La ley de Herodes, es una película típica del cine mexicano actual, la cual demuestra a partir del

humor como el sistema político de la nación mexicana no es para nada bueno, sino lo contrario, un
sistema corrupto que sólo las personas de poder tienen el privilegio de usar. La historia está
desarrollada alrededor del político llamado, Juan Vargas, presidente municipal interino de San
Pedro de los Saguaros. Juan Vargas, llega a dicho puesto como muchos en la vida real, “por
dedazo”, le brindan el puesto dado que el pueblo es demasiado peligroso y nadie más quería
tomar el puesto, porque la suerte del anterior presidente no fue tan buena: fue linchado. Vargas,
como todos antes de ser corrompidos por el poder, cree que su puesto le brinda la oportunidad de
concebir cosas nuevas y de mejora para un pueblo que de verdad necesita cambiar su mote de
“peligroso”, sin embargo al ver que lo han dejado en dicho puesto con la simple ayuda de una
pistola y la Constitución, sin más ayuda, decide volverse uno más del montón de políticos
corruptos, beneficiándose así del sistema político establecido y de cada una de las oportunidades
que se le presentan al señor Vargas. Se puede deducir que la pistola y Constitución, son meras
imágenes de la corrupción y violencia en el país, para poder lograr una supuesta justicia.

La película hace claras críticas al partido político dominante, el PRI pero también lo hace
claramente contra los otros dos partidos importantes del país, PAN y PRD. Toda aquella persona
relacionada con un sistema político tan corrupto, es un “privilegiado” más en el país, es un sistema
hecho para robar y desfavorecer a las clases bajas, que a su vez, son quienes permiten que se
establezca y predomine el poder de un partido o regente, los políticos se escudan por medio del
fuero para hacer cualquier artimaña posible y sobre todo, lograr no ser castigados en el intento.

Retomando el tema de las clases sociales, la clase baja, en el pueblo de San Pedro de los Saguaros,
la gran mayoría de los habitantes son de origen indígena, es un pueblo sin desarrollo, no hablan
español, hay falta de un sistema educativo y por supuesto de un líder. La ignorancia en el mismo
pueblo, permite que Vargas pueda aprovechar y crear nuevas reglas a partir de la Constitución
pero en un país como México no sólo está entrometido el poder político en la corrupción y mal
manejo del pueblo ante dicha ignorancia, sino también se encuentra muy allegada a eso la Iglesia
que, como pudiésemos apreciar en situaciones de la vida real, los padres también se aprovechan
del poder que tienen para con los feligreses para sacar provecho de las distintas situaciones que
puedan suceder.

Definitivamente, La ley de Herodes, describe de una manera perfecta, como está establecido el
monopolio del poder dentro del país, como es el caso del partido predominante, el PRI. La mayoría
se deja llevar por las ambiciones de los líderes políticos y eclesiásticos, siendo los primeros
cegados por la ignorancia, la cual permite que sean meras marionetas de un poder corrupto pero
bien establecido y aunque no lo parezca, organizado dentro de sus altas esferas. Se vive en un
país, donde el desarrollo se da de una manera desigual y por supuesto las oportunidades se
reparten entre las clases altas y no entre las clases baja y trabajadora que las merecen más, siendo
ésta suposición un sinónimo de justicia e igualdad, un sueño platónico de los mexicanos.