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José María Arguedas escritor antropólogo y etnólogo peruano público en

1965 el sueño del pongo Arguedas recopila en este cuento el maltrato del
indígena obligado por su dueño.

En el relato el personaje se muestra “…era pequeño, de cuerpo miserable de


ánimo débil todo lamentable sus ropas viejas “.

Se trata de un siervo que concentra lo atributo más negativos si se le


comparan con otros de misma condición el patrón no pudo contener la risa
cuando el hombrecito lo saludo en el corredor de la residencia el pongo: todo
lo que le ordenaban lo cumplían si, papacito, si ,mamacita era cuanto solía
decir (sumisión y obediencia) era a poco como de espanto en su rostro
algunos ciervos se reían de verlo así ,otros lo compadecían “huérfanos de
huérfanos; hijo del viento de la luna debe de ser el frio de sus ojos el corazón
pura tristeza “ había dicho la mestiza cocinera que lo había visto

Las personas como el pongo por razone étnicas eran marginados. El pongo
viene a convertirse en el centro de la burla y desprecio como lo narra: el
patrón sintió un especial desprecio Asia el hombrecito.

El patrón siempre escogía la hora de que los ciervos se reunían para rezar el
Ave María para martirizarlo al maltratarlo llegaba al extremo de hacerlo sin
tiro menos humano .El patrón hacia que el pongo no se sintiera humano lo
empujaba de la cabeza y le obligaba a que se arrodillara y le decía:
 Creo que eres perro ladra - le decía

El hombrecito no podía ladrar

 Ponte de cuatro patas –le ordenaba entonces

El pongo obedecía y daba unos pasos de cuatro pies

 Trota de costado como los perros – le seguía ordenando

El hombrecito sabía correr imitando a los perros pequeños de la


puna

Al pongo no le era posible reclamar el pongo debía obedecer al


hacendado habían establecido costumbres como para que u pongo no
le fuera posible reclamar.
“El patrón le obligaba a reírse a fingir llanto”
Luego ocurre algo inesperado el pongo decide hablar había roto la
norma establecida por los siervos:
… cuando el patrón empezó a mirar al pongo con sus densos ojos el
hombrecito hablo su rostro seguía un poco espantado y dijo:
“gran señor, dame tu licencia; padrecito mío quiero hablarte – dijo
El patrón se sorprendió que el pongo hable por eso la sorpresa:
¿Qué? ¿Tú eres quien ha hablado u otro?
Una vez que le da la autorización el pongo decide hablar y había
comenzado a contarle su sueño desconcertante siendo un sueño
puede ser irreal la historia del sueño e ubica cuando ambos ya están
muertos:
Viéndonos muertos; señor mío; aparecimos desnudos. Los dos juntos
desnudos ante nuestro gran padre San Francisco nos examinó con sus
ojos que alcanza y miden no sabemos hasta que distancia. A ti y a mí
nos examinaba; pensando; creo; el corazón de cada uno y lo que
éramos y lo que somos. Como hombre rico y grande; tú enfrentabas
esos ojos padre mío.
Es importante una frase “lo que éramos y lo que somos” lo que éramos en el
mundo terrenal y lo que son dejando de lado la temporalidad. El relato
del pongo proyecta las diferencias del mundo terrenal

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