bíblico del profetismo.
19 Cf. H . BRUNNER: T h e o l . L i t . Zeitung 87 (1962) n.8 col.585-87.
En esta misma línea se sitúa C. J. G a d d , quien niega que 20
G. LANZCKOWSKI, en Altagyptischer Prophetismus (1960) 4.
21
exista la «profecía» en Egipto e n sentido estricto, como de- Cf. S. HERMANN, en Prophetie in Israel und Aegypten. Recht und Grenz eeines Verglei-
ches, en Congress Vol. Bonn (1962). E d . en Leyden (1963) 47-65.
claración de la voluntad de D i o s por personas especialmente 22
Cf. A. M O R E T , La doctrine de Maat: Rev. d'Égyptologie (1940) IV 1-25.
23
inspiradas y elegidas 18 . Esta viene a ser también la opinión 24
Cf. S. M O R E N Z , La religión égyptienne (Paris 1962) 33.
A. M O R E T , O . C , 3.
de H . Brunner, quien no encuentra en los textos egipcios ni 25
26
S. M O R E N Z , O . C , 157.
H . CAZELLES, La sagesse en Israel et les Sagesses du Proche-Orient anclen (coloquio d e
Estrasburgo 1962). Editado en París (1963) 36-37.
15
A. VON G A L L , Basileia tou Theou ( H e i d e l b e r g 1926).
16
Cf. Dan 2,7; 8,1; 10,10; 4 Esd, Bar, Henoc.
• ' H A N S B E N N E T , art. Prophetzeigung 608-609; Orakel 560-64, en Reallexikon der Aegyp-
tischen Religionsgechichte.
18
C. J. GADD, Ideas of Divine Rule in the Ancient Near East (London 1948) 24.
560 XI. Literatura profético-sapiencial Profetismo 561
«Los pobres se han convertido en poseedores de riquezas.
El que no es capaz de hacer con sus manos una sandalias, ahora
tiene riquezas.
i. C U E N T O PROFÉTICO DEL PAPIRO W E S T C A R Los nobles se lamentan, mientras que los pobres están alegres.
Cada ciudad dice: 'Echemos a muchos de entre nosotros'.
(Erman considera este cuento de la dinastía XII [s.xix a . C ] , de la época Y los que han edificado las pirámides son colonos...
de Sinuhé el egipcio y de las Quejas del labrador.) Es «una novela burguesa Los hijos de los nobles han sido aplastados contra los muros...
de la época» 27 ; y, como tal, está «lleno de fábulas, con proezas mágicas de Todas las esclavas han soltado sus lenguas.
brujos». Bajo este aspecto pueden compararse a la serie de cuentos de las Cuando sus amas hablan, las criadas encuentran esto como un ultraje...
Mil y una noche de la literatura árabe. Son invenciones de los hijos de Keops Las nobles damas ahora tienen que espigar...
para quitarle el aburrimiento al rey. Los cuentos son inverosímiles: un El hombre calvo que no tenía aceite se ha convertido en dueño de
mago devuelve la vida a una oca a la que había cortado la cabeza. El mago jarras de mirra deliciosa...
anuncia otra nueva dinastía, nació de la mujer que está encinta del sumo Todo el país da vueltas como rueda de alfarero» 32 .
sacerdote de Ra. Con todo, los hijos y nietos del rey remarán después de
él. No tiene nada que ver con una profecía mesiánica al estilo hebreo 28 . En este cuadro encontramos el amargor de la clase pudiente
conservadora reaccionaria, que protesta por la pérdida de su
situación privilegiada en momentos de revolución popular por
2. LAMENTACIONES Y ADMONICIONES DE Y P U - W E R falta de autoridad del faraón. Bajo este aspecto es la antítesis
(¿Un panfleto político?) de la predicación de Amos contra las clases pudientes de Sa-
maría, que se aprovechan de la protección real para imponer
Un sabio declara sus verdades a un rey débil; es de estilo extorsiones a los desheredados del país 33.
vehemente, similar al de Demóstenes y Cicerón. Refleja una La anarquía de Egipto ha favorecido la infiltración de los
situación de desórdenes y revoluciones 2 9 . Este sabio, consi- extranjeros:
derado por Breasted como «profeta sibilino», llamado Ypu-wer,
anuncia al faraón predicciones siniestras: su caída próxima y la «Los nomos son destruidos.
subversión general; después, la venida de otro rey salvador. Han llegado a Egipto los bárbaros del exterior.
34
El pueblo (de Egipto) ha desaparecido por doquier» .
Es un texto fragmentario de un papiro de Leyde (I 344), trans-
crito en la época ramésida, pero con el estilo y la mentalidad Y se anuncia el advenimiento de un «buen pastor» que re-
del antiguo imperio (2700-2200 a.C); en este supuesto, parece medie la situación:
reflejar la situación política de la época de las pirámides (2300-
2050 a.C). El manuscrito actual parece ser de la dinastía XIX «Viene y trae el frescor sobre todo lo que quema.
Se dice: 'Es un pastor para todo el mundo'.
(S.XIII a.C), copiando un texto de la VIII dinastía (2300-
30
No hay mal en su corazón. Y, aunque su rebaño tenga poca impor-
2200 a.C.) . tancia, ha pasado el día ocupándose de él.
Ermann y Gardiner consideran el texto como unas simples Teniendo fuego en su corazón,
«admoniciones», mientras que Gressmann y Wilson creen que plugo a los dioses que reconociera su carácter en la primera gene-
ración (?).
se trata de un texto profético. Pero parece ser, más bien, un Entonces echará la desgracia (o a los rebeldes),
panfleto político contra el poder reinante decadente 31 . Es una y levantará su brazo contra él,
reacción contra el estado de descomposición político-religiosa y destruirá su simiente y heredad.
de la época, en busca de la restauración del principio de autori- Se desea echar al mundo (hijos) para luchar contra él.
La tristeza se produce;
dad y de la religión tradicional, frente a la anarquía y la guerra hay malhechores por todos los caminos...
civil imperante, en la que los saqueos están a la orden del día, Que surja un guerrero para que destruya el mal que han hecho crecer.
la burocracia es excesiva y la holgazanería es general. Por lo No hay piloto de su tiempo.
que los de la clase baja se enriquecen desmesuradamente: ¿Dónde está hoy? ¿Acaso duerme?
¡Ved, su poder no es aparente!
27 Cuando se nos reprocha: 'Yo no he podido encontrarte'
G. LEFEBVRE, Romans et contes de l'époque pharaonique (Paris 1949).
28
Cf. G. MASPERO, Les contes populaires de l'Égypte ancienne, 4 . a ed. (París) 21-43.
29
Cf. G. POSENER, Dictionnaire de la civilisation égyptienne (Paris 1959) 252. " Texto en A N E T 441; D B S V I I I 827; C H . JEAN, Milieu Biblique II 149-51; A . GARDI-
30
Cf. S. MOKENZ, La religión égyptienne 3 4 2 ; F . DAUMAS, La civiUsútion de l'Égypte pha~ NER, Admonitions of an Egyptian Sage (Leipzig 1909).
raonique (Paris 1965) 76. 33 Cf. A m 4,iss; 8,4.
31 D B S VIH 823. 34 Cf. A N E T 441 n.3.10.
562 XI. Literatura profético-sapiencial Profetismo 563

(cuando yo buscaba la justicia para el pueblo), Las oficinas están abiertas,


no se me habría llamado en vano. las declaraciones de propiedades han sido quitadas.
Pero los insurgentes quieren turbar el corazón. Las siervas se hacen amas de los siervos...
¡Así es! ¡Himnos están ya sobre los labios de todo el mundo! Los escribas del catastro tienen destruidas sus escrituras.
Hoy un hombre tímido reina sobre millones de hombres» 35 . ¡Ved! Desde hace mucho tiempo, en el pasado no habían ocurrido
cosas iguales.
Al que era enterrado como un Horus,
Según A. Gardiner, la primera parte del fragmento se re- ahora le ponen en un ataúd;
fiere al dios Ra, que se creía había reinado como rey del pa- se violan las tumbas.
raíso en u n reino dichoso. En realidad, si hubiera sondeado la El que no poseía nada, ahora es dueño de riquezas a montones...
malicia humana, habría destruido la humanidad. De este modo, Los plebeyos del país se han hecho ricos,
y el rico se ha convertido como en el que no tenía nada.
el pasado es considerado como una edad de oro; por eso, el Los que antes servían para beber, ahora poseen escanciadores;
faraón debe restablecer las primeras condiciones impuestas por la que no poseía nada, es dueña de un armario;
Ra al principio de la creación. En realidad, esta perspectiva la que contemplaba su rostro en el agua, ahora posee un espejo» 3 7 .
es totalmente opuesta a la de los profetas de Israel, que miran
el futuro mesiánico como superación del presente y del pasa- 3. E L CUENTO «PROFÉTICO» DE N E F E R T Y
do, si bien sueñan con la recuperación del paraíso perdido,
con la transformación de la naturaleza hostil 36 . Para el autor (Es la llamada «profecía »de Nefer-rou (Nfr-rhw); pero se
egipcio, el Maát, o ideal de equilibrio y orden impuesto al lee, más bien, Neferty 3 8 ) .
principio, debía regular el futuro. Pero en el texto n o se sabe Después de la anarquía que tuvo lugar en Egipto en los
si se habla de u n rey ideal futuro o de u n dios. Por otra parte, últimos años del Imperio Antiguo, la nueva dinastía XII, con
el autor no dice que haya recibido una comunicación divina, Amen-em-het, representa una época de alivio y de restauración
lo que es una característica de la «profecía» hebrea. del orden y de la prosperidad. En este relato-novela se narra
Con todo, las descripciones sobre el caos social encuentran cómo Snefru, de la IV dinastía, buscaba la distracción y cómo
parangón con no pocos oráculos proféticos de Israel: un profeta le vaticinó la pérdida de su imperio, anunciando
otro nuevo. El profeta es u n sacerdote de la diosa Bastet, quien
«Los oficiales de la puerta dicen: ' ¡Hala! ¡Hagamos botín!' tiene el título de «gran portador del ritual», «hijo del n o m o he-
Los bárbaros dicen: ' ¡Nada de llevar los fardos!'
Los cazadores preparan la batalla;
liopolitano». Conducido ante el soberano, el sacerdote-profeta
los habitantes de las marismas llevan escudos... le pregunta si quiere saber historias sobre el pasado o sobre el
Un hombre mira a su hijo como a un enemigo. porvenir. Y el rey escoge esta última alternativa y t o m a un
El hombre honrado está en duelo a causa de lo que acontece... oráculo para registrar él mismo dicho oráculo. Después d e una
Los extranjeros se han convertido en hombres de bien en todo lugar,
introducción, sigue una lamentación sobre las calamidades ac-
(suplantando a los egipcios).
El hombre va al trabajo con su escudo... tuales del país, acentuada por la invasión de los asiáticos, las
El arquero es señor de la situación; catástrofes de la naturaleza y las revueltas de la sociedad. Luego
la violencia está por doquier. sigue la promesa de u n rey unificador y vencedor llamado
El hombre del pasado no existe... Amany. H . Gressmann cree que es una «profecía» post etien-
El siervo hace causa común con el que roba...
No se distingue al hijo de la esposa del de la concubina. tum 3 9 , destinada a promover la causa política de Amen-emhet,
El desierto se extiende a toda la tierra, presentando a este rey c o m o el fundador del Imperio Medio,
pues los nomos están devastados; pasando así por encima a los reyes de la XI dinastía 4 0 .
los arqueros inmigrantes han llegado a Egipto;
37
el oro, el lapislázuli, la plata, la turquesa, la cornalina, el bronce, 38
Cf. A. GARDINER, The Admonitions ofan Egyptian Sage (Leipzig 1909); A N E T 442.
la obsidiana, están en el cuello de las mujeres esclavas... G. Posener ha demostrado por u n ostrakon de T u r í n que el verdadero n o m b r e e; Ne-
ferty. Cf. Rev. d'Égyptologie VIII (1951) 171-74. Descubierto en 1876 en Petersburgo por
En cuanto a las mujeres nobles, sus carnes están tristes a causa de sus W . GOLENISCHEF, pero hay muchos fragmentos del m i s m o .
vestidos viejos... 39
40
H . GRESSMANN, O . C , 422.
Los extranjeros son hábiles en los trabajos del delta... Cf. G. POSENER, Littérature et politique dans VÉgypte de la XI dinastie (Paris igj6) 3 .
Los archivos están sometidos al pillaje...

35 A N E T 443-
3' Is 11,6-11.
564 XI. Literatura projético-sapiencial Projetismo 565

Este país está tan perjudicado que no hay nadie que se preocupe de él,
L a profecía de Neferty (Nefer-rohu) ni uno que hable, ni ojo que llore. ¿Cómo está este país? El disco solar se
«Sucedió que la majestad del rey del Alto y Bajo Egipto, Snefru el triun- ha nublado, y no va a brillar para que la gente pueda ver. Nadie puede vivir
fador, era el rey benéfico en todo el país. Y en uno de aquellos días sucedió cuando las nubes cubren el sol. Porque entonces todos están sordos (¿cie-
que el consejo oficial de la ciudad de residencia entró en la gran casa— jvida, gos?) por falta de él'. Hablaré de lo que hay delante de mi rostro, pues no
prosperidad, salud!—a presentar los saludos 4 1 . Luego, ellos salieron para puedo predecir lo que no ha sucedido aún:
presentar saludos (en otros lugares), conforme a su proceder diario. Enton- Los ríos de Egipto están vacíos, de modo que el agua se cruza a pie.
ces Su Majestad dijo al portasellos, que estaba a su lado: 'Vete y haz volver Los hombres buscan agua para hacer zarpar sus barcos sobre ellas 43 . Su
al consejo oficial de la ciudad de residencia, que acaba de irse para presentar curso ha venido a ser banco de arena. La duna esta se opone a la inunda-
los saludos en este (día)'. Y ellos fueron introducidos a él inmediatamente. ción; el lugar del agua está contra la inundación, tanto el lugar del agua
Y se echaron sobre sus vientres delante de Su Majestad por segunda vez. como la duna 44 . El viento del sur se opondrá al viento del norte; los cielos
Entonces, Su Majestad les dijo: 'Pueblo (mío), os he llamado para que no están bajo un único viento. Un ave extranjera yacerá en las marismas del
me busquéis un hijo vuestro que sea sabio, o un hermano vuestro que sea país septentrional. Hizo su nido junto a los hombres, y la gente lo dejan
competente, o amigo vuestro que haya realizado una obra buena; uno que acercarse, porque lo necesitan. Realmente están dañadas las cosas buenas,
pueda decirme unas pocas palabras bellas o unos discursos escogidos, para las piscinas (en las que estaban) los limpian los pescados, rebosantes de
que al oírlas mi (majestad) pueda distraerse'. Entonces ellos se echaron peces y de aves 4 5 . Todas las cosas buenas han desaparecido y el país está
sobre sus vientres en presencia de Su Majestad una vez más. Y entonces postrado a causa de los dolores de este manjar; los asiáticos están por todo
dijeron delante de Su Majestad: 'Un gran sacerdote-lector de Bastet42, el país.
¡oh soberano señor nuestro!, cuyo nombre es Neferty, es un ciudadano Enemigos se han alzado en el este y los asiáticos han bajado a Egip-
valiente (con) sus brazos, un escriba competente con sus dedos; es un hom- to... 4S Ningún protector escuchará... Los hombres entrarán en la fortaleza.
bre de alcurnia que tiene más hacienda que ninguno de sus pares. ¡Que El sueño se aleja de mis ojos cuando paso la noche en vela. Las bestias
se le permita ver tu majestad!' Entonces Su Majestad dijo: 'Id y traedlo salvajes del desierto beberán en los ríos de Egipto 47 y estarán a gusto sobre
ante mí'. sus orillas por falta de alguien que las espante... T e voy a presentar al hijo
Luego fue él introducido ante él inmediatamente; entonces él se echó como un enemigo, el hermano como adversario, y el hombre matando a su
sobre su vientre en presencia de Su Majestad. Y entonces Su Majestad propio padre 4 8 .
dijo: 'Ven, por favor, Neferty, mi amigo, para que puedas decirme algunas El país ha disminuido, pero sus administradores son muchos; está des-
palabras bellas o discursos selectos, de modo que al oírlas Mi Majestad nudo, pero sus tributos son grandes; hay poco grano, pero la medida es am-
pueda distraerse'. Entonces, el sacerdote-lector Neferty dijo: ' ¿Sobre lo que plia y se llena hasta rebosar...
ha ocurrido o sobre lo que va a ocurrir, oh soberano mi señor?' Entonces Entonces vendrá un rey perteneciente al sur, Amera el triunfador es su
Su Majestad dijo: 'Más bien sobre lo que va a ocurrir. Si ya ha tenido lugar nombre. Es el hijo de una mujer del país de Nubia; es nacido en el Alto
hoy, déjalo por ahora'. Entonces extendió su mano hacia la caja del equipo Egipto 4 9 . El ceñirá la corona (blanca) y llevará la corona roja; unirá a las
de escritura, sacó un rollo de papiro y un estilete y lo puso por escrito. Lo Dos Poderosas50, satisfará a los Dos Señores 51 en lo que deseen. El que da
que el (sacerdote)-lector dijo, lo que el hombre sabio del este, que perte- vueltas a los campos tendrá en su puño el remo... 52
necía a Bastet por sus apariencias; el hijo del nomo hieropolitano, al pensar ¡Alégrate, pueblo de su tiempo! El hijo de un hombre establecerá su
sobre lo que iba a ocurrir en el país, al pensar en la situación del este cuando nombre por siempre. Los que se inclinan al mal y maquinan la rebelión han
los asiáticos estarían por allí con sus fuertes armas y turbarían los corazones bajado sus discursos por miedo a él. Los asiáticos caerán ante su espada, y
de los que estaban en la cosecha, que habrían de retirar las yuntas del los libros ante su llama. Los rebeldes están bajo su ira, y el de corazón trai-
ganado de la arada, es lo siguiente: dor, bajo su temor. La serpiente-ureo que está en su frente acalla para él
' ¡Reconstruye, oh corazón mío, (el modo) de llorar sobre este país en al de corazón traidor.
el que has tenido principio! El callar resulta una represión, pues he aquí
que hay algo sobre lo que los hombres hablan como aterrador, ya que el 43
Is 19,5: «Las aguas del mar se agotarán y el río se consumirá, se secará; y apestarán los
hombre grande es algo que pasó ya (en el país) en el que has tenido prin- canales; se secarán los ríos de Egipto; juncos y cañas se mustiarán».
44
cipio. ¡No cejes, porque he aquí que está delante de tu rostro! ¡Ojalá pu- Éz 30,12: «Y secaré sus ríos (de Egipto), venderé esa tierra a gentes feroces y devastaré
dieras alzarte contra lo que está delante de ti, porque, aunque los grandes su tierra».
45
Is 19,8: «Y gemirán los pescadores y se lamentarán cuantos echen el anzuelo eiiel Nilo,
hombres se preocupan del país, lo que se hizo es lo que ya no se hace. Ra y cuantos extienden la red en las aguas languidecerán».
46
debe poner de nuevo los fundamentos (de la tierra). El país ha perecido Is 19,18: «En aquel día habrá en tierra de Egipto cinco ciudades, que hablarán la lengua
totalmente, de tal forma que ya no existen restos, ni sobrevive de lo que de Canaán... y una de ellas se llamará ciudad del Sol (Heliópolis)».
47
Sof 2,15: «He aquí la ciudad exultante... en medio de ella dormirán todos los animales
estaba establecido ni lo negro de la uña. délos pantanos: el pelícano, el erizo... ¡Cómo ha sido devastada, hecha una guarida de fieras!
48
Is 19,2: «Armaré Egipto contra Egipto, y lucharán hermanos contra hermanos, amigos
41 contra amigos, ciudad contra ciudad, reino contra reino. Y el espíritu de Egipto será vaciado
La «gran casa» es la traducción del egipcio per~aa, de donde viene la palabra faraón. en el interior... Y entregaré a Egipto en manos de duro dueño y un rey fuerte se adueñará de
Pero este título sólo es aplicado al rey de Egipto a partir de la dinastía XVIII (s. xnr a.G). ellos».
Antes se aplicaba al palacio real. Es un caso similar a la denominación de «Sublime Puerta», 49
Se trata de Amen-em-het I.
aplicada al sultán d e Turquía, que primitivamente designaba su palacio. 50
Las dos diosas tutelares del Alto y Bajo Egipto, unidas por la doble Corona.
42
Bastet era la diosa-gata de Bubaxtis, al este medio del delta. El texto califica al sacerdote 51
Horus y Seth.
de Bastet como «el que lleva el ritual», es decir, el que estaba iniciado en los escritos sagrados, 52
Alude al rito de la coronación: el faraón, llevando un remo u otra cosa en la mano,
siendo, a la vez, sacerdote, vidente y mago. daba vueltas en torno a un campo cuatro veces, con lo que éste quedaba como consagrado,
566 XI. Literatura proféiico-sapiencial
Profetismo 567
Será construida la Muralla del Gobernante—v. p. s.— 5 3 y no se permitirá
a los asiáticos bajar a Egipto para mendigar agua de la manera acostumbra- maldiciones y otra de promesas. Así, se describe primero la
da para que beban sus bestias. calamidad:
Y la justicia volverá a ocupar su lugar, mientras que será desechado el
mal obrar 54. ¡Alégrese quien pueda contemplar (esto) y estar al servicio del «La maldición es grande en Egipto...
rey! El sabio escanciará agua para m í 5 5 cuando vea que ha sucedido lo que Heliópolis, Hermópolis y Tebas deben estar en duelo,
pues (el Cordero) dice: 'Después de 900 años yo heriré a Egipto'».
he hablado.
Ha llegado su fin y con éxito, por el escriba... 5 6 Luego siguen las promesas: Dios volverá de nuevo su ros-
tro benévolo hacia Egipto; la mentira será expulsada, y la
Aquí nos encontramos con el ideal de una sociedad justa justicia restablecida 59 . Se menciona a Nínive y se anuncia el
en el futuro, después de una época de anarquía y de pobreza retorno de las naos (capillas) de los dioses llevados a Nínive.
general. Es un tema que aparece constantemente en los orácu- Las desgracias durarán novecientos años. Y en el decreto de
los de los profetas de Israel, pero en una escala mayor y de Canope se alude al retorno de estas imágenes; aquí parece
modo obsesionante. Virgilio en su cuarta égloga también sue- que la mención de Nínive es una alusión genérica a Mesopo-
ña en una edad de oro ideal, en la que impere el orden y la tamia y al imperio persa. Se ha calificado este escrito como
justicia. Son sentimientos normales que surgen en todas las «netamente fantasioso»60; Von Gall cree que el «Cordero» es
literaturas, contraponiendo situaciones caóticas actuales y ho- un sabio que predecía el porvenir para asegurarse el culto,
rizontes luminosos de paz y de prosperidad en el futuro, mientras que Gressmann y Breasted consideran el fragmento
conforme a las ansias de justicia y de equidad impresas en como claramente «profético»61.
todo corazón humano. No se puede hablar, pues, de inspi- Según el texto, cuando el Cordero ha terminado su relato,
ración de los profetas hebreos en textos egipcios, ya que éstos muere, como los magos de los cuentos antiguos. Se le lleva
son muy pálidos en comparación con los exuberantes vatici- en una barca; y se presenta al rey su oráculo sobre un rollo
nios mesiánicos de los genios religiosos de Israel, cuyo punto de papiro, y el rey ordena que sea enterrado el Cordero con
culminante está en el llamado libro del Emmanuel, de Isaías 57. los honores de un dios. Quedó su nombre tan popular, que
en la época griega se decía: «El Cordero ha hablado», para
caracterizar un relato fantasioso.
4. PROFECÍAS DE <<EL CORDERO», BAJO EL REY BoCHORIS
(718-12) 5. E L ORÁCULO DEL ALFARERO

En un papiro del año 18 a.C. (34 de Augusto) aparecen (Aparece en un papiro del siglo m-ii a . C ; en él se alude al rey Bochoris
y al «Cordero» mágico. Sólo es legible la columna segunda.)
unas Maldiciones contra Egipto; llevan el título de El cordero «Y los objetos sagrados (¿estatuas?) que habían sido transportados serán
(Pe híb), y parece aluden al año sexto del rey Bochoris, único devueltos a Egipto; y la ciudad que está al borde del mar (¿Alejandría?)
lepresentante de la dinastía XXIV. Es la época de Isaías. será un lugar donde los pescadores secarán (sus redes) 62 , porque el Agathón-
demonio y Chnefis serán devueltos a Menfis; de suerte que algunos dirán al
Diodoro de Sicilia presenta a este faraón como un gran legis- pasar: 'Esta ciudad era la que alimentaba a todos; es en la que estaba esta-
lador (I 65S). Y en el texto se anuncia la invasión de Egipto blecida toda la raza de los hombres'. Y entonces Egipto... después que aquel
por los asiáticos 58. El texto incluye dos partes netas: una de cuya benevolencia se extiende los cincuenta y cinco años, viniendo del sol,
haya aparecido como rey bueno, establecido como donador, p o r k muy
53
grande diosa Isis, de suerte que los asistentes oren para que resuciten los
Es la Muralla iel Principe, de q u e se habla en la Novela de Sinuhé, construida contra las
invasiones asiáticas.
que antes habían muerto, para que participen de los bienes. Al fin ¿e todo
54
La coronación de cada faraón e r a como la restitución del antiguo orden de la justicia esto perderá sus hijas, y el Nilo, abandonado por las aguas, se llenará, y el
c Maat.
55
invierno discordante, con vestido cambiado, correrá según su ciclo propio;
A l u d e a la libarión en la t u m b a .
56
T e x t o en G. LEFEBVRE, Romans et cantes égypúens (París 1949) 91-105; H . GRESSMANN,
y tendrá vientos bien regulados... disminuidos. En el (¿país?) de los tifo-
Ver Messias 420-22; L Speelers, en D B S VIII 877; HERMANN, Literatur der Aeeypten 151-57; nios, en efecto, el sol se ha oscurecido. Y Egipto resplandecerá, manifestan-
/ N E T 4 4 4 - 4 6 ; S A O 299-304.
57
Is 9 , 6 : «Porque nos ha nacido u n N i ñ o . . . Príncipe de la paz, para dilatar el imperio 5* T e x t o en A O T 206-207; V O N G A L L , O . C , 6 6 S .
y para u n a p a z ilimitada... para a f i r m a r l o y consolidarlo en el derecho y en la justicia desde 60
D R I O T O N - V A N D I E R , L'Égypte 521.
ahora y p o r s i e m p r e jamás... N o j u z g a r á por vista de ojos... y herirá al tirano con el soplo de « Cf. D B S VIII 833-
su boca, la justicia será el cinturón d e s u s lomos...» (11,4-5).
58 «2 Ez 26,5: «Destruiré las murallas d e Tiro... Será en medio del mar t e n d e d e r o de redes...
Gf. A . M O R E T , De Bochori rege ( P a r í s 1903) II 34-49. será presa d e las gentes... T e t o r n a r é en desnuda roca, apta para tender redes en ella»( Ez47,10).
Profetismo 569
5ñ8 XI. Literatura projético-sapiencial
do la justicia (sacada) de sus males y la rareza de los portadores de ceñidores. En todos estos textos vemos que no hay escatología indi-
Hasta aquí se explicó con sus palabras y entregó su alma. Por su parte, el vidual ni nacional, que caracteriza a la literatura profética
rey Amenofis, afectado por esta desgracia, que no era de las menores, cuan- bíblica. Por otra parte, estos «oráculos» egipcios nunca tienen
do se le fue anunciado, enterró al alfarero y lo colocó entre sus tesoros sagra- finalidad religiosa, como lo tienen los hebraicos. Para los pro-
dos, y lo mostró sin celos a todos los hombres» 63 .
fetas de Israel, lo esencial de los tiempos mesiánicos era la
Aquí se anuncia un período de prosperidad después de implantación del reinado de Dios en los corazones de los
grandes desastres, con expresiones xenófobas ultranacionalis- ciudadanos de la nueva teocracia, lo que traería como conse-
tas. Según Reitzenstein, en este vaticinio se anuncia la caída cuencia la implantación de la justicia y la equidad en la vida
de los persas y el advenimiento de Alejandro con la descrip- social; todo como resultado de la «inundación del conocimien-
ción de los primeros Ptolomeos. La mención de Amenofis en to de Yahvé» 67 .
la época helenística parece ser un truco literario arcaizante, Herodoto (II 133) habla de un tal Buto, que pronunció
presentando el pasado como presente, al estilo de la apoca- un oráculo a Mikerinos, constructor de la pirámide más pe-
líptica judaica, cuyo tipo es el libro de Daniel. También en queña, anunciando que viviría sólo seis años. Y Flavio Josefo
este libro se habla de la devolución de vasos sagrados 64 . Se habla de un «sabio-adivino», llamado Amenofis, hijo de Paapis,
habla de un «rey odiado de Siria», que puede ser el de Persia, que no se atrevió a anunciar las calamidades a su rey, pero
cuyos sátrapas fundaron la fortaleza de Menfis. La expresión que las dejó escritas 68 .
«portadores de cinturones» designa a los extranjeros; y los De hecho, sabemos que los faraones solían consultar a los
tifonios serían los egipcios nativos que aceptaron el rey de oráculos para legitimarse ante el pueblo y los sacerdotes de
Siria. La «ciudad portadora de cinturones» parece ser Alejan- los templos principales, como en el caso de Tutmosis III
dría, que será arrasada por «un rey amado de todos». Egipto (1490-36) y su tía Hatshepsut69. El mismo Alejandro Magno
con él recobrará su curso normal, y el Nilo su ciclo. El reina- se creyó obligado a consultar al oráculo de Amón en el de-
do de cincuenta y cinco años se acerca a los cincuenta y sierto libio de Siwa, como antes Catón el Joven y Pausanias.
cuatro de Evergetes II. El número 55 puede ser simbólico Allí el conquistador macedónico fue declarado «hijo de
(la mitad de 110; la edad ideal larga en Egipto, como fue la Amón» 70 .
de José) 65 .
II. M e s o p o t a m i a y Siria

6. CRÓNICA «DEMÓTICA» En Mesopotamia, la adivinación de tipo mágico tuvo siem-


pre una importancia excepcional dentro de los pueblos del
Está redactada en un papiro con escritura demótica, traída
antiguo Oriente; la hepatoscopia, oniromancia, astrología, ne-
por un soldado de Bonaparte, y que está en la Biblioteca Na-
cromancia y rabdomancia son formas de esta ciencia oculta
cional de París (pap.215). Maspero la llama «rapsoda demó-
que quiere captar las fuerzas divinas del cosmos. Era el oficio
tica». E. Meyer dice de ella: «Es un comentario muy oscuro
de una clase social especializada que radicaba en Eridu, donde
sobre profecías muy oscuras» 66 . Se usan fórmulas oraculares
el dios tutelar Enki, o Ea, dios de las aguas, de la magia y de
para explicar ciertos acontecimientos de la época persa y grie-
la sabiduría, privaba sobre todas las divinidades 71 .
ga. Es de tendencia muy nacionalista, pues menciona sólo
a los faraones egipcios y no a los extranjeros; a los griegos se 67
68
Is 11,9.
F L A V I O JOSEFO, Contra Apion I 26.
les llama «perros», y a Alejandro, «el mayor perro». Se pre- 69
Cf. J. VANDIER, La religión égyptienne (Paris 1949) 154-SS; I D . , L'Egypte (Paiis 1952)
senta como compuesta bajo Tachos (361-59 a.C). También 388.
10 Cf. P L A T Ó N , Leyes V 9; PLUTARCO, Cimon 18; L I S A N D R O , 25; cf. L . C E R F A U X - J . T O N -
el presente se proyecta al pasado, como en el caso del libro DRIAU, Le cuite des souverain dans la civilisation gréco-romain (París 1957) 30-35-
71
de Daniel. Cf. E. DHORME, Les Religions de Babylonie et d'Assyrie 32-38,

63
T e x t o en A O T 208-209; D B S V I I I 8 3 4 - 3 5 ; cf. H . GRESSMANN, DerMessias 422; V O N
G A L L , O . C , 69; M c G o w N , The Hebrew and Egyptian Apocalyptic: Harward T h e o l . Rev. XVIII
(192S) 397-99-
« Cf. D a n 1,2; 2 Par 36,7; Esd 5,14.
65
G e n 50,26.
w Cf. F. DAUMAS, Lütérature prophétique et exégétique égyptienne et commentaires esséniens,
en Memorial Albert Gelin (Le Puy 1961) 2 0 3 - 2 1 .
570 XI. Literatura profético-sapiencial
Profetismo 571

i. SUMER Y BABILONIA con los principales acontecimientos políticos. Así, el Espejo


del Príncipe es un escrito de propaganda para convencer a
El examen de las entrañas de las víctimas era ya una prác- u n soberano, al que no se nombra, de que, si no respeta los
tica d e los tiempos más remotos s u m e r i o s 7 2 ; sobre todo, se derechos de Sippar, N i p p u r y Babilonia, vendrá sobre él una
observaban las visceras de los cabritos; en Grecia esto se catástrofe 78 . Hay alusiones veladas a acontecimientos contem-
practicaba, sobre todo, con los pájaros. Los latinos observa- poráneos difíciles de concretar. Y como la historia se repite
ban los vuelos de los pájaros (augurio, imperativa), lo que era cíclicamente, en función del pasado conocido se anuncian los
también común entre los h i t i t a s 7 3 . En u n texto, u n rey de acontecimientos del porvenir, pues se suponía que el m i s m o
Alashia (Chipre) pide al faraón que le envíe u n adivino espe- fenómeno natural cósmico iba acompañado de los mismos acon-
cializado en la observación de las águilas, y es llamado con tecimientos históricos. E n el libro de Daniel se escenifica la
el nombre técnico acadio de sha'ilu («el que interroga»). En historia también en función del sentido simbólico de la misma,
sumerio era llamado ensi: el que descubre cosas ocultas, ade- aunque entre los hebreos no se admitía el concepto cíclico de
más de interpretar los sueños. la historia, sino lineal en desarrollo ascendente; por tanto, cada
La interpretación de los sueños (oniromancia) tenía sin- acontecimiento es único e irrepetible, pues depende de la vo-
gular importancia en Mesopotamia; el sacerdote recibía el luntad del hombre, que es libre ante diversas opciones.
oráculo al lado de la estatua de la divinidad mientras dormía. En los textos mesopotámicos, el esquema suele ser: va a sur-
Así, Gudea, patesi de Lagash (2200 a . C ) , recibe en sueños gir un príncipe, que reinará determinados años; después se
la orden de construir el templo de la localidad con las indica- describen alternativas de reinados buenos y malos. Y el tema
ciones arquitectónicas precisas 7 4 , como se dice de la cons- del «pastor», o rey que viene a salvar la situación calamitosa,
trucción del tabernáculo del desierto por orden de Yahvé a es corriente; es el «astro fiel» que trae la paz y la vida: el re'ú
Besalel, al que se le determinan las medidas y estilo del mis- o «pastor» protector y salvador 7 9 .
mo 7S . Respecto a la construcción del templo de Salomón, el
profeta Natán recibe las órdenes también de noche 7 6 . En el
2. E L FENÓMENO «EXTÁTICO»
caso de Gudea, el dios Ningirsu le comunica:
El término majju significa «frenético», en estado d e «éxtasis»
«... los c a m p o s e x t e n d i d o s l e v a n t a r á n su m a n o hacia ti,
(maju: «estar fuera de sí»: gKcrracns); es llamado también
las a c e q u i a s del suelo se l l e n a r á n para ti,
los canales p o r los q u e n o s u b i ó el agua subirán» 7 7 . eshshebu, «el que salta»; zabbu, «estar en trance»; raggimtu («gri-
tadora»): la proclamadora de u n oráculo. Es el paralelo de la
Frente al fatalismo de los sumerios, los semitas tejen una pitonisa helénica. Así, tenemos u n texto oracular en q u e Ishtar
teología del mal, con sentido d e responsabilidad de los hom- comunica lo siguiente a Asaradón por medio de una ragpmtu:
bres, buscando sus causas, como en el caso del «justo dolien-
« ¡ O h A s a r a d ó n , r e y d e l país, n o t e m a s !
te»; se cree que los hombres están sometidos a fuerzas supe- T u s e n e m i g o s , c o m o e n el m e s d e siwan los cerdos d e l cañaveral,
riores extranaturales misteriosas, muchas veces maléficas; por h u i r á n d e a q u í p a r a allá delante d e t u s p i e s .
eso, los adivinos deben «prever» y hacer «conjuros» para libe- ¡Yo soy la gran s e ñ o r a ! ¡Yo soy Ishtar d e Arbela,
rar al hombre de estos genios maléficos, que traen desgracias q u e p o n d r á d e l a n t e d e tus p i e s a t u s e n e m i g o s ! . . .
A t u s e n e m i g o s yo los despellejaré y t e los e n t r e g a r é .
y enfermedades. D e este m o d o surgen los «exorcistas», que Yo estoy d e l a n t e d e ti y m a r c h a r é d e t r á s d e t i . ¡ N o t e m a s ! » s o
creen tener ciertos poderes sobre esas fuerzas maléficas.
Por otra parte, en las «profecías» de la literatura mesopo- Al leer este oráculo nos vienen a la mente m u c h o s orículos
támica hay relación entre los fenómenos naturales y cósmicos de asistencia de Yahvé a Moisés y a los caudillos d e Israel.
72
Así, en Ex 14,19 se dice que el «ángel de Yahvé», q u e marchaba
Cf. A. L. OFPENHEIM, The Inlerpretatiuns uf Dreams in Ihe Anclen Near East (Phila- delante de Israel, se puso detrás para protegerlo c o n t a los
delphia
73
1956).
Cf. R. DUSSAUD, Les religions des Hittites et des Hourrites 350. 78
74
Cf. M. LAMBERT-R. TOURNAY, en RB LV (1948) 403-47. Cf. A. K. GRAYSON-W. C. LAMBERT, Akkadian Propnecies: Journal of cuneiírm Stu-
dies79XVIII (1964) n.i p.7-23.
" Cf. Ex 31,1-3. Cf. M.-J. SEUX, Épithétes royales akkadiennes et sumériennes (Paris 1967); PH.ROBERT,
76
2 Sam 7,3ss. Le berger d'Israél (Neuchátel 1968) 12-16.
77 80
Col.12 Iín.10-13. LABAT, Le caractére religieux de la royauté assyro-babylonienne (París 1939) 25;
572 XI. Literatura profético-sapiencial Profetismo S73
perseguidores egipcios. Y a Josué se le comunica de parte de Nos damos cuenta que estamos en presencia de un organisrn0
Yahvé que tendrá en su poder a sus enemigos (Jos 6,2). Y en tan importante como ha podido ser la administración de las
el oráculo de Sal 110,1 se anuncia que Yahvé pondrá a los finanzas y de la guerra, que reemplaza a lo que entre nosotros
enemigos de David como «escabel de sus pies». son consejos consultivos, una institución de la que han depen-
En un texto se considera como una calamidad pública la dido todos los actos del Estado: la paz, la guerra; una institu-
abundancia de extáticos: ción en la que la historia de Asiría y de Babilonia ha encon-
trado sus móviles» 86. Así, «el majjü era una especie de funcio-
«Si en una ciudad hay muchos extáticos, ¡aflicción para la ciudad!
Si en una ciudad hay muchas mujeres extáticas, ¡aflicción para la nario en un organismo en el que el jefe supremo era el rey,
ciudad! Mesopotamia parece haber sido el hogar del profetismo institu-
Si en una ciudad hay muchas adivinas, aniquilamiento para la ciu- cional, cuya existencia bíblica aparece también en el Estado
dad» 81. de Israel» 87.
En Mesopotamia, para poder formar parte del «colegio de Esto es totalmente distinto de lo que hemos visto en Egip-
videntes», el sujeto debía tener ciertas cualidades físicas: no ser to, donde los «sabios» anuncian desgracias o venturas en el
corto de vista, ni tener los dientes rotos, ni un dedo estropeado, juego dialéctico de los acontecimientos; es una profetismo in-
ni un testículo atrofiado, ni padecer flujo seminal 82 . Son las tuitivo de tipo sapiencial, no extático, como es el de Mesopo-
mismas exigencias que se imponen a los levitas en Israel y a tamia; las predicciones son, más bien, figuras retóricas 88, con-
los animales que han de sacrificarse a Yahvé 83 . Pero en Israel traponiendo la justicia y la injusticia en la sociedad.
no se dice nada de exigencias fisiológicas para los nabí o «pro-
fetas». 3. E L «PROFETISMO» EN MARI
El majjú recibe un «soplo» de parte del dios que se asemeja
al murmullo del viento. Así, cuando Asurbanipal rogó al dios Es, quizá, el más próximo al fenómeno profético bíblico 8s;
Nabu, le respondió un zaqiqu («soplo») de parte del dios ani- pero, con todo, priva el sistema de la adivinación, como en la
mándole 84. El adivino era llamado barü, JJ la ciencia de la Baja Mesopotamia. Así, se practicaban los presagios antes de
adivinación se llamaba barütu, carisma que se concede a Asur- iniciar cualquier acción importante. El majjü era el hombre
banipal. Se discute si el barü pertenecía necesariamente a la «extático», y el apilum, «el que responde» (femenino apilturri:
clase sacerdotal. En realidad son muchos los términos para «la que responde»). Así, se habla de dar satisfacción a los adi-
designar al adivino: ashipü, barü, sha'Mu («interrogador»); es el vinos para resolver una situación difícil 9°, Por ello, cuando
exorcista, que con fórmulas mágicas aleja los genios maléficos se trata de la habitación que ha de utilizar el sacerdote, se dice;
que traen las calamidades y enfermedades. Bajo este aspecto, «En cuanto a la casa que ha de habitar la precedente sacerdotisa, mis pre-
se distingue del majjü o «extático» 85, ya que éste, sin acudir sagios han sido favorables y mi dios me ha contestado afirmativamente, de suer-
a la técnica mecánica adivinatoria (hepatoscopia), comunica te que me he puesto a poner esta casa en condiciones y a vigilar las reformas.
La sacerdotisa que mi señor quiera dar a Dagán (¿ios principal de Mari)
avisos que considera provenientes directamente de la divini- podrá vivir en esta casa» 91 .
dad. De hecho, en el templo de Ishtar, en Arbela, había hom-
bres-profetas, cuyas funciones no eran cultuales; y por la boca Pero, cuando se trataba de grandes cuestiones del Estado,
de Ishtar comunicaban oráculos en primera persona, pues el se acudía a la adivinación. Así, en una relación oficial (II 39)
majjú se consideraba como poseído por la divinidad; así, pues, se dice que la defensa de la guarnición se hizo de acuerdo con
más que un mago, era un místico, aunque las fórmulas tienen las indicaciones de los presagios. Cada distrito tenía derecho
un aire mágico subyacente. A este propósito comenta G. Con- a un adivino, nombrado por el rey; y los gobernadores locales
tenau: «La mántica babilónica es una verdadera institución del 86
G. CONTENAU, La divinisatlon chéz les Assyriens et les Babjloniens (Paris 1940) 361.
Estado...: hay adivinos oficiales, cuerpos de adivinos reales... 87
88
A . N É H E R , L'essence du prophétisme (París 1955) 24.
Gf. A . L O D S , Les prophétes d'Israél et les debuts du Judaismi (Paris 1933) 77.
81 s» Cf. C H . JEAN, e n DBS V 883-905; A. MALAMAT, e n J / O S L X X X I I n.2.i6a,i43s;
F . NÓTSCHER, en Orientalia XXXI (1928) 47. J. R. K U P P E R , Les nómades en Mesopotamie au temps des rois de Kíai (Paris 1956); H . CAZ£LLES[
82
Cf. J. A . GRAIG, Asyrian and Babylonian Religions Texts (Leipzig 1895) 63-64 lín.19-39. La civilisation de Mari: Rencontres Assyriologiques Internationales XV fase.182 (Parisi967)
S3 Cf. Lev 21,18. 73-90.
84
Gf. A. L . Ó P P E N H E I M , Ancien Mesopotamie 235. 90
Gf. A . PARROT, Archives royales de Mari (Paris 1950) I I 139.
85
Gf. J. NOUGAYROL, La divinisatlon babylonienne 67-69. 91
Archives royales III 42.
Profetismo 575
574 XI. Literatura projético-sapiencial
expresarse en estos términos: 'Lo que los que dan las respuestas te comuni-
debían otorgarles honores. En este supuesto, dice el goberna- caron cuando estabas al frente de tu región, ¿por qué no me lo hiciste saber
dor de Terca, Kibri-Dagán, al rey Zimri-lim: «En cuanto a mí, por escrito?» Ya se lo he escrito a mi amo. Que mi señor se entere» 9 5 .
no soy negligente en lo que afecta a los continuos presagios con d) «... A la cabeza de los hombres de mi señor marcha Ilushu-Nasir,
vistas al bienestar del distrito» 9 2 . el adivino, servidor de mi señor, y con los hombres de Babilonia marcha un
adivino de Babilonia. Estos 600 hombres permanecen en Shabazim. Los
Pero al lado de los adivinos-funcionarios estaban los «pro- adivinos reunirán los presagios. Según las apariencias de sus presagios fa-
fetas» espontáneos, hombres o mujeres, que transmitían u n vorables, 150 hombres o 150 entrarán» 96,
mensaje de parte de la divinidad. Algunas veces, los transmi- (Aquí se alude a un episodio de guerra en la que estaban aliados las tro-
sores de estos mensajes eran los «extáticos» del culto. A los pas de Hammurabi de Babilonia y las de Zimri-Lim de Mari. Y se destaca
adivinos-sacerdotes se les llama barü, mientras que a los espon- la importancia de los presagios para el buen éxito de la campaña.)
táneos se les denomina majjú o apilum. Y las respuestas a las
interrogaciones se hacían en postura «extática», sin gestos ex- 4. CANAÁN
céntricos. Bajo este aspecto encontramos analogía con el «pro-
fetismo» bíblico. Según A . Kuenen, el «profetismo» hebraico era u n calco
de u n movimiento nebista cananeo; el término nabí' («profeta»)
derivaba de la raíz naba' («estar en ebullición»), aludiendo así
Mensajes «proféticos» al estado de transporte extático del sujeto, pues los nabís cana-
a) «... Comunica esto a mi señor: Así habla Kibri-Dagán, tu siervo: neos se manifestaban con acciones excéntricas y coribánticas,
Dagán e Ikrub-il siguen bien. La ciudad de Terca y su distrito siguen bien. al estilo de los derviches modernos 97 . Recientemente se ha
Otro asunto: el mismo día en que hago llegar esta tableta a mi señor, ha ve- vuelto a insistir en el origen cananeo del movimiento «proféti-
nido a mí el majjú de Dagán y me ha expuesto la cuestión del modo siguien-
te: 'El dios me ha enviado; apresúrate a escribir al re.y para que se dediquen
co» de Israel 9 8 . N o cabe duda de que las manifestaciones pri-
las cenas funerarias a las manos de Yadjun-lin'. Esto es lo que el majjú me mitivas de los nebím hebreos tenían m u c h o que ver con el mo-
ha transmitido, y lo comunico a mi señor. Mi señor hará lo que mejor le vimiento «extático» de los cananeos, como aparece en el relato
parezca...» 9 3 de Saúl, que se incorpora semidesnudo a la banda de nebím que
b) «... Comunica esto a mi señor: Así habla Kibri-Dagán, tu siervo: con instrumentos músicos y danzas «profetizaban» (lit. «hacían
Dagán e Ikrub-il siguen bien. La ciudad de Terca y su distrito siguen bien...
A propósito de la nueva puerta (a construir) (vino) antes el majjú, y enton- el nabí') " ; algunas veces buscaban la exaltación de la música,
ces... (el día) en que hice l'^var esta carta a mi señor, este majjú ha vuelto como en el caso de Elíseo antes de pronunciar u n oráculo sobre
y... ha dicho, hablando en los siguientes términos categóricos: "... Esta puer- la suerte del ejército de Israel en el Araba frente a M o a b 1 0 0 .
ta no la podéis construir... No habrá éxito'. Esto es lo que este majjú me ha El carácter de «éxtasis» va unido al de extravagante; por eso se
manifestado 9 4 .
c) «Mediante oráculos, Adad, el señor de Kallasu, ha hablado de este emplea el término de «loco» o meshugá' i n en relación con
modo: ' ¿No soy yo Adad, el señor de Kallasu, el que lo ha criado sobre mis estos movimientos orgiásticos. En un principio, al q u e en
rodillas y el que lo ha llevado al trono de la casa de su padre? Después de Israel comunicaba oráculos se le llamaba «vidente» (ré'eh,
haberle llevado al trono de la casa de su padre, le di también una residencia. hozeh) 102.
Ahora bien, así como lo he llevado a la casa de su padre, así también yo pue-
do privar a Nijlatum de su mano. Si él no la entrega, yo soy el dueño del En la estela de Mesha de Moab se dice que el dios local
trono, del país y de la ciudad, y lo que le he dado se lo puedo quitar. Por el Kamósh le hizo esta intimación: «Ve, toma N e b o y combate
contrario, si cumple mis deseos, le daré tronos sobre tronos, casas sobre ca- contra Israel» 1 0 3 , exactamente como Yahvé intimaba a Josué
sas, territorios sobre territorios; y le daré también la región que va del este
al oeste'. Esto es todo lo que me han dicho los que han emitido las respues- a dar el asalto a una ciudad 1 0 4 . Y en el relato de los oráculos
tas, los cuales están continuamente en los oráculos. Ciertamente, quien da
95
las respuestas de Adad, señor de Kallasu, vigila la región de Aljtum a favor Publicada por A . L o d s e n 1950; cf. A. ROLLA, La Biblia ante los últimos descubrimientos
de Nijlatum. ¡Que mi señor lo sepa!' (Madrid 1966) 384-85.
96
Archives royales de Mari II 22.
En cuanto al pasado, cuando yo residía en Mari, envié a mi señor lo « Gf. 1 Sam io,s.
que decían los hombres y mujeres que dan las respuestas (apilum y apiltum). 98 A. K U E N E N , The Prophets and prophecy in Israel ( L o n d o n 1877).
Ahora que resido en un país distinto, ¿no voy a contar a mi amo lo que oigo 99 Cf. F . NOTSCHEK, Prophetie irn Umkreis des alten Israels: Bibl. Zeitsch. N . F . X (1966)
161-97.
y se rumorea ? Si en lo futuro ocurriera alguna desgracia, mi señor no podrá 100 Cf. 2 Re 3,15.
101
102
2 Re 9,ti; Jer 29,26.
« Ibid., III 47. Cf. H . JUNKER, Prophet und Seher in Israel (Treveris 1927} 47s-
103 Cf. A N E T 320-21.
« ibid., III 40.
94 104 Cf. Jos 6,2.
Archives royales de Mari III 78.
576 XI. Literatura profético-sapiencial
Literatura sapiencial 577
de Balaam aparecen con éste los zeqením 105 y los sarim 106 . figura contraída por violentas convulsiones epilépticas . Y el nl
Parecen constituir una corporación de adivinos que eran con- término que traducimos por «sacerdote» tiene el determinativo
tratados para maldecir a Israel. Y en la estela de Mesha de Moab de joven ('ddjw) y de escriba (con un rollo de papiro sellado);
se menciona a los reshm en relación con Kamósh para echar parece ser, pues, un joven iniciado en el grupo de «extáticos».
a los israelitas de Yahas l° 7 .
En la estela de Zakir, rey de Hamath, frente a una coalición
de reyes sirios, declara el rey que su dios Beelshamayim le ayudó B) Literatura sapiencial
en estos términos, según le transmitieron los videntes:
Hemos visto posibles concomitancias entre una cierta lite-
«Beelshamayim me dijo: 'No temas, pues yo te hice rey, y te auxiliaré y ratura «oracular» o profética mesopotámica y cananea con el
te libraré de todos los que te asedian'; y me dijo: '(Destruiré) a todos estos
reyes que te asedian'» l ° 8 . «profetismo» bíblico, si bien los parecidos son tangenciales;
respecto de la literatura egipcia, apenas hemos encontrado el
Este texto del siglo ix a.C. nos hace recordar aquel oráculo género literario «profético» que pueda tener alguna compara-
transmitido por Natán a David un siglo antes sobre la perma- ción lejana con el fenómeno religioso cardinal de la religión
nencia de su dinastía después de haberle ayudado Yahvé a de Israel. En cambio, no es difícil encontrar influencias egipcias
vencer a todos los enemigos: «Yo te tomé de la majada, detrás en la literatura «sapiencial» de la tradición bíblica, porque
de las ovejas, para que fueses príncipe de mi pueblo Israel. Egipto tuvo gran influencia en la corte «culturista» de Salomón
He estado contigo por dondequiera que has ido; he extermi- y de los reyes que le sucedieron. En estos círculos surgió la
nado delante de ti a todos tus enemigos y te estoy haciendo un llamada literatura «sapiencial» bíblica; sobre todo, la primitiva
hombre grande... estableciendo a mi pueblo Israel para que gnómica o proverbial, que tiene sus raíces en tradiciones simi-
no sea perturbado» 109 . lares egipcias más arcaicas. Más tarde se desarrollará el diálogo
y la diatriba, planteando los grandes problemas de la «angus-
5. LOS «EXTÁTICOS» DE BYBLOS SEGÚN EL RELATO tia vital» del hombre, como el sentido de la vida en el Eclesias-
EGIPCIO DE WEN-AMÓN tés, y la razón del sufrimiento del inocente, en el libro de Job.
Tanto en la literatura egipcia como en la mesopotámica encon-
El relato del sacerdote egipcio Wen-Amón, que ya hemos tramos textos similares, si bien con un enfoque religioso total-
transcrito, fue redactado hacia el siglo xi a.C, cuando Egipto mente diverso respecto de la perspectiva bíblica. Vamos a pre-
estaba en plena decadencia respecto de sus antiguas posesiones sentar los principales textos «sapienciales» de la literatura egip-
de Ganaán. Al llegar a Byblos fue testigo de una manifestación cia y mesopotámica.
de un «extático», que describe del modo siguiente:
«Un día en que (el príncipe de Byblos) sacrificaba a sus dioses, el dios I. Textos egipcios
(Amón) se apoderó de un sacerdote ('ddjw) de entre sus sacerdotes y lo
hizo entrar en éxtasis. Y le dijo: ' ¡Trae el dios al alto, trae el embajador que i. CANTO DEL ARPISTA
está en la carga! ¡Es Amón, que le ha enviado; es el que le ha hecho venir!
Mientras el extático estaba fuera de sí esta tarde, yo había encontrado un (Es una visión pesimista y pragmática de la vida; puesto que no se sabe
barco cuya proa estaba vuelta hacia Egipto; y yo había cargado todas mis lo que hay después de la muerte, hay que aprovecharse de las alegrías de la
cosas...» 1 1 0 . vida mientras se pueda gozar de ella.)
«Es un decreto de este gran Benévolo (¿Osiris?- ¿Ra?):
Según J. Wilson, la palabra que traducimos en el texto jero- el buen destino se debilita;
glífico por «posesión profética» o «éxtasis», se expresa por una una generación pasa, otras quedan, desde los tiempos de los antepa-
sados 112 .
105
N ú m 22,7. Y de los dioses que existían antes, que reposan en sus pirámides,
106 N ú m 22,8.13. ¿qué es de ellos?
1»' A N E T 320-21.
108 A N E T 302: S A O 260; DUPONT-SOMMER, Les Araméens (Paris 1949) 46. Yo he escuchado las palabras de Im-hotep 1 1 3 y de Her-didif n*,
•u» 2 Sam 7,9-10.
110
Cf. G. LEFEBVRE, Romans et contes égyptiennes (París 1949) 206-207; H . GRESSMANN, 1» A N E T 26.
en A O T 71; A N E T 25-29; S A O 22; J. A . W I L S O N , L'Égypte, vie et mort d'une civüisation 112 Ecl 1,4; «Pasa una generación, viene otra; pero la tierra permanece para s i e m p r e
(Paris 1961) 273. "3 D e la dinastía III.
"4 Hijo de Keops (Khufu), de la IV dinastía.
r¡,7,/;„ u l,o*A 10
Literatura sapiencial 579
578 XI. Literatura, prof ético-sapiencial
su ideal está dentro de la «áurea mediocridad» de q u e hacen
muy proclamadas en su declamación.
¿Dónde está el emplazamiento de sus tumbas? gala los libros «sapienciales» hebraicos. N o se proclama el
Sus muros están arruinados; sus lugares, como si no existieran. hedonismo como ideal de vida, sino el uso m o d e r a d o de los
De allí no viene nadie; que se nos diga su forma, bienes de esta vida, pensando que hay u n Dios justo que p u e d e
que se nos diga su suerte, castigar las demasías; pero a ú n no ha llegado la perspectiva
que se alegre nuestro corazón.
luminosa de la «vida eterna» del libro de la Sabiduría ( S . I I a . C ) .
hasta que lleguemos al lugar al que se han ido.
Alegra tu corazón para olvidar esto; Esta invitación al goce de la vida surge de la inclinación de
lo que es útil para ti es seguir tu corazón (sus deseos) la naturaleza, y se acentúa si n o hay perspectiva de felicidad
mientras estés con vida. en ultratumba; por eso, en Ecl 3,22 se dice: «Y vi que no hay
Pon incienso en tu cabeza, y telas sobre ti, para el h o m b r e nada mejor que gozar de su trabajo; pues ésa
bysus decorado con las maravillas auténticas de las cosas divinas,
¡Aumenta tus bienes! ¡No desfallezca tu corazón! es su parte; y ¿quién le hará ver lo que ha de venir después?»
¡Sigue (los deseos de) tu corazón y de tu bienestar! Por eso, la moralidad se concibe de tejas abajo, a u n q u e se r e -
Haz tus asuntos sobre la tierra según tu corazón comienda la templanza en los placeres 1 1 6 , p o r q u e Dios es
hasta que llegue para ti el día de los funerales. fuente de todo bien y lo gobierna todo: «¿Quién p u e d e comer
Si el dios Osiris no entiende sus lamentaciones,
sus ceremonias fúnebres no salvan el corazón de los hombres en la y beber sino gracias a El ?» x 1 7 , p u e s «todo lo hace Dios apropia-
necrópolis. do a su t i e m p o . . . Conocí que no hay para el h o m b r e más que
¡Alcanza un día dichoso; no te debilites ante él! alegrarse y procurarse el bienestar en su vida, pues el que
¡Nadie vuelve de los que han ido!» 1 1 5 u n o coma y beba y se goce de su trabajo es don de Dios» 1 1 8 .
A la vista de estas expresiones epicúreas y escépticas, nos
vienen a la m e n t e las consideraciones de Ecl 9,3-10: 2. INVITACIÓN AL GOCE DE LA VIDA
«Este mal hay en todo cuanto existe bajo el sol: Bajo este aspecto, el canto de la t u m b a de Nofrihotpu no
que sea una misma la suerte de todos
y que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal tiene nada q u e ver con la perspectiva bíblica de este ideal de
y enloquecimiento durante su vida, y luego con los muertos. «áurea mediocridad», basada en el ne quid nimis! Dice el texto
Mientras uno está ligado a todos los vivientes, hay esperanza, egipcio:
pues mejor es perro vivo que león muerto;
pues los vivos saben que han de morir, «... Los cuerpos se producen para pasar desde el tiempo del dios, y
mas el muerto nada sabe y no espera recompensa, las generaciones jóvenes vienen en su lugar;
habiéndose perdido su memoria. Ra se levanta en la mañana y Tum se acuesta en el país de Manu;
Amor, odio, envidia, para ellos todo se acabó; los machos engendran, las hembras conciben;
no tendrán jamás parte alguna en lo que sucede bajo el sol. todas las narices gustan del aire en la mañana de su nacimiento
Ve, come alegremente tu pan y bebe tu vino con corazón contento, hasta el tiempo en que van a su lugar.
pues que se agrada Dios en tus obras. ¡Procúrate un día dichoso, oh sacerdote!
Vístete en todo tiempo de blancas vestiduras, ¡Que haya siempre perfumes y esencias para t u nariz,
y no falte el ungüento sobre tu cabeza. guirnaldas y lotos para las espaldas,
Goza de la vida con tu amada compañera todos los días de tu fugaz y para la garganta de tu hermana querida,
vida que Dios te da bajo el sol, que está sentada junto a ti!
porque ésta es su parte en esta vida entre los trabajos que padeces ¡Que haya cantos y música delante de ti,
debajo del sol. olvidando todos los males;
Todo lo que puedas hacer, hazlo en tu pleno vigor, no pienses sino en los placeres,
porque no hay en el sheol, a donde vas, ni obra, ni razón, ni ciencia, hasta que llegue el día en que será preciso abordar la tierra que ama
ni sabiduría». el silencio,
sin que cese de latir el corazón del hijo que os ama!
La diferencia con el planteamiento del «arpista» egipcio es ¡Procúrate un día dichoso, Nofrihotpu, sacerdote sabio d e juras
que en el Qphelet bíblico se destaca siempre la presencia y p r o - manos!
videncia de u n Dios j u s t o , q u e preside nuestra vida; pero todo Yo he oído todo lo que ha sucedido a los antepasados;
115 116
H a y dos recensiones de este cántico d e un escéptico arpista: una, grabada en la t u m b a Cf. Prov 6,31-35; 22,22-23; 24,17-22; 25,21-22; 12,16; 21,17.
de Nefer-hotep, d e la X V I I I dinastía, y otra, e n el Papiro Harris n.500, d e la época del N u e v o »7 Ecl 2,25.
Imperio. Estudiado p o r G . MASPERO e n Étude égyptologique I (1879) 160-83; texto en C H . JEAN, 11» Ecl 3 , " - I 5 ; 5.17b; 6,2; 7,13-14; 9,5-
Milieu Biblique II 157-58; P . G I L B E R T , La poésie égyptienne (Bruxelles 1943) 9 1 .
580 XI. Literatura profético-sapiencial
Literatura sapiencial 581
sus muros están destruidos; no existe su lugar;
están como si jamás hubieran sido después de los tiempos del dios.
(Tus muros están firmes; tú has plantado árboles) sobre la orilla de 4. L A S PENALIDADES DÉ LOS O F I C I O S MANUALES
tu estanque;
tu alma queda bajo ellos y bebe de su agua; (Poema satírico sobre las penalidades de los obreros ma-
sigue tu corazón resueltamente (mientras que estés sobre la tierra). nuales.)
Da pan al que no tiene dominio,
para ganar una buena fama por siempre... «Jamás he visto a un herrero en embajada, ni a un fundidor en
Procúrate un día dichoso, sacerdote de manos puras, Nofrihotpu» H9. misión;
pero lo que he visto es al obrero metalúrgico en sus tareas,
en la boca del horno de su fragua,
3. INVITACIÓN A SEGUIR LOS IMPULSOS DEL CORAZÓN
con los dedos rugosos como cocodrilos,
oliendo peor que el desove de pescado.
En otro cántico del Papiro Harris, grabado en la tumba de El artesano de toda clase que maneja el cincel
Antif (de la dinastía XI), se vienen a expresar las mismas ideas no se da tanto movimiento como el que maneja la azada;
hedonistas, invitando a la despreocupación por el más allá, en pero sus campos son la madera, y su tarea el metal;
aras de un disfrute sin límite de los placeres y oportunidades y de noche, cuando el otro está libre,
de esta vida: él hace obras con sus manos por encima de lo que ha hecho,
porque de noche trabaja en casa a la luz de la lámpara.
«Es un decreto de este buen jefe, una fatalidad perfecta, El que talla piedras, anda en busca de toda clase de piedra duradera,
que mientras un cuerpo se destruye al pasar, resistente;
otros permanecen en su lugar desde los tiempos de los antiguos... cuando ha terminado ganando algo y sus brazos están cansados, se
Tú estás en buena salud, y tu corazón se insurreccionará contra los detiene;
honores fúnebres; pero, si permanece sentado, al levantarse el sol
sigue tu corazón mientras existas. se le pegan las piernas a la espalda.
¡Pon perfumes en tu cabeza, adórnate de lino fino, El barbero que rasura hasta al atardecer,
úngete de lo que hay de más maravilloso entre las esencias de dios! cuando se pone a comer, está sobre el dedo pulgar,
¡Haz más de lo que has hecho hasta el presente! corriendo de callejuela en callejuela en busca de sus trabajos;
¡No dejes que tu corazón se aburra! si es valiente (para el trabajo), sus dos brazos llenan su vientre;
¡Sigue tu deseo y tu felicidad mientras estés sobre la tierra! como la abeja, come según su trabajo..
No pongas triste tu corazón hasta que llegue para ti el día ¿Te diré del albañil lo mal que lo pasa?
en que se suplique, sin que el dios Expuesto a todos los vientos,
escuche a los que suplican. mientras trabaja, sin más vestidos que un ceñidor,
Las lamentaciones no consiguen que el hombre que está en la tumba y cuando el ramillete de loto (que se pone) a las casas (terminadas),
se alegre. está aún fuera de su alcance,
¡Procúrate un día dichoso, y no seas inactivo en él! sus dos brazos se dan al trabajo,
Ciertamente que nadie puede llevar sus bienes consigo, y sus provisiones se mezclan con sus residuos.
ciertamente que no hay nadie que haya ido y haya vuelto» 120 . El se come a sí mismo, porque no hay más panes que sus dedos,
y se cansa de todo a la vez.
Y en una estela de la época ptolomaica se expresan las Se agota en gran manera, porque siempre tiene un bloque q u e acarrear
mismas ideas: en este edificio o en el otro,
un bloque de diez por seis codos;
«¡Oh hermano, marido, tío, sacerdote de Ptah: siempre tiene un bloque que arrastrar en este mes o en el otre
no te prives de beber, de comer y de embriagarte; hasta los mástiles, en que se pone el loto de las casas (terminadas).
de practicar el amor, de procurarte un día dichoso, Guando se ha acabado el trabajo, si hay pan, vuelve a la casa,
de seguir tu corazón día y noche; y sus hijos han sido molidos a golpes (durante su ausencia).
no pongas tristeza en tu corazón! El tejedor en las casas está en condición peor que su mujer;
¿Qué son los años, por numerosos que sean, que pasan sobre la acurrucado con las rodillas en el estómago, no respira.
tierra ? Si durante el día hace más lento su trabajo de tejer,
El occidente (región de los muertos) es una tierra de sueños y de pe- está atado como los lotos del estanque;
sadas tinieblas, y tiene que dar pan al guardián de las puertas
un lugar en el que permanecen los que allí están» 1 2 l . para que éste le permita ver la luz.
119
G. MASPERO, Études égyptiennes I fase.2 (Paris r 8 8 l ) I72s; cit. por E. PODÉCHARE, El tintorero tiene los dedos malolientes,
VEcclésiaste (Paris 1912) 99.
120
G. M A S P E R O , o . a , 178; E. P O D É C H A R D , O . C , 99-100.
pues su olor es como el desove de pescado;
121
G. MASPERO, O . C , 187. Cf. Ecl 9,7-8; 1,4-5; 9,10.11; 5,14; 6,3.12; n , 8 ; 6,4, sus dos ojos están dominados por la fatiga;
su mano n o se detiene;
582 XI. Literatura profético-sapiencial Literatura sapiencial 583

y como pasa el tiempo cortando pingajos, porque no entienden las ordenanzas de las leyes;
tiene los vestidos hechos una pena. ni son capaces de interpretar la justicia y el derecho,
El zapatero es muy desgraciado: gimotea constantemente; ni se cuentan entre los que inventan parábolas.
su salud es la del pez que se desova y roe los cueros. Son, sí, expertos en sus labores materiales,
y su pensamiento mira a las obras de su arte.
El panadero amasa y pone los panes al fuego;
Muy de otro modo que el que aplica su espíritu a
mientras su cabeza está en el interior del horno,
m ditar en la ley del Altísimo» 123 .
sus hijos le sujetan por las piernas;
si escapa a las manos de sus hijos,
cae dentro de las llamas» 122 . 5. PRECEPTOS DE P T A H - H O T E P

A este propósito es interesante la contraposición bíblica del (Compilaciones sapienciales de Ptah-hotep, visir del rey Izazi, de la
oficio del escriba (el intelectual de la época) con el del artesano quinta dinastía (hacia el 2300 a . C ) . Tienen el aire de instrucciones a su
hijo para triunfar en la vida como funcionario estatal. Se hace un análisis
en sus diversos oficios, que esclavizan su parte superior; el tra- de las pasiones de los hombres y de sus debilidades. Se yuxtaponen afirma-
bajo manual embrutece: ciones sentenciosas, sin estar agrupadas sistemáticamente; según le vienen
a su espíritu y sin sacar conclusiones generales, al estilo del libro bíblico de
«La sabiduría del escriba se acrecienta con el bienestar, los Proverbios. Se dan consejos sobre las diversas situaciones de la vida.)
pues el que no tiene otros quehaceres puede llegar a ser sabio. «... Entonces dijo a su hijo;
¿Cómo puede ser sabio el que tiene que manejar el arado 'No seas altanero en tu corazón por tus conocimientos;
y pone su gloria en esgrimir la aguijada, ni seas confiado por considerarte varón prudente.
aguijoneando a los bueyes y ocupándose de sus trabajos Trata con el ignorante como con el sabio en busca de consejo.
y siendo su trato con los hijos de los toros? Las cimas de la habilidad son inasequibles,
Pone todo su empeño en trazar surcos derechos, y no hay hombre tan hábil para sacar el provecho total.
y su desvelo en procurar forraje para los novillos. Las buenas palabras están más ocultas que la esmeralda !24,
Lo mismo digamos del carpintero o del alhamí que trabaja día y noche; pero pueden encontrarse entre las esclavas que están sentadas a la
de los que graban sellos
muela.
y se aplican a inventar variadas figuras,
Si tienes un puesto de dirección sobre los asuntos de mucha gente,
y ponen toda su atención en reproducir el dibujo, procura para ti el beneficio, pero sin que cometas cosas inicuas.
y se desvelan por ejecutarlo fielmente. La justicia (Maát: ideal de equidad y de verdad) es grande y per-
Lo mismo del herrero, que junto al yunque contempla el hierro manente,
bruto, pues no se ha cambiado desde los tiempos del que la hizo la divinidad;
a quien el calor del fuego tuesta las carnes, en cambio, el castigo acecha al que desobedece a sus preceptos.
y que resiste perseverante el ardor de la fragua. Es el camino que ofrece al ignorante 1 2 S .
El ruido del martillo ensordece los oídos,
Las malas obras nunca dieron fruto que llegara a buen puerto,
y sus ojos están puestos en la obra.
Aunque el fraude produzca ganancias, lo que permanece es el vigor
Su pensamiento está en acabarla bien,
de la justicia,
y su desvelo, en sacarla con perfección.
de modo que el hombre puede exclamar: 'Es lo propio de m i padre'...
Lo mismo también del alfarero, que, sentado a su tarea, Si te toca sentarte a la mesa del que es superior a ti,
da vueltas al torno con sus pies, toma lo que se te ofrezca cuando se te ponga delante de las narices 1 2 S .
tiene siempre la preocupación de su obra Debes ser circunspecto ante lo que tienes delante;
y de cumplir la tarea prefijada. no lo mires descaradamente, porque sería un insulto y abominable
Con sus manos modela la arcilla para el ka 1 2 7 .
y con sus pies ablanda su dureza.
Pone su atención en acabar el vidriado, 123
Eclo 38,25-39.
y su diligencia, en calentar el horno. 124
Prov 2,4: «Si la (a la prudencia) buscas como se busca la plata,
Todos éstos tienen su vida fiada a sus manos, cual si excavaras un tesoro».
125
y cada uno es sabio en su arte. Prov 2,1-6: «Hijo mío... si invocas la inteligencia...
Sin ellos no podrá edificarse una ciudad, entonces comprenderás el temor de Yahvé...
Porque de Yahvé viene la sabiduría...
pero no viajan por países extranjeros, Asiste a los justos... defiende las sendas del juicio».
ni se pasean por las plazas, 126
Prov 23,1-3: «Cuando te sientes a la mesa de un señor,
ni se levantan en las asambleas sobre los otros, mira bien a quién tienes delante.
ni se sientan en la silla del juez, Y pon un cuchillo a tu garganta,
si sientes mucho apetito.
No codicies sus manjares deliciosos,
122 porque es pan engañoso».
Está en el Papiro Sallier n.II, escrito entre las dinastías XVIII-XIX (s.xiv-xm a.C),
Pero reproduce un texto más antiguo, que se remonta a la dinastía xi-x (s.xx a.C); texto en 127
El ka significa la fuerza vital del hombre, su parte superior: su personalidad.
G. MASPERO, Histoire Ancienne de l'Oriertt I 311-14; CH. JEAN, Milieu Biblique II 158-60.
584 XI. Literatura profético-sapiencial
Literatura sapiencial 585
Baja el rostro hasta que te dirija la palabra
y habíale sólo cuando él lo haga. Es un hombre al que dios ha condenado en el mismo seno... 130
Ríe después que él ría; lo que será muy grato a su corazón. Si se te hace una petición, muéstrate calmoso mientras habla el de-
Pues lo que hagas agradará a su corazón. mandante.
Porque nadie sabe lo que hay dentro del corazón. N o le des un desaire antes de que haya desahogado su cuerpo
Porque los propósitos del magnate que come son conforme a los y de que diga aquello por lo que vino.
deseos de su ka, Porque a los que piden les gusta que se les preste atención a sus pa-
y dará a quien quiera favorecer. labras,
Porque, aunque el magnate da al que tiene a su alcance, más que al cumplimiento de aquello por lo que vinieron.
el ka es el que alarga los brazos. Se complacen en ello más que cualquier peticionario aun antes de que
Pues comer el pan forma parte de los designios divinos; tenga lugar lo que ha sido escuchado.
sólo el necio se quejaría de ello. Y del que causa desaire al que pide, la gente dice:
Si participas de la intimidad de un magnate que envía su mensajero, ' ¿Por qué hace esto?' No es necesario que dé cumplimiento a todo lo
hazte digno de su confianza al enviarte. que pide;
Y cumple su encargo conforme a su dictado. pero una acogida buena alivia el corazón.
No seas reservado acerca de lo que te comunica Si deseas hacer una amistad duradera en una casa a la que tienes
y procura no ser olvidadizo 128 . acceso como señor (var. ¿«como hijo»?), como hermano o como amigo,
Afórrate a la verdad y no salgas de ella... en cualquier hogar en que puedas entrar,
Esfuérzate por no tergiversar las palabras, guárdate de acercarte a las mujeres,
no sea que un magnate se muestre hostil con otro a causa de un porque no está bien hacer esto en dicho lugar.
lenguaje inadecuado. Porque el rostro no está vigilando al distraerse 131 .
Un magnate y un hombre plebeyo... abominación para el ka (?). Mil hombres pueden distraerse de lo que es conveniente.
Si eres pobre en seguimiento de un magnate Uno puede enloquecer por unos trozos de porcelana;
en buenas relaciones con dios 1 2 9 , mientras ella está allí se convierte en cornalina.
no des a conocer su anterior significancia. Una bagatela—la semejanza de un sueño—,
No te engrías contra él por lo que conociste de él anteriormente. y se alcanza la muerte al conocerla... 132
Ten consideración con él en conformidad con lo que ha prosperado, No obres así, porque ello es realmente una abominación,
porque la hacienda no viene por sí misma. y estarás libre de la enfermedad del corazón cada día.
Es su ley para el que la desea. Aquel que se libra de la glotonería
El que se sobrevalora es temido. le prosperan los asuntos...
Es el dios quien hace las cualidades (del hombre) No codicies la división 133 . No seas voraz, a no ser que sea de le que
y le defiende cuando está dormido... te pertenece.
Si eres un hombre de posición, y fundas un hogar,
y engendras un hijo agradable a dios (¿o al rey?), No codicies contra tu propia parentela.
si es correcto e inclinado a los caminos (buenos) Mayor es el respeto por el hombre de suaves modales que por el brusco.
y escucha tu instrucción, mientras que sus modales en tu casa son Es un hombre ruin el que pone en peligro a sus parientes;
convenientes, está vacío de los frutos de la conversación.
y tiene cuidado de tu hacienda, procúrale acciones provechosas. Por poca cosa de éstas que se codicie,
Es tu hijo al que tu fea ha engendrado para ti. un hombre calmoso se transforma en pendenciero.
No dejes alejar tu corazón de él. Si eres hombre de posición, debes fundar un hogar
La semilla (¿veneno ?) da origen a enemistades. y amar en casa a tu mujer como conviene.
Si se extravía y conculca tus planes y no cumple tus instrucciones, Haz que su corazón esté alegre mientras vivas,
de forma que sus modales son torcidos en tu hogar
y se rebela contra lo que dices,
mientras que su boca se desborda en frases incorrectas, 130 p r o v 23,12-15: «No ahorres a t u hijo la corrección,
pues p o r q u e le castigues con la vara no morirá.
fuera de su experiencia, ya que no posee nada, Hiriéndole con la vara le librarás del sepulcro».
entonces debes echarlo fuera, porque ya no es tu hijo en absoluto. 131
No ha nacido para ti en realidad. Prov 6,29: «Así, el que se acerca a la mujer ajena,
Por ello debes someterlo a esclavitud conforme a su hablar... no saldrá indemne quien la toca».
132
Prov 7,27: «Su casa (de la mujer pública) es el camino del sepulcro,
128
que baja a las profundidades de la muerte».
Prov 25,13: «Frescor de nieve en día de siega 133
es el mensajero fiel para quien le manda, Prov 5,3: «Miel destilan los labios de la mujer extraña,
que refresca el ánimo de su señor». y es su paladar más suave que el aceite.
129
Pero su fin es amargo como el ajenjo,
El término dios tiene sentido amplio, pues lo mismo puede designar la divinidad, que punzante como una espada de dos filos.
al rey, que una fuerza secreta interior que mueve a la acción. Perturba su casa el codicioso,
pero el que aborrece las dádivas vivirá».
Literatura sapiencial 587
586 XI. Literatura profético-sapiencial
con favor entre los antepasados,
porque ella es un campo provechoso para su marido 134 .
aunque haciendo lo recto para con el rey,
No debes disputar con ella ante los tribunales 137
hasta el punto de la veneración (la muerte) .
y guárdala de obtener preponderancia...
Sus ojos son un torbellino. # # *
Que su corazón se apacigüe con lo que prosperas;
esto implica que la vas a tener mucho tiempo en tu casa. «Si tú te abajas obedeciendo a un superior,
Satisfaz a tus clientes con lo que has prosperado con el favor de los tu conducta es enteramente buena delante de dios.
dioses. Sabiendo quién debe obedecer y quién debe mandar,
Y respecto al que evita satisfacer a sus clientes, la gente dice: no levantes tu corazón contra éste...
'Tiene un ka de ladrón'. Si eres prudente, forma un hijo que sea agradable a Dios.
Un ka digno es un ka con el que está satisfecho (sin robar). Si ajusta su conducta a tu modo de ser
Nadie sabe lo que va a suceder, y se ocupa de tus asuntos como conviene,
de modo que pueda comprender el mañana. hazle todo el bien que puedas;
Si vienen desgracias entre los ahora favorecidos, es tu hijo, vinculado a ti, que ha engendrado tu persona.
dicen los clientes: '¡Bien venidos!' No separes tu corazón de él...
Nadie puede asegurarse satisfacción frente a los extraños; Pero, si se porta mal y traspasa tu voluntad,
cada uno acude a un cliente cuando está en apuros... si rechaza toda palabra, si su boca se deshace en malas palabras,
Si eres hombre de posición y te sientas en los consejos de su señor, golpéale... 138
utiliza tus recursos para bien. El hombre manso penetra los obstáculos 1 3 9 .
Si te callas, eres mejor que las plantas de Teftef. Es preciso ser moderado y saber poner límites en todo.
Si hablas, tú sabrás cómo explicar (las dificultades). El exceso de trabajo no vale nada;
Hay que ser muy hábil para hablar en los consejos, el exceso de placer no vale nada... 1 4 0 ,
porque el hablar es el trabajo más difícil, Guárdate de descubrir lo que germina en ti;
pues hay que explicar lo que se pone en el palo (a la vista). enseña según la palabra de los sabios 141 .
Si eres un hombre de posición después de no haber tenido relieve,
de modo que puedas hacer cosas después de haber sido indigente 137
Texto en A N E T 412-14. Estas instrucciones constan en diversos p a p i r o s incomple-
antes en la ciudad que tú conoces, tos; pero, sobre todo, en el Papiro Prisse, llamado el «libro más antiguo del mundo»; parece
transcrito durante la dinastía XVIII (s. x m a . C ) , pero su primitivo origen llega a las dinastías
en contraste con lo que fue tu suerte anterior, d e la construcción de las pirámides. Parece q u e contiene dos autores: u n o d e la III dinastía
no seas roñoso con tus riquezas, que se te han acrecido como don de y otro de la V dinastía. Faltan las primeras hojas; asimismo, la p a r t e c o n s e r v a d a comienza
por el fin d e un tratado moral. Luego seguía una obra perdida; las últimas p á g i n a s contienen
dios. los Preceptos de Ptah-hotep. Cf. C H . JEAN, O.C., II 160-64; S A O 277-80. Y Ptah-hotep se p r e -
T ú no estás en condición inferior a la de otros iguales a los que ha senta como «hijo del rey» (pl.5 lín.6-7). Al fin de su vida, a los ciento diez años (edad ideal
sucedido lo mismo 135 ... e n t r e los egipcios) es presentado al faraón Assi; y le ha pedido autorización p a r a Jiacer p a r -
tícipes de los tesoros d e su sabiduría, que ha reunido de sus antepasados; y e s c o g e a su hijo,
El hombre avisado se levanta temprano de mañana para mantenerse p o r oyente; pero es u n truco literario para dirigirse a todos los h o m b r e s , dándoles consejos
firme, sobre las diversas vicisitudes de la vida.
un hijo obediente es un seguidor de Horas. 138
Prov 23,13-14: «No ahorres a tu hijo la corrección,
Le va bien a aquel que escucha. pues, aunque le castigues con la vara, no m o r i r á .
Cuando llega a viejo y alcanza un estado venerable, Hiriéndole con la vara
le librarás del sepulcro».
conversa del mismo modo con los hijos,
renovando la instrucción de su padre. 139 Eclo 1,28: «El violento arrebato no tiene disculpa,
la cólera furiosa lleva la ruina.
Todo hombre está bien instruido cuando obra. El h o m b r e magnánimo (manso) espera su t i e m p o ,
Si conversa con (sus) hijos, ellos hablarán a sus hijos... pero al ñ n triunfa».

Que tú puedas alcanzar (en el otro mundo) con tu cuerpo sano, " o Ecl 1,14: «Miré todo cuanto se hace bajo el sol,
y vi que todo era vanidad y apacentarse de v i e n t o . . . »
y con el rey satisfecho, por todo lo que ha sucedido.
Que tú puedas alcanzar (mis) años de vida. Ecl 2,10-11: «No privé a m i corazón d e gozo alguno
y mi corazón gozaba de toda m i labor...
Lo que he hecho en la tierra n o tiene importancia. Entonces miré... y vi q u e todo era vanidad
He llegado a los ciento diez años 136 de vida que el rey me dio y no hay provecho alguno bajo el sol».
141
Texto en V I R E Y , Études sur le Papyrus Prisse (1887); E. A . W A L L I S B U D G E , Egyptian
134
Prov 12,4: «La mujer virtuosa es la corona del marido; readingBook ( L o n d o n 1896) 244-74; C H . JEAN, o . c , II 161-66.
la desvergonzada es la carcoma d e sus huesos*,
135
Ecl 6,2: «Uno a quien Dios dio riquezas, hacienda y honra,
y a q u i e n nada le falta d e cuanto su deseo p u e d e ambicionar,
pero a q u i e n Dios no le deja gozar de t o d o eso,
sino q u e lo disfrutan los extraños,
es vanidad y mal trabajo».
136
G e n 50,26: «Murió José en Egipto a los ciento diez arlos...»
588 XI. Literatura prof ético-sapiencial
Literatura sapiencial 589

6. INSTRUCCIÓN DEL REY AKHTOI PARA SU HIJO MERI-KARE tuyo con oblaciones, que hacen florecer la mesa de las ofrendas y con una
inscripción grabada; esto es lo que sirve de testimonio para tu fama. Dios
(Son recomendaciones e instrucciones al heredero de la se preocupa del que trabaja por él. Bien dirigidos son los hombres, e l re-
corona. Parece que son de la época del Imperio Medio, aunque baño de dios; El hizo los cielos y la tierra según su deseo y rechazó al
monstruo de las aguas l 4 6 . Hizo aliento de vida para sus narices. L o s que
-el autor las atribuye a Akhtoi, fundador de la IX dinastía, fa- han salido de su cuerpo son sus imágenes l 4 7 . Se levanta en el cielo confor-
raón de Herakleópolis.) me a su deseo. Hizo para ellos las plantas, los animales, las aves y los peces
para alimentarlos 148 . Mató a sus enemigos y les hizo daño incluso a sus
«(Principio de la Instrucción que el rey del Alto y Bajo Egipto hizo a su hijos porque pensaban rebelarse 1 49 . El hace la luz del día según su deseo
hijo Meri-ka-Re...)142 y navegando sale para verlos. Erigió una capilla alrededor de ellos; y cuan-
... (Si) encuentras un hombre... cuyos seguidores son muchos en con- do ellos oran, él escucha. Hizo para ellos dirigentes (aun) en el huevo y
junto... y él es gracioso para sus partidarios... y es excitable (?) y charlatán, un sostenedor para mantener la espalda del impedido. Les dio ritos mágicos
quítalo, mátalo, borra su nombre, (destruye) su partido, borra su memoria, como armas para guardar(los) de lo que pueda suceder, y sueños de noche
la de los que le aman. y de día. Ha matado al traidor de corazón entre ellos, como un hombre
El hombre pendenciero es causa de disturbios para los ciudadanos, hace que pega a su hijo a causa de su hermano 1 5 ° . Porque conoce a cada hombre.
surgir dos partidos entre la juventud.
No hagas nada nocivo respecto a mí, que he dado todas las leyes relati-
Si encuentras que los ciudadanos se adhieren a él..., vas al rey. Abre tu rostro para que puedas ser levantado como un hombre.
denuncíalo en presencia de la corte y quítalo. De este modo me alcanzarás (en la muerte) sin tener un acusador (que te
Es, además, un traidor. Un charlatán es el que revuelve la ciudad. reprocha). No mates a nadie que venga junto a ti cuando tú le hayas mos-
Distrae a la muchedumbre y suprime la cabeza... trado favor: Dios le conoce. El que prospera sobre la tierra es uno de ellos;
T ú debes justificarte en presencia de dios. y los que siguen al rey son dioses. Da tu amor a todo el mundo; un buen
Entonces, la gente dirá, (aun en tu ausencia), que castigas en confor- carácter es un recuerdo... Pues se te ha dicho: "¡Que el tiempo del que
midad con... sufre sea destruido!', por aquellos que están detrás de la casa del rey Khety,
Una buena conducta es un hombre celestial, en contraste con la situación actual.
(pero) el que maldice al tempestuoso de corazón no tiene razón. He aquí que te he comunicado las cosas provechosas de mi interior.
Procura ser hábil en el hablar para que puedas ser fuerte, Que tú puedas obrar sobre lo que está establecido delante de tu rostro.
,s porque la lengua es una espada para (el hombre), Todo ha ocurrido con éxito (hasta el fin), conforme a lo que había sido en-
y el hablar es más valeroso que el combatir... contrado en los escritos del escriba (Kha)-em-Waser para él solo, el ver-
No confíes en los muchos años, daderamente silencioso... experimentado en la obra de Thoth (la escritura);
pues ellos consideran el tiempo de la vida como si fuera una hora 143 . el escriba Kha-em-Waser para su hermano, el amado de su afecto, el silen-
El hombre permanece después de la muerte, cioso de buen carácter, experimentado en la obra de Thoth; el escriba
y sus acciones están colocadas junto a él a montones... Meh, hijo de...» 151
He aquí al desgraciado asiático (Iamu) : mal le va en el lugar en que
está, afligido con agua, con dificultades por los muchos árboles, y los ca-
minos penosos a causa de las montañas. No habita en un lugar concreto,
pero sus piernas están siempre dispuestas para escapar. Está luchando desde 7. INSTRUCCIÓN DE AMEN-EM-HET
los tiempos de Horus, pero no conquista, ni puede ser conquistado. No anun-
cia el día de la batalla, como un ladrón que... para una banda. El asiático (Son consejos del rey Amen-em-het, de la XII dinastía
(beduino) es abominable a Egipto.
[s.xx a.C] dados a su hijo y sucesor en la corona. Se mezclan
¡Pero mientras vivo yo, existo! Pero los arqueros constituyen un muro
cerrado y abierto... Yo hice herir al país del norte y capturé a sus habitan- el pesimismo y el idealismo. Es la historia de la vida del fa-
tes; les tomé los rebaños para disgusto de los asiáticos contra Egipto. No raón, con reflexiones morales para que su hijo siga su camino.
te inquietes por ellos; es sólo u n asiático, despreciado en su propia casa.
Puede robar a una persona, pero no ataca a una ciudad de muchos habitantes... 146
Sal 89,10: «Tú dominas la soberbia del mar... T ú hollaste a Rahab como a u n traspa-
Construye un dique contra ello e inunda la mitad de ello hasta los La- sado»; Sal 74,14: «Tú aplastaste la cabeza d e Leviatán y le diste e n pasto a las ñeras del campo».
147
gos Amargos. Es el cordón umbilical de los extranjeros... 144 148
G e n 1,26: «Y creó Dios al h o m b r e a imagen suya».
Sal 104,14: «Haces nacer la hierba para las bestias,
Más aceptable es el carácter recto de corazón que el buey del malhe- y las plantas para el servicio del hombre».
chor 145 . Trabaja por Dios, para que él pueda actuar igualmente en favor 149
A l u d e al mito d e la «liberación de la h u m a n i d a d de la destrucción»; cf. A N E T 10-11.
150
142 2 Sam 7,14: «Yo le seré a él como p a d r e . . . Si obrare mal, le castigaré con varas d e
A. Sharff supone q u e el autor d e estas instrucciones fue Wa-ka-Re, contemporáneo hombres...»
d e Tef-ib de Siut y d e Wan-ankh-Intef d e Tebas. Eran tiempos d e anarquía y d e rebeliones 151
constantes: A N E T 415 n . i . El texto está en el verso del papiro de Leningrado, n . i . n ó A ; copiado durantela d i -
143 nastía XVIII, en la última mitad del s.xv a.C. Publicado primero por W . GOLÉNISCHEFF,
Cf. Sal 90,4: «Porque mil años s o n a tus ojos como el día de ayer, q u e pasó; como vigilia
Les papyrus hiératiques n . l . r 16,1.116A y I , I I 6 B d e L'Ermitage Imperial á St. Peteéourg
d e noche».
144 (St. Petersbourg 1913); pl.9-14; trad. por A . H . GARDINER, en J E A I (1914) 20-36; ÍRMAN,
El delta es el centro d e atracción d e los asiáticos. e n L A E 75-84; A. SCHARFF, Der Abschnitt der Lehre fia Konig Merikare ( S B A W [1536].
145
Samuel dijo: « ¿No quiere más Y a h v é la obediencia a sus mandatos que los holocaustos Heft 8); A. GARDINER, Journal of egyptian Archeology I (1914) 22-36; C H . JEAN, O . C , II165-
y las víctimas? Mejor es la obediencia q u e las víctimas»). 66; A N E T 414-18.
Literatura sapiencial 591
590 XI. Literatura profético-sapiencial 155
en su ciudad. No fijes la vista cuando pasa de largo . No tengas relacio-
Este debe de ser u n rey absoluto, sin dejarse influir por ningún nes carnales con ella; un agua profunda cuyas aguas no se conocen es una
mujer que está lejos de su marido. 'Yo soy suave', te dice todos los días.
cortesano.) Ella no tiene testigos cuando te pone el cepo. Es un gran crimen, (digno)
de muerte, el oírla... 1 5 6
«Principio de la instrucción que la majestad del rey del Alto y Bajo ... No hables demasiado. Estáte callado, y serás dichoso. No seas charla-
Egipto, Sehetep-ib-Re; el hijo de Re, Amen-em-het el triunfador, cuando tán. En la morada de dios es una abominación el clamor. Ora con corazón
habló en un mensaje de verdad a su hijo, el señor supremo. Y dijo: «Tú amoroso, pues todas las palabras de éste están ocultas; y él hará lo que tú
que has aparecido como un dios, presta oídos a lo que voy a decirte, para necesitas; oirá lo que dices y aceptará tu ofrenda...
que puedas ser rey del país y dirigente de las regiones, para que puedas
No manifiestes (todo) tu corazón a un extraño para permitirle descu-
conseguir muchos bienes:
brir tu habla contra ti. Porque la observación que sale de tu boca es preci-
'Procura mantenerte separado de tus subditos para que no suceda que pitada y es repetida; te harás enemigos. Porque un hombre puede caer en
se aterroricen aquellos a quienes no se prestó atención. la ruina a causa de la lengua... 1 5 7 . El vientre del hombre es más extenso
N o les dejes acercarte sin mantener tu soledad... He tenido que desti- que un almacén y está lleno de toda clase de respuestas. T ú debes elegir
tuir, y levanté al huérfano; e hice que el que no tenía nada consiguiera (su las buenas y decirlas, mientras que las malas deben estar ocultas en tu
meta), como al que tenía algo. Pero sucedió que quien comió conmigo vientre 1 5 8 .
levantó tropas contra mí, y a quien le di la mano, dio lugar a terror...» 152 Cuando seas joven y tomes esposa, asentándote en tu casa, pon tus ojos
como tu madre, (considerando) cómo tu madre te engendró y te sacó ade-
lante tan bien. Que ella no tenga que reprocharte, ni tenga que levantar las
8. INSTRUCCIÓN DEL P R Í N C I P E HOR-DEFEF
manos a dios, ni pueda oír sus gritos.
(Este príncipe es hijo de Keops [Khufu,] del siglo xxv a . C ; es famoso No debes comer pan cuando otro está esperando, y no extiendas tu mano
por su sabiduría. El texto actual es de la época de la XIX dinastía [1220- al alimento... Un hombre no es nada... Uno es rico, otro pobre, mientras
que el pan continúa... Y el hombre que el año pasado era rico, este año es
1150 a.C.]; pero el estilo es arcaico.)
un vagabundo. No seas voraz para llenar tu vientre... El curso del agua del
«Principio de las instrucciones que el príncipe heredero y conde, el hijo año pasado se fue, y está en un lugar diferente este año. Mares grandes se
del rey Hor-Defef, hizo a su hijo: han convertido en lugares secos, y orillas arenosas se han convertido en
... No seas jactancioso ante mis propios hojos y guárdate de ser jactan- abismos...
cioso ante nosotros.
... No debes vigilar demasiado a tu esposa en su casa cuando sepas que
Si eres un hombre de posición y fundaste (un hogar), toma a una mujer es eficiente. No le digas: ' ¿Dónde está ello? ¡Alcánzalo para nosotros!' Cuan-
como hombre sentimental (lit. «como dueño del corazón»), y te nacerá un do ella lo ha puesto en el lugar más útil. Que tus ojos miren mientras estás
niño varón. callado, para que puedas reconocer sus habilidades. ¡Qué cosa más hermosa
Debieras edificar tu casa para tu hijo en el lugar en que estás. es cuando tu mano está con ella! Hay muchos que no conocen lo que un
Embellece tu (casa) de la necrópolis y enriquece el lugar del oeste. hombre pudiera hacer para detener una disensión en su casa... T o d o hom-
Una baja recepción es para aquel que está muerto, pero una alta recepción bre que está asentado en una casa debiera mantener el corazón pronto y
es para el que está vivo; y tu casa de muerte está destinada para la vida 1 5 3 . firme... No vayas tras de una mujer (extraña); no la dejes robar tu cora-
Procura que... para los campos que pudieran ser inundados...» 1 5 4 zón» 1 5 9 .

9. INSTRUCCIÓN DE A N I 155 P r o v 2,5.3: «Miel destilan los labios d e la mujer extraña,


y es su paladar más suave q u e el aceite;
pero su fin es amargo como el ajenjo,
(Instrucciones de un padre a su hijo.) p u n z a n t e como una espada de dos filos».
«... Toma esposa mientras seas joven, para que pueda darte un hijo.
156 P r o v 5,5: «Sus pies descienden a la m u e r t e ,
Críalo por ti mismo mientras seas joven. Enséñalo a ser hombre. Un hom- llevan sus pasos al sepulcro.
bre que tiene muchos hijos es feliz; es saludado (con respeto) en relación N o va por el camino de la v i d a . . .
con sus hijos. Aleja tu camino d e ella...
Para no dar tu honor a los extraños...
Celebra la fiesta de tu dios y repítela en su estación. Dios está enojado y al fin tengas q u e llorar
contra los que le son desatentos. Toma testigos cuando hagas una ofrenda cuando ves consumidos tu carne y t u cuerpo».
en el primer tiempo de hacerla. Si alguno viene a exigir, ponlos sobre un 157 Prov 10,19: «En el m u c h o hablar no falta el pecado;
papiro a los que bajan contigo en este tiempo... el que refrena sus labios es sabio».
Canto, danzas e incienso son su alimento; y recibir postraciones es lo 158 Prov 10,20: «Plata acrisolada es la boca del justo,
justo. Dios engrandecerá el nombre del que lo hace. mas el corazón del impío nada vale».
... Ponte en guardia frente a una mujer forastera, que no es conocida !59 E l principal manuscrito es u n papiro d e la X X I - X X I I dinastía ( S . X I - V I I I a.C); está
en el M u s e o de El C a i r o : Boulaq n.4. Publicado por F . CHABAS, Les máximes du esaibe Ani
(Chálons-sur-Saone 1876-78); A N E T ( W I L S O N ) 420-21; C H . JEAN, O . C , II 355-59..
152 C H . J E A N , o.c., II 166-69; A N E T 418-19.
153
154
La supervivencia dependía de que se hubieran hecho los ritos convenientes funerarios.
Es el ostrakon Munich 3.400, publicado por E. BRUNNER-TRAUT en ZA e S LXXVI
(1940) 3-9 pl.i; y Oriental Institute Ostracon 17.003 (sin publicar); ANET (WILSON)4 19-20.
592 XI. Literatura profético-sapiencial
\ Literatura sapiencial 593

VI
10. LA INSTRUCCIÓN DE AMEN-EM-OPET
«No desplaces el mojón en los lindes del campo de labor;
(Fragmento existente en el papiro 10.474, del British Museum, y parcial- no alteres la posición de la cuerda de medir,
mente e n una tableta del Museo de Turín. Escrito entre los siglos x-vi a.C. no seas codicioso por un codo de tierra
Sus sentencias tienen gran parecido con las del libro bíblico de los Prover- ni traspases las lindes de la viuda l 6 4 # .
bios, especialmente con las secciones de Prov 22,17-24,22. Parece proceder Guárdate de usurpar las lindes de los campos,
de Tebas.) no sea que te arrebate el terror.
Se da satisfacción a dios con la voluntad del Señon
I que determina las lindes de la tierra de labor... 165
«Apresta tus oídos y escucha lo que se dice, Ara en los campos para que puedas subvenir a tus necesidades,
y prepara tu corazón para entenderlo. para que puedas recibir pan de tu propia era.
Merece la pena que lo pongas en tu corazón... 160 Más vale una medida que te otorgue dios,
que cinco mil (tomadas) ilegalmente,
pues no duran un día en el granero;
II
no sirven ni para una jarra de cerveza;
«Guárdate de robar al oprimido, su duración en el almacén no llega a un momento;
y de sojuzgar al imposibilitado 161. al romper el día han desaparecido (de la vista).
No extiendas tu mano contra un anciano que se aproxima. Más vale pobreza en la mano de dios
No robes el habla del anciano... que riquezas en un almacén;
Llena el vientre del maligno de tu pan 162 , más vale pobreza con corazón alegre
para que se harte y se sienta avergonzado...» que riquezas con pena» 1 6 6 .

IV
VII
«Respecto al hombre fogoso en un templo,
es como un árbol que crece en un descampado 163. «No lances tu corazón en pos de las riquezas,
167
En un momento pierde su follaje pues no se puede hacer caso omiso del hado y de la fortuna .
y encuentra su fin en los astilleros; No pongas tu corazón en exterioridades,
y es llevado flotando lejos de su lugar. pues a todo hombre corresponde su hora.
Y la llama es su mortaja de entierro. No te esfuerces en conseguir una cosa excesiva
Pero el que es verdaderamente silencioso se mantiene aparte. cuando tus necesidades están a salvo para ti.
Es como un árbol que crece en un jardín, Si la riqueza te llega a ti por robo,
florece y duplica su producto ÍM. no pasará la noche contigo,
Se yergue delante de su amo; pues, al despuntar el día, ya no estará en tu casa;
su fruto es dulce; su sombra, agradable, se podrá ver su lugar, pero ya no están» 1 6 8 .
y encuentra su fin en el jardín...» No te alegres por las riquezas (ganadas) con hurto.
Ni te lamentes por la pobreza...
160 p r o v 22,17-18: «Inclina tu oído y escucha la palabra del sabio,
y aplica t u corazón a entenderla, 164* Prov 2,28: «No traslades los linderos antiguos q u e pusieron tus p a d r e s .
pues te será agradable conservarlas en su interior P r o v 23,10: «No traslades los antiguos linderos
y tenerlas aseguradas en tus labios».
161 ni te metas en la heredad d e los huérfanos».
Prov 22,22: «No robes al p o b r e porque es pobre;
ni quebrantes en las puertas al desvalido». • I 6 5 Prov 23,11: «Porque su Defensor es fuerte,
162 y sentenciará por ellos contra ti».
Prov 25,21-22: «Si tu enemigo tiene h a m b r e , dale de comer;
166 Prov 15,16-17: «Mejor es poco en el temor d e D i o s ,
si tiene sed, dale d e beber, que muchos tesoros con la turbación.
pues así llenas d e ascuas su cabeza». Mejor legumbre donde hay amor,
Prov 25,29: «No digas: C o m o m e ha tratado a mí, le trataré a él, que comer buey cebado donde hay odio».
y le devolveré a cada u n o según sus obras». 167 E n egipcio son respectivamente el dios Shay y la diosa Renenut, q u e personificaban
163
Jer 17,6-8: «(El h o m b r e q u e n o confía e n Dios) será como d e s n u d o a r b u s t o e n la e s - estos dos conceptos q u e intervenían e n el gobierno d e la vida: A N E T 422, n . 16.
tepa, que vive en las arideces del desierto»; Sal 1,4: «(los impíos) son como paja que arrebata 168 Prov 23,4-5: «No te e m p e ñ e s en hacerte rico,
el viento».
164
pon coto a tu ambición.
Jer 17,6-8: «El q u e confía e n Yahvé Pon en ello tus ojos y desaparece luego,
será como árbol p l a n t a d o a la vera de las aguas, porque luego se hace alas,
que echa sus raíces hacia la corriente; y, como águila, remonta el vuelo hacia el cielo».
y no teme la venida del calor;
conserva su follaje verde;
en años de sequía no se inquieta,
y no deja d e dar fruto» (Sal 1,3).
594 XI. Literatura prof ético-sapiencial
Literatura sapiencial 595

IX
«No te juntes con el hombre impetuoso, XIII
ni le visites para conversar 1 6 9 .
Libra a tu lengua de replicar a tu superior «No avergüences a u n hombre que tiene su pluma sobre el pupitre;
y guárdate de ultrajarle. es algo abominable para dios.
No le fuerces a que te lance palabras que te sirvan de lazo, N o des testimonio con falsas palabras 1 75 .
ni seas demasiado libre en tu réplica. No sostengas a otra palabra (de esta índole) con tu lengua.
T ú debes discutir una respuesta sólo con un hombre de tu condición No tomes cuenta de aquel que nada tiene.
y evita precipitarte de cabeza en ella. No falsifiques tu pluma.
El habla es más veloz cuando el corazón está herido Si encuentras una deuda grande contra un pobre 176 ,
que el viento (de las aguas primordiales). divídela en tres partes,
No saltes para agarrar a tal individuo, Perdona dos y retén una.
no sea que te arrebate el terror» 17t) . Pues la encontrarás como un camino que conduce a la vida:
te acostarás y dormirás (a gusto); y por la mañana
la volverás a encontrar como una buena noticia.
X Más vale la alabanza cuando se ama a los hombres
«No saludes a tu (adversario) impetuoso de modo violento, que riquezas en un almacén.
ni hieras tu corazón por ello. Más vale pan cuando el corazón es dichoso 177
No le digas con fingimiento: ' ¡Te saludo!' que riquezas con tristezas...»
cuando sientes terror en tu vientre.
No charles fingidamente con un hombre 171 . XVI
Es algo abominable a dios.
No separes tu corazón de tu lengua, «No inclines las balanzas ni falsees los pesos,
para que todos tus asuntos prosperen. ni deteriores las fracciones de las medidas 178 ;
Sé sincero delante de la gente corriente, no peses para (un hombre plebeyo) la medida del país
porque uno está seguro cuando está en la mano de dios. ni descuides las del tesoro.
Y dios odia al que falsea las palabras 1 72 . El mono 1 7 9 se sienta junto a la balanza,
y abomina sobremanera al pendenciero (desde) el vientre». y su corazón es el fiel.
¿Qué dios hay tan grande como Thoth ?
XI ¿El cual inventó estas cosas para hacerlas?
«No codicies la hacienda del pobre No te construyas pesos que son deficientes 1 8 0 .
ni sientas hambre de su pan. Traerán muchas desgracias por la voluntad de dios».
Porque la hacienda del pobre es corno un nudo en la garganta,
que hace vomitar al gaznate. XVIII
Si la ha conseguido con juramentos falsos,
su corazón es pervertido a causa de su vientre... 173 «No pases la noche con temores sobre la mañana.
Es como si tragaras un bocado de pan demasiado grande y lo vomi- ¿Cómo es el día siguiente al amanecer?
taras. El hombre no sabe cómo va a ser el día siguiente 1 8 1 .
Y te has vaciado de tu bien...» 174 El éxito depende de dios,
mientras que el hombre fracasa.
169
Prov 22,24: «No te acompañes del iracundo
n i te vayas con el colérico*. 175
Prov 12,17: «El q u e habla verdad declara lo justo,
170 Prov 22,25: «Para q u e no a p r e n d a s s u s maneras pero el testigo falso lo disfraza».
y n o pongas lazos a tu vida». 1?
171
6 Pro"v 22,22: «No robes al pobre porque es pobre,
Prov 12,22: «Los labios mentirosos los aborrece Yahvé; no quebrantes en las puertas al desvalido».
se agrada de los q u e p r o c e d e n sinceramente». 177
172
Prov 10,10: «El de labios m e n d a c e s e n c u b r e el odio, Prov 16,8: «Mejor es poco con justicia
el q u e esparce la difamación es u n necio*. que muchas rentas en injusticia».
173 178
Prov 23,6-7: «No comas con el envidioso... Pro-v 20,23: ¡Peso falso es abominable a Yahvé,
pero su corazón no está contigo». y falsa balanza no está bien».
174
Prov 23,8: «Y habrás perdido t u s b l a n d a s palabras», 179
E l m o n o e r a el animal consagrado a Thoth, dios de las m e d i d a s justas.
180 Prov 16,11: «Peso justo y balanza justa son de Y a h v é ,
y obra suya son las pesas de la bolsa».
181
Prov 27,1: «No te jactes del día de mañana,
pues no sabes lo que dará de sí».
Literatura sapiencial 597
596 XI. Literatura profético-sapiencial
Una cosa es lo que los hombres dicen, XXV
y otra lo que dios hace 1 8 2 .
No digas: "No he querido hacer mal' I 8 3 , «No te rías de un ciego ni molestes a un enano 1 8 8 .
ni te esfuerces en busca de pendencias, No causes daño a los negocios del cojo.
porque el obrar mal pertenece a dios No molestes al que está en las manos de dios (demente).
y está sellado con su dedo... Ni te muestres fiero contra él si desvaría.
Porque el hombre es arcilla y paja 1 8 9 .
Y Dios es el que lo modeló 1 9 0 .
XX Echa abajo y construye cada día,
y hace un millar de pobres cuando quiere,
No avergüences al hombre en el tribunal, cuando está en su hora de vida.
ni trates de desviar al hombre recto... ¡Qué dichoso es el que llega al oeste
No aceptes soborno del poderoso, y se encuentra seguro en manos de dios...»
ni oprimas al imposibilitado,
porque la justicia (atrae) la gran recompensa de dios...
XXVIII

XXI «No descuides al extranjero (con) tu jarra de aceite,


para que sea doblada en presencia de tus hermanos.
«No digas: 'Encontré a un superior fuerte, Porque dios desea el respeto hacia el pobre,
pues un hombre en tu ciudad me hizo daño... 1 8 4 más que honrar al que está encumbrado...» 1 9 1
No vacíes tu interior a cualquiera,
perjudicando así tu reputación. XXX
No esparzas tus palabras a la gente vulgar 1 8 5 .
No te asocies a uno que es extrovertido de corazón. «En cuanto al escriba experto en su oficio 1 9 2 ,
Porque mejor es un hombre cuyo hablar (permanece) en su inte se encuentra digno (de ser) un cortesano.
rior 1 8 6 Ha llegado su fin con la escritura de Senu, hijo del Padre del dios
que el que se expresa con injurias...» Pa-miu 1 9 3 .

XXIII 11. INVITACIÓN A GOZAR DE LA VIDA

«No comas pan delante de un noble,


ni llenes tu boca al principio. (En una inscripción funeraria de Filae, una mujer difunta habla a su
Si te sientes satisfecho masticando en falso, marido, invitándole a gozar de la vida, sin preocupaciones sobre el más
resulta un pasatiempo para tu saliva. allá.)
Mira a la copa que tienes delante 1 8 7 «¡Oh hermano mío, amigo y mi marido!
y que satisfaga a lo que necesites. No ceses de beber, de celebrar fiestas;
Así como un hombre es grande en su cargo,
él es como un pozo abundante al extraer (agua)». m Prov 17,5 : «El q u e insulta al p o b r e , insulta a su H a c e d o r ,
y el q u e se goza del mal ajeno no q u e d a r á impune».
182 p r o v igt2i: «Muchos proyectos hay en la mente del h o m b r e , 189
G e n 2,7: «Modeló Yahvé Elohim al h o m b r e d e la arcilla...»
pero es el consejo de Yahvé el q u e permanece».
190
183 p r o v 20,9: Sal 103,14: «Pues El conoce de q u é hemos sido h e c h o s ,
«¿Quién p u e d e decir: ' H e limpiado mi corazón,
estoy limpio de pecado' ?» se acuerda q u e no somos más q u e arcilla».
191 p r 0 v 22,22-23: «No robes al pobre p o r q u e es pobre,
184 Prov 20,22: «No digas: 'Devolveré mal por m a l ' ; ni quebrantes en la puerta al desvalido,
confía en Yahvé, que él te salvará». p o r q u e Yahvé defenderá su causa
y despojará a los q u e le despojan».
185 prov 20, i g : «El chismoso no guarda los secretos;
no te entrometas con el suelto de lengua». 192 p r o v 22,29: « ¿Has visto a un solícito en su oficio?
Pues ante los reyes estará,
P r o v 23,19: «No hables a oídos del necio, no quedará entre la gente vulgar».
que despreciará t u s sensatas razones».
193
Publicado por E. A. W . BUDGE, Facsímiles of Egyptian Hieratic Papyri in the Bntish
186 p r o v 12,23: «El cauto encubre el saber, Museum. Second Series ( L o n d o n 1923) pl.1-14; E. A. W . BUDGE, The Teaching of Amen-em-
mas el corazón del necio pregona necedad». apt, Son of Kanakht ( L o n d o n 1924); A . ERMAN, Eine ágytische Quelle der fSprüche Saloiws»:
187 p r o v 23,1-3: «Cuando te sientes a la mesa de u n señor, S P A W (1924) 86-93; H . GRESSMANN, en Z A W X L I I (1924) 273-96; H . O . L A N G E . D O S
m i r a bien a q u i é n tienes delante. Weisheitbuch des Amenenopo (Copenhagen 1925); F . L L . G R I F F I T H , en J E A XII (1526)
Y p o n u n cuchillo a tu garganta, 191-231; D . C. SÍMPSON, The Hebrew Book of Proverbs and the Teaching of Amenophis : JEA
si sientes m u c h o apetito. XII (1926) 232-39; R. Ó . K E V I N , The Wisdom of Amen-em-apt and its Possible Depentimce
N o codicies sus manjares delicados, upon the Hebrew Book of Proverbs (Philadelphia 1931); A N E T ( W I L S O N ) 421-25; S A O 281-88;
CH. JEAN, O . C , II 168-71.
p o r q u e es pan engañoso».
598 XI. Literatura profétíco-sapiencial Literatura sapiencial 599
sigue siempre tu deseo y no dejes jamás entrar la pena en tu corazón inocente y su corazón se agrada de mí, yo seré afortunado. Luego yo al-
mientras dures en la tierra l 9 4 , canzaré el Oeste como el que está en su pirámide, en cuyo funeral ha estado
porque el Amenti («tierra oculta») es el país del sueño pesado un superviviente»...
y de las tinieblas; una morada de duelo para los que allí perma-
195-
necen El pobre ara su parcela de terreno y carga su cosecha en la
duermen en sus fuerzas incorporales;
no se despiertan para ver a sus hermanos; bodega de un barco. Hace el viaje remolcando (el bote), por-
no reconocen ni al padre ni a la madre; que se acerca su día de fiesta. Cuando ve de antemano una tarde
su corazón no se conmueve hacia su mujer ni hacia sus hijos. de alto nivel de agua, está vigilante en el barco cuando Ra se
Uno se sacia del agua de la vida; retira, y así sale seguro con su esposa. Pero sus hijos están per-
yo sola tengo sed. El agua viene al que mora en la tierra;
en el lugar donde yo estoy el agua me da sed. didos en el lago traidor, con cocodrilos en la noche. Al fin se
Yo no sé dónde estoy desde que he entrado en este país; sienta, y, cuando toma parte en la charla, dice: 'Yo no lloro
yo lloro por el agua que ha brotado de lo alto; por esta muchacha, (aunque) no viene del Oeste para más tiem-
yo lloro en busca de la brisa, al borde de la corriente, po en la tierra. Pero me interesan sus hijos (no nacidos), rotos
para que ella me refresque mi corazón apenado.
Porque aquí mora el dios cuyo nombre es Toda Muerte l 9 6 . en el huevo, que vieron el rostro del dios-cocodrilo antes de
Llama a todo el mundo a sí, que hubieran vivido'.
y todo el mundo viene a someterse a él, El pobre está esperando la comida después del mediodía,
temblando delante de su cólera.
Poco le importan los dioses y los hombres;
pero su mujer le dice: ' ¡Espera por la cena!' Y él sale gruñendo
grandes y pequeños son iguales delante de él. durante un rato. Si vuelve a la casa, está hecho otro hombre; y
Cada uno tiembla al orar, porque no escucha. la mujer tiene experiencia de ello para que él no escuche sus
Nadie viene a alabarle, porque no es benévolo para el que le adora; gruñidos sin responder a las comunicaciones...
no mira a ninguna ofrenda que se le presente» 1 9 7 .
«¿A quién puedo hablar hoy ? Los colegas son malos;
los amigos de hoy no aman i¡>9.
12. D I Á L O G O D E L M I S Á N T R O P O C O N SU A L M A
¿A quién puedo hablar hoy? Los corazones son rapaces,
pues cada uno se apodera de los bienes del compañero.
(Un hombre aburrido dialoga con su alma hastiada; como la vida le es Los hombres honrados han desaparecido,
insoportable, quiere suicidarse. El alma vacila, porque teme no recibir el mientras que el violento tiene acceso a cualquiera...
servicio mortuorio. Después propone abandonarse a los placeres; y final-
mente, acepta permanecer en vida l 9 8 .)
«Abrí mi boca hacia mi alma para poder responder a lo que había dicho:
Los hombres son saqueadores; cada uno toma de los bie-
'Esto es demasiado para mí hoy, para que mi alma hable más conmigo. Es nes de su colega:
demasiado grande para ser exagerado. Es como si me abandonara'...
Lo que mi alma me ha dicho es: ' ¿No eres un hombre? ¿Lo eres... mien- El hombre desleal es un íntimo;
tras vives? ¿Cuál es su meta? ¡Tú estás en relación con (el sepulcro) como y un hermano con el que se ha trabajado, se convirtió en enemigo 2 0 0 ...
el que tiene riquezas!'... Pero más allá hay un lugar para establecerse, el Los compañeros de uno son malos,
guía del corazón; el Oeste es su hogar... Si mi alma me escucha que soy y uno tiene que recurrir a los extranjeros en busca de rectitud de
corazón...
194
Ecl 9,3: «Este mal hay en t o d o cuanto existe bajo el sol: q u e sea una m i s m a la suerte 199
de todos y q u e el corazón d e los hijos d e l h o m b r e esté lleno de mal y d e enloquecimiento Job 19,13-19: «Alejáronse de mí mis hermanos,
durante su vida, y luego con los muertos. Mientras uno está ligado a todos los vivientes, hay y mis conocidos se me han hecho extraños.
esperanza; q u e mejor es perro vivo que león m u e r t o , pues los vivos saben q u e h a n de morir, Desaparecieron mis allegados,
mas el m u e r t o nada sabe, y ya no espera recompensa, habiéndose perdido ya su memoria. me h a n olvidado mis familiares.
Ve, come alegremente tu p a n y bebe tu vino con corazón contento, pues q u e se agrada Dios Los huéspedes de mi casa y m i s criadas
en tus obras. Vístete en todo t i e m p o de blancas vestiduras y no falte el u n g ü e n t o sobre t u me consideran como extraño».
cabeza. G o z a d e la vida con tu a m a d a compañera todos los días de la fugaz vida q u e D i o s te «Soy a sus ojos un forastero.
da bajo el sol, p o r q u e ésta es t u p a r t e en esta vida entre los trabajos q u e padeces debajo del Llamo a mi siervo y no me responde;
sol. T o d o lo q u e puedas hacer, h a z l o en t u pleno vigor, porque n o hay e n el sheóí, a d o n d e y tengo que suplicarle con m i boca.
vas, ni obra, n i razón, ni ciencia, ni sabiduría». Hizose m i aliento repugnante a m i mujer,
195
Job l o , 2 0 s : « ¿No son cortos los días de la vida ? y soy fétido a los hijos de mis entrañas.
Déjame ver u n p o c o de alegría Hasta los niños me desdeñan,
antes q u e m e vaya, para n o volver, y m u r m u r a n contra mí cuando i n t e n t o levantarme.
a la región d e las tinieblas y de las sombras de muerte» (17,13). Me han aborrecido todos mis confidentes;
196 p r o v 27,20: «El sheól y el abaddón no se llenan nunca». los más caros amigos se vuelven contra mí».
197
P u b l i c a d o por G. MASPERO, Biblioth. égyptol. II 468-60; C H . JEAN, II 415-16. 200
198 Sal 41,10: «Aun el que tenía paz conmigo,
Este relato parece ser de fines del tercer milenio a . C , en los tiempos anárquicos q u e
aquel en quien me confiaba y c o m í a m i pan,
tuvieron lugar entre el Imperio Antiguo y el M e d i o . Era una época sin ilusiones colectivas.
alzó contra m í su calcañal».
Literatura sapiencial 601
600 XI. Literatura profético-sapiencial
Yo vengo de poner mi trampa con mi mano;
Los corazones son rapaces; en mis manos están mis cebos y mis cepos.
nadie tiene u n corazón sobre el que pueda confiarse. Todos los pájaros de Punt (Somalia) se posan en Egipto
No hay rectos. El país está abandonado a los que hacen mal. ungidos con mirra.
Faltan amigos íntimos; El primero viene y toma mi gusano;
uno tiene que recurrir a un desconocido para quejarse. su fragancia proviene de Punt 2 0 2
No hay nadie que esté contento con su corazón; y sus garras están llenas de resina.
aquel a quien uno estimó, ya no existe. Mi deseo por ti es que los soltemos juntos
Yo me siento cargado con la desgracia por falta de un amigo íntimo. cuando yo estoy a solas contigo
El pecado que pisa la tierra no tiene fin... para que pueda oír el grito
La muerte está a mi vista hoy como el olor de la mirra, del que está ungido con mirra.
como el que se sienta bajo un toldo en un día de brisa. ¡Qué maravilloso sería
La muerte está a mi vista como el olor de las flores de loto, si tú estuvieras conmigo
como el que se sienta a la orilla de la embriaguez. cuando yo coloco la trampa!
La muerte está hoy a mi vista como el alejamiento de la lluvia, Lo mejor es ir a la campiña
como el retorno de los hombres a sus casas de una expedición. hacia al que es amado!» 2 0 3
La muerte está a mi vista hoy como el clarear del cielo,
como un hombre que caza aves por lugares desconocidos.
B
La muerte está hoy a mi vista como el anhelo de un hombre por ver
su casa «La voz de la golondrina, que habla y dice:
después que ha pasado muchos años sujeto en cautividad... 'El país se ha iluminado. ¿Cuál es tu sendero?' 2 0 4
T ú no debes, ¡oh pájaro!, molestarme.
Lo que mi alma me dijo es; ' ¡Ponte en luto al lado, tú que me pertene- Porque he hallado a mi hermano en su lecho 2 0 5 ,
ces, hermano mío! Aunque tú seas aborrecido sobre el brasero, tú te adhe- y mi corazón está aún más alegre
rirás a la vida como dices. Aunque sea deseable que yo permanezca aquí, cuando me dice:
(porque) has rechazado el Oeste, o aunque sea deseable que alcances el 'No me iré lejos.
Oeste y tu cuerpo se junte a la tierra, yo vendré a descansar después que Mi mano está en tu mano.
tú hayas quedado tranquilo (en la muerte)'. Así tendremos un hogar juntos. Y saldré vagando alrededor.
Se ha terminado, pues; el principio llega a su fin, como se encuentra Y estaré contigo en todo lugar agradable'.
en el escrito» 2 0 1 . Me ha convertido en la primera de las doncellas
y no lastima mi corazón» 2 0 6 .
202
13. Q U E J A S DE UN ALDEANO Cant 4,6: «Antes de q u e refresque el día...
iréme al monte de mirra,
al collado del incienso...
(Un pobre labrador insiste sobre sus derechos frente a gentes desapren- Y el aroma de tus perfumes es mejor que el de t o d o s los balsames».
sivas que le atacan. La historieta parece ser del siglo xxi a . C , en tiempos 203
Cant 1,7: «Dime tú, amado de mi alma:
del rey Neb-kau-Re Rhety III, de Herakleópolis; cf. A N E T 407-10.) ¿dónde pastoreas, dónde sesteas al mediodía,
no venga a extraviarme
tras los rebaños de tus compañeros ?»>
14. C A N T O S AMOROSOS EGIPCIOS T e x t o ERMAN, en L A E 246-47; A N E T 467-68.
204
Cant 2,10: «Levántate ya, amada mía, hermosa mía, y ven,
(En el Imperio Reciente [1300-1100 a . C ] aparecen diversos cantos que ya ha pasado el invierno
amatorios, que se recitaban acompañados de instrumentos músicos, exal- y han cesado las lluvias.
tando la belleza de la naturaleza y de los amantes con frases efusivas de Ya se muestran en la tierra los brotes floridos,
ya ha llegado el tiempo de la poda
«hermano mío» y «hermana mía», como en el Cantar de los Cantares de la y se deja oír en nuestra tierra el arrullo d e la t ó r t o l a .
Biblia.) Ya ha echado la higuera sus brotes,
ya las viñas en flor esparcen su aroma.
Levántate, amada mía, hermana mía, y ven».
205
Cant 3,1: «En mi lecho, por la noche,
«Este es el principio de los hermosos cantos de entretenimiento de tu busqué al amado de mi alma;
hermana, la amada de tu corazón, cuando viene de la pradera»; busquéle y no le hallé...
Le así para no soltarlo
«Hermano mío y mi amado: mi corazón va en busca de tu amor, hasta introducirlo en la casa de m i madre,
de todo lo que tú has llegado a ser. en la alcoba d e la q u e m e engendró».
Yo te digo. '¡Mira lo que estoy haciendo!' 2
°6 Texto en ERMAN, en L A E 247-48; A N E T 468; del Papiro Harris 5 0 0 , recto v . 6 .
201
Este fragmento está en el papiro 3024 d e Berlín, publicado por A . ERMAN, Gesprach
eines Lebensmüden mit seiner Seele ( A P A W , 1896,2); K. SETHE, Aegyptische Lesestücke (Leip-
zig 1928) 43-46; ERMAN, en L E A 89-92; A N E T ( W I L S O N ) 405-407.
602 XI. Literatura projético-sapiencial
Literatura sapiencial 603

C mi corazón n o estará contento con sus remedios;


207 los sacerdotes lectores (de recetas mágicas) no dan solución.
«El amor de mi hermano está al otro lado (del río) . Mi enfermedad no puede ser catalogada.
Una corriente hay entre nosotros. Decirme: ' ¡Aquí está ella!', es lo que me haría revivir;
Y un cocodrilo acecha en la superficie (del bajío). su nombre es lo que haría levantarme;
Pero cuando yo bajo al agua, la ida y venida de sus mensajeros
yo atravieso vadeando la corriente. es lo que revivirá mi corazón.
Mi corazón es más grande que la corriente; Más beneficiosa es para mí la hermana que cualquier remedio;
y las olas son como tierra bajo mis pies. ella es para m í más que los escritos coleccionados.
Es el amor de ella la que me hace firme, Mi salud consiste en que venga de afuera.
pues me produce un hechizo de agua. Cuando yo la vea, entonces estaré bien.
Cuando veo a mi hermana que viene, Si ella abre sus ojos, mi cuerpo se rejuvenece;
mi corazón danza si ella habla, volveré a vigorizarme;
y mis brazos se abren para abrazarla... cuando la abrace, ella quitará el mal de mí;
Cuando la señora viene hacia mí...» 2 0 8 ¡pero hace siete días que se ha ido de junto a mí!» 2 1 1
D
«Mi corazón quería ver a Nefrus ("su belleza') «¡Ojalá vinieras (rápidamente a tu hermana),
para situarme en su casa. como un caballo del rey
Pero me encontré con Mehy ('lino') andando por la calle escogido entre miles de corceles,
juntamente con sus galanes. el primero de sus establos!
No sé cómo sustraerme a su presencia Se le distingue en su comida
para poder pasar de largo y con libertad. y sus dueños conocen sus pasos.
Mira: el río es como un camino, Si oye el sonido del látigo,
y yo conozco el lugar de mis pies. no conoce el retraso;
¡Oh corazón mío!, estás muy loco. y ni el primero de los cazadores
¿Por qué querías tú librarme de Mehy? puede ponerse delante de él (para sujetarlo).
He aquí que, si paso delante de él, ¡Qué bien sabe el corazón de la hermana
yo le hablaré de mis indecisiones. que él no está lejos de la hermana!» 2 1 2
' ¡Mira, yo soy tuyo!', le diré;
y él se jactará de mi nombre
y me asignará el primer lugar en el harem, 15. CÁNTICOS DEL PUEBLO VULGAR
entre las que están en su comitiva» 2 0 9 . #
(Los trabajadores en el campo; son cánticos de labradores y de segadores
E de la XVIII dinastía [s.xvi-xv a . C ] , que están escritos en la tumba de Vdú).
«Ayer hizo siete días que no he visto a mi hermana,
y una enfermedad me ha invadido 2 1 ° . a) Canto de labradores
Mi cuerpo se ha hecho pesado, «Un día bueno; está frío.
olvidándose de mí mismo (pérdida de conciencia). El ganado está empujando
Si el jefe de médicos viene a mí, y el firmamento está conforme a nuestros deseos.
207 ¡Trabajemos para el noble!»
Cant 8,6: «Que es fuerte el amor como la muerte
y son, como el sheól, duros sus celos.
Son sus d a r d o s saetas encendidas... b) Canto de segadores
N o p u e d e n aguas copiosas extinguirlo,
ni arrastrarlo los ríos». «Este es el refrán que repiten:
208 T e x t o en el ostrakon 25218 de El Cairo, 1.6-10. T r a d . ERMAN, en L A E 243; A N E T 468. 'El buen día ha salido sobre el país;
2 el viento norte ha salido
°¡> T e x t o del Papiro Chester Beatty I, verso C II 4-9. D e la época d e la dinastía X X ;
procedente d e Tebas. Publicado por A. H . GARDINER, The Library of A. Chester Beatty y el firmamento está conforme a nuestros deseos'.
( L o n d o n 1931) 31-32; A N E T 468. ¡Trabajemosmientras nuestros corazones puedan estar unidos!»
210
C a n t 2,5: «Confortadme con pasas, 211
reanimadme con manzanas, T e x t o del Papiro Chester Beatty I, verso C IV 6-v 2; A. GARDINER, 34; A N E T 468-69.
212
q u e desfallezco de amor». T r a n s c r i t o en el Papiro Chester Beatty I, verso G 15-II 1; A. G A R D I N E R , O.C, 35;
A N E T 469.
Cant s,8: «Os conjuro, hijas de Jerusaíén,
que, si encontráis a mi amado,
le digáis q u e desfallezco d e amor».
Literatura sapiencial 605
604 XI. Literatura profético-sapiencial
«Lo que se dice al llegar a la Gran Sala de las Dos Justicias (dualismo
c) U n canto de trilla conforme a la concepción de la existencia de los dos Egiptos: el Alte» y Bajo
Egipto), absolviendo a X (nombre del difunto) de todo pecado que ha sido
«iTrillad para vosotros, trillad para vosotros, oh ganado! cometido delante de la faz de los dioses 2 1 7 .
¡Trillad para vosotros, trillad para vosotros! ¡Salve a ti, oh gran dios, señor de las Dos Justicias, (se dirige a Osiris,
La paja, para comer, y la cebada, para vuestros amos; dios de los difuntos). He venido a ti, señor mío, y he sido traído para poder
que no se cansen vuestros corazones, porque hace frío» 2 1 3 . contemplar tu belleza. Yo te conozco; yo conozco tu nombre y los nombres
de los cuarenta y dos dioses que están contigo en la Gran Sala de las Dos
C a n t o del pastor Justicias (el conocimiento del nombre esotérico de una divinidad daba cierto
poder mágico sobre ella), que viene sobre los que se preservan del mal y que
«El pastor está en el agua entre los peces: beben su sangre en este día de la cuenta en presencia de Wen-noJer (Osiris).
charla con la alosa Yo he venido a ti; he traído la justicia, he rechazado toda falta:
y saluda al pez oxirinco. No he cometido mal contra los hombres,
¡Oh poniente! ¿Dónde está el pastor,
el pastor del poniente?» 2 1 4 no he maltratado al ganado.
No he cometido pecado en el lugar de la verdad 2 1 8 .
No he conocido lo que no es 21!> .
16. C O N F E S I Ó N DE UN «JUSTO» No he visto lo malo...
Mi nombre no ha llegado al Señor de la barca (solar).
(de la V dinastía, s.xxv a.G.) No he blasfemado contra dios.
No he hecho violencia al pobre.
Un gran funcionario de la V dinastía dice: No he hecho lo que los dioses abominan.
«Habiendo visto las cosas, yo salí de este mundo donde yo dije la verdad, No he difamado a un esclavo ante su superior.
donde yo he hecho la justicia. Sed buenos para mí los que venís después; No he hecho enfermar a nadie.
dad testimonio a vuestro pasado. He practicado el bien; que nosotros ha- No he matado. No he dado orden a un asesino (para matar).
gamos de la misma manera en este mundo. Que así digan los que vengan No he causado sufrimiento a nadie.
después. Jamás yo he suscitado quejas, jamás he matado. ¡Oh Señor del No he aminorado los ingresos de alimentos en el templo.
cielo poderoso... Señor universal! Yo soy el que pasó en paz, practicando No he causado daño al pan de los dioses.
la abnegación, amando a su padre, amando a su madre, abnegado con No he tomado las hogazas de los (dioses) benditos.
cualquiera que estuviera con él; la alegría de sus hermanos, el amor de sus No he tenido relaciones sexuales con un muchacho.
servidores; que jamás he suscitado quejas» 2 1 5 . No me he maculado a mí mismo.
No he aumentado ni disminuido la medida del grano.
No he disminuido el aroura (medida de los campos).
17. C O N F E S I Ó N DE INOCENCIA ANTE OSIRIS N o he falsificado una media -aroura del campo.
No he añadido al peso de la balanza.
(En el llamado Libro de los muertos hay muchos textos para asegurar la No he disminuido el fiel de las básculas.
felicidad del difunto. En ellos éste declara ante el tribunal divino su con- No he quitado leche de las bocas de los niños.
ducta anterior para justificarse, diciendo los crímenes y transgresiones que N o he llegado al ganado más allá de sus pastos.
no ha cometido. Por eso se le llama «confesión negativa» de inocencia. Ello No he puesto trampas a los pájaros de los dioses.
supone que entre los egipcios había un código moral-religioso y ritual, No he cazado peces en sus marismas (de los templos).
como entre los hebreos, aunque todavía no se ha encontrado 216 .) No he detenido el agua en su estación (evitando la inundacién para
otros).
213 Publicados por J. J. T E Y L O R , The Tomb of Paheri (Wall Drawings and Monuments
oí El Kab) (London 1895); A N E T ( W I L S O N ) 469. No he edificado un dique contra el agua que corre.
214
T e x t o repetido en las t u m b a s de Sakkarah del Imperio Antiguo (s.xxv-xxiv a . C ) . No he apagado el fuego a su debido tiempo.
Publicado por A. ERMAN, Reden, Rufe und Lieber des alten Reichs\(APAW, 1919) 19-20; No he descuidado los tiempos (prefijados) y las ofrendas d e carne.
trad. d e A. ERMAN, en L A E 131; A N E T 469.
215
Job 29,12-23; «Porque libraba al p o b r e que clamaba, No he ahuyentado el ganado de la propiedad del dios.
y al h u é r f a n o q u e no tenía valedor. No he detenido a un dios en su procesión...
La b e n d i c i ó n del desgraciado llegaba a m í
y el corazón de la viuda se llenaba de gozo... después llegaban ante Osiris. Para atravesar la zona peligrosa, el difunto debía recitar fórmu-
Yo e r a ojos para el ciego, era para el cojo pies. las mágicas.
217
Era el p a d r e de los pobres Después d e la m u e r t e , el difunto era sometido a u n juicio ante Osiris, y a s í aparece en
y e x a m i n a b a la causa de los desconocidos; la escena d e los papiros funerarios: el dios d e los muertos está sentado sobre u n trono; a la
q u e b r a n t a b a las muelas del injusto derecha e izquierda d e él están los 42 jueces, sacados de las distintas ciudades d e Egipto.
y d e s u s dientes le arrancaba la presa... Delante d e Osiris h a y una balanza; en el platillo hay una pluma erecta, símbolo d e lajusticia,
M e e s p e r a b a n como se espera la lluvia y en el otro, el corazón del difunto. Osiris hace el rito de pesarlo; Thoth escribe e l resultado.
y a b r í a n su boca como al agua tardía». Delante del difunto se oye la voz d e la conciencia, recitando sus obligaciones morales en su
T e x t o e n LEPSIUS, Denkmáler II 81; G . MASPERO, Eibliothéque égyptologique I I 466; «confesión negativa», tal como aparece en este capítulo 125 del Libro de los muertos.
218
C H . J E A N , I I 127-28. El templo o la necrópolis.
216 219
Según los egipcios, el d i f u n t o tenía q u e atravesar una región difícil, llamada Dwat, en N o h e enseñado lo q u e no tiene significado para los mortales.
la que habitaban demonios, e s p í r i t u s malos y almas de malvados, serpientes, monstruos; y
606 XI. Literatura projético-sapiencial
Literatura sapiencial 607
No he cometido el mal.
No he robado. No he sido codicioso. A la vista de esta declaración de inocencia del difunto, de-
No he hurtado. ducimos que el ideal moral de los egipcios era muy alto y exi-
No he matado a los hombres. gente, a pesar de que no conocemos ningún código escrito
No he dañado la medida del grano.
No he hecho cosas torcidas.
egipcio. Pero a través de este texto y de las máximas de la li-
No he robado la propiedad del dios. teratura «sapiencial» egipcia, vemos que ese ideal superaba en
No he dicho mentiras. mucho al mero ritualismo de un panteón religioso politeísta,
No he quitado el alimento. a base de la zoolatría que campeaba a orillas del Nilo, uno de
No he sido pendenciero.
No he transgredido.
los grandes focos de la civilización en la antigüedad.
No he matado el ganado del dios.
No he practicado la usura. 18. ORACIONES PARA PRESERVAR LA EXISTENCIA
No he robado la ración del pan.
No fui chismoso. «Mis miembros tendrán una existencia eterna.
Mi boca no fue desenfrenada. Yo no pereceré, no me pudriré, no iré a los gusanos;
No he pleiteado con nadie a causa de su hacienda. no veré la corrupción delante de los hijos del dios Shw 2 2 2 .
No he cometido adulterio. Yo conservaré mi ser, yo viviré siempre;
No me he maculado a mí mismo (con actos impuros). seré floreciente; me despertaré en paz; no me pudriré...
No he causado terror. M i cuerpo será restablecido; no caerá en el polvo,
No he faltado. ni será destruido sobre esta tierra» 2 2 3 .
No he sido demasiado fogoso.
No he sido irresponsable en materia de justicia.
No he sido pendenciero. 19. PLEGARIA IMPLORANDO EL PERDÓN DE LOS PECADOS
No he hecho guiños.
No he tenido relaciones sexuales con un muchacho. «¡Homenaje a vosotros los cuatro dioses, que os sentáis en la barca
No me he tragado mi corazón (¿demasiado secreto?). de Ra!»
No he sido abusivo. «¡Rechazad mi pecado, que merecía castigos sobre la tierra;
No he sido demasiado enérgico. destruid toda causa mala que se acerque a mí
Mi corazón no ha sido precipitado... y haced que ningún obstáculo exista entre mí y vosotros!...
M i voz no se ha excedido con las cosas. Los dioses responden: 'Ven, pues nosotros hemos rechazado tu mal,
No he cometido pecados ni he hecho el mal. hemos rechazado tu pecado, que merecía castigos,
No he sido abusivo contra el rey. los cuales has cometido sobre la tierra;
No he vadeado el agua (?). hemos destruido la cosa mala que se pegaba a ti.
Mi voz no ha sido fuerte. Entra, pues, en Restaw; franquea las puertas de Amenti;
N o he abusado contra un dios. se te darán pasteles, cerveza y dulces.
N o me he engreído (lit. 'no he resoplado'). T ú podrás entrar y salir a voluntad, como aquellos cuyas almas
No he hecho discriminaciones con vistas a mí mismo. han sido alabadas por los dioses,
Mi lote no ha sido demasiado amplia ni aun en mi hacienda. y tu nombre será proclamado cada día en el horizonte» 2 2 4 .
N o he blasfemado contra ningún dios local...
H e dado pan al hambriento, agua al sediento, vestido al desnudo 2 2 0 . II. Textos mesopotámicos
H e proporcionado un bote al abandonado en la costa.
H e proveído de ofrendas divinas a los dioses, i. FÁBULAS ACADIAS
y de ofrendas mortuorias al difunto...
Así habló Osiris a X, el difunto» 2 2 1 . Disputa entre la palmera y el tamarisco
220
J o b 29,16: «Yo era el p a d r e de los pobres...» «En los días santos (primitivos), en los días en que la gente cavaba los
Is 1,17: «Aprended a hacer el bien, buscad lo j u s t o , restituid al agraviado, haced justicia
al huérfano, a m p a r a d a la viuda».
canales (los dioses de los) destinos se reunieron; se dieron cita como dioses
Is 58,6: «¿Sabéis q u é a y u n o quiero y o ? . . . : r o m p e r las ataduras d e la i n i q u i d a d . . . , partir de los países Anu, Enlil y Ea. Enlil y los demás llegaron, y entre ellos el
tu pan con el h a m b r i e n t o , vestir al d e s n u d o y no volver tu rostro ante tu hermano».
221 222
L o s textos son de la X V I I I a la XXI dinastía ( i 5 5 ° - 9 5 ° a . C ) , p u b l i c a d o s por E . A. W . J o b 19,25: «Porque yo sé q u e m i Redentor vive,
BUDGE, The Book of the Dead ( L o n d o n 1898) 259S; basado e n el p a p i r o M i , d e la X V I I I d i - y al ñ n se erguirá como fiador s o b r e el polvo;
nastía; E. N A V I L L E , The Egyptian Book of the Dead ( L o n d o n 1904); G. M A S P E R O , fítst. I i88s: y desde m i piel yo m e m a n t e n d r é e r g u i d o ,
L E PAGE R E N O U F , The egyptian Book of the Dead chap.125 ( L o n d o n 1914) 212-14; A . M A L - y desde mi carne yo veré a Dios».
LON, en Dict. Apol. de la Foi col.1332-33; C H . MAYSTKE, Les dédaration d'innocence {Livre 223
des Morts ch.125) (El Cairo 1937); C H . JEAN, I I 338-40; A N E T 34 (J. A . W I L S O N ) . T o m a d o del Libro de los muertos c.154; C H . JEAN, I I 3 4 1 .
224
C H , JEAN, Milieu Biblique II 343-45.
608 Literatura sapiencial 609
XI. Literatura profético-sapiencial
«Fruto en primavera, fruto d e duelo» (fruto temprano, fruto podrido).
dios Shamash. Igualmente se sentó la señora de los dioses, la gran Ishtar.
«Un canal en dirección del viento trae agua en abundancia» 23 0.
A los hombres no pertenece el dominio de los países, sino que el señorío
fue garantizado a los dioses. A Gilgamesh le nombraron rey los dioses; y le
ordenaron terminar la imagen de las más bellas cosas. El rey plantó en su
palacio palmas datileras; además, muchos tamariscos. A la sombra del ta- «Mientras un hombre no se esfuerce, no ganará nada» 231 .
marisco fue preparado un banquete. A la sombra de la palma datilera, «El que no tiene ni rey ni reina, ¿quién es su señor?» 232
una decisión relativa al crimen... abriendo... la senda del rey. Los árbo-
les... se compararon entre sí. El tamarisco y la palma datilera no descansa-
ron. El tamarisco habló ensalzándose a sí mismo sobremanera; cuando la «No resuelvas mal un asunto, para que no caiga en tu corazón una pena».
palma datilera habló, su palabra sobrepasó en arrogancia: 'En cuanto a ti, «No hagas el mal, para que n o te agarres a una tristeza permanente».
¡oh tamarisco!, tú eres una madera inútil. ¿Qué son tus ramas? Madera «Concibió sin copulación y engordó sin comer» 2 3 3 .
sin fruto. Mío es el fruto de un gran árbol; su fruto es su alimento; en se- «La copulación hace que el pecho dé para chupar» 234 .
gundo lugar, el jardinero habla bien (de mí), como provechoso para el «Cuando trabajo me quitan (mi recompensa). Cuando aumente mis es-
esclavo y el gobernador. El alimento de mi fruto hace crecer al niño y los fuerzos, ¿quién me dará algo?»
adultos comen mi fruto'. '¿No estoy bien situado en presencia del rey? «El hombre fuerte se alimenta gracias a su salario; el hombre débil, por
¡Oh lunático!, en el palacio del rey, ¿qué cosa hay sobre mí? En el palacio el salario de su hijo».
del rey, éste come sobre mi mesa; la reina bebe de mi copa. Yo soy un te- «Es afortunado en todo, ya que lleva un vestido (bonito)» (la apariencia
jedor, y tejo mis hilos. Yo purifico a un dios como un exorcista... M i boca refleja lo interior).
no es un arma; en segundo lugar...' (dijo el tamarisco). 'Su boca no es un « ¿Vas a golpear la testuz de un buey con una correa?»
arma', contestó (el rey); él plantó a su lado la palma datilera, (diciendo): «Mis rodillas continúan andando; mis pies no se cansan, pero un hombre
'Si (tú estás) en la puerta de la ciudad, calma la disputa; si en el desierto, falto de inteligencia me persigue con tristeza» 235 .
calma el calor'» 225 . « ¿No soy un corcel de pura casta? Con todo, estoy aparejado con un mulo
y debe tirar de un carro cargado de cañas».
«Resido en una casa de asfalto y ladrillos; sin embargo, algo de arcilla...
2. PROVERBIOS Y CONSEJOS ACADIOS gotea sobre mí» 236 .
«La vida de anteayer es la de cualquier día» 237 .
«Mi cisterna no se ha secado; por ello, mi sed no es excesiva». «Si entras en un río, sus aguas apestan al punto; si estás en un huerto,
«La red está soltada, pero los grilletes no estaban remisos» 22 6. los frutos de dátiles se hacen amargos» 238 .
«Yo he obtenido un empeño, pero la pérdida no se detiene» 227 . «Si el retoño no es recto, no producirá tallo ni dará semilla».
«Si yo mismo no he ido, ¿quién podría haber ido a mi lado?» «¿Crecerá el grano maduro? ¿Cómo lo sabemos? ¿Crecerá el grano seco?
«El consagró el templo antes de que empezara (a construirlo)» 2 2 8 . ¿Cómo lo sabemos?» 2 3 9
«Si no se hubiera detenido, ¿cuándo habría podido sentarse alto, como «Muy pronto morirá; por eso dice: 'Déjame comer (todo lo que tengo)'.
un caballero sobre una silla?» (para terminar bien hay que comenzar bien). Pronto estará bien (y dirá): 'Permitidme economizar'».
«Mi boca no ha hablado como u n caballero; por consiguiente, ¿cuándo 23
° T e x t o en E. F . W I D N E R , e n K U B IV n.40 y 97. T r a d . d e E. E B E L I N G , e n Allimenta-
me he sentado y comido alto sobre una silla?» (paso a paso se sube la esca- Usche Studien Bruno Meissner zum sechzichsten Geburtstag... gewidmet p.21-25 ( M A O G IV);
lera). A N E T (R. H . PFEIFER) 424.
231
_ _,
Prov 10,4: «La mano perezosa empobrece; la diligente enriquece»; Prov 12,1 i:<Ll q u e
«Amigo mío, mi conocimiento secreto no es guardado por un enemigo; cultiva su tierra tendrá p a n a saciedad»; Prov 13,4: «Desea el haragán, p e r o n a d a logra; mas el
al contrario, amigo mío, es guardado por u n hijo o una hija» 229. alma del diligente se saciará».
232
T e x t o e n L . LEGRAIN, Histórica! Texts (PBS, vol.13 [1922] n . n h n . 7 s ) , trad. d e
223 B. MEISSNER, Babylonian und Assyirian vol.2 424- Estos proverbios son r e d a c t a d o s entre 1800
T e x t o en E. E B E L I N G , en K A R V I I I n.324; trad. de E . EBELING, Die babyhnische y 1600 a . C ; A N E T ( P F E I F E R ) 4 2 5 .
Fabel r i - 1 2 ; A N E T 4 1 1 . 233
A m 6,12: « ¿Galopan los caballos por las rocas? ¿Se ara el m a r con bueyes?»
A propósito d e esta fábula p u e d e leerse el famoso apólogo d e Jotán en Jue 9,8. «Pusié- 234
A m 3,3-6: «Podrán caminar dos juntos sin estar d e acuerdo? ¿Rugirá e l león e n el
ronse en camino los reyes para ungir a u n rey q u e reinase sobre ellos, y dijeron al olivo: 'Rei- b o s q u e no habiendo p r e s a ? . . . Se dejará caer el ave sobre la tierra si n o h u b i e s e lazo!' ( T o d o
na s o b r e nosotros'. Contestóles el olivo: ' ¿Voy a renunciar a m i pinguosidad, con la q u e se efecto requiere sus causas.) .
h o n r a n los dioses y los hombres, para i r a mecerme sobre los árboles ?' Dijeron, pues, los árbo- 235
Ecl 9,11: «Volví a ver debajo del sol q u e no es de los ágiles el correr, n i d e l o s valientes
les a la higuera: 'Ven t ú y reina sobre nosotros'. Y les respondió la higuera: ' ¿Voy a renun- el combate, n i d e los sabios el pan, n i de los entendidos la riqueza, n i a u n d e l o s cnerdos el
ciar yo a mis dulces y ricos frutos para ir a mecerme sobre los árboles ?' Dijeron, pues, los árbo- favor, sino q u e el tiempo y el ocaso salen al encuentro de todos, y q u e n i a u n s u hora conoce
les a la vid: 'Ven t ú y reina sobre nosotros'. Y les contestó la vid: ' ¿Voy yo a renunciar a m i el hombre». (El h o m b r e propone, y Dios dispone.)
m o s t o , alegría d e Dios y d e los h o m b r e s , para ir a mecerme sobre los árboles?' Y dijeron 236
todos los árboles a la zarza: 'Ven t ú y reina sobre nosotros'. Y dijo la zarza espinosa a los á r b o - Ecl 9,12: «Ni a u n su hora conoce el h o m b r e . C o m o pez q u e e s c a p t u r a d o en una s i -
les: 'Si en verdad queréis u n g i r m e por rey vuestro, venid y poneos a m i sombra, y, s i no, q u e niestra red y como pájaro q u e se enreda en el lazo, así se e n r e d a n los hijos d e l o s hombres
salga fuego d e la zarza espinosa y devore a los cedros del Líbano'». en el tiempo aciago cuando d e improviso cae sobre ellos». ( E n la v i d a d e l o s hombres h a y
226 siempre imponderables q u e no se pueden evitar.)
A m 3,5: « ¿Se dejará caer el ave en la red e n tierra si no hubiere lazo? ¿Se levantará 237
Ecl 1,9-12: «Lo q u e fue, eso será. L o q u e se hizo, eso es lo q u e se h a r á ; nose h a c e
del suelo la red sin haber cazado nada ?» nuevo debajo del sol. U n a cosa d e la que dicen: 'Mira, esto es n u e v o ' ; a u n é s a f u e ja e n los
227
Eclo 29,21: «El malvado d e r r ó c h a l o s bienes d e l fiador». siglos anteriores a nosotros» (3,15: «Loque es, eso fue ya, y l o q u e fue, eso será»).
22
s «No ha d e alabarse a l q u e se c i ñ e como el q u e ya se desciñe», 1 Re 20,11: («No se d e - 238
T r a e siempre la mala suerte: es algo «gafe».
be celebrar Pascua antes d e Ramos»). 239
229
Prov 25,9: «Defiende t u pleito contra t u adversario, pero n o descubras el secreto d e Ecl 1,15: «Lo tuerto no p u e d e enderezarse y lo falto n o p u e d e c o m p l e t a r s e » ; tcl 7,14:
otro» (1 Sam 1,20). « ¿Quién podrá enderezar lo q u e E l (Dios) torció ?»
Biblia y legado 20
Literatura sapiencial 611
610 XI, Literatura profético-sapiencial

«Si la ciudad no tiene armamento poderoso, no podrá rechazar al enemi-


4. C O N S E J O S SAPIENCIALES 2 4 7
go delante de la puerta de la ciudad» («Si vis pacem, para bellum»).
«Vete y toma el campo del enemigo; pero viene el enemigo y se apodera
«Como hombre sabio, que tu inteligencia brille modestamente, q u e tu
d e tu campo» («El que primero da, da dos veces»).
boca sea reprimida y guardada en el hablar» 2 4 8 .
«El don del rey (produce) las buenas obras del copero».
«Como la riqueza del hombre, que tus labios sean preciosos» 2 4 9 .
«La amistad es de un día; la esclavitud, perpetua».
«Que la afrenta y la hostilidad sean abominables a ti».
«Donde hay siervos, hay querellas; donde hay gente dedicada a los cos-
«No digas ninguna cosa impertinente, ni des un consejo incierto».
méticos, hay calumnias» 2 4 ° .
«El que hace algo feo, es despreciada su cabeza».
«Un ciudadano vulgar, en otra ciudad, se convierte en su jefe» («nadie es
«No te apresuras a estar en una asamblea pública».
profeta en su tierra»: M t 13,57).
«No busques el lugar de querellas, pues en una camorra deberás d a r una
«El buey ajeno come hierba; el buey propio se echa en los pastos» 2 4 1 .
decisión. Y estarás obligado a ser su testigo. Pues ellos te tomarán para tes-
tificar en un pleito que no te concierne. Cuando veas una disputa, vete lejos,
sin fijarte en ello. Pero, si realmente es tu propia querella, apaga la llama,
«Mi campo es como una mujer sin marido por falta de su cultivo» 2 4 2 . porque una disputa hace descuidar lo que es recto» 2 5 0 .
«Un muro protector... para la desnudez del adversario; el que lo detiene
piensa en los intereses del amigo. A tu enemigo no le hagas mal. Paga al que
hace el mal haciendo el b i e n 2 5 1 . Para tu enemigo deja que se haga justicia.
«Cuando las hormigas son golpeadas, no lo aceptan, sino que muerden la
Para tu opresor... que se alegre sobre ti ...devuélvele» 2 5 2 .
mano del que las hiere» 2 4 3 .
«Que tu corazón no sea inducido al mal... Dale de comer, dale vino para
beber. Al que pide limosna hónralo y vístelo 2 5 3 . Por ello, el dios se alegra.
Esto alegra al dios Shamash, que recompensa con el bien. Sé útil, haz el
«Cuando el perro del alfarero entró en el horno, el alfarero sopló sobre el bien...»
fuego dentro de él». «No te cases con una prostituta que tiene seis mil maridos, ni con una
«Una mujer pecadora a la puerta de la casa del juez: su palabra prevalece
sobre la de su marido». 247 Texto y trad. d e K. D U N C A N M C M T L L A N , Some Cuneiforms Tablets Bearing on the
«El hombre es la sombra de un dios; un esclavo es la sombra de un hom- Religión of Babylonian and Assyria (BA V, 1906.5) p.557-622; H . ZIMMERN, e n Z A X X I I
(1908) 367SS; y e n A O XIII (1911) 27-29: S. LANGDON, A Tablet of Babylonian Wisdom;
bre; pero el rey se asemeja mucho a la imagen del dios» 2 4 4 . PSBA XXXVIII (1916) 105-16; I D . , Babylonien und Assyrien II 42ISS; I D . , Die bahylonische-
assyrische Literatur (Wildpark-Postdam 1928) 8 1 . E l texto q u e tenemos n o es anterior a
700 a . C ; A N E T (PFEIFER) 426-27.
3. PROVERBIOS SUMERIOS 248 Prov 13,3: «El que guarda su boca, guarda su vida; el q u e m u c h o abre sus labios,
busca su ruina».
249 Prov 3,7: «No t e tengas por sabio...»; Prov 10,14: «El sabio esconde su ciencia...»;
«A u n hijo p e r v e r s o j a m á s l e h u b i e r a d a d o a luz la m a d r e , n i su dios l e Prov. 19: «En el m u c h o charlar n o falta el pecado; el q u e refrena sus labios es sabio*.
d e b i e r a h a b e r formado». 250 p r o v 26,17: «Agarrar por las orejas a u n perro q u e pasa, es entrometerse e n un pleito
que n o te importa».
«El r a p o s o llevaba u n p a l o , ( d i c i e n d o ) : ' ¿A q u i é n p e g a r é ? ' L l e v a b a u n d o - 251 Is 58,7: «Parte t u p a n con el hambriento, alberga al pobre sin abrigo, viste al desnudo,
c u m e n t o legal (y decía): ' ¿ Q u é p u e d o r e c u s a r ? ' » y no vuelvas t u rostro ante t u hermano»; Ex 23,4-5: «Si encuentras el buey y el asno d e t u
«Al h u i r d e l t o r o salvaje, la vaca salvaje m e salió al paso» 2 4 5 . enemigo perdidos, llévaselos. Si encuentras el asno d e t u enemigo caído bajo l a carga, n o
pases d e largo; ayúdalo a levantarse. N o tuerzas el derecho del pobre en las causas .. N o
« M i e n t r a s vive e s s u a m i g o ; el d í a d e su m u e r t e e s su m a y o r adversario». hagáis daño al extranjero...» Prov 24,17-18: «No te goces e n la caída d e t u enemigo; n o se
« N o p o d í a llegar a u n a c u e r d o ; t o d a s las m u j e r e s h a b l a b a n e n t r e sí». alegre t u corazón al verle resbalar. N o lo vea Dios y le desagrade». Prov 25,21-22: «Situ ene-
« E n b o c a a b i e r t a e n t r a n moscas». m i g o tiene hambre, dale d e comer; si tiene sed, dale d e beber. Pues así echas a s c u a s sobre s u
cabeza. Yahvé te lo pagará». R o m 12,17: «No volváis mal por mal; procurad el b i e n aíos ojos
«C~>mo la vaca e s t é r i l , a n d a s b u s c a n d o u n n o v i l l o t u y o q u e n o existe». de todos los hombres. N o te dejes vencer del mal, sino vence el m a l con el bien» (v.20-21).
«El c a b a l l o , d e s p u é s d e d e r r i b a r a su j i n e t e , dijo: 'Si s i e m p r e h a d e s e r Job 31,29-30: « ¿Me alegré del infortunio de mi enemigo, y m e gocé e n que le sobreviniera la
desgracia?»; L e v 19,9: «Cuando hagas la recolección de vuestra tierra, n o segarás h a s t a el límite
ésta m i c a r g a , m e debilitaré'». extremo d e t u campo, ni recogerás las espigas caídas; n o harás el rebusco de t u s viñas y oli-
«El p e r r o c o m p r e n d e . T ó m a l o . N o e n t i e n d e . Déjalo» 2 4 6 . vares..., lo dejarás para el pobre y el extranjero».
252 p r 0 v 24,29: «No testifiques de ligero contra el prójimo... N o digas: ' C o m o meha tra-
240
Es proverbial la charlatanería d e los barberos. tado a mí, lo trataré y o a él; y le devolveré a cada u n o según sus obras'. Eclo 2 8 , 2 : «Perdona
241
S i e m p r e hay propensión a echar la culpa al vecino. T e x t o e n RAWLINSON I I n. 16; a t u prójimo la injusticia, y tus pecados t e serán perdonados»; T o b 4,7: «Practica l a limosna
S. L A N G D O N , e n A J S L XXVIII (1912) 234-43; trad. d e S. LANGDON, ibid., 219-33; B. M E I S S - según tus facultades: y no se te vayan los ojos tras de lo q u e ves. N o apartes los ojos deningún
NER, Die bahylonische-assyrische Literatur ( W i l d p a r k - P o s t d a m 1928) 82; I D . , Babylonien und pobre; y Dios no los apartará de ti. Con esto atesoras para el día d e la necesidad; p u e s Ialimos-
Assyrien I I 424-26. Época d e redacción de los Proverbios: entre 1800-1600 a.G. A . K. 4347 na libra de la muerte, y preserva de caer e n las tinieblas». E n las sentencias de Ahiqar (siríaco A)
A N E T ( P F E I F E R ) 425; S A O 289-90. 2,20 s e lee: «Hijo mío, si t u enemigo te hace m a l , sal al encuentro d e él con sabiduría». E l
242 A N E T 426. s e r m ó n d e la montaña (Mt 5,28-45) representa la culminación del espíritu de benevolencia,
de magnanimidad y d e p e r d ó n hacia los enemigos.
243 A N E T 426. 253
244 A N E T 426. Job 19,13-20: «Si negué a los pobres lo que deseaban, y dejé desfallecer l o s ojos d e la
245 A m 5,18-19: «El día d e Yahvé es como q u i e n , huyendo del león, diera con el oso; viuda; si comí solo mi bocado sin dar de comer al huérfano; antes bien, desde m i infancia le
como q u i e n , al entrar e n u n a casa y poner su mano sobre la pared, fuera mordido p o r la ser- criaba como u n padre; y desde el seno materno le guiaba; si vi al miserable sin vestirlo, y el
piente». pobre sin ropas... y si no se calentaron con el vellón de m i s ovejas; si alcé mi m a n o contra el
246 E s t o s proverbios aparecen e n unas tabletas encontradas en N i p p u r y U r ; y son del B a - huérfano..., despréndase m i espalda d e la nuca, y arranqúese del h o m b r o mi brazo».
bilónico I. T r a d u c c i ó n de E . I. G O R D O N ; cf. S A O 2 9 0 .
612 XI. Literatura profético-sapiencial 613
Literatura sapiencial
mujer de hhtar dedicada a dios, ni con una prostituta sagrada cuyos favores biente de la narración es asirio; y como se alude al dios Shamas, el origen
son sin límites» 254. de estas sentencias parece ser mesopotámico. Algunos creen que este Ahi-
«No te exaltarás fuera de su turbación; en su riña ella te calumniará». qar es el calco de un alto dignatario del tiempo de Senaquerib llamado Adad-
«La reverencia y sumisión no están en ella. Si ella toma posesión de la sumusur. Las sentencias encontradas en Elefantina están escritas en arameo,
casa, échala fuera. Hacia la senda de un extraño vuelve su mente. Y la casa aunque el libro d e Ahiqar era ya conocido en los textos antiguos cristianos;
en que entra será destruida; su marido no prosperará» 2 5 5 . la recensión más antigua es la siria) 2 5 8 .
«Hijo mío, si es su voluntad, perteneces al príncipe; guarda su sello
y átalo a tu persona. Abre su tesoro y entra en él. Porque antes que tú no
hubo jamás extranjero allí. Pero a tales cosas no vuelvas tus ojos; que tu VI 79-94:
mente no considere algo para robar. Porque en ese caso, el asunto será «¿Qué es más fuerte que un asno que rebuzna ? La carga».
investigado. Y cualquier robo que hayas hecho será manifiesto. El prín- «Él hijo educado y aleccionado y en cuyos pies se pone la cadena, (pros-
cipe se enterará de ello y te castigará. perará)».
«No calumnies; habla lo que es correcto. No digas nada malo, sino lo «No apartes a tu hijo del palo; de lo contrario, no podrás liberarlo (de
bueno. Al que calumnie o hable mal, el dios Shamash, como retribución la maldad). Si te dio azotes, hijo mío, no morirás; pero, si te dejó seguir
le perseguirá tras su cabeza». las veleidades de tu corazón, (no podrás vivir)» 2 5 9 .
«No abras anchamente tu boca; guarda tus labios. Las palabras de tu «Un azote al esclavo y una reprensión a la esclava servirá de medida
interior no las digas ni cuando estés solo. Si hablas precipitadamente, más disciplinar para todos los siervos» 2 6 0 .
tarde tendrás que retractarte. T ú debieras refrenar tu mente por sus esfuer- «El que adquiere un esclavo fugitivo o una sierva ladrona, pierde su
zos para no hablar» 2 5 6 . dinero y es causa de deshonor para su padre y descendientes, pues adquie-
«Rinde homenaje diario a tu dios con sacrificios, plegarias y ofrendas re fama de derrochador».
de incienso apropiadas. Pues hacia tu dios debes sentir solicitud de cora- «El asno que deja (su carga) y no la transporta, tendrá que tomar una
zón. Esto es lo que conviene a la divinidad. Debes ofrecer en la mañana carga de su compañero, y tomará el peso que no es suyo (además del suyo),
plegarias, súplicas, postraciones al suelo; después, podrás ser grande y y se verá obligado a transportar una carga de camello».
prosperar abundantemente con la ayuda de Dios» 2 5 7 . «El asno se encorva ante la asna por amor a ella, y los pájaros...»
«Al aprender examina tu tableta». «Dos cosas son convenientes, y una tercera agradable a Shamas: uno
«Reverenciar a la divinidad origina bienestar; los sacrificios prolongan que bebe vino y convida a beber; uno que conserva sabiduría y uno que
la vida y las plegarias expían el pecado. El que teme a Dios no es despre- oye una palabra y no la cuenta. Esto es lo que agrada a Shamas. Pero el
ciado de su dios». que bebe vino y (no convida a beber) y al que la sabiduría se le va (y...)
«Con un amigo y camarada no hables mal; no digas nada ruin, sino es vista».
que relata lo que es favorable a él».
«Si tú prometes, da... Si has animado, (ayuda)».
VII 95-110:
«Escrito conforme al prototipo y cotejado».
«La Sabiduría) es querida de los dioses (por siempre) y el reino es (de
ella). Está establecida en el cielo, pues el señor de los santos la ha exal-
5. SENTENCIAS D E A H I J A R tado» 2 6 1 .
«Hijo mío, no charles demasiado, expresando (cualquier) palabra que
(Estas sentencias en arameo fueron encontradas en un papiro palim- te venga a las mientes, pues los (ojos) y oídos de los hombres están por
psesto de fines del siglo v a.C. entre los escritos de Elefantina [Alto Egipto], doquier (pendientes) de tu boca. Sé cauto, no sea que sirva para ti de rui-
en las excavaciones de 1906-1907, realizadas por los alemanes. Los cuatro na. Vigila tu boca por encima de toda otra vigilancia... y sobre lo que oigas
primeros papiros, con cinco columnas, tienen la historia de Ahiqar, que muestra refractario tu corazón. Pues la palabra es como un pájaro: una vez
habla en primera persona; los otros siete, con nueve columnas, tienen las suelto, nadie puede (capturarlo) 262 . Primeramente enumera los secretos
sentencias de Ahiqar, personaje mencionado en Tob 1,22 y 14,10. El am-
258
254 L e v 21,7: «No tomarán (los sacerdotes) mujer prostituida»; Prov 2,16: «(ia sabiduría) Texto y traducción en SACHAU 147-82; UNGNAD 50-63; COWLEY, 204-48; H . BANETH,
te preservarás de la mujer ajena.de la extraña que halaga con sus palabras; que deja al al com- Zu den Achikarpapyri: OLZ (1914) 248-51.295-09.348-54; J- N. Epstein, en ZAW(igi2)
pañero de su mocedad... Su casa lleva a la muerte»; Prov 1,3-23: «Miel destilan los labios de 132-35; (1913) 224-33.310-12; OLZ (1916) 204; F. F. STUMMER, Der kritische Wert ¿ir altd-
la mujer ajena... pero su fin es amargo como el ajenjo... llevan sus pasos al sepulcro... Aleja ramaische Ahikarlexte aus Elephantine (Münster in W. 1914); W. VON SODEN, en'Z.KXLIÍI
tu camino de ella; y no te acerques a la puerta de su casa, para no dar tu honor a los (1936) 9-13; ANET 437-30; SAO 290-95; DBS VIII 1422-32.
extraños». 259 Prov 23,13: «No ahorres a tu hijo la corrección, que porque le castigas con la vara no
255 morirá. Hiriéndole con la vara librarás su alma del sepulcro».
Prov 7,5-27: «La mujer ramera es parlanchína y procaz; y sus pies no saben estarse en 260 Prov 29,19: «No con solas palabras se corrige el siervo, porque entiende bien;pero de
casa; ahora en la calle, ahora en la plaza, acechando por todas las esquinas... Y dice: 'He ata- obedecer, nada». Eclo 33,25: «El forraje, ei palo y la carga, para el asno; el pan, la corrección
viado mi lecho con tapices..., he perfumado mi cámara... Ven, embriaguémonos de amores..., y el trabajo, para el siervo»; Prov 29,21: «El que acaricia a su siervo como a u n niño, al fin se
pues mi marido no está en casa... y no volverá hasta el plenilunio... No dejes ir tu camino por hará261contumaz».
sus caminos, porque a muchos ha hecho caer... Su casa es el camino de la sepultura». Eclo 15,2: «(La sabiduría), como madre, le saldrá al encuentro, y, como esposa virgi-
256 Prov 13,3: «El que guarda su boca, guarda su vida; el que mucho abre sus labios, busca nal, le acogerá»; Eclo 1,1: «Toda sabiduría viene del Señor y con El estará siempre... ís el Se-
su ruina».
257 ñor quien la creó, la vio y la distribuyó; la derramó sobre todas sus obras... y la otorgó a los
Prov 3,9-10: «Honra a Dios de tu hacienda, de las primicias de todos tus frutos. Y es- que le aman».
tarán llenos tus trojes y rebosará de mosto tu lagar»; Eclo 7,34: «Y dale la porción que te está 262 Prov 4,23: «Guarda tu corazón con toda cautela, porque de él brotan manantiales de
mandada: las primicias y la ofrenda por el pecado, el sacrificio expiatorio y las primicias» vida»; Prov 16,23: «El corazón del sabio hace prudente su boca; y sobre sus labios crécela per-
(Tob 1,6-8). suasión».
614 XI. Literatura profético-sapiencial
Literatura sapiencial 615
d e t u boca; l u e g o profiere t u s (palabras) a cuentagotas, p o r q u e el a d i e s t r a -
m i e n t o de la b o c a es m á s d u r o q u e el a d i e s t r a m i e n t o p a r a la guerra». «El a b r i r la b o c a es u n d o n de los dioses; y, si u n o es a m a d o de los dioses,
«No t r a t e s a la ligera la palabra d e l rey; q u e sirva p a r a ti d e curación ellos p o n d r á n algo b u e n o q u e decir en su boca» 2 7 0 .
p a r a t u ( c a r n e ) . . . P o r q u e suave es la expresión d e l rey, p e r o es m á s a g u d a « M u c h a s son las estrellas del cielo y n a d i e conoce sus n o m b r e s 2 7 1 .
y fuerte q u e u n cuchillo de (doble) filo. Estáte a t e n t o , p o r q u e la m i r a d a P o r lo m i s m o , n a d i e conoce a la h u m a n i d a d » .
d u r a en el r o s t r o d e l r e y (significa): ' ¡No te d e t e n g a s ! ' Su ira es veloz c o m o «No h a y l e ó n e n el m a r ; p o r ello l l a m a n a la i n u n d a c i ó n ib'» 2 7 2 .
el r e l á m p a g o . A t i e n d e a q u e n o se m u e s t r e contra t u s manifestaciones y «El l e o p a r d o se e n c o n t r ó con la cabra c u a n d o ésta tenía frío. E n t o n c e s ,
p e r e z c a s antes d e t i e m p o . . . 2 6 3 P o r q u e la cólera del rey, c u a n d o te m a n d a , el l e o p a r d o dijo a cabra: 'Ven, yo t e c u b r i r é con m i p i e l ' . P e r o l a c a b r a
e s u n fuego a r d i e n t e . O b e d é c e l e al p u n t o . N o p e r m i t a s q u e se e n c i e n d a r e s p o n d i ó , d i c i e n d o al l e o p a r d o : ' ¿ Q u é n e c e s i d a d t e n g o yo d e e l l o , s e ñ o r
c o n t r a ti y q u e m e t u s m a n o s . C u b r e la p a l a b r a del r e y con el velo d e l co- m í o ? N o m e q u i t e s m i p i e l ' . P o r q u e él n o s a l u d a b a a la c a b r a (lit. gacela)
r a z ó n . ¿Para q u é va a c o n t e n d e r la leña con el fuego, la carne con el c u c h i - sino p a r a c h u p a r l e la sangre».
llo, y el h o m b r e c o n (el rey)? 2 M «El oso se fue a los c o r d e r o s (y les dijo): ' E n t r e g a d m e u n o de l o s v u e s -
«He p r o b a d o incluso el n í s p e r o a m a r g o y (he c o m i d o ) lechugas; p e r o t r o s y q u e d a r é satisfecho'. P e r o los c o r d e r o s le r e s p o n d i e r o n , d i c i e n d o :
n a d a hay m á s a m a r g o q u e la pobreza» 265 _ ' T o m a al q u e q u i e r a s d e nosotros, p u e s s o m o s (tus) c o r d e r o s ' . E n r e a l i d a d
n o está e n p o d e r d e los h o m b f e s levantar sus p i e s o bajarlos sin ( p e r m i s o )
«Blanda es la l e n g u a (del rey), p e r o r o m p e las escamas d e u n d r a g ó n 2<í6 .
d e los dioses. C i e r t a m e n t e , n o t i e n e s p o d e r p a r a levantar t u pie o bajarlo».
E s c o m o u n a plaga q u e no se ve».
«No se regocije t u corazón p o r t u s m u c h o s hijos, n i te aflija t e n e r pocos». «Si algo b u e n o sale d e la boca d e los h o m b r e s , (es beneficioso p a r a los
h o m b r e s ) ; p e r o , si algo m a l o sale de sus bocas, los dioses le c a u s a r á n d a ñ o .
«El rey es c o m o el Misericordioso; su voz es t a m b i é n ruidosa. ¿ Q u i é n
P o r q u e , si los ojos d e l dios e s t á n s o b r e los h o m b r e s , el h o m b r e p u e d e
p u e d e estar d e p i e a n t e él, salvo a q u e l con q u i e n está D i o s ? H e r m o s o es
c o r t a r leña e n la o s c u r i d a d sin ver, c o m o u n l a d r ó n q u e d e s t r u y e su casa y...»
c o n t e m p l a r al rey, y n o b l e es su majestad p a r a el q u e c a m i n a p o r la tierra
c o m o h o m b r e l i b r e (?)».
IX 123-41:
«Una b u e n a vasija g u a r d a la p a l a b r a e n su corazón, p e r o u n v a s o r o t o
la deja salir». «(No tiendas) t u arco n i dispares t u flecha c o n t r a u n h o m b r e j u s t o , n o
«El león se acercó (a saludar al asno): ' L a p a z sea contigo'. P e r o el asno sea q u e dios venga e n su a y u d a y haga volverlo sobre ti...»
r e s p o n d i ó y dijo al león: ...» «(Si) t ú (tienes h a m b r e ) , hijo m í o , afánate y trabaja; e n t o n c e s comerás,
t e saciarás y d a r á s a t u s hijos. Si (tiendes) t u arco y disparas t u flecha a u n
j u s t o , t u y o es el d a r d o , p e r o d e dios la puntería».
VIII 111-2$:
«Tú, hijo m í o , p i d e p r e s t a d o g r a n o y t r i g o p a r a q u e p u e d a s c o m e r y sa-
«He l e v a n t a d o arena; h e t r a n s p o r t a d o sal; p e r o n o h a y n a d a m á s p e s a d o ciarte y d a r a t u s hijos q u e están contigo. N o t o m e s u n p r é s t a m o grande d e
u n h o m b r e m a l v a d o . P e r o , si t o m a s u n p r é s t a m o , n o descanses hasta q u e
q u e (el f u r o r ) . . . 2 S 7 H e l e v a n t a d o paja m a c h a c a d a y he l e v a n t a d o salvado,
lo p a g u e s . P o r q u e el p r é s t a m o es dulce c o m o . . . p e r o el p a g a r l o resulta
p e r o n a d a h a y m á s liviano q u e u n transeúnte» 268,
p e r t u r b a d o r p a r a t u casa» 2 7 3 .
«Las p r e o c u p a c i o n e s d e g u e r r a c a l m a n las aguas e n t r e b u e n o s amigos».
«(Lo q u e oigas, c o m p r u é b a l o ) con t u s oídos. P u e s el a t r a c t i v o d e u n
«Si u n h o m b r e p e q u e ñ o se hiciera g r a n d e , sus p a l a b r a s volarían p o r e n - h o m b r e es su veracidad; y lo q u e le hace repulsivo es la m e n t i r a en sus
c i m a d e él» 269. labios. P o r q u e , al p r i n c i p i o , al m e n t i r o s o se le coloca e n el t r o n o , pero al
fin se d e s c u b r e n sus m e n t i r a s y se le e s c u p e en su rostro. P u e s el cuello del
263
Ecl 8,2-3: «Guarda el mandato del rey a causa del juramento hecho a Dios. No te apre- m e n t i r o s o está tallado c o m o u n a . . . doncella q u e (se oculta) d e la vista, c o m o
sures a alejarte de su presencia ni persistas en cosas que le desagradan, porque puede hacer u n h o m b r e q u e causa i n f o r t u n i o s q u e n o p r o v i e n e n d e l dios».
cuanto quiere, pues la palabra del rey es eficaz; y ¿quién podrá decirle: ' ¿Qué es lo que ha- «(No desprecies) lo q u e te tocó en suerte n i codicies u n a r i q u e z a que se
ces' ?»
264
Ecl 6,10: «El que es, ya tiene nombre; y ya sabe que es un hombre y que no podrá con- te niega; (no m u l t i p l i q u e s ) las r i q u e z a s y n o e n g r a n d e z c a s t u corazón» 2 7 4 .
tender con quien es más fuerte que él». «(Quien) n o s i e n t a orgullo p o r los n o m b r e s d e su p a d r e y madre, q u e
265 p r ov 10,15: «La hacienda del rico es su fortaleza; pero la ruina del pobre es su indigen- el sol no brille sobre él 2 7 5 , p u e s es u n maligno».
cia»; Eclo 13,4: «El rico hace injusticias, y se gloría de ello; pero el pobre recibe una injusticia
y pide excusa»; Eclo 13,22-23: «El asno salvaje es presa del león del desierto; así, también los
pobres son pasto de los ricos»; Eclo 13,25-29: «El rico, si vacila, es sostenido por los amigos, 270
Prov 16,i: «Al hombre tocan los proyectos del corazón,
pero el pobre, si cae, es rechazado aun por los amigos. Si el rico habla, todos aplauden; aun- pero es Yahvé quien da la respuesta en la lengua».
que diga necedades, le darán la razón. Pero, si el pobre habla, le insultarán; hablará con dis- 271
creción, y nadie le reconocerá. Habla el rico, y todos calían y ponen por las nubes su discre- Is 40,26: «Alzad en lo alto los ojos y mirad (al cielo). ¿Quién lo creó? El quesaca nu-
ción. Pero habla el pobre, y dicen: ' ¿Quién es éste?' Y, si se propasa, todos se echan encima»; merado su ejército y a todos los llama por su nombre».
Prov 14,20: «Aun al amigo resulta odioso el pobre; mas el rico tiene muchos amigos"; Prov Sal 147,4: «(Dios) cuenta el número de las estrellas
19,4: «La riqueza allega muchos amigos, pero al pobre, sus amigos le abandonan... Al pobre, y llama a cada una por su nombre».
aun sus hermanos le aborrecen. ¡Cuánto más le dejarán los amigos!» 272
Aquí se juega con el término Ib', que significa «inundación», y que puede significar
266 p r o v 25,15: «Con longanimidad se aplaca el príncipe, «león». Es una sátira contra las inconsecuencias del lenguaje, como cuando nosotros al perro
y la lengua blanda quebranta los huesos». que2 no
73
tiene rabo le llamamos «rabón», o al que tiene poco pelo se le llama «pelón».
267
Prov 27,3: «Pesada es la piedra, pesada la arena; Eclo 29,4-6: «Para muchos, el préstamo es un hallazgo; fastidian a quien los socorrió...
Pero al momento de la devolución da largas y vanas excusas y echa la culpa al tiempo; si paga,
pero la ira del necio es más pesada que ambos». apenas pagará la mitad».
268 274
Al que no tiene hacienda y anda de un lugar para otros se le desprecia. Sal 61,11: «Si abundan las riquezas, no apeguéis vuestro corazón».
269 275
El súbito encumbramiento en la sociedad hace al sujeto presuntuoso. Prov 20,20: «El que maldice a su padre o a su madre, verá extinguirse su lámpara en
oscuridad tenebrosa».
616 XI. Literatura projético-sapiencial
Literatura sapiencial 617
«(De mí mismo) proviene mi infortunio. ¿Con quién voy a ser justi-
ficado? De mi casa salió la cólera. ¿Con quién voy a pelearme?» y yo te daré el mantenimiento'... Pero el asno salvaje dijo: 'Quédate con tu
«No reveles tus (secretos) delante de tus amigos, no sea que desprecien mantenimiento y pienso, con tal de que no te vea cabalgar'».
tu nombre» 2 7 6 . «No diga el rico: 'Yo me glorío en mis riquezas'» 2 7 9 .

XIV 208-223:
X 142-38:
«... (no enseñes) el mar a un árabe, ni a un sidonio el desierto, porque
«No te querelles con el que está por encima de ti. (No contiendas) con sus tareas son diferentes».
el que... y es más fuerte que tú, (porque él tomará) de tu parte y (la añadirá
a) la suya. Es lo que le pasa al hombre pequeño que (disputa) con (el grande)».
«No apartes la sabiduría de ti... No mires fijamente demasiado, no sea 6. E L «AHIQAR» DE LA BIBLIA
que se nuble tu vista. No seas (demasiado) dulzón, no sea que te traguen;
ni (demasiado) amargo, (no sea que te escupan)». E n T o b 11,20, según la Vg, se menciona una vez a u n tal
«Si quieres ser (ensalzado), hijo mío, (humíllate ante dios), quien hu- Achior (Ahiqar) y a Nadab, primo de Tobías, que vinieron
milla al (exaltado) y (exalta al humilde)» 277 . a felicitarle por los beneficios que Dios le había otorgado. En
«Lo que maldicen los labios de los hombres, dios no lo maldice... Dios
retorcerá la boca del que pervierte (diciendo mentiras) y arrancará (su) las versiones griegas y antiguas se menciona a este Ahiqar en
lengua». diversos lugares 2 8 0 . En estos textos aparecen los nombres de
«Que los (ojos) buenos no se oscurezcan, ni los (buenos) oídos (se tapo- Acheicharos (Ahiqar) y Nadan (Nadab), sobrino de Ahiqar.
nen y la boca buena ame) la verdad y la proclame». Según el códice Sinaítico, Asaradón estableció a Acheicharos
(Ahiqar) sobre la administración del reino. Como gran copero
XI 159-72: del rey asirio, intercedió por Tobías. Y era sobrino de Tobías
«Un hombre de buena conducta, cuyo corazón es bueno, es como una ( T o b 1,21.23). O t r o tanto se dice en el códice Vaticano y en
(ciudad) poderosa (situada) sobre (una montaña). (Nadie podrá bajarlo). la versión ítala. Ahiqar alimentó a Tobías durante dos años
A menos que el hombre more con dios. ¿ Cuál puede ser su refugio ?... Pero en que éste estuvo en Elimayde. Y en una fiesta de los judíos
aquel con el que está dios, ¿quién podrá echarlo abajo?»...
«El hombre (no conoce) lo que hay en el corazón de su compañero. Por en Nínive, Ahiqar y Nadab, su sobrino, se alegraron con T o -
eso, cuando un hombre bueno (ve) a uno malvado, (que se guarde de él). bías (11,17.18). Luego, en el discurso de Tobías antes d e m o -
Que (no) se junte con él en un viaje, ni sea vecino el hombre bueno con el rir, éste cuenta cómo Nadab quiso hacer matar a su tío Ahiqar;
malo». pero Dios hizo que al fin N a d a b fuera muerto ( T o b 14,10:
«La zarza envió a decir al granado: ' ¿Por qué tantas espinas (para el que)
toque tu fuste?...' El (granado) le respondió, diciendo: 'Tú eres todo es-
Sinaítico, Vaticano e ítala). Y, según el códice Sinaítico (14,15),
pinas para el que te toque». Ahiqar fue rey de Media (esto aparece también en la versión
«Todos los que entran en contacto con el hombre justo se ponen de su de la ítala).
parte». Esto responde a la leyenda de Ahiqar, que conocemos por
«(Una ciudad) de malvados será echada aparte en un día borrascoso
y en... sus puertas serán echadas abajo; son para saqueo (del justo)».
los textos extrabíblicos: Según ésta, Ahiqar fue canciller de
«(Has despreciado) mis ojos, que he levantado hacia ti, y mi corazón, Senaquerib (705-681 a . C ) ; y adoptó a su sobrino Nadan, quien
que te entregué sabiamente, y has llevado mi nombre (a la desgracia)». presentó a su tío bienhechor como traidor al rey Asaradón,
«Si el malvado agarra la punta de tu vestido, déjalo en su mano. Después sucesor de Senaquerib. Condenado a muerte, Ahiqar f u e ocul-
acude a Shamash; él tomará el suyo y te lo dará».
tado; y, al descubrirse la falsa acusación de Nadan, éste fue
XII 173-190: ajusticiado. A h o r a bien, a este sabio y adivino, Ahiqar, s e atri-
buyen esas sentencias antes transcritas de tipo sapiencial, algu-
«El hambre endulza lo amargo, y la sed (lo agrio)» 2 7 8 . nas de las cuales tienen, como hemos visto, algún parecido con
«... Si tu amo te confía guardar el agua (y tú lo cumples fielmente,
quizá) te dé oro...» determinadas sentencias sapienciales bíblicas. En ellas, AUqar
«Un día dijo el hombre al asno salvaje: 'Permíteme cabalgar sobre ti, enseña a su sobrino Nadab el modo de comportarse e n l a vida.
El faraón de Egipto pidió al rey de Asiría que le enviara u n
276 P r o v 25,g-lo: «Defiende tu pleito contra tu adversario, pero no descubras el secreto al sabio para que respondiera a una serie de cuestiones y edifica-
otro; por q u e no pueda infamarte q u i e n te escucha, sin q u e tenga remedio tu deshonra».
277
L e 14,11; 18,14: «Todo el q u e se humilla será ensalzado y el que se ensalza será h u m i - ra u n palacio en el aire. El sabio asirio satisfizo a t o d a s las pe-
llado».
278 Prov 27,7: «El perfume y el incienso alegran el corazón, y la dulzura del amigo con- 279
suela el alma». Jer 9,23-22: «Que no se gloríe el rico en su riqueza».
280
T o b 1,21.22; 2,10; 11,17.18; 14,10; 14,15.
618 XI. Literatura profético-sapiencial
\ Literatura sapiencial 619
ticiones del faraón, construyendo el palacio e n el aire y dando
\ E n el Eclesiástico también encontramos sentencias simi-
solución a sus enigmas. Luego volvió hacia Asaradón, quien
le colmó de honores, mandando matar a su sobrino Nadan, lares a las de Ahiqar. Posiblemente, el autor del Eclesiástico
que le había calumniado. El mismo Ahiqar le ató y azotó para conoció los textos del sabio oriental, aunque las sentencias
hacerlo entrar en el buen juicio «por las espaldas, ya que no coincidentes son comunes e n la literatura sapiencial de m u c h o s
había podido entrar p o r las orejas»; y le dirigió una segunda pueblos de la antigüedad, y pueden depender de u n trasfondo
serie de máximas (96-142). Luego Nadan fue ajusticiado. común. Parece q u e el autor del libro novelesco de Tobías ha
La historia y máximas de Ahiqar fueron redactadas primero utilizado el personaje legendario mesopotámico de Ahiqar para
en arameo; quizá por él mismo o por u n falsario que utilizó su resaltar la figura del protagonista del libro: Tobías 284 .
nombre. L a redacción aramea es del siglo vi a . C , pues es co- Para calibrar las posibles concomitancias entre la literatura
nocida de los judíos de la colonia de Elefantina (Alto Egipto). sapiencial bíblica y la oriental hemos de tener en cuenta q u e
C o n todo, muchas de sus sentencias aparecen ya e n los textos la literatura gnómica o proverbial surge como expresión de la
asirios del siglo v n a . C , en la biblioteca cuneiforme de Asur- sabiduría popular en todas las latitudes; por tanto, no es d i -
banipal (668-26 a . C ) . El número de sentencias atribuidas a fícil encontrar máximas morales similares en distintos contextos
Ahiqar se fue aumentando, y así, en la versión siríaca aparece históricos p o r simple coincidencia de la observación del sen-
más voluminoso. El texto original de la Historia y sabiduría de tido común sobre las diversas realidades de la vida real. Por
Ahiqar se ha perdido y sólo lo conocemos por las traducciones, eso, cuando se encuentran en distintas literaturas sentencias
que añaden retoques. La versión siríaca es la más importante sapienciales coincidentes, n o es necesario pensar que u n a d e -
y se basa en el arameo original. Las otras traducciones depen- penda directamente de la otra. De hecho, los hebreos procedían
den de la siríaca, q u e aparece e n muchos textos nestorianos. de u n ambiente seminómada de tipo cananeo, con una expe-
En la novela de las Mil y una noches aparecen sentencias de riencia de estancia en Egipto y en las estepas del Sinaí; todas
Ahiqar a través de una traducción árabe, que, a su vez, depen- estas vicisitudes históricas debieron de dejar huella en su tra-
de de la siríaca. La versión armenia depende también de la dición gnómica, que es puesta p o r escrito en los círculos cul-
siríaca. Tiene algunas sentencias nuevas q u e n o están en la turales de la corte salomónica, actividad que se continúa hasta
versión siríaca ni e n la árabe. O t r o tanto se ha de decir de la el tiempo de los Macabeos. Por eso, las máximas sapienciales
versión eslava. Parte de la historia de Ahiqar y de sus máximas bíblicas pueden ser totalmente originales o tener u n origen
aparecen en u n resumen griego titulado Vida de Esopo el fa- cananeo, egipcio, nómada y aun mesopotámico, ya que la cau-
bulista. tividad babilónica dejó profunda huella en el alma religiosa
Según Clemente de Alejandría, Demócrito (460-496 a . C ) israelita 285 .
utilizó las Sentencias de Ahiqar 2 8 1 . Por otra parte, hay grandes Por otra parte, el artificio del paralelismo ideológico (sin-
analogías entre las máximas de Ahiqar y las de Menandro tético, antitético y sinónimo) no es exclusivo de la literatura
(342-290 a . C ) . Y Teofrasto (371-296 a . C ) , discípulo de Aris- hebraica, ya q u e existe en las formulaciones literarias primi-
tóteles, compuso u n escrito titulado 'AxÍKcepos; pero se ignora tivas de todos los pueblos. Y en las tribus sin escritura aparece
su contenido 2 8 2 . Y Estrabón menciona entre los sabios de la este «paralelismo» rítmico en las tradiciones orales 2 8 6 . Y a hemos
antigüedad a Achicharos. Y en el Koran, sura 31, el tipo de mencionado algunos proverbios sumerios 2 8 7 y otros asirios 2 8 8 ;
Loqman parece calcado e n el personaje de Ahiqar y Esopo. por eso, como la literatura sapiencial egipcia es m u y rica, debió
D e hecho, el Achicharo de T o b 1,3.4 es parecido al Ahiqar
de la leyenda. Varias son las sentencias similares del libro de 284 Cf. E. COSQUIN, en R B (1899) 50-82.510-31; J. HALEVY, Tobie el Akhiskar: Revue
Sémitique (1910) 23-77; F . Ñ A U , Histoire et Sagesse d'Ahikar l'assyrien (Paris 1 9 0 9 ) ; L. P I R O T ,
Tobías y las de Ahiqar 2 8 3 . en DBS I 198-207; P . GRELOT, Sagesse a"Ahiqar, e n R B L V I I I (1961) 178S.
285 Cf. M . JOUSSE, Le style oral rytmique et mnémotechnique chéz les verbs moteurs: Archives
d e Philosophie II cah-4 (Paris 1925); ID., Les rabbis a"Israel: les récitatifs rythmiquesparalleles
281 Cf. C L E M E N T E D E A L E J A N D R Í A , Strammata I 15: P G 8,772-773; E U S E B I O , Praeparatio (Paris 1929); R. PAUTREL, Les canons du mashal rabbinique: RSR 26 (1936) 5-45.
286
evangélica X 4: P G 21,785. Cf. R. BLACHERE, Contribution á Vétude de la littérature proverbiale des árabes á l'époque
282 c f . D B S I 203. archa'ique: Arábica I (Leiden 1954) 53-83.
287
283 Cf. T o b 4,2 y Ahiq 31; T o b 4,13 y A h i q 3,9; T o b 4,16 y Ahiq 2,198; T o b 4,18 y Cf. KRAMER, L'histoire commence á Summer (Paris 1957) 164; G O R D O N , Sumerian Pro-
Ahiq 3,13; T o b 4,19 y A h i q 3,16; T o b 14,10 y Ahiq 33,97- Pero en la leyenda d e Ahtqar verbs.
no se menciona a Tobías. 288 Sagesses da Proche Orient ancien p.2 (Colloque d e Strassbourg, 1962); VíN D I J K ,
Sagesse suméro-akkadienne 6.
620 XI. Literatura profético-sapiencial i Literatura sapiencial 621
28y
de dejar huella en la tradición culturista hebraica . Respectó El adivino, con sus conjuros, no discierne la situación,
de la sabiduría cananea, apenas aparece algo en la literatura y el encantador, con sus sacrificios, no ha hecho brillar mi juicio.
Me he vuelto al nigromante, pero no ha logrado entender.
de Ras Shamra 290. I Y el mago, con sus conjuros, no ha disipado la cólera q u e pesa
sobre mí.
\ ¿De dónde provienen los males por doquier?
He mirado hacia atrás: la desgracia me persigue.
7. E L JUSTO DOLIENTE Como si a mi dios yo no hubiera ofrecido el sacrificio prescrito,
como si no invocara a la diosa en el banquete,
Observaciones pesimistas sobre la vida y relaciones con la como si mi rostro no se inclinara
y como si mi adoración no hubiera sido vista;
divinidad 291 . como aquel en cuya boca han cesado las plegarias y las súplicas,
para el cual hubiere terminado el día de fiesta
«... He venido a ser como un hombre sordo... y eliminados las neomenias (eshsheshu) 2 9 6 .
... En un tiempo me he portado como un señor, Yo me he asemejado al que se hizo negligente y despreció sus imá-
pero ahora me he convertido en esclavo 2 9 2 . genes,
El furor de mis compañeros me aniquila... al que no enseñó a su pueblo la religión y la reverencia,
El día es un suspiro; la noche, un llanto 2 9 3 ; al que no se acordó de su dios, aunque comía su comida;
El mes es silencio, y el año, un duelo... al que abandonó a su diosa y no le ofreció la libación,
29 al que ha sido opresor y olvidó a su (divino) señor,
Apenas he llegado a la vida, y ya he franqueado el tiempo fijado 4.
al que juró frivolamente en nombre de su divinidad honorable.
He mirado en torno a mí: ¡mal sobre mal! Pero en realidad yo sólo pensaba en la oración y en las súplicas,
Aumenta mi opresión, no puedo encontrar lo recto. pues la plegaria era mi meditación, y el sacrificio, mi ley;
H : gritado hacia mi dios, y no me ha mostrado su faz 2 9 s . la alegría de mi corazón estaba en el día de la adoración de los dioses;
He invocado a mi diosa, pero no levantó su cabeza. mi ganancia y mi riqueza era la procesión de mi diosa;
la veneración del rey era mi alegría
289
Gf. P . HUMBERT, Recherches sur les sources égyptiennes de la littérature d'hraéí ( N e u - y me gozaba en la música en su honor.
chátel 1929) 64-67; Rev. d'Égyptologie 10 (1955) 64-70 n.6; D B S VIII 1422-30. Yo enseñaba a mi país a guardar el nombre de dios
290
Cf. GORDON, Ugaritic Literatura n.49; W . F . ALBRIGHT, Mélanges Rowley VI, Suppl. III
(1955) J - i 5 ; M . DAHOOD, Proverbs and North-West semitic Philology (Roma 1963). y enseñaba a las gentes a honrar el nombre de la diosa.
291
T e x t o en V. SCHEIL, Une saison de fouüles a Sippar (Le Cairo 1902) n.37; S. L A N G D O N , Yo exaltaba la majestad del rey a la de dios
Babylonian Wisdom ( L o n d o n 1925); P . D H O R M E , Textes religieux assyro-babyloniens (París e inculcaba al pueblo la veneración por el palacio (real).
1907); H . ZIMMERN, Hymnen und Gebete ( A U v n 3); W . ROGERS, Cuneiform Parallels tho the
Oíd Testament 164-69; E. EBELING, en A O T 273-81; A N E T 435-37- Yo sólo sabía que estas cosas eran agradables al dios,
292
Job 29,2: « ¿Quién m e diera volver a los meses de a n t a ñ o . . . pues lo que es bueno para uno, es malo para dios,
cuando salía a la puerta de la ciudad y lo que es malo según la apreciación de uno, es buena para dios.
y en la plaza se alzaba mi silla? ¿Quién podrá entender el designio de los dioses en medio de los
Los ancianos se alzaban d e pie,
y los príncipes contenían las palabras, cielos? 297
y ponían su palma en la boca,
y enmudecía la voz de los caudillos... Los designios divinos son aguas profundas.
El oído q u e m e oía m e llamaba feliz... ¿Quién podrá comprenderlos?
N a d i e replicaba a mis palabras...
y moraba entre ellos como rey entre sus huestes ¿Cómo los seres humanos van a conocer la conducta de un dios?
y se dejaban llevar a d o n d e yo les conducía. El que ayer estaba vivo, hoy está muerto 2 9 8 .
Pero ahora ríense de mí los nías mozos q u e yo,
a cuyos padres h u b i e r a desdeñado yo contar
Al instante se ha convertido en tinieblas,
e n t r e los perros de m i g a n a d o . . . al punto ha sido aplastado.
A b o m i n a n de m í , m e esquivan En un momento cantaba una canción alegre,
y no se retraen de escupirme en la cara».
293
Job 7,6: «Mis días corrieron más rápidos q u e la lanzadera, y al instante se lamenta como una que hace duelo.
pasaron sin dejar esperanza.
Acuérdate (Dios) de q u e m i vida es u n soplo... 296
Se celebraban los días 4,8 y 17 del mes.
C o m o se deshace una nube y se va,
así el q u e baja al sheol no s u b e más». "'Job 38,1:
Job 9,25: «Mis días pasaron más veloces q u e u n correo...
«¿Quién es este que empaña mi providencia con i n s e n s a t o s discursos?...»
Se h a n deslizado como lanchas de papiro,
como águila q u e se lanza sobre la presa». Ibid., 37,15: « ¿Sabes tú los designios de D i o s ? »
294
Job 14,2: «El h o m b r e nacido de mujer, corto de días y harto d e inquietudes,
brota como u n a flor y se marchita, Ibid., 37,23: «Al O m n i p o t e n t e no le a l c a n z a m o s ,
huye como sombra sin pararse». grande es su poder y su juicio».
295 298
Job 23,3: «¡Quién m e diera saber d ó n d e hallarlo...! Job 27,19: «(El culpable) se acuesta rico, p e r o será por última vez;
Pero, si voy al oriente, no está; en un abrir de ojos ya no existe».
si al occidente, no lo distingo...
I b i d . , 34,20: «(Los impíos) m u e r e n d e i m p r o v i s o y pasan...»
Literatura sapiencial 623
622 XI. Literatura profético-sapiencial
Me han atravesado con pinchos; la punzada era feroz 3 0 1 .
Como el día y la noche cambia de humor. Todo el día me acecha un perseguidor 302 .
Cuando están hambrientos, parecen cadáveres; De noche, mi aliento no respira un momento.
cuando están saciados, se miden con los dioses. Mis nervios, al estirarse, han quedado sueltos;
En la prosperidad hablan de subir al cielo; mis miembros están desquiciados, como algo aparte.
cuando están afligidos, regañan y quieren bajar al mundo Sub- Paso la noche en mi estiércol como un buey 303 .
terráneo Estoy empapado, como una oveja, en mis excrementos.
./ . . . ', Mi artritis elude al conjurador
Un mal espíritu ha venido del abismo... ; \ y mis agüeros confundieron al adivino.
Un dolor de cabeza procede de Ekur (mundo subterráneo)... ;' ¡El encantador no ha sabido determinar mi enfermedad
El... (demonio) ha descendido de la montaña del mundo subte- y el adivino no acierta a determinar el tiempo de mi dolencia.
rráneo... Ni el dios me ha ayudado, ni ha tomado mi mano;
Como la hierba del suelo, la enfermedad vuelve pálido... mi diosa no ha mostrado compasión ni vino a mi lado.
Todos juntamente se echarán hacia mí...
Al cuerpo erguido destruyeron como a un muro Mientras la sepultura estaba aún abierta, se apoderaron de mis
y a mi ancha figura echaron abajo como a una caña. joyas 3 0 4 ;
Como un singirtu (planta acuática) fue echado y arrojado sobre mí y antes de que hubiera muerto terminó el llanto por mí.
El alu (demonio de la enfermedad) ha cubierto mi cuerpo como un Todo el país decía: ' ¡Qué pena!'
vestido. El que me deseaba el mal lo oía, y su rostro brillaba (con alegría) 3 0 5 .
Como una red el sueño me ha cubierto. Trajeron las buenas noticias, las buenas noticias a la mujer que
Mis ojos se clavan fijos, sin mirar; deseaba mi mal,
mis oídos están abiertos, sin oír. y se alegró su espíritu.
La languidez se ha apoderado de mi cuerpo, Pero yo sé el día en que mis lágrimas cesarán 306 ,
una desgracia repentina ha caído sobre mi carne; en que las divinidades se mostrarán tales protegiéndome.
la debilidad se ha apoderado de mi mano, Pesada era mi mano, y no podía aguantarla;
el cansancio ha caído sobre mis rodillas 299. poderoso era su espanto...
La muerte (me ha perseguido) y ha cubierto todo mi cuerpo.
Una mañana tuve un sueño dos veces con el mismo significado:
Si alguno pregunta por mí y me llama, no respondo.
Mi gente llora, pero yo ya no existo. un cierto hombre, inmenso por su estatura...,
En mi boca se ha colocado una mordaza. quitó lo que obstruía y abrió mi oído...
Yo he retenido la palabra en mis labios... Mi nariz, cuyo (repirar) estaba impedido por la opresión de la ca-
El trigo, aunque esté podrido, lo como. lentura,
La cerveza—¡vida divina!—le he eliminado de mí. curó su lesión, de forma que pude respirar...
Mucho ha durado la desgracia. Mis labios, que estaban apretados y (temblaban),
Mi apariencia por extenuación... él desechó su temor y soltó sus ligaduras.
Mi carne está flácida, mi sangre (se va); Mi boca, que estaba cubierta y con la que hablaba cuchicheando,
mis huesos están rotos... mis músculos inflamados... él la limpió como si fuera cobre y la hizo brillar.
Tomo mi lecho por cárcel, pues han bloqueado mi salida 3 0 0 . Mis dientes, que estaban cerrados y...,
Mi casa se ha convertido en prisión; él abrió el espacio entre ellos y sus raíces...
mis manos han sido puestas en grilletes; es decir, mi carne. La lengua, que estaba atada y era inhábil para su función,
Mis pies han sido arrojados en cadenas. él le quitó su mudez, y su habla se hizo clara.
Mis ronchas se convierten en llagas, mi herida es grave.
Me han golpeado con un látigo terriblemente.
Sal 22,17: «Me han taladrado mis m a n o s y mis pies
y puedo contar todos mis huesos».
299
J o b 17,1: «Mi espíritu se extingue, mis días acaban; Job 7,13: ''Cuando m e digo: ' E n mi cama hallaré consuelo,
sólo me q u e d a el sepulcro». el lecho aliviará mis dolores',
tú m e aterras con sueños,
Job 17,7: «Mis ojos se consumen de tristeza m e espantas con visiones... M e c o n s u m o » .
y m i s m i e m b r o s se desvanecen como sombra... Job 2,8: «Rascábase Job con u n tejón y estaba s e n t a d o sobre la ceniza».
A la fosa g r i t é : ' T ú eres m i padre'; Sal 22,18-19: «Ellos (mis enemigos) m e c o n t e m p l a n y miran.
y a los gusanos: ' M i m a d r e y mis hermanos'». Se han repartido mis vestidos,
300 y echan suerte sobre m i túnica».
Sal 22,15: «Me d e r r a m o como agua;
Sal 41,6-10.
todos mis huesos están dislocados.
Job 19,25-26: «Porque yo sé q u e mi R e d e n t o r vive,
M i corazón es como cera,
y al fin se erguirá como fiador s o b r e el polvo,
q u e se derrite dentro de mis entrañas.
y detrás de m i piel yo m e m a n t e n d r é e r g u i d o ,
Seco está, c o m o u n tejón, mi paladar, y desde mi carne yo veré a Dios».
m i lengua está pegada a las fauces
y m e han echado al polvo de la muerte».
624 XI. Literatura profético-sapiencial \ Literatura sapiencial 625
A la tráquea, que estaba estrechada y tiesa como un cadáver, ae desinteresarse de los destinos de los hombres, los determi-
hizo que sus cantos fueran alegres y sonaran como flauta. nan cada año. En realidad, los dioses tienen necesidad del
Los pulmones, que estaban apretados y no recibían (aliento),
se enderezaron y se abrió lo que los taponaba... hombre, de su culto, pues de otro modo los dioses no podrían
El ancho intestino, que estaba vacío por el hambre y entrelazado c(jn» disfrutar de sus banquetes 308 . Pero los dioses son celosos de
un cesto, su inmortalidad y han puesto al hombre la limitación trágica
recibió alimento y aceptó bebidas. de la muerte. Es lo que se dice en el poema de Gilgamesh:
El cuello, que se había ablandado e inclinado,
se irguió como una montaña y se puso erecto como un cedro. \
Mi vigor se hizo semejante al que tiene plena fuerza... \ «Cuando los dioses crearon la humanidad,
Las rodillas, que estaban tiesas, se alzaron ... | 1 decidieron la muerte para la humanidad
En un sueño vi a un cierto hombre... j ', y retuvieron para ellos la vida))309.
que tomaba en su mano una rama de tamarisco y un vaso de purificar,
(diciendo): 'Tab-utul-EnlU, morador de Nippur, Desde entonces surgió en el hombre eso que se ha dado
me ha enviado para purificarte'. en llamar la «angustia vital», tan bien dramatizada en el relato
Y, levantando agua, la derramó sobre mí. de la caída del primer hombre según la tradición bíblica 3 1 °.
Recitó la encantación de vida, me ungió con...
Y vi un tercer sueño... en la noche: Desde entonces, el hombre ha ensayado todos los medios de
según el modo humano, una muchacha (hermosa) con facciones de- escapar a su destino mortal, apelando a la magia y a la religión.
licadas... Etana busca la «hierba del alumbramiento» y se eleva sobre
Marduk tomó mi mano, levantó mi cabeza...
Y volví a Babilonia y entré en el Esagila...,
los aires llevado de las alas de un águila. Pero, cuando se acerca
y persistí ante él con súplicas e imploraciones, a la región donde habita Ishtar, el héroe declara: «Yo no pue-
le ofrecí incienso de suave olor con libaciones... do subir al cielo». Y el vértigo le hace perder la ocasión de
Marduk puede hacer revivir al que está en situación grave, llegar a la región de los dioses 311 . Y el héroe y el águila caen
Sarpanit puede librar de la destrucción».
destrozados en el suelo.
El esquema religioso sumero-acadio se basaba en un deter-
Como en el caso del infortunado Job, el justo doliente
minismo del destino. Todo viene al hombre por determinación
mesopotámico sufre a pesar de que es consciente de su ino-
de los dioses. Por ello está sujeto a fuerzas superiores, bené-
cencia. La diferencia entre ambas producciones literarias (la
ficas o malignas. De ahí la situación conflictiva permanente
bíblica y la mesopotámica) está en el enfoque general, ya que
del hombre. El poema del «justo doliente» de Babilonia refleja
en el caso de Job no intervienen para nada los magos, los adi- la situación de un enfermo que no sabe por qué los dioses le
vinos, y el infortunado varón de Hus acepta con estoica pasi- condenaron a tal situación, y, como en el caso de Job, al fin
vidad su triste situación: «desnudo salí de mi madre y desnudo el dios le cura y restablece totalmente, terminando con una
volveré a la tierra» 307 . Es algo más que la aceptación fatalista acción de gracias.
oriental: «Dios me lo dio, Dios me lo quitó»; es la expresión
de entrega a los misteriosos designios de una fuerza superior. El tema, pues, es común a todas las literaturas, y no se
En los diálogos desahoga sus sentimientos de protesta ante las puede hablar de una dependencia literaria del relato bíblico
estultas argumentaciones tradicionales de sus amigos, y, al fin, del texto babilónico, que le es muy anterior, pues, aunque
al ver las obras grandiosas de Dios en la naturaleza, reconoce las tabletas en el que fue encontrado son del siglo v n a.C, su
que se ha sobrepasado en sus afirmaciones. Todos se han original es anterior al 2000 a.C. En el texto hemos señalado
algunas frases parecidas, pero el enfoque sustancial es total-
equivocado, pues la solución está en el hecho de que los desig-
mente diverso en ambos poemas; el diálogo de Job es vivido
nios de Dios sobre los hombres son inescrutables. No cabe
y de una fuerza expresiva muy superior al relato mesopotámi-
sino acatarlos con humildad y paciencia.
co. Como dice J. Nougayrol, «si se entra en el detalle de las
En la perspectiva mitológica de la religión mesopotámica,
el hombre es obra de los dioses, pues ha sido formado con la 308 Poema de la creación o Enuma elish VI 3.26: SAO 46.
sangre de un ser divino (¿Marduk-Qingu?), y los dioses, lejos 3«9 Poema de Gilgamesh X 3; S A O 75.
3I
" G e n 3,lss.
311
Mito de Etana; P . D H O R M E , Choix des textes religieux assyro-babyloniens (París 1907)
3 ° ' Job 1,21. 179.
626 XI. Literatura projético-sapiencial
Literatura sapiencial 627
diversas versiones, se encuentra poco, extrañamente poco, d e /
El que contempla el rostro de un dios tiene un Lamasu (genio pro-
coincidencias entre ellas. Es preciso, pues, hablar de un tema tector) 318,
común, n o de una misma fuente» 3 1 2 . el que reverentemente da culto a una diosa amontona abundancia.

3.1 («El afligido) :


8. D I Á L O G O PESIMISTA ENTRE UN AFLIGIDO Y su AMIGO SOIJRE
1 «¿Es tu corazón, amigo mío, un manantial de agua que acumula
LA MISERIA HUMANA / toda la (sabiduría)?
¿Es tu conocimiento el oleaje del mar que embiste?
(Es un poema acróstico, pues cada uno de los versos comienza cfjn la Voy a interrogarte con cuidado; escucha mi discurso 319,
misma sílaba, como el salmo 119. La copia actual no es anterior al siglo vil atiende un momento y escucha mi palabra.
a . C , pero el original es varios siglos más antiguo. El que sufre habla en las Mi... ha terminado; estoy olvidado...
estrofas con números impares, mientras que el amigo en los pares) 313. Mi buena dicha la he dejado escurrirse, la dejé pasar...
Mi vigor se ha desvanecido... ha cesado 320.
1. (Afligido): Turbaciones y desesperación... hasta la saciedad.
El vino del dátil que reconforta a los hombres...»
«... Permite que te cuente mis penas... busco a un compañero...
(Confórtame), porque sufro... T e lo ruego. 5. (El afligido) :
¿Dónde está tu hermano, comparable a ti?
¿Dónde hay un hombre sabio como tú? 314 «¿Es que el fiero león, que come lo mejor de la comida,
¿A quién puedo volver para relatarle mi tormento? 315 presenta su ofrenda de pasta e incienso para calmar el disgusto de
(Yo había terminado) y los males mentales vinieron al punto. la diosa?
Yo era el último, pues el destino había arrebatado al que me engendró. ¿Es que el engreído, cuya abundancia ha aumentado,
La madre que me engendró fue llevada a la región subterránea. pesa el metal precioso a la diosa Mami?
Mi padre y mi madre me abandonaron y no tuve protector». ¿He retenido yo la oblación de harina ? No. Yo he rogado a los dioses
y he presentado los sacrificios prescritos a la diosa...»
2. (El amigo) :
6. (El amigo) :
«Mi querido amigo, lo que dices es doloroso,
y penoso al corazón que te ama lo que tu presentas para meditar. «¡Oh palmera, árbol exuberante, hermano precioso,
T u espíritu inteligente lo has hecho semejante al de un imbécil. dotado con la totalidad de la sabiduría, joya escogida de los dioses!
T u s radiantes formas las has transformado en tinieblas. T ú estás firmemente asentado como la tierra, pero el consejero (divi-
(Los hombres), apenas engendrados, se van por el camino de la no) está lejos.
muerte 3 1 6 . Considera al noble onagro...
T ú atravesarás el río (subterráneo) del Hubur, se dice desde siempre. El ha hollado el producto de los campos, y la flecha se vuelve contra él.
Mira, la gente está uniformemente (triste). Considera, si te place, al enemigo de los rebaños, al león que has
A los ricos... los habían glorificado ardorosamente. mencionado.
Pero ¿quién ha favorecido al hombre justo?» 317 A causa de la brutalidad que el león ha cometido, una fosa ha sido
abierta contra él.
3i 2 J. NOUGAYROL, Une versión ancienne du "Juste souffrant»: R B (1952) 250. Y al engreído, dotado de riquezas, cuyas propiedades se acumulan,
313
T r a d . de E. EBELING, en A O T 287-91; M . MEISSNER, Babylonien und Assyrien II el gobernador lo quema en el fuego antes del tiempo determinado.
(Leipzig 1925) 422; E. D H O R M E , en R B (1923); A N E T (R. H . PFEIFER) 438-40.
314
Job 6,24; «Enseñadme vosotros, y yo m e callaré; ¿Quieres seguir las sendas que éstos han pisado?
y si h e errado, hacédmelo ver. Busca, pues, incesantemente el favor benevolente del dios».
¡Cuan persuasivas son las palabras de rectitud!»
3 5
i Job 6,28: «¡Y ahora dignaos volveros hacia m í . . . ;
volveos y no seáis injustos, 7. (El afligido) :
pues la justicia está conmigo!»
316
Job 14,2; «El h o m b r e , nacido d e mujer, corto de días y harto d e inquietudes,
«¡Tu opinión es un viento del norte, una (buena) brisa para el
brota como u n a flor y se marchita...» pueblo!
317
Job 4,15: «(Dios) salva al arruinado de boca,
y de la m a n o del prepotente ai necesitado...» 318
Job 4,7: «Recuerda bien: ¿Qué inocente pereció?
Job 8,3: « ¿Acaso tuerce Dios el derecho? ¿Qué justos fueron exterminados?
Job 8,6: «Si fueres recto y puro, desde ahora (Dios) velará por ti
¿Puede el O m n i p o t e n t e pervertir la justicia? y restaurará la morada d e tu justicia...
A ú n llenará tu boca de sonrisas, y de júbilo tus labios».
Job 9,24: «La tierra es entregada en manos d e los impíos», 319
J o b 19,21: «¡Apiadaos de mí siquiera vosotros mis amigos,
Job 12,6: «Paz gozan las tiendas d e los devastadores porque m e ha herido la mano d e Dios»!».
320
y están seguros los q u e provocan a Dios». Job 7,5: «Mi carne está cubierta de gusanos y de escamas terrosas,
mi piel se arruga y se deshace supurando».
Literatura sapiencial 629
628 XI. Literatura profético-sapiettcial
Puro y selecto es tu... consejo, Al que lleva el yugo de Dios, ciertamente no le falta comida.
pero (permíteme añadir) una simple palabra ante ti: Busca, pues, el aliento bueno de los dioses,
Caminan por una senda feliz los que no buscan (a un dios) 321. y lo que has perdido este año lo recuperarás al instante» 324,
Y los que devotamente ruegan (a una diosa) se hacen pobres y débiles.
En mi adolescencia (investigué) el espíritu del dios, i (El afligido:)
con humildad y piedad he buscado a la diosa;
(y, sin embargo), soporto una carga sin provecho como un yugo; «Entre los hombres, yo he hecho observaciones, pero las apariencias
los dioses me han traído escasez en vez de riquezas. cambian.
Un tullido me hace frente, un loco está contra mí; Dios no detiene el camino del demonio sharrábu.
han robado mi collar y he sido postergado». En los canales, el progenitor arrastra el barco,
mientras que su primogénito está en el lecho;
8. (El amigo:) el hermano más viejo avanza en el camino como un león,
(mientras que) el hijo segundo se deleita en empujar una muía.
«En realidad, ¡oh espíritu ingenioso y agudo!, lo que tienes en En la calle, el primogénito caza vergonzosamente (para saquear),
la mente no te es conveniente. Has rechazado la verdad, has des- mientras el hijo segundo distribuya alimento al necesitado.
preciado el decreto de los dioses. Porque el deseo de tu alma era En presencia de un jefe, yo, ¿qué puedo ganar?
no observar las ordenanzas de los dioses 322) y has descuidado las Yo debo someterme (incluso) a mi esclavo 325,
purificaciones rituales de la diosa. Como el centro de los cielos, El hombre rico y feliz me desprecia
así (está lejos) el consejo divino. Pues no se ha dado (entender) el como si fuera el último de todos».
oráculo del dios y de la diosa. La verdadera inteligencia (es exclui-
da) de la humanidad 323, Mientras tanto, el cometer el mal (es in- (El amigo:)
evitable) a los hombres y enseñar (a la gente) el camino del pecado...
«¡Oh sabio y fuerte, dotado de conocimiento!
13. (El afligido:) T u corazón se come a sí mismo cuando tú amenazas al dios injus-
tamente.
«Que yo abandone la casa... Que yo no desee la propiedad.
Que yo olvide los dones votivos de dios, La mente del dios, como el centro de los cielos, está lejana;
hollando las prescripciones rituales, su conocimiento es difícil, el hombre no puede entenderlo 326,
que yo coma, matando al buey... El producto de la mano de la diosa Aruru es vid en general.
Que yo vaya hacia la fortaleza y me traslade lejos, El vastago prematuro es siempre delgado;
Que yo perfore un pozo, dejando salir las aguas, la primera ternera de la vaca es inferior (de calidad).
un manantial en el desierto... para que ande errante, Su segundo es doblemente ancho.
que vaya casa por casa, dominando mi hambre; El necio engendra un hijo sobresaliente.
que me eche en los campos y cace por los caminos Y el héroe fuerte, a uno cuyo nombre le es contrario.
y que entre a modo de mendigo... Queda claro que la gente no puede conocer la voluntad de Dios.

22. (El amigo:) (El afligido:)


«El collar, la belleza por la que suspiras «¡Préstame atención, amigo mío! Procura entender mi idea.
... sus piernas, pronto él había perdido. Guarda la expresión selecta de mi hablar:
El malvado, el impío que adquirió riquezas, (La gente) exalta la palabra de un hombre prominente experto en
el asesino con su arma le persigue. asesinar;
¿Quién no busca el consejo de Dios, lo que es su éxito ? (en cambio), desprecia al desgraciado que no ha cometido violencias,
y justifica al que obra mal, cuya iniquidad...
321
Job 9,24: «La tierra es entregada a las manos de los impíos...»
324
Job 21,7: Job 5,8: «Yo que tú me volvería a Dios
y en Dios pondría mi causa...
« ¿Cómo es que viven los impíos, envejecen y se acrecienta su fortuna?... sus toros No desdeñes la corrección del Omnipotente...
fecundan..., sus vacas paren y no abortan... Acaban sus días placenteramente...» Probarás la paz de tu tienda...»
325
322
Job 22,6: «Pues exigías, sin razón, prenda a tus hermanos, Job 30,1: «En presencia ríense de mí los más mozos que yo,
despojabas de sus ropas a los harapientos, a cuyos padres hubiera yo desdeñado de contar
entre los perros de mi ganado».
no dabas de beber al sediento, 326
Job 4,3: «He aquí que enseñaste a muchos...»
y al hambriento le negabas el pan». Job 5,13: «(Dios) sorprende a los sabios en su astucia
323
Job 28,12: «Pero la sabiduría, ¿dónde hallarla? y frustra los designios del malvado».
¿Dónde está el lugar del entendimiento? Job 8,3: «¿Acaso tuerce Dios el derecho, puede pervertir la justicia?
No conoce el hombre su senda, Nosotros somos de ayer, y no sabemos nada...
ni se halla en la tierra de los vivientes». Dios no rechaza al íntegro... Aún llenará tu boca de sonrisas, y de júbilo tus labios».
\ Literatura sapiencial 631
630 XI. Literatura profético-sapiencial

En cambio, rechazan al justo, que sigue la voluntad del dios. 9. L A REGIÓN DE LOS MUERTOS
Llenan con metales preciosos al... del bandido,
pero vacían la despensa del desamparado. Las concepciones de los mesopotámicos sobre ultratumba
Fortalecen al poderoso, cuyo cortejo es (malvado), / son m u y parecidas a las de los hebreos, pues éstos hablaban
pero arruinan al débil y echan abajo al débil 327.
Y a mí, sin ayuda, el arrogante me persigue». de una región hueca, llamada sheól («oquedad»), adonde iba
el sustrato personal de todos los difuntos en estado flácido de
26. (El amigo:)
sombras, mientras que aquéllos daban a aquella región sub-
«El rey primitivo, el dios Narú (Enlil), creador de la humanidad; terránea el n o m b r e de arallú. En los textos bíblicos, a esta re-
el glorioso dios Zulummaru (Ea), que modeló la arcilla; gión de los muertos se la designa como una región subterránea,
la reina, que los modeló, la señora divina Mama,
otorgaron a la humanidad el habla ingeniosa, tenebrosa 3 2 9 , la «casa del silencio» 3 3 ° , el «país sin retorno» 3 3 1 ,
les confirieron para siempre falsedad e infidelidad. donde habitan los refaím o sombras de los difuntos, los cuales
Así exaltan favorablemente la benignidad del rico: no tienen ninguna manifestación que merezca el nombre de
¡El es un rey! ¡Sus divinidades tutelares están a su lado! vida. Es una situación similar a la de los habitantes del hades
Y, como si fuera un ladrón, maltratan al hombre desgraciado,
le calumnian y traman la muerte contra él, de la mitología helénica 3 3 2 . Y, aunque Dios tiene dominio
y deslealmente le desean todo mal, porque no tiene protección; sobre esta región de sombras, sin embargo, no hay relaciones
espantosamente le arruinan y le apagan como a una llama». afectivas entre sus habitantes y el Dios de los vivos 3 3 3 , pues
27. (El afligido): sólo «pueden alabarle los vivientes» 3 3 4 . Por otra parte, no apa-
rece mencionado u n jefe o genio maléfico presidiendo esta re-
«¡Piedad, amigo mío! ¡Escucha mis quejas!
¡Ayúdame! ¡Contempla mi miseria y compréndeme! 328
gión, que no es de castigo, sino de inconsciencia 335 .
Yo soy un esclavo sabio y suplicante. En la literatura mesopotámica encontramos varios fragmen-
No he tenido ayuda ni confortamiento ni un instante. tos que aluden a esta región subterránea, a la que se califica
He caminado tranquilamente a través de las plazas de la ciudad. también como «país sin retorno», «sin luz», donde el «polvo»
Mi voz no fue nunca fuerte, mi hablar fue quedo.
No levanté mi cabeza, mirando hacia el suelo. es la comida de los difuntos. Sobre éstos reina Ershkigal, que
Como un esclavo, no fui glorificado en la asamblea (de mis padres). tiene u n lugarteniente llamado Namtaru, que es el encargado
¡Que el dios Ninurta me asista! de poblar estas regiones subterráneas enviando pestes a los
¡Que la diosa Ishtar... tenga compasión de mí! vivos. Es lo que se refleja en este poema, en el que se canta el
¡Que el pastor (rey), el sol del pueblo, tenga compasión!»
descenso de Ishtar (diosa de la vegetación) a la región tenebrosa
E n este maravilloso diálogo encontramos un cierto pareci- para después resucitar con la primavera.
do con el libro de Job. En ambos se clama contra la injusticia
y se pide a la divinidad que ponga coto ante la triste situación Descenso de Ishtar a los infiernos
de una sociedad en la que prosperan los impíos y desalmados.
(La diosa de la fertilidad Ishtar, llamada en sumerio Jnanna, desciende a
Pero tampoco aquí podemos hablar de una dependencia lite- la región subterránea y para entrar en ella tiene que someterse a determina-
raria directa y ceñida del libro bíblico respecto del escrito m e - das exigencias protocolarias. Este mito aparece ya en textos súmenos; pero
sopotámico. Es una situación similar de desgracia que ha ins- tenemos dos versiones semíticas más completas 336)
pirado a dos genios excepcionales el examen de las tristes vici- 329
Is 14,15: Jon 2,27; 1 Sam 28,13. D e allí subían los espectros.
330
situdes de una sociedad desigual. Como siempre, la altura del 331
Sal 94,17; 115,17- Es la «tierra del olvido»; Sal 88,19.
Job 7,9.10.20; 10,21.
monoteísmo y las expresiones radicales y punzantes dan marca- 332
llíada XX 64: «En su espantosa p o d r e d u m b r e , hiela de horror a los mismos dioses*.
Y Aquües declara a Ulises en Odisea XI 488-91: « O h , no m e disfrace la m u e r t e , mi noble
da superioridad al libro hebraico, más elaborado y posterior. Ulises ... Yo preferiría ser criado de bueyes en vida con u n pobre granjero q u e no tuviera
La problemática de la «angustia vital» fue patrimonio común mucho, que reinar sobre muertos, sobre este pueblo extinguido...»
333
Prov 15,11; 27,20; Sal 88,12-18.
de los grandes pensadores de la antigüedad. 3
" Is 38,18-22.
335
Sobre el sheol véase M . GARCÍA CORDERO, La vida de ultratumba según ios antiguos
327
Eclo 13,25-29: «Habla el rico, y todos callan y ponen por las nubes su discreción. Pero hebreos: Salmanticensis (1954) 343-64; R. CRIADO, en XV Semana Bíblica Española (Ma-
habla el pobre, y dicen: ' ¿Quién es éste?' Y, si se propasa, todos se echan encima»; Prov 19,4: drid 1955) 23-56.
«La riqueza allega muchos amigos, pero al p o b r e los amigos le abandonan...» 336
L a recensión más antigua proviene d e Ashur; la otra, de la librería d e Aswbanipal d e
328
J o b 19,21: «Apiadaos d e mí siquiera vosotros mis amigos...» Nínive. Traducciones de JENSEN, en K B VI 8oss; S. G E L L E R : O L Z X X (1917) col.4iss;
E. EBELING, en A O T 2o6s; P. D H O R M E , Choix des textes religieux assyro-babylmiens (Pa-
rís 1907) 227-341; A N E T 106-109; S A O 94-100.
Literatura sapiencial 633
632 XI. Literatura projético-sapiencial
j el mal de costado, sobre su costado;
«Hacia la tierra sin retorno, al reino de (Ereshkigal), / el mal de corazón, sobre su (corazón);
Ishtar, hija de Sin (dios lunar), dirigió su mente... / el mal de los pies, contra sus (pies);
Si, asi lo decidió la hija de Sin...
el mal de cabeza, contra (su cabeza);
Hacia la casa sombría, morada de Irkal (la) (Nergal) 337 , contra cada parte de ella, contra (todo su cuerpo)'.
hacia la casa de la que no sale el que entra 338 , Después que la señora Ishtar había descendido al mundo subterráneo,
al camino sin retorno 33!); el toro no cubría a la vaca, el asno no se acercaba al asna,
a la casa donde el que entra está privado de luz 340 , en la calle el hombre no se aproximaba a la doncella,
en la que el polvo y la arcilla son su comida, el hombre se acostaba en su cámara...»
en la que no ven la luz, pues están en tinieblas
y están como pájaros con alas por vestido.
Y donde sobre la puerta y el cerrojo se esparce el polvo. Bibliografía
Cuando Ishtar llegó a la puerta del país sin retorno,
dijo estas palabras al portero: a) Profetismo
' ¡Oh portero, abre tu puerta! BARUCQ, A., Oracle, en DBS VI col.752-88.
¡Abre tu puerta para que yo entre! DHORME, E., Les religions de Babylonie et d'Assyrie 25-26.
Si no abres la puerta para que entre, CAUSSE, A., Les prophétes et la crise sociohgique de la religión d'Israél: RHPR
derribaré la puerta, romperé el cerrojo 341 . 12 (1932) 9 7 - 1 4 0 .
Romperé los dinteles, quebraré los batientes. DOSSIN, G., Une révélation du dieu Dagon a Terqa: RA 42 (1948) 125-34.
Haré subir a los muertos para que coman a los vivos, LODS, A., Studies on Oíd Testament Prophecy (Edimbourgh 1950).
hasta que los muertos sean más numerosos qu los vivos'. DRIOTON-VANDIER, L'Égypte (Paris 1952) 338S.
Entonces el portero abrió la boca para hablar, DÜRR, L., Wollen und Wirken der alttestamentlichen Propheten (Dus-
diciendo a la gran Ishtar: seldorf 19 26).
' ¡Detente, señora mía, no la derribes! EHERLICH, E. , Der Traum im Alten Tastament (Berlin 1953).
¡Yo iré y anunciaré tu nombre a mi soberana Ereshkigal!' ELLIGER, K., Prophetbund Politik: Z A W 53 (1935) 3-22; 55 (1937)291-96.
Y el portero entró y dijo a Ereshkigal: FALKENSTEIN, A., en La divinisation en Mésopotamie ancienne et dans les re-
'Aquí está tu hermana Ishtar, ligions voisines (Paris 1966).
la que organiza las grandes fiestas, FOLLET, R., Sunatua Damqe («Visa mihi somnio propitia sunt»): Verbum
que agita las profundidades ante Ea, el rey'. Domini 32 (1954) 90-98.
Cuando Ereshkigal oyó esto, GADD, C J., Ideas of Divine Rule in the Ancient Near East (London 1948).
el rostro se volvió pálido como un tamarisco talado, GARCÍA CORDERO, M., Biblia comentada III (Libros Proféticos) (Madrid 1968)
mientras sus labios se oscurecían como una caña kuninu aplastada. 2-54-
' ¿Qué es lo que guió su corazón hacia mí?... 3 4 2 GUILLAUME, A., Prophecy and Divinisation among the Hebrews and other
Y se fue el portero a abrirle la puerta, (diciendo): Semites (London 1935).
'Entra, señora mía, y que Kutah se alegre por ti 343 ; GRAHAM, W . C , The Prophets and Israel's culture (London 1938).
que el palacio de la tierra sin retorno se alegre con tu presencia'. GRESSMANN, H., Der Messias (Góttingen 1929) 417-45.
Y, cuando le hizo cruzar la primera puerta, HALDAR, A., Associations of Cult Prophets among the Ancient Semites (Upp-
le quitó la gran corona de su cabeza... sala 1945).
Y cuando Ishtar bajó al país sin retorno, — Studies on Oíd Testament Prophecy (Edimbourg 1950).
Ereshkigal la vio, y ante su presencia se turbó. HÓLSCHER, G., Die Propheten (Leipzig 1914) 140S.
Pero Ishtar, sin razongar, se echó sobre ella. HALLO, W . W., Akkadian Apocalypses: IEJ XVI (1966) 231-42.
Entonces Ereshkigal abrió su boca para hablar, JACOB, E., Le Prophélisme israélite d'aprés les recherches recentes: RHPR 32
diciendo a Namtaru, su mensajero: (1932) 59-69.
'Ve, Namtaru..., y enciérrala en mi (palacio). JEPSEN, A., Nabi (München 1934).
Suelta contra ella las sesenta epidemias, contra Ishtar: JUNKER, H., Prophet und Seher im Alten Testament (Treveris 1927).
el mal de ojos, (contra) sus (ojos); LANCZKOWSKI, G., Altágyptischer Prophetismus (1960).
337 LAMBERT, W . G., Akkadian Prophecies: JSC XVIII (1964) n.1.7-23.
Job 10,20: «La región de tinieblas y de sombras de muerte»; 17,13; 18,18; Lam, 3,6;
Sal 88,13. LARGEMENT, R., Les oracles de Biie 'am et la mantique suméro-akhadienne,
338
339
Job 7,9: «El que baja al sheol no sube más». en Memorial du Cinquenténaire de EOL de Paris (1967) 37-50.
Job 10,20: «Es sin retorno el camino por donde voy»; Sab 2,1: «No se sabe que nadie LODS, A., Les Prophétes d'Israél et les debuts du Juda'isme (Paris 1935).
haya escapado del Hades».
34
« Lam 3,6: Me COWN, C. C , Hebrew and Egyptian Apocalyptic Litterature: H T R
«Me hace habitar en tinieblas, XVIII ( I 9 25) 357-4H-
como los de ya mucho tiempo muertos».
341
Jon 2,27: «Bajé a la región, cuyos cerrojos echaron sobre mí para siempre». NÉHER, A., L'essence du Prophétisme (Paris 1955).
342
La soberana del mundo subterráneo siente aprensión ante la presencia de Ishtar, reina NOUGAYROL, J., La divinisation babylonienne (París 1968) 68-98.
de la vida y de la fertilidad, pues teme que libere a todos los que tiene aprisionados en su OPPENHEIM, A. L., The Interpretations of Dreams in the Ancient A'rar East
reino tenebroso.
343
Kutah es uno de los nombres del mundo subterráneo. (Philadelphia 1956).
Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 635
634 XI. Literatura profético-sapiencial
RAMLOT, M., Prophétisme: DBS VIII col.811-1222.
ROWLEY, H. H., The nature of prophecy in the light of recent study: H T R
(1945) 1-38. XII. LOS DOCUMENTOS DEL MAR MUERTO
SCHENKE, H.-M., Die Orakel ira Alten Aegypten (1960).
S.ELLIN, E., Der Alttestamentliche Prophetismus (Leipzigig 12) 144-48.172-
83.228-37. A) Las c o m u n i d a d e s religiosas esotéricas judaicas
D u r a n t e los años 1947-54 se han encontrado en la orilla
b) Literatura sapiencial
noroccidental del mar Muerto una serie de documentos sensa-
ALBRIGHT, W . F., Canaanite-Phoenician Sources of Hebrew Wisdom: VTS cionales datados entre 200 a . C - 1 3 5 - d . C , en los que se alude
III (1955) 10.
ALVAREZ DE MIRANDA, Job y Prometeo, o religión o irreligión: Anthologica a una secta judaica de organización monacal que representa
Annua 2 (1954) 207-37. una línea altamente espiritualista en relación con las otras—fa-
AYUSO, T., Los elementos extrabíblicos de Job y del Salterio: EstBib 7 (1948) riseos y publicanos—de los tiempos de Jesucristo. Incluso se
429-38. ha encontrado la Regla por la que se gobernaba esta comuni-
— Los elementos extrabíblicos de los sapienciales: ibid. 6 (1947) 187-223.
BAUMGARTNER, W., Israelitische und altorientalische Weisheit (Tübin- dad cenobítica, cuyo monasterio fue descubierto en unas rui-
gen 1933). nas localizadas en u n lugar llamado Qumrdn, justamente en la
BRUNET, Proverbs 22,17-24,22 et la possibilité d'une source égypiienne: Se. parte más septentrional de la orilla occidental del mar M u e r t o .
Eccl. I (1948) 19-40. Pero en la mayor parte del material de manuscritos en hebreo
CAUSSE, A., Sagesse égyptienne et sagesse juive: RHPR 9 (1929) 149-69.
COURAYER, B., Ideal sapiential en Egypte et in Israel: RB 57 (1950) 174-79. arcaico, de escritura cuadrada anterior a la recensión masoréti-
— Emenopé I 9; III 13: Egypte ou Israel?: RB 68 (1961) 394-400. ca y en griego, están representados gran parte de los libros
DAHOOD, M., Proverbs and Northwest Semitic Philology (Roma 1963). del Antiguo Testamento, aparte de otros propios de la secta l.
— Canaanite-Phoenician Influence in Qphelet: Bi 33 (1952) 30-52.191-221. Parece que el origen de esta secta a orillas del mar M u e r t o
— Qphelet and recent discoveries: Bi 39 (1958) 302-18.
DHORME, E., Ecclesiaste ou Job?: RB 32 (1923) 302-18. tuvo lugar en el siglo 11 a . C , con motivo de la persecución de
DRIOTON, E., Sur la Sagesse d'Amenemopé, en Mélanges Robert (París 1957) los seléucidas, según se nos dice en 1 M a c 2,29-30: «Entonces,
254-80. muchos que suspiraban por la justicia y el juicio bajaron al de-
DRUBBEL, A., Le conflict entre la sagesse profane et la sagesse religieuse. sierto para habitar allí, así ellos como sus hijos, sus mujeres y
Contribution d l'étude des origines de la littérature sapientielle d'Israel:
Bi 17 (1936) 4S-70.407-28. sus ganados, pues la persecución había llegado al colmo». Es
ERMAN, A., Eine aegyptische Quelle der «Spruche Salomos»: SAB (Ber- decir, que en la zona del desierto se aislaron los puritanos del
lín 1924) 86. judaismo para no verse obligados a traicionar a sus tradiciones
FICHTNER, J., Die altorientalsiche Weisheit ihrer israelitisch-jüdischen Aus- y leyes por presión de los helenizantes de Jerusalén. Más tar-
pragung: B Z A T W 62 (1933).
GEMSER, B., Wisdom in Israel and the Ancient East: VT III (1955). de, este primer núcleo se fue seleccionando y organizando en
GORDIS, Qphelet and Qumrdn. Study of Stile: Bi 41 (1960) 395-410. régimen monacal para mejor vivir el ideal de la ley de Moisés,
GRELOT, P., Les Proverbs araméens d'Ahiqar: RB 68 (1961) 178-94. en espera del advenimiento del Mesías por el que suspiraban,
GRESSMANN, H., Israelspruchweisheit im Zusamenhang der Weltliteratur (Ber- entregados a una vida de ascesis y de oración conforme a la
lín 1925).
HUMBERT, P., Recherche sur les sources égyptiennes de la littérature sapien- mejor tradición de los tiempos proféticos, ya que no se limi-
tiale d'Israel (Neuchátel 1929). taban a cumplir todas las minucias de la ley de Moisés, sino
KEVIN, R. O., The Wisdom of Amen-an-apt and Its Possible Dependence que trataban de ahondar en su sentido ético-espiritual. En el
upon the Hebrew Book of Proverbs: JSOR 14 (1930) 115-57. judaismo, el culto a la letra de la ley había disecado s u conte-
LAMBERT, G., De fontibus aegyptiacis Librorum sapientialium, en Verhum
Domini 11 (1931) 121-28.
nido religioso profundo, como declara Jesús a los fariseos de
MARZAL, A., La enseñanza de Amenemope (Madrid 1965). su tiempo 2 . Frente a esta actitud de «justicia» exterior y ritua-
NOTH, M.-THOMAS, D. W., Wisdom in Israel and the Ancient Near East: lista, los cenobitas de Qumrdn tratan de vivir el espíritu de esa
VTS III (1955)- misma ley, si bien no saben trascender hacia el universalismo,
NOUGAYROL, J., Une versión ancienne du «Juste Souffrant»: RB (1952) 239-50. como lo hará Jesús de Nazaret, pues tienen obsesión por for-
OESTERLEY, W. D . E., The Wisdom of Egypt and the Oíd Testament in the
Light of the Newly Discovered Teaching of Amen-em-ope (London 1927). 1
Sobre la historia minuciosa de los hallazgos léase A. G. LAMADRID, LOS descubrimientos
STAMM, J., Das Leiden des unschuldigen in Babylon und Israel (Zürich 1946). del mar Muerto (Madrid 1971) 15-106.
2
STORY, G. I. K., The Book of Proverbs in Babylon und Israel (Zürich 1946). Mt 23,13-33.
636 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 637
11
mar un grupo selecto, aislado de los pecadores, lo que es j u s - infidelidad criminal para obtener la gracia en la tierra» . D e
tamente lo contrario del Maestro de Nazaret, que, como «Mé- este modo, ellos serán un día los «partidarios de Dios» para
dico» de los enfermos espirituales, buscaba a los pecadores asistir al juicio discriminatorio que ejercerá Dios contra los
para rehabilitarlos 3 . secuaces de Belial.
c) La comunidad de Qumrán estaba organizada jerárqui-
i. R É G I M E N DE LA COMUNIDAD camente, bajo la égida de la clase sacerdotal, distinguiéndose
bien los «hijos de Aarón» (clase dirigente) y los «hijos d e Is-
a) Los miembros de esta secta gustan de proclamar que rael» (laicos). Dentro de esta doble categoría había una gra-
viven en «comunidad» y se consideran como u n Israel en minia- duación jerárquica, dividiéndose sus miembros, como Israel,
tura, el «resto de Israel» de que hablan los profetas 4 . Se de- e n «millares», «centenas», «cincuentenas» y «decenas» 12 . Estos
finen como la «plantación eterna», la «casa de santidad», el términos deben ser tomados en sentido general, aunque la
«templo» viviente de Israel, que se ha separado de la sociedad secta parece era m u y numerosa, pues al lado del monasterio
pecadora para preparar en el «desierto», con la oración y la se han encontrado más de mil tumbas, y en el refectorio, más
vida pura, el advenimiento de los tiempos mesiánicos 5 . A los de mil escudillas. Por otra parte, este monasterio de Qumrán
sacrificios cruentos del templo de Jerusalén sustituyen los de parece que era el centro de otras comunidades más reducidas
«alabanza», en u n proceso de «interiorización» del culto religioso que moraban en diversos lugares del desierto, pues se habla
iniciado ya por los profetas. Así, pues, frente al ritualismo ex- de grupos de «diez» que debe presidir u n «sacerdote» 13 . En
terno de los fariseos, los sectarios de Qumrán predican la reli- todo caso, la jerarquización de los miembros es siempre m u y
gión «interior», basada en el arrepentimiento, la compunción del rigurosa: «Que todo israelita conozca su puesto de servicio en
corazón y la conversión definitiva a Dios, conforme a lo que la comunidad de Dios, conforme al plan eterno. Q u e nadie des-
predicaba en otro tiempo Ezequiel 6 . Por eso se consideran cienda de su puesto ni se levante de su lugar predestinado» 14 .
miembros de una «nueva alianza», anunciada ya por Jeremías 7 . d) Respecto al sexo de los miembros de la comunidad no
La finalidad de esta comunidad de penitentes es la de fo- hay nada claro en los documentos encontrados. De hecho, en
mentar la «santificación» de sus miembros en el mejor sentido el cementerio anejo al monasterio aparecen esqueletos de m u -
ascético de la palabra, a base del cumplimiento puntual de la jeres. Pero nada se dice de éstas en los escritos de la secta.
ley mosaica, pues deben «buscar a Dios conforme a todo lo Gomo veremos, ésta formaba parte del movimiento esenio, en
prescrito por Moisés y por todos los profetas, sus siervos» 8 . el que se practicaba el celibato, aunque parece que había adhe-
Bajo este aspecto, la secta se inserta en las mejores tradiciones ridos, que tenían u n régimen más laxo y vivían en la sociedad
del yahvismo profético, haciendo caso omiso de la contribución israelita.
rabínico-farisaica. Por ello, sus «voluntarios» (denominación que e) El ingreso en la comunidad era gradual, pues había pri-
se dan los miembros de la comunidad de Qumrán) deben prac- mero una especie de «postulantado», que era seguido d e u n «no-
ticar en común todas las virtudes más formativas: «la verdad..., viciado», que solía durar dos años. Y los que ingresaban debían
la humildad, la justicia y el derecho, la caridad bienhechora ser «voluntarios», que habían de sufrir u n examen p r e v i o ante
y la modestia» 9 , y deben estar organizados en régimen comuni- «el inspector (Mebaqqer), que estaba a la cabeza de los gran-
tario. Para ello han buscado el «desierto» como lugar más apro- des», según la siguiente prescripción:
piado para esta vida cenobítica, en espera del advenimiento de
dos Mesías: el sacerdotal, de la línea de Aarón, y el laico, de «Todo hijo de Israel resuelto a asociarse al Consejo de la comunidad será
Israel ] °. Aparte de su santificación personal, los miembros de examinado por el inspector de la asociación en lo que se refiere a su prudencia
esta comunidad deben «expiar la insurrección culpable y la y obras. Si anda bien en disciplina, permítasele entrar en la alianza para que
se convierta a ¡a verdad y se aparte de toda infidelidad... Una vez admitido en
3
M t 9,12; L e 5,31. el Consejo de la comunidad, no comunicará con la pureza de los miembros de
4
Is i o , 2 i . aquélla hasta que sea probado su espíritu y sus obras durante un año completo,
5 Regla de la comunidad (RC) VIII I2s; IX 20.
« Cf. Ez 36,25-30.
7
Jer 31,31-34. » Ibid., VIII 3; IX 4.
8
Regla de la comunidad I 2-3. i2 Ibid., II 21-22.
» Ibid., V 3-4- » Ibid., VII 2-3.
1» I b i d . , IX n . » Ibid., II 22-23-
638 XII. Los documentos del mar Muerto
Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 639
ni participará t a m p o c o d e sus p r o p i e d a d e s . P a s a d o un año en m e d i o d e la
comunidad, t o d o s discutirán su caso e n lo t o c a n t e a su m e n t a l i d a d y o b r a s e n beradamente a un precepto de la ley de Moisés, calumniar a los
lo q u e a la ley se refiere. Si la suerte decidiera su e n t r a d a e n el seno d e la grandes de la comunidad o insurreccionarse contra la autoridad.
comunidad..., serán consignadas sus r i q u e z a s y servicios e n m a n o s del ins- Por cualquiera de estas faltas se le excomulgaba: «que sea des-
pector... N o p a r t i c i p a r á en el banquete d e t o d o s a n t e s d e h a b e r p a s a d o u n pachado y no vuelva» 21 . Y el que después de permanecer diez
segundo año e n m e d i o d e los h o m b r e s d e la comunidad. T e r m i n a d o , p o r fin,
este s e g u n d o a ñ o , sea e x a m i n a d o en c o m ú n a c u e r d o , y, si la suerte decidiera años en la secta la traicionaba, era considerado como excommu-
su e n t r a d a definitiva e n la c o m u n i d a d , inscríbasele según su rango... y c u e n t e nicatus vitandus, de modo que los otros miembros no podían
su consejo e n la comunidad, c o m o t a m b i é n su j u i c i o » 1 5 . comunicar con él so pena de ser expulsados 22 .
g) Se practicaba la comunidad de bienes: al entrar el pos-
Antes de ingresar en la comunidad, el postulante debe hacer tulante se consignaban sus bienes, de los que la comunidad no
una pública confesión de sus pecados: «Hemos sido malos, podía apropiarse hasta su profesión. Ningún miembro de la
hemos pecado, hemos obrado mal nosotros y nuestros padres, comunidad podía tener nada propio; por ello, los miembros
hemos andado en perversidad y no en fidelidad». Y mientras debían aportar su salario íntegro, entregándolo «en manos del
los sacerdotes bendecían a «los hijos de la luz», los otros malde- tesorero de los grandes» 23 . Y se señalan castigos específicos para
cían a los «hijos de las tinieblas». Y el novicio debía responder: el que causara perjuicios a los bienes de la comunidad 24 o retu-
«¡Amén!» Después seguía el juramento, por el que se compro- viera parte de su salario 25. De hecho, en la comunidad había
metía el candidato a «convertirse a la ley de Moisés de todo co- gran aprecio por el espíritu de pobreza, y sus miembros tenían
razón y con toda su alma», «según lo revelado a Sadoq, a los a gala llamarse «pobres» y el «pueblo de los pobres» 26 ; se exalta
sacerdotes... y a la gran (asamblea) de los hombres de la el espíritu de desprendimiento y se condena el apetito desor-
alianza, voluntarios comunes de su verdad (de Dios)»16. Luego denado de riquezas 21.
seguían amenazas contra los infractores: «¡Que la cólera de
h) Esta comunidad de bienes implicaba la «mesa común».
Dios... se encienda contra él para su pérdida eterna!... ¡Que
Sólo tenían acceso al «banquete» comunitario los profesos
le haga participar del destino de los eternamente malditos!»
y se le daba cierto carácter sagrado:
Y los nuevos miembros debían responder: «¡Amén!» 17
f) Durante el tiempo de formación o «noviciado», el nuevo «En c o m ú n c o m a n , b e n d i g a n y d e l i b e r e n . D o n d e q u i e r a q u e se e n c u e n -
miembro era iniciado en las doctrinas místicas esotéricas de la t r e n d i e z m i e m b r o s d e la comunidad, n o ha de faltar e n t r e ellos el sacerdote...;
comunidad gradualmente, pero no tenía derecho a participar y, c u a n d o h a y a n d i s p u e s t o la m e s a p a r a c o m e r y el m o s t o p a r a b e b e r , alar-
gue el sacerdote su m a n o . . . p a r a bendecir las p r i m i c i a s del p a n y del mosto» 2 8 .
con los demás miembros en las purificaciones rituales «en los
estanques y ríos» 18. Después de un año podía ya participar de Asimismo había reuniones periódicas comunitarias para re-
estos baños rituales, pero todavía no tenía acceso al «banquete»
gular la marcha de la organización, en la que los «hermanos»
comunitario ritual; esto tenía lugar después de la profesión al
exponían sus puntos de vista por orden de antigüedad 29; las
terminar el segundo año de prueba. Si faltaba a ciertas pres-
cripciones graves (fraude de bienes comunitarios, espíritu de sesiones estaban presididas por los sacerdotes 30 , sin que se
arrogancia y desobediencia, calumnias o desacato de los sacer- pudiera salir de la sesión sin permiso 31.
dotes), era declarado impuro durante un año 19 . Al apóstata i) La oración se hacía también en común, especialmente
que abandonara la comunidad se le permitía algunas veces vol- al salir y ponerse el sol 3 2 ; durante la noche había un cuerpo
ver, pero comenzando de nuevo la probación y ocupando el de vigilancia permanente para «leer el libro, estudiar su derecho
último lugar, sin derecho a participar de los baños purificato-
21 Ibid., VI 27-VII 2; VIII 21-24.
rios ni del «banquete» ritual antes de terminar sus nuevos dos 22 Ibid., VII 22-25-
años de probación 2 0 . Había ciertos pecados tan graves, que 23
24
V I 20.
Ibid., V I I 6.
no se perdonaban: pronunciar el nombre de Dios, faltar deli- 25
26
Ibid., V I 24.
Comentarios a Habacuc X I I 2.6.9; Guerra de los hijos de la luz contra los hijos k las ti*
nieblas XI 11.
15 Ibid., VI 14. 21
Regla de la comunidad V 20; IX 22; X 19; XI 2.
« Ibid., V 7-10. 2« Ibid., VI 3.
" Ibid., II 11-18. 29 Ibid., VI 9-13-
i» Ibid., III 4-5. 30 Ibid., VI 8-9.
i» Ibid., VI 24-27; VII 2.4.15-16. 31 Ibid., VII 9-12.
2° Ibid., VII 18-21. 32 Ibid., X 1-3.
640 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 641
y recitar bendiciones en común» 33 . De cada diez miembros, uno sus miembros, aunque parece exigirse para su vida de comu-
estaba especialmente encargado de «escrutar la ley noche y día, nidad. No obstante, en el cementerio de la comunidad apare-
continuamente, para el común perfeccionamiento» 34. Se le lla- cen esqueletos de mujeres, quizá pertenecientes a un grupo de
maba el «escrutador», al que se le dispensaba de toda ocupa- simpatizantes con la secta. Lo que sí es cierto que en la Regla
ción para que pudiera entregarse totalmente a la meditación se urge mucho la virtud de la castidad, exhortando al pudor 42,
de la ley, pues era el encargado oficial de descubrir «cosas ocul- pues no debían «caminar... tras de los ojos impuros» 43 . Por
tas a Israel», es decir, a la comunidad en general 35. La secta se otra parte, en la Regla nunca se alude a la presencia de mujeres
consideraba como el «santuario de Israel», «la fundación de los y niños en la comunidad. Y, de hecho, la vida cenobítica no se
santos para Aarón» 36. Por ello se desprecian los sacrificios compagina con la vida conyugal 44 .
cruentos del templo de Jerusalén, exaltando la expiación de 1) El gobierno de la comunidad es jerárquico-sacerdotal:
los pecados, «sin la carne de los holocaustos y la grasa de los
sacrificios»; la oración común en el templo («ofrenda de los «Solamente los hijos de Aarón (sacerdotes) tendrán competencia en lo
labios») debe ser sustituida por el «olor de justicia»; «la conducta referente a las leyes y riquezas; y según el parecer de ellos se pronunciará
la suerte en lo que atañe a las funciones de los hombres de la Comunidad
perfecta será como el don de una ofrenda agradable» 37. Esto y a los bienes de los hombres de la santidad que andan en perfección» 45 .
parece explicar que entre los libros encontrados en las grutas
de Qumrán prevalezcan los de los profetas y los Salmos, En realidad, el sacerdote constituye la base de la organiza-
j) Se recomienda el espíritu de ascesis comunitaria: ción, de tal forma que no debe faltar aun en las agrupaciones
menores filiales de la gran comunidad:
«Todos han de vivir en verdad dentro de la comunidad, perfectos en la
humildad, magnánimos en la caridad, y en la intención justos, y esto en rela- «Dondequiera que se encuentren diez miembros de la comunidad, no
ción mutua, en consejo santo y como hijos de una familia eterna... Ellos prac- ha de faltar entre ellos el sacerdote. Y cada uno se sentará ante él según su
ticarán en común la Regla, la verdad, la humildad, la rectitud y la justicia, puesto correspondiente. Y por este orden pidan consejo en todos los asun-
y un amor de benevolencia y una conducta de humildad en todas las obras... tos, y, cuando hayan dispuesto la mesa para comer y el mosto para beber,
Circunciden en común el prepucio del instinto y la dura cerviz para levantar alargue el sacerdote su mano para bendecir las primicias del pan y del
en Israel un edificio de verdad en la unidad de una alianza eterna...» 38 mosto» 46.

Toda esta fraseología mística tiene resonancias paulinas Con todo, esta concepción jerárquica es compatible con una
claras, y es que los sectarios del mar Muerto representan una gran participación democrática de los miembros, pues los laicos
espiritualidad muy alta, empalmando ya con las cimas del cris- tienen intervención en la dirección de los asuntos principales
tianismo. De hecho, los cenobitas de Qumrán se consideraban de la comunidad 47, sobre todo en lo tocante «a la admisión de
como constituyendo un «edificio» o «Cuerpo místico», y así, nuevos miembros» 48 . Incluso funcionaba un Consejo superior,
se urgen las virtudes necesarias para la convivencia, como la compuesto por doce laicos y tres sacerdotes, para la dirección
fraternidad, la modestia, la docilidad y la humildad 39 ; y, al doctrinal y espiritual de la secta 49 . Sobre todo, estaba el «ins-
contrario, se castigan gravemente los pecados contrarios, como pector» o moderador de las asambleas plenarias de la comu-
la arrogancia, la calumnia y el rencor 40 . Bajo este aspecto son nidad 50 . Bajo este aspecto parece ser el equivalente del epime-
los precursores del monacato cristiano. Todo debe estar ensam- letes de los esenios.
blado jerárquicamente: «Que el inferior obedezca al superior
en materia de trabajo y de dinero. Que tomen su comida en « Ibid., VII 13-14.
43
44
Ibid., I 6.
común, que reciten las bendiciones en común y que se con- G . VERMES, Les manuscrits du Désert de Juia (Paris 1953) 44; A . G. LAMADRID, LOS
descubrimientos de Qumrán (Madrid 1955), a quienes seguimos principalmente en esta sucinta
sulten en común» 41 . El espíritu comunitario es algo esencial a la síntesis.
45
organización. 46
Regla de la comunidad ( i Q S ) IX 7.
47
Ibid., VI 3s.
k) Nada se dice expresamente de una vida celibataria de 4
Ibid., V 2S.
49
» Ibid., VI 15-19.
50
Ibid., VIII 1-4.
38
53 Ibid., V I 7-8. Ibid., II 24-25. Ibid., VI n .
3" Ibid., VI 6-7. 39 ibid., V 3-4.24-26; X 25; XI 2.
40
35 Ibid., VIII 11-12. Ibid., VI 25-26; VII 2-3; VII 4-5; VII 8-9,
41
36 Ibid., VIII 5-6- IWd-, VI 2-3.
37 Ibid., IX 4-s.

Biblia y legado 21
642 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 643

2. CREENCIAS RELIGIOSAS D E L A SECTA El siguiente texto parece u n precedente de la concepción


a) Conciencia de elección paulina sobre la Iglesia como templo santo que se amplía y crece
en santidad:
En los antiguos escritos proféticos de la Biblia se habla de
u n «Resto de Israel» que se salvará de las catástrofes periódicas, «A los que Dios ha elegido, les ha dado (la sabiduría, la justicia y la
por el que Yahvé tiene especiales complacencias y que ha de gloria) en herencia, y les ha hecho participar del destino de los santos. Ha
ser el núcleo de restauración de los tiempos mesiánicos 51 . Pues reunido su asamblea con los hijos de los cielos para constituir el Consejo de
la comunidad, el fundamento del santuario, una planta eterna para todos
bien, los cenobitas de Qumrán se consideraban como la quinta- los tiempos futuros» 56 .
esencia de ese «Resto» de supervivencia en el sentido espiritual,
pues creían que pronto había de venir el Mesías y que la anti- b) Elección gratuita y personal
gua alianza había de ser sustituida por la «nueva alianza» de
que hablara Jeremías 5 2 . Según el llamado Documento de Da- En los textos de la secta se les llama a sus miembros los
masco, que después estudiaremos, y que es afín a las comuni- «voluntarios», pues todos se han retirado a esta vida apartán-
dades del mar Muerto, la historia del m u n d o se dividía en cinco dose de la sociedad pecadora por vocación personal, debida
etapas: la primera se termina con el diluvio; la segunda, con la a u n impulso especial de la gracia de Dios:
salida de Egipto; la tercera, con la destrucción del templo de
Jerusalén por Nabucodonosor; la cuarta se inicia con la cons- «Del Dios de la sabiduría procede todo lo que existe y existirá. Antes
que ellos existieran, El había decretado todos sus designios, y después que
titución de la comunidad en el desierto; y la última se inaugurará existieron cumplen su cometido conforme a los decretos a ellos referentes,
con la aparición del «maestro de justicia», etapa que se colmará sin que nada pueda ser cambiado. En sus manos están las leyes de todas
con la aparición de dos Mesías, el sacerdotal, de Aarón, y el las cosas, El las sostiene en todos sus acontecimientos. El ha creado al hom-
bre para dominar sobre el universo, y ha puesto en él dos espíritus, para que
laico, de Israel. En cada una de estas etapas, Dios se había en ellos camine hasta el momento de la visita; ellos son los espíritus de ver-
reservado un «resto de elegidos» para salvaguardar u n grupo dad y de iniquidad»57.
de escapados y poblar la faz de la tierra con su descendencia» 5 3 .
Así, la serie de grandes personajes del A T (Noé, Abraham, La teología de Qumrán se basa en u n claro dualismo, en
Moisés, Sadoq) culminaba con la aparición del «maestro de cuanto que el hombre se halla sometido a dos espíritus o ten-
justicia», que abriría nuevos horizontes para preparar el adve- dencias contrapuestos, conforme a la concepción rabínica de los
nimiento del mesianismo pleno, porque él había descubierto los dos instintos (nétzer); y al principio del bien se le llama
secretos de la ley, sus «misterios», el calendario auténtico y las «ángel de la luz», y al del mal, el «ángel de las tinieblas»; pero
leyes de pureza ritual. ambos espíritus han sido creados por Dios y le están sometidos.
Por eso, la comunidad de Qumrán se presenta como la «plan- Es una atenuación de la concepción irania de los dos principios
tación de justicia», la «plantación eterna», el «templo» nuevo, contrapuestos, el de Ormuz y el de Arimán. E n realidad, ya
el «verdadero Israel» 5 4 . Y se define a sí misma como «casa de en el relato de G e n 3, sobre la caída del primer hombre, se
santidad»: habla de esta contraposición entre u n principio anti-Dios, que
trata de hacer que el hombre afirme su total autonomía, pasando
«Cuando todas estas cosas se cumplan en Israel, el Consejo de la comu- por encima del precepto divino. Por ello hay en esta concep-
nidad ha de afianzarse en la verdad, como una casa de santidad para Israel
y una fundación santísima para Aarón... Ellos son el muro bien probado, ción una tradición paleotestamentaria bien clara, a u n q u e en la
la piedra angular preciosa, cuyos fundamentos no se dislocarán ni se move- secta de Qumrán se acentúa el dualismo moral del hombre. En
rán de sitio. Morada de suprema santidad para Aarón por la docilidad de el monoteísmo hebraico no tenía cabida un dualismo metafísico
todos ellos a la alianza de justicia u oblación de grato olor. Casa de perfec- al estilo de la religión irania.
ción y de verdad en Israel para establecer una alianza de acuerdo con los
decretos eternos. Ellos han de expiar por la tierra...»55 Con todo, en los textos de Qumrán, aunque se exalta la
51 omnipotencia divina determinante, se destaca t a m b i é n el ele-
Is 7,3; 10,20-22; 11,11.16; Am 5,15; Miq 4,7; 5,6s; Sof 3,13; Zac 14,2; Is 4,2; 10,20;
Ez 14,22; jl 3,5; Abd 17. mento libre del hombre, que es quien elige; por eso, l o s ceno-
52
53
Jer 31,31-34-
Documento de Damasco (DD) II 11-12.
54 Regla de la comunidad (iQS) VIII 5; XI 8; D D I 5; Henoc X 16. 56 Ibid., XI 7-9-
55 Ibid., VIII ¡s. 5' Ibid., III 15-19-
644 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaica! (M¡t
bitas de Qumrán son «voluntarios», aunque llamados por una Los cenobitas de Qumrán pretenden empalmar en su cspi
vocación especial de Dios omnipotente: ritualidad con la interpretación más profunda de la ley mosaica
«Esta es la Regla de los miembros de la comunidad que están libremente según la tradición de los profetas, pasando por encima de las
resueltos... Todo el que quiere ingresar en el Consejo de la comunidad ha interpretaciones rabínicas de los escribas y fariseos. Bajo este
de entrar en la alianza de Dios en presencia de los voluntarios...» 58 aspecto, el planteamiento se acerca al de Jesús de Nazaret, quien
Y en los Himnos se exalta la justificación del hombre como corrige la ley conforme a las exigencias éticas. Pero en la comu-
obra exclusiva de Dios: nidad de Qumrán jamás se atreven a corregir la ley de Moisés,
sino a interpretarla conforme a su espíritu interior, pues el que
«Yo sé que la justicia no es del hombre, ingresa en la secta debe jurar «convertirse a la ley de Moisés
ni al hijo del hombre la perfección del camino; de todo corazón y con toda su alma, según todo lo que está or-
59
es el Dios Altísimo a quien pertenece toda clase justa» .
denado y según todo lo que en ella ha revelado...» 62 La obse-
Es lo que se declara en la Regla de la comunidad cuando se sión por el cumplimiento detallado de las leyes mosaicas es
dice: algo constante en el ideal de esta organización 63 , ya que la
ley de Moisés era algo tan perfecto que no era sujeto de mejo-
«Porque yo digo: Mi justificación pertenece a Dios, la perfección de mi
conducta y la rectitud de corazón están en sus manos. Son sus justicias las
ramiento; todo lo contrario de lo que declara Jesús en el sermón
que borran mis pecados; de la fuente de su justicia me viene a mí la justi- de la Montaña, en el que se considera superior a la ley, y, por
ficación... Pues es Dios quien justifica y en sus manos está el camino de la ello, con toda naturalidad dice: «Habéis oído que se dijo a los
perfección... Y, si yo vacilo, la gracia acude siempre a salvarme... en la antiguos, pero yo os digo» 64. Por eso, la comunidad de Qumrán
justicia de Dios encuentro yo mi justificación; en esa justicia que permanece
para siempre... Por su verdadera justicia me ha justificado y por su gran se llama, enfáticamente a sí misma, «casa de la ley»65. Pero
bondad me ha perdonado todas las culpas. Por su justicia me purificará esta preocupación legalista no es sólo en su cumplimiento
de toda impureza propia del hombre y del pecado anejo a los humanos...» 6 0 externo, sino también en su espíritu, con la sincera entrega del
corazón.
En estas expresiones nos encontramos muy lejos de la teoría
forense farisaica de la justificación por las meras obras de la
ley, quedando reducido Dios a la categoría de un juez o conta- d) Comunidad de penitencia
ble que dirime iuxta allegata et probata. Bajo este aspecto, la Gomo antes indicábamos, la finalidad de comunidad era
teología de Qumrán se acerca a la del Apóstol de las gentes, buscar a Dios aislada del contacto de la sociedad pecadora.
quien añade como novedad que el hombre se justifica por la Por eso, lo primero que se exige a sus miembros es «conver-
gracia de Dios derramada en Cristo redentor, quien es el ins- tirse» de su pasado pecaminoso. Por ello tenían que hacer una
trumento que canaliza la iniciativa divina de justificación hacia confesión pública de sus pecados y una promesa de conver-
el hombre. sión 66 . Y para tener derecho a participar de las purificaciones
rituales era preciso dar testimonio de cambio de vida 67 , si-
c) La ley de Moisés guiendo al «ángel de la luz» y apartándose del «ángel de las ti-
Con todo, el movimiento espiritualista de Qumrán no sólo nieblas» a base de determinadas virtudes 68. Y tiene que luchar
no rompe con la ley mosaica, sino que está en el centro de su por mantenerse en esta situación, ya que «Dios ha puesto a los
espiritualidad, y bajo este aspecto difiere totalmente de la con- dos espíritus en igual proporción hasta el término decidido» 6 9 .
cepción paulina. En efecto, los miembros de la comunidad deben 62
Ibid., V 7-8.
reunirse: «61 Cf. Ibid., VI 6-7.
65
Mt 5,21.27.33.38.43.
Documento de Damasco (DD) XX 10.
«... Para vivir según la Regla de la comunidad, para buscar a Dios ...para 66
Regla de la comunidad (1Q.S) I 21-26.
hacer lo que es bueno y justo a sus ojos, según ordenó Moisés y todos sus « Ibid., V 13-14.
68
siervos los profetas»61. Ibid., VI 2. En la llamada Epístola de Bernabé y en la Didajé aparecen estas «duae viae».
«» Ibid., IV 23-26.
ss
59
Ibid., V 1.8.
Himno IV 26-29.
«o Regía XI 2-9.10.
« Ibid, I is.
646 XÍI. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 0-17

e) Esperanza de la inmortalidad f) Expectación mesiánica


En los textos de Qumrán son corrientes expresiones como En los escritos proféticos se había idealizado el «desierto»
éstas: «sabiduría de vida», «conocimiento de la eternidad», «vida como lugar de transformación para el advenimiento d e los
eterna», «felicidad eterna», «destino eterno». La perspectiva es tiempos mesiánicos, porque en el «desierto» había sido donde
escatológica, fusionándose el fin del estado actual con la inaugu- Yahvé había dado la ley y se había comprometido con su pueblo
ración mesiánica. Los miembros de la comunidad esperan estar en los tiempos de Moisés, y simbolizaba la juventud de Israel
ante Dios sobre la «altura eterna» 70 , junto a los «hijos de los como pueblo elegido 81 . El retorno de la cautividad sería una
cielos»71, cantando las alabanzas de Dios durante toda la eter- vuelta a los tiempos del Éxodo, en que Yahvé se había mani-
nidad 7 2 . En realidad, este ideal de proyección hacia una vida festado con gestas salvadoras. Por eso, los genios proféticos de
mejor en el más allá era comúnmente aceptada en la sociedad Israel proyectaban en el futuro un nuevo encuentro de Yahvé
de Israel a partir de las enseñanzas del libro de la Sabiduría con su pueblo en el «desierto». Y los secuaces de Qumrán esco-
(s.n a.C.) 73 . En los Himnos de Qumrán aparece constantemente gieron el «desierto» como el lugar más apropiado para acelerar
esta esperanza 74 : A los pecadores se les anuncia el «fuego con su vida santa el advenimiento de los tiempos mesiánicos.
eterno» 75. A los justos les espera «un gozo eterno en una vida sin La soledad y simplicidad convidaba a entregarse a la oración,
fin, corona de gloria y vestido de esplendor en la luz eterna» 76. lejos del bullicio de la sociedad urbana, donde reinaba el vicio,
Según Flavio Josefo, los esenios admitían una inmortalidad del la avaricia y el materialismo craso. Y en el fondo de esta huida
alma al estilo platónico: por la liberación del principio espiritual al desierto para prepararse a la venida del Mesías estaba la
del hombre de su cárcel corporal 77 . En los textos de Qumrán, invitación de Is 40,3: «Una voz grita: 'Abrid camino a Yahvé
más bien se indica que el hombre sería asumido a una vida en el desierto, enderezad en la estepa una calzada a vuestro
nueva con Dios, sin pasar por la muerte, al llegar los tiempos Dios..., porque va a mostrarse la gloria de Yahvé». En realidad,
mesiánicos, al estilo del «misterio» que San Pablo quiere explicar el profeta anuncia el retorno de los cautivos de Babilonia;
a los fieles de Corinto 78 . Con todo, los anhelos místicos de pero los cenobitas de Qumrán trasponen este texto a los um-
unión con Dios aparecen en no pocos textos, como en el si- brales de los tiempos mesiánicos, como lo hacen los mismos
guiente: evangelistas al hablar de la predicación de Juan el Bautista 82 .
Flavio Josefo nos habla de los falsos Mesías, que habían llevado
«En el Ser eterno contemplan mis ojos la sabiduría, que ha sido escon- al pueblo al «desierto» para manifestar su mesianismo espec-
dida a los hombres sabios y astutos, y la prudencia, que ha sido escondida
a los hijos del hombre, así como la fuente de justicia, el tesoro de su poder tacular 83 . Tal era la atracción religiosa del desierto en los tiem-
o la mansión de glorias escondidas a la asamblea de la carne. Cosas estas pos inmediatos a la aparición de Jesús de Nazaret. Por ello en
que Dios ha dado en posesión eterna a sus elegidos, a quienes ha dado parte los textos de Qumrán se dice:
en la herencia de los santos y ha unido con los hijos del cielo en un consejo
común y asamblea familiar, cuyas moradas santas estarán durante toda la
eternidad destinadas a la plantación eterna» 7 9 . «Cuando todas estas cosas sucedan en la comunidad de Israel d e acuerdo
con estas manifestaciones, se alejarán de la morada de los hombres impíos
En realidad, estas ideas eran comunes en la literatura ju- para ir al desierto y preparar allí el camino de Dios, según está escrito: 'En
el desierto preparad el camino a Yahvé, allanad en la soledad el paso para
daica apócrifa de la época 80 . La resurrección suele estar limitada vuestro Dios...' Este es el tiempo de dirigir los pasos hacia el desierto para
a los justos. instruirse en todo lo que sea necesario en este momento...» 8 4
70
Himno I I I 3.
71 Ibid., III 5. Por eso, los cenobitas de Qumrán llevaban una vida de ora-
"
"
Ibid., III 6.
Cf. Sab 3 , i s .
ción y de austeridad en espera de la «justicia que, como el sol,
" Ibid., I I I 19-23; Regla I I 2,4. ilumine al mundo» 85. Se consideraban como la porción «se-
" Ibid., II 7-8.
76
Ibid., IV 6-8. lecta» de Israel, su «Resto» bendecido, que debía preparar la
77
F L A V I O JOSEFO, Bellum Iud. II 8 . 1 1 .
78
Cf. 1 Cor 15,61. 81
Cf. O s 2,16-17; J e r 2,2-3; 31,1-3.
™ Regla X I 6-8. 82
Cf. M t 3,3; M e 1,2-8; L e 3,3ss.
s» Cf. Libro de los jubileos XXIII 3 1 . 83
FLAVIO JOSEFO, Bellum Iud. II 13.4-5.
84
Regla de la comunidad ( i Q S ) V I I I I2s; I X 20.
85
T e x t o publicado e n RB (1949) 605.
648 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 649
manifestación definitiva de Dios. Ahora bien: ¿esperaban un 92
Testamento de los doce patriarcas , libro apócrifo judaico, casi
Mesías personal, como lugarteniente de Dios, para implantar contemporáneo de los escritos de Qumrán 93 .
su reinado definitivo ? En aquel tiempo había diversas corrientes
mesiánicas: una, escatológico-cósmica (temporal, sin Mesías, o g) Tensión escatológica
trascendente, sin Mesías); otra, escatológico-cósmica (histórica
y trascendental), y, finalmente, la escatológico-cósmica, trascen- Según los escritos de Qumrán, la historia se divide en dos
dente, con un Mesías no trascendente 86 . Parece que las esperan- edades: la presente ('olám ha-ze de los textos rabínicos), do-
zas mesiánicas de la secta de Qumrán estaban dentro de esta minada por las fuerzas maléficas, y la edad futura ('olám ha-
línea, pues esperaban dos Mesías históricos, uno de la tribu de ba' ) , que comenzará con la inauguración mesiánica. A la edad
Leví, sacerdotal, y otro de la tribu de Judá, laico, teoría que era presente se la caracteriza en el Documento de Damasco como
corriente en la literatura judaica apócrifa a partir de los asmo- el «tiempo de impiedad» 94, «el tiempo del pecado de Israel» 95,
neos. Según los textos de Qumrán, el de la tribu de Judá, laico, «el tiempo de la desolación» 96, «el tiempo de la cólera» 9?_ £ n
debe estar sometido al de Leví, sacerdotal: los textos de Qumrán se escenifica la lucha entre el «príncipe
de la luz» (poder del bien) y el «ángel de las tinieblas» (poder
«Y no se apartarán de ningún consejo de la ley por seguir la obstina- del mal); pero al fin triunfará el bien 98. En la situación actual,
ción de los corazones, sino que clamarán por las primeras disposiciones que la sociedad está bajo el poder de Belial " ; pero pronto llegará
inauguraron los hombres de la comunidad, dejándose corregir por ellas hasta
la venida del Profeta y los Mesías de Aarón y de Israel» 87 . el castigo de los pecadores y la desaparición del mundo ac-
«He aquí el orden a seguir en la sesión de los hombres de renombre in- tual 1 0 °. Y en el libro llamado Regla de la guerra se dramatiza
vitados y convocados para las deliberaciones comunes en el caso de que el el choque final entre los dos poderes antagónicos. Sin duda que
Mesías se halle presente: el sacerdote tenga rango de jefe sobre toda la con- en todo esto hay reminiscencias iránicas, atenuadas por las exi-
gregación de Israel. Bajo su presidencia tomarán sitio todos los sacerdotes,
hijos de Aarón, invitados a la asamblea, hombres de renombre. Inmediata- gencias del monoteísmo judaico. Y se da la cifra simbólica de
mente tomarán sitio el Mesías de Israel, y después de él, bajo su presidente, «cuarenta» años como término de la situación pecaminosa ac-
los jefes de los millares de Israel... Cuando se hayan reunido para la mesa tual 101.
común o para beber el vino..., que nadie alargue la mano antes que el
sacerdote... Inmediatamente después alargará la mano hacia el pan el Mesías En la situación actual, el mundo está bajo el mal, bajo
de Israel...» 88 Belial, que actúa por medio de los kittim (los gentiles) 102, los
helenistas. Pero terminará esta situación de dominio del mal i° 3 ,
Así, pues, hasta en los tiempos mesiánicas se mantendrá la
inaugurándose una paz edénica 104 . Por tanto, los qumranitas
organización jerárquica sacerdotal, ya que la comunidad de
viven la era de la expectación mesiánica, en espera del cambio
Qumrán era, en pequeño, el Israel de los tiempos mesiánicos.
de «eón»; del fin del mundo del pecado para inaugurarse la
El «profeta» del que se habla parece ser el precursor del adve-
etapa definitiva del bien. En esta perspectiva está la predica-
nimiento de los dos Mesías, conforme a la promesa de Dt 18,
ción del Bautista y, en parte, la de Jesús, si bien el Maestro
15-19. También en el Documento de Damasco se habla de «un
de Nazaret dará un sentido de trascendencia a su mensaje, ya
Mesías de Aarón e Israel» 89 . Y, comentando el texto de
que no espera la implantación del Reino de Dios de modo
Núm 27,17, se distingue entre la «estrella», que es el intérprete
perfecto en esta etapa terrestre, pues en él habrá siempre trigo
de la ley, es decir, el sacerdote, y el «cetro» o «príncipe de la
congregación», que es el Mesías davídico 90 . En el Comentario »2 Cf. Test. luda XXIV 5-6; Leví VIII 14; Rubén VI 7-12.
93
a los Salmos procedente de Qumrán se habla del «Retoño de Cf. J. STARCKY, Les quatre ¿tapes du Messianisme a Qumrán: R B 70 (1963) 481-505.
94 D D VI 10.14; XII 23; XIV 19; XV 7-io.
David» y del «Intérprete de la ley» o Mesías sacerdotal 91 . Toda 95 D D XX 23.
96 D D V 20.
esta concepción está en consonancia con lo que se dice en el 97 D D I 5.
98 Regla de la comunidad ( i Q S ) III 13, IV 25.
99 Ibid., II 19.
86
Cf. M . J. LAGRANGE, Le Messianisme chez les Juifs (Paris 1909) 59. 1»» i Q H (Salmos) III 26s.
87 101
Regla de la comunidad ( i Q S ) I 10-11. Documento de Damasco ( D D ) XX 13-15.
88
Ibid., II 11-22. i» 2 4 Q p P s XXXVII 2.6-9 (Salmo 37).
8
» D D XII 23-13,1; XIV 19; XIX 10-11; XX 1. i» 3 Cf. N R T h 77 (1955) 737-48.
104
«o D D VII 18-20. Regla ( i Q S ) IV 6-8,22-23; i Q H (Salmos) III 20-23; XI 23-27; X V 14-17; 4QpPs 37
»' Com. a los Salmos (4 Q Flor). II 4-11; D D 3,19-21.
\
650 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 651
los 106 coexisten desde toda la eternidad dos espíritus: el espíritu del
y cizaña , y peces buenos y malos . Bajo este aspecto
corrige la perspectiva apocalíptica del libro de Daniel 1 0 7 , sobre bien (Spenta Mainyu) y el espíritu del mal (Angra MainyuJ,
el que se monta la escatología de los libros apócrifos judaicos que crearon dos creaciones: una buena y otra mala. Al fin
y de los mismos escritos de Qumrán. triunfará el bien sobre el mal: mansión de luz para los discí-
pulos de la verdad, y tinieblas para los seguidores de la men-
h) C o n c e p c i ó n «dualista» tira. Parece que, en las derivaciones teológicas posteriores,
Ahura Mazda fue identificado con el espíritu del bien (Spenta
Ya hemos indicado que en los escritos del mar Muerto Mainyu), frente al que se presenta el espíritu del mal (Angra
aparece reiteradamente la teoría de que el hombre se halla Mainyu 1 1 0 . Pero este esquema difiere del de los escritos de
sometido a dos tendencias contrapuestas (teoría comúnmente Qumrán, ya que el principio del mal no es autónomo, pues ha
aceptada por la teología rabínica de la época), pero se drama- sido creado por Dios, y su poder es limitado a lo que Dios le
tiza esta pugna entre los «dos espíritus» que solicitan el corazón permita. En el fondo no hay dualismo metafísica, sino moral,
del hombre. Pero todo está bajo el control de Dios: pues no hay más que u n principio, que es Dios creador, y esto
se inserta en la tradición bíblica m . Así, pues, las influencias
«Del Dios de todo conocimiento proviene todo cuanto existe y existirá...
En sus manos están las leyes de todos los seres... Ha dispuesto para el iranias, si existen, son m u y atenuadas, aunque la especial ve-
(hombre) dos espíritus, para que se conduzca de acuerdo con ellos hasta el neración por el sol de los qumranitas parece reflejar una cierta
momento de su visita: son los espíritus de verdad y de perversidad. De una influencia ambiental irania, proveniente de los tiempos de la
fuente de luz procede la generación de la verdad, y en su manantial de ti- cautividad y de la dominación persa. Con todo, ese dualismo
nieblas tiene su origen la perversión. En manos del príncipe de la luz está
el poder sobre todos los hijos de la justicia, los cuales caminan por las sendas moral de Qumrán de procedencia bíblica tiene grandes afinida-
de la luz, y en manos del ángel de las tinieblas está todo el poder sobre los des con los escritos paulinos y joánicos, lo que hace pensar,
hijos de la perversión, los cuales caminan por sendas de tinieblas. ante todo, en su trasfondo común judaico.
A causa del ángel de las tinieblas se extravían todos los hijos de la jus-
ticia; todos sus pecados, sus iniquidades, sus culpas y todas las faltas de
sus obras son el efecto de su dominio, conforme a los misterios de Dios, i) El llamado «maestro de justicia»
hasta el momento por El establecido. Todas las tribulaciones que sufren
y todas sus aflicciones son el efecto del poder de la hostilidad. Y todos los E n los escritos de Qumrán se alude reiteradamente a u n
espíritus de su séquito hacen tropezar a los hijos de la luz. Pero el Dios de «maestro de justicia», especialmente venerado por la secta 1 1 2 ,
Israel, lo mismo que su ángel de la verdad, viene en ayuda de todos los hijos aunque su figura no aparece en los textos fundamentales como
de la luz. Pues es Dios quien ha creado los espíritus de la luz y de las tinieblas,
y sobre ellos ha fundado toda su obra... la Regla de la comunidad, en el de la Guerra y en los Himnos.
Dios ha repartido estos dos espíritus entre los hombres para que conoz- Cuando se le cita en los otros documentos, aparece como sacer-
can el bien y el mal, y para distribuir las suertes sobre todos los vivientes dote y profeta, al que Dios le reveló los misterios de la ley, el
en el día del juicio y de la visita, según el espíritu de cada uno» 108 . contenido de las profecías, haciéndole ver que llegaba su cum-
plimiento. Y ponen ante sus oyentes la gran disyuntiva: los
Este «dualismo» moral radical aparece dramatizado al má- que no siguieron sus palabras estaban abocados al juicio con-
ximo en el libro titulado Manual de guerra o «Guerra de los denatorio. Y, al contrario, los que siguieran su predicación
hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas» ( i Q M ) . N o se conseguirían la salvación. Así, comentando u n texto de Ha-
trata de u n dualismo metafísica al estilo iranio; por ello no es bacuc («el justo vive de la fe»), se dice:
cósmico. Dios no tiene antagonista; y es escatológico, pues la
tensión actual cesará con el triunfo del bien al fin de los tiem- «Esto se refiere a los que practican la ley en la casa de Judá, a los cuales
pos del «eón» actual 1 0 9 . En el esquema de Zoroastro se supo- Dios librará de la casa del juicio por razón de sus sufrimientos y d e su fide-
ne la existencia de un Dios sabio, Ahura Mazda; con él lidad al maestro de justicia» 113 .
110
n>5 M t 13,24-30. Gf. A. DUPONT-SOMMER, Nouveaux apercus sur les manüscrits de la Kíer Morte
106 M t 13,47. (Paris 1953).
111
u>7 D a n 9,24. Cf. M . W I L C O X , Dualism. Gnosúcism, and other Elements in the Pre-Paulw Tradi-
ios Regla de la comunidad ( i Q S ) 3,13-4,26. Traducción de A. G. LAMADRID, LOS descu- tion, en The Scrolls and Christianüy (London 1969) 81-87.
112
brimientos del mar Muerto ( M a d r i d 1971) 176-80. Cf. i Q H a b 1,13; 2,2; 5,10; 6,8; 7,4; 8,3; 9,9; 11,5; i Q p M i q 10,4; 4 Q p P s 3 7 2,19;
109 3,15; D D 1,11; 6,11; 20,1.14.28.32.
Cf. H . G. M A Y , Cosmological Reference in the Qumrám Doctrine of the Two Spirits
and in Oíd Testament imagery: JBL 82 (1963) 1-14. i " i Q p H a b 8,1-3.
652 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 653

Parece que este «maestro de justicia» fue el fundador de la


i^QH 2,7-19:
comunidad 114, conforme a lo que se dice en el Documento de
Damasco: \ «Tú has hecho firmes mis pasos en medio de los impíos;
yo he sido una trampa para los pecadores,
«Dios les suscitó un maestro de justicia para conducirlos por el camino y curación para quienes se convierten del pecado;
de su corazón y para dar a conocer a las últimas generaciones lo que El prudencia para los sencillos, y solidez para todos los temerosos...
iba a hacer a la última generación, a la congregación de los traidores» 115 . Yo soy una copla en boca de los pecadores... l l 9
Pero tú me has puesto como una bandera para los elegidos de justicia,
En los textos se refleja una tensión constante de este maes- e intérprete lleno de sabiduría sobre los misterios maravillosos
tro de justicia con las autoridades religiosas de Jerusalén; sobre para poner a prueba a los seguidores de ¡a verdad...
Todos los hombres falsos rugían contra mí,
todo, con el «sacerdote impío». Así se dice en el Comentario de a la manera como rugen los océanos;
Habacuc: todos sus pensamientos son añagazas diabólicas...»
«Esto se refiere al sacerdote impío que persiguió al maestro de justicia
y lo devoró, llevado de su irritación y furor, en su morada del exilio. En Aquí parece aludir a los sacerdotes helenistas, que, como
la fiesta del día de las expiaciones se les apareció para devorarlos y hacerlos Jasón, hermano del deportado Onías, contemporizaban con
tropezar el día del ayuno, su descanso sabático» 116. las costumbres extranjeras. Es, pues, el «maestro de justicia»
A este maestro de justicia se le atribuyen los salmos encon- uno de los puritanos de la ley que no se doblegaron a la heleni-
trados en Qumrdn. En ellos se refleja su personalidad y su zación, y por ello debieron replegarse hacia el desierto en
problemática espiritual. El estilo es similar al del «justo do- busca de la soledad, para huir de las tentaciones de la heleni-
liente» del salmo 22 de la Biblia: zación 120 . Por ello desahoga en sus Salmos su íntima tragedia
espiritual:
iQH 7,6-25:
«Te doy gracias, Señor, porque me has sostenido con tu fuerza i Q H 4,5-37:
y has derramado sobre mí tu espíritu santo para que no vacile.
Tú, Dios mío, has hecho de mí ideal de santidad para los fatigados, «Te doy gracias, Señor, porque has iluminado mi rostro mediante
y me has instruido en la alianza, la alianza
y mi lengua ha sido como la de tus discípulos, y yo... te busco, y, a la manera de la aurora, te has revelado a mí en
mientras que el espíritu de malicia se queda sin palabras, plena luz.
y sin respuesta todos los hijos de la impiedad, Pero ellos han extraviado a tu pueblo;
pues enmudecerán los labios mentirosos, profetas de mentira, los han halagado con sus palabras,
porque tú declaras culpables en tu juicio a todos mis enemigos, e intérpretes engañosos, los han extraviado;
haciendo de mí fuente de discriminación entre justos e injustos... se han precipitado en su perdición faltos de inteligencia,
. No busco refugio en la carne... ninguna acción justa, porque sus obras son presa de la insensatez...
para ser liberado de la culpa y obtener el perdón. Intérpretes de la mentira y mentes falaces,
T ú has hecho de mí un padre para los hijos de la gracia, tramaban contra mí planes diabólicos
y una nodriza para los hombres del milagro; para que yo cambiase tu ley, que habías grabado en mi corazón,
éstos abren la boca como niños de pecho... por las palabras lisonjeras que ellos dirigen a tu pueblo...
y como bebés que se deleitan en el seno de sus nodrizas» 1 I 7 . Todos cuantos se reúnen en torno a mí entran en tu alianza,
y escuchan mi voz los que siguen el camino de tu corazón;
Es interesante destacar que aquí el salmista se presenta se alinean contigo en la asamblea de los santos...
como signo de discriminación entre justos y pecadores, o signo ¿Qué criatura de arcilla puede realizar tales maravillas,
siendo así que yace en el pecado desde el seno materno
de contradicción, como se dice de Jesús en los evangelios 118. y permanece culpable e infiel hasta la vejez?
Esto aparece de modo más claro en el siguiente salmo: Yo sé que ningún hombre posee la justicia
y que la perfección no está en manos de ninguna criatura humana.
"4 4QpPs 37; 3,l5-l6. ... En cuanto a mf, la agitación y el temor se han apoderado de mí,
lis D D I 11-12.
"« iQpHab 11,4-8. todos mis huesos crujían, mi corazón se derretía como la cera al fuego,
u7
Traducción de A. G. LAMADRID, o.c., 191-93. El traductor declara que es una adap-
tación8 de la de G. Jeremías y de la de Dupont-Sommer.
11 Le 1,34; Mt 12,20. 119 Sal 22,17: «Me rodean como perros, me cerca una turba de malvados; Sal 22,S:
«Búrlanse de mí cuantos me ven,
abren los labios y mueven la cabeza».
i 2 0 Cf. 2 Mac 4,7; 1 Mac 2,42ss.
654 XII. Los documentos del mar Muerto Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 655

mis rodillas se desplomaban como agua que se precipita por Surgirá un Retoño santo hasta convertirse en plantación de verdad.
pendiente 12i, j Pero la planta fecunda prosperará
pues acudían a mi memoria mis faltas, y se convertirá en fuente eterna para el edén glorioso,
así como la infidelidad de mis padres, que dará frutos perpetuamente.
cuando los impíos se habían levantado contra tu alianza, Por mi mano has abierto esa fuente...
y los pecadores contra tu palabra. para que la plantación de árboles se oriente hacia el sol...
Yo dije: Es a causa de mis pecados por lo que me veo abandonado Yo era como un hombre abandonado, sin refugio...
lejos de tu alianza... La consternación vino sobre mí... mi alma desfallecía...
T ú perdonas la iniquidad y purificas al hombre de la falta por tu Me fue otorgada lengua de discípulo para reanimar a los que tropiezan
justicia». y para alentar con la palabra a los fatigados...» 126

i Q f í 5,5-18: En estas expresiones, el «Retoño» parece referirse a la co-


munidad de Qumrán; el símil es muy bíblico 127. El salmista,
«Te doy gracias, Señor, porque no me abandonaste a pesar de sentirse portador de salvación para los suyos, se
cuando me encontraba exiliado en un pueblo extranjero;
... de acuerdo como mi culpa no me has juzgado, siente pecador y débil en su condición humana; bajo este as-
ni me has abandonado a causa de las malas inclinaciones de mi pecto difiere totalmente del desafío de Jesús: «¿Quién me
naturaleza, argüirá a mí de pecado?» 128. Con todo, el salmista tiene con-
sino que has salvado mi alma de la fosa. ciencia de tener una revelación o «misterio» especial, recibido
Has puesto mi alma para el juicio...
T ú has cerrado la boca de los leones, cuyos dientes son como una
de Dios en orden a la salvación de los que le sigan. Según la
espada, actitud que tomen los hombres ante él, serán justos o pecado-
y los colmillos, como una lanza puntiaguda... 122 res. Tiene conciencia de ser el enviado de Dios a pesar de su
Pero no pudieron abrir su boca contra mí, debilidad y pecaminosidad congénita y permanente.
pues tú, Dios mío, me habías escondido de los hijos de los hombres
y habías escondido en mi tu ley
hasta el momento en que me fue revelada tu salvación».
3. OTROS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS ESOTÉRICOS JUDAICOS

iQH 5,20-7,2: a) L a c o m u n i d a d de la Nueva Alianza de D a m a s c o


«En cuanto a mí, yo fui ocasión de pecado, En 1897 apareció en la ghenizáh de una sinagoga de El Cai-
manzana de discordia y de querella para mis contemporáneos...
Todos los que habían compartido mi pan ro un documento que causó sensación en el mundo bíblico,
levantaron contra mí su calcañal...123 predecesor de los textos de Qumrán. En él se hablaba de una
Los hombres de mi consejo se rebelaron... secta judía espiritualista que tenía su centro en Damasco 129 ,
Todas las naciones conocerán tu verdad, y que, a la luz de los nuevos descubrimientos, vemos que es
y todos los pueblos tu gloria 124 .
Surgirá un Retoño, que se convertirá en plantación eterna.. M5 un movimiento religioso esotérico paralelo y afín al de Qum-
En sus llamas de fuego serán consumidos todos los hijos de las ti- rán. Incluso en esta localidad se ha encontrado un fragmento
nieblas...» del mismo Documento de Damasco (DD), encontrado en El
Cairo a fines del siglo pasado 1 3 °. En ambas comunidades se
i Q H 8,4-36: insiste en la necesidad de cumplir puntualmente la ley mosaica,
«Te doy gracias, Señor, porque me has puesto como fuente de ríos interpretada por los «hijos de Sadoq», como medio de libera-
en lugar de desierto, ción frente a los «hijos de la perdición». No obstante, la orga-
como manantial de aguas en tierra árida... nización no coincide en ambos centros religiosos, pues en la
121
Sal 22,15: «Me derramo como agua... de Damasco, además de los sacerdotes y laicos, se habla de los
mi corazón es como cera, q u e se derrite dentro d e m i s entrañas*. «prosélitos». Todos vivían en campamentos familiares, coa un
122
Sal 22,17: «Me rodean como perros... Sálvame d e la boca del león»; Sal 22,14: «Abren
su b o c a contra m í cual león rapaz y rugiente».
123
Sal 41,10: «Aun el q u e tenía paz conmigo,
aquel en quien m e confiaba y comía m i pan, 126 T r a d u c c i ó n d e A . G. LAMADRID, O . C , 194-210.
alzó contra m í su calcañal» (Jn 13,18). i 2 ' Cf. Ez 17,3-6; 4 Esd 5,23; 9,1; Jub. 1,16; 21,24; i Q S 8,5; 11,8; D D 1,7-9.
124
Sal 22,28: «Se acordarán y se convertirán a Yahvé i 2 8 Jn 8,46.
129
Cf. M . J. LAGRANGE, La secte de la Nouvelle Alliance au pays de Damas: R B (1912) 2 - 2 1 .
todos los confines de la tierra...» 130
i " Jer 23.5; Is 60,21; 61,3. Cf. G. VERMES, Les manuscrits du Déser de Juda (París 1953) 52.
656 XII. Los documentos del mar Muerto \ Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 667
jefe. Había varios campamentos, más o menos autónomos; no «Durante ese año (de postulantado) se le impone al candidato la inÍKinii
obstante, aparece un supervisor general. ijorma de vida que a la corporación, si bien vive fuera todavía. Si da prueban
de templanza, se adentra más en la vida de la comunidad y participa del
La vida común en Damasco era menos estricta y la comuni- agua de la purificación, pero no es admitido todavía a los actos de la comu-
dad de bienes sólo parcial, pues los miembros sólo tenían que nidad. En un segundo tiempo, que duraba dos años, se sometía a prueba el
entregar de su salario el importe de dos días al mes. Por otra temperamento del postulante; y entonces, si se encontraba digno, se le ins-
parte, los componentes de esta comunidad de Damasco están cribía en la sociedad. Mas, antes de participar en la mesa común, él ha de
prestar juramentos formidables: en primer lugar, de piedad hacia Dios, de
casados 131 . No hay años de probación, como en Qumrán; justicia para con los hombres, de no dañar a nadie ni por propia voluntad ni
sólo bastaba presentarse al inspector y hacer un juramento de por mandato de otro, de odiar siempre al injusto y ayudar al justo, de obser-
ingreso 132 . Pero el régimen era menos centralista, como se da var fidelidad hacia todos, especialmente a los constituidos en autoridad, ya
a entender en el siguiente texto: que ésta no reside en los hombres sin el beneplácito de Dios,.., d e amar
siempre la verdad y confundir al mentiroso, de guardar las manos del robo
«Si viven en campos, según la costumbre del país; si se casan y engen- y el alma de la ganancia injusta.
dran hijos, que lo hagan de acuerdo con la ley, según las prescripciones del Los que son sorprendidos en falta grave son expulsados de la corporación,
derecho, conforme a lo ordenado por la ley cuando habla de las relaciones y el expulsado termina sus días de una manera miserable con frecuencia.
entre marido y mujer, entre padre e hijo» 133 . Obligado como queda por los juramentos que ha prestado y por las cos-
tumbres que ha adquirido, no puede ya aceptar la invitación que le hacen
Se condena la poligamia 134 y se dan prescripciones para los profanos, alimentándose entonces de hierbas, y, consumido su cuerpo
regular la vida del matrimonio conforme a la pureza ritual de por el hambre, termina por morir. Por lo cual, movidos de compasión,
ellos reciben de nuevo a muchos miembros expulsados que estaban para
la ley mosaica 13s . No se habla del «banquete» sagrado ni de dar el último suspiro, juzgando suficiente para sus faltas una pena que los
la mesa en común, pues se habla de propietarios particulares 136 . había conducido a las puertas de la muerte» 1 3 9 .
Y se prescribe enviar ofrendas y sacrificios al templo de Jeru-
salén 137. Bajo este aspecto, la diferencia es grande con la co- Plinio exclama admirado ante su práctica del celibato: «Sine
munidad de Qumrán. ulla femina, omni venere abdicata... gens aeterna est in qua
nemo nascitur» 140 . Por su parte, Josefo puntualiza que los
b) L o s «esenios» «esenios» no condenan en principio el matrimonio y la pro-
creación, pero desconfían de la fidelidad de las mujeres; por
Filón, Flavio Josefo y Plinio hablan de una secta judaica ello aconsejan no casarse 141. Es una postura similar a la de
afincada a orillas del mar Muerto, y a sus componentes se les Filón, quien declara que la mujer es un estorbo para la vida
llama «esenios», cuyo nombre se ha relacionado con el hebreo común, pues es egoísta, celosa, engañosa, seductora y orgu-
hase' (pl. hasen: «piadosos»), y en este supuesto sería una deri- llosa, si tiene hijos 142. No obstante, a pesar de que los «ese-
vación de los asideos (hasidím, «piadosos») de que se nos habla nios» que vivían en comunidad guardaban celibato, existía una
en i Mac 2,42-43 sobre un grupo de los que se replegaron especie de «adheridos» o «terciarios», que contraían matrimo-
hacia el desierto para llevar una vida religiosa más intensa, nio y vivían en los poblados, ayudándose mutuamente en sus
libres de la contaminación de la sociedad pecadora heleniza- necesidades.
da 138. Su género de vida se basaba en la estricta vida común
y en el celibato. En efecto, después de un año de postulantado «No están reunidos en una sola ciudad, sino que en cada ciudad forman
y dos de «noviciado», el candidato debía hacer juramentos so- entre varios una colonia. Además, a los miembros de la secta que vienen de
lemnes, por los que quedaba vinculado a la comunidad, como afuera se les concede uso libre de todas las cosas como si fuesen suyas pro-
pias; y son recibidos como amigos íntimos, aunque jamás se les haya visto.
en el caso de los cenobitas de Qumrán. He aquí cómo Flavio Por eso, no llevan nada consigo cuando salen de viaje, a u n q u e éste sea
Josefo (que dice fue miembro algún tiempo de la secta) descri- a sitios remotos; con todo, nunca dejan las armas, por miedo a los bandidos.
be el ingreso de los postulantes: Por lo demás, en todas las ciudades donde habitan hay nombrado un co-
misario, encargado de los huéspedes para proveerles de vestido y de lo
131 Documento de Damasco ( D D ) V I I 6-9. necesario» 143 .
» 2 Ibid., XIV u ; X V s - 7 .
133 Ibid., VI 6-9.
" i Ibid., IV 19. 139
F L A V I O JOSEFO, Bellum Iud. II 7.7.8.
135 Ibid., IX 18; X I I I 6-13; X I V 8; X V 8.14. 140 P L I N I O , Historia naturalis V 17.
" 6 Ibid., IX 10-16. m Cf. FLAVIO JOSEFO, O . C , II 8.2.
13? Ibid., XI 19-XII 2. 142
EUSEBIO, Praeparatio evangélica V I I I n .
138 Sobre la etimología d e «esenio» véase D B S I I col.1109-10. i43
FLAVIO JOSEFO, Bellum Iud. II 8,4; F I L Ó N , Apología de los judíos 1.
658 XII. Los documentos del mar Muerto \ Las comunidades religiosas esotéricas judaicas 659
Y Josefo cita a algunos «esenios» que ejercieron funcione?' \pia a los ángeles, veneración por la ley de Moisés, sentido espi-
públicas con intervenciones políticas 144 . Y dice a propositó ritualista del culto, conciencia de pecado, expectación mesiáni-
de los casados: ca y escatológica, amor fraterno, abluciones rituales y especial
«Existe todavía un segundo grupo de esenios que están de acuerdo con veneración hacia el sol, repulsa de los sacrificios cruentos del
los demás en lo que se refiere a la vida ordinaria, a las costumbres y a la templo de Jerusalén 149 , aunque enviaban ofrendas vegeta-
legislación; mas disienten de ellos en lo que se refiere al matrimonio. Juzgan, les 1 5 °. Practicaban el sacrificio de «alabanza» como superación
en efecto, que aquellos que no se casan amputan la razón principal de la
vida, es decir, la generación, y que, si todos pensasen de este modo, la hu-
del tradicional del templo. A la luz de estas semejanzas, pode-
manidad acabaría bien pronto. Estos, por tanto, experimentan a sus esposas mos decir que los cenobitas de Qumrán entran dentro de este
durante tres años... y se casan» 145 . movimiento «esenio» y aun se identifican totalmente con él.
Bajo este aspecto, los recientes descubrimientos han resuelto
Pero los célibes vivían en comunidad, entregando sus bie- un gran enigma histórico, ya que muchos críticos calificaban de
nes en manos de los administradores de la comunidad. Y antes fantasías las afirmaciones de Josefo sobre los misteriosos «ese-
de tomar parte en la mesa común debían someterse a ciertas nios» del mar Muerto.
purificaciones rituales y vestirse de blanco. La descripción de
Josefo es pintoresca:
c) L o s «terapeutas» d e Alejandría
«Después de esta purificación se reúnen en una sala particular, donde
ningún profano puede entrar; ellos mismos no entran en ese refectorio sino Según Filón, éstos vivían como ermitaños en pequeñas casas
purificados, como en un recinto sagrado. Ocupan su lugar sin tumulto;
después, el panadero sirve a cada uno un pan; el cocinero pone delante de
individuales, a orillas del lago Mareotis 151. En realidad era
ellos un plato con un solo manjar. El sacerdote pronuncia una oración antes un régimen semicenobítico. Tenían gran veneración por la ley
de la comida, y nadie puede probarla hasta que la oración sea terminada. mosaica, eran frugales en la comida y bebida y practicaban el
Después de la comida ora de nuevo; y todos, al principio y al fin, dan gra- celibato estricto. Había también una rama femenina de la secta.
cias a Dios, dispensador de la comida que hace vivir» 146 .
Normalmente vivían separados, y sólo los sábados o en las
Vemos que, como en el caso de los cenobitas de Qumrán, fiestas se reunían para orar en culto común. Y también mostra-
el sacerdote tiene una intervención directiva en la administra- ban veneración por el sol, al que saludaban con oraciones al
ción y en la oración 147. Como en la comunidad de Qumrán, aparecer:
también la organización era una mezcla de jerarquía dirigente
y de democracia asesora entre los «esenios». A este propósito «Los terapeutas hacen oración dos veces al día, al amanecer y a la tarde.
A la salida del sol piden un día hermoso y brillante en el verdadero sentido
dice Josefo: de la luz celestial que ellos desean para sus mentes... Ocupan todo el día,
«Tienen en gran veneración, después de Dios, al nombre del legislador, desde la mañana temprano hasta la noche, en ejercicios espirituales. Leen las
y, si alguno le blasfema, es reo de muerte. Estiman decoroso obedecer a los Sagradas Escrituras y buscan sabiduría en la filosofía de sus mayores por
ancianos y a las mayorías, de modo que, en un grupo de diez, uno no puede medio de una interpretación alegórica, ya que piensan que las palabras del
hacer nada si no quieren los otros nueve» 148. texto son símbolos de u n sentido latente, cuya misteriosa naturaleza se nos
revelará por el estudio» 152 .
Vemos, pues, que los «esenios» organizados en comunidad
tenían un régimen muy similar a la de los cenobitas de Qumrán, Como los de Qumrán, los terapeutas componían himnos de
y, por otra parte, los autores antiguos colocaban a los «esenios» alabanza a Dios:
asentados en la orilla occidental del mar Muerto, justamente
en la comarca de Qumrán y alrededores. Y, desde el punto de «Los terapeutas no se limitan a la contemplación, sino que componen
himnos y salmos al Señor en toda suerte de metro y melodía...» 1 S 3
vista doctrinal, los puntos de convergencia de ambos movi-
mientos espiritualistas son muchos: práctica del arcano, ocul- Con todo, vemos la influencia de las preocupaciones alegó-
tando sus doctrinas con fraseología nebulosa; gran importan-
149
F I L Ó N , Qiiod omnis probus liber sit; cit. p o r G . VERMES, O . C , 59.
1 44 Cf. Bell. Iud. I 3-78-80; Ant. Iud. XIII n . 3 1 1 - 3 1 3 ; ibid., XV 10.373-79, etc.
150 F L A V I O JOSEFO, Ant. Iud. XVIII 1.6.
» 5 FLAVIO JOSEFO, Bell. Iud. II 8.13. 151
I4 F I L Ó N , De vita contemplativa, e n EUSEBIO, Historia ecclesiastica II 17.
« Ibid., II 8.5. 152
Citas tomadas d e W . H . BROWNLEE, A Comparison of the Covenanters of the Dead Rea
w Ant. Iud. X V I I I 1.5. Scrolls with prechristian Jewish Sects: B A (1950) 66-69.
14
» FLAVIO JOSEFO, Bel. Iud. II 8.9.
153 Cf. A . G . LAMADRID, O . C , 216-17.
660 XII. Los documentos del mar Muerto \ Los escritos de Qumrán y el N.T. 661

ricas alejandrinas cuando se trata de interpretar la Escritura. tualiza F. M. Cross: «Los documentos del desierto de Judá
No bebían vino en régimen de gran austeridad. Igualmente/ proyectan su valiosa luz sobre el período creador y fluido que
la rama femenina practicaba la virginidad y la ascesis 154. precede a la cristalización de la ortodoxia judía y cristiana y
esclarecen, por consiguiente, un momento crucial y definitivo
d) Otras asociaciones judaicas para la civilización occidental» 157. En efecto, la secta espiri-
tualista de Qumrán y el movimiento esenio representan, una
Los escritos rabínicos nos hablan de los jaburót, o asocia- actitud inconformista frente al judaismo oficial de Jerusalén, de
ciones 155, o pequeños grupos que se unían para practicar más tendencia farisaica, centrado en el templo y en el sanhedrín
fielmente la ley. La moral era. farisaica, ya que trataban de huir de la ciudad santa 158. Algunos críticos establecen relaciones
del «pueblo de la tierra» o gente inculta que no conocía las in- de origen de los qumranitas respecto de los samaritanos, enemi-
terioridades de la ley, practicaban los diezmos y la pureza legal. gos del culto en Jerusalén 159 .
Debían sufrir un tiempo de prueba antes del ingreso pleno en Al aparecer los textos del mar Muerto, no-pocos autores
la comunidad. Pero no había vida común, ni comunidad de racionalistas creyeron encontrar en ellos el origen histórico del
bienes, ni organización jerárquica; faltaba la tensión mesiánico- cristianismo 160 , y para ello se urgen las semejanzas de sus
escatológica que encontramos en los cenobitas de Qumrán. doctrinas con las del Nuevo Testamento, callando las dife-
rencias sustanciales. Para éstos, Jesús de Nazaret no sería
B) Los escritos de Qumrán y el Nuevo Testamento más que un plagiario del «maestro de justicia» de Qumrán, y,
por tanto, la cuna del cristianismo no había que buscarla en
Los hallazgos de Qumrán son de particular importancia para Galilea o Jerusalén, sino a orillas del mar Muerto. En realidad,
el estudio crítico del texto hebreo del Antiguo Testamento, ya ya en el siglo xvm se había lanzado la hipótesis de la influen-
que el texto hebraico hasta 1946 descansaba sobre manuscritos cia de los esenios sobre el Fundador del cristianismo 161, por
de los siglos ix-x d.C. y a base de la unificación masorética, que lo que dijo Renán: «El cristianismo es un esenismo que alcanzó
se inició a fines del siglo 1 d.C. (en el concilio de Yabne) y se éxito y difusión». Es la tesis también de H. Graetz !62 . Esta
terminó con la fijación vocálica en el siglo vi. En cambio, ahora teoría revivió con los nuevos hallazgos de Qumrán, y los me-
poseemos más de doscientos manuscritos mil años más anti- dios periodísticos lanzaron las teorías más sensacionalistas 163.
guos, alguno de los cuales puede llegar al siglo 111 a.C Desde Entre éstas están las de J. M. Allegro, quien se atrevió a decir
luego, todos son anteriores a la recensión masorética. Con todo, que el «maestro de justicia» había sido crucificado en el si-
la mayoría de los textos apoyan el texto masorético, pero no glo 11 a.C. y que los discípulos decían que había resucitado,
faltan los que difieren de él. También la traducción griega de presentándolo como Mesías 164. Ante la protesta de todos ios
los LXX ha sido revalorizada con los nuevos hallazgos, pues especialistas que trabajaban en los hallazgos de los escritos
se han encontrado textos hebraicos que apoyan la versión en (De Vaux, Milik, Skehan, Starcky y Strugnell) hizo una re-
contra del texto masorético, lo que supone que constituye el tractación parcial, confesando que sus afirmaciones se basaban
original de los traductores. en una reconstrucción personal de los textos 165. Su maestro
Pero el mayor interés proporcionado por los hallazgos del
mar Muerto estriba en la presencia de una secta judaica de los 137
158
F . M . CROSS, Scrolls from the Wilderness of the Dead Sea (California 1965) 12.
Cf. M . BLACK, The Dead Scrolls and Christian Origins, en The Scrolls and Christianity
tiempos de Cristo, que nos da nuevas luces sobre la situación (London 1969) 97-98.
espiritual del primer siglo, cuando nace el cristianismo, plan- 159
160
Cf. J. BOWMAN, Contad between Samaritan Sects and Qumrán: V T 7 (1957) 184-89.
El p r i m e r o e n urgir esta tesis extremista fue A . DUPONT-SOMMER, Apercus prelimi-
teando el problema de posibles influencias en sus orígenes 156, nares sur les manuscñts de la Mer Morte (Paris 1950). Su fanatismo d e católico renegado y su
obsesión de sensacionalismo le cegó, haciendo u n planteamiento superficial del problema.
pues nos encontramos con un ideal espiritualista de la mejor 161
Así, Federico II escribía a D ' A l e m b e r t en 1770: «Jesús era p r o p i a m e n t e un esenio;
ley, que supera al de las conocidas sectas de fariseos y saduceos estaba imbuido de la moral d e los esenios, q u e tiene, a su vez, m u c h o d e la ética d e Z e n ó n » .
Cit. por A . DUPONT-SOMMER, Les Écrits Ésséniens découverts prés de la Mer Morte (Paris
que aparecen en los textos evangélicos. A este propósito pun- 1960) 22.
i« Cf. M. BLACK, O . C , 98.
163
Cf. E. W I L S O N , The Scrolls from the Dead Sea (London 1955).
154 164
Cf. FILÓN, De vita contemplativa, en E U S E B I O , Hist. eccl. II 17. Esto afirmó en su conferencia por la B B C en 23 de enero de 1956; véase su libro
155
Cf. P. VERMES, o.c., 53-57. Los manuscritos del mar Muerto (Madrid 1957).
156 165
Sobre la importancia d e los textos de Qumrán para la reconstrucción del texto hebraico Estos especialistas publicaron una carta abierta en el Times, de L o n d r e s , del 16 d e
del Antiguo T e s t a m e n t o véase la síntesis en A . G . LAMADRID, o . c , 230-42. marzo de 1956, desautorizando las teorías d e Allegro y haciéndole ver q u e e n el material q u e
662 XII. Los documentos del mar Muerto \ Los escritos de Qumrán y el N.T. 663
H. H. Rowley deploró la ligereza de su discípulo, que quería Sabemos que Juan en el desierto se alimentaba de miel silves-
buscar una celebridad injusta manipulando textos tan impor- tre y de langostas 172. Y Filón refiere que la miel formaba
tantes con tesis preconcebidas 166. parte de la comida de los esenios 173. Pero estos alimentos fru-
Pero, pasados los años del sensacionalismo sobre los descu- gales eran los comunes en estas regiones misérrimas. Por otra
brimientos de Qumrán, las aguas se vuelven a su cauce y se parte, sabemos que en Qumrán se comía pan 174 y se bebía
sacan conclusiones más objetivas sobre las posibles relaciones vino, mientras de Juan se dice que «no comía ni pan ni vino» 175 .
y concomitancias entre los escritos del mar Muerto y las doc- Pero el género de vida de Juan, por lo que sabemos por los
trinas del N T . En realidad, <<la verdadera aportación de los evangelios y escritos de Josefo, era más bien la de un anacoreta
nuevos descubrimientos con relación al N T radica en el hecho que la de un cenobita, y por ello su régimen de vida era mucho
de que la nueva literatura permite un mejor conocimiento del más ascético que el practicado por los esenios. Estos, como los
medio ambiente judío en que nace el cristianismo» 167. Porque de Qumrán, trabajaban en los campos y en las industrias do-
estos escritos son anteriores al 68 de la era cristiana y no han mésticas, viviendo de su salario de trabajadores, Por otra parte,
sido retocados; por ello nos ponen en contacto directo con el la práctica del «bautismo», o inmersión en el Jordán, tiene un
ambiente religioso judaico en el que nace el cristianismo. sentido diferente al de los ritos y abluciones de Qumrán. He
aquí cómo Josefo valora el «bautismo» de Juan:
i. JUAN EL BAUTISTA, ¿DISCÍPULO DE QUMRÁN?
«Juan era un hombre piadoso que exhortaba a los judíos a practicar la
Dentro de la obsesión comparatista, el primer problema es virtud, a ejercitarse en la justicia mutua y en la piedad para con Dios; los
saber si Juan, que bautizaba a orillas del Jordán, no lejos de invitaba a acercarse al bautismo, pues le parecía aceptable la ablución bau-
tismal si se hacía no con la intención de que le exima a uno de los pecados come-
Qumrán, estaba iniciado en las doctrinas de los cenobitas del tidos, sino para purificar el cuerpo una vez que el alma ha sido purificada
mar Muerto, pues su vida ascética parece en consonancia con mediante una conducta intachables 176 .
lo que dice Josefo de los esenios:
He aquí perfectamente expresada la «teología» del «bautis-
«Los esenios rehusan los placeres como un mal y consideran la continen-
cia y el dominio de las pasiones como una virtud. Renuncian al matrimonio, mo» de Juan, que coincide con lo que dicen los evangelistas:
pero adoptan hijos ajenos todavía tiernos, la edad propicia para recibir sus el Bautista invitaba a sumergirse en el Jordán, como símbolo
enseñanzas; los consideran como de la familia y los educan en sus mismas externo de cambio de vida en el interior del corazón; y esto era
costumbres» l 6 S . lo que realmente purificaba al alma arrepentida. Era un bau-
Como Juan el Bautista era de familia sacerdotal 169 , supo- tismo de penitencia. Por eso urge al cumplimiento de los debe-
nen estos críticos que Juan de niño fue adoptado por alguna res éticos para con el prójimo, dando de lado a las preocupa-
comunidad esenia e iniciado en sus doctrinas ascéticas de huida ciones ritualistas del culto de Jerusalén. Bajo este aspecto, el
del mundo pecador. Por otra parte, Juan se rodea de discípu- Bautista se sitúa dentro de la perspectiva ético-espiritualista de
los, practicando la inmersión en el Jordán, como símbolo de la los antiguos profetas, que predicaban la compunción del cora-
purificación interior de los pecados, lo que puede tener algunas zón, el cambio de vida y el amor comprensivo hacia el prójimo,
analogías con las purificaciones rituales de los esenios y ceno- cediendo una de las túnicas al pobre cuando se tienen dos 177.
bitas de Qumrán. Además, sabemos que Juan y los suyos prac- Bajo este aspecto, el «bautismo» de Juan sobrepasaba al sentido
ticaban rigurosos ayunos, en contraste con lo que hacían los de las antiguas purificaciones rituales de la ley mosaica™. El
discípulos de Jesús 170 . Por otra parte, en el Documento de Da- rito de Juan era «un bautismo de penitencia para la remisión de
masco se clasifican así las comidas: miel, pescado y langostas 171. los pecados» 179 . Por eso, dentro del rito estaba la «confesión
de los pecados». En la comunidad de Qumrán, el candidato que
tenían n o había nada q u e pudiera sostener estas teorías sobre u n supuesto Mesías crucificado
antes d e Jesús. " 2 M e 1,6.
L a retractación d e A l l e g r o apareció e n el Times, d e Londres, del 20 d e marzo d e 1956. 173 F I L Ó N , Hipothetica IX 11.8.
166
Así lo declara e n u n a carta publicada por el Times, d e L o n d r e s , del 2 d e abril d e 1956. " i FLAVIO JOSEFO, Bel. Iud. I I 8.5; Regla ( i Q S ) 6,4-6; i Q S a 2,17-22.
167
A . G . L A M A D R I D , o . c , 250.
1 75 L e 7,33.
168 F L A V I O JOSEFO, Bellum Iud. II 8.2 n.120.
" 6 F L A V I O JOSEFO, Ant. Iud. X V I I I 5.2.
169 L e 1,5. i " L e 3,11; Is 1,17; 5,8-6,7.
" 0 M e 2,18-19; M t 11,18-19. 178
Cf. Lev c . l i - 1 5 ; N ú m i g .
171 D D X I I 12-15. " 9 L e 1,4; 3,16; M t 3,11.
664 XII. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 665

entraba en la secta tenía que hacer una confesión genérica de vendrá un «bautismo de fuego» para purificar la era y separar
los pecados en estos términos: el grano de la paja 189 , y anuncia que está para llegar Aquel
del que no es digno de «desatarle las sandalias», pues «bautizará
«Hemos sido malos, nos hemos rebelado, hemos pecado, hemos sido en fuego y en el Espíritu Santo» 190 .
impíos nosotros y nuestros padres antes de nosotros, puesto que hemos En los textos de Qumrán encontramos también la espera
obrado contra los preceptos de la verdad. Y justo es Dios, que ha cumplido
su juicio contra nosotros y contra nuestros padres. Pero ejerce con nosotros de un juicio de fuego que va a purificar la sociedad por la in-
su misericordia desde siempre y para siempre» 1 8 l ) . tervención súbita de Dios:
También en los textos de Qumrán se dice que las abluciones «Cuando llega la hora del juicio... Cuando los ríos de Belial desbordan
sus altas riberas, ríos que son como fuego que devora todo cuanto arrastran
rituales no bastan para la purificación espiritual del sujeto: sus aguas; ríos cuyos afluentes destruyen el árbol verde y el seco junta-
mente, ríos que son como fuego, como centellas llameantes, que arrasan
«No serán absueltos por las expiaciones, ni purificados por las aguas y devoran cuanto encuentran a su paso; un fuego que consume todos los
lústrales, ni santificados por los mares y los ríos, ni purificados por ninguna cimientos de arcilla, todo sólido fundamento. Los cimientos de las mon-
clase de abluciones...» 181 tañas son presa del fuego; y las raíces de las rocas se convierten en torren-
«No podrá entrar en el agua para participar en la purificación de los tes de pez. La llama devora y abate hasta el gran abismo, y los torrentes
hombres santos, pues no se verán purificados a menos que se conviertan de Belial irrumpen hasta el infierno mismo» 1 9 ' .
de su malicia» 182 .
Es tradicional en la Biblia el símil que purifica y consu-
Y se exigía juramento de «convertirse a la ley de Moisés de me 192 ; por ello, estos textos de Qumrán y la predicación del
todo corazón y con toda el alma» 183. Por eso, sus miembros se Bautista parecen insertarse en esta tradición literaria bíblica,
llamaban «los penitentes de Israel» 184. Pero el rito exigía cambio sin necesidad de interdependencia directa de ambos. Otro
moral, conforme a lo que ya predicaban los profetas: «Deje el tanto habrá de decirse del «bautismo en el Espíritu Santo», que
malo su camino; el hombre inicuo, sus pensamientos, y con- anegará a la humanidad, según la predicación de Juan. En los
viértase a Yahvé, que tendrá compasión de él; a nuestro Dios, textos de Qumrán encontramos un texto afín a esta concepción:
que será grande en perdonar» 185 . Vemos, pues, que los dos
movimientos espiritualistas (el de Qumrán y el de Juan el Bau- «Pero Dios, en los secretos de su prudencia y en su gloriosa sabiduría,
ha fijado un término a la existencia de la perversidad; en el momento de
tista) se insertan en la mejor tradición teológica de Israel; y, la visita, la exterminará para siempre. Entonces la verdad hará para siem-
por tanto, la coincidencia entre ambos se debe no a dependen- pre su aparición en el mundo, que se había mancillado en los caminos de
cia directa entre ellos, sino del común acervo religioso del la impiedad bajo el dominio de la perversidad hasta el momento del juicio
pueblo elegido. Incluso en la Iglesia primitiva, el kerygma se decisivo. Entonces Dios, por su verdad, acrisolará todas las obras de cada
uno y purificará para sí el cuerpo del hombre, arrancando todo espíritu de
basa en la tradición del Bautista y de Jesús: «Convertios y bau- perversidad de las entrañas de su carne y purificándolo por el Espíritu Santo
tizaos en el nombre de Jesucristo» 186. de todos los actos de impiedad. Derramará sobre él el Espíritu de verdad,
Tanto el Bautista como los cenobitas de Qumrán vivían a manera de aguas lústrales, para limpiarle de todas las abominaciones de
la mentira...» 1 9 3
obsesionados con la proximidad de un juicio discriminador
«Es por el Espíritu Santo, que ha sido otorgado a la comunidad, como
purificatorio de Dios sobre la sociedad para inaugurar los tiem- serán purificadas todas sus iniquidades. Es por el Espíritu de rectitud y
pos mesiánicos. La tensión escatológica en ambos movimientos humildad como será expiado el pecado. Es por la humildad de su alma,
espiritualistas judaicos es clara. En efecto, la predicación de Juan respecto de todos los preceptos de Dios, como será purificada su carne
es clara y exigente: «Haced penitencia, porque se acerca el cuando sea rociado con el agua ¡ustral y cuando sea santificado en el agua
expiatoria» i ' 4 .
Reino de Dios» 187. Y se considera como la «voz que clama en el
desierto» anunciando el «camino del Señor» 188. Detrás de él Ya los profetas bíblicos habían hablado de la efusión masiva
de la fuerza carismática del Espíritu Santo, o principio diná-
180 Regía ( i Q S ) I 24-11,1.
isi Regla ( i Q S ) I I I 4,6.
i» 2 Regla ( t Q S ) V 13-14. I8 5 M t 3,12.
183 Regla ( i Q S ) V 7-9. 19» M t 3,11.
184 Regla ( i Q S ) V -79. 191 Salmos ( i Q H ) 3,27-32. Traducción d e A. G. LAMADRID, o . a , 260. Estas mismas ideas
185 Documento de Damasco ( D D ) VI 5; V I I I 16; Is 55,7. aparecen en i Q S 2,8; 4,13; i Q H 6,18; i Q p H a b 2,11-13; D D II 5-6.
186 Act 2,38. 192 Cf. M a l 3,1-3; Prov 17,3; I Cor 3,12-15.
18' M t 3,2. 193 Regla ( i Q S ) IV 18-21. Traducción de A. G. LAMADRID, O . C , 261.
188 M t 3,3. 194 Regia ( i Q S ) I I I 7-9.
666 XII. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 667
mico santificador que procedía de Dios 195 . Estas ideas están, penitencia para encontrar el «camino de Dios»; no huye de los
pues, en el trasfondo de los dos movimientos espiritualistas pa- pecadores, sino que los busca para rehabilitarlos. Y, por otra
ralelos que se desarrollaron a orillas del Jordán y en la orilla parte, no invita a que los que le sigan se replieguen hacia el
occidental del mar Muerto con sus matices distintos. En efec- «desierto» para encontrar «el camino de Yahvé». Y, finalmente,
to, a pesar de las semejanzas aparentes, hay una diferencia sus- no tiene obsesión por el cumplimiento de los múltiples pre-
tancial entre el «bautismo» de Juan y las purificaciones rituales ceptos de la ley de Moisés, sino que se atiene a los principios
de Qumrán; aquél era irrepetible, porque simbolizaba la rup- generales de las exigencias éticas humanas: ayudar al desvalido
tura con un pasado pecaminoso y el principio de una vida y llevar vida sin contaminación con el pecado. A este propósito
nueva. Por otra parte, el «bautismo» de penitencia «para la remi- comenta A. G. Lamadrid: «La comunidad de Qumrán se
sión de los pecados» 196 está abierto a todos: a los judíos y a aisla del resto del pueblo, y propone este aislamiento como sis-
los gentiles l97 , mientras que el baño ritual de Qumrán es sólo tema de vida. Juan utiliza el desierto como plataforma para
para los iniciados en la secta. Precisamente, la genialidad de dejar oír su voz y encontrarse con la gente» 199 . La vida aus-
Juan el Bautista es romper con los moldes estrechos del judais- tera en el desierto liberaba a Juan de compromisos sociales,
mo, predicando una religión ética para todos los que sientan la y así podía proclamar con toda libertad el mensaje que había
compunción del corazón, como en otro tiempo lo habían pro- captado en su meditación sin más compañía que el aullido de
clamado los profetas. Por otra parte, la recepción del «bautismo» los chacales. Y en sus meditaciones ha sabido liberarse del
de Juan no implicaba entrar en una comunidad cerrada y eso- «legalismo» de la religión judaica imperante, de la que no se
térica. Además, Juan no da ninguna importancia a los precep- liberan los cenobitas de Qumrán.
tos mosaicos que no sean éticos. En cambio, el culto a la ley de Por consiguiente, resulta improcedente querer catalogar a
Moisés, con todas sus minucias, era algo fundamental para los Juan como si fuera un epígono de la comunidad de Qumrán,
cenobitas de Qumrán. ya que el planteamiento de su mensaje difiere radicalmente de
Por ello, los qumranitas se sienten ya en la gran vertiente la de los qumranitas, que tenían complejo de «elitismo» dentro
de la historia, pues el cumplimiento exacto de los preceptos de la sociedad judaica, ya que se consideraban como la «plan-
mosaicos acelerará el advenimiento de los tiempos mesiánicos tación eterna» y el «templo» de Israel 2 0 0 . Por otra parte, el gé-
justamente en el «desierto», como habían anunciado los pro- nero de vida de Juan es el de un anacoreta al estilo de Banu,
fetas : del que nos habla Josefo 201 , y no de cenobita, como era el de
los miembros de Qumrán. Su espíritu independiente, su tem-
«Cuando sucedan todas estas cosas a la comunidad en Israel, de acuerdo
con estas disposiciones se separarán de en medio de la morada de los hom-
peramento hirsuto y rudo, era el menos apropiado para con-
bres impíos para ir al desierto, con el fin de preparar allí el camino de Yahvé, vivir en comunidad; y, desde luego, no era fácil de «domesti-
según está escrito: En el desierto preparad el camino de Yahvé, allanad en car» con planteamientos legalistas. Finalmente, en la predica-
la estepa una calzada para nuestro Dios. Este camino es el estudio de la ley, ción de Juan no aparece esa veneración especial por el sol que
que Dios ha promulgado por medio de Moisés, en orden a obrar en todo
momento de acuerdo con lo revelado por el Espíritu Santo a través de los es característica de los movimientos esenios. Así, pues, todo
profetas»198. lo más que podemos decir sobre las semejanzas entre el movi-
miento «baptista» de Juan y el de Qumrán es que ambos forman
En este texto de Qumrán vemos dos cosas, que reflejan un parte de «la fermentación e inquietud escatologista que trabaja
planteamiento espiritual totalmente diverso al de la predicación por este tiempo a la comunidad de Israel, y que está prepa-
de Juan: primero, se exhorta a separarse de los impíos para rando, de manera providencial, la venida del Mesías» 2 0 2 . Y, de
buscar a Dios e n el desierto, y segundo, se declara que el medio hecho, esta preocupación escatológica es común a todos los es-
de encontrar a Dios es el «estudio de la ley» promulgada por critos judaicos de la época 203 . Nos hallamos, pues, ante dos
Moisés. En cambio, la perspectiva del Bautista es diferente: !99 A. G. LAMADRID, O . C , 263.
no invita a separarse de la sociedad pecadora, sino que invita a la 200 Regla ( , Q S ) V 6; VIII 5-9; «comunidad santa» ( i Q S IX 2).
201
A pesar de pertenecer Juan a familia sacerdotal, no se preocupa por m a n t e n e r l o s p r i -
vilegios jerárquicos de la clase sacerdotal, como es algo fundamental en la espiritualidad d e
195 Cf. Is 32,15; E z 39,29; Jl 2,28; Is 44,3; Ez 36,25-27. Qumrán.
196 M e 1,4. 202
A. G. LAMADRID, O . C , 264.
i" L e 3,14. 203 Cf. Libro de los jubileos I 15-23; XXIII 26.29-30; Salmos de Salomón, X \ I 1 I 4,5;
198 Regla ( i Q S ) V I I I 12-16; IX 19-20. T r a d . d e A . G . LAMADRID, O . C , 262. Asunción de Moisés I 18.
Los escritos de Qumrán y el N.T. 669
668 XII. Los documentos del mar Muerto
b) No obstante, para poder establecer alguna relación con
movimientos espiritualistas diferentes y paralelos, que se nu-
el movimiento esenio de orillas del mar Muerto, se destaca el
tren del trasfondo de la literatura profético-bíblica y de la común
hecho de que Jesús se retiró al «desierto» para orar y concen-
expectación mesiánica. Por ello, terminamos con J. Schmitt:
trarse antes de comenzar su vida apostólica de «enviado» de Dios
«Juan Bautista no fue un epígono, ni mucho menos un tránsfuga para predicar el advenimiento del Reino de Dios a base de un
de la comunidad de Qumrán» 204 , aunque haya podido tener cambio de vida por la penitencia, es decir, recogiendo la antor-
conocimiento del movimiento esenio y aun relaciones ocasio- cha de Juan209. Como, por otra parte, los primeros discípulos de
nales con alguno de sus miembros, pero «su originalidad se Jesús proceden del círculo «bautista» de Juan, y suponiendo que
destaca de tal manera, que lo que tenía de común con los esenios éste tuviera relaciones con los esenios, se concluye que éstos
no era más que aparente» 205 . influyeron en el planteamiento del mensaje espiritual del Maes-
tro de Nazaret. En realidad, la estancia de Jesús en el «desierto»
2. ¿RELACIONES DE JESUCRISTO CON LOS ESENIOS tiene un sentido teológico muy profundo y original en la pers-
DE QUMRÁN? pectiva de los evangelistas, pues los «cuarenta días» de ayuno
a) Supuesta nuestra solución negativa a la posibilidad de de Jesús corresponden a los «cuarenta» años de la estancia de
influencias directas sustanciales del movimiento esenio en la Israel en el desierto, sintetizando sus tentaciones las del pueblo
persona y predicación del Bautista, el nuevo interrogante que israelita en el desierto 21 °; son las tentaciones de gula, descon-
nos planteamos sobre posibles influencias en la persona y pre- fianza e idolatría. La tentación de Jesús es la de un mesianismo
dicación de Jesús de Nazaret resulta más claro y definitivo, ya temporalista, apartándolo del mesianismo espiritualista y do-
que Jesús no es un cenobita ni un anacoreta, sino un predicador liente que habían anunciado los profetas 211 .
ambulante que vive inserto en la problemática de una sociedad Y la vida de Jesús es presentada como una lucha contra «el
judaica y que lanza un ideal de liberación espiritual por enci- poder de las tinieblas» 212 ; contra Satán, al que vio caer del
ma de todas las estrecheces legales mosaicas y rabínicas. Jesús, lejos cielo como un rayo 213 ; y su inauguración del Reino de Dios
de alejarse de los pecadores, los busca para curarlos espiritual- implica la expulsión de los demonios 214 . También aquí en-
mente, como «médico» de las almas 206, y da de lado a todas las contramos la concepción de un dualismo moral en la historia
triquiñuelas ritualistas de los maestros de la ley. Su enseñanza humana, conforme a la tradición bíblica. Así, la trayectoria me-
es lúcida y no tiene nada de la nebulosidad de la literatura siánica de Jesús es una lucha contra el poder del mal; por eso,
apocalíptica de Qumrán, preocupada en mantener la discipli- San Lucas dice que, después de las tentaciones, «el diablo se
na del arcano y el complejo de «elitismo» entre sus miembros. alejó de él hasta un tiempo oportuno» 215 . Pero los evangelistas
En su mensaje de amor no cabe el odio a los pecadores, como se tienen interés en presentar a Jesús desde el principio venciendo
proclama reiteradamente en los escritos de Qumrán 207 . Y Jesús, al enemigo por excelencia, que incitaba hacia un mesianismo
que invita a «ser perfectos como el Padre celestial» 208 , no in- temporalista. El ataque definitivo del principio del mal contra
vita a huir y aislarse en el desierto, ni a organizarse en comuni- Jesús fue en el momento de su pasión, pues «Satán entró en
dades de tipo monacal, ni menos aún a la vida de anacoretas. Judas» 216 , y, al ser prendido en Getsemaní, Jesús declara a los
El camino que lleva a Dios es múltiple y deja a sus seguidores que son instrumento de Satán: «Esta es vuestra hora y el poder
el modo de plasmar el ideal del amor a Dios y al prójimo con de las tinieblas» 217 . Pero Jesús estaba seguro de su victoria,
vistas a la consecución de la vida eterna. «porque el príncipe de este mundo está condenado» 218 .
204 209
J. SCHMITT, Les écrits du NT et les textes de Qumrán: Rev. des Sciences religieuses M t 14,17. Jesús inicia su predicación cuando Juan es encarcelado (v.12).
210
(1965) 261. Los textos citados por Jesús son del Deuteronomio, q u e los reñere a situaciones de
205
J. D A N I É L O U , LOS manuscritos del mar Muerto (Madrid 1961) 3 3 . Israel en el desierto. Así, cuando los israelitas se dejaron llevar de la gula (Ex 15,2-16,3), se
206
M t 9,12; L e 5,31; L e 15,7; 7 , 3 4 ; «amigo d e pecadores»; es la acusación q u e contra él dice q u e «no sólo de pan vive el hombre, sino d e toda palabra q u e sale d e la boca de Dios»
lanzan los fariseos ( M t 9,13: «No v i n e a llamar a los justos, sino a los pecadores»; M e 2,17; (Dt 8,3; M t 4,4); y cuando los israelitas no creyeron en el milagro del agua en Masa (Ex 17,7),
L e 5,32; L e 15,2: «Recibe a los p e c a d o r e s y c o m e con ellos»; M e 2,16). se dice: «No tentarás al Señor, tu Dios» (Mt 4,7). Y, aludiendo a los pecados de idolatría d e
207
Según Flavio Josefo, entre los esenios se d e b í a jurar «odiar siempre al injusto...» (FLAVIO tos israelitas, se dice: «Al Señor, tu Dios, adorarás y sólo a El darás culto» (Dt 6,13; M t 4,10).
2
JOSEFO, Bel. Iud. II 7.8). Y en la profesión d e Qumrán. el nuevo candidato debía decir contra " L e 18,31-34; 24,26.
los pecadores: «Maldito seas, n i h a l l e s m i s e r i c o r d i a por la negrura d e tus obras, pese sobre 212 J_^Q 22 í 1.
2 21
ti la maldición e n el infortunio del f u e g o eterno» (Reala [ i Q S ] II 7-8). Es justamente todo lo " Le IO|I8! « Le 22,3.
214 217
contrario de lo q u e predica Jesús, r e c i b i e n d o amorosamente a los pecadores, como gráfica- L e 11,20. L e 22,53.
2 21
mente se declara e n la parábola del h i j o p r ó d i g o ( L e 15,11-32). >5 L e 4,13. » Jn 16,11.
2
«« Mt 5,48.
Los escritos de Qumrán y el N.T. 671
670 XII. Los documentos del mar Muerto

De hecho, con la predicación de Jesús se inició yá el Reino riquezas para abrirse al espíritu de Dios, porque ellas ahogan,
de Dios, que, como un fermento, había de cambiar las concien- como las espinas, la buena semilla 227; pero no invita a la vida
cias, pues es una realidad espiritual, ya que «está dentro» de los comunitaria, a pesar de que el colegio apostólico de los Doce
oyentes del Maestro 2 l 9 . Bajo este aspecto, la escatología está vivía comunitariamente con el Maestro, con un administrador
ya iniciada con el advenimiento del Mesías, encarnado en Jesús, de los ingresos de todos 228 . Por otra parte, Jesús urge el amor
según propia confesión en la sinagoga de Nazaret 220 . Es el al prójimo, el perdón para con los enemigos, cosa que es total-
momento del cumplimiento de los vaticinios mesiánicos 221 . mente desconocida para los cenobitas de Qumrán, ya que
Pero su función no es la de un cirujano despiadado que corta éstos suponen la total discriminación entre los «hijos de la
y raja, sino la de un médico que cura amorosamente las heridas: luz» y los «hijos de las tinieblas», los cuales han de ser «odiados
«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba según su culpabilidad, conforme a la venganza de Dios» 229 .
perdido» 222 , pues «no vino a llamar a los justos, sino a los pe- El amor debe ser «a los hijos de la luz». En todas estas expre-
cadores» 22i. Juan el Bautista anunciaba la inmediata y defini- siones hay un espíritu de secta y de segregación social. En
tiva discriminación entre buenos y malos; Jesús cambia la pers- realidad, parece que la comunidad de Qumrán surgió en un
pectiva, diciendo que ésta se ha iniciado con El; pero la definiti- círculo sacerdotal de amargados al ser preteridos en sus fun-
va sólo se dará al fin de los tiempos, en la metahistoria. Su pri- ciones sacerdotales. De ahí su espíritu exclusivista y esotérico.
mera venida es de misericordia, la segunda venida será de juez, Nada más ajeno al espíritu del Evangelio, ya que Jesús vino
señalando el fin de la historia. a romper todos los vínculos estrechos del judaismo, predican-
La escatología de Qumrán es similar a la de Juan, pero di- do al Dios Padre que «llueve sobre buenos y malos» 2 3 0 y que
fiere de la perspectiva de Jesús, quien, lejos de huir de los pe- recibe amorosamente a todos los que a El se acojan con espíritu
cadores, los busca para rehabilitarlos. No obstante, los qum- de arrepentimiento.
ranitas creían que en su comunidad se había empezado a reali- Se ha querido ver una semejanza con la parábola de la
zar la esperanza mesiánica, pues eran conscientes de tener el «oveja perdida» 231 en la exhortación del Documento de Da-
Espíritu y la verdad. Y la aparición del «maestro de justicia» masco XIII 9: «Que el inspector del campo trate a los grandes
parecía hacerles ver que estaban ya llegando al momento de con bondad, como un padre a sus hijos; que les perdone sus
la gran vertiente de la historia, pues «Dios le ha dado a conocer extravíos, como hace un pastor con su rebaño». El símil de la
todos los misterios de las palabras de sus siervos los profetas» 224 ; solicitud del pastor por las ovejas es corriente en la Biblia 232 ;
y les dio a entender el momento en que llegaba la extinción de y nada se dice en el documento esenio de que el inspector aban-
los pecadores: «Dios les suscitó un maestro de justicia para con- done sus ovejas para ir tras de la perdida. Sin embargo, encon-
ducirles por el camino de su corazón y dar a conocer a las últi- tramos una semejanza en el tema de la corrección fraterna entre
el texto de Mt 18,15-17 y uno de Qumrán:
mas generaciones lo que iba a hacer a la última generación, a la
congregación de los traidores» 225 . «Que cada uno reprenda a su hermano con verdad y con dulzura, con
c) Se han buscado semejanzas de expresiones entre los amor de bondad para con el prójimo. Que no le hable con cólera y acritud,
logia de Jesús y la literatura de Qumrán. Así, la expresión «pobre con cuello levantado, con corazón duro y mal espíritu. Igualmente, que
nadie acuse a su hermano ante los grandes si no le ha reprendido ante tes-
en espíritu» de Mt 5,3 encuentra su exacto paralelo en la «po- tigo» 233 .
bre en espíritu» ('muy rwh) de la Regía de la guerra (iQM)
XIV 7. Pero ambas están calcadas en la tradicional teología En realidad, este espíritu de conciliación aparece ya en el
de los «pobres de Yahvé» 226 , tan desarrollada en los últimos texto del Deuteronomio para evitar falsas acusaciones 2 3 4 . Sólo
siglos del judaismo. Jesús predica el desprendimiento de las se debe acusar al obstinado y rebelde. Pero esto pertenece a la
2
219
Véase M . GARCÍA CORDERO, Teología de la Biblia II ( M a d r i d 1972) 176S. "M t 13,3; L e 8,5.
22
220 «Jn 12,6.
L e 4,16-21. 22
»Regla ( i Q S ) I i s .
221 Is 61,1-2. 23
°M t 5,45.
222
L e 19,10. 23
>M t 18,12-14.
223
224
M e 2,17. 232
Jer 31,10; Ez 34,121 37.24; 34,23; Sal 22,2; 79,13; 95,7-
iQpHabVIl4-5. 233
Regla ( i Q S ) V 24-VI 1; cf. Documento sadoquita IX 2-4.
225 D D I 11-12. 2M Cf. D t 19,15.
226
Cf. A. G E L I N , Les Pauvres de Yahve (Paris 1953).
672 XII. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 673
más elemental prudencia humana y no arguye dependencia rán en la intimación de Jesús al enviar a los apóstoles a pre-
literaria entre el texto evangélico y el de Qumrán. Se basaba dicar sin dinero, acogiéndose a la hospitalidad de los que van
en la mejor tradición pro/ética de Israel. Otro tanto se ha de a ser los participantes de su mensaje 240 . Así, debían dar ejem-
decir respecto a la exhortación del Documento de Damasco plo de sencillez y de desprendimiento total. A este propósito
XIII 9-10: «Como un pastor lo hace respecto de su rebaño, él se citan estas palabras de Josefo sobre los esenios: «Estos viaja-
desatará los nudos de sus lazos (a los que están) oprimidos y ban sin llevar más que unas armas para defenderse de los ban-
aplastados en su comunidad». Es decir, que el jefe del campa- didos. En cada ciudad había uno especialmente designado (de
mento debe intentar resolver los problemas de sus subditos su secta) para recibirle» 241 . A la simple lectura de este texto,
con el cuidado con el que el pastor desata los lazos en que se aparece la gran divergencia con la intimación del Maestro de
ha enredado alguna oveja. El símil es bello y refleja bien el es- Nazaret; éste no quiere que lleven nada, incluso ni un bastón,
píritu paternal que debe tener el jefe para con sus subordina- según alguno de los evangelistas 242 , mientras que entre los
dos. Pero es sacarlo de su contexto querer ver en ello un pare- esenios se llevaban armas. En la escena del prendimiento de
cido con la frase del Señor a sus discípulos cuando les otorga Getsemaní, uno de los discípulos llevaba armas, y se le prohi-
poderes jerárquicos: «Lo que atareis sobre la tierra será ata- bió hacer uso de ellas 243 . Por otra parte, no se dice en los tex-
do en el cielo y lo que desatareis en la tierra será desatado en tos evangélicos que hubiera gentes determinadas para recibir-
el cielo» 23S . En ambos casos, el verbo desatar tiene un sentido los en cada localidad, sino que los discípulos debían alojarse
metafórico; pero en el caso del Documento de Damasco se trata en la primera casa de buena voluntad que encontraran 244 ; y no
de la solución de dificultades que oprimen el alma de un hay complejo de secta en la comunidad que seguía a Jesús. Por
miembro de la comunidad, mientras que en el contexto evan- tanto, no hay nada de parecido con la organización de los
gélico la contraposición está entre atar y desatar en la tierra esenios.
y en el cielo, aludiendo a una correspondencia entre la decisión e) Finalmente, se ha querido ver el rito de la eucaristía de
en la «Iglesia» y en el cielo; pues la frase de Jesús viene a con- la última cena en la comunidad de Qumrán, donde había un
tinuación de declarar que la Iglesia debe intervenir oficialmente banquete ritual a base de pan y de vino. Así se dice en la Regla
en la corrección de algún hermano, al que ha de expulsar si es de la comunidad:
contumaz. Su fallo es aceptado en el tribunal celeste.
«En común coman, bendigan y deliberen. Dondequiera que se encuen-
d) En los escritos de Qumrán se habla de un «Consejo tren diez miembros de la comunidad, no ha de faltar entre ellos un sacerdo-
de la comunidad», que es establecida como «plantación eterna» te... y cuando hayan dispuesto la mesa para comer y el mosto para beber,
y «santuario» para Israel, «el muro probado», «la piedra angular» alargue el sacerdote su mano... para bendecir las primicias del pan y del
245
y «sus fundamentos no temblarán ni se moverán de lugar» 236 . mosto» .
También en estos textos se ha querido ver una fuente de ins- Según Josefo, los esenios tenían un rito similar, que él des-
piración para las siguientes frases de Jesús: «Os sentaréis so- cribe del siguiente modo:
bre los doce tronos, juzgando a las doce tribus de Israel» 237 ;
«Tú eres Pedro, y sobre esta piedra (Kefas) edificaré mi Igle- «Después de lo cual (de haber trabajado diligentemente) se reúnen
sia; y las puertas del infierno no prevalecerán» 238 . Y Cristo de nuevo en un sitio, y, una vez vestidos de blanco, van a lavar sus cuerpos
en agua fría. Terminada esta purificación, van juntos a un recinto especial,
mismo se presenta como la «piedra angular» 2 3 9 de su Iglesia, donde ninguno que sea de otra creencia puede entrar, y ellos solos, así
la piedra que ha sido desechada por los edificadores, y que, sin purificados, entran en el refectorio como en santo templo. Sentados en si-
embargo, es la base del nuevo Templo. En realidad estas me- lencio, reciben por orden, de manos del panadero, los panes; d e manos
del cocinero, un solo plato con un solo manjar. El sacerdote empieza re-
táforas son netamente bíblicas y sirven para expresar las nue- zando, y ninguno puede gustar cosa alguna antes de la oración. Terminada
vas ideas de Qumrán en torno al problema de la elección. la comida, reza de nuevo el sacerdote. De modo que tanto al principio
como al fin veneran a Dios como Providencia de las necesidades de la vida.
Se ha querido buscar una semejanza con los textos de Qum-
240
M t 10,10; L e 9,3; 10,4.
24
235 M t 18,18. i FLAVIO JOSEFO, Bell. Iud. II 8.4.
242
236 4Q.P Ps 37,3.15-16; i Q H 6,25-27; i Q S 8,4ss. Asi M t 10,10 y L e 9,3; 10,4.
243
23' M t iq,28. M t 26,52.
244
238 M t 16,17. Mt 10,11.
2
239 M t 21,42; M e 12,IO; L e 10,17, « Regla (iQS) VI 2-5.
Biblia y legado 22
674 X/7. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 675
Entonces, depuestos sus vestidos blancos como cosa sagrada, nuevamente
van al trabajo hasta la tarde. A este punto vuelven a casa, y cenan de la 3. JESÚS Y EL «MAESTRO DE JUSTICIA»
misma manera, en compañía de los huéspedes, si es que hubiera alguno
de paso entre ellos» 2 4 6 . a) A raíz de la publicación en 1950 del Comentario de
Habacuc, encontrado e n la gruta de Ain Fesja e n 1947, se llegó
A la vista de estos textos, vemos q u e el parecido entre el a afirmar que los manuscritos del mar Muerto provocarían «una
«banquete» ritual de Qumrán y d e los esenios y la institución catarata de revoluciones en los orígenes del cristianismo» 2 5 2 .
de la eucaristía según los relatos evangélicos es totalmente tan- Y en el Fígaro Littéraire del 24 de febrero de 1951 se proclama-
gencial, ya que coinciden sólo en que e n ambos se empleó el pan ba enfáticamente y de modo irresponsable que «en menos d e dos
y el vino y que se recitaban oraciones apropiadas. E n el caso siglos habían existido dos Cristos». Es decir, se afirmaba q u e se-
de los esenios, éstas tienen el carácter de dar gracias a la Pro- senta años antes de Jesús de Nazaret había existido u n «maes-
videncia divina p o r los manjares concedidos; y otro tanto pa- tro de justicia» que predicaba la misma doctrina que A q u é l
rece indicar el rito de Qumrán cuando se dice que el sacerdote y que incluso había sido crucificado bajo Pompeyo. L a reacción
debe «alargar la mano para bendecir las primicias del pan y del d e los especialistas católicos fue serena y segura, desmontan-
mosto» 2 4 7 . Es lo que suele hacer el que preside en los monas- do todo el castillo de aire q u e se había montado en torno a
terios al iniciarse la comida. Pero e n el caso de la última cena unos textos oscuros, q u e no decían nada de lo q u e querían
de Jesús, al instituir la eucaristía hace algo más q u e bendecir hacerles afirmar 2 5 3 .
el p a n y el vino; al darlo a sus discípulos les dice estas palabras
E n efecto, el citado Dupont-Sommer, con la ayuda de su
misteriosas: «Este es mi cuerpo... ésta es mi sangre, q u e será
interesada imaginación de renegado fanático, quiere ahogar la
derramada por vosotros» 2 4 8 . Y pide luego que reiteren este
voz de su conciencia traicionada y establece el siguiente p a -
rito como su «memorial». N a d a d e esto se dice e n los textos de
ralelismo: «El maestro de justicia predica, como Jesucristo, la
Qumrán. Los profetas habían hablado del «banquete» mesiá-
observancia de la ley mosaica e n su forma más espiritualista;
nico de los elegidos 2 4 9 , y es posible que el «banquete» comuni-
exhorta a la penitencia, a la humildad, a la pobreza, al amor
tario entre los qumranitas tuviera u n sentido simbólico en r e -
al prójimo y a la castidad. Como Cristo, se presenta como el
lación con este «banquete» escatológico. Jesús mismo habla d e
Mesías redentor del mundo, y, como Jesús, fue perseguido por
que n o volverá a gustar d e la v i d hasta q u e vea cumplida la
los saduceos, fue desnudado y condenado a muerte e n medio
Pascua en el Reino del Padre 2 5 0 . Estas ideas y símiles eran
de grandes suplicios. C o m o Cristo, el maestro de justicia es u n
comunes entre los centros piadosos judaicos de la época. L a
ser divino q u e se encarnó para vivir y morir como hombre, q u e
misma Pascua judía tenía esta relación con la evocación me-
resucitó después de la muerte y se apareció revestido d e gloria
siánica. Pero las palabras de Jesús («esto es m i cuerpo... ésta
a los suyos en el 63 a.C. para juzgar a Jerusalén. A l fin de los
es m i sangre») tienen u n sentido totalmente nuevo en relación
tiempos, como el Cristo de los evangelios, volverá p a r a juzgar
con su misión de Redentor, como Mesías q u e muere p o r los
a todas las gentes como juez soberano. F u n d ó una Iglesia, c u -
pecados de los hombres. Y esta idea es totalmente desconoci-
yos miembros esperaban su regreso glorioso. El rito fundamen-
da en los escritos d e Qumrán. E n uno de estos textos se dice:
tal fue la cena, de la cual los sacerdotes eran los ministros. Por
«Reunidos e n la mesa para beber el vino, preparado con el vino mez- el bautismo y la previa confesión de los pecados se entraba en
clado, nadie tome en su mano el primer bocado de pan o el vino antes que la comunidad de la Nueva Alianza. A l frente d e la comunidad
el sacerdote, ya q u e a él le corresponde tomarlo primero en su mano. In- puso a u n inspector u obispo. El ideal de esta secta era mante-
mediatamente, e l Mesías de Israel tomará el pan en sus manos» 2 5 1 . ner la unidad de todos sus miembros y la comunión e n la ca-
Pero nada s e indica en el texto sobre la idea de la permanen- ridad, que llega hasta poner todos los bienes en común» 2 5 4 .
cia del Mesías después d e su muerte a través d e estas especies 252
A . DUPONT-SOMMER, Apercus préliminaires sur les manuscrits de la mer Morte ; L'Orient
de pan y vino e n t r e los suyos. Es u n enfoque totalmente diverso. illustré 4 (París 1950) 121.
253
L a réplica inmediata estuvo a cargo d e A . G E L I N , Le chrislianisme avant le Christia-
24
<¡ F L A V I O J O S E F O , Bell. Iud. II 8.5. nisme?: L ' A m i d u Glergé 61 (1951) 101-103; J. BONSIRVEN, Révolution dans Vhistoire des
2 origines chrétiennes: Études 258 (1951) 213-18; J. HEUSCHEN, Le Maitre de justice un précur-
« Regla ( i Q S ) V I 2-5-
248
M t 26,26-27; L e 22,19-20; M e 14,22-25; 1 Cor 11,23-26. seur du Christ?: Revue Ecciésiastique d e Liége 38 (Í951) 227-32; J. R E I N E , Le Manuel de
249
Gf. Is 2 5 , i s : «Yahvé prepara u n festín a todos los pueblos...» Discipline: L a Documentation Catholique 49 (1951), col.244 n.4.
2
25" M t 26,29. 5" A . DUPONT-SOMMER, O . C , 46-56. Véase L . ARNALDICH, El Cristo del Evangelio y el
" i iQSa II 1 7 - 2 0 . supuesto Cristo del mar Muerto: Verdad y Vida X I (1953) 59.
676 XII. Los documentos del mar Muerto
Los escritos de Qumrán y el N.T. 677
b) D e toda esta amañada síntesis, ¿qué es lo que puede
el justo, por la fidelidad, vivirá». Comentando esta frase bíblica,
mantenerse a la luz de los textos del mar Muerto ? Pues que un
se dice en el texto de Ain Fesja:
personaje excepcional organizó una comunidad cerrada esotéri-
ca para vivir más intensamente el ideal judaico y liberarse de la «Su explicación se refiere a los q u e practican la ley en la casa de Judd,
contaminación de la sociedad masivamente pecadora, en espe- q u e D i o s salvará d e la casa del juicio a causa de sus sufrimientos y de su fe
ra de la manifestación del próximo Mesías, por lo que esta en el maestro de justicia» 2 5 8 .
comunidad tiene una característica penitencial de expiación.
Y, en efecto, como los antiguos profetas, predicó la humildad, Esta comunidad organizada en el desierto debía entregarse
el espíritu de entrega a sus miembros, exhortando a la casti- al cumplimiento exacto de la ley para «expiar los pecados de
dad y quizá imponiendo el ideal del celibato. Bajo este aspecto Israel» 2 5 y . Y en uno de los himnos encontrados entre los es-
tiene parecido con Jesús de Nazaret, quien predicó el amor al critos de Qumrán, que se suelen atribuir al maestro de justicia
prójimo, incluso a los enemigos, y, viviendo como célibe, dejó como autor y sujeto de los mismos, se dice con toda arrogan-
cia: «Mi mano será contra todos los que me desprecian» 2 6 0 .
esta puerta abierta a los más decididos de sus seguidores, a los
Y el que le ataca es el «sacerdote» impío, el «deudor de la
que reconoce este sacrificio «por el Reino de Dios», es decir,
mentira», al que se le acusa, entre otras cosas, de «edificar en
para dedicarse exclusivamente a su difusión 2 5 5 ; pero «no todos
sangre una ciudad de vanidad y suscitar en el engaño una asam-
entienden esto, sino a quienes ha sido dado», es decir, que ello
blea», y, sobre todo, de haber «ultrajado a los elegidos de Dios» 2 6 1 ,
supone una gracia especial de Dios. De hecho, Jesús no im-
que no son otros que los cenobitas de Qumrán. Ahora bien,
puso el celibato a sus discípulos, los cuales en su mayoría de-
el punto culminante de la lucha contra el maestro de justicia y
bían de estar casados. Y en la primitiva Iglesia se mantuvo
«sus elegidos» tuvo lugar en u n momento en que la comunidad,
esta actitud del Maestro. Pero nada se dice en los textos de retirada en el desierto, se disponía a celebrar el día de la pe-
Qumrán sobre su carácter divino ni sobre su encarnación, y nitencia, el Yóm Kippur, día de expiación y de ayuno. Pues
menos aún sobre su resurrección. en ese día «el sacerdote impío se les presentó para extraviarlos
c) Según las alusiones del Comentario de Habacuc (fuente y hacerles tropezar en el día de ayuno, en un sábado de re-
principal para reconocer a este misterioso «maestro de justi- poso» 2 6 2 .
cia») 2 5 6 , parece pertenecer a la familia sacerdotal de Sadoq. Es
Ese día terminó para los seguidores del maestro de justicia
objeto de mofas y de desprecios d e parte de sus enemigos, al
en duelo, pero no se dice que éste hubiera sido muerto violen-
frente de los cuales aparece u n «sacerdote inicuo»; por ello, tamente por los intrusos impositores. Parece insinuarse, más
el maestro de justicia se retira con u n grupo de selectos y puri- bien, que el sacerdote impío» trató de forzar al maestro de jus-
tanos que le siguen y aclaman como «doctor», pues les enseña ticia para que profanara el sábado, día de la expiación, por
el camino de la justicia y d e la rectitud. Se presenta como coincidir con el Yóm Kippur. N o se concreta más en el texto.
intérprete de revelaciones particulares de Dios, por las que Y es en este contexto donde Dupont-Sommer trata de encon-
adquiere un sentido profundo de la ley y de los profetas: «El trar su muerte y resurrección, lo que no aparece por ningún
maestro de justicia es a quien Dios hizo conocer todos los mis- lado. Para ello busca supuestas reconstrucciones arbitrarias en
terios de las palabras de sus siervos los profetas» 257 . El Comen- las lagunas del texto. En realidad, éste no dice más que lo si-
tario de Habacuc está concebido como glosa interlineal a las guiente:
profecías del Habacuc bíblico-canónico. Así, la frase relativa
al maestro de justicia es u n comentario a H a b 11,2-4, donde se «(... su explicación se refiere) al sacerdote q u e se ha r e b e l a d o ( c o n t r a . . . )
habla de una «visión para t i e m p o fijado, y que ciertamente ha los m a n d a m i e n t o s (de D i o s . . . ) ; le h a n exaltado p a r a ( c u m p l i r ) s u castigo
de realizarse sin falta; espérala, que ciertamente llegará, no de u n a m a n e r a i m p í a . H o r r o r e s d e m a l e s t e r r i b l e s h a n ejercido sobre él,
y venganzas sobre su cuerpo de carne» 2<53.
faltará. He aquí que s u c u m b e el que no tiene alma recta, mas
258 Ibid., VII 1-3.
255
M t 19,11-12. 259 Regla ( i Q S ) VIII 4-7.
2
256 «o Himno IV 18.
Algunos autores, como Lambert, Trever y Teicher, creen que este Comentario de 2
« Com. Hab. f i Q p H a b ) X 9-13.
Habacuc es incluso posterior a Cristo. 2«2 Ibid., XI 4-8.
257
Com. de Hab. (iQpHab) II 2-3; cf. G. VERMES,O.C, IOI. 263
Com. de Hab. (iQpHab) XX 4-8; la traducción es de G. VERMES, O.C, 131.
Los escritos de Qumrán y el N.T, 679
678 X77. Los documentos del mar Muerto
268
a los antiguos..., pero yo os digo» . Y así cambia algunos
Ahora bien, en este texto fragmentario y lleno de lagunas
preceptos fundamentales, como el del repudio y la ley del
pretende Dupont-Sommer nada menos que ver una alusión a
talión, sacrificándolo todo a la idea de perdón hacia el ofensor.
la encarnación, muerte y resurrección del maestro de justicia»,
Y nunca se dice en los relatos evangélicos que Jesús tuviera
del que supone gratuitamente que fue un ser divino, a pesar de
obsesión por estudiar y escudriñar todas las nimiedades de la
que en el texto y contexto nada se insinúa en este sentido.
ley mosaica, como hacían los sectarios de Qumrán. Aceptaba
Aquí sólo parece aludirse a los malos tratos y torturas corpora-
de ella lo que encontraba en consonancia con las exigencias
les infligidas al «maestro de justicia» por el «sacerdote inicuo»,
ético-espirituales de su mensaje; por eso da el gran principio
sin que se hable de crucifixión, ni siquiera de la muerte de éste.
liberador: «No fue hecho el hombre para el sábado, sino el
Por ello, de todos los textos relativos al «maestro de justicia»,
sábado para el hombre» 269 . Es decir, lo jurídico debe supedi-
sólo se deduce que fue el fundador de una secta espiritualista
tarse a lo ético en todo momento.
de la mejor ley dentro de la tradición profética de Israel, en
cuanto que exigía el cumplimiento puntual de los preceptos Con todo, hemos de confesar que este maestro de justicia
más mínimos de la ley mosaica, pero con su sentido ético, como (More hassedeq: maestro justo») es una figura relevante que
lo predicaban los antiguos profetas, frente al fariseísmo esteri- tiene conciencia profética, por recibir especiales revelaciones
lizante de la época, y, dentro de esta misma línea, no daba de Dios para interpretar la ley y a los profetas» 270 , y su misión
importancia a los ritos y sacrificios del templo de Jerusalén. es dar a conocer a las últimas generaciones lo que iba a suce-
Nada de lo específico del Maestro de Nazaret y de su mensaje der en la última generación» 271 , es decir, que se siente ya en
—crucifixión, resurrección, fundación de una Iglesia universa- los umbrales de la era escatológica, que iba a ser inaugurada
lista y abierta a todos, especialmente a la reconciliación de los por el Mesías en su doble manifestación religiosa y laica. Y es
pecadores, y conciencia de ser el Juez definitivo de la historia consciente de haber recibido el Espíritu de Dios: «Te doy
al fin de los tiempos, por lo que exige una entrega sin medias gracias, Señor, porque me has sostenido con tu fuerza y has
tintas a su persona, ya que se siente seguro de su conciencia derramado sobre mí tu Espíritu Santo» 272 . Y por ello invita a
superior y de su doctrina: «Los cielos y la tierra pasarán, pero la penitencia a sus seguidores; por eso, su comunidad se llama
mis palabras no pasarán» 264—encontramos en la literatura de «alianza de penitencia» 273 , y sus componentes se llaman a sí
Qumrán. Jesús es consciente de ser el Mesías, no su mensajero mismos los penitentes de Israel» 274. Jesús también inició su
o preparador, como parece ser el «maestro de justicia». Por predicación invitando a la penitencia: «Convertios (metanoeite)
eso, Jesús, con toda naturalidad y sin engallamientos, se aplica y creed en el Evangelio», porque se acerca el Reino de Dios 275,
el cumplimiento de las profecías en sus argumentaciones 265 . que se inicia con su predicación 276; por ello, llega el momento
Por otra parte, el fundador del movimiento de Qumrdn es de definirse, de adoptar una posición radical, un cambio total
consciente de ser un pecador, como lo declara en uno de sus respecto a la vida de pecado anterior. Y así, en torno suyo se
salmos: organiza una comunidad de Doce, como síntesis del «nuevo
Israel» que nace. En Qumrán se habla de un Consejo de la
«Cuando los pecadores se levantaban contra mí, y los reprobos contra comunidad, compuesto por doce laicos y tres sacerdotes 2T1. El
tu palabra, decía yo en mi pecado: 'Estoy excluido de tu alianza. Pero me número «doce» era sagrado y simbólico en la tradición de Is-
enmendé y me mantengo firme... apoyado en tu gracia y en tu gran mise- rael, calcado en el de las doce tribus; por eso, no tiene nada de
ricordia. En efecto, tú perdonas la iniquidad... y purificas el alma de su particular que surja en distintos movimientos de renovación
pecado'» 26,s .
religiosa; pero en la comunidad de los Doce de Jesús no hay
¿Hay algún parecido entre esta situación de conciencia y
la de Jesús, que declara con énfasis: ¿Quién me argüirá a mí 268
M t 5,21.27.33.
de pecado?» 267 . Esta misma superioridad de Jesús se refleja 269 M e 2,27.
2
™ i Q p H a b IT 6s; VII 3-5.
en su superioridad sobre la ley mosaica, a la que se atreve a 271
Documento de Damasco ( D D ) I i r - 1 2 .
272 r Q H VI 6-7.
cambiar con la mayor naturalidad: «Habéis oído que se dijo 2
" D D XIX 16.
™ i Q S X 20; iOJH II 9; V I 6; X I V 24; D D II 5; X X 17; IV 2; V I I I 16.
2 2
M M e 13,31; L e 21,33; M t 24,39. " M e 1,15.
265 2
Gf. L e 4,2t; 10,24; M t 11,5; L e 7,22. ' 6 M t 12,28.
2(,(í
Himno IV 30-31. 277 i Q S V I I I I-4.
2
« Jn 8,46.
680 XII. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 681

preocupación alguna sacerdotal jerarquizante. N o sabemos de comunidad la posibilidad de observar la ley; la penitencia que
ningún apóstol que haya sido de la clase sacerdotal judía, y, Dios otorga es la conversión a la ley; la salvación pertenece a
sin embargo, van a constituir la base de la nueva Iglesia; sobre los que observan la ley; los demás serán aniquilados. Quiere
todo, Pedro, «roca» sobre la que se va a asentar 278 . En cambio, esto decir que al comparar a Jesús con el maestro de justicia,
la comunidad de Qumrán está basada e n u n núcleo dirigente de el Evangelio de Jesús tropieza con el intérprete más rígido de
estirpe sacerdotal. la ley, la cual es el único camino de llegar a Dios para todo el
Y a propósito del «Tu es Petrus...» se recuerda el texto de judaismo. D e aquí que el maestro de justicia es—a pesar de
i Q H VI 25-27: todas las diferencias intrajudaicas que se quiera, por muy sig-
nificativas que se supongan—el más grande representante de la
«Yo me apoyé, Dios mío, sobre tu verdad, pues tú pones el cimiento
sobre la roca, y el armazón según la justa medida y el nivel exacto, piedad del antiguo judaismo.
y la plomada para probar las piedras auténticas, en orden a construir un «En la parábola del fariseo y el publicano, el maestro de jus-
edificio sólido, de manera que no se mueva ni vacilen los que buscan re- ticia debe ser alineado con el fariseo. Da gracias a Dios—y lo
fugio en él». hace de verdad—, porque le otorga la posibilidad de cumplir
Pero aquí se trata simplemente del símil de la «edificación», la ley—y la cumple de veras—; da gracias a Dios con la certe-
que es corriente en la literatura bíblica, y no se declara a u n za de que los que cumplen la ley y los que piadosamente siguen
representante de la comunidad como base de la sociedad futura, el camino de la santidad, tienen asegurada la salvación divina,
continuadora de la obra iniciada por el maestro de justicia. frente a los infieles a la ley, que están condenados a la des-
Por otra parte, el carácter exclusivista de la comunidad fun- trucción. La sentencia de Jesús, según la cual Dios recibe a los
dada por el maestro de justicia está bien expresado en esta de- impuros, a los pecadores que desconfían de sí y resiste a los piado-
claración del Documento de Damasco: sos seguros de sí mismos, alcanza también al maestro de justicia.
El antagonismo es inconciliable. Si el maestro de justicia hu-
«Los idiotas, los locos, los tontos, los dementes, los ciegos, los lisiados, biera conocido el Evangelio de Jesús, lo hubiera considerado, más
los cojos, los sordos, los menores, ninguno de ellos entrará en el seno de
la comunidad, porque los ángeles santos están presentes en ella» 2 7 9 . todavía que el judaismo contemporáneo, como una blasfemia. La
sima entre la ley y el Evangelio divide dos mundos» 2 8 1 .
Es todo lo contrario de lo q u e declara Jesús en su pará-
bola al invitar al banquete del Reino a «los pobres y lisiados,
a los ciegos y a los cojos» 2 8 ° . D e hecho, Jesús se sentía particu- 4. ¿INFLUENCIAS DE QUMRÁN EN LA PRIMITIVA IGLESIA
larmente a gusto con los marginados por la sociedad, entre los CRISTIANA ?
cuales estaban, sobre todo, los débiles, enfermos y tarados U n a vez descartadas las relaciones personales y doctrina-
física y moralmente. les de Juan el Bautista y Jesús de Nazaret con los cenobitas de
A la vista de esta exposición, podemos concluir con G. Je- Qumrán, cabe preguntar si la ideología de éstos tuvo influen-
remías: «No es exagerado decir que el maestro de justicia es la cia en la mentalidad y organización de las primitivas comuni-
personalidad más relevante del judaismo tardío actualmente dades cristianas; sobre todo, en la Iglesia madre de Jerusalén,
conocida. Representa el esfuerzo más radical por alcanzar la formada masivamente de convertidos del judaismo. Esto es
clemencia de Dios a través de la obediencia fiel. Según él, el ca- bastante verosímil, ya que los sectarios del mar Muerto, de la
mino hacia Dios pasa necesariamente por el cumplimiento de la mejor espiritualidad judaica de la época, se tuvieron q u e dis-
ley. El maestro de justicia se destaca sobre el judaismo contem- persar después del año 70 d . C , con ocasión de la destrucción
poráneo, en cuanto radicaliza, más que éste, las exigencias de la ciudad santa y la persecución de los romanos contra todos
divinas. Incluso, cuando habla de la gracia y de la misericor- los centros del judaismo. Podemos suponer que los cenobitas
dia de Dios, todo va a parar, en última instancia, a la ley. Para de Qumrán, llevados de su espiritualismo mesiánico, h a y a n sen-
él, la gracia de Dios es la revelación de la auténtica obediencia tido interés y aun atracción hacia el nuevo movimiento mesia-
a la ley; la misericordia de Dios consiste en que concede a la nista iniciado por Jesús, porque el Mesías de los cristianos
2™ M t 16,18.
279 Documento de Damasco ( D D ) X V 15-17- 281 G. JEREMÍAS, Der Lehrer der Gerechtigkeit ( S U N T 2, G o t t i n g e n 1963) 3 5 1 - 5 3 ; cit. por
28» L e 14,21. A. G. LAMADRm, o . c , 279-80.
682 Xll. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 683

tenía que llenar sus ansias de perfección. Y, supuesta la incor- ésta una institución común del judaismo de tradición bíblica.
poración de muchos a la nueva religión nacida del judaismo, Con todo, el nombre de episkopos parece ser la traducción del
hemos de suponer que aportaron ideas y experiencias de orga- mebaqer («inspector») de Qumrán; pero tenemos el hecho de
nización. En Act 6,7 se declara que una «multitud de sacer- que el episkopos aparece por primera vez en las comunidades
dotes» abrazó el ideal cristiano y se incorporó a la Iglesia na- cristianas de origen helénico; y el nombre de episkopos era
ciente de Jerusalén. Quizá entre estos «sacerdotes» había re- corriente en la organización civil; parece, pues, provenir del
presentantes de la sociedad jerárquico-sacerdotal de Qumrán. trasfondo helénico 285 .
E incluso pudieron llegar a desempeñar cargos de responsa- b) Ahora bien, cierta terminología de Qumrán parece
bilidad en la primitiva Iglesia hierosolimitana, dejando su im- haber entrado en las comunidades cristianas. Sabemos que los
pronta organizativa. Con todo, en los Hechos de los Apósto- cenobitas del mar Muerto se llamaban a sí mismos «los santos
les, como en los relatos evangélicos, no se alude nunca a la de Dios» 28(>, «los pobres», «los pobres de espíritu» 287, «los hijos
existencia de estos representantes de la espiritualidad del mar de la luz» 288, «los hijos del beneplácito divino» 289 , «el templo
Muerto. ¿Por qué? Es un misterio, y parace ser un silencio de Dios» 2 9 0 , la «Nueva Alianza» 291 , «el Resto» 292 . En los es-
intencionado, como si hubiera cierta prevención contra ellos. critos apostólicos aparecen estas denominaciones y su sentido
Pero hay que reconocer que en los escritos apostólicos hay de elección; así, San Pablo, en el encabezamiento de sus cartas,
frases e ideas muy similares a las que encontramos en los es- se dirige a los «santos» 293 ; y se insiste en el ideal de «pobreza»
critos de Qumrán. como necesario para abrirse al Evangelio 294 ; los cristianos son
los «hijos de la luz» 295 . En Le 2,14 se habla de «los hombres
5. ¿INFLUENCIA DE QUMRÁN EN LA ORGANIZACIÓN del beneplácito» (eudokías), que son los destinatarios del men-
DE LA PRIMITIVA IGLESIA? saje del Mesías nacido en Belén. Y San Pablo presenta a los
cristianos como «templo de Dios» 296 , símil que Jesús se había
a) Organización jerárquica.—La comunidad de Qumrán aplicado a sí mismo 297 . La idea de la Nueva Alianza aparece
y la iglesia de Jerusalén aparecen organizadas jerárquicamente: en la tradición de la cena 298 ; y, finalmente, a la comunidad
la primera, bajo el control de la clase sacerdotal, y la segunda, cristiana se la designa como «los muchos» 2 " , expresión acu-
bajo el gobierno de los Doce, discípulos directos de Jesús. Pero
ñada en Qumrán 3 0 °.
la primera diferencia está en que en la Iglesia primitiva cris-
c) También el régimen de comunidad de bienes se ensayó
tiana no se organiza a base de gentes de la clase sacerdotal, sino
en la primitiva Iglesia hierosolimitana 301 , lo que era una tra-
a base de unos «testigos» directos de unos hechos, en su mayo-
ría iletrados, sin preparación alguna en materia de organiza- dición en Qumrán 302 . Pero lo que aquí era una exigencia ne-
ción comunitaria, pero que estaban seguros de interpretar la cesaria para el régimen comunitario, en la Iglesia de Jerusalén
voluntad de su Maestro, que les había hablado de una futura era de aportación, voluntaria. Nunca se impuso obligación de
Iglesia basada en Kefas, como piedra angular; y contra ella entregar los ingresos propios. Por ello, es un planteamiento
no habían de prevalecer las «puertas o poderes del infierno» 282 . radicalmente diverso, sin que implique influencia alguna del
Ya hemos visto cómo el símil de la «edificación» aparece reitera- 283
Véase H. W. BEYER, en T h W N T II 604-17.
damente en la literatura de Qumrán para hablar de la organi- 28
28
« iQS V 13.
? iQpHab XII 3.6.10; i Q M XI 9.13; 1Q.H V 21; 18,14.
zación de la comunidad, que debía de estar cerrada a los extran- 288
iQS I 9; II 16.
jeros, y «no habrá banda que pueda penetrar aquí con sus armas 2X9
29
i Q H IV 32-33; XI 9.
° iQS VIII 5.
de guerra» 283 . Pero no hay parecido concreto con la promesa 291
292
DD VI 19; VIII 21.
DD I 4-5.
de Cristo a su apóstol, jefe del equipo de sus seguidores. Por 253
1 Cor 1,2; 2 Cor 1,1; Ef 5,25-27.
294
otra parte, el Consejo de los «ancianos» que aparece en la or- 295
Le 6,20; Gal 2,10.
1 Tes 5,4-5; Ef 5,6-7; Jn 12,35-36.
ganización de Qumrán aparece también en la comunidad de 296
297
1 Cor 3,16-17; 2 Cor 6,14-7,1; Ef 2,18-22; 1 Tim 3,15.
Jerusalén como equipo asesor de los apóstoles 284 . Pero era 298
Jn 2,19-22.
Le 22,20; cf. 2 Cor 2,6; Heb c.8-9.
299
300
Mt 26,28; Me 15,24; cf. Act 6,25; 15,30; 2 Cor 11,25.
282
Mt 16,18. 301
iQS VI 7s.
283 Act 4,32s; 2,41-42.
284
Himno (iQH) VI 25-28. 3 2
Act 11,30; 15,4. ° iQS I 2; V 2; VI 19; DD XIV i 3 s; 1O.S VI 24-25; VI 21-22.
684 XII. Los documentos del mar Muerto
Los escritos de Qumran y el N.T. (¡85
sistema de Qumrdn en la organización económica de las p r i -
mitivas comunidades cristianas. El régimen comunitario mo- Los complejos de pureza legal y el de elitismo que prevalecían
nacal surgirá en la Iglesia en el siglo n i en Egipto, cuando ya se en la comunidad de Qumrdn no existieron en la Iglesia apos-
había ensayado el anacoretismo, cuyas exageraciones antihuma- tólica.
nas se trató de mitigar. e) E n la Iglesia primitiva se urge el amor al prójimo, con-
d) Tampoco hay nada de c o m ú n entre la celebración de forme al mandato del Señor; y esto es lo que caracteriza a las
la eucaristía y el banquete sagrado de Qumrdn, pues éste exigía primeras comunidades. T a m b i é n en Qumrdn se recomienda
antes unas purificaciones rituales que se repetían cada día. E n insistentemente el amor al prójimo, pero entendiendo por éste
la comunidad cristiana primitiva sólo se exigía el bautismo o in- exclusivamente a los miembros de la comunidad, ya q u e se or-
mersión en el agua una sola vez, como testimonio de cambio dena expresamente «odiar» a los pecadores, que no pertenecen
de vida y de ruptura con un pasado pecaminoso 3 0 3 . Y el bau- a ella: «Para que amen a los hijos de la luz y para q u e odien a los
tismo se administraba en nombre de Cristo muerto y resucita- hijos de las tinieblas» 3 0 8 . Hay una discriminación radical entre
do, dándole así u n sentido de vinculación mística a la persona los hombres, que es justamente lo opuesto al universalismo del
del Fundador, pues, como dice San Pablo, «por el bautismo Evangelio, q u e predica el amor hasta con los enemigos, corri-
hemos sido consepultados con Cristo, y resucitaremos con giendo así la tradición judaica: «Habéis oído q u e se dijo:
El» 3 0 4 . Nada se dice en los textos de Qumrdn de una vincula- 'Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo', pero yo os digo:
ción al maestro de justicia por el rito de las purificaciones. O t r o A m a d a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen...
tanto hay que decir de la celebración de la eucaristía. Para los Pues si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a te-
cristianos, ésta es el «memorial» y la actualización de la muerte n e r ? » 3 0 9 Este ideal evangélico suprahumano trasciende total-
salvífica de Cristo 3 0 5 ; y las expresiones «esto es mi cuerpo», mente al del judaismo aun en sus manifestaciones más espiri-
«éste es el cáliz de mi sangre», tienen un sentido de realismo tualistas, como en las de los sectarios del mar Muerto.
sacramental, como lo explica San Pablo en 2 Cor 11,26: «Pues f) U n a de las características de los esenios o qumranitas es
cuantas veces comáis este pan y bjbáis este cáliz, anunciáis la vida de celibato, según declara Josefo 3 1 ° , pero en la Iglesia
la muerte del Señor hasta q u e El venga. Así, pues, quien coma primitiva no se impone ni a los dirigentes de las iglesias, como
el p a n y beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuer- los presbíteros y obispos 3 1 1 , aunque se exalta el ideal de la
po y de la sangre del Señor..., pues el q u e come y bebe sin virginidad para consagrarse a la difusión dsl Reino de los
discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación». Estas cielos 3 1 2 . En cambio, la corrección fraterna se presenta en plan
palabras, bien explícitas de u n representante directo de la pri- similar en la exhortación de Jesús 3 1 3 y en los textos de Qum-
mera generación apostólica, d a n a entender q u e la celebración rdn 3 1 4 ; pero es que ambas concepciones se basan en la tradi-
de la eucaristía después del ágape comunitario de fraternidad ción deuteronómica 3 1 5 , que exige testigos en la denuncia.
era más q u e u n mero «banquete» ritual. Es el «anuncio de la
muerte del Señor hasta que venga». Tiene, pues, u n sentido
6. ¿INFLUENCIA DE Q U M R Á N EN LOS ESCRITOS
de memorial y de fe en la parusía del Señor. Sólo hay de común
APOSTÓLICOS?
con el «banquete» sagrado de Qumrdn el empleo del pan y el
vino, los dos elementos base de la manutención en Palestina N o es difícil sorprender determinadas frases estereotipadas
en los tiempos de Cristo. Por otra parte, en Qumrdn se excluían en las Epístolas de San Pablo y de San Juan con u n gran pare-
de la comunidad al «enfermo, tullido, cojo, ciego, sordo, mudo cido a veces literal con algunos de los escritos de Qumrdn, así,
o aquejado de cualquier defecto corporal...» 3 0 6 , cosa que jamás en el supuesto «dualismo» moral subyacente al hombre, que se
se hizo en la Iglesia primitiva en sus celebraciones eucarísti- siente atraído p o r fuerzas espirituales contrapuestas, en la
cas. Precisamente en la parábola del Señor sobre el gran «ban-
3»8 Regla (1Q.S) I 9.
quete» se invita a recibir a los marginados de la sociedad 3 0 7 . 309 M t 5,43-44-
310 FLAVIO JOSEFO, Bell. Iud. I I 8.2; Ant. Iud. X V I I I 1.5. Y las razones para abstenerse del
303 Act 8,38. matrimDnio es q u e las mujeres son fuente de discordia e infieles. Filón (Apología, e n EUSEBIO,
3M R o m 6,4; Gol 2.12. Praep. euang. VIII 11.5) dice q u e las mujeres son egoístas, celosas, hipócritas y esclavizan
305 a los hombres.
1 C o r 11,26.
30<> i Q S a I I 3-9. 3 " Cf. 1 T i m 3,2; T i t 1,7.
307 L c 14,13.21. 312 M t 19,12; 1 C o r 7.2SS. 314 Regia ( ¡ Q S ) V 25-26.
313 M t 18,15-17. 315 D t 17,6.
686 X/7. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qitmrán y el N.T. 687
teoría de la «justificación», y en la exhortación a vivir separados En 2 Cor 11,14, San Pablo dice que el diablo se cambia en
de los infieles y pecadores. «ángel de luz»; y en Ef 6,12 habla de los «dominadores de este
mundo tenebroso» y «ángel de las tinieblas». También habla del
a) Dualismo entre «carne» y «espíritu»
«poder de las tinieblas», aludiendo al poder diabólico 320. Estas
denominaciones son corrientes en los libros apócrifos judaicos,
QüMRÁN SAN PABLO aparte de los escritos de Qumrdn. Los relatos bíblicos están
«El espíritu de verdad ilumina el «Os digo, pues: Andad en espíritu montados como un drama, en el que late un dualismo moral
corazón del hombre y endereza an- y no deis satisfacción a la concupis- o pugna de dos fuerzas antagónicas, tal como se escenifica en
te él todos los caminos de la ver- cencia de la carne, porque la carne
dadera justicia, le hace arraigar en tiene tendencias contrarias a las del el capítulo tercero del Génesis: la serpiente representa el espí-
el temor a los juicios de Dios, en espíritu, y el espíritu tendencias con- ritu anti-Dios, que instiga al hombre a sobrepasar las limitacio-
el espíritu de humildad, paciencia, trarias a las de la carne, pues uno nes que le impone la ley divina en su calidad de criatura.
gran misericordia, bondad, pruden- y otros se oponen de manera que Y un poder satánico trata desde entonces de deshacer la obra
cia, entendimiento... no hagáis lo que queréis...
Ahora bien, las obras de la carne
de Dios. Por otra parte, el símil de la «luz» y de las «tinieblas»
Al espíritu de iniquidad pertenecen
el apetito desordenado, la indolen- son manifiestas, a saber: fornicación, contrapuestas en el orden moral surge espontáneo, ya que el
cia en el servicio de la justicia, la impureza, lascivia... Los frutos del diablo habita en las regiones tenebrosas, huyendo de la «luz»,
impiedad, el fraude, la soberbia y espíritu son: gozo, paz, longanimi- que desenmascara sus actividades torvas. Y en el Testamento
la mentira...» 316 dad, afabilidad...» 317 de Leví se lee: «Elige entre la luz y las tinieblas» 321 . Según
Aunque la terminología no coincide totalmente en ambos Jn 12,46, Jesús declara enfáticamente: «Yo he venido como
textos, el contenido conceptual es muy similar. En realidad, luz del mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca
la contraposición dualista arranca ya de la literatura bíblica, en tinieblas». Por eso, el evangelista dice de Cristo que es «la luz
pues el término «carne» en Gen 6,3 tiene ya el sentido de des- que brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la abrazaron» 322 .
orden sexual. Ya Jesús había dicho en Getsemaní: «el espíritu En este supuesto, San Juan desarrolla el símil de la luz y las
está pronto, pero la carne débil» 318 . La terminología, pues, tinieblas en el orden moral y espiritual del modo siguiente:
paulina es de procedencia bíblica, y no parece tener dependen-
«Este es el mensaje que de El hemos oído y os anunciamos: que Dios
cia literal de los escritos de Qumrdn. es luz y que en El no hay tiniebla alguna. Si dijéramos que vivimos en co-
munión con El y andamos en tinieblas, mentiríamos y no obraríamos según
b) Contraposición entre la «luz» y las «tinieblas» la verdad. Pero, si andamos en la luz, como El está en la luz, entonces esta-
mos en comunión unos con otros...» 3 2 3
QUMRXN SAN PABLO «Las tinieblas pasan y aparece ya la luz verdadera. El que dice que está
en la luz y aborrece a su hermano, ése está aún en las tinieblas. E l que ama
«... El sabio explique a todos los «Fuisteis algún tiempo tinieblas, a su hermano está en la luz... El que aborrece a su hermano está en ti-
hijos de la luz... De la fuente de la pero ahora sois luz en el Señor; an- nieblas...» 3 2 4
verdad y del manantial de las tinie- dad, pues, como hijos de la luz. El
blas la generación de la iniquidad. En fruto de la luz es todo bondad, jus- Jesús se presenta como «la luz del mundo» 325 , pero «los
manos del príncipe de la luz está la ticia y verdad. Buscad lo que es
dominación de todos los hijos de grato al Señor, sin comunicar con
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras
justicia. Ellos marchan por los cami- las obras vanas de las tinieblas...» eran malas. Porque todo el que obra mal aborrece la luz... Por-
nos de la luz. En manos del ángel (Ef s.ss). que el que obra la verdad viene a la luz..., pues está en Dios» 326 .
de las tinieblas está el dominio sobre «El Padre nos libró del poder de La luz es sinónimo de verdad, y tinieblas equivale a mentira.
los hijos de la iniquidad, ellos mar- las tinieblas y nos trasladó al Reino
chan por caminos tenebrosos...» 3 1 9 Estas contraposiciones morales son corrientes en la literatura
del Hijo de su amor...» (Col 1,13). judaica y gnóstica. En Qumrdn se contraponen la «verdad»
«Cuanto a vosotros, hermanos, no
viváis en tinieblas, para que ese día y la «perversión», que equivale a obrar mal, en cuanto obra ca-
no os sorprenda como ladrón, por- 32» L e 22,53; Gol 1,13.
que todos sois hijos de la luz e hijos 321
Testamento de Leví i g , i .
322
del día; no lo sois de la noche, de 323
Jn 1,5.
las tinieblas» (1 Tes 5,4-5). I Jn 1,5-7-
324
1 J n 2,8-11.
3
u„„l„ Í T O S I TV o. 'i« M t 26,41; M e 14,38. " Jn8,l2.
326
Jn 3,113-21.
688 XII. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 689

liginosamente, en tinieblas. El que tiene la conciencia tranquila, las gentes declara que ya no hay judío, ni gentil, ni bárbaro,
busca la luz, mientras que el que obra aviesamente, busca la ni libre, ni esclavo, pues todos son de Cristo o para Cristo 3 3 ° .
oscuridad. Es una relación conceptual m u y normal; y no es El planteamiento, pues, es totalmente diferente al de los ceno-
necesario buscar dependencias directas de unos textos a otros. bitas de Qumrán, que se consideraban como una élite espiri-
San Pablo juega con conceptos análogos, contraponiendo la tual dentro de la sociedad judía. Pero en ambos movimientos
situación de pecado a la de justificación: espiritualistas se presupone el misterio de la «elección» por
parte de Dios:
«Fuisteis algún tiempo tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad,
pues, como hijos de la luz. El fruto de la luz es todo bondad, justicia y ver-
dad... Buscad lo que es grato al Señor, sin comunicar en las obras vanas QUMRÁN SAN PABLO
de las tinieblas» 327 . «A los que Dios ha elegido les ha «Con alegría dad gracias al Padre,
«Cuanto a vosotros, hermanos, no viváis en tinieblas, para que ese día dado esto en herencia eterna: les ha que os ha hecho capaces de partici-
no os sorprenda como ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del hecho partícipes del destino de los par de la herencia de los santos en el
día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas» 328 . santos y los ha reunido en la asam- Reino de la luz» 332 .
blea con los hijos de los cielos» 331 .
c) Separación entre cristianos e infieles
La expresión «los hijos de los cielos» de Qumrán parece
En 2 Cor 6,14-17 se encarece la situación de privilegio en aludir a los ángeles; igualmente en el texto de San Pablo pa-
que se hallan los cristianos frente a los que no tienen fe. En los rece que «los santos en el Reino de la luz» se refiere también
textos de Qumrán se contrapone también la situación de los a las criaturas angélicas 3 3 3 . E n el judaismo posterior estaba
miembros de la comunidad y la de los que no lo son: m u y desarrollada la angelología, y de ella participan los após-
QUMRÁN SAN PABLO
toles, tal como se refleja en sus cartas. Los qumranitas creían
que los «ángeles» estaban presentes a su comunidad; de ahí la
«Que se separen de la asamblea «No os unáis en yunta desigual con razón de excluir a los tarados y extranjeros 3 3 4 . Entrar en su
los hombres de la iniquidad... El Con- los infieles. ¿Qué consorcio hay en-
sejo de la comunidad será estableci- tre justicia e iniquidad? ¿Qué con- comunidad era entrar en relaciones familiares con los ángeles.
do como templo para Israel... Que cordia entre Cristo y Belial? ¿Qué En los escritos paulinos encontramos una concepción similar,
nadie de los miembros de la comu- parte del creyente con el infiel? ya que la Iglesia es la antesala del cielo, y los cristianos son
nidad tome decisiones contra ellos ¿Qué concierto entre el templo de
(los impíos)... Poder de Belial...» 329 Dios y los ídolos? Pues vosotros sois
como bautizados «ciudadanos del cielo» 3 3 5 .
templos de Dios...» Finalmente, hemos de decir que hay grandes afinidades
entre la epístola a los Hebreos y determinadas expresiones de
Estudiando los dos textos, vemos que late una conciencia Qumrán. Por ello, C. Spicq llega a suponer que la maravillosa
de elección tanto en la comunidad de Qumrán como en la Iglesia
epístola del canon cristiano fue dirigida a antiguos miembros
cristiana; y por razones de profilaxis moral y religiosa debe
de la comunidad de Qumrán, pues se supone que los destina-
evitarse el contacto con los que no pertenecen a la comunidad
tarios están obsesionados con la idea del culto y de los ángeles,
de elegidos. E n la recomendación de San Pablo parece tratarse
considerando esta vida como u n exilio, como una estancia e n
de una medida de prudencia en la iglesia de Corinto, que vivía
en u n ambiente social m u y corrompido moralmente. El nom- el «desierto», como una peregrinación hacia el «sabatismo» de-
bre de Belial para designar a la personificación demoníaca finitivo 3 3 6 . En ambos casos se habla de u n sacerdote escatoló-
y del pecado es corriente en la literatura judaica contempo- gico perfecto y se considera la oración de alabanza como el
ránea, fuera de los escritos de Qumrán. Pero, cuando San Pa- ejercicio cultual perfecto. Por ello se vive en comunión con los
blo habla de la «elección») de los cristianos, no es para cerrar
330 Col 3,11; R o m 1,14.
la puerta a los que no lo son. N o hay ni el más mínimo trasfondo 331 Regla ( i Q S ) XI 7-8.
segregacionista en los escritos paulinos, ya que el Apóstol de 332 Col 1,12.
333 Cf. F . M . BRAUN, L'Arriére-fond judaique du Quatriéme Évangüe et la Communauté
de VAlliance: R B L X I I (1955) 5-44.
3
« Ef 5,6. 334 Cf. 2 Q . D D X V 15-17; i Q S a II 3-9; 2 Q F l o r I 2-4-
328 ¡ T e s 5,4-5. 335 Ef 2,19; «ciudadanos d e los santos» y «domésticos d e Dios».
« o D.„,„í,r,ül T c„. TT 11: TV 5: VIII 5-9; IX 5-6; I 18.23.24; II 5.19. 336 H e b 4,3.
690 XII. Los documentos del mar Muerto Los escritos de Qumrán y el N.T. 691
337 338
ángeles después de un ritual de iniciación y en un régi- GARCÍA CORDERO, M . , LOS descubrimientos del desierto de ]udá y los orígenes
men de disciplina penitencial 339 . del cristianismo: Ciencia Tomista 265 (1958) 59-137.
De toda esta exposición se deduce que es posible y aun GELIN, A., Le Christianisme avant le Christianisme?: L'Ami du Clergé 61
(1951) 101-103.
verosímil que miembros dispersos de la antigua comunidad de LAMADRID, A. G., LOS descubrimientos de Qumrán (Madrid 1956).
Qumrán después de la destrucción de su monasterio en 70 d . C , — Los descubrimientos del mar Muerto (Madrid 1971).
hayan entrado en la Iglesia cristiana y hayan influido en deter- LAGRANGE, M . J., La sede de la Nouvelle Alliance au pays de Damas: RB
minadas concepciones que no afectan al mensaje sustancial (1912) 2-21.
— Le Messianisme chez les Juifs (Paris 1909).
evangélico. Así, en la Didajé se habla de un período de prueba LÓPEZ MELÚS, F . M., El cristianismo y los esenios de Qumrán (Madrid 1965).
para los que querían bautizarse; y se habla de «orar tres veces ORTIZ DE URBINA, J. C , El «Comentario de Habacuc» de Qumrán (Ma-
al día» 340 , como se prescribía en Qumrán: «al principio de la drid 1960).
luz, cuando está en su curso medio y cuando se retira a la mo- PRECEDO LAFUENTE, J., San Juan Bautista y los manuscritos del mar Muerto:
Compostellanum 4 (1959) S-38.
rada que le es asignada» 341 . SCHMITT, J., Les écrits du NT et les textes de Qumrán: RScR (1956) 261SS.
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FRITSCH, C. T . , The Qumrán Community. Its History and Scrolls (New
York 1956).
337
H e b 12,22.
338
H e b 6,2; 9,10; 10,22.
339
Véase C. SPICQ, UÉpítre aux Hébreux, Apollos, Jean Baptiste, les Hellénistes et Qum-
rán : R Q (1959) 365-90.
340
Didajé VIII 3. Pero no se determinan las horas como en Qumrán, donde se tributaba
una veneración especial al sol.
" i Regla (iQS) X 1.
/

ÍNDICE DE AUTORES

A . b b a , R. 277- Bonfante, G. 469.


Abel, F . 64 65 66 67 135 274 384 427 475 Bottéro, J. 118 121 141 142 143 144 169
479- 223 400 4or 402.
A d a m , Sh. 109 201. Botterweck, G. J. 330.
Agustín, S. 318. B o u r d o n 265 277.
A h a r o n , Y. 256. Boyer, G. 155-
Aharoni, Y. 237 272 274 387 388 481. Breastet 211 255 414 436.
Ai'stleitner, J. 238 470. Brekelmans, C. H . W . 233-
Albright, W . G. F . 40 76 82 95 99 104 Bright, T. 83 84 85 86 87 U S 136 H& 162
108 11S 122 132 133 H i 143 146 149 ,163 169 218 277 495 527 554-
150 152 164 167 169 218 224 240 262 Brinkmann, J. A. 430.
276 277 295 300 301 310 360 381 397 Brodrick, A . 40.
402 409 411 415 440 456 469 470 479 Brugsch 210.
481 489 490 491 495 500 526 527 532 Brunner, H . 391 559 570.
538 541 550 554. Buber, M . 239.
Alt, A . 164 169 241 298 315 35i 554- Bucellatti, G. 100 116 169.
Anastasi I (Papiro) 258 442. Budde, K. 40 327 382.
Anastasi II (Papiro) 256 4 4 1 . Budge, E. A . W . 577-
A n b a r , M . 277. Bujanda, I. 40.
Anderez, V. 40. Burney, L . É . 169.
A n d r a e , W . 381.
A r d e n , E. 270.
Aristófanes 282. Cjallaway, J. A. 479.
Aristóteles 26 245 330. Caminos, R. A. 144 256 261 277 4 2 1 .
A r m s t r o n g , J. F . 55. Campbell, E. F . 397 399.
Arnaldich, L . 40. Camps, G. M . 277.
Asensio, F . 39 40. Cantinau, }. 274.
Ashkenazi, T . 169. Capart, J. 197 277-
Astour, M . 94 415 421 469 554- Caquot, A . 169 427 441 454 47°-
A u e r b a c h , E. 351 382. Carnavon 11.
Avigad, N . 519. Cárter, H . 111.
Awad, H . 277- Cassin, E. M . 156 157 159-
Casutto, V. 435-
B a d e , W. F. 540. Cavaignac 68.
Baltzer, K. 288 310. Cazelles, H . 68 168 169 236 237 250 261
Barón, S. W . 83. 277 3 i 5 316 351 471 547 559-
Barnett, R. O . 414 419 554- Cerny, J. 230 231 258 283 410 428.
Barr, J. 241. Ceuppens, F . 40 55 68.
Barrois, A . 124 459. Chabas 210 591.
Barsotti, D . 169. Chaine, J. 57 68 128.
Bartina, S. 68 229. Charles, H . 169.
Barton, G . 116 470. Cbelhod, J. 3 8 1 .
Bauer, H . 470. Childs, J. 277-
Bauer, J. B . 55- C h r i s t o p h e 222.
Bauer, T h . 117. Clamer, A. 58 129 130 324-
Baudissin, W . W . 3 8 1 . C l e m e n t e Alejandrino 317.
Baumgartner, W . 470. Clementis, R. E. 381.
Bea, A . 164. C l e r m o n t - G a n n e a u 466,
Beaucamp, E. 299. Coats, G. W . 266 387.
Beek, G . Van 4 6 1 . Cody, A. 235 382.
Begrich, J. 489. Coleran 55 381.
B e h m , J. 283. Columela 246.
Bennet, H . 558. Colunga, A. 312.
Ben-Zvi, I. 274 382. Contenau, G. 55 66 424 462 464 469 47i-
Berard, J. 469. Cook, S. A. 351.
Bergmann 2 1 1 . Cooke, O . 295.
Bernhard, K . - H . 233- Coppens, J. 39 40 277 457-
Beroso 25 52. Cornelius, F . 148.
Bertholet, A . 381.
Belgig, E. 118. Courayer, B. 92 169 221 277 375 3§3.
Besters, A. 277. Cowley, A . 550.
Bickerman, E. 286 546 310. Croatto, J. D . 199.
Black, M . 550. Cross, F r . M . 237 265 277 295 3 5 4 355 381
Bodenheimer, F . S. 270. 412 4 7 1 .
Cruveilhier, P. 351.
694 Índice de autores Índice de autores 695
Follet, R. 673. Jouon, P . 42 55.
D a h o o d , M . 447 4 7 1 . F o r r e r , E. Ó . 418 424. H a a g , H . 383 520. Jousse, M . 619.
Daniélou, J. 40. F r a i n e , J. de 40. Habel, N . C. 4 5 6 4 7 1 . Jordán, J. 54.
D a u m a s , F. 568. F r a n k e n , H . J. 470 479 554. Halder, A. 633. Junker, H . 68 S75 633.
Davies, G. 222. F r a n k e n a , R. 289. Halevy, J. 619.
Deimel, A. 20 25 40 55 154- Fr a z e r 13 26. Hall, H . R. 470.
Delaparte, L . 127 424. F r e d m a n n , N . D . 241 295. Hallo, W . W . 118 633. K a i s e r , O . 266 447.
Delcor, M . 415 6go. Fredrickson, H . 265. Hamada, H . 198. Kampel, H . 388.
Desborough, V. R. d ' A . 418 469. F r e y 252. Happel, O . 68. Kapelrud, A . S. 351 425 470.
D h o r m e , E. 7 32 39 46 52 54 55 61 67 68 Friederich, J. 430. H a r á n , M . 354 359 381. Kaufmann, Y. 301 554-
116 117 118 122 132 142 164 169 315 Fritsch, G. T . 690. Harper, R. F . 523. Keimer, L . 244 246.
381 402 423 427 437 452 471 498 546 F r i t z , V. 271 387 554. Harris (Papiro) 208. Kenyon, K. M . 479 544-
Ó20 631 633 634- Frühstorfer, K. 3 5 1 . H a u r e t , C h . 40 382. Kevin, R. O . 597 634-
Diodoro de Sicilia 187 188 190 208 216 250 FarJani, G. 266 3 8 1 . H e h n , J. 327- Kitchen, K. A. 148 170 233 244 259 277
355 467 566. Heinisch, P. 241 351- 310 397 411 431 470.
Diringer 514 520. Heinitz, T. G. 294. Kittel, R. 80 296.
D o h l , E. 132. G abrieli, G. 151 I 6 Q . Heller, J. 4 8 1 . Klengel, H . 133.
DóIIer, T. 382. G a d d , J. 115 150 275 526 528 558 633. Helling, H . 298. Knierim, R. 35r.
D o m b a r t 68. Galanopoulos, A . G. 243. H e m p e l , J. 451. Kbhler, L . 297.
Dossín, G. 102 117, 122 161 633. Gall, A . Von 58. Henninger, j . 235 277 366 382. Kónig, E. 240 241 252.
D o t h a n , T . 415 47° 554- Galling, K. 360 409 547. H e r d n e r , A. 439. Kónig, F . 309.
Drioton-Vandier 215 254 411 567 633 634. G a r b i n i , G. 68. H e r o d o t o 182 188 189 191 193 194 205 Kónig, J. 277 279-
Driver, G. R. 240 276 471. García Cordero, M . 26 50 113 164 169 174 221 281 283 518 526 569. Koroseg, V. 480.
Driver, R. 432. 264 277 293 294 295 300 313 322 368 H e r m á n , W . 295. Kortleitner, F . X. 277-
D r u b b e l , A . 634. 466 555 631 633 670 690. H e r r m a n n , J. 351. Kosmala, H . 239 284 352-
D u b a r l e , A . M . 242 277. Gardiner, A . 106 112 157 185 187 197 199 H e r r m a n n , S. 230 277. Kraeling, E. G . 5 5 1 .
D u m a i n e , H . 40. 211 220 221 229 230 255 256 258 261 Heuschen, J. 675. Kraeling, K. E. 55.
D u m a s , M . J. 277. 277 557 563 589- Heyde, H . 277. Kramer, K. 53 68 619.
D u m e r m u t h , F . 245. Garelli, P. 425. H ü l e r , D . R. 4 1 1 . K r a u s , F . R. 101 400.
D u p o n t - S o m m e r , A . 68 169 237 381 420 Garstang, J. 118 475. Hirsch, H . 156. K r a u s , H . J. 381 493-
Gaster, T h . H . 383 4 7 1 . Hoftijzer, J. 240. Kuenen, A . 575.
469 554 651 661 675 690.
Gautier, L . 382. Holladay, S. 4 8 1 . K u p p e r , J. R. 100 101 133 138 142 144
D ü r r , L . 633.
Dussaud, R. 76 122 126 381 460 538 570. Gelb, I. J. 100. Holscher, G. 557 633. 151 169 294 400.
Gelin, A. 457 670 673 690. Holz, J. M . 169. Kutsch, É. 310.
Geller, S. 631. H o m e r o 64.
E a k i n , F . E. 456 4 7 1 . Gemser, B. 634. H o m m e l , F . 429.
Ebeling, E. 119 545 608 609 620 631. Georgiev, G. 470. Hooke, S. H . 539. L a b a t , R. 9 106 571.
Eberharter, A. 3 5 1 . Gerstenberger, E. 310 351. Hoonacker, A. Van 382. Lactancio 324.
Ebers 210. Gese, H . 351. Horacio 4 8 1 . L a g a r d e 240.
Edel, E. 138 430. Gibson, S. C. L . 138 169. H o r n , S. H . 233. Lagrange. M . J. 10 12 53 62 125 130 164
Edzard, D . O . 100. Giesenbrecht, I. 296. H o r t , G. 277- 240 277 309 314 3 i 6 462 464 467 648
Ehrlich, E. 633. Gilbert, P . 303 578. H o u r , J. 3 ro. 691.
Eichrodt, W . 240 241 290 300 310. Ginsberg, H . L . 439 440 456 4 7 1 . Hrozny, F . 160 239. L a m a d r i d , A. G. 635 652 659 661 662 667
Eissfeidt, O . 144 147 169 233 262 277 293 Giveon, R. 233 4 1 1 . Huffmon, H . B. i o r 132. 691.
446 471 554- Glueck, N . 127 148 387 492 494 504. H u k b e r t , P. 620 634. L a m b d i n i , T . O . 134.
Elliger, K. 489, 633- Goetzc, A. 118 158 335 480. H u t c h i n s o n , R. W . 470. L a m b e r t , G. 40 55 241 277 634.
Enciso, J. 42 55 229. Goitein, S. D . 240. Hyat, P. J. 527- L a m b e r t , M . 570.
Epicteto 282. Goitia, J. d e 68. L a m b e r t , W . G . 40 633.
Epstein, J. N . 613. Gómez M o r e n o , A . 4. L a m m e n s , H . 294 355 3 8 1 .
E r d m a n s , B. B. 327. Gordis 634. Lanchozwski, C. 559 633.
I m s c h o o t , P . Van 301 310.
Erlenmeycr, H . 415 470 554. Gordon, C. H . 116 138 143 148 152 153 Landsberger, D . 149 232 238.
E r m a n n , A. 185 216 261 597 600 634. Ingholt, H . 355.
159 169 224 238 415 443 457 470 471 Landersdorfer, S. 238.
Errandonea, J. 7 8 14 17 19 20 21 24 25 L a n g d o n , S. 34 611 620.
620.
36 50. Gottwald, N . 540. Lange, H . O . 597-
J a c k , J. W . 277 471.
Estrabón 62 67 246 428. Graf Reventlow, H . 3 5 1 . L a n g h e , R. d e 142 164 308 382 445 456
Jacob, E. 298 301 307 310 337 445 448 45°
Eusebio 12 308 452 618 657. G r a h m , W . 633. 471 633- 458 459 471-
Graig, J. A . 272. Jacobsen, T . 25. L a r g e m e n t , R. 633.
F a h d , T . 235 277. Gray, J. 93 238 270 273 366 381 420 432 J a m m . J. 491 554- Laroche 415.
F'alkenstein 633. 471 482. Jaussen, J. A . 42 63 78 92 161 169. L a p p , P . 554.
Fauíhner, R. O . 230 Grayson, A. K. 571. Jaussen, J. M . E. 196 277. Lassoe, J. 92.
Farina, G. 258- Greenberg, N . 152 541. Jaussen, J. 388 4 3 1 . Leclant, J. 109 233 410.
Fensam, F . C. 235 3iO- Grelot, H . 383 471 619. Jastrow, M . J. 309. Lefebvre 185 205 213 216 217 245 411 560
Fichtner, J. 634. Gressmann, H . 43 79 92 99 169 185 229 Jean, Ch. 96 102 212 233 240 303 334, ?86 576.
F i l ó n 229 232 659 660. 241 277 303 308 334 500 557 633 634. 408 561 578 582 587 589 597 6oc> 606 L e Gac, I. Y. 49<*>-
Filóstrato 246. Griffith, T . C. 215 227 230 597. 607. Legrain, L . 609.
Finet, A. 118 238. Grimme, H . 382. Jenofonte 115 543. L e h e m i n g , S. 270.
Finkelstein, J. J. 92 119. Grintz, J. M . 114. J e p s e n , A . 351 633. L e o n a r d i , P . 40.
Flavio Josefo 62 65 108 200 229 250 251 Groseloff, H . 233. Jeremías, A . 39 55 57 68 133 169. L e Page, Renouf 606.
270 363 378 569 657 658 659 662 664 G u ü l a u m e , A. 633. Jeremías, G. 681. L e p s i u s , C . R. 112.
673 685. Gunkel, H . 79 92 277. Jerkes, R. K. 360. Lesétre, H . 68 380.
Flinders Petrie 220 254. Gunneweg, A. H . 277 382. Jerónimo, San 426. Levine, B. A. 454 455.
Flowers, H . J. 3 5 1 . Gurney, R. 118 138 424. Jirku, A . 296 351 432 470. Lewy, J. 152 156 239 230 3 8 1 . •
Fogrer, G. 243. Gustavs, A . 106. Johns, H . W . 119. Liagre H ó h l , F . d e 81 170.
Fohrer, G. 271 279 289 310. Güterbock, G. 418. Joínes, K. R. 387. Lie, A . G. 509.
Índice de autores 697
696 Índice de autores
L i t t m a n n , E. 239. N i e l s e n , E. 152. Rainey. A. F . 421 432 433- Steiner, G. 418.
Liverani, M . 100 295 394- N i k e l , J. 352. Ramlot, M . 634- Seinmann, J. 303.
Lods, A . 55 80 254 47i 633. N i m s , F . 222. Ranke, H . 198. Sters, J. Van 108.
Lohfink, N . 278. N o r d e n , V. 213. Rasco, A. 148. Steuernagel, L . 170.
L ó h r , M . 296 382. N o r t h , R. 330. Ratschow, C. H . 2 4 1 . Stevenson, W . B. 366.
Lokkegaard, L . 295. Rawlinson 516. Stock, H . 109 196 202.
N o t h , M . 81 83 87 88 92 117 132 149 170
López Melús, F. M. 691. Redford, D . B. 108. StóderI, W . 352.
2 2 7 252 256 273 278 290 382 410 421 Story, C. I. K. 634.
Loret, V. 112 205. 470 474 483 487 554 634. Reine, J. 675.
Loretz, V. 310. Streck 17.
N o t s c h e r , F . 289 310 571. Reisner, G. A. 237.
L u c i a n o 188 246 464. N o u g a y r o l , J. 138 155 572 633 634. R e n á n 68 6 6 1 . Stummer, F . F . 613.
Luckenbill 70 430 503 510 520. N o w a c k , W . 352. Renaud, B. 301 3 5 1 . Sutcliffe, E. F . 691.
Renckens, H . 40.
Rendtorff, R. 382. 1 ácito 186.
M aag, V. 292, 310. O b e r m a n n , J. 240 440.
O b e r m a y e r , H . - G a r c í a Bellido, A. 40.
Ricciotti, G. 77 170 186 278 554. T a d m o n , H . 527.
M a d e r , E. 126. Riemschneider, M . 470. Taylor 515.
Maisler, 13. 93 257 4 2 1 . O ' C a l l a g h a n , R. Y. 105 4 7 1 . Ringgren, H . 92.
Oesterley, W . O . E. 366 382 634. Teylor, J. J. 604.
M a l a m a t , A. 92 102 480 482 527. Rissfeldt, O . 354- Teófilo de Antíoquía 324.
Mallon, A. 55 197 204 216 220 229 252 278. O l d e n b u r g , V. 167. Robert, A . 383. Theiss, J. 68.
Mallowan, M . E. L. 54. O l m o Lete, G. del 551. Robert, C h . 42 55- Thiele, E. R. 505.
M a n e t o n 108 200 250. O l m s t e a d , A. T . 548. Roger, R. W . 545. T h o m s o n , R. C. 54 227.
Marcozzi, V. 40. O p p e n h e i m , A . L . 117 118 496 503 570 Rogers, W . 620. T h u r e a u - D a n g i n , F . 159 436.
M a r t i n Achard, R. 288 310. 572 633. Rolla, A. 575- T i t o Livio 102 161 282.
Marzal, A . 634. Orígenes 237. Roselíini 189 190. Tocci, F . M . 482.
M a s p e r o 10 12 96 185 187 192 194 244 O r t i z de Urbina, J. C. 691. Rosensohn Jacobs, V. 472. Torcziner, H . 514.
245 577 580 582. O s t h o r n , G. 472. Rost, L . 383. Torrey, C. C. 542 5S0.
Massart, A . 278. O u d e n r i j n , M . A. Van der 538. R o t h e n b e r g , B. 272. T o u r n a y , R. 570.
May, H . G. 237 382 650. R o t h e n b u r g , R. 387. T o u z a r d 252.
Maystre, Ch. 606. . P a r k e r , B. 157. Rowley, H . 170 218 233 252 272 274 278 T u c k e n , G . M . 160.
Mazar, B. 170 278 430 495. Parrot, A . 53 54 55 68 118 121 126 176 302 310 351 381 383 489 633- Tufnell, O . 257-
M c M i l l a m , K. D . 611. 360 408 448 502 520 531 538 573. Ruffini 252. T u r , N . H . 330.
M c C a r t h y , D . J. 278 287 310. Paterson, A. 520. R u t t e n , M . 117 150.
M c C o w n , C h . 540 568 633. P a t t o n 472. Ryckman, G . 382.
M c L c o d , W . E. 106. U b a c h , B. 278.
Pausanias 13.
M c N a m a r a , M . 170. Ullendorf, E. 55.
Pautrel, R. 619. o a c h a u 613.
Mecalister, R. A. S. 491. U n g e r , F . M . 494 505-
Pedersen, J. 154 226 383. Saggs, A . 116.
Médico, H . E. de! 445. U n g n a d , A. 149 552 553 613.
Peiser 161. Sallier (Papiro) 203.
Médebielle, A . 279 381. U p h i l l , E. P . 278.
Peters, N . 352. Sauneron, S. 186 197 230 278.
Meek, T . G. 230 382. U p p e r h e i m , A. L . 278.
Pozard, M . 410. Sayer, A. H . 250.
M e i n h o l d , J. 327. Urie, D . M . L . 366.
Piepenbring, C. 75. Schanel 25.
Meissner, B. 609. Pierret, P. 188 189 210.
Mendelhall, G. E. 152 287 311 489 492 554. Schafer, F . A . 294 448.
Pinches, T . G. 543. Vaccari, A. 278 352.
Mendelsohn, I. 181 223 278 433. Scharff, A. 589.
Pirot, L . 170. Vandier, J. 191 205 207 209 215 278 569-
M e r t e n s , P. 554. Scheil, V. 154 620.
Plantz, W . 154. Vattioni, F. 116 170.
M e r w e , R. J. 278. Schenke, H . M . 634.
Platón, 282 555 569. Vaux, R. de 41 67 68 76 77 78 79 80 89 90
Messersohmidt, L . 501. Plessis, J. 40 55 57 67 170. Schmidt, E. 54-
Schneider, N . 116 170. 91 93 94 101 109 110 115 116 118 124
Meyer, E. 76 557. Plinio 188 205 246 428 657. 125 129 132 135 137 138 142 144 145
Michaeli, F . 212 406 459 498 501 502 543. Ploeg, J. Van der 92. Schnitt, J. 668 691.
Schópfer 252 255. 149 150 160 162 170 171 174 180 181
M i c h a u d , H . 500 514 535. Plóger, O . 383. 197 199 201 202 209 223 225 228 232
Michel, É . 501. Plutarco 186 188 191 192 569. Schuler, E. Von 419.
Schwigler, T h . 64. 233 234 239 244 249 253 262 263 270
M ü l e r , B. 256. Poebel, A . 53. 272 273 274 278 283 289 290 291 293
Miller, P. D . 278 3 1 1 . Pohl, A. 151 180 518. Seebas, H . 292 311.
Sellin, E. 296 383 557 634- 294 300 301 311 325 328 360 361 362
M o n t e t , P. 109 110 172 187 188 197 198 Pope, M . H . 266 446 472. 364 365 366 367 368 371 372 375 377
205 211 212 215 216 220 221 222 244 Porter, T . R. 270. Sepellers, L . 381.
381 382 383 398 400 401 402 411 422
245 254 255 262 278 305 464. Seters, J. Van 201.
Posener, G. 104 122 212 223 258 560 563. 430 455 466 470 472 480 489 537 554
M o n t g o m e r y , J. A . 471. Sethe, K. 112 208 600.
Poulet, D . 55. 691.
M o r a l d i , L . 366 382. Seux, M . J. 5 7 i .
Pozard, M . 440. Sidersky, D . 382. Vawter, B. 457-
M o r a n W . L . 310. Praag, A . Van 157 158 160. Velikovsky, I. 243.
M o r e n z , S. 109 201 559. Silio Itálico 246.
Prado, J. 68 278. Simmons, S. D . 117 431. Vercoutter, J. 68 411 415 470.
M o r e t 62 112 471 559 566. Prat, F . 352. Vergotte, S. 183 187 191 192 198 239 278
Simpson, C. A . 68.
Morgenstern, J. 2 8 4 3 8 1 . Precedo Lafuente, J. 691.
Moritz, B. 274. Simpson, D . G. 597. 318.
Prevost, L.-Dennefeld 278. Skehan, Q . W . 691. Vermes, G. 642 660 677 691.
Morgan, M . J. de 154. Prignaud, J. 416 470 554. Smend, R. 227 265. V e r q u e r r e , J. 352.
Moscatti, S. 92 170 278. Prioton-Vandier 215. Smith, G . - A . 409. Vigouioux, F . 213 257.
Mowinckel, S. 83 236 240 266 278 383. Pritchard, J. B. 7 46 185 333 334 494- Smith, S. 115 543- Vincent, A . 238.
M u i l e n b u r g , J. 279 310. Ptolomeo 63 67 232 428. Vincent, L . H . 57 68 278 3 8 1 .
M u n t i n g h , L . M . 470. Smith, N . H . 261 366.
Soden, W . Von 613. Virey 252 587.
M u ñ o z Iglesias, S. 39. Virgilio 246.
Sóderblom, N . 228.
M u r t o n e n , A. 237. Q u e l l , G. 283. Virolleaud 41 55 68 149 238 4 3 6 437 4.59
Soggin, A. 87 554.
Speiser, E. A. 159 426 504. 443 446 458 459 472.
N a v e h , J. 237. R a b e , V. W . 354- Spiegelberg 254. Visher, W . 237 278.
Naville, E. 189 192 606. Rad, G. Von 6 40 68 89 147 170 172 182 Stamm, J. 149 634. Vogt, E. 527.
N é h e r , A. 573 633. 278 381. Starcky, J. 649. Volz, P . 296.
Nennessy, J. li. 4 3 1 . Rahnacr K . - O v e i h a g e , P . 40. Steindorff G 421 Voste, J. 39.
098 índice de autores
W i n c k l e r , H . 74 509 510,
W a i n w r i g h t , G . A. 255 414 416 470.
Walker, N . 239 278.
W i n d e n g r e n , G. 228.
W i s e m a n , D . J. 155 159 531.
ÍNDICE ONOMA TICO GENERAL
W a l l e , Van den 254. Wolf, G. V. 494.
W a m b a c q , B . N . 295 311 330. W o o l l e y , C. L . 51 54 55.
W a r d , W . A. 278. W o o l l w e y , L . I. 278.
W e i d n e r , E. F . 117 119 138 398 5 3 1 . W h y b r a y , R. N . 278.
W e i l l , R. 77 170. W o r d e n , T . 435 472.
W e i p p e r t , M . 554. W i n d t 79.
W e i s b a c h 15 545, W r i g h t , G . E. 89 301 311 383 415 417 470
Weiser, A. 83. 486 504 514- A b d i - J e p a 106 400 405 406 407. Esaú 127 128.
W e l d - B l u n d e l l 53 54- W u n s t e n f e l d , F . 92. A b d i - A s h i r t a 395. E t h b a a l 515.
Wellhausen, J. 74 75 235 240 295 298 Abiatar 489. E w i l - M a r d u k 532.
W e n d e l , A. 366 382.
Westhar (Papiro) 560. Yadin, Y. 482 490 6 g i . Abimelec 234- Exequias 509 5 " 512 513 514 5*5 5 i 6 .
Yeivin, S. 170. A b r a h a m 4 113 114 122 123 124 127 130 135
W e t s , J. D . W . 278.
W i d n e r , E. F . 609. Yototte, J, 230. 146 149 234-
( j o b r í a s 452 543-
W i e d e m a n n 2r 1. Acab 497 498.
Godolías 537 539 540.
W i e n e r , H . M . 278 360 3 8 1 . b a n d e e , J. 109. A d a d - N i r a r i I 137.
Gog 61.
Zapletal, V. 12. A d a d - N i r a r i I I I 503.
Wilcox, M . 651. G o m e r 60 6 1 .
Zimmerli, W . 311. A d a d V 502.
W i l s o n , E. 661. G u d e a 570.
Z i m m e r n , H . 511. A d á n 22 23 24 56.
W i l s o n , J. A . 576 590 591. Agar 154.
W i l k i n s o n 190. Zolli, E . 4 9 1 .
Zyl, A . H . 470. Ahiqar 611 612 613 617. H a m m u r a b i 95 100 132 133 134 154 155
Willesen, P . 134. Ajías 493. 157-
Akan 218. H a t s h e p s h u t l i o 202.
Akki 231. H e b e r 67 114 136 140.
A m e n - e m - h e t 589. H e b r e o 114.
A m e n - e m - o p e t 592. H i r a m 489.
A m e n h e m e t II 107 204 216 275 564. Hor-Defef 590.
Amenemope 491.
A m e n i 207.
Amenofis II 10 119 141 217 223- I s a a c 149.
Amenofis I I I 233- Israel 129.
Amenofis IV 302 395 4°5 4 o 6 - Iltobaal 497.
A m ó s 504. Izazi 583.
Aniosis 107 203.
Amrafel 132 133.
A n i 590. J a c o b 117 127 128 129 149 157-
Anjtifi 205. Jafet 60.
Apofis 110 201 203. Jazael 502.
A r a m 66. Jehú 495 496 501 502.
Arfaxad 66 136. Jattusil III 141.
Ariok 132. Jeremías 536 539 540 541.
Artajerjes I 549 550. Jerjes I 549 550.
Asaradón 522 523 571 6i7- Jerjes II 550.
Asenet 195. Jeroboam I 125 494-
Askenaz 6 1 . Jeroboam II 504.
Astiages 542. Jetró 234.
Asurbanipal 17 520 521 522 529. Joacaz 527-
A s u r - D a n 496. Joaquina 527 528 531 532.
Asur-nasir-pal III 496. Josías 525 520.
J u d á 218.

B a l t a s a r 542 543. JYamosis 1 t i .


Bel-usur 436.
K e d o r - L a h o m e r 132 133-
B e n - H a d a d 497 503.
Bilalama 335 33í>- Keops 577.
Bochoris 560. K h y a n 202.

L a b á n 117 128 157.


C>am 62 63.
L ip i t -Is h t a r 157 3 3 ^ .
Cambises 548.
L o t 130.
Ciáxares 542.
Lucrecia 186.
C i r o 542 543 544 545 546.
Creso 542.
M a n a s e s 521 522 523 525-
M a t i ' i l u 161.
D a r í o I Histaspes 549.
Mattiwaza 117.
D a v i d 488 489- Melkisedec 133 165 447-
D é b o r a 84. M e n a j e m 506,
D u d u 196. M e n t u h o t e p 207.
M e r e n - p t a h 253 254 257 412.
E l i e z e r 119. M e r i - k a r e 588-589.
Elyaquim 527- Merodac-Baladam 513-
700 índice onomástico general
M e s h a 237 386 488 498. Salmanasar V 509. ÍNDICE GEOGRÁFICO
M i d a s 512. Salomón 146 490 492.
Mikerinos 569. S a m u e l 480.
M i ü - i l u 407- Sara 117.
Moisés 225 226 227 228 229 230 232 235- Sargón I 133 231.
Mosoc 61. S a r g ó n II 508 509 510 512.
Sedéelas 532 533-
Sem 66 67.
N a b ó n i d e s 115 529 54i 542 548. A b u - S i m b e l 192. Cisjordania 104 123 192 4 2 1 .
Semíramis 502.
N a b u c o d o n o s o r I 528 529 541. A d a m a 131, C o p t o s 62.
S e n a q u e r i b 515 516 517 518 520 321 617.
N a b u c o d o n o s o r I I I 548. Adjlun 135. Creta 64 202 415.
S e n u s r i t I I I 215.
Na b u c o d o n o so r IV 548. Scsac (Sheshonq) 219 494. Afeq 486.
N a h ú m 527. Sesostris 99 107 122. A i 124. Dad an 63.
Najor 117. Setis I 412. Akkad 6 3 . D a m a s c o 106 121 122 131 501 5 0 2 504 655
N a d a n 617. S h a m s i - A d a d I 95 119. A k k o 515. 656.
N a r a m - S i n 133. S h a n - s u n p u k i n 525. Alalaj 83 140 155 393- Delfos 290.
N a t á n 493. Sheshonq 219. Alashia 61 418. D i b ó n 431 500.
N e c a o I 524- S i n u h é 213. A l e p o 121 122 496. Dofka 275.
N e c a o II 529- A m a n o (monte) 497. D o t a n 181.
Smerdis 548.
Nefer-irika-Re 207. Suppililiuma 117. A m a r n a (Tell) 66 67 134 140 141 *43 i'
Neferty 563 564- 396 402 409 432. E b a í 122.
Neftalí 217. A m m ó n (Ammán) 136 4 3 1 . E d o m 128 136 385 43i-
N e m r o d 63. 1 abeel 507. A m u r r u 423. Egipto 62 64 110 170 171 172 182 i g r 202
Nitocris 262. T a c h o s 568. A m u r t u 496. 211 212 214 243 244 245 246 510.
N o c 45 46 4 8 . Teglatfalasar I 61 66 119 137 4S5. Anatot 4 5 1 . E l a m 66 133 136.
Teglatfalasar III 504 506 607 508. A q a b a 131 381 492. El Cairo 97.
Teraj 114 117 120. A r a b a 388 492. Elefantina 541 549 550 551 552 618.
Ofra (Apries) 220. T i r h a q a h 520. A r a b ia 62 63 147- Ellasar 132.
Og 41. Togorma 61. A r a d 388. Elteqeh 520.
O m r i 495 496 497 507. Tubal 61. A r a m - N a h a r a y i m 116 118 119 136. E q r ó n 513.
Oseas (rey) 508. T u b a l u 515. A r a r a t 114. E r i d u 14.
Tudjalias 133. A r m e n i a 52 114 U S - Esdrelón 122 495.
T u k u l t i - N i n u r t a 137. A r n ó n 497 502. Esyon-Gaber 492 497.
P a d i 513- T u t - A n h - A m o n 398. Aroer 500. Etiopía 191 524.
Pecaj 507. T u t i m a i o s 200. A r w a d 66 423. Eufrates 20 61 117 121 173.
Penuel 129. T u t m o s i s I 105 112. Ascalón 254. Ewila 63.
Psamético I 522 525- T u t m o s i s III 196 392. Asfaltites (lago) 131.
Psamético II 532 548. T u t m o s i s IV 187. A s h d o d 512.
P t a h - H o t e p 216 583. F aran 131.
Asia M e n o r 61 116 133. Fenicia 64 65 421.
Ptolomeo III 189. Asiría 516.
Pul (Teglatfalsar III) 506. F u ñ ó n 386.
u r-Namu 335. A s t a r o t - Q a r n a y i m 134-
Putifar 182 195 T 98.
Avaris 111 201 202 220. d a b a ó n 480.
W a - k a - R a 588. Azeqah 535- Galaad 104 179.
Q ¿ e t a r a 232. Ayyalon 495- Garizim 122.
W e n - A m ó n 419 4&5-
G a t h 494.
B a b i l o n i a 52 56 57 58 59 114 T 32 133 52 Gaza 62 66 201 256 516.
R a m s é s II 105 127 r43 181 192 197 215 221 Y a k u b - e r 117. 543 544-
233 253 254 259 262 276 410 412. Yavan 6 1 . Genesaret 122 134-
Bagdad 116. Gezer 107 253 254 407 490.
R a m s é s I I I 181 189 190 196 412 413 4 1 4 4 8 5 - Yosef-El 178. Basora 116.
Rebeca 158. G i b e ó n 495.
Beisán 143 409 495. Gilgal 396 485-
Rezón 506. Beni-Hasan 207.
R o b o a m 494. Z a b u l ó n 100 217. G o m o r r a 66 131.
Zacarías (rey) 505. Bersabé 76 171 174 236 395- Gosen 214 215 216.
Zakin 503 504- B e t - A n a t 451 495- G u e r a r 66.
Sadoq 489. Zorobabel 525 54 8 - Bet-Dagón 515. G u e s s u r 66.
Salmanasar I 137. Zoroastro 309. Bet-EI 124. Guijón 513.
Zoser 206. B e t - H o r o n 495-
Salmanasar I l i 497 498 50i 502.
Bet-Shemesh 485 495.
H a l y s 542.
B e t - T a p p u a j 495.
H a m a t h (véase J a m a t h ) .
Bogazkeui 138 202.
Byblos 107 414 463 465 506. Hasor 395 482.
H a u r á n 66 122.
H e b r ó n 104 126.
C a d e s 131 134 174 249 272 384- Heliópolis 141 143 182 193 208.
Caftor 415. Huelva 62.
Calaj 63.
Calne 63. I d u m e a (Edom) 388.
Canaán 60 62 64 94 113 114 120 122 134 14 o
148 174 181 205 217 249 383 394 42C 433
431 435 472 473- J abur 67.
Capadocia 140. Jaffa 4 ro.
Cartago 361. Jamath 62 66 497.
Caspio 6 1 . Jarran 113 114 115 117 118 120,
C a t h e r i n e (dj.) 273- J a r t u m 62.
Chipre 61. Jattu (Hatti) 117.
702 índice geográfico

Jericó 107 476 477.


Jerusalén 66 100 104 134 399 4°5 406 407
Pella 409.
Pi-Hajirot 262. ÍNDICE ONOMÁSTICO DE DIVINIDADES
488 530 533- P i - R a m s e s 215 221 229 262.
J o b a 131 134. Pi-Soped 210.
J o r d á n 12a 474 475 476 495. P i - T o m 212 216 220 221 253.
Juleh 66. Platea 549.
J u r u 106 121 143-
(^¿adesh 105 220.
J x a l a j 501. Q a n t i r 220.
K a n t a r a 529. Q a r q a r 436 498.
Q a t n a 95 121 122 482. A d a p a (mito de) 33 34 525. K i n g u 14.
Karkemish 61 119 512 527 528. A d ó n 465. Kronos 467.
Karnak 111, Qiryat-Yearim 356.
A d o n i s 450 463 468 469.
K a s h d i m 114. A l o n i 462.
Kerkuk 66. Xvafidim 271- A m ó n 198. L a g a m a l 132.
K i r 506. R a m o t h Galaad 498. L a m g a 14.
A n a t 434 438 440 442 4 5 1 .
Kish 54. Ras Shamra (Ugarít) 93 224- A n a t - Y a h u 452. Lulla 16 24.
Koptos 208. R a b b a 495. Anat-Betel 452.
K u s h 62. R e h o b 495- A n u 6 36 5 3 .
R e t e n u (Palestina) 108 112. JVLami 14.
anunnaki 25. M a r d u k 8 13 14 15 308 435 532.
L a g a s h 570. Rojo (mar) 262 263. Apolo 462.
Lagos Amargos 216 262 265. Ruad 66. M e l q a r t 465 496 500.
A q h a t 442 443- M i t r a 105.
L a k i s h 517 519 535- Ashera 464. Molok 468.
L í b a n o 62 65 496 5 o i . Sabta 63. Asklepios 465.
L i b i a 64. Safón 450. M ó t 308 435 438 439 45i!453-
A s h t a r - K a m o s h 477.
L i b n a 519- Saft el H e n n e a h 216. Astarté 123 124 164 463.
Lidia 64 541. Salamina 549. N a b u 17.
L u d i m 64. Samaria 549. N a m m u 16.
Scytopolis 526. B a a l 164 262 434 435 4 3 8 454 Nergal 308.
iVIacpelah 160. Seba 62. Baal-Bcrith 123. Nikkal 444 457.
M a d a b a 500. Seir 131 135. Baal-Dagón 440 462. Nin-gal 117 122.
M a d i á n 232 233- Semareos 66. Baal-Leban 462. Nínjur-sag 14.
Magog 61. Senaar 56 57 58 63. Baal-Marduk 435. N i n u r t a 308.
M a m b r é 126. Sendjirli 523. Baal-Safón 262 462.
M a q q e d a 480. Serabit el-Jadim 275- Baal-Zebul 450.
M a r a t h ó n 549- Sicilia 61 62. Baalat-Beyrut 463. ( J a i m e s 25 462.
M a r i 8 3 95 102 105 117 118 122 128 132 138 Sidin 131 134- Bastet 563- Osiris 208 333.
140 408. Sidón 64 515. Beel-Shamayim 503.
Masjutta (Tell) 220 261. Silo 484. Belit 325.
P t a h 11.
M e d i n a 63. Siloé 513 514-
M e d i n e t - H a b u 208. Sinaí 152 164 180 205 267 268.
M e g i d d o 106 392 482 495 526. Sineo 66. Da gón 452 464.
XVa 562.
Menfis m 193 208 223 522. Siquem 65 107 122 481 494. D a g ó n - A n a t 434.
Danel 442. Reschef 435 452 462.
Menzalah 216. Sirbal (dj.) 273-
M e r i b a h 271. Siria 65 186 256 523. djinn 42.
Meroe 62. Sodoma 66. Seth 187.
M e r o m (lago) 4 8 1 . Speos A r t e m i d o s 110. E a 7. Shagar 444 451 452.
Mesopotamia 53 55 63 66 95 116 133 140 Sudán 152 181. Shamash 521.
El 164 295 438 439 446 447- Sin 122.
223 322. Susa 195. E l o h í m 3 8 10 30.
Migdoi 261 262 495- Suteos 138. Elyon 133 164 447-
M i t a n n i 105 U 7 - E n k i 25. 1 ag-tug-en Ki 34.
M o a b 41 136 4 3 1 . T a a n a k 134 307 495- Enlii 6 44 53 57- T a m m u z 232 450.
Mosul 63. T a d m u r 121. E s h m u n 463 465. T h o t h 11 194.
M u e r t o (mar) 130 131 133 232. Tafnes 541 • T i a m a t 435-
M u s a (dg.) 273. T a n i s 126 2 0 1 .
Tartesos 62. H a d a d 164 308.
N a h r e l : K e l 66. T e b a s 106 110 189 193 524- H a t h o r 191 463. u ranos 467.
Naharayim 311. Teirna 63 541. H o r u s 11 187 206 246. U r s h a n a b i 17.
N a h a r i n a 119 3 9 l - Teleilat Gassul 387.
N e b o 500. T e r m o p i l a s 549- l l u - w e r 503.
Tigris 20 61 66 117 542. V a r u n a 105.
N e g e b 127 232. Indra 105.
N i l o 188 191 192 199 202 203 204 205 206 T i r o 256 489 497- lsis 191 198 463-
207 228. TransJordania 41 76 127 134 180 232 430 Ishtar 631 632. Y a h ó 236 552 553-
N i m r u d 511. 523 5 4 i . Y á m 448 308.
Nínive 63 526 527 528. T u m i l a t (wady) 216 220 244 250 261 262.
N i p p u r 57 117. T u r q u e s t á n 56. K . a m o s h 477 499 500 s o r .
N u b i a 63 63 54i- Katirat 444 457. ^ e u s 41.
N u z i 128 141. U g a r i t 107 141 262 432 436 437 44*> 447 Keret 441 442. Zeus Kasíos 262.
(Ras Shamra). K h n u m 550. Z i u s u d r a 53.
O r o n t e s 62 66 127 137. U r 39 43 113 i i 4 115 116.
U r u k 17 63.
P a d d a n - A r a m 119 135 429-
Palestina 64 522 523. Y a b b o q 122 388.
Patros 64. Yarmuk 496.
Índice ideológico general 705
ÍNDICE IDEOLÓGICO GENERAL Decálogo 283 310; exposición del 317-333; Cxabaón: batalla de 480.
formación áú 318-320; ético y ritual 327- Ganaderos: en Egipto 214.
328 338; tablas del 357- Gigantes: raza de 41.
«Demótica»: crónica 568. Gilgamesh: poema de 4 17 21 23 24 2 5 26
Depósito: pérdida del 344- 27 28 31 32 36 44 45 46 47 48 49 66.
Dcuteronórnico: código 338-339- Gnómico: género literario 491 619.
Diezmos 166. Goyim 133.
Difunto: confesión del ante Osiris 333-334- Graneros: en Egipto 209.
Diluvio bíblico y babilónico 41-55; rela- Guergueseos 427.
Abluciones rituales: en Qumrán 664. Balaam: oráculos de 782. to del diluvio babilónico 44-46; diferen-
Abraham: emigración 113-130; historici- Bálsamo 181. cias y semejanzas del diluvio bíblico y el
dad e idealización de 133. Banquete ritual: en la comunidad de Qum- babilónico 46-51; relato de Beroso 52; ITiammurabi: código de 336-337-
Abib-Nisán: mes de 378. rán 673-674 684. versión sumeria 53-54- Hebreo 66 114 135 136; y los «jabirú» 139-
Acadios: proverbios 608-610. Bautista: Juan el y los cenobitas de Qum- Dioses: faltas contra los 333. 145 223 224.
Adivinación: por sueños r86-188. rán 662-668. Dispersión: de la humanidad 59-68. Hedonismo egipcio 577-580.
«Adonías»: fiestas de las 468. Beduinos 141; en Egipto 212 256. Divorcio 350. Henoteísmo 290-302.
Adopción: derecho de 153 158 232 283 299. Beríth 160-162. Dodecálogo 283- Herencias: partición de las 345-346.
Adulterio: en Egipto 182; prohibición en Bestialidad: vicio de la 23. Dualismo moral: en Qumrán 669. Hierocracia 467-468.
la Ley mosaica 331; sospecha de en la le- betylo 464. Hieródulos 465.
gislación mosaica 349-350. Bienes ajenos: codicia de los en la Ley Hijo contumaz: ley sobre el- 348.
Aflicción: literatura sobre Ja 620-630. E d é n 18-19 !92.
mosaica 332-333. «Hijos de los cielos»: en los textos de
Agraria: organización de Egipto 203-207. Edomitas 388; beduinos en Egipto 212 256 Qumrán 689.
Agresiones: ley sobre las 340-341. 429 43i. «Hijos de la luz»; en los textos de Qum-
Agua: milagro del 270-271. efód 369. rán 683.
Ahiqar: sentencias de 612-617. C a b a l l o de guerra 501. El 433-435 446 447-
Caldeos 114 512. Elefantina: colonia de 549-551; papiros de Hicsos 95 107 113 199 249 478.
ajlamu arameo 66 136 137 138 139 430. Calebitas 428. Himno al sol 302-304.
Alfabeto: origen del 436-437- Calendario de Gezer 491. 551-553- Hititas 65 337-338.
Alfarero: dios 13 18 24; oráculo egipcio del Elección: teología de la 113 172. Hiwitas 426-427.
Camello 180. Elyon 447.
«alfarero») 567-568. Camitas 62. Holocausto: sacrificio 360-361 454-455.
Alianza del Sinaí 69 172 173 244; rito de emim 104 134 3§5 422. H o m b r e : formación del 13-18.
Cananeos r23 143 164 423 424; religión Enkidu 17 22 23 24 27 29 36 37 38.
la 160 161; mosaica 279-286; rito de la de los 433-456. «Hombre de iniquidad»: en los textos de
280-281; libro de la 289-282 285; signi- Épica sacral 171 247 248 263 264.
Canope: decreto de 189. Epónimos: patriarcas 78. Qumrán 688.
ficado de la 282-283; renovación de la 284- Caos-cosmos 3 7. Homicidio: prohibido en la Ley mosaica
285; mosaica y con tratos de vasallaje 286- Escatología: en Qumrán 649-650.
Carnavon: estela de 111-112. Escitas 61. 330; involuntario, ley sobre el 392.
289; Código de la 316 338. Carro de guerra 105 501 502. Homosexualismo 24 27 28.
Alianza de Siquem 482. Esclavos: venta de 180-181; ley sobre los Humanidad: origen de la 12; dispersión
Castidad: de José 181-182. 340-345; egipcios 192.
Altar 359-360. Ciencia del bien y del mal: árbol de la de la 56-63.
Amalecitas r3i 388 428. Esenios 656-659.
29-35. Esfinge 187. Hurto: prohibido en la Ley mosaica 331-
Ammonitas 388. Cimerios 60. 332; leyes sobre el 342-343.
A m o r del prójimo: en la literatura de Esoterismo: en Qumrán 671.
Circuncisión 476. Espías: en Egipto 213.
Qumrán 671. Codicia: de bienes ajenos 332-333. Espíritu de Elohim: en la ordenación del
Amarna: textos de Tell 402-409. Código de la Alianza 316 338; deuteronó- Idealización épico-sacral 352.
Amorosos: cantos egipcios 600-603. caos primitivo 3-4. Iglesia primitiva: cenobitas de Qumrán
mico 338-339; sacerdotal 339; de santi- «Espíritu de verdad»: en los textos de
Amorreos 65 94 100 105 116 136 147 422. dad 339- Qumrán 686. 681-690.
anaqim 41 104 385 422. Códigos legislativos orientales 355-337. Espíritu Santo: en los escritos de Qum- Incestos: leyes sobre 348.
Anatema (jerem) 467. Codornices: milagro de las 267-268. rán 665. Indoeuropeos 105.
«Anfictíonías» 290 488. Comercio exterior 492. Estela de Meren-Ptah 253-254. Inmolación: en los sacrificios 359.
Año Nuevo: fiesta de 379. Comunidad de bienes: en Qumrán 683. Estela de Mesha 499-500. Inmortalidad del alma: en los textos de
apiru-jabiru 223 400 4og. Comunión: sacrificio de 362-363 455. Etruscos 61 414. Qumrán 646-647.
Apologético: género 193 224 247. Conciencia de elección: en Israel 172 299. Eva: nombre de 26. Inocencia: del primer hombre 22.
apsü 6. Conciencia humana 36. Execración: textos de 100. Inscripción: de Siloé 513-514.
Aqueos 414. Confesión del difunto: ante Osiris 333-334 Éxodo 248-263; fecha del 251-260; ruta Ismaelitas 179 180 428.
Árameos 66 136 137 138 429 431. 604-607. del 260-263. Israel: nombre de Jacob 129; prehistoria
Árbol de la «ciencia del bien y del mal» «Confesiones de fe» 172. Expiación: fiesta de la 379-381. de 4; mencionado en la estela de Meren-
29-35. Confusión de las lenguas 56-59. Expiatorios: sacrificios 362-363. Ptah 253-254; propiedad de Yahvé 279;
«Árbol de la vida» 29-35. Conquista de Canaán 472SS. Exploración de Canaán 384. pueblo de Yahvé 293 328; oprimido en
Arca de la Alianza 352 355 357 483. Consejos sapienciales: extrabíblicos 611- Éxtasis profético 571-572. Egipto 217-225-
Arcilla: formación del primer hombre de 612.
la 13-17 24. Contumaz: hijo 348. Jabirú 136 137 138 139 140 141 H2 143
Armenios 503. «Cordero»: profecía egipcia del 566-567. J? ábulas acadias 607-608.
Aromas 181. Cósmica: lucha 266. Faraón: corte del 182 189; dominio agrario 144 145-
Arpista: cántico dffl 577-578. Cosmos-caos 3-7. del 207-208; significado del nombre 220. Jacob: Israel 129; emigración de a Egip-
Ascesis: en los textos de Qumrán 645-646. Creación 3-12; poema de la 3 7-10 15-24; Fecundidad: culto a la 463. to 210-215; hijos de 217.
Asiáticos: en Egipto 211 212 219. texto menfítico u . fedú: rito del 161. Jafetitas 60-62.
Asirías: leyes 337. Cristianismo: y secta de Qumrán 660-690. Fenicio: panteón 460-464. Jebuseos 65.
azazel 379 381. Culpabilidad: del primer hombre 22. Fiestas religiosas en Israel 373-381. Jericó: conquista de 476-477.
Ázimos: fiesta de los 226 276. Culto mosaico 352-381. Filisteos 62 415-419. Jerusalén: asedio de por Senaquerib 514"
Cuneiforme: escritura silábica 437 438. Flagelación: ley sobre la 341-342. 517; destrucción de 532-534-
«Fruta» prohibida: relaciones sexuales 36- Jesucristo: y los sectarios de Qumrán 668-
Jjaal: ciclo de en los textos de Ugarit 37-, 675; y el Maestro de justicia 675-681.
438-441- D a m a s c o : secta religiosa judía de 655 656. Jonios 61.
Fugitivo: esclavo 345. Jordán: paso del 474-475.
Babel: torre de 56-59. Daños y perjuicios: leyes sobre 343. Funcionarios: semitas en la corte faraó-
Babilonia: caída de 543-545- Danel: leyenda de 442-443. José: historia de 176SS.
nica 195-197. Juramentos 161.
Fundiciones de hierro 492.
índice ideOi 'ógico general 707
706 índice ideológico general
Propiciatorio 3';fi. Sueños: interpretación de 186-188 190-192.
Jurritas 105-107 425-427. neshemáh: hálito vital 17. Propiedad: derecho de 3.11- Sumerios 56; proverbios 610.
jerem: anatema 467. Nilo: himno al 191-192. Proverbial: lili-raUíra 6ig. Sustitución: sacrificio de 126; primogéni-
Judá: reino de 515 516 528 530 540- nisdn: mes de 378. Proverbio*: suinerios 610; acadios 608-610. tos, sacerdotes 368-369.
Justo doliente: y Job 620-626. Novela didáctica 177. «Pueblo* del mar» 41.1 -415•
N u b e : símbolo de la presencia de Yahvé
358. Tabernáculo del desierto 353-355-
JValebitas 472. «Nueva Alianza»: en Qumrán 683; comu- Qenitun MI 472. Tabernáculos: fiesta de los 377-379-
kedoshim: hieródulos 465. nidad de la en Damasco 655-656. qmbihx 3(11. Tablas del Decálogo 357.
kapporet 356. QumrAn: comunidad de 635; régimen de tallón: ley del 339 342.
Kereteos 489. la comunidad de 636-641; creencias reli- tehóm 6.
Kerubim 356. O ficios manuales: penalidades de los 581- giosas 642 644; y la Ley mosaica 644-646;
Kippurim 356. 583. «Templo de Dios»: en los textos de Qum-
y los orlnenes del cristianismo 660-690; rán 683.
Ofiolatría 386-387. y Juan el bautista 662-668; y la Iglesia
Ofrendas 363-364. Teocracia 248 312 319 339 383-
primitiva 681-690. Teogonias orientales 6.
L á u d a n o 181. Oniromancía 570.
Legislación mosaica 311-352; y la teocra- Opresión de Israel en Egipto 217-225. Teología de la historia 171 173 174.
cia 312; y las legislaciones orientales 334- Orientales: legislación mosaica y legisla- terafim: dioses domésticos 160.
Realeza de t i r a d 493. «Terapeutas»: de Alejandría 659-
35i. ciones 334-352; códigos 335-337- Rfftiim 4« 104 1.11 427 444 445-
Orígenes del mundo 3-12; orígenes de Testificación: ante el tribunal 332.
Lenguas: confusión de las 56-59. Regios: salmos 493, Testimonio: falso 347.
Leviatán: Lotán 226 436 440. la humanidad i2ss. «Reino sacerdotal»: Israel como 493.
«Ostraka»: de Lakish 535-538. Tiamat 6 7 8 9 .
Levirato: ley del 159 346 347 473- Rekabitas 500. Tiberianos 61.
Levitismo 371-373. Religión: de los canancos 433-456; de
Ley mosaica: y los escritos de Qumrán Pacífico: sacrificio 362 455. Ugarit 446-453; fenicia 460-464; mosai- «Tinieblas»: en los textos de Qumrán 686.
644-645. Padres: honor y respeto a los 330-331. ca 290-302. Tirsenios 61.
Libido 26. Pájaros: en la narración bíblica y babilonia Riñas: ley Hobre las 340 341. Tofet 521.
Lotan: Leviatán 436 440. sobre el diluvio 49. Rojo: mar 25 481. tohü wa bohü 3 5 6 8 .
L u z : hijos de la 683. Palabra: creación por la 3-4; Baal crea con Rosctta: inscripción de la 189- T o r o : epíteto divino en Ugarit 447 457-
su 438. rúaj 15 16 17. Torre de Babel 56-59.
Tragacanto 181.
M a ' a t : justicia, verdad en la teología egip- Palladium de Israel: el Arca de la Alianza Trascendencia de Dios 10 321 45o 455.
cia 559 560. 357- S á b a d o : institución y origen 324 326 453. Tummim 369-370.
Macho cabrío: rito del 379-381. Paraíso 18-25. Sacrificios 359-367; origen de los 364-367. Turquesa: minas de en el Sinaí 275-276,
Madianitas 179-180 232 233. Panteón: de Ugarit 446-453; de Fenicia Sacrificios humanos 165; en Fenicia 467-
«Maestro de justicia»: en los textos de 460-464. 468.
Qumrán 651-653; y Jesucristo 675-681. Pascua: fiesta de la 373-376; etimología Sacerdotes: egipcios 189; entre los bedui- U g a r i t : textos religiosos de 438-459; y el
Magia 555 556. de 374-375- nos 234-235; en Israel 367-373; en Uga- Antiguo Testamento 453-459.
Maná: milagro del 268-270. Paso: del mar Rojo 263-266. rit 454-455; t-n Fenicia 465-467. Urim 369-370.
Mar Muerto 666. Pastores: en Egipto 214. Salvaje: hombre 24 25. Utnapishtim 44 46 47-
Mari: cartas de 102-103. Patriarcas: historicidad de los 69-135; y Sangre: en los sacrificios 370; en la forma-
Maryanu 100. profetas 69-71; interpretación profética ción del hombre 14-15.
masebáh 166. de la historia de los 71-74; interpretación Vasallaje: contratos de y la alianza mosai-
colectiva como clanes 72; promesas a los Santidad de Dios 323. ca 286-289.
Materia informe: caos 6. «Santos de Dios»: en los textos de Qum- Venganza de la sangre: ley de la 339-340.
Mediador: el sacerdote 470. 73; ¿divinidades cananeas? 76-77; idea-
lización épica de la historia de Jos 81-85; rán 683. Veracidad 323-324.
Medos 61 526 527 542. Santuario del desierto 353-359- Vida: árbol de la 29-35-
Menfítico: texto de la creación 11. origen étnico de los 135 146-150; data-
ción de los 146; clase social de los 151- Sapiencial: literatura egipcia 577-600. Virgen desposada: opresión de la 347.
Meri-tare: instrucciones de 588-589. Sapienciales: consejos 611 612. Voluntarismo divino 30.
Mesiánica: expectación en Qumrán 647- 153; costumbres de los 160-162; religión
de los 162-167. «Semanas»: fiesta de las 377.
648. Pecado original 35-39. Semitas 66-68.
Mesianismo: extrabíblico 556-557- Sepultura: entre los fenicios 469. w en-Amón: relato de 419-420.
midrash 174 225 245 269. Pecadores: en los textos de Qumrán 670.
Péleteos 489. Serpiente: culto a la 38-39; encantamiento
Minas: de turquesa en el Sinaí 275-276. de 245 246; de bronce 386 387.
minjáh 361 363 364. Penitencia: en los textos de Qumrán 645- .X-isuthros 52.
646. Sexual: atracción 26-27 38; pecado 39-40.
Misántropo: diálogo del 598-600. Shadday 164 279.
Mito cósmico 226. Pentecostés: fiesta de 377.
Peregrinaciones anuales 374. shófar 478. Xahweh 233; significado de 235 237! eri-
Mittanitas 393. Siclo 180.
móhar 158. Perfumes: altar de los 359- gen del nombre de 237-239; etimología
Pesimismo: literatura sobre el 626-630. Siloé: inscripción de 513-514. de 239-240; santidad de 323-
Molok 468. Sinaí: localización del 273 275-
Moisés: historia de 225-235; nombre de Plagas en Egipto 242-246. Yaho 236 552 553-
«Planta de la vida» 17 38. Sinuhé: relato de 96-99 213. Yóm Kippúr 381.
228-230. Sociología: en el origen del mosaísmo 297
Monarquía: constitución de la israelita 486- Polvo: el hombre hecho del 16-17.
«Pobres de espíritu»: en los textos de 298.
493- Qumrán 683. Sol: detención del 4S0-481. Zigurat 57 58.
Monoteísmo: época patriarcal 165-166; Soplo: en la formación del primer hom- Zumzummim 41 104 134 385 422,
mosaico 290-302; y la reforma de Ame- Preceptos mosaicos: diversidad de los 315-
316. bre 1517- Zuzim 134 395-
nofis IV 302-305; en el Decálogo 320-321.
Muertos: región de los 631-633- Preceptos de Ptali-otep 583-587.
Mujer: formación de la 13-18 26-29; deseo Prehistoria de Israel 4.
de la ajena 332-333- Primogénitos 159; sustitutos 368; sacri-
M u n d o : orígenes del 3-11. ficio de 467-468.
«Muro del Príncipe» 210 215. Prisma hexagonal de Senaquerib 515-517-
Profetas: noción de 555.
Profetismo: oriental extrabíblico 555ss.
N a b i 555-556. Prójimo: amor al en Qumrán 671; faltas
naguid: caudillo 487- contra el 333.
Naturista: religión cananea 436-464. Promesas: teología de las 120 123 172 173
*'.."-+.« ~ - « ; „ „ f 0 Ao U-nnr-P 18-7. 177 205.
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ACABÓSE DE IMPRIMIR ESTE VOLUMEN DE «LA BI-


BLIA Y EL LEGADO DEL ANTIGUO ORIENTE»,
DE LA BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIA-
NOS, EL DÍA 8 DE MARZO DE 1 9 7 7 ,
FESTIVIDAD DE SAN JUAN DE
DIOS, EN LOS TALLERES
DE EDICA, S. A., MA-
TEO INURRIA, 1 5 ,
MADRID

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

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